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EL REBOZO EN EL PARTO
Por cientos de años, desde la época precolombina, han sido las parteras
quienes nos han transmitido sus conocimientos y enseñado de manera
empírica los beneficios del uso del rebozo en la mujer embarazada y el parto.
Además cabe recalcar que el rebozo, conocidos anteriormente como ayete y
mamatl, ha sido una prenda que ha acompañado incondicionalmente a la
mujer mexicana a lo largo de los siglos.
En manos de la partera, el uso del rebozo tiene innumerables beneficios:
-‐ Ayuda a relajar a la mujer embarazada
-‐ Alivia molestias propias del embarazo, llamada “sobada”
-‐ Reposiciona al bebé que está en una mala posición, conocido como
“manteada”
-‐ Como medida de apoyo y confort durante el trabajo de parto
-‐ Durante el posparto se utiliza para hacer el “cierre”
-‐ Excelente herramienta para el porteo del bebé que sabemos estimula el
lazo afectivo y la crianza temprana
-‐ Favorece la lactancia
Con un público ávido por conocer las bondades del rebozo y con mujeres
replanteando la sabiduría y fortaleza de sus cuerpos en el proceso natural y
fisiológico del embarazo y del parto tuve la oportunidad de demostrar las
bondades del rebozo.
El toque suave con el rebozo y combinado con aromaterapia y música, es una
estrategia muy efectiva para relajarse durante las largas horas de inicio de
trabajo de parto y en las pausas entre contracciones.
Envolver la cabeza de la mujer con el rebozo y aplicar un poco de presión es
suficiente para ayudar a que la mujer se suelte y mantenga su atención en
estas sensaciones tan gratas.
La mujer que elije libremente la posición que su cuerpo le pide de manera
instintiva, puede asirse del rebozo como soporte y apoyo, que muchas veces
termina por convertirse en su aliado.
Rociar en el rebozo alguna esencia al gusto de la mujer estimula gratamente el
sentido del olfato y sabemos que esto ayuda y altera la percepción del dolor.
Abrazar con el rebozo el área de la pelvis y un par de jalones suaves para allá
y para acá son suficientes para favorecer la relajación de esta zona que ha
estado sometida a mucha tensión y trabajo.
La mujer nos ha enseñado que el parto es un evento poderoso y necesita
“asirse” de algo y que mejor que usar el rebozo.
Pasar un rebozo por una argolla o sujetarlo en una puerta y que la mujer tenga
la opción de colgarse ayuda a soltarse, a liberar presión, y favorecer el
proceso fisiológico del parto.
En fin……. tener un rebozo a la mano, estar acompañada y un entorno de
respeto ayuda a la mujer a conectarse con su cuerpo y de manera creativa e
instintiva tomará el rebozo y el cariño de quién la acompañe para transformar el
rebozo en una gran herramienta de trabajo. A la mujer se le observa, se le
invita, se le sugiere……… se le respeta.
Por otro lado, los que tenemos la fortuna de acompañar a las mujeres, “duolas”
nos protegemos de estos grandes esfuerzos que hace la mujer y el rebozo nos
sirven de apoyo y soporte.
“El rebozo es el paño de hombros para envolver el corazón de la mujer y
prolongar la ternura de sus brazos” Ramiro Flores Ortiz
Patricia Ochoa Schöndube
LCCE, Doula. Socia y maestra del Centro de Experiencia de preparación para
el parto.
Agradezco a Guadalupe Trueba, mi maestra y directora del Grupo Experiencia
algunas de las fotos que he mostrado. Maestra, de maestras en el tema del
Rebozo.