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Fig. 481. Clase de desnudo del natural en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Una aula con unos treinta alumnos. La iluminación artificial: luz general fluorescente para los alumnos y para iluminar a Clase de dibujo, figura desnuda del natural; el aula es grande, hay más de treinta alumnos dibujando, más chicas que chicos y dos o tres personas mayores. Dos modelos: junto a una pared, encima de una tarima, desnudo, un hombre proporcionado como los modelos de Velázquez en «La fragua de Vulcano». Al otro lado del aula una mujer de cuerpo adulto, joven como las bañistas de Renoir. Es de día, pero las ventanas están cerradas y se trabaja con luz artificial; luz general de llo y el rasgar de los carboncillos sobre el papel. Es como un acto religioso: ¡realmente fascinante! Hay en todo el mundo, en todas las ciudades, escuelas oficiales o privadas, entidades, Sociedades o Academias, en las que se dan clases o se organizan sesiones periódicas de dibujo de figura desnuda del natural. Y hay modelos profesionales, mujeres y hombres, que van al estudio de un artista para posar durante dos o tres horas. También hay la posibilidad 140

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Fig. 481. Clase de desnudo del

natural en la Escuela de Bellas

Artes de Barcelona. Una aula con

unos treinta alumnos. La

iluminación artificial: luz general

fluorescente para los alumnos y

para iluminar a la modelo un

potente foco a contraluz.

Clase de dibujo, figura desnuda del natural; el aula es grande, hay más de treinta alumnos dibujando, más chicas que chicos y dos o tres personas mayores. Dos modelos: junto a una pared, encima de una tarima, desnudo, un hombre proporcionado como los modelos de Velázquez en «La fragua de Vulcano». Al otro lado del aula una mujer de cuerpo adulto, joven como las bañistas de Renoir. Es de día, pero las ventanas están cerradas y se trabaja con luz artificial; luz general de fluorescentes para los alumnos y luces de foco, de tungsteno, para los modelos. Hay una atención máxima, un interés total; sólo se oye algún murmu

llo y el rasgar de los carboncillos sobre el papel. Es como un acto religioso: ¡realmente fascinante!Hay en todo el mundo, en todas las ciudades, escuelas oficiales o privadas, entidades, Socie-dades o Academias, en las que se dan clases o se organizan sesiones periódicas de dibujo de figura desnuda del natural. Y hay modelos profesionales, mujeres y hombres, que van al estudio de un artista para posar durante dos o tres horas. También hay la posibilidad de reunirse con otros dos o tres artistas, para trabajar juntos con una modelo y ahorrar dinero.De cualquier manera es imprescindible esta-

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diar y practicar el dibujo de la figura humana del natural. No hay ningún tema ni modelo comparable en belleza, en valor artístico y valor didáctico a la figura humana.

A mediados del siglo pasado, había en París un pintor llamado Troyon, maestro y entusiasta de la pintura á plein air (al aire libre), y los jóvenes impresionistas seguían sus consejos. El pintor impresionista Claude Monet, en una carta escrita el 19 de mayo de 1959 al también pintor Eugéne Boudin, le decía: «He ido a ver a Troyon. Hablamos sobre cómo aprender a dibujar y me dijo: “Para aprender a dibujar debe usted ir a un estudio donde no hagan nada más que dibujar figura del natural”».

Fig.482. Dos apuntes de deí nudo del natural dibujados co creta negra y gris por el artist Badía Camps. Observe el cor trapposto (posición de cade ra), de la modelo de pie, en í que se comprueba el bascula do de la pelvis, del tórax y di los omoplatos regulados po la columna vertebral. Observ< asimismo, en la figura sentada los pocos pero correctos tra zos para explicar el rostro, e cabello, la oreja.