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EL PALACIO CIO CIO CIO AMARILL AMARILL AMARILL AMARILL0 REVISTA REVISTA REVISTA REVISTA HISPANOAMERICANA HISPANOAMERICANA HISPANOAMERICANA HISPANOAMERICANA DE POESIA DE POESIA DE POESIA DE POESIA. TallerE TallerE TallerE TallerEditorialMiami. ditorialMiami. ditorialMiami. ditorialMiami. Nro. 1 Nro. 1 Nro. 1 Nro. 1 / / / / 2011. 2011. 2011. 2011. (Pinturas de Marta Oliva Fonseca) El Palacio Amarillo es un apartamento pintado de amarillo, en el que se refugia y hace versos Teresita Herrera-Muiña; y donde comenzamos a encontrarnos amigos poetas de (valga la redundancia) la Ciudad de los Poetas; o lo que es lo mismo; La Atenas de Cuba; o simplemente Matanzas. Pero hemos incorporado a otros poetas de nuestra isla mágica (estén por donde estén) pues esta modesta revista no pretende ser más que otro de los caminos abiertos a la poesía. Y, por suerte; en la puerta está el grande de Eliseo Diego… y cerrando el número la inolovidable Digdora Alonso. ******************* No podría decirles nunca: esto fué un sueño, y esto fué mi vida. Pero en un principio no fué así. En un principio la mesa estuvo realmente puesta, y mi padre cruzó las manos sobre el mantel realmente, y el agua santificó mi garganta. Eliseo Diego (1920 - 1994)

El Palacio Amarillo

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Revista de Poesía

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Page 1: El Palacio Amarillo

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(Pinturas de Marta Oliva Fonseca)

El Palacio Amarillo es un apartamento pintado de amarillo, en el que se refugia y hace versos Teresita Herrera-Muiña; y donde comenzamos a encontrarnos amigos poetas de (valga la redundancia) la Ciudad de los Poetas; o lo que es lo mismo; La Atenas de Cuba; o simplemente Matanzas. Pero hemos incorporado a otros poetas de nuestra isla

mágica (estén por donde estén) pues esta modesta revista no pretende ser más que otro de los caminos abiertos a la poesía. Y, por suerte; en la

puerta está el grande de Eliseo Diego… y cerrando el número la inolovidable Digdora Alonso.

*******************

No podría decirles nunca: esto fué un sueño, y esto fué mi vida. Pero en un principio no fué así. En un principio la mesa estuvo realmente puesta, y mi padre cruzó las manos sobre

el mantel realmente, y el agua santificó mi garganta.

Eliseo Diego (1920 - 1994)

Page 2: El Palacio Amarillo

LLAMADO DE EVA Y SU RITUAL

Miércoles, 07/26/06

Eva, el pie ligero, se desliza por los vericuetos de la ciudad; ansiosa,

acaricia las esquinas buscando una alegoría, un símbolo que descorra

los velos que cierran el abismo de un espejo donde teme volver los ojos,

donde sabe Eva que habrá de naufragar. Eva, sin sosiego, desteje la

madeja que cubre los secretos, las reconditeces donde se alterna uno y

otro rostro en dualidad borrascosa. ¿Qué soy, lámpara o trofeo? Eva sin

manecillas reduce el tiempo a un minuto, a un solo momento que vierte

en el llamado; esparce incienso en su santuario, ajusta todas las brújulas

del mundo ¿Mas, dónde el camino? Desciende Eva los costurones de la

psiquis, país de brumas donde no encuentra el paisaje real; ignorando la

cara que se esconde, atisba el frágil tamiz del no ser y el yo. Como

temblorosa niña recorre el mapa de la incertidumbre, ahonda valles y

océanos del alma sin hallar la piedra filosofal. De identidad movediza se

satura Eva, pero esquiva el reto, teme asomarse a la pulida superficie

que yace al final de la conciencia, porque se reflejará la verdadera

imagen, ¿dónde, en verdad, aguarda la rosa de los vientos? Eva oficia su

ritual, el acosante llamado que no sabe el por qué; no conoce los mitos

griegos, mas intuye en los entretelones del ser golpecitos como si fuera a

despertar. Eva cierra los ojos a la poderosa marea que la abruma, hace

un signo con la mano, pero se impone el ser vencida.

Como trueno impulsando sus pasos, Eva entra en el espejo…

Teresita Herrera Muiña

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Page 3: El Palacio Amarillo

MI CASA

Aquella casa, con tantas despedidas, se le olvidó el saludo a los que llegan.

Sus paredes se fueron agrietando en un premeditado y evidente suicidio...

Todo el que la habitó la abandonaba. Yo no sé si las casas tienen alma, pero si alguna tuvo, esa era la mía;

tenía sonidos diferentes, de llantos y reproches, hasta la lluvia en su caer era distinta.

Toda hendija fué ruta para ilustrar el mapa de su melancolía. Cada cerrar de puertas y ventanas emitía un lamento dañando los oídos. Acunó las primeras palabras infantiles, alimentaba un eco musical en las tertulias,

fué tambor y guitarra, le parió una orquídea a la pared que logró florecer año tras año. Fué cofre de canciones y de la poesía. Sus rincones: anudaban la prisa de andantes y fugitivos versos. Cuando fué urgente, fabricó entre su techo y suelo la prudencia.

Los ruídos, los insectos, la doctrina soez, la felonía, rebotaron ante el gesto vital de su rutina.

Mi casa no tenía fastuosas terrazas con balcones colgantes, ni sótanos oscuros y pasillos anexos,

ni sendero de pinos señalando al portón. Tampoco había fuente de cristal, ni odaliscas de marmol.

Mi casa era sencilla --con su descolorida y comunal fachada--… Pero fué mi palacio, mi pequeño palacio de confidencias tontas

y confidencias graves, donde las decisiones nunca la tuvieron presente. Ignorada por todos a pesar de su grito,

a pesar de su voz beligerante, sus regaños; de los sabios mensajes... Marchita, cansada, mi casa, aún espera.

Mariblanca Quiñones de la Osa 3

Page 4: El Palacio Amarillo

LOS DESEOS EN LA HABANA

Ahora sólo quiero morirme contigo, y que vivas y escribas. Ahora sólo quiero salir contigo del Hotel Florida fundado en 1885 en la vieja Habana y verte caminar delante de mí, los pies limpios calzados con sandalias, el pantalón de kaki carmelita, la camisa de algodón blanco algo entreabierta, las tiras de abalorios en tu cuello, que los demás tengan que soportar la fama, el poder, la sabiduría y quizá el

color de tu pelo, que escupan hacia dentro por respeto a los historiadores mientras te voy besando el hombro, me rodeas la cintura con una sola mano y un tipo gay quiere que le firmes un autógrafo, mientras dice: divina, divina, divina oh, es tan fuerte y se desmaya. O quizá entrar al Hotel Ambos Mundos y sentarnos a beber cervezas muy amarga, mientras pienso en los barcos pudriéndose en el légamo del Canal Viejo de Bahamas, envejezco, tú ves pasar las hermosas

muchachas de La Habana, esperas que me duerma en la siesta para salir de cacería. Cuando regreses, me estaré bañando, comeremos en la cama, comeremos galletas y las sábanas se mancharán de harina tostada y grasa y sal, mientras nos besamos leen los poetas del Palacio del Segundo Cabo, leo en tus dedos cómo cambian las líneas de tu vida, dices eres tan buena que me aburro, alguien cuenta dinero en una

ciudad llena de polvo, alguien dice que vió un mapache que era un oso en el TV, pero tú miras azulmente hacia el aire. Una mujer que alguna vez te amó te deja una marca o varias marcas como líneas blancas de dientes o de uñas en la frente, en zonas de la piel de la cabeza donde no crecerá ya más el pelo, el pelo largo con la liga, paso los dedos por las sábanas, alguien canta en La Habana, otro se sabe su poema de memoria, yo sólo quiero estar sóla contigo, o sea, mirar el mar en

silencio, escuchar el sonido de los pies mojados de Yemayá clarito en el borde del agua, ahora vino el agua y tengo que fregar, yo quería vivir en La Habana contigo y que nadie nos viera mientras caminamos y tú

besas besas mi oreja, hay un fuego en la esquina, doblamos a otra calle, quizás mires unas piernas hermosas, vas a volver la cabeza y cogerás mi mano para que baje a la calle porque alguna vez nos besamos sobre las

sábanas, mientras comíamos galletas en el Hotel Florida. Yo quería morirme de amor en La Habana.

María Ester Ortiz

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Page 5: El Palacio Amarillo

"CRANBERRY SOUP FOREVER”

«Living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see» (John Lennon/Paul McCartney)

Vivir es fácil con los ojos cerrados; entorpeciendo las imágenes en una botella de cerveza.

A veces me diluyo en el silencio y el cielo se derrite en mis espaldas

[como un muñeco de nieve ante los ojos del estío. Un sublime fogonazo me invita a desafiar

las oleadas del tiempo y sigo el eco de Lennon [hasta las praderas de strawberry fields. A lo lejos una muchacha danza sobre un

[puente de terciopelo; su cabello se confunde con el viento y los campos de frambuesas.

Se ve una ventana por donde saltan los sueños: cebollas de cristal, una morsa y un hombre-huevo.

Sueños que engendran sueños/Hare Krishna Hare Hare, cuatro escarabajos en una alfombra mágica.

La felicidad es una pistola que apunta y no dispara; ¡nada tienes nada vales! pero si nadas sobrevives. La esfera sigue girando incrustada en el aliento

[de los arándanos; arcoiris de celofán/senos de mandarina...

Una canción se desvirga/una cítara que invoca: [Hare Hare Rama Rama.

No es fácil vivir con los ojos cerrados; si las imágenes [se evaporan como la espuma de la cerveza.

Jesús Alberto Díaz Hernández ‘Tinito’ 5

Page 6: El Palacio Amarillo

Y LA ZURDA EQUIDAD DEL ESPEJO

Me mira la imagen inversa en el espejo asombrada por mi asombro

ante la huella tangible de los años. Me estoy poniendo viejo y no tengo referencias.

Mis amigos son otros ajenos de mi infancia. Los que fueron

no son más que nostalgias a salvo de la suma del tiempo

aliadas contra el ave negra de la soledad que acecha en los silencios del exilio. Sólo yo y la zurda equidad del espejo.

Ulises Regueiro II

Juegas de nuevo este ajedrez sin jaque urgido por el rey que se alojó en tus venas y un plenilunio de otoño te provoca. Si el abrazo se ha tornado necesario

entonces haz la jugada fatal de los regresos

al cuadro aquel en que la muerte nuestra no fue tuya ni mía

sino burla de arcángeles y diablos.

Jennifer Moore 6

Page 7: El Palacio Amarillo

SÉ QUE NO ESTÁS

(Soliloquios del alma)

Ya no estás y estás en todos los rincones de mi piel sé que no estás que te fuiste ayer u hoy que el Mañana no te devolverá a mí y que sigues estando aquí en contra de toda palabra y de algo que los hombres llaman Voluntad te fuiste y vienes esta tarde de septiembre en que todavía estás habiéndote ido tantas veces por qué te escondes de tí

mismo o de mí misma si te encuentro parapetado debajo de una lágrima sacudiéndote el polvo del camino pero de pronto te vas cuando de

contento exhalo una sonrisa y vienes ya tarde y vuelves a irte montado en la brisa que te llevó ayer cuando no habías casi ni llegado y ahora es noche oscura y si vienes no te veo porque de tanto ir y venir sin verte ni tocarte sabiéndote aquí dentro de mi noble corazón que ya no es grande sino que a fuerza de palparte y querer cerrarte todas las ventanas ha ido estrechándose cada día más cuando vienes y te acodas en la puerta de mi casa que ya no es mi casa sino mi corazón que se desborda de

alegría cuando duermes dentro de él o al borde del camino próximo a su casa y ay pobre de mí casi creo tocarte y estrecho el cerco despacito para que no te me despiertes y besarte y besarte pero siento como mis labios de nuevo se han quedado entre abiertos y como de golpe en una de mis manos te me vas navegando y creo perderte perderte para

siempre y me entristezco y me alegro y entro a mi noble corazón que ya no es noble sino un embustero corazón que se creyó con derecho a

tenerte porque nunca te fuiste habiéndote ido tantas veces porque nunca llegaste acabando de llegar y lo peor es que un día pueda parecerme

raro si estando no estás y si yéndote estarás.

Odaliz de León 7

Page 8: El Palacio Amarillo

CANCION DE ESPERA

Ya no caminaremos más por la orilla del mar apacible. Tus pasos enrumban otro camino lejos de mi ultima huella.

Tu voz trazará círculos concéntricos a tu alrededor, iluminando otra silueta que quizás no escuche palabra alguna,

porque en el aire hurtaré tu voz hasta mi oido. Momentos a tu lado que dejan huellas en la arena invisible

de innumerables y ocultos relojes que se repiten desde las playas de La Florida a las playas del tiempo. Puedo acariciar el azul del mar, una piedra del camino,

un gato que intercepto en la acera, un homeless a la intemperie durmiendo sobre la arena; y siempre tú,

siempre eres tú a quien toco. ¿Existe alguna diferencia para el tacto delicado

y mortal? El pie de la dama alegre, juega con el encaje de la espuma, mientras unos brazos se extienden por el horizonte. Y tú y yo jamás seremos aquellos locos cantando esas canciones viejas a la sombra de los pinos. El crepúsculo se agazapa como un efímero sueño

que la luna no se atreve a soñar. El rumor del mar te redime de la ausencia.

Te veo junto a mí. Te miro a los ojos, me sonrío, y te pregunto ¿que nos pasó?

Desapareces bajo una lluvia repentina. Y yo me quedo con la lluvia, sentado en la arena, atrapado por los cantos de una noche perecedera, cegada por la luz de un deseo que me ilumina. Mis lágrimas compiten con el dolor del cielo.

La noche llega, y me encuentra esperando frente al mar, frente al mar, frente al mar, frente al mar.

José Soroa

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NUBIA

Ya no soy el niño que agitaba el agua, Ni habito tus ciudades cual hereje, Ni dejo que en mi cielo se despeje La nube disoluta. El Aconcagua De mi estéril poema es tu espejismo Con su altura de monstruo milenario. Partí de tí cual duende presidiario

A la búsqueda del Dios que era yo mismo. Nada seré, ni soy sin tí o contigo.

Detrás de tu pleamar viene el castigo (Mi barca desterrada y taciturna). Eres árbol sembrado en mi memoria, Vela encendida de alma transitoria, Herida abierta, la resaca diurna.

Osvaldo Moreno-Mesa

A LA ORILLA SUR DEL LAGO ONTARIO

A la orilla sur del lago Ontario, lejos de mi patio y de mi árbol,

vinieron del recuerdo dos personas con las que nunca hablé: la sucita y su galán: ella percudida y coja,

él con su única camisa bien lavada. Pasan de nuevo frente a mí,

ahora enmarcados por la dignidad de la memoria. Y viniendo se van;

mientras yo vuelvo a las gaviotas y a los niños, a la orilla sur del lago Ontario.

Manuel Crespo Vázquez

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Page 10: El Palacio Amarillo

EL MAPA DE TU PIEL

Bendito sea el amor con que pusieron los dioses en tus ojos esa hoguera; bendita sea en tí la primavera

que de brillo tus ojos encendieron. La primavera de tus ojos fueron relámpago de tempestad entera;

quizás fue mucho más que primavera lo que mis ojos en los tuyos vieron.

Sobre aquel trono de la noche; el lecho donde reinamos juntos, pecho a pecho; cuando del amor fuimos epicentro. Hoy trato de evocar el trono aquel; pero sin ese mapa de tu piel…

se me pierde la noche sueño adentro.

Francisco Corces

TRATANDO DE LOGRAR OTRA SALIDA

Quiso volar por sobre el mundo un día y se inventó un inmenso papalote

que lo arrastró entre nubes, trote a trote, tratando de alcanzar la lejanía

más cercana al misterio; y su porfía fue tanta que al final, dando un rebote, cayó de nalgas en pequeño islote navegando en el mar de la agonía. Quiso cambiar la Vía Láctea por un saco roto lleno de estupor;

y fue apostando en tan insulso invento que en poco tiempo malgastó la vida tratando de lograr otra salida… Pero fue derrotado en cada intento.

Angel Antonio Moreno

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Page 11: El Palacio Amarillo

ENTRE LAS RUINAS DE UNA CIUDAD

Alguna vez entre las ruinas de una ciudad ya olvidada por sus puentes encontré tu guitarra rota

y los pasos mutilados de una bicicleta que nadie más volverá a correr,

pero yo sé que tú regresas con la primavera como un animal de fiesta, disfrazada con tu antifaz de lujuria y borrachera,

amiga de los perros y los saltimbanquis de Santa Mónica, viajera sin brújula y perdida en el mar

de tus sentimientos ocultos para que nadie pueda ver esa muchacha de luz

que enarbola su guitarra mientras navega en su bicicleta contra el sol

para que nadie pueda ver a esa muchacha de luz que sólo yo veo.

Jorge Luis Rodríguez

II

Te aferras al muro de los recuerdos al muro de la razón al impalpable muro

no quieres correr los riesgos de ser como este pedazo de papel

entre la tormenta.

Roberto Ferrer 11

Page 12: El Palacio Amarillo

CARTA AL REY VI

El arpa me sumerge, yo sentía esta música desde el raíl, ya desde el tren entoné, y pude separar mi cuerpo, hacer que penetrara de afuera hacia adentro, de adentro hacia afuera, y no cambiaba el rumbo, estaba fija simulando cordura, el equilibrio, el aire me dijo --no le mientas--, y apunté bien al centro, apunté por los ojos, por mi boca que lame

desprendida, atacando al Rey sobre el tablero, el tablero es perfecto, secreto, tiene puntas laberintos por donde entra y se sumerge, y un hilo tira, y tira y yo encojo la cuerda, tu cuerda es verde-azul, es diferente, yo le toco el fondo, y es un pozo con agua muy limpia, tomo de ella, y

descanso de todas las paradas, pido tregua a Dios y a este hombre, a este Rey que le quito la capa, que lo envuelvo con mi lengua, con la misma boca que antes lame, quedo echada a la suerte... me aprisionan los reyes,

son así, son caprichosos.

Margarita Aldanás 12

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EL SABOR DE LA MAREA

A la memoria de Alfonsina Storni.

Eres tú, que vuelves del mar en un poema del agua,

que creíste en los ojos de los peces y entraste en sus cuevas marinas

buscando a otros ojos que se fueron. Eres tú,

que llegas en la cicatriz de una ola, hasta donde te espera un hombre con su vestimenta de náufrago, sentado sobre una piedra antigua.

Eres tú, que entras por el agujero de un recuerdo,

para encontrar al amante que se bebió el alba,

cuando el alba eras tú misma. Eres tú,

que has entrado en mí, para que te sueñen todos los relojes.

Pero hay frío entre las sombras que te han visto regresar, y la música de ayer se apaga.

Eres tú, que has salido en tus potros

a pastorear luceros. Tú, que vuelves del mar en un poema del agua, que buscas en mi boca el sabor de la marea.

Jesús Alvarez Pedraza 13

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UN PIE TRAS OTRO

Un pie tras otro, suavemente, sonríe distraída o canta y su murmullo la balancea

al borde mismo del precipicio. Un pie tras otro y no sospecha

que su liviana mansedumbre es el resorte. Sonríe o canta, se balancea, cuando,

un pie tras otro, pasa justo al filo del abismo

Gisela Baranda

DONDE OSCURO CABALLERO ASISTE A UN CONCIERTO EN QUE SILVIO RODRIGUEZ CANTA ‘¡YO ME MUERO COMO VIVI…! MIENTRAS QUE EN LA PLATEA SANCHO PANZA SUEÑA CON SU INSULA’

Quizás trovador errante no pueda, aunque nací para vivir muriendo, yo morir. De tanto perder, perdiendo hasta de mi gran fortuna la rueda,

heme aquí sin lanza, canción ni adarga. No dejo sino un verso mal escrito porque tanto mal vivir, repito,

esta vida me sabe ajena y amarga, porque sin guitarra, luz ni concierto, Silvio, a esta oscura vida he venido: antes de irme quiero entonces yo decir --deshaciendo de una vez el entuerto--: no puedo morirme como he vivido

porque he vivido como quien va a morir.

Raúl Tápanes López 14

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GEMENIS

Como el ciego que llora contra un sol implacable me obstino en ver la luz por mis ojos vacíos

quemados para siempre. ¿De qué me sirve el rayo que escribe por mi mano,

de qué el fuego si he perdido los ojos; de qué me sirve el mundo?;

¿de qué me sirve el cuerpo que me obliga si todo se reduce a palpar los placeres

en la sombra, a morder en los pechos y en los labios

las formas de la muerte? Me parieron dos vientres distintos; fuí arrojado al mundo por dos madres

y en dos fuí concebido, y fué doble el misterio

pero uno solo el fruto de aquel monstruoso parto. Hay dos lenguas adentro de mi boca, hay dos cabezas dentro de mi cráneo,

dos hombres en mi cuerpo sin cesar se devoran, dos esqueletos luchan por ser una columna.

No tengo otra palabra que mi boca para hablar de mí mismo, mi lengua tartamuda

que nombra la mitad de mis visiones bajo la lucidez de mi propia tortura.

Como el ciego que llora contra un sol implacable.

Eliezer Lazo (1959 – 1996)

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Page 16: El Palacio Amarillo

BRIEFE

(para José Prats Sariol)

Embalaje con pelo tordo y cuestiones sexuales parece ser sanusi por los bacilos, así en el Schwarzess Ross soldados creen estar con ese análisis del dolor de muelas en alguien tan sencillo a través de técnica escrita hasta desfavorecer cierta carretilla ciega y paredes color cocodrilo. Un dos días de existencia al tropezón de casta, laberinto de fortuna. Tira contra la mesa ruleta rusa del dolor de cabeza de ser uno y otro

rock-and-roll en radio con polvo de uña. Rollo de voces de carnicería y ghetto-cuervo por hervir a baúl invalidan. Lleno de enigmas, misterios, etc yace entre endrinos de un gris moro

sin sorpresa alguna de escapar, qué palabreja! Pitillos del destierro q conforman fuerzas especiales, a veces un pelotón,

a veces patrullas de hambruna y último druida: escasez de la lengua y agua puramente militar.

Besar en el vacío congelados bienes de palmera para campamento de extranjería, nominal bestia al alcance.

Beodo padre ocupa mi escape y un cuarto dedo no ejercitado en clave por débil q sea su sincronizar.

Ideología de la carta le llamaré, sitio con redención.

Rolando Jorge

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Page 17: El Palacio Amarillo

HALLAZGO

Ella ha revuelto la ciudad buscándote la ciudad entera como un cuarto

debajo de los puentes en el desfile escrupuloso de los autos

encima de los tejados le pregunto a la noche dentro de la gaveta de los parques

en la bahía en la gaviota que volaba alto

haciendo un signo inteligible con sus alas. Te busco en los ojos del viajero que a veces contestan

allá en las jarras de las fuentes grito tu nombre

aguardando la clemencia del musgo. Le pregunto al poema y sólo el espanto un día recordó haberlo visto de pasada

sobre la silueta del péndulo. Lleva en el pecho una ternura deshonesta

la soledad sin brillos apenas un grito

un dolor de huesos en el cuerpo. Ella ha revuelto la ciudad buscándote la ciudad entera como un cuarto pero descubro que no estás

que no eres visible y lentamente comienza a olvidar

el retroceso.

Nairys Fernández 17

Page 18: El Palacio Amarillo

TINA MODOTTI SE ABRE LOS VESTIDOS

La estación de la lluvia te descolgó blanquísima del cielo.

Apenas entrevista bajo tus vestidos efímeros no podías ocultar las cicatrices del dolor

pez profundo e incesante que tu cuerpo abatía y tus manos

encendían lámparas al borde del camino sobre un ruido como piedra rodando indetenible. Yo no habría adivinado con qué desnudeces

solías adormecer los árboles qué fruta íntegra

ofrendabas a los dioses que no te superaron pero los daguerrotipos

te mostraban como ningún ojo soñó podando hierbas en tu corazón

a la vez que un río brilloso de tu boca corría hacia la vida. Si no hubieras abierto la ventana si sobrecogida no hubiese tu cabeza

dormido contra el apoyo cuando la noche entraba en tí colmándote.

Estarías aún atardeciendo tranquilamente dulce: una colina adonde fueran a anidar los pájaros. Demasiado te fundiste con la pureza

para poder librarte demasiado incensaria para los pozos del amor.

Estás condenada a encender las lámparas del mundo mientras te abres los vestidos y veo

la nieve oculta de tu pecho el sitio mismo donde los vientos baten.

Jacqueline Font 18

Page 19: El Palacio Amarillo

I

Como artesanas del alba vienen las palabras. Deshaciendo los filos, disimulando el desaliño

del sombrero. El aullido de la piedra.

Ellas, viajeras entrañables, se sientan en mis sienes. Han tomado mi casa,

mi silencio

Elena Montes de Oca

LA ROSA

Y se asustó la rosa, rojo el grito con que salió volando hecha perfume. Más mujer que la Biblia, se resume la rosa en la visión de su infinito. Y yo más asustado, cómo evito

sentir que su misterio me consume, evitarle la sangre cuando sume

su propia herida abierta a lo que habito. O será que es la misma y yo quien muto desde tanto universo al diminuto de una rosa temblando ante la vida. Será transformación sentirme vuelo

desde la carne a su carne desde el suelo, de mi tajo de muerte por su herida.

Pastor Aguiar 19

Page 20: El Palacio Amarillo

EL MURO

Al Este. Al Noroeste. Desmesurado. Abrupto. Inabarcable. Hoja de doble filo del suelo al cielo del muro.

Y una mujer delante. Debatiéndose. Las rocas se disputan la herencia de sus sedas.

El ripio de sus trajes. Y ese dolor reptando en las costillas. La espada y su inocencia dibujan una zanja de hiel sobre la carne. La mujer. Y la espada. Y el muro. Y el barranco. Y las sedas. Y el barro. A sus pies está el cántaro. Deshecho por los viajes a la fuente. La fuente está seca

por toda la locura de sus lunas . Al norte. Al sur. El muro . El muro y su silencio imperturbable. Su seguro silencio alimento de hiedras. La mujer y sus ropas trizadas por el viaje. A sus ojos el muro. A su espalda la espada. A sus pies el barranco. Imposible avanzar. Retroceder. Imposible

arrojarse de costado. Una mirada al cielo azul. Desentendido. La mujer debatiéndose. La mujer y su espada . La mujer y el muro. La mujer.

Su barranco y sus zapatos rotos. Y su cara crispada. Decidiendo el vacío. Un salto. Un punto. El muro.

La mudez. Y la nada.

María Elena Cruz Varela 20

Page 21: El Palacio Amarillo

MAÑANA

Como de un brebaje escrito la mañana abriendo sus dedos con fina astucia fingiéndonos dueños de lo que comienza en denuedo a terminar

con sudor y brecha, carpinteros, bocead.

Jingorrea la tierra las maderas del buey que entre mañanas el campesino enyunta a los pareceres, la húmeda hierba al alma enyunta tal vez al rocío simula, anda lomo de bestias, andad, el obrero a sus

hierros, levantados los los soldados de las juergas la cerveza que a soñar levanta, todos levantad.

La mujer muere, otra vez muere, entretejida, desnuda como acuarela, muere sobre el sol de las claraboyas silenciosa anuncia de nalgas

desnuda del beso al paso no demora solo el cuerpo y el hombre enyunta las silenciosas barreras de su carne,

silencio, apurad. Todo hecho como hermanos del tiempo, al tiempo hermanos.

Rompe el silencio tal vez la armonía rompiendo, los héroes complotados en cuarteles, ver en ver escolares en augustos linajes, los breves reyes. Empuja y atrás salta el sol, aún dormido levanta, al sinsonte alza y la ciudad despierta incierta, campanas volad, en sus manos al hombro cañas descalza en cabellos miran el paso que alza, la semilla alimenta, sudor de herreros. Epoca y movimiento, hirviendo sin cadenas, prófugas las aguas peregrinas, la magia de los hombres alzando el vacío, el sol levanta y aún más allá, entre los cedros y las piedras, palmas hirviendo los cielos, montes a los montes y palmas entre las cañas, silenciosos, de

nuevo como de soles y aguas, arena y sedientos, se escucha entre lamento de vírgenes rogando

carpinteros, río abajo carpinteros, bocead.

Hugo Hodelín 21

Page 22: El Palacio Amarillo

SIEMPRE CREI QUE LOS MUERTOS DEBIAN TENER SOMBRA

“Siempre creí que los muertos debían

tener sombrero”

G. G. Márquez

Eso es mentira Chaplin yo no hubiera creído

que te metías en los cines a hacer política o te dejabas contratar en Hollywood por ese traje negro y el bastón de marfil que le mandabas cartas a Marlene Dietrich

y que vivías lejos de tu hija. No importa ni maquillaje

ni aquellos barcos góticos en la escenografía ni las cárceles y ciudades donde estuviste.

Peor es que fueras presidente morirás de desgano por no poder reir

y tu destino la silla de ruedas o el barbero. Te perdono la cirugía que no dejó

en la cara una lágrima el alcoholismo

y que Geraldine no viva ya contigo pero no vuelvas nunca que esto no tiene fin.

No dará resultado que pronuncies discursos o regales dinero todo está prohibido

hasta verte en los cines.

Yurién Emilio Ribot

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Page 23: El Palacio Amarillo

PROSOPIA DEL GATO

Misterio en los destellos de sus ojos en la noche, en los saltos desde la altura cayendo de pie y sin daño,

en su andar silencioso de uñas escondidas… Sube a los tejados para ver a Isis en la luna y se tiende gozoso bajo los rayos de Horus.

No tiene dueño. Pasa indiferente entre los hombres que ya no son sus adoradores.

Vive con nosotros sólo por su odio ancestral a los ratones

que profanaban los templos de Amón Ra. Pero ama la casa como un templo. De los mitos griegos le viene

su terror al perro que siempre es el Can Cerbero

y huye del agua de la laguna Estigia. Cierra los ojos mientras come

para no ver a los que le ofrecen sobras, y gusta del pescado, que no sabe pescar, porque no lo llevaban como ofrenda

desde las márgenes del Nilo.

El gato era un Dios y lo recuerda.

Digdora Alonso (1921-2008) 23

Page 24: El Palacio Amarillo

Eliseo Diego. Teresita Herrera-Muiña. Mariblanca Quiñones. María Ester Ortiz. Jesús Alberto Díaz ‘Tinito’. Ulises Regueiro. Jennifer

Moore. Odaliz De León. José Soroa. Manuel Crespo. Osvaldo Moreno-Mesa. Francisco Corces. Angel Antonio Moreno. Jorge Luis Rodríguez. Roberto Ferrer. Margarita Aldanás. Jesús Alvarez Pedraza. Gisela Baranda. Raúl Tápanes López. Eliecer Lazo. Rolando Jorge. Nayris Fernández. Jackeline Font. Elena Montes de Oca. María Elena Cruz

Varela. Hugo Hodelín. Yurién Emilio Ribot. Digdora Alonso.

El Palacio Amarillo. Revista Hispanoamericana de PoesíaEl Palacio Amarillo. Revista Hispanoamericana de PoesíaEl Palacio Amarillo. Revista Hispanoamericana de PoesíaEl Palacio Amarillo. Revista Hispanoamericana de Poesía....

Nro. 2 / 2011.Nro. 2 / 2011.Nro. 2 / 2011.Nro. 2 / 2011. TallerEditorialMiami TallerEditorialMiami TallerEditorialMiami TallerEditorialMiami.... EditorEditorEditorEditor: Angel Antonio Moreno: Angel Antonio Moreno: Angel Antonio Moreno: Angel Antonio Moreno....