245
El Fantasma de la Ópera Por Gaston Leroux

El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

  • Upload
    others

  • View
    5

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ElFantasmadelaÓpera

Por

GastonLeroux

Page 2: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

PREFACIO

DondeelautordeestaobrasingularcuentaallectorcómosevioobligadoaadquirirlacertidumbredequeelfantasmadelaÓperaexistió

realmente.

El fantasma de la ópera existió. No fue, como se creyó durante muchotiempo,unainspiracióndeartistas,unasupersticiónde,directores,lagrotescacreaciónde loscerebrosexcitadosdeesasdamiselasdel cuerpodebaile,desus madres, de las acomodadoras, de los encargados del vestuario y de laportería.

Sí,existió,encarneyhueso,apesardequetomaratodalaaparienciadeunverdaderofantasma,esdecirdeunasombra.

Desde el momento en que comencé a compulsar los archivos de laAcademiaNacionaldeMúsica,me sorprendió la asombrosacoincidenciadelosfenómenosatribuidosalfantasma,ydelmásmisterioso,elmásfantásticode los dramas; y no tardé mucho en pensar que quizá se podría explicarracionalmente a éstemediante aquéllos.Los acontecimientos tan sólo distanunos treinta años, y no sería nada difícil encontrar aún hoy, en el foyerancianos muy respetables, cuya palabra no podríamos poner en duda, querecuerdan, como si la cosa hubiera sido ayer, las condicionesmisteriosas ytrágicas que acompañaron el rapto de Christine Daaé, la desaparición delvizconde de Chagny y la muerte de su hermano mayor, el conde Philippe,cuyocuerpo fuehalladoaorillasdel lagoqueseextiendebajo laópera,dellado de la calle Scribe. Pero ninguno de estos testigos creía hasta ahoraoportunomezclarenestahorribleaventuraalpersonajemásbien legendariodelfantasmadelaópera.

Laverdadtardóenpenetrarmicabeza,alteradaporunainvestigaciónqueacadamomento tropezabaconacontecimientosque,aprimeravista,podíanserjuzgadosdeextraterrestres,ymásdeunavezestuveapuntodeabandonarunalaborenlaquemeextenuabapersiguiendo,sinalcanzarjamás,unavanaimagen. Por fin tuve la prueba de que mis presentimientos no me habíanengañado,yfuirecompensadodetodosmisesfuerzoseldíaenqueadquirílacertidumbre de que el fantasma de la ópera había sido algo más que unasombra.

Ese día, había pasado largas horas leyendo lasMemorias de un director,obra ligera del excesivamente escéptico Moncharmin, que no comprendiónada,durantesupasopor laópera,de laconducta tenebrosadel fantasma,yque se burló de él todo lo que pudo, en 'el precisomomento en que era laprimeravíctimadelacuriosaoperaciónfinancieraqueacontecíaenelinterior

Page 3: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

del«sobremágico».

Desesperado, acababa de abandonar la biblioteca cuando encontré alamable administrador de nuestra Academia Nacional que charlaba en unrellanoconunviejecillovivoypulcro,aquienmepresentóalegremente.Elseñoradministradorestabaalcorrientedemisinvestigacionesysabíaconquéimpacienciahabía intentadodescubrirelparaderodel juezde instruccióndelfamosocasoChagny,elseñorFaure.Seignorabaquéhabíasidodeél,vivoomuerto.Y he aquí que, a su vuelta del Canadá, donde había pasado quinceaños,suprimerasalidaenParíshabíasidoparasolicitarunpasedefavoralasecretaríadelaÓpera.EseviejecilloeraelseñorFaureenpersona.

PasamosjuntosbuenapartedelatardeymecontótodoelcasoChagnytalcomolohabíaentendidoélanteriormente.Sehabíavistoobligadoallegaralaconclusión,faltodepruebas,porlalocuradelvizcondeylamuerteaccidentaldelhermanomayor,peroseguíaconvencidodequeundramaterriblesehabíaproducidoacausadeChristineDaaéentrelosdoshermanos.NosupodecirmequéhabíasidodeChristinenidelvizconde.Pordescontado,cuandolehablédel fantasma, se limitó a reír. También él había estado al corriente de lascuriosasmanifestacionesqueparecíanentoncesatestiguarlaexistenciadeunser excepcional que hubiera elegido por domicilio uno de los rinconesmásmisteriososdelaópera,yhabíaconocidolahistoriadel«sobre»,peronohabíavistoentodoestonadaquemerecieralaatencióndeunmagistradoencargadodeinstruirelcasoChagny,yapenasescuchóunosinstantesladeclaracióndeuntestigo,quesehabíapresentadoespontáneamenteparaafirmarqueenunaocasiónseencontróconelfantasma.Esepersonaje—eltestigo—noeraotroqueaquelalque todoParís llamaba«elPersa»,yqueerabienconocidoportodoslosabonadosalaOpera.Eljuezlohabíatomadoporuniluminado.

Podéis imaginaros hasta qué puntome interesó historia del Persa.Quiseencontrar,siaúnhabíatiempo,aestepreciosoyoriginaltestigo.Llevadopormi buena fortuna, conseguí descubrirlo en su pequeño piso de la calle deRivoli,alquenohabíaabandonadodesdeaquellaépocaydondemoriríacincomesesdespuésdemivisita.

Al principio desconfié; pero cuando el Persa me hubo contado, con sucandordeniño,todoloquesabíapersonalmentedelfantasma,yexplicadocontoda propiedad las pruebas de su existencia, y sobre todo la extrañacorrespondencia de Christine Daaé, correspondencia que aclaraba con luzdeslumbrante suespantosodestino,yanome fueposibledudar. ¡No,no!Elfantasmanoeraunmito.

Sémuybienquesemereplicóquetodaestacorrespondenciapodíanoserauténtica,yquemuyposiblementepodíahabersidofabricadaporunhombrecuya imaginación se había alimentado ciertamente de los cuentos más

Page 4: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

seductores.Pero,porfortuna,mefueposibleencontrarmuestrasdelaletradeChristinefueradelfamosopaquetedecartasy,comoconsecuencia,desarrollarunestudiocomparativoqueesfumótodasmisdudas.

MedocumentéigualmenteacercadelPersayhepodidoapreciarqueesunhombre honrado, incapaz de inventar una maquinación que hubiera podidoconfundiralajusticia.

Tal es la opinión de las más grandes personalidades que estuvieronmezcladas de cerca o de lejos en el caso Chagny, que fueron amigos de lafamilia, y a las cuales expuse todos mis documentos y desarrollé misdeducciones. Recibí de ellos los más nobles alientos, y al respecto mepermitiréreproduciralgunaslíneasquemefuerondirigidasporelgeneralD…

Señor:

Nopuedosino incitarloapublicar los resultadosdesu investigación.MeacuerdoperfectamentedequealgunassemanasantesdeladesaparicióndelagrancantanteChristineDaaé,ydeldramaqueenlutóatodoelbarriodeSaint-Germain, se hablaba mucho, en el foyer de la danza, del fantasma; y creofirmementequenosedejódehablardeélhastadespuésdecerraresecasoqueocupótodoslosespíritus.Perosiesposible,comopiensodespuésdehaberleoído a usted, explicar el drama mediante el fantasma, le ruego, señor, quevolvamos a hablar del fantasma. Por misterioso que éste pueda parecer alprincipio, siempre será más explicable que esa historia oscura con la quegentes mal intencionadas quisieron ver destrozarse hasta la muerte a doshermanosqueseadorarontodalavida…

Conmismayoresrespetos,etcétera.

Porúltimo,conmidossierenmano,volvíarecorrerelvastodominiodelfantasma,elformidablemonumentodelquehabíahechosuimperio,ytodoloque mis ojos habían visto, todo lo que mi espíritu había descubierto,corroboraba admirablemente los documentos del Persa, cuando un hallazgomaravillosovinoacoronardeformadefinitivamistrabajos.

Como se recordará, últimamente, excavando en el subsuelo de la Operaparaenterrarallílasvocesfonografiadasdelosartistas,elpicodelosobrerospusoaldesnudouncadáver.Puesbien,¡pudedemostrarqueeraelcadáverdelFantasma de la Ópera! Hice tocar con la mano esta prueba al mismoadministrador,yahorameesindiferentequelosperiódicoscuentenquesehaencontradoallíunadelasvíctimasdelaComuna.

Los desventurados, que fueron aniquilados durante la Comuna en lossótanosde laópera,noestánenterradospor ese lado;yodirédóndepuedenencontrarsesusesqueletos,nomuylejosdelainmensacriptaenlaquehabíanacumulado, durante el asedio, todo tipo de provisiones.Me puse sobre este

Page 5: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

rastro precisamente buscando los restos del fantasma de la ópera, al quehubieraencontradodenoserpor la inauditacasualidaddelenterramientodelasvocesvivas.

Perovolveremosahablardeestecadáverydeloqueconvienevienehacerconél;ahorameinteresaterminaresteprólogo,muynecesario,agradeciendolas comparsas excesivamente modestas que, como el comisario de policíaMifroid(enotrotiempollamadoparalasprimerasinvestigacionesdespuésdeladesaparicióndeChristineDaaé, como también el antiguo secretario señorRémy, el antiguo administrador señorMercier, el antiguo profesor de cantoseñorGabriely,másespecialmente,laseñorabaronesadeCastelot-Barbezac,que fue en otro tiempo «la pequeñaMeg» (de lo que no se avergüenza), laestrellamásencantadoradenuestroadmirablecuerpodeballet,lahijamayorde la honorable señoraGiry—antigua acomodadora, ya fallecida, del palcodelfantasma—,mefuerondegranutilidad,ygraciasaloscualesvoyapoderrevivir,juntoconellector,hastaensusmínimosdetalles,estashorasdepuroamorydeespanto.

CAPÍTULOI

¿ESELFANTASMA?

Aquella noche en la que los señores Debienne y Poligny, directoresdimisionariosde laópera,daban suúltima sesióndegalaconocasiónde sumarcha,elcamerinodelaSorelli,unadelasprimerasfigurasdeladanza,seviosúbitamenteinvadidopormediadocenadedamiselasdelcuerpodebailequesubíandeescenadespuésdehaber«danzado»elPoliuto.Seprecipitaronalcamerinocongranconfusión,lasunashaciendooírrisasexcesivasypoconaturales,ylasotrasgritosdeterror.

LaSorelli, que deseaba estar sola un instante para el discurso que debíapronunciar después, en el foyer, ante los señoresDebienne yPoligny, habíavisto conmalhumor lanzarse tras ella a todo este grupo alocado. Se volvióhaciasuscompañerasyseinquietóalcomprobarunaemocióntantumultuosa.Fue la pequeña Jammes —la nariz preferida de Grévin, con sus ojos denomeolvides, susmejillasde rosa, su cuellode lirio—quien explicó en trespalabras,conunavoztemblorosaquelaangustiaahogaba:

—¡Eselfantasma!

Ycerrólapuertaconllave.ElcamerinodelaSorellieradeunaeleganciaoficialybanal.Unapsique,undiván,untocadoryunosarmariosformabanelnecesariomobiliario.Algunosgrabadosenlasparedes,recuerdosdelamadre,

Page 6: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

quehabíaconocidolosbellosdíasdelaantiguaóperadelacalleLePeletier.Retratos de Vestris, Gardel, Dupont, Bigottini. Aquel camerino parecía unpalacio a las chiquillas del cuerpo de baile, que ocupaban las habitacionescomunes donde pasaban el tiempo cantando, peleándose, pegando a lospeluqueros y a las vestidoras, y bebiendo vasitos de casis o de cerveza, oinclusoderon,hastaeltoquedecampanadelavisador.

LaSorellieramuysupersticiosa.AloírhablardelfantasmaalapequeñaJammes,seestremecióydijo:

—¡Quétontaeres!

Como era la primera en creer en los fantasmas en general y en el de laóperaenparticular,quisoserinformadainmediatamente.

—¿Lohasvisto?—preguntó.

—Comolaveoausted—replicógimiendolapequeñaJammes,quien,sinpoderaguantarsesobresuspiernas,sedejócaerenunasilla.

Deinmediato,lapequeñaGiryojosdeciruela,cabellosdetinta,tezcolorbistre,supobrepielrecubriendoapenassushuesecitos,añadió:

—Sí,esél,yesmuyfeo.

—¡Oh,sí!—exclamóelcorodebailarinas.

Ysepusieronahablar todasa lavez.El fantasmase leshabíaaparecidobajóelaspectodeunseñordefracnegroquesehabíaalzadoderepenteanteellas,enelpasillo,sinquepudierasabersededóndevenía.Suapariciónhabíasidotansúbitaquepodíacreersequesalíadelmuro.

—¡Bah!—dijounadeellasquemásomenoshabíaconservadolasangrefría—,vosotrasveisfantasmasportodaspartes.

La verdad es que, desde hacía algunosmeses, no había otro tema en laóperaqueeldelfantasmadefracnegroquesepaseabacomounasombradearriba a abajo del edificio, que no dirigía la palabra a nadie, a quien nadieosabahablaryque,además,sedesvanecíanadamásservisto,sinquepudierasabersepordóndenicómo.Nohacíaruidoalandar,comocorrespondeaunverdadero fantasma. Habían comenzado por reírse y burlarse de aquelaparecidovestidocomounhombredemundoocomounenterrador,pero laleyenda del fantasma en seguida había tomado proporciones colosales en elcuerpodebaile.Todaspretendíanhabertropezadomásomenosvecesconestesersobrenaturalyhabersidovíctimadesusmaleficios.Y lasque reíanmásfuertenoerannimuchomenoslasqueestabanmástranquilas.Cuandonosedejaba ver, señalaba su presencia o su pasó acontecimientos chistosos ofunestosde losque la supersticióncasigeneral lehacía responsable. ¿Habíaque lamentarunaccidente?¿Unacompañerahabíagastadounabromaauna

Page 7: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

de las señoritasdel cuerpodebaile?¿Unacajitadepolvos faciales sehabíaperdido?¡Todoeraculpadelfantasma,delfantasmadelaópera!

Enrealidad,¿quiénlohabíavisto?Laóperaestállenadefracsnegrosqueno son de fantasmas… Pero éste tenía una particularidad que no todos losfracstienen.Vestíaaunesqueleto.

Almenos,asílodecíanaquellasseñoritas.

Y,naturalmente,teníaunacalavera.

¿Era serió todo aquello? Lo cierto es que la imagen del esqueleto habíanacidodeladescripciónquehabíahechodelfantasmaJosephBuquet,jefedelostramoyistas,quedecíahaberlovisto.Habíachocado,nopodemosdecirque«había dado de narices», ya que el fantasma no las tenía, con elmisteriosopersonajeen laescalerillaque,cercade larampa, llevabadirectamentea los«sótanos».Había tenido tiempode contemplarlo sóloun segundo, yaque elfantasmahabíahuido,peroconservabaunrecuerdoimborrabledeesavisión.

YheaquíloqueJosephBuquetdijodelfantasmaaquienquisooírle:

«Es de una delgadez extrema y sus vestiduras negras flotan sobre unaarmazónesquelética.Susojossontanprofundosquenosedistinguenbienlaspupilasinmóviles.Enresumen,nosevenmásquedosgrandeshuecosnegroscomoenloscráneosdelosmuertos.Supiel,queestátensasobreloshuesoscomounapieldetambor,noesblancasinodesagradablementeamarilla.Tienetanpocanarizqueesinvisibledeperfil,ylaausenciadenarizesalgoterribledever.Tres o cuatro largasmechasoscuras le caen sobre la frente que, pordetrásdelasorejas,hacendecabellera».

EnvanoJosephBuquethabíaperseguidoaestaaparición.Seesfumócomoporartedemagiayélnopudoencontrarsurastro.

El jefedelos tramoyistaseraunhombreserió,ordenado,deimaginaciónlenta, y en aquel momento se encontraba sobrio. Sus palabras fueronescuchadas con estupor e interés, y en seguida hubo gente explicando quetambiénellossehabíanencontradoaunfracconunacalavera.

Laspersonas sensatasquenohicieroncasode estahistoria afirmaron, alprincipio,queJosephBuquethabíasidovíctimadelabromadealgunodesussubordinados.Perodespués,seprodujeron,unodetrásdeotro,incidentestanextraños y tan inexplicables que hasta los más incrédulos comenzaron apreocuparse.

Sabidoesqueuntenientedebomberoses,desdeluego,valiente.Notemeanada,ymenosaúnalfuego.

Pues bien, el teniente de bomberos en cuestión, que había ido a dar unavueltadevigilanciaporlossótanosysehabíaaventurado,pareceser,unpoco

Page 8: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

más lejos que de costumbre, había aparecido de repente en el escenario,pálido,asustado,tembloroso,conlosojosfueradelasórbitas,ycasisehabíadesvanecidoen losbrazosde lanoblemadrede lapequeñaJammes.¿Yporqué?Porquehabíavistoavanzarhaciaél, ¡a laalturadesumirada,perosincuerpo,aunacabezadefuego!Ylorepito,untenientedebomberosnotemealfuego.

EltenientedebomberossellamabaPapin.

Los miembros del cuerpo de baile quedaron consternados. Primero, esacabezadefuegonorespondíaenlomásmínimoaladescripcióndelfantasmaque había dado Joseph Buquet. Se interrogó a conciencia al bombero seinterrogódenuevoaljefedelostramoyistas,despuésdelocuallasseñoritasquedaronpersuadidasdeque el fantasma teníavarias cabezasque cambiabasegúnleconvenía.Naturalmente,enseguidaimaginaronquecorríanelmayordelospeligros.Desdeelmomentoenqueuntenientedebomberosnovacilabaen desmayarse, corifeos y «ratas» podían invocar infinidad de excusas paradisimularelterrorleshacíahuiratodavelocidadconsuspatitasalpasarantealgúnagujerooscurodeuncorredormaliluminado.

Hasta el extremo de que, para proteger en la medida de lo posible almonumentoentregadoatanhorriblesmaleficios,laSorellimisma,rodeadadetodaslasbailarinasyseguidainclusoporlachiquilleríadelasclasesinferioresen maillot, había colocado, al día siguiente de la historia del teniente debomberos,sobrelamesaqueseencuentraenelvestíbulodelportero,delladodel patio de la administración, una herradura de caballo que cualquiera queentraraen laOpera, siemprequeno fueraa títulodeespectador,debía tocarantesdeponerelpieenelprimerpeldañodelaescalera.Ydebíahacerlobajopena de convertirse en presa del poder oculto que se había adueñado deledificio,desdelossótanoshastaeldesván.

La herradura de caballo, como toda esta historia por lo demás, no la heinventadoyo,yhoyendíapuedeverseaúnsobrelamesadelvestíbulo,alladodelaportería,alentrarenlaOperaporelpatiodelaadministración.

Todoestonosdaconsuficienterapidezunavisióndelestadodeánimodetales señoritas, la tarde en la que entramos con ellas en el camerino de laSorelli.

—¡Eselfantasma!—habíagritadopueslapequeñaJammes.

Lainquietuddelasbailarinasnohizomásqueaumentar.Ahoraunsilencioangustioso reinaba en el camerino. No se oía más que el ruido de lasrespiraciones jadeantes.Porfin,Jammes,arrojándoseal rincónmásapartadodelapared,conlossíntomasdeunverdaderotemor,musitóestasolapalabra.

—¡Escuchad!

Page 9: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Atodaslespareció,enefecto,oírunrocedetrásdelapuerta.Ningúnruidodepasos.Eracomosiunasedaligerasedeslizaraporelpanel.Después,nada.LaSorelliintentómostrarsemenospusilánimequesuscompañeras.Seacercóalapuertaypreguntóconvoztenue:

—¿Quiénestáahí?

Peronadielerespondió.

Entonces,sintiendofijosenellatodoslosojos,queespiabanhastasusmásmínimosgestos,seobligóaparecervalienteydijoconvozmuyfuerte:

—¿Hayalguiendetrásdelapuerta?

—¡Oh,sí!¡Claroquesí!—repitióesapequeñaciruelasecadeMegGiry,queretuvoheroicamentea laSorelliporsufaldadegasa—.¡Sobre todo,noabra!¡PorDios,noabra!

Pero laSorelli, armadaconunestiletequenodejaba jamás, se atrevió agirar la llave en la cerradura y abrir la puerta, en tanto las bailarinasretrocedíanhastaeltocadoryMegGirysuspiraba:

—¡Mamá,mamá!

Valientemente, la Sorelli miraba en el corredor. Estaba desierto; unamariposadefuego,ensucárceldecristal,arrojabaunresplandorrojoyturbioentre las tinieblas, sin llegar a disiparlas.Y la bailarina volvió a cerrar conrapidezlapuerta,lanzandounprofundosuspiro.

—¡No,nohaynadie!—dijo.

—Sin embargo, ¡nosotras lo hemos visto! —afirmó de nuevo Jammesvolviendo a ocupar con pasitos asustadizos su sitio al, lado de la Sorelli—.Debe estar por algún lado, por ahí, merodeando. Yo no vuelvo a vestirme.Deberíamos bajar todas juntas al foyer, en seguida, para el «saludo», y así,volveríamosasubirjuntas.

Enestepunto, laniñasetocópiadosamenteeldeditodecoralqueestabadestinadoaconjurar lamalasuerte.Y laSorellidibujó, furtivamente,con larosadapuntadelauñadesupulgarderecho,unacruzdeSanAndréssobreelanillodemaderaquellevabaenanulardesumanoizquierda.

«LaSorelli—escribióuncélebrecronista—esunabailarinaalta,derostroserioyvoluptuoso,decinturatanflexiblecomounaramadesauce.Sedicedeellaquees“unahermosacriatura”.Suscabellos rubiosypuroscomoelorocoronanunafrentematebajolacualseengastanunosojosdeesmeralda.Sucabezasebalanceablandamentecomounajoyaenuncuellolargo,eleganteyorgulloso.Cuandobailatieneunindescriptiblemovimientodecaderasquedaa todo su cuerpo un estremecimiento de inefable languidez.Cuando levanta

Page 10: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

losbrazosparainiciarunapirueta,marcandoasítodoeldibujodelvestido,lainclinación, del cuerpo hace resaltar la cadera de esta deliciosa mujer, quepareceuncuadrocomoparasaltarselatapadelossesos».

Hablandodecerebro,parececomprobadoquelaSorellinolotuvo.Nadieseloreprochaba.

Dijoentoncesalaspequeñasbailarinas:

—Hijasmías, tenéisquereponeros…¿Elfantasma?¡Lomásprobableesquenadielohayavistonunca!

—¡Sí, sí!Nosotras lohemosvisto…Lohemosvistoantes—volvieronadecirlaschiquillas—.Llevabaunacalaveraeibavestidodefrac,igualquelatardeenqueseaparecióaJosephBuquet.

—¡YGabrieltambiénlovio!—continuóJammes—,ayermismo.Ayerporlatarde…enplenodía…

—¿Gabriel,elmaestrodecanto?

—Claroquesí.¿Nolosabíausted?

—¿Eibavestidodefracenplenodía?

—¿Quién?¿Gabriel?

—No,mujer.Elfantasma.

—Claroqueibavestidodefrac—afirmóJammes—.ElmismoGabrielmelodijo…Precisamenteporesoloreconoció.Ocurrióasí:Gabrielestabaeneldespacho del administrador. De repente se abrió la puerta. Era el Persa. YasabéishastaquépuntoelPersaes«gafe».

—¡Desde luego!—respondieron a coro las pequeñas bailarinas que, tanpronto como evocaron la imagen del Persa, hicieron los cuernos alDestinocon el índice y auricular extendidos, mientras que el medio y el anularpermanecíanplegadossobrelapalmayretenidosporelpulgar.

¡YtambiénsabéisqueGabrielessupersticioso!—continuóJammes—.Sinembargo, es siempre educado y, cuando ve al Persa, se contenta conmetertranquilamente lamanoenelbolsilloy tocarse las llaves…Puesbien, enelmomentoenquelapuertaseabrióanteelPersa,Gabrieldiounsaltodesdeelsillóndondeseencontrabahastalacerraduradelarmario,paratocarhierro.Alhacerestemovimiento,sedesgarróconunclavotodounfaldóndesuabrigo.Alapresurarseparasalir,fueadarconlafrentecontraunaperchaysehizounchichón enorme; luego, retrocediendo bruscamente, se despellejó el brazocontraelbiombo,alladodelpiano;quisoapoyarseenelpiano,perocontanmala suerte que la tapa cayó sobre susmanos y le aplastó los dedos; saliócomounlocodeldespachoy,finalmente,calculótanmalalbajarlaescalera,

Page 11: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

quesecayóycayorodandotodoslospeldañosdelprimerpiso.Precisamenteen aquel momento pasaba yo por allí con mamá. Nos precipitamos alevantarlo: estaba completamentemagullado y tenía tanta sangre en la caraque nos asustamos. Pero en seguida nos sonrió y exclamó: «¡Gracias, Diosmío,porhabermelibradodeéstaportanpoco!».EntonceslepreguntamosquéleocurríaynosexplicóqueelmotivodesutemorerahabervistoalfantasmaaespaldasdelPersa.¡Elfantasmaconlacalavera!,segúnlodescribióJosephBuquet.

Un murmullo apagado saludó el final de la historia, que Jammes contómuysofocadaporlaprecipitacióndedecirladeuntirón,tanaprisacomosilahubieraperseguidoelfantasma.Despuéshubootrosilencioqueinterrumpióamedia voz la pequeña Giry, mientras que, profundamente emocionada, laSorelliselimabalasuñas.

—JosephBuquetharíamejorcallándose—afirmólaciruela.

—¿Porquétienequecallarse?—lepreguntaron.

—Esloqueopinamamá—replicóMegenvozmuybajaymirandoasualrededorcomosituvieramiedodeserescuchadaporotrosoídosquelosquesehallabanallípresentes.

—¿Yporquédiceesotumadre?

—¡Chis!¡Mamádicequealfantasmanolegustaqueselemoleste!

—¿Yporquédiceestotumadre?

—Porque…porque…pornada.

Esta voluntaria reticencia tuvo la virtud de exasperar la curiosidad deaquellas señoritas, que se apretujaron alrededor de la pequeña Giry y lesuplicaronqueseexplicase.Seencontrabanallí,codoconcodo,inclinadasenunmismomovimientodesúplicaytemor.

Se comunicaban el miedo, sintiendo con ello un placer agudo que lashelaba.

—¡Hejuradonodecirnada!—dijodenuevoMeg,enunsuspiro.

PerolasotraslaapremiaroninsistentementeytantoprometieronguardarelsecretoqueMeg,queardíaendeseosdecontarloquesabía,comenzó,conlosojosfijosenlapuerta.

—Bueno…esporlodelpalco.

—¿Quépalco?

—¡Elpalcodelfantasma!

Page 12: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Elfantasmatieneunpalco?

Antelaideadequeelfantasmatuvieraunpalco,lasbailarinasnopudieroncontener la alegría funesta de su asombro. Lanzaron pequeños suspiros ydijeron:

—¡Oh,Diosmío!Cuenta,cuenta.

—¡Másbajo!—ordenóMeg—.Eselpalcodelprimerpiso,elnúmero5,yaloconocéis,elprimeroalladodelprosceniodelaizquierda.

—¡Noesposible!

—Talcomolodigo.Mamáeslaacomodadora…¿Peromejuráisdeverdadquenocontaréisnada?

—Sí,claro…

—Puesbien,setratadelpalcodelfantasmaNadiehaentradoenéldesdehacemásdeunmes, exceptoel fantasma, claroestá.Y sehaordenadoa laadministraciónquenoloalquilenuncaanadie…

—¿Esciertoquevaelfantasma?

—Puesclaro…

—¡Entonces,alguienvaaestepalco!

—No…Elfantasmavayallínohaynadie.

Las pequeñas bailarinas se miraron. Si el fantasma iba al palco, debíavérsele, porque llevaba un frac negro y una calavera. Es lo que le hicieroncomprenderaMeg,peroéstalesreplicó:

—Precisamente. ¡No se ve al fantasma! Y no tiene ni frac negro nicabeza…Todoloquesehacontadoacercadesucalaveraydesucabezadefuegonosonmásquetonterías…Nohaynadaqueseacierto…Sóloseleoyecuandoestáenelpalco.Mamánolohavistonunca,perolohaoído.¡Mamálosabemuybien,yaqueesellaquienledaelprograma!

LaSorellicreyósudeberintervenir:

—PequeñaGiry,teburlasdenosotras.

EntonceslapequeñaGiryseechóallorar.

—Habría hecho mejor callándome… ¡Si mamá se entera!… Puedoaseguraros que Joseph Buquet hace mal en meterse en asuntos que no leincumben…esoleacarrearáalgunadesgracia…mamálodecíaprecisamenteayerporlatarde.

En esemomento se oyeron pasos fuertes y apresurados en el corredor y

Page 13: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

unavozsofocadaquegritaba:

—¡Cécile,Cécile!¿Estásahí?

—Eslavozdemamá—dijoJammes—.¿Quépasa?

Yabrió lapuerta.Unahonorabledama,vestidacomoungranaderode laPomerania,seprecipitóenelcamerinoy,gimiendo,sedejócaerenunsillón.Susojosgiraban,enloquecidos,iluminandolúgubrementesurostrodeladrillococido.

—¡Quédesgracia!—exclamó—.¡Quédesgracia!

—¿Qué?¿Quéocurre?

—JosephBuquet…

—¿QuépasaconJosephBuquet?

—¡JosephBuquethamuerto!

El camerino se llenó de exclamaciones, de palabras de extrañeza, deconfusaspreguntasllenasdemiedo…

—Sí…,acabandeencontrarloahorcadoeneltercersótano…¡Perolomásterrible—continuó,jadeando,lapobreyhonorabledama—,lomásterribleesquelostramoyistasquehanencontradosucuerpo,pretendenqueseescuchabaalrededor del cadáver una especie de ruido que recordaba al de un cantofúnebre!

—¡Es el fantasma! —dejó escapar la pequeña Giry, pero se repusoinmediatamente llevándose los puños a la boca—: ¡No, no… no he dichonada!

Asualrededor,todaslascompañeras,aterrorizadas,repetíanenvozbaja:

—¡Seguroqueeselfantasma!

LaSorelliestabapálida.

—Nopodréhacermisaludo—dijo.

Lamadre de Jammes dio su opiniónmientras vaciaba un vasito de licorquedescansabaenunamesa:elfantasmaestabametidoenesteasunto…

LociertoesquenuncasesupomuybiencómomurióJosephBuquet.Lasumariainvestigaciónnodioningúnresultado,apartedelsuicidionatural.EnMemorias de un director, el señor Moncharmin, que era uno de los dosdirectores que sucedieron a los señores Debienne y Poligny, explica así elincidentedelahorcado:

«Un enojoso incidente vino a turbar la pequeña fiesta que los señores

Page 14: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Debienne y Poligny daban para celebrar su despedida.Me encontraba en eldespacho de la dirección cuando vi entrar de repente a Mercier, eladministrador. Estaba excitadísimo mientras me contaba que acababan dedescubrir, ahorcadoenel tercer sótanodel escenario, entreunportanteyundecorado de El rey de Lahore, al cuerpo de un tramoyista. Yo exclamé:“¡Vamos a descolgarlo!”. ¡En el tiempo que tardé en bajar corriendo laescalerayhacerdescenderlaescaladelportante,lacuerdadelahorcadohabíadesaparecido!».

HeaquíunacontecimientoqueelseñorMoncharminencuentranatural.Seencuentraaunhombrecolgadodeunacuerda,selevaadescolgarylacuerdaseesfuma.¡Oh!ElseñorMoncharminencontróunaexplicaciónmuysimple.Escuchémosla: «Era la hora de la danza y los corifeos y las “ratas” habíantomadoconprestezaprecaucionescontraelmaldeojo».Punto,esoes todo.Os imagináis a los miembros del ballet bajando la escala del portante yrepartiéndoselacuerdadelahorcadoenmenostiempoquesetardaendecirlo.Esonoesserio.Porelcontrario,cuandopiensoenellugarexactodondefueencontradoelcuerpo,eneltercersótanodelescenario,imaginoqueenalgunaparte alguien tenía interés en que la cuerda desapareciera una vez hecho eltrabajo,yveremosmástardequehacíabienensuponerloasí.

La siniestra nueva se había difundido en seguida de arriba a abajo de laópera,enlaqueJosephBuqueteramuyquerido.Lospalcossevaciaronylaspequeñas bailarinas, agrupadas alrededor de la Sorelli como corderosasustados alrededor del pastor, tomaron el camino del foyer a través de loscorredoresydelasescalerasmalalumbradas,trotandoatodalavelocidadquelespermitíansuspiernecitasrosas.

CAPÍTULOII

LANUEVAMARGARITA

Enelprimerrellano,laSorellisetopóconelcondedeChagny,quesubía.Elconde,porlogeneralmuytranquilo,mostrabaunagranexcitación.

—Iba a buscarla—dijo el conde saludando a la joven con galantería—.¡Ah,Sorelli!¡Quéhermosavelada!¡YquétriunfoeldeChristineDaaé!

—¡No es posible!—protestó Meg Giry—. ¡Si hace seis meses cantabacomoun loro!Perodéjenospasar,mi querido conde—dijo la chiquilla conunareverenciarevoltosa—,vamosenbuscadenoticiasdeunpobrehombrealquehanahorcado.

En aquelmomentopasabamuy excitado el administrador, que se detuvo

Page 15: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

bruscamentealoírlaconversación.

—¡Cómo!¿Yalosabenustedes,señoritas?—dijocontonobastanterudo—.Puesbien,nohabléisdeello…ysobre todoquelosseñoresDebienneyPolignynoseenteren.Lescausaríademasiadotrastornoensuúltimodía.

Todoelmundoseencaminóhaciaelfoyerdeladanza,queseencontrabayainvadido.

ElcondedeChagnyteníarazón:nohubojamásgalacomparableaaquélla;los privilegiados que asistieron hablan aún a sus hijos y nietos conemocionado recuerdo. Pensad que Gounod, Reyer, Saint-Saens, Massenet,Guiraud y Delibes subieron por turno al atril del director de la orquesta ydirigieron ellos mismos la ejecución de sus obras. Tuvieron, entre otrosintérpretes, a Faure y la Krauss, y es en esta velada cuando se reveló alestupefacto y embriagado público de París el arte de Christine Daaé, cuyomisteriosodestinoquierodaraconocerenestaobra.

Gounod había dirigido La marche fúnebre de una marioneta; Reyer, subella obertura de Sigurd; Saint-Saens, la Danza macabra y una Ensoñaciónoriental;Massenet,unaMarchahúngarainédita;Giraud,suCarnaval;Delibes,el vals lento de Sylvia y los pizzicati de Copelia. Las señoritas Krauss yDenise Bloch habían cantado, la primera, el bolero Vísperas sicilianas; lasegunda,elbrindisdeLucreciaBorgia.

PeroeltriunfomayorrecayóenChristineDaaé,quehabíacomenzadoconalgunos pasajes deRomeoy Julieta.Era la primera vez que la joven artistacantabaestaobradeGounodque,además,aúnnosehabíallevadoalaóperayque la ópera Cómica acababa de reponer mucho después de haber sidoestrenada en el antiguoTeatroLírico por la señoraCarvalho. ¡Ah!Hay quecompadeceraaquellosquenooyeronaChristineDaaéenelpapeldeJulieta,quenoconocieronsugraciaingenua,quenoseestremecieronconlosacentosdesuvozseráfica,quenosintieronvolarsusalmasjuntoalasuyasobrelastumbasdelosamantesdeVerona:«¡Señor!¡Señor!¡Señor!¡Perdónanos!».

Puesbien,todoestonofuenadaalladodelosacentossobrehumanosquedejó oír en el acto de la prisión y en el trío, final de Fausto, que cantó ensustitucióndelaCarlottaquesehallabaindispuesta.¡Jamássehabíaoídonivistoaquello!

Era«unaMargaritanueva»loquelaDaaéinterpretaba,unaMargaritadeunesplendor,deunfulgoraúninsospechados.

Lasalaenterahabíaestalladoenmilesdeclamoresdeinenarrableemocióndirigidos a una Christine que sollozaba y desfallecía en los brazos de suscompañeros. Hubo que llevarla a su camerino. Parecía haber entregado sualma.ElgrancríticoP.DeSt.-V fijó el inolvidable recuerdodeesteminuto

Page 16: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

maravilloso en una crónica a la que tituló con justicia La nuevaMargarita.Comogranartistaqueera,elcríticosimplementeponíaaldescubiertoqueestabella y dulce niña había aportado aquella tarde algo más que su arte: sucorazón. Ninguno de los amigos de la ópera ignoraba que el corazón deChristine permanecía tan puro como era a los quince años, y P de St.-Vdeclaraba que «para comprender lo que acababa de suceder con Daaé, ¡eranecesario imaginar que se había enamorado por primera vez!Quizá soy unpocoindiscreto—añadía—,perosóloelamorescapazderealizarunmilagrotal, una transformación tan fulgurante. Cuando oímos, hace dos años, aChristineDaaéenel recitaldelConservatorio,nosdiograndesesperanzas…¿Perodedóndeproviene la sublime actuacióndehoy? ¡Si nodesciendedelcielo en alas del amor, tendré que pensar que asciende del infierno y queChristine, comoelmaestro cantorOfterdingen, hizounpacto con el diablo!QuiennohayaoídocantaraChristineDaaéeltríofinaldeFaustonoconoceFausto. ¡No podría superarse esta exaltación de la voz y esta sagradaembriaguezdeunalmapura!».

Sin embargo, algunos abonados protestaban. ¿Cómo podía habérselesocultado tanto tiempo semejante tesoro? Christine Daaé había sido hastaentonces un Siebel aceptable al lado de esa Margarita demasiadoespléndidamente material que era la Carlotta. ¡Y había sido necesaria laausenciaincomprensibleeinexplicabledelaCarlotta,enestaveladadegala,paraqueapiefirmelapequeñaDaaépudieradarmuestradeloqueeracapaz,enunapartedelprogramareservadaaladivaespañola!¿Yporqué,privadosde Carlotta, los señores Debienne y Poligny se habían dirigido a la Daaé?¿Conocían acaso su genio oculto?Y si lo conocían, ¿por qué lo escondían?¿Por qué, ella también, lo ocultaba? Cosa rara, no se le conocía en laactualidadningúnprofesor.Yhabía declarado envanas ocasiones que en losucesivo trabajaría completamente sola. Todo lo cual resultaba muyinexplicable.

El conde de Chagny había asistido, de pie en su palco, a este delirio yhabíacompartidolosestruendososbravos.

ElcondedeChagny(Philippe-Georges-Marie)teníaentoncesexactamentecuarentayunaños.Eraungranseñoryunhombreatractivo.Detallamásquemediana, de rostro agradable a pesar de la frente dura y unos ojos un pocofríos,eradeunaeducaciónrefinadaconlasmujeresyunpocoaltaneroconloshombres, que no siempre le perdonaban sus éxitos mundanos. Tenía uncorazón excelenteyuna concienciahonrada.Tras lamuertedel viejo condePhilibert, se había convertido en jefe de una de las más ilustres y antiguasfamilias de Francia, cuyos títulos de nobleza se remontaban a Luis elTestarudo.LafortunadelosChagnyeraconsiderabley,cuandoelviejoconde,que era viudo, murió, no fue tarea fácil para Philippe administrar un

Page 17: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

patrimonio tanenorme.Susdoshermanasy suhermanoRaoulnoquisieronsabernadadelaherenciayniquisieronoírhablardereparto,encargandodetodo a Philippe, como si el derecho de primogenitura no hubiera dejado deexistir. Cuando se casaron las dos hermanas—elmismo día—, tomaron suparte demanos del hermano, no como algo que les perteneciera, sino comounadote,porlaqueleexpresaronsureconocimiento.

La condesa de Chagny—de solteraMoerogis de laMartyniére— habíamuerto al dar a luz a Raoul, nacido veinte años después que su hermanomayor.Cuandoelviejocondemurió,Raoulteníadoceaños.Philippeseocupóactivamentede la educacióndel niño.Fue auxiliado en esta labor, de formaadmirable, por sus hermanas primero y luego por una anciana tía, viuda demarino, que vivía enBrest, y que inició al jovenRaoul en el gusto por lascosas de la mar. El joven entró en la tripulación del Borda, salió entre losprimeros números y realizó tranquilamente su vuelta al mundo. Gracias apoderosas influencias, acababa de ser designado para formar parte de laexpedición oficial del Réquin, que tenía la misión de buscar en los hielospolaresalossupervivientesdelaexpedicióndelArtois,delquenoseteníannoticiasdesdehacíatresaños.Mientrastanto,disfrutabadeunlargopermisodeseismeses,ylasviudasricasdelnoblebarrio,viendoaestehermosojoven,que parecía tan frágil, le compadecían ya de los rudos trabajos que leesperaban.

La timidez de estemarino, casi estoy tentado de decir su inocencia, eranotable.Parecíahabersalidoeldíaanteriordelasfaldasdesushermanas.Dehecho, mimado por ellas y por su anciana tía, había conservado de estaeducación puramente femenina unos modales casi cándidos, huellas de unencanto que hasta entonces nada había podido empañar. En esa época teníapocomásdeveintiúnañosyaparentabadieciocho.Llevabaunbigotitorubio,teníalosojosazulesyunatezdeniña.

PhilippeconsentíamuchoaRaoul.Enprincipio, se sentíamuyorgullosode él y preveía congozouna carrera gloriosa para su hermanomenor en lamismamarinadondeunodesusantepasados,elfamosoChagnydelaRoche,había ostentado el rango de almirante. Aprovechaba los permisos del jovenpara enseñarle París, al que éste casi desconocía en todo lo que esa ciudadpuedeofrecerdealegríalujosayplacerartístico.

ElcondeconsiderabaquealaedaddeRaoulunaexcesivaprudencianoesmuy recomendable. Philippe tenía un carácter muy bien equilibrado,ponderado tanto en sus trabajos como en sus placeres, siempre demodalesperfectos,yeraincapazdedarasuhermanounmalejemplo.Lollevóconélatodaspartes.Ledioaconocerinclusoelfoyerdeladanza.Sédesobraquesedecíaqueelcondetenía«buenísimasrelaciones»conlaSorelli.Pero,¿acasopodíaconsiderarseuncrimenqueunjoven,quesehabíamantenidosolteroy

Page 18: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

que por lo tanto disponía de mucho tiempo, especialmente desde que sushermanas se habían establecido, viniera a pasar una o dos horas después decenarencompañíadeunabailarinaque,evidentemente,noeraexcesivamenteespiritual,peroquetenía losojosmásbellosdelmundo?Además,haysitiosdondeunverdaderoparisino,cuandoposeeeltítulodecondedeChagny,debehacersever,yenestaépoca,elfoyerdeladanzadelaóperaeraunodeestossitios.

Además,quizáPhilippenohubierallevadoasuhermanoalosbastidoresde la Academia Nacional de música si éste no hubiera sido el primero enpedírselo en varias ocasiones, con una dulce obstinación de la que el condedebíaacordarsemástarde.

Philippe, después de haber aplaudido aquella noche a la Daaé, se habíavueltohaciaRaoulylohabíavistotanpálidoquesehabíaasustado.

—¿Noveustedqueestamujerseencuentramal?—habíadichoRaoul.

Enefecto,enelescenariotuvieronquesosteneraChristineDaaé.

—Eres tú el que va a desmayarse…—dijo el conde inclinándose haciaRaoul—.¿Quétepasa?

PeroRaoulyasehabíapuestoenpie.

—Vamos—dijoconvoztemblorosa.

—¿Adóndequieresir,Raoul?—preguntóelconde,asombradodelestadoenqueseencontrabasuhermanomenor.

—¡Vayamosaverquépasa!¡Eslaprimeravezquecantaasí!

El conde observó con curiosidad a su hermano y una ligera sonrisa sedibujóenlacomisuradesuslabios.

—¡Bah!—yañadióenseguida—:¡Vamos,vamos!

Parecíaestarencantado.

En seguida se encontraron en la entrada de los abonados, que estabaabarrotada.Alaesperadepoderentrarenelescenario,Raouldesgarrabasusguantesconungestoinconsciente.Philippe,queeracomprensivo,noseburlódesuimpaciencia.Peroyaestabaresignado.AhorasabíaporquéRaoulestabadistraído cuando le hablaba y también por qué parecía sentir un vivo placerencauzandotodaslasconversacioneshacialaOpera.

Penetraronenelescenario.

Unamasadefracssedirigíaapresuradamentehaciaelfoyerdeladanzaohacia loscamerinosde losartistas.A losgritosde tramoyistassemezclabanlasalocucionesvehementesdelosjefesdeservicio.Losfigurantesdelúltimo

Page 19: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

cuadro que abandonan el escenario, los «viejos verdes» que empujan, unbastidorquepasa,undecoradoquebajadeltelar,unpracticablequesujetanamartillazos, el eterno «sitio del teatro» que resuena en los oídos como laamenazadealgunacatástrofenuevaparavuestrachisteraodeunasólidacargacontravuestros riñones: tal es el acontecimientohabitualde losentreactosyquenuncadejadeturbaraunnovatocomoeljovendelbigotitorubio,deojosazulesytezdeniñaqueatravesaba,todolorápidoquelaaglomeraciónselopermitía,elescenarioenelqueChristineDaaéacababade triunfarybajoelqueJosephBuquetacababademorir.

Laconfusiónnohabíasidonuncatancompletacomoenestanoche,peroRaoulnohabía sidonuncamenos tímido.Apartaba conelhombrovigorosotodos los obstáculos, sin ocuparse de lo que se decía a su alrededor, sinintentar atender a las palabras asustadas de los tramoyistas. Tan sólo lepreocupabaeldeseodeveraaquéllacuyavozmágica lehabíaarrancadoelcorazón. Sí, sentía claramente que su pobre corazón aún nuevo ya no lepertenecía.HabíaintentadodefenderlodesdeeldíaenqueChristine,alaqueconocía de pequeña, había reaparecido ante él. Sintió en su presencia unaemociónmuydulcea laquequisorechazarmediante la reflexión,yaquesehabíahechoeljuramento,tantosérespetabaasímismoyasufe,dequenoamaríamásquealaquefuerasumujer,yniporunmomentopodíaimaginaren casarse con una cantante. Pero he aquí que a la dulce emoción habíaseguido una sensación atroz. ¿Sensación? ¿Sentimiento? Había en ello algofísico y algo moral. El pecho le dolía como si se lo hubieran abierto paraarrancarleelcorazón.¡Sentíaallíunhuecohorrible,unvacíorealquejamáspodríaserrellenadomásqueporelcorazóndeella!Estossonacontecimientosdeunapsicologíaparticularque,pareceser,nopuedensercomprendidosmásqueporlosquehansidoheridos,enelamor,porungolpeextraño,llamadoenellenguajecomún,«unflechazo».

ElcondePhilippeteníadificultadenseguirlo.Ycontinuabasonriendo.

Alfondodelescenario,pasadalapuertadoblequeseabrealosescalonesqueconducenalfoyeryalosqueconducenalospalcosdelaizquierdadelaplanta baja, Raoul hubo de detenerse ante la pequeña tropa de «ratas» que,recién bajadas de su granero, obstruían el pasillo por el que pretendíaintroducirse. Más de un comentario burlón fue pronunciado por pequeñoslabios pintados, a los que él no respondió. Por fin consiguió pasar y sesumergió en la oscuridad de un corredor invadido por el estruendo de lasexclamacionesqueproferíanlosadmiradoresentusiastas.Unnombreahogabatodoslosrumores:¡Daaé,Daaé!Elconde,detrásdeRaoul,sedecía:«Elmuybribónsabeelcamino»,ysepreguntabacómolohabíaaprendido.Élnuncalohabía llevado al camerino deChristine.Había que suponer por lo tanto queéstehabíaidosolomientraselcondesequedabacharlandoenelfoyerconla

Page 20: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Sorelli,yaqueamenudoella le rogabaquepermanecieraa su ladohastaelmomentodesaliraescena,yquienavecesteníalamaníatiránicadedejarlealcuidadodelaspequeñaspolainasconquebajabadesucamerinoyconlasquegarantizabael lustredesuszapatillasde rasoy la limpiezadelmaillotcolorcarne.LaSorelliteníaunaexcusa:habíaperdidoasumadre.

Elconde, retrasando lavisitaquedebíahacera laSorelli, seguíapues lagaleríaqueconducíaalcamerinodelaDaaéycomprobabaqueaquelcorredornuncahabíasidotanfrecuentadocomoaquellanocheenlaquetodoelteatroparecía trastornado por el éxito de la artista, y también por sudesvanecimiento.Pues lahermosaniñaaúnnosehabía recuperadoyhabíanidoabuscaralmédicodelteatro,quellegóentretantoempujandoalosgruposdegenteyseguidoporRaoul,quelepisabalostalones.

Deestemodo,elmédicoyelenamoradoseencontraronalmismotiempoalladodeChristine,querecibiódelunolosprimeroscuidadosyabriólosojosenbrazosdelotro.Elcondesehabíaquedado,conotrosmuchos,enelumbraldelapuerta,antelacualseahogaba.

—¿No cree, doctor, que estos señores deberían «desalojar» el camerino?—preguntóRaoulconaudaciaincreíble—.Nosepuederespiraraquídentro.

—Tiene usted toda la razón —afirmó el doctor, y despachó a todos,excepciónhechadeRaoulydeladoncella.

EstacontemplabaaRaoulcon losojosagrandadosporelmássincerodelosasombros.Jamáslohabíavisto.

Sinembargo,noseatrevióainterrogarlo.

Yeldoctorpensóque si el jovenactuabaasí era, evidentemente,porquetenía derecho a hacerlo. De tal forma que el vizconde permaneció en elcamerino presenciando cómo la Daaé volvía a la vida, mientras los dosdirectores, Debienne y Poligny, que habían acudido para expresar suadmiraciónasupupila,seveíanrechazadosalpasillo,consustrajesoscuros.ElcondedeChagny,echadoalcorredorcomolosdemás,sereíaacarcajadas.

—¡Ah,elmuybribón!¡Elmuybribón!

Yañadíaparasí:«Paraquetefíesdeesosjovenzuelosqueadoptanairesdeniñitas».

Estabaradiante.

—EsunChagny—concluyó,yseencaminóalcamerinodelaSorelli;peroéstabajabahaciaelfoyerconsupequeñorebañoquetemblabademiedo,yelcondelaencontróenelcamino,comoyasehadicho.

Enelcamerino,ChristineDaaéhabíadejadoescaparunprofundosuspiro

Page 21: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

alcual respondióungemido.Volvió lacabeza,vioaRaouly seestremeció.Miróaldoctor,alquesonrió,despuésasucriadayporúltimoaRaoul.

—¡Señor!—preguntóaesteúltimoconunavozqueeratansólounsuspiro—.¿Quiénesusted?

—Señorita—respondióeljoven,altiempoquesearrodillabaydepositabaun ardiente beso en la mano de la diva—, señorita, soy el niño que fue arecogersuchaldelmar.

Christinevolvióamiraraldoctorya ladoncella,y los tresseecharonareír.Raoulselevantómuysonrojado.

—Señorita, ya que le place no reconocerme, quisiera decirle algo enprivado,algomuyimportante.

—Cuandome encuentremejor, ¿no le parece bien, señor?…—y su voztemblaba—.Esustedmuyamable…

—Peroesnecesarioquesevaya…—añadióeldoctorconsumejorsonrisa—.Déjemeustedatenderalaseñorita.

—¡Noestoyenferma!—exclamóChristinederepenteconunaenergíatanextrañacomoinesperada.

Yselevantó,pasándoseunamanoporlospárpadoscongestorápido.

—¡Seloagradezcomucho,doctor!…Necesitoestarsola…Váyansetodos,porfavor…,déjenme…Estoymuynerviosaestanoche…

Elmédicoquisooponeralgunosargumentos,peroante laagitaciónde lajovenestimóqueelmejorremedioparasuestadoeranocontradecirla.YsaliójuntoconRaoul,quienseencontróenelpasillocompletamentedesamparado.Eldoctorledijo:

—Nolareconozcoestanoche…normalmenteestandulce…

Ylodejóallí.

Raoul le quedó solo. Toda aquella parte del teatro se encontraba ahoradesierta.Laceremoniadedespedidadebíahaberempezadoenel foyerde laópera.RaoulpensóquequizálaDaaéiríayesperósumidoenlasoledadyelsilencio. Inclusoseescondióen lasombrapropiciadelquiciodeunapuerta.Seguía teniendo aquel horrible dolor en el corazón.Y era de eso de lo quequeríahablarlealaDaaésindemora.Derepente,elcamerinoseabrióyvioalacriadaquesalíacompletamentesola,llevandounospaquetes.Seinterpusoen su camino y le pidió noticias de su ama. Ella le contestó riendo que seencontrababien,peroquenodebíamolestarlapuestoquequeríaestarsola.Yseescapó.UnaideaatravesóelcerebroabrasadodeRaoul.¡Evidentemente,laDaaé quería estar sola para él…! ¿Acaso no le había dicho que quería

Page 22: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

conversar en privado? Esta era la razón por la que había despedido a losdemás.Respirandocondificultad,seacercóalcamerinoy,conlaorejapegadaalapuertaparaescucharloqueibanacontestarle,sedispusoallamar.Perosumanosedetuvo.Acababadepercibir,enelcamerino,unavozdehombrequedecíaconentonaciónparticularmenteautoritaria:

—¡Christine,esprecisoquemeames!

Y la voz de Christine, dolorida, que se adivinaba entrecortada por laslágrimas,unavoztemblorosa,respondía:

—¿Cómopuededecirmeesto?¡Amí,quenocantomásqueparausted!

Raoulseapoyóenunpanel,talfuesusufrimiento.Elcorazón,alquecreíahaberperdidoparasiempre,habíavueltoasupechoylatíaconestruendo.Elcorredor entero retumbaba y los oídos de Raoul estaban como aturdidos.Seguramente, si su corazón seguíahaciendo tanto ruido, ibanaoírlo, ibanaabrirlapuertayeljovenseríavergonzosamenteexpulsado.¡QuépapelparaunChagny! ¡Escuchar detrás de una puerta! Se apretó el corazón con ambasmanos para hacerlo callar. Pero un corazón no es el hocico de un perro e,inclusosujetándoloelmorroaunperroqueladrasinparar,siempreseleoyegruñir.

Lavozdelhombreprosiguió:

—Debesestarmuycansada.

—Oh!Estanocheleheentregadomialmayestoymuerta.

—Tualmaesextraordinariamentebella,hijamía—siguiódiciendolavozgravedelhombre—,yte loagradezco.Nohuboemperadorquerecibieraunregalocomoéste.¡Estanochehanlloradolosángeles!

Despuésdeestaspalabras,estanochehanlloradolosángeles,elcondeyanooyómás.

Sin embargo, no se fue. Como temía ser sorprendido, se ocultó en unrincónsombríodecididoaesperaraqueelhombreabandonaseelcamerino.En unmismo instante acababa de conocer el amor y el odio. Sabía a quiénamaba. Quería saber a quién odiaba. Ante su gran estupor de su parte, lapuertaseabrióyChristineDaaé,envueltaenpielesyescondidoelrostrobajoun encaje, salió sola.Cerró la puerta, peroRaoulobservóqueno la cerrabaconllave.Pasóanteél,quiennisiquieralasiguióconlosojospuestoquelostenía fijos en la puerta, que no se volvía a abrir. Entonces, al ver que elcorredorestabadenuevodesierto,locruzó.Abriólapuertadelcamerinoylacerró inmediatamente detrás de él. Se encontraba en la más absolutaoscuridad.Habíanapagadoelgas.

—¿Hay alguien aquí? —dijo Raoul con voz vibrante—. ¿Por qué se

Page 23: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

esconde?

Yaldeciresto,seguíaapoyadoenlapuertacerrada.

Oscuridad y silencio. Raoul no oía más que el ruido de su propiarespiración. Seguramente no se daba cuenta de que la indiscreción de suconductasobrepasabatodoloimaginable.

—¡Sólosaldráusteddeaquícuandoyolopermita!—exclamóeljoven—.¡Sinomecontesta,esusteduncobarde!¡Peroyosabrédarconusted!

Yencendióunacerilla.La llama iluminóel lugar. ¡Nohabíanadie en elcamerino! Raoul, después de cerrar cuidadosamente la puerta con llave,encendiólosglobosylaslámparas.Penetróeneltocador,abriólosarmarios,buscó,tanteóconsusmanoshúmedaslasparedes.¡Nada!

—¡Ah!¿Esquemeestoyvolviendoloco?—dijoenvozalta.

Permanecióasídiezminutosescuchandoelsilbidodelgasenmediodelapazdelcamerinoabandonado:enamoradocomoestaba,nisiquierapensóenllevarse una cinta que le hubiera reconfortado con el perfume de su amada.Salió sin saber qué hacía ni adónde iba. En unmomento de su incoherentedeambular, un aire frío le golpeó en la cara. Se encontraba al final de unaestrecha escalera por la que bajaba detrás de él un cortejo de obrerosinclinadossobreunaespeciedecamillaquerecubríaunpañoblanco.

—¿Lasalida,porfavor?—preguntóaunodeellos.

—¡La está viendo! Delante de usted—le contestaron—. La puerta estáabierta,perodéjenospasar.

Preguntómaquinalmente,señalandolacamilla.

—¿Quéeseso?

Elobrerorespondió:

—Esto es JosephBuquet, al que se ha encontrado ahorcado en el tercersótano,entreunbastidoryundecoradodeElreydeLabore.

Sehizoaunladoanteelcortejo,saludóysalió.

CAPÍTULOIII

DONDE,PORPRIMERAVEZ,LOSSEÑORESDEBIENNEYPOLIGNYDANENSECRETOALOSNUEVOSDIRECTORESDELA

ÓPERA,LOSSEÑORESARMANDMONCHARMINYFIRMINRICHARD,LAVERDADERAYMISTERIOSARAZÓNDESU

MARCHADELAACADEMIANACIONALDEMÚSICA

Page 24: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Mientrastantoproseguíalaceremoniadeladespedida.

Yahedichoanteriormentequeestamagníficafiestasedaba,conocasiónde sumarcha de la ópera, en honor a los señoresDebienne y Poligny, quehabíanqueridomorir,comodecimoshoy,alogrande.

Habíansidoayudadosen la realizacióndeesteprograma idealy fúnebrepor todos aquellos que, por aquel entonces, desempeñaban un papel en lasociedadylasartesdeParís.

Todaestagentesehabía reunidoenel foyerde laóperadonde laSorelliesperaba,conunacopadechampánenlamanoyunbrevediscursopreparadoenlapuntadelalengua,alosdirectoresdimisionarios.Trasella,susjóvenesyviejas compañeras del cuerpo de ballet se apretujaban, conversando en vozbaja de los acontecimientos del día, y otras haciendo discretas señales decomplicidad a sus amigos que en tropel parlanchín rodeabanya el bufé quehabíasidolevantadosobreelsueloenpendiente,entreladanzaguerrerayladanzacampestredelseñorBoulenger.

Algunasbailarinassehabíanvestidoyaconsusropasdecalle;lamayoríallevaba aún sus faldas de gasa ligera; pero todas habían creído su deberadoptaruntonodecircunstancia.TansólolapequeñaJammes,cuyasquinceprimaverasparecíanhaberolvidado,ensudespreocupación—felizedad—alfantasmaylamuertedeJosephBuquet,nocesabadecacarear,decuchichear,de saltar, de hacer diabluras, hasta el punto de que, al aparecer los señoresDebienneyPolignyen lasescalinatasdel salón, fue severamente llamadaalordenporlaSorelli,queestabaimpaciente.

Todo el mundo comprobó que los directores dimisionarios parecíanalegres,loqueenprovinciasnohubieraparecidonaturalanadie,peroqueenParísseconsideródemuybuengusto.Aquelquenohayaaprendidoaocultarsu tristeza bajo una máscara de alegría y a simular algo de tristeza,aburrimientooindiferenciaantesuíntimaalegría,noseránuncaunparisino.Sisabéisqueunodevuestrosamigosestápreocupado,nointentéisconsolarle;os dirá que ya lo está. Pero, sí le ha sucedido algo agradable, guardaos defelicitarleporello;encuentratannaturalsubuenasuertequeseextrañaríadequesehabledeella.EnParíssevivesiempreenunbailedemáscaras,ynoesenel foyerde laOpera,dondepersonajes tan«enterados»como los señoresDebienneyPolignyhubierancometidoelerrordemostrarsutristeza,queerareal. Comenzaban ya a sonreír a la Sorelli, que empezaba a despachar sudiscurso de compromiso, cuando una exclamación de aquella loquilla deJammesvinoa truncar la sonrisade los señoresdirectoresdeuna forma tanbrutal que la expresióndedesolaciónyde espantoque se escondía en ellosaparecióantelosojosdetodos:

Page 25: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Elfantasmadelaópera!

Jammeshabíasoltadoestafraseconuntonodeindecibleterrorysudedoseñalabaentrelamuchedumbredefracsaunrostrotanpálido,tanlúgubreytan espantoso, con los tres agujeros negros de los arcos superficiales tanprofundos, que aquella calavera así señalada obtuvo de inmediato un éxitoloco.

—¡ElfantasmadelaOpera!¡ElfantasmadelaOpera!

La gente reía, se empujaba y quería ofrecer de beber al fantasma de laÓpera; ¡perohabíadesaparecido!Sehabíadeslizadoentre losasistentesy lobuscaron en vano, mientras dos ancianos señores intentaban calmar a lapequeñaJammesylapequeñaGirylanzabagritosdepavoreal.

La Sorelli estaba furiosa: no había podido terminar su discurso. LosseñoresDebienneyPolignylahabíanabrazado,agradecidoyhabíanescapadotanaprisacomoelmismofantasma.Nadieseextrañó,puestoquesesabíaquedebían asistir a una ceremonia similar en el piso superior, en el foyer delcanto,yquefinalmentesusamigosíntimosseríanrecibidosporúltimavezenelgranvestíbulodeldespachodedirección,endondelesaguardabaunacena.

Aquí esdondevolvemosa encontrarlos, junto con losnuevosdirectores,los señores Armand Moncharmin y Firmin Richard. Los primeros apenasconocíanalossegundos,perosepresentaroncongrandesdemostracionesdeamistad, y éstos les respondieron con mil cumplidos. De tal manera queaquellosinvitadosquehabíantemidounaveladamásaburridasemostraronenseguidamuy risueños.Lacena fuecasi alegrey, llegadoelmomentode losbrindis, el señor comisario del gobierno fue tan extraordinariamente hábil,mezclando la gloria del pasado con los éxitos del futuro, que la mayorcordialidad reinó en seguida entre los convidados. La transmisión de lospoderes dedirección se habían efectuado la víspera de la formamás simpleposible, y los asuntosquequedabanpor arreglar entre la antiguay lanuevadirección habían sido solucionados bajo la presidencia del comisario delgobiernocon taldeseodeentendimientoporambaspartesque realmentenopodía resultar extraño, en esta veladamemorable, encontrar cuatro caras dedirectorestansonrientes.

Los señores Debienne y Poligny habían entregado ya las dos llavesminúsculas, las llavesmaestras que franqueaban lasmúltiples puertas de laAcademia Nacional de Música —varios miles de puertas—, a los señoresArmandMoncharminyFirminRichard.Lasllavecitas,objetodelacuriosidadgeneral, pasaban con presteza de mano en mano, cuando la atención dealgunosfueatraídaaldescubrirdepronto,enelextremodelamesa,aquellaextraña,pálidaycadavéricafiguradeojoshundidosqueyahabíaaparecidoenelfoyerdeladanzayquehabíasidointerpeladaporlapequeñaJammescomo

Page 26: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

«¡Elfantasmadelaópera!».

Se encontraba allí como elmás normal de los convidados, salvo que nocomíanibebía.

Losquehabíancomenzadoamirarlosonriendo,habíanacabadoporvolverlacabeza,hastatalpuntolavisióndeaquelindividuollenabainmediatamenteel espíritu de los pensamientos más fúnebres. Ninguno volvió a hacer lasbromasdelfoyer,ningunogritó:«¡Elfantasmadelaópera!».

Él no había pronunciado una sola palabra y ni sus mismos vecinoshubieranpodidodecirelmomentoprecisoenquehabíavenidoasentarseallí,perocadaunopensóquelosmuertos,quevienenavecesasentarsealamesade los vivos, no podían tener un aspecto más macabro. Los amigos de losseñores Firmin Richard y Armand Moncharmin creyeron que este invitadodescarnadoerauníntimodelosseñoresDebienneyPoligny,mientrasquelosamigos de Debienne y Poligny pensaron que aquel cadáver pertenecía a laclientela de los señores Richard y Moncharmin. De tal modo que ningúnrequerimiento de explicación, ninguna reflexión desagradable, ningúncomentario de mal gusto amenazó ofender a aquel huésped de ultratumba.Algunosinvitados,queestabanalcorrientedelaleyendadelfantasmayqueconocíanladescripciónquehabíadadoeljefedelostramoyistas—ignorabanlamuertedeJosephBuquet—,creíanenelfondoqueelhombrequeestabaenelextremodelamesahabríapodidopasarperfectamentepor lavivaimagendelpersonajecreado,segúnellos,porlaincorregiblesupersticióndelpersonalde laOpera.Sin embargo, según la leyenda, el fantasma carecía de nariz, yestepersonajelatenía;peroelseñorMoncharminafirmaensusMemoriasquelanarizdel convidadoera transparente.«Sunariz—dice—era larga, finaytransparente»,yyoañadiríaquepodía tratarsedeunanarizpostiza.ElseñorMoncharminpudotomarportransparencialoquenoeramásquebrillo.Todoelmundo sabeque la ciencia fabrica falsas admirablesnaricespostizasparaaquellos que se han visto privados de ella por la naturaleza o por algunaoperación.¿Habríavenido,dehecho,elfantasmaasentarseaquellanocheenelbanquetedelosdirectoressinhabersidoinvitado?¿Podemosasegurarqueestapresenciaera ladel fantasmade laÓperamismo?¿Quiénseatreveríaadecirlo? Si hablo aquí de este incidente, no es porque pretenda ni por unsegundo hacer creer o intentar hacer creer al lector que el fantasma hubierasidocapazdeaudaciatansoberbia,sinoporque,endefinitiva,lacosaesmuyposible.

Y esta es, al parecer, razón suficiente. El señor Armand Moncharmin,siempreensusMemorias,dicetextualmente:CapituloXI:«Cuandopiensoenaquella primera velada, me es imposible deslindar la confidencia que noshicieronlosseñoresDebienneyPolignyensudespachodelapresenciaenlacenadeaquelfantasmáticopersonajealqueningunodenosotrosconocía».

Page 27: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Estoesloquepasóexactamente:

Los señores Debienne y Poligny, situados en el centro de la mesa, nohabíanvistoaúnalhombredelacalavera,cuandoderepenteéstecomenzóahablar.

—Las «ratas» tienen razón—dijo—.Lamuerte del pobreBuquet no esquizátannaturalcomoparece.

DebienneyPolignysesobresaltaron.

—¿Buquethamuerto?—exclamaron.

—Sí—respondiótranquilamenteelhombreolasombradehombre—.Lehanencontradoahorcadoestanocheeneltercersótano,entreunportanteyundecoradodeElreydeLahore.

Losdosdirectores,omejorex-directores,se levantaron instantáneamentemirandofijamenteasuinterlocutor.Estabanmásalteradosdeloquecabía,esdecirmásdeloquecabeestarloporlanoticiadelahorcamientodeunjefedetramoyistas.Semiraronentresí.Sehabíanpuestomásblancosqueelmantel.Finalmente, Debienne hizo una señal a los señores Richard yMoncharmin:Polignypronuncióalgunaspalabrasdeexcusadirigidasalosinvitados,yloscuatro pasaron al despacho de los directores. Cedo la palabra al señorMoncharmin.

«Los señores Debienne y Poligny parecían agitarse cada vez más pormomentos—cuentaensusMemorias—,ynosparecióqueteníanquedecirnosalgo que les preocupabamucho. Primero nos preguntaron si conocíamos alindividuoque,sentadoenelextremodelamesa,leshabíadadoaconocerlamuertedeJosephBuquet,yantenuestrarespuestanegativa,semostraronaúnmásturbados.Tomarondenuestrasmanoslasllavesmaestras,lasobservaronun instante,movieron la cabeza y después nos aconsejaron hacer cerradurasnuevas, en el mayor secreto, para los pisos, despachos y objetos quequisiéramos tener herméticamente cerrados. Resultaban tan ridículos aldecirnosesto,querompimosareírpreguntándolessiesquehabíaladronesenlaÓpera.Nosrespondieronquehabíaalgopeor,elfantasma.Nosechamosareír de nuevo, persuadidos de que estaban gastándonos una broma comoculminacióndeestafiestaíntima.Pero,apeticiónsuya,recuperamosnuestro“aireserio”,decididosacomplacerlesenaquellaespeciedejuego.Nosdijeronque jamásnoshubieranhabladodel fantasmadenohaber recibido la ordenformaldelmismofantasmadeaconsejarnosquenosmostráramosamablesconélyqueleacordáramostodoaquelloquenospidiera.Sinembargo,demasiadocontentos de abandonar un lugar donde reinaba como amo y señor aquellasombratiránicaydeversedeprontolibresdeella,habíanesperadoelúltimomomentoparaexplicarnostanextrañaaventura,yaqueconseguridadnuestros

Page 28: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

espíritusescépticosnoestaríanpreparadosparasemejanterevelación.PeroelanunciodelamuertedeJosephBuquetleshabíarecordadobrutalmenteque,siempre que habían desobedecido a los deseos del fantasma, algún hechofantástico o funesto se había encargado de recordarles rápidamente elsentimientodesudependencia».

Durante estas inesperadas palabras, pronunciadas en el tono de la mássecreta e importante confidencia, yo miraba a Richard. En sus tiempos deestudiante,Richarderaconocidoporsureputacióndebromista,esdecirquenoignorabaningunadelasmilyunamanerasdeburlarsedelosdemás,ylosporterosdelbulevarSaint-Michelpodríancontarmuchasanécdotassuyas.Asípues, parecía disfrutar enormemente de la ocasión que le brindaban. No seperdíaniundetalle,apesardequeelconjuntoresultaraalgomacabroacausadelamuertedeBuquet.Movíalacabezaconademándetristezaysuaspecto,a medida que hablaban los demás, se volvía compungido como el de unhombrequelamentaamargamentetodoesteasuntodelaÓpera,ahoraqueseenteraba de que había un fantasmadentro.Yono podía hacer otra cosa quecopiar servilmente esa actitud desesperada; sin embargo, a pesar de todosnuestros esfuerzos, no pudimos al fin evitar una carcajada ante las mismasnarices de los señores Debienne y Poligny, quienes, al vernos pasar sintransición del estado de ánimo más sombrío a la alegría más insolente,reaccionaroncomosicreyeranquenoshabíamosvueltolocos.

Dado que la farsa se prolongaba en exceso, Richard preguntómedio enseriomedioenbroma:

—Pero,enresumidascuentas,¿quéesloquequiereesefantasma?

ElseñorPolignysedirigióhaciasudespachoyvolvióconunacopiadelpliegodecondiciones.

Elpliegodecondicionescomenzabaconestaspalabras:

«LadireccióndelaóperaestaráobligadaadaralasrepresentacionesdelaAcademiaNacionaldemúsicaelesplendorqueconvienealaprimeraescenalíricafrancesa»,yterminabaenelartículo98,enlossiguientestérminos:

«Elpresenteprivilegiopodráserretirado:

»1°Sieldirectorcontravienea lasdisposicionesestipuladasenelpliegodecondiciones».

Siguenlasdisposiciones.

—Aquella copia —dijo el señor Moncharmin— estaba escrita en tintanegrayenteramenteconformealaquenosotrosposeíamos.

Sinembargo,vimosqueelpliegodecondicionesquenossometíaelseñorPolignycomportaba in fineunpárrafoañadido,escritoen tinta rojaconuna

Page 29: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

letrainsólitayatormentada,comosihubierasidotrazadaagolpesdecabezasdecerillas,laletradeunniñoqueaúnnohacesadodehacerpalotesytodavíano sabe ligar las letras. Este añadido, que alargaba de forma tan extraña elartículo98,decíatextualmente:

«5°Sieldirectorretrasapormásdequincedíaslamensualidadquedebeal fantasma de la Ópera, mensualidad fijada hasta nueva orden en 20.000francos,osea,240.000francosalaño».

ElseñordePoligny,congestodudoso,nosmostróestacláusulasuprema,queenverdadnoesperábamos.

—¿Eso es todo? ¿Él no quiere nada más? —preguntó Richard con lamayorsangrefría.

—Sí—replicóPoligny.

Volvióahojearelpliegodecondicionesyleyó:

«Art. 63. El gran proscenio, a la derecha de los primeros palcos, seráreservadoentodaslasrepresentacionesparaeljefedelEstado.

»Laplatean°20,loslunes,yelpalcon°30delprimerpiso,losmiércolesyviernes,estaránpuestosaladisposicióndelministro.

»Elpalconúmero27delsegundopisoestaráreservadocadadíaparausodelosprefectosdelSenaydepolicía».

Alfinaldeesteartículo,elseñorPolignynosenseñóunalíneatrazadacontintaroja,quehabíasidoañadida:

«Elpalcon°5delprimerpisoserápuestoentodaslasrepresentacionesadisposicióndelfantasmadelaOpera».

Ante esta última jugada no nos quedó más remedio que levantarnos yapretarcalurosamentelasmanosdenuestrosdospredecesores,alavezquelosfelicitábamos por haber ideado aquella encantadora broma que demostrabaque laviejaalegría francesaseguíaconservándose.Richardcreyó inclusosudeber añadir que ahora comprendíaporqué los señoresDebienneyPolignyabandonaban la direcciónde laAcademiaNacional deMúsica.No sepodíatrabajarconunfantasmatanexigente.

—Evidentemente —replicó sin pestañear el señor Poligny—, 240.000francos no se encuentran debajo de la herradura de un caballo. ¿Y hanconsideradoloquecuestanoalquilarelpalcon°5delprimerpiso,reservadopara el fantasma en todas las representaciones?Sin tener en cuenta que noshemos visto obligados a reembolsar el abono. ¡Es horrible! ¡Realmente notrabajamosparamantenerfantasmas!…¡Preferimosirnos!

—Sí—repitióelseñorDebienne—,preferimosirnos.¡Vámonos!

Page 30: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Ysepusoenpie.

Richarddijo:

—Pero, en fin, me parece que han sido ustedes demasiadocondescendientesconesefantasma.Situvieraunfantasmatanmolestocomoése,nodudaríaenhacerlodetener.

—Pero, ¿dónde? ¿Cómo?—exclamaron los dos en voz alta—. Jamás lohemosvisto.

—¿Nisiquieracuandovaasupalco?

—Jamáslohemosvistoensupalco.

—Entonces,alquílenlo.

—¡Alquilar el palco del fantasma de laOpera!Bien, señores, inténtenloustedes.

Despuésdelocualsalimosloscuatrodeldespachodedirección.Richardyyojamásnoshabíamos«reídotanto».

CAPÍTULOIV

ELPALCON°5

ArmandMoncharminescribióunasmemorias tanvoluminosasque,en loqueserefiereparticularmenteallargoperíododesucodirección,habríaparapreguntarsesienalgúnmomentoencontró tiempoparaocuparsede laóperade otra forma que no fuera la de contar lo que en ella ocurría. El señorMoncharmin no sabía ni una nota de música, pero tuteaba al ministro deInstrucciónPúblicaydeBellasArtes,habíahechounpocodeperiodismodecalle y gozaba de una fortuna considerable. Por último, era un hombreencantador y que no carecía de inteligencia, puesto que, decidido a regir laOpera,habíasabidoescogeraundirectorútilynohabíadudadoendesignaraFirminRichard.

FirminRicharderaunmúsicodistinguidoyunhombredemundo.Heaquíel retrato quenos da, en elmomentode su tomadeposesión, laRevuedesthéatres:

«ElseñorFirminRichardtieneaproximadamenteunoscincuentaaños,esde alta estatura, de constitución robusta, sin ser gordo. Posee prestancia ydistinción, subido de color, el pelo abundante, un poco corto y cortado acepillo,labarbaacordeconelpelo;sufisionomíatienealgounpocotristeque

Page 31: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

templaunamiradafrancaydirectayunasonrisaencantadora.

»ElseñorFirminRichardesunmúsicomuydistinguido.Hábilarmonista,sabio contrapuntista, la grandeza es la característica principal de sucomposición. Ha publicado música de cámara muy apreciada por losaficionados,músicaparapiano,sonatasofugasllenasdeoriginalidad,ademásdeunvolumendemelodías.Finalmente,LamuertedeHércules,ejecutadaenlos conciertos del Conservatorio, arroja un soplo épico que hace pensar enGluck,unodelosmaestrosveneradosporelseñorFirminRichard.Detodasmaneras,aunqueadmireaGluck,noadmiramenosaPiccini.ElseñorRichardle agrada todo loqueencuentra.LlenodeadmiraciónporPiccini, se inclinaante Meyerbeer, se deleita con Cimarosa y nadie aprecia mejor que él, elinimitablegeniodeWeber.Porúltimo,enloqueconcierneaWagner,elseñorRichard,noestálejosdepretenderqueesél,Richard,elprimeroyquizáselúnicoencomprenderloenFrancia».

Aquídetengomicita,delaquecreosedesprendeconsuficienteclaridadque, si al señor Firmin Richard amaba casi toda la música y a todos losmúsicos, el deber de todos los músicos era amar al señor Firmin Richard.Digamosparaconcluiresterápidoretrato,queelseñorRicharderaloquesehadadoenllamarunserautoritario,esdecirqueteníauncarácterdifícil.

Los primeros días de los dos directores en la Ópera transcurrierondominados por la alegría de sentirse los amos de una empresa tan amplia yhermosa. Habían sin duda olvidado ya la curiosa y extraña historia delfantasma,cuandoseprodujoun incidenteque lesprobóque,sise tratabadeunafarsa,lafarsaaúnnohabíaterminado.

ElseñorFirminRichardllegóaquellamañanaasudespachoalasonce.Susecretario,elseñorRémy,lemostróunamediadocenadecartasquenohabíaabiertoporquellevabanlamenciónde«personal».Unadelascartasatrajoenseguida la atencióndel señorRichard, no sólo porque lo escrito en el sobreestabaen tintaroja,sino tambiénporque leparecióhabervistoyaenalgunaparteaquellaletra.Notuvoquepensardemasiado:setratabadelaletraconlaquehabíancompletadotanextrañamenteelpliegodecondiciones.

Reconocióenseguidasuaspectotoscoycasiinfantil.Laabrióyleyó:

Mi querido director, le pido perdón por venir a molestarle en estosmomentostanpreciososenlosquedecidelasuertedelosmejoresartistasdelaópera,enlosquerenuevaimportantescontratosyenlosqueconcluyeotrosnuevos.Todoelloconunavisióntansegura,unacomprensióndelteatro,unacienciadelpúblicoydesusgustos,unaautoridadquehaestadomuycercadepasmaramiviejaexperiencia.EstoyalcorrientedeloqueacabadehacerconlaCarlotta,laSorelliylapequeñaJammes,comoporalgunasotrasenlasquehaadivinadoadmirablescualidades,talento,ogenio.(Sabeustedmuybiena

Page 32: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

quiénmerefierocuandoescriboestaspalabras.NosetrataevidentementedelaCarlotta,quecantacomounajeringayquenuncadebióhaberabandonadolosAmbassadeursnielcaféJacquin;nidelaSorelli,cuyoéxitosedebesóloalacarrocería;nidelapequeñaJammes,quebailacomounavacaenunprado.YtampocomerefieroaChristineDaaé,cuyogenioesevidente,peroalaquedejaustedconceloenvidiosoalmargendetodoestrenoimportante).Enfin,esustedlibredeadministrarsupequeñonegociocomoleplazca,¿noescierto?De todas formas,desearíaaprovecharelhechodequeaúnnohayapuestoaChristineDaaédepatitasenlacalleparaoírlaestanocheenelpapeldeSiebel,yaqueeldeMargarita,despuésdeltriunfodelotrodía,leestáprohibido.Leruego-tambiénquenodispongademipalconihoyni losdíassiguientes,yaque no terminaré mi carta sin confesarle hasta qué punto me he vistodesagradablementesorprendidoalllegaralaÓperaenestosúltimostiempos,alenterarmedequemipalcohabíasidoalquiladoenlataquilla,porórdenesdeusted.

En un principio no he protestado porque soy enemigo del escándalo,despuésporqueimaginéquesuspredecesores,losseñoresDebienneyPoligny,que siempre se comportaron de forma encantadora conmigo, habíandescuidado antes de su marcha de hablarle de mis pequeñas manías. PeroacaboderecibirlarespuestadelosseñoresDebienneyPolignyamipeticióndeexplicaciones,respuestaquemepruebaqueestánustedesalcorrientedemipliego de condiciones y que, por consiguiente, se burlan de mí deformaofensiva.¡Siquierenquevivamosenpaz,elcaminomásapropiadonoeseldeempezarporquitarmeelpalco!Conayudadeestaspequeñasobservaciones,leruego me considere, señor director, como a su más humilde y obedienteservidor.

Firmado:F.delaópera.

EstacartaibaacompañadadeunextractodelaseccióndecorrespondenciadelaRevueThéatrale,enlaqueseleíalosiguiente:

«F.delaÓ.:R.yM.notienenexcusa.Leshemosadvertidoyentregadosupliegodecondiciones.Saludos».

EncuantoalseñorFirminRichardterminódeleer,lapuertadeldespachoseabrióyelseñorMoncharminseencaminóhaciaél,llevandoenlamanounacartaidénticaalaquehabíarecibidosucolega.Semiraron,echándoseareíracarcajadas.

—Labromacontinúa—dijoelseñorRichard—.¡Peroyanotienegracia!

—¿Quésignificaesto?—preguntóelseñorMoncharmin—.¿Acasocreenque porque han sido directores de la ópera vamos a concederles un palco aperpetuidad?

Page 33: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Pues tanto para el primero como para el segundo, la doble carta era sindudaelfrutodelacolaboraciónbromistadesuspredecesores.

—¡Noestoydehumorparadejarmetomarelpelopormuchotiempo!—declaróFirminRichard.

—¡Soninofensivos!—observóArmandMoncharmin.

—¿Quéquerránenrealidad?¿Unpalcoparaestanoche?

El señor Firmin Richard dio la orden a su secretario de enviar el palconúmero5delprimerpisoalosseñoresDebienneyPoligny,sinosehabíayavendido.

No lo estaba. La reserva les fue inmediatamente enviada. Los señoresDebienne y Poligny vivían, el primero en el final de la calle Scribe y delbulevar de los Capucines; el segundo en la calle Auber. Las dos cartas delfantasma de la Ópera habían sido echadas al buzón del bulevar de losCapucines.FueMoncharminquienprimerolonotóalmirarlossobres.

—¡Yaloves!—dijoRichard.

Se encogieron de hombros y lamentaron que gentes de esta edad sedivirtieranaúnconjuegostaninocentes.

—¡Por lomenospodíanhaber sido educados!—observóMoncharmir—.¿Hasvisto cómonos tratan acerca laCarlotta, de laSorelli yde lapequeñaJammes?

—Mira,queridoamigo,esasgentesestánenfermasdeenvidia…Cuandopienso que han llegado incluso a pagar un espacio en la sección decorrespondencia de la Revue Théâtrale… ¿Es que no tienen otra cosa quehacer?

—¡Apropósito!—añadióMoncharmin—,parecen interesarsemuchoporlapequeñaChristineDaaé…

—¡Sabestanbiencomoyoqueesamuchachatienefamadeprudente!—respondióRichard.

—¡Se ha ganado tan rápidamente la fama! —replicó Moncharminr—.¿Acaso no tengo yo fama de ser entendido enmúsica? Pues no conozco ladiferenciaentrelaclavedesolyladefa.

—Tranquilízate.Nuncahastenidoesafama—declaróRichard.

En este punto, FirminRichard dio al ujier la orden de hacer pasar a losartistas que, desde hacía dos horas, se paseaban por el gran corredor de laadministraciónesperandoquelapuertadeladirecciónseabriera,puertatraslacuallesesperabalagloria,eldinero…,oeldespido.

Page 34: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Eldía transcurrióentrediscusiones, conversaciones, firmaso rupturasdecontratos;poresolesruegoquecreanqueaquellanoche,ladel25deenero,nuestros dos directores, cansados por una dura jornada de iras, intrigas,recomendaciones, amenazas y manifestaciones de amor o de odio, seacostarontempranosintenersiquieralacuriosidaddeiraecharunaojeadaalpalco n° 5 para saber si los señoresDebienne y Poligny encontraban de sugusto el espectáculo. La ópera no se había cerrado desde la marcha de laantigua dirección, y el señor Richard había continuado con las pocas obrasnecesariasencursosininterrumpirlasrepresentaciones.

Alamañanasiguiente,losseñoresRichardyMoncharminencontraronensu correo, porun lado, una cartade agradecimientodel fantasma,quedecíaasí:

MiqueridoDirector:

Gracias. Encantadora velada. Daaé exquisita. Cuiden los coros. LaCarlotta, magnífico y banal instrumento. Le escribiré pronto acerca de los240.000 francos, exactamente233.424 francoscon70céntimos, teniendoencuenta que los señores Debienne y Poligny me han hecho llegar los 6.575francoscon30céntimosquerepresentanlosdiezprimerosdíasdemipensióndeesteaño,dadoquesusprivilegiosfinalizaronel10porlanoche.

Suservidor,

EdelaO.

Y,porotrolado,unacartadelosseñoresDebienneyPoligni:

Señores.

Les agradecemos su amable atención,pero comprenderán fácilmentequela perspectiva de volver a oír Fausto, por muy agradable que sea para losantiguos directores de la ópera, no puede hacernos olvidar que no tenemosningún derecho a ocupar el palco n° 5 del primer piso, que perteneceexclusivamente a aquel del que tuvimos ocasión de hablarle al releer conustedes,porúltimavez,elpliegodecondiciones,últimopárrafodelartículo63.

Rogamosaceptennuestroagradecimiento,señores,etcétera.

—¡Bueno,estostiposyaempiezanafastidiarme!—declaróviolentamenteFirminRichard,rompiendolacartadelosseñoresDebienneyPoligny.

Aquellanoche,elpalcon°5fuevendido.

A la mañana siguiente, al llegar a su despacho, los señores Richard yMoncharminencontrabanuninformedelinspectorsobreloocurridolanocheanterior en el palco n° 5 del primer piso. He aquí el pasaje esencial del

Page 35: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

informe,queesbreve:

«Me he visto en la necesidad—escribe el inspector—, de recurrir estanoche—elinspectorhabíaescritosudeclaraciónlavísperaporlanoche—aun guardiamunicipal para hacer evacuar por dos veces, al principio y a lamitaddel segundo acto, el palconº 5.Losocupantes, quehabían llegado alcomienzodelsegundoacto,provocabanunverdaderoescándaloconsusrisasycomentariosridículos.Asualrededorseoíanreclamacionesyenlasalalagenteempezabaaprotestar,cuandolaacomodadoravinoenmibusca.Entréenelpalcoyexpresélascorrespondientesadvertencias.Aquellaspersonasnoparecían estar en su sano juicio yme dieron excusas estúpidas. Les advertíque, sí se repetía el escándalo,me vería obligado a hacer evacuar el palco.Aúnnohabíaterminadodesalir,cuandovolvíaoírsusrisasylasprotestasdela sala. Regresé en compañía de un guardia municipal, que les hizo salir.Reclamaron, siempre entre risas, y declararon que no se irían si no se lesdevolvía el dinero. Finalmente se calmaron y los dejé volver al palco; almomento, las risas volvieron a empezar, y esta vez los expulsédefinitivamente».

—¡Quetraiganalinspector!—gritóRichardasusecretario,queyahabíaleídoelinformeylohabíasubrayadoconunlápizazul.

El secretario, señor Rémy —veinticuatro años, bigote fino, elegante,distinguido,muybuenapresencia,quellevabaunalevitaentallada,obligatoriadetrabajoenaquellaépoca,eraunhombreinteligenteperotímidoantesujefe,ganaba 2.400 francos de sueldo anual, pagados por el director. Su trabajoconsistíaenrevisarlosperiódicos,contestarlascartas,distribuirlospalcosypasesdefavor,concertarlascitas,conversarconlosquehacenantesala,visitaralasartistasenfermas,buscarlassuplentes,coordinaralosjefesdepersonal,antetodo,eraelcerrojodeldespachodeldirector,aunquenorecibieraporelloningúntipodecompensaciónypudieraserdespedidodelanochealamañana,ya que, su puesto no está reconocido por la administración—, el secretario,pues, que ya había mandado a buscar al inspector, dio la orden de hacerlopasar.

Elinspectorentróunpocoinquieto.

—Explíquenosquéhapasado—dijoRichardconbrusquedad.

Elinspectorfarfullóinmediatamenteehizoalusiónalinforme.

—Perobueno,esaspersonas,¿dequésereían?—preguntóMoncharmin.

—Señor director, parecían haber cenado bien ymás predispuestos a reírqueaescucharbuenamúsica.Nadamásllegaryentrarenelpalcollamaronalaacomodadora,quelespreguntóquéocurría.Entoncesledijeron:

Page 36: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»—Mireustedenelpalco,¿nohaynadie,noescierto?…

»—No—respondiólaacomodadora.

»—Pues bien—afirmaron—, cuando entramos oímos una voz que decíaquehabíaalguien».

ElseñorMoncharminnopudodejardemiraraRichardsinsonreírse,peroéstenosonreíaenlomásmínimo.Habíayarecibidotantasvecesestetipodebromas que no le fue difícil reconocer en el relato que, de la manera másingenua delmundo, le hacía el inspector, todas las características de una deesas bromas crueles que divierten al principio a aquellos a quienes vandirigidas,peroqueluegoterminanporenfurecerlos.

Elseñor inspector,paraganarse lasimpatíadeMoncharmin,quesonreía,había creído que su obligación era sonreír también.Desgraciada sonrisa.Lamirada de Richard fulminó al empleado, quien adoptó de inmediato unaexpresióncompungida.

—Pero, bueno, cuando llegó esa gente —preguntó rugiendo el terribleRichard—,¿nohabíanadieenelpalco?

—Nadie,señordirector,¡nadie!Nienelpalcodeladerecha,nieneldelaizquierda.Selojuro.Pongolasmanosenelfuego.Estodemuestraquesetratadeunabroma.

—¿Yquédijolaacomodadora?

—¡Oh!Paralaacomodadoratodoesmuysencillo,dicequeeselfantasmadelaópera.¡Vaya!

Y el inspector rio burlón. Pero se dio cuenta de que había vuelto aequivocarse, puesto que apenas acababa de pronunciar estas palabras, laexpresióndeRichardpasódesombríaafuriosa.

—¡Quebusquenalaacomodadora!—ordenó—.¡Inmediatamente!¡Yquemelatraigan!¡Yquedespidanatodaesagente!

Elinspectorquisoprotestar,peroRichardlecerrólabocaconuntemible:«¡Cállese!».Después,cuandolos labiosdeldesgraciadoinspectorparecieroncerrarseparasiempre,eldirectorleordenóquevolvieraaabrirlos.

—¿Quéesesodel«fantasmadelaÓpera»?—sedecidióapreguntarconungruñido.

Pero el inspector, era ahora incapaz de pronunciar una palabra. Dio aentendermedianteunamímicadesesperadaquenosabíanada,omásbienquenoqueríasabernada.

—¿HavistoustedalfantasmadelaOpera?

Page 37: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Con un enérgicomovimiento de cabeza, el inspector negó haberlo vistojamás.

—¡Peorparausted!—declarófríamenteRichard.

El inspector abrió unos ojos enormes, unos ojos que se salían de lasórbitas, para preguntar por qué el director había pronunciado aquel siniestro«¡Peorparausted!».

—¡Porque voy a ajustarles las cuentas a todos aquellos que no le hayanvisto!—explicóeldirector—.Dadoqueestáentodaspartes,noesadmisiblequenoseleveaenninguna.¡Megustaquelagentecumplaconsuobligación!

CAPÍTULOV

CONTINUACIÓNDE«ELPALCON°5»

Dichoesto,elseñorRicharddejódeocuparsedelinspectorytratódiversosasuntosconsuadministrador,queacababadeentrar.Elinspectorpensóqueyapodíairsey,consumocuidado,deespaldas,seacercabayaalapuertacuandoel señor Richard, al darse cuenta de la maniobra, paralizó al desgraciadomedianteunestruendo:«¡Nosemueva!».

GraciasalasdiligenciasdeRémy,habíanidoabuscaralaacomodadora,queeraporteraenlacalledeProvence,adospasosdelaÓpera.Notardóenentrar.

—¿Cómosellamausted?

—MamáGiryMeconocebien,señordirector.SoylamadredelapequeñaGiry,esdecir,lapequeñaMeg.

Lodijo conun tono rudoy solemnequeporunmomento impresionó alseñorRichard.MiróamamáGiry(chalsuelto,zapatosgastados,viejovestidodetafetán,sombrerocolorhollín).Eraevidente,porlaactituddeldirector,queéstenoconocíaenabsolutoonorecordabahaberconocidoamamáGiry,«nisiquiera a la pequeñaMeg». Pero el orgullo demamáGiry era tal que estacélebreacomodadora(muchome temoquesunombredio lugara lapalabra«giries», bien conocida en la jerga de entre bastidores. Por ejemplo: si unaartistareprochaaunacompañerasuschismes,suscotilleos.Ledirá:«Esoespropiodegiries»)imaginabaserconocidaportodoelmundo.

—¡No la conozco!—terminó por decir el director—, pero señora Giry,estono impidequequiera saberqué sucedióayernocheparaqueustedyelinspectorsevieranobligadosarecurriraunguardiamunicipal…

Page 38: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Precisamentequeríayoverlo, señordirector,yhablarleparaqueno leocurranaustedlasmismasdesgraciasquealosseñoresDebienneyPoligny…Tampocoellos,alprincipio,queríanescucharme…

—Nolepreguntonadadetodoeso.¡Lepreguntoquéocurrióanoche!

Mamá Giry enrojeció de indignación. Jamás le habían hablado ensemejante tono.Se levantócomoparamarcharse, recogiendoya losplieguesdesu faldayagitandocondignidad lasplumasdesusombrerocolorhollín;pero,cambiandodeparecer,volvióasentarseydijoconvozaltiva:

—¡Ocurrióqueestánmolestandoalfantasma!

Enestepunto,envistadequeRichardibaaestallar,Moncharminintervinoy dirigió el interrogatorio, del que resultó que mamá Giry encontrabaperfectamente natural que se oyera una voz diciendo que había gente en unpalcodondenohabíanadie.Nopodía explicarse este fenómeno,queno eranuevoparaella,másqueporlaintervencióndelfantasma.Alfantasmanadiepodíaverloenelpalcoperotodoelmundopodíaoírlo.Ella,sí,lohabíaoídoamenudo,ypodíacreérselapuestoquenomentíajamás.PodíanpreguntaralosseñoresDebienneyPolignyyatodoslosquelaconocían,ytambiénalseñorIsidoreSaack,aquienelfantasmahabíarotounapierna.

—¿Ah,sí?—interrumpióMoncharmin—.¿ElfantasmaleharotolapiernaalpobreIsidoreSaack?

MamáGiryabriódeparenparunosojosen losquese leíasuextrañezaante tamaña ignorancia. Finalmente, consintió en informar a aquellos dospobresinocentes.LacosahabíaocurridoentiemposdelosseñoresDebienneyPoligny,siempreenelpalcon°5,ytambiénduranteunarepresentacióndelFausto.

MamáGirytose,aclarasuvoz…empieza…,sediríaquesepreparaparacantartodalapartituradeGounod.

—Ocurrióasí,señor.AquellanocheseencontrabanenprimerafilaelseñorManieraysuesposa,loslapidariosdelacalleMogador;y,detrásdelaseñoraManiera, su amigo íntimo, el señor Isidore Saack. Cantaba Mefistófeles(mamá Giry canta): «Vos que os hacéis la dormida», y entonces el señorManieraoyeensuoídoderecho(sumujerseencontrabaasuizquierda)unavozqueledice:«¡ja,ja!¡NoesJulielaquesehaceladormida!»(suesposasellamaprecisamente Julie).El señorManiera sevuelvehacia laderechaparaver quién es el que le habla así. ¡Nadie! Se frota las orejas y se dice a símismo:«¿Estarésoñando?».Enaquelmomento,Mefistófelescontinuabaconsucanto…Pero,¿estaréquizásaburriendoalosseñoresdirectores?

—¡No,no!Continúe…

Page 39: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Son ustedes muy amables. (Una mueca de mamá Giry). Pues bien,Mefistófeles continuaba su canción (mamá Giry canta): «Catalina a la queadoro/ ¿por qué negar/ al amante que os implora/ un beso tan dulce?»; einmediatamenteelseñorManieraoye,siempreensuoídoderecho,lavozqueledice: «¡Ja, ja!No sería Julie la quenegaseunbeso a Isidore».Sevuelvebruscamente,pero,estavez,haciaelladodesuesposaeIsidore,¿yquéesloqueve?A Isidorequehabía tomadopordetrás lamanode su esposayquellenabadebesoselpequeñohuecodesuguante…Talcomo lescuento,misseñores(MamáGirycubredebesoseltrozodecarnequedejaaldesnudosuguantedeseda).Entonces,comopuedensuponer, lascosasnoquedaronasí.¡Zas!¡Zas!ElseñorManiera,queeraaltoyfuertecomousted,señorRichard,soltóunpardebofetadasalseñorIsidoreSaack,queeradelgadoydébilcomoel señor Moncharmin, y espero no faltar al respeto que le debo. Fue unescándalo. En la sala gritaban: «¡Basta! ¡Basta!… ¡Va a matarlo!».Finalmente,elseñorSaackpudoescapar…

—Asíqueelfantasmanolerompiólapierna—comentóMoncharmin,unpoco ofendido de que su físico le causara a mamá Giry tan mediocreimpresión.

—Se la rompió, señor—replicómamáGiry convoz dura (ya que habíaentendidomuybienel tonohiriente)—.Selarompióenlaescalinatagrandequeélbajabademasiadoaprisa,señor.¡Ytanbienquetardaráensubirla,yalocreo!

—¿Fue el fantasma quien le contó las frases que pronunció en el oídoderecho del señorManiera?—pregunta, siempre con una seriedad a la queencuentradelomáscómica,eljuezdeinstrucciónMoncharmin.

—No,señor.MelocontóelmismoseñorManiera.Así…

—¿Perohahabladoustedconelfantasma,miqueridaseñora?

—Comohabloahoraconusted,miqueridoseñor…

—Ycuandolehablaelfantasma,¿quéledice?

—¡Puesbien,medicequelelleveunasilla!

Conestaspalabras,pronunciadassolemnemente,elrostrodemamáGirysevolviódemármol,demármolamarillo,veteadoporestríasrojas,comoeldelas columnasque sostienen la escalinataprincipaly al que se llamamármolsarrancolin.

Esta vez, Richard se echó a reír coreado por Moncharmin y por elsecretarioRémy;pero,escarmentadopor laexperiencia,el inspectornoreía.Apoyadoenlapared,sepreguntaba,manoseandofebrilmentesusllavesenelbolsillo,cómoibaaterminaraquellahistoria.Y,cuantomás«altanero»erael

Page 40: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

tonodemamáGiry,mástemíalacóleradeldirector.Peroantelahilaridaddelosdirectores, laseñoraseatrevíaavolverseamenazadora, ¡amenazadoradeverdad!

—¡Enlugardereírsedelfantasma—exclamóindignada—,haríanustedesmejorhaciendocomoelseñorPoligny,quiensediocuentaporsímismo…!

—¿Se dio cuenta de qué?—preguntaMoncharmin, que nunca se habíadivertidotanto.

—¡Delfantasma!…¿Dequiénvaaser?…¡Mirenustedes!…

(Se calma de repente ya que juzga que el momento es grave). ¡Mirenustedes!…Me acuerdo como si fuera ayer. En aquella ocasión tocaban Lajudía.ElseñorPolignyhabíaqueridoasistirélsoloalarepresentación,enelpalco del fantasma. La señora Krauss había conseguido un éxito loco.Acababadecantar,comoustedessaben,lapartedelsegundoacto(mamáGirycantaamediavoz):

Cercaaaquelqueamo

quierovivirymorir,

ylamismamuerte,

nonospuededesunir.

—¡Bien, bien!Me acuerdo—reconoce con una sonrisa desalentadora elseñorMoncharmin.

PeromamáGirycontinúaamediavoz,haciendobalancearlaplumadesusombrerocolorhollín:

¡Marchemos!Aquí,enloscielos,

lamismasuerteahoranosesperaalosdos.

—¡Sí, sí! Lo sabemos… —repite Richard, impaciente de nuevo—. ¿Yentonces?¿Quémás?

—Yentonces,sigueelmomentoenqueLeopoldoexclama:«¡Huyamos!»,¿no es cierto?, y cuando Eleazar los detiene preguntándoles: «¿A dóndecorréis?».Puesbien,precisamenteenesemomento,el señorPoligny,alqueobservabadesdeelfondodeunpalcodeallado,quesehabíaquedadolibre,selevantódegolpeysaliórígidocomounaestatua.Notuvetiempomásqueparapreguntarle,comoEleazar:«¿Adóndevausted?».Peronomecontestóyestabamáspálidoqueunmuerto.Lomirébajarlaacera,peronofueélquienserompiólapierna…Sinembargo,caminabacomoenunsueño,comoenunmal sueño, y ni siquiera encontraba el camino, él que alardeaba de conocerbienlaOpera.

Page 41: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Así habló mamá Giry, y calló para comprobar el efecto que habíaproducido.LahistoriadePolignyhabíahechobajarlacabezaaMoncharmin.

—Nadadetodoestomeexplicaenquécircunstanciasycómoelfantasmade la ópera le pidió a usted una silla—insistiómirando fijamente amamáGiry.

—Puesbien,apartirdeaquellanoche…,yaqueapartirdeaquellanochedejaronporfintranquiloalfantasma…yanointentaronsacarlesupalco,losseñoresDebienneyPolignydieronórdenesparaqueseloreservasenentodaslasfunciones.Entonces,cuandollegaba,mepedíasusilla…

—¡Uy,uy,uy!¿Unfantasmaquepideunasilla?¿Esacasounamujersufantasma?—preguntóMoncharmin.

—No,elfantasmaesunhombre.

—¿Cómolosabeusted?

—Tiene voz de hombre. ¡Oh!, una voz de hombre muy suave. Le dirécómoocurrenlascosas.CuandovienealaÓpera,suelellegarhacialamitaddel primer acto, da tres golpecitos secos en la puerta del palco n° 5.¡Imagínense ustedes lo intrigada que estuve la primera vez que oí esos tresgolpes,puessabíaperfectamentequeaúnnohabíanadieenelpalco!Abrolapuerta.Escucho.Miro.¡Nadie!

Ydespués,oigodeprontounavozquemedice:«SeñoraJules—éseeraelapellidodemidifundomarido—,unasilla,porfavor».Consupermisoseñordirector,mequedécomoun tomate…Pero lavozcontinuó:«¡Noseasuste,señoraJules,soyyo,elfantasmadelaÓpera!».Miréhaciadondeveníalavozque, por otra parte, era tan amable y tan «acogedora» que casi nome dabamiedo.Lavoz,señordirector,estabasentadaenelprimersillóndelaprimerafilaaladerecha.

Aunquenovieraanadieenelsillón,habríapodidojurarquehabíaalguienallí,yquehablaba,yleaseguro,alguienmuybieneducado.

—¿Estaba ocupado el palco a la derecha del palco n° 5? —preguntóMoncharmin.

—No.Elpalcon°7,al igualqueelpalcon°3alaizquierda,noestabanaúnocupados.Elespectáculoacababadeempezar.

—¿Yquéhizousted?

—Puesbien,letrajelabanqueta.Evidentemente,noeraparaélparaquienpedíaunasilla,eraparasudama.Peroaellanolaheoídonivistojamás…

¿Qué? ¿Cómo? ¡Ahora resulta que el fantasma tenía esposa! La doblemiradadelosseñoresMoncharminyRichardpasódemamáGiryalinspector

Page 42: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

que,detrásdelaacomodadora,agitabalosbrazosconeldeseodehacerrecaersobreéllaatencióndesusjefes.Conairedesoladosegolpeabalafrenteconelíndice, para dar a entender a los directores que mamá Jules estabacompletamente loca, pantomima que convenció definitivamente a Richard aprescindir de un inspector que mantenía a su servicio a una alucinada. Labuenamujercontinuaba,dedicadaporenteroasufantasma,alabandoahorasugenerosidad.

—Alfinaldelespectáculomedasiempreunamonedadecuarentasous,aveces inclusocien sous,yotrashastadiez francos, cuandohapasadovariosdíassinvenir.Desgraciadamente,desdequehanempezadoaimportunarlo,nomedaabsolutamentenada…

—Perdón,mi querida señora… (nuevo aleteo de la pluma del sombrerocolor hollín ante tan persistente familiaridad), perdón… Pero ¿cómo se lasarregla el fantasma para darle sus cuarenta sous?—interrogaMoncharmin,quehabíanacidocurioso.

—¡Bah!Losdejasobrelamesitadelpalco.Losencuentroallíjuntoconelprogramaquesiempreletraigo.Haytardesenlasqueencuentroinclusofloresenmipalco,unarosaquehabrácaídodelescotedésudama…Estoyseguradequevienealgunavezconunaseñoraporqueundíaolvidaronunabanico.

—¡Ajá! ¿Conqueel fantasmaolvidóunabanico?Y, ¿quéhizoustedconél?

—Puesbien,selodevolvíalaprimeraoportunidad.

Aquísedejóoírlavozdelinspector:

—Nohaseguidoustedelreglamento,señoraGiry.Lepondréunamulta.

—¡Cálleseusted,imbécil!(vozdebajodeFirminRichard).

—¡Lellevóustedelabanico!¿Yentonces?

—Yentonces,selollevaron,señordirector;novolvíaencontrarloalfinaldel espectáculo. La prueba está en que dejaron en su lugar una caja debombonesingleses,deesosquemegustantanto,señordirector.Esunadelasamabilidadesdelfantasma…

—Estábien,señoraGiry…Puedeustedretirarse.

DespuésdequemamáGiryhubosaludadorespetuosamente,nosinciertadignidad,quejamáslaabandonaba,alosdosdirectores,éstoscomunicaronalinspector que estaban decididos a prescindir de los servicios de esa viejaloca…Ydespidieronalseñorinspector.

Cuando el señor inspector se hubo retirado, tras conversar acerca de sudedicación a la empresa, los directores advirtieron al administrador que

Page 43: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

preparara la cuenta del señor inspector. Cuando se encontraron solos, losdirectoressetransmitieronsimultáneamenteelmismopensamiento,eldeiradarunavueltaporelpalcon°5.

Yhastaallílosseguiremos.

CAPÍTULOVI

ELVIOLÍNENCANTADO

Christine Daaé, víctima de intrigas sobre las que nos referiremos mástarde,novolvióporuntiempoatenerotrotriunfocomoeldelafamosaveladadegala.Sinembargo,apartirdeésta,habíatenidolaocasióndehacerseoírenla ciudad, en casa de la duquesa de Zúrich, donde cantó los más bellosfragmentos de su repertorio. Así es cómo el gran crítico, X. Y. Z., que seencontrabaentrelosinvitadosnotables,seexpresaalrespecto.

«CuandoselaoyeenHamlet,unosepreguntasiShakespearehavenidodelos Campos Elíseos para hacerle ensayar Ofelia… También es cierto que,cuando ciñe la diademade estrellas de la reina de la noche,Mozart, por suparte,debeabandonarlasmoradaseternasparaveniraescucharla.Perono,notiene por qué molestarse, ya que la voz aguda y vibrante de la mágicaintérpretedesuFlautamágicasubealCielo,elcualescalaconsoltura,aligualqueha sabido, sinesfuerzo,ascenderde suchozaen laaldeadeSkotelofalpalaciodeoroymármolconstruidoporGarnier».

Pero,despuésdelaveladadeladuquesadeZúrich,Christineyanovuelvea cantar en público. El hecho es que por esta época rechaza cualquierinvitación, cualquier mensaje. Sin dar pretexto plausible alguno, renuncia aaparecer enuna fiestade caridad a laque anteriormentehabíaprometido suayuda.Actúacomosinofuerayadueñadesudestino,comosituvieramiedodeunnuevotriunfo.

Supo que el conde de Chagny, para complacer a su hermano, habíarealizado gestiones muy activasen su favor con el señor Richard. Ella leescribióparadarlelasgraciasypararogarlequenovolvieraahablardeellaasusdirectores.¿Cuálespodíanserlasrazonesdeunaactitudtanextraña?Unospretendíanquetodoelloocultabauninconmensurableorgullo,otrosvieronenellounadivinamodestia.Noseestanmodestocuandoseestáenelteatro.Enrealidad,nosésideberíaescribirsimplementeestapalabra:terror.Sí,creoqueChristineDaaéteníaporaquelentoncesmiedodeloqueacababadeocurrirleyqueestaba tanperplejacomo todoelmundoa sualrededor. ¿Estupefacta?¡Vamos!TengoaquíunacartadeChristine(coleccióndelPersa)queserefiere

Page 44: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

alosacontecimientosdeestaépoca.Puesbien,despuésdehaberlareleído,noescribiré nunca queChristine estaba estupefacta, ni siquiera asustada por sutriunfo, sino horrorizada. Sí, sí…, horrorizada. «¡Ya nome reconozco amímisma!»,dice.

¡Lapobre,puraydulceniña!

No se dejaba ver en ninguna parte, y el vizconde deChagny intentó envanocruzarseensucamino.Leescribióparapedirlepermisoparavisitarlaensucasa,yyahabíaperdidolaesperanzaderecibirunarespuesta,cuandounamañanaellalehizollegarlasiguientenota:

«Señor,noheolvidadoalniñoquefueabuscarmichalalmar.Nopuedoevitarescribirleesto,hoyquepartoparaPerros,llevadaporundebersagrado.Mañana es el aniversario de la muerte de' mi pobre papá, a quien ustedconocióyqueleapreciaba.Estáenterradoallí,consuviolín,enelcementerioquerodealapequeñaiglesia,alpiedelaladeradonde,siendoaúnmuyniños,tantojugamos;albordedeaquellacarreteradonde,yaunpocomáscrecidos,nosdijimosadiósporúltimavez».

EncuantorecibióestanotadeChristineDaaé,elvizcondedeChagnyseprecipitósobreunaguíadeferrocarriles,sevistióatodaprisa,escribióalgunaslíneasqueelmayordomoentregaríaasuhermanoyseprecipitóenuncocheque, por cierto, lo dejó demasiado tarde en el andén de la estación deMontparnasseparacogereltrendelamañanaconelquecontaba.

Raoulpasóundíaangustiosoyno recuperóelgustopor lavidahasta latarde,cuandosevioinstaladoensuvagón.AlolargodetodoelviajereleyólanotadeChristine,aspirósuperfume;resucitólaimagendesusañosjóvenes.Pasó toda la noche en el tren sumido en un sueño febril que tenía comoprincipioyfinaChristineDaaé.ComenzabaadespuntareldíacuandoseapeóenLannion.CorrióhacialadiligenciadePerros-Guirec.Eraelúnicoviajero.Interrogó al conductor. Supo que la víspera por la noche una joven, queparecía parisina, se había hecho conducir a Perros y se había apeado en laposadadelSolPoniente.NopodíatratarsemásquedeChristine.Habíavenidosola.Raouldejóescaparunprofundosuspiro.Enaquellasoledadibaapoderhablar conChristine en plena tranquilidad. La amaba tanto que no podía nirespirarsinella.Estejovenquehabíadadolavueltaalmundoeracomounavirgenquenohubieradejadojamáslacasadesumadre.

Conformeseibaacercandoaella,recordabacondevociónlahistoriadelapequeña cantante sueca.Muchos de esos detalles son aún ignorados por elgranpúblico.

Había una vez, en una pequeña aldea de los alrededores de Upsala, uncampesinoquevivíaallíconsufamilia,cultivandolatierradurantelasemana

Page 45: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ycantandoenelcorolosdomingos.Estecampesinoteníaunahijapequeñaalaqueenseñóadescifrarelalfabetomusicalmuchoantesdequeaprendieraaleer.PapáDaaéera,sindarsequizámuybiencuenta,ungranmúsico.Tocabael violín y estaba considerado como el mejor músico de pueblo de todaEscandinavia. Su reputación se extendía por los alrededores y la gente sedirigíasiempreaélparahacerbailaralasparejasenlasbodasylasfiestas.Laseñora Daaé, paralítica, murió cuando Christine tenía seis años.Inmediatamente, el padre, que no quería más que a su hija y a su música,vendiólaspocastierrasqueteníaysemarchóaUpsalaenbuscadegloriayfama.Noencontrómásquemiseria.

Entonces,volvióalcampo,yendodeferiaenferia, tocandosusmelodíasescandinavas,mientrassuhija,quenoleabandonabajamás,leescuchabaconéxtasiso le acompañabacantando.Undía, en la feriadeLimby, elprofesorValérius los oyóy se los llevó aGotemburgo.Pretendía que el padre era elmejor violinista del mundo, y que la hija tenía pasta de gran artista. Seprocedió a la educación y a la instrucción de la niña. En todas partesdeslumbrabaatodosporsubelleza,sugraciaysuafándeesmeroydebienhacer.Suevoluciónerarápida.Entretanto,elprofesorValériusysumujersevieronobligadosavenirainstalarseenFrancia.TrajeronconellosaDaaéyaChristine.LaseñoraValériustratabaaChristinecomoasuhija.Encuantoalbuen hombre, comenzaba ya a languidecer añorando su tierra. En París, nosalía jamás. Vivía en una especie de sueño que entretenía con su violín.Durantehoras enteras se encerrabaen suhabitacióncon suhijay se lesoíatocar el violín y cantar conmucha dulzura, conmucha dulzura.A veces, laseñora Valérius venía a escucharlos detrás de la puerta, dejaba escapar unprofundosuspiro,seenjugabaunalágrimayvolvíaamarcharsedepuntillas.Tambiénellasentíalanostalgiadesucieloescandinavo.

ElseñorDaaéparecíarecuperarlasfuerzastansóloenverano,cuandotodalafamiliaibaapasarlasvacacionesaPerros-Guirec,enunrincóndeBretañaque por aquel entonces era prácticamente desconocido por los parisinos. Legustaba mucho el mar de esta comarca, en el que reencontraba, decía, elmismo color de su tierra; y, amenudo, en la playa, tocaba sus baladasmásdolientes, pretendiendo que el mar callaba para escucharlas. Además, tantohabíasuplicadoalaseñoraValérius,queéstahabíacedidoaotrocaprichodelviejoviolinistadepueblo.

En laépocade las fiestasdelpuebloyde losbailes,partiócomoantañocon su violín y con derecho a llevar a su hija durante ocho días. Nadie secansaba de escucharlos. Derramaban armonía pata todo el año en las máspequeñasaldeasydormíanporlasnochesengranjas,rehusandolacamadelalbergue,apretándoseen lapajaunocontraotro,comoen los tiemposdesumiseriaenSuecia.

Page 46: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Sinembargo,bastantebienvestidos,rehusabanlossousquelesofrecíanynopedíannada,ylasgentes,asualrededor,noentendíannadadelaconductade aquel violinista que recorría los caminos con aquella hermosa niña quecantabatanbienqueunocreíaescucharaunángeldeparaíso.Losseguíadepuebloenpueblo.

Undía,unmuchachodelaciudad,queseencontrabaenlaregiónconsuinstitutriz, obligó a ésta a recorrer un largo camino porque no se decidía aabandonar a aquella niña cuya voz tan dulce y tan pura parecía haberloencadenado.LlegarondeestemodoalbordedeunacalaalaqueaúnsellamaTrestaou. Por aquellos tiempos no había en aquel lugarmás que el cielo, elmarylaplayadorada.YsobretodohabíaunfuertevientoquearrastróelchaldeChristinealmar.Christinelanzóungritoyestirólosbrazos,peroelchalseencontrabayalejos,sobrelasolas.Entoncesoyóunavozqueledecía:

—Nosepreocupe,señorita,yoiréabuscarsuchalalmar.

Yvioaunniñoquecorría,quecorría,pesea lasprotestas indignadasdeunabuenamujertodavestidadenegro.Elniñopenetróenelmarvestidoyletrajosuchal.¡Tantoelniñocomoelchalseencontrabanenlamentableestado!Lamujerdenegronopodíacalmarse,peroChristinereíaconganasybesóalpequeño. Era el vizconde Raoul de Chagny. Vivía entonces con su tía enLannion.Durante el verano, volvieron a verse casi todos los días y jugaronjuntos.DebidoalasolicituddelatíayalaintervencióndelprofesorValérius,el bueno deDaaé accedió a dar clases de violín al joven vizconde.De estemodo,RaoulaprendióaapreciarlasmismasmelodíasquehabíanencantadolainfanciadeChristine.

Teníanaproximadamenteelmismotipodealmasoñadoraytranquila.Nogustaban más que de los cuentos de viejos condes bretones, y su juegopreferido consistía en ir a buscarlos en los umbrales de las puertas como sifueran mendigos. «Señora, o querido señor, ¿no sabe usted alguna historiapara contarnos, por favor?». Y rara vez no se les «daba» algo. ¿Qué viejabretonanohavisto,aunquesóloseaunavezensuvida,bailaralaskorriganssobrelosbrezos,alclarodeluna?

Perosugranfiestaeracuando,haciaelcrepúsculo,enlainmensapazdelatarde,despuésdelapuestadelsolenelmar,elpadreDaaéveníaasentarseasuladoalbordedelcaminoylescontabaenvozbaja,comositemieraasustaralosfantasmasqueinvocaba,lashermosas,dulcesoterriblesleyendasdelospaísesdelNorte.UnasveceseranbellascomoloscuentosdeAndersen,otrastristes como los cantos del granpoetaRuneberg.Cuando él callaba, los dosmuchachosdecían:«¡Otra!».

Habíaunahistoriaquecomenzabaasí:

Page 47: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

«Unreyestabasentadoenunabarquita,sobreunadeesasaguastranquilasyprofundasqueseabrenaligualqueunojobrillante,enmediodelosmontesdeNoruega…».

Yotradecía:

«LapequeñaLottepensabaal tiempoen todoyennada.Pájarodeestío,planeaba entre los dorados rayos del sol, llevando en sus rubios rizos sucoronaprimaveral.Sualmaeratanclara,tanazul,comosumirada.Mimabaasumadreyerafielasumuñeca.Cuidabaenormementesuvestido,suszapatosrojos y su violín, pero sobre todas las cosas le agradaba escuchar,adormeciéndose,alÁngeldelamúsica».

Mientraselbuenhombredecíaestascosas,RaoulmirabalosojosazulesylacabelleradoradadeChristine.YChristinepensabaquelapequeñaLotteeramuy feliz de poder escuchar, al dormirse, al Ángel de lamúsica. No habíacuentosnarradosporDaaéenlosquenointervinieseelÁngeldelamúsica,ylosniñosnolepedíanexplicacionesinterminablesacercadeél.Daaépretendíaque todos los grandes músicos, todos los grandes artistas, recibían, por lomenos una vez en su vida, la visita delÁngel de lamúsica.Alguna vez elÁngelsehabíainclinadosobresuscunas,comolesucedióalapequeñaLotte;poresoexistenpequeñosprodigiosque tocanelviolína losseisañosmejorque hombres de cincuenta, lo cual, me diréis, es algo absolutamenteextraordinario.AveceselÁngelvienemuchomástardeporquelosniñosnoson buenos y no quieren aprender elmétodo y descuidan las escalas.Otrasveces el Ángel no acude nunca, porque no se tiene el corazón puro ni laconciencia tranquila. Jamás se ve al Ángel, pero se deja oír por las almaspredestinadas. Con frecuencia llega cuandomenos lo esperan, cuando estántristesydesanimadas.Entonces,eloídodistinguedeprontoarmoníascelestes,unavozdivina,yserecuerdandeellatodalavida.AquellaspersonasquehansidovisitadasporelÁngelquedancomo inflamadas.Vibranconun temblorqueelrestodelosmortalesignora.Gozandelprivilegiodenopodertocaruninstrumento o a abrir la boca para cantar sin producir sonidos que, dada subelleza, llenandevergüenzaa todos losdemássonidoshumanos.LasgentesquenosabenqueelÁngelhavisitadoaestaspersonas,dicenquesongeniales.

LapequeñaChristinepreguntabaasupadresiélhabíaoídoalÁngel.PeroelseñorDaaémovíalacabezatristemente,luegobrillabasumiradamirandoalaniñayledecía:

—¡Tú,hijamía,túleoirásundía!Cuandoestéenelcielo,teloenviaréundía,teloprometo.

ElseñorDaaéempezabaporaquellaépocaatoser.

Llegóelotoño,queseparóaRaouldeChristine.

Page 48: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Volvieronaverse tresañosmás tarde:eranyaadolescentes.EstoocurriótambiénenPerros,yRaoulconservóunaimpresióntalqueleacompañótodasu vida.El profesorValérius habíamuerto, pero la señoraValérius se habíaquedado en Francia, donde sus intereses la retenían, con el buenDaaé y suhija,quecontinuabancantandoytocandoelviolín,arrastrandoensusueñoasuqueridaprotectora,queparecíanovivirmásquedemúsica.EljovenhabíaidoaPerrosporcasualidadytambiénporcasualidadentróenlacasaantañohabitadaporsuamiguita.VioalprincipioalviejoDaaé,queselevantódelasillaconlágrimasenlosojosyloabrazó,diciéndolequehabíanguardadodeélunfielrecuerdo.Dehecho,nohabíapasadoundíasinqueChristinehablarade Raoul. El viejo continuaba hablando cuando la puerta se abrió y,encantadora y presurosa, la joven entró llevando en una bandeja el téhumeante.ReconocióaRaoulydejólabandeja.Unaligerallamaseextendiósobresurostroencantador.Semanteníavacilante,callada.Elpadrelesmirabaalosdos.Raoulseacercóalajovenylaabrazóaltiempoqueledabaunbesoqueellanoevitó.Lehizoalgunaspreguntas, cumpliómuybien supapeldeanfitriona,volvióacogerlabandejayabandonólahabitación.Despuésfuearefugiarseenunbanco,enlasoledaddeljardín.Experimentabasentimientosque agitaban su corazón adolescente por primera vez. Raoul vino a suencuentro y charlaron con cierto pudor hasta la noche. Habían cambiadocompletamente, ya no reconocían a sus personajes, que parecían haberadquirido una importancia considerable. Eran tan prudentes comodiplomáticosysecontabancosasquenoteníannadaqueverconsusnacientessentimientos. Cuando se separaron, al lado de la carretera, Raoul dijo aChristine, al tiempo que depositaba un correctísimo beso en su manotemblorosa:

—¡Señorita, no la olvidaré nunca! —y se marchó lamentando estaspalabras, consciente de que Christine Daaé no podría ser la esposa delvizcondedeChagny.

EncuantoaChristine,fueabuscarasupadreyledijo:

—¿No te parece que Raoul ya no es tan amable como antes? ¡Ya no lequiero!

E intentó no pensar más en él. Lo lograba con bastante dificultad y sevolcó en su arte, que le ocupaba todo su tiempo. Sus progresos eranmaravillosos. Los que la escuchaban le predecían que sería la artista másimportante del mundo. Pero entre tanto murió su padre, y de golpe, ellapareció perder con él su voz, su alma y su genio. Le quedaba aún talentosuficienteparaingresarenelConservatorio,perosólosuficiente.Nodestacójamás,siguiólasclasessinentusiasmoyobtuvounpremiosimplementeparacomplacer a la anciana señoraValérius, con la que continuaba viviendo.Laprimera vez que Raoul había visto a Christine en la ópera, había quedado

Page 49: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

prendadoporlabellezadelajovenyporlaevocacióndelasdulcesimágenesdeantaño,perosorprendidodesufaltadegenio.Parecíaajenaatodo.Volviópara escucharla. La seguía por los corredores. La esperó detrás de unmontante. Intentó llamar su atención.Más de una vez la acompañó hasta lapuertade sucamerino.Peroellano loveía.Parecía,por lodemás,nover anadie.Eralavivaimagendelaindiferencia.Raoulsufrióporello,porqueerabella; él era tímido y no se atrevía a confesarse a sí mismo que la amaba.Además,ocurrióelimprevistodelaveladadegala:loscielosdesgarrados,unavozdeángelquesedejabaoírenlatierraparaelplacerdeloshombresysucorazónconsumido…

Además,además…estabaaquellavozdehombredetrásdelapuerta:«¡Esprecisoquemeames!».Ynadieenelcamerino…

¿Porquésehabíareídocuando,enelmomentoenqueellaabríalosojos,élhabíadicho:«Soyelniñoquefuearecogersuchaldelmar»?¿Porquénolohabíareconocido?¿Yporquélehabíaescrito?

¡Oh, qué larga es esta costa… qué larga! Aquí está el cruce de trescaminos…Ylacolinadesierta,losbrezaleshelados,elpaisajeinmóvilbajoelcieloblanco.Loscristalestintinean,serompenenlosoídos…¡Quéruidohaceestadiligenciaqueva tandespacio!Reconoce lascasuchas…,lascercas, laslandas, los árboles del camino… Esta es la última curva de la carretera,despuésbajaránbruscamenteyllegaránalmar…,alagranbahíadePerros…

AsíqueellasehabíaapeadoenlaposadadeSolPoniente.¡Bueno!Nohayotra.Yademásseestámuybien.Recuerdaqueenotrostiempossecontabanallíhistoriasmaravillosas.¡Cómolatesucorazón!¿Quélediráalverlo?

LatíaTrilardeslaprimerapersonaaquienvealentrarenlaviejasaladeahumadadelaposada.Loreconoce.Losaluda.Lopreguntaquélohatraídohastaallí.Élseruboriza,ylediceque,aliraLannionpornegocios,decidió«llegarsehastaallíparasaludarla».Ellainsisteenservirleeldesayuno,peroéldice:«Dentrodeunrato».Pareceesperaralgooaalguien.Lapuertaseabre.Él seponeenpie.No seha equivocado: ¡ella!Élquieredecir algo, pero secontiene.Ellapermaneceanteél,sonriendo,nadasorprendida.Surostroestáfresco y rosado como una fresa silvestre. Sin duda, está excitada por habercaminado al aire libre. Su seno, en el que late un corazón sincero, se agitasuavemente. Sus ojos, claros espejos de pálido azul, color de los lagos quesueñan,inmóviles,alláenelnortedelmundo,susojosletraentranquilamenteel reflejo de su alma cándida. El abrigo de pieles está entreabierto,descubriendo una cintura estilizada, la armoniosa línea de su joven cuerpollenodegracia.,RaoulyChristinesemiranlargamente.LaviejaTrilardsonríey,discreta,seretira.Finalmente,Christinehabla:

—Ha venido usted y no me extraña en lo más mínimo. Tenía el

Page 50: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

presentimientodequeleencontraríaaquí,enestealbergue,alvolverdemisa.Alguienmelodijoallá.Sí,mehabíananunciadosullegada.

—¿Quién?—preguntaRaoul,cogiendoentresusmanoslapequeñamanodeChristine,queéstanoretira.

—Puesmipobrepadre,queestámuerto.

Hubounlargosilencioentrelosdosjóvenes.

LuegoRaoulreanudólaconversación:

—¿Acasosupadrelehadichoquelaamo,Christine,yquenopuedovivirsinusted?

Christine se ruboriza profundamente y aparta la cabeza. Dice con voztemblorosa:

—¿Amí?¡Estáustedloco,amigomío!

Yseechaareírparadarse,comosueledecirse,unrespiro.

—Nosería,Christine,estoesmuyserio.Ellareplica,congravedad:

—Nolehehechovenirparaquemedijeraestascosas.

—Ustedmeha«hechovenir»,Christine.¿Adivinópuesquesucartanomedejaría indiferenteyqueyoacudiríaaPerros?¿Cómopudopensaresosinosabíaquelaamo?

—Pensé que se acordaría de los juegos de nuestra infancia, a los que sesumabami padre tan amenudo.En realidad, no sémuybien qué es lo quepensé…Talvezhicemalenescribirle…Suaparición, tansúbita,elotrodíaen el camerinome había llevado lejos,muy lejos en el pasado, y le escribícomolaniñaqueyoeraentonces,yquehubierasidofelizdevolveraver,enunmomentoditristezaydesoledad,asupequeñocamarada…

Por unmomento guardaron silencio.Hay en la actitud deChristine algoqueRaoulnoencuentranatural,apesardequenoleesposibleprecisarlo.Sinembargo,nolasientehostil.Porelcontrario…,laternuradesoladadesusojoslo confirma de sobras. Pero, ¿por qué esta ternura va acompañada dedesolación?…Esoesloquenecesitasaberyloqueyairritaaljoven…

—¿Eldíaenquemevioensucamerino,fuelaprimeravezquesefijóenmí,Christine?

Éstanosabementir,ydice:

—¡No! Le había visto ya varias veces en el palco de su hermano.—Y,luego,tambiénenelescenario.

—¡Losospechaba!—dijoRaoulmordiéndoseloslabios—.Peroentonces,

Page 51: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

¿porqué,cuandomevioensucamerino,arrodillado,haciéndolerecordarquehabíarecogidosuchaldelmar,porquémecontestócomosinomeconocierayseechóareír?

El tono de estas preguntas es tan brusco, que Christine mira a Raoulasombradaynolecontesta.ElmismojovenquedasorprendidodelasituaciónqueacabadeprovocarenelmismoinstanteenquehabíadecididohaceroíraChristine palabras de ternura, amor y sumisión. Unmarido, un amante quetiene todos los derechos, no hablaría de distinta manera a su mujer o a suquerida si le hubiera ofendido. Pero, irritado de su propia torpeza yencontrándoseestúpido,novemássalidaaestaridículasituaciónqueadoptademostrarseodioso.

—¡No me contesta, usted! —exclama, rencoroso y desdichado—. Puesbien, voy a contestar yo por usted. Había en el camerino alguien que leestorbaba,Christine. ¡Alguienencuyapresencianoquería revelarquepodíaustedinteresarseenunapersonaquenofueraél!…

—Si alguien me molestaba, amigo mío —lo interrumpió Christine conacento glacial—, si alguienme estorbaba aquella noche, debía de ser usted,puesesaustedaquienrechacé.

—Sí…paraquedarseconelotro…

—¿Qué dice usted, señor?…—exclama la joven estremeciéndose—. ¿Ydequéotrosetrata?

—Deaquél a quienusteddijo: «¡Yono cantomásqueparausted! ¡Estanocheleheentregadomialmayestoymuerta!».

Christine ha cogido el brazo de Raoul: lo aprieta con una fuerzainsospechadaenunacriaturatanfrágil.

—¿Entoncesescuchabadetrásdelapuerta?

—¡Sí!Porquelaamo…Ylooítodo…

—¿Oyóqué?

Ylajoven,queextrañamentehavueltoacalmarse,soltóelbrazodeRaoul.

—Élledijo:«Esprecisoquemeames».

Aloír estaspalabras,unapalidezcadavérica se extiendepor el rostrodeChristine, sus ojos se oscurecen… Vacila, está a punto de caer. Raoul seprecipita hacia ella, le tiende los brazos, pero ya Christine ha vencido estedesfallecimientopasajeroysusurraenvozbaja,apenasperceptible:

—¡Diga!¡Digatodo!¡Digatodoloqueoyó!

Raoullamira,vacila,nocomprendenadadeloquepasa.

Page 52: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Hableya!¿Novequemeestáhaciendosufrir?

—Oítambiénloqueéllecontestódespuésdequeustedleconfesaraquelehabíaentregadosualma:«Tualmaesextraordinariamentebella,hijamía,ytelo agradezco. No hubo emperador que recibiese un regalo como éste. ¡Estanochehanlloradolosángeles!».

Christinesehallevadounamanoalcorazón.ClavalamiradaenRaoulconemoción indescriptible. Es unamirada tan aguda, tan fija, que parece la dealguienquehaperdidoeljuicio.Raoulestáasustado.PerodeprontolosojosdeChristinesehumedecenyporsusmejillasdemarfilsedeslizandosperlas,dospesadaslágrimas…

—¡Christine!…

—¡Raoul!…

Eljovenquieretomarlaensusbrazos,peroellasedesprendedesusmanosyhuyeenlaconfusión.

MientrasChristinepermanecíaencerradaensuhabitaciónRaoulsehacíamilreprochesporsubrutalidad;pero,porotraparte,losceloslerecorríanlasvenas encendidas. ¿Por qué había mostrado la joven semejante emoción alsaber que habían descubierto su secreto? ¡Tenía que sermuy importante!Apesardeloquehabíaoído,RaoulnodudabadelapurezadeChristine.Sabíaquesuconductaeraintachable,ynoeratannovatocomoparanocomprenderqueunaartistaestáavecesobligadaaoírproposicionesamorosas.Lociertoesque Christine había contestado que le había entregado su alma, pero eraevidenteque se refería tan sólo al cantoy lamúsica. ¿Evidente? ¿Entonces,por qué esa turbación hacía un momento? ¡Dios mío, qué desgraciado eraRaoul! Si hubiera podido atrapar al hombre, la voz de hombre, le hubierapedidoexplicacionesconcretas.

¿PorquéhabíahuidoChristine?¿Porquénobajaba?

Rechazó el desayuno. Estaba abatido y su dolor era grande al verdesvanecerse,lejosdelajovensueca,aquellashorasquehabíaimaginadotandulces. ¿Por qué no venía a recorrer con él la región que encerraba tantosrecuerdos comunes? ¿Por qué, ya que parecía no tener nada que hacer enPerrosydehechonohacíanada,novolvíainmediatamenteaParís?Sehabíaenteradodequeporlamañanahabíahechocelebrarunamisaporeldescansodelalmadesupadreyquehabíapasadolargashorasrezandoenlapequeñaiglesiayenlatumbadelmúsico.

Triste, desalentado, Raoul se dirigió hacia el cementerio que rodeaba laiglesia. Empujó la puerta. Vagó solitario entre las tumbas, descifrando lasinscripciones, pero al llegar detrás del ábside vio inmediatamente un

Page 53: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

esplendorosoramodefloresquedescansabasobreunalápidadegranitoyque,desbordándola, caían en la tierra blanca. Llenaban de perfume aquel heladorincóndelinviernobretón.Eranmilagrosasrosasrojasqueparecíanbrotadasdelanieve,aquellamismamañana.Eraunpocodevidaentrelosmuertos,yaquelamuerteestabapresenteportodaspartes.Tambiénlavidasedesprendíadelatierraquehabíaarrojadosuexcesodecadáveres.Esqueletosycalaverasse amontonaban a centenares contra el muro de la iglesia, retenidosúnicamenteporunafinaalambradaquedejabaaldescubiertotodoelmacabroedificio. Las calaveras, apiladas, alineadas como ladrillos, sujetas en losintervalosporhuesos fuertesy limpiamenteblanqueados,parecían formar elprimer asentamiento sobre el que se habían levantado las paredes de lasacristía.Lapuertadelasacristíaseabríaenmediodeaquelosario,al igualqueenmuchasviejasiglesiasbretonas.

RaoulrezóporelalmadeDaaé,luego,tristementeimpresionadoporesassonrisas eternas que tienen las bocas de las calaveras, salió del cementerio,subiólacolinaysesentóalbordedelalandaquedominaelmar.Elvientoseagitabamalignamenteporlosarenales,aullandobajolapobreytímidaluzdeldía.Éstafuecediendo,desaparecióyseconvirtiótansóloenunarayalívidaen el horizonte. Entonces, el viento calló.Había llegado la noche.Raoul seencontraba cercado por sombras heladas, pero no sentía el frío. Todo supensamientovagabaporlacolinadesiertaydesolada,todarecuerdos.Allí,enaquel lugar, había venido a menudo a la caída de la tarde con la pequeñaChristineparaverdanzaralaskorrigansenelmomentoprecisoenquesalíalaluna.Porloqueaélserefiere,jamáslashabíavisto,sinembargoteníabuenavista. Pero Christine, aún siendo un poco miope, pretendía haber visto amuchas. Sonrió a este recuerdo y, luego, de repente, se estremeció. Unasilueta, una silueta muy concreta, pero que había llegado hasta allí sin queningúnruidolaanunciara,unasiluetadepie,asulado,decía:

—¿Creequelaskorrigansvendránestanoche?

Era Christine. Él quiso hablar. Ella le tapó la boca con su manoenguantada.

—¡Escúcheme,Raoul,estoydecididaadecirlealgograve,muygrave!

Suvoztemblaba.Élesperó.

Ellavolvióahablar,conalgodeahogo.

—¿Seacuerda,Raoul,delaleyendadelÁngeldelamúsica?

—¡Claro que me acuerdo!—dijo él—; me parece incluso que fue aquídondesupadrenoslacontóporprimeravez.

—Fue también aquí donde me dijo: «Cuando esté en el cielo, te lo

Page 54: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

enviaré».Puesbien,Raoul,mipadreestáenelcieloyyoherecibidolavisitadelÁngeldelamúsica.

—Nolodudo—contestóeljovencongravedad.Creíaquesuamiga,enunarrebato piadoso,mezclaba el recuerdo de su padre con el resplandor de suúltimotriunfo.

Christine pareció ligeramente extrañada de la sangre fría con la que elvizcondedeChagnyseenterabadequehabíarecibidolavisitadelÁngeldelamúsica.

—¿Cómo se lo explica, Raoul? —dijo, inclinando su pálido rostro tancercadeljovenqueéstepudopensarqueChristineibaadarleunbeso,aunqueellasóloqueríaleer,apesardelaoscuridad,ensusojos.

—Creo—lerespondióél—queunacriaturahumananocantacomocantóusted la otra noche sin que se dé un milagro, sin que el Cielo no hayaintervenido. No existe en la tierra maestro alguno que pueda enseñarsemejantestonalidades.UstedhaoídoalÁngeldelamúsica,Christine.

—Sí—dijo ella solamente—, enmi camerino. Es allí dondeme da susleccionesdiarias.

Eltonoconelquedijoestoeratanpenetranteytanparticular,queRaoullamiróinquieto,comosemiraaunapersonaquediceunamonstruosidadoqueseaferraaalgunalocavisiónenlaquecreecontodaslasfuerzasdesupobrecerebroenfermo.Ahorasehabíaechadohaciaatráse,inmóvil,noeramásqueunpocodesombraenlanoche.

—¿Ensucamerino?—repitióélcomounestúpidoeco.

—Sí,esallídondelooigo,ynohesidolaúnicaenoírlo.

—¿Quiénmáslohaoídoentonces,Christine?

—Usted,amigomío.

—¿Yo?¿YoheoídoalÁngeldelamúsica?

—Sí, laotranoche.Eraélelquehablabacuandoustedescuchódetrás lapuertademicamerino.Fueélquienmedijo:«Esprecisoquemeames».Peroyocreíaserlaúnicaenescucharsuvoz.

Imagine pues, mi sorpresa, cuando esta mañana me he enterado de queustedtambiénpodíaoírlo…

Raoulseechóa reíracarcajadas.Y,enseguida, lanochesedisipóen lacolina desierta y los primeros rayos de luna envolvieron a los jóvenes.ChristinesehabíavueltohaciaRaoulconairehostil.Susojos,porlogeneraltandulces,relampagueaban.

Page 55: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Dequéseríetanto?¿Creeacasohaberoídounavozdehombre?

—¡Exacto! —exclamó el joven, cuyas ideas comenzaban a confundirseantelaactitudagresivadeChristine.

—¡Usted,Raoul!¡Ustedesquienmediceesto!¡Unamigodelainfancia!¡Unamigodemipadre!Noloreconozco.Pero,¿quésehacreídousted?Soyunajovenhonesta,señorvizcondedeChagny,ynomeencierroconvocesdehombreenmicamerino.¡Sihubieraabiertolapuerta,habríavistoqueallínohabíanadie!

—¡Escierto!Cuandoustedsalió,abrílapuertaynoencontréanadieenelcamerino…

—Yalove…¿Entonces?

Elcondehizoacopiodetodosuvalor.

—¡Entonces,Christine,creoquealguienseburladeusted!

Ellalanzóungritoyhuyó.Élcorriótrasella,perolamuchacha,llenadeunairritaciónferoz,lodetuvoconunenérgico:

—¡Déjeme!¡Déjeme!

Ydesapareció.Raoulvolvióalalberguemuyabatido,muydescorazonadoymuytriste.

Se enteródequeChristine acababade subir a suhabitaciónyquehabíaanunciadoquenobajaríaacenar.Eljovenpreguntósiseencontrabaenferma.Labuenaposaderalecontestódeformaambiguaque,deencontrarsemal,noera nada grave y, como creía en los enfados de los enamorados, se alejóencogiéndosedehombrosydiciendoenvozbajaqueeraunalástimaveradosjóvenesdesperdiciandoenvanasdiscusioneslaspocashorasdefelicidadqueelbuenDiosleshapermitidopasarenlatierra.Raoulcenósoloenunrincóndelatrioy,comopodéisimaginar,deunaformabientriste.Mástarde,ensuhabitación,intentóleery,luego,enlacama,intentódormir.Enlahabitaciónde al lado no salía ningún ruido. ¿Qué hacía Christine? ¿Dormía? Y si nodormía,¿enquépensaba?Yél,¿enquépensaba?¿Acasoeracapazdedecirlo?LaextrañaconversaciónquehabíatenidoconChristinelohabráturbadoporcompleto… Pensaba menos en Christine que alrededor de Christine, y ese«alrededor» era tan difuso, tan nebuloso, tan incomprensible, que sentía unsingularyangustiosomalestar.

Deestemodolashoraspasabanmuylentas.Seríanmásomenoslasonceymediadelanochecuandooyó,conclaridad,pasosenlahabitacióndeallado.Eran pasos ligeros, furtivos. ¿Entonces Christine no se había acostado? Sinpensar en lo quehacía, el joven se vistió a tientas, cuidandodenohacer elmenorruido.Yesperó,dispuestoatodo.¿Dispuestoaqué?¿Losabíaacaso?

Page 56: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ElcorazónlesaltóenelpechocuandooyóquelapuertadeChristinegirabalentamentesobresusgoznes.¿AdóndeibaaestashorasenlasquetododormíaenPerros?Entreabriócuidadosamentelapuertaypudover,alclarodeluna,lasilueta blanca deChristine que se deslizaba con precaución por el corredor.Alcanzó la escalera, bajó, y él, por encima de ella, se inclinó sobre labarandilla.Derepente,oyódosvocesquehablabanrápidamente.Lellegóunafrase:«Nopierdalallave».Eralavozdelaposadera.Abajoabrieronlapuertaque daba a la rada. La volvieron a cerrar y todo quedó en calma.Raoul sedirigióinmediatamenteasuhabitaciónycorrióhacialaventana,queabrió.LablancasiluetadeChristinesedestacabaenelmuelledesierto.

Elprimerpisode laposadadelSolPonientenoeramuyalto,yunárbolque tendía sus ramas a los brazos impacientes de Raoul le permitió llegarafuerasinquelaposaderapudierasospecharsuausencia.Asípues,¿cuálnofueelestupordelabuenamujer,alamañanasiguiente,cuandoletrajeronaljovencasihelado,másmuertoquevivo,ycuandoseenteródequelehabíanencontradotendidoenlasescalerasdelaltardelapequeñaiglesiadePerros?Corrió a dar la noticia a Christine, que bajó al instante y prodigó al joven,ayudada por la posadera, sus cuidados inquietos. Éste no tardó en abrir losojosyvolviócompletamentealavidaalverasuladoelencantadorrostrodesuamiga.

¿Qué había sucedido? El comisarioMifroid tuvo ocasión, unas semanasmástarde,cuandoeldramadelaóperaexigiólaintervencióndelapolicía,deinterrogaralvizcondedeChagnyacercadelossucesosdelanochedePerros,yheaquídequéformafuerontranscritosenlashojasdelsumario(Signatura150).

Pregunta.—¿LaseñoritaDaaéloviobajardesuhabitaciónporelcuriosocaminoqueustedeligió?

Respuesta.—No,señor,no.Sinembargo,laalcancésincuidardeahogarelruidodemispasos.Noqueríaentoncesmásqueunacosa,quesevolviera,mevierayme reconociera.Medecíaquemipersecucióneraabsolutamenteincorrecta y que aquel tipo de espionaje era indigno de mí. Pero ella noparecióoírmey,dehecho,actuócomosiyonoestuvieraallí.Abandonócontranquilidadelmuelleydespués,derepente,subiórápidamenteporelcamino.Elrelojdelaiglesiaacababadedarlasdocemenoscuartoymeparecióqueelsonido de la hora le hacían forzar lamarcha, ya que empezó casi a correr.Llegóasíalapuertadelcementerio.

P.—¿Estabaabiertalapuertadelcementerio?

R.—Sí, señor. Eso me sorprendió, pero no pareció extrañar en lo másmínimoalaseñoritaDaaé.

Page 57: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

P.—¿Nohabíanadieenelcementerio?

R.—Nohabíanadie.Sihubierahabidoalguien,lehabríavisto.Laluzdela luna deslumbraba y la nieve que recubría la tierra, al reflejar sus rayos,hacíaaúnmásclaralanoche.

P.—¿Noeraposiblequehubieraalguienescondidodetrásdelastumbas?

R.—No,señor.Sonunaslápidasmiserablesquedesaparecenbajolanievey cuyas cruces se alzan a ras del suelo. Las únicas sombras eran las de lascruces y las dos nuestras. La iglesia resplandecía de luz. Jamás he vistosemejante luz nocturna. Era muy hermoso, muy transparente y muy frío.Jamáshabíaidodenocheauncementerioeignorabaquefueraposibleunaluzsemejante,«unaluzquenopesanada».

P.—¿Esustedsupersticioso?

R.—No,señor.Soycreyente.

P.—¿Enquéestadodeánimoseencontraba?

R.—Muyserenoytranquilo,seloaseguro.Enverdad,lainsólitasalidadela señoritaDaaéme había turbado en un principio profundamente. Pero, encuanto vi que la joven penetraba en el cementerio, pensé que iba a cumpliralgunapromesasobrelatumbadesupadre,yencontrélacosatannaturalquerecobré todami calma. Sólome extrañaba aún el que no hubiera oídomispasos,yaquelanievecrujíabajomispies.Perodebíaestar,sinduda,absortaporsudevoción.Decidí,pues,nomolestarlay,cuandollegóalatumbadesupadre,mequedédetrásalgunospasos.Searrodillóenlanieve,hizolaseñaldelacruzyempezóarezar.Enaquelmomentodieronlasdocedelanoche.Aúnresonaba la última campanada en mis oídos, cuando vi a la joven alzar lacabeza.Sumiradaseclavóenlabóvedaceleste,susbrazossetendieronhaciael astro de la noche. Me pareció como si estuviera en éxtasis y aún mepreguntaba cuál había sido la causa súbita y determinante de este éxtasis,cuandoyomismolevantélacabeza,lancéamialrededorunamiradaperdidaytodomisersetendióhaciaelInvisible,elinvisiblequenostocabamúsica.¡Yquémúsica! ¡Ya la conocíamos!Christineyyo lahabíamosoídoennuestrajuventud. Pero jamás del violín del señor Daaé había surgido un arte tandivino.EnaquelinstantenopudedejarderecordartodoloqueChristinemehabía explicado acerca del Ángel de la música, y no supe qué pensar deaquellos sonidos inolvidables que, si no bajaban del cielo, no permitíanadivinar su origen en la tierra. Allí no había instrumento alguno ni manoalgunaparaguiarelarco.¡Recordabaesaadmirablemelodía!SetratabadeLaresurreccióndeLázaro,queelviejoDaaénostocabaensushorasdetristezaydevoción.SielÁngeldeChristinehubieraexistido,nolohubierahechomejoraquellanocheconelviolíndelviejomúsicodepueblo.LainvocacióndeJesús

Page 58: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

nos arrebataba de la tierra y, en verdad, esperaba incluso ver levantarse lapiedradelatumbadelpadredeChristine.TuvetambiénlaideadequeDaaéhabía sido enterrado con su violín y, sinceramente, no sé hasta dónde, enaquellosmomentos fúnebres y esplendorosos, en el fondo de aquel perdidocementerio de provincia, al lado de las calaveras de los muertos que nossonreían con sus mandíbulas inmóviles… no, no sé hasta dónde llegó miimaginaciónnidóndesedetuvo.Perolamúsicaseextinguióyvolvíarecobrarmissentidos.Meparecióoírunruidodellugardondeestabanlascalaverasdelosario.

P.—¡Ajá!¿Oyóunruidoprocedentedelosario?

R.—Sí.Meparecióquelascalaverasreíanconsarcasmoynopudeevitarunescalofrío.

P. —¿Acaso no pensó que, detrás del osario, podía esconderseprecisamenteelmúsicoceleste,queacababadeembelesarle?

R.—Pensétantoenesoquenopudepensarenotracosa,señorcomisario,hastaelpuntoqueolvidéseguiralaseñoritaDaaé,quesehabíalevantadoyseacercabatranquilamentealapuertadelcementerio.Ella,porsuparte,estabatan absorta que nome sorprende que nomeviera. Permanecí sinmoverme,conlosojosfijosenelosario,decididoallegarhastaelfinaldeestaincreíbleaventurayaclararlotodohastaelúltimodetalle.

P —¿Y qué ocurrió entonces para que lo encontraran, por la mañana,mediomuerto,enlosescalonesdelaltarmayor?

R.—¡Oh!Ocurriótodomuyrápido…Unacalaverarodóhastamispies…,luegootra…,yotra…Eracomosiyofueraelcentrodeaquelfúnebrejuegode bolos. Pensé que un falso movimiento había destruido la armonía delmontóndehuesos traselcualseocultabanuestromúsico.Estahipótesismepareciódeltodorazonable,cuandoviaunasombradeslizarsederepenteporla pared resplandeciente de la sacristía. Me lancé tras ella. La sombra,empujandolapuerta,habíaentradoyaenlaiglesia.Yollevabaalas,lasombraunacapa.Fui lobastanterápidocomoparacogerunapuntadelacapadelasombra. En aquel momento, la sombra y yo estábamos justo ante el altarmayory los rayosde la luna,a travésde lagranvidrieradelábside,caíanapicodelantedenosotros.Comoyonolasoltaba,lasombrasevolvióhaciamíylacapaconlaqueseenvolvíaseentreabrió.Vi,señorjuez,comoleveoausted,unaespantosacalaveraqueclavabaenmíunamiradaenlaqueardíanlosfuegosdelinfierno.CreívérmelasconelpropioSatány,anteesaaparicióndeultratumba,micorazón,peseatodosuvalor,desfalleció,yyanorecuerdonada hasta elmomento en queme desperté enmi pequeña habitación de laposadadelSolPoniente.

Page 59: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

CAPÍTULOVII

UNAVISITAALPALCON°5

AbandonamosalosseñoresFirminRichardyArmandMoncharminenelmomentoenquesedecidíanavisitarelpalcon°5delprimerpiso.

Dejaron atrás la larga escalera que va desde el vestíbulo de laadministración hasta el escenario y sus dependencias. Atravesaron elescenario, entraronenel teatropor lapuertade losabonados,despuésen lasalaporelprimerpasilloalaizquierda.Sedeslizaronatravésdelasprimerasfilas de las butacas de la orquesta y contemplaron el palco n° 5 del primerpiso. Se veía mal porque estaba sumido en una semioscuridad y porqueenormesfundascolgabandelterciopelorojodelospasamanos.

En aquel momento estaban prácticamente solos en el inmenso agujerotenebrosoyunprofundosilenciolosrodeaba.Eralahoratranquilaenlaquelostramoyistasvanatomarunacopa.

El equipo había abandonado por un tiempo el escenario, dejando undecoradoamedioinstalar.Algunosrayosdeluz(unaluzpálida,siniestra,queparecía robada a un astromoribundo) se insinuaba a través de una aberturahastaunaviejatorrequealzabasusalmenasdecartónsobreelescenario.Lascosas, en aquella noche ficticia, o mejor dicho en aquel día engañoso,adoptabanformasextrañas.Encimadelossillonesdelaorquesta,latelaquelos recubría parecía un mar enfurecido cuyas olas glaucas hubieran sidoinmovilizadasinstantáneamenteporordensecretadelgigantedelastormentasque, como todos sabemos, se llamaAdamástor. Los señoresMoncharmin yRicharderanlosnáufragosenestaagitacióninmóvildeunmardetelapintada.Avanzaban hacia los palcos de la izquierda a grandes brazadas, comomarinerosquehanabandonado subarcoe intentanganar laorilla.Lasochograndescolumnasdecartónpulidosealzabanenlasombracomootrostantosprodigiosospilaresdestinadosasostenerelacantiladoamenazador,crujienteyventrudo, cuyos soportes estaban representados por las líneas circulares,paralelasyoscilantesdelospalcosdelospisosprimeros,segundosyterceros.Enloalto,enlomásaltodelacantilado,perdidasenelcielodecobre,obradeLenepveu,unasfigurashacíanmuecas,reíansarcásticamente,seburlabandelainquietuddelosseñoresMoncharminyRichard.Eran,sinembargo,figurasquesuelensermuyserias.SellamabanIsis,Amfitrite,Hebe,Flora,Pandora,Psique,Tetis,Pomona,Dafne,Clitia,Galatea,Aretusa.Sí,lapropiaAretusayPandora,alaquetodoelmundoconoceacausadesucaja,mirabanalosdosnuevosdirectoresdelaÓperaquehabíanconseguidoaferrarseaunaruinayque, desde allí, contemplaban en silencio el primer palcon° 5.Hedichoyaqueestabaninquietos.Almenos,meloimagino.ElmismoseñorMoncharminconfiesa que se encontraba impresionado. Dice textualmente: «Aquel

Page 60: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

“columpio”(¡vayaestilo!)delfantasmadelaópera,alquenoshabíanhechosubirtanamablementedesdequesucedimosalosseñoresPolignyyDebienne,habíaterminadosindudaalgunaporturbarmisfacultadesimaginativas,ymeparece que también las visuales, porque (¿acaso era el escenario ideal en elquenosmovíamos enmediodeun increíble silencio lo quenos impresionóhasta aquel punto?…¿Fuimos acaso juguetes deuna especie de alucinaciónhechaposiblepor la semioscuridadde la salay la que inundaba el palcon°5?),porquequevi,ytambiénRichardvio,almismotiempo,unasiluetaenelpalcon°5.Richardnodijonada;tampocoyo.Peronoscogimosdelamanocon unmismo gesto.Después, esperamos así vanosminutos, sinmovernos,con los ojos siempre fijos en el mismo punto; pero la silueta habíadesaparecido. Entonces salimos y, en el corredor, intercambiamos nuestrasimpresionesyhablamosdelasilueta.LopeorfuequemiimagendelasiluetanoseparecíaenlomásmínimoaladeRichard.Yohabíavistoalgoparecidoauna calavera inclinada sobre la barandilla del palco, mientras que RichardobservóaunasiluetademujerviejaquerecordabaalademamáGiry.Detalmodocomprendimosquehabíamossidovíctimasdeuna ilusióny,sindudarmás, corrimos sin tardanzay riendocomo locos, alprimerpalcon°5, enelqueentramosyenelqueyanoencontramossiluetaalguna».

Ahoraestamosenelpalcon°5.

Es, un palco como todos los demás palcos del primer piso. En realidad,nadadiferenciaaestepalcodelosvecinos.

MoncharminyRichard,burlándoseostensiblementeyriéndoseelunodelotro, movían los muebles del palco, levantaban las fundas y los sillones, yexaminabanenparticularaquélenelquelavozteníacostumbredesentarse.Pero comprobaron que se trataba de un simple sillón que no tenía nada demágico. En resumen, el palco era uno de los palcos más normales, con sutapicería roja, sus sillones, su alfombra y su pasamanos de terciopelo rojo.Despuésdehaberexaminado,delaformamásseriadelmundo,laalfombraydenohaberencontradoallínienningunaotrapartenadaespecial,bajaronalaplatea,alpalcodebajodelpalcon°5.Enelpalcodeplatean°5,queestájustoenelrincóndelaprimerasalidaalaizquierdadelasbutacasdelaorquesta,noencontrarontampocoalgoquemerecieseserseñalado.

—Toda esa gente se burla de nosotros —terminó exclamando FirminRichard—.El sábado se representa Fausto, ¡y nosotros dos asistiremos a larepresentaciónenelpalcon°5!

CAPÍTULOVIII

DONDELOSSEÑORESFIRMINRICHARDYARMAND

Page 61: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

MONCHARMINTIENENLAAUDACIADEREPRESENTAR«FAUSTO»ENUNASALA«MALDITA»YDELESPANTOSO

ESPECTÁCULOQUETUVOLUGARENLAÓPERA

El sábado por la mañana, al llegar a su despacho, los directoresencontraronunadoblecartadelF.delaÓ.querezabaasí:

Estimadosdirectores.

¿Mehandeclaradoacasolaguerra?

Siquierenreencontrarlapaz,ésteesmiultimátum.

Contienedelascuatrosiguientescondiciones.

1ºDevolvermemipalco,yquieroqueseapuestoamilibredisposiciónapartirdeestemomento.

2º El papel de «Margarita» lo cantará esta nocheChristineDaaé.No sepreocupendelaCarlotta,queestaráenferma.

3ºExijolosbuenosylealesserviciosdelaseñoraGiry,miacomodadora,alaquereintegraráninmediatamenteasusfunciones.

4ºEsperomecomuniquen,medianteunacartaentregadaalaseñoraGiry,quienmelahará llegar,siaceptanustedes,comosuspredecesores,elpliegodecondiciones referenteamipagomensual.Les informarémásadelantedecómohabrádeefectuarse.

De lo contrario, esta noche representarán Fausto en una salamaldita. Abuenentendedor…¡Saludos!

FdelaÓ.

—¡Empiezaafastidiarmeestetipo,afastidiarmeenserio!—gritóRichard,mientras levantaba los puños en señal de venganza y los dejaba caer conestruendosobrelamesadesudespacho.

Entretanto,entróMercier,eladministrador.

—Lachenalquerríaveraunodelosseñores—dijo—.Parecequeelasuntoesurgente;elbuenhombreparecemuyalterado.

—¿QuiéneseseLachenal?—preguntóRichard.

—Esaljefedesuscaballerizos.

—¿Cómoqueeljefedemiscaballerizos?

—Claro,señor—explicóMercier—…enlaOperahayvarioscaballerizos,yelseñorLachenalessujefe.

Page 62: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Yquéhace?

—Seencargadeladireccióndelascuadras.

—¿Quécuadras?

—Pueslassuyas,señor.LascuadrasdelaÓpera.

—¿Peroesquehaycuadrasenlaópera?¡Laverdadesnosabíanada!¿Ydóndeestán?

—En los bajos, del lado de laRotonda. Es un serviciomuy importante,tenemosdocecaballos.

—¡Docecaballos!¿Yparaqué,Diosmío?

—Pues, para los desfiles de La judía, de El Profeta, etc… Se necesitancaballosamaestradosy«quesepandetablas».Loscaballerizosseencargandeamaestrarlos. El señor Lachenal esmuy hábil. Es el antiguo director de lascuadrasdeFranconi.

—Muybien…¿Peroquéquiere?

—Nolosé…Jamáslohabíavistoensemejanteestado.

—¡Hágalopasar!

El señor Lachenal entra. Lleva una fusta en la mano y se golpeanerviosamenteunadesusbotas.

—Buenos días, señor Lachenal —dijo Richard impresionado. ¿A quédebemoselhonordesuvisita?

—Señordirector,vengoapedirlequepongaenlacalleatodalacuadra.

—Pero, ¿cómo? ¿Quiere que ponga en la calle a nuestros queridoscaballos?

—Nosetratadeloscaballos,sinodelospalafreneros.

—¿Cuántospalafrenerostieneusted,señorLachenal?

—¡Seis!

—¡Seispalafreneros!Bastaríacondos.

—Se trata de «plazas»—lo interrumpióMercier—que fueron creadas eimpuestas por el subsecretario de Bellas Artes. Los ocupan hombresprotegidosporelgobierno,ymeatrevoasugerir…

—¡Elgobiernonomeimporta!…—afirmóRichardconunagranenergía—.Nonecesitamosamásdecuatropalafrenerosparadocecaballos.

—¡Once!—rectificóeljefedecaballerizos.

Page 63: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Doce!—repitióRichard.

—¡Once!—repitióLachenal.

—¡Ah!Elseñoradministradormehabíainformadodequeteníausteddocecaballos.

¡Teníadoce,peronomequedanmásqueoncedesdequenoshanrobadoaCésar!

YelseñorLachenalsedaunfuertefustazoenlabota.

—¡Nos han robado aCésar!—exclamó el administrador—. ¡ACésar, elcaballoblancodeElProfeta!

—NohaymásqueunCésar—declaróentonosecoeljefedecaballerizos—. Estuve diez años con Franconi y he vistomuchos caballos enmi vida.¡Puesbien,comoCésarnohaymásqueuno!Ynoslohanrobado.

—¿Cómohasido?

—¡Nolosé!¡Nadiesabenada!Estaeslacausademivisita.Poresovengoapedirlequepongaenlacalleatodoslosdelacuadra.

—¿Yquédicensuspalafreneros?

—Tonterías…Unos acusan a los figurantes… otros pretenden que es elporterodelaadministración.

—¿Elporterodelaadministración?¡Respondodeélcomodemímismo!—protestóMercier.

—¡Pero, bueno, señor jefe de caballerizos!—exclamó Richard—, ¡debetenerustedalgunaidea!…

—Sí,señor.¿Sitengouna?¡Tengouna!—declaródeprontoLachenal—,yvoyadecírsela.Notengolamenorduda.

Elseñorjefedecaballerizosseacercóalosdirectoresylessusurróenlaoreja:

—¡Hasidoelfantasmaquienhadadoelgolpe!

Richardsesobresaltó.

—¡Ah!¡Conqueustedtambién!¡Ustedtambién!

—¿Cómo,yotambién?Eslomásnatural…

—Pero¡quédiceusted,señorLachenal!¡Peroquédiceusted,señorjefedecaballerizos!…

—Digoloquepienso,despuésdeloquehevisto…

Page 64: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Yquéhavisto,señorLachenal?

—Vi,comoleestoyviendoausted,aunasombranegraquemontabauncaballoblancoqueseparecíaaCésarcomodosgotasdeagua.

—¿Ynocorriótrasesecaballoblancoyesasombranegra?

—Corrí y llamé, señor director, pero desaparecieron con una rapidezdesconcertanteyseperdieronenlaoscuridaddelagalería…

ElseñorRichardselevantó.

—Está bien, señor Lachenal. Puede usted retirarse… presentaremos unadenunciacontraelfantasma…

—¿Ydespediráamispalafreneros?

—¡Desdeluego!¡Adiós,señor!

ElseñorLachenalsaludóysalió.

Richardechabachispas.

—¡Preparelacuentadeeseimbécil!

—¡Es un amigo del señor comisario del gobierno!—se atrevió a decirMercier…

—Y toma el aperitivo en el Tortoni con Lagréné, Scholl y Pertuiset, elmatador de leones—añadióMoncharmin—. ¡Nos vamos a poner a toda laprensa en contra! Explicará la historia del fantasma y todo el mundo sedivertirá a costa nuestra. ¡Si hacemos en ridículo, podemos considerarnosmuertos!

—Está bien. No hablemos más… —concedió Richard, que ya estabapensandoenotracosa.

En aquel momento se abrió la puerta, que sin duda no estaba vigiladaentoncesporsucancerbero,yaquevieronentrarentrombaamamáGiryconunacartaenlamano,ydecirprecipitadamente:

—Perdón,milexcusas,señores,peroestamañanaherecibidounacartadelfantasmadelaÓpera.Medicequemepresenteaustedes,quesindudatienenalgoque…

Noacabódedecirlafrase.VioelrostrodeFirminRichard,yeraterrible.Elhonorabledirectorde laóperaestabaapuntodeexplotar.El furorque loagitaba sólo se traducía de momento por el color escarlata de su rostrofuribundoyporelbrillodesusojosrelampagueantes.Nodijonada.Nopodíahablar.Pero,depronto,inicióungesto.Primerofueelbrazoizquierdo,conelquecogióamamáGiryy lehizodescribirunamediavuelta tan inesperada,

Page 65: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

unapiruetatanrápida,queéstalanzóungritodesesperado;después,fueelpiederecho, el pie derecho del mismo honorable director el que imprimió suhuellaeneltafetánnegrodeunafaldaquejamásenaquellugarhabíasufridoultrajeparecido.

El hecho se había producido de forma tan inesperada que mamá Giry,cuando se encontró en la galería, estaba aún medio aturdida, y parecía noentendernada.Pero,depronto,comprendióylaÓperaresonóconsusgritosindignados,consusenfurecidas frases, consusamenazasdemuerte.Fueronnecesariostresmozosparahacerlabajarhastaelpatiodelaadministraciónydosguardiasparallevarlaalacalle.

Aproximadamentealamismahora,laCarlotta,quevivíaenunapequeñamansióndelfaubourgSaint-Honoré,llamabaasucamareraysehacíatraerelcorreoalacama.Entrelascartasencontróunaquedecíaasí:

«Sicantaestanoche,tengacuidadodequenoleocurraunagrandesgraciaenelmomentomismoenqueempieceacantar…unadesgraciapeorque lamuerte».

Estaamenazaestabaescritaentintaroja,conunaletradepalotesytrazovacilante.

Después de leer la carta, la Carlotta ya no tuvo apetito para desayunar.Rechazólabandejaenlaquelacamareraleofrecíaelchocolatehumeante.Sesentóenlacamaysepusoapensarprofundamente.Noeralaprimeracartadeestetipoquerecibía,perojamáshabíaleídounatanamenazadora.

En aquel momento se creía el blanco de mil intrigas y contabahabitualmentequeteníaunenemigosecretoquehabíajuradosudesgracia.

Pretendía que se tramaba contra ella unmalvado complot, una desgraciaque seproduciría eldíamenospensado;peroellanoeraunamujer fácil deintimidar,añadía.

Lo cierto es que si había algún tipo de complot, era el que la CarlottamontabacontralapobreChristine,quenoseenterabadenada.LaCarlottanohabíaperdonadoaChristineeltriunfoqueéstahabíaobtenidoalsustituirladeimproviso.

Cuandoseenteródelaextraordinariaacogidaquehabíatenidosusuplente,laCarlottasesintióinstantáneamentecuradadeunprincipiodebronquitisydeun acceso de rabia contra la administración, y abandonó todo proyecto dedejar su puesto.Desde entonces, se había dedicado a trabajar con todas susfuerzaspara«ahogar»asurival,obligandoainfluyentesamigosapresionaralosdirectoresparaquenovolviesenadaraChristinelaocasióndeobtenerunnuevotriunfo.Aquellosperiódicosquehabíancomenzadoaalabarel talento

Page 66: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

deChristine,noseocuparonmásquedeensalzarlagloriadelaCarlotta.Porúltimo,inclusoenelteatromismo,lacélebredivapronunciabalasfrasesmásultrajantes acerca de Christine e intentaba causarle miles de pequeñosdisgustos.

LaCarlottanoteníanicorazónnialma.¡Noeramásqueuninstrumento!Aunque,hayquedecirlo,unmaravillosoinstrumento.Surepertorioabarcabatodo lo que puede tentar la ambición de una gran artista, tanto en lo querespecta a los maestros alemanes como a los italianos o franceses. Nuncajamás, hasta este día, se había oído desafinar a la Carlotta, ni carecer delvolumendevoznecesarioparatraduciralgúnpasajedesuinmensorepertorio.En resumen, el instrumento se hallaba siempre tenso, poderoso yadmirablementeafinado.Peronadiehabríapodidodecir a laCarlotta loqueRossini le dijo a la Kraus, después de haber cantado para él en alemán«Sombríosbosques»…:«Cantaustedconelalma,hijamía,yquéhermosaessualma».

¿Dónde estaba tu alma, Carlotta, cuando bailabas en los tugurios deBarcelona? ¿Dónde cuando,más tarde, cantabas en aquellos tristes tabladostuscoplillascínicasdevacantedelmusic-hall?

¿Dónde cuando ante los maestros reunidos en casa de alguno de tusamantes, hacías resonar ese instrumentodócil cuyaúnicavirtud consistía encantar con la misma indiferente perfección el sublime amor y la más bajaorgía?¡Carlotta,sialgunaveztuvisteunalmaylaperdisteentonces,lahabríasrecobradoalconvertirteenJulieta,cuandofuisteElvira,Ofelia,yMargarita!Otrasantesquetúascendierondesdemásabajoquetú,peroelarte,respaldadoporelamor,laspurificó.

En realidad, cuando pienso en todas las pequeñeces y villanías queChristineDaaétuvoquesoportarenaquellaépocaporculpadelaCarlotta,nopuedocontenermicólera,ynomeextrañaquemiindignaciónsetraduzcaenopinionesuntantoabstractassobreelarteengeneral,yelcantoenparticular,quelosadmiradoresdelaCarlottanoencontraránciertamentedesuagrado.

CuandolaCarlottaterminódepensarenlaamenazaqueencerrabalacartaqueacababaderecibir,selevantó.

—¡Yaveremos!—dijo,ypronuncióenespañolunoscuantosimproperios.

Lo primero que vio al acercarse a la ventana fue un coche fúnebre. Elcochefúnebreylacartalapersuadierondequeaquellanochecorríaungranpeligro. Reunió en casa a algunos de sus amigos, les informó de que en larepresentación de la noche sería víctima de un complot organizado porChristineDaaé,ydeclaróquehabíaquepararlospiesalapequeñallenandolasalaconsusadmiradores,losdelaCarlotta.Eranmuchos,¿no?Contabacon

Page 67: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ellosparaqueestuvieranpreparadosparacualquiereventualidadyparahacercallaralosperturbadoresenelcasodeque,comoellatemía,organizaranunescándalo.

ElsecretarioparticulardelseñorRichard,quehabíaidoainformarsedelasalud de la diva, volvió con la seguridad de que se encontraba mejor quenuncaydeque,«aunqueestuvieraagonizando»,cantaríaaquellamismanocheel papel de Margarita. Como el secretario, de parte de su jefe, habíarecomendadoaladivaquenocometieraningunaimprudencia,quenosalierade casa y se guardase de las corrientes de aire, la Carlotta no pudo evitarasociarestasrecomendacionesexcepcionaleseinesperadasconlasamenazasescritasenlacarta.

Eranlascincocuandorecibióotracartaanónimaconlamismaletraquelaprimera. Era breve. Decía simplemente: «Está usted constipada. Si esrazonable,comprenderíaqueesunalocuraquerercantarestanoche».

La Carlotta soltó una carcajada, se encogió de hombros, que eranmagníficos,ylanzódosotresnotasqueledevolvieronlaconfianza.

Susamigosfueronfielesalapromesaquelehabíanhecho.Aquellanochese encontraban todos en la Ópera, pero buscaron en vano a los ferocesconspiradoresquedebíandeestarasualrededor,yalosquedebíanoponerse.Conexcepcióndealgunosprofanos,algunoshonradosburguesescuyaplácidafigura no reflejaba otro deseo que el de volver a escuchar una música quedesdehacíatiempoleshabíaconquistadosuaprobación,nohabíaallímásquelos habituales, cuyos elegantesmodales, pacíficos y correctos, alejaban todaidea acerca de unamanifestación. Lo único anormal era la presencia de losseñoresRichard yMoncharmin en el palco n° 5.Los amigos de laCarlottacreyeron que quizá, por su parte, los directores habían sospechado elproyectadoescándaloyhabíandecididoacudiralasalaparaparalizarloenelmomentomismoenqueestallase.Pero,comoyasabenustedes,setratabadeuna hipótesis injustificada: los señores Richard yMoncharmin no pensabanmásqueensufantasma.

¿Nada?…Envanointerrogoenardienteespera

alaNaturalezayalCreador.

¡Ningunavozenmioídodesliza

unapalabradeconsuelo!…

El célebre barítono Carolus Fonta apenas había terminado de lanzar laprimerallamadadeldoctorFaustoalaspotenciasdelinfierno,cuandoelseñorFirminRichard,quesehabíasentadoenlamismasillaqueelfantasma—lasillade laderecha,en laprimera fila—se inclinabaconelmejorhumordel

Page 68: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

mundohaciasusocioyledecía:

—¿Ytú?¿Algunavozyatehadichoaloídoalgunapalabra?

—¡Esperemos! No nos precipitemos —contestó con el mismo tono debromaArmandMoncharmin—.La representaciónacabadeempezarysabesmuy bien que el fantasma no llega habitualmente hasta lamitad del primeracto.

El primer acto transcurrió sin incidentes, lo que no extrañó en lo másmínimoalosamigosdelaCarlotta,yaqueMargaritanocantaenesteacto.Encuantoalosdosdirectores,semiraronsonriendocuandobajóeltelón.

—¡Elprimerohaterminado!—dijoMoncharmin.

—Sí.Elfantasmaseretrasa—declaróFirminRichard.

Siemprebromeando,Moncharmininsistió:

—Enrealidad,lasalanoestádemasiadomalestanocheparaserunasalamaldita.

Richard se dignó a sonreír. Señaló a su colaborador una señora gorda,bastante vulgar, vestida de negro, que estaba sentada en una butaca en elcentrodelasala,entredoshombresdeaspectotoscoconsuslevitasdepañodefrac.

—¿Quiénesesagente?—preguntóMoncharmin.

—Esagente,miqueridoamigo,esmiportera,suhermanoysumarido.

—¿Leshasdadoentradas?

—¡Claro! Mi portera no había venido nunca a la Ópera…, está es laprimeravez.Ycomoapartirdeahorahadevenirtodaslasnoches,hequeridoqueestuvierabiensituadaantesdepasarseelratoacomodandoalosdemás.

Moncharmin pidió explicaciones y Richard le informó que habíaconvencidoa suportera, en laque teníamuchaconfianza,paraqueocuparaporalgúntiempoelpuestodelaseñoraGiry.

—Hablando de mamá Giry —dijo Moncharmin—, ¿ya sabes que va apresentarunadenunciacontrati?

—¿Aquién?¿Alfantasma?

¡Elfantasma!Moncharmincasilohabíaolvidado.

Además, el misterioso personaje no hacía nada para que los directoresvolvieranarecordarlo.

De repente, la puerta de su palco se abrió bruscamente y dejó paso al

Page 69: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

aterrorizadoregidor.

—¿Qué sucede?—preguntaron losdos a la vez estupefactosdeverlo ensemejantelugaryenaquelmomento.

—Sucede —dijo el regidor— que los amigos de Christine Daaé hanmontadouncomplotcontralaCarlotta.Yéstasehapuestohechaunafuria.

—¿Quéhistoriaesésa?—dijoRichardfrunciendoelceño.Peroeltelónsealzabayeldirectorhizoungestoalregidorparaqueseretirara.

Cuando el administrador hubo abandonado el palco, Moncharmin seinclinóhaciaRichard.

—¿Tiene,pues,amigoslaDaaé?—preguntó.

—Si—dijoRichard—.Lostiene.

—¿Quiénes?

Richardindicóconlamiradaunprimerpalcoenelquenohabíamásquedoshombres.

—¿ElcondedeChagny?

—Sí,élme la recomendó…, tancalurosamenteque,sinosupieraqueesamigodelaSorelli…

—¡Vaya, vaya!…—murmuróMoncharmin—.¿Yquién es ese joven tanpálidosentadoasulado?

—Essuhermano,elvizconde.

—Estaría mejor en la cama. Tiene aspecto de estar enfermo. Alegrescantosresonabanenescena.Laembriaguezenmúsica.Eltriunfodelabebida.

Vinoocerveza

cervezaovino,

¡sillenoestámivaso,

tantomejor!

Estudiantes, burgueses, soldados, muchachas y matronas con el corazónalegre, se agitaban ante la taberna con efigie del dios Baco. Siebel hizo suentrada.

Christine Daaé estaba encantadora disfrazada de hombre.' Su frescajuventud,sugraciamelancólica,seducíanaprimeravista.Inmediatamente,lospartidariosdelaCarlottaseimaginaronqueibaaserrecibidaconunaovaciónque les confirmaría las intenciones de sus amigos. Esta ovación indiscreta,hubierasido,porotraparte,deunatorpezainsigne.Noseprodujo.

Page 70: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Porelcontrario,cuandoMargaritaatravesó laescenayhubocantado losdosúnicosversosdesupapelenestesegundoacto:

¡Noseñores,nosoydoncellanihermosa,

ynonecesitoquesemedélamano!

Estruendosos bravos acogieron a la Carlotta. Eran tan imprevistos y taninútiles,quelosquenoestabanalcorrientedenadasemirabanpreguntándosequépasaba.Yelacto terminósinningún incidente.Todoelmundosedecíaentonces:«Evidentemente,seráenelpróximoacto».Algunosque,alparecer,estaban mejor informados que los demás afirmaban que el escándalo iba ainiciarseen«LacopadelreydeThule»,yseprecipitaronhacialaentradadelosabonadosparaavisaralaCarlotta.

Losdirectoresabandonaronelpalcoduranteesteentreactoparainformarsedel complot del que les había hablado el administrador, pero volvieron enseguidaasusitio,encogiéndosedehombrosyconsiderando todoeseasuntoera una tontería.Loprimeroquevieron al entrar fue una caja de bombonesingleses encima del tablero del pasamanos. ¿Quién la había traído?Preguntaron a las acomodadoras. Pero nadie pudo decirles nada. Pero,volviéndosedenuevohaciaelpasamanos,vieronestavez,alladodelacajadebombonesingleses,unosgemelos.Semiraron.Noteníanganasdereír.TodoloquelaseñoraGiryleshabíadicholesvolvíaalamemoria…,yademás…,les parecía que había a su alrededor una extraña corriente de aire… Sesentaronensilencio,realmenteimpresionados.

LaescenarepresentabaeljardíndeMargarita…

Proclamadlemiamor,

llevadlemisvotos…

Mientrascantabaestosdosprimerosversos,consuramoderosasylilasenla mano, Christine, al levantar la cabeza, vio en su palco al vizconde deChagnyy,apartirdeaquelinstante,atodoslesparecióquesuvozeramenossegura,menospura,menoscristalinaquedecostumbre.Algoquenosesabía,ensordecía,dificultabasucanto…Habíaenellatemblorymiedo.

—Extraña muchacha… —hizo notar casi en voz alta un amigo de laCarlotta,situadoenlaplatea—.Lanochepasadaestabadivinayhoyaquílatienes,letiemblalavoz.¡Faltadeexperiencia!¡Faltademétodo!

Esenvosenquientengofe,

habladvospormí.

Elvizcondeescondiólacabezaentre lasmanos.Lloraba.Detrásdeél,elconde se mordía con violencia la punta del bigote, alzaba los hombros y

Page 71: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

fruncía las cejas. Para traducir mediante tantos signos exteriores sussentimientos íntimos, el conde, siempre tan correcto y tan frío, debía estarfurioso. Lo estaba. Había visto regresar a su hermano de un rápido ymisteriosoviajeenunestadodesaludalarmante.Lasexplicacionesquehabíanseguidotuvieronsindudalavirtuddetranquilizaralcondequien,deseosodesaberaquéatenerse,habíapedidounaentrevistaaChristine.Daaé.Éstahabíatenido la audacia de contestarle que no podía recibirle, ni a él ni a• suhermano.Creyóquesetratabadeunaabominablemaquinación.NoperdonabaaChristinequehicierasufriraRaoul,pero,sobretodo,noperdonabaaRaoulquesufrieraporChristine.¡Ah!Habíasidountontodepreocuparseduranteuntiempo por aquella joven, cuyo triunfo de una noche seguía siendoincomprensibleparatodos.

Quesobresubocalaflor

puedaalmenosdepositar

undulcebeso.

—¡Pequeñazorra,bah!—gruñóelconde.

Se preguntó qué se proponía aquella mujer… qué podía esperar… Erapura,decíanquenoteníaamigoniprotectordeningúntipo…¡aquelÁngeldelNortedebíaserunabuenabribona!

PorsuparteRaoul,detrásdelasmanos,cortinaqueocultabasuslágrimasde niño, sólo pensaba en la carta que había recibido a su llegada a París,adonde Christine había llegado antes que él, huyendo de Perros como unmaleante:«Miqueridoamiguitodeantaño,esprecisoquetengaelvalordenovolveraverme,denovolverahablarme…Simeamaunpoco,hagaestopormí, por mí, que no lo olvidaré jamás…,mi querido Raoul. Sobre todo, noentrenunca enmi camerino.Deellodependemivida.Depende la suya.SupequeñaChristine».

Unestruendosoaplauso…LaCarlottahacesuentrada.

Elactodeljardínsedesarrollabaconsushabitualesperipecias.

Cuando Margarita terminó de cantar el aria del Rey de Thule, fueaclamada.Tambiénlofuecuandoterminólacancióndelasjoyas.

¡Ah!cuantoríodeverme

tanbellaenesteespejo…

Entonces,seguradesímisma,seguradesusamigosquéestabanenlasala,segurade suvozyde suéxito,no temiendoanada,Carlotta seentregóporentero,conardor,conentusiasmo,conembriaguez.Suactuaciónno tuvoyacontenciónnipudor…YanoeraMargarita,eraCarmen.Se laaplaudiómás

Page 72: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

aúnysudúoconFaustoparecíareservarleunnuevoéxito,cuandodeprontoocurrió…algoespantoso.

Faustosehablaarrodillado:

Déjame,déjamecontemplarturostro

bajolapálidaclaridad

conlaqueelastrodelanoche,comoenunanube,

acariciatubelleza.

YMargaritacontestaba:

¡Ohsilencio!¡Ohdicha!¡Inefablemisterio!

¡Embriagadoralanguidez!

¡Escucho!…¡Ycomprendoaestavozsolitaria

quecantaenmicorazón!

En aquel instante…, justo en aquel instante…, se produce algo… seproducealgo…,lohedichoya,algoespantoso…

…Lasalaenteraseponeenpieenunúnicomovimiento…Ensupalco,los dos directores no pudieron contener una exclamación de horror…Espectadores y espectadoras semiran como para preguntarse los unos a losotroslaexplicacióndeunfenómenotaninesperado…ElrostrodelaCarlottarefleja el dolor más atroz, sus ojos parecen presos por la locura. La pobremujersehalevantado,conlabocaaúnentreabierta,traspronunciar«estavozsolitariaquecantaenmicorazón…».Peroaquellabocayanocanta…,noseatreveapronunciarunasolapalabra,unsolosonido…

Aquella boca creada para la armonía, aquel instrumento ágil que jamáshabíafallado,órganomagnífico,generadorde losmásbellossonidos,de losacordes más difíciles, de las modulaciones más suaves, de los ritmos másardientes, sublimemecánicahumanaa laqueno faltabapara serdivinamásqueelfuegodelcielo,elúnicocapazdeotorgarlaverdaderaemociónyelevarlasalmas…aquellabocahabíadejadoescapar…

Deaquellabocasehabíaescapado…

¡Ungallo!

¡Ah!¡Unhorrible, repugnante,plumoso,venenoso,espigado,espumeanteychillóngallo!

¿Pordóndehabíaentrado?¿Cómosehabíaagazapadoensulengua?Conlas patas encogidas para saltarmás alto ymás lejos, subrepticiamente habíasalidodesularingey…¡cuac!

Page 73: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

¡Cuac,cuac!…¡Quéterriblecuac!

Merefiero,comoospodéisimaginar,aunsapoensentidofigurado.Noseloveía,peroselooía.¡Cuac!

La sala quedó anonadada. Nunca un ave, de los más ruidosos corrales,habíadesgarradolanocheconuncuactanasqueroso,ylopeoreraquenadieloesperaba.LaCarlottanodabacréditoasugargantaniasusoídos.Unrayocayendo a sus pies le hubiera extrañadomenos que aquel gallo chillón queacababadesalirdesugarganta.

Y no la hubiera deshonrado. Mientras que, sabido es que un galloescondidoenlalenguadeshonrasiempreaunacantante.Lashayqueinclusomuerendelaimpresión.

¡Dios mío! ¡Quién lo hubiera creído!… Cantaba tan tranquila: «Ycomprendo esta voz solitaria que canta enmi corazón», sin esfuerzo, comosiempre,conlamismafacilidadconquesedice:«Buenosdías,señora,¿cómoestá?». Cómo negar que ciertas cantantes presuntuosas no saben medir susfuerzasyque,ensuorgullo,quierenalcanzarconladébilvozqueelcieloleshadeparadoefectosexcepcionalesynotasquelesestánprohibidasdesdequevinieron al mundo. Es cuando el cielo las castiga, sin que ellas lo sepan,poniéndolesungalloenlaboca,ungalloquehace¡cuac!Todoelmundosabeesto.PeronadiehubieraadmitidoqueunaCarlotta,queteníaporlomenosdosoctavasenlavoz,soltaraungalloaestasalturas.

Nopodíanolvidarsesusestridentessobreagudos,susstaccatiinauditosenlaFlautamágica.SeacordabandeDonGiovanni,enlaqueellaeraElvira,yenlaquealcanzóelmásestrepitosotriunfounanoche,aldarelsibemolquenopodíadarsucompañeradoñaAna.Entonces,¿quésignificabaenrealidadestecuac,alfinaldeaquellatranquila,apacibleypequeñita«vozsolitariaquecantaenmicorazón»?

Noeranatural.Teníaquehaberunsortilegio.Aquelgalloolíaaquemado.¡Pobre,miserable,desesperada,aniquiladaCarlotta!…

En la sala, el rumor iba en aumento. Si semejante aventura le hubieraocurrido a otra cantante, ¡se la habría silbado! Pero con la Carlotta, cuyoperfecto instrumento era conocido de todos, no había irritación, sinoconsternación y espanto. ¡Lo mismo debieron sentir los hombres queasistieronalacatástrofequerompiólosbrazosalaVenusdeMilo!…Porlomenosaquéllospudieronverelgolpequerompíalaestatua…,ycomprender.

Pero,¿aquí?¡Aquelgalloeraincomprensible!

De tal modo que, tras unos segundos durante los que el público sepreguntabasirealmentelaCarlottahabíaoídosalirdesupropiabocaaquella

Page 74: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

nota. ¿Era, en, realidad, una nota aquel sonido? ¿Podía llamarse aquello unsonido?Unsonidoaúnesmúsica;peroella intentópersuadirsedequeaquelruido infernal no había existido; que, simplemente, había sufrido por uninstanteunailusióndesuoídoynounacriminaltraicióndesuórganovocal…

Buscó,conunamiradaperdida,algoasualrededor,comoparaencontrarunrefugio,unaprotección,omásbienlaseguridadespontáneadelainocenciadesuvoz.Sehabíallevadoalagargantalosdedoscrispadosenungestodedefensaydeprotesta. ¡No,no! ¡Aquel cuacnoera suyo!ElmismoCarolusFontaparecíadelamismaopinión,yaquelacontemplabaconunaexpresióninenarrable de estupefacción infantil y gigantesca. En última instancia, élestaba junto a ella. No la había abandonado un momento. Quizá pudieradecirle cómo había ocurrido aquello… ¡No, tampoco él podía! Sus' ojos seclavabanestúpidamenteenlabocadelaCarlottacomolosojosdelosniñosenel inagotable sombrero del prestidigitador. ¿Cómo cabía en una boca tanpequeñauncuactangrande?

Todoello,gallo, cuac, emoción, rumoraterradode la sala, confusióndelescenario, de bastidores —en los corredores algunos comparsas mostrabanrostrosdesencajados—, todo loquedescriboaldetallenodurómásdeunossegundos.

Unos segundoshorriblesqueparecieron interminables enparticular a losdos directores, allá arriba, en el palco n° 5.Moncharmin yRichard estabanmuy pálidos. Este episodio inaudito, que seguía siendo inexplicable, losllenaba de una angustia tanto más misteriosa cuanto que, desde hacía uninstante,sehallabanbajolainfluenciadirectadelfantasma.

Habíansentidosualiento.AlgunospelosdelacabezadeMoncharminsehabíanerizadobajoaquelsoplo…YRichardsepasabaelpañueloporlafrentesudorosa…Sí,estabaallí…,asualrededor…,detrásdeellos,alladodeellos,losentíansinverlo…Oíansurespiración…¡ytancercadeellos…,tancerca!Sesabecuandoalguienestápresente…Puesbien,¡ahoralosabían!…Estabanseguros de ser tres en el palco… Temblaban… Pensaban en huir… No seatrevían…Noseatrevíanahacerelmásmínimomovimiento,niintercambiarunapalabraquedierana entender al fantasmaque sabíanque se encontrabaallí…¿Quéibaapasar?¿Quéibaaocurrir?

¡Seprodujoelcuac!Porencimadelosrumoresdelasalaseoyósudobleexclamacióndehorror.Sesentíanbajola influenciadelfantasma.Inclinadoshaciaelescenario,mirabanalaCarlottacomosinolareconocieran.Aquellamujer del infierno debía de haber dado con su cuac la señal de algunacatástrofe.Laesperabanenunestadoexaltadodetensión.Elfantasmalohabíaprometido.¡Lasalaestabamaldita!Suspechosseagitabanyabajoelpesodelacatástrofe.SeoyólavozestranguladadeRichardquegritabaalaCarlotta:

Page 75: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Siga!¡Siga!

¡No! La Carlotta no continuó… Volvió a empezar valientemente,heroicamente,elversofatalencuyofinalhabíaaparecidoelgallo.

Unsilencioespantosoreemplazaalalborotogeneral.TansólolavozdelaCarlottallenadenuevoelnavíosonoro.

¡Escucho!…

Elpúblicotambiénescucha.

…Ycomprendoestavozsolitaria(¡cuac!)

(¡Cuac!…)quecantaenmí…¡cuac!)

Elgallotambiénhavueltoaempezar.

Lasalaestallaenunprodigiosotumulto.Derrumbadosensussillones,losdosdirectoresnoseatrevensiquieraavolverse.No tienen fuerzasuficiente.¡Elfantasmaseríedeellosensusmismasnarices!Y,porfin,oyeneneloídoderechosuvoz,laimposiblevoz,lavozsinboca,lavozquedice:

¡Estanocheestácantandocomoparahacercaerlaarañacentral!

En unmismomovimiento, ambos levantaron la cabeza hacia el techo ylanzaronungritoterrible.Laaraña,lainmensamasadelaarañasedeslizaba,ibahaciaellosante la llamadadeaquellavozsatánica.Descolgada, laarañacaía de las alturas de la sala y se hundía en la platea, entre mil clamores.Aquello fue una avalancha, el sálvese quien pueda general.Mi deseo no eshacerreviviraquíunahorahistórica.Loscuriososnotienenmásqueleerlosperiódicosdelaépoca.Hubomuchosheridosyunamuerta.

LaarañasehabíaestrelladoenlacabezadeladesgraciadaquehabíaidoaquellanocheporprimeravezensuvidaalaÓpera,aquellaalaqueRichardhabíadesignadoparareemplazarensusfuncionesdeacomodadoraalaseñoraGiry, la acomodadora del fantasma.Murió en el acto, y al día siguiente unperiódico publicaba estos titulares: ¡Doscientosmil kilos sobre la cabeza deunaportera!Estafuetodasuoraciónfúnebre.

CAPÍTULOIX

ELCUPÉMISTERIOSO

Aquella trágica noche resultó fatídica para todo el mundo. La Carlottahabíacaídoenferma.EncuantoaChristineDaaé,habíadesaparecidodespuésde lafunción.Habían transcurridoquincedíassinquese lahubieravueltoa

Page 76: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

verenelteatro,sinquesehubieradejadoverfueradelteatro.

Nohayqueconfundirestaprimeradesaparición,queocurriósinescándalo,conel famosoraptoquepocodespuésdebíaproducirseenunascondicionestaninexplicablesytantrágicas.

Naturalmente, Raoul fue el primero en no entender los motivos quecausaban laausenciade ladiva.Lehabíaescritoa ladirecciónde la señoraValérius y no había recibido respuesta. Al principio no se había extrañadodemasiadoalsaberenquéestadodeánimoseencontrabaysuresoluciónderomper todo tipo de relación con él, sin que, por otra parte, tampocoRaoulpudieraadivinarelmotivo.

Sudolornohabíahechomásqueaumentar,yterminóporinquietarsealnoveralacantanteenningúnprograma.SerepresentóFaustosinella.Unatarde,alrededor de las cinco, se dirigió a la dirección para conocer las causasdesaparicióndeChristineDaaé.Encontróa losdirectoresmuypreocupados.Ni sus propios amigos los reconocían: habían perdido toda su alegría yentusiasmo. Se los veía atravesar el teatro con la cabeza gacha, el ceñofruncido y las mejillas pálidas, como si se vieran perseguidos por algúnabominable pensamiento, o fueran presa de algunamala jugada del destinoqueeligeasuvíctimayyanolasuelta.

Lacaídadelaarañahabíaacarreadoconsiderablesresponsabilidades,peroresultabadifícilhacerquelosdirectoresseexplicaranaesterespecto.

La investigación había concluido, declarándolo un accidente provocadopor el mal estado de los medios de suspensión; el deber de los antiguosdirectores, así como el de los nuevos, habría sido el de comprobar estemalestadoyremediarloantesdequecausaralacatástrofe.

Deboaclararque,poraquellaépoca,losseñoresdirectoresMoncharminyRichard se mostraron tan cambiados, tan lejanos… tan misteriosos…, tanincomprensibles que muchos abonados acabaron creyendo que algo máshorribleaúnquelacaídadelalámparahabíamodificadoelestadodeánimodeéstos.

En sus relaciones cotidianas se mostraban muy impacientes, exceptoprecisamentecon laseñoraGiry,quehabíasido reintegradaasus funciones.Es fácil adivinar la forma en que recibieron al vizconde deChagny cuandoéstefueapedirlesnoticiasdeChristine.Selimitaronadecirlequeestabadevacaciones.Preguntócuántotiempoestaríaausente;selerespondió,conciertasequedad,quesusvacacioneseranilimitadas,yaqueChristineDaaélashabíasolicitadopormotivosdesalud.

—¡Entoncesestáenferma!—exclamó—.¿Quétiene?

Page 77: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Nosabemosnada!

—¿Lehanenviadoustedeselmédicodelteatro?

—¡No!Ellanoloreclamó,ypuestoquemerecenuestramáximaconfianza,hemoscreídoensupalabra.

ElasuntonopareciótanclaroaRaoul,queabandonólaóperapresadelosmássombríospensamientos.Decidióque,pasaraloquepasara,irenbuscadenoticias a casa de la señora Valérius. Recordaba, sin duda, los términosenérgicos conqueChristineDaaé, en su carta, leprohibía intentar cualquiercosaparaverla.PeroloquehabíavistoenPerros,loquehabíaoídodetrásdelapuertadelcamerino,laconversaciónquehabíasostenidoconChristineenlacolina, le hacía presentir alguna maquinación que, por poco diabólica quefuera, tampoco era humana. La imaginación exaltada de la joven, su almatiernaycrédula,laeducaciónprimitivaquehabíallenadosusprimerosañosdeun cúmulo de leyendas, el continuo pensamiento en su padre muerto porencimadetodo,elestadodeéxtasissublimeenelquelamúsicalasumergíaen el momento en que este arte se manifestaba en ciertas condicionesexcepcionales—¿nodebíajuzgarseasídespuésdelaescenadelcementerio?—, todo aquello parecía conformar un terreno espiritual propicio a losmaléficosdesigniosdealgúnpersonajemisteriosoysinescrúpulos.¿DequiéneravíctimaChristineDaaé?EstaeslapreguntaqueRaoulsehacíaasímismomientrasseapresurabaairalencuentrodelaseñoraValérius.

Elvizconde teníaunespíritude losmás sanos.Era, sinduda,poetay leagradabalamúsica,enloquetienedemásetéreo,yeraungranentusiastadelas viejas leyendas bretonas donde danzan las korrigans; y, por encima detodo,estabaenamoradodeaquellapequeñahadadelNortequeeraChristineDaaé. Pero todo esto no impedía que sólo creyera en lo sobrenatural enmateriadereligiónyquelahistoriamásfantásticadelmundonofueracapazdehacerleolvidarquedosydossoncuatro.

¿QuélediríalaseñoraValérius?TemblabamientrasllamabaalapuertadeunpequeñopisodelacalleNotre-Dame-des-Victoires.

La doncella que una noche le había precedido al salir del camerino deChristine,vinoaabrirle.LepreguntósieraposibleveralaseñoraValérius.Ladoncellalecontestóqueseencontrabaenfermaensulechoyquenoestabaencondicionesde«recibir».

—Hágalellegarmitarjeta—dijo.

No tuvo que esperar mucho. La doncella volvió y lo introdujo en unsaloncitobastanteoscuroysobriamenteamueblado,dondelosdosretratos,eldelprofesorValériusyeldelviejoDaaé,seencontrabanfrenteafrente.

Page 78: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—La señora le ruega que la disculpe —dijo la doncella—. No podrárecibirle más que en su habitación, porque sus pobres piernas ya no lasostienen.

Cincominutosdespués,Raouleraintroducidoenunahabitaciónaoscuras,donde descubrió inmediatamente, en la penumbra de una alcoba, a labondadosa figura de la bienhechora de Christine. Ahora los cabellos de laseñora Valérius eran completamente blancos, pero sus ojos no habíanenvejecido.Porelcontrario,sumiradanuncahabíasidotanclara,nitanpura,nitaninfantil.

—¡Señor de Chagny! —exclamó alegremente, mientras tendía ambasmanos al visitante—. ¡Ah!, ¡el Cielo es quien le envía!… Vamos a poderhablardeella.

Estaúltimafrasesonólúgubreenlosoídosdeljoven.Preguntóenseguida:

—Señora…¿dóndeestáChristine?

Ylaancianaseñoralecontestócontodatranquilidad:

—¡Puesestáconsu«geniobienhechor»!

—¿Quégeniobienhechor?—exclamóelpobreRaoul.

—¡PueselÁngeldelamúsica!

Consternado, el vizconde deChagny se dejó caer en una silla.ChristineestabadeverdadconelÁngeldelamúsica.YmamáValérius,ensulecho,lesonreíaponiéndoleundedoenlabocapararecomendarlesilencio.Añadió:

—¡Nodebedecirloanadie!

—Puedeustedconfiarenmí…—contestóRaoulsinsabermuybienquédecía,yaquesusideasacercadeChristine,yamuyconfusas,seenturbiabancadavezmásyparecíaquetodocomenzabaagirarasualrededor,alrededorde la habitación, alrededor de aquella extraordinaria mujer de cabellosblancos, de ojos de cielo azul pálido, con sus ojos de cielo vacío—. Puedeustedconfiarenmí…

—¡Losé,losé!—dijolamujerconunarisaalegre—.Pero,acérqueseamícomo cuando era pequeño. Deme las manos como cuando me contaba lahistoriadelapequeñaLottequelehabíacontadoelseñorDaaé.Yasabequelequieromucho,Raoul,¡yChristinetambiénlequieremucho!

—Mequieremucho…—suspiróeljovenqueordenabacondificultadsuspensamientos en torno al genio de la señoraValérius, al Ángel del que tanextrañamentelehabíahabladoChristine,alacalaveraquehabíavislumbrado,comoenunaespeciedepesadilla,enlasescalerasdelaltarmayordePerros,ytambiénalfantasmadelaÓpera,cuyorenombrehabíaalcanzadosusoídosun

Page 79: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

díaenquesehabíadetenidoenelescenarioaunospocospasosdeungrupodetramoyistasquereconstruíanladescripcióncadavéricaquehabíahechoantesdesumisteriosofinelahorcadoJosephBuquet…

Preguntóenvozbaja:

—¿Señora,quélehacepensarqueChristinemequieremucho?

—¡Ellamehablabadeustedcadadía!

—¿Deveras?…¿Yquéledecía?

—Medijoqueustedlehabíadeclaradosuamor…

Ylaancianacomenzóareíracarcajadas,enseñandotodoslosdientes,quehabía conservado celosamente. Raoul se levantó, con la frente enrojecida ysufriendoatrozmente.

—¿Adóndeva?…¿Quierehacerelfavordesentarse?…¿Creequepuededejarme como si nada?… Está usted molesto porque me he reído. Le pidoperdón…Despuésde todo,noes culpa suya loquehaocurrido…Ustednosabía…Esjoven…ycreíaqueChristineeralibre.

—¿Christine está comprometida? —preguntó con voz ahogada eldesgraciadoRaoul.

—¡No, claro que no! ¡Claro que no!… sabe muy bien, que Christine,aunqueloquisiera,nopuedecasarse…

—¿Qué?Nosénadadeeso…¿PorquéChristinenopuedecasarse?

—¡Puesporelgeniodelamúsica!…

—¿Cómo?

—¡Sí,élseloprohíbe!

—¿Seloprohíbe?…¿Elgrangeniodelamúsicaleprohíbecasarse?

RaoulseinclinabahacialaseñoraValériusconlamandíbulaenalto,comoparamorderla.No lahubieramirado conojosmás feroces si hubiera tenidodeseosdedevorarla.Haymomentosen losque laexcesiva inocenciaparecetanmonstruosaquesevuelveodiosa.RaoulveíalaseñoraValériuscomounapersonademasiadoinocente.

Ellanoseinmutópesealaduramiradaquecaíasobreella.

Volvióaempezardelaformamásnatural:

—¡Oh!Seloprohíbe…sinprohibírselo…Simplementelediceque,sisecasara, no volvería a oírlo. ¡Eso es todo!… ¡Y que él se marcharía parasiempre!…Entonces, comopuedecomprenderperfectamente, ellanoquiere

Page 80: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

dejarqueelgeniodelamúsicasemarche.¡Eslomásnatural!

—¡Sí,sí!—asintióRaouldébilmente—.¡Eslomásnatural!

—Además, creía que Christine le había hablado de todo esto cuando seencontróconustedenPerros,adondehabíaidoconsu«geniobienhechor».

—¡Ah!,¿conquehabíaidoaPerrosconel«geniobienhechor»?

—Quierodecirqueélhabíaconcertadoconellaunacitaenelcementeriode Perros, sobre la tumba del señor Daaé. Le había prometido tocarle laResurreccióndeLázaroenelviolíndesupadre.

RaouldeChagnyselevantóypronuncióestaspalabrasdecisivascongranautoridad:

—Señora,¡vaadecirmeahoramismodóndeviveesegenio!

La buena mujer no pareció sorprenderse en lo más mínimo de estapreguntaindiscreta.Alzólosojosycontestó:

—¡Enelcielo!

Semejantecandorloconfundió.LasimpleycompletafeenungenioquebajabadelcielotodaslasnochesparafrecuentarloscamerinosdelasartistasenlaOpera,lodejóperplejo.

Se daba cuenta ahora del estado en el que podía encontrarse una joveneducada por un músico de pueblo supersticioso y una buena mujer«iluminada»,ygimióalpensarentodoaquello.

—¿Christine sigue siendo unamujer honesta?—preguntó de pronto, sinpoderimpedirquebrotaradesuboca.

—¡Puedojurarloporlagloriademíalma!…—exclamólaviejaque,estavez,parecióofenderse—,ysidudadeello,señor,noséquéhavenidoahaceraquí.

Raoulmanoseabanerviosamentesusguantes.

—¿Cuántohacequeconoceaese«genio»?

—¡Hace unos tresmeses!… Sí, hace ya tresmeses que empezó a darlelecciones.

Elvizcondeextendiólosbrazoscongestoamplioydesesperado,yluegolosdejócaerconabatimiento.

—¿Elgenioledalecciones?¿Dónde?

—Ahoraquesehamarchadoconél,nosabríadecírselo,perohacequincedías era en el camerino de Christine. Aquí sería imposible. Es un piso

Page 81: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

demasiadopequeño.Lacasaentera lesoiría.Mientrasqueen laópera,a lasochodelamañana,nohaynadie.¡Nomolestan!¿Comprende?…

—Comprendo, comprendo —exclamó el vizconde, abandonando tan deimproviso a la anciana, que ésta se preguntó a sí misma si el vizconde noestaríaunpocochiflado.

Al atravesar el salón, Raoul se encontró frente a la doncella y, por uninstante, tuvo la intención de interrogarla, pero creyó sorprender una ligerasonrisaensus labios.Pensóqueseburlabadeél.Huyó.¿Acasonosabíayasuficiente?…Habíaqueridoinformarse.¿Quémáspodíadesear?…Alcanzóeldomiciliodesuhermanoapie,enunestadolamentable…

Hubieraqueridocastigarse,golpearse la frentecontra lasparedes. ¡Habercreídoentantainocencia,entantapureza!¡Haberintentado,porunmomento,explicarlo todo con ingenuidad, con sencillez de espíritu, con inmaculadocandor! ¡El genio de la música! ¡Ahora ya lo conocía! ¡Lo veía! ¡Debíatratarse, sin duda alguna, de algún tenorcillo buen mozo que cantaba consentimiento! ¡Ah,quémiserable, pequeño, insignificanteynecio jovenes elvizconde de Chagny!, pensaba enfurecido Raoul. Y ella, ¡qué criatura tanaudazysatánicamenteastuta!

Detodasformas,estacarreraporlascalleslehabíahechobien,refrescadounpocolasideasalocadasquelerondabanporlacabeza.Cuandoentróensuhabitación,pensabatansóloentumbarseenlacamaparaahogarsussollozos.Pero su hermano estaba allí y Raoul se dejó en sus brazos como un bebé.Paternalmente, el conde lo consoló sin pedirle explicaciones. Por otra parte,Raoul hubiera dudado en contarle la historia del genio de lamúsica.Si haycosasdelasqueunonosevanagloria,hayotrasenlasquesesufredemasiadahumillaciónalsercompadecido.

Elcondellevóasuhermanoacenarauncabaret.Sumidoenunestadotaldedesesperación,esprobablequeRaoulhubieradeclinadotodainvitación,sielconde,paradecidirle,nolehubierainformadoquelanocheanterior,enelcamino del Bois, la dama de su pensamiento había sido vista en galantecompañía. En un principio, el vizconde se negó a creerlo, pero luego losdetalles fueron tan concretos que ya no protestó. A fin de cuentas, ¿no setratabadelaaventuramástrivialdelmundo?Selahabíavistoenuncupéconloscristalesbajados.Ellaparecíaaspirarprofundamenteel aireheladode lanoche. Había un maravilloso claro de luna. La habían reconocidoperfectamente.Encuantoasuacompañante, tansólohabíandistinguidounavagasiluetaenlasombra.ElcarruajeibaalpasoporuncaminodesiertodetrásdelastribunasdeLongchamp.

Raoul se vistió con frenesí, dispuesto ya, para olvidar su tristeza, alanzarse,comovulgarmentesedice,enlos«torbellinosdelplacer».Pero,¡ay!,

Page 82: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

fue más bien un triste comensal y, tras dejar en cuanto pudo al conde, seencontró hacia las diez de la noche en un coche de alquiler detrás de lastribunasdeLongchamp.

Hacíaunfríodeperros.Lacarreteraparecíadesiertaymuyiluminadabajola luna.Dioal cochero laordendeesperarlepacientementeenun rincóndeunapequeñaavenidaadyacenteylomásdisimuladamenteposiblecomenzóacaminar.

No hacía aún media hora que estaba dedicándose a este sano ejercicio,cuando un carruaje, que venía de París, giró al final de la carretera y,tranquilamente,alpasodesucaballosedirigióhaciadondeRaoulestaba.

Pensóinmediatamente:¡esella!Ysucorazóncomenzóa latircongolpessordos, como los que ya había en su pecho cuando oyó la voz de hombredetrásdelapuertadelcamerino…¡Diosmío,cuántolaamaba!

Elcarruajeseguíaavanzando.Élpermanecíainmóvil.¡Esperaba!…¡Sisetratabadeella,estabadecididoasaltaralacabezadeloscaballos!Costaraloquecostara,queríatenerunaconversaciónconelÁngeldelamúsica…

Algunospasosmásyelcupéibaapasarfrenteaél.Nodudabaenabsolutodequefueraella…Unamujer,enefecto,asomabasucabezaporlaventanilla.

Y,derepente,lalunalailuminóconunapálidaaureola.

—¡Christine!

El sagradonombrede su amor lebrotóde los labiosydel corazón. ¡Nopudoretenerlo!…Diounsaltopararetenerlo,yaqueaquelnombre,arrojadoalacaradelanochehabíasidocomolaseñalesperadadeunaembestidafuriosadel carruaje, que pasó ante él sin que tuviera para poner en ejecución suproyecto.Elcristaldelapuertahabíavueltoacerrarse.Lasiluetadelajovenhabíadesaparecido.Yelcupé,traselquecorría,noerayamásqueunpuntonegrosobrelacarreterablanca.

Siguió llamándola:Christine: ¡Christine!…Nadie le contestó. Se detuvoenmediodelsilencio.

Lanzóunamiradadesesperadaalcielo,alasestrellas;golpeóconelpuñosupechoinflamado.¡Laamabaynoeracorrespondido!

Con la vista nublada observó aquella carretera desolada y fría, la nochepálida ymuerta.Nohabía nadamás frío, nadamásmuerto que su corazón.¡Habíaamadoaunángelydespreciabaaunamujer!

¡Cómoseha reídode ti,Raoul, lapequeñahadadelNorte!¿Novesqueresulta inútil tener unamejilla tan fresca, una frente tan tímida y dispuestasiempre a cubrirse de un velo rosa de pudor, si luego se pasea en la noche

Page 83: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

solitaria, en el interior de un cupé de lujo, en compañía de un misteriosoamante? ¿No tendrían que haber límites sagrados para la hipocresía y lamentira?¿Acasodebentenerselosojosclarosdelainfanciacuandosetieneelalmadeunacortesana?

…Ellahabíapasadodelargosincontestarasullamada…

Perotambién,¿porquéhabíatenidoélquecruzarseensucamino?

¿Conquéderechohabíaalzadoderepenteelreprochedesupresenciaanteella,quenolepedíanadamásqueelolvido?

—¡Vete!…¡Desaparece!…¡Nocuentas!…

¡Pensaba enmorir y tenía veinte años!…Su criado le sorprendió por lamañanasentadoenlacama.Nosehabíadesnudadoyelcriadotemióalgunadesgraciaalverlo, talera ladesolacióndesu rostro.Raoul learrancóde lasmanoselcorreoqueletraía.Habíareconocidounacarta,unpapel,unaletra.Christineledecía:

Amigomío,nofaltepasadomañanaamedianochealbailedemáscarasdelaópera,amedianoche,al saloncitoqueestádetrásde lachimeneadelgranfoyer;espéremedepiecercadelapuertaqueconducealaRotonda.Nohablede esta cita con nadie. Póngase un dominó blanco, bien enmascarado. Sialguienloreconoce,puedecostarmelavida.Christine.

CAPÍTULOX

ENELBAILEDEMASCARAS

El sobre, lleno demanchas de barro, no llevaba sello. «Para entregar alseñor vizconde Raoul de Chagny», y la dirección a lápiz. Había sidoseguramente tirado con la esperanza de que alguien que pasara recogiera elbillete y lo llevara al domicilio indicado. Y era lo que había sucedido. Elbilletesidoencontradoenunaacerade laplazade laópera.Raoul lo releyófebrilmente.

Nonecesitabamás para que su esperanza renaciera.La sombría imagen,que por un momento se había hecho una Christine olvidada de susobligacionesconellamisma,dejópasoalaprimeraideaquehabíatenidodeuna desgraciada niña inocente, víctima de una imprudencia, y de susensibilidadexcesiva.¿Hastaquépunto,ahoraya,seguíasiendovíctima?¿Dequién se encontraba prisionera? ¿A qué abismos la habían arrastrado? Sepreguntabatodoestoconangustiamuycruel.PeroestemismodolorleparecíasoportablecomparadoconeldelirioenelquelesumíalaideadeunaChristine

Page 84: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

hipócrita ymentirosa. ¿Qué había sucedido? ¿Qué influencia había sufrido?¿Quémonstruolahabíahechizado,yconquéarmas?…

…¿Conquéarmaspodíaseranoserlasdelamúsica?…¡Sí,sí!Cuantomáspensaba,mássepersuadíadequeseríaporesteladodondedescubriríalaverdad. ¿Había olvidado acaso el tono con el que ella le había dicho, enPerros,quehabíarecibidolavisitadelenviadoceleste?¿YlamismahistoriadeChristine, en aquellosúltimos tiempos, acasonodebía ayudarle a aclararlastinieblasenlasquesedebatía?¿HabíaignoradolaesperanzaquesehabíaapoderadodeChristinedespuésde lamuertedesupadreyeldesprecioquehabíasentidoportodaslascosasdelavida,inclusoporsuarte?

Habíapasadoporelconservatoriocomounamaquinacantante,carentedealma.Y,derepente,habíadespertadocomobajoelinflujodeunaintervencióndivina.¡ElÁngeldelamúsicahabíallegado!¡CantalaMargaritadelFaustoytriunfa!…¡ElÁngeldelamúsica!…¿Quién,quién,pues,sehacepasarasusojos como esemaravilloso genio?…¿Quién, pues, conocedor de la leyendaamadadelviejoDaaé,lautilizahastaelpuntodequelajovennoesentresusmanosmásqueuninstrumentosindefensaalquehacevibraracapricho?

Raoulpensabaqueunatalcircunstancianoeraexcepcional.

RecordabaloquelehabíasucedidoalaprincesaBelmonte,queacababadeperderasumarido,ycuyaangustiasehabíaconvertidoenestupor…Hacíaunmesque laprincesanopodíahablarni llorar.Esta inercia físicaymoral ibaagravándose día a día y la debilidad de la razón acarreaba poco a poco laaniquilacióndelavida.Cadatardellevabanalaenfermaalosjardines,peroellanoparecíacomprendersiquieradóndesehallaba.Raff,elmayorcantantedeAlemania, quepasabaporNápoles, quiso visitar estos jardines atraído elrenombredesubelleza.Unadelasdamasdelaprincesarogóalgranartistaquecantara,sindejarsever,cercadelbosquecilloenelqueellaseencontrabatumbada. Raff consintió y cantó una sencillamelodía que la princesa habíaoídoenbocadesumaridodurantelosprimerosdíasdesuhimeneo.Latonadaera expresiva y sugerente. La melodía, las palabras, la admirable voz delartista, todoseuniópararemoverprofundamenteelalmadelaprincesa.Laslágrimas brotaron de sus ojos…, lloró, se encontró liberada y quedóconvencida de que su esposo, aquella tarde, había bajado del cielo, paracantarlelatonadadeantaño.

¡Sí!…¡aquellatarde!…Unatarde,pensabaahoraRaoul,unaúnicatarde…Peroaquelhermosoengañonohabríaresistidoaunaexperienciarepetida…

AquellaidealprincesadeBelmontehubieraterminadopordescubriraRaffdetrásdelbosquecillo,sihubieravenidotodaslasnochesdurantetresmeses…ElÁngeldelamúsicahabíadadoclasesaChristinedurantetresmeses…¡Quéprofesortanpuntual!…¡Yahora,porsifuerapoco,lapaseabaporelBois!…

Page 85: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Con los dedos crispados sobre el pecho, donde latía su corazón celoso,Raoulsedesgarrabalacarne.Inexperto,sepreguntabaahoraconterroraquéjuegoloinvitabalaseñoritaparalapróximamascarada.¿Hastaquépuntounachica de la ópera puede burlarse de un joven que lo ignora todo del amor?¡Quémujermezquina!

DeestemodoelpensamientodeRaoulibadeunextremoaotro.Nosabíaya si debía compadecerse de Christine o maldecirla, y la maldecía ycompadecíasimultáneamente.Sinembargo,porsiacaso,consiguióuntrajededominóblanco.

Porfinllególahoradelacita.Conelrostroocultotrasunantifazprovistode largoyespesoencaje, completamentedeblanco, elvizconde seencontrómuyridículoconaqueltrajedemascaradasrománticas.Unhombredemundono se disfrazaba para ir al baile de la ópera. Hubiera hecho reír. Una ideaconsolaba al vizconde: ¡nadie le reconocería! Además, aquel traje y aquelantifazteníanunaventaja:Raoulibaapoderpasearseporlossalones«comoporsucasa»,soloconelmalestardesualmayalatristezadesucorazón.Noleseríanecesariofingir.Erasuperfluocomponerunaexpresiónacordeconeldisfraz:¡latenía!

Este baile excepcional, antes del martes de carnaval, se organizaba enmemoriadelaniversariodelnacimientodeunilustredibujantedelasalegríasde antaño, un émulo de Gavarni, cuyo lápiz había inmortalizado a las«mascaradas» y el descenso de la Courtile. Se suponía que debía ser másalegre, más ruidoso, más bohemio que la mayoría los bailes de carnaval.Muchosartistassehabíandadocitaseguidosdetodounséquitodemodelosypintoresque,haciamedianoche,comenzaríanaarmarungranbullicio.

Raoul subió la gran escalinata a las doce menos cinco. No se detuvo aobservar cómo se distribuían a su alrededor los trajes multicolores por lospeldañosdemármol,enunodelosdecoradosmássuntuososdelmundo;nosedejó abordar por ninguna máscara alegre, no contestó a ninguna broma yesquivó la familiaridad acaparadora de varias parejas que estaban yademasiadoalegres.Trasatravesarelgranfoyeryescapardeunafarándulaquelohabíaaprisionadoporunmomento,penetróporfinenelsalónindicadoenelbilletedeChristine.Allí,entanpocoespacio,habíaunamultituddegente,yaquesetratabadelpuntodereuniónenelqueseencontrabantodoslosqueibanacenara laRotondaoquevolvíande tomarunacopadechampán.Eltumulto era despreocupado y alegre. Raoul pensó que Christine habíapreferido, para la misteriosa cita, aquella muchedumbre a un lugar aislado.Aquí,bajolamáscara,seencontrabanmásescondidos.

Se aproximó a la puerta y esperó.No tuvo que esperarmucho. Pasó undominónegroque rápidamente le apretó lapuntade losdedos.Comprendió

Page 86: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

queeraella.

Lasiguió.

—¿EsustedChristine?—preguntóentredientes.

El dominó se volvió con presteza y se llevó el dedo a los labios pararecomendarlesindudaquenorepitierasunombre.Raoullasiguióensilencio.

Temía perderla después de haberla encontrado de nuevo en aquellasextrañas circunstancias. Ya no sentía ningún tipo de odio contra ella. Nodudabasiquieradequeella«noteníanadaquereprocharse»,pormuyextrañae inexplicable que pareciera su conducta. Estaba dispuesto a todas lasrenuncias, a todos los perdones, a todas las cobardías. La amaba. Yseguramente conocería dentro de poco la razón de aquella ausencia tansingular…

De tanto en tanto, el dominó negro se volvía para asegurarse de que eldominóblancoloseguía.

MientrasRaoulvolvía a atravesarde estamanera el gran foyer, nopudopormenosque fijarse, entre lamuchedumbre, enungrupo,enmediode losotros que se dedicaban a las más locas extravagancias, que rodeaba a unpersonajecuyoaspectoextrañoymacabrocausabasensación…

Este personaje iba totalmente de escarlata con un inmenso sombrero deplumas encimadeuna calavera. ¡Qué espléndida imitacióndeuna calavera!Losdiletantesqueseapiñabanasualrededorloadmiraban,lofelicitaban…lepreguntaban quémaestro, en qué estudio, frecuentado por Plutón, le habíanhecho,dibujado,maquillado,unacalavera tanhermosa. ¡LaCamardemismadebióposarcomomodelo!

El hombre de la calavera, de sombrero de plumas y traje escarlataarrastraba tras él un ampliomanto de terciopelo rojo cuya cola se deslizabamajestuosamenteporelparqué.Enelmantohabíanbordadoconletrasdeorounafrasequecadaunoleíayreleíaenvozalta:«Nometoquéis!¡YosoylaMuerterojaquepasa!».

Alguien intentó tocarlo…,perounamanode esqueleto, que salía deunamangapúrpura,agarróbrutalmentelamuñecadelimprudenteyéste,sintiendoelcrujidodeloshuesos,elapretónarrebatadodelaMuertequeparecíanoibaasoltarlojamás,lanzóungritodedolorydeespanto.PorfinlaMuerterojalodejóenlibertadyhuyócomounlocoentreunanubedecomentarios.Enaquelmismo instante, Raoul se cruzó con el fúnebre personaje, que precisamenteacababa de volverse hacia él.Estuvo a punto de dejar escapar un grito: ¡LacalaveradePerros-Guirec! ¡Lahabía reconocido!…QuisoprecipitarsesobreellaolvidandoaChristine,peroeldominónegro,queparecíatambiénpresade

Page 87: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

una extraña conmoción, lo había cogido del brazo y lo arrastraba… loarrastrabalejosdelsalón,fueradeaquellamasademoníacadondepaseabalaMuerteroja…

Acadamomento,eldominónegrosevolvía,yalblancolepareciópordosveces advertir algo que la aterraba, ya que aceleró el paso, como si fueranperseguidos.

Así subieron dos pisos. Allí, las escaleras, los corredores, estabanprácticamentedesiertos.Eldominónegroempujólapuertadeuncamerinoehizoseñasalblancodequeentrara.Christine(yaqueenrealidadsetratabadeella, pudo reconocerla por la voz),Christine cerró inmediatamente la puertamientraslerecomendabaquepermanecieraenlapartetraseradelcamerinoyquenosedejaraver.Raoulsequitólamáscara.Cuandoeljovenibaarogaralacantantequeselaquitara,quedósorprendidodeverquederepenteapoyabaun oído en el tabique y escuchaba atentamente lo que ocurría al otro lado.Después,entreabriólapuertaymiróenelcorredor,diciendoenvozbaja:

—Debehabersubidoal«camerinodelosCiegos»…—deprontoexclamó—:¡Vuelveabajar!

Quiso cerrar la puerta, pero Raoul se opuso, porque había visto en elpeldañomás alto de la escalera un pie rojo que subía al piso superior… ylenta,majestuosamente,lacapaescarlatadelaMuerterojasedeslizóporlosescalones.YvolvióaverlacalaveradePerros-Guirec.

—¡Esél!—exclamó—.¡Estaveznosemeescapará!

PeroChristinehabíavueltoacerrarlapuertaenelmomentoenqueRaoulseprecipitaba.Quisoapartarladesucamino.

—¿Quién?—preguntóellaconvozcompletamentecambiada—.¿Quiéneselquenoseleescapará?

Brutalmente,Raoul intentóvencer la resistenciade la joven, pero ella lorechazabaconunafuerzainesperada…Élcomprendió,ocreyócomprender,yseenfureció.

—¿Quién?—dijoconrabia—.¡Pues,él!¡Elhombrequeseocultatrasesahorriblemáscaramortuoria…,elgeniomalodelcementeriodePerros!,…¡lamuerte roja!…En fin, su amigo, señora… ¡SuÁngel de lamúsica! Pero learrancaré lamáscara, al igual que arrancaré lamía, y esta vez nos veremoscaraacara,sinvelosysinmentiras,ysabréaquiénamaustedyquiénlaama.

Seechóareírcomounloco,mientrasqueChristine,detrásdesuantifaz,dejabaescaparundolorosogemido.

Extendiócongestotrágicosusdosbrazos,queinterpusieronunabarreradecarneblancaantelapuerta.

Page 88: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Ennombredenuestroamor,Raoul,ustednopasará!…

Élsedetuvo.¿Quéesloquehabíadicho?¿Ennombredesuamor?…Peroella jamás le había dicho, jamás, que lo amaba. Sin embargo, ¡no le habíanfaltado ocasiones!… Lo había visto muy desdichado, llorando ante ella,implorandounasolapalabradeesperanzaquenohabíallegado…¿Acasonolohabíavistoenfermo,mediomuertodefríoydeterrordespuésdelanocheenelcementeriodePerros?¿Acasosehabíaquedadoasuladoenelmomentoenquemásnecesitabasuscuidados?No.¡Habíahuido!…¡Yahoradecíaquelo amaba! Hablaba «en nombre de su amor». ¡Vamos! No tenía —otraintención que la de hacerle perder algunos segundos… Era necesario dartiempoaquelaMuerterojaescapase…¿Suamor?¡Mentira!

Yselodijo,entonodeodioinfantil.

—¡Miente,señora!¡Porquenomequierenimehaqueridonunca!Hayqueserundesgraciadocomoyoparadejarsemanejar,paradejarseburlarcomoyolohehecho.¿Porquésuactitud,laalegríadesumirada,sumismosilenciomepermitieron, a partir de nuestro primer encuentro en Perros, todo tipo deesperanzas?Todotipodeesperanzashonradas,señora,yaquesoyunhombrehonestoy lacreíaaustedunamujerhonesta,cuandono teníamás intenciónqueladereírsedemí.¡Sehaburladodetodoelmundo!Haabusadoinclusodel alma cándida de su bienhechora, que sigue creyendo en su sinceridadmientras usted se pasea por el baile de la Opera con laMuerte roja… ¡Ladesprecio!…

Y se echó a llorar. Ella se dejaba insultar. No tenía más que un sólopensamiento:elderetenerlo.

—Undíamepediráperdónportodasesasvilespalabras,Raoul,¡yyoloperdonaré!…

Élmoviólacabeza.

—¡No, no! ¡Me he vuelto loco!… ¡Cuando pienso que yo no tenía otroobjetivoenlavidaqueeldarminombreaunavulgarcantantedeÓpera!…

—¡Raoul!…¡Nodigaeso!

—¡Morirédevergüenza!

—Viva,amigomío…—pronunciólavozgraveyalteradaChristine—,¡yadiós!

—¡Adiós,Christine!

—¡AdiósRaoul!

El joven se acercó con paso vacilante. Se atrevió a pronunciar otrosarcasmo:

Page 89: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Oh!, supongo que permitirá, sin embargo, que venga a aplaudirle detantoentanto.

—¡Yanovolveréacantar,Raoul!

—Realmente… —añadió él con más ironía aún—. ¡Le preparan otrasagradablesdistracciones!¡Lafelicito!…Pero,volveremosavernosenelBoisalgúndíadeéstos.

—NienelBois,nienningunaotraparte,Raoul.Novolveráaverme.

—Almenos, ¿será posible saber a qué tinieblas desea volver?… ¿Haciaquéinfiernosaledeviaje,misteriosaseñora?…¿Oaquéparaíso?…

—Había venido para decírselo, Raoul, pero ya no puedo decirle nada…¡Nolocreería!Ustedhaperdidolafeenmí,Raoul.¡Todohaterminado!…

Dijo aquel «Todoha terminado» enun tonode tal desesperación, que eljovenseestremecióyelremordimientodesucrueldadcomenzóaturbarleelalma…

—¡Perobueno!—exclamó—.¡Yameexplicaráquésignificatodoesto!…Esustedlibre,sintrabas…Paseaporlaciudad…secubreconundominóparaveniralbaile…¿Porquénovuelveasucasa?…¿Quéhahechoduranteestosquinceúltimosdías?…¿QuéhistoriaesesadelÁngeldelamúsicaquemehacontado la señora Valérius? Alguien ha podido engañarla, abusar de sucredulidad…Yomismofui testigodeelloenPerros…peroahorayasabeaquéatenerse…Meparecemuysensata,Christine…¡Sabesustedloquehace!… Sin embargo, la señora Valérius continúa esperándola, invocando a su«genio bienhechor»… ¡Explíquese, Christine, se lo ruego!… ¡Se hanengañadolosotros!…¿Quécomediaesésta?…

Christineapartósimplementesumáscaraydijo:

—¡Esunatragedia,amigomío!…

Raoul vio entonces su rostro y no pudo contener una exclamación desorpresaydehorror.Losfrescoscoloresdeantañohabíandesaparecido.Unapalidezmortalinvadíaaquellosrasgosquehabíaconocidotanencantadoresytan suaves, fieles reflejos de la gracia apacible y de la conciencia sinremordimientos. ¡Ahora estaba visiblemente atormentada por algo! El surcodel dolor la había marcado sin piedad y sus hermosos ojos claros, en otrotiempo límpidos como lagos que servían a la pequeña Lotte, aparecían estanochedeunaprofundidadoscura,misteriosae insondable, cercadosporunasombraespantosamentetriste.

—¡Amiga mía… amiga mía!… —gimió él, a la vez que le tendía losbrazos—.Haprometidoustedperdonarme…

Page 90: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Quizá… tal vez un día…—dijo ella, mientras volvía a colocarse lamáscara,ysemarchóimpidiéndoleseguirlaconungestoquelorechazaba…

Quiso lanzarse tras ella, pero ella se volvió y repitió con tal soberanaautoridadsugestodeadiósquenoseatrevióadarunsolopasomás.

La miró alejarse… Después, bajó a su vez hacia donde se hallaba lamuchedumbre, sin saber muy bien qué hacía, con las sienes palpitantes, elcorazóndesgarrado; y preguntó en la sala que atravesaba si no habían vistopasar a la Muerte roja. Le decían: «¿Quién es esa Muerte roja?». Élcontestaba:«Esunseñordisfrazadoconunacalaverayunagrancaparoja».PortodaspartesledecíanquelaMuerterojaacababadepasar,arrastrandosuregiacapa,peronoloencontróporningúnladoyvolvió,hacialosdosdelamañana, al corredor que por detrás del escenario conducía al camerino deChristineDaaé.

Suspasoslehabíanconducidoallugarenquehabíaempezadosutortura.Llamóalapuerta.Nolecontestaron.Entrócomocuandolohizoparabuscarportodasparteslavozdehombre.Elcamerinoestabavacío.Unmecherodegasardíaagonizante.Encimadeunpequeñoescritoriohabíapapelesysobres.PensóenescribiraChristine,perooyódeprontounospasosenelcorredor…Notuvo tiempomásqueparaesconderseenel tocador,queestabaseparadodel camerino por una simple cortina. Una mano empujaba la puerta delcamerino.¡EraChristine!

Contuvolarespiración.¡Queríaver,queríasaber!…Algoledecíaqueibaaasistiraunapartedelmisterioyquequizásibaaempezaracomprender…

Christineentró,sequitólamáscaracongestocansadoylaarrojósobrelamesa. Suspiró. Dejó caer su hermosa cabeza entre las manos… ¿En quépensaba?…¿EnRaoul?…¡No!yaqueRaoullaoyómurmurar:

—¡PobreErik!

Enunprincipiocreyóhaberoídomal.Ademásestabaconvencidodeque,sihabíaalguiendequiencompadecerse,éseeraél,Raoul.Seríamás lógico,después de lo que acababa de pasar entre ellos que dijera en un suspiro:«¡PobreRaoul!».Peroellarepitiómoviendolacabeza:«¡PobreErik!».

¿QuépintabaeltalErikenlossuspirosdeChristineyporquélapequeñahadadelNorteseapiadabadeErikcuandoRaouleratandesgraciado?

Christine sepusoaescribirdespacio, con tranquilidad, tanpacíficamenteque Raoul, que aún temblaba por el drama que los separaba, se sintiórabiosamente impresionado. «¡Qué sangre fría!», se dijo. Ella siguióescribiendo, llenando dos, tres, cuatro hojas. De repente, alzó la cabeza yocultó los papeles en su pecho… Parecía escuchar… Raoul también

Page 91: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

escuchó… ¿De dónde venía aquel ruido extraño, aquel ritmo lejano?…Uncanto sordo que parecía salir de las paredes… ¡Sí, se diría que los muroscantaban!…Elcantosehacíamásclaro…,laspalabraseraninteligibles…,sedistinguióunavoz…unavozmuybella,muydulceymuyatractiva…,perotantadulzuraseguíasiendo,sinembargo,masculina:eraevidentequeaquellavoz no pertenecía a una mujer… La voz seguía acercándose… atravesó lapared… llegó…, y, de pronto, la voz estaba en la habitación delante deChristine.Christineselevantóyhablóalavozcomosihablaraaalguienqueseencontrabaasulado.

—Aquí estoy, Erik—dijo—, ya estoy lista. Es usted quien llega tarde,amigomío.

Raoul,quemirabaconcautelaatravésdelacortina,nodabacréditoasusojos,quenadaveían.

La fisonomíadeChristineseaclaró.Unahermosasonrisavinoaposarseen sus labios exangües, una sonrisa como la que tienen los convalecientescuandoempiezanacreerqueelmalqueleshaheridonoselosllevará.

UnavozsincuerporeanudósucantoylociertoesqueRaouljamáshabíaoídonadaenelmundo—unavozqueune,almismotiempoyconelmismoaliento,losextremos—tanamplioyhermosamentesuave,tanvictoriosamenteinsidioso, tandelicadoen lafuerza, tanfuerteen ladelicadeza,ensuma, tanirresistiblementetriunfante.Conteníaacentosdefinitivosdignosdeunmaestroy que debían seguramente, por la sola virtud de su audición, crear acentossublimesenlosmortalesquesienten,amanytraducenlamúsica.Conteníaunafuente tranquila y pura de armonía de la que los fieles podrían, con todaseguridad,bebercondevoción,convencidosdebeberlagraciadelamúsica.Ysu arte, de repente, al contacto con lo divino, se veía transfigurado. Raoulescuchaba febrilmente aquella voz y empezaba a entender cómo ChristineDaaépudounanoche,anteelpúblicoestupefacto,cantarconaquellosacentosdeunabellezadesconocida,deunaexaltaciónsobrehumana,sindudabajolainfluenciadelmisteriosoe invisiblemaestro.Yahoraentendíamásaúnestefenómenoalcomprobarqueaquellavozexcepcionalnocontabaprecisamentenadaexcepcional:conelamarillohabíahechoazul.Latrivialidaddelversoylacasivulgaridadpopulardelamelodíaparecíantransformadosenbellezaporunsoploqueloselevabayllevabahastaelcieloenalasdelapasión,yaqueaquellavozangélicaglorificabaunhimnopagano.

Estavozcantaba«lanochedelhimeneo»deRomeoyJulieta.

Raoul vio a Christine extender los brazos hacia la voz, como lo habíahecho en el cementerio de Perros hacia el violín invisible que tocaba laResurreccióndeLázaro…

Page 92: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Nadapodríaexplicarlapasiónconlaquelavozdijo.

¡Eldestinoteencadenaamísinretorno!

Raoul sintió traspasado el corazón y, luchando contra el encanto queparecía arrebatarle toda voluntad y toda energía, y casi toda lucidez en elmomento en que más la necesitaba, consiguió apartar la cortina que loocultaba y avanzó haciaChristine. Ésta, que se acercaba hacia el fondo delcamerino cuyo panel estaba ocupado por un gran espejo que le devolvía suimagen,nopodíaverlopuestoqueestabadetrásdeellayenteramentetapadoporella.

¡Eldestinoteencadenaamísinretorno!

Christineseguíaavanzandohaciasuimagenysuimagenbajabahaciaella.Las dos Christine —el cuerpo y la imagen— terminaron por tocarse, porconfundirse,yRaoulextendiólosbrazospararetenerlasalasdosauntiempo.

Pero, por una especie de deslumbrante milagro que le hizo tambalear,Raoul fue repentinamente lanzado hacia atrás,mientras un viento helado leazotaba el rostro.Ynovio a dos, sino a cuatro, ocho, veinteChristine, quegirabanasualrededorconunaligerezatalqueparecíanburlarsedeélyquehuían con tanta rapidez que sumano no podía tocar a ninguna. Finalmentetodovolvióaquedarinmóvilysevioasímismoenelespejo.PeroChristinehabíadesaparecido.

Se precipitó hacia el espejo. Choco contra las paredes. ¡Nadie! Sinembargo,elcamerinoretumbabaaúnconunritmolejano,apasionado:

¡Eldestinoteencadenaamísinretorno!

Susmanos enjugaron su frente sudorosa, pellizcaron su carne despierta,tantearonlapenumbra,devolvieronalallamadelalamparilladegastodasufuerza. Estaba seguro de que no soñaba. Se encontraba en el centro de unjuegoformidable,físicoymoral,cuyaclavedesconocíayquequizásacabaríaconél.Sesentíavagamentecomounpríncipeaventureroquehafranqueadolalíneaprohibidadeuncuentodehadasyquenodebeextrañarsedeserpresadelosfenómenosmágicosqueinconscientementehaafrontadoydesencadenadoporamor.

¿Pordónde,pordóndehabíasalidoChristine?¿Pordóndevolvería?

¿Volvería?…¡Ay!¿Nolehabíaaseguradoquetodohabíaterminado?…¿Ylaparednolerepetíaacaso:eldestinoteencadenaamísinretorno?¿Amí?¿Aquién?

Entonces, extenuado, vencido, con el cerebro confuso, se sentó en elmismositioquehacíaunmomentoocupabaChristine.Comoella,dejócaerlacabezaentre lasmanos.Cuando la levantó,abundantes lágrimascorríana lo

Page 93: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

largodesujovenrostro,verdaderasypesadaslágrimas,comolasquetienenlos niños celosos, lágrimas que lloraban por unmal en absoluto fantástico,pero común a todos los amantes de la tierra. En voz alta no pudomás quepreguntarse:

—¿QuiéneseseErik?

CAPÍTULOXI

HAYQUEOLVIDARELNOMBREDE«LAVOZDEHOMBRE»

AlamañanasiguienteenqueChristinedesaparecióante susojosenunaespecie de deslumbramiento que aún le hacía dudar de sus sentidos, elvizcondedeChagnyfueenbuscadenoticiasacasadelaseñoraValérius.Seencontróanteuncuadroconmovedor.

Alacabeceradelaanciana,quetejíasentadaensulecho,Christinehacíaencaje.Jamásunóvalotanbello,unafrentemáspura,unamiradatandulceseinclinaron sobre una labor de virgen. Las mejillas de la joven habíanrecuperado los frescos colores. El cerco azul de sus ojos claros habíadesaparecido.Raoulnoreconocióyaelrostrotrágicodelavíspera.Siunvelode melancolía no ensombreciera sus rasgos como un último vestigio delinaudito drama en el que se debatía aquellamisteriosamujer, Raoul habríapodidopensarqueChristinenoerasuincomprensibleheroína.

Se levantóalverloacercarsey, sin emociónaparente, le tendió lamano.PeroelestupordeRaouleratalquepermanecióallí,anonadado,sinungesto,sinunapalabra.

—¡Vaya, señordeChagny!—exclamó la señoraValérius—.¿NoconoceyaanuestraChristine?¡Su«geniobienhechor»noslahadevuelto!

—¡Mamá!—interrumpiólajovenentonoseco,altiempoquesesonrojabahastalosojos—.Mamá,creíaqueyanovolveríamosahablardeeso…¡Sabeustedmuybienquenohaytalgeniodelamúsica!

—¡Hijamía,sinembargotehadadoclasesdurantetresmeses!

—Mamá, le he prometido explicárselo todo un día no muy lejano, almenosesoespero…perohastaentonces,ustedmehaprometidoelsilencioynohacermejamáspreguntas.

—¡Sime aseguraras no volver a dejarme! Pero, ¿me has prometido eso,Christine?

—Mamá,todoesonointeresaparanadaalseñordeChagny…

Page 94: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Seequivoca,Christine—interrumpióeljovenconunavozquepretendíaserfirmeyvalienteperoque,sinembargoeratansólotemblorosa—;todoloqueleatañemeinteresahastaunpuntoquenopodríaustedcomprender.Noleocultaréquemeextrañaymealegroalavezdeencontrarlajuntoasumadreadoptivayqueloquepasóayerentrenosotros,loquepudousteddecirme,loque pude adivinar, nada me hacía prever un retorno tan rápido. Sería elprimeroenalegrarmesinoseobstinaraenconservaracercade todoestounsecretoquepuedeserlefatal…yhacedemasiadotiempoquesoyamigosuyoparanoinquietarme,aligualquelaseñoraValérius,poresafunestaaventuraque seguirá siendo peligrosa en tanto no la desentrañemos, y de la queterminaráporservíctima,Christine.

Aloírestaspalabras,laseñoraValériusseagitóensulecho.

—¿Quéquieredecirtodoeso?—exclamó—.¿Christineestáenpeligro?

—Sí,señora…—declaróvalientementeRaoul,apesardelasseñasquelehacíaChristine.

—¡Diosmío!—exclamó jadeante la buena e ingenua anciana—. ¡Tienesquedecírmelotodo,Christine!¿Porquémetranquilizas?¿Ydequépeligrosetrata,señordeChagny?

—¡Unimpostorestáabusandodesubuenafe!

—¿ElÁngeldelamúsicaesunimpostor?

—¡EllamismalehadichoquenohaytalÁngeldelamúsica!

—¿Y qué hay entonces? Dígamelo, en nombre del Cielo —suplicóimpotentelaseñoraValérius—.¡Mevaustedamatar!

—Lo que hay, señora, a nuestro alrededor, a su alrededor, alrededor deChristine,esunmisterioterrestremuchomásterriblequetodoslosfantasmasytodoslosgenios.

LaseñoraValériusvolvióhaciaChristineunrostroaterrorizado,peroéstasehabíaprecipitadoyahaciasumadreadoptivaylaapretabaentresusbrazos:

—¡No le creas, mamá querida!… ¡No le creas! —repetía, e intentabaconsolarla con sus caricias, ya que la anciana dejaba escapar suspiros quedesgarrabanelcorazón.

—¡Entonces, dime que ya no me abandonarás! —imploró la viuda delprofesor.

ChristinecallóyRaoulvolvióaempezar:

—Es lo que debe usted prometer, Christine… ¡Es lo único que puedetranquilizarnos, a sumadre y amí! Nos comprometemos a no hacerlemás

Page 95: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

preguntassobreelpasado,sinosprometepermanecerbajonuestraprotecciónenelfuturo…

—¡Esuncompromisoqueyonolepidoyunapromesaqueyonolesharé!—dijo lamuchachaconorgullo—.Soy libredemisactos,señordeChagny,no tiene el menor derecho a controlarlos y le agradecería se abstuviera dehacerloapartirdeestemomento.Encuantoaloquehagodesdehacequincedías,nohaymásqueunhombreenelmundoquetendríaderechoaexigirqueseloexplicara:¡mimarido!¡Peronotengomaridonimecasarejamás!

Mientras decía esto con fuerza, extendió la mano en dirección a Raoul,comoparahacermássolemnessuspalabras,Raoulpalideció,nosóloporlaspalabrasqueacababadeoír,sinoporqueestabaviendoeneldedodeChristineunanillodeoro.

—Notieneustedmaridoysinembargollevaunaalianza.

Intentócogerlelamano,peroChristinelahabíaretiradorápidamente.

—¡Esunregalo!—exclamósonrojándosemásaúnyesforzándoseenvanoporocultarsuturbación.

—¡Christine!Yaquenotieneunmarido,esteanillosólopuedeserdelqueespera serlo. ¿Por qué engañarnos aúnmás? ¿Por qué seguir torturándome?¡Eseanilloesunapromesa!¡Yesapromesahasidoaceptada!

—¡Esloqueyolehedicho!—dijolaanciana.

—¿Yquélehacontestado,señora?

—¡Lo que me vino en gana! —gritó Christine exasperada—. ¿Noencuentraseñor,queesteinterrogatoriohaduradoyademasiado?Encuantoamí…

Raoul, muy emocionado, temía obligarla a pronunciar palabras quesignificaranunarupturadefinitiva.Lainterrumpió:

—Perdónporhaberlehabladoasí, señorita…¡Sabeustedbiencuál es elnoble sentimiento que hace queme inmiscuya en estemomento en asuntosque,sinduda,nomeincumben!Perodéjemedecirle loquehevisto…,yhevistomásde loquecree,Christine,o loquecreíver,yaque,enrealidad, lomínimoquepuedehacerseenestaaventuraesdudardelospropiosojos…

—¿Quéhavisto,señor,oquehacreídover?

—Visuéxtasisanteelsonidodelavoz,Christine,delavozquesurgíadelapared,odelcamerino,odelapartamentodeallado…¡sí,suéxtasis!…¡Yes esto lo queme llena de pánico por usted!… ¡Está aprisionada en elmáspeligrosode loshechizos!…Sinembargo,parecehabersedadocuentade laimpostura, ya que hoy dice que no hay unÁngel de lamúsica…Entonces,

Page 96: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Christine,¿porquélosiguióunavezmás?¿Porquése levantóconelrostroresplandecientecomosirealmenteestuvieraoyendoalosángeles?…¡Esavozes muy peligrosa, Christine, puesto que yo mismo, mientras la oía, meencontrabatanembelesadoqueusteddesapareciódemivistasinquepudieradecirpordónde!…¡Christine,Christine!Enelnombredelcielo,eneldesupadrequeestáenelcieloyquetantoquisousted,yquemequiso,Christine,¿vaadecirnos,asubienhechorayamí,dequiénesesavoz?¡Aúnencontradesuvoluntadlasalvaremos!…¡Vamos!¡Díganoselhombredeesehombre,Christine…,deesehombrequehatenidolaaudaciadeponerunanillodeoroensudedo!

—SeñordeChagny—declarófríamentelajoven—,¡nolosabrájamás!

En este punto se oyó la agria voz de la señoraValérius que, de repente,tomaba el partido de Christine, al ver la hostilidad con la que su pupilaacababadedirigirsealvizconde.

—¡Ysiellaloama,señorvizconde,esonoesasuntosuyo!

—¡Ay, señora! —volvió a decir humildemente Raoul, que no pudocontener las lágrimas—. ¡Ay! Creo que, efectivamente, Christine lo ama…Todomelodemuestra,peronosóloestomedesespera,¡sinoelquenoestoyenabsolutosegurodequeaquélalquequiereChristineseadignodesuamor!

—¡La única que debe juzgarlo soy yo, señor!—dijo Christine mirandofijamenteaRaoulconunaexpresióndesoberanairritación.

—Cuandoseemplean,paraseduciraunajoven,mediostanrománticos…—dijoRaoulquesentíaquesusfuerzasleabandonaban…

—¿Espreciso,noescierto,queelhombreseaunmiserable,oquelajovenseaunatonta?

—¡Christine!

—¿Raoul,porquécondenadeestemodoaunhombrealquenohavistojamás,alquenadieconoceydelqueustedmismonosabenada?

—Sí,Christine…Sí…Almenosséesenombrequeustedpretendeseguirocultándome…¡SuÁngeldelamúsica,Christine,sellamaErik!…

InmediatamenteChristinesetraicionóasímisma.Estavezsepusopálidacomounmanteldealtar.Balbuceó:

—¿Quiénselohadicho?

—¡Ustedmisma!

—¿Cómo?

—Laotranoche,lanochedelbailedemáscaras.¿Acasonodijo,alllegara

Page 97: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

su camerino: «¡Pobre Erik!»? Pues bien, Christine, se encontraba allí, enalgunaparte,unpobreRaoulquelaoyó.

—¡Es la segunda vez que escucha usted detrás de las puertas, señor deChagny!

—Noestabadetrásdelapuerta…¡Estabaenelcamerino!…

¡Ensutocador,señorita!

—¡Desgraciado!…—gimiólajoven,quemostrótodoslossíntomasdeunindeciblehorror—.¡Desgraciado!¿Quierequelomaten?

—¡Quizá!

Raoul pronunció este «quizá» con tanto amor y desesperación queChristinenopudocontenerunsollozo.

Entoncesletomóambasmanosylomirócontodalapuraternuradelaqueera capaz, y, el joven, ante aquellamirada, sintió que su dolor ya se habíaesfumado.

—Raoul—dijo—,esprecisoqueolvidelavozdehombre,quenorecuerdesiquierasunombre…yque jamás intenteaveriguarelmisteriode lavozdehombre.

—¿Tanterribleesesemisterio?

—¡Nohayotromásterribleenlatierra!

Sehizounsilencioqueseparóalosjóvenes.Raoulestabadestrozado.

—Júremequenoharánadapor«saber»—insistióella—.Júremequenovolveráaentrarenmicamerinosiyonolollamo.

—¿Meprometellamarmealgunavez,Christine?

—Seloprometo.

—¿Cuándo?

—Mañana.

—¡Entonces,selojuro!

Fueronsusúltimaspalabrasesedía.

ÉllebesólasmanosysefuemaldiciendoaErikeintentandoarmarsedepaciencia.

CAPÍTULOXII

Page 98: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ARRIBADELASTRAMPILLAS

Aldíasiguiente,volvióaverlaenlaópera.Seguíallevandoeneldedoelanillodeoro.Ellafuedulceybuena.Leinformóacercadelosproyectosquetenía,desufuturo,desucarrera.

Éllecomunicóquelasalidadelaexpediciónpolarsehabíaadelantadoyque,dentrodetressemanas,deunmesalosumo,abandonaríaFrancia.

Ellaleanimó,casiconalegría,apensarenelviajeconentusiasmo,comoenunaetapamásdesugloriafutura.Y,alcontestarleélquelagloriasinamorno ofrecía a sus ojos elmenor encanto, ella lo trató como a un niño cuyastristezasdebenserpasajeras.Élledijo:

—¿Cómopuedehablarcon tanta ligerezadecosas tangraves,Christine?¡Puede que no volvamos a vernos jamás!… ¡Puedo morir durante esaexpedición!

—Yyotambién—selimitóadecirella…

Yanosonreía,yanobromeaba.Parecíapensarenalgonuevoqueleveníaporprimeravezalamente.Sumiradabrillaba.

—¿Enquépiensa,Christine?

—Piensoenqueyanovolveremosavernos…

—¿Yesoesloquelaponetanradiante?

—¡Yquedentrodeunmestendremosquedecirnosadiós…parasiempre!

—Amenosque,Christine,noscasáramosynosesperáramosparasiempre.

Ellaletapólabocaconlamano:

—¡Calle,Raoul!…¡No se tratade eso,ya lo sabede sobra!…¡Y jamásnoscasaremos!¿Deacuerdo?

Parecía no poder resistir una dicha desbordante que la había asaltado derepente. Empezó a dar palmadas con alegría infantil… Raoul la mirabainquieto,sincomprender.

—Pero,pero…—dijoelladenuevo,tendiendolasmanosaljoven,omejordicho,dándoselas,comosisúbitamentehubieradecididohacerleunregalo—.Pero, aunque no podamos casarnos, sí podemos…, podemos prometernos…¡No lo sabrá nadie más que nosotros, Raoul!… ¡Ha habido casamientossecretos!…¡Raoul,podemosprometernosporunmes!…¡Dentrodeunmes,ustedse iráyyopodréser felizconel recuerdodeestemesdurante toda lavida!

Page 99: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Estabaentusiasmadaconsuidea…Yvolvióaponerseseria.

—Esta—dijo—esunafelicidadquenoharádañoanadie.

Raoul había comprendido. Se aferró a aquella inspiración. Quiso queinmediatamentesehicierarealidad.SeinclinóanteChristineconhumildadsinparydijo:

—¡Señorita,tengoelhonordepedirsumano!

—¡Pero si ya tiene las dos, mi querido prometido…! ¡Oh, Raoul, quéfelices vamos a ser!… ¡Vamos a jugar al futuro maridito y a la futuramujercita…!

Raoul se decía: ¡Imprudente! De aquí a unmes habré tenido tiempo dehacérseloolvidarodepenetrarydestruir«elmisteriodelavozdehombre»,ydentro de un mes Christine consentirá en ser mi mujer. ¡Mientras tanto,juguemos!

Fueel juegomásbonitodelmundoyalqueseentregaroncomo losdosniños que eran. ¡Ah, qué cosas maravillosas se dijeron! ¡Y qué juramentoseternos intercambiaron!La idea de que, al cumplir unmes, no habría nadiepara poder mantener estas promesas les sumía en una turbación quesaboreabanconcontradictoriasemociones,entrerisasylágrimas.Jugaban«alcorazón» igual que otros juegan «a la pelota». La diferencia radicaba en elhechodequealsersuspropioscorazoneslosquelanzaban,éstosdebíansermuyhábilespararecibirsinhacersedaño.Undía—eraeloctavodejuego—,elcorazóndeRaoulsehizomuchodañoyeljovendetuvolapartidaconestasextravagantespalabras:«Yanomemarcharéalpolonorte».

Christine, que en su inocencia no había pensado en esta posibilidad,descubrióde repenteelpeligrodel juegoyse lo reprochóamargamente.NocontestóaRaoulniunasolapalabraysemarchóasucasa.

Esto ocurría por la tarde, en el camerino de la cantante, dondeacostumbraban a citarse y donde se divertían con meriendascenas de tresgalletasydosvasosdeOportoanteunramodevioletas.

Porlanoche,ellanocantaba.Yélnorecibiólacartaacostumbrada,peseaquesehubierandadopermisoparaescribirsetodoslosdíasduranteesemes.Al día siguiente, corrió a casa de la señoraValérius, que le informóde queChristinesehabíaausentadopordosdías.Sehabíaidolavísperaporlatarde,a las cinco, diciendo que no estaría de vuelta hasta pasado mañana. Raoulestaba destrozado. Detestaba a la señora Valérius por haberle comunicadoaquellanoticiaconunatranquilidadquelodejabaperplejo.Intentósonsacarlealgo,peroeraevidentequelabuenamujernosabíanada.Selimitóacontestaralaspreguntasdesordenadasdeljoven:

Page 100: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡EselsecretodeChristine!

Y, al decirlo, levantó el dedo con una unción especial que recomendabadiscreciónyque,almismotiempo,pretendíatranquilizar.

—¡Bien, muy bien!—exclamaba Raoul con enfado mientras bajaba lasescaleras corriendo como un loco—. ¡Estupendo, veo que las jóvenes estánperfectamenteprotegidasporseñorascomolaValérius!

¿DóndepodíaencontrarseChristine?…Dosdías…¡Dosdíasmenosparasu felicidad tanbreve! ¡Y, para colmo, por culpa suya!…¿Acasonohabíanacordado que él debía partir?…Y si su firme intención era la de quedarse,¿por qué había hablado tan pronto? Se reprochaba su torpeza y fue el másdesgraciado de los hombres durante cuarenta y ocho horas, al cabo de lascualesChristinereapareció.

Reapareciótriunfalmente.Volvióporfin,aobtenerelmismoéxitoqueenla velada de gala. A partir de la aventura del «gallo», la Carlotta no habíapodidosaliraescena.Elterrordeunnuevo«cuac»laposeíaylequitabatodossus recursos; y los lugares que habían sido testigos de su incomprensiblederrotaselehabíanhechoodiosos.Encontrólamaneraderompersucontrato.Se le rogó a la Daaé que temporalmente ocupara el puesto vacante. UnverdaderodeliriolaacogióenLajudía.

El vizconde, presente durante aquella velada, fue el único en sufrirescuchandolosmilecosdeestenuevotriunfo,yaquevioqueChristineseguíaconservando su anillo deoro.Unavoz lejanamurmuraba al oídodel joven:«Estánoche sigue llevandoel anillodeoro,y túnohas sidoquien se lohadado.Estánochehaseguidoentregandosualma,ynohasidoati».

Ylavozcontinuabaaún:«¡Siellanoquieredecirteloquehahechodesdehace dos días…, si te esconde su paradero, es preciso que vayas apreguntárseloaErik!».

Corrióhaciaelescenario.Le interrumpióelpaso.Ella lovio,yaquesusojoslobuscaban.Ledijo:

—¡Deprisa,deprisa!¡Venga!

Y lo arrastró hasta su camerino sin preocuparse de todos los quecelebrabansurecientegloriayquemurmurabanantelapuertacerrada:

—¡Estoesunescándalo!

InmediatamenteRaoulsearrodillóanteella.Lejuróquesemarcharíaalaexpediciónylesuplicóquenuncamásleprivaradeunasolahoradeladichaquelehabíaprometido.Christinedejócorrersuslágrimas.Sebesabancomounhermanoyunahermanadesesperadosqueacabandeverseamenazadosporundolorcomúnyquevuelvenaencontrarseparalloraraunmuerto.

Page 101: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Súbitamente, se deshizo del dulce y tímido abrazo del joven, parecióescucharalgoquenosabíaquéera…y,conungestoseco,señalólapuertaaRaoul. Cuando estuvieron en el umbral, le dijo tan bajo que el vizcondeapenasadivinósuspalabras:

—¡Mañana, mi querido prometido! ¡Y alégrese, Raoul…, esta noche hecantadoparausted!

Élnocontestó.

Pero,¡ay!aquellosdosdíasdeausenciahabíanrotoelencantodesudulcementirá.Semiraronenelcamerinosindecirsenada,conlosojostristes.Raouldebíadominarseparanogritar:«¡Tengocelos!¡Tengocelos!».Peroellalooíadetodosmodos.

Entonces,ledijo:

—Vamosapasear,Raoul.Elairenosharámuybien.

Raoul creyó que iba a proponerle una excursión por el campo, lejos deaquelmonumentoalquedetestabacomosise trataradeunacárcelyacuyocarcelero sentíapasearse a travésde lasparedes…,el carceleroErik…Peroellalocondujoalescenarioylohizosentarsobreelbrocaldemaderadeunafuente,enlapazyelfrescordudososdeunprimerdecoradomontadoparaelpróximoespectáculo.Otrodíapaseó conél, cogiéndolode lamano,por loscaminos abandonados de un jardín cuyas plantas trepadoras habían sidocortadasporlasmanoshábilesdeundecorador,comosilosverdaderoscielos,lasverdaderasflores,laverdaderatierraleestuvieranprohibidosparasiempreyestuvieracondenadaanorespirarotraatmósferaqueladelteatro.Eljovenvacilabaen formularle lamenorpreguntaporque, al saberqueellanopodíacontestarle, temía hacerla sufrir inútilmente. De tanto en tanto pasaba unbombero, que vigilaba desde lejos su idilio melancólico. A veces, ellaintentabaengañarseyengañarloacercade labellezaficticiadeaquelcuadroinventado por la fantasía de los hombres. Su imaginación siempre viva leseñalaba colores siempre más deslumbrantes, hasta el punto de que lanaturaleza,decía,nopodíacompararlos.Seexaltaba,mientrasRaoulapretabasumanofebril.Elladecía:

—¡Mire,Raoul,esasmurallas,esosbosques,esasglorietas,esasimágenesdetelapintada,todoestohavistolosamoresmássublimes,yaqueaquíhansidocreadosporlospoetas,quesuperanenciencodosaloshombresvulgares!¡Dígame,pues,quenuestroamorestábienaquí,Raoul,porquetambiénélhasidocreado,ynoesmás,éltambién,queunailusión!

Él,desconsolado,nocontestaba.

—¡Nuestroamoresdemasiadotristeenlatierra,vayamosporelcielo!…

Page 102: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

¡Yavequéfácilesaquí!

Yloarrastrabamásaltoquelasnubes,atravésdelmagníficodesordendeltelar, y se divertía dándole vértigo al correr delante suyo sobre los frágilespuentesmetálicos,entrelosmilesdecuerdasqueseuníanalaspoleas,alostornos,aloscilindros,enmediodeunaverdaderaselvaaéreadevergasydemástiles.Cuandoélvacilaba,ellaledecíaconunmohínadorable:

—¿Tú,unmarino?

Después,volvíanabajaratierrafirme,esdecirauncorredorrealquelesconducíahastarisas,bailesyvocesjóvenesamonestadasporotravozsevera:«Despacio, señoritas… ¡Vigilen las puntas!»… Era la clase de baile de lasniñasde seis anueveodiezaños…consucorséescotado, el tutú ligero, elpantaloncito blanco y las medias de color rosa, y trabajan, trabajanaplicadamente con todos sus piececillos doloridos con la esperanza deconvertirse en alumnas de las cuadrillas, corifeos, meritorias, primerasbailarinas envueltas en relucientes diamantes… Mientras, Christine repartecaramelosentreellas.

Otro día le hacía entrar a una amplia sala de su palacio, abarrotada deoropeles,despojosdecaballeros,delanzas,deescudosypenachos,ypasabarevista a los fantasmasde losguerreros inmóvilesy cubiertosdepolvo.Lesarengaba con palabras de consuelo y les prometía que volverían a ver lastardesresplandecientesdeluzylosdesfilesconmúsicaantelastribunasquelosaclamarían.

Asílopaseóportodosuimperio,queeraficticioperoinmenso,yaqueseextendía a lo largoy anchodediecisietepisos,desde laplantabajahasta eltejado,yestabahabitadoporunejércitodeextrañospersonajes.Pasabaentreellos como una reina popular, animando a los trabajos; sentándose en lostalleres,dandosusconsejosalasmodistascuyasmanosvacilabanalcortarlasricas telas que vestirían a los héroes. Los habitantes de este país realizabantodos los oficios. Había zapateros y orfebres. Todos habían aprendido aquererla,porqueChristineseinteresabaporlaspreocupacionesylaspequeñasmaníasdecadauno.Sabíaderinconesdesconocidosenlosquehabitabanensecretoviejosmatrimonios.

Llamaba a su puerta y les presentaba a Raoul como a un príncipeencantador que había pedido su mano y, sentados los dos en algún baúlcarcomido, escuchaban las viejas leyendas de la ópera como antaño, en lainfancia,habíanescuchadolosviejoscuentosbretones.Aquellosviejosnoseacordaban más que de la Opera. Vivían allí desde hacía muchos años. Lasadministraciones desaparecidas los habían olvidado; las revoluciones depalacioloshabíanignorado.AllíafuerahabíapasadolahistoriadeFranciasinqueellosseenteraran,ynadieseacordabadeellos.

Page 103: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Así transcurrían aquellos preciosos días, y Raoul y Christine, con elexcesivo interés que simulaban por las cosas exteriores, se esforzabantorpementeenocultarseelúnicopensamientodesucorazón.LociertoeraqueChristine,quehastaentoncessehabíamostradolamásfuerte,repentinamentepasó a un estado de extremo nerviosismo, que no podía expresar. En susexpediciones,seponíaacorrersinrazón,obiensedeteníabruscamente,ysumano,convertidaenuntrozodehielo,apretabaladeljoven.Avecessusojosparecían perseguir sombras imaginarias. Gritaba: «¡Por aquí!» y después:«¡Por allí!», riendo con una risa temblorosa que terminaba en lágrimas.EntoncesRaoulqueríahablar,hacerlepreguntasapesardesuspromesasysuspactos. Pero, antes de que pudiera formular una pregunta, ella contestabafebrilmente:

—¡Nada!…Leaseguroque-nomepasanada.

Unavezquepasabananteunatrampillaentreabiertaenelescenario,Raoulseinclinósobreeloscurohuecoydijo:

—Christine,meha enseñado la parte alta de su imperio…,pero he oídoextrañashistoriasacercadelossótanos…¿Quierequebajemos?

Aloíresto,lotomóensusbrazoscomositemieraverlodesaparecerporelagujeronegro,yledijotemblandoenvozmuybaja:

—¡Jamás,jamás!Leprohíbobajarahí…Ademásesapartedelreinonomepertenece…¡Todoloqueestábajotierralepertenece!

Raoulclavósusojosenlosdeellayledijoentonoduro:

—¿Entonces,élviveahíabajo?

—¡Nohedichoeso!…¿Quiénlehadichoeso?¡Vamos,venga!Aveces,Raoul, me pregunto si usted no está loco… ¡Usted siempre oye cosasimposibles!…¡Venga,venga!

Yloarrastrabaliteralmente,yaqueélseobstinabaenquedarsecercadelatrampillaydeaquelagujeroqueleatraía.

La trampilla se cerró de golpe, tan de repente que ni siquiera vieron lamanoquelamovía,dejándolosallí,completamenteaturdidos.

—¿Quizáseraélquienestabaallí?—terminópordecirRaoul.

Ellaseencogiódehombrosperonoparecíanadatranquila.

—¡No,no!Sonlos«cerradoresdetrampillas».Algotienenquehacer los«cerradoresdetrampillas»…Abrenycierranlastrampillassinrazónalguna…Escomo«loscerradoresdepuertas».Dealgunamaneratienenque«pasareltiempo».

Page 104: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Ysifueraél,Christine?

—¡Imposible!No,élsehaencerradoparatrabajar.

—¡Vaya!¿Conqueéltrabaja?

—Sí.Élnopuedeabrirycerrarlastrampillasytrabajaralmismotiempo.Podemosestartranquilos.

Aldeciresto,seestremeció.

—¿Enquétrabaja?

—¡Oh, en algo terrible!… Por eso podernos estar tranquilos. Cuando éltrabajaenlosuyo,novenada,nocomenibebe,nirespira…,durantedíasynoches. ¡Es unmuerto viviente! ¡No tiene tiempo para entretenerse con lastrampillas!

Volvióaestremecerse,seinclinóhacíalatrampilla…Raoulladejabahacerydecir.Secalló.Temíaqueelsonidodesuvozlahicierareflexionarydetenerelcurso,tanfrágilaún,desusconfidencias.

Ellanolohabíasoltado…seguíaencogidaentresusbrazos…ysuspiró:

—¡Sifueraél!

Tímidamente,Raoulpreguntó:

—¿Letienemiedo?

Ellasuspiró:

—¡No,claroqueno!

El joven adoptó involuntariamente una actitud de compasión, como sesueleadoptarconunserimpresionablequeaúnespresadeunsueñoreciente.Parecíaquererdecir:«Nosepreocupes,aquíestoy».Ysugestofue,casisinquerer,amenazador.Entonces,Christinelomiróconextrañeza,comosemiraaun fenómenodevaloryvirtud, yparecíavalorar en su justamedida tantaaudacia a inútil. Abrazó al pobre Raoul como para recompensarlo, con unarrebato de ternura, por mostrar su deseo de defenderla contra los peligrossiempreposiblesqueencierralavida.

Raoulcomprendióysepusorojodevergüenza.Sesentía tandébilcomoella. Se decía: «Pretende que no tienemiedo, pero nos aleja de la trampillatemblando». Estaba en lo cierto. El día siguiente, y los demás días fuerondedicadosarecorrerlotodo,casihastalostejados,lomáslejosposibledelastrampillas. La agitación de Christine no hacía más que aumentar conformeibanpasando lashoras.Por fin, una tarde llegócomomucho retraso, conelrostropálidoylosojosenrojecidosydesesperados.Raoulsedecidióarecurriralosgrandesmedios;porejemplo,leaseguródebuenasaprimeras«quesólo

Page 105: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

partiríaalpolonortesiellalerevelabaelsecretodelaVozdehombre».

—¡Calle! ¡En nombre del Cielo, calle! ¡Si él le oyese, pobre de usted,Raoul!

Ylosojosperdidosdelajovenmirabaninquietamenteasualrededor.

—¡Christine,yolaarrancarédesupoder,lojuro!Yanopensarájamásenél.Esabsolutamentenecesario.

—¿Creequeesposible?

Ella sepermitió estadudaque significabaparaélunestímulo, al tiempoqueloarrastrabahastaelúltimopisodelteatro,alomás«alto»,allídondeseestálejos,muylejosdelastrampillas.

—La esconderé en algún rincón desconocido del mundo adonde él novendráabuscarla.Estaráasalvo.Entonces,memarcharé,yaquehajuradonocasarsejamás.

ChristinesearrojósobrelasmanosdeRaoulylasestrechóconunarrebatopoco frecuente en ella. Pero, de nuevo inquieta, volvía la cabeza a todaspartes.

—¡Másarriba!—dijotansólo—.¡Aúnmásarriba!—ylearrastróhastalacumbre.

Le costaba seguirla. Pronto se encontraron debajo del tejado, en unlaberinto de vigas. Se deslizaban a través de los arbotantes, los cabrios, lasjambasdefuerza,lostabiques,losentrantesylasrampas;corríandevigaenvigacomoenunbosquehubierancorridodeárbolenárbol,árbolesdetroncoscolosales…

Apesardelcuidadoqueellaponíaenmirarcadarincón,noviounasombraquesedeteníaalavezqueella,quevolvíaaavanzarcuandoellaavanzabayquenohacíamás ruidoqueelquedebehaceruna sombra.Raoulno sediocuentadenadapuestoque,alteneraChristinedelante,noleinteresabanadadeloquepudieraocurrirdetrás.

CAPÍTULOXIII

LALIRADEAPOLO

Deestemodollegaronalostejados.Ellasedeslizabaporellostanligeracomo una golondrina. Su mirada recorrió el espacio desierto entre las trescúpulasy el frontón triangular.Respiróprofundamentepor encimadeParís,

Page 106: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

queparecíaunvalleentregadoal trabajo.MiróaRaoulconconfianza.Se leacercó,ycaminaronunoalladodelotro,alláenloalto,porlascallesdezinc,porlasavenidasdefundición.Contemplaronsusombragemelaenlosampliosestanquesllenosdeaguainmóvil,enlosqueenveranolosmáspequeñosdelaescuela de danza, unos veinte críos, se zambullen y aprenden a nadar. Lasombraquelesseguía,siemprefielasuspasos,habíasurgidoextendiéndosepor los tejados, alargándose con movimientos de águila negra por lasencrucijadas de las callejuelas de hierro, girando alrededor de los pilones,rodeandosilenciosalascúpulas.Losdesventuradosjóvenesnosospechabanenlomásmínimosupresenciacuandosesentaronporfin,confiados,bajolaaltaproteccióndeApoloque,congestodebronce,alzabasuliraprodigiosaenelcorazóndeuncieloencendido.

Una esplendorosa tarde de primavera les rodeaba. Algunas nubes, queacababande recibirdeponienteuna suave tonalidadoroypúrpura,pasabanlentamente,arrastrándosesobrelosjóvenes.ChristineledijoaRaoul:

—Prontoiremosmáslejosymásdeprisaquelasnubes,hastaelconfíndelmundo, y después me abandonará, Raoul. Pero si, llegado para usted elmomentoderaptarme,yomenegaraaseguirlo,entonces,Raoul,usteddeberáraptarme.

Con qué fuerza, que parecía dirigida contra ellamisma, pronunció estaspalabras,mientrasseapretabanerviosamenteaél.Eljovenquedósorprendido.

—¿Teme,pues,cambiardeopinión,Christine?

—¡Nosé!—dijomoviendoextrañamentelacabeza—.¡Esundemonio!

Yseestremeció.SeacurrucóentrelosbrazosdeRaoul,conungemido.

—¡Ahoramedamiedovolveravivirconél…!¡bajotierra!

—¿Yquiénlaobligaavolver,Christine?

—¡Sinovuelvoasuladopuedensucedergrandesdesgracias!…¡Peroyano puedo más! ¡No puedo más!… Ya sé que hay que compadecer a laspersonas que viven «bajo tierra». ¡Pero esto es demasiado horrible! Y, sinembargo,seacercaelmomento.Yanomequedamásqueundía.Sinovoy,élvendráabuscarmeconsuvoz.Mearrastraráconélasucasa,bajotierra,ysearrodillaráantemí,¡consucalavera!¡Mediráquemeama!¡Yllorará!¡Oh,Raoul, si viera sus lágrimas en los dos huecos oscuros de su calavera! ¡Nopuedovolveraveresaslágrimas!

Seretorciódeunaformahorriblelasmanos,mientrasRaoul,presatambiéndeaquelhorrorcontagioso,laapretabacontrasupecho.

—¡No, no! ¡Novolverá a oírle decir que la anca! ¡Novolverá a ver suslágrimas! ¡Huyamos!… ¡Ahora mismo, Christine, huyamos! —y quería

Page 107: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

arrastrarlaya.

Peroellaledetuvo.

—¡No, no!—dijo inclinando dolorosamente la cabeza—. ¡Ahora no!…Sería demasiado cruel… Déjelo oírme cantar una vez más, mañana por lanoche… y después nos iremos. A medianoche ira usted a buscarme a micamerino, a las doce en punto. En esemomentome estará esperando en elcomedordellago…¡peronosotrosseremoslibresyustedmellevaráconsigo!…Inclusosimeniego…debejurármelo,Raoul…Séperfectamentequeestavez, si vuelvo, tal vez no regrese jamás…—y añadió—: ¡No puede ustedcomprender!…

Lanzóunsuspiroalquepareciócontestarotrosuspirodetrásdeella.

—¿Nohaoído?

Lecastañeteabanlosdientes.

—No—aseguróRaoul—,noheoídonada.

—Eshorroroso—afirmóella—estartemblandoasíconstantemente…Sinembargo, aquí no corremos ningún peligro. Estamos en nuestra casa, enmicasa, en el cielo, al aire libre, en pleno día. El sol está ardiendo, ¡y a lospájarosnocturnosnolesgustacontemplarelsol!Jamáslohevistoalaluzdeldía…¡Debeserhorrible!…—balbuceómirandoaRaoulconojosperdidos—.¡Ah,laprimeravezquelevicreíaqueélibaamorirse!

—¿Porqué?…—preguntóRaoulrealmenteasustadodeltonoquetomabaaquellaextrañayformidableconfidencia—.¿Porquécreyóqueibaamorir?

—¡¡¡PORQUEYOLOHABÍAVISTO!!!

EstavezRaoulyChristinesevolvieronauntiempo.

—Por aquí hay alguienque sufre…—dijoRaoul—, tal vezunherido…¿Nohaoído?

—No podría decirlo—declaró Christine—, incluso cuando no está, misoídosestánllenosdesussuspiros…Perosiustedlohaoído…

Se levantaronymiraronalrededorde sí…Seencontrabanabsolutamentesolosenelinmensotejadodeplomo.Volvieronasentarse.Raoulpreguntó:

—¿Cómolovioporprimeravez?

—Hacíatresmesesquelooíasinverlo.Laprimeravezcreí,comousted,queaquellavozadorable,quederepentesehabíapuestoacantarami lado,cantabaenelcamerinodeallado.Salíylabusquéportodaspartes.Peromicamerinoestámuyaislado,comoyasabe,no,pudeencontrar lavozenotrolugar. En realidad, seguía allí, en mi camerino. Además, no se limitaba a

Page 108: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

cantar, sinoquemehablaba,contestabaamispreguntascomounaauténticavozdehombre, con ladiferenciadequeerabellacomo lavozdeunángel.¿Cómoexplicarunfenómenotanincreíble?Yonuncahabíadejadodepensaren el «Ángel de la música» quemi pobre padre había prometido enviarmeapenasmuriese.Meatrevíahablarledeestachiquillada,Raoul,porqueustedconoció ami padre, porque él le quiso y porque usted creyó, igual que yo,cuandoéramosniños,enel«Ángeldelamúsica».Poresoestoyseguradequeno se sonreirá ni se burlará. Yo conservaba el alma tierna y crédula de lapequeñaLotteynofueprecisamentelacompañíadelaseñoraValériuslaquemelahizoperder.Llevéaquellaalma inmaculadaenmismanos ingenuase,ingenuamente, la tendí, la ofrecí a la voz de hombre, creyendo ofrecerla alángel.Enciertamanera,laculpafuetambiéndemimadreadoptiva,alaqueno ocultaba yo nada del inexplicable fenómeno. Se apresuró en decirme:«DebeserelÁngel.Entodocaso,siemprepuedespreguntárselo».Lohice,ylavozdehombremecontestóqueeraenefectolavozdeángelqueesperabayquemi padre me había prometido al morir. A partir de aquel momento, seestablecióunagranintimidadentrelaVozyyo,ytuveconfianzaabsolutaenella. Me dijo que había bajado a la tierra para hacerme experimentar lafelicidad suprema del arte eterno, yme pidió permiso para darme clases demúsica todos los días.Acepté con gran ardor y no faltaba a ninguna de lascitasquemedaba,aprimerahora,enmicamerino,cuandoese rincónde laOpera está totalmente desierto. ¿Cómo explicarle cómo fueron aquellasclases?Niustedmismo,aunquehayaoídolavoz,puedehacerseunaidea.

—Lociertoesquenopuedohacermeunaidea—afirmóeljoven—.¿Conquéseacompañaba?

—Conunamúsicaqueignoro,queestabadetrásdelaparedyeradeunaprecisiónincomparable.Además,eracomosilaVozsupieraconexactitudenqué punto de mis clases mi padre me había dejado al morir, y también elsimplemétodoquehabíausado.Yasí,recordando,omejordicho,alacordarsemivozde todas las lecciones anterioresybeneficiándomede repentede lasque recibía, evolucioné prodigiosamente, ¡y de tal modo que en otrascondicioneshabría tardadoaños!Piensequemisaludesbastantedelicada,yquemivoz teníaenprincipiopococarácter.Naturalmente, lascuerdasbajasestaban poco desarrolladas, los tonos agudos eran demasiado duros y losmediosconfusos.Eraaaquellosdefectosalosquemipadrehabíacombatidoy vencido por un instante. Fue a estos defectos a los que la Voz venciódefinitivamente. Poco a poco aumentaba el volumen de los sonidos enproporcionesquemidebilidadpasadanomehabríapermitidoesperar:aprendíadarelmáximoposibledealcanceamirespiración.PerolaVozmeconfióelsecretodedesarrollarlossonidosdepechoenunavozdesoprano.Sobretodorecubriótodoestoconelfuegosagradodelainspiración,despertóenmíunavidaardiente,devoradora, sublime.LaVoz tenía lavirtudde, alhacerseoír,

Page 109: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

elevarmehastaella.Meponíaalaalturadesuvuelomaravilloso.¡ElalmadelaVozhabitabaenmibocaylallenabadearmonía!

»En pocas semanas, ya no me reconocía al cantar… Estaba inclusoasustada… por un momento temí que hubiera en todo eso una especie desortilegio.Pero la señoraValériusme tranquilizó.Meconsiderabauna jovendemasiadosimplecomoparainteresaraldemonio.

»MicambioeraunsecretoquetansólosabíamoslaVoz,laseñoraValériusy yo, ya que la misma Voz lo había ordenado así. Cosa curiosa, fuera delcamerino cantaba conmi voz de cada día y nadie se enteraba de nada. YohacíatodoloquequeríalaVoz.Medecía:“Hayqueesperar…¡Yaloverás!¡SorprenderemosatodoParís!”.Yyoesperaba.VivíaunaespeciedesueñodeéxtasisquelaVozcontrolaba.Enestascircunstancias,Raoul,leviunanocheenlasala.Mialegríafuetangrandequenisiquierapenséenocultarlaalentrarenmicamerino.Paradesgracianuestra, laVoz seencontrabayaallí ypudover,pormiactitud,quesucedíaalgonuevo.Mepreguntó“quémepasaba”,ynotuvereparosencontarlenuestrahistoria,niledisimuléellugarqueustedocupaenmicorazón.EntonceslaVozcalló.Lallaméperonomecontestó,lesupliqué, pero fue en vano. ¡Tuve un miedo horrible a que se hubieramarchado para siempre! ¡Ojalá lo hubiera hecho así, amigomío!…Aquellanoche volví a casa en un estado de absoluta desesperación.Me abracé a laseñora Valérius diciéndole: “¿Sabes? La Voz se ha ido. ¡Tal vez no vuelvanuncamás!”.Yellaseasustótantocomoyoymepidióexplicaciones.Selocontétodo.Ellamedijo:“¡PorDios,laVozestácelosa!”.Estomehizopensarqueyoestabaenamoradadeusted…».

AquíChristinesedetuvoporunmomento.ApoyólacabezaenelpechodeRaoulyambospermanecieronsilenciosos,abrazadoselunoalotro.Eratalsuemociónquenovieron,omejordicho,quenosintierondesplazarse,aalgunospasos de ellos, a la sombra reptante de dos grandes alas negras que se lesacercaba,pegadaa los tejados, tancerca, tancercaquehubierapodido, sóloconcerrarsesobreellos,ahogarlos…

—Aldíasiguiente—continuóChristineconunprofundosuspiro—,volvíamicamerinomuypensativa.LaVozestabaallí.¡Oh,amigomío!Mehablóconunagrantristeza.Medeclarócategóricamentequesiyodebíaotorgarmicorazónenlatierra,ellanopodíahacerotracosaquesubiralcielo.Ymedijoestocontalacentodedolorhumanoquehabríatenidoquedesconfiarapartirdeaqueldíayempezaracomprenderquehabíasidovíctimadeldesequilibriode mis sentidos. Pero mi fe en aquella aparición de la Voz, a la que taníntimamentesemezclabaelrecuerdodemipadre,seguíasiendoabsoluta.Notemía nada tanto como el hecho de no volver a oírla. Por otra parte, habíareflexionadosobrelossentimientosquesentíaporusted;habíamedidotodoelriesgoinútil;ignorabainclusosiseacordabademí.Pero,pasaraloquepasara,

Page 110: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

suposiciónenlasociedadmeprohibíaparasiemprepensarenunenlacefeliz.JuréalaVozqueustednoeraparamímásqueunhermanoyquenuncaseríaotra cosa, y que mi corazón estaba vacío de amores terrenos… Esta es larazón,amigomío,porlaqueapartabalosojosenelescenariooenlospasilloscuando usted intentaba llamar mi atención; ¡la razón por la cual no loreconocía…,porlacualnoloveía!Poraqueltiempo,lashorasdeclaseentrelaVozyyotranscurríanenundivinodelirio.Jamáslabellezadelossonidosmehabíaposeídohastaaquelpunto,yundíalaVozmedijo:

»—¡Bueno, ahora, Christine Daaé, ya puedes aportar a los hombres unpocodelamúsicadelcielo!

»¿Porquéaquellanoche,queeralaveladadegala,laCarlottanovinoalteatro?¿Porquésemellamóparareemplazarla?Nolosé.Perocanté…,cantécon un ardor desconocido. Me sentía ligera como si tuviera alas. ¡Por unmomentocreíquemialmaencendidahabíaabandonadomicuerpo!».

—¡Oh, Christine! —dijo Raoul, cuyos ojos se humedecían al recordaraquel episodio—, esa nochemi corazón vibró a cada acento de su voz. Vicorrer las lágrimas por sus pálidasmejillas, y lloré conusted. ¿Cómopodíacantarmientraslloraba?

—Me abandonaron las fuerzas —dijo Christine—. Cerré los ojos… Ycuandolosabrí,¡ustedseencontrabaamilado!¡PerolaVoztambiénestaba,Raoul!…Tuvemiedoporustedytampocoquisereconocerloesavez,noquisereconocerlo en absoluto y me eché a reír cuando me recordó que habíarecogidomichalenelmar…

»Pero, ¡ay!, ¡por desgracia no pude engañar a la Voz!… Le habíareconocido perfectamente… ¡Y la Voz estaba celosa!… Los dos días quesiguieronmehizoescenasatroces.Medecía:

»—¡Túloamas!¡Sinoloamases,nolorechazarías!Esunantiguoamigoalquepuedesestrecharlamanocomoatodoslosdemás…¡Sinoloamases,notemeríasencontrarteasolasconélyconmigoenelcamerino!…¡Sinoloamases,noloecharías!

»—¡Basta!—grité irritadaa laVoz.MañanadeboiraPerros,a la tumbademipadre.RogaréalseñordeChagnyquemeacompañe.

»—Como quieras —respondió, pero debes saber que también yo iré aPerros,yaquesiempreestoydondetúestés,Christine,ysisiguessiendodignademí, si nome hasmentido, te interpretaré, cuando suenen las doce, en latumbadetupadre,laResurreccióndeLázaro,conelviolíndelmuerto.

»Deestemodo,meviobligadaaescribirlelacartaquelecondujoaPerros.¿Cómopudedejarmeengañarhastaeseextremo?¿Cómoesposibleque,ante

Page 111: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

las preocupaciones tan terrenales de la Voz, no haya sospechado algunaimpostura? ¡Pero, por desgracia, ya no era dueña de mí misma! ¡Era algosuyo!…YlosrecursosqueposeíalaVozeransuficientesparaengañaraunaniñacomoyo.

—Pero, ¡bueno!—exclamó Raoul en este punto del relato de Christinedondeéstaparecíadeplorarconlágrimaslaexcesivainocenciadeunespíritupoco «listo»… ¡Pero supo usted la verdad!… ¿Cómo no escapóinmediatamentedeaquellahorriblepesadilla?

—¿Saber laverdad?…¡Raoul!…¿Escapardeaquellapesadilla?…¡Perosi, por desgracia, sólo entré en aquella pesadilla hasta el día en queprecisamentesupelaverdad!…¡Calle,calle!Nolehedichonada…Yahoraque vamos a bajar del cielo a la tierra, compadézcame, Raoul…¡Compadézcame! Una noche fatal…, aquélla en la que ocurrieron tantasdesgracias…,lanocheenlaquelaCarlottacreyóserunasquerosogalloyenla que se puso a lanzar gritos como si hubiera pasado toda la vida en uncorral…lanocheenquederepente lasalaseviosumergidaenlaoscuridadtras lacaídadela lámparaquesedesplomósobrelaplatea…Aquellanochehubomuertosyheridos,ytodoelteatrosellenóconlosmástristesgemidos.

»Miprimerpensamiento,Raoul,enplenacatástrofe,fuealmismotiempoparaustedyparalaVoz,yaqueporaquelentoncesambosocupabanporigualmicorazón.Enseguidametranquilicéconrespectoausted,alverloenelpalcodesuhermanoysabíaquenocorríaningúnpeligro.EncuantoalaVoz,mehabíaanunciadoqueasistiríaalarepresentaciónytemíporella;sí,realmentetuvemiedo,comosisetratarade«alguiendecarneyhueso,capazdemorir».Medecíaamímisma:«¡Diosmío,quizálalámparahayaaplastadoalaVoz!».Meencontrabaentoncesenelescenarioy,asustadahastaelpuntodequemedisponíaacorreralasalaparabuscaralaVozentrelosmuertosylosheridos,cuandosemeocurriólaideadequesinolehabíapasadonada,debíaestaryaen mi camerino deseosa de tranquilizarme. De un salto me planté en elcamerino.LaVoznoestaba.Meencerréallíy lesupliquéque,siaúnestabaconvida,sememanifestara.LaVoznomecontestaba,peroderepenteoíunlargo,unadmirablegemidoqueconocíaperfectamente.SetratabadellamentodeLázarocuando,alavozdeJesús,comienzaaabrirlospárpadosyavolveraverlaluzdeldía.Eranlosllantosdelviolíndemipadre.Reconocíalaformade tocar el arco de Daaé, el mismo, Raoul, que nos inmovilizaba en loscaminos de Perros, el mismo que nos «encantó» la noche del cementerio.Después, por encima del instrumento invisible y triunfante, oí el grito dealegríadelaVida,ylaVoz,manifestándosealfin,sepusoacantar,dominanteysoberana:

»—¡Venycreeenmí! ¡Losquecreanenmí, resucitarán! ¡Camina! ¡Losquehancreídoenmínopodránmorir!

Page 112: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»—Meesdifícilexplicarlelaimpresiónquesentíaloíraquellamúsicaquecantaba a la vida eterna en elmomento enque, anuestro lado, unospobresdesgraciados, aplastados por la aquella lámpara fatal, exhalaban el últimosuspiro…Meparecióquemeordenabaquemelevantara,quemefuerahaciaella. Se alejaba. La seguí. “Ven y cree enmí”. Creía en ella. Iba… y, cosaextraordinaria, mi camerino parecía alargarse antemis pasos…, alargarse…Evidentementedebíadetratarsedeunefecto,causadoporlosespejos,yaqueelespejoseencontrabafrenteamí…y,de,repente,meencontréfuerademicamerino,sinsabercómo».

Aquí,Raoulinterrumpióbruscamentealajoven.

—¿Cómo?¡Christine,Christine!,¿porquénodejadesoñar?

¡Nosoñaba,mipobreamigo!¡Meencontréfuerademicamerinosinsabercómo!Usted,quemeviodesaparecerunanoche,quizápuedaexplicarlo.¡Peroyonopuedo!…Sólopuedodecirleunacosa,yesque,alencontrarmefrenteamiespejo,noloviygiréparaversiloteníadetrás…,peroyanohabíaespejonicamerino…Meencontrabaenuncorredoroscuro.¡Tuvemiedoygrité!

»Todo estaba en tinieblas ami alrededor. A lo lejos, una tenue claridadrojizaalumbrabaunángulodelapared,unaesquinadelaencrucijada.Grité.Sólo mi voz llenaba las paredes ya que el canto y los violines habíanenmudecido.Derepente,enmediodelaoscuridad,unamanocogíalamía…,omejordichoalgohuesudoyheladoquemeaprisionólamuñecasinsoltarla.Grité.Unbrazomecogióporlacinturaymelevantó…Medebatíuninstantehorrorizada;misdedossedeslizaronalolargodelaspiedrashúmedas,alasquenopudieroncogerse.Después,yanomemovímás,penséqueibaamorirde terror. Me llevaban hacia la pequeña claridad rojiza; entramos en aquelresplandoryentoncesviqueestabaenbrazosdeunhombreenvueltoenunagrancapanegraquellevabaunamáscaraqueleocultabatodalacara…Intentéunesfuerzosupremo:mismiembrossetensaron,mibocaseabrióunavezmásparagritarmi terror, perounamano la cerró,unamanoque sentí sobremislabios,sobremicarne,yqueolíanamuerte.Ymedesmayé.

»¿Cuántotiempopermanecíinconsciente?Nosabríadecirlo.Cuandovolvíaabrirlosojos,elhombredenegroyyoseguíamossumidosenlastinieblas.Unalinternasorda,colocadaenelsuelo,alumbrabaelchorrodeunafuente.Elagua,quesalíadelapared,desaparecíacasideinmediatoatravésdelsueloenelqueyomeencontrabatendida;micabezadescansabasobrelasrodillasdelhombre de la capa y la máscara negra, y mi misterioso compañero merefrescabalassienesconunasuavidad,unaatenciónyunadelicadezaquemeparecieronmás difíciles de soportar que la brutalidad del rapto. Susmanos,pese a sermuy ligeras, no dejaban de oler amuerte. Las rechacé, pero sinfuerza.Preguntéenunsuspiro:

Page 113: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»—¿Quiénesusted?¿DóndeestálaVoz?

»Merespondióunsuspiro.Derepenteunsoplodeairecálidomeazotóelrostroy,vagamente,enmediode las tinieblas,al ladode la formanegradelhombre, distinguíuna formablanca.La formanegramealzóymedepositosobre la forma blanca. Inmediatamente un alegre relincho llegó hasta misoídosestupefactos,ymurmuré:

»—¡César!

»Elanimalseagitó.Amigomío,meencontrabarecostadaamediasenunasillademontaryhabíareconocidoalcaballoblancodeElProfeta,alquemuyamenudohabíaacariciadodándolegolosinas.Peroundíacorrieronrumoresporelteatrodequeelanimalhabíadesaparecidoydequehabíasidorobadopor el fantasmade laOpera.Encuantoamí,yocreía en laVozynohabíavistonuncaalfantasma,perodeprontomepregunté,estremeciéndome,sinoseríalaprisioneradelfantasma.EnelfondodelcorazónllamabaalaVozenmi ayuda, yaque jamáshubiera imaginadoque laVozy el fantasma fueranuno.¿HaoídoustedhablardelfantasmadelaOpera,Raoul?».

—Sí—respondióeljoven—,perodígame,Christine,¿quéocurriócuandoseencontróalomosdelcaballoblancodeElProfeta?

—Nohiceelmenormovimientoymedejéllevar…Pocoapoco,unestadodelaxitudsucedíaalaangustiayal terrorenlosquemehabíasumergidolaextraña aventura. La silueta negra me sostenía y yo no hacía nada paradesprenderme de ella. Una paz extraordinaria me invadía y pensabaencontrarmebajolabenignainfluenciadealgúnelixir.Mesentíaenplenitudde fuerzas.Mis ojos se iban acostumbrando ya a las tinieblas que, por otraparte,seaclarabanenalgunoslugaresgraciasabrevesfulgores…Juzguéquenos encontrábamos ahora en una estrecha galería circular y pensé en queaquella galería que rodeaba la ópera, bajo tierra, era inmensa.Una vez, tansólounavezhabíabajadoalossubterráneosdelaOperaquesonprodigiosos,perome había detenido en el tercer sótano sin atreverme a adentrarmemásbajo tierra.Sinembargo,dospisosmás,en losquesehabríapodidoasentaruna ciudad, se abrían ante mis pies. Pero las sombras que se me habíanaparecidome hicieron huir. Hay allí demonios, completamente negros, antecalderas, y que agitan palas y tenedores, animan los braseros, enciendenllamas,teamenazansiteacercasabriendoderepentesobreunolabocarojadeloshornos…Pero,mientrasCésarmellevabatranquilamentesobresulomoenmediodeaquellanochedepesadilla,viderepente,muylejosymuypequeños,comosiestuvieranenelextremodeunanteojopuestoalrevés,alosdemoniosnegrosantelosbraserosrojosdesuscalderas…Aparecían…desaparecían…Volvían a aparecer, siguiendo nuestra extraña marcha… Por último,desaparecieron definitivamente. La forma de hombre continuaba

Page 114: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

sosteniéndomeyCésarcaminabasinguíayconpiefirme…Nopodríadecirle,ni siquiera aproximadamente, cuánto duró aquel viaje a través de la noche.Simplementesentíaquegirábamos,quegirábamos,quebajábamossiguiendounainflexibleespiralhaciaelcorazónmismodelosabismosdelatierra.Pero¿noseríamicabezalaquegiraba?…Detodasformas,nolocreo.No,estabaenunincreíbleestadodelucidez.Césarolfateóunmomento,notólaatmósferayaceleróelpaso.SentíelairehúmedoydespuésCésarsedetuvo.Lanochesehabía aclarado. Un resplandor azulado nos rodeaba. Miré dónde nosencontrábamos. Estábamos al borde de un lago cuyas aguas de plomo seperdíanalolejos,enlaoscuridad…,perolaluzazuliluminabaaquellaorillayviunabarquillaatadaaunaargolladehierro,enelmuelle.

»Yosabíaquetodoaquelloexistía,ylavisióndeaquellagoydeaquellabarcabajotierranoteníanadadesobrenatural.Pero,pienseenlascondicionesenlasquellegabaaaquellaribera.LasalmasdelosmuertosnodebíansentirmenosinquietudalabordarelÉstige.Carontenoerasindudamáslúgubrenimásmudoque la formadehombrequeme transportó a la barca. ¿Acaso elelixir había dejado de hacer efecto? ¿Acaso la frescura de aquellos parajesbastabaparahacermevolverenmímisma?Peromisopordesaparecíaehicealgunos movimientos que denotaban que el terror volvía a empezar. Misiniestrocompañerodebiódarsecuenta,yaque,conungestorápido,despidióaCésar,quehuyóporlastinieblasdelagaleríayoíelgalopedesuscascosenlospeldañosdeunaescalera;después,elhombresaltóa labarcay liberósuatadura de hierro; cogió los remos y remó con firmeza y rapidez. Bajo lamáscara,susojosnomeperdíandevista;sentíaclavadoenmíelpesodesuspupilasinmóviles.Anuestroalrededor,elaguanohacíaelmenorruido.Nosdeslizábamos enmedio de aquel resplandor azulado del que le he hablado;más adelante, volvimos a sumergirnos en la nochemás completa, y por finatracamos. La barca chocó contra un cuerpo duro. Y de nuevo volvió allevarmeenbrazos.Peroyohabíarecobradofuerzasparagritar.Ygrité.Pero,súbitamente, me callé, deslumbrada por la luz. Sí, una luz brillante, en elcentrodelacualmehabíandepositado.Melevantédeunsalto.Mesentíaenlaplenituddemis fuerzas.Enmediodeun salónquemeparecióordenado,amueblado y adornado de flores, de flores a la vez preciosas y estúpidas acausa de las cintas de seda que las ataban a las canastas, igual que las quevendenen las tiendasde losbulevares,demasiadocivilizadas, como lasqueestabaacostumbradaencontrarenmicamerinodespuésdecadaestreno;yenmedio de aquel perfume tan parisino, la silueta negra del hombre de lamáscaraestabadepieconlosbrazoscruzados…,yhabló:

»—Tranquilízate,Christine—dijo—,nocorreselmenordelospeligros.

»¡EralaVoz!

»Mifuriaigualóamisorpresa.Meprecipitésobreaquellamáscarayquise

Page 115: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

arrancarlaparaconocerelrostrodelaVoz.Laformadehombremedijo:

»—Nocorrerásningúnpeligrosi“notocaslamáscara”.

»Y,aprisionándomesuavementelasmuñecas,mehizosentar.

»¡Luegosearrodillóantemíynodijonadamás!

»La humildad de este gesto me hizo recobrar algo de valor. La luz, alprecisar todas lascosasamialrededor,medevolvióa larealidaddelavida.Por muy extraordinaria que pareciera, la aventura estaba ahora rodeada deobjetosmortalesalosquepodíaverytocar.

Los tapices de las paredes, los muebles, las antorchas, los jarrones eincluso las flores, cuyo origen y precio hubiera podido decir, por suscanastillasdoradas,encerrabanfatalmentemiimaginaciónenloslímitesdeunsalóntantrivialcomootrocualquieraque,porlomenos,teníalaexcusadenoestarsituadoenlossótanosdelaópera.Sindudateníaquevérmelasconalgúnser atrozmente original que habitaba misteriosamente en los sótanos pornecesidad,igualqueotros,yqueconlamudaaprobacióndelaadministraciónhabía encontrado un abrigo definitivo en los confines de aquella Torre deBabelmoderna en la que se intrigaba, se cantaba en todas las lenguas y seamabaentodaslasjergas.

»Y entonces, la Voz, la Voz a la que había reconocido, a pesar de sumáscara,quenohabíapodidoocultármela,eraaquelloqueestabaarrodilladoantemí:¡unhombre!

»Nopenséenlahorriblesituaciónenlaquemeencontraba,nisiquieramepreguntaba qué iba a ocurrirme y cuál era el designio oscuro y fríamentetiránicoquemehabíaconducidohastaaquelsalón,delamismamaneraqueseencierraaunprisioneroenunamazmorra,oaunaesclavaenunharén.¡No,no,no!,medecía:¡LaVozesesto:unhombre!Ymeechéallorar.

»Elhombre, siemprearrodilladoantemí,comprendiósindudaelmotivodemislágrimas,porquedijo:

»—¡Escierto,Christine!…Nosoyniángel,nigenio,nifantasma…¡SoyErik!».

Aquí volvió a interrumpirse el relato deChristine.A los dos jóvenes lespareció que el eco había repetido detrás de ellos: ¡Erik!… ¿Qué eco?…Sevolvieron y sólo vieron que había llegado la noche. Raoul hizo ademán delevantarse,peroChristineleretuvoasulado:

—¡Quédese!¡Ahoratienequesaberlotodoaquí!

—¿Porquéaquí,Christine?Temoporusteddelfrescodelanoche.

—No debemos temer más que a las trampillas, amigo mío, y aquí nos

Page 116: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

encontramos en el confín delmundo de las trampillas…Además, no puedoverlo fuera del teatro… No es éste el momento de contrariarlo… Nodespertemossussospechas…

—¡Christine,Christine!Algomedicequehacemosmal en esperarhastamañanaporlanocheyquedeberíamoshuirahoramismo.

—Ledigoque,sinomeoyecantarmañanapor lanoche, tendráungrandisgusto.

—EsmuydifícilnohacersufriraErikyalavezhuirparasiempre…

—Enestotienerazón,Raoul…,yaquelomásprobableesqueélsemuerasime voy…—y la joven añadió con voz sorda—:Pero eso no impide quedebamosirnos,yaque,delocontrario,nosarriesgamosaqueélnosmate.

—¿Laamaentonces?

—¡Hastaelcrimen!

—Perosuescondrijonopuedeserimposibledeencontrar…

Podemosirabuscarloallí.SiEriknoesunfantasma,selepuedehablareinclusoobligarloaresponder.Christinenegóconlacabeza.

—¡No, no!No puede intentarse nada contra Erik…Lo único posible eshuir.

—¿Ycómo,teniendolaoportunidaddehuir,volvióustedaél?

—Porque era necesario…Y lo entenderá cuando le explique cómopudesalirdesucasa…

—¡Oh, cuanto lo odio!… —exclamó Raoul—. Y usted, Christine,dígame…,debedecirmealgoparaqueyopuedaescucharconcalmaelrestodeestaextraordinariahistoriadeamor…¿Yusted,leodia?

—¡No!—dijotansóloChristine.

—Entonces,¿paraquéhablar?…¡Usted loama! ¡Sumiedo, sus terrores,todonoesmásqueamor,ydelmásapasionado!Delosquenoseconfiesan—explicóRaoul con amargura—.De los que estremecen cuando se piensa enél…¡Piense,unhombrequeviveenunpalaciobajotierra!

Ysoltóunacarcajada.

—¿Usted qué quiere? ¿Que vuelva? —le interrumpió brutalmente lajoven…Tengacuidado,Raoul,seloheadvertido:¡yanosaldríajamás!

Ysehizounespantososilencioentreellostres…,ellosdosquehablabanylasombraqueescuchabadetrás…

Page 117: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Antesderesponderlequisierasaberquésentimientos le inspiraaustedél,sinoloodia.

—¡Horror!—lecontestóella…,ypronuncióestaspalabrascontalfuerzaque cubrieron los suspiros de la noche—. ¡Eso es lo terrible!… —siguiódiciendo febrilmente—. Le tengo horror y no lo detesto. ¿Cómo podríaodiarlo, Raoul? Contemplé a Erik a mis pies, en la mansión del lago, bajotierra.Élmismoseacusa,semaldice,¡imploramiperdón!…

»Reconoce su impostura. ¡Me ama! ¡Despliega ante mí un intenso ytrágico amor!… ¡Me ha raptado por amor!…Me ha encerrado con él en latierra por amor…, perome respeta, se arrastra, gime, llora…Y cuandomelevanto,Raoul,cuandoledigoquesólopuedodespreciarlesinomedevuelveinmediatamentelalibertadquemehaquitado,cosaextraña…,melaofrece…Notengomásqueirme…Estádispuestoaenseñarmeelmisteriosocamino…Loqueocurreesqueéltambiénsehalevantadoymeveoobligadaarecordarque,sinoesfantasmaniángelnigenio,siguesiendolaVoz,¡yaquecanta!…

»¡Yyoloescucho…ymequedo!

»Aquellanochenointercambiamosniunapalabramás…¡Cogióunarpayse puso a cantarme, con voz de hombre, voz de ángel, la romanza deDesdémona!Elrecuerdodequeyoteníadehaberlacantadomeavergonzaba.Hayunavirtudenlamúsicaquehacequenoexistanadaenelmundoexteriorfuera de esos sonidos que invaden el corazón. Olvidé mi extravaganteaventura.Sólorevivía lavoz,y laseguíaembriagadaensuviajearmonioso.Formaba parte del rebaño de Orfeo.Me paseó por el dolor y la alegría, elmartirioy ladesesperación, ladicha, lamuertey loshimeneos triunfantes…Yoescuchaba…Aquellavozcantaba…Mecantófragmentosdesconocidos…,ymehizoescucharunamúsicanuevaquemecausóunaextrañaimpresióndedulzura,languidezyreposo…Unamúsicaque,despuésdehaberelevadomialma, la apaciguó poco a poco y la condujo hasta el umbral del sueño.Mequedédormida.

»Cuando desperté me encontraba sola en un sofá, en una pequeñahabitaciónmuy sencilla, amuebladadeunavulgar camade caobayparedescubiertasdeteladeJouy,iluminadaporunalámparaquedescansabasobreelmármol de una vieja cómoda estilo Luis Felipe. ¿Qué era aquel nuevodecorado?… Me pasé la mano por la frente como para rechazar un malsueño…Pero¡ay!,pordesgracianotardémuchoendarmecuentadequenohabíasoñado…¡Estabaprisioneraynopodíasalirdemihabitaciónmásquepara entrar en un cuarto de bañomuy bien acondicionado!Agua caliente yaguafríaavoluntad.Alvolveramihabitación,visobrelacómodaunanotaescritaentintarojaqueexponíaexactamentecuáleramitristesituaciónyque,siaúnnolohabíaentendido,mequitabatodaslasdudasacercadelarealidad

Page 118: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

delosacontecimientos:“MiqueridaChristine,decíalanota,notengasmiedorespectoatudestino.Notienesenelmundounamigomásfielyrespetuosoqueyo.Cuandoleasestanota,estarássolaenestamorada,quetepertenece.Salgo para dar una vuelta por las tiendas y traerte toda la ropa que puedesnecesitar”.

»—Decididamente—exclamé—,¡hecaídoenmanosdeunloco!¿Quévaa ser demí? ¿Cuánto tiempo piensa esemiserable tenerme encerrada en suprisiónsubterránea?

»Comounaenajenada,recorrímipequeñoapartamento,buscandosiempreuna salida que no encontré. Me acusé amargamente de mí estúpidasupersticiónysentíunplacerenormeenburlarmedelaperfectainocenciaconlaquehabíaacogido,atravésdelasparedes,alaVozdelgeniodelamúsica…¡Cuandounaes tan tonta, se está amercedde lasmás inauditas catástrofes!¡Melohabíamerecido!Teníaganasdegolpearmeymepuseareíryalloraralavez.EnesteestadomeencontróErik.

»Despuésdedartresgolpecitossecosenlapared,entrótranquilamenteporunapuertaqueyonohabíasabidodescubriryquedejóabierta.Veníacargadodecajasypaquetesquedejóinmediatamenteencimademicama,mientrasyoloinsultabaylodesafiabaaquitarselamáscarasiesqueteníalapretensióndeocultarunrostrodehombrehonrado.

»—NuncaveráselrostrodeErik—mecontestócongranserenidad:

»Ymereprochópornohabermeaseadoaúnaaquellashoras.

Sedignóexplicarmequeeranlasdosdelatarde.Medejabamediahoradetiempo.Mientrashablaba,poníamirelojenhora,traslocualmeinvitóapasaral comedor donde nos esperaba, anunció, un excelente desayuno. Yo teníamuchahambre,lecerrélapuertaensusnaricesyentréenelcuartodebaño.Mebañé,despuésdedejaramiladounmagníficopardetijerasconlasqueestabadecididaadarmemuertesiErik,despuésdehabersecomportadocomounloco,dejabadecomportarsecomounhombrehonrado…ElbañomehizoungranbienycuandoreaparecíanteErik,habíatomadolasabiadecisióndenoinsultarloniherirloy,porelcontrario,dehalagarloparaobtenerunarápidalibertad. Habló él primero acerca de los proyectos que tenía sobre mí,precisándomelosparatranquilizarme.Legustabademasiadomicompañíaparaverseprivadodeellainmediatamente,comoporunmomentohabíaconsentidoel día anterior.Ante la expresión indignadademihorror, yodebía entenderquenohabíamotivoparaasustarmedetenerloamilado;meamaba,peroyano volvería a decírmelo si yo no se lo autorizaba, y el resto del tiempo lopasaríamosconlamúsica.

»—¿Quéentiendeustedporelrestodeltiempo?…—lepregunté.

Page 119: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»—Cincodías—mecontestóconfirmeza.

»—¿Ydespuésserélibre?

»—Serás libre, Christine, ya que, transcurridos esos cinco días, habrásaprendidoanotemerme.Entoncesvolverásparaver,decuandoencuando,alpobreErik…

»El tono en el que pronunció estas últimas palabras me conmovióprofundamente. Me pareció reconocer una angustia tan real, tan digna depiedad,quealcéhacialamáscaraunrostroenternecido.Nopodíaverlosojosdetrás de la máscara, y esto no ayudaba a disminuir el desagradablesentimiento demalestar que sentía al interrogar a aquelmisterioso trozo detelanegra.Pero,pordebajodelatela,enlapuntadelabarbilladelamáscara,aparecieronuna,dos,tres,cuatrolágrimas.

»Me señaló en silencio un asiento frente a él, al lado de un pequeñovelador que ocupaba el centro de la estancia donde, el día anterior, habíatocado el arpa para mí, y me senté muy turbada. Sin embargo, comí conapetito algunos cangrejos y un ala de pollo regada con un poco de vino deTokay que él mismo había traído, decía, de las bodegas de Koenisgberg,antaño frecuentadas en otro tiempo por Falstaff. Él no comía ni bebía. LepreguntécuálerasunacionalidadysiaquelnombredeEriknoeradeorigenescandinavo.Mecontestóquenoteníanombrenipatriayquehabíaelegidoelde Erik por casualidad. Le pregunté por qué, ya que me quería, no habíaencontrado un medio mejor de decírmelo que el de arrastrarme con él yencerrarmebajotierra.

»—Esmuydifícilhacerseamarenunatumba—ledije.

»—Unotienelas“citas”quepuede—respondióenuntonomuyespecial.

»Luego se levantó y me tendió la mano, porque quería hacerme loshonores de su vivienda, pero yo retiré con brusquedadmimano de la suyalanzando un grito. Lo que acababa de tocar era a la vez húmedo y óseo, yrecordéquesusmanosolíanamuerte.

»—¡Oh, perdón! —gimió. Y abrió una puerta ante mí—. Esta es mihabitación—dijo—.Esbastanteextraña…¿Quieresvisitarla?

»No titubeé.Susmodales, suspalabras, todo su aspectomehacían tenerconfianzay,además,sentíaquenodebíatenermiedo.

»Entré. Me pareció que entraba en una cámara mortuoria. Las paredesestabantotalmentetapizadasdenegro,pero,enlugardelaslágrimasblancasque de ordinario completan este fúnebre ornamento, se veía, encima de unaenormepartiturademúsica,lasnotasrepetidasdelDiesirae.Enmediodelahabitaciónhabíaundosel,delquecolgabanunascortinasdepañorojoy,bajo

Page 120: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

eldosel,unataúdabierto.

»Alverlo,retrocedí.

»—Ahíesdondeduermo—dijoErik—.Enlavidahayqueacostumbrarseatodo,inclusoalaeternidad.

»Volvílacabeza,impresionadaporaquelsiniestroespectáculo.Misojosseposaron entonces en el teclado de un órgano que ocupaba toda una pared.Encimadelpupitreseencontrabauncuadernotodogarrapateadodenotasenrojo. Pedí permiso para mirarlo y leí en la primera página: Don Juantriunfante.

»—Sí—me dijo—, algunas veces compongo. Hace ya veinte años queempecéestetrabajo.Cuandoestéacabado,lollevaréconmigoaeseataúdyyanomedespertaré.

»—Debetrabajarenéllomenosposible—exclamé.

»—A veces trabajo quince días y quince noches seguidos, durante lascualesvivotansólodemúsica.Después,descansoduranteaños.

»—¿QuiereinterpretarmealgodesuDonJuanTriunfante?—lepregunté,pensandoquelegustaríaysobreponiéndomealarepugnanciaquemecausabaestarenaquellacámaradelamuerte.

»—Jamásmepidaseso—contestóconvozsombría—.EsteDonJuannohasidoescritosegúnlaletradeunLorenzodaPonte,inspiradoporelvino,lospequeños amores y el vicio, castigado finalmente por Dios. Si quieres,interpretaré a Mozart, que hará correr tus bellas lágrimas y te inspiraráhonestos pensamientos. ¡Pero mi Don Juan, el mío, arde, Christine, y sinembargonolofulminaelfuegodelcielo!…

»Enestepunto,volvimosaentraralsalónquehabíamosabandonado.Mefijéqueenningunapartedeaquellaestanciahabíaespejos.Ibaadecirlo,peroEriksehabíasentadoalpiano,diciéndome:

»—Mira,Christine,hayunamúsica tan terriblequeconsumea todos losque se le acercan. Felizmente aún no has llegado a ella, pues perderías tusfrescoscoloresyyanotereconoceríanaturegresoaParís.Cantemosópera,ChristineDaaé.

»Me dijo: “Cantemos ópera, Christine Daaé”, como si se tratara de uninsulto.

»Peronotuvetiempoparadetenermeapensareneltonoquehabíadadoasuspalabras.InmediatamentecomenzamoseldúodeOtelo,yyalacatástrofese cernía sobre nuestras cabezas. Esta vez me había dejado el papel deDesdémona, que canté con una desesperación y un espanto que no había

Page 121: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

alcanzado hasta aquel día. En lugar de paralizarme, la proximidad desemejante compañerome inspiraba un espléndido terror. Los hechos de losqueeravíctimameacercabanextraordinariamentealpensamientodelpoetayencontrétonalidadesquehubieranmaravilladoalmúsico.Élcantabaconvozde trueno y su alma vengativa se volcaba sobre cada sonido, aumentandoterriblemente su potencia. El amor, los celos y el odio brotaban en torno anuestrosgritosdesgarradores.LamáscaranegradeErikmerecordabaelrostrodelMorodeVenecia.EralavivaimagendeOtelo.Creíquemeibaagolpear,que me haría caer con sus golpes… y, sin embargo, no hacía el menormovimientoparahuirdeélyevitarsufurorcomolatímidaDesdémona.Porelcontrario,me acercaba a él, atraída, fascinada, encontrando el encanto de lamuerte en semejante pasión. Pero antes de morir, quise conocer, paraconservarlaimagenenmiúltimamirada,aquellosrasgosdesconocidosalosquedebíahabertransformadoelfuegodelarteeterno.QuiseverelrostrodelaVoz,einstintivamente,medianteungestoquenopudecontener,yaquenoeradueñademí,misdedoságilesarrancaronlamáscara…

»¡Oh!,¡horror!,¡horror!…¡Horror!».

Christinesedetuvoanteaquellavisiónalaqueaúnparecíaquererapartarcon susmanos temblorosas,mientrasque los ecosde la noche, al igual quehabían repetido el nombre de Erik, repetían tres veces: «¡Horror, horror,horror!». Raoul y Christine, siempre estrechamente abrazados, sobrecogidospor el relato, alzaron sus ojos hacia las estrellas que brillaban en un cielotranquiloypuro.

—Esextraño,Christine—dijoRaoul—,lollenadegemidosqueestáunanochetandulceyapacible.Sediríaqueselamentajuntoconnosotros.

—Ahoraquevaaconocerelsecreto—contestóella—,susoídos,aligualquelosmíos,sevanallenardelamentos.

ApretólasmanosprotectorasdeRaoulentrelassuyasy,sacudidaporunlargoestremecimiento,continuó:

—Aunque viviese cien años, siempre oiría el aullido sobrehumano quelanzó, el grito de su dolor y de su rabia infernales, mientras aquella cosaaparecíaantemisojosdilatadosporelespanto,tanabiertoscomomiboca,quenosehabíacerradoyquesinembargonogritabaya.

»¡Oh,Raoul,aquellacosa!¿Cómodejardeverla?Simisoídosestánllenosdesusgritos,misojosestánhechizadosporsu rostro. ¡Qué imagen!¿Cómodejardeverlaycómohacerquelavea?…Raoul,ustedhavistolascalaverascuandoestánsecasporelpasodelossiglosysinofuevíctimadeunahorriblepesadilla, vio también su calavera la noche de Perros. También ha vistopasearse durante el último baile de disfraces a la «Muerte roja». Pero todas

Page 122: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

esas calaveras permanecían inmóviles y su mudo horror ya no vivía. Peroimagine, si es capaz, la máscara de la Muerte reviviendo de repente paraexpresar, por los agujeros negros de sus ojos, su nariz y su boca, la iradesatada,elfurorsoberanodeundemonio:imaginelaausenciademiradaenlos agujerosde losojos,yaque, comosupemás tarde,nopuedenverse susojosdebrasamásqueenlanocheprofunda…Yodebíaser,pegadaalapared,lavivaimagendelEspanto,comoéleraladelaRepulsión.

»Entonces, acercó a mí el rechinar horrible de sus dientes sin labios y,mientras yo caía de rodillas, me susurró lleno de odio cosas insensatas,palabrasinterrumpidas,maldiciones,delirio…¡Ynosécuántascosasmás!…

»—¡Mira! —gritaba inclinado sobre mí—, ¡has querido ver, ve, pues!¡Impregnatusojos,embriagatualmaconmimalditafealdad!¡Miraelrostrode Erik! ¡Ahora conoces el rostro de la Voz! ¿No te bastaba, dime, conescucharme?Hasqueridosabercómoestabahecho.¿Porquésoistancuriosaslasmujeres?

»Yse echabaa reírmientras repetía: “¡Sois tancuriosas lasmujeres!”…con una risa atronadora, ronca, espumeante, terrible…Decía también cosascomoéstas:

»—¿Estáscontenta?Soyhermoso,¿no?…Cuandounamujermehavisto,comoloacabasdehacer tú,esmía¡Meamaparasiempre!SoyuntiposólocomparableaDonJuan.

»Y alzándose con los puños en las caderas, balanceándose sobre loshombrosaquellacosarepulsivaqueleservíadecabeza,tronaba:

»—¡Mírame!SoyDonJuantriunfante.

»Al vermegirar la cabeza pidiendopiedad,me cogió brutalmente por elpeloymeobligóamirarlo.Susdedosdemuerteseenlazaronamiscabellos».

—¡Basta, basta! —interrumpió Raoul—. ¡Lo mataré, lo mataré! ¡En elnombredelcielo,Christine,dimedóndeestáelcomedordellago!¡Lomataré!

—CalleRaoul,siquiereustedsaberlotodo.

—¡Ah, sí!Quiero saber cómoy por qué volvió usted.Ese es el secreto,Christine,enrealidadnohayotro.¡Perodetodasformas,lomataré!

—¡OhRaoulmío, si quiere saber, escuche!Me arrastraba por el pelo yentonces…,yentonces…¡Oh,estoesaúnmáshorrible!

—Diloahora…—exclamóRaoulconaireamenazador—.¡Dilopronto!

—Entoncesdijoentresilbidos:

»—¿Qué?¿Tedoymiedo?¿Esposible?…Creesquizáquellevoaúnuna

Page 123: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

máscara, ¿no? ¿Y que esto… esto, mi cabeza, es una máscara? Pues bien,¡arráncala como la otra! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Otra vez! ¡Quiero que lo hagas!¡Tusmanos!¡Tusmanos!…Dametusmanos…

Si no te bastan, te prestaré las mías… y entre los dos arrancaremos lamáscara.

»Mearrojéasuspies,peroélmecogiólasmanos,Raoul,ylashundióenel horror de su cara…Conmis uñas se arrancó la carne, su horrible carnemuerta.

»—¡Mira, mira!… —exclamaba desde el fondo de su garganta quebramaba como una fragua—. ¡Entérate de una vez de que estoy hecho conmateriademuerte!…¡Delacabezaalospies!…¡Yqueesuncadáverelquete ama, te adora y no te dejará nunca, nunca!… Haré ensanchar el ataúd,Christine,paramástarde,cuandohayamosacabadonuestrosamores…¿Ves?,yanorío,lloro…,lloroportiquemehasarrancadolamáscarayqueporellanopodrásabandonarmejamás…Mientraspodíascreermehermoso,Christine,podías volver… Sé que hubieras vuelto…, pero ahora que conoces mimonstruosidadhuirásparasiempre…¡¡¡Notesoltaré!!!¿Porquéhasqueridoverme?¡Insensata,locaChristine,porquéhasqueridoverme!…¡Simipadreno me ha visto jamás y mi madre, para no verme, me regaló llorando miprimeramáscara!

»Porfinmehabíasoltado,yyomearrastrabaporelparquéentresollozos.Después,comounreptil,searrastró,saliódelahabitaciónyentróenlasuya,cuyapuertasevolvióacerrar,yyomequedésola,entregadaamihorroryamispensamientos,libredelavisióndelacosa.Uninmensosilenciosepulcralhabía sucedido a aquella tormenta y pude reflexionar acerca de las terriblesconsecuenciasdelgestoquehabíahechoalarrancarlelamáscara.Lasúltimaspalabras del monstruo me habían informado de sobra. Yomismame habíaaprisionado para siempre y mi curiosidad iba a ser la causa de todas misdesgracias.Melohabíaadvertidoconfrecuencia…Mehabíarepetidoquenocorreríaningúnpeligromientrasno tocase lamáscara,yyo lahabía tocado.Maldijemiimprudencia,peromedicuentatemblandodequeelrazonamientodelmonstruoeralógico.Sí,habríavueltosinolehubieravistoelrostro…Yamehabíaconmovidolosuficiente,interesado,inclusoapiadado,mediantesuslágrimas enmascaradas, para que permaneciera impasible ante su ruego. Porúltimo,yonoeraunaingrataysudefectonoibaahacermeolvidarqueeralaVozyquemehabíareconfortadoconsugenio.¡Habríavuelto!¡Peroahora,deencontrarme lejos de aquellas catacumbas, no volvería! ¡No se vuelve paraencerrarseenunatumbaconuncadáverqueteama!

»Por su manera excitada de actuar durante la escena, y de mirarme, omejordicho,deacercaramí losdosagujerosnegrosdesumirada invisible,

Page 124: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

habíapodidodarmecuentadequesupasión'noteníalímites.Paraquenometomara en sus brazos, en un momento en que no podía ofrecerle la menorresistencia,eraprecisoqueaquelmonstruofueraalavezunángely,quizás,apesardetodo,loeraunpoco:elÁngeldelamúsica,ypuedequelohubierasido del todo sí Dios le hubiera dado otro físico en lugar de vestirlo depodredumbre.

»Extraviada ante la idea del destino queme estaba reservado, presa delterrordevervolverseaabrirlapuertadelahabitacióndelataúdydevolveraver el rostro delmonstruo sinmáscara,me había deslizado hastami propiocuarto y me había apoderado de las tijeras que podían poner término a miespantosodestino…,cuandoenesemomentooílasnotasdeunórgano…

»EntoncesfuecuandoempecéaentenderlaspalabrasdeErikacercadeloquellamaba,conundesprecioquemehabíadejadoestupefacta,lamúsicadeópera,yaqueloqueoíanoteníanadaqueverconloquemehabíafascinadohastaentonces.SuDonJuanTriunfante(yaquenomecabíalamenordudadeque se había volcado en su obra maestra para olvidar el horror de lo queacababadeocurrir), suDon JuanTriunfantenomeparecióalprincipiomásque un largo, horrible y magnífico sollozo en el que el pobre Erik habíavertidotodasumiseriamaldita.

»Volvía a ver el cuaderno de notas rojas e imaginaba fácilmente queaquellamúsicahabía sidoescritaconsangre.Mepaseabacon tododetalleatravésdelmartirio;mehacíaentrarentodoslosrinconesdelabismohabitadoporlafealdadhumana;memostrabaaErikgolpeandoatrozmenteasupobrecabeza repulsiva contra las paredes fúnebres de aquel infierno y rehuyendo,para no asustarlos, la mirada de los hombres. Asistía anonadada, jadeante,desesperadayvencida,a laeclosióndeaquellosacordesmaravillososen losque se divinizaba el Dolor, después, los sonidos que subían del abismo seagruparon de repente en un vuelo prodigioso y amenazante; su tropatornasoladaparecióescalarelcieloaligualqueeláguilacuandosubehaciaelsol; aquella sinfonía pareció abrazar el mundo y comprendí que la obra sehabía realizadopor finyque laFealdad,elevadaenalasdelAmor,sehabíaatrevidoamirarcaraacaraalaBelleza.Mesentíacomoebria;lapuertaqueme separaba deErik cedió antemis esfuerzos. Se había levantado al oírme,peronoseatrevióavolverse.

»—¡Erik!—exclamé—,enséñemeelrostrosinterror.Lejuroqueesustedelmásdesgraciadoysublimedeloshombresy,siapartirdeahoraChristineDaaétiemblaalmirarle,¡esporquepiensaenlagrandezadesugenio!

»Entonces Erik se volvió. Había creído en mí y yo también, pordesgracia…¡yyo,ay,ay…,yoteníafeenmí!…ElevóhaciaelDestinosusmanosdescarnadasysearrodillóantemíconpalabrasdeamor…

Page 125: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»…Con palabras de amor en su boca de muerte…, la música se habíacallado…

»Besabaelbordedemifalda,ynovioqueyocerrabalosojos.

»¿Quémáspuedodecirle,Raoul?Ahora, ya conoce el drama…Durantequincedíasse repitió…,quincedíasdurante loscuales lementí.Mimentirafuetanhorriblecomoelmonstruoalqueibadirigida;yaesepreciofuecomopudeconseguirlalibertad.Quemésumáscara.Desempeñétanbienmipapelque,cuandonocantaba,seatrevíaamendigaralgunademismiradas,comounperrotímidoquedavueltasalrededordesuamo.Seconvirtióasícomoenunesclavo fiel yme rodeaba demil cuidados. Poco a poco llegué a inspirarletanta confianza que se atrevió a llevarme a las orillas del LagoAverno y apasearme en barca por sus aguas de plomo; en los últimos días de micautiverio, por la noche, me hacía atravesar las verjas que encierran lossubterráneosdelacalleScribe.AllínosesperabauncarruajequenosllevabahastalasoledaddelBois.

»Lanocheenlaquenosencontramosestuvoapuntoderesultarmetrágica,yaquesientehaciaustedunosceloshorribles;alosquenohepodidocombatirmásqueafirmandosupróximapartida…Por fin,despuésdequincedíasdeaquel abominable cautiverio, en el queme sentí unas veces transportada depiedad,otrasdeentusiasmo,deangustiaydehorror,mecreyócuandoledije:¡Volveré!».

—Yhavuelto,Christine—gimióRaoul.

—Es cierto,Raoul, y debo decir que no fueron las espantosas amenazasconlasqueacompañómilibertadlasquemeayudaronamantenermipalabra,sinoelsollozodesesperadoquelanzóenelumbraldesutumba.

»Sí,esesollozo—repitióChristinemoviendodolorosamente lacabeza—meencadenóaldesventuradomonstruomásdeloqueyomismasuponíaenelmomentodedecirnosadiós.¡PobreErik,pobreErik!».

—Christine—dijo Raoul poniéndose de pie—, dice usted que me ama,pero pocas horas han transcurrido desde que ha recuperado recobrado sulibertadqueyavuelvealladodeErik…¡Recuerdeelbailededisfraces!

—Las cosas habían sido acordadas así… recuerde también que aquellashoraslaspaséconusted,Raoul…,conpeligroparalosambos…

—Duranteaquellashorasdudédequemeamase.

—¿Aún lo duda,Raoul?…Sepa entonces que cada uno demis viajes alladodeErikhaaumentadomihorrorhaciaél,yaquecadaunodeestosviajes,enlugardecalmarlocomoyoesperaba,levuelvenaúnmáslocodeamor…¡ytengomiedo!¡Tengomiedo!¡Tengomiedo!

Page 126: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Tienemiedo…Pero,¿meama?…SiEriknofueracomoes,¿meamaría,Christine?

—¡Desventurado!¿Porquétentaraldestino?¿Paraquépreguntarmecosasqueheocultadoenelfondodemiconcienciacomounpecado?

Selevantóasuvez,rodeólacabezadel jovenconsusbellosbrazosy ledijo:

—¡Oh,miprometidodeundía!Sinoleamasenoleofreceríamislabios,porprimerayúltimavez.

Él los tomó,pero laoscuridadque les rodeabasedesgarróde talmaneraquehuyeroncomosiseacercaraunatormenta,ysusojos,enlosquehabitabael temordeErik, lesreveló,antesdedesaparecerenel fondode los tejados,alláarriba,porencimadeellos, ¡un inmensopájaronocturnoque lesmirabaconsusojosdebrasa,yqueparecíaaferradoalascuerdasdelaliradeApolo!

CAPÍTULOXIV

UNGOLPEGENIALDELMAESTROENTRAMPILLAS

Raoul y Christine corrieron, corrieron. Ahora huían del tejado donde seencontrabanlosojosdebrasa,quesólosevenenlomásprofundodelanoche;ynosedetuvieronhastallegaraloctavopiso.

Aquellanochenohabíafunciónylospasillosdelaóperaestabandesiertos.

Depronto,unaextrañasiluetasurgióantelosjóvenes,cortándoleselpaso.

—¡No!¡Poraquíno!

Y la silueta les indicó otro pasillo por el cual podían llegar entre losbastidores.

Raoulqueríadetenerse,pedirexplicaciones.

—¡Vamos, vamos, aprisa!—ordenó aquella sombra vaga oculta en unaespeciedecapaycubiertaconunbonetepuntiagudo.

PeroyaChristinearrastrabaaRaoulyleobligabaaseguircorriendo:

—¿Peroquiénes?¿Quiénesése?—preguntabaeljoven.

—¡EselPersa!…—contestabaChristine.

—¿Quéhaceaquí?

—Nadiesabenadadeél…¡Estásiempreenlaópera!

Page 127: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Loqueustedmeobligaahacer,Christine,esunacobardía—dijoRaoul,queestabamuyalterado—.Mehacehuir.Eslaprimeravezenmivida.

—¡Bah! —contestó Christine que empezaba a calmarse—. Creo quehemoshuidodelasombradenuestraimaginación.

—Si de verdad hemos visto a Erik, debería haberlo clavado a la lira deApolo,comoseclavaalalechuzaenlastapiasdenuestrasgranjasbretonas,yyanohubiéramostenidoqueocupamosdeél.

—MibuenRaoul,primerohabríatenidoquesubiralaliradeApolo,ynoescosafácil.

—Sinembargo,losojosdebrasaestabanallí.

—¡Bueno!Yaestáustedcomoyo,dispuestoaverloentodaspartes,perosisereflexiona,unosedice:loquehetomadoporojosdebrasanoeranmásquelosclavosdeorodedosestrellasquecontemplabanlaciudadatravésdelascuerdasdelalira.

YChristinebajóunpisomás,seguidaporRaoul.

—Ya que está decidida del todo a partir, Christine —dijo el joven—,vuelvo a insistir que valdría más huir ahora mismo. ¿Por qué esperar amañana?¡Quizánoshayaoídoestanoche!…

—¡Imposible,imposible!Trabaja,repito,ensuDonJuanTriunfante,ynoseocupadenosotros.

—Estáustedtanpococonvencidaquenodejademirarhaciaatrás.

—Vamosamicamerino.

—Vámonosmejorfueradelaópera.

—¡Jamáshastaelmomentodehuir!Nosexpondríamosaalgunadesgraciasinocumplomipalabra.Leprometínovernosmásqueaquí.

—Es un consuelo para mí que le permita esto. ¿Sabe—dijo Raoul conamargura—quehas sidoustedperoquemuyaudazpermitiéndomeel juegodelnoviazgo?

—Pero,querido,élestáalcorriente.Medijo:«Confíoenti,Christine.ElseñordeChagnyestáenamoradodetiydebeirse.Antesdequesevaya,¡queseatandesventuradocomoyo!…».

—¿Yquésignificaeso,porfavor?

—Soyyolaquedeberíapreguntárselo,Raoul.¿Seesdesgraciadocuandoseama?

—Sí,Christine.Cuandoseamaynosesabesiseesamado.—¿Diceseso

Page 128: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

porErik?

—PormíyporErik—dijoeljovenmeneandoalcabezaconairepensativoydesolado.

LlegaronalcamerinodeChristine.

—¿Por qué se cree más segura en este camerino que en el teatro? —preguntó Raoul—. Si le oye usted a través de losmuros, también él puedeoírnos.

—¡No! Me ha dado su palabra de no ponerse tras las paredes de micamerino,yyocreoenlapalabradeErik.Micamerinoymihabitación,enlamansióndellago,sonmíos,exclusivamentemíos,ysagradosparaél.

—¿Cómopudoabandonarustedestecamerinoparairapararauncorredoroscuro,Christine?¿Quierequeintentemosrepetirsuspasos?

—Espeligroso,amigomío,porqueelespejopodríallevarmeotravezy,enlugar de huir,me vería obligada a ir hasta el final del pasadizo secreto queconducealasorillasdellagoydesdeallíllamaraErik.

—¿Laoiría?

—Pordondequieraque llameaErik,Erikmeoirá…Él fuequienme lodijo. Es un genio muy especial. No hay que creer, Raoul, que se tratasimplemente de un hombre que le divierte vivir bajo tierra.Hace cosas queningúnotrohombrepodríahacer.Sabecosasqueelmundovivienteignora.

—Tengacuidado,Christine,estáconstruyendoustedaunfantasma.

—No, no es un fantasma. Es un hombre del cielo y de la tierra. Eso estodo.

—¡Un hombre del cielo y de la tierra… eso es todo!… ¡Qué forma dehablar!…¿Siguedecididaahuirdeél?

—Sí,mañana.

—¿Quierequeledigaporquéquerríaquehuyamosestanoche?

—Dígame,Raoul.¡Porquemañanayanoestarádecididaanada!

—Enesecaso,Raoul,mellevaráustedapesarmío…¿Quedaclaro?

—Aquí,pues,mañanaporlanoche.Alasdoceestaréensucamerino.Paseloquepase,yocumplirémipromesa—dijoeljovenconairesombrío—.¿Hadichoustedquedespuésdelarepresentacióndebeiraesperarlaenelcomedordellago?

—Enefecto,esallídondemehacitado.

Page 129: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Y cómo podrá llegar hasta él, si no sabe salir del camerino «por elespejo»?

—Pues,encaminándomedirectamentehacialaorilladellago.

—¿Atravésdetodoslossubterráneos?¿Porlasescalerasyloscorredoresen los que están los tramoyistas y las gentes de, servicio? ¿Cómo se lasarreglaría para conservar el secreto de semejante viaje? Todo el mundoseguiríaaChristineDaaéyllegaríaallagoacompañadadeunamultitud.

ChristinesacódeuncofrecillounaenormellaveyselaenseñóaRaoul.

—¿Quées?—preguntóél.

—EslallavedelaverjadelsubterráneodelacalleScribe.

—Entiendo,Christine,conducedirectamenteal lago.Porfavor,demeesanave.

—¡Jamás!—contestóellaconenergía—.¡Seríauna traición!Derepente,RaoulviocómoChristinecambiabadecolor.Unapalidezmortal cubrió susrasgos.

—¡Oh,Diosmío!…—exclamó—.¡Erik,Erik!,tengapiedaddemí.

—¡Calle!—ordenóRaoul—.¿Nomehadichoustedquepodíaoírla?

Pero la cantante se retorcía los dedos,mientras repetía en tono cada vezmásextraviado:

—¡Oh,Diosmío!¡Diosmío!

—Pero,¿quépasa?¿Quéocurre?—imploróeljoven.

—Elanillo.

—¿Quéanillo?Porfavor,Christine,tranquilícese.

—Elanillodeoroquemedio.

—¿Ah,esErikquienledioelanillodeoro?

—¡Losabeusteddesobras,Raoul!Peroloquenosabeesloquemedijoaldármelo: «Te devuelvo la libertad, Christine, pero a condición de que esteanilloestésiempreen tudedo.Mientras loconserve,estarásasalvode todopeligro, y Erik será tu amigo. Pero si te separas de él, será tu desgracio,Christine,yaqueEriksevengará»…¡Amigomío,elanillonoestáyaenmidedo!…¡Ladesgraciahacaídosobrenosotros!

Buscaron en vano el anillo de oro. No lo encontraron. La joven no secalmaba.

—Fue mientras le he dado ese beso, bajo la lira de Apolo —intentó

Page 130: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

explicar temblando—; el anillo se habrá deslizado demi dedo y caído a laciudad.¿Cómoencontrarloahora?¿Quédesgracianosamenazaahora,Raoul?¡Ah,huyamos!

—¡Huyamosenseguida!—volvióainsistirRaoul.

Elladudó.Élcreyóporunmomentoqueibaadecirquesí…Perodespuéssusclaraspupilasseturbaronydijo:

—¡No,mañana!

Ysealejóprecipitadamente,mientrascontinuaba retorciéndose losdedoscomosideaquellamaneraelanillofueraaaparecer.

EncuantoaRaoul,volvióasucasamuypreocupadoportodoloquehabíaoído.

—¡Si no la salvo de las manos de ese charlatán está perdida! ¡Pero lasalvaré!—dijoenvozaltaensucuarto,mientrasseacostaba.

ApagólalámparaysintióenlaoscuridadlanecesidaddeinsultaraErik.

—¡Farsante!…¡Farsante!…¡Farsante!…—gritótresvecesenvozalta.

Pero,derepente,seincorporóapoyándoseenloscodos.Unsudorfríoselepegóalassienes.Dosojos,ardientescomobrasas,acababandeencendersealpiedesucama.Lemirabanfija,terriblemente,enlanocheoscura.

Raoul era valiente, sin embargo temblaba. Estiró la mano tanteando,temblorosa, incierta, hacia la mesilla de noche. Al encontrar una caja decerillas,encendióuna.Losojosdesaparecieron.

Pensó,sintranquilizarseenlomásmínimo.

«Ellamedijoquesusojossóloseveíanenlaoscuridad.Handesaparecidoconlaluz,peroélquizásestéaúnahí».

Y se levantó, buscó, pasó prudentemente revista a todas las cosas.Miródebajodelacamacomounniño.Entoncesseencontróridículo.Dijoenvozalta:

—¿Quédebocreer?¿Quénodebocreer,consemejantecuentodehadas?¿Dónde termina lo real y dónde empieza lo fantástico? ¿Qué habrá vistoChristine?¿Quéhabrácreídover?

Yañadióestremeciéndose:

—Yyo,¿quéhevisto?¿Habrévistoenrealidadlosojosdebrasahaceunmomento?¿Habránbrilladotansóloenmiimaginación?¡Noestoysegurodenada!¡Mejornopensarenesosojos!

Seacostó.Volvióaquedartodooscuro.

Page 131: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Losojosreaparecieron.

—¡Oh!—suspiróRaoul.

Incorporándoseenlacamalosmirabatambiénfijamente,contodoelvalordequeeracapaz.Despuésdeunsilencioenelqueintentórecuperar todasuserenidad,gritóderepente:

—¿Erestú,Erik?¡Hombre,genioofantasma!¿Erestú?

«Siesél…estáenelbalcón»,pensó.

Entonces corrió en pijama hasta un mueblecito y tanteando cogió unrevólver.Yaarmado,abriólaventana.Lanocheeramuyfría.Raoulechóunaojeada al balcón desierto y volvió a entrar cerrando la puerta. Se acostótemblando,conelrevólversobrelamesitadenoche,alalcancedesumano.

Unavezmás,apagólalámpara.

Losojosseguíanallí,alpiedelacama.¿Estabanentrelacamayelcristaldelaventana,odetrásdelaventana,afuera,enelbalcón?

Esoera todo loqueRaoulqueríasaber.Queríasaber tambiénsiaquellosojospertenecíanaunserhumano…Queríasaberlotodo…

Entonces, tranquilamente y con frialdad, sin turbar a la noche que lerodeaba,eljoventomósurevólveryapuntó.

Apuntó a las dos estrellas de oro que le miraban con aquel curiosoresplandorinmóvil.

Apuntóunpocomásarribaquelasdosestrellas.Siaquellasestrellaseranojos, y si encima de aquellos ojos había una frente, y si Raoul no erademasiadotorpe…

Ladetonaciónrodóconhorribleestruendoenlapazdelacasadormida…Y mientras multitud de pasos se afanaban en los pasillos, Raoul,incorporándoseenlacamaconelbrazotendido,dispuestoavolveradisparar,miraba…

Estavezlasdosestrellashabíandesaparecido.

Luz,criados,elcondePhilippeterriblementeinquieto.

—¿Quésucede,Raoul?

—Me parece que he soñado—contestó el joven—. He disparado a dosestrellasquemeimpedíandormir.

—¿Divagas?…¡Teencuentrasbien!…Porfavor,Raoul,¿quéhapasado?…—yelcondeseapoderódelrevólver.

Page 132: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡No,no!Nodivago…Además,ahoramismolosabemos…

Selevantó,sepusounabataylaspantuflas,cogiólaluzqueuncriadolealcanzabay,abriendolapuerta,salióalbalcón.

Elcondehabíavistoqueelcristaldelaventanaestabaatravesadoporunabalaalaalturadeunhombre.Raoulseasomabaporelbalcónconlalámparaenlamano.

—¡Ajá! —exclamó—. ¡Sangre, sangre!… Aquí… Allí… Más sangre.¡Mejor,unfantasmaquesangra…esmenospeligroso!—susurrómientrasreíasarcásticamente.

—¡Raoul,Raoul,Raoul!

El conde le zarandeaba como si intentara sacar a un sonámbulo de supeligrososueño.

—¡Pero, hermano, no estoy dormido!—protestó Raoul impacientado—.Puedesveresasangre.Creíaqueestabasoñandoyquehabíadisparadosobredos estrellas. Eran los ojos de Erik, y ésta es su sangre… —súbitamenteinquieto, añadió—: ¡Después de todo, quizá he hecho mal en disparar, yChristine es capaz de no perdonármelo!…Nada hubiera ocurrido si hubieratomado laprecaucióndecorrer lascortinasde laventanaenelmomentodeacostarme.

—¡Raoul!¿Esquetehasvueltolocoderepente?¡Despierta!

—¡Otra vez! Harías mejor, hermano mío, ayudándome a encontrar aErik…,yaque,afindecuentas,unfantasmaquesangrasepuedeencontrar…

Elmayordomodelcondedijo:

—Escierto,señor,quehaysangreenelbalcón.

Uncriadotrajounalámparaacuyaluzpudieronexaminartodo.Elrastrodesangreseguíalarampadelbalónyllegabahastauncanalón,alolargodelcualsubía.

—Amigomío—dijoelconde—,hasdisparadoaungato.

—Lomalo—exclamóRaoul con una nueva carcajada burlona que sonódolorosamente en los oídos del conde— es que es muy posible. Con Eriknuncasesabe.¿EsErik?¿Esungato?¿Eselfantasma?¿Esdecarneyhuesoosólounasombra?¡No,no!¡ConEriknuncasesabe!

Raoul se aferraba a aquellas frases extrañas que respondían tan íntima ylógicamente a las preocupaciones de su espíritu y que se identificaban a lasconfidencias,alavezrealesyconaparienciasobrenatural,deChristineDaaé.Ysusfrasesnocontribuyeronpocoenpersuadiramuchosdequeelcerebro

Page 133: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

deljovennofuncionababien.Elmismocondelocreyóy,mástarde,eljuezdeinstrucción,anteelinformedelcomisariodepolicía,notuvolamenordudaenllegaralamismaconclusión.

—¿QuiénesErik?—preguntóelcondeapretandolamanodesuhermano.

—¡Esmirival!¡Ysinoestámuerto,lomismomeda!

Conungesto,despidióaloscriados.

La puerta de la habitación volvió a cerrarse dejando solos a los dosChagny.Peroloscriadosnosealejarontanrápidamentecomoparanopermitirque el mayordomo del conde oyera cómo Raoul pronunciaba fuerte yclaramente:

—¡EstanocheraptaréaChristineDaaé!

Esta frase fue repetidamás tarde ante el juez de instrucciónFaure. Peronunca se supo exactamente qué se dijeron los dos hermanos durante esaentrevista.

Los criados contaron que aquella noche no era la primera vez quediscutían.

Si,atravésdeunasparedesseoíangritos,ysiempresemencionabaaunaartistallamadaChristineDaaé.

Alahoradelalmuerzo—elalmuerzomatutino,queelcondetomabaensugabinetede trabajo—,Philippeordenóque fueranadecir a suhermanoquedeseabaverlo.Raoulllegó,sombríoymudo.Laescenafuemuybreve.

Elconde.—¡Leeesto!

Philippeentregaasuhermanounperiódico:L'Épóque.Coneldedo,señalalasiguientecrónica.

Elvizcondeleecondesdén:

«Unagrannoticiaenelbarrio:laseñoritaChristineDaaé,artistalírica,yelseñorvizcondeRaouldeChagnysehancomprometido.Sisedacréditoalosrumores de entre bastidores, el conde Philippe se habría negado, afirmandoque, por primera vez, los Chagny no cumplirían su promesa. Dado que elamor, en la ópera más aún que en otras partes, es todopoderoso, nospreguntamosdequémediospuedevalerseelcondePhilippeparaimpedirquesuhermanoelvizcondellevealaltaralanuevaMargarita.Sedicequelosdoshermanos se adoran, pero el conde se engaña extrañamente si espera que elamorfraternalcedaalamorasecas».

Elconde(triste).—Yaloves,Raoul,nosponesenridículo…Esachicatehasorbidoelsesoconsuscuentosdefantasmas.

Page 134: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

(El vizconde había pues explicado a su hermano el relato de ChristineDaaé).

Elvizconde.—¡Adiós,hermano!

El conde.—¿Estás decidido? ¿Te marchas esta noche? (El vizconde nocontesta).… ¿Con ella?… ¿Serás capaz de semejante tontería? (Silencio delvizconde).¡Yosabréimpedírtelo!

Elvizconde.—¡Adiós,hermano!

(Semarcha).

Estaescenafueexplicadaaljuezdeinstrucciónpormismohermano,queno debía volver a ver aRaoulmás que aquella noche, en la ópera, algunosminutosantesdeladesaparicióndeChristine.

Enefecto,Raouldedicótodoaqueldíaalospreparativosdelrapto.

Loscaballos,elcarruaje,elcochero,lasprovisiones,lasmaletas,eldineronecesario,el itinerario—eraprecisono tomarel trenparapoderdespistaralfantasma—,todoestoleocupóhastalasnuevedelanoche.

Alasnueve,unaespeciedeberlina,conlascortinasechadasylaspuertasherméticamente cerradas, ocupó un sitio en la fila junto a la Rotonda. Ibatiradapordosvigorososcaballosyconducidaporuncocherocuyorostroeradifícil distinguir, tan envuelto estaba entre los pliegues de una bufanda.Delantedeestaberlinahabíatrescoches.Mástarde,lainstrucciónestablecióque se trataba de los de la Carlotta, llegada repentinamente a París, de laSorelli y, delante de todos, el del conde de Chagny. De la berlina no bajónadie. El cochero permaneció en su asiento. Los otros tres cocheros habíanpermanecidoigualmenteenelsuyo.

Unasombra,envueltaenunagrancapanegraconunsombrerodefieltro,también negro, pasó por la acera, entre la Rotonda y los vehículos. Parecíamirar atentamente la berlina. Se acercó a los caballos, después al cochero,antesdealejarsesinhaberpronunciadounasolapalabra.LainstruccióncreyómástardequeaquellasombraeraladelvizcondeRaouldeChagny.Enloqueamíserefiere,nolocreoasí,teniendoencuentaqueelvizcondedeChagnyllevaba un sombrero de copa, igual que las otras noches, y que además elsombrerofueencontradomástarde.Másbiencreoqueaquellasombraeraladelfantasma,queestabaalcorrientedetodocomoahoramismoveremos.

Por casualidad, se representaba Fausto. La concurrencia era de las másbrillantes. El público de la ópera estabamaravillosamente representado. Poraquella época, los abonados no cedían, no alquilaban ni subalquilaban ni secompartíanlospalcosconfinancistas,comerciantesoextranjeros.Hoyendíapodemos ver en el palco delmarqués de cual, ya que sigue conservando su

Page 135: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

título,pueselmarquésesporcontratosutitular,peroenesepalco,decíamos,descansa Cómodamente un vendedor de tocino y su familia, y está en suderecho ya que paga el palco del marqués. Antaño, estas costumbres eranPrácticamentedesconocidas.Lospalcosdelaóperaeransalonesenlosquesereuníanloshombresdemundoquienes,aveces,lesgustabalamúsica.

Toda esa concurrencia se conocía, sin que por ello se frecuentaraNecesariamente. Pero llevaban los nombres en la cara y la fisionomía delcondedeChagnyeraconocidaportodos.

La noticia aparecida por la mañana en L'Époque debía haber surtido supequeñoefecto,yaquetodaslasmiradassedirigíanhaciaelpaloenelqueelcondePhilippe,conaspectodeabsolutaindiferenciayairedespreocupado,seencontraba completamente solo. El elemento femenino de aquellaesplendorosa asamblea parecía especialmente Intrigado y la ausencia delvizconde daba pie a cientos de cuchicheos detrás de los abanicos.ChristineDaaé fue acogida con bastante frialdad. Aquel público distinguido no leperdonabaquemiraratanalto.

Ladivanotólamaladisposicióndeunapartedelasalaysesintióturbada.

Losasiduos,quepretendíanestaralcorrientedelosamoresdelvizconde,nopudieronevitarsonreírenciertospasajesdelpapeldeMargarita.Poresosevolvieron ostensiblemente hacia el palco de Philippe de Chagny cuandoChristine cantó la frase:«Querría saberquién era aquel joven, si esungranseñorycómosellama».

Con elmentón apoyado en lamano, el condenoparecía preocuparsedeaquellasmanifestaciones. Fijaba los ojos en el escenario. Pero, ¿lomiraba?Parecíamuyausente…

Christine iba mostrándose cada vez más insegura. Temblaba. Seencaminaba hacia él desastre…Carolus Fonta se preguntó si se encontrabamal,sipodríamantenerseenescenahastaelfinaldelactoqueeraeldeljardín.Enlasala,lagenterecordabaladesgraciaocurridaalaCarlottaelfinaldeesteacto,yel«cuac»históricoqueporelmomentohabíasuspendidosucarreraenParís.

Precisamente entonces, la Carlotta hizo su entrada en un palco lateral,entrada sensacional. La pobre Christine levantó los ojos hacia aquel nuevomotivo de turbación. Reconoció a su rival. Le pareció verla sonreírirónicamente.Estolasalvó.Loolvidótodoparatriunfarunavezmás.

Apartirdeestemomento,cantócontodasualma.Intentósuperartodoloque había hecho hasta entonces, y lo consiguió. En el último acto, cuandocomenzóainvocaralosángelesyaascenderdelsuelo,arrastróenunnuevovueloatodalasalaestremecidaytodoscreyeronteneralas.

Page 136: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Ante aquella llamada sobrehumana, un hombre se había levantado en elcentrodelanfiteatroysemanteníadepie,decaraalaartista,comosiconelmismomovimientodejaratambiénlatierra…EraRaoul:

¡Ángelespuros!¡Ángelesradiantes!¡Ángelespuros!¡Ángelesradiantes!

YChristine,conlosbrazostendidos,lagargantainflamada,envueltaenlagloriadesucabelleradesatadasobresushombrosdesnudos,lanzabaelclamordivino:

¡Llevadmialmaalsenodeloscielos!

Fueentoncescuandounarepentinaoscuridadsehizoenelteatro.Todofuetanrápidoquelosespectadoresnotuvieronsiquieratiempodelanzarungritodeestupor,yaquelaluzvolviódenuevoailuminarelescenario.

… ¡PeroChristineDaaé había desaparecido! ¿Quéhabía sido de ella?…¿Quémilagroeraaquél?…Todossemiraronsinentenderyunagranemociónse apoderóde todos.El desasosiegono eramenor en el escenarioque en lasala.Desdelosbastidoreslagenteseprecipitabahaciaellugarenelque,hacíaun instante, Christine cantaba. El espectáculo se interrumpía en medio delmayordesorden.

¿Adónde,adóndehabíaidoChristine?¿Quésortilegiolahabíaarrebatadoa millares de espectadores entusiasmados y los mismos brazos de CarolusFonta?Enrealidad,podíanpreguntarsesi,envirtuddesuruegoinflamado,losángeles no la habían llevado realmente «al seno de los cielos» en cuerpo yalma…

Raoul, siempre de pie en el anfiteatro, había lanzado un grito. El condePhilippe se había incorporado en su palco. Todos miraban el escenario,mirabanal conde,mirabanaRaoul, y sepreguntaba si el curioso sucesonotenía nada que ver con la nota aparecida aquella misma mañana en elperiódico.PeroRaoulabandonóatodaprisasusitio,elcondedesapareciódesu palco y, mientras bajaba el telón, los abonados se precipitaron hacia laentradade artistas.Enmediodeuna indescriptible confusióny algarabía, elpúblico esperaba un anuncio. Todos hablaban a la vez. Cada cual pretendíaexplicar cómo habían ocurrido las cosas. Unos decían: «Ha caído en unatrampilla».Otros:«Hasidoelevadaenlasbambalinas.Lapobrehasidoquizásidovíctimadeunnuevotrucoestrenadoporlanuevadirección».Yotrosaún:«Es una emboscada. La coincidencia de la oscuridad y la desaparición lopruebansobradamente».

Porfin,selevantóeltelón,yCarolusFonta,avanzandohastaelestradodeldirectordeorquesta,anuncióconunavozgraveytriste:

—¡Señoras y señores, algo inaudito, que nos sume en una profunda

Page 137: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

inquietud, acaba de producirse! ¡Nuestra compañera Christine Daaé hadesaparecidoantenuestrosojossinquepodamossabercómo!

CAPÍTULOXV

SINGULARACTITUDDEUNIMPERDIBLE

En el escenario reina un desorden jamás visto. Artistas, tramoyistas,bailarinas,comparsas,figurantes,coristas,abonados, todospreguntan,gritan,seempujan.«¿Dóndeestá?».«¡Lahanhechodesaparecer!».«¡EselvizcondedeChagnyelquelaharaptado!».«¡No,eselconde!».«¡Ah,ylaCarlotta!¡LaCarlottaeslaquienhadadoelgolpe!».«¡No,eselfantasma!».

Algunos se ríen, sobre todo después de que un atento examen de lastrampillasydelsuelohaalejadocualquiersospechadeaccidente.

Enmediodeestamasaexcitada, trespersonajes sehablanenvozbajaycon gestos desesperados. Son Gabriel, el maestro de canto; Mercier, eladministrador; y el secretarioRémy.Sehan retirado aun rincóndel tamborquecomunicael escenarioconel ampliopasillodel foyerde ladanza.Allí,detrásdeunosenormesaccesorios,comentan:

—¡He llamado! ¡No me han contestado! Puede que no estén en sudespacho.Entodocasoesimposiblesaberlo,porquesehanllevadolasllaves.

AsíseexpresaelsecretarioRémyynocabedudadequeconestaspalabrasse refiere a los señores directores. Éstos han dado la orden, en el últimoentreacto,denomolestarlosbajoningúnpretexto.«Noestánparanadie».

—Sinembargo,¡noseraptaaunacantanteenelescenariotodoslosdías!—exclamaGabriel.

—¿Leshagritadoustedeso?—preguntaMercier.

—Ahora mismo vuelvo—dice Rémy y desaparece corriendo. En aquelmomentoapareceelregidor.

—Ybien,señorMercier,¿vieneusted?¿Quéhacenaquíustedesdos?Lonecesitamos,señoradministrador.

—Noquierohacernadanisabernadaantesdequellegueelcomisario—declara Mercier—. He mandado buscar a Mifroid. ¡Cuando llegue, yaveremos!

—Yyoledigoquehayquebajarinmediatamentealregistro.

—Noantesdequellegueelcomisario…

Page 138: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Yoyahebajadoalregistro.

—¡Ah!¿Yquéhavisto?

—¡Puesbien,nohevistoanadie!¿Meentiendebien?¡Anadie!

—¿Yquéquiereustedquehagayoallí?

—¡Evidentemente!—contesta el regidor, que se pasa frenéticamente lasmanos por un mechón rebelde—. ¡Evidentemente! Pero quizá si hubieraalguienenelregistro,podríaexplicarnoscómosehanapagadotandeprontolaslucesenelescenario.Y,Mauclairnoestáenningunaparte,¿entiende?

Mauclaireraeljefedeiluminación,oseaelresponsabledeldíaylanocheenelescenariodelaópera.

—Mauclair no está por ningún lado —repite Mercier excitado—. Perobueno,¿ysusayudantes?

—¡NiMauclair ni sus ayudantes! ¡Nadie en el cuarto de iluminación lesdigo!Comobienpuedenimaginar—bramaelregidor—,laDaaénosehabráraptadoasímisma.¡Elgolpeestabapreparado,yloquehayquedescubrir…!¿Ylosdirectoresquenoaparecen?…¡Heprohibidodisminuir las lucesyhepuestounbomberodelantedelnichodelregistro!¿Acasonohehechobien?

—Sí,sí,hahechoustedbien…Yahoraesperemosquellegueelcomisario.

El regidor se aleja, encogiéndose de hombros, rabioso, mascullandoinsultos a esos imbéciles que se quedan tranquilamente acurrucados en unrincónmientras todoel teatroestá«patasarriba».Tranquilos, loque sedicetranquilos,GabrielyMerciernoloestaban.Habíanrecibidounaordenquelesparalizaba. No podían molestar a los directores por ningún motivo. Rémyhabíainfringidoesaordenynohabíapasadonada.

Precisamenteenaquelinstantevuelvedesunuevaexpedición.

Vieneconunaexpresiónmásbienazorada.

—¿Ybien,hahabladoconellos?—preguntaMercier.

—Moncharminhaacabadoporabrirmelapuerta—contestaRémy—.Losojosselesalíandelasórbitas.Creíqueibaapegarme.Nohepodidodecirunasolapalabra,¿sabenloquemehadichoagritos?

»—¿Tieneustedunimperdible?

»—No.

»—¡Entoncesdéjemeenpaz!…

»Intentoexplicarlequeenelteatroestánocurriendocosasextrañas…yélmecontesta:

Page 139: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»—¿Unimperdible?¡Demeinmediatamenteunimperdible!

»Unordenanzaquelehabíaoído—gritabacomounsordo—llegaconunimperdible,selodainmediatamenteyMoncharminmecierralapuertaenlasnarices.¡Esoestodo!».

—¿YnohapodidousteddecirlequeChristineDaaé…?

—¡Habríaqueridoverloenmilugar!…¡Echabaespumaporlaboca!…Nopensabamásqueensuimperdible…Creoque,sinoselohubierantraídoenelacto,lehubieradadounataque.¡Realmente,todoestonoesnormalynuestrosdirectoresseestánvolviendolocos!…

ElseñorsecretarioRémynoestácontento.Lohacenotar.

—¡Estonopuedeseguirasí! ¡Noestoyacostumbradoaqueme tratendeestaforma!

Derepente,Gabrielexclama:

—EsotrogolpedelF.delaÓ.

Rémyseríesarcásticamente.Merciersuspira,parecedispuestoasoltarunaconfidencia…Pero,almiraraGabrielquelehaceseñasparaquesecalle,nodicenada.

Sinembargo,Mercier,quesienteaumentarelpesodesuresponsabilidadamedida que transcurren los minutos sin que los directores aparezcan, noaguantamás.

—¡Bueno!Iréyomismoabuscarlos—decide.

Gabriel,derepentemuysombríoygrave,ledetiene.

—Pienseenloquehace,Mercier.¡Sisequedanensudespachoquizáseaporqueesnecesario!¡ElF.delaÓ.tienemásdeuntrucoensuhaber!

PeroMerciermuevelacabeza.

—¡Esigual!¡Voyallá!Simehubieranescuchado,haceyamuchotiempolohubierancontadotodoalapolicía.Yseva.

—¿Quéestodo?—preguntainmediatamenteRémy—.¿Quélehabríaquehabercontadoalapolicía?¿Porquésecalla,Gabriel?…¡Tambiénestáustedenteradodelasunto!¡Puesbien,máslevaleinformarmesiquierequenovayapor ahí diciendo que todos ustedes se están volviendo locos!… ¡Sí, locos,locosderemate!

Gabriel lemira conojos estúpidosy simulanoentendernadadeaquellasalidaintempestivadelseñorsecretario.

—¿Quéasunto?—murmura—.Noséaquéserefiere.Rémyseexaspera.

Page 140: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Esta noche, Richard y Moncharmin, aquí mismo, en los entreactos,parecíandosalienados.

—Nolohenotado—gruñeGabriel,muyincómodo.

—¡Seráustedelúnico!…¿Acasocreequenoleshevisto?…¿YelseñorParabise,directordelCréditCentral, tampocosehadadocuentadenada?…¿Creequeel señorembajadorde laBorderie lleva losojosenelbolsillo?…¡Pero,señormaestrodecanto,sitodoslosabonadosseñalabanconeldedoanuestrosdirectores!

—¿Quéhacíannuestrosdirectores?—preguntaGabrielconaireingenuo.

—¿Qué hacían? ¡Pero si sabe usted mejor que nadie lo que hacían!…¡Estabaustedallí!…¡Ylesobservaban,ustedyMercier!…Yeranustedeslosúnicosennoreírse…

—¡Noleentiendo!

Muyfrío,muyensimismado,Gabrielextiende losbrazosy losdejacaer,gestoquesignificaevidentementequesedesentiendedelacuestión…Rémycontinúa:

—¿Qué significa esta nuevamanía?… ¿Es que ahora ya no quieren quenadieseacerqueaellos?

—¿Cómo?¿Quenoquierenquenadieseacerqueaellos?

—¿Porquénoquierenquenadielostoque?

—¿Enverdadhanotadoustedquenoquierenquenadielostoque?¡Estosíqueesextraño!

—¡Ah,conqueloreconoce!¡Yaerahora!¡Ycaminanparaatrás!

—¿Para atrás? ¿Ha notado usted que nuestros directores caminan paraatrás?Creíaquesóloloscangrejoscaminabanparaatrás.

—¡Noríausted,Gabriel!¡Nosería!

—Nomerío—protestaGabrielqueestámásserioqueunpapa.

—Porfavor,Gabriel¿podríaexplicarme,ustedqueesamigoíntimodeladirección, por qué en el entreacto del «jardín», en el foyer, cuando yoavanzabaconlamanotendidahaciaelseñorRichard,oíalseñorMoncharmindecirmeprecipitadamenteenvozbaja:«¡Aléjese!¡Aléjese!¡Ysobretodonotoquealseñordirector!…»?¿Esquesoyunapestado?

—¡Increíble!

—Y unos instantes más tarde, cuando el embajador de la Borderie sedirigió a su vez hacia el señorRichard, ¿novio usted al señorMoncharmin

Page 141: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

interponersey exclamar: «Señor embajador, se lo suplico, no toque al señordirector»?

—¡Desconcertante!…¿YquéhacíaRichardmientrastanto?

—¿Qué hacía? Lo ha visto perfectamente, daba media vuelta, saludabahacia adelante sin que hubiera nadie delante de él y se retiraba caminandohaciaatrás.

—¿Haciaatrás?

—YMoncharmin,detrásdeRichard,tambiénhabíadadomediavuelta,esdecir que había efectuado un rápido semicírculo detrás de Richard, y seretirabatambiéncaminandohaciaatrás…Asíllegaronhastalaescaleradelaadministración, caminando hacia atrás… ¡Hacia atrás!…En fin, si no estánlocos,¡yameexplicaráustedquéquieredeciresto!

—Quizáensayabanunpasodeballet—indicaGabrielsinconvicción.

ElsecretarioRémysesienteultrajadoporunabroma tanordinariaenunmomento tan dramático. Frunce el ceño, se muerde los labios y se inclinahaciaeloídodeGabriel.

—¡No se haga usted el gracioso, Gabriel! Aquí ocurren cosas cuyaresponsabilidadpodríarecaersobreustedyMercier.

—¿Quécosas?—preguntaGabriel.

—ChristineDaaénohasidolaúnicaendesaparecerderepenteestanoche.

—¡Ah,bah!

—Nadade«¡ah,bah!».¿Puedeusteddecirmeporqué,cuandomamáGirybajóhaceunmomentoalsalón,Mercierlacogióporlamanoyselallevóconélatodaprisa?

—¡Vaya!—exclamaGabriel—,nomehabíadadocuenta.

—SehadadoustedtantacuentaquehaseguidoaMercieryamamáGiryhasta eldespachodeMercier.Apartirdeentonces leshanvisto austedyaMercier,peroyanosehavueltoaveramamáGiry…

—¿Creeustedquenoslahemoscomido?

—¡No!Perolahanencerradobajollaveeneldespachoy,cuandosepasapor delante de la puerta del despacho, ¿sabe lo que se oye? Se oyen estaspalabras:«¡Ay,bandidos!¡Ay,bandidos!».

Enestepuntodelasingularconversación,llegaMerciermuyacalorado.

—Bueno—diceconvozapagada—.¡Esincreíble!…Leshegritado:

Page 142: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

»—Esmuygrave.¡Abrid!

»He oído pasos. La puerta se ha abierto y ha aparecido Moncharmin.Estabamuypálido.Mehapreguntado:

»—¿Quéquiere?

»—HanraptadoaChristineDaaé—lehecontestado.

»¿Sabenustedesquémehacontestado?

»—¡Mejorparaella!

»Yhavueltoacerrarlapuerta,dejándomeestoenlamano».

Mercierabrelamano;RémyyGabrielmiran.

—¡Elimperdible!—exclamaRémy.

—¡Qué extraño! ¡Qué extraño! susurra Gabriel, que no puede evitar unestremecimiento.

Derepente,unavozloshacevolversealostres.

—Perdónseñores.¿PuedendecirmedóndeestáChristineDaaé?Apesardelagravedaddelascircunstancias,unapreguntasemejantesindudaleshubierahechoestallarencarcajadasdenoencontrarseanteunrostrotanabatidoquedeinmediatolesinspirópiedad.EraelvizcondeRaouldeChagny.

CAPÍTULOXVI

«¡CHRISTINE,CHRISTINE!»

ElprimerpensamientodeRaoul,despuésdelafantásticadesaparicióndeChristineDaaé,fueacusaraErik.NodudabadelpodercasisobrenaturaldelÁngel de la música en todo el ámbito de la Opera, donde éste habíaestablecidosuimperio.

Y Raoul se había abalanzado como un loco al escenario, sumido en ladesesperación, llamándola como ella debía llamarlo a él desde aquel oscuroabismodondeelmonstruolahabíallevadocomounapresa,aúnestremecidaporsuexaltacióndivina,enteramentevestidaconlablancamortajaconelqueyaseofrecíaalosángelesdelparaíso.

—¡Christine,Christine!—repetíaRaoul…,yleparecíaoírlosgritosdelajovenatravésdeaquellasfrágilestablasqueleseparabandeella.

Se inclinaba, escuchaba… Erraba por el mismo escenario como undemente. ¡Ah,bajar,bajaraaquellospozosde tinieblascuyasentradasestán

Page 143: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

cerradasparaél!

¡Aquel frágil obstáculo que normalmente se desliza con tanta facilidadsobresímismoparadejarverelabismohacialaquetiendetodosudeseo…,estas tablas a lasque suspasoshacen crujir yquedejanoír bajo supeso elmisterioso vacío de las «profundidades»!… Esta noche, las tablas son algomásqueinmóviles…,adquierenunaspectodesolidezquerechazalaideadeque hayan podido moverse jamás… ¡Además, las escaleras que permitendescenderpordebajodelescenariohansidoprohibidasatodoelmundo!…

—¡Christine,Christine!…

Lo apartan entre carcajadas… Se burlan de él… Creen que el pobreprometidotienetrastornadoelcerebro…

¿Enquéfuriosacarreraatravésdeloscorredoresdenocheymisterio,sóloconocidosporél,Erikhabráarrastradoaaquellajoventanpurahastallegarasu horrible morada de la habitación estilo Luis Felipe, cuya puerta se abresobreaquellagodeInfierno…?

—¡Christine, Christine! ¡No respondes! ¿Estás viva todavía, Christine?¿Nohasexhaladotuúltimosuspiroenunminutodehorrorsobrehumano,bajoelalientoabrasadordelmonstruo?

Horribles pensamientos atraviesan como rayos fulgurantes el cerebrocongestionadodeRaoul.

SindudaErikhadebidodescubrirsusecreto,saberqueeratraicionadoporChristine.¡Quéterriblevenganzapreparaba!

¿Qué podría frenar al Ángel de la música, llevado por su insuperableorgullo?¡Christine,enlasmanostodopoderosasdelmonstruo,estáperdida!

Raoulvuelveapensarenlasestrellasdeoroquelaúltimanochevinieronasubalcónyalasquenofulminóconsuarmaimpotente.

Algunoshombrestienensindudaojosextraordinarios.Ojosquesedilatanen las tinieblas y que brillan como estrellas, o como ojos de gato.Algunoshombresalbinos,queparecentenerojosdeconejoduranteeldía,tienenojosdegatoporlanoche.Todoelmundolosabe.

¡Sí, sí, era realmente aErik al queRaoul había disparado! ¿Cómono lohabíamatado?Elmonstruohabríahuidoporelcanalóncomolosgatosolospresidiariosque,comotambiéntodossaben,seríancapacesdeescalarelcielosóloconlaayudadeunatubería.

Sin duda Erik meditaba algo decisivo contra el joven, pero había sidoheridoyhabíahuidoparavolversecontralapobreChristine.

Eso iba pensando hoscamente el pobre Raoul, mientras corría hacía el

Page 144: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

camerinodelacantante…

—¡Christine,Christine!…

Lágrimasamargasquemanlasmejillasdeljoven,queveesparcidaporlosmuebleslasropasdestinadasavestirasubellaprometidaenelmomentodelahuida…¿Porquénohabráqueridoirseantes?¿Porquéhabrátardadotanto?…¿Porquéhabráqueridojugarconelpeligroquelesamenazaba?…,¿conelcorazóndelmonstruo?…¿Porquéhabráqueridodejar,comoúltimorecuerdoenelalmadeaqueldemonio,aquelcantocelestial?

¡Ángeles puros! ¡Ángeles radiantes! Llevad mi alma al seno de loscielos…

Raoul, que no podía hablar por los sollozos, las frases inconexas y losinsultosquellenabansugarganta,palpaconsusmanostorpeselgranespejoque un día se abrió ante él para dejar que Christine bajara a la tenebrosamorada.Empuja,presiona,tantea…Pero,alparecer,elespejosóloobedeceaErik…Quizá los gestos son inútiles con un espejo como éste…, quizá seasuficiente con pronunciar ciertas frases…Cuando era niño, le contaban queciertosobjetosobedecíanavecesalaspalabras.

De repente, Raoul recuerda… «una verja que da a la calle Sbribe…UnsubterráneoquesubedirectamentedellagoalacalleScribe…»¡Sí,Christinelehabíahabladodeello!…Trascomprobarquelapesadallaveyanoestáensucofre,seprecipitahacialacalleScribe.

Ya se encuentra fuera. Pasea sus manos temblorosas por las piedrasciclópeas,buscasalidas…Encuentrabarrotes…¿Seránéstos?…¿Oaquéllos?…¿Oeserespiradero?…Lanzamiradasimpotentesentrelosbarrotes…¡Quéprofunda noche reinaba allí dentro!… Escucha… ¡Qué silencio!… Giraalrededor del monumento… ¡Ah, que barrotes tan grandes, qué verjas tanpoderosas!…¡Eslapuertadelpatiodelaadministración!

Raoulcorrehacialaportera.

—Perdón,señora,¿nopodríaindicarmeunapuertadeverja?Sí,unapuertahechadebarrotes,debarrotes…dehierro…,quedaalacalleScribe…yqueconduceal lago.¿Conoceustedel lago?¡Sí,claro,el lago!¡El lagoquehaybajotierra…bajolaópera!

—Señor,sémuybienquehayunlagobajolaópera,peronoséquépuertaconducehastaél…Noheidonunca…

—¿YlacalleScribe,señora?¡LacalleScribe!¿HaidoustedalgunavezalacalleScribe?

Laportera se ríe.Estalla encarcajadas.Raoulhuye rugiendo, salta, subeunas escaleras, baja otras, atraviesa toda la administración, y vuelve a

Page 145: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

encontrarseenlaluzdelescenario.

Sedetiene.Elcorazónle latecomosifueraaestallardentrodesupechojadeante…¿YsihubieranencontradoaChristineDaaé?Seacercaungrupodegente.Pregunta:

—Perdónseñores,¿nohanvistoaChristineDaaé?

Yseríendeél.

En el mismo momento, el escenario se llena de nuevos rumores y, enmedio de una multitud de fracs que le rodean con movimientos de brazoexplicativos, aparece un hombre de rostro sereno y que semuestra amable,muy sonrosado y mofletudo, de cabellos rizados, iluminado por dos ojosazules de una maravillosa tranquilidad. El administrador Mercier señala elreciénllegadoalvizcondeChagny,diciéndole:

—Eseeselhombre,señor,alquedebeformularsupregunta.LepresentoalcomisariodepolicíaMifroid.

—¡Ah,señorvizcondedeChagny!Encantadodeverlo—diceelcomisario—. Si es tan amable de seguirme… Y ahora, ¿dónde están los directores?¿Dóndeestánlosdirectores?…

Envistadequeeladministradorpermanecesilencioso,elsecretarioRémyseencargadeinformaralcomisariodequelosdirectoresestánencerradosensudespachoyquenosabenaúnnadadeloocurrido.

—¡Noesposible!…¡Vamosasudespacho!

ElseñorMifroid,seguidodeuncortejoquevaengrosándosepocoapoco,sedirigealaadministración.MercieraprovechaeldesordenparadeslizarunallaveenlamanodeGabriel:

—Estoseestáponiendofeo—murmura—.VeasoltaramamáGiry.

YGabrielsealeja.

Prontolleganantelapuertadeladirección.EnvanoMercierlesconminaaqueabran.Lapuertanoseabre.

—¡Abranennombrede la ley!—ordena lavozclarayun tanto inquietadelseñorMifroid.

Porfinlapuertaseabre.Seprecipitaneneldespachodetrásdelcomisario.

Raoul es el último en entrar. Cuando se dispone a seguir al grupo, unamanoseposaensuhombroyoyeestaspalabraspronunciadasensuoído:

—¡LossecretosdeEriknoleincumbenanadie!

Sevuelveahogandoungrito.Lamanoquesehabíaposadoensuhombro

Page 146: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

estáahorasobreloslabiosdeunpersonajecolorébanoyojosdejade,cubiertoconungorrodeastracán…¡ElPersa!

El desconocido prolonga el gesto que recomienda discreción y, en elmomento en que el vizconde, estupefacto, va a pedirle la razón de sumisteriosaintervención,elotrosaludaydesaparece.

CAPÍTULOXVII

SORPRENDENTESREVELACIONESDELASEÑORAGIRYRELATIVASASUSRELACIONESPERSONALESCONEL

FANTASMADELAÓPERA

AntesdeseguiralcomisarioMifroidensuvisitaalosdirectores,ellectorme permitirá informarle de ciertos hechos extraordinarios que acababan deocurrir en el despachodonde el secretarioRémyy el administradorMercierhabíanintentadopenetrarenvano,ydondelosseñoresRichardyMoncharminsehabíanencerradotanherméticamente,conunpropósitoqueellectorignoratodavía, pero que tengo el deber histórico —quiero decir mi deber dehistoriador—denoocultarpormástiempo.

Hetenidoocasióndedecirhastaquépuntoelcarácterdelosdirectoressehabían vuelto desagradable desde hacía algún tiempo, y he dicho que estatransformaciónno sedebía sólo a la caídade la lámpara en las condicionesqueyasabemos.

Hagamos saber al lector —pese al deseo de los directores de que estehechopermanecieraocultoparasiempre—queelfantasmahabíaconseguidocobrar tranquilamente sus primeros veinte mil francos. Por supuesto, ¡huboruegosycrujirdedientes!Sinembargolacosasehabíaproducidodelaformamássencilladelmundo.

Cierta mañana, los directores habían encontrado un sobre preparadoencimadelamesadesudespacho.Estesobrellevabaescrito:AlseñorF.delaÓ. (personal).YveníaacompañadodeunapequeñanotadelmismoF.de laÓ.: «Ha llegado el momento de llevar a cabo las cláusulas del pliego decondiciones. Introduciránveintebilletesdemilenestesobre,alquesellaránconsupropioselloyentregaránalaseñoraGiry,queseencargarádehacerlonecesario».

Losseñoresdirectoresnoselohicieronrepetirdosveces.Sindetenerseapensarcómoaquellasdiabólicasnotaspodíanpenetrarenundespachoalquesiempre cerraban cuidadosamente con llave, encontraban la oportunidad deatraparalmisteriosomaestrodecanto.Trasexplicarlotodo,bajopromesadel

Page 147: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

mayor secreto, aGabriel y aMercier, pusieron los veintemil francos en elsobrey loconfiaronsinpedirexplicacionesa laseñoraGiry,quehabíasidoreintegradaasusfunciones.Laacomodadoranomostrólamenorsorpresa.Noes preciso señalar hasta qué extremo se la vigiló.En resumen, se dirigió deinmediatoalpalcodel fantasmaydepositóelprecioso sobreen labarradelpasamanos. Los dos directores, al igual que Gabriel y Mercier, estabanescondidosdemaneraqueno loperdieranniunsegundodevistaduranteeltranscursodelarepresentación,einclusodespués,yaque,comoelsobrenosehabíamovido,losquelovigilabantampocolohicieron.ElteatrosevacióylaseñoraGirysefue,mientraslosseñoresdirectores,GabrielyMercier,seguíansinmoverse.Por fin,secansaronyabrieronelsobre trascomprobarque lossellosseguíanintactos.

Aprimeravista,RichardyMoncharmincreyeronquelosbilletesseguíanallí,peroalasegundaojeadasedieroncuentadequenoeranlosmismos.Losveintebilletesauténticoshabíandesaparecidoysidoreemplazadosporveintebilletesfalsos.Primero,fuesólorabia,perodespuéstambiénterror.

—¡Es más impresionante que los trucos de Robert-Houdin! —exclamóGabriel.

—Sí—contestóRichard—,ycuestamáscaro.Moncharminqueríaquesecorrieraaavisaralcomisario.Richardseopuso.Sindudateníasuplan.

—¡No seamos ridículos! Todo París se reirá de nosotros. F de la O haganado la primera partida, nosotros ganaremos la segunda —pensaba,evidentemente,enlapróximamensualidad.

Detodasformas,habíansidotanperfectamenteburladosquenopudieron,durante las semanas superar cierto abatimiento.Y, hay que reconocerlo, eracomprensible. Si no se llamó al comisario entonces fue, y no hay queolvidarlo, porque los directores albergaban en lomás profundo de su ser elpensamientodequeunaodiosabromamontadaporsuspredecesores,quenoconvenía revelar antes de tener la «clave», podía ser la causa de la extrañaaventura. Por otra parte, este pensamiento se mezclaba a veces enMoncharminconlavagasospechadequeelpropioRichardpodíasercapazdeestetipodeocurrencias.Asípues,preparadosa todaeventualidad,esperaronlosacontecimientos,mientrasvigilabanyhacíanvigilaramamáGiry,alaqueRichardnoqueríaqueselehablaradenada.

—Si es cómplice—decía—, hace ya tiempo que los billetes están lejos.Pero,paramí,setratatansólodeunaimbécil.

—¡Hay muchos imbéciles metidos en este asunto! —había contestado,pensativo,Moncharmin.

—¿Acaso podía alguien sospechar?—gimió Richard—. Pero no tengas

Page 148: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

miedo…Lapróximaveztomarétodaslasprecauciones…

Así llegó la próxima vez… Coincidió con el día de la desaparición deChristineDaaé.

Por la mañana, recibieron una nota del fantasma que les recordaba elvencimientodelplazo:«Hagancomolaúltimavez—aconsejabaamablementeelF.delaÓ.—.Saliómuybien.Entreguenelsobre,enelquehabráncolocadoveintemilfrancos,alaexcelenteseñoraGiry».

Y la nota venía acompañada del sobre habitual. No hacía faltamás quellenarlo.

Laoperacióndebíacumplirseaquellamismanoche,mediahoraantesdelespectáculo. Penetramos, pues, en el despacho de los directoresmedia horaantes de que el telón se levante ante aquella ya famosa representación deFausto.

Richard muestra el sobre a Moncharmin, luego cuenta los veinte milfrancosylosintroduceenelsobre,perosincerrarlo.

—YahoraquellamenamamáGiry.

Vanabuscaralavieja,queentróhaciendounasolemnereverencia.Seguíallevando suvestidode tafetánnegro, color que tendía a óxidoy a lila, y susombrero de plumas color hollín: Parecía de buen humor. Dijo nada másentrar:

¡Buenosdías,señores!¿Setrataotravezdelsobre?

—Sí, señora Giry —dijo Richard con gran amabilidad—. Se trata delsobre…ytambiéndeotracosa.

—Asudisposición,señordirector,asudisposición.Porfavor,¿cuálesesaotracosa?

—Primero,señoraGiry,tendríaquehacerleunapequeñapregunta.

—Hágala,señordirector.MamáGiryestáaquíparacontestarle.

—¿Sigueestandoenbuenasrelacionesconelfantasma?

—Inmejorables,señordirector,inmejorables.

—Ah, nos complace saberlo… De hecho, señora Giry —pronuncióRichard adoptando el tono de una importante confidencia—, entre nosotros,podemosdecírselo…Noesustednadatonta.

—Peroseñordirector…—exclamólaacomodadoradeteniendoelamablebalanceodelasdosplumasnegrasdesusombrerocolorhollín—,leaseguroquenadiehatenidodudasconrespectoaeso.

Page 149: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Estamosdeacuerdo,yvamosaentendemos.Lahistoriadelfantasmaesunabuenabroma,¿verdad?…Puesbien,yquequedeentrenosotros,yaha*duradodemasiado.

MamáGirymiróalosdirectorescomosilehubieranhabladoenchino.SeacercóalamesadeRichardydijo,bastanteinquieta:

—¿Quéquieredecirusted?…¡Noleentiendo!

—Usted me entiende muy bien. En todo caso, es preciso que nosentienda…Paraempezar,vaustedadecirnoscómosellama.

—¿Quién?

—¡Sucómplice,señoraGiry!

—¿Quesoycómplicedelfantasma?¿Yo?…¿Cómplicedequé?

—Ustedhacetodoloqueélquiere.

—¡Oh!…Noesdemasiadomolesto,¿sabeusted?

—¡Ysiempreledapropinas!

—Nomequejo.

—¿Cuántoledaporllevarleestesobre?

—Diezfrancos.

—¡Caramba!Noesmucho.

—¿Porqué?

—Lediré todoestomástarde,señoraGiry.Enestemomentoquerríamossaberporqué razón…extraordinaria…,sehaentregadoencuerpoyalmaaestefantasmaenlugardeaotro…¡NoserándiezfrancoslosqueconseguiránlaamistadylafidelidaddemamáGiry!

—¡Eso es cierto!… La razón puedo decírsela, señor director. No hayningúndeshonorenello…,alcontrario.

—Nolodudamos,señoraGiry.

—Puesbien…Alfantasmanolegustamuchoquecuentesushistorias.

—¡Ajá!—sonrióRichard.

—Peroésta,¡éstasólomeconcierneamí!…—continuólavieja—.Selocuento, fue en el palco n° 5. Una noche encontré una carta para mí, unaespecie de nota escrita en tinta roja…Esa nota, señor director, no necesitoleérsela.Melasédememoria…Ynolaolvidaréjamás…,aunquevivacienaños…

Page 150: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

LaseñoraGiry,puestaenpie,recitalacartaconsorprendenteelocuencia:

—Señora:«1825, laseñoritaMénétrier,corifeo,seconvirtióenmarquesadeCussy.1832,laseñoritaMarieTaglioni,bailarina,seconvirtióencondesaGilbertdesVoisins.1846,laSota,bailarina,secasaconunhermanodelreydeEspaña. 1847, LolaMontes, bailarina, se casamorganáticamente con el reyLuisdeBavierayrecibeel títulodecondesadeLandsfeld.1848, laseñoritaMaría, bailarina, se convierte en baronesa de Hermeville. 1870, ThéréseHessler,bailarina,secasacondonFernando,hermanodelreydePortugal…».

RichardyMoncharminescuchanalaviejaque,amedidaqueavanzaenlacuriosa enumeración de esos gloriosos himeneos, se anima, se endereza, sevuelveaudazy,finalmente,inspiradacomounasibilasobresutrípode,lanzaconunatronantevozdeorgullolaúltimafrasedelacartaprofética:

—¡1885,MegGiry,emperatriz!

Agotadaporesteesfuerzosupremo,laacomodadorasedejacaerenlasilladiciendo:

—Señores,todoestoestabafirmado:«ElFantasmadelaÓpera».Yahabíaoídohablardelfantasma,peronocreíamásqueamedias.Desdeeldíaenqueanuncióque lapequeñaMeg, lacarnedemicarne,el frutodemisentrañas,seríaemperatriz,creíenélporcompleto.

En verdad, en verdad no era preciso observar con detención la exaltadafisonomíademamáGiryparacomprenderloquesehabíapodidoobtenerdeaquellacabecitaconaquellasdospalabras:«fantasmayemperatriz».

¿Peroquiénmanejabaloshilosdeaquelextravagantemaniquí?…¿Quién?

—Nolohavistoalgunavez,hablaconusted,yaunasí,¿creeentodoloqueledice?—preguntóMoncharmin.

—Sí. En primer lugar, porque le debo el que mi pequeñaMeg se hayaconvertidoencorifeo.Lehabíadichoalfantasma:

»—Para que sea emperatriz en 1885, no debe perder el tiempo, debeconvertirsedeinmediatoencorifeo.

»—Desdeluego—mecontestó.

»Y le bastó con decirle unas palabras al señor Poligny para que asífuese…».

¡Entonces,elseñorPolignylohavisto!

—Nomás que yo, ¡pero lo ha oído! El fantasma le dijo una; palabra aloído,yasabeusted,lanocheenquesaliótanpálidodeltpalcon°5.

Moncharmindejaescaparunsuspiro.

Page 151: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Quéhistoria!—gime.

¡Ah!—respondemamáGiry—.SiemprehecreídoquehabíasecretosentreelfantasmayelseñorPoligny.TodoloqueelfantasmapedíaalseñorPoligny,ésteseloacordaba…Polignynorehusabanadaalfantasma.

—Oyesbien,Richard.Polignynorehusabanadaalfantasma.

—Sí, sí. Oigo perfectamente —declaró Richard—. El señor Poligny esamigo del fantasma y, como la señora Giry es amiga de Poligny, ¡estamoslistos! —añadió en tono muy duro—. Pero Poligny no me preocupa… Laúnicapersonaporcuyasuertemeinteresa,nolodisimulo,es ladelaseñoraGiry…SeñoraGiry,¿sabeustedloquehayenestesobre?

—¡PorDios,no!—dijoésta.

—Puesbien,¡mireusted!

LaseñoraGirydeslizaenelsobreunamirabaturbada,peroquedenuevorecobrasubrillo.

—¡Billetesdemilfrancos!—exclama.

—Sí,señoraGiry.Billetesdemil…¡Ylosabíaustedmuybien!

—¿Yo?,señordirector,¡lejuroque…!

—Nojure,señoraGiry.Yahoravoyadecirlelaotracosaporlaquelehehechovenir…SeñoraGiry,voyahacerqueladetengan.

Las dos plumas negras del sombrero color hollín, que tomabanhabitualmente la forma de dos puntos de interrogación, se transformaron enpuntos de exclamación. En cuanto al sombrero, osciló amenazante sobre sumoño en desorden. La sorpresa, la indignación, la protesta y el espantovolvieronareflejarseenelrostrodelamadredelapequeñaMegmedianteunaespeciedepiruetaextravagantecausadaporlavirtudofendida,quedeunsaltolacondujohastalanarizdeldirector,quiennopudoevitarretrocederhastasusillón.

—¿Hacermedetener?

La boca que decía esto parecía a punto de escupir a la cara del señorRichardlostresdientesquelequedaban.

Richard se comportó como un héroe. No retrocedió. Con su índiceamenazador ya señalaba a los magistrados ausentes a la acomodadora delpalcon°5.

—¡SeñoraGiry,voyahacerladetenerporladrona!

—¡Repitaeso!

Page 152: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

YlaseñoraGiryabofeteócontodassusfuerzasalseñorRichard,antesdequeMoncharmin tuviera tiempode intervenir. ¡Vengativa respuesta!Peronofue la mano de la encolerizada vieja la que se abatió sobre la mejilla deldirector,sinoelmismosobrecausantedetodoelescándalo,elsobremágicoqueseentreabrióderepenteparadejarescaparlosbilletesquevolaronenunremolinofantásticodemariposasgigantes.

Los dos directores lanzaron un grito y un mismo pensamiento los hizoarrodillarse, recogerlos febrilmente y comprobar apresuradamente lospreciosospapeles.

—¿Siguensiendoauténticos?,Moncharmin.—¿Siguensiendoauténticos?,Richard.

—¡Sonauténticos!

Porencimadesuscabezas, los tresdientesde laseñoraGirycastañeteanentre horribles insultos. Pero, lo único que se distingue con claridad es unleitmotiv:

—¿Yo,unaladrona?…¿Unaladronayo?Seahoga.

—¡Estoydestrozada!—exclama:

Y,derepente,vuelveasaltarantelasnaricesdeRichard.

—¡Entodocaso—chilla—,usted,señordirector,usteddebesabermejorqueyodóndehanidoapararesosveintemilfrancos!

—¿Yo?—preguntaRichardestupefacto—.¿Ycómopodríasaberlo?

Inmediatamente, Moncharmin, severo e inquieto, procura que la buenamujerseexplique.

—¿Qué significa esto? —pregunta—. ¿Por qué, señora Giry, pretendeustedqueRichardsepamejorqueustedadóndehanidoapararlosveintemilfrancos?

EntoncesRichard,quesesonrojabajolamiradadeMoncharmin,tomalamano de la señora Giry y la sacude con violencia. Su voz imita al trueno.Ruge,retumba…,fulmina…

—¿Porquéhedesabermejorqueustedadóndehanidoapararlosveintemilfrancos?¿Porqué?

—Porquehanidoapararasubolsillo…—dicelavieja,mirándoloahoracomosivieraaldiablo.

Ahora le toca al señor Richard sentirse fulminado; primero, por estarespuesta inesperada, después por la mirada cada vez más desconfiada deMoncharmin. En un segundo pierde toda la fuerza necesaria, en un difícil

Page 153: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

momentopararechazarunaacusacióntandespreciable.

Así,losmásinocentes,sorprendidosenlapazdesuscorazones,aparecende repente, debido a que el golpe que les sorprende los hace palidecer, oruborizarse, o tartamudear, o levantarse, o hundirse, o protestar, o callarcuando habría que hablar, o hablar cuando habría que callar, o permanecerfríos cuando convendría acalorarse, o acalorarse cuando habría quepermanecerfríos,aparecenderepente—comodecía—comoculpables.

Moncharmin detiene el impulso vengador con el que Richard, que erainocente,ibaaprecipitarsesobrelaseñoraGiryyseapresura,tranquilizador,ainterrogarlaconmásdulzura.

—¿Cómoha podido sospechar usted quemi colaborador,Richard, se hametidolosveintemilfrancosenelbolsillo?

—¡Yo no he dicho eso nunca!—declara mamá Giry—. Pero yomismapuselosveintemilfrancosenelbolsillodelseñorRichard—yañadióamediavoz—:¡Daigual!¡Asífue!¡Queelfantasmameperdone!

YcomoRichardempiezaaaullardenuevo,Moncharmin,conautoridad,leordenacallarse.

—¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! Deja que esta mujer se explique. Déjameinterrogarla yo —y añade—: Es realmente extraño que te lo tomes así…Parecequetodoestemisteriovaaaclararse.¡Estásfurioso!…Teequivocas…Amí,encambio,mediviertemucho.

MamáGiry,mártir, levanta la cabeza, en la que brilla la fe en su propiainocencia.

—MedicenustedesquehabíaveintemilfrancosenelsobrequemetíenelbolsillodelseñorRichard,peroyorepitoquenosabíanada…¡NitampocoelseñorRichard!

—¡Ajá!—exclama Richard afectando un aire de repentina valentía quedesagradó a Moncharmin—. ¡Conque yo tampoco sabía nada! Ponía ustedveintemil francos enmi bolsillo y yo nome entero. ¡Esta sí que es buena,señoraGiry!

—Sí—asintió la terrible señora—.Es verdad…No sabíamosnadani elunonielotro…Peroustedhatenidoqueterminarpordarsecuenta.

Sin ningún tipo de duda, Richard hubiera devorado a la señora Giry siMoncharmin no hubiese estado presente. Pero Moncharmin la protege yaceleraelinterrogatorio.

—¿QuéclasedesobreintrodujoustedenelbolsillodelseñorRichard?Nofueelquenosotrosledimos,elqueusted,delantenuestro,llevóhastaelpalco

Page 154: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

n°5.Sinembargo,erasóloéseelqueconteníalosveintemilfrancos.

—¡Perdón!Fueelquemedioelseñordirectorelqueyometíenelbolsillodel señor director—explicamamáGiry—. El que deposité en el palco delfantasma era un sobre exactamente igual que yo llevaba preparado en mimanga,yquemehabíadadoelfantasma.

Aldeciresto,mamáGirysacadesumangaunsobrepreparadoeidénticoalquecontiene losveintemil francos.Losdirectores locogencasialvuelo.Lo examinan.Compruebanque los lacres sellados con supropio sello estánintactos. Lo abren… Contiene veinte billetes falsos iguales a los que lesdejaronperplejoshacíaunmes.

—¡Quésencillo!—diceRichard.

—¡Quésencillo!—repite,mássolemnequenunca,Moncharmin.

—Lostrucosmásbrillanteshansidosiemprelosmássencillos—respondeRichard—.Bastaconteneruncómplice…

—Ounacómplice—añadeenvozátonaMoncharmin.Ycontinuaconlosojos clavados en la señora Giry, como si quisiera hipnotizarla—: ¿Era elfantasma quien le hacía llegar este sobre, y era él quien le decía que losustituyera por el que nosotros le dábamos? ¿Era él quien le decía queintrodujeraesteúltimoenelbolsillodelseñorRichard?

—Sí,¡claroqueeraél!

—Entonces,señora,¿puedeusteddarnosunapruebadesushabilidades?…Aquíestáelsobre.Hagaustedcomosinosotrosnosupiéramosnada.

—Loqueustedesmanden,señores.

MamáGiryvuelveacogerelsobreconlosveintebilletesysedirigehacialapuerta.Sedisponeasalir.

Losdosdirectoresseprecipitanhaciaella.

—¡Ah,no,no!Nonoslavolveráajugar.Yatenemosbastante.Novamosaempezardenuevo.

—Perdón, señores, perdón —se excusa la vieja—. Me han pedido queactúe como si ustedes no supieran nada…Pues bien, si no saben nada,memarchoconelsobre.

—Entonces,¿cómolometeráustedenmibolsillo?—argumentaRichard,alqueMoncharminaúnnodejadevigilarconelojoizquierdo,mientrasconelderecho no abandona a la señora Giry. Difícil postura para la mirada, peroMoncharminestádecididoatodoparadescubrirlaverdad.

—Lopondréensubolsilloenelmomentoenquemenosloespere,señor

Page 155: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

director.Comobiensabe,durante lasesión,vengoadarunavueltecitaentrebastidores y amenudo acompaño, como esmi derecho demadre, ami hijahastaelfoyerdeladanza.Lellevosuszapatillasenelmomentodedescanso,einclusosurociador…Enunapalabra,voyyvengoconplenalibertad…Losseñoresabonadosvantambiénalfoyer…Ustedtambién,señordirector…Haymucha gente…Paso por detrás de usted y pongo el sobre en el bolsillo deatrásdesutraje…¡Noesningunabrujería!

—¡No,noesningunabrujería!—rugeRichardhaciendogirarunosojosdeJúpitertronante—.¡Estonoesunabrujería,peroacabodecogerlaenflagrantedelitodementira,viejabruja!

El insultoduelemenos a la honorable señoraque el golpeque sequierepropinarasubuenafe.Seincorporafuriosaconlostresdientesalavista.

—¿Porqué?

—Porqueaquellanochepaséasuladoenlasalavigilandotantoelpalcon°5comoelfalsosobrequehabíaustedcolocadoallí.Nobajéalfoyerdeladanzaniporunmomento.

—Por eso, señor director, no fue aquella noche cuando le coloqué elsobre…Fue a la siguiente representación…Mire, era la noche en la que elseñorsecretariodeBellasArtes…

Aloírestaspalabras,elseñorRichardhacecallarbruscamentealaseñoraGiry…

—¡Es cierto!—dice pensativo—. Me acuerdo… ahora me, acuerdo. ElsubsecretariodeEstadosalióapasearentrebastidores.Preguntópormí.Bajéunmomentoalfoyerdeladanza.Meencontrabaenlasescalerasdelfoyer…El subsecretario de Estado y el jefe de su despacho estaban en el foyermismo… De repente, me volví… Era usted que pasaba por detrás de mí,señoraGiry…Tuve la impresióndequemehabía rozado…Nohabíanadiemásqueusteddetrásdemí…¡Oh,aúnlaveo!¡Aúnlaveo!

—¡Puesbien,sí,esofue,señordirector!¡Esofue!Acababadedejarlemiasuntoensubolsillo.Esebolsilloesmuyfácil,señordirector.

YlaseñoraGiryañadeunavezmáselgestoalapalabra:secolocadetrásdeRichardy,contalprestezaqueelmismoMoncharminquemiraconlosdosojosbienabiertosquedaimpresionado,depositaelsobreenelbolsillodeunodelosfaldonesdelalevitadeldirector.

—¡Hay que reconocerlo! —exclama Richard un poco pálido—. Lo hapensadomuybienelfantasmadelaópera.Elproblemaqueseleplanteabaerasuprimirtodointermediariopeligrosoentreelquedalosveintemilfrancosyel que se los queda. Lo mejor que podía hacer era venir a cogerlos de mi

Page 156: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

bolsillo sinqueyomedieracuenta,porqueyoni siquiera sabíaqueestabanallí…Admirable,¿no?

—¡Oh, admirable sin duda! —repitió Moncharmin—. Sólo olvidas,Richard,queyodidiezmilfrancosdeaquellosveintemil,yqueamínomepusieronnadaenelbolsillo.

CAPÍTULOXVIII

CONTINUACIÓNDELASINGULARACTITUDDEUNIMPERDIBLE

LaúltimafrasedeMoncharminexpresabadeformaevidentelassospechasque tenía de su colaborador, de tal modo que fue preciso una explicacióninmediataytormentosaporpartedeRichard,quiendecidióporfinaceptarlapropuestadeMoncharminconelfindeayudarleadescubriralmiserablequeseburlabadeellos.

Así llegamos al «entreactodel jardín»durante el cual el señor secretarioRémy,alquenoseleescapabanada,observócontantacuriosidadlaextrañaconductadesusdirectores.Apartirdeaquí,nadanosresultarámásfácilqueencontrarunaexplicaciónaactitudes tanexcepcionalmentebarrocasy sobretodo tan poco acordes con la imagen de dignidad que deben dar unosdirectores.

LaconductadeRichardyMoncharminveníaenteramentedeterminadaporlarevelaciónqueleshabíasidohecha:1º)Richarddebíarepetirexactamenteaquellatardelosgestosquehabíarealizadoenelmomentodeladesaparicióndelosprimerosveintemilfrancos;2°)Moncharminnodebíaperderdevistani por un segundo el bolsillo de atrás deRichard, en el cual la señoraGiryhabríadepositadolossegundosveintemilfrancos.

EnellugarexactoenquehabíasaludadoalsecretariodeBellasArtes,sesituó Richard, llevando a sus espaldas, a algunos pasos de distancia, aMoncharmin.

La señora Giry pasa, roza a Richard, se libera de los veinte mil en elbolsillodelalevitadesudirectorydesaparece…

O mejor dicho, la hacen desaparecer. Obedeciendo a las órdenes quéMoncharminlehadadoalgunosinstantesantes,antesdelareconstruccióndela escena, Mercier encierra a la buena señora en el despacho de laadministración.Asíleseráimposiblealaviejacomunicarseconsufantasma.Ellanoopusoresistenciaalguna,yaquemamáGirynoesmásqueunapobre

Page 157: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

figuradesplumada,perdida,espantada,queabreunosojosdeavedespavoridabajounacrestaendesorden,queoyeyaenelcorredorsonoro,elruidodelospasosdelcomisarioconelque lahanamenazadoyqueexhala suspirosqueharíanfundirselascolumnasdelaescalinataprincipal.

Mientrastanto,Richardseinclina,hacereverencias,saluda,caminahaciaatráscomosianteélestuvieraelsubsecretariodeEstadoparalasBellasArtes.

Sin embargo, aunque semejantes muestras de educación no hubierancausadoelmenorasombroenelcasodequedelantedeldirectorseencontraraelseñorsubsecretariodeEstado,sícausaronalosespectadoresdeestaescenatanpocohabitualunasombromuycomprensible,dadoquedelantedeldirectornohabíanadie.

El señor Richard saludaba al vacío…, se inclinaba ante la nada…, yretrocedía—caminabahaciaatrás—delantedenada…

…Además, a algunos pasos de él,Moncharmin se dedicaba a hacer lomismo.

E incluso, alejando al señor Rémy, suplicaba al señor embajador de laBorderie y al señor director del Crédit Central «que no tocaran al señordirector».

Moncharmin,queyateníaunaideaformada,nocreíaenlomásmínimoenloqueRichardlehabíadichoanteriormente,unavezdesaparecidoslosveintemilfrancos:«QuizáhayasidoelembajadoroeldirectordelCréditCentral,oacasoelseñorsecretarioRémy».

Y más aún, después de la primera escena de la confesión del mismoRichard,éstenohabíaencontradoanadieenaquellapartedelteatrodespuésdequelaseñoraGirylerozara…¿Porque,pues,sidebíanrepetirexactamentelosmismosgestos,debíaencontraraalguienhoy?

Tras caminarhacia atráspara saludar,Richard continuócaminandode lamisma forma por prudencia…, hasta el pasillo de la administración… EravigiladopordetrásporMoncharminyélmismovigilaba«alagentequeseleacercaba»pordelante.

Una vez más, esta forma absolutamente nueva de pasearse por loscorredores, que los señores directores de la Academia Nacional de Músicahabíanadoptado,noibaapasardesapercibida.

Ynopasódesapercibida.

Afortunadamente para los señores Richard y Moncharmin, en aquelmomentolas«ratitas»seencontrabancasitodasenlosdesvanes.

Losdirectoreshabríantenidomuchoéxitoentrelasjóvenes.

Page 158: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Peronopensabanmásqueensusveintemilfrancos.

Unavezllegadoalcorredorsemioscurodelaadministración,RicharddijoenvozbajaaMoncharmin:

—Estoysegurodequenadiemehatocado…;ahoratepondráslejosdemíyme vigilarás en la sombra hasta la puerta demi despacho…No hay queponerenguardiaanadieyyaveremosquéocurre.

PeroMoncharminreplica:

—¡No, Richard, no!… Camina hacia delante… Yo iré inmediatamentedetrás.¡Nomealejaréniunsolopaso!

—¡Pero así nonuncapodrán robarnos losveintemil francos!—exclamaRichard.

—Esoespero—declaraMoncharmin.

—Entonces,loqueestamoshaciendoesabsurdo.

—Hacemosexactamenteloquehicimoslaúltimavez…Laúltimavezmereunícontigoalasalidadelescenario,alfinaldeestepasillo…yteseguíporlaespalda.

—¡A pesar de todo, es cierto!—suspira Richardmeneando la cabeza yobedeciendopasivamenteaMoncharmin.

Dosminutosmástardelosdosdirectoresseencerrabaneneldespachodeladirección.

FueelmismoMoncharminquienguardólallaveenelbolsillo.

—Laúltimavezpermanecimoslosdosencerradosasíhastaquedejastelaóperaparairatucasa—dice.

—¡Escierto!¿Ynovinonadieamolestarnos?

—Nadie.

—Entonces —reflexionó Richard, que se esforzaba por ordenar susrecuerdos—,entoncesseguramentemerobaroneneltrayectodelaóperaamidomicilio.

—¡No!…—profirióMoncharminconel tonomásseco—.No,esonoesposible… Yo te llevé a tu casa en mi coche. Los veinte mil francosdesaparecieronentucasa,deesonomecabelamenorduda.

EsaeralaideaqueahorateníaMoncharmin.

—Eso es increíble—protestó Richard—. Tengo plena confianza en miscriados…, y si alguno de ellos hubiera dado el golpe, habría desaparecido

Page 159: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

pocodespués.

Moncharmin se encogió de hombros, como dando a entender que él noentrabaenesetipodedetalles.

Ahora, Richard empieza a creer que Moncharmin le trata con un tonocompletamenteinsoportable.

—¡Moncharmin,yanoaguantomás!

—¡Richard,yotampoco!

—¿Teatrevesasospechardemí?

—¡Sí,deunabromadeplorable!

—¡Nosebromeaconveintemilfrancos!

—¡Esaesmiopinión!—declaraMoncharmindesplegandounperiódicoencuyalecturasesumergeconostentación.

—¿Qué piensas hacer? —pregunta Richard—. ¿Vas a ponerte a leer elperiódicoahora?

—Sí,Richard,hastaelmomentodellevarteacasa.

—¿Cómolaúltimavez?

—Cómolaúltimavez.

RichardarrancaelperiódicodelasmanosdeMoncharmin,Moncharminselevantamásirritadoquenunca.SeencuentradelanteaunRichardexasperadoqueledice,mientrascruzalosbrazossobreelpechogestodeinsolentedesafíodesdequeelmundoexiste.

—Mira—diceRichard—,estoesloquepienso.Piensoenloqueyopodríapensar,sí,comolaúltimavez,despuésdehaberpasadolaveladacontigo,mevolvierasallevaracasa,enelmomentodedespedirnos,medieracuentaquede que los veintemil francos han desaparecido del bolsillo demi levita…,igualquelaúltimavez.

—¿Y qué podrías pensar?—exclamóMoncharmin adquiriendo un colorcarmesí.

—Podría pensar que, dadoqueno te has separadodemí ni unpalmo, yque,segúndeseotuyo,hassidoelúnicoenacercarseamí,comolaúltimavez,podría pensar que, si los veinte mil francos no están enmi bolsillo, tienenmuchasposibilidadesdeestareneltuyo.

Moncharmindiounbrincoaloírestahipótesis.

—¡Oh!—exclamó—.¡Unimperdible!

Page 160: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Quéquiereshacerconunimperdible?

—¡Atarte!…¡Unimperdible!…¡Unimperdible!

—¿Quieresatarmeconunimperdible?

—¡Sí,atartealosveintemilfrancos!…Así,tantoaquícomoeneltrayectoa tu domicilio, o una vez en él, podrás notar a la mano que entre en tubolsillo… Y así verás si es la mía, Richard… ¡Ah, ahora eres tú el quesospechasdemí!…¡Unimperdible!

Y fue entonces cuandoMoncharmin abrió la puerta que daba al pasillo,gritando:

—¡Unimperdible!¿Quiénmetraeunimperdible?

Ysabemostambién,cómoenaquelmismoinstanteelsecretarioRémy,quenoteníaningúnimperdible,fuerecibidoporeldirectorMoncharminmientrasunordenanzaletraíaeltandeseadoimperdible.

Yesoesloquesucedió:

Moncharmin,trascerrarlapuerta,searrodillóaespaldasdeRichard.

—Espero—dijo—quelosveintemilfrancossiganestandoaquí.

—Tambiényo.

—¿Losverdaderos?—preguntóMoncharminqueestavezestabadecididoanodejarse«timar».

—¡Míralos!Yonoquieronitocarlos—declaróRichard.MoncharminsacóelsobredelbolsillodeRichardyretirólosbilletestemblando,yaqueestavez,para poder comprobar con frecuencia la presencia de los billetes, no habíanselladoel sobreyni siquiera lohabíanpegado.Se tranquilizó al comprobarqueseguíanallí,yeranlosauténticos.Loscolocóenelbolsillodelfaldónylosprendiócuidadosamenteconelimperdible.

Despuésdelocualsesentódetrásdelalevita,alaquenoperdiódevista,mientrasRichard,sentadoasumesa,nohacíaelmenormovimiento.

—Unpocodepaciencia,Richard—ordenóMoncharmin—.Yafaltansólounos pocos minutos… El reloj dará en seguida las doce campanadas demedianoche.Alasdocenosmarchamoscomolaúltimavez.

—Tendrétodalapacienciaqueseanecesaria.

El tiempo pasaba, lento, pesado, misterioso, asfixiante. Richard intentóreír.

—Terminaré por creer —dijo— en la omnipotencia del fantasma. ¿Nocrees que precisamente en este momento hay en la atmósfera de esta

Page 161: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

habitaciónunnoséquéqueinquieta,queindispone,queasusta?

—Escierto—aprobóMoncharminqueestabarealmenteimpresionado.

—¡Elfantasma!—volvióadecirRichardenvozbaja,comositemieraseroídoporoídos invisibles—. ¡El fantasma!Si fuera realmenteun fantasmaelquedio esos tresgolpes secos sobre lamesaqueoímosperfectamente…,elquedejaaquí los sobresmágicos…,elquehablaenelpalcon°5…,elqueasesinaaJosephBuquet…,elquehacecaerlaaraña…,yelquenosroba.¡Yaque,endefinitiva,aquísóloestamostúyyo!…Silosbilletesdesaparecensinque ni tú ni yo intervengamos…, nos veremos obligados a creer en elfantasma…,enelfantasma…

Enaquelmomento,elrelojqueseencontrabaencimadelachimeneadejóoírlaprimeracampanadadelamedianoche.

Ambosdirectoresseestremecieron.Lesatenazabaunaangustiacuyacausanohabríanpodidoexpresaryalaqueintentabancombatirenvano.Elsudorinundaba sus frentes. Y la, última campanada sonó con más fuerza en susoídos.

Cuandoelpéndulohubocallado,lanzaronunsuspiroyselevantaron.

—Creoquepodemosirnos—dijoMoncharmin.

—Tambiényo—obedecióRichard.

—Antesdesalir,¿permitesquemireentubolsillo?

—¡Cómono,Moncharmin!¡Debeshacerlo!¿Ybien?—preguntóRichardaMoncharminquepalpaba.

—Elimperdiblesigueahí.

—Evidentemente,puestoque,comomuybiendecías,nopuedenrobarnossinqueyomedécuenta.

PeroMoncharmin,cuyasmanosseguíanbuscandoenelbolsillo,aulló:

—¡Sientoelimperdible,peronolosbilletes!

—¡No!¡Nobromees,Moncharmin!…¡Noeselmomento!

—Tocatúmismo.

Conungestobrusco,Richardsequitalalevita.Losdosdirectoresarrancanelbolsillo…¡Elbolsilloestabavacío!

Lomáscuriosoesqueelimperdibleseguíaclavadoenelmismositio.

RichardyMoncharminpalidecieron.Yanopodíadudarsedelsortilegio.

—Elfantasma—murmuróMoncharmin.

Page 162: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Pero,repentinamente,Richardsaltasobresucolega.

—¡Sólotúhastocadomibolsillo!…¡Devuélvememisveintemilfrancos!…¡Devuélvememisveintemilfrancos!…

—Te juro por mi alma que no los tengo…—suspira Moncharmin quepareceapuntodedesfallecer.

Y, como llamaban otra vez a la puerta, fue a abrirla con paso casiautomático, pareciendo no reconocer al administrador Mercier eintercambiandoconélalgunasfrasessinimportancia,sincomprendernadadeloqueelotroledecía,dejandoporfincongestoinconscienteenlamanodeaquel fiel servidor asombrado, el imperdible que ya no podía servirle paranada…

CAPÍTULOXIX

ELCOMISARIODEPOLICÍA,ELVIZCONDEYELPERSA

La primera frase del comisario de policía al entrar en el despacho de ladirecciónfueparapedirnoticiasdelacantante.

—¿NoestáaquíChristineDaaé?

Veníaseguido,comoyadijeanteriormente,porunacompactamultitud.

—¿ChristineDaaé?No—respondeRichard—.¿Porqué?

Moncharmin, por su parte no tiene fuerzas ni para pronunciar unapalabra… Su estado de ánimo es mucho peor que el de Richard, ya queRichardpuedeaúnsospechardeMoncharmin,peroMoncharminseencuentraante un gran misterio…, el que hace estremecer a la humanidad desde sunacimiento:loDesconocido.

Richard vuelve a hablar, ya que la pequeña multitud que rodea a losdirectoresyelcomisariosemantienenenunsilencioimpresionante:

—¿Porquémepreguntausted,señorcomisario,siChristineDaaénoestáaquí?

—Porquehayqueencontrarla,señoresdirectoresdelaAcademiaNacionaldeMúsica—declarasolemnementeelcomisariodepolicía.

—¿Cómoquehayqueencontrarla?¿Esquehadesaparecido?—¡Enplenarepresentación!

—¿Enplenarepresentación?¡Esextraordinario!

Page 163: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Noescierto?Yloqueestansorprendentecomoladesapariciónesqueseayoquiendebainformarlesdeella.

—¡Enefecto!…—asienteRichardquesecogelacabezaentrelasmanosymurmura—:¿Quéesestanuevahistoria?¡Realmentehaymotivossuficientesparadimitir!…

Ysearrancaalgunospelosdelbigotesinsiquieradarsecuenta.

—¿Asíquehadesaparecidoenplenarepresentación?—repite—,comoenunSueño…

—Si, ha sido raptada en el acto de la cárcel, en el momento en queinvocaba laayudade loscielos.Perodudodequehayasido raptadapor losángeles.

—¡Encambio,yoestoysegurodeello!

Todo el mundo se vuelve. Un joven pálido y que tiembla de emoción,repite:

—¡Estoyseguro!

—¿Dequéestáustedseguro?—preguntaMifroid.

—DequeChristineDaaéhasidoraptadaporunángel,señorcomisario,ypodríadecirlesunombre…

—¡Ajá!,señorvizcondedeChagny,¿pretendeustedquelaseñoritaDaaéhasidoraptadaporunángel?…¿Porunángeldelaópera,sinduda?

Raoul mira a su alrededor. Evidentemente busca a alguien. En aquelmomento en que le parece tan urgente acudir a la policía en ayuda de suprometida, habría deseado encontrar a aquel desconocido que hace poco lerecomendaba discreción. Pero no lo encuentra en ninguna parte. ¡Pues bien,hablará!…Sinembargo,noseríacapazdeexplicarseantetantagente,queselocomeconlosojos,llenadeunacuriosidadindiscreta.

—Sí,señor,porunángeldelaópera—contestóalseñorMifroid—.Yledirédóndevivecuandoestemosasolas…

—Tienerazón,señor.

El comisario depolicía invita aRaoul a sentarse a su ladoydespacha atodoelmundo,conexcepciónnaturalmentedelosdirectoresque,noobstante,nohabríanprotestadoyaqueparecíandispuestosaaceptarcualquier tipodecontingencias.

EntoncesRaoulcobrafuerzas,yempieza:

—Señorcomisario,eseángelsellamaErik,viveenlaóperayeselÁngel

Page 164: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

delamúsica.

—¡ElÁngeldelamúsica!¡Esosítienegracia!…¡ElÁngeldelamúsica!

Volviéndosehacialosdirectores,elseñorcomisariodepolicíapregunta:

—Señores,¿viveconustedeseseángel?

Los señores Richard y Moncharmin negaron con la cabeza sin sonreírsiguiera.

—¡Oh!—exclamóRaoul—,estosseñoreshanoído'hablardelfantasmadelaópera.Puesbien,puedoafirmarlesqueelfantasmadelaÓperayelÁngeldelamúsicasonlamismacosa.YsuverdaderonombreesErik.

ElseñorMifroidsehabíalevantadoymirabaatentamenteaRaoul.

—Perdón,señor,¿acasotieneustedintencióndeburlarsedelajusticia?

—¿Yo? —protestó Raoul, que pensó con dolor: «Otro que no quiereescucharme».

—Entonces,¿aquévieneestecuentodelfantasmadelaópera?

—Leaseguroqueestosseñoreshanoídohablardeél.

—Señores,alparecerconocenustedesalfantasmadelaópera.Richardselevantó,llevandoensusmanoslosúltimospelosdesubigote.

—¡No, señor comisario!No, no lo conocemos, pero tendríamos un graninterés en conocerlo, ya que esta misma noche nos ha robado veinte milfrancos…

YRichardvolvióhaciaMoncharminunamiradaterriblequeparecíadecir:«Devuélveme los veinte mil francos o lo cuento todo». Moncharmin lacomprendió tan bien que hizo un gesto desesperado: «¡Ah, dilo todo! ¡Dilotodo!».

Mifroid miraba alternativamente a los dos directores y a Raoul, y sepreguntabasinosehabíacaídoenunasilodelocos.Sepasóunamanoporelpelo.

—Un fantasma que, en una misma noche, rapta a una cantante y robaveintemil francos es un fantasmamuy ocupado—dijo—.Si ustedesme lopermiten, vamos a ordenar el asunto. La cantante primero, los veinte milfrancos después. Veamos, señor de Chagny, intentemos hablar seriamente.UstedcreequelaseñoritaDaaéhasidoraptadaporunindividuollamadoErik.¿Conoceaeseindividuo?¿Lohavisto?

—Sí,señorcomisario.

—¿Dónde?

Page 165: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Enuncementerio.

ElseñorMifroidsesobresaltó,volvióamiraraRaoulydijo:

—¡Por supuesto!…Allí esdondesuelenencontrarsea los fantasmas.¿Yquéhacíaustedenelcementerio?

—Señor —dijo Raoul—, me doy perfecta cuenta de lo extraño de misrespuestasydelefectoqueproducenenusted.Perolesuplicoquemecreaenmisanojuicio.Deellodependelasalvacióndelapersonaaquien,juntoconmihermanoPhilippe,másquieroenelmundo.Quisieraconvencerleenunaspocas palabras, ya que el tiempo apremia y losminutos son preciosos. Pordesgracia,sinoleexplicodesdeelprincipioestahistoria,lamásextrañaqueustedpueda imaginar, nome creerá.Voy a decirle, señor comisario, todo loqueséacercadelfantasmadelaÓpera.¡Pordesgracia,señorcomisario,noségrancosa!

—¡Diga lo que sabe, diga todo lo que sabe! —exclamaron Richard yMoncharmin, de pronto muy interesados. Pero a la esperanza que habíanconcebidoporuninstantedeconoceralgúndetallecapazdeponerlessobrelapista del mistificador, pronto se vieron obligados a rendirse a la tristeevidencia de que el señor Raoul de Chagny había perdido por completo eljuicio.TodalahistoriadePerros-Guirec,lascalaverasyelviolínencantadonopodíahabernacidomásqueenelcerebrotrastornadodeunenamorado.

Además, era evidente que el comisarioMifroid compartía este punto devista,y seguramentehabríapuesto finaaquellas frasesdesordenadas,de lasquehemosdadounavisiónen laprimerapartedeeste relato, si lasmismascircunstanciasnosehubieranencargadodeinterrumpirlos.

La puerta acababa de abrirse dejando paso a un individuo extravagantevestidoconunaamplia levitanegrayprovistodeunalto sombreroa lavezraídoyreluciente,caladohastalasorejas.Corrióhaciaelcomisarioylehablóenvozbaja.Setratabasindudadealgúnagentequeveníaadarcuentadeunamisiónurgente.

Duranteestecoloquio,elseñorMifroidnoperdíadevistaaRaoul.

Porfindijodirigiéndoseaél:

—Señor, yahemoshabladobastantedel fantasma.Vamosahablar ahoradeusted,sinotieneinconveniente.¿DebíaraptarustedestanochealaseñoritaDaaé?

—Sí,señorcomisario.

—¿Alasalidadelteatro?

—Sí,señorcomisario.

Page 166: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Elcocheque leha traídodebíadespués llevarlos a ambos.El cocheroestaba ya avisado… y el itinerario estaba ya trazado… Más aún, debíaencontrar,encadaetapa,caballosderefresco…

—Escierto,señorcomisario.

—Y,sinembargo,elcochesigueallí,esperandosusórdenes,alladodelaRotonda,¿noescierto?

—Sí,señorcomisario.

—¿Sabíaustedque,alladodelsuyo,habíatrescochesmás?

—Nolesheprestadolamenoratención…

—EraneldelaseñoritaSorelli,quenohabíaencontradositioenelpatiodelaadministración;eldelaCarlotta,yeldesuseñorhermano,elcondedeChagny…

—Esposible…

—Loquesíescierto,encambio…,esquesisucarruaje,eldelaSorelliyel de la Carlotta siguen estando en su sitio a lo largo de la acera de laRotonda…,eldelseñorcondedeChagnyyanoseencuentraallí…

—Estonotienenadaquever,señorcomisario…

—¡Perdón! ¿Acaso el señor conde no se oponía a su matrimonio conChristineDaaé?

—Esteasuntonoincumbemásquealafamilia.

—Yamehacontestado…,seoponía…,yporesoustedraptabaaChristineDaaé, se la llevaba lejos de su hermano… Pues bien, señor de Chagny,permítameinformarlequesuhermanohasidomásrápidoqueusted…¡ÉlesquienharaptadoaChristineDaaé!

—¡Oh!—gimióRaoulllevándoseunamanoalcorazón—.Noesposible…¿Estáustedseguro?

—Inmediatamente después de la desaparición de la artista, que ha sidoorganizadamediantecomplicidadesqueaúndebemosestablecer,subióensucoche,queinicióunacarreraenloquecidaatravésdeParís.

—¿AtravésdeParís?—susurróelpobreRaoul—.¿QuéentiendeustedporatravésdeParís?

—YfueradeParís…

—FueradeParís…¿Enquédirección?

—LadeBruselas.

Page 167: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Ungritoroncoseescapadelagargantadeldesgraciadojoven.

—¡Oh!—exclama—.¡Juroquelesalcanzaré!

Yenunpardesaltossaledeldespacho.

—Y tráiganosla de nuevo…—grita jovial el comisario—. ¡Esa es unainformaciónquevaletantocomoladelÁngeldelamúsica!

Dicholocual,elseñorMifroidsevuelvehaciasuauditorioasombradoyleadministraundiscursillodehonradopolicía,peronadapueril:

—No tengo la menor idea de si ha sido realmente el señor conde deChagny quien ha raptado a ChristineDaaé…, pero tengo que saberlo, y nocreoqueenestemomentohayaalguienconmásdeseosdeinformarmequesuhermanoelvizconde…¡Ahoradebeestarcorriendo,volando!¡Esmiprincipalayudante!Estees,señores,elarte,queparecetancomplicadodelapolicía,yqueresultanoobstantedeunaasombrosasimplicidadcuandosedescubrequelomejoreshacerdesempeñarelpapeldepolicíaapersonasquenoloson.

Pero quizás el comisario Mifroid no habría estado tan orgulloso de símismo si hubiera sabido que la carrera de su rápido mensajero había sidofrenadaalentrarésteenelprimercorredor,libreyadelamasadeloscuriososalosquesehabíadispersado.Elcorredorparecíadesierto.

Sinembargo,unagransombraseinterpusoenelcaminodeRaoul.

—¿Adóndevatanaprisa,señordeChagny?—habíapreguntadolasombra.

Raoul, impaciente, había levantado la cabeza y reconocido el gorro deastracándeantes.Sedetuvo.

—¡Otra vez usted! —gritó con voz febril—. ¡Usted que conoce lossecretosdeErikyquenoquierequeyohabledeellos!¿Quiénesusted?

—Losabemuybien…¡SoyelPersa!—dijolasombra.

CAPÍTULOXX

ELVIZCONDEYELPERSA

Raoul recordó entonces que su hermano le había señalado una noche aaquel vago personaje del que se ignoraba todo, una vez en que se habíacomentadodequeeraunpersayquevivíaenunviejoypequeñoapartamentodelacalledeRivoli.

El hombre de tez de ébano, ojos de jade y gorro de astracán se inclinó

Page 168: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

haciaRaoul.

—Confío,señordeChagny,enquenohayatraicionadoelsecretodeErik.

—¿Yporquénodeberíatraicionarasemejantemonstruo,señor?—replicóRaoulentonoaltivo,intentandoliberarsedelinoportuno—.¿Acasoesamigosuyo?

—EsperoquenohayadichonadadeErik,señor,porqueelsecretodeErikeseldeChristineDaaé.Yhablardeunoeshablardelotro.

—¡Oh,señor!—exclamóRaoulcadavezmásimpaciente—.Pareceustedalcorrientedemuchascosasquemeinteresan,peroahoranotengotiempodeescucharle.

—Porúltimavez,señordeChagny,¿adóndevatanaprisa?

—¿Noloadivina?AsocorreraChristineDaaé…

—Entonces,señor,quédeseaquí,yaqueChristineDaaéseencuentraaquí.

—¿ConErik?

—¡ConErik!

—¿Cómolosabe?

—AsistíalarepresentaciónynohaymásqueunErikenelmundocapazdemaquinarsemejanterapto…¡Oh!—exclamólanzandounhondosuspiro—.¡Hereconocidolamanodelmonstruo!…

—¿Loconoceusted?

ElPersanocontestó,peroRaouloyóotrosuspiro.

—¡Señor! —dijo Raoul—. Ignoro sus intenciones, pero, ¿puede ustedhaceralgopormí?…¿Quierodecir,porChristineDaaé?

—Creo que sí, señor de Chagny, y éste es el motivo por el que lo heabordado.

—¿Quépuedehacer?

—¡Intentarllevarlohastaella…yhastaél!

—¡Señor! Es una empresa que yo he intentado vanamente esta noche…pero,simehaceestefavor,mividalepertenece…Señor,unapalabramás:elcomisario de policía acaba de informarme de que Christine Daaé ha sidoraptadapormihermano,elcondePhilippe…

—¡Oh!,señordeChagny,nolocreoenabsoluto…

—Esonoesposible,¿noescierto?

Page 169: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Nosésiesoesposible,perohaymodosyformasderaptaraalguienyelcondePhilippe,queyosepa,nuncahaestadometidoenlamagia.

—Susargumentossonconvincentes,señor,yyonosoymásqueunpobreloco…¡Señor,corramos,corramos!Mepongoenteramenteasudisposición.¿Cómopodríanocreerlecuandonadiemásqueustedmecree?¿CuándoeselúnicoennoreírsealoírelnombredeErik?

Eljoven,cuyasmanosardíandefiebre,cogióenungestoespontáneolasmanosdelPersa.Estabanheladas.

—¡Silencio!—dijoelPersadeteniéndoseyescuchandoloslejanosruidosdelteatroylosmásinsignificanteschasquidosqueseproducíanenlasparedesy los corredores vecinos—. No pronunciemos ese nombre. Digamos, Él.Tendremosmenosposibilidadesdellamarsuatención…

—¿Cree,pues,queestácercadenosotros?

—Todoesposible,señor…,siesquenoseencuentraenestemomentoconsuvíctimaenlamansióndelLago.

—¿Ustedtambiénconoceesamansión?

Sinoestáallípuedeestarenestapared,enelsuelo,enestetecho…¡Quéséyo!…Puedetenerelojopegadoaestacerradura…,eloídoenestaviga…

Y el Persa, rogándole apagar el ruido de sus pasos, arrastró a Raoul através de corredores que el joven no había visto jamás, ni siquiera en lostiemposenqueChristinelepaseabaporaquellaberinto.

—Esperemos—dijoelPersa—,esperemosqueDariushayallegado.

—¿QuiénesDarius?—preguntóeljovensiemprecorriendo.

—Dariusesmicriado.

Se encontraban en aquel momento en el centro de una auténtica plazadesierta, una sala inmensa mal iluminada por un pábilo de vela. El PersadetuvoaRaoul,yenvozmuybaja,tanbajaqueRaoultuvodificultadenoírlo,lepreguntó:

—¿Quélehadichoustedalcomisario?

—LehedichoqueelverdaderoraptordeChristineDaaéeraelÁngeldelamúsica,llamadoelfantasmadelaOpera,yquesuverdaderonombreera…

—¡Chisss!…¿Yelcomisariolehacreído?

—No.

—¿Nohadadoningunaimportanciaaloqueustedledecía?

Page 170: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Ninguna!

—¿Lohatomadoporunloco?

—Sí.

—¡Tantomejor!—suspiróelPersa.

Ylacarreracontinuó.

Tras subir y bajar varias escaleras desconocidas para Raoul, los doshombres se encontraron frente a una puerta que el Persa abrió con unapequeñaganzúaquesacódeunbolsillodesuchaleco.AligualqueRaoul,elPersa llevabanaturalmenteun frac.Laúnicadiferencia esqueél llevabaungorrodeastracányRaoulunachistera.Erauninsultoalcódigodeeleganciaqueregíaenlosbastidores,dondeseexigelachistera,perosedaporsupuestoque en Francia se permite todo a los extranjeros: la gorra de viaje a losingleses,elgorrodeastracánalospersas.

—Señor—dijoelPersa—,suchisteraleestorbaráparalaexpediciónquevamosaemprender…Mejorseríadejarlaenelcamerino.

—¿Enquécamerino?

—EneldeChristineDaaé.

YelPersa, trasdejarpasoaRaoulpor lapuertaqueacababadeabrir, leindicó,frenteaél,elcamerinodelaactriz.

Raoul ignorabaquesepudiera llegarsealcamerinodeChristineporotrocaminoqueelqueseguíadecostumbre.Seencontrabaalextremodelpasilloquesolíarecorrerantesdellamaralapuertadelcamerino.

—¡Veoqueconocemuybienlaópera!

—¡Notanbiencomoél!—dijoelPersaconmodestia.YempujóaljovenalcamerinodeChristine.

EstabaigualquelohabíadejadoRaoulmomentosantes.

ElPersa,despuésdecerrarlapuerta,sedirigióhaciaeldelgadopanelqueseparabaelcamerinodeunampliocuartotrastero.Escuchó.Luegotosióconfuerza.

Inmediatamente se oyó un movimiento en el cuarto trastero y, pocossegundosmástarde,llamabanalapuertadelcamerino.

—¡Entra!—dijoelPersa.

Entróunhombrequetambiénllevabaungorrodeastracányvestíaconunalargahopalanda.

Page 171: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Saludó y sacó de su abrigo una caja ricamente cincelada. La depositóencimadelamesa,volvióasaludarysedirigióhacialapuerta.

—¿Nadietehavistoentrar,Darius?

—No,amo.

—Quenadieteveasalir.

Elcriadosearriesgóalanzarunaojeadaporlospasillosydesaparecióconpresteza.

—Señor—dijoRaoul—, estoypensandoenuna cosa, y esque aquínospueden sorprender, y eso sería muy embarazoso. El comisario no tardarámuchoenvenirainvestigaraestecamerino.

—¡Bah!Noesalcomisarioalquedebemostemer.

El Persa había abierto la caja.Dentro había un par de largas pistolas demaravillosodibujoyornamento.

—InmediatamentedespuésdelraptodeChristineDaaé,heordenadoamicriadoquemepreparaseestasarmas.Hacetiempoquelasconozco,ynolashaymásseguras.

—¿Quiereacasobatirseenduelo?—preguntóeljoven,sorprendidoporlallegadadeaquelarsenal.

—En efecto, nos dirigimos a un duelo —contestó el otro, mientrasexaminabalacargadesuspistolas—.¡Yquéduelo!

Dichoesto,tendióunapistolaaRaoulycontinuódiciendo:

—En este duelo seremos dos contra uno, pero esté preparado para todo,señor,yaqueno leocultoque tenemosquevérnoslasconeladversariomástemiblequepuedaimaginarse.PeroustedamaaChristineDaaé,¿noescierto?

—¡Sí, la amo! Pero usted, que no la ama, explíqueme por qué estádispuestoaarriesgarsuvidaporella…¡OdiaaErik!

—No, señor, no lo odió—dijo tristemente el Persa—.Si lo odiase hacetiempoyaquehabríadejadodehacerdaño.

—¿Lehahechodañoausted?

—Eldañoquemehizoyaseloheperdonado.

—¡Resultaextraordinariooírlehablardeesehombre!—continuóeljoven—. Lo trata de monstruo, habla de sus crímenes, él le ha hecho daño yencuentroenustedesapiedadinusitadaquemedesesperabaenChristine…

ElPersa no contestó.Había ido a coger un taburete y lo había colocado

Page 172: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

apoyadocontralaparedopuestaalgranespejoqueocupabatodoelpaneldeenfrente.Después,sehabíasubidoaltaburetey,conlanarizpegadaalpapelconelqueestabatapizadalapared,parecíabuscaralgo.

—Bien, señor —dijo Raoul que ardía de impaciencia—, le estoyesperando.¡Vamos!

—¿Vamos,adónde?—preguntóelotrosinvolverlacabeza.

—¡A buscar al monstruo! Bajemos. ¿No me ha dicho que sabía cómohacerlo?

—Loestoybuscando.

YlanarizdelPersasiguiópaseándosealolargodelapared.

—¡Ah!—exclamóderepenteelhombredelgorro—.¡Esaquí!

Ysudedoapretó,porencimadesucabeza,unángulodeldibujodelpapel.

Despuéssevolvióybajódeltaburete.

—Dentrodemediominuto—dijo—,nosencontraremossobresushuellas.

Y,atravesandotodoelcamerino,fueapalparelgranespejo.

—No,aúnnocede…—murmuró.

—¡Así que saldremos por el espejo!… —dijo Raoul—. ¡Igual queChristine!…

—¿SabíaentoncesqueChristineDaaéhabíasalidoporesteespejo?

—¡Yenmismismasnarices,señor!…Estabaocultoallí,traslacortinadelvestidorylavidesaparecer,noporelespejo,sinoenelespejo.

—¿Yquéhizousted?

—Creí señor, que se trataba de una aberración de mis sentidos, de unalocura,deunsueño.

—Odeunanuevafantasíadelfantasma—continuóelPersa—.¡Ay,señorde Chagny!—continuómientras seguía palpando con lamano el espejo—.¡Ojalátuviéramosquevérnoslasconunfantasma!¡Podríamosdejarentoncesen la caja nuestro par de pistolas!… ¡Sáquese el sombrero, se lo ruego!…Póngaloallí…Yahora,abróchesesuchaquetasobreelplastrón todo loquepueda…,igualqueyo…bájeselasvueltas…,levánteseelcuello…Debemoshacernoslomásinvisiblesquepodamos—yañadióaún,trasuncortosilencio,mientrasseapoyabaenelespejo—:Eldisparodelcontrapeso,cuandoseactúasobreelresortedesdeelinteriordelcamerino,esunpocolentoensusefectos.No ocurre igual cuando se está detrás de la pared y se puede actuardirectamentesobreelcontrapeso.Entonces,elespejogirainstantáneamentey

Page 173: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

semueveconunavelocidadincreíble…

—¿Quécontrapeso?—preguntóRaoul.

—Pueselquehacequeselevantetodoestelienzodelaparedsobresueje.Nopensaráquesedesplazasoloporartedemagia.

YelPersa,acercandoaRaoulconunamano,seguíaapoyandolaotra(conlaqueaguantabalapistola)enelespejo.

—Pronto, verá, si presta atención, cómo el espejo se levanta algunosmilímetrosycómosedesplazaluegootrospocosmásdeizquierdaaderecha.Encajaráentoncesenunpivote,ygirará. ¡Nuncase sabráacienciacierta loquepuedehacerseconuncontrapeso!Unniñopuedehacergirarunacasaconsudedito…cuandoun lienzodepared,pormuypesadoque sea, impulsadopor un contrapeso sobre su pivote, bien equilibrado, no pesa más que unapeonzasobresupunta.

—¡Estonogira!—exclamóRaoulimpaciente.

—¡Vamos, espere! Tendrá todo el tiempo que quiera para impacientarse,señor. El mecanismo, evidentemente, está herrumbrado o el resorte ya nofunciona.

LafrentedelPersasefrunció.

—Tambiénpuedesucederotracosa.

—¿Qué,señor?

—Puedequeélsimplementehayacortadolacuerdadelcontrapesoyconelloinmovilizadotodoelsistema.

—¿Porqué?Ignoraquevamosabajarporaquí.

—Puedesospecharlo,yaquenoignoraqueyoconozcoelsistema.

—¿Fueélquienseloenseñó?

—No.Hicemisinvestigacionesyendoenposdeély,trassusmisteriosasdesapariciones,loencontré.¡Oh,eselsistemamássencillodepuertasecreta!EsunmecanismotanviejocomolospalaciossagradosdeTebas,ladelascienpuertas;comoeldelasaladeltronodeEcbatana,comolasaladeltrípodedeDelfos…

—¡Estonogira!…¿YChristine,señor?¡Christine!…

ElPersadijofríamente:

—Haremos todo lo que humanamente pueda hacerse… Pero él puededetenemosdesdeelprincipio.

Page 174: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Acasoeselamodeestasparedes?

—Manda a las paredes, a las puertas, a las trampillas. Entre nosotros lellamamosconunnombrequesignificaalgoasícomoelmaestroentrampillas.

—¡Así me ha hablado Christine de él…, con el mismo misterio yacordándole el mismo temible poder! Pero todo esto me pareceextraordinario…¿Porquéestasparedesleobedecensóloaél?¿Fueélquienlasconstruyó?

—Sí,señor.

Y, como Raoul le miraba con expectación, el Persa le hizo señal decallarse, después, con un gesto le señaló el espejo… Fue como un reflejotembloroso. Su doble imagen se turbó, como en una onda estremecida, ydespuéstodovolvióainmovilizarse.

—Yave,señor,estonogira.¡Tomemosotrocamino!

—Esta noche, no hay otro camino… —declaró el Persa, con una vozextraordinariamentelúgubre—.¡Yahora,cuidado!¡Yprepáreseadisparar!

Élmismoapuntósupistolahaciaelcentrodelespejo.Raoul lo imitó.ElPersaatrajohacia sí al joven, conelbrazoque lequedaba libre,yel espejogiróde repente,deslumbrándolos,entreuncentellearcegadorde luces;giró,igual que una de esas puertas giratorias que ahora se abren a las salaspúblicas…,giróllevándoseaRaoulyalPersaensumovimientoirresistibleyarrojándolosbruscamentedelaplenaluzalamásprofundaoscuridad.

CAPÍTULOXXI

ENLOSSÓTANOSDELAÓPERA

—Mantenga la mano en alto, dispuesta a disparar —repitióapresuradamenteelcompañerodeRaoul.

Tras ellos, la pared, dando una vuelta completa sobre sí misma, habíavueltoacerrarse.

Losdoshombrespermanecieroninmóvilesunossegundos,conteniendolarespiración.

Enaquellastinieblasreinabaunsilencioquenadaturbaba.

Finalmente, el Persa se decidió a hacer un movimiento y Raoul lo oyódeslizarse de rodillas, buscando algo en la oscuridad con sus manos quetanteaban.

Page 175: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Derepente,anteeljoven,lastinieblasseaclararonprudentementealaluzdeunapequeñalámparasorda,yRaoulretrocedióinstintivamentecomoparaescaparalainvestigacióndeunenemigosecreto.PeroenseguidacomprendióqueaquellaluzpertenecíaalPersa,cuyosgestosseguía.Elpequeñodiscorojose paseaba con meticulosidad a lo largo de las paredes, arriba, abajo yalrededor de ellos.Aquellas paredes estaban formadas, a la derecha, por unmuroy,a la izquierda,porun tabiquede tablas,porencimaypordebajodesótanos.RaoulsedecíaqueChristinedebióhaberseguidoaquelcaminoeldíaque iba en pos de la voz del Ángel de laMúsica. Ese debía ser el caminohabitual de Erik cuando venía a sorprender la buena fe y la inocencia deChristine.Raoul,querecordabalasfrasesdelPersa,pensóqueaquelcaminohabía sidomisteriosamenteconstruidopor el fantasmamismo.Sinembargo,más tarde sabría que Erik había encontrado, como preparado para él, esepasillo secretodecuyaexistenciadurantemucho tiempohabía sidoelúnicoconocedor.AquelcorredorhabíasidoconstruidodurantelaComunadeParíspara permitir a los carceleros conducir a los prisioneros hasta los calabozosquehabíanconstruidoenlasbodegas,yaquelosfederadoshabíanocupadoeledificioinmediatamentedespuésdel18demarzoylohabíanconvertido—enlapartealta—enelpuntodepartidadelasmontgolfierasencargadasdellevaralosdepartamentossusproclamasincendiarias,ylapartebajaenunaprisióndeEstado.

ElPersasehabíaarrodilladoydejadosulinternaenelsuelo.

Parecíabuscaralgoy,depronto,velósuluz.

Entonces Raoul oyó un ligero crujir y vio en el suelo del corredor uncuadrado luminoso muy pálido. Parecía como si una ventana acabara deabrirse en los bajos aún iluminados de la ópera.Raoul ya no veía al Persa,perolesintióasuladoynotósualiento.

—Sígameyhagaexactamentelomismoqueyo.

Raoulfueconducidohaciaeltragaluzluminoso.VioentoncesqueelPersavolvíaaarrodillarsey,colgándosedel tragaluzcon lasdosmanos,sedejabadeslizarhaciaabajo.ElPersasujetabalapistolaconlosdientes.

Cosaextraña,elvizcondeteníaplenaconfianzaenelPersa.Apesardequeignorabatodoacercadeélyquelamayoríadesusfrasessólohabíanservidoparaaumentarlaoscuridadentodaestaaventura,nodudabaenpensar,queenestedecisivomomento,elPersaestabadesuladocontraErik.Suemociónlehabíaparecidosinceracuandolehabíahabladodel«monstruo».Elinterésquehabía demostrado no le parecía sospechoso. Por último, si el Persa tuvierapreparadoalgoencontradeRaoul,nolehubieradadounarma.Además,enresumidas cuentas, ¿no se trataba, costara lo que costara, de llegar hastaChristine?Raoulnopodíaelegir losmedios.Sihubieravacilado, inclusosin

Page 176: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

estarconvencidodelasintencionesdelPersa,eljovensehubieraconsideradocomoelúltimodeloscobardes.

Asuvez,Raoulsearrodillóysecolgóconlasdosmanosdelatrampilla.

—¡Suéltese del todo!—oyó, y cayó en brazos del Persa, que le ordenóinmediatamente echarse al suelo, volvió a cerrar la trampilla sobre suscabezas, sin que Raoul pudiera saber cómo, y fue a tumbarse al lado delvizconde.

Éste quiso hacerle una pregunta, pero lamano del Persa se apoyó en subocaeinmediatamenteoyóunavozalaquereconociócomoladelcomisariodepolicíaquehacíaunmomentolehabíainterrogado.

Ambos se encontraban entonces detrás de un tabique que los ocultabaperfectamente. Cerca de allí, una estrecha escalera subía a una pequeñahabitaciónpor lacualdebíadepasearseelcomisariohaciendopreguntas,yaqueseoíaelruidodesuspasosaltiempoqueeldesuvoz.

La luz que rodeaba los objetos era muy débil, pero, al salir de aquellaespesaoscuridadquereinabaenelcorredorsecretodearriba,Raoulnoteníadificultadendistinguirlos.

Nopudocontenerunasordaexclamaciónalverdeprontotrescadáveres.

El primero estaba tendido sobre el estrecho rellano de la escalerilla quesubía hacia la puerta tras la cual se oía al comisario; los otros dos seencontrabandebajodelaescalera,conlosbrazosencruz.Pasandolosdedosatravés del tabique que los ocultaba, Raoul hubiera podido tocar lamano dealgunodeaquellosdesgraciados.

—¡Silencio!—susurródenuevoelPersa.

Tambiénélhabíavistoloscuerposyconunasolapalabraloexplicótodo:

—¡¡Él!!

Ahora se oía la voz del comisario con mayor intensidad. Pedíaexplicaciones acerca del sistema de iluminación, que el regidor le daba. Elcomisariodebíaestarenel«registro»,oensusdependencias.Contrariamentealoquepodríacreerse,cuandosetratabadeunteatrodeópera,el«registro»noestabadestinadoaejecutarmúsica.

Por aquella época, la electricidad se empleaba sólo para ciertos efectosescénicosmuyrestringidosyparalostimbres.Elinmensoedificioyelmismoescenarioaún se iluminabancongas,y se regulabaymodificaba siempre lailuminación del decorado con gas hidrógeno; y eso se hacía mediante unaparatoespecialalquelamultiplicidaddesustuboshizoquefuerabautizadocomo«registrodeórgano».

Page 177: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Alladodelaconchadelapuntador,habíareservadounnichoparaeljefede iluminación, que desde allí daba las órdenes a sus empleados, mientrasvigilabasuejecución.EnestenichoeraellugardondeMauclairseencontrabadurantetodaslasrepresentaciones.

Sin embargo,Mauclair no estaba en su nicho, y tampoco sus empleadosocupabansuspuestos.

—¡Mauclair,Mauclair!

Lavozdel regidor resonabaahoraen losbajoscomoenun tambor.PeroMauclairnocontestaba.

Yahemosdichoquehabíaunapuertaquedabaaunaescalerillaquesubíadelsegundosótano.Elcomisariolaempujó,perolapuertaresistió.

—¡Vaya, vaya!—dijo—.Vea usted, señor regidor…No puedo abrir esapuerta…¿Siempreestandifícil?

Elregidor,empujólapuertaconunvigorosogolpe.Sediocuentadeque,al mismo tiempo, empujaba a un cuerpo humano y no pudo contener unaexclamación.Reconocióinmediatamenteaaquelcuerpo:

—¡Mauclair!

Todas las personas que habían seguido al comisario en aquella visita alregistroavanzaroninquietos.

—¡Quédesgracia,estámuerto!—gimióelregidor.

PeroelcomisarioMifroid,aquiennadasorprende,estáyainclinadosobreaquelenormecuerpo.

—¡No—dijo—,loqueocurreesquellevaunaborracheradecuidado!—dijo—.Noeslomismo.

—Seríalaprimeravez—declaróelregidor.

—Entonces le han dado un narcótico… ¡Es muy posible! Mifroid seincorporó,bajóalgunospeldañosmásyexclamó:

—¡Miren!

A la luz de un farolillo rojo, al pie de la escalera había tendidos doscuerpos más. El encargado reconoció a los ayudantes deMauclair,Mifroidbajóylosauscultó.

—Duermenprofundamente—dijo—. ¡Extraño!Nopodemosdudar de laintervención de un desconocido en el servicio de iluminación…, ¡y esedesconocidotrabajabasindudaparaelraptor!…¡Peroquécuriosaidealaderaptar a una artista en escena!… ¡Son ganas de crearse dificultades, de eso

Page 178: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

estoy seguro! ¡Que busquen al médico del teatro! —y Mifroid repitió—:¡Extrañocaso,muyextraño!

Después,volvióaentrarenelpequeñocuarto,dirigiéndoseadospersonasalasque,desdeellugarenqueseencontraban,RaoulnielPersapodíanver.

—¿Qué dicen ustedes de todo esto, señores?—preguntó—. Son ustedeslosúnicosquenohandadosuopinión.Sinembargo,deben teneruna ligeraidea…

Entonces, por encima del rellano, Raoul y el Persa vieron avanzar a lascarasanonadadasdelosdosdirectores—noseveíamásquesussiluetassobreelrellano—yoyeronlavozconmovidadeMoncharmin:

—Hoyestánocurriendoaquíunaseriedecosas,señorcomisario,alasquenopodemosdarexplicaciónalguna.

Ylasdossiluetasdesaparecieron.

—Graciasporlainformación,señores—dijoMifroidentonosocarrón.

Pero el regidor, cuya barbilla descansaba ahora en el hueco de sumanoderecha,loquesignificaunactodereflexiónprofunda,dijo:

—No es la primera vez queMauclair se duerme en el teatro. Recuerdohaberleencontradounanocheroncandoensunicho,juntoasutabaquera.

—¿Hacemucho de eso?—preguntó el señorMifroid,mientras limpiabameticulosamente loscristalesde subinóculo,yaqueel comisarioeramiopecomolessueleocurriralosmejoresojosdelmundo.

—¡Dios mío! No hace mucho… —dijo el regidor—. ¡Mire!… Era lanoche…,sí,seguro…,lanocheenquelaCarlotta,yalosabeseñorcomisario,lanzósufamoso¡cuac!

—¿LanocheenquelaCarlottalanzósufamoso¡cuac!?

Y el señor Mifroid, tras volver a colocarse en la nariz el binóculo decristalestransparentes,mirófijamentealencargadocomosiquisieraadivinarsupensamiento.

—¿AsíqueMauclairtomarapé?—preguntóentonodespreocupado.

—Claroquesí, señorcomisario…Mire,precisamenteallí,enesa tablillaestásutabaquera…¡Oh,tomamucho!

—¡También yo! —dijo el señor Mifroid, y metió la tabaquera en subolsillo.

Raoul y el Persa asistieron, sin que nadie sospechara su presencia, altraslado de los tres cuerpos que los tramoyistas vinieron a llevarse. El

Page 179: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

comisario los siguió y todo el mundo volvió a subir tras él. Por algunosinstantesseoyeronsuspasosqueresonabansobreelescenario.

Cuando estuvieron solos, el Persa indicó a Raoul que se levantara. Ésteobedeció;pero,comonohabíavueltoaalzarlamanoalaalturadelosojos,dispuestaadisparar,igualqueelPersa;éstelerecomendóvolveraponerseenaquellaposiciónynoabandonarlapasaraloquepasase.

—Peroestocansa inútilmente lamano—murmuróRaoul—,ysidisparonoloharéconseguridad.

—Cambieelarmademano,entonces—concedióelPersa.

—¡Nosédispararconlamanoizquierda!

AlocualreplicóelPersaconestadeclaraciónextraña,quedesdeluegonoeralamásindicadaparaaclararlascosasenelcerebrotrastornadodeljoven:

—Nosetratadedispararconlamanoizquierdaoconlamanoderecha;setratadetenerunadelasmanospuestacomosifueraaapretarelgatillodeunapistola,teniendoelbrazomediodoblado;encuantoalapistolaensí,despuésdetodo,puedeguardarlaenelbolsillo.

Yañadió:

—¡Queestoquedebienclaro,onorespondodenada!¡Esunacuestióndevidaomuerte!Ahora,¡silencioysígame!

Se hallaban entonces en el segundo sótano. Raoul podía entre= ver tansólo,alaluzdealgunasvelasinmóviles,dispersasensuscárcelesdecristal,una ínfima parte de ese abismo extravagante, sublime e infantil, divertidocomounteatrodepolichinelas,espantosocomounabismo,queconstituyelossótanosdelaÓpera.

Sonformidablesysoncinco.Reproducen todos losplanosdelescenario,sus trampasy trampillas.Losescotillonesestánallí reemplazadospor raíles.Enormes vigas transversales soportan trampas y trampillas. Vigas, que seapoyanenbloquesdefundiciónodepiedra,soleraso«chisteras»queformanuna seriede soportesquepermitendejarpaso libre a las«glorias»y aotrascombinacioneso trucos.Seda cierta estabilidad a estos aparatos uniéndolospormedio de ganchos de hierro y según las necesidades delmomento. Lostornos de mano, los tambores y los contrapesos están generosamentedistribuidosenlossótanos.Sirvenparamaniobrarlosgrandesdecorados,pararealizar los cambios a la vista, para provocar la desaparición súbita de lospersonajesdelosmagos.Esenlossótanos,handicholosseñoresX,Y,Z,quehan dedicado a la obra de Garnier un estudio muy interesante, donde setransformaaloscacoquimiosenhermososcaballeros,alashorriblesbrujasenhadas radiantes de juventud. Tan pronto sale Satán de los sótanos como se

Page 180: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

sumerge en ellos. Las luces del infierno escapan de allí y el coro de losdemonioslosocupan.

…Ylosfantasmassepaseancomoporsucasa…

RaoulseguíaalPersa,obedeciendoalpiedelaletrasusrecomendacionessin intentar entender los gestos que le ordenaba…, diciéndose que no lequedabamásesperanzaqueél.

¿Quéhubierahechosinsucompañeroenaquelespantosodédalo?

¿Acasonosehabríavistodetenidocontinuamenteporlamarañadevigasycuerdas?¿Noseveríaatrapadoenaquellagigantescateladearaña?

Y, de haber podido pasar a través de aquella red de alambres y decontrapesosquesincesaraparecíananteél,corríaelriesgodecaerenunodelos agujeros que se abrían por momentos bajo sus pies y cuyo fondo detinieblasnopodíaalcanzarsumirada.

Bajaban,seguíanbajando…

Ahoraseencontrabaneneltercersótano.

Seguíanguiándoseenlaoscuridad,graciasaalgunalamparillalejana…

Cuantomásbajaban,másprecaucionesparecíatomarelPersa…Nocesabade volverse hacia Raoul y de recomendarle que siguiera sus instruccionesseñalándole el nodo de poner la mano, desarmada ahora, pero siempredispuestaadispararcomosiempuñaraunapistola.

Derepenteunavozatronadora lesdejóclavados.Alguiengritabaencimadeellos:

—¡Alescenariotodoslos«cerradoresdepuertas»!Elcomisariodepolicíalesreclama.

…Seoyeronpasosyunassombrassedeslizaronen la sombra.ElPersahabía llevadoaRaouldetrásdeunbastidor…Vieronpasarmuycercayporencima de sus cabezas a viejos encorvados por los años y el peso de losdecoradosdelaópera.Algunoscasinopodíansostenersedepie…,otros,porcostumbre, con la espalda doblada y las manos tendidas hacia delante,buscabanpuertasquecerrar.

Asíeranloscerradoresdepuertas…,antiguostramoyistasagotados,delosque unos directores caritativos se habían apiadado. Les había hechoencargadosde las puertas en los sótanosy en los tejados. Ibanyvenían sincesar,dearribaaabajodelescenario,paracerrarlaspuertas,yselesllamabatambiénporaquellaépoca,yaquemeparecequeahoraestántodosmuertos,«loscazadoresdecorrientesdeaire».

Page 181: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Las corrientes de aire, vengan de donde vengan, sonmuymalas para lavoz.

El Persa y Raoul se felicitaron de aquel incidente que les libraba detestigosmolestos,yaquealgunodeloscerradoresdepuertas,alnotenernadaque hacer ni incluso tampoco un domicilio, se quedaba por pereza o pornecesidad en la ópera y pasaba la noche en ella. Podían tropezar con ellos,despertarlosytenerquedarexplicaciones.ElinterrogatoriodelseñorMifroidsalvabaanuestrosdoscompañerosdeaquellosencuentrosdesafortunados.

Pero no pudieron disfrutar por mucho tiempo de la soledad… Otrassombras bajaban ahora por el mismo camino por el que los «cerradores depuertas» habían subido. Cada una de estas sombras llevaba una pequeñalinterna…que agitabanmoviéndola arriba y abajo, examinándolo todo a sualrededorycontodoelaspectodebuscaralgooaalguien.

—¡Vaya!—murmuróelPersa…

—Noséquéestaránbuscando,peropodríanencontrarnos…¡huyamos!…¡de prisa!… ¡La mano en guardia, señor, siempre dispuesta para disparar!Plieguemáselbrazo,así…lamanoalaalturadelojo,comosisebatieraendueloyesperaralaordende«fuego».Metasupistolaenelbolsillo.¡Deprisa,bajemos!(arrastrabaaRaoulhaciaelcuartosótano…).Alaalturadelojo,escuestióndevidaomuerte…¡Poraquí,porestaescalera! (llegabanalquintosótano).¡Ah,quéduelo,señor,quéduelo!

ElPersasuspiróaliviadoal llegaralquintosótano…Parecíadisfrutardealgo más de seguridad de la que había mostrado antes, cuando se habíandetenidoamboseneltercersótano,sinembargonoabandonabalaposicióndelamano…

Raoul tuvo tiempo de extrañarse, una vez más, por lo demás sin hacerningunanuevaobservación.Ninguna,yaqueenverdadnoeraelmomentodeextrañarse de aquella extraordinaria concepción de la defensa personal queconsistía en guardar la pistola en el bolsillo mientras que la mano seguíadispuestaaservirsedeella,comosi lapistolaestuvieraaúnenlamano,alaaltura del ojo, posición de espera de la orden de «fuego» en los duelos deaquellaépoca.

Con respecto a esto, Raoul creía recordar perfectamente que le habíadicho:«Sonpistolasdelasqueestoyseguro».

Deloqueleparecíalógicodeducirlosiguiente:«¿Quéleimportabaestarsegurodeunaspistolasalasquenovaautilizar?».

PeroelPersaledetuvoensusvagosintentosreflexivos.Haciéndoleseñalde detenerse, volvió a subir unos peldaños de la escalera que acababan de

Page 182: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

dejar.DespuésvolviórápidamentealladodeRaoul.

—¡Qué tontos somos!—le susurró—.Prontonosveremos libresdeesassombrasdelaslinternas…Sonlosbomberosquehacensuronda.

Los dos hombres permanecieron entonces a la defensiva durante cincolargos minutos por lo menos; después, el Persa arrastró a Raoul hacia laescalera que acababan de bajar; pero, de repente, con un gesto volvió aordenarleinmovilidad.

Anteellos,laoscuridadsemovía.

—¡Cuerpoa tierra!—exclamóelPersaconunsusurró.Losdoshombressetiraronalsuelo.

Justoatiempo.

…Unasombraque,estavez,nollevabaningunalinterna…,tansólounasombraenlasombrapasaba.

Pasótancercadeellosquepodíatocarlos.

Sintieronsobresusrostroselsoplocálidodesucapa…

Ya que pudieron distinguirle lo suficiente como para ver que la sombrallevaba una capa que la envolvía de la cabeza a los pies. En la cabeza, unsombreroblandodefieltro.

… Se alejó, rozando las paredes con el pie y dando a veces, en lasesquinas,patadasalasparedes.

—¡Uff!… —exclamó el Persa—, de buena nos hemos librado… Esasombrameconoceyyamehallevadodosvecesaldespachodeldirector.

—¿Seráalguiendelapolicíadelteatro?—preguntóRaoul.

—¡Alguienmuchopeor!—contestósindarmásexplicacioneselPersa.

—¿Noseráél?

—¿Él?…Sino llegapordetrás,veremosantes susojosdeoro…Esaesnuestra pequeña fuerza en la oscuridad. Pero puede llegar por detrás, conpasosdelobo…ysomoshombresmuertossinollevamossiemprelasmanoscomosifueranadisparar,alaalturadelojo,haciaadelante.

El Persa no había terminado aún de formular sus consejos, cuando unafigurafantásticaaparecióantelosdoshombres.

…Uncuerpoentero…unacara;nosolamentedosojosdeoro.

…Sinounrostroluminoso…unafiguraenllamas…

Sí,unafiguraenllamasqueavanzabaalaalturadeunhombre.¡Perosin

Page 183: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

cuerpo!

Aquellafiguradesprendíafuego.

Enlaoscuridadparecíaunallamaconformadecuerpohumano.

—¡Vaya!—exclamó el Persa entre dientes—, ¡es la primera vez que laveo!…El teniente de bomberos no estaba loco, él también la había visto…¿Quéseránesasllamas?Noesél,perobienpuedeserélquiennoslaenvía…¡Cuidado!…¡Cuidado!…Pongalamanoalaalturadelojo,¡porloquemásquiera!…alaalturadelojo.

La figura de fuego, que tenía un aspecto infernal de demonio en llamas,seguía avanzando a la altura de un hombre, sin cuerpo, delante de los doshombresaterrorizados…

—Quizáélnosenvíeaestacosapordelanteparamejorsorprendernospordetrás…,oporloslados…¡Nuncasesabeconél!…Conozcomuchosdesustrucos…, ¡pero éste…, éste no lo conocía aún!… ¡Huyamos! …, porprudencia…sólo…¡porprudencia!…lamanoalaalturadelojo.

Yhuyeronlosdosjuntosalolargodelcorredorsubterráneoquesehabríaanteellos.

Tras unos segundos de carrera, que parecieron larguísimos minutos, sedetuvieron.

—Escurioso—dijoelPersa—,raravezvieneélporaquí.¡Esteladonoleinteresa!…¡Noconduceni alLagoni a lamansióndelLago!…Peroquizásepa que estamos sobre sus pasos… a pesar de que yo le haya prometidodejarlotranquiloynovolverametermeensusasuntos.

Aldeciresto,volviólacabeza,yRaoultambién.

Vieron de pronto la cabeza de fuego detrás de las suyas. Los habíaseguido…Debía haber corrido también, y quizás aúnmás aprisa que ellos,porquelesparecióquesehabíaacercado.

Empezaron a distinguir a la vez un ruido cuyo origen les resultabaimposible adivinar. Sólo cayeron en la cuenta de que este ruido parecíadesplazarseyacercarsejuntoconlallama-figura-de-hombre.Eranchirridosomásbiencrujidos,comosimilesdeuñasrascaranunapizarra,produciendounruidoabsolutamenteinsoportablesimilaralqueavecesseproduceporculpadeunapiedrecitaengastadaenunabarradetizaquechirríaenlapizarra.

Siguieronretrocediendo,perolafigura-llamaavanzaba,seguíaavanzandoganándoles terreno. Ahora ya se distinguíanmuy bien sus rasgos. Los ojoseran completamente redondos y fijos, la nariz un poco torcida y la bocagrande,conunlabioinferiorquecolgabaenformadesemicírculo;recordaban

Page 184: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

losojos,lanarizyellabiodelalunacuandolalunaestátotalmenteroja,colorsangre.

¿Cómopodíadeslizarseaquellalunarojaenlastinieblas,alaalturadeunhombre, sin ningún apoyo, sin cuerpo para sostenerla, al menosaparentemente? ¿Cómo caminaba tan de prisa, en línea recta, con los ojosfijos, tan fijos? ¿De dónde venía todo ese crujir, chirriar, golpear quearrastrabatrasdesí?

Porfin,elPersayRaoulnopudieronretrocedermásyseaplastaroncontrala pared, sin saber qué iba a pasarles, quedando amerced de aquella figuraincomprensibledefuegoy,sobretodoahora,delruidomásintenso,másvivo,muy«numeroso»,yaque sinduda aquel ruido eraproducidopor cientosdepequeñosruidosqueseagitabanenlastinieblas,bajolacabeza-llama.

Lacabeza-llama,sigueavanzando…¡Yaestáaquí!…Consuruido…¡Yaestájuntoaellos!…

Los dos compañeros, pegados a la pared, sienten que los cabellos se leserizan de horror, porque ahora ya saben de dónde proceden los miles deruidos. Avanzan en tropel, rodando por las sombras en innumerables olaspequeñasyapretadas,másrápidasquelasquetrotanenlaarenaconlamarcaalta,pequeñasolasnocturnasquecorreteanbajolaluna,bajolaluna-cabeza-de-llama.

Las pequeñas olas se deslizan entre sus piernas, suben por ellas,irresistiblemente.Entonces,RaoulyelPersanopuedenretenersusgritosdehorror,espantoydolor.

Tampoco pueden continuar manteniendo las manos a la altura del ojo,posturadedueloenaquellaépoca,antesde laordende«fuego».Susmanosbajan a las piernas para alejar las pequeñas olas luminosas que arrastrancositasagudas,olasllenasdepatas,uñas,garrasydientes.

Sí, sí,RaoulyelPersaestánapuntodedesmayarsecomoel tenientedebomberos Papin. Pero la cabeza-fuego se ha vuelto hacia ellos al oír susaullidos.Yleshabla:

—¡Noosmováis!¡Noosmováis!…Sobretodo,¡nomesigáis!…¡Soyelmatadorderatas!…¡Dejadmepasarconmisratas!…

Bruscamente desaparece la cabeza-fuego y se esfuma en las tinieblasmientras,anteella,elcorredorseiluminaalolejos,graciasalmovimientoqueelmatadorderatashahechoconsulinternasorda.Antes,paranoespantarlasratas, había vuelto la linterna hacia él, iluminando su propia cabeza; ahora,paraapresurarsuhuida,alumbraelespacionegroanteél…Yentoncesdaunbrinco,arrastrandoconsigo lasolasderatas, trepadoras,crujientes, losmiles

Page 185: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

deruidos…

ElPersayRaoul,liberados,respiran,sibienaúntemblorosos.

—DeberíahaberrecordadoqueErikmehablódelmatadorderatas—dijoelPersa—Peronomehabíadichoqueteníaesteaspecto…Esextrañoquenolohayaencontradojamás.

»¡Creíaquesetratabadeunadelasjugadasdelmonstruo!…—suspiró—.Perono,nuncavieneaestosparajes».

—¿Estamos muy lejos del lago? —preguntó Raoul—. ¿Cuándollegaremos?…¡Vamosal lago!¡Vamosal lago!…Cuandolleguemosal lagollamaremos,golpearemoslasparedes,gritaremos…

¡Christinenosoirá!…¡Y tambiénélnosoirá!…Ysiusted leconoce, lehablaremos.

—¡Noseainfantil!—exclamóelPersa—.NuncaentraremosenlamansióndelLagoporellago.

—¿Porquéno?

—Porqueallíesdondehaacumuladotodasudefensa…Nisiquierayohepodido llegar a la otra orilla… a la orilla de la casa… Primero hay queatravesarellago…,¡yleaseguroqueestábienprotegido!…Metemoquemásde uno de estos antiguos tramoyistas, viejos cerradores de puertas que handesaparecidomisteriosamente, intentaronsimplementeatravesarel lago…Esterrible…Yo tambiénestuveapuntodequedarmeallí…¡Sielmonstruonomehubierareconocidoatiempo!…Unconsejo,amigo.Noseacerquejamásallago…Y,sobretodo,tápeselosoídossioyecantaralaVozbajoelagua,lavozdelaSirena.

—Pero entonces —replicó Raoul en un transporte de fiebre, deimpacienciayderabia—,¿quéhacemosaquí?…SinopuedehacernadaporChristine,déjemealmenosmorirbuscándola.

ElPersaintentócalmaraljoven.

—SólodisponemosdeunmedioparasalvaraChristineDaaé,créame,yespenetrandoenesamansiónsinqueelmonstruosedécuenta.

—¿Ycreequepodremoshacerlo?

—¡Sinotuvieraesaesperanzanohabríavenidoensubusca!—¿PordóndeentraremosenlamansióndelLagosinpasarporellago?

—Por el tercer sótano, del que tan inoportunamente hemos sidoexpulsados, señor, y al cual volveremos ahora mismo… Le diré, señor —exclamóelPersaconlavozsúbitamentealterada—,lediréellugarexacto…

Page 186: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Se encuentra entre unos bastidores y un decorado abandonado deEl rey deLahore,exactamenteenellugarenqueencontrólamuerteJosephBuquet…

—¡Ah!¿aqueljefedelostramoyistasalqueseencontróahorcado?

—Sí,señor—añadióen tonosingularelPersa—,ycuyacuerdanopudoserhallada…¡Vamos!¡Ánimo!…enmarcha…,yvuelvaaponerlamanoenguardia,señor…Pero,¿dóndeestamos?

El Persa se vio obligado a encender de nuevo la linterna.Dirigió el hazluminoso hacia dos amplios corredores que se cruzaban en ángulo recto ycuyasbóvedasseperdíanenelinfinito.

—Debemosestar—dijo—enlapartereservadaalserviciodeaguas…Noveoningúnfuegoprovenientedelascalderas.

PrecedióaRaoul,buscandoelcamino,deteniéndosebruscamentealpasodealgúnhidráulico.Después,tuvieronqueocultarseanteelresplandordeunaespecie de fragua subterránea que acababan de apagar y ante la cual RaoulreconocióalosdemoniosentrevistosporChristineensuprimerviajeeldíadesuprimerrapto.

Volvían poco a poco al prodigioso sótano que se hallaba debajo delescenario.

Debían encontrarse entonces en el fondo de la cuba, a una granprofundidad, si pensamos que habían excavado la tierra quince metros pordebajodelascapasdeaguaquehabíaentodaaquellapartedelacapital,yquehuboquedrenartodaelagua…Sesacótantaaguaque,parahacerseunaideade lacantidadexpulsadapor lasbombas,habríaque imaginarunasuperficiecomoelpatiodelLouvreconunaalturadeunavezymedialadelastorresdeNotre-Dame.Detodosmodos,tuvieronqueconservarunlago.

EnaquelmomentoelPersatocóunaparedydijo:

—Sinomeequivoco,éstepodríaserunodelosmurosdelamansióndelLago.

Golpeóentoncescontraunapareddelacuba.Quizánoseadeltodoinútilinformarallectordecómohabíanconstruidoelfondoylasparedesdelacuba.

Conelfindeevitarquelasaguasquerodeanlaconstrucciónquedasenencontacto inmediato con las paredes que aguantaban todo el armazón de lamaquinaria teatral, cuyo conjunto de estructuras, de carpintería, cerrajería ypinturas debe quedar aislado de la humedad, el arquitecto se vio obligado aconstruirentodaspartesunadobleenvoltura.

Eltrabajoparaconstruirestadobleenvolturallevóunañoentero.ElPersagolpeaba la pared de la primera envoltura mientras hablaba a Raoul de la

Page 187: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

mansióndelLago.Paraalguienqueconocieralaarquitecturadelmonumento,el gesto del Persa parecía indicar que lamisteriosa casa de Erik había sidoconstruida en la doble envoltura formada por un grueso muro hecho enestacada, una enorme capa de cemento y otro muro de varios metros deespesor.

DetrásdelPersa,Raoulsehabíaaplastadocontraparedyhabíaescuchadoconavidez.

… Pero no oyó nada… nada más que pasos lejanos que sonaban en elsuelo,enlapartealtadelteatro.

ElPersahabíavueltoaapagarsulinterna.

—¡Cuidado!—dijo—. ¡Cuidado con la mano! Y ahora mucho silencio,porque intentaremos entrar en su casa.Y lo arrastró hasta la escalerilla quehabían bajado antes… Volvieron a subirla, deteniéndose en cada escalón,espiandolassombrasyelsilencio…

Prontoseencontraroneneltercersótano…

Entonces el Persa hizo una señal a Raoul de ponerse de rodillas y así,arrastrándose de rodillas y sobre una mano —la otra mano seguía en laposición indicada— llegaron hasta la pared del fondo. Apoyada en aquellaparedhabíaungranlienzoabandonadodeldecoradodeElreydeLahore.

Yjustoalladodeaqueldecorado,unportante…

Entreeldecoradoyelportantenohabíamásespacioqueparauncuerpo.

…Uncuerpocomoelqueundíasehabíaencontradocolgado…elcuerpodeJosephBuquet.

Siempre de rodillas, el Persa se había detenido. Escuchaba. Por unmomentopareciódudarymiróaRaoul;después,susojosseclavaronarriba,en el segundo sótano, que les enviaba el débil resplandor de una linternafiltrándose entre dos tablas. Evidentemente aquel resplandor molestaba alPersa.Porfin,agachólacabezaysedecidió.

Sedeslizó entre el portante y el decoradodeEl reydeLahore.Raoul lesiguiódecerca.

La mano libre del Persa tanteaba la pared. Raoul la vio un instanteapoyarse con fuerza, como lo había hecho en la pared del camerino deChristine…

Yunapiedrabasculó…

Ahora,habíaunagujeroenlapared…

EstavezelPersasacólapistoladelbolsilloeindicóaRaoulquehicieralo

Page 188: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

mismo.Montólapistola.

Con decisión, y siempre de rodillas, se introdujo en el agujero que lapiedra,albascular,habíadejadoenlapared.

Raoul, que habría querido pasar el primero, tuvo que contentarse conseguirlo.

Elagujeroeramuyestrecho.ElPersasedetuvocasienseguida.Raoulleoía tantear lapiedra a su alrededor.Después,volvió a sacar su linternay seinclinóhaciaadelante.Examinóalgodebajosuyoeinmediatamenteapagólalinterna.Raouloyóqueledecíaenunsuspiro.

—Tendremosque dejamos caer algunosmetros, sin hacer ruido; sáqueselosbotines.

Por su parte, el Persa procedía ya a esta operación. Pasó sus zapatos aRaoul.

—Déjelosjuntoalapared—dijo—.Losrecogeremosalsalir.

ElPersaavanzóunpoco.Después,sevolviódeltodo,siemprederodillas,yseencontróasífrenteaRaoul.Ledijo:

—Voyacolgarmeconlasmanosdelextremodelapiedrayadejarmecaerensucasa.Despuésustedharáexactamentelomismo.Notema:lorecibiréenmisbrazos.

ElPersahizo loquehabíadicho,yRaouloyóenseguidaunruidosordoque evidentemente había sido producido por la caída del Persa. El joven seestremeció,temiendoqueaquelruidorevelasesupresencia.

Sinembargo,másqueaquelruido,eralaausenciaderuidosloqueaRaoulle llenaba de angustia. ¿Por qué, si según el Persa acababan de entrar en lamansión del Lago, no oían a Christine?… ¡Ni un solo grito!… ¡Ni unallamada!… ¡Ni un gemido!… ¡Grandes dioses! ¿Habrían llegado demasiadotarde?…

Arañandoconlasrodillaslapared,agarrándosealapiedraconsusdedosnerviosos,Raoulsedejócaerasuvez.

Inmediatamentesintióqueleabrazaban.

—¡Soyyo—dijoelPersa—,silencio!

Ypermanecieroninmóviles,escuchando…

Nuncaasualrededor lanochehabíasidomásopaca…Nuncaelsilenciotanpesadonitanterrible…

Raoulsehundíalasuñasenloslabiosparanogritar:«¡Christine!¡Soyyo!

Page 189: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

…¡Contéstamesinoestásmuerta,Christine!».

Porfin,volvióaempezareljuegodelalinterna.ElPersadirigiólosrayosdeluzporencimadesuscabezas,hacialapared,buscandoelagujeroporelquehabíanvenidosinencontrarlo…

—¡Oh!—exclamó—.¡Lapiedrasehavueltoacerrarsobresímisma!

Yelhazdeluzdelalinternabajóalolargodelmurohastallegaralsuelo.

ElPersa seagachóy recogióunacosa,unaespeciedehiloqueexaminóunossegundosyqueluegoarrojóconhorror.

—¡EllazodelPendjab!—murmuró.

—¿Quées?—preguntóRaoul.

—Podría ser la sogadel ahorcadoque tanto hanbuscado—respondió elPersa,estremeciéndose.

Depronto,presadeunanuevaansiedad,paseóelpequeñodiscorojodesulinterna por las paredes… Iluminó, extraño hecho, un tronco de árbol queparecíaaúnvivoconsushojasytodo…Lasramasdeaquelárbolsubíanalolargodelaparedyseperdíaneneltecho.

Debido a la pequeñez del disco luminoso, al principio resultaba difícildarsecuentadelascosas…Habíaunmontónderamas,yluegounahoja…,yotramás…,yalladonoseveíanadadenada…solamenteelhazdeluzqueparecía reflejarse a símismo…Raoul deslizó lamano sobre aquello, sobreaquelreflejo…

—¡Mire…—dijo—,laparedesunespejo!

—¡Sí, un espejo! —dijo el Persa con profunda emoción. Y añadió,pasándoselamanoquesujetabalapistolaporlafrentesudorosa:

—¡Hemosidoacaerenlacámaradelossuplicios!

CAPÍTULOXXII

INTERESANTESEINSTRUCTIVASTRIBULACIONESDEUNPERSAENLOSSÓTANOSDELAÓPERA

RelatodelPersa

El propio Persa contó cómo había intentado en vano hasta esa nochepenetrarenlamansióndelLagoporellago;cómohabíadescubiertolaentradadel tercer sótano, y cómo, finalmente, el vizconde de Chagny y él se

Page 190: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

encontraronapresadosporlaimaginacióninfernaldelfantasma,enlacámarade los suplicios. He aquí el relato que nos ha dejado (en condiciones queprecisaremos más tarde) y al que no he cambiado ni una sola palabra. Lotranscribo tal como está, porque no creo que deba silenciar las aventuraspersonales del daroga alrededor de lamansión del Lago antes de volver encompañía deRaoul. Si, por algunos instantes este principio, por interesantequesea,parecealejarnosunpocode lacámarade los suplicioses sóloparamejordevolvernosaella,después, trashabernosexplicadocosasdemáximaimportanciayciertasactitudesymodosdehacerdelPersaquehastaahorahanpodidoparecerunpocoextraordinarios.

EralaprimeravezqueentrabaenlamansióndelLago—escribeelPersa—.Envanohabíarogadoalmaestroentrampillasasíllamábamosenmipaís,enPersia,aErik—quemeabriera lasmisteriosaspuertas.Siempresehabíanegado.Yo,quemejactabadeconocermuchosdesussecretosytrucos,habíaintentadoenvanoforzarlaconsigna.DesdequevolvíaencontraraErikenlaópera, a la que parecía haber elegido como domicilio, le había espiado confrecuencia tantoen loscorredoresde lossótanoscomoen lossuperiores,asícomoenlamismaorilladelLago.Cuandosecreíasolo,subíaensubarcayatracabadirectamentelapareddeenfrente.Perolacuriosidadquelerodeabaera demasiado espesa para que pudiera ver en qué lugar exacto de la paredhacíafuncionarelmecanismodelapuerta.Lacuriosidadytambiénunaideatemible que se me había ocurrido al meditar sobre algunas frases que elmonstruome había dirigido,me impulsaron un día, en el que ami vezmecreíasolo,asubiralabarcayadirigirlahaciaaquellapartedelaparedporlaque había visto desaparecer aErik. Fue entonces cuando tuve que vérmelasconlaSirenaqueguardaelaccesoaaquellosparajesycuyoencantoestuvoapuntodesermefatal,enlascondicionesprecisasquepasoaexponer.Aúnnohabía abandonado la orilla cuando el silencio en el que navegaba se vioturbadoporunaespeciedesuspirocantantequemeenvolvió.Eraalavezunarespiración y unamúsica; ascendía suavemente de las aguas del lago ymeenvolvíasinpoderadivinarporquéartificioseconseguía.Meacompañaba,sedesplazabaconmigoyeratansuavequenomedabamiedo.Porelcontrario,deseosodeacercarmealafuentedeaquellasuaveycautivadoraarmonía,meinclinaba por encima de la barca hacia las aguas, ya que no tenía lamenordudadeque lamúsicaproveníadeellas.Meencontrabayaenel centrodellago y no había nadiemás que yo en la barca. La voz—ya que ahora eraclaramenteunavoz—estabaamilado,porencimadelasaguas.Meincliné…Meinclinécadavezmás…Ellagoestabaenperfectacalmayelrayodelunaque,traspasandoeltragaluzdelacalleScribe,veníaailuminarlo,noreflejabaabsolutamente nada en aquella superficie lisa y negra como la tinta. Merestregué las orejas con intención de librarme de un posible zumbido, perotuve que rendirme ante la evidencia de que no hay zumbido tan armonioso

Page 191: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

comoelsuspirocantantequemeseguíayqueahorameatraía.

Siyohubieratenidounespíritusupersticiosoomehubieraninfluidomáslas leyendas, no hubiera dejado de pensar que me enfrentaba a una sirenaencargada de turbar al viajero que se atreviera a viajar por las aguas de lamansióndelLago,pero,aDiosgracias,soydeunpaísquegustademasiadolofantástico como para conocer su fondo, y yo mismo lo había estudiadobastanteenotrostiempos.Conlostrucosmássimples,alguienqueconozcasuoficiopuededesataralapobreimaginaciónhumana.

Nodudé,pues,queteníaquevérmelasconunanuevainvencióndeErik,pero,unavezmás,aquella invenciónera tanperfectaque, inclinándomeporencimade labarca,mesentíamenos impulsadoporeldeseodedescubrireltrucoqueporeldedisfrutardesuencanto.

Ymeincliné…seguíinclinándome…hastacasizozobrar.

Deprontodosbrazosmonstruosos surgierondel senode las aguasymeagarraronporelcuello,arrastrándomealabismoconunafuerzairresistible.Y,desde luego, habría estado perdido irremisiblemente de no ser porque tuvetiempodelanzarungritoporelqueErikmereconoció.

Porqueeraél,queenlugardeahogarmecomoseguramentehabíasidosuintención,nadóymedejósuavementeenlaorilladellago.

—Eres un imprudente—medijo alzándose antemí, chorreante de aquelagua infernal—.¿Porqué intentasentrarenmimansión?No tehe invitado.¡Noquierosabernadade tinidenadieenelmundo!¿Acasomesalvaste lavidasóloparahacérmelainsoportable?Porgrandequehayasidotuservicio,ErikterminaráporolvidarloytúsabesquenadaenelmundopuedeconteneraErik,nisiquieraelmismoErik.

Él hablaba, pero ahora yo no tenía otro deseo que el de conocer lo quellamaba ya el truco de la sirena. En seguida se prestó a satisfacer micuriosidad,yaqueErik,queesunverdaderomonstruo—yoloconsideroasí,habiendo tenido ocasión de verlo en acción en Persia—, sigue siendo enalgunascosasunauténticoniñopresuntuosoyvanidoso,ynohaynadaquelegustemásque,despuésdehaberdejadoasombradaalagente,demostrartodoelingenio,milagrosoenverdad,desuespíritu.

Seechóareírymeenseñóunlargojunco.

—¡Eslacosamássimpledelmundo!—medijo—,esmuycómodopararespirar y cantar bajó el agua. Es un truco que aprendí de los piratas delTonquín,quedeestemodopuedenpermanecerescondidoshorasenterasenelfondodelosríos.Lehabléconseveridad.

—Esun trucoquehaestadoapuntodematarme…—ledije—,ypuede

Page 192: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

quehayaresultadofatalparaotros.

Nome contestó, pero se levantó con ese aire de amenaza infantil que leconozcotanbien.

Nolepermitíquemeintimidara.Ledijeclaramente:

—Sabesloquemeprometiste,Erik.¡Nomáscrímenes!

—¿Es que he cometido más crímenes? —preguntó, adoptando un tonoamable.

—¡Desgraciado! —exclamé—. ¿Has olvidado pues las horas rosas deMazenderan?

—Sí, preferiría haberlas olvidado—contestó él repentinamente triste—,peroreconocequehicereíralapequeñasultana.

—Todoesoescosapasada…—declaré—,peroahoraeselpresentey,siyolohubieraquerido,éstenoexistiríaparati…Acuérdatedeesto,Erik:¡yotesalvélavida!

Aprovechéelgiroquehabíatomadolaconversaciónparahablarledeunacosaquedesdehacíatiempoacudíaamenudoamimente.

—Erik…,Erik,júrame…

—¿Qué? Sabes perfectamente que no cumplo mis juramentos. Losjuramentosestánhechosparaatraparalosestúpidos—dijo.

—Dime…puedesdecírmeloamí,¿no?

—¿Qué?

—¿Qué?¡Laaraña!…¡Laaraña,Erik!…

—¿Quépasaconlaaraña?

—Sabesperfectamenteloquequierodecir.

—¡Ah!…laaraña…Claroquepuedodecírtelo…Laarañanohasidocosamía…Aquellaarañaestabademasiadogastada…—yriosarcásticamente.

Cuandoreía,Erikeraaúnmásespantoso.Saltóalabarcariéndosedeunaformatansiniestraquenopudeevitarestremecerme.

—¡Muygastada,queridodaroga!Muygastada laaraña…secayósola…Hizo¡boom!Yahora,unconsejo,daroga.Veasecartesinoquierescogerunconstipado… y no vuelvas a subir nunca a mi barca… Y, sobre todo, nointentes entrar enmi casa…No siempre estoy allí… daroga. ¡Y lamentaríatenerquededicartemimisadedifuntos!

Sereía,siempredepieenlapartetraseradelabarca,ysemovíaconun

Page 193: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

balanceodemono.Teníatodoelaspectodelarocafatalcon,porsifuerapoco,susojosdeoro.Luegonovimásquesusojosy,finalmente,desaparecióenlanochedellago.

A partir de este día renuncié a entrar en su mansión por el lago.Evidentemente aquella entrada estaba demasiado bien vigilada, sobre tododesdequeél sabíaqueyo laconocía.Peropensabaquedebíahaberotra,yaquemásdeunavez,mientraslevigilaba,habíavistodesapareceraErikeneltercersótano,sinpodersabercómo.Noesprecisoquerepitaque,desdequehabíavueltoaencontraraErik instaladoen laOpera,vivíabajoelperpetuoterror de sus horribles fantasías, no en lo quepudiera afectarme, pero temíatodo para los demás.Cuando ocurría algún accidente, algún hecho fatal, nopodía evitar decirme: «Quizá sea Erik» …, igual que otros decían a mialrededor:«Eselfantasma»…¡Cuántasveceshabréoídopronunciaresafraseporgentesquesonreían!¡Desgraciados!Desaberqueaquelfantasmaeradecarneyhuesoymás terribleaúnque la sombravanaqueevocaban,habríanseguramentedejadodeburlarse…sihubieran sabido simplementede loqueErikescapaz,sobretodoenuncampodemaniobrascomolaÓpera…¡Ysihubieranconocidoafondomiterriblepresentimiento!…

Encuantoamí,novivía…ApesardequeErikmehubieraanunciadoconsolemnidadquehabíacambiadoyquesehabíaconvertidoenelmásvirtuosodeloshombres,desdequeeraamadoporloqueera,fraseque,demomento,medejóhorriblementeperplejo,nopodíadejardeestremecermealpensarenelmonstruo.Suhorrible,únicayrepulsivafealdadlealejabadelahumanidadyeraevidenteparamíqueélnocreíatenerasuvezningúndeberparaconlarazahumana.La formaen laquemehabíahabladode susamoresnohabíahecho más que aumentar mi temor, ya que preveía en aquel nuevoacontecimiento,alquehabíahechoalusiónconeltonodejactanciaqueyaleconocía,lacausadenuevosdramasmáshorriblesquelosanteriores.Conocíahasta qué extremode sublimeydesastrosa angustia podía llegar el dolor deErik, y las palabras que me había dicho —vagamente anunciadoras de lacatástrofemásespantosa—nocesabandeacudiramitemiblepensamiento.

Porotraparte,habíadescubiertoel extrañocomerciomoralque sehabíaestablecidoentreelmonstruoyChristineDaaé.Ocultoenel trasteroal ladodelcamerinodelajovendiva,habíaasistidoasesionesadmirablesdemúsicaque sumían evidentemente a Christine en un éxtasis maravilloso, pero, detodasformas,nuncahabríapodidoimaginarquelavozdeErik,fuertecomoeltrueno o suave como la de los ángeles, pudiera hacer olvidar su fealdad.Comprendí todo cuando descubrí queChristine aún no lo había visto. Tuveocasión de penetrar en el camerino y, recordando las lecciones que él mehabíandadoenotrotiempo,nomecostónadaencontrarelresortequehacíagirar laparedqueaguantabaelespejo,yvimediantequétrucajedeladrillos

Page 194: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ahuecados y ladrillos portavoces se dejaba oír a Christine como si hubieraestadoasulado.Tambiéndescubríporelcaminoqueconducealafuenteylaprisión—alaprisióndeloscomuneros—,ytambiénlatrampillaquepermitíaaErikintroducirsedirectamenteenlossótanosdelescenario.

Pocos días más tarde, cuál no sería mi sorpresa al enterarme con mispropios ojos ymis propios oídos, que Erik y ChristineDaaé se veían, y alsorprenderalmonstruo,inclinadosobrelafuentecillaquellora,enelcaminodeloscomuneros(finaldetodo,bajotierra),ocupadoenrefrescarlafrentedeChristine Daaé desvanecida. Un caballo, blanco, el caballo blanco de ElProfeta, que había desaparecido de las cuadras de los sótanos de la Opera,estabatranquilamenteasulado.Mepersoné.Fueterrible.Visalirchispasdelosojosdeoro, fuigolpeadoenplena frenteantesdequepudieradecirunasola palabra y quedé aturdido. Cuando recuperé el conocimiento, Erik,Christine y el caballo blanco habían desaparecido. No dudé de que ladesgraciada joven se encontraba prisionera en la mansión del Lago. Sindetenerme a pensar, decidí volver a la orilla, pese al riesgo de semejanteempresa.Duranteveinticuatrohorasespié,escondidocercadelaorillaoscura,laaparicióndelmonstruo,yaqueestabaconvencidodequetendríaquesalirenbuscadeprovisiones.Conrespectoaesto,debodecirque,cuandosalíaporParísoqueseatrevíaamostrarseenpúblico,seponía,en lugardelhorribleagujerodesunariz,unanarizdecartónpiedraprovistadeunbigote,quenolequitabadeltodosuairemacabro,yaquecuandopasabadecíanasusespaldas:«¡Mira, ahívaese trompe-la-mort!»,peroque lehacíamásomenos—digomásomenos—soportablealavista.

Estabapuesaguardándoloenlaorilladellago—dellagoAvernocomoéllo había llamado varias veces delante mío, riendo sarcásticamente— y,cansadodemilargaespera,medecía:«Hapasadoporlaotrapuerta,porladel“tercer sótano”», cuando oí un pequeño chapoteo en la oscuridad, vi brillarcomofanalesalosojosdeoroypocodespuésllegabalabarca.Eriksaltabaalaorillayveníahaciamí.

—Haceyaveinticuatrohorasqueestás ahí—dijo—;meestás cansando.¡Teadviertoquetodoestoacabarámuymal!Ytúlohabrásquerido,yaquemipacienciacontigoesenorme…Creesseguirme,grandísimonecio—(textual)—ysoyyoelquetesigoysétodoloquesabesdemí.Teperdonéayerenmicaminodeloscomuneros,perotedigo,ahoraenserio,quenoquierovolveraverte.Todoestoesmuyimprudenteymepreguntoaunsisabesloqueesperasiinsistesenhablar.

Estabatanencolerizadoquemeguardébiendeinterrumpirlo.Trasresoplarcomouna foca,meexpuso loquepensabaquecorrespondíaa loqueyometemía.

Page 195: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Sí,debessaberya—deunavezportodas—quétesignificaríahablar!Tedigoque,porculpadetusimprudencias—puestoquetehashechodetenerdosvecesyaporlasombradelsombrerodefieltro,quiennosabíaquéhacíasen los sótanos y te condujo ante los directores, quienes te tomaron por unpersa fantasiosoaficionadoa los trucosmágicosya lascandilejasdel teatro(yo estaba allí…, sí, estaba en el despacho; sabes bien que estoy en todaspartes)—,tedigoqueporculpadetusimprudenciasacabaránporpreguntarsequéesloquebuscasaquí…yquerrán,comotú,buscaraErik…ydescubriránlamansióndelLago…¡Enesecaso,peorparati,amigomío!…¡Peorparati!¡Norespondodenada!—yvolvióaresoplarcomounafoca—.¡Denada!…Silos secretos de Erik no siguen siendo secretos de Erik; ¡peor para muchosseres humanos!Es todo lo que tenía que decirte y, amenos que no seas ungrandísimonecio—(textual)—deberíasersuficiente,anoserquenosepasloquequieredecirhablar…

Estabasentadoenlapartetraseradesubarcaygolpeabalamaderadelapequeña embarcación con los talones, esperando una respuestamía. Le dijesimplemente:

—NoesaErikaquienvengoabuscaraquí…

—¿Aquién,pues?

—Losabesmuybien,¡aChristineDaaé!

—Tengoderechoacitarlaenmicasa—mecontestó—.Meamaporloquesoy.

—¡Noescierto!—respondí—.Lahasraptadoysecuestrado.

—Óyeme—medijo—,¿meprometesnovolverameterteenmisasuntossiteprueboquemeamatalcomosoy?

—Sí, te lo prometo —respondí sin vacilar, pues pensaba que parasemejantemonstruoestademostracióneraimposible.

—¡Pues bien, es sencillísimo!… Christine Daaé saldrá de aquí cuandoquiera,yvolverá…Sí,volveráporquequerrávolver…¡Volveráporsímisma,porquemequierepormímismo!

—¡Oh!, dudo que vuelva, pero tu obligación es dejarla marchar, nomolestarla.

—Mi obligación, grandísimo necio—(textual)—, es mi voluntad…, mideseo es dejarlamarchar, y ella volverá…, porqueme ama…Todo esto, teaseguro,acabaráenunaboda…,unabodaenlaMadeleine,grandísimonecio—(textual)—. ¿Por fin me crees? Te digo que la misa de la boda ya estáescrita…VerásquéKyrie…

Page 196: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Volvió agolpear lamaderade labarca con los talones, produciendounaespeciederitmoqueacompañabacantandoamediavoz:¡Kyrie!…¡Kyríe!…¡KyrieEleison!…¡Verás,verásquémisa!

—Escucha—concluí yo—, te creeré si veo a ChristineDaaé salir de lacasadelLagoyvolverlibrementeaella.

—¿Ynovolverásameterlanarizenmisasuntos?¡Puesbien,loverásestanoche!…Venalbailedemáscaras.Christineyyoiremosadarunavuelta…TúirásdespuésaesconderteeneltrasteroyveráscómoChristine,quehabrávuelto a su camerino, querrá tan sólo volver a emprender el camino de loscomuneros.

—¡Deacuerdo!

Sienefectoveíaeso,nomequedaríamásremedioqueaceptarlo,yaqueunamujer hermosa tiene siempre el derechode amar almás horrible de losmonstruos,sobretodoenelcasodeque,comoenéste,tengalaseduccióndelamúsicayqueestamujerseaprecisamenteunacantantemuyapreciable.

—¡Yahoravete,debosalirdecompras!

Me fui, pues, siempre inquieto porChristineDaaé, pero rumiando sobretodoenelfondodemímismountemiblepensamientoqueélhabíadespertadoacausademisimprudencias.

Medecía:«¿Cómoacabaráesto?».Apesardemicarácteralgofatalista,nopodía deshacerme de una indefinible angustia debido a la increíbleresponsabilidadquehabía tomadoundía al dejarvivir almonstruoquehoyamenazabaamuchossereshumanos.

Ante mi gran sorpresa, las cosas sucedieron como él me lo habíaanunciado.ChristineDaaésaliódelacasadelLagoyvolvióvariasvecessinque aparentemente nadie la forzara. Quise entonces olvidar este amorosomisterio, pero eramuy difícil paramí, sobre todo a causa de aquel temiblepresentimiento, dejar de pensar en Erik. De todos modos, resignado a unaextrema prudencia, no cometí el error de volver a la orilla del Lago o deemprenderdenuevoelcaminodeloscomuneros.Pero,comomeperseguíalaobsesióndelapuertasecretadel tercersótano,variasvecesfuiaaquel lugarquesabíadesiertodurantelamayorpartedeldía.Mepasabaallíinterminablesratosretorciéndomelosdedos,escondidodetrásdeundecoradodeElreydeLahore, que habían dejado allí no sé por qué, ya que esta obra no serepresentabaconfrecuencia.Tantapacienciahabríadeserrecompensada.Undíavi acercarse amí, de rodillas, almonstruo.Estaba segurodequenomeveía.Pasóentreeldecoradoqueseencontrabaallíyunportante,fuederechohastalaparedypresionó,enunlugarqueidentifiquédelejos,unresortequehizobascularlapiedraquedejabalibreelpaso.Desaparecióporestepasajey

Page 197: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

lapiedravolvióacerrarsetrasél.Ahorasabíaelsecretodelmonstruo,secretoquepodíallevarme,ensumomento,alamansióndelLago.

Paraasegurarmeesperéalmenosunamediahoray luegohicegiraramivez el resorte.Todo funcionó comohabía funcionado conErik. Pero nomeatrevíaentrarenel agujero sabiendoqueéste seencontrabaen lacasa.Porotraparte, la ideadequepodíasersorprendidoaquíporErikmerecordóderepentelamuertedeJosephBuquety,comonoqueríacomprometersemejantedescubrimiento,quepodía serútil amuchagente, amuchos sereshumanos,abandonélossótanosdelteatrotrashabervueltoacolocarcuidadosamentelapiedraensusitio,siguiendounsistemaquenohabíavariadodesdelospersas.

Comoustedes comprenderán, continuabamuy interesado en la intrigadeErikyChristineDaaé,noporqueobedeciera aunacuriosidadmalsana, sinodebido, como ya he dicho, a aquel temible presentimiento que no meabandonada:«SiErikdescubrequeno loamapor loquevale—pensaba—,podemosesperarlopeor».Y,deambulandosincesar,peroconprudenciaporlaópera,prontosupelaverdadsobrelostristesamoresdelmonstruo.SehabíaapoderadodelespíritudeChristineporel terror,peroelcorazónde ladulceniña pertenecía enteramente al vizconde Raoul de Chagny. Mientras éstosjugabaninocentemente,comodosinocentesprometidos,enlapartealtadelaópera—huyendo delmonstruo—, no sospechaban que alguien les vigilaba.Yo,estabadecididoatodo:amataralmonstruosieraprecisoyadardespuésexplicacionesalajusticia.PeroEriknosedejóver,yestonometranquilizóenlomásmismo.

Debo aclarar cuál era mi plan. Creía que el monstruo, expulsado de sumoradapor los celos,mepermitiría de estemodopenetrar sin peligro en lacasadelLagopor el pasaje del tercer sótano.Tenía elmayor interés, por elbien de todos, en saber qué podía haber allí.Un día, cansado de esperar laocasión,hicegirar lapiedrae inmediatamenteoíunamúsicamaravillosa.Elmonstruotrabajaba,contodaslaspuertasdelacasaabiertas,ensuDonJuanTriunfante.Yosabíaqueéstaeralaobradesuvida.Meguardédemovermeypermanecíprudentementeenmioscuroagujero.Sedetuvounmomentoysepusoacaminarcomounlocoporsumorada.Dijodeprontoenalto,convozatronadora:«¡Deboacabarestoantes!Ybienacabado».Estapalabranoeralamásindicadaparatranquilizarmey,comolamúsicavolvíaaempezar,cerrélapiedra con precaución. Pero, a pesar de la piedra cerrada, oía aún un vagocantolejanoquesubíadelfondodelatierra,aligualquehabíaoídoelcantode lasirenasubirdel fondode lasaguas.Recordaba laspalabrasdealgunostramoyistas,delosquesehabíanreídoenelmomentodelamuertedeJosephBuquet:«Habíaalrededordelcuerpodelahorcadoalgoasícomounruidoqueparecíauncantodedifuntos».

El día del rapto de Christine Daaé no llegué al teatro hasta bastante

Page 198: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

avanzadalavelada,temblandoantelaideadeoírmalasnoticias.Habíapasadoundíahorrible,yaquenohabíacesado,trasleerenunperiódicodelamañanalanoticiadelabodadeChristineydelvizcondedeChagny,depreguntarmesi,apesardetodo,noharíamejordenunciandoalmonstruo.Perorecobréeljuicioymepersuadídequeconestaactitudsólopodíacontribuiraprecipitarlaposiblecatástrofe.

Cuandomicarruajemedejóantelaópera,miréelmonumentocomosienverdadestuvieraextrañadodeencontrarlotodavíaenpie.

Pero, como todo buen oriental, soy un poco fatalista y entré,esperándomelotodo.

ElraptodeChristineDaaéenelactodelaprisión,quesorprendióatodoelmundo, me cogió ya advertido. Estaba seguro de que Erik la habíaescamoteado,comoreydelosprestidigitadoresqueenverdadera.YcreíqueestavezhabíallegadoelfinparaChristineyquizáparatodoelmundo.

Hasta talpuntoqueporunmomentomepreguntésinoibaaaconsejaratodoslosqueseguíanenelteatroquesepusieranasalvo.Perodenuevomecontuve,puesestabasegurodequemetomaríanporunloco.Porúltimo,noolvidaba que, si por ejemplo gritaba: «¡Fuego!» para hacer salir a aquellagente, podía provocar una catástrofe—asfixias en la huida, pisoteos, luchassalvajes—peoraúnquelamismacatástrofe.

De todas formas, me decidí a intervenir personalmente sin pérdida detiempo. Por lo demás, el momento me parecía propicio. Tenía muchasprobabilidadesdequeEriknoseocuparamásquedesuprisionera.Habíaqueaprovecharparapenetrarensumoradaporeltercersótanoypenséunirparaaquella empresa al pobre vizcondedesesperado, quien, en el acto aceptómipropuestaconunaconfianzaquemeconmovióprofundamente.Habíaenviadoa mi criado a buscar mis pistolas. Darius nos alcanzó con la caja en elcamerino de Christine Daaé. Di una pistola al vizconde y le aconsejé queestuvierasiempredispuestoadisparar,comoyo,yaque,apesardetodo,Erikpodía esperarnos detrás de la pared. Debíamos pasar por el camino de loscomunerosyporlatrampilla.

El joven vizcondeme había preguntado, al ver las pistolas, si íbamos abatirnosenduelo.Yyoledije:¡yquéduelo!Perodesdeluegonotuvetiempode explicarle nada. El joven vizconde es valiente, pero ignoraba casi todosobresuadversario.¡Muchomejor!

¿Quéesundueloconelmástemibledelosespadachinescomparadoconun combate con elmás genial de los prestidigitadores?Yomismome hacíadifícilmentea la ideadeque ibaa lucharconunhombrequesóloesvisiblecuando lo desea y que además ve todo a su alrededor cuando todo sigue

Page 199: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

oscuro…Conunhombrecuyararaciencia,sutilidad,imaginaciónydestrezalepermitendisponerdetodaslasfuerzasnaturalescombinadasparacrearennuestrosojosuoídoslailusiónquenospierde…Ytodoestoenlossótanosdela ópera, es decir en el mismo país de la fantasmagoría. ¿Acaso puedeimaginarse esto sin estremecerse? ¿Acaso podemos hacernos una idea de loquelehubieraocurridoaunhabitantedelaOperasihubieraencerradoenella—en sus cinco sótanos y veinticinco pisos— a un Robert-Houdin feroz ysarcástico,quetanprontoseríecomoodia,tanprontovacíalosbolsilloscomoasesina?… Piensen en esto: «¿Combatir contra un maestro en trampillas?».¡Dios mío! Ha construido tantas en nuestro país, en todos los palacios,trampillaspivotantesquesonlasmejoresdelmundo.¡Combatiralmaestroentrampillasenelreinodelastrampillas!

SimiesperanzaconsistíaenqueaúnnohabíadejadoaChristineDaaéenaquellamansióndelLago,a laquehabíadebido llevardesvanecidaunavezmás,miterrorencambioestribabaenqueseencontrarayaenalgunapartedenuestroalrededorpreparandoellazodelPendjab.

Nadie sabe lanzarmejorqueélel lazodelPendjab:eselpríncipede losestranguladores al igual que es el rey de los prestidigitadores.Cuando huboacabadodehacerreíra lapequeñasultana,en tiemposde las llorasrosasdeMazenderan,ellamismalepidióqueélsedivirtierahaciéndolatemblar.YnoencontrónadamejorqueeljuegodellazodelPendjab.Erik,quehabíavividountiempoenlaIndia,habíavueltoconunaincreíbledestrezaparaestrangular.Sehacíaencerrarenunpatioalqueconducíanaunguerrero—habitualmenteuncondenadoamuerte—,arriadoconunalargapicayunaanchaespada.Erikno teníamásquesu lazoy, siempreenelmomentoenqueelguerrerocreíaabatiraErikdeungolpepoderoso,seoíasilbarellazo.Conunmovimientode muñeca, Erik apretaba el delgado lazo en el cuello de su enemigo y loarrastrabainmediatamenteantelapequeñasultanaysuscriadas,quemirabandesdeunaventanayaplaudían.LapequeñasultanaaprendiótambiénalanzarellazodelPendjab,ymatóasíavariasdesuscriadas,einclusoaalgunasdesus amigas que habían venido a visitarla. Pero prefiero abandonar el temahorriblede lashorasrosasdeMazenderan.Sihehabladoes,porque tuve,alllegar con el vizconde de Chagny a los sótanos de la ópera, que poner enguardiaamicompañerocontraestaposibilidad,siempreamenazanteanuestroalrededor,deestrangulamiento.Enverdad,unavezenlossótanos,mispistolasyanopodíanservirnosdenada,yaqueestabaconvencidodeque,apartirdelmomentoenquenosehabíaopuestodesdeelprincipioanuestraentradaenelcamino de los comuneros, Erik no merodeaba por allí. Pero siempre podíaestrangularnos.Notuvetiempodeexplicartodoestoalvizconde,ynosési,disponiendo de ese tiempo, lo habría empleado en contarle que había enalguna parte, en la sombra, un lazo de Pendjab dispuesto a silbar. Eraabsolutamenteinútilcomplicarlasituaciónymelimitabaaaconsejaralseñor

Page 200: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

deChagnyquemantuvierasiemprelamanoalaalturadelojo,enposicióndedisparar.Enestaposturaresultaimposible,inclusoparaelestranguladormáshábil, lanzar con éxito el lazo de Pendjab. Almismo tiempo que el cuello,cogeelbrazoo lamano,yasíel lazo,alquepuededesatarse fácilmente, sevuelveinofensivo.

Después de esquivar al comisario de policía y a algunos cerradores depuertas,alosbomberos,encontrarporprimeravezalmatadorderatasypasardesapercibidos ante el hombre del sombrero de fieltro, el vizconde y yoconseguimos llegar sin obstáculos al tercer sótano, entre el bastidor y eldecoradodeElreydeLahore.PuseenacciónelresortedelapiedraysaltamosalamoradaqueEriksehabíaconstruidoenladobleenvolturadelasparedesdeloscimientosdelaópera(yconlamayorsencillezdelmundo,porqueErikfueunodelosprimerosmaestrosdeobrasdePhilippeGarnier,elarquitectodela Opera, y continuó trabajando misteriosamente solo, cuando los trabajoshabíansidosuspendidosoficialmentedurante laguerra,el sitiodeParísy laComuna).

ConocíalosuficienteaErikparatenerlapresuncióndellegaradescubrirtodos los trucos que habría podido pergeñar durante todo este tiempo.Tampocoestabanadatranquiloalsaltardentrodesucasa.Sabíaloquehabíahecho de cierto palacio deMazenderan.Convirtió el edificiomás noble delmundoenlacasadeldiablo,dondenopodíapronunciarseunapalabrasinquefuera espiada o devuelta por el eco. ¡Cuántos dramas familiares, cuántastragediassangrientasarrastrabatrasdesíelmonstruoconsustrampillas!Estosin tener en cuenta que, en los palacios que él había «trucado», no podíasaberse exactamente dónde se encontraba uno. Tenía invencionessorprendentes.Sinduda,lamáscuriosa,lamáshorribleylamáspeligrosadetodaseralacámaradelossuplicios,conexcepcióndecasosexcepcionalesenlos que la pequeña sultana se divertía haciendo sufrir a algún plebeyo, nodejabanentrarmásquea loscondenadosamuerte.Amimododevereralainvenciónmás atroz de las horas rosas deMazenderan. Además, cuando elvisitantequehabíaentradoenlacámaradelossupliciosyanopodíaaguantarmás,leestabapermitidosiempreacabarconunlazodelPendjab,quedejabanasudisposiciónalpiedelárboldehierro.

Así, cuál no seríami sorpresa, poco después de entrar en lamorada delmonstruo, al caer en la cuentadeque lahabitación a laque acabábamosdesaltarelvizcondedeChagnyyyoeraprecisamente la reconstrucciónexactadelacámaradelossupliciosdelashorasrosasdeMazenderan.

Encontré a nuestros pies el lazo del Pendjab que había temido tantodurantetodalanoche.Estabaconvencidodequeaquellazohabíaservidoyapara Joseph Buquet. El jefe de tramoyistas debía haber sorprendido a Erik,igualque,yo,enelmomentoenqueponíaenjuegolapiedradeltercersótano.

Page 201: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Luego,porcuriosidad,había intentadopasara suvezantesdeque lapiedravolvieraacerrarse,yhabíaidoacaeralacámaradelossuplicios,delaquenohabía vuelto a salir más que ahorcado. Me imaginaba muy bien a Erikarrastrandoelcuerpo,delquequería librarse,hastaeldecoradodeElreydeLahore y colgándolo allí para dar ejemplo o para aumentar el terrorsupersticiosoquedebíaayudarleavigilarlosaccesosdelacaverna.

Pero, trasreflexionar,Erikhabíavueltoabuscarel lazodelPendjab,queestá hecho curiosamente de tripas de gato y que hubiera podido excitar lacuriosidad de un juez de instrucción.Así se explicaba la desaparición de lacuerdadelahorcado.

Y he aquí que descubría el lazo a nuestros pies en la cámara de lossuplicios…Nosoynadapusilánime,perounsudorfríomeinundóelrostro.

La linterna, cuyo pequeño disco rojo paseaba por las paredes de lafamosísimacámara,temblabaenmimano.

ElseñordeChagnysediocuentaymedijo:

—¿Quépasa,señor?

Le hice una violenta señal de que se callara, ya que aún abrigaba lasupremaesperanzadequenosencontráramosenlacámaradelossupliciossinqueelmonstruolosupiera.

Peroniaquellaesperanzaeralasalvación,yaqueaúnpodíaimaginarmuybienque,porelladodelsótano,lacámaradelossupliciosprotegíalamansióndelLago,quizásinclusoautomáticamente.

Sí,lossupliciosibanacomenzarquizásautomáticamente.

¿Quién hubiera sido capaz de decir qué gestos nuestros losdesencadenarían?

Recomendé a mi compañero la inmovilidad más absoluta. Un silencioaplastantesecerníasobrenosotros.

Ymilinternarojaseguíadandolavueltaalacámaradelossuplicios…lareconocía,sí…lareconocía…

CAPÍTULOXXIII

ENLACÁMARADELOSSUPLICIOS

SigueelrelatodelPersa

Page 202: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Nosencontrábamosenmediodeunapequeñasaladeformaperfectamentehexagonal…,cuyasseiscarasestabanforradasinteriormentedeespejos…,dearriba a abajo… En los ángulos se distinguía muy bien las juntas de losespejos,lospequeñossectoresdestinadosagirarsobresusgoznes…,sí,sí,losreconocí…,yreconocíelárboldehierroenunrincón,alfinaldeunodeestospequeños sectores…, el árbol de hierro con su rama de hierro…, para losahorcados.

Habíacogidoelbrazodemicompañero.ElvizcondedeChagnytemblaba,dispuestoagritarasuprometidaparadecirlequehabíavenidoensuayuda…Yotemíaquenopudieracontenerse.

Derepente,oímosunruidoanuestraizquierda.

Al principio, fue como una puerta que se abriera y se cerrara en lahabitacióndeallado,despuéshuboungemidosordo.RetuveconmásfuerzaaúnelbrazodelseñordeChagny.Luegooímosclaramenteestaspalabras:

—¡Tómaloodéjalo!¡Lamisadebodasolamisadedifuntos!

Reconocílavozdelmonstruo.

Volvióaoírseungemido.

Después,unlargosilencio.

Estabapersuadidoentoncesdequeelmonstruoignorabanuestrapresenciaen sumorada, ya que de lo contrario se las habría arreglado para que no leoyéramos.Lehubierabastadoconcerrarherméticamentelaventanitainvisibleporlaquelosquegustandelossupliciosmirandentrodelacámara.

Además, estaba seguro de que, si él estuviera enterado de nuestrapresencia,lossupliciosyahabríanempezado.

TeníamospuesunabuenaventajasobreErik:nosencontrábamosasuladoyélnosabíanada.

Lo importante era no hacérselo saber y lo que más temía era laimpulsividad del vizconde de Chagny, que quería lanzarse a través de lasparedes para alcanzar a Christine Daaé, cuyos gemidos creíamos oír pormomentos.

—¡La misa de difuntos no es muy alegre!—continuó diciendo Erik—,mientras que la misa de bodas, esa sí, es magnífica. Hay que tomar unadecisiónysaberloquesequiere.Amímeesimposibleseguirviviendoasí,enelfondodela tierra,enunagujero,comountopo.DonJuanTriunfanteestáterminado, ahora quiero vivir como todo elmundo.Quiero tener unamujercomotodoelmundo,irapaseareldomingo.Heinventadounamáscaraconlaque parezco la persona más normal del mundo. No llamará la atención de

Page 203: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

nadie. Serás la más feliz de las mujeres. Y cantaremos solo para nosotros,hastamorir. ¡Lloras! ¡Tienesmiedodemí!Sinembargo,enel fondonosoymalo.¡Ámameyloverás!¡Sólomehafaltadoquemeamaranparaserbueno!Sitúmeamarasseríamansocomouncorderoyharíasdemíloquequisieras.

El gemido que acompañaba a esta especie de letanía de amor fue enaumento. Jamás he oído algomás desesperado, y el señor de Chagny y yoreconocimos que Erik era el que emitía aquella espantosa lamentación. Encuanto a Christine, quizá detrás de la pared que teníamos delante nuestro,debíaestarmudadehorror,sinfuerzasparagritar,conelmonstruoasuspies.

Estelamentoerasonoro,atronadoryestentóreocomolaquejadelocéano.PortresvecesErikarrojóaquellamentodelarocadesugarganta.

—¡Tú no me amas! ¡Tú no me amas! ¡Tú no me amas!—Después, secalmó—:¿Porquélloras?Sabesmuybienquemehacesdaño.

Sehizoelsilencio.

Cada silencio suponía para nosotros una esperanza. Nos decíamos:«Quizásdetrásdelapared,élsehaidoydejadoaChristineDaaésola».

SólopensábamosenindicaraChristineDaaénuestrapresenciasinqueelmonstruosedieracuenta.

Ahora, la única forma de salir de la cámara de los suplicios era queChristinenosabrieralapuerta;denoserasí,nopodríamossocorrerla,yaqueignorábamosinclusodóndeseencontrabalapuerta.

De repente, el silencio de al lado fue turbado por el ruido de un timbreeléctrico.

AlotroladodelaparedseoyóunsaltoylavozdetruenodeErik:

—¡Llaman!Queentre—unalúgubrecarcajadasarcástica—.¿Quiénvieneamolestarnos?Espérame aquí unmomento…,voy a decirle a la sirenaqueabra.

Unospasossealejaron,unapuertasecerró.Notuvetiempodepensarenelnuevo horror que se preparaba; olvidé que quizás el monstruo salía paracometer un nuevo crimen. No pensé más que en una cosa: ¡Christine seencontrabasolaalotroladodelapared!ElvizcondedeChagnyyalallamaba.

—¡Christine,Christine!

Sioíamosloquedecíanenlahabitacióndeallado,nohabíamotivoparacreerquemicompañeronofueraoídoasuvez.Sinembargo,elvizcondetuvoquerepetirvariasvecessullamada.Porfin,unavozdébilllegóhastanosotros.

—¿Estarésoñando?

Page 204: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Christine, Christine! ¡Soy yo, Raoul! —Silencio—. ContéstameChristine…¡Siestásola,contésteme,porloqueustedmásquiera!

Entonces,lavozdeChristinemurmuroelnombredeRaoul.

—¡Sí, sí, soy yo! ¡No es un sueño!… Christine, tenga confianza…Estamos aquí para salvarla… ¡Ni una imprudencia…! Cuando oiga almonstruo,avísenos.

—¡Raoul,Raoul!

SehizorepetirvariasquenosoñabayqueRaouldeChagnyhabíapodidollegarhastaella,conducidoporunfielcompañeroqueconocíaelsecretodelamansióndeErik.

Peroenseguida,alarápidaalegríaqueletraíanuestrapresencia,siguióuntemor aún mayor. Quería que Raoul se marchara en el acto. Temblaba demiedo a que Erik descubriera su escondite, ya que en ese caso no hubieradudadoenmataraljoven.NoshizosaberenpocaspalabrasqueEriksehabíavuelto absolutamente loco de amor y que estaba decidido amatar a todo elmundoyaélmismoconelmundo,siellanoconsentíaenconvertirseensumujeranteelalcaldeyelpárroco,elpárrocodelaMadeleine.Lahabíadejadohastaeldíasiguientea lasonceparameditar.Eraelúltimoplazo.Entonces,tendríaqueelegir,comodecíaél,entrelamisadebodasoladedifuntos.

YErikhabíapronunciadoesta frasequeChristinenohabíacomprendidoenteramente: «¡Sí o no; si es no, todo el mundo puede darse pormuerto yenterrado!».

Peroyocomprendíaquellafraseperfectamente,porquerespondíadeformaamenazanteamitemiblepensamiento.

—¿PodríadecirnosdóndeestáErik?—lepregunté.

Ellacontestóquedebíahabersalidodelamansión.

—¿Podríaasegurarsedeello?

—¡No!…Estoyatada…,nopuedohacerniun sologesto.Al saberlo, elseñordeChagnyyyonopudimoscontenerungritoderabia.Lasalvacióndelostresdependíadelalibertaddemovimientosdelajoven.

—¡Oh!¡Liberarla,llegarhastaella!

—Pero, ¿dónde están? —volvió a preguntar Christine—. Hay sólo dospuertas en mi habitación, la habitación estilo Luis Felipe de la que le hehablado,Raoul…,unapuerta por la que entray saleErik, yotra quenohaabiertojamásdelantedemíyporlaquemehaprohibidopasarporser,segúndice,lamáspeligrosadelaspuertas…,¡lapuertadelossuplicios!

Page 205: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Christine,estamosdetrásdeesapuerta!…

—¿Estánenlacámaradelossuplicios?

—Sí,peronovemoslapuerta.

—¡Ay!…Sialmenospudieraarrastrarmehastaallí…Golpearíacontralapuertayasísabríandóndeestá.

—¿Esunapuertaconcerradura?—pregunté.

—Sí,concerradura.

Pensé:seabredelotroladoconunallave,comotodaslaspuertas,peropornuestro lado se abre con el resorte y el contrapeso, y no va a ser fácildescubrirlo.

—¡Señorita! —dije—. ¡Es absolutamente necesario que nos abra esapuerta!

—Pero, ¿cómo? —respondió la voz desolada de Christine. Oímos uncuerpo que se movía, que intentaba librarse de las ligaduras que laaprisionaban…

—Sólonossalvaremosconastucia—dije—.¡Necesitamoslallavedeesapuerta!

—Sédóndeestá—contestóChristinequeparecíaagotadaporelesfuerzoqueacababadehacer—,peroestoybienatada…¡Miserable!…

Seoyóunsollozo.

—¿Dóndeestálallave?—pregunté,ordenandoalseñordeChagnyquesecallaraymedejarallevarelasuntoporquenopodíamosperderniuninstante.

—En la habitación, junto al órgano, con otra llavecita de bronce queigualmentemehaprohibido tocar.Estánenunabolsitadecueroa laqueélllamaLabolsitadelavidaydelamuerte…¡Raoul!¡Raoul!…Huya…Aquítodo esmisterioso y terrible…Erik se ya volver completamente loco… ¡Yustedes en la cámara los suplicios!… ¡Salgan por donde han venido! ¡Esacámaradebetenermotivosparallamarseasí!

—¡Christine, saldremos de aquí juntos o moriremos juntos! —dijo eljoven.

—Tenemos que salir de aquí sanos y salvos—susurré—, pero debemosconservarlasangrefría.¿Porquélahaatado,señorita?Nopuedehuirdeaquí,yéllosabe.

—¡Quisematarme!Elmonstruo,estanoche,después,habermetraídoaquídesvanecida,mediocloroformizada,sehabíaausentado.Habíaido,pareceser

Page 206: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—esélquienmelohadicho—,avisitarasubanquero…Cuandohavuelto,mehaencontradoconelrostroensangrentado…¡yohabíaqueridomatarme!¡Mehabíagolpeadolafrentecontralasparedes!

—¡Christine!—gimióRaoul,yempezóasollozar.

—Entonces, me ató… No tengo derecho a morir hasta mañana a lasonce…

Todaestaconversaciónatravésdelaparedfuemuchomás«entrecortada»y mucho más cautelosa de lo que podría dar idea transcribiéndola aquí. Amenudonosdeteníamosenmediodeunafrase,porquenoshabíaparecidooíruncrujido,unpaso,unmurmulloinsólito…Ellanosdecía:

—¡No, no es él!… Ha salido… ¡Estoy segura de que ha salido! Hereconocidoelruidoquehacealcerrarselapareddellago.

—Señorita—declaré—,elmonstruomismolahaatado…Tambiénseráélquienladesate…Notienemásquesimularunacomedia…¡Noolvideustedquelaama!

—¡Desgraciadademí!—oírnos—.¿Cómopodríaolvidarlo?

—Recuérdelo para sonreírle… suplíquele, dígale que esas ataduras lehacendaño.

PeroChristineDaaénosdijo:

—¡Chisss!… Oigo algo en la pared del lago… ¡Es él!… ¡Váyanse!¡Váyanse!…¡Váyanse!…

—Nonos iríamosaunquepudiéramos—dijepara impresionar a la joven—.¡Nopodemosirnos!¡Además,estamosenlacámaradelossuplicios!

—¡Silencio!—volvióasusurrarChristine.Lostresnoscallamos.

Pasossordossearrastrabanlentamentedetrásdelaparedyvolvíanahacercrujirelsuelo.

Luego,hubounenormesuspiroseguidodeungritodehorrordeChristine,yoímoslavozdeErik.

—¡Tepidoperdónporenseñarteunrostrocomoéste!¡Miraenquéestadomeencuentro!¡Esculpadelotro!¿Porquéhabrállamado?¿Acasopreguntoalosquepasanquéhoraes?Novolveráapreguntarlahoraanadie.Esculpadelasirena…

Denuevounsuspiromásprofundo,másamplio, salidode lomáshondodelabismodeunalma.

—¿Porquéhasgritado,Christine?

Page 207: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Porquesufro,Erik.

—Creíquetehabíaasustado…

—Erik,aflójemeestasataduras…¿nosoyacasotuprisionera?

—Volverásadesearlamuerte…

—Mehadadoustedtiempohastamañanaporlanoche,alasonce,Erik…

Lospasosseguíanarrastrándoseporelsuelo.

—Después de todo, ya que debemos morir juntos…, y que tengo tantaprisa como tú…, sí, yo también estoy cansado de esta vida, ¿entiendes?…¡Espera, no te muevas; voy a desatarte!… No tienes más que decir unapalabra:¡no!,ytodosehabráacabado,paratodoelmundo…¡Tienesrazón…,tienestodalarazón!¿Paraquéesperarhastamañanaporlanochealasonce?… ¡Ah, sí, porque habría sido mucho más bonito!… He tenido siempre laenfermedad del decorado… de lo grandioso… ¡qué infantil!…No hay quepensarmásqueenunomismo,enlavida…,enlapropiamuerte…,elrestoessuperfluo… ¿Ves lomojado que estoy?… ¡Ah, querida, es que hicemal ensalir!… Hace un tiempo de perros… Además, Christine, creo que tengoalucinaciones…Sabes,elquellamabahaceunratodondelasirena,vetesabersisuenaenelfondodellago,puesbien,separecía…Así,vuélvete…¿Estáscontenta?¡Yaestáslibre!…¡Diosmío,tusmuñecas,Christine!¿Leshehechodaño?Dime…Esto sólomerece lamuerte…A propósito demuerte, ¡debocantarlesumisa!

Aloíraquellasfrasesterribles,nopudeevitarunhorriblepresentimiento…Tambiényohabíallamadounavezalapuertadelmonstruo…¡ysinsaberlo!…habíadebidoponerenmarchaalgúntimbredealarma…Ymeacordabadelosdosbrazosquesalierondelasaguasnegrascomolatinta…¿Quiénhabríasidoahoraelpobredesgraciadoperdidoenaquellasorillas?

El recuerdo de aquel desgraciado casi me impedía regocijarme por lacomedia que representaba Christine y, sin embargo, el vizconde de Chagnymurmuraba a mi oído esta palabra maravillosa: ¡libre!… ¿Quién, pues?¿Quiéneraelotro?¿Aquelporelqueoíamosahoralamisadifuntos?

¡Qué canto más sublime y arrebatado! Toda la mansión del Lagoretumbaba… Todas las entrañas de la tierra se estremecían… Habíamospegado la oreja contra la pared de espejo para oír mejor la comedia deChristineDaaé,aqueseentregabaparasalvamos,perosólooíamoslamisadedifuntos…¡Eramásbienunamisadecondenados!…Allí,enelfondodelatierra,parecíaunarondademalditos.

RecuerdoqueelDiesIraequeélcantónosenvolviócomounatormenta.Sí,anuestroalrededorhabíarayosycentellas…Sí,lehabíaoídocantarotras

Page 208: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

muchasveces…ConseguíainclusohacercantaralasfaucesdepiedrademistorosandrocéfalosenlosmurosdelpalaciodeMazenderan…Perocantardeestaforma,¡jamás,jamás!Cantabacomoeldiosdeltrueno…

Derepente,lavozyelórganosedetuvierontanbruscamentequeelseñorde Chagny y yo retrocedimos detrás de la pared, asustados… Y la voz deprontocambiada,transformada,pronuncióclaramenteestassílabasmetálicas,rechinandolosdientes:

—¿Quéestáshaciendoconmibolsa?

CAPÍTULOXXIV

EMPIEZANLOSSUPLICIOS

SigueelrelatodelPersa

Lavozrepitióconfuror:

—¿Quéestáshaciendoconmibolsa?

ChristineDaaénodebíatemblarmenosquenosotros.

—¿Conqueeraparacogerlabolsaporloquequeríasquetedesatara,di?…

Se oyeron pasos precipitados, la carrera de Christine que volvía a lahabitaciónestiloLuisFelipe,comoparabuscarrefugiojuntoanuestrapared.

—¿Por qué huyes? —decía la enfurecida voz, que la había seguido—.¡Quieresdevolvermemibolsa!¿Nosabesacasoqueeslabolsitadelavidaydelamuerte?

—Escúcheme,Erik…—suspiróla joven—.Siapartirdeahoradebemosvivirjuntos…¿quépuedeimportarle?…¡Todoloqueessuyomepertenece!…

Lohabíadichodeunaformatantemblorosaqueinspirabacompasión.Ladesgraciada debía emplear toda la energía que le quedaba para superar suterror…Peronoseríaconestetipodesupercheríasinfantiles,dichasconlosdientescastañeteantes,comopodíasorprendersealmonstruo.

—Sabesbienquelabolsanocontienemásquedosllaves…¿Quéqueríashacer?—preguntóErik.

—Quisiera —dijo ella— visitar esa habitación que no conozco y quesiempremehaocultado…¡Esunacuriosidaddemujer!—añadióellaenuntonoquepretendíaseralegreyqueporsufalsedadsólosirvióparaaumentar

Page 209: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ladesconfianzadelmonstruo.

—¡No me gustan las mujeres curiosas! —replicó Erik—. Deberíasdesconfiar de esas cosas desde la historia de Barba Azul… ¡Vamos!…¡Devuélvememibolsa…,devuélvememibolsa!…¡Quieresdejaresallave…pequeñacuriosa!

Yriosarcásticamente,mientrasChristinelanzabaungritodedolor…Erikacababadequitarlelabolsa.

Fueenaquelmomentocuandoelvizconde,sinpodercontenersepormástiempo,lanzóungritoderabiaydeimpotencia,quelogréahogarconmuchadificultad…

—¡Ah!—exclamóelmonstruo—.¿Quéeseso?¿Nohasoído,Christine?

—¡No…,no!Noheoídonada—contestóladesgraciada.

—Mehaparecidooírungrito.

—¿Ungrito?…¿Acasoestáusted enloqueciendo,Erik?…¿Quiénquiereque grite en el fondo de esta mansión?… Yo he gritado porque me hacíadañó…Noheoídonada…

—¡Quémanera de decirme esto!… ¡Tiemblas…! ¡Estásmuy alterada!…¡Mientes!… ¡Han gritado, han gritado!… Hay alguien en la cámara de lossuplicios…¡Ah,ahoracomprendo!…

—¡Nohaynadie,Erik!…

—¡Yaentiendo!…

—¡Nadie!…

—¡Quizá…tuprometido!…

—¡Yo no tengo prometido! ¡Lo sabe ustedmuy bien!…Una nueva risamalévola.

—Por otra parte, ¡es tan fácil saberlo!… Mi pequeña Christine, amormío…,noesnecesarioabrir lapuertaparasaberquéocurreenlacámaradelossuplicios…¿Quieresverlo?¿Quieresverlo?…¡Mira!…Sihayalguien…,sirealmentehayalguien,veráscómoseiluminaráalláarriba,alladodeltecho,laventana invisible…Bastaconcorrer lacortinanegrayapagaraquí…¡Yaestá!… ¡Apaguemos! No debes temer la oscuridad, en compañía de tumaridito…

EntoncesseoyólavozagonizantedeChristine.

—¡No!…Tengomiedo…¡Yalehedichoquetengomiedoalaoscuridad!…¡Esacámaranomeinteresaenlomásmínimo!…

Page 210: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

¡Es usted quienme damiedo, como a una niña, con esa cámara de lossuplicios!…Antes he sido curiosa, es cierto… Pero, ahora, nome interesanadadenada…¡nada!

Y lo que yo más temía se disparó automáticamente… ¡De repente nosvimos inundados de luz!… Sí, detrás de nuestra pared se produjo como unincendio. El vizconde de Chagny, que no se lo esperaba, quedó tansorprendidoquesetambaleó.Ylavozencolerizadaestallóalotrolado.

—¡Yatedecíaquehabíaalguien!…¿Vesahoralaventana?…¡Laventanaluminosa!… ¡Allá arriba!El que se encuentra detrás de esa pared no puedeverla…Pero túsubirása ladobleescalerilla, ¡estáaquíparaeso!Amenudomehaspreguntadoparaqué servía…Puesbien, ¡ya lo sabes!…¡Sirveparamirarloquesucedeenlacámaradelossuplicios…,pequeñacuriosa!

—¿Qué suplicios?…¿Qué suplicios hay allí dentro? ¡Erik,Erik, dígameque tan sólo quiere atemorizarme! ¡dígamelo si me ama, Erik!… No haysuplicios,¿noescierto?¡Soncuentosparaniños!…

—Veamirar,queridamía,porlaventanita…

Nosésielvizconde,amilado,oíaahoralavozdesfallecidadelajoven,hastatalpuntoestabaabsortoenelespectáculoinauditoqueacababadesurgirante su mirada desorbitada… En cuanto a mí, que ya había visto muy amenudo aquel espectáculo a través de la ventanita de las horas rosas deMazenderan,sólomequedabaoírloquedecíanallado,buscandounmotivodeacción,unaresoluciónatomar.

—¡Veaver,veamirarporlaventanita!…¡Dime,cuéntamedespuéscómotienelanariz!

Oírnosrodarlaescalera,queapoyabancontralapared…

—¡Sube,pues!…¡No!…¡No!…¡Subiréyo,querida!

—¡Bueno,sí!…Iréamirar…¡Déjeme!…

—¡Ay,querida!…¡Queridamía!…¡Quégentileres!…¡Esmuyamabledetuparteahorrarmeestetrabajoamiedad!…¡Mediráscómotienelanariz!…Silagentesedieracuentadelafelicidadquerepresentatenerunanariz,unanarizpropia…novendríajamásapasearseporlacámaradelossuplicios…

En aquel momento oímos claramente, por encima de nuestras cabezas,estaspalabras.

—Amigomío,aquínohaynadie…

—¿Nadie?¿Estásseguradequenohaynadie?…

—Absolutamente…Nohaynadie…

Page 211: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Tantomejor,pues!…¿QuéteocurreChristine?…¡Vamos!…Noirásaencontrartemal… ¡Si no hay nadie!… ¡Baja, baja!… ¡Tranquilízate, puestoquenohaynadie!…Pero¿quétehaparecidoelpanorama?

—¡Oh,sorprendente!

—Bueno, te encuentras mejor… ¿no es cierto?… Te encuentras muchomejor…Nada de emociones… ¡Qué casamás curiosa ésta, ¿no?, en la quepuedenencontrarsesemejantespanoramas!…

—¡Sí,escomoestarenelMuseoGrevin!…Pero,Erik,nohaysupliciosallídentro…¿Sabequemehahechopasarunmiedoterrible?…

—¿Porqué,sinohaynadie?

—¿Fue usted quien construyó esa cámara, Erik?… ¿Sabe que esmagnífica?¡Decididamente,esustedungranartista,Erik…!

—Sí,ungranartista«enmigénero».

—Pero,dígameErik,¿porquéhallamadoaestahabitaciónlacámaradelossuplicios?

—¡Oh,esmuysencillo!Pero,primero,¿quéhasvisto?

—¡Hevistounbosque!…

—¿Yquéhabíaenelbosque?

—¡Arboles!…

—¿Yquéhayenlosárboles?

—Pájaros…

—Hasvistopájaros…

—No,nohevistopájaros.

—Entonces,¿quéhasvisto?¡Piénsalo!…¡Hasvistoramas!¿Yquéhayenuna rama? —dijo la terrible voz—. ¡Hay una horca! ¡Por eso llamo a mibosquelacámaradelossuplicios!…Yyaloves,noesmásqueunaformadehablar…¡Todoestonoesmásqueunabroma!…¡Yonuncameexpresocomolosdemás!…¡Nohagonadacomolosdemás!…Pero,estoymuycansado…muycansado.Yanopuedo soportar, ¿sabes?, tenerunbosqueenmicasa,yunacámaradesuplicios…,estar instaladocomouncharlatánenel fondodeunacajadedoblefondo…¡Nopuedomás!¡Nopuedomás!…Quierotenerunpiso tranquilo, conpuertasyventanas corrientesyunamujerhonradacomotodoelmundo…Deberíasentenderlo,Christine,ynotendríaquerepetírteloacada momento… ¡Una mujer como todo el mundo!… Una mujer a la quequerría, a la que llevaría a pasear el domingo y a la que haría reír toda la

Page 212: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

semana…¡Ah,noteaburriríasconmigo!Tengomásdeuntrucoenlamanga,sincontarlosdecartas…Mira,¿quieresquetehagajuegosdemanosconlascartas?Asímataremoseltiempo,mientrasesperamosqueseanlasoncedelanochedemañana…¡MipequeñaChristine!…¡MipequeñaChristine!…¿Meescuchas? ¡Yanome rechazas!…¿Dime,me amas?… ¡No, nome amas!…¡Perono importa!…¡Meamarás!Antesnopodíasmirarmimáscaraporquesabíasloquehabíadetrás…¡Ahora,yanoteimportamirarla,teolvidasdeloque hay detrás y ya no quieres rechazarme!… Uno se acostumbra a todocuando sequiere…cuando se tienebuenavoluntad…¡Cuántos jóvenesquenosequeríanantesdelabodaluegoseadoraron!¡Ah,iyanoséloquedigo!…Perotedivertirásmuchoconmigo…¡Nohaynadiecomoyo,porejemplo,puedo asegurarte que no hay otro ventrílocuomejor que yo! ¡Soy el primerventrílocuodelmundo!…¡Teríes!…¡Quizánomecreas!…¡Escucha!

Elmiserable(querealmenteeraelmejorventrílocuodelmundo)aturdíaalapequeña(medabaperfectacuenta)paraalejarsuatencióndelacámaradelos suplicios… ¡Estúpida maniobra!… ¡Christine no pensaba más que ennosotros!… Repitió en varias ocasiones, en el tono más suave de que fuecapaz,mirándoloconojosdeardientesúplica:

—¡Apaguelaventanita!…¡Erik!…¡Apaguelaventanita!…

Estaba convencida de que aquella luz, que se había encendidorepentinamenteenlaventanitaydelaqueelmonstruohabíahabladodeformatanamenazadora,teníaunarazóndeser…Unasolacosadebíatranquilizarlamomentáneamente,yeraquenoshabíavistoalosdos,detrásdelapared,enmediodelmagnífico incendio, depie y enperfecto estado…Pero se habríatranquilizadomás,sindudaalguna,sisehubieraapagadolaluz…

Elotrohabíaempezadoyaunnúmerodeventrílocuo.Decía:

—Mira,levantounpocomimáscara.Sólounpoco…¿Vesmislabios?¿Oloquetengoporlabios?¡Nosemueven!…Mibocaoesaespeciedebocaquetengo…estácerrada.Sinembargo,oyesmivoz…Habloconelvientre…,esmuynatural…¡Aestosellamaserunventrílocuo!Essabido:escuchamivoz,¿adóndequieresquemeponga?¿Entuoídoizquierdo…oelderecho?…¿Enla mesa?… ¿En los cofrecillos de ébano de la chimenea?… ¡Ah! ¿tesorprende?… ¡Mi voz está en los cofrecillos de la chimenea! ¿La quiereslejana… o próxima?… ¿Retumbante?… ¿Aguda?… ¿Nasal?… Mi voz sepasea por todas partes… por todas partes… Escucha, mi querida…, en elcofrecilloaladerechadelachimenea,escuchaloquedice:¿Habráquegiraralescorpión?…Yahora,¡crac!…,escuchaloquediceahoraelcofrecillodelaizquierda:¿Habráquegiraralsaltamontes?Yahora,¡crac!…Míralaenlagargantade laCarlotta,enel fondode lagargantadorada,de lagargantadecristal de laCarlotta. ¿Quédice?Dice: «Soyyo, señorgallo.Soyyo laque

Page 213: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

canta:Escuchoaestavozsolitaria…¡cuac!…¡quecantaenmicuac!…».Yahora,¡crac!,hallegadoaunasilladelpalcodelfantasma…yhadicho:«LaseñoraCarlottacantaestanochecomoparahacercaer laaraña…».Yahora,¡crac!… ¡Ja!… ¡Ja!… ¡Ja!… ¿Dónde está la voz de Erik?… EscuchaChristine,queridamía…¡Escucha!…Estádetrásdelapuertadelacámaradelos suplicios… ¡Escúchame!… Soy yo el que estoy en la cámara de lossuplicios…¿Yquédigo?Digo:«¡Pobresdeaquellosque tienen ladichadetenerunanariz,unaverdaderanarizpropiamentesuyayquevienenapasearseporlacámaradelossuplicios!…¡ja,ja,ja!».

¡Malditavozdelformidableventrílocuo!¡Estabaentodaspartes,entodaspartes!… Se colaba a través de la ventanita invisible…, a través de lasparedes…,corría alrededordenosotros…¡Erik estabaallí! ¡Noshablaba!…Hicimos un gesto como para arrojarnos sobre él…, pero, más rápido, másinasiblequelasonoravozdeleco,lavozdeErikhabíavueltoalotroladodelapared…

Depronto,dejamosdeoírsuvozyheaquíloqueocurrió:

LavozdeChristine:

—¡Erik, Erik!… ¡Me cansa usted con su voz!… ¡Calle, Erik!… ¿No leparecequehacecaloraquí?…

—¡Sí,sí!Elcalorsehaceinsoportable…—contestalavozdeErik.

Ydenuevolavoz,ahogadaporlaangustia,deChristine:

—¿Quéesesto?…Laparedestámuycaliente…laparedestáardiendo…

—Voyaexplicártelo,Christine,amormío,esporculpade«laselvadeallado»…

—¿Quéquieredecir?…¿Laselva?

—¿NohavistoqueeraunaselvadelCongo?

YlarisadelmonstruoseelevótantoqueyanodistinguimoslosclamoressuplicantesdeChristine…ElvizcondedeChagnygritabaygolpeabacontralasparedescomounloco…Yonopodíacontenerlo…Peronoseoíamásquelarisadelmonstruo…,yelmonstruomismonodebióoírmásquesurisa…Después,huboelruidodeunalucharápida,deuncuerpoquecaealsueloyque es arrastrado…y el estrépito de una puerta cerrada con furia…y nadamás,nadaalrededornuestromásqueelsilencioabrasadordelmediodía…,¡enelcorazóndeunaselvaafricana!…

CAPÍTULOXXV

Page 214: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

¡TONELES!¡TONELES!¿TIENEUSTEDTONELESPARAVENDER?

SigueelrelatodelPersa

HedichoyaqueaquellacámaraenlaquenosencontrábamoselseñordeChagny y yo era regularmente hexagonal y estaba forrada por completo deespejos.Desdeentonces,especialmenteenciertasexposiciones,sehanhechocámaras exactamente iguales que ésta, llamadas «casas de los milagros» o«palacios de las ilusiones». Pero el primero en inventarlas fue Erik, queconstruyóantemisojos laprimerasaladeeste tipo,en tiemposde lashorasrosas deMazenderan.Bastaba con disponer algúnmotivo decorativo en losrincones,unacolumnaporejemplo,paraobtenerinstantáneamenteunpalaciodemilcolumnas,yaque,porefectodelosespejos,lasalarealseaumentabaenhastaseissalashexagonales,de lasquecadaunasemultiplicabahastaelinfinito.Antaño,paradivertira«lapequeñasultana»,habíadispuestodeestemodo un decorado que se convertía en el «templo innumerable»; pero lapequeña sultana se cansó en seguida de una ilusión tan infantil, y entoncesErik transformó su invento en cámara de los suplicios.En lugar delmotivoarquitectónico colocado en los rincones, puso en primer plano un árbol dehierro. ¿Por qué aquel árbol, perfecta imitaciónde la realidad con sus hojaspintadas,eradehierro?Porquedebíaserlosuficientementesólidocomopararesistir todos losataquesdel«paciente»alqueseencerrabaen lacámaradelos suplicios. Veremos de qué manera el decorado así obtenido setransformaba por dos veces, instantáneamente, en otros dos decoradossucesivos,graciasalarotaciónautomáticadelostamboresqueseencontrabanenlasesquinasyquehabíansidodivididosentres,uniendolosángulosdelosespejos y sosteniendo cada uno un motivo decorativo que iba turnándosealternativamente.Lasparedesdeestaextrañasalanoofrecíanningúnasideroal paciente, ya que, con excepción del motivo decorativo de una solidez aprueba de todo, estaban forradas tan sólo de espejos, y espejos losuficientemente sólidos como para aguantar los arrebatos de rabia delmiserablealquearrojabanallí,paracolmoconmanosypiesdesnudos.

Niunmueble.Eltechoeraluminoso.Uningeniososistemadecalefaccióneléctrica,quehasidoimitadodespués,permitíaaumentarlatemperaturadelasparedesavoluntadydardeestemodoalasalalatemperaturadeseada…

Me dedico en enumerar todos los detalles precisos de un inventoabsolutamentenatural,quecreabaesta ilusióndealgosobrenaturalmedianteramaspintadas,deunaselvaecuatorialabrasadaporelsoldelmediodía,paraque nadie pueda poner en duda la serenidad demi espíritu, para que nadiepuedadecir:«¡Estehombresehavueltoloco!»,obien:«Estehombremiente»,o:«Estehombrenostomaporimbéciles».

Page 215: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Sime hubiera limitado a contar las cosas así: «Al bajar del sótano, nosencontramos con una selva ecuatorial abrasada por el sol del mediodía»,habría logrado causar un efecto de estúpida sorpresa, pero no busco ningúnefecto,yaquemiintenciónesexplicarquénossucediórealmentealvizcondedeChagny y amí en el curso de una terrible aventura que, por un tiempo,mantuvoenviloalajusticiadeestepaís.

Vuelvoahoraaloshechosenelpuntoenqueloshedejado.

Cuandosehizolaluzeneltechoyanuestroalrededorseiluminólaselva,elestupordelvizcondesuperótodoloquepuedaimaginarse.Laaparicióndeaquellaselvaimpenetrablecuyosinnumerablestroncosyramasnosenlazabanhastaelinfinito,losumióenunaconsternaciónespantosa.Sepasólasmanosporlafrentecomopararechazarunavisióndesueñoysusojosparpadearoncomolosdealguienaquien,aldespertar, lecuestarecobrarelconocimientodelarealidaddelascosas.¡Poruninstante,seolvidódeescuchar!

He dicho que la aparición de la selva no me sorprendió, por eso pudeescucharquéocurríaenlahabitacióndeallado.Además,mellamabamenosla atención el decorado, del que se desentendía mi pensamiento, que delmismoespejoqueloproducía.Aquelespejosehabíarotoenalgunospuntos.

Enefecto,teníagrietas.Habíanlogrado«estrellarlo»apesardesusolidezyestomedemostrabaque, sindudaalguna, lacámarade lossupliciosen laquenosencontrábamos,yahabíaservido.

UnavíctimaquellevaríalospiesylasmanosmásprotegidosquelosdeloscondenadosdelashorasrosasdeMazenderan,habíacaídoenaquella«ilusiónmoral»y, locoderabia,habíagolpeadoaquellosespejosque,apesardesusligerasgrietas,habíanreflejadosuagonía.Ylaramadelárbolenlaquehabíaconcluidosusuplicioestabadispuestadetalmodoque,antesdemorir,habíapodidovermecersealavez—supremoconsuelo—amilesdeahorcados…

¡Sí,sí,JosephBuquethabíapasadoporallí!…¿íbamosamorircomoél?

Yonolocreía,yaquesabíaqueteníamosaúnalgunashorasdetiempoyque podría emplearlas en algomás útil de lo que JosephBuquet había sidocapazdehacer.

¿Acasonoteníaunprofundoconocimientodelamayoríadelos«trucos»deErik?Estaeralaoportunidaddefinitivadellevarloalapráctica.

Paraempezar,nopensabaenlomásmínimoenvolveralcorredorquenoshabíaconducidohastalacámaramaldita,nimepreocupéporlaposibilidaddevolveraponeren juego lapiedra interiorquecerrabaelpaso.Elmotivoeramuy simple: ¡no disponía de losmedios!…Habíamos saltado de una alturabastante considerable a la cámara de los suplicios y ningún mueble nos

Page 216: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

permitíaahoraalcanzarelpasaje,nisiquieralaramadelárboldehierro,niloshombrosdeunodenosotrosamododeescalerillas.

Nohabíamásqueunasalidaposible,laquedabaalahabitaciónestiloLuisFelipeenlaqueseencontrabanErikyChristineDaaé.Perosiaquellasalida,porel ladodeChristineeraunapuertanormalycorriente,porelnuestroeraabsolutamente invisible… Teníamos pues que intentar abrirla sin sabersiquieraenquélugarseencontraba,locualnoerauntrabajomuyfácil.

CuandomeconvencídequenopodíamosesperarnadadeChristineDaaé,cuandooíalmonstruollevar,omejordicho,arrastrarconsigoaladesgraciadamuchacha fuera de la habitación estilo Luis Felipe para que no molestaranuestrosuplicio,decidíponermeinmediatamenteatrabajar,esdecir,abuscarelresortedelapuerta.

Pero,primero,tuvequecalmaralseñordeChagnyqueyasepaseabaporel claro comounalucinado, lanzandoclamores incoherentes.Los retazosdeconversación que había podido oír, pese a su emoción, entre Christine y elmonstruo, habían contribuido a ponerle fuera de sí; si añadimos a esto elefectode laselvamágicayelardientecalorqueempezabaahacercorrerelsudor por sus sienes, no costará mucho entender que el señor de Chagnycomenzaraaexperimentarciertotormento.Apesardemisrecomendaciones,micompañeronotomabayaningúntipodeprecaución.

Ibayveníasinningúnrumbo,precipitándosehaciaunespacioinexistente,creyendo entrar en una avenida que le conducía hacia el horizonte ygolpeándoselafrente,pocospasosdespués,conelmismoreflejodesuilusióndeselva.

Entretanto, ibagritando: ¡Christine!…¡Christine!…,yagitaba lapistolallamando aún con todas sus fuerzas al monstruo, desafiando a un duelo amuertealÁngeldelamúsica,maldiciendolaselvailusoria.Elsupliciosurtíaefectoenaquellamentepocopreparada.Intentabacombatirlorazonandoconelpobrevizcondede lamaneramásserenadelmundo, lehacía tocarconeldedo losespejosyelárboldehierro, las ramaspintadasen lospaneles,y leexplicaba, según las leyes de la óptica, toda la utilería luminosa en la queestábamosenvueltosydelaquenopodíamos,comodosvulgaresignorantes,servíctimas.

—Estamosenunacámara,enunacámarapequeña,estoesloquedebemosrepetirnosconstantemente…Ysaldremosdeestacámaracuandoencontremoslapuerta.¡Puesbien,busquémosla!

Le prometí que, si me dejaba actuar sin aturdirme con sus gritos y suspaseosdeloco,encontraríaelresortedelapuertaantesdeunahora.

Entonces,setumbóenelparqué,comosehaceenlosbosques,ydeclaró

Page 217: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

queesperaríaaqueyoencontrara lapuertade laselvayaqueno teníanadamejorquehacer.Ycreyósudeberañadirque,desdedondeseencontraba,«lavista era espléndida» (A pesar de todo lo que yo había podido decirle, elsupliciosurtíaefecto).

Encuantoamí,olvidandolaselva,elegíunpaneldeespejosymepuseatantear sobre él en todos los sentidos buscando el punto débil sobre el quehabíaque apretarparahacergirar laspuertas, segúnel sistemadepuertasytrampillas giratorias de Erik. A veces ese punto débil podía ser una simplemanchaenelespejo,deltamañodeunguisante,bajolacualseencontrabaelresortequehabíaquedisparar. ¡Busquéybusqué!Tanteaba todo loaltoquemismanospodíanalcanzar.Erikeramásomenosdemialturaypensabaquenohabríacolocadoelresortemásarribadeloquealcanzabasutalla;erasólouna hipótesis, pero mi única esperanza. Había decidido, pues, incansable yminuciosamente, dar la vuelta a los seis paneles de espejos y despuésexaminartambiéndetenidamenteelparqué.

Al mismo tiempo que tanteaba los paneles con sumo cuidado, meesforzabapornoperderunsolominuto,yaqueel calorme invadía siempremásynosasábamosliteralmenteenaquellaselvainflamada.

Trabajaba desde hacía una media hora y había terminado ya con trespaneles, cuando nuestramala fortuna quiso queme volviese ante una sordaexclamaciónlanzadaporelvizconde.

—¡Meahogo!—decía—.Todosestosespejosirradianuncalorinfernal…¿Vaaencontrarprontosuresorte?¡Sinoloconsiguepronto,nosvamosaasaraquí!

Nomedisgustónadaoírlehablarasí.Nohabíadichounasolapalabraconrespectoalaselvayconfiabaenquelarazóndemicompañeropodríalucharaúnmáscontraelsuplicio.Peroañadió:

—Loquemeconsuelaesqueelmonstruo lehadado tiempoaChristinehastamañanaalasoncedelanoche;sinopodemossalirdeaquíysalvarla,¡almenosmoriremosantesqueella! ¡LamisadeErikpodráservirpara todoelmundo!

Yaspiróunabocanadadeairecalientequecasilohizodesfallecer…

Comonoteníalosmismosmotivosqueelvizcondeparaaceptarlamuerte,mevolví,despuésdealgunaspalabrasdealiento,haciamipanel,perohabíacometidolatonteríadedaralgunospasosmientrashablaba,detalmodoque,enlaconfusióndelaselvailusoria,nosabíaconseguridadcuáleramipanel.Me veía obligado a volver a empezar, al azar… Tampoco pude evitarmanifestarmicontrariedadyelvizcondecomprendióqueteníaquerehacerlotodo.Estolediounanuevaoportunidad.

Page 218: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Jamássaldremosdeestaselva!—gimió.

Su desesperación no hizo más que aumentar. Y, al aumentar, le hacíaolvidarsiempremásqueaquellosnoeranmásqueespejosynounaverdaderaselva.

Yo había vuelto a buscar…, a tantear… La fiebre empezaba también ainvadirme…, ya que no encontraba nada…, absolutamente nada… En lahabitacióndealladoseguíaelmismosilencio.Nosencontrábamosdeverdadperdidosenlaselva…,sinsalida…,sinbrújula…,singuía…,sinnada.¡Oh!Sabíaloquenosesperabasinadieacudíaennuestraayudaosinoencontrabaelresorte.Pero,¡yapodíabuscarelresorte!Noencontrabamásqueramas…ramasdeunabellezaadmirablequesealzabanrectasantemíosecurvabanondeantesporencimademicabeza…¡Peronodabanningunasombra!Noeradeextrañar,yaqueestábamosenunaselvaecuatorial,conelsol justosobrenuestrascabezas…,unaselvadelCongo…

En varias ocasiones, el señor de Chagny y yo nos habíamos quitado yvueltoaponereltraje,encontrandoavecesquenosdabamáscaloryavecesque,porelcontrario,nosprotegíadelcalor.

Yo aún resistía moralmente, pero el señor de Chagny me pareciócompletamente «ido». Pretendía que hacía tres días y tres noches quecaminabasinpararporaquellaselvaenbuscadeChristineDaaé.Detantoentanto, creía verla tras el tronco de un árbol, o deslizándose a través de lasramas, y la llamaba con palabras suplicantes que llenaban mis ojos delágrimas: «¡Christine, Christine!… ¿Por qué huyes de mí? ¿Acaso no mequieres?… ¿No estamos prometidos?… ¡Christine, detente! ¡Mira, estoyagotado!…¡Christine,tenpiedad!…¡Voyamorirenlaselva…,lejosdeti!».

—¡Oh,tengosed!—dijofinalmenteentonodelirante.

Tambiényoteníased…Teníalagargantahechafuego…

Sinembargo,agachadoahoraenelsuelo,nodejabadebuscar…,buscar…,buscar el resorte de la puerta invisible…, ya que la estancia en la selva sehacía peligrosa con la cercanía de la noche… Ya la sombra de la nocheempezabaaenvolvernos…,habíallegadomuydeprisa,comocaelanocheenlospaísesecuatoriales…,derepente,sinapenascrepúsculo…

Pero la noche en las selvas ecuatoriales es siemprepeligrosa, sobre todocuando,comoennuestrocaso,nose tieneconquéhacerfuegoparaalejaralas fieras.Había intentado, dejando por un instante la búsqueda del resorte,romperalgunasramas,alasquehabríaencendidoconlallamademilinterna,pero también yo me había estrellado contra los famosos espejos y eso mehabía hecho recordar a tiempoque teníamos en frente tan sólo imágenes deramas…

Page 219: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Conlanoche,elcalornohabíadesaparecido,alcontrario…Ahorahacíamás calor bajo el resplandor azul de la luna. Recomendé al vizconde quetuviera las armas dispuestas para disparar y que no se apartara del lugar denuestrocampamentomientrasyoseguíabuscandoelresorte.

De repente, oímos el rugidodeun león a pocos pasos.Nosdesgarró losoídos.

—¡Oh!—exclamóelvizcondeenvozbaja—,¡noestálejos!…¿Nolove?Allí… a través de los árboles…, en aquellas espesuras…Si vuelve a rugir,¡disparo!

Yel rugidovolvió a sonar aúnmás fuerte.El vizcondedisparó, peronocreo que alcanzara al león; tan sólo rompió un espejo; lo comprobé a lamañanasiguiente,alalba.Durante lanochedebimoshacerun largocamino,ya que nos encontramos repentinamente al borde de un desierto, de uninmensodesiertodearena,depiedrasyderocas.Realmentenovalíalapenasalirde laselvaparacaereneldesierto.Vencido,mehabía tumbadoal ladodelvizconde,cansadodebuscarresortesquenoencontraba.

Estaba realmente extrañado (y se lo dije al vizconde) de que nohubiéramos tenido otrosmalos encuentros durante la noche.Habitualmente,despuésdelleónhabíaunleopardoy,aveces,elrevoloteodemoscastsé-tsé.Eran todos efectos sonoros muy fáciles de producir y expliqué al señor deChagny, mientras descansábamos para atravesar el desierto, que Erikreproducíaelrugidodelleónconunlargotamborilrematadoenpieldeasnoenunosolodesusextremos.Encimade lapiel se tensaunacuerdade tripaatadaporelcentroaotracuerdadelmismogéneroqueatraviesaeltambordeladoalado.Eriknotienemásquefrotarestacuerdaconunguanteuntadodecolofonia. Por la manera de frotar, imita, hasta el extremo de no poderdistinguirla, la voz del león o del leopardo, o incluso el revoloteo de lasmoscastsé-tsé.

LaideadequeErikpudieraestarenlahabitacióndealladoconsustrucos,me incitó a tomar la decisión de conferenciar con él, ya que evidentementehabía que renunciar a la idea de sorprenderlo. Ahora ya debía saber a quéatenerse con respecto a los habitantes de la cámara de los suplicios… Lollamé:¡Erik,Erik!…Gritélomásfuertequepudeatravésdeldesierto,peronadiecontestóamivoz…Portodaspartes,anuestroalrededor,elsilencioylainmensidaddeaqueldesiertopétreo…¿Quéibaaserdenosotrosenmediodeaquellahorriblesoledad?

Empezábamos literalmente amorir de calor, de hambre, de sed…, sobretododesed…FinalmentevialseñordeChagnyincorporarsesobreuncodoyenseñarmeunpuntoenelhorizonte…¡Acababadedescubrireloasis!

Page 220: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Sí,allá,muylejos,enplenodesierto,unoasis…unoasisconagua…agualimpiacomoelcristal…aguaquereflejabaalárboldehierro…¡Ah!Aquelloera sin duda un efecto del espejismo… lo reconocí en seguida…, el másterrible… Nadie había podido resistirlo, nadie…Me esforcé por conservartodamirazón…ypornodesearelagua…porquesabíaquesideseabaelaguaque reflejaba el árbol de hierro y, si tras desear el agua, tropezaba con elespejo,sólohabríaunacosaquehacer:colgarmedelárboldehierro…

PoresogritéalseñordeChagny:

—¡Es un espejismo!… ¡Es un espejismo!… ¡No crea en el agua!… ¡Esotrotrucodelespejo!…

Entonces,meenvió—comosedice—apaseoconmitrucodelespejo,misresortes,mis puertas giratorias ymi palacio de espejismos…Afirmó airadoqueyoera locoociegopara imaginarque todaaquella aguaquecorría allálejos,entretantosárboleshermososnoeraaguadeverdad…¡Eldesiertoeraverdad! ¡Y la selva también!…A él no se le engañaba fácilmente…Habíaviajadodemasiado…,yportodoslospaíses.

Searrastródiciendo:

—¡Agua!¡Agua!

Llevabalabocaabiertacomosibebiera…

Tambiényoteníalabocaabiertacomosibebiera…

Nosólolaveíamos,sinoque¡laoíamos!…Laoíamoscorrer…,gotear…¿Comprenden ustedes la palabra gotear? ¡Es una palabra que se oye con lalengua!…Lalenguasesaledelabocaparaescucharlamejor.

Por último, fue intolerable ya para nosotros oír la lluvia, y no llovía.¡Aquello era una invención demoníaca!… Pensar que sabía cómo lo hacíaErik: llenaba de piedrecitas una caja muy estrecha y muy larga, cortada aintervalos por divisiones de madera y de metal. Las piedrecitas, al caer,topaban contra las divisiones y rebotaban unas en otras, produciendo ruidosentrecortadosqueparecíanelrepiqueteodeunalluviadetormenta.

Había que ver cómo el señor de Chagny y yo estirábamos la lengua,arrastrándonoshacialaorilla…,nuestrosojosynuestrosoídosestabanllenosdeagua,peronuestralenguatansecacomosueladezapato…

Al llegar al espejo, el señor Chagny lo lamió… yo también lamí elespejo…

¡Estabaardiendo!

Entonces, nos dejemos rodar por el suelo, presa de una crueldesesperación. El señor de Chagny acercó a su sien la última pistola que

Page 221: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

quedabacargada,yyobusquéamispiesellazodelPendjab.

Sabíaporquéhabíavueltoaaparecerenaqueltercerdecoradoelárboldehierro…

¡Elárboldehierromeesperaba!

Pero,almirarellazodePendjab,vialgoquemehizoestremecerdeformatanviolentaqueelseñordeChagnysedetuvoensumovimientodesuicidio.Murmurabayaun«AdiósChristine».

Lehabíacogidodelbrazo.Despuéslequitélapistola…,ymearrastréderodillashacialoquehabíavisto.

Acababadedescubrir,juntoallazodePendjab,enlaranuradelparqué,unclavodecabezanegracuyafinalidadnoignoraba…

¡Porfinhabíaencontradoelresorte!¡Elresortequeibaaponerenjuegolapuerta!…¡Queibaadarnoslalibertad!…¡QueibaaentregarnosaErik!

Palpéelclavo…MiréalseñordeChagnyconunaexpresiónradiante…Elclavodecabezanegracedíaamipresión…

Yentonces…

Noseabrióunapuertaenlapared,sinounatrampillaenelsuelo.

Inmediatamente entró aire fresco desde aquel agujero negro. Nosinclinamossobreelrecuadrodesombracomosobreunafuentelímpida.Conelmentónenlasombrafresca,labebimos.

Nos inclinábamos cada vezmás por encima de la trampilla. ¿Qué podíahaberenaquelagujero,enaquellafosaqueacababadeabrirmisteriosamentesupuerta?

¿Quiénsabesinohabíaaguaallí?…

Aguaparabeber…

Alargué los brazos en las tinieblas y encontré una piedra, y otra…, unaescalera…unaescaleranegraquebajabaalacueva.

¡Elvizcondesedisponíayaatirarseporelagujero!

Allí, aunque no encontráramos agua, podríamos escapar a losdeslumbrantesefectosdeaquelloshorriblesespejos.

Perodetuvealvizconde,pues temíaunanueva tretadelmonstruo,yconmilinternasordaencendidabajéelprimero…

Laescalerade caracol se sumergía en espesas tinieblasygiraba sobre símisma.¡Québienseestabaenlaescalerayenlastinieblas!

Page 222: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Aquella frescuraproveníamenosdelsistemadeventilación instaladoporErikquedelamismafrescuradelatierra,quedebíadeestarsaturadadeaguaalnivelenelquenosencontrábamos…¡Además,elLagonopodíaestarmuylejos!…

Prontonosencontramosalfinaldelaescalera…nuestrosojosempezabanahacerse a las tinieblasy adistinguir anuestro alrededor formas…, formasredondas…,sobrelascualesdirigíaelhazluminosodemilinterna.

¡Toneles!…

¡EstábamosenlabodegadeErik!

Allídebíaguardarelvinoyquizáselaguapotable…

Yo sabía que Erik era amante de los buenos vinos… ¡Ah, sí, allí habíamuchoparabeber!…

El señor de Chagny acariciaba las formas redondas y repetíaincansablemente:

—¡Toneles!¡Toneles!¡Cuántostoneles!

Dehecho,habíabastantesdeellosalineadossimétricamenteendos filas,entrelasquenosencontrábamos…

SetratabadepequeñostonelesymeimaginéqueErikloshabíaescogidodeaqueltamañodadasufacilidaddetransportehacialamansióndelLago.

Examinamos uno tras otro, buscando alguno con una espita que dieraseñalesdehabersidoutilizadoalgunavez.

Perotodoslostonelesestabanherméticamentecerrados.

Entonces,traslevantarunoparacomprobarsiestaballeno,nospusimosderodillasyconlahojadeuncuchillitoquellevabaconmigointentéhacersaltareltapón.

En aquel momento me pareció oír, como si viniera de muy lejos, unaespeciedecantomonótonocuyoritmomeeraconocido,yaquelohabíaoídoconfrecuenciaenlascallesdeParís:

—¡Toneles!¡Toneles!¿Tieneustedtonelesparavender?

Mi mano quedó inmóvil sobre el tapón… El señor de Chagny tambiénhabíaoído.Medijo:

—Escurioso.Escomosieltonelcantara…

Elcantovolvióaempezar,máslejano…

—¡Toneles!¡Toneles!¿Tieneustedtonelesparavender?

Page 223: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Oh!—exclamóelvizconde—,leaseguroqueelcantosepierdeeneltonel.

Noslevantamosymiramosdetrásdeltonel…

—¡Esdentro!—exclamabaelseñordeChagny—.¡Esdentro!

Pero ya no oíamos nada… Y nos vimos obligados a atribuir aquello anuestromal estadoya la alteracióndenuestros sentidos.Volvimosal tapóndel tonel. El señor de Chagny puso las dos manos juntas encima y, en unúltimoesfuerzo,hizosaltareltapón.

—¿Quéesesto?¡Noesagua!—exclamóinmediatamenteelvizconde.

El vizconde había acercado sus dos manos llenas a mi linterna… Meinclinésobrelasmanosdelvizconde…,einmediatamentelancélalinternatanlejosdenosotrosqueserompióyseapagó…,yseperdióparasiempre.

LoqueacababadeverenlasmanosdelseñordeChagny…¡erapólvora!

CAPÍTULOXXVI

¿HABRÁQUEGIRARALESCORPIÓN?¿HABRÁQUEGIRARALSALTAMONTES?

FindelrelatodelPersa

Así, al bajar al fondo de la fosa, había llegado al fin de mi temiblepensamiento.¡Elmiserablenomehabíaengañadoconsusvagasamenazasamuchossereshumanos!Almargendelahumanidad,sehabíaconstruidounaguarida de fiera subterránea, totalmente decidido a volarlo todo con él yprovocando una gran catástrofe, si los que vivían a la luz del día venían amolestarleenelantroenelquehabíarefugiadosumonstruosafealdad.

El descubrimiento que acabábamos de hacer nos sumió en una angustiaque nos hizo olvidar todas las penas pasadas, todos nuestros sufrimientospresentes…Nuestrapresentesituaciónnosparecíaexcepcionalalrecordarquehacía tan solounos instanteshabíamos estadoal bordedel suicidio, perodepronto nos quedamos horrorizados de lo que podía ocurrir. ComprendíamosahoratodoloquehabíaqueridodecirytodoloquehabíadichoelmonstruoaChristineDaaé,asícomoloquesignificabaaquellaabominablefrase:«¡Síono; si es no, todo el mundo puede darse por muerto y enterrado!». ¡Sí,enterradoentrelosescombrosdeloquehabíasidolagranóperadeParís!…¿Podía imaginarse un crimenmás espantoso para arrastrar almundo en unaapoteosisdehorror?Preparadapara la seguridadde su refugio, la catástrofe

Page 224: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ibaaservirparavengarlosamoresdelmáshorriblemonstruoquehayapasadosobrelafazdelatierra…«¡Mañanaporlanoche,alasonce,últimoplazo!»…¡Ah,habíasabidoelegir lahora!…¡Habríamuchagenteen la fiesta!…,¡muchossereshumanos…,alláarriba…,enlosluminosospisosdelpalaciodelamúsica!…¿Acasopodíasoñaruncortejo,máshermosoparasumuerte?…Ibaabajaralatumbajuntoconloscuerposmásbellosdelmundo,adornadosdetodasuertedejoyas…¡Mañanaporlanoche,alasonce!…VolaríamosporlosairesenplenarepresentaciónsiChristineDaaédecía:¡No!…¡Mañanaporlanochealasonce!…¿ycómonoibaChristineDaaéadecirque¡No!?¿Nopreferiría acaso casarse con la misma muerte antes que con aquel cadáverviviente? ¿Ignoraba o no que de su respuesta dependía la suerte demuchossereshumanos?…¡Mañanaporlanoche,alasonce!…

Arrastrándonosenlastinieblas,huyendodelapólvora,intentandovolveraencontrarlospeldañosdepiedradadoquealláarriba,porencimadenuestrascabezas…, la trampilla que conduce a la habitación de los espejos se haapagadoasuvez…,nosrepetimos:«¡Mañanaporlanoche,alasonce!».

…Porfinencuentrolaescalera…,pero,derepente,meincorporodegolpeen el primer peldaño, porque un pensamiento terrible acaba de acudir amimente:

«¿Quéhoraes?».

¿Quéhoraes?…¿Quéhora?…¡Mañanaporlanochealasoncepuedeserhoy, puede ser ahoramismo!… ¿Quién podría decirnos qué hora es?…Meparece que estamos encerrados en este infierno desde hace días y días…,desde hace años…, desde el comienzo del mundo… ¡Puede que todo estovuele dentro de un momento!… ¡Un ruido!… ¡Un crujido!… ¿Lo ha oídousted?…¡Allí!¡Allí,enaquelrincón!…¡Grandesdioses!…escomounruidomecánico…¡Otravez!…¡Ah!¡Luz!…¿Quizáseaelmecanismoquelohagavolartodo?…¡seloaseguro,esuncrujido!…,¿estáustedsordo?

ElseñordeChagnyyyonosponemosagritarcomolocos…Elmiedonosavasalla…,subimos laescalera, rodandosobre lospeldaños…¡Puedeque latrampillaestécerrada!¡Puedequeseaestapuertacerradalaqueproducetantaoscuridad!…¡Quiénpudierasalirdelaoscuridad!…¡Salirdelaoscuridad!…¡Volveraencontrarlaclaridadfataldelahabitacióndelosespejos!…

Peroyaestamosenloaltodelaescalera…,no,latrampillanoestácerrada,pero ahora reina lamisma oscuridad en la cámara de los espejos que en labodegaquehemosabandonado…Dejamoslabodega…ynosarrastramosporel suelo de la cámara de los suplicios…, el suelo que nos separa delpolvorín… ¿Qué hora es?… ¡Gritamos! ¡Llamamos!…El señor de Chagnyclamacontodassusfuerzasrenacientes:«¡Christine!¡Christine!».YyollamoaErik…,lerecuerdoquelehesalvadolavida…¡Peronadanosresponde!…

Page 225: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Tan sólonuestrapropiadesesperación…,nuestrapropia locura…¿Quéhoraes?…«Mañana por la noche, a las once»…Discutimos…, nos esforzamospor calcular el tiempo que hemos pasado, aquí…, pero somos incapaces derazonar…Siporlomenospudiéramosverelcuadrantedeunreloj,conagujasquesemoviesen.Mirelojestáparadodesdehacetiempo…,peroeldelseñordeChagnyfuncionaaún…MedicequelopusoenhoramientrassepreparabaporlanocheantesdeveniralaÓpera…Intentamosllegaralaconclusióndequeelmomentofatalaúnnohallegado…

…Elruidomásinsignificantequellegahastanosotrosdesdelatrampilla,alaqueheintentadocerrarenvano,nosvuelveasumergirenlaangustiamásatroz…¿Quéhora es?…Yano llevamos encimamás que una cerilla…Sinembargo,deberíamossaber…ElseñordeChagnysugiereromperelcristaldesurelojypalpar lasagujas…Seproduceunsilencioduranteelcualpalpaeinterrogaalasagujasconlapuntadelosdedos.Laanilladelrelojlesirvedepuntodereferencia…Calculaporlaseparacióndelasagujasquepuedenserlasonceenpunto.

Pero las once que nos hacen temblar, tal vez hayan pasado ya, ¿no escierto?…Puedequesean lasonceydiez…ytendríamospor lomenosdocehoraspordelante.

Derepente,grito:

—¡Silencio!

Mehaparecidooírpasosenlahabitacióndeallado.

¡Nomeheequivocado!Oigoruidodepuertas,seguidopasosprecipitados.Golpeancontralapared.LavozdeChristineDaaé:

—¡Raoul!¡Raoul!

¡Ah!,exclamamostodosalavez,aunladoyalotrodelapared.Christinesolloza.¡NosabíasiibaaencontrarvivoalseñordeChagny!…Alparecerelmonstruo había sido terrible… No había hecho más que delirar mientrasesperaba que ella se decidiera a pronunciar el «sí» que le negaba… Noobstante,ellalehabíaprometidoel«sí»siconsentíaenllevarlaalacámaradelos suplicios… Pero él se había opuesto obstinadamente con terriblesamenazascontralahumanidad…Porfin, trasmuchashorasdeesteinfierno,acababadesalirenaquelmomento…dejándolasolaparameditarporúltimavez…

…¡Muchashoras!…

—¿Quéhoraes?¿Quéhoraes,Christine?…

—¡Sonlasonce!…¡Lasoncemenoscinco!…

Page 226: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¿Perolasoncedequé?

—¡Lasoncequedecidiránlavidaolamuerte!…Acabaderepetírmeloalsalir—vuelveadecirlavoztrémuladeChristine—.Esespantoso…¡Deliraysehaarrancadolamáscaraysusojosdeorolanzanllamas!¡Ynohacemásquereír!…Mehadicho,riendocomoundemonioborracho:«¡Cincominutos!Tedejo soladebidoa tu conocidopudor.Noquieroque te sonrojes antemícuandomedigassí,comolasnoviastímidas…¡Quédiablos!».Yaleshedichoqueestabacomoundemonioborracho…«Toma(yhabuscadolabolsitadelavidaydelamuerte),toma—mehadicho—,aquíestálallavecitadebroncequeabreloscofresdeébanoqueestánencimadelachimeneadelahabitaciónestiloLuisFelipe…Enunodeesoscofres encontrarásunescorpiónyenelotro un saltamontes, unos animalitos muy bien reproducidos en bronce delJapón.¡Sonanimalesquedicensíyno!Esdecirquenotendrásmásquegirarelescorpiónsobresuejehastacolocarloenlaposiciónopuestaalaquelohasencontrado…Esto significará paramí, cuando entre en la habitación, en lahabitacióndenuestranochedebodas: ¡Sí!…Sigiras al saltamontes, querrádecir:¡No!Deserasí,cuandoentreenlahabitación,entraréenlahabitaciónde lamuerte…».Y reía como un demonio borracho. Le pedí de rodillas lallavedelacámaradelossuplicios,prometiéndoleserparasiempresuesposasimelaconcedía…Peromehadichoqueyanonecesitaríaaquellallaveyqueibaaarrojarlaallago…Después,siempreriendocomoundemonioborracho,mehadejadodiciendoquenovolveríahastadentrodecincominutos,porquesabíatodoloquesedebe,cuandoseesuncaballero,alpudordelasmujeres…¡Ah!, también me ha gritado: «¡El saltamontes!… ¡Ten cuidado con elsaltamontes!… ¡Un saltamontes no gira tan sólo, salta, salta!… ¡Saltamaravillosamentebien!…».

Intento aquí reproducir mediante frases, palabras entrecortadas,exclamaciones, el sentido de las palabras delirantes de Christine… Ellatambién,duranteaquellasveinticuatrohoras,debióalcanzarellímitedeldolorhumano…yquizáhabíapadecidoaúnmásquenosotros…Acadamomento,Christine se interrumpía y nos interrumpía para exclamar: «¿Raoul, teencuentras bien…?», y tocaba las paredes que ahora estaban frías y sepreguntaba por qué razón habían estado tan calientes… Transcurrieron loscincominutosyelescorpiónyelsaltamontesarañabancontodassuspatasmipobrecerebro…

Sinembargohabíaconservadosuficientelucidezparacomprenderque,sise giraba el saltamontes, el saltamontes saltaría…, y con él muchos sereshumanos… ¡No había duda de que el saltamontes ponía en juego algunacorriente eléctrica destinada a volar el polvorín!…El señor deChagny queparecía,desdequehabía;vueltoaoírlavozdeChristine,haberrecobradotodasufuerzamoral,explicabaatodaprisaalajovenlaterriblesituaciónenlaque

Page 227: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

nos encontrábamos, nosotros y la Opera entera… Era necesario girar elescorpión,inmediatamente…

Esteescorpión,quecontestabaelsítandeseadoporErik,quizásimpediríaqueseprodujeralacatástrofe…

—¡Ve!…¡Ánimo,Christine,miadoradaChristine!…—ordenóRaoul.

Hubounsilencio.

—¡Christine!—exclamé—.¿Dóndeestáusted?

—Juntoalescorpión.

—¡Nolotoque!

Acababadeocurrírseme—yaqueconocíaaErik—queelmonstruohabíavueltoaengañaralajoven.Quizáseraelescorpiónelqueibaavolarlotodo.¿Porquénohabíavueltoaún,siloscincominutoshabíanyatranscurrido?…¡No había vuelto!… Sin duda había ido a ponerse a cubierto… Quizásesperabalaformidableexplosión…¡Tansóloesperabaeso!…Enverdad,nopodía esperar jamás que Christine consintiera en ser su presa voluntaria…¿Porquénohabíavuelto?…¡Notoqueelescorpión!…

—¡Él!¡Leoigo!…¡Yaestáaquí!…—exclamóChristine.

Llegaba,enefecto.OímossuspasosqueseacercabanalahabitaciónestiloLuisFelipe.Sehabía reunidoconChristine.Nohabíapronunciadouna solapalabra.

Entonces,alcélavoz:

—¡Erik!¡Soyyo!¿Mereconoces?

Ami llamada respondió inmediatamente en un tono extraordinariamentesereno.

—¿Cómo,nohabéismuertoyaahídentro?…Puesbien,procuradportarosbien.

Quise interrumpirle, pero me dijo con tanta frialdad que quedé heladodetrásdelapared:

—¡Unapalabramás,daroga,ylohagovolartodo!—yañadióenseguida—: ¡Le concedo el honor a la señorita!… La señorita no ha tocado elescorpión (¡qué tranquilo hablaba!), la señorita no ha tocado el saltamontes(¡con qué sangre fría!), pero aún no es demasiado tarde para hacerlo.Mire,abrosinllaveporquesoyelmaestroentrampillasyporqueabroycierrotodoloquequieroycomoquiero…Abroloscofrecillosdeébano.Mire,señorita,enloscofrecillosdeébano…,esoshermososanimalitos…,estánbastantebienreproducidos…,quéinofensivosparecen…¡Peroelhábitonohacealmonje!

Page 228: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

(todo lo decía con una voz neutra, uniforme). Si se gira el saltamontes,volaremos todos, señorita…Hay suficiente pólvora bajo nuestros pies parahacer saltar un barrio entero de París… Si se gira el escorpión, ¡toda estapólvoraquedaanegada!…Señorita,conmotivodenuestrasbodas,haráustedun precioso regalo a algunos centenares de parisinos que aplauden en estemomento unamediocre obra deMeyerbeer…Les regalará la vida…puestoque,consushermosasmanos(¡quévozmásapagada!),vaagirarelescorpión¡Yluego,felices,noscasaremos!

Unsilencio,ydespués:

—Sidentrodedosminutos,señorita,nohagiradoelescorpión…tengounreloj…—añadió la voz de Erik—, un reloj que funcionamaravillosamentebien,giraréelsaltamontes…,yelsaltamontessaltamaravillosamentebien…

Sehizounsilenciomásespantosoquetodoslosdemássilencios.YosabíaquecuandoErikadoptabaaquellavozpacífica,serenaycansada,esqueestádispuesto a todo, capaz del más titánico crimen o de la más esclavizadadevoción, y que una sílaba desagradable a sus oídos podía desencadenar unhuracán.ElseñordeChagnyhabíacomprendidoqueloúnicoquepodíahacererarezary,arrodillado,rezaba…Encuantoamí,lasangremegolpeabacontanta fuerza que tuve que llevarme una mano al corazón por miedo a queexplotara…Presentíamosloqueocurríaenaquellosúltimosmomentosenelpensamiento enloquecido de Christine Daaé… Comprendíamos su duda engirar el escorpión…¿Sería el escorpión el que lo haría volar todo? ¿HabríadecididoErikdestruirnosatodosconél?

PorfinsedejóoírlavozdeErik,suaveydeunadulzuraangelical…

—Los dos minutos han transcurrido…, ¡adiós, señorita! …, ¡salta,saltamontes!…

¡Erik!—exclamóChristine que debía haberse precipitado sobre lamanodelmonstruo—,me juras,monstruome juraspor tu infernalamorqueeselescorpiónelquehayquegirar…

—Sí,paravolareneldíadenuestraboda…

—Pues,entonces,saltemos.

—¡Anuestraboda,inocentecriatura!…Elescorpiónabreelbaile…Pero,¡bastaya!…¿Noquiereselescorpión?…Entonces,¡elsaltamontes!

—¡Erik!…

—¡Basta!…

Había juntadomisgritosa losdeChristine.ElseñordeChagny,siemprederodillas,seguíarezando…

Page 229: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—Erik!¡Hegiradoelescorpión!…

¡Ah!¡Quémomentovivimos!

¡Esperando!

Esperandoasertansólodespojosenmediodeltruenoydelasruinas…

A sentir crujir bajo nuestros pies, en el abismo abierto… cosas…, cosasquepodíanserelprincipiodelaapoteosisdehorror…,yaque,delatrampillaabierta en las tinieblas, boca negra en la noche negra, subía un silbidoinquietante,comoelprimerruidodeuncohete…

…Alprincipiofuemuytenue…,despuésmásconsistente…,másfuerte…

¡Pero,escuchad!¡Escuchad!Ysujetadconambasmanosvuestrocorazóndispuestoavolarjuntoconmuchossereshumanos.Noeraaquelelsilbidodelfuego. ¿Acaso no parece una manga de agua?… ¡A la trampilla! ¡A latrampilla!¡Escuchad!¡Escuchad!

Ahoraempiezaahacerglugú…glugú…

¡Alatrampilla!¡Alatrampilla!¡Alatrampilla!…¡Quéfrescura!

¡Aella!¡Aella!Todalasedquehabíadesaparecidoconelmiedovuelveahoramásfuerteaúnconelruidodelagua.

¡Elagua!¡Elagua!¡Elaguaquesube!…

Que sube en la bodega, por encima de los toneles, todos los toneles depólvora(¡toneles!¡toneles!…¿Tieneustedtonelesparavender?),¡elagua!…¡elaguahacialaquenosprecipitamosconlasgargantasabrasadas!…¡Elaguaquesubehastanuestrasbarbillas,hastanuestrasbocas!…

Y bebemos… En el fondo de la bodega, bebemos, hasta la mismabodega…

Y volvemos a subir, sumidos en la negra noche, la escalera, peldaño apeldaño, la escalera que habíamos bajado al encuentro del agua y quevolvemosasubirconelagua.

Lo cierto es que había allí una cantidad apreciable de pólvora perdida yanegada…¡Aguaenabundancia!…¡NoseescatimaelaguaenlamansióndelLago!Siestosigueasí,ellagoenteroentraráenlabodega…

En realidad, ahora nadie sabe dónde se detendrá… Estamos fuera de labodegayelaguasiguesubiendo…

Y el agua sale también de la bodega, se extiende por el suelo…Si estocontinúatodalamansióndelLagovaaquedarinundada.Elpropiosuelodelahabitación de los espejos es un pequeño lago en el que nuestros pies

Page 230: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

chapotean.¡Yaessuficienteagua!Erikdeberíacerrarelgrifo:¡Erik!¡Erik!…¡Yahaysuficienteaguaparalapólvora!¡Cierraelgrifo!¡Cierraelescorpión!

PeroEriknocontesta…Noseoyemásqueelaguaquesube…,ahoranosllegahastalamitaddelaspiernas…

—¡Christine,Christine! ¡Elaguanos llegaa las rodillas!—gritael señordeChagny.

PeroChristinenoresponde…Tansóloseoyeelaguaquesube.

¡Nada!Nadaenlahabitacióndeallado…¡Yanohaynadie!¡Nadieparagirarelgrifo!¡Nadieparacerrarelescorpión!

Estamoscompletamentesolosenlaoscuridad,conelaguanegraquenosenvuelve,quesube,quenoshiela.¡Erik!¡Erik!¡Christine!¡Christine!

Ahora hemos perdido pie y giramos en el agua, llevados por unmovimientoderotaciónirresistible,yaqueelaguagira juntoconnosotrosychocamoscontralosespejosnegrosquenosrechazan…ynuestrasgargantas,queemergenporencimadeltorbellino,aúllan…

¿Acasovamosamoriraquí?¿Ahogadosenlacámaradelossuplicios?…¡jamáshabíavistoesto!¡Erik,enlaépocadelashorasrosasdeMazenderan,nuncamehabíaenseñadoalgosemejantepor laventanita invisible!…¡Erik!¡Erik! ¡Te he salvado la vida! ¡Acuérdate!… ¡Estabas condenado!… ¡Ibas amorir!…¡Teheabiertolaspuertasdelavida!…¡Erik!…

¡Girábamosenelaguacomosifuésemoslosrestosdeunnaufragio!…

Pero,derepente,heagarradoconmismanosdesesperadasel`troncodelárboldehierro…,yllamoalseñordeChagny…Noscolgamoslosdosdelaramadelárboldehierro…

¡Elaguasiguesubiendo!

¡Ah!¿Recordáiselespaciohayentrelaramadelárboldehierroyeltechoencúpuladelahabitacióndelosespejos?…¡Intentadrecordarlo!…Despuésde todo, quizás el agua se detenga… Seguramente encontrará su nivel…¡Mirad! ¡Parecequesedetiene!…¡No,no! ¡Horror!…¡Anado! ¡Anado!…Nuestrosbrazosquenadanseentrelazan: ¡nosahogamos!…,nosdebatimosen el agua negra…, nos cuesta ya respirar el aire negro encima del aguanegra…, el aire que huye, que oímos huir por encima de nuestras cabezasmediantenoséquésistemadeventilación…¡Giremos,giremos,giramoshastaqueencontremoslaentradadeaire!…Pegaremosentoncesnuestrabocaa laboca de aire… Pero las fuerzas me abandonan, intento agarrarme a lasparedes… ¡Qué escurridizas son paramis dedos que buscan, las paredes deespejos!…¡Seguimosgirando!…¡Noshundimos!…¡Unúltimoesfuerzo!…¡Un último grito!… ¡Erik!… ¡Christine!… ¡Glu, glu, glu!…, en los oídos.

Page 231: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

¡Glu,glu,glu!…,enelfondodelaguanegranuestrosoídoshacenglugú.Yme parece aún, antes de perder el conocimiento, oír entre dos glugú…«¡Toneles!…¡Toneles!…¿Tieneustedtonelesparavender?».

CAPÍTULOXXVII

FINDELOSAMORESDELFANTASMA

AquíterminalanarraciónescritaquemedejóelPersa.

Pesealhorrordeunasituaciónqueparecíaconducirlesdefinitivamentealamuerte,elseñordeChagnyysucompañerosesalvarongraciasalasublimeabnegacióndeChristineDaaé.Elrestodelaaventurameloexplicóeldarogamismo.

Cuandofuiaverlo,seguíaviviendoensupequeñoapartamentodelacalledeRivoli,frentealasTullerías.Seencontrabamuyenfermoyfueprecisotodomi ardor de reportero-historiador al servicio de la verdad para decidirle arevivirconmigoelincreíbledrama.ErasiempresuviejoyfielcriadoDariusquienleservíaymecondujoasulado.Eldarogamerecibiójuntoalaventanaabiertaal jardín, sentadoenungransillóndonde intentaba levantarun torsoque, en sus tiempos, no debió carecer de belleza. El Persa tenía aún susmagníficos ojos, pero su pobre rostro estaba muy cansado. Se había hechorasurartotalmentelacabeza,alaquesolíacubrirconungorrodeastracán.Ibavestidoconunaampliahopalandamuysencilla,encuyasmangasseentreteníainconscientementeretorciéndoselosdedos,perosuespírituseguíasiendomuylúcido.

No podía recordar las angustias pasadas sin dejarse embargar por ciertodesasosiegoy,casiamigajas,learranquéelsorprendentefinaldeestaextrañahistoria. A veces se hacía rogar para contestar a mis preguntas; en cambiootras,exaltadoporsusrecuerdos,evocabaespontáneamenteantemí,conunavivezaestremecedora,laimagenespantosadeErikylasterribleshorasqueelseñordeChagnyyélhabíanvividoenlamansióndelLago.

Tendrían,quehaberlovistoestremecersecuandomedescribíasudespertarenlapenumbrainquietantedelahabitaciónestiloLuisFelipe…,traseldramadel agua…He aquí, pues, el final de esta terrible historia, tal comome lacontóparaquecompletaseelrelatoescritoquemehabíaconfiado:

Al abrir los ojos, el daroga se vio tumbado en una cama…El señor deChagnyestabaechadosobreuncanapé,juntoalarmariodeluna.Unángelyundemoniovelabansobreellosalladodelarmario…

Page 232: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Despuésdelosespejismosydelasilusionesdelacámaradelossuplicios,laprecisióndelosdetallesburguesesdeaquellapequeñahabitacióntranquilaparecíatambiénhabersidoinventadaparadesorientaraúnmásalindividuolobastante temerario como para internarse en aquellos parajes de pesadillaviviente. Aquella cama-barco, aquellas sillas de caoba encerada, aquellacómoda y aquellos cofres, el cuidado con el que los mantelitos de puntillaestaban colocados en los respaldos de los sillones, el reloj de péndulo y, acada, ladode lachimenea, loscofrecillosdeapariencia tan inofensiva…,enfin,aquellaestanteríaadornadadeconchas,deacericosrojosparalosalfileres,de barcos de nácar y de un enorme huevo de avestruz…, todo ellodiscretamenteiluminadoporunalámparacontulipapuestasobreunvelador…todo este mobiliario, que era de una conmovedora cursilería hogareña, tanapacible,tanrazonable,enelfondodelossótanosdelaÓpera,taldecoracióndesconcertabaalaimaginaciónmásquetodaslasfantasmagoríaspasadas.

Ylasombradelhombredelamáscara,enaquelmarcoanticuado,precisoylimpio,sorprendíaaúnmás.SeinclinóydijoenvozbajaalPersa:

—¿Estásmejor,daroga?…¿Contemplasmímobiliario?…Estodoloquemequedademipobreymiserablemadre…

Le dijo aún más cosas, de las que ya no se acordaba; pero—y esto leparecíamuyextraño—elPersaconservabael recuerdoprecisodeque,eneltranscursodeestavisióntrasnochadadelahabitaciónestiloLuisFelipe,sólohablaba Erik. Christine Daaé no decía una sola palabra; se desplazaba sinruido, como una hermanita de la caridad que hubiera hecho el voto desilencio…Traíaenunatazauncordial…,ountéhumeante…ElhombredelamáscaraselaquitabadelasmanosylatendíaalPersa.

EncuantoalseñordeChagny,dormía.

Erik,mientrasechabaunpocoderonenlatazadeldaroga,señalándolealvizcondetendido,dijo:

—Ha vuelto en sí mucho antes de que supiéramos sí tú estabas vivo,daroga.Seencuentramuybien…Duerme…Nohayquedespertarle…

PorunmomentoErikabandonólahabitaciónyelPersa,apoyándoseenelcodo, miró a su alrededor… Vio, sentada en un rincón de la chimenea, lasiluetablancadeChristineDaaé.Ledirigiólapalabra…,lallamó…,peroseencontrabaaúndemasiadodébilyvolvióadejarsecaersobrelaalmohada…Christine vino hasta él, le puso unamano en la frente, luego se alejó…ElPersaseacordódequeentonces,alalejarse,notuvoniunasolamiradaparaelseñordeChagnyquien,asulado,bienesverdad,dormíatranquilamente…Yvolvióasentarseensusillón,enelrincóndelachimenea,silenciosacomounahermanitadelacaridadquehubierahechovotodesilencio…

Page 233: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Erikregresóconunosfrasquitosquedejóencimadelachimenea.Envozbaja,paranodespertaralseñordeChagny,dijoalPersa,despuésdesentarseasucabeceraydetomarleelpulso:

—Ahora ya estáis ambos fuera de peligro. Pronto os conduciré a lasuperficiedelatierra,paracomplaceramimujer.

Dicholocualselevantóy,sindarexplicaciones,volvióadesaparecer.

ElPersamirabaahoraelperfiltranquilodeChristinebajolalámpara.Leíaun libro diminuto de lomo dorado como los libros religiosos. La Imitacióntiene ediciones de este tipo. En los oídos del Persa repercutía aún el tononaturalconelqueelotrohabíadicho:«Paracomplaceramimujer»…

Muysuavemente,eldarogavolvióallamar,peroChristinedebíaestarmuylejos,porquenolooyó…

Erikentródenuevo…,hizobeberaldarogaunapoción,trasrecomendarlequenodirigieraniunasolapalabraa«sumujer»nianadie,porqueesopodíaperjudicarelbienestardetodoelmundo.

Apartirdeaquelmomento,elPersaseacuerdaaúndelasombranegradeErikydelasiluetablancadeChristine,quesedeslizabanensilencioatravésdelahabitaciónyseinclinabansobreelseñordeChagny.ElPersaestabaaúnmuydébil,yelmenor ruidode lapuertadelarmariode luna,quealabrirsechirriaba,porejemplo,ledabadolordecabeza…,yluegosedurmiócomoelseñordeChagny.

Esta vez se despertó en su casa, cuidado por su fiel Darius, quien leinformódequelehabíanencontrado,lanocheanterior,contralapuertadesuapartamento, al que debió ser transportado por un desconocido que sepreocupódellamarantesdealejarse.

Inmediatamentedespuésdequeeldarogahuborecobradosusfuerzasysuresponsabilidad, envió en busca de noticias del vizconde al domicilio delcondePhilippe.

LecontestaronqueeljovenaúnnohabíaaparecidoyqueelcondePhilippehabíamuerto.Habíanencontradosucadáverenlaverjadellagodelaópera,del lado de la calle Scribe.El Persa recordó lamisa fúnebre a la que habíaasistidotraslapareddelahabitacióndelosespejosynodudódelcrimennidelcriminal.Sindificultad,conociendoaErik,reconstruyóeldrama,¡ay!,sinesfuerzo.Después de creer que su hermano había raptado aChristineDaaé,PhilippesehabíalanzadoensupersecuciónporlacarreteradeBruselasenlaque, a su conocimiento, se había preparado la huida. Al no encontrar a losjóvenes,habíavueltoalaOpera,habíarecordadolasextrañasconfidenciasdeRaoul acerca de un fantástico rival, se enteró de que el vizconde lo había

Page 234: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

intentadotodoparapenetrarenlossótanosdelteatroyque,finalmente,habíadesaparecidodejandosusombreroenlahabitacióndeladiva,alladodeunacajadepistolas.Elconde,queyanodudabade la locuradesuhermano, sehabía lanzado a su vez a aquel infernal laberinto subterráneo. ¿Era precisoalgomás,alosojosdelPersa,paraexplicarlapresenciadelcadáverdelcondeenlaverjadellago,enelquevigilabaelcantodelasirena,lasirenadeErik,aquellaporteradellagodelosMuertos?

El Persa no dudó más. Aterrado por esta nueva fechoría, sin poderpermanecer en la incertidumbre en laque se encontraba respecto a la suertedefinitiva del vizconde y deChristineDaaé, se decidió a contarlo todo a lajusticia.

La instruccióndel casohabía sido confiada al juezFaureynovaciló enhacerle una visita. Podemos imaginar fácilmente de qué modo un espírituescéptico,atadoalascosasdelatierra,superficial(lodigocomolopienso)ynadapreparadoparasemejanteconfidencia, recibióel testimoniodeldaroga.Eljuezlotratócomosifueraunloco.

ElPersa,desesperandodequealguienlehiciesecaso,sepusoentoncesaescribir. Ya que la justicia no quería su testimonio, quizás a la prensa leinteresara.Así que una tarde en que acababa de redactar la última línea delrelato que he transcrito fielmente aquí, su criado Darius le anunció a unextranjeroquenohabíadadosunombre,cuyorostrolehabíasidoimposibleveryqueseempeñabaenquedarseallíhastaqueeldarogalorecibiera.

El Persa, presintiendo inmediatamente la identidad de aquel curiosovisitante,ordenóquelohicierapasar.

Eldaroganosehabíaequivocado.

¡Eraelfantasma!¡EraErik!

Parecía padecer muy débil y se apoyaba en la pared como si temieracaerse…Alquitarse el sombrero,mostróuna frentepálida como la cera.Elrestodelacaraestabatapadoporlamáscara.

ElPersasehabíaerguidoanteél.

—Asesino del conde Philippe, ¿qué has hecho de su hermano y deChristineDaaé?

Ante esta horrible acusación, Erik vaciló y por un momento guardósilencio;luego,searrastróhastaunsillón,enelquesedejócaerlanzandounprofundosuspiro.Yallídijoentrefrasessueltasypalabrasentrecortadas:

—Daroga, no me hables del conde Philippe… Estaba muerto…, ya…,cuando…, la sirena cantó…, fue un accidente…, un triste…, un lamentableaccidente…¡Sehabíacaídotorpe,simpleynaturalmenteallago!…

Page 235: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

—¡Mientes!—exclamóelPersa.

EntoncesErikinclinólacabezaydijo:

—Novengoaquí…parahablartedelcondePhilippe…,sinoparadecirteque…voyamorir…

—¿DóndeestánRaouldeChagnyyChristineDaaé?

—Voyamorir…

—¿RaouldeChagnyyChristineDaaé?

—…de amor…, daroga…, voy amorir de amor…, así es…, ¡la amabatanto!…Y la amo aún, daroga, puesto quemuero por ella. Si supieras quéhermosa estaba cuandome permitió besarla viva, por su salvación eterna…Era la primera vez, daroga, la primera vez, ¿me oyes?, que besaba a unamujer…¡Sí,viva,labeséestandovivayestabahermosacomounamuerta!

ElPersa sehabía levantado, sehabíaatrevidoa tocar aErik.Le sacudióporelbrazo.

—¿Medirásalfinsiestávivaomuerta?

—¿Porquémezarandeasasí?—contestóErikconesfuerzo—.Tehedichoquesoyyoelquevaamorir…sí,labeséestandoviva…

—¿Yahoraestámuerta?

—Tedigoquelabeséasíenlafrente…,yellanoapartósufrentedemiboca… ¡Ah, es una joven honesta! En cuanto a si está muerta, no lo creo,aunqueyanoesasuntomío…¡No,no,noestámuerta!Ynomegustaríasaberquealguienhaya tocadoun solopelode sucabeza.Esuna jovenvalienteyhonradaque, además, te salvó lavida,daroga, enunmomentoenelquenohubieradadodossousportupieldepersa.Enrealidad,nadieseocupabadeti.¿Porquéestabasallíconaqueljovencito?Además,ibasamorir.Mesuplicabapor lavidadesujovencito,peroyolehabíacontestadoque,dadoquehabíagiradoelescorpión,mehabíaconvertidoporestemismohechoyporsupropiavoluntaden suprometidoyquenonecesitaba adosprometidos, lo cual erabastantejusto.Encuantoati,túnoexistías,yanoexistías,telorepito,ibasamorirjuntoconelotroprometido.

»Pero, escúchame bien, daroga, cuando gritabais como condenados porculpa del agua, Christine se me acercó con sus hermosos ojos azules muyabiertosymejuró,porlasalvacióndesualma,queconsentíaensermimujerviva.Hastaentonces,daroga,enelfondodesusojoshabíavistosiempreamimujer muerta. Era la primera vez que veía en ellos a mi mujer viva. Erasinceraaljurarporlasalvacióndesualma.Nosemataría.Asuntoconcluido.Mediahoramás tarde, todas lasaguashabíanvueltoal lagoyyoestiraba tu

Page 236: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

lengua,daroga,yaqueestabaseguro,palabra,que tequedabasallímismo…¡Enfin,esoestodo!…Estabaacordadoquedebíaisrecobrarelconocimientobajo tierra y que luego os llevaría a la superficie. Finalmente, cuando medejasteis libre el suelo la habitación estilo Luis Felipe, volví a ellacompletamentesolo».

—¿QuéhabíashechodelvizcondedeChagny?—lointerrumpióelPersa.

—¡Ah!… ¡Entiéndeme!…A ése, daroga, no iba a llevarlo enseguida asícomoasí,alexterior…Eraunrehén…PerotampocopodíaconservarloenlamansióndelLagoporChristine.Entoncesloencerrémuyconfortablementeyloaté(elperfumedeMazenderanlohabíavueltodócilcomountrapo)enlabodega de los comuneros, que está en la partemás desierta del sótanomáslejano de laÓpera,más abajo aún que el quinto sótano, allí a donde no vanadieydondeesimposiblehacerseoírdenadie.MeencontrabamuytranquiloyvolvíalladodeChristine.Ellameaguardaba…

Enestepuntodel relato, parece serqueel fantasma se levantó con tantasolemnidadqueelPersa,quehabíavueltoaocuparsusitioenelsillón,tuvoque levantarse tambiéncomoobedeciendoalmismomovimientoysintiendoque le era imposible permanecer sentado en un momento tan solemne, eincluso (me confesó el mismo Persa) se quitó, a pesar de tener la cabezarapada,sugorrodeastracán.

—Sí,ellameaguardaba—continuóErik,quesepusoatemblarcomounahoja,atemblarestremecidoporunaemociónsolemne—.Meesperabadepie,viva, como una verdadera novia viviente, por la salvación de su alma…Ycuandomeacerqué,mástímidoqueunniñopequeño,noescapó…,no,no…permanecióallí…,meesperó…¡Inclusocreo,daroga,queunpoco!…,¡oh,nomucho!…,perounpococomounanoviaviva…,queadelantólafrenteunpoco…Y…,y…,yola…besé…¡Yo!…,¡yo!…,¡yo!…¡Yellanomurió!…Permaneciótranquilamenteamilado,despuésdequelabesé…,enlafrente…¡Ah,quémaravillosoes,daroga,besaraalguien!…Túnopuedessaberlo…,pero yo… ¡yo!…Mimadre, daroga, la pobre desgraciada de mi madre noquiso jamás que la besara… ¡Huía…, arrojándome mi máscara…, ningunaotra mujer! …, ¡jamás! …, ¡jamás!… ¡Ay, ay, ay! Entonces…, de purafelicidad,lloré.Ycaíllorandoasuspiececitos…Ybeséllorandosuspies,suspiececitos,llorando…Tútambiénlloras,daroga;ytambiénellalloraba…,elángellloró…

Mientras contaba esto, Erik sollozaba y el Persa, en efecto, no podíacontenersuslágrimasanteaquelhombreenmascaradoque,conescalofríos,lasmanossobreelpecho,llorabatantodedolorcomodeternura.

—¡Sentícorrersuslágrimaspormifrente,ohDaroga!Erancálidas…,erandulces…,recorríanpordebajodemimáscaraeibanajuntarseconlasmíasen

Page 237: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

mis ojos… resbalaban hasta mi boca… ¡Ah, sus lágrimas… por mí! Oye,daroga,oyeloquehice…Mearranquélamáscaraparanoperderniunasoladesuslágrimas…¡Yellanohuyó!…¡Nimurió!…Continuóviva,llorando…sobre mí…, conmigo… ¡Lloramos juntos!… ¡Señor del cielo, me hasconcedidotodalafelicidaddelmundo!…

YEriksehabíahundido,sollozando,enelsillón.

—¡Ah,novoyamoriraún…enseguida…,perodéjamellorar!—lehabíadichoalPersa.

Alcabodeuninstanteelhombredelamáscaracontinuó:

—Óyeme,daroga,oyebienesto…Mientrasmeencontrabaasuspies…oíquedecía:«PobredesventuradodeErik», ¡ycogiómimano!…Entoncesnofui nada más, ¿lo comprendes?, que un pobre perro dispuesto a morir porella…¡talcomotelodigo,daroga!

»Imagínatequeyo llevaba en lamanoun anillo, un anillodeoroque lehabía dado… que ella había perdido… y que yo había encontrado…, unaalianza…Lopuse en sumanita y le dije: «¡Toma, coge esto!…, coge estopara ti y para él… Será mi regalo de bodas… ¡el regalo del pobredesventuradodeErik!…Séqueamasaesejoven…,¡nolloresmás!…».Ellamepreguntóconvozmuydulcequéqueríadecir;entonceslehiceentender,yella comprendióen seguidaqueyonoeraparaellamásqueunpobreperrodispuesto a morir…, que ella podría casarse con el joven cuando quisiera,porque había llorado conmigo… Ya puedes imaginarte, ay, daroga, que aldecirleestoeracomosipartieracon toda tranquilidadmicorazónencuatro,pero ella había llorado conmigo… y había dicho: «¡Pobre desventurado deErik!».

LaemocióndeErikeratalquedebióadvertiralPersaquenolomirara,yaqueseahogabayteníaquequitarselamáscara.Eldarogamecontóquehabíaidoalaventanaylahabíaabiertollenodecompasión,peroteniendomuchocuidado de fijar la vista en la copa de los árboles de las Tullerías para noencontrarseconelrostrodelmonstruo.

—Fui entonces a liberar al joven —continuó Erik— y le dije que mesiguieraalladodeChristineSeabrazarondelantemío,enlahabitaciónestiloLuisFelipe…Christinellevabasuanillo…HicejuraraChristineque,cuandoestuvieramuerto,vendríaunanoche,pasandoporellagodelacalleScribe,aenterrarme en absoluto secreto con el anillo de oro que llevaría hasta esemomento…, ledijecómoencontraríamicuerpoy loquehabíaquehacer…EntoncesChristinemebesóporprimeravez,aquí,enlafrente…enmifrente:(¡nomires,Daroga!),ysemarcharonlosdos…Christineyanolloraba…Sóloyo lloraba, daroga, daroga… ¡Si Christine cumple su juramento, pronto

Page 238: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

volverá!…

Eriksehabíacallado.ElPersanolehizomáspreguntas.Estabatranquilorespecto a la suerte deRaoul deChagny y deChristineDaaé, y ningún serhumanohabíapodido,despuésdehaberleoídoaquellanoche,ponerendudalapalabradeErik,quelloraba.

Elmonstruohabíavueltoaponerselamáscarayreunidosusfuerzasparadespedirsedeldaroga.Lehabíaanunciadoque,cuandosintieramuypróximosufin,leenviaría,enagradecimientoporelbienquelehabíahechoantaño,lomásvaliosoqueteníaenelmundo:todoslospapelesqueChristineDaaéhabíaescritoeneltranscursodeestaaventuraparaRaoulyqueellahabíaentregadoaErik,asícomoalgunosobjetosqueproveníandeella,dospañuelos,unpardeguantesyunlazodezapato.AunapreguntadelPersa,Erikleinformóquelosdos jóvenes, tanprontosevieronlibres,habíandecididoirabuscaraunsacerdoteenalgunaaldeasolitariaenlaqueocultaríansufelicidad,yque,conesta intención, habían elegido «a la estación, del Norte del Mundo». Porúltimo,ErikcontabaconelPersaparaque,encuantorecibieralasreliquiasylospapelesprometidos,anunciarasumuertealosdosjóvenes.ParaellodebíapagarunalíneaenlosanunciosnecrológicosdelperiódicoL'Époque.

Aquellofuetodo.

El Persa había acompañado a Erik hasta la puerta de su apartamento, yDarius le había acompañado hasta la acera, sosteniéndolo. Un simónaguardaba.Eriksubió.ElPersa,quehabíavueltoalaventana,leoyódeciralcochero:«A la explanadade laOpera».El simón sehundió en lanoche.ElPersahabíavistoporúltimavezalpobredesventuradodeErik.

Tressemanasdespués,elperiódicopublicabalasiguientenotanecrológica:

«ERIKHAMUERTO».

EPILOGO

Estaeslaverdaderahistoriadelfantasmadelaópera.Comoloanunciéalprincipiodeestaobra,nopuedeahoradudarsedequeErikvivió realmente.Haydemasiadaspruebasdeestaexistenciahoyendíaadisposicióndetodos,paraquenopuedanseguirserazonablementeloshechosylasgestasdeErikatravésdeldramadelosChagny.

No es preciso señalar aquí hasta qué punto este asunto apasionó a lacapital. ¡Aquella artista raptada, el conde deChagnymuerto en condicionestan excepcionales, su hermano desaparecido y el triple sueño de los

Page 239: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

encargados de la iluminación de la Opera!… ¡Qué dramas! ¡Qué pasiones!¡QuécrímenessehabíandesarrolladoentornoalidiliodeRaoulydeladulcey encantadora Christine!… ¿Qué había sido de la sublime y misteriosacantante de la que la tierra no debía volver a oír hablar jamás?… Laimaginaronlavíctimadelarivalidadentrelosdoshermanos,ynadieimaginólo que había pasado, nadie comprendió que, puesto que Raoul y Christinehabían desaparecido juntos, los dos prometidos se habían retirado lejos delmundoparadisfrutardeunafelicidadquenohubieranqueridohacerpúblicadespuésdelaextrañamuertesufridaporelcondePhilippe…Undíahabían"tomadountrenenlaestacióndelNortedelMundo…Tambiényo,quizásundía, tomaréel trenenesaestacióne iréabuscaralrededorde tus lagos, ¡ohNoruega!,¡ohsilenciosaEscandinavia!,¡lashuellaspuedequefrescasaúndeRaoul y de Christine, y también las de la señora Valérius, que desaparecióigualmente por aquella misma época!… Puede que un día oiga con mispropiosoídosalEcosolitariodelNortedelMundorepetirelcantodeaquellaqueconocióalÁngeldelamúsica.

Muchodespuésdequeelcaso,graciasalosserviciospocointeligentesdeljuezde instrucción,señorFaure,sedioporconcluido, laprensa,de tantoentanto, intentaba aún averiguar el misterio…, y continuaba preguntándosedóndeestabalamanomonstruosaquehabíapreparadoyllevadoacabotantascatástrofesinauditas.(Crimenydesaparición).

Una publicación de la Ópera, que estaba al corriente de todos loschismorreosdeentrebastidores,fuelaúnicaenescribir:

«EstohasidoobradelFantasmadelaópera».

Yaúnasílohacía,naturalmente,deunmodoirónico.

SóloelPersa,alquenohabíanqueridoescucharyquenovolvióaintentar,despuésde lavisitadeErik,unanueva tentativadedeclaracióna la justicia,poseíatodalaverdad.

Y tenía las pruebas principales que le habían llegado junto las piadosasreliquiasanunciadasporelfantasma…

Amímecorrespondíacompletaresaspruebasconlaayudadeldaroga.Díaadía,leponíaalcorrientedemishallazgosyéllosguiaba.Hacíaañosquenohabía vuelto a la Opera, pero conservaba delmonumento un recuerdomuypreciso,ynoexistíamejorguíaparadeabrirmelosrinconesmásocultos.Eraéltambiénquienmeindicabalasfuentesquedebíainvestigar,lospersonajesalosque teníaque interrogar.Esélquienmeimpulsóa llamara lapuertadelseñorPoligny,enelmomentoenqueelpobrehombreestabacasiagonizante.No sabía que se encontrara tan mal y no olvidaré jamás el efecto queprodujeron mis preguntas relativas al fantasma. Me miró como si viera al

Page 240: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

diablo y tan sólo me contestó con algunas frases entrecortadas, pero queatestiguaban (eso era lo esencial) hasta qué punto el F. de la Ó. habíaperturbado,ensutiempo,aquellavidayademasiadoagitadadeporsí(elseñorPolignyeraloquesehaconvenidoenllamarunvividor).

Cuandocomuniqué alPersa el pobre resultadodemivisita aPoligny, eldarogasonrióvagamenteymedijo:

—PolignynuncasupohastaquépuntoesegrandísimocrápuladeErik(elPersahablabadeEriktantocomodeundioscomodeunvilcanalla)lemovióa su antojo. Poligny era supersticioso y Erik lo sabía. Erik sabía tambiénmuchascosasdelosasuntospúblicosyprivadosdelaOpera.

Cuando el señor Poligny oyó que una voz misteriosa le contaba, en elpalcoñ5,elempleoquehacíadesutiempoydelaconfianzadesusocio,yanoquisosabernadadelresto.Fulminadoalprincipioporunavozcelestial,secreyócondenado,ydespués,dadoqueaquellavoz lepedíadinero, tuvoquecomprenderfinalmentequeestabaenmanosdeunmaestrocantordelqueelmismoDebiennefuevíctima.Losdos,yacansadosdesudirecciónporvariasrazones, se marcharon sin intentar conocer más a fondo la personalidad deaquelextrañoF.delaÓ.queleshabíahechollegarunpliegodecondicionestan especial. Legaron todo elmisterio a la dirección siguiente, lanzando unprofundosuspirodesatisfacción,sintiéndoseliberadosdeunasuntoquetantoleshabíaintrigadosinhacerlosreíraningunodelosdos.

De este modo se expresó el Persa acerca de los señores Debienne yPoligny.LehablédesussucesoresymesorprendióqueenMemoriasdeunDirector,delseñorMoncharmin,sehablaradeformatanextensadeloshechosy gestos del F. de la Ó., en la primera parte y no se dijera nada, oprácticamentenadaenlasegunda.Conrespectoaesto,elPersa,queconocíaesasMemoriascomosilashubieraescrito,mehizoobservarqueencontraríalaexplicaciónreflexionandosobrelaspocaslíneasque,enlasegundapartedeestasmemorias,Moncharminsemolestóendedicaralfantasma.Estassonlaslíneasquenos interesan, pues relata cómo terminó la famosahistoriade losveintemilfrancos:

«Con respecto al F. de la Ó. (es Moncharmin quien habla), de que hecontado aquímismo, al principio demisMemorias, algunas de sus curiosasfantasías, noquiero añadirmásqueuna cosa, y es que compensó,medianteuna buena acción, todas las molestias que había ocasionado a mi queridocolaboradory,deboconfesarlo,amímismo.Sinduda juzgóquehay límitespara toda broma, en especial cuando cuesta tan caro y hay un comisario depolicía“trassuspasos”.EnelmismomomentoenquehabíamosdadocitaennuestrodespachoalseñorMifroidparacontarletodalahistoria,algunosdíasdespuésdeladesaparicióndeChristineDaaé,encontramosencimadelamesa

Page 241: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

deRichard, enunhermoso sobre en el que se leía escrito, en tinta roja:Departe del F. de la Ó., las sumas considerables que había conseguido sacar,comosideunjuegosetratara,delacajadeladirección.Richardsostuvoenseguida la opinión de que debíamos dejar las cosas así y no seguir con elasunto.SuscribílaopinióndeRichard.Todopueshaterminadobien.¿Noescierto,queridoF.delaÓ.?».

Evidentemente,Moncharmin,ymásaúndespuésdeestarestitución,seguíacreyendo que por un momento había sido el juguete de la imaginaciónburlescadeRichard, al igual quepor suparteRichardnodejóde creer queMoncharminsehabíadivertidoinventandotodoelasuntodelF.delaÓ.,paravengarsedealgunasbromas.

Este era el momento de pedir al Persa que me explicara mediante quéartificio el fantasma hacía desaparecer veinte mil francos en el bolsillo deRichard, a pesar del imperdible.Me contestó que no había profundizado enaqueldetalle,peroquesiyomismoquería«trabajar»enellugardeloshechos,debíaencontrar laclavedelenigmaenelmismodespachode losdirectores,recordándome que a Erik no se le había llamado porque sí el maestro entrampillas.PrometíalPersaquemeentregaría,cuandodispusieradetiempo,aútilesinvestigacionesacercadeesteparticular.Diréinmediatamenteallectorquelosresultadosdeestasinvestigacionesfueronperfectamentesatisfactorios.Nocreía,enverdad,descubrirtantaspruebasinnegablesdelaautenticidaddelosfenómenosatribuidosalfantasma.

Es interesante saberque lospapelesdelPersa, losdeChristineDaaé, lasdeclaracionesquemefueronhechasporantiguoscolaboradoresdelosseñoresRichardyMoncharmin,por lapequeñaMeg (laespléndida señoraGiry,pordesgraciahabíafallecido)yporlaSorelli,queahoraseencuentraretiradaenLouveciennes, es interesante, pues, saber que todo esto, que constituye laspruebasdocumentalesdelaexistenciadelfantasma,pruebasquedepositaréenlos archivos de la ópera, está controlado por varios descubrimientosimportantesdelosquepuedosentir,conjusticia,ciertoorgullo.

Si bien no he podido encontrar la mansión del Lago, dado que Erikcondenódefinitivamentetodassusentradassecretas(y,contodo,estoysegurodequeseríafácilpenetrarsiseprocedieraaldesecamientodellago,comoyahepedidovariasvecesalaadministracióndeBellasArtes),encontré,esosí,elcorredor secreto de los comuneros, cuya pared de tablas está en ruinas enalgunospuntos.HedadotambiénconlatrampillaporlaqueelPersayRaoulbajaron a los sótanos del teatro. He descifrado, en el calabozo de loscomuneros,muchasinicialestrazadasenlasparedesporlosdesgraciadosqueestuvieronencerradosallí,y,entreesasiniciales,unaRyunaC.¿RC?¿Estono es significativo?Raoul deChagny.Aún hoy las letras sonmuy visibles.Evidentemente,nomedetuveallí.Enelprimerytercersótanoshicefuncionar

Page 242: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

dos trampillas de sistema giratorio, absolutamente desconocidas de lostramoyistas,quenousanmásquetrampillasdedeslizamientohorizontal.

Porúltimo,puedodecir,conplenoconocimientodelcaso,allector:«Visiteun día la Opera, pida permiso para pasear en paz, sin estúpidos cicerones,entre en el palcon°5ygolpee contra la enormecolumnaque separa a estepalcodelaplatea.Golpeeconsubastónoconelpuño,yescuche…alaalturadesucabeza: ¡lacolumnasuenaahueco!Despuésdeesto,noseextrañedeque la columna pueda estar habitada por la voz del fantasma. Hay, en esacolumna, espacio para dos hombres. Si se extrañan de que después de losfenómenosdelpalcon°5nadiepensaraenaquellacolumna,noolvidenqueofrece un aspecto de mármol macizo, y que la voz que estaba encerradaparecía venir más bien del lado opuesto (ya que la voz del fantasmaventrílocuo venía de donde quería). La columna fue labrada, esculpida,vaciadayvueltaavaciarporelcinceldelartista.Nodesesperodedescubrirundíaeltrozodeesculturaquedebíabajarseylevantarseavoluntad,paradejarun libreymisteriosopasajea lacorrespondenciadel fantasmacon laseñoraGiry,yasuspropinas.Enrealidad,todoesto,quevi,sentí,ypalpé,noesnadacomparadoaloqueunsergrandeyextraordinariocomoErikdebiócrearenelmisterio de unmonumento como el de la ópera, pero cambiaría todos estosdescubrimientosporelquepuderealizar,anteelmismoadministrador,eneldespacho del director, a pocos centímetros del sillón: una trampilla, de lalongitud de una baldosa, de la longitud de un antebrazo, no más… Unatrampillaqueseabatecomolatapaderadeuncofre,unatrampillaporlaqueveoapareceraunamano,quetrabajacondestrezaenelfaldóndeunfrac…¡Porallídesaparecieronloscuarentamilfrancos!…Tambiénporallí,ygraciasaalgúntruco,habíanvuelto…».

Cuandolehablédeeso,conemociónbiencomprensible,alPersa,ledije:

—Entonces,Erikselimitabaadivertirse—yaqueloscuarentamilfrancosfuerondevueltos—haciendobromitasconsupliegodecondiciones…

Élmecontestó:

—¡No locreausted!…Erik teníanecesidaddedinero.Creyéndose fuerade la humanidad, no se veía coaccionado por escrúpulos y se servía de susextraordinarias dotes de destreza e imaginación, que había recibido de lanaturaleza en compensación de su horrible fealdad, para explotar a loshumanosyalgunasvecesdelaformamásartísticadelmundo,yaqueeltrucovalíaamenudosupesoenoro.Sidevolvió loscuarentamil francos,por supropia voluntad, a los señores Richard y Moncharmin, es porque en elmomentodelarestituciónnolosnecesitaba.HabíarenunciadoasubodaconChristineDaaé.Habíarenunciadoatodaslascosasexistentesenlasuperficiedelatierra.

Page 243: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Según el Persa, Erik era originario de una pequeña ciudad de losalrededores deRuán. Era el hijo de unmaestro de obras.Había huidomuypronto del domicilio paterno, donde su fealdad era motivo de horror y deespanto para sus padres. Por algún tiempo, se había exhibido en las ferias,donde su empresario le presentaba como el «muerto viviente». Debe haberatravesadoEuropaentera,deferiaenferia,ycompletadosuextrañaeducaciónde artista y de mago en la misma fuente del arte de la magia, entre loszíngaros.TodaunaépocadelaexistenciadeErikpermanecíabastanteoscura.Volvemos a encontrarlo en la feria deNizhnyNovgorod, donde actuaba entoda su espantosa gloria. Cantaba ya como nadie en el mundo ha cantadojamás.Hacíaelventrílocuoyseentregabaanúmerosextraordinarios,de losquelascaravanas,asuregresoaAsia,hablabanaúndurantetodoelcamino.De estemodo su reputación atravesó losmuros del palacio deMazenderan,dondelapequeñasultana,favoritadelsha-in-sha,seaburría.Unmercaderdepieles,que ibaaSamarkandayquevolvíadeNizhnyNovgorod,explicó losmilagros quehabía visto bajo la tiendadeErik.Elmercader fue llamado alpalacioyeldarogadeMazenderantuvoqueinterrogarlo.Después,eldarogafue encargado de buscar a Erik. Lo condujo a Persia, donde durante unosmeses,comosediceenEuropa,hizoydeshizo.Cometiópuesunacantidaddehorrores,yaqueparecíanoconocerelbienni elmal,ycooperóenalgunoshermososasesinatospolíticosconlamismatranquilidadconlaquecombatiómediante invenciones diabólicas, con el emir de Afganistán, que estaba enguerraconelImperio.Elsha-in-shalecobróafecto.FuecuandoaparecieronlashorasrosasdeMazenderan,delasqueelrelatodeldaroganoshadadounaidea. Como Erik tenía de arquitectura ideas absolutamente personales yconcebía un palacio al igual que un prestidigitador concibe una caja desorpresas,elsha-in-shaleencargóunedificiodeestetipo,queélproyectóyrealizóyqueera,alparecer,taningeniosoquesumajestadpodíapasearseportodaspartessinquelevieranydesaparecersinquenadiepudieradecirporquéartificio.Cuandoelsha-in-shaseviodueñodesemejantejoya,ordenó,comoyalohabíahechociertozarconelgenialarquitectodeunaiglesiadelaplazaRoja,enMoscú,quelesacaranlosojosaErik.Peroluegopensóque,inclusociego, Erik podía construir para otro soberano una mansión tan bella ymisteriosacomolasuya,yque,afindecuentas,mientrasvivieraErikalguienconocería siempre el secreto del maravilloso palacio. Decidió, pues, darmuerte a Erik, así como a todos los obreros que habían trabajado a susórdenes.EldarogadeMazenderanfueencargadodelaejecucióndeesaordenabominable. Erik le había prestado algunos servicios y lo había hecho reírmuchoenvariasocasiones.Asíqueeldarogalosalvó,facilitándolelahuida.Pero estuvo a punto de pagar con su cabeza aquella debilidad generosa.Afortunadamenteparaeldaroga,fueencontradoenlaorilladelmarCaspiouncadávermediocomidoporlasavesmarinasquesehizopasarporeldeErik,

Page 244: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

ayudadoporunosamigossuyosquevistieronelcadáverconropaquehabíapertenecidoalpropioErik.Eldarogaseviocastigadotansóloconlapérdidadesucargo,desusbienesycon lacondenaalexilio.Sinembargo,comoeldarogaeradesangrerealelTesoropersasiguiópasándoleunapequeñarentadealgunoscentenaresdefrancosalmes.FuecuandovinoarefugiarseaParís.

EncuantoaErik,habíapasadoaAsiaMenorhaciaConstantinopla,dondehabía entrado al servicio del sultán. Comprenderéis qué tipo de serviciosprestóaunsoberanoquevivíaacosadoporconstantesterrores,sabiendoqueErik fue quien construyó todas las famosas trampillas y cámaras secretas ycajas fuertes misteriosas que se encontraron en Yildiz-Kiosk, tras la últimarevoluciónturca.Tambiénfueélquientuvolaideadefabricarunosautómatasidénticos al príncipe y tan parecidos que lo hacían dudar hasta al propiopríncipe,autómatasquehacíancreeraloscreyentesquesujefeseencontrabaenunsitio,despierto,cuandoenrealidaddescansabaenotrositio.

Naturalmente,tuvoquedejarelserviciodelsultánporlosmismosmotivosquehabía tenidoquehuirdePersia.Sabíademasiadascosas.Entonces,muycansadode su aventurera, extraordinariaymonstruosavida, deseó ser comolos demás.Y se hizomaestro de obras como otro cualquiera que construyecasasparatodoelmundo,conladrillosnormalesycorrientes.Realizóciertostrabajosdecimentaciónenlaópera.Cuandosevioenlossótanosdeunteatrotan grande, su naturaleza artística, fantasiosa ymágica se impuso. Además,¿no seguía siendo igualde feo?Soñóconhacerseunamansióndesconocidaparaelrestodelmundoyqueleocultaríaparasiempredelasmiradasdeloshombres.

Yasesabeyseadivinalodemás.Transcurrealolargodeestaincreíbley,sin embargo, verídica aventura. ¡Pobre desventurado de Erik! ¿Hay quecompadecerlo?¿Hayquemaldecirlo?Nopedíasermásquealguiencomolosdemás. ¡Pero era demasiado feo!Tuvoqueocultar su genio, o jugar con él,cuando, de tener un rostro normal, hubiera sido uno de los hombres másnobles de la raza humana. Tenía un corazón en el que habría cabido unimperio; pero tuvo que contenerse con una cueva. ¡En realidad, hay quecompadeceralfantasmadelaópera!

He rezado, pese a sus crímenes, sobre sus restos, ¡y que Dios se hayaapiadadodeél!¿PorquéhizoDiosunhombretanfeo?

Estoyseguro,muyseguro,dehaberrezadosobresucadávercuandoelotrodía lo sacaron de la tierra, en el lugar exacto donde enterraban a las vocesvivas; era su esqueleto. No fue por la fealdad de su cabeza por la que loreconocí,yaque,cuandohapasadotantotiempotodoslosmuertossonfeos,sinopor el anillo deoroque llevabayqueChristineDaaéhabía venido sindudaacolocarleeneldedoantesdesepultarle,comolehabíaprometido.

Page 245: El Fantasma de la Ópera · 2020. 8. 25. · PREFACIO Donde el autor de esta obra singular cuenta al lector cómo se vio obligado a adquirir la certidumbre de que el fantasma de la

Elesqueletoseencontrabamuycercadelafuentecita,enel lugarenquepor primera vez, cuando la arrastró a los sótanos del teatro, el Ángel de laMúsica había sostenido en sus brazos temblorosos a Christine Daaédesmayada.

¿Yahoraquéharándeeseesqueleto?¿Loarrojaránalafosacomún?…Yoafirmo: que el lugar del esqueleto del fantasma de la Ópera está en losarchivos de la Academia Nacional deMúsica; no es un esqueleto vulgar ycorriente.

¿Tegustóestelibro?Paramáse-BooksGRATUITOSvisitafreeditorial.com/es