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NO! El secreto del autocontrol. Por Jonah Lehrer 18 de mayo de 2009

Los nios que pasan la prueba del malvavisco gozan de un mayor xito como adultos.

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PALABRAS CLAVE

Autocontrol;

Recompensa retardada;

Walter Mischel;

Pruebas de personalidad;

Psicologa, psiclogos;

Bing Nursery School; Universidad Stanford

A finales de los sesenta, Carolyn Weisz, una nia de cuatro aos con cabello largo castao,

fue invitada a entrar a una habitacin de juego en Bing Nursery School, en el recinto de la Universidad de Stanford. La habitacin era apenas ms grande que un armario, y contena un

escritorio y una silla. Se le pidi a Carolyn que tomara asiento en la silla y tomara un dulce de un

canasto con malvaviscos, galletas y pretzel. Carolyn escogi el malvavisco. Aunque ahora tiene

cuarenta y cuatro, Carolyn an tiene debilidad por esos malvaviscos de jarabe de maz y gelatina.

S que no debo comerlos, dijo. La verdad es que son deliciosos! Entonces un investigador hizo una oferta a Carolyn: ella poda comer un malvavisco en ese momento, o si estaba dispuesta

a esperar unos minutos mientras l sala, ella podra comer dos malvaviscos cuando l regresara.

Le dijo que si sonaba la campana en el escritorio durante su ausencia, l regresara corriendo, y

podra comer el malvavisco pero no recibira el segundo. Entonces sali del cuarto.

Aunque Carolyn no tiene un recuerdo directo del experimento y los cientficos no publicaron

informacin sobre el tema, ella tiene grandes sospechas de que pudo resistir la tentacin para

obtener una mejor recompensa. Siempre he sido buena para esperar, me dijo Carolyn. Si me das un reto o una tarea, voy a encontrar la manera de hacerla, incluso si eso implica que no puedo

comer mi comida favorita. Su madre, Karen Sortino, est ms segura: De nia, Carolyn era muy paciente. Estoy segura que pudo resistir. Pero su hermano Craig, quien tambin tom parte en el experimento, mostr menos fortaleza. Craig, un ao mayor que Carolyn, an recuerda el

tormento mientras trataba de esperar. En cierto punto, se me ocurri que estaba completamente solo, recuerda. As es que slo comenc a comer el dulce. Segn Craig, tambin se le puso a prueba con juguetes de plsticopoda obtener un segundo juguete si resistaen cambio, abri el escritorio donde saba que haba ms juguetes. Tom todo lo que pude comenta. Los tom todos. Despus de eso, not que los maestros me pedan que no entrara ms al cuarto de

experimento.

La mayora de los nios son como Craig, batallan para resistir la tentacin y esperar menos de

tres minutos. Algunos nios comen el malvavisco de inmediato.Walter Mischel, profesor de psicologa de Stanford, quien estuvo a cargo del experimento recuerda, ni siquiera se molestaban en sonar la campana. Otros nios miraban directamente al malvavisco y treinta segundos despus

sonaban la campana. Sin embargo, casi un treinta por ciento de los nios eran como Carolyn. Demoraron exitosamente la recompensa hasta que el investigador regres unos minutos despus.

Estos nios lucharon contra la tentacin y encontraron una forma de resistir.

El objetivo inicial del experimento era identificar los procesos mentales que permitan a

algunas personas demorar la recompensa, mientras que otros simplemente se rendan. Despus de

publicar unos trabajos de dichos estudios en Bing a principio de los setenta, Mischel se mud a

otras reas de investigacin de la personalidad. Hay tantas cosas que puedes hacer con los nios que tratan de no comer los malvaviscos.

Ocasionalmente Mischel le preguntaba a sus tres hijas, quienes asistieron a Bing, sobre sus

amigos de pre-escolar. Eran simples conversaciones durante la cena, dice. Les preguntaba, cmo est Jane? Cmo est Eric? Cmo les va en la escuela? Mischel comenz a notar una relacin entre el desempeo acadmico de los nios como adolescentes y sus capacidades para

esperar por un segundo malvavisco. Pidi a sus hijas que evaluaran acadmicamente a sus amigos

en una escala de cero a cinco. Tras comparar estas calificaciones con los datos originales

obtenidos, not una correlacin. Ah es cuando me di cuenta que tena que hacer esto seriamente, dice. En 1981, Mischel envi un cuestionario a todos los padres, maestros y consejeros acadmicos que pudo localizar de los seiscientos cincuenta y tres sujetos que haban

participado en la prueba del malvavisco, que para ese entonces ya estaban en preparatoria.

Pregunt sobre todo rasgo que pudieran pensar, desde su capacidad para planear y anticipar, hasta

su capacidad para resolver problemas y su relacin con sus compaeros. Tambin solicit sus resultados en la prueba de aptitud escolstica (S.A.T.).

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Una vez que Mischel comenz a analizar los resultados, not que los nios que no demoraban

tanto, aquellos que sonaban la campana de inmediato, tenan ms probabilidades de desarrollar

problemas de conducta, tanto en la escuela como en casa. Ellos obtuvieron bajas calificaciones en

la prueba S.A.T. Pasaban apuros en situaciones de estrs, a menudo tenan problemas de

atencin, y les costaba trabajo mantener una amistad. El nio que pudo esperar quince minutos

obtuvo un resultado en el S.A.T. que, en promedio, era doscientos diez puntos mayor que el de

aquel nio que slo pudo esperar treinta segundos.

Carolyn Weisz es un caso tpico de una persona que puede demorar sin problema. Asisti a

Stanford como estudiante universitaria y obtuvo su doctorado en psicologa social en Princeton.

Actualmente es profesora de psicologa colegiada en la Universidad de Puget Sound. Por su

parte, Craig se mud a Los ngeles y ha pasado toda su carrera haciendo toda clase de cosas dentro de la industria del entretenimiento, principalmente en produccin. En la actualidad ayuda a

escribir y producir una pelcula. Seguro, me hubiera gustado ser una persona ms paciente, dice Craig. Viendo en retrospectiva, definitivamente hay momentos en que me hubiera ayudado ha tomar mejores decisiones para mi carrera.

Mischel y su colega continan siguiendo la pista a los sujetos quienes ahora tienen ms de 30

aos. Ozlem Ayduk, un profesor asistente de psicologa de la Universidad de California en

Berkeley, encontr que los adultos que demoran poco tienen un ndice de masa corporal

significativamente mayor y son ms propensos a tener problemas de droga; sin embargo, era

frustrante tener que depender de auto informes. Hay un gran vaco entre lo que las personas estn dispuestas a contarte y la forma como se comportan en el mundo real, explica. Por lo tanto, el ao pasado, Mischel, quien ahora es profesor en Colombia y un equipo de colaboradores

comenzaron a pedir a los sujetos originales de Bing que viajaran a Stanford para unos das de

experimento en una mquina fMRI. Carolyn dice que participar en los experimentos de

exploracin a finales de este veranoy Craig complet una entrevista hace varios aos, pero an va

a ser invitado a Palo Alto. Los cientficos esperan poder identificar las regiones especficas del

cerebro que permiten a algunas personas demorar la recompensa y controlar su carcter. Tambin

estn realizando una serie de pruebas genticas, con el fin de encontrar caractersticas hereditarias

que influyan en la habilidad para esperar por un segundo malvavisco.

Si Mischel y su equipo tienen xito, habrn encontrado la actividad neuronal del autocontrol.

Por dcadas, los psiclogos se han enfocado en la inteligencia bruta como la variable ms

importante en lo que se refiere a predecir el xito en la vida. Mischel argumenta que la

inteligencia est principalmente a merced del autocontrol: incluso los nios ms inteligentes an

necesitan hacer su tarea. Lo que en realidad estamos midiendo con los malvaviscos no es la voluntad de poder o autocontrol, dice Mischel. Es algo mucho ms importante que eso. Esta tarea impulsa a los nios a encontrar la forma para hacer que la situacin funcione para ellos.

Ellos quieren el segundo malvavisco, pero cmo pueden obtenerlo? No podemos controlar el

mundo, pero podemos controlar cmo pensamos sobre l.

Uno de los estudios clsicos de Mischel document el comportamiento agresivo de los nios

en una variedad de situaciones durante un campamento de verano en New Hampshire.

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La mayora de los psiclogos asuman que la agresin era un rasgo estable; sin embargo, Mischel

descubri que las respuestas de los nios dependan de los detalles de la interaccin. El mismo

nio poda arremeter consistentemente cuando era provocado por un compaero, pero se someta

de inmediato al castigo de un adulto. Otro poda reaccionar mal a una advertencia de un

consejero, pero poda jugar bien con sus compaeros de cuarto. La agresin poda evaluarse

mejor en trminos de lo que Mischel llam patrones si-entonces. Si un nio era molestado por un compaero, entonces sera agresivo.

Una de las metforas favoritas de Mischel para este modelo de personalidad, conocido como

interaccionalismo, concierne a un carro haciendo un rechinido. Cmo resuelve el problema el

mecnico? Comienza tratando de identificar las condiciones especficas que generan ese ruido.

El rechinido aparece cuando el auto va acelerando, o cuando entran los cambios, o cuando da

vuelta a baja velocidad? Si el mecnico no puede definir un contexto para el rechinido, nunca

podr encontrar la parte descompuesta. Mischel quera que los psiclogos pensaran como

mecnicos, y que observaran las respuestas de las personas bajo condiciones especficas. El reto

era inventar una prueba que simulara de forma precisa algo relevante al comportamiento que se

predeca. En 1968, la bsqueda de una prueba significativa de personalidad condujo a Mischel a

retomar el protocolo que utiliz con nios en Trinidad casi una dcada antes. El experimento

pareca relevante ahora que l mismo tena tres hijas. los nios son identidades puras, dice Mischel. Comienzan siendo incapaces de esperar por algo, todo lo que quieren, lo necesitan. Pero entonces, cuando observaba a mis propias hijas, me sorprenda cmo aprendan

gradualmente a demorar y cmo eso facilit muchas otras cosas.

Mischel perfeccion su protocolo poniendo a prueba a sus hijas en la mesa. Cuando investigas la fuerza de voluntad en un nio de cuatro aos, cosas pequeas hacen grandes

diferencias, comenta. Qu tan grande debe ser el malvavisco? Qu tipo de galletas funcionan mejor? Despus de varios meses de ajustes, Mischel apareci con un modelo experimental que simulaba estrechamente la dificultad de la recompensa retrasada. En la primavera de 1968,

realiz las primeras pruebas de su experimento en Bing. Supimos que lo habamos diseado bien cuando algunos nios queran renunciar tan pronto como les explicbamos las condiciones, asegura. Saban que iba a ser muy difcil.

En ese momento, los psiclogos asumieron que la habilidad de los nios dependa de qu

tanto deseaban el malvavisco. Pero pronto se hizo obvio que cada nio ansiaba el regalo extra.

Entonces qu determinaba el autocontrol? Las conclusiones de Mischel, basado en cientos de

horas en observacin, fue que la habilidad crucial fue la distribucin estratgica de la atencin. En lugar de obsesionarse con el malvavisco, el estmulo intenso, los nios pacientes se distraan a s mismos cubriendo sus ojos, fingiendo jugar a las escondidas debajo del escritorio, o

cantando canciones de Plaza Ssamo. Su deseo no fue vencido, fue plenamente olvidado. Si ests pensando en el malvavisco y lo delicioso que es, entonces lo vas a comer, comenta Mischel. La clave es tratar de no pensar en el objeto, en primer lugar.

En adultos, esta habilidad a menudo se le nombra metacognicin, o pensar en pensar, y esto

es lo que permite a las personas burlar sus debilidades (cuando Odiseo se at a s mismo al mstil

del bote, estaba utilizando algunas de las habilidades de metacognicin: sabiendo que poda

resistirse a las canciones de las sirenas, y as hizo que fuera imposible rendirse). 4

La gran cantidad de datos de Mischel sobre los diferentes estudios, le permitieron ver que los

nios con un entendimiento ms preciso de autocontrol eran ms capaces de demorar la

recompensa. Lo interesante sobre los nios de cuatro aos es que apenas estn comprendiendo las reglas de pensamiento, comenta Mischel. Los nios que no pudieron demorar a menudo estaban retrasados en estas reglas. Pensaran que la mejor forma de resistirse al malvavisco es

mirar justo a l, para observar detenidamente al objetivo. Pero esa es una idea errnea. Si haces

eso, vas a sonar la campana antes de que salga de la habitacin.

De acuerdo con Mischel, la fuerza de voluntad tambin ayuda a explicar porqu la prueba del

malvavisco es una prueba altamente predictiva. Si puedes manejar las emociones, entonces puedes estudiar para el S.A.T. en lugar de ver la televisin, dice Mischel. Y puedes guardar ms dinero para el retiro. No slo se trata de malvaviscos.

La temprana aparicin de la habilidad para demorar sugiere que tiene un origen gentico, un

ejemplo de personalidad predeterminado. Mischel se resiste a hacer una conclusin sencilla. En general, tratar de separar la naturaleza y la crianza carece de sentido al igual que tratar de separar

la personalidad y la situacin, comenta. Las dos influencias estn plenamente interrelacionadas. Por ejemplo, cuando Mischel dio recompensas a los nios de familias de escasos recursos en Bronx por haber esperado, not que su habilidad para demorar estaba por

debajo del promedio, al menos comparado con el de aquellos nios en Palo Alto. Cuando creces pobre, quiz no practiques mucho la demora, comenta. Y si no la practicas, nunca averiguars como distraerte a ti mismo. No desarrollars las mejores estrategias para demorar, y aquellas

estrategias no se convertirn en segunda naturaleza. En otras palabras, las personas aprenden a utilizar su mente al igual que aprenden a utilizar una computadora: a travs de prueba y error.

Sin embargo, Mischel ha descubierto un atajo. Cuando l y sus colegas ensearon a los nios

unos trucos mentales sencillos, tales como pretender que el dulce es slo una pintura, rodeada por

un marco imaginario, el mejor de forma drstica su habilidad de autocontrol. Los nios que no

haban podido esperar sesenta segundos, ahora pueden esperar quince minutos. Todo lo que he hecho, es darles algunos consejos del manual del usuario de sus mentes, comenta Mischel. Una vez que descubres la fuerza de voluntad, es slo cuestin de aprender a controlar tu atencin y

pensamientos, en realidad puedes empezar a incrementarla.

Mischel tambin prepara un estudio a gran escala que involucre cientos de estudiantes en

Filadelfia, Seattle y Nueva York a fin de determinar si puede ensearse el autocontrol. Aunque

anteriormente demostr que los nios les iba mejor en la prueba del malvavisco despus de

ensearles algunas transformaciones mentales, como pretender que el malvavisco era una nube, an no queda claro si estas nuevas habilidades persisten a largo plazo. En otras palabras, los

trucos slo funcionan durante el experimento o los nios aprendieron a aplicarlos en casa, al

momento de decidir entre hacer la tarea o ver televisin?

Angela Lee Duckworth, profesora auxiliar de psicologa de la Universidad de Pennsylvania,

dirige el programa. Al principio estaba interesada en el tema despus de trabajar como maestra de

matemticas en preparatoria. En gran parte, fue una experiencia increblemente frustrante, comenta.

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Poco a poco me fui convenciendo que tratar de ensear lgebra a un adolescente cuando carece de autocontrol es un ejercicio intil. As que, a la edad de treinta y dos, Duckworth decidi convertirse en psicloga. Uno de sus principales proyectos de investigacin observaba la

relacin entre el autocontrol y el promedio de calificaciones. Encontr que la habilidad para

demorar una recompensacon alumnos de octavo que les daban a elegir entre obtener un dlar de inmediato o dos dlares la siguiente semanaera un factor de prediccin mucho mejor que el I.Q respecto al desempeo acadmico. Coment que sus estudios mostraban que la inteligencia es en realidad importante, ms no tan importante como el autocontrol.

La principal preocupacin de Mischel es que, incluso si su planeacin demuestra ser efectiva,

an puede verse afectada por las variables que los cientficos no pueden controlar, tales como el

ambiente del hogar. Sabe que no es suficiente ensear trucos mentales a los nios, el verdadero

reto es convertir esos trucos en hbitos, y eso requiere aos de prctica diligente. Aqu es donde los padres son importantes, comenta Mischel. Han establecido protocolos que los obliguen a demorar diariamente? Los motivan a esperar? Y hacen que la espera valga la pena? De acuerdo con Mischel, incluso las rutinas ms insignificantes de la infanciacomo no comer bocadillos antes de la cena, o ahorrar dinero, o esperarse hasta la maana de Navidadson ejercicios realmente tiles para el entrenamiento cognoscitivo: nos enseamos a nosotros mismos

a pensar para que podamos burlar nuestros deseos. Pero Mischel no est satisfecho con un

acercamiento informal. Debemos darle malvaviscos a cada nio de pre-escolar, comenta. Debemos decir, ves este malvavisco? No tienes que comerlo. Puedes esperar. As es como

debes hacerlo

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