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Edicion El Mural, Mayo de 2011
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Llover aún . . .
El Mural
Un valiente no muere de viejo Texto y foto por Mariangella de Biasse
Tiene 1,80 de estatura, pesa 60 kilogramos, su cara es more-
na y alargada, los ojos marrones son saltones, y el cabello
negro es crespo. Y algo más distingue a Humberto Sarmien-
to: a pesar de que el río Magdalena inundó su pueblo, acabó
con su casa y trabajo, no pudo ahogar sus sueños y esperan-
zas.
Es por esa razón que con una bicicleta vieja y oxidada,
Humberto es capaz de recorrer más de media hora hacia “La
Chácara”, a orillas de un brazo del río Magdalena, para po-
der situar correctamente una malla y al día siguiente recoger
bocachicos y moncholos y su familia tenga con qué alimen-
tarse.
Con sus labios tensos, delgados y descoloridos, Humberto
Sarmiento exhala profundamente para tomar impulso y se-
guir con su recorrido que lo trae de vuelta a su hogar donde
su familia lo espera con ansias.
La noche empieza y la primera lucha es hacer la comida, y sí
se supera la primera prueba, la segunda resulta más preocu-
pante: el poder dormir. Pero cómo hacerlo si se encuentran a
la intemperie con la compañía no solo de ratas y culebras,
sino también de posibles ladrones, que aprovechan un des-
cuido para sacar provecho de la situación.
Por ello Humberto Sarmiento también hace parte del grupo
de vigilancia de las noches, “Por suerte nos turnamos, así
que hay días en los que puedo dormir con mi familia”, afir-
ma.
Pero aún estando en una carpa unido con su familia ¿será
posible conciliar el sueño con semejante realidad perturbán-
dolo afuera?
Si me preguntan cuál de los evangelios es mi preferido, yo tengo dos respuestas: mi fe
de cristiano me dice que los cuatro se complementan y, en consecuencia, ninguno es
superior al otro; pero como periodista, no tengo ningún reparo en reconocer que el de
Juan, discípulo y apóstol, está por encima de los demás.
Voy a trata de explicarme para no ser mal interpretado.
En primer lugar, parto, como buen cristiano, de que por sus 21 capítulos se desarrollan
escenas ajustadas a la realidad; y eso lo vuelve, de inmediato, una pieza periodística in-
valuable, tipo crónica por demás
Y lo voy a decir con énfasis: periodística más que histórica, porque se concentra en lo
revelador de la vida de Jesús y no cae en la tentación de entregar un listado de fechas,
ni de dejarse llevar por la mirada panorámica típica de las biografías. Una prueba de
ello es que no nos cuenta nada del nacimiento ni de la infancia de Jesús: es probable
que nuestro autor lo haya considerado, en su momento, algo muy poco significativo, y
eso responde a una respetable decisión creativa.
Esto último podríamos juzgarlo, incluso, como un craso error teniendo en cuenta el im-
pacto posterior de la escena del pesebre y de personajes como los magos de oriente;
pero, por lo menos, el evangelista fue honesto y no se atrevió a meterse en honduras
indescifrables a su juicio. Por eso fue, a lo mejor, que se abstuvo de referirse a los por-
menores del embarazo de María.
Estos pormenores sí aparecen en el Evangelio de Lucas y en el de Mateo, y si bien
Marcos también se los brincó y hasta explora asuntos similares al de Juan, no tiene su
belleza expresiva y es más bien tosco en su lenguaje. Se podría decir, en defensa del de
Marcos, que aterriza mejor en el Jesús terrenal; pero el de Juan tiene el valor agregado
y la fuerza de lo significativo.
Dicho de otra forma, no tanto le interesan a Juan los acontecimientos protagonizados
por Jesús, sino que pone de relieve lo que ellos significan, o como dicen en Cat-
holic.net, “detalles que sólo la fe puede descubrir”.
Tiene el Evangelio de Juan otras grandes ventajas frente a los demás: está abordado
desde la perspectiva de alguien cercano al personaje principal, testigo envidiable gra-
cias a una inmersión privilegiada. Si bien eso puede tener la desventaja de limitar la re-
portería a una sola mirada, tiene al mismo tiempo la ventaja de la profundidad, que
conduce a una interpretación de significados mucho más fuerte que la de quien mira el
asunto desde lejos, no sólo en distancia, sino en tiempo.
Por eso este Evangelio nos cuenta, con lujos, el antecedente de Juan el Bautista, y va
saltando de escena a escena para mostrarnos a Jesús en sus gestos y actitudes.
Así, los escuchamos en su expresión preferida para empezar sus explicaciones “De
verdad, de verdad os digo”, o también traducida “De cierto, de cierto te digo” que nos
pone en presencia de lo convencido que estaba Jesús de que él, la verdad y la certeza,
eran una misma cosa.
Y somos testigos, también, de muchos de sus encuentros cara a cara con interlocutores
difíciles, de varios de sus milagros más reconocidos, entre estos, una impactante resu-
rrección de Lázaro en la cual no faltan los detalles más revelantes, con una reproduc-
ción de diálogos que Tom Wolfe habría de mencionar, en 1973, como distintiva del
Nuevo Periodismo:
Jesús conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva y tenía puesta
una piedra contra la entrada.
Jesús dijo: —Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: —
Señor, hiede ya, porque tiene cuatro días.
Jesús le dijo: —¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?
Luego quitaron la piedra, y Jesús alzó los ojos arriba y dijo: —Padre, te doy gracias
porque me oíste. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que
está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Habiendo dicho esto, llamó a gran voz: —¡Lázaro, ven fuera!
Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con vendas y su cara
envuelta en un sudario. Jesús les dijo: —Desatadle y dejadle ir”.
Juan, como buen cronista, maneja los ritmos, y fiel al principio de la responsabilidad,
no se detiene mucho en escenas tan dolorosas como la de los azotes a Jesús luego de su
detención. En eso, Marcos y Mateo guardan similar distancia (Lucas también lo hace,
pero se va mucho al extremo), pero la presentación literaria de Juan es superior, con re-
duplicación incluida:
“Así que entonces, tomo Pilato a Jesús y le azotó. Y los soldados entretejieron una co-
rona de espinas y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura.
Y le decían: ¡Salve, Rey de los Judíos!, y le daban de bofetadas”.
Y luego de entregar detalles sobre la crucifixión, la resurrección y hasta de las tres apa-
riciones posteriores de Jesús, incluida la famosa escena frente al incrédulo Tomás, el
Evangelio da la pincelada final de verosimilitud, como para que no quede en duda de
su carácter factual:
“Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y escribió estas cosas; y sabe-
mos que su testimonio es verdadero”,
Y como si el evangelista hubiese escuchado alguna vez a Daniel Samper Pizano –quien
ha repetido hasta el cansancio que el buen reportaje termina sin terminar- Juan se des-
pide con un versículo fenomenal en el que emplea, incluso, una bella hipérbole:
“Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran, una
por una, pienso que ni aún en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.
Amén”.
La Nueva Colonia: Manatí, Atlántico Texto y Foto por: Any Barros
La temporada que dejó a muchas personas damnificadas parece
ya haberse borrado de la mente de algunos medios y personas
colombianas. La muestra son todos aquellos albergues que to-
davía funcionan con personas que no han podido regresar a sus
casas, como el caso de “la nueva colonia” ubicado en Manatí.
Este albergue se encuentran 389 personas, 95 familias de las
cuales ya 6 se han ido a sus hogares. El lugar está distribuido en
carpas, pequeñas “casas” que el ejército les dio, éstas parecen
estar ordenadas en hileras como unas aceras, dentro de desorden
que se supone tener pocas cosas dentro de ellas y mucha gente
viviendo en el mismo lugar.
Niños, mujeres, hombres, jóvenes y otros no tan jóvenes viven
entre perros, burros y desechos, producto de vivir durante casi 3
meses en un sitio que no tiene las posibilidades que ofrece una
casa con servicios públicos.
A pesar de haber tanques purificadores de agua de los cuales
ahora ninguno sirve, capacitaciones en salud sanitaria y una car-
pa destinada para Bienestar Familiar donde se les dan clases a
los niños, las condiciones son obvias.
El problema más grande que enfrenta este albergue es la falta de
agua; ya que en Manatí no hay y les toca viajar a los siete líde-
res comunitarios a traerla desde Sabanalarga. A esto se le suma
que ya no estén acompañados por el ejército y que los mercadi-
tos que antes llegaban cada quince días, ahora lleguen mensua-
les.
En este albergue las carpas están divididas por calles, como si
se tratara de una pequeña ciudad, “La Unión”, “La Esperanza”
y “La Fe” son las que conforman la “nueva colonia, lugar que
hasta hoy todavía ocupan los damnificados y al parecer ocu-
parán por algún tiempo más hasta sus lugares de origen sequen
por completo de las inundaciones.
Parece que a estas personas lo único que les queda es la
“esperanza” y la “fe” a la que se aferran para volver pronto a
sus lugares de origen.
La televisión ha hecho mucho por la psiquiatría:
no sólo ha difundido su existencia, sino que ha
contribuido a hacerla necesaria.
Alfred Hitchcock
Banderilla
Daniel Aguilar
Editor El Muro
Andrés Arias
Editor Online
Gisela Arroyo
Revisión
Participaron en Éste Número Any Barros
Javier Franco
Mariangella de Biasse
Daniel cueto
Andie Páez
Nasha Meza
Grace Cepeda
Eduar Barbosa
Mabel Gasca
Luz Karine Santodomingo
Juan, discípulo de Jesús y maestro de la crónica Por Javier Franco Altamar
Órgano informativo del Departamento de Comunicación Social, Uninorte. Mayo de 2011 Año 2, No. 2
Y lo que falta por
El Mural El deporte
rey, como es
conocido el
fútbol, es ca-
paz de lla-
mar más la
atención por
momentos
por los
escándalos que lo rodean, que por el mis-
mo desarrollo del juego. Es increíble lo
interminable que puede resultar debatir
sobre si una acción fue falta o no, si hubo
pena máxima o no, si existió fuera de lu-
gar o no; más increíble resulta saber, que
estos debates casi que irracionales co-
existen con un reglamento que es claro y
preciso, pero que los periodistas deporti-
vos (en este caso líderes de opinión), fut-
bolistas, técnicos y demás personajes re-
lacionados con este deporte se encargan
de tergiversar. Muchas veces esto ocurre
a raíz del subjetivismo marcado, la su-
bordinación de la razón al corazón, y se
dan razones que precisamente van en
contra de lo planteado por el reglamento
oficial de la FIFA; y es que la condición
de hincha, jugador, técnico o hasta pro-
pietario de un club, facilita que ocurran
estos debates tan polémicos a la luz de la
opinión publicada. Siempre surgen con
vehemencia afirmaciones que dan juicio
subjetivo sobre una jugada “polémica”,
que no debería serla con un reglamento
tan claro. El problema no está en éste
último sino en la manera en que se hace
cumplir. La FIFA y su apertura al debate
sobre el uso de la tecnología a favor del
arbitraje en el fútbol, es la solución más
simple y pragmática a tan extraordinario
problema de consenso. Si se tiene en
cuenta que es posible que exista un juga-
dor adelantado solo por dos centímetros,
tomar la decisión para un juez de línea se
dificulta tanto que termina cometiendo
un error que está supeditado por el límite
de sus capacidades naturales de tal mane-
ra que no se define una realidad concreta.
Si se tienen en cuenta la cantidad de
escándalos en grandes torneos gracias a
errores arbitrales, caso Barcelona y la
UEFA Champions League 2008/09, en
cuya semifinal no le fueron concedidos
tres justos penales al Chelsea cometidos
por defensores del Barcelona, o el céle-
bre gol de Frank Lampard ante Alemania
en los octavos de final de la pasada copa
del mundo, que sólo lo vio la cámara y
no el juez central Jorge Larrionda, debe
ser más que justo aceptar que la FIFA to-
me una posible posición a favor del uso
de la tecnología para hacer cumplir de
manera correcta y al pie de la letra el re-
glamento. La posibilidad está cada vez
más cerca; como todo en la vida del ser
humano, se debe llegar al extremo de la
situación para obligar al cambio, pero
han sido tan marcados y abominables los
errores arbitrales y los debates a su alre-
dedor, que es el momento indicado para
cesar un problema más extra futbolístico
para que el balón ruede con tranquilidad.
El deporte como tal no debe estar tan so-
metido a problemas causados por su re-
glamento mismo, menos el deporte más
popular del planeta, es por tal motivo que
gracias a la razón instrumentalizada, pro-
motora de tecnología a granel, existe la
posibilidad de acabar con el debate sobre
“el fue o no fue”, al cual se le dedica mu-
cho tiempo innecesariamente y en la ma-
yoría de los casos, improductivamente.
La Respuesta al Debate Sobre el Fue o No Fue Por: Daniel Valencia Castaño
Sus caderas no mienten
Daniel Cueto
Mientras caminaba por las calles de mi ciu-
dad, en uno de esas escuelas de baile famosas
cerca al Parque de la Electrificadora vi a
través de la reja cómo una niña pequeña, de
no más de seis años, lloraba mientras corría
hacia su niñera y le decía que el disfraz no le
“entraba”. Y allí caí en cuenta de que hemos
caído en un error al querer construir en el ima-
ginario de la sociedad un estereotipo de mujer
con cuerpos perfectos. En una sociedad como
la de la Región Caribe hacer eso, significaría
perder nuestra cosmovisión, nuestro capital cultural y además, perder eso por
lo que somos famosos de alguna forma: la belleza de nuestras mujeres.
Cito aquella famosa canción de Shakira, cuando aún la querían por ser gordita
y no ocultarlo en sus videos, para realizar de alguna forma una oda a aquel
rasgo físico de la mujer Caribe que hipnotiza, que enamora y que en lo perso-
nal me atrae más que cualquier otra cosa.
El cuerpo de la mujer Caribe de por sí ya es diferente a el de cualquier otra
mujer del mundo, ese legado casi que ancestral africano que todos llevamos
dentro que sale a flote tan pronto suena algún ritmo impregnado de tambores,
flautas, e incluso trompetas; ese que nos hace mover los pies llevando el rit-
mo, se ejemplifica perfectamente en los rasgos físicos de la mujer Caribe.
Unas caderas anchas son símbolo de inteligencia, de imponencia y de poder,
según estudios revelados en años anteriores, e incluso facilitan los partos natu-
rales, así como las piernas gruesas son símbolo de fuerza.
Es difícil entender a una mujer cuando desea adelgazar mientras se ve en un
espejo, señalando cada parte de su barriga, de su piernas, de sus caderas, re-
cordando cada cosa que comió, y cada vez que dejó de caminar o ir al gimna-
sio; mientras nosotros no notamos la diferencia, ellas sí lo hacen, desconocien-
do incluso que muchas veces preferimos aquel dicho coloquial que dice
“mejor tener de dónde agarrar”. Sin embargo tampoco es la idea desmeritar la
figura delgada de las mujeres, pero sí es sentar una voz de protesta a todas
aquellas que sólo piensan en adelgazar, desconociendo todo el valor cultural y
ancestral de su cuerpo, los cuales para muchos hombres y me incluyo, es sinó-
nimo de perfección.
Las caderas de la mujer Caribe no mienten, en ellas se puede observar la ri-
queza física hecha monumento en su cuerpo. A donde van serán reconocidas
por ello, por más flacas, rellenitas, gorditas que sean, en cualquier parte del
mundo su figura se diferenciará de las demás.
Entiendo que es difícil contemplar en un espejo algo que no desean ser,
además que la gastronomía regional no ayuda mucho a que eso suceda. Pero
tampoco es para generar dentro de la sociedad el establecimiento de ciertas
normas y conductas que prácticamente obligan a que las actuales y futuras ge-
neraciones luzcan delgadas, generando trastornos alimenticios que ni para qué
mencionar.
Alguna vez alguien me dijo que si ven por la calle un flaco y una gordita se
burlaran de ellos, diciendo que allí van el uno más cero (1+0), pero analizando
mejor la situación, creo que prefiero que hablen de mí como un diez y no co-
mo un uno solitario, que no se contenta con nada, exigente a la hora de esco-
ger a su pareja y con una visión centrada a preferir mujeres delgadas, no se
consigue nada con eso.
Hoy prefiero ser un diez o un once en la calle, pero sabiendo que estoy rodea-
do de una riqueza física, que hace de la mujer Caribe una figura con un legado
cultural lleno de tradiciones y costumbres, que las hacen ser únicas, que las
hacen ser perfectas.
Este sí es un clásico trauma de infancia por excelencia. No falta el niñito rojo y con
la cara bien japonesa de la rabia, llorando a moco tendido, como dicen algunos, y re-
clamándole a la mama que ¿¡Por qué!? ¡Que no es justo! y demás componentes de
pataleta, cuando tu mamá gentilmente se acerca y usa sus poderes mamasescos para
arruinar tu drama-tragedia que ya tienes perfectamente montando y te “hace reír
mientras lloras” . Es horrible porque no solo te hace perder toda la credibilidad sino
que te enoja más, pero la risa no te permite mostrar el enojo tampoco y al tiempo, tu
mamá lo disfruta como nunca. La verdad luego de eso ya mejor te rindes, y te con-
formas con que tu mamá te cargue un rato, porque cualquier intento de volver al tea-
tro que tenías montado es ya un intento fallido. Finalmente ya uno se va, y al día si-
guiente se te olvida lo mucho que querías al Carlitos de Rugrats que traía un bom-
bombún incrustado en la cabeza que giraba cuando le hundías un botón, y creo que
hablaba… creo…
El dedito machucao´
El malgenio instantáneo que amarga la mañana y en la noche se olvida.
Por Andie Paez
SE BUSCA
HAGA PATRIA ¡DENUNCIE!!
La defensa de los acusados por el escándalo de
corrupción en el sistema de salud nacional le se-
ñalan como el respeonsable de los constantes
desfalcos.
Presentan como prueba la información extraída
del computador de alias Botija.
El problema de encon-
trar pelos en la sopa es
que la primera vez
que te engañen la cul-
pa será de ellos, la se-
gunda, será tuya.
Para muchos el sueño
americano, es ir a Usa,
ganar mucho dinero, ser famoso, estar po-
drido en plata, y yo que sé más cosas, pero
después de hacer un exhaustivo análisis al
desarrollo de este país, me he dado cuenta
que en realidad es: luchar contra una gran
bestia o plaga asquerosa que quiere matar
gente, ya sea anaconda, tiburón, cocodrilo,
arañas, murciélagos, King Kong o dinosau-
rios; salvar una población del juicio final,
materializado en un volcán, un huracán,
2012, etc.; por último y no menos impor-
tante, defenderse o pelear contra extrate-
rrestres, excepto E.T que contó con la suer-
te de conocer a un niño que se le hizo más
fácil hacerse amigo de un alíen que de un
humano.
Para la muestra un botón, la NSA, es decir,
La agencia de seguridad nacional de USA
presentó una serie de 29 mensajes recibi-
dos desde el espacio exterior de
“inteligencias extraterrestres”.
Según la información presentada por la
NSA, “el gobierno estadounidense ha man-
tenido comunicación coherente con civili-
zaciones extraterrestres, incluso provenien-
tes de más allá de los límites de nuestro
sistema solar”, pero con sus coterráneos la
comunicación razonable no es tan razona-
ble como se desea, pero no los culpo, por-
que eso es lo único que hace creíble las lo-
curas de Darwin.
Hasta no ver, no creer dijo el ciego, y no es
que dude de la honorabilidad, veracidad y
blablablá de Usa, no para nada, es solo que
en las profecías Hollywoodenses los extra-
terrestres están impostados de armas –tanto
como ellos-, y quizás suceda como hace un
tiempo, cuando Estados Unidos sin ningu-
na mala intención –cabe recalcar- se fue a
guerra contra Irak por las armas nucleares
que tenían, de nombre complicado por lo
difícil que se nos hace a los occidentales
pronunciar en su idioma, pero que traduci-
do al español, es lo que se conoce como
petróleo.
Quiero agradecer a la corrupción colom-
biana, a los grupos al margen de la ley, a
todos mis compañeros de la universidad
que son despreocupados, y a todos los tra-
moyeros con los que he tenido el placer de
compartir el mismo aire, por enseñarme a
no comer cuento, sino carne.
Pelos en la sopa Por Nasha Meza
La televisión nos proporciona temas sobre los
que pensar, pero no nos deja tiempo para hacer-
lo.
Gilbert Cesbron
Viernes por la noche Por Eduar Barbosa
Caminemos de la mano
de las putas y los tristes
y sus amigos
los locos y los indigentes,
porque son ellos
los que vagan sin nombre.
Escondidos por gusto,
por convicción,
por necesidad,
por placer,
que giman,
que lloren,
que deambulen
en su propio infierno.
Pero con nosotros.
Teniendo sexo triste,
desequilibrado y perdido
con todos nuestros alter ego
a la vez.
El Mural
Quizás el Skateboarding, o simplemente Skate, es
mucho más popular en los Estados Unidos de lo que
puede llegar a serlo en nuestro poco cosmopolita
país, y esta expresión no es precisamente porque no
haya diversidad cultural en Colombia, sino por la
pobreza mental que impide aceptar lo diferente, lo
poco ortodoxo. Sin embargo este deporte extremo
que implica tener valor, coraje y destreza física en
grandes proporciones, se ha ido consolidando como
una cultura urbana más en nuestro país, incluyendo
Barranquilla. Es posible ver a los fieles practicantes
del Skate en las calles y parques de la ciudad, tra-
tando de perfeccionar los trucos, elevando sus tablas
por el aire, realizando todo tipo de figuras. Los ska-
ters se han ido acrecentando en número dentro de
nuestra sociedad, ya son parte de nuestra ciudad y
se han consolidado como un paisaje urbano. Así lo
afirma Jonathan Orta, o más conocido como
“Laver”, quién lleva más de 10 años haciendo tru-
cos y rodando sobre una patineta, sobrellevando to-
do tipo de lesiones que incluyen golpes en la cabe-
za, esguinces de tobillo y otras, de las que afirma
estar siempre preparado para enfrentarlas. Este per-
sonaje tiene todo tipo de experiencia y autoridad so-
bre este deporte, el cual afirma ya tiene cerca de
150 practicantes en Barranquilla, entre los que se
destacan quienes lo toman como un hobby y quie-
nes lo toman como un estilo de vida gracias al goce
del rodar sobre una tabla, y todo, a pesar a las gran-
des dificultades que implica practicar este deporte
en nuestra ciudad. Hay que tener en cuenta lo cos-
toso que resulta mantenerse practicando skateboar-
ding, ya que sólo existe un lugar para adquirir tablas
en la ciudad que es en “Étniko” y éstas tienen una
duración aproximada de un mes. Esto implica un
gasto mensual constante, al cual se le suma el de los
zapatos, que deben ser especiales para adaptarse a la
tabla y evitar posibles lesiones. También los skaters
barranquilleros tienen pocos lugares para entrenar y
perfeccionar sus maniobras; uno de estos lugares es
el Parque Venezuela, así que se hace más difícil al
no disponer de un lugar más adecuado para tal fin, y
por último, la gente que señala y critica sin conocer.
“Laver” afirma que la gente los tilda de desadapta-
dos, vagos y hasta criminales, como si fueran
vándalos que se agrupan en pandillas provocando
disturbios. La realidad, afirma “Laver”, es otra to-
talmente distinta, los skaters solo buscan realizar un
deporte en el cual encuentran también un estilo de
vida, pero que es criticado por vivir en una sociedad
que no permite el auge de lo nuevo y mucho menos
si es muy alejado de lo que se entiende como “lo
normal, lo aceptable”. Asimismo son condenados
por relacionarlos con algún tipo de música que no
es aceptada dentro del buen gusto de la gran masa
poblacional. Jonathan Orta afirma que el skate no se
encuentra ligado a ningún tipo de música y que hay
skaters que les gusta el hardcore, el metal, la música
electrónica, el rap y hasta inclusive la champeta, así
que finalmente lo que termina uniéndolos es ese
gusto en común por la adrenalina de este deporte
extremo, que es una familia que crece cada día más
en Barranquilla
Es posible entender el skate hoy en día, como una
esencia de la cultura barranquillera, como una prue-
ba más de las múltiples culturas urbanas que surgen,
se expanden y consolidan dentro de la sociedad y
que permiten que haya diversidad. En la medida en
que se acepten y comprenda en qué consisten todos
los movimientos urbanos, será posible adaptarnos y
permitir que Barranquilla sea entendida como una
ciudad cosmopolita, ya que como afirma “Laver”,
por criticar y hablar sin conocer, muchas de las
oportunidades de conocer algo nuevo se quedan
atrás.
Un deporte, un paisaje urbano barranquillero. Por Daniel Valencia
Foto: Mau Habeych / Skater: Jonathan Orta
El 4 a 0
Por Mabel Gasca
¡Se fue la luuuuuuuuuuuz!
gritamos y salimos dispara-
dos a jugar chequitas, un
juego parecido al softball
pero que se juega a mano
limpia con palos de escoba
en lugar de bates, y tapas
de gaseosas aplanadas con
piedras en vez de bolas.
El peladero de arena amari-
lla que llamamos parque, se
ve clarito porque hay luna llena. Marcamos las bases
y el home con las piedras de río pintadas de blanco
que cogemos de los jardines vecinos.
Ya tenemos los equipos armados y nunca nadie quiere
meter a las hijas del teniente Toscano porque son gor-
das y no corren. Pero, para disimular, las mandamos a
la banca con los basquetbolistas que tienen el balón
sin aire.
En el último inning me pusieron de pitcher porque To-
ño se tronchó un pie y los de la banca se fueron a ju-
gar bola e’ trapo en la mitad de la calle. Los de mi
equipo no saben que me formularon gafas.
Un out, dos strikes, bases llenas, Harry batea, veo la
checa que viene directo. Salto, estiro los brazos para
agarrarla en el aire, llega la luz y me encandila. No he
terminado de caer con las manos vacías cuando el gri-
to de un hombre nos paraliza:
¡Ayyy mi madreeeeeeee!
Con el mismo impulso que traían, los corredores pa-
san de largo y van hasta un remolino de gente con ve-
las encendidas. Tienen un hombre encuero amarrado a
un poste de la luz, al otro lado del parque. Le están
chorreando cera caliente encima.
Como nunca la Policía llega rápido, la gente les abre
paso y lo desatan. De un envión levantan al tipo y lo
tiran en el platón de la radio patrulla. Los agentes se
suben, cierran las puertas y arrancan.
¡Auxiliooooo, me van a mataaaaarrrrr!
Cada quien se va para su casa sin decir nada.
Cuando cree que ya estamos dormidos, mami le cuen-
ta a mi papá que al tipo lo agarraron haciéndole el
relámpago a las hijas del teniente Toscano.
¡Que man tan salao’!
Oro y doy gracias porque nadie se acordará del 4 a 0.
I´ve never seen so much life around death…
This has been the most amazing city ever, the most disgusting and
beautiful... It´s like seeing shiny shit, glorious garbage...
Las calles son estrechas y el río es majestuoso, los colores contra-
stan y la muerte produce serenidad... Hay paz, el caos es poéti-
co…
La buena energía me rodea, la muerte no me persigue, el amor
me acompaña, tú estás conmigo…
Hoy me he sentido India, hoy he sentido a la India.
Hoy me han mirado como nunca antes, como si por primera vez
vieran belleza lejana...
Me han confundido con una India mil veces y me han amado mil
veces; me han confundido con Musulmana y me han echado a la
calle...
Varanasi, tierra mágica, Ganges, agua divina, te soñé mucho
tiempo y hoy que puedo tocarte, olerte, verte y sentirte dentro de
mí, todo me parece un sueño... Eres magia y eres miseria, eres
Diosa y eres Dios, eres mía y eres de nadie, eres increíble e in-
ventada, existes en los sueños y miedos de tod@s los que hemos
sido tocad@s por ti, eres…
Volveré, juro que volveré para besar tus aguas, para revolcarme
en tu tierra, para evaporarme en tu cielo, para que tu fuego termi-
ne conmigo...
Varanasi Por. Luz Karime Santodomingo
Vivimos en una ciudad tradicionalista, viendo día a día la cotidianidad barranquillera, pero
¿qué hay más allá de esa cotidianidad? Dejamos pasar muchas cosas desapercibidas, sin dar-
nos cuenta de que existen ideas, perspectivas, creencias o pensamientos diferentes que tam-
bién hacen parte de una ciudad y que la conforman. Se discute por los peinados o los zapatos
que son el último grito de la moda; peinados y zapatos que quizás en una tarde verás en cinco
mujeres porque “esa es la moda”, o como dirían acá, “se están usando”. Sin embargo, hay
uno que otro con los pelos parados, los zapatos extravagantes o los cordones fosforescentes,
y es extraño que la mayoría al verlo pueda alarmarse y hasta mirarlo como la cosa más rara
del mundo.
Adentrándonos un poco más en los pensamientos y creencias, Barranquilla es una ciudad, en
su mayoría, llena de católicos, cristianos o seguidores de Jesús. Pero en esta ciudad también
existen opciones para quienes no siguen estas doctrinas, y entre éstas se encuentran, por
ejemplo, los budistas. Esta es una creencia poco común, pero aun siendo escasas las perso-
nas que practican esta religión, tiene sus seguidores en una ciudad tradicionalista donde la
mayoría sigue las mismas costumbres, ideologías o creencias. Comúnmente, una persona con
una mente cerrada afirmaría que un budista es un extraño o un loco; pero si toma otra posi-
ción también puede descubrir una nueva manera de mirar la vida.
Pero, ¿qué es el budismo? ¿Una religión o una filosofía?
Es relativo, pues para unos es filosofía, para otros es religión, y para otros ninguna de las
dos. Algunas personas como Christian Acevedo, un barranquillero quien practica el budismo
desde hace 6 años, es una manera de vivir la vida desde donde lo más importante es la reali-
dad, el “ahora” tal cual y como es.
C: “Si digo filosofía, lo reduzco a una reflexión discursiva o a elementos del pensamiento
convencional y así le estoy quitando la importancia al ámbito empírico; la realidad pura no es
conceptual y es importante para el Zen” (budismo) y la religión es una definición sociológi-
ca.
Yo el budismo lo practico a mi manera porque no se trata de una obligación, no hay reglas
que obedecer ni un Dios para seguir; la filosofía limita al budismo a algo conceptual entonces
no lo considero filosofía”.
La persona que practica el budismo se basa en las enseñanzas de la realidad de la vida a
través de lo que se vive diariamente. Existen varias escuelas vertientes, yo practico el “Zen”
que es muy simple y radical, complejo pero muy “bacano”; es algo que se tiene que vivir, no
te puedo decir qué es ni quedarme en silencio, ninguna respuesta sería suficiente.
Lo que puedo decir es que es no teísta, lo que muchos saben y critican, pero se le puede lla-
mar “doctrina” o “cuerpo ideológico”.
¿Buda es el Dios de los Budistas?
C: No, Buda no es al budismo como Cristo es al cristianismo, no existe Dios. Lo importante
es vivir “aquí” y “ahora”, el pasado y el futuro no son realidad, hay que soltarlos y concen-
trarse en el presente que es lo verdaderamente importante. Buda es un referente, una figura
que existió, que vivió una experiencia y simplemente la dejó a quienes la consideren buena y
quieran experimentarla.
¿Qué inconvenientes tiene ser budista viviendo en una ciudad donde la mayoría son cristia-
nos?
C: No he tenido inconvenientes, pero a veces sí tengo que estar pendiente de cuidar mis pa-
labras porque algunas personas se ofenden, otras se sorprenden y para otras el budismo es de-
finitivamente una ideología loca. Por tanto me cuido de eso y respeto la ideología de los de-
más, no me meto con eso, Buda no es al budismo como Cristo es al cristianismo. Hay gente
que no entiende y al no entender cuestiona, la gente se sorprende, es irrelevante.
¿Qué hace un budista, o como se practica el budismo?
C: Hay que leer libros de Buda y hacer “Zen”, meditación pasiva “Zazen” que es meditación
sentada. Esta práctica de la meditación permite vivir una experiencia inexplicable, hay que
experimentarlo para poder hablar de ello. La otra es la meditación activa, a mí personalmen-
te me gusta montar en moto o hacer actividades triviales para entrenar a través de la concen-
tración; uno al despejar la mente hace cosas diferentes y cada vez que realizas actividades di-
ferentes estás haciendo un ejercicio mental de meditación maravilloso y beneficioso para la
vida.
El Budismo le da importancia a la realidad empírica, mira la realidad tal como es sin filtros
conceptuales, no juzga sin entender, no odia sino que ama, no perdona nada sino que entien-
de el porqué de todo lo que sucede, aprende a despegarse del yo; de la categoría de identidad,
género, nacionalidad, edad, entre otras cosas que realmente son importantes, y a las que
otras ideologías le dan mucha relevancia.
Este es el concepto de budismo de una persona que la practica. Así como otras personas tie-
nen diferentes ideologías, ésta expone una manera de pensar diferente, o intenta hacerlo para
aprender y experimentar algo nuevo. La mayoría de personas de países occidentales cuando
pensamos en religión, solemos pensar en las religiones monoteístas debido a que son las que
más han influido en nuestra cultura, tales como el cristianismo (la principal), el Islam y el ju-
daísmo. Sin embargo, vemos que hay otras opciones o maneras de pensar, como dice Chris-
tian “de vivir la vida basándose en la realidad”.
El budismo niega explícitamente el concepto de un dios creador. Al mismo tiempo no es un
sistema de pensamiento "materialista", ya que considera que el mundo temporal-espacial que
experimentamos a través de los sentidos no es suficiente para explicar la condición humana,
entonces es difícil catalogar el budismo como religión o filosofía. A pesar de esto, el budismo
trae consigo muchos elementos que pueden considerarse "religiosos" o "filosóficos". Sin em-
bargo, muchas personas al igual que Christian, toman las prácticas de la meditación o la filo-
sofía budista intentando mejorar sus estilos de vida o formas de pensar, sin considerarse es-
trictamente Budistas.
Budistas en Barranquilla, ¿una filosofía o una religión más?
Por Grace Cepeda
La televisión es el espejo donde se refleja la de-
rrota de todo nuestro sistema cultural...
Federico Fellini