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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
El llamado a guiar la iglesia: Ancianos, 2ª Parte
Escritura: 1 Timoteo 3:1-2
Código: 54-19
John MacArthur
Abramos nuestras Biblias en 1 Timoteo capítulo 3… 1 Timoteo capítulo 3. Usted recordará
que Pablo le está escribiendo a Timoteo. Timoteo está en Éfeso. Éfeso es una ciudad famosa
por su paganismo, una ciudad dentro de la cultura griega, una ciudad en donde Pablo fue
enviado por el Espíritu de Dios, donde fundó una Iglesia maravillosa, alimentó y enseñó y
nutrió a esa Iglesia durante tres años. Pablo después, claro, partió para viajar, terminó en la
prisión. Salió de la prisión. Y cuando él sale de la prisión, él regresa a Éfeso. Y él encuentra
que las cosas se han deteriorado ahí. Tienen líderes falsos, ellos han abandonado la santidad
que les fue enseñada ahí. Las cosas no son como deberían ser en Éfeso, y entonces Pablo
deja a Timoteo allí. Y después, Pablo se va a Grecia o a Macedonia y le escribe desde ahí
esta carta a Timoteo y le dice qué debe hacerse en Éfeso.
Y entonces, Timoteo está en Éfeso recibiendo esta carta. Y aunque es escrita a él, realmente
es escrita a él, pero con el propósito de beneficiar a la Iglesia en Éfeso y ha beneficiado a
todas las iglesias que han seguido sus mandatos desde ese entonces.
Ahora, en esta epístola él habla de muchos temas, pero en cierta manera, hay una corriente
que corre a lo largo de esta epístola entera en torno al tema del liderazgo. Fue obvio que el
liderazgo en la Iglesia en Éfeso se había deteriorado de manera severa. Había algunos que
estaban enseñando doctrina falsa, estaban enseñando fábulas, genealogías, preguntas que
no edificaban a nadie y que ni siquiera eran piadosas. Había algunos que quería ser rabinos y
enseñar la ley, pero no tenían idea de lo que la ley significaba. Había algunos que pervertían
el Evangelio. Había algunas mujeres que estaban tratando de usurpar la autoridad de los
hombres. Había algunos que estaban enseñando espíritus engañadores y doctrinas de
demonios. Había algunos que estaban hablando mentiras e hipocresía. Había algunos que
estaban diciendo que estaba mal casarse y que debías abstenerte de ciertos alimentos. Había
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todo tipo de gente que estaba tratando de llegar al liderazgo debido al dinero y al prestigio y el
glamour y el orgullo de eso. Había pastores pecaminosos y ancianos que necesitaban ser
reprendidos públicamente. El problema entero en esta Iglesia, en la congregación, realmente
se derivaba de problemas de liderazgo.
Y así es siempre. El elemento más importante en la Iglesia es su liderazgo. Sin duda alguna.
Y la última vez, se nos recordó que Jesús dijo que cuando una persona es enseñada de
manera total, será como su maestro. Entonces, lo que los líderes sean, así es la
congregación. Oseas lo dijo: “y será el pueblo como el sacerdote”. Y como son los sacerdotes,
así es la congregación.
Y entonces, el liderazgo en la Iglesia es realmente vital. Entristece mi propio corazón
simplemente ver el liderazgo de manera general en la Iglesia en la actualidad. Los pastores
están cayendo por todos lados en pecados de todo tipo. Y hay personas que toman la
posición de pastor o anciano o sobre veedor en una Iglesia que están mal equipados y mal
calificados para una responsabilidad como esa.
Y como consecuencia, no pueden guiar a la gente más allá del punto en el que ellos están.
Por lo tanto, es crítico aún más, el liderazgo en la Iglesia. Cualquier persona en cualquier
iglesia, incluyendo ésta, debe estar haciéndose la pregunta es acerca de quiénes son sus
pastores y cuál es el estado espiritual de ellos. ¿Están calificados para el servicio porque mi
vida está en sus manos? Yo soy la oveja y ellos son los pastores.
Si usted va al Antiguo Testamento, usted encontrará que la historia de Israel es una historia
de apostasía. Es una historia de dejar a Dios y desobedecer Su Palabra y abandonar Su
adoración. Y conforme usted ve la apostasía en Israel, usted se da cuenta que está
relacionada de manera directa al declive de su liderazgo. Así es siempre.
Acompáñeme por tan sólo un momento a Jeremías antes de que veamos a Timoteo. Y tan
sólo quiero tomar un minuto para ayudarle a entender esto. En Jeremías, capítulo 2, versículo
8, Jeremías, a lo largo de su profecía está condenando al pueblo apóstata de Israel y también
a sus líderes. Y sólo quiero que usted vea cómo él habla acerca del tema del liderazgo.
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En Jeremías 2:8, él dice: “el sacerdote no dice ¿dónde está Jehová? Y los que manejan la ley,
no me conocen.” Los sacerdotes, dice él, que deberían estar pidiéndole a Dios que hablara,
que deberían estar llamando a la gente a buscar a Dios, nunca han preguntado en dónde está
el Señor. Ellos no estaban interesados en eso.
“Los líderes también transgredieron en contra de Mí e inclusive los profetas profetizaron por
Baal y anduvieron tras cosas que no aprovechan.” Usted tiene corrupción del sacerdocio, una
corrupción de los gobernantes y una corrupción de los profetas.
Ahora, usted tuvo a los profetas, los sacerdotes y los reyes como aquellos en posiciones de
autoridad y todos ellos, dice Jeremías, han sido corrompidos. Y claro, la consecuencia fue la
apostasía de la nación entera. En Jeremías 5:31 y versículo 30 lo presenta al decir: “algo
horrendo es cometido en la tierra, los profetas profetizan falsamente y los sacerdotes
gobiernan por sus medios y a Mi pueblo les encanta.” En otras palabras, los profetas no les
dicen la verdad y los sacerdotes operan en base a su propio poder; y a la gente le encanta. Y
después, él dice: “¿qué van hacer después de todo es eso? ¿Cómo van a enfrentar el juicio
que es inevitable en contra de esto?”
Ahora, en el capítulo 8, y sólo le estoy dando a usted algunos ejemplos, pero en el capítulo 8,
versículo 8: “¿cómo dicen que somos sabios y la ley de Jehová está con nosotros? ¿Cómo
dicen eso? Ciertamente, en vano Él la hizo.” En otras palabras, la ley es inútil. La pluma de los
escribas que la escribieron es para nada. ¿Qué quieren decir con que son sabios y están
comprometidos con la ley del Señor? La ley no vale nada, los hombres que la escribieron han
hecho algo que resulta ser vacío. Los hombres sabios son avergonzados, son desmayados. Y
he aquí, han rechazado la palabra de Jehová y ¿qué sabiduría hay en ellos? En otras
palabras, ¿de qué sirve la ley de Dios si la rechazan?
Y después, él dice: “voy a traer un juicio. Su nación será robada y sus esposas serán dadas a
otros. Y sus campos a ellos que los hereden porque todos, desde el más pequeño hasta el
más grande es dado a la codicia. Desde el profeta, inclusive hasta el sacerdote, todo el
mundo trata falsamente. Han curado la herida de la hija de Mi pueblo, sólo ligeramente
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diciendo ‘paz, paz’ cuando no hay paz. Tienen un mensaje psicológico acerca de paz y solo
paz. Y no hay mensaje espiritual acerca de la obediencia a Dios.” Y han cometido, dice él en
el versículo 12, abominaciones. Y de nuevo, el liderazgo aquí es condenado por el pecado del
pueblo.
Capítulo 10, después de Jeremías, y versículo 21: “los pastores se han vuelto torpes y no han
buscado a Jehová, por tanto no prosperarán y todo su rebaño será dispersado.” Juicio trágico
en contra de todo el pueblo debido al fracaso de los pastores.
Capítulo 12, versículo 10: “Mis pastores, muchos de ellos, han destruido Mi vid; han pisado Mi
porción, Mi heredad bajo sus pies.” Él nuevamente se está refiriendo a Su pueblo. “Han hecho
de mi heredad agradable un desierto.” Y entonces, el pueblo nuevamente es víctima de
líderes falsos.
En el capítulo 23, los primeros dos versículos en particular, para que los vean: “¡Ay de los
pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!, dice Jehová. Por tanto, así ha
dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan Mi pueblo: Vosotros dispersasteis
Mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que Yo castigo la maldad de
vuestras obras, dice Jehová.” En el versículo 4, Él dice: “Y pondré sobre ellas pastores que las
apacienten…” Porque ustedes no las han alimentado.
En el versículo 9, Él dice: “A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de
mí…” Versículo 11: “Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos…” Y Él sigue
hablando del juicio en contra de ellos. Versículo 16: “No escuchéis las palabras de los profetas
que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no
de la boca de Jehová.” Entonces, todo esto nos muestra cuán estratégico es el liderazgo
espiritual y su impacto trágico en la gente.
En 1 de Samuel 2:12, dice, no necesitamos buscarlo, dice: “ahora, los hijos de Eli eran
hombres malos, no conocieron a Jehová.” Sin embargo, ellos iban a ser los sacerdotes que
iban a seguir a su padre, quien era el sumo sacerdote. En Malaquías 2 hay una denuncia muy
vívida del liderazgo falso. De hecho, la afirmación que se hace es de hecho una afirmación
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aterradora y muy vívida.
En Malaquías 2 el Señor condena a los líderes falsos de Israel y dice esto: “corromperé su
simiente y esparciré estiércol en sus rostros, inclusive el estiércol de sus fiestas solemnes.”
¡Que lenguaje tan vívido! Voy a frotar sus rostros con su propio excremento por lo que le han
hecho a Mi pueblo.
Entonces, el tema del liderazgo dentro de la familia de Dios es de gran importancia. La virtud
moral, el compromiso espiritual, la conducta santa y la fidelidad a la Palabra de Dios son
esenciales entre aquellos que guían a los que son del Señor.
Usted llega los Evangelios en el Nuevo Testamento y nuestro Señor condena a los falsos
líderes de Israel. En Mateo, capítulo 23, aquellos de ustedes que estuvieron con nosotros en
ese estudio de Mateo recordarán el pasaje. Él denuncia de manera fuerte a los líderes de
Israel con Su reprensión. Él les dice en el versículo 13: “Mas ¡ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque cerráis el Reino de los cielos delante de los hombres; pues ni
entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando. ¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas
oraciones; por esto recibiréis mayor condenación. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis
dos veces más hijo del infierno que vosotros.”
Y Él sigue con su condenación. Él los llama necios y ciegos. Les recuerda que pagan sus
diezmos, pero no están preocupados por la justicia y la misericordia y la fe. Los llama guías
ciegos. Les dice: “ustedes limpian lo de afuera del vaso y por dentro, hay extorsión y exceso.
Ay hipócritas, sepulcros blanqueados por fuera se ven hermosos, están blanqueados, pero
por dentro, están llenos de huesos de muertos y toda inmundicia. Son culpables de
hipocresía, iniquidad.” Y Él sigue y sigue. “Serpientes, generación de víboras, ¿cómo
escaparán la condenación del infierno?” Entonces, esta nuevamente, es una fuerte reprensión
al liderazgo falso.
Y usted llega a las epístolas entonces, a las epístolas de Pedro y Pablo y Juan y Santiago y
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Judas. Y todas esas epístolas tratan con el tema del liderazgo falso. Todas ellas, de una u
otra manera. Recordamos la condenación de Pablo de Gálatas 1, en donde habla de aquellos
que hablan otro Evangelio. Recordamos su carta a los Colosenses, en el capítulo 2, en donde
dice: “guardaos de la filosofía y engaño falso, aquellos que quieren torcer y pervertir la
Verdad. Aquellos que quieren traer el misticismo, ese tipo de personas que los desvían.
Aquellos que traen el legalismo”. Y delinea varias formas falsas de enseñanza en Colosenses
2.
Recordamos a Pedro, cómo en 2 Pedro 2, Pedro simplemente describe a los maestros falsos
en la terminología más vívida como manchas. Y simplemente, términos muy vívidos. Nubes
que flotan con el viento, pozos sin agua. Judas hace lo mismo. Juan escribe acerca de los anti
cristos que quieren engañar. E inclusive Santiago habla acerca de la retribución seria de Dios
en contra de aquellos que buscan ser maestros y no cumplen su responsabilidad como
debieran.
Es un asunto grave en el Reino de Dios hablar del lema del liderazgo espiritual. Y ninguna
persona debe aspirar esa posición sin una consideración muy seria de lo que está involucrado
en ello. Y quiero ver si en esta serie de 1 Timoteo podemos llegar a entender esta seriedad.
Reconozco que lo que enseño aquí irá más allá de las paredes de esta Iglesia en esta época
debido a nuestro ministerio y confío en que muchos otros que escuchen esto tendrán un mejor
entendimiento de lo que el Espíritu de Dios está diciendo con respecto al tema de ser un
pastor, un anciano, un sobre veedor, un líder en la Iglesia.
Ahora, necesito recordarle que sea que use la palabra sobre veedor, obispo, pastor o anciano,
él se está refiriendo la misma persona. Los tres términos: sobre veedor, habla de su función
de supervisión y liderazgo. Anciano, de su madurez y experiencia. Pastor, se refiere a su
cuidado y alimentación. Pero todos se refieren a la misma posición. De hecho, en Hechos 20,
versículos 17 y 28, todos esos términos son utilizados para referirse a las mismas personas.
En Tito 1:5 y 7, son utilizados para referirse a la misma persona. Y en 1 Pedro 5:1 y 2.
La última vez dijimos que este sobre veedor o pastor o anciano es responsable de gobernar la
Iglesia, enseñar a la Iglesia, orar por la Iglesia, cuidar de la Iglesia, establecer la política que
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norma la Iglesia, ordenar a otros en el ministerio y ser el ejemplo de piedad para que toda la
gente lo siga. Y es un llamado muy serio. Y esa es la razón por la que en el versículo 1,
recordará lo que dice: “palabra fiel es esta.” Eso marca la importancia de esto. Esa pequeña
frase fue utilizada para esas cosas que eran de gran importancia para la Iglesia. Es importante
que recordemos que cuando un hombre desea funcionar como un sobre veedor, él está
deseando una obra noble. Y vimos la última vez, no es cierto, la naturaleza elevada del
liderazgo en la Iglesia. Es un llamado elevado. Es una obra noble a la que un hombre
encomienda y entrega su vida.
Recordé eso esta semana. De hecho, en mi propia lectura estuve leyendo algo acerca de la
nobleza del ministerio, simplemente para refrescar en mi mente el llamado sublime al que
Dios me ha llamado y a muchos otros. Y especialmente, mi corazón fue animado de manera
especial por los escritos de un puritano estadounidense del siglo XVII llamado Cotton Mather.
Él tuvo un ministerio poderoso en Boston y escribió un volumen titulado Estudiante y
Predicador. Y en ese volumen, Estudiante y Predicador, él tiene una sección llamada
‘Directivas para un candidato al ministerio’. Y en él, habla de su perspectiva de la dignidad del
ministerio. Escuche lo que él dice:
“La responsabilidad del ministerio cristiano entendido correctamente es la responsabilidad
más honorable y más importante que cualquier hombre en el mundo entero jamás puede
tener. Y será una de asombros y empleos para la eternidad considerar las razones por las que
la sabiduría y la bondad de Dios le asignó esta responsabilidad a un hombre imperfecto y
culpable. El gran diseño, intención de la responsabilidad de un predicador cristiano consiste
en restaurar el trono y dominio de Dios en las almas de los hombres. Desplegar en los colores
más vívidos y proclamar en el lenguaje más claro las perfecciones, funciones y gracia
maravillosas del Hijo de Dios. Y atraer las almas de los hombres para llevarlas a un estado de
amistad eterna con Él.
Es un trabajo que a un ángel le gustaría llevar a cabo porque es un honor, sí, una
responsabilidad que todo ángel en el cielo codiciaría tener durante 1000 años por venir. Es
una responsabilidad tan honorable e importante y útil que, si un hombre fuera colocado en ella
por Dios y ejecutara su responsabilidad de manera fiel y exitosa a lo largo de la vida, él podría
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ver con menosprecio una corona y derramar una lágrima de compasión por el monarca más
brillante de la tierra.” Fin de la cita. Ahora, él tuvo un sentido de lo sublime que es el llamado.
Will Sangster, quien predicó en Westminster en Londres en los días de la Segunda Guerra
Mundial, escribió, y cito: “llamado a predicar, comisionado de Dios para enseñar la Palabra, un
heraldo del gran Rey, un testigo del Evangelio eterno, ¿podría haber una responsabilidad más
alta y santa? A esta tarea suprema, Dios envió a Su único Hijo. En toda la frustración y
confusión de los tiempos, ¿es posible imaginar un trabajo comparable en importancia con el
de proclamar la voluntad de Dios a los hombres desviados? No fue por accidente, mucho
menos por el egoísmo de los hombres fue que al púlpito se le dio el lugar primordial en la
Iglesia. Esta ahí por designio y devoción divinas. Está ahí por la lógica de las cosas. Esta ahí
como el trono de la Palabra de Dios,” fin de la cita.
Entonces, un hombre que asume la responsabilidad de ser anciano o la supervisión o el
pastoreado, asume una responsabilidad, por así decirlo, en el trono de Dios para hablar la
Palabra de Dios, la cual emana de ese trono. Es un llamado digno, un llamado alto y santo.
John Wycliffe, escribiendo en el siglo XIV, dijo, y cito: “el servicio más alto al que los hombres
pueden llegar en la Tierra es predicar la palabra de Dios. Este servicio recae de manera
peculiar en los sacerdotes.” En sus días, los sacerdotes eran los que hacían eso. “Un Y, por lo
tanto, Dios demanda de ellos. Y por esta causa, Jesucristo dejó otras responsabilidades y se
ocupó a sí mismo primordialmente en la predicación. Y también lo hicieron Sus apóstoles. Y
por eso, Dios los amó.
La Iglesia, no obstante, es honrada más por la predicación de la Palabra de Dios. Y por ello,
este es el mejor servicio que los sacerdotes pueden darle a Dios. Y de esta manera, si
nuestros obispos no predican en sus propias personas y estorban a los sacerdotes
verdaderos de predicar, están en los pecados de los obispos que mataron al Señor
Jesucristo.” Fin de la cita.
Lo que él está haciendo es comentar en un período de la historia cuando los líderes
espirituales no estaban permitiendo que la Palabra fuera predicada por sacerdotes menores.
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Y él dice que ellos son tan culpables como aquellos que mataron a Jesucristo por restringir
este esfuerzo que es el más noble y necesario de todos.
Entonces, es una tarea digna. Y vimos esto la última vez. Y es correcto aspirar a esa tarea
digna. Si un hombre desea eso, él desea una ocupación muy noble. Pero no es que la Iglesia
acepta inmediatamente a la persona simplemente porque aspiran a eso.
Y entonces, comenzando en el versículo 12, él comienza a enlistar los requisitos para afirmar
a un hombre que aspira a esto. Una cosa es buscar esto, otra cosa es estar calificado para
recibirlo. Y aquí pasamos del hombre con el deseo a la Iglesia con la responsabilidad. Así
como un hombre tiene que desear esto mucho, así también una Iglesia debe certificar que
este hombre está calificado. Esta es la responsabilidad de la Iglesia.
Los pastores, los ancianos, los sobre veedores son apartados de manera única por la Iglesia y
ordenados para el ministerio. La palabra ordenar es conocida por nosotros. La palabra en el
griego es kathistemi, es usada muchas veces en el Nuevo Testamento. Significa apartar,
significa designar, significa ordenar. La señal oficial en la primera Iglesia era la imposición de
manos. Cuando querían apartar alguien para el ministerio, los pastores de la iglesia o los
apóstoles o los que trabajaban con los apóstoles colocaban sus manos sobre este individuo. Y
al hacer esto, afirmaban su unión con él, su identificación.
Y en un sentido, trasmitían la bendición del ministerio a ellos. De tal manera que leemos en 1
Timoteo 4:14 las palabras de Pablo a Timoteo: “no descuides el don que tienes, que te fue
confirmado con la imposición de las manos de los ancianos.” Entonces, Timoteo también fue
ordenado al ministerio mediante la imposición de las manos de los ancianos.
Ahora, la idea de la imposición de las manos viene de un símbolo del Antiguo Testamento.
Cuando un judío iba a presentar su sacrificio, él lo colocaba en el altar, después él colocaba
sus manos sobre su sacrificio. Él hacía esto como un acto de solidaridad, como un acto de
unión diciendo: ‘yo soy uno con este sacrificio. Este sacrificio pagará la paga de mi pecado, en
un sentido’. Ofrezco esto en mi lugar.
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Entonces, este símbolo de identificación que salió de la imposición de las manos en un
momento sacrificial se lleva al Nuevo Testamento en la imposición de las manos de uno sobre
otro, ordenándolos al ministerio.
En el capítulo 5, versículo 22 de Primera de Timoteo, Timoteo se le advierte aquí no imponga
las manos con ligereza sobre un hombre, de lo contrario podría ser participante de los
pecados de ese hombre. En otras palabras, si él es un hombre pecaminoso y no tiene
derecho de estar en el pastoreado, y lo ordenas para eso, tú participas de su pecado.
Entonces, es una responsabilidad muy seria. Cuando afirmamos al imponer nuestras manos
en algunos hombres que son aptos y están listos y están calificados para el ministerio,
estamos identificándonos con ellos con una intimidad tal que, si ellos son pecaminosos,
literalmente, participamos de ese pecado.
Entonces, viene la advertencia de no imponer las manos en alguien a la ligereza sin una
evaluación apropiada. Por cierto, en nuestro servicio en esta noche vamos a estar imponiendo
las manos en dos hombres que han sido calificados. Estamos muy contentos por hacer eso.
Chris Mueller y Jack Regan serán apartados oficialmente en esta noche para la obra del
ministerio, porque se ha confirmado no sólo que aspiran eso, sino que son dignos de eso
porque están calificados cuando han sido evaluados a la luz de los estándares dados en la
Palabra de Dios.
Y la Iglesia hace eso. En los primeros años de la Iglesia, vemos que fue hecho por los
apóstoles. En Hechos 14:23, los apóstoles impusieron manos y ordenaron. Conforme la
Iglesia comenzó a crecer y los apóstoles comenzaron a desaparecer, una nueva generación
de líderes vino, como Tito. Y en Tito 1:5, a Tito se le dice que ordene a ancianos en toda
ciudad. Pasó de los apóstoles a aquellos que fueron representantes de los apóstoles, como
Tito.
Pero en el caso de Éfeso, en donde ya había un grupo de pastores y ancianos, se volvió su
responsabilidad y entonces, ellos son el presbiterio, a quienes se les da la responsabilidad de
imponer sus manos en otros. Entonces, podríamos decir en los primeros años lo hicieron los
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apóstoles. Después, aquellos que trabajaron con los apóstoles lo hicieron; y después, una vez
que la Iglesia fue establecida, se vuelven los pastores de la Iglesia los que se añaden a sus
filas al imponer sus manos en otros que son encomendados al ministerio. Y en la actualidad,
así lo hacemos. Es la tarea de los pastores y ancianos de la iglesia confirmar a otros en esa
responsabilidad tan sagrada.
Permítame también mencionar que en Hechos 13:2 y en Hechos 14:23, en ambas ocasiones,
cuando hombres fueron apartados para el ministerio, la Iglesia se involucró en la oración y el
ayuno y en buscar la mente del Espíritu de Dios. Y eso de nuevo nos enfatiza la seriedad
grande de apartar a hombres. Hechos 20:28, por cierto, dice que el Espíritu Santo los ha
hecho obispos, sobre veedores. Realmente es una obra de Dios. Dios lleva a cabo la obra,
coloca el deseo en el corazón, la Iglesia afirma eso. Los líderes imponen manos y la persona
entonces, ha sido apartada al ministerio.
Pero ese proceso de ordenación sólo puede ser hecho en la voluntad de Dios cuando el
hombre ha sido medido a la luz del estándar. Y el estándar es dado en 1 Timoteo 3:2 al 7 y
también en Tito 1; y veremos el paralelo de Tito 1 más adelante. Pero comencemos a ver los
requisitos en los versículos 2 al 7. Y para ser honesto con usted en esta mañana, únicamente
vamos a ver el primero. Vamos a ir más rápido la próxima vez, pero tenemos que comenzar
con este que es tan, tan importante y que es dado primero.
El primer requisito para alguien que es apto para el ministerio, un obispo, versículo 2, dice:
“pero…” El pero aquí es para indicar que debido a lo que el versículo dice, debido a que es
una responsabilidad sagrada, un deber santo, una responsabilidad sublime, una obra noble,
“un obispo o sobre veedor entonces debe ser irreprensible”. Y vamos a detenernos ahí.
Necesario es de en el griego. Es una partícula colocada ahí para enfatizar algo que es una
necesidad absoluta. Es una necesidad absoluta que este hombre sea irreprensible…
Irreprensible. Ése es el requisito básico general. Y, por cierto, es nigh en el griego, es un
presente participio del verbo ser. Él debe estar en un estado presente irreprensible. No
significa que él nunca ha cometido un pecado en su vida entera. No significa que en el pasado
no hubo algo que estuvo mal.
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Lo que significa es que, en la actualidad, él es irreprensible. Nadie ha sido irreprensible toda
su vida. No es cuestión de lo que él hizo hace años en el pasado… Puede ser cuestión de lo
que él hizo hace cuestión de unos cuantos meses o semanas, o inclusive hace algunos años
atrás, que todavía es una mancha en su vida. Pero la idea es que es irreprensible en la
actualidad. No significa que tuvo que haber sido perfecto antes de que fue cristiano, nadie
podría hacer eso. Todo el mundo antes de que vino a Cristo vivía en pecado y más pecado y
solo pecó.
Entonces, el punto aquí es el tiempo presente… Este hombre debe tener una vida sin
reprensión. Ése es el requisito primordial, general. De hecho, todo lo demás que viene
después de esa realidad, en un sentido define lo que se quiere decir con irreprensible. Este es
el requisito general básico primordial.
Ahora, la palabra significa “no puede ser detenido.” Significa que no puede ser tomado. En
otras palabras, usted no lo puede tomar como si fuera un criminal y que necesitaba ser
capturado debido a la condenación necesaria o encarcelamiento o lo que sea que él merecía
por lo que él había hecho. Él es irreprensible. Usted no puede colocarle nada. Él está más allá
de la acusación. Ésa es la idea. No hay nada de que acusarlo. Entonces, él debe ser un
hombre cuya vida no está manchada por algún pecado. Algún vicio, alguna maldad. Sea un
hábito o sea un incidente o sea una actitud. Podría ser cualquier cosa que podría causar que
él fuera acusado. Él debe estar más allá de la acusación.
Ahora, eso no quiere decir que él va a ser perfecto. Eso no quiere decir que no va a haber
ocasiones cuando él falle, cuando él haga algo mal. Pero no es algo en su vida lo cual todo el
mundo apunta, señala como un defecto obvio. Él no tiene un defecto pecaminoso obvio en su
vida. Él no debe tener un defecto pecaminoso obvio en su conducta, nada que signifique que
él no pueda ser el modelo supremo para que la congregación lo siga. Si él va a decir: ‘sígame
a mí conforme yo sigo a Cristo’, entonces él va tener que ser sin defecto. Si él va tener que
hacer en el púlpito lo que todos los pastores son llamados a hacer, y eso es decir ‘soy el
ejemplo,’ síganme, entonces va a tener que ser un ejemplo de virtud. Él no debe tener nada
en su vida que cuando es seguido por su congregación va a llevarlos a pecar. Si él es
pecaminoso en cualquier área de la vida, quizás es una preocupación por las cosas
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materiales. Quizás, es un problema de actitud. Quizás, es un problema de ego. Quizás, es un
problema de lujuria. Lo que sea. Quizás, un espíritu argumentativo. Quizás, no cuidar de
aquellos que están en necesidad; él es indiferente, lo que sea. Quizás, es alguna mancha
moral en el pasado. Robó dinero, mintió o cometió fraude o alguna relación adúltera, lo que
pueda hacer. Si hay algún hipo de mancha en su vida como esa, que le permite demostrar a
otros que usted puede vivir en imperfección y aun así, ser un líder espiritual, él está
descalificado. Y no estoy diciendo que yo soy perfecto, porque todos ustedes saben que no es
así. Pero estoy diciendo que no hay un solo pecado público en su vida al cual todo el mundo
apunta y todo el mundo conoce. Si ese es el caso, él no está calificado.
No sólo debido al lado positivo él deja de ser un modelo, sino debido al lado negativo. La
gente maliciosa que quiere atacar a la Iglesia va a encontrar eso y va a usar eso para destruir
la reputación de Cristo y la reputación de la Iglesia de Cristo y va a desacreditar la obra. No,
este no es un estándar doble. Usted dice: “oh, este es un estándar doble… Me da gusto que
no soy pastor. Hombre, esto es difícil.” Escuche, este no es un estándar doble, esto no es algo
para mí y los pastores de Grace Community Church y los ancianos de Grace Community
Church y no para usted. ¿Entiende usted el punto aquí?
La razón por la que ser irreprensible es llamado, es un requisito a nivel pastoral es porque
somos el ejemplo que todos ustedes deben seguir. Y ser irreprensible ser parte de ese
ejemplo, entonces adivine ¿qué se demanda de usted? El mismo nivel de ser irreprensible.
Nada más que algunas cosas pueden ser toleradas en la congregación que no pueden ser
toleradas en los líderes espirituales, porque es cuestión de ejemplo y de ser un modelo.
Y de manera repetida Pablo dijo: “sed imitadores de mí… Sed imitadores de mí,” eso es algo
que todo líder espiritual debe poder decir. “Hermanos,” Filipenses 3:17, “sed imitadores de
mí.” Él lo dijo en la carta corintia dos veces. En 2 Tesalonicenses capítulo 3 versículo 9, él
dice: “nos hemos hecho un ejemplo a ustedes, sígannos.” En Hebreos 13, la congregación es
llamada a moldear su fe conforme a aquellos que están sobre nosotros.
Primera de Pedro 5, debemos seguir el ejemplo de aquellos que son nuestros pastores.
Primera de Timoteo 4, “sé ejemplo a los creyentes en palabra y conducta, amor, espíritu, fe y
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pureza.”
Como puede ver, el liderazgo espiritual es primordialmente cuestión de ejemplo.
Primordialmente, es cuestión de establecer un modelo para que la gente conforme su vida
según ese ejemplo. Y la verdad es que, como dije antes, lo que el liderazgo es, eventualmente
se reflejará en la Iglesia. Y usted puede conocer gente de una Iglesia y si están yendo ahí por
mucho tiempo, van a reflejar el estándar establecido por esta Iglesia. Y francamente, no es
tanto lo que ellos dicen como lo que son. La gente sólo va a seguir lo que usted dice si es
coherente con lo que usted es. Si usted es menos de lo que dice, van a seguir el estándar
menor y se van a convertir en lo que usted es en lugar de lo que usted dice.
Entonces, somos llamados como aquellos que guían a la Iglesia a ser irreprensibles. Ahora,
permítame tan sólo decir esto para que lo entienda. Lo que quiero que entienda de esto no es
que no pecamos, sino que no hay algo en nuestra vida que es un problema continuo de
pecado que nos hace que seamos culpables y que elimine nuestro ejemplo. Y que dé una
oportunidad para que la gente maliciosa, gente mala ataque la integridad de nuestro ministerio
y nuestra Iglesia y la obra de Cristo.
Ahora, note esto si es tan amable, porque es importante. Si usted aspira al ministerio, usted
es llamado esto. Y si usted es llamado a esto, para ser eficaz, para Dios usted puede estar
seguro de una cosa y esto es que Satanás va hacer lo que él pueda hacer para dañar su vida
a este nivel. Hay una razón amados por la que tantos pastores caen en pecado. Hay una
razón por la que tantos líderes en una Iglesia no son irreprensibles. Y eso es porque el
enemigo trabaja a marchas forzadas para atacar su integridad, para destruir el ministerio y
para hablar mal de Cristo.
Y entonces, habiendo dicho eso, necesito desviarme por un momento y compartir con usted
algunas cosas que están en mi corazón, que creo que son muy importantes para cualquiera
que aspira al ministerio espiritual, para que en sus oraciones sepa cómo orar por nosotros.
Debemos tener cuidado en el asunto de ser irreprensible por muchas razones. Debemos
buscar gran fortaleza espiritual por muchas razones. Permítame compartirlas con usted.
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Número uno: estoy convencido de que el diablo nos atacará a nosotros con la tentación de
manera más severa que a cualquier otra persona. Yo creo eso. Y yo creo que eso es bastante
obvio. Si usted está guiando las fuerzas de la verdad y la luz en contra del reino de las
tinieblas, si usted está ahí afuera en la línea frontal, entonces usted va a sentir la fuerza de su
oposición. No hay duda al respecto.
Sí Satanás tuviera una opción en esta Iglesia y sus demonios tuvieran una opción en esta
Iglesia de hacer que alguien en la congregación caiga en las profundidades del pecado y tiene
que escoger entre yo y alguien más, habría poco que decidir, ¿no es cierto? Porque el daño
que resultaría a este nivel de liderazgo tendría un efecto grande más allá de lo que le
sucedería a cualquier miembro como individuo.
Entonces, debe saber en su propia mente que sus oraciones a favor de aquellos que están en
el liderazgo espiritual son apropiadas, porque ahí se encuentra el mayor ataque del enemigo.
Si él odia a Cristo de manera suprema, él odia de manera suprema a aquellos que
representan de manera más fiel a Cristo. Y también creo que entre más fiel uno es a la
Palabra de Dios y más valiente y más leal y menos concesiones hace al predicar y enseñar la
Palabra de Dios, el ataque vendrá más en contra de él.
Entonces, podríamos decir que él atacará al que está en la función de pastor y maestro más
que cualquier otro. Y el que es más fiel en esa función, él lo va a sacar más que el resto.
Entonces, esa es la razón por la que decimos que esta es una batalla espiritual. Y siempre
estamos involucrados en esa batalla. Recibimos las insinuaciones más sutiles, las solicitudes
más incesantes y los ataques más violentos por parte del enemigo. Sin embargo, la fortaleza
que Dios da para la tarea es suficiente por Su gracia para enfrentar eso. Y a partir del
conflicto, viene la victoria que hace que la fortaleza aún sea mayor.
En segundo lugar, es importante tener cuidado y orar por aquellos que están en el liderazgo
espiritual, porque muchos ven en nuestras vidas y les gustaría vernos caer. Y ya hice
referencia a eso. Cuando alguien en la línea frontal cae, todo el mundo lo sabe. Y hay muchas
personas que son destruidas. Me acuerdo hace unos cuantos meses atrás de una niña en una
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reunión de testimonio aquí en la Iglesia. Ella se puso de pie, fue la primera vez que jamás
había estado aquí y confesó la manera en la que ella había sido traicionada de una manera
terrible por parte de un pastor a quien ella había buscado para buscar consejería. Y ese
pastor se había aprovechado terriblemente de ella. Y ese explicó que ella estaba aquí en una
Iglesia porque ella estaba haciendo su mejor esfuerzo por ver si ella podía volver a confiar
otra vez en los pastores. Ella había sido devastada de manera total por esa experiencia
terrible. Y tratamos de animarla diciéndole que había hombres que eran fieles a las cosas de
Dios y que eran dignos de confianza. Pero hay muchos que cuando caemos, serán destruidos
por eso.
Por otro lado, muchos tienen ojos sólo de maldad y sólo buscan la falla más pequeña para
desacreditar el trabajo entero. Entonces, tenemos que tener cuidado para ser irreprensibles,
porque muchos están viendo nuestras vidas y muchos quieren vernos caer. Y cuando eso
sucede, la destrucción llega muy lejos.
En tercer lugar, debemos tener cuidado en el asunto del pecado y tener cuidado en el asunto
de los ataques de Satanás porque es probable que nosotros pequemos en contra del
conocimiento porque tenemos más conocimiento y, por lo tanto, pecar y exponernos al mayor
nivel de disciplina. Entre más conocemos, mayor es el pecado. Y cuando pecamos en contra
de ese conocimiento, por lo tanto, mayor es la disciplina.
Si usted cree por un momento que estar en el ministerio o el pastorado o el liderazgo de la
Iglesia como anciano lo aísla de la disciplina de Dios, de hecho, lo opuesto es verdad. Lo
coloca en una posición de disciplina más severa porque cuando usted peca, peca en contra
del conocimiento. Y entonces, el pecado es desafiante y la disciplina encaja con el nivel de
desafío del pecado.
Y de la mano con eso, permítame presentarle una cuarta razón por la que le debemos estar
alertas y tener cuidado y es esta: nuestros pecados, esto es los pecados de aquellos que
guían la Iglesia, son más hipócritas porque predicamos en contra de eso. Entonces, no sólo
que es más probable que pequemos en contra del conocimiento, sino de nuestros pecados
tienen más hipocresía en ellos que los pecados de cualquier otra persona porque predicamos
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en contra de eso mismo.
Entonces, hay un mayor potencial en el ministerio para la tentación. Hay un mayor potencial
en el ministerio para el desastre. Hay un mayor potencial en el ministerio para la disciplina.
Hay un mayor potencial en el ministerio para la hipocresía, ¿entiende eso? Con el alto
llamado, entonces, viene un alto nivel de conflicto espiritual. Con un alto nivel de
responsabilidad espiritual.
Y eso me lleva al siguiente pensamiento y es que, debido a todo esto, nuestro ministerio
demanda una mayor gracia y mayor poder que el de otro hombre debido a la mayor
responsabilidad que viene con ello. Y me da gusto que Dios haga eso. Pero lo aliento a que
ore por nosotros, porque necesitamos más gracia para la tarea mayor.
Como puede ver, para resumirlo: la honra de Cristo depende más de nosotros que de
cualquier otra persona. ¿No es cierto? La honra de Cristo depende más de nosotros que de
cualquier otra persona. Escuche: si hubiera alguna mancha moral grande en mi vida, algo que
todo el mundo supiera acerca de mí que fuera incoherente con lo que predico, se esparciría
de un fin de este país al otro. Usted lo habría visto el jueves por la noche, créame. No hay
duda al respecto. Porque la honra de Cristo depende más de aquellos que de manera más
verbal, visible y externa lo representan, los líderes de la Iglesia. Los líderes de la Iglesia. Esa
es la razón por la que es tan devastador cuando alguien en el liderazgo de la Iglesia cae.
Como puede ver, entre más cerca estamos de Dios, más podemos honrarlo. Y entre más
cerca estamos de Dios, más podemos herirlo con mayor profundidad y afectar Su causa. Un
pastor no santo es como una vidriera decorativa. Una vidriera decorativa es un símbolo
religioso que mantiene afuera la luz y un pastor no santo no es nada más que un símbolo
religioso que mantiene la luz afuera. Un hipócrita pintado.
Y entonces, cuando usted llega a la mirada esencial de lo que el requisito debe ser en el
ministerio como lo conocemos, un pastor, un anciano o sobre veedor, usted comienza con ser
irreprensible. Tuve la oportunidad de estar en la parte del centro de California en esta semana
en Estados Unidos asistiendo a una reunión de la asociación occidental de escuelas y
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universidades, el grupo de acreditación que acredita al Master's College y me llevé un
pequeño libro conmigo para leer, porque tuve que volar un par de veces.
Cuando me fui de Monterrey, en donde era la conferencia, y estaba volando a Fresno, estaba
volando en uno de estos pequeños aviones que hacen mucho ruido, que vuela de Monterrey a
Fresno. También vuela a Pixley, creo y a otra pequeña granja. Pero era un avión interesante,
muy ruidoso. Y yo estaba sentado junto a la hélice todo el tiempo. Pero me llevé este libro
para leerlo y me di cuenta que, en medio de inclusive el movimiento y el ruido, de alguna
manera me perdí de lo que el hombre estaba escribiendo. Y creo que, en mi mente, de
manera vívida, una especie de momento en el que me estuve examinando que siempre
recordaré viajando ahí, al cruzar la parte del centro de California. Conforme leí estas palabras
escritas por Richard Baxter, quien escribió el libro en el año 1556. Él me recordó cosas que
tengo que mantener en mi propio corazón. De hecho, lo corté y lo coloqué, simplemente para
compartirlo con ustedes.
“Tengan cuidado de ustedes, no sea que vivan en esos pecados en contra de los cuales
predican en otros y no sea que sean culpables de aquello que condenan diariamente. ¿Hará
su trabajo magnificar a Dios? Y cuando han hecho eso, ¿lo deshonrarán tanto como otros?
Proclamarán el poder gobernador de Cristo y, sin embargo, ¿lo condenarán y se revelarán
contra Él? ¿Predicarán Sus leyes y las quebrantarán de manera deliberada? Si el pecado es
malo, ¿porque vives en él? Sí no es malo, ¿por qué persuades a los hombres a no vivir en él?
Si es peligroso, ¿cómo te atreves a meterte en él? Si no es peligroso, ¿por qué le dices a los
hombres que lo es? Si las amenazas de Dios son verdad, ¿por qué no te dan miedo? Si son
falsas, ¿por qué turbas a los hombres de manera innecesaria con ellas y los aterras de esa
manera sin causa? ¿O no conoces el juicio de Dios, que los que cometen tales cosas son
dignos de muerte?
Sin embargo, tú las haces. Tú que enseñas a otros, ¿no enseñas a ti mismo? Tú que le dices
a un hombre “no cometas adulterio o no te emborraches o no seas codicioso,” ¿eres tú así?
Tú que te jactas de la ley, ¿quebrantando la ley deshonras a Dios? ¿Qué? ¿Acaso la misma
lengua que habla maldad, habla contra la maldad? ¿Acaso esos labios que censuran y
calumnian, y hablan mal de tu prójimo, clamarán en contra de estas y otras cosas semejantes
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en otros? Tengan cuidado de ustedes mismos, no sea que denunciando el pecado, no lo
venzan. No sea que mientras que buscan derribarlo en otros, ustedes se postran ante él y se
convierten en sus esclavos. Porque aquello por lo que un hombre es vencido, por ello mismo
es llevado a la esclavitud. Aquel a quien se entregan como siervos para obedecer, sus siervos
son a quien obedecen. Sea del pecado para muerte o de la obediencia para justicia. Oh,
hermanos, es más fácil condenar el pecado de lo que es vencerlo.” Fin de la cita.
Buen recordatorio. El que predica debe vivir de manera coherente el mensaje que predica.
Entonces, Pablo dice ‘mira Timoteo, tienes problemas en su Iglesia, tienes que deshacerte de
líderes y tienes que traer a líderes, pero haz esto, asegúrate de comenzar con que son
irrepetibles.’ Su virtud moral es absolutamente lo más importante. Es la médula.
Leo algo más de Richard Baxter, estas palabras: “cuando sus mentes estén en una manera
de pensar celestial, Santa, su congregación, probablemente va a tomar parte de ese fruto.
Sus oraciones y alabanzas y doctrinas serán dulces y celestiales para ellos. Probablemente,
sentirán cuando han pasado mucho tiempo con Dios. Aquello que predomina en sus
corazones es lo que predominará en sus oídos. Cuando yo dejo que mi corazón se enfríe, mi
predicación se enfría. Cuando yo dejo que mi corazón se enfríe, mi predicación es fría. Y
cuando está confundido, mi predicación es confusa.
Entonces, con frecuencia también observo en lo mejor de mis oyentes que cuando yo me he
enfriado en mi predicación, ellos también se han enfriado. Y las siguientes oraciones que he
oído de ellos han sido demasiado parecidas a mi predicación. O, hermanos, por tanto, cuiden
sus propios corazones, dejen afuera las lujurias y pasiones y las inclinaciones mundanas,
mantengan ardiendo la vida de la fe y el amor y el celo. Pasen mucho tiempo en la casa y
pasen mucho tiempo con Dios. Mirad por vosotros, no sea que vuestro ejemplo contradiga
vuestra doctrina… No sea que deshagan con sus vidas lo que dicen con sus lenguas y sean el
mayor estorbo del éxito de sus propias labores. Una palabra orgullosa, que se enseñorea, una
contención innecesaria, una acción codiciosa podría cortar la garganta de muchos sermones y
destruir el fruto de todo lo que han estado haciendo,” fin de la cita.
Entonces, sea cual sea la aspiración, entienda que es una tarea noble, pero lo lleva a un gran
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conflicto con el enemigo y lo manda a ser irreprensible. Ahora, ¿cómo es que un hombre de
Dios se protege a sí mismo? ¿Cómo es que en medio de esta batalla espiritual nos aislamos a
nosotros mismos de la caída que Satanás quiere traer contra nosotros? Permítame decirle a
partir de mi propia experiencia personal, es algo muy simple de responder. Paso por lo menos
tres días a la semana en el estudio a profundidad de la Palabra de Dios. Y eso no
necesariamente es para preparar sermones. Podría preparar sermones en menos tiempo. De
hecho, podría preparar sermones en mucho menos tiempo. Pero no estudio la Biblia para
preparar sermones. Bernard hace mucho tiempo atrás dijo esto: “algunos desean conocer…
hablando de la Palabra de Dios… Algunos desean conocer simplemente por causa de
conocer. Y esa es una curiosidad vergonzosa. Algunos desean conocer para que puedan
vender su conocimiento. Y eso también es vergonzoso. Algunos desean conocer por causa de
la reputación y esa es vanidad vergonzosa. Pero hay algunos que desean conocer para que
puedan edificar a otros y eso es digno de reconocimiento. Y hay algunos que desean conocer
para que ellos mismos puedan ser edificados y eso es sabiduría.
Es mi compromiso en el estudio de la Palabra de Dios no aprender para que ustedes puedan
conocer y no aprender para que ustedes puedan ser edificados, sino conocer para que yo
pueda ser edificado porque sé que el axioma de David es verdadero: “en mi corazón he
guardado Tus dichos para que no peque contra Ti.” Y el único aislamiento que conozco para
la vida del hombre de Dios es él que continuamente esté expuesto a la palabra viva de Dios. Y
en esa palabra viva de Dios viene lo que Jesús dijo en Juan 15: “ustedes son hechos puros
por la palabra.”
Y lo que sucede de manera tan trágica a los hombres en el liderazgo espiritual es que ellos se
alejan de la Palabra de Dios. Quizás, se mueven un poco y se mantienen entregando material
viejo, repitiendo sermones viejos y no son frescos y su vida no es traída bajo la prueba de la
Palabra de Dios día tras día. O quizás, simplemente ven la Palabra de Dios sin un
compromiso real para dejar que el Espíritu de Dios hable. Pero el aislamiento que nos viene
para protegernos en contra de todo lo que nos rodea primordialmente viene de la Palabra de
Dios. Obviamente, también la armadura espiritual de la oración, conforme dependemos de
Dios.
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Y yo añadiría otra cosa, la Palabra y la oración y luego, la comunión espiritual. Yo encuentro
gran fortaleza en mi propia batalla que emana de la fortaleza de aquellos que me rodean que
pelean en la misma línea. Y le doy gracias a Dios por esos hombres de Dios que aquí están
conmigo y me fortalecen para la responsabilidad que tenemos. ¿Quién debe ser un pastor, un
anciano, un líder en la Iglesia? No cualquier persona, sino alguien a quien el Espíritu de Dios
ha dado en el corazón un deseo fuerte y cuya vida encaja con el requisito de ser irreprensible.
Ahora, ese tan sólo es el comienzo. Hay muchos más y los cubriremos en nuestra próxima
ocasión juntos. Oremos.
Ninguno de nosotros, Señor, ninguno de nosotros ni es digno, ni merecedor, ni capaz de
cumplir con esta tarea. Pero Tú eres capaz y Tu Espíritu es capaz y Tú has escogido las
cosas débiles del mundo para confundir a los poderosos, las cosas que no son. No hay
muchos nobles y no hay muchos poderosos. Y en nuestra propia debilidad, Tu fortaleza es
perfeccionada. Y Te damos gracias por eso.
Oro por los líderes espirituales de esta Iglesia. Oro porque Tú los mantengas puros y santos y
virtuosos, e irreprensibles. Oro porque Tú hagas que sean diligentes en la Palabra y la
oración, diligentes en la comunión espiritual, para que sean fortalecidos por aquellos que los
rodean. Oro, oh Dios, porque Tú levantes a muchos en nuestra congregación como ellos.
Muchos hombres jóvenes que puedan ir por este país y por este mundo y ser líderes
espirituales. Oro porque Tú los levantes en el College y en los seminarios para que podamos
enviar a este mundo hombres que no sólo están preparados en su mente, sino que son
piadosos en su corazón. Que son hombres irreprensibles, cuya virtud espiritual es amplia y
profunda, quienes pueden cambiar la faz de una Iglesia que se tambalea. Hombres que
pueden proveer liderazgo espiritual verdadero en donde hay simplemente ingenuidad
humana.
Oro, Señor, porque esta Iglesia esté en una posición en los próximos años conforme nos das
años antes de la venida de Cristo, en donde venga una inundación de líderes para tocar a Tu
Iglesia alrededor del mundo. Haz eso entre nosotros para que la Iglesia pueda establecer el
tipo de patrón y modelo para que otros sigan que Te agrada. Para que la gente pueda
convertirse en Aquel a quien aman y sirven. Ayúdanos a ser fieles a este llamado, aunque
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somos indignos y Te daremos gracias en el nombre de Cristo. Amén.
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