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3  El ser anfibio: Imaginarios acuáticos en el Sinú... El ser anfibio Imaginarios acuáticos en el Sinú.  Análisis de la fauna mitológica en la tradición oral y la orfebrería Sinú

El Ser Anfibio

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  • 3El ser anfibio: Imaginarios acuticos en el Sin...

    El ser anfibioImaginarios acuticos en el Sin.

    Anlisis de la fauna mitolgica

    en la tradicin oral y la orfebrera Sin

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    Coleccin Trabajos de Pregrado

    Maestra Literatura Colombiana y Latinoamericana

    Escuela de Estudios Literarios

    Universidad del Valle

    Colombia

    El ser anfibioImaginarios acuticos en el Sin.

    Anlisis de la fauna mitolgica

    en la tradicin oral y la orfebrera Sin

    Catalina Garcs Martnez

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    Santiago de Cali, febrero de 2010

    Rector Universidad del ValleIvn Enrique Ramos CaldernDecano Facultad de HumanidadesDaro Henao RestrepoDirector Escuela de Estudios LiterariosJuan Julin Jimnez PimentelDirector Programa Licenciatura en LiteraturaHctor Fabio MartnezCoordinador Maestra en Literatura Colombianay Latinoamericanalvaro Bautista Cabrera

    El ser anfibioImaginarios acuticos en el Sin.Anlisis de la fauna mitolgicaen la tradicin oral y la orfebrera Sin

    Catalina Garcs Martnez

    Edicin: mayo de 2010

    ISBN: 978-958-670-820-3

    [email protected]

    Prohibida la reproduccin total o parcial, por cualquiermedio o con cualquier propsito, sin la autorizacinescrita del autor.

    Ilustracin de cartula: Orlando Lpez ValenciaDiseo y diagramacin:Unidad de Artes GrficasFacultad de HumanidadesUniversidad del ValleCali - Colombia

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    A mi madre nia en el cielo, en las grutas

    y en la mar

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    Contenido

    Introduccin 1 1Importancia de la cultura Sin en la conformacin socialde las comunidades anfibias en la Depresin Momposina 1 7Germinacin y narrativa 23El ecosistema en la palabra mtica del ser anfibio 23Escrituras de la fauna sagrada 32La orfebrera Sin como expresin de su pensamiento mtico 32Pescadores y Mohanes 43En la escucha de lo inaudible 43Encantos de las aguas en la tierra del asombro 5 5Umbrales ofidios 69Simbolismos iniciticos del arco iris y las serpientes 69Pjaros agoreros 81Cuando el fuego atraviesa el agua en movimiento 81Santos de la lluvia y el trueno 9 7Encuentros con el caimn 109El guerrero y el saurio de las profundas oscuridades 109Conclusiones 121Agradecimientos 123ITHIOCO 125Las vas acuticas de la creacin 125Bibliografa: 135

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    Introduccin

    El presente trabajo tiene como propsito mostrar cmo elimaginario mtico sagrado de la cultura Sin, basado en losecosistemas acuticos, est presente en su arte narrativo ymetalrgico. Esta relacin se evidencia a partir de la orfebrerainspirada en la fauna acutica y anfibia. Sus caminos siguenabrindose en la tradicin oral como filosofa popular y lasformas de vida de las comunidades, tanto indgenas comomestizas, que actualmente habitan la regin del Caribe Colom-biano conocida como Depresin Momposina.

    Para dicho propsito abordamos la transformacin en el seranfibio como mitema central de las tradiciones narrativas rela-tivas a los encantos acuticos y los textos de simbologachamnica presentes en la orfebrera Sin.

    Definamos entonces qu es El ser anfibio: Orlando FalsBorda en sus estudios sociolgicos de la Regin Caribe,desarroll su propuesta de Investigacin Accin participativa,que consiste en reconstruir la historia de las comunidadesbasndose en sus propias voces y narraciones del territorio. Enesos recorridos descubri que los bogas del Magdalena sonhombres anfibios, porque viven de la caza y la pesca, entre elmonte y las aguas. Adems de nutrirse de los conocimientosde las comunidades estudiadas, Fals Borda particip acti-vamente de los procesos de recuperacin de tierras para elresguardo Sin de San Andrs de Sotavento, con resultadosexitosos gracias a la aplicacin de sus conocimientos socio-lgicos, en equilibrio con la sabidura ancestral indgena,personificada en lderes creativos de la comunidad como lacacica Bernabela Reondo.

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    Esta propuesta de investigacin y apoyo a los procesoscomunitarios fue muy inspiradora para m, por su capacidadde generar una conciencia movilizadora de transformacionessociales. Por eso me anim a escribir sobre las tradicionesnarrativas cuya funcin es propiciar el vivir en equilibrio conla naturaleza, evidenciando la funcin de los mitos comomovilizadores de valores ambientales. El ser anfibio adems essent-pensante, es decir, un sentidor del mundo, que piensa conel corazn, desde donde nace toda su tradicin narrativa ypotica.

    Con el objetivo de vivenciar las tradiciones sobre las quequera escribir hice un inolvidable recorrido por esta regin, enla cual el sentido del trmino hombre anfibio que haba ledoen Fals Borda, se disemin en otros significados y conno-taciones, pues al entrar en contacto con los mitos orales, supeque estos tambin eran anfibios porque en ellos convergenraces europeas, indgenas y africanas, evidentes en el lenguajeque combina idiomas y expresiones provenientes de cada rama.Tambin percib que lo anfibio iba ms all del hombre comosujeto masculino, pues en los relatos, carnavales y diosesprehispnicos encontramos la dualidad de sexos o androginia.El ser anfibio se mueve con fluidez entre el tiempo cotidiano yel tiempo sagrado, los protagonistas de sus relatos son seresque viven las metamorfosis entre lo humano, animal, planta yencanto. Entre lo tangible y los seres de la niebla.

    Con este propsito he escrito los siguientes ensayos:

    Importancia de la cultura Sin en la conformacin socialde las comunidades anfibias en la Depresin Momposina: sesita al lector geogrfica e histricamente en las comunidadesen donde se origina la tradicin narrativa que vamos a estudiar.

    Germinacin y narrativa. El ecosistema en la palabra mticadel ser anfibio se trata de explorar la naturaleza como territoriosagrado y fuente de la creacin de universos narrativos.

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    Escrituras de la fauna sagrada. La orfebrera Sin comoexpresin de su pensamiento mtico la orfebrera Sin comoforma de escritura de sus mitos y su relacin con los animales.

    Pescadores y Mohanes en la escucha de lo inaudible lasformas de transformacin chamnica por medios acuticospropias de los Mohanes, cuya huella est presente en losimaginarios que giran en torno a la pesca.

    Encantos de las aguas en la tierra del asombro encantosde ros y pozos, el agua estancada y el agua en movimientocomo origen de seres y relatos. El agua como una mujer enconstante transformacin.

    Umbrales ofidios. Simbolismos iniciticos del arco iris ylas serpientes la naturaleza anfibia del soplo vital como principiode la curandera Sinuana.

    Pjaros agoreros. Cuando el fuego atraviesa el agua enmovimiento hablaremos de los simbolismos de latransformacin mediante el vuelo chamnico.

    Santos de la lluvia y el trueno los relatos en torno al sincre-tismo religioso como potica de la naturaleza y humanizacinde lo divino.

    Encuentros con el caimn. El guerrero y el saurio de lasprofundas oscuridades la transformacin del chamn en sudescenso al submundo y los mitos gregarios y reivindicativosen la cosmovisin indgena.

    ITHIOCO. Las vas acuticas de la creacin es un conjuntode poemas que escrib junto al ro Magdalena mientras llegabala noche. En un principio no pensaba incluirlos en la mono-grafa, pero teniendo en cuenta que parte fundamental de estetrabajo es reivindicar las expresiones textuales diferentes a la

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    discursiva, decid hacer mi propia aproximacin no discursivaal ser anfibio a partir de la poesa y la pintura. El objetivo de laspinturas es contextualizar los seres de la orfebrera en relacinorgnica con el territorio, pues ms adelante veremos que estosseres de oro son los propios encantos Sines, guardianes ydueos de reinos subterrneos y acuticos.

    Desde el da en que sin saber absolutamente nada de lacultura Sin entr al Museo del Oro Zen en Cartagena, susantiguas sendas narrativas se abrieron para m, pues intu todauna cosmovisin en aquellos peces con rostros humanos ycabezas de ave que entre sus aletas ocultaban antiguos mundosde agua y oro. Me qued observndolos y preguntndolesdurante mucho tiempo: Quines son ustedes? Qu habrquerido decir el artista que les dio vida? Desde ese da meobsesion con interpretar el canto silencioso de aquellos seres,entonces emprend la bsqueda de sus posibles significadosmitolgicos. Para la comprensin integral e intertextual de losmitos, utilic diversas fuentes, ya que deba integrar elementosdel arte, la ecologa, la antropologa y la literatura.

    Encontr escritores regionales cuya palabra se alimentadirectamente de la mitologa Sin, como Rubn Daro Otlvaro,Leopoldo Berdella y Guillermo Valencia Salgado. Textos dearqueologa como Orfebrera y chamanismo, en donde Reichel Dolmatoff propone las figuras de la orfebrera indgena comoobras de arte del pensamiento chamnico, y los estudios deAna Mara Falchetti, Anne Legast y Sandra Turbay sobre lasrepresentaciones de la fauna en la narrativa y la orfebrera Sin.

    En el trabajo de campo tuve la fortuna de conocer perso-nalmente narradores orales y escritores de la regin que nosolo me encantaron con sus relatos anfibios, tambin aclararonmis dudas y me llevaron a recorrer el territorio mientras me lonarraban. La visin ambiental est muy inspirada en JavierMoscarella, en su obra escrita, as como en el plan de accinambiental y comunitario que l est aplicando en La CinagaGrande del Magdalena, cuyos efectos positivos en la recu-

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    peracin del mangle me demostraron que efectivamente lamitologa es un elemento poderoso para unir a una comunidaden el cuidado de la naturaleza.

    Aunque s que queda un largo camino en la interpretacinmitolgica de la orfebrera Sin, espero transmitir algo de sufascinante realidad e inspirar futuros trabajos que desde dife-rentes perspectivas se reencuentren con la memoria de lospueblos de la tierra y el agua.

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    Importancia de la cultura Sin en la conformacin

    social de las comunidades anfibias en la Depresin

    Momposina

    En las noches de tertulias, Cuenta el indio a sus hijuelos

    Las Historias y los duelos de pasadas epopeyas de su raza.Y sentados en la puerta del boho en los bancos de madera

    tosca y dura,Todos oyen silenciosos

    lo que el viejo cano y flaco,De ligera y sucia blusa les refiere despacioso,

    Mientras chupa de su pipa de carruzo y hueca tusa,

    Encendidas hojas secas de tabaco.

    __De ihtuca, por el poeta y dentista de Mohana TooCorrales1

    En el presente trabajo exploraremos el origen acutico delos imaginarios mticos en las comunidades que habitan el reaconocida como Depresin Momposina, que comprende desdela ribera oriental del ro Sin, hasta el encuentro de los ros SanJorge, Cauca y Magdalena. Aunque estas comunidades sonmestizas y en su memoria se entretejen varios orgenes, nosenfocaremos en el ancestro Sin, que desde tiempos muyantiguos convive en armona con su ecosistema, inspirador deuna fascinante tradicin narrativa en la que el agua es vital.Los elementos culturales de origen Sin dieron lugar a losimaginarios acuticos que hoy encontramos en las poblacionestanto indgenas como mestizas de esta subregin del Caribecolombiano.

    1 Fals Borda, Orlando, Historia doble de la costa III, Resistencia en el San Jorge,Universidad Nacional de Colombia, Banco de la repblica, Ancora Editores, Bogot2002. Pg: 5

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    Existe evidencia arqueolgica de la unidad ancestral delterritorio comprendido desde la cuenca del ro Sin hasta laspartes bajas de los ros San Jorge, Cauca y Magdalena:

    1)Las fotografas areas revelan Zanjas y canales decampos elevados similares en las dos zonas; 2) la alfarera dela regin comparta tcnicas y formas decorativas; 3) lafacilidad de viajes en canoa por los ros permite asumir quese daban por sabidos los contactos de larga duracin, porquela mxima distancia terrestre entre los ros Sin y San Jorgees de unos 55 Km; (Silva, 1992:11).

    Los hallazgos arqueolgicos nos indican que la cultura Sinproviene de pueblos nmadas, por eso es necesario indagar enestos flujos migratorios. Los ros Sin, Magdalena, Cauca yAtrato fueron vas naturales para el transito de sur a norte y denorte a sur, de comunidades que migraron durante milenios atravs del territorio americano, esa es una de las razones de laimportancia cultural de los ros.

    Si bien Reichel - Dolmatoff con evidencias arqueolgicasenlaza el formativo americano con el norte de Colombia yEcuador, estudios lingsticos relacionan muchas comu-nidades de Amazonas y el Orinoco con las lenguas de LosMotilones y algunas tribus del oeste de Venezuela. EduardoLemetre, que fue miembro de la academia de historia deCartagena dice: Hasta 1.533 Calamar, lugar donde fuefundada Cartagena, sigui en manos de sus antiguos dueos(Los Caribes). Pero los caribes tampoco eran oriundos delpas, sino invasores procedentes de las selvas del Mato Grossobrasileo que, a su vez, unos siglos antes, haban desalojadoa otros pueblos primitivos all radicados con anterioridad(Puche, 2001:4).

    Los hallazgos de cermica ms antiguos en las llanuras delCaribe datan del siglo XVII al VII a. c. Nos remontan apoblaciones de recolectores y cazadores. Aunque es posible quedichos hallazgos pertenezcan a culturas anteriores, fueron estosgrupos focales de la cultura Sin en el periodo formativo losque se desarrollaron como sociedades complejas con cacicazgos

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    organizados, comunidades agrcolas basadas en el cultivo deraces y tubrculos, que dieron lugar a la llegada del maz.Durante este periodo, que abarca desde el siglo II a.C. hasta lapoca de la conquista, los Sines crearon microambientes inun-dables propicios para el aprovechamiento inteligente de sussuelos y fauna. Los tmulos funerarios, la orfebrera y la cer-mica tambin iniciaron su auge desde el siglo II a.C.

    Es relevante en este periodo la aparicin de la fauna en laorfebrera como uno de los indicios ms antiguos que tenemosdel pensamiento mtico Sin. Es muy significativo el hecho deque esta fauna sea acutica o anfibia y que su desarrollo seacronolgicamente paralelo al desarrollo del sistema hidrulico:un entramado de vas acuticas que se extenda aproxima-damente 500.000 hectreas, caos, acequias y terrazas lacus-tres para canalizar el flujo de los ros, haciendo que segn lapoca del ao unas zonas fueran habitables, otras inundablespara la pesca o adecuadas para la agricultura.

    Como en esta zona los ros cambian su curso varias veces alao y la vida humana antigua y contempornea est condicio-nada por la fluctuacin de las aguas, tambin hacen parte delos imaginarios acuticos, los mitos inspirados en arroyos,cinagas, humedales y acequias, pues para el ser anfibio elmundo acutico tiene varios brazos y ojos, pero es un solocuerpo que cambia con las lluvias y las sequas, con las cre-cientes y mermas de la luna.

    Rodrigo de Bastidas, en compaa de los navegantes VascoNez de Balboa y Juan de la Cosa, descubri la desembo-cadura del ro que bautiz Ro Grande de la Magdalena el 1 deabril de 1501. Desde ese momento comenzaron las expedicionesen bsqueda de riquezas , pronto se enteraron del oro del Sin,cuya primera expedicin fue dirigida desde Urab por FranciscoBecerra en 1515 seguido en 1534 por Pedro de Heredia, enton-ces Gobernador de Cartagena.2

    2 El ensayo: La conquista del ro Cariguao o Grande de la Magdalena. Por: EdgarRey Sinning (www.unisimonbolivar.edu.co/rdigital/investigacin) describe laetnologa de esta regin a la llegada de los espaoles.

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    El ro Magdalena fue la primera va de penetracin de losinvasores espaoles. Desde las primeras incursiones encontraronmltiples comunidades indgenas: en las mrgenes del ro y entorno a las cinagas. En el Bajo Magdalena estaban los Malibes,Chimilas, Sondaguas y Pintaos. En territorios de Tamalameque,estaban los Pocabuyes, Senpeheguas, Salabas, Panquiche, Sopati,Sopatosa, Simychagua, estos sobre las cinagas; y sobre el ro,los Tamalaguataca, Tamalameques y Nicaho.

    Al arribo de los espaoles en el siglo XVI, El territorioZen estaba dividido en tres provincias: Finzen en el valledel Sin y las sabanas, era centro ceremonial, funerario y deproducin de manufacturas; Panzen en el valle del San Jorge,era zona de explotacin agrcola, pesquera y de elaboracinde manufacturas; y Zenufana: valles del bajo Cauca y Nech,era sede del poder gubernamental y de centros de produccinaurfera.3

    Los primeros esclavos negros llegados a Colombia fueronsolicitados a Carlos V por Pedro de Heredia para cavar lassepulturas de los Sines, debido a la abrumadora cantidad deoro encontrada bajo tierra. Los esclavos africanos fueron tradosno slo porque tuvieran gran fuerza fsica para cavar, sinoporque conocan la tcnica de extraccin de oro de los ros(mazmorreo) que hoy practican en las playas del Magdalena ydel Cauca.

    Las guerras de conquista redujeron en gran medida lapoblacin indgena masculina; por otro lado, como los africanosfueron trados adems para trabajar en las minas, haba unadesproporcin de gnero en esta poblacin, en la que aproxi-madamente un tercio eran mujeres. La mezcla entre negros eindgenas estaba prohibida por la corona; sin embargo, lasautoridades coloniales no se preocuparon por hacer cumpliresta ley, empezando porque ellos tambin se mezclaban con

    3 __JARAMILLO AGUDELO, Daro (Subjerente Cultural) Sin amerindio. LosZenes. Banco de la Repblica. Subgerencia cultural. Area cultural. Montera. 1996.

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    estas etnias y por el mismo Pedro de Heredia, a quien acusaronde entregar mujeres indgenas a sus esclavos negros.4

    Es necesario recordar que el principio de la esclavitud estabadeterminado por la ley de vientres: Era esclavo el hijo de madreesclava aunque el padre fuera libre, y libre el hijo de madrelibre aunque el padre fuera esclavo5 Por esta razn los mestizosnacan libres: hijos de padres esclavos o cimarrones, herederosde la sabidura africana e indgena. El mestizaje no solamenteimplica un entrecruzamiento de etnias diferentes sino de imagi-narios, creencias, lenguaje, tcnicas de supervivencia, saberesartesanales y artsticos, dando lugar a una cultura original,creativa y anfibia por estar en permanente transformacin.

    Para comprender los imaginarios mitolgicos y poticos deestas comunidades, debemos aproximarnos a la conformacinde sus sociedades, los flujos migratorios, los intercambiosculturales que han dejado huella en esta zona, y que vienen aconformar las races del ser mestizo.

    Aunque gran parte de la poblacin Sin entr en la dinmicade mestizaje, no ha perdido su identidad cultural, que ha sidola esencia de los procesos de recuperacin de la tierra y de susderechos como grupo tnico.

    En 1773 el rey de Espaa, Carlos III, constituy el res-guardo con 83 mil hectreas de terreno y tres barrios: Mexin(San Andrs), Chen (Chin) y Pinchirroy (Chim) con suscabildos y capitanes, bajo el mando central de un cacique.

    Desde entonces los Zenes han sido despojados de sustierras por los terratenientes. En los ltimos 20 aos hanrecuperado solo cerca de 25 mil hectreas y constituido masde 40 cabildos, en los municipios de San Andrs de Sotavento,Pursima, Chin, Chim, Momil y Cinaga de Oro en Crdoba,y Sampus, Sincelejo y Palmito en Sucre.6

    4 Encontramos una amplia descripcin de la dinmica del mestizaje en lostiempos coloniales en el libro: Los bogas de Mompox: historia del Zambaje. De DavidErnesto Peas Galindo. Tercer mundo editores. Bogot. 1988.

    5 __PEAS GALINDO, David Ernesto. Los bogas de Mompox: historia del Zambaje.Tercer mundo editores. Bogot. 1988. Pg: 52

    6 __JARAMILLO AGUDELO, Daro (Subgerente Cultural) Sin amerindio. LosZenes. Banco de la Repblica. Subgerencia cultural. rea cultural. Montera. 1996.Pg: 18

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    Con la colonizacin, la destruccin de los sistemas hidru-licos, la deforestacin, la tenencia y la explotacin de la tierra,los descendientes de los antiguos Sin sufren los desastrescausados por las inundaciones y la sequa, la dificultad en lascomunicaciones y la carencia de alimentos. Por eso es necesarioretomar los conocimientos propios de la comunidad sobre elaprovechamiento y conservacin de los elementos vitales. Aun-que las tierras sean dominadas por intereses forneos y desdela conquista se haya intentado destruir la cultura ancestral,esta sobrevive en la relacin de las personas con el medioacutico, evidenciadas en sus tradiciones orales, musicales yplsticas.

    Si bien en la Constitucin de 1991, la ley 115 de la educaciny la ley 99 sobre cultura, existe la alusin al estudio y defensade la cultura de la regin Caribe, poco se conoce sobre su origeny mucho menos se aplica la sabidura ancestral de sus pueblos,empezando porque sus descendientes conforman la poblacinms vulnerable de la regin y las grandes decisiones sobre latierra se toman desde la ideologa dominante, neoliberal, cuyomal manejo del medio ambiente tiene a nuestros ros y selvascerca de la extincin. Por eso es urgente reivindicar la ticaecolgica de las comunidades indgenas, afrocolombianas ycampesinas, para que cada vez gane fuerza en ms espacioshasta ser reconocida en su capacidad de proteger y guiar lavida.

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    Germinacin y narrativa.

    El ecosistema en la palabra mtica del ser anfibio

    Lucero espiritualLucero espiritual

    Eres mas alto que el hombreYo no se donde te escondes

    en este mundo historial.Juancho Polo Valencia

    En su intenso recorrido el ro Magdalena arrastra seres detodo tipo: plantas, lluvias y amaneceres, viajeros que lo reco-rren bogando y contando. De esta manera, sus aguas recogencomo en una gran atarraya la memoria de quienes lo contem-plan, quienes lo narran y viven a sus orillas

    Esta memoria se trenza con otras formas de vida, pues en elro la vida humana no se concibe aislada; se funde con el clima,con los astros y los animales, tambin con aquellos seres de laniebla que rozan lo humano sin llegar a serlo. As surgen loshijos hbridos del agua, la tierra y el sueo: el Mohn, entrejoven y anciano, entre hombre y pez; el pescador del otromundo, halando cada noche nuestro mundo al suyo; El hombrecaimn, medio humano, medio saurio y muy hechicero,amante y depredador.

    Estos seres viven en la palabra que nace en torno al fuego.En la hamaca que como una luna creciente mece las historias.Las creaturas del ro slo pueden existir en la manigua espesa,en los platanales hmedos y en el agua libre para fluir por todoslos rincones irrigando la selva con sus brazos.

    Sus abrazos tienen muchos nombres: Cauca, Cesar, SanJorge o Loba. En su longitud abraza muchas tierras y comu-nidades, bendicindolas con la germinacin del alimento frutoy del alimento inspiracin para el verso, el tejido, el baile y laofrenda del ser humano: anfibio entre la pesca y el monte, entre

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    lo pagano y lo cristiano, lo ancestral y lo moderno. La relacinhumana con la naturaleza irradia todas sus expresiones cultu-rales, ntimamente emparentadas. As, los legendarios seres delro habitan los relatos orales, pero tambin los tejidos en caaflecha, arrullos, carnavales, rituales y obras de orfebrera.

    En la actualidad hay una gran desarmona en la relacindel ser humano con su ro, pues la absurda explotacin de loselementos vitales ha llevado a varias especies a la extincin.Las aguas cada vez son ms reprimidas en canales, por ansiade poder, o simplemente mueren intoxicadas y se agotan susbrazos. Aun as, esta madre generosa sigue alimentando elcuerpo y la memoria de sus hijos, por eso es urgente regresar auna comprensin interna de la vida, respetando sus ciclos yaprovechando todo lo que ella nos da, sin desangrarla. Com-prendiendo tambin la hermandad entre los seres vivos, puesas como la humanidad necesita de los elementos, plantas yanimales, ellos necesitan que los cuidemos.

    Este fuerte tejido vital no slo se expresa en la biologa, sinotambin en la cultura, pues una comunidad es posible graciasal vinculo solidario entre las personas, por lo tanto una curacindel ecosistema comienza por una curacin de la cultura, resta-bleciendo ese sentido de la ayuda mutua.

    El ser anfibio tiene un conocimiento completo y detalladode las creaturas que comparten su hbitat. La abundancia ydiversidad de estos seres es tan amplia, que solamente unnmero reducido de dichas especies funcionan como referentessimblicos para la comunidad.7 As se relaciona cada animal oplanta con una facultad especial, la ferocidad, la fecundidad, elcamuflaje o el conocimiento del clima. Los significados atri-buidos a cada especie varan de una comunidad a otra, por locual es imposible atribuir a las especies significados absolutos.

    Rubn Daro Otlvaro en su libro En el pas de los Zenes,nos cuenta que cuando Tuchn, el nieto del Mohn fue con susamigos a jugar en el agua, vieron salir de ella una roca que era

    7 En Orfebrera y chamanismo, Reichel Dolmatoff nos ensea los animales masrepresentados en la orfebrera, gracias a su simbolismo chamnico.

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    un anciano, con mechones de cabello blanco y mirada triste,cuando emergi por completo se enteraron de que tena cuerpode tortuga. Corrieron donde el abuelo llenos de asombro, y esteles dijo que aquella creatura era el hombre - hicotea, el antiguodios del agua, entre humano y tortuga. De esta fusin entre lohumano y lo animal se teje el simbolismo sagrado de la hicotea:

    La hicotea orient con su eclosin,/ la siembra adecuadadel maz de roza./ Al asociarla con el agua, su carpacho/sirvi de instrumento musical /para imitar el canto de losmonos aulladores./Que lo hacen antes de llegar las lluvias/Y salvar la cosecha ya marchita/ Escal la posicin de Ttem/Y hoy se come ritualmente/ durante el plenilunio siguiente/al equinoccio primaveral.8

    La observacin de la naturaleza es la inspiracin de hombresy mujeres del ro para generar sus propios textos, en donde ellenguaje transforma a los animales biolgicos en animalessimblicos, pues as como ve su cuerpo fsico tambin percibesus movimientos, su humor, su forma de sentir e intervenir elmundo, el instinto, el aliento en sus ojos al cazar, al buscarrefugio o al huir. Los sentidos aprenden la realidad abriendo deella distintas posibilidades de interaccin orgnica entre el sujetoque la percibe y el resto del entorno. En la elaboracin delsimbolismo de un animal, cuentan la cercana y la recipro-cidad existente entre l y la comunidad, as como el vnculovida muerte vida creado entre ambos.

    A pesar de ello, tampoco es posible delimitar las creaturasde la naturaleza ms significativas para el ser humano engeneral. Esta eleccin vara segn las condiciones especficasde cada ecosistema y de cada cultura. Debemos tener en cuentala situacin de ese grupo humano y sus prcticas particulares.Porque existe una dependencia mutua entre los procesosculturales y los cambios significativos en el ecosistema.

    8 Puche Villadiego, Benjamn. El gran imperio Zen. Centro de ingenieros hidrulicosy orfebres de filigrana fina en la Amrica prehispnica. Barranquilla 2001. Pg: I

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    Los fundamentos naturales que originan los procesos biol-gicos tambin desarrollan el pensamiento. Sentimos el mundopor nuestra anatoma y fisiologa, mediante la piel, ese clidoy hmedo manto cubierto de ojos bien abiertos. Esta fusinentre el pensamiento y la vida se expresa desde nuestra super-vivencia hasta el desarrollo de los sistemas simblicos. As, lamente reinventa adentro de nosotros lo que afuera ya era estruc-tural. Por medio de la narrativa oral el ser anfibio recrea lasdinmicas de la vida a partir del anlisis de sus relacionesinternas. A travs del simbolismo abstraemos nmeros y formassagradas de nuestro propio cuerpo y del cosmos. Del cerebro ellaberinto, del tero el cntaro, del odo la caracola, de las venaslos caminos y de la sangre los ros.9

    En las estrategias adaptativas del organismo no slo existeuna percepcin objetiva del afuera. Este proceso tiene tambinniveles sutiles, Por ejemplo: la vista no se produce solamentepor la captacin de las imgenes, sino por su sensibilidad paraentender el dinamismo del mundo exterior; Ms que captar lavida como imagen el ojo hace parte de ella; analiza el dilogoentre el reposo y el movimiento, el calor y el fro de los colores,el sentido del movimiento recto y oblicuo, la lejana y la cercana.Sentimos la luz y la oscuridad, lo turbio y lo transparente. Parahacer posible el pensamiento la experiencia tiene que atravesarregiones donde se altera, se multiplica, se bifurca.

    El mitante transforma el mito mientras lo narra. Se trenzanen su oralidad la naturaleza que ve desde sus ojos ancestrales yla naturaleza que ven sus ojos de sujeto. De ah que el mitomismo sea anfibio, pues danza entre dos mundos. A medidaque se transforma, va desplegando de un mismo smbolo variasdimensiones, de la ms densa a la ms sutil, diseminando elser femenino y el ser masculino, con la fuerza propia de cadauna de ambas esencias en todos los seres del entorno; tejiendoel espacio - tiempo como una interaccin entre el ecosistema yla cultura.

    9 En Ecologa y estructuralismo, Levi Strauss habla de la relacin fundamentalque existe entre el ecosistema en el que vive una comunidad y sus creacionesculturales.

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    De esta sincronizacin entre ambos ciclos nacen los calen-darios lunares y solares, y de ah sistemas ms complejos deobservacin de los astros en analoga con la vida en la tierra.De la interiorizacin de los ciclos de la tierra y los astros devienela agricultura as como el pensamiento mgico religioso y eldesarrollo de rituales que tambin surgen como imagen delorden csmico. El tiempo en el que los Dioses crearon la vidaera atemporal e imperecedero. El tiempo humano es procliveal desgaste, al desvanecimiento. Por eso es necesario consagrarun espacio al tiempo sagrado10.

    En cada ciclo el narrador tiene que volver el tiempo y elpensamiento a la vida mediante la palabra mtica, para rees-cribir en la memoria lo que el tiempo disuelve. En el tiempomtico no hay envejecimiento, no hay desgaste, pues siemprese puede revitalizar la creacin mediante la palabra y su rito.Por eso vemos que en los rituales correspondientes al naci-miento, o la renovacin de los biorritmos, el ser humano repitelo que los dioses hicieron en el principio.

    En su Historia doble de la costa, Orlando Fals Borda noshabla de la antigua deidad Sin. Su nombre era Ithioco, quesignifica Sol Luna. Viva en la montaa de Tacasun, cercade la cinaga de San Benito Abad. Tena ambos sexos: unhombre de oro Ninha y una mujer de plata Thi, desnudos,unidos por la espalda. Los Sines suban hasta la montaadonde hacan el sobijo ritual en el antebrazo a Ithioco. Eneste gesto no se adoraba al dolo en s, sino al acto creador deunin entre los sexos, entre ambas sensibilidades. La caricianecesaria para la renovacin constante de la vida. Al igual quehoy se hace con el Seor de los Milagros de San Benito Abad.un Cristo moreno tallado por artesanos andaluces y ubicadopor los misioneros en esta misma montaa, para remplazar alantiguo Dios. Sin embargo, Ithioco no abandon ni su mon-taa ni su pueblo, pues hoy en da la gente sube hasta el templopara acariciar al Cristo con perfumes y algodones, revitalizandoel rito Sin de uncin a la divinidad.

    10 __Eliade Mircea, El mito del eterno retorno, Ed: Alianza, Madrid, 1972

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    Porque a este negrito se le mira como a un demiurgo:tiene la clave de la vida y la muerte, del gozo y del dolor, y al se puede acudir siempre, en presencia o en ausencia, paraque ayude en toda clase de crisis, problemas, enfermedadesy peligros. Y as ocurre milagrosamente, misteriosamente,en gran numero de oportunidades.11

    As el mitante se nos muestra como el sabio integral, quecomparte su pensar emocin, su largo ahora con la comunidad.Despertando el tiempo mtico y el sentido de la ayuda mutuaentre quienes se sientan en crculo o recorren los caminos delagua, la tierra y el sueo mientras lo escuchan, superando ladivisin entre el tiempo y el espacio para entrar en la lgica deltiempo-espacio transformativo. Por eso encontramos en lostejedores de la memoria, al narrador sent - pensante, comodefini Fals Borda al ser anfibio del Magdalena, capaz deadaptarse a cada nueva situacin del ambiente y la sociedad,de llevar a la dcima sus vivencias en la pesca o en el monte, depensar con el corazn y narrar su memoria desde el corazn.

    Mientras el canalete se hunde en las aguas de la noche seentretejen los ros de afuera y los ros de adentro. La naturalezaconsciente y la inconsciente inspirando el goce, la poesa, ellenguaje, el baile y el amor. As la naturaleza no slo es elentorno, es la simbiosis entre el monte, las aguas y las creacionesculturales. Veamos cmo el poeta canta la naturaleza en estasbellas dcimas de El pollo Castro pescador de la CinagaGrande del Magdalena:

    12Soy el nacer de los rosInmenso cual su caudal

    que van con rumbo hacia la marsin tener ningn desvoen la niebla soy el frodel talento la grandeza

    11 Fals Borda Orlando, Historia doble de la costa 3, Resistencia en Jagua.Universidad Nacional de Colombia, Banco de la repblica, Ancora Editores, Bogot2002. Pag: 66A

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    de las flores la bellezay del cielo las estrellas

    miren que cosa tan bella/yo soy la naturaleza.

    13

    El da que calle mi cantose marchitarn las floresmorirn los ruiseores

    al verse lleno de espantose pondr el cielo un mantoy el mar no forma sus olas

    no aparecer la aurorani los vientos soplarn

    las estrellas se ocultarny la tierra por m llora.12

    El sol y la luna son la primera manifestacin de lo femeninoy lo masculino. En torno a los ciclos da noche - da se desa-rrollan las actividades y los procesos vitales de los habitantesdel ro. De este modo el ser anfibio a partir de lo femenino y lomasculino desenvuelve mltiples metforas que plasma en lanarracin de su mito de origen y en una mitologa de todos losseres, que van desde el arca y el arco, lo fro y lo clido, lohmedo y lo seco, hasta planos mas figurativos como la iguanay el caimn. Sin olvidar que cada una de estas esencias contienea la otra; se necesitan aunque chocan entre s. El mito y laleyenda son memoria narrativa de estas interacciones, puestasen movimiento gracias a la combinacin consciente de palabraspoderosas y exactas capaces de invocar el origen de la vida oconjurar el caos13.

    12 Juglares del valle de cienaguas. Moscarella, Javier. (Compilador) Fondo depublicaciones. Alcalda de cinaga. Barranquilla. 2002. p. 55

    13 En la obra En los Montes, s, aqu no! Cosmologa y medicina tradicional de losZenes, Josef Drexler nos presenta la dualidad como uno de los principios delpensamiento anfibio

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    Mientras cada narrador mora en el relato mitolgico, plasmaen l su particular forma de habitarlo. Su propia combinacinde lo femenino y lo masculino, su voz, su asombro y su gesto.De esta forma el mito contempla las contradicciones propiasde la realidad, acariciando sus regiones oscuras sin pretenderreducirlas para entenderlas. Y aqu radica la diferencia entre elpensamiento cientfico y el pensamiento mtico. Al narrar elmito se devuelve el pensamiento a la vida, pues reconoce queen cada aparente simplicidad se esconde la complejidad.

    La realidad es irreductible debido a las transformacionesconstantes de la energa en los seres vivos. As el mito cosmo-gnico expresa el despliegue geomtrico de la vida, sus formasy encuentros, visibilizndose en las ondas del agua, en laapertura de las flores y en la amplitud del eco en el aire. Encada nuevo nivel, el tejido de la vida se expande sin perder surelacin de origen con la semilla. En cada una de sus pulsacionesse despliega en proporciones cada vez ms amplias. As caminael mito con fuerza propia, gracias al territorio y a la memorianarrativa.14

    Aprovechemos el vnculo entre el ecosistema y la culturapara fortalecerlos a ambos. Regresando a los valores ancestralesde reciprocidad con la naturaleza para asegurar el futuro, yaque la historia y la memoria de los pueblos representada en laliteratura no slo son recuentos de hechos anteriores, son unvalioso instrumento reflexivo y pedaggico mediante el cualreconstruimos el pasado haciendo una arqueologa del presente.Regresando a los huesos, no slo los que yacen bajo tierra, sinolos huesos como el cuerpo ms profundo e indestructible denuestra memoria colectiva. Esos huesos que en todas las pocasse han alimentado de luz, aire y narracin, y que por ms quelos sistemas opresores traten de desnaturalizar, intuitivamentese reencuentran para volver a contarse, y seguirse narrando as mismos en futuras generaciones. Es por eso que no debemos

    14 En El Mito del Eterno Retorno, Mircea Eliade explica el despliegue espiral delmito.

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    abandonar la espiral constante, el retorno a la tierra y a nuestrocentro.15

    En este regresar a la conciencia, el mito del ser anfibioatraviesa diferentes niveles de la relacin entre la fauna, el roy el ser humano; Tiene la virtud de reencontrar a la comunidadcon sus orgenes; Disuelve el ego del individuo al integrarlo auna realidad orgnica mayor; Nos regresa a esa gran caracolade la que nacimos y nos alimentamos tanto caimanes, comohumanos, tallos, Mohanas, races, voces y hojas.

    La literatura oral es un elemento solidario, transformativoy performativo de la cultura anfibia, as como un medio didc-tico propio de los pueblos ribereos para transmitir gene-racionalmente la comprensin ntima y el cuidado del ecosi-stema. En este momento es urgente apropiarnos nuevamentede esa conciencia mediante una resignificacin del agua comosustento de la vida y la cultura.

    Reencontrmonos con las creaturas del ro, con aquellas quecada da se esconden ms profundo en la cinaga y la nochepara ocultarse del ojo cazador. Al mismo tiempo que desper-tamos a esas mismas creaturas que cada da se hunden msen nuestra memoria, pero que suelen despertar en nuestrosueo y en el eco de los abuelos, para recordarnos que son partede nosotros y que el da que desaparezcan de las aguas, nosotrostambin desapareceremos.

    15 En su propuesta de Educacin Profunda, Javier Moscarella propone la aplicacinde los valores ambientales de la cultura ancestral como estrategia para cuidar delecosistema.

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    Escrituras de la fauna sagrada

    La orfebrera Sin como expresin de su

    pensamiento mtico

    La oralidad es el resultado de procesos simultneos, puespensamos por medio de palabras y las palabras son expresinde nuestro pensamiento. Decir algo es el resultado de haberloconcebido primero en la voz interior; por eso en las culturasorales la palabra es poderosa, pues implica recrear el pen-samiento en el afuera. El hecho de que la palabra sea el vehculode las ideas hace de ella un ser sagrado, mediante el cual elnarrador puede referir todo cuanto contiene su realidad.

    La palabra oral tiene gran fuerza por ser una expresincontinua, performtica y transformativa del pensamiento, queel elocutor no puede revertir sino rectificar. Por eso los mitos,los ensalmos mgicos, las recetas y todos los dems saberestransmitidos mediante la tradicin oral, requieren un granejercicio de la memoria, pues tienen una implicacin directaen el mundo fsico, donde un error puede causar estragos.16

    La escritura nace de la oralidad; sin embargo implica unaabstraccin de la palabra oral, puesto que se recurre a unaconvencin de signos especficos que remiten a significados enla realidad por fuera del texto, una abstraccin de su contextode nacimiento, en la que se la separa de los gestos, la articu-lacin de la voz, el tiempo y el entorno al que pertenece en suorigen oral. La escritura aparece entonces como reflejo yreelaboracin de la lengua hablada, como una forma de plasmarlas ideas en un soporte para hacerlas perdurables, de ah que el

    16 En Superficies y Relieves, Fernando Romero Loaiza nos habla de la importanciade la memoria en las tradiciones orales

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    primer soporte de la escritura fuera la piedra17. En la cosmo-visin de varias comunidades indgenas las piedras son ances-tros; los antiguos plasmaron en ellas los pensamientos quedeban perdurar.

    En Tierradentro hay una roca donde estn impresas lashuellas de un hombre, una mujer y un nio. La lectura quehacen los Paeces, nos dice que Juan Tama en cada periodo desu vida dej testigos de su paso. Ms este libro rupestre noevoca una imagen exclusivamente colectiva. Alude a signifi-cados ms profundos que solo ellos tras aos de pacienciahan descifrado: Nuestros destinos y el de las piedras siguenla misma ruta. En ellas encontramos viejas cualidades que eltiempo ha escondido. Por ejemplo, uno de los secretos msrecnditos. Las piedras del fogn son mujeres, solo ellasresisten la pasin ms intensa sin ser devoradas. Los nioshan develado estos secretos y cuando deambulan por loscaminos recogen del suelo piedras-pjaros, piedras-manos,piedras que son extraos seres que solo dialogan con ellos18

    En diversas culturas la escritura no slo es un privilegiohumano: los escolsticos llamaban a la naturaleza el libro dela vida.19 Para los sumerios las constelaciones eran Laescritura de los cielos; esta no slo es una metfora literaria,significa la apertura de todos los misterios del universo paraquien aprenda a leerlos. En esta cosmologa los astros tambinson lectores, como expresa una antigua oracin al sol: Oh,Sms (Dios sol) T escrutas con tu luz la totalidad de los pasescomo si estos fueran signos cuneiformes! 20

    Por medio de la escritura el ser humano crea smbolos paracomprender y expresar el mundo, por eso tambin aparece

    17 En Antropologa de la escritura de Giorgio Raimondo Cardona, hay un estudiosobre la significacin de los soportes en diversos tipos de escritura.

    18 __ROMERO LOAIZA, Fernando. Superficies y relieves. Ed: InstitutoRisaraldense de Cultura. Pereira, 1996. Pg: 11

    19 En Una historia de la lectura de Alberto Manguel encontramos una aproximacina los imaginarios medievales en torno a la lectura, que determinaron en gran partelas visiones y formas de lectura en el mundo occidental.

    20 __CARDONA, Giorgio Raimondo Antropologa de la escritura. Editorial Gedisa.Barcelona. 1999. Pg: 133. Retomado de R.Labat, en Epp, Pg. 86

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    como una expresin sagrada entre diferentes culturas, puessignifica la perpetuacin de la idea que se transmite mediantela oralidad al plasmarla en un soporte21.

    Para comprender el pensamiento de una cultura ajena allibro, es necesario descifrar sus sistemas grficos, cuya inter-pretacin lleva a cierto grado de abstraccin y de inmersin enla lgica propia de quienes escriben. No es sensato hablar desistemas de escritura superiores e inferiores, puesto que cadacultura encuentra la expresin escrita que le es connatural,segn las necesidades acordes a su temporalidad y su contexto.Cada forma de escritura se desarrolla de acuerdo al entendi-miento del mundo y los medios para recrearlo de la cultura enla que ha nacido.

    Aunque existe una tipologa evolucionista de la escritura queva desde sistemas de registro mediante nudos y conchas, hastala escritura alfabtica, considero que cada fase es una formade escritura en s misma y puede desarrollarse por caminosabiertos desde el pensamiento propio de la comunidad desentido que le dio origen, sin que tenga que llegar a la escrituraalfabtica para consumar su evolucin.

    Veamos las fases evolutivas de la escritura:

    a) Una fase llamada previa de la escritura, en la cualaparecen medios mnemotcnicos como cordeles o nudos,fajas de conchas, muescas hechas en palos y tablillas, en suma,sistemas para transcribir, as se dice, informaciones limitadas.

    b) Una fase pictogrfica en la que los dibujos ms o menosrealistas evocan un objeto, una idea, una situacin.

    c) Una fase ideogrfica en la que los dibujos se fijan, seestandarizan y se refieren a un equivalente bien preciso de lalengua.

    d) La fase fontica, la ltima posible, en la cual loselementos grficos siguen la efectiva secuencia de la lenguaoral. A su vez se subdivide en d.a) La fase silbica: a cada

    21 En su libro Antropologa de la escritura Giorgio Raimondo Cardona estudia elpaso de la oralidad a la escritura.

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    silaba corresponde un elemento grfico; d.b) La fasealfabtica: a cada fonema corresponde un elemento grfico.22

    De este modo la cultura china desarroll la escritura ideo-grfica, los egipcios desarrollaron los hieroglifos, y su escrituralogra expresar un pensamiento complejo y profundo, para nadainferior al pensamiento de las culturas que desarrollaron laescritura alfabtica. Cada manifestacin de sabidura es unaimagen distinta, una voluntad de representacin, un mundoen s mismo, la escritura alfabtica como representacin dis-cursiva, slo es uno de tantos mundos.

    En Colombia existen diversos espacios escriturales inexplo-rados por considerarlos inferiores o por fuera del mbito de laescritura; sin embargo, comenzarlos a estudiar abrira nuevoshorizontes para la comprensin de las culturas, habitualmenteconsideradas orales o grafas.

    Ante la necesidad de leer los sistemas simblicos de unacultura indgena, debemos tratar de aproximarnos a los signifi-cados propios de esa comunidad de sentido, como lo refiereGiorgio Raimondo Cardona en este texto:

    Es comprensible que el modelo primordial en el cual debeuno inspirarse en su investigacin de la verdadera inter-pretacin sea el texto, por definicin urdimbre de signos,cristalizacin de trazos concretos que remiten a una realidadde orden superior y de un diferente grado de abstraccin.Verdad es que puede sentirse fuertemente una exigencia dedescodificacin tambin en una cultura que no conoce ellibro, y entonces los modelos cognoscitivos sern de otroorden pero con mucha frecuencia sern siempre grficos.23

    Desde esta perspectiva es posible analizar el desarrollo de laorfebrera Sin como una metfora del cosmos escrita desde el

    22 __CARDONA, Giorgio Raimondo Antropologa de la escritura. Editorial Gedisa.Barcelona. 1999.Pg: 34

    23 __CARDONA, Giorgio Raimondo Antropologa de la escritura. Editorial Gedisa.Barcelona. 1999.Pg: 192

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    pensamiento chamnico; descubriendo en el oro las huellas desu imaginario mtico y la figuracin de su entorno. Para dichopropsito es importante tener en cuenta diversos componentesdel arte de la orfebrera, como son el oro, el fuego y el orfebrecomo un escritor de lo sagrado; pues no slo son legibles lahendidura y el relieve, tambin el soporte, el proceso de escritura,el escritor y la comunidad de sentido a la que la orfebrera vadestinada.

    Si analizamos el contexto geogrfico y arqueolgico de laorfebrera Sin, encontramos que procede de situaciones ritualescomo sepulcros y altares. Para comprenderla como forma deescritura, debemos considerar su dimensin de ideas y signi-ficados. Estudiar la orfebrera a la luz del chamanismo paracomprender este arte como produccin social24.

    Es posible reconstruir los significados del arte prehispnico25

    basndonos en los conocimientos que tengamos sobre lasimbologa actual de esta comunidad, ya que las experienciascclicas y unificadoras de la vida humana (muerte, nacimiento,alucinacin, sexualidad) perduran a travs del tiempo, as comola continuidad de las expresiones referentes a dichas expe-riencias transformadoras. De este modo encontramos que elmitema unificador de la orfebrera Sin es la transformacinchamnica, que a su vez comprende conceptos cosmolgicos,procesos psicolgicos y normas sociales.

    En las prcticas artsticas de las culturas tradicionales, nooccidentales, encontramos que todas las artes convergen en laexpresin ritual de la unidad csmica; Estela Ocampo (1985)en su libro Apolo y la mscara26 las llama prcticas artsticasimbrincadas; en ellas la pintura, la orfebrera, la palabra oral,

    24 En Orfebrera y chamanismo, Reichel Dolmatoff propone la etno - arqueologacomo un enfoque mediante el cual podemos comprender el significado de laorfebrera indgena, basndonos en sus tradiciones orales.

    25 La orfebrera Sin tuvo su auge desde el siglo II a.C. hasta la conquista.Desde la poca colonial sus tcnicas, estilos y algunos significados, pasan a serparte de la orfebrera momposina que es una expresin artstica mestiza.

    26 __OCAMPO, Estela. APOLO Y LA MSCARA. La esttica occidental frente a lasprcticas artsticas de otras culturas. Ed: Icaria. Barcelona, 1985

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    la medicina, la danza y el canto forman un todo sagrado eindivisible, porque ese es el valor artstico que le han asignadosus culturas de origen, diferente al valor que se le ha asignadoa la obra de arte en occidente, que tiene mayor valor estticomientras ms autnoma sea, es decir, diferenciada de las ideo-logas y de su contexto de origen. Las prcticas artsticasimbrincadas buscan abrirse al macrocosmos, asimilarse a lalgica propia de la naturaleza. Diferente al ideal occidental ymodernista de la obra de arte, que nace y se cierra en s misma.Desde la lgica de la imbrincacin, debemos comprender laorganicidad existente entre las tradiciones orales, prcticasrituales y plsticas de la cultura Sin, como expresin de supensamiento mtico, basado en la analoga sustancial entre elser humano y la naturaleza:

    El acto creador que engendra el mito es simtrico einverso a aquel que encontramos en el origen de la obra dearte. En este ltimo caso, se parte de un conjunto formadopor uno o varios objetos y por uno o varios acontecimientos,al cual la creacin esttica confiere un carcter de totalidadal poner de manifiesto una estructura comn. El mito recorreel mismo camino, pero en el otro sentido: Utiliza una estruc-tura para producir un objeto absoluto que ofrezca el aspectode un conjunto de acontecimientos () el arte procede puesa partir de un conjunto (objeto mas acontecimiento) y selanza al descubrimiento de su estructura; el mito parte deuna estructura, por medio de la cual emprende la cons-truccin de un conjunto, objeto mas acontecimiento.27

    La estrecha relacin entre el ser humano y el mundo animalpuede testimoniarse con las imgenes tanto plsticas comopoticas de la convivencia entre ambas especies y delconocimiento profundo por parte del ser humano, de la biologa

    27 Claude Levi-Strauss, El pensamiento salvaje, Fondo de Cultura Econmica,Mexico, 1972, Pg: 49

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    y el comportamiento de los animales. De esta forma su percep-cin de la fauna se expresa en tres niveles:28

    1) El animal cotidiano que es el animal biolgico, conel que el ser humano se relaciona en su vida diaria.

    2) El animal folclrico representado en situacionesldicas y culturales como El festival del Caimn Cenagueroen Cinaga, Magdalena; El Festival del Hombre Caimn en ElPlato, Magdalena y en danzas de relacin como Los Coyongosy Los Goleros que encontramos en El Carnaval de Barran-quilla. Mediante danzas, dcimas y disfraces el ser humanodramatiza su relacin con el animal, dotndolo de voz ypersonalidad; dando lugar a una humanizacin de la fauna.

    3) El animal ritual que vemos expresado en la orfebreraSin, como espritu gua y protector del chamn en su viajeexttico. Aunque se asemeje al animal biolgico, no se tratadel mismo animal cotidiano. Es el gran espritu de ese animal,que se encuentra en todos los animales de su especie y quemediante el xtasis otorga su poder al chamn para transfor-marlo en parte de ese gran espritu, entrando en una anima-lizacin de lo humano.

    Anne Legast (1980) en su estudio de la fauna en la orfebreraSin, evidencia el impacto que la naturaleza, y en especial larica y variada fauna de la regin Caribe, tuvo en la produccinartstica las comunidades indgenas orfebres. Testimoniandola importancia de la fauna en los mbitos mgico religioso ysocio econmico:

    1) El nmero de piezas con representaciones animalesconstituye una cantidad importante sobre el total de las piezasprocedentes de esta zona arqueolgica.

    28 se aborda la diseminacin simblica de la fauna en la Depresin Momposinaen: __POSADA GIRALDO, Consuelo y ECHEVERRI ZULUAGA, Jonathan.Oralidad popular en el bestiario momposino. Boletn de antropologa, Vol. 14 # 31.2000. Universidad de Antioquia.

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    2) La fauna representada es notoriamente variada: ma-mferos, aves reptiles, batracios y peces. Los diferentesmedios ecolgicos existentes en el area del Sin: cinagas,selvas y sabanas, permiten la coexistencia de diversasespecies.

    3) El realismo de muchas representaciones de la fauna,facilitan el trabajo de identificacin.29

    Mediante la observacin profunda, el ser humano aprendede la fauna su capacidad de transformacin, fertilidad, fecun-didad, ferocidad, que hace del gran espritu de estos animalesmaestros y aliados en el vuelo chamnico. Reichel-Dolmatoff(1990) en su libro Orfebrera y chamanismo, indaga en lafuerte presencia de la fauna nativa en la orfebrera indgena, ydestaca que los animales ms frecuentemente representadosson las aves, batracios, reptiles y jaguares. Especies que setransforman profundamente: las aves al abrir su vuelo, losbatracios porque nacen como larvas para convertirse en saposy ranas, las serpientes por que mudan de piel varias veces ensu vida y por las mltiples formas que puede tomar su cuerpo.

    La funcin esencial de la escritura de temas animales en eloro fue establecer contacto con el mundo de los espritus y losanimales mitolgicos tanto del arriba como del abajo, por elvnculo simblico existente entre el oro y el sol. Cuando en laorfebrera encontramos figuras que combinan rasgos de variosanimales, simbolizan todos esos poderes animales reunidos enun chamn, entonces es necesario indagar en los simbolismosque las comunidades indgenas asocian a cada animal.

    En este trabajo exploraremos los siguientes animales de oropresentes en la orfebrera con el propsito de comprender susignificado mitolgico a la luz de las tradiciones orales de loshabitantes actuales de la regin de origen de la orfebrera Sin:

    29 __LEGAST, Anne, La fauna en la orfebrera Sin. Fundacin de investigacionesArqueolgicas Nacionales, Banco de la Repblica. Bogot 1980. Pg: 9

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    Serpiente y jaguar,30 Humano-pez pjaro, 31 Hombre- pjaro,32

    Caimn,33Rana y caimanes entre el arca y arco.34

    Vemos que estos animales no slo son anfibios por sucorrespondencia con la especie biolgica o por su capacidad deexistir adentro y afuera del agua, sino porque expresan la fuerterelacin entre el agua y el oro. Esta dualidad an hoy estpresente en el imaginario mgico-religioso de la regin, puesse maneja la reciprocidad entre lo masculino y lo femenino, elcalor y el fro, los montes y las aguas35

    El sol es el padre del oro y se nutre del oro; el oro tiene losmismos atributos que el sol en cuanto a luz y poder no setrataba aqu de un despliegue de riquezas sino de una afir-macin de poder numinoso del binomio oro-sol, personificadoen algunos miembros de la comunidad36. El resplandor deloro propicia el xtasis y la transformacin. Es el sol que nacebajo la tierra. Sus diferentes colores tambin son simbolismode poder, pues en la orfebrera indgena encontramos figurasque van desde lo ms profano a lo ms sagrado, segn la purezadel oro o su grado de aleacin con otros metales. Hay orfebreraamarilla plida, roja, verdosa y casi negra. Aunque haya estadosumergido durante largo tiempo bajo la tierra o el agua, el oroconserva su resplandor, por eso es un smbolo de lo divino yeterno para las culturas orfebres que lo trabajan. Aprender aescribir en el oro es un acto de iniciacin, un arte que se trans-mite y enriquece tradicionalmente:

    Los del Finzen son magos del tejido. Tocan el oro y sevuelve hilo para tejer. El barro en sus manos parece habersido tramado, como si fuera de fibra. Le bordan dibujos que

    30 FALCHETTI, Ana Mara. El oro del gran Zen. Metalurgia prehispnica en lasllanuras del Caribe colombiano. Ed. Banco de la Repblica. Bogot, 1995Pag 86

    31Op. Cit; p: 112, 115 y 11632 Op. Cit; Pg: 9433 Op. Cit; Pg: 20934 Op. Cit; Pg: 28835 En Encantos de las aguas en la tierra del asombro encontramos la lgica dual de lo

    fro y lo caliente, tambin expresado en la orfebrera.36__ REICHEL DOLMATOFF. Gerardo. Orfebrera y chamanismo. Un estudio

    iconogrfico del museo del oro Ed: Colina. Medelln, 1990. Pg: 18

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    sirven para distinguir a un artesano de otro. El dibujo es elsello que se imprime en todo lo que hacen. La madre haenseado ese dibujo a sus hijos. A ella se lo ense su madre.

    En cada pueblo de Finzen la gente trabaja una sola cosa.Si en Mexin todos saben tejer, en este pueblo todos trabajanel oro. Hay que ver las cosas que salen del metal sagrado,brillante como el sol y capaz de hacer que la tierra nosentregue sus frutos. Hacen moldes de cera, los cubren conbarro, por un agujero le derraman oro derretido para fundirel molde y ya tienen hombres y mujeres, pjaros, caimanes,micos y casi todos los animales.37

    El orfebre es considerado un mago, pues hace pasar el orode su estado natural a un estado ritual. Mientras el chamn setransforma profundamente, el orfebre transforma el oromediante su dominio del fuego que le permite convertir unapepita dorada en una fina lmina o en un hilo de filigrana tandelgado como un cabello. A travs del fuego crea animales,humanos, mscaras, pectorales, bastones, aros e instrumentosmusicales. Quien transforma el oro es un coocreador deluniverso. Tanto para el orfebre como para el chamn, ladisolucin de las formas, el despedazamiento, la transformacinprofunda y el renacimiento a una nueva conciencia de vida selogran mediante el fuego.38

    La escritura es el lenguaje de la memoria, en ella se trenzanlos hilos de la memoria y el relato que unen a la comunidadcon sus antiguos. De generacin en generacin no solo setransmiten sus tcnicas, sino los ciclos y el ritmo como medicinacontra el olvido. Entre los hilos de filigrana tambin se trenzala relacin del ser humano con la tierra firme y el ro mvil ensu accin complementaria de formar y fundir, de esta forma elser Sin teje una relacin de reciprocidad con sus antepasadosy la naturaleza.

    37 __JARAMILLO, Carmen Mara As ramos los Zenes. Banco de la Repblica;Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Nacionales. 1987. Bogot. Pg:12

    38 En el ensayo Pjaros agoreros, Cuando el fuego atraviesa el agua en movimiento, seexplica ms ampliamente la relacin entre la orfebrera, el chamn, el fuego y elpensamiento.

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    Pescadores y Mohanes

    En la escucha de lo inaudible

    Mohana, Mohana, MohanaEspritu del agua espritu burln,espritu del agua espritu burln,espritu del agua espritu burln,

    Tengo que abrirte mi corazn...Tot la Momposina

    Cuando los primeros Sines conocieron el agua se acercarona ella con temor y encanto, a pesar de que haba llegado de loscielos junto con la luz. Se asomaban a sus confines para verreflejado su rostro, que les inspiraba una extraa fascinacincercana a los sueos y a la muerte, a la vez que escuchaban unlamento hondo emerger de las profundas oscuridades de lacinaga. No dejaban de sentir de cerca la muerte cuando veansu imagen en el agua y escuchaban aquella voz llanto desde loprofundo39.

    Su miedo se transform en ira, y comenzaron a tirar piedrasa la cinaga de Ayapel durante muchos das y noches, porquedesde que aparecieron la luz y el agua trajeron el da y la noche.Por eso los dioses de las tinieblas decidieron que el mundo delas aguas, con sus ojos cenagosos y sus caminos a la mar, fueraun mundo como el de los Sines ms antiguos, fro, oscuro,sin da ni noche. De este modo, todas las piedras que arrojaronlos Sines se transformaron en peces. Y as fue poblada lacinaga.

    39 Este mito es retomado del Libro Juan Sbalo de Leopoldo Berdella de laEsperilla nacido en Ceret Crdoba en 1951 y quien lo recibi por tradicin oralde una mujer llamada Digna Elena, a quien dedica este libro. Adems de JuanSbalo, Leopoldo Berdella publico otros libros infantiles en donde narra los mitosy leyendas del Caribe como Travesuras de To Conejo, Koku-y mensajero del sol,Bolvar, hombre y guerrero (1983) y la coleccin de cuentos |A golpes de esperanza(1981).

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    A sus orillas crecieron todo tipo de plantas, y los Sinescomprendieron que de la cinaga surga la vida. Entonces lasmujeres fueron a sus tibias orillas a parir a sus hijos, para quefuesen bendecidos por las aguas, y las parejas tambin sellabansu amor en medio de ellas, los Sines llevaban a la cinagatodo nuevo brote de vida. Y as aprendieron a convivir con ellaentre la admiracin y el respeto.

    En estas orillas naci un nio que no tema las aguas. Unda encontr un sbalo agonizante en la playa, lo llev a sucasa, lo cocin y lo comi con sus padres, y as los Sinesdescubrieron que el pescado era alimento, y llamaron al nioJuan Sbalo que se convirti en el primer pescador de Ayapel.Desde ese da vivi en la cinaga. All aprendi el lenguaje delas aves; da y noche ellas le contaban sus secretos, por esoSbalo aprendi que las garzas blancas y las garzas grisesnacieron todas la misma noche, de la cabeza del primer contadorde historias, cuando en torno al fuego narraba antiguos relatosa su comunidad.

    Juan Sbalo elabor la primera atarraya, entretejiendo losrayos de la luna llena; era tan dichoso en la cinaga que nosala de ella. Cuando los Sines queran llamarlo, tenan quetocar una flauta de caa, entonces l remaba hasta la orilla,encallaba su barca y entregaba a su pueblo los relatos y cantosque aprenda de las aguas y sus creaturas. Su olor a pescadoera tan fuerte que impregnaba el aire, atrayendo garzas, gavio-tas y Martn - pescadores. En estas noches de luna llena, elSbalo soplaba su tabaco y miraba el fuego como si no miraray narraba como si no estuviera.

    Juan cont a los Sines que pesc un sbalo encantado, quelo arrastr durante tres das y tres noches hasta el corazn dela cinaga, un lugar seco y luminoso, en donde viva el granencanto de las aguas: un ser humano, pez y pjaro, que le dijoen lengua de pez y de pjaro pesca slo para comer, y vive enpaz con todos los habitantes de este mundo. Desde ese daJuan Sbalo no pudo pasar ni un momento fuera de la cinaga.Comprendi que el arco iris era el llanto del encanto de las

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    aguas, pues apareca donde se encontraban la luz, el agua y lamsica.

    Una noche el pescador no apareci ms, a pesar de que losSines lo llamaron con flautas de caa y fogatas de incienso yflor de amor. Entonces comprendieron que Juan Sbalo sehaba ido, slo encontraron su canoa, su remo y su atarrayaen el centro de la cinaga.

    El relato de Juan Sbalo nos cuenta cmo el ser humanoestrecha su relacin con las aguas a partir del asombro y elalimento fsico y espiritual que ellas otorgan. Relata el origende la pesca, y como esta naci gracias a que el pescador entre-teji en su atarraya la sincrona entre la luna y la cinaga. Ascomo la escucha profunda de su lenguaje. En estas dcimas elpoeta popular Benjamn Buelvas Dvila expresa la sagralidad40

    de la atarraya.

    Desde los tiempos pasadosel indio teji una malla

    as coji los pescadoscon la bendita atarraya.

    Tengo una malla sagradaherencia de mis abuelos

    que en cinagas y riachuelosse escucha en la madrugada

    y en una noche estrelladacon fiques entrelazados

    tejedores avezadosfabricaron una malla

    y ha existido la atarrayadesde los tiempos pasados.41

    40 Doa Aura Trespalacios, narradora tradicional de Mompox, me explic enuna conversacin personal, que lo sacro es diferente a lo sagrado en la cosmovisinindgena, puesto que lo sacro se refiere a las reliquias o a obras arquitectnicas,mientras que lo sagrado est en la vida y en la naturaleza, por lo cual es masapropiado utilizar el termino sagralidad cuando nos referimos al culto que losindgenas rinden a la naturaleza.

    41 __Buelvas Davila, Benjamn. Decimario: La poesa del hombre anfibio. Santacruz de Mompox ed: Pluma de Mompox. 1999 Pag: 187

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    En este poema encontramos la relacin entre los astros, lasaguas y los ancestros tejedores que han legado su sabidura alser anfibio. La observacin, la escucha y el acompaamiento oabandono de los astros determina su devenir y su sentir en elmundo, como tambin podemos verlo en la cancin del Bogaausente de Candelario Obeso:

    Qu trijte que ejt la noche,la noche qu trijte ejt:

    no hay en er cielo una ejtreya..Rem! rem! La negra re mi arma ma,

    mientra yo brego en la m,baao en sur por eya,Qu har? qu har?

    Qu ejcura que ejt la noche;la noche qu ejcura ejt;

    asina ejcura ej lausencia...Bog! bog!... 42

    La oscuridad de la noche es la ausencia, el cielo sin estrellases la soledad del pescador que en medio de la mar se preguntapor su amada mientras pesca para ella. Sintiendo y observandoel cielo los antiguos aprendieron los ciclos de la vida. La luna esel astro de la receptividad, fertiliza las aguas y sus poderes consu magnetismo femenino, es el silencio, el llanto y la psiquecambiante. Es la cancin de arrullo, el instinto que mece lasmareas silenciosas, creadoras y sanadoras primordiales. En elplenilunio las aguas y las ostras tambin estn llenas, ladensidad de las piedras y los mariscos crece, los alimentosabundan. Cuando la luna ensombrece las aguas se secan,

    42 http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/apoeta/apoeta75.htmCandelario Obeso, nacido en Mompox,(1849 - 1884) precursor de la poesa

    negra en Colombia, dio a conocer la cultura, la poetica y la lengua propia de losBogas del Magdalena.

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    haciendo que el alimento tambin encarezca.43 Como el serhumano hace parte de la naturaleza, tambin tiene sus mareasinternas, que crecen y merman con la luna. De ah compren-demos que el pescador est entre la luna y las ostras, entre lasaguas de arriba y las aguas de abajo, que Juan Sbalo hayatejido la primera atarraya con rayos de luna, para lanzarla alas profundidades, pues la luna es la seora de la pesca, lasiembra y el instinto.

    En su atarraya lunar, Juan Sbalo entreteji un vnculoentre ambos mundos, por eso comprenda el lenguaje de pecesy pjaros, de los cielos y cinaga honda. Existe una cancintradicional compuesta por el maestro Jos Barros, que nos habladel pescador y la atarraya, ese tejido de su escucha profunda ysu palabra silenciosa:

    Va subiendo la corrienteCon chinchorro y atarraya

    La canoa de barequePara llegar a la playa

    El pescador, habla con la lunaEl pescador, habla con la playaEl pescador, no tiene fortuna

    Solo su atarraya

    Este conocimiento de la pesca no slo como oficio, sino comoreciprocidad entre el ser humano y los elementos vitales, eltiempo y el espacio, se transmite de generacin en generacinmediante la tradicin oral, pues como vimos en el relato deJuan Sbalo, los pescadores son adems grandes narradores,pues deben transmitir a su comunidad toda la sabiduraadquirida durante las largas jornadas de escucha de las aguas,el viento y los pjaros.

    43 En el capitulo IV Apuntes sobre el simbolismo de las conchas del libro Imgenes ysmbolos, Mircea Eliade explica como en el pensamiento arcaico existe una relacinde paralelismo y reciprocidad entre las ostras y la luna, como la luna regenera lavida acutica y de ah la sacralidad de la concha como smbolo de la diosa madre.

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    El pez encantado an viene a aparecer en cinagas, maresy ros. Endaldo Cantillo, pescador y poeta de la Cinaga Grandedel Magdalena44, cuenta que este pez es dorado como el oro,que aparece en la noche y escapa de la atarraya del pescador,haciendo que este lo siga hasta perder la nocin de lugar ytiempo, llevndolo por mangles, selvas y canales desconocidosde los que no puede regresar, porque pierde la memoria dellugar de donde vino.

    Este pez dorado como encanto que simboliza la memoria yel olvido, es retomado por Gabriel Garca Mrquez en su obraCien aos de soledad, cuando el coronel Aureliano Buenda, ensus ltimos das de vida, desencantado de la guerra, se dedic aelaborar pececitos de oro, para luego fundirlos y volverlos ahacer. El pez de oro con cuerpo articulado es un diseo muytradicional de la orfebrera Momposina que se mantiene hastala actualidad.

    Colgantes con tocado bifurcado45

    rea Sin Batanc, Puerto Escondido Lorica - Crdoba

    - Crdoba

    44 __Entrevista personal con Endaldo Cantillo, Pescador y Poeta Costumbristade Cinaga Magdalena, Ganador del caimn de oro 2009

    45 Piezas de orfebrera retomadas del libro de Ana Mara Falchetti. El oro delgran Zen. Metalurgia prehispnica en las llanuras del Caribe colombiano. Ed. Banco dela Repblica. Bogot, 1995

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    As Juan Sbalo escuch del encanto el mensaje de unidadcon todas las creaturas del ecosistema, proteger la vida dejndoseguiar por ella. Unirse con la cinaga desde esa escucha en laque Juan Sbalo habitara durante el resto de su vida. Por esono muri, solamente se uni, abandonando su atarraya y sucanoa.

    Uno de los motivos ms recurrentes tanto en la orfebreracomo en la mitologa Sin, es el humano pez pjaro deoro, aunque la arqueologa define estas figuras como piezasantropozoomorfas, al escuchar el relato de Juan Sbalo,descubrimos que este ser es el gran encanto de las aguas. Loencontramos en diversas formas: con rasgos femeninos ymasculinos, de dos, cuatro y ocho aletas, de dos hasta docecabezas de pjaro. La caracterstica comn a todas estas figurases la espiral doble en los odos y los ojos cerrados. Adems,Jorge Morales Gmez en su investigacin sobre el contenidomitolgico de la orfebrera andina dice:

    Los Tunjos o encantos de agua son de oro y por tanto lasmentalidades creyentes los conciben como objetos, peroanimados, que tienen un gran poder, evidente en la pro-duccin de las crecientes con su secuela de destruccin

    En el altiplano y en Santander, el Mohn es sinnimo deTunjo o encanto de agua, procedente de lagunas, que provocay dirige las avalanchas de los ros. Como ya sabemos es deoro y puede presentarse bajo formas humanas o animales.46

    En Orfebrera y chamanismo, Gerardo Raechel - Dolmatoffpropone que los hombres pjaro en la orfebrera, adems deser creaturas mitolgicas, son chamanes en xtasis, ya que laorfebrera es un arte sagrado y ritual, y las representaciones depjaro simbolizan el don de volar con el espritu. Ahora, tenien-do en cuenta la sagralidad del agua y su hermandad orgnicay simblica con el oro, el hecho de que estos seres tengan colade pez le da una connotacin chamnica ms fuerte.

    46 Morales Gmez Jorge. El oro de los indios: Imaginarios y rituales andinos depoblaciones colombianas sobre la orfebrera prehispnica. Fundacin para la promocinde la investigacin y la tecnologa. Bogot, Junio de 2000 Pg: 18

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    En la cola de pez y la cabeza de pjaro tambin existe unametfora del espacio-tiempo cclico. Aparentemente el Mohnno vuela, pero emprende un viaje ascendente desde lo profundode las aguas hasta la superficie. Los Mohanes son vivos ydinmicos, por eso aunque sean muy antiguos, reaparecen alas personas de ahora, para encantarlas y llevarlas a su reinoancestral.

    Son invisibles los movimientos de la memoria en el ro. Entresus palabras y silencios el narrador de mitos da sus puntadas aun antiguo tejido, en el que estn escritos y vivos sus antepa-sados, el ser actual y los narradores por venir. El narrador llevadentro de s, los caminos recorridos por sus antiguos Mohanes,47

    que luego seran peces y cantos, ojos de agua y llanto de lasrocas. Los relatos del Mohn recorren los caminos de losantiguos Caribes, que van desde El Mato Grosso Brasileo,con los pueblos Tup Guaran, hasta Centro Amrica, lasAntillas y las Guayanas. Siguiendo la ruta de los ros con susbrazos, cinagas y humedales.48

    La sal es una contra poderosa para los Mohanes y paramuchos otros encantos ancestrales de estas tierras, pues en lapoca de la colonia parte del ritual de bautismo catlico, eraponer un poco de sal bajo la lengua del bautizado. Los sacerdotesindgenas (llamados Mohanes en su lengua) saban que al serbautizados perdan su poder originario, su fuerza salvaje. Poreso muchos de ellos prefirieron la muerte, pues as como la saldiseca la carne al secar los hilos de sangre, tambin acaba elespritu, al secar los hilos de la memoria. Los Mohanes que senegaban a ser bautizados, eran perseguidos hasta ahogarse enros y lagunas, donde tambin sumergan su oro para protegerlode la avaricia. Convirtindose en espritus selvticos, acuticos,que no murieron ni fueron reducidos. Y as nace la connotacin

    47 Mohn: nombre dado por los hablantes taino-caribes a sus sacerdotes.48 Encontramos varias descripciones del Mohanismo Prehispnico

    en:__RODRIGEZ CUENCA, Jos V. y CIFUENTES TORO, Arturo. Tequinas,mohanes, piaches y jeques. Los chamanes en el mundo prehispnico de Colombia. Edicindigital: Colantropos. Colombia en la antropologa. www.humanas.unal.edu.co/colantropos 2008

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    del Mohn como ser de encanto en el mundo mestizo. Protectorde las aguas y las guacas.

    En gran parte de Colombia existen relatos sobre el Mohn yla Mohana, sin embargo la percepcin que tiene la gente sobreestos seres vara de regin a regin. Para los Muinane delAmazonas, es un delfn rosado, que visita los pueblos trans-formado en un hermoso hombre, que seduce a las mujeresmientras sus maridos pescan en el ro49. En el Magdalenamedio, antiguo territorio Pijao, el Mohn enreda la atarrayade los pescadores, come pescado y est cubierto de pelo.Encontrar al Mohn es presagio de inundaciones, terremotosy tormentas.50 En la regin cafetera el Mohn es un ser cubiertode hojas y musgo como las piedras de los ros, tiene dientes deoro y ojos como bolas de fuego, es el creador de ritmos comola mcura, el pasillo, el torbellino y el bambuco51.

    Doa Aura Pea de Trespalacios, Narradora tradicional deMompox, me contaba que los Mohanes son seres de las aguasy su msica, quienes la escuchan y siguen, traspasan la fronteraque separa las realidades, se sumergen en su reino ondulantede agua y oro, poblado de gentes de agua, que le ofrecen lasms ricas comidas, pero sin sal; si el ser humano pruebaalimento de Mohn se convierte en Mohn, nunca muere yvive en el agua para siempre. Pero si no lo ha probado puedeser rescatado. Su madrina de bautismo debe acudir al charcoen donde fue visto por ltima vez, insultar al Mohn y dejarlesal y tabacos.

    En los palenques de las riberas del Magdalena existe lacreencia de que los pueblos humanos estn rodeados porespritus, que cuidan cada monte y arrollo; estos seres encarnan

    49 PINEDA CAMACHO, Roberto. Enfermos de amor Cmo se negocia la identidaden la modernidad colonial? Blaa virtual. Boletn Cultural y Bibliogrfico, Nmero 30,Volumen XXIX, 1992 . Pg: 1

    50 Existen descripciones alusivas al Mohn en el Tolima en: Morales GmezJorge. El oro de los indios: Imaginarios y rituales andinos de poblaciones colombianassobre la orfebrera prehispnica. Fundacin para la promocin de la investigacin y latecnologa. Bogot, Junio de 2000.

    51 Descripcin oral del Mohn en la regin cafetera hecha por Don Jos MaraMartnez, narrador tradicional de Santa Rosa - Risaralda.

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    los espacios naturales que protegen. Por eso en el arroyo delPalenque de San Basilio en los Montes de Mara, vive elChimbumb, un pez - espritu maligno que atrap a CatalinaLuango y slo se la pudo tragar hasta la mitad, quedando vivapero encantada, tragada por el pez de la cintura para abajo.Existen diversos relatos sobre personas que han escuchado lamsica del Mohn, han sido atrapadas y logrado escapar; sinembargo, quedan transformadas para siempre, como cantanlos palenqueros en este Chimbumb52

    Chimbumb

    (Traducido por Schwegler)O oh, Doa Mara Catalina

    Luango, eh Chimbumb (espritu acuatico),O oh el e, Chim bum b, eh;

    O oh, a la Doa elChimbumb se la ha tragada hasta la mitad;

    O oh, ele, Chimbumb, eh;O oh, Mara Catalina

    Est siendo tragada por el Chimbumb, eh;O oh, Maria Catalina LuangoO oh, Mara Catalina Salgado

    Adis Doa (=esposa) de Dionisio Salgado,O oh el e lo;

    O oh vlgame Dios de los cielos;O ooh el ele el ooh;53

    En las crnicas de Pedro Simn (1981, VV:55) encontramosla descripcin de un ritual realizado por los antiguos Mohanes,en donde se manifiesta su importancia en la comunidad de

    52 Adems de ser el nombre de este ser acutico, Chimbumb es uno de losgneros de Lumbal, los cantos rituales con los que en palenque despiden a susmuertos. Es muy significativo que en diferentes lugares como Palenque y la ReginCafetera, el Mohn sea inspirador de gneros musicales.

    53 De la Cruz, Tony. Hendiduras y fragmentos, del frica negra en el Caribe colombiano.Premio Al Ensayo, ciudad de Santa Marta 2008. Asociacin de Escritores delMagdalena.

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    Carnapacua en la costa Caribe, as como la relacin mgicaentre el agua y el oro que tambin encontramos en la orfebreray en los mitos Sin.

    Mandaba que en su boho (que siempre se le tenandedicado o en el pueblo o en la montaa, a oscuras de losespaoles, y en especial del padre doctrinero) Le tuviesenprevenido un vaso grande como media tinaja de a seis arrobasque en el nuevo reino llamaban moya), llena de agua, y que ala media noche estuviesen dentro del boho el mohan y losindios e indias mas viejos del pueblo y de ninguna maneramozos (recelando por descubrirse por los mozos el secreto),y como iban entrando las mujeres, se iban quitando suscollarejas, manillas y otras piezas de oro y echado dentro dela moya, y el mohan tena echada en la misma agua unas ojasde tabaco y preparado mucho polvo para lo que luego haca54.

    Una vez concluido este ritual, el espritu protector se comu-nicaba con el Mohn. Las mujeres retiraban sus joyas y utili-zaban el agua para esparcir en hogares y huertas. Si analizamosel sentido y el procedimiento utilizado en estos rituales, nosdamos cuenta de que representan lugares naturales y manifes-taciones creadoras de vida, as el ritual regenera el tiemporecreando el acto primordial de creacin. Si tomamos en cuentaque el propsito de este ritual era comunicarse con los seressagrados, es posible interpretar la moya como simbolismo delos ojos de agua, en cuyo interior se encuentra el oro, esta luztan antigua, cuyo resplandor no es ni lunar ni solar, es unorculo. Los ojos de agua son espejos que nos permitenasomarnos a lo inaudito, son grietas que rebelan las entraasde la tierra, el reino de los encantos.

    El don de lo oracular otorg a los Mohanes la capacidad deguiar conscientemente a su comunidad, pues en ellos viva lasabidura de todos sus ascendentes. Los orculos son espejosdel universo, en ellos emerge la voz de la tierra y los ancestros,

    54 Tomado de: www.humanas.unal.edu.co/colantropos/ Simn, Pedro. 1981.Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las indias occidentales.Bogot, biblioteca Banco popular, tomo V. Edicin original: Cuenca, Espaa, 1627

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    esa antigedad que renace en quien los abre, como el Mohnque cierra sus ojos para poder leer en la apertura del corazn.

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    Encantos de las aguas en la tierra del asombro

    Y Yemaya sacudi sus siete sayas,y en ellas agito a su amado mar.

    Entre mares deambulamos,Entre la vigilia y el sueo,

    La quietud y el movimientoComo ostras que cada maana amanecen

    en una nueva playa,llevando la msica de los siete ocanos.

    Esa inmensa espiral salina, que crea a sus hijosmientras los imagina

    entre muerte y nacimiento nos sumerge en su vientre,y nos curamos de la agonaal disolvernos en las aguas,

    la gran seora de la levedad.

    Los Sines son el pueblo de la luz y el agua. Creados por losdioses de la oscuridad. Hijos de Mexion y Menexca. Vivan enun largo da-noche mientras en otros mundos los dioses de lastinieblas creaban hmedas y claras existencias. Esta primerageneracin de seres humanos vio llegar de esos otros mundosque eran todos luz y agua, a una paloma que con el batir desus alas deshaca las tinieblas, abriendo el viento y la luz entresus plumas. Fue tanta su tristeza al ver este mundo tan seco,que posndose sobre la rama ms alta de un antiguo samn,bati sus alas, arrojando nueva luz en el vaco, y de su picodej caer una gota de agua en el lugar ms profundo del paisaje,naciendo as una bella cinaga. Los Sines se asombraron y desu asombro la llamaron Ayapel. Desde ese primer da el aguafue el origen de todo, pues le daba vida a la tierra, a la agri-cultura55.

    55 En Juan Sbalo, Leopoldo Berdella de la Espriella nos narra el mito de origenSin.

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    Cada mujer es una madre tierra creadora y su vientre es unmundo de agua en el que germina la vida. Las madres Sindaban a luz en la cinaga de Batanc, para que sus hijos fueranprotegidos por el don divino de las aguas. En lagunas y cascadastambin se unan las parejas atando sus cuerpos en un doradohilo de filigrana. En las lagunas nace y se renueva la vida delSin. Cuando la sequa o la enfermedad amenazaba a lapoblacin, los Sines llevaban en una canoa, al son de tambores,a la primera hija del cacique. Cuando se hallaban en el centrode la laguna, los Mohanes la entregaban a su corriente, dondeera devorada por caimanes56.

    Las aguas no slo significan la renovacin de la vida en susentido orgnico, o la iniciacin del ser humano como ser social,tambin son umbrales que comunican distintos mundos. Losseres humanos nos ubicamos en el plano terrestre. En el cieloviven los encantos del trueno y la lluvia, que con los pjarosagoreros envan sus misivas tempestuosas. Las profundidadesacuticas y terrestres tambin estn encantadas. Las lagunas,acantilados y los animales cavadores como el armadillo, eleque o la hormiga, tienen la facultad de comunicar losmundos57.

    Hay ciertos encantos como el totumo de oro que crece enlos rboles, que si alguien codicia no slo traen consecuenciaspara quien lo intente, sino para toda la comunidad y el territorioque dicho encanto guarde y equilibre. Si alguien coge estosencantos todos los nios enferman, las madres padecen, llegala sequa. Pues dicen los Sines que estos encantos son comola viga que sostiene la casa58

    Antiguamente los Sin cubran su rostro, cabeza y cuerpocon animales de oro, que adems los acompaaban en sutrabajo cotidiano y en sus rituales. A la llegada de los espaoles

    56 En el libro En el pas de los Zenes, Rubn Daro Otlvaro describe los antiguosrituales en torno a la cinaga de Batanc.

    57 __TURBAY, Sandra. Los animales en la tradicin Zen. Parte de su tesis doctoralen antropologa social y etnologa. Escuela de altos estudios en ciencias sociales.Paris. 1993.

    58 Encontramos el relato del totumo de oro en la obra Murrucuc de GuillermoValencia Salgado.

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    entregaron todo este oro a las lagunas. Los encantos y diosesaborrecan la avaricia y se ocultaban de sus manos: como elDios de oro del cerro Murrucuc que al ver subir por la cuestaa Misigu, con la intencin de poseerlo, hizo temblar la tierrasepultndose a s mismo, a los usurpadores y a la montaa.

    Los encantos del agua tambin son creaturas entre lohumano y lo animal, o nios que saludan mostrando susjuguetes de oro. Estos encantos llamados Mohanes por lapoblacin mestiza, seducen al ser humano con su msica, suforma de nadar o su resplandor para que se acerquen hastaellos, y cuando estn lo suficientemente cerca los atrapan,llevndolos al mundo subacutico en el que reinan los encantos.Los Mohanes conocan el lenguaje de los encantos y mediabanentre ellos y los seres humanos, entraban en contacto con elsoplo de cada animal, por eso podan transformarse en tigres,caimanes, serpientes o pjaros al caer la noche. Los Sinesdescriben a los encantos como vientos que tambin traen laenfermedad, la curacin y los estados de nimo a las personasy los animales.

    La flauta de caa que ha conservado el Mohn mestizo esuna herencia del Sin, pues esta planta, por ser hueca, es unava entre nuestro mundo y el mundo de los encantos, queatravesada por el soplo mgico del hombre de agua, produceuna msica que enamora.

    Al tocar este pito travesero tambin se corre el peligro deque la caa cante ella sola los secretos que alguien hayaenterrado en su suelo. Como en aquella leyenda en la que untrabajador descubri que el cacique tena cola de iguana, noaguantando la promesa de proteger este secreto con su vida, selo cont a la tierra, en donde creci una hermosa caa. Unmsico la cort para hacerse un instrumento, que en medio dela cumbia comenz a cantar que el cacique tiene cola deiguana. 59

    59 En la tesis: Los animales en la tradicin Zen, Sandra Turbay tambin aborda larelacin entre los encantos y la msica.

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    Cada ro, laguna y cascada es protegida por un encanto,animal de oro dueo de todos los canales y pasadizossubacuticos. A estos mundos se entra y se sale por las Bongas:unos arboles inmensos resistentes al fuego, que rodean laslagunas, protegindolas de la erosin; las plantas espinosascomo la Matamba, as como las guaduas, que por ser huecaspermiten pasar de un mundo al otro. Cuando un miembro dela comunidad mora, era enterrado con una primera capa detierra roja, pues este color era el smbolo de la muerte. Una vezterminada la celebracin sembraban una Ceiba, pues en laprimera lluvia el espritu de la persona empezaba a ascenderpor este rbol. Cuando nacan sus primeras hojas, eran pjarosque regresaban volando al sol.

    El mundo de los encantos y el nuestro se traspasan frecuen-temente, por la seduccin que ejercen entre s las creaturas deambos universos. Esta pasin es heredada y enriquecida en elmestizaje. La lavandera queda encantada por las notas de laflauta del Mohn, que la arrastra hasta su palacio en el fondodel ro. Cuando las mujeres precavidas de no volver a lavar enlos profundos acantilados, o en los pozos oscuros y fros dondesaben que aparece el Mohn; Este se enfurece y llega al pueblotransformado en un hermoso forastero, que enamora y atrapaa alguna mujer, llevndosela a su morada, de donde ningunaha vuelto. De todas formas las dems mujeres regresarn alro, pues siempre habr ropa sucia que lavar. Y aunque vayana baarse en grupo para cuidarse del encanto, escucharn susinuosa flauta.

    Los bogas del Magdalena hacen estrellar sus chalupas contralas rocas, seducidos por los llamados de La ahogada. Una mujerque muri ahogada por su celoso marido en las orillas del ro yque pena eternamente, llamando con un pauelo a los nave-gantes para hacerlos sucumbir, en venganza con el hombreasesino. Por eso los bogas han aprendido a conjurar, nosolamente a los encantos, sino tambin a los mosquitos,caimanes y dems fieras del ro. Desafan a las sombras. Puedenpasar desapercibidos cambiando el color de su piel y sus ojos.

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    Protegindose con el nio en cruz60, la santa camisa61, elcolmillito de caimn62 o la mano de tigre63. Aprenden estasartes porque su vida en el ro los enfrenta con lugares y animalesencantados que los halan a su mundo. El amor entre humanoy encanto es de naturaleza diferente al que puede existir entredos seres humanos. Es an ms tormentoso y profundo64.

    Una vez que el canto de una Manat en celo atraviesa losodos del hombre anfibio, se queda danzando en su cabezamientras pesca; despus lo visita en sueos hasta que llega unmomento en el que la Manat no deja de cantar adentro de l,ni en el da ni en la noche. El hombre desesperado, tiene quevolver al lugar donde la escuch por primera vez, buscarla yamar su cuerpo suave y hmedo. Entonces cada vez que laManat est en celo lo llama, y no importa que sea de noche,que el amante tenga que