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AMELIANOGUERA

ElPASEOdelosCANADIENSES

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©AMELIANOGUERA,2019©ALMUZARA,S.L.,2019

www.editorialberenice.com

ColecciónNOVELA

Directoreditorial:JAVIERORTEGA

Ebook:R.JoaquínJiménezR.

ISBN:978-84-18205-41-5

Nosepermitelareproducción,almacenamientootransmisióntotaloparcialdeestelibrosinlaautorizaciónpreviayporescritodeleditor.Todoslosderechosreservados.

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A Pepe Alarcón, Juan Conejero, Cristóbal Criado, Emilio Chamizo, MiguelEscalona,JoséGinés,AnaMariaJiménez,AntoniaJiménez,DoloresJiménez,JuanLahoz,AdelaMolina,MarujaMontosa,NataliaMontosa,ManuelMuñoz,TrinidadRoble,MargaritaRoldán,AmaliaSalcedo,ConsueloTorres,ÁngelesVázquez León y tantísimos otros malagueños que llevan ocho décadas yaexigiendoquenolosolviden.Estanovelanaciódesutestimonio.

Alasvíctimas,quemerecenquelaHistoriaseconozca.

Amipadre,unandaluzquemerecíahaberconocidolaverdad.

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Locontrariodelolvidonoeslamemoria,sinolaverdad.JUANGELMAN

Poraquílaalegríacorrióconelespantoporestelargoyduro

costadoquesumergesenlaespuma,fuecalvariodeMálagaaAlmería,

eldespiadadocrimentodavía—¡oh,vergüenza!—sincastigo.

RAFAELALBERTI,AntologíaPoética

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CAPÍTULOI

MimadrematóaJacintounamañanaclara.Erafebrero.Hacemuchotiempoquetodoslosaños,aesamismahorayestédondeesté,veosusojos.Esmimemoria,no quiere olvidar; aunque lo contrario del olvido no es el recuerdo, sino laverdad, decíaGelman, el poeta del dolor, y puede que tambiénAristóteles, elfilósofodelavida.Aquel chicome caía bien. Era inquieto y divertido, y venía a menudo a la

panaderíademiabuelaatrabajar.Cuandoelpanaderoseunióalosmilicianosyellaymimadredecidieronseguirconelnegociomientrassepudiera—aunqueseamasaraconharinademaíz,elpaneselpanysiemprehabíalargascolasantelapuertadelapanadería—,Jacintocontinuóallíparasacarseunasperrasqueasufamilialeapañaban:eranmuchoslosquepermanecíanenlaciudadyexiguoeltrabajoparadarlesdecomeratodos.Lasmejorasdeloscomunistassolohansidounespejismo:ensuschozas,losniñosdesnutridosllorandehambreyfrío,ysusmadreshanvueltoatirarsedelospelospornotenerconquéalimentarlosni cubrirlos. La Málaga roja gime entre escombros; ni comida ni risas niesperanzaquedanyaenlaciudaddejazmines,buganvillasynaranjos.Avecesmehadadoporpensarqueesamuertetristequizámesalvaralavida;

lavidaenelsentidouniversal,elquepretendequeexistimosconunafinalidadquevamásalládenosotrosmismos,nolaqueapisonaalosdemásseres,tehacemezquinoy te empequeñece.Yono eramásqueuna cría, peromi cerebro seguardóparasiemprelaimagendemimadreclavándoleenlayugularaJacintoelcuchillodemontedemiabueloy,alinstante,ladelchicollevándoselasmanosala garganta, de donde la sangre manaba fluida como las lluvias bajan por elTorcal. Enseguida se puso pálido, la miró con cara de no entender nada y,todavíaapretandolaspalmascontrasucuello,cayóhaciaatrásconuntremendogolpe que no se pudo oír fuera porque estábamos en lo más recóndito de lapanadería,enelhorno,yaesashorastodavíanadiesehabíaacercadoabuscarsuchusco.

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Supongoquetampocoloescucharíanporquecasitodosandabanensimismadosdecidiendo si quedarse o huir, dóndemarchar y cómo; si dejar o llevarse losmantonesdeManiladelatíaPilar;elajuartanprecioso,aunquehumilde,delaCarmencita; lassábanasdehilode laabuelaMercedes; laescopetadecazadeManuel —esa quizás podría servir para algo en el camino—; y oyendoatemorizados las arengas del generalQueipodeLlano, que afirmaba con totalconvicciónyejemplosprácticosqueenmenosdesietedíasibaatomarlaciudadynosmataríaatodos.Atodosno,claroestá,decíamimadreenvozmuybajayapagandolaradio,

cuando se daba cuenta de que yo había oído las barbaridades que ese hombresoltabaporsubocasinmorirenvenenadodesupropiatoxicidad.Anosotrosno,quetupadresevaairalucharconellos,ynosotrossomospersonasdebien.Esapersonadebien—osea,mimadre—acababadeacuchillaraJacinto,ylo

habíahechoporqueél,queteníaquinceañosperoeramuyaltoymuychicarrónya,lahabíaacorraladoyestabaintentandometérsela.EsolecontóamiabuelaÁngela cuando, con él ya en el suelo, salió tan deprisa como su barriga deembarazadadecasiochomeseslepermitióparabuscarlaenelpisodearriba.Yolasoíhablarporelrespiraderodelapanadería,porelquesefiltrabaelintensocalordelfogónalashabitacionesdelaplantasuperior;hastahacíaunosmeses,allí había vivido de alquiler el panadero con su familia y mi abuela habíaempezadoausarentoncesalgunadeellascomodespachoparasusnegocios,queaún seguían funcionando casi todos, para no tener documentos en su casa.Laguerra no le había impedido seguir dirigiendo conmano firme su empresa deexportacióndenaranjasytodolodemás,comohabíahechodesdequemiabuelofalleció,aunqueahoralaayudaba,enlateoría,unoenviadoporelcomitéylosingresoshabíanmenguadoacausadelarevolución.Lociertoesqueyo lasescuchéconatencióny loqueoí fuequeél la había

empujadocontralaparedyqueellalegritóqueseestuvieraquieto,queseloibaacontartodoasumadreyqueseolvidaradevolvernuncamásacobrarenesacasaniunaperrachica.Peroélparecíaendemoniadoynoparabademanosearlaydeintentarsubirlelafalda,hastaqueselasubiódeltodoy,conrapidez,lebajólasbragasyseapretujócontraella,yentoncesmimadreagarróelcuchilloysegiró al tiempo que le lanzó con furia una estocada. Fue entonces cuando, sinecharlavistaatrás,azancadasdeganso,salióescalerasarribacomoespantadaporeldiablo.Élestabaahí, inmóvil, tiradoenel suelo,con lasmanos todavíaapretándoseelpescuezo,peroyasinver.

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MientraslasdosdespachabanquéhacerconJacinto,loobservébien.Mirésuscalzones bajados y le vi aquello, que seguía algo empinado.Mimadre nuncallegó a saber que yo me acerqué a él y lo contemplé durante un rato: meinspirabamás curiosidad su apéndice extraño incluso que la sangrienta heridadel cuello. Y es que jamás había visto nada parecido almiembro viril que lehabíacostadolavidaasudueñoy,sinembargo,morirsíquehabíavistoantes,porque, cuando les llegaba su hora, solía espiar cómo se desangraban lasgallinas,loscerdosylosconejosenelcorralqueestabaalotroladodelacasayocupabapartedelaantiguacuadradelosmulos.Ahora,yanoquedabanadadetodoaquello.Yonuncahabíapensadoqueunhombrepodíamorirconmuchamásfacilidad

que un gorrino; ellos gritaban y se revolvíanmientras se iban vaciando, hastaqueselesibalaviday,después,inclusolosnerviosaúncalienteslesprovocabanrespingosquealosniñosnoshacíangritar.Jacintomurióplácidamente,mirandoalacaraamimadre,sinemitirunruidoysinapenasmoverse,comosiestuvieraresignadoasumuerte;yparaesotansolofuenecesarioquelacuchillaentraraprofundamenteenellugarapropiadoantesdequeélpudieradecirni«ay».Miabuela,queeralista,pensórápido.SeleocurriómeteraJacintoenelhorno

grande,queallícabríaelchicodesobra,porque,aunqueeraunalástima,Jacintohabíamuertocomolospollos.Yomesentéafisgonear,aprovechandoquenadieparecíapercibirmipresencia.Másquemiedoopena,sentíacuriosidadporsabercómo ibana levantar sucuerpoya conseguirqueentrarapor el agujerode lapuertaqueestabahechaparalospanesynoparaunserhumano,nisiquieratanescuálido como Jacinto. ¿Qué es loque tenemos en las entrañasquenoshaceimpasiblesalsufrimientodelosdemás?—¡Ay, Isabel, lo que has hecho! —grita mi abuela Ángela, intentando

levantarlo en vilo por las piernas,mientrasmimadre lo agarra por las axilas,calladacomosilamuertahubierasidoella—.¿Esquenopodíashaberledadounsopapoyarreglado?Ahoramiraloquetenemosquehacer,quepesatantoquesemevanadescoyuntarlosbrazos.¡Yaesteimbécilcómoseleocurrejoderconunaembarazada!Hayqueserdesvergonzado.Mi madre ni siquiera llora. Tampoco responde; de hecho, no dice nada

mientras intentan hacer desaparecer a Jacinto, con sus pantalones roídos, loszapatos dos númerosmás grandes heredados de alguno de sus hermanos y lacamisa amarillenta y llena de zurcidos. Ella solo cumple las órdenes de miabuelasinrechistar,perosinganas,comomarionetaconloshilosajados.Algoen su interior se rompió entonces, estoy segura, porque ni siquieramemandó

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salir,creoquenimevio.Sudaba,esosí,¿porelcalorintensodelhornooporsuconcienciaabochornada?Jamáslosupe.Amímedamiedoquelepuedapasaralgoamihermanito,queestáahídentrodeellaagazapadonoséyocómo.Peromimadresiguelasindicacionesdemiabuelasinquejarse.ClaroestáqueJacintonollegóaentrarenaquelcubículo.Aunquedelgado,el

chicoerademasiadoaltoyhuesudocomoparaquelaideademiabuelatuvieraéxito,ymásconlasfuerzastanmenguadasdemimadre.—Alcuartode lamatanza.Vamos, Isabel.Tencuidado,no tevayasahacer

daño,peromuévete.Queyosolanopuedo.Ordenamiabuelacuandosedacuenta,empapadatambiéndesudorya,deque

novanapoderponerenprácticasuplan.—¿Ynopodríamosdejarloenlacalleylistos?—Puesclaroquesí,mujer…¿Yseteocurreporcasualidadquépodemosdecir

sialguiennosve?¿Quenoslohemosencontradoporelcamino?Puesnoséyo,Isabel,hija,perocreoqueserádifícilquenoscrean.QuehemostenidomuchasuerteynadiesabeporahoraqueMateoseiráconlosnacionales.Perolasuertese tornaríaencuantoalguienseenterarade loquehapasadoaquíhoy.¿Creesquenosserviríademucholoquehehechoparanotenerquehuirdejándolotodoyqueseloquedenestosimpresentables?¿Sabesloquemecuestaquenosdejentranquilashastaqueentrenlosnuestros?Mimadre,mansacomounterneroyconlacabezagacha,comopuedelaayuda

aarrastrarelcuerpodondeellalemanda.Yyolassigo,peromiabuelaestavezsímedaconlapuertaenlasnaricesyechalallavepordentro.Desde que yo tenía recuerdos, ella, a diferencia de casi todas sus amistades,

conocíabienlosintríngulisdesusnegocios,ylomismohacíaelpanquedirigíalas matanzas sin que se le cayeran los anillos: sabía ordenar con la mismanaturalidadconquelamayoríaobedece.AunquetodavíaalbergolaesperanzadequelasuertedeJacintoallínofueralamismaqueladeloscerdos.Enesasalatambién guardaban los aperos para encalar las casas de campo de mi abuela,entreellos,variossacosenterosdecalvivaqueyo teníaprohibidísimotocaryquehabíanquedadoenesperadeque lasparedesvolvieranaencalarsealgunavez, pero nunca pregunté cuál había sido el método elegido finalmente parahacerdesapareceraJacintoporvíaartificialynopor lahabitual. Imaginoqueloshuesosquelacaldejaralimpioscomolapatenaterminarían,ahorasí,enelhorno.Sinembargo,nopuedocorroborarlo:jamásvolvimosahablardeaquello,nimiabuelalomencionónimimadremostróningúninterésenconfesarmesudolor, su pena, su indiferencia o su remordimiento.Nunca supe cuál de todas

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esasemocioneslaembargóentonces.Siesquesintióalguna.Creoquedecidióolvidarqueyoestabapresente cuando sucedió todoy, además, a la luzde losacontecimientos posteriores, en realidad esa muerte no fue ni más ni menosespantosaquelasqueluegovinieron.Porlomenossífueparaevitarunmal,¿ycómo se mide cuánto de grande es el daño y cuánto de cruento debe ser sucastigo?Aunquemiabuelalotuvoclarocuando,alasvariashoras,volvíaverlasalas

dos,en lacocina,sentadasanteunvasodevino llenohastaarriba,conelpeloenmarañadoylosmofletesrojosdelesfuerzo,sibiennoséprecisarexactamentedequéesfuerzo.—Ahoratendréisqueiros,Isabel,queasaberquévaapasar—dicemiabuela,

resoplandoydandootrotragoalvino.Almirarla,merecuerdaamipadre,separecemuchoaella,sobretodocuando

se enfada: ojos oscuros como pluma de cormorán,mentón ancho y perfilado,orejasgrandesyalgopuntiagudas—queyonoheredé,graciasalcielo—,yesasonrisaembaucadoraqueteobligabaaperdonarlelariñadehacíaunmomento.Loechédemenos.Lleguéaentenderque,siélhubieraestadoconnosotras,nadadeaquelloestaríapasando.Mimadrebebecalladay a sorbos.Entonces el vinodulce era salud, incluso

para laspreñadas;pocas teníanelprivilegiodecatarlo.Yomeescondo tras lapuerta.Aguzoeloídoparanoperdermeprenda.Miabuelainsiste:—¡Reacciona,Isabel!Teestoydiciendoquenopodéisquedarosaquí.Siesto

hubierasucedidoenunasemanaodos,quiénsabeloquetardaráelgeneralenentrarenlaciudad,otrogallocantaría,pero,sinsaberquévaaocurrir,loúnicoque puedes hacer es irte. No están las cosas como para tentar al destino.Meocuparé de decir que salisteis ayer, que ya se fueron algunos, y seguro quemuchos los seguirán. Están las calles llenas de trastos embalados de malamaneraymuchosvanyvienenporahícomolocosbuscandocarretaso loquesea.YseoyenlostanquesyalossoldadosrebeldesbajandoporlacarreteradeColmenar; dicen que el ejército de Queipo, los moros, los italianos y loslegionariosestánapocoskilómetrosya,quetomaronhacedíasAntequera.Simepreguntan,diréquefuisteareunirteconmicuñadaenelpueblo,mástranquilo,sinduda,queestaMálagaconvulsa.Noquieroquevayassolaaningunadelascasas, nopuedoarriesgarmeapedir ayuda a sorCatalinayyonopodría irmecontigo ahora y dejar solo al cenutrio del comité con todo lo nuestro a sualcance.Yencimatequedapocoyaparadaraluz.

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—Peroyoquieroquedarmeaquí,doñaÁngela,quemirecómoestoy…—Venga,hija,queconmicuñadaestarásbien,noesparatanto…Allíesperas

noticiasmías:cuandosepamosquépasaconQueipo,quécariztomaelasuntoyquién termina mandando aquí, si manda quien tiene que mandar te envío aalguienparaquetetraigadevueltaacasa.Miabueladaotrotrago.Intentacalmarlarespiración,seatusaelpelo.Tiene

algoensu rostroque,almirarla, siempremerecuerdaaunaactrizdeesasdelcineRialto,alaCastroolaArgentina.—Perotodosenlaciudaddebenpensarquetúnoestásdesdeayer—continúa,

másserena—.Losqueteveanenelcaminoyanoimportan,siesquevuelvenalgúndíaporaquí,tendránpreocupacionesmuchomayoresqueacordarsedeti,decuándotevieronodedónde.Aunqueesmejorquenohablesconnadie.Túalotuyo.Ayernosalistedecasa,estuvisteaquíconlaniña.Asíquenadietevio.Prepárala,tienesquellevártela.Entoncesmimadresíelevalavoz.—¡Nihablar!Esdemasiadopequeña.Ellasequedaconusted.—Es verdad que da lástima la niña, no está acostumbrada a caminar tanto

trecho,pero,sisequeda,podríadecirloquenodebe.Ynopodemosdejarlaconnadie,noseríanormalqueellasequedaseytútefueras.—DoñaÁngela,porfavor…—Ni por favor ni nada, Isabel. Piensa que no hará falta que lleguéis hasta

Almería,Josefaosacogerámientrassevequéocurre.Yanohaycochedelíneani trenes,ynirastroquedade los taxisde lasparadasde laAlameda,SánchezPastor o el puerto; a saber cuándo volverán a dar servicio. Pero el camino esllanoynovasmuylejos.—¡PorDios!¿Esquenoledoyningunapena?—sequejamimadre.—Penamedastodaladelmundo,hijamía.Todaymás.¿Cómonomelaibas

adar,insensata?¿PeronohasvistoloquehanhechoesosbrutosconelbarriodelaCaleta? ¿No sabesque todas lasvillasdelPaseodeMiramary elPaseodeSacha y muchas en el Limonar están hasta arriba de refugiados o las hanocupadoloscomités?¿Porquécreesque lepedíaWilliamquese instalaraenunadenuestrasvillas?Quenoteníamossuficienteconlosquerobanymatanennombre de la revolución, sinvergüenzas, asesinos escapados de las cárceles,malaspersonasquequierenserricassin trabajar.Peroesto…estodelassacasno tiene nombre. ¿No entiendes que cada vez que bombardean los deFranco,camionesdemilicianossacandelacárcelalosdederechas?SilatapiadeSanRafael pudiera hablar…El cementerio no va a tener sitio para tanto fusilado,

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aunquelosponganunosobreotro;parecelacalleLariosenSemanaSanta,haymásgentequeenlafábricadecervezas.Ytambiénestánlosincontrolados,esosque se esconden en los barrios de las afueras y en los pueblos. De poco haservido con ellos el llamamiento del Gobernador Civil ni los carteles de lossindicatosparaquedejendeasesinar.Yamíporahoramerespetan,hehechomucho bien a muchos de ellos, y nunca me dio la gana aprovecharme delprójimo,unaescomoes…Y,además,midineroparalarevoluciónmecuesta.Ya me lo sacan para todo lo que se les ocurre: que si la ropa, que si losrefugiados, que si los huérfanos de los bombardeos o los salarios de losmilicianosolamadrequelostrajo.Pero…vetetúasaber…—Puesporesomismo,mejormequedo,doñaÁngela,deverdad,¿quévana

querer hacerme a mí? Siempre puedo contar la verdad, digo yo, que con laverdadsevaatodoslados.Queyosolomedefendí…—Deacuerdo.Hazlo.—Mimadrebaja lacabeza.Miabuelasuspira—. ¡Ay,

hija mía! Si es que no tenemos otra opción. Créeme… ¡Isabel, que hasacuchilladoaunodelossuyos!—Podríamos ir a caballo, entonces—suplicamimadre, ahorayacon lavoz

quebrada.—Acaballo con esa tripa…Si no estuvieras preñada, claro que sí, pero tan

avanzada…Y tampoco puedes ir en carro.Debes irte ahoramismo, con pocacosa,yapie.Despacitoyconbuenaletra,llegarás.Notienesprisa,túnohuyesde losquehuyen losdemás.HastaelpueblodeJosefasolohayunashorasdecamino,sisalísestatarde,descansandocuandolonecesitesyhaciendonocheenlafábricadeazúcar,yocreoquepodríaisllegarmañanaalahoradelacomida.Noesparatanto.Noseasmiedosa,queparaclavarleaeselanavajahasestadomuyrápida.—PuesquemellevenenunodeloscochesdeMateo.—Yledicesalchóferquéesloquehapasado,queteguardeelsecreto.Pero

antes pídele también que te dé una vuelta por laMarina y te bajas a comprarunosroscosdevinodeSantaGemaenlapastelería.—Entoncesconduciréyo.—Yaestá bien de tonterías, ¡quenuncahas llevadounode esos trastos, por

Diosbendito!Lamiradademimadreesladeunperroapaleado.Pareceapuntodellorar.—No quiero irme, doña Ángela —reconoce al fin, y se echa a reír con

estridencia.

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Su risa atemoriza.Ami abuela no. La bofetada que le da resuena como unchasquido.Mimadrecierralabocadegolpe.—Cálmate, mi niña, y haberlo pensado antes de coger el cuchillo. Cuando

vengan preguntando por el chico, no debéis estar aquí. Se oyen tantasbarbaridadesquemedaganadeirmehastaamí.Nomevoyporloquenomevoy.Ydemicasanomevaaecharnadie.PerolospadresdeJacintosiguenaquíysushermanosmayorespodríanvolver.Ycontantolíoytantoschicosquevanyvienenytantaspenasdeunosydeotros,esmuyprobablequepuedasregresarenunosdías,yquemecreancuandolesdigaqueJacintonovinoestamañanaatrabajar,oqueenrealidadimportepocoquelohaganono.Peroahoratienesquemarcharte.Yapuedesempezararezarparanoponertedepartoporelcamino.Hassidounaestúpidaylaestupidezsepaga,comosepaganlaira,ladesidiaylamaldad.Ahoraséquemiabuelaestabaequivocada.Nadadeesosepagaosepagaa

veces,peronohayreglasnileyesquegaranticencuándonicómoalguientendráque pagar. Sin embargo, en ese momento mi madre se acarició la tripa enpequeñoscírculos,sopesósusituaciónylaspalabrasdemiabuelay,después,laobedeció,másmansaaúnyconlacabezaigualdegachaqueantes.

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CAPÍTULOII

Eltufoaquemadosemezclaconelpolvilloqueselevantadelasruinasdelosedificios; la ciudad arde casi desde el levantamiento—está en llamas, comoescribió la novelista Gamel Woolsey—. Es tan agobiante que dan ganas devomitar.Mimadreyyo llevamosunpañueloquenos tapa la bocay la nariz,pero no sirve para nada. De vez en cuando nos adelantan milicianosdesorientados,huyensin rumboengruposdedoso tres;avecesalgunoestáapunto de chocarse con nosotras y te mira con ojos de loco. Sus enemigosaguardan cerca. Incluso se les oye tras las lomas: resonancias de motores;disparoseneco;vocesapagadasenidiomasquenoseentienden.Perofaltanlosotrosruidos,losdelaciudad:noseescuchaalostranvíascircularporsusraíles;nadieríe,nadiecanta; losniñosno juegannisepersiguennisepegan;soloseabrelabocaparalloraromaldecir.Desdeantesdeayer,esteeselúnicolugaralquesepuedehuirtantodesdeelinteriorcomodesdelacosta;ymiabuelateníarazón: los sublevados avanzan ya más allá de Torremolinos y los soldadositalianoshansalidodeCasabermeja,ColmenaryAlmogía.PeroquépenitadalacalleLarioscongranpartedesusedificioscalcinadosla

noche del 18 de julio; pocas de las tiendas que no fueron pasto de las llamashabían vuelto a abrir después de que el gobernador civil mandara cerrar lastabernasy loscafés,y lospresos seescaparonde lacárcely losdementesdelmanicomio.Yaenlaentradanosdamoscuentadeloqueencontraremosapartirde aquí: por delante y por detrás de nosotros, como en una fila de orugasprocesionarias entredospinos, tan largaqueno sepuedeabarcar con lavista,nosmovemosconlentitudendirecciónhacialacarretera,habitantesdeMálagay refugiadosquehuyeronde lospueblosocupadosde la sierra,dealrededoreinclusodeCádiz,CórdobaySevilla.Hastafebrero,muchosseocultarontambiénencortijosycasasdecampoenla

retaguardiadelfrentedeRíoReal,muycercadeMarbella,pero,enlospueblosmás allá —Monda, Coín, Ojén— y en los de la costa —Fuengirola, Mijas,

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Torremolinos—,aúnalberganesperanzasyaguardanparanotenerquellegaraMálaga.Sabenquelosbombardeosnosasedianylasenfermedadesinfecciosassonelpandecadadíaenlosalbergues.Perootrostantoshabíanidoclaudicandoy desplazándose, casi siempre losmás pobres o desvalidos, sin posibilidad deviajaraotrolugardondeelGobiernoRepublicanohubieraorganizadomejorlallegada de huidos de sus territorios —como se vio enseguida, el ComitéNacional deRefugiados y la Junta deEvacuación de niños no resultaronmuyeficaces—. Vagaban por las calles y los veías tumbados en cualquier lugar,sucios,agotadosyhambrientos; laotravillademiabuelaenelLimonarhabíasido ocupada por tres familias; los conventos fueron incautados y todas lasiglesias del centro que tenían algún espacio todavía utilizable pasaron adisposicióndeloscomités:Santiago,SanJuan,LosMártires,SanAgustín,SanJulián… Allí, los refugiados cocinaban, comían, dormían, hacían susnecesidadesy,algunos,debilitadosoenfermos,moríanamedidaquesefueronacabando los valiosísimos objetos sacros que quemar; el frío, el hambre y laporquería aumentaron; y las enfermedades sepropagaron comopájarosnegrosqueemigranparaanidar.Hasta la catedral de Málaga sirvió de cobijo. Aunque el alcalde intentó

evitarlo,contodoeldolordesucorazónterminótapiandounadelasalasyallíprotegióloquepudo:magníficasobrasdePedrodeMenaoAlonsoCano,telassagradasyhastalasillería.Soloentonces,yaregañadientes,leentrególasllavesdelgranportalóndeledificiosantoalComitédeayudaalosrefugiados.Yquienessimpatizabanconlossublevadosopermanecíanocultosencasasde

amigosoenconsuladosafinesalaRepública,comoeldeMéxico,habíanhuidoya casi todos, bien pormiedo a que los encarcelaran o los asesinaran como amuchos otros, bien porque temían los bombardeos y que los enfrentamientosllegaranhastaelzaguándesucasa.Esolosabíadesobramiabuela,quesehabíaquedadocuandocasitodoslosdemáscomoella,condineroeinfluencias,habíansalidoescopetados.Teníamuchoybiendondecaersemuerta,inclusoapesardeque sus hectáreas de terreno esparcidas por la Axarquía, al este y al oeste,estuvieran entonces en mano de los anarquistas, que se las habían repartidocomo les había parecido mejor sin que ella dijera ni mu al respecto, por elmomento:ademásdelpalacetedondevivíamosenelPasajedeChinitas,erasuyala panadería, la carbonería de la calle Corralero junto al Corralón de las DosPuertas;unapequeñayeguada;algúnolivarymuchashectáreasdenaranjos;yelpardevillasarrendadasenlazonaresidencialdelLimonarmáselcortijodeLaEsperanza.

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Amedida que avanzamos, miro a mi alrededor. A muchos los conozco, almenosdevista;familiascompletascaminanabuenritmo:tíos,primos,abuelosyotros que se les pegan; e infinidad de niños pequeños, todavía agarrados confuerza de la mano de sus madres. Cuando corrió la voz de que el ejércitosublevado estaba a las puertas de la ciudad, decidieron irse: coches, caballos,camionetasyhastabicicletasdestartaladassirvieronparaacoplarlosdecualquiermodo,cadaunoportandoalgoacuestas.Algunossehancolgadounaespeciedetoldo, telas rajadas anudadas alrededor del cuello, y en él acomodaron suspertenencias. Siempreme intriga lo que consideramos lomás valioso, cuandosolopodemoselegirunbulto:losquemenostienen,sellevanlaropadecama,comosiesassábanasamenudoyaraídasyamarillentassupusieranladiferenciaentre la vida y la muerte. Pero otros muchos piensan más en lo pragmático:máquinasdecoser,colchonesdobladosyatadosconcuerdas,amenudocuajadosde rodalesdeorineso sudor;mantelerías,vajillas,mantas,botijos…Con todoesocarganolodejanamontonadoenlaspuertasdesuscasasalaesperadequellegueeltíodelcampoconelcarrooelburro,oelhermanoconlacamioneta.Losmenossellevansololopuesto,confiandoenpoderhospedarseunanoche,ounosdías a lo sumo, en algúnhotel cercanoyvolver a la semana siguiente, amástardar,encuantopuedanconfirmarqueloquetemen,tandescabellado,tanatroz,tanincreíble,nosonmásquecuchicheossinsentido.Esospartenalgomásrelajados, se les ve en sus caras; aunque contrariados, rumian la esperanza deregresarasuscasas,asustrabajos,asuvidarobada.Enlasalforjasdeunmulovi,entredivertidosyextrañados,atresniñosmuy

pequeños, sonrojados por la agitación de todos, enclenques y lastimosos.Aunquelamayoríaibaapie.Conlascarasdesencajadas,incrédulosyasustados,aexcepcióndelosniños,aquienesenocasioneslesdivertía laaventuraporlaignoranciadesuedad,sinosehabíanllevadoyaalgúnpescozónalalejarseenexceso.Ensuhuida, losrecién llegadosse juntabancon losde laciudaden laúnicacarreteratodavíanocontroladaporlosfascistas,ladeMálagaaAlmería,ytodossedirigíanallí,aúnterritoriorepublicano.Me fijoenunaniñaami lado; laconozcodehaberlavistoen laplazade la

Merced correteando con sus hermanos ante las ruinas de la iglesia. Me danmuchaenvidia,puesyocasisiemprejuegosolaencasa.Poresomegustairalcolegio.Tambiénpor eso, todavía estoy enfadada: noquiero irme justo ahora,cuandofaltantanpocosdías,unmesymedio,másomenos,paraquenazcaminuevohermanitoohermanita.Conesaedadnosabesbiencuántodelargopuedellegarahacerseunmes,peroprecisamenteesa imprecisiónera loquemásme

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molestaba, yo pensaba que podía nacer ya, al día siguiente o esemismo día,inclusodespuésdelacena.Quemihermanoapareceríaderepente,mientrasyosorbíalasopaymetomaba,aregañadientes,eltomateconsal.Yesomeponíamuynerviosa.Enesemomento, aquel erael acontecimientoalrededordelquegirabamivida.Lasbombasquecaían todos losdías tresocuatrovecesno lohabíanempañado,mipadrellevabayaunosmesesenOjénconsubrigada,peroyo no entendía lo que eso significaba en realidad —no sabía si regresaríademasiado tardepara todos—ynadiemuycercanoamíhabíaperecidoen losataquestodavía.Paraunniño,lamuertenotieneunsignificadocerterohastaquecompruebas

entupropiocorazónloqueacarrea.¿Peroquéharíamosmamáyyosinacíamihermanito y nos habíamos ido de nuestra casa? ¿Quién nos ayudaría si ya noestaba la abuela Ángela? Esos fueron los miedos reales, tangibles, que measaltaron al escucharlas. Y se convirtieron en terror cuando entendí que mimadreibaahacerlecaso.Yaerasuficienteconquemipadrenofueraaestarconnosotraseldíaqueelbebénaciera.Además,amimadreselehabíanmalogradoya dos embarazos y le había costado mucho volver a engendrar, y todosesperábamos el alumbramiento con una mezcla de expectación, miedo eincredulidad, pero, sobre todo, con enorme ilusión, a pesar de que loacompañaríanlossilbidosdelasbombasyelpolvodelosescombros.«¿Qué prefieres, Azucena, chico o chica?», me preguntaba mi abuela a

menudomientrasme daba demerendar pan con tomate y aceite, que todavíahabía en mi casa como tantas otras cosas que en las demás hacía meses quefaltabanonolashabíahabidonunca.Seracionaba,deentreloquemássesolíagastar antes, elpan, el jabón, el aceite, la leche, elbacalaoy,por supuesto, elazúcar.Elpuentederruido,queinexplicablementenadiehabíaintentadorepararen los últimos meses, había provocado que la ciudad muriera de hambre: nohabíaformadetraeralimentos.Aunque, sobremipredileccióndehermanito, la verdad es que lomismome

daba, chicoo chica;yo soloquería alguienconquien jugar, comosi esebebéfueraderepenteacrecerlosuficientecomoparatomarunamuñecayhablarme.Yoteníaunailusiónlocaporverlelacara,porvestirlecomomevestíaamímimadre, por que se metiera conmigo en mi cama para que los monstruos dedebajodelcatredejarandeasustarme,porquesalieraamiladoenlaprocesión,ambos ataviados con esa elegancia quemi abuela destilaba en cada traje queencargabaa lamedidaparanosotrasa lamodistadesiempre,Paquita, ladesuconfianza.Paramí,laguerraibaaacabaraldíasiguienteylapequeñaÁngela(o

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el pequeñoAlfonsito) acabarían conmi soledad.Ellos seríanmi salvación, nolossublevadosnisusaliadosdetierrasextrañas.Aunque recuerdobienquenosoloesomepreocupaba:estabamuyenfadada

porque no me había dado tiempo a ver alguna de las películas que seguíanentoncesencartelera.MiabuelaÁngelasolíallevarmeacadaestrenoyaquellassalidas nuestras eran para mí una aventura. ¿Cómo es posible que aún meacuerdede los títulos? ¿Esnormal, querida escritora?Es como si un recuerdotirara de otro… Tan solo tres días antes de la invasión de los franquistas, lamayoría de las salas, incautadas por la CNT y la UGT, seguían abiertas yproyectabanpelículassobrelarevoluciónylaguerra.AlacabezamevienenPazenlatierraylasquemásmegustaban,lasdeElGordoyelFlaco.EnelRialtoechabanMataHari, deGretaGarbo,quemi abuelame llevóaverdosveces.PeromipreferidoeraelcinedeLasDelicias,entreCarreteríaylaavenidadelaRosaleda, dondemi padre asistía a los combates de boxeo, siempre con otrosmilitares. Cuando la violencia se adueña de tu vida, una de las formas desobreviviresaferrartealomásbanalquetengasatualcance.Esoalmenosfueloqueyoviví.La niña de los cuatro hermanos que jugaban en la plaza de laMerced a la

salidadeclasea losqueyomirabacon laenvidiade laniñez, irresponsableypasajera, se sube al autobús escolar del colegio Valdecilla que espera conmuchosdesuscompañerosdeclaseyasentados.Sushermanoslasiguenunoporuno. Busco a sus padres, pero solo sumadre está cerca, al lado de la fuente,llorandomientras los observa a través de las ventanas. La que se parece unabarbaridada laniña, imaginoqueessuabuela,noparadedecirlequedejedellorar,queparecetonta,queesoeslomejor.—¡Quéquieres,Carmencita!¿Cómolosvamosadejaraquí?¿Notedascuenta

deque losmorosyacasihan llegadoaMálaga! ¡Quecortan las cabezasa loshombresylospechosalasmujeres!¡Ylosfascistasesosvienenmatandoaloshijosdelantedesuspadres!Mejorestánfuera,dondeaúnquedanhombresparadefenderlosdeesossalvajes—dice laancianaa lamujer,con la resignaciónde lavidaen lamirada—.EncuantomiManuel lleguedelcampo,salimos tambiénynos juntamos todosenAlmería.La niña se llamaba Carmen Ruíz y uno de sus hermanos pequeños tenía

dieciocho meses; de la mano, le había ayudado a subir con ella al auto. Éllloraba.Suhermanano; se aguantaba las ganas comomuchos otros, almenosporelmomento.CreorecordarquevivíanenlacalleMiraflores,enelpaseode

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losTilosdelbarriodeSanRafael,aunquenoestoysegura.Loquesíséesquelafamilia de Carmencita jamás se reencontró, lo averigüé luego, aunque esahistorianoeslaquelequierocontar,escritora.—Venga,Azucena,noteentretengas—medicemimadre,tirandotambiénde

mimano,yyomiroenseguidaalfrenteypierdodevistaelautobúsyaCarmen—,quetenemosquellegaralafábricadeazúcarantesdequeanochezca.Sehaechadoalhombrounamantaparamíyotraparaella,yalmorraluna

barradepan,chorizoyunoshuevosduros.Nohaqueridocargarconmás.Yollevo,aunquepesa,unagarrafanomuygrandedeagua.Miabuelanisiquierameha dejado ponerme el vestido que ha comprado a la Paquita para la fiesta deCarnaval,queibaacomenzarjustoestatarde.Peroaunasí,sinquesedécuenta,mecalzo loszapatosnuevos,decharol rojo,queellacompróenunazapateríafrentealGarajeInglésparaqueyolosestrenaseajuegoconelvestido.Todavíanohabíamossalidode laciudadyyamedolían lospies,peroguardésilencio.Mimadreestabaocupadaenotrascosas.—Comosuenenahoralascampanas,noséquévamosahacer,Azucena.Que,

aunquesonunaporquería,losrefugiosestántodosenelcentroy,sisepresentanesosmurciélagos,ni llorarnosvanadejar.Andadeprisaydejademirara losdemás—medice,comosipresintieramimiedo.Aunque yo en ese momento temía más que alguien que la conociera la

descubrieseentrelamuchedumbre,porloquelehabíaadvertidomiabuelasobrequenadiedebía saberque sehabía idoesedía,quieneshuían solo teníanojosparalossuyos.Fantasmasqueteacompañabansinhacerruido,sincasiocuparnielespacio.Sorteandolossacosdearenadesperdigadosenlascallesporlasqueaún se podía pasar, antes de las cuatro ya habíamos puesto el pie en laspolvorientaspiedrasdelacarretera.Porallíseguimos,despacioysinhablarnos.Encuantolatardeempezóacaer,mimadremeabrochóelabrigo;norecuerdo

sientoncessentífríoono,perosíque,almiraralosquecaminabanpordelanteypordetrásdenosotras,mepreguntédequéescapaban.Mimadrehabíahechoalgohorrible,aunqueyonopensabaenelloyahorameparezcadesalmado, lamuertedeJacintonoshabíaafectadoporlanefastaconsecuenciaqueestábamosviviendo,peroenseguidanosolvidamosdeél.Sinembargo,¿porquéhuíanlosotrosdeesaformatanespantosa?Nadiemelohabíaexplicadoylosmorosparamí no tenían rostro ni entidad. No sabía ni lo que eran. Jamás había vistoninguno. Así que no se me ocurría ninguna razón para abandonar mi casa,aunquecadavezquesonabanlascampanasde lacatedral tuviéramosquesalircorriendo a escondernos en los sótanos del Palacio de la Tinta, primero, y

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cuandollegóahabertantagenteenMálagaquenocabíamos,enelsótanodelapanaderíadondemiabuelahabíacolocadounmontóndebolsonesdeharinademaíz porque, según ella, enmejor sitio que ese no podíamos esperar que loscabronesdelosnuestrosdejarandebombardear.¿Esqueyanorespetabannada?Ylacarretera,desdeluego,nomeparecíamejorlugardondeestar.—¿Mamá,adóndevamos?—pregunto,exhaustayde-

seandoquedejedetirardemimano.—AcasadelatíaJosefa.—¿Yporqué?—Porquetenemosqueir.—¿Yporqué?—Te lohedichomilveces,allíestaremosunosdíashastaque laabuelanos

mandeabuscarparavolveracasa.—¿Yporqué?—Porquedebemosirnos,Azucena.Caminaydejayadepreguntar.—¿Yporqué?Mimadremesueltaunsopapo.Semesaltanlaslágrimas.Ellasigueandando

aprisa, agarrándome lamanomás fuerte.A pesar del tortazo, siento pena porella:esoqueJacintoqueríahacerledebedeser lamayorde lasburradas,peroveo en su cara que no quiere estar en esa carretera ni huir con los demás, nimuchomenosllevarmeamí.Solohaobedecidoamiabuela,ymedoycuentadequeestátanarrepentidaquenoentiendoporquécontinúa.Lecaenlágrimasporlasmejillas,aunqueintentaqueyonolasvea.Avanzaconelsemblanteserioymepareceencorvadaporelpesodelabarriga,hastallegaravecesaarrastrarlospies.Yanovuelvoapreguntarley sigocallándomeeldoloren losdedos,quepormomentossemehaceinsoportableporculpadelospreciososzapatitos.Unaniñamemira.Medatantarabiaquehayavistolabofetadademimadre,

porqueestoyseguradequelahavisto,quelesacolalenguaydejodellorar.Esrubia,menuda, delgada y de ojos claros, como las hijas de los ingleses que avecesbajanabañarsealaplayaynohablanmásqueentreellas.Deunamanoseagarratambiénasumadreyenlaotrallevacolgandounamuñecadetrapomuybonita,conunvestidode floresazulesy lazosdesedapor todos lados.Yonohabíavistoningunaasíymeparecióraro,porquenilaniñanisumadreparecíantener dinero para pagarla. Lamiseria es algo que enseguida se percibe en laspersonas,comola riquezay la ruindad.Duranteun trecho,andamos lascuatrocasialmismoritmo.Mimadrenovuelveahablarenunbuenrato.Yotampoco.Miro a la niña y ellamemira con curiosidad.Me sonríe. Yo vuelvo la cara.

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Seguimoscaminando.Algunoscríosgritan.Elsolsevayelfríohúmedodelmarcomienzaapegarsea loshuesos.Yasiento losbrazosy laspiernasheladas, apesardelabrigodelanaquemiabuelamehaobligadoatraeryquemimadreme abrocha de nuevo de cuando en cuando, aunque tampoco le digo nada:todavíamedueleenmiorgullosutortazo.Peroloquenopodréaguantarmuchomássonlosmalditoszapatitosdecharol.Aunasí,soportaréeldolorcallada,sinquejarmenillorar:siesaniñavestidaconropaviejayalpargatasdecañapuedecaminardeprisatrassumadre,yotambién.Aveces,cadavezconmenosfrecuencia,nosadelantancarretas,camionetasu

hombresacaballo.Algunoslosincrepan,lacarreteraseestrechaenocasionesytenemos que apartarnos para dejarlos pasar de mala manera. El polvo quelevantanimpiderespirar.—Ahí está la fábrica—me dicemimadre y se para de sopetón frente a un

caminode tierramáscompactaque lapropia carretera.Al fondo sevislumbraunaconstruccióngrisyenorme—.Estánublado, cuandoseanochecerradanopodremos seguir andando y además estoy agotada, tengo que parar. Nosquedaremosaquícomodijolaabuela.Miro de soslayo a la niña de la muñeca, ella y su madre avanzan por la

carretera;giralacabezaparaseguirmeconlavistayyocontinúoobservándolahasta que la distancia convierte sus cuerpos en un montón de siluetasdesdibujadasentrelasdelosdemásquecaminan.Laluna,esanoche,noapareció.Lospilotosdelaaviaciónitalianatampoco.

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ARTHURKOESTLER

Espía,filósofo,escritorycorresponsaldeguerraenEspaña

¿Desde cuándo tiene usted la pretensión de escribir este libro, estimadaescritora?Vaapasarsemuchosaños trabajandoenelempeño,siesciertoquequierecontar laverdad.Ypermítamequemedirijaausteddeestamanera,yaque no desea que diga su nombre. Lo cierto es que la entiendo, que lo queocurrióensupaísentoncesmerecelareflexión.Aunqueseanpocosyaquienesvaloranpensar,yonuncahedejadodehacermepreguntas.Muchassequedansinrespuesta.Lasquemepideustedquelerespondaquizáseandeesas.Algunoslasrespondenasugustosiempre.Aúnnohepodidoolvidareldíaenqueentrevistéalgeneral.Miperiódico,el

NewsChronicle, memandó a Sevilla a finales de agosto del 36. La carta depresentacióndeGilRoblesydelhermanodeFrancomesirvióparaengañarlosyquemepermitiesenasistiraunadesuslocucionesporradio.Alescucharlo,seteponíanlospelosdepunta,pocoshombreshabíancausadohastaentoncesenmíesasensacióndeestaranteunenajenado;ninguno,diríayo,lohizodespuésdeélde esa manera, y fíjese que entrevisté a muchos. Luego informé a los delKominterndequeteníanrazón,losalemanesylositalianosapoyabanelgolpe,apesardelpactodenointervención.Yasílopubliquéenmiperiódico.Vayasiloapoyaban.ElestudiodeUniónRadioSevilladondeestuveconQueiponohacambiadode

sitio todavía, en lamisma calle sigue desde entonces, RafaelGonzálezAbreunúmero6.Cuandoterminósudiscurso,seempeñóencontarmeloque,segúnél,hacíanlosrojosenlosqueaúneransusterritorios.Supongoquehabráleídolaentrevista, estimada escritora. Su cara de felicidad al narrarme las escenas eraenfermiza:losfetosarrancadosdelasentrañasdesusmadres;lasdosniñasque,

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segúnél,habíanatadoalaspiernasdesupadre,allímismolashabíanvioladoyluegoloshabíanrociadocongasolina.Peroestoyalosabe,seguramente.Seveque se ha documentado antes de venir a verme. Lo que no sé si habrácomprobadoesquecasitodoloqueélcontóeramentira.Esqueinvestigaresosiempre cuesta más, yo lo sé bien. Patrañas de la maquinaria publicitaria deFranco, que estuvo en marcha tanto tiempo. La guerra se alimenta de unamentiratrasotra.Lapaz,enEspaña,muchomás.Notodoseloinventaron,porsupuesto,que,pordesgracia,otrasbarbaridadesdiferentessecometieronenesosdías,perodelasqueélmehablóentoncesnuncatuvieronlugar.Yloquenomeatrevíaescribirenmiperiódicofueloquepenséalverlacara

del borracho del general, como lo llamaba Gerald Brenan en otra de suscrónicas.Aunquemuchosasegurenquenobebía,puedeser…¿Quequépensé?¿Deverdadloquieresaber?PuesqueQueipoeraunsádicoyestabaenfermo.Amí, desde luego, también me lo pareció. Sí, ya sé que es solo la opinión dealguienaquiencondenóamuerte,queelcapitánBolínnomeperdonóque lousaraparaacercarmealgeneralcomosiestuvieradesupartey laprimeravezmeescapédeélpor lospelosy la segundanomematódemilagro«como unperrorabioso»,pero,cuandoentraronenMálaga,yasímecapturóymellevarona la prisión deMálaga, y luego a la de Sevilla. Sin embargo ¿nodemostró elmismoQueipo lo que era con sus acciones y sus palabras?Y ese hombre fuequien dirigió a las tropas franquistas enAndalucía…En fin, locos estábamosentoncesy,ahora,más.Pero intentaré no desviarme, es tanto lo que podría contarle… Ya sé que

parecequesolomehahechounapreguntasencillita:cómomeencontréMálagaalocuparlalosfascistas.Peroenesapreguntahaytrampa,señorita.Porcierto,esustedmuyguapa, supongoque lo sabe…Sí, sí, loque ibaadecirle es…¿Hatenidoocasióndeescucharlosdiscursosquedabaporradio?Enellossemostrótalcualera.Todos locreíanrepublicano,si fueelqueprotagonizóelgolpedeCuatroVientosafavordelaRepúblicasolohacíaunosaños,einclusounosdíasantesdel levantamientosehabíapuestoencontradel reyypor losbaresde laPuerta del Sol por los que se prodigaba iba diciendo que la República era elúnicogobiernoposibleparaEspaña.TambiénapoyóaPrimodeRiveraydicenqueluegollegóhastaadarsedepuñetazosconél.Sepeleabaconsusmandos,erapendenciero…Yocreoqueodiabaatodos;unavezseequivocóalterminarsu discurso y, en lugar de «canalla marxista», dijo «canalla fascista». Lecorrigieron: «Quémás da», dijo. «Los dos son canaille». ¿Cómo podía nadiepensarqueibaadeclararsefielaFranco?SicuandollegóaSevilla,creyeronque

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había tomadoelmandoparadefender laRepública. ¿Cómopodían imaginarsequeibaaganarlaciudadparalosfranquistasdeesaformatanridícula?Pueslossevillanos se le rindieron a él y a su ejército sin más, pensando que los deMadridnoeranlossuyos,sinolosdeuniforme.AunqueQueiposololefuefielaunamante:aélmismo.InclusoodiabaaFranco;PacalaCulona,lollamaba.Sinembargo,detontonoteníaunpelo,ypruebasdeellodejómuchas.Yole

cuentouna:cuandopor fin llegaron losRegularesdeÁfrica,eran tanpocosalprincipio que, para asustar a los andaluces leales a la República, subió a lossoldados a los camiones y los tuvo días dandovueltas para que pareciese queeran diez veces más. Como en una película de los hermanos Marx. Pero entragedia.Susdiscursosporradiotuvieronmuchaculpadeaquellariadadepersonasque

huyeronen tropel,estoes fácildeentender.Asíeransusmensajes,quemesémuchosdememoriatodavía:

NuestrosvalientesLegionariosyRegulareshandemos-tradoalosrojoscobardesloquesignificaserhombresdeverdad(…).Estoestotalmentejustificadoporqueestascomunistasyanarquistaspredicanelamorlibre.Ahorapor lomenossabránloquesonhombresdeverdadynomilicianosmaricones.Nosevanalibrarpormuchoqueberreenypataleen.(…).Yoosautorizoamatarque,silohiciereisasí,quedaréisexentosdetodaresponsabilidad.

Desdeelmismo18dejuliohastael1defebrerodel38,díatrasdía,alamismahora—lasdiezyveintedelanoche,exceptoalgunavezqueseretrasóparaquelasmujerespudieranpelarlapava,segúnsejactóélmismodeloputasqueeran—,hacíatemblarAndalucíaconmensajesasí,opeores,aveces,muchopeores.Aprendieronbienlaleccióndeéllosalemanesyluegolessirvióparasuguerrapropagandística. Empezaba siempre con la misma introducción, se tirabahablandounosveinteminutos,salvosiveníaavisitarloalguna,que,acambiodefollar, salvaba a alguien a quien quería. Dura existencia tuvieron las rojas,bueno, y casi todas las mujeres… Y siempre terminaba más o menos igual:«Canalla marxista, canalla marxista, cuando os cojamos, sabremos cómotenemos que trataros.Os vamos a despellejar vivos».Y él era su general, suspalabras eran ley. En Andalucía, todos se paraban a escucharlo; en Málaga,Almería y Jaén, fieles todavía al gobierno legal de la República, la gente semeabademiedocuandooíasusamenazas.¿Cómoalguienasípodíasergeneral?AunqueFrancolodefenestróenseguida.

Trasacabarlaguerra,lodestinóaItaliay,cuandovolvió,yanocontaronconél.Habíaacumuladodemasiadopoderenelsuryerapeligrosohastaparalossuyos.Perolociertoesque,antesdetraicionartambiénasuCaudilloenunacartaenla

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queponíadevueltaymediaalrégimenyasunuevapatriallenade«falangistasyburócratas»,hizoungrantrabajoparaellos:sembróelterrorylogeneralizó,lojustificó y lo legitimó. Ese miedo contribuyó a que miles de malagueñosdecidieran huir a través de la única salida que les quedaba. Si el general quehablabaasíeraeldelosLegionariosylosmorosqueibanaentrarenlaciudad,todaslasatrocidadesquesecontabansobreellosyloquehacíanenlospueblosque tomaban no podían sino ser tristemente ciertas. Elmiedo se extendió. Laprensarepublicanasíquepublicóeso,sí.Aunqueocultaba lasmasacresde losnacionales para no desmoralizar a los que todavía vivían en territoriorepublicano,estasotrassíquelasdifundió.Losqueescapabanllevabanelhorrorencima.Y losmorosatemorizabanmásque losaviones italianoso los tanquesalemanesdelosquetantopresumíaelpequeñoGeneral.Esemiedoeraancestral,lasmadresenAndalucíatodavíacantabannanasycontabancuentosasushijosen losquenohabíani lobosnibrujas, sino«moros».Pocos sabían si aquellashistoriasdeodiosyrencoreseranonociertas.Y,además,cadafamiliaabandonabasuhogarydejabaatráscasi todoloque

tenían, fuera mucho o poco, por razones tan variadas como los cortes de laternera: una pelea por una herencia, una linde más para allá o para acá, ladiscusión con el señorito por haber sido despedido sinmotivos—sobre todo,desdeque,conlaRepública,lostrabajadoreshabíantomadoconcienciadequetenían derecho a exigir derechos—. Hasta por rencillas de antiguas trifulcasamorosas o de celos.Eso, cuandono era pormiedo a que la propia guerra secolaraporlasventanasdetucasa.¡Cómonoibanacorrer,lospobres!¿Ustednohabríacorrido?Leaseguroque

sí.Ustedsehabríacagadodemiedocomoellos.Sehabríaacojonadocomoyo.Noséquélocuratransitoriamedejósinraciocinioentoncesparaqueyovolvieraa España y me quedara en Málaga. Si me podrían haber sacado en cuantohubieradicho«aquíestoy».Mimisiónyaestabacumplida,conlosrusosyconlos deMadrid. Pero yo quería contarle almundo lo que esos locos le estabanhaciendoalagente.Noalosmilitares,no,alaspersonasnormalesycorrientes,como usted y como yo. Creo que todavía no tenía miedo a la muerte. Enrealidad,nuncaselahetenido.Ylagentenormalycorrienteeslaquesiempresufre más, porque, cuando al menos estás ahí para luchar, sabes que puedesmorir.Pero¿ysinisiquieratienesunarma?¿Ysinosabesniporquéestásenguerra? ¿Y si eres un niño indefenso, o su madre o su abuela? Esos fueronquienesmáspadecieron.

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Aunque se hicieron muchas barbaridades, también los republicanosdescontrolados,sobretodoalprincipio…Asesinaronamuchagenteinocente.Elvecino de Edward Norton, el exdiplomático que terminó siendo dueño de lafábricadealmendras,eraelrepresentantedeCruzRojaInternacionalenMálaga,y asesinaron a su hijo, sin irmás lejos. Lo hizo un grupo de la FAI.Ningúnperiódicolopublicó.¿Quépuedodecirle?Todoaquelmalseviosuperadoconcrecescon loque luego leshicieronaellos…Aunqueestonoesunabalanza,dondeunplatilloequilibraalotro.Deesonada.Perodivago,¿cómonoperderseentre tantoqueolvidar?Semeva lacabeza.Poresoescribímirelato.Es todoverdad.Yojamáscreíquesaldríaconvidadelacárcel.Jamás.Nuncaimaginéque me libraría de la condena a muerte. A un periodista. Supongo que la haleído, mi crónica desde la cárcel. Claro que sí. Entonces, no sé por qué mepregunta.Perodaigual,porquequierohablar.Últimamentetodosesosmuertossemevienenalacabeza.Fuerontantos…El día que yo llegué era enero y diluviaba, y la semana anterior acababa de

remitiruntemporalquehabíacastigadoalosmalagueñosdurantecasidiezdías.El puente que permitía llegar a la ciudad pasadoMotril había sido destruido,llevaba así cinco meses. Le pregunté al comandante por qué no lo habíanreconstruido:—NoconseguimosqueValencianosmandematerialesyespecialistas.Era un chico joven, antiguo empleado de correos, del partido socialista.

Apático hasta la náusea, se tomaba la guerra con calma: «Vosotros losextranjeros estáis siempre muy nerviosos. Tal vez perdamos Málaga, tal vezperdamosMadridymediaCataluña.Peroaunasíganaremoslaguerra».Ycreíaloquedecía.

Hayuna buena dosis de fatalismooriental en lamanera española de llevar una guerra, en amboslados;esporestoquelaguerraparece,alavezyalmismotiempo,tanabandonadaalazar,tancruelytanincoherente.Otrasguerrasconsistenenunasucesióndebatallas;estafueunasucesióndetragedias.

Estoesdemilibro,loescribíenelcuarentayseis,conlasnotasdelosdiariosqueredactéenlacárcelmientrasesperabaquemeejecutaran,enpapeldelváter.Perosigopensandoigual.Laguerraespañolanofueunaguerranormal,siesquealgunapuedeserlo;fueunatragedia trasotra,y luegodécadaspararegodearseenlavictoria.Dandoun rodeoporAlmuñécarpara sortear elpuente, llegamospor fin a la

ciudaddeMálagaalanochecer.Laciudadparecíaunaversióninverosímildesímisma:callesdesiertas,escombrospolvorientosyhumeantesyrestosdeobuses.Perolopeordeesosdías,mientrasQueipoesperabaparaentrarenMálagaenel

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buque Canarias, que bombardeaba desde el puerto, fue lo de la carretera. Elgeneral estaba impaciente por tomar la ciudad, así controlaría Andalucía.Mientraslosmoroslaasaltaban,lositalianosllegaronaVélez.PeronocortaronelpasoalamareahumanaquesedirigíahaciaAlmería.ElCTVitalianoactuópor primera vez en esa franja de terreno, la que iba de Motril a Estepona.Comandados por un Borbón, el coronel Duque de Sevilla, aunque quien losdirigía en realidad era el italiano Roatta, que se había unido con diez milmilicianosfascistasylaAviazioneLegionaria.Lavictoriacontraloscivilesquehuían hizo que Mussolini siguiera prestando ayuda a Franco, a pesar de lapresión internacional para la no intervención. En realidad, ellos lo llamaron«victoriaaplastante».Yolollamo«masacre».Ymientrasfalangistasymorosavanzabanhacia laciudad, los italianosy los

alemanes seocuparonde losquecorríanpor lacarretera.Yo losvi salirde laciudad, directos hacia la muerte. ¿Quién podría haber imaginado violenciasemejantecontraancianos,mujeresyniñosindefensos?

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CAPÍTULOIII

Nosésimimadredurmióesanoche.Ellamedespertóalamanecer,mediounpocodeaguayunpedazodepanconchorizoquehabíamosreservadodelacenayenseguidamedijoquedebíamoscontinuar.Hagopistrasunolivomientrasmegritaquemedéprisa.Alsalirdedetrásdel

árbol,sellevalasmanosalacabeza.—¿Quéhacesconesoszapatos,desdichada?Fue entonces cuando se dio cuenta de que no la había obedecido. Al

ponérmelos,penséquenomedejaríaandarconellosnialavueltadelaesquina,pero en esta ocasión mi madre había dejado de lado la revista a la que mesometíacuandosalíamosdecasaysoloentonces,demasiadotarde,seapercibió.—Sonnuevosydemasiadoestrechos,tevanahacerpolvolospies—medice

apesadumbrada.Bajo la cabeza. Ella tiene razón. Se echa a llorar, pero enseguida se

recompone.Selimpialaslágrimas,mebesaenlamejilla,metomaotravezdelamano y empezamos a bajar hasta la carretera. Atrás dejamos la caseta de lafábricadeazúcarabandonadadondehemosdormido.Elpueblodondevivelatíademipadreestácerca,solodebendequedarunashorasparaencontrareldesvío.Estantempranoquemuchospermanecenaúntumbadosalraso,sentadosunosalladodelosotros,reposandolosmáspequeñoslacabezasobreelregazodesusabuelas, sus tíaso susmadres.Pocoapoco, sevandesperezando.Medivierteobservarlascarasdelosniñosreciéndespiertos,cuandovanabriendolosojos.Nuncalohevistoantes.Algotantontomehacesonreír.Piensoenmihermanito;¿cómoserásurostro?¿Separeceráamí?¿Oserácomoelpadredemipadre,delquetodoelmundodicequeeraguapocomoeldiabloperomástraviesoqueuncangrejodemar?Mimadreyyoandamosuntrechoantesdevolveraveralaniñadelamuñeca.

Ellaysumadreestánponiéndoseencamino también.Encuestióndeminutos,losquenosiguieronavanzandoporlanocheselevantanyreanudanlamarcha;

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aunque haymuchos que no han pegado ojo, se les ve en el cansancio de susrostros,enlaexpresiónduraysombría.Megustaveralaniñayasumadre.Ellamedistingueenseguida,comosime

hubiera estado esperando, y vuelve a sonreírme. Me doy cuenta de que haperdidolosdientesdearriba,esosqueyoacabodeterminardeechar,porfin,ysusonrisaimperfectamehacegracia.Lesonríotambién.Seguimoscaminando,deprisa, sin hablar, no sé durante cuánto tiempo. Yo miro el mar, su colorcambiasegúnlaprofundidadylasolassepegancontralasrocasanuestrospies.Damiedo.Mimadresigueseria.Encorvada,sinhablarme.Miroalaniñadelamuñeca,avanzacomoyo.Lospieshanvueltoadolermeyquierotirarlejosdemíloszapatos,peronomeatrevo.Noquierovolveraverlloraramimadre.Entoncesempiezaelcalvario.Comienzan losgritos, que se convertirán después en el sonido al que, desde

entonces,asocioconelocéano:¡Yavienen,yavienen!¡Esoscabronesvuelven!Lagenteseñalaalcieloconlosbrazosenalto.Alolejos,lassombrasseacercandeprisa.Muchosechanacorrer, loschillidosseconviertenenalaridos; losqueestáncercadelosolivosintentanencaramarseasusramasosearrodillanalospiesde sus troncos; otros, losmás ágiles, prefieren subir a los riscos, hacia lamontaña,aunqueapenaspuedanavanzar,SierraNevadaseescarpaenesapartedelacarretera.Hepensadoavecesqueseconfabulóconlosasesinos,estúpidopensamientoque atribuyevida a lo queno la tiene, pero el cerebro amenudobuscaexplicacionesirracionalesaloquenoescapazdeentender.Elpánicomeaturdió.EnMálaga,cadavezquenosbombardeaban,mesentía

segura. Mi abuela me protegía, ella siempre sabía dónde debíamos ir, dóndeteníamosqueescondernos,cuándopodíamosvolverasalir.Suvozcalmadameserenaba.En realidad,no sentíaquepudiéramoscorrerpeligro, ilusayoenmiinocencia. Por las noches, si habían bombardeado durante el día, mi abuelaacercaba la oreja a la puerta en cuanto escuchaba subir el coche hacia elcementerio.Después,alpoco,seoíanlosdisparos.Ellamirabaentoncesporlaventanacontodaslaslucesdelacasaapagadasypermanecíaallí,sinhablar;yooíasurespiraciónagitadaenlaoscuridad.Aldíasiguiente,eneldesayuno,miabuelahacíael recuentoparamimadre:

«Hoyhanmatadoacinco.Hoyasiete.Hoyfuerondiez.Yunode losque lossubíaneraJavier,eldePaquita,laestanquera…Siesqueesunbalaperdida.Lacabra tira almonte, Isabel, la cabra tira almonte. Una buena tunda le habríahechobien.Ahoranoestaríadondeestá».

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Yointuíaentoncesqueeltirolorecibíanenlanuca,porquesabíaqueasítodoeramásrápido.Lavidaseibaantes.Miabuelamehabíacontadoqueesopasabacon los jabalís que a veces cazabami padre. Aunque pocos de esos hombresqueríanenesemomentoversufriralosotros.Estabanrabiosos,decíaella.Ylarabia es un estado transitorio que nada tiene que ver con la voluntad.Es soloadrenalina.Ymimadresiguecosiendolasenaguas.Aunqueesofuealprincipio;pasadosunosmeses,noséporquéaquelcoche

dejódesubir.Quizálasindicacionesdelossindicatosparadetenerlosasesinatosy la actuacióndelTribunal especialdieran resultadoen ese caso,opuedequesoloseterminarancansandodematarpormatar.Peromiabuelanoestáconmigoenlacarreteraysientoterror.Almirar al cielome pregunto si esos aviones que nos sobrevuelan, verdes,

oscuros, degrandesy ruidosashélices, algunos conuna cruz roja en su lomo,son losmismosquehandestruidomiciudad;que lahanconvertidoen ruinas;queacabaronconaquelcampamentodegitanosmientraslosniñosseperseguíanenelsecarralylasmadresamamantabanasushijosoremovíanlaspatatasconconejoenpucherosnegros;quehanvueltolocosaalgunosparaque,alllegarlasdoce,obliguenasusvecinosairhastalatapiadelcementerioylespegueneltiroenlanucacomoyoimaginaba.Labombaquecayósobrelosgitanossolodejóviva a unaniña.Esunahistoria conocida, la relataronvarios escritores en sustestimoniosdeaquellosdías;comoGeraldBrenan,unenamoradodeAndalucíaquevivióobsesionadoporloquehabíavividoentoncesconsumujer,queresultaque también era poetisa, desde su casa del barrio deChurriana.Muchos otroshablaronantesdelamasacredeMálaga.Pocoslosescucharon.Hastaahora,enqueustedlacontará,queridaescritora.La primera ráfaga de ametralladoras es corta. Pasa cerca. El cielo arde y se

llenadepartículasquechisporrotean.Lasbombassilban.Mimadremeaprietalamano y se queda inmóvil junto a mí, mirando también arriba. Tiembla. Lavibración cuando la primera bomba cae me hace estremecer. A nuestro lado,paralizadascomonosotras,laniñadelamuñecaysumadremiranenlamismadirección.Mehagopisy losorines resbalanpor laspiernas.Alguienpasaconbrusquedad entre mi madre y yo, y nos separa; caigo al suelo junto al olivocentenario.Sutroncoseretuercecomolosavionesaldarlavuelta.Laniñadelamuñecasalecorriendo,seagachaymerodeaconsusbrazos.Enseguidacierralosojos.Yo los cierro comoella.El ruidode lametralletavuelve a zumbar aráfagas. El aire, que hasta entonces ha tenido olor a sal, empieza a apestar aquerosenoy,pocosminutosdespués,acarnequemada.

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Domingosietedefebrero.Otramañanaclara.

LAUROSCARLATTI

PilotodelaALIitaliana

No,muchacha,notengocargodeconciencia.Eralaguerra.Enlaguerratodosobedecemos, ni siquiera nos planteamos que las cosas pudieran ser de otramanera.YoheleídoaHannah Arendt. Sí, he leído mucho acerca de lo que ocurrió, sobre todo enAlemania.Lode labanalidaddelmaly todoeso.Claroquenoéramosmalos,¿acasoalguienpuedecreerenserioquemillonesdepersonasasesinaranaotrastantasporquetodoséramosunossalvajesounosdesequilibrados?¿Ydedóndesalierontantoslocos?¿Todosestabanlocosantesyvivíanunavidanormal?No,muchacha,no.Esunatonteríasiquierapensarlo.Entonces,nosparecíalógicoloqueteníamosquehacer,pocospensabanquenoloera.Aalgunoconocí,sí.Yosí tuveunamigoalquesussuperiores lepegaronuntiroenlasien.Senegóadisparar cuando se lo ordenaron, aunque eso fue luego, en la otra guerra, queestasolofueunsimulacroparanosotros.Uncampodepruebas.¿Yesoerasercuerdo?Elloseranlosquemandaban,nosotrosobedecíamosypunto.Noéramosmásquesusguiñoles,apesardetodoloquenosdecíannuestrosmandos,deesaarenganacionalistadeMussolini,élnuncapintónadaentodoesto.Nosengañó,esosíqueduele,esosíquemehahechopensartodosestosaños.Noeranadie,nadaespecial,nadadiferente,peroentonces,nosotros,¿quéíbamosasaber?LodeMálagafueotrabatallamás.Cercadelacosta,pordebajodenosotros,

se veían los tres acorazados, esperando. La costa estaba expuesta, sinfortificaciones.En losaccesosa la ciudad,quincemil rebeldesesperabanparaentrar. Dentro, solo llegó a haber cinco mil republicanos sin fusiles. Losanarquistasdecían tenerejército,pero laurbeera solouna jauladegrillos.Losupimos enseguida, claro. También que su aviación no tenía aeropuertos para

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bombarderos. En lasmontañas, de todas formas, de poco servían los aviones.Peroenlaplaya,enesalíneafinaentreelmarylamontaña,claroquesí.Conlosniñossolosoñéalprincipio,losprimerosaños.Luego,nocrea,seme

pasó la angustia por completo. En cuanto el hambre acució, que lo hizomuypronto,semeolvidaronsuscaras,suscarrerasatodaprisaporesaratonerasobrela línea de la costa. Susmuertes.Yo los vimorir.Los veíamos, claro que losveíamos;y eso era lopeor, quevolábamos tanbajoque sabíamosbien loqueestábamoshaciendo.Sialguien juraquenosedistinguíaa losniñoscorriendocomoconejos,elcabrónmiente.ConesaluzdelMediterráneo,quehastaelmarcompartíamos los españoles y nosotros, tan limpia, tan cegadora, que loiluminaba todo, era imposible no verlos. Al principio no queríamos creerlo.Entoncesclaroquelloré.Cuandolleguéalabase,lloré,meentróunadesazón,un asqueroso sentimiento de culpa…Me odié por lo que había hecho. Puesclaro, qué se cree, ¿que soy unmonstruo?No éramosmonstruos, ya se lo hedicho,éramossoldados.Cumplimosconnuestrodeber.Esciertoqueaalgunoslesimportabauncarajo.Lesdabaigualmataraunniño

queaunaoveja;claroquehaydeesos,siguehabiéndolosportodaslaspartesdelplaneta.Yonosoyasí,aunque¿quésecree,que,silofuera,ibaadecírselotantranquilo?Tengodignidad.Perono leengaño, se loaseguro,ahoramismomeimportabienpocoyaloquenadiepuedapensardemí.Lohicimos.Lohice.Yyo,alprincipio, sí lloré.Peroenseguidasucedenotrasdesgraciasque tehacenolvidar. Ellos nos ordenaronmatarlos y lo hicimos.No era fácil, pero cuandoestabas allí, había poco tiempo para pensar. El cansancio, la adrenalina, laobediencia,laseguridaddequeloqueteordenabaneraloquedebíashacer,elver a los demás haciéndolo, te evitaban la penuria de pensar.De eso se trata,¿sabeusted?Noerafácil,peroeralaguerra.Ylasguerrassonasí.Sienunaguerrateparas

apensar,estásjodido.Nipiensasnisientes,solodisparas.Esolodicentodoslossoldadosdelmundo.Poresoenlosejércitosnopiensanmásquelosmandos,asíloexigeladisciplina,aversisecreequeesohacambiadoalgo.Niunápice,porsupuesto.Elejércitoesloqueesporquedeotraformanotendríarazóndeseguirexistiendo.Lossoldadosnopuedensentirremordimientos.Y,si lossienten,selos fusila y santas pascuas. ¿Sabe usted lo que hacían los rusos con los suyoscuando lucharon contra los alemanes? Caían como moscas y sabían que casitodosmoriríansiseenfrentabanalosnazis.Pues,detrásdecadabatallónrusoalque se le ordenaba suicidarse avanzando al frente, iba una línea deametralladoras, pero no apuntaban a los enemigos, apuntaban a quienes se

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volvían.Matartepordelanteomatartepordetrás jode igual.Estás jodido, porsupuestoqueloestás.¿Significaesoqueyopodríahabermenegadoaobedecerunaorden?¿Esoeslo

quemepregunta?¿Quéhabríahechousted?¡Ja!Merioyodequienesdicenquenolohabríanhecho.Muchoscojoneshayquetener,ymuypocacabeza,paraircontracorriente.Sobre todo, si temetenun tiropor tenerconciencia.Hayqueverseahíparasaberloqueeseso.Pero,claro,eso tampocosignificanada.Siemprepuedeselegirentremataro

morir.Lossoldadoslohacencontinuamente.Ynosoloellos,¿sabeusted?Todatu puta vida estás eligiendo el bando en el que estás, unas veces te juegas elcuello como en la guerra y otras solo un puñetazo delmatón de turno, o unapuñaladasidefiendesaunamujeraquiensuchuloleacabadedarunahostia,oundespidoporplantarlecaraaljefequetetienehastalasnarices.Hayvalientesycobardes.Nohaymás.Yonovolé sobre lacarreteraporconvicción,porquecreyeraen lacausadel

hijodeputadeMussoliniodelmaníacodeFranco—porcierto,¿sabequeporcadaasesinatodelrégimendeMussolini,eldeFrancocometiódiezmil?—.Lohice porque era piloto, porque estaba en el ejército y porque me ordenaronunirme a esamisión.Cuando subí al avión, unprecioso trimotor de dos años,nadiemeavisódequeíbamosamatarniñosyviejas.Pero¿mehabríarebeladosilohubiesesabidoentonces?Algodentrodetiteponesiempredelbandodelasupervivencia,asíque¿dequésirvedespuésarrepentirse?De todos modos… bueno… le voy a confesar que yo volví una vez, ¿sabe

usted?Medilavuelta.Estábamostanpróximosaellosquelosvi.Yclaroquenoeransoldados.Allínohabíaunputosoldado.Preguntépor radiodosvecespor qué teníamos que bombardear esa carretera si solo veíamos niños ymujeres…Ycuandomeordenarondispararde todosmodos,viré.Peroalgunodebiódecomunicarlo.Esoscabronesestuvieronapuntodeformarmeunconsejode guerra por aquello, no se crea, y eso que solo fueron unos minutos, lossuficientesparaquemeordenaranregresarycumplirlamisión.¡Agritosnosloordenaron!Algúnotromesiguió.Denosotrosdependíalavictoria.Siempreesasí,decadasoldadodelmundodependesiempre lavictoriade lacausadesusgobernantes.Enseguida recapacité y regresé a la playa, en vuelo rasante por encima de

aquellascabezas,ehice loquemehabíanmandado:ametrallarlos,cuantomáscerca, mejor. Cuantos más morían, más héroes debíamos sentirnos. Los viintentandocorrermontearriba,tirarsealaszanjasque,aveces,habíaalosdos

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ladosdelcamino;algunoshastasearrojabanalmar.Seahogaban,claro,siesoeraunprecipicio…,loquehabíahastaelagua…Unenormeprecipicio,yllenoderocaspuntiagudas,además.Amímerecordabana losconejoscuandoen lasmontañasdeCalabriahubo

una vez demasiados, como una plaga, incluso muriéndose de la mixomatosisporque no había agua, quedaban centenares que deambulaban por el MontePerroneenbuscadecomida,desorientados,levantandolasorejasparaescuchar.YodeniñosubíamuchoalamontañaconmipadreymihermanoPaulo;aél

leencantabapegartirosatodoloquesemovía.Amíno,esosbichosmedabanpena,aunquenoselodijejamásamihermano,sehabríapartidodelarisa,sí,elmuycabrónsehabríadescoyuntadoacarcajadas sihubiera sabidoel ascoquemedaba luegocuandoZano,elperdiguerodelquemásorgullosose sentíamipadredetodoslosperrosquehabíaenseñadoacazarentonces,letraíalapresayse la dejaba a sus piesmientrasmovía la cola de un lado a otro con frenesí,esperandosucaricia,ylanzabapequeñosmordisquitosalconejoqueaúntiritabaydabaespasmos,conelvientrellenodesangredeltiroquelehabíaatravesadolastripasylohabíadespanzurrado.Mipadresí losabía,ymedabaunvasodevinotintoantesdesubir,queera

zorro viejo mi padre, claro que lo era. Él nunca entendió qué hacíamos enEspañalositalianos,siesanoeranuestraguerraniesenuestropaís.Pero¿acasocree que nos preguntaron? Mi escuadrón se formó con muchos que no eranfascistas.¿UstedsabecómoestábamosenItalia?¿Acasosepuedejuzgaraquienllevadécadaspasandohambre?Nolohaga,nolointente.Ahoratodosevemuyfácil. ¡Cojones!Habíaqueestarallíparasabersisepodíaonoirencontradetodos los demás. Nos moríamos de hambre, el mundo nos abandonó, aunquenosotroshabíamosayudadoaganaralosalemanes.Yonohabíaluchadoenesaguerra,amíme tocó lasiguiente.YempezamosporEspaña,pero terminamosmetidos en la peor de todas las guerras que jamás ha habido. Aunque quizáshayaotraparecidaalgúndía, lospiradosabarrotanelmundo.Yyo loqueveoahora es que la gente se ha olvidado del destrozo que fue aquello, de lo quesufrimostodos.Aversisecreequenosotroslopasamosmejor,quenosjodieronbienjodidos…Conejos.Esoes.Yoviconejosenlacarretera,losniñosllorando,susmadres

arrastrandodeellosdesesperadas,algunassetirabanencima,esaseranvalientes,condoscojones,sí…Losviejosqueapenasavanzaban,algunossenosquedabanmirando,sentadossobrelatierrapolvorienta,comodiciendo«hijodeputa,aquíestoy,mátameya,queyonocorro.Quetejodan».Perose jodíanellos.Todos

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parecíanconejosdeCalabria,corriendodeunladoparaotro,mirandoalcielodedonde les venían los tiros o agachándose para intentar cubrirse, como si lasmanos les fueran a servir de algo. Se tiraban a tierra al vernos cerca, pero notenían dónde esconderse, estaban atrapados: por arriba, las montañas, quecuidadodebíamostenerparagiraratiempodenochocarnosconellas;porabajo,el magnífico Mediterráneo, amenazador, inmenso, ese mar nuestro que nossepara y nos acerca. De arriba, a veces, los proyectiles hacían que cayeranpedruscosgordoscomodólmenes;aalgunos les jodían lavidaallímismo,conlos sesos espachurrados bajo las piedras.Comomucho, los que se creíanmáslistos, corrían para meterse en alguna alcantarilla perdida o debajo de lospuentes.¡Ay,lospuentes!Quéescabechinaenlospuentes…E insiste en preguntarme si había soldados. Le repito que no. Ni rastro de

soldadosvi yoporningún lado, ¿dóndeestaban los rojosmalditos?Yo,desdeluego, no los vi. Allí no apareció ni un hombre vestido de militar. Pero noshabíanavisado,esosmalnacidosnoteníanniuniforme…¡Cómoibanatener!Sinoteníanniarmasnieranunejército,quecadaunomontabaunejércitodondeledaba la gana, así que cualquiera era el enemigo. Esos no eran soldados, eranidealistas, nohacíanni puto caso a sus superiores, que luego,durantemuchosaños, cuandoempezaronacontar sushistorias—pocoapoco,no secrea,quedurantemuchotiempopermanecieroncalladitoscomomuertos(ydiscúlpemelagracia, que sé que no tiene ninguna, el respeto jamás debe perderse)—, leímuchosobreellos.Todavíaescuchosustestimonios,queahoraesfácil,estánenelinternetese;yo

aprendí español, estuve mucho tiempo en España y lo entiendo y lo hablobastantebien,comoestáviendo.PuesloscomunistasylosanarquistascabronesresistieronsietemesessinayudaenMálaga;hayquejoderse,unosaficionados,sinfusiles,conmenosbalasqueunamuñeca…yeso,aunsoldadodeverdad,lehacesubirloshuevosalgaznate.Pero¿elenemigo,unosniñosvestidosderopadedomingo?Algunospobrecillosparecíaqueibanamisa.Esomeimpresionó…Parauncatólico,mataraunniñoquecreequevaaira

rezarlealavirgennoesfácil,¿sabeusted?Mecostóaceptarquesolocumplíconmi obligación. Hice lo que me mandaron. Yo era un soldado. Me alistévoluntario para ir a esa guerra, para luchar contra el enemigo comunista. Losdíassiguientesfuemásfácil.Yanomedilavueltamás,nipregunté.Solodejédepensar.Hiceloquemepedían.Luego,además,aúnfuepeor,miescuadraseretiróalcuartodía,noshicieron

ir a Valladolid, que menuda nos dieron allí; pero en Málaga siguieron

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bombardeandodesdeelmaralosquehuían,losbuquesseacercaronamenosdequinientos metros de las playas. Eran los cruceros Almirante Cervera, elCanariasyelBaleares,delaArmadaEspañola.Sustripulanteslloraríanmenos,aunque por cojones también tenían que ver a quiénes ametrallaban. Estabandemasiadocercadelacosta.Y, además, eran soldados españoles, esa era sumalditaguerra. ¡Quéenvidia

nos tenían! Nosotros ligábamos más, mucho más. Y teníamos aviones. EllosqueríansalvarasuamadaEspañadelenemigorojo.Nosotrosestábamosallídeprestado, para conseguirMallorca, eso era lo que querían nuestrosmandos enprendapornuestrasvidas.LaisladeMallorca,unagranconquistaparanuestroejército.Unpuntoestratégico,enesemarnuestro…Elenemigorojo…Sobreeso tambiénhepensado,sabeusted.Rojos,negros,

verdes… Los colores nos definen, muchacha, nos definen las banderas, nosdefinenlosprejuicios,nosdefinenlasideas.¿QuéideasteníanesosrojosdelosquehabíaquesalvaraEspaña?LosquecorríandeMálagaaAlmeríanodebíandetenerninguna.Sobreeso,fíjese,síhetenidotiempodereflexionar.Averquécoñohacíamosnosotrosallí,quesolocompartíamosmar.Unmarhermosoquesetiñódesangre.Aunquemássetiñólatierra.Luego,cuandometocólucharenelmismobandodelosnazis,melopreguntémuchasveces.Esosíquedolía,¿selo imagina?, porque desde el principio tuve la sensación de que nos habíanmetidoenunemboladoquenoeranuestro,quenoíbamosaganarmuchoperoqueperderíamossiempre.Yonoerafascista,yoerapiloto.Noncipiove.Asíqueimagínese lo que luego pasé conHitler. ¿Y sobre eso no quiere que le hable,muchacha?

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CAPÍTULOIV

Cuandolosavionessealejaron,laniñadelamuñecayyoseguíamostiradasenelsuelo,sinquererabrirlosojos.Noshabíamosquedadoquietas,abrazándonosla una a la otra con fuerza.Yo,másque cualquier otra sensación, recuerdo elcalordesupechoyque,cuandoanuestroalrededorseoíanlosgritosdelosquecaíanheridos,lasbalasrebotandosobrelaspiedras,lospedruscosrodandocerca,en lugar de torturarme con todo eso, me obligué a pensar en ella, en dóndehabría conseguido esa preciosamuñeca, en por qué iba sola con sumadre, endóndeestaríansushermanos,enquécolegioestudiaría.Ellaapretabamimanocadavezquesonabaunestruendocerca.Cuandoabrimoslosojos,nosmiramosyseguimosasíunosinstanteshastaque

sumadrellegócorriendoylaabrazó.—¿Estásbien?¡Martina!¡Dimequeestásbien!Sumadrelloraalapretarlacontrasupecho,ylasdosnoslevantamos.Miroa

mialrededor.Novialamíayloquevijamáshepodidoolvidarlo:unhombrecomo un tronco de grande ahorcado en un olivo cercano, un niño pequeñollorando agarrado todavía a la mano de su madre muerta, una mujeramamantandoaunbebésinpiernas.Ymás,vimuchomás,ytodoloquevi,lerepito, jamás lo olvidarémientras viva.Yno lo olvidaré no soloporque es lomásespantosoquejamássufriré,sinoporquenomedalagana.Mientrasalguienlorecuerde,aúnquedaráesperanza.Desde que tengomemoria, solome han enseñado a creer: el día en que los

soldados de los ejércitos alemán e italiano, en auxilio de aquel zafio generalespañol que se levantó en armas contra el gobierno legítimo, ametrallaronporprimeravezenunaguerraunacaravanaindefensademujeres,niñosyancianos,yotodavíacreíaenDios,creíaenmiabuela,enmipadreyenmimadre,creíaenlas vírgenes y en Jesucristo, creía en el espíritu santo, creía en que al díasiguienteamaneceríayqueelsolseguiríacalentandocuandotodosesoshombreslocos dejaran de hacer daño, creía que la vida era saborear los dulces que, a

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escondidas de mi madre, me daba mi abuela y esperar a que naciera mihermanito,porfin;creíaqueloquehabíaamialrededoreracomoteníaqueser,que las cosas pasaban porque tenían que pasar y que los sueños eran los quementían.Pero,desdeaqueldía,solomepermitícreerenmimadre,quemehabíadadola

vida, y empecé a creer enMartina. Ellame había abrazado yme había dadofuerzaparanomoverme,yambasnoshabíamossalvado.Losdemásanuestroalrededor,enuncírculomalditoentornoalolivobajoelquecaímos,todosellos,habíanmuerto.Norecuerdoquéolivofueaquel,norasguéningunamarcaensutroncocomohacen los enamoradospara tenerun lugar testimoniodeunamorquepasará;yonodejéenélel testimoniodemisupervivencia,pero fuea suspiesdondedejédecreer.A veces, cuando cierro los ojos al acostarme, sigo visualizando aquellas

imágenes esperpénticas, aunque era tan cría que aún no podía saber lo querealmentesignificabamorir,allíaprendíenseguidaquelavidanovalenada,noes más que un instante que pasa. Una brizna de aire, la mirada de tu perraesperandotuscaricias,unpétaloquecaesobrelatierra,unamañanadesol,unmordisco a unamanzana, la sonrisa de un bebé. También aprendí cómo es lamuertedeverdad:laspersonas,cuandosucuerpoesalcanzadoporunabala,noagonizan como se ve en las películas, no se echan plácidamente hacia atrás ypercibencontranquilidadcómolavidaselesescapa.Anoserquelabalahayahecho estallar el cerebro, durante unos instantes todos permanecen inmóviles,unos,más tiempoqueotros, hasta que llegan a lamente las señalesdeque alcuerpolefaltaunbrazoounapierna,dequelastripasyanoestán.Eldoloresentonces insoportable, crispa los nervios, la mirada se vuelve histérica; si seconserva el habla, los alaridos hacen daño a los oídos. Los que aún tienenpiernas, si antes corrían, continúan en su avance hasta que pierden suficientesangreyseproducelaasfixiadelasneuronas.Soloentoncescaensinsentido.Esmásparecidoaloquelespasaalasgallinascuandoselescortalacabeza,quepuedencorretearvariosmetrosdandovueltas;separecemuchomásaesodeloque laficción,edulcorada,mentirosaymodificadaparanoherir,noshahechocreer.Eso,almenos,fueloqueyopresencié.Noquisemirarmásalosniñostiradosjuntoamí,alosqueseguíanllorando,a

losqueyajamásloharían.Tampocoanadiequellevarapantalones.Melimitéabuscar soloamimadrey rebusquéentre losquepodríanserella: lasmujeres.Solo rebusqué entre las mujeres. Y me llevé las manos a los oídos para noescucharloslamentosescalofriantesdequienesnohabíantenidolasuertedeser

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rematados y avancé entre cadáveres o entre quienes pronto lo serían con elcorazón a todo trote ansiando encontrarla a ella; rezando, todavía, a eseDios,que yo no digo ni que sí ni que no, pero que, si existe, aún me debe unaexplicación.Iba despacio, descartando quiénes no podían ser mi madre antes de ver

demasiadodesuscuerpos.Otrosmuchosniños,entrealaridosysollozosqueoíacomoenunsueño,hacían lomismoqueyo:buscabanentre losmuertosa susfamiliares; también los adultos lo hacían, mujeres y ancianas, sobre todo,gritabanelnombredesushijosodesusnietos,desussobrinos,deaquellosaquienesmás querían, que dependían de ellas y a los que habían perdido, y sevolvíanlocasdealegríacuando,aveces,losencontrabanconvida.Comoyo.Yotambiénlaencontréviva,nomuylejosdelolivo,apoyadasobre

sus rodillas, el rostro levantado, todavía mirando al cielo, con las manoscruzadas delante del pecho, como si rezara. Pero no lo hacía, semovía haciadetrásyhaciadelantedespacio,conlosojosfijosenlasnubes,haciaeleste,enla dirección por donde habían llegado los aviones. Por donde luego se habíanvueltoair.Corrohaciaellaylaabrazo.Elladejademenearse,peronohacenadamás:no

memira,noseparalasmanos.Nomehabla.Encuantomeaparto,vuelveasuvaivén.Laobservo,lelevantolafalda,letocólabarriga,ledesabotonolablusaylarevisopordelanteypordetrás,peronoveonirastrodesangre.Estáintacta.Solo sus ojos parecen indicar que sufre un dolor indescriptible. Vuelvo aabrazarmeaella.—Mamá,mamá,porfavor,estoyaquí,mamá.Nomedejessola,mamá…Llorosinsoltarla,aunquehavueltoaquedarsequieta.Lloroysigo llorando.

Lloroportodoloquehapasado,lloroporesosmuertosquenosrodean,porlasmujeresvalerosasqueenganchancomopuedenasushijosyvuelvenacaminarahoraconrapidez,sindetenerseniunminutoparasocorrera losdesconocidosquenohantenidosumismasuerte;pero,sobretodo,loconfieso,lloroporquelanecesito,porquenopuedoimaginarquéserádemísitambiéntengoquedejardecreerenmimadre.

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CAPÍTULOV

Desde el ataque de los aviones, la carretera había mudado, ahora, los queandaban, lo hacían conmuchamás prisa, algunos incluso intentaban correr ynadiesedeteníapornadie.Yoteníamuchased,aunquenohabíamásqueecharunvistazoalrededorparadeducirquedenadaserviríapediragua.Pocosteníanalgoquellevarsealaboca,enMálagallevábamosmesesenguerrayay,aunquehubieranpensadoencargarconprovisiones,pocoshabríanpodido.Medicuentade que en todo el camino que habíamos recorrido hasta ese momento noencontramosningúnlugardondebeber.Ymimadreyanollevabaconsigonielaguani lacomidaquemiabuela lehabíapreparado.Pero lopeoreraque,alládondemirabas,todoestabasembradodecadáveres.Mefijébienendóndeladejaba,ellaseguíasinreaccionar,ymuertademiedo,

aunqueconvencidadequedebíabuscarayudaparaella,deshicemispasosparaintentarencontraraMartinayasumadre.Alpocotiempodiconellas,apenashabíandejadoatrásnuestroolivomilagroso.—Por favor, ayudadme, a mi madre le pasa algo— acerté a decir antes de

echarmeallorar.Martinameabrazóenseguidaymelimpiólaslágrimasconsumano.Sumadre

leagarródelbrazoytiródeella.—Vamos, hija, no podemos parar.Alguien las ayudará, nosotras lo tenemos

muchomásdifícil.Martinasedetuvoenseco.—Novoyaandar.Ayúdala.Lamadreparecíasorprendida.Sedetuvotambién.—No entiendes nada. Esa señora es rica. No sé qué hacen aquí. Nosotras

tenemosqueseguir,ellapuedequedarseyalguienvendráabuscarla.—Porfavor,porfavor,señora,porfavor—lerogué,agarrandosuvestido—.

Mi madre necesita ayuda. No se mueve. Y estamos solas. Nadie vendrá pornosotras.SelopidoporDios.

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LamujervolvióatomardelantebrazoaMartinaeintentóqueanduviese,perolaniñaseresistió.—Nomemoveré.Sinovasaverquélepasa,metiraréalsueloytendrásque

cogermeenbrazosparaquesiga.Omedejasaquí.Mehabríaabrazadoaella.Lahabríabesadoyvueltoaabrazarmilveces.La

mujersuspiró,farfullóalgoquenopudeentenderymemiró.—¿Dóndeestá?Tenemosquedarnosprisa,volverán.Ollegamosalazonadel

puente antes de que lo hagan o no tendremos ningún sitio donde ocultarnos.Malditosseantodosloshombres…Ledoylamano.Lasdosmesiguen.Allíestámimadre,enlamismaposturaen

quelahedejado.Aunquenollamalaatenciónentreotraspiltrafashumanas:asulado,atansolounmetroodos,unamujersentadaenlacunetaacunaaunbebésincabeza.—¡Nomiréis!—nosgritalamadredeMartina,altiempoquesecolocaentre

nosotrasylamujerenloquecida—.PorelamordeDios,nolamiréis.Obedezco.Nosacercamosamimadre.LadeMartina sacaunabotella en la

queapenasquedandosdedosdeaguay levierteunasgotasen laboca.Noseinmuta. Ha dejado otra vez demenearse, pero sigue con lasmanos cruzadas,arrodilladamirandohaciaarriba.Lamujermojaunpañoconelrestodelaguaylelavalafrente.Mimadrele

agarralamanodesopetón.—¿Mihija?¿Dóndeestámihija?—gritadepronto.—Tranquila, Isabel—dice lamujer—, ella está aquí,mírala; está bien, está

contigo.Meacercoaella,peronoparecereconocerme.Sientoquesemesecalabocay

queelestómagomeduele,tengotantomiedodequeellameabandone…—¿Quélehehecho?—gritamimadreentonces—.¿Quéesloquehehecho?

Yono teníaqueestaraquí.Sinohubierahechoeso tanhorrible,yonoestaríaaquí…Mibebé…mibebé,nosésilehapasadoalgoamibebé,mecaí…mecaí…Mecaíalsueloylaperdí.Perdíamihija,nopudeverla.—Mimadremeacaricialacaraconsuavidad,lentamente.Derepente,meabrazacontantafuerzaquecasimeahogayalinstanteseecha

allorar.—¿Quéhehecho,Azucena?¿Quétehehecho?¿Cómohepodidohacerteesto?

¿Podrás perdonarme? —me dice, entre sollozos que parecen monedas falsasentretantosufrimiento.Apenasentiendosuspalabras.Seentrecortan.LamadredeMartinaselevanta.

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—Vamos—ledice a suhija—, solo estaba aturdida, segolpearía al intentarhuir.Tenemosqueseguirandando,quedamuchocaminoaúnhastaAlmería.—¿Ynopodemosseguirconellas?—Nocreoquequieranvenirconnosotras.Seguramenteiránaotrolado,ellas

notienenporquéhuirahora.—¿A dónde podemos ir? —dice mi madre, que ya volvía a hablar como

siempre, como era ella, con esa tranquilidad que me encantaba—. En estacarreteratodosvamosalmismositio.Todoshuimosdelomismo,aunquecadauno vaya a un lugar diferente. ¿Me ayudas a levantarme? No te preocupes,puedoandarbien.Nomehanherido,creo.Almenosnomeduelenada.Noosretrasaré.—¿Notasalbebé?—Está bien. Sí. Creo que él está bien. Pero no podemos quedarnos aquí, al

raso.Debemosavanzar.Lamujerlaayudóentoncesaponerseenpiey,sindecirniunapalabramás,mi

madremediolamanoyechamosaandar,juntoconotrasmilesdepersonasquenodejabandemiraraleste,hacia lasnubesen lasque losavionesmalditossehabían esfumado. Al continuar por la carretera, cada pocos metros teencontrabas con otro muerto; a veces, unos estaban encima de los otros,amontonadoscomoropasucia;losquedabanmáslástimaeranlosquesehabíanquedadosolos,comoesperandoaalguienquenollegó.Losheridosaullabandedolor,losniñosperdidosllamabanasusmadres,gritandosincesar.—Nolosmires,Azucena,porfavor.Sigueadelanteynomiresanadie—me

dicemimadreacelerandoelpaso.LaobedezcoyMartinayyoseguimoscaminandojuntas.Apesardeloquehay

anuestroalrededor,esomehacesonreír.Meagarrodesumano.Asímesientounpocomássegura,comosisucontactopudieraprotegermedelamaldaddelosdemás.—¿Aquécolegiovas?—lepregunto.—Esloúnicobuenodetodoesto,quenotendremosquevolver,¿quéimporta

elcolegioalqueíbamos?Cuandovolvamos,yanohabránuncacolegio.De repente, la ideame encantó. Nome gustaban las monjas ni me gustaba

estudiar,yyanonecesitabairallíparajugarconmiscompañerosalasalida.Latenía a ella.Después, este pensamiento tan puerilme pareció inhumano. Peropensarenloqueestabalejosdeeselugarnosayudóalasdosasobrevivir.—YovoyalcolegiodeLasCarmelitas—merespondealfinal—.Peronome

gusta.Metratanmuymal.Aunquenovamosavolvernuncaallí.

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Entonces sé de qué conozco aMartina. Ese es mi colegio y ella está en elgrupodelasniñaspobres,queasistenasusclasesenlaotraaladeledificio,alnorte,lasquelasmonjashacenentrarporotrapuertaysentarseenunaescalerademaderacomopupitre.Mesientomal.Nuncamehagustadoelmodoenqueaquellasmujerestratanalasquenopertenecenanuestrogrupo.Loscolegiosdebaldeestánrepletos,aunqueentodosenseñanacoseryarezar.Yahoratambiénmesientoculpable:hastaentoncesjamáshabíapensadoenhablarconMartinanicon ninguna de esas niñas. No me parecían como yo. Ni siquiera la habíareconocidoalverla.—Volveremos. No seas tonta, ¿cómo no vamos a volver? Esto terminará

pronto.Ycuandoregresemos,todoserádiferente.Elcolegiotegustarámás—ledigo,convencidadequeseráasí.—¿Nodeberíamosesperaraquelleguelanoche?Losavionesregresarán.Solo

sepuedevolardedía—oigodeciramimadre.—Túhazloquequieras—dicelamujer—,yotengoqueseguir,hedellegara

Almeríacuantoantes.Nosotrasnovamosaparar.Mimadrenoleresponde,nosotrassolotenemosquecontinuarunashorasmás.

La casademi tía abuela no queda lejos ya. Supongo que no quiere decirle laverdad,que,dealgúnmodo,seguimossiendodiferentes.—Nomehasdichotunombre,¿cómotellamas?—lepreguntaahoramimadre

—.Teagradecerésiemprequemetrajerasamihija.—¿Nomerecuerdas,Isabel?¿Deverasnosabesquiénsoy?Mimadrelamiraycalla.—¿Túmeconoces?—preguntaalfin.—Puessí.Ytúmeconocesamí.Nohemoscambiadotanto.Túalmenosestás

igual que siempre. Algo más vieja y más gorda… Sí, mucho más gorda queentonces.Yyoyanollevocoletanipantalones.—¿Fernanda? —Y la voz de mi madre se empequeñece al pronunciar ese

nombre, que le evocadegolpeunamemoria antiguaque creíahaberolvidadoparasiempre.LamadredeMartinasiguecaminando—.¿Fernanda?Mimadresedetiene.—Eres…—afirmó mi madre, y nunca llegué a averiguar si esa certeza de

repentelehabíaresultadoinsoportableoplacentera.—Sí.Claroquesí—respondeFernanda.Mimadreaprietaelpaso.Duranteunlargotrechonodicenada.Martinayyo,

sin embargo, no paramos de hablar, como si desde ese momento nada en elmundo importara más que ella y yo. Como si las guerras solo fueran malos

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sueñosy loúnicoqueagitaseel corazónde los sereshumanos sedesintegraraconlaluzdelalba.

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BERNARDOTRIANO

Unmilicianorepublicano

Loshombressolotenemosquiloycuartodehumanidad.Soloquiloycuartodeserhumano.Nomás.Yoeraentoncesunchaval,peroesoloaprendesrápido.Encuantoalgovamal;encuantotefaltalacomida,tienesfríoyteagobialased;encuantovesaalguienmataraotro,tesalelomalo.Nohacefaltamásquesentirelmiedo y el quilo y cuarto mengua enseguida, se desvanece como el olor delestiércolacieloabierto.No pasó solo en esa guerra. Dicen que son las peores, las guerras civiles.

Fratricidas,lasllaman.Yocreoqueno,quetodaslasguerrassoniguales:unoslas empiezan y otros muchos matan y mueren. Y casi ninguno de los que lapalmasabeporqué.Lasrazonesparalucharimportanpoco:alfinal,seasesinaparaquenoteasesinenati.Ysimatasporotracausa,esqueeresuntarambanao un degenerado. En nuestra guerra hubo muchos de estos. Aunque, bueno,tambiénsevaunoamataraunaguerraparadefenderlajusticia,pero¿quéeslajusticia?¿Ustedsabeloqueeslajusticia?Yoyano.Lajusticiaamenudoestádelladodelossetentayunquilosdemierdaquenosondeserhumano.Esahasido siempre nuestra justicia, la de aquí, la de los españoles. Tiene nuestrajusticiaalgodetragedia,comonuestraHistoria.Claro que las guerras las empiezan unos y las sufren otros, los mismos de

siempreenunoyotrolado.Peroaquísíhuboalgodiferente:jamáshabíahabidoen una guerra tantos bandos.Casi tantos como combatientes: ateos, creyentes,patronos, señoritos, terratenientes, jornaleros, obreros, independentistas,comuneros… —espere, que me ahogo… los pulmones…—, sindicalistas,ignorantes,feministas,pobres,ricos,cobardes,dementes…¿Creequeexagero?Yohe sobrevivido, puedo exagerar.Puedodecir lo quemedé la gana, ¡coño!Ahora ya sí. No sabe lo que es tener que vivir sabiendo quiénes fueron losasesinos de tu padre, de tu abuela, de tu hermano; quiénes viven en tu casa;

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quiénesviolaronatuhermana,atunovia,atusvecinas,madreehija,alasdosjuntas,laspobres…Quiénessellevaronhastatuscolchones.Noimaginaloqueestenerquecallarcomosifuerastúelmalnacido.Malditorojo,rojodemierda,rojo maricón. Que los rojos tuvimos que pagar bien caros nuestros propioscrímenesyquesí,queloshubo.Loshubo…Queel18dejuliovolviólocosamuchos…Loprimeroquehicieron fuequemar las casasde los fascistas,unmontónel

primerdía;mientrassalíamosalacarreterageneralenloscamionesvestidosyademilicianosyhastaenganchadosalcuellodeloscompañeros,veinteotreintaencadacacharroyarmadosconloquehubiéramospillado—espadas,cuchillos,fusilesdeCuba…¿quémásdabasiloquequeríamoserahacer la revolución?—. Saludábamos con el puño a quienes nos miraban yllevábamosbanderasdeCNT,FAI,UHP,UGT.Lascallesvacíasyhumeantesse llenaron del rojo de las telas.Y también de la sangre. Pronto, elGobiernoordenó cambiarlas por las de la República: los países democráticos decidiríanquiénganaríalaguerrayloquesedefendíaenEspañaeralalegalidad.LosdelaCNTy laFAIescribieroncon tizaen las iglesiasy losconventos«respetad lapropiedaddelpueblo».Yanovolvieronaarder,losqueestabanenpie:elnuevocomunismo libertario los necesitaba para reunir a la clase obrera o, también,como fastuosos cines. Esto ya lo han contado otros, lea, lea… Lea lostestimonios. Pero no es esa versión la que quiere, ¿no? Quiere la de quienescallamos.Yoledoylamía,aunqueesraroqueleinterese,laverdad…Y sí que hubo incontrolados, claro que los hubo; sobre todo al principio,

aunque luego algunos siguieron por su cuenta. Y, por cada uno de ellos,pagamosdiezmildenosotros.Que,durantemuchosaños,alaqueaalgunodelosotrosseleantojara,terminabasenunmuroconuntiroporlaespalda…Quévalientesqueeran…Lodelascunetas,yacomoquedamalaimpresióndecirlo:laspalabras, de repetirlas sinquenadiehagacaso a su significado, se aflojan,pierdensuidentidadydejandeservirparaexpresarse.Comounagomaqueconeltiempoyanosujeta.Sí:ojaláhubieranjuzgadoalosasesinosrojos,atodos.Atodos…Desdeque

el Gobierno de Giral repartió las armas a los sindicatos, hicieron muchasburradas,asíquecreamoscomités,aversihabíaformadeponerordenenalgo.Habíaparaelegir:deguerra,detranviarios,detrabajo,deagricultura,deprensa,delSocorroRojo,debancos,demilicias…Almenos,lointentamos…SeformótambiénelComitédesaludpública,paradepuraralosfascistas,yalgunosdelosque estaban en él enloquecieron: asesinaron a médicos, curas, catedráticos,

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marqueses, banqueros… Si los ricos hasta se quitaron las corbatas y lossombreros caros, y empezaron a ir andando a todos lados.Eso de la «JusticiaHistórica» causómuchosmuertos; aunque unos pocos, los demedio quilo dehumanidad,loquequeríaneravenganza.Venganzacontrasuspatronos,quenostrataronsiemprecomobasura.Yomemetíenunodelosgruposdelcomité,queasaberdóndeestabasmás

seguro.ConmigosevinieronAntonioyJoaquín, losdossindicalistasdeUGT;un chófer anarquista y otro que habían dejado salir de la cárcel y que robabatodoloquepodía.Senosunióunguardiacivil.Detodosmodos,alamanecer,lasacerasestabanllenasdesuscadáveres.Aunquetambiénasesinabanaplenaluz, delante de niños ymujeres.Algunos hasta bromeaban al ver losmuertos.Quiloycuartodehumanidad,somos.Peroeseveranofueelpeor:nohabíatranvíasnitaxisnicomida,nosepodía

compraren las tiendas,elhospitaldecampañalodestrozaron.Llevabanmesesbombardeándonos para desmoralizarnos: los cuarteles, los polvorines, losdepósitos de combustible… Y no solo eso… Los franquistas atacaron elmercado. Estaba lleno demujeres y de críos. Queipo no paraba de decir queMálagaestabaplagadadesusespías,asíqueenrevanchasededicaronasacardelacárcelalosquecreyeronsospechososy,sinmás,losfusilaronensusmuros.A más de ciento ochenta franquistas asesinaron así, solo entre agosto yseptiembre. ¿Esos eran culpables de los asesinatos que cometían los suyos?Muchos señoritos murieron entonces, después de los bombardeos. Claro, quéesperaban,¿quelosvitoreáramos?Fuimosaporellosyaquienespillábamos…,pues ya sabe. Eso no podían evitarlo ni los tribunales ni los llamamientos alordendelossindicatos.Pero la venganza no resarce de la desesperación, se lo puedo asegurar.

Enseguidavimosquenohabíanadaquehacerporrecuperarloquenoshabíanrobado. Yo lo vi, al menos. Aunque soy, como casi todos, quilo y cuarto dehumano.Por eso, cuando ganaron, deberían habernos juzgado a todos.Y no como lo

hicieron,enfarsasdejuiciosytodosfusilados.Esonoesjusticia,esoesquiloycuartodehumanidad, ni ungramomás.Ojaláhubiesen juzgado también a losquemataron a los ochenta fascistas en la Harinera de SanMartín, cuando elcapitán Villalba salió huyendo; allí les tendieron una emboscada. La milicia,obrerosyhastapadresdefamilia,desquiciados,losasesinaronatodos.AllíestabalaseñoraÁngela,lamadredeMateo.Esaesdequienquieresaber,

¿verdad?Pues yo le cuento ahoramismo…Yohabía trabajado para ella y su

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hijo.Lamujerhabía ido a laHarinera a reclamar sus sacospara la panadería.Racionada,perotodavíahabíaharinadetrigo.Algunosdelosqueentraronallíala fuerza la acusaron de que el Jacinto, el hijo de la Lourdes, había ido a sutahonaatrabajarynohabíavuelto;lamadredijoquenohabíapodidosermásque allí donde el joven se hubiera perdido por alguna razón que nadie sabíaexplicar.Acababandeasesinarasuúnicahijaenotrobombardeo.—Yosiemprehesidounamujerjusta—dijolaseñoraÁngela—.Nosédónde

estáJacinto.Acompañadmeamicasa,decidmedóndequeréisbuscarloyosabrolaspuertas,yhasta losarmarios.¿Quépodríahaberhechoyoconunmocetónasí?¿Quémalmepodríahabercausadoelchicoparaquelehubieseperjudicadoenalgo?LaseñoraÁngelateníaunavozsuave,perounoscojonesbienpuestos,losque

suhijonotuvonunca,elseñoritoMateo.QuetodoelmundosabíaloquehabíapasadoconlaFernandayloqueélhizo.EnlaHarinera,hastallegaronapelearseporquenosabíanquéhacerconlaseñora.—¡Matadla, tiene quemorir con los demás! ¡Que Jacinto no ha vuelto y ha

dejadoasupobremadresola!Tenemosquehacerqueconfiese…¡Encañonadlayveréiscómoconfiesa!—gritóuno,enfervorecido.Yo lo conocía, era delComité de saludpública.Lohabía visto antes, en un

juicio oral del Tribunal Especial que creó elMinisterio de Justicia deMadridpara intentar evitar las ejecucionesdederechistas.En lugarde asesinarlos, losjuzgaban.Elquegritabaahorahabíaaparecidoconotrosdelcomitéenlacausacontraunseñoralqueacusarondetraiciónporqueencontraronescondidasensucasaadosmonjas.Entraronalasalaconlaspistolasenaltoeinterrumpieroneljuicio. Exigían que declarasen culpable a aquel tipo. El jurado dijo que erainocente, pero los del comité esperaron a que lo condujeran a la cárcel, losacaronarastrasyledieronelpaseíllo.Otromásdelosqueaparecíanmuertosenunaesquinaalalba.MeaterróveraldelcomitéenlaHarinera.Esasejecucioneshabíanidoamásconcadabombardeodelosfachas.Lagente

lo quería, de verdad, como si la locura se contagiara. Fue elmayor error, nopararlosderaízdesdeelprincipio.Pero¿cómounanarquistaibaaobligaraotroaquecumplieralaley?Esoibaencontradeesosbestias,quemuchosloeran.Aveces, en esos juicios había jueces de verdad, profesionales, que intentabanretrasarlainstruccióndelsumario,paraquenosellegasealjuiciooralconlosjuradospopulares,enelquesedictabanmuchasmáspenasdemuerte.Entodaslasguerrashayperturbados.Yofuiaverdóndetrabajabanlosdelcomité,enlaplantaprincipaldeledificiodelantiguoBancoCentral.

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—Hedichoquelaviejatienequeirconlosdemás,¡ahoramismo!—gritóeldelaspistolas.Muchos lo apoyaron. Tuve la seguridad de que iban a matar a la señora

Ángela. Y no hice nada por impedirlo.Me quedé pasmado,mirando: quilo ycuartodehumanidad,ya se lohedicho.Meacojoné.Noséexplicarlodeotromodo.Otrohombregritó:—¡Peroestáisgilipollasoquéospasa!Queestamujertehadadotrabajoatiy

a tus hermanos —dijo gritando— y siempre os pagó bien, ¿o no? ¿Alguienpuededecirlocontrario?¿Algunodelosqueestamosaquítienealgoquedecirencontradeella?El que hablaba era elManuel, jornalero deCampanillas, que ahora formaba

parte también del Comité de ayuda a los refugiados. Yo lo conocía de lasreunionesdelsindicato.FueunoporunopreguntandoacuántosdeelloshabíahechomallaseñoraÁngela.Yunoaunofueronbajandolacabezaonegando.Aellalaterminaronsoltando;alaseñoraÁngelasí,alosdemáslosmataron

en laHarinera.Ochentade losotros,ochentahombresdesarmados.Esquenopuedo dejar de repetirlo…Nome quito de la cabeza sus gritos, sus caras, elruidodeloscráneosalpegarcontraelsuelo.¡Pom!¡Pom!¿Nopensaráquemegustóaquello?Noseleocurrapensarlo…Quiloycuartodehumanidaddebajodelpellejo, tenemos.Yomequedéobservandoespantadocómo losmatabanaunotrasotro.Tampocoasesinéanadieasangrefría,perosíayudéadetenerlosymirémientraslospaseaban.Ynuncahicenadaporevitarlo.Nohicenada…Espere,porfavor,espere…Siesqueyoeramuycríotodavía,quemeapuntéalamiliciaporligar,queme

engañómi hermano: «Vente,Bernardo, que lasmozas se abren de piernas encuanto te ven con el uniforme de algodón tan nuevo y el brazalete rojo». Y,ademásdesermentira,porquelasmozasnoestabanparaabrirsedenadasinoteníanparacomer,esqueesunabarbaridad.Peroyoerauncrío¿entiende?Yéleraunidiotaquesepensabaqueesarevoluciónquetantohabíadefendidoibaatirarpalante.SihastalassandíasenlosmercadossemarcabanconlasinicialesCNT,FAI,UGT.Él era amigodeunode losveintedelComitéde enlace.Alfrente de ellos, el gobernador, que nomandaba y estaba ahí de pasmarote. Yenseguida,encuantoFrancodijoaquíestoy,lossindicatosylospartidoscrearoneldesastredemiliciasqueformamos.Menudarisadaban,sinofueraporquelamayoríamurieron.Ymenudamierdadeejércitoquecreamos,déjemequeselocuente.Eraloque

sepodíaesperar,sinexperiencia,sinsaber,sindisciplina,cadaunodesupadrey

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de sumadre:mihermanoanarquista; el Juan, socialista; loshermanosOrtega,socialistas;yo,tontoperdido;yasí…Nohabíaformadequehiciéramoscasoanadie,nialcomisariopolítico,nialosmilitaresdeverdad.Sedesesperaban,seiban,volvían,nosgritaban…peronada.Yademáséramosmuypocos, apenasdoce mil, muchos sin fusil y, los que lo tenían, se quedaron enseguida sinmunición, si es que llegaron a verla. En plena sierra, íbamos en mangas decamisayalpargatas.Unarisa…quedamuchísimatristeza.Losfascistassíqueteníanunejército,sololosvoluntariosformabanyacinco

regimientos de infantería, pero además tenían cuatro compañías de tanques,autos blindados,motoametralladoras, un grupo de artillería ymás.Y desde labasedeTabladalesenviabanavionesdebombardeo,cazayreconocimiento.Sinembargo, nosotros… Ninguna de las ciudades republicanas tenía cañonesantiaéreos,sinrefuerzosyconunosyotrosdelmismobandomatándoseporlascalles, ¿qué podíamos hacer? Nadie se ponía de acuerdo, los comités de losmarinerosdelaflotaylaadministracióndelaciudadestabanalagresca,igualquelosdelaC.N.T.yelPartidoComunista.Al principio, losmilicianos ni siquiera nos organizamos en el recién creado

EjércitoPopular,ylosanarquistas,yasesabe,noadmitenórdenesniautoridad,¿cómoibanaacatar lasdeunsuperior?Unejércitodepacotillaeraelnuestro,queniconstruimostrincherasnisenosocurrióbloquearlascarreterasparaquenopasaran los legionariosy los italianos.Queesonoeradehombres, sinodegallinas. Solo algo tenían claro todos: cada vez que el puerto era atacado,sacabanavariosdelbuqueprisiónenelqueserecluíaamásdemediomillarderehenesdederechasylosejecutaban.Nicuartoquilodehumanidad.Apenasunpuñado.Pero no se crea que no luchamos, que sí, a mí me tocó en Ronda, allí

resistimos. Ellos volvieron a atacar bajando hacia Ardales, Alcora, Monda yCoín.Cadavezeramásdifícil contenerlos.Elcincode febrero, trescolumnasfascistas pusieron rumbo a la ciudad; al día siguiente, aviones y barcosbombardearonMálaga,aunqueesoyalosabe.Dosdíasdespués,entraron.Niuntiro recibieronallí.Algunos republicanos intentaronpararlos entreColmenaryVélez… Qué pérdida de tiempo: estaban rodeados. El diez de febrero, losdestacamentos italianos entraron en Motril. Sus pilotos bien que habíanaprendidoenEtiopíaamatarmujeresyniños.Repitieronconlosquecorrían.Ylosqueno,muchosdeellos,notuvieronmejorsuerte.Pero todoeso, lomismoda:ojalánoshubieran juzgadodeverdad.Ojaláme

hubiesenjuzgadoamí.Enunjuiciojusto,conabogados,juradoyleyes;ellosno

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eranculpablesdenuestromiedo.Nadienosjuzgóyalfinalnossentenciaronatodosparasiempre.Asíqueyanopodemosdenunciarquemuchosmilesdelosnuestros terminaron en las cunetas, queEspaña es el país delmundoquemásmuertos tiene sin enterrar y sin identificar, por ahí abandonados como si nohubierantenidounamadreyunpadre.Nopodemos,porque,detantooírlo,nonospareceelcrimencontralahumanidadquejamásdejarádeser.Enlavidaheoído criticar que los aliados mataran a muchos nazis en la Segunda GuerraMundial.Nunca.Perolosrojossí,oigausted,cadavezquealguienhabladeunmuerto rojo, salen losasesinadospor los rojos.Ysusmuertosdebíandepesaruna tonelada cada uno, porque, valer, valen mil veces más que los de losnuestros… fíjese, señorita. Fíjese. ¡Coño!, ¿a cuántos de nosotros no nospegaronuntirocontraunparedón?Yno…Nosabeloqueespasarasílavida…Nolosabeyyo,laverdad,nose

lopuedoexplicar,porque siustedno loentiende tan soloporqueyo le cuenteque así fue, es que no lo va a querer entender. ¿Y para qué vamos a andarperdiendoeltiempoustedyyoentonces?Laverdadesquenoséparaquéquiereustedescribirestahistoria,si,enEspaña,losquenopasanosemolestancuandoalguien les recuerda aquello, ya tienen su opinión y nada les va a hacercambiarla.Esdelocos.Créame,loes.Unocreequetienerazónyentoncessusorejassecierranparalosargumentos

de los demás. ¿Y a mí qué cojones me importa lo que hiciera mi abuelo enMálaga? ¿Qué cojones le importan a nadie losmuertos, los de unos y los deotros?¿Quécojones le importananadie loscrímenesdeesedictadoryde lossuyos durante décadas? En las guerras todos matan… ¿Y cuando se acabansiguen matando? Es lo normal, sí, debe de serlo. Así que déjelos a todosdescansarenpaz.A mi hermano lo desgraciaron los moros: le cortaron la cabeza de un

machetazo;bajabancorriendodelmontecomoposesosysellevabanpordelantea todoelqueseencontraban,vistierauniformeobatadecola.Yovicómosucabezaseseparabadesucuerpo.Mequedéparalizado.Nilloré.Solocuandolosoí gritar, eché a correr.Corrí, corrí y corrí hacia el único lugar que no estabatodavíaenmanosdelosfascistas.Conocíabienlasierraysuscaminos…Simihermanoyyoéramospastoresdeovejas,cómonolosíbamosaconocer.Ojaláhubiéramoshecholoqueotroscomonosotros,tirarparaelmonte.Peronosotrosnoshicimoscomunistasoanarquistaso loquehiciera falta.Ynosfuimosa lamilicia,adefenderMálagadelfascismo.

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LacabezademihermanocayóalsuelocomounagranadamadurayyoechéacorrerysoloparéalllegaralcortijodeLaGórgora.Desdeallí,seveíalapiladegente que huía y a los milicianos que corrían tan espantados como yo, y losbarcos aproximándose a la playa.Me dieron comida y un caballo, y comí, apesardelodemipobrehermano,comí…Siesquesemesaltanlaslágrimas…Sigo,sí, sigo…ComieronconmigounosdeVélezquehuíancon tresburrosyseishijos;aesosmelosencontréluegoenAlicante,llegaroncuandotodavíaerazonarepublicanaylespusieronunranchodegarbanzos,losbañaron,lesdieronmudas para cambiarse. Luego, cada niño se fue con una familia. Perosobrevivierony,enelcampo,tuvieronconquéalimentarse.Lamayoríanotuvotantasuerte.Miremihermano.Losdelcortijoeranbuenaspersonas.Esomehizopensar,porquelodeserun

cobardeesunasco.Laculpasetemetecomounretumbarenelcocoytehaceestallarlacabeza.Yonopodíadormir.Habíahuidosinluchar.Asíquebajédelmontealacarreteraaayudarenloquesemeocurrió.EchéunamanoaalgunasdeesaspobresmujeresquellevabantantoscríosacuestascomopodíansoportaryluegolasguiehastaAlmeríaporotrocaminomásseguro.Entrelasmontañas.Pocosconocíancómoir.Me sorprendió ver entre las que corrían a la Isabel, la nuera de la señora

Ángela,conesatripa,yasuhija,laAzucena,lasdosenmediodelacarretera.Yapuntoestuvedeirabuscarlasyllevarlasconlasotrasquemesiguieron,peromesentímezquino,mediomiedoenfrentarmeaellas.YoestuveenlaFábricadeHarinasy,silaseñoraÁngelanohubierasidocomoera,yonohabríamovidoundedoparaquenolaasesinaran.Agachélacabezaylasdejéenlacarretera.Entonces seguí con las otras y con sus hijos por los caminos protegidos de lametralla hasta que vimos Adra a lo lejos. Y la Isabel y su hija no sé si sesalvaron porque justo entonces volvió una escuadrilla de aviones y ellasentonces estaban abajo, junto al mar. Aún lo pienso a veces… que las dejétiradas.Quedejétiradaatantagente.Imagínese…yonopudedescansarenesoscuarentaañosnipuedoahora.Yo

necesitoquejuzguenalosanarquistasquemataronalosdelaHarineradeSanMartín;ylosqueasesinaronalosmilypicosospechososdeespiarparaQueipo;yalosdelaschecasdeValencia,BarcelonayMadrid;yalosdeParacuellos;yalosqueviolaronalasmonjasyasesinaronaloscuras;yalosquequemaronlasiglesias y sacaron las reliquias y nos arruinaron el patrimonio artístico parasiempre;ytambiénalosquedesertaronydejaronahítiradosatantosviejosyatantos críos y a susmadres.No importa que ya los fusilaran o los asesinaran

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cuandoFrancoganó,esonoimporta:quelosjuzguenenunjuiciojusto.Yquemejuzguenamípornohabersabidoevitarlo.Quenojuzgarnosanosotrosleshadadolaimpunidadaellosochentaaños.Hayquiendicequeeltiempoeselmejorjuez.Yocreoqueeltiemponoesnijuezninada,quesolosirveparaqueseteolvidellorar.Quiloycuartodehumanidad.O,yaselodigoyo,niciengramos.

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CAPÍTULOVI

Cuando los demás comenzaron de nuevo a chillar, Martina y yo habíamosconseguidoquenuestrasmadresnospermitieranseguirlasdesdealgomásarribadel camino: por la carretera, la escena era incluso más terrible. Cada ciertotiempo lasveíamosmirarhaciadondeestábamos,gritabannuestrosnombresyesperabanquerespondiéramosparacerciorarsedequenonoshabíamosperdido.Nosécómolologramos,creoquesesentíanaturdidasporloqueyahabíamosvivido,porqueotrasfamiliassellegaroninclusoaatarentresíparanoperderse,siteníanlasuertedeencontrarconqué.Sinembargo,enseguidaloschillidossecontagiaron con mayor rapidez, como las ondas de las barquichuelas depescadores en aquel mar inmenso, desde tan lejos que no veíamos dóndeempezaba la marabunta de personas que ya habían echado a correr en todasdirecciones. En su huida casi todos soltaban lo que les definía, lo que habíanqueridoconservardesímismos.Ynohaynadamásmíseroqueelquelosmásmíserostenganquedeshacersedeloúnicoquetienen.Loquequedabatiradoenlacarreteramostrabaquiéneseran,aunquenoloqueeran.LosgritosseintensificaronyMartinayyovolvimoslavistaalcielo.Hacíafrío

ylasnubesgrisesqueloencapotabansemovíandeprisacomopresagios;quizálloveríapronto.Peronovimosaviones.—Martina,Azucena,¡bajadahoramismo!Entrelosalaridoslleguéadistinguirlavozdemimadre.YMartinayyonos

quedamos paralizadas cuando conseguimos comprender: un barco gigantescoavanzabaatodaprisahacialaplaya.Eracomounanimalfuribundo,desbocado.Desdeallí, entre laHerradurayAlmuñécar, vigilaba el único lugarpor el quepodríamoshaberescapado.Ynodejabadedispararsuscañoneshacia lacurvadelacarreteraporlaquetodosteníamosquepasar,elevada,cerrada,imposibledesortear.Seconvirtióenunatrampa.Laúltimapersonaalaqueviantesdequelos marineros comenzaran a ametrallarnos desde la cubierta del barco que sehabíacolocadojustofrenteanosotrosfueamimadreviniendoatodaprisahacia

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mí,entrelosdemásquecorríanespantados.Elacorazadohabíallegadotancercadelaorillaqueveíamosreírseasustripulantescuandonosdisparaban.Inclusolohacíanconsuspistolas.Comosipracticaseneltiroalpichónunamañanademisaysol.Martina me agarra de la mano y tira. A nuestro lado caen dos mujeres

alcanzadasporlosfogonazos.Lasigoensuhuida.Ellameguía,entrelasrocas,mientras las bombas silban y terminan explotando a lo largo de la carretera.Subir más es imposible, algunas piedras gigantescas se desploman cerca.Entonceselsuelosehundedebajodemíy,aterrada,echolavistaatrás,hacialacarretera,enbuscademimadre.Enseguida,Martinameaferradelbrazoymearrastraconella.Nomehicedaño:másquecaer, fuideslizándomepor laparedarenosahasta

llegaralfondodelhoyo,detrásdemiamiga.—¿Estásbien?—gritaMartina,ysuvozsuenaextraña,gutural.—Nosé…Nosésiestoybien—ledigo,tocándomelaspiernas,losbrazos,al

tiempoquepiensoque,simehubierapasadoalgo,medoleríaalpalpar.Detodasformaselmiedomeparaliza,nosoycapazdelevantarmeyapenasse

vedóndeestamos,aunqueelfríoerizalapiel.—¿Ytú?¿Cómoestás?—lepregunto,sinpodercreerqueestéilesa.—No, yo estoy bien… de veras. ¿Crees que aquí llegarán las bombas,

Azucena?Desdeque conocí aMartinamehabía sorprendido conqué facilidad llegaba

siemprealmeollodelascosas;nolohabríadichoasíenesemomento,pero,enloesencial,esomefascinabadeella.Mequedépensando.—No.Creoqueno—reconozcoalfin,aliviada—.Aquíabajoserámásdifícil

quenospasealgo.Tendríamosunamalasuerteespantosa.—Entonces,podemossentarnosadescansarunrato,¿nocrees?Yaestoyharta

detantoandar.Se sienta.Yomiroal cielo a travésdel agujero.Allí, almenos,nopodemos

correryesomeparecemaravilloso.Mesientoasuladoeintentonopensarenlased que lleva un tiempo empastándome la boca y en el dolor de pies que loszapatosdemiabuelameprovocan,yvuelvoaapretar lamanodeMartina.Susuavidadmecalma.Nosacurrucamosenseguidalaunajuntoalaotra.Yosigomirandoarriba,al

orificio en la tierra por donde caímos. Es muy estrecho y está rodeado demaleza; aunque hubiéramos tenido más cuidado de por dónde pisábamos,podríamoshaberresbaladoigual.Pareceunazanjadeunaantiguaminao,quizá,

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una poza, seca ya. A simple vista, las paredes resultan demasiado empinadasparaquepodamossalir.Pero todo eso nome importó.Me agarrémás fuerte a lamano deMartina,

cerré los ojos y recé para que mi madre y la suya encontraran la forma deescaparsedelasbombasotravez,paraqueelbarcodejaradedisparar,paraquelagentenogritaramás,paraqueelmundovolvieraasercomonohacía tantotiempo,unlugarenelqueMartinayyojamásnoshabríamosdadolamano.—¿Tienesmiedo,Azucena?—No—miento.—Estamosjuntas,nopuedepasarnosnada.—Claroquepuedepasarnos.—¿Túconfíasenmí?—mepregunta,altiempoquemeponesusdosmanosen

losmofletes.Mesentíextraña,megustabatantoesaniñaquehubieracreídoenellaincluso

simehubiera dichoquepodía saltar hasta la lunadesde allá abajo.Donde, almenos,pormuchoquemiré,noviningunarata.—Acabo de conocerte, pero… creo que sí. Nunca había tenido una amiga

comotú.Nadiemehabíasalvadodelamuerte.Sí,claroqueconfíoenti.—Puesesoestodoloquehayquepensar.Notengasmiedo,novaapasarnos

nada.Yanuestrasmadrestampoco.Ellasestaránbien.—Perotienesqueprometermeque,cuandosalgamosdeaquí,haremosalgo—

leruego,tanseriacomopuedo.—¿Yquéesesotanimportantequedebemoshacer,Azucena?—Volveralcolegiode lasCarmelitas.Hayqueenseñarlesa lasmonjasalgo

queellasdebíansaberya.—¿Qué?—Quelasescalerasnosonpupitres—ledigo,enojadaconlahermanaMaría

de lasMercedes como nunca lo he estado—.Que tú eresmás lista que yo ytienesderechoasentarteenunasilla,comotodoelmundo.—¿Loharemos?—Claroqueloharemos.Cierrolosojos.Acariciosumano.Rezootravez.Necesitoqueningunadelas

bombasquesiguencayendosincesarhagadañoamimadre.PeroyanoleruegoalavirgendelCarmen.Alládondeestémimadre,esaellaaquienlerezo.

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CAPÍTULOVII

Cuando dejé de oír los estallidos, abrí los ojos. La mano de Martina estabasudorosa.Ylasdosseguíamosconvida.Ellamemiróymeimaginésusonrisa.Estamosenpenumbra,perounhilodeluzsefiltraenunalíneainclinadahastaelfondodelpozo.Losgritosseagudizanporencimadenuestrascabezas.Imaginoamimadredesesperada,buscándomeentretantosotrosquehabráncaído;aesosno quiero volver a imaginarlos. No entendí por qué nadie hacía nada paraimpedirquelosavionesylosbarcosnosmasacraran,¿acasoenelotrobandonolosteníantambién?¿Quéestabaocurriendoquenopodíanvenirasalvarnos?Miabueladecíasiemprequetodavíaeramuyprontoparapensarqueganaríamoslaguerra, quemediaEspaña era aún leal alGobiernoRepublicano, así que ¿porquénoveníanaayudaralossuyos?Aúnnohabíaoídolaexpresión«dejarenlaestacada».Ahoratodoresultamásfácildeentender.MeaferroaMartinayellamerodeaconsusbrazos.Hueleatierraremovida,a

humedad.Avecesnosllegauntufoacieno.Permanecemosasímuchotiempo;mientras,alescucharloschillidosapenasatenuadosporlatierraquenosengulle,me dan escalofríos que me hacen temblar; pero el calor de Martina mereconforta,notarlaallí,amilado,supechojuntoalmíoysunarizrespirandoalmismoritmoquelamía,hacequemesientamuchomáscercadeelladeloquehabíaestadonuncadeningunaotrapersona.Mimadremeaseaba,mevestía,mepeinaba y me daba un beso. Luego caminaba hasta el colegio, escuchaba lalección, cuando tocaba la campana corría al patio, me reía, y, antes de losbombardeos, a la salida de las clases jugaba con mis compañeras y nosdemorábamos todo loquepodíamosenponer rumboa casa.Pero jamáshabíasentidoantesesasensacióndeestarcercadeverdaddeningúnserhumano.Nisiquieraimaginarmeamimadrefuera,buscándomecondesesperación,me

obligaaapartardemimenteydemicuerpoesosinstantesefímerosdebienestarporque alguien igual que tú está sufriendo lo mismo, pero aun así te intentareconfortardetudolorydetumiedo.

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—Tenemosquesalirdeestehoyo.Diceella.Yseapartademídesopetón.Miraarriba.Señalaelagujerosobre

nosotras.—Jamásnosveránaquíabajo.Mimadrevaavolverseloca.—¿Creesque…?—lepregunto,recordandoderepentealamíayloscadáveres

quepoblaronlacarreteraenelanteriorbombardeo.—Puesclaroquesí.Niseteocurraimaginarotracosa,¿deacuerdo,Azucena?

Claroquesí.—¿Ycómovamosasalir?Martina no se lo piensa dos veces. Se agarra de una raíz que sobresale por

encima de nuestras cabezas e intenta trepar.Yome coloco detrás de ella y laempujoporlaespalda.Resbalaenseguida.—Inténtalotú—meanima—.Eresmásaltaytendrásmásfuerza.Lo hago. Me cuelgo de la raíz y doblo las piernas todo lo que puedo

procurandoescalar,altiempoquemeimpulsohaciendopresiónconlosbrazosyellamesujetaporlacintura.Mearañolosmuslosylasrodillas,yresbalo.Sientolospiesaprisionadosdentrode loszapatos.Medescalzoyvuelvoa intentarlo.Peroesinútil.Martinasesienta.Frunceelceño.Creíqueibaallorar,perosolomehizouna

señaparaquemesentaraasulado.—Tenemosquepensar.Laobedezcoymehagounovillojuntoaella.Meduelenlaspiernas,lospies,

las manos… pero a su lado sigo sintiendo una especie de energía que mereconforta.Miroelcírculoporencimadenuestrascabezas.Lapareddetierrasedeshace

encuantointentasapoyarteenalgúnlugarparahacerpalancaylevantarlaotrapiernahastaunpocomásarriba.Martinamiraanuestroalrededoryselevanta.Cogeunpaloalargadoyloapoyacontraelsuelo.—Nosirveparanada,sequebrará—ledigo.Peroellasecolocaamiladoysiguemirandoarribasinhacermecaso.—A ver… ¿Puedes levantarte un momento? —vuelve a pedirme instantes

después.Lohagoyespero.Ellaelevaelpaloporencimademicabeza,miraaloaltoy

lotiraalsuelo.—¿Túsabesloqueesunbastardo?—mepregunta.Lamiroextrañada.—Nopongasesacara.¿Túsabesloquees?—vuelveapreguntarme.

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—Creoquesí—lerespondo—.Cuandonosabesquiénestupadre.—¿Túsísabesquiéneseltuyo,Azucena?—Puesclaro.—¿Ydóndeestáahora?—Enlaguerra.—Meduelepensarenél;derepente,loechodemenos,deseo

queaparezca,quemedéunodeesosabrazosquemeconsolabancuandoalgohabíaidomaly,consugranfuerza,mesaquedeaquí.Élpodría—.¿Eltuyonosehaidoalaguerra?—aciertoapreguntarleaMartinaantesdequesemenoteelagobio.—Nolosé.Ahora,supongoquesí.—¿Yporquénosabesdóndeestá?—¿Tegustaelchocolate?—mepreguntaella.—Mucho.—Yonuncaloheprobado.Mimadredicequeesunadelascosasmejoresy

más ricas que ha hecho Dios, pero yo digo que, si Dios hubiera hecho elchocolate,dejaríaquetodossushijosloprobáramos,¿nocrees?—Supongoquesí…—AunqueDioshahechoalospadresynopermitequetodosloshijostengan

uno.Noséquédecir.PeroMartinacontinúa.—Yotengoqueprobarelchocolatealgúndía.¿Túmeayudarás,Azucena?—Puesclaro.Cuandovolvamosacasa te llevaréconmiabuela.Ella tedará

dosonzas.Siempremedadosonzasparamerendar.Dicequemás,no,quenohayquecomerdemasiadodelascosasricas,paranoacostumbrarse.—Puesamímegustaríaacostumbrarmealchocolate.Mecomeríacienonzas

enunasolatarde.O,mejor,doscientas.Seechaareír.Yomeríoconella.Lasdosnoscarcajeamoshastaquesenos

saltanlaslágrimas.Todavíanohellegadoaaveriguarsielserhumano,cuandoestáparalizadopor

elmiedo, tiendemása lloraroareír;creoquecadaunodenosotrosreaccionaante el pánico de unmodo diferente. Pero ella y yo estábamos sincronizadas.Dentrodeeseagujerodesdedondenopodíamosveranadie,aunqueseguíamosescuchandosusaullidos,lasdossufríamosdelamismaforma.Yreímoscomosihubiéramosenloquecido.Cuandosenospasóelataque,teníamoslosojosllenosdelágrimas.Ellamecogiódelasmanos,comohacíamimadrecuandoteníaquedarmeunamalanoticia,comoquemipadresehabíaidoalaguerraynosabíacuándovolvería.

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—Yasécómosalirdeaquí,Azucena.Podemoshacerlaprueba…aunquenosésifuncionará.—¿Gritamos?—Inténtalo,aver…Lohago.Chillocontodasmisfuerzas.Ellamesigue.Lasdosgritamoshasta

desgañitarnos.Luego,esperamos,conelcuellodobladohaciaatrásparamirar,esperanzadas, hacia el agujero. Pero no hay nadie ahí arriba. Y los alaridosdesesperadosdelosotroscontinúanmásestridentesquelosnuestros.—¿Sabes?Mimadreme había hecho un vestido nuevo paraCarnaval—me

dice—.Eramuybonito.Rojo, con lunaresblancos.Nuncamehabíahechounvestidoasí.Sequedóenelsalón,conmiotramuñeca.Qué equivocadas están las monjas, me gustaría que nos vieran ahora y que

vieranmivestidodelunarescomoelsuyo.—Cuandovolvamos,Martina,lasdosnospondremosnuestrosvestidosnuevos

ybajaremosalaMalaguetaynostomaremosunosboqueronesfritos.Miabueladicequelareinalosmandabatraerasuhabitacióndelhotel,queestáenfrente.Queestánbuenísimos.—Vale,¿yunhelado?Dechocolateynata,delosmásgordos.—Claro,yconfresas.—Eso,conmuchasfresasdelasmuymuyrojas.Entonces sí quemeparecióque el rostrodemi amiga se entristecía.Fueun

instante fugaz, como un batir de alas. Pero ocurrió. Y eso me hizo volver apensarenmimadreymeasaltaronunasganasespantosasdellorar.Mecontuveporqueme convencí de que, si lo hacía,mi nueva amiga se derrumbaría actoseguido.Yesoseríalopeorquenospodríapasarenaquelagujerodelquenadiepodríasacarnosnunca,sinohacíamosalgoenseguida.—Ayúdame,Azucena.Mesubirésobretushombros.Estepozonoestanalto.

Si consigoponermedepie encimade ti, llegaré con lasmanos arribaypodrésalir.Miroalrededoryhacialaluz;ellatienerazón.Silograencaramarsesobremí,

esmuy posible que consiga agarrarse al terreno del suelo.Además, esmuchomás delgada que yo, más ligera. Yo no podría subirme sobre sus hombros,menudosyendebles;sequebraríancomolapajaalpisarla.Siento un pinchazo en el estómago. Observo de nuevo a mi alrededor. Me

aterraquedarmesola.Elagujeronoesmuygrandeenelfondo,losuficientepara

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tumbarse estirada y no dar con las piernas en la pared, pero está oscuro y lassombrassiempremehanatemorizado.Ellalointuye.—No tepreocupes,aquínohaynadiemásque túyyo.Losmalos están ahí

fuera,peroalguientienequeayudarnosasalir.Yyonotedejaréaquí.Volveréabuscarte, aunque sea lo último que haga en este mundo. Eso dice mi madrecuando quiere que yo me crea algo que es increíble. Pero tú sí tienes quecreerme,Azucena.Saldréyvolveréapor ti,aunquesea loúltimoquehagaenestemundo.Meabraza.Vuelvoasentiresebienestarinexplicable.Respirohondo.—Sí —le digo, intentando que el nudo en mi garganta deje de apretar, al

menos lo suficiente comoparaquemeoiga—.Saldrásyvolverás.Noesperesmás.Vete ya. Nuestrasmadres se van a enfadarmucho si no nos encuentranpronto.Nos costó mucho trabajo y mucho tiempo que consiguiera auparse en mis

hombros.Nosésiunahoraomás.Yoestabadescalzaymeresbalabasobreelsueloirregular,Martinanoteníamuchafuerza.Ensuafánporescalarsobremí,metiródelpelovariasvecesyyomeaguanté.Secayódebrucesyentoncesfueellalaque,orgullosa,volvióaponerseenpieylointentódenuevo,sindecirni«ay».Lointentamos,fracasamosydescansamos,ylovolvimosaintentar.Sin embargo, cuando por fin logró colocarse erguida sobre mi cuerpo, me

aterrólaideadequealcanzarasuobjetivo:ellaibaasaliryyomequedaríaenese agujero húmedo y oscuro donde las sombras bailaban, sola, sin agua,agotada,indefensa.Nisiquierapodíasabersifaltabamuchoparaquellegaselanocheosiaúnnoeralahoradelacomida,peroteníahambrey,enlacarretera,lasvocesyasehabíanconvertidoenlamentosapenasaudibles,agotadasporelcansanciooeldesfallecimiento.Quizás, podría ocurrir que ella no fuera capaz de volver, que uno de esos

hombresquenosodiabansinqueyoconsiguieraexplicarmeelporqué,losquevolabansobrenosotrosynosametrallabandesdeavionesenormes,o losotros,los que se reían al dispararnos sobre las cubiertas de sus gigantescos barcos,regresaran y ella no fuera tanmágica comoyo creía.Que las dos hubiéramossobrevividotansoloporqueDioshabíadejadodeexistiryyanomandabasobrenadie,pero,aveces,recobrabasuomnipotenciaynoshabíahechounfavor,porlástima.Porqueélnopodíaestarmecastigando:¿quémalhabíahechoyoparamerecer semejante pena? Aunque, si ella salía, ¿qué sería de mí entonces?¿Cuántotiempoaguantaríaalláabajo?

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No tengo las respuestas, pero la sigo sosteniendo con todas mis ganas, meagarroalasraícesconunamanoyconlaotralasujetoporlostobillosyluegolaempujocontodalafuerzaquepuedoparaqueseencarameyseafianceafueradelagujeroalmenosconunodelosbrazos.Martinaconsiguesalir.Laveoasomándosedesdearribaparamirarme.—¡Notepreocupes,Azucena!Teprometoquevolveréabuscarte.¡Piensaen

elchocolate!Melanzaunbesoysurostrodesaparecedemivista.Continúomirandohacia

la luzmucho tiempo, hasta que el cuello llega a dolerme tanto que tengo quebajar lacabezay,alhacerlo,meduele todavíamás.Mesientoenelsuelo,merecuesto contra la tierra húmeda, pongo las manos sobre la tripa intentandocalmar los retortijones y me chupo los labios resecos; al cabo de un tiempoindefinido,mequedodormida.Soñéconella,lasdosjugábamosalasmuñecasenelpatiodemiabuela.Entre

geranios, jazminesymarialuisas.El solnosdabaen lacarayolíaaverano, atarde de fiesta, y bajo los nísperos, los gatos jugaban; madre e hijos seperseguían. Ella me sonreía y me tendía su mano. Cuando yo conseguíaagarrarla,semeescurría.Siempresemeescurría.

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CAPÍTULOVIII

Mimadrey ladeMartinahabían sobrevivido.Milesde sereshumanos fueronasesinados en la carretera de la muerte, pero otros muchos miles lograronsalvarseyellashabíansidodelasafortunadas;consiguieronesquivaraladamadelaguadaña,comolallamabaamenudomiabuelaÁngela.Nadielohacíadeformaconsciente,nadiesabíacómolibrarsedelimpactodevastadorenlacabeza,en un costado, en la pierna. Algunos, simplemente, cuando los trimotoresviraban y volvían a poner rumbo al mar o los barcos dejaban de lanzarandanadasdemetrallaydebombasaloscaminantesindefensos,seencontrabanintactos.YdabangraciasaDiosolomaldecíanporseguirconvida,según.Losagraciadosporlafortuna,cuandosecercioraban,incrédulosyasombrados,

dequehabíansalidoilesos,selevantabanyseapresurabanabuscaralossuyosmientras los heridos se lamentaban y gritaban o lloraban, sin que nadie sedetuvieraaatenderlos.¿Quiénhabríapodido?Losquehuíanporesacarreteranohabíantenidomediosparairseantes,nohabíamédicosnienfermerasentreellos;eran lavanderas, pescadores, modistillas, jornaleros, albañiles; impedidos,enfermos, desahuciados o abandonados; niños,mujeres y ancianos, casi todos.Demoniosrojos,tuviesenideaspolíticasenrealidadono…Ynadieseparabaapensarporqué,cuálhabríasidoelpecadocometidoporeldeal ladoparaquehubiesecaídofulminadoporunaesquirlademetrallaenelcerebro,enelpecho,enlabarriga;desmembrados,tullidos,conheridastangravesquesobreviviríantansolounashoras,ounosminutos.Quizáapenassolominutos.Era solo la suerte, o lamala suerte, la quedecidía enqué lugar debías estar

parasalvarteoparaquetucabezasaltaraporlosaires.Esoeslavida.Sí.Lavidaessiempreeso.LamadredeIsabelfuedelasprimeras,delasquesalieronilesas;lamía,delas

segundas,aunqueaunasíafortunada:unadelasráfagaslealcanzóenunapierna,peroseguíaconvida.Yhabíacaídomuycercadenuestroagujero,apenasaunoscienodoscientosmetros,perolapendienteleimpedíainclusoverloyelgriterío

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enloquecido de los demás no le dejó escucharnos a mí y a Martina cuandopedimosayuda.Ella,soportandoeldolorysinquerermirarselaprofundidaddelaherida,searrancólamangade lacamisayse laatóconfuerzaunpocoporencima del boquete abierto en su carne. Lo hizo por sentido común, porqueintuyóque la sangrebajabadel corazónyque, si apretaba allí, saldríamenos.Desesperada,sinpodercaminarporculpadeldoloryevitandopensarenlavidaquellevabaensusentrañasyquepodríaestarsufriendoporsuculpa,searrastróhastadebajodeunolivoygritóminombre.Logritóy lovolvióagritarhastaque Fernanda se encontró con ella, allí sentada, con el pelo alborotado y lamiradadesencajada,maldiciéndoseasímismayatodoslosdemás.—¿Dónde están las niñas? ¡Fernanda! ¿Dónde está mi hija?—preguntó en

cuantolatuvolosuficientementecerca.—¿Creesquesilashubieravistonoestaríanaquíconmigo?Nosédóndeestán,

malditasea.¡Malditasea!Mi madre se llevó la mano a la herida. El rictus de dolor la hacía parecer

mayor.Teníatreintaañosreciéncumplidos.Laflordelavida.Deotravidaantesdequeselaarruinaran.Fernandaseacercaaella.Leretirapartedelatelaensangrentadaqueletapona

laherida.Mimadrenosequeja.—Tenemos que limpiar esto o se infectará. Parece bastante limpia. Con

orificiosdeentradaydesalida.—¿Ahorasabesdemédicos?—Siquieres,lodejocomoestá.—Déjameamíyveabuscarlasaellas.Estoybien.—Necesitamosagualimpia.Mejor,desinfectante.Odejarásdeestarlo.Note

muevasdeaquí.Fernandasedacuentadeloestúpidodesuorden,perosealejasinmirarla.A

su alrededor, en todo el espacio que la vista puede alcanzar, una hilera depersonas-hormigas avanza sinmirar atrás, entre cadáveres ymás cadáveres, omoribundosapuntodeconvertirseencadáveres.Ningunollevaencimayanadaquesepuedaaprovechar,muchomenosagua.Empieza a llover, pero Fernanda no tiene nada con qué recoger el líquido

precioso.Yhubieratardadodemasiado.Sigueandandountrechoymiraabajo:casialfilodelmar,unacamionetasehadespeñadoyhaquedadomedioocultapor un saliente en las rocas. Fernanda tiene un presentimiento, o quizá lanecesidadlaimpulsaaseguiresecamino.Conelculoarastras,sedeslizaporlapendiente, teniendo cuidadode no resbalar.Elmar allá abajo es ahoramucho

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máspeligrosoquelasbalas:jamásaprendióanadar.Piensaunmomentoenmimadre cuando eran amigas. Muchos años atrás. Olía a espliego y el aire eralimpio,cálido,vivificador.LaalbercadelcortijodemiabuelaÁngelanocubríamásqueporunodeloslados.Lasdossebañabanallíaveces,cuandoelsoldejusticiaagrietabalapielyquemabahastadebajodelsombrero,peromimadresísabíanadarylaretabaaqueaprendiera.—Venaquí,atrévete,notengasmiedo.Yotesujetaré.Confíaenmí,Fernanda.

Novoyadejarquetepasenada.PerocuandoFernandasedecidióyselanzóalagua,mimadreseapartó.—Venga,túsola,quepuedeshacerlo—ledijo,mientrasFernandasedebatía

porsacarlacabezaynoahogarse.Fernanda tragó agua ese día. Agua verde, que sabía a pantano por tantas

jornadasalsol;apenashabíallovidolasúltimassemanasyellíquidonosehabíarenovado,poresonocubríademasiadoeneselado.Sololosuficientecomoparaqueahoraellaestuvierarecordandoesesaborafangoqueselemetióenlanarizyleprovocóarcadas.Ahora,Fernandallegahastalacamioneta,unadelaspuertasestáabiertadepar

enpar,conelcristaldelaventanilladestrozado;enlasotrassevenlosagujerosdelametralla.Seaseguradequepuedelevantarsesinperderelequilibrioymiradentro. Varios cuerpos que probablemente formaban una familia entera —elpadre, la madre, dos ancianos, otro adulto y al menos tres niños pequeños,cuentasinquerer—seamontonanensuinterior.Asomanpizpiretasdoscoletasintactasentrelascabezas.Fernandaapartasuvistaatodaprisayvomitasobrelaroca.Deseacontodasualmaqueesalocuranoestépasando,quesolohayasidolapeorpesadillaquealguienpodríasufrir.Peroallevantarsesigueenelmismolugarynopuededejardeolereltufodelacarneachicharrada.Setapalanarizysemeteenel automóvil.Rebusca, apartandocon repugnanciayal tiempoconextremadelicadezalosmiembrosdespedazados.Encuentradosgarrafasintactasdeaguayunazamarraconqueso,pan,dossalchichonesynaranjas.Lassacadela camioneta y, sin pudor ya, bebe hasta saciarse de uno de los recipientes yluego lo esconde bien, lo suficientemente lejos del automóvil como para quenadie lo encuentre si busca como ha hecho ella, pero no tanto como para norecordardóndelodejó.Secuelgaalcuellolabolsaenbandolerayagarralaotragarrafa.Debendeserlastresdelatardeyaysiguelloviendo,peroentrelasnubesseve

a veces el sol, llora la luz bajo la línea central del cielo, y su estómago lerecuerdaquellevasincomernadadesdeeldíaanterior.SeacuerdadeMartina.

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Searrepientedenohaberladejadodesayunarcomoesdebidoantesdesalir.Unvasodelecheenpolvosetomó,yniunmiserablechuscodepanduro,aunqueesedíasíhabíaen lacasa;se lohabíadejadoallíJuan,elchicode laAurelia,porquese ibanaAlmeríaynose lo ibana llevar,nopensaronque les fueraahacerfalta.Allísequedó,sobrelamesa.Con ese pensamiento en mente, le cuesta menos arrastrar la garrafa por la

pendientearriba,hastalaalturadelacarretera,intentandoguardarelequilibrioparanodespeñarse.Subetandespacioqueledatiempoamiraratrás,almartanhermoso.Almartanmezquino.Ahoraestáoscuro,recibelalluviacomoquienrecibeelsemendeunmaridoaquiennoama.Susaguasletraenotrosrecuerdos.Dulces,demasiadoparaesemomento.Erasuprimerhombre.Ellasíloamabaaél, nunca ha dejado de quererlo. ¿Dónde estará ahora? ¿Con quién habrádormido esa noche? ¿A quién le habrá hecho sentir? ¿Será fiel a su mujer?Fernandaloapartadesupensamiento,aúnlesiguedoliendo.Devueltahaciadondehadejadoamimadre,secruzaconotrosqueparecen

haberenloquecido.Sepreguntasiellanosepareceráaellostambién,sisucarano exhibirá ya las señales de la demencia. Y se aprieta contra su pecho lazamarraeintentaquelagarrafanollamelaatención.Losheridossuplicanagua.Ella ni los mira. Cuando llega al lugar dondemi madre aguarda, esta parecedormir.Fernandaseasusta.Aprietaelpaso;terminacorriendo.Letomaelpulso.Estáviva.Perolaheridatieneelcolordelaslombricesyyaempiezaaoler.Lemojaloslabiosymimadreabrelaboca.—Gracias,Fernanda—susurra.Ella le vierte entonces unas gotas en los labios y, comonovomita, le da de

beber.Mimadre sorbe el líquido con avidez de pichón. Fernanda espera paracomprobarsureacción.Noocurrenadayparteunpocodequesoyseloofreceacompañado de un pedazo de pan. Corta unas rodajas de salchichón y se lascomenlasdos.Lessabentanbienquecortaalgunasmás.—Comedeprisayveabuscarlas—ordenamimadre—.Yonopuedo;porlo

quemásquieras,encuéntralas.—Nopuedodejarteaquísola,estásmuydébil.Y,sitequedasconelaguayla

comida,telospodríanquitar.Peroyonopodréandarligerasicargoconellas.—¿Esqueno loestásviendo?¿Ono loquieresver?Nadie sedetiene, todos

correnparasalvarse,siacaso,agarranalossuyos.Estoesunacarreracontralamuerteytodosquierenalejarseloantesposible,cuantomásmejor.Nisiquieramemiran.

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—Esigual,alguienpodríabuscarlomismoqueyoheencontrado.Notedejaréaquí sola, Isabel. Deja que piense mientras te limpio la herida. Será solo unmomento.Se rasga la parte de la enagua quemenos toca su cuerpo y la empapa en el

agua.Lapasaporlaheridacoaguladademimadre.Ellanosequeja.Leduelecomosituvierahincadosmilaguijonesenelmusloysientemuchocalorenlasmejillas,peropreferiríamorirseallímismoantesquedemostrarlo.—Sigues siendo igual de dura, Isabel…, y ¿para qué? Esto no sirve, no

desinfecta.Notenemosjabón,nialcoholninadaparecido.—Veabuscarlas.Nadiemevaatocar.MimadreseretiraelrefajoyleenseñaaFernandalapistolademiabuelo.La

queteníaderecuerdodesupadre,militarenCuba.—Novanarobarmenada—afirma,decididaysinhacerniunaspaviento;el

intensodolordelaheridanovaahacerleparecermásdébil.—Tedormirás—aseguraFernanda.—Nomedormiré.Veteya.—Aquínodasórdenes,Isabel.—Por favor,veabuscarlas.¿Esquenoquieresencontrara tuhija?Tendrán

muchahambre.Opodríanestarheridas.¡Malditasea,veteya!Esunmisteriocómoelalmahumanaseresisteaasimilarquelossuyospueden

haber sufrido el mal supremo. Alrededor de mi madre, solo había cadáveres,peroellajamáscreyóqueyopudieseestarmuerta.Yquizásesofueraloquelamantuvoaellavivaentonces.Fernandaterminóhaciéndolecaso,bebiódenuevo,comióunasrodajasmásde

chorizoyunpicodepan,y leofreció tambiénamimadre; luegoescondió lomejorquepudolagarrafaylazamarraentrelaropademimadreyotrasprendasabandonadas que encontró cerca, y volvió a la zona donde nos habíamosseparado.Cadadiezpasosgritabaminombreoeldesuhija,hastallegarapocosmetros del agujero en el que yo, muerta de hambre y de miedo, acababa dedespertarmeeintentabanollorar,convenciéndomeamímismadequeMartinanome abandonaría y de quemimadre removería la tierra si era preciso paraencontrarme.Tampocoamísemeocurriópensarqueellaspodríanmorirpronto.NoséporquénooílasvocesdeFernandacuandoregresócercadedondenos

habíamos separado; quizás yo ya estabamásmuerta que viva o confundí susllamadas con las de los demás. Ella siguió recorriendo la carretera sindesfallecer, sintiendoen el pecho laopresióny la angustiadelmiedoyde lasdudas,hastaque,alcabodeunashoras,exhaustaysinhaberdadoconninguna

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denosotras,desistióydiomarchaatráshaciaellugardondehabíadejadoamimadre.

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CAPÍTULOIX

Tras salir del agujero conmi ayuda,Martina había vuelto a la carretera. Lasnubes se habían retirado y la lluvia dejó paso a un humo negro que olía acombustible, a polvo y a pescado. Ese olor fuerte se metía en la nariz y teimpedíahastapensar.Fueunamañanarara,comosieltiemponosupieraaquéatenerse.Y,aesashorasdelmediodía,cuandoelsolseencontrabaenloalto,apesardeserinvierno,susrayosenlacarayelesfuerzodelacaminatalahacíansudar.Miamigallevabayavariashorassinprobarbocadoysinbeber,yensucabeza la imagen de un grifo abierto lamartirizaba. Y ese grifo estaba en sucasa:sumadreconservabaeltrabajoenlavilla«LaRosaleda»,conlosinglesesque comerciaban con el vino dulce de sus viñedos, que habían sobrevivido alataque de filoxera de hacía unos años. Ellos tampoco habían abandonado supropiedadyhastapretendíanseguirproduciendosuvino.Esteerasupaísahora,decíansirAnthonyandhiswife;Martinasereíacuandolosescuchabahablarenespañol,noentendíaporqué, siellos llevabanenEspañamásde losañosqueella tenía y ella había sido capaz de llegar a entender e, incluso, gracias a suayuda,chapurreabaelinglés,ningunodelosdos,tanseñoritosyquetantosabíande tantas cosas, eran capaces de pronunciar una frase en castellano sin queparecieraqueestaban intentando reírsedequien losescuchabahaciéndolomalaposta.Martinaprocurabanoprestaratenciónalasalmasenpenaquecaminabanasu

lado. Incluso llegó a acostumbrarse a sus quejidos. El ser humano se habitúaenseguidaalsufrimientoajeno,serevisteconunacorazaqueleimpidepadecercuandoesedolornoprovienedealguienmuycercano.Sustripashacíanunruidoespantoso.Eraeltercerdíayadeviajeyllevabaunosincomerysinbeber,asíqueelhambrey la sed laatenazaban.Peroeraunaniña lista:enesapartedelcaminoestabanlasazucareras.Martinasiguióandandounpocomásaprisa.Lascañasdeazúcaraúnestaríanverdesypococrecidas,peroalgosacaríadeellas.Alavezqueseguíaintentandohallarasumadreyalamíaentrelosadultoscon

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quienesseencontraba,empezóabuscarelcañaveralcadavezconmásansia.Notardómucho en divisarlo, a uno de los lados de la carretera habíamuchos yachupando los largos tubos. Se sentó entre ellos y mordió y relamió cuantosquiso,hastaquesaciósusedysuhambreconelcañadú.Tambiénarrancóvariascañasparadármelascuandovolvieraalagujero.Nofuefácil,buscóunapiedraylas machacó, y luego tiró de ellas. Pero tardó mucho más de lo que creía yempezóaponersenerviosaporquesabíaquenopodíademorarseenregresarpormíoseríademasiadotarde.Selevantóyechóaandar,ydeinmediatoadquiriólacostumbredemirardevezencuandoal suelo;entre losguijarrosencontró lascáscarasdeunplátanoylasdevariashabasresecasypisoteadas,ylasrecogiópara mí. Continuó caminando por la carretera como otros muchos niños,gritando el nombre de susmadres, de sus abuelas, de sus hermanos perdidos;avanzandoymirandoalcieloyalmar;temerosostodosdepercibiralgunaseñaldelosavionesolosbuquesinmisericordes.EsedíafueelquepeorpasóMartinadetodoslosquele tocóvivirallí,yno

solo por la angustia ante la seguridad de que los italianos o los alemanesvolverían.Mientrasseguíaenlahileradepersonasqueavanzabancomoalmassinredenciónparalelasalmar,oyóuntiroaunlado,juntoaunrisco.Enseguidasintió otro más y todos los que se hallaban cerca salieron corriendodespavoridos, pero ella se quedó quieta, escuchando. Se había dado cuenta dequeeltironoproveníadelasnubesnitampocodelagua.Sedirigióhaciaallí.Apesar del escozor de las rajas en sus pies, siguió caminando: solo pensaba enencontrar a su madre. Por eso se empeñó en ir donde había escuchado losestallidos, para cerciorarse de que no dejaba ni un cabo suelto. No tuvo quecaminardemasiado:trasunosolivos,sobrelatierrarojiza,dosniñosyacíanconlas sienes reventadas.AntesdequeMartina tuviera tiempode reaccionar,a sulado,unhombreseacercóunapistolaalabarbillayapretóelgatillo.Ellacomenzóacantar:—Enlacarretera,dondeelbellomar,lasniñasbuenassuelenbailar…Conlaspiernastemblorosas,sinapenassentirsecapazdeavanzaracadapaso

queintentabadarparaalejarsedeallí,repitióyrepitiólacanciónparaacordarsedesumadreydesupadre;desuvidatranquila,apesardeltrabajoduro,enlafinca llena de plantas preciosas de los ingleses; de los conejos que a vecescuidaba y de los patos que la seguían a todas partes; intentando, mientrascaminaba,adivinarquéharíasumadresiestuvieraensulugar.YMartinasiguiócantandoporque,alrecitarlasestrofas,lasmanossuavesdeFernanda,elolorapanreciénhechodelhornodesucasa,lanataqueguardabaparaellaalenfriarse

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lalechehervidadelamañana,lasmonjasysusescaleras,elfríodelaescuela,elcalordelastardesdesiestabajolosolivosymuchomás,volvíanasumemoria,y todos esos recuerdos eran lamejormedicina para evitar que el hombre queacababaderendirseacabaratambiénconsuesperanza.Martina cantó cada vez más alto, mientras siguió andando por la carretera,

entonando esa y todas las canciones que pudo recordar que alguien le habíaenseñadoalgunavez,yaltiempoobservabaesperanzadaacadamujerconlaquese encontraba, y se sentía cada vez un pocomás aliviada por apartarse de labarbaridadquenopodíaentender,aunquelaangustialareconcomieraamenudoalpercatarsedequeseestabaalejandodemíysaber,porquelosabíamostodos,quedenadaserviríapedirleaalguienquevolvieraatrásasalvar lavidaaunacríatantontaquehabíaresbaladoaunpozoysehabíaquedadoallíesperandoqueregresaranabuscarla.

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HAZENSEIZE

Arquitectocanadiense

PorsupuestoquerecuerdoaldoctorNormanBethune.Eraungranhombre,delosmejoresqueheconocido.AntesdeveniraEspañacomomédicovoluntarioalfrenterepublicano,yaerauncirujanodegranreputación,jefedeserviciodeunhospitalenMontreal.Seenteródelaspenuriasdelosespañolesensuguerray,sinpensarlodosveces,seplantóenEspañaparaayudar.Antesdelacarreterade la muerte, estuvo en las Brigadas Internacionales organizando la ayudamédicaqueenviaron loscanadienses.Eraunapersona increíble,noparóhastaque consiguió poner en marcha la primera unidad móvil de transfusiones desangre.EsofueenMadrid.Pero lo que quiere saber usted es lo que hicimos enMálaga entonces.Hace

tantotiempodeaquello…Ylamemoriaesfrágil.Soloconservaloqueledalagana.Tanselectivacomounamordemadurez.Aunquenosemeolvidaráenlavida.Además,paraeso,paraquequedaratestimoniodelaverdadquenadiemásfue capaz de reconocer ni de contar, Bethune escribió su relato. Conservoaquellaedición.Algunospodríandecirquetodoesmentira,éramoscomunistasy el demonio anida en el interior de los comunistas, todo el mundo lo sabe.Entiéndamelaironía,queBethunefuelamejorpersonaqueheconocidojamás,selorepito.Decíaqueelpobremuereporquenopuedepagarselavida.LoqueélqueríaeracuraratodoelmundoyporesofuimosaMálaga.Einclusodeclinósercabezadelistaconloscomunistasporquesusmétodosnoleterminabandeencajar.Yomeinscribíenelpartidoporél.YquépocologréenelComitédeayudaalademocraciaespañola.Perodéjemequeleleaunapartedesurelatode«ladesbandá»;así,siloleo,nopondréenmibocaniunacomaquenoseasuya.Niunacomainventada:

Imaginaoscientocincuentamilhombres,mujeresyniñosquehuyenenbuscaderefugiohaciaunaciudadsituadaacercadedoscientoskilómetros.[…]Loquequierocontarosesloqueyomismovien

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estamarchaforzada,lamásgrande,lamásterribleevacuacióndeunaciudadquehayanvistonuestrostiempos.

Todavíasemesaltanlaslágrimas…Discúlpeme…Porfavor,discúlpeme…Losientomucho,deverdad,losiento…Ymepidequelecuenteyoloquepasó,señorita…,esquenosabeloqueme

pide… Recordar aquello es un suplicio. ¿Por qué no lo lee en el relato deBethune?Debeleerlo.Todosdeberíanhacerlo.Él lopusoporescritoentonces,cuandoaúnlamemorianosehabíacontaminadocontantosminutosyolvidos.Mi compañero, Thomas, y yo hicimos fotos. Para lo mismo, creo. Esdesesperantepensarque la realidadno segrabaenunapelícula, que las cosassuceden, malas y buenas, y no quedan registradas. Eso debería ser Dios, undirectordecinecapazdefilmaralaveztodoloqueocurreenelmundo.Sobretodo, lo que nadie debería dejar de saber. Esa sería la omnipotencia suprema,recordarlotodo,sinañadirniquitarniunasonrisaniunapena.Misfotografíasestányaeninternet.Ahoraquelopienso,internetesloquemássepareceaeseDios mío. O a un demonio. No lo sé. Será el lugar donde quienes deseenrecobrarlajusticiaylalibertadacudirándentrodemuypoco,cuandotodoslosquevivimosaquellohayamosmuerto.Pero,detodasformas,intentarécontarleloqueviví.Unavezmás.Thomas,Bethuneyyollegamosalacarreteracomopodríamoshaberllegadoa

cualquierotrolugar.Nopodíamosimaginarlamasacrequeibaaproducirse.Lademuertosinocentes…Enningunodelosfrentessepodíatrasfundirsangre,losespañolesaúnnocontabanconelequiponecesario.Nosotros llevábamos llenade bolsas la camioneta, pintada de gris, con la bandera de la cruz rojainternacional sobrepuestaenuna sábanay la inscripción«Servicio permanentedetransfusionesdesangre»,ynosenteramosdequeenelfrenteandaluzestabahabiendomuchas bajas.Así que pusimos rumbo aAlmería.Allí nos contaronqueMálagaestabaapuntodesertomadaparaelbandofranquista.TendríamosquehaberregresadoaMadrid,porquenadiepodíaasegurarnosquelosnuestrosestuvierantodavíaenalgúnlugardelacarretera;siMotrilhabíacaído,¿porquénoelresto?PeroBethuneseempeñóeniraMálaga,deseabaverconsuspropiosojoslasuertedeloscivilesylosheridos,asegurarsedequepodíansalirdeallí,como debería haber ocurrido. Lo repito, por si no se entiende: eran «civiles».Los civiles no participan en las guerras. Se nos ha olvidado a fuerza detransgredir esa leybásicade losderechoshumanos,peroesuncrimende lesahumanidad.BethuneseenfundósumonoazulreciénlavadoporlasvoluntariasdelAuxilioynospidióaThomasyamíquelosiguiéramos.Conreservas,que

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él no obligaba a nada jamás. —Si no queréis, no pasa nada, desde aquícontinuaréyosolo—insistió.Peroningunodelosdoslehabríamosdejadopornadadelmundo.SalimosdeAlmeríasobre lasseisde la tardeyenseguidanos topamosen la

carretera con la cabecera de la procesión: esos fueron los más afortunados,habían podido salir en algún medio de transporte decente. Y seguimosavanzando.Yo llevaba la cámara, Thomas conducía el camión.Aquello es lopeorquehevistoenmividayesoquedespuésestuveenlaguerradelosnazis,pero esto… jamás olvidaré a Bethune cortando piernas con un serrucho, asíparaba la hemorragia. Cómo gritaban, los pobres, ese dolor de la gente no sepuedeolvidar.¿Seloimagina?Perodabaigual,losavionesseguíantirandosusbombas incendiarias, los barcos de Franco nos cañoneaban, sus marinerosapuntabanalosniños,amenudo,alacabeza.Paranofallar.Eratanfácilparaellos acabar con sus vidas…pero, para unmédico, esto es incomprensible.Ynadie ayudó a esos desgraciados en los pueblos por los que pasaban, la genteteníamiedodeque,silesdabanaguaocomida,losfascistasseenteraranyleshicieransufrirsumismasuerte.ElpuentedelríoGuadalfeo,alpasarSalobreñayantesdeMotril,habíasalido

volando.Unosqueatendimosmásadelantenoscontaroncómounanoche,justodespuésdepasarlo,sintieroncomounterremoto,unruidoensordecedor,queibahaciéndose cada vez más estruendoso: los fascistas habían abierto lascompuertasde lapresay lariadahabíaarrastradoacientosquegritabancomomarranos.Muchosquedaronallíenterradosbajoelcienoylaspiedras,otrosseahogaron.Asífuetodoelcamino,señoritaescritora,¿quémásquierequelecuente?Tras

recorrer cien kilómetros, habíamos visto ya tantos muertos, tantas mujeresbuscandoasushijos,tantosniñosdespedazados…Deentreunostresycatorceaños,contamosmásdecincomil.Algunosenfermaronporelcamino,sobretododedisentería,contantahambrequepasaban,sinagua,sinpoderasearsecomoesdebido.Eran tantos losquenecesitabanayudaque,en lugardeatenderlosallí,decidimoshacervariosviajespara llevara losmásgraveshastaelhospitaldeAlmería.¡Esofueunsuplicio!¿Cómodecidiraquiéndábamosunaoportunidadde entre tantos que la necesitaban para sobrevivir?Les estábamos salvando lavida.Nadiemásfueaayudarlos.En cada viaje subíamos a la camioneta entre treinta y cuarenta personas.

Thomasyyonosturnábamosparaconducir,cuandoletocabaaél,yodormía,yluego cambiábamos. Así lo hicimos más de cuarenta veces, sin parar,

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recorriendo el camino hasta Almería y luego dando la vuelta, para volver arecogeralosquepodíamos.Cómollorabaélconduciendocuandosedabacuentade que podía echarnos almar si iba por la noche sin luces.Algunos soldadosbajarondelasierraparaguiarlo.Al principio llevábamos solo a los heridos, pero era tan cruel separar a las

familias…Terminamosauxiliandoaquienesestabanmuygraves,ysubíamosalauto a sus padres y hermanos. Si habíamuchos así, elegíamos a quienesmáshijos pequeños tuvieran. ¡Qué duro era tener que escoger, señorita! Tambiénllevamosamuchísimosniñossolos.Había tantos…Lasabuelasnosofrecíanasusnietos,loslevantabanenviloparaintentarsubirlosalcamión,aunqueellassedabanasímismasporperdidas,renunciabanaseguir.Algunasesentóalosladosdelcaminoaesperar lamuerte.Apenaslesquedabanfuerzas, lospiesseles llenaban de cortes y grietas—con aquellas alpargatas como de papel, losguijarros de la carretera eran como cuchillos—; otras tenían úlceras en laspiernasporlamalacirculación.Sedientas,hambrientas,conelsolpegandosobrela piel ajada… Las transfusiones se convirtieron en la menor de nuestraspreocupaciones. Les hacíamos los primeros auxilios tirados en el suelo, peroeran tantos…Eso es lo quemásme impactó, que fueran tantos.Nunca habíavisto tanta gente desesperada, moribunda… Sus ojos de angustia me hanperseguidosiempre.Esosojosnotelosquitasdelacabezajamás…¿Yquémalhabíanhechoesaspobresgentes?¿Votaraungobiernoquequeríaayudarlosasalirdelapobrezaylaignorancia?Muchosdeellosnisiquierahabíanacudidoaunasurnasentodasuvida,nolesinteresabalapolítica,solopoderconseguirunplatodelentejas.Comotantosotrosentodaspartesdelplaneta.La vida es la ficción más increíble. En esa carretera vimos desgracias que

jamásdeberíanhabersucedido.Ynoseolvidan.Lasbrutalidadesrequierenunamemoriaperpetua.Lasquevimosallí…Lamorfinasenosagotóenseguida,eraimposibleatenderatantos.Nosquedamossinsangre.Perolopeorfueelmalditoquirófano.Bethuneusabaunserrucho.Unserrucho.PorDios.Lostraumatismoseran tan brutales que cortaba los brazos o las piernas que la metralla habíaarrancadosoloamedias.Peroesoyaselohecontado,creo.Esquemerepito,losé.Esosemehaquedadoaquí, aquídentro, loveoavecesensueñosconeseserruchoy a los pacientes gritando…Él también lo contó en su relato,más omenosasí.Léalo.Porfavor,tienequeleerlo.Fue en uno de esos viajes de ida y vuelta a la carretera para recoger a los

heridos y llevarlos al hospital de Almería, cuando me encontré con las dosmujeresquemásmehicieronpensarsobrelaguerra.Sehabíansentadodebajo

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deunolivoyesperaban.Unamuyllamativa,alta,rubia,noparecíaespañoladeloblancaqueera;aunqueellasíibavestidacomocasitodoslosdemás,conropadefaena,comosihubierasalidoesamismamañanaa trabajar.HabíahuidodeMálaga para salvar su sustento igual que había hecho casi toda su vida; suatuendo era el habitual entre las personas que trabajaban el campo: una faldaoscuraylarga,alpargatas,camisaacuadros,tododetejidobasto,queaguantaraladuratarea.Alverquenosaproximábamos,seplantódelantedelacamionetaehizoseñasparaqueparáramos.Thomassedetuvo.—¡Lleváosla,porfavor!—gritó lamujer,señalandoa laqueestabaconella,

embarazadayrecostadaenelsuelo—.¡Estoesunaambulancia!Nopuedeandar,ynohepodidodesinfectarlaherida.Podríagangrenarse;vaaperderasuhijo.La vestimenta de la embarazada, en comparación, resaltaba ante los harapos

quellevabantodos,degrancalidad,delaquenoseveíacasinuncaporallíenesostiempos,muchomenosentrequieneshuían:unafaldalargacara,detejidodel bueno; una camisa que había sido blanca poco antes y hasta almidonada.Ahoraelpeloseleveíagrasientoyaylaropasuciadesangre;supiernaparecíainfectada,comohabíaavisadosucompañera.MiréaBethune.Bajódelacamionetaylaauscultó.—Elbebéestávivotodavía—dijo,yledioaguaalamujer,quelatomósin

ansia—.Peroestágrave.Noslallevamos.¿Eressuhermana?NopodemosllevaratodoelmundoBethuneseñalóelcamión,yalleno.Laotramujerlomiróofendida.—Yonovoy.LlevadlaaellaaAlmería,necesitaquelaatiendanenelhospital.

Yo tengoquebuscaranuestrashijas.Estánporaquí,enalgúnsitio.Elúltimobombardeolasasustóynosseparamos.Thomas y Bethune tumbaron sobre la camilla portátil a la embarazada.

Ningunorespondimosalaotramujer.Meresultótanextrañalaparejaquenoheolvidadoniunadelaspalabrasquenosdijo,eracomosihubieranviajadojuntasamaysirvienta,perolosademanesdelasirvientaeranlosdequienllevalavozcantante.Laotra, sinembargo, estabamuydébily,por lamiradadeBethune,temimos por su bebé. Él le practicó los primeros auxilios, pero el embarazoestabamuyavanzadoy,silainfecciónsegeneralizaba,podíanmorirlosdos.Eneseinstantelamalheridaabriólosojos,nosmiróy,conunhilodevoz,nos

exigió que la bajáramos y la dejáramos en la carretera; tenía que esperar a suhija,nopodíairsesinella.Inclusoseenfadócuandonoleobedecimos.Luegosepasó todo el viaje hastaAlmería,más de cien kilómetros, delirando, hablando

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delasesinatodeunchico,decómosehabíandeshechodesucuerpo,delcastigodivino,delamaldaddelossereshumanos.Delperdón.Meimpactóesamujer,encuantotuvooportunidaddemostróqueprocedíade

unaclasediferentedepersonasdelasdelamayoríaquerecorríanelcamino,ensuactitud,ensuformadeexigirayuda.Y,sinembargo,noeranimejornipeorque las demás, aunque las otras estaban acostumbradas a sufrir y a obedecer.Estaerade lasqueparecíanserobedecidas.Esadiferenciamarcó laguerraenEspaña,estoyseguro:nadiepodíaolvidarsuprocedencia.Perolahuellaquelaotradejóenmífueinclusomáshonda:bebióagua,nospidióquelellenáramossucantimplorayavacíayquecuidáramosbiendesuamiga,ysinhacerningúncasoaBethune,queleadvirtiódequeeraimposiblequeencontraraalasniñasentre las miles que vagaban por la carretera, echó a andar hacia donde losfascistas debían de estar a punto de llegar. A lo lejos se vislumbraban losaldabonazos brillantes de las bombas y de las llamaradas con que los tanquesarrasabanloqueselesresistía.Siempremehepreguntadoquéharíanjuntasaquellasdosmujeres,quéfuelo

que las unió en la carretera del espanto, o si ya eran algo la una para la otraantes. Me parecieron un símbolo de la locura que fue esa guerra. Ambas seayudaronparasobrevivir,apesardeser tandiferentes,noseenfrentaronni sehicieron daño.La pobre ayudó a la rica a buscar a su hija y arriesgó su vida.¿Quéocurriríaconellasdespués?Nuncalosupe.Pero,¿porquéllora,señoritaescritora?…Laverdadesqueeslógico,todosdeberíamosllorarantealgoasí.¿Quierequeletraigaunvasodeagua?Siquiere,lodejamosya.Lehecontado

loquequería saber, ¿ono?¿Onecesitapruebasde loque lecuento?Nuestrasfotos acompañan el relato del doctor Norman Bethune. Los tres quisimosplasmar lo que vimos en la carretera de la muerte. Temíamos que no noscreyesencuandoregresáramosanuestrospaíses.Algoasíjamáshabíasucedidoantes, aunque por desgracia no fuemás que la primera vez que ocurriría. Losalemanesylositalianosseentrenaronbienagustoenlaguerradelosespañolesenlosmodosymanerasdematarasereshumanosindefensos.Yahoraestanhabitualqueyanospareceinclusonormal.Lovemosadiarioen

lasnoticias,¿ono,señorita?NecesitamoseseDiosdirectorquenosmuestreloquehacemos.Quedéfedelaverdad.

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EZEQUIELGÓMEZ

FalangistadelbuquedeguerraCanarias

Puesclaroqueno,noentendéisloquepasóentonces,¿cómopodríais?Habláisyhabláis y se os llena la boca con estupideces, como si pudierais poneros ennuestro lugar.Comosi fueraposibleretrocederenel tiempoyentender loquepasó.¡Queno!¡Hombre!…¡Queno!…Queesoesimposible…Queahoralascosassevendeotromodo,quenosepuedejuzgarelpasadoconlamentalidaddelpresente,¡entérate!¡Ay!,perodiscúlpamemimalgenio,deverdad,quemeenciendoenseguida,sontantosañosyadefendiéndonosdelasmuchastonteríasquesedicen…¿Acaso alguien ahora quiere que lo gobiernen unos zarrapastrosos? Pues

entoncesloszarrapastrososestabanpordoquier.Ynoeraninofensivos,queríandestruirnuestrapatria.LaguerralaempezaronelPSOEyesosdeEzquerraenel34, eso que quede claro. En ese momento no había ningún riesgo de que seprodujera un golpe de Estado fascista. Los de izquierdas, que eran de muydiversa calaña, estuvieronmuchos años preparando el terreno para atacar a lademocracia,asíquenomevengáisconcuentos.Peroclaro,esonolocontáis,¿aque no? No os interesa, no interesa la verdad. Pero la verdad es esa, que laguerracivil laprepararonellosparaqueelproletariadotomaraelpoder.¡Igualquelossoviéticos!QuesequejanysequejandeloquepasóconFranco¡peromiralaqueorganizaronLeninyStalinycompañía!Esosíquefueunabarbarie.Esosíquenoshabríadestruido.Nopodíamosconsentirlo.Ymenosmalquenolohicimos…¡Esquenoosdaiscuentadequesalvamos

España!¡PorelamordeDios!Puesclaroquenoosladais…Poresovienesaquía preguntarme todas esas tonterías con las respuestas ya en tu cabeza.Que nitomasnotascuandomesueltasporlabocatodasesasmentiras…Ahoraestádemodaatacaralosrebeldes.Eseso.

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Pero yo te voy a explicar la verdad. La que tienes que saber. Ya basta detergiversar la realidad. ¿Sabes acaso cómo vivíamos antes del levantamiento?Puesatirosestábamos,quenopodíassaliralacalleporquetemataban.ConoceunpoquitonuestraHistoria.Lee,leeloquedebes,ynoesapropagandaroja,ycomprobarásquenotemiento.Ycreoquesí,quelosdelacarreteraeranniñosymujeresyviejos.Pero,entre

ellos, habíamuchosmilicianos.Esos iban escondidos…Ypara salvarse ellos,poníancomoescudosalosotroscuandodisparábamos.Esoscobardes…Todaslasguerrassonunerror,peroestano.Claroqueno.Perosíescierto,ytelodigocomolosiento—lamentosiantesmehepuesto

unpocoa ladefensiva,peroesque loque tenemosqueoír…—,que todas lasguerras son una atrocidad. Yo enterré en esta a mi padre y a dos de mishermanos,avariostíos,aunmontóndeprimos…Muchagentebuenamurióamanos de esos zarrapastrosos, que es lo que eran la mayoría, y asesinaron aquienes no pensaban como ellos. Aunque no eramás que envidia, porque noteníandóndecaersemuertos.EnMálagahabíaricosypobres,muchospobresypocosricos,¿seleocurrealgunaformadequeseaalcontrario?Noseñor,esonopuedeser…EnMálaga,losricosvivíanmuybien,claro,muchosmalagueñosdeproymuchosinglesesqueresidíanenlospalacetesyenlasvillaso,incluso,engrandes cortijos, los reumáticos que venían aAndalucía a divertirse o a hacernegocios.Losdueñosdelasfábricas,delastierras,delasolivasylosviñedos…Ylospobres,puescómoibanavivir…Noeranmásquecenacheros,carboneros,pescadores, pastores, cargadores del puerto, jornaleros; y, sus mujeres, puescriadas,aver…Suschozasapestabansiempreapescado,que,enMálaga,conuna redecilla, te hinchas a comer almejas crudasy coquinas.Yagradecidos alseñorquedebíanestarporello.Perono.Ynopodíaser.¿Quéquerían,comercarne de ternera fina? ¿Jamón del bueno? ¿Longaniza de Teruel? ¿Chocolate,mantequillaycafédelnegro?Cadaunotieneloquemerece,nadieregalanada.Y,muchomenos,sudineroysustierras,comoesosmalnacidosquerían.Porque ellos empezaron a ansiar lo de los demás, y ¡hala, venga huelgas!

Como si sirvierande algomásquepara joder a quienes invierteny realmentehacenalgoparasacardelamiseriaaunpaís.Alprincipio,noconseguíannada,¿quéibanaconseguir?,losmetíanenlacárcel,fueunañoantes,porfebrerodel36…PeroalfinallesdieronalasyMálagasellenódeanarquistasycomunistas,los piojosos esos… si ni siquiera los querían los socialistas de Madrid.Demasiado señoritos.Distintosde losdeaquí,que siemprehayclases,porqueesodelaigualdadesunapatraña.

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Y no quiero ni imaginar qué habría pasado si no los hubiéramosmetido encintura.Quetendríaquehaberlosvistocomolosviyoenel31cuandoentraronadestrozarlaiglesiadelaMerced.Zarrapastrosos.PorqueestaEspañanuestraescomo es gracias a nosotros, a la limpieza que hicimos entonces, que alguienteníaquehacerla.Otrosnolovenasí,detodohayenlaviñadelseñor,peroescomoyodigo,quenoseteolvidenunca.Tenemosqueestarorgullososdecadatiro que se pegó en esa guerra para expulsar de nuestra patria al demonio: elcomunismo,laanarquía,lashordasrevolucionariascontralasquenadapodíaelpoderclaudicante.Ynoteolvidestampocodeloscurasylasmonjas,aellostambiénloshicieron

polvo,queesosílosabrás.Esolosabeyatodoelmundo.Asíquenomehablesderepresión.Queaquílarepresiónsecuentasolocuandoconvieneycomoosdalaganaavosotros.Poreso losmalagueñosdecentes sealegrarondequepor fin los salváramos.

Pero eso no lo publicaron sus periódicos, por supuesto, no contaron que, parahacerseconlaciudad,losrebeldesnotuvieronquepegarunsolotiro.Esaeslaverdad,que losmalagueños recibierona las tropasnacionalesconentusiasmo,llorando de la emoción. Sabían que éramos personas de palabra, buenoscristianos y mejores españoles. Militares de verdad, y no como esoszarrapastrosos.Yesque lohicimosmuybien,queelduquedeSevillasabía loquehacía:a

mediados de enero había empezado a preparar la ofensiva. Empezó por elsuroeste, desdeMarbella, mientras los italianos con Roatta iban al sur, desdeAlhama.MásdequincemillegionariosdelCorpoTruppeVoluntarie,elfamosoCTV,tanbienentrenados,soldadosprofesionales,losCamisasNegras,lograroncortarlacarreteraenMotrillaprimerasemanadefebrero.Teníandetodo:carrosde combate, unidadesmecanizadas, vehículos ligeros; hasta artillería pesada ylanzallamas, traían.Solo habíandejado ese caminode huida para noprovocarque losmilicianosque resistíanseenvalentonaranalversesinescapatoriay laAviazioneLegionariaItalianacondecenasdeaviones,reciénvenidosdeTetuán,losmasacraron.Mientras tanto, las milicias nacionales que llegaron de Granada avanzaban

hacia lacarretera.DesdeFuengirolaamenazaronseiscolumnasde regularesalmando del coronel Borbón, cinco mil, que esos sí estaban adiestrados en laguerra,laélitedeFranco;másdediezmilhombresdeMarruecos;yquinientosjinetesdeSidiIfni.Teníanlosojosrojosylapielnegra.Estoseranunasmalasbestias que arrasaban con todo. ¡Que vienen los moros!, gritaban por toda

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Andalucía. Y tomamos Málaga como se toma a una mujer que desea sercortejada, tres días tan solo tardamos en llegar a las afueras. Los barcosrepublicanosatracadosenCartagenanosemovierondelpuertoparadefenderlaciudad de laAviazione, del buque alemánAdmiral Scheer ni de los nuestros.Fueronunosestúpidos,quesoloaellosselesocurriópensarquepodríanganarlaguerrasiperdíanAndalucía.Madrid,siempremenospreciándonos.Pero,comose vio, Málaga era esencial. Los nuestros sí que lo sabían. Y en el mar, loscrucerosteníancañonesde203yde220milímetros.EnelcruceroCanariasseinstalóQueipodurante todoelasedioa losquehuían.Losalcanzaron,claro,ymuchosvolvieron.Perolopeorfueloquepasóenelpuente.Apuntaronallá,desdeelCanarias.

Debajomurieroncomolasratas.Esosíquefueunaencerrona.Muchoshabíanintentado ponerse a salvo allí y lo que lograron fue justo lo contrario.El otrobuque de Franco también bombardeó. Pero no sé por qué no lo entiendes…,ellostambiénlohicieronconlosnuestros.¿Otecreesqueno?¿Quéquieres?Soloéramossoldados.Lossoldadostienenquever,oírycallar.

Telohabrándichoyaotelodirán,seguramente.Perotúnopuedesentenderlo,soloquienesvivenunaguerraentiendenloqueenellasucede.Siempresonellosonosotros.Esasí.Créeme.Yo cerré los ojos. Ya no había nada más que hacer allí. Pero todos nos

mirábamos a la cara. ¿Entiendes?Yono fui quien traicionó a losmíos.Cincodías estuvimos anclados frente a la carretera.No sé cuántas veces volvimos abombardear.Murieronmuchos.Nadienosrespondiónunca.Noallí,no;enesacarreteranohubodefensa.Perolaculpadetantasmuerteslatuvieronlosrojos,ellos ponían delante a sus niños y susmujeres, losmuy canallas.Ya te lo hedicho…unoscobardes…Nosoyyoquientienequeavergonzarsedeaquello.Ylosquequedaronvivos,volvieron,muchossedieronlavuelta,losquenoteníannadaquetemerregresaronaMálaga.Losotros,continuaronomurieron.

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CAPÍTULOX

Al comenzar otra vez el bombardeo desde los buques acorazados, sus siluetasamenazadoras y temibles entre la bruma delmar como navajones de cazador,Fernandacorrióparaponerseasalvo.Ahoranadaseloimpedía,habíadejadoamimadreabuenrecaudo,caminodelhospitaldeAlmeríaen lacamionetadeldoctorBethune;habíacomido,habíabebido,seencontrabaconfuerzasyteníalaseguridad—lafe,mejordicho—dequesuhijayyoseguíamosconvida;asíqueconcentró toda su determinación en sobrevivir para encontrarnos y llevarnoshastalaciudad.Aunquefueraconsuúltimosuspiro.Ahogadaporelesfuerzoyatenazadaporelmiedo,ascendiócuantopudopor

laspeñasparaalejarsealmenosdelasametralladorasdelasembarcacionesqueenesemomentovolvíanadispararnosjustoenfrente,tancercaqueellaoíaconclaridad, amplificadas incluso al traerlas la brisa marina, las órdenes a losmarineros.De los aviones, nada podría salvarlamás queDios o el azar. Peroenseguida, la pendiente y lo abrupto del terreno le impidieron subirmás y sequedó inmóvil, procurando encajarse entre las rocas como una liebre cuandohuelealzorro.Allíagazapada,se tapó losoídoscon lasmanos.Lomásdifícilfue no imaginar que esos mismos obuses, que esas mismas balas, que esosmismoshombres,podríanestarvolándonosenpedazosaMartinayamí.Cerró losojosy seobligóapensarque todoaquellopasaríapronto,quenos

encontraríaconvidayquellegaríamossanasysalvasaAlmería.Yseacordódemi madre, jamás habría podido imaginar que la siguiente vez que volvería averla después de tantos años fuera en esas circunstancias. Ellas nunca habíansidoamigasdeverdad,siempreestuvieronseparadasporlaclase;eldineroeselmejorsegregadorqueexisteenelmundo,aunque,duranteuntiempo,Fernandaechódemenosamimadre.Nuncalleguéasabersimimadrelaechódemenosaella.Sinembargo,loqueFernandaconsiguióacambiolaresarciódeesapérdidaduranteunosaños.Aunquetodovolvióatrastornarsealquedarembarazada.

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Se oyó una enorme explosión cerca y abrió los ojos.Uno de los proyectileshabía alcanzadoelpuente.Unhumoblanco se elevabahacia el cielo.Duranteaños, un filete a la planchame hacía vomitar. Nadie que no haya vivido esaespantosasensaciónyhayaestadoexpuestoaeseolorylohayaasociadoconlossereshumanosentiendeloqueocurreentumente.Losrecuerdosqueevoca,elmiedo,elasco,ladesesperación,laangustiaqueculminaenllantoo,aveces,endemencia.Tiritandoycontodoelcuerpoentensión,Fernandaesperóaquecesaranlos

ataques;enesemomento,pocoapoco,elbarcoempezóagirarypusorumboaaltamar, alejándose de la costa. Ella salió entonces,maravillada otra vez porhabersalidoilesa;aunqueasustadaporquesupoquedebíadirigirsealospilaresdel puente. No podría irse de allí sin comprobar si alguna de nosotras habíatenido esta vez la mala fortuna de haber elegido ese lugar para protegerse.Decidida,empezóacaminar;jamáspensóqueloqueveríaseríainclusopeorqueloqueyahabíapresenciado,aunqueloqueestuvoapuntodehacerlevomitarenesemomentofueronunpardeasnosmutiladosquepermanecíanapocosmetrosde ella, atados todavía a un carro volcado y a punto de precipitarse por elacantilado.Apartólavistadeellosycontinuó.Al llegaral camino formadopor laspisadasdequieneshabíanhuidobajoel

puente,seencontródefrenteconunanciano.—Nobajesahí,mujer.Hazmecaso,nolohagas—leadvierteél,sofocado—.

Elinfiernoestáahíabajo.Todosvivimosenelinfierno,nohacefaltamorir.Eldemonionoshamaldecidoynospersigue,nadiesobrevivirá.Con lamirada perdida, el hombre sigue ascendiendo. Fernanda lo observa y

entonces se percata delmuñón en subrazo, aunque la herida está cauterizada.Intenta calmarse mientras lo ve alejándose despacio. Sin moverse todavía, seatreveamirardebajodelpuente.Laondaexpansivahamultiplicadolapotenciadelabombaalestallarbajolaarcadaysupoderasesinosehaamplificadopormil.Sedejacaery,sentadayconlasmanoscubriéndoleelrostro,llora.Aunquenisiquieraesopuedepermitirse,porque losquejidosde lossupervivientessontanlastimerosquelerompenelalmaylaobliganaseguirbuscando.Vuelvealevantarseyseacercamás,intentandonomirar.Entonces,altoyclaro,gritaelnombredesuhija,variasveces,hastaquelospulmonesselevacíanysientequeestáapuntodequedarseafónica.Después,escucha.Sintiendoloslatidosdesucorazónenlassienes,esperaaqueellaleresponda.Perosolosigueescuchandomásgemidosymásgritos,yningunocontestaalsuyonileparecedistinguirlavozdesuhija,tampocolamía.

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Fernandasearmadevalorycomienzaeldescensohacialospilares.Elpánicolainvadeamedidaqueseaproximaadondelasbombashanexplosionado.Losgemidos de los heridos la estremecen. De nuevo, infinidad de cadáveres seesparcenentrelosescombros.LosqueselevantanmaravilladossinhabersufridoningúndañosonmuypocosestavezycomienzanaandarensentidocontrarioaldeFernandaparaseguirsurumbo.Yasonmenoslosqueseretuercendedolorantequieneshanperdidoparasiempre.Suslamentoshielanlasangre.Ella,mientras siguegritandoelnombredesuhija, rebuscaentre todosellos,

que han quedado en las posiciones más variopintas por la violencia de lasdetonaciones. Cuando duda, porque las ropas o el pelo le podrían parecer losmíosolosdeMartina,perolacabezahaquedadocolocadademodoquenoescapazdedistinguir el rostro, con el corazónencabritadoy sudando, la levantaconsumocuidadoparadescartarloquetantoteme.Y,cadavez,sienteunfuertetemblorenlasmanosquesolosedetieneunosinstantesaldejardondeestabalacabezamientras agarra la siguiente. La escabechina bajo el puente es tal quetiene que volver a salir de allí hasta apartarse unosmetros; se apoya sobre eltroncoretorcidodeunolivo,cierralosojos,tomaairevariasvecesyesperahastaquesurespiraciónsenormaliza.Entonces,decidida,vuelveadirigirsebajo lasarcadasparacontinuarbuscando,sintiendolaspulsacionesenuntrotedenuevoylacabezaapuntodeestallarlealimaginarquesuhijapuedahallarseentreesacarniceríadeamasijosinformes.PeroMartinanoestabaallíyyoseguíaenelpozo,yFernanda,lógicamente,no

nosencontró,aunquesiguióbuscándonoseltiemposuficientecomoparairsealfinconlaseguridaddequenonoshallábamosentrequieneshabíanelegidoesemalditolugarparaesperarlamuerte.Lopeorfuedarsecuentadequeningunodelos heridos que habían quedado allá abajo tenía esperanzas de sobrevivir.Exhaustaynerviosa,aunquealiviada,volvióasubirhasta lacarreteraysiguiócaminando.Aquellanoche,hastaqueelsueñolavencióyselecerraronlosojosmientras

andabaysetumbóal ladodeotrostantoscomoella,Fernandaempezóaodiarcon toda su alma a todo aquel que pretendiera ser franquista. Lo que habíasentido por los «sublevados» hasta esemomento no había idomás allá de unodio normal, que en todos los seres humanos surge siempre cuando te hacendaño:ellossehabíanlevantadocontraelpoderyellayotrosmuchosque,ensuignorancia,nosentíanquetuvierannadaqueganarconesarebeliónsufríanlasconsecuencias.Pero,apartirdeesedía,angustiadacomojamáslohabíaestadopor todoeldolory las crueldadesqueviocontragente indefensa,yabrumada

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porunpánicoíntimoycruelantelaposibilidaddeencontrarseasuhijaentrelasvíctimas, Fernanda se juró a símisma que jamás respetaría a nadie que fueracapaz de afirmar que la brutalidad a la que habían expuesto a todos aquellosseresinocenteshabíasidonecesaria,inevitableoincluso,muchopeor,merecida,parapurgara lapatriadepecadosdecualquier tipo,yqueharía loposibleporamargar la existencia a esos seres ruines e insensibles que la justificaran, lapracticaranolatoleraran.La necesidad de justicia, o quizás incluso de venganza, porque ambas se

confundencuandoeldañoes tanprofundo, lapersiguióel restode suvida.Ymientras le duró esa rabia, Fernanda se convirtió en unamujer diferente.Mástriste,másseriay,sobretodo,muchomásfuerte.

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CAPÍTULOXI

Almenos,Martinayanoteníanihambrenised.Cercadesumadresinsaberlo—quéibanellasasaber,siningunadelasdospresintió lapresenciade laotraporqueesojamáspasaenlavidareal,oasílovivieronambasenaquelmomento—,caminabaapocosmetrosdelpuentebuscándolatambién.Cuandolosbarcosvolvieronabombardearnos,sehabíahechounovillobajounolivoyesperósinmoverseaquelosgritosdelosdemásleindicaranquehabíandejadodeatacar.Esaeralaúnicaformadeintentarsalvarse:sivolvíaatenersuerteyningunadelas bombas le caían encima, cuanto menor fuera la parte de su cuerpo queestuviera expuesta,más probabilidad tendría de volver a salir indemne. El serhumanoesunarataqueaprendeenseguidadelaexperiencia.Losniñoslolograntodavíamás rápido.Martinahabíavueltoacantarmientrasa su ladocaían losproyectiles y así, además, conseguía que su cerebro no enloqueciera. Lonecesitaba intacto para encontrar a su madre. Seguiría con esa hermosacostumbrehasta el día de sumuerte; inclusomurió cantando,mi queridaniñabonita.Cuandoporfinlasembarcacionesempezaronaalejarse,nisemolestóenmirar

a su alrededor, ya sabía que Fernanda no estaba tan cerca de ella, lo habíacomprobado antes, y cuanto menos veía de los heridos y los muertos quequedaban esparcidos por el suelo tras los bombardeos, menos sufría. Así queechóaandarysiguióacercándosesoloaaquellosquepodríansersumadreolamía. Enseguida llegó también al puente. Al igual que había hecho Fernandaminutos antes,Martina supoque tendríaquebajar allí para comprobarquenoestabanentrelosquehabíanquedadoparasiemprebajosusescombros.Consuspequeñaspiernasllenasdecardenales,aunquesinsentirapenaseldolor—llegaun momento que la mente no procesa aquello ante lo que no es capaz derespondery,siemprequenosesupereunumbral,suprimedelaconsciencialasseñalesquelehacendesviarsedeloquepuedasalvarlelavida—,miamigafuedescendiendo despacio hasta llegar a los arcos que lo sostenían. Ya no se

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sorprendiódelolor:habíaaprendidoquelosmuertoshuelenmal,nosoloeselhedor de la piel, el pelo y la carne chamuscados, es la peste que expelen lasvíscerasal airedurantedías, losorinesque seescapan, lasheces.Nadiehablanunca de ello porque idealizamos la salida de este mundo como los antiguosegipciosynosgustaríaqueundios concaradebúhonos llevarahasta laotraorilladel ríode losmuertosenunabarcadeoro.Oquealotro ladoestuvieraesperándonoslaluzylosarcángelesuotrasmemecessimilares.Peromoriresunacto mucho más prosaico: sangre, vísceras, materia que enseguida sedescomponeylavidaqueseesfumanadiesabedónde,aunquetodosdeseenquelleguedealgúnmodoasucieloparticular.Deunvistazo,Martinabuscó lasropasque tanto temíaencontrar,perono lo

hizo,asíquesefijóunpocomásenlasmujeresqueallíquedaban;soloenlasquepodríanhabersidosumadreporelcolordesupeloosupeinado.Losvivosyasehabían idoyesofacilitaba labúsquedadeunmodomacabro.Escuriosocómo ambas, lamadre y la hija, habían seguido losmismos pasos justo en elmismolugar,ycómoeldestinonoquisoqueseencontraran tansoloporunosminutos:FernandaacababadesalirdedebajodelpuenteporelotroladocuandoMartina llegó allá. Pero como eso tampoco podía saberlo mi amiga, siguióabriéndosepasoentreloscuerpos,centrándosetansoloendiscernirindiciosquelehicieranreconoceraquienesbuscabayllegóinclusoasentirsefelizcuandonoencontró a su madre muerta. Entonces decidió alejarse cuanto antes de allí yempezó a escalar por la pendiente para volver al camino, pero a su espaldaescuchóunos llantos,similaresa losmaullidosdeungato.Proveníandealgúnlugarcercano,enunprimermomentonoconsiguióaveriguardedónde.Sonabanintermitentes,ibanyveníancadavezmásespaciadoseneltiempo.Parecíacomosielquellorabahubieraperdidolaesperanzadequealguienleprestaseatención.O,talvez,seestuvieraasfixiandoylefaltaraelaireimprescindibleparaseguirintentándolo.Atodaprisa,yasinreparos,Martinaempezóaremovercabezas,aapartarpiernasybrazosalládonde leparecíaquesurgíaeseruidoextrañoqueescuchabasoloaveces.—¡Estoyaquí!¡Yoestoyaquí!Siguellorando.¡Sigue!

—grita, acongojada y cada vez más nerviosa, a punto de llorar ella también;desesperada, de repente, por encontrar a alguien todavía vivo debajo de todosesoscuerposinertes—.¡Nodejesdellorar!Teencontrarésisiguesllorando,teencontraré…Y emplea todas las fuerzas que le quedan en rastrear bajo las ropas,

asustándose cuando siente calor o movimiento en alguno de los cuerpos,

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temiendoquetampocopuedahacernadaporelquebusca.Losllorossevuelvenahora más persistentes y agudos, pero continúa sin dar con quien los emite.Cuandoempiezaapensarendesistir,Martinaescuchaunavoz:—¡Mamá!¡Mamá!Laspalabrassepercibenaltoyclaro.Suenancerca.Congranesfuerzo,pues

susmanitasy susbrazos son losdeunaniña,no lopodemosolvidar,Martinalogramoverelcuerpodeunamujery,acurrucadoentresuspiernas,descubreaquienlloralastimosamente:elniñoesmuypequeñoylamiracontemor,losojosencharcados de lágrimas, la cara sucia de polvo y churretes, y la ropaensangrentada, aunque semueve como si estuviera indemne.Martinapretendeayudarloalevantarse,peroelcríoseabrazaalaspiernasdelamujerbajolaquelohahallado.—Estumadre,claro.Tienequeserlo.ElpequeñomiraaMartina.—Mamá,mamá…—repiteélsincesarmientrastiradelaspiernasylasmanos

delamuerta.Martinasesientajuntoaambos.Leretiraalniñoelpelodelacara.Lolleva

muylargo,yesoleextraña;casitodaslasmadrespelanasushijosaluno,asílospiojosnotienendóndeanidarysegastamenosaguayjabónenelaseosemanaly menos tiempo en buscarlos. Al sentir la mano de Martina en su rostro, elpequeñodejadellorar.Perocontinúaaferrándosealapiernadesumadre.—Yasé loquesientes.Losé.Peroellanovaapodervenirconnosotros.Y

tenemosqueseguir.¿Sabescómotellamas?—Mamá,mamá…¡Mamá!…Martinasedacuentadequeélnosabehablartodavía.Selevantaybuscacon

lavistaalgoconloqueatraerlo,peroelniño,antesdequeellasemueva,seponedepiedeunsalto,seabrazadeprisaasuspiernasyseechaallorardenuevo.—Tranquilo, no voy a irme. Pero a tu mamá tendremos que dejarla aquí.

Luego,alomejor,podremosvenirabuscarla.Martinacrecióvariosañosdesopetón,almentiraotrocríocomoella.Leofrecelamanoyélseagarra.—¿Estás listo?Debemos irnos.Peroesperaunmomentoaquí.No teasustes,

noiréaningúnsitiosinti.Tienesqueconfiarenmí.Notemuevas.Martinalesueltay,muydespacioysindejardemiraralniño,seacercaauna

de lasmujeresqueyacensinvidacerca,unaque llevaunagruesachaquetadelana.Consumocuidado,comosideshojaraunarosa,ledesabrochalosbotones,le sacaunamangay luego laotra,yvuelveadejara lamujer recostadaen la

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posiciónenquelahaencontrado.Entonces,conelmismotientoyantelamiradacuriosadelniño,contodalasuavidaddelaqueescapaz,levistelachaquetaasumadre,selaabrocha,recuestasucuerpocomosidurmieraylecierralosojos.—Daleunbesoatumamá.Dormirámuchotiempoysequedarámáscontenta

sitedespidesdeella.Peronotepreocupes,queyanotendráfrío.ConunaternuraqueaMartinalehaceastillaselcorazón,aunqueescapazde

lograrquenose leescapeniuna lágrimaparanocontrariarmásalniño,él seabrazaa lamujer.Sus frágilesbracitosabarcansucuelloy, casiporcompletotendidosobresumadre, lecubreelrostrodebesos.Martinaesperaaqueélsedespida sin moverse, casi sin poder respirar e intentando con vehemenciacontener las lágrimas. Pero el niño no parece que vaya a separarse de ella yMartinatienequeseguirbuscandoasupropiamadre.Letomadelamano.Élsesuelta.—Tenemosqueirnos—lesuplica,sintiendoporélunapenainfinita,sinpoder

dejardeimaginarquehubierasidoFernandalaqueestuvieseallítirada.El niño levanta la cabeza. Ella le sonríe. A pesar de que lo que sigue

necesitando es llorar, Martina abraza a la mujer muerta, le da un beso en lamejillayselevanta.Elniñolaimita,seagarraalamanodemiamigayporfinseponeenpie.—Vamos. Falta poco para que empiece a anochecer, tenemos que seguir un

ratitomás.Encuantoecharonaandar,Martinasupoqueyaleseríamuydifícilencontrara

Fernanda.Y, sobre todo, supoquenopodríavolver apormí.Élapenas sabíacaminaryellanoeralosuficientementefuertecomoparallevarloenbrazos.Siantes casi no había logrado avanzar, ahora tendría que andar mucho másdespacio.Peroenningúnmomentosearrepintiódellevarloconsigo.Notabasumanita agarrada con fuerza a la suya e imaginó que podría sermi hermano oincluso el suyo, siempre había querido tener uno, y se sintió feliz de haberlosacado de aquel espantoso lugar. Sin ser del todo consciente de que le habíasalvadolavida,sintióquehabíahechoalgoporélquelamayoríadelosadultosque vagaban por la carretera no se habrían planteado. ¿En qué momento lacrueldad convierte al ser humano en un despojo de sí mismo? ¿Cuándo leabandona la humanidad para dar paso a la codicia o al egoísmo? Nunca hepodido dejar de hacerme esas preguntas. Y nunca, ni siquiera ahora, he sidocapazderesponderlas.Ayudándoleasubirporlasrocasycaminandodespuésalritmocalmadodelos

diminutospasosdelniño,Martinalocondujohastalascañasyallísesentócon

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élsobresuspiernas.Concariñoymuchapaciencia,comosirealmentefuesesuhermanopequeño,ellaleenseñóachupardeloslargostubosellíquidodulceynutritivo, y se quedaron allí sentados, mordiéndolas y absorbiendo ese jugo,mientras ella intentaba convencersedeque todo loqueveían alrededorno erareal y que, cuando despertara al día siguiente, su madre estaría allí paraprepararle el desayuno y regañarla, como siempre, por su cabeza llena depájaros. Cuando el niño se sació, se quedó dormido sobre las piernas de ella.Martina las sintióentumecidasporelpesodelcuerpecito,perodurantemuchotiemponosemovióylagentequeseguíapasandoporelcaminonosemolestóenpreguntarles sinecesitabanayuda, siestabanbien, siquerían irseconellos.Devezencuando,sentíalarespiraciónagitadadeél,queconcluíaconungritito,comosisoñaraconalgodeloquenopodíaescaparnienelreinodelassombrasde los que duermen.Cuando el sol empezó a ocultarse, con sumo cuidado, lodejó acurrucado entre las cañas y se acercó a una anciana que los llevabamirandoun ratoparapreguntarle sihabíapermanecidoallímucho tiempoy sihabíavistoaunamujerrubiayguapa.—No—le respondióella—.Losiento,hevistoamuchasmujereshoy,pero

ningunaeracomodices.Todaseranmásbienfeasoestabanmuertasdemiedo,quesiempretedejaunacaradeespantoqueparaqué.Martinasedispusoavolverconelniño,perolaviejalaagarródelbrazo.—Eresunabuenaniña—ledijo—.Esecríonoestuhermano.Loviantescon

su familia. ¿Oera también tumadre quien lo acompañaba y a ti no te vi conellos?—Loencontrédebajodelpuente.Sumadreestámuerta.—¿Ylatuya?Martina estuvo a punto de echarse a llorar. Se resistió, pero lamujer vio la

muecadedolorensurostro.Lecogiódelamano.—¡Ah! Tu madre es por quien preguntas… No te preocupes, niña, la

encontrarás.Tengoalgodegitana,¿sabes?,degitanavieja.SupequeteníaquequedarmeenMálagaparamorirallí.Moriraquísolanomehaceningunagracia.Pero allí nos habría caído una bomba encima y habríamos muerto todos. Nopuedesimpedirlucharportupellejo.Perotú,créeme,encontrarásatumadre.Martinaasintió.Yentoncessediocuentadequelaancianaparecíaestarciega.

A punto estuvo de salir corriendo, pero algo le hizo quedarse junto a ella: elpresentimientodequeloqueibaadecirleeraimportante;quizássípudieraverysus ojos tuvieran ese color blanquecino por alguna enfermedad que elladesconocía. Sintió su nuez subiendo y bajando para tragar saliva mientras

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escuchóalavieja.Eltiempopareciódetenerse;asílosintiómiamigaylocontódespuésmuchasveces.—Tienes que obedecerme ahora: agarra a ese crío y tráelo aquí, pronto

oscurecerá, yanovan a bombardearmáshoy, perodebéis protegerosdel frío.Juntaosamí,micalorossalvará.MimadremellamóAlegríaeldíaenqueelcurasenegóabautizarmeporquehabíanacidodemadresolaenlavida.Algunaveztendráquecumplirselaprofecíademinombre.Seráconvosotrosdos.Martinamiróa losojosa lamujer.Dudó.Sinsabersieraciegaono,síque

parecíaagotadadeviviryolíaasudor.Además,decíacosasmuyextrañas.Selevantó y fue hacia el niño, y enseguida decidió. Tras intentar sin éxitolevantarlo en vilo para tumbarlo junto a la vieja, lo despertó y le sujetó parasostenerloenpieylograrquelasiguiera.Porcierto,sellamabaManuel,ManuelGutiérrez del Río, y sobrevivió a la carretera de lamuerte gracias aMartina;otros muchos como él, al perder a sus madres o extraviarse de sus familias,vagaronporelcaminosolos.Muypocoslograronsalvarse.Medio dormido, el niño siguió a mi amiga y volvió a recostarse donde la

señoraleindicó,acurrucadoentrelasdos.Entonceslaviejasequitósumantaycubrióalosniños,ylesechósufaldatambiénporencimadelaspiernecitas.Lamujernisiquieraselevantócuandosintióganasdehacerpis,inclusoviosentadacómoelsolhuíadeesatierradehombresymujeressinpiedad.Esanochehizomuchofrío,peroMartinayelniñoestabanbientapados,yelcalordelaviejalostempló. No sintieron en sus huesos la humedad que el mar desprendía, ni elsoplo de aliento gélido de los que se iban. Por un instante, agotada,Martinacreyóqueolíaa las flores favoritasdesumadre,unasqueunavezvioenunacasadondetrabajaba,lashermosísimasgardenias.Seacordódeellayapretómásalniñocontrasucuerpo.Después,duranteunbuenrato,antesdecederalsueño,pensóenmíyvolvióa

sentirseculpable:sabíaquellevabatodoeldíasincomerysinbeber,queyosísentiríaentumecidoslosmúsculosydolorenlasarticulaciones,quelasfuerzasmeestaríanempezandoafallaryquequizáestuvieradudandodequeellafueraavolverabuscarme.Peroeraunaniñafuerteyanimosa,yseconvenciódequeyoaguantaría viva al menos un día más y de que ella, a la mañana siguiente,encontraríaasumadre,ylasdosvolveríanjuntasyatiempoalpozo.Entoncescomenzóacantar,suavemente,envozbaja,cercadeloídodelcrío,

mientrasloabrazabaysentíaellatidoylatibiezadesupequeñocorazón.

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ANDRÉSGARRIDO

Anarquistarepublicano

Yodeserté.Ynohaymás.Lohice.Sobrevivídepuromilagro.Ydeserté…Yoqué sé. ¿Qué habría pasado si hubiéramos resistido? SiAndalucía no hubiesecaído…Esoes loquenopuedoquitarmede la cabeza.Tuvimos tanto tiempopara pensar en ello… Vivimos tantas penurias… Pero yo no me he quejadonunca, es lo únicoquemehaquedado, noquejarme jamásde la vida quemeobligaronavivir,queloquepodríahabersidoyanopuededevolvérmelonadie.Yse locuentoaustedporqueahorasíquequieroquesesepa.Quealguien locuente, que alguien lo recuerde…para lo quemequeda ya en el convento…,comodecíaJuanRamónJiménez,nomeimportarecordar,sinocomprender…Aunque,ahoraquemelopregunta,noséquémedoliómásdetodoloqueviví

en Málaga en esos años. Puede que, en lo político, el fracaso del ideal. EnMálaga,laroja,losobrerosteníamosunsalariodemiseria,manosobremanolamitad del año y hambre para regalar. Los caciques hacían lo que les daba lagana, ¿cómo era posible que en las elecciones cuando la Monarquía salieranelegidosdiputadoscatólicosyconservadoressi lamayoríadehabitantesdemipueblo eran todos anarquistas? Y si no lo conseguían por la fuerza de laviolencia, lo hacían por la de la necesidad: los jornaleros vendían su voto acambio de comida o, incluso, por la ilusión de trabajar algún día. Parasolucionarlo, solonosotrosveíamoscomosalida lacolectivizaciónde la tierra.Paralosdemás,esoerahacercomolasbestiascomunistas.Ylosinglesesricosdormíanenblancoshotelesoengrandescasasmaravillosasconfachadasdeesastanexóticas,palmerasyviñasdeuvasdulces.Cómolesgustabanalosingleses.Muybienarregladosyalgohorteras,aunqueellosnosabíanniloquesignificabala palabra; con alpargatas que se ponían con calcetines, que risa daban; tanrosadasupielqueparecíansalchichasdecerdo;ypocohabladores…paraloqueles valía hablar… Si nadie los entendía. Buscaban nuestro sol, nuestro mar,

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nuestrabrisa,nuestracomida,nuestraalegría.Yalosmalagueñosnosmirabancomo a un suvenir, con extrañeza, pero con curiosidad. Les parecíamosdiferentesysedivertíanconnuestrarudeza.Esverdadqueéramosmuybrutosentonces,muchossíqueloéramos.Yellosnosqueríanverdelejos.Lamiseriade los barrios de pescadores les parecía pintoresca, aunque nuestro gazpachoteníademasiadoajoparaellos.Sinembargo,elgazpachodepandesmigado,ajo,aceite de oliva, vinagre y huevo escalfado, había servido para calmar lahambrunade los campesinos del sur desde siempre.Agrio comonuestra vida,quealashijasdeaquellosadineradospompososlesgustabafotografiarconsuscámarasúltimomodelodesdelaspuertasdenuestraschozas,entrepolvo,llantosyratas.Cerca,perolejos.AlllegarlaRepública,decuandoencuando,nosatrevimosairalahuelga.La

guardiacivil tardabaunpispásenmetera loscabecillasenloscalabozosdelaProvincial.Y,siselesocurríaprotestar,deuntiroloarreglabanrápido.Perolaprimaveradel36algocambió:Málagaquiso luchar.Empezamosa creer en lajusticiayasoñarconunavidamejor.LoscomunistasmalagueñosllegaronalasCortes madrileñas. Comenzó a haber algo de trabajo y los jornaleros inclusoduplicaronsusalario,hastacincopesetas;lasjornadasdesolasolseredujeron;se revisaron los contratos de arrendamiento de las tierras y los repartos dearbitrios; se crearon la JuntaMixta de Patronos yObreros paramediar en losinjustos desahucios, la Ley de Fronteras, la de Laboreo Forzoso y otras queintentabanprotegernos;hastaseempezaronaexpropiarlatifundiosabandonados.Alosterratenientesselesatragantóelvinodulceyempezaronallamarlocomoala ciudad: Málaga, la roja. ¡Cómo me gustaba ese nombre! Los anarquistasqueríamos decidir en cada pueblo, de pocos a pocos, cómo vivir. Pero, sobretodo, loquequeríamosera lucharcontra las tiranías, lasde izquierdaso lasdederechas.¿Acasohaydiferencia?Marxistasomilitares,quémásdaba,queríanobligarnosavivirconsusreglasynosotrosqueríamoshablar,necesitábamosquenos escucharan, que dejaran de ningunearnos.Málaga se llenó de anarquistas,más que cualquier otro lugar deEspaña, incluso queCataluña. Patria, tierra ylibertad.¿Cómo iban lospoderosos a consentir esto?Elgolpede losmilitaresllegó rápido. Al principio pensamos que nos beneficiaba: ¡por fin podíamoshacerlarevolución!PeroMálaga,laroja,lopagóconsufrimientosinfin.Aunque lo personal dolía incluso más. Eso seguro. Yo tenía una novia

entonces.Antesdelaguerra,quierodecir.Eraguapayqueríacasarseconmigo.Eso era todo lo quequería.Hasta tal punto lo quería que incluso la desvirguéantesdesaliralfrente,ynoeratanfácilcomoahora,poresoselocuento,que

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nosevaustedaescandalizartampoco.Aunquenoéramosunosmojigatos,sinohabía promesa dematrimonio, difícil resultaba llegar a ganarse los favores deunahembra.YmuchomássieracomomiMarijose.Ynohablarémásdeeso,porrespeto.Perocómodisfrutó,noparecíanohaberconocidovarón,aunque,loqueseencontró,bienquelegustó.PobreMarijose,loquetuvoquepasar;aunque¿quémáspodríahaberhechoyo

porella?Sivolvíabuscarlay todo.Sí.Yomehabía idodeMálagaunosdíasantes,comocasitodoslosmilicianosrepublicanos,queallíningunoquedóparadefender la ciudad, ¿cómo podríamos haberlo hecho? Hasta nuestro coronelVillalba, el jefe militar de la región, desertó. Él había sido enviado por elGobiernodelaRepúblicaeneneroparaorganizarladefensa,eraelcomandantede la plaza.No sé si ese era trigo limpio. Demasiado deprisamandó evacuarMálaga.Muchosdijeronquenosvendióy sepasóa los franquistas,queno lomataronporqueloshabíaayudadoaconseguirMálaga.VolvióaEspañatraslaguerrayFrancoleperdonólavida.Raro,¿no?Siesealprincipionoperdonónia su padre. Pero, de todas formas, ¿qué podría haber hecho el desgraciado deVillalba?SucapitándeMilicias,Mazuela,sequedóylofusilaron.DicenquedeVillalbaeralamanoincorruptadeSantaTeresaqueFrancomantuvoasuladotodalavidayquelepidióaellaquelosalvaradelamuerte,décadasdespués,claro.Elmuyhijodeputa,bastantevivióya,sí…Perocontinúo…Sinbalas,sinhombres,sinrefuerzos,sindefensaantiaérea,¿sepuededefender

unaciudadcomoaquellatanexpuestaporelenormepuertoyencajonadaentremontañas?Sehabríapodido,ymuybien,sinoshubierandadoconquécojonesdisparar, pero los de Madrid no lo hicieron. Malditos gerifaltes. ¿Se puededefenderunaciudaddeunejércitosoloconelcorazón?No,nosepuede.Solosepuededefenderelhonor.Ydeesononosquedómuchodespuésdeaquello.Yonunca lo he contado, jamás. Y no por miedo ni por vergüenza, que cuandoterminólaguerraotrosteníanmuchomásqueocultarqueyo.Yoeratansolounchavalquemefuiconlasmiliciasporqueallíalmenosnohabíamandos,elotrosí era un ejército de verdad. Pero, tal como se pusieron las cosas, lo mismopodríahaberterminadoenelotro;dondemetocó,alláfui.Comoluegometocóirme,cuandoyasesabíaqueQueipodeLlanotomaríaMálagasinremedio.Ytodavíamerepateapensarquenosdejarantirados,peroesofueloquepasó.

Aunque los de nuestro bando se lo callaran como putas y nadie dijera ni estabocaesmía.Nisiquieraennuestrosperiódicossedignaronacontarlaverdad.ElABCdeMadrid,orgullode los republicanos (luego losotrosseapropiarondel

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nombre,queselesdamuybieneso),noseatrevióapublicarquefueronlosdenuestropropioGobiernolosquenoenviaronrefuerzosatiempo.Averporquétodo esto no se ha sabido. Unos lo ocultaron por vergüenza, por habernostraicionado;losotros,porsucrimen,demasiadograndeparahacerlavistagorda.Eralaguerra,esloquesiempresedice,yenlaguerradebedeserquelatraiciónnoestápenada.Loúnicoquesepenaenunaguerraeslabuenafe.El Gobierno de la República no tenía un ejército organizado, casi todos los

militares de carrera se pasaron a Franco, pero había muchos frentes dondeteníamos que defender la República. Y dejaron vendida Málaga por intentarsalvarMadrid y porque los anarquistas andaluces les dimos igual. El coronelAsensio,subsecretariodeGuerra,odiabaalPartidoComunista.ElcomisariodelsectordeMálaga,Bolívar,eradiputadocomunistayelComitédeguerraestabadominadopor loscomunistasy losanarquistas.ElGobiernodeMadridestabacabreadoconAndalucía:«niunabalamásparaMálaga»dicenquedijoLargoCaballero, el ministro de la guerra, y se negó a enviar los refuerzos quellevábamossemanasesperando.LuegonosenteramosdequelodequeMálagaestuviera atiborrada de anarquistas y comunistas hizo que los socialistasmadrileños decidieran que, puestos a defender a alguien, mejor defenderBadajoz,queallí eranmásde los suyos.Cuandopor fin enviaronunabrigadamixta de Valencia y otra brigada de la Internacional, los franquistas habíanllegado a Castelldefels; allí los pararon. Andalucía ya se había perdido. Elministro cayó entonces, los comunistas usaron esa traición en su contra y, enparte,fuetambiénlaperdicióndelosrepublicanos.Yanolosodio;medanpena,solamente.Muchapena,quemirequeyosiempre

he seguido pensando que la única solución que tiene el hombre es librarse detodoslosyugos,losjefesylosquelesdicenalosdemásloquetienenqueser.Sobre todo,hayque librarsede losquenosgobiernan.Poresoentonceshabíaque matar a los incurables, los que no tenían remedio, los corruptos y losmalvados.Lajusticiapideeso.Peronomehapreguntadoporquésoyanarquista(nitodoslosFrancosdelmundohanconseguidoquelodejedeser),asíquelesigo relatando lo que quiere saber. Yo deserté… Pero ¿cómo podíamosvencerlos?Nosotrossolo teníamosdenuestraparte la justiciay la razón.Peroconlarazónnosemata,alcontrario,generalmentesemuere,porquelarazónesley,y la leynormalmente les importapocoaquienesoriginanunaguerra.Asíque yo también me fui. Deserté. Sí. Escríbalo. Escríbalo ahí mismo, en esalibretatanbonitaquelleva.Siquiere,seloescriboyo.

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Nomesientoorgullosodeaquello.Nuncaselocontéanadie,¿selohedichoya? Pero ahora me queda poco para morir y pienso que, a lo mejor, si lohubiéramoscontadoantes, sehabríahecho justicia.Hayqueaceptar la justiciasobreunoparaqueactúesobretodos.Peroyaledijeque,amenudo,laleyylajusticialasaceptanmayormentequieneslasnecesitan.Ynodejequemeenrolleoestáustedperdida.Amediocaminocorriólavozdeloqueestabanhaciendoconlasmujeresesos

cafres cuando entraban en las ciudades y volví a por mi Marijose. Miscompañerosme llamaronmeapilas y tontodel culo, losmás amables, peroyopodíadejarindefensalaciudad,peronopodíadejarallítiradaalaqueibaasermimujer.Esonoestábien.Deningunadelasmaneras.Asíquevolví.Minoviano tenía ideas políticas, ni sabía que era eso, no era nadie como no lo eratampocoyo,quemehiceanarquistabastantetarde—¿esoselohecontado?—yhasta me reprendía cuando me entró esa vena y empecé a hablar de matar anuestros patronos, que no necesitábamos ninguno, si nos hubieran dejado unpoquito de libertad y hubieran demostrado solo una pizca de generosidad conquienes se morían de hambre, qué diferente sería ahora esta España nuestra,porqueya íbamoscaminode seralgomejores.Ahora, todoestámásclaro.Laanarquíaeslaúnicaformaposibledequeelhombrepuedaserloquequiere,sincadenas que lo aten para beneficiar a otros. Pero mi novia tan solo era unamodistillacomotantasotrasquesebuscabaelpancosiendoparalasesposasdelosingleses.Menudamanotenía,ynosoloparalasagujas.Yomesentímuchomejorcuandoregreséaporella.Perolamuytontanoquisovenirseconmigo.—Vete,Andrés, que yo no hematado a nadie, ni he ido a ninguna protesta

contralospatronos,nihehechoningunahuelga.Nisiquieraséporquélucháis.Yestaesmiciudadyaquívoyaquedarmehastaquememuera.MenudaeramiMarijose.Sidecíaqueno,eraqueno.Yamímehabíadicho

que sí,pero luegosequedóenMálaga, con sumadrey supadre,quenoeranviejos pero tampoco jóvenes, y no querían moverse del barrio donde habíannacido, ¿a dónde podrían haber ido? Pero los moros, cuando llegaban a unaciudad,teníandemargenalgunashorasparahacerloquelesvinieraenganayrobar,robabantodoloqueencontrabanasupasoparaluegovendérseloalosquesehabíanquedado,peroloquemáslesgustabaaesoshijosdelagranputaerannuestrasmujeres.YletocóamiMarijose,comoamuchasotras.Lapobre,quenomehabíacreídocuandoseloconté,aversimetiéndoleelmiedoenelcuerpomeseguíahastaAlmería.Perono.

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Peroestoyaselohabráncontadomilveces,tambiénlodelosvecinosdetodalavidaqueseconvertíanentusverdugos.Quesehicierontodosfranquistasderepente…EsosfueronlosquelaacorralaronenelPaseodelosTristes,laatarona un platanero y le raparon su larga mata de pelo. Eran unos cuantos, quévalientes. Se llevaron a otrasmás que habían «tonteado» con alguno del otrobando, y, después de pelarlas, les hicieron beber aceite de ricino. Luego lasdejaron allí atadas, una gracia, y entonces llegaron los otros, los morosdesgraciados que las remataron.Lo de siempre, sí.Aunque almenos a ella ladejaronviva.Yalopeorestonoleinteresa,porqueestolohemosvistoenlaspelículasyenlasnovelasmilvecesyparecequeya,afuerzaderepetirse,pasacomoconlasorugas,quecampeantantoporelhuertoquenotemolestan.Hastaquetelascomesconlalechuga.Puesigual,peroconlahumillación.Ahoranose entiende lo que significa, quedamos pocos que sepamos lo que el ricinoquemaenlatráquea,lasnáuseas,losvómitos,elhígadoqueseencogeyteroelasentrañas…¡Canallas!Siluegolasibanamatar,¿paraquéhacerlessufrirasí?Aveceshepensadoqueella inclusomeagradeceríaentoncesque lahubiese

desvirgado,porquede todasformasnosecasóconmigoporquenoquiso,peroasíalmenoscuandoelhijodeputadelmorolavioló,noledoleríatanto,creoyo.Cómomearrepientodenohaberlaobligadoavenirseconmigo.Peronolohice. Así que volví a subirme al caballo yme fui por donde había venido, yentoncesme encontré con todos esos vecinos que huían por la carretera.Quévergüenzasentídemímismoydemiscompañerosmilicianos.Aunquenovayaacreerque loque los fascistasdijeron luegodenosotroseraverdad. ¡Quememuera aquí mismo si lo fue! Nosotros no usamos a los niños en la carreteracomoescudoshumanos.¡Esoesmentira!…¡Mentiraygrande!Pobres,pobres,pobres, pobres… Aunque lo que me encontré en la carretera mejor no se locuento, que seguro que ya lo sabe, porque aún me da más vergüenza de mímismo. Yo no podía mirarlos a la cara, tantas criaturas muertas, tantasmujeres… eso es todo lo que yo vi. Muertos, muchos muertos, y vivos queparecían muertos. Y moscas. Muchas moscas. Y cuervos, los cuervosrevoloteaban por la carretera.Me habría gustado dispararlos, pero ¿para qué?Vendríanmás. Allí había un banquete para todos ellos. Un banquete para loscuervos.Ylasratas.Tanrobustascomogatos.Jornaleros,obrerosycampesinosmiserablesquenovalíanparasusasesinosniunaperragorda.Así, conpintadeestarmásmuertaqueviva,mesalióalpasounamujer.Ni

todalamierdaquellevabaencimalequitabaunápicedehermosura.OalmenosasírecuerdoyoaFernanda.Rubia,pechugona,llamativa.Sepusodelantedemi

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caballo.Tuvequetirarfuertedelasriendas,aunqueaquellabestiajamáshabríapisadoaunamujer,lostiroslehabíanvueltounpocoinestableyseasustabaymecostabamuchocontrolarlodenuevo.Malaspulgas se llamabaese caballo.Jamásolvidarésunombrenielmuchobienquemehizosucompañía.Muchomásquelaspersonas.—Porfavor,tienesqueayudarme—mesuplicólamujer.Teníaloslabiosajadosylosojosrojosdelpolvodelcaminoydelahumareda

delapólvora.Lediaguademimorralqueellabebióconansia.Cuandoterminóde echar el tercer trago, se abrió la camisa ante mí. Sus pechos eran tanhermososquenopudeevitarmirarlos.Mebajédelcaballo.Elladebiódepensarquemehabíangustadoymesujetóconfuerzaporelcuelloparaevitarquemeacercarademasiado.—Antestienesquejurarmequeencontrarásamihija.Yoyanopuedomás,si

sigobuscándola,nopodréllegaraAlmeríaniconellaniyosola.Cuandomelojures,túyyosalimosdelcaminoytedejohacerconmigoloquequieras.Sentítantapenaporesamujerquelaabracé.Nosemovió.Creoquesehabía

dadoporvencidayyanoteníafuerzasnipararesistirseamí.Lasolté.—Dimedóndecreesquepuedoencontrarla.Haciaatrásyanosepuedevolver,

losfranquistashanentradoenMálagayestánavanzandoconcarrosdecombate,un ejército demoros y varios de legionarios e italianos. Si tu hija está en esadirección de la carretera, no podré hacer nada por ella. Pero si está de allí enadelante,teayudaréabuscarla.—Vamos,entonces,ahídetrásnonosveránadie.Mediolamanoytiródemí.Yonomemoví.—Cúbrete,porfavor.Noséquiéntehascreídoquesoyoquiénerestú,pero

nonecesitoquemedesnadaacambio.Dimecómotellamasysubealcaballoconmigo, la buscaremos los dos; si quieres, cuando la encuentresmedices dedóndehassacadotantatristeza.Latristezaenunaguerracomoestaesnatural,peronadieteobligaaconvertirteatimismaenunpedazodecarne.Seechóallorar.Mehizosentirmeaúnmásmezquino.Perolacomprendí,cada

unoenesaguerrallegóalmáximoquelaruindadnospermitiódardenosotros.Yo deserté, pero tuve suficientes arrestos para volver a buscar a lamujer quequería. Fernanda me ofreció lo único que tenía y que creyó que podríaconvencermeparaquelaayudaseabuscarasuhija.Losdosdemostramosnoloque éramos nosotros, sino lo que habían sido todos aquellos con quienes noshabíamosencontrado.Laayudéasubirsealcaballo.Elcontactoconsucuerpomehizoestremecer.

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—Es probable quemi hija esté con otra niña—me dijo enseguida—.Tienenueveaños,esaltaparasuedad,mihijaesunpocomásdelgadaymásbaja.¿Silasencuentras,podrásllevarlasalasdoshastaAlmería?—Contigosobreelcaballoahora,secansarámuchoantes, luego,dependede

dóndeestén,esposiblequenopodamos llegar loscuatro.Llevayavariosdíascaminandoynoesdemasiadojoven.Nosécuántoaguantará.Lamujerlopensóuninstanteymedijoquemedetuviera.Enseguidaseapeó.—Llévalas a las dos a Almería. Yo iré por mis propios medios. Allí nos

encontraremos.Mihijase llamaMartinaysuamiga,Azucena.Esta llevaunoszapatitosrojosdecharol.Seguroquetienenhambreyestaránasustadísimas.—Perosubealmenoshastaquedemosconellas.—Túlohasdicho.Sisuboahora,estaréagotandoalanimal.Nopodemossaber

cuántotardarásenencontrarlas.Seguroqueloharás.Yoprefieroquedarme;así,sigobuscandopormi cuenta, aunque sea solo en dirección aAlmería.YomellamoFernanda,¿ytú?—Andrés,paraservirte,perosoloporqueyoquiero.Mediolasgracias.Novolvíaverlelospechos.Peronuncamearrepentídeno

habermeaprovechadodesuofrecimiento.Bienquepodríahaberlohecho,bienque lo hicieronmuchos de otrasmujeres igual de indefensas y de necesitadasque ella, y sin que les dieranpermiso, soloporque sí. Porquepodían.De eso,pocosehahabladodespués.Peromuchasloperdierontodoenesasinrazón.Entodaslasguerrasocurre,ellassonlasquesiemprepierdenmás.Enunmundosinleyes,sonlasmásdébiles.CómomeacuerdodemiMarijose,entiendaporquése lo digo…, por suerte, se salvó, pero ¡y lo que tuvo que aguantar! Ella ymuchas más, por ser el últimomono en esa España llena de privilegios paraalgunos en las que importaban menos que un pimiento, fueron acusadas detraición, peladas, insultadas, maltratadas, violadas, encarceladas, torturadas,asesinadas.Ellasysushijosnonatosoyaenestemundoquesufrieronloquenoimportóanadie.Loquesiguesinimportar.Albuscaraesasdoscrías,yolosupebien.Lo que vi en la carreterame ha perseguido desde entonces. Pormuchosañosqueviva,noconseguiréentenderquéhabíanhechoesascriaturasparasercastigadas con la saña con que las atacaron. Y la mayoría allí eran mujeres.Cuéntelo, sí, cuéntelo,quealguien tendráqueponerloporescritoparaque losquevenganlorecuerden.Loquehicimosmalyloquehicimosbien.Yo respeté a la Fernanda e hice lo queme pedía. Sin descanso, sin que los

bombardeosde esos cabronesmehicierandesistir, sinperder la esperanzapor

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encontrar a dos niñas solas entre otrasmiles. Eso fue lo queme devolvió, enpartealmenos,elorgullodemímismo.

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CAPÍTULOXII

Lamadre deMartina se bajó del caballo del anarquista Andrés sabiendo quetenía pocas posibilidades de llegar a Almería. Aturdida por el hambre y elcansancio,conlospieshinchadosymultituddeheridasenlaspiernasyenlospies,suúnicaesperanzaparasobrevivirproveníadelailusiónporvolveraverasuhijaconvida,porquesabía—sí,losabía—queaquelhombreconelquesehabíatopadonosencontraríaalasdosynos llevaríahasta laciudad.Aveces,esascertezasqueprocedendelcorazón son las que nos dan el equilibrio suficiente para seguir adelante. Soncomolasprofecíasautocumplidas,que,de tantorepetirse,sematerializan.Ellatenía la convicción, algo patética, aunque invencible, de que su hija no serendiría y de que, de algún modo que no podría haber precisado,Martina setoparíaconelanarquistadesertor.Siguió andando, arrastrandoya los pies, pues el agotamiento de tantas horas

conelcorazónenvilorecorriendokilómetrosdecarretera,ymásaúnloqueenellatuvoquepresenciar,habríanextenuadoacualquiera.Isabelllegóentoncesalrío,muchos estaban en sus orillas intentando calmar su sed, pero la corrientehabía subido y atravesarlo a pie era una temeridad. El puente demadera queantespermitía salvarlo sinpeligrohabía sidodestruidopor losbombardeosdelosbarcos,yFernanda,yaselodijeantes,nosabíanadar.SeacordódeIsabelylamaldijo,puesnopodíahaber tenidomás razóncuando lehabíadicho,entreburlas,queaprenderanadarpodríasalvarlelavida.Sinembargo,apensarsíhabíaaprendido,comotodoslosquedebensuperarse

asímismosporquesonloúnicoquetienen.Viocómootroshacíanparapasarsin que la corriente los arrastrara y decidió imitarlos. Se sentó a esperar laoportunidad,cercadeltramopordondeelaguallevabamenoscaudal,intentandonomirarasualrededorparaignorarelcementerioenquesehabíaconvertidolacarretera, la que todos conocerían en voz baja desde entonces como «de la

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muerte».A las claras, de viva voz, nadie, ni unos ni otros, reconoció ante losdemásqueeldiablohabitóeneselugardurantemuchosdías.Fernandano tuvoqueesperardemasiado.Alcabodeunamediahora,avistó

una camioneta que tendría que atravesar el río. En cuanto la tuvo losuficientementecercayaprovechandoelfrenazoquenoteníamásremedioquedarparapasar sobreelagua, seaferróalguardabarrosy,por si le fallaban lasfuerzas,sequitóelcinturónquesujetabasufaldayloatóaunapiezametálicadelcoche,quejamássuponombrar.DeesemodopasóFernandaelGuadalfeoasupasoporSalobreña,tiritandodemiedoydefrío,yempapadahastalacadera,ysalióconvidadeél,bienamarradaalvehículo,queatravesóconsumocuidadoel caudal, en primera y cuidando bien de por dónde.Deprisa, antes de que lacamioneta acelerara para seguir su camino, Fernanda se soltó y se dispuso areanudarsuviajeapie.Lacamioneta,llenadebarro,polvoysuciedad,sedetuvoyalguienasomólacabezaporunadelasventanillas.—¿Fernanda?¿Erestú?Aloírsunombre,lamadredeMartinasienteganasdellorar.Elnombreesel

másimportantedenuestrosrasgosdeidentidad,elmásíntimo,elqueprimerotediferencia ante los demás. Al escucharlo, Fernanda se cree, por un momentofeliz,denuevounapersonanormal,laqueamaasumarido,laquedisfrutadelastardesdelluviasentadaenelpatiodeatrás,juntoalgranlimoneroolorosoyhenchidodelimones,laqueadoraverdormirasuhija,laquetrabajadesolasolparaganarseelpan,laquedejódeiramisacuandosemuriósuabuela,enfadadaconesehuidizoDiosquenoescuchabayconquien,porcierto,jamássevolveríaareconciliar.Nisiquieracuandolellególahoraaellaysintióelmiedonerviosodesaberque,sindiosescerca,elcielonosehallaríaasualcance.Durante ese instante en que escucha su nombre, añora lo que había sido en

algúnmomento,pero,almismotiempo,sealegradetenerlacertezadeserquiencreeynolapiltrafadepiel,pelo,carneyhuesosenlaqueotrosestánintentandoconvertirla.Elhombrevuelveallamarlayentoncesalfinaldesunombreagregainclusosu

apellido,yFernandasequeda,duranteunmomento,petrificada.Él,alnorecibirrespuesta,sebajadelacamioneta.—Diosmío,Fernanda,claroqueerestú,pero,mujer,¡estásempapada!¿Sabes

algodeMiguel?¿YMartina,dóndeestá?PorelamordeDios,¡háblame,quemeestásasustando!Al fijarse en quien se dirige a ella, lo reconoce de súbito: su travieso primo

Francisco,eldesutíaPaquita,lamayordelashermanasdesumadre.Elquele

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pegaba siempre que ella se chivaba porque se comía los tomates en lugar depelarlosparacocerlosalbañomaríayponerlosenconserva.Seabrazaaél.Dehecho,seacurrucaentresusbrazosydeseacontodaelalmaquenadaninadiepuedanobligarlaasalirdeallí.—Venga, venga, ya me contarás después. Ahora sube con nosotros. Te

hacemossitiocomosea.DebemosllegaraAlmeríacuantoantes,quelastropasde Queipo de Llano avanzan a buen paso y aquí ya nada podemos hacer loshombresdebien.Cuántoshombresdebienhuboenesaguerra,cuántos,pensésiempre,de los

dos bandos. Y cuántos ni llegaron a saber a cuento de qué los asesinaban.Fernandasubealacamionetaayudadaporsuprimoysesientaenelasientodeatrás,entreotrasdosmujeresyunhombrequelasaludanalentrar.Lasreconoceaellasyaél,peroledaigualporquedeseasobreviviratodacosta,yviajarconlasmonjasyelcuradelconventodeLaAsunciónsolopuedeserunaseñaldeque Dios está de parte de todos ellos. Aunque tampoco entonces le vuelve adirigirlapalabra.—¿YustedestambiénquierenirseaAlmería?Lespreguntaellaalcabodeunrato,cuandohaterminadodebeberelaguaque

le ofrecen y de comer lo que le dan de un zurrón de cuero bien repujado yrecuperalacapacidadylasganasdehablar.—Tenía entendido que los clérigos se sentían bien con las doctrinas del

bigotudo.Diceella,olvidandoporunmomentoquenosabedepartedequiénestánnilas

mujeresnielhombredefe,nielrestodepersonasqueacompañanasuprimo,quesonunascuantas,arrebujadascomopuedenenelauto.—Notodoslosclérigospiensanasí.Nosotroscreemosenlaigualdaddetodos

loshombres,enlapaz,enlavidaynoenlamuerte.Hijamía,yotebendigoytepido perdón, si otros en el nombre de nuestro Dios todopoderoso te hicieronalgúndañoatioalostuyos.Fernandamiraalcura.Noleresponde.Nopuedeexplicarleque,desdeesedía,

ellahaperdidoparasiemprelacapacidaddeperdonar.

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CAPÍTULOXIII

A lamañana siguiente,Martina abre los ojos antes que el niño.Ya no puedeaguantarmáslasganasdeorinar.Apenassaleelsol,sedestapa,selevantaysealejaunosmetros,hastaadentrarseentrelascañas.Ledatiempoacontarhastatreinta mientras hace pis, esa costumbre tonta que ahora le hace añorardolorosamentesucasaysuretrete,apesardesertanincómodo,unagujeroenelsuelo en la letrina del patio. Pero enseguida regresa con el niño y la vieja.Élsiguedormido,nosehamovidoentodalanoche.Ellanolohasentido.Lamujerpermanecerecostadajuntoaél.Martinamirasusrasgos,supieloscura,supelorecogido en un moño cuajado de canas, las arrugas que dibujan un territoriomarchitosobresupiel.Duermetambién.Martina se sienta a su lado y abraza al niño.De refilón, toca lamano de la

mujer. Está helada. Martina se asusta. Le pone la palma sobre su boca ycompruebaquenosientesurespiración.Colocalacabezasobreelpechodelaanciana, con el oído encima del corazón, y se queda quieta, esperando, perotampocooyesuslatidos.Ellanisiquierarecuerdasunombre.Condelicadeza,leestira los brazos, que aún no muestran las señales del rigor mortis, sobre elcuerpo,latapabienydespiertaalpequeño.SevaallamarAlfonsito,igualquelehabíadichoyoqueseibaallamarmihermanito,comosipresintieraquejamásllegaríaanacer.Élabrelosojosylesonríe,yesasonrisasirveparaqueMartinatenga ganas de reanudar su camino. Aunque también le recuerda que yo sigoesperándolayellaapremiaalniñoparaqueselevanteysepongaenmarcha,nosabedurantecuánto tiempopodrépermanecer sinbebery sincomer,peroellatienemuchahambre,aunquehabebidoycomidoenelcañaveral.Yyono.Esoestodoenloquepuedepensarahora.Tocalascáscarasdehabasqueguardóensubolsilloparamíysecerciorade

que siguen allí, junto a los trozos de cañadú que arrancó para llevarme alagujero, pero eso no le hace sentirsemejor; al contrario, tiene la urgencia deecharaandaryporesolebajaconprisalospantalonesyloscalzonesalniño.Él

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apenasorina,sincasiaguanipanqueecharsealabocaenlasúltimascuarentayochohoras,pocohaydentrodelcuerpecito,ymiamigasealegramuchodeverleexpulsar solo líquido; no quiere imaginar lo que habría tenido que hacer sihubierasidodeotromodo.Vistosasí,losniñosnosontangraciosos.Después,apedradasyrasgandocomopuedelabase,vuelveaarrancarmáscañasyamboslaschupanenseguidaconansia.—Estánricas,¿aquesí?Aunqueyoyaquierocomerhuevosfritosconchorizo

algunavez.Al echar a andar, duda: si continúa hacia adelante, se aleja de mí y, si no

encuentraenseguidaasumadre,alvolverabuscarme,tendránqueinvertirenelregreso elmismo tiempoque ha tardado en recorrer ese trecho en dirección aAlmería, y quizás llegará demasiado tarde. También se da cuenta de queFernanda podría haber vuelto hacia atrás para intentar dar con ella. ¿Cómosaberlo? Es imposible adivinar hacia dónde debe moverse. Sin embargo, hayalgodeloquetampocoentoncesvacila:sumadresigueconvida,nosabedóndenienquécondiciones,peronose leocurrepensarniunavezque lasbalas,elhambre o la enfermedad las hayan separado para siempre.Con esa seguridad,decideempezaraandar,sindecidirconscientementeenquédirección.—Damelamano,Alfonsito.Tenemosqueirnos.El crío se agarra a ella y echa a caminar despacio, aunque tampocoMartina

podría hacerlomuchomás aprisa, la cañade las alpargatas se le deshizohacetiempoysoloselehaocurridoliaralrededordelospiesunosjironesdeteladeuna camisa que alguien abandonó, y los guijarros se le clavan en las heridasabiertas.Sinpensaryahaciadóndesedirige,empiezaa seguira losotrosquecontinúan en la carretera, cada vezmás agotados, más hambrientos, entre lasmuchas viejas que, derrotadas, se sientan a esperar la muerte mirando elamanecer,mientraslahumedadhielalapielyloshuesosduelen;yapartandolamiradadelosmuchoscadáveresquealgunossehanmolestadoenarrinconarenhilerasenloslaterales,cuyoincipientehedorempiezayaainfiltrarseenlanarizencuantolabrisadelmarsoplaenladireccióninapropiada.Pero ella no se queja ni unavez, ni se le ocurre quedarse sentada a esperar.

Conelmismoafánporencontrarasumadreencadapasoqueda,seponeotravez a cantar porque ha descubierto que las canciones ahuyentan los malosaugurios, laspenasyquecalmanaAlfonsito,yambossealejandelaanciana.Vuelvelavistaunavezylamira.Ahorarecuerdasunombre:Alegría.YAlegríaleshasalvado lavida,comoella lesanunció.Ysehace lapromesadeque, si

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algunavezvuelveaverasutíoEsteban,elquecantasiemprequetieneganasdellorarodereír,lepediráqueleenseñeunasalegríaspararecordarlasiempre.Yyo,porsiselopregunta,queridaescritora,enesemomentoyallevabahoras

despierta.Elhambreylasedsonsensacionesextrañas,lomismoteadormecenquetedesvelan,poreldolorenlastripasoalsoñarquebebesdemanantialesdeagua cristalina. También había dejado de mirar hacia arriba y de intentaragarrarme a las raíces para escapar.Me cansé y además, sime levantaba,memareaba,asíquedecidíesperarallíalamuerte,oalavida,sinhacernadamásporlucharnipordecantarlabalanzahaciaalgunodelosdestinos.Esloquemásdifícilnosresulta,acatarnuestrasuerte.Siemprepensamosque

podemoshaceralgoporinfluirenella,queelmúsicoquetriunfalohaceporsuspropiosméritos;queelcantantequellegaavivirdesupasiónselomereceporsu trabajo,por lacalidaddesuvoz,porsugransimpatía;queelnovelistaquevendemillonesdeejemplaresdesuprimeraobrapublicadaselomerecíaporqueesateníaalgoespecial,diferentedelasanterioresdesechadasy,enciertomodo,de las futuras; que el dueño del bar de la esquina quien, a base de sudor yraciones, consigue clientela y llega a crear una cadena vendiendo mollejas yentresijos,lologróporsuprofesionalidad;queFrancoganólaguerraysehizoconelpoderporqueselomerecía.Pero no es verdad. Franco no se lo merecía y llegó a gobernar como un

dictador cruel España porque tuvo la suerte de que el resto de los paísesdemocráticos temiesenmás aHitler que a su propia conciencia. Fue la suerte.Simplemente.Cruelmente.Delmismomodo, solo la suerte interviene para que el anarquistaAndrés, a

caballo, pase junto aMartinay el niñoAlfonsito y, aunquebusca a dosniñasmásmayoresynoaunaniñayuncríoqueapenassabeandar,sedetenga,porpiedad, a darles debeber y a interesarse por ellos.Martinano llora cuando leresponde,trasofrecerleaguaalcríoytomarlaelladespuésdelacantimploradeaquelhombre:—Señor,heperdidoamimadre.Aladeéllahemosdejadodurmiendodebajo

deunpuentequehanbombardeadolosbarcos.TienequeayudarmeairabuscaramiamigaAzucenaosemorirá.Puedequeyasehayamuerto.AAndrésleimpresionalaenterezadelacría,laformaenquehadadodebeber

alniñoantesdehacerlo ella, lavoluntadde su ruego, lavalentíade suvozalpedirleayuda.Ydealgúnmodoreconoceenellaalamujerdelcamino.Detalpalo,talastilla.—¿TumadresellamaFernandayesrubiayguapa?

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Martinasetocaelpelocomohacesiemprequeseponenerviosaysoportalasganasdelloraralresponderle.—¿Lahasvisto?¿Dóndeestá?¡Llévameconella!MartinasueltaalcríoytiradelasbotasdeAndrés,quientienequeacariciarla

testuzdelcaballoparaamansarloantelacercaníaylosmovimientosinesperadosdelaniña.Noestáacostumbradoatratarconcríos.Justoigualquesujinete.—Tranquila, chica, que tu madre está viva y coleando. Ella me mandó a

buscarte.LlegaráaAlmería,estoyseguro.Martinaleagarradelamano.—¡Porfavor, llévameconella!—Pero,de inmediato,recapacita;muchomás

nerviosa, grita:— ¡No! ¡No me lleves con ella! ¡Tenemos que ir corriendo abuscaramiamiga!Meestáesperandoynotieneaguanicomida.¡Sevaamorirsinonosdamosprisa!¡Vamosabuscarla,yosédóndeestá!MartinasesubealcaballoencuantoAndrésledicequelaayudará.Alnotarla

pieldelanimalensuspiernas,sesienteunpocomejor,quierecreerquetodosubríoestáasuservicioyquellegaránatiempo.YelanarquistadesertadojamáshatenidoensusbrazosantesauncríodelaedaddeAlfonsito,pero,encuantolocogeparaayudarloamontarseenlagrupaylocolocaentreélylaniñaparaquenoresbale,sabequeestáhaciendoalgomuyespecial.Algoqueleresarceunpoco de su cargo de conciencia, de la sensación de no poder salvar a todos aquieneshafallado.Nosiempreesposiblevolveratráscuandounoactúamalnisiemprenosatormenta.PeroaAndréssíleimporta,yayudaraesoscríoslesirveparasentirse,denuevo,unpocomenosmezquino.

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CAPÍTULOXIV

Martinasupoindicarlealanarquistasindudarniunavezdóndemehabíadejado.Amedidaqueretrocedíanhastael lugarenquehabíamosresbaladodentrodelhoyo,ellaseguíamirandolosrostrosdelosquecaminabanporlacarreteraconlaesperanzadeencontrar amimadre.Fernandano lehabíacontadoaAndrésnada sobre Isabel, que la había dejado en manos de un médico canadiensecomunista que había venido a España a ayudar a salvar vidas, aunque jamáshubiesellegadoapensarqueibaaencontrarseconlamayorcaravanadecivilesacribillados por un ejército hasta entonces. Que luego, como todos saben, lamoda se extendió, aunque durante muchas décadas se ha creído que la deGuernicafue laprimeramasacredemilesdecivilesamanosdeunejércitoenEuropa,no fueasí.Picassopodríahaberhecho tristemente famosaa supropiatierra.HastaesonosrobólaHistoria.Peroeldesasosiegoquehabíasoliviantadoa Martina durante todo ese día y el anterior al buscar a su madre entre losmuertossehabíacalmadoporfin;cuandohablóconAndrés,éllaconvenciódequeFernandallegaríaaAlmeríayallísereencontrarían.Asíquecentrótodasuatenciónenvolverallugardondeestabaelagujero.Dondeestabayo.Laexperienciadelmilicianocuidandoniñosselimitaahaberlehechoelfavor

alguna vez antes de la guerra a su hermanaMicaela de echarle un ojo a sussobrinosmientrasellasalíaacoger laaceitunayelloscorreteabanpor lacasa,sucios, brutos, incontenibles, insultándose y peleándose sin tregua, con esosmofletes rojosdeperseguirseunos aotros e, incluso, algunodescalabradoporunapiedratiradademalamaneraquehabíaatinadoensuobjetivo.Ysequedamaravillado con la capacidad de la cría para superar los obstáculos. Intentaimaginar cómo puede exhibir esa tenacidad y ese aplomo cuando los adultoscorren a esconderse donde pueden, sobre todo en cuanto oyen, incluso akilómetrosdedistancia,losmotoresdelosavionesylossilbidosdesusbombas.Asíocurrió,dehecho,unavezmásantesdequellegaranalpozoenelqueyo

continuaba,adormiladayacasitodoeltiempoysinesperanzadequenadieme

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salvara. Por si se lo preguntan quienes lean esta historia sobre la verdad, lecuento,queridaescritora,queyojamáslleguéaculparamiamigadenohaberregresadoapormí;alcontrario,divaguédurantemuchotiempoconlasdecenasde razones que le habrían impedido volver, las revolví, las sopesé, les di lavuelta, desestimé las que no eran las que yo necesitaba y al final elegí mispreferidas.Asífuncionasiemprenuestrarazón,esunquitaypondesinsentidoshastaquealgoencajaconunclicmetálicoennuestraconcepciónpreconcebidadelmundoenquetenemoslamalaolabuenasuertedehabercaídoacapón.Einclusoen lasexcusasmásmagnánimas,ellaeraatrozmenteheridapor las

balasolasbombas;atacadaporunlobohambrientodelaSierraAlmíjara;hastalleguéaimaginarque,ensubúsquedadesesperadadealguienquemeayudase,se habría caído almar y la fuerza de las olas y lo profundo de las aguas delMediterráneo en la costa tan rocosa y escarpada habían hecho el resto paraimpedirle llegara tiempoa salvarmede la señorade laguadaña.Aquien,porcierto, llegué a ver entre los cuerpos sin vida de la carretera. Pero esa es unahistoriaparaotro tipode relato.Enelduermevela,me recreéenvisualizar losrasgosdel rostrodeminuevaamiga,enelóvalodesucara redondeada,en lanariztanperfiladacomoladelaMaríaMagdalena,enloslunaresquesalpicabansucuello,ensusdientesqueaúnnohabíaterminadodeechar.YmeimaginéqueMartina,antesdemorir,mehabríadedicadoamísupensamientoysentiríaunainmensatristezapornohaberpodidorescatarme,comomeprometió,hastaquelaslágrimasselesaltarondedesesperaciónyeldolorleestremecióelpechoyleagrietóelcorazón.No sé por quémisteriosa circunstancia, imaginarla de esamanerame hacía

bien, creo que otorgaba a mi amiga cualidades que la alejaban de lasmezquindadesdecasitodoloqueúltimamentehabíasucedidoamialrededor:elasesinatodeJacintofuesololaprimeradelasmuchasquevinieronluego,comopájarosnegrosalafuentedeladesgracia.Enaquelagujero,hambrienta,helada,muertademiedoydesfallecida,penséenélyenmimadre,ytansololleguéaconcluirqueloquenosestabapasandonopodíasersinouncastigodeDios,deese Dios que mi abuela Ángela y mi propia madre me habían auguradoomnipotente,omnisapiente,omniscienteytodoslosomnisimaginables.¿Cómose nos ocurrió pensar que nos libraríamos de su merecida venganza? ¿O erajusticia?¿Acasohaydiferencia?Yo,comoAndrésyotrosprotagonistasdeestahistoria,cadavezestoymásconvencidadequeseconfundenyporeso,aveces,algunos tienen la excusa para invalidar la segunda al enmarañarla en losvericuetosdelaprimera.

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Por eso, cuando escuché de nuevo como en una pesadilla los gritos quealertaban sobre otro bombardeo, a pesar de mi aturdimiento, mi pensamientovolvió aMartina y fui capaz de perdonarle no haber regresadopara salvarme,puesnoibanaserlasbalaslasqueterminasenconmigo,sinolased,queenesemomentoeratantaqueagotabamicerebroyparalizabamissentidos.Duranteeltraqueteoinmisericordedelasbombascayendoporazarcercaolejos,unpocoantesdelatardecer—loimaginé,porqueyanoentrabaelsolenmiagujero—,me dediqué a pensar en ella, a fabular con lo que habríamos hecho juntas sihubiésemosregresadoaMálaga,enelgranjardíndelcortijodemiabuelajuntoalrío,queyolahabríaenseñadoanadaryhabríaconvencidoamiabuelaparaque fueseal colegioa reprendera lasmonjasporno tratar aMartinacomosemerecía.Esomemantuvoconsciente,almenosunosminutosmás.Y cuando se repitió lamisma escena de tantas otras veces y los aviones se

retirarony losgritosaumentaronycambiaronsusmatices,cerré losojosymeeché en el suelo del otro lado, pues me dolían las costillas del que habíasoportado mi peso durante todo el bombardeo, que pasé, como siempre, sinmovermeunápice,porcansancioyporprudencia,porque losniños, se lodijealgunavez,aprendenantesquelosratones.Yonomemolestabayaengritarnien llorar: en una guerra, la humanidad se diluye entre la porquería. Aunquetambién,cuandolaprimeraflorece,eslamásluminosa.Cuandoperdíelsentido,yamehabíadespedidoensueñosdemimadreydemipadre,aunquenoquiseimaginar lo que les podía haber ocurrido, si por alguna milagrosa razón meestaríanbuscandoyque,quizápormuypoco,niellosmehabíanvistoamíniyoaellos.¿Dóndeestaríamipadreenesemomentoenqueyo lonecesitabamásquenunca?Poreso,albajaralagujerolaprimera,ayudadaporelanarquista,quesequedó

enelexteriorsosteniendounacuerdaamarradaasucinturaqueelladebíausardelmismomodoconmigoparaayudarmeaascender,Martinameviotiradaenelsuelo,conelrostrodesencajado,pálidademuchotiemposinsentirlaluzdelsol,los ojos cerrados e inmóvil, y se desesperó. Al instante se convenció de queestaba muerta, se echó a llorar y se sintió miserable y odiosa por no habercumplidosupalabra.Lossereshumanostenemosdenaturalesacapacidad,ladeofrecernosalosdemás.Laperdemosconeltiempo,amenudo,cuandolavidateenseña amentirte a timismo.Nada se pierde tan rápido como la decencia; almenos,cuandoteatenazanelegoísmooelmiedo.Peroellaaúnnohabíasufridoesametamorfosisysudolorporhaberme traicionadofue tangrandeque tardómuchoendarsecuentadequeyoseguíaviva.Ellamecontóluegoquesuspiréy

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memovíunpoco,yentoncesmehablóaloídoyabrílosojos;aunquepenséqueestabasoñandoconellaotravezylosvolvíacerrar.—¡Azucena! ¡Que estoy aquí!—gritó al fin. Las lágrimas le caían por las

mejillas como goterones de lluvia resbalando por vidrios sucios—. ¡Señor!¡SeñorAndrés!¡Azucenasigueviva!YonopodíacreerqueMartinaestuvieraconmigodeverdad.Creíqueestaba

viéndolaporquemeestabamuriendoyellaeraelángelquemeibaaacompañaren mi viaje al cielo. Al final, resulta que seguí creyendo en Dios, pues losángelesnosonnadasinsupresencia;yella,paramí,eraunodeellos,deverdadse lo digo. Mi amiga entonces me vertió agua en los labios, poca ygradualmente,comolehabíadichoelmilicianoquehiciesecuandosecercioraradequeyoestabaconsciente.Notuvoqueintentarlasotrascosasqueéllehabíaexplicadoquedebíaprobar,siyonoabríalosojos.Alabsorberellíquido,tosíyelladejódedarmeelagua.Peroenseguidaquisebeberycadasorboqueentróenmílosentícomoelmásmaravillosoquealgunavezhabíaprobado.—¿Vasavomitar?—mepreguntó.—¿Ypor qué iba a hacerlo?—respondí, y yomismame sorprendí del tono

aflautadodemivoz.—¡Puedeshablar!—Quéraraestás,Martina,puesclaroquepuedohablar.Tengomuchahambre

ymeduelenelculoyelcuerpo,ylospiesylacabeza,peroahoraquehasvueltonomepiensomorir.¡Quieresdejardemirarmeasí!Martiname abrazó.Sentí un pinchazo tremendo en las costillas.Cuandome

soltó,seechóareír,acarcajadas,yyoreíconella,aunquetuvequepararporqueeldolorenelpechomemartirizabayporquequeríacomer,yellaenseguidamediounchuscoyunanaranjaquehabíaencontradotiradosenelcamino,yunascosasasquerosasquesacódesubolsilloparamí,cáscarasdehabassecasydeplátanos—medijo,sonriendo—.YocomprendíalinstantequeeranimportantesparaMartina, tan importantes como para ofrecérmelas entonces, cuando habíacreídoqueyoyajamáspodríavolverahablarleniareírconellaniaseguirenelcamino,ymelasllevéalabocaylasmastiquéyhastamelascomí,yluegoleprometíquejamásladejaríasola,ylejuréquesiempre,siempre,siempre,seríamimejoramiga.Quelohabríasido,aunquelasbombasoelhambreoloslobosde Sierra Nevada o las profundidades del mar le hubiesen impedido venir abuscarmealagujero,porquelosniñossabenverenlamiradadelosotroselpozoqueesnuestraalmayenesepozovislumbran,aveces,lavirtud,lamemoriayla

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verdad.Porcierto,allídejéloszapatitosdecharol.Jamásvolvíallevarmásquesandaliasabiertas.

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CAPÍTULOXV

Lasuerteestanextrañaqueaveces,albuscarlaatodacosta,escuandolaponesentucontra.Deesosevalenlassupersticiones,lasreligiones,inclusoelpoder:nadie puede saber nunca qué habría pasado si no se hubieran santiguado alcruzárseles el gato negro, hubiesen vivido creyendo en otro dios o hubieranvotado al adversario de su elegido. Nadie puede adivinar cómo sería nuestromundoahorasilaRepúblicahubieratenidolaoportunidaddeavanzar.Muchosdicen que España se habría sumido en el caos: para mí, el caos llegó con laDictadura.Yseamplificóinfinitamentehastallegaraconvertirseenelimperiodelassombras,«elotroreinodelamuerte»,quedijoGamelWoolsey.Laotraopciónfueaniquilada.Cuandomi amiga yAndrésme sacaron del agujero, todosmontamos en su

caballo.Yo,recostadasobreél,caíenundulcesoporduranteuntrecho,depuroagotamiento.Soñéconmibuenasuerte,podríahabermuertodesedyhambreenel agujero, los veía a ellos, al miliciano y a Martina, sacándome de allísonrientes.Aldespertarme,loprimeroquevisualicéfueavariosdelosniñosdelorfanato.Me habían llamado la atención al salir deMálaga, esperaban a quellegaranlosautobusesdelSocorroRojoquelosibanaponerasalvollevándoloshasta Almería, desde donde partirían a diferentes lugares en los que variasfamiliasrepublicanas losesperaban,enunade lasoperacionesorganizadasporlosComités de auxilio a los niños delGobiernoRepublicano.En la carretera,ahorasoloquedabanunosdiezeibanandandosolos,sinadultosquelosguiaran.Luego supe que todos los demás habíanmuerto al subirse a los autocares: enlugardecorrerhaciaelcampocuandounaviónitalianosobrevolóabajaalturaametrallando a todos los que ya corrían por la carretera, se quedaron paraasegurarseun sitioenelvehículoque los teníaque sacardeMálaga.El aviónvolvió a pasar hasta cinco veces y les arrojó bombas incendiarias. Cuando sealejó, los niños que habían salido huyendo para evitarlos, regresaron a losautobuses.Losencontraronardiendo.Tambiénardíansusequipajesy losotros

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niños que se habían subido a ellos. Todos sus profesores murieron, habíanelegido quedarse sentados en lugar de correr. Sin embargo, los otros síconsiguieronllegaraAlmería.Nuncapudeolvidarlos,todoseligieronsudestinoalquedarseohuir,ytodamividahesentidoquecadadecisiónquetomabameponíaenlamismaencrucijada.Esaesunamagníficametáforadelavida,aunquesintrimotoresrealesametrallando.Desdeallí,elviajeacaballohastaAlmeríasemehizocorto.Nilosbarcosni

los aviones volvieron a aparecer mientras avanzamos el resto del camino.Alfonsito iba a la cabeza de la extraña monta, sentado tras él, Martina losujetaba.Eraelniñomásbuenoqueyohabíaconocidonunca.Mesonriócuandoviomicabezaasomarporelagujeroynosequejóniunavezentodoelviaje.EntreMartinayAndrés, iba sentadayo.Claroqueolíamosa sudor, es elolormás universal, pero no es difícil de imaginar que la carretera era ya un lugarllenodeinmundiciastambiéndelosvivos,yelniñoexhalabaunaromaalimónquemegustabaaspirar.Creoqueelmiedoagudizalossentidos,quelosafilaylosestimula,paraqueelpeligronotepilledesprevenido.El anarquista nos intentaba sujetar a los tres al tiempo que controlaba las

riendas.A veces se atrevía a azuzar al caballo para trotar, pero nunca llegó acabalgardemasiadorápido.Inclusosebajóenalgunostramosparaqueelanimalnosufrieratanto.Andréshabríaqueridoesperaralanocheparaseguir,cuandocreíaquelosbombardeosseguramentecesarían,yaquelamontaña,sinlaluzdelsol, era traicionera, pero intuyó que no podríamos y acertó: los tres caímosrendidos de sueño en cuanto el sol se puso y nos acurrucamos juntos, connuestras cabezas sobre sus piernas, arropados por el saliente de una roca quebuscóadrede,apartadadelacarretera,dondelamuerteesperabaagazapada.Allí,éramosdianasfáciles.Él,siemprequepodía,evitabaseguirla.YloquemásmeimpresionóalllegaraAlmeríafuelamarabuntadepersonas

que abarrotaban sus calles, sucios, ensangrentados, descalzos, hambrientos,muertos de sed. Peor incluso que enMálaga: la carretera de la muerte habíaimpreso en ellos las dolorosas huellas de la desesperación, del terror, de ladesgracia.Pocos tenían familiaque los recibieraoun lugardondehospedarse.Entonces,viviríanenAlmeríaunoscincuentaycincomilhabitantes,ypodríanhaber sido hasta trescientosmil los que buscaron refugio allí, no solo los quehuyerondesdeMálaga.Sinembargo,nadiesemolestóencontarlos,comonadiesabe tampoco a ciencia cierta cuántos fueron asesinados. Durante décadas,fuimosfantasmas,notuvimoscaranicuerponiidentidad.Éramos,tansolo,unaignominiadeambosbandos.Unamás.

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Yyaen la rectadeAdra, la carretera apenas sedistinguía, engullidapor losque seguían caminando. Pero lo cierto es que nosotras,Martina y yo, fuimosafortunadas: sobrevivimos. Y Andrés nos había explicado que la madre deMartina había continuado sola hacia la ciudad, era una mujer fuerte y él semostrósegurodeque llegaría,peronadasabíademimadre.Yo,poreso,hicecasi todoelviajecallada,aunquedejédemirara lasmujeresqueavanzabananuestrolado.Llegaunmomentoqueelcerebroseresisteaseguirsufriendoyelmíoalcanzóese límiteentonces, cuandoMartinaconsiguió salvarme lavidayconfiamosenqueelanarquistanos llevaríahastanuestrodestino;entonces lasdosdejamosdebuscaranuestrasmadresentre losmuertos,quecadavezeranmásysehacinabanpegadosalprecipiciosuspendidosobreelmar,ojuntoalosriscos.Suhedoryasehabíavueltodeltodoinsoportable:entramosenAlmeríaeldía12defebrero,cincodíasdespuésdehabersalidodeMálagaylosprimeroscadáveresllevabanallídesdeentonces.Niunmíseroentierrosemerecieronlosquecorrieron.Sinembargo,aldivisarlaciudad,elansiaporencontraramimadrereapareció.

De repente, volví a necesitar saber dónde estaba y deseé con toda mi almaabrazarla, olerla, besarla. Por eso ni siquiera vi a Fernanda salir a nuestroencuentro.Quietacomounaperraratoneradeespera,llevabadíasvolviendoallugar donde la carretera se adentraba en la urbe. El corazón está hecho dematerial elástico, unmúsculo perfecto y una bomba química, para soportar elsufrimiento,perotambiénparadarcabidaalafelicidad.Esainundóelalmademi amiga, yo aún lloro cuando recuerdo lo que ella pareció sentir al verla denuevo,indemne,guapa,altiva.Fuerte,apesardeladesgracia.Esunaemociónqueseteanclaalserynosevaconlosaños,noescomounluto,nosepasaniseolvida.Eslaalegríadereencontrarteconquienquieresyduranteuntiempotemiste haber perdido. Fue como si ella hubiera resucitado, en realidad. Haysentimientos,queridaescritora,quesonimposiblesdeexplicar.Peroredácteloasumanera,siloprefiere.Yoasíloviví.Fernanda,alreconocerelcaballodeAndrésyaquienesíbamosensumontura,

salió corriendo hacia nosotros. El anarquista sujetó aMartina para que no setiraradesdelagrupa,perotuvoquesoltarlaencuantosumadrellegóanuestrolado.Ellasolopronunciabaelnombredesuhija,soloeso.Sincesar,comoenuna oración entonada cientos de veces para calmar las penas y saciar lanecesidaddeperdón.Ella recitabasunombre:Martina,Martina,Martina…Seabrazaron y entonces sí, todo el miedo acumulado en aquel hoyo explotó ycomencéallorarporloquehabíavivido,porelterroramoriralláabajo,porla

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angustiadepensarquenovolveríaaveramipropiamadre,portantostemoresquenosinvadencuandoderepentesomosconscientesdeloínfimosquesomos,de lo mucho que puede herirnos, de lo cerca que estamos siempre de laperdición.—¡Martina!¡Perosihascrecido!Nopuedocreerlo,¡quéguapaestás!¡Ay,mi

niña,miniñaquerida!¡MiMartinita!Mi amiga se quedó abrazada a la cintura de su madre mientras esta la

acariciaba. Permanecieron calladas unos minutos, como si las palabras nopudieran expresar tampoco lo que sentían. Yo me emocioné al verlas así,hablándoseyqueriéndoseconelalma.Elamordeverdadesese,yoloséahora,aunqueyaentonceslopercibíenlaformaenqueambasvolvieronaencontrarseenaquellugar,dondecasitodoslosdemássesentíansolos.Ellasnonecesitabananadiemás.Cuando se soltaron por fin, yo miré a los ojos a Fernanda por si en ellos

hallabalasrespuestasquebuscaba.Peroellasemeadelantó:—Azucena,ahoraencontraremosatumadre—measeguró—.Séqueeldoctor

Bethuneysusayudanteshanllegadohastaaquívariasvecesparatraeraheridosynoleshaalcanzadoningúnbombardeoenlacarretera.Yoladejéconellosynoestáentrelosquefallecieronenelhospital.Asíqueestáaquí.Telojuro,laencontraremos.Asentí con la cabeza. Habría querido hacerle mil preguntas, gritar, llorar,

pegarle, tirarledelospelos…todoeso,siasíconseguíahacerlesalircorriendoen esemomento para queme ayudara a buscar amimadre. Pero no lo hice:¿cómopodíanoconfiarenella?Sinayuda,mebajédelcaballoymecoloquéasulado.AndrésdesmontóaAlfonsito.—Gracias.Eresunbuenhombre—ledijoFernandaalanarquista—.Siempre

estaréendeudacontigo.—Nocontraigasdeudasconquienno lasquiere.Nodebesnadaanadiemás

queatimisma.Todosloshombressomosigualesytodosdebemosayudarnos.Cuídate,Fernanda,temerecesalgobueno.Noolvidesloquetedigo.AndréslediounbesoaAlfonsito.—¿Quévasahacerconelcrío?—preguntóelanarquista.Fernanda miró a su hija. Ella le explicó cómo lo había encontrado, bajo el

puente,juntoasumadreasesinada.—¿Quieresllevarlocontigo?—lepreguntóellaaAndrés.Élleacaricióelrostroalniño.

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—Melollevaría,sí,perovolveréalfrente.EnotroslugarestodavíadebehabervalientesquesigandefendiendoEspaña.Yotendríaquehabersidounodeellos.Peroestoscríossonincreíbles.Cuídalosbien.Tambiénsemerecenalgobueno.Muybueno.SupimosluegoqueAndréshabíasubidoaunodelostrenesquellevaronalos

quehuíanalazonarepublicana,yllegóaMadrid.Luchóalladodequieneslohabían traicionado, porque era la única forma en que logró perdonarse a símismo.Ysobrevivióalaguerra.Peroeso,quétontasoy,yalosabeusted.Echamosa andar. Incluso en aquellas calles abarrotadasdegentepintoresca,

componíamos una estampa extraña: tres niños que apenas se conocían,hambrientos, sucios y agotados; y una mujer llamativa y orgullosa que nosguiaba. Pero lo que había en la ciudad era, sin duda, esperpéntico: en cadarincón, en cada calle, tumbados o sentados por decenas en los portales, sehacinaban los miles de recién llegados junto con los que llevaban mesesrefugiándoseallí,venidosdesde los lugaresque los falangistas ibanocupando;suplicaban misericordia a los vecinos. Esa piedad tan esquiva. Algunos lestirabanmendrugosolesacercabancántarosdeaguaytambiénmantas;perolasmiradas de lástima se habían tornado en hartazgo. Muchos llevaban díashacinados en barracas que el alcalde deAlmería, el comunistaVicenteTalensInglá,habíaimprovisadoparaellos,peroesosestabaninclusopeorquelosquesehabíanacomodadoenlascalles,comidosporlaschinches,lasgarrapatasylospiojos,queamenudosellegabanaapreciarasimplevista.Fernanda había ido ya al menos una vez al Socorro Rojo a preguntar por

Isabel,peronadiehabíapodidodarlenoticias.Sabíadóndesedirigía.JuntoauntendereteconlonasblancasylabanderaextendidadelaCruzRoja,dosguardiasdeasaltovigilaban.Sedirigióaellos.—¿Dóndellevanalosenfermos?—Mujer,unpocodeamabilidad,¿no?Fernandarepitiólapregunta.Elotrohombrerespondió:—Pregúntales a ellas—dijo, señalando a unasmujeres que se afanaban por

poner vendas a un chaval—, ellas te dirán si entre sus pacientes está quienbuscas.—Noestáallí,yahevenidoantes—respondióella.—Puesentoncespodríaestar,consuerte,enlosquirófanos.—¿EnelhospitaldeSantaMaríaMagdalena?Losdoshombresserieron.

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—Ahí es imposible. Lleva semanas ocupada hasta la última cama. Ybombardearonotravezayer,asíqueestarátodavíamáslleno.Nodiotiemponiaque sonara el pito de la fábrica Oliveros para avisar del ataque. Las bombashicieronsaltarporlosairesaunmontóndeniñosymujeresqueesperabanenlaplazaquelestocaraelturnodeiralaestaciónymontarenlostrenesquesalenhacia otras ciudades republicanas. Una escabechina como nunca he visto,organizaron esos bastardos. Las siete de la tarde, la plaza repleta, y unaformaciónde trimotores arrojómás de diez bombas. Sabían lo que hacían, noapuntaronalosobjetivosmilitaresdelpuerto;tambiénsellevaronpordelantealosdesgraciadosdelbarriodelaChancla,queaguardabanparacomer.Esebarriosevebiendesdeelmar.Undestrozo.—Ya,ya,estabaaquíayer,séloquepasó.Loquellevapasandotodalaguerra.

Norespetannilasciudades.¿Ynohaymáshospitales?—¿Cuándollególapersonaquebuscas?—Hacedosdías.—¿Yestabamuygrave?—Creoquesí.—Entonces lahabrán llevadoa losquirófanosdeurgencia, estánbajo tierra,

pregunta allí. Tienes que ir al refugio, en la entrada frente a la iglesia de laVirgendelMar.LasdelSocorroRojoteindicarán.—Gracias.Diostelopague.Oque,almenos,teayudeasalirdeesta.—Puesclaroquesaldremos.Perotúcuidadetushijos,muchosestányéndose

yaaotrospaíses,losponenasalvodeloquepuedaocurrirenelfuturo.—Vamos—nos ordenó Fernanda sin responder al hombre, y echó a andar.

Martina,elniñoyyolaseguimos.—¡Mujer!—llamó entonces el guardiamás joven—.No paséis por allí, los

críostendránpesadillas.—VienendeMálagaporlacarretera,yatienenpesadillas.Perogracias.—Como quieras…, no damos abasto a recoger cadáveres. Buscaban un

refugio, pero pocos se lo dan a quienes traen esas pintas. Infelices. Habíanrobado en algunas tiendas, claro, tenían hambre… Cuando bombardearon, nisiquiera sabían dónde estaban los refugios. En fin… Hacer tantos kilómetrosparaterminarasesinadosdondepensabanencontrar lasalvación.Esperoquetútengassuerteentubúsqueda.Al caminar tras Fernanda, sentí unmiedo atroz al saber que ni siquiera allí

estábamosasalvodelasbombas.PeroagarréaAlfonsitoycontinuéandando.Yme aferré a un único pensamiento: encontrar amimadre. Fernanda siguió las

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indicaciones de una enfermera del Socorro Rojo que servía comida a losrefugiadosbajootracarpaenfrentedelAyuntamientoynotardóenencontrarlaentrada al refugio que conducía al quirófano del que nos había hablado elguardia. Alfonsito, al principio, se negó a entrar, chillaba cada vez queintentábamosquebajaralasescaleras,ysoloconsintióseguirnoscuandoMartinalediolamanoyleprometióquenosesepararíadeél.Perolaverdadesquenole faltaba razón: aterraba caminar por esos pasillos tan húmedos y fríos,estrechos, sin ventanas, que, amenudo, olían a orines y, sobre todo, contabanhistorias de terror. No olvidaré nunca las inscripciones de las paredes, losmensajes,losruegos…Elintensomiedoquelosqueutilizabanaquellugarparaponerse a salvo de los bombardeos dejaban plasmado en el yeso. Esemiedo,además, senos contagió: amedidaqueavanzábamospor los túneles e íbamosviendolascamillasconlosheridosvendados,quejándoseocallados,conlavistaperdida, sentí ganas de correr hacia la salida. El recuerdo del periplo por lacarreteray,sobretodo,delosdosdíasylasdosnochesquepaséenelpozo,mehace ponerme a temblar en cuanto entro en un lugar cerrado u oscuro. Nisiquieraahorapuedoevitarlo.Fernandapareciódarsecuentaysedetuvo.—Mejorvaisaquedarosaquílostresesperándome,sentaditosysinmoveros.

Notardaréenvolver,osloprometo.Unnudoenlagargantameimpidióquejarme.PeroMartinaagarróasumadre

delbrazo.—¡Nonosdejesaquí!—legritó—.¡Porfavor,mamá,notevuelvasair!¡No

tevayas!Alguien corrió una cortina que estaba cerca de nosotros. Recuerdo los

pequeñosazulejosazulesdelasalallenadeaparatosdemetalblanco.Misojosaún no se habían acostumbrado a la poca luz, pero no me hizo falta paravislumbrar amimadre en la sombra.Tumbada sobreuna camilla, al escucharnuestrasvoces,habíaconseguidomoverelbrazoparaque laviéramos.Pálida,ojerosa,conelpelorecogidoenunmoñoralo,apenaslaoímientrasmellamaba.Salí corriendo y me abracé a ella. Entonces todo mi miedo, toda midesesperación,todamiinquietudymiangustiacayeronsobremí.Mesentídébil,pequeña, vulnerable. Lloré. La abracé lo más fuerte que me dieron de sí losbrazos. Enseguida, una enfermera se acercó a nosotros. Su expresión decansancionoleimpidiósonreírme.—Ten cuidado, niña, estámuy débil.Ha perdidomucha sangre.Aunque no

deberíaishaberllegadohastaaquí,paraesoestálasaladeespera.Estaeslasaladecuras,ellanecesitatranquilidadahora.Pero¿laconocéis?

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Elnudodelagargantasevuelvemásgordo.Consigoresponderleapesardelaemoción,sinapartarmeunmilímetrodelacama.—¡Esmimadre!Laenfermeraasienteconlacabeza.—Bien, entonces ¿a qué esperas? Dale un beso, ni todas las medicinas del

mundoleharántantobien.Lo hago, la besomuchas veces, cada vez conmás fuerza, hasta queme da

miedohacerledaño.Ellaapenaspuedemoverse;peroseponeallorartambién.Nunca he sentidomi corazón latir como lo hace ahora ni la boca tan reseca.Cuandolasuelto,suvozseoyeenunsusurro.—MipreciosaAzucena,sabíaqueestabasbien.Losabía,esunmilagro,pero

no podía pasarte nada. No a ti. —Se detiene para tomar aire y enseguidaprosigue—.Habríaocurridopormiculpa,soloyohetenidolaculpadetodoloquenosestásucediendo.Perdóname,porfavor,Azucena,perdóname.Nome da tiempo a decirle que yo no tengo nada que perdonarle, que la he

echadotantodemenosquemedueleelcorazón,quelaquieromásqueanadaenelmundo,porqueellaempiezaatosersinparar.Laenfermeraleinyectaalgoenelbrazoymimadrecierralosojosy,pocoapoco,vaadormeciéndose.—Losiento,esmejorasí.Encuantosedespierta,noparadedecirlomismo.

Llevadesdequerecobróelsentidodiciendolomismo.Cuántasculpashatraídoestaguerraqueenrealidadsolotieneunosculpables.—¡Ymihermanito!¿Estábien?—lepregunto,deseosadeverlo.LaenfermerasedirigeahoraaFernanda.—¿Puedohablarconustedunmomento?—¡Dígamelo! —grito—. Yo quiero saberlo. ¡Quiero saber cómo está mi

hermanito!Fernandaseagachahastaquesurostroquedaalaalturadelmío.—Azucena,hassidomuyvaliente.Estoysorprendida…Deverdad.Perotienes

queseguirsiéndolounpocomás,tumadrelonecesita.Sitúlaayudas,lasdospodréis volver a casa y reuniros con tu abuela. Tu madre y tú sois lo másimportanteahora.Martiname agarra de lamano yAlfonsito, como si supiera que lo que está

sucediendoenesecubículoes lomásespantosoquemehapasadoen todamivida,nosemuevedemilado.Nosmira.Ylointentocontodasmisfuerzas,peronopuedoimpedirquesemesaltenlaslágrimas.ComprendídesúbitoqueDiosnosestabacastigando,quesehabíallevadoelalmademihermanoparalimpiarlasnuestras, lademimadre,que, comodecían lasmonjas,había infringidoel

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primermandamiento y que eso era tan grave comopara haber provocado queesos hombresmataran ami hermano que, sin embargo, era inocente. ¿Era yoculpableporhabercalladoloquelehizoaJacinto?Entonces, con ternura, Fernandame dice algo que no olvidaré. Pormuchos

añosqueviva.—Jamáscreasloqueacabadedecirtumadre,Azucena,queestolomerecíais,

quefueculpadeella.Nadiemereceloqueestásucediendoenestamalditatierradeodiosymentiras.Ysolohayunosculpables,soloellossonlosresponsablesdeloquelehapasadoatumadreyatuhermano,deloquenoshaocurridoatodosydeloquenossucederádeahoraenadelante.Yojamásperdonaréloqueacaban de hacerte, ¿me oyes? Y tú tampoco debes perdonarlos. En algúnmomento,enalgúnlugar,aunqueseadentrodemuchotiempo,recordarásquetúnomerecíasestoyentoncessacaráslafuerzanecesariaparapedirjusticia.YnoseráDiosquienteladé,lasacarásdeaquí,deaquídentro.Ellametocaelpecho.Elcontactodesumanomeprovocaunescalofrío.Dejo

dellorar.Mimadredormitaahora.Laenfermeraentiendequeyanotienenadaquedecirnossobremihermanoyechaaandarhaciaotracamilla,peroentoncessegirayvuelvesobresuspasos.—Loenterraroncomoellaquiso—nosdice,mientrasleajustaamimadreuna

palomillapinchadaenlamuñecaderecha—.Loúnicoquenospidiófuequelobautizaranantesyasílohicieron.TuhermanitosellamóMateo.Ahoratumadretienequequererrecuperarse.Sitú—diceymemiraalosojos—siguesaquíconella,estoycompletamenteseguradequelohará.Nunca he vuelto a Almería y debo decir que apenas recuerdo cómo era

entonces.Jamáshepodidodejardesentirunmiedoatrozalpensarsiquieraenrecorrer elmismocaminoqueme llevóallí.Mihijamecontóque taparon lasentradasde todos los refugiosen losañoscuarentayqueahoraelquirófanoyvarios túneles se pueden visitar, es la red de refugios abiertos al públicomáslargadetodaEuropa.Laentradaaaquelquirófanodondeencontréamimadreysupequemihermanohabíamuertoestátaponadaahoraporunkioscodondesevendelaprensa,chiclesypalomitas,diseñadoporGuillermoLangle,elmismoarquitectoqueideóloscuatrokilómetrosderefugiosenlosquelosalmeriensesintentaban desesperadamente evitar las bombas. Sobre otros, ahora hay baresdondesevendepescaítofritoybebidasfrías.Algunosnosabensiquieraloqueocurrióallí,nitampocolesimporta.

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MATILDE

EnfermeradelSocorroRojoInternacional

Esa mujer… parecía querer morirse de pena. Entonces, llegó su hija y todaspensamosquemejoraríapronto.En realidad,no sehabíacurado todavíade suinfección, la que le hizo perder a su bebé, pero era una mujer joven y sana.Aunquelootroeslopeor,yolosé;aunaembarazadaquepierdealniñoaloscuatromesesnoselehacepasarporunparto.Pero,sielfetotienecasiochodegestación, es preferible a hacer una cesárea, incluso ahora. Entonces, en esostúneles,con tantahumedad, sinventilaciónartificialyconaquellosmedios, lahubiéramos matado. Aquella mujer triste parió un hijo muerto. A nadie leextrañóqueluegonoquisieracomerdurantedías.MenosmalqueelSRIhabíadonadotantomaterial,porquesino…Laverdadesque todasnosquedábamosmás trasnuestro turnosihacía falta

para cuidar de ella. Daba igual que lleváramos allí catorce horas y que elagotamiento, a veces, nos hiciera cerrar los ojos mientras intentábamos quecomiera. Nos daba tanta pena… Entre tanta miseria, entre tanta barbaridad ydolor,ellainspirabamáscompasiónqueningúnotro.Quizásporquemuchasdelas que atendíamos en ese infierno éramos mujeres. Cuando llegó su niña,pensamosquelacosacambiaría.Isabelnollorabanunca,esomellamótantolaatención de ella… Parecía una estatua, seria, sin hablar apenas; pero era deesperar.Sehabíarotopordentroylaúnicamaneradearreglareso,ustedverá,esteniendoquehacertecargodeotroserqueteimportamásquetúmisma.Fueporesoporloquecreoque,sinohubierasidoporaquelniño,nadahabríacambiadoen realidad.No sé, esuna sensación, nadieme lodijo.Tampoco lohablé conningunacompañera.Esloqueyopensé,síseñora.Patatasconcarne.Esoes,patatasconcarne…Acabodeacordarme,esofuelo

que les dieron de comer a los recién llegados el día en que la hija de aquellapobrealmaenpenaaparecióporelquirófanoconelcríoylaotraniña.Loque

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cocinaban casi siempre.Menosmalque enAndalucía las liebres abundan.Yolosmandabaalcomedordecampaña;alasliebresno,alosreciénllegadosqueveníanpreguntandoa la carpadelSocorroRojo.Allí lesdabanunacomidaalmenos;yalgunosvolvíanadarmelasgracias,conunasonrisa.Unasonrisaeraloquemásseagradecía…ElComitédeevacuaciónhabíallegadoaAlmería.Aldíasiguiente,ibanamontarlosentrenesyallevarlosaBarcelona.Otrosibanaotras partes deCataluña oValencia.Desde allímuchos siguieron el camino aFrancia.Todosqueríanirsedelazonafascista.Porsupuestoqueeranfascistas…¿yporquésesorprendedequenolallame

zonanacional?Nacionaleséramostodos,peroellosseapropiarondelapalabraydetodoloquelesdiolagana.Lamayoríadelosrepublicanosodelosquenilesiba ni les venía, pero no querían quedarse a esperar a comprobar si lo que secontabaeraverdad,huíanhaciacualquier lugardondegobernara laRepública.Ellos eran elGobierno legítimo, le digan lo que le digan.Las urnas, para esoestány,sinotegustanlosquemandan,votasaotrosotepresentasparaquetevoten¿ono?Puesesoalgunosloolvidarondeprisa.Nosé,queluegodijeronquelos republicanoshabíanamañado laselecciones,queen realidadno lashabíanganadoellos,peroyonuncaloscreí.Seinventarontantaspatrañasentoncesqueaúnsesiguecreyendolagentequeyanosabescuálfuelaverdad.Yo,laúnicaque conocí fue la que vi yo misma, gente sufriendo sin tener culpa de nada.Gentepobre,gentedelcampo,buenaspersonasquejamáslehabíanhechonadaa nadie. Luego habría otros que sí, yo no digo que no los hubiera, pero ¿quépodían haber hecho todos aquellos niños huérfanos para merecer esa vida?Porquefuetodalavidalaqueperdieron,laqueperdimos.Nopudeseguirsiendoenfermera,¿sabe?Invalidaronmitítulo,quehabíaconseguidoenlaRepública.Tuvequefregarcasas,vendercacerolas,trabajarenelcampo.Yesoqueellosnoqueríanquelamujertrabajara…Perosigo,sigo,sí…TodoelmundoalllegaraAlmeríabuscabaenseguidalaestación.Necesitaban

alejarse del infierno que habían pasado.Los trenes salían llenos cada día parazonasrepublicanas,decivilesydemilicianosconlamiradaperdidaylatristezaenquistada en el alma. Yo estuve en uno de esos trenes, acompañando a unaamigaquenoaguantómástantodolorytantasangreysefuetambién.Habíaquetenerlosmuybienpuestosparaaguantarenlaenfermería,esoestáclaro.Luegovolvímásvecesalaestación,cadavezquepreparábamosunenvíodeniños.Lostrenessalíansiempreatestadosdeviejos,mujeresycríos,sobretodo,yalgunosmilicianosque ibanyveníansinsaberadóndedirigirse,envagonescomo losque llevan a los puercos, conbarrotes o rejas, no sé bien.Olían a secreciones

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corporales,aorín,adíasydíassinasearse,acansancio,aderrota,amiedo.Elmiedohuele,tieneunaromaparecidoaldelazufre,menosfuerte,peroalgoasí,paraquemeentienda.Peroesonoeranadaencomparaciónconloquehabíandejadoatrás.OtrossefueronenlosbarcosquefletólaRepública.AlgunollegóaTetuán y no le dejaron atracar. Tuvo que volverse, las caras de los queregresaban lo decían todo. Losmuertos se olvidan, pero el dolor de los vivosqueda siempre, se reproduce en la memoria como un herpes, sibilinamente,cuandomenosteloesperas,ytedaunlatigazoqueteparteendos.Llegaron tambiénmuchossoldados,algunoshuidos,aesosse lesveíaen los

ojos, incluso te lo contaban llorando; otros venían de las unidades que habíanquedadodesperdigadasporloscaminosybuscabanalgúnmandoquelesdijeraquéteníanquehaceroadóndeir.Inclusoveníanlosqueestabandepermisoyseencontraron con que ya no podían volver aMálaga. Desesperados porque nosabíanquéhabíapasadoconsusfamilias,sihabíanlogradohuir;loprimeroquehacían siempre era preguntar por ellos. Buscaban a sus parientes entre losmuchosquedormíanenlascalles,enlosrefugios,enloshospitales…Después,iban al campamento de Viator, donde los mandaban a otros frentes. Muchossiguieronluchando.Ellugardondeteníanquepelearcadadíaestabaenunlado,se movía como las caderas de una mujer, según quién en ese momento sehubierahechocon lasarmasyelapoyode losGuardiasCiviles;segúnelodioque imperara o los intereses o las afrentas que hubiese que resarcir. Cuántosmurieronenvenganzadeaquelperrodecazaalqueelvecinolehabíametidountiropormatarleunasgallinas.Aunquemuchosmurieronporpobres.Ynohaymás.Esofuenuestraguerracivil.Quedaban,pordesgracia,dosodiososañosdecontiendatodavíaytodaunavidadespuésparavengaralosmuertos.Ganaronlaguerra,sí,peroperdierontodolodemás…merefieroalhonoryaladecencia.Que aquí nohuboposguerra, hubo revancha.Cuánta razón teníaMachado sinsaberlo,añosantes:«yahayunespañolquequiereviviryavivirempieza,entreuna España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes almundo teguardeDios.Unade lasdosEspañashadehelarteelcorazón».Tanmanido,tandesvirtuadoporeluso,tanmanipulado,perocuántaverdad.Cuandosedéa lamadrey lesconté luego la tristesuertedelbebé, lessugerí

quefuesenalascarpasdelSocorroRojo.ElSRIhabíamandadounadelegaciónmuypreparadaaAlmería,paraayudar.Ysilamujerrubia—laqueveníaconlahija de la enferma y su propia hija y el crío ese tan despierto— iba a irse aValenciaoaBarcelona,nosotraspodíamoshacernoscargode lahijadeIsabelmientrassecuraba.Todavíameacuerdodesunombre.Escuriosoelrecuerdo,es

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unríoqueseagostay,derepente,elcaudalvuelve.Aunquemásasíeselolvido.En el caso de que eso no sucediera, si lamadre semoría, la niña entraría ennuestro programa, entonces estábamos ya dándole vueltas a cómo ponerlo enpráctica.También podía dejarnos al crío e incluso a la niñamás guapa. Se losugerí a la rubia que los traía. De su nombre no me acuerdo, solo de supresencia,quizáspor esono sécómose llamaba, allí labautizamosdenuevo,paranosotrasera«laGarbo».—¿QuelasaquefueradeEspaña?Nihablar.Ellanovaairaningunapartesin

mí—medijolaGarbo,inclusoconorgullo,alsugerirlequemedejaraponerasalvoalaniña—.Nadievaahacerquemeseparedemihija.Gracias,perono.Ganaremoslaguerra.Estosolohasidountropiezo.Quéilusa.Creíaenloquedecía.Comocasitodosnosotros.Ennuestrogrupo

habíamuchagentemuybuena.Algunoseranexcepcionales;yotrabajéconTinaModottiyconMatildeLanda.Luegohansidodelasmujeresmásconocidasporsuactuaciónentonces,aunquenolosuficiente.Quedarontantocadasporloquevieron enMálaga, primero con la unidad de transfusiones que llevaron con eldoctorBethuneyluegoseimplicarontantoenintentarayudaralosniñosqueseperdieron, que se les rompió la alegría.Al final,Matilde se suicidó cuando laencarcelaron.Pobre,ellamandóasuhijadesieteañosalaUniónSoviética,tanconvencidas estaban ambas de que sacar a los niños de España era su únicasalvaciónante los falangistas.Tinamuriómuy joven,deunataquealcorazón,medijeron.Selehabíapartido,seguro.Aunqueotrosdecíanquelaasesinaron.Yhubomuchasotras, ignoradas, aquienes laguerrahizocrecer.Cuántasmáscrecieron después, las que dieron de comer a sus hijos y a otros que no eransuyos,apesardelhambre,delestraperlo,de lacorrupción,de la rapiñade losganadores;apesardemilesdepesares.Peromedesvíoynoquiero.Tinaeraunamujerextraña, jamás lavi sonreír,

iba siempre vestida de negro. Era muy guapa, guapísima, por eso había sidoincluso actriz en Hollywood. Yo la ayudé después a controlar los envíos deniños.FueenAlmeríadondeempezótodo,ellaallísequedóimpresionadadeloquevimosysufrimos.Deladesgraciadelosquevinieronporlacarretera.Ellaacababadellegarcuandovioelbombardeodelositalianosylosnazisdel12defebrerosobretodosesosniños.Nuncaserecuperódeaqueldolor.Tina empezó entonces a gestar la idea de llevarse a los niños republicanos

fuera de España, llegaron a la ciudad tantos solos por la carretera, sin suspadres…comoelqueacompañabaalaGarbo.Lospadresolostíos,incluso,aveces, loshermanosmayores, loshabíanperdidoporelcamino;algunosjamás

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sereencontrarían,losmuertosnosevuelvenaver,quizáenelcielo,paraquiencreaenello.Esonoeralaguerra,esoeraunensañamiento…¿Aquelloseranlosmilicianosaquienesqueríancombatir?Ahoraaestoselellamagenocidio.YcrearonelConsejoNacionaldelaInfanciaEvacuada,porqueesechorrode

huérfanosdeAlmeríaseacrecentómásymás losmesessiguientes.HabíaquesalvaralosniñosenMadrid,Bilbao,GijónylomismoenSanSebastián,y…entantossitios…Perotambiénqueríamosconvenceralasmadresdequeenviaranfuera a sus hijos. Era nuestro deber, de todos nosotros, del Partido de lasorganizaciones,ydetodoslosantifascistascooperarparalamejorsoluciónquesenosofrecióparasalvaguardaranuestrosniños.Tinalodijosincesar,seentregóaelloencuerpoyalma.Habíamuchospaíses

dispuestos a ocuparse de los chicos: México, Francia, Bélgica, Noruega, laURSS.YoselodijealaGarbo.LeinsistíenquedejaseallíalahijadeIsabel,almenos. Si su madre no sobrevivía, que podía ocurrir, lograríamos sacarla deEspaña.Alfinal, infinidaddehogareslosterminaronacogiendo.EnMéxicosellegó a crear el Comité de Ayuda a los niños del pueblo español. Hasta queFranco los hizo regresar, incluso llegó a robarlos para traerlos de vuelta y«reeducarlos».Aélnadieloreeducónunca.Yonocelebrésumuerte.Nohabíanadaquecelebrar,quebienmejodiócuarentaañosconsuneciayvilcerrazónyesosañosmelosrobaron.Noslosrobaronatodos.Yoerafelizentonces,teníatodaunavidapordelante,unavidaquepodríahabersidomuydistintasi todoaquellonohubierapasado,¿poresonadietienequepagarme?¿Habermerobadomividanoesundelito?No,nosoyningunailusa,yaconozcolarespuesta.Perodeberíaserotramuydistinta.DeTinadecíanquetambiénerafotógrafa,peroyonuncalavientoncesconsu

Leika, la cámara que usaba; luego, leí todo sobre ella, me entristecía haberlatenidotancercasinhaberlaconocidorealmente.Sinsaberlograndequefueesamujer.Peroentonceshacíaloquenosotras,sufriryayudaraqueotrossufrieranmenos.Perosobreellanomehapreguntado…¿Quieresabermássobrelosniñosque

sacamosdeAlmería?SalieronporprimeravezhacialaUniónSoviéticael21demarzodel37desdeValencia, enelbuqueCaboPalos.Eran setentaniñosqueveníandemuchoslugares.Hubootrosdosenvíosmás,queorganizóelConsejoNacionaldelaInfanciaEvacuada.Jamáshepodidoolvidarsusojoscuando,enaquella ciudad ya en ruinas, se quedaban atónitos mirando los cazas queametrallabanabajaalturalosbarcosdelpuertoyluegovolvíanydisparabana

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los que losmiraban.A ellos, a nosotros.Las primeras veces no creíamos quefueranahacerlo,luegoyasí.Cómocorríamos…Ahora dudo de aquella decisión. Quizás el partido influyera demasiado en

nosotrasylosniños,conquienesmejorestaban,eraconsuspadres,silostenían;pero,¿quiénpodíapensarfríamenteante tantoniñoabandonado,conesosojosllorosos, amedrentados, hambrientos, piojosos, que los asquerosos parásitos sepodíanquitaramanotazosdesupielydesupelo?Aveces,madresquehabíanperdido a sus propios hijos venían a llevarse alguno. Se los dábamos, porsupuesto. También cuando los agregaban a la ristra que ya tenían, «dondemalcomen cuatro, otro comerá igual de poco, pero comerá», decían. E Isabelestuvoapuntodemorir con subebé.Peroera fuerte.Por esomealegré tantocuandolaGarbosenegóairseynoquisotampocodejarnosasuhijanialniño,queencimaresultóquenoerasuyo.—De lo de mi hija, ni hablar, ¿lo entiende? Y de Alfonsito, si está bien

conmigo,conmigosequedará.Yaencontraremoselmejorlugarparaél,queelniño es un cielo—me dijo, por fin, una tarde que volvió a ver a Isabel, queparecíahaberserecuperadounpocoenesosdías.CreoquelospadresdelaGarbovivíanenAlmería,enunacasahumilde,como

ladelamayoría,peroerauncobijo.Ellaylosniñossealojaronallí.Volvierontodos losdíasavera Isabel.Suhijasesentabaasuspiesconelniñoencima,comohabríahechosihubierasidosuhermano.YnosésiIsabelllegóenalgúnmomentoaimaginarqueesecríoquesedescoyuntabamuertoderisaencuantoletocabanparahacerlecosquillas,eradeverdadsupropiohijo,peroconélallí,contándole cuentos y haciéndole arrumacos, poco a poco, aquella mujer fuecogiendocolor,engordandoyllegóundíaenqueeldoctorledijoquepodíairse.Susitiohacíafaltacomoelaguaenagostoyadesdehacíamucho,peronadielehabríasugeridoquesefuera,sinohubiesesidoporqueaparecieronelrosadodesusmejillasy,derepente,susonrisa.Nohizofaltasugerirlequedejaraqueelcomité reubicara a suhija.Sabíamosque,pasara loquepasaradespués, no sesepararían.Además, resultó que ella era la que menos lo necesitaba: mientras Isabel

recogíasuscosasyyodesinfectabaunaheridademetrallaaotropaciente, fuecuandome enteré de que era franquista. Se vistió con las ropas que le habíanguardado:su faldadepopelín, sucamisadehilo, su ropa interiordeseda,quealguien se había molestado en lavar mientras se reponía, bien podrían haberpertenecidoaunarepublicana:algunashabía,aunquepocasencomparacióncon

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las demás, que tenían dinero y, sus maridos, poder. Pero sus oraciones nodejabanlugaradudas.—Te ruego,Diosmisericordioso,quecuando lleguemosdevueltaaMálaga,

todosesosmalnacidosquenoshanllevadoaestohayanmuerto,porlagraciadeDios,ylosnuestrosganenlaguerra.Amén.Entonces,bajólavoz,ysiguió.—Tambiénteruego,miDios,quemeperdonespormispecados.Miespantoso

pecado que te aseguro que ya purgué y del que ninguna culpa tiene mi hija.Castigosuficientemehasenviadoya,paranoolvidarquedebemospagarporloquehacemosencontradetuvoluntad.Siguiórezando,peroyonoprestémásatención.Cadaunotienederechoarezar

ensoledad,cómoyaquienquiera,¿no?Aunquesímequedéconlasganasdesaber cuál había sido ese tremendo pecado. ¿Sería por él por el que huyó deMálaga?Quiénsabe,ellanoteníaporquéhaberhechoeseviaje,quetancarolecostó. Solo sé que salió del hospital, de la mano de su hija y de aquel niño,sonrientey feliz.Elúnicoque reía a carcajadas en todaAlmería enesosdías.Cómo reír en una ciudad que estaba siendo asediada como la antiquísimaNumancia. Con todas aquellas pobres personas intentando superar el infiernovivido… y los trimotores se cebaron con ellos. Pero después siguieron, losbombardeosdemayo…eldeldía21,eldel29…ElacorazadoalemánAdmiralScheerylosdestructoresAlbatros,Leopard,SeeadleryLluchs,asísellamaban,volvieronaatacarlaciudad.Hastalascamasdelhospitalenruinasseocuparon.Ycuando sevaciaban, sevolvían a llenar.El 30demayo, cuandoelAdmiralScheerlanzósobrelaciudaddoscientasgranadas,yanocabíaallíniunalfiler.Paraentonces,Isabelysuhijayasehabíanido.Nuncamássupedeellas.Y,traslaguerra,meconforméconsobrevivir.Todos

teníamosalgoporloquesufrir.Yo,alfinal,lohicefueradeEspaña.Paramí,mipaís dejó de existir el día en que perdimos la guerra. La mitad de miscompatriotastambién.

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VICENTEMENA

Unjornaleroquesediolavuelta

A mí me dieron de comer higos. Nos alcanzaron en Motril, eran italianos.Tambiénnosdieronfrutossecosyagua…Quenonosibaapasarnada,dijeron,sivolvíamosaMálaga,queyahabíanentradolastropasdeQueipoypodíamosvolver, que se respetaría a quienes no fueran culpables de ningún delito,¡ayyyyy!…Quesemesaltanlaslágrimas…Yaestá,yaestá…¡Esquenopuedohablardeaquello!Mishijosmehanconvencido…Puessí,

sabenqueestonoeseterno…sí,sí,estoquetengoenelpecho…,noestallódedolor,peroprontosepararáyel tiemposenosacaba.Peroesqueyolloro,nopuedo remediarlo.Yno estábienqueunhombrehechoyderecho seponga allorarcomounamujer.Peroellostienenrazón:sinolocuento,cuandoalguienhagaalgoparaponer

estoensusitio,¿quiénvaaquedarquesepaloqueocurriódeverdad?Poresoahoradigoquesí,quehablo,quevenganavermetodoslosquequieran,queyolescuentoloquevi.Esosí,tienenquevenirustedes,queyoyaapenassalgo.Laspiernas, estas dos, queme tienen frito.Peromedisculpa, queyame calmo, ysigo;silloro,pueshacecomoqueno…comoquenomehavisto.Esloquehicieroncasitodos,durantetantotiempo.Ellos,todos,sabíanloque

pasó,peroéramoslosrojos,losquehabíamoshuido,losqueteníamosalgoqueocultar.Ellosno,elloseran los señoritos.Quenopudimosni lloraranuestrosmuertos,elhijoputadeQueipoloprohibió,¡uy!siyohubierapodido,lehabríamatadoconmispropiasmanos.Luegoodiéatantos…Enlaguerrano,yoeraunchaval,apenasdiezañoscuandomifamiliasalióen«desbandá»haciaAlmería.Peroluegohubooportunidadesdesobraparaodiar.Ymehequedadoeneso,sí,en lavuelta.Puesanosotros lavueltanossalió

cara. Esos italianos yo creo que no sabían la que se gastaban los nuestros.

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Algunosnosayudaronmucho,quedabandesupropiacomidaa losniños,yalosqueseencontraronquesehabíanquedadosoloslosllevaronalaciudad.Peroami familia nos jodieron pero bien, ellos les prometieron ami padre y amimadrequenonospasaríanada.Lomásseguroesqueniimaginaranloqueibanahacerconlosrojos…Quétristeza…quetodoelquehabíahuidoteníasobresílacruz,ladehaberintentadoescapardelejércitoGlorioso.Osea,erasculpable.Culpabledeloquelessalieradeloscojones.Yolovi.Mataronamishermanosmayores.Yamuchosmás.Amiles.Encuanto llegamos.Aellos losmataron.Perolloro,esperequelloro…Venga ya, que alguien tiene que decirlo, que no es mentira, que yo no he

mentido jamás.Otros se dieron la vuelta con nosotros enMotril y lamayoríafueron asesinados por nada. Por lavar sábanas en el hospital asesinaron aEncarnación Jiménez, que era lavandera, «por incitadora y criminal». ¿Y quépodía haber hecho si no, lamujer? Pues hizo su trabajo, lavar la ropa de losmilicianos, y los falangistas la mataron. A mis dos hermanos mayores losmetieronenlacárcel.ElMauro,quetrabajabaallí limpiando,vinocorriendoadecirleamimadrequelosibanafusilar.¿Peroporqué?Preguntóella.¿Peroporqué? Porque les daba la gana. En solo una semana, detuvieron a 10.000,fusilarona4.000.Mimadreno lecreyóymemandóamía llevarlescomida,que a ella se le partía el corazón y no quería que la vieran llorando y sederrumbaran, asíquevinoconmigohasta la tapiay allí sequedó, limpiándosecadadosportreslaslágrimas.Nollores,¡eh!,Vicente,túnollores,túllévaleslacomidaydilesquelosquieromuchoyqueseanfuertes,quelosvamosasacardeahí,quelagenteinocentenovaalacárcelporquesí.Cuandoentré,olíaasalfumányyaloshabíanfusilado.Esedía, a la vuelta de la cárcel,mimadre apenaspodía levantar unpie tras

otroyseapoyabatodoelratoenmí,ymeacuerdocomosifuerahoyquenosencontramos a la señora Ángela en el paseo del mercado. Llevaba unos díaspreguntandoatodoslosquevolvíansihabíanvistoasuhijayasunieta.Peronadierecordabahabérselasencontradoenlacarretera.¿Quépintabanellasallí?PeroyosíhabíavistoalaseñoraIsabel,vicómoselallevabanenunafurgonetade laCruzRoja,esa tanextraña,que ibayveníapor lacarretera recogiendoaquienpodía.Asíqueselodije.Amímedioigualqueellafueradelosotros,amímecaíabienlaseñoraÁngela,quelaconocíadequeaveces,cuandopedíanalsindicatohombresparatrabajarsustierras,yoiba,queyamecreíahombre,yyo iba.Ella siempreme trató bien, aunque con nosotros amenudo llevaban aotros que no tenían ni idea de trabajar el campo, que eso los sindicatos lo

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hicieron mucho entonces, enviaban ante los patronos a quienes estabanapuntados en sus listas, aunque no supieran ni plantar un pimiento.Yme diopena que estuviera tan sofocada también por su nieta la Azucena, que yo laconocía, teníami edad o así, y en aquellos tiempos no es como ahora que lagentenosesaludaporlacallecuandoseveylosvecinosparecendesconocidos,yosabíabienquiéneralaniña.Peroespereunmomento,quetengoquetomaraire.Unmomento,sí.Quesigo.

Porquehayqueseguir.Queyoyaséesode laLeydeAmnistía,porquesinoolvidamosnovamosaperdonarnosnunca.Pero¿no juzgar aunosasesinosesolvidar?¡Esoesolvidar!No,esoesalimentarelodioylavergüenza.Alllegardelacárcel,amimadrelapelarondelantedetodos,alapobrecita,conlapenaque llevaba encima, y sacaron de mi casa a mi hermana mayor. Además,quisieronabusardeella;yomelostiréencima,serieron,nospelaronaellayamí,peroalmenosladejaronenpazdespués.Unodeellosmeconocía,eraamigodemihermano, jugamosjuntosavecesaescondernosenelrío,erasimpático.Muy simpático. Luego mi hermana y mi madre tuvieron que adecentar lacatedral y todas las iglesias: «limpiadlas de rojos», les decían riéndose y leshacían arrodillarse para quitar toda la mierda que había quedado de losrefugiadosquehabíanpasadoallí tanto tiempo,hastaquesefueronaAlmería.Perolamierdadeverdad…Unavez,cuandoterminaron,lestiraronporencimadelacabezaloscubosdeaguaasquerosa.Quéllorerastrajeronluegoacasalaspobrecitas mías, pero, al menos… volvieron. Y eso era todo lo que contaba.Sobrevivir, aunque fuera entre porquerías, entre insultos, entre humillacionescadadía.Vivir.Quealgunonoquiso.Quealgunossesuicidaron;eramuydurovivirasíycasisiempreunoseaferraalavida,aunqueestépasándoloputas,peroa veces alguien se rinde y se cuelga de la lámpara con el cinturón al cuello.Jaime,miprimoelabogado, lohizo.Aquello fuedemasiadopara laspersonasque creían en la justicia. Para todos lo fue, pero él no lo pudo soportar. Nillorarlopudimos.Estabaprohibidollorarporlosrojos,selohedicho.Créame,nillorarnospermitían.¿Nocreequeesoesinhumano?Soloalgunostuvieronsuertealvolver.SiquieresaberdelaFernandaysuhija,

fuerondeesas.Llegaronmástardequelosquenoshabíamosvuelto,ellashabíanllegadohastaAlmería,nocomonosotrosquenosvolvimosamitaddecamino.NoséporquévolveríalaFernandaynadiesupoporquésehabíaidolaIsabel.Esaeraricayestabaembarazada.LaseñoraÁngelamediolasgraciascuandoleconté de su nuera y su nieta,me puso en lamano una propina que no semeocurriócontarysefuepordondehabíavenido.Creoquemandóabuscarlasen

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uncocheytodo,queesamujerteníaposiblesparaesoyparamás,ylastrajerondevueltaaMálaga.AunquenuncaentendimoscómohabíacorridolaIsabelconsuhijaparaAlmería,comoestabayaysin tenerrazónalguna,ni tampocoporquéregresóconlaFernandayconsuhija.Esosíquenadieloentendiónunca,por qué esta no se quedó, pues, al parecer, allí vivían sus padres y las dosmujeresylasniñashabíanllegadomásomenossanasysalvashastaallí.¿Quierequelecuentecómosobrevivíluegosinmipadre,sinmishermanosy

conunamadreenloquecidayotrasdoshermanaspequeñasademásdelamayor?Yoselocuento,señorita,contodoeldolordemialmaselocuento.Encuantodejedellorar,selocuento.

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CAPÍTULOXVI

CuandollegamosderegresoaMálaga,parecíaquellevábamosfueraunaño,yesoquetansolohabíantranscurridosemanas.Hacemuchotiempo,leíellibrodeArthur Koestler, el periodista húngaro,Diario con la muerte. Un testamentoespañol,queescribiócuandolosfascistas locondenaronamuerte tras lacaídadeMálagaypensóquelofusilaríanenlacárcel.Esespeluznante.Éldescribíalaciudad como «el reino de las sombras solitarias», aunque, más que un reino,llegóaserunimperioqueduródécadas.Esofueloqueencontramosalregresar,elimperiodelassombras.Semellenaronlosojosdelágrimasalverenloquesehabíaconvertidomiciudad.Antesdeirnos,yaeraunaruina,sobretododesdelosbombardeosdelosdepósitosdelaCAMPSA,enagostodel36.Esoyaselohabrán contado otros, seguro… Una escabechina. Allí solo había mujeres yniños del barrio obrero de Huelin. Pero los bombardeos habían continuadodespués,implacablemente,el«tíodelosmolletes»estabaallíconsusavionesalasnuevede lamañanacadadía,comounclavo,dejandocaersusproyectiles,hastaquelosfascistasocuparonMálaga.Ycaminarporellaerallorar.YmilesdepersonashabíanregresadoyadeAlmería,estavezsinlaamenaza

de los cazas y los acorazados, pero con gran pesadumbre y cansancio en lamirada y en el cuerpo, hambre y una dolorosísima tristeza. Muchos de losrefugiados habían vuelto a acampar en las calles, esperando que alguien lesdijeraquéhaceroadóndeir,y,sobre todo,quelesdieranalgodecomer.LasHermanitasde sanVicentedePaul, elpersonal femeninodelAuxilioSocialyotrasvoluntarias,seocupabandeesoaduraspenasyprontodejarondehacerlo,aunque algunos tanques y camionetas llenas de soldados repartiendo pan yalgunosvíveresvimostodavía.Parallegaralafinca,pasamospordelantedeloque había sido la Casa Masó, una de las tiendas de tejidos más famosas deentonces.Allí habíamos comprado la tela del vestido quemi abuelame habíaencargadoparaestrenaresafiestadeCarnaval.Yanuncamáspodríamosvolver.Eledificio,grandeylujoso,quedódestruidoytodaesazonaeraunahumeante

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escombrera. Allí murieron, además de varios de los miembros de la familiaMasóyalgunosclientes,decenasderefugiados,yaquedoscallesmásalláhabíaun centro donde muchos pernoctaban y al oír el silbido de los aviones, lamayoría, a falta de sitios más apropiados o desocupados, había corrido aprotegerseenla tienda,grande, lujosa,queparecía lobastantereciacomopararesistirlasbombas.Elcoche tuvoquebuscarotro lugarpordonde llegara lacasademiabuela,

porque era imposible pasar. Y fue difícil. Al atravesar la calle Martínez, tancercana a la calle Larios, donde estaba el mercado central y la Alameda,conseguídejardellorarymeprometíquedesdeesedíayanovolveríaahacerlopor lo que había perdido: la ciudad era la que era y, al menos, nosotrasvolvíamos sanas y salvas. Cómo cambió mi mirada en esas semanas… Yaentoncessupeque lopeornoera laruinaenquehabíanconvertidomiciudad,sinolaquesepercibíaenlosojosdelagente.Aunquealgunoshabíandeseadoquelosfranquistasentrarandeunavezparaqueseacabaranlosbombardeosypor otrasmuchas razones, que cada uno tenía la suya, pocos eran los que nohabíanperdidoaalguien.MellamólaatenciónlabanderaqueondeabaalladodelaVirgenSanta,lade

laesvásticadelosaliadosfascistas.Negra, llamativa,conesacruzextrañaquetodavía no habíamos visto apenas, se movía sin cesar. A sus pies, algunosamontonabancadáveres.—¡Nomiréis!—gritómimadre,cuandosediocuentadequeMartinayyono

quitábamosojodeloscuerposdehombresymujeres,losprimerosfusilados,quesehacinabanbajolavirgen.En esos días, el nuevoGobierno no permitió que los periodistas extranjeros

entraranenMálaga:«estamoshaciendolimpieza»,lesdijeron,ylosalojaronenunsuntuosopalaciodelasafueras.Elresultadodesulimpiezasemostrabaantenuestrosojos.LamadredeMartina, sin embargo,habíahecho todoel caminodormidayparecíaseguiraturdidaporlafiebre.YoestabaconvencidaentoncesdequeFernandayMartinaseibanaquedarenAlmería.PeromiabuelaÁngelaenvióaunodesus trabajadoresenuncochepara traernosdevueltay, justoeldíaenquenosencontróeíbamosavolver,Fernandaempezóasentirsemalymimadreinsistióenayudarlas.Eralomínimoquepodíahacer,despuésdetodo.—Nopiensesquevoyadejarte aquí.Loquehayapasadoentre túyyoestá

olvidado.Osvenísconnosotrasynohaymásquehablar.Misuegrasabrácómoarreglárselas.Yyoteprometoqueosayudarécuandolleguemosacasa.Confíaenmí.

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Fernandanoestabaparanegarse.Ymiabuela,unavezqueQueipodeLlanohubo entrado en la ciudad y sus tropas la ocuparon, prefirió instalarse a lasafueras, en el cortijo de La Esperanza, en el que había varias higuerascentenarias,unpozosubterráneosuficientementeprofundocomoparanotemerdeescasezdeagua,unagranhuerta,árbolesfrutales—sinfrutas—yuncorralenorme—losanimalesquehuboantes,habíansidoconfiscadospor laCNTalprincipiodelhonroso levantamiento,parapesardelguardésquesequedóesosdíasaprotegerlos,amparadoporsuancianaedadyobligadoporsucojera,yaquienmiabueladioordendenohacerningunatonteríaparaimpedirquealguienrobaragallinas,conejosolimones,sisedabaelcaso.Ellayahabíadespedidoalosobrerosquehabíatenidoquecontrataralafuerza

en la etapa republicana. Todos los empresarios o patronos se habían vistoobligadosacolaborarenlacausadeunmodouotro,apagarjornalesmásaltosyacontrataragente,aunquenohicierafalta.Losobrerosqueríansobretodoeso,quelospatronossesometieran;cuandosusjefeslohacían,losdejabanenpaz.Ymi abuela había recuperado también sus fincas, las que habían intentadoparcelar, para que trabajaran los campesinos. Si, como ella imaginaba, lostiemposquevendríannoeranmuyhalagüeños,almenosenLaEsperanzahabríaalgoparacomer,ademásdepescado,cañasdeazúcar,naranjasehigos;aunquefueranhuevos,quefueelalimentoquemássevendiódeestraperlodespués.Lafincamáscercanaerauncotodecazadestinadoa losseñoritos inglesesdetezclara y mil pecas, que había pertenecido a la familia de mi madre durantedécadas.AllíeradondelospadresdeFernandahabíantrabajadocomoguardesesy donde mi madre y ella jugaron de niñas. Allí estaba la alberca en la queFernandacasiseahoga.Porunmalnegociodemisabuelos,habíanperdidoelcotohacíaaños,yellossehabíanmudadoaviviraotrapropiedadqueteníanenValencia, pero ya mi madre se había casado con mi padre y ella se habíaquedado.Misabuelosapenasteníanrelaciónconnosotras—porque iban a lo suyo, según mi madre me había confesado alguna de laspocasvecesquerecuerdohaberhabladoconelladeeso—.Elloshabíanvenidoavernos en dos ocasiones: en mi bautizo y cuando mi madre enfermó deescarlatina un par de años antes de que estallara la guerra, aparecieron paravisitarlaysequedaronhastaqueella,graciasalcielo,mejoró.Mimadrenoteníamáshermanosyningúnotro familiar enMálaga, todosvivían enValencia.Elcotodecazahabíasidounexperimentodemiabueloquelesaliómal.Yhastaahíhesabidoyodelafamiliademimadrehastaelmomento.

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Recuerdocómo,antesdequeelcochesedetuviera,abrímipuerta,mebajéysalícorriendohacialacasa.Mi abuela está de pie, esperando junto a la entrada. Me abrazo a ella. Me

acaricialacabeza,quetodavíanolellegaalpecho,yaspiroconavidezelolordesu jabón, Heno de Pravia. Esta marca aún se fabrica y su aroma ha seguidocalmándomeenlosmomentosenquehenecesitadoalguienespecial.Nosésieseloloroelrecuerdoloquemereconfortan.—Miniña,¡ay,miniña!…¡Porfinestásaquí!—Alescucharamiabuela,por

fin,yvolveratenerladelantedemí,semesaltanlaslágrimas—.¿Nomedigasquevasaponerteallorar?Conlovalientequehassido—medice,mientrasmelimpialacaraconesasmanossuavesyolorosas—.Venga,venga,queenseguidavas a poder darte un baño caliente, verás qué bien te sienta, y luego te hepreparadounameriendadechuparselosdedos.Mi madre entra con Martina entonces; de su mano, camina a pasos cortos

Alfonsito,tambaleándose,adormiladodelviaje.Alveramimadre,miabuelasellevalasmanosalacabeza.—¡Ay!Ytú,queentrasaquícomosinada,Isabel…Contantaemocióntehe

dejadoahísinprestarteatención.Comosivolvieras igualque te fuiste. ¡Dameunabrazo,hijamía!Mimadresedejaabrazarpormiabuela.Parecehaberenvejecidodiezaños;el

pelo encanecido, el rostro cansado, su ropa sin el planchado escrupuloso desiempre…Todoestolaconviertederepenteyconsorprendentefacilidadenunamujercomotodaslasdemás.Nopuedoevitarsentirunaalegríainmensaporquemiabuelaestéaquíparacuidardeellaydemíotravez.—¿Estásyarecuperada?—lepreguntamiabuela—.¿Haspodidohacerbienel

viaje después de todo? Pero siéntate aquí, siéntate y descansa, que estarásmejor…Mi abuela se coloca a su lado en el sofá y vuele a abrazarla; las dos

permanecenasíunosminutos.Nohablan.Mimadregimealtiempoquemiraporlaventana.Niunalágrimaleveo.Lashojasdeloslimonerosrefulgenalsol.Ensustonosbrillantesyensusbrotesdeolorosasfloresempiezaapresagiarseyalaprimavera. Aunque lo que más me gustaba a mí de aquella casa eran lasbuganvillas,de todos loscolores—anaranjadas, rosas,violáceas,hastablancas—, llenaban el porche del salón de una manta de arcoíris trémulo que memaravillaba. Ni la guerra pudo ennegrecer ese frescor, luz y vida de la tierramalagueña.

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—Cuéntame,Isabel,queteharábien—ledicemiabuelaamimadre,ylacogede las manos y las acaricia—. Cuéntame lo que tú quieras. Que quedártelodentronuncaesbueno.Tereconcomeyluegosaledealgúnmodopeor.—Siyonomehubieraido,mihijo…—Niseteocurraseguirporahí—lainterrumpemiabuela—.No,delantede

mí.Nadiepodíaimaginarqueestoibaasuceder.Nadie.Noloolvides.Tomasteunadecisiónyseacabó.Aunque,claro,atoropasado,todosoncuernos.Ynoeselmomentoni el lugardehablar de eso.Ahora toca recuperarseynohacersemalasangre.—Yo,yo…Espere…Esperequeya semepasa.—Mimadre respira hondo

variasveces.Vaallorar.Perono.Continúahablando—:Hasidolopeorquehetenidoquevivir,doñaÁngela,lopeor.Loquehemosvividoenesacarretera…Jamáspodréolvidarlo.Lomásespantosoqueesperotenerquever…—Peroya estáis a salvo, eso es loque importa ahora. ¿Quiénpodíahaberse

imaginado algo así? Nunca te hubiera dicho que te fueras si se me hubieseocurrido que podrían ser capaces de esto. Pero me lo creo, vaya que sí, queQueipohamandadocastigara losasesinosrojos.Yveraesos italianos, tantosdesfilandoporlaAvenidadelMarquésdeRíoycantandoesacancióntantétricaen ese idioma extraño, como de película, con sus vozarrones y esos cascosgrises…Madremía,quese teponen lospelosdepuntasoloderecordarlo.Lomejoresempezaraolvidarloya.—Peroesmuydifícil,doñaÁngela.—Puesclaroquesí.¿Cómono?Nopiensesenello,quenotetraecuenta.Ya

estáisencasa,sanasysalvas.Esoesloúnicoqueimportaahora.Es curioso que mi abuela ni siquiera mencionase nunca lo que vivió en la

Harinera,cuandoapuntoestuvierondematarla.Noalmenosanosotras,niamimadreniamí.Muchomenoslohizoentonces.—No podría imaginar lo que hemos visto—respondemimadre—. Pasaron

cosas tan horribles en esa carretera… Sí, tiene usted razón, lo mejor quepodemoshaceresintentarolvidarlas.Almenos,hayqueintentarlo,sí…Mireaquienhetraídotambién,quieroqueconozcaaAlfonsito.Miabuelaseacercaalniño,queesperatímido,quietoycallado,enlapuerta,

losojosmedioentornados,observandotodoconcuriosidad,yseaferraalquiciocomosiestuvieraalquitedeescapardemiabuela.Peroellalotomaenbrazosyél lededicaentoncesesasonrisa tanmaravillosaquese teenciendeelalmaalverla,ymiabuelaserindeanteél.Seleve.SiemprefueasíconAlfonsito.

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—Diosme ha quitado un hijo, perome ha dado otra alma de quien cuidar.¿Quéopinausted?—¿Yqué voy a opinar, Isabel?Opino que estás viva, queme has traído de

vueltaaminietayqueyaeresmayorcitaparasaberquéhacerdeti.Pormí,nohayinconveniente.Anoser…—No.Porsupuestoqueno—lainterrumpemimadre—.Mateolosabrá,claro

quesí.—Nomereferíaaeso,peroestábienquelohayaspensado.Creoquenohay

nadapeorquelamentira,teagarraporelcuelloy,alfinal,teahoga.Queríadecirque supongo que piensas averiguar si queda algún familiar vivo que quierahacerse cargo de él. ¿Sabes su nombre?—Mi madre niega con la cabeza—.Entonces,lotenemosdifícil.¿Loencontrastetú?—Fui yo, señora—respondeMartina, con firmeza—.Estaba buscando ami

madreparairasacaraAzucenadelagujeroyloencontrébajounpuentellenodegentemuerta,abrazadoalaspiernasdesumadre.Ellatambiénestabamuerta,peronoséquiénera.Nosénadadeél.Miabuelaarquealascejas.Sesientaysesirveaguadelajarra.Apurahastala

últimagotadelvaso.AcabadepercatarsedelapresenciadeMartinay,además,Fernandaentrajustoahora,ellacaminamásdespacio,ayudadaporelchófer.Miabuelasequedamirándola,porsucara,parecenoentenderquéhaceellaensucasa.—SeñoraÁngela,ellassonFernandaysuhija—leexplicamimadre—.Las

hemos traído de vuelta. Supongo que las conoce, es la hija del guardés de lafinca demi padre. Tengo que contarle lomucho que han hecho por nosotras.Graciasaellas,estamoslasdosaquí.—Haceyatantodeeso…Parecequefueenotravida.Enseguidamelocuentas

todo, claro que sí, que estoy viendo que tienesmucho que contarme. Pero túdecides.YparecequeFernandavienemuycansada—entoncessedirigeaella—.SiéntateyqueSaratetraigaunvasodeagua.Sara llegaenseguidaconunabandejaconvariosvasosyotra jarra llena.Me

alegravolveraveraveralacriadacasitantocomopensarenbeber.Mesonríeysemehacelabocaaguaalpensarenalgoricoquehayapreparadoymeespereenlacocina.Hacíamuchotiempoquemiabuelahabíaprescindidodelservicio,antesinclusodelahuelgadecriadas,quesalieronadesfilarporlascallesparaprotestar por sus sueldos, la últimade aquel verano.Pero se nota quemuchascosas han cambiado para volver a ser como antes de la guerra, al menos enapariencia.Miabuelacontinúa:

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—¿Allíhabíaalgúnmédicoquetereconociera?¿Sabesquéteocurre?—No es contagioso. Cansancio complicado con un enfriamiento.Me dieron

medicina en el hospital. Me curaré pronto y nos iremos, señora Ángela. Noteníamosquehabervenido,peroelhombreproponeyDiosdispone.—¿Ahoratehasvueltocreyente?—Sabeustedqueno.Pero,simemuero,podréporfinsabersitengorazóno

no.—No digas pamplinas, no vas a morirte. No traes cara de eso. Te falta un

cocido, pero eso no es nuevo.Y, además, os hace falta a las cuatro, y a todaMálaga,simeapuras,pero¿quéesloqueoshanhecho,almasdedios?Miabuelaleacercaunasillaylaobliga,literalmente,asentarse.—¡Cuántas cosas tenéis que contarme! Apenas sé nada de lo que os ha

ocurrido. Aunque lo que me han contado es increíble. Y, además, ningúnperiódicolohapublicado,segúnparece,nidelosrojosnidelosazules.Siacaso,algosobrecómoconsiguieronlosnacionalesecharalosrepublicanosdeaquí,oelABC deMadrid, que dice que hubo una evacuación organizada.No sé quéentiendenestosperiodistaspor«organizada».Apañadasvan«lasfuerzasleales»—ypronunciacon retintínesaspalabras,al tiempoque levanta loshombros—comoesperenqueorganicen igual la contraofensiva, comodicen esosmismosperiodistas. Y en la prensa nacional aparecen fotos de familias que vuelven,segúnellos,traslavictoriosaliberación.—MirahaciaMartina,ysutonodevozsedulcifica—:Asíquefuistetúquiennostrajoaestepequeño.Eresunángel,Martina, un ángelvaliente.Ymuydecidida.Megusta.Megustamucho.Erescomotumadre,entonces.—Señora,leruegoque…—Notepreocupes,Fernanda,créemecuandodigoquemehagustadomucho

conoceratuhijayvolveraverteati.Supadreytúhabéishechoungrantrabajo.Aquíestá laprueba.Siminueraosha traído,sus razones tendrá,yyoharé loqueestéenmimanoporayudaraquienellacreeque lomerece.Porsupuestoque tenéisquecontarme todo loquehapasado,peronohayprisa.Ahora tocaasearse,comerunpoco,quefaltaoshace,yati,Fernanda,meterteenlacamaenseguida. Sara te dirá dónde podéis quedaros mientras te recuperas. Luegobuscaremosotrolugarparavosotras.EntoncesllamaaMartina,miamigalamirasinpudor.Ojosdebúho,deniña

lista.Seleacerca.Miabuelalatomadelamano.Apesardequenolaconoce,me parece percibir en ambas una familiaridad inusual, algo que las vuelvecómplicesydeloquenadiemásparticipa.Nisiquierayo.

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—Por lo que se ve, conseguiste sacar a mi nieta de ese agujero del quehablabas.Yo jamásolvido loquehacenpor losmíos.Sinecesitasalgodemí,hijamía,loquesea,nodudesenpedírmelo.Paraempezar,megustaríahacerteunregalo.Fernandaselevantaprecipitadamente.—Notieneporqué,señoraÁngela,deverdadselodigo—protesta.—Siéntate,Fernanda,por favor.Omejor,vepasandoyaalcuartodebañoa

asearte,nosénicómoaguantasdepie,sitienesunacalenturadeldemonio.Miabuelaencargaalacriadaquevayaabuscaralmédico,eldoctorDamián,

quehavueltoapasarconsultahaceunasemanayllegaráenunpispás,viveenuna de las primeras casas que hay en el camino de la ciudad. Pero Fernandainsisteenquenonecesitaningúnmédico.—Erescabezota,muycabezota,deverdad.SinhacercasonipedirpermisoalamadredeMartina,miabuelasequitadel

dedo meñique un anillo de oro. Se ve una pequeña piedra engarzada en unaespeciedeflorquereluce.—Esmuypequeño, casinomevaleya.Megustaríaque lo llevases tú, si te

gusta,Martina.La niña mira a su madre. Ella asiente con la cabeza. Suda y respira con

dificultad,perosiguedepie,muyerguida.—Muchasgracias—dicemiamiga—.Pero…—¿Pero?¿Hasvistoporaquíalgunaotracosaquetegustemás,niña?—Megustaelchocolate.Azucenamecontóqueustedtiene.Alomejorpodría

darmedoscientasonzasparamerendar.Miabuelasonríe.Séquemerendaremoschocolate.

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CAPÍTULOXVII

Mi madre tardó en volver a reír. Lo hacía sobre todo cuando estaba conAlfonsito.Amímeencantabajugarconél,eraunniñomuyfácildecontentar,quenollorabanunca,sedejabavestirypeinarcomosifueramimuñecoyllevarde un lado para otro.Muy pronto, dejé de pensar en que había perdido amiverdaderohermanoenlacarretera,porquelaspenasavecessediluyencuandolamásmínimaalegríalasacorrala.Muchosotrosniñosquedaronhuérfanosallíyvolvieron aMálaga, amenudo traídos por los italianos, que algunos sí teníanhumanidad y los alimentaron y cuidaron hasta que los dejaron en la ciudad,generalmentealcargode lasasociacionesfascistasdemujeresqueenaquellosmomentosempezaronaformarseparapaliarlasmuchascarenciasquelaguerrahabía traído a la ciudad y se quedaron indefinidamente. Luego, el Gobiernofalangista ya hizomuy poco por ellos, por encontrar a sus familias y durantemuchosañossesiguieronpublicandoenlosperiódicosmalagueñosanunciosporpalabrasenlosquesebuscabaapersonasextraviadas,amenudo,niños.YMartina y Alfonsito hicieron buenasmigas, ella jugabamucho con él, le

traíapiedrecitasoconchasquebuscabaen laplayao,aveces, juguetesqueseencontrabaporahí,pequeñostrenesdemadera,muñequitasdetrapoosoldadosdemetalquesehabíanquedadoentrelosescombros,quepermanecieronmuchotiempo abandonados como testigos dolorosísimos de lo que allí sucedió.Alfonsitosereíamuchoconnosotrasynosotrasconél.Peroaquienmásbienlehizofueamimadre.Séque,graciasaél,ellapudoarrinconarensumemorialoquenecesitabaolvidar.—¿NocreesquedeberíamosintentarencontraraalgúnfamiliardeAlfonsito,

Isabel? A lo mejor, en la Casa de Expósitos… Lo mismo alguien ha idopreguntando por él. Al menos podríamos probar allí. Hay otros lugares, perocreoqueeseesdondeyoiríaabuscaraminieta,sisehubieseperdido.Siallínosabennada,yaveríamosquéhacemos—lesugiereundíamiabuela,creoquecuandoterminadeconvencersedequemimadrenodaráelpasoporsímisma.

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—¿Ustedcreequeesnecesario,doñaÁngela?—Necesario,necesario,noes.Eslocorrecto,¿nocrees?—Yoyanocreonada.Peronoquieroquesevaya,lehecogidomuchocariño

y,connosotras,tendráunfuturo.Asaberquéleesperaráporahí.—Quizás, pero eseniño tenía unpadreyunamadre, y abuelos y abuelas, y

seguroquehermanos,tíosyprimos.Esraroquetodosestuvieranenlacarreterayquenadiehayavuelto.Siguenllegandotodavíaalgunos.—¿Soyunamalapersonapornoquererquesevaya?—¡Ay!,miniña,cómopodríadecirteyoloquetienesquehacer,si,cuandome

levantocadamañana,nosoycapaznidedecidirloquehehechobienomaleldíaanterior.Soloséquemepareceríanormalbuscarloyque,ati,sihubierasidoAzucena la que se hubiese perdido, te gustaría que la persona que la tuvieraintentaradarcontigo.Miabuelahablaamimadrecondulzura,tambiénhacogidoyamuchocariño

alniño.Peromimadrenodicenadamás,tomaaAlfonsitoypaseaconélporelpatiodeloslimoneros,dondemáslegustaestar,ylaconversaciónsequedaensuspenso, como si tanto la una como la otra supieran que poco más puedeañadirse.Sinembargo,aldíasiguiente,mimadreselevantómuytempranoy,sindecirle

nadaanadie,saliódelacasa.Sealegródequelascalles,porfin,empezaranaestardesocupadas.MuchosdelosrefugiadosquehabíanvueltodeAlmería,unoscientocincuentamil,segúnmihija,habíanpasadodíasacampadosenlascalles,conlospocosbultosquenohabíanperdidoporelcamino.Esosseuníana losmalagueños que habían huido a las cuevas o las montañas y que regresarontambién tras la ocupación.Muchos lo habían perdido todo, si antes lo habíantenido. Ancianos y niños hambrientos salían al paso de cualquiera que lesparecieraquepodíadarlesalgoconloquealimentarseoalgúndinero.Poreso,mi madre apenas había salido una vez desde entonces, se sentía incapaz demirarlosalacarasindarlesdecomer.Ynopodíaalimentaratodos.Aqueldíasehabíavueltoacasa,incapazdereviviralgoparecidoaloqueyahabíasufridoenlacarretera.Detodasformas,lasorganizacionesfascistasdemujeressehabíanorganizadoparaayudaralosquehabíanregresadoeinclusohabíanllegadodosenvíosdecomidadesdeCádizySevillaconelfindealimentaratantagente,yalmenos durante un tiempo, la situación mejoró. Sin embargo, siguió habiendoescasez de pienso para animales y de medicinas, el pan era imposible deconseguiryenlugardeleche,casitodosbebíanagua.

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Ahora, ya quedaban muchos menos, pero todavía se les veía agrupados,recostadosdemalamaneraencualquierlugar,conaquellasmiradaslastimosas,lasdelamiseria,eldesarraigoyelhambreconlasquemuchosmurieronenesosdíassinquenadie losayudara.Sinni siquieramirarlosa lacara.Mimadresecubrelabocaconelpañueloalvertiradaenelsueloaunamujerqueagoniza,eltifusylaviruelallevantiempohaciendoestragosentrelosrefugiadosyhayqueextremar lasprecaucionesparanocontagiarse.Aprietaelpaso,deseaque todoeso termine de una vez, que todas esas gentes que aún quedan en la ciudadvuelvanyaasuspueblos,comolespideelejércitonacional.Alver el edificiode laCasadeExpósitos, sequedapetrificada, nunca leha

gustado pasar por allí, desde las aceras de la calle Parras se oía llorar a loschiquillosyaantes,cuando laguerraaúnnohabíaprovocadoque llegaranpordecenas cada día. En ese edificio del señorial barrio de Capuchinos, desdesiemprelagentedejabaalosniñoseneltornodelaentrada,queamimadrelesigue pareciendo demasiado lujosa, con aquella magnífica portada que lerecuerda enmucho a las del PalacioReal deMadrid amedio camino entre elbarrocoyelneoclásico,paraloquehayensuinterior:miseria,tristeza,pobreza,enfermedadymuerte.LainstitucióndependedelaDiputaciónProvincialynoesla única que se ha encargado de recoger a los niños perdidos, huérfanos oabandonados,detantosquehayentodaspartes:lohacíanantesenlaResidenciaInfantildelaUGTylaCasadelniñodelaCNT,pero,claro,esasyahandejadodeestaroperativas.Mimadreintentanoprestaroídosalosllorosqueseamplificanentrelosaltos

muros de piedra del edificio y se dirige a la puerta de la oficina; allí, unfuncionario se la quedamirando en cuanto entra. Bajo, vestido al menos conpulcritud, las uñas cuidadas y el bigote recortado. No deben de estaracostumbrados a recibir visitas así, pues la observa de arriba abajo antes depreguntarlequébusca,conamabilidad,perotambiénconelfastidiodibujadoensuexpresión.Demasiado trabajo,demasiadasdesdichas juntas.Alhablar,silbacomoelvientoenundíadeperros.—Buenos días —responde mi madre ignorando su gesto—. Me gustaría

hacerleunapregunta,sinoesmuchamolestia.—Molestianinguna,faltaríamás,estamosaquíparaeso.—Si quisiera encontrar a la familia de un niño que han recogido de la calle

unosamigos,¿aquípodríaustedayudarme?—Tenemosmuchosmásniñosdelosquepodemosatender,sobretodoahora,

cadadosotresdíastraenaalgunoquesehaperdidoenlacarretera.Peropocos

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vienen a buscarlos. ¿Quiere llevarse a alguno? Aquí se mueren, cada díaamanecenmuertosdosotres;estantriste.—No, no, gracias, no…—Las palabras se le secan amimadre en la boca.

Sientelalenguaásperaydura,comoesparto.—Dígameustedcomosellamaelniño.—Nolosaben,aúnnohaaprendidoahablar.—¿Cómoibavestidocuandoloencontraronsusamigosydóndefueeso?Mimadrehacecomoqueintentarecordar,aunquesabebienquenoconoceesa

informacióny sedacuenta justoenesemomentodequeapenas sabenadadeAlfonsito,másqueMartinaloencontróenlacarreterayquelaqueparecíasersumadre,estámuertaybienmuerta.—LotrajerondelacarreteraaAlmería,enfebrero.Peronosénadamás.—¿Yporquénovienenpresencialmentesusamigos?Notenemoscostumbre

de comernos a nadie, aunque hay hambre, también hay dignidad.Así podríanaportarmásdatos.—¿Y no puede usted decirme si alguien está buscando a un niño demás o

menosdosaños,pelitorubio,ojosmarronesymásbuenoqueunarosquilladeviento?—¿Estáenfermo?—No,claroqueno,estáperfectamente.—Puesentonces,simelopermite,noledémásvueltasydéjelodondeestá.—Loquemisamigosquierenesencontraraalguiendesufamilia,nodejarlo

aquí.—Ya,ya,entiendoloquequierensusamigos.Peronosotrosnopodemoshacer

más. Aquí tenemos muchos niños, mire estos tres. Están esperando para elreconocimiento.Supadrehasidofusiladoysumadreestápresa,condenadaparadiez años. Pero la mayoría nos los traen porque han caído enfermos: sífiliscongénita,bronquitis,neumonía,gastroenteritis,detodohayenlaviñadelseñor.Lamayoría,además,llegandesnutridos.Losquemássuertetienen,suspropiospadres o familiares apuntan sus nombres al dejarlos para volver a por elloscuandopuedan,detodosloslugaresquesepuedaimaginar,y,aveces,acudenaquíparejassinhijosysellevanaalgunodelossanosymásguapos,comotienequeser.—¿Yseguroquenohavenidonadiepreguntandoporunniñoqueseperdióen

lacarretera?—Yalehedichoqueno,mujer,¿esquenomeescucha?Estosdíashantraído

amuchísimosniñosdeeselugar,comoyalehecomentadoausted.Quehayque

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ver loquedebiódepasarallí,que loqueviene,vienefatal.Hoyprecisamentehanvenidoabuscaraunodeesosyaquíestaba,sehaidoquenoselocreíadecontento. Los que traigan a partir de ahora tendrán que esperar su turno paradejarlos,porqueyanocabeniunapulgaencabestrillo.Estostressonlosúltimosqueadmitimoshastaquealgunodejesuhueco.Peroporahoranotengoningunasolicitud de nadie que haya venido buscando a un niñoymehaya dejado susdatos.Siquiere,anótemesunombreydirección,y,sieselcaso,lemandamosasucasa.—No, gracias, mis amigos no me han dado permiso para eso. No quiero

molestarlos.—Bien,comoustedprefiera.—¿Yqué puede pasar si se quedan con el niño y luego sumadre o alguien

vieneabuscarlo?—¿Medicequesusamigosquierenadoptaralniño?¿Esesoloquequieren?A

versiseaclara,señora…quetengomuchoquehacer.—No,no,nomeentiendamal,esquetenerasíaunpequeñoesarriesgado,que

locogescariñoyluego…—Que no se preocupen sus amigos. No será la primera vez que nos llega

algunamadre de las que han pasado por la cárcel y que, al salir en libertad,quiere recuperara sushijos,y solohapodido llevarseadosdecuatro.Con laúltimaquevinoasí,asusdoshijosmáspequeñosselosllevóunmatrimoniodemuybuenaposición,yconellossequedaron.Noesmuyaconsejabledenunciara depende quién. Si es lo que les preocupa a sus amigos, que se quedentranquilos.Sisoncomoentiendoqueson…Mi madre se queda pensativa. Los lloros del niño más pequeño de los tres

hermanoslaobliganamirarlos.Sucios,cogidosconfuerzadelasmanos,conlosojosllorososlosmayoresyelmenorconlosagujerosdelanarizcongestionadospormocosmásverdesqueunhigodefinalesdeverano.Ellasientetalagobioalverloseneseestadoqueselevantadegolpe.—Bien, muchas gracias. Ha sido muy amable —dice al funcionario, que

enseguidabajalacabezaysiguecontandoensulistaalosniños.Tiene que tachar tres, uno que se han llevado hace un rato y otros dos que

fallecieron y que deben enterrar con rapidez. Ya ni siquiera desinfectan suscamasnisussillasenelcomedor,enseguidaotrosvendránaocuparsulugar.Peromimadrenosabeesoenesemomentoysaledeprisa,satisfechaincluso.

Nomiraparaatrás,alostreschicosquesiguenesperandosentados,apretándoseentresí.

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—Señora…—lallamaelfuncionariocuandomimadreestáapuntodeponerelpieenlaacera.—¿Sí?—¿HaidoalaiglesiadeSanJuan?¿Aalgunaotra?Estándejandolistascon

los nombres de desaparecidos y dónde encontrar a sus familiares, por siaparecen.Vayaapreguntar,quizátengamássuerte.Mimadrenoselopensódosvecesysedirigióallíjustoenesemomento.Por

elcamino,nopodíaquitarsedelacabezaaesostrescríos.Alllegaralaiglesia,fuedirectaalmonaguilloquepreparabalamesaparala

eucaristía.Lepreguntóporlaslistasqueacababademencionarelfuncionario.—Están ahímismo, en la pared al ladodel confesionario.Cadadía sonmás

largas.Esperoquetengassuerte.Ynotelleveslahoja,quemeduelelamanodecopiarlalista.Mi madre la leyó. Muchos de los niños de la lista no aparecían ni con su

descripciónniconlosnombresdelosfamiliaresquelosbuscabanoladireccióndondellevarlos.Ynosoloincluíaadesaparecidosenlacarretera,sinoqueyaseestaban agregando los que habían logrado volver: enseguida empezaron adetenera losquecorrieronpara,almenos, interrogarlosdelasrazonesqueloshabíanllevadoairse.Aalgunoslosestabanesperandoensuscasasy,encuantoentraronporlapuerta,losfusilaronenelzaguán.Solíanserlosquehabíansidocabezasdepartidoomiembrosde lossindicatos,oaquienes losvecinoso losconocidos, por alguna razón, habían denunciado. Las listas podrían haberocupadotodaslasparedeslibresdeltemplodeDios.Sinembargo,pormuchoquemimadrelasleyóyreleyó,yvolvióvariosdías

despuésporsihabíancambiadooagregadoaalguien,noencontróquiénbuscaraaAlfonsito.TambiénrecorrióotrasparroquiasymiróenlaslistasdelaGuardiaCivilyenotrossitios,sinsuerteenninguno.Regresó días más tarde a la iglesia donde ella y mi abuela acudían

habitualmente al servicio y no consiguió encontrar la lista por ningún lado.PreguntóadonAnselmo:—¿Peroquées loquebuscasexactamente,hijamía?Hace tiempoqueno te

veo con doña Ángela, espero que estéis bien las dos. Pero no debéis olvidarvuestrosdeberescomohijasdeDiosPadre.Enestemomentoesmásimportantesicabe.Esepárrocohablasiempreconunatranquilidadquedebedeprovenirledesu

fe.Mimadre seponenerviosa. Justoentonces sedacuentadeque,desdeque

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matóaJacinto,nohabíavueltoporlaiglesia.Ydeesohacenyameses.Aunqueahoraleparezcanaños.—Heestadoindispuesta.—Yaveo,¿fuemuyduroelparto?Mimadresequedaparalizada.Noselehaocurridopensarqueeslaprimera

vez que cruza una palabra con alguien que la conoce desde que volvió deAlmeríayque todoelmundo lahabíavistoembarazadaantesde irse,apocassemanasdequenacieramihermano.—Lonormal,donAnselmo.Nimásnimenos.—Peronomehabéisllamadoparabautizaralacriatura.—Es que nació muy grande, casi cinco kilos—habla sin pensar, sin darse

cuentadeloquesignificalafrasequeacabadepronunciar—,ysufriómucho.Yyoconél;mehacostadorecuperarme.Misuegrapensóquenosperdíaalosdos.—Entiendoymealegrodequenofueraasí,pero,mujer,habermeavisado,yo

habría ido a vuestra casa, que no es plan tener a un niño sin bautizarmuchotiempo,novayaaocurrirunadesgracia,Diosnoloquiera.—No,no,quenomeheexplicadobien.Paraesovenía,donAnselmo,quería

avisarle de que lo hemos bautizado ya, para que no se ofenda. Haremos undonativo en cuantomi suegra pueda acercarse ellamisma, que es quien trataestosasuntos,paracontribuiralserviciodelaiglesiaenestostiemposdetantanecesidad.—¡Ah,sí!¿Yquiéntuvoelplacer?—Pues, como nació tan grande y yo me encontraba tan mal, lo bautizó el

mismo sacerdote quevino a casa a estar presente por si hacía falta, unode laconfianza de mi suegra, de cuando ella sintió la llamada de Dios. Puedepreguntarle a ella su nombre, cuando venga a darle ese donativo, por lasmolestias.Queyo,comoestabacasiinconsciente,esquenimeacuerdoya.—Ni se me ocurriría, Isabel, faltaría más. Hicieron muy requetebién. Que

todosestamosdelamismaparteynuestrosruegoslleganalmismolugar.Esperoa su suegra y, eso sí, rogaré para que la comunión la reciba su hijo en estaparroquia.Que,porcierto,¿sellama…?—Alfonsito,sellamaAlfonsito.Y,porsupuesto,donAnselmo,aquítomarásu

primeracomunión.Amimadreletiemblanlaspiernasalsalirdelaiglesiaylesiguentemblando

al recorrer el camino hasta la casa.No sabe cómova a poder explicarle amiabuelaquehapasadodebuscaralafamiliadeAlfonsitoacontarenelpeorsitioposiblequesuhijohabíanacidovivoyque,portanto,debeserél.Cuandollega

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aLaEsperanza,loúnicoqueseleocurreessentarseconélycomérseloabesos.Para ser un niño recién nacido, está demasiado crecido, aunque lo peor no esesperar para poder sacarlo a la calle, lo peor para ella ahora es tener queexplicarleamiabuelaqueyanohaymarchaatrás.Encuanto llegódevisitar aunaamiga, ella le contó loocurrido.Miabuela,

cuandolamiróalacara,nopudomásqueecharseareír.—Tranquila,Isabel,¿peroquiéntecreesquesoy?¿Deverdadhaspensadoque

ibaaenfadarme?EstáclaroqueelhombreproponeyDiosdispone,yDioshadispuestoqueniencontrarasalafamiliadeAlfonsitonipuedasyabuscarlaenelfuturo.Cálmate,mujer, y disfruta de tu nuevo hijo.Cuando llegue elmío, yatendrás tiempode explicarle tus razones.Has sufridomuchoy, aunque lo quehiciste no está bien, yo no soy nadie para juzgarte. Eso que no se te olvidenunca.Él te hace feliz, eso se nota a la legua, y te hace olvidar y encontrartemejor.SeráqueDiosquierequetúlehagasfelizaél.

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UNSOLDADOFALANGISTA

Por supuesto que no éramos locos. Yo estoy sentado delante de usted ahoramismo,¿tengopintadeloco?Fuiunbuensoldado,esedíasemefuelacabeza,¿qué podíamos hacer?Nuestro general nos dijo cada tarde durantemeses quedebíamosviolaralasrojas,queeranuestraobligacióncomopatriotas…aver…,¿qué íbamosahacer?Peromedaapurohablar conunamujerdeesto, ¿nohapodido su jefemandar a un hombre? ¿Noha podido venir él?Entrehombres,estascosas seentiendenmejor.Peronoestábamos locos.Bueno,algunohabíamuytocado,sí,elEleuterio,porejemplo.Esenoestababiendelacabezadesdenunca. A ese le encantaba ir donde habían estado ya los moros, que esoscabrones las dejaban tiradas en el suelo, más muertas que vivas, porque lesencantaba hacérselo por detrás y a las bravas, y cuantomás gritaban,más lesdaban;lasmarranas, lasllamaban.Peronotodoseranasí,nocrea,noescomodicen.Soloalgunos,yyasesabequesiemprepaganjustosporpecadores.PuesalEleuteriolegustabaobligarlesaqueselachuparancuandolaspobres

estaban ya tan doloridas, destrozadas, muertas de vergüenza y de asco y dedolor,lasqueseguíanconvidaynoleshabíanrajadolagarganta.Peroperdonemilenguaje,yaledijequemejorunhombreparahablardeestascosasquenosondebuengusto,¿notieneustedalgúncompañeroquepuedaocuparsedeesto?Seguroquesí,mujer.Esqueyo…,bueno…,pueseso…No lecuentomásdeesto,mejor,quemedaapuro.Noquieroquepiensedemíquesoyuninsensibleounsalvaje.YalEleuterioademáslomatarondeuntiroporlaespaldaalgunosañosdespuésdequeacabaralaguerra,enunabatidadecazamayor;nosesabequién, no lo investigaron demasiado. Tampoco nos caía bien a nosotros esemalnacido, ya le digoque estaba tocado.Losdemás.Bueno, los demáspuedequeaprovecháramos.Amímegustaba laFernanda, siempremehabíagustado.Rapaday todoera

guapalacondenada,menudoscojonestenía,quenosemoviómientraselAdolfolepasabalacuchillaylecaíanlosmechonesporloshombroshastaelsuelo,ni

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losmiró,peroélnolepusootramanoencimamásqueparadarleunalección,quealgohabíaquehacerconellapormujerderojo.ElAdolfosabíaqueesa,deser,seríamíaantesquesuya;entodohayclasesyyoerasusargento.Hastaenesohayclases,sí:primero,losdemayorescalafón;losúltimos,losrasos.Ynolecuentoestoporquepiensequevayaacreerdemíquesoyunchaladoy

quieradisculparme, fíjese lopocoquepuedeafectarmeamí loquepasóhacetantos años…Esque realmentemegustaba ella, tenía la piel tanblancay losojos tanazules,yerararo:nuestrasmujeres, lasmalagueñasdepuracepa,sonmorenazas,muchastienenelpelooscuroylosojosnegros,tambiénsonguapas,lasmásguapas;perolaFernanda(¿vecómomeacuerdodesunombre?Esoesporque no le miento, me gustaba mucho esa mujer), la Fernanda era muyblanquita,muy rubia,diferente,depiel fina,hombrosanchos, tetona,peroconestilo. Mucha mujer. Parecía extranjera. Se había casado con ese idiota delMiguel, que trabajaba en lo que le iba saliendo y no le importó que todos enMálagamurmurarandeella.Porquevamossimurmuraban.EsquelaFernandaeramuchaFernanda.Laverdadesqueamíenesemomento,queesoeraantesdelaguerra,tampocomehabríaimportadocasarmeconellaparaconseguiraesahembra,se lo imagina,¿no?Queesoes igualpara todos.Yentonces secreyómásquelosdemás,peronoloera.Poresomehicesublevado,imagine…Bueno,noesdifícildeimaginar,yoera

unchicosinposibles,pocomenosqueunoficinistaymíremeahora,noledigoloquelleguéaserenMálagaparaquenosesepaquiénsoy,perovivoenunadelas callesmáscéntricas, tengodos casasmásen la ciudad,otra enMarbellayotras dos en Torremolinos, dos demis hijos son abogados y los otros dos sefueronaviviraMadridytrabajanenempresasdelasimportantes…,vamos,quegananmuchodinero.No tuvimos ninguna hembra, pero tampocome importó,que danmuchas complicaciones y, después de lo que vi entonces, puesmejorasí.QuenadiesabíabiensicuandoenEuropaterminaralaguerra,siganabanlosotros,noibanaterminarechandoaFrancoyasaberloqueocurriríaentonces.Sinosquitaríanloquetantoesfuerzonoshabíacostadoconseguir.PuesclaroqueeraunpocodelacalañadeMussolini,pero,entiéndalo,paramíyparamillonesdeespañoleseramuchísimomejorquelosotros.Conlosotros,Españasehabríaperdido. ¿Cómo iban a saber unosmuertos de hambre lo que había que hacerparaganardinero?Nigobernarsupieronantesnilohabríansabidodespués.Losespañolessolopodíamosvivirbajounadictadura,lalibertadylademocracianosveníanentoncesdemasiadograndesdesdesiempre.

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Peromeaseguraqueenestoqueestáescribiendonosaldráminombre,¿no?Mirequecomosaqueminombre leponemihijounademandaqueno levantausted cabeza, que todavía soy alguien importante enMálaga ymis hijos ymimujernosabennadadetodoesto.Queyoseloestoycontandoporque…porquemeapetececontarmiversión.Aunque,laverdadesqueellosnovanaleeresto.Ningunodenosotrosleeráestahistoriaqueestáescribiendo,simepermitequeselodiga,quelohagocontodosmisrespetos…Ylosrojosestuvieroncallados,porlacuentaquelestraía,pero¿acasosecreequenosotrospudimoshablardetodo loquepasó?Algunos fanfarrones lohacían,queunoenVélez incluso sepaseómuchosañosconelrelojdesuvecinoenlamuñeca.Lemetióuntiroporhaberle arruinado la última compra de una vaca antes del dieciocho glorioso,peroasínoéramostodos.Ylosquenoéramosasí,porquenovalemos,siselopregunta, también sufrimos con el silencio. El silencio es lo peor.Muchos sevolvieronlocos.Queesodenopoderllorarsiquieraportusmuertos…Esofuemuy cruel. Tantos que hubo. Se pasaron, yo creo,muchas veces se les fue lamano. Algunos falangistas no se perdonaron a sí mismos, lo que les habíanhechoalosotros,yenloquecieron,comoselocuento.Sepegaronuntiroañosdespués;elManuelabocajarro,enlasien,consupistoladeguardiacivil…Dosotrescasosconozcodeesosquenopudieronconelsentimientodeculpa,delalocura,quesolofueeso,unalocuratransitoriainvadióAndalucíaytodaEspaña.Soloasíseloexplicauno.Aunqueyonoestabaloco,seloaseguro.Solohabíaquecontrolarseunpoco,darsecuentadequeloqueestabamal,estabamal.Y yo no pensé bien lo que iba a hacer, se lo juro.Y no estoy orgulloso de

aquello…no,asíselodigo.LaseñoraÁngelaeraladueñadelayeguadamásfinadeMálagaytantasotraspropiedadesquetenía,ytodosinsumarido,porqueelseñorOrtegahabíamuertohacíaañosdeunamalacaída.YlaFernandaestabaahídelantedemí,conesamiradademujerderaza,comoeraella…Siesquelopiensotodavíay…Aunque yo nomaté a nadie que no llevara un arma con la queme hubiese

podidomataramí,selojurotambién.Esafuelaprimeravezquesemeocurrióhaceralgunaestupidez,porqueellaeraquieneraymegustabaunhorror,yyamesirviódeescarmiento.Quelosmoroseransalvajes,conesascarasnegruzcasyesospelostanrizadosqueparecíancarneros,peronosotrosestábamosahíparaotra cosa y no para follarnos a las malagueñas rojas, como si no tuvieransuficientecastigoyaconloqueselesvinoencima,lasquequedaronvivas.Muchosdemiscompañeros,loslegionarios,sobretodo,alrecuperarMálaga,

síestuvieronuntiemposaliendodetresentres,casisiempre,yhacíanbatidasen

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las casas de los que habían caído, donde no había hombres; otros fusilaban aquienesteníanquefusilaryluegosejugabanalascartasquiénsetirabaalahijaoalamujeroalasdosalavez,quealgunoseranmuycafres.Aelloslesdejaronlosbarriosmáspobres,entrabanenlascasuchas,tirabantodoalsueloyluegoloquemaban, y se partían de risa cuando los que estaban escondidos salíancorriendo. Entonces, los disparaban a ver quién tenía más puntería. No hubocampo suficientepara arrojar tantos cadáveresy cuentanque enotrospueblosinclusohabíaque irapartándoloscon lospiesparapodercaminary llegaronaflotarpordecenasenelcaucedel río.Comoelplásticoahora,quecadaépocatiene su cosa mala, que ni antes era todo tan crudo ni ahora es la panaceatampoco.Peroyoesonolovi,selojuro.Ytampocomeapuntéjamásanadadeeso,nopuedendecirquetodoséramos

así, porque no es cierto y, además, eso sucedió solo al principio, cuando lasarengas de nuestro general nos volvían tarumbas y lasmentes no estaban a loquedebíanestar.LodeFernandafuemuyalprincipio,enmarzoomayooporahídel37,creo,cuandotodosandabantodavíamuycabreados.Luegoyapasó,luegoyanosehizotanto,ynoscalmamosunpoco.¿Porquéponeesacara,señorita?¿Acasonomecree?Puesnomecrea,usted

misma.Claroquemurieronmuchosentonces,que lascárcelesse llenaron,quefusilaron a miles, pero no todos los que luchamos por España estábamoscontentosconeso.Señorita,esmuyfácilverlostorosdesdelabarrera.¿Haleídoustedsobre laGuerra Civil? Porque esmuy joven para que le interesen estasbatallasdeviejoque lomejorquepodemoshaceresolvidarlasyadeunavez.Quetodosestánmuertosyenterradosyalosqueno,nosquedandostelediarios.Losmoros,losalemanesylositalianosselargaronasutierraylosánimosse

fueronapaciguando.Yanofuetananimadocomoalprincipio.Alprincipio,loquequiereseshacerlomismoquetehicieronopeor.Noséporquécreemosquepagar con la misma moneda te hace dormir mejor. Es una puñetera mentira.Aunqueamíesonomepasó, tengoquereconocerlo.Simehubierapasado,elcabrón habría tenido muchos problemas. Que uno es muy hombre para dejaralgo así sin respuesta.Mi hermana y sumaridomurieron en Almería, pero aelloslosmatóunabomba,enmayo,creo,queademásfueronlosnazis,menudaarmaronesavez.Esolespasóporquedarseallí,enzonarepublicana.¿Y quiere saber si luego volví a verlas? ¿Ha estado usted enMálaga? Pues

claroquelasvi,Málagaeraunaciudadpequeñaydespuésdelosbombardeos,estaba destrozada, entre los aviones, los barcos, los tanques, los requetés, losmoros,losanarquistas,loscomunistasylamadrequelosparióatodos,habían

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tirado abajo más de la mitad de la ciudad. Y eso se unió a lo que habíanquemadoañosantes,cuandoprendieronfuegoalasiglesiasylosconventos.Quépena, la verdad. Por eso ahora no tiene apenas monumentos. Había sido unaciudadcomoCórdoba,tanbonita,aunquesinmezquitayeso,pero…Setecaíaelalmaalospies.Ahoralopiensasynopuedescreerloquepasóentonces.Queaquelfuerayo.

Asíselodigo.No,nodebíhaberhechoaquello.Peromegustaba,laFernanda,megustabamuchísimo.Quemiraqueeraorgullosa,quenobajólacabezaniunavez. Eso tambiénme gustó, ¡ay!, la Fernanda…Aunque se lo digo, que a lapatriaseladefiendeconalgomásqueconunapistola,seladefiendeconhonor.Honor.Asíque,cuandoterminólaguerra,mecaséenseguida,conunafranquistade

pura cepa, por supuesto.Ella no suponunca nada de todo esto, que se vino aMálagadelNorte;allínosconocimos:alcabodeunosmesesnuestroregimientotuvoquecambiardeposición.Ahoramedapena,no se crea. ¿PeronoquierepreguntarmeporelfrentedelEbro?Allíestuvedespués,allífuiunhéroe.Estoque lecuentosolo fueunbachedecrío.Unbachedehombreatolondradoportodoloquehabíaalrededor.Queyonohicemásquecumplirmideberysoloesavezsemefuelamano.Soloesavez,selojuro.Y, digo yo, podré leer lo que ha escrito usted antes de que se publique,

¿verdad?Quemirequecomocambiealgodeloquepongoydigaloquenofue,le mando ami hijo y le pone un pleito que la hunde, que él los gana todos,faltaríamás.Pocospleitoshemosperdidonosotrosenlavidadesdeaquellosdíasenquesepusoacadacualdondedebíaestar.

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CAPÍTULOXVIII

Mimadresequedócallada,mirandoatravésdeloscristales,mientrasmiabuelaacudía a ayudar a Fernanda. La panadería estaba en mitad de la plaza y sevaciaba de gente cada vez que algo así ocurría, muy a menudo últimamente,pero,antes,lassúplicasdelasvíctimasalertabanalosdemás.Poresoaloírlasdondesiempre,miabuelaÁngelahabíaechadounvistazofueray,cuandosediocuentadequeeraFernandaaquienlehabíatocadoesavez,cogiólaescopetadecaza demi abuelo y se dirigió a la entrada. Justo antes de salir, se detuvo unmomentojuntoalapuertayalfinalladejódepie,apoyadaenelquicio.Yo la observé mientras se aproximaba a ellos y pude ver que otro hombre

avanzabahaciaFernandaaltiempoquesedesabrochabalabragueta.Entreotrosdoslasujetabanporloshombros.Ellanoparabaderevolverse,hastaqueunodeellos le soltó un bofetón. Fernanda lo miró entonces con tanto odio que, sihubierapodido,creoquelohabríaintentadomatarconsusmanos;inclusodesdedonde estaba pude ver esa expresión animal del que tiene anulada la razón ymataríapordefenderse.Miréalrededor,laplazaestabavacía,soloquedabanlosfalangistasyella.Yo

entoncesquisecorrerdetrásdemiabuela,meinvadióunarabiainmensacontraaquelhombrequemirabaalamadredeMartinaigualqueJacintohabíamiradoalamíaantesdemorirysemevinoderepentealacabezaaquellaimagendesumiembro empinado y su cara inmóvil en el suelo de la panadería, que otrasmuchopeoreshabíanborradodemimentehastaeseinstante,cuandoregresódegolpe.Deseécontodasmisfuerzasdeteneraeseotrohombre,noentendíaquélocuraeraesaquelessalíadeentrelaspiernasylesllevabaadescomponerseaellos y al terror a ellas. Qué inocencia, por Dios, qué inocencia. Agarré laescopeta.Estabafríaypesabalomismoqueunmuerto.Entoncesmimadresemeplantódelante,mequitóelarmadespacio,peroconfirmeza,lavolvióadejardondeestabaymeagarróporloshombros.Nosécuántotiempollevabaallí.

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—Vetea tu alcoba,Azucena.No teníasquehabervisto esto. ¡Haz loque temando!Yanotienenniladecenciadehacerloenprivado.Laobedecí.Pero,mientrascaminabaarrastrandolospies,miréalaplazatras

loscristales.Concalma,sindejardeobservaralacaraalquesujetabaalamadredeMartina,miabuelaseacercabaaloshombres.Unodeelloshabíaarrancadola camisa de Fernanda y estaba toqueteándola. Al ver aproximándose a miabuela,sequedóparadoyeldelospantalonesbajadosselossubió,ledijoalgoal otroy este, sin inmutarse, sacóunanavajadebarbero, la abrióy empezó acortarleelpeloamechonesaFernandamientras losotrosdos lasujetaban.Lecaíansobrelospechosdesnudos.Megiréparaveramimadre,ellasiguióobservándolosalmenoshastaqueyo

mefui.Asustada,yaenmicuarto,mealegrédequeMartinanohubiesevistoloque le estaba pasando a sumadre, aunque enseguida imaginé las barbaridadesquepodíanhacerledespuésylloré,peronoporFernanda,loconfieso,confiabaquedeunmodouotromiabuelase la llevaríadeallí; llorépormimadre.Nolograbaentenderporquénohabíaseguidoamiabuela,porquénohabíacogidolaescopeta,porquénohabíacorridoahacerleaaquelhombrelomismoquelehizoaJacinto.Yo,entonces,pensabaqueellapodíaarreglarlotodo,creoqueporculpa demi abuela, que actuaba amenudo como si eso fuera posible. Ahoraentiendoquesiempreexistendosjusticias,lanuestrayladelosotros,yquelasvíctimas no importan. Por un instante, la desprecié. Y me sentí indefensa yabandonada, como si, en lugar de haberse quedado en la casa sin ayudar aFernanda,alaquetantodebíamosellayyo,mehubiesetraicionadoamí.Llorémuchoesedía,mucho,selojuro,queridaescritora,ysolodejédellorarcuandooíentrarencasaamiabuela;entoncesmelevantécorriendodemicamaymequedéenlapuerta,observándolas.EllallevaagarradaaFernandaporlacintura.—Tráeleunvasodeagua,Isabel,porfavor,estátemblando—dicemiabuela

tansolo.Suvoz,sinembargo,llenalaestancia.Noerasolosuformadehablar,erasu

propiapresencia.Esaeramiabuelaylofuehastasumuerte.Lasespío,peromecuido de que mi madre no me vea: ni la miraré a la cara si me manda a lahabitación.El respeto que siempre la he tenido está a punto de convertirse enpolvo.¿Puedeelamorsobreviviraldesprecio?Mimadremuriósinqueyomeatreviera apedirle quemeexplicaraporqué fue tan cobarde. ¿Fui injusta conella?Esposible.Peronoactuóasíporrencorniporodio,ellaentoncesignorabala verdad.Almenos eso creo, quizás porque, de otromodo, no habría podidoquererlatantocomo,apesardetodo,laquisesiempre.

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—¿Estásbien?—lepreguntamiabuela—.¿Quieresalgo?Pocosepuedehacerparaquitartedeencimael susto,esoya losé.Pero túeres fuerteyellos,unoscabrones demierda.Nodejes que te amarguenmás.Almenos se ha quedadosoloenesto.Me pregunto cómo mi abuela podía ser así. Era una mujer tan rara, tan

imprevisible, tanmaravillosamentedistintade todas lasqueconocía,que sentípor ellauna admiración inmensa; eso, ademáshizoque, al compararla conmimadre,estaseempequeñeciera.Comounratoncillodecampofrenteaunzorro.Fernanda terminóde beberse el agua, pero no le contestó.Miraba hacia todoslados.Miabuelasediocuenta.—Tranquila,Martinano está, ha salido a ver a los cachorros de la fincadel

Geranio.Lamastinaha tenidocuatro.OjaláAzucenasehubiera idoconellos.¿Hasimpedidoqueloviera,Isabel?Mimadreasiente.Peronopuededefenderconpalabraslamentiraquesusojos

intentansostener.Alescucharamiabuela,meacuerdodequeyoestabaapuntodesalirparareunirmeconMartina,encuantoAlfonsitosedespertara,sehabíaquedadodormidoen lahabitacióndemiamiga.En laguerra,unoscachorritossuponíanlasalegríasmásgrandesqueavecesnosregalabalavida.Casi todaslasdemáslasempañócondolorymiedo.—Mucho mejor así —responde mi abuela—. La maldad de los hombres,

cuantomástardesedescubra,menosarañalasvísceras.Ybastantehavistoya.SevuelveentoncesaFernanda:—Apartirdeahora,portubien,saldrásmenosalacalle.Vamosadejarque

paseunpocoeltemporal.Serálomejor.Estotendráquecalmarsesintardaronovamos a poder volver a mirarnos a la cara unos a otros en la vida. Por elmomento,cuantomenostevean,mejor.Siemprehassidodemasiadollamativayaquíhaymuchocafresincorrea.Mimadre se acerca a Fernanda y la abraza. Empieza a llorar.Mi abuela le

ordenaenseguida:—Hay que ponerse con el avío de la cena. La criada no está hoy, Isabel,

tenemosqueirnosya.Menosmalqueestábamosaquíestatarde,oyoquéséquéhabría pasado. Y quizás Fernanda yMartina quieran cenar hoy con nosotros.Mejor,quesequedentambiénadormir.Nosvamostodasparaelcortijoahoramismo.Alescucharla, semeponen lospeloscomoescarpias.Megustaríaabrazarla.

Ahora, cuando ya sé mucho más sobre ella y sobre Fernanda, lo que sigosintiendo por mi abuela es devoción y un enorme agradecimiento por

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demostrarme que las personas no son su ideología, sino su corazón y susprincipios.Meatrevoasalirdemiesconditeymeacercoaella.Ledoyunbeso.Querría

darlecien.—¿PuedoirmeyaconMartina?Luegoiremosjuntosalcortijo.Notardaremos

mucho,loprometo.Entonces,oímosaAlfonsitotrasteardesdelacamadeMartinadondemimadre

loechó.Nosllamaconsumedialengua.Noesperolarespuestademiabuelaysalgocorriendoalcuarto.Sialgopuede recomponermeelcorazón,esélysussonrisas.Generaeseefectoentodasnosotras,sobretodoenmimadre.Lotraigoalasalayesperoaquesupresenciadifuminelasmalasvibraciones;quesurisa,suolor,sualegríase llevenelmalaire,eseque inunda lashabitacionesde lascasasdondelosnegrospresagiosseinstalanenlosrinconescuandoenelloslaspersonas conviven entre secretos o, peor, cuando no son sinceras ni siquieraconsigomismas.Todosocultamosalgo,lavidaesturbia,yenaquellaprimaveraempezóyaa formarse labrumaenmi corazóny,desdeallí, se extendió,perotuvieron que pasar muchos años para que entendiera hasta qué punto habíaocurridojustoenaquelmomento.Mi madre se limpió las lágrimas, abrazó a Alfonsito y empezó a hacerle

arrumacos.Comosinadadetodoloqueacabábamosdevivirhubieraocurrido.Fernandaselevantóysepusoarecogeryordenar.Nodijoniunapalabra.Yo, antesde salir conAlfonsito,meacerquéaFernandaymeabracéa ella.

Dejóelcepilloconelqueestababarriendoymeacariciólacabezalargorato,sinhablarnoslaunaalaotra;luegomediounbesoenlafrente,antesdepedirmequenolecontaranadaasuhijadeloquehabíasucedido.Elsilencionosiempreesunalosa,aveceseslaúnicaformadesobrevivir.Lamaneramásdignadenodestruirteatimismo.

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CAPÍTULOXIX

CuandoalcabodeunpardehorasllegamosalcortijoMartina,Alfonsitoyyo,lostressudorosospueslatardehabíasidodemuchocalor,alverasumadresinsulargamatadepelorubio,miamigasedetieneensecoyabrelabocacomosifueraacomérsela.Fernandalesonríe.Esunamueca,peroessincera.—¿Hasvistoquéguapaestoy?Esminuevopeinado.Lamoda,últimamente,

quehantraídoalgunosanuestratierra.Martinamemira.Yobajolavistaalsuelo.Nuncafuilamásfuertedelasdos.

Dudaunmomento,aunqueenseguidaseacercaasumadre.Labesaenlamejillayleacaricialacabezarapadaatrasquilones.—Puescreoquemegustabamáscomoestabaantes.Perotúereslamadremás

guapadetodaMálaga,lomismodacómotepeines.Enseguida,secolocajuntoaellaenlamesa,agarrauncuchilloycomienzaa

pelarpatatas.Sonpequeñas,estánsucias,llenasdeagujeros.Riquísimas.Yomeuno. Nadie dice nada durante unos minutos. Mi madre termina jugando conAlfonsitoysigueentretenidaconélunbuenrato.Esesilencioestanincómodocomositodoshubiéramosescupidoalacaradelotroloquepensamos.Cuandoelniñosalecorriendofuera,mimadresesientaacosercercadelaventana.Elsillónquesiempreeligeeselquemásusabamipadre,unorejeroquemiabuelohabía traído de uno de sus viajes a mundos que, entonces, me parecían dementira, de cuando viajaba buscando correrías, decía mi abuela. Mi madreparecemáspequeñarecostadaenél.Comounaniña.—Gracias—lediceentoncesFernandaamiabuela,sinlevantarlamiradade

lostubérculos—.Porloqueestáustedhaciendopornosotras.Mi abuela busca con lamirada amimadre; ella está ensimismada cosiendo.

Susmejillassonrosadasparecenlasdeunacríarecelosaporpasardelantedesupretendiente.—Esderecibo.Sinti,minuerayminietanohabríanvueltosanasysalvas.Me

lastrajistealasdos.Esonohaymonedaconquepagarlo,Fernanda.Nohaymás

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quehablar.—Solohiceloquedebí.Notienequeocuparsedenosotrasparasiempre.Me

quedarésolohastaquemimaridoregrese.Selojuro.—Esefueeltrato¿no?Ynoteolvidesdelresto.Mi abuela sigue mirando a mi madre, que continúa a lo suyo; no parece

interesarle lomásmínimo lo que ellas hablan. En esemomento, se levanta ysale, supongoqueabuscarunpocode tomillo,mi abuelaplantabaaromáticasquecrecían en grandes rodales sin cuidarlas.Le vanmuybien a la liebre conpatatasdelacena.—Nadie sabe cuál de los dosvolverá antes—dicemi abuela, envozbaja y

vigilandode soslayoque su nuera no se entere de lo quehablan—.Pero si élregresaantesquetumarido,cumplirástupalabra.—Siempre lo hice, señoraÁngela, ¿por qué tendría que dudar ahora demí?

Dejeyaderepetirmeloquesédesobras.Alaprimera,tampocofueporusted.Yohabíatomadoladecisión,selodijehacemuchoyselorepitoahora.Loquenopuedeser,nopuedeser.Mimadreentraentoncesyselesacerca;miabuelacambiaeltono.—Perotencuidado,Fernanda,quebastantemehacostadoquepuedastrabajar

conmigo,elquehuyeraisesmotivoparanodartrabajoaalguien,yalosabes.Loven igual de grave que haber pertenecido a alguna de las organizaciones delFrente Popular. Menos mal que en el Gobierno Militar me tienen en muchaestima.Nadiemehapedidoexplicacionestodavía,niportiniporminuera.Perono puedo protegerte siempre. Ándate con más ojo. Algunas cosas ni todo eldinerodelmundopuedecomprarlas.MimadresecolocajuntoaFernanda.Duranteunratolamirasindecirnada.—YotehabríadejadotiradaenAlmería.Túlosabes,¿aquesí?—ledicede

repente. Fernanda remueve la liebre.Queda poco ya para que esté lista.Ni lacriadalahabríahechotanexquisita,porlobienquehuele—.¿Nomerespondes?—in-sistemimadre.—Aver,quemehastraídoatucasayhasconvencidoatusuegradequeme

dé trabajoe impidaqueesosbuitrescaigansobrenosotras…¿Quémáspodríapedirte?—Perolosabes,poresomedesprecias,dimequesí…Fernandalevantalacabeza.Enmimemoriapervivetodavíalatristezadesus

ojos.

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—Yonotedesprecio.Nuncatehedespreciado.Nosoyasí.Siacaso,desprecioalosqueintentanhacermedañoamíoalosmíos.Ytúnomehashechodañonunca,Isabel.Lodelaalbercafueunaccidente.Éramosunascrías.Medejasteenelaguaporquemedejasteenelaguayyaestá.Nohaynadamásquehablar,quebastantetenemosconloquetenemoscomoparaañadirlemáscienoallodo.—Anda ya, no me vengas con esas. Entonces éramos unas crías y solo

estábamos jugando,yonoqueríaque teahogaras.Pero,en lacarretera…Pueseso,queyonomehabríaquedadocontigoycontuhija.Nimehabríaatrevidoairporayudasiquiera.Nohubierasidocomotú.—¿Es que puedes saber lo que habrías hecho cuando ya todo pasó? Solo

sientescomoellobocuandotecalzassupiel.Sihubierasintentadosacarmedelaguaentonces,puedequenoshubiéramosahogadolasdos.Fuistelistaycorristeabuscaraalguien.Noledesmásvueltas,queyonoselasdoy.Yyosolohicepor tu hija lomismoque tú pormí.Así que deja de decir tonterías.Yono tedesprecio.Alcontrario,harásmuyfelizaMateo.Yeresunabuenamadreyunabuenanuera.Yconmigofuisteunabuenaamiga.Luego,solopasóloqueteníaquepasar.¿Desdecuándounaseñoritaylahijadesuguardéssonamigas?Yosiempreheestadoenellugarinoportuno,peronoesproblemavuestro,esmío.Hacemuchoqueaceptédóndemecorrespondeestar.Esjustoloquenosestánintentando enseñar Franco y los suyos, ¿o acaso crees que la guerra pretendealgodiferente?No todospiensancomoyo.Supongoque llegóelmomentodedarnos una lección. Pero de todas formas nada cambiará, almenos por ahora.Incluso siganamos,verásquéprontootrosocupanel lugarqueahoracritican.Noestamospreparadosparaeso.Ynosésiloestaremosalgúndía.El guisode liebre huele fuerte,mimadre le agrega el tomillo y el aroma se

embravece.Miabuela,quehaescuchadolaconversaciónconinterés,seacercaalaventanaypermanecedurantemuchotiempomirandofuera,hacialaoscuridaddelmonte.LacarreteradeColmenarpasacercayaúnsevenlucesalolejos,decasas de campo o de los ingleses que se han quedado, protegidos por sunacionalidad. Qué raros somos los españoles, mimamos más una banderaextranjeraquelanuestrapropia.Laluzdelalunaestremecelassombrasdelosárboles cerca de la casa. Huele a jazmines, aún ese aromame recuerda a miqueridaMálaga.AlaMálagadestruidaysinfuturodeaquellosdías.Ymi abuela jamásmequiso contar qué fue lo que se le pasó por la cabeza

entonces. De hecho, yo nome enteré por ella de que Fernanda había sido laprimeranoviaquetuvomipadreydequeMartinaeramihermanastra.Losupeporpuracasualidad.Ycuandomenosfaltamehacía.Mimadre,sinembargo,no

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sécuándoloaveriguó.Muchasvecesdudéinclusodesilosabía.Nomeatrevíapreguntárselo,alprincipioporqueestabaseguradequenoy,después,porquemediomiedosurespuesta.Sentífrío.Meabrochélarebeca.Seguíhelada.Lanocheestabacayendoyalo

lejos se oían tiros. Espaciados lo suficiente para contar hasta cinco, lo que setardabaencaminarunosmetros,hastaelsiguientedesdichado.Eralaperfecciónde la instrucción, con un solo tiro, acababas con muchos. A menudo, losescopetazosseguíanreverberandoporlamontañaarribayvueltaalpuerto,sobretodoalahoraenquelanegrurainvadealhombreyloconvierteenanimal.Esahorabrujaquetodoslosmalhechoresconocen,porquesientenlaatraccióndelaoscuridad. En aquel tiempo, pocos se resistían a su llamada. Tan pocos, quecomencéallorarenunrincón.

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CAPÍTULOXX

EraeldomingodeRamos.Lorecuerdoporquemimadresiemprehacíaconmigopestiños.Semehace labocaaguasolodepensarenellos,qué levoyahacer,soygolosa.Ylasprocesionessehabíansuspendido,perode todosmodos tuveque acompañar amimadrey ami abuela amisa.Alvolver, le pregunté amimadresipodíamosprepararlos.Elañoanteriorellanohabíaquerido.Porrespetoami padre, dijo, porque, «si él no está, nosotros no deberíamos vivir igual».Luego,resultóque,aunqueyasíhabíacambiadodeideayempezamosaintentardisfrutardeloquepodíamos,quenoeramucho,apesardequeélseguíaenelfrente y ya del lado apropiado, fuimos incapaces de reunir los ingredientes.Intentehacerpestiñosconharinademaíz, sinaceitedeolivayconmelazaenlugar de azúcar o miel, y verá lo que le digo. Un desastre. Matalahúva síteníamos,queamiabuela legustabamuchoeldulceyguardabaalgoporahí.Como no había podido ser,me había prometido que esa tarde traería algunasonzasdechocolateyluegoMartinayyohabíamospasadolamañanajugandoala comba con unas hermanas, cuatro, que vivían en la casa de campo máscercana a la de mi abuela. Pero ya nos habíamos cansado yMartina y yo laesperábamosconlabocaechaagua.—Nocreoquetraigadoscientas,¿verdad?—mediceMartina.—No,nocreo.Quizáconsigacincooseis,aveces traehastaunatableta;mi

abuelaesmuylistaysiempreencuentraloquebusca.Yaloverás.Conesaidea,reunimosunoscojines,lostiramosbajolamesagrandedelsalón,

nos tumbamos y llevábamos ya un rato escondidas. La sorpresa que se va allevarmi abuela.El enorme tapete conquemimadreha cubierto lamesanosmantieneocultas.Esotodavíanosparecedivertido.Hablamosenvozmuybaja,casisusurrandoy,aunque«yaempezamosasermayoresparaesosjuegos»,dicemimadre,Martinayyodisfrutamoscreyéndonosasalvosoloporestardebajode una tela. Qué fácil sería todo. Es posible que nuestra resistencia a crecertuvieramuchoqueverconquedemasiadascircunstanciasnosobligabanjustoa

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lo contrario. El tiempo siguió, no se detuvo y explotó dentro de un agujeronegro,comoenestostiemposmodernospodríapensarsequesucederíadespuésdeocurrir hechos como losde la carreterade lamuerte, y a losdosmesesderegresar a casa, yo todavía seguía teniendo pesadillas y Martina, incluso, sedespertaba llorandoen lamadrugada,cuando los lobosaúllanenelmonte.Yocreoque,poreso,duranteeldía,solopensamosendivertirnos.Dicemimadrequeseguimossiendounaspavas.AhoracuchicheamossobreunadelasúltimasocurrenciasdesorInés,quenos

trae locas con los bordados a cuatro hilos mientras rezamos a todas horas, yoímoshablaraFernanda.Lacriadalehaceentrarenelsalón.Leofrecesentarseaesperaraquelleguemiabuela,dice,conquientienequetratarunasunto.Alcabodeunrato,laoímosmoversedeunladoaotro,hastaque,enuninstante,Sara vuelve a entrar con alguien más. Enseguida, oímos cómo un objeto decristalsecaealsueloysehacetrizas.Sedesperdiganantenuestravistacomouncaleidoscopiodecolores.—Te he asustado, Fernanda, perdóname. No debía haber entrado así a las

bravas.Lavozmedejópetrificada.Apuntoestuvedesalircorriendodedebajodela

mesa.PeroMartinameagarródelamanoynegóconlacabeza.Esverdadquelaaventura,así,eramásdivertida.Nerviosa,aunque intrigada, seguíescuchando,intentandonorespirarsiquiera.—Faltaríamás.Puedesentraraquícomoteplazca.Hesidounatonta,espero

quenofueraalgomuycaro.LaseñoraÁngelaylaseñoraIsabelsehanportadomuybienconmigoyconmihijayyosoloséromperlessuvajilla.—¿Estánellasencasa?Nosabenquevenía.Necesitodarmeunbañocalientey

dormirunasemana.—Me alegro mucho de que estés bien y hayas podido venir. Pero no sé si

están,yotambiénlasespero.—Osea,queestamossolos.EscuchamosaFernandalevantarsedelsillón.Vahaciaelotroladodelsalón.

Suszapatosquedanahorafrenteanosotras.—Hacía tantoqueno teveía…Nohascambiadonada,Fernanda,estás igual

quesiempre.Siguessiendolamujermásguapaquehevistoenmivida.Hastaelpelotancortotequedabien.Losiento,deverdadquesí,miraquesonhijosdeputaalgunos.Fernandasedalavuelta.Mipadreseacercaaella.—Tútambiénsiguesigual,Mateo.Igualdezalamero.

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—¿Ymehasechadodemenos?—Mucho, sobre todo al criar a tu hija —Fernanda responde deprisa, sin

pensar;laimaginomordiéndoseellabioconrabia—.MenosmalqueMiguel,mimarido,estabaallíparaayudarme.Yvolveráencuantoestalocuratermine.—Fuistetúquiennoquisistequeyoestuvieracontigo,Fernanda,noloolvides.

Yonoloheolvidado.No puedo decir cuál de las dos, si Martina o yo, nos quedamos más

sorprendidas.Porunlado,acabábamosdedescubrirqueéramoshermanas.Porotro, yo supequemipadre seguía enamoradode lamadredeMartina.Así, almenos,meparecióenmicortoentendimientosobreelasunto.—Isabelesunagranmujer.Muchomejorqueyo.—Yonodiríaquemejor,perosíqueesunagranmujer.¿Acasohedichoyolo

contrario?PeronosetratadeIsabel.Setratadeti.Noesperabavolveraverteenmi casa y mucho menos en estas circunstancias. Llevaba meses sin volver,deseabaestar conmimujer, conoceraminuevohijo,besar amihija; abrazarconfuerzaamimadre.Ahoralohasdescolocadotodo.Túsiemprelodescolocastodo.Comomedescolocasteamíparaponermedondetúquisiste.—Déjalo,Mateo.Yomevoy.Yavolveréotrodía.Mi padre agarra por el brazo a Fernanda. Martina y yo nos quedamos

inmóviles.Enesosdiezminutosmearrepentímilvecesdeestarallí.Apesardealgunasdecepciones,mimadreseguíasiendoparamílamujermásmaravillosadelmundo,lapersonaalaquemásquería;inclusomásqueamiabuela,queyaeradecir.Ymipadrelaestabatraicionandodeunaformaquetodavíano teníamuyclaraenmiconocimiento,perodolíadetodosmodos.Martinalointuyóymedio lamano.Apesardeque elladebíade estar haciéndosemil preguntas,puesacababadeenterarsedequesupadrenoerasupadre.¿Oellasílosabía?Recordénuestraprimeraconversación,enaquelagujero,sobreelchocolateylosbastardos. Pero, en cualquier caso, en ese momento era imposible quepudiéramos salir de nuestro escondite, al menos hasta que ellos se hubiesenmarchado.Martinasepusoentonceslasmanossobrelasorejasymesonrió.Yolaimité.Apretéfuerte,tanfuertequeoíapitidos.Noslimitamosdesdeentoncesaespiarloquequedabaalalcancedenuestros

ojos, por debajo del tapete o intuido en el trasluz de las sombras que nosllegabana su través,pero sinescucharmásdeaquellaconversaciónquehabíahechodemílapersonamásfelizylamástristealmismotiempo.Fernandaymipadrepermanecieronjuntos,demasiadojuntosaveces,duranteunrato.Yjustoantes de que se separaran, Martina me hizo una seña. Al otro lado de la

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habitación,sinterminardeentrar,alguienmásespiabaloqueelloshablaban.Elcorazón me empezó a latir como una ametralladora de las de la carretera.Reconocíenseguidaesoszapatos,tanelegantes,yesostobilloscubiertosconunamediadesedafina,tandifícildeencontrarenesosdíascomoelchocolatedemiabuela: mi madre escuchaba escondida, aunque no llegué a saber desde quémomento,niquémáshabíaoído.Mequitéentonces lasmanosde lasorejasyseguíescuchandoloquedecían,sinperderdevistaloszapatosdemimadre.—No,Mateo.Esonuncafueposible.Losabíamos losdos.Hicimosel tonto,

nadamás,ysaliómal.Pero lavidasigue.Ynosha traídoaquí.Tú tienesunahijapreciosayunamujerestupenda.Yo tengounmaridoyunahijaaquienesquiero más que a nada. La guerra terminará en algún momento y cada unoseguirápordondedeba.Comoyahicimosantes.Porquehicimosloqueteníamosquehacer.¿Cómopudimoscreerquelahijadeunguardéspodíaconvertirseenlaesposadeunhombrerico?¿Esquelaguerranotehaenseñadonada?¿Esqueno sabes por qué luchas? Éramos unos críos, unos inconscientes, nosenamoramos,yo tequería.Eresunhombrebuenoy tehabríasatadoamísi tehubieradejado.Nitúnitufamiliamehicisteissentirnuncalocontrario.Peronosoyestúpida.Habría sidounerror.Sé felizcon Isabel, ella lomerece,yyo loseréconMiguel.Tambiénlomerece.Sinosdejan,queesaesotra.Yolvídame.Yoteheolvidado.Aunqueperdímuchomásquetú.Enesemomento,mimadre sedescalzay, comouna sombra, se alejapor el

pasillo.Enseguidadejamosdeversuspies.Unmomentodespués,entramiabuela.Fernandaenseguidaseacercaaella.—Yameiba,señoraÁngela,solohabíavenidoatraerleesto.Sonlospapeles

que me pidió. Mi documentación. Cuando termine con ella, por favor,devuélvamelaenseguida,nopuedoirporahísinpapeleso,simeparan,tendrémuchosmásproblemas.—No te preocupes, solo es para que sepan quién eres y por qué estás

trabajandoconmigo.Meanticipoaloquepuedaocurrir,quenomefíodeellosniunpelo.—Notienequeexplicarmenada,confíoenloqueustedvayaahacer.—Gracias, Fernanda. Ahora no puedo hablar y, además, no esperaba esta

sorpresa:¡Mateo!¡Perosiestásaquí!—Miabuelagrita.Yellanuncagrita.Seacercaenseguidaamipadre.Creoqueseabrazan,porquetardaunratoenvolverahablarle—.¿Esquenohaspodidoavisarnosdequevenías?¡Ay,quéalegríamedas!

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—No lo hemos sabido hasta el último momento. Solo estaré unos días. Yqueríadarlesunasorpresa.—Puesme lahasdado,claroque sí. ¿Cómohaspodidovenir,hijomío?En

esta guerra, no hay nadie que piense en los demás. De verdad, no sabes looportuno que eres… Pero dame otro abrazo. Muy grande, por favor,grandísimo…Quelonecesito.Mi padre semueve y dejamos de ver sus pies. Por los ruidos, ha debido de

volveraabrazaramiabuela.—Estamosdepermiso—dicemipadreal fin—.DesdeOjén,pudeunirmea

los nacionales y, visto lo visto, ha sido lo más conveniente. Pero mejor nohablemos de eso ahora, no quiero ni recordarlo. Lo que quiero es descansar.Olvidarmedetodo,porunosdíasalmenos.—Pues sí, tienes toda la razón. Aunque no dudes de que ha sido la mejor

decisión, Mateo. No había otra opción, seguro que no la había. Ahora se vetodavíamásclaro.¿Puedesservirmeunvasodeagua,porfavor?Quenopuedorespirar. Estoy ahogándome—dice mi abuela y es verdad que su voz suenaangustiada.Se sienta cerca de nosotras.La piel seme eriza por tandas, como cuando la

recorresconunobjetometálico.—¿Quéleocurre,madre?¿Seencuentrabien?—No, no estoybien, nadabien. ¿Cómo se puede estar bien?Si alguien está

bien,quevengaDiosylovea.—¿Estáenferma?Meestáasustando.Tranquilíceseymecuenta.Miabueladebedebeberdelaguaqueleofrecemipadre,porque,duranteun

momento,calla.—¡Ay!,siesqueestoesunsinvivir—dicealfinal—.Quenosabesloquehe

pasadoestosmeses.Loquemehacostadoseguiradelanteconlafábricaycontodo lodemás.Loquemehanhecho sufrir algunos…Conel personajillo eseque me mandó el comité para controlarlo todo: las ventas, los cobros, lascompras,lasoperacionesconlosbancos…¡Mehavueltoloca!Perosinoteníaniideadenúmeros,sierataxista…¡Ay!¿Cómopiensanganarlaguerraasí?Enfin,quetodomeloteníanqueautorizar.SialgomealegradequelosnacionaleshayanrecuperadoMálaga,esqueporfinhayadesaparecidoelpuñeteroComitéde exportaciones. Si hasta incautaron la Cámara de Comercio y sus nuevosmiembros no tenían ninguna experiencia, ahí callados todos en la primerareunión.Undesastreespantoso.

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—Bueno,peroesoyasesolucionó,¿no?¿Todohavueltoa lanormalidadenlosnegocios?¿Siguepudiendoconseguirloscréditosparalascompras?—Mientraslascomunicacionessiganenpie,bienvamos.Porelmomento,los

bancosnohandejadode trabajar.Y creoquedespuésde esto, serámás fácil.Perohayqueirpocoapoco,Mateo,quehahabidomuchosdestrozos.Ymuchodineroquemehansacado.Aunqueahoraesoes lodemenos,mesiguedandotrabajovolver aponerlo todoen su sitio,perohaycosasmuchopeores.Pobrehombre…Eugenio…Pobrehombre…—¿Quéhaocurrido?¿Melovaacontardeunavez?—Siesquenomelocreo,Mateo.Quenopuedeser.Hoymeheenteradode

que han matado a Eugenio, el alcalde. Y mira que era buena persona. Noentiendo nada. Parece que creyó que su cargo lo salvaría o que lo salvaría elhabersacadodeaquíafamiliasenterasdederechistas.LasmandóaGibraltar.Aalgunos,lostuvoocultosensucasa.Noparódeexpedirsalvoconductos,sihastaprotegióafuncionariosdelosquecondenólaJuntadedepuración,aveces,encontradelosotrosdirigentesrepublicanos.—¿Peronohabíadimitido?—Lo intentó. Varias veces incluso. No pudo dejar su cargo porque le

amenazaron conmatarlo. Tuvo que seguir. Pero aprovechó para hacermuchobienamuchagente.Si todoelmundosabíaquehastaregañabaalosGuardiasMunicipalesparaqueimpidieranloscrímenesdederechistas.Cuandosupoquelosnacionalesibanaentrar,lepidióaNorton,eldelafábricadealmendras,queloescondieraensucasaalmenoshastaqueconsiguieralasrecomendacionesdelosquehabíaayudado.Seteníaquehaberidoentoncescomolepropusoelotro,aGibraltaro inclusoaValencia.Nortonsenegóa refugiarlo.Aquí lanoblezatieneunplusdepeligrosidad.—¿Ylagenteaquienayudónohapodidoresponderporéleneljuicio?—Al parecer, no.Muchos han intentado testificar a su favor, gente a la que

salvó,hastavariasmonjashablaronporél.PeronololibrarondeAriasNavarro.Malditoseaesebicho.Eugenioeratanbuenagentequehastaescribióunacartaa laSociedad deNaciones para que enviaran leche condensada para los niñosenfermos. Qué pena que tampoco huyera con las demás autoridades, pero lepareció más noble quedarse. Así era Eugenio. Y hace ya de eso, así que nisiquierahe tenido laposibilidadde ir adarleelpésamea sumujer.Pobrecita,ahorayanosénidóndeestá,asaberquélehabránhechoaella.—¿Yquéesperaba,madre?¿Acasopodríaesperarseotracosa?Yaselodigo

yo:no.Noesperenadamásdeestaguerraydequienesmandan.

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—¿Ycómodicestúeso,Mateo?¿Cómoesposiblequehablesasí?—Porquevengodedondevengoyveo loqueestáocurriendo.Yloqueestá

ocurriendonomegusta.Yonomehepasadoal bandode losnacionalesparasalvarleelculoaungeneralquemata indiscriminadamente,madre.Yonosoyunasesino.Hayunaconsigna,quenoesdehombresdeley,desembrarelterror,deque losvencidossemuerandemiedoparaquenopuedan levantarsenuncamás y… Bueno, yo no podría haberlo creído de no haber ocurrido lo de lacarretera.Peroyamuchossabenloquepasóallí.Asíque,loquemecuentadelalcalde,melocreo.Ymecreotodoloquemepuedancontar.—Tenemosmuchoquehablar,muchísimo.Haycosasquedebessaber,perote

lasdebecontartumujer.Estádeseandoverte.Queestartantotiemposeparadosno es bueno, no. Trátala muy bien, ha sufrido lo indecible. Y, tantos meseslejos…Queyanosteníasalasdosenvilo.—¿PerolehapasadoalgoaIsabel?Dígamelo,quemeestáasustando.—Yatelocontaráella.Peronoteasustes,queestábien,soloalgocansaday,

comotodos,agotadaporestaguerrasinsentido.Esmejorqueseaellaquientedigaloquedebadecirte.—Si le ha pasado algo a mi mujer, alguien lo pagará. Que para algo estoy

dondenoquieroestaro,sino,¿paraquéestamospegandotiros?Siesquemevoya liar lamantaa lacabezayvoyahacer loquemepideelcuerpo.Noseextrañesilohago.—Puesrecuerdaunacosa,Mateo,cuandoestaguerratermine,querrásvolvera

sentar tuculoeneste sillónyqueesta fincay la fábricay todo lodemás sigasiendomíoy tuyo.Peroeste sillónyesta fincaymuchasotrascosas serándequienes estén con los que ganen la guerra. No sé cómo decírtelo, pero aquípintanbastosparaelqueestéenelotrolado.Asíquepocoimportayaporquélacomenzaron,siteníamosrazónparatemerdeloscomunistasydelosanarquistasque iban a arruinarnos, si nuestraEspaña querida iba o no a convertirse en lanuevaURSS,silaguerraerainevitableparapodervivirenunpaísdeleyonosécuántascosasmás.Yoasílocreíaylosigocreyendo.Peroyanoimportanadadetodoeso.Loqueimportaescómosaldremosdeesta.—Tiene razón, claro que la tiene. Por eso estoy aquí y no en ninguna otra

parte.Peromecuesta,cadadíamecuestamás.Yhaymuchoscomoyo,muchosquenosabenniquéestánhaciendoenestalocurademoníaca.—Peroahoraestásaquídepermiso,espero.¿No?—Noshandadounosdías antesde salir paraotro frente, dicenquehacia el

norte.Tardarémuchoenvenirdenuevo.Siesquenolosmandoahacerpuñetas

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antes.—Puesnoesesteelmomentoparahablardeesto,hijomío.—Pormínotema—interrumpióFernanda.—.Jamásharíanadaensucontray

esperoqueustedlosepa.—Sí,losé,Fernanda,losé.Essoloqueestosdíassonmuyrarosyqueendías

muyrarosunayanosabequépensar,nienquiénconfiarniaquiéncreer.Todosestamosasí,¿nocrees?Todostenemosunacrisisdecreencias,¿quéesestomásqueunacrisisdecreencias?Cadaunocreeloquenecesitaparaseguiradelante.Unos creen que los comunistas y los anarquistas eran el demonio, otros creenquelossocialistaseranpeortodavía,otroscreenqueloscurasibanaobligarlosatodosaconfesarsecadadíayairamisaatodashoras.Fíjatetú,lospobrescuras,loqueleshanhechoentodoslados,seanpiadososodemonios,aquídalomismoeso,quenotodossoniguales,quéva,nimuchomenos…YminietayanocreeenDios,mihijoyanocreeenFranco, túhacemuchoquedejastedecreerennada.Yoyanocreoenmí.Noséquévaaserdenosotros,Fernanda,nolosé.Solo sé que esto en lo que nos estamos convirtiendo nome gusta, y eso queempezógustándome, te loaseguro,megustómucho,porquealguien teníaqueponer orden y concierto en nuestra tierra. Pero ¿cómo podría gustarme quematenagentecomoelalcalde,sieraunpedazodepan?Primeroellosyahoranosotros… O lo que os hicieron en la carretera, lo que tuvisteis que pasar,pobres…que,sinomelocontáisvosotras,jamáslohabríacreído.NosécómoAzucenaestáfrescacomounarosa…losniños,quesonmaravillosos,porquesino…QuemiraquemehearrepentidovecesdenohaberlepedidoayudaasorCatalina…Oloqueestuvieronapuntodehacerteati,Fernanda,ylehacencadadíaaotras,quetodavíasueñoconeso,yahíestáncampandoasusanchasconlaspingasfueraoconlosfusileslistos,comosilaMercedes,lapanadera,fueraunaanarquista, si teníaquince añosy loúnicoquehacía era su trabajo, hacerpanparaelejércitoquemandabaensuciudad.O lamodista,Carmen,quesalió lapobreconununiformequeselequedóunpocochicoporquenoteníaropaparaponerse. La fusilaron ayer, por colaborar con el ejército republicano. Catorceañitos,quemelohadichoelcuradonAnselmo,quenosabequépensar.Aunqueyalehandicholoquetienequepensar,yahíestá,hechounlíoelhombre.Yoquería que salvasen España, pero el precio que estamos pagando es parapensárselomásdeunavez.Hastacincoyseis.Ymiedomedaloquevenga.—¿Yquéestodoesodeloqueestáhablando,madre?

—preguntó mi padre con evidente enfado—. ¿Qué hacía Azucena huyendo aAlmería?

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—Noseaspesado, hijomío, quequieroque sea Isabel quien te cuente…Esmuchomejor.Perotranquilízatequeellasestánbien.Sonfuertes,muchomásdeloqueyocreía.Muchísimomás.—¿DóndeestáIsabel?Quieroverla.—Trasteandoporahí,estará.Ahoralaverás,seguro.Pero,Mateo,aplícateel

cuentoypiensatútambiénconcabeza,queteconozco.Novayasahaceralgoquenospongaatodosenunaprietomásgrandequeelqueyaestamos.—No,madre,no,seguirématandoporlaSantaEspaña.Mientrasmedenpara

ellolastragaderas.QuetodossabenquelosOrtegalastenemosbiengordas.—Noeres justo conmigoni contigo. Pero se acabó la conversación.Que no

tienesniidea.Dateunbaño.Huelesaestiércol,mipobrehijo.LediréaSaraquepreparehuevosconpatatasparacomerhoy.Hemosvueltoatenergallinas,porfin,aunquehayqueandarseconojoyponerlasabuenrecaudo,porquemuchoslashuelende lejosy tardannadaymenosen llevárselas.Porcierto,Fernanda,quédate.EstánlosánimosmuyrevueltosporlacalleLarios,bajaraMálagahoyespeligroso.MartinatienequeandarporaquíenalgúnsitioconAzucena,enesoquedéconellas.—¿Martinaestáaquí?—preguntamipadre.—Pues claro que está aquí—respondemi abuela—. ¿Por quiénme tomas?

Algúndíahabráquepensarencómoresolveresto.—Nohaynadaqueresolver,señoraÁngela—saltaFernandacomounresorte

—.Ya se lodije.Martina esmihijaydeMiguel,yasí seguirá siendo.No lecorrespondeaustedhacernadaporella.¿Quémáspodríahacerdeloquehacepornosotras?Porfavor…—Megustaríaverla—dicemipadre—.Laúltimavez,apenasmedíaloqueun

burrochico.Merío.Martinameatizaunpuntapié.—Pues tendrás oportunidad —contesta mi abuela—. Es raro que no hayan

salidoaabordarmeencuantohayanoído lacancela.Heconseguido loque lasdosquerían.Ybienquemehacostado.Elchocolatesecotizatancarocomoeltabaco,malditasea.Menosmalquenofumamos.Martiname apretó lamano. Se le iluminó el rostro. Qué fácil era hacernos

felices.Porunmomento,olvidamosloquehabíamosescuchadoysolopudimosesperarilusionadasaqueabandonarantodoselsalónparapodersalirdeunavezybuscaramiabuela.YahabríatiempodespuésparaasimilarloqueFernandaymipadrenoshabíandescubiertosinquerer,yparapensarenmimadre,enquéhabía oído ella de todo y cómo le habría afectado. Éramos egoístas, claro.

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Tocabaserlo.Y,porelmomento,entreelchocolateylanoticiadequeMartinayyoéramosmediohermanas,miegoístaconcepciónde lavida, ladecasi todosloscríos,quedósatisfecha.—Y,Fernanda,—concluyómiabuela—,notemas,noseharánadaquetúno

quieras,telodijeunavezytelorepito.Nohesidoyoquienoshatraídoaestacasay entiendoque tú eres la quepeor lo estás llevando.Perominuera tienerazón,yaqueregresasteis,elmejorsitiodondepodéisestar,almenosporahora,esconmigo.Yconmigoseguiréismientrastúlodesees.Nosoypersonadefaltaramipalabra.Esperoqueyalohayasaprendido.

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MATEOORTEGA

MilitarprofesionaldelaRepública

Pocas cosas en la vidame dolieron tanto. Ellame dejó y yo permití quemedejara.Mimadresiempredijodemíquenoluchabaporloquequeríayyohicehonoresparanocontrariarla.NoluchéporFernanda,nolaperseguínilaobliguéacasarseconmigo.Quizásporquedudédesiteníarazón.PeroéramosjóveneseIsabeleraguapatambién,nocomoella,esono…EstaesFernanda,meperdonaque la fotoesté tanestropeada, tienemuchasdécadas.SomosellayyoenunaSemanaSanta,vestidosdedomingo.Fuelaúltimavezqueestuvimosjuntos,enel sentido bíblico de la palabra.Ellame volvía loco. Fui un gilipollas.Tantasconvenciones, tantas normas no escritas, tantos prejuicios, tanta mierda deapariencias.Cuandoyahasvividotantocomoyo,tedascuentadelamentiratangrandequeestodo,delopocoqueimportaloquepiensenlosdemás,dequeesopuede cambiar un día, que lo hace siempre: de repente lo que era inamovibleresulta que ya no vale y tú has perdido la oportunidad de ser feliz porestupidecesquetedictanlosotros,elmundoenelquehasnacido.Esunajaula,unajaulasinllaveenlaquenacemosynosobliganavivir,sindarnoscuentaoalafuerza,según.Peroesosololosabenalgunosviejosytodosloslocos.Yella,amí,mevolvíaloco…Pero,enfin…SecasóenseguidaconMiguelytuvoalaniña.Éleraunabuenapersona,yolo

conocíadecuandotrabajabaconnosotrosenlarecogidadenaranjas,mimadrelepusoalmandodelosdemás,sefiabadeél.Esqueeradefiar.Sehizocargode la cría como si fuera suya. Aunque estoy seguro de que Fernanda no loengañó nunca. Eso me jodía, al principio, me ponía de muy mala leche. YosiempresupequeMartinaeramía,Fernandanomeloocultó.Justoentonces,alquedarseembarazada,fuecuandodecidiódejarme.Noquisosabernadademínicuando laniñanació.Fueella,noyo,ellay sumaravillosacabezonería…Me

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volvíaloco,joder…Eseorgullo,esaformadenonecesitarnadadenadie.Quégilipollasquefui…Yoacababadeentrarenelejército,conestudiosyposiciónentoncesascendías

rápido.Nomeatraíallevarlosnegociosdemimadre,almenosnotodavía.Yoquería hacer antes otras cosas… Yo qué sé qué quería. Enseguida ascendí aoficialymecaséconIsabel.Laquisemucho,joder,porsupuestoquelaquise.Nocreaniporuninstantequenolaquise.Peroelamordeverdadsolosepuedesentirporunamujer,esequetehinchalasvenas,quetedafiebre,quenotedejaquitártela de la cabeza ni cuando estas con otras, que te hace desnudarla conviolenciaycalmarte soloal lamersucuerpo,albesar suspechos,al sentir suslabiossobreti.Ahorayasepuedehablardetodoeso,peroentonceslohacíamosigual que ahora, aunque a escondidas. Cómo me gusta ver a los jóvenesbesándoseenelparque.Porquepueden.Yesposiblequeyomeenamoraraasídeellaporquefuelaprimeramujercon

laqueestuve,esposible,nolosé;esosolosepuedeexperimentarunavez,asíque no vale con volver a probar. Pero ellame dejó. Isabel y yo nos casamosenseguidayunañodespués,nacióAzucena.Esmisol,siemprelohasido.Unaniña maravillosa y una mujer como debe ser. Lo que las eché de menos…Porque entonces llegó la guerra y tuve que decidir. Es lo más difícil que hehecho nunca, optar por un bando o por otro. Yo era un mando del ejércitorepublicano,peroloqueestabapasandoenMálagayentodaAndalucía,yenlamitaddeEspaña…No,yonoloveíabien;tantaviolencia,tantasmuertes,tantasideas raras, tanto que habían pasado fuera ya, que el comunismo era unaamenazareal,noeraningunatontería.Ahorasevedeotromodo,peroentoncesera el diablo. Si lee sobre eso, es fácil de comprender. Cuando el Ejército sesublevó, aún seguía la huelga general.Más de unmes llevaba la ciudad en elcaos.Alascincodelatarde,enelcuarteldeCapuchinos,serepartieronarmasymunicióna lacompañíaya losquesepresentaronvoluntariospara lucharporlos sublevados. En ese momento ya dudé, ¿qué haces? ¿Sigues con ellos, tequedasconlostuyos?…Lamayoríadelossoldadosobedecieronyseunieronalos sublevados. El capitán Huelin se puso al mando. Salió del cuartel con labanda demúsica, derecho a los edificios importantes.Algunas unidades de laGuardiaCivilseleunieron.Ellossísabíanenquébandoqueríanestar.Alllegara la Plaza de la Marina, los Guardias de asalto y militantes izquierdistas losrecibieronatiroseneledificiodelaAduana,lasededelGobiernocivil.Otroshabían ido a la Telefónica, al Ayuntamiento, a Telégrafos; los lugaresimportantesquesiempreseocupanprimero.LuisRamosDíazdeVila,teniente

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deCarabinerosqueapoyóelgolpedesdeelprincipio,eramiamigo.Sabíabienloqueibaaocurrirporsuhermano,aunquelafechaseadelantóporelasesinatodeCalvoSoteloyalfinallespillódesprevenidos.Esa vez, yome quedé todavía con los republicanos. Ellos lucharon hasta la

noche,cuandovieronquenodesembarcabanlastropasdelnortedeÁfrica,comoestabaprevisto,elgeneralalmandoordenóatacarlaAduana,perolosoficialesHuelin Gómez y Ruíz Segalerva se negaron a obedecer y se rindieron. Lossoldadosdesertaronylosguardiascivilesseunieronalosrepublicanosconlasmanosenalto.Duranteloscuatrodíassiguientesalgolpe,asesinaronacientosde «fascistas»: militares, empresarios, propietarios, políticos, farmacéuticos,comerciantes, abogados,médicos, falangistas. El ejército y laGuardia civil seacuartelaron. Las milicias del pueblo se organizaron. Detuvieron a guardiasciviles,militares,carabineros,guardiasdeasaltoylosfusilarontambién.Loquevinodespués fue todoun sinsentido, laspatrullasdemilicianosdelComitédesaludpúblicaalque losciudadanosdenunciabana susvecinosmatabanen lasesquinasacualquiersospechoso.Lasrazones…bueno,lasrazonesfuerontantasy tan injustas, cualquiera que pareciera rico podía recibir un tiro, pero fuerontantos los asesinados que es imposible encontrar explicaciones lógicas. Lacrueldadnuncalastiene,creoyo.AlhermanodeLuislofusilaronel18deagostoporrebelde;aélloacusaron

deestarenconnivenciaconlosenemigosdelaRepública.PeroelTribunalnovio pruebas suficientes para condenarlo por sedición y lo absolvió. Como noparabandeamenazarlo,decidióunirsealosnacionales.Yopartíconél,todavíalosdosalladodelaRepública.MeenviaronaOjénalmandodeunacompañía.Cuando llegó el ejército nacional, nos unimos a ellos en Córdoba. Aun así,algunos demis compañeros semantuvieron fieles alGobierno, aunque fueronmuypocos,yyo,además, teníamuchoen juego…Paraquévoyacontarledeesto,seloimagina,quelasvueltasquelediylomuchoquehablamossobreesoantes de decidir al lado de quién debía luchar solo yo las sé, los dolores decabeza,lasdudas,elhonor…Alfinalmepaséalejércitofranquista.Luchéconellos.Isabel,además,meapoyóymimadremeloaconsejó.CuandotomaronMálaga,muchosmássepasaronalosnacionales.Enseguida

nosmandaronalfrentedeAlmería.Estuvimosallísemanas.Entoncesmedieronunos días de permiso y volví a casa. Ver a Fernanda allí, nada más entrar,despuésdetantotiempo…Semecayeronlospalosdelsombrajo.Eratanguapa,lacondenada…Siesquemevolvíaloco…

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Ya…, sí, si lo sé… usted quería que le hablara de por qué hice despuésaquello. Qué difícil es esa pregunta, sería mejor que sacara usted susconclusiones.ViaMartinaesedía,meafectó.Mediascoamímismo.Tenía,enciertomodo,unaireaAzucena,aunqueellaseparecíamásasumadre, lapielmásclara,ylosojosyelpeloclarostambién.Enloquemáslaveíayoaellaennuestrahijaeraenlamiradaorgullosadelaniña,eneseportequesiempretuvoFernanda. Pero no quiero hablar de esto…Enseguida, fui a ver a Isabel. Ellasiemprefuemuydulce,tranquila,todaunaseñora,unremansodepazalquemegustaba volver. Jamás me preguntó por Fernanda, ni una sola vez se rebajó,aunqueloscotilleosvolabanyella,seguramente,algosupo.Asíeranlasmujeresentonces, se resignaban y aceptaban su posición, y, desde que nos casamos,nuncahicenadaparaquedudarademí,queenguerratuvesoloaliviosrápidos,que todo hombre necesita y no afectan al amor.Yo a Isabel la quería, eramiesposa,ytampocomediomotivosparaarrepentirmedehaberlaelegido.Nosecrea,además,quenomecaséenamorado.Porquenofueasí.Deverdadquelaquisemucho.Ese día, cuando dejé a mi madre, fui enseguida a buscarla a la habitación,

necesitabasaberquélehabíapasado,quéhacíanellasenlacarretera.Veníayomuycansado,asqueadodetodoloqueyahabíamossufrido,laguerramordíaelserhastamachacarlo, tedejabasinaliento, tequitaba lavida,aunquesiguierasrespirando.Habíavistoyatantamiseria,tantagentesufriendo,que,alrecorrerelpasillodelacasaensilencio,llenadepaz,conelolordulcedelosárboles,losjazmines, los rosales y la brisa cálida colándose por las ventanas,me sentí enotromundo.Comosi todo loquehabíamosvividoenesosmeseshubierasidounapesadillaylarealidadsoloestuvieracontenidaentreesasparedes.DeseabaabrazarlayveraFernandanohabíahechoqueesocambiara;alcontrario,quizá.AllíestabaIsabel,enelcuarto,cepillándoseelpelofrentealespejo,acontraluz.Laobservédesdelapuerta,sinqueellasepercatara.Ibaencombinación,aunquenorecuerdosieraporlamañanaoyaenlatarde,supongoquehabríaterminadodedarseunbañoosehabríaechadolasiesta.Sushombrosdesnudos,elbrilloylasuavidaddesuespalda,lasiluetadesucuerpo…Imagíneseloqueunhombresiente cuando lleva tanto tiempo rodeado de otros hombres, sin catar a unahembra,sinquelebesen,sinrozarunapiel,yvuelveatenerdelanteasumujer.Deseétenerlaenesemismomomento.Laúltimavezquelahabíavisto,acababadequedarsepreñadaotravez,asíque,eneseinstante,meolvidédemihijo,demihijaydetodoloquenofueraIsabel.Meacerquéaellaconlaintencióndeencontrarmeotravezesecalorquedesprendenloscuerposdelasmujeres,quete

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haceolvidartedetodoloquenoseaabrazarlas.Hacerlastuyas.Yellarespondióa mi beso. Hicimos el amor con pasión, sin que me diera tiempo a asearmesiquiera.Notengopudorencontárselo,queyolaquería,eramiesposa.Fue luego, cuando terminamos los dos tumbados en la cama exhaustos,

sudorosos,conlapielvencida—desecuentadequeéramosjóvenestodavía,nitreintaañosdebíade tenerellaentonces—,yoabrazadoa sucuerpoque tantohabía echadodemenos, cuando lepreguntépor el bebé.Ella se echóa llorar.Cuando conseguí que se calmará, me explicó lo que les había ocurrido en lacarretera,quehabíansalidoparapasarunosdíasconunademistías,alejadasdelaciudad,dondenollegabanlosbombardeos,yloqueocurrióallí.Esoyoyalosabía, que nos enteramos enseguida de cómo nuestro ejército había tomado laciudad. Pero jamás habría pensado que mi mujer embarazada y mi hijaestuvieran entre los que corrieron.Mimadre no quiso decírmelo, siempre tanjuiciosa,anticipándosealoquesemepasaríaporlacabeza.Nopuedoexplicarleloquedudéentonces, lo traicionadoquemesentí, la tristezaquemeembargó.Yo era alférez,militar de oficio, y paramí, elmismo crimen eramatar a unamujerindefensaqueaunanciano,perolosniños…¡Losniños!PorDios…Ymihijaestuvoapuntodemoriryamihijonisiquieralehabíandadolaoportunidaddenacer.Saque usted sus conclusiones. Cuando Isabel me puso delante a Alfonsito,

lloré.

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CAPÍTULOXXI

De todas formas, detuvieron aFernanda.Ella yMartinahabíandormido en lacasademiabuelaaquellanoche.YohabíainsistidoenqueMartinasequedaraconmigo,mesentíamuytristeporquemipadrehabíavueltoairse.Entoncesyaentendía loqueeraunaguerra, loque significaba serun soldado.A fuerzadegolpes,loentendí.Miabuela,porcontentarme,aceptó,aunquecreoqueempezóadaryaaesasinvitacionesciertautilidad:Fernandaaprovechabaentoncesparaayudar en lo quemi abuela omimadre le indicaban, estaba acostumbrada altrabajoenelcampoyenmicasasiemprehabíamuchoquehacer.Aúnnohabíaamanecidoy llamarona lapuerta.Vinieronabuscarlacincohombresvestidosconeluniformeazuloscuro, como ibanentonces losdeFalange.Las lilasdelpatio olían dulces. Después de aquellos días, siempre he odiado ese aromameloso,meanticipaquealguienvendráaanunciarqueotromurióoquemorirá.Mientrasladetenían,yomequedéesperandoquemiabuelaladefendiera,que

seenfrentaraaloshombresyqueestoslaobedecieran.Losniñosnoentiendende poder, de tamaño, de debilidad ni de razones, creen que sus padres, susabuelos,sustíos,losadultosdelosquedependen,lopuedentodo.Esaesunadelasleccionesmásdurasquedalavida:aprenderqueellosnopuedenponerteasalvo de la injusticia, de la maldad ni de la muerte. Tampoco puedenmantenerlas lejos de símismos.Mi abuela se quedó quietamirando cómo losfalangistascogíandelcuelloaFernandacuandosenegóaacompañarlos.Ymimadre no llegó a salir de la alcoba, aún no se había despertado cuando loshombres entraron en la casa y, a pesar del escándalo, ella siguió allí, conAlfonsito.Miabuela,sinembargo,almenosalcanzóasujetaraMartinaatiempo.Ellasí

sedespertóconelruidoycorrióalladodesumadre.Cuandointentaronforzarlaaqueecharaaandar,Martinaselioapatadasconlosdosquelateníansujeta.Primero a uno y luego a otro: ¡zas, zas! Venga patadas. Siempre admiré aMartina,aquellamañanamedicuentadecuántonosdiferenciábamos.Mesentí

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pequeñayruin.Casiapuntodequeunodeloshombresabofetearaamiamiga,mi abuela se colocó entre ambos y la obligó a quedarse a su espalda. El queparecíamandarseencaróconella:—Searriesgamucho,doñaÁngela.Porqueesquienes,quesino…—Tevinacer,Antonio.Tevinacer.Tumadreyyovamosamisajuntas.¿Vas

aexplicarleaellaquedejastequepegaranaunacriaturadelantedemí?—Puessujétela.Tenemosórdenesdedeteneracualquieraquedesobedezcalos

mandatosdenuestroGobiernosalvador.Nosehacendistinciones.—Nadievaadesobedeceros,¿esqueestásciego?¿Novesqueenestecuarto

no hay más que una mujer asustada, una vieja y unas niñas más asustadastodavía? ¿Quépodríamoshacer?Si tienesque llevártela, hazloya, ynohagassufrirmás a la cría. Cumple las órdenes y arreando. ¿O tienes que arrestar aalguienmásaquí?Estaesunacasadecente.—Queescondeamujeresindecentes.—Esotendráqueprobarse,¿dequéseleacusa?—Deloqueaustednole importa.Yaseenterarácuando todos,si tieneque

enterarse.—¿Ydóndelalleváis?Supongoqueesosípodrásaberse.¿AlaProvincial?—Porqueesusted…EnlaPrisiónProvincialnocabeniunalfiler.Yyosoyun

mandao,nodecidodóndeirá.PuedeacabarenelCuarteldeCapuchinos,eldeNateras, en Segalerva, o incluso en la Comisaría de Vigilancia. Todos estánhastaarribadetraidores.Peroesoaúnnopuedosaberlo,yotengoquellevármelaypunto.—Hascambiadomucho,Antonio,ynoparabien.—Tengacuidado,doñaÁngela,quelascosasyanosoncomoeran.Ahorala

manoduraesimprescindible.Yustedestáeligiendoenquébandoestá.—Por supuesto, ¿acaso lodudas?Del bandode los vencedores.Pero ¿desde

cuándolosvencedoresenestatierraagarranporelcuelloamujeresindefensas?Esonoes loque tehanenseñadoen la iglesia.Noes loque te enseñóa ti tumadre.—Dejeenpazamimadre,quenotienevelaenesteentierro.—Porcierto,¿cómoestá?¿Yaserecuperódelasmigrañas?Sonmalas,sobre

todocuandohayhambre.Dilequesevengaporaquíundía,quetomaremosunchocolateconpicatostesdelpandesiempre,delquetantolegusta.—Desuparte se lodiré.Aunqueahora estáocupada.Haymuchoquehacer

para elGloriosoMovimientoNacional.Trabaja con lasmujeres, en labrigadafemenina,ayudandoenloquesenecesita;ahoraestándandodecomeratodos

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esosquehanvueltodeAlmería.Queaversiselarganprontoallugardedondevinieran.—Claro,me lodijeron,peropenséqueya lohabríadejado,esduroesopara

unamujercomoella,tandulce,¿no?—Nopuedoseguirdecháchara,doñaÁngela.Lediréquelahevistoausted.

Pero a esta—y señaló aFernanda—no la esperemás en su casa.Nodeberíadecírselo, pero no quiero que piense que soy un mal hombre, que no se loadvertí: nadie entiende qué hacen aquí esta y su hija, simepermite que se lodiga.—No, no te lo permito.Esta esmi casa y enmi casamandoyo, ¿o quieres

mandartúahora?—Vamosadejarlo,doñaÁngela,quenoquieroqueestosedesmande.Pero,

mire,mehahechoustedgraciahoyy levoyadecirdóndevaa terminaresta:búsquelaenlafábrica.—¿Dondeelrefugioantiaéreo?—Ahí mismo. Los sótanos están llenos de mujeres como esta, que aún no

sabendóndevanaacabar.Peroyonolehedichonada.¡VivaEspaña!Sediolavueltayordenóalosotrosdosqueseguíanagarrándolaquesalieran

denuestracasa.Deunempujón,unodeelloslahizollegarhastalapuerta.Yonomemoví.Perocadapalabraqueesehombrepronuncióhizoarderenmí

un odio que no sabía que podría contener todo junto sin hacerme explotar elpecho. Todo entonces ocurría así, la llama empezaba flojamente, hasta queocurríaalgotanatrozqueenseguidaseconvertíaenunincendioinsoportable.Cuando salieron,mi abuela entró en la habitación demimadre.Yo escuché

traslapuerta,deseandooírloqueellateníapensadoparasalvaraFernanda.—Isabel, ya se han ido. Pero volverán.Esto no ha acabado aquí.No sé qué

quieren,perovoyaaveriguarlo.Ándateconpiesdeplomoynosalgasalacallehoy,novayamosatenerundisgusto.—YMateo,¿cuándovolverá?Nodeberíahaberseido,sinohaestadoencasa

niunasemana…Siélestuvieraaquí,noestaríapasandoesto.Sabenqueestáconellos,¿porquésehanatrevidoaentrarennuestracasa?Lahanvenidoabuscaraquí,nisiquierahanesperadoaqueestuvierasola,encualquierotrolugar.—Esmás efectivo así, Isabel. Una forma de demostrar quiénmanda ahora.

Cuantomásselesvea,mejorparaellos.Peronolopiensesmás,ahoratengoqueirme. El GobiernoMilitar necesita caballos para subir a los montes a buscarfugitivos.Aversidepaso,meenterodedóndevaairFernandayquéquierende

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ella.Tequedasacargodetodo,yasabesloquetienesquehacer.Nomeesperéisparacomer.Sepusosuchaquetanegra,hurgóenunbaúl,cogióalgunascosasyseacercóa

Martina.Ellasehabíaacurrucadoenunrincónyseguíallorando,yomesentéasulado,peronihabíalevantadolacaraparamirarme.Elolorapancalientemetrae,amenudo, todavía la imagendesu rostro triste.Miabuela ledijoalgoaloído,queMartinapareciónoescuchary siguiócon la cabezametidaentre laspiernas.Luegosedespidiódemíconunbesosonoroycerrólapuertadespacioalmarcharse.Recuerdo bien la sensación que experimenté entonces. Ni siquiera en la

carretera, cuando losmuertos sepudríanamialrededor,habíapensadoen susasesinos como personas que ejercieran un macabro poder sobre nosotros sinderecho. Decidían, claro está, sobre nuestra vida y nuestra muerte, pero nosametrallabanavionesynosbombardeabanbarcos,nohombresconrostro.Paramí,detrásdeaquellosataques,nohabíapersonasconojosyorejas,eranenormesmamotretos demetal.Objetos.El hombre que se llevó a Fernanda se llamabaAntonio,eraelhijodeunaamigademiabuela.Ellalohabíavistonacer.Esolehabíadicho.Ylosotrostresquelahabíanqueridoviolaryseconformaronconraparla,paraasíalmenostemplarsusansiasdesinfladasdemachosheridos,eranvecinosdelpueblo:aunquepodríaserquenoloshubiéramostratadomucho,eraprobable que los hubiéramos visto antes. Tenían familia, hijos, hermanos oprimosquepodíamosconocerdelmercado,delaiglesia,delpaseodeldomingo;amigos que podían ser también los nuestros; hasta ese momento, se habíandivertidoenlasfiestasdeLaVirtudconnosotros,habíansalidoaemborracharseenCarnaval,sehabíandadoelpésameenlosentierros.Sushijaspodríanhabersidomiscompañerasdecolegio.Yanoeranalemanesniitalianosniafricanos.Todos españoles. Tanto como yo. Como Fernanda. Eran iguales que yo.¿Fernandaeradistintaahora?¿Porquélaodiaban?¿Quéleshabíahecho?Séqueesaspreguntaseran laspropiasdeunacría.Losmayoresseformulan

otrasmuchomásmaduras,másinteligentes.Pero,paramí,esasfueronduranteaños«laspreguntas».Y locuriosoesquenadie tampocosupocontestármelas.Hepasadotodamividahaciendoestasyotrasparecidas,tontas,simples,fácilesderesponderenapariencia:¿porquéalosvencidosselesnególajusticia?¿Porquéjamássellamóporsunombrealosverdugos,fueranquienesfueran?¿Porqué Queipo de Llano sigue todavía hoy enterrado en Sevilla con todos loshonoresbajolaVirgendelaMacarena?¿Porquétodoslosquesobrevivieronalos asesinos de la «desbandá» tuvieron que callar? ¿Por qué Picasso no pintó

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otrocuadroquesellamara«Málaga»?Y,escurioso,nadiequiereresponderlas.Yaquieneslassiguenteniendoenlapuntadelalengua,comoyo,nosllamanpesados,estúpidos,rojos,malnacidos,batallitas,anticuados,empeñadosensacartrapossucios.Lamierdanose remueve,quehuelepeor.Esaes,enesencia, larespuesta.Yyoentoncesteníamiedo,muchísimomiedodequelavidafuerasoloeso,de

que no tuviera sentido, de que esas preguntas, tan fáciles, tan pueriles, tanuniversales, nadie pudiera responderlas en realidad, porque siempre habíantenidounaexplicaciónmuysencillaqueeramuchomásfatigosadeasimilarquelamáscomplejadelasjustificaciones:Fernandasiemprehabíasidodiferentedenosotros.Laodiabanporeso.Aunquetambiénodiabanaquienessiendoiguales—mediocres, cobardes,normales, ruines, sereshumanos—,queríanescapardesudestino,elquellevabanmarcadoasangreyfuegodesdehacíasiglos.Cuandomi padre volvió de permiso a casa y nos quedamos a solas un rato

despuésdelacena,lepreguntésihabíamatadoaalgúnniño.Mecruzólacara.Enseguida,llorando,merogóqueleperdonara.Cuandosecalmó,mecontóunahistoria.Unahistoriaquejamásolvidaré,laquemehizoentendernuestraguerra;elodioyaestabaincrustadoennosotrosdesdemuchoantes,elodioestásiemprelatenteenelserhumano.Enelmismolugaryconlamismafuerzaqueelamor.Perosiemprehaydosbandosparaelodio,eldequienespuedencontrolarloyeldequienesno.ÉlmecontóentoncesporquénosehabíacasadoconFernanda.Aél síme atreví a preguntárselo. Se quedó sorprendido de que lo supiera ymerogó que no lo hablara con mi madre. Pero entendió que yo, a pesar de misjuegosytravesurasbajolamesadelsalón,habíacrecidomuchodesdequeélsehabíaido.

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CAPÍTULOXXII

El día que se llevaron a Fernanda,mi abuela volvió a casa ya de noche. Lossiguientessaliótambiéntempranosindecirnosadónde.YopasétodoesetiempoconMartina, intentandoanimarla.Laalegríaquesentíaldescubrirqueéramosmediohermanassehabíadesvanecidoenseguidayademásaúnnohabíallegadoaaveriguarsiparaellaeratanbuenanoticiacomoparamí.Peroladetencióndesu madre lo había embrollado todo todavía más. Así era la vida entonces,nuestros ánimos subían o bajaban como si anduviéramos por alguno de loscaminosque serpenteanentre losdesfiladerosdeAntequera,donde lavistanopuededesviarseni un instantede lamaravilla de la naturalezao te desplomasentredecenasdemetrosde roca lisahasta el fondodelprecipicio.Yyohabíaconseguidoquedejarade llorar, a costadenoparardedecirle tantas tonteríascomo se me ocurrían, pero ella seguía triste y sin ganas de hablar. Así quecontinuéprobandoparaintentarlevantarleelánimo:lepropuseiralosestablosdondeunadelasyeguashabíaparidoelpotromáshermosoqueyohabíavistojamás;bajamosalríoymetimoslospiesenelaguafríayvolvimosacasaporelcaminoqueellaprefería,elquepasabaporelpuerto.Leencantabaobservaralospescadoresysufaena,yalasmujeresquecosíanlasredes;inclusolasbarcaslegustaban.Sinembargo,continuóconesapenaen lacara.Todas lasnoches,desdemialcoba,laoíaensucamatararearlascancionesqueseinventabaycadadía sonaban más tristes. Dejé de esforzarme por lograr que se sintiera mejorcuandoalfinmedicuentadeque,sihubierasidomimadreaquiensehubiesenllevadoaquelloshombres,yotampocoquerríahacernadamásquellorar.—No te preocupes,Martina—le dijomi abuela en una ocasión que regresó

mástardedelohabitual—.Tumadrevaavolvercontigo.ComoquemellamoÁngelaquevuelve,yaloverás.—Gracias,señoraÁngela,porsertanbuenaconmigoyconmimadre.—Esmiobligaciónylasobligacionessecumplen.O,sino,averquéesloque

somos.Peroestoyanoesunaobligación,estoesqueesunasinvergonzonería.

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Anda,anda,alegraesacara,quenoquieroverteasí.Mi abuela le dio un beso y fue en busca de mi madre. Martina se quedó

jugandoconAlfonsito.Yolaseguí.—RazónteníaelcabestrodeAntonio,nocabeunalmamásenlasprisiones—

lediceamimadre—.Sehanvueltolocos,haydetenidoshastaenloshospitales,eneldeMirafloresy enelCivil.Estándesbordados,no leshabastadoconelbarcoese,elMarquésdeChavarri,dondelosrepublicanoshabíanmetidoasuspresos,ni con las sedesdeFalange, loscuarteles, losconventosni los sótanoscomoeldelaTabacalera.Haytantospresosquehantenidoqueabrirlaantiguacárcel, laquefueelRefugiodeasistenciaciudadana,dondellevabana losquenoteníandóndecaersemuertos.Ahoraestárepleta.—Pero si secaíadevieja, allínopuedenhabermetidoanadie.Se lescaerá

encima.—Pues lohanhecho.Lacárcelnuevaestádesbordada.Asíqueno sédónde

estáFernanda,llevodíaspreguntandoynohesidocapazdeencontrarla.Soloséqueapareceen la listadedetenidos,peroaúnnoheconseguidoquemedigandóndelaencerrarán.Todoelmundollevaaalguienpreso,¡esunalocura!—Apañadosestamosentonces.Martinaestámuytriste,Azucenanosealejade

ellaniunmomento,peroechamuchodemenosasumadre.Pobrecitamía.¿Ycómoesposiblequehayatantosdetenidos?—No solo los lleva la Guardia Civil, también detienen algunos grupos de

Falange,comolaFuerzaPública,losmilitares,losguardias…Noséquémoscaleshapicado,pero todoelmundoparecehaberhechoalgoencontradeestosahora.Cuandohe llegadoyo, entrabaeldueñode la fábricadeÓxidos.Habíadenunciado a algunos de sus obreros. Guardaban una bandera roja en susarmarios.—¿Yquévaustedahacer?—preguntamimadre.—Puestodoloquepueda.—¿Y no cree que lo mejor sería dejarlo como está? Nos va a costar un

disgusto.LahemosayudadoyatodoloquehemospodidoyFernandaesuncasoperdido,¿esquenosedacuenta?Seráunmilagrosinolaterminanmatando.Mi abuela se queda callada. Yo la veo en la penumbra que el fuego de la

lumbre provoca en la habitación sin luces, seguimos sin encenderlas, comocuandolosbombardeos,ypuedoverlelaexpresióndesencantada.—Isabel,sitanprontoreniegasdelaspersonasquetehantraídoatucasa,¿qué

podrásesperarde loque traigael futuro?¿Seríascapazdeabandonarlaahora?

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Lavanacondenar,yahanfusiladoacientos,estosnoseandanconchiquitas.Nosétodavíadequélaacusan,perotodoestotienemuymalapinta.—Usteddecide,claroquesí,yosolodecíaque…—Sí,quesetehaolvidadoquetesalvólavida.QueMartinanoparóhastaque

consiguiósacardeunhoyoaAzucena.Quelasdosestaríaismuertasdenoserporellas.Mimadre se levanta.Nopudeevitarpensar en loquehabíaoídodecir ami

padre.Élhabíaestadoconnosotrosunasemanay,pormuchoqueMartinayyoespiamosamimadre,noconseguimosverlaunmalgestoconél,niunapalabrararaniunenfado.Habíanestadojuntostodoeltiempo,él laabrazabayellasedejaba abrazar, como yo los recordaba de siempre. Mi padre era un hombrecariñoso y mi madre, aunque menos efusiva, lo quería y se dejaba querer.Cuando ella le contó lo que nos había pasado en la carretera, no sé si leterminaría confesando la verdadera razón para salir deMálaga cuando lomáslógico es que nos hubiéramos quedado. Pero la consecuencia más grave deaquellahuidafuequemihermanitohabíamuerto.Yesohizoquesusabrazos,almenoslosqueyovi,fueranmásdulcesylargos.Así que yome había quedado tranquila pensando en que quizás, lo que yo

habíaoídono lohabíaoídoella,o inclusoquehabríamosentendidomal.Peroahora me asaltan las dudas, ¿cómo puede mi madre pensar en no ayudar aFernanda?—Nomeentiendacomonoes.Ustednohavivido loqueyoen lacarretera,

justo por eso estoy muerta de miedo, doña Ángela. No puede imaginarse elhorror,laangustia,lamalasangrequeselequedaaunacuandoveloqueyovi.Nosé cómoesaspobresniñas andanpor ahí, tancontentas; es verdadque losniños,aveces,seinventansumundoyesoleshacesobrevivir,porqueyo…Yonosoycapazdedormir,niunasolanoche,cuandocierrolosojos,dejodeverlosmuertos. La sangre. Sus caras… Hasta me viene aquel hedor… Gracias aAlfonsito y a Azucena sigo teniendo algo por lo que levantarme. Pero ahoraMateohavueltoal frente.Esomeaterra.¿Cómovaa terminaresto?Por nadadelmundoquerríaquelepasaraalgoaFernandaoasuhija,pero…—Peronada.Teentiendo, Isabel.Demasiadobiencreoque teentiendo,pero

yonopodríavolveradormirniunasolanochemásdemividasinohicieraalgoporayudarla.Noqueríadecírtelo,peroaFernandalajuzganencuatrodías.Sunombreestáenlalistadeljueves,conotroscientoypicopresosmás.Enunodelos lugaresdondepreguntéestabaelsargentoRomeraymeha informadobien

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deloquepodía.Muchoshacensutrabajoporquedeben,perosiguenteniendolasmismaslealtades.Tenemospocotiempo.Tuve la suficientepicardía entoncesparano contarle aMartina loquehabía

escuchado, aunque entendí el peligro que corría su madre y los dos díassiguienteslospasésindejarlasolaniunminuto.Altercero,¡porfinlehicereír!Aunquebienquemecostó:devueltadelcolegio,nosencontramosunaranaenla fuentede lospalaciosymi amiga sequedócon labocaabierta cuando, sinquitarmenieluniforme,memetídebrucesenelaguaparallegaraporella,quesecreíaasalvosobreelpilar.Hastaalaranalapillédesorpresa,puesnosaltóalvermetancercaypudeapresarlaenelpuño.Martinasabíaelascoquemedabanlas ranas o cualquier otro bicho viscoso y húmedo, aunque la palma se lallevaban,sinduda,lasculebras.Jamáshabríahechoalgoasípornadie,creoquenisiquieraporella,sisehubieraencaprichadoporuna,laverdad,pero,pormiamiga,meempapéhastalacinturaparaatraparalanimal.—Toma, es para ti—le dije, mientras sostenía con toda la repugnancia del

mundoalbichofríoentrelasmanos.—¿Yquévoyahaceryoconunarana?—¡Ah,nosé!Loqueseteocurra,perotienesqueabrirlamanoycogerlaome

moriré ahora mismo. Delante de ti. Y luego tú tendrás que explicarles a miabuelayamimadrequememorípor tuculpa,porquenoquisistequitarmelaranadeencima.Fue entonces cuando Martina empezó a carcajearse. Yo, sin embargo, tuve

durante todos esos días un dolor de estómago permanente que se acrecentabacadavezquepensabaenloquehabíanhabladomimadreymiabuela,yquesehizoinsoportablealcuartodía,cuandoporfinmiabuelaregresóacasa.Veníallorando.Nisiquieratuvofuerzasparaexplicarnosloquehabíasucedido.NolohizodelantedeMartinanidemí.Esperóalanochey,asolas,entoncessíselocontóamimadre.LacondenadeFernandasehabíaventiladoencincominutos,másomenos,conlafamosafrasedelFiscalGeneraldeMálaga,AriasNavarro:«Loshechosprobadosycometidossolomerecenpenademuerte».

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INÉS

PresadelacárceldemujeresdeMálaga

Sí, yo soy una «individua de dudosa moral», de las miles que los fascistascondenaronalamuerteeternaoalamuerteenvida.Aunqueestoyaquí,todavía.Ysiquiereleersobremuchasmás,lerecomiendoloslibrosdeTomasaCuevas,otrapresacomunistacondenadaytorturadaque,cuandoregresódesuexilio,sededicóabuscarasuscompañerasdelasdiversascárcelesdondelaencerraronyreunió sus testimonios. Ella falleció hace poco, pero siempre supo que erainocente,yjamástuvomiedoahacerlopúblico.Ningúnmiedodequesesupiera.Casi todasvivieroncallando.Encima,no te jode…sentirvergüenza.Yque tuhijoseenteredequesupadredesconocidofueunvioladorfalangistacuandounahistoriadorapublicasuinvestigacióndécadasdespuésoseencuentraconalguienrarocomousted,quepasaañosyañoslocalizandoyhablandocontodoslosquepuedeencontrarvivosparacontarestahistoria…Porcierto,estáustedalgoloca,losabe,¿no?Benditalocura…Elsilencioreconcome.Imagínese,sipuede,todalavidacallada.Poresoyosiemprehablé.Desdeelexilio,desdemirinconcitodeEspañaalqueregresécuandoelpajarraco,porfin,voló;desdemitumbaseguiréhablando.Elcielonoexiste,siexistiera,desdealláarribahablaríatambién.Pero,aver,¿quéquierequelecuente?

Los facciosos cogían al abuelo del secretario del Sindicato de panaderos o a la sobrina de unmilicianomuerto. Juzgaban hasta 300 personas por día. No había tiempo para que los escribientesanotasenlosnombresdelosfusilados.EnlaprimerasesióndelTribunal,unamujerbañadaenlágrimasdijo:«Yonotengoculpadenada;yoestabalavandoropa».Unviejogritó:«¡Animales!».Losoficialesnodiscutieron;teníanprisadefusilar.Elpresidentedeltribunaldecía,bostezando:«Elsiguiente…».

Esto lo leí hace poco, en algún lugar que no recuerdo, y lo anoté. Eran laspalabrasdealguienquecontabaloquehabíapasadoenMálagaenaquellosdías,cuandoempezaronlosjuicios.Puesestojustofueloqueyoviví.

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YclaroquemeacuerdodeFernanda,aellalatrajerondesdeelpalacetedelaesquina entre la calle Gigantes y Carretería, que Falange Española habíahabilitado para llevar amás detenidos. Se les salían por las orejas.Allí, a lasmujeres las rapabany lesdabanaceitede ricino,queestabamuydemodaesoentonces.Aloshombres,lostorturaban,quetambiénseestilababastante.Ellaselibró,hacíapocoqueyalehabíanhechoelfavordecortarleelpeloyelaceitedericino se lo echó por encima al falangista que intentaba obligarla a que se lobebiera justo antes de que llegara un superior que tenía algo de decencia eimpidió que el otro le cruzara la cara o algopeor.La Junta de clasificaciónydistribución de presos era la que decidía dónde iban los detenidos, con algoparecidoaun juicio,másbienun simulacro,diríayo.Tambiéndecidíaqué sehacíaconlosmilesdedetenidosqueempezaronallegarenseguidaaMálaga,entren, desde toda la provincia. Muchos terminaron esperando su turno en lafábrica textildeLaAurora,quesehabíaconvertidoenuncuartel falangista,yterminósiendouncampodeconcentración.Sobretodo,desdequehabíanvueltolosquesefueronporlacarreteradelamuerte.Almenosallíhabíaunpatioalairelibredondeestar,porquehambre,fríoysuciedadsobrabanentodosaquelloslugares.Ylacondenaronamuerteaella,porrebeliónmilitar…¿Rebeliónmilitar?Aún

meestoypreguntandocontraquiénserebelóFernanda,ademásdecontraelquelaintentóobligaraquesebebieraelricino.Losodiabacontodasualma,esosí,comolosodiábamoscasitodaslasqueestábamospresas,peroella,almenos,nohabía hecho nada todavía cuando la condenaron a muerte. A las dos noscondenaronamuerte,peronoejecutaronlasentenciadeinmediato,nosllevarona la cárcel vieja para cumplirla allí. Era famosa ya antes de la ocupación porhaber sido muchas cosas en poco tiempo, y luego se hizo famosa por ser lacárcel de mujeres más ruinosa que pudieron encontrar. Hasta en eso éramosmenosparaellos.EledificioestabaenlacalledelPasillodelaCárcel,queenlaRepúblicasehabía llamadodeConcepciónArenal,cercadelantiguoconventode laGoleta.Tanoriginales, lo llamabanelCaserónde laGoleta.Unode susmurosdabaalrío;eralomásbonitoquesepodíavercuandosalíamosalpatio,elGuadalmedina.Todaesazonahabíapertenecidoa la iglesiae inclusohabíaallí dos conventosmás, el de las monjas Reparadoras y el de las Carmelitas.Tambiénrecuerdoenese lugarunacarpintería, lacarboneríayunacasadondesalabanboquerones.Sehabíadejadodeusarcomoprisiónhacíamuchotiempoporque se caía a trozos, aunque todavía unos años antes de la guerra se había

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llenado otra vez de presos,muchos de ellos, los acusados de quemar algunosconventos.CreoqueleprendieronfuegoalaredaccióndeLaUniónMercantil.YoallíleenseñéaleeraFernanda,eralista,aunquejamásanteshabíacogido

un libro, pero eso era de lomásnormal.Lo extrañísimo era lo contrario.Quéraroresultaahoratodoesto,comounapelículadesagradable,quenivemosdelopocoquenosapetecequealgonosimportune.Mihermanasiempremelodijo,Inés,quetevasaperder,quetúeresunamujerdeletras,perolasletraslasusasmal.Queyonodigoquelasdejes,peroestotevaatraerproblemas.Ymelostrajo.Estudiarletraseidiomasconelpárrocolocodemipueblo,enMarbella,yluegoenlaUniversidaddeGranadamesirvióparaserquienyoquería,peronoparaahorrarmeproblemas,claroqueno,aningunanossirvióparaeso.Muchasjóvenesnoscreímoselcuentodequepodríamosserdiferentes,máslibres,másindependientes;conlaConstitucióndediciembredel31,conlaRepública,noslocreímos.Nosadherimosasindicatosyapartidospolíticos,íbamosalosactosqueconvocaban,emocionadasconlanovedad;imaginandoqueéramosdistintasdenuestrasmadres,queviviríamosdeformadiferente;reivindicandoderechos;mostrandoorgullosasalosdemásloquequeríamosser.YomefuidemipuebloparaestudiarenlaUniversidad,mientrastrabajabaenunamerceríayvivíaconunaprimademipadre.Porquetambiénempezamosatrabajarfueradecasa.Esonolesgustó,claro,teníamosqueestaratadasyser«elpilardenuestrohogar».Cabrones. Algunas se divorciaron, otras se hicieron médicos o abogados operiodistas,¡cuándosehabíavistosemejantedespropósito!Dejamosdeiramisaynoqueríamoscasarnosporlaiglesianibautizaranuestroshijos.Esosfueronnuestrospecados.Esos.Cuando estalló la guerra, ¡no queríamos que nos quitaran lo que habíamos

logrado!Muchasnosechamosalacalleaayudar,¡niunpasoatrás!YomevineaMálagaentoncesyempecéacolaborarenlascrónicasdelconflictodeldiarioEl Popular, otras se metieron en comités de trabajo o en centros femeninosdonde se organizaban. En todos lados, hasta en los lugares más recónditos,infinidad de mujeres se movilizaron. Nos ocupábamos de la propaganda,escribíamosparalaprensa,trabajamosdeenfermeras,cocinábamos,cosíamosentalleresparalosmilicianos—queaquíenMálagahubomuchos,inclusomásquedematerialdeguerra—.Algunassesubieronalfrentealuchar.Yonomehicemilicianaporqueverlasangrehacíaquemecayeraredondaalsuelo,que,enelfondo,soymástonta…Esoesloqueyohabríaquerido.Terminéayudandoalosrefugiados,enelComitédevillaAcracia.Perolosfascistaserantanlistosquenisiquieramedetuvieronporesarazón:unodelosdueñosdelcortijodondetrabajé

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antesde irmedemipueblomedenuncióporquenohabía idoalbautizodesuprimera hija.De ahí, pasaron a acusarme de atea y se enteraron de que habíavotadoalFrentePopular,y,paramásliarlotodo,unodelosjuecesmereconocióde unmitin del PartidoComunista en el que había hecho de intérprete de unruso, él hablaba francés y yo le traducía. Era muy guapo, el condenao. Paraellos,estomerecíalapenademuerte.Losseñoritosnonosperdonaronquesuscriadasquisiéramosserotracosa.Orden,disciplina,sumisiónalpatrón,alcura,al cacique, incluso al marido, solo eso deseaban. Nosotras les habíamosdesafiado,ynossumieronenelmiedo,enelsilencio,enelolvido.De los trescientos que juzgaron en mi misma tanda, en una mañana, todos

fuimoscondenados amuertemenosuno,quepresentó comoaval a lahijadelnuevo Gobernador Civil, sin testigos, sin pruebas, con cargos como rebeliónmilitar,auxilioalarebelión,auxilioahuidosycosasasí.Eso,alprincipio.Siesquetejuzgaban.Yonolosmiréalacaramientrasdictabanmisentencia,nomemolesté, no tenían vergüenza. No sé qué les había pasado, eran mis vecinos.Esosdíastuvierontantotrabajoenmandaralcieloaloscomunistas…Fernanda,sinembargo,eradiferente,ellanohabíaluchadopornadie,ellasolo

queríasalvarse.Porsuhija,decía,yporsumarido.—Noesposible,nopuedeser.Estosmalnacidosnopuedenmatarme,¿quées

loquehehecho?Yonuncamehemetidoenlíos,siemprehesidounapersonacabal.—Noledesvueltas,hashecholoquelamayoríaqueestánaquí:noserloque

ellosquierenqueseas.Ypunto.Cuantomenoslopienses,menossufrirás.Pero lo pensaba.Continuamente.Yo la oía llorar, pero tenía que aprender a

aguantar.¿HaleídoellibrodeKoestler?Heleídoelrestodedocumentosquemehapasadoque lehan contadootros… ¡inclusohahabladoconél! ¿Cuándo loentrevistó?¡Seríaunaniña!Debedeestarustedloca,yaselohedicho,Koestlerllevamuertodesdeel83.Eraungranescritory, sobre todo,unactivistayunintelectual.Tienequeleerlo.Yo,desdequeconseguíunejemplardesulibro,hevividoconél siempreenmimesilladenoche.Mehacía sentirmemenos sola.Susrecuerdossemimetizanavecesconlosmíos.Nosésimeentiende.Escomosihubiéramosvividolomismoélyyo.EstoqueleexplicoesloqueélcuentadelaprisióndeSevillaenlaqueestuvocuandolocondenaronamuerte.Esqueesasí.Aunqueéllorelatamejorqueyo,estaríabuenoquenofueraasí.Léalosinolohahechotodavía,peroyose loexplico también,que, total, tenemos todoeltiempodelmundo.Yoahoranotengonadaquehacermásquehablar.Loqueél

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cuentaquesintiócuandoloencarcelaron,esloquesentíyo.Lodebendesentirtodoslospresosdeltodaslascárceles.Laprimeravezqueentrasenunacelda,tedascuentaenseguidadequeallíno

haymás leyqueuna: aguantarvivo.Yo llevabayadosdías encerradacuandollegóFernanda.Hizoloquetodos:encuantoelfuncionariodelaprisiónechólallave,sefuehacialapuertaeintentóabrirla.Cuandonoencuentrasconqué,losiguienteesdarleunpuñetazo,queteduele,claro,ynosirveparanada.Luego,mirasporlamirilla.Aveces,alotroladohayunojo.Entonces,instintivamente,teechasparaatrás,comosielojopudieracolarseporelagujeroyhacerquesetesalte el tuyo. Y te das la vuelta, miras, vuelves a mirar esa mirilla y eresconscienteporprimeravezdeloquesignificahabersidoprivadodelibertad:unojopuedeespiartemientrasmeasonopuedesparardellorar;nadaesíntimoya,nisiquieralaagonía.Entonces observas a tu alrededor y sientes la claustrofobia en el alma. Una

cárcel es una cárcel: la deSevilla era como la deMálaga, y las de Jaény lasde…Enlanuestratambiénhabíaunaletrinapuerca,unlavabodescascarillado,doscatresdealambre,laparedllenademarcas.Teacercas,lastocas,siguessurastroarañadoysucio.Asulado,tesorprendesdeencontrarsímbolosextraños:fórmulasmatemáticastanlargasqueseenmarañancomoconchasdecaracol.Nose lo he dicho, pero yo conocí a Koestler en la playa, en ese momento eraperiodistaenelChronicleyvinoaentrevistaraQueipodeLlanoyluegoresultóser un espía, aunque no se enteraron y no lo condenaron por eso, que, si no,ningún pacto le habría salvado. Pues en su celda había las mismas fórmulas.Alguien inteligente habría estado allí antes que nosotros, alguien inteligente,pero desafortunado. Cuando dejas demirarlas, te percatas de que en el sueloquedan restos de sangre reseca, que huele mal. Muchas veces, terminasvomitando. Lo siguiente es ir a tu catre, lo tocas. No suele haber colchón nimanta.Siloshay,loslevantasyterepugnansusrodalesdemierda.Denuevo,manchasdesangre,estavez,enunacárceldemujeres,amenudoyconsuerte,aunqueseaunaparadoja,delperíodo;excrementos,sudor.Dolor.Mirasaltecho.Tienesganasdegritar.Siestuvierassola,quizásloharías.Peromirasdereojoatu compañera y te sientas. Entonces ves la ventanilla, alta, con rejas, einstintivamente intentas alcanzarla para mirar afuera. El cerebro humanonecesitasaberquetienecercaespaciosabiertos,sobretodocuandoloconfinanacuatroocincometroscuadradosmalolientes.Peroesinútil,nuncallegasarriba.Y solohayunamesayuna silladonde sentarse, ancladas al suelo; lasdosnopudimosponernosaescribir juntaselQuijotedesde lacárceldeMálaga.Sería

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inútil,porotraparte,porquesi,comoamí,tegustaríaponerporescritoloquesientes,notienespapelnilápiz.CuandoporfinFernandamemiró,yoledevolvílamiradasinpudor.Nosabía

quiénera,soloque,sihabíallegadoallí, teníasuerte:alguiennohabíaqueridomatarlatodavíaoAriasNavarroteníadiarrea.Esomepasóamí.Enesapartedelacárcelestábamoslasque,poralgunaextrañarazón,generalmente,porquenosabíantodavíasidarnoseltiroenlanucaobien,esolleguéapensar,simerecíalapenaparaelbolsillodealgunodejarnosviviralgunosdíasmás,nohabíamossidoconducidasconosinjuiciodirectamentealmurodegracia.Muchasveces,de todas formas, la condena se cumplía. Los vecinos de esa parte delGuadalmedinateníandistracciónaseguradacadadía.—¿Quiéntehajuzgadoati?—lepregunté.—Arias Navarro. Claro. Ha firmado doscientas treinta y una sentencias de

muerteentreshoras.CarlosAriasNavarro,miembrode laFalangeEspañolade las JONS,primer

marquésdeAriasNavarroyGrandedeEspaña,espíaenelsitiodeMálaga—oesocuentan—,Fiscalmilitarencargadode los juiciossumarísimosydefirmarlas condenas a muerte. Pocos llegaron a saber entonces que el carnicerito deMálaga había permitido que fusilaran a tres de las personas que lo habíanayudado antes de que los suyos entraran en la ciudad, pero así era él: justo yhonrado como el quemás.Así cuentan que ocurrió: al producirse el golpe deEstado, lo destituyeron como fiscal de la Audiencia de Málaga, porantirrepublicano;elpresidentedelaAudiencia,AtilanoLorente,preocupadoporsu suerte, consiguió que el juez Felipe Varea le buscara un lugar dondeesconderse.Lorente era tambiénpresidenteyFelipeVarea, vocaldelTribunalEspecialquepretendióponeralgodecorduraa los juiciosdederechistasen laépocarepublicana.SuhijoPelayo,secretariomunicipalenotropuebloqueahorano recuerdo, le permitió esconderse en su propia casa variosmeses. Pero unapatrulla de la FAI terminó encontrando y deteniendo a Arias Navarro, y locondujerondenuevoaMálaga;esavez,elmismoPelayoVarea loacompañó,paraasegurarsedequenoleocurriesenada.Perolasuerteparaalgunosaparecemuchas veces y allí, el camarero que había servido a Arias Navarro cuandobajabaatomarcafémientrasejercíadefiscalloreconoció.Elcamareroresultóseranarcosindicalista,y,conlapasiónqueloscaracterizaparalobuenoyparalomalo,logróqueloliberasen.No tuvo Arias Navarro poca suerte tampoco cuando los fascistas ocuparon

Málaga.Enseguidafueronpalante todoslosquelehabíanayudado:detuvieron

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alcamareroanarquista,aljuezAtilanoLorenteyalosVarea,aljuezyasuhijoabogado. El carnicerito fue restituido como capitán del ejército franquista ynombradojuezdelaAuditoríadeGuerra.Losfamiliaresdelosdetenidosqueloescondieron y velaron por él vieron entonces la oportunidad de quecorrespondiera a su humanidad, y le pidieron que hablara en su nombre. Sequedaronesperando.AtilanoLorente fuecondenadoaprisiónperpetua, treintaañosdecárcel,expulsadodelacarrerajudicialeinhabilitadoparasiempre.LosVarela, padre e hijo, condenados a muerte y fusilados, lo mismo que elcamarero.Conellosyaenuna fosa, síquedeclaróAriasNavarro en laCausaGeneral de Málaga que lo habían ayudado, pero los muertos no resucitan,aunqueuncreyenteypiadososercomoesteintercedaporellos.Pregunte lo que hizo también en León o en las comisarías y cuartelillos de

media España, pregunte, sí. Aunque, que quedemuy claro, todo lo que le hecontadosoloafirmoquelohizo«presuntamente»,desdelaprimerapalabramíaque menciona a tal señor, no vayamos a tener un disgusto y nos veamosobligadasustedyyoavisitarlacárcelotravez,queahoraparecequetenemosunpoco de nostalgia de aquellos tiempos. Y a mí las cárceles me provocanurticaria.Aestenadielojuzgó,quéva,loqueledieronfueronmedallas.Sololojuzgamoslosquefuimostestigosdeloquehizo.¿Noesesobastante?LlegóaseralcaldedeMadrid,ministro,últimopresidentedelGobiernodeladictadurafranquistayelprimerode lamonarquía.Erael año1973.Yo le seguí lapistasiempre.Quélástimaque,unpocoantes,nofueraéltambiénenelcochedesupresidente.Lolamento,nosientopenaporlospresuntosasesinos.Puedeponerloensu libro,aunqueminombreno loponga,yosoycualquierade lasmilesdepresascondenadasamuerteporestehombreporcocinarparalosmilicianos,serlamujer de un rojo, afiliarse a unpartidopolítico o, simplemente, por existir.Fíjesequenosemehabíaocurridohastaahora,pero,sinonaces,notepuedenasesinar.Quizásfueesejustamentenuestrodelito.Amí tambiénme juzgóél.Fue,como todos los juiciosenesemomento, tan

justo y tan acorde con la legalidad jurídica como podía esperarse, ni peor nimejorquetodoslosqueAriasNavarropresidió:nohuboabogadosdefensores,notuvieronencuentalasdeclaracionesdeningúntestigodedescargoysereíanen la cara de quien se declaraba inocente. Todos eran tribunales ilegales. Esverdad que, a medida que se fueron apaciguando, no siempre condenaron amuerte,unterciodeloscondenadossalióenlibertadvigiladacuandolaguerraterminó. Se dice pronto, pero eso significa que seis coma seis de cada diezcondenados se pudrieron presos hasta que murieron de hambre, frío o

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enfermedad,olosasesinaron.¿Quierecifras?LeaaAnthonyBeevor,queparecequecuandolosdefuerahablandenuestraguerra,selescreemás.Como a tantos, a mí me condenaron por adhesión a la rebelión y no me

fusilaron justo después del juicio en el muro del cementerio de San Rafaelporque el carnicerito se sintió indispuesto y no firmó mi orden, la última dedoscientas:lediounapretónysaliócorriendo,asíquemesalvéporlospelos.Oquizás,mejorpensado,porsumierda.Perosabíaque,encualquiermomento,metocaría lachina.Aunqueyono teníamiedo.Siempre fuiuna inconsciente.Poresoquisetenerderechos.Poresomecondenaronamuerte.—Dicenquesu récordes trescientasendoshorasymedia.Sehabrásentido

indispuesto hoy también. Debe de ser el agua. Le pasó conmigo—le dije aFernanda,aunquemeahorrélosdetalles,noqueríaserdesconsiderada—.¿Ytú,porquétehassalvado?—¿Estoessalvarse?—Estásviva,¿no?Puesporahoratehassalvado.Amíalfinal,mesalvómihermana.Eraguapa,muyguapa,tanguapaqueel

falangistaquefirmabalasentradasysalidaseldíaquellegóavermealacárcelse encaprichó de ella y se empeñó en desposarla, como se decía antes.Desposarla,suenaaquitarlelasesposas,¿noesuncontrasentido?Cuarentaañosestuvo casada con ese hombre, que resultó no ser una mala persona, Jaime;franquista,sí,hastalamédula,peroaellaquéleimportabaeso,sidepolíticanosabíanada.Ni le importabani le interesaba.Como lamayoría, solo sabíandesalvarsupellejocadadía.Deesofuelaguerra,deseguircomiendocarneacostadeotrosquecomíamoslentejas,cuandocomíamos,ymirábamosalcieloaversiescampaba.Élcuidóbiendeella.Asíqueyosiemprelorespeté,noporquemesalvaraalfirmarmisalidadelacárcelyvetetúasaberquémáshicieraparaquenovolviesenabuscarmeyejecutaranmicondena,sinoporquetratababienamihermanay fueunbuen franquista, de los queobedecenperonohacendaño anadie,siemprequenolesordenenhacérselo.Éltuvosuerte.Antesdequemesoltaran,estuvevariassemanasenlaceldaconFernanda.Era

unamujerdecampo,recia,másjovenqueyoymuyguapacomomihermana,aunqueaellasubellezanolahabíaayudado.Nomelocontó,peroalfinaltodosterminábamosconociéndonos.Atravésdemihermana,quiseaveriguarporquénolahabíanmatadoaún,paraintentarsacarladeallí,peronohuboforma.Asíquelaengañabacuandomepreguntabasisabíasicumpliríannuestrascondenas.—Puesclaroqueno,muchacha,sinoshantraídoaquíesporquesabenquea

nosotrasnopuedenmatarnos.Seguroquetienesalgúnamigoquepuedaecharte

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unamanoyelloslosaben,quedetontosnotienenunpelo.Peroclaroquecumplíanlascondenas.Amenudo,elcarcelerojeferecibíauna

llamada.Alguienalotro ladode la línea ledictaba losnombresde lasque,enunas horas, casi siempre, debían salir hacia el cementerio.Mientras yo estuvepresa, era allí donde las fusilaban. Por cada nombre, el carcelero decía, «lotengo»;cada«lotengo»eralavidadeunamujeranotadaenunalibretadetapasazules con la fechadel día.Después de eso, empezaba el jaleo, las puertas seabrían;elcuratocabasucampanillacadavezquerecitabaelsanctustedeum,laselegidasgritaban,maldecían,suplicaban; lomismolasque temíanserlo.Pocassalían calladas, y esas pocas, porque se habían cagado de miedo o sedesmayaban.Cuando la lista de«lo tengo» estaba llenade cruces,mientras lacomitiva iba por el pasillo camino de la calle, el cura le pedía a Dios queperdonara los pecados de las escogidas. Dios tuvo mucho trabajo esos díasperdonando lospecadosdepecadores rojos.Sehartaría,elpobre.Losotros sedabanporperdonados.Lomismoqueahora.Al escucharlas,Fernandacerrabalosojos,aunquedesdelaprimeravezquesellevaronaunaparaejecutarla,novolvióallorar.Nisiquieracuandoelfuncionariodeprisionesdeturnoseparabacerca de nuestra celda ni cuando se les oía delante de nuestra puerta, perofinalmentepasabandelargo.Amímetemblabanlasmanos.Tampocolloré.Mehiceamigadeesamujerenlacárcel.Esunadelasmujeresmásvalientes

queconocí, extraña, con lospies en la tierra, lo cual esmuy raro estosdíasyentonces lo era más aún. Una mujer que luchaba por sobrevivir. Me gustabahablar con ella. Fue lomejor queme pasó entonces. Tenía que haberla vistoexigirlealguardiaqueladejaralibre,ellaerainocenteydesdeentoncesempezóatirarlacomidadíatrasdía,quelatuvieronquealimentaralafuerzaalasdossemanas,noséporquélohacíansilaqueríanmuerta.Peroellavolvióadejardecomer,hastaqueunafuncionarialepreguntósiteníahijosfuerayledijoqueeraunaestúpida,que,siseguíaasí, losotrosganaríanyellasaldríadeallíconlospiespordelanteynolosveríanuncamás.Entoncesempezóanodejarseniunmendrugo.Yno,yaquemelopregunta,nuncaentendíloquehabíapasadoconmiciudad

yporqué lahabíamosperdido.Tampocoentendíalmundo: los jefesmilitaresqueabandonaronMálagaseenfrentaronaunconsejodeguerra,yluegobienquepagaronsuerror;elGobiernodeLargoCaballerotuvoquedimitirpordejar laciudad a su suerte; pero jamás se juzgó a los gobiernos de las democraciasoccidentales,quesecontentaronconlapolíticadenointervencióncuandotodossabíanquealemaneseitalianoseranquieneshabíantomadoAndalucíaytantos

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otros lugares. Miraron a otro lado mientras nosotros nos pudrimos de ascocuarentaaños.TampocoFrancohasidojuzgadonunca.Nilavidalojuzgó.Peroeso lo supe después, entonces seguía pensando que teníamos razón, que pormuchoquemecondenaranamuerte,habíaelegidoelbandocorrecto.Aunqueelfinalfuetriste,muchomásdeloquepodíamoshaberimaginado.TristeporqueMálagaseentregósinresistirse.Peroyonoteníamiedo.Mesientoorgullosadehaberluchadopormipaísydenohaberhuido.Mequedéaayudaraotros.Asídetontafuisiempre.Esunacruzquetengo.Mihermana tardósemanasenentregarsealburócrataqueseconvirtióenmi

cuñado.Enentregarseencuerpoyalma,merefiero,porsupuesto.Semanasentreque él le declaró su amor, que ella se lo pensó, queyo le pedí quemedejaramorirpormipatriayqueellaseconvenciódequeyoestabalocaperdidaydequeJaimeeraunfalangistadebuenaplanta,formalyconunfuturoprometedorpor delante. Los rojos solo teníamos un pasado, el futuro era bien jodido, elpresentenoexistía.Fueronlassemanasmásrepetitivasdemivida.Díatrasdía:diana, desayuno, ejercicio, comida (por llamarlo como se llama, pero sinsustancia ninguna), descanso, patio, cena, celda, cruces de «lo tengo», dar lasgraciasalcielooalinfiernoporseguirvivaundíamás,intentardormir…Ylopeoresquemedabaigualloquelesocurrieraalasdemás,melimitabaapensarque, almenos esa noche, nomehabía tocado amí.Eso es lo quemásmehaimpresionado demí y de la guerra.Yomemetí en ella para ayudar a otros adejar de ser lo que eran, a vivir mejor, y terminé convirtiéndome en unamiserable.Escribaeso,porfavor.Nodejedeescribirlo…El falangista que se convirtió enmi cuñado, en cuanto ella le dio lo que él

quería, tardó poco en cumplir su parte del trato y, un día cualquiera, elfuncionariodeguardiaabriómicelda.—Vamos,Inés,quetevasacasa.Veníaconunamujer,mecontaronquesiemprehabíaunamujerantelapuerta

de tu celda cuando te ibas a casa. No sé si porque era más femenino dar lalibertadqueamputarla.Mellevaronalaoficina,allímeesperabaeldirector,concamisaycorbataazulesoscurasyelpocopeloqueconservabadejadocrecerypeinadohaciaatrás,brillanteypegadoalacalva.—Firmaestoytesoltaremos.Medispusealeerloqueibaafirmaryeldirectordelacalvadisimuladame

arreóunguantazo.—Firma.¿Onoconfíasennosotros?

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Firmé.Aunquenoconfiaba.Luegosupequehabíafirmadohaberrecibidounbuen trato por parte de todos los funcionarios y el personal de la cárcel.También, que de ahí en adelante sería fiel a mi patria y me abstendría demetermeenfollones,paraquemeentienda.MeacordédeFernanda,nisiquierapudedespedirmedeella,enelmomentoen

que fueron a buscarme, se la habían llevado, aunqueno era denoche, así quetuvelaesperanzadequenoparafusilarlatodavía;seguramenteparareconocerla,puesllevabadíasquejándosededolordeestómago,vomitandoyconmareos.Elmédicoveníaalacárceldosvecesporsemana,casinuncahacíanadamásquecertificardefunciones,suicidiosomuertesnaturales,pordesidiadevivir,seguroque eran. Esa vez, por lo que luego supe, tuvo un cometido más agradable:Fernandaestabaembarazada.Sinsaberlabuenanuevatodavía,alabrirlapuertael funcionario, luegouna reja,meter la llaveen lacerraduraydar tresvueltashastaqueseoyóunchasylapuertaseabrió,loprimeroquedeseéalsentirmelibrefuequeellapudierasalirdeallícomoyo.QuevieralaluzdelsolysintieralabrisasaladayhenchidadehumedaddeMálaga.Quelaluzdelavidaentraseporsusojosotravez.Ymesentíunpocomenosmiserable.

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CAPÍTULOXXIII

Caminandodespacio,sinllamarlaatenciónycavilandoencadapasoquedacuáleslamejorformadesalirseconlasuya,miabuelasedirigealazonaresidencialdeMálaga.Allíestándosdesusvillas.LehacostadoDiosyayudaencontrarlacárceldondehanrecluidoaFernandayquierevisitarasirWilliamMallory.SirMallory era un inglés que llevaba treinta años enMálaga, aficionado al buenvino,alosperrosdecazadepuraraza,alosjabalíesachaparrados,alasfloresylas plantas tropicales que crecían coloridas sin pedir perdón, y a la comidaandaluza,sobretodoalajoblanco,alcorzoconsetasyalasrosquillasdevino.Su hijo Andrew y él habían encontrado en nuestra ciudad un paraíso que sehabían negado a abandonar cuando los españoles, tan poco prácticos ellos, sehabíanliadoatiros.VivíanjuntosenuncortijoqueseestirabahaciaMarbella.Ahora,sinembargo,sehaninstaladoenunadelasvillasdemiabuela.Laúltimavezqueellaestuvoenesebarriofueparaver,ahurtadillas,enqué

habían convertido los refugiados su otra villa, la que tenía alquilada a unafamilia de derechas que había huido a tiempo.Se quedóhorrorizada, pero erapragmáticay,simplemente,pensóenquealmenoslaquelehabíacedidoasirMallorymientrasdurabalaguerraestabasalvo,porelmomento.Todaesazonahabía sidoocupadapor refugiados, para losde cadapueblo se creóun comitéquevelabaporquelascosasnoselesfuerandemadre.Aunque,vistolovisto,no tuvieronmuchoéxitoquesediga.Ypuestosaelegir, eligieronestascasas,grandes,enlosmejoressitios,convistasyhermososjardines.EnelLimonaryenelPaseodeMiramar, llegaronbuscando refugio familiasenterasdeRonda,CortesdelaFronterayCastellardelaFrontera.Deesaideaprocedelapalabra«refugiado»; con el tiempoy elmal uso, se nos ha olvidadoy ya solo vemosindigentesquemolestan.Eslaperspectivalaqueimporta.MiabuelallegóalagranverjadehierrodeVillaAlegreymiróasualrededor.

Elmiedolaacogota:todavíaestáimpresionadaporelparquecarbonizadodeSanAntonio.ElPaseodelLimonarterminaconfluyendoconlacarreteraaVélezy,

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portanto,aAlmería,perolasfarolassiguenahí,losplatanerostambién,sujardínluceespléndidoynovenadaextraño.Labanderabritánicaondeaenlaterraza,sobre la barandilla de forja, como en un chiste que semofa de la realidad.Yrecorreelcaminohastalaentradaprincipaldespacioyexaminandoloqueveasualrededor,perotodoestácomolodejóafinalesdeagosto;inclusolacasadetres plantas construida en piedra amarillenta le parece ahora demasiado alegreparatantosufrimiento,ysutamañounpecado,dadoelnúmerocrecientedelosquevagabundeanporahíyduermenenelsueloencualquierrincón.Miabuelasiempreprefirióalquilarla.Loquesílesiguegustandoymuchoeselgranjardín.Loquemásmegustaamí,ademásdelcolumpioqueellahabíamandadoinstalarantes de que la familia deCórdoba que la alquilaba para veranear la ocuparatodo el año cuando no había guerra, son las dos torres octogonales con susalargadas ventanas que llegan al suelo y los ventanales del salón. Colosales,dejanentrarunaluzexuberanteporsusvidriosdecolores.Peronoquierohablarlemásdeesavilla,queexistetodavía.Suúltimodueño

murió sin descendencia y la donó a una asociación que investiga contra elcáncer.Pocasvillas levantadasentoncesquedanya,casi todas ingeridaspor lareconversiónenbloquesdepisossinángel.Ojaláqueestasítengaunfuturo.Lacriada seapresuraaconducir amiabuelahasta supatrón, la conoceyni

siquiera le preguntaquédesea cuando ella sepresenta enunmomento enquetodo el que trata a sirMallory sabe que padre e hijo estarán cenando. En lostiemposdepaz,aesashoras,habríanestadotomándoseunatapitadeboqueronesfritos conunvinito, para ir haciendo estómagopara la cena.SirMalloryy suhijo van a cenar sardinas asadas y pisto, y ya es todo un festín dadas lascircunstancias,porquelerecuerdo,queridaescritora,queelqueentoncescomíaunavezaldíapodíaponerunavelaaSantaMicaelaenagradecimiento.Elinglésse alegra de ver a mi abuela, viva, que en esos días esa es la mayor de lasalegrías.—Qué placer por nosotros tener aquí a tú, doñaÁngela.Wemissed people,

muydivertidos losúltimosdías antesde arribar losnuestros. Itwas soboringlately!Mi abuela, habituada a hacer negocios con los británicos, está de sobra

acostumbradaalaspatadasalcastellanoquetodosellos,sinexcepción,learreancuando,enelmejordeloscasos,lointentanhablar.Noimportalasdécadasquellevenresidiendoenterritorioespañol.PerosirMalloryleresultaespecialmenteirritante: además de demostrar no tener ni idea de gramática, confunde laspalabras a menudo o las mezcla como quiere con las de su idioma, y el

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jeroglífico, a veces, le resulta irresoluble. Cuando él así lo pretende, porsupuesto.—Notelevantes,William.Y,porfavor,disculpaquetemolesteaestashoras.

¿Yahasrecuperadoentonceslatranquilidad?LacriadasaleenesemomentoysirMallorysiguehablando:—No adivinarías de quémodo.No puedes imaginarte lo bien acompañados

quehemosestado.—Miabuelaseríe.Suamigollevahaciendoesodesdequeloconoce.Hablaenunespañolmezcladoconelinglésosoloeninglésdelantedequiennoconfía,peroconlosdemás,comosihubieranacidoenRonda—.Estoha sido una fiesta, gente paseando hasta las sedes de los comités, milicianospreocupados por sus familias que las iban buscando por las villas a todas lashoras del día y de la noche, patrullas delComité de salud pública, que semeinstalaronahímismo,enVillaSalcedo.Todosmuybieneducadosysinhacerniunruido.Lohandejadotodolimpiocomolapatena,queridaÁngela.Hastalasventanas han arrancado para calentarse. Ahora, sin duda, estoy mucho másaburrido.—Nosabescómolosiento,William.—Nolosientas,quecosasmuchopeoreshanpasadoaquí.Yseguiránpasando.

Nohaynadamejorquedarsecuentadeesoparasobrellevarloconresignación.Además, aquí al lado nos tocó una familia muy amable, de Jimena de laFrontera. Al parecer, eran familiares en grado próximo de un militanteanarquista.LaCNTes lo queha tenido, quehasta hacemuypoquito eran losmásimportantesenelCampodeGibraltar.Puesparecequeesodelaanarquíanovalecuandosetratadebuscarlealojamientoalafamiliadeunoquevienedelpueblo,ynolosalojarondebajodeunpuente,precisamente.Eso,laverdad,tehace pensar. Y mira que tenéis hijos y nietos y primos y amigos aquí enAndalucía,quécansancio.—¿Hasidotanmolesto?Miraquemeestoyllevandoundisgusto…Aunqueya

enningúnsitiosepuedeestartranquilos,sinoporunacosa,esporotra…Perodeverdadcreíquelosextranjerossíestaríaisasalvo.—Que no, mujer, que no te preocupes, de verdad. La fiesta más animada,

segúnmehandichounosamigosquevivenenfrente,lahantenidoenlavilladeLa Bougainvillea, en el Paseo de Sancha. Lo mejorcito fue para allá: a susanchasestuvoelcuartelgeneraldelaFAI.Hastaelnombrelecambiaron,quenolashabíaentusiasmado,lespareciómuydelgustoburgués,ylosanarquistaslarebautizaron como Villa Acracia, que ya sí les debió de gustar mucho más.

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Menudas sesiones más divertidas se han montado, no sabía yo que a losanarquistaslesgustaratantoelflamenco.Lalástimaesquenomeinvitaron.PerosirWilliamnolecuentatodoamiabuela,enrealidad,pocasvillassehan

libradodelaocupación,enelPaseodePríes,estuvieronlosdelaCNT-FAIdelCampodeGibraltar,yunpocomásparaallá, la sededelComitéRegionaldeTrabajo de Andalucía y Extremadura. Las idas y venidas de refugiados ymilicianos cesaron solo con la entrada del ejército franquista y sus aliados.AunqueasirWilliamtampocoleresultaronmuchomásagradables.—¡Ay! No sé qué decirte, William. Todo se ha puesto patas arriba

últimamente,queaverquésepensabanqueibanaconseguir…Sieradecajón.—Pueseso,nomedigasnada,queyapasó.Además,quéibanahacer,si los

pobres no tenían dónde refugiarse. Peor suerte han tenido las casas que hanardido.Esmejorsoportardesharrapadosacampadosenlosjardinesyocupandolashabitacionesqueunapropiedadcalcinada,¿nocrees?—Vistoasí…—Esquenosedebeverdeotramanera,queridaÁngela.Unafiesta,yatedigo.

Lo mejor fue ver llegar por esa misma carretera a los italianos cantando laGiovinezza cuando entraron en la ciudad. Desafinaban un horror, por cierto,aunquedesfilar,desfilabanmuymarciales.—¿Quiénpodíaimaginarseesto?Nosécómodartelasgraciasporloquehas

hechopormí.—Puesdejandodeinsistir,porfavor.Soloesperoquenohayasvenidoaeso.

Queaquíseestáenlagloria,salvandoalgunosmomentosenquetemimospornuestraintegridad.Nosabíayosiloquemeasegurasteeradeltodocierto.—Pero la bandera de Gran Bretaña les ha mantenido alejados. Te han

respetado.Atiyamicasa,William,almenosesoparece.—Puessí,puessí…Yoesquenoentiendoalosespañoles,entrevosotrosos

masacráis, pero veis una bandera ajena y no se os ocurre entrar ni para pediragua.Alavistaestá.Nocreoqueahoracambielacosa.Bueno,parapediragua,alguno sí que entró. Pero hasta hemos podido salir a la calle, eso sí, yo usébanderadeGranBretañacomocapa,paraquenoseequivocasen.Ymedejabanpasar, oye.Y dejé la corbata en casa; si te ponías la corbata,mal ibas. Sobretodo,si,comoyo,nosabeshacerotronudoquenoseadelazo.—Nodeberíacambiar,desdeluego.Olaguerranotendríaningúnsentido.—¿Ah,peroesque tienealguno?Apartedelobvio,claroestá,deordenarel

caos.Peroyadudodequeestoseaordenaralgo.Noesordenprecisamente loquehayahoramismoenningúnlado.

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SirMallorymasticaeltrozodesardinaquesehallevadoalaboca.—Eso pienso yo también, en confianza te lo digo. Pero de nada sirve

lamentarse,loquehayesloquehay.—Sí,ahorayamejornopensarlo,metemo—dicesirMallorymientraspincha

untrozodetomate.La luz de la tarde está anaranjándose. Aunque ahora demasiados no se dan

cuentadeesosdetalles,elingléssí.Miraaljardín,loshibiscosnaranjasyrosasestán tan llenosde floresqueparecenpintadosenel lienzodel jardín.Suspiracontristeza.Conlobellaqueesesatierraylomalquecuidandeella.—Yoesquecreoquenoeranecesario llegaraestoparaquenadacambiara.

Queentreellossehubieranmasacradoigual,ynohacíafaltahabermalgastadotantotiempoydineroparadárseloaesosmaleducadosdelosalemanes,queridaÁngela. Pero, claro, yo es que a esos pájaros no les perdono lo de la GranGuerra.Niaunquevivamilañosseloperdono.Yademás,aquíenEspañanadacambiará, a nadie le importa el hambre del pueblo, sino el hambre de lospoderosos: políticos, generales, caciques y parásitos. Eso es imposible quecambie en esta tierra de sol y lágrimas. ¿Sabes cómo conseguí empezar aexportarhigos?—Llevas años haciéndolo, no sabía que hubieras tenido problemas para

comenzarconelnegocio.—Sí,esverdad,llevoaños,ysiempreintentémantenerloensecreto,creoque

más por mí que por ellos, pero ahora viene a cuento contártelo, lo mismo teayudaenalgoenalgúnmomento.Yoempecéconloshigosdeunaformamuyhabitualaquí:sobornandoaquienesdebíandarmelospermisos.Luegosobornétambién a los que entraron en el siguiente gobierno para que siguierandándomelosyaotroscuantosmás.Laristradesobornosdalavueltaaljardínyvuelve.Asíque,yasabes,tengoconocidossobornadosportodoslados.Porsitehacenfalta.—Pues está bien saberlo, sí. Seguro que tienes razón,William, que tú sabes

más que yo de guerras. Y de sobornos, yo no voy a hablar nunca en esostérminos.Esosnosonsobornos,solosonregalosnecesarios.—Puesmejorqueno,tienesrazón…Nohables…Aunque¿quémássepuede

hablar de un país donde la mayor parte de los dirigentes comunistas sonburgueses?Estonohayquienloentienda.Seráquesoyinglés…Pero,aver…¿mevasadeciraquéhasvenidodeunavez?Queestás túmuyocupadaparahacermeunavisitadelasdeantes.¿Quieresquenosvayamosyadetumagníficacasa?Estoesunagozada,enmitaddetodoelespectáculo.Notieneprecio.

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—Nobromeesmás,porfavor.Yoteagradezcoquetelotomesasí,peronosoycapazdesabercuándomehablasenserio.Siquieresseguiraquí,porsupuestoquepodéisquedaros.Micasaestucasa.Aunqueloqueyoquierotrataresotracosa, tan importante y urgente que he tenido que venir en cuanto se me haocurrido.Ymealegramuchoquenotefuerasconlosdemás.Enpocotiempo,lossublevadosrecuperaránEspaña.Para eso, paraponer a salvo a sus compatriotas, había llegado aGibraltar el

mismodía19dejulioundestructor;elMinisteriodeAsuntosExterioresdesupaísordenóquelosciudadanosbritánicossalierandelpaís.Muchoslohicieron.Eneseyenotrosbarcosalolargodelaguerra.—¿Yadóndepodríamoshabernosido?Parabienoparamal,mihijoyyoya

nos sentimos de estamaravillosa ciudad.Con suerte, terminará siendo inclusomejordeloqueera.Aquí,quemanlascasasdelostenderosricosqueinsultanalospobres,perolohacenconsusjamonesdentro,novenbienrobarlosparaelpueblo,¿noesdelocos?Aunqueesoenseguidahacambiado.Estáporversesitodo este suplicio lleva a algún sitio provechoso.Mi hijo y yo volveremos aÁloraencuantotúquieras.¿Yvasacontarmeyaaquédebotuvisitahoy?Enestos momentos tan revueltos, por desgracia, solo nos vemos cuando esimprescindibleporalgomuymuymalo.—Necesitoquehagasalgopormí.Algoimportante.Quieroquemeayudesa

sacaraalguiendelacárceldemujeres.—¿Unaroja?—Sí.Ynecesitoquenadiesepaqueyoquieroqueesamujersalgasanaysalva

deallí.Yquesalgacuantoantes.—¿Yquéquieresquehagayo,mydear?—Daddie,shewantsyoutopayinsteadofher.Miabuelaentiendealgodel idiomade laGranBretaña,puesmuchosde sus

negocios, sobre todo los que tienen que ver con caballos y también el deexportación, han tenido lugar con británicos ricos como sirMallory. Así queagradeceasuhijosuayudaycontinúa.—Sí,esomismo.Quieroquepaguesenmilugarparaquesueltenaunapresa.Lacriadavuelveaentraryrecogelosplatossucios.—Queridomihijo,¿túpuedestraermeelvino?—dicesirMallorysinquitarle

elojodeencimamientraslamujersirveunasmanzanasdepostre.Ensuplatitorefinadoyconcuchilloy tenedoral lado,apetecen—.Oh,damn it!Couldyouplease bringme somewine bottles from the bodega? I’d like to give some of

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themtomydearfriend,andservantisreallyannoying,whenshehassovaluablethingsinherhands.ElhijodesirMalloryentiendeperfectamenteloquequieresupadreysaledel

salón, cerrando la puerta tras él. La criada, seria, limpia, estirada, triste, nopareceentenderalinglés;retiralosplatosyserecluyeenlacocina.—Desde que estamos en esta situación tan extraña —dice entonces sir

Mallory, sin ni pizca del acento pegajoso de antes, en perfecto castellano conalgún tinte andaluz incluso—, está muy picajoso. No me gustaría que laconversaciónderivehacialoquenodeberíasaberylepongaaúnmásnervioso.—Porsupuesto,peronotendríasquetemeresodemí,nuncatehabríapuesto

enesatesitura.—Puesmira queme gustaría, pero no sé qué significa la palabra «tesitura»,

aunqueentiendoqueloquequieresdeciresquenopensabasrecordarmeaquelfavorquemehicistehaceyatantotiempoqueseríamejorolvidar.—Claroqueno.Noesmiestilo.Somosamigosdesdehacemucho.—Nieselmíonodevolverlosfavores.Entiendoquenecesitasverdaderamente

salvar lavida a esamujer.Y la aprecias tanto comopara arriesgarte avenir apedírseloaalguienquetienemuybuenarelaciónconlosrebeldes,peroquesinembargoparecesaberlobastantepocodecastellanocomoparahacerseeltontosilepreguntanalgoquenodebaresponderyque,además,dalacasualidadquehatenidoocultoconélentucasaalhermanodelnuevoGobernadorMilitardeMálaga, mi estimado Carlos, que ya vuelve a gobernar, de adscripciónfranquista,hastaquelosánimossehancalmadoysucabezahadejadodecorrerelpeligrodesepararsedesutronco—metafóricamentehablando—amanosdeesosde-salmadosanarquistasqueibanhaciendodeestatierraunlugarllenodelágrimas,hastaquelaslágrimaslasestánvertiendoellos,pordesgraciaparatodoslosquequeremosvivirenpaz.—Exactamente. Podría ir a pagar yo, son muchos los que están haciendo

negociovendiendolospermisosenlaCárcelProvincialolademujeres.Peromesaldrámuchomáscaro.—Y, además es probable, querida Ángela, que, a los pocos días, vuelvan a

detenerla por cualquier otro pretexto. Cuando se encuentra una gallina de loshuevosdeoro,esdifícil soltarlaapiarporelcampo.Peroestagallinaesmuyavispada.—SirMallory,bonachón,pelirrojoyllenodepecas,ledalamanoamiabuelayselaaprietaconcariño—.Ysabesquenopuedonegarmeanadaqueme pidas tú. Explícame cómo quieres que lo haga. ¿Estás segura de que no

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preferirías que le pidiera ayuda directamente a Carlos?Aunque ahora está unpoco ocupado haciendo que todos los que le hicieron temer por su cabezapierdanlasuyaacambio.Nuncaesfácilencontrarelequilibrio.—No,claroqueno.Fácilnohaynada,metemo.Peroloqueamímegustaría

quehicierasesmuchomássencilloymenosarriesgado.Yotedoyestacantidad,quecreoqueserásuficienteparapagaralseñorGarcíaytúlepagaspormí.Esquienestáalcargode las salidasde lacárceldondeestá lamujera laquemegustaría ayudar. La otra forma de sacarla sería conseguir un aval, pero esoimplica a más personas, y prefiero mantener el círculo de conocimiento denuestronegocioennosotrosdos.—Ymihijo.—Ytuhijo,perosédesobraquetuhijoestumanoderechay,aexcepcióndel

inconvenientequeyasolventamosconesachicatanjovenqueestácriandoasuhermanastro,loconocetodosobreti.—Hay que ver qué mal suena la palabra hermanastro, como padrastro y

madrastra… ¿Y qué tal se hallanmiMilagros y su criatura?Nome resisto apreguntar…—Tu criatura ya tiene diez años,William, y me mantengo alejada de ellos

como quedamos que debía ser. Solo les paso tu dinero puntualmente, inclusoahora,y,devezencuando,ellosmemandanunafelicitaciónenNavidad.Siguenen Cádiz, que enseguida se rindió a los sublevados, y no han pasado tantascalamidadescomonosotros,porsuerteparaellos.Laúltimavezquepregunté,seencontrabanbien.Elniñotienetusojos,verdesyladinos,yhasidoundiablillodesdequenació.—Eraunencanto,lamadre,desdeluego.—Loera, sí, pero ha sido un encanto caro. Si uno tiene esas costumbres, lo

mejoresnosentirseluegoatadoalascriaturas.—¿Porquiénmetomas?—Porloqueeres,uncaballeroinglés,¿meequivoco?—Of course you aren't.Mi esposa nos dejó hacemucho, pobrecitamía, tan

joven, y todas las que han ocupado su lugar se han parecido a ella; no mejuzgues tan duramente, my dear, que vosotras, las mujeres, no sabéis comonosotros de estos instintos. Pero estoy siendo un desconsiderado, ¿no quieresquedarteacenar?Estaestucasa,ynuncahasidomáscierto.LediréaMatildaquetepongaunplato,supistoesexquisito,comohechoenelRitz,quealgunasverdurashemosvueltoatenerya.Ydeprimerosi teapeteceledigoaMatildaquetepongapichón,queséquetegusta,queencontrarloahorasíqueestodoun

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desafío.Mihijosubióalmonteayer,esuncabezaloca.Perovolvió,yaquíestáelpichón,asíquetodoscontentos.Menoselpichón.—Pues te lo agradezco y espero que dentro de pocome invites a pichón y

podamossentarnosacharlarcomoantes,ymiscaballosvuelvanatuscuadras,pero ahora tengo que irme. Te ruego, eso sí, que hagas lo que te he pedidomañanamismo.—Por supuesto, así lo haré. No lo dudes. Entre amigos, la lealtad no está

reñidajamásconladiligencia.—¿Mepermitesunapregunta,William?—Las que hagan falta, ¿no querrás que te cuente por qué finjo que no sé

españolcuandolohablodesdequeteníatresaños?Siesoyalosabes.Mimadreerafilipina.¿Notehabíasdadocuentademicolorcetrino?SirMalloryentornósusojosrodeadosdeesaaureoladecarneabombadaquea

menudotienenloshombresobesos,ysumiradaparecióhonesta.Miabuelaechódemenoslascenasencompañíadesuamigoydeotroscomoél, lasrisas, lasconversaciones imposibles sobre los temas más variopintos. Su marido habíasidodesdequepodía recordaramigo íntimodelbritánicoyelsintiósumuertecomosidesuhermanose tratara.Pero tantascosasvitales sehabía llevado laguerra que eso, el placer de una conversación con un amigo extravagante,parecía lo menos importante. Se dio cuenta de que no, de que, a veces, seañorabamuchomásabrazaraalguienaquienqueríasquecomerexquisiteces.Selevantóylediounbesoenlamejilla.—Gracias,William.—Ven más por aquí, Ángela, te echamos de menos. Esta es tu casa —sir

Mallorysonrió—.Y¿lapregunta?—¿Cuándopiensastiraralabasuraesospantalones?Nohevistocosamásfea

entodamividayesoquehevistomuchas.—Vestidoasí,metomanportontoymuchasveceshacercreeralosdemásque

noentiendesonosabesesmuyvalioso.Quetesubestimennosiempreesmalo.Creoquelasmujeressabéismuybiendeloquehablo.Sobretodo,lasquesoismuyinteligentes.Ahoraamímeserámuyútil,notendréquedarexplicaciones,¿no es por eso por lo queme has elegido? Podrías haberle pedido el favor amuchos otros. Por cierto,me pasaré por tu casa con las botellas de vino y teinformarédecómofueronlasgestiones.Irémañanamismo.Teloprometo.

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EDWARDNORTON

Exdiplomáticoestadounidenseyexportadordealmendras

«¿Cómo explicar a los «intelectuales» el hecho de que la mitad de Españasimpatizase con los «fascistas», sabiendo que España es ingobernable,conscientes de que en España el pueblo no está preparado para vivir bajo unsistemademocráticodegobiernoyqueladictaduraesparaelloslaúnicaformadegobiernoquepuedegarantizarlaestabilidad?»O, como decía Gerald Brenan: «Los españoles, tan humanitarios

habitualmente, tienden en momentos de entusiasmo a un frenesí histérico demuerteydestrucción».

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CAPÍTULOXXIV

Mientrassumadreseguíapresa,Martinaestuvoviviendoennuestracasa.Esloúnicobuenoque recuerdoquemepasóenaquellosdías,porque,aunqueno leestoy contando ya cómo transcurría nuestra vida entonces, no olvide, queridaescritora, que seguía la lucha en el frente de Almería, por hablar de lo máscercano, pero que toda España continuaba la encarnizada pelea amuerte y lamayoríasufríaelarrebatoquelasguerrasextiendenconsualientopútrido.Yenmicasa,almenos,habíadinerosuficientecomoparaviviralgomejor,pero¿sepuedevivirconnormalidadcuandotodoatualrededorestáderruidoymanchadodesangre?Ennuestropequeñomundo,sinembargo,lointentábamosyarañábamoscada

díamigajasdefelicidaddehastadebajodelaspiedras.Así,miamigainsistíaamenudoenquebajáramosaMálaga,alapanaderíademiabueladondeMartinaysumadresehabíanquedadoalfinalapesardeque,porelmomento,miabueladecidiódejardehacerpan.Habíademasiadosproblemasparaconseguirlacuotade harina que tocaba a cada panadería y los panaderos mendigaban por lasfábricasparaconseguirlas,osetrasladabanalosmolinosdepuebloslejanosquefabricaban harina fuera del cupo oficial. Se marcó estrictamente cómo debíaelaborarseydistribuirse,peromuchossesaltabanlasnormasyhacíandiversostiposdepanesquevendíandenoche,porlapuertadeatrás.Además,elpansalíaduroyennegrecidoymiabuelaseresistíaavenderloasí.Aunque,sobretodo,lociertoesqueellanonecesitabaesenegocioparavivir,lohabíaconservadoporsumarido,aquienaquellatahonalerecordósiempreasumadre,sufundadorahacíacasicienaños.PeroMartinateníauncanarioamarilloquelehabíaregaladoFernandaydebía

alimentarloamenudo.Noquisoquelotrajéramosamicasaporque,segúnella,estabaacostumbradoavivirentreelolorapanycualquiercambiodeairepodíaserfatal.YonosabíaqueloscanariosfuerantanquisquillososconlosoloresysiemprequeMartina lecambiabaelaguay leponíasucomida, lomirabacon

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curiosidad, pero el pájaro cantaba a todas horas y, sin embargo, cuando lomovíamos de allí para limpiar la jaula y lo llevábamos lejos del horno, sequedabamudocomounmuertode losque tanto abundabanpor entonces.Asíquesolíaacompañarlaaponerlesemillasquerecogíamoslasdosenelcampoydevueltaacasanosentreteníamosamirara lagentequesalíayentrabaen lacatedral, paseábamos por los escombros de la calle Martínez, que siguierontodavíaesparcidosenmitadde lasacerasmucho tiempo, jugábamosconotrosniñosenelparqueoenmitadde las calzadas—nopodría imaginarsecuántosjuegos inventábamos entonces—, o bajábamos a la playa del Faro, nuestrapreferida, donde nunca había dejado de haber actividad, salvo cuando nosvisitaban a menudo bombarderos o trimotores, ya que la mayor parte de lacomidaquecalmóelhambredelosmalagueñosentoncesprocedíadelmarylospescadoresnoparabande iryvenir.Elmar siempreha sidouna joya, inclusoahoraquepordesgraciaparanosotroslehemosperdidoelrespeto,todavíanosdamásdeloquelocuidamos.Cuando nos encontrábamos con guardias civiles o con otros que llevaban

detenidos,mirábamosparaotro lado, lomismoque si coincidíamosconalgúnperturbadodelosmuchosquepulularonentonces;algunosquedaronperennesenla ciudad incluso hasta la época de la Transición, como aquel hombre que sesubíaalasfarolasamiraralmaryderepenteseponíaagritardesesperadosinquenadaaparentesucediera,paraluegotirarsealsueloyllorar—aunqueesteseterminó cayendo, se dio un golpe y se mató pronto—; o aquella niña consombrero,paraguasylaropaestrafalariaqueledabanoqueterminórecogiendodelabasura—añosdespués,cuandohubobasura—.Ellahabíaperdidoatodasufamilia en la carretera y regresó sola y a pie, y, desde entonces vivió de lacaridaddelagente.Yparecíaida,tristementeporqueenrealidadloestaba.Todoelmundolaconocíayellanosemetíaconnadie.Aunqueenesemomentoeradifícilsaberquiénestabatrastornadoyquiénno,pueslosqueparecíancuerdos,amenudoactuabancomolocos.Enmicasa,aveces,meencontrabaamímismamirandoamiabuelamientras

Martina estaba cerca. Sus ojos la espiaban como yo a ella y me parecía queintentabaencontrarensunietaalgosuyo.Esoesloquehacemoslosabuelosconfrecuencia, cuando tenemos con nosotros a los hijos de nuestros hijos. Nosreafirmaantelamuerte,nospermitesentirnosunpocomásvivos;encontrarenesos niños la forma de mirar de nuestra madre o la nuestra propia, nuestramaneradeladearlacabezaalsonreír,elgustoporelarrozentodassusvariantes—gula que ha pasado en mi familia de padres a hijos desde hace varias

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generaciones,segúnmiabuelaÁngela—o,simplemente,elcolorylaformadelosojos,olapuntadelanariz.Yo,entonces,intuíaensumiradaesaintenciónotalveztansolosintieseciertoresquemorporcompartiramiabuela,pues,alfiny al cabo, yo era una niña y los niños a menudo sienten miedo al tener quecompartirelcariñodelaspersonasquemásquieren.Sinembargo,yoerafelizcuandomedabaporpensarqueMartinaeramimediohermanayamenudosentíinclusoel impulsodecompartiresafelicidadconmimadre.Sinolohicecreoque fueporqueyahabía llegadoa laedadenquemedabacuentadeque,pormuchoqueunopudiesedesearalgo,nosiemprelosdemáscompartíanesedeseo.Yoentoncesnoqueríaherirlapornadadelmundo.Y sirMallory tardó más de lo que mi abuela tenía previsto en volver para

informarle de sus trámites para liberar a Fernanda. El problema fue,precisamente,quehabíatantosdispuestosapagarparalograrsusalidaquetuvoqueesperarsuturno,aunquesirMallorynoeradehacercolas.Pero,sobretodo,que,mientrasestabaenlacola,elmédicodelaprisiónacertóapasarporallíysirMalloryyéleranviejosconocidos.—MiestimadoWilliam,¿quéhaceunapersonadebuenadisposicióncomotú

aquíenestosmomentostandifíciles?Estáestodeboteenbote.—¡Hombre,Julián!¿Quéalegríaverteaquí?¿Nomedigasqueahoratrabajas

enestelugartanpocoagradable?SirMallory,queteníaunsobrepesoapreciabledebidoalasbuenasmesasque

había propiciado antes del racionamiento y aún no había aprovechado laoportunidad para rebajarlo lo suficiente, conocía al médico de compartir laaficióndelacazamayorenlaSerraníadeRonda.Yesoune.Aúnrecordabaelúltimojabalíquecompartieron,enunestofadoafuegolentoenmediodelmonteque sabía a rechupete. Así lo recordaban ambos, pues ese era uno de losrecuerdos que la escasez de la guerra amplificaba hasta doler.La experiencia,además,leshabíahechollegaraungradodeconfianzasuficientecomoparaqueelmédico siguiera insistiendo en que bajase un poco la barriga. Aunque solofueraporempatíaconlamayoríademalagueñosdelaépoca.—¡Ay!¡Cómoechodemenosnuestrascacerías!Aversiestosecalmadeuna

vez y podemos volver a subir, que ahora está un poco peligroso, pero poco apocoseiránormalizando,digoyo.—Yotambién,amigomío,yo también.Parecequefueayer,peroyavapara

másdeañoymedio.Conseguridadvolveremos,parecequeestánevolucionandohaciadondeteníanqueevolucionaryesosiempreesbueno—diceSirMallory,consuflemabritánicaalbordedelaextenuaciónyconsuespañolparaamigos

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deconfianza—.Peroahoraquizáspuedasayudarme,si,comocreo,conocesbienestacárcel.SirMallorysaledelafilayagarraporelhombroadonJulián.Selollevaaun

apartadopocotransitado,hartodifícildeencontrarpuesenlacárcelnoparandeentrar y salir guardias civiles, milicianos, falangistas, funcionarios, presas,familiares de presas y hasta cadáveres… La sensación es la de estar en unaestacióndetren,enlaquetodosvanaalgunaparteytodossesientendepaso.Lehablaentonodeconfidencia:—Pues ya que he tenido la suerte de encontrarte aquí, no me resisto a

preguntarte. Que tengo yo esta tarde una partida de bridge, pero lo que debohaceraquí,solopodíahacerloyopersonalmentey,claro,aquíestoy.De ahí pasó a pedirle al médico que le agilizara el trámite de pagar al

funcionarioGarcíaporlalibertaddeFernanda.SirMallory,porsupuesto,noledijoadonJuliándequiénprocedíaelencargoyeste leatribuyóel interés.Lomiróconreprobación.—Hayquever, desde luego, en estos tiemposque correny andasmetidoen

estoslíosdenuevo.LacaradepezdesirMalloryindicasusorpresa.—¿Denuevo?Eslaprimeravezquemedalavidaparaveniraestesitio.Hasta

ahoramehabíaquedadoenmicueva,como lososos, esperandoquepasaraelinvierno,¿porquédiceseso,Julián?Meestásasustando.—Bueno,nosoyyonadieparadartesermones,peromeparecequeyaeshora

dequehubierasaprendidolalección,¿noteparece?—Pues ahora te entiendo mucho menos, me dejas de piedra. ¿Qué lección

deberíahaberaprendido?Sinoeresmásexplícito,noconsigoadivinarsobrequémeestássermoneando.—Vamos,William, no me digas que es una casualidad que estés aquí para

sacaralacondenadaFernandaRamírez.Lamujer,apesardeesecortedepeloqueseempeñanenaplicaraestaspobresdesdichadas,esunadelasmásguapasquehanpisadoestaprisión.Quepuedequealgunasselomerezcan,pero¿todasy cadaunade esas cabezas?En fin, no se te puedenegarque tienesungustoexquisito.Yotambiénquerríasalvarlelavidaaesamujersipudieradisfrutarla.Yvendríaenpersonaahacerlo.—Pero¿quémeestásdiciendo,Julián?—Pues te digo lo que he visto, nadamás.Además, ella goza demuybuena

salud,soloalgunosdelosgolpespreceptivosenestoscasos.Menudobríodebesdetenerparatuedad.

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—De verdad que te entiendo cada vez menos. Si me haces el favor deexplicarmeloquedices,quemiespañolesmuyflojito…—¿Tu español flojito? Venga, hombre… A ver, te lo diré claro, dado que

Fernandaestáembarazada,tehonraquererahorrarleestosdisgustos.LacaradesirMalloryseponeahoracomolagrana.—¿Embarazada?—pregunta,albordedelcolapso.—Embarazadísima.Decasitresmeses.—Bien, entonces eso cambia las cosas, Julián.Esperoverte por elmonte en

mejorescircunstancias.Buenastardes.Elinglésseencajaelsombrero,seatusaelbigoteysalepordondehavenido.

Tardanadaymenosenpresentarseencasademiabuela.Nisaludaalentraraldespachodondeellaojeaunosdocumentos.Cierra lapuerta trasély se sientaenfrente,enelsillónderobleypanacolorada.—Nohepodidohacerloquemepediste,Ángela.Losientodecorazón.—¿Yquéesloquehasucedidoparaquevengastanapretadoyconesecolor

enlacara?Tomaunvasodevino,queademáshacecalor.—La situaciónes complicada.Prefieroquedar comouncanalla, quede esos

está España sobrada últimamente, que alimentar la certidumbre de que andomanteniendo queridas por ahí, que, al fin y al cabo, solo tengo una y ya nisiquieraejerce,ylasdemássonhabladurías—.SirMallorylecuentaamiabuelaporencimaqueeldoctorpensóqueéleslaamantedeFernandaylapocagraciaquelehace—.Asíquetenemosquebuscarotrasolución.—Vaya,noteimaginascómosientoelquetehayahechopasaresemalrato.

Pero¿setehaocurridoalgunaidea?—Porsupuesto,peronoqueríahacernadasinconsultarte,puestoqueeldinero

es tuyo y el interés también. Por cierto, que estoy totalmente confundido,Ángela.—¿Yaquésedebelaconfusión?—Pues,verás,yosiempreteheapreciado.Digamosque…bueno,nuncafuiste

comolasdemásesposasdeseñoritos.Tumarido,porsupuesto,tampocoeraunhombremuynormal.Contantodineroy,enlugardedisfrutarloalabartola,ledabaporviajaryotrascosaspeores.Perotú…—Sigue,nomeofendes,William.Alcontrario.—Conozcoaesamujer,Fernanda,aquienqueríasayudarynoes,digamospor

decirlodealgúnmodo,detuclase.—¿Yteextrañamiinterésporayudarla?

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—No, no me extraña, puesto que te conozco desde hace mucho y no es laprimeravezquemuestrasactitudesuntantodiferentesalasquepredominanporaquíypordesgraciaporcasitodosloslugares.Ynocriticoalosespañoles,quetodos tenemos lo nuestro, es solo la realidad. Esta guerra lo demuestra.—SirWilliamsbajalavoz,nuncasesabequéhabrádetrásdelasventanas—.Quenohacían falta tantas alforjas para este viaje. Si los señoritos y los patronoshubiesenllevadounpelínmejorlodelosderechosmínimosdelosjornalerosypoca cosamás, no estaríamos en este punto y los tanques de los italianos nohabríandejadodestrozadoelcaminoque llevaami finca.Han levantadounospedruscosqueparecenhuevosdeavestruz.Queunacosaeselcomunismoyotraelgarrotevil.Nidederechaspuedeserunoahoraenestepaís,porqueestodeahoramismoyaesotracosa.—William,sabesqueyonohablonuncadepolítica,asíquenovoyahacerlo

ahora,¿puedesiralgrano,porfavor?—Loquemepreguntohacemuchotiempoesporquéerescomoeres.Perono

quiero ofenderte, de hecho, te estoy diciendo esto porque es el tercer vaso devinoquemeofrecesyquemebebo,sino,denormalsoymuchomáscomedidoydiscreto,yalosabes,miqueridaÁngela.—¿Quieres saber por quéme preocupo por unamujer que apenas sabe leer,

que lleva escrito en la frente que es solo una jornalera o una costurera o unapanadera,yque, además, tieneunmarido republicano?¿Esoes loquequieressaber?—Loquequierosaberesporquétienesesadisposición.—¡Ay, William! —dice mi abuela, recostándose en la butaca todo lo que

puede.Mira al frente y encuentra los ventanales. Los naranjos en flor huelendesdeallí,ellaadoraeseolor,comoadoralabrisadelmaryelaireenlacara,ymisonrisaylascariciasdemiabuelo,cuandolaacariciaba—.¿Tegustaríaquete dijera que, en realidad, soy hija ilegítima de una criada y un señoritoterrateniente dueño de la mitad de Málaga y que mi marido se enamoróperdidamentedemíymediounnombreyunarespetabilidadyporesoyoselodevuelvoaFernandadealgunaforma?—Nonecesariamente,Ángela,pero¿esasí?—No.Yonacírica.Siemprefuiunpocorara,esosí.Meinteresaronloslibros

yme interesó estudiar y observar a los demás;me gustaban cosas que amisamigas les parecían una pérdida de tiempo.Alguna inclusome tachó de loca.Fíjateque,dejovencita,meinteresóhacermemonja.—¿Ylofuiste?

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—IngreséenelconventodelRosalBlanco.Estuveallí tresaños.Noaguantémás.Simequedo,mevuelvolocadeverdad.Aunqueaprendífrancés,ahacerpan,acocinaryamontaracaballo,ehicemuybuenasamigasentrelasmonjas,muchassonmuybuenaspersonas,apesardela inquinaquelastienenalgunosúltimamente.AsorCatalinalasigovisitandoaveces,estáyamuymayor,peroesunaluzquetienequeseguirluciendo.—Peroyosiemprecreíqueerasatea,apesardelamantillaydelasvisitasala

iglesiaydelaprocesióndeJesúsElRico…Tusopinionesson…Sondifícilesdeclasificar,esoes.—Claro, esque tengoopiniones,William,poreso sondifícilesdeclasificar.

Soyunamujerque,comotúcontuconocimientodelidiomaysuropa,prefierehacerselatonta,laseñorita,laquenecesitaríaaunhombreasuladoy,sinolotiene,esporquesequedóviudademasiadojoven.Y,además,trabajo,ymucho,yesonoestábienvistoenestosdías.—Osea,queeresunbichoraro.—¿Acasolodudas?—Puesnolohedudadonunca,perosiguesintenerexplicación.—Esqueelserhumanoesinexplicable.Soloséquehaycosasquemeparecen

justas y otras que no, y, a veces, cuando me encuentro algo injusto que meconviene, me callo, aunque no hasta el punto en que está tan al día hacerloporquevaencontrademiscreenciasymisprincipios.SigocreyendoenDios,¿sabes,William?Loconocíbienenelconventoylleguéalaconclusióndequesoy a su imagen y semejanza. Pero me gustan los hombres y me gusta laactividadyelaireenlacaraybañarmeenelmar,ymegustanlosniños,asíquelodemonja…Nosoydehermandadesnidecofradías,pero¿acasoesnecesarioparacreer?Enfin,quetedecíaqueintentoserjustasiempre.Noincorrupta,queesonoexisteyyopeco,ymucho,perojustasí.Ymiraquemipadreymimadreintentaronenmendarmeyyoloprocurocadadía,peronada.—Bien, satisfecha queda mi curiosidad, gracias, Ángela. Ahora, al menos

entiendo por qué tengo yo que ayudar a una roja, cuando de natural meconsiderounpocomenosaltruista,anoserquemeobliguen.—Sigue,William,sigue.Quetúeresunpedazodepan,dederechas,comoyo,

pero¿yesoquémásda?—Medasunvalorquenotengo,¿younpedazodepan?—¿A quién más has tenido oculto en esta casa además de al hermano del

GobernadorCivil?¿LepreguntamosaMatilda?

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—Mejorno…—diceelbritánico—,queentremiamigoelcónsulmexicanoyyo,bienpodríamosfletarunbarco.—Pueseso…Asíqueseguimosentonces,¿no?—Pues a ver si me he enterado bien, que, como sabes, mi español no es

excepcional.Estáocurriendolosiguiente:ahoraquehanexpulsadoalosrojos,los nuestros están haciendo limpieza para imponer el nuevo régimen y lasfuerzasarmadastienenórdenesdecómohacerlo.Tanloablelaborleshatocadoensuertea losEquiposde restablecimientode lavidacivil en laspoblacionesliberadas,talcualtelocuento.Nombreoficial.—¡Buff!—Efectivamente.Serápornombre.Perosigo,queeslargoynotendrástodala

tarde.Loqueestánhaciendoesirponiendopocoapocoamilitaresacargodelos puestos imprescindibles. Su idea es nombrar la Gestora provincial yMunicipal, también han nombrado ya al personal del Juzgado. Todos losfuncionariosasusmandosestánentregadosalaardualaborquelesimponenconelfindenormalizarelnuevostatuquo.—Resume,porfavor,quenosédóndequieresllegar.Sepuedeconseguirque

salgaFernandasinquetengaqueiryoenpersonaasacarla,¿síono?—Noseastanimpaciente,queRomanosetomóendosdías.—Esoesverdad.—Loquelestienetanocupadosahoraeslamemoriacontodaslasactividades

criminalesdelosafectosalGobiernoanterior, los llamadosrojos,paraquemeentiendas,parair«depurandoresponsabilidades».—Claro,poresolosConsejosdeguerrasehandadotantaprisaenmandaral

cieloacientosdedesdichados.—Eso es.Desde los tiempos deNerón, siempre fue la formamás rápida de

depurar responsabilidades. Pero no pueden matarlos a todos, más que nadaporque ya no saben dónde meter tantos cadáveres y los que adquirirán esacondiciónconlademilesdedetenidosquelleganaMálagadetodaslaszonastomadasylorápidoquelosjuzganporlosdelitosmásinsólitos.Asíqueselesha pedido que vayan rellenando esamemoria para enviarla a laAuditoría delEjércitodeOcupaciónyluegoyaverán.Aconfeccionarla,comonopodríaserdeotraforma,estáncolaborandoactivamenteydemuybuenaganalosvecinosyvecinasde la ciudad, que tienen abien contar conpelosy señales, entreotraschismosidades, quiénes son los que se fueron en la «desbandá», como dicenaquí, palabra más desagradable imposible, y por qué. A los falangistas lesinteresa muchísimo, al parecer. Como imagino que sabes, esta es una de las

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razones para no recuperar un trabajo y también para someterte a uninterrogatorio exhaustivo. Si huiste, es que tienes algo en contra del sagradoMovimiento.—YsabenqueFernandahuyó,claro.—Sí, y que su marido es un miliciano republicano. La han condenado por

rebeliónmilitar.Perolomásimportantedetodoesque,sinoestámuertaya,esporalgo.—Porquesabenquesalióconmihijayconminieta.—Touché.Asíqueestásmetidayaenestapringáhastalastrancas.Ydenada

me habría servido pringarme a mí también. No las han detenido, porque nopueden, siendo quien eres y conociendo a quien conoces, no vendría muy acuento,peroalguienquieresacarmástajá.LacosaesquecreoquelomejorespedirleayudaaCarlosyasíambasquedaríaisinmaculadasdemáculaalguna.—CarloseselhermanodelGobernadorCivilamigotuyo,¿no?Unodelosque

escondisteenmivilla.—Sí.—No,nohagaseso.Lasbalas,mejorgastarlasdelcalibrenecesariosegúnla

pieza,¿verdad?—Verdad.—Pueseso.Estapiezanovaarequerirtantocalibre.Siyasabenquemihija

estuvo en la carretera, lo mejor es que vaya yo y pague por la libertad deFernandaylesdejeclaroquenopagarémás,aunquesíllegaríamásarribaparaquenosdejenenpaz,siesnecesario,ydepaso lesconfiesoquemihija fueaAlmeríaporunarazóndepeso,norelacionada,porsupuesto,conhuirdenuestroadmirableGeneral.Iréyoapagar,William,pagaréeldobleymeasegurarédequetenganclarohastadóndepuedenllegar.Graciasporveniracontarmeesto.Ymisdisculpassitehepuestoenunaprieto.—Pero Ángela, no te disculpes, ¿cómo podrías saber que Fernanda está

embarazada?Esimposible.Siniellateníaconocimientodesuestado.—¿Cómodices?—EsomedijodonJulián,¿acasonolosabías?—Miabuelasequedablanca

comolanievesinpisar—.Veoqueno.Apuraloquequedadeestevasodevino,que yo ya no puedo bebermás, si quiero llegar pormi propio pie a casa sinestamparmeantescontraunafarolaocontraunGuardiadeAsalto,quenoséquéseríapeor.¿Cambiaenalgoestanoticiatuintención?—Pues no lo sé.Me gustaría hablar con Fernanda.Ome gustaríamorirme,

mejor.Dóndevaaparar…

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—No lo hagas,Ángela, no se te ocurra, que ya se encargan otros de eso enestos días.Y bastante tenemos con lasmuertes provocadas, como para causarmásaleatoriamentepornuestracuenta.—Esotambiénesverdad.—Puesdiquesí.—Pero…¿estásseguro?¿Seguro,seguro?Miabueladauntragoalvinodulce.Yotromás.—Yono,perodonJuliánsíqueloestaba.Elmédicodelaprisiónmediofecha

y todode laprueba,el lunespor lamañana.Ymedijoque laexploracióndiopositivacomoqueDiosexisteparaquienescreenenél.—Yocreía,peroya…hastadeesosemeestánquitandolasganas.—Bueno,simedisculpas,tengoqueirme.Sientositeheperturbado.Sipuedo

ayudarte con don Carlos, querida Ángela, no dudes en decírmelo. Sería unaforma más rápida de solucionarlo sin que tuvieras que implicarte túdirectamente.—¿Ycorrepeligroellaenlacárcel?—Mujer,estácondenadaamuerte.Encualquiermomentose lacargan.Pero

nocreoquelohagan,esperaránaverquépasacontigo,aunqueyonoesperaríamuchomásparairasolucionarelpequeñoproblema,porqueyasesabequehaymucho inútil entre los funcionarios queunodicequenoy el otroque sí, y alfinalelgatilloseaflojaytenemosundisgusto.—Puesesverdad.—Claroquesí.—Iré esta misma tarde. Pero a ver a Fernanda; antes que nada, tengo que

aclararalgunostérminosconella.SirMalloryabandonólafincademiabuelaensucochenegrodedospuertasy

ruedas altas, marca Ford, que siempre conducía cuando salía de casa. Y miabuela se quedó sentada. Tardó en levantarse. Tenía ganas de llorar. Pero noporque el mundo a sus pies se estuviera desmoronando, que eso, ella podríasoportarlo,comosiempresehabíaenfrentadoalaadversidad,desdequeeraunacríaysuspadresmurieronenunaccidentedetrenysemudóconsutíaabuela,unasolteronaempedernidaymásricatodavíaquesuspadresque,enparte,teníalaculpadequefueracomoera;poresohabíallegadoellaaMálaga,aunqueeranatural deLinares.Mi abuela quería llorar porqueya no sabía enquiénpodíacreer y en quién no, y en su cabeza dos lealtades extremas se enfrentaban: lalealtadasímismaylalealtadalapersonaquehabíasalvadolavidaasunueray

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asunieta.Yeldilemaleresultabaimposiblederesolversinperderdemasiadoenelpulso.

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CAPÍTULOXXV

MiabuelaseacercóesatardealacárceldondeestabarecluidaFernanda,aunquenoibapreparadaparaloquevio.Selecayóelalmaalospies:unalargafiladepersonas maniáticas de toda clase y condición daba la vuelta al edificio.Maniáticasporquetodassondiferentesensusobsesiones, todascreenqueestonoestápasando,todasvanconvencidashastaloenfermizodequealossuyosnolostocarán,quepodránregresaracasamuypronto.Cuandoseaclarequenohanhechonadaparaestarallí.Apocasselessaltanlaslágrimas,aún:siemprehaytiempo para llorar. Algunas llevan una cruz apretada en la mano, otras sesantiguan, pocas renuncian ahora a creer enDios.Cualquier recurso es buenoparapedirayudaantelalocuracolectiva.Yadesde lascincode lamañana llevabanesperandovariasparavisitara las

presas y hacerles llegar ropa y útiles que les permitan aprovechar lasmuchashorasenlasquenohacennaday,sobretodo,comida,puespocodesustancialesdan y a lo que más pueden aspirar es a caer enfermas por alguna infecciónmortaldelapocahigienequehayylodébilesquesequedan,todavíamásqueenlascallesarrasadas.Lamayoríadeellas,mujerescasadas,conmuchoshijosyacostumbradas a trabajar de sol a sol para sacarlos adelante a todos, no sabenestarsinhacernadaycontinúanasíayudandodealgúnmodoaqueellos,osushermanosysuspadres,nosemuerandehambre,con todossushombresenelfrente,muertosohuidosde la justicia.Enel suelo, juntoa lospiesde lasqueparecenhacerpenitencia, casi siempremujeresy,enocasiones,algunosniños,reposan los cestos llenos, que los funcionarios les terminan recogiendo tras lalargaesperaylesdevuelvenluegovacíos.Lamayoríadelasvecesnivenasushijas, a susmadres, a sus abuelas, a sus nietas. Incluso, amuchas de ellas novolveránaverlasjamás: losejecutoresnoavisancasinuncadecuándosevaacumplirlacondena,cadanochematanalasquelesdictansussuperiores,nadiesabeenfuncióndequéy,sialdíasiguientevaalguienalacárcelavisitarlas,en

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lugardedejarlesentrar,lesdevuelvensusescasaspertenencias.Nisabenluegodóndetienenqueirallorarlas.Todo esto no lo podía saber aún mi abuela, pero ver aquellas caras de

sufrimientolerompeelcorazón.Agitada,avanzaporentrelosqueesperanhastallegar al centinela de turno. Todos los funcionarios del mundo reconocen laautoridad cuando alguien la ejerce delante de ellos y mi abuela se cuelaargumentandoquedebeverenseguidaaloficialalmando.Lecuestaeljornaldeunasemanadeunodesushombresyalgodebochorno,puesunadelasmujeresquellevabaesperandohorasylaveentrarsinguardarelturnoprotesta:—Los falangistas son unos sinvergüenzas… ¡Sinvergüenzas! ¡Más que

sinvergüenzas!Otrocentineladiferentedelquedejópasaramiabuelalacuelatambiénaella,

aunqueluegonolapermitiránsalir.Permaneciópresatressemanas.Azorada,miabuelasesientaaesperaren lasillaque le indican,cojaenuna

patayconlaeneadeshilachada,bajalacabezayseponearezarelrosario.Lascuentas negras de piedra resuenan más de lo habitual en su cabeza… Losnervios, la tensión…Mientras aguarda, piensa en lo que la rodea: en todo elterritorioquedominaelEjércitodelSur,QueipodeLlanohaordenadoque,porcada republicano huido, se detenga primero a la madre o hermanas y, de noencontrarlas,alascuñadasyhastaalasmadrastras.Enlafichadedetencióndeesasmujeresnoconstódespuésnilacausadelacondenanideladetención.Suúnicodelito fue ser lasmujeresde loshombresque, según la nueva leyy susnuevos dueños, atentaban contra el nuevo régimen.Ni siquiera les hacía faltaestar relacionadas con personalidades, bastaba con que fueranmilicianos, quemilitaranenpartidos,que tuvieranvozyvotoenalgúnmitin,que insultaranoamenazaran en alguna ocasión a un patrón, un cura o un señorito. Ni laimportanciadeserdetenidasporsuspropiosméritoslesconceden.Miabuelanoeraunamujerfeministacomoseentiendehoyeltérmino,cuando

se entiende; ella solo sabía que llevaba toda la vida valiéndose sola y que nonecesitabaningúnhombreasulado,yquehabíamuchasasíasualrededor,peroesacertezalaindignadetodosmodos.Miraasualrededor,desdelaventanadelahabitacióndondeespera,seveelpatio;estállenodemujeresque,aunpresas,siguen pensando en sus familias: cosen, hacen figuras de marfil o madera,confeccionansuelasdealpargatasdecáñamooprendasdepunto.Yaseadentroo fuerade esosmuros, continúande algúnmodoejerciendopara los suyosdesostén; a veces, el único que les queda a los que dependen de ellas. Susfamiliares,cuandopueden,sellevanloquecreanparavenderlo.Mientrastanto,

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asuvera,loshijosdequienesnotienenconquiéndejarloscorretean.Sonríen,esextraño,sonríenygritanysediviertenentrelosgruesosmurosllenosdeverdín,quehuelenacienodelahumedaddesiglosenlacaranorte.Incluso,algunas,sellevan con ellas a sus nietos, cuando se han quedado huérfanos o sus padresestánambospresosenalgúnotrolugarpeorinclusoqueese,queyaesdecir.Miabuelasesobresaltacuandoseabrelapuerta:—Tira…Tienesdiezminutos.Niunomás—lediceaFernandaelfuncionario

quelaconducehastaallí.—SeñoraÁngela,nodebíahabervenido—lerecriminaFernandaencuantose

percatadequesuvisita,laúnicaqueharecibido,esmiabuela,enlapenumbradelahabitacióndondehueleamiedo.Paredesaltas,llenasderayajosarañadosen el cemento, horadado a trompicones cerca de la puerta y manchado conformasytexturasimposiblesdeidentificar;unasolaventanaalargada,quecasitocaelsuelo,congruesasrejasherrumbrosas;alfondo,elríosuenahermético—¿a quién hablarle ahora de antiguas leyendas de fantasmas y doncellas?—; yhueleasilvestreyavómito.—¿Cómoestás?¿Tehantratadobien?—Comoeradeesperar,nimásnimenos.Otrashansufridopeorsuerte.Nome

quejo—declara,torciendoelgestodeunaformaqueamiabuelalehacedudardesucordura—.Micompañeradeceldameestáenseñandoaleeryvoyamisa,comounabuenamujer.¿NomehatraídoaMartina?Miabuelanohabíacaídoanteseneso.Nopensabaqueaquel fueraun lugar

dondetuviesecabidaunaniña.Sehabíadadocuentadesuerroralverenlafilamuchos otros críos que esperaban con las caras expectantes y, sobre todo, alvislumbraralpasarelpatiollenodemuchosquegritabanyseperseguíanunosaotros.Inclusolehanparecidofelicesallíencerrados.Lafelicidadestanextraña,cadacualtienesuparcelaylaaraylariegacomopuede.—Nosepreocupe,hahechobien,esmejorquenisepanqueellaexiste.¿Cómo

está?—Bien,ellaestábien,noledijequeveníaaverte.Perolecontaréluegoque

estásmuchomejor de lo que esperaba. ¿Comes suficiente?No creí que fueranecesariotraertecomida,losientomucho.—LadelgadezdeFernandasaltaalavista,aunasí,miabuelasefija,sí,nopuedeevitarfijarse,ysuspechossonmásredondos,suvientreestáunpocomásabultado,seleapreciabajoesabatagrissuciaquelleva.Fernanda,quizá,sesienteescrutadaybajalamirada—.Cuántosientoqueestésaquí…Yo…Nopodíaimaginarmeesto.Es…

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—Inhumano—Fernanda remata la frase como quien ejecuta un rasgueo deguitarra.Deuntirón,sindudar,llenadefuerzaysobriedad.Amiabuelalerasgatambiénelalma.Bajalacabeza.Elretortijóndevergüenzaleoprimeelestómago.Nosabepor

qué losiente,ellanoes responsablede todo loqueocurre.De todo loque lossuyos están haciendo. Pero no puede zafarse de esa sensación de culpabilidadqueledejalabocaseca.Elsuelo,asuspies,estámanchadodesangrefresca,lahumedad rezuma desde él en forma de rodales en la cal, que se descascarillaformandocírculos,hastallegaralquiciodelapuerta.—Nuncahenecesitadodemasiado,señoraÁngela,estoybien,nosepreocupe.

¿Quiénselohadicho?—¿Elqué,hijamía?¿Quiénmehadichoqué?—Queestoypreñada.Miabuelasuspira.Otravezestánapuntodesaltárselelaslágrimas.Selevanta

y le acaricia lamejilla a Fernanda.De corrido, la abofetea. Ella lamira a losojos,peronosueltaniunquejido.—¿Quiénfue?Noteníanningúnderechoadecírselo.—¿Porqué,Fernanda,porquétehashechoesto?Deentretodaslascosasque

podíashacerteenestemomento,estaeslapeor,¿esquenoloentiendes?¿Quéquieres que yo haga ahora? ¿Dime? ¿Qué hago yo?… Insensata… ¿Cómopuedesmirarme a la cara? ¿Cómopuedes estar ahí, tan tranquila, sin decirmenada?—Notengonadaquedecirle.Soyunamujerhonestaynotieneningúnderecho

atratarmeasí.—Mihijovinoamicasahacejustotresmeses,túloviste,tumaridoestáenel

frenteytúestásembarazadadeesetiempo,¿cómoteatrevesadecirmequeereshonesta?Túnosabesloqueeslahonestidad.—Pienseloquequierademí,loqueledélagana…pero,porfavor,cuidede

mihija.Ellanotienelaculpadenada.Ellaes…Lavozsequiebra.Miabuelaseenfurece, intentacalmarse,miraa losojosa

Fernanda…Nopuedecreerquenosedefienda,quenoquieraexplicarle.Perono,enrealidad,nolesorprende.Sientealgoporesamujerquenotieneningúnsentido… a pesar de su desgracia, es fuerte.Y las personas fuertes le gustan,aunqueladesafíen.Oquizásporeso.Fernandayanobajalavista,soloespera,lanecesitaparaquecuidedesuhija.Susojosselosuplican.—Desdichada…¿Porquéhashechoalgoasí¿Esquenohaymáshombres?

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—Usted lo ha dicho.Málaga está llena de hombres ymuchos creen que lasmujeres somos de su propiedad. Siempre lo han creído, pero en estos días, losabenseguro.—¿Meestásdiciendoquetehanviolado?¡Dimelaverdad!Fernandasequedapensativa.Laverdadlallevaescritaenlacara.Aunquemuy

pocaspersonasenestemundosoncapacesdereconocersussignos.Muchosnoloserían,aunqueselosseñalaranconcarbón.—No —responde Fernanda al fin, erguida, valiente, firme—. No me han

violado.Mehanpegadocontraunapuerta,mehan rapado,mehanhumillado,mehanhechobeberese líquido repugnanteque te rompe lasentrañas,mehanabofeteado, me han tocado las tetas… Pero violarme, justamente, no meviolaron.Esosmalnacidosnomehanviolado,todavía.—¡Malditasea!Entonces,¿conquiéntehasacostado?¿Esquenovesquese

meparteelcorazóndeverteenestesitio?—Yono le he pedidoque viniera, y tampocoqueme saquede aquí, señora

Ángela.Sololepido,leruego,quenoabandoneamihija.—Ynoloharé.Pero,simehasengañado,noteloperdonaré.Necesitoqueme

digasquiéneselpadre.—Esonoesasuntosuyo.—Puesdimealgoquemehagadejarde sentirquemeahogo,Fernanda,que

mevaadaralgo.Hazlopormí,porquenuncatehedichounamalapalabranitehefaltadoelrespeto.Porqueyonomemerezcoestonitútampoco.—NomeheacostadoconMateo.Selojuro.—Ytengoquecreerte.—Ustedlodijohacetiempo:ahora,muchascosassonasí,cuestióndefe.Feen

loshombresyenlasmujeres,feenlajusticia,feenlaverdad.Siyonotuvierafe,nopodríaseguirviviendo.—Fernanda…—Noestoyembarazadadesuhijo.Miabuelasesecaelsudordelafrente.Miraasualrededorunosinstantes.Se

levanta.Sale.NomiraaFernandaalcerrarlapuertatrasella.Mientrasatraviesaelpasillopara llegara laentrada,escucha tiros,peroson lascincode la tarde,aún no es hora de fusilamiento.Al salir, presta atención a las que allí siguenesperandosuturnoparaentrar,necesitasaberquéhapasado:dosfalangistashandisparado a una mujer que intentaba hablar con su hermana a través de laventana. Solo la hirieron en un brazo, pero corre el mismo destino que laindignadayterminaalotroladodelmuro.Entrerejas.ComoFernanda.Hueleal

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ríoqueesteañollevademasiadaaguasuciadesangreyllanto,ydesdelasramasmirlosdealasbrillanteslaobservansalir.Escuchaunaguitarra,alguientocaunfandango cerca de la cárcel. Los falangistas no permiten llorar, pero se puedecantarllorando.De camino a casa, mi abuela pensó mucho en la conversación con ella, se

reafirmóenquelaverdad,siempre,tienedoscarasyquesabercuáleralaverdadde Fernanda es imposible, por ahora. Y es que la verdad siempre es esquiva,inaccesible por muchos motivos, que no suelen ser siquiera los que parecen.Hace muchos años, mi hija que, supongo que por culpa mía, se sintió desdesiempre atraídapor laHistoria deEspañay esprofesora en laUniversidad—ahoramedoycuentadequenoselodijeantes,discúlpeme,queridaescritora—,quisoindagarmássobretodoloqueyolehabíacontado.En1990ellavolvióaMálagaparallevaracabounainvestigaciónsobrelascárcelesylavidaenellasen la época de la ocupación de los franquistas y el director de la PrisiónProvinciallepermitióentoncesconsultarlosfondosdelfichero,losexpedientesprocesalesyloslibrosdeadministración,queestabansincatalogar.Estosfondospasaron alArchivoHistóricoProvincial deMálaga.Ahora, en elmomento enquelecuentoesto,solosepermiteconsultaresadocumentaciónalosfamiliaresdirectosde laspresas,ynoa los investigadores.Saqueustedconclusiones,miqueridaescritora,queyoyalohicehacemuchotiempo.

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CAPÍTULOXXVI

Rezaruney,enesosmomentos,lohacíamásqueningunaotraaccióninmediata,porquedulcificaelmiedo.Esunareglauniversal,detodaslasreligiones,poresoen la mayoría se reza en templos, todos juntos, todos al mismo tiempo. Miabuela no había podido pegar ojo aquella noche y, en cuanto se despertó, sedirigióalaiglesiadeSanJosé,delaspocasquehabíanvueltoalanormalidadtraslosincendiosdel31.Estabaaterrada,leaterrabaequivocarse,leaterrabaserinjusta,leaterrabanopoderconocerlaverdad.Esaiglesiaeraunadelaspocasque no habían sufrido la ira de los anarquistas y los comunistas, y mirar lamaravillosamanufacturadelaimagendelaVirgendelaMacarenalereconfortóduranteunosminutos:susojostristes,ojosdelluviadeotoño,avanzandoentrelasalmasdelosfeligreses.—Ángela,notevuelvas.Nomemires.Siguecontusoraciones.Lamujerquehablaamiabuelaestáarrodilladaasulado,enlafiladeatrás,

conlacabezaagachadaylaspalmasdelasmanosjuntas,comosirezara,igualqueella.También tienemiedo.Fríohúmedode lugar sagrado,dondemilesdeorantesrogaronantesquetú.Estremecelapielyacongojaelalma.—¿Quién eres?—susurrami abuela, intrigada. Ymolesta, ya siente que no

puedefiarsedenadie.—SoyAmalia.Pero siguehaciendocomosi rezaras.Noquieroquenadie te

veahablandoconmigo.Mepareciópeligrosopasarmepor tucasay llevounosdíasesperándoteaversivenías.Porfinestásaquí.—Puesmira,quenoteníamuchoquecontarleaDiosúltimamente.Hastaayer,

quedecidíacercarmeunrato,aversimeechaunamano…Mealegrodeverte,aunquemeestásasustando.¿Quéocurre?—Amí, todavíanada,peronocreoque tardenmuchoendetenerme.Fuimos

unosinocentesynosalimosdeaquícuandodebimos,comosinotenerdelitosdesangre les importara algo. ¡Ay,Ángela! ¿Cómo podíamos imaginar que iba aocurriresto?

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—¿Yquéquieresdemíquenopuedesdecirmedeotra forma,Amalia?¿Enqué crees que puedo ayudarte? Se me parte el corazón de ver lo que estápasando,muchosdemisamigossehanidoylosquesehanquedadoonosalende casa o salen para hacer cosas inexplicables. ¿También a vosotros os estánpersiguiendo?—¿Yaquiénno?CualquieraquehayaparticipadoenlavidadelaRepública

dealgúnmodo,estáensudiana.Yonecesitounavalparamimarido,Ángela.Lonecesito,lovanafusilar,yahereunidocuatro,tepediríaeltuyo,túconocesbien a Ramón, sabes que es un hombre bueno, pero prefiero mantenerte almargen.Además,eresunamujer.Nuestrapalabralesvaleparadelataranuestrosvecinosonuestrostrabajadores,peronocomogarantíadelaconductadenadie.—Claro,eradeesperar.Yamehanavisadodeeso.¡Estoesunalocura!Una

locura,Amalia,unbichoqueleshapicado,queparecíaqueibaaserotracosa,perono.Quehaycosasqueteníanquecambiaralgo.—El mundo no ha cambiado nada, Ángela, al contrario. El que ha querido

cambiarlo,estámuerto.Ytúeresunamujermuyconocidayqueridaaquí,tienesnegociosimportantes,amigosentrelosfalangistas,podríaserquetuavalsímesirviera,peronoquieroponerteenel compromiso.Ramónyyo teapreciamosmucho,notepondríaenpeligropornadadelmundo.Poresoesperéparaverteaquí.—¿Y por qué ibas a ponerme en peligro, Amalia? Si otros pueden firmar

avalessinqueseansospechosos,yotambién,¿no?Podríamos intentarlo.Dimequétengoquehacer.—Nolosabes,¿verdad?—¿Elquétengoquesaber?—Tuhijohadesertadoconelmío.EstánlosdosenFrancia.Nomedigasque

nolosabes.—¡PorDiosbendito!…¿Tengocaradesaberlo?—Aprovecharonquesubatallónhabíasubidoalnorte,estabanenlosPirineos,

ysefueron.Nohabrápodidohablarcontigotodavía,noesfácil.Ibanaintentarque crean que se perdieron en las montañas. Si no hemos recibido unanotificación de sus mandos, es porque aún no pueden probar dónde están ypuedequeesténdudandotodavíadeesaposibilidad.—¿QueMateohadesertado?¿Cómoesposible?¿Estássegura?Esenopuede

sermihijo.Nuncadejaríadecumplirsuobligación.Otrosdefectos tiene,peronoesunacabraloca.Noseunióalosfalangistasparavolveradesertarahora,¡porDios!¿Enqueestápensando?

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—Pueslohahecho,créeme.Sinoestuvierasegura, tepediríaqueavalarasaRamón.No quiero que te relacionen conmigo, por ti, pero también pormí: sidescubrenquetuhijoesundesertorytúavalasamimarido,queestáacusadodeayudarahuiraunamigorepublicano,serámuchopeorparaél.Yalrevés,delmismomodo,sifueramihijoalqueencontraranhuyendo,tepodríaperjudicaratisiavalarasaRamón.Todohacambiadomucho,hayqueanticiparsealoquepensarán,noesdifícil,setratadetrabajarporesaNuevaEspañaypordefenderlacruzada.Sonmuysimples.—¿Yatisíteconfesótuhijoloquepensabanhacer?—Todavía no sé nada de él, esmuy peligroso. En teoría, iban a esconderse

durante un tiempo, incluso en Francia hay espías de Franco. Luego queríanviajar aGranBretaña.Yo lo séporqueAndrésme lo contó la últimavezqueestuvoaquídepermiso,loprepararonentonces;subíanalnortedespués,¿notedijonadaMateo?Miabuelaintentarecordar.Elvientosilbabajoelportalóndemaderadesiglos.

Losángelestambiénlloran.Lavirgenmiraconojosdeniñaquesufre.Loquemás le duele ami abuela es quemi padre no haya confiado en ella.Aunque,quizá, ahora se da cuenta, estuviese a punto de hacerlo y se quedó a mediocamino.Algosíledijo,ahoralove,ysearrepientedenohabersabidoescuchar.Y, además, Mateo habló entonces con Isabel; ella estuvo a punto de morir,Azucena se salvódemilagroy suhijomurió en la carretera.Y la carretera laatacaronlosfalangistas.Pero¿adóndelellevaráesecamino?Menudoestúpidoinsensato.Miabuelaseobligaadejardepensarenello,sabequevaapararaunaencrucijada.—¿Yaquiénquieresque lepidaunavalpara tumarido,Amalia?—Intenta

recomponerse. Se siente cansada, todo se le escapa de las manos—. Ya sontantoslosfavoresquetenemosquerogar,quenosestamosquedandosinbalas.—Te sobran las balas y ahora necesito una bien grande: durante un tiempo,

estuviste recluidaenunconvento,esomedijo tuhijounavez,enunadeesastardes que venía a mi casa a pasarla con el mío. Ese es el tipo de aval quenecesito.Cuantomásimportantesealaresponsabilidaddelsacerdoteolamonja,mejor. Tienen mucho poder ahora. No puedes imaginar hasta qué punto. Sideclaranquealguiensehaarrepentidodeserateo,puedenllegaraconmutartelapenayhastaestándejandosalirdelacárcel.Ylevienealacabeza,laprimeradetodas,sorCatalina.Lapobresemoriría

ahoramismosisupieraloqueestáocurriendo,ellaaquienhastalavisióndelasangredelaregla,aunquefueralasuya,ledabasofocosyarcadas,yrezabacada

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nocheaSantaClara,lapatronadelasvírgenesylapureza,paraqueseleretiraradeunavez.—Mepidesalgomuydifícil.Lasmonjassonmuysuyas.¿Porquéospasasteis

albandoalquenopertenecéis,Amalia?Tumaridoesabogado,subufeteesmuyconocidoyrespetado,podríaishabervividobienenestanuevaEspaña.Tuhijo,almenoshastaahora,esoficialensuejército.Séqueestoesmáscomplejodeloqueparece,quenosetratasolodeenquébandohasnacido,haymuchoaquídeloqueescadauno,de loquehavivido,deenquémundoaspiraavivir,perovosotrosnoestabaismetidosenpolítica,podíaishaberosahorradoesto.—Solo ayudamos a amigos que lo necesitaban, no creíamos que fuera a

perjudicarnos tanto, que las razones para que ellos pensaran que los habíastraicionado fueran tan simples. Tan inocentes, ¡Ángela, que solo ayudamos aotrosasalirdeaquí!Nohicimosnadamalo.Pero¿cómomehacesesapregunta?¿Porquétehaspasadotú?Noloestarásdeformaoficial,peroloestásconesto—Amaliaseseñalaelpecho.Elgestoesrotundo,sepegafuertesobreelcorazón.Seoyeelgolpesobreel

esternón.—¡Amalia!…¿Cómopuedesdecireso?YosíestoyconesteGobierno.Nunca

hedejadodeestarlo.Poresomeestáspidiendoestefavor.—PorDios,Ángela…—Nolodudesnunca,faltaríamás.YoestoyconFranco.Quieroqueganenla

guerra.Ahoraloquieroinclusomás.Quelaganendeunavez.—Noshajodidomayoconlasflores.Claroquequieresquelaganen.Pero¿de

verdadquieresvivirenlaEspañaquevaaquedarluego?Puedeserquenohayashechonadaencontradelasnuevasnormasdelosfalangistas,queteconvengainclusomoverteentreellosyquenoaverigüen,comoaveriguaronquehicimosnosotros,quehasayudadoaalguienaquiennodebes.Peronotodossomosigualde importantes para su causa. Tú saldrás bien parada, claro que sí, inclusoaunque terminen por descubrir que nuestros hijos desertaron, es lo que hanhechomuchosotrosenmuchísimoslugares,queseunenaunejércitooalotrosegúnlesda.Inclusoasí,túpodrássalirdeesta.Yono,porquemimaridoyyosiemprefuimosalasclaras,perotúestáshechadeotrapasta,Ángela,túsiemprehassabidocómosobrevivir.Hassabidoadaptartea lascircunstanciasyquedarbiencontodos.—Parecequelodicescomounreproche,puesquieroquesepas…—¡Uy!¡Quita,quita!Queno,mujer,…alcontrario.Yoteheadmiradodesde

que te conozco. Nunca hiciste mal a nadie. Eso debería ser siempre lo que

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contara.—Gracias.Valoromucholoquehasdicho,Amalia.—Echo demenos nuestros paseos por la calle Larios, nuestras horchatas en

Fillol,nuestrasreuniones,nuestravida.Queríaquelosupieras.Yesperoquetevayamuybien,deverdad.Ojalásalgamostodosdeesta.—Haréloquemepides,hablaréconlasuperioraparaconseguireseaval.Yyo

tambiénesperoquetesirvaparaalgo.VolveremosaFillol.—Dentrodemuchotiempo,quizá.Porahora,nopuedoniimaginarlo,queno

tenemosniaceitesiquiera,queelpescadofritosedeberíallamarharinadepezdeladevueltasqueledamosenlasarténafuegolentosinfreírloparaquenoestécrudoynoseterminecociendo.Comoparatomarhorchata.—Volveremos a Fillol, Amalia, acuérdate de lo que te digo. Volveremos a

pasearporlaaceradeLaMarinayaentrarenloscafésyareírnosyavivir.Queesto no puede seguir así mucho tiempo, tienen que recapacitar y Franco noseguirá siempre al mando, volverá el rey, volverá el Gobierno con cabeza yseguiremossiendounademocracia.Y,endemocracia,todoestonotieneningúnsentido.Amaliaselevantay,alpasardetrásdemiabuela,leaprietalamano.Sudorosa,

cálida, benevolente, amiga. Lamantiene cogida unmomento. CuandoAmaliasaledeltemplo,miabuelasedacuentadequehayunagardeniaenflorenunamacetaalospiesdelapiladeaguabautismal.Suolormelosolerecuerdaaotrotiempoyaotroslugares,ysesienteuninsectoapuntodesermachacadoporlabota; la pérdida estalla, se acrecienta, el agobio es inmenso. Se echa a llorar.Nuncavolvieronatomarhorchata.MiabuelaconsiguióelavaldesorCatalina,perofusilaronalmaridodeAmaliamientrasellasedirigíaalacárcelapretandoconfuerzaensumanoizquierdatodoslosavalesquelogróreunir.Alvolversolaasucasagrande,lujosa,señorial,enunodelosbarriosdequieneshabíanvividobienhastaesemomento,cuandoseequivocaronalmedirlamagnituddelodioydelahumanidaddelosganadores,conlasdosmanosagarrólaescopetadecazadeRamón,laapoyócontralarepisadelachimeneaysepegóuntiroenelcielodelaboca.Pero de eso mi abuela se enteró más tarde, como de tantas otras pérdidas.

Aquellamañana,encuantoserecompuso,volviócaminandoalafinca,avisóamimadre,cogióeldineroquenecesitabayfueaveralseñorGarcíaalacárcel,aquiencomprólalibertaddeFernanda.Otrosmuchos,comoestabaintentandosuamiga Amalia, intentaron reunir o comprar avales, de personas cuanto másinfluyentesmejor,pues,enocasiones,lassentenciasseterminabancumpliendoa

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pesar de la palabra de algunos afines al régimen que confirmaban la buenaconducta,muchasveces inclusocuandoelpresohabíaayudadoa falangistasaescapar de las batidas de los anarquistas o del odio desmesurado tras losbombardeos justo a tiempo de salvarles la vida, y estos lo corroboraron. Amenudo, el futuro de los condenados dependía de cuánto de importante era lapersonaquelosavalaba:sieraunempresario,desudineroysupoder;sieraunpolítico,delarelevanciadesucargoysuscontactos.ComohabíadichoAmalia,tambiéncompraronasacerdotesymonjas,aunque

estos al principio se resistieron, enseguida empezaron a hacer informes deconductaenlosquereflejabancuántodereligiososeranonolospresos,sobretodo. El movimiento se guiaba por principios claros de respeto máximo alcatolicismo,nopornadaeldominiodelaEspañadeentoncessellegóallamaren la propaganda franquista «la cruzada». Esos testimonios de curas u otrossimilares no siempre eran pagados, por supuesto, pero los religiosos habíansufrido tanto en los últimos años, habían pasado tanto miedo, que deseabanponerenelcaminodeDiosaesosingratos,yalgunosinclusoloveíancomounaformadepenitencia.Además,lospecadoresobteníanalgoacambio:unanuevaoportunidad.Nofueronlosúnicos:alcaldes,jefeslocalesdeFalange,delegadosde orden público, directores de la Guardia Civil se dedicaron durante muchotiempoaespiar,inventarorecolocarsegúnsuvisiónlavidadelospresosodelossospechososyaponerlaporescrito.Esosinformesservíanparaquesalierandelacárcelo,sinoeranlosuficientementepiadosos,sobretodoenelcasodelasmujeres,paraquepermanecieranallíhastaquesecumplíalacondena,amuerteo provisional, o incluso, para que los trasladasen a otras prisiones en la otrapuntadelpaís,dondeinfinidaddeellossolopudieronesperaraquelavidaselesfuera extinguiendo. En esos años, muchas de las presas se convirtieron alcatolicismoysearrepintieronpúblicamentedesupasadoateo,ysalíanhastaenlosperiódicos,enprimerapáginayconletrasbiengrandes.Sin embargo, con Fernanda, mi abuela ni se planteó acudir a semejantes

argucias:¿cómohabríapodidosi todoelque laconocíasabíaque lamadredeMartina jamás ibaamisa,que lasprocesiones ledabanrisayque incluso,unavez,escupióaunpárroco?MenudaseformóenmitaddelaplazadelaiglesiadeSanJuan,delantedetodos.Yaenlaintimidad,además,hablabadeDioscomosifuera una invención de los hombres ricos para explotar a los pobres. QueFernandaerapobre,ymucho,peronoeracrédulaynicreíaenloshombresnienDiospadretodopoderoso.

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Alsalirdeldespachodelfalangistadeturnoesedíaenlajefaturadelaprisión,mi abuela se quedó en el pasillo hasta que le llevaron a Fernanda.Afuera lesesperabauncochequelascondujodevueltaacasa.—Gracias,señoraÁngela—diceellaencuantosesientayvealejarselosaltos

murosdelacárcel.Serelaja,sientepaz,aunqueleduelenlosgolpes.Sucuerpoestállenodecardenales.—Nopodíadejarquetemataran,nomedeslasgracias.Nohasidoporti,ha

sidopormí.—Nocreyóloqueledije.Peroeslaverdad.—Esoyano importa.Tedimipalabradequemeocuparíade timientras lo

necesitaras.Yahoralonecesitasmásquenunca.Nomesientocapazdesabersime dijiste la verdad o no, pero la verdad paramí es solo la que yo siento.Ysiento que tenía que ayudar a que estuvieras con tu hija. Ella sí que dice laverdad.Peromuchascosasnosonhoycomomegustanymejodoymeaguanto,unamásnovaahacermedaño.—Créame, no la mentí. Nunca la mentiría, usted y yo somos iguales…

Entiéndame,loquequierodecir.Mehabríagustadotenerlacomosuegra.—Tienes razón,Fernanda, somos iguales.Tú luchaspara sacar adelante a tu

hija, sola, sin ayuda. Y pudiste tener un hombre rico, si hubieras querido, lohabrías logrado,perono lo intentaste.Asíque¿cómonovoyacreerte?Tengodudas,es imposiblenodudar,peroquierocreerte.Sinembargo, te loadvierto:nointentesjugarconmigo.—No,no,claroqueno…Loquequierodeciresque…Bueno…,queusted,

señoraÁngela…,ustedesunagranmujer.—No me halagues, Fernanda. Dios te juzgará. Nadie escapa de él. Si me

mentiste,mi hijo y tú responderéis. Solo espero que Isabel no sufra con todoesto,quebastantehatenidoyalapobrecomoparaquenosotrasleechemosmásleñaalfuego.Ellaesmásdébilquetú.Nopuedesimaginartehastaquépunto.—Nosiremosdesucasacuantoantes.Noquieromolestarla.Solodígaloyhoy

mismobuscaremosotrolugar.NosiremosdeMálaga.—Ya solucionaremos eso, ahora lo que corre más prisa es conseguirte un

trabajo. Puedes seguir viniendo a ayudar en la finca, pero en la panadería nopuedestrabajar,novoyavolveraabrirla.Peronihablardeirosdeaquí,¿dóndeiríais,sisepuedesaber?Estoestállenodedesdichadosquebuscanganarselaslentejas, algunos han recuperado sus antiguos puestos, los que no sonsospechosos, pero a ti ya te resultará complicado encontrar algo aquí, ¿cómopodrías encontrarlo en cualquier otro sitio? Si sigue todo patas arriba, si ni el

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campo se trabaja. No sé qué pasará cuando termine la guerra, pero ahora…Además,hassidocondenada,Fernanda,yesotevaaperseguirtodalavida.Nocreoquetedejenenpaz.Yahoranosésimevanadejaramítampoco.—¿Podremosseguirentoncesviviendoenlacasadelapanadería?—Fernanda

titubea;enseguidacontinua.Setocalatripa.Respirahondo.Vepasaralagentecabizbajapor lacalle—.Yotrabajaréenloquehagafalta,puedocoser,puedofregar,haréloquesea,doñaÁngela,loquesea.Quieropagarleunalquiler,sinoesdemasiadoalto,yo…Noquierovivirgratisensucasa.Peroallíestamosbien.—Seguirás allí, por ahora. Pero no es el momento de hablar de nada más.

Ahoraentraydisfrutadetuhija.Miabuelamiraporlaventanilladelauto.Erguida,peinadaconesemoñoalto

quesiemprellevacuandosale,eltrajechaquetaimpecable,laespaldarecta,lasrodillasbien juntas; dagolpecitos con lospulgares en elmonederoque agarracon fuerza. Fernanda huele su perfume, Heno de Pravia. Toda su vida lerecordará a ella, igual que amí. Apenas se ven ya refugiados tirados por lasaceras.PeroMálagasiguetriste,pocosseparanahablar,pocossesaludan,todosdudandequiénhablarámaldequién, incluso cuandonada tienenqueocultar,algohabráqueotroveaconojosdecernícalo.Laguerraescomoun trapodelpolvo sobre la ciudad, jamás volverá a estar limpio, aunque se restriegue conjabóndelbueno.Las injusticiasvancayendosobreél; lomanchancadadíaunpocomás.

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CAPÍTULOXXVII

MartinaaguardaimpacienteaFernandaenlatahona.Mimadre,Alfonsitoyyolahabíamosacompañadoynosquedamosesperandoconella.Elolordelpansehaincrustadoenlasparedesyahísigue,aunqueyanosehornee,eslasugestiónde lo que siempre fue. Y la casa está sucia, al menos el zaguán dondeaguardamos incómodas; se nota queFernanda no ha estado aquí últimamente.Lasausenciassepercibenenesosdetalles,unjarrónsinflores,unpájaroquenocanta,unoloraguisoquenoseaprecia,lacasaquenoestáimpregnadadelascenizasde lachimenea.Miamiga,muynerviosa,noparadepreguntarcuándollegará su madre, pregunta, pregunta…, me pone histérica a mí también:¡Martina, quédate quieta ya, que todo va a salir bien! Cuando mi abueladescorrióelcerrojoyabriólapuerta,ellasaliócorriendoaabrazarasumadre.—¡Ay! Mi niña, mi niña preciosa, ¡cuánto te he echado de menos! —a

Fernanda,lavozselerompe.Sus lágrimas caen perezosas sobre el pelo de su hija.Yo, que dudémuchas

vecesdesielfinalseríamástrágico,lasmiroymeencuentrollorandoconellas.Trasunlargosilencioenelqueseencogenloscorazones,Martinahabla:—Nodigasnada,mamá,nodigasnada,queyaestásaquíynovoyadejarque

nadiemástevuelvaallevar,¡telojuro!Ellosnosabenloqueyopuedohacersivuelvenallevarteotravez.¡Losmataré!—Anda,anda,quévasamatartúanadie…Peronotengasmiedo,nomeiré

nuncamás.—¿Melojuras?—Pues claro que te lo juro, Martina. No volveré a irme sin ti. Quédate

tranquila.Nadiepodrásepararnos.Sequedanabrazadas,sinmoverse,sobranlaspalabras.Lasmiramos,impone

respetosuamorcallado,suslágrimasquedas.Solosesientenlaunaalaotra,supresencia,suolor,elcalordeesoscuerposqueaúnsiguenconvida.Lamuerteestáentodaslasesquinas.Derepente,Martinaseapartadesumadreyestalla:

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—¡Mamá!Vinetodoslosdíasaponerledecomeralcanario.¡Hiceloquemepediste!Nohefaltadoniuno,teloprometo.Fernandanoresponde.SolosesientaenelsueloyMartinaseacurrucaentre

susbrazos.Ambassequedanallí,lamadreacariciandoalahijaylahijaconlacabezarecostadaensupechocomounareciénnacida.Semehizounnudoenlagarganta, no puedo comprender qué enfermedad puede inocularse en el serhumanoparaquenoseinmuteanteeldolordelosdemás,¿porquénosafectatanpocosusufrimiento?Noesyaquehagamosdañoconfacilidad,esquenosesindiferentequeotrospadezcan.Ledilamanoamimadre.—Vámonos,senosestáhaciendotarde—medice—yellasquerránquedarse

solas.—Peroyoquieroquedarmeunratomás…—Fernandaseguroqueestámuycansada.Yavolveremosotrodía.Fernanda levanta la cabeza. Martina sigue sentada sobre ella. Se oye un

crujido,esunpájaroquerevoloteaenelalféizar.—Muchasgracias,Isabel.—Nohaydequé.—Sí, sí hay de qué.No sé cómo decirte lo que significa paramí que hayas

cuidadodemihija.Suropaestáajada,meacabodedarcuenta,ytienelapielgrisácea,deltonode

laceniza.—Esloquesedebíahacerylohemoshecho.—No,noesloquedebíashacer.Lohashechoporqueeresbuena.—¡Québuenaniquébuena!Yonosoybuena,peroaver…Descansa.Yya

hablaremos.—Sí,eresbuenapersona,Isabel.Noteníasporquéocupartedeella.Saberque

estabacontigoycon laseñoraÁngelaes loúnicoqueme tranquilizabaenesesitiohorrible.—Me alegro, de verdad. Pero vamos a olvidarlo. Descansa hoy, no vengas

mañanaalafinca,nohacefaltaqueayudestodavía.Hemoscontratadoaunparde jornaleros para hacer algunas cosas que no pueden esperar, pero podemostirarconellos.Túrecupérate,Fernanda,he traídoalgodecomidadelahuerta,sardinas e higos.Están sobre lamesa.Yno te preocupes porMartina, ella haestado bien, un poco preocupada por ti, es lógico, pero Azucena no se haseparadodeella.Soncomohermanas.Miréamimadre,buscandoensu rostrosidetrásdeesaspalabrashabíaotra

intención,ynomeparecióencontrarla.

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Salimosentoncesalacalle,mientrasmadreehijaseguíanenelsuelo,echasunovillodemateriahumana.Agarréde lamanoaAlfonsito, queera siempremiancla a la ternura. Mi abuela se coge del brazo de mi madre. No tardademasiado, sin embargo, enolvidarsedenosotros,nopuedeesperar a llegar acasa, las noticias le quemanen los labios.Creoque estamosya en la calle deMartínez.—Isabel,tengoquecontartealgomuyimportante—ledicebajandolavoz.Elaireestátodavíamuycalienteyelbochornodelabrisamarinasepegaala

piel.Pocoscaminanporeste lugar, algún tiro seoyea lo lejos.Lacalle siguepolvorientayllenadecascotes,aunqueyahayhombresquesededicanalimpiar.Faltamuchotodavíaparaquelaciudaddejedeparecerunaescombrera.—Laescucho.—Unavueltaderosarioenlasmanosdemimadre.—Mateohadesertado.Mimadresedetieneenmitaddelaacera.Unperrola ladra; todavíaquedan,

famélicos,desnutridos,casitodosbuenoscazadores,degruesastrufasyenotrotiempo fornidos y rápidos. Algunos deambulan perdidos, no se acercan ya anadie.—¿Quémeestádiciendo?—aciertaapreguntar.—EstáenFrancia;consuerte,habrállegadoaParísy,deallí,subiráaCalaise

intentará viajar a Londres. Pero no sé si lo logrará. En realidad, no sé dóndelechesestáelinconscientedemihijo.—¿Cómoquenosabedóndeestá?—Bueno,algosé,sí,queestáconsuamigoAndrés,otrolocoquenohasido

capazdemedirlasconsecuenciasdesumalacabeza.Peropocomás.—¿Nohahabladoconél?—Aúnno, supongoquenoquerrá llamarmepor teléfono.Espeligroso, creo

quenotienenclarosidesertóosedespeñóladeraabajo.Porahora,loshandadopordesaparecidosenlosPirineos.Quizátemanquealguiennosestévigilandooquéséyo.Peroloprepararoncuandovinieronlaúltimavez,asíqueesperoquetengandineroenalgúnsitio,dineroquevalga todavía.Mihijonoes tonto,unpocobrutosí,peronotonto,asíqueestarábien,estoysegura.—Esto es insoportable, de verdad, ¿es queno se va a acabar nunca?—Otra

vueltaderosarioyunsuspiro.—Otros lo tienenmuchopeor,hijamía.Sihubierasvenidohoyconmigo, lo

veríasmuyclaro.—¿Yamíesoquémeimporta?Estoyhartademirarporlosdemás.¿Porqué

nomelodijo?¿Porquénomecontóquepensabaponernosenpeligroamíya

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suhija?SeguroqueaFernandasítuvotiempodedecírselo.—Nolocreo,aunqueeseesuntemaquenomeincumbe.—Puesclaroquelaincumbe.¿Acasonotengorazón?—Puesno,ninguna…YestássiendoinjustacontumaridoyconFernandasin

saber.Noseasniña,Isabel,quenomeparecemomentoparaquejasasí.—Puesyocreoquesí,doñaÁngela,yqueustedsabemuchomásqueyode

todoesto.Ynoesjusto,yosoysolounamarionetadetodos,yyanopuedomás,¿meoye?—Mimadrepierdelacuentadelrosario.—Cálmate, que nome parece que quieras dar un espectáculo. La gente nos

mira,y,enestemomento,esonoesnadarecomendable.—Quieroquesevayandelapanadería.Yahemoshechobastanteporellas,no

creoqueseabuenoquelamejoramigadeMartinasealahijade…—¿Dequién, Isabel,dequién?Tencuidado,queella estádelanteyya tiene

edaddeleerentrelíneas.—De una mujer como Fernanda. No podemos engañarnos, usted no podrá

ayudarlasiempre.¿Esquenosedacuentadeloqueestáocurriendo?—Mejorquetú,sí.Ymesorprendes,creíquenoveíasmalsuamistad.Queno

te importaba. Tú también jugaste con su madre de pequeñas. Aunque hacemucho ya de eso y las cosas, claro, no se ven igual de adulto.Ojalámuchosniñosnocrecieranjamás.Martinaesunaniñaestupenda,bieneducada;senotaquesumadreesquienes.—Ahora es diferente. Además, ella y yo dejamos de tener relación cuando

tocaba.Esas cosas no pueden durarmucho. Por eso se lo digo también. Si secogentantocariño,luegoserámuchopeor.Sédeloquehablo.—Muybien,Isabel,túsabrásloquehaces,estuhija.Pero…hayalgoqueno

terminodeentender.Aversimeloexplicas:¿dequiéneshijoAlfonsito?Dime,¿dequién?Mimadrecalla.Siguecaminando.Cuandoresponde,estámáscalmada.Clava

lamiradaenmiabuela.—¿Porqué la tieneusted tantorespeto?No…noconsigo…entenderlo—mi

madrebalbucea.Guardaelrosarioenelbolsillo.—¿Yporquénoibayoarespetarla?Eslahijadelguardésdetupadre,yoos

veía correteando por la finca, a menudo, bajar a la playa… No sé, parecíaisllevarosmuybien.—Esos eran otros tiempos. Ahora todo ha cambiado. Y de niños se hacen

muchastonterías,noseentiendelarealidad.

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—Sí,seráeso,entonces.Tienesrazón.Encualquiercaso,Martinaestuhijaytú decides con quien deseas que se junte.Yo en esto no voy a entrar,muchomenossinquemihijoestédelanteparadecirlaúltimapalabra.Sinembargo…—¿Qué va a decirme ahora, que no podemos decirles que se vayan porque

Fernandaestáembarazada?Miabuelasuspira.Porquésiempreestodotandifícil.—¿Embarazada?—Nosoyestúpida.Yotambiénhepasadoporeso.Apesardelopocoqueha

debido de comer, tiene los pechos como dos globos y sus caderas hanensanchado.Esonopasasinotehanpreñado.—Poresoquieresquesevaya,entonces.¿Esporeso?—¡Yporquésino!¿Esquesecreequesoyestúpida?¿Quénomedoycuenta

delascosas?¿QuenovicómolamirabaMateo?Mimadreechaaandardecidida.Elpaseoseoscurece.Lanocheestácerca.Yo

voycon lacabezabaja,de lamanodeAlfonsitoque separaencadapiedraycadapalo.Sobretodo,prestéatencióncuandoescuchéquemimadrenoqueríaqueMartinayyosiguiéramossiendoamigas.PeroenterarmedequeMartinavaatenerunhermanomehadejadosinpalabras.Miabuelameespera:—Azucena,miniña,¿puedeshacermeunfavor?Afirmo con la cabeza, sin mirar a mi madre ni de refilón. Las manos me

tiemblan.—Bien—continúa—,siempretedigoqueloquesehablaencasa,sequedaen

casa,aunquecreoqueyaesalgotardepararectificar,confíoentiyséquenolecontarásnadadetodoestoaMartinanianadie,¿verdad?Vuelvoaasentir.—Pues ahora quiero que te quedes aquí un momento, cuidando bien de

Alfonsito,queesundiablilloypuedesalircorriendoencuantotedespistes.Tumadre y yo tenemos que solucionar esto y ya has oído bastante. Pero estatetranquila,confíaenmí.Hiceloquemedijo,ledilamanoalniñoyesperamos.Miabuelaagarróamimadredelbrazoylaobligóaseguirlaparaalejarselo

suficiente. No las oí; y solo al cabo de mucho tiempo, supe lo que habíanhablado. Nerviosa, las vi discutir. Mi madre gesticula con rabia, mi abuelaintentacalmarla.—Creoquehemosllegadodemasiadolejos,Isabel.Estoesalgoquetienesque

solucionar con tu marido, soy demasiado vieja para saber que las cosas delmatrimoniosesolucionanenelmatrimonioynadadeloqueyotedigatevaldrá

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denadamientrasnoseaélquienteexplique.Siquieresesaexplicación,debesesperaraquevuelva.—¿Esperar?¿Aquévoyaesperar?—Porfavor,cálmate.Quenosvanallevarpresas.Estásgritando,Isabel.—Nomepidaquemecalme.AhoraFernandaestáembarazadaysumaridono

está y yo tengo que hacerme la tonta y creer que esa criatura es del EspírituSanto.YmecuentacomosinadaqueMateoyanovolveránunca,quesehaidosinmí,quenomehacontadoloquequeríahacer.¿Esquenosignificonadaparaél?¿Selavaallevaraellaallí?—Porfavor,Isabel,nopiensesloquenoes.Mateotampocomedijonadaamí.

Puedequeno lo tuvieradecidido,que lopensaraenelúltimomomento.Él esasí.YFernandaestáaquíynotienepensadoirseaningúnsitio,¿adóndepodríair,lapobrecita?—Unamosquitamuertaesloquees.—Fernanda no puede irse a ningún lado, como se descuide, la meterán de

nuevoenlacárcelyyanosésipodrésalvarlaotravez.Nosésipodréayudaranadiemás.Esperoquedenpormuerto ami hijo, aunque eso también será unproblema,peroquizásmás fácilde solucionarqueelque lodeclarendesertor.Me costarámucho librarle a él y a nosotras de la cárcel. Así que deja ya deobsesionarte con lo que te imaginas, espera a poder hablar con él y vamos aocuparnosdesalirdeesta.—Claro que sí, eso también…¿Es que no se da cuenta de que esto esmuy

peligroso para nosotras? Yo hui a Almería. Muchos me vieron, quienesdetuvieronaFernanda, seguroque lo sabránya. ¡Tengomiedo!¿Esqueno loentiende?—PorelamordeDios,dejadegritar.Quenadie tevaa juzgarnuncapor lo

que sí eres culpable. No lo olvides. Así que cálmate, dale gracias al cielo yándateconpiesdeplomo,vemásalaiglesia,hablaconelpárroco,queteveanallí. Apúntate a las asociaciones femeninas falangistas. Que te conozcan esasmujeresyterelacionesconellaspuedeayudarnosenalgúnmomento.Yjamáspierdas la cabezay le cuentes a nadie absolutamentenada.Loque tengasquesufrir,súfrelosola.Notefíesdenadie.Absolutamentedenadie.YolvídatedeFernanda.Yaqueparecequenosientesquetengasyanadaqueagradecerle,almenosdéjameamíquesaldemisdeudascomomeparezca.Yellatienetodavíamuchodeloquepreocuparse.Tú,sinembargo,eresunamujerdelasqueadoraestenuevo régimen,cuidarásconamora tumaridocuandovuelva, educarásatushijosenlafecristianayteocuparásdetucasa.Tedejarántranquila.

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Mimadrenodijonadamás.Cuandollegóacasa,lacriadahabíacocinadolacena para todos y ella se la dio a Alfonsito sin sonreír ni una vez. No habíamuchoquepreparar,habíayaescasez inclusoennuestracasa,encomparaciónconcómovivíamosantes;aunquesiemprequedabaelpescado.Odioelpescado,con todas mis ganas, en aquel tiempo lo detestaba, aunque ya era losuficientemente mayor como para darme cuenta de la suerte que tenía decomerlo.Nossentamosalamesaymiabuelayyohablamosdecosasbanales,de lasclases,de lasgraciasquehabíahechoAlfonsitoesedía,dequehablabapor los codos, aunque nadie lo entendiera, como si nada estuviera pasando ennuestra ciudad, en nuestro país, en nuestromundo, en nuestras vidas. Solo alirmealacamaypensarenloquehabíaescuchado,sentímiedo.Peroelmiedoeraalgoqueenaquelmomentollevabaspegadoalapiel,teacompañabaencadainstantedeldía,miedoaquemurieranlosquequerías,aquedartesola,anotenerparacomer,esemiedoaquetodoenloquecreíasfueraunamentira.ElmiedoaquemimadremesepararadeMartinameimpidiódormiresanoche.Pero,aldíasiguienteyalsiguienteyalsiguiente,ellanohizonada;yovolvíalcolegioconmi amiga y nos reímos y jugamos, como siempre, ignorando la miseria y ladesesperaciónquelassombrasextendíanportodoslados.

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CAPÍTULOXXVIII

«Sepuedevivirsinreír,peronosepuedevivirsinllorar».Estafraselaleíhacetiempo,enunaentrevistaparaundiario,esdeunamujeralemanaquesufriólaIIGuerra Mundial y que sobrevivió, pero recibió a los victoriosos rusos yestadounidensesqueentraronenBerlínapacificarlaciudady,porelcamino,seentretuvieron violando a decenas de miles de mujeres. Los soldados, cuandoellaslespreguntabanporqué,amenudorespondían:«porquelosvuestroslohanhecho también con nuestras mujeres». Nunca entendí esa forma de justiciaadaptadadelaLeydelTalión.Siempreadaptadaaconvenienciadelosverdugos.Como si una víctima se pudiera intercambiar con otra víctima, como en loscromos,yademásenlamismaforma,puesmuchasveces,necesitasdarcincoacambiodesolouno.Yfíjese,queridaescritora,que losque realmentecuentanaquísiempresonlosdueñosdelosálbumes.Sinembargo,mimadresíviviósinllorar.Cuandointentorecordarlaahora,me

doycuentadequeella,desdeeldíaenqueregresamosdeAlmería,jamásvolvióa derramar ni una lágrima.Creo que hubomucha gente que entonces dejó dereír;quesehizopequeñita;quejamásconsiguióperderelmiedoaemocionarse,a alegrarse, incluso a amar; que echaba tanto demenos a tanta gente y tantascosasensuvidaqueledolíavivir.Seguirrespirandomientrastodolodemáshamuertonoesfácil.Bueno,seguirrespirandoesunreflejomecánico,lodifícilesencontrar una razón para no dejar de respirar. Sin embargo, mi madre reía amenudo, sobre todo, en aquella época, cuando jugaba con Alfonsito, le hacíacosquillas, sebañabaconélenelmaro ledabademerendarpanconaceiteymieldelaúltimaremesaquemiabuelacompróantesdequeseconvirtieran,enlatierradelasolivas,enunlujoyqueguardabacomooroenpaño,yélsereíaconella.Peronuncadesdeentonceslavillorar.Unamañanaselevantómástempranoquedecostumbre.Laoíhablandoconla

criadayluegotrasteóenlacocina.Miabuelahabíasalidoaventilaralgunodesus quehaceres y yo remoloneaba en la cama, esperando que en cualquier

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momentomimadreme llamaraparaqueme levantase.Saboreabaunodeesosinstantes placenteros en los que siguesmetida entre las sábanas creyendo quehastaallínadamalopodrállegary,poreso,teresistesaabandonarlas.Entoncesescuché la puerta de la calle cerrándose y luego, el silencio. Me pareció tanextrañoquemelevantéacomprobarqueellasehabíaido.Alfonsitoseguíaensucama todavía, dormido como un bendito. Al mirar por la ventana, la vicaminandohaciaelcocheseguidaporunodeloshombresquehabíanvueltoatrabajarparamiabuela.Meparecióempequeñecidabajosuchalnegro,cubiertalacabezaconunpañuelo,marcandolascaderasenvaivénalandaraprisa.El chófer la llevóhasta elbarriodeHuelin.Losestragosde losbombardeos

saltabanalavistaentodalaciudad,peroaquellazonaenespecialnosolohabíasufridosusdentelladasentonces:cuando los franquistas laocuparon,allíhabíahabidomás asesinatos que en ningún sitio, como si los pobres atrajeran a losfascistasocomoaquelconderumanoque,parapoderdecirqueensureinonohabía nadie que pasara hambre, reunió y mató a todos los indigentes queacudieronaunacenainvitadosporél,unoporuno,encuantoreconocieronestacondición.A juzgar por lo que hicieron los franquistas en aquella barriada deMálaga,allítampocoquedabanpobres.Allínohaymásquebasuraysuciedad,yniños mugrientos que se despiojan unos a otros, juegan al corro o persiguenpelotashechasdecualquierasabequé.MimadrellegacubiertadesudoracasadeJacinto.Digo«casa»porllamarlo

dealguna forma,aunque,másqueeso,esunachozade lasqueyaantesde laguerraabundabanenlosbarriosobreros.Entrasolayniadviertesuindigencia,noleinteresa:solodeseaveralamadredelchico.Entradespacio,anunciandoqueestáahí,puesningún timbreni campanaencuentrapara llamar.Apenas lesaleunhilodevozyletiemblanlaspiernas.Notardamuchoenveralamujer.Estásola,deespaldasantelamesadelacocina.—¿Quiénerestú?Preguntalaotrasobresaltadacuandomimadresecolocaasulado.Apestael

tufoahumedadyaotroshumoresqueamimadreleresultanajenos:solounavezhapasadohambreynotuvoaguayjabónconquelavarse.Enlasmanosdela mujer varios cangrejos se mueven mientras los limpia de pajas y otrosdesechosdelrío.Extremapobreza,cartonesenlugardecamas,nohaysillasnimásmesaque la tocinera, los suelossonde tierray lasparedes,demaderosycañasatadosconcáñamo.—¿Noteacuerdasdemí?—lepreguntamimadre,quenomiraasualrededor.

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Lamujer se fija en ella.En realidad, tienen lamisma edad, quizá unpar deañosmás la otra, pero la desgracia se llevamal con la lozanía. Lamadre deJacintocogeelcuchillocondisimulo.—¿LanueradelaseñoraÁngela?—Soy Isabel, sí.Hace tiempoquequeríavenirapreguntartepor tuhijo.No

encontréelmomentohastaahora.La mujer sigue agarrando con fuerza el mango. Mira a mi madre con

incredulidad,seguramentesintiéndosealmismotiempoultrajadayavergonzada,pues es así como los pobres se suelen percibir a símismos frente a los ricoscuandoexhibenanteellossuescasez.—¿Yquéquieresdemí?—Tehetraídoesto—ledicemimadre,dejandoasuladounacestaconunas

hogazasdepan,variosbollosdulces,unadocenadehuevosycincomanzanasquehuelenapradoyatiemposmásairosos.Lamujerlamiraestupefacta.Alfinal,dejaelcuchillo,sesecalasmanoscon

un trapo, saca toda la comida y la coloca sobre la mesa. Sigue sin entender.Llevaañossinolerelpantiernoynadaquesepadulce,ylabocaselellenadesaliva.—Quería saber si has sabido algo de tu hijo. Tu hijo Jacinto—continúami

madre.Lamujer leescupea lacara.Vuelveacogerelcuchillo.Mimadreselimpia

conlamangadelacamisa.Bajalavistaalsuelo.—Ningunodemishijossiguevivo—lediceypronuncialaspalabrascomosi

volviese a escupirla—.A tresme los hanmatado en el frente, vete tú a saberquiénodequébando.Amihija,enlosbombardeos.AJacinto,melorobasteisvosotras.Salióunamañanaavuestracasayyanovolvió.¿Vienesareírtedemí?Yanomequedanfuerzasniparacogertedelospelos,perotútieneshijos,comoyo.Tútambiéntienesuncorazónquelatebajotuscostillas.Mimadresofocalaculpaparaquenosesalgaporsusojosyletomalasmanos

alamujer.Lasarrugasselepronuncian,lalenguaseleseca.—Perdóname,porfavor.Tienesqueperdonarme.Nopuedovivirmásconesta

angustia dentro de mí. Yo no quería matarlo. Solo quería defenderme. Tuvemiedo,muchomiedo,temíquemehicieradaño.Noconseguíaentenderporquémequeríahacerdañoasí, cuandoennuestracasa siempre lehabíamos tratadoconrespeto.Searrodilladelantedelamujer.—Losiento,créeme.Losientomucho—lesusurra.Seechaallorar.

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LamadredeJacintosesueltadelasmanosdelamía,agarraelpan,losbollosyloshuevos,ylosguardaenunbaúlafaltadealacena.Mimadresiguellorandoenelsuelo.Loslamentosparecensinceros.Lamujerseleacerca.—Tanto dolor, tantos muertos, tanta miseria. Todo sería más sencillo si

fuéramoscapacesdellorarjuntos—.Lamujertomaamimadredelasmanosylaobligaalevantarse.Cuandoellaseponeenpiecontinúa—:Novuelvasjamásamicasa—ledice,tambiénconlágrimasenlosojos—.Noquierosaberquéquisohacertemihijo.Eraunbuenchico,demasiadoaltoparasuedad,pero,enelfondo,erasolounniño.Esperoquellevesentuconciencialoqueseaquelehicieras.Yanoesperonadamásqueeso.—Sinecesitasayuda,venavernos.Tedaremostrabajoocomida.Odinero.—Devuélvemeamishijos.¿Puedescomprarmeeso?Mimadresaledelacasaconlacabezabaja.Siguetiritando.Nomiraatrás.La

mujer continúa limpiando cangrejos.Nunca supe su nombre.Y tampoco sé sitodoestosucediódeverdad.Loimaginéparaesterelatoquemehapedidousted,mi querida escritora, de lo que viví entonces, porque durante mucho tiemponecesitéquehubiesetenidolugar,necesitésentirquemimadre,dealgúnmodo,lamentó lo que había hecho. A veces, solo de esa forma se puede seguirviviendo. Pero la realidad es que jamás percibí en ella arrepentimiento. Soloolvidósucrimen.Noesquefueramala,noeseso,esquequeríasobrevivir.Leimportabaellamismaporencimadetodaslascosasyeso,queridaescritora,esla principal razón para que los demás te dejen de importar. Creo. Pero soyinjusta, quizá esamañana sí acudió a aquella casa y sí le pidió disculpas a lamadredelchicoalquehabíaasesinado.Yoquierocreerquesí.Enrealidad,escierto, loasesinóendefensapropia, aunquealgunosdiríanqueeldañono fueequiparablealaofensa.Escuestióndeopiniones.Poreso,quizá, inclusoamí, alprincipio, seme llegóaolvidar loquehabía

hecho. Yo también quería sobrevivir, y tanto nos sucedió en aquellos díasoscuros que la muerte de Jacinto se había borrado de mi memoria. Volví arecordarladenuevolanocheenque,paracelebrarquelaguerrahabíaterminadoyhabíanganadolosnuestros,miabuelamandómataruncorderoquenadiepudoimaginar dónde lo había tenido escondido y cenamos todos juntos en lamesagrande,tambiénFernandayMartina;yaestabaconnosotrosLibertad—nombreenprivadodeloficialÁngelaMiguela—,suhija.Todasreían,inclusoellas,quehabíanperdido.

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—Aquínohaperdidonadie,noenestacasa—dijomiabuela,conlasonrisapintada,mientrasnosservíauntrozodepatadelanimalacadaunayloregabacon abundante salsa, pimiento morrón y patatas. Las risas llenaban de luz elcuarto, más incluso que la lámpara de latón brillante con dos bombillas, almenos—.Enestacasatodoshemosganado,porfin.Prontolograréquevuelvamihijo,todoseandará,yseguiremosconnuestrasvidas.Entonces, al ver amimadre empuñando el cuchillopara cortar la carne,me

acordédeaquellatarde,dehacíayaalgunosañosylosojosdeJacintovolvieronamí. Desde ese día, a veces, me quedabamirándola, sobre todo cuando ellaestaba conAlfonsito, le ayudaba pacientemente a hacer los deberes, elegía suropaparasaliramisaoseparabanantelosescaparatesque,aunqueraquíticosenloexpuesto,empezarongotaagotaavolvera laciudad.Mepreguntabacómoeraposiblequealguiencapazdeamarnostantotambiénlohubierasidodematary,sobretodo,cómopodíaseguirviviendodespuéscomosinohubiesesucedidonunca.Y el final de la guerra trajo más detenciones y más fusilamientos porque

FrancoordenóquetodoelquehabíaestadoenlazonadelaRepúblicaregresasedondehabíanacidoy,delosquehabíanquedadovivos,casitodoslohicieron.Elparaderodelosmuertosnoleinteresamásqueaquieneslosamaban.Alosquevolvían a Málaga, los guardias civiles los aguardaban en la estación y losdeteníansegúnbajabandelosvagones,y,caminando,losllevabanalcampodeconcentracióndeLaAurora,queestabajustoallado.Allíesperabanhastasabersiselesacusabadealgoosialguienlosseñalabainsitu.LosqueanteshabíansidovíctimasdelosrepublicanoshacíancolaantelaentradacomoenelcinedeLasDeliciasparacomprobarsegúnllegabansireconocíanaalgunodeaquellosperdedores. Las viudas de «los mártires por Dios y por la Patria» ansiabanvengar a sus maridos muertos por los comunistas y anarquistas, o por quienfuera.Alguienteníaquepagar.Fusilaronamiles,sinmáspruebaquelapalabrade los vencedores. Bastaba con señalar a alguien. También los empresarios,propietarios de tierras o labradores afines al Régimen resarcieron viejasrencillas;sobretodo,sielComitésehabíaquedadoconsustierras,suganadoosus cosechas. Muchas tierras o propiedades de rojos pasaron a manos dederechistasentonces.Sinembargo,igualqueibantodosesos,ibanlosotros,losque,sabiendoloque

les ibaaocurrira los recién llegados, seapostabanen losandenesybuscabanrápidamente a sus conocidos entre los que se bajaban para avisarles de quehuyeran. Muchos eran los que estaban en el punto de mira: políticos

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republicanos, milicianos, presidentes de sindicatos, miembros de los comités,concejalesdelFrentepopular…ComodecíaQueipodeLlano,habíaqueacabarconeltumordelizquierdismocon«café,muchocafé».Estoy segura de que mi madre no era una mala persona, de que casi todos

nuestrosvecinosqueguardabanfilaenlaestaciónoenLaAuroraparaseñalaralos otros eran buenos cristianos también, y de que los que habían vuelto nonacieronconmaldadninguna,apesardequecasitodos,enlosdíassiguientes,siguieron viviendo como si nada hubiesen hecho; a pesar de que, si la guerrahabía sido elmayor horror que cualquiera de nosotros había padecido, lo quevinodespuésfuetodavíapeoralmenosparalamitaddelosespañoles.Ytantounos como otros eran hijos piadosos, piadosos padres, piadosos maridos,piadosos soldados. Antes de aquel levantamiento del Ejército Glorioso, lamayoría no había pensado nunca en traicionar a nadie, robarle, torturarlo,asesinarlo,dejarlemorirdehambreodefrío.Poresopudieronseguirviviendo.Siempreocurreasí.Ymimadrefuelamejor,yolaquiseconlocura,soloporquemehabíaparido,porquemehabíaamamantadoyporquedurantemuchotiempocreíquenadieseríajamásmásimportantequeellaenmivida.Yonoseríaquiensoy si no fuera porque cuidó de mí y me quiso tanto. Aunque, al cabo deltiempo,meacostumbréapensarqueellanollorabanuncaporquepensabaquenoteníaderecho.Cuandomimadre volvió a casa aquel día, llevaba la cara llena de churretes

negros.Entrócorriendoensuhabitación,selavó,vinoabuscarmeymebesóenlasmejillas,yluegoabrazóybesóaAlfonsito,yleayudóaasearseyavestirse.Alsentarnosadesayunar,casialahoradelalmuerzo,ellaestabaseria,peroyonosupenuncasihabíaidoacasadeJacinto.Aunqueenlacocinayanohabíadulcesdemiel,faltabanalgunashogazasdepandelbuenoycincomanzanas,ysoloquedabanlamitaddeloshuevos.Ymimadrehabíadejadodellorarysinembargo siguió riendo un tiempo, pese a que, durante años, tampoco hubomuchodequé:alcontrariodeloquehabíacreídomiabuela,dieronpordesertoramipadreynovolviódeldestierrovoluntarioenelquesehabíainstaladohastamuchodespués.Detodosmodos,suamigaAmaliatuvorazónymiabuelalogróquenadiearrestaraamimadrenimuchomenosaella.Mipadreinclusoluchódespués en Francia contra los alemanes, como otrosmuchos exiliados que sedieron cuenta de en qué parte del mundo y cómo deseaban seguir viviendo.Durante meses, pensamos que seguramente estaría muerto. Y ni siquieraentoncesllorómimadre.

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Creoquetambiénselesecaronlaslágrimasporqueesasaquienestraicionólahabíanhechomuchobien.Nosésisudesprecioveníadeantes;si,cuandoellayFernanda jugaban en la alberca de la finca de sus padres, la apreciabao si yaentonceseraigualqueotrasmuchashijasdeseñoritos,igualqueunagranpartedelosempresariosmalagueños,quesushijasysusmujeres,que,conelvaliosoacicatedeunapartedelaiglesia,despreciabanaquienestrabajabanparaellos.Cuántodemostraronmuchosesedesprecio luego.Mecostóentendereso.Creoque todavíano loentiendo.Miabuelanoeraasí.Siempresupoquiéneraella,perojamáslavidespreciaranadie.NosésialgunavezmimadreylamadredeMartina se respetaron o no. Pero mi madre y yo seguimos vivas gracias aMartinayaFernanda,dosrojas,dospiojosas,dospobretonasqueapenassabíanleer.Sinembargo,yapesardeaquellaconversaciónquehabíaoídohacíayatanto

tiempo,mimadrenomeseparódeMartinaeinclusotransigióconqueellaysumadre continuaran viviendo en la panadería. A veces hasta hablaba conFernanda,aunquemimadreseinscribióenlaasociaciónfemeninafalangistadeMálagaysepasabamuchashorasayudandoalevantarEspaña,quehabíamuchatarea por delante, y no tenían muchas oportunidades de verse.Mi abuela eraquien iba en persona a cobrarle el alquiler, al menos una cantidad simbólica,porqueFernandaamenazóconmarcharse.Yyo,cadadíaquepasaba,queríamásaMartina.Nonosseparábamosnunca,másqueparadormiravecese,inclusoenelcolegio,permanecimosenlamismaclase;miabuelaseencargódedecirlesalasmonjasque la trataran como si fuerade la familia.Ella seocupabade susgastosallí.«Peroeshijaderojos»,ledecíanalgunasconpalabrasocongestos;ymiabuelaacallabafácilmentesusconciencias.Fueentoncescuandodeverdadaprendíqueeldineromandamásquelapolítica;amenudo,másinclusoquelasideas.

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CAPÍTULOXXIX

Quedaban solo unos días para que Martina cumpliera catorce años y yo meempeñéenorganizarleunafiesta.Nosecrea,queridaescritora,queestoeralohabitual. Es difícil explicar cómo se vive en una guerra, y eso que ya hemosvisto muchas películas y todo el mundo se imagina al menos que se pasanpenurias y que diluvia y que las calles están sucias y llenas de cascotes y degenteconlacaramuytristeyseriahaciendolargascolasparaconseguircomida,yquealossoldados—como poco— losmatan lejos y los que vuelven están cojos o tuertos o nohablan… y que alguien rico y muy estúpido, a quien te gustaría abofetear,terminacasándoseconlamásguapaquellevauncollardeperlas.Sinembargo,cuando la guerra se acabó en España, los tiros cesaron y algunas de esascircunstanciascambiaron.Perolatristezayladesesperaciónseadueñarondelagentedeotromodo.Fuecomosidespertarasdeunletargodeañosyalabrirlosojos te dieras cuenta de sopetón de que todo lo que había antes habíadesaparecidoy soloquedaban sombras fríasypegajosasque se extiendeny teengullen.Aprenderavivirenlaoscuridadrequiereuntiempodeenseñanza,deaclimatación.Y nosotras habíamos sobrevivido a una barbarie tan cruenta que nosmarcó

tambiéndeuna formaextraña:desde loquevivimosen la carretera, cualquieralegríasemultiplicabapormil.Habíantranscurridotresañosdesdequelaguerrahabíaterminadoy,enrealidad,paraMartinayparamíyaeraunafiestaseguirvivas. Sé que otrosmuchos niños que pasaron por aquello no lo vivieron así,pero cada persona es un mundo, ¿no es eso lo que dicen? A algunos losdestruyeron para siempre.Nosotras queríamos, sobre todo, ser felices.Y paramí,yaeraunafiestaconseguirqueMartinasesintieraespecialenesedía.Asíque se me ocurrió que el capataz de la yeguada de mi abuela la enseñara amontaracaballo.Ellamehabíadadopermiso,yyonohabíavueltoaoírami

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madre ni una queja sobre ella ni sobre su madre, así que solo me faltabaconvenceraFernandadequeselopermitiera.Quemeestabacostando.EsverdadqueaMartinayasumadrelesresultabamuchomásdifícilqueami

familiasaliradelante,serpobresiemprelodificultatodo,esosíqueesfácildeimaginar, aunqueahoranopodamosni siquierahacernosuna ideadecómosevivíaentoncessinoteníasdineroniinfluencias,o,simplemente,sieras«rojo»ohabías tenido algo que ver con alguno de ellos. Sin embargo, Fernanda habíavueltoatrabajarparamiabuelayellalapagabaunsueldodecenteycadavezsehacíacargodemásgastosdeMartina—sumadrenohabíatenidomásremedioque transigir—.Yesoeraun lujoenunmomentoenquepocasmujeresdesucondiciónconseguíannadamásquetrabajosesporádicoslavandoropa,cosiendoo, las quemás, sirviendo en las casas de losmás adinerados, con lasmismascondicionesdemiseriaanterioresa laspeleasde los sindicatosde laCNT: lasniñasservíanporunplatodecomida;lasmujeres,porsalariosínfimos,laropaque tiraban sus señoritos o las escasas sobras de susmesas. Y comomuchasotrasentonces,miamigaysumadreademásestabansolas:elpadredeMartinanohabíavueltodelaguerra,nisiquierasesabíanadadeél,ynolasteníantodasconsigodequefueranadejarlasvivirenpaz.Lasdetencionesylascondenasamuerteoaprisiónestabanalaordendeldía,comodurantetodoelFranquismo,aunque con menos saña al principio, y era imposible encontrar a una solapersonaentodaMálaga,yenEspañaentera,quenohubieraperdidoaalguienenel frente o en las revanchas de unos y de otros, o no tuviera a algún familiarpreso, desaparecido o huido. Además de la escasez de todo, el miedo, lassombras extendidas adrede como política del terror por los vencedores paraaplastar a los vencidos, junto con la imposiciónde no comprar nada a ningúnotropaísyelcontroldehastaelcolordelasbragasquesepodíaunaembutir,másomenos,ahogabanlosintentosdeolvidaryseguiradelante.Tampocomi padre había regresado a casa aún ymi abuela esperaba que se

calmasen algo los ánimos para empezar a remover cielo y tierra, y hacer quevolviese con nosotras.Él nos escribía amenudo a través de sorCatalina, quepasabacon facilidad lacensuraycualquierotrocontrolde lanuevaEspaña,ytantomimadrecomomiabuelavivíancomosi encualquiermomento fueraaaparecerporlapuerta,aunqueyosabíaquenisiquieraélpodíaexponerseaello,la vidanovalía unaperra chica entonces,menosqueun trozode tela vieja, apesardequecomprárselaa losganadoressíeracaro.Asíque,enciertomodo,Martinayyonossentíamosmásunidastodavía.

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—Somoshermanasdesangre,soloqueyosoymuchomásguapaquetú—medecíaellaamenudoentrerisas,cuandoíbamoscaminandohastaelcolegiooenelrecreo,elúnicomomentoenquepodíamosmovernosyhablardentrodeesosmurosclaustrofóbicos,mientras loschicos jugabanal fútbolconunapelotadetrapoodegomas,que enrollabanunas sobreotrasparaquebotara, o,muchasmásveces,sedabandepatadashastacomprobarquiénpodíamás.Nosotros sí teníamos patio, pero casi todo lo ocupaban esos bestias. Eso, es

curioso, no ha cambiado ahora: aceras, descampados, calles y plazoletas sellenabandebrutospersiguiendoelbalónygritándosesinparar.Laschicas,québonito era eso, querida escritora, en las fiestas escolares, cuando era algunacelebridaddesantosoalgoasí,solíamossaliralcampoycogíamosfloresparalavirgen.Aquelfuenuestroúltimoañoantesdeobtenerelcertificadodeestudiosprimarios. Luego,mimadre ymi abuela querían que yome inscribiera en laorganización juvenil del Régimen y estudiara un poco más, algo propio demujeres, por supuesto; yMartina iba a estudiar costura, quería serMaestra deCorteyConfección.Perotodavíaeraprontoparapensarenello.Asíquenolohacíamos.Y Fernanda, a pesar de estar ella y su hija protegidas por mi abuela y sus

innumerablesamistadesenelbandoapropiado,intentabapasardesapercibida,ysalíapoco,siempreporloslugaresmenosconcurridos,amenudoconunpañueloanudadotapándoseelpeloylaropamásanodinaquepudieseencontrar,ynoseparabaahablarconnadieanoserqueleresultaseimprescindible.Miabuelalehabía terminadoprohibiendo incluso iralmercadoymandabaaMartinaensulugar, pues allí le resultaba imposible no llamar la atención: era demasiadoguapapara ser del bando equivocado.Aveces, ami abuela le parecía inclusodemasiado guapa para serlo del bando de las mujeres. Esa era una de lasopiniones que no dudaba en expresar en voz alta, no como un reproche, sinocomounaadvertencia,queaFernandanolehacíafaltapues,trasaquelincidenteconloscafresenlaplaza,nolequedaronganasderesaltar.Yocreoqueesaeralaverdaderarazóndequemisruegosparaquepermitiera

queMartina celebrase su cumpleaños como semehabíaocurridonohubiesendado fruto todavía, pero había logrado que mi madre me acompañara paraintentarconvencerla;ellasolodecíaquenohabíarazónparatantacelebración.—Desdeluego,sihayalguieninsistenteenestemundo,esaerestú,Azucena,

hija. Iré, pero no entiendo qué crees que puedo hacer yo para que Fernandacambiedeopinión.Ellasabebienloquequiereynopermitequelamangoneen.

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—Ustedvengaconmigoylointenta,madre.Perolointentaconganas,comoustedsabe,yconeso,yomeconformo.HágaloporMartina,quesevaallevarunaalegríainmensa,yyaestábiendetantaspenas,¿no?Encuantomimadreabriólapuertadelacasa,nosdimoscuentadequealgo

habíapasado.Lallaveestabaechadacondoblevuelta,comosinadieestuvieradentro,yseoíanvocesenelhorno,peseaquenosehabíavueltoautilizar,yenseguida nos percatamos de que eran desconocidas.Mimadre dudó, pero latahonaeranuestrayalfinalsedecidióacomprobarquéocurría,intentandoquesupresencianoseadvirtiese.Mesusurróaloídoquenomemovierayella sedirigióalhorno,abrió lapuertamuydespacioyentró.Comose imaginará,noquería de ningún modo esperarla donde ella me había dicho y, sobre todo,quedarme sin saber qué estaba pasando. Aguardé solo unos minutos y,desobedeciéndola,entré.Algunasdecisionessoncomolostrenes,quetellevanapuntostandistantescomodiferentes.La estancia está en penumbra, las contraventanas entornadas y las luces

apagadas,ymimadresehaquedadoparadamirandodentro,parapetadatrasunarmario;enfrentedemíytrasella,apocosmetros,unhombreestáarrodillado,las manos atadas a la espalda y la cabeza agachada. Lo oigo llorar. AlguienapuntaconunarmaaMartinaenlasienmientrasFernandapermanecetiradaenelsuelo,desnudadecinturaparaarribaysinmoverse,mientrasotrohombreconel pantalón bajado semueve sobre ella. Jadea y lamanosea. Enseguida, aúllaunosinstantesyseretuerce,y,pocodespués,selevantaycambiadelugarconelqueapuntaaMartina.Ellatambiénllora.Ysientomiedo,perosobretodosientoascoyunarabiatanatrozquesemeenciendeelrostro.Quierogritarlesquesonrepugnantes,quenosdejenenpaz,quedesaparezcandelmundoparasiempre.Nolohice.Nolohice.Sinembargo,aprendídesopetónloqueeraodiar.Sinhacerniunruido,meacercoamimadre,quesesobresaltaalverme.Le

suplicoaloído:—¡Ayúdalas!—Te he dicho que te quedaras arriba, Azucena, ¡vete ahora mismo! —me

respondeella,susurrandoconlavozmásbajaquepuede.Pero el hombre que ahora se menea sobre Fernanda se ríe tan alto que es

imposible que nos oigan, aunque gritemos.Al escucharlos,me doy cuenta dequeestánborrachos.Susvocessuenangangosas;susrisas,altisonantes.Cuandoelotrogrita tambiéncomoungorrino,no tardaen levantarseal tiempoquesesube lospantalones.Entonces se aproximaal que cambió su lugarpara seguirapuntando aMartina. Fernanda se queda a sus pies, sinmoverse, con la cara

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giradahaciaunlado.Noveosusojos.Ytemoporuninstantequeestémuerta,aunque justoentoncesellaagarrasucamisaextendidaasu ladoysecubre lospechos.—¿Qué?¿Seguimosunratoconesta?Separeceasumadreyseguroqueestá

más tierna. Son unas guarras, están acostumbradas —dice el que sostiene lapistola, riéndoseacarcajadasypasándoleaMartinaelorificiodelarmaporelcuello.—Y,sino,queseacostumbren,queesloquelestoca.Nomerecenotracosa.Los dos estallan en risas. En ese instante, el hombre amordazado empieza a

moverseconfrenesí.Ojaláesosmalnacidossemurieranentreaullidosdedolor.Leveoaélelrostro.Loreconozco:eseldelafotodebodaqueMartinamehaenseñado alguna vez. A pesar de que han pasado varios años y el hombrearrodillado estámuchomás delgado, estoy segura de que es su padre.Miguelintenta quitarse lamordaza revolviéndose y restregando con fuerza la barbillasobre supecho.Enunsegundo,mientras losotrosdos sevuelvenhaciaél,yapuedoverlacaradeFernanda,elresentimiento;elagobio;laira;larepugnanciaporaquelloshombresque,sinconocerla,sepermitenjuzgarlacomoundespojo,comoalguienquenadavaleparaellos,perocuyocuerposílesapeteceusar.Veoensusojoslachispaqueseconvierteavecesenlocuracuandoladesesperaciónylaamarguraprendeenlosacostumbradosasufrir,aserlaescoria.EntoncesFernandaselevantadespaciomientraslosdoshombressemofande

Miguelydeseguidosecarcajean.Comoungato,sinqueseleoiganiponerunpie tras otro sobre el suelo, agarra uno de los cuchillos bien afilados quecontinúanconelrestodeherramientasdelatahonasobrelamesaparatrabajarelpanylohundefuriosamenteenelestómagodelquesostieneelarma,mientrasgrita a Martina que huya. Él suelta la pistola y Martina echa a correr hastacolocarsejuntoasupadre.Elheridosellevalasmanosalcuchillo,losacadeuntirón,aúlladedolor,setambaleaunosinstantesysedesploma.ElpuñetazoqueelcompañeroledaaFernandaenlacaralatiraalsuelo.Élse

agachapararecogerlapistolaasuladoylaapuntaalacabeza.—Notemuevasniunpelootepegountiro,puta.Eresunaputa,ytuhijaotra

peorquetú.Dilequevengaaquíahoramismoovaisasaberquiénsoyyo.Fernandagritadesdeelsuelo:—¡No!¡Nolohagas!¡Vete,Martina!¡Corre!Éllagolpeaconelcañónenlafrente.Fernandalomiraconascoysellevala

manoalaherida.Delabrechalechorreasangre.—Sinovienesaquí,losmatoalosdos—lediceaMartina.

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Ella se le acerca y él la agarra de los pelos con la otramano y la obliga aaproximarse a él y la arrastra hasta donde su compañero se desangra, con elcuchilloensusmanostodavía.Yanogrita.Elotroloobserva.—¡Zorra!¡Lohasmatado!—legritaalfinaFernanda.—Ojalátodosmurieraiscomoosmerecéis,comocerdos.Elpuntapiéenlosriñoneslahaceencogersesobresímisma.—Deberíamatarte ahoramismo, y después a este desgraciado—escupe con

odioelhombre—.Cobardedemierdaquenoha sabidonidefenderos.Luego,medivertiríaunratomásconesta—dice,mirandoaMartina.Miraasucompañeroyniegavariasvecescon lacabeza.Pareceaturdido, se

tambaleahacialoslados.SevuelvehaciaFernanda.—¡Quememiresalacara,zorra!Ellaestáhechaunovilloenelsuelo.Martinasientelapistolaenlanuca,llora

ensilencio.—Omemirasolamato.Fernanda levanta lacabezay lapatadaen laespalda lehacegritar.Vuelvea

encogerse sobre sí misma. Desnuda, indefensa, impotente. Me da tanta penaverlaasíqueyotampocopuedodejardellorar.—A ver si esto te hace aprender… ¡Nosotros solo veníamos a hacerte una

visitadecortesía!Nadamás.Acharlarcontigodebuenasmaneras,todopodríahaber sido de otromodo… Pero no, ha tenido que venir aquí estemaricón ahacerseelgallito…Enfin,quehemosencontradopremiodoble.Perocomohassido una puta ymi amigoya no va a poder levantarsemás, lo voy a hacer alrevés: primero voy a seguir con tu hijita un buen rato para que me ayude aterminar loque túnohassidocapazdedarme,porquemehasdejadocomosinada,soguarra,y luego lomataréaél.Elúltimo tiro lodejarépara ti,paraelfinal,queseguramenteyanodémásdemí.¿Teparecebienasí,puta?Ytúnotevasamoverdeahí,cabrón,porque,comotemuevas,matoatuhijalaprimera.Oíalavozdeesehombre,quearrastrabalassílabasdelaspalabrascomosolo

losborrachoshacen,y,concadaunade lasmezquindadesquepronunciaba, larabiacrecíaycrecíaenmí.—Nolohagas…¡porfavor!¡Nolohagas!Mátameamíyaellasdéjalasque

se vayan—farfulla Miguel con la mordaza alrededor de la boca ya a mediodeshacer.—¡Ah!¿Perohablas?Quémal tehaatadoeste.Cállatedeunapuñeteravez,

quenoeresniunhombreentero.¿Quéhacíasaquí?¿Escondidoparalibrartedeloqueteespera?¿Cuántollevassinsaliralacalle?¿Desdeelfinaldelaguerra?

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¿DesdequerecuperamosMálaga?¿Notediotiempoasalircorriendocomoalosdemás?Estásmuypálido,aunquemástevasaquedar;setehaacabadolafiesta.Quéasco,estáisportodoslados,malditostopos,menudoshombresdemierda…Yanosois tanvalientes,¡eh!Yanopedís libertadni revolución.Osescondéiscomoratas,dasunapatadaalsueloysalenveintetopos.Ayermismo,cogimosados, en las cuevas de la Tinaja. Pero hemos aprendido la lección, ni siquieramerecelapenallevarosalafábrica.Luegomeocuparédeti.Martinaempiezaatararearunadeesascancionesquecompone.Entresollozos,

seoyesumelodíatriste.—Tenpiedadalmenosdeella.Essolounaniña—suplicaMiguel.Suvozdehombrereciosuenalastimosa.Cómovaasonar,sitienelasmanos

atadasalaespalday,porelojoderechoyellabio,lasangreleresbala.—Cállate, puerco, que ahora pareces inofensivo, pero tú también lo habrás

hechocon lasnuestras.Ha sidouna suertequeeste sitio tenga lasparedes tangruesas,¿eh?Aunque¿quiénvaaestremecerseporuntiromásountiromenosenestosdíasquecorren?Al escuchar esas palabras, la repugnante excusa que volvía a intercambiar a

unavíctimaporotra,amimentevinieronderepente tantosotrosdesgraciadosquehabíanquedadodestrozadosenlacarretera,alosqueapenasmiréyporlosquenisiquierasentíunápicedecompasión,preocupadasoloporsobrevivir,ypenséentoncesentodoslosquehabíanmuertoentrelosguijarrosdelcamino,enlosniñosperdidos,enlasmujeresconlamiradaenloquecida,enlosviejosque,vuelta la vista al cielo, esperaban su final sin entender qué pecado habíancometidoparamerecersemejantecastigo,ymesentímiserableyruin.Tiréamimadredelbrazo,peroellanosemovió.—¡Ayúdalas!—ledigoaloído.—¿Yquéquieresquehagayo?¡Cállateonosoirá!—¡Mamá, por favor, ayúdalas!—le suplico de nuevo, limpiándome con la

mangalaslágrimasquemeresbalanporlacara.Mesientopequeñaeinútil.Peromimadresigueinmóvil.Lasueltoy,deprisa,

entroenelhornosinhacerruido.Memuevodespacioynopiensoenloquevoyahacer,soloséqueodioamimadrepornohabersalidodesuesconditeyqueloque está ocurriendo no debería haber pasado jamás y que nadie va a venir aayudar aMartina. Entonces, aprovechando que el hombreme da la espalda yecha otro trago de una botella de vino de las vides demi abuela de la últimacosecha,lamásdulcedesdehacíamuchotiempo,lequitoalmuertoelcuchillodelasmanos,mecolocodetrásdesucompañeroy,mientrasélestáintentandoa

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duraspenassubirlelafaldaaMartinaconunamanomientrasconlaotralasigueapuntando,hagoexactamenteloquedebohacer.No fue difícil: resulta que la hoja afilada de un cuchillo corta la carne del

cuelloconlafacilidadconquepelaunapatata.Layugularnoestáamásdedoscentímetrosdeprofundidad,sihincaslapuntaenelsitioapropiado,nohacefaltademasiadafuerzaparaseccionarla.Y,si lologras, lasangrefluyehastadejarteseco enseguida. Lamuerte del degollado es inevitable. La de ese desgraciadotuvolugarenmenosquecantaungallo.Antesdecaer,tuvotiempodeecharlacabezahaciaatrásymemiró,sorprendido.Supongoquelesorprendióqueotraputalomataraaél.Oquizásqueesaputafueralahijadeunadesubando,pero,enlamuerte,yanohaybandos,esloúnicoquealparecernoshaceigualesdeverdad.Entoncesmimadrecorriójuntoamíymequitóelcuchillodelasmanos.—¿Quéhashecho,insensata?—tuvolasangrefríadegritarme.Aúnnopuedocreerquefueranesaslasúnicaspalabrasqueseleocurrieronal

vermedefender aMartina.Miodio contra ella creció.Tengoque reconocerlo:odié a mi madre con intensidad, como un vendaval contenido en mí,conscientemente,sintiendoquemidesprecioporellaaumentabapormomentos.—Lo mismo que hiciste tú con Jacinto. Ahora, puedes librarte de los dos

cuerposcomotelibrastedelsuyo.Fernanda,quehabíacorridoaabrazaraMartina,girólacabezaentoncesyse

quedómirando amimadre.Nunca tuve el valor de preguntarle qué pensó deella.Enseguidadesatóa sumarido.Encuantoél logró levantarse, le cubrió eltorsoaFernandaconsucamisa,sepusoderodillasdelantedeellaylebesó latripa,losbrazos,lasmanos,laspiernas,mientrasrepetíasincesar:—Perdóname,porfavor,perdóname…PorDiosbendito,perdóname…Cuandoparódebesarla,todavíaderodillasyabrazadoasusmuslos,levantóla

cabezaylamiróalacara.—Nohe sido capaz de evitarlo,mi amor.No he sido capaz.Y jamás podré

perdonarmeloquetehanhechoestoscobardesdemierda.Mientrasviva,nomeloperdonaréniamíniaellos.Volvió a bajar la cabeza, pero Fernanda se la levantó y la mantuvo sujeta

mientraslesosteníalamirada.—Solo dime que, para ti, seguiré siendo la misma mujer, que no te

avergonzarás de mí ni de lo que ha pasado. Que me mirarás igual, que mequerrás igual, que no cambiarás conmigo.Solo eso necesito,Miguel. Paramí,

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ellosnohansidomásquedostrozosdecarnedecerdo,dedoscerdostanfinolisyescrupulosos,además,quesehanpuestocondónytodo.ÉlsepusoenpieyloqueledijoaloídoaFernandanopudoescucharlonadie

másqueella.Peroseterminaronbesandoenloslabiosy,porprimeravez,viunbesodeamorenlarealidadcomolohabíavistoenlaspelículasdelcineRialto.Aunqueese fuemuchomejor:más largo,más tranquilo,comouna florquesedeshojaysuspétaloscaenacámaralentasobrelatierrahúmeda.Yonolesquitéojoyelescalofríoquesentíaúnlorecuerdo.Supeentoncesloqueeraelamor,eldeverdad,elquemuypocasvecesperduratodalavida.Cuandoseseparan,élvienehaciamí.—¿Estásbien?—mepregunta,convoztrémula.—Claroquesí.Muybien—lerespondo;élmesonríe.—Eresmuyvaliente.—Queva,valienteesMartina,yono.—Valiente, eres valiente, Azucena. Y mucho. Yo… Yo no soy mucho de

palabras,quehablopoco,quemelodicemuchoFernanda…Ynoséexplicartelomuchoquesignificaparamíesto—medice,emocionado—.Peroloquehashechopornosotroshoy,lorecordarémientrasviva.Nuncapodréolvidarlojustaquehassido.—Songuardiasciviles,Miguel—diceFernanda,queestáexaminandolosdos

cadáveres—, de los de nueva hornada que han ascendido por méritos en laguerra. He sido una imbécil, llevaban tiempo persiguiéndome cada vez quepasabapordelantedel cuartel; siempre eran estos.Losotros solo les reían lasgracias,peroestos incluso llegaronapararmepor lacallemásdeundía.Debítenermáscuidadoyhaberdejadodeirporesecamino.—Son solo dos hombres, solo dos miserables de los muchos que siguen

creyendoquepuedenaprovecharsedeotroporquetienenmáspoder.Perotúnotieneslaculpa.Túnotienesningunaculpa.Niaunquehubierasidoenfundadaenunsayohabríaspodidoevitarqueellosseanloqueson.Martinamedaunbeso.—Gracias,eresmisalvadora.—Túmesalvasteamí—lerespondo.—¡Buah!, de eso ya ni me acuerdo. Pero perdóname, Azucena. No podía

decírtelo.—Decirme,¿qué?—Mipadre…—¿Túlosabías?

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—Pues claro, desde hace mucho. Pero mi madre me dijo que no podíadecírselo a nadie, ni siquiera a ti; que, si lo hacía, podríamos hacer algo sinquerer y lo descubrirían y lo matarían. Yo siempre le dije que tú no ibas acontárselo a nadie, que no eras ninguna chivata ymuchas veces casi estuvo apunto de escapárseme. Sobre todo, cuando venías conmigo a dar de comer alcanario.Mecostómuchonocontártelo.Mealegrodequeyalosepas.—¿Desde entonces lleva aquí? Pero de eso hace ya años. Alfonsito era

pequeñitoymíraloahora.Yavaalcolegio.Ellaasiente.—Nosolodabadecomeralcanario…—ymesonríe—.Traíaloquepodíade

mi comida, escondida en la ropa.Se lodejaba en cualquier lugarde la casayluegoéllobuscaba.¿Estásenfadadaconmigo?—Nunca,Martina,esonovaapasarnunca.Nidebroma.

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UNREPUBLICANO

Yonoséexplicarletodoestobien,queyohesidosiempreunhombretrabajadoryhonrao,perosincultura,ysolotuvesuertedosvecesenmivida:unacuandomeencontréconFernandaylaotra,conlaseñoraÁngela.Peroyoapenasséleerni escribir. Si le parece, yo intento contarle lo que viví entonces y usted loescribecomolegusteausted.Pasé miedo. Tanto miedo que aún se me pone la piel de gallina cuando lo

recuerdo. Las bombas, las ametralladoras, los muertos, el frío, el hambre, elcansancio…Nosotrosnoéramosunejércitoserio.Noteníamosmásqueganasdecambiarelmundo,deserloquenuncanoshabíandejado.Soloqueríamosunpocodejusticia,unpocodeloquesiemprenosnegaron.Éramospescadoresylavanderas.Ymatamosaalgúnseñorito,puessí,perofueporquedurantesiglosellos nos habíanmatado a nosotros, de hambre, de pobreza, de ignorancia, dehumillación.Quenodebimoshacerlo,queconlavidanosejuega,peroellosnonosdieronotraopción.Ellosempezaronunaguerraparanodárnosla.Yparanuestrasmujeresaúnerapeor.Ellasteníanquesoportarmuchísimomás

quenosotros.Poreso siempreadmiréaFernanda,podríahaberseaprovechadode que un señorito se encaprichara de ella y haber cambiado de vida, haberseconvertido en «la señora». Aunque muchos la habrían despreciado, ella teníaarrestos para aguantar eso y más. Pero no le dio la gana. Yo me sentí muyhonradocuandomeeligióamí.Laquisetanto…PoresovolvimosaMálaga.Yolaconvencí.Cuandonos despedimos enAlmería, no teníamos ni idea de cómo íbamos a

apañarnos, solo pensamos que, cuando terminara la guerra, sería más fácilrehacer nuestra vida en nuestra ciudad que en cualquier otra lejos ymás si laseñora Isabelnosayudabacomo leprometióa ella.Suspadresqueríanque sequedaraconellosenAlmeríayyoqueríairmeaotrofrente,peroFernandamepidióquenolohiciera,melosuplicó,lloróysearrodillódelantedemí.Nosabeloqueesveralamujerquequieressufriendoasí.Seteparteelalma.Yyosabía

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que, si habíamos perdidoMálaga, fue porque nos habían dejado tirados comocolillas, esos deMadrid. ¿Por qué tenía yo que seguir partiéndome la cara siellosnoshabíandespreciadoasí?Laúnicamaneraentonces,siyomeescondía,eraenMálaga;enAlmería,enlacasademissuegros,nohabríamoscabidomás,bastante tenían con acomodar a las dos hermanas de Fernanda y sus sietesobrinos,quehabíanhuidotambiéndeporahí,delapartedeCórdoba.Aunqueahoracreoquenosequivocamos,queFernandadebióhacermecaso,

dejarmeveraMartinaydecirlea Isabelqueyo ibaavolverconella,así,a lomejor,nohabríapasadoaquello.Porque Isabeleraunabuenamujer,yo lo sé,peroanteFernandamuchassesentíanasí,menosqueella.Yesoqueellanoeranada,solounpedazodepan,sibienconlospantalonesbienpuestos.Poresofuetanvalienteenlacarretera.Mihijatambién…loquehizoMartinafueincreíble.Siempremehesentidomuyorgullosodelasdos.Nosotrosjamáspensamosquedespués todo sería mucho peor, en lo que se convirtió la victoria de Franco,¿quiénpodíaimaginarquelaposguerraibaasercomofue,lamáslargadetodaslasquehahabidoalgunavezylamássangrienta?¿Cómopodíasimaginartequeibaahabertantosmuertosytantascuentasporsaldar?Másdolorymiedoqueenla guerra… ¿quién habría podido pensar eso? Y que nadie hiciera nada porayudarnos.Quemuchosdicenahoraque,dehaberganadonosotros,habríamosperseguido

alosperdedores,queloshabríamosaniquiladoigual,queleshabríamosmetidoelmiedoenelcuerpoparaterminardemachacarlos;esoesloquedicen,lohandichoyaenestahistoria,meparecequesí…Eslógico,lollevandiciendotantotiempo, como si eso importara…Pero lo cierto esquenopodremos saberloyqueloqueocurrióes loqueocurrió.Puedeustedponerleuncollarysacarloapaseoy luegodecirquenoeraunperro,pero loera.Vayasi loera.Yesquehubomuchomás,muchomiedo,que tematabanporquesí,ymuchahambreymuchaspenurias,y,miseria,todaladelmundo,ymuchomiedo,ymuchodolor.Mucho. Que dicen quemataron de los dos bandos… ¡Ay!Qué dolor da eso,como si a nosotros nos hubieran perdonado, como si no hubiéramos sufridonuestra condena…Todos, quienes lomerecían y quienes no.Demuerte, o decárcelodedolor,angustia,humillaciónyterrorparaelrestodetuvida.Poresoyotuvetantasuerte…Enfin…PeroustedqueríasabersobreFernandaysobremí.Nosepreocupe,

que yo se lo explico…Déjeme que respire unmomento, queme falta el aireenseguida…Déjeme…

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Como le decía, cuando nos encontramos en Almería, nosotros decidimosvolver,no seguirhuyendocomomuchoshicieron,que terminaronyaentoncesenValenciaoBarcelona, oFrancia, omás lejos aún.Nosotrosnosquedamos.Pero teníamos que esperar a que acabara la guerra o no tendría ningunaescapatoria,nopodíaentregarmetodavía,esosílosupeya.Entonces,alllegar,fui donde ella me había dicho. En la panadería de la señora Ángela nosreencontramos.Volvera tocarlaentoncesenunacasadeverdad,enunacama,como unmatrimonio decente, normal y corriente, fue para mí unmilagro, elúnicomilagroenelquesiemprecreí,elmilagrodeolersucuerpo,deacariciarsupiel,debesarsuslabiosyqueellamerespondiera.Siemprelaquisemucho,paramí,pasarlavidaasuladohasidolamayorsuertequeunhombrehapodidotener.Siempreestuveenamoradodeella, siempre laquise.Laquerrémientrasmequedeunalientodevida.Luego, a ella se le ocurrió que podía ocultarme allí, la guerra tendría que

acabaralgúndíaycreímosquetodosecalmaría,que,aunqueganaranellos,quenadiesabíaquién ibaaganar,no ibana tener tanmala follá.Y terminaríamospudiendovivirenpaz,aunquefueraconlacabezabaja,peronofueasíy,cuandovimosloquehicieron,nosdimoscuentadequelacosaibaparalargo.Asíqueselodijimosanuestrahija,unatardeledejamosquemevieraenlacasa,quemireque yo hacía mucho tiempo que estaba deseando abrazarla, que mientras nopudimos decírselo, yo la observaba escondido y muchas veces, la muy pilla,estuvoapuntodedescubrirme. ¡Ay! loque sealegródeverme,miguapísimaMartina,loquellorócuandomevio,quenohabíaformadequemesoltara.Meabrazóy…bueno, quemeemociono al recordarlo todavía, fíjeseque tontería.MiMartina…loquemequeríayloquetuvoquepasar.Cuandomelocontósumadre, no podía creer que hubieran sido capaces de hacer eso con gentedesarmada,quenosepodíadefender.Ylovalientequefue,yaselohedicho.Enfin, que me lío y vuelvo atrás… Y lo mal que lo pasamos también cuandocondenaronamuerteaFernanda,mipobrehijaveníaatraermeloquepodíaparadarmedecomer,yyo,losprimerosdías,nisiquierasupeporquénoestabanenlacasa…Tantotiempoallíencerrado,aterradoporquealguienmedescubrieray,sobretodo,porquelashubiesepasadoalgoaellas.MartinateníamuchocuidadodequeAzucenanomevieranisospecharanada,pobreniña.Siesquesiemprehasidomuyvaliente.Comosumadre,queesclavaditaaella.Enlapanaderíavivimosmuchotiempo,queyoestuveescondidoenelsótano

másdecincoaños,hastaqueesosdesgraciadoshicieronloquehicieron,queyaselohabráncontadoyyoprefieroolvidarlo,quenoeranhombresdeverdad,que

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unhombredeverdadjamáslehaceesoaunamujer,quenolonecesita…¡Y,aunaniña,jamás!¡Cabrones!Peromejorlehablodeotracosa,quemeconozcoymeenciendo,queesoesparamatarlosyparamuchomás.Ellosloqueríancontrolartodo,loquehacíamos,loquepensábamos…Hasta

loquecomíamos…Situfamilianoteníacartilladeracionamiento,nocomías;silatenías,temoríasdehambre.Peromuchoshacíanlodelestraperloporquenoteníanotraformadesobrevivir;muchascosassololasencontrabasallí,siteníasdinero,claro.Lospobrescomonosotros,nieso.Lospobressoñábamoscon lacarne, el café o el tabaco; y las calles de nuestrosmugrientos barrios olían alvinagre en quemetían el pescado para no comerlo así a palo seco; y echabanpiedrasdelaplayaalassopaseldíaquenohabíahabidopescaolasbarcasnopodíansalir;yhacíanmuchosguisosdeboniatosporquelaspatatas,niolerlas;yalgunos llegaron a machacar las aceitunas con piedras en un calcetín ymezclabanesezumilloverdosoconaguay lococíanyluegousabanel líquidocomosifueraaceite…Es que eso esmuy difícil de contar, porque, de los que lo vivimos, ya casi

estántodosenelpatiode loscallaosopoconosqueda.Peroesque todoerancalamidades, que en la mayor parte de los pueblos de alrededor y hasta enalgunos barrios deMálaga, ni alcantarillas ni agua corriente había. Y se nosacabóeljabónynosteníamosquelavarconunapastaconceniza,ylascazuelas,hastaconbarro.Ylospiojos,¡ay,esosasquerosos!Lasmujeresusabanpipasdecalabaza hervidas y hasta gasolina en el pelo paramatarlos. ¡Cuántas horas yhorasdespiojándonos!Ylasniñasymuchasmujeressetirabanlamañanaenterayendoalasfuentesylospozosparatraerelaguaencubos.Y,alavar,alrío;lashorasmuertassepasabanallí.Esodeiraloslavaderosfueunpocomástarde;Fernandayani lovio.Loquesí sufrimos fue lodesacar lashecesadiario,ocuandopodías,paraquenotevieran,porquesihabíademasiadamierdaenunacasa, pues allí había alguien más que no debía haber. Que cualquiera tedenunciaba. Imagínese. Mi nieta, que estudió, dice que era igualito que laInquisiciónesa.Fernanda se levantaba con el sol para trabajar y nos acostábamos cuando se

ponía,paranogastar luz,yhabíamuchoscortesy tampocomuchos lapodíanpagar,y,cuandollegabayalanochecerradaynoseveíaniunpimiento,comomucho encendíamos una bombilla en alguna habitación. Nosotros usábamoscandelillas,que lashacíaMartina,porque tampocoeldinerosobraba.Tuvimossuerte,yaselohedicho,enesacasahabíacocinayunpequeñosaloncito,perono era lo normal. Si yo le contara cómo vivieron mis hermanos, los que

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quedaron vivos…Pero no, no se lo contaré, que eso no le interesa a usted…Aunque laseñoraÁngelasiempre fueunángel, sí,nuestroángelde laguarda,Fernandanoqueríaabusaryyomesentíaorgullosodeellaporeso.Ypormuchomás.Ycómomedolíaamínopoderayudarlaacasinada,niatraerlaleña,conloquepesaba,queni cocinarni calentarnospodíamosapenasporqueeramuycaro.Lasnochesmásfríaslaspasábamosacurrucadoslostresjuntosparapoderdormir. Algunas mujeres más pobres venían a pedirle las ascuas a Fernandaporque sabían que ella al menos eso sí tenía, para encender la lumbre. Si nicerillashabía.No le cuentomás, que, sime pongo, no paro, porque hay tanto que contar,

tantoytanmalo…Esquenoparo…Losquevivíancercadebosquesodelasminas, lo teníanmejor,peroen lasciudades…Veíasa losniñosy lasmujeresrecorriendo las vías del tren buscando trozos de carbón para los hornillos, aveces secaíande losvagonesy sepeleabanporcogerlos.Y lospantalones sesacaban de los sacos y los trajes salían de las cortinas y las banderasrepublicanas se cortaban por la parte de los colores y se hacían vestidos dedomingo…ylaslíneasdecarboncilloquelasmujeressepintabanenlaspiernasparasimularlasmedias…Fernandacasinoqueríacontarmeloqueveíaafuera,porqueamímehervíalasangre,perohabíamuchotiempoquematarenesacasametido,sinpoderhacernada.Soloejerciciosquemeinventaba,queavecesmerecorría varias veces la panadería durante una hora sin parar, y ayudar aFernandaenloquepodía.Yyonome acuerdodedónde tengo la cabeza ahora, perode aquellos días,

hastadelcolordelvestidoqueella llevabaamisa losdomingosy lasfiestasycuandoalcuraseleantojaba.Ymiraquelejodía,peroellaalláqueiba,paraquela vieran. Pues también fue una pena lo mucho que se perdió, lo que noavanzamos, ahí todos todavía con los curas y haciendo todo lo que ellosordenaban, igual que hacía cien años.Y losmuchos que se fueron, a losmáslistos los perdimos, o asesinados o en el exilio. Cuánto se aprovecharon denuestroscientíficosynuestrosdoctoresenMéxico,esoaquínosequisocontarentonces. Porque los que se quedaron, muchos, siguieron siendo unosanalfabetosmucho tiempo, que yo aprendí las letras luego ymal, ya se lo hedicho…Aunquetambiéntuvimosnuestrasalegríasallídentro,porquenosqueríamosy

todoshabíamossobrevivido.Nuncapodíassaberquépasaríaaldíasiguiente,poreso los momentos bonitos eran todavía más bonitos, como cuando nacióLibertad,nuestrasegundahija,¡ay,québonito!Quérequeteguapa, igualitaque

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Fernanda era la niña, con esa carita demuñequita preciosa. Lo que lloraba lacondenada. Yo, ¿sabe?, es que prefiero quedarme con eso, porque ademásnosotrostuvimosmuchísimasuerteynovivimostodoloquequedabaporpasar.GraciasalaseñoraÁngela,porsupuesto.Sí,ellafuenuestroángeldelaguarda.Ynosésiquieresaberalgunaotracosaoyatienebastante,señorita…Esque

minietamedicequelodejeya,quemedebedeestarsubiendoelazúcar,peroyo,siustedlonecesita,lecuentomás.Solotienequedecírmelo,señorita.Porqueesseñorita,¿verdad?

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CAPÍTULOXXX

Málaga sigue pareciéndome tan hermosa… No será la ciudad más bonita deEspaña, pero ¿cómo iba a serlo, si en aquellos bombardeos la destrozaronentera? Ciento y pico edificios tiraron abajo los obuses y las bombas, otrosdoscientosyalgodañaron;eso,másloqueanteshabíandestruidolosanarquistasy loscomunistas,ycualquieraque se leantojarahacerdaño.Laciudadquedódescompuesta:«elimperiodelassombras»,lallamóKoestler,oalgoparecido…Pero,detodosmodos,Málagasiguesiendomiciudad.Hacíamuchosañosqueno regresaba. La siento en paz. Apenas me veo capaz de encontrar aquellascallesquedejéentonces;muchasdesuscasas,inclusolasquelaguerrarespetósinquerer, handesaparecido, se las han comido los apartamentos turísticos, laespeculación inmobiliaria, inevitable porque no nos creemos lo que somos deverdad,lomuchoquevalemos.Melaheencontradotandistinta:susplazas,susfuentes,susmercados,susparques,elpaseomarítimo,miMalaguetaquerida…lo superficial ha cambiado tanto comoyo; pero susgentes son lasmismas, suolor,sualegría,suscolores.Suvida.¡Ay!Quesí,quesíqueeslamásbonita…Nolograrondestruirsuesencia.Desdeaquíarriba,conlabrisacálidadelMediterráneorozándomelapiel,miro

ahoraloquequedadelacarreteraynopuedodejardevisualizaratodasaquellaspersonasque,sinimaginarlaratoneraqueera,noslanzamosaellaparaintentarsobrevivir.Ahoraestecaminoapenasdibujadobajolaschinas, laspiedrasyelpolvo, pero todavía manchado de ignonimia, se llama el Paseo de losCanadienses,enhonor,porfin,aloshéroeselcirujanoNormanBethuneyasusayudantes,HazenSeizeyThomasWorsley.Hastalosañossesenta,todavíaloscazadores, lospastoresyloscamionerosseencontrabanlosfémures, lastibias,loscráneosdesperdigadosdelosquecorrieron.Yanoseasustaban,no,conocíande sobra a qué desgraciados habían pertenecido, la mala suerte de quienesintentaronhuir.

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Elmaresunaesterilladeterciopelohaciaelcielo,brillante,cristalina.Martinayyoaprendimosluegoanadare,incluso,adisfrutardevacacionesenlaplaya,pero antes siempre teníamos que vencer un retortijón en el estómago y unasensacióndevértigoquecrecíaalacercarnosa lacostayquesolo lográbamosdominarcuandonosmirábamosalosojosylaunaalaotranosconvencíamosdequehacíamuchoqueestábamosasalvo.MiabuelaÁngelafuequientomóladecisión.Cuandonoscercioramosdeque

los dos hombres estaban muertos y bien muertos, Martina y yo fuimos abuscarla.Enelcamino, trasexplicarleloquehabíaocurrido, lepedíaMartinaque le contara loquehabíapasadocon supadre.Otrosmilesvivieronocultoscomoélduranteaños.Meparecióquemiabuelasonreíaalsaberlo;despuéssupequelohizo.Alfinal,habíapodidollegaraconocerlaverdaddeFernanda.Todossabíamos que sumarido no era el único que se escondió así: los sótanos, lospajares,lascocheras,lascuevas,cualquierlugarenelquecupieraunhombreomás, y pudiera mantenerse a salvo de las miradas y los registros, servían enaquellos días para intentar ocultar a un padre, un primo, una hermana quehubiesen tenido la mala suerte de estar haciendo algo equivocado durante laguerraoantes.Y eran tantas las equivocaciones: dicen las historiadoras Matilde Eiroa y

EncarnaciónBarranqueroensu investigaciónsobre la situaciónde lasmujeresen cárceles malagueñas tras la ocupación que las «rojas peligrosas», las«marxistasmalagueñas»,las«enfermasmentales»olas«criminalesmarxistas»—como llaman en la Historiografía española de la posguerra a las mujerespobresoqueseempeñaronenlucharpormejorarsusderechosdealgúnmodo,cuando laRepública lesdiounamínimaoportunidadocuandoen laguerra sedieron cuenta de que estaban a punto de perderlo todo, según cuentan ellas yotros historiadores como mi hija— que fueron duramente represaliadas,maltratadas e incluso asesinadas. Las que sobrevivieron, sufrieron el estigmadurante toda su vida «por querer salir de una situación de injusticia social através de reivindicaciones laborales y de expresiones públicas de susreclamacioneseideologíasenuncontextoidóneoparaello:laIIRepública.Ylanegaciónaatenderdichasdemandasporpartedelaaltaburguesíamalagueña,delospropietariosdetierrasydeempresarios,bajolabendicióndelasautoridadeseclesiásticas,empujóalapoblaciónruralyurbanaadefendersusposicionesconfirmeza. Lasmujeres no quisieron estar ausentes de este proceso, sobre todo,porque la Constitución de diciembre de 1931 les permitía, más que nunca,participarjuntoalhombreenlaesferapública».

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Fernandadeberíahabermuertotambién,ynoporsusideaspolíticas,sinoporser mujer, pobre, valiente y, el colmo de sus pecados, guapa. ¿Qué mayorescrímenesque esospara los fachas?Tantasmujeres fueron asesinadas…y, porsupuesto,milesdehombrescomoMiguel.Cientosdemiles.Queenesosíqueigualóaunasyaotroselrégimen.Alprincipio,muchosdeellospensaronquenoteníannadaquetemer,porque

no habían cometido ningún crimen. Pero ya sabe lo que pasó. Los famosostopos, quienes se escondieron para escapar de esa violencia sobre los rojos,vivieronocultosduranteaños.Detoposestánllenaslasficcionesquepretenden,comousted,queridaescritora,ahondarenloquesomoso,simplemente,recordarloquehicimosynoshicieron,quequedeescrito.AunquefueronpocoslostoposquesobrevivieronalapurgadelaSantaCruzada.Sin embargo, a pesar del alivio demi abuela, yo, con cada palabra que oía

pronunciar a Martina contándole lo que su madre y su padre habían vivido,sentíaaumentarlarabiadentro.Elodioqueseadueñódemíalverloquehacíanaquellosdesalmados,todavíaseguíamordiéndome.Yeraunsentimientonuevo,reluciente, que no podía dominar y que entonces seguí sintiendo sobre todocontra mi madre, al volverme a la memoria su imagen, oculta, sin moverse,observando,sinhacernadaparaayudarlas.Nisiquieraestabanerviosaporloquehabíahecho,sololaodiaba.Perdílafeenella.Dejédecreer.—Has sidomuy valiente,Martina. Y has hecho lo que debías—le dicemi

abuelacuandomiamigaterminadecontarle,casiyaenlapuertadelapanadería.—¿Ytú,Azucena?¿Túestásbien?—mepreguntaamíentonces.Asientoyledoylamano;ellaentiende.Enseguida,encuantoentraenelhornoyvealosdoshombresenelsuelo,se

aseguradecerraracalycantotodaslaspuertasyventanas,ycompruebaquelascontraventanastambiénesténcerradas.Enelcuarto,tansoloporunadeellassefiltra un rayode luzque ilumina como la espadadeun ángel exterminador elrostrosinvidadelmásjovendelosguardiasciviles,comoenunaparodiadesumuerte.Después, se acerca aFernanday la abraza.Lloran las dos.Cuando seseparan, se toma su tiempo para pensar qué puede hacer para arreglar eldesaguisadouocultarloalmenos.Todoscallamos.Suenanvocesfuera,alguienríeylascampanasdelaiglesiatocanamuerto.—Eslaúnicasolución,Isabel.Debenirsetodos—dicemiabuelaalfin.Mi madre está de pie junto a la mesa, tan seria que parece una imagen de

SemanaSanta.Nohadichonadadesdequehemos entrado en la sala, aunqueparece tranquila.Los cuerpos de los dos falangistas yacenuno a cada ladode

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ella.Unreguerodesangrelosrodea,abundante,yaenalgunaspartescoagulada,delmismocolorytexturaqueladeJacinto.Fernandameabrazaamíahora,surespiraciónaúnestáagitada.Recuerdoquepenséquemicorazóndebíadeestarmuerto,porqueyoseguíaserena;aunqueaúnsentíaunatremendairadentrodemí,queseacrecentabasinquereralmiraraesosdos tiradosanuestrospiesyque,sobretodo,crecíaalmiraramimadre.Martinasehabíarefugiadoentrelosbrazosdesupadre.Éllaacurrucaba.—Laúnica forma que seme ocurre de apañar esto para que no terminemos

todasfusiladasyélquiénsabecómo,esqueellossevayandeEspaña—dicemiabuela—.Tendréquecargarlaescopetaconelcalibremásgrande.Nocreoquetardemásdeunpardesemanasenconseguirleslossalvoconductos,unmes,alosumo.Yhará faltasuficientedineroparapagar lospasajesyel silenciode losque tienen que dejarlos ir. ¡Maldita sea! Me va a hacer falta alguno de loscollares de mi tía… Pobrecita ella, con lo que le gustaba ponérselos. —Miabuelacallauninstanteantesdecontinuar.Cuandolohace,sedirigeamimadre—.PeroAzucenadebeirsetambién.Mimadre no semueve.Memira a los ojos. Le sostengo lamirada. Nunca

habíaqueridocontantoahíncoalgo:deseécontodamialmaqueellasupieraqueladespreciaba.Quehabíadejadodecreerenella.—Ellaesmihija,tienequeestardondeyoesté.—Pues haberlo pensado antes de matar a Jacinto, Isabel. Todo tiene

consecuencias.Alfinal,pagamosporelmalquehacemos.Lodepremiarnosporelbienesotrahistoria.Azucenatienequemarcharseoterminaráconfesandoorepitiendo a quien no debe lo que ha dicho hoy aquí. Puede que a ti no teimportenlasconsecuencias,peroamísí,que,detrásdeti,iréyo.Yyahesufridosuficientesdesgraciasparaestavidayparalaquepaseenelinfierno.Además,ellahamatadoaunhombre.¿Esquenotedascuenta?—Yono voy a separarme deAzucena ni loca.Y ella no querrá irse sinmí.

¿Cómopuedepensarqueseiría?¿Haperdidoustedlacabeza?Miabuelaseacercaamí.Meacaricialacaradespacioyséquenometeme.

Ella jamás temióanadie.Tuve la certezadeque sabíaqueyo, simedieranaelegir,elegiríairmeconMartina.Perosecompadeciódemimadreycontinuó.—Siellasequeda,lastresterminaremosteniendoqueenfrentarnosaunjuicio

antes o después. Yo también. Y una cosa es juzgar a los rojos por crímenescontra los falangistas y otramuy distinta que unamujer rica cuyomarido hadesertadoyhastapuedequeestéluchandocontralosnazisahora,hayamatadoauncríoysehayadeshechodesucadáver.Yquedespués,suhijahayamatado

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delmismomodoaotrodelossuyos.Pormuycabrónquefuese.Yhayuntercermuerto, ahí está, míralo. Es falangista, guardia civil y falangista. A saber dequiénesseránhijosoamigosestosdos,meparecequenolosconozco.Paramigusto,sondemasiadosmuertos.Además,noteolvidesdeMateo.Sisobrevive,terminará volviendo en algúnmomento y te tiene que encontrar aquí, y amítambién, o estará perdido. No podría enfrentarse él solo a lo que venga. Lomatarían,Isabel.Élvaanecesitartuayuda.Entoncesmimadresíseponenerviosa.Miraalsuelo.Muevelacabezadelado

a lado,comoqueriendonegar loqueestáoyendo,perocuantomásniega,másparecedarsecuentadequemiabuela tienerazón.Sesirveaguaysesientaenunasillamanchadadesangre.Bebedespacio.Memira.Yonosupecambiarmissentimientosporellaycreoque llegóapercibirmiodio.Oquizássolosediocuentadequeelmalsepagacasisiempre.Ellayyoyaloestábamospagando.—Dígamecómolovaahacer—dicemimadrealfin.—Fernanda,¿estásbien?—preguntaentoncesmiabuela,dirigiéndoseaella.—Sobreviviré.—Pues llévalos a todos arriba. Quedaos allí, por favor. ¿Y dónde está

Libertad?—Tiene el sueño tan profundo que, si no la levantamos de la siesta, puede

dormirhastaeldíasiguiente.Estáenlaalcoba—respondeFernanda.—Mucho mejor para ella. Muchas veces, ojalá pudiéramos dormirnos y

despertarnosenunoscuantosaños.—Yo puedo ayudarles a sacar a estos dos de aquí, seguro que pesan—se

ofreceMiguel.—No —le interrumpe mi abuela—. Es demasiado arriesgado. Y no se

necesitantantasmanos.Estoesmásmañaquefuerza.Yahabéistenidobastanteporhoy.FernandayMiguellaobedecen.Loscuatrosalimosdelahabitación.Vamosa

buscaraLibertad,esunaniñapreciosa,parecidaaAzucena,perocon losojosmarrones como su padre. Cuando consigue abrirlos y se despereza, grita decontentaalvernosrodeandosucama.Losrostrosdelosdemás,sinembargo,seventaciturnos.Nisiquierasualegríanossirveparadespejarlassombras.Enelhorno,miabuelaestásentada.Miraa losdoshombres tumbadosenel

suelo.Noconsigueentenderporquéestánahí.Derepente, se levanta.Nohaynadaqueentender,lavidaeslamisma.—Lo primero es lo primero: Isabel, ayúdame con esos dos. No traían el

uniforme, así que seguramente… No, no creo que estuvieran de servicio.

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¿Vendrían vestidos de calle a algo que les hubieran mandado? Estaban muyborrachosybuscabanaFernanda,¿erantantontoscomoparadecirleaalguienaquévenían?—¿Ycómopodemossaberlo?Yonoséquédecirle.—Pues piensa, hija, piensa. Hay que pensar. Seguramente, ni siquiera ellos

supiesen que iban a terminar aquí. ¡Bien, se acabó la cháchara, vamos adeshacernosdeellos!—¿Ydespués?—Lodedespuésdéjameloamí.Mientrasnodescubranloquehapasadoaquí

esta noche, podré apañármelas. Todos ellos llegarán aMéxico. Lo importanteahoraesquitarnosaestosdosdelmedio.¡Manosalaobra!Mimadreymiabuelaarrastraronprimerouncadáveryluegoelotroaldesván

de la tahona, almismo sitio donde había terminado Jacinto.Como en aquellaocasión, echaron la llave. Salieron al amanecer, con el rostro desencajado, elcuerpo empapado de sudor y la ropa espolvoreada de cal viva. Algunasmadrugadasdespués,elhornovolvióafuncionar.Duranteunashoras,elhumoquesalióde lapanadería impregnóelairedeMálagadeunpolvoblanquecinoquesehabíadesvanecidoyaalalba.

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CAPÍTULOXXXI

Miro el mar… ¿Cómo es posible que apenas se sepa lo que ocurrió en estelugar?Tantosasesinadosquenadiehasidocapazdecontarlostodavía.¿Yquizáfueron trescientas mil las personas que huyeron? ¿Cinco mil, diez mil lasvíctimas indefensas?Algunosde sus esqueletos fueron trasladados alValledelosCaídos,dondesirvieronderellenoparalevantarlastumbasdeotrosmuchomásnoblesqueaquellos infelicesandaluces;obien los terminaronenterrando,sinidentificar,enelcementeriodeSanRafael,enlamayorfosacomúndetodaEuropa,incluidaslasqueperpetraronlosnazis.Lamayoríadelosdescendientessiguen sin saber dónde deben ir a recordarlos. Hay quien aduce que eso nisiquiera importa, pero otros muchos necesitan conocer su paradero. Para mítienen todo el derecho. Fueran quienes fuesen y los asesinaran quienes losasesinasen.Pero ninguno de los dos bandos reconoció nunca lo que aquí ocurrió, la

ignominiadeunoylatraicióndelotro;nadiehapedidodisculpas,nadiehasidojuzgadoporcrímenescontralahumanidad.Mihijadicequenoprescriben.Noprescriben.Nosotrosfuimoslasvíctimassinrostro,nombreniidentidad.Comotantasotrasenestemisérrimoplaneta.Lajusticianoexiste,dijoalguienenesterelato.Estoydeacuerdo.Nosotros fuimos losdesharrapadosquepadecimos laviolencia de los que sí tenían motivos para matar. Me cuentan que, durantemuchosaños,aestacarreterasiguieronviniendoalgunos,ocultosporelmantodelanoche,adejarfloresasusmuertos.Lohacíanavergonzadosporserhijos,tíos,sobrinos,nietosdelosrojosquecorrieron,perodecididosanopermitirquesumemoriaquedarasepultadaporlavida.Ylomismosiguepasandoenmuchosotroslugares.Peroestaeramitierray,este,mimar.A veces, al mirar al océano, me sobrevenía la nostalgia de mi casa, de mi

abuelaydemimadre.Yyo,entonces,lloraba.Séquemimadreyanovolvióavestirdecolores,ellaquehabíasidosiempretanalegre,laguerranosapagólaexistencia.Nosseguimosescribiendocadasemana;sobretodo,searrepentíade

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haber obedecido a mi abuela yme pidió perdón por haberme dejado ir, perojamásmeexigióquevolviera.Creoquellegóaentenderme.Aunquemuriómuypronto,deuninfartodiezañosdespuésdequemipadreregresara.MiabuelaselasarreglóparaquenoleformaranunConsejodeguerraytansolopermanecióun par de meses en la cárcel de Sevilla, esperando el juicio, en el que fueabsuelto por falta de pruebas. Él volvió justo cuando Franco estaba máspreocupadopordaruna imagenmenossanguinariadesurégimenanteel restode países occidentales, a los que necesitaba como el comer para salir de lamiseria.Fue laépocade los indultos,en laque losganadoresseapresuraronainstaurarlapolíticadelborrónycuentanuevaobligados.Eldineroyelpoder,denuevo,consiguenqueelolvidoseamásperentorioquelaverdad.Mimadre,conlaayudadeAlfonsitoy,mástarde,demipadre—aquienestoy

seguradeque,siellallegóaconocersusecreto,nuncaseloconfesó—,aprendióavivirsinmí.Yotambiénaprendíavivirsinella.Mipadresevolvióacasaralañosiguientedesumuerte.Nosinvitóalaboda,peroMartinanoquisoasistir,por respeto a Fernanda y a Miguel, quien ejerció siempre como su padreverdadero,yyopreferínoestartampocoenaquellaceremonia.Alfonsitosepasótodavíamuchosañossinhablarniunapalabraconsentido,aunquereír,yasabequereíamucho;alomejoresporesoporloqueahorasiguesiendounodelospolíticosmásqueridosdeMálaga.A veces, cuando Martina me preguntaba si quería regresar a España, yo

dudaba, pero enseguida terminaba recordando el odio que sentí pormimadrecuandonohizonadapor impedirqueaquelloshombresviolaranaFernandayquetampocolohabríahechoporevitarquehicieranlomismoconMartina.Nielodionielamorsepuedendominar.Peroellasnoshabíansalvadoanosotras.Sinsu ayuda, jamás habríamos regresado a Málaga. Mi madre había prometidocuidardeellas,¿quéfueloquelehizofaltarasupromesa?Queellaaveriguaraque mi padre era también el padre de Martina nunca fue para mí razónsuficiente, si esque loaveriguó,queyanunca lo sabré. ¿Vivióconvencida deque Libertad era también hija de mi padre? ¿Y siguió tanto tiempo callada,odiandoaFernandapor ello?Tampocopuedo saberlo.Loque sí sé esque, alsorprender aMiguel aquel día desgraciado en la tahona, todo quedó claro derepentey,sobretodo,quedetodasformassudeudadebióhabersidoparaellaunamotivaciónmáspoderosaque su rencor.Y si fue capazdematarunavezparaqueno lehicierandañoaella, ¿no lohabría sido tambiénparaevitaresemismodañoenotroserhumano?

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Pensé muchas veces en aquella tarde. Durante mucho tiempo me aterró nosaber simimadre habría sido igual de cobarde si, en lugar de aMartina, esehombremehubieraencañonadoamí.Sisehabríaquedadoinmóvilviendocómomeviolaba.Esepensamientomemartirizó.Aunquesobretodomedolióperderla fe; todos necesitamos creer en algo y dejar de tener fe en ella me dejódesvalida.Aprendíentoncesqueelsentimientomásfuerteeselodio,muchomásincluso que el amor, sabe usted, querida escritora, muchísimomás. ConseguídejardeodiarlacuandolleguéaMéxicoymevestíotravezdecolores,ymedicuenta dequeMartinayyo seguiríamos siempre juntas, pese a que enseguidatuvelaseguridaddequejamáspodríavolverconmimadre.Nuncalaculpéporloquehicenitampoconuncamesentículpable.Deloque

ocurrióenlatahonasolohubodosculpables,ylosdosmurieron.Y,además,sinoloshubiéramosmatado,habríanhechomuchomásdaño.¿Esoesjusticia?Nolosénimeimporta.Nomeimportónunca.Séqueeliminédelmundoaalguienquenomerecía estar en él.Nomedio penani sentí remordimiento.Quizá hevistosufrirymorirademasiadagentesinquelomereciese;elquesufraalguienquelomerezcamedejódeimportar.Y, en México, cuando Fernanda oía hablar sobre la guerra de España, ella

tambiénlloraba.Sentíapenaporsupaís,porsuscompatriotas,portodos:porlosrepublicanos, por los fascistas y por los que no eran ni lo uno ni lo otro. Y,aunque yo le he recordado muchas veces lo que ella y su hija hicieron pornosotrasenlacarretera,nuncalosintiócomoalgoheroico:—Túereslaúnicaheroínaaquí,Azucena—medecía—.Cuandoalguienhace

elmal, solo hay tres tipos de personas: los ruines que se unen a la fiesta, loscobardesquecallanylosjustosyvalientesquelointentanimpediracostadesupropiavida.Lodemásnoesmásqueunapatrañaquenoshanhechocreerparaque vivamos tranquilos, porque lamayoría de nosotros somos de los que nosquedamosmirandosinhacernada.Tampocolepreguntéporquénoaceptócasarseconmipadre.Élse lopidió.

Solo cuandoyo también tuve unmarido supe por qué lo había hecho: ella noquiso, como no habría querido yo, obligar a nadie a vivir como no quería. Elamoresinvencibleenlaspelículas,enlavidaelromanticismoesunaestupidez,hayqueserprácticos.EllaseenamoróluegodeMiguelyfuefelizconél.Y,sisehubiesequeridocasarconmipadre,miabuelanosehabríaopuesto.AellasílepreguntéporFernandaynuncatuvopelosenlalengua:—Fernandaerademasiadamujerparamihijo,Azucena.Sino,élnolahabría

dejado marchar. Pero eso de contigo pan y cebolla es muy bonito solo para

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quienesnohanprobadoeljamóndejabugo.Loúnicocoherentequehizoentodasu vida fue desertar.Y hasta con esome causó problemas.Tu padre eramuyseñoritoparahabernacidodemisentrañas.Siempreseparecióatuabuelo,queenpazdescanse,quesefuedeestemundopocoantesdequelaemprendieranatiros,justoatiempo,paranotenerquesufrir.Yalterminarlafrase,sereíaconesascarcajadaslimpiastansuyas,demujera

gustoconlavida.Fernanda y Miguel vivieron juntos en México el resto de sus días. Los

primerosaños,comotantosotrosycomoyasehancansadodecontarmilesdenovelistas,cineastas, investigadoresy lospropios interesadoshastaen internet,el pañode lágrimasde losdesgraciadosdemediomundo, esperaron llenosdeilusiónaqueganaranlaIIGuerraMundiallosquelaganaron;entonces,decían,las democracias pondrían a Franco en su lugar y le presionarían para querenunciasealGobierno ilegítimoyEspañapodríacurardeverdad susheridas.Pero el egoísmoy elmiedovolvieron a imponerse, y esonopasó, y entoncesdejarondepensarenEspaña.Seobligaronaelloigualquemeobliguéyo.Eralamejor forma de intentar que dolieramenos. Ellos no quisieron volver a pisarsuelo español ni cuando Franco, por fin, se reunió con su amadoDios Padre.Aunque,alpublicarselanoticiaoficial,brindaronvariasvecesporsumuerteconvinodulce,traídodeMálagaparalaocasión,yluegosebañarondesnudosenelmar, plagado de arrugas su cuerpo y de achaques ya, ymuertos de frío, puestuvieronqueesperaralanocheaquelaplayasequedaravacíaparafestejarasumanera, de la forma más irrespetuosa que se les ocurrió, que ellos habíansobrevivido a aquel ser insensible y dictador, que engañó incluso a los suyos.Imagíneseustedcómolocelebraron,queridaescritora.Imagíneselo.Martina y yo siempre fuimos inseparables. Éramos hermanas de padre y así

vivimos, como hermanas.Aunque nos habríamos querido igual de no haberlosido.Inclusonoscasamoscondoshermanosynuestrascasasestuvieronsiempreenlamismacalle,hastaqueellamedejóhacepocoporculpadeuncatarromalcuradoqueseconvirtióenpulmoníayselallevó.Murióenmisbrazos,yaqueellamehabíaacogidoenlossuyosdesdesiempre.Mientrasyolateníaabrazada,ellatarareaba,enbajito,unadelasnanasmásbonitasqueyolehabíaescuchadocantar a su hija recién nacida: una que se llamaba «Alegría». Siguió con esacostumbretodasuvida.Alamínimaquepodía,seponíaatararearalgunadelascanciones que se inventaba. La echo tanto de menos…Ojalá hubiera podidollegaraleeresterelatocompleto,contodassusaristas,comoustedlohadejado;estoy segura de que le habría gustado contarle ellamisma cómome sacó del

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pozo,loestuvopensando,pero…Detodasformas,ellameayudóarecordaryaponerpor escrito loqueustedmepidióque le explicase.Muchode loquehecontadosontambiénsusrecuerdos.DeMartina,ahora,nopuedohablarlemás.Losiento…Tienequedisculparme…Mipadre, bueno,mi padre no,Miguel, sigue vivo.Esmuy anciano, pero lo

recuerdaabsolutamentetodo.Loquehalloradocuandovolvimosahablarsobreloquepasóyleayudéacontarlo.Perohamerecidolapena,ellibrohaquedadomuybien,queridaescritora;amí,almenos,asímeloparece.Hapuestoustedtodoloqueyoleherelatado,perodeformaqueseleeenunsuspiro.Ytambiénhaincluidoloquelehancontadootros—esomehagustadomucho;aunquelaverdad,ya ledigo, solo tieneunacaraapesardequemuchosquieranponerlevarias—.Nohepodidodejardeemocionarmealleerloasí,todojunto,comositodosfuésemosescritores.Pero¿porquénopuedodecirsunombre?Ellibrosepublicaráconsunombre

real…¿no?Porfavor,dígamequesí…Es importantequeseaasí,quesesepaqueaúnhaypersonasdetodotipo,ideasysentimientosaquieneslesinteresalaverdad. Pero espere que termine de lanzar estas flores al mar y le digo algoimportante…Yaestá,yapuedoseguir…Siemprequisehacerestoporlosmuertosquehubo

aquí…Seloimagina,¿aquesí?¿Y qué iba a decirle yo? ¡Ah!, sí, algo importante: que le agradecería que

pusiera mi nombre en su libro, diga usted que me llamo Azucena OrtegaPachecoysoynacidaenMálagaen1926,hijadeMateoOrtegaNogueraydeIsabelPachecoClespi,enlacalledelPezn.º٥.Dígalo,quenotemoquenadiemejuzgue.Silajusticianoexiste,¿noselohedichoya?Lajusticiasoloactúacondiligenciaparafavoreceraaquellosquejamástendránquereclamarjusticia.Y,además,silajusticiaexistiese,¿saldríayoculpableoinocente?¿Ycuálseríamicondena?Ningún juezdeestemundopuedecondenarmeanadapeorde loquemeobligaronavivirentonces…Yohepagadoconcreceselcastigopormispecados.YenDiosdejédecreerenlacarretera,asíque,yave,almenosenesolesganoaFrancoyasussecuaces.Porcierto,quierodarlelasgracias,queridaescritora,pordarmelaoportunidad

dehablar.Aunquejamáshabrápalabras losuficientementedurasniafiladasnibrillantes ni fidedignas que nos devuelvan todo lo que nos quitaron, aunquejamásnadiepodrállegarasentirdentrodesímismoalleerlasoescucharlaselmismo dolor, la misma rabia, indignación, pena, indefensión, tristeza,desesperación,abandono,traición…Nadiepodrásentirloquesentimosquienes

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estábamos en el lado equivocado, o quienes siguen sufriendo por ello ahora.Pero, al menos, al ponerlo por escrito, trascenderá a nuestra memoria. Es loúnicoquenosqueda,¿sabe?,que lamemoriapermanezcaparaque,algúndía,alguienmásjustoymásimparcialllegueadiscernirlaverdad.Porquelaverdadsehacontadoya,perosesiguecreyendolaquesecuentacomoaunoleinteresaolegustamás,porquenosmeteundedoenunojoparanopermitirnosvivirsinpensar en lo que fuimos.En lo que somos. ¿En lo que seremos? ¡Ay!, lo queseremos…Si da pena pensar cómo a pocos les removerá esta historia que haescrito,aunquelosquenacieronluegoylosquenaceránseránsiemprelosmásperjudicadospor loqueno lesdejaronser.Y lopeoresque lamayoríanisoncapacesdeimaginarlonidecreerlo.Graciaspordejarmecontar loqueviví, loquesufrí, loquehicey loqueme

hicieron.Gracias por interesarse en conocermi historia, nimás importante nimás cruel que la de otrasmiles ymiles de víctimas que conocían bien a susejecutoresyaquieneselcolordesusuniformes,desusideas,desusojosodesudinero les era indiferente. Las víctimas no clasifican a quienes lasmortifican,torturan, violan o asesinan. Les da igual que sean hombres o mujeres;comunistas,socialistas,anarquistasofascistas;ricosopobres;buenaspersonasocanallas.Para lasvíctimas,susverdugossiempresonculpables.Culpablescontodaslasletras.¿Silosotroshubieranganadolaguerra,habríanactuadoigual?Esa pregunta siempre se la hizoMiguel, creo que incluso la ha hecho en esterelato,yotros se la siguen formulando.La respuesta tienemuchoquever conquién considere usted que estaba «en el lado equivocado». Yo siempre hedefendidolomismo:lasvíctimasloestán,lasvíctimassonlasqueestánsiempreenelbandoequivocado.Yjuzgarloquenoocurrióesunaestratagemaindignapara eludir el juicio de los crímenes que sí se cometieron. Pero el mundo yadebería haber evolucionado para que no se permitiera ese juego vil. Quienesdeberíanimportarnossonlosquesufrieron,nolosquehicieronsufrir,¿quémásdaquiénesfueranlosunosolosotros?Aunque ya termino, que al final he hablado lo que no quería, que ya estoy

cansadadeescucharamuchosquetengoqueolvidar.Perdonar,quizá;olvidar,jamás. ¡Quémanía tienen los poderosos con que olvidemos! ¿No se ha dadocuenta? Siempre es así, intentan convencernos de que nuestro pasado noimporta.Pero, si dejamosquenosquiten lamemoria, ¿cómo sabremos lo quesomos?Piénselo…Justoporesotenemosquehacermemoriacadadía.Tambiénhayquienesnoquierenrecordarporquelesduele.Yesderespetar.Esossiemprepuedennoleerestahistoria,queridaescritora,avíseloenalgúnlado:estahistoria

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duele.Muchasveces escuchoaPacodeLucía.Suguitarrame recuerda a estatierra,estafuerza,estemarmaravilloso,esta luz,estaalegría,elcorazónnobledesugente,labellezadesuslugares.Hacemuchoquenolohagollorando.Nomequedamáspordecirle,queridaescritora,soloqueamiabuelaÁngelala

eché demenos todami vida, supongo que se lo imaginará…De todo lo queperdícuandomefuideEspaña, loquemásmedolió fuequemeseparasendeella.Nuncameacostumbréanotenerlaamilado,aunqueellaestabadentrodemíentoncesyaúncontinúaconmigodealgúnmodoquesoloentiendenquienesamaronmuchoaalguienqueyanoestá.Siempre lasentímuycerca.Además,vinoavisitarnosaMéxico,notanamenudocomonoshabríagustadoydespuésdequemimadrefalleciera,pero¿acasopodríaserdeotromodo?Laprimeravezquevolvimosaestarjuntasfueaquí,enMálaga,duranteunassemanas,cuandoregresé acompañada por Martina para asistir al funeral de mi madre. Fue unentierrotriste,llenodemujerestristesydehombrestristesymuyimportantes.Hablamos mucho entonces mi abuela y yo. Aquí mismo quiso que nos

reencontráramos, frente a este mar tan hermoso. Allá arriba, en lo alto de laloma,plantamosesealmendro.Florecenenfebrero,¿entiendeusted?Florecenenfebrero.

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NOTADELAAUTORA

Estimadolector,permítamecontarlecómosurgióestanovela:porcasualidad,meencontréenInternetconlagrabaciónenvídeodelosrecuerdosdeunaancianaquehabíasidounadeaquellasniñasquecorrieronporlacarreteradelamuerte.Cuandosucedieronpartedeloshechosaquínarrados,ellanoteníaideología,nosabíadepolítica,noeramásqueunaniña,nirojaniazul.Sullantoyasiendoanciana,sutristezainfinita,suimpotenciaantelaignoranciageneralizadadeloqueellayotrosmilesdeandaluceshabíansufridoenMálaga hace yamás de ochenta añosme impactaron. Fueronmuchas las horas que pasé visualizando yescuchandounayotravez losdesgarrados lamentosdemuchosotrosque, comoella, quisierondejar sutestimonio grabado, enmuchos casos hace almenos una década, de lo que vivieron, para que nadie loolvidaracuandoellosyanoestuvieran.Másinclusoquejusticiaporloqueleshicieron,portodosuterror,sudolorysusufrimientoinjustificados,loquepedíaneraquesutragediaseconociera.Mi padre era andaluz, deGuarromán, y esas personas se parecían a él.Hablaban igual, vestían igual,

sentíanigual.PeromipadreviviósiemprecreyendolaHistoriaoficialdelFranquismo,laqueelRégimenquiso contar a toda su generación y que incluso a veces se sigue relatando ahora.Y, sin embargo, esoshombresymujeresnomentían.Sudolorerareal;supecado,habernacidopobres;sumayorpena,quenosesupiera la verdad y, sobre todo, que nadie les hubiera pedido perdón. De la tristeza queme invadió alescucharlos y de la indignación que sentí al darme cuenta de quemi propio padre, tan parecido a JuanConejerooaManuelMuñoz,nohabía sabidonadade loqueocurrió realmenteensuamadaAndalucía,surgióestanovela,queestádedicadaatodaslasvíctimas.Atodas.Porquenotengoningunadudadequeabsolutamentetodassoniguales.Yespor eso,porqueestanovela surgede lanecesidaddecontar laverdad—almenos ladeaquellos

malagueñosqueintentaronhuirdeladesgraciaysetoparondebrucesconella—,porloquetengoeldeberde indicarque, eneste relato,muchosde los sucesosodescripcionesdecómoocurrieron loshechos,decómoseviviólatragediaydecómoeralavidadelosmalagueñosenelperíodoqueabarcalanovela,hansido extraídos de testimonios personales que se pueden encontrar en Internet, de numerosos trabajos deinvestigación realizados en el ámbito universitario por historiadoras comoMatilde Eiroa o EncarnaciónBarranquero,dememorias,deautobiografías,deobrasdeestudiososdelaépocadediversaprocedencia,dediariosdelaentradadelejércitodeQueipodeLlanoenMálaganarradosporquieneslavivieron,etc.A continuación, se enumera la extensa bibliografía que consulté y de la que, a veces, extraje algunas

líneasquemeimpactaronespecialmente,aunquesehayanomitidolascitasdadoelformatonoveladodelrelato,quenolasadmitiría.Enelcasodeque,siempreporerrormío,seencontraraeneltextoinformación(ya novelada) cuya referencia bibliográfica no aparezca relacionada oportunamente, ruego que se meindiqueparasubsanarelerrorenposterioresedicionesypidodisculpasdeantemano,pueslaHistoriapartenecesariamentedelavisiónfragmentadademuchos,aunque,comoenestecaso,sehayahechoformarpartedeunaficción.Asimismo, debo advertir quemuchas son las licencias queme he tomado al adoptar la estructura en

formadetestimoniosdediferentespersonascomoejedelanovela.Esprobablequeellectorhayaadvertidoquealgunosdelospersonajescuyasdeclaracionesrecopilalaautoraenlaficciónsonpersonasreales,como

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elpensadorArthurKoestleroelarquitectocanadienseHazenSeize,quemurieronhaceañosynopodríanhabercontribuidoaunrelatosimilaramenosquesurecopilaciónsehubieradesarrolladoenunperíododemás de dos décadas.Otra de las licencias que creo oportunomencionar, aunque demenor calado, es lareferenciaalosrefugiossubterráneosdeAlmeríasolounmesdespuésdequeempezaranaconstruirse,enenerodeltreintaysiete.Enrealidad,fueronconcluidosmásdeunañodespués.LasobrasseagilizarontraslallegadadelosrefugiadosdeMálaga.Ahorasepuedevisitarmásdeunkilómetrodesustúneles,asícomoel propio quirófano del que se habla en esta novela, junto conmaterial donadopor unmédico en 1941.Forman parte de los Lugares de Memoria Histórica de la Junta de Andalucía. Asimismo, entre otrasdiferenciasconlarealidad,VillaAlegrenuncatuvoelusoqueaquíseleda.Sobre los errores históricos, en caso de hallarse alguno en el presente texto, asumo toda la

responsabilidad. Mi formación en Humanidades me lleva a ser muy exigente con la investigación querealizoalemprenderunanovelacomoesta,y,segúndecía,muchasdelasfuentesqueempleosonprimariasy también secundarias, así comode personalidades de autoridad contrastada en lamateria, pero siemprepuedocometerdeformainvoluntariaalgúnerrorointroduciralgunaincoherenciaenloshechosrealesenlosquesecircunscribelaficciónqueimagino.Pidoporello,también,disculpasdeantemano.

AMELIANOGUERA

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BIBLIOGRAFÍA

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Primeraparte:https://www.youtube.com/watch?v=tEI2-MnV2nE;

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SITIOSWEBEntorno virtual de investigación: formando parte del proyecto Historia y Memoria Histórica online(HISMEDI),lapáginacorrespondienteaLACARRETERADEMÁLAGAAALMERÍA,FEBRERODE 1937, disponible enhttp://evi.linhd.uned.es/projects/hismedi/om/exhibits/show/lacarreterademalagaaalmeria/bibliografia-y-literatura-sob