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EL PODER PERFECTO [2 Corintios 12:7-10] 16 de junio de 2014 Por: Rev. Gerald Koning. Trad. Dr. Iván Montes Hace varios años, con mis padres salimos de la ciudad, decidimos desayunar antes de salir de casa. Nos lo pasamos muy bien juntos y como estábamos terminando nuestras tortitas y salchichas y los últimos sorbos de café, cuando me di cuenta de que mi hijo Jesse, quien tiene síndrome de Down, se quedó sentado por un tiempo. Luego, él se levantó y se acercó a la cabina justo enfrente de nosotros, donde dos caballeros distinguidos estaban teniendo su desayuno de negocios. Ambos estaban bien vestidos y tomaban su desayuno muy probablemente antes de ir a la oficina. Pues nuestro hijo muy sociablemente me pidió que yo le presentara al hombre mayor de los dos caballeros, quienes para nosotros eran unos perfectos desconocidos. El hombre fue muy amable y estrechó la mano de Jesse cuando él se la extendió. Al darse cuenta de su aceptación por el hombre y de su gesto de bondad, Jesse fue y le dio un abrazo. Así que ambos se abrazaron, allí mismo en ese lugar reservado. Entonces, Jesse hizo algo aún más audaz, y después del abrazo, le aplicó al hombre un pequeño torniquete en la cabeza y le dio un "nuggie", o sea una refriega a manera de molino sobre su cabeza. Rápidamente intervine y aparté lo más lejos posible a Jesse y empecé a pedir perdón al hombre. Regañé a Jesse y le dije que este buen hombre no merecía tener un "nuggie" y le pedí a mi hijo que se disculpara. Pero antes de que yo pudiera convencer a Jesse que expresara sus palabras de disculpa, el hombre tomó la palabra y dijo: "Sí, yo creo merecer esto." Yo me quedé bastante asombrado, y le dije: "No, señor, Ud. no lo merece en absoluto. Usted no hizo nada para merecer eso. "él respondió: "Oh, sí", dijo, "me lo merecía porque no traté bien a mi esposa cuando salí de la casa esta mañana." Y añadió:" A veces Dios para llamar nuestra atención y habla a nosotros través de un gran hecho, como una zarza ardiente, otras veces Él puede hablarnos a través de usted, a través de ¡Un niño con discapacidad! " Pienso en ese incidente y ahora me doy cuenta de que casi reprendí un mensajero del Señor, que es lo que Jesse había sido en ese momento. El texto de 1 Corintios 1:27 viene de inmediato a mi mente lo que dice la Escritura "Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos." Cuando Pablo llegó a Corinto para predicar el Evangelio estaba bastante adolorido. Él había recibido una paliza. Las cosas no le habían ido demasiado bien en Atenas. Los sofisticados atenienses no pensaban demasiado en el Evangelio que Pablo predicó y, básicamente, lo enviaron devuelta por su camino. Así llegó a Corinto y se decidió a hacer algo diferente. Dice en 1 Corintios 2:1-5: Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría. Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de éste crucificado. Es más, me presenté ante

El Poder Perfecto. 2 Corintios 12,7-10

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Sermón del Rev. Gerry Koning, de la CRCNA, con motivo de su visita a El Salvador.

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EL PODER PERFECTO [2 Corintios 12:7-10] 16 de junio de 2014 Por: Rev. Gerald Koning. Trad. Dr. Iván Montes

Hace varios años, con mis padres salimos de la ciudad, decidimos desayunar antes de salir de casa. Nos lo pasamos muy bien juntos y como estábamos terminando nuestras tortitas y salchichas y los últimos sorbos de café, cuando me di cuenta de que mi hijo Jesse, quien tiene síndrome de Down, se quedó sentado por un tiempo. Luego, él se levantó y se acercó a la cabina justo enfrente de nosotros, donde dos caballeros distinguidos estaban teniendo su desayuno de negocios. Ambos estaban bien vestidos y tomaban su desayuno muy probablemente antes de ir a la oficina. Pues nuestro hijo muy sociablemente me pidió que yo le presentara al hombre mayor de los dos caballeros, quienes para nosotros eran unos perfectos desconocidos. El hombre fue muy amable y estrechó la mano de Jesse cuando él se la extendió. Al darse cuenta de su aceptación por el hombre y de su gesto de bondad, Jesse fue y le dio un abrazo. Así que ambos se abrazaron, allí mismo en ese lugar reservado. Entonces, Jesse hizo algo aún más audaz, y después del abrazo, le aplicó al hombre un pequeño torniquete en la cabeza y le dio un "nuggie", o sea una refriega a manera de molino sobre su cabeza. Rápidamente intervine y aparté lo más lejos posible a Jesse y empecé a pedir perdón al hombre. Regañé a Jesse y le dije que este buen hombre no merecía tener un "nuggie" y le pedí a mi hijo que se disculpara. Pero antes de que yo pudiera convencer a Jesse que expresara sus palabras de disculpa, el hombre tomó la palabra y dijo: "Sí, yo creo merecer esto." Yo me quedé bastante asombrado, y le dije: "No, señor, Ud. no lo merece en absoluto. Usted no hizo nada para merecer eso. "él respondió: "Oh, sí", dijo, "me lo merecía porque no traté bien a mi esposa cuando salí de la casa esta mañana." Y añadió:" A veces Dios para llamar nuestra atención y habla a nosotros través de un gran hecho, como una zarza ardiente, otras veces Él puede hablarnos a través de usted, a través de ¡Un niño con discapacidad! " Pienso en ese incidente y ahora me doy cuenta de que casi reprendí un mensajero del Señor, que es lo que Jesse había sido en ese momento. El texto de 1 Corintios 1:27 viene de inmediato a mi mente lo que dice la Escritura "Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos." Cuando Pablo llegó a Corinto para predicar el Evangelio estaba bastante adolorido. Él había recibido una paliza. Las cosas no le habían ido demasiado bien en Atenas. Los sofisticados atenienses no pensaban demasiado en el Evangelio que Pablo predicó y, básicamente, lo enviaron devuelta por su camino. Así llegó a Corinto y se decidió a hacer algo diferente. Dice en 1 Corintios 2:1-5:

“Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría. Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de éste crucificado. Es más, me presenté ante

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ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo. No les hablé ni les prediqué con palabras sabias y elocuentes sino con demostración del poder del Espíritu, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana sino del poder de Dios”.

El enfoque que Pablo tomó fue uno que se caracteriza por la debilidad, y aunque la iglesia en la ciudad de Corinto floreció, tuvieron algunas divisiones desafortunadas acerca de quién era el verdadero líder de la iglesia y cuál era la enseñanza que debían seguir. Después de las primeras cosas que refiere Pablo en la carta, parecían estar mucho mejor, pero todavía había un grupo de gente que no consideraban a Pablo como un auténtico Apóstol y en consecuencia escuchar y creer a sus enseñanzas. Así que Pablo en la parte final de su segunda carta se dedicó a defenderse de los señalamientos. Adoptó una postura muy personal, y en esta parte de la carta habló no sólo sobre las revelaciones que él recibió del Señor, que sin duda debe validar su pretensión de hablar con autoridad de Cristo, sino también acerca de las luchas personales que tenía con lo que él llama una "espina en la carne." ¿Qué era eso? Yo no estoy tan seguro. Pablo lo llama un mensajero de Satanás, pero que fácilmente podría haber sido una deficiencia física o discapacidad. Fuera lo que fuese, la Escritura dice que al menos tres veces Pablo rogó a Dios para que se lo quitase. Pero cuando oraba de esta manera, Dios le habló y le dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la debilidad." Piense en esto: El poder de Dios se perfecciona en la debilidad. Este es el Todopoderoso Dios del que estamos hablando. Ya sabes, es ese poder que trajo el universo a la existencia. Dios habló: "¡Hágase la luz!" Y se hizo la luz. Dios separó los cielos de la tierra. Y fue tal como lo dijo. Y entonces Dios separó el agua de la tierra seca, y así fue. Finalmente, Dios formó a una persona fuera de la tierra seca y luego sopló en él y de pronto ese hombre se levantó y podía caminar y hablar y pensar y probablemente mascar chicle al mismo tiempo. Ahora ¿Qué es el poder? Entonces, ¿Qué quiso decir Pablo cuando dice que ese poder se perfecciona en la debilidad? Pienso que quiso decir que todo cuanto D creó era perfecto al momento de la creación. Bueno, lo era, pero hubo un problema enorme que entró en el mundo. Se llama pecado. Pero Dios iba a hacer algo al respecto. Él iba a demostrar lo poderoso que Él era. Él amó tanto al mundo, que dio a su Hijo unigénito al mundo, para que los que creen en él nunca se pierdan, mas tengan vida eterna. El amor de Dios es la cosa más poderosa en el mundo. Jesucristo vino a mostrar el amor de Dios - para demostrar al mundo la gran extensión de su amor, la fuerza más poderosa en el mundo. Cristo se hizo carne, y luego se entregó a sí mismo, al dolor y la opresión, a la aflicción, los golpes, burlas y azotes, el despojo y la crucifixión. Hasta que no había más que un Cristo desnudo en la cruz, con todo lo despojado; y no quedaba nada, pero sí un corazón puro, el corazón de Dios, el que tanto amó al mundo.

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Así que cuando Dios dice: "Mi poder se perfecciona en la debilidad", esto es lo que está diciendo. Satanás no fue derrotado por un golpe celestial poderoso, sino por el Cristo derrotado en la cruz. Esto era a la vez el momento más débil de la historia y el más poderoso a la vez, de hecho el más potente, se trataba de la primera potencia que trajo el universo a la existencia. Pablo ha aprendido que el camino de la cruz es el camino de Cristo. El Apóstol ha resuelto por convicción personal dedicarse a asimilar tener el corazón de Cristo. Pablo se está abriendo paso sobre sí mismo y su vida, ha determinado que a pesar que su vida está bien educada, a pesar de que tiene todas las credenciales correctas, sin embargo, él no hará otra cosa más que predicar al Cristo crucificado – o sea, el poder de Dios y la debilidad de Cristo. Así es como yo creo y les comparto hoy, lo que Cristo nos pide hacer, ir por sobre nuestro ministerio, y realmente sobre toda nuestra vida. Se nos pide amar como Cristo nos amó. Juan dice: "Nosotros le amamos, porque Él nos amó primero y dio su vida por nosotros." Sin embargo, no es tan fácil amar como Cristo nos ha amado. Amar como Cristo es ser tan vulnerable para que emerja la brillantez del corazón, de lo esencial de la persona. Es como si tuviéramos un corazón hecho de Velcro. El Velcro se adhiere a muchas cosas suaves. De hecho, eso es lo que se supone que debe hacer. Así es como podemos entrar en una relación muy fuerte con otra persona. Cuando exponemos nuestro corazón es cuando se apega a otra persona. Sin embargo, hay momentos en que entramos en una relación y cuando esta no funciona quedamos destrozados. Eso causa dolor y nos volvemos menos propensos a entrar en otra relación. Es entonces cuando cubrimos nuestro corazón para que no se exponga tanto al dolor y al sufrimiento. Hay otros momentos en los que queremos proyectar una determinada imagen o fachada de alguien que queremos ser; tal vez una reina de belleza o un hombre machista. Así que nos escondemos detrás de una imagen que tratamos de mantener. Al hacer esto, cubrimos hasta la parte adhesiva de nuestros corazones, de modo que no hay tanto de él libre para entrar en una relación con otra persona. Para amar a la manera de Cristo, como él nos amó, sin condiciones, es necesario exponer nuestros corazones. Para que nosotros demostremos amor por otra persona y amar realmente a esa persona, y no importa si se trata de nuestro matrimonio o de nuestro ministerio, o de nuestra relación hacia otras personas, entonces es cuando se hace necesario abrir nuestros corazones a la persona para que sea capaz de amarlos. Lo que generalmente sucede, es que tendemos a esconder nuestros corazones [lo que somos en esencia]. Y es esto lo que no debe ser; si Usted nota el caso natural de un recién nacido. Cuando nacemos somos muy vulnerables y muy cariñosos. Estamos hechos para las relaciones. A los niños realmente no les importa saber nada acerca de quiénes son sus padres, tan solo les importa que se les ame. Pero, por desgracia, a medida que crecemos, rápidamente nos enteramos de que debemos escondernos en las fachadas y las máscaras para ocultarnos detrás de ellas; por ejemplo tenemos que mirar

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de cierta manera, o hablar de cierta manera y expresamos realmente como lo que no somos, evitamos que los demás sepan lo que realmente somos. También ocurre que en ocasiones tratamos de amar a alguien y hemos abierto nuestras vidas y corazones dándoles confianza y terminamos con nuestro corazón destrozado y herido. Al no poder superar esto, entonces nos protegemos cubriendo o escondiendo nuestros corazones para evitar recibir más dolor. Tenemos dificultades para superar los abusos y laceraciones recibidas. No es un proceso fácil abrir nuestro corazón de nuevo. Pero simplemente recuerda que esto es exactamente lo que Cristo hizo por nosotros – Él ya no estaba en la cruz, no había más que su corazón. Pablo nos dice claramente que al llegar a Corinto lo haría en condición de debilidad. Eso no quiere decir que él era una persona débil. Esto no quiere decir que él era un predicador pobre. Esto no significa que él era un líder tambaleante; quiere decir que se presentó ante los hermanos con un corazón ampliamente abierto, y que dependía de la potencia del Señor sobresaliendo a través de él. Algunos de los corazones más grandes que he visto, han sido de personas con discapacidad. Lo que una persona con discapacidad puede faltar en la fuerza física o mental, lo compensa con creces con su corazón. En su debilidad, tienen menos razones, o incluso a veces la capacidad, para ocultar su corazón pero a diferencia de otras personas a menudo son individuos muy dispuestos a dar y recibir amor. Su misma vulnerabilidad les hace más aptos para ofrecer y recibir amor. La actitud social más común es, que a la gente le gusta aprovecharse de esta vulnerabilidad, o marginar a los más débiles, pero el texto nos aconseja cuánto mejor sería para todos nosotros si fuésemos capaces de abrazar la vulnerabilidad y aprender de las personas más débiles. ¿Cuánto más útiles podríamos ser en la vida o en el ministerio de nuestro país, si permitiéramos que en nuestra debilidad el poder del amor de Dios tome su lugar? Y ¿Cómo sería si ésta misma debilidad [o poder del amor] pudiera brillar y a través de las debilidades de los demás? La mejor manera de aprender a ser vulnerable es pasar tiempo con las personas vulnerables; o sea con los débiles y con discapacidad. Cuando pasamos tiempo con ellos y los amamos, y nos dejamos amar por ellos, aprendemos a olvidarnos y abandonar las falsas imágenes y las fachadas y así es como podemos vivir una vida de verdadera vulnerabilidad y poder. Como cristianos, nuestra meta en la vida es llegar a ser más y más como nuestro Salvador Jesucristo, que es la imagen perfecta del Padre. Cuando vemos en Cristo, el poder de la debilidad, el corazón abierto y vulnerable de Dios, sabemos lo que debemos hacer. Debemos dejarnos cambiar y transformar nuestra identificación con los valores del mundo a la comunión con los débiles y los vulnerables en la sociedad. Tenemos que llegar y estar junto a los que están en condición de discapacidad, con los débiles, no sólo para ayudarlos, sino para aprender de ellos. Esto nos va a cambiar y nos ayudará a ganar más de la imagen de nuestro maravilloso Salvador, Jesucristo.