4
EL RETORNO DE LA HEROÍNA EL AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN AFGANA Y DE LOS DECOMISOS EN ESPAÑA Y LA APARICIÓN DE NUEVOS CONSUMIDORES VATICINAN UN REPUNTE EN EL CONSUMO DE LA DROGA MALDITA Sólo han pasado veinte años de los chutes y de los dramas provocados por el caballo y parecen borrados de la memoria colec- tiva. Responsables de la lucha contra la droga, de la sanidad y de ONG advierten que la heroína no ha desaparecido y que su consumo puede aumentar en los próximos años. Lo avalan el incremento de la oferta y de los decomisos. Los análisis realizados a papelinas revelan, además, cómo enga- ñan los traficantes a los consumidores. as cifras en España cantan: la policía ha incautado en lo que va de año el triple de heroína que en el mismo periodo de 2005. Hasta el 10 de septiembre, se habían in- tervenido 349 kilos de este opiáceo, cifra estratosférica para los responsables de la Brigada Central de Estupefacientes (BCE): “Son cantidades altísimas. Cuan- do hablamos de heroína no hay barcos que lleguen con dos o tres toneladas… Decomisar 30, 40 o 60 kilos son golpes espectaculares para nosotros”, explica un responsable policial. Las estadísticas aún no reflejan nada. La cocaína sigue siendo la reina de las drogas ilegales, la marihuana se percibe como la menos peligrosa, las de diseño siguen en su línea, pero de la heroína, de la droga maldita que causó estragos en los años ochenta, nadie parece o quiere acordarse. ¿O sí? Antes del verano, varios respon- sables de la lucha antidroga hicieron un vaticinio que da pánico: el caballo (nom- bre coloquial de la heroína) puede volver a trotar. Si la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, advertía en Barcelona que había que “estar alerta ante un posible auge del consumo de heroína en los próximos años”, el director de Proyecto Hombre, Luis Bononato, reconocía que estaban apareciendo nuevos consumidores y “en el momento en que aumente el precio de la cocaína y aparezca una heroína de [Alberto GAYO / Manuel MARLASCA] [email protected] / [email protected] ⁄‹ Afganistán (en la foto, unos cultivadores de opio afganos) produce el 87 por ciento de la heroína que se consume en el mundo. El 95 por ciento del opiáceo que se consume en España procede de ese país. Arriba, un alijo incautado por la policía en Madrid. DEAFGANISTÁNALOSPOBLADOS www.interviu.es interviú 11 10 interviú 18 de septiembre de 2006 010-017_COVER 10-11 15/09/2006 19:10:25

El retorno de la heroína 2006

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Repunte de la heroína

Citation preview

Page 1: El retorno de la heroína 2006

EL REtoRNo DE LA hERoíNAel aumento de la producción afgana y de los decomisos en espaÑa y la aparición de nuevos consumidores vaticinan un repunte en el consumo de la droga maldita

Sólo han pasado veinte años de los chutes

y de los dramas provocados por el caballo

y parecen borrados de la memoria colec-

tiva. Responsables de la lucha contra la

droga, de la sanidad y de ONG advierten

que la heroína no ha desaparecido y que su

consumo puede aumentar en los próximos

años. Lo avalan el incremento de la oferta

y de los decomisos. Los análisis realizados

a papelinas revelan, además, cómo enga-

ñan los trafi cantes a los consumidores.

as cifras en España cantan: la policía ha incautado en lo que va de año el triple de heroína que en el mismo periodo de 2005. Hasta el 10 de septiembre, se habían in-tervenido 349 kilos de este opiáceo, cifra estratosférica para los responsables de la Brigada Central de Estupefacientes (BCE): “Son cantidades altísimas. Cuan-do hablamos de heroína no hay barcos que lleguen con dos o tres toneladas… Decomisar 30, 40 o 60 kilos son golpes espectaculares para nosotros”, explica un responsable policial.

Las estadísticas aún no refl ejan nada. La cocaína sigue siendo la reina de las drogas ilegales, la marihuana se percibe como la menos peligrosa, las de diseño siguen en su línea, pero de la heroína, de la droga maldita que causó estragos en los años ochenta, nadie parece o quiere acordarse. ¿O sí? Antes del verano, varios respon-sables de la lucha antidroga hicieron un vaticinio que da pánico: el caballo (nom-bre coloquial de la heroína) puede volver a trotar. Si la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, advertía en Barcelona que había que “estar alerta ante un posible auge del consumo de heroína en los próximos años”, el director de Proyecto Hombre, Luis Bononato, reconocía que estaban apareciendo nuevos consumidores y “en el momento en que aumente el precio de la cocaína y aparezca una heroína de

[Alberto GAYO / Manuel MARLASCA] [email protected] / [email protected]

⁄‹ Afganistán (en la foto, unos cultivadores de opio afganos) produce el 87 por ciento de la heroína que se consume en el mundo. El 95 por ciento del opiáceo que se consume en España procede de ese país. Arriba, un alijo incautado por la policía en Madrid.

dE�aFganiStÁn�a�LoS�pobLadoS

10 11 www.interviu.es interviú 1110 interviú 18 de septiembre de 2006

010-017_COVER 10-11 15/09/2006 19:10:25

Page 2: El retorno de la heroína 2006

Analgésicos, antihis-tamínicos, cafeína,

estimuladores de las neu-ronas, impurezas varias… y, de vez en cuando, algo de heroína, aunque de escasa pureza. Éste sería el resumen del análisis de diez muestras de heroína callejera realizado por el Instituto Nacional de Toxicología a petición de Madrid Salud, organismo autónomo del Ayuntamien-to de Madrid. Las muestras fueron recogidas en los pasados meses de junio y julio en poblados margi-nales y calles céntricas de cinco ciudades españolas por miembros de Energy Control, colectivo que se dedica a trabajar en la reducción de daños de los consumidores. Tan sólo tres muestras, la de San Sebas-tián (Guipúzcoa) y las de El Salobral y Las Barranquillas (hipermercados de la dro-ga madrileños), rondaban una pureza del 40 por ciento. En los tres casos,

los adulterantes eran los habituales: cafeína y para-cetamol. Curiosamente, las dos muestras adquiridas en el mercado negro barcelo-nés no tenían ni una sola micra de heroína. El proble-ma añadido de este fraude es el mono que provoca al consumidor.

La mercancía que se ven-de en la calle –casi siempre a 50 euros el gramo– suele estar compuesta por algo de heroína (diacetilmorfi na), monoacetilmorfi na (el primer metabolito de la heroína), impurezas del opio como la noscapina y la papaverina –ambos alcaloides que no han llegado a destilarse– y adulterantes, donde entra-rían estimulantes como la cafeína, fármacos como el paracetamol (analgésico), o el piracetam (estimulador neuronal), azúcares como el manitol y antihistamínicos como el metamizol. Ningu-no de los adulterantes es tóxico, todos son baratos y fáciles de conseguir.

Muestra 1 Mallorca • Droga: heroína • Derivados:

monoacetilmorfi na • Adulterantes: piracetam

(estimulador neuronal)• Diluyentes: manitol

Muestra 2 Madrid (centro) • Derivados: noscapina

(3,1%), monoacetilmorfi na (3,1%)

• Adulterantes: cafeína (16,7%), paracetamol (25,9%) y piracetam (32,4%)

Muestra 3 Barcelona (poblado) • La muestra recogida en

una zona de habitual venta de heroína no contenía ninguna droga de abuso, tan sólo era paracetamol (analgésico)

Muestra 4 Sevilla (centro) • Droga: heroína (8,4%) y

cocaína (3,1%)• Derivados: noscapina

(8,2%), monoacetilmorfi na (5,2%), y papaverina (0,7%)

• Adulterantes: cafeína (20,5%) y paracetamol (34,7%)

Muestra 5 Sevilla (poblado) • Droga: heroína (8,8%)• Derivados: noscapina

(8,8%), monoacetilmorfi na (5,6%), y papaverina (0,7%)

• Adulterantes: cafeína (23,1%) y paracetamol (38,1%)

Muestra 6 Madrid (Retiro) • Derivados: noscapina

(2,5%), monoacetilmorfi na (2,6%)

• Adulterantes: cafeína (15,4%) y paracetamol (30,7%)

• Diluyentes: manitol

Muestra 7 San Sebastián • Droga: heroína (43,4%)• Derivados:

noscapina (21,2%), monoacetilmorfi na (1,8%) y papaverina (1,9%)

• Adulterantes: cafeína (2,8%) y paracetamol (3,6%)

Muestra 8 Madrid (Barranquillas) • Droga: heroína (39,1%)• Derivados: noscapina

(19%), monoacetilmorfi na (1,9%), y papaverina (1,5%)

• Adulterantes: cafeína (8,1%) y paracetamol (11,6%)

Muestra 9 Madrid (El Salobral) • Droga: heroína (43,5%)• Derivados:

noscapina (19,5%), monoacetilmorfi na (2,6%), y papaverina (1,4%)

• Adulterantes: cafeína (6,1%) y paracetamol (7,9%)

Muestra 10 Barcelona (centro) • La muestra recogida en

el mercado negro del centro de Barcelona y vendida como heroína blanca no era nada más que metamizol, un antihistamínico.

El timo del ‘jaco’

buena calidad y a precio bajo, el mercado se abrirá por ahí”.

El mayor golpe al tráfi co de heroína lo asestó la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Guardia Civil) de Madrid en abril: 60 kilos en la operación Renacimiento (ver recuadro). Los poblados chabolistas de Madrid y Portugal eran el destino de la droga, que hasta llegar allí ha-bía hecho un viaje de miles de kilómetros.

La caída del régimen talibán exterminó la producción de opio en Afganistán en 2002, pero hoy los campos afganos están inundados de amapolas de opio, planta de donde se extrae el látex que luego se convertirá en caballo. Según la JIFE (el organismo de Naciones Unidas encargado de fi scalizar las sustancias estupefacien-tes), Afganistán produce el 87 por ciento de la heroína mundial y dedica al cultivo de opio 104.00 hectáreas. “Además, las dos últimas cosechas han sido muy bue-nas”, según un experto policial.

Los clanes turcos, tradicionales seño-res de la heroína, han pasado por malos

momentos. Las acciones policiales, que culminaron con la detención de Urfi Cetinkaya –el número uno del tráfi co de heroína mundial–, obligaron a las familias a desmantelar los laboratorios en suelo turco y a refi nar la droga en Afganistán. Allí se han detectado labo-ratorios capaces de producir tres tone-ladas de heroína al mes.

Las autoridades policiales europeas han revelado que los clanes turcos han cam-biado la ubicación de sus caletas (almace-nes) y las rutas de transporte hasta los paí-ses de consumo. La droga ya refi nada y a un precio que en Turquía ronda los 3.000 euros el kilo, se almacena en la actuali-dad en Bulgaria, Rumanía y en antiguas repúblicas soviéticas. En estos países, el consumo ya tiene rango de problema sanitario, tanto que policías de Ucrania han visitado a ONG españolas que tra-bajan con heroinómanos para aprender a gestionar una epidemia de heroína que en España y Europa occidental se sufrió entre 1975 y fi nales de los ochenta.

Desde los países del Este, las organi-zaciones de trafi cantes envían sus car-gamentos hasta los lugares de demanda. Reino Unido encabeza la lista de consu-midores europeos y en los últimos años la demanda se ha disparado en Irán y en las antiguas repúblicas soviéticas asiáticas.

España sigue siendo el principal clien-te del sur de Europa. “Para meterla, la clásica ruta de los Balcanes es cada vez menos utilizada –cuenta uno de los me-jores especialistas de la policía en mafi as turcas–, ahora se lleva la droga por ca-rretera hasta Grecia y desde allí muchas veces viaja en barco a Italia. A partir de ahí puede llegar por tierra o por mar y hasta por aire”. Curiosamente, en Italia se ha detectado también un incremento en el consumo de este opiáceo.

En la operación Marea, la BCE deco-misó 22 kilos que habían introducido en España, a través del puerto de Alicante, el

capitán y el segundo ofi cial, ambos tur-cos, de un barco con bandera georgiana. Los marinos entregaron la mercancía a dos históricos del tráfi co de heroína, Se-yithan Yasa y Omer Baybasin, que fueron detenidos por la policía: “Es un sistema ideal –relata un responsable de la BCE–: las tripulaciones no pasan controles y pueden llevar la mercancía en una bolsa o en una mochila”.

El precio de la heroína sigue estable desde hace años. Los trafi cantes españoles –clanes quinquis y gitanos– pagan entre 15.000 y 20.000 euros por kilo puesto en territorio español, “aunque son capaces de bajar el precio de manera sensible –afi rma un mando policial–. Ahora, los españoles tienen crédito en Turquía. Ya no es necesario que los turcos envíen un emi-sario para hacerse cargo de la operación. Los españoles viajan hasta allí y cierran el trato con los proveedores”.EL REtoRNo DE LA hERoíNA

torrecilla: “tiene mala pinta aunque elconsumo por vena sea menor y estemos mÁs preparados para una segunda oleada”

⁄ Los análisis demuestran que en el mercado negro se vende heroína de escasa pureza o se utilizan fármacos para engañar al drogodependiente.

‹ El responsable de Madrid Salud,

José Manuel Torrecilla, teme

las nuevas incorporaciones al consumo de heroína, sobre

todo de jóvenes. Hasta el momento no usan la aguja.

Los que la prueban optan por esnifarla

o fumarla.

torrEciLLa,�atEnto

12 13 www.interviu.es interviú 13interviú 18 de septiembre de 2006

010-017_COVER 12-13 15/09/2006 19:11:58

Page 3: El retorno de la heroína 2006

Los que saben dirían de ella que es una consumidora experimen-

tal, que su coqueteo con el caballo no pasará de eso, de un coqueteo. O no. “Me gusta probar, saber por mí misma. Igual que es una droga demonizada, también hablan mara-villas”. Ante la disyuntiva, Mercedes –estudiante y promotora de eventos culturales– optó por esnifar heroína hace casi dos años. En este tiempo, cuatro o cinco veces más. “La pri-mera vez fue con dos amigos que tenían experiencia; es mejor estar bien acompañada. Es tanta la paz que mejor no estar solo”. No quería agujas, se metió una raya por la nariz, como si fuese cocaína. Medio gramo para tres. Mercedes sabe que es una sustancia peligrosa, pero niega que después de la primera dosis no haya marcha atrás. “Depende de tu

cabeza, de tus circunstancias. No es una droga para momentos de inesta-bilidad emocional. Me gustó mucho, por eso mantengo la distancia, al día siguiente te puede apetecer”.

El caballo “te quita todos los males, te deja en un estado donde no necesitas nada más, en una paz contigo y con el resto. La heroína tapa muy bien las carencias; con otras drogas puedes ‘viajar’, pero te devuelven a tus propios problemas, con la heroína sabes que están ahí los problemas, pero no te importa”. Mercedes pertenece a una genera-ción que está perdiendo el miedo a este opiáceo, que puede acceder a él

igual que al resto de drogas, “cuando no todas son iguales. La heroína es para la madurez, un adolescente no sabría manejarla”. Mercedes dice que con la heroína se saborea más el placer, “el placer de dormir, el de la paz, también el del sexo, por eso creo que los opiáceos van a volver a ponerse de moda, ahí está el peli-gro, las sensaciones son tan buenas que quien no esté preparado puede engancharse”.

Mamen no tiene nada que ver con Mercedes, pero coincide en que

la primera vez que la heroína llegó a su cerebro le encantó, se quitó todos los marrones. Pero esta andaluza residente en Barcelona tuvo peor suerte. Siete años en la capital ca-talana, siete años de pinchazos de jaco… y ahora también de cocaína. Es presumida pese al deterioro físico que provoca tanta heroína, tanta co-caína, tanta metadona; pese a tener los pies hinchados porque “encoca-da perdida pegué un salto creyendo que me perseguía la policía y me caí, tenía una paranoia total”. Antes, esta morena era camarera, “en la noche me junté con quien no debía y si te pinchan una vez, las ha ca-gado… ¿cómo no me iba a gustar? Los problemas desaparecían, ahora

cada vez que tengo alguno recurro siempre a la droga”. Cuando sustitu-yó la heroína por metadona empezó a pincharse cocaína. Hace dos semanas le robaron el bote de meta-dona y la excusa fue perfecta: “Tuve que comprar heroína”. Mezcla en sus dosis caballo y coca (speedball llaman al cóctel). “Estaba gordita y mírame ahora, viviendo de ‘okupa’ en una casa sucia, llena de gente pinchándose. Como me quede en Barcelona no salgo de ésta”. Tiene el VIH, hepatitis C y episodios de epilepsia, intenta cuidarse y que su hija de 12 años no la vea tan escu-

chimizada. “Me encantaría trabajar con animales, adoro a los perros”. Hasta que salga de Barcelona, Ma-men seguirá cometiendo pequeños hurtos, prostituyéndose y cobrando una mínima pensión… Necesita al menos cien euros diarios para los speedball.

za, la cara y le plantan un fármaco infalible. Levan llegó a Barcelona hace dos años desde Rusia y después de estudiar Econó-micas en su país, la república ex soviética de Georgia. Algunos de sus compatriotas llegan a España como consumidores de heroína, una de las drogas más extendidas en los países del Este. Levan no. Cuando aterrizó en Barcelona se juntó con otros compatriotas en una casa: “Allí había varios que se pinchaban y decidí probar. Ahora me doy cuenta de que pasan los días y cada vez es más difícil dejarlo. Si no me pincho, tengo frío, me duelen las piernas, tengo temblores…”. A Levan se le va el habla, está todavía tocado por la sobredosis aunque ya está pensando en meterse la siguiente dosis. Hoy libra en la obra donde trabaja desde hace meses. Echa de menos su país. “Es muy bonito, no quiero quedar-me aquí, estaré poco tiempo”.

La puerta corredera de la sala de ve-nopunción situada en una muralla del

céntrico distrito de Ciutat Vella (Barcelona) –conocida como El Baluard– se abre ines-peradamente. Un enfermero y una educa-dora ventilan a Levan, un chaval georgiano al que le acaba de dar un subidón tremendo de heroína y cocaína, una especie de so-bredosis bajo control después de pincharse una dosis de speedball. Le mojan la cabe-

“�Me�gustó�mucho,�por�eso�mantengo�la�distancia”

“�Siempre�que�tengo�un�marrón�recurro�al�caballo”

“�Llegué�a�España�hace�dos�años�y�me�enganché”

MAMEM

MERCEDES

LEVAN

24 años,estudiante de Filosofía Madrid

31 años,en paro Barcelona

24 años,obrero de la construcción GeorGia

Un inspector de Sevilla asegura que “la cantidad de droga que intervenimos no parece corresponderse con el número de consumidores”. Parecería que hay más droga que usuarios. La explicación puede estar en que una parte de la heroína que pasa por España tiene como destino Por-tugal, pero otros mandos policiales tienen otra idea: “A la hora de decomisar heroí-na influyen muchos factores: la suerte, la coyuntura internacional… Nosotros nun-ca hemos dejado de trabajar y este año estamos teniendo buenos resultados”. Otro responsable de la lucha antidroga es más tajante: “En España nunca se ha

dejado de consumir heroína. El hecho de que no incautásemos no quería decir que no hubiera. La había, pero no la detectábamos”.

Lo que nadie quería ver comienza a materializarse, por lo menos así lo ven las ONG que trabajan a pie de calle con toxi-cómanos. A los heroinómanos residuales, los que llevan años, décadas, poniéndose heroína en sus venas, se han unido otros consumidores: los experimentales –jóve-nes de clase acomodada que toman de vez en cuando y nunca pinchada–; algunos jó-venes que se meten atracones de cocaína y drogas de síntesis los fines de semana y luego usan la heroína –esnifada o fuma-da– para bajarse el subidón y relajarse; y

grupos de inmigrantes, en especial de los países del Este, que o bien ya consumían en sus países o se enganchan aquí tras fra-casar su integración o sus expectativas.

Según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, la capital catalana es la ciudad española donde hay más con-sumidores de heroína por vía inyectada. A escasos 200 metros de las Ramblas y de la estatua de Colón se encuentra la Sala Baluard, un dispositivo de emergencia al que diariamente acuden a pincharse en condiciones higiénicas casi un centenar de personas, un centro gestionado por la Associació Benestar i Desenvolupament

(ABD) donde pueden ducharse, tomar un café, echarse una cabezadita o charlar. Esther Henar, directora de la sala de veno-punción, lleva trabajando con heroinóma-nos desde 1985 y así describe el perfil del consumidor habitual: hombre de 30 a 35 años, politoxicómano, “que en el caso del español lleva muchos años con las drogas, y que en el caso de los extranjeros hay dos grupos importantes, los que proceden del norte de Europa, que llegaron como consumidores de hachís y se metieron a la heroína, y los Este, consumidores de heroína en sus países de origen”.

Alrededor del 60 por ciento de los que pasan por esta sala de emergencia son extranjeros. “Las cifras duelen pero mi

EL REtoRNo DE LA hERoíNA

un mando policial reconoce que “nunca se ha dejado de consumir. el hecho de no incautar no significa que no hubiera”

fi Aunque hay todavía consumos

bajos de caballo, la delegada del Gobierno para

el Plan Nacional sobre Drogas,

Carmen Moya, advierte del peligro

de un repunte.

�aLErta�dESdE�EL�pLan�nacionaL

14 151514 interviú 18 de septiembre de 2006 15 www.interviu.es interviú 15

010-017_COVER 14-15 15/09/2006 19:12:47

Page 4: El retorno de la heroína 2006

Los agentes de la Udyco de Sevi-lla y de la Udyco Central temían

lo peor: debían registrar la casa de Esperanza Moreno, tras detenerla en relación con un alijo de 43 kilos de he-roína dentro de la operación Victoria. Esperanza residía en el corazón del barrio sevillano de Las 3.000 Vivien-das, un coto vedado para la policía, donde cada intervención se salda con un parte de guerra. “No se preocupen, no va a haber problemas. Yo me en-cargo”. La promesa de Esperanza se cumplió y la policía contempló cómo cerca de 300 personas observaban a la comitiva con total tranquilidad. Sólo

se acercaban para tratar de besar las manos engrilletadas de Moreno.

Esperanza es un perfecto ejemplo de mujer a la cabeza de un clan, algo cada vez más habitual. Su poder era tal que podía aparcar tranquilamente su Audi A4 o su BMW X5 en las calles de Las 3.000 Viviendas. En zonas de este barrio, como Las Vegas y Las 800, convive la mayor de las podre-dumbres con los coches de lujo de los traficantes, que han encontrado allí un refugio ideal. Esperanza tenía varios locales en Sevilla y la Costa del Sol y se estaba construyendo una mansión en Dos Hermanas con los beneficios

de su negocio. Llevaba veinte años dedicada al tráfico de drogas, sin una sola caída. Había visto encerrar a otros históricos de Las 3.000, pero ella se mantenía indemne hasta el punto de que se desplazaba a Turquía para cerrar los acuerdos con su proveedor, Numan Turhan. El pasado mes de enero, Esperanza, acompañada de su amiga Esperanza Rodríguez, la Gorda, y de Manuel Jiménez Pérez, un vidente de feria, viajó a Estambul. Allí se gastó más de 24.000 euros en muebles y acordó el envío de cerca de 150 kilos de heroína. Los primeros 43 kilos que llegaron fueron su final.

Esperanza, reina de las 3.000 viviendas

criterio es que vienen ya con dificultades, no cumplen sus expectativas, entran en circuitos de marginalidad y allí es muy fácil caer, aunque la mayoría ya era con-sumidor antes de llegar”.

Mientras se realiza la entrevista, una veinteañera italiana saca de su mochila catorce jeringuillas usadas y las cambia por otras nuevas, una pareja de rumanos se lava las manos antes de prepararse la dosis, un español delgaducho duerme una siestecita apoyado sobre una mesa y una indigente del barrio pregunta si puede lavarse. El ritmo es continuo para los educadores, enfermeros y mediadores que trabajan en un ambiente de complicidad, “pero haciéndonos respetar y mantenien-do unas normas”, con los usuarios. En 2005 se produjeron 360 sobredosis (todas resueltas sin lamentar muertes): 206 por heroína, 138 por cocaína y 16 por spee-dball (mezcla de cocaína y heroína).

“Pienso que habrá un repunte de la heroína. Veo a muchos de los que vienen aquí tomando cocaína, lo que les provo-ca un deterioro vinculado a la violencia y a la agresividad, para bajarse ese malestar toman heroína; pero es que a la vez hay jóvenes que empiezan a con-sumir drogas de diseño y luego buscan

Islamabad-Barcelona, el viaje de la heroína blanca Más de un 95 por ciento de la heroína que se consume en

España está producida en Afganistán y es de la variedad brown sugar (azúcar moreno), llamada así por su color. La heroína negra procedente de Colombia tiene mala salida en España, debido a su alto precio, y la he-roína blanca producida en el triángulo de oro (Laos, Nepal y Tailandia) se consu-me casi exclusivamente en el mercado norteamericano. El pequeño porcentaje de heroína blanca que llega a España está elaborada en Pakistán y tiene como destino habitual Cataluña y Baleares. De hecho, en diversos aeropuertos europeos (París, Fráncfort y Bruselas) han sido detenidos correos procedentes de Islamabad o Karachi, dos ciudades paquistaníes, que tenían billetes para viajar a Barcelona. La policía sospecha que las redes paquistaníes –hasta ahora colaboradoras de los turcos en el blan-queo de capitales– han comenzado a introducir heroína: “No son cantidades importantes, tres o cinco kilos, pero traen algo nuevo, heroína blanca”, señala un mando policial. EL REtoRNo DE LA hERoíNA

fi A la izquierda, Omer Baybasin. A la derecha, Seyithan Yasa. Los dos cayeron con un alijo de 22 kilos de

heroína que llegó en barco.

doS�‘hiStóricoS’�cazadoS

Ó

Luis Calzado García no tenía ni un euro en el banco. Pero cuando la policía

le detuvo en Madrid llevaba un talón al portador de 400.000 euros. Calzado García es la cabeza visible de una de las familias de mayor raigambre en el tráfico de heroína: los Calzado. A ellos y a sus ancestrales socios, los también quinquis Romeiro, la Udyco de Madrid les asestó un golpe mortal el pasado mes de abril, cuando les intervino 60 kilos de heroína de gran pureza y casi medio millón de euros en metálico. La operación Renacimiento –llamada así porque Luis Calzado decía que era pintor para justificar su altísimo nivel de vida– permitió desmantelar una organización completa. Cayó el proveedor de la heroína, un turco que llevaba pasa-porte falso pero que la policía cree que es Farettin Alendar, uno de los hombres fuertes de la familia Cetinkaya. Cayeron también los clientes españoles y todo su clan. Según los investigadores, los Calzado compraban la mercancía a unos 18.000 euros el kilo. Ellos, tras adulterarla, la vendían a 24.000 euros. Cuando fueron detenidos tenían los billetes para irse a pasar unas vacaciones a un complejo turístico en República Dominicana.

El poder quinqui

la paz de la heroína para quitarse el mal rollo posterior”.

Esther reconoce que a muchos chavales les queda lejos la época en que la heroí-na provocó dramas humanos, e incluso episodios de inseguridad, “en el 85 nos cayó como una avalancha tremenda, las familias lo pasaron mal, nos empeñamos en que dejasen la droga y tuvimos que aprender a utilizar otras herramientas. Cuando habíamos aprendido nos llegó la cocaína. El desconocimiento de lo que ocurrió también puede favorecer el au-mento del consumo de heroína”.

José Manuel Torrecilla, responsable de Madrid Salud y ex director de la Agencia Antidroga de Madrid, coincide en que el panorama “tiene mala pinta porque la

situación de los 80 fue dramática pero sin los problemas de agresividad de la coca que hay hoy. Lo que creo que no se repetirá es el problema de salud pública de los 80 y parte de los 90 por el consumo intrave-noso, la gente está escarmentada”. Hasta hace poco, casi todos tenían un amigo, un conocido, un pariente que había tenido problemas con la heroína, “ahora, los de 15 años a veintipocos no tienen referencia directas, no hay memoria histórica”.

Para Torrecilla, ese repunte en la he-roína “con toda probabilidad va a venir y no va a tardar muchos años. No ha dis-minuido la oferta y la producción afgana se tiene que colocar en algún sitio. A Estados Unidos y Europa occidental hay que añadir ahora los países del Este”.

La preocupación se centra en evitar nuevos consumidores, en impedir que jó-venes con ganas de explorar tonteen con el caballo. “Está claro –explica Torreci-lla– que estamos más preparados para una segunda oleada de heroinómanos, pero al chaval tenemos que decirle que no podemos predecir quién se enganchará y quién no”.

Carmen Moya, responsable del Plan Nacional contra las Drogas, dijo a esta

revista que confía en que la heroína “siga teniendo mala prensa por los años que nos hizo pasar, por el sida, enfermedad vinculada en un principio con el consumo de heroína… Pienso que esto hace que sea una droga que no se busca con énfasis. Los consumi-dores residuales los tenemos ahí pero en unas condiciones más saludables. Lo preocupante es que se inicie en el consumo gente joven”.

“en 1985 la heroína cayó como una avalancha. hoy eldesconocimiento de lo que ocurrió puede favorecerel repunte en los jóvenes”, dice esther henar

⁄ Arriba, los 60 kilos de droga decomisados en el mayor golpe del año contra el tráfico de heroína. Abajo, una maleta en la que llegó la droga intervenida en la ‘operación Castilla’.

opEración�‘rEnaciMiEnto’

⁄ Esther Henar (segunda por la derecha) es la responsable de la Sala Baluard, un dispositivo de emergencia localizado en el centro de Barcelona. Allí, los toxicómanos pueden encontrar ayuda y consumir en condiciones saludables y de higiene.

�buScando�una�SaLida

Ó

⁄ Arriba, imágenes de Esperanza Moreno y Manuel Jiménez grabados cuando regresaban de Turquía de cerrar un acuerdo con los proveedores. Abajo, una imagen del Polígono Sur, las 3.000 viviendas.

dE�turquía�aL�poLígono�

16 interviú 18 de septiembre de 2006 17 www.interviu.es interviú 17

010-017_COVER 16-17 15/09/2006 19:13:25