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i El sermón del monte El El El El El Sermón Sermón Sermón Sermón Sermón del Monte el Monte el Monte el Monte el Monte Una introducción al Nuevo Pacto

El Sermón dddel Monte - iglesiaemanuelsion.orgiglesiaemanuelsion.org/.../2012/08/Semon-del-Monte.pdf · ii El sermón del monte Título original: “Sermon on the Mount: An introduction

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iEl sermón del monte

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Una introducción

al Nuevo Pacto

ii El sermón del monte

Título original:

“Sermon on the Mount: An introduction to the New Covenant”

© 2002 Daniel G. Caram

Impreso Diciembre 2002

Todos los derechos reservados

Traducción: Equipo de traducción IBJ Guatemala

Primera Edición en español impresa en mayo 2006

Segunda Edición en español impresa en febrero 2010

Publicado por Instituto Bíblico Jesucristo

Impreso en Guatemala, Centro América

A menos que se indique lo contrario,

todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión

Reina-Valera en su revisión de 1960, 1960 Sociedades Bíblicas Unidas

Para mayor información o copias adicionales,

diríjase a esta dirección:

Instituto Bíblico Jesucristo

Apartado Postal 910-A

Guatemala, Centroamérica

Tel: (502) 5219-0444/45

Fax: (502) 2368-2722

E-mail: [email protected]

Página web: www.ibj-guatemala.org

ISBN # 1-890381-57-8

iiiEl sermón del monte

AgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientos

Queremos agradecer a las siguientes personas:

w A Mary Humphreys, por su destreza en la edición de la versión original en inglés de

este libro.

w A Jeremy Kropf, por su destreza en el formato de la versión original en inglés de este libro.

w Al Rev. Joseph Cilluffo, por su creatividad artística en el diseño de la portada de la

versión original en inglés de este libro.

w Al equipo de traducción de Instituto Bíblico Jesucristo de Guatemala, por su

colaboración en la traducción al castellano de este libro.

iv El sermón del monte

vEl sermón del monte

PrólogoPrólogoPrólogoPrólogoPrólogo

Hace algún tiempo, empecé a hacer algunos estudios personales del Sermón del Monte.

Pensé que iba a hacer un bosquejo del sermón, dividirlo en varios textos y subtítulos, y talvez

obtener una docena de páginas. Sin embargo, al comenzar a investigar algo de la historia de este

sermón, empecé a darme cuenta de cuán deficiente ha sido la Iglesia en interpretar su

verdadero mensaje.

Comencé a considerar todas las frases que Cristo habló en el Monte que podían y han

sido malinterpretadas a través de los siglos. Paré cuando ya llevaba 40, pero la lista podía

continuar. Por ejemplo: “No resistáis al que es malo…” ¿Significa esto que tengo que permitir

que un hombre entre por la fuerza en mi hogar? “Al que quiera ponerte pleito…” ¿Significa

esto que automáticamente tengo que desestimar el caso? “No os hagáis tesoros en la tierra…”

¿Significa esto que no tengo que tener una cuenta de ahorros? “A cualquiera que te hiera

en la mejilla…” ¿Significa esto que tengo que permitir que el maleante me agarre a golpes

en la calle?

Lo que ha hecho que este sermón parezca ser tan inalcanzable es la falta de equilibrio en

la interpretación y enseñanza de este mensaje. El Sermón del Monte ha sido, a través de los

siglos, un tema de gran controversia. Ha habido aquellos que insisten en que debe de ser tomado

literalmente: al pie de la letra. Eso significa, si tu ojo te es ocasión de caer, ¡sácalo! Eso

significa, si necesitas un lugar para orar, busca un armario.

Otros han debatido que solamente puede ser cumplido por los clérigos. Muchos se

unieron a las sociedades y órdenes monásticas porque sentían que era la única manera que el

sermón podía ser cumplido. Aún más, otros han adoptado muchas interpretaciones extrañas

y ambiguas.

Una cosa es segura: el pueblo de Dios ha sufrido muchas e innecesarias aflicciones y

sufrimientos a causa de una percepción desequilibrada de Su verdadero mensaje. La gente ha

sufrido asaltos criminales, la gente ha sido víctima de juicios injustos y daños personales, sin

mencionar la condenación y sentimientos de culpa que han soportado. Como dijo el profeta:

“Mi pueblo perece por falta de conocimiento”.

El Sermón del Monte es un mensaje que nunca pasa de moda. Para el creyente maduro

se añeja con el tiempo. El mensaje se hace más definido y claro en la medida que maduramos

en el Señor. Mientras más comprendo el mensaje, más alcanzable (más comprensible) se vuelve.

Con este pensamiento en mente, expongo este breve comentario.

vi El sermón del monte

Es el deseo del Señor que Su pueblo comprenda Sus caminos. Somos el pueblo del

Nuevo Pacto. Somos el pueblo que debería tener la Ley grabada en nuestro corazón para,

asimismo, poder enseñar a las naciones. ¡Que el Señor nos dé la gracia para separar y equilibrar

justamente este bello mensaje en nuestra vida diaria!

La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer Su pacto

(Sal. 25:14).

viiEl sermón del monte

ContenidoContenidoContenidoContenidoContenido

Prólogo P. v

Contenido P. vii

Introducción P. 1

Mateo capítulo cinco

El trasfondo del Sermón del Monte – vs. 1-2 P. 5

1. Las nueve Bienaventuranzas – vs. 3-12 P. 7

2. Dar testimonio – vs. 16-16 P. 17

3. Cumplir la ley – vs. 17-20 P. 19

4. Apelar a una ley superior entre los hermanos – vs. 21-26 P. 23

5. Una ley moral superior – vs. 27-32 P. 27

6. Hacer juramentos o votos – vs. 33-37 P. 31

7. Actitudes ante injusticias y préstamos – vs.38-42 P. 33

8. Actitudes hacia nuestros adversarios – vs. 43-48 P. 39

Mateo capítulo seis

9. Motivos para dar – vs. 1-4 P. 43

10. Motivos para orar – vs. 5-8 P. 45

11. El Padrenuestro, la oración aceptable – vs. 9-13 P. 47

12. Perdón y perdonar – vs. 14-15 P. 51

13. Motivos para ayunar – vs. 16-18 P. 53

14. Motivos para ahorrar, la verdadera inversión – vs. 19-21 P. 55

15. Unidad de visión – vs. 22-23 P. 57

16. Los dos señores: Las cosas de esta vida o Aquel que da vida a todas las cosas – vs. 24-34 P. 59

17. Acerca del juicio – vs. 1-5 P. 65

18. Participar de las cosas sagradas – vs. 6 P. 69

19. Petición y súplica, los dones del Espíritu Santo – vs. 7-11 P. 71

20. La regla de oro – versículo 12 P. 73

21. El camino angosto – vs. 13-14 P. 75

22. Discernir al verdadero profeta – vs. 15-20 P. 77

23. ¿Quién entrará al cielo? – vs. 21-23 P. 81

24. Las dos casas – vs. 24-27 P. 83

Enseñar con autoridad – vs. 28-29 P. 87

Epílogo P. 89

Oración de Francisco de Asís P. 90

Bosquejo del Sermón del Monte P. 91

viii El sermón del monte

1El sermón del monte

Introducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del Monte

Aunque vamos a encontrar partes de este sermón en varios lugares de los evangelios de

Marcos y Lucas, éstas no tienen conexión y están representadas en ambientes totalmente

diferentes. Obviamente, Jesús también enseñó y predicó porciones de este sermón en otras partes.

El Evangelio de Mateo registra el sermón completo como fue predicado en el Monte de

las Bienaventuranzas. Sin duda, el Sermón del Monte es el más grandioso sermón de todos los

tiempos. Como está registrado en Mateo 5-7, este sermón básicamente contiene la semilla de

donde viene la inspiración para todos los sermones. De hecho, este sermón resume todo sermón

que alguna vez haya sido predicado. Jesús declara: “Hacer a los demás como quieren que les

sea hecho a ustedes”, es el mensaje de la Ley y los profetas (Mt. 7:12)!

El Sermón nos introduce al Nuevo Pacto

El Sermón del Monte virtualmente desafía todo intento del corazón, cada motivo,

cada actitud y pensamiento. En realidad, el mensaje que se predicó desde esta montaña nos

está introduciendo al “Nuevo Pacto”: la Ley escrita sobre las tablas de carne del corazón

(ver Jer. 31:31-34).

“Después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su

corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo…” (Jer. 31:33).

Aunque nos convertimos en el pueblo del Nuevo Pacto cuando somos salvos, la realidad

del pacto es un proceso progresivo. Que la Ley sea escrita en nuestro corazón, es un trabajo

continuo que se da mientras nos rendimos al (o caminamos en el) Espíritu. Requiere muchas

respuestas a lo que Dios está hablando a nuestra vida. Como veremos, nuestro destino y

lugar eterno están determinados por el grado en que este mensaje penetra en nuestro corazón

(ver Mt. 5:19).

Toma un tiempo considerable antes que el mensaje se haga realidad. La iglesia de los

corintios sirve como un buen ejemplo. Ellos eran obviamente salvos. Ellos estaban santificados

(apartados para el propósito de Dios), y estaban llenos del Espíritu. Sin embargo, ¡Pablo los

llama “carnales”! Esencialmente, ellos estaban quebrantando cada precepto de lo enseñado en

el Monte. Por supuesto, el punto es que esta Ley debe desarrollarse dentro de nuestro corazón.

Una cosa es escuchar un mensaje y guardarlo en nuestra mente. ¡Otra cosa es que la verdad de

ese mensaje baje a nuestro corazón, para que sea mostrado a través de nuestras palabras y

acciones diarias!

2 El sermón del monte

El Antiguo Pacto versus el Nuevo Pacto

El Antiguo Pacto

Comprender el Antiguo Pacto nos ayuda a tener una mejor comprensión del Nuevo

Pacto. Los dos pactos están representados por dos hombres. Moisés fue el mediador del primer

pacto, y ese pacto fue dado sobre una montaña. El primer pacto fue representado por una Ley

que estaba grabada sobre piedra. Allí no sólo estaban los “Diez Mandamientos”, ¡sino también

una larga lista de normas y regulaciones que ordenaban cada aspecto de la vida! Toda la vida del

judío era gobernada por la “Ley de Moisés”, el Antiguo Pacto.

El apóstol Pablo describe el pacto escrito sobre piedra como: “¡El ministerio de

condenación!” Él hasta lo llama: “El ministerio de muerte” (2 Co. 3:7-9). Era muerte porque el

propósito de la Ley era exponer pecado (Ro. 3:20; 7:13). Aún más, ¡en este pacto no había

poder (gracia) para triunfar sobre el pecado! Por lo tanto, la ley solamente puede mostrarnos

nuestro pecado. ¡Puede condenarnos, pero no darnos la victoria sobre el pecado!

El Nuevo Pacto

Es interesante que la promesa del Nuevo Pacto fue dada específicamente a los judíos

(Jer. 31:31-34). Pero, por cuanto rechazaron al “Mensajero del Pacto” (Mal. 3:2), el Señor

Jesucristo, fueron desheredados de entrar a este pacto por toda la Era de la Iglesia (2000 años).

Sin embargo, Pablo reclama este pacto para la Era de la Iglesia (He. 8 y 10). Israel no entra a

este pacto sino hasta el final de la Era de la Iglesia, o el Milenio (Ez. 36:8-28).

Del mismo modo Jesús (quien también es llamado el “Mediador” del pacto) declaró Su

Ley desde una montaña. Sin embargo, Él también declara la superioridad de este pacto cuando

cita a Moisés diciendo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás…Pero yo os digo,

que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio…” (Mt. 5:21-22).

“Pero yo os digo” sobrepasa la autoridad de Moisés. Cristo fue antes que Moisés;

ciertamente fue Cristo quien comisionó a Moisés en la zarza ardiente. ¡Cristo es el “YO SOY”!

de Éxodo 3:14. Así, Cristo estableció un mandato superior que el establecido por Moisés.

La superioridad del pacto

¿Así que, cuál es la ventaja de este Nuevo Pacto, puesto que demanda más que el anterior,

y puesto que el anterior no se cumplió? De hecho, Pablo nos da varias ventajas en el libro de

Hebreos, pero especialmente, enfatiza el hecho que tenemos un mayor mediador (He. 8:6; 12:24).

Tenemos un Sumo Sacerdote que vive para siempre. ¡Él siempre intercede por nosotros, y Él

siempre está allí para ministrar gracia y poder en nuestro tiempo de necesidad!

La gran diferencia entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto es que podemos experimentar

la gracia y poder para permanecer firmes en la hora de la prueba. Ciertamente, ¡la promesa del

Nuevo Pacto es que Cristo nos capacitará para cumplirlo! “Y pondré dentro de vosotros mi

3El sermón del monte

Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos…” (Ez. 36:27). El mundo verá la imagen de Cristo

en la Iglesia. ¡Esto convencerá al mundo que el cristianismo es real!

Gracia y verdad

El apóstol Juan dijo: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la

verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Jn. 1:17). Muy a menudo la gracia ha sido mal

interpretada para significar “tolerancia”. El hecho que Cristo nos daría un código más alto por

medio del cual vivir y entonces disculpar nuestra incapacidad para vivirlo ¿suena racional?

Gracia es “influencia divina”. En otras palabras, es el poder para hacer aquello que no

podemos hacer en nuestra fuerza humana. Cristo vino con gracia y verdad (Jn. 1:17). La

verdad nos hace libres.

El Nuevo Pacto fue establecido para ser una ley que sería guardada, y que podría ser

totalmente comprendida: “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el

Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más

me acordaré de sus pecados y transgresiones” (He. 10:16-17).

Permítame decirle en base a mi experiencia personal, que cuánto más conozco al Señor

y, cuánto más comprendo Sus caminos, más incrementa mi fe en cuanto a que Él me capacitará

para cumplir todo lo que Él ha propuesto para mi vida (Fil. 1:6).

El patrón más alto

Aunque el Sermón del Monte representa el patrón más alto del Nuevo Testamento, es un

mensaje que está al alcance del hombre común. Cuando la Ley de Moisés fue dada, 3,000

murieron. La Ley de Moisés no era alcanzable (en su sentido más completo) porque había

muchas condiciones debilitantes en ella. ¡Era un pacto inferior!

Cuando el Nuevo Pacto fue establecido (en el día de Pentecostés) hubo 3,000 que cobraron

vida. El Nuevo Pacto representa gracia y ayuda divina. ¡El Nuevo Pacto representa poder para

vivir la vida! El Sermón del Monte nos introduce al Nuevo Pacto, un pacto que se puede realizar.

El Nuevo Pacto fue firmado en la cruz. Pero, como la mayoría de testamentos (última

voluntad), requieren unos días antes para realmente tener efectividad y así fue con el Nuevo

Pacto. El derramamiento del Espíritu activó (por así decirlo) el Nuevo Pacto.

Una ilustración de lo que debemos llegar a ser

El Sermón del Monte nos da una ilustración de todo lo que respecta al Nuevo Pacto, y

nos da una ilustración de lo que Cristo desea que lleguemos a ser. Este sermón no se hace una

realidad la primera vez que lo escuchamos. Sin embargo, nos presenta una imagen a la cual

debemos ser conformados: “mis actitudes”, “las actitudes del ser”, ¡las actitudes que deben

llegar a ser nuestras al caminar en el Espíritu! (N.T. En este punto se debe hacer una aclaración:

en inglés, bienaventuranzas se traduce como “beatitudes”, y el autor descompone esta palabra

así: be (ser) y attitudes (actitudes), lo que en español será las actitudes del ser).

4 El sermón del monte

Primero debemos de ver la imagen de Cristo, antes de llegar a ser conformados a esa

imagen. Jesús no estaba simplemente predicando una teoría o un montón de principios, Él

estaba predicando de Sí mismo. Él era la encarnación del mensaje. Él era el cumplimiento del

mensaje. Él era la personificación del Nuevo Pacto (Sal. 40:8). Él es Aquel a quien somos

llamados a imitar (Is. 51:7).

Procedamos a examinar este sermón con un corazón abierto. Empecemos a responderle

al Señor mientras Él pone Su dedo en ciertos asuntos en el interior de nuestro corazón. Este

sermón trata en su totalidad sobre asuntos del corazón, y ¡este sermón obra en nuestra vida en la

medida que le permitimos al Espíritu de Dios que nos guíe a las circunstancias que van a tratar

con esos asuntos!

“Aun amó a su pueblo; todos los consagrados a él estaban en su mano; por tanto, ellos

siguieron en tus pasos, recibiendo dirección de ti” (Dt. 33:3).

5El sermón del monte

Mateo Capítulo CincoMateo Capítulo CincoMateo Capítulo CincoMateo Capítulo CincoMateo Capítulo Cinco

El trasfondo del Sermón del Monte versículos 1-2

Mt. 5:1-2 “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.

v. 2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo…” En el contexto de la escena de este sermón,

grandes multitudes venían siguiendo a Jesús de cada provincia y desde el otro lado del Jordán.

Por esto, Jesús se sitúa sobre la montaña.

La Iglesia debe preparar el escenario

En un sentido, aquí tenemos una imagen que la Iglesia debe de imitar detalladamente. El

profeta Isaías describe la Iglesia de los tiempos del fin cuando declara: “Acontecerá en lo postrero

de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes…

y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al

monte de Jehová…y nos enseñará sus caminos… Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la

palabra de Jehová” (Is. 2:2-3). Sion nos habla de una posición o logro espiritual.

La ley de Sion

Hay una diferencia entre Jerusalén y el Monte de Sion. El Monte de Sion es una montaña

dentro de Jerusalén, y nos habla de un nivel más alto. Básicamente, hay tres grupos dentro del

reino. Estos tres grupos son comparables con las tres divisiones del Tabernáculo (de Moisés).

Estos tres grupos se ven claramente a través de las Escrituras.

El Atrio Israel Los principios iniciales

El Lugar Santo Jerusalén La Palabra se hace carne (experiencia de vida)

El Lugar Santísimo Monte de Sion La ley sobre el corazón

Hay muchas iglesias que predican la Palabra pero que no sostienen la medida o la Ley

de Dios. Mientras trabajaba en este sermón, un ministro vino a visitarme. Me contó que él

solamente predica la Palabra y que nunca usa el término “ley”.

Sí, Isaías 2:3 tiene aplicación en el Milenio; pero en el ámbito de las cosas mayores que

Cristo prometió, el Señor tendrá un grupo de verdaderos discípulos que van a enseñar a las

naciones los caminos más altos del reino (Mt. 24:14).

6 El sermón del monte

“Sentándose”

Observe

El monte nos habla de una posición, y Jesús “sentándose” también nos habla de posición.

Jesús estaba a punto de enseñar el mensaje en el que Él se había convertido (Hch. 1:1). Él era el

mensajero del Pacto: La Ley estaba dentro de Su corazón, y ¡el mensaje era una realidad! (Sal.

40:8) Como se establece más adelante: “Él habló como uno que tiene autoridad”.

El Señor tendrá un grupo de verdaderos discípulos que enseñarán a las naciones los

caminos más altos del reino (Mt. 24:14).

El Arca, asentada sobre el Monte Santo

El pensamiento de “asentar” nuevamente nos recuerda al “Monte de Sion”, sobre el cual

se asentó el Arca del Pacto. El Arca del Pacto representaba el “Nuevo Pacto”. El Arca contenía

la Ley, pero siempre estaba cubierta: Significando que Israel no aceptaría el mensaje o al

Mensajero del Pacto (ver 2 Co. 3:14).

Sin embargo, (para cumplir un tipo) el Arca se asentó sobre el Monte de Sion en una

tienda sin velo (por un corto período). Fue aquí desde donde salió la invitación para todos los

que estuvieran interesados en ascender al Monte: para todos los que estuvieran interesados en

cumplir la Ley (Sal. 15 y 24). Más tarde, Cristo rasgó el velo, ¡simbolizando que ahora era

posible (para todos los que lo recibieran a Él) cumplir la Ley!

Observe

Los discípulos fueron los primeros en unirse a Cristo. El discípulo debe primero tener el

mensaje en su corazón, ¡antes de predicarlo con autoridad! “Hacer y enseñar” (Hch. 1:1).

Él abrió Su boca y enseñó

Cuando Cristo abrió Su boca para hablar, no fueron solamente palabras saliendo de Sus

labios, sino fue como la lluvia fresca de la que Job habló: “Tras mi palabra no replicaban, y mi

razón destilaba sobre ellos. Me esperaban como a la lluvia. Y abrían su boca como a la lluvia

tardía” (Job 29:22-23). ¡Las palabras de Cristo eran espíritu y verdad!

El ministerio de un maestro es, sin ninguna duda, el principal ministerio de los últimos

días. Como dijo Daniel: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos” (Dn. 11:33).

7El sermón del monte

Las nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzas

versículos 3 – 12

Una vista general de las bienaventuranzas

Al comenzar a ver estas nueve bienaventuranzas desde un punto de vista colectivo, nos

damos cuenta cuán diametralmente opuestas están de la “mentalidad del mundo”. Como dijo el

apóstol: “Los designios de la carne son enemistad contra Dios”. La mente carnal pelea con

Dios, y está en directa oposición con todo lo que Dios dice, (sin lugar a duda, el dios de este

mundo ha corrompido la mente de este mundo). Decían acerca de Pablo y sus compañeros:

“Estos que trastornan el mundo entero” (Hch. 17:6). En realidad, ¡Pablo estaba poniendo las

cosas en el lugar correcto!

Bienaventurados o benditos

Observemos la palabra “bienaventurados”. La palabra “bienaventurado” contiene el

sentido de gran euforia y gran felicidad. También tiene el sentido de buena fortuna (éxito).

Además hay una gran recompensa eterna si estas bienaventuranzas son obradas en nuestra vida.

De cualquier modo, mientras consideramos estas nueve bienaventuranzas, nos damos

cuenta que ellas no vienen sin cierto sufrimiento y pena. No pueden ser grabadas simplemente

en nuestro corazón, excepto a través de experiencias agonizantes en nuestra vida. Elija cualquiera

de ellas: hay un costo involucrado para poder tenerlas desarrolladas. José, quien quería ser

puro, pagó un precio muy alto para serlo. ¡Cuándo usted ha sufrido por algo, lo estima como

algo muy valioso!

Salomón fue instruido por los mejores. Le fueron enseñados buenos principios, pero él

nunca tuvo que sufrir para obtener esas verdades. En consecuencia, Salomón se volvió

espiritualmente pobre al final.

wwwww Estoy incorporando las nueve bienaventuranzas en un solo tema. Algunos eruditos

prefieren tomarlas como temas individuales.

Primera bienaventuranza: los pobres en espíritu

Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los

cielos”. Se dice de Cristo: “Él se hizo pobre” (2 Co. 8:9). Esto fue verdad no solamente en un

sentido físico, sino Él se despojó a Sí mismo de todo el honor y la gloria y la majestad que tenía

8 El sermón del monte

en el cielo. Aunque Él fue el co-Creador del mundo, Él se despojó a Sí mismo, y tomó forma de

siervo (Fil. 2:7).

Pobreza deseable

La palabra “pobre” tiene el sentido de un servil mendigo. ¡Cristo dependía totalmente

del Padre y no hacía nada sin Él! (Ver Jn. 5:9). Ésta es una actitud que Cristo quiere desarrollar

en nuestra vida: Una sana apreciación de quienes somos realmente. No somos nada porque no

somos nada. Sin embargo, cuando tenemos una sana apreciación de esto, Dios puede trabajar a

través de nuestra vida: Ciertamente, Él puede hacer todas las cosas por medio de nosotros.

David dijo: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas… ¿Qué es

el hombre, para que tengas de él memoria? Si estamos dispuestos a permitirle al Señor que

obre este atributo en nuestra vida, el Señor nos traerá a circunstancias humillantes que nos

revelarán exactamente cuán dependientes debemos estar de Dios y, ¡cuán poca confianza podemos

tener en nuestra propia fuerza!

Nuevamente, David oró: “Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis

días; sepa yo cuán frágil soy” (Sal. 39:4). En este Salmo en particular, David está a las puertas

de la muerte. Experiencias como ésta nos ayudan a mantener las cosas en la perspectiva correcta.

¿Tratar de ser humildes?

Algunos han ido a extremos tratando de ser humildes, diciendo: “Soy un gusano, etc.”

Durante la era monástica, más de un monje trató de trabajar la humildad en su vida degradándose

o afligiéndose a sí mismo en alguna manera. Ciertamente, eso no sirve. De hecho, puede obrar

cierto orgullo o dureza dentro de nuestro corazón. Pero si caminamos en el Espíritu, Dios nos

guiará a circunstancias que van a llevar a cabo esta obra.

Esta primera bienaventuranza, es el prerrequisito para que todas las otras sean obradas

efectivamente. Si no somos pobres en espíritu, ciertamente no podemos ser mansos y ciertamente

no podemos gemir. Cuando al afamado apóstol de la fe (Smith Wigglesworth) se le preguntó a

qué atribuía su gran poder, su respuesta fue: “Soy un hombre con un corazón

quebrantado”…Porque de ellos es el reino de los cielos.

Segunda bienaventuranza: los que lloran

Mateo 5:4 “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. A

menudo se ha dicho (respecto al reino) que “el camino hacia arriba es para abajo”.

Bienaventurados aquellos que lloran, no parece ser una aseveración racional. Sin embargo, gran

bendición les está reservada a aquellos que han llorado por otros; para aquellos que han llorado

por los propósitos del reino y para aquellos que han llorado por su propia miseria.

Ellos recibirán consolación cuando vean que sus lágrimas no han sido en vano! La

versión de Lucas sobre este Sermón dice: “Bienaventurados los que ahora lloráis, porque

reiréis… ¡Ay de vosotros los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis” (Lc. 6:21, 25). El

9El sermón del monte

mundo parece estar regocijándose, yendo por un camino de felicidad; pero vendrá el tiempo en

que las cosas sean al revés. Isaías dijo: “A los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de

ceniza…manto de alegría en lugar del espíritu angustiado” (Is. 61:3).

Podemos dar gracias a Dios por los padres espirituales de antaño que lloraron por el

reino: Esdras, Nehemías, Mardoqueo, Ester, la lista es interminable, porque siempre ha habido

aquellos que lloraron por los pecados del pueblo de Dios (ver Nm. 25:6). ¡Ellos recibirán

consolación cuando vean la restauración del reino, o la restauración de su propia casa!

¡Que el Señor desarrolle misericordiosamente esta actitud dentro de nuestro corazón

para que podamos interceder por nuestra propia nación pecadora, y por aquellos que han errado

del camino correcto!

Tercera bienaventuranza: los mansos

Mateo 5:5 “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”.

El rey David dijo este versículo en el Salmo 37:11. Aunque la mansedumbre sea generalmente

vista por el mundo como “debilidad”, son los mansos los que recibirán la tierra por heredad. Al

final, serán los mansos los que gobernarán la tierra con vara de hierro.

“Enviad cordero al señor de la tierra…” (Is. 16:1).

La mansedumbre es una actitud de sumisión. Reconocemos que la autoridad es dada por

Dios. ¡Reconocemos que hay circunstancias que Dios quiere que aceptemos, y nos rendimos a

ellas! La mansedumbre es desarrollada al aceptar la voluntad de Dios o al decir continuamente

“sí” al Señor. Jesús compara la mansedumbre con someterse a un yugo, ¡al hacer esto,

encontramos descanso! Hay descanso cuando nos rendimos a la voluntad de Dios.

El reposo al rendirnos

Una mujer compartió una experiencia que tuvo cuando ella enfrentó una decisión

concerniente a la “sumisión”. Durante mucho tiempo ella batalló en su espíritu, no quería ceder.

Entonces un día, mientras oraba, ella se quebrantó delante del Señor y dijo: “Sí, me rindo: voy

a someterme en esta situación”. En ese momento, súbitamente, sus manos se cubrieron de un

aromático dulce ungüento. En sus propias palabras, no podía explicar lo que había sucedido,

excepto que sabía que era divino.

Compare esto con la descripción de Cantar de Cantares 5:5. La que buscaba, quien

finalmente se sometió al llamado de su Señor, encuentra sus manos saturadas con dulce y

aromática mirra. En las Escrituras, la “mirra” nos habla de mansedumbre: Muerte a nosotros mismos.

El hombre más manso en el Antiguo Testamento fue Moisés (Nm. 12:3). Moisés fue el

mediador del Antiguo Testamento. El hombre más manso en el Nuevo Testamento fue Cristo, y

el fue el mediador del Nuevo Testamento. A la verdad, estos dos hombres fueron los hombres

más poderosos que jamás hayan caminado sobre la tierra.

10 El sermón del monte

En una perspectiva real, requiere una gran fuerza y disciplina el someterse a cosas sobre

las cuales usted fácilmente puede tener el control, por ejemplo, un jefe irrazonable o un mal

matrimonio. Una vez, una mujer lamentaba su matrimonio, quería escapar de él (algo no muy

difícil de hacer hoy en día). El hombre no era abusivo ni desleal, sino simplemente un hombre

con quien era muy difícil tratar o razonar. Pero luego de una gran batalla, ella mansamente

aceptó su circunstancia. Su hogar cambió. Hoy, ambos sirven fielmente al Señor.

“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para

vuestras almas” (Mt. 11:29).

Cuarta bienaventuranza: los que tienen hambre y sed de justicia

Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos

serán saciados”. Un bebé hambriento es un bebé sano (1 P. 2:2). Aquí hay otro interesante

fenómeno en la economía del reino: el Señor nunca alimenta a la fuerza a Sus hijos. En el libro

de Ester, tenemos una ilustración del reino. Hay una mesa desplegada con manjares y vino real,

y aún así, ninguno es obligado a participar sino según por propia voluntad (Est. 1).

Hambre y sed son, realmente, el requisito previo para progresar en el reino. Muchos

años atrás, el Señor habló a mi corazón ciertos versículos del Evangelio de Lucas. En el relato,

había gran hambruna y muchas viudas (en tiempos de Elías). Pero Elías fue enviado únicamente

a una: ¡solamente una fue alimentada! Eso dio a luz un clamor dentro de mi corazón: “¡Señor,

permite que sea yo!” (ver Lc. 4:25-26).

En el Salmo 121, el salmista se encuentra a sí mismo morando en las tiendas de los

malvados (no por elección). Entonces, él añora el Monte de la casa del Señor. Algunas veces el

habitar con los malvados (trabajando o siendo expuestos a hombres malos), trae como

consecuencia una repugnancia por el mal. Entonces, comenzamos a anhelar los caminos de

justicia y verdad.

David clamó: “Mi alma tiene sed del Dios vivo…” ¿Cómo obtenemos esa hambre y sed

espirituales? En la mayoría de los relatos de las Escrituras, vemos a un exiliado o a un cautivo:

Alguien que ha sido separado de la casa de Dios. Una cosa es segura, el hambre y la sed vienen

por ser despojados, y por experimentar una hambruna espiritual o un tiempo de sequía en nuestra

vida. Cuando un cristiano se está alimentando de los deleites del mundo, como el cine, mata

todo apetito espiritual. ¡Los entretenimientos del mundo pueden reemplazar nuestro deseo por

el Dios vivo!

Por muchos meses, encontré que mi alma estaba hambrienta mientras participaba en

una iglesia denominacional. Esa organización había alcanzado su capacidad espiritual

(crecimiento espiritual) ¡y hasta allí era donde ellos querían llegar!

¡Qué siempre tengamos una actitud de «necesito más! ¡Quiero más de Cristo! ¡Quiero

llegar a ser más como Él! “¡Ellos serán saciados!”

11El sermón del monte

Quinta bienaventuranza: los misericordiosos

Mateo 5:7 “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán

misericordia”. Se ha dicho que la suprema revelación de Dios es revelada a través del simbolismo

del Asiento de Misericordia (Propiciatorio). El Asiento de Misericordia era la tapa que cubría el

Arca del Pacto. Esta tapa (cobertura) estaba hecha de oro labrado a martillo. Sobre la tapa, había

dos querubines uno frente al otro (la cabeza ligeramente inclinada), que con sus alas extendidas

se tocaban uno al otro. Es una suposición que estos ángeles representaban a las 2/3 partes que,

en el cielo, encontraron misericordia luego de la rebelión de Lucifer, (solamente hay tres ángeles

que se mencionan por nombre en las Escrituras).

El “oro puro” indica que la misericordia es de naturaleza divina. Nuestro Padre Celestial

desea infundir este atributo de la misericordia dentro de nosotros, de tal manera, que llegue a ser

nuestra disposición a lo largo de la vida. Nuestro padre espiritual (mi pastor) siempre ha sugerido

que si vamos a errar, ¡erremos del lado de la misericordia! Algunas veces, la misericordia requiere

acción (Stg. 3:17).

La misericordia es una prueba

La verdadera prueba de misericordia viene cuando somos directamente afectados por

nuestra decisión de “mostrar o no mostrar” misericordia. Este atributo de la misericordia, como

todas las bienaventuranzas, no viene sin un gran precio o sacrificio personal. Se cuenta la historia

de un joven que perdió a su amada esposa (ella estaba embarazada). ¡Ella fue atropellada por un

tipo en una motocicleta y la mató!

El Señor le dijo: “¡Debes perdonar a este hombre, pues él también está sufriendo mucho!”

(el perdón tiene su raíz en la compasión y la misericordia). Sin necesidad de decirlo, hubo un

tremendo sacrificio involucrado en mostrar misericordia al hombre que le había quitado a su

amada. Espiritualmente, podemos mantener a las personas en “la prisión del deudor”, cuando

nos rehusamos a mostrar misericordia. Y nosotros mismos podemos ser excluidos de la

misericordia del Señor, como el rey David también dijo en el Salmo 18:25.

Requiere de un verdadero sufrimiento el tener la naturaleza de la misericordia y la

compasión trabajada en nuestra propia vida. Debemos conocer qué es fallar o lastimar, para

poder tener compasión de los demás. Hubo un hombre que supo lo que era la humillación de

fallar en los negocios. Su corazón simplemente sangraba por aquellos que estaban luchando en

los negocios (ver He. 5:2).

La recompensa del misericordioso es la misericordia. Cuando venga el día ardiente

como un horno, el Señor los perdonará como uno que perdona a su hijo leal (Mal. 3:17).

Sexta bienaventuranza: los de limpio corazón

Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. De

nuevo, encontramos otra bienaventuranza que fue revelada a David: ¿Quién va a ascender al

12 El sermón del monte

monte santo, donde descansa el arca descubierta? (¿Quién verá a Dios?): “El limpio de manos

y puro de corazón” (Sal. 24:4).

¡Un corazón puro no es algo con lo que nacemos, o que nos es dado al nacer de nuevo!

David clamó: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio…” Pablo dijo a los corintios:

“Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu…” (2 Co. 7:1).

Sin duda, jugamos una parte en el proceso de redención. Debemos “ocuparnos en nuestra

salvación…” (Fil. 2:12). Debemos “hacer firme nuestra vocación y elección…” (2 P. 1:10).

Quiero enfatizar esto, porque requiere un cierto deseo y un cierto esfuerzo el “limpiarnos”.

Muchas veces los pecados morales más grandes que el pueblo de Dios tiene, son aquellos

que han sido heredados. La genética juega un papel importante en los pecados habituales de

nuestra vida. A menudo, las personas sufren molestas lujurias y deseos, aunque nunca hayan

cometido un pecado así, o hayan hecho algo en particular, para incitar tales sentimientos.

Pero para empeorar las cosas, vivimos en una generación que inunda de sensualidad los

oídos, ojos y mente. Es por esto que la pureza requiere esfuerzo de nuestra parte. El apóstol

Pablo nos dice que debemos “dejar” ciertas cosas y debemos “vestirnos” de otras (Col. 3:5-17).

También nos dice en esos pasajes, que debemos “hacer morir” ciertas cosas.

Eso significa (si realmente queremos la promesa de Mateo 5:8 “los de limpio corazón

verán a Dios”) que debemos cerrar nuestros ojos y nuestra mente a ciertas cosas que estimulan

los apetitos incorrectos. De ninguna manera podemos alimentarnos de novelas, películas y revistas

que estén llenas de sensualidad y esperar ser puros de corazón.

Siempre hay una elección, pero cuando escojamos poner nuestros pies en el camino de

la pureza, Dios nos va a ayudar. Dios le da el don de la justicia a aquellos que están buscando la

justicia. La ironía de los principios del reino está en que a menudo, cuando buscamos caminar

en el camino correcto, las cosas parecen ponerse peor. De hecho, podemos sufrir los efectos

funestos de la mismísima cosa de la que estamos tratando de librarnos. Tal vez, usted está

sufriendo peores tentaciones o aún peores fallos que los que sufría anteriormente. Pero tenga

buen ánimo: Dios lo ayudará, ¡y al final usted tendrá vestiduras blancas!

Hay muchas promesas preciosas para los puros. Una traducción dice: “Verán como

Dios ve”. Los puros van a ver claramente. Salomón dijo: “El que ama la limpieza de corazón,

por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey” (Pr. 22:11). Una conversación pura dice

mucho sobre el corazón. Yo odiaba las pláticas obscenas, pero por muchos años me vi forzado

a escucharlas. ¡Estas cosas nos limpian!

La recompensa para los de limpio corazón es que ¡ellos verán a Dios!

Séptima bienaventuranza: los pacificadores

Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de

Dios”. En las Escrituras, “paz” está simbolizada por el aceite de oliva. El aceite de oliva es

13El sermón del monte

extraído al machacar las olivas. Dentro de esto vemos una preciosa ilustración del pacificador.

Éste es uno que está dispuesto a ser la zona amortiguadora entre dos lados opuestos. En el

proceso, ¡el pacificador es machacado por ambos lados y, de este modo, lubrica la fricción y trae paz!

Como en todas estas bienaventuranzas, se requiere de cierto sufrimiento para ser una

ofrenda de paz. ¡Es solamente el fuerte el que puede ser un pacificador, es solamente el cristiano

maduro el que va a estar dispuesto a ser el objeto de ataques para poder traer paz!

El mayor ejemplo de todos los tiempos fue el Señor mismo, quien se convirtió en una

ofrenda de paz en la cruz: No solamente para reconciliarnos con Dios, sino también para

reconciliarnos unos con otros. “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno,

derribando la pared intermedia de separación” (Ef. 2:14; Is. 53:5).

La ganancia eterna al cumplir este papel es que «ellos serán llamados hijos de Dios».

Son los hijos maduros los que reinarán con Cristo (Ro. 8:20).

Octava bienaventuranza: los que padecen persecución por la justicia

Mateo 5:10 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,

porque de ellos es el reino de los cielos”. El esplendor del cielo está reservado para aquellos

que sufren por ser rectos, o por hacer aquello que es correcto. Siempre ha habido quienes atacan

a la gente de buen testimonio. Como instrumentos de crueldad, tratan de calumniar o degradar

al justo. Sin embargo, este tipo de implementos son necesarios para perfeccionar a los

“vasos de honor”.

El malvado Amán había planeado una venganza personal contra el justo Mardoqueo.

¿Por qué? ¡Porque Mardoqueo se rehusaba a postrarse ante él! Cuando la gente se rehúsa a

postrarse (o dar honor) a los malvados, o cuando las personas se rehúsan a rendirse ante la

maldad, los injustos se sienten provocados.

En esta generación en la que vivimos, el sólo hecho de ser buenos padres va a traer

persecución de la gente del mundo. Seremos criticados o etiquetados, aún amenazados o

intimidados por las autoridades.

La tragedia está en que, a menudo, la peor persecución viene de adentro de nuestra

propia casa, con presión de los hijos, o presiones del cónyuge o los parientes. Debido a que

usted no permite que sus hijos participen de las vanidades (los falsos deleites) del mundo,

mucha gente va a decir que usted esta mal y que necesita ver a un psiquiatra.

Todo cristiano, en su búsqueda de la santidad, debe experimentar pruebas de persecución

por defender la verdad y la justicia. Muchas veces las iglesias son perseguidas porque “mantienen

normas muy altas” (por ejemplo en el divorcio y segundo matrimonio). Es imperativo que

mostremos buen ánimo cuando estamos siendo atacados o nada sale bien.

“Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois.

Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis” (1 P. 3:14). ¡El reino de los

cielos lo espera!

14 El sermón del monte

Novena bienaventuranza: “perseguidos por Mi causa”

Mateo 5:11-12 “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os

persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque

vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron

antes de vosotros”. Ser perseguidos por “Mi causa” es claramente diferente de ser perseguidos

por causa de la justicia. En realidad, uno puede ser perseguido por otros cristianos por causa de

la justicia, pero generalmente los cristianos se unen cuando hay una persecución por ser cristiano

(por el Nombre de Cristo).

Los cristianos en Estados Unidos no han tenido que experimentar una verdadera

persecución por ser cristianos. Sin embargo, hay naciones en donde el pueblo de Dios realmente

sufre por profesar el Nombre de Cristo, o sufren por causa de Cristo.

El libro de los Hechos nos da una buena ilustración de lo que significa sufrir por causa de

Cristo: “Y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el

nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos

de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hch. 5:40-41).

Ellos se gozaron de haber sido tenidos por dignos de sufrir. Ahora, aquí hay un ejemplo

de verdadera religión. A la Iglesia Primitiva en Jerusalén le fueron negados trabajos, sus bienes

les fueron confiscados, padecieron afrenta, y fueron excomulgados de la sociedad a tal punto

que ¡no podían comprar ni vender! (¡Por causa de Jesús!).

La prueba viene

Al concluir esta era, todas las naciones serán probadas en esta bienaventuranza en

particular. También quiero decir que el Señor prepara a Sus santos para esta clase de persecución.

Daniel y sus jóvenes amigos tomaron algunas decisiones. Creo que aquí es donde esto comienza:

Tomando una actitud entre nuestros compañeros, tomando una posición en el colegio, etc. Cristo

dijo: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así

persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.

Observemos lo que Pedro dijo en 1 Pedro 1:11: “Escudriñando qué persona y qué tiempo

indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos

de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos”. Cuando las personas maltrataron a los profetas

de Dios, en realidad ¡estaban insultando al Espíritu de Cristo que estaba en esos profetas!

La caminata en el Espíritu prepara al pueblo de Dios para su tiempo de sufrimiento. De

hecho, el tener las otras bienaventuranzas obradas en nuestra vida, prepara el camino para ésta

última. Hubo cierto Instituto Bíblico en donde uno de los estudiantes siempre clamaba en las

reuniones de oración: “¡Hazme un mártir!” Una noche, uno de sus compañeros de estudios

amablemente le preguntó a este joven si podía lavar las ollas y las sartenes después de la cena,

(el otro estudiante tenía un evento especial al que necesitaba asistir). “¡Yo no!” protestó el mártir.

¡Hay un gran galardón para aquellos que padecen por causa de Jesús!

15El sermón del monte

Repaso de las bienaventuranzas

w Los pobres en espíritu: no piensan de sí mismos mejor de lo que debieran.Están

dispuestos a aceptar cualquier tarea que el Señor les dé.

w Los que lloran: se entristecen por las cosas que lastiman al Señor. Están dispuestosa

llorar por causa de Cristo.

w Los mansos: están dispuestos a someterse a personas o circunstancias para poder cumplir

los propósitos de Dios en sus vidas.

w Los que tienen hambre y sed de justicia: siempre sienten que necesitan más del Señor,

más de Su verdad, ser más como Él.

w Los misericordiosos: son aquellos que ejercitan la compasión en toda oportunidad.

w Los de limpio corazón: meditan acerca de las cosas que son puras y adornan sus labios

con esos pensamientos.

w Los pacificadores: están dispuestos a ser la zona amortiguadora entre dos partesopuestas.

Están dispuestos a tomar la artillería antiaérea, si esto puede traer la reconciliación.

w Los que padecen persecución por causa de la justicia: ¡Están dispuestos a hacer lo

correcto a pesar de las consecuencias!

w Los perseguidos por Su causa: ¡Están dispuestos a sufrir por causa de Jesús, por

Sus propósitos!

Mientras estos atributos son trabajados en nuestra vida, ¡no solamentehay grandes

dividendos eternos, sino que el Señor tambiénda gran felicidad y buen éxito en esta vida!

16 El sermón del monte

17El sermón del monte

Dar testimonioDar testimonioDar testimonioDar testimonioDar testimonio

versículos 13 – 16

Vosotros sois la sal

Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué

será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.

En la Palabra de Dios “sal” habla de sinceridad y verdad (Col. 4:6). La sal también habla de

preservar. En la mayor parte de la historia del hombre, la sal fue el único preservante. Jesús

compara a Su pueblo con la sal. Nosotros somos el testimonio de Dios sobre la tierra. El propósito

de nuestra presencia es guardar al mundo de corromperse. El pueblo de Dios debe ser “claramente

diferente” para poder convencer al mundo de pecado y justicia.

Pero cuando la sal pierde su sabor, o su agudeza, ya no sirve para ningún propósito

práctico, en realidad, puede ser echada en la calle. Cuando el pueblo de Dios pierde su testimonio,

cuando lo que nos diferencia se ha ido, cuando el mundo no puede separarnos de los suyos,

¡entonces ya no somos de ninguna utilidad para el reino!

Vosotros sois la luz

Mateo 5:14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se

puede esconder”. En este pasaje, Jesús compara a Su pueblo con la luz. Es interesante que la

Palabra de Dios clasifica a las personas en dos grupos (no hay punto medio). Por ejemplo, Pablo

dice: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos

de luz…” (Ef. 5:8).

De nuevo, el pensamiento es que el pueblo de Dios debe diferenciarse claramente del

mundo. El mundo está en tinieblas, y se nos ha dado la comisión de alumbrar esas tinieblas.

En la carta a los Filipenses leemos: “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de

Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual

resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida” (Fil. 2:15-16). El

pensamiento que se quiere transmitir aquí es que el mundo está torcido, pero, debemos ser

ejemplo al mundo por medio de nuestra vida y predicar la Palabra. ¡La Palabra de Dios es luz!

¡Si somos verdaderos testigos, nuestro testimonio debe ser tan obvio como una ciudad

asentada sobre un monte!

18 El sermón del monte

Para nuestra casa

Mateo 5:15 “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud; sino sobre el

candelero, y alumbra a todos los que están en casa”. En la primera parte del sermón, Jesús nos

da una ilustración de lo que debemos ser. Ahora, el énfasis está en que mantengamos ese

testimonio. Los hombres no encienden una luz para esconderla debajo del almud, sino para que

alumbre a todos los que están en la casa. La primera prioridad es para nuestra casa, la cual

puede ser el lugar más difícil para dar testimonio.

Muy a menudo, los cristianos parecen más preocupados en dar testimonio en algún otro

lugar. Primero debemos dar testimonio a nuestra familia y amigos. ¡En algunas sociedades esto

puede significar un rechazo total! Queremos ver salva a nuestra familia secundaria (parientes).

A veces, una carta o una tarjeta lo ayuda a compartir su fe.

Después que Jesús salvó al endemoniado le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y

cuéntales cuán grandes cosas ha hecho el Señor contigo, y cómo ha tenido misericordia de

ti” (Mc. 5:19). Más tarde, el testimonio de ese hombre tuvo un tremendo efecto alrededor del

área de Decápolis.

Para el mundo

Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras

buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Por último, nuestra vida

debe ser un testimonio para todos los hombres ¡por nuestro ejemplo! La palabra “buenas” está

relacionada con buen carácter y virtud. Nuestro estilo de vida diario debe de hablar. ¡Nuestras

acciones (no premeditadas) deben hablar a todos!

Antes de venir al “Nuevo Mundo”, los peregrinos de Inglaterra pasaron muchos años en

Holanda. Sus acciones y buen carácter tuvieron una influencia tan positiva en los Países Bajos,

que el gobierno holandés les rogó a los peregrinos que no se fueran. Hasta les ofrecieron

extensiones de tierras gratis y muchos otros beneficios, con la esperanza de retenerlos

en su país.

¡El Señor fue glorificado por medio de su comportamiento cristiano!

19El sermón del monte

Cumplir la leyCumplir la leyCumplir la leyCumplir la leyCumplir la ley

versículos 17 – 20

Todo se haya cumplido

Mateo 5:17-18 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he

venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo

y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. En el

Salmo 19, David compara la exactitud de la Ley de Dios con la exactitud de los cielos. Los

cielos son tan exactos, que nuestra hora nacional (Observatorio Naval, Washington D.C.) está

ajustada a una estrella particular en los cielos, (no estoy muy seguro si esto aún se practica). En

resumen, ¡los cielos pasarán antes que una jota de la palabra falle!

w Una jota y una tilde del alfabeto griego, equivaldrían a un punto o a la raya de la letra ‘t’.

Cumplir la ley

La palabra cumplir (pleroo 4137) significa llenar hasta el tope, o suplir una deficiencia.

La Ley era deficiente en el sentido de que era exterior. Era una ley escrita en piedra. ¡Jesús

estaba transcribiendo la Ley del exterior al interior, de lo físico a lo espiritual, del hecho al

pensamiento del hecho!

“El cumplimiento de la Ley” a menudo ha sido interpretado erróneamente queriendo

decir que Cristo vino a eliminar la ley. En realidad, nada está más lejos de la verdad. Cristo vino

“a magnificar la ley y engrandecerla” (ver Is. 42:21). El Sermón del Monte nos da ilustraciones

vívidas de lo que significa cumplir la Ley. La Ley (Antiguo Testamento) era deficiente en que

no podía suplir la gracia/poder para vivir de acuerdo a sus altas exigencias (espirituales). ¡No

alcanzaba a tratar los problemas del corazón!

Cumplir la Ley es “hacerla”. Pablo explica: “Porque: No adulterarás, no matarás, no

hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta

sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo;

así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro. 13:9-10). ¡El amor cumple la ley, y amar es

guardar la Ley!

Jesús dijo que Él había venido a cumplir la Ley y los profetas. Básicamente, todos los profetas

del Antiguo Testamento buscaron traer al pueblo de Dios de regreso a la Ley. La Ley trataba con la

relación del hombre con los hombres y con Dios: amar a Dios de todo corazón y amar al prójimo.

20 El sermón del monte

Amar a Dios Deuteronomio 10:12

Amar al prójimo Levítico 19:18

Jesús también estableció (dentro del contexto del sermón) que la “ley de oro” cumple la

Ley y los profetas: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,

así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mt. 7:12).

Cuando tenemos la Ley dentro de nuestro corazón, no tenemos que pensar mucho acerca

de qué es lo que debemos hacer. ¡Debería de ser algo tan automático como escoger nuestra

comida y bebida favoritas!

Las tres divisiones de la Ley

Antes de proseguir, nos será de gran ayuda comprender las tres divisiones de la Ley (el

Antiguo Pacto):

w La ley moral: incluía los Diez Mandamientos y todo lo que quepa bajo esta categoría.

w La ley ceremonial: las ordenanzas religiosas, instrucciones sobre limpieza, cosas que

no debían tocarse, regulaciones sobre los Días Santos, circuncisión, etc.

w La ley civil: abarcaba las leyes concernientes a responsabilidades con el prójimo, juicios

civiles, litigios, etc.

La Ley que fue clavada en la cruz fue la ley de las ordenanzas, la ley ceremonial:

“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,

quitándola de en medio y clavándola en la cruz” (Col. 2:14). Observe también el versículo

16: “Por tanto nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna

nueva o días de reposo”.

El gentil nunca estuvo bajo estas ordenanzas, ¡pero estas son las mismas ordenanzas

que separaron a los judíos de los gentiles! Note también lo que Pablo dice en Efesios 2:14-15:

“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia

de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos

expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre,

haciendo la paz”. Las leyes morales y las leyes civiles no separaban a los judíos de los gentiles,

¡las leyes ceremoniales lo hacían!

¡La abolición de la ley ceremonial removió la barrera entre el cristiano judío y el cristiano

gentil! La única ley ceremonial que se imponía a los gentiles estaba relacionada con las prácticas

de adoración paganas de los gentiles: (Hechos 15:20) “Sino que se les escriba que se aparten

de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre”.

Las leyes morales nunca fueron abolidas, como tampoco lo fueron los preceptos de la

ley civil; ¡solamente fueron magnificados! ¡Aquellos que caminan en el Espíritu cumplen la ley

superior del Nuevo Testamento!

21El sermón del monte

Quiero ampliar el comentario sobre la ley ceremonial: en realidad fue el aspecto físico

de estas ordenanzas lo que llegó a su fin. Se puede ganar mucho en el entendimiento y

cumplimiento espiritual de estas ordenanzas, por ejemplo, las fiestas. Las fiestas ya no pueden

cumplirse en lo físico, ¡pero deben de cumplirse en lo espiritual!

Un destino medido por la ley superior

Mateo 5:19 “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos

muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos;

mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.

Esto aún se refiere a los preceptos morales y estatutos del Antiguo Testamento (v. 17-18). Jesús

no solamente cumplió la ley, sino Él redefinió la Ley a sus más altas implicaciones. Jesús nunca

apoyó el quebrantar la Ley, sino más bien le dio significado verdadero y definición a la Ley.

Aquellos que quebrantan los “Diez Mandamientos” (o aún la menor de sus implicaciones)

y enseñan a los hombres a hacerlo, serán llamados “muy pequeños” en el reino de los cielos.

Sus mandamientos no son una carga pesada

Una vez un ministro me dijo que los “Diez Mandamientos” no se podían vivir. ¡Él dijo

que eran imposibles de guardar! Lo que este hombre estaba diciendo en realidad era que los

mandamientos del Señor eran cargosos, que el Señor no era realista y que Él estaba demandando

algo que no era posible satisfacer. Esta actitud es parecida a la del hombre con “un talento”, que

dijo: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde

no esparciste” (Mt. 25:24).

Una vez visité un país que anteriormente había sido evangelizado por los jesuitas. Los

jesuitas permitieron que todos sus convertidos se quedaran con sus pequeños dioses (ellos mismos

son idólatras). He encontrado que esto es igual en otros grupos dentro del cristianismo. El

misionero debe apartar a la gente de su antigua religión. ¡Y el pastor también debe convertir a su

gente de los ídolos! Si no retenemos los mandamientos también podemos ser llamados: “Los

más pequeños del reino”.

En efecto, podemos enseñar a los hombres a quebrantar los mandamientos si no

pronunciamos nuestra desaprobación cuando éstos son quebrantados. En Corinto había muchos

ministros que estaban pasando por alto (tolerando) los pecados de la gente. Gracias a Dios por

ministros como Pablo, quien confrontó a sus hijos espirituales que descaradamente estaban

violando todos los mandamientos.

Analogía del Antiguo Testamento

Una buena analogía del Antiguo Testamento de “bajar el nivel de las normas” la

encontramos en el estudio de los reyes. Muchos de los reyes arriesgaron el oro del templo.

Algunos de ellos quitaron el oro de las puertas y pilares del templo. Algunos vaciaron los tesoros

del templo (las riquezas inescrutables) para apaciguar al enemigo o para salvar su reino. La ley

22 El sermón del monte

debe de ser muy estimada, más que mucho oro afinado (Sal. 19:7-10). ¡Muchos ministros

comprometen la Ley para retener a su gente!

¡Hay muchos escalones en el ámbito celestial!

“Mas cualquiera que los haga y los enseñe…” Éste ha sido mi deseo desde que emprendí

el estudio de este sermón: hacer (cumplir) y enseñarlo. ¡Quiero que este mensaje sea una extensión

de mi vida! ¡En el cielo habrá aquellos que serán llamados “grandes” porque han cumplido este

versículo! (ver Esd. 7:10). Creo que el pueblo de Dios se regocija cuando entiende las leyes del

reino. Éste fue el caso en el avivamiento frente a la “Puerta de las Aguas” en Nehemías 8:8-12.

Se demanda mayor justicia

Mateo 5:20 “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas

y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Más adelante, Jesús describe así a los fariseos:

“Mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen”. El fariseo era miembro de

una secta religiosa que representaba lo más recto entre lo recto. Ellos se ajustaban al pie de la

letra en cada mínimo detalle, y hasta estaban divididos entre ellos mismos por los detalles “más

finos” de la Ley. Todo entre los fariseos estaba destinado a dar la apariencia de piedad y santidad.

Sin embargo, Jesús vio su falsedad y los llamó hipócritas: ¡actores!

Por ejemplo, el fariseo cumplía rigurosamente las leyes del día de reposo al pie de la

letra. Limitaban su caminata, la preparación de su comida, o cualquier esfuerzo físico. Sin

embargo, podían ver a un pobre lisiado luchando por ponerse en pie, pero no podían esforzarse

en ayudarlo porque podían quebrantar el día de reposo. En efecto, ellos estaban anulando las

leyes de misericordia y benevolencia que eran superiores.

Los fariseos eran muy cuidadosos al diezmar justo cada gramo de las hierbas de su

jardín, pero no podían extenderse hacia los pobres y necesitados. Aún el profeta del Antiguo

Testamento condenó esto cuando dijo: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y

conocimiento de Dios más que holocaustos” (Os. 6:6). Ver también Mateo 23:23.

La justicia de los escribas y fariseos era externa ¡eran palabrerías! Todo era por exhibición

y por el reconocimiento de la gente. Jesús dijo: “a menos que vuestra justicia sea mayor que la

de ellos, no entraréis en el reino de los cielos”. Clamemos como lo hizo el rey David, por la

verdad en lo íntimo (Sal. 51:6). Queremos que nuestras acciones sean una extensión de la obra

de la gracia en nuestro corazón.

23El sermón del monte

Apelar a una ley superiorApelar a una ley superiorApelar a una ley superiorApelar a una ley superiorApelar a una ley superior

entre los hermanosentre los hermanosentre los hermanosentre los hermanosentre los hermanos

versículos 21 – 26

El enojo

Mateo 5:21-22 “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que

matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su

hermano, será culpable de juicio…” Jesús comienza Su nuevo tema citando la Ley de Moisés.

Está citando el sexto mandamiento, el cual habla del homicidio. La referencia al juicio es de

Deuteronomio 17:6-11, y trata sobre el tribunal sacerdotal y del sacerdote que dictaba la sentencia

final en el juicio.

Si un hombre daba muerte a otro (bajo la Ley), los levitas y sacerdotes que estaban

designados en esa localidad, lo juzgaban. Pero ahora Jesús trae una definición superior a la ley:

los parámetros del Nuevo Pacto: “Pero yo os digo…” Aquel que está enojado con su hermano

sin causa alguna, está en peligro de juicio eterno. Juan sustenta esto: “Todo aquel que aborrece

a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”

(1 Jn. 3:15).

Caín estaba enojado con su hermano porque su hermano era justo. Ésa no es una causa

justa y, sin embargo, ¡Caín mató a su hermano! Jesús está llevando la Ley a una mayor claridad

y definición: los asuntos del corazón. Estar enojado con un hermano sin razón alguna, equivale

a tener homicidio en nuestro corazón. Podemos ser inocentes en cuanto a la letra, pero culpables

en el espíritu (el enojo estimula el odio, el cual lleva al homicidio).

Palabras que se dicen en contra de los hermanos

Mateo 5:22b “…y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el

concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. (Raca o

necio es una palabra de origen caldeo). Tal vez, la ordenanza particular a la que se hace referencia

aquí, fue instituida durante la época post-babilónica. El “concilio” hace referencia al Sanedrín,

el cual básicamente fue fundado durante la era después del exilio.

Llamar a un hermano “raca o necio” (una ofensa con intención “despreciable”), era

mostrar absoluto desprecio por esa persona. ¡Ese término en específico era causa para ser citado

24 El sermón del monte

a comparecer delante del tribunal superior en ese lugar! Pero ahora, Jesús amplía la categoría

incluyendo la palabra fatuo: “Y cualquiera que diga: fatuo…” La palabra “fatuo” significa,

“reprobado moralmente”. Por alguna razón, un hombre podía ser llevado al tribunal por usar la

palabra “necio” y, aún así, la sociedad toleraba que la gente llamara a otros “fatuo” sin ninguna

consecuencia aparente. ¡Llamar fatuo a un hermano (esta forma particular de la palabra) era una

acusación terrible contra un hijo de Israel!

Podemos ver cómo este sermón estaba exponiendo alguna de la influencia de los fariseos

de esos tiempos. El fariseo podía decir (hipócritamente): “he guardado la ley al pie de la letra”,

y no obstante, quebrantaba el espíritu de la Ley. Él podía decir piadosamente: “nunca he usado

la palabra necio (le llamo algo peor)” pero, ¿es eso permitido? Algunas personas buscan excusas

para justificar sus acciones. A menos que cada mínimo detalle de la ley esté letra por letra y

claramente definido, ellos van a encontrar una manera de fraccionarla y luego dirán “no he

hecho nada malo”. ¡La Ley no está en el corazón de ellos! ¡El Sermón del Monte reta las

motivaciones del corazón!

Jesús dijo: “Usar una palabra como fatuo lo pondrá en un peligro mayor que comparecer

ante el Sanedrín. ¡Lo puede llevar al infierno!” El Señor no se complace en ver a Sus redimidos

ser atacados maliciosamente por “compañeros” cristianos. El salmista hizo una acusación similar

en contra de algunos que estaban difamando a sus propios hermanos (Sal. 50:21-23). Ver también

Proverbios 18:21.

Este tema nos sólo nos previene de calumniar a nuestros compañeros cristianos, sino

también reta los motivos e intentos del corazón. Debemos dar cuenta de nuestras palabras.

Cuando pronunciamos ofensas contra otras personas, endurecemos nuestro corazón.

En el idioma español moderno, la palabra «fatuo» no tiene la misma connotación que

tenía en los tiempos en que Jesús dijo esto.

Reconciliación y restitución

Mateo 5:23-24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas que tu hermano

tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu

hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. Estos versículos nos muestran claramente que

el Señor está más interesado en la reconciliación entre los hermanos que en recibir una ofrenda.

Primero, reconcíliate con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda. Nuestra ofrenda al

Señor no apacigua nuestra ofensa contra otra persona. Como el Señor dijo en Isaías 1:11-18:

“Vuestros sacrificios no significan nada para mí, mientras vuestras manos estén llenas de

sangre”. En esencia, Israel trataba de apaciguar al Señor con todas las ordenanzas y ofrendas.

El Señor no las recibiría.

La restitución forma parte de la reconciliación. Esto significa que si tenemos una deuda

o nos hemos apoderado de algo o hemos despojado algo, etc. debemos de arreglar las cosas,

aunque eso signifique añadir intereses al principio. La Ley demandaba añadir una quinta parte

a la restitución, (ver Lev. 6:5). La reconciliación también puede requerir una disculpa pública y

una súplica pidiendo perdón. Entonces, el Señor aceptará nuestra ofrenda.

25El sermón del monte

“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes

doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le

dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa…” (Lc. 19:8-9). Jesús alaba este acto de restitución

como un signo de verdadero arrepentimiento.

Mateo 5:25-26 “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás

con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y

seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el

último cuadrante”. Bajo la ley romana, si una persona tenía contra otra un asunto que no podía

arreglarse en privado, el demandante podía pedir al ofensor a que lo acompañara al tribunal

romano. Generalmente las infracciones eran entre vecinos y, tal vez se trataban de algún asunto

concerniente a negocios, etc.

Jesús se dirige a aquel que ha cometido la falta. Si va camino al tribunal con el que lo

acusa, la forma prudente de actuar es pedir a su hermano que se arreglen fuera del tribunal, para

que él retire los cargos. Si llega al juzgado y es hallado culpable, ¡la corte exigirá la sentencia

prescrita más severa. Por cuanto usted mismo estaba peleando contra una denuncia legítima

en su contra!

El punto que estamos viendo es que, cuando tenemos la culpa de alguna transgresión en

contra del prójimo, debemos de tratar con ella antes de que salga a la luz. Hay delitos en contra

de las personas con los cuales, aparentemente, podemos salir impunes en esta vida; sin embargo,

no vamos a escapar de ellos en el juicio. A veces lo cristianos se dicen a sí mismos: “¡Bueno, me

he confesado con el Señor y esto es suficiente!”

¡Reconciliémonos con los hombres, para que podamos tener el Nuevo Pacto dentro de

nuestro corazón, y para que podamos tener la bendición de Dios sobre nuestra casa!

26 El sermón del monte

27El sermón del monte

Una ley moral superiorUna ley moral superiorUna ley moral superiorUna ley moral superiorUna ley moral superior

versículos 27 – 32

Los pecados del espíritu contra los pecados de la carne

Mateo 5:27-28 “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que

cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Para

que podamos distinguir entre los pecados del espíritu y los pecados de la carne, debemos de

entender algo de las ofrendas levíticas. La ley de las ofrendas, nos enseña la diferencia entre un

pecado de “primer grado” y uno de “segundo grado”.

Había una ofrenda por la transgresión, la cual trataba específicamente con pecados o

transgresiones voluntarias. También había una ofrenda por el pecado, la cual trataba más con la

naturaleza de pecado. Por ejemplo, en la dedicación de un bebé, la madre ofrecía una ofrenda

por el pecado, lo cual prueba que venimos a este mundo con la naturaleza de pecado: “He aquí,

en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre” (Sal. 51:5).

Hay diferencia entre la acción real y el pecado en la mente (o en el espíritu). Cometer

adulterio no es lo mismo que un pensamiento adúltero. Sin embargo, Jesús nos está enseñando

que el “Nuevo Pacto” demanda una justicia mayor que el “Antiguo Pacto”. De hecho, el sermón

completo nos está llevando a enfrentar asuntos del corazón. Como en el pasaje anterior, tal vez

no he matado a ninguno literalmente, pero el enojo injustificado, o el odio, o la envidia, o la

lujuria, son pecados del espíritu. Ellos declaran: ¡Estaba en mi corazón hacer eso!

Hemos escuchado declaraciones como: “¡Bueno, lo pensé, y mejor lo hubiera hecho

también!” ¡No es así! Santiago dijo: “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido,

da a luz el pecado…” (Stg. 1:15). Sí, empieza en el corazón, (y es pecado) pero no es un pecado

de “primer grado” hasta que ha sido llevado a cabo. Aún en nuestro sistema penal hay crímenes

en primer, segundo y tercer grado. Es la misma idea. Un crimen de primer grado es un acto

voluntario, premeditado. Un crimen de segundo grado puede haber sido provocado espontáneamente.

La ley levítica respalda este punto. De hecho, se demandaba un grado mayor de sacrificios

de aquellos que estaban en una posición más alta.

Analogía del Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento, a menudo encontramos declaraciones referentes a los reyes

en este sentido: “Él hizo aquello que era recto a los ojos del Señor, pero su corazón no era

28 El sermón del monte

perfecto”. O podemos leer en donde uno de los reyes del “avivamiento” limpió la tierra de

ciertos ídolos o altares paganos etc., ¡pero los «lugares altos» aún permanecían!

Espiritualmente, los lugares altos hablan de lugares ocultos en la mente, corazón y espíritu.

Representan lujuria, avaricia o escondidos pecados del espíritu. El Nuevo Pacto trata con los

pecados del espíritu.

Al regresar a los versículos de nuestro pasaje, (5:27-28) Jesús nos está llevando a enfrentar

(lo que yo llamo) el pecado en “segundo grado”: Pecados del espíritu. “Cualquiera que mira a

una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Físicamente, aún no ha cometido

el acto, pero ésta ha sido su meditación.

Job dijo que había hecho pacto con sus ojos, para no pensar (lujuriosamente) acerca de

una niña/mujer (Job 31:1). Pedro también hace una declaración que interpreta este pensamiento,

en 2 Pedro 2:14: “Tienen los ojos llenos de adulterio…”. Una cosa es notar a una mujer atractiva.

Otra cosa es verla fija y lujuriosamente. Jesús llama a esto adulterio en el corazón.

Quiero añadir algo aquí, ¿es también pecado para una mujer vestirse de manera sensual

o seductora? ¡Una mujer no puede ser inocente si se viste de forma que provoque lujuria! Aún

la naturaleza enseña esto. La Escritura enseña que una joven debe ser “casta” (Tito 2:5). La

palabra “casta” (hagnos) denota modestia, inocencia y pureza

Vivimos en una sociedad sensual y adúltera que ha contaminado al mundo con su

sensualidad. Por lo tanto, como cristianos debemos ser claramente diferentes en nuestra conducta

y acciones. Debemos orar pidiendo gracia para soportar y aún brillar más, en medio de un

mundo perverso. David oró: “Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio…” ¡No nacemos así! El

Nuevo Pacto promete la ayuda del Espíritu a todos los que busquen (ver He. 4:14-16).

La seriedad de las restricciones morales

Mateo 5:29-30 “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de

ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al

infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que

se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. Los versículos

29-30 nos muestran la seriedad de la conducta moral.

Estos pasajes no están diciendo que destrocemos nuestro cuerpo, pero como Jesús

declara, sería mejor hacer eso “si ese miembro” fuera responsable de llevarnos al infierno. Creo

que esto también nos ayuda a comprender que somos más responsables del acto físico (1er.

Grado) que del acto espiritual. El acto espiritual es un pecado del espíritu: en la mente y en el

corazón. Si el Señor hubiera dicho: “Si vuestro corazón te es ocasión de caer, córtalo”, ¿entonces

todos estaríamos muertos!

Por favor comprenda que no estamos tratando de disculpar la naturaleza de pecado.

Solamente tratamos de mostrar que se nos juzga más responsables del acto físico que del

pensamiento. El Antiguo Pacto no hizo mayor énfasis en los pecados del espíritu porque no

29El sermón del monte

había un sacrificio que fuera suficiente para limpiar el alma y la conciencia. Si hubiera habido

un énfasis en los pecados del espíritu, eso solamente los hubiera llevado a una mayor condenación.

Sin embargo, ¡el «Sacrificio Unico» del Nuevo Testamento es lo suficientemente poderoso para

purgar la conciencia, por lo tanto, demanda más! «¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual

mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias

de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?» (He. 9:14).

“Si tu ojo derecho te es ocasión de caer…” Debemos permitir que la severidad de esta

declaración inunde nuestro corazón. El pecado puede ser estimulado por nuestros sentidos físicos.

Nuestros ojos no deben de buscar, intencionalmente, cosas que sean pornográficas: Revistas,

videos, etc. ¡Sería mejor no tener ojos, que tener ojos que han sido la causa de llevarnos al

infierno!

¿No sería terrible para alguien destrozar su cuerpo solamente para descubrir que el

pensamiento aún está en su corazón?

“Si tu mano derecha te es ocasión de caer…” Esa declaración nos dice que se ha hecho

una acción deliberada (la mano que compra el video…que enciende el televisor, etc.). Sería

mejor no tener una mano, que tener una mano que facilita la maldad y causa que perezcamos en

el infierno. Se requiere de una acción deliberada para comprar un CD o video inmoral.

El Señor está diciendo a la Iglesia que este “Nuevo Pacto” demanda una conducta moral

superior. El Señor desea que nosotros: “Seamos santos así en cuerpo como en espíritu” (1 Co.

7:34). Realmente es un asunto del corazón. ¿No sería terrible para alguien destrozar su cuerpo

solamente para descubrir que el pensamiento aún está en su corazón?

Uno de los monjes primitivos, Simeon Stylites, se hizo famoso por encadenarse a la

parte superior de un pilar durante treinta años. Bueno, ciertamente eso lo apartó de cometer

ciertos pecados físicos, pero el Señor quiere tratar con los asuntos de nuestro corazón. Debemos

de exponernos al mundo en cierta medida, para que esos asuntos sean revelados. ¡No podemos

llegar a ser santos a menos que hayamos sido probados!

Clamemos por manos limpias y un corazón puro, para poder ascender al Monte Santo.

¡Debemos tener manos limpias para servir al Señor!

Debo hacer ver que algunas veces es necesario que haya una liberación. Sin embargo,

el deseo sigue siendo el prerrequisito para la liberación. El Señor no libera a aquellos que no

están específicamente interesados en ser liberados.

El divorcio y nuevo matrimonio

Mateo 5:31-32 “También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de

divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace

que ella adultere; y el que se casa con la repudiada comete adulterio”. Nuevamente, Jesús

compara las normas del Antiguo Pacto con las normas del Nuevo Pacto. La Ley estableció

30 El sermón del monte

varios requisitos para el divorcio, y la razón por la cual la Ley toleró el divorcio, (como Jesús

luego explica) fue por la dureza del corazón de ellos (Mt. 9:8). Pero ahora, Jesús enfoca nuestra

atención al modelo superior del Nuevo Pacto: “Pero yo os digo…”

En realidad, Jesús está llevando las cosas de regreso al plan y propósito original del

principio (ver Mc. 10:6-9). El plan original de Dios para el matrimonio, era que fuera un

compromiso para toda la vida. Anterior a la Ley, no hubo ninguna provisión para el divorcio:

“Más al principio no fue así” (Mt. 19:8).

La cláusula de excepción “excepto por causa de fornicación” ha sido muy

malinterpretada queriendo dar a entender diferentes cosas. Fornicación es un acto antes del

matrimonio. Adulterio es un acto después del matrimonio. La palabra “fornicación” del griego

(porneia) tiene otras ramificaciones. Sin embargo, Jesús no predicó en griego, Él predicó en

arameo/hebreo. ¡La palabra que Él usó se refiere a un acto antes del matrimonio!

Caso en cuestión

Vamos a citar el caso en Mateo 1:18-25 como un ejemplo: José sospecha que María ha

sido infiel (fornicación) durante su desposorio (un año). Él busca repudiar (divorciar) a su esposa

en privado. El desposorio era un contrato obligatorio, y María era considerada como su esposa,

aunque aún no hubieran estado juntos. Ésta es la única “excepción” (aparte de la muerte) que

Jesús dio para poder legitimar otro matrimonio. Si un hombre repudiaba a su esposa por cualquier

otra razón, y otro la tomaba para casarse, ambos, ella y él, estarían en una relación adúltera. Esto

se aclara más en Marcos 10:11-12. También, el hombre que repudiaba a su esposa y se casaba

con otra cometía adulterio a la vez.

Tristemente, el estándar del divorcio y nuevo matrimonio ya no es un problema en la

mayoría de las iglesias. La Iglesia básicamente acepta y tolera el nuevo matrimonio. Sin embargo,

cuando venga el avivamiento, volverá a ser un problema, ¡porque con el avivamiento viene la

convicción de la Palabra!

¡No hay otro caso que pueda citarse en el Nuevo Testamento que contraponga el ejemplo

anterior! La ley superior del Nuevo Testamento es: “hasta que la muerte los separe”.

31El sermón del monte

Hacer juramentos o votosHacer juramentos o votosHacer juramentos o votosHacer juramentos o votosHacer juramentos o votos

versículos 33 – 37

Mateo 5:33 “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino

cumplirás al Señor tus juramentos”. En este tema, Jesús habla acerca del tópico de los juramentos.

El Antiguo Testamento tiene algunos principios específicos con respecto a los juramentos. De

hecho, hay casi sesenta referencias a la palabra “juramento/juramentos”, sin mencionar otras

alusiones al respecto. La Ley advierte sobre jurar en falso: “No perjurarás…”

Mateo 5:34-36 “Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque

es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque

es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un

solo cabello”. La advertencia por medio de Moisés, fue no hacer un juramento que no se fuera

a cumplir. Sin embargo, Jesús añade una mayor amonestación al hacer juramentos/votos: “No

hagan ningún juramento/voto que no se pueda cumplir”. Una cosa es hacer un juramento referente

a una parte de una propiedad que usted posea. Otra cosa es jurar por una ciudad, que usted no

posee, y que de hecho, pertenece al gran Rey.

¿Cómo podemos hacer el bien en un planeta sobre el cuál hemos jurado? Ni siquiera

tenemos el derecho de jurar por nuestra cabeza. ¡Pertenecemos a nuestro Creador!

¡El privilegio de “jurar por el cielo” está reservado exclusivamente para el Señor!

Solamente el Señor puede hacer un juramento referente a Jerusalén, y solamente el Señor puede

jurar por “Sí Mismo”. “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar

por otro mayor, juró por sí mismo” (He. 6:13).

Más tarde Jesús expone este asunto a los fariseos en Mateo 23:16-22: “¡Ay de vosotros,

guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro

del templo, es deudor…”. Parece que la gente religiosa tenía su propio código para hacer

juramentos. ¡Ellos juraban por cosas sobre las que no tenían ningún poder! (Los judíos tenían

mala reputación por usar juramentos).

¡El punto que Jesús está remachando es que debemos de cumplir nuestros juramentos!

Somos responsables por palabras y promesas. El siguiente versículo confirmará esto.

Mateo 5:37 “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de

mal procede”. Las palabras de Santiago hacen eco de esto: “Pero sobre todo, hermanos míos,

32 El sermón del monte

no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea

sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación” (Stg. 5:12).

Nuestros juramentos deberían ser un simple ¡“acepto” o “no acepto”! No hay nada malo

en un voto matrimonial. Estamos prometiendo (con la ayuda de Dios) ser fieles y leales a nuestra

pareja en el matrimonio. No hay nada de malo en hacer un juramento al asumir un cargo. Estamos

prometiendo ser fieles a nuestro empleo (con la ayuda de Dios). Jurar sobre la Biblia ya no es un

problema. ¡La corte debe honrar su convicción no jurar sobre ella!

La seriedad de un juramento está vívidamente representada en Eclesiastés 5:4-6: “Cuando

a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos.

Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes

que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que

Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”.

Cuando hacemos un juramento delante de Dios, hay allí un ángel que registra ese

juramento. Muchas veces hemos escuchado a personas tratando de disculpar un juramento

diciendo algo como, “éramos jóvenes, y no sabíamos lo que estábamos haciendo”. ¡Cuándo una

persona hace un juramento, ya sea ante un juez o ante el jefe de una tribu, Dios escucha ese

juramento! En algunos condados, solamente la autoridad estatal puede solemnizar un matrimonio.

Un voto matrimonial, es un pacto que Dios toma con mucha seriedad: “Porque Jehová

ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu

compañera, y la mujer de tu pacto” (Mal. 2:14).

Permítame añadir que éste es uno de los requisitos para subir al Monte de Sion.

Espiritualmente el Monte de Sion habla del alto llamamiento de la iglesia. Aquellos que suben

deben de mantener sus juramentos: “El que aún jurando en daño suyo, no por eso cambia”.

¡Eso significa que debemos mantener nuestros juramentos, aún si nosotros perdemos en ello

(cer Sal. 15:4)!

33El sermón del monte

Actitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamos

versículos 38 – 42

Volver la mejilla

Mateo 5:38-39 “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os

digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiere en la mejilla derecha, vuélvele

también la otra”. “Oísteis…” Nuevamente, Jesús se está refiriendo a la ley de Moisés (ref. Ex.

21:24). La Ley de Moisés era exigente e implacable. Era por eso por lo que había ciudades de

refugio: Para proteger a algunos ofensores (segundo/tercer grado), del vengador de la sangre.

“Pero yo os digo…” Ahora Jesús está invocando al más alto nivel de relaciones entre

hermanos. “No resistáis al que es malo…” Más adelante, Pablo les recuerda esto a los Corintios,

quienes estaban enjuiciándose unos a otros, (vamos a comentar más sobre esto en el versículo

40). El punto general que Jesús resalta aquí tiene que ver con la injusticia. Aparentemente, Dios

permite que sucedan muchas injusticias para probar el temple de Sus santos. “Volver la mejilla”

no se refiere a situaciones amenazantes de la vida que lo ponen en peligro a usted o a su familia.

Volver la mejilla comprende las infracciones e injusticias diarias de la humanidad. Que

se hable mal de nosotros, que se nos discrimine. Hasta puede comprender ser empujados en el

colegio o ser privados de un derecho, el cual tenemos derecho de recibir. Puede suceder en la

iglesia, casos en los cuales legítimamente podríamos protestar, pero que los remitimos a Dios.

Absolutamente literal

Supimos sobre una mujer que relató una experiencia que tuvo cuando era una adolescente

que vivía en Detroit. Un día se le acercó a una pandillera de la vecindad que sabía que ella era

cristiana. La líder pandillera le abofeteó la cara con violencia. Mansamente, ella volvió la mejilla.

Más tarde, otra pandilla se enfrentó a esta joven, y la hubieran hecho pasar un mal momento si

no hubiera sido porque la líder pandillera se acercó y les dijo: “¡Déjenla ir, ella es auténtica!”

Una verdad que ha sido mal utilizada

Oí de un caso en el cual una joven fue atacada y su virginidad le fue quitada. Su actitud

era perdonar y no hacer un pleito de esto. Eso no es volver la mejilla, de hecho, esa es una

ofensa en contra de la sociedad. ¡Permitir que un asesino o violador en potencia ande por allí sin

ser detenido o sin castigo, es una ofensa en contra de la sociedad!

Leí acerca de otro caso en el cual un ladrón atacó a un predicador. El predicador fue

34 El sermón del monte

golpeado con un garrote en la cabeza y no frenó al atacante. Hoy, ese predicador está sentado en

una silla de ruedas por un concepto erróneo de lo que significa “no resistir al que es malo”.

(Después, él se retractó de su error doctrinal, con la esperanza de ahorrar a otros su mala fortuna).

Muchos cristianos bien intencionados han tratado de aplicar estos pasajes (al pie de la letra),

pero debido a una mala enseñanza, han sufrido grandemente por ello.

w Algunos han padecido asaltos criminales.

w Algunos han pensado que los cristianos no deben de llamar a la policía.

w Algunos han rehusado una compensación a la que tenían derecho.

w Algunos han sido víctimas de compañías de seguros.

w Algunos han aceptado juicios fraudulentos en su contra.

w Algunos han sufrido condenación innecesaria.

Los cristianos han sufrido daños innecesarios en manos del mundo criminal debido a

una falta de entendimiento de la Palabra. Jesús no estaba enseñando a Su pueblo a que permitieran

ser estafados por los criminales. Ésta no es la implicación de “volver la mejilla” o “no resistir

al que es malo”.

Hay una absoluta concordancia en la Palabra, y para poder dividirla correctamente,

debemos ver el equilibrio en cada parte de ella. Más adelante, Pablo establece que el propósito

del gobierno es proteger al inocente y castigar al culpable:

“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.

¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrías alabanza de ella; porque es

servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada,

pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” (Ro. 13:3-4).

Muchas veces Pablo apeló a las autoridades romanas para que lo protegieran de sus

propios compatriotas. Queremos obtener el espíritu de lo que nuestro Maestro quería decir con

“no resistir al que es malo”. Estamos considerando términos como: volver la mejilla… ceder la

túnica… ir a juicio por reclamos pequeños… caminar una milla extra, etc.

Conocimos a una cristiana que tenía un compañero de trabajo muy cruel. Este “compañero

de trabajo” la insultaba, hablaba en contra de ella y trataba que su expediente de trabajo se viera

mal. La mujer creyente callaba, y trataba de cumplir con las demandas irrazonables de su

compañera. Éste es un ejemplo de “no resistir al malo”. Al final, el Señor juzgó a la mujer

mala…ella dijo: “¡El Señor me ha hecho esto por la manera en la que te traté!”

Isaac cavó muchos pozos, solamente para que fueran llenados nuevamente por el

adversario. Isaac se rehusó a pelear por sus derechos, y en consecuencia, recibió la bendición

del ciento por uno (Gn. 26). Esto es lo que se quiere decir con “no resistir al malo”. El Señor

permite que vengan circunstancias malas para desarrollar Su naturaleza en nuestra vida:

“He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca las

herramientas para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. Ninguna arma forjada

contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la

35El sermón del monte

herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” (Is. 54:16-17).

¡Esta promesa es para aquellos que se mantienen en paz y permiten que el Señor

los reivindique!

Las demandas

Mateo 5:40 “Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la

capa”. Aún estamos bajo el encabezado de “Injusticias”. Obviamente, este versículo va dirigido

a la parte inocente; y, obviamente, éste sería un juicio por reclamos menores. Los romanos

permitían a los judíos operar su propio sistema penal, especialmente en asuntos religiosos. Sin

embargo, los judíos no podían dictar sentencia cuando se había cometido un crimen capital.

La actitud que Cristo buscaba impartir a Su pueblo era Su propia naturaleza de

mansedumbre: “Y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”

(Is. 53:7). Cristo era una oveja, y habiendo sido despojado de Su túnica (injustamente), aún así

no buscó defenderse a Sí mismo.

Los corintios (entre hermanos), se estaban llevando unos a otros a tribunales, por

infracciones insignificantes. ¡Qué testimonio para el mundo! De hecho, Pablo dijo: “¿No sería

mejor sufrir las injusticias que manchar el nombre de Cristo ante los impíos?”

“Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos. Así

que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué

no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudado?” (1 Co. 6:6-7).

Perspectiva

Nuevamente pongamos esto en perspectiva: estamos considerando a hermanos en Cristo

y estamos considerando juicios triviales (juicios por reclamos pequeños). Debemos de enfatizar

esto, porque sabemos de muchos casos tristes en los cuales, personas del pueblo de Dios, fueron

retiradas de su posición por el resto de su vida, innecesariamente; ¡y todo por una mala

interpretación de la Palabra de Dios!

Si la Iglesia del siglo XXI funcionara como debería, entonces habría un tribunal dentro

de la iglesia. Esto es lo que Jesús enseñó (Mt. 18:5-17), y esto es lo que el apóstol Pablo enseñó

(1Co. 6:1-5). En una comunidad cristiana grande (y especialmente en donde haya recién

convertidos), habrán ofensas. Pablo anima a que estos casos sean sometidos a la decisión de los

ancianos de la iglesia.

Obviamente, un caso entre un creyente y un no creyente, cae dentro de otra categoría.

Un no creyente no va a someterse a la decisión de la iglesia. Sabemos de casos en los cuales,

incluso las iglesias, han ido a juicio en contra del mundo. Uno de estos casos fue por un terreno

que la municipalidad poseía y le estaba negando a la iglesia. ¡La iglesia ganó el caso!

36 El sermón del monte

Sería absolutamente ridículo para un cristiano (inocente), ir a juicio con un incrédulo y

tener una actitud de: “bueno, que se queden con mi casa, y si preguntan por mi cuenta de

ahorros, también se la pueden quedar”. Sin embargo, ¡hemos conocido cristianos bien

intencionados que básicamente han hecho esto! Estaban tratando de vivir de acuerdo al

Sermón del Monte.

Hasta puede darse el caso en que un cristiano se vea forzado a llevar a juicio civil a otro

cristiano. Hay muchos cristianos carnales (tal vez no de su congregación o con su misma visión)

que no están interesados en llegar a un acuerdo o conciliación, ni en ser justos. Su motivación es

obtener todo lo que pueden, (no estamos hablando de juicios menores, tomar un tractor de

jardín, o unos cientos de dólares, etc.). Ellos quieren quedarse con su medio de vida.

Debemos de llegar al espíritu de lo que Jesús está diciendo aquí. La ilustración que

Jesús está usando se refiere a infracciones entre hermanos. Queremos que nuestro corazón esté

en lo correcto; queremos aplicar cada medida para hacer lo que Cristo haría. Queremos tomar

las medidas necesarias para tratar de reconciliar las cosas, aún si no somos culpables.

Por ejemplo, cierto hermano de la iglesia sale después del servicio y descubre un raspón

en la puerta del copiloto de su automóvil. Él cree que usted lo hizo, y se enoja. Bueno, usted no

lo hizo, y será inútil decírselo, pero usted quiere arreglar esta mala situación. Así que usted le

dice: “Hermano, todo va a estar bien. Voy a arreglarle eso. Y también, veo que hay otro pequeño

raspón por aquí. ¡Porqué no hace que la persona del taller le arregle eso también!”

Una cosa es sufrir algo por causa de la justicia, o por causa de Cristo. Pero como Pedro

nos dice: “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por

entremeterse en lo ajeno” (1 P. 4:15).

Caminar la milla extra

Mateo 5:41 “Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos”.

Aquí hay una terminología con la cual los judíos se podían identificar fácilmente (viéndose

forzados a servir). Tanto el gobierno persa como el romano, ejercían el derecho de demandar

que sus conquistados ayudaran a un mensajero o agente del gobierno. Un soldado romano podía

exigir, a un judío cualquiera, que le llevara su carga por una milla. Los romanos obligaron a un

hombre a que cargara la cruz por Cristo (Mt. 27:32).

Nuevamente, Jesús le está enseñando a Su pueblo del Nuevo Pacto, la manera de tener

victoria sobre las injusticias (o inconveniencias). Usualmente, no son las grandes violaciones a

nuestros derechos con lo que tratamos a diario; sino son las pequeñas faltas con las que tenemos

que tratar: Cosas que nos molestan, cosas que nos enojan, etc.

Más adelante Jesús nos da un ejemplo de lo que involucra el verdadero ministerio. Un

siervo llega después de haber trabajado todo el día en el campo. Entonces su señor le pide que

le sirva a la mesa (Lc. 17:7-8). En el trabajo se nos pide que hagamos cosas, cosas por las que no

se nos paga. Nuestro esposo o esposa nos pide que hagamos algo más para ayudarle.

37El sermón del monte

La manera de tener victoria es ir más allá de lo que estamos obligados a hacer. Su esposa

le pide que traiga algo de la tienda y usted sugiere: “¿por qué no recojo a los niños del colegio

también? Voy a ir por ese rumbo”. Se imagina el impacto que esto tendría en un endurecido

soldado romano, que le exigió a un hombre que le llevara su carga por una milla, solamente para

que el hombre le dijera: “llevaré su carga una milla más”.

¡Difícilmente era ésta la forma de pensar de un judío en aquellos tiempos!

Actitud al dar prestado

Mateo 5:42 “Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”.

El tema de “prestar” también requiere prudencia y balance. Si tomamos este versículo al pie de

la letra, bien podemos llegar a ser indigentes. El Señor no le está diciendo a Su pueblo que

desista de todo sentido común, discreción e instinto natural. Pero otra vez, estamos considerando

una actitud del corazón.

Como pastor, he tenido que tratar con muchas personas que han llegado a la iglesia

pidiendo ayuda (generalmente dinero). He tenido gente que se ha enojado mucho con nosotros

cuando se la hemos negado. “Nos debe esto: Ustedes son una iglesia, deben de darnos…” Un

individuo exigía un viaje a Pittsburg (un viaje de 320 kilómetros de ida y vuelta) y nos maldijo

por no acceder a su petición.

Poniendo las cosas en perspectiva y equilibrio, Pablo nos dice: “Porque también cuando

estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2

Ts. 3:10). ¿Creen que nuestro Señor nos estaba diciendo que toleráramos la holgazanería, el

vicio y la imprudencia? ¿Creen que nuestro Señor está sugiriendo que diéramos dinero a las

personas, para que ellas lo gastaran en apuestas, etc.? El apóstol Pablo incluso estableció normas

de procedimiento en el cuidado de las viudas, había requisitos.

Aún ser “fiador” cae dentro de una categoría similar. ¿Sería fiador de cualquiera que se

lo pida? ¿Sería fiador de un extraño o de un sujeto con características de ser irresponsable? Le

rogué a un miembro de mi congregación que no fuera fiador de un sujeto así. De todos modos él

dio su firma y terminó haciendo los pagos que le correspondían al otro hombre (ver Pr. 11:15).

En la perspectiva y contexto de nuestro tema base, estamos considerando los elementos

esenciales ordinarios… estamos viendo a experiencias de la vida diaria. No, yo no le prestaría

mi carro nuevo a cualquiera que lo pidiera. Yo no le daría un cheque por mil quetzales a alguien

que me lo pidiera en la calle. Pero como dijo Santiago, si hubiera alguien desnudo, hambriento

o necesitado ¡sí, con todo gusto le daría! (ver Stg. 2:15-16). Si consideramos los tiempos en los

que Jesús escribió, el artículo más común a ser prestado era una herramienta o mercancía general,

o tres panes, como el amigo en Lucas 11:5.

En algunos lugares se necesita prudencia aún para darle una moneda a un mendigo.

Otros mendigos lo pueden atacar a usted. En algunos casos, darle a un mendigo es como darle

a un espíritu malo.

38 El sermón del monte

Prestar es una actitud del corazón que dice: “Dios me ha bendecido, y si puedo hacer

algo para hacer la vida de mis semejantes más fácil, ¡mi mano está abierta!” “Bienaventurado el

que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová” (Sal. 41:1).

También hay otro aspecto de dar prestado que puede aplicarse a los ricos: Prestar dinero

(a gente confiable) sin intereses. Hay muchas promesas de bendición para aquellos que prestan

dinero (sin intereses) a sus hermanos. Una de esas promesas es que serán candidatos para subir

al Monte de Sion (Sal. 15).

Hay muchas promesas de bendición para aquellos que prestan dinero (sin intereses)

a sus hermanos.

39El sermón del monte

Actitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversarios

versículos 43 – 46

Devolver bien por mal

Mateo 5:43 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo”.

“Amarás a tu prójimo” es una cita de Levítico 19:18. No hay referencia alguna sobre odiar a

nuestro enemigo; esa fue una interpretación que vino del departamento de abogados/fariseos.

Mateo 5:44 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,

haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. “Pero yo os

digo: Amad a vuestros enemigos…” Nuevamente, Jesús aclara la medida del “Nuevo Pacto”.

En realidad, éste siempre fue el corazón de Dios, pero muchas cosas fueron mal interpretadas

durante la época de la Ley.

Jesús no nos está diciendo solamente que amemos a nuestros enemigos, sino que nos

está mostrando cómo hacerlo. Pero de todos modos, ¿quién es este enemigo? Ha habido muchos

villanos a través de la historia: Hitler, Ho Chi Minh, Bin Laden y, por supuesto, el peor de los

villanos está por venir: el Anticristo. ¿Está Jesús sugiriendo que amemos a todos los anticristos

villanos en el mundo?

Perspectiva

Una vez más, debemos de poner esto dentro de la perspectiva contextual. Jesús no está

hablando sobre algo hipotético (una situación abstracta). Nuestro Señor está hablando acerca de

relaciones diarias… enemigos de la vida diaria. Por ejemplo, más adelante Jesús dice: “Y los

enemigos del hombre serán los de su casa” (Mt. 10:36). Estamos considerando los enemigos

que tenemos en el trabajo, en el colegio y en casa.

Nota: Aunque este mensaje tenía la intención de hablar sobre situaciones de la vida

diaria, siempre hay excepciones o explicaciones más amplias. Por ejemplo, Eliseo (por el

Espíritu) mandó alimentar al ejército enemigo (2 R. 6:21-23). ¡El enemigo nunca volvió en

contra de ellos!

Jesús nos está mostrando cómo tener victoria sobre ello: “Bendecid a los que os maldicen,

haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. Si realmente

encontramos la gracia para hacer esto: Devolver bien por mal, orar por los que nos maltratan,

40 El sermón del monte

etc. vamos a ver que la espada es sacada de nuestro corazón. Esto es vencer: el mal es conquistado

dentro de nuestro corazón.

Ejemplos de la vida

Pablo dio: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis” (Ro. 12:14).

Vívidamente recuerdo un lugar en el que trabajé hace muchos años. Era la clase de lugar que lo

hace a uno arrodillarse en cuanto llega a casa. Solía orar por las personas con las que me

involucraba, y solía orar por mi propia actitud. Años después, volví a trabajar con uno de los

sujetos con los que había trabajado en el lugar anterior. Él me estaba diciendo cuánto odiaba a

la gente de allí. Pensé que estaba bromeando, pero hablaba realmente en serio. Yo no tenía ni el

más mínimo mal sentimiento hacia alguno de ellos.

Mateo 5:45 “Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace

salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Nuestro Padre

Celestial muestra bondad y benevolencia hacia todos los hombres: buenos y malos. Por lo tanto,

adoptemos estas bellas características de nuestro Padre Celestial. Si no logramos amar a los

enemigos (con quienes estamos familiarizados) que afrontamos cada día, ¿cómo vamos a lograr

amar a los paganos de lugares extranjeros? Como dice el canto misionero: “Así que Yo te

mando a corazones endurecidos por el odio…” La palabra “amor” (versículo 44) agapao, significa

amar en un sentido moral o social. La historia del Buen Samaritano sería un buen ejemplo de

esta clase de amor.

James Elliot, el famoso misionero para Ecuador, conociendo el peligro potencial entre

las tribus asesinas de la selva, acordó con sus compañeros que, si se daba la oportunidad de

matar o ser muerto, prefirieran morir antes que tomar la vida de un pagano no salvo. Eso fue

exactamente lo que pasó. La gente de la tribu los atacó con lanzas y flechas, pero los misioneros

se rehusaron a sacar sus armas.

Si en términos prácticos no podemos amar a nuestros enemigos del diario vivir; ¿cómo

podremos llegar a conocer el privilegio de ser enviados a dar nuestra vida por la causa de Cristo?

No hay recompensa por amar a los suyos

Mateo 5:46 “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No

hacen también lo mismo los publicanos?” Los publicanos eran judíos empleados por los romanos

para recolectar los impuestos de Israel. Los publicanos eran considerados traidores, y eran

grandemente despreciados, (Mateo, el autor de este Evangelio era un publicano). Nuestro Maestro

estaba diciendo: “No hay ningún mérito (logro) especial en amar a los que nos aman. Aún la

gente más despreciable ama a los suyos”.

Mateo 5:47 “Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No

hacen también así los gentiles?” Decir “buenos días” a nuestros amigos no es ninguna base

para ser alabado o aplaudido. Aún la gente más despreciable hace por lo menos esto. En realidad,

cada buena acción es recompensada en el cielo pero, amar a los amables, no requiere ningún

esfuerzo. Esto no es base para una recompensa.

41El sermón del monte

El Señor está retando a Su pueblo del Nuevo Pacto a alcanzar a otros. Los judíos eran

muy exclusivistas.

La perfección

Mateo 5:48 “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos

es perfecto”. En contexto con los versículos anteriores, el Señor quiere que seamos perfectos en

nuestras relaciones con nuestro prójimo. No podemos encontrar ninguna falta en el trato de

nuestro Padre Celestial hacia nosotros. De este modo, ¡nuestro Padre quiere que seamos como

Él es! El Señor le dijo al padre Abraham que caminara delante de Él y fuera perfecto. Podemos

ser perfectos en la medida en que caminemos en la luz de Su aprobación.

La palabra “perfecto” (teleios), significa perfecto en relación al desarrollo. Un bebé

puede ser perfecto en sus funciones como bebé. Si un niño tiene diez años y aún no ha aprendido

a caminar, a ir al baño o alimentarse él mismo, no es perfecto.

El amor, el vínculo perfecto

Pablo nos dice que el amor es el vínculo perfecto (Col. 3:14). El amor no es el principio

de nuestra experiencia, más bien, es el punto final de nuestra experiencia. Este fruto del amor se

perfecciona a través de mucho cultivarlo. El amor es el producto final: La naturaleza divina.

El Maestro demanda una perfección (relativa) de Su pueblo. Esto significa que se han

apropiado de la gracia y la verdad para el nivel de desarrollo en el cual se encuentran. Dios

demanda más de unos que de otros. Para poder ser perfectos, debemos de estar progresando

continuamente en las cosas de Dios. Pablo dijo: “prosigo a la meta…” ¡No podemos decir que

hemos cumplido sino hasta que lleguemos al final de nuestro viaje y sepamos que hemos

terminado el camino! (ver Fil. 3:12-15).

42 El sermón del monte

43El sermón del monte

MateoMateoMateoMateoMateo c c c c capítulo seisapítulo seisapítulo seisapítulo seisapítulo seis

Motivos para dar – versículos 1- 4

Ser vistos por los hombres

Mateo 6:1 “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos

de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando,

pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las

sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su

recompensa”. Dar limosna implica dar a los pobres o a otras obras de beneficencia. Si la

motivación es obtener reconocimiento para nosotros, entonces ésa es nuestra recompensa: ¡la

alabanza de los hombres! No hay ninguna recompensa en el cielo cuando la motivación es

exaltarnos a nosotros mismos.

“Tocar trompeta” ha venido a ser una expresión conocida que significa “traer la atención

hacia nosotros mismos”. Se dice que los fariseos en realidad contrataban los servicios de un

trompetista para llamar la atención hacia su “generosa” ofrenda. Ésa era la motivación de los

fariseos, que los hombres proclamaran su justicia. Jesús llamó a eso falsedad e hipocresía,

(nuevamente, Jesús está exponiendo la intención del corazón). La tendencia natural del hombre

es proclamar su propia bondad: “Miren, realmente soy alguien muy bueno”. “Muchos hombres

proclaman cada uno su propia bondad” (Pr. 20:6).

Ser vistos por Dios

Mateo 6:3-4 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,

para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

“No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” también ha llegado a ser una expresión muy

común que esencialmente significa “no le digas a nadie”. Esto revela una motivación

verdaderamente caritativa. No estamos buscando aplausos, simplemente estamos extendiéndonos

en compasión. No buscamos reconocimiento o recompensa. Sin embargo, el Señor lo ve, y no

deja que quede en el olvido. A menudo, el Señor otorga maravillosos beneficios a Su pueblo (y

ellos se preguntan: “¿por qué soy tan bendecido?”), eso sin mencionar la recompensa que les

espera en el cielo.

Mi esposa tenía una tía abuela que se dedicaba a un ministerio de este tipo. Cuando ella

escuchaba que alguien estaba enfermo, inmediatamente se ocupaba en hacer sopa y pan, etc.

44 El sermón del monte

Ella dejaba la canasta de comida en la grada y luego se iba. Cuando la tía murió, había una larga

fila de carros parqueados en ese viejo camino, personas iban a dar el pésame, (esto sucedió en

los tiempos en que el velorio era en la casa). El hombre que iba a enterrarla estaba asombrado de

toda la gente que llegó y preguntó: “¿Quién era esta mujer?”

45El sermón del monte

Motivos para orarMotivos para orarMotivos para orarMotivos para orarMotivos para orar

versículos 5 – 8

Ser vistos por los hombres

Mateo 6:5 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en

pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os

digo que ya tienen su recompensa”. Una vez más, Jesús está revelando la influencia farisaica de

esos días. Todo lo que los fariseos hacían era para ser vistos por los hombres. Los fariseos

hacían grandes montajes para ser vistos por los hombres (Mt. 23). La palabra “hipócrita” significa

actor. En esos días, éste era un término común usado para llamar a las personas que actuaban en

el escenario. La justicia de los fariseos era externa. Si esa es nuestra motivación (mostrar a la

gente cuán espirituales somos), que la gente elogie nuestra (así llamada) justicia, entonces ya

obtuvimos nuestra recompensa.

Es la motivación del corazón la que está siendo revelada. Hoy, hay otras áreas en las que

los hombres quieren ser alabados en sus ministerios o en sus dones, y la motivación es la misma:

ser vistos, ser aplaudidos, etc. Algunos ministros desean hacer gala de sí mismos. Obviamente,

la mayoría de los dones y talentos son mostrados delante de la gente, pero si la motivación es ser

vistos, o ser aclamados por los hombres, ellos ya han recibido su recompensa.

Ser vistos por Dios

Mateo 6:6 “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu

Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. A

través de los siglos, ha habido quienes han interpretado este versículo literalmente. En otras

palabras, cuando es tiempo de orar: busque un ropero. Una vez más, nuestro Señor quiere tocar

una actitud del corazón; no es tanto la idea de caer en la carbonera para orar. Él está revelando

la falsa religiosidad mostrada por los fariseos.

Nuestra oración personal no está limitada a ser en un sólo lugar. Es simplemente la idea

de que no debemos de alardear de nuestra espiritualidad delante de los demás. Muchas veces se

nos pide que oremos en público, y es necesario. Mi madre era el tipo de persona que era movida

por la compasión, ella no tomaba en cuenta el lugar en el que se encontraba. Ella podía orar por

una persona enferma en el parque, y el Señor honraba sus oraciones.

46 El sermón del monte

Sin embargo, es gratificante saber que Dios responde nuestras oraciones personales.

Ninguno estaba allí viéndonos orar, pero están siendo respondidas delante de nuestros ojos.

Ésta era la elección que Jesús estaba presentando: ¿Queremos ser reconocidos por los hombres,

o queremos ser reconocidos por Dios? Si nuestra motivación es ser vistos por los hombres, ¡ya

recibimos nuestra recompensa!

Ritualismo y repetición

Mateo 6:7-8 “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan

que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro

Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. Un buen ejemplo de

vana repetición puede encontrarse en 1 Reyes 18:26. Desde la mañana hasta el mediodía, los

profetas de Baal oraban su “oración de dos palabras” sin resultado. Entonces, Elías oró una

pequeña oración de “treinta segundos” y el fuego cayó.

Aún hoy, muchas religiones hacen oraciones repetitivas, pensando que hablando mucho

van a provocar una respuesta. La iglesia católica es conocida por sus oraciones repetitivas de

penitencia, (ésa no es fe, ¡son obras!).

Lo que el Señor está buscando es una oración de fe genuina y de corazón. Los rabinos

del tiempo de Jesús enseñaban a la gente muchas oraciones ritualistas (repetitivas). Habían

caído en la misma rutina sin fe de los paganos. El Señor dijo: “Vuestro Padre sabe de qué cosas

tenéis necesidad”. En otras palabras, no tenemos que repetir una oración 200 veces seguidas

para obtener respuesta. Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras

peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Fil. 4:6).

El Señor sabe de qué tenemos necesidad, aún así, debemos orar para desarrollar fe y

dependencia en nuestro Dios: “Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios… con acción

de gracias”. ¡Estamos agradeciendo a Dios de antemano por responder a nuestra necesidad!

El Señor está llegando a la motivación de nuestro corazón. Aún Su propia oración, el

Padrenuestro, puede ser un formulismo. El Señor quiere que lleguemos a la esencia de esa

oración, y no sólo a la letra, (después vamos a tratar sobre el Padrenuestro).

47El sermón del monte

El Padrenuestro,El Padrenuestro,El Padrenuestro,El Padrenuestro,El Padrenuestro,

la oración aceptablela oración aceptablela oración aceptablela oración aceptablela oración aceptable

versículos 9 – 13

El Padrenuestro

Mateo 6:9-13 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,

Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en

la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también

nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal;

porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”.

Ocasionalmente, es bueno orar esta oración (o aún, cantar esta oración). Sin embargo, a

la luz de lo que Jesús habló sobre la oración ¡aún esta oración puede llegar a ser un ritual y una

liturgia! Creo que lo que el Señor desea impartir por medio de esta enseñanza sobre la oración,

es un concepto acerca de lo que es la oración, no imponer un ritual. En la versión de Lucas, los

discípulos le están preguntando a Jesús cómo se debe orar (Lc. 11:1).

Reconocer quien es Dios

“Padre nuestro que estás en los cielos…” Obviamente, la oración del Señor no es la

oración de un pecador; sin embargo, el primer aspecto de esta oración es la fe. Como nos dice el

autor de Hebreos: “Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay…” (He. 11:6).

El primer paso en la oración es reconocer a quién nos dirigimos. Es a nuestro Padre, el

Creador de todas las cosas y, aunque Él lo llena todo, Su trono está en los cielos: “Jehová

estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Sal. 103.19). Nuestro

Señor nos estaba enseñando que, cuando oremos, nos imaginemos entrando al salón del

trono de nuestro Padre.

Cuando pensamos en nuestro Padre Celestial, pensamos en Alguien que sobrepasa toda

expectativa terrenal. Nuestro Padre Celestial no comete errores; Él no comete errores de cálculo

cuando trata con nosotros. Él ama a Sus hijos, y trata con nosotros con misericordia. Como el

salmista dijo en Salmo 103:13: “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece

Jehová de los que le temen”.

48 El sermón del monte

Los padres terrenales dan buenas dádivas a sus hijos: “cuánto más vuestro Padre

celestial dará el Espíritu Santo…” (los mejores regalos).

Reconocer Su santidad

“Santificado sea tu nombre…” El siguiente concepto que debemos de entender acerca

de entrar al cuarto del trono de nuestro Padre es que nuestro Dios es santo. Los querubines

nunca cesan de clamar “santo”. “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo,

Jehová de los ejércitos” (Is. 6:1-3). En el velo que separaba al hombre de entrar al Lugar Santísimo

había querubines bordados, simbolizando la santidad de Dios. Esto era para enseñarnos sobre la

santidad de Dios Padre.

El velo rasgado

Cuando el Señor se sienta sobre Su trono, la atmósfera es de adoración, ¡inclinarse en

reverencia! Aunque Cristo rasgó el velo por nosotros, ¡debemos reconocer que entrar es algo

sagrado! ¡Digamos el nombre del Padre con sumo respeto!

Venga Tu reino

“Venga tu reino…” Pienso que esta pequeña frase nos ayuda a mantener nuestra

perspectiva correcta mientras oramos. La naturaleza humana está tan enredada en sus propios

planes, que lo que quiere es entrar precipitadamente y pedir por todas “mis” necesidades y

preocupaciones. La mayor preocupación de Jesús mientras estuvo en la tierra, fue desarrollar el

reino de Su Padre. Cuando Jesús tenía tan sólo 12 años de edad, tuvo la intuición divina que Él

estaba en una misión que tenía que ver con el reino de Su Padre (Lc. 2:49).

Mientras maduramos en el Señor, ésta también debería de llegar a ser nuestra mayor

preocupación: “Venga tu reino”. Que por Su gracia, el Señor incremente la carga por el

evangelismo, por las misiones, por las cosas que tienen que ver con la Iglesia, por el

perfeccionamiento de los santos, etc. Más adelante en este sermón, Jesús establece que si

pusiéramos primero el reino de Dios, todas nuestras necesidades personales serían cubiertas.

En otras palabras, “nuestro reino” ¡estaría cuidado!

El cumplimiento literal de “venga Tu reino”, será en la Segunda Venida. La fase final

será cuando el reino sea entregado al Padre al final del Milenio (1 Co. 15:24-26).

Hágase Tu voluntad

“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. El Padre tiene un plan

y un programa (a prueba de errores) en el cielo, el cual se lleva a cabo completamente. Nuestro

Padre no solamente tiene un plan para el cielo, sino también tiene un plan para la tierra, y

también uno para nuestra vida en la tierra. Él se ha preocupado del más mínimo detalle de la

vida en la tierra. Él está al tanto del gorrión que cae de su nido, y conoce el número de cabellos

en nuestra cabeza.

49El sermón del monte

Nuestro Señor y Maestro nos está enseñando que debemos confiar en el plan de Nuestro

Padre para nuestra vida. “No mi voluntad sino la Tuya”, fue la oración que salió de los labios

del Maestro cuando estuvo en el Getsemaní. Hay cierta “mentalidad de fe” que ordena o demanda

al Señor hacer nuestra voluntad. ¡Esto es una total falta de respeto! El Señor sabe cuál es nuestra

verdadera necesidad más que nosotros mismos. Hay reposo al confiar en la voluntad de nuestro

Padre para nuestra vida. Éste debería de ser el factor dominante en todas nuestras súplicas al

trono: “hágase Tu voluntad…” Que ésta sea la motivación en nuestra oración.

Nuestro pan diario

“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Aunque nuestro Padre en el cielo provee

para toda Su creación el alimento diario, y aunque nuestro Señor nos está enseñando a depender

de la provisión diaria del Padre, consideremos la implicación espiritual aquí. Durante la

“tentación” Cristo citó Deuteronomio 8:3: “Para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el

hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.

Así como diariamente el hombre tiene necesidad del pan físico, también debe de aprender

a vivir del pan diario espiritual que viene del cielo. Tengamos hambre del pan de vida: La

Palabra hablada. En Mateo 4:4, el vocablo “palabra” (rhema) se traduce “palabra hablada”. Sea

éste un ingrediente en nuestra vida de oración: ¡hambre por saber lo que Dios nos dice!

Perdona como también nosotros perdonamos

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros

deudores”. Una vez más, el Señor revela la intención del corazón: “como también nosotros

perdonamos…”. Si realmente estamos arrepentidos de nuestros pecados, entonces también

perdonaremos a otros. ¡Nuestro arrepentimiento no llega a ser muy profundo si aún no

perdonamos a los demás!

He aquí un punto tan importante que nuestro Señor lo repite al final de Su oración

(versículos 14-15). ¿Cómo podemos pedir que nos perdonen si no estamos arrepentidos de

nuestro pecado? David dijo: “Por tanto, confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado”

(Sal. 38:18). ¡Cuando verdaderamente nos quebrantamos, nuestro corazón se enternece y está

dispuesto a perdonar a otros también!

Líbranos de la tentación

“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal…” La implicación de esta petición

es que el Señor nos libre (estando en medio) de la tentación, y de la tentación innecesaria. Como

el apóstol escribe más adelante: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;

pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará

también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Co. 10:13).

La tentación y la prueba son parte del plan, pero aún así, el Señor monitorea

cuidadosamente el programa. Las Escrituras están llenas de ejemplos en donde el Señor prueba

a Sus santos, y donde Él permite que sean probados ¡hasta el final!

50 El sermón del monte

“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él

respondió: Heme aquí” (Gn. 22:1).

“Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón”

(2 Cr. 32:31).

“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe

de Jesús” [El Señor permitirá al Anticristo probar a los santos] (Ap. 14:12).

Cuando se trata de la tentación para pecar, el Señor no nos tienta, pero sí permite que

venga el tentador. Satanás es llamado “el tentador” (Mt. 4:3). Consideremos también lo que

Santiago dijo: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido

la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno

es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el

mal, ni él tienta a nadie” (Stg. 1:12-13).

Dios permite que venga la tentación para revelar una condición que ya existe en nuestro

corazón. El Señor sabe que está allí, pero Él quiere que nosotros la veamos y tengamos victoria

sobre ella. Ésta es la enseñanza que el Señor quiere que recibamos de esta oración “modelo”

¡que Él nos libre de la tentación, y nos guarde de caer! “Líbranos del mal”.

Reconocer Su reino, poder y gloria

“Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. En la

oración final de este modelo de oración, estamos encomendando nuestro cuidado al Dios

Todopoderoso. Él es capaz de guardarnos de caer. Él orquesta Su reino, y todos los reinos de

este mundo. Todo el poder está bajo Su mando, ¡y Él es capaz de guardarnos! Honor y majestad

y dignidad son Suyos por siempre. Estamos sellando nuestro destino con Él, porque Él es fiel a

Su Palabra.

El apóstol Judas concluye su epístola con una nota similar: “Y a aquel que es poderoso

para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al

único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por

todos los siglos. Amén” (Jud. 1:24-25).

Resumen del Padrenuestro

1. Fe Padre nuestro que estás en los cielos…

2. Adoración Santificado sea Tu nombre…

3. Perspectiva Tu reino…

4. Motivación Tu voluntad…

5. Hambre El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy…

6. Arrepentimiento Perdónanos…

7. Petición Líbranos…

8. Compromiso Porque tuyo es el reino…

51El sermón del monte

El perdón y el perdonarEl perdón y el perdonarEl perdón y el perdonarEl perdón y el perdonarEl perdón y el perdonar

versículos 14-15

Mateo 6:14-15 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también

a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco

vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Cuando el Señor repite lo que dice, necesitamos

poner atención a lo que está diciendo. El Maestro nos acaba de enseñar cómo deberíamos orar:

con un énfasis en perdonar (versículo 12). Tal vez, la diferencia está entre dos palabras: “deudas”

y “ofensas”. ¿Tal vez el Señor necesitaba enfatizar las dos? ¿Podemos perdonar una deuda pero

no una ofensa o transgresión (o viceversa)?

En Mateo 18, Pedro le pregunta al Señor cuántas veces debería perdonar una ofensa,

“¿hasta siete veces?” En el mismo relato, Jesús le da el ejemplo de un hombre a quien se le

había perdonado una deuda astronómica, y luego rehúsa perdonar una deuda insignificante.

¡Este hombre se fue al infierno! Es así de claro ¡si no perdonamos, no somos perdonados!

También debemos de señalar que en ese relato (Mt. 18:21-35), el hombre que debía la

pequeña deuda, en comparación a la otra deuda, que él la quería pagar. Él quería resolver

bien eso. ¡Él solamente estaba pidiendo un poco de tiempo! No hay nada de malo en recibir

de regreso el dinero que uno prestó. El punto es que el acreedor no iba a mostrar ni un poco

de misericordia.

Nota: en el relato de Lucas (17:3-4) hay otro aspecto de perdonar: “si se arrepintiere,

perdónale”. También hay una exhortación a reprender al ofensor. Algunas veces esto es más

difícil que simplemente ignorar lo que pasó, ¡pero es necesario para su bien! ¡Si ellos

responden a la reprensión, por favor, perdone! Realmente necesitamos la mente del Señor

para las diversas situaciones.

52 El sermón del monte

53El sermón del monte

Motivos para ayunarMotivos para ayunarMotivos para ayunarMotivos para ayunarMotivos para ayunar

versículos 16-18

Ser vistos por los hombres

Mateo 6:16 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos

demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su

recompensa”. Los fariseos eran expertos en hacer una buena exhibición de la carne. Podían

actuar un gran papel representando el arrepentimiento. Podían aparentar estar de duelo. Podían

parecer muy preocupados.

Cuando consideramos las implicaciones de lo que nuestro Maestro ha venido diciendo

(con respecto a “ser vistos por los hombres” o “ser vistos por Dios”) nos damos cuenta que la

mayoría de los cristianos del siglo XXI, no encajan con la escena que se describe en este

sermón. No vemos hombres orando en las esquinas, dando limosnas o haciendo alguna

escena mientras ayunan.

Sin embargo, la “espada de dos filos” en la boca de Cristo está cortando la intención del

corazón. Hay muchas otras maneras en las que los cristianos pueden atraer la atención a sí

mismos. Por ejemplo, un hombre estaba siendo “encarcelado por causa de Jesús” en una marcha

de protesta. Él quería asegurarse que las cámaras de televisión estuvieran allí para filmar esta

noble acción por la causa de Cristo. Algunos ministros usan la plataforma como un escenario de

teatro, y quieren un aplauso por cada cosa que dicen.

Ser vistos por Dios

Mateo 6:17-18 “Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no

mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo

secreto te recompensará en público”. Estos versículos nos dan una figura del tipo de farsa que

los actores montan. Van a aparentar que pasaron la noche en la calle, todos desaliñados, etc.

Jesús dijo que cuando ayunemos nos comportemos de tal manera que no aparentemos estar

ayunando: “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

Algunas veces el ayuno es necesario para desatar a las personas de sus yugos (Mt. 17:21).

¡El Señor no nos recompensará solamente permitiéndonos ver algunas de las cosas por las

cuales ayunamos, sino también hay una recompensa eterna!

54 El sermón del monte

Quiero recalcar que algunas veces somos llamados a ayunar. Puede ser un ayuno de la

iglesia o un ayuno personal, y lo invitan a comer fuera. Algunas veces les tendremos que decir

a las personas: “lo siento, pero me comprometí a mí mismo a ayunar”. Usted detesta decirles

eso, pero a lo que el Señor quiere llegar es a la motivación del corazón. ¡Usted no ha hecho

nada malo al admitir que está ayunando!

55El sermón del monte

Motivos para ahorMotivos para ahorMotivos para ahorMotivos para ahorMotivos para ahorrarrarrarrarrar,,,,,

la verdadera inversiónla verdadera inversiónla verdadera inversiónla verdadera inversiónla verdadera inversión

versículos 19-21

Los tesoros en la tierra

Mateo 6:19 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y

donde ladrones minan y hurtan”. Una vez más, estamos tratando con la motivación del corazón.

¿Hay algo de malo en ahorrar? Bueno, la respuesta sería afirmativa si Pablo no hubiera hecho la

siguiente declaración en 2 Corintios 12:14: “Pues no deben atesorar los hijos para los padres,

sino los padres para los hijos”.

Por supuesto, no hay nada de malo en ahorrar. De hecho, en la economía actual se

requiere de cierta prudencia para que la familia promedio ahorre. Ahorramos para comprar una

casa, un carro o para pagar la educación de los hijos. ¡Ahorramos un cantidad prudente para

retirarnos… no en todos los países existe el seguro social!

Pero si lo que ambicionamos en la vida es el dinero, entonces tenemos un problema.

Salomón quebrantó el reglamento para los reyes cuando hizo el dinero su meta. En su propio

epitafio escribe: “El que ama el dinero, no se saciará de dinero” (Ec. 5:10).

Ciertamente, es Dios el que hace que la gente prospere y tenga fortuna. La riqueza en sí

misma no es pecado. Lo es lo que hacemos con ella. Si solamente la acumulamos, estamos

cumpliendo lo que Santiago dice: “Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará

contra vosotros” (Stg. 5:3). ¡Será testigo de una vida vacía e insatisfecha!

Los tesoros en el cielo

Mateo 6:20 “Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen,

y donde ladrones no minan ni hurtan”. Antes de morir, el rey David se preparó en gran

abundancia acumulando el material que iba a ser usado en el templo venidero (1 Cr. 22:5).

¿Cómo podemos responder a esta exhortación del Maestro de hacer tesoros en el cielo? Hay

muchas analogías escriturales relacionadas con este tema. La parábola de los talentos y la de las

minas son buenos ejemplos (Mt. 25:15-30; Lc. 19:12-26). La palabra invertir (negociar) es

usada en Lucas 19:13.

56 El sermón del monte

Invertir

Debemos invertir en cosas que nos van a producir dividendos espirituales. ¡Invertir en

el reino: en misiones y en misioneros que van a producir el fruto! Debemos de invertir nuestro

tiempo, esfuerzo y talentos en las cosas que benefician al reino. El Señor lleva un registro del

más mínimo sacrificio que se haga por causa de Su Nombre, aún de un vaso de agua fría (Mt.

10:42) o de una buena obra (1 Ti. 6:18-19). Las blancas de la viuda de Marcos 12:42-43 fueron

registradas como la ofrenda más grande depositada en el arca ese día (a los ojos del cielo). En

realidad, una “blanca” era la moneda de menor valor que podía ser ofrendada.

Dios mide el intento del corazón, ¡la viuda había dado todo! Nuestras habilidades, nuestro

humilde trabajo y todas nuestras ayudas están siendo registradas, y van a ser recompensadas en

el tiempo venidero. El Señor les dijo a los hebreos: “Porque Dios no es injusto para olvidar

vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a

los santos y sirviéndoles aún” (He. 6:10).

Todas éstas son maneras en las que podemos hacer tesoros en el cielo. “Atesorando

para sí buen fundamento para lo por venir…” (1 Ti. 6:19).

¿Dónde está su corazón?

Mateo 6:21 “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.

Una vez más, se revela la intención del corazón. El corazón del hombre está puesto sobre las

cosas que son más importantes para él. Se cuenta una historia sobre una pareja que había ahorrado

y planeado comprar un yate. Poco tiempo después de haber hecho realidad su plan, zarparon

lejos de la costa de California, solamente para caer en un traicionero ventarrón. Primero, ellos

oraron: “Señor, salva nuestro bote”. Después la tormenta empeoró y empezaron a orar por su

vida: “¡Señor, sálvanos!” Después la tormenta aumentó con gran intensidad, y ellos creyeron

que todo estaba perdido. En este punto el hombre clamó “¡Señor, salva solamente a mi esposa!”.

Cuando nos estamos muriendo, se ve con mucha más claridad qué cosas son importantes

en la vida. Oremos como David: “Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis

días…” (Sal. 39:4). ¡Cuando verdaderamente vemos el fin de la vida, queremos que nuestro

corazón se incline a las cosas eternas, y vamos a querer invertir en cosas que sean eternas!

¡Muchos cristianos lamentan dejar esta vida porque no han hecho provisión para la siguiente!

(ver también Sal. 90:12).

57El sermón del monte

Unidad de visiónUnidad de visiónUnidad de visiónUnidad de visiónUnidad de visión

versículos 22-23

Una visión clara

Mateo 6:22 “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu

cuerpo estará lleno de luz”. En este nuevo tema, nuestro Maestro dirige nuestra atención al

pensamiento de la visión: “Si tu ojo es bueno…”. El pensamiento de tener un ojo bueno es el de

tener una visión clara sin obstáculos. Levítico 21:20 habla de un ojo con nube. Esta es la razón

de por qué las personas no cumplen el curso que Dios tiene para su vida. ¡Su visión está empañada

con otras cosas (tal vez otros amores, otros deseos u otras prioridades)! ¡Espiritualmente, éstas

son las personas que no pueden dar en el blanco, porque su enfoque está en algún otro lado!

(ver 2 Ti. 4:10).

Rut y Orfa

A través de los años, me asombro de todas las personas a las cuales Dios les da una

oportunidad. Les da una visión (dirección), y se emocionan mucho. “¡Estamos en una misión!”

Pero, ¿en dónde están después? Lentamente comienzan a restar importancia a su llamado, porque

otras cosas han empañado su visión: amigos, familia y todo el cuadro familiar. Ésa fue la diferencia

entre Rut y Orfa, Ruth tenía una visión clara y un corazón no dividido (Rut 1:14-18).

¡El camino del justo cada vez tiene más luz. La visión se vuelve más y más clara!

Visión distorsionada

Mateo 6:23 “Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la

luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”

Un “ojo maligno” es un ojo que lo ve todo con desconfianza, desdén e incredulidad.

Como un ejemplo clásico, vemos a una mujer a los pies de Jesús, quebrantada, derramando

su cariño, y derramando su más preciado tesoro (el frasco de nardo). Judas contempla la escena

con gran desdén y dice: “¡Esto fue un desperdicio!” Así es como Judas vio la adoración hacia el

Hijo de Dios, el Príncipe de Gloria, “¡un desperdicio!” ¡Este discípulo que una vez tuvo luz

dentro de sí, fue entregado a la oscuridad, y cuán grande fue esa oscuridad!

58 El sermón del monte

Muchas veces, los peores réprobos son personas que una vez tuvieron gran luz. Supimos

de una persona así. Venía de una familia de ministros. Se graduó de un instituto bíblico y tenía

un llamado evangelista, pero llegó a ser un gran profano, yéndose al campo de la comedia. ¡No

era comedia común y corriente, era blasfema! Murió al fracturársele el cuello, cumpliendo

así Proverbios 29:1.

Cuando un hombre es salvo, hay una “vela espiritual” que ilumina su hombre interior.

Sin embargo, si esa vela no se mantiene, puede apagarse. “Y la lámpara de los impíos será

apagada” (Pr. 24:20). Cuando Dios se cansa de alguien, esa luz (interior) se vuelve densa

oscuridad.

Los diez espías de Números 13-14, eran hijos de luz, pero su confesión fue difamadora.

Sus ojos vieron solamente lo malo, los gigantes, las ciudades amuralladas y los obstáculos.

Ellos debilitaron a miles causa de su “ojo maligno”. Dios les mostró una tierra que fluía leche y

miel, pero ellos solamente vieron los obstáculos y las barreras. Permitieron que su “ojo con

nube” velara su visión. Caleb y Josué tenían un “ojo bueno”. ¡Miraban a través de los ojos del

Espíritu y su confesión fue: “Somos muy capaces de conquistar la tierra!”

59El sermón del monte

Los dos señores:Los dos señores:Los dos señores:Los dos señores:Los dos señores:

lllllas cosas de esta vida as cosas de esta vida as cosas de esta vida as cosas de esta vida as cosas de esta vida ooooo

Aquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosas

versículos 24-34

Dios o las cosas

Mateo 6:24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará

al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (en

inglés y en otras versiones dice mamón)”. La vida cristiana se trata de elegir. Jesús deja muy

claro esto en este sermón. Aún así, muchos del pueblo de Dios pasan su vida tratando de obtener

lo mejor de ambos mundos. Quieren la bendición de Canaán, pero a la vez, quieren gozar de los

placeres de Egipto. En el “ámbito del reino” no hay punto medio. No hay límites especiales para

las personas que han permanecido en ambos bandos. Antes que esta vida se acabe ¡debemos de

haber hecho nuestra elección!

Jesús identifica al otro dios (el dios de este mundo 2 Co. 4:4) como el dios de las cosas,

Mamón. Mamón es interpretado como la deidad de los bienes materiales (Gr. 3126). El

materialismo, el amor al mundo, y la búsqueda de la riqueza y la prosperidad, todos entran en la

categoría de Mamón. El dios de este mundo le dijo a Jesús: “Todo esto te daré, si postrado me

adorares” (Mt. 4:9).

Siendo un joven, Moisés tuvo que elegir entre el brillo de Egipto y el (aparentemente

menos atractivo) reino de Dios. Las Escrituras dicen de él: “Escogiendo antes ser maltratado

con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores

riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en

el galardón” (He. 11:25-26).

Aunque ciertamente este mensaje tiene relevancia para los codiciosos judíos del primer

siglo, ¡nunca se ha hecho tanto énfasis en el materialismo como en nuestros siglos XX-XXI!

Los ministros de Baal (señor de las cosas) han influido en muchos del reino a buscar la

prosperidad. Elías llevó a la gente de su tiempo a la hora de la decisión: “Si baal es Dios,

sírvanle”. ¡Si Mamón es dios, sírvanle, porque ningún hombre puede servir a dos señores!

60 El sermón del monte

La vida es más que las cosas

Mateo 6:25 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o

qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el

alimento, y el cuerpo más que el vestido?”

“¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” En las Escrituras

la palabra vida tiene más de un significado. Generalmente interpretamos la palabra vida como

“vitalidad, salud o crecimiento”, ¡estar vivos! Pero la “vida abundante” que Jesús prometió se

refiere más al hombre espiritual. Habla de la vida que tiene significado y propósito, gozo y

satisfacción: algo que el mundo no tiene.

Salomón se vuelve hacia las cosas

Salomón prueba muy bien este punto en su búsqueda por las cosas. Tenía grades riquezas

y muchas posesiones. Él disfrutó de todos deleites y placeres que la vida podía ofrecer. Él

emprendió grandes riesgos y proyectos en su búsqueda por el significado, propósito y satisfacción;

¡sin embargo, con todo esto, él terminó vacío!

Pero, ¿no conocía Salomón al Señor? Oh sí, pero mientras la vida continuaba, empezó a

sustituir con muchas cosas su relación con el Señor. El triste testimonio del fin de Salomón se

encuentra en el libro de Eclesiastés. Allí califica la vida como sin sentido y vacía, hasta angustiosa.

La palabra vanidad/vanidades se usa 29 veces en este pequeño libro. La palabra significa sin

sentido y vacío.

Mientras que la vida de Salomón es una ilustración de excesos extremos, muchos en el

mundo trabajan sólo para sobrevivir, sólo para obtener lo más indispensable como el arroz

diario, etc. He tenido el privilegio de visitar diferentes países del mundo, y de ser testigo de la

agonía de muchos que trabajan desde el amanecer solamente para sobrevivir.

Pero ahora, el Señor le está diciendo a Su pueblo que no se afane, o sea, que no se aflija

excesivamente (preocuparse: Gr. 3309) por las necesidades diarias. El Maestro está dirigiendo

nuestro enfoque a la “vida verdadera”: la vida interior. La vida espiritual es la que tiene mayor

importancia; y como el Señor está por decirnos, Él se hará cargo de la otra.

Permítanme añadir el hecho que las necesidades diarias de la sociedad moderna son

un poco más complicadas ¡un poco más caras! ¡Aún así, nuestro Dios es el mismo! ¡Él es fiel

a Su pueblo! ¡Amén!

El Señor alimenta a toda Su creación

Mateo 6:26 “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en

graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”

¡Una vez escuché a un evangelista decir que diariamente Dios ponía sobre la mesa un gran

desayuno para toda Su creación! Aún los leones dependen de su Creador. Qué cierto es esto. El

61El sermón del monte

salmista dijo: “Los leoncillos rugen tras la presa, y para buscar de Dios su comida” (Sal.

104:21). Cada mañana el Señor provee comida para las ballenas y los peces del mar. ¡Y Él

satisface el antojo de todo ser viviente!

“Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, y

colmas de bendición a todo ser viviente” (Sal. 145:15-16).

El Señor quiere que aprendamos una lección de la creación: “¿No valéis vosotros mucho

más que ellas?” El Señor dedica una considerable parte de este sermón a este tema en particular,

porque la naturaleza humana tiende a tener un complejo de “sobrevivencia”.

El Señor viste (adorna) toda la creación

Mateo 6:27-30 “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su

estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo

crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así

como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la

viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?” Ahora, nuestro Maestro habla

del asunto verdadero: Hombres de poca fe. Pablo dijo que conocíamos a nuestro Creador por

medio de las cosas que Él ha hecho (Ro. 1:20). También se Le llama “Fiel Creador” (1 P. 4:19).

Dios es fiel a Su creación. Él es fiel al reino vegetal, y es fiel al reino animal. El Señor también

ha prometido que las leyes del cielo van a permanecer y las estaciones no cesarán:

“Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el

verano y el invierno, y el día y la noche” (Gn. 8:22).

“Considerad los lirios del campo cómo crecen: no trabajan ni hilan [como hilar una

tela] …” Paremos un momento y consideremos los lirios del campo. Primero, ellos están ataviados

sin ninguna preocupación o esfuerzo de su parte. Tal vez, mientras la tendencia natural es

preocuparse sobre el vestido, nuestro Padre Celestial nos está animando a dejar de preocuparnos.

¡El Señor cuidará de nosotros! Cuando era joven, éramos muy pobres, y muchas veces sentí

vergüenza porque mi ropa era de muy mala calidad, aún raída, comparada con la de la mayoría.

Aún así, el Señor cuidaba de nuestras necesidades, ¡y, además, estaba haciendo algo en

nuestro espíritu!

Vestiduras espirituales

En segundo lugar, consideremos las mayores implicaciones de nuestra vestidura espiritual.

En las Escrituras, el lirio habla de pureza. De hecho, Cristo es llamado el “Lirio de los valles”

(Cant. 2:1). Ahora, he aquí un área de la cual deberíamos de preocuparnos mucho más. Sin

embargo, nuestro Señor nos está diciendo que también en esto confiemos en Él. Las vestiduras

espirituales sólo pueden ser tejidas (hiladas) mientras caminamos en el Espíritu. Debemos creer

que Dios está desarrollando esta hermosa vestidura blanca mientras continuamos caminando

con Él en fe.

62 El sermón del monte

Una vez, alguien relató la historia de una mujer que continuamente clamaba al Señor

pidiendo pureza. De hecho, ella continuaba arrastrando el pasado. Un día el Señor se le reveló,

y ella le comenzó a decir sus pecados. La respuesta de Él fue: “¿Cuáles pecados?”

Por lo tanto, si Dios viste así la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el

horno, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

El Señor provee para nuestras necesidades diarias

Mateo 6:31-32 “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o

qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial

sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.

“No os afanéis…” Una vez más, la palabra que se usa por afanéis (Gr. 3309) significa

preocupación o ansiedad. En otras palabras, (como hijos del Padre Celestial) no se preocupen

excesivamente por las necesidades temporales. Sí, las naciones gentiles (no salvas), consumen

su vida preguntándose “¿Tengo suficiente?” O, “¿Tendremos lo suficiente para mañana?” En el

Oriente, el día comienza temprano. Los caminos están llenos de gente llevando sus cargas,

¡ellos trabajan solamente para poder sobrevivir!

Algunas veces, creo que nosotros, los que vivimos en una sociedad cristianizada, no nos

damos cuenta de las bendiciones diarias de las que disfrutamos. ¡Creo que sería bueno, para

cada cristiano que vive en una “sociedad de abundancia” como la nuestra, hacer un viaje a un

país del tercer mundo y observar! Una vez, un misionero me contó que el grupo de jóvenes de

su iglesia en los Estados Unidos, lo visitó en el lugar donde él estaba. El país en el vivía era muy

pobre. Luego de haber visto la pobreza y la necesidad, la respuesta de ellos fue: “Nunca

volveremos a ser iguales”.

Podemos descansar en el hecho que nuestro Padre Celestial tiene Sus ojos puestos sobre

nuestras necesidades, y en que Él nunca se adormecerá ni se dormirá, (eso no significa que no le

debamos pedir por las cosas que necesitamos, pero preocuparse no es fe).

“He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel” (Sal. 121:4).

¿Puedo añadir una pequeña exhortación? La bendición que los Estados Unidos ha

conocido en el pasado, va a terminar debido a condiciones apóstatas, y porque el Señor quiere

llevar a esta nación a un arrepentimiento nacional. ¡Debemos de llegar a apreciar esta particular

amonestación de fe, porque llegará el día en que tendremos que aprender a vivir por fe!

Los tiempos de Elías son una figura de los acontecimientos de los últimos días. Tanto el

profeta como la viuda fueron sostenidos durante una gran hambruna por la Palabra del Señor

(ver Lc. 4:25-26).

Buscad primero Su reino

Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas

cosas os serán añadidas”. Aquí hay un versículo que puede ser muy voluminoso, porque ésta

63El sermón del monte

es la historia de todos los hombres y mujeres de fe. ¡El hecho de haber puesto el reino de Dios

en primer lugar en su vida fue lo que los hizo grandes!

Hemos oído sobre las “misericordias firmes a David”. ¿Por qué le prometió Dios a la

casa de David esas “firmes” misericordias? Porque en el corazón de David estaba el deseo de

construir una Casa a Jehová (Sal. 132:1-5). ¡El corazón de David quería ver “Venga Tu reino”!

Fue sobre esa premisa que el Señor le dijo: “Edificaré tu casa y tu trono”.

La razón por la que Dios hizo promesas inmutables a Abraham con respecto a su casa

(su descendencia), fue porque Abraham estuvo dispuesto a entregar a su único hijo para cumplir

con el propósito del cielo. Él dio a su único hijo ¡y Dios le dio descendencia tan innumerable

como la arena y las estrellas!

Ebed-melec

Esta lista no tiene fin, pero recordemos a una figura poco conocida de las Escrituras. Su

nombre era Ebed-melec. Era un hombre de raza negra, que temía grandemente al Señor. Vivió

en el tiempo cuando el reino de Israel estaba llegando a su fin (el tiempo de la cautividad

babilónica). Cuando él oyó que Jeremías había sido echado a la cárcel por sus adversarios,

intercedió por él y lo rescató de la misma.

Después el Señor habló a Jeremías: “Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha

dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad

para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia tuya. Pero en aquel día yo

te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Porque

ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste

confianza en mí, dice Jehová” (Jer. 39:16-18).

Ebed-melec arriesgó su vida para salvar al profeta de Dios. El Señor dijo: “¡Cuando la

nación caiga, Yo libraré tu vida!” ¡Cuando la gente busca salvar lo que le pertenece (por sobre

lo que es de Dios), lo pierde! Sabemos de diversas ocasiones en las que familias fueron llamadas

al campo misionero, pero decidieron que la familia era primero. Rehusaron el llamado y se

quedaron en casa para ministrar a su familia, solamente para que su familia se rebelara en

contra de ellos.

“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por

causa de mí, la hallará” (Mt. 16:25).

No preocuparse por el mal del mañana

Mateo 6:34 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana

traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.

“Así que, no os afanéis por el día de mañana…” De nuevo, la palabra afanar se traduce

“preocupar”. Nuestro Maestro ha dejado sumamente claro que Él está muy consciente de nuestra

64 El sermón del monte

necesidad, y que Él está allí para ayudarnos en el tiempo de necesidad. No nos adelantemos

con los problemas del mañana. No se preocupe de todas las posibles calamidades que el

mañana puede traer.

La presión del siglo XXI

Nunca antes ha habido la clase de presión con la que hemos tenido que tratar en los

siglos XX/XXI. Cuando era el gerente de un depósito de carne, mi día estaba lleno de toda clase

de problemas. Sin embargo, tuve que hacer una decisión personal, cuando salía de esa puerta a

las 4:00 p.m., dejaba mis problemas allí, y rehusaba pensar en ellos hasta la mañana siguiente.

He visto a muchos hombres sufrir por preocuparse de sus trabajos. Solían trabajar fuera del

horario; siempre traían su preocupación a casa y se angustiaban y se irritaban. Conocí a un

hombre que pasó por tres matrimonios por causa del trabajo.

Hay presiones tremendas relacionadas con la gerencia de una empresa: amenazas

constantes, acoso constante y toda clase de presión que pone a los hombres en la cama de un

hospital. Necesitamos experimentar la paz y el reposo que sólo Jesús puede dar cuando confiamos

en Él. El problema estará allí mañana, pero también habrá nueva gracia para el mañana. ¡La

gracia es como el maná; solamente sirve para hoy!

Una perspectiva balanceada

“Basta a cada día su propio mal”. En un sentido, este versículo nos da una perspectiva

balanceada para la vida. El Señor nunca prometió una vida exenta de problemas o una vida sin

los males comunes conocidos por los hombres. Lo que nuestro Maestro está diciendo es que

vamos a tener suficientes problemas. Como se establece en el libro de Job: “Pero como las

chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción” (Job 5:7).

Mientras estemos en este estado mortal, tendremos problemas. La aflicción es parte de

la maldición adámica, y esa maldición no es completamente quitada hasta que experimentamos

la inmortalidad. Sin embargo, Dios usa las aflicciones del presente mundo para perfeccionar

nuestra caminata. La aflicción obra paciencia en nuestra vida. La angustia obra dentro de nosotros,

un ensanchamiento y una capacidad para ser misericordiosos con los demás. En realidad, los

problemas son parte del proceso de redención. ¡Los problemas pueden ser el medio usado para

producir carácter, justicia y fe en nuestra vida!

Pablo dijo: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son

comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro. 8:18).

Estamos viviendo en los tiempos más llenos de acontecimientos y calamidades que

alguna vez se hayan visto o se hayan de ver. ¡Que este Sermón del Monte libere nueva fe y

nueva esperanza para nuestra vida!

65El sermón del monte

Mateo Capítulo SieteMateo Capítulo SieteMateo Capítulo SieteMateo Capítulo SieteMateo Capítulo Siete

Acerca del juicioversículos 1-5

La medida para juzgar

Mateo 7:1-2 “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que

juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”. Mantengamos en

mente que este sermón es aplicado al pueblo de Dios, y en su mayor parte es para el Cuerpo de

la Iglesia local. “No juzguéis…” Como en todas las Escrituras, se necesita una interpretación

“Usa bien la palabra…” (2 Ti. 2:15). ¿Está nuestro Señor sugiriendo en este versículo que

debemos de ser crédulos o ingenuos? ¿Debemos ser faltos de discernimiento o inconcientes

ante situaciones que deben ser corregidas? ¿Se aplica esto tanto al liderazgo como a la

congregación general?

Debido a que el tema de “juzgar” ha sido un área de gran controversia, quisiera

considerarlo desde diferentes puntos de vista. Primero, juzgar, en el sentido de censurar o condenar

o criticar, no tiene justificación. Aún cuando la gente se salga del camino o no alcance la altura

que nosotros pensamos que debería alcanzar, eso no justifica el que dictemos sentencia sobre ellos.

Juzgar a los hermanos

De hecho, Pablo dijo: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros

que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no

sea que tú también seas tentado” (Ga. 6:1). Cuando un cristiano juzga duramente a otro cristiano,

se está exponiendo a recibir el mismo juicio. Una vez conocí un hombre que ridiculizó duramente

a otro hermano diciendo que era “débil”. Lo llamó débil porque el otro derramó unas lágrimas

por una situación en la cual la mayoría de los hombres se hubiera controlado.

¿Quién sabe realmente por qué lloró el hombre? ¿Era tal vez la gota que derramó el

vaso…tal vez había estado bajo tanta presión que ya no pudo aguantar una mala noticia más?

Generalmente, no tenemos un claro entendimiento de gran parte de las situaciones. De hecho,

muchas veces ni siquiera conocemos nuestro propio corazón (1 Co. 4:3-4). El punto al que

quiero llegar es el siguiente: Después vi al hombre que se había burlado del otro por llorar, y

también estaba ¡quebrantado y llorando! ¡Eso habló a mi alma!

66 El sermón del monte

Juicio en la Iglesia

Segundo, esta advertencia (no juzguéis) no se refiere al juicio en la iglesia. De hecho,

juzgar es una de las funciones del liderazgo. Jesús mismo respalda el juicio en la iglesia en

Mateo 18:15-17. La iglesia debe de ser un lugar en donde se emitan juicios en sana doctrina. La

iglesia debe ser un lugar en donde se juzguen las disputas entre hermanos. La iglesia debe ser un

lugar en donde se ejecuten juicios contra los pecadores si el caso lo demanda.

w Juicio doctrinal: Hechos 15

w Juicio entre hermanos: 1 Corintios 6:5

w Juicio en contra del que no se arrepiente: 1 Corintios 5:1-5

Uno de los puntos cruciales de la primera carta de Pablo a los corintios, fue acerca de un

pecado muy serio que estaba contaminando a toda la Iglesia (1 Co. 5). La exhortación de Pablo

fue: “¡Traten con esto! ¡Juzguen la situación!”

Juicio hipócrita

Como este texto en particular mostrará, Jesús está socavando el espíritu de juicio de los

fariseos. En Juan capítulo ocho, los fariseos aconsejan apedrear a una mujer sorprendida en el

acto de adulterio. Jesús comenzó a escribir en la tierra, y mientras hacía esto, dijo: “¡El que esté

sin pecado, arroje la primera piedra!”.

Las Escrituras no dicen qué estaba escribiendo Jesús en la tierra, pero permítanme sugerir

que Él estaba escribiendo nombres de mujer; de modo que, uno por uno, principiando con el de

mayor edad, los fariseos desaparecieron entre la multitud. Ellos fueron convictos; eran culpables;

y no pudieron soportar el juicio. El problema no era el hecho que allí se estaba dando un juicio,

sino que era un juicio hipócrita el que se estaba llevando a cabo. ¡Todos los acusadores eran, en

sí mismos, culpables! (Este pensamiento será ampliado en los versículos 3-5).

“…con la medida con que medís, os será medido”. En la balanza del reino, con la

unidad de medida que nosotros establezcamos, con esa seremos medidos nosotros, nuestra

casa, nuestros hijos, etc. Es por esto que queremos ser transparentes al juzgar (1 Co. 4:5).

Hace muchos años, en la televisión hubo un evangelista que hizo serias acusaciones en

contra de un compañero ministro, (eso puede ser correcto bajo las condiciones apropiadas). El

problema era que el ministro acusador era culpable de lo mismo, tal vez peor. Todo se le revirtió.

De hecho, él fue más despreciado que el otro sujeto.

David quería que un hombre muriera por haber tomado la oveja de otro (2 S. 12). ¡Si

hubiera sido juzgado de acuerdo a su sentencia, él mismo hubiera muerto! Como ministros,

debemos emitir juicios o vamos a terminar siendo juzgados. La iglesia de Tiatira estaba siendo

juzgada por no ejecutar juicios.

67El sermón del monte

Juicio misericordioso

Como ministro, trato de imaginar a mis hijos en el lugar del ofensor. Quiero estar seguro

que actúo con misericordia, y que mi oración es con misericordia y que tengo la sentencia

correcta de juicio. ¡Tampoco podemos permitirles a nuestros hijos que quebranten la ley!

Debemos ser cuidadosos al juzgar, condenar o tirar la primera piedra. Muchas veces no

vemos todo el panorama y debemos reservarnos el juicio hasta que tengamos la mente de Cristo.

Con frecuencia he observado que aquellos que etiquetan rápidamente a una persona con ciertas

cosas, están identificando sus propios problemas.

Dios aborrece el chisme, la murmuración y la crítica, pero hay ocasiones en las que se

cometen serias transgresiones, y éstas deben ser comunicadas a aquellos que están por encima

de nosotros en el Señor. Cuando una situación se maneja así, es responsabilidad del líder

tratar con ella.

Hacer un juicio transparente

Mateo 7:3-5 “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de

ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu

ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y

entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Sin lugar a dudas, Jesús está

hablándole a la mentalidad farisaica de entonces. A los fariseos no solamente les gustaba juzgar,

sino que su influencia se había filtrado en toda la sociedad. Los fariseos eran legalistas y

condenadores. Jesús los llamó “hipócritas” (actores). “Porque dicen, y no hacen” (Mt. 23:3).

Ellos juzgaban a personas que eran mejores que ellos. Ellos decían: “Usted necesita enmendarse.

Permítanos ayudarlo; permítanos enseñarle cómo debe vivir. Permítanos remover la paja de su

ojo”. Jesús dijo: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo…”.

Debemos ser inocentes

Como podemos ver en este texto, Jesús no está condenando el acto de juzgar sino el

hecho de emitir juicio hipócrita: “Entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.

En otro lugar, nuestro Señor dice: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo

juicio” (Jn. 7:24).

El Señor desea que Su pueblo haga juicios justos, juicios transparentes (Sal. 37:6). Nuestro

Dios desearía que nosotros fuéramos capaces remover la astilla de los ojos de las personas. Sin

embargo, la única manera en que podemos emitir un juicio justo es permitiendo, primeramente,

que el Espíritu de Dios exponga nuestra propia vida. Como el Señor le dijo a Jeremías: “Si

entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca”. En otras palabras: “Si quieres hablar

palabra clara de Mi parte, separa lo precioso de lo vil en tu propia vida”.

O, como el rey David dijo en el Salmo 51:13, después de clamar por una limpieza y

renovación en su propia vida: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los

pecadores se convertirán a ti”.

68 El sermón del monte

Pablo les dijo a los corintios que trataban de juzgarlo: “Examinaos a vosotros mismos…”

Permitamos que el Espíritu de Dios nos juzgue primero, para que podamos ser transparentes en

emitir un juicio justo. Consideremos el siguiente criterio para cuando se necesite emitir un

juicio:

w Debemos estar seguros que los factores son verdaderos, que hay testigos, etc.

w Debemos asegurarnos que nuestras motivaciones son correctas. Si es posible, queremos

ver arrepentimiento y restauración.

w Debemos asegurarnos de no ser culpables de las cosas por las que dictamos sentencia,

(debo dejar claro que puede que tengamos que juzgar una situación de la que alguna vez

fuimos culpables. La idea de juicio es para [esperando confiadamente] salvar al ofensor,

y para [esperando confiadamente] salvar a otros con el ejemplo.

w Necesitamos recibir la sentencia de juicio desde el Trono, como lo hizo David en el

Salmo 17:2.

w ¡Debemos favorecer el plan de acción más misericordioso que sea necesario!

69El sermón del monte

Participar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradas

versículo 6

Mateo 7:6 “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los

cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”. Hablando espiritualmente,

perros son aquellos que están fuera del reino (Mt. 15:21-28). Así mismo, “cerdos” habla de lo

inmundo o lo no santo. Esto puede hablar de aquellos cuya vida no está separada para Dios, o

aquellos que continuamente se mezclan con la gente del mundo (como los carnales corintios de

1 Co. 5:11).

Una vez soñé que estaba parado en una pocilga con una Biblia. Repentinamente, la

Biblia se resbaló de mis manos, y antes que pudiera recogerla, un cerdo avanzó de prisa hacia

mí y pisoteó la Biblia entre el estiércol. Habiendo trabajado con marranos (cerdos) en el pasado,

estoy muy familiarizado con la naturaleza de la bestia. Cuando deja caer algo en una pocilga,

los cerdos inmediatamente vienen corriendo porque creen que es comida.

El mensaje que Jesús está transmitiendo aquí, es que hay ciertas personas con quienes

usted nunca podrá compartir sus tesoros sagrados. Por ejemplo, la perla puede hablar de una

revelación personal que le ha sido dada a usted. Tal vez le fue dada por medio de un sueño o de

una visión. Eso es sagrado para usted, y no la puede compartir con cualquiera. José cometió ese

error (Gn. 37:5).

La Escritura dice de María: “Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en

su corazón” (Lc. 2:19). ¿A cuánta gente le podía contar ella que un ángel la había visitado, y

que en su vientre había sido concebido el Hijo de Dios? ¡Aún, hasta las personas más santas la

hubieran reprendido hasta humillarla!

70 El sermón del monte

71El sermón del monte

Petición y súplica,Petición y súplica,Petición y súplica,Petición y súplica,Petición y súplica,

los dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santo

versículos 7-11

El que busca, encuentra

Mateo 7:7-8 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque

todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. En la versión de

Lucas sobre este texto, estos versículos van precedidos con la ilustración de un hombre que

tuvo una visita inesperada a medianoche. Como no estaba preparado para recibir a sus visitas,

va con su vecino a buscar la provisión que necesita. Aunque en un principio su vecino trata de

ignorar el abuso, debido a que continuaban tocando, se levanta y le da a su vecino los tres panes

que le está pidiendo, (ver Lc. 1:5-8).

Jesús alaba esto como la forma en que debemos pedir a nuestro Padre en el cielo. De

hecho, Jesús usa la palabra “importunar” en esta ilustración. La palabra importunar puede tener

el sentido de rudeza e imprudencia. El que busca es un entrometido. Está despertando a la

familia del hombre. ¡Está insistiendo en que su vecino lo ayude!

Nuestro Maestro nos está enseñando a persistir en la oración hasta que recibamos lo que

necesitamos. “Porque todo aquel que pide, recibe…”. Aunque podemos aplicar esto a nuestras

necesidades o circunstancias temporales, la implicación (especialmente en el relato de Lucas)

es más aplicable a los dones del Espíritu Santo. Si recibimos nuestra petición inmediatamente,

¡puede que no valoremos suficientemente los preciosos dones del Espíritu!

Los discípulos esperaron en el Aposento Alto esperando el cumplimiento de la promesa

del Espíritu Santo. En Primera de Corintios, Pablo nos exhorta (por lo menos 3 ó 4 veces) a

desear y pedir los dones espirituales. Cuando la gente ha buscado durante mucho tiempo el

bautismo en el Espíritu Santo, ¡es muy hermoso cuando lo reciben! Hay una inversión cuando

oramos, y el Señor quiere que nos demos cuenta del valor de estas cosas. ¡Puede que las cosas

temporales vengan más fácilmente porque son de menor importancia!

Hace algunos años, tenía una casa que desesperadamente necesitaba vender. Durante

seis meses, clamé cada noche a Dios por esta necesidad. En efecto, el Señor respondió mi

petición y por el precio que yo pedí. Me pregunto, ¿si aplicáramos el mismo fervor a las cosas

espirituales, cuál sería el resultado?

72 El sermón del monte

Las buenas dádivas del Padre

Mateo 7:9-11 “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una

piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis

dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará

buenas cosas a los que le pidan?” ¿Qué padre normal atormentaría a su hijo dándole algo

perjudicial cuando le está pidiendo algo bueno? Ciertamente, el hombre caído se esfuerza en

dar buenas cosas a sus hijos. ¡Hasta la gente malvada ama a los suyos! Si nosotros, que somos

malos (en comparación con nuestro Padre Celestial), queremos dar buenas dádivas a nuestros

hijos, “¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

La versión de Lucas dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a

vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo

pidan?” (Lc. 11:13). Éste es un punto importante, porque mucha gente tiene temor de que,

cuando están buscando a Dios para recibir Su Espíritu, puedan recibir a cambio un espíritu

maligno. Si le pedimos carne a nuestro Padre, ¿nos dará Él una serpiente (espíritu maligno)?

¡No, Él no lo hará! Había una iglesia que buscaba el avivamiento de Dios. Entonces el Señor

derramó de Su Espíritu sobre ellos y muchos empezaron a hablar en otras lenguas. Los líderes

rechazaron el movimiento por ser “maligno”.

¡Cuánto más vuestro Padre Celestial dará buenas dádivas a los que se lo pidan! También

quiero animarlos con “los tres panes” de Lucas 11:5-8. El reino siempre está representado por

tres medidas o por tres niveles de desarrollo. ¡No nos conformemos con pedir dos panes, sino

busquemos toda la provisión que Dios tiene para nosotros!

73El sermón del monte

La regla de oroLa regla de oroLa regla de oroLa regla de oroLa regla de oro

versículo 12

Mateo 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,

así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. Aquí hay un versículo

que se ha llegado a conocer como “la regla de oro”. Aún la gente del mundo la puede citar: “Has

a los demás lo que quieres que hagan contigo”. Y si el mundo practicara este precepto, el mundo

sería una utopía: ¡el cielo en la tierra!

Todos queremos que los demás sean buenos, cariñosos, respetuosos, honestos y justos

con nosotros, etc. Si todos tratáramos así a los demás, ciertamente habría paz y tranquilidad.

Jesús dijo: “porque esto es la ley y los profetas”.

La ley y los profetas

Hay un versículo que básicamente resume todo el Antiguo Testamento. Jesús dijo:

“porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan” (Mt. 11:113). ¿Cuál era el mensaje

de la ley y los profetas? Consideremos varios versículos más que resumen la ley y los profetas:

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con

toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a

tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”

(Mt. 22:37-40). Todo el Antiguo Testamento se reduce a dos mandamientos. Amar a Dios con

todo nuestro corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Éste era el mensaje de la

Ley y los profetas, reconciliar al hombre con Dios y reconciliar a los hombres con los hombres.

También el profeta Miqueas condensa la responsabilidad del hombre en un versículo:

“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer

justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Mi. 6:8).

Comunión

Aún en los dos emblemas de la comunión encontramos que la responsabilidad del hombre

cae en dos categorías: El pan simboliza el Cuerpo de Cristo, nuestra relación unos con otros. El

vino (la sangre) simboliza una relación correcta con Dios. ¡La sangre nos cubre mientras

caminamos en la luz! Cuando tomamos la santa cena (comunión) estamos diciendo que estamos

bien con Dios, y que estamos bien con los hombres.

74 El sermón del monte

La regla de oro es el latido de este sermón. Aquí yace aquello que refleja el Nuevo

Pacto: Amarse unos a otros. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis

amor los unos con los otros” (Jn. 13:55). O como dice en 1 Juan 4:20: “Pues el que no ama a

su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”

La famosa oración de Francisco de Asís (siglo XIII) retrata el corazón que quiere

practicar la regla de oro (vea la última hoja de este comentario).

75El sermón del monte

El camino angostoEl camino angostoEl camino angostoEl camino angostoEl camino angosto

versículos 13-14

Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso

el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la

puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. La palabra

“estrecho” significa angosto. ¿Es esta puerta estrecha la puerta de la salvación? En el relato de

Lucas, Jesús está respondiendo una pregunta: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” Jesús

responde esta pregunta diciendo: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo

que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado

y cerrado la puerta…”. Esta exhortación nos está diciendo a todos que hoy es el día de la

salvación. La vida es corta, y cuando la vida se acaba, también se cierra la puerta de la salvación

(ver Lc. 13:23-25).

En un sentido, la Escritura ilustra la puerta de la salvación como muy ancha: “¡El que

quiera puede entrar!” La invitación es para todos los hombres, y el Señor desea que todos los

hombres sean salvos; sin embargo, los términos de la salvación son muy exclusivos. Sólo hay

un camino; es solamente a través de un hombre; y es sólo por el reconocimiento de un único

hecho que podemos ser admitidos. ¡Es solamente a través del “Pastor Crucificado” que podemos

entrar! Jesús es la puerta del redil (Jn. 10:9).

Los rediles de aquellos tiempos tenían una sola puerta, y esa puerta era muy angosta.

Las ovejas tenían que pasar apretadamente por el pastor para entrar al redil. Había dos razones

para que esta puerta fuera angosta: Primero, para que el pastor pudiera contar las ovejas, y

segundo, para que nada más entrara al redil.

“Porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos

son los que entran por ella…”. Hay otro camino que promete salvación. Es un camino que

parece correcto; hasta asemejarse al de la cruz. Parece razonable a los hombres, es aceptable a

los hombres, y demanda menos: Un camino más tolerante. ¡Pero el fin de este camino es muerte!

Es el camino sin cruz. Es el camino que dice: “Si sus buenas obras pesan más que las malas,

usted es salvo”. Es un camino que dice: “Estamos entrando allí a nuestra manera”. Es un camino

que presenta a Dios como un abuelo anciano y perdonador que dice: “Está bien mis hijos,

ustedes son sólo humanos” (ver Pr. 14:12).

76 El sermón del monte

¿Cristianos del camino ancho?

Jesús les estaba hablando a aquellos que supuestamente estaban en el reino. Hay muchos

que han aceptado a Cristo como su Salvador. Están en el reino, pero no están caminando en la

senda que los llevará a la “vida en abundancia” o al “galardón completo”. De hecho, muchos

del pueblo de Dios tratan de vivir tan cerca del mundo como les es posible: Caminando por el

camino ancho. Los carnales corintios son un ejemplo de los creyentes que están caminando por

una senda inaceptable.

Recientemente, alguien me contó sobre una madre “cristiana” que le escribe los ensayos

a su hija “cristiana” que está en la universidad. ¡Los ensayos reciben una nota de “excelente”!

Ésta es la clase de “cristianos” que están caminando por el “camino ancho”. Si continúan

caminando por esta senda, no van a tener un radiante final; o para ponerlo claramente, ¡no

lograrán llegar al fin! (ver Ef. 5:13).

A menos que un hombre corra la carrera legalmente, no es coronado al final, es descalificado.

La carrera cristiana debe de correrse de acuerdo a las reglas: Sin atajos (ver 2 Ti. 2:5).

Mi madre era una buena maestra. A menudo nos llevaba (a sus tres hijos) a caminar, y

usaba la naturaleza para mostrarnos analogías espirituales. Una vez señaló que el banco de

peces que estaba quieto en la corriente rápida, estaba haciendo un gran esfuerzo para mantenerse

en su lugar. De esa ilustración, mi madre siempre me decía que cualquier pez muerto podía

flotar con la corriente, pero que se requería de un pez vivo para ir en contra de la corriente. El

camino espacioso es el camino que opone menor resistencia. Es el evangelio fácil; es la senda

de la ruina y la vergüenza.

El deseo del Señor es traer muchos hijos a la gloria. En el tabernáculo, la gloria de Dios

estaba en el Lugar Santísimo. Hay un proceso para llevar al hombre de la puerta de la salvación

(Atrio Exterior) al Lugar Santísimo, en donde habita Su gloria. El camino a la gloria se vuelve

mucho más exclusivo. ¡Es un camino angosto… es la caminata en el Espíritu… es el camino

de la cruz!

Y pocos son los que la hallan

Las Escrituras están llenas de ilustraciones y exhortaciones acerca de los “dos caminos”.

El libro de Proverbios menciona, al menos dieciocho veces, los dos caminos. La senda de la

vida pareciera ser la senda más restringida, ¡pero es la senda que nos lleva a la “vida en

abundancia!” Parece que son muy pocos los que la hallan ¡pero, por medio de la gracia de Dios,

busquemos caminar en esta senda!

77El sermón del monte

Discernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profeta

versículos 15-20

Guardaos del falso profeta

Mateo 7:15 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de

ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. En muchas maneras, nuestro Señor estaba aludiendo

a los líderes religiosos de esos días. Externamente, parecían ser una cosa, pero por dentro eran

lobos rapaces. No tenían ningún escrúpulo en devorar el sustento de una viuda.

Sin embargo, como la Era Cristiana estaba por venir, ésta fue una advertencia para la

Iglesia. En el discurso del Monte de los Olivos (Mt. 24:11), Jesús advirtió que en los últimos

días habría muchos falsos profetas que engañarían a muchos. Esto también fue verdadero para

la Iglesia del primer siglo.

El apóstol Pablo advirtió a los efesios que, después de su partida, muchos “lobos rapaces”

entrarían en medio de ellos y que engañarían a muchos (Hch. 20:17-30). Externamente parecían

ser verdaderos. Los ministros de Satanás parecen ministros de justicia. Pablo explica: “Y no es

maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si

también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia…” (2 Co. 11:14-15). Igual que

los verdaderos ministros, los ministros de Satanás se paran detrás del púlpito. Pero son falsos

profetas y, su principal objetivo, es atraerlo a usted a sus engaños.

El divorcio y nuevo matrimonio

Hemos visto ciertos ministros que se han divorciado y vuelto a casar. Pareciera como si

una unción falsa viniera sobre ellos. De pronto, parece que sus ministerios florecen. Están

testificando acerca de las grandes cosas que Dios está haciendo en la vida de ellos. Es un fenómeno

inusual, pero el mensaje que se está transmitiendo es “¡Dios nos está restaurando. La gente ha

condenado nuestro matrimonio, pero Dios está mostrando a todos Su aprobación por lo que

hemos hecho!” Es un razonamiento difícil de argumentar, porque es engañoso.

Discerniéndolos por su fruto

Mateo 7:16 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o

higos de los abrojos?”

78 El sermón del monte

“¿Acaso se recogen uvas de los espinos?” Ahora, nuestro Maestro nos va a decir cómo

discernir lo falso. En la parte de atrás de mi casa tengo una enramada de uvas, y cada otoño

espero cosechar algunos racimos de uvas. Si yo fuera a recoger algunos racimos de mi viña y

descubriera racimos de espinos en su lugar, estaría un poco desanimado… ¡asustado! Esto no es

lo que esperaba. Aquí hay algo que no está bien.

El fruto que un ministro produce es lo que nos cuenta su testimonio, no sus dones. Ellos

pueden manifestar algunos dones verdaderos u otros que parecen ser verdaderos, pero es el

fruto el que nos cuenta la historia (el fruto del Espíritu Santo).

Características que revelan al falso profeta

w Busca atraer discípulos hacia sí mismo.

w Habla de sí mismo.

w Habla de forma selectiva… “Somos los únicos”.

w Se especializa en el punto en el cual está engañado.

w Busca atraer a otros a su engaño.

w Reinterpreta las Escrituras.Siempre tiene un mensaje de falsa gracia y falso amor.

w Usa la lisonja. Les dice a los demás lo que quieren oír.Profetiza que usted ha sido

incomprendido,pero que Dios lo va a reivindicar, etc.

w Busca controlar las vidas y especialmente las finanzas.

w Siempre habrá un pecado importante en su vida.

Es mucho mejor ser reprendido por un hombre justo queser adulado por el enemigo:

“Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece” (Pr. 27:6).

Mateo 7:17-18 “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos

malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”. Aquí está

una de las primeras leyes de la creación: “Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da

semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y

vio Dios que era bueno” (Gn. 1:12). Todo árbol debe dar fruto según su mismo género. Hay

árboles buenos, como el ciruelo. Un ciruelo puede dar solamente ciruelos. La cicuta solamente

puede dar fruto venenoso. La dulcamara (especie de árbol medicinal: dulca=dulce/mara=amargo)

solamente va a dar fruto venenoso.

Un árbol no puede producir algo diferente a lo que es. Un árbol venenoso va a producir

fruto venenoso. Un árbol bueno solamente puede producir buen fruto, (estos versículos también

van en relación al falso profeta). En las Escrituras, muchas veces se compara a los hombres con

los árboles.

Cuando las personas son miembros de una congregación por algún período de tiempo,

llegan a conocer a su pastor y su mensaje. Conocen su familia; conocen su posición en la

comunidad y conocen su carácter e integridad. En resumen, pueden ver el fruto que él manifiesta.

Sin embargo, no es tan fácil discernir el fruto de un ministro ambulante. Los jóvenes

creyentes corintios se impresionaban con cualquiera que hiciera mucho alboroto. No le ponían

79El sermón del monte

mucha atención al fruto. “Él suena bien. Manifiesta dones de sanidad y profecía. La gente se

salva”. Eso parece justificar cualquier cosa que esté predicando.

Mi hermano (quien también es ministro) y yo, estábamos viendo a un evangelista en la

televisión. Hacía muchos milagros, pero en nuestro interior, había algo que no daba testimonio.

Nosotros nos sentamos y movimos nuestras cabezas dudando. Una semana después leímos en

el periódico que este sujeto había sido arrestado por haber estafado. Es el fruto que ellos producen

lo que da testimonio.

Mateo 7:19-20 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así

que, por sus frutos los conoceréis”. Aquí vemos el fin del árbol malo. Es cortado y echado en el

fuego. El falso profeta y todos los que son engañados por su mensaje de falsa gracia perecerán

en el infierno. ¡Todos aquellos que han sido engañados a pensar que no pueden perder su salvación

y siguen pecando, morirán!

Aquellos que producen buen fruto (fruto del Espíritu Santo) son verdaderos. “Y serán

llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Is. 61:3). En Gálatas 5:22-

23, Pablo enumera los nueve frutos del Espíritu: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,

paciencia, benignidad, bondad, fe, v. 23 mansedumbre, templanza…”

Algunas veces es más fácil discernir el mal fruto que el buen fruto. ¡Por sus frutos

los conoceréis!

80 El sermón del monte

81El sermón del monte

¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?

versículos 21-23

Aquellos que dicen Señor, Señor

Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,

sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. La versión de Lucas añade una

pequeña diferencia a este versículo. Veamos:

“Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando

fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá:

No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en

nuestras plazas enseñaste” (Lc. 13:25-26).

Aquí tenemos una escena en la cual alguien está buscando ser admitido en el reino

celestial al final de su vida. El toca a la puerta del cielo diciendo: “Señor, Señor, abre”. El Señor

responde: “¡Pero yo no te conozco!” “¡Pero Señor, me he sentado en la banca de la iglesia toda

mi vida. He orado el Padrenuestro cada semana, y siempre he dicho el ‘Señor, te damos las

gracias’ después de cenar cada domingo!” Pero Él dirá: “Te He dicho, no sé de dónde sois,

apartaos de Mi, hacedores de maldad”.

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lc. 6:46).

Una cosa es decir: “Conocemos al Señor”. Pero, ¿nos conoce Él? Recuerdo que una vez

estaba abordando el avión para Filipinas y, al mismo tiempo, el famoso evangelista “Morris

Cerullo” bajaba por otra rampa. Entonces le dije a mi amigo: “¡Hey, allí está Morris Cerullo!”

Mi amigo dijo: “¡No!” En eso, Morris Cerullo miró y saludó, diciendo: “¡Sí, aquí estoy!” Entonces

le dije a mi amigo (en broma): “¡Mira, conozco a Morris!” Yo sabía quien era él, ¡pero en

realidad, él no me conocía!”.

El Señor está diciendo: “No todo el que dice que Me conoce será admitido en el cielo,

sino aquellos que hacen la voluntad de Mi Padre”. En resumen, aquellos que escuchan Mi voz

y la obedecen, ¡esos serán los que entrarán al cielo!

Aquellos que tienen dones

Mateo 7:22-23 “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu

nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y

82 El sermón del monte

entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. “… en tu

nombre hicimos muchos milagros”. Este versículo responde muchas preguntas. Aquí hay

ministros que han pensado que la aprobación de Dios sobre su ministerio o sobre sus dones

justifica su estilo de vida. Tal vez la vida de Sansón puede servir como un buen ejemplo de esto.

Aquí está un hombre que podía pasar la noche con una prostituta, después salir (bajo la unción)

y llevar las puertas de la ciudad. Sansón pensó que su ungido ministerio justificaba su

estilo de vida inmoral.

Sabemos que, misericordiosamente, Dios redimió a Sansón, aunque el precio fueron

sus ojos, y finalmente su vida. Sin embargo, éste no es el caso con todos los ministros que se

descarrían. A veces, retienen su don (por un tiempo), pero eventualmente otro espíritu los puede

tomar. Muchas veces, y como sucedió con el rey Saúl, pueden funcionar en dos ámbitos diferentes.

Bajo la unción del Espíritu Santo, Saúl podía profetizar y después profetizar bajo un espíritu malo.

Nos preguntamos: “¿Cómo puede ser esto? Aquí hay hombres haciendo estas asombrosas

cosas, y aún así su estilo de vida no da la talla”. Recordemos lo que Jesús dijo acerca de “por su

fruto…” En los últimos días, habrá un gran avivamiento y habrá muchos “hacedores de milagros”.

Si aprobamos a los ministros solamente por sus dones ¡podemos ser engañados!

Una vez alguien compartió una historia acerca de un evangelista que se había descarriado.

Un día, mientras el evangelista caminaba hacia la carpa en la que iba a predicar, el viento la

empezó a azotar; y mientras la carpa se agitaba con la brisa, él pudo ver la cara enojada de Dios.

Por un momento se estremeció, pero después de empezar a predicar y ver que la gente era salva,

y que la gente sanaba, se sentó y musitó para sí mismo: “Bueno, Dios no puede estar tan enojado…”

Luego Dios le dijo a este hombre: “¡Yo no te estaba honrando a tí, estaba honrando Mí púlpito!”

Solamente recuerde que Judas tenía dones como los otros discípulos. También hizo milagros.

“Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. No, tener

un ministerio, tener dones, y hasta ver gente que llega al Señor en salvación no nos lleva adentro del

cielo. Aún el apóstol Pablo dijo esto: “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no

sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Co. 9:27).

Nunca os conocí

Este pensamiento: “Nunca os conocí”, puede ser traducido de muchas maneras. Puede

traducirse “realmente nunca te llegué a conocer, nunca te asemejaste a Mí, o tú nunca reflejaste

mis caminos, ni mi reino, etc.” Como dijo el profeta Oseas en relación a su hijo: “No eres mío”

(no eres mi pueblo). “No hay semejanza mía en tí” (ver Os. 1:9).

También está el pensamiento de ser “borrado del libro” (Ap. 3:5). Cuando alguien es

borrado del libro de la vida, es como si su nombre nunca hubiese estado allí. “Nunca te conocí”.

¡Que el Señor siempre nos mantenga alejados del engaño de pensar que el “don” es la

aprobación de Dios hacia nuestra mala conducta! ¡Hacedores de maldad váyanse al infierno,

esto incluye a los ministros! ¡Sí, deseamos ver milagros, pero sobre todo, deseemos siempre ser

fieles y verdaderos!

83El sermón del monte

Las dos casasLas dos casasLas dos casasLas dos casasLas dos casas

versículos 24-27

La casa sobre la roca

Mateo 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a

un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”. Por supuesto, la “roca” es una alusión

a Él mismo. La Roca que se menciona a través de las Escrituras es siempre una figura de Cristo:

“Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los

seguía, y la roca era Cristo” (1 Co. 10:4).

Cristo es el fundamento de la Iglesia: La Roca de nuestra salvación (1 Co. 3:11). Cristo

también es llamado “la Principal Piedra del Angulo” (Ef. 2:20; 1 P. 2:6).

La principal Piedra del Ángulo

La principal piedra del ángulo es la piedra fundamental con la cual deben ser alineadas

todas las demás piedras de un edificio. Deben de alinearse con la principal piedra del ángulo de

manera vertical y horizontal. La razón por la cual Jesús es llamado la “Principal” piedra angular

es porque hay otras piedras angulares en un edificio. Espiritualmente, la piedra angular nos

habla de la doctrina de Cristo. Toda doctrina debe de alinearse con la doctrina de Cristo. La

piedra angular también habla del ministerio de Cristo ¡todos los demás ministros deben de

tomar las medidas de Él!

Observe la norma: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace…” No es

suficiente solamente oír estas cosas. La versión de Lucas dice: “¿Y por qué me llaman Señor,

Señor, y no hacen lo que les digo?” Muchos dicen que Jesús es su Salvador, pueden citar las

Escrituras, y hasta predicarlas. Pero es solamente el cumplirlas lo que nos sujeta a la “Roca”.

Mateo 7:25 “Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra

aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”.

La casa que soporta la prueba

La casa de los tiempos del fin es una casa terminada. Como el mismo Jesús dijo: “Yo

edificaré mi Iglesia (casa)…” Sin embargo, antes que Cristo venga por Su Iglesia, ésta será

probada por gran tormento. La tormenta de la tribulación probará esta casa, ¡y la va a estremecer,

84 El sermón del monte

para que sólo lo que esté fundado sobre aquello que Él dijo, permanezca! ¡El Señor tendrá una

Iglesia que dé la talla del modelo!

Consideremos lo que Isaías dijo con respecto a esta casa: “Por tanto, Jehová el Señor

dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular,

preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Y ajustaré el juicio a cordel, y a

nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo”

(Is. 28:16-17).

Aquí hay una profecía de Cristo, la “Piedra Angular” (ver 1 P. 2:6). Aquellos que creen

en esta “Piedra Angular” no van a ser forzados a retirare. Luego, el profeta continúa diciendo

que todo lo que no se ajuste a esta piedra será arrastrado por la tormenta ¡es decir, todo lo que

constituya una mentira: falsas doctrinas, falsas profecías y predicciones, o cualquier cosa que

no sea inspirada por el Espíritu Santo! Sin embargo, después de la tormenta, la Iglesia verdadera

permanecerá firme.

Consideremos también lo que el apóstol Pablo dijo con respecto a los últimos días:

“… Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta

frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que

queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible…” (He. 12:26-

28, ésta es una cita de Hag. 2:6-7).

Obviamente, Pablo está escribiendo sobre algo que es futuro y que aún no ha sucedido

hoy (2001). Esta conmoción en los cielos puede referirse también a cosas espirituales. Dios va

a conmover todo lo que sea conmovible. Las falsas doctrinas y los conceptos religiosos de los

hombres serán conmocionados porque Dios nunca los inspiró. Cuando todo termine, la Iglesia

fundada sobre la Roca va a permanecer. ¡Aquellos que escuchan y hacen lo que Cristo dice,

permanecerán!

La casa sobre la arena

Mateo 7:26-27 “Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé

a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos,

y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.

Juzgando por lo que nuestro Maestro dice referente a las dos casas, es evidente que habrá una

gran división en la Iglesia del fin. Vemos un grupo que permanecerá fiel a la Palabra del Señor,

y otro grupo que desobedecerá a la Palabra.

Un mensaje para la Iglesia

Éste no es un mensaje que le importe al mundo. Jesús se está dirigiendo a la gente del

reino, aquellos dentro del reino. La casa del rey Saúl tuvo una gran caída porque desobedeció a

la Palabra. Por su desobediencia, el Señor le dijo a Saúl: “Porque la rebelión es como pecado de

adivinación…” Es interesante que Saúl pasó su última noche en la tierra con una adivina. La

gente se abre al engaño cuando está continuamente desobedeciendo la verdad o la corrección.

85El sermón del monte

Es atemorizante no caminar a la luz de la Palabra de Dios. Jesús comparó esto a “edificar

sobre la arena”. En otras palabras, construir una casa sin fundamento (no está sujeta a nada

seguro). Cuando viene el ventarrón, ¡esta casa será arrastrada por el viento como una choza de

cartón! La arena habla de los preceptos de los hombres.

No os engañéis

Aquí está la triste verdad del sermón; demasiados del pueblo de Dios piensan que pueden

caminar con el mundo (el camino ancho). Solamente van a la iglesia cuando se “sienten guiados”.

No están bajo ninguna autoridad espiritual, no se sujetan a un pastor. No conocen las Escrituras,

o solamente escogen las porciones que les gustan.

El otro día estaba hablando sobre los tiempos del fin a una “cristiana”. Su actitud debiera

haber sido: “Quiero afirmar mi caminata con el Señor… quiero estar preparada, etc.” Pero su

respuesta fue: “Bueno, solamente voy a esperar y ver”. Éstas son personas que están edificando

sobre la arena, ¡y así hay muchos!

Muchos serán descalificados de la Iglesia gloriosa que se está levantando; ¡pero peor

aún, el Anticristo engañará a muchos porque no amaron la verdad!

“Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el

amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean

la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se

complacieron en la injusticia” (2 Ts. 2:10-12).

86 El sermón del monte

87El sermón del monte

Enseñar con autoridadEnseñar con autoridadEnseñar con autoridadEnseñar con autoridadEnseñar con autoridad

versículos 28-29

Mateo 7:28-29 “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su

doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”. La

enseñanza de los escribas era muy ambigua… “bueno, nadie sabe con seguridad… hemos

consultado con las autoridades más altas (refiriéndose a ellos mismos) y sentimos que esto es lo

que significa, etc…”

La doctrina de Cristo

Jesús no justificaba lo que decía. Tampoco dijo: “Bueno, pienso…” Jesús simplemente

hablaba: “¡Así es!” Cuando el Maestro habló del infierno, Él podía verlo. Cuando el Maestro

habló del Padre Celestial, Él podía verlo (Jn. 5:19-20).

La doctrina de Cristo venía directamente del cielo: “Y se maravillaban los judíos,

diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina

no es mía, sino de aquel que me envió” (Jn. 7:15-16).

Isaías dijo refiriéndose a Cristo: “Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber

hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que

oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás”

(Is. 50:4-5).

“Porque les enseñaba como quien tiene autoridad…” La gente estaba asombrada de la

autoridad con la que Jesús hablaba. Quisiera concluir este comentario en este preciso punto,

porque éste será uno de los honores que Dios dará a Sus fieles ministros en estos últimos días.

Ellos van a hablar con autoridad. Dirán: “¡Éste es el camino, andad por él!” ¡Van a enseñarle al

pueblo de Dios la diferencia entre lo santo y lo profano, entre lo limpio y lo inmundo!

El honor que viene solamente de Dios

Durante los tiempos de apostasía, los verdaderos ministros parecen ser empujados a la

parte de atrás. ¡Los que parecen estar al frente son los ministros que consienten la idolatría de

las personas, como la música rock o las citas amorosas entre los adolescentes, o los que no

dicen nada en contra de pecados tales como el divorcio y nuevo matrimonio! Pero antes de que

termine esta era, habrá un gran avivamiento y Dios sacará del rincón a Sus fieles ministros.

88 El sermón del monte

Estos ministros llevarán al pueblo de Dios al día de la decisión. ¡Hablarán con autoridad y harán

que la gente entienda!

En el Antiguo Testamento había dos líneas sacerdotales que salían de Aarón. Una línea

hacía muchas concesiones, y su motivación era tener el favor del pueblo. Permitía al pueblo

seguir con su idolatría, etc. Sin embargo, el Señor dice acerca de Sus fieles ministros que

guardaron el ordenamiento:

“Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario

cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y

delante de mí estará…” (Ez. 44:15).

“Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán

a discernir entre lo limpio y lo no limpio” (Ez. 44:23).

“En los casos de pleito ellos estarán para juzgar; conforme a mis juicios juzgarán” (Ez. 44:24).

En el fin, el Señor da hermosas promesas a los fieles hijos de Sadoc. Tienen la promesa

de acercarse al Señor; y tendrán el privilegio de enseñar al pueblo de Dios la diferencia

entre lo que es aceptable y lo que no es aceptable. ¡Y, ellos tendrán la última palabra en

todo tipo de controversia! En otras palabras, tendrán la autoridad de decir “¡así sea!” en

todo tema controversial.

¿De dónde viene la autoridad?

La autoridad viene de tener una doctrina pura. Dios le da claridad a aquellos que hacen

Su voluntad: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si

yo hablo por mi propia cuenta” (Jn. 7:17). En otras palabras, ¡Dios da buena doctrina a aquellos

que la aplican!

La autoridad también viene de permitir que el mensaje sea obrado en nuestra vida. Esto

es lo que Ezequiel llama “¡comerse el libro!” O, poniéndolo en los términos del Nuevo

Testamento: “la Palabra haciéndose carne”. Recientemente escuché a un ministro predicar sobre

el libro de Job. ¡Qué unción había sobre este mensaje! La razón de esto era que el ministro se

había comido parte de este libro; no era teoría. Se había vuelto realidad.

Dios pone Su aprobación y Su unción sobre aquellos que han permitido que la espada

(del Espíritu) penetre en su propia vida. Ellos han llegado a ser el mensaje. Cristo era la

personificación de Su mensaje. ¡Él no predicó algo que fuera teoría!

Los tiempos que estamos viviendo son emocionantes. Dios hará grandes cosas por

aquellos que han abrazado este sermón y han permitido que sea una realidad. Esto es de lo que

trata el Nuevo Pacto: ¡La Ley escrita en las tablas de carne de nuestro corazón y Cristo revelado

en nuestra vida! “Pueblo en cuyo corazón está mi ley…”.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser

hechos hijos de Dios…” (Jn. 1:12).

89El sermón del monte

EpílogoEpílogoEpílogoEpílogoEpílogo

La promesa del Nuevo Pacto no le fue dada a Israel durante los días gloriosos de Salomón.

Más bien, fue dada mientras el remanente de Israel marchaba hacia Babilonia. La esperanza que

se le dio a Israel mientras se iban fue que regresarían con un nuevo corazón y un nuevo espíritu

(Jer. 24:1-7).

Fue durante la humillación, la angustia y la desesperación de la cautividad que esto se

hizo realidad en algunos. Es un hecho lamentable que el hombre aprenda más mediante el

sufrimiento que mediante palabras y exhortación. Al caminar en el Espíritu, Dios nos guiará a

circunstancias que revelarán y tratarán con nuestro corazón. ¡Es en lugares como estos que

clamamos para conocer Sus caminos!

Ése fue el ejemplo de Esdras, el sacerdote. Aquí estaba un hombre sometido a los

tormentos de la cautividad, y aún en medio de esto, su clamor era entender la Ley y hacerla, y

enseñarla a su confundida generación (Esd. 7:10).

Así fue como Esdras salió de Babilonia con un nuevo corazón y un nuevo espíritu.

Esdras no sólo trajo el avivamiento a su generación (Neh. 8-9), sino que también enseñó al

pueblo de Dios la diferencia entre lo santo y lo profano, y la diferencia entre lo limpio y lo

impuro. Él les enseñó lo que es aceptable a Dios y lo que no lo es. De hecho, Esdras también

recibió gran autoridad para enseñar a los impíos (Esd. 7:25).

Vivimos en una generación que necesita transparencia, una generación que está

confundida en los asuntos. ¡Vivimos en una generación de cristianismo que ha perdido lo que lo

distingue del mundo! Esdras sirve como ejemplo y tipo de aquellos que nuestro Señor estaba

buscando poder reproducir, en Mateo 5:19: “Mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste

será llamado grande en el reino de los cielos”.

¡Amén!

90 El sermón del monte

Oración de Francisco de Asís

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu paz.

Donde haya odio, siembre yo el amor.

Donde haya ofensa, perdón.

Donde haya duda, fe.

Donde haya desesperación, esperanza.

Donde haya tinieblas, luz,

y donde haya tristeza, gozo.

Oh Maestro Divino,

haced que yo no busque

tanto ser consolado, sino consolar;

ser comprendido, sino comprender;

ser amado, como amar.

Porque es dando, que se recibe;

perdonando, que se es perdonado

y muriendo, que se resucita a la vida eterna.

91El sermón del monte

El sermón del monteEl sermón del monteEl sermón del monteEl sermón del monteEl sermón del monte

Resumen del sermón de Mateo capítulo cinco

El trasfondo del Semón del Monte versículos 1 - 2

1. Las nueve Bienaventuranzas versículos 3 - 12

a. Una vista general de las Bienaventuranzas

b. Los pobres de espíritu versículo 3

c. Los que lloran versículo 4

d. Los mansos versículo 5

e. Los que tienen hambre y sed de justicia versículo 6

f. Los misericordiosos versículo 7

g. Los de limpio corazón versículo 8

h. Los pacificadores versículo 9

i. Los que padecen persecución por la justicia versículo 10

j. Perseguidos por “Mi” causa versículos 11 - 12

2. Dar testimonio versículos 13 - 16

a. Sal versículo 13

b. Luz versículo 14

c. Para nuestra casa versículo 15

d. Para el mundo versículo 16

3. Cumplir la ley versículos 17 - 20

a. Todo se haya cumplido versículos 17 - 18

b. Un destino medido por la ley superior versículo 19

c. Se demanda mayor justicia versículo 20

4. Apelar a una ley superior entre los hermanos versículos 21 - 26

a. El enojo versículos 21- 22a

b. Palabras que se dicen en contra de los hermanos versículo 22b

c. Reconciliación y restitución versículos 23 - 26

5. Una ley moral superior versículos 27 - 32

a. El adulterio espiritual (los pensamientos) versículos 27 - 28

b. La seriedad de las restricciones morales versículos 29 – 30

c. El divorcio y nuevo matrimonio versículos 31- 32

6. Hacer juramentos o votos versículos 33 - 37

7. Actitudes ante injusticias y préstamos versículos 38 - 42

a. Volver la mejilla versículos 38 - 39

b. Los pleitos versículo 40

c. Caminar la milla extra versículo 41

92 El sermón del monte

d. Actitud al dar prestado versículo 42

8. Actitudes hacia nuestros adversarios versículos 43 - 46

a. Devolver bien por mal versículos 43 - 45

b. No hay recompensa por amar a los suyos versículos 46 - 47

c. La perfección versículo 48

Resumen del sermón de Mateo capítulo seis

9. Motivos para dar versículos 1 - 4

a. Ser vistos por los hombres versículos 1 - 2

b. Ser vistos por Dios versículos 3 4

10. Motivos para orar versículos 5 - 8

a. Ser vistos por los hombres versículo 5

b. Ser vistos por Dios versículo 6

c. Ritualismo y repetición versículos 7 - 8

11. El Padrenuestro, la oración aceptable versículos 9 - 13

a. Reconocer quién es Dios versículo 9a

b. Reconocer Su santidad versículo 9b

c. Venga Tu reino versículo 10a

d. Hágase Tu voluntad versículo 10b

e. Nuestro pan diario versículo 11

f. Perdonar como también nosotros perdonamos versículo 12

g. Líbranos de la tentación versículo 13a

h. Líbranos del mal versículo 13b

i. Reconocer Su reino, poder y gloria versículo 13c

12. Perdón y perdonar versículos 14 - 15

13. Motivos para ayunar versículos 16 - 18

a. Ser vistos por los hombres versículo 16

b. Ser vistos por Dios versículo 17 - 18

14. Motivos para ahorrar, la verdadera inversión versículos 19 - 21

a. Los tesoros en la tierra versículo 19

b. Los tesoros en el cielo versículo 20

c. ¿Dónde está su corazón? versículo 21

15. Unidad de visión versículos 22 - 23

a. Una visión clara versículo 22

b. Visión distorsionada versículo 23

16. Los dos señores: Las cosas de esta vida o Aquel que da vida a las cosas versículos 24 - 34

a. Dios o las cosas versículo 24

b. La vida es más que las cosas versículo 25

c. El Señor alimenta a toda Su creación versículo 26

d. El Señor viste (adorna) toda la creación versículos 27 - 30

e. El Señor provee nuestras necesidades diarias versículos 31 - 32

f. Buscad primero Su reino versículo 33

g. No preocuparse por el mal del mañana versículo 34

93El sermón del monte

Bosquejo del sermón de Mateo capítulo siete

17. Acerca del juicio versículos 1 - 5

a. La medida para juzgar versículos 1 - 2

b. Hacer un juicio transparente versículos 3 - 5

18. Participar de las cosas sagradas versículo 6

19. Petición y súplica, los dones del Espíritu Santo versículos 7 - 11

a. El que busca encuentra versículos 7 - 8

b. Las buenas dádivas del Padre versículos 9 - 11

20. La regla de oro versículo 12

21. El camino angosto versículos 13 - 14

22. Discernir al verdadero profeta versículos 15 - 20

a. Guardaos del falso profeta versículo 15

b. Discerniéndolos por sus frutos versículos 16 - 20

23. ¿Quién entrará al cielo? versículos 21 - 23

a. Aquellos que dicen Señor, Señor versículo 21

b. Aquellos que tienen dones versículos 22 - 23

24. Las dos casas versículos 24 - 27

a. La casa sobre la roca versículos 24 - 25

b. La casa sobre la arena versículos 26 - 27

Enseñar con autoridad versículos 28 - 29

94 El sermón del monte