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El velo de la mujer mapuche

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ujeres han sido las principalesvíctimas de los operativospoliciales que afectan acomunidades mapuches.

Diversos informes de derechos humanosconsignan maltratos físicos y verbalescontra ancianas, jóvenes y niñas por partede fuerzas policiales y particulares.

directorPedro Cayuqueo MillaqueosubdirectorWladimir Painemal MoraleseditoraJaqueline Caniguan CaniguanperiodistasAdrian Moyano, Hernán Scandizzo, ManuelLonkopan, Mauricio Montiel, MauricioBuendia, Arnaldo Pérez-Guerra y MarioCasasús.diseño gráficoJosseline Fuentes / FabricafotografíaPablo Díaz, Alejandra Bartoliche y VeraBolkovicrepresentante legalPedro Cayuqueo Millaqueoventas de [email protected]

AZDOMINGO es un suplemento semanaldel Periódico Azkintuwe. Todos los derechosreservados.

www.azkintuwe.org

AZD O M I N G O

Desde la conquista, la mujer indígenaha ocupado un rol preponderante enla defensa del territorio y la vida. Hantranscurrido más de 500 años y nuevastegualgas, fresias y quidoras siguenalzando la voz de la dignidad.Conversamos con cuatro de ellas,jóvenes profesionales, dadoras de viday activistas de sus pueblos, que consentido crítico analizan su realidad.

Palabrade Mujer

SUMARIOWallmapu / 9 de Marzo de 2008

iversos roles ceremoniales alinterior de la sociedad mapucherecaen en las mujeres. Si bienla función de "machi" no

distingue género, es una característicaque este importante rol recaiga en mujeresque ya sea en su adolescencia o durantela adultez, reciben este don para elservicio de la comunidad y su pueblo.Respetadas en la sociedad mapuche, lasmachi representan el equilibrio, lasabiduria y el amor a la tierra.

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enumapu Chao (el Padre del Cielo) creó unespacio único, plano, infinito como un círculo -que llamó Nag Mapu– al que dejó suspendido enel aire. Luego buscó entre otras creaciones queflotaban a la joven Wanglen (estrella) para que

ocupara ese espacio. La dejó en el Puel Mapu (el este) y desdeallí Wanglen comenzó a caminar. Muy cansada y transpirandollegó hasta Gulu Mapu (el oeste). Continuó avanzando y arribóal Lafquén Mapu (el mar) donde se detuvo a reposar. Allí suspies sangraron, pero debió seguir su viaje. Casi sin fuerzas llegóal Willi Mapu (Sur). A pesar de sus dolores y agotamiento,Wanglen prosiguió su trayecto hasta retornar al punto inicial.Entonces observó su recorrido y se maravilló: todo su sacrificioy cansancio se habían convertido en quebradas y montañas; suslágrimas habían formado vertientes y su sangre había mutadoen ríos y lagos; los árboles y el pasto habían crecido para queno le dolieran los pies. Todo lo que había creado Wanglen en susacrificada travesía estaba vivo y debía cuidarlo. Entonces,Wenumapu Chao decidió enviarle un compañero".

De esta forma relatan el origen del mundo los ancianos de laComunidad Mapuche Ayelen. El mito varía según el territorio,pero algo se mantiene inalterable: el rol de Wanglen, la estrellaque se transformó en mujer y que llenó de vida con sus pasos el

Texto PEDRO CAYUQUEOFotos PABLO DÍAZ / JUAN P. CATEPILLAN

Son jóvenes, profesionales, madres, esposasy luchadoras sociales incansables.Conversamos con tres mujeres mapuches yuna lider aymara, en el marco de una nuevaconmemoración del Día Internacional de la Mujer.

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Todas ellas compartieron sus vivencias y lasdificultades en la conquista de espacios departicipación política. Si bien no se declaranfeministas, no dudan en alzar la voz parareclamar sus derechos.

mundo mapuche. Y es que la mujer, desde tiempos inmemoriales,ha cumplido un rol primordial en la persistencia y lucha de estepueblo originario en Chile. En tiempos de paz alimentando a lossuyos y cobijándolos con su calor de madre; en tiempos deguerra, luchando en el frente de batalla, codo a codo con aquelloshombres que Wenumapu Chao, en vista de su soledad, envió enel origen de los tiempos con la misión de acompañarla.

Quidora, Tegualda, Guacolda y Fresia son algunas de lasmíticas guerreras que en tiempos de la conquista españolaenarbolaron las banderas de la libertad mapuche. Todas ellas,según consignan cronistas de la época, destacaron en el campode batalla por su valentía y fiereza, siendo protagonistas dememorables episodios que el poeta-soldado Alonso de Ercillano dudó en inmortalizar en su canto épico La Araucana, unclásico de la literatura universal. Han transcurrido más de 500años y nuevas tegualgas y quidoras siguen alzando la voz de ladignidad. Esta vez frente a un estado chileno que ha transformadoel territorio mapuche en fuente inagotable de extracción derecursos forestales, mineros y energéticos, pilar donde se sustentael desigual modelo económico imperante, atropellando con suavance derechos históricos y, de ser necesario, la propia vida.

mujeresdelatierra

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Patricia Troncoso Robles, la prisionera política que con sudramática huelga de hambre de 112 días puso en la mirainternacional al gobierno chileno, forma parte de este nuevocontingente de guerreras contemporáneas. Niñas como DanielaÑancupil, secuestrada y amedrentada por agentes del estado elaño 2001; jóvenes como Andrea Reuca, dirigente estudiantilgolpeada por la policía el año 2003; ancianas como Berta yNicolasa Quintreman, férreas defensoras por décadas de su tierraen la soledad del Alto Bio Bio. A ellas se suman cientos demujeres, miles de mujeres, que día tras día, ya sea en el campoo en la ciudad, en la lucha territorial o en la búsqueda de nuevosespacios de participación política, en el ámbito organizacionalo en la vida cotidiana, depositan con su transitar nuevas semillasde vida sobre el territorio.

Millaray, flor de oro

Millaray Painemal es una destacada líder. Miembro de lacomunidad Coiwe de Chol Chol e hija de un importante lidermapuche de la segunda mitad del siglo XX, don EusebioPainemal, Millaray despuntó a temprana edad como una dirigentasocial y activista incansable. Profesional universitaria, conestudios en la ex URSS, ha participado de numerosasorganizaciones donde confluyen mujeres indígenas y campesinasen pos de sus derechos. Por largos años en la dirigencia de laAsociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas,ANAMURI, cursa por estos días una maestría enGénero en FLACSO-Ecuador, donde busca adquirirnuevas capacidades para volcarlas al trabajo social.A su juicio, "la mujer mapuche siempre ha tenidoun rol importante en la sociedad mapuche, aunquemuchas veces ha sido invisibilizado y donde se haacentuado sólo su rol como más ligado a la culturay a las tradiciones. Sin embargo, las mujeres mapuchehan jugado y jugamos un rol importante en losprocesos de recuperación de territorios y en el aportede la lucha por la autonomía y autodeterminaciónde nuestro pueblo".

"Sin embargo, nuestro posicionamiento al interiorde las comunidades como en el mundo urbano noha estado exento de tensiones y conflictos,especialmente con los hombres dirigentes", aclarade entrada Millaray. "Esta situación –nos dice– sepuede ver en las actuales organizaciones mixtas,donde no se observa un mayor posicionamientopolítico de las mujeres y donde son los hombresquienes tienen el poder en la toma de decisiones ydonde las mujeres van quedando marginadas deestos espacios. Lo anterior deriva en que las mujerescomiencen a organizarse instancias propias demujeres y que lleva luego a decir que las mujeresmapuche estamos siendo influenciadas por corrientesfeministas y que estamos dividiendo al movimiento."Otra de las cosas que he visto es que existe undoble discurso en muchos de los hombres dirigentesque hablan de la importancia de las mujeres ennuestra cultura, pero que en la práctica no ocurrey es cosa de echar una mirada a su vida personalpara ver que el discurso se diluye rápidamente ycomo una mujer mapuche me dijo hace poco: "haymachistas enmascarados". Creo que esta situaciónes necesario que cambie y donde se debe analizarcomo son las relaciones de género en nuestrasociedad y que obviamente no son igualitarias".

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Un contrasentido no solo mapuche, agrega Millaray, toda vezque estas muestras de machismo "cruzan por igual a todo elmovimiento indígena del continente". Ello, pese al importanterol jugado por numerosas líderes a nivel regional. "Puedo destacara las mujeres del movimiento zapatista en México. En Ecuadorel aporte de mujeres como Lourdes Tiban y Teresa Zimbaña. Enla sociedad mapuche admiro a Zoila Quintremil, primera mujeren presentar su candidatura a diputada el año 1953. Asimismoel aporte de Elvira Paine, fundadora de la Asociación RayenVoygue de Cañete y a mi hermana Hilda Huenteo de la Asociaciónde Mujeres Williche de la comunidad de Wequetrumao en Chiloé,todas luchadoras incansables", señala.

Pese a este panorama, Millaray es optimista en el futuro. Porello orienta su trabajo y reflexiones hacia las nuevas generaciones."Existe en ellos una mayor apertura para que las mujeres seintegren a las organizaciones mixtas y donde su voz se expresade manera más política. De igual manera, las mujeres se apoyany rescatan elementos de la cosmovisión mapuche como es ladualidad y la complementariedad y donde señalan que este esun elemento que está ayudando a posicionar a las mujeres enigualdad con sus pares masculinos. Es indudable que las mujeresmapuche cada día ganan mayores espacios en las organizacionesmixtas y hoy muchas de ellas se encuentran al frente de lasorganizaciones. Poco a poco se está valorando su aporte y susdiversos roles que les toca desempeñar".

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quehaceres propios de una madre"–, reconoce que los tiemposhan ido cambiando. "Yo veo a las jóvenes hoy mejor preparadas.Creo que hay un despertar más temprano a la conciencia y laidentidad. Creo que también hay una mayor capacidad decuestionamiento a los moldes que nos han prefabricado de lo quese supone somos los mapuche; me refiero a las típicas imágenesfolcklorizadas, ese supuesto rechazo que deberíamos tenerle a lo'moderno'. En lo personal, me gusta ver y saber que existelamngenes (hermanas) que hacen hip hop en mapuzugun, rock

en nuestra lengua, gente que está chateando en mapuzugun sinningún complejo, eso es potente", señala. "No se puede negar–agrega Celeste– que la llegada de Michelle Bachelet ha provocadoun cierto cambio cultural en el tema de género, ello independientede que no comparto en absoluto ni su gobierno ni sus ideaspolíticas". A su juicio es en el ámbito profesional y estudiantilmapuche donde este cambio se observa con mayor claridad. "Estose nota harto en las organizaciones estudiantiles, federaciones,etc. y un poco menos en las organizaciones rurales. Pero el cambioestá ahí, está en marcha", asegura confiada.

Andrea Reuca es parte de ese cambio. Originaria de unacomunidad lafkenche de Huapi, comuna de Puerto Saavedra, porestos días finaliza su tesis de grado para titularse como profesorade Historia. Egresada de la Universidad de La Frontera de Temuco,a su corta edad ha destacado como dirigenta estudiantil, registrandoen su curriculum varios mandatos como dirigenta del HogarPelontuwe, emblemático centro de organización juvenil mapuche.No le ha tocado fácil, reconoce. Muchos de los vicios de lasociedad occidental, "uno de ellos el machismo", subraya, también

Nuevos brotes

Celeste Carilao Camargo es parte de esta nueva generaciónque entusiasma a Millaray. Joven pewenche, miembro de unacomunidad del sector cordillerano de Lonkimay, complementaa sus 26 años su rol de madre (Likan, de 3 años; en camino unaniña), su trabajo como profesora de Historia y su rol comoresponsable del área lingüística del Partido MapucheWallmapuwen. Destacada hablante de mapuzugun, Celeste ha

representado a su colectividad política en diversas instancias ypaíses. Tan solo el 2007 visitó el Pais Vasco, Galicia y Bretañainvitada por instituciones y colectividades políticas locales aconocer experiencia de revitalización lingüística, un periplo quereconoce la llena de orgullo.

"Históricamente las mujeres hemos sido transmisoras deconocimiento en nuestro pueblo. La transmisión de la lengua,de la cultura, de los conocimientos tradicionales ha sidofundamentalmente obra de mujeres, abuelas, madres que hantransmitido el mapuzugun con palabras de cariño, con retos,con juegos, etc. Allí ha estado el sustento de nuestra cultura, delo que aún nos queda y debemos rescatar, en la lucha de mujeresque participan de la política, pero también en aquellas otras quese sacrifican por mantener sus hogares unidos y en esas madressolteras que contra toda adversidad sacan adelante a sus hijos".

Si bien comparte con Millaray que no ha sido para ellas uncamino fácil –"Tenemos que luchar el doble, pues tenemos quehacernos cargo de los hijos, de educarlos, de la familia y los

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"Hay una mayor capacidad de cuestionamiento a los moldes que nos han prefabricadode lo que se supone somos los mapuche; me refiero a las típicas imágenes folcklorizadas,ese supuesto rechazo que deberíamos tenerle a lo 'moderno'. En lo personal, me gustaver y saber que existe lamngenes (hermanas) que hacen hip hop en mapuzugun, rocken nuestra lengua, gente que está chateando en mapuzugun sin ningún complejo, eso

es potente", señala Celeste.

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se manifiestan a nivel juvenil. Pese a ello, los tiemposque corren no son para callarse, asegura. "Lamentolo del machismo, pero lo entiendo como un procesohabitual en sociedades occidentales con largastradiciones patriarcales emanadas de los sistemasreligiosos, económicos y que han mantenido a lasmujeres en condiciones de subordinación". Loentiende, pero no lo justifica, menos aun al interiorde su gente.

"Entre los mapuche parece una incongruencia quesean los mismos hombres quienes en nombre de unculturalismo mal entendido promuevan ideas tanretrogradas como la inferioridad o incapacidad dela mujer en aspectos de la vida que nos son comunes.Tengo la esperanza de que esto cambie. Y no quelas mujeres mapuche, además de tener que pelearpor derechos de nuestro pueblo frente al estado,tengamos que pelear frente a nuestros hombres.Espero que no tenga que suceder algo así". Andreareivindica con fuerza el rol de la mujer en la luchamapuche. Y en igualdad de condiciones con los peñi,sus hermanos. "El rol de las mujeres en esta luchaes tan igual a la de los hombres, con la excepciónde que quizás las mujeres sean quienes conllevancargas de responsabilidad y roles, como la maternidad.Si a esos le sumas las desigualdades propias de ladiferencias de genero y económicas, encontrarás queel rol de la mujer en la lucha es bastante sacrificado,pero imprescindible por cuanto históricamente lamujeres han sido el pilar básico de la familia y sonquienes a través de la transmisión cultural y lafortaleza propia de la identidad mapuche han dadocontinuidad a nuestro pueblo.

"Y no he mencionado a las muchas mujeresdirigentes de base que también son parte de lastrincheras de resistencia, A todas ellas que hoycumplen un rol en la lucha mapuche falta visibilizarlasy valorar su trabajo, esto por parte de los hombresy sobre todo de parte de las mismas mujeres". A su juicio, eltitánico esfuerzo por liberar a un pueblo no merece mezquindadesde ningún tipo, menos aun basadas en el género. "La lucha delpueblo mapuche por revindicar, reconstruir y proyectar a susociedad al futuro, frente a una estructura de poder tan grandecomo el estado chileno, requiere de todos los esfuerzos colectivose individuales que sean posibles, tanto de hombres como demujeres, tanto de nuestros niños como de nuestros mayores".

Destaca Andrea la trayectoria y notoriedad mediática logradapor liderazgos femeninos como Patricia Troncoso y la dirigentaJuana Calfunao, ambas encarceladas por su compromiso con ladefensa del territorio, pero lamenta que más allá de esos nombresno existan "figuras públicas femeninas que podamos establecercomo representantes políticos de nuestro pueblo. Creo que esuna de las deficiencias del movimiento mapuche en la actualidad.Existe muy poco trabajo en el establecimiento de liderazgospolíticos femeninos para la causa mapuche. Entiendo que elmachismo puede ser una tranca para ello, pero también pasa porel desafío que las mujeres mapuche nos fijemos en cuanto aenfrentar ese ambiente adverso y ponernos a opinar, a proponer,a actuar en política a la par con nuestros hermanos los hombres.No podemos aceptar que a la mujer mapuche se le continúeviendo como una especie de sujeto folclórico, relegada a su rolde madre, pero sin aspiraciones en cuanto participar e incidirpolíticamente en la contingencia mapuche", señala.

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Conocedora de la historia contemporanea mapuche, Andreareconoce sin embargo que tras la dictadura, muchos liderazgospolíticos femeninos forjados al alero de la lucha por lademocracia terminaron en las filas de los partidos chilenos.Especialmente, engrosando las filas de la Concertacióngobernante. "Las pocas figuras públicas femeninas mapucheque hemos conocido en la historia reciente de nuestro pueblohan sido antiguas dirigentes de los años 80', destacables porcierto, pero finalmente cooptadas por los gobiernos de laConcertación. Entonces ellas no pueden representar hoy deninguna manera al actual movimiento mapuche, aun cuandocreo que el camino que esas mujeres transitaron también hadebido ser complejo, por el mismo ambiente machista quepredomina en esos partidos", señala.

Al igual que Millaray y Celeste, Andrea también apuestapor un recambio generacional. "Existe un desencanto con lasantiguas dirigencias y pociones políticas que dejaron derepresentarnos de manera integral como pueblo. Veo a lasnuevas generaciones de mujeres mapuches buscandoalternativas, aportando en la construcción de nuevos espaciosde participación política. Hay un sentimiento global de auto-reconocimiento mapuche que también tiene sus efectos a niveldel empoderamiento de nosotras las mujeres. Creo que losdiscursos tradicionales sobre participación están dando un giro

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Chile fomenta y contribuye en esto último".

Para Hortensia, una cuota importante de responsabilidad enel machismo que a ratos pareciera caracterizar a la sociedadindígena seria del gobierno y sus políticas de colonialismointerno. "La situación que vivimos las mujeres indígenas sedebe también a la aplicación de políticas colonizadoras yneoliberales contra los pueblos indígenas. Cabe destacar que elEstado chileno no valoriza a la mujer indígena, la cual esinvisible en su aporte a los distintos ámbitos de la vida social.Basta decir que no hay políticas públicas específicas que demanera eficaz promuevan la participación plena y efectiva delas mujeres en la toma de decisiones", subraya. "No se nosreconoce, al contrario, cada día pareciera ser mayor ladiscriminación. Las mujeres indígenas resistimos hoy una triplecondición de exclusión: por ser mujeres, indígenas y ademáspobres".

Millaray, Celeste, Andrea y Hortensia son jóvenes indígenas,representantes de una nueva generación de luchadoras que desdesus espacios profesionales, organizativos -y en aquellos

ineludibles roles de madres, esposas y compañeras-, engrandecenla lucha de sus pueblos. Todas reconocen que el camino transitadono ha sido fácil y observan críticamente el comportamiento desus hermanos. Sin embargo, no equivocan el norte. Su lucha noes contra los hombres, aseguran, despejando dudas sobrecualquier tipo de discurso feminista en sus palabras. Es laausencia de derechos, la dominación estatal y la ausencia dereconocimiento, aquella tierra fertil donde fenómenos como elmachismo y la discriminación por razones de género sereproducen con mayor facilidad al interior de sus pueblos. Y loque sucede en Chile sería esto y no otra cosa, nos dicen. "Desdela sociedad chilena, la discriminación se da tanto para hombresy mujeres mapuche, aunque hacia la mujer mapuche se acrecientamucho más por el hecho de ser mujer y por pertenecer a unpueblo distinto al cual se le niegan a su vez sus derechos. Esesta la realidad que nos toca enfrentar", finaliza Millaray / AZ

y se impregnan hoy del valor que conlleva la autonomía por lacual estamos luchando", finaliza.

Voz aymara

Hortensia Hidalgo no es mapuche. Ella es aymara, perocomparte con sus hermanas de lucha en el sur del país los mismosanhelos y un similar diagnóstico. "Las mujeres jugamos un rolfundamental en las reivindicaciones de nuestros pueblos. Hemosluchado durantes siglos contra el genocidio, el desplazamiento,la colonización, la asimilación forzada, la militarización. Ysomos quienes asumimos el rol de la lucha para proteger, respetary ejercer, tanto los derechos colectivos de nuestros pueblos, asícomo nuestros derechos de mujeres dentro de nuestrascomunidades". Hortensia es una joven mujer de armas tomar.Vocera del Consejo Autónomo Aymara, es además presidentade la Coordinadora de la Mujer Indígena Rural y Urbana de laregión de Arica. Forma parte también del Foro InternacionalIndígena sobre Biodiversidad, instancia de la cual es encargadade comunicación para Latinoamérica. Por si no bastara, participaactivamente del Centro de Comunicacióne Investigación Indígena Chaskinayrampide Arica.

"A lo largo de los años he conocidomuchas mujeres a nivel local, nacionale internacional que merecen toda miadmiración. Considero que todas lasmujeres son un ejemplo, desde la abuelaque te enseña a escoger las semillas o laspapas en la comunidad, hasta lascompañeras que encuentras en lasreuniones de Naciones Unidasdefendiendo los derechos de nuestrospueblos", afirma orgullosa. "Pero esto noquiere decir –aclara de inmediato– queel hombre no tenga importancia, alcontrario, dentro de nuestra cosmovisiónaymara existe la dualidad ycomplementariedad como principiofundamental de la cosmovisióntradicional. Y mientras no exista esadualidad no eres jaqi (persona). Jaqi esuna persona social, que prevalece ante elindividuo y se establece una unidad socialy colectiva". Sin embargo, Hortensia sabeque una cosa es la tradición y otra larealidad. Y es que al igual que sushermanas mapuches, las mujeres aymarano han recorrido un camino fácil.

"Dentro de esta sociedad tradicionalmente machista y dondeel aporte de las mujeres en lo social, cultural y político seinvisibiliza, ha sido complejo y paulatino nuestro avance",reconoce. "Hoy podemos decir que hemos avanzado en elempoderamiento de medios y herramientas para aumentar elposicionamiento en distintos niveles. Pero aun falta por hacer,principalmente seguir potenciando las capacidades en nuestrashermanas de las nuevas generaciones, algo que es fundamental"."Hoy podemos distinguir organizaciones de jóvenes indígenasorganizadas que como objetivo primero comienzan en el aspectocultural. Aquí en el norte existen muchas organizaciones dejóvenes que comienzan, por ejemplo, atraídos primero por losbailes característicos aymaras, lo que es bueno. El problema escuando solo se quedan entre el baile y canto. Y el gobierno de

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El velo de la mujer mapuche

a participación de las mujeres mapuche en términos públicosha estado presente desde el surgimiento de las primerasorganizaciones mapuche en el mundo urbano de principios de

siglo XX. Es así como en el año 1937 nace la primera organización demujeres mapuche llamada sociedad femenina Yafluayin. Esta iniciativafue apoyada por hombres lideres mapuche y en un contexto de "unperiodo de auge del movimiento emancipatorio y político de las mujereschilenas". Uno de los objetivos que se plantea esta primera organizaciónde mujeres mapuche será "echar las bases para la formación de unentidad cultural y unir a todas las araucanas con fines puramenteculturales". A pesar de su corta duración, esta primera organización demujeres cimentó el camino para las organizaciones propiamentefemeninas existentes en la actualidad.

Es sólo a fines de la década de los años 80, período de dictaduramilitar, donde comenzaran a surgir nuevamente organizaciones demujeres mapuche en las comunidades apoyadas en un principio pororganizaciones feministas no gubernamentales de la capital de Chile.Estas primeras organizaciones centraran su quehacer en la recuperaciónde la medicina tradicional y el trabajo de la textileria mapuche. Luegode la caída del régimen y en un contexto de retorno a la democracia,donde las organizaciones participan en la elaboración de la actual leyIndígena, la que se promulga el año 1993, creando para este efectola CONADI. Sin embargo, esta ley no logró cumplir las expectativasdel movimiento mapuche, como así mismo adolece de disposicionesespeciales de protección de los derechos de la mujer. En el año 1995y en un contexto de preparativos para la IV Conferencia Mundial de lamujer en Beijing, China, y la instalación de la CONADI, se realiza enTemuco el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas, promovidopor la Coordinadora de Mujeres de Organizaciones e InstitucionesMapuche. Asistirán a este encuentro por primera vez mujeres de todoel país, de los pueblos aymará, rapanui, kawaskar, yagán y mapuche.

Las resoluciones y propuestas de este encuentro fueron fundamen-tales para demandar e incidir en los organismos públicos. Sin embargo,esta Coordinadora de Mujeres Indígenas no logró trascender en eltiempo, debido a que varias de sus líderes históricas fueron cooptadaspor instituciones del Estado chileno. Es así como en la actualidad, lasorganizaciones de mujeres mapuche se encuentran en un proceso defortalecimiento organizacional. Es aquí donde emerge una nuevageneración de mujeres jóvenes que asumen roles de liderazgo enorganizaciones funcionales como en las organización tradicional,asumiendo el rol de Lonko, cargo históricamente ocupado por hombres.El surgimiento de estas nuevas lideres, sin una trayectoria apegada apartidos políticos ha provocado ciertas desconfianzas y descalificacionesde parte de algunas mujeres líderes, que en tiempos de la dictaduramilitar tuvieron un rol protagónico y que en la actualidad se encuentranasumiendo responsabilidades en instituciones de Estado. La apariciónen los últimos años de organizaciones femeninas mapuche respondenprimero a una falta de espacios al interior de organizaciones mixtas,donde son los hombres quienes tienen la voz en la toma de decisiones.Por otro lado surge la necesidad de abordar temas específicos comola discriminación y situaciones de maltrato. Consideramos que es apartir de la participación en este tipo de organizaciones donde lasmujeres pueden desarrollar habilidades como líder social, fortaleciendola identidad étnica y los derechos de las mujeres mapuchey de estamanera realizar un aporte a la construcción de una idea como Nación.

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Por MILLARAY PAINEMAL