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w . i III 'uiupjutw EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 1938. FUERA DE TODA LEY EL SECRETO DEL ÍDOLO Por ROSITA FORBES Para mi Bangkok, la capital de Siam. es el lugar más bello del mundo. Por supuesto, el encanto se f bra cuando una se aproxima lo rlente para ver que las pagodas •i hechas rie perlacltos de cris* . de colores. Por oirá parte, rio una pasa entre filas de pi- na gigantescos y dorados, bajo lechos de los que cuelgan millares empanas; cuando se observan | sacerdotes de sotanas amarillas v\endo sus breviarios junto a los >reies llenos de joyas; cuando se \" la famosa esmeralda de Bu- da en su trono del templo de Jade, medio de diosas de enormes pro- porciones, uno pierde la cabeza un o y se pregunta ai no es todo ello un sueño, producto de las - ; is riel pais. El mismo dia qu« llegamos, acu- os al bazar chino, lleno de to- las especias concebibles. En ml- tad riel gentío medio desnudo, to- posesión de nosotros la fiera de- icia del regateo, y apenas si nos di- cuenta de que se nos habla unido un amigable secretario de la Legación. Eran cerca de ]a.s tres cuando "lia avidez por los cachivaches tados, fué vencida por el ham- bre. El secretario, bien afeitado, •amenté peinado y correcto en todos \r,$ detalles, nos invitó a al- rzar en un restaurante chino. Co- nos aletas de tiburón, hongos y de pajaro» qu* hahlan esta- enterrados en el limo. El mantel precia un campo de batalla des- pués qu* hablamos permanecido en él durante mas rie una hora. Y una triple alianza habla sido cimentada también. Después de eso viajamos por el pais juntos, el secretario siempre inmaculado en el gris pálido que -binaba ron sus ojos, mi compa- ñera <a quien llamaremos Angela) < yo, ron blusas y faldas que, sien- to decirlo, a veces se separaban en la cintura. Pasamo"; riias en la selva, entre olvidados, y noches explo- rando los nidos de opio y las casas ce juego de la ciudad maldita. Pe- ro una noche el secretario y yo nos (Anuncio) PIERNAS DAÑADAS Ninguna persona sensata dehe con- tinuar sufriendo sin probar el lim- pio, poderoso v penetrante ACEITE ESMERALDA DE MOONE. que ea ra- címente obtenible en cualquier far- macia bien surtida. Su uso ea fácil y sencillo—«ln grasa Inmanchanle— rmnOmleo. No sólo el ardiente pteor S tortura de la piel ea rápidamente aliviado. «Ino que al ACEITE ES- MERALDA DE MOONE también pro- mueva curacirtn saludable. Pida en rualculer farmacia un frasco origi- nal de ACEITE ESMERALDA DE MOONE. HOMBRES DE ALTA POSICIÓN usan ligas j la mavoría nsa P4R1S No hoy contacte da matol een la pial Son supremas por tu confort, seguridad y economía. Soatienen loa calcetines impecablemente ceñidos. 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Y no fui- mos más allá de un mutuo senti- miento de frustración. Al día siguiente Angela y yo par- timos de Bankok para la Conchin- china. Nuestra partida no estuvo exenta de humor, porque nuestros amigos insistieron en obsequiarnos con los más curiosos regalos. Un comerciante quería darnos galones y más galones de agua filtrada, co- mo precaución contra las enferme- dades que nos acechaban en los bos- ques de Cambodia. La Legación francesa nos ofreció los servicios del simpático vicecónsul que nos en- tretuvo con la relación de sus hu- morísticos "affairs" del corazón, hasta que la partida del tren lo en- vió corriendo al andén. En el último momento, el amiga- ble secretario apareció también con algo envuelto en algodón rojo. Se trataba de un objeto grande y pe- sado. —Creía que tendría que tenerlo toda mi vida —dijo el diplomático. Pero quiero regalárselo a usted, que lo apreciará grandemente. Pued" ser que algún día le una explicación acerca "de él". - ;.Quién es él? —inquirí. El coolie, que habla depositado su carga, referentemente, mirando al este, levantó entonces la cubierta y quedó a la vista un enorme Duda, sentado en un trono escarlata. No habla tiempo para discutir, de manera que la imagen salió con nos- otros a través del Asia y demoró considerablemente nuestro progreso, porque dondequiera que estábamos con prisa, nuestros coolies Insistían en que hahlan de decirle sus rezos a su Alteza el Lord Ruda. Se trata de un rollo de alfom- bra —le ola decir a Angela expli- cando en las aduanas lo que era aquello. Pero antes de que retornáramos a la civilización, nos hablamos da- do cuenta de que ocurría algo ex- traño con el Buda. Ahora, para comprender el resto de esta historia, debe usted permi- tir que su Imaginación corra. Olví- dese del vapor y de la electricidad. de los policías y de la superioridad de la raza blanca. Todo eso sobra por los caminos asiáticos. Además, un aeroplano o un ascensor ¿cria tan extraordinario en los bapcos del rio Siam. como son ordinarios ¡03 aparecidos y fantasmas. Aquella extraña cosa comenzó en ! Pai-Llu. dopde nos quedamos con i el residente francés en una pequé' ña. blanca casa con una gran ban- dera republicana. Se nos trato con hospitalidad gala y creo que hasta se nos dio la úni- ca cama que habla en la casa. Pe- ro pasamos una noche mala, porque Angela, quien habia extendido el colchón y una almohada en el sue- lo, dejándome el bastidor y un al- mohadón, tuvo una pesadilla en la que Imaginó que se estaba aho- gando. Despertada por sus alaridos, me di cuenta de que habla algo que me deprimía, algo que lo sentía en mi pecho como si fuera un gran peso. —Que olor más extraordina- rio— dijo Angela ruando se dio cuenta que estaba batallando con una frazada y no con un salvavi- das. Entonces me di dienta tam- bién de que el aire estaba lleno del olor de datura, la flor de muer- te del Este. —Debe haber muchas de esas fio- vez que me desperté, el olor habla desaparecido y la luz del nuevo dia luchaba por entrar por la ventana. Poco después, salimos al jardín. No hahla una sola datura a la vista, y nuestro anfitrión nos explicó, con alguna sorpresa, que esas flores no se daban en todo el distrito. Mientras empacábamos nuestras cosas, nos declamos a cada otra con alarma:— Estábamos soñando. Yo incluso añadí con firmeza:— El olor era parte de tu pesadilla que- de alguna manera me comunicaste a mi. Angela se mostró de acuerdo. Algunos días más tarde, surgió una tormenta mientras nos encon- —Probablemente se trata de algo que tiene en la madera —dijo An- gela examinando el trono escarlata. —Tal vez el calor excesivo lo hace oler de ese modo. Bajo la influencia de lo-, depor- tes de cubierta, de los radiogramas y de un cinema portátil que llevaba alguien, nos volvimos muy moder- nas y esrépticas. Y tras de cruzar América sin incidente, llegamos a sentirnos un poco avergonzadas de nuestra susceptibilidad. Pero en medio del Atlántico vol- vimos a recibir el golpe. Al retor- nar a nuestro camarote, una noche ya tarde, encontramos a varios sir- vientes caminando de un lado para otro en el corredor, provistos de unos polvos olorosos, y uno de ellos dijo: —No de dónde diablos viene este olor terrible. Angela y yo nos miramos angus- tiadas, dándonos cuenta de que el olor a que se refería el camarero era el de la flor de muerte. Por entonces yo tenía un aparta- miento en Curson Street. En él en- troné al Buda, alto en un gabinete de laca y mirando hacia el este. Al principio me sentía un poco ador- mecida cuando olla el fuerte y dul- ce perfume, pero tras de algunos meses de experiencias, me fui acos- tumbrando a él y apenas si me sen- tía ligeramente anonadada cuando alguien, al retornar conmigo del tea- —No puedo dejarte Ir —dijo. —Ere» parte de mí. Nos perte- necemoa para toda la vida. res fuera, —sugerí El olor era tan fuerte que la cabeza nos vacilaba. —No puedo resistirlo —dijo Ange- la dirigiéndose a la ventana. Buda, en su trono, parecía mirar también hacia el jardín, pero aunque las es- trellas brillaban, po pudimos dis- tinguir ninguna planta que nos die- ra la impresión de ser la peligrosa I flor del Este. Durante el resto de la noche, dor-1 mimos a intermitencias. La última PERSONAJES MUNDIALES Marca de Fábrica para Registrar AVISO A TODO EL QUE PUEDA INTERESAR: De acuerdo con las disposiciones de la SerriAn 5 de la Ley de Mar- cas de Fábrica vigente se hace saber que la siguiente marca de fá- brica ha sido presentada en la Ofi- cina del Secretarlo Ejecutivo de Puerto Rico para su archivo y re- gistro; FESOFOR Propietario: SMITH, KLTNE & FRENCH LABORATORIES. . Dirección: 105-115 North Fifth Street, Phlladelphia, Pennsylvania, U. 5. A. Articulo a que se aplica: "Pre- paration for the Relief of Anemia". Cualquier oposición a este regis- tro deberá presentarse en la Ofici- na del Secretarlo Ejecutivo de Puerto pjro dentro do lea treinta (38) día» iltuient«s a la segunda y última publicación de asta aviso, la cual so hará ol día 16 do octubre dol 1938. (Continuación da la página 4.) nes, los derrota en sus propósitos. Nada puede contener ya el auge Impetuoso de loa nacionales socia- listas, y en las elecciones de 1928 los nazis obtienen 12 puestos en el Helchstag. Dos años después, 1930, logran 107 con un voto popular de 6,275.000. 1932 to postula para candidato a Presidente do la República con- tra Hlndanburg, pero ésto resulta reelegido. En 1933 se le designa canciller y en 1934. a la muerte del Presidente, se uenen los cargos de presidente y canciller en la per- sona del "fuehrer". En 1935 Hltler inicia su arreme- tida contra el tratado de Versa- lies, retornando a Alemania el ser- virio militar obligatorio. Ese mis- mo año se celebra el plebiscito del Saar que devuelve a Germania la región, y el de marzo de 1936, el nuevo ejército alemán reocupa >a zona del Rhin, desmilitarizada por Hubo aclivirlad inusitada.. (Continuación -Jo ln página 2 > habéis unido al Relch. nos habéla llevado a nuestra casa". Y la multl- tud grito en coro. "Damoa las gra- cias a nuestro Fuehrer". El discurso de Hltler fueron diez ¡minutos de oratoria profundamente emotiva, dirigida a un pueblo que, dijo él. "habla sufrido y aguantado humillaciones antes de lograr su li- bertad". "Habéis hecho vuestro úl- timo sacrificio" lea dijo —; estáis añora en vuestra propia casa, en el Relch". Media hora después terminaba la ceremonia y el canciller-presidente del Tercer Relch salla de Karlsbad, ex-checoealovaca. Derechos reservados a EL MUNDO por North American Newspaper Alllance. el tratado célebre. Por último, el 13 de marzo de 1938, Hitler, que ya no tienen la oposición de Italia, se anexa el Austria, realizando de eso modo el proposito expuesto en las primeras lineas de su libro: "la Austria germánica, tendrá que retornar a Alemania, madre co- mún..." Nació Hitler en Branau, Austria, el 20 de abril de 1889. hijo de pa- dre austríaco y de madre bohemia 1 . Pasa su niñez en Lamhach y a los 14 años se trasladaa Viena. En 1912, traj« de trabajar en la capital de Austria en distintos ofi- cios manuales, pasa a Munich, don- de hace labores de carpintería, de arquitectura -y de pintura. Y en 1914 se incorpora a filas en el ejér- cito alemán, donde realiza actos de bravura que le proporcionan '.a cruz de hierro. En su retiro de Berchtesgaden. protegido por alambradas electri- ficadas y baterías antiaéreas. Hit- ler mantien un "santuario" de pá- jaros que se calcula contienen o menos de 8000 nidos. El "Fuehrer" ama los pájaros, los árboles, la naturaleza. En ninguna parte se encuentra tan bien como en su chalet de los Alpes que mira ha- cia la Austria nativa. Y es en esa paz impregnada de la majestuosi- dad de lo eterno, donde Hitler ha lomado sus determinaciones más decisivas y espectaculares. De los afectos íntimos de Hitler. poco se sabe. Amaba a su madre sobre las cosas y amó a una so- brina, bella juevnil, que un dia apareció con la frente atravesada por un balazo. Se dice que el "fuehrer" gusta de pasarse largas jornadas en la Intimidad del hogar de su ministro de propaganda Go- ebbels, enseñando a sus pequeñas hijas a recitar himnos marciales... trabamos a quince millas de la Vi- lla donde nos habíamos propuesto pernoctar: de manera que tuvimos que acampar en una vieja y medio desmoronada cabana. Era una no- che oscura y bastante fría. Como la lluvia continuaba cayendo con fuerza, determinamos que los caba- llos compartieran con nosotros el espacio rie la cabana, rie manera.que nos acostamos a dormir todos Jun- tos. En mitad rie aquella noche mo- lesta e inconfortable, una vez más me di cuenta del olor a datura. Sur- gía de nuevo, a'ontarior, y parecía afectar a torios los seres vivientes a su alrededor. Emanaba riel Buda, de manera misteriosa, y los coolies es- tahan aterrorizados, porque creían que era un signo de muerte. Cuan- do al dia siguiente Angela y su ca- ballo desaparecieron en un panta- no, tuvimos que usar de toda clase de recursos para hacerlos acudir al rescate, pues temían el hado de la extraña flor. Sin embargo, llegamos a la Costa del Pacifico, y una vez a bordo del correo imaginamos que el Buda se comportarla con mas naturalidad, ya que por entonces estábamos con- vencidas de que de él surgía aquel perfume que nos robaba el sentido. tro. expresaba: ¡Dios mío qué olor! ¡Usttd debe bañarse con ese per-1 fume! El fenómeno sólo ocurría por las j noches, y tras un año o dos pasaba tan raramente que pensé que real- mente era cosa de la madera. —Se está yendo el olor —le dijo a Ange- la. —El misterio desaparece. Entonces, una noche, al retornar de un "party", me encontré al ami- gable secretario sentado frente a mi chimenea. Estaba todavía superla- tivamente peinado y atildado, pero lucia atontado. Sin ningún salijdo ni explicación de su presencia me preguntó:— ¿Por qué usa ese te- rrible perfume, y cómo lo puede so- portar? Yo estornudé violentamente, aun- que no estaba segura de que estu- viera oliendo algo. Sin embargo, no quería que él se diera cuenta de las cuitas por que me habia hecho pasar el misterio. De manera que le respondí sin darle importancia a la cosa:— ¿Se refiere al olor de la datura? Viene del Buda. ¡píos mío!— dijo el hombre tor- ¿Uafaia usted ttoUM? Manténgase apto físicamente para el trabajo y el deporte, tomando la Emulsión de Scott, el tónico moderno de aceite de hígado de bacalao. Es cuatro veces mis fácil de digerir que el aceite puro, apro- vecha mis que las emulsiones inferiores, es de buen sabor y resulta mis económico. I Para su protección, acepte solo la legitima Emulad* de Scott con id ramosa marca dtl pescador, en relieve tn cdda /nuco. 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La historia quedó interrumpida a veces debido a la emoción del hom- bre, pero aquí está una breve reco- pilación de ella, según me la dijo hace anos en un pequeño y oscuro "sittlng-room" del que colgaban lo- belinos de dragones pintados: El amigable secretario no habia estado siempre en el servicio diplo- mático, en el cual tanto César romo su mujer deben estar por encima de todo reproche. Previamente ha- bia tenido un puesto administrati- vo de poca importancia, que lo lle- a lo más intrincado de los bos- ques Burmeses. Allí se habla ena- morado de una muchacha pequeña y aceitunada, con quien se habla casado según los ritos de los suyos. Desde entonces hablan sido insepa- rables y se sentían muy felices. Cuando se le incorpora al Consu- lado en Siam. llevó a la muchacha con él y la puso a vivir en una ca- sa que pafecia de muñeca, llena de cortinas y de flores encarnadas. Todavía eran dichosos, pero la am- bición del hombre habla sido des- pertada. Era el mejor lingüista del pais y poseia también otras condi- ciones que lo hacían apto para una carrera brillante. V ocurrió la inevitable: los supe-1 ñores del secretarlo descubrieron el secreto de la casa de muñecas y le dijeron a su propietario que dehla abandonar a la linda nativa, o di- mitir del servicio. Los oficiales se mostraban paternales, pero también decididos. Los conocimientos loca- les del secretario, por otra parte, lo baclan ideal para el puesto, de ma- nera que repitieron una y otra vez: Retorne la muchacha a los suyos. Después rie lorio es lo más natural. El hombre rehusó en principio, pero se le dio una quincena para que tomara una determinación. En-1 tonces llevó a la muchacha al Inte- rior y acampados junto a un rio rodeado de bosques llenos de olo-' res y de sonidos, le confió su dile- ma. —No puedo dejarte Ir —le di- jo. —Eres parte de mi. Nos perte- necemos para toda la vida. Ella lo escuchó en silencio. —Pero tal vez puedas retornar a tu villa por un poco de tiempo —le sugirió el hombre; y su miseria se debió hacer aparente, porque la am- bición ya hahla hecho presa en él. —Justamente por un poco de tiempo. La prueba no afectará nues- tro amor. La muchacha seguía sin decir na- da. Lucia como una pequeña esta- tua arrodillada ante el Buda. que era su posesión más preciada y qu« la habla acompañado a dondequie- ra que habia ido. El la tomó en sus brazos para con- fortarla. .. Tal vez aquella noche ella per- maneció arrodillada ante la imagen más tiempo que de costumbre; pe- ro cuando al fin, con la fidelidad de un animal se acostó en el col- chón a su lado, el hombre creyó que todo iba perfectamente. Muy temprano el secretario fué despertado por aquel fuerte e In- confundible olor a datura. Sorpren- dido miró alrederior de la tienda de campana. Estaba vacia. Y el tro- no escarlata de| Buda habia sido coronado ron flores de muerte. Buscaron a la muchacha y ya cer- ca de la noche encontraron «u cuer- po flotando en el rio. Apretado, en una mano, tenia un objeto que el hombre le habla dado anos atrás, cuando celebraron su boda en otro bosque. .—Eso es fodo —dijo el amigable secretarlo. Le habla tomado una ho- ra el hacer la relación de su his- toria, y a mi, mientras miraba a la chimenea, me parecía ver una fi- gura pequeña y aceitunada arrodi- llada frente al Buda. Pero aquello, por supuesto, era obra de mi ima- ginación. Haga brillar a su batería de cocina con el eficiente Bon Ami Evítese largas horas de tedioso trabaja limpiando sus cubiertos y artículos niquelados con Bon Ami. £1 cansancio de fregar y refregar es cosa del pasado —el método moderno es dejar que ei Boa Ami haga todo el trabajo- Prué- Dt vtnt* por todat partet Bon Ami Limpia (pero no araña) tmuétft, ¡ VMSMSI Cokrt. . HtjaUl* AnUjn . , Itftjlt Brmtt . , Hlfml.. EmsiM y thm .. Akmiik .. Z*f*< U—m .. /-»**< df attfm'tlt . , l*i mnn helo. 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"\ £f EBA imposible hacer mi traba jo, ni concen- ÍVL trar la imaginación y siempre estaba can- sado, hasta que el Médico me recomendó Sal Hepática que no sólo es un laxante, suave pero eficaz, sino que además, ayuda a combatir la excesiva acidez gástrica que tanto me molesta- ba. Ahora me siento perfectamente." Efectivamente, Sal Hepática por su composi- ción y efectos, se asemeja a algunas de las aguas naturales mas -famosa* del mundo y no sola- mente limpia el intestino de los desechos que se acumulan en el mismo sino que además ayuda a combatir el exceso de acidez gástrica y contri- buve a restablecer lg reserva alcalina del orga- nismo, obteniéndose asi un rápido y beneficioso efecto que_ no se consigue con otros laxantes. Sal Hepática es también muy útil para ayudar a combatir un catarro. Al primer síntoma de este, ponga dos cucharaditas de Sal Hepática en un vaso de agua y tómete etta bebida efervescente, pues el catarro se alivia mas rápidamente cuando se ayuda a eliminar los desechos acumulados en el intestino y combatir la excesiva acides gás- trica, para lo cual Sal Hepática está especial- mente preparada. La persona se siente mas ágil, parece que le quitan años de encima cuando las sale* minerales de Sal Hepática ayudan a restau- rar la reserva alcalina del organismo. Vea las ins- trucciones en el frasco y prospecto. Compre boy mismo en su farmacia, un frasco da Sal Hepática. SAL HEPáTICA lSMiSSSSSSSSSSSSSSSliaBSilHB^BBVBBV

EL SECRETO DEL ÍDOLO - ufdcimages.uflib.ufl.eduufdcimages.uflib.ufl.edu/CA/03/59/90/22/00287/00296.pdf · mó posesión de nosotros la fiera de- icia del regateo, y apenas si nos

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    EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 1938.

    FUERA DE TODA LEY

    EL SECRETO DEL DOLO Por ROSITA FORBES

    Para mi Bangkok, la capital de Siam. es el lugar ms bello del mundo. Por supuesto, el encanto se

    f bra cuando una se aproxima lo rlente para ver que las pagodas i hechas rie perlacltos de cris* . de colores. Por oir parte, rio una pasa entre filas de pi-

    na gigantescos y dorados, bajo lechos de los que cuelgan millares

    empanas; cuando se observan | sacerdotes de sotanas amarillas

    v\endo sus breviarios junto a los >reies llenos de joyas; cuando

    se \" la famosa esmeralda de Bu- da en su trono del templo de Jade,

    medio de diosas de enormes pro- porciones, uno pierde la cabeza un

    o y se pregunta ai no es todo ello un sueo, producto de las

    -;is riel pais. El mismo dia qu llegamos, acu-

    os al bazar chino, lleno de to- las especias concebibles. En ml-

    tad riel gento medio desnudo, to- m posesin de nosotros la fiera de- icia del regateo, y apenas si nos di-

    cuenta de que se nos habla unido un amigable secretario de la Legacin.

    Eran cerca de ]a.s tres cuando "lia avidez por los cachivaches tados, fu vencida por el ham-

    bre. El secretario, bien afeitado, ament peinado y correcto en

    todos \r,$ detalles, nos invit a al- rzar en un restaurante chino. Co- nos aletas de tiburn, hongos y

    de pajaro qu* hahlan esta- enterrados en el limo. El mantel

    precia un campo de batalla des- pus qu* hablamos permanecido en l durante mas rie una hora. Y una triple alianza habla sido cimentada tambin.

    Despus de eso viajamos por el pais juntos, el secretario siempre inmaculado en el gris plido que

    -binaba ron sus ojos, mi compa- era