54
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En Busca de Un Gobierno Alterno, Los Guadalupes de Mexico- Virginia Guedea

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Logia mejicana qu ebuscaba la gfobernabilidad del recien creado pais

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ViRGINIA GUEDEA

EN BUSCA. DE UN GOBIERNO ALTERNO:

LOS GUADALUPES DE MÉXICO

UN IVE RSIDAD NAC IO NAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

MÉXICO 2010

Page 2: En Busca de Un Gobierno Alterno, Los Guadalupes de Mexico- Virginia Guedea

l , ,

.: .

LA OPCION INSURGENTE

1. Relaciones con la Suprema ]unta

Anastasia Zerecero, fuente de importancia para el estudio de los Guadalupes por la estrecha relación que, dice, mantuvo con este grupo, registra en sus Memorias que para agosto de 1811

la sociedad de los Guadalupes de México [que, según él, se había crea­do a fines de 1810 con el nombre de El Águila] estaba ya organizada en distintos grados o jerarquías, de manera que sólo los altos grados conocían y arreglaban los secretos de la política, que no se dejaban traslucir a las masas, a las que se les mandaba obrar sin darles a co­nocer el objeto.1

Con la opinión de que para esas fechas estaba organizada la socie­dad de los Guadalupes coinciden en cierta forma dos de los autores que más la han estudiado hasta ahora. Así, Wilbert H. Timmons, en su muy interesante trabajo sobre esta organización, hace notar que, si bien se formaron grupos de personas inclinadas a la insurgencia para cooperar de manera activa con el movimiento desde poco después del Grito de Dolores, "Sin embargo, probablemente no fue sino hasta 1811 que éstos comenzaron a funcionar como una organización revolucionaria; no fue sino hasta entonces que utilizaron el nombre de 'Los Guadal u pes' ".2

Ernesto de la Torre, a su vez, nos dice que su formación debió partir de los diversos núclf>os comprometidos con el movimiento de 181 O, pero que:

Fue a través de la [Suprema] junta como la necesidad de mantener un mayor número de conexiones con numerosos partidarios de la Inde­pendencia se impuso. [ .. _] Fue esta necesidad la que hizo surgir de entre los partidarios de la independencia, la idea de constituir una

1 A. Zerecero, Memorias, p . 426. 2 W. H. T immons, "Los Guadalupes", p. 455-456.

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68 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ,\LTERNO LA OPCIÓN INS U RGENTE 69

· ·' b' tram~da activa y secreta que sirviera , de medio eficaz orgaruzaClOD len a ' . . 1 ara unir a Jos simpatizantes dispersos de la msurgenc1a, q~e. os con:c-

p ¡ · f q e ci=era a los arupos rebeldes el aux1ho matenal tara. con os JC es Y u ' " , . 3 y moral que requerían en una guerra que era aes1gual.

En una carta anterior, fechada el 15 de septiembre de 1812 y que parece haber sido la primera que el grupo enviara a aquel jefe insur­gente, le comunicaban que habían hecho anteriormente varios servicios a la causa insurgente: "Éstos han sido a la Suprema Junta Nacional, y cuyos felicísimos resultados hemos tenido la dicha de verlos desde Mé-

Algunos otros autores discrepan un tanto de la opml~n anterior. xico". s Además, sabemos que por lo menos uno de estos abogados de S : B stamante ia sociedad de los Guadalupes se fmmo hasta sep-- la capital, el licenciado Benito José Guerra. había conocido a Ravón eaun u. , · • ~ -r · · o' de 181? después de la ej'ecución de Leonardo Bravo. !v~ora, a en la Universidad,0 lo que podría en parte explicar el que se hubiera t1cmore -, G ' B ·

ez nos dice que los aboaados Juan Bautista Raz Y uzman, emto iniciado esta relación. SU V , · o ' 1 ' J , G a ~Kanuel Díaz y José María de la Llave teman re acwnes Sin embargo, tanto Bustamante como el propio Mora, que señalan ose uerr , 1n - · d"

directas y frecuentes con la Junta y que " · · :la, corres?~ndenc;~ Jrecta que la sociedad como tal se formó con posterioridad, tienen cierto fun-bl · ' ellos desde que Ra)'Ón se s1 tuo en Z!tJ.cu:uo ' lo que damento, por lo menos en cuanto al nombre, v, a que la correspondencia se esta ec1o con . , · d

ocurrió a fines de mayo de 1811. La hacienda de Leon, prop¡e ad del que de ella se conoce y que aparece firmada casi en su totalidad por doctor Díaz, servía para recibir y enviar la correspondencra] como "Los Guadalupes" es de fechas más tardías. La afirmación que ellos punto de reunión. Mora señala, además, que estas personas · · .. for· mismos hacían a Morelos de que en un principio escribian a Rayón y maron m " ,

5 . • as' adel-nte -y cuando su número fue mayor una es~eCie de a otros insurgentes baJ·o distintos nombres apoya la versión de que el

sociedad secreta que tomó el nombre de los Guadalupes ' sm _rrec.JS~r grupo pudo haberse consolidado, o reestructurado, posteriormente. Por e.'<actamente quiénes y cuándo. Castillo Negrete, por el contrano, Sltua lo menos queda claro que el pscudónimo de "Los Guadalupes", que , · de la sociedad algunos años antes: "No he encontrado dato acabó por dar nombre a todo el grupo, no fue utilizado sino más tarde. eL ongen 'd · · , f , 1 ·

alguno que indique en qué fecha fue estab~ecr a, m qmenes ue:on sus Por u trmo, en cuanto a Castillo Negrete, creo que está en un error al fundadores, pero sí se sabe, que antes del ano de ocho ya se habta f~n- establecer su origen antes de 1808, pero me parece que acierta al seña-dado y aun se dice, que Iturrigaray estaba en contacto con la asocta· lar la continuidad tanto de intereses como de pensamiento, e incluso de ción 'para hacer la independencia" .

6

, .. personas, que hay entre los participantes de los sucesos de 1808 y el Si bien no ha llegado hasta nosotros documentaciOn ~lguna que grupo que conocemos como Los Guadalupes. En buena medida las ac-

demuestre de manera fehaciente que para entonces se habJa formado . tividades de este grupo serían consecuencia de lo ocurrido en septiembre ya una sociedad estructurada como tal, Zcrecero, Timmons Y De la Torre ·¡¡(·· de aquel año. tienen razón al señalar que a partir de la instalación de la Suprema ~. ·<t"f~/~

Junta este grupo de. capitalin~s . se organizó de una me}o:, man~ra pa;na :~~;~j./'J;;.,:: de 181 3, en A~chivo General de Indi~s (e_n adelante AGI ) , Indiferente Gener~l br¡.nd"arle con eficaCia sus aux1hos. En cu•mto a la re_Iauon qu~, :egu_ .¡,~/·:.. 110, ct~ad. 4, num. 122, f. 18v-19v.; Umvemty of T exas (en adelante UT ), Garcm

d ~r· ..:· .... :.: . .. Co!lecnon, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 122, f. 50-53; y E. Mora, sostenían con Rayón varios individuos. de la C!Udad e • eXICO, ~{.f''. de la Torre, Los Guadal u p es, p. 66. La documentación que generaron los Guada-en su mayoría abogados, hay algunas referenc¡as en las cartas ~~e _apa- ~·i_ "lupes Y que fue quitada a los insurgentes se conoce a través de la copia que de

" E ¡ t dmg1cron -;,:~·¡~ ''"·~" .. ella hiciera Patricio Humana en octubre de 181 4. Esta copia se encuentra en el recen ya firmadas por "Los Guad<l.lupes · ? a car a que · i;:;}~-:~d:,;....,~chivo General de ~ndias, en Sevilla, en Indiferente General 110, cuad. 4. Copia a Morelos el 31 de diciembre de 1813 le deCJan: ~~·l,'l·.u;¡·_.· tnc?mpleta de la copta de Humana se encuentra en la Nettie Lee Benson Library,

, 7.!;''1!-:1.- ·;, Uruvers1ty of Texas, en Austin, en la García Collection, G. 346, Correspondencia de · -;f' ~-.• ._~)os r;;uadalupes. Dado que hay algunas variantes entre la documentacJón y lo ya

Antes con mucho de que tuviésemos la dicha de comunicarnos con V. A. llevábamos correspondencia bajo di~tintos nombres _con el Excm~~ señor don Ignacio Rayón y con otros vanos de su co~mtiVa, lo que n . proporcionó hacer a este rumbo de tierra adentro vanos y muy costosos servicios. 7

·

3 E de la T orre Los Guadalupes, p. XXXI. • e: M. de Bust~mante, Cuadre> Hist órico, t. rr, p. 162:., _ 5 J. M. L. Mora, Méjico y s~s.reuoluciones,. t. IV, p. ~/J. 6 E del Castillo Negrete .lv!e.nco en e! szgco XL"'<, t. , , p. 14. r C~rta de "Los Guadal~pes" a José María Morclos, México, 31

,, ·pubhcado, al referinne a ella daré su localización tanto en Sevilla como en Austin y ~ .: en _la obra de De la Torre. Agradezco al doctor J aime E. Rodríguez 0 ., de la

..U~Jversidad de Caliíom ia, el haberme proporcionado una copia de !a documentación .. ex1stente en Amtin

'· 8

Carta de "L~s Guadalupes" a José Maria More!os, México, 15 de septiem· bre de _1812. en AGI, Indiferente General!IO, cuad. 4, núm. 103, f. 1v; UT, García CollectJon, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm 103, f. 4, y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 2.

:: · . .

9

Declaración de Benito José Guerra, México, 2 de junio de 18l2, en AGN, ~_<lrtf•denczas, vol. 60, f. 310.

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70 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

De la correspondencia sostenida por los integrantes · de este grupo con Rayón, de la que habla Mora y a la que los Guadalupes hacían referencia en sus cartas, no conocemos ningún documento de 1811. No obstante, la carta ya mencionada, de ''M. P." a Rayón del 7 de agos~o de ese año, puede servir como muestra de la clase de ~orrespondencta que este iefe insurgente sostenía con personas de la capttal por ese en­t~nces. E~ ella, su autor le informaba detalladamente del número de tropas con que contaban las ciudades de México y _Toluca? y _le hacía saber que la mayoría de ellas se componía de a~enc_a~?s mclmados _a la insurgencia. Asimismo, le informaba que la disposlClon de los capt­talinos era favorable al movimiento y le daba noticias -como ya se­ñalé- de las dos conspiraciones descubiertas en la capital. Además se refería a la conveniencia de que se comunicaran unas con otras las tropas americanas. Por último, le explicaba que se había retrasado el envío de esta carta porque al estar escribiéndola goteó en la mesa "la descubridora" y se hizo visible lo que ya había escrito, por lo que tuvo que repetirla, y le aclaraba que cuando le contestase utilizara las inicia-

les con que se firmaba.10

Otro ejemplo de la correspondencia sostenida por algunos capitali-nos con Rayón es la carta dirigida a este jefe insurgente por qmen se suscribía "su capellán J. M . B." , la que no lleva ni fecha ni lugar pero que es de finales de 1811. Su autor remitía, entre ?t:as co_sas~ ~arios papeles, dirigidos, por lo que se ve en la carta, a distmtos mdtvtduos. Por otra parte, le informaba a Rayón que todas las tropas que se en­contraban en la ciudad de México iban a atacar a Zitácuaro por cuatrd' ' · puntos, aunque no había cuidado, porque todas se componían de :eclu~ · tas sin preparación. Asimismo le informaba: "Todos los de la cmdad están reventando de oprimidos, quieren irse conmigo muchos, pero se . lo estorba el no poder conseguir pasaporte". La carta incluía otras no­ticias de la capital, referentes al bando dado por el gobierno sobre .· · .· servicio militar obligatorio, al estado que guardaban las causas de los religiosos involucrados en la conspiración de agosto de ese año y a que los europeos se hallaban algo incómodos con el virrey.

11 Me he dete.:

nido en estas dos cartas porque son similares en varios de sus .... a las que conocemos de los Guadalupes y porque muestran un_a de las · · formas en que Rayón se enteraba de lo que ocurría en la capital. .. ·

Por las fechas en que fue escrita la carta de "M. P." a Rayón Y tiempo que se establecía en Zitácuaro la Suprema Junta Nacional, la

10 Carta de "M. P." a Ignacio Rayón, México, 7 de agosto de 1811 , en

Historia. vol. 458, f. 111-116. 11 Carta de "J. M. B." a Ignacio Rayón, s.l. y s.f., en J. E. Hernández Y

valos, Colección de Documentos, t. IV, p. 758.

LA OPCIÓN INSURGENTE 71

. tuación de_ la ciudad de México se hacía más y más crítica para el régi­men colorual. Esto se debía no sólo a lo que dentro de ella misma ocurría sino, sobre todo, a los grupos de insurg~ntes que habiéndose levantado

1 o o en arma> por .as reg10nes Circundantes representaban un serio peligro para la seguridad de la ciudad y ocasionaban múltiples inconvenien­tes para su regular funcionamiento. En la región de los Llanos numerosas partidas de ins~~gentes atacaban de continuo las haciendas y pueblos de la zona y dificultaban en e.xtremo la entrada de ·víveres, principal­;nente de grano~ _Y de pulq~e, a la capital. Por el oeste y por el sur los 1llSurgentes hostdtzaban de tgual manera a pueblos y haciendas. Y fue­ron tantas las partidas que surgieron por los alrededores de la ciudad

. d_e México que, según Alamán, " ... ésta iba quedando por todos lados · Circundada por la revolución, cortadas las comunicaciones con la costa

y con los jefes que operaban en diversas direcciones y reducida a sus p;opios re~~rsos" .u A?emás de bloquear a la capital,' ~stas partidas ser­v!an tamb!~n como ~tas de comunicación entre los capitalinos partida­nos de la tnsurgenCla y los grupos de insurgentes organizados como los que encabezaban Rayón y Morelos. '

E?tre _los habitantes de la ciudad las simpatías por la insurrección · par~c1an rr en. aumento por ese entonces, lo mismo que el descontento

hacia las ,autondades y la rivalidad entre europeos y americanos, lo que ~e ~rasluc1a e~ nume~os?s y frecuentes incidentes. Un ejemplo de que los arumos se hallaban untados lo encontramos en el alboroto ocasionado

la publicación de un artículo en el Diario de M éxico el 7 de no­de ese año. En él se defendía a los americanos de los ataques

. p_or ;1 Especulador Patriótico y, al ser muy comentado y aplau-. dtdo, ocaswno que cuatro días después el virrey Venegas hiciera publi­. :~r- un bando pa:a ~rohibir co~versaciones y escritos subversivos que

::fomen:aran esta nvalidad. Tal disposición se debió también a las repre-• sentacwnes hechas por el Consulado de México a las Cortes en abril

de 1811 sobre el derecho a ser representado en ellas v que ata-ferozmente a los nacidos en el país.13

'

Mas el que la situación fuese por entonces tan difícil para el régi­ya que " .. . el virrey Venegas sólo tenía expedita su omnímoda . dentro ~e _la »capit~l, y podía muy bien llamarse con propie­

Vzrrey ~e J:~ex!co , segun palabras de Bustamante/ 4 no significó 1~~ capttalt~~s p~rtidarios de la insurgencia una mayor facilidad

acc1on: La V1gtlancia fue cada vez más estrecha, y así no se daría en la cmdad de México un intento semejante a los habidos en abril y

~ L . . Alamán, Historia de Méj ico, t. n, p. 421. lbtdem, t. n , p. 441. Véase arriba, nota 166 del capítulo l. C 11:. de Bustamante, Cuadro histórico, t . r, p. 433.

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72 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

agosto de 1811, a pesar del incremento que iba tomando la insurrec­ción por diversos puntos.

Por otra parte, no todo era favorable al movimiento insurgente en la lucha armada. El año de 1812 se inició con un suceso adverso a las armas insurgentes que tuvo, al parecer, serias consecuencias paq varios de sus partidarios de la capital. El 2 de enero de ese año Calleja de­rrotó a Rayón y tomó la ciudad de Zitácuaro, haciendo huir a los miem­bros de la Junta, que fueron a refugiarse a Tlalchapa para después pasar a Sultepec. Según Mora, Rayón desempeñó bastante mal sus fun­ciones militares, pues no supo impedir que Calleja se acercase ni tam­poco defender la plaza sino

que desapareció de ella en los primeros momentos de la acción tan precipitadamente que ni aun se tomó el cuidado de inutilizar las pie­zas de la correspondencia que mantenía con los adictos a la insurrec­ción en Méiico v otras ciudades sometidas a los españoles. Este des­cuido o aba~don~ fue de fatales consecuencias para los que en dichas ciudades hacían servicios a favor de la insurrección ; los más de ellos tuvieron que sufrir largas prisiones y procesos que pusieron su vida en gravísimos riesgos, de los cuales lograron salvar al cabo de muchos años de sustos y padecimientos.15

Respecto a esto, debo aclarar el señalamiento hecho arriba de que este suceso afectó, al parecer, a varios de los partidarios capitalinos de la insurgencia. Si bien Mora así lo asegura, no tengo pruebas de ello, ya que no he podido encontrar ni la documentación quitada a Rayón, . referente a su correspondencia con personas de México y otras ciuda­des, ni los procesos a que ella dio lugar.

LA OPCIÓN JNS'l:RGENTE 73

del ejército, lo que el virrey aceptó de inmediato. Pero los soldados se · negaron a continuar sirviendo .en el ejército si no era bajo el mando

de Calleja, y éste volvió, triunfante, a dirigirlo. Se abriría así una grieta . entre el supremo poder político y el militar del virreinato que afectaría la eficiencia de las medidas del régimen colonial contra la insurrección y que dividiría en dos grandes bandos a los realistas, agrupando alrede­dor de Calleja a muchos de los descontentos con el gobierno de Venegas.

Mientras tanto, Morelos llevaba adelante sus operaciones militares sin hallar quién lo detuviese en su camino. Después de una serie de acciones exitosas, es te jefe insurgente se situó en Cuautla, desde donde amenazaba tanto a la ciudad de Puebla como a la misma capital. Ve­negas ordenó a Calleja que saliera a combatirlo de inmediato, ya que consideraba a Morelos " ... el principal corifeo de la insurrección en la actualidad, y podemos decir que ha sido en ella el genio de mayor fir­meza, recursos y astucias, habiendo ciertas circunstancias favorables a sus designios, prestándole mayor osadía y confianza en llevarlos a

. cabo . .. ", como le decía el virrey al mismo Calleja en su oficio de! 8 de febrero de ese año.17 Por las declaraciones de Morelos a poco de su prisión, casi cuatro años después de haber ocurrido estos sucesos, sabe­mos lo que por entonces intentaba hacer:

Los designios del que declara eran los de acercarse a esta Capital en el caso de que obtuviera una acción decisiva sobre las tropas del rey, porque aunque estaba entendido por noticias vagas y sin más funda­mentos, que éstas se las comunicaban los de la Junta de Sultepec, que la Plebe de México se hallaba en buena disposición para recibirlo, nunca tuvo la mayor confianza de que harían lo mismo las tropas que la guarnecían, y así no siendo otros los datos, correspondencia o relaciones de personas que le asegurasen esta verdad, sólo se había resuelto a dar una acción sobre México luego que derrotase al ejército que lo si tiaba en Cuautla.18

Después · de la toma de Zitácuaro por el ejército realista se le pre­sentó a Venegas un nuevo problema, el que perduraría durante el tiempo que gobernó. El gran prestigio adquirido por Calleja en sus triunfales campañas contra los insurgentes le había hecho adquirir una popula-ridad y un influjo enormes, sobre todo entre las filas del ejército rea~ r-..forelos me interesa, además, porque por ella se lista. Esta popularidad y este influjo, que le hicieron ver cuán importante .· ve que no tenía todavía establecida relación ni correspondencia directa era su persona para la seguridad del régimen, molestó enormemente ~ con la capital y que las noticias que de ella recibían eran a través de virrey, cuyas órdenes no eran siempre cumplidas de inmediato por el mL- la Junta. A pesar del golpe sufrido, la Suprema Junta era todavía vista litar realista. Según Alamán, las discusiones entre ambos se originaron ·. por muchos de sus partidarios capitalinos como la posibilidad más vía-desde mayo de 1811, al disponer Venegas, sin el conocimiento de ?a- , de hacer triunfar la insurgencia por ese entonces. En esto no deja-lleja, que para :¡tacar Zitácuaro la división que comandaba el realiSta · · oan ·de tener razón. Entre otras cosas, la existencia de un gobierno al-Jasé Castro se reuniera con Miguei de Emparan Y se süuar:m ambos · terno brindaba la oportunidad de integrar en una tarea común no sólo en Maravatío.16 A su regreso de Zitácuaro, Calleja. renunció al mando ··,~?:i~:\~3~?\~'·

15 J. M. L. Mora, M éjic() y sus revoluciones, t. IV, p. 279. " L. Alamán, Historia de Méjiw, t. 11, p. 36!-362.

17 Ib idem, t. rr, p. 486. 18 Primera declaración de José María Morelos, México, 28 de noviembre de

15, en ]. E. Hernández y Dávalos, Colección de documentos, t. vr, p . 25.

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74 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

a los distintos grupos armados, sino también a los desafectos con el ré·

<Timen colonial. . ° Calleja salió de México el 9 de febrero y se dirigió a Cuautla, donde se hallaba Morelos. En ese lugar se enfrentarían el militar m~ capaz que habían tenido los insurgentes con el m~jor :IDli tar de .las hlas rea- -~ listas. Para el gobierno virreina! era de v1tal 1mportane1a d~tener el avance de Morelos, pues la capital se hallaba en mayor pel~gro que nunca, rodeada por todos lados por partidas de insur~e.ntes, sm poder abastecerse ni tener comunicaciones sino con enormes d1hcultades, como se lo hacia ver Venegas a Calleja en su oficio, ya citado, del 8 de fe-

brero de ese añ0.19

2. Los emigrados

Calleja no logró repetir de inmediato en Cuautla su ,h~aña de Zitá­cuaro. Morelos demostró ser capaz de defender con exlto la plaza y resistir los ataques del ejército realista a pesar del sitio que se l~ puso. Al saberse en la ciudad de México que las fuerzas de CalleJa eran rechazadas una y otra vez por las tropas de Morelos, al tiempo ~u e .la Junta Nacional continuaba sus trabajos, los ánim?s de los part1d~nos de la insurgencia crecieron a tal punto que :e ll~go a creer que, ano~a sí, el momento del triunfo americano era mmmente y que s~ ?eb1a acelerar aún más su llegada brindando una mayor ayuda .al moVlmlento . .

Algunos de estos partidarios decidieron que 1~ meJOr manera de ,-. hacerlo era prestar sus servicios desde el campo msurgente, ya fuera tomando parte activa en la lucha armada -los menos-, ya dese~-­peñando -los más- oficios que fu~r~n de acuerdo <:_on .s~s co~~c1· mientos y capacidades, como el part1c1par en la orgaruzaCl~n p~h~1ca . del movimiento, cooperar en el establecimiento de ~us bases 1deolog1cas y realizar una tarea de difusión por. medio de escntos. El que ~1 de la Junta hubiese mayor oportumdad de llevar a cabo ,este. ~~~o . tareas, al mismo tiempo que el acceso a Cuautla fuese mas d1f1C1l, m·, -fluyó no poco en que la gran mayoría de los que lograron __ pasara a formar parte del grupo de Ray~n. Así fue como las fugas capitalinos se multiplicaron durante los pnmeros meses de 1812; ~ de las disposiciones del virrey, del cuidado de .la Junta d~ Pohe1a Y la severa vigilancia que se estableció en las gantas de la cmdad. A litar estas evasiones contribuía el hecho de que la capital se hall~ba rodeada de partidas de insurgentes que brindab~n inmediata acogtda a los fugitivos y los ayudaban a llegar a su destmo.

1 9 L. Alamán, Historia de Méjica, t . u, p. 483.

LA OPCIÓN INSURGENTE 75

Un intento de fuga que me interesa de manera especial, ya que en él estuvieron implicados algunos de los señalados como miembros de los Guadalupes, fue el llevado a cabo la tarde del 10 de enero de 1812 por

_los licenciados José Mariano Martínez Lejarza y José María Gallegos, de quienes las autoridades virreinales sabían que mantenían correspon­dencia con los insurgentes!0 El superintendente de Policía, Pedro de la Puente, al enterarse que habían abandonado la ciudad por la garita de San Cosme, mandó en su persecución a una partida comandada por el teniente Joaquín de la Cortina. Éste los encontró en la hacienda de León, situada más allá de Tacuba, cerca del Molino Prieto, la que era propiedad del doctor Manuel Díaz. Díaz, distinguido abogado criollo de la capital y miembros del Ilustre y Real Colegio, sería señalado como uno de los principales Guadalupes por varios autores, entre los que se cuem:an Timrnons y Zerecero. Se hallaba casado, además, con Antonia Peña, la más activa de las mujeres relacionadas con este grupo. Tanto Díaz como su esposa se hallaban por ese entonces en la hacienda. Al ser aprehendidos Martínez Lejarza y Gallegos, lo que ocurrió en las pri­meras horas del día 12 de enero, ambos licenciados coníesaron que se proponían pasar con los insurgentes, en particular con los que formaban -el grupo de Rayón, para convencerlos de la necesidad de evitar el derra­, •w~~~·-"·--11 de sangre, así como respetar las personas y bienes de los euro­peos y entrar en tratos con el gobierno virreina! para arreglar las cosas de una manera pacífica. Al tiempo de su aprehensión se hallaron en la ' '"'~1'-.uua. numerosos papeles y dos trabucos.

Ese mismo día el superintendente ordenó que se llevasen también al doctor Díaz y a su mujer, a pesar de que aquél se hallaba

enfermo, ya que parecía que ambos estaban en el secreto y se tuvo de que el doctor tratara de huir. 21 Se detuvo también a Fran­

cisco de Arce, quien ayudó a los fugitivos en su intento, enviándoles · delante su ropa. Bustamante y Timmons han señalado a Arce como miembro de los Guadalupes y su nombre se incluía en la lista preparada

Matamoros y revisada por Morelos. Español natural de México, era cajero de José María Alba y Llave, señalado a su vez como Gua­

en cuya tienda de la calle de Santo Domingo trabajaba. Tanto como Alba serían mencionados por Rayón en sus declaraciones

20 P.or desgracia no he podido encontrar la causa seguida a estos abogados. t Vergés cita un manuscrito, propiedad de José Bertrán Cusiné, que taro­podido consultar. ya que · parece haberse extraviado, al igual que los otros

ocuJncrltos que cita Miquei i Vergés como propiedad de aquél (J. M . Miquel i p. 367). Sin embargo, hay un extracto de la causa en AGN,

, vol. 2, exp. F, f. 325-344, y también se encuentra información en el de Historia, vol. 458, del mismo AGN.

21 AGN. Historia, vol. 458, f. 6.

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76 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

por haber tenido correspondenCia con él. Sin embargo· de que se pen­~aba que Díaz era confidente de los licenciados y de que su esposa, Antonia Peña, mintió para protegerlos al decir que los trabucos eran de ia hacienda, cuando en realidad pertenecían a aquéilos, los esposos Díaz fueron puestos a poco en libertad bajo fianza, al igual que Fran­cisco de Arce. Es probable que esto se haya debido en buena medida al prestigio profesional y a la desahogada posición económica de que Díaz gozaba. También a que, después de todo, la fuga que todos ellos habían apoyado se había logrado frustrar.22

En cuanto a Martínez Lejarza, había estado preso en 1808 con ocasión de la prisión de lturrigaray, aunque entonces fuera declarado inocente, y en abril de 1811 apareció su nombre entre los de aquellos que debían formar parte de la Audiencia al triunfo de la conspira• ción que en aquellas fechas se descubrió.23 El licenciado Gallegos, miem­bro del Colegio de Abogados, se hallaba en relación con el marqués de · San Jua.n de Rayas, cuva casa visitaba y quien le había dado algunos papeles para los insurgentes - una traducción de algunos pliegos del periódico El Español, publicado en Londres por Blanco White- y le había prometido dinero, y quien además conocía de su proyecto de pacificación. Sin embargo, muy oportunamente, el marqués había re­cogido sus papeles, por lo que no se les encontraron a los detenidos. Otra persona involucrada en esto fue un peninsular llamado José María · Maruri, quien debía encargarse de hablar con los europeos sobre el proyecto de pacificación. En el extracto de la causa seguida a Martínez•, Lejarza y a Gallegos hay una referencia interesante sobre Jacobo ,.1~ . Villaurrutia, relativa a que éste había enviado a Rayón varios C así como unos anteojos y una imagen de la Virgen de Guadalupe, ninguno de los licenciados confirmó esta noticia. Dado que en sus tampoco se encontraron papeles comprometedores para ellos y que se· sostuvieron en que su intención al pasar a los insurgentes era buscar:( la pacificación del reino, ambos recuperarían su libertad. Esto nrnrri-;

ría, al parecer, hacia mediados de 1814. La preocupación de las autoridades por la salida de la capital de

quienes deseaban unirse a la insurgencia llevó al superintendente a pro­poner al virrey el 29 de febrero de 1812 que se suspendiesen los pasa• portes perpetuos, pues facilitaban las evasiones, a las que ayudaban ' descuido que se tenía en las garitas y el que muchos de los que intCI,I~:"

22 A. Zerecero, A1emorias, p. 120; W. H. Timmons, "Los Guadalupes", p. 457t t:"c· carta de José María Morelos a Mariano Matamoros, Tehuacán, 6 de octubre de _ 1812, en C. Herrejón Pereda, ed., Morelos, p. 241 ; confesión de Ignacio Rayón, :·:. Cuernavaca, 5 de febrero de 1818, en J. E. Hemández y Dávalos, Colección ds ' · documentos, t. VI, p. 984, y C. M. de Bustamante, Cuadro Histórico, t. u, p. 1~2.~;

23 C. M. de Bustamante, Martirologio, p. 29. ·

L\ OPCIÓN INSURGENTE 77

taban salir fueran personas " ... de quienes no se imaginaba tal cosa". El superintendente sabía de lo que hablaba, pues para esas fechas la fama de Morelos crecía c:1da día más y las fugas iban en aumento. Según Castillo Negrete, algunas de estas evasiones fueron efectuadas con la ayuda de los Guadalupes?' No he encontrado pruebas concretas de esto último, salvo el intento de Martínez Lejarza y· Gallegos, pero en la carta que dirigieran a :Morelos el 31 de diciembre de 1813, los Guada­lupes le informaban que su correspondencia con Rayón y su grupo les

proporcionó hacer a este rumbo de tierra adentro varios y muy costo­sos servicios, entre ellos habilitar a muchos sujetos que emigraron de aquí, quedando a nuestro cuidado las asistencias de sus familias, a quie­nes 1es proporcionamos y subsistimos en el día.

A continuación mencionaban varios nombres: los hermanos Joaquín e Ignacio Cornejo y "un tal Ferrandis", que era imprewr!5 Pe;- otra parte, sabemos que varios de los que se fugaron por ese entonces tenían ligas de diversa índole con algunos de los que serian señalados como Gua­dalupes.

Alamán recoge los nombres de varios fugitivos, en especial abogados o esmdiantes de derecho, que salieron de la ciudad hacia fines de fe­brero o principios de marzo de ese año. Éstos fueron los licenciados

Antonio Reyes, Ignacio Jiménez y Francisco Cuéllar, el sargento patriotas Vedoya, el teniente del Regimiento de Nueva España Ma­

Cañedo, el maestro de equitación Felipe Lailson y el canónigo de . Francisco Lorenzo de Velasco de la Vara! 6 Los tres !icen­

citados arriba fueron a unirse a Rayón, mas no estuvieron mucho entre los insurgentes. A escasos tres meses de su salida de la

, el 6 de junio, fueron hechos prisioneros por el realista Joaquín Castillo Bustamante en Tenango y pasados de inmediato por las

junto con otros emigrados de la capital, como después se verá. todos ellos, me interesa más el licenciado José Ignacio Jiménez y

también del Ilustre y Real Colegio, pues era amigo del licenciado Ignacio Espinosa y compadre del licenciado Benito José Guerra,

cuya casa vivía. Se hallaba además comprometido para casarse con

2~ Pedro de la Puente al virrey Francisco Xavier Venegas, México, 12 de fe­de 1812, en AGN, Historia, vol. 4'58, f. 119-120v; Pedro de la Puente .a José de Fagoaga, México, 29 de febrero de 181 2, en ibidem, vol. 458, t. 121-122,

del Castillo Negrete, M éxico en el siglo XIX, t. v, p. 33-34. 25 Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 31 de diciembre 1813, en AGI, Indiferente Genna/ 110, cuad. 4, núm. 122, f. 18-18v; UT,

Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 122, f. 50-53, de la Torre, Las Guadalupes, p. 66.

26 L . Alamán, Historia de Méjico, t. u, p . 5'53-554.

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78 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERN O LA OPCIÓN INS URGENTE 79

Margarita Peimbert, hija del licenciado Juan Nazario Peimbert y Her. c~nsigo una cantidad .considerable de medallas de oro y plata de la nández. Espinosa, al igual que Guerra y Peimbert, sería señalado como V1rgen, que eran prop1edad de la Colegiata. Velasco pasó con Ravón miembro de la sociedad de los GuadalupeS.

27 Y colaboró con los insurgentes dirigiendo El Ilustrador Americano . S~ le

El sargento de patriotas Vedoya pasó después a militar en las filas nom.bró después vic~rio general castrense, cargo al que renunció. Su de Mariano Matamoros junto con Eugenio María Montaña, amigo, conducta entre los Insurgentes continuó siendo un tanto desordenada familiar y corresponsal de los Guadalupes. El teniente Manuel Cañedo Y le ,creó problemas, por lo que en 1814 fue mandado poner preso por estaría un corto tiempo entre los insurgentes, pues aunque con Lailson, Ray~~ en. O axaca. El canónigo escapó poco después de su prisión y se Velasco y otros se unió a una partida muy numerosa que estorbaba el aco.gro al mdul~o~ ,lo que afectaría a los Guadalupes, ya que en sus decla-envío de víveres a la ciudad de México por el rumbo de Tlalnepantla, racwnes .se re!mo a la correspondencia que varios de ellos sostenían a poco, e] 27 de marzo, solicitó el indulto en Chalco.

28 Felipe Lailson, c~n los Jefes .I~surgentes .. Más tarde volvería a incorporarse al moví-

quien había sido protegido del virrey Iturrigaray, recibió entre los in- mrento Y monna en sept1embre de 1816, en la expedición que Manuel surgentes el nombramiento de capitán y fue comisionado para actuar Mier Y Terán emprendiera entonces sobre Coatzacoalcos. cerca de la capital con el fin de hostiiizarla, ayudar a los fugitivos y Entre los muchos registrados en el ramo de Jnfidencias del Archivo ocuparse de la correspondencia entre los capitalinos y los insurgentes. General de ia Nación como fugados de la capital por ese tiempo, se El 29 de mayo de ese mismo año sería derrotado en el Monte de las encuentra otro abogado, el licenciado Ignacio Alas, quien desapareció Cruces por el realista Pedro M en eso y su derrota sería de consecuencias, el 28 de . ~~;zo "· .. de c~a del licenciado don José Ignacio Espinosa, como se verá después, para varios de los señalados como Guadalupes, · L.'t: donde. VIVIa · Alas se umo a Rayón primero y después se incorporó ya que en esta acción perdió la correspondencia de algunos de ellos con · .a las frias de Morelos. Al ca~ és:e prisionero, en 1815, fue elegido para Rayón y otros insurgentes. r~;mplazarlo ~n e! Poder Ejecutivo. También formó parte de la comí-

El canónigo de Guadalupe, Francisco Lorenzo de Velasco, era hijo swn que s~stituyo ~1 Congreso insurgente disuelto poco después por de Francisco Antonio de Velasco, presidente de la Junta de Seguridad de . :v ~,an.uel ~rer Y Teran. En 1821 fue asesor y auditor de guerra en el Guadalajara e intendente interino de esa provincia. A resultas de su -:l~~ e3erc~o tnga~ante .Y una vez consumada la independencia de la Nueva fuga se le abrió causa y se averiguó que había mostrado simpatías por :,):·f;~;fi Espana ocup·o· vanos cargo~, públicos. 32

la insurgencia, además de ser afrancesado y haberse expresado en con- . ''" _ ~0:: ·;-" Otro fugitivo que tamb1en tendría alguna relación con los Guada­tra del régimen virreina!, manifestando que formaría parte de la Audien- ;.,; 'j}:f_l~pes fue José Ignacio de la Garza Falcón, quien desapareció de la cia al ser depuestos sus ministros.w También se descubrió que había ·· f/';r cmdad el 12 de mayo de ese año. Era hijo del licenciado José María comentado que era fácil apoderarse de la imagen de la Virgen, haber ~:t. ¡'/~ .. ~e la Garza Falcón y sostuvo con él correspondencia desde el campo criticado en· una ocasión al Evangelio y asimismo se le acusó de s~r · · ~ji_ · msurgente,

33 la qu~ al caer en manos realistas causó a su padre proble­

" ... juguetivo, lascivo y muy adicto a la insurrección" .30 Antes de sal1r, · ' ''t' m~ con las autondades. También se evadieron de la capital Andrés Velasco dejó varias cartas para dar aviso de que estaría fuera por al- f¡ Qumtana ~oo, por entonces pasante en el despacho del co"nocido abo-gunos días, una dirigida al abad y Cabildo de la Colegiata, otra. al f: ;,; gado Agust.m Pomposo Fernández de San Salvador; el hijo de éste, penitenciario de la misma, Agustín Beye de Cisneros, y otra a un amigo ~z.~;; Manuel, pnmo hermano de Leona Vicario, la que se había comprome-suvo. Poco después, desde Sultepec, dirigió una más al virrey Venegas · .. k ·:·1; · .

' ¡· 31 Al f 11 ,. • ·;;· 67-6Bv · carta de Francisco L d v 1 p Para convencerlo de la injusticia de la causa rea 1sta. ugarse evo : f . ,, 'A , ' B d e· orenzo e e asco al enitenciario de la Colegiata

. •w;::zi. ca~~tm eye .e tsneros, Guadalupe, s. f. , en ibidem, vol. 77, exp. 5, f. 69-71; "'·.¡;'"~": . .. de Franctsco Lorenzo de Velasco a Manuel de la Fuente Pacheco s 1 y s f " H T. "L G d 1 " 457 "!;:'· " '' en zbzd 1 77 - . ' · · · ., 27

lv . . 1mmons, os ua a u pes , p. · . --+'"í;; vi e m , ;o · , ~xp. J , f. 72-72v, y carta de Franosco Lorenzo de Ve lasco al 2s J. M. Miquel i Vergés, Diccionario, p. 590 y 119, y S. T. de Mier, Historl'll · ·~ · . rrey Franc1sco Xav1er Venegas , Sultepec, 18 de mar¿o de 18 12 en ibidem vol

77 de la revolución, t. 11, p. 73. ,,. 1;, exp. 5, f. 65-66. ' ' · '

~9 ]. M. Miquel i Vergés, D iccionario, p. 593, y causa seguida a Francisco Lo- ~ l~· ... •, · 32 Escrito de Pedro de la Puen te al presiden te de la Jun ta de Seguridad y renzo de Velasco, en AGN, Infidencias, vol. 77, exp. 5, cuad. 1 a 3, f. 1-222. ··,}{' · ·. B~en O:den, México, 5 de abril de 1812, en AGN, I nfidencias, vol.

116, Y J. M.

30 Oficio de Mariano La valle a José Ignacio Berazueta y a Féli.x Flores Ala" ·_ f-' ~:·· M.iq~; l 1 Vergés, Diccionario, p. 11. torre, México, 18 de marzo de 1812, en ibidem, vol. 77, exp. 5, f. 148. . a f, .... ;. ·M··. Pedro de la Puente al presidente de la Junta de Seguridad y Buen Orden,

31 Carta de Francisco Lorenzo de Velasco al Abad y Cabildo de la Colegtat ·. ;~. e; · · V ex~o, 1? ?e m.ayo de 1812, en AGN, Infidencias, vol. 116. y ]. M. Miquel i de Guadalupe, Guadalupe, 27 de febrero de 1812, en ibidem, vol. 77, exp. 5, f. '··. ',' ·· erges, D tccwnarzo, p. 229. ·

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80 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

tido en matrimonio con Quintana Roo, y el escribiente de Agustín, José Ignacio Aguado. No es del caso referirme aquí a la carrera seguida por Quintana Roo en las filas insurgentes; tan sólo señalaré que en la co­rrespondencia de los Guadalupes con Morelos se encuentran referencias a su persona y por ella sabemos que se escribían con él y que le envia, han cartas v otros documentos de interés.34

A su ve~, por la causa seguida a Leona Vicario y que se iniciara a principios de i813, mbemos que ésta mantenía correspondencia con su primo. Asimismo, por unos papeles quitados tiempo después a un tal Luis Núñez en la ciudad de México, entre ellos una carta firmada por Manuel Fernández de San Salvador, se puede ver que éste también se escribía con otras personas de la capital. En esta carta, fechada el 18 de mayo de 1812 y dirigida a "Mis amables y siempre recomenda­bies amigos", su autor expresaba que no se había arriesgado a escri­birles antes por temor a exponerlos, pero que entonces lo hacía en vista del "ardiente patriotismo" que habían mostrado. Asimismo señalaba que sus amigos Perea y "Aguadito" - muy probablemente José Ignacio Aguado, el escribiente de su padre que se fugó con él- estaban enfer" mos, a diferencia suya, pues se hallaba cada día " ... más robusto y más lleno de felicidad y a seguro del despotismo".35 Fernández de San

34 Carta del "Número 12" a José .Maria ~orelos, México, 21 de noviembre de 1813, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 127, f. 30; UT, García Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 127, f . 30-30v, y E; de la T orre, Los Guadalupes, p. 52. Carta de "Los Guadalupes" a José María Mo­rclos, México, 25 de noviembre de 1813, en AGI, I ndiferente General 110, cuad. 4, núm. 119, f. 17; UT, García Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalu~ pes, núm. 119, f. 82v-84, y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 54.

35 Declaración de Leona Vicario, México, 16 de marzo de 181 3, en "Causa ins"· tn1ida contra Doña Leona Vicario y sus cómplices", en G. García; Documentos, t. v, p. 25, y papeles quitados a Luis Núñcz, en AGN, lníidencias, vol. 69, f. 68. En este expediente se encuentran varios documentos de interés, entre ellos una carta · fechada en Zinacantepec el 4 de mayo de 1812 y fi rmada por "E. L. P.", dirigida a "Amigo que·ñdo", que hacía referencia a las cartas que ambos se habían escrito. También se refería a la ayuda que podía brindar a quien deseara unírsele. Esta larga carta contiene noticias de interés acerca de la acción insurgente sobre y terminaba enviando saludos a varios individuos, así como los de "Manuelito" Múzquiz. Otras dos cartas, fechadas en Tenango el 7 y el 18 de mayo de ese año, . respectivamente, y firmadas ambas por "A", estaban dirigidas la primera a "Mis .: queridísimos amigos" y ·¡a segunda a "Mis amadísimos". En ambas se hacía referen- · cia a otras cartas que les había enviado, así como a otras más enviadas por el ten te a distintos individuos. En la del 7 de mayo señalaba su autor que las . nove­dades se las había participado a "doña L.", a quien le había también enviado Ilustrador Nacional, y en la del 18 de ese mes pedía que le entregaran a "doña_ la carta adjunta y le preguntaran si le acomodaba el conducto, el que le bastante seguro. Se antoja pensar que el remitente de estas cartas fuera Quintana Roo y "Doña L." Leona Vicario (Carta de "E. L. P.", r~nfPDI"C'"

4 de mayo de 1812, en ibidem, vol. 69, f. 70-70v; carta de "A", Tenango, .

LA OPCIÓN INS U RGENTE 81

Salvador sirvió algún tiempo en las filas insurgentes, en las que para noviembre de 1812 se le confirió plaza de alférez; también sabemos que para fines del z,ño siguiente había ya solicitado el indulto.36

Por último, quisiera incluir aquí a otro individuo que por entonces abandonara también la capital. Se trata de Miguel Fernández Félix, cuyo nombre insurgente fue el de Guadalupe Victoria, pasante del li­cenciado Juan Nazario Peimbert y Hemández y a quien Zerecero ha señalad? como integran te de los Guadalupes. 37 Por desgracia, nada más he podido encontrar sobre su participación en los traba jos del grupo.

2. "La Imprenta de la Nación"

Al tiempo que esto ocurría, varios de los señalados como Guada­lupes llevaron a cabo, con gran éxito, una de sus empresas que mayor repercusión tendría para el movimiento insurgente: la de proveer al grupo encabezado por Rayón de una impr~nta y de un impresor. Desde Jos inicios de la insurgencia en septiembre de 181 O, las prensas novo­hispanas, todas ellas en manos realistas, fueron uno de los medios más eficaces para combatir al movimiento, sobre todo en los sitios donde aquéllas se localizaban: los grandes centros urbanos. Las autoridades virreinales de todos los niveles, civiles, militares y eclesiásticas, así como

·muy diversas instituciones y un gran número de sostenedores del régimen colonial, de muy distinta clase y condición, se volcaron sobre las ' pren­sas y dieron a la luz una enorme cantidad de escritos de toda clase en defensa del régimen y para combatir la insurrección. Esta enorme pro­ducción sirvió en muchos de los caso;; para convencer a los indecisos . y aun a algunos de los simpatizantes del movimiento, si no de apoyar

régimen de manera abierta, cuando menos de no brindarle su apoyo a la insurrección.38

En este terreno los insurgentes se encontraron siempre en franca . desventaja ya que muy pocas veces contaron con tan útil medio. Sin · embargo, sus dirigentes tuvieron plena conciencia de la importancia de · 1~ palabra impresa y aprovecharon al máximo las ocasiones en que pu­. dteron tener acceso a una imprenta. Así ocurrió en Guadalajara a fina­

de 181 O, donde se publicó no sólo el primer periódico de la insurgen­El Despertador Americano, sino también muchos otros escritos. Los

de 1812, en ibidem, vol. 69, f. 81 y carta de "A" Tenango 18 de mayo 1812, en ibidem, vol. 69, f. 66-66v). ' ' '

3G Véase el Ilustrador A mericano del sábado 21 de noviembre de 181 2 en G. Documwtos, t. m, y J. M. Miquel i Vergés, Diccionario, p. 196-197.

37 A. Zerecero, .lvf emorias, p. 121. 38 Véase A. Garritz et al., Impresos novohispános.

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82 EN BU SCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

intentos de establecer un gobierno insurgente y darle un sustento ideo­lóvico coherente al movimiento hicieron aumentar la necesidad de contar co~ un medio efectivo para defender y difundir sus ideas y dar a conocer sus esfuerzos. Fue a partir de la instalación de la Suprema Junta y de la incorporación al movimiento, en particular al grupo de Rayón, de varias personas dedicadas muchas de ellas a la abogacía y preocu­padas todas por darle una mejor organización a la insurgencia, cuando esta necesidad se volvió en verdad apremiante. Fue así como José María Cos se ocupó de fabricar, con sus propias manos, tipos de madera para imprimir un nuevo periódico, el Ilustrador Nacional, con el propósito de instruir a los americanos de las causas que habían dado origen al movimiento insurgente e informar de sus operaciones, y que apareció por primera vez en Sultepec el 11 de abril de 1812.

39 • •

Son varios los autores que se han ocupado de regrstrar como un pequeño grupo de capitalinos logró conseguir una imprenta para en­viarla al grupo de Rayón. Las versiones que dan cada uno de ellos son coincidentes en lo general. Según Mora, " ... una casa española estable­cida en Méjico, que comerciaba en libros, y se correspondía con otra de Valencia", dio fin a sus negocios y entre otras cosas que puso en venta " ... había un retal de imprenta medianamente surtido". El licenciado Juan Bautista Raz y Guzmán propuso a sus compañeros Ben_ito José Guerra, José María de la Llave y Manuel Díaz comprar ese eqmpo para enviarlo a la Suprema Junta. Dado el control que ejercía el gobierno virreina! sobre las imprentas, era necesario hallar a la persona idónea que pudiese comprarla sin despertar sospechas. Ésta fue José María Rebelo, aquel que fuera llamado a declarar en el proceso del licenciado ; Julián de Castillejos, oficial de la imprenta de Arizpe. Rebelo " .. . se .•·. ofreció no sólo a dar su nombre para la compra, sino también a llevar él mismo la imprenta al punto o lugar que la Junta le designase, mon­tarla y servir en ella como su director". Así se hizo y por ella se pagaron .. ochocientos pesos. Se presentó entonces otro problema, que era el sacarla de la ciudad. Por fin se decidieron a " ... llevar todos los útiles de la imprenta en un coche, en que debía salir acompañada de otras ~ · la esposa de don Benito Guerra, pretextando un paseo por la haCJenda . de León". Esto no despertaría sospechas, ya que dicha hacienda, pro- ~ piedad del doctor Manuel Díaz y de su esposa Antonia Peña, era fre: cuenta da por la familia de Guerra. U na vez logrado esto, Rebelo se encargó de llevarla a su destino. Una precisión. José María Llave O··

de la Llave, a quien Mora le da el título de licenciado, ha sido ~eña.-­lado por el propio Mora, por Matamoros y Morclos, por las mrsmas·

39 Prospecto al Ilustrador Nacional, Real de Sul tepec, 11 de abril de G. García, Documentos, t. m.

LA OPCIÓN INS URG ENTE 83

autoridades coloniales y por Timmons como uno de los Guadaluoes.' 0

Era tío de José María Alba y Llave quien era comerciante co~o el propio Llave y quien estaba en tratos con Rayón.

Al relato de Mora añade Bustamante algunos detalles sobre cómo se logró sacar la imprenta de la ciudad, lo que se hizo, según él, con el pretexto de ir a una jamaica a San Ángel. Nos dice este autor que en el coche iban Nicolás Becerra y las esposas de Guerra, de Díaz y de Raz y Guzmán -Mariana Camila Ganancia, Antonia Peña y Luisa de Orellana y Pozo-, y que Raz y Guzmán iba a caballo. Al salir por la garita de San Antonio Abad sufrieron todos gran sobresalto al ver el cuidado con que los guardas revisaban a un payo, pero las señoras se mantuvieron serenas, invitaron a los oficiales a acompañarlos, y así lograron llegar a Tizapán, de donde enviaron la imprenta a Tenango. 41

Alamán, por su parte, señala que esto ocurrió a fines de abril; que Díaz, Guzmán y Guerra eran " ... los principales de la corporación" -refiriéndose a la wciedad de los Guadalupes- y que además de Rebelo se envió también a dos cajistas.42 Según Zerecero iban en dos coches las esposas de Raz y Guzmán y de Antonio del R ío -aquél que

uniera a Hidalgo en Las Cruces-, acompañadas de Manuel Díaz y de Benito José Guerra. Ya en Tizapán, recibieron la imprenta el propio Antonio del Río, el licenciado José María Jáuregui y Rebelo, los que

llevaron a Tenango!3 Genaro García añade al de los compradores nombre del bachiller José Valdés. También registra en una nota

el 29 de junio de ese año el soldado realista Francisco Álvarez, que estado prisionero entre los insurgentes, " ... declaró haber oído

a dos de éstos que el Br. Dn. José Valdés, que vive en la calle de SuJeta de México y el administrador de la imprenta de Arizpe, entre

bos mandaron letras para la imprenta de Sultepec".44 Por último, según Timmons, Rebelo había comprado ya la imprenta cuando fue yersuadido a venderla e irse a trabajar con los insurgentes.45

··"'''·' 'K'c<"<c":w H ay algo que quisiera señalar aquí. No sólo los distintos autores gue se han ocupado de registrar este hecho no coinciden en todos los

•o J . M. L. Mora, Méjic o y sus revoluciones, t. rv, p. 214-216; W. H. Timmons, Guada!upes", p. 457; Carta de José María Morelos a Mariano Matamoros,

6 de octubre de 1812, en C. Herrejón Pereda, ed. , Morelos, p. ~41, y de José Antonio de Noriega al virrey Félix María Calleja, México, 13 de de 1814, en E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 98.

41 C. M. de Bustamante, Cuadro Histórico, t. r, p. 407-408. " 2 L. Alamán, Historia de Méjico , t. a , p. 561 -562. 43 A. Zerecero, Memorias, p. 156. Debo señalar que el licenciado Jáurcgui era

mayor de la Cancillería de la Audiencia , además de miembro del Colegio de

< ., •• G. García , Documentos, t. m, p. xvru. ,.

40 W. H. Timmons, "Los Guadalupes", p. 460-461.

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84 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

casos en lo que se refiere a las personas que tomaron parte en él. Tam­poco coinciden en atribuirlo expresamente a la sociedad de l~s Guada­lupes. Ni Mora ni Bustamante señalan que la empresa se deb1era a este grupo como tal. El primero nos dice que los que enviaron ia imprenta a los miembros de la Junta fueron "sus corresponsales en Méjico", y el segundo refiere que los insurgentes " ... tenían arrügos en México, de aquellos que sin ser de hábito descubierto trabajaban sin cesar a beneficio nuestro ... ", y que fueron ellos los que se ocuparon de conse­guirla y mandarla."" Alamán, por su parte, sí menciona que fueron " ... los Guadalupes de Méjico ... " los que llevaron a cabo esta em­presa y Zcrecero, a su vez, la atribuye a " ... la junta de Guadalupes en México" ! 1 Creo, con Alamán y Zerecero, que esta empresa fue lle­vada a cabo por el grupo que conocemos como los Guadalupcs. Sur embargo, Mora y Bustamante no dejan de tener razón al señalar que fue obra de sus corresponsales o amigos de México. Y es que para en­tonces el grupo todavía no había empezado a utilizar el pseudónimo con el que acabaría por ser conocido.

Las autoridades virreinales hicieron todo lo que estuvo a su alcance para averiguar cómo y quiénes habían logrado sacar la imprenta de la capital, pero no lograron mayor cosa.'8 Esto se debió no sólo al cuidado que tuvieron los autores de la empresa sino también al tenido por los propios insurgentes. En una carta dirigida a un tal Palacios y firmada .. · con el seudónimo "El de los Pantalones", fechada en México el 9 de- _ mayo de ese año, que sería quitada a Felipe Lailson a fines de ese meS'; y atribuida a Benito José Guerra, se encuentra este interesante párrafo f

Cuiden ustedes mucho de que nuestros nombres no suenen ni en nango ni en Sultepec ni en parte alguna porque corremos · riesgo. El virrey ha despacho espías para que averigüen allá, dose americanos, quiénes de aquí mandaron la imprenta. Por Dios no comprometan a los que hicieron tan grande beneficio!9

Por su parte, en la "Invocación al Ser Supremo" con que inicia un uu._ .• . ,, ......

periódico, el Ilustrado1· Americano) para el que utilizó la imprenta reci- ", bida, Cos da las gracias a Dios por la libertad que les ha concedido a

-<u ]. M. L . Mora, Méjico y sus revoluciones, t. IV, p. 214, y C. M. de Busta:·

rnanie, Cuadro Histórico, t. r, p. 407 « L. Alamán Historia de Méjico, t. n, p . 567, y A. Zerecero, Memorias, p. !56/ . <S Véase lo ~ue dicen al respecto Mora y Bustamante (J. M. L. Mora, Méjicrr :

y sus reuoíuciones, t. IV, p. 217, y C. M. de Bustamante, Cuadro Histórico, t; ..

p. 408). w Carta de "el de los Pantalones", " Para Palacios", 11éxico, 9 de

1812, en AGN, lnfidencias, \'Ol. 60, exp. S, f. 30!l.

LA OPCIÓN INS URGENTE 85

los insur?entes de comunicarse por medio de la imprenta, la que iba a ser el lllStrumento más importante para vindicar agravios, manifestar la justicia de la causa y echar los cimientos de la ciencia de sus derechos

. . . ' pero sm mencwnar para nada, como era obvio, su procedencia.50 Hay que señalar aquí que no sólo Cos se aprovechó de este medio. También sir."ÍÓ meses después para que Andrés QuintaiJ.a Roo publicara el Sema­nario Pairiótico Americano. Asimismo sirvió para que los insurO'entes

d. o

pu teran dar a la luz muchos otros impresos, que circularon no sólo entre ellos sino también en lugares que se hallaban en manos realistas, muy en especial en la ciudad de México. Y en estas tareas tomaron parte varios de los individuos que habían abandonado la capital y que estaban directamente vinculados con los Guadalupes.

La preocupación de las autoridades virreinales por el efecto que podrían causar en el ánimo de la población todos estos impresos se ve reflejada en las prohibiciones, repetidas y numerosas, que se dieron so­bre su lectura y en las reiteradas instancias en que fueron quemados públicamente por mano de verdugo. Asimismo, se refleja en las dispo­siciones referentes a las imprentas, como el bando del 26 de mayo de 1812, en que Venegas mandaba entregar al juez de la Acordada todas las imprentas de mano o portátiles, el que parece hacerse debido en buena parte al hecho de que los insurgentes contaban ya por ese en­_tonces con la imprenta enviada desde la capital.51 Al parecer, se debió también a lo que ocurría dentro de la propia ciudad. El 16 de mayo, a

llegada de Calleja después del sitio de Cuautla, aparecieron " ... in­papeletas impresas con imprentita de mano ... " -de las

Mier afirmaba tener un ejemplar-, que criticaban a aquel mili­realista, y al día siguiente se fijó un impreso contra Calleja frente

su misma casa. 52

¡¡o Ilustrador Americano del 27 de mayo de 1812, en G. García Documentos, . ~n '

n Bando del virrey Francisco Xavier Venegas, México, 26 de mayo de 1812, en de Mixico del miércoles 27 de mayo de lfJ12, núm. 2428, t. xvr, p. 591.

52 "Cuando el Ex~rcito de Calleja volvió a México, c~yéndose hallar muchos p~r los mentirosos partes de guerra de su general, se hallaron por todas mnumerables papeletas impresas con imprentita de mano, de las quales

.. una Y decían: 'A la maldita legión del CRIMINAL Calleja: Monstruos de lllhumanidad · '· ,., · ,. . . no creais que esta 'Jorte os reciba con aquel aplauso que acaso os ~abeis figurado. Está muy penetrada de la justicia de su causa para dexar de ver

· vosotros un objeto, sólo de horror y execración. Sabe quáles han sido vuestros ; co_no~e vuestras false.dades e intrigas; y no hay ni un individuo que no

nphcar vuestras hendas, y acabar con esas almas negras, mercenarias, tan Y viles como la de los perveFSos Gachupines (Eurooeos\ a quienes servís ~ayo.r y más escandalosa ofensa de la Relig ión y de.la P~tria'" (S. T. de

' H!Storta de la re¡:olución, t. r, p. 94), y AGN, H istoria, vol. 458, f. 232.

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4. Los corresponsales de la capital

.-\! finalizar el mes de mayo de ese año, algunos de los partidarios con que contaba la insurgencia dentro de la ciudad de :yféxico sufrieron un serio revés. Como ya mencioné antes, el 29 de ese mes una partida del escuadrón del teniente coronel realista Pedro Menesa, que coman­daba el teniente Juan Miota, derrotó en el Monte de las Cruces a una partida insurgente que se encontraba bajo el mando del capitán Felipe Lailson, aquel que pocos meses antes se fugara de la capital en unión de otros simpatizantes de la insurgencia. Esta derrota sería de graves consecuencias para varios capitalinos, ya que en ella se le quitó a Lailson, entre otras cosas, " .. . una pequeña valija de correspondencia que lleva­ban Jos mexicanos con los insurgentes", según nos dice Bustamante. Ala­ruán, a su vez, registra que Lailson perdió entonces " . . . la corresponden­cia de Rayón con los Guadalupes de Méjico" .53 No obstante lo dicho por este último, no aparece el nombre de los Guadalupes, ni tampoco nin­guna mención a ellos, ni en las cartas mismas ni en las diligencias que se siguieron contra sus remitentes y destinatarios, aunque no deja de tener fundamento la afirmación de Alamán, ya que varios de ellos han sido señalados como Guadalupes por di~tintos autores.

De inmediato Menesa envió esta documentación al virrey Venegas; quien la pasó a la Junta de Seguridad y Buen Orden. El virrey retuvo los impresos "sediciosos" y ordenó que de los demás papeles se hiciera· un inventario o "los efectos que haya lugar" .

5 4 Rápidamente se

dió al inventario y, además, se descifraron los nombres que algunos estos papeles contenían en clave.55 Así se supo que una carta

· por "Epigmenio" era en realidad del licenciado Ignacio Jiménez -fl\~ .·. gado, como ya vimos, de la capital a principios de ese año- y estaba dirigida a su novia, Margarita Peimbert, hija del licenciado Juan Na~ , zario Peimbert y Hernández. Asimismo se averiguó que la inicial de otra carta, correspondía a José Ignacio de la Garza Falcón, otro evadido recientemente de la ciudad, por lo que se ordenó proceder ·· ~ , la aprehensión de los papeles de ambos y a que se efectuaran las dili­gencias que de su vista resultaren. En cuanto a las cartas dirigidas al padre José Manuel Sartorio -futuro elector del Ayuntamiento de xico y conocido como desafecto al régimen colonial- por los

53 C. M. de Bustamante, Cuadro Histórico, t. u, p. 134, y L. Alamán, Historia

Méjico, t. m, p. 148. "·1 Oficio del virrey Francisco Xavier Venegas a Miguel Bataller, México, 3L

mayo de 1812, en AGN, Infidencias, vol. 121, exp. 17 , f. 1-1v. 55 Certificación de José Andrade, México, 31 de mayo de 1812, en ibídem,

121, exp. 17, f. 10-iOv.

LA OPCIÓN INSURGENTE 87

gentes Juan Pablo Anaya y Agustín Arce Gutiérrez a que se alude en el expediente, fueron sacadas de él y, por desgracia, no he encontrado que se siguió de esto. 56 Lo que sí he localizado son algunas de las diligen­cias que se hicieron en relación a varias de las otras cartas, por las que se detuvo a algunas personas. El 19 de junio se mandó a arrestar a

María de la Garza Falcón y a Margarita Peimbert. Se detuvo asimismo a José Ignacio Espinosa, a Benito José Guerra, a José Nicolás Becerra y a Antonio Garcés, entre otros. Sobre todos ellos el e...,;:pediente que encontré brinda interesante información. También la proporciona sobre las relaciones que entre ellos se daban, cuáles las que sostenían con los insurgentes, así como sobre la situación que entre estos últimos tenían los numerosos capitalinos que se les habían unido.

La carta firmada por "Y", fechada en Tenango el 27 de mayo de ese año y que se supuso, con razón, escrita por Ignacio de la Garza Falcón a su padre, hacía referencia a otra carta que le había remitido con anterioridad y le e..xpresaba además su contento por verse " ... entre ifinitos mexicanos, y todos a cual más insurgente, todos hablamos con

la libertad que deseábamos y no con el temor de Bataller y del tirano . Venegas ... " . También le remitía cuatro impresos y le daba noticias '~ alguna acción contra los realistas, así como del estado de José María

y sus fuerzas. Le pedía le mandara algo de ropa y enviaba a su madre y hermanas y a " . .. todos los de la tertulia muchas

.PVnrP<:•ones" y los saludos de varios insurgentes, entre ellos los de José Cos.57

revisarse los papeles que Garza Falcón tenía en su casa, se le varios comprometedores, como una carta dirigida a Rayón,

"J. M.", y otra a Morelos. En la primera, se daba noticias a e insurgente de que Calleja tenía un espía en sus filas y se le

111urmaoa de una intriga tramada con la mujer de Bravo.58 En la dirí­a a Morelos se informaba · a éste de la entrada de Calleja en la

· así como de la de Leonardo Bravo, a quien aquél había tomado en Cuautla. Se le comunicaba también que Calleja había ofrecido

pesos a la esposa de Bravo para que consiguiera que sus hijos •obrinos aprehendieran a Morelos, por lo que le sugería los separase ''· ~ando. Además se le daban algunos otros consejos, entre ellos el de ~'~pusiera a trabajar a los que emigraban de la ciudad de México.59

56 José Andrade, México, 10 de junio de 1812, en ibidem, vol. 121, exp. 17,

·Carta de "Y" a su "P", Tenango, 27 de mayo de 1812, en ibídem, vol. 121, 1, f. 2-4.

· Carta de "J. M." a "Y. R. P. M. de J. N.", 17 de mayo de 1812, en ibidem, 1, exp. 17, f. 12. Publicada por Miquel i Vergés, Diccionario, p. 229. Carta de Falcón a José Maria Morelos, México, 17 de mayo de 1812, en AG;'i,

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88 EN BUSCA DE UN ·coBU:RNO ALTERN O

LA OPCIÓN INSURGENTE 89

De inmediato Garza Falcón negó haberse escriw con su hijo desde d,e .Rico,, como era n~tur~l , negaron estas acusaciones, diciendo que que éste pasara a los insurgentes y también que fueran suyas las dos solo habmn hablado ·· ... de túnicos, pañitos y otras frioleras de mu-cartas ya mencionadas, y alegó que" . .. se las llev~ a su casa_~~ hom- jcres .. . ",y se sostuvieron en sus negativas al ser careadas con Lozano bre necio e ignorante, manifestándole que su ámmo era dmgtrlas a ·' · y co~ ToraL~· As~mismo fueron llamadas a declarar las hijas de Garza Rayón". Este hombre se llamaba Mariano Rico, en cuya casa se molía Falcon, :Mana V1centa y Maria Loreto, las que no reconocieron que el chocolate para la caBa de Garza Falcón. Después de hablar sobre el las cartas fueran de su hermano. Se referían tanto a la dirigida a su asunto, este último había logrado que aquél desistiera de su propósito; pa_dre como a la muy breve que comenzaba: "Mi estimada Vicentita, de ahí que tuviera en su poder las cartaB. En cuanto a la pregunta que pnncesa de las amazonas, la más linda entre todas las mujeres del mun-entonce; se le hizo, y que para mí es de gran interés, de si en su casa do", en qu~ el autor p~día ,~ su destinataria le enviara cigarros y le se efectuaba alguna ter-tulia y quiénes concurrían a ella, re~pondió que rogara a Dws le conced1era ... volverte a oír tocar y me quite de la la había para " ... la honesta diversión de tocar y cantar conciertos''. música de las balas", firmada por "Oronda tes". También se referían a Asimismo precisó que aBÍstían a ella la familia del señor Juan José la que, todavía más breve, estaba dirigida a "Mi querida Pepita" y Flores Alatorre, aBesor de la Acordada, y la del licenciado Peimbert, . termfnab~ "tu sobrin?", firmada "Y".

6

~ Sin embargo de su negativa, además de varías otras personas, entre ellas un capitán llamado Medina. Mana V1centa y w~ana Loreto aceptaron tener una tía Pepita, hermana Garza Falcón declaró también no ser pariente sino amigo de Peimbert, · de su madre. Vanos otros testigos reconocieron que la letra de estas cuya casa visitaba en compañía de su familia, y que a José María Cos, ca_rt~s era de Ignacio de la Garza Falcón y, además, declararon que de quien era paisano, lo había conocido de vista en Zacatecas.'0 Se asistian a su casa para oír cantar a una de sus hermanas, llamada Vi-mandó entonces detener a Rico, quien negó ser el autor de tales cartas, í.~·."~,-. centa,a.; lo que concuerda con lo expuesto en una de las cartas y con así como habérselas dado a Garza Falcón, pero éste se sostuvo en lo , f , ··• lo ,declarado. por Garza Falcón sobre que, de sus hijas, era Vicenta la que había declarado. 5 1 Ambos se mantuvieron en lo dicho en u~a nueva ~.;l:.:~~-. mas sobres~hent~ en ei clave. Hay otr~ ~os cartas fi~·madas por "Y" declaración, aunque Garza Falcón reconoció entonces que vanas de las. · ''"'·~·?' .. i:<!· e~_el. exped~:nt.e, a~bas son breves y se hm1taban a envrar saludos. Una, cartas quitadas a los insurgentes sí eran de su hijo."• ·. ;':fiiL ,dmgtda a 'Mr estimado N~anu~lito", está fechada en Tenango el 27

Dos de los testigos llamados a declarar, Ignacio Lozano Y José Ig~ , éo :~~i .. f't de mayo. La otra, que emp:e~a Querida Margarita", no tiene lugar ni nacía Toral, dijeron haber dejado de visitar a Rico después de haber y~';~,~ fecha, pero parece estar dmg1da a Margarita Peimbert.er caído presos Hidalgo y Allende porque las mujeres de su casa habla~~n . . -::;.,r .. ~n l~ confesión de Garza Falcón del 17 y 18 de junio -en la que en favor de la insurrección y contra el gobiern0.63 La esposa Y las hijas {~ltq.;:~ ma;nfesto ser abogado de la ~eal ~udiencia y de su Ilustre y Real Co-

~ • .. ~--:';; legw, casado con Ana Antoma Espmo y de 48 años de edad- recono-

I~fi~en.cia.:, vol. 1

21 , exp. 17, f. 13-13v. Publicada por . J. M. Miquel i Vergéi? :':~:~·{{~~ció ?uevamente.que vari~s de las cartas sí eran de su hijo. No ~bstante, Dtcctonano, p. 229-230. , _ ' l. •'·:~., nego haber escnto a los Jefes ins t · · f ' 1

so Otros asistentes a las tertulias de la casa de Garza Falcon fueron Guadalup~ ·· .. · •. -""''; ,,, , urgen es. e lllSl~ 10 en que as cartas que Sandoval, esposa del licenciado José Maria Espino ; Josefa Barragán, esposa de Jos~ ,<~,;. ~f:,;i; . .C:taban _en su poder se las habta dado Rtco, senalando, además, que ha­Peña y Breña ; Juan Sárnano, _hijo de _un platero y empleado dd Tabaco; el padr~ ',>'~;~i.: :} la servido con ello a la causa pública, al impedir que éste las enviara.•s Remigio Terán ¡ el doctor Mana no E>pmo: el doctor .MendJZábal , el doct?r RomanCl, . -~ ·~} ,j)f,, s• , .· , . . Manuel Velázquez de la Cadena empleado de Ca¡as Reales, Y Joaqum Marti~ez · e·. ·< . ·~-,;. . Dec.aracwnes de Mana Gertrudis R1co Francisco Rico María 1\gus•in Ma-

. ' 1 "' d J ' M ' d 1 G rza Falcon · · · "*'i · coteJa y Ma · I · R" M ' · · ' ' · ' a Pastor, oficial de temporahdades (Dec arac10~ e. ose ana e a a ' .<,.'-.. ·· ',.. . na gnacla tco, _ex1co, 9 de ¡unio de 1812, en ibidem, vol. 121, exp. México, 1? de junio de 1812, en AGN, Inftd~nctas, vol. 121, exp. 1?, . f. 19·22 )· J' 1

:• f. 31 ·42 ;_ca:eo entre IgnaciO ~ozano y la esposa e hijas de Mariano Rico, Mé-61 Rico declaró ser español natural de _J;Iwchapan Y vecmo de _Me.'<ICO, casado ·· ~~ ~co, .16 de ¡umo de, 1812, e? .'btdem, vol. 121, exp. 17, f. 48v-49, y careo entre

con Maria Agustina Macotela y tener un ca¡on en la calle del Refugw (Careo entre . cg_na:w Toral Y aquellas, en tbtdem, vol. 121 , exp. 17, f. 50.

José María de la Garza Falcón y Mariano Rico, México, 2 de junio de 1812, en ~'- 0

" Carta de "Orodantes" a "Vicentita" en ibidem vol. 121 exp 17 f carta de "Y" "P · , . . ' ' · , . 7, Y ibídem, vol. 121 , exp . 17, f. 24-24v. ) , , __ . _.,. · , 66 a. epita , en tbzdcm, vol. 121, exp. 17, f. 6.

s2 Ampliación de la declaración de José María de la Garz_a F.alcon, Me.~~~> :1!:-'. ·}de la D~cl aracio;- ~s de Juan Sámano, de Joaquín Martínez y de Manuel Velázquez 3 ~e junio de 1812 , en ibid~m, ,·ol. 121, e~p. 17, f. 25v, ~ ~rnpba~ton de la d~

17 ·, > ·"' 61C~ctena , Me,~Ic,~, 17"de ¡umo ~; 1812, en ibídem, vol. 121, exp. 17, f. 51v-57v.

rac1ón de Manano R1co, Mex1co, 4 de ¡ur.uo de 1812, en tbtdem, vol. 121, exp · '•, .. ·~."v6l Carta de Y a Manuehto , Tenango, 27 de mayo de 1812, en ibidem,

f. 27v. . , . . . . . vol . ...... ·~-~~ ¡7

· / 21 , exp. !7, f. 9, l' una carta de "Y" a "Margarita", en ibidem, vol. 121, exp.

63 Dcciaración de Ignacto Lozano Mextco, 4 de ¡umo de 1812, en tbtáem,_ . ··-; , ' · 5 . .. ' d J ' I · T 1 M' . 6 de ¡unto '. 68 Conf .. d J ' M ' d 121 , ~xp. 17, f. 29-29v, y declarac10n e ose gnacw ora, , . cxico, 1812 .. eswn e ose : . ana e la Garza Falcón, México, 17 y 18 de junio de

de 1812, en ibídem, vol. 121, exp. 17, f. 30-31. 'en zbtdem, vol. 121 , exp. 17, f . 58-66v.

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90 E N BU SCA DE UN GOBIERN O ALTERN O

Las diliuencias se prolongaron durante· algún tiempo. Para septiembre o ¿·

de ese año, Garza Falcón pidió informes particulares para acre ltar su

LA OPCIÓN INSU RGENT E 91

como uno d~ los Guadalupes,"" y aunque no he encontrado ninguna otra refere~cm a _que fuera parte de este grupo o a las actividades que dentro de el lle~o a cabo, pienso que bien pudo ser así, ya que estuvo estrechamente vmculado con varios de sus integrantes y es muy pro­bable que se correspondiese con Morelos.

conducta a personas conocidas y que ocupaban o habían ocupado car­gos destacados en el Consulado, en la Audiencia. en el Ayuntamiento, en Catedral y en el Colegio de San Ildefonso, las que rindieron sobre su persona iníormes muy favorables. Entre estas personalidades se con­taron el doctor Ciro de Villaurrutia, el conde de M edina y Torres, el marqués de Castañiza, el oidor Antonio Torres Torija, el provisor José M aría Bucheli y el conde de Casa de Heras Soto, además de muchos otros.69 De sus testimonios se desprende que Garza Falcón era conocido y prestigiado como abogado, de reconocida fidelidad, buena conducta, honradez y responsabilidad como jefe de familia, buen cristiano y buen vasallo. Asimismo nos info rman de algunas de las actividades y cargos que desempeñó, como el ser asesor, en calidad de teniente, del Consu­lado, y abogado de presos y de pobres y de la Catedral , además de encargado de la dirección y defensa de los negocios de ésta. En San Ildefonso había sido conciliario y revisor de cuentas, así como sinodal y prosecretario, y en 1806 había sido propuesto en la terna para rector. Por ellos sabemos también que Garza Falcón había sido compañero en San Ildefonso del licenciado Francisco Primo de Verdad.

Para agosto de 181 3 se puso libre a Rico y a Garza Falcón se le dio libertad bajo fianza, después de numerosas diligencias. No sería sino hasta octubre de 1816 que a este último se le sentenciaría a ser · .. desterrado a cualquier lugar que él escogiese a 50 leguas de la capital, :. lo que debía llevarse a cabo cuando lo permitiera el estado de sus e~­fermedades.'0 Esta disposición se dio, a pesar de no haber contra el

El ~ismo día en que fue detenido Garza Falcón el alcalde del Cri­m~n Y JUez de provincia José Isidro Yáñez pasó a casa de Maruarita Pe1mbert para que ésta reconociera la carta, fechada en T ena;go el ~2 de. mayo de .1 8 1 ~ ~ firmada por "Epigmenio", que se atribuía al licenCiado Ign~oo ]1menez y se suponía dirigida a Margarita, la que er~ su ~,rome!1da. , Esta larga carta, por demás interesante y que co­mt~nza Dueno m10 de todo mi amor, creatura adorable de mi alma objeto de toda .n:i ternura", n~ es únicamente -aunque sí en su mayo~ parte- una mtstva de amor smo que contiene información imnortante. Después de reiterarle de la manera más tierna el sentimient~ que le ~rofesa_b~ y d~ demostrarle su preocupación porque en su ausencia un n;al, el hcenCl.ado José Ignacio Espinosa, hubiese triunfado en el cora­zon de su n~v1a , Jiménez le daba a ésta noticias del estado en que se

. h~ll.ab~. Le mformaba del buen trato que recibía de Rayón y de las _ d1s~ncwnes de qu,e le hacía objeto, entre ellas la de preguntarle por su

·''"'"""'·'n",· , n.~vta todos l?s d1.as y expresar sus deseos de conocerla. La preocupa­. CIO!l de ese Jefe msurgente había llegado al extremo de manifestarle

" ... prueba cumplida del delito de rebelión, pero sí vehementes indi-~ cios . .. ",a causa de que su hijo José Ignacio se había indultado junto con la partida que mandaba, ya que estaba dispuesto que cuando ~ · reo de esta clase se indultase no debía residir en la capital, "en obv1o ·

~ . ,11

del escándalo que causan y del nesgo que con ellos s1empre se corr~ · Un último señalamiento respecto a Garza Falcón. Timmons lo reg1stra

su Informe de Giro Villaurrutia y Pedro González, México, 14 de septiembre de 1812, en ibidem, vol. 103, f. 17v-18 ; informe del conde de Medin~ Y Torres;. México 15 de septiembre de 1812, en ibidl!m, vol. 103, f. 23-23v; núorme del marqués de Castañiza, México, 16 de septiembre de 181 2, en i~idem, vol. 103,­f 25-25v· informe de Antonio Torres Torija, México, 16 de septJembre de 1812, e.n ibide t~, vol. 103, f. 44-44v ; informe de José María Bucheli , México, septiembre de 1812, en ibidem, vol. 103, f. 47-48v, e informe del conde de Casa de Heras Soto, México 15 de septiembre de 1812, en ibídem, vol. 103, f. 32-32v. , .1

'o 'oficio del virrey Juan Ruiz de Apodaca al sargento mayor José MendlVI ; , México 8 de octubre de 18 16, en ibídem, ' 'Oi. 121 , exp. 17 , al final.

n. Oficio de Miguel de Bataller al virrey Juan Ruiz de Apodaca, México, de septiembre de 1816, en ibidem, vol. 121, exp. 17, al final.

!'. · ·que uno de los motivos porque despachaba a Lailson a las orillas , de esa c~udad con doscientos hombres era porque cuidara de tu corres­

pondencia. Y la mía". Jiménez mandaba, además, saludar a "Luisita", a. su pr_op1a madre, y a ' :C~yet~a", así como a todas las amigas de

. Marga:1~a, Y le ped1a con ms1stencm s~ retrato. Por último, le encargaba ~ q~e . E.pmo~~ ent;egara l;s cartas_ adjuntas y en una esquela aparte le explicaba: El numero 1 · lo entregas en casa de Medina y el número 2

, ~!1 c'::a de F~.l cón". También le pedía le entregara un impreso a "Be­cerra Y le dt]era que le debía una contestación. Los nombres que esta

:c~rta Y es_ta es~uela c~ntenían se encontraban en clave, pero de inme­. d1ato habmn stdo desclfrados por las autoridades.73

' la Al .ser interrogada:_ M argarita manifestó Ser española, originaria de ;r ca~1tal. Y, de 17 anos de edad. Sobre la carta citada aceptó que

'>~,;~;~~ac~o J1menez era s~ autor y que estaba dirigida a ella; sin embargo, ·:': . rmo no poder desc1frar las palabras en clave. En cuanto al nombre

· · de "E · " - l ' ~ ._,:. spmosa , sena o que se trataba del licenciado José Ignacio Espi-

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92 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

nosa. quien concurría a su casa con frecuencia, y que "Luisita" era una de s~s hermanas y "Cayetana" una criada. Asimismo reconoció Mar­r:rarita la letra de Timénez en la esquela adjunta a la carta y manifestó · ~ue iba dirigida av ella, que las cifras que contenían decían "Medina", cuyo nombre era Ponciano, "Falcón" y "Nicolás", apellidado Becerra. También señaló que la carta dirigida por "Epigmenio Lara" a "Juan Rodrí;ru~z" era de Jiménez y que el compadre mencionado en ella podrí; ser Benito José Guerra. En cuanto a otros asistentes a la tertulia que se hacía en su casa, dedicada a conciertos de música, Margarita mencionó como tales al propio Jiménez, a Ignacio de la Garza Falcón, a Ponciano Medina y a Nicolás Becerra. Por otra parte, no aceptó que la carta de "Ignacio Lara" a "Elena Torquemada" se la hubiera en­viado Ignacio Falcón, y sobre las otras cartas quitadas a los insurgentes negó saber algo acerca de ellas. Tampoco aceptó saber quiénes eran las personas que mencionaban. Por último, aclaró no haberse mandado retratar y no haber repartido cartas o impresos, ya que no había reci­

bido nada con anterioridad.74

No obstante lo declarado por Margarita, parece ser que la carta firmada por "Ignacio Lara", fechada en Tenango el 27 de mayo y dirigida a la señora "Doña Elena Torquemada", sí íue escrita para ella, ya que se refería a la recomendación que la destinataria había hecho de su autor a 'Epigmenio", que sabemos era Jiménez, y sobre éste manifestaba: "Es un hombre ciertamente digno del aprecio de usted". Además, el autor le decía que no le noticiaba nada, ya

aquél lo hacía por escrito.75

No se le hallaron a Margarita papeles comprometedores; sin em­bargo, fue llevada a la Sala Segunda de Justicia y después depositada ese mismo día en casa del licenciado Mariano Primo de Rivera. En su segunda declaración Margarita se mantuvo en lo dicho.76 Igualmente se sostuvo en su confesión del 16 de junio, cuando fue acusada, con bastante fundamento a mi parecer, de ser " ... la que estaba destinada . para recibir y distribuir la correspondencia entablada y que venía a ,. proteger el infame Lailson". En este acto nombró curador a su padre;,_

H Declaración de Margarita Peirnbert, México, 19 de junio de 1812, en ibidem,. vol. 60, exp. 8, f. 295-298v.

; s Carta de "Ignacio Lara" a "Elena Torquernada", T~nango, 27 de mayo de 1812. en ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 306. Hay otra cana cie la misma fecha Y ¿eJ rnis~o autor, dirigida a su esposa, Gertrudis Zerralde, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 305-305v).

76 Declaración de Margarita Peimbert, México, 2 de junio de 1812, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 317-318.

LA OPCIÓN INSURGENTE 93

el licenciado Juan Nazario Peimbert y Hernández, y fiador al licen­ciado Mariano Primo de Rivera."

Margarita fue a poco devuelta a su casa. El dictamen del auditor Melchor de Foncerrada fue que era menor de edad y sólo constaba " ... que tuvo intrigas de amor honesto con el fin de matrimonio con el licenciado don Ignacio Jiménez". Ya que su padre había desapro­bado esa relación, con lo que había demostrado ser " ... vigilante y celador de su hija [ ... ] y los jueces nada han hallado para sindicarlo", debía volver a su lado. En ella no se había encontrado delito; el único culpable de todo había sido Jiménez. El virrey Venegas se conformó con este parecer y el 31 de ese mes así se le notificó a Margarita. Creo conveniente señalar aquí que Timmons la reg1stra como miembro de los Guadalupes.'8 Si bien no he encontrado ninguna referencia que así lo demuestre plenamente, todo parece indicar que dentro del grupo tenía asign::..da una función específica: la de recibir y distribuir la co­rrespondencia con los insurgentes.

A resultas de la carta que Jiménez dirigiera a su novia fue detenido el licenciado José Ignacio Espinosa, en cuya casa -y como ya vimos en la declaración de José Ignacio Sánchez- se hablaba sobre la in­

.. surgencia en 1810. Espinosa declaró ser abogado del Ilustre y Real · Colegio, natural de Guanajuato y de 36 años. Aceptó haber conocido

a Ignacio Jiménez, así como saber que éste tenía amores con Marga­. rita. También declaró " . .. que sí ama a esta niña . . . ", como señalaba

.; la carta, pero que no le descubrió sus intenciones porque Jiménez lo \ había tomado como mediador con el padre de ella, ya que éste no lo ,, aceptaba. Resolvió por ello "no hacerle competencia a Jiménez", y así

se lo dijo a Margarita. En cuanto a si concurría a la tertulia que en casa de los Peimbert se celebraba, expresó que asistía cuando había concierto de música y por divertirse, aunque últimamente Jo hacía con menos frecuencia que antes. Espinosa reconoció la carta enviada a Mar­garita por Jiménez, pero declaró que éste no le había dejado órdenes

. , de repartir cartas, ya que no era su amigo sino tan sólo su conocido :hdel Colegio y de la casa del licenciado Benito José Guerra, donde

Jiménez vivía y que Espinosa visitaba. En su opinión, pudo hacerle el encargo " ... fiado del ascendiente que supone en la niña respecto del declarante . . . ", o para hacerlo quedar mal y librarse así de las

77 Confesión de Margari ta Peirnbert, México, 16 de junio de 1812, en ibídem, ,, vol. 60, exp. 8, f. 350-358v.

78 Dictamen del auditor Melchor de Foncerrada México, 21 de agosto de 1812, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 361-361 v; el virrey 'Francisco Xavier Venegas, Mé­XIco, 30 de agosto de 1812, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 362v; notificación de Ma­nuel Martínez del Campo, México, 31 de agosto de 1812, en ibidem, vol. 60, exp. 6, f. 363, y W. H. Tirnmons, "Los Guadalupes", p. 457.

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94 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

" ... zozobras de los celos que denota en su carta ... " . Señaló, además, que era posible que Margarita tm·iera la clave de los nombres y negó saber quiénes eran las personas mencionadas en las cartas.79

No obstante todo lo anterior, Espinosa no quedó libre de sospechas, ya que se le encontró una carta del comandante realista de Cuautla, Joaquín Garcilazo de la Vega, dirigida hacia fines de 1811 "A Benito José Guerra y socios", en que les daba noticias sobre lo ocurrido en . Chilapa al presentarse allí unos enviados de Morelos. En su poder se encontró también otro papel, que pareció sospechoso, relativo a ciertos sucesos ocurridos en Taxco, dirigido a José de Armona por un tal José A. Lavín y fechado en esa población el 6 de diciembre de 1811.80

A lo largo de las distintas diligencias, Espinosa se sostuvo en lo dicho en su primera declaración. Asimismo se ratificó en su confesión del 16 de junio, insistiendo en que la misma carta de Jiménez lo ¡¡:. braba de toda sospecha, ya que decía en ella a Margarita haz que Espinosa, y no dale las cartas o dile que las distribuya.81 En la am•· pliación a su confesión, hecha tres días después, explicó que la carta del comandante Garcilazo se la había remitido éste " ... corno su abo• gado muy antiguo y en la actualidad elegido asesor de aquellas campa~ · ñías, para que hiciera una representación al Exmo. Sor. Virrey relativa a la defensa del mismo Cuautla y toda su Jurisdicción". Sin embargo:. de la explicación brindada por Espinosa, no deja de ser interesante·· que un escrito dirigido "A Benito José Guerra y socios" se encontrase :_¡ en su poder, lo que indica la existencia de una liga muy estrecha entré-:( ambos abogados y la posibilidad de que junto con otras personas • maran una especie de sociedad, cuando menos para efectos del · de su profesión. En cuanto al escrito dirigido a José Arrnona, que comandante de patriotas de Iguala, Espinosa explicó que aquél había dado para que instruyera en un negocio contra el comar.uu-.-~

García sobre la acción sostenida en Teloloapan contra los insurgentes. Espinosa saldría libre al mismo tiempo que Margarita Peirnbei:

El dictamen de Foncerrada reconocía que no era culpable de ning'~i1 delito, puesto que J iménez se había aprovechado de la inclinación Espinosa tenía por Margarita para involucrado en sus asuntos,

79 Declaración de José Ignacio Espinosa, México, 2 de junio de 181 ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 313-317.

80 Carta de Garcilazo "A Benito José Guerra y socios", en ibídem, vol. 60, f. 339, y carta de José A. Lavín a José de Annona, Ta..xco, 6 de diciembre de 1 en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 340-340v.

Bl Confesión de José Ignacio Espinosa, México, 16 de junio de 1812, en vol. 60, exp. 8, f. 351-352.

8.2 Ampliación de la confesión de José Ignacio Espinosa, de 1812, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 388-388v.

LA OPCIÓN INSURGENTE 95

qUe debería salir libre. El virrey aceptó el dictamen y Espinosa quedó en libertad el 31 de agosto.83 A la larga, se demostraría que Jiménez tenía razón al temer que Espinosa ganara el corazón de Margarita. Tiempo después -no he podido precisar cuándo- se casaría con ella. Al igual que Garza Falcón, Espinosa aparece registrado por Timmons como Guadalupe; como en el caso de aquél, tampoco he encontrado otras referencias sobre si lo fue y las actividades que como tal llevó a cabo.8

'

Otro de los detenidos a resultas de las declaraciones de Margarita Peimbert fue José Nicolás Becerra, aquel que según Bustamante tomara parte en el envío de la imprenta a Rayón y al que Timmons también ha señalado como Guadalupe, aunque tampoco sobre esto he hallado mayores referencias.

85 Según declaró el 4 de junio, Becerra era espa­

·• ñol, natural y vecino de México, oficial cuarto del Real Despacho de Pulques y procurador de la Curia Eclesiástica, estaba casado con Ana

<Monzón y tenía 40 años de edad. En su declaración aceptó haber co­, nacido a Ignacio Jiménez y concurrir a casa de los Peimbert para oír

el piano a Margarita y verla tirar al blanco con escopeta. También aceptó que los papeles dirigidos a ella, en uno de los cuales aparecía -·'rado el nombre de Nicolás, eran de Jiménez, pero no aceptó tener

clave para descifrarlos ni tampoco haber tenido correspondencia con Asimismo negó haber retratado a Margarita y saber quién era Rodríguez.

8

" En su confesión, rendida e1 16 de junio, insistió en ser el Nicolás al que se refería la carta de Jiménez.87 Sin cm­de sus negativas, no fue dejado en libertad sino hasta el 25 de

de ese año.88

El mismo día que se detuvo a Margarita Peimbert se detuvo al li­~~ • .::iado José Antonio Garcés y Eguía, quien declaró ser abogado de . Real Audiencia y de su Ilustre y Real Colegio, casado con Catarina

y de más de 40 años de edad, al que Miquel i Vergés ha señalado uno de los Guadalupes. Su detención se debió sobre todo a su

83

Dictamen del auditor Melchor de Foncerrada, México, 21 de agosto de 1812, vol. 60, exp. 8, f. 361-362; el virrey Francisco Xavier Venegas, México,

de 1812, en ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 362v; notificación de Manuel del Campo, México, 31 de agosto de 1812, en ibídem, vol. 60, exp. 8,

, o• W. H, Timmons, "Los Guadalupes", p. 457. sa Loe. cit.

~• Declaración de José Nicolás Becerra, México; 4 .de junio de 1812, en AGN, cias, vol. 60, exp. 8, f. 318-320v.

Confesión de José Nicolás Becerra, México, 16 de junio de 1812, en ibídem, 60, exp. 8, f. 352v-354.

· -- Parecer del auditor Melchor de Foncerrada, México, 28 de septiembre de en ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 367v-368v.

7

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96 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

LA OPCIÓN INSURGENTE 97

Todos los más desean conocer a ustedes, admiran los servicios tan gran­des y tan peligrosos que están haciendo y no cesan de ponderar su pa­triotismo. Por último, el señor ministro y todos los principales me han dicho repetidas veces que por uno de ustedes que perezca, han de pere­cer 20 gachupines.

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98 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

. . . . d. de Campeche había vivido en casa · L' qtuen era onun o 1 ' Anto_mo opez, · , . ·e había pasado a los insurgentes.92

d G durante algun ttempo Y s . , 'b e uerra desgracia no sabemos a qmen l a

Esta últ~a. carta, ~~ni;~;rlsor or la información que contiene, ya realmente dmgida, es pl nvío de impresos por parte de los

feria entre otras cosas, a e -~ue se re '' . onas incluso de fuera de la Nueva Espana, y msurgentes a vanas pers ;mer;canos a unirse al movimiento. Tam­a que instaba a los buenos. ' 11 "Juan Rodríguez", bién mandaba saludos a vanas personas, entre e as a .

y señalaba 'l'b . t, paseando la Alameda y bailando . t · n algunos eqm 1 nstas es an

que m en . . h verruenza. nosotros estamos el campreste ( szc) sm ta~ poc~ '. :;rc:n la "que se hallan maquinal­trabajando para romper a ese avl mente identificados.

. , , radica rinci almente en la utilización del • :. Perdo' s~ m~;~~:e::a P~mero" y ~n qu~ mencionaba las relac~ones en- • ............. . seu aromo ~ . . ''N, mero 7" lo que indtca ya la ···••· · tabladas por los msurgenbt~ contuntura~o de si~patizantes del moví~ _ .• _:

. · de un grupo 1en es ruc . d · • · ex1stenC1a · . 1 tas de los Guadalupes qmta as miento. Por otra parte, JU~to ~on as car el "Número 12"' .. > a Morelos apareCleron vanas flrmadas por , , es creo ue · >

b., usa.do para corresponderse con Rayon; asl, pu ' q ·. tam len , . , t t dos ellos o3 •.• •. .•

d h blar de una clara vincmacwn en re o . . . . : pue e a ' problemas causaría a Guerra de las . . · ... · .

La carta que mas · d " 1 de los L

'ls -er'!a la dirigida "Para Palacios" y hrma a por e a1 on o d ~ y que ya

talones" fechada en México el 9 de mayo e ese, anoE ll . ' { hablar del envío de la imprenta a Ray~n. n :, a, ...

cwne a . . daba mformacwn ·· de la referencia a este aconteClmtento, se . d 1 . •. envío de tronas realistas a distintas partes y sobre la entra a a atan1bt~:rr , d 1 soldados de Calleja heridos en Cuautla. Su aut~r daba v~ri~: consejos sobre organizar mejo~ las partida\ d~dm;u:fenaltues.~li· , •uuy·

ue se auxiliaran mutuamente y senalaba con e an ~ demáS q ~ había dejado a Morelos en Cuautla. Se qu~pba a d .. · en que ,e 1 . . ' dentro de la capital v envmba salu os, lo terrible de a s1tuac10n · como unas gacetas.9• Quisiera señalar aquí que esta ~~rta ~sm;; cida, por su forma y contenido, a las que tenemos ¡rma

Guadalupes".

~ e Declaración de Benito j osé Guerra, },1éxico,

8 f 'l96-?Q6v y 310-313. · " vol. 60, exp. , · - ·- h L'b , al "Caballero Número Pnmero ,

93 Carta de "el Campee ano 1 re 8 f 307 o08 ·• 'd 1 60 exp -~ ·

28 cie mayo de 1812, en l:ot epm, vol . , ' "P~r; Palacios", México, 9 de 94 Carta de "el de os anta ones '

1812, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 309-310.

LA OPCIÓN INSURGENTE 99

Aunque Guerra negó saber nada de tal escrito, la letra era muy semejante a la suya. Además, varias person:as -entre ellas Becerra, Es­pinosa, José María de Torres Cataño y Manuel Monzón- declararon que el Palacios de la carta se llamaba Manuel, tenía cosa de 20 años y era amigo de Becerra y del propio Guerra, cuya casa visitaba. Pala­cios se había fugado hacía poco con los insurgentes, para lo cual había pedido una mula prestada con el pretexto de ir a comprar unos car· neros,95 lo que coincide con lo que señalaba la propia carta relativo a entregar un dinero al dueño de la mula. El 8 de junio Guerra declaró de nuevo y aceptó entonces saber quién era Palacios, el que visitaba a Jiménez en su casa. Ese mismo día comparecieron los maestros de primeras letras Rafael Jimeno y José Espinosa de !os Monteros, quie­nes con cuidado cotejaron varios papeles de Guerra con la carta men­cionada y opinaron que procedían de la misma mano. Sin embargo, en su confesión del 12 y 15 de junio, Guerra se mantuvo en Jo dicho.96

Para aclarar el asunto, el auditor Melchor de Foncerrada mandó que Jos maestros de escuela Valentín Torres, Vicente Mairena y Antonio .uu""'"'""'"" reconocieran a su vez la letra de la carta y la de los papeles

Guerra. Reunidos los tres en casa del auditor el 11 de septiembre de año, no encontraron ninguna semejanza entre ellos aun cuando se dio a conocer la opinión de Jos peritos anteriores.97

El 28 de septiembre el auditor Foncerrada expresó al virrey Vene­su parecer de que la opinión de los primeros peritos no era justi­

lo que le había causado el dolor de " ... contemplar de que por afirmaciones se iba a perder un hombre que en todos en cuantos

tratado no tiene otro concepto que el de probidad, buenas cos­y buenas inclinaciones y que ha escrito públicamente . contra

monMrPrr,'r m". Dado que los segundos peritos, más capacitados, afir­lo contrario, resultaba que Guerra no era el autor de dicha

por lo que era de urgente justicia el ponerlo en libertad. Fonce­ratificó este parecer, en extremo favorable a Guerra, el 22 de

95 Declaración de José Ignacio Espinosa, México, 4 de junio de 1812, en ibídem, 60, exp. 8, f. 313-317v; declaración de José Nicolás Becerra, México, 4 de de 1812, en íoidem, vol. 60, exp. 8, f. 318-320v; declaración de José María Cataño, México, 5 de junio de 1812, en ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 326v-327,

<~ctara.Clon de Manuel Monzón, México, 6 de junio de 1812, en ibídem, vol. 60, f. 330v-331.

.Declaración de Benito José Guerra, México, 8 de junio de 1812, en ibídem, exp. 8, f. 336-336v; cotejo de letras, México, 8 de junio de 1812, en

vol. 60, exp. 8, f. 337-338, y confesión de Benito José Guerra, México, 12 junio de 1812, en ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 344-349.

Cotejo de letras, México, 11 de septiembre de 1812, en ibídem, vol. 60, f. 365-367v.

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lOO EN BUSCA D{:: UN GOBIERNO ALTERNO

octubre siguiente, con el que Veriegas se conformó tres días después, y así Guerra quedó libre.98

Por último, me referiré aquí a la carta dirigida a "Juan Rodríguez" por "Ferrándiz", fechada en T enango el 27 de mayo. Por la carta que Jos Guadalupes enviaron a Morelos en 31 de diciembre de 1813; donde le informaban de algunos de los individuos que se habían unido a la insurgencia desde la capital y cuyas familias habían quedado a su car­go, sabemos que "un tal Ferrandis" se había unido a Rayón y había resultado " ... de lo más útil a nuestra gloriosa insurrección, por su extraordinaria habilidad en el manejo de la imprenta : éste también dejó [en la capital] a su familia y el mensual de ella es crecido" .99 Lo anterior coincide con lo expuesto en la carta de "Ferrándiz", quien se quejaba a Rodríguez de que éste había íaltado a "los estrechos vínculos de amistad y comprometimiento en que quedamos a mi ingreso", ya que a su madre tan sólo se le habían dado 10 pesos.100

No se puede saber si "Juan Rodríguez" era o no un seudónimo, aunque me inclino por suponer que sí. He podido averiguar que un pers~naje al que se le daba ese nombre se fugó a poco de la capital, donde había mostrado su apoyo a la insurgencia, a causa del acoso de las autoridades, y Rayón io nombró inspector de ingenieros, según re­gistra el Ilustrador Americano del 21 de noviembre de ese año. Por el J!fartirologio) editado por Bustamante, también he podido averiguar que las autoridades coloniales tuvieron en su poder una carta, enviada desde la ciudad de México el 26 de abril de ese año a "Epigmenio" por "Juan Rodríguez", nombre este último que aquéllas consideraron .· . , . r:.., . fingido. Esta carta fue tomada a Jos insurgentes en Tenango y se ~ña~ _.,_. '>f.{. dió a la causa de Falcón, aunque ya no se encuentra en ella. En dicha. ~:~.··.: f:'·;~~'· carta se hablaba de una daga, aparentemente muy especial, que obse:. ·-~ · l\t·'-~:. quiaba _a Rayón ~~n tal!i~olás G., el que la_s a::toridades averi~:ron )J~ .. se apellidaba Gunerrez .1eran y al que se le sigmo proceso. Tambien se .. •)·}: i ?];· .

hac~a en la carta refere~;ia a que se le envia~a a _Rayón, ~ntre ~tros . ··. ;t_ ~b~.-escntos, la "Representacwn" redactada por el licenCiado J ose Dommgo . J..\-. , Lazo de la Vega, fiscal del Tribunal de Minería y amigo íntimo y ,t::;,~:

~s Parecer del auditor Melchor de Foncerrada, México, 28 de septiembre de 1812, en ibidem, vol. 60, exp. 8, f. 367-368v; parecer del auditor Melchor de Fon­cerrada, México, 22 de octubre de 1812, en ibídem, vol. 60, exp. 8, f. 368v-369, y conformidad del virrey Francisco Xavier Venegas, México, 2'5 de octubre de 1812, en ibiáem vol. 60, exp. 8, f. 369v.

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L-\ OPCIÓN INSURGENTE 101

me~tor del marqués de San Juan de Rayas. Según precisa el Martiro­logzo, esta "Representación", que se ocupaba de señalar los males que acarreaba la guerra que se desarrollaba en la Nueva España, estaba hecha " ... con mucho estudio y artificio para disimular sus verdaderas ideas, Y aun con todo no deja de descubrir su ponzoña: ha sido obra muy aplaudida de los insurgentes vergonzantes de esta corte". La carta de "Juan Rodríguez" se refería asimismo a una cana que a su vez enviaba un "teniente coronel V". El j'vf artirologio igualmente menciona otra carta de "Juan Rodríguez", que se encontraba en la causa de Margarita Peimbert, en la que se ponían memorias para el "teniente coronel V" . L~s autoridades supusieron que éste era A....-1tonio Vázquez Al~ana, conspirador en abril de 1811 y muy vinculado con Leona Vi­cano, a cuya evasión colaboraría en abril de 1813.101

. El 6 de ~unio, unos_ ~uantos días después de la derrota sufrida por Larlson y ~rentras se uuciaban las diligencias a que dio lugar la co­rrespondencia que se le quitó, las fuerzas de Rayón que ocupaban Te­nango fueron derrotadas por el realista Joaquín del Castillo Bustamante. Esta. derrota tuvo serias consecuencias para los insurgentes, ya que perdreron no sólo su artillería y municiones sino también muchos im­presos Y la correspondencia de Rayón, según dice Alamán. También l~s tendría para el movimiento en general, ya que poco después, a me­drados de ese mes, se separ.aron Rayón, Liceaga y Verduzco, los tres vocales originarios de la Junta, lo que iniciaría su proceso de desinte­gración. Ocurrió, además, algo terrible para los capitalinos partidarios de la insurgencia. Fueron tomados prisioneros varios de aquellos jóve­nes fugados hacía poco de la ciudad de México. Éstos al decir de Al ' " f . ) aman, . . . ueron Inhumanamente fusilados", entre ellos los licen-c!ados José Antonio Reyes e Ignacio Jiménez, el p\ometido de Marga­nta Pe1mbert que tan seguro estaba de rechazar a los realistas, y Fran­cisco Cuéllar. m

Los papeles tomados en Tenango fueron remitidos por Venegas a Pedr? ~e 1~ Pue.~te, sup~rin~e~dente de la Junta de Policía, el que formo dos listas, una de mdrviduos que son oficiales al,servicio de los mismos rebeldes; y otra de varias personas que, sin tener esta cualidad, resultan al parecer complicadas con ellos" . Contra los incluidos en la segunda lista debía procederse, según De la Puente, sobre todo contra los de la ciudad de México, porque " .. . es cierto que desde aquí se

99 Ca;ta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 31 de diciembre de 18! 3, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 122, f. 18v-I9v; UT, García Collection, G. 346, Corresfrondencia de los Guadalupes, núm. 122, f. 50-53, y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 66.

101 Ilust,rador Americano del sábado 21 de noviembre de 1812, núm. 32, p. 108,

· en G. Garcra, Documentos, t. m. 100 Carta de "Ferrándiz" a "Juan Rodríguez", Tenango, 27 de mayo de

en AGN, lnfidencias, vol. 60, exp. 8, f. 304.

1<l2 L. Alamán, Historia de Méjico, t. m, p. 146, y]. M. L. Mora, Méjico y sus

reuoluciotus, t. rv, p. 404-405.

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102 EN BUSCA DE UN .GOBIERNO ALTERNO

"' l . b d t , 103

fomenta la rebehon por a gunos perversos y co ar e: en ex remo . En cuanto a la primera lista, recoge los nombres de va~os de los fugados . de la capital y los cargos qu? des_empeñab~n e~tr~ los msu~gentes: Fran­cisco Lorenzo de Velasco; bngadier; IgnaciO Jimenez, auditor de guerra; José Antonio López, sargento mayor, y Felipe Lailson, comandante de división de caballería. En lo que toca a la segunda lista, registra a varias personas de México, entre ellas "Una. _hermana y una prima, de don Manuel Fernández de San Salvador, hiJO del doctor don Agustm Pom­poso Fernández de San. Salvador. Y ;arios sujetos desconocidos de México todos, según vanas cartas del mismo don Manuel, en que tam­bién se' habla de doña María Leona Vicario". Asimismo se menciona a "Otro sujeto de México desconocido y al parecer compañero de Rayón, según papel", a "José Téllez Girón, carpintero de !Vf~ico por carta de Jiménez" -aquel que tomara parte en las conspiracJOnes de abril y de agosto de 1811-, y a un licenciado Marian_o Aguilar -del que he podido averiguar que era miembro del ColegiO de Abogados v aue fue coautor de un plan para organizar a la insurgencia en la ~egión de los Llanos de Apan- también por carta de Jiménez.

1

~ Pedro de la Puente formó otras dos listas de unos papeles qmtados

a los insurgentes por Pedro Meneso en e~ M?nte de 1~ Cruces el 30 de junio. La primera, referente a los partidanos de los msurgentes;. re- · !!istra algunos de los nombres que incluye la elaborada con los papeles de Tenango y añade varios nuevos. Entre lo~ rep~tidos qu~ se refieren · a la ciudad de Mé.xico se encuentra el del hcencmdo Aguilar, y entre( los nuevos se habla de "Don Antonio del Río, honrado y fiel · según una carta del Secretario Zambrano; fue con el licenciado '""""p.,..,.·

según carta de don Juan Ramírez". Del Río, al que me_ncion~ al '"'u'"'···'. de Hidalgo, me interesa especialmente, puesto que ha_sido senalado . Zerecero comer uno de los Guadalupes. La segunda lista, sobre los oh~ .. ciales al servicio de los insurgentes, coincide en varios de los nom · con la que se elaboró basada en los papeles que se ~ncontraron en . nango, pero t~~bién incluye algunos nuev~s _Y e~0~lertos casos_ r· ~ ..... •"''

al mismo indiVIduo, pero con un cargo d1stmto. No he pod1do

~os Oficio de Pedro de la Puente al virrey Francisco Xavier Venegas, 15 de agosto de 1812, en AGN, Historia, vol 457, L 95-96. .

104 "Noticia de los individuos que según los papeles aprehendtdos de T son oficiales al servicio de los rebeldes", en ibidem, vol. 45 7, f. 97-102, Y de lo que resulta de los papeles aprehendidos a los rebeldes de Tenango con a las personas que al parecer resultan complicadas en el mismo partido de beldes, pero que no se sabe hayan hecho servicio militar entre ellos", en

vol. 457, f. 103-!04v. . 1os "Noticia de lo que resulta de los cinco cuadernos y dos legaJOS aoi:ehtenoiiOCIS.'

a los rebeldes en el Monte de las Cruces en 30 de junio último; con respecto a personas que al parecer resultan complicadas con los mismos rebeldes, aunque no

LA OPCIÓN INSURGENTE 103

contrar la _documentación quitada a los insurgentes en T enango, salvo la referenc.la a las cartas de "Juan Rodríguez", ni conozco los cuader­nos y lega JOS de la tomada el 30 de junio en el Monte de las Cruces a que se referí~ el superintendente. Sin embargo, en los extractos que de to~os :nos h1zo D~, la Puente no aparece ninguna mención a algún es­cnto. firma~? por. Los Guadalupes". Tampoco la hay en la correspon­denCia y d1hgencms que he podido encontrar. Por eso pienso que por aquel entonces el grupo al que conocemos con este nombre todavía no había empezado a usar tal seudónimo. . Lo que sí queda c~aro es que la correspondencia sostenida por aquel

tiempo por el grupo de Rayón con individuos de muy distintos lugares, en ,rarticul_ar de la ciudad de México, fue copiosa, así como que man­t~ma relacwnes con nm_nerosas personas. Esto coincide con lo que re­gistra Mora y que confirma el propio hijo de Rayón, y Mora añade:

Sería imposible dar una noticia no ya completa, pero ni aun aproxi­mada de este género de inteligencias cuya memoria se ha perdido del t~o con la muerte y descuido de los que por tanto tiempo las mantu-vieron, y que por otra parte se veían precisados a ocultarlas y no dejar ~tro de eliCU: ~or escrito en razón de los rie~gos que corrían; pero es Cierto que existieron en todas las partes y que el gobierno español se hallaba frecuentemente descubierto aun en sus más íntimos secretos sin que las más veces le fuese posible saber ni aun sospechar fundadam~nte quién lo vend_ía. Después de la. independencia se han aclarado algunos de es~s maneJOS que han pubhcado los que en ellos intervenían, pero los mas han quedado sepultados en el olvido y serán perdidos para la

Hay otro caso interesante referente a las relaciones de Rayón con de la capital. El 23 de julio fue denunciado a las autoridades

corresp?,nderse con los i~urgentes, Fernando Velázquez de Lorea: tambien usaba el apellido de Rayón. Era éste maestro de primeras Y dueño de una escuela en la calle de Jesús, de 34 años de edad,

en la ciudad de México desde hacía doce años. Había na-

hayan hecho er;tre ellos el servicio militar", en ibídem, vol. 45 7', f. 109-110, e ,que segun los papeles aprehendidos a los rebeldes en el Monte de las

el d1a 30 de junio último. son oficiales al servicio de ellos" en ibídem i, f. 111-114. ' ' ' J. M. L. Mora, Méjico y sus revoluciones, t. IV, p. 175, e Ignacio Rayón

Oya~~bal e Ignacio Rayón, La independencia según Igrvacio Rayón, selecc10n Y complemento biográfico de Carlos Herrejón Peredo México Educación Pública, 1985, p. 41. Esto lo confirma la decla:ación d~

. c.ran".''•r~ de Los Ángeles, provincial del Convento del Carmen, quien estuvo ·msu~g~nt,~s Y asegur~, a las autoridades " ... que todos los días les llegan

de Mex1co {Declarac10n de fray Francisco de los Angeles México 12 de de 1812, en AGN, Infidencias, vol. 77, exp. 5 bis ) . ' '

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104 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

ciclo en Acámbaro y vivido en Tlalpujahua con su abuela en casa de Andrés Rayón, del que aquélla era muy amiga. Este Andrés Rayón era padre de Ignacio, Francisco, Ramón, Rafael y José María y fue padrino de confirmación de Velázquez de Lorea, por lo que era considerado como su hijo y tratado de hermano por los Rayón. Éste fue el motivo por el que durante algún tiempo utilizó tal apellido. Según declaró V elázquez de Lorea, no llevaba correspondencia con los Rayón desde que se iniciara la insurrección por haber tenido con ellos dificultades de dinero. Aunque al ser detenido no se le encontró correspondencia con aquéllos de fecha posterior a 1810, se hallaron entre sus papeles las siguientes cuartetas, que hacen sospechar que no estaba tan alejado

de Rayón como él quería demostrar:

Si se puede o no se puede, Sí se puede con paciencia, Vámonos para Zitácuaro A jurar la independencia.

Si se puede o no se puede, Sí se puede con valor, Vamos a ofrecer las vidas A don Ignacio Rayón.

Si se puede o no se puede, Sí se puede con esmero, V amos a ver como vence El señor cura ~orelos.

Por un cabo doy un peso, Por un sargento un doblón, Por el general Allende La vida y ei corazón.

V elázquez de Lorea explicó que los versos anteriores }os había en• centrado tirados en la puerta de su casa y que los había traspapelado entre sus escritos, pero que tenía pensado entregarlos a las autoridades. Después de varias diligencias, er1tre ellas las declaraciones de testigos que le fueron favorables, fue puesto en libertad bajo fianza 25 de septiembre de ese año, con la condición de no seguir traba.· en su escuela.107 Al año siguiente volvería a tener problemas con

autoridades coloniales. Los reveses sufridos por algunos de sus corresponsales capn.am1u" : .. '·

no alcanzaron a interrumpir la correspondencia que Rayón sostenía otras personas de la capital. Por su diario de operaciones se puede que tanto recibía escritos e impresos procedentes de la capital como enviaba a ella. Así, el 20 de agosto recibió Rayón " ... dos com: ciones musicales de un mérito singular ... ", una dedicada a él y a Francisco Lorenzo de Velasco, y tres días después se remitió a la dad de México " ... gran cantidad de impresos". Para el 28 de septiem~,;_,:;5 bre se registraba que de la capital se había recibido además de "otros impresos interesantes" .

108

107 Causa seguida a Fernando Velázquez de Lorea, México, julio-septiembre 1812, en ibídem, vol. 122, exp. 14, f. 1-19v.

10s Diario de operaciones de Ignacio Rayón. en J. E. Hernández y Colección de Documentos, t . v, p. 616, 617 y 621.

LA OPCIÓN INSURGENTE 105

Ahora bie::1, en la causa que se le siguiera a Rayón en 1818 después de que fuera tomado prisionero, al ser preguntado sobre sus partidarios o confidentes en plazas realistas, su correspondencia con ellos y qué auxilios le habían enviado, contestó " . . . que eventuales tuvo en los prin­cipios con algunas personas" , como Leona Vicario, Antonio V ázq uez Aldana, José María Alba y Francisco de Arce; los dos últimos han sido señalados como miembros de los Guadalupes y los dos primeros como relacionados con ellos. En su respuesta, Rayón no mencionó a nadie más y sus inquisidores tampoco insistieron sobre este asunto. Quizás, dado el cariz tan distinto que para ese entonces había tomado la lucha armada, había pasado ya el tiempo en que las autoridades virreinales se preocupaban por las actividades subversivas de algunos grupos urba­nos, en especial el de los Guadalupes, como ocurría al caer prisioneros Matamoros primero y Morelos después, quienes sí declararon haber tenido correspondencia con ellos. Pero el hecho de que Rayón no los haya mencionado cuando ya no podía dañarlos, puesto que hacía tiem­po que no actuaban en apoyo del movimiento, pudo muy bien deberse también a que no recibiera de ellos ninguna comunicación que utilizara tal seudónimo; 109 como ya vimos, los mismos Guadalupes informaron

. a Morelos que con Rayón y su grupo habían llevado correspondencia i bajo distintos nombres.

Los Guadalupes y M ore los

Al tiempo que Rayón continuaba su correspondencia con personas de la capital, José María Morelos, quien por ese entonces se hallaba en Tehuacán, comenzó a recibir correspondencia firmada por "Los Gua­

. En aquella ciudad se ocupaba Morelos de reorganizar y a sus tropas, además de planear sus futuras acciones militares

·de coordinar con los otros miembros de la Suprema Junta, especial­con Rayón, la organización del gobierno insurgente, en particular

celebrar un congreso y elaborar una constitución. Morelos cobraba vez más importancia para el movimiento. No sólo había vuelto a

;: organizarse militarmente. Poco después de la derrota de Tenango había · ··· nombrado cuarto vocal de la Suprema Junta Nacional, lo que desde

aumentó su prestigio, sobre todo entre aquellos de los capitalinos quienes esta institución representaba la mejor opción del moví­

insurgente. La primera carta a Morelos que del grupo de los Guadalupes se

es la fechada en México el 15 de septiembre de 1812 y que ya 109 Confesión de Ignacio Rayón, Cuernavaca, 5 de febrero de 1818, en ibídem,

VI, p. 985.

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106 E.N BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

mencioné al hablar de la Suprem·a Junta. En ella le informaban que a pesar de la vigilancia cada vez mayor con que el gobierno los opri­mía y de otros infinitos riesgos, no habían faltado americanos en la capital que hicieron cuanto pudieron por salvarles la vida y ayudar en su prisión a Leonardo Bravo, Luciano Pérez y Mariano Piedras, los que habían caído en poder de los realistas al romper Morelos el sitio de Cuautla. Mas, a pesar de todos sus esfuerzos, no habían logrado nada y los tres habían sido ejecutados el día anterior. El que !os había sentenciado era un americano, Melchor de Foncerrada, quien había ofrecido liberarlos cuando en realidad lo que buscaba era " . . . saciar e! hambre del antropófago Venegas" y congraciarse con el gobierno de Cádiz, que lo había elegido consejero de Estado. Como Foncerrada debía ir pronto a desempeñar su nuevo cargo, los Guadalupes le darían aviso oportuno de su salida a través de Eugenio María Montaña, quien comandaba una partida de insurgentes por los alrededores de la capital, para que Morelos mandara apresarlo y tratase como se merecía. Tam­bién le comunicaban que la viuda y la hija de Bravo le informarían de unos papeles muy importantes que le habían enviado los Guada­lupes, pero cuyo conductor había sido muerto en el camino. Le manda­ban además varios ejemplares del Diario áe México y terminaban di­ciéndole: " . . . somos verdaderos americanos, nos animan iguales senti­mientos que a V. E ... ", y que habían hecho y continuarían haciendo los servicios que fueran compatibles con sus circunstancias, como los prestados a la Suprema Junta, por lo que se ofrecían para lo que More­los considerase conveniente.110

·

Esta carta, que parece ser la primera que de ellos llegara a Morelos, · es también la primera que se conoce firmada por "Los Guadalupes" h .

No podría probarlo, pero pienso que a partir de que fuera interceptada la correspondencia que llevaba Lailson y que Rayón perdiera en Te­nango sus papeles, este grupo de simpatizantes de la insurgencia com­prendió la conveniencia de utilizar un seudónimo distinto para su co­rrespondencia con Morelos que se refiriera a un grupo en general y no a un individuo en particular.

Al hablar de la ejecución de Leonardo Bravo, Bustamante nos dice que la esposa de este insurgente, Gertrudis Rueda de Bravo, quien se encontraba en la capital, iba a ser arrestada por orden del virrey, por lo que se le hizo trasladar a Tehuacán -donde estaba Morelos-- por. Francisco de Arce, " .. . que formaba sociedad con los llamados Gua-

no Carta de "Los Guadalupes", a José María Morelos, México, 15 de septiem· bre de 1812, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 103, f. 1-1 v; UT, García Collection , G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 103, f. 2-4v, · y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 1-2.

LA OPCIÓN INSURGENTE 10i

dalupes, hombres benéficos, a quien debió mucho la patria en aquellos an~ustiado~ días" ·, La es pos~ ~~1 Bravo fue escolt~da, por la vía de A pan, por Eugeruo Mana Montano. Me parece de mteres esta mención que hace Bustamante de los Guadalupes, a quienes no se refirió al hablar de lo ocurrido a causa de los papeles aprehendidos en el Monte de las Cruces ~i e? relación con Rayón. En cuanto a Francisco de Arce, ya lo mencwne ~¡ ~a?lar del intento de fuga de Martínez Lejarza y de Gallegos a pnnCipws de 1812 y también como uno de los individuos con los que Rayón confesó haber tenido correspondencia. Por ¡

0 que

res~ecta a Montaña, mencionado en la carta del 15 de septiembre, era panente de alguno de los Guadalupes, como se lo informaron a Morelos el 24 de o.ctu.bre de ese año, y estaba en estrecho contacto con ellos. Todo.ello mdrca que la salida de la ciudad de la esposa de Bravo fue org~mzada ~or este .~po.112 Una aclaración respecto a Montaño. No he podrdo precrsar qmen. de los Guadalupes era su pariente. Lo que sí apare~e con ~oda clandad es su estrecha vinculación con uno de ellos, IgnaciO Adalid, de una de cuyas haciendas era mayordomo Montaña.

A los ~i~te días de la carta anterior, el 22 de septiembre, los Guada­lupes escnb1eron otra vez a l\tlorelos. Con esta nueva carta le enviaban " .. . un plan del estado actual de las fuerzas que tiene hoy México" -del que ~lorelos enviaría una copia a Matamoros poco· después y del que le mforn:aría haberle sido remitido por Arce y José de la L_lave-, y le exphcaban que la leva era cada vez más intensa en la ca­pital, ~e,ro que los recursos del gobierno eran cada día menores. También le re~rtran , la Gaceta del día para que supiera de las tropas llegadas de Espana, a.si como un tomo de las Instrucciones militares de Federico de Prusia. Ad~más ,le informaban que el mozo de Tomás Murphy había estado preso drez d1as entre los insurgentes, a pesar de lo cual había lo­-" r ~{ gr~do que no le descubrieran las cartas que de un comandante realista

_ $ ,.~.- . tra.Ja para s.u amo, y le recomendaban se revisara minuciosamente a _, _j ~{. qmen se deJa~a libre ~ara evitar se trajesen noticias.113 Murphy, des-, . r:~ - ~acado com~rcrante pem~ular c~yo_ nombre apareció entre quienes debía

. f··;~, mtegrar la JUnta de gob1erno al tnunfo de la conspiración de abril de ; ~,:1~~-;; 1811, tenía estrechas ligas con los Guadalupes. Sería un conducto, qui-

.. J¿ ;,,_ , 111 C. M. de Bustamante, Cuadro Histórico t n p 16?

(':',~• ,d = Carta de "Los. Guadalupes" a José Marla ·M~rel~s, México, 24 de octubre

Ce 181.2, en AGI, Indzferente General 110 cuad. 4 núrn 106 f ?v-4· UT G ' ollecnon G 346 e d . ' ' · , · - , , arCia

1 , · , orrespon encza de los Guadalupes, núm. 106, f. 7-12v, y E. de a Torre, L os Guadalupes, p. 5.

b 113

Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos México 22 de septiem

Gre ?e 1812, en AGI, Indiferente General 110 cuad. 4 'núm 104 f lv-2· UT­'- arc¡a C Il ti G 346 C ' ' . ' . ' ' · · E 0 ec on, · , orrespondencia de los Guadalupes, núm. 104 f. 4v-6 ·•· Y · de la Torre, Los Guadalupes, p. 2-3. ' '

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108 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

zás el más importante, por el que este grupo recibía, Y· enviaba, noti­cias e impresos de fuera de la Nueva España. Sería también uno de los promotores principales de las negociaciones en que intervinieron poco · después varios de los Guadalupes como mediadores entre Venegas y Ravón y su esposa llevó en una ocasión papeles importantes del grupo.

·Por la carta a Morelos del 17 de octubre de ese año, sabemos que este jeíe insurgente remitió a los Guadalupes dos oficios y dos pape­letas el día 4 de ese mismo mes, lo que les causó gran alegría y que parecen haber sido los primeros escritos que recibieron de él. En esta carta le hablaban también de que pronto le enviarían un impresor. Además le mandaban un impreso del exjesuita Pablo Vizcardo y otro de José Álvarez de Toledo -el que según Timmons les enviara Tadeo Ortiz y que Morelos remitiría a Rayón poco después-, apareci,d~s en los Estados Unidos, los que le mandaban unas personas de Mex1co y que le pedían los reimprimiera. Por último, le solicitab~n que de ser posible les inÍorrnara si ya tenía entablada correspondencia con los an­aloamericanos y si éstos le suministraban armas.114 Debo señalar aquí ~ue la preocupación por la ayuda que los angloamericanos podían pres­tar al movimiento aparece registrada varias veces en la correspondencia

de este grupo. Una semana después los Guadalupes volvieron a escribirle a Morelos.

La larga carta del 24 de octubre es muy interesante y se ocupa en su mayor parte de hacer ia apología del insurg:~te ~u?enio Mari~ Mot~~ · taño, sobre cuya conducta sabían a Morelos ... s1mestramente mstrm­do". Según los Guadal u pes, Montaña se había unido a la convencido de la justicia de su causa y para controlar el desorden de varias partidas que desolaban la región, después de consultarlo con los

autores de la carta.

Nosotros, que a más de los vínculos del parentesco que a él nos une,': nos une la más íntima amistad y un pleno conocimiento de sus bellas disposiciones, le apoyamos sus ideas, le propo;cionamos ~e,ales y le litamos cuanto para el logro de sus buenas 1deas neces1to. . Para instruirlo en la disciplina militar, los Guadalupes le habían

remitido a Manuel Cabeza de V'aca, a quien ahora debía vigilarse ya · . que había solicitado el indulto. Ennumeraban en la carta las activida-des de Montaña, entre ellas el impedir la entrada de pulque a la · . y le informaban de las intrigas de otros insurgentes que evitaron ·

11~ Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 17 de de 1812, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 105, f. 2-2v; UT, Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 105, f. 6-7, E. de Torre, Los Guadalupes, p. 3-4, y W. H. Timmons, .IY!orelos, p. 143.

LA OPCIÓN INSURGENTE 109

Montaña entrara a Pachuca, intrigas causadas únicamente por la buena conducta de éste. Le enviaban también noticia de la correspondencia de los Estados U nidos con ei virre:r, " . .. sacada de la secretaría de este vireinato . .. ", la que More los debía reservar para que no se les obstruyeran los conductos. Asimismo le mandaban un oficio sobre el barco de China, ya que las autoridades pensaban distraer a Morelos para que desamparara el camino de Acapulco y así conducir el carga­mento a México. Esta última noticia es de interés por las negociaciones que sobre este asunto se llevaban a cabo por entonces entre los comer­ciantes y las autoridades de la capital.

En su carta del 24 de octubre, los Guadalupes daban también noti­cias sobre el envío de fuerzas a Puebla y Tehuacán y sobre la oferta de una mujer, hecha a las autoridades, de envenenar a Morelos. Parece ser que los Guadalupes estaban bien enterados; en efecto, a principios de noviembre de ese año una mujer india intentó envenenn a este jefe insurgente en Tehuacán. Además le pedían noticias sobre la entrada de un grupo por Nacogdoches, ya que se decía que se componía de franceses que se unirían a la insurgencia o que venía a " .. . conquis­tamos para unimos a Estados Unidos". Le remitían muchos otros im­presos: el número 14 de El Español, dos números del Diario de México, una Gaceta, varios ]uguetillos y " ... el parto de los montes, la nunca bastantemente ponderada Constitución española". Asimismo le enviaban un manuscrito sobre las virtudes militares, el que Morelos debía copiar y quemar el original por ser muy conocida su letra, y le avisaban que no habían podido conseguir el papel del padre Mier, pero que ya sabían que se le había remitido por otro conducto. Por último, le informa­ban que el impresor saldría en uno o dos días y cuáles eran las condi­ciones en que debía trabajar en el manejo de la imprenta que Morelos decía tener, la que debía revisar e informar de lo que faltara a los Gua-

. dalupes, quienes ya habían tomado medidas para habilitarla desde México.115

Estas cuatro interesantes cartas, firmadas todas por "Los Guadalu­·. pes", parecen haber sido escritas por la misma per~ona. Conozco úni­

camente copias de ellas, por lo que no puedo saber si eran o no de una ~isma letra, pero parecen redactadas por un individuo que recogía la

.• mforrnación que varios otros le proporcionaban. Incluso, aunque por ·. lo general están escritas en la primera persona del plural, en alguna ·· ocasión se escapa en ellas el uso del singular. También parece confir-

. · 115 Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 24 de octubre de 1812, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 106, f. 2v-4; UT, García

G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 106, f. 7-12v, y E. la Torre, Los Guadalupes, p. 4-7.

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110 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

marlo la referencia a la relación de parentesco con Monta~o, pues re­, Ita poco probable el que éste haya sido pariente de vanos de ellos. ~:r último en su carta del 9 de abril de 1813 los Guadalupes le pedían a l\{orelos 'que no extrañase la letra, ya que el compañero que había escrito las cartas anteriores se hallaba enferm0.

116

. En cuanto a los posibles remitentes de estas cartas, no podemos _ha­cer una idea bastante clara por la lista que de los Guadalupes envmra Morelos a Mariano Matamoros, desde Tehuacán, con una carta et 6 de octubre de ese año, que es la siguiente :

Gu.wALt:PES

Manuel Díaz, regidor de México. [Roto] . Don Ricardo Pérez Gallardo, oficial mayor de gob1erno por p:orno-ción de su padre político el licenciado Sandoval asesor de la mten-dencia de Puebla. .

+ Licenciado don Pedro Dionisio de Cárdenas, agente fiscal de real hacienda. . . Licenciado don Juan Guzmán, agente fiscal de lo c1vll.

+ Presbítero Villaverde. + Presbítero doctor Peláez, capellán del hospital de pobres.

Caballero don Miguel Hidalgo. . +Señor don Ignacio Moreno, marqués de Valle Ameno. + Don Andrés, subcesor del conde del Valle. + Licenciado don Manuel Argüelles.

Don José La Llave, comerciante. + Licenciado don Benito Guerra.

Licenciado don Narciso Peimber [sic]. Don Dionisio Cano Moctezuma, gobernador de [roto] .

+Licenciado don José Zozaya, el cojito. +Don José de la Parra, oficial jubilado de la mesa de guerra.

Don Joaquín Caballero, regidor de México. Don Francisco Arce. Los cruzados no influyen. [Media rúbrica de Morelos].

En relación con esta lista, que fuera proporcionada originalmente­a Morelos por Matamoros, aquél le dice en su carta:

. M ' · d · presos Remito la adjunta cop1a de los Guadalupes de ex1co Y os 1m . ; , , que empeñan más nuestras armas. Acá me quedan otros dos y el estado

' ' M ¡ M' · 9 de abril de na Carta de "Los Guadalupes" a Jose Mana ' ore os, exico, . 1813 en AGI Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 111, f. 10-lOv; UT, Coil;ction, G.' 346, Correspondencia de los Guadalupes núm. 111, f. 31 -33v, Y de la Torre, Los Guadalupes, p. 25.

LA OPCIÓN INSURGENTE 111

de fuerza de México, que es de 4 000 hombres útiles y otros tantos inú­tiles escrito por los mismos que vuestra seiioría. me remite alistados, Arce y la. Llave, cuya lista le castigo porque los borrados no iníluyen y sólo son de aquellos beatos que dicen: Ea, Virgen. ¡que ganen! 117

Si descontamos de ella a los "cruzados" o "borrados", como seña­laba Mordos, y al ''Caballero don Miguel Hidalgo" -que supongo fuera un homónimo de este insurgente-, de los siete restantes tan sólo dos, Pérez Gallardo y Caballero, no han sido mencionados como perte­necientes a la sociedad de los Guadalupes por los distintos autores que de eila se han ocupado. No obstante, el licenciado Pérez Gallardo, quien era miembro del Ilustre y Real Colegio de Abogados, participó en las negociaciones que para comprar una imprenta el grupo llevara a cabo en 1813. Y tanto él corno Caballero tomarían parte en los distintos

· ... procesos electorales a que dio lugar la Constitución de Cádiz, en los que también participarían muchos de los Guadalupes; elecciones en las que todos ellos actuarían de conjunto y movidos por el mismo interés.

En lo que se refiere a Manuel Díaz, al que la lista señala como regidor de México, no parece tratarse del Manuel Díaz considerado corno Guadalupe por algunos autores, al que ya mencioné al hablar de la ayuda que este grupo brindó a varios individuos que salieron de

·. la capital para unirse a los insurgentes. El Díaz del Ayuntamiento, quien también tenía el grado de doctor, era, además, canónigo de Guadalupe, y sobre si formó o no parte del grupo no he encontrado más indicios. En cuanto a Raz y Guzmán, De la Llave, Peimbert, Cano y Moctezuma y Arce, todos ellos han sido señalados por los autores que se han ocu­

de los Guadalupes como miembros de este grupo. Llama un tanto atención el hecho de que Guerra haya sido de los "cruzados", ya

que algunos autores lo han registrado como uno de los principales de la asociación y sabemos que tomó parte en varias de las actividades 'que emprendieron algunos de los que después serían señalados como Guadalupes, como el envío de la imprenta a Rayón, además de que

conocido y muy probable corresponsal de éste. Sin embargo, por e~c entonces Guerra se hallaba todavía en prisión~ lo que desde luego constituía un impedimento para que pudiera ser uno de los correspon­'sales de }¡forelos y que quizá fuera uno de los motivos por los que fue "cruzado" por éste.

Respecto de los otros "cruzados" o "borrados", algo he podido en­trar sobre algunos de ellos. El licenciado Pedro Dionisio de Cár­

miembro del Ilustre y Real Colegio de Abogados, tomó parte

11 7 Carta de José María Morelos a Mariano Matamoros, Tehuacán, 6 de octubre 1812, en C. Herrejón Pere{jo, ed., More/os, p. 240-241.

8

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112 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

activa, como varios de los Guadalupes, en las elecciones · populares cele­bradas en la ciudad de Mé.xico, el 29 de noviembre de 1812,. para designar a los electores que, a su vez, debían nombrar al nuevo Ayun-· tamiento constitucional capitalino, en las que resultó elector por la pa­rroquia de la Santa Veracruz.118 En cuanto al presbítero y doctor José María Peláez, capellán del Hospicio de Pobres, el Martirologio que editara Bustamante registra que fue detenido y se le procesó por ex­presarse en favor de los insurgentes por denuncia de varios testigos, aunque para el 12 de marzo de 1813 se mandó sobreseer su causa y que se le pusiera en libertad.119 Peláez, así como el doctor Manuel Viiia­verde y el licenciado José Manuel Zozaya Bermúdez, miembro del Co­legio de Abogados, participarían en algunos de los procesos electorales que tuvieron lugar en la capitaL Por su parte, Ignacio Moreno, marqués de Valle Ameno, resultó designado en abril de 1813 como regidor del Ayuntamiento constitucional de México y moriría poco después, en octubre de ese año.2 20 Andrés Diego Hurtado de Mendoza y Gorráez, quien heredaría el título de conde del Valle de Orizaba en 1816, estaba casado con Dolores Caballero de los Olivos, hermana de Joaquín Ca­ballero, regidor de México, también registrado en la lista.121

En lo que se refiere al licenciado Manuel Argüelles, miembro del Ilustre y Reai Colegio de Abogados, ya vimos que su nombre apareció entre los que debían. integrar la Audiencia al triunfo de la conspiración de abril de 18i l. Varios de los involucrados en esta conjura señalaron que en casa .de Argüelles, " . .. pero en un cuarto separado de su vi­vienda, se habló y trató acerca de la citada conspiración, pero [Argüe­Hes] no llegó a entenderla". Además, este licenciado estuvo preso por complicidad en el intento de fuga de un reo detenido en la Cárcel de Corte.= Por todo lo anterior se puede ver que, independientemente de la negativa calificación que les otorgara 1forelos, los " ruzados" que acabo de menciona~, si no mostraron con claridad todos ellos su desafecto al régimen colonial, se hallaban por entonces en estrecha relación con quienes sí manifestaron su descontento con el orden de cosas existente y buscaron, por distintas vías, alcanzar los cambios que deseaban.

En cuanto a la carta de Morelos a Matamoros, quiero señalar que resulta de particular importancia, ya que muestra que desde entonces

118 "Electores para el Ayuntamiento de México. Diciembre 2", en J. E. Hemán­dez y Dávaios, Colección de documentos, t. rv, p. 675-676.

119 C. M. de Bustamante, Martirologio, p. 34. 120 "Nuevo Ayuntamiento de Méjico", en L. Alamán, Historia de Méjico, t. ur,

Apéndice, p. 42-43. 121 Doris M. Ladd, Th e Mexican Nobility at Independence 1780-1826, Institute

oi Latin American Studies, The University of Texas at Austin, 1976, p. 225. 1 22 C. M. de Bustamante, Martiro logio, p. 15.

LA OPCIÓN INSURGENTE 113

ambcs jefes insurgentes sabían de la existencia de un grupo de capita­linos bajo el nombre de los Guadalupes y se ocupaban p~r conocer su composición. Además muestra que las cartas de los Guadalupes y los escritos que enviaban a los jefes insurgentes eran considerados lo sufi­cientemente interesantes como para darlos a conocer entre ellos. Esto último lo com!Jrueba la carta que ?-.·forelos enviara a Rayón el 7 de noviembre de ese año, en que ie avisaba que Antonio .Basilio Zambrano le remitiría " - .. dos papeles de los Guadal u pes de México autores del Anti-Reigadas" . La carta lleva una nota aclaratoria de' Bustamante en ~a. ,que precisaba,. que él era el autor de ese escrito, el que había rem1two a Morelos · ... por mano de Francisco Arce, uno de los Gua-dalupes" .u3 ·

6. La mediación entre el virrey y el presidente

,u.na de las ~onsecuencias más graves que tuvo Ia insurgencia para el reg1men colomal fue que los principales caminos de las regiones donde se desarrolló el movimiento se vieron en muchas ocasiones bloaueados por partidas de insurgentes, las que obstaculizaban no sólo ia c~muni­cación entre el centro del poder virreina! y las distintas provincias sino que tambi~n impedían ei paso de toda clase de efectos, en particular de los vemdos de fuera de la Nueva España, lo que afectaba seria­mente al comercio y a la economía del virreinato. Y pocas veces la si­tución fue tan crítica como durante el segundo semestre de 1812, cuando tanto la ruta de Veracruz como la de Acapulco se encontraron amena­zadas por grupos de insurgentes.

Aú~ falta c~i todo por investigar sobre los distintos aspectos del comercw novoh1spano durante la insurgencia, en particular la manera en q~e se llevó a cabo en las regiones donde se dio la lucha armada y las r~lacwnes que se llegaron a establecer entre algunos comerciantes y Ciertos grupos, tanto de realistas como de insurgentes. Fueron varias las ocasiones en que los comerciantes, con anuencia de las autoridades colonial~ algtmas v:;es, entraron en tratos con los insurgentes para conseguir su protecc10n y poder así proseguir sus actividades. Un in­tento de esta clase se promovió en la ciudad de México. en octubre de 1812~ y a~nque no llegó a tener éxito resulta de interés porque en él estuvieron mvolucrados, entre otros, Juan Bautista Lobo y Tomás Mur-

. phy, dos de los comerciantes más importantes e influyent~s de la Nueva España, el propio virrey Venegas, Ignacio Rayón y el licenciado Juan

123 Carta de José María Morelos a Ignacio Rayón Tehuacán 7 de noviembre de 18 12, en C. Herrejón Pereda, ed., More/os, p. 212.' '

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114 E)l BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

Bautista Raz y Guzmán, quien -fungió como cabeza de un grupo de capitalinos en este asunto. Además, las negociaciones rebasaron apa­rentemente ws propósitos iniciales y llegó a hablarse de concertar la · pacificación de la Nueva España. Por último, me parece importante para entc!ldcr la amplitud de intereses y la variedad de contactos de un grupo de capitalinos que estaba en relación no sólo con los insurgentes sino con los más altos funcionarios coloniales y con algunos de los co­merciantes más destacados. Dado que son varios los autores que se han ocupado de este asunto y que ha llegado hasta nosotros g:an parte de la documentación a que dio origen, se puede alcanzar una 1dea bastante clara de lo que por entonces ocurrió.

En una carta que sin firma ni destinatario fuera enviada a. Rayón el 23 de octubre de ese año desde la ciudad de México, su autor le co­municaba a ese jefe insurgente que los pliegos que adjuntaba contenían una propuesta que a los ojos del remitente presentaba un aspecto lison­jero, a reserva del mejor juicio de Rayón, por lo que aguardaba su respuesta. El autor de esta carta, que por la forma en que está redactada hablaba en su nombre y en el de varios más, expresaba que por haber dado ya pruebas de su fidelidad y patriotismo no consideraban nece­sario acreditarlos nuevamente. A continuación le informaba que por conducto de Quintana Roo le habían enviado ya varios impresos Y otros papeles impo;;antes, entre ellos el del padre Mier, el ~ue recomend~ban se imprimiese; muy probablemente este papel de M1er fuera el m1smo al que hacía referencia la carta de los Guadalupes dirigida. a Morelos al día siguiente, el 24 de ese mes. Por último, el autor le _redía ~ su desti­natario que dispensase las firmas " ... por las desgraCiadas Circunstan­cias en a u e nos hallamos" .1:u

El la;go escrito que acompañaba a esta ~arta, que también. parece haber sido redactado por varios individuos, tampoco aparece hrmad?. No obstante esto último, en la noticia que de él se da en el Prontuano de causas de los insurgentes se precisa que " . .. es de letra del Núm. 12" _125 En él se le comunicaba a Rayón que le mandaban a un comi­sionado, el que lo instruiría de quiénes eran las personas que lo envia­ban v quiénes" . .. los sujetos principales de esta empresa", así como de sus buenas intenciones y de sus méritos, " .. . principalmente de M.", ya que a éste debían las comunicaciones que los autores del escrito

1.24 "Oficio con que se remite la siguiente propuesta", México, 23 de octubre de 1812, en J. E. Hernández y Dávalos, Colección de documentos, t. IV, p. 635 . .

125 Archivo Histórico, Centro de Estudios sobre la Universidad (en adelante AH CESU ), Prontuario de cau.s>as de los insurgentes del año de 1810, y extracto de . muchas corre.rponder.c ias que los comandantes del gobierno español les tomaron en acciones d¿· guerra, f. !27v.

LA OPCIÓN INSURGENTE 115

recibían de fuera de la Nueva España y también el que las demás naciones estuvieran convcr.cidas de la justicia de su causa. Le infor­maban a continuación que la propuesta que habían recibido era la de llevar a Cuernavaca el cacao de Guayaquil que se encontraba en Aca­pulco, o cualquier otro de los efectos traídos por la nao de China, si Morelos lo permitía, con quien en dado caso debía ponerse de acuerdo "el exmo. Sor. Presidente" para que tomara las medidas necesarias. Asimismo le informaban que el gobierno colonial no sólo disimularía en este asunto sino que daría las seguridades y órdenes que se le pidieran. Hay que recordar aquí que en la carta de los Guadalupes a More!os del 24 de octubre de ese año se hacía referencia a este c~rcramento v al

. " . interés del gobierno por conducirlo a la capital. Por este servicio, seña-laba el escrito, les habían ofrecido a sus autores 45 000 pesos o una parte de las utilidades. Este dinero sería muy útil , ya que podrían apli­carlo a terminar la imprenta que se había comenzado a hacer en la ciudad de México, " . . . cuyas muestras ha visto ya el Sor. Presiden­te .. . ", la que se hallaba suspendida por faita de recursos. El dinero podría utilizarse, en segundo término, para socorrer a las familias de los que habían pasado a servir a la Nación o estuvieran presos por servir a su causa, ya que, a pesar de la dedicación de los autores del escrito en este sentido, hacían falta muchos recursos. En tercer lugar podría usarse para ayudar a las partidas de insurgentes que en las in­mediaciones de la capital se ocupaban de hostilizarla, de impedir en ella la entrada de víveres, de ayudar a los emigrados y de mantener la correspondencia.

Los autores del escrito aclaraban que en todo esto no llevaban otra mira que el beneficio de la Nación, aunque también señalaban " . . . que las relaciones íntimas y estrechas con los sujetos del proyecto, siempre nos están bien por su poder, influjo y resortes en el público y aun para el gobierno que los necesita". Le pedían a Rayón les contestara, con firma y sello, para saber a qué atenerse sobre el asunto, " . . . en el firmísimo concepto de que los sujetos que intervienen en esto son de

· toda confianza y honor y que por lo propio se hará de cualquier docu­mento sólo el uso que convenga". Por último le comunicaban que el enviado le informaría de otros pormenores, como " . .. la pretensión del principal interesado L. de ir a tratar el negocio en persona y de lo que opinamos en orden a esto".126 De acuerdo con lo que registra el diario ,de operaciones de Rayón, este insurgente recibió el 27 de ese mes co­

. rrespondencia e impresos de México, " ... con noticias según parece

136 "Propuesta relativa al anterior oficio", en J. E. H ernández y Dávalos, Colee­de documentos, t. rv, p. 635·63i.

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116 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

de mucha importancia ... ", lo que pudo muy bien referirse a los papeles anteriores.127

La respuesta de Ignacio Rayón, fechada en Huichapan el 28 de ese mes, fue en el sentido de que, antes de poder decidir, debía refle­xionar sobre la propuesta, para lo que necesitaba mayor información. Manifestaba, sin embargo, que por la recomendación que de ella. hacía ei autor de la carta, " ... que a más de la de su persona trae la de sus luces y noble adhesión a la de nuestra causa", se inclinaba desde luego a allanar cualquier inconveniente. El comisionado mismo que le habían enviado les informaría a su regreso sobre " ... la providencia extraordi­naria que he tomado, la que me parece de necesidad para el objeto que se me propone de conferenciar con L. y para el lleno de les deseos de uds.", y terminaba dando las gracias por los impresos, manuscritos y noticias enviados.128

·

Ese mismo día envió Rayón a Morelos la propuesta recibida, a la que le puso tres notas al margen. En la primera señalaba que el " ... in­mediato agente es un ciudadano que nos ha servido mucho, pero los verdaderos interesados son Murphy y Lobo; del primero se dice que es adicto a nuestra causa y que algo nos ha servido para noticias extran­jeras; el segundo ha servido de mucho a Llano notablemente en su tránsito de Veracruz a Puebla". La segunda nota hacía referencia a que, como Morelos sabía cómo y cuándo se podía atacar a Acapulco, también sabría si los insurgentes podrían aprovecharse de los artículos que en ese puerto se encontraban. En la tercera, y última, opinaba que lo que ponía de manifiesto el asunto de pases y pasapOites era que había " . .. una intriga complicadísima entre los principales interesados, entre los comerciantes y el virrey y que de lo que tratan es de enga­ñamos y llevar adelante su capricho de no tratar directamente con nosotros" .1

"3

En la carta con que adjuntaba la anterior propuestas, Rayón le ma­nifestaba a Morelos, en primer término, que no había dado una res­puesta decisiva hasta que acordaran entre ellos lo más conveniente. En cuanto a la propuesta, le expresaba su preocupación porque los interesados estuvieran en combinación con Venegas, ya " ... por medio de algún cohecho personal o de oferta para las tropas .. . ", lo que

1~7 Diario de operaciones de Ignacio Rayón, en ibidem, t. v, p. 624. 12s "Primera contestación del Exmo. Sor. P.", Huichapan, 28 de octubre

1812, en ibidem, t. IV, p. 63i-638. 129 Propuesta enviada a Ignacio Rayón, en San Jacinto Museurn of History (en

adelante SJM), "Papeles cogidos al rebelde Morelos sobre el estado de opinión Y proyectos formados en esta capital en fines del año de 1812", f. 1-lv. Agradezco al doctor Jaime E. Rodríguez 0., de la Universidad de California, Irvine, el haberme proporcionado una copia de este expediente.

LA OPCIÓN INSURGENTE 117

podría redundar en desventaja para las tropas americanas. Además, señalaba que " .. . no parece decoroso que se trate con la Nación en estos términos de clandestinidad después de haberlo rehusado y aun mofado hacer en asuntos interesantes y de trascendencia dei público ... ", en lo cual, a mi parecer, tenía toda la razón. Sin embargo, como el asunto podía tener sus ventajas, Rayón aguardaba la opinión de Mo­relos al respecto. Por último, le expresaba su temor de que Francisco Maniau -que por ese entonces era regidor de México--, uno de" .. .los sujetos más intrigantes de México y que más cuentan . . . ", amigo íntimo de José Mariano Beristáin y de Calleja y a quien Rayón conocía, tra­tara de asegurarse el favor del gobierno americano y las cosas pudieran resultar en perjuicio de la Nación.230

En su respuesta a la carta de Rayón del 28 de octubre, fechada en México el 5 de noviembre siguiente, la persona que le enviara la propuesta le agradecía a este jefe insurgente tanto el tomarla en consi­deración como las expresiones afectuosas dispensadas a su persona. Y a continuación le explicaba que la empresa, como todos habían sospe­chado desde un principio, tenía miras ulteriores; se les había exigido " ... un conducto más pronto y más seguro, y se apuraban todos los esfuerzos para que proporcionáramos una conferencia con V. E.". El principal interesado, del que no daba el nombre pero que sabemos lo era Juan Bautista Lobo, les había circulado el papel que adjunto le en­viaban

y por último hemos descubierto ya a toda luz que el designio es entrar en una capitulación, o tratar de los medios convenientes para pacificar al Nuevo Mundo, estrechado el gobierno de las desgraciadísimas cir­cunstancias en que se halla por falta de reales y recursos para sostener la guerra, y por el terrible incremento que ha tomado la insurrección.

El autor del escrito fechado el 5 de noviembre le informaba tam­bién a Rayón que el virrey estaba ya de acuerdo con Lobo y ofrecía las garantías y auxilios necesarios; además, había suspendido el ataque a Tehuacán, donde se encontraba Morelos. Asimismo le aclaraba que no había tal propuesta mercantil sino que se buscaba la avenencia "- .. de los partidos beligerantes . . . ", tanto por la situación misma por la que atravesaba el gobierno colonial como por las noticias que co­rrían de haberse logrado una alianza insurgente con los angloameri­canos. Como se planeaba que Lobo acudiera acompañado de algunos abogados de confianza a entrevistarse con Rayón, le pedían pasaportes pa..a todos ellos y le recomendaban que la primera entrevista se cele-

130 Carta de Ignacio Rayón a José María Morelos, Huichapa..'1, 28 de octubre de l8l2, en ibidmt, f . 3v-4.

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118 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

brara en un lugar no muy cercano a la capital, seguro ·Y protegido, y que Rayón enviara a ella un representante, e; qu~ podría ser .Quint~na Roo. La segunda reunión, a la que ya debena as¡st¡r el propto Rayan, convendría celebrarla quizás en la hacie!l.da de Tepetongo.

A pesar del interés '! aparente sinceridad que había habido en todo este asunto, el autor de la carta señalaba que por precaución no había dado la cara y por ello no podría acompañar a Lobo, pero que man­daría aente d~ toda confianza, así como otra instrucción particular a

o . Ravón, y le pedía a éste tomara todas las precaucwnes para que no se de.s~ubriesen les conductos. Le informaba t:-tmbién que le había man­dado hacer dos vestidos finos, " ... más a la diplomática que a lo mi­litar. .. ", los que pronto le enviaría con el mismo comisionado. Final­mente le pedía lo disculpara en caso de haber incurrido en algún defecto, producto de su celo o de las circunstancias tan difíciles en que se hallaba " ... en esta Babilonia y centro de la opre~ión y la tiranía" .131

Una precisión sobre esta carta. Si bien en la obra de Juan _E . Hernán­dez v Dávalos aparece publicada sin firma, en el Prontuano de causas de l~s insurgentes se señala que va firmada por "el Núm. 12", y al maraen, con letra de Bustamailte, lleva una nota que dice: "Este. papcl es de D . Juan Bautista Guzmán y Raz".m

El papel adjunto a esta carta, del que según Rayón era autor el propio Lobo y según nota de Hernández y Dávalos e.ra autor el co~d.e •. de Casa Alta que se encontraba con Rayón en Tlalpnphua, estaba din~ · gido al virrey y es un interesante alegato sob:e cómo a.lcanzar ~~ paz:>.· en la Nueva España. Encontraba su autor el ongen de la msurrecc10n la rivalidad que entre europeos y americanos e.-xistía desde. el si~l? xvr, y en particular desde 1308, y señalaba que los dos mediOs utilizados · por las autotidade.s para sofocarla, " ... proclamas y acero ... ", habían• · sido inúüies y hasta perjudiciales. La solución la encontraba en b cele­bración de un congreso en el que participaran tc.mbién los europe~os, aue acabaría con las divisione.s y evitaría los peligros externos; y sena-. l~ba que al celebrarlo no se corría ningún riesgo, ya que las · tancias eran bien distintas a las de dos años ante.s.133

El 8 de noviembre, desde Tlalpujahua, Rayón dio respuesta a l.a carta suscrita en México el día 5 de ese mes. En ella manifestaba tanto su agrado por ver que "el tirano gobierno _europeo" se esf~rzaba terminar una guerra injusta como el estar dispuesto a entrevistarse

1s1 "Respuesta declaratoria, consiguiente a la anterior contestación", 5 de noviembre de 1812, en J. E. Hern:indez y Dávalos, Colección de documentos;, t. IV, p. 638-640.

132 AH CESU Prontuario de causas de los insurgentes, f. ! 24v-125. 1ss "Papel qu; cita y acompañó a la anterior respuest~." , en j. E. Hcrnándcz ..

Dávalos, Colección de documentos, t . rv, p. 640-642.

LA OPCIÓN INSURGENTE 119

Lo~o. Exp:~>aba, además, su preocupación porque el escrito que acam­panaba ~ ?Icha carta se h~biera difundido, ya que el virrey podía creer que las weas que contema eran las del propio Rayón, y terminaba dando las gracias por los vestidos ofrecidos para acudir a la entrevi;;ta con toda la dignidad del caso.13•

Rayón escribió nuevamente a Morelos el 11 de noviembre. man­dándole copia de la carta que recibiera de México, fechada el cÚa 5, v de su contestación. Le avisaba que de celebrarse la entrevista sólo tra~ taría en ella aquellos asuntos que resultaran ventajosos para la Nación y. ~u e suspe~,dería toda negociación ~i advertía duplicidad o surgieran ~¡flcultades . ·. '.'hasta que conferenCiemos todos los compañeros". Se­~alaba que SI bien el ~utor de aquella carta tenía acreditado su patrio­tismo, el papel que adJUntaba manifestaba claramente los deseos de sus opresores de mantener el despotismo. Según Rayón, el autor de este papel era el propio Lobo, de cuyo carácter, influjo y poder estaba bien informado. Por último, le solicitaba de nuevo a Morelos su opinión sobre todo este asunto y le expresaba que, mientras tanto, debían ir adelantando con las armas. 135 Morelos le respondió el 24 de ese mes

: desde la hacienda de la Viguera, mientras se disponía a tomar Oaxaca, manifestándose en contra de las propuestas del virrey y de los comer~ · c1an~es porque tan sólo procuraban sus propios inrereses '! no podía conÍ!arse en ellos. 136 ,

Sa?cmos que Rayón consultó también sobre este importante asunto . L1ceaga y c~n Verduzco, integrante.s de la Suprema Junta como

Y el mismo Rayón. En su diario de operaciones se rerrisrra .· el día 9 de ese mes " . .. se dirigió correspondencia de much: im-portancia a los Exmos. Sres. Vocale.s Dr. D. José Sixto Berdusco D. J~sé María Liceaga y D. José María Morelos" .13 " La re.spuest~ de

, L1ceaga, que ,según, Alamán y Castillo Negrete fue redactada por su ··. . Jase Mana Ces, lleva fecha del 16 de noviembre. En 'ella · Liceaga señalaba las ventajas de abrir una negociación con el gobier~

colonial, así c~~o si seria o no conveniente para la causa y si po­o no tener ex1to. Reconocía que podría sacarse nrovecho de la

o l Sie~pre y cuar,do se cumplieran ciertas condiciones. En primer

deb1a establecerse el cese de las hostilidades, el que debía pro­tanto para dar lugar a que los insurgentes conferenciaran con

134 Carta de Ignacio Rayón, T lalpujahua, 8 de noviembre de i812. en SJ:Y!,

cog1dos al rebelde More! os" , f. 9-9v. '

•13

.5

Carta de Ignacio Rayón a José María Morelos, 11 de noviembre de 1812, 1bidem, f. 9v-10.

Ci.ta~a por VV. H: Timrnons, "Los Guada!upes", p. 473. D1ano de operacwnes de Ignacio Rayón, en J. E. Hern:lndez y Dávalos,

de documentos, t. v, p. 624.

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120 EN B"GSCA DE U N GOBIERNO ALTER NO

Jos angloamericanos y llegaran a · un acuerdo con ellos como para pre­oararse para la guerra. Además, debía llevarse a cabo algo que me parece ~uy interesante, que era el inspirar ceio y rivalidad entre Vene­a-as y Calleja para contraponerlos y así poder ver cuál de los dos sería ~ás ·favorable a la causa insurgente. Liceaga señalaba también a Rayón que si se tenía que volver a la insurrección, debían hacerse " ... los 6ltimos esíuerzos para que se sisteme la guerra . . . ", de acuerdo con el plan de guerra ya propuesto al gobierno :'i~~inal. Y s~ finalme~te .nada se conseguía, con haber hecho esta negoe1ac10n y con nacerla pubhca se

habría adelantado mucho.138

La resouesta de Verduzco, sin fecha ni lugar, se inicia señalando los peligros q~e se podían correr en cuanto ~ acep.tar la proposición de los comerciantes, la que le parecía desventaJOSa a la causa. En lo que se refería a la propuesta de efectuar una conferencia e~tre el virrey y Ravón ésta debía hacerse pública y solemnemente, mediante una tregua y ~on;ando con todas las seguridades. Además, a ella debían asistir todos los miembros de la Junta, ya que el reino había depositado en ellos toda su confianza y en su unión residía la autoridad suprema. V erduzco terminaba señalando que los europeos que se encontraban en la Nueva España podían permanecer en eila como ciudadanos, pero excluidos del poder judicial y que, además, no debía dejarse entrar

al reino ni uno máS.139

Por lo que registra Bustamante, este intento del virrey de acercarse. a los insurgentes se debió a la difícil situación ~n que se enco~traba por entonces el régimen. Nos die~ que c?n el. ob¡eto de consegmr una entrevista con Rayón, Venegas hiZo avenguac10nes secretas para saber quién podía servir de contacto,

ofreciendo bajo palabra de honor no inquirir jarn~s los conductos ni menos inferirles perjuicio alguno. Los agentes pud1e~on avenguar q~e el Lic. D. Juan Bautista Guzmán y Raz era el meJOr resort~, _Y .baJO · aquella garantía, que se cumplió con el mayor hono: ~ rehg¡os.1dad, entró en esta negociación proporcionando correos dmr~os , ha_c1endo unos obsequios al general Rayón y remitiéndole jnstrucCJones cucuns-tanciadas para evitar una cautela o sorpresa [ .. . J .

Bustamante no menciona para nada al grupo de los Guadalupes como involucrados en este asunto. Tampoco hace referencia a ellos Alamá~, quien por su parte señala que V ene gas se mostró dispuesto a comuru-

1 38 "Contestación de D. José Maria Liceaga", 16 de noviembre de 1816, enE. del Castillo Negrete, México en el siglo XIX, t. v, p. 235-24_1., ., .

J.89 "Contestación de Verduzco a la consulta de Rayon , en !Oldem, t. V, P·

2~6-234.

LA OPCIÓN INSURGENTE 121

carse con Rayón, ya fuera para entretenerlo, ya para que desconfiaran de él sus compañeros, o por otro motivo oculto, " .. . y sabiendo aue el Lic. D. Juan Raz y Guzmán sería el conducto más seguro, se v;lió de él dándole todas las seguridades necesarias que se ]e cumplieron fielmente".Ho

Al parecer, como señala Castillo Negrete, Venegas no buscó esta entrevista sino que, conociendo los planes de varios comerciantes para tratar con los insurgentes la conducción a la capital de los efectos de la nao que estaban en Acapulco, decidió aprovechar la ocasión para entrar en negociaciones con ellos. Según este autor, el intermediario " ... fue el Lic. D. Juan Guzmán y Raz, que tenía estrecha amistad con el jefe independiente, asociado con el coronel D. Juan B. Lobo, en representación del Virrey". T ambién Timmons señala que el plan se debió a varios comerciantes de México y que muy bien pudo suceder que el virrey decidiese aprovechar esta oportunidad para alcanzar una tregua e, incluso, la pacificación del país. Sostiene además algo no señalado por los otros autores: que los comerciantes solicitaron de los Guadalupes su intervención para conseguir de los insurgentes el paso de dichos artículos. Según este autor, los Guadalupes aceptaron el plan y se escogió a Raz y Guzmán para negociar con Rayón, el que se comunicó con este insurgente. A la entrevista debería asistir Lobo, corno representante del virrey, y Tomás Murphy, por los comerciantes.H"

Por todo lo anterior, queda claro que la autoría de las cartas diri­gidas a Rayón el 23 de octubre y el 5 de noviembre de ese año puede atribuirse sin mayores problemas a Juan Bautista Raz y Guzmán, al que ya mencioné al hablar de la causa de Julián de Castillejos y de

:: la imprenta enviada a Rayón en abril de ese año. Este distinguido abo­gado de la capital, miembro también del Ilustre y Real Colegio, era español natural de Chalco, estaba casado con Luisa de Orellana y Pozo

,.-< y contaba por entonces con 35 años de edad.u 2 Resulta más difícil ,, 'i.:A' precisar si los Guadal u pes participaron de manera directa en este asunto.

_ '~,;~~1}> · Sin embargo, por la índole del negocio inicialmente propuesto y por la ._ . . l~"~:,': r~d~cción misma de las cartas queda claro que fueron varios los in­. _ . 1,,.:.~·~:' - dividuos, de hecho un grupo, involucrados en él. Y aunque los histo­

,· .:"<i·~r:f:_ riadores contemporáneos a los sucesos no hacen referencia alguna a los : .. ·;;p~fid:· . Guadalupes, creo que Timmons acierta al inferir su participación. De '"JL ~,~ ·. hecho, la propuesta de utilizar el dinero que del negocio se obtuviera

·-~ .t - '

'i~~',~. ,.. i

"° C. M. Bustamante, Cuadro Hisiórico, t. H, p. 202-203, y L. Alamán, His­toria de Méjico , t. m, p. 352.

• ln E. del Castillo Negrete, México en el siglo =, t. v, p. 241 -242, y W. H. Tt=ons, ''Los Guadalupes", p. 470-471.

· H 2 Declaración de Juan Bautista Raz y Guzmán, México, 2 de abril de 1809, en G. García, Documentos, t. r, p. 133.

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122 EN BUSCA DE UN .GOBJERNO ALTERNO

en pagar una imprenta , socorrer ·a las familias de los emigrados o pre­sos y ayudar a !as partidas de insurgentes que rodeaban la capital recoge precisamente tres de las actividades que sabemos interesaban de manera primordial a los Guadalupes, como se puede ver por sus cartas. Por otra parte, sabemos que Murphy, del que decían los autores de uno de los escritos haber recibido comunicaciones de fuera de la Nueva Espa..lía, también los proporcionaba a los G u:1dalupes, y en el Pron­tuario de causas de los insurgentes se registra una carta de un tal "Franz" en que se hace referencia a que Lobo y Manuel Zozaya -uno de los Guadalupes~ querían establecer correspondencia con Rayón.

143 Yo aña­

diría a esto únicamente un señalamiento. Es muy posible que esta parti­cipación no incluyera a todos los que en ese momento conformaban al grupo sino tan sólo a algunos de sus miembros, aquellos que tenían rdaciones directas con los comerciantes más importantes de la capital.

La entrevista nunca tuvo lugar. Se hicieron los preparativm del caso por parte de los insurgentes, pero no llegó ningún representante dei virrey al sitio indicado. No parece sorprendente. Lo realmente sor­prendente hubiera sido que intereses tan encontrados -insurgentes y autoridades coloniales, comerciantes europeos y criollos autonomistas-­hubieran logrado ponerse de acuerdo.

Según Bustamante, Rayón reclamó por este incumplimiento y se le informó que asi lo había decidido el gobierno por saber que Chito Vülagrán le había retirado su obediencia, lo que en opinión del virrey seria pronto imitado por otros insurgentes. Tampoco se llevó a cabo el plan propuesto por los comerciantes, debido quizá a la negativa de Morelos de auxiliar en la conducción de los efectos que se encontr:1ban en Acapulco, los que fueron llevados a San Blas, y no se les concedió pasaporte a los europeos.144 Timmons señala que los motivos de Venegas para suspender las negociaciones son tan difíciles de establecer como los que tuvo para iniciarlas, pero le parece plausible que el cambio ele pla­nes del virrey obedeciera a los dictados de los comerciantes, ya que se hallaba bajo su influjo. 145 Bustamante, por su parte, añade que este asunto tendría consecuencias negativas para Rayón. Según este autor, " . .. los agentes de Méjico y solicitadores de la entrevista . . . " se moles- · taron con él porque no quiso " ... adoptar un plan de guerra y de-

H Z Carta de "Franz", 6 de noviembre de 1812, en AH CESU, Pront!iario de causas de los insurgentes. f. 12'5.

lH Carta de José María Morelos a Ignacio Rayón, Tehuacán, 7 de noviembre de !812, en C. Herrejón Pereda, ed., More/os, p. 242; carta de José María Morelos a Ignacio Ayala, Yanhuitlán, 17 de febrero de 1813, en J. E. Hernández y Dávalos; ColeccÍÓT!. de documentos, t. rv, p. 859, y C. M. de Bustarnante, Cuadro H istórico,

t. n, p. 202. H5 W. H. Tirnrnons, "Los Guadalupes" , p, 472-473 .

LA OPCIÓN INSURGENTE 123

vastación que le propusieron en venganza del ultraje referido; algo más, retiraron toda correspondencia con él y se dirigieron a More! os ... ", a quien predispusieron contra Rayóri. Desde entonces este jefe insurgente no seria ya obedecido del todo y la división y el desorden se introdujeron entre los miembros de la Junta.H6

Pero, independientemente de los problemas a que se enfrentó Rayón y de que perdiera prestigio entre los partidarios de la insurgencia, ei interés creciente de los Guadalupes y otros autonomistas capitalinos por Morelos se debió sobre todo a la importancia cada vez mayor que para el movimiento adquiría por entonces este jefe insurgente. Según Al amán,

la historia de la revolución de Nueva España en la época de que nos vamos ocupando. viene a ser la historia personal de :1\{orelos, porque sólo en las operaciones de este caudillo se descubre un intento, un plan concertado, un designio bien o mal formado, y todo lo que es apar- . tarse de él para examinar lo que se pasaba en las demás p;ovincias- del reino entre los diversos jefes que sostenían en ellas la insurrección, no es más que presenciar la constante y penosa escena de la incapacidad, las divisiones y rivalidades interiores, nacidas de los intereses y rencillas personales de los que pretendían la superioridad del mando.'"1

Para terminar, me referiré aquí a un problema interesante vincu­lado con las negociaciones de finales de 1812 sobre el que algo se ha escrito y sobre el que todavía falta por escribir. Se trata del documento llamado "Medidas políticas que deben tomar los Jefes de los Ejércitos Americanos para lograr su fin por medios llanos y seguros, evitando la efusión de sangre de una y otra parte", cuya paternidad ha sido atri­buida primero a Morelos y a los Guadalupes después. Este documento, del que las autoridades coloniales tuvieron conocimiento por una copia quitada a Morclos en Tlacotepec en febrero de 1814, y que después

._apareció entre los papeles de Rayón, es un verdadero plan de guerra y devastación. Proponía la destrucción de las propiedades de los ricos --:eñalando que no importaba fueran gachupines o criollos-- y el des­pojo y. reparto de sus bienes, los que debían dividirse por mitad entre los vecmos pobres y la caja militar, como la única vía para alcanzar el triu~fo insurgente. Asimismo, proponía el apoderarse del oro, plata

alhajas de las iglesias para financiar la guerra. También proponía la . de los edificios públicos y de las haciendas de los ricos, de

· ·ras minas y haciendas de metales, así como quemar todo el tabaco . que los insurgentes encontraran.148

H ú C. M. de Bustarnante, Cuadro Histórico, t. rr, p. 203. 147 L. Alarnán, Hisloria de Méjico, t. m, p. 345. 148 " .Medidas políticas que deben tomar los Gefes de los Exércitos Americanos

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124 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO LA OPCIÓN INSURGENTE 125

No es éste el lugar para tratar a fondo el problema que plantean vista, propusieron a Rayón un " .. . plan de guerra y devastación . .. " las "Medidas políticas" . Entre otras cosas, porque existe otro documento · que éste no quiso aceptar, lo que provocó el enojo de aquélios. Por estrechamente vinculado con ellas, que se titula "Planes políticos que último, aduce que por su contenido se puede ver que las "Medidas deben observarse a la letra con una ciega confianza para concluir feliz oolíticas" fueron redactadas hacia octubre o noviembre de 1812Y0

y prontamente la insurrección de América" , el que contiene propuestas ' Por su parte, Ernesto Lemoine, en su estudio introductorio al lvf a· casi iguales y además parece haber sido escrito por la misma mano. 149 nuscrito Cárdenas, rechaza que hayan sido escritas por Morelos y sos-Creo que este problema se irá resolviendo conforme se estudien otros tiene, muy probablemente apoyado en lo dicho por Timmons, que este planes semejantes de esa época y se analicen con cuidado las formas documento fue " . .. ideado y redactado por 'Los Guadalupes' de la utilizadas para hacer la guerra, tanto por los distintos jefes insurgentes Ciudad de México que, anónimo, lo hicieron circuiar con cierta profu-como por los diferentes jeíes realistas. Únicamente me referiré a él aquí sión". Para Lemoine, Morelos " . . . nada tuvo que ver con el pronuncia-en lo que toca a si fue obra o no de los Guadalupes. núento acelerado -fácil de hacer por un grupo que no daba la cara-

En un artículo titulado "José María Morelos -Agrarian Reform- de 'Los Guadalupes' ".151

er?" , Timmons se ocupa, entre otras cosas, de estudiar las "Medidas A mi parecer, no le falta razón a Timmons en varios de los seña-políticas" y de analizar la historiografía existente al respecto. Después ]amientos que hace respecto a las "Medidas políticas". Bien pudiera de desechar, con toda atingencia, que su autor haya sido aquel jefe tratarse del plan de guerra y devastación que según Bustamante pro-insurgente, Timmons propone la tesis de que este documento fue es- pusieron a Rayón los agentes de México. Incluso aceptaría la suposición crito " ... por uno de los miembros de la sociedad de !os Guadalu- · de que fueron precisamente los Guadalupes, o algunos de e !los, quienes pes ... ", y poco más adelante señala que los Guadalupes -así, en ge- las remitieron a Morelos, como lo hicieron con muchos otros papeles. neral- fueron sus autores . Para afirmar lo anterior, se basa en que el Sin embargo, considero un tanto aventurado afirmar que este docu-propio documento hace referencia a ia importancia que el tabaco tenía mento haya sido obra de un Guadaiupe, y más aún si se atribuye su como fuente de ingresos para el gobierno colonial y que si todo el que paternidad a todo el grupo. Lo radicai de sus propuestas hace muy diíí-había sido encontrado por los insurgentes en Orizaba y Córdoba hu- cil ubicarlo dentro de la línea de pensamiento seguido por ellos, hasta hiera sido quemado por ellos, tal vez el gobierno se hubiera visto obli- donde nos es posible conocerla a través de los escritos que de este gado a capitular. Compara esta referencia con ciertos párrafos de la grupo nos han llegado. Si bien los Guadalupes insistieron con More-carta que los Guadalupes escribieron a Morelos el 6 de marzo de 1813, • _-: los sobre la necesidad de quemar el tabaco para así dejar sin recur-en que se señalaba expresamente que el tabaco era el principal recurso ~ ~,,,,.JEéJ .sos a las autoridades coloniales, no hay en sus escritos ninguna otra con que contaba el gobierno colonial y que si se le quemaba, como por. . .':é,-;+ -;.< · propuesta relativa a los demás puntos contenidos en las "Medidas po­desgracia no había ocurrido al entrar los insurgentes en O rizaba, sería · ' ~ (f~~~ . "líticas". Una cosa era destruir la propiedad del gobierno con el que el mayor golpe que se le podía dar. También se basa Timmons en que f·. · se estaba en guerra y otra, bien distinta, destruir la de los oarticu­ias "Medidas políticas" hablaban del " ... tirano Venegas, quien está . ~-- ':t -~ -. lares o la de la Iglesia. Y aunque dentro de la agrupación de l~s Gua­haciendo un virrey mercantil, servilmente sujeto a la desenfrenada co~ ·: ;·'-·'·fl,>' dalupes se contaron individuos que no verían afectados mayormente dicia de los comerciantes de Cádiz, Veracruz y México .. . ", lo que ~c,'l~'L sus intereses de ponerse en práctica tales medidas, también se contaban probablemente se refería.al apoyo y participación del virrey en las nego· ;:~· f "'>·_:: otros a los que su aplicación afectaría en forma por demás severa. Por ciaciones que se entablaron, como acabamos de ver, entre varios comer- .. ·Y 'F;~ · último, los integrantes de este grupo no eran los únicos corresponsales cían tes y el grupo de Rayón. Se basa asimismo en la afirmación de -.;:~':•¡J: . . . capitalinos con que contaba Rayón. Por ello pienso que este insur­Bustamante de que los agentes de México, ante el fracaso de la entre" · : ~ -~· {L;~. gente pudo haber recibido tal documento por conducto de personas

para lograr su fin por medios llanos y segurO!!, evitando la efusión de sangre de ~na y otra parte", en AGN, Historia, vol. 116, f. 89-90. Publicadas por Ernesto Lemmne en su edición del Manuscrito Cárdenas, México, Instituto Mexicano del Seguro So-cial, 1980, p. 168-176. . .

1+9 "Planes políticos que deben observarse a la letra con una c1ega corú~a112a para concluir feliz y prontamente la insurrección en América", en AGN, Opera.c•ones de Guerra, vol. 561, f. 174-177.

,_,.~ t: .~,, ajenas a los Guadalupes. Es otra posibilidad. >·~.:~ ~.: ..

. 150 Wilbert H. Timmons, "José María Morelos-Agrarian Reformer?" , en Hupaníc American Historícal Review, vol. XLV, núm. 2, mayo 1965, p . 183-195.

... · .. ··'·' k ,· 151 E. Lemoine, ed., Manuscrito Cárdenas, p. LXVIII.

y t~

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CAPÍTULO m

LA OPCióN LIBERAL

l. L a Constitución de Cádiz

El 30 de septiembre de 1812, a las 3 de la mañana, en el salón prin­cipal del Real Palacio se dio lectura y juramento a Ja Constitución Política de la M anarquía Española, acto al que fueron convocados " . . . los Señores miembros del Real Acuerdo, Tribunales, Jefes Militares y de oficinas, Cuerpos Políticos, Prelados de Religiones y personas de distinción". Ese mismo día, con repiques de campanas, T e Deum y misa en Catedral y demás solemnidades que ameritaba semejante ocasión, se publicó en la ciudad de México, y en los días siguientes se fue haciendo lo mismo por todo el virreinato.1

Para las autoridades superiores de la colonia la implantación del , -.. régimen constitucional en la Nueva España les significaría nuevos pro­

. blemas, por lo que no contaría con su apoyo decidido. Por un lado, la transfom1ación y modernización del sistema político del imperio español,

·. emprendidas por las Cortes de Cádiz y plasmadas en la Constitución de 1812, al imponer un mayor control administrativo por parte de la metrópoli, venían a reducir sus poderes, muy en particular los del virrey y la Audiencia, al tiempo que la insurrección armada había adquirido mayor fuerza y extensión. Por otro, al abolir antiguos privilegios y decretar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, venían a abrir nuevos espacios de participación política a los nacidos en la Nueva España, lo que a su vez debía producir algunos cambios en las estruc­turas y las relaciones de poder existentes hasta entonces. Y aunque esta

'lo;~:··. apertura podría muy bien permitir el recuperar para el régimen las !~··, ~· simpatías y la adhesión de quienes buscaban una mayor participación .. . ,

1 Minuta del virrey Francisco Xavier Venegas, México, 28 de septiembre de 1812, en Rafael de Alba, ed., La Constitución de 1812 en la Nu eva España, 2 vois., México, Secretaría de Relaciones Exteriores, Imprenta Guerrero Hnos., 1912-1913,

.f t. ·I, p. 24. Para Jos procedimientos seguidos en la promulgación de la Constitución L, ... véase ibidem, t. 1, p. 1-98.

~¡;\ t' .. J-· · ~ fl;,·

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128 E N BUSCA DE U N GOBIERNO ALTERNO

en el gobierno del virreinato por vías legales y pacífic~, las autoridadeg coloniales únicamente pudieron ver en ella un nuevo pehgro para la esta­bilidad del régimen novohispano, en especial para el virrey y la Audien­cia de México, en un momento en que más que nunca consideraban necesario fortalecerlo y legitimarlo. El grave problema que significaba la lucha armada que se daba en varias de sus regiones acaparaba su atención, lo que condicionaría todos sus actos. Abocadas primordial­mente a hacerle frente en todos los campos, no pudieron --o no qui­sieron- aprovechar la oportunidad que les brindaba la Constitución para marginar a la insurrección y quitarle apoyos. Esto podría conse­g-uirse distinguiendo claramente entre aquellos sectores de la población que eran sus decididos partidarios de los que tenían como principal ob­jetivo el conseguir algunos cambios, como el de una mayor autonomía, y que veían en el triunfo del movimiento armado tan sólo una posible vía para el logro de sus aspiraciones. Con ello, lo que lograron fue que ambos grupos se percataran de que, independientemente de los fines que cada ~no perseguía, tenían al frente a un enemigo común: las

autoridades coloniales. Dos fueron los aspectos del sistema constitucional que en la ciudad

de México darían o~asión a que las autoridades superiores manifes­taran con daridad su postura ante los cambios que aquél promovía, la libertad de imprenta y la elección del nuevo Ayuntamiento constitu­cional capitalino. Y ambos fueron a su vez utilizados por quienes, de una u otra forma, se oponían al régimen colonial, los que vieron en ellos la oportunidad no sólo de manifestar sus inquietudes sino de satisfacer

sus aspiraciones.

2. ".:-Con que podemos hablar? . .. ¿Estamos seguros?"

Desde el 1 O de noviembre de 1811 las Cortes españolas habían de­cretado la libertad de imprenta por considerar

que la íacultad individual de los ciudadanos de publicar_ sus pensa­mientos e ideas políticas, es no sólo un freno de la arb1tranedad de los que gobiernan, sino también un medio de ilus:ra: a la nación en gene­ral, y el único camino para llevar al conocnruento de la verdadera

opinión pública.

El decreto abolía la censura de las obras políticas, aunque dejaba vigente la que se refería a las religiosas, y especificaba la f~rma en ~ue los escritos subversivos, infamatorios, licenciosos o calummosos deb1an ser castigados. Disponía que debía nombrarse una Suprema Junta de

L.~ OPCIÓN LIBERAL 129

Censura_ e~ la , península,.~ como juntas semejantes en cada capital de provmCla ae los dommros españoles, las que debían ocuparse de revisar las obras que fueran denunciadas y dictaminar sobre eÜas.2

Y~ mes después, el 12 de diciembre, las Cortes aprobaron la com­postcron de la Junta de Censura de la provincia de México. Ésta quedó integrada por los canónigos José Mariano Beristáin y Pedro de Fonte d alc~lde José María F~goaga, el oidor Guillermo de Aguirre y el docto; Agust1n Pomposo Fernandez de San Salvador, rector de la Universi­d_ad.3 Sin_ embargo, la libertad de imprenta no fue entonces puesta en VIgor en la Nueva España, por el temor del virrey v de la Audiencia de que la insurrección recibiera con ella un nuevo i~pulso, con el pre­texto de que la Junta de Censura no estaba completa, ya que a poco de nombrado había fallecido el oidor Aguirre. A pesar de la protesta en_ las Cortes de los diputados novohispanos, muy en particular de José M1guel' Ran:os Arizpe, por este incumplimiento, y a pesar de que se nombro al otdor Pedro de la Puente en sustitución de Aguirre, el virrey V~negas, apoyado por los fiscales y después de consultar a las princi­pales autondades tanto civiles como eclesiásticas de las diversas provin­~ias, de~idió' no implantarla. Para ello argumentó que al tiempo de aecretana las Cortes no habían tenido noticias de la insurrección que en la Nueva España había estallado y que esa libertad sólo serviría para propagar tan grave mal. No obstante, una vez jurada y promulgada la Constitución, que establecía entre otras cosas la libertad de imprenta, Venegas procedió a publicarla, lo que ocurrió el 5 de octubre de 1812. Y ese mismo . día se instaló en la ciudad de México la Junta de Censura, quedando como presidente de ella el canónigo Beristáin y el alcalde Fagoaga como su vicepresidente!

Entre las distintas, y numerosas, publicaciones que por entonces vie­. r?n la luz en la capital de~ virreinato destacan los periódicos El fugue­

e -tzllo y El Pensador Mexzcano, que editaron respectivamente Carlos ' .. 1_1aría de Bustamante y José Joaquín Fernández de Lizardi. El fugue-

tillo, que se inicia con las palabras: "¿Con que podemos hablar? .. _ ¿Estamos seguros?", se inscribe claramente en la línea de pensamiento sostenida por los miembros del Ayuntamiento capitalino en 1808. En El ]uguetillo, "El Censor de Antequera", como se firmaba su autor no sól~ em~rendió la defensa del anterior síndico procurador del co~ún, el hcenClado Francisco Primo de Verdad y Ramos, movido por el ju-

. 2 Bando sobre la libertad de imprenta decretada por las Cortes el 11 de no-_v rembre de 18 10, en ]. E. Hernández y Dávalos Colección de documentos t. rv

p. 889-90 l. ' , , 3 L. Alamán, Hist oria de Méjico , t. m . p. 282. • Ibídem, t. m, p. 282-285 . -

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130 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

to hecho ante su cadáver de " ... que haría ver .a la posteridad ~arr:encencl· a •u candor v sobre todo su lealtad" . También publicó la :sU lDO t:, ... , :Yierr.oria que Verdad escribiera pocos días antes de su muerte, en la q~c ·, r·r1·c~ ·ba la actuación tenida por el Ayuntamiento en 1808, e.xpoma JUS L "' - [ • 1 C b'J l. ·d -

5 que Jo animaban las fundamentaba y sena aoa que e . a 1 do

as 1 ea ' , p úl · B era la única autoridad que representaba al . pueolo . . , or timo, u~ta-. mante manifestaba que no hubiera habido msurreccwn de haberse ms-talado en aquella ocasión una junta de gobierno." .

En su periódico, además de reivindicar la postura asum~da por el Avuntamiento en 1808, Bustamante se lanzaba contra van as ele :as di~posiciones tomadas por el régimen colonial, ya ~uera contra los In­

surgentes. como lo fue el bando dado el 25 de ]UntO de 1812 que sus­pe;día Ja inmunidad eclesiástica a qui;n~ .combatieran contra el go­bierno; ya con ira los descontentos con e1 regimen, co~o lo fue 1~ Junta de Seguridad y Buen Orden, ~ontra la, que arremetw por cons1derarla

i1 1 , · ecesaria.6 y cabe senalar aqm que su alegato contra el bando ega v mn · - 1 del 25 de junio fue revisado y aprobado p~r el padre Jo~e N an~el Sartorio, aquel que en la conspir~c~ón d?scub1er~a en 1811 ±~era sena­lado como cómplice, al que escnb~an algunos msurgemes c..,mo Ju~n Pablo Anaya, quien junto con Bustamante sería elec.to por la p~rr~qma. · e: M·

1·crup1 para nombrar al nuevo Avuntam1ento constltuCJonal .. ae ~ ... an .l 0 ""'" ... J. ' E'

· ' · • rde se le acusaría de ser uno de los Guadalupes. mab · y a qmen ma~, ,a · · . . . mente, los ]uguetillos sirvieron a su autor para ac~nseJ~r y cuestionar

LA OPCIÓN LIBERAL 131

Aguilar, autor de juguetes contra el ]uguetillo, quien lo había acusado de vivir de prestado.9

En varios números de El Pensador k f exicano Fernández de Lizardi se ocupó de aiabar a la Constitución y a las Cortes de Cádiz por haber enseñado a todos los españoles cuáles eran los verdaderos derechos de la nación y de los ciudadanos después de tantos siglos de usurpación y ocultamiento. Pero, además de señalar los logros del nuevo sistema. ~e ocupó sobre todo de criticar seriamente al n§gimcn anterior, al qu~ culpaba de todos los males sufridos tanto por la península como oor sus colonias. Según Lizardi, " ... no hay nación de las civilizadas qu'e haya tenido más mal gobierno que la nuestra (y peor en la América ) ni vasallos que hayan sufrido más rigurosamente las cadenas de la arbitra­riedad" .10 Esto no se debía a los monarca~ que habían tenido, bonda­dosos y beneméritos casi todos, sino a sus validos y ministros cuya privanza fue aprovechada para gobernar déspota y ti~anamente.' En el caso particular de la América, la insurrección se estuvo fabricando por espacio de tres siglos: el mal gobierno y la rivalidad que e:,istía entre

ft. criollos y gachupines eran los principales culpables de ella. Para rt:me-' IJ'-' diar un tanto la situación, Lizardi proponía que se adoptara " . .. otro

· -~~·~:,)sistema político de gobierno totalmente opuesto al que se ha seguido · ,.,g • hasta el día .. . ", así como que se tomasen también disposiciones mili­

'§ tares del todo diferentes.11 En su opinión, el mal gobierno tenido había .' sido " ... el más impolítico que se ha visto ... ", y la queja de los ame­. ricanos en su contra era en el sentido que " .. . se les han atado las a otros escritores, como lo hizo con Fernández de LIZardi, a qme~ reco-

. 1 - - ·b' 1 "Elocr¡ador"· · mendaba tener mucho cmdado con o que e~c, 1 m, o a "' .. .. ~,,~- .. , . , . . . , C 11 · . 1 U cuestionaba entre otros motlVOS por su falta de vera- , ·. ·.. .i>'P'etillo, Mextco, Manuel Antoruo v aldés, 1812, p. 14-16, y Quinto ]uguetillo, Mé-

ue a eja, a q e · ·' ¡· · .. ·.. . M 1 A t . V 'd ' 18 12 13 1" V ' b" R ' R 1 . 1 ntabló una olémica.' Asimismo discutlD y po e- ' ,, ;¡:,¿~·. Xlco,. a_nue n omo al e~, , p. ~ :J. ease ~.ten a~on oca Y F o-c¡dad y con e que e P _ . 'd d d l c'ero· "if: .. · ·... renc10 Perez Comoto, El amtgo de la Patna. Obra penodwa Méxtco Imprenta de

· · d F · '' · da sobre la mmum a e 1 ·~ . • •· .. , , mizó con el ltcenCia o ranCJSCO .t-sua , í.' . ·· 'f.'S~'\ Doña María Fernández de Jáuregui, 6 noviembre 1812-30 abril lB 13; Respuesta a v con El Arrúgo de la Patria, que editab~n Ramon Roca.)' ..:' lore~C!O ¡,._::._. las dudas re{lex~1:as que prop?ne el amigo de la Patri~ en su número ,tercero sobre ' , C , ¡ 1 al¡'dad

0 ilegahdad de la poses1on espanola. • . ~>?>-':::· lw preguntas drrectas contemdas en el quarto Juguettllo del Censor ae A ntequera,

Perez omoto soore a .eg · · '· -~.~ .. , M' · I d D • M · F • d · · · . . ' . · tación aue debía d:í.rseie· · ·, :.· :~;"-~·:.. ex~co, mprenta e . ona ana ernan ez de Jauregm, 1812, 8 p., y Franc1sco de los domm10S amencanos, sobre la mterpre • . . . , , ' .. 'f.·' .. ·:, E.strada, Carta tmparctal sobre el Fu ero del Clero . Por el L ic. Francisco Est rada, a la libertad de imprenta y sobre algunos pr~blemas de la ¡mgartl~JOn ' _ :';~:f~~Í;~éxico, Oficina de J?oña María Fernández de ~áuregui; 1812, ~3 p. _ , d ·usticia.s También discutió sobre su prop1a persona con rranClSCO .)f·::~: ;~ ., 9

Quarto ]ugu~ttllo , ~éxtco, Manuel Antomo Valdes, 1812,. p. 1-:J. Vease taro-e J . , 1>·~~ten ~ranctsco Agwlar, Pnmera parte, ¡uguetes contra el ] uguetzllo J.•or una censora

J ·¡¡ M' · Manuel An•onio V ·ldés 181 ? p 3-13, y Sexto · í::j .·"' 'ilmencana, México, Imprenta de María Fernández de Jáuregui. 1812. Véanse asi-

s Quinto uguet1 o • extco, í 1 • ' a ' ., • · •n": mis 1 d El · ¡ ·¡¡ · · · .~ , . M ' 1

A t · Valde's 1812 p 6-14. >'l.· !<' .• mo a segun a y tercera partes; pnmtr uguetz o batzdo con sus mtsmas Juruettllo MexJCo 1 anue nomo ' ' · 1 Q · to ··' · •• a M' · I d J B · · ·' • · ' • J ' ·¡¡ ~ -I ' - ~{anuel Antonio Valdés 1812 p. 1-2 ; wn ·. ·t :.::.; rntas, extco, mprenta e uan autista de Anzpe, 1812, 41 p. ; Contestacton a

e Tercer uguetz o •• ex1co, " · ' ' ·¡¡ M' 'co· 'fl' ·-"' los Ju (ll p " ¡ M · " 1' · ' ' d , . M ' ¡ A · V lüés p 13-14 . y Sexto ]uauett o, ext ' ·, ~*'.<···. · gue 1 os or e austero exteano , :1\ exico . Imprenta de Mana Fernandez e juguetillo Me><tco anue momo a ' · ' , ·K ·• Jáure · 1812 8 El ] ' p ¡ fl · · ' · onio Valdés 1812 p. 2-5. _f.. _-., . gul, ~ p. ; , ugueton : a?e , amante ~ue se presenta con . msos de pe-Manuel Ant . M, . ' " '

1 A

1 . V aldés 1312 p 4-5 y Segundo fu gue· ;~··" · nodtco salu tarw. Escnbelo su autor, :mpnmelo el tmpresor -v lo publtcan los mu-

1 Ju auetzllo 1 ex1co "1anue n amo ' · ' · ' · d ¡S 'or · ;:. cha h F' · I d M · · · • M' 1

• ' . V Id ' 18'2 p 1 7 Véase también Elogw e en ·:t;: .:, e os, ... ex1co, mprenta e r anano Onttveros, 181~ 8 p .. y El ]uguetote contra

tillo México ' anue .-.ntomo a es, 1 ' · • · · ? 16 Y 'Ji:· · el fu t'll Q · M' · I d D M ' ' ' ' ]' · ': . '. or· · d D • María Fernández de Jáuregm 181-, p., . l ... · . gue z o umto , extco, mprenta e . ana Fernandcz de auregm, 1812. CallC]a Me:uco, 1cma e ona ' ' A t equera ; ·~. 10 El p d u · ' 5 '· - • • "E' El' ·-d ., · R " est del elogiador del S eñor Calleja al Censor ae 11 ' ~, ~, ' d· ensa or mex1cano, num. , Mextco, Imprenta de Dona Mana Fernandez

l og1a or ' esyu a, , , . 2 ··, . ·~ ' .. •; ., e Jáuregui 1812 33 M éxico Imprenta de Mana Fernandez de Jauregm, 1812, 1 p. t Ju· ·.' 1 . ' ' p. . • · s Tercer juguetillo, México, Manuel Antonio Valdés, 1812, p. 2-23; Quar

0 1 lbtdem, p. 38-40.

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132 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

manos de la industria, y que ·se les han cerrado las puertas para empleos" .12 La codicia del gobierno penin5ular había saqueado a A~érica de sus metales preciosos e impuesto a los americanos y tributos, además de prolúbirles determinados cultivos y otras activi­dades económicaS.13

Por otra parte, según Fernández de Lizardi, a los americanos se le:; había desacreditado y menospreciado para así negarles el acceso a puestos públicos, los que eran ocupados por parientes y amigos de fun, . cionarios arbitrarios y déspotas.14 Además de su extensa y certera crítica al ¡,'istema de gobierno anterior, Lizardi aprovechó su periódico para dar un ejemplo de cómo los criollos, cuando se les proveía de la ense-~ ñanza adecuada, llegaban a destacar. Asimismo dio cabida en El sador a quejas más concretas, como las que recogió sobre la de la vida capitalina de entonces.15 Finalmente, y a pretexto de citarlo por el día de su santo, Lizardi se lanzó de manera directa a ·• señalarle al virrey Venegas algunos errores en los que había incurrido su gobierno, muy en particular el haber decretado el famoso y vertido bando del 25 de junio sobre la inmunidad eclesiástica. hizo en el número 9 de su periódico, el que sería el último que rccería antes de que se mandara suspender la libertad de Al igual que en el caso de Bustarnante, el alegato de Femández Lizardi en favor de la inmunidad eclesiástica contó con la aprobación de José Manuel Sartorio.

• Además de dar ocasión a que se publicaran estos nuevos peJrió1dicos,;. ]a libertad de imprenta también dio oportunidad a que en el de México hallar~n cabida en sus páginas ciertas expresiones contra las tropas realistas que provocaron que se publicara una en su defensa y que molestaron a las autoridades superiores. Asimismo sus páginas aparecieron publicados la Constitución de los Estados Uni­dos y el Manifiesto de la Junta Revolucionaria de Buenos Aires. Seg¡ín Julio Jiménez Rueda, el director del DiarioJ José Ruiz Costa, se' por ello obligado " ... a dejar la dirección en manos del · · Juan Wencesiao Barquera ... " , conocido periodista de aquel!~ años era miembro del Colegio de Abogados. Barquera, quien por t:ll 'tull.<-""·''"

dirigía un periódico titulado El Correo de los Niños, ha sido seíital2Ld0'\

12 Ibídem, p. 45. 13 El Pensador Mexicano, núm. 6, México, Imprenta de Doña María FPm~nde% ·

de Jáuregui, 1812, p . 46-48. . .. 14 Ibídem, p. 51. 1s Pensamiento Extraordinario, México, Imprenta de Doña María Fernández

Jáuregui, 181 2, p. 11-13 y 5-10. 16 El Pensador Mexicano, núm. 9, México, Oficina de Doña María:

de Jáuregui , 18 12.

LA OPCIÓN LIBERAL 133

como uno de los Guadalupes, y él mismo así lo precisó en una "Oracion patriótica" que pronunció en 1825.11

Yle he ocupado de los periódicos que cuestionaron de alguna ma­nera al sistema coionial y no de otras publicaciones porque aquéllos íucron los impresos que mayor atención despertaron entre los habitantes de la ciudad de México. Su misma condición periódica, que permitía dar un tratamiento más amplio, y más libre, a los ternas de oue se ocupaban, a la vez que les daba la flexibilidad de tratar al ~ismo tiempo distintas materias, hacía que sus números fueran aguardados con especial interés. La novedad que significaba el que en. sus páginas !'C comentaran los sucesos políticos del momento, se cuestionaran cier­

. tos aspectos del sisrema e incluso se criticaran algunas de las disposi­ciones tomadas por las autoridades, les granjeó popularidad entre dis­tintos sectores de la población capitalina. Y fueron leídos no sólo por aquellos que, descontentos con el estado de cosas, buscaban la conse­cución de algunos cambios, ya fuera por la vía pacífica, ya por la de la lucha armada. También fueron leídos por quienes eran decididos partidarios del sistema y no deseaban que éste sufriera ninguna alte­

. ración. Las autoridades superiores comprendieron muy bien y desde un prin­

la posibilidad de que el descontento y la inconformidad que por ,-~,,,prono motivos existían en contra del régimen encontraran a través

estos periódicos una forma de expresión sistemática y organizada ·. que unificara a los desafectos en una lucha común. En la Representa­

de la Audiencia de México hecha a las Cortes en noviembre de 813, se señalaba en particular la actitud antigobiernista de estos perió­

. . capitalinos durante los meses que estuvo en vigor la libertad de imprenta. Al Diario de M éxica lo acusaba de haber sido el primero en atacar " .. . a las tropas de la nación ... " por cobardía y robo. De Bus-

registraba que estaba por entonces en correspondencia con Rayón, " ... y además entre los rebeldes de Tlalpujahua su pa­

pel corría por el mejor de México". Lo acusaba, asimismo, de derramar veneno en sus páginas, de pretender que los rebeldes fueran tratados

ciudadanos pacíficos, de pedir la extinción de la Junta de Segu-

· 17 Véase la Representación de la Audiencia de México a las Cortes México 1~ de noviembre de 1813, en E. del CastiJio Negrete, México en el siglo ~' apén~ d1ce .a~ t. vu, p. 335. Véase también Carta al Diarista en defensa del Comandante .Of¡czales del Batallón Primero Americano, Mé. .. <ico, Imprenta de Doña María Fer­hán~ez de Jáuregui, 1812, 8 p.; Julio Jiménez Rueda, Historia de la Literatura Mex1cana, 6~ ed., México, Ediciones Botas, 1957, p. 171-175; Juan Wenceslao Bar­

. El C?rreo de los Niños, pape:! periódico sobre educación física, moral, civil y , .. Mex~~, Imprenta de D. Juan Bautista de Arizpe, 6 de enero de 1812-28

aom de 181.>, y L. More::w Valle, Catálogo de la Colec~ión Lafragua, p. 132.

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134 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

ridad " ... únicamente porque él y otros amigos de los rebeldes estuviesen seguros", de atacar al bando del 25 de junio y de defender la postura del Ayuntamiento capitalino en 1808. En cuanto a El Pensador, de cuvo autor decía ser " ... más audaz como más ignorante ... ", la Represe~­tación señalaba que proponía la adopción de un sistema político total­mente opuesto al entonces en vigor, así como la adopción de otras disposiciones militares, además de que se arreglara un armisticio con los rebeldes mientras se averiguaban las verdaderas causas de la rebelión. También señalaba que culpaba al mal gobierno de la insurrección por haber cerrado a los americanos las puertas para los empleos y atarles las manos en cuanto a impuestos y prohibiciones.18

Por su parte, en u..r1 escrito enviado al ministro de Gracia y Justicia el 20 de junio de 1813 para justificar el no haber decretado nueva­mente la libertad de imprenta, el virrey de entonces, Félix María Ca­lleja, le manifestaba que los escritos de los insurgentes circulaban en un principio por muchos lados, aunque no llegaban a manos de todo el pueblo,

pero establecida la liheitad de escribir, encontraron los malos el deseado recurso de conmover a la ignorante multitud y combinar los esfuerzos de los enemigos exteriores, con la prevaricación de la Capital, ora ver­tiendo simuladamente al espíritu de aquellos periódicos en los escritos públicos de ella, ora inspirando el odio y aborrecimiento al Gobierno por medio de pinturas deformes de opresión y tiranía, presentadas a . pretexto de precaución contra los exagerados abusos.

Un año después, el 14 de agosto de 1814, en otro escrito dirigido al ' ministro de Gracia y Justicia, Calleja insistiría en que la libertad de · imprenta, mientras estuvo en vigor, " ... causó tal irritación en los áni~ mos y abortó un tan extraordinario número de papeles sediciosos, in­cendiarios e insultantes, que estuvo muy próximo el momento de uná .. sedición activa en esta capital". Hay que señalar aquí que tanto las autoridades coloniales y sus sostenedores, como los insurgentes y sus partidarios, estaban convencidos del enorme valor de la palabra impresa para propagar sus ideas y seducir los espíritus. Así, el número uno de El Correo Americano del Sur, en su aviso al público, señalaba que

La perfidia de nuestros enemigos, aposesionados exciusivamente de las prensas, visto es, que ha tenido el recurso más poderoso, para excitar

• 18 Representación de la Audiencia de México a las Cortes, México, lB de Vlembre de 1813, en E. del Castillo Negrete, México en el siglo xrx, apéndice t. VII, p. 335, 336, 337, 357 y 359.

LA OPCIÓN LIBERAL 135

y sostener el espíritu de división, origen funesto de nuestras desgracias y único apoyo en que ha podido sustentarse el trono de la iniquidad.10

Varios autores, entre ellos Timmons y De la Torre, han afirmado que los Guadalupes se aprovecharon de la libertad de imprenta para apoyar la insurrección, difundir sus ideas y hacerse de adeptos.20 Por mi parte, no he encontrado nada que pruebe esto de manera concluyente. Los mismos Guadalupes, que en su correspondencia con 1\forelos regis­traron con detalle varias de sus actividades, no hicieron referencia a ninguna suya emprendida en relación con la libertad de imprenta al hablar, en su carta del 7 de diciembre de ese año, de la suspensión de ella y de lós acontecimientos que la provocaron.21 Lo que sí registraron fue el envío a aquel jefe insurgente de varios de los periódicos de que me he ocupado. Así, le remitieron dos números del Diario de M éxic~ y "Varios juguetillos, bonito papel" el 24 de octubre de ese año, y el 7 de diciembre siguiente le enviaron tres ejemplares del Sexto fuguetillo.22

Además, por la lista de suscriptores a El Pensador Mexicano, se puede ver que algunos de los señalados como Guadalupes recibieron este perió­dico, entre ellos los licenciados José Antonio del Cristo y Conde, Benito

· José Guerra, Juan Bautista Raz y Guzmán y José Ignacio Espinosa, además del marqués de Rayas.23 Es posible que alguno de los miembros

. de este grupo haya tomado parte activa en la redacción de algún es­crito publicado en esos dias. Desde luego que todos ellos estaban muy al tanto de lo que se publicaba y sin duda discutirían ampliamente estos

• 19 El virrey Félix María Calleja al Ministro de Gracia y Justicia México 20 de junio de 1813, en E. de la Torre, Los Guadal u pes, p. 32-33; el vir;·ey Félix' María Calleja al Ministro de Gracia y Justicia, México, 18 de agosto de 1814, en Boletín del Archivo General de la Nación, época 2~, t. IV, p. 13, y El Correo Americano del Sur, núm. 1, 25 de febrero de 1813.

2~ W. H. Timmons, "Los Guadalupes", p. 460, y E. de la Torre, Los Guada-lupes, p. XLVll-XLVIII. .

· :t Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 7 de diciembre de 181_2, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 107, f. 4-5; UT, García Collect10n, G. 346, Correspondencia d6 los Guadalupes, núm. 107, f. 12v-15v, y E. de la Torre, _Los Guadalupes, p. 8. Esta carta aparece dos veces en la obra de ~e la Torre, la primera fechada el 7 de diciembre de 1812 y la segunda el 7 de di­ctembre de 1813, la que aparece incompleta. Por su contenido queda claro que la fecha correcta es la correspondiente a 1812.

22 Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 24 de octubre de 181~, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 106, f. 2v-4 ; UT, García CollecttOn, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 106, f. 7-12v, y E. de la !?rre, Los Guadalupes, p. 7, y carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, Mextco, 7 de diciembre de 181 2, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 107, f. 4-5 ; UT, García Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes,

. . 107, f. 12v--15v, y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 9. .,. 23 El Pensador Mexicano, núm. 13, México, Imprenta de Doña 'María Femán·

dez de Jáuregui, 1813, p. 116-117.

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136 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

impresos. Sin embargo, el hecho -de que no hayan participado en forma directa a título personal, y mucho menos como grupo, en alguna pu­blicación, me parece que va de acuerdo con sus propósitos de alcanzar una mayor autonomía y de apoyar la causa insurgente sin enfrentarse directamente al régimen y sin llamar la atención sobre sus personas y

su agrupación.

3. "El primer acto de nuestra libertad"

.AJ tiempo que la libertad de imprenta se hallaba en vigor en la capiml del virreinatc, Venegas se vio obligado a dar lugar a la elección de su Ayuntamiento constitucional. Para ello debía procederse primero a elegir determinado número de electores, los que a su vez debían desig~ nar a los alcaldes, regidores y síndicos que integrarían el nuevo Cabildo. Por bando del corregidor, Ramón Gutiérrez del Mazo, se fijó el domingo . 29 de noviembre de 1812 para dar cumplimiento al proceso electoral en su primera etapa. En su organización tomó parte el Ayuntamiento en funciones, el que señaló el número de electores que debía escoger cada_ una de las parroquias de la ciudad de México, el número de juntas que debía tener cada una de ellas y los miembros del Cabildo que debían supervisar la votación, lo que se especificaba en el bando. Sin embargo, quienes se encargaron de su organización no definieron con claridad<,~\ los requisitos que debían llenar los votantes. Tampoco se precisó debían votar los vecinos de las parroquias en donde se tendría más una junta.',. De hecho, ni siquiera se contó con un padrón especial de habitantes de la ciudad.

Si la libertad de imprenta había despertado el interés de de los capitalinos, en particular de los descontentos con el régimen lonial, porque daba oportunidad a que se trataran abiertamente y distintos puntos de vista los asuntos políticos de entonces, mayor i d~pertó en ellos el ejercicio electoral, el que a pesar de la exclusión las castas, que marcaba la Constitución, debía corresponder a des sectores de la población. Las aspiraciones autonomistas de muchos los americanos encontraron en las elecciones un nuevo, y muy amp cauce legal para su satisfacción inmediata. A través de ellas el Ayun tamiento, esa institución que había sido su portavoz, no sólo recuperaría su tradicional legitimidad política como representante de los interP~f',~ de Jos criollos de la capital frente a las autoridades coloniales, sino ahora debía transformarse y convertirse en la institución que

2< Bando de Ramón Gutiérrez del Mazo, México, 27 de noviembre de 1812, R. Alba, ed., La Constitución de 1812, t. I, p. 226-230.

LA OPCIÓN LIBERAL 137

en sus manos el control de todo e! espacio urbano capitalino.25 Y quie­nes eran partidarios de la insurgencia vieron también en las elecciones una oportunidad de debilitar al régimen colonial. Para todos ellos se abría.'1 nuevas posibilidades dentro del sistema. Decidirían, nada más y nada menos, sobre quiénes debían encargarse del gobierno de la capital. Por eso fue que de inmediato se dispusieron a obtener el máximo pro­vecho de tan favorable oportunidad.

Por otra parte, para los indígenas de la ciudad, muy en especial para sus funcionarios, que por el sistema constitucional debían perder su peculiar forma de organización social Y-política, el participar en el proceso electoral y así lograr su incorporación al Ayuntamiento consti­tucional capitalino se convirtió en la única vía a su alcance para tener alguna representación. Los empeños de los-diputados liberales, que desde las Cortes de Cádiz pretendían lograr la equiparación entre indígenas y españoles, no sólo no alcanzarían a verse plenamente realizados sino que en ocasiones resultarían de consecuencias negativas para los pri­meros. Estos intentos de equiparación jurídica entre indios y españoles también tendrían consecuencias negativas para el régimen colonial. La desaparición de esa peculiar forma de organización social y política que eran las comunidades indígenas, ordenada por las autoridades superio­res, sería vista en muchos de los casos por los naturales, y en particular por sus funcionarios, como un desconocimiento unilateral del pacto so­cial hasta entonces en vigor. Y esto provocaría, a su vez, la pérdida de credibilidad en el régimen de no pocos de los indígenas.

Por ello fue que estos principales, que a diferencia del antiguo Ayun­tamiento capitalino no abrigaban mayores motivos de descontento hacia el régimen colonial, incluso después de que estallara el movimiento de Hidalgo, se- decidieron a actuar en defensa de sus propios intereses, amenazados por el estado de guerra que vivía el virreinato, pero, sobre todo, por los cambios provenientes de la península. Dado que el Ayun­

constitucional capitalino debía ocuparse de la administración gobierno de toda la ciudad, incluidos los barrios indígenas, y que los

. pueblos sujetos a las parcialidades debían elegir, a su vez, sus propios ayuntamientos, los funcionarios de San Juan y de Santiago vieron ame­nazada su posición de autoridad. Así fue como unieron sus esfuerzos

los de los americanos autonomistas del Ayuntamiento de México He­de un propósito semejante, que fue el de mantener, e incluso

, su control sobre el espacio urbano capitalino.

25 Para un cuidadoso y certero análisis del proceso electoral de noviembre de 1812 y sus implicaciones, véase Antonio Annino, "Pratiche elettorali e conflitti di <nu~-'··' nella citá de! Messico in il tardo coloniaie", (inédito).

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Por los resultados de estas elécciones, en las que tritinfaron única­mente individuos que reunían ciertas características, como la de ser na­turales de la Nueva España y la de haber manifestado no ser incondi­cionales de las autoridades, queda bien claro que para su consecución se llevaron a cabo trabajos bien coordinados y que implicaron la parti­cipación de un número considerable de personas. Según registró la Audiencia de México en su Representación a las Cortes de noviembre de 1813, había pruebas que demostraban la existencia de una "confa­bulación". Éstas eran que

Tres o cuatro días antes de las elecciones circuló por la ciudad una lista de los que habían de saiir, y en efecto salieron electos. Llegado el caso de ellas se repartieron papeletas escritas de una misma letra que contenían los nombres de los que fueron eiegidos.

Además, se había dado dinero a los cargadores para que repartieran estos papeles. 26 Lo que ya no queda tan claro es quiénes estuvieron direc­tamente involucrados en estos trabajos ni la forma en que procedieron a efectuarlos. En el caso concreto de los Guadalupes, tanto por su propia correspondencia como por lo que señalan varios autores, sabemos que algtmos de ellos tomaron parte activa en los trabajos preparatorios de la elección. Sin embargo, no he encontrado testimonios que me permi­tan precísar cuáles fueron sus actividades en este sentido. Lo que sí se tienen son unas cuantas referencias a la participación de alguno de ellos, así como de ciertas personas relacionadas con este grupo, aunque hay que aclarar aquí que no aparece mencionado el nombre de los Guadalupes, ya sea corno sociedad, ya referido a un individuo en par­ticular. De hecho, en ninguna parte de la abundante documentación que generaron estas elecciones se encuentra alguna mención sobre la existencia de los Guadalupes. ·

La mayoría de las referencias que he encontrado es relativa al canó­nigo José María Alcalá, español natural de Acámbaro, Guanajuato; donde naciera hacia 1760, y distinguido doctor en Teología que formaba parte del Cabildo catedralicio como canónigo magistral desde 1806. Las simpatías de Alcalá por el movimiento insurgente eran conocidas por muchos y tanto Villaseñor como De la Torre lo señalan como Gua­dalupe, aunque para Timmons sólo estaba en estrecha relación con este grupo. Alcalá desempeñó en estas elecciones un papel realmente impor­tante. En el Martirologio que editara Bustamante se registra que " . .. de

26 Representación de la Audiencia de México a las Cortes, México, 18 de no­viembre de 1813, en E. del Castillo Negrete, M éxico en el sigio XIX, apéndice al t . VIl, p. 373-374.

LA OPCIÓN LIBER."L 139

voz pública se ha dicho que dicho Sr. Canónigo fue el director de las elecciones, y que así para éstas ilas del Avun tamiento constitucionall como para las de diputados en cortes y d~ rrovincia. había juntas e~ su casa los días anteriores a su celebración" . También se señ.2.la en él que " . . . segú? voz pública y un manuscrito bajo el título de diálogo en:re un mex1ca?? y un poblano [ ... J se dejó decir el Dr. Alcalá que pr~ero cons~nt:na verse en un cadalso que el que se nombrase por reg1dor a algún europeo" . Asimismo se registran en el lvf artirologio al­gunas aciividades sospechosas de Alcalá, como el aparecer nominado para la junta de gobiemo en la conspiración de abril de 1811 como va . " . ' . mencwne, y el de haberse mostrado contrario al bando del 25 de junio contra la inmunidad ec!esiástica.27

Con io anterior coincide plenamente Alamán, quien, además de señalar que :\lcalá gozaba de gran consideración e influjo, nos dice que " . . ·en la.o, elecciones populares, en las que siempre era nombmdo elec­tor, todo lo dirigía y a él se atribuía la entera exclusión que en ellas se había hecho de los españoles europeos" .28 Serrún Alejandro Villaseñor

.... .. " t . . • , '' o ' po. :~ . · · . sec¡:e,a sumar~a. . mforrnacron .: . que en abril de 181 3 pro-movw el arzobispo de :N!exrco para avenguar la conducta v manera de pensar de Alcalá -documentación que no he podido localí~ar-, de las declaraciones de muchos testigos, amén de muchas otras actividades del canórúgo que mostraban su desafecto al régimen, se supo " . .. que du­rante las elecciones para el Ayuntamiento había empleado intrigas, es­fuerzos y aun dinero, con el fin que ningún europeo fuera elegido, como sucedió". 29

Las referencias a otros integrantes, o amigos, de los Guadalupes son relativ::ts a los trabajos que públicamente llevaron a cabo para preparar las elecciones. Me refiero a la participación de varios miembros del Ayuntamiento capitalino en su organización. Pienso que no por darse dentro de un marco absolutamente legal y de manera abierta deja de t~ner interés el hecho de que por lo menos uno de los Guadalupes re­gistrados por Morelos en su lista del 6 de octubre de ~se año, el regidor Joaquín Caballero de los Olivos, haya tomado parte en su prepara­ción.30 Ig:Wrnente participó en ella el regidor José María Fagoaga. Tanto Caballero como Fagoaga presidirían cada uno sendas juntas de

": W. H. Timmons, "Los Guadalupes", p. 457, y C. M. de Bustamante .Marti-rolog¡o, p. 9-1 O. '

28 L. Alamán, H istoria de Méjico, t. IV, p. 38. 20 A. Villaseñor, Biogra fías, t. II, p. 120. 3° Carta de José María Morelos a Mariano Matamoros, Tehuacán, 6 de octubre

de 1812, en C. Herrejón Pereda, ed., Morelos, p. 24 1.

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parroquia, el primero en la de San José y el segundo en la del Salto del Agua.11

Pero si contamos con poca documentación para precisar cómo se llevaron a cabo los traba jos preparatorios de estas elecciones tanto por los desafectos al régimen, entre ellos los Guadalupes, como por sus parti­darios tenemos en cambio abundantes testimonios de lo ocurrido durante las d~cciones mismas. En primer lugar contamos con mucha de la in­formación que produjeron las propias elecciones. También contamos, cosa en verdad excepcional, con la que generaron las averiguaciones mandadas hacer por las autoridades superiores de la colonia para deter­minar si ias elecciones se habían llevado o no a cabo dentro de un orden legal, y que resulta enormemente rica.32

Si se toma en consideración que las elecciones populares de noviem­bre de 1812 fueron las primeras jamás efectuadas en la ciudad de Mé­xico y que las autoridades encargadas de su organización, en parte por falta de experiencia y en parte porque las disposiciones dadas para este fin por las Cortes eran demasiado generaies, nunca precisaron los requi­sitos que se necesitaban para poder votar, ser votado o funcionario de ias juntas parroquiales, además de que no se contaba ni siquiera con un padrón adecuado, se puede decir que fueron un verdadero éxito. A pesar de las dificultades que tuvieron que enfrentar varias de las ;untas parroquiales y de que no hubo uniformidad de criterios entre J • b sus distintos presidentes, al finalizar el domingo 29 de noVIem re se había efectuado la votación en las diecisiete juntas parroquiales progra­madas y se había logrado el propósito de que se eligieran veinticinco· electores. Por otra parte, se había logrado que en la ciudad más impor- · tante y populosa de la Nueva España, al tiempo que la insurgencia alcanzaba destacados triunfos militares, gran parte de sus habitantes, reunidos en las juntas parroquiales, ejercieran por primera vez el derecho electoral sin provocar la ruptura del orden y sin que los descontentos con el régimen colonial que en ella residían aprovecharan la ocasión para enfrentarse abiertamente a las autoridades.

No obstante todo lo anterior, el hecho innegable de que no resultara. electo ningún español peninsular y de que algunos de los electores fueran conocidos como simpatizantes de la insurgencia, otros como desafectos al régimen y ninguno como su partidari? declarado, hizo ~ue el, virrey y la Audiencia consideraran a estas eleccwnes como un seno reves poh­tico, en lo que no dejaban de tener razón. Este " ... primer act? de nuestra libertad .. . ", como los Guadalupes calificaron a las eleccwnes

31 Bando de Ramón Gutiérrez del Mazo, México, 27 de noviembre de 1812, en R. Alba, ed., La Constitución de 1812, t. n, p. 229.

32 La documentación se encuentra en AGN, Historia, vol. 44-7.

LA OPCIÓN LIBERAL 141

de noviembre de 1812, o este " ... primer triunfo efectivo de los rebel­. des .. . ", como Calleja las considerÓ,33 reveló que el régimen colonial no contaba con el apoyo incondicional de la mayoría de los habitantes

, .de la ciudad y que las aspiraciones autonomistas eran comunes a grandes sectores de la población capitalina. También reveló la existencia de di­versos, y efectivos, canales de comunicación entre todos ellos. Sobre todo reveló que un grupo importante de novohispanos destacados, entre los que se contaban muchos de los Guadalupes y a los que el Cabildo de la ciudad servía de instancia que articulaba los intereses de todos ellos, tenía gran capacidad de dirección y de movilización y que ésta le era reconocida por una parte en verdad considerable de los capitalinos.

El primer problema al que se enfrentaron los funcionarios de las juntas parroquiales fue el de precisar quiénes tenían derecho al voto y quiénes no, ya que no se contaba con un padrón adecuado. La Consti­tución excluía de la categoría de ciudadanos a los negros y o las castas y suspendía el ejercicio de sus derechos a quienes fueran deudores que­brados o deudores a los caudales públicos, a los sirvientes domésticos, a quienes no tuvieran empleo, oficio o modo de vivir conocido o aue se hallaran procesados cri~inalmente. Pero también establecía que ;i sur­gían dudas al respecto, las juntas parroquiales debían decidir lo que les

· pareciera, lo que se ejecutaría sin recurso alguno.34 Es obvio q~e, de acuerdo con lo qtie señalaba la Constitución, sectores considerables de la población de la ciudad de México debían quedar fuera del ejercicio

. electoral. Sin embargo, no ocurrió así en muchos de los casos. Por los .informes que rindieron los presidentes de las juntas parroquiales se puede

.· ver que sí hubo restricciones en algunas de ellas y no se dejó votar a determinadas personas, tanto por decisión de los presidentes como por consulta con Jos vecinos presentes. Ahora bien, en otras parroquias la

.· .votación se llevó a cabo en forma prácticamente indiscriminada, sin . tomar demasiado en cuenta "pelaje" o "color", según palabras de varios , de los presidentes. Por otra parte, también hubo casos de individuos ;r que votaron más de una vez, ya fuera en una misma parroquia donde · .. había v~rias juntas, en especial en la del Sagrario, ya en distintas pa­

rroquias.

Jl Carta de "Los Guadalupes" a José Maria Morelos, México, 7 de diciembre .1B1.2, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 107, f. 4-'5; UT García

.. ·,Collectwn, G. 346, Correspondencia de los Guada.lupes, núm. 107, f. 12v-15v, y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. B, y Oficio de Félix Maria Calleja al núnistro de

. Gracia y Justicia, México, 14 de agosto de 1814, en BoleiÍn del Archivo General ·., de la Nación, época 2~, tomo IV, p. 3. •

3 .. "Constitución Polltica de la Monarqula Española", artículos 22 y 50, en J . E.

Hernández y Dávalos, Colección de documentos, t. IV, p. 88 y 90.

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Pero lo que más preocupaciones causó a las juntas parroquiales fue que muchos de los que se presentaron a votar llevaban por escrito los nombres de sus candidatos. Muchas de estas "papeletas" eran del mismo tamaño y estaban escritas por una misma mano. Además, muchos de los que las !levaban ni siquiera sabían los nombres que ellas contenían. Y, por si fuera poco, muchos de los votos emitidos en fonna verbal coincidieron exactamente con los escritos. El hecho de que resultaran electos únicamente americanos poco afectos al régimen provocó que las autoridades hablaran, con toda razón, de una "confabulación". Sabemos que hubo juntas previas, reparto de "papeletas" y labor de convenci­miento por parte de quienes vieron en las elecciones una espléndida oportunidad para que los nacidos en la Nueva España alcanzaran una mayor participación en el gobierno del virreinato. No obstante, quiero señalar aquí algo sobre lo que no se ha puesto atención y es que esta labor pre-electoral no sólo corrió a cargo de sectores autonomistas o desafectos al régimen virreina!. También la realizaron los partidarios del sistema. Según registra el corregidor Gutiérrez del Mazo en su in­forme a los fiscales sobre lo ocurrido en la parroquia del Sagrario, en la junta que él presidió " ... se reunieron por escrito cuatrocientos noventa ·· y seis [votcsj a favor del Sr. Dr. Alcalá y Villaurrutia, Dr. Torres y Li, cenciado Matoso, v noventa y nueve de D. Luis Madrid, D. Gabriel Yermo, D. T omá,' T erán y D. Francisco Cortina".3

" Es más, Gutié­rrez dci Mazo, sin l1acer espavientos, habla de los votos que verbal­mente se" . .. daban a favor de uno y otro partido ... ", lo que demues­tra, amén de una clara división entre dos grupos, que por lo menos en . ésta, la más "española" de las parroquias capitalinas, ios peninsulares dieron la batalla a los americanos y por medio de las mismas armas.

Tanto como los r esultados de las elecciones las autoridades coloniales se preocuparon por las manifestaciones populares de desahogo Y de júbilo que se dieron durante el proceso electoral mismo, pero sobre todo <'.l saberse los nombres de los triunfadores. Para los habitantes de la ciudad de Mé.-xico esta oportunidad única, nunca antes tenida, de reu­nirse en juntas populares para manifestar abiertamente su opinió~ Y decidir quiénes debían ocuparse de la designación dei nuevo Cabildo se convirtió en un verdadero día de fiesta. Así, pues, dieron rienda suelta a sus sentimientos de alegría. Hasta en la Real Cárcel de Corte

ss Informe de Ramón Gutiérez dei Mazo México, 19 de diciembre de 1812, . en R. Alba, ed., La Constitución de 1812, t. ;, p. 239-241. Poco después, el 11 de enero de 1813, Gutiérrez del Mazo rectificaría las cifr as anteriores: 521 par~ los americanos y í5 para los europeos. Informe de Ramón Gutiérrez del. Ma~o al vmey Francisco Xavier Venegas, México, ll de enero de 1813, en AGN, H!St ona, vol. 447, cuad. 2, exp. 1 O, f. 3-5.

LA OPCIÓN LIBER'.L

se · percibieron sus efectos, ya que se notó en ella un alboroto ex­traordinario. 36

Son muchos los testimonios que se tienen sobre lo ocurrido. Sabe­mos que el entusiasmo de los numerosos ::tSistentes a la reunión cele­brada en las Casas Consistoriales, donde se efectuó el cotejo de las listas, al promulgarse los resultados los llevó a pedir con insistencia que hubiera repique de campanas. Por su parte, José Palacios Lanngorta, alcalde del cuartel número 9, declaró haber encontrado a un grupo numeroso de individuos que gritaba: "Vivan los criollos; mueran los gachupines". Asimismo declaró " ... que en varias partes gritaban las mismas voces de vivan los americanos y mueran los gachupines, y ade­mán vivan los autores del Pensador Mexicano y de ios Juguetillos".3

'

Seg{m certifcación de Julián Roldán, quien era auxiliar de la Junta de Seguridad y Buen Orden así como receptor de la Real Sala del Crimen, una muchedumbre, " ... dividida en distintas pandillas, vagando por la ciudad y barrios [iba J gritando vivan los electores, viva el Cura M ore los, vivan los insurgentes y mueran todos los carajas gachupines . .. ", sin po­derse saber quiénes eran los que la aconsejaban. Roldán notó que entre la gente plebeya había embozados algunos hombres decentes, " ... de donde quedé vivamente persuadido que la inocente multitud era sedu­cida por los muchos insurgentes que hay en esta capital". Por la noche, además de repicar las campanas de Catedral y de las otras iglesias de la ciudad, un grupo ele individuos se acercó a Palacio y pidió se le entre­

. garan los cañones que en él había para celebrar la ocasión con salvas ·: de artillería, pero no lo consiguiÓ.38

Los problemas para las autoridades se presentaron de manera más aguda, parece ser, en la parroquia de San Miguel, en donde " ... desde el principio se notó la confabulación con que procedió el mayor número de los feligreses de aquella parroquia, especialmente la gente plebeya, pues muchos traian apuntados los nombres de Bustamante y Padre Sar­torio ... ", según registró el presidente de su junta, Manue~ Francisco del Cerro. 39 Al finalizar las elecciones y saberse su resultado, varios de los asistentes a la junta parroquial insistieron con el presidente para que fuera en su coche a las casas de los electores y los condujera a la

_ 36 Véase AGN, lnfidencias, vol. 130, exp. 26, f. 64-65. 3 7 Declaración de Manuel Cortázar, México, 9 de diciembre de 1812, en AGN,

Hist~Yria, vol. 44 7, cuad. 5, f. 1 0·14 ; declaración de José Palacios Lanzagorta, Mé­xico, 3 de diciembre de 1812, en R. Alba, ed., La Constitución de 1812, t. u, p. 247-248.

38 Certificación de Julián Roldán, México, 17 de diciembre de 1812, en ibídem, t. n, p. 249-251. ." .•

39 Declaración de Manuel Francisco del Cerro, México, 9 de febrero de 1813, en . •b•aem, t. n, p. 251-252.

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parroquia para cantar en ella un Te Deum. Cerro se resistió, pero fi­nalmente lo hicieron sin su presencia.•o

Las rnaniÍestaciones de regocijo continuaron por ia noche, a la luz de los hachones, así corno al día siguiente, cuando se celebraron misas de acción de gracias con Te Deum en las distintas parroquias con asistencia de los electores. "Al salir de la del Sagrario D. Jacobo de Villaurrutia, que era uno de los nombrados en ella, el pueblo le quitó las mulas del coche y lo llevó estirando a su casa, en medio de los mayores aplausos : lo mismo hizo con el canónigo Alcalá, aunque los resistía". Por temor de que las cosas pudieran pasar a mayores, las tropas se mantuvieron acuarteladas y esa tarde el corregidor ordenó que todos se retiraran a .rus casas, lo que fue acatado de inmediato!1

.

Según los Guadalupes informaron a Morelos en su carta del 7 de diciembre de ese año, ocho días después de celebrarse las elecciones, éstas se llevaron a cabo en total orden y quietud, aunque por la noche, al terminarse, salió de la sala capitular " ... una inmensa multitud del pueblo con hachas y vítores a íelicitar a sus electores; algunos corrieron a las torres a repicar''. Sin embargo, los europeos, que según los Gua­dalupes no conocían hasta entonces la verdadera disposición de los ha­bitantes de la ciudad,

se confundieron en términos que todos se alarmaron y llenos de su naturalísima cobardía (pues el pueblo no dio indicios de otra cosa que de la alegría que causa un acto nunca visto), ocurrieron al go­bierno y comenzamos a intrigas los Yermos, los Batalleres, etcétera,? etcétera, etcétera, con sus acostumbrados engaños, no faltando los pesos, móvil inseparable de sus operaciones!2

La versión que Ra)IÓn tuvo de estos sucesos fue un tanto distinta .a la rendida por los Guadalupes a Morelos, no tanto por los hechos en sí sino por las intenciones que se les atribuían a sus autores. En e_l Pronc. tuario de causas de los insurgentes se registra una carta, sin fuma rtl ,

destinatario y fechada en México el 5 de diciembre, que contenía las siguientes e."<presiones: "Incomparables son los mqvirnientos de esta y nuestros resentimientos. Vea V. S. las elecciones hechas ei domingo ,

<O Véanse declaración de José María Galán, México, 11 de febrero de 181 ibidem, t. n, p . 252-253; declaración de José Miguel Gutiérrez, México, 4 de , . de 1813, en ibídem, t. n, p. 253-254; declaración de Manuel Villaverde, Me'?co, 12 de febrero de 1813, en ibidem, t. u, p. 254-255, y declaración de Rafael Perez, México, 12 de febrero de 1813, en ibidem, t. n, p. 256-257.

" L. Alamán, Historia de Méjico, t. !V, p. 290-291. . . , 42 Carta de "Los Guadalupes" a José María Moreios, México, 7 de dictemb~

de 181 2, en AGI, Indif~rrente General 110, cuad. 4, núm. 107, f. 4-5; UT, Garc: Collection, G. 346, Correspondrncia de los Guadaiupes, núm. 107, f. 12v-15v, Y • de la Torre, Los Guadalupes, p. 8.

LA OPCIÓN LIBERAL 145

pasado, ayer se anularon; vienen tropas de Puebla para pasamos a de­güello ; socérranos V. S.".43 A continuación se registra la que parece su contestación, dirigida por Rayón a Francisco Galicia y fechada en Tial-pujahua el 10 de diciembre, en la que le manifiesta que " .. . los movi-mientos de esa capital son expresivos de su patriotismo ... ", y que la Suprema Junta estaba pronta a protegerlos con sus armas. Que no se destruyeran edificios ni caudales y " ... sólo destronar a Venegas, los oidores y gachupines".«

Por e! diario de operaciones de Rayón sabemos que el 9 de diciem­bre recibió noticias sobre lo ocurrido durante las ele~ciones. Ese mismo día Rayón escribió una carta a José Sixto Verduzco, en la que además de enviarle copia de los documentos recibidos le explicaba que "los movimientos" a que en ellos se hacía reíerencia fuero~ causados por e1 desaire hecho a los electores. Le manifestaba que se habían forzado las puertas de Catedral para echar a repicar las campanas y que se intentó forzar las de Palacio, aunque sin éxito, para que se les entregaran los cañones " ... o se les tiraran con ellos". Se había proclamado a la Amé­rica, a la Junta, a sus ministros y se había gritado mueras a los gachu­pines, " . .. y por último dieron de mil modos las pruebas más decisivas de su convencimiento, de su entusiasmo y de s~ resolución; pero no pudieron acabar la obra por falta de armas". Rayón señalaba que el autor de una de las cartas era uno de los gobernadores de los indios de la capital, el que pedía el socorro de las armas americanas y

propone que acercándose se apersonará con su Gente al virrey pidién­dole armas para defender la capital, que si se las franquea, nos auxi­liará con ellas : que si se las niegan, se esforzará a tomarlas por fuerza; y que si por último no lo consigue se saldrá a reunir con nuestras tro­pas; que cuenta con catorce mil indios dentro de México y los más que juntará y prevendrá para cuando llegue el caso.

La propuesta era del agrado de Rayón y por ello señalaba a Verduzco la conveniencia de aprovechar semejante oportunidad. Sin embargo, no se llegó a nada, en gran parte por las dificultades que atravesaba Rayón

ese entonces.•5 En cuanto a Francisco Antonio Galicia, el gober­que Rayón señalaba como autor de la carta, no sólo había sido

.··.· de la parcialidad de San Juan sino que había resultado elector por la parroquia de Acatlán. Hay que mencionar aquí, a reserva

• 43 Carta del 5 de diciembre de 1812, en AH CESU, Prontuario de causas de los tnsurgentes, f. 126v. .. .._ Carta de Ignacio Rayón a Francisco Antonio Galicia, Tlalpujahua, 10 de

dtclembre de 1812, en ióidem, f. 127. +5 Carta de Ignacio Rayón a José Sixto Verduzco, Tlalpujahua, 9 de diciembre

1812, en J. E. Hernández y Dáva!os, Colección de documentos, t. rv, p. 681-682.

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146 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ,\LTERNO

de tratarlo más ampliamente después, que al tener las autoridades coloniales noticia de esta correspondencia, Galicia negó haberla mante­nido y no se llegó a probar de manera definitiva que él fuera su autor.

Volviendo a las elecciones, aunque no todo fue orden y quietud como señalaban los Guadalupes, la reacción de las autoridades . y de lo~ peninsulares ante el comportamiento de la población parece un tanto exagerada. Incluso alguno de los más acérrimos defensores del régimen colonial, como fray Diego Miguel Bringas y Encinas, llegó a reconocer poco después en su "Sermón Político-moral" que en los habitantes de la capital resaltaba más que en ningunos otros de la América " .. . la docilidad y la subordinación : la noche del 29 de noviembre es la prueba más sólida v brillan te de esta verdad ... " va que se"ún Bringas las

' ' ' ' o ' actividades " ... de uno u otro criminoso . .. " no fueron suficientes para levantarlos' 6

El verdadero problema para las autoridades superiores, por el que se cuestionó el procedimiento seguido en las elecciones, así como la con­ducta del pueblo, fue, obviamente, su resultado, ya que salieron electos " ... veinticinco americanos, todos honrados y del mejor modo de pen-sar .. . " , como le informaban los Guadaluoes a Morelos!7 Entre ellos se contó Dionisio Cano y Moctezuma, elect~r por la parroquia de Santo T omás la Palma, exgobernador de la parcialidad de San Juan, cacique natural y vecino de México, y cuyo nombre, como ya vimos, se incluía en la lista que de los Guadalupes enviara Morelos a Matamoros en octubre de ese año. También se encontró el licenciado Pedro Dionisia de Cárdenas, miembro del Ilustre y Real Colegio de Abogados, quien resultó elector por la parroquia de la Santa Veracruz y cuyo nombre asimismo se incluía en la lista de Morelos, en la que además se preci­saba qoue era agente fiscal de Real Hacienda. Igualmente se contó el licenciado Antonio Ignacio López Matoso, elector por la parroquia del Sagrario, español natural y vecino de la capital, miembro también del Co­legio de Abogados y señalado como Guadalupe, al que me referí al hablar de la causa seguida a Julián de Castillejos así como al tratar de ia conspiración de abril de 1811. Por último, encontramos al canónigo José María Alcalá, elector por el Sagrario. De los mencionados co~o en estrecha relación con los Guadalupes se halló el alcalde Jacobo de Villaurrutia, también elector por el Sagrario. Asimismo Francisco Arro­yave, elector por la parroquia de Santa Catarina Mártir, al que men-

4c Diego Miguel Bringas de Encinas "Sermón político-moral oredicado en Santo Domingo el 17 de enero de 1813", en 'ibídem, t. IV, p. 227. '

~• Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos México 7 de diciembre de 1812, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm: 107, f. '4-5; UT, García Collectión, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 107, f. 12v-15v, y E. de la Torre. Los Guadalupes, p. B.

LA OPCIÓN LIBERAL 147

cioné al hablar de Castillejos y quien a poco colaboraría en la evasión de Leona Vicario. Por último, encontramos a Francisco Antonio Galicia. elector por la parroquia de ~1\catlán, cacique mtural de :México y ex~

. , gobernador de San Juan, como Cano y Moctezuma. Vinculados también con !os Guadalupes, y quizá los electores más

famosos, o por lo menos discutidos, fueron los de la parroquia de San Miguel, ellicericiado Carlos María de Bustamante y el padre José 1\h­nuel Sartorio. A cau~a de sus ]uguetillos, Bustamante era conocido prác­ticamente por tpdos los capitalinos, si no como opositor declarado sí como crítico del régimen. Lo miEmo ocurría con Sartorio, aunque en menor escala, por su decidida oposición al bando del 25 de junio de 1812 contra la inmunidad eclesiástica. Además, por los papeles tomados a Felipe Lailson en el ~lonte de las Cruces, las autoridades estaban enteradas que Sartorio se escribía con algunos de los insurgentes. Por su parte, el doctor José Juiio García Torres, elector por el Sagrario, también se había mostrado públicamente como ooositor al bando contra la inmunidad eclesiástica. P~r último encontram~s a Juan de Dios Mar­tínez, elector por Santa Catarina Mártir, de quien se sabía estaba em­pa.rentado con el insurgente Julián Villagrán, puesto que su esposa era pnma hermana de éste. .

Si a lo anterior agregamos que en las elecciones participaron como organizadores y como presidentes de las juntas parroquiales los miem­bros del Cabildo capitalino, podemos entender la profunda preocupa­ción que causaron a las autoridades superiores. De los diecisiete presi­dentes de juntas parroquiales, once -incluidos Joaquín Caballero de los Olivos, José rvfaría Fagoaga y Francisco Maniau y Torquemada, aquel que Rayón consideraba un terrible intrigante- informaron que en sus juntas no había habido problemas en relación con la calidad de los votantes o la duplicidad de votos, o sea que avalaron plenamente el proceso electoral.

La Audiencia de México, en su Representación a las Cortes de no­viembre de 1813, señalaba con toda precisión cuál había sido para las autoridades el verdadero problema de estas elecciones : el que hubieran resultado electos únicamente arnelicanos.

Entre este plan y el que por disposición de la junta insurrecciona!. dirigió a las autoridades legítimas el teniente cura mariscal de camp~ D. José María Cos, proponiendo que los europeos resignen el mando, no hay otra diferencia, sino que los rebeldes lo proponían y pugnan por eJecutarlo: pero los de México lo han puesto ya en ejecución hasta donde pudieron ; ni V. M. dudará en qué personas recaerían todos los empleos civiles, militares y eclesiásticos, si hubiesen de ser provistos por los que confirieron aquellos cargos populares; pues bien

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148 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

claro está que partiéndolos entre sí los mismos facciosos, se apoderarían exclusivamente de las riendas del gobierno y de todo.48

Me queda claro que el problema de fondo para el régimen colonial no fue que los autonomistas de la capital llegaran a controlar su Cabildo. Esto no constituía ninguna novedad. Lo verdaderamente grave fue que las elecciones vinieran a demostrar de una manera tan contundente que, además, eran ellos los que en realidad controlaban el espacio urbano v no las autoridades coioniales.

4. La reacción del régimen

Lo ocurrido en la ciudad de México durante las elecciones cele­bradas el 29 de noviembre de 1812, por desagradable que haya sido para el régimen colonial, no dejó de resultar altamente revelador para sus autoridades superiores. Sólo hasta entonces, como bien señalaron los Guadalupes, aquéllas conocieron cuál era la verdadera disposición de los habitantes ele la ciudad y quiénes los individuos no sólo capa­ces de dirigirlos sino decididos a ello. Por otra parte, la libertad de imprenta también les había resultado de utilidad para conocer la ma­nera de pensar de quienes no eran sus incondicionales.

No obstante, resultaba claro que las autoridades superiores se habían visto seriamente afectadas al implantarse algunas de las disposiciones · que contenía la Constitución de Cádiz. Por un lado se había dado oca­sión no sólo a que se pusiera en tela de juicio el sistema de gobierno colonial hasta entonces vigente sino a que esto se hiciera por medio de las prensas. Por otro, se había dado ocasión a que la mayoría de los habitantes de la ciudad demostrara de manera abierta y declarada que prefería a Jos americanos que a Jos peninsulares para que representaran sus intereses dentro de las estructuras del gobierno. Por si esto fuera c poco, el régimen colonial novohispano se enfrentaba por entonces a una: situación en verdad crítica, ya que la violenta y extendida insurrección · armada que se daba en v~rias zonas del virreinato, y que alcanzaba en esos momentos su mayor fuerza, agotaba los recursos de que disponía: el régimen para combatirla. Además imposibilitaba la comunicación con vastas regiones novohispanas, así como la remisión al centro de toda clase de efectos, inclusive, claro está, de cualquier suma de dinero.

Agudizaban las preocupaciones del virrey y de la Audiencia las noticias que por entonces se recibían de las actividades militares insur-

48 Representación de la Audiencia de México a las Cortes, México, 18 d~ no­viembre de 1813, en E. del Castillo Negrete, México en el siglo XIX, apéndice al · t. VII, p. 390.

LA OPCIÓN LIBERAL 149

gentes, en particudar la toma de Oaxaca por Morelos. Temerosas de que descontentos e Í..'1Surgentes unieran sus esfuerzos en contra del ré­gimen, las autoridades decidieron actuar de inmediato y sin contempla­ciones. Convencidas de que había una estrecha relación entre la publi­cación, sin censura previa, de toda clase de escritos y el resultado de las elecciones, no vieron otro camino que la suspensión de estas dos nove­dades constituCionales para evitar se debilitase su poder en la capital de la Nueva España.

Se inició de inmediato una averiguación sobre las irregularidades que se habían dado en el proceso electoral y sobre los alborotos a que éste había dado lugar, averiguación que duraría hasta finales de marzo del año siguiente. En cierta forma se justificaban estas diligencias como una medida de carácter preventivo, ya que el conocer a fondo los "de­fectos" de que habían adolecido las primeras elecciones populares ser­viría para evitar que en las siguientes, como eran las de diputados a Cortes y las de diputaciones provinciales, se incurriera en faltas seme­jantes. Asimismo se iniciaron averiguaciones sobre algunos electores, en parti.cular sobre los que se tenían sospechas de simpatizar con la insur­gencia. Con ello se suspendió de hecho este proceso, puesto que mientras se cuestionaba su legalidad no se podía proceder a la designación del nuevo Ayuntamiento. Por su parte, el virrey se dispuso a proceder con­tra la libertad de imprenta. Me parece que esta decisión no se debió tanto a la índole o al contenido de los escritos que de hecho se impri­mieron durante su vigencia, sino fundamentalmente a que la libertad de imprenta había dado migen a la crítica, a la conte;tación -y a la impugnación escritas, a la disputa abierta y pública, al ejercicio coti­diano de la duda y el cuestionamiento. En eso radicaba para el régimen su verdadero peligro.

El motivo, o pretexto, inmediato lo dio la publicación del número 9 de El Pensador Mexicano de Fernández de Lizardi, aparecido el 3 de diciembre, día de San Francisco Xavier. En este número -como ya señalé al hablar de la libertad de imprenta-, después de felicitar al virrey, a quien dedicaba en esa fecha su periódico, Lizardi le solicitaba derogara el bando contra la inmunidad eclesiástica. Al día siguiente se reunieron, en Acuerdo extraordinario, el virrey y trece de los catorce ministros de la Audiencia, puesto que en esta ocasión no fue convocado Jacobo de Villaurrutia. Según Alamán, esto ocurrió porque ya no lo era desde que había sido nombrado oidor de la Audiencia de Sevilla, pero pienso que en tal decisión también influyeron sus conocidas inclina­ciones autonomistas y sobre todo el que hubiese resultado elector.

En el Acuerdo del día 4 se decidió suspender la libertad de impren­ta, " ... por el inminente peligro en que se halla este reino, y la funesta

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150 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

y temible variación que ha hecho en el espíritu público la libertad dec imprenta en el poco tiempo que lleva de establecida . .. ", en lo que fueron de uniforme parecer doce de los trece mmiStros asistentes. Se acordó asimismo que la Junta de Seguridad y Buen Orden procediese a recoger El Pensador Mexicano número 9, así como los dem~ impre­sos aparecidos durante las dos meses antericres, y que los que . de ello resultaren reos quedasen a disposición de un juez competente. Un· día -­después, el 5 de diciembre, Venegas mandó publicar un bando para implementar las disposiciones anteriores y mandó al presidente de la ,, Junta de Seguridad recogiese todos los impresos publicados en el lapso en que la libertad de imprenta estuvo en vigor, " ... para examinar lo que contengan [de] sedicioso, abusivo y perjudicial a la seguridad y buen orden público" ! 9

No sólo se recogieron estos impresos sino que, sin que éstos fueranc revisados por la Junta de Censura como estaba reglamentado, se mandó. detener a Fernández de Lizardi y a Bustamante, los autores de los im- . · presos más famosos y discutidcs. Ambos se ocultaron de inmediato.- y:.t, Bustarnante, temeroso de lo que pudiera ocurrirle por ser autor de ·]os ]uguetillos y por haber resultado elector, se decidió a pasarse a los ii1" ' . surgentes, por lo que salió de la ciudad el 13 de diciembre, dirigién-'· dose a Zacatlán, donde lo recibió el insurgente José Francisco Osorno;~Q

Lizardi, menos decidido o más confiado, se presentó ante las · des el 8 de diciembre. En su declaración de esa fecha manifestó se había ocultado porque al saber que su papel iba a ser recogido buscado a Bustamante para consultarle lo que debía hacer. Lo encontrado en casa de Villaurrutia y Bustamante le había dicho " ... estaba perdido, que se fugara inmediatamente, porque si lo daban garrote en una bartolina". Por ello se había escondido en tas casas, ayudado por varios individuos, a los que llegó a m<luutc~t~l';.

su intención de fugarse con los insurgentes, para lo cual dijo contar_ quinientos hombres que le proporcionaría un amigo suyo. Éste ser Juan Francisco de Olaeta, español de México y platero de . el que negó haber hecho tal ofrecimiento y declaró que sólo le comentado a Lizardi que en la capital había quinientos Fernández de Lizardi continuaría preso a pesar de los múltiples que dirigió a las autoridades para solicitar su libertad, en los

49 L. Atamán, Historia de .J..Jéjico, t. m, p. 294; Real Acuerdo ~~1'eu''~uv

México. 5 de diciembre de 1812, en G. García, Documentos, t. vr, p . 455, Y el Francis~o Xavier Vrnegas a la Junta de Seguridad y Buen Orden, México, diciembre de 1812, en'ibidcm, t. vr, p. 457.

so Carta de Carlos Maria de Bustamante a José María M·:Jrelos, en el Americano del Sur, 25 de marzo de 1813, núm. v, p. 38-39, y L. Alamán, de Méjico, t. m, p. 296.

LA OPCIÓN LIBERAL 151

defendía de todas las acusaciones, insistía en su fidelidad al regrmen y señalaba a otros más culpables que él que no estaban en prisión. Final­mente, por parecer del auditor Melchor de Foncerrada de que no ha­bía habido delito en su intención, se le dejó en libertad el 7 de julio

. de 1813.51

El día de su santo había sido especialmente difícil para Venegas. ·No sólo recibió ' las felicitaciones de El Pensador M ex1:cano sino tam­bién las de los electores recién nombrados, los que con ese fin enviaron una diputación a Palacio. El virrey recibió de mal grado esa visita y más que el encargado de hacer uso de la palabra fuera el padre Sar­torio. Así pues, trató de manera harto descortés a los electores que lo visitaron, a los que apenas se dignó darles las gracias. Bustamante nos dice que ese día " . .. las boca-calles estaban tomadas por los cajerillos . ~arián armudos y a punto de romper ... " y que además se prohibió medran te cartelones las reuniones de varias personas en las calles. 52

Dos días después, el 5 de diciembre, se emitió un bando por el que se prohibía tocar las campanas sin tener orden para ello, así como formar grupos de personas, los que serían disueltos.53

Los temores de las autoridades de que ocurriera alguna conmoción eran del todo gratuitos. Fueron varias las denuncias recibidas sobre

existencia de planes para derrocar al virrey y acabar con los europeos. de estas denuncias fue la del capitán José María Falces, aquel que amigo del marqués de Rayas y que declarara en su contra a prin­de 1809. Falces informó el 5 de diciembre que la noche anterior

. entró en un zaguán de la Alcaicería próximo a la salida de la calle de. San Francisco a hacer una diligencia menor, y en el mismo momento percibió ruido de dos personas que empezaron a hablar, diciendo el uno: hermano, que hay de citas, a que contestó el otro: no son como

~u e se hi?ieron cuando Ferrer, pues el plan caminaba con más sigilo y ac1ert~, y este era formado por un abogado que suponían ausente de esta capital, en que se hallaba : Que el cardjo del virrey saldría en un burro como l_o había verificado el relacionado Licdo. Ferrer y que ei E~o. Sor. vrrrey con los pendejos alcaldes de la Junta morirían igno­rrumosamente. Que ya estaban 'de acuerdo dos barrios sin especificar cuáles son éstos. Que el que habla, cansado ya de estar de piernas abier-

01 Declaració~ de J osé Joaquín Fernández de Lizardi, México, 8 de diciembre de en G. Gru-::1~, Documentos, t. VI, p . 461-462; declaración de José Gabriel Gil,

9 de dJctemhre de 1812, en ibídem, t. VI, p. 464; declaración de Juan Olaeta, México, 9 de diciembre de 1812, en ibidem, t . v1, p. 468, y parecer

.Melchor de Foncerrada, México, 25 de junio de 1Sl3, en ibidem, t. VI,

: C. M. de Bustamante, Cuadro Histórico, t. n, p. 226·227. Gaceta de México del 8 de diciembre de 1812, núm. 328, p. 1292- !293.

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152 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

tas y de otra acción molesta, arrastró un poco el pie, con cuyo ademán ¡0

sintieron, le gritaron: quién está allí, y contestó: Gente de paz.

Falces también informó que quienes así hablaban er~n dos clértos, y que el abogado al que se referían e~a Bernardo González An~lo . .

Independientemente de la veraCidad o ~alseda~ de sus af~rmacwnes, me interesa la declaración de Falces por vanos motivos. En pnmer l~ga:, por su antigua relación con el marqués de Rayas. En segundo term1" no, por la reíerencia que hacía a que .el p~an para derrocar y dar muerte

1 autoridades coloniales estaba vmcuiado de alguna manera con la a as l l 'b ' conspiración de agosto de 1811. Por último, porque e. p an se atn ma a G~nzález Anguio, sospechoso al régimen por haber s1do el autor. de la representación que firmaran numerosos clérigos en prote.sta por el.~~do del 25 de junio de 1812 en que se atacaba la 1nmumdaa ~cles1astt~a.

Otra denuncia presentada el mismo día fue la del relojero penm-

sular Juan de Dios Núñez, quien declaró

Que transitando la noche del día citado [30 de noviembre de 1812} · por la pulquería de los Pelos, observó que 7 hombres est~ban contes­tando y advirtió el que decían que aunque las tropas estaban acuarte-· ladas y todas sobre las armas el golpe se había de d~r, y que ~unque perecieran 20 o 25 000 de los suy?s se ha?ían de salir con su 1d~a ,de no dejar un europeo, lo que le h1zo refleJar al que ?abla Y arnman7 dose a la pared en ademán de hacer aguas para mas :n.terarse. Que después otro de los 7 dijo, pues ~l Batalló~ de la Amenca, Y a e:to · respondió otro: que los soldados áel comerciO eran tan soldados como .. ellos y que de éstos tenían la mayor parte a su favor.

Núñez también precisó que uno de ellos le preguntó qué hacía allí, P~~ ro que se fue, pero que pudo percatarse de que eran per~onas decentes.: ..

Estas dos denuncias venían a confirmar y a amphar una . escu~ta información recibida por ei virrey el día anterior, relativa a que su. vtd.a corría peligro y que le enviara un tal Francisco Rodrigo. Llam~do declarar Rodrigo, que era amigo o conocido de Venegas, dec~aro el 3 de diciembre por la noche iban por la calle de ~anto Dormn~o hombres embozados," . .. y el uno le dijo ai otro: m1entras no un•c•u '""' ·

d. h d , 56 a Venegas de enme 10 no aremos na a . No he encontrado qué se siguió de todo esto. Al parecer las.

no pasaron a más. Pero lo que me resulta evidente es que la

54 Declaración de José María Falces, México, 5 de diciembre de !812, en

Hisioria vol. 447 , exp. 4, f. 19-19v. . . d 181 55 Declaración de Juan de Dios Núñez, México, 5 de d!clembre e ,

ibidem, vol. 44 7, exp. 4, f. 20v-2l. . . . 4 de 56 Francisco Rodrigo al virrey Franc1sco Xav1er Venegas, MéXIco,

bre de 1812, en ibídem, vol. 447, exp. 4, f. 23.

LA OPCIÓN LIBERAL 153

era un hervidero de todo tipo de comentarios, supostclOnes y rumores. Uno de ellos, tomado en consideración por las autoridades, fue el de que los pueblos circunvecinos habían sido convocados para entrar en la capital a celebrar las elecciones. Así lo hace ver el oficio que José Yáñez, comisionado por el virrey para instruir expedientes sobre-lo acae­cido en ellas, remitiera al flamante elector Jacóbo de Villaurrutia." La respuesta de éste fue en sentido negativo, manifestando su sorpresa ante tal especie y añadiendo que también lo habían sorprendido las demostraciones de alegría que se habían observado en México el 29 y

30 de noviembre.58 Algo semejante se terrúó para cuando los elector~s designaran a los integrantes del nuevo Cabildo. En el interrogatorio hecho a Fernández de Lizardi el 8 de diciembre de ese año, se le pre­guntó si había oído que se " . .. hubiesen confabulado algunos Regi­mientos y convocado los pueblos vecinos ... " para dicha ocasión. 5 9 Mier

reproduce en sus i\1emorias parte de una carta, fechada el 15 de diciem­bre siguiente, cuyo autor era un "europeo magistrado de México" -quien según fray Servando era un hombre de juicio--, en la que se hablaba de la situación de la capital: "Estamos encerrados y ce~cados en esta ciudad sin arbitrio para salir de las garitas, en continua zozobra de que llegue el momento de una conmoción popular que inunde en sangre las calles de esta hermosa ciudad, careciendo de alimentos y ama­gados de peste" ."0

En cuanto a los planes de los electores, por los Guadalupes sabemos que lo que pretendían era nombrar para el Ayuntamiento únicamente

americanos, lo que debía ocurrir ya por esos días " ... si logramos uu•c~LJLu.:> planes, para lo cual hemos trabajado sin perder un momento".61

obstante, el virrey estaba perfectamente enterado de cuáles eran las )nten<:l.,Dllf!S que abrigaban los electores y se hallaba del todo decidido

impedir las llevaran a cabo. A poco se comenzó a proceder contra algunos de ellos. Se detuvo a Juan de Dios Martínez, acusado de estar

correspondencia con su pariente político, el insurgente Julián Villa­En cuanto a Jacobo de Villaurrutia se le obligó de inmediato a

57 José Yáñez a Jacobo de Villaurrutia, México 9 de diciembre de 1812 en vol. 447, exp. 4, f. 41-41v. . ' '

58 Jacobo de Villaurrutia a José Yáñez México 9 de diciembre de 1812, ibídem, vol. 447, exp. 4, f. 42-42v. ' ' 59 Declaración de José Joaquín Femández de Lizardi México, 8 de diciembre

1812, en G. García, Documentos, t. vr, p. 462. ' 00 L. Alamán, Historia de Méjico, t. m, p. 295, y S. T. de Mier, Historia de

Revolución, t. u, p. 99. 61 Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos México 7 de diciembre 1812, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm.' 107, f. 4-5; UT, Garda

G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 107, f. 12v-15v, y E. Torre, Los Guadalupes, p. 8.

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154 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

abandonar la ciudad en un convoy que se düigía a Verac~~z, desde donde debía proceder hacia la península para tomar poseswn de su cargo de oidor en Sevilla. Y ya vimos lo que pasó con ~ustamante.

Martínez sería puesto en libertad porque no se logro probarle n~d.a y por haber demostrado que los insurgent~ le hab~an causado pe:jur­cios. Tiempo después las :lUtoridades colomales sup1eron .que Martmez había comunicado a José María Villagrán que en .la cap1t~l . ya no go­bernaba el virrev " ... sino una junta de doce reg1dores cn oJlos que se han establecido 'para que éstos parlamenten con todos los jefes ameri­canos a fin de establecer la oaz", junta de la que formaba parte Mar-tínez, noticia que había celebrado con una salva de cañonazos."2

A pesar de que los Guadalupes, al igual que muchos de los capita­linos estaban bien enterados de las disposiciones gubernamentales, como se p~ede ver por la -carta que el 7 de diciembr~ dirigieron a Mo:elos, se hallaban también convencidos de que las autondadcs no detendnan por mucho tiempo la conclusión del proceso electoral. Su carta no revela preocupación en este sentido. Es más, en ella se ocupaban de otros ~sun­tos que eran también importantes, como pregunt~rle a Morelos Sl con la toma de Oaxaca había conseguido una buena 1mprenta p~ra enton­ces suspender Jos trabajos que en ese sentido. reali:aban, o mformarle de las maldades que cometía el insurgente M1guel ::,erra~o y de q~e el pulque entraba de nuevo en la capital, por Jo que sena converuentc estorbar su introducción.""

Mientras tanto, las averiguaciones sobre lo sucedido dura~te las elecciones siguieron adelante. Los fiscales solicitar.on ~ los pres1de~tes de las juntas parroquiales que informaran por esCI;to. s1 :n ellas ~a~1an votado personas que no debían hacerlo y si hab1a nab1~o duplic:dad de votos. Estos informes fueron enviados por el Ayuntamiento al v1rrey el 18 de diciembre y, como ya señalé, once de ellos avalaron. ~1 proceso electoral. No obstante, Venegas no parecía dispuesto a perm1ti~ que los. electores cumplieran su función. Los días pasaban , y se termmaba ;I plazo señalado para la elección del nuevo Ayuntamiento, la que debta efectuarse en un día festivo durante el mes de diciembre. El 27 de ese mes los electores enviaron un oficio al intendente Gutiérrez del ~.azo en el que le recordaban que habían " ... adqt:irido un derecho leg~tlffiO e incontestable a elegir, a nombre del pueblo, el nuevo Ayuntamiento

"" Oficio de José María Villagrán a Pascual Escarpio, Huichapan, 5 d e d~ie~~­bre de 1812, en AH CESU, Prontuario de causas de los insurgentes, f. 275 Y · · de Bustamante, Martirolo gio, p. 30, • , _ ¿· . · bre .

< 3 "'arta de "Los Guadal emes" a José :tvfaría Morelos, Me,uco, 1 de 1~1em ,. '"' • ' 7 f 4 • . UT Gama -de 1812 en AGT Indiferente General 110, cuad. 4, num. 10 , · . · J , ' E

Collecti;n, G. 34G, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 107, f. 12v-15v, Y · de la T orre, Los Guadalupes, p, 8.

LA OPC IÓN LIBERAL 155

de esta capital. . . ", y le solicitaban se diera cumplimiento a tal elec­ción al día siguiente, 28 de diciembre."' Guriérrez del Mazo lo pasó a Venegas y éste, a su vez, a los fiscales para que le dieran su parecer; y mientras tanto ordenó al intendente que suspendiera el nombra­miento.""

.AJ día siguiente el virrey dispuso que como las elecciones podían di latarse, continuase en funciones e! antiguo Ayuntamiento, lo que pro­vocó la protesta de sus miembros por " ... su triste si tuación". Alega­ban que no podían n.i debían permanecer en " .. . unos puestos que nos niega la ley fundamental del estado y el voto general del pueblo . .. ", por lo que le pedían se eligiera de inmediato al nuevo Cabildo capi­talino, asunto en su opinión muy importante y quizá " ... el de más grave trascendencia que puede ocurrir en el reino".66 Sin embargo, no se les concedió lo que solicitaban. También los electores se encontraban inquietos y el 3 de enero insistieron una vez más con el intendente soli­citándole diera respuesta a su anterior oficio."' Los electores corrieron la misma suerte que los miembros del Ayuntamiento. El intendente pasó su oficio a los fiscales y éstos opinaron que les respondiera " ... que a su tiempo se les comunicaría la determinación". Mientras tanto, debía pedirse a los presidentes de las juntas parroquiales que informaran si los sitios donde éstas se habían llevado a cabo habían contado con las suficientes comodidades -bancas, toldos, mesas, etcétera- para que en ellas estuviera permanentemente la mayoría de los votantes. Asimismo debían revisarse las papeletas recogidas en el Sagrario, San Miguel y San Pablo, además de que los curas de la capital informaran del número

~ José Maria Alcalá, José Manuel Sartorio, José Julio García de Torres, José Mana Torres, Juan de Dios Alanís, José García de Villalobos, José Mariano de Leca, Marcos de Cárdenas Dionisio Cano y Moctezuma Mariano Orell<fna Luciano Castorena, Juan de Dios 'Martínez, Francisco Arroyav~ José Bias de las' Fuentes J . N ' ,

ose orzagaray, Francisco Antonio Galicia, conde de Xala, Antonio Ignacio López Matoso, José de Fcrradas, José Antonio de Mendoza, Pedro Dionisio de Cárdenas Y Manuel Victorio T ejo a Ramón Gutiérrez del Mazo México 27 de diciembre de 1812, en R. Alba, ed., La Constitución de 1812, t. r,' p. 244-245.

65 El virrey Francisco Xavier Venegas a Ramón Gutiérrez del Mazo México,

27 de diciembre de 1812, en ibidem, t. 1, p. 245. ' 6

~ .El Ayuntamiento de México al virrey Francisco Xavier Venegas, México, 29 de d1oembre de 1812, en ]. E. Hernández y Dávalos, Colección de documentos, t. IV, p. 839-840.

61 José ~aría Alcalá, Ignacio María Sánchez Hidalgo, José Julio García de

Torres, Antoruo Ignacio López Matoso, J osé de Ferrada.s, Manuel Victorio Tejo, J~é García de Villalobos, José Bias de las Fuente-s, Luciano Castorena, Juan de Dws Alanís. Marcos Cárdenas, Pedro Dionisio de Cárdenas, J osé Mariano de Leca, con~e de Xala, José Maria Torres, Mariano Orellana, Francisco Antonio Galicia, ]ose d.e Norzagaray, Francisco Arroyave, José Antonio de Mendoza y José Manuel Sartono, a Ramón Gutiérez del Mazo, México, 3 de enero de 1813, en R. Alba, ed., La Constitución de 1812, t. r, p, 246.

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L\ OPCIÓN LIBERAL 157 156 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

de sus feligreses."8 Tantas dilaciories, y tantas diligencias, · incomodarían bas. En la ~erti:icación d~ Julián .Roldán del 7 de diciembre, a la que grandemente ai Ayuntamiento y a los electores y contribuirían a hacer y_a me refen al nabl~r .de la~ el.eccwnes, se daba noticia de la gTan can-más tensas sus relaciones con Venegas. También molestarían a muchos tidad de causas de mhdenCia formadas en la capital, así como de aue de los capitalinos, en particular a los autonomistas, lo que haría aumen- todo cuanto el gobierno disponía era comunicado de inmediato a ·los tar su descontento con el virrey. imurgentes por sus numerosos partidarios,

Mientras tanto llegó a su fin el año de 1812, sin haberse elegido al Ayuntamiento constitucional de la ciudad de México. En lugar de pro- siendo de entender que estas correspondencias se han sabido ya por ceder a ello Venegas se ocupó de tornar varías disposiciones para ase- los I~terce~tados c~rreos Y ya por los reos que se han aprehendido, con

9 d. . b la diferencia que 10s autores de unas cartas se ha sabido quiénes son.

gurar el orden y el control dentro de la capital. El 2 de 1c1em re t d -. ~n es e que usasen una clave con que en la presente se manejan los nombró a Calleja su gobernador militar, así como teniente coronel de msurgentes de esta capital, como es la de al se1í or Don Número Uno los Voluntarios de Fernando VII. Poco después, el 7 de enero, sustituyó aJ señor Don Número dos, tres, cuatro y demás siguientes.'" '

a la Junta de Seguridad y Buen Orden por una junta militar para f las causas de infidencia, la que debía estar en contacto con juntas pro- { • Hay que recordar aquí que entre las cartas quitadas a Felipe Lailscn vinciales semejantes a ella, para así ejercer un control más efectivo, Y . ~ ·, , a fmes de mayo de 1812 en el Monte de las Cruces había una diri-qúe integrarían siete jefes del ejército bajo la presidencia de Calleja. i gida "al Caballero Número Primero", en la que se habla de un "Nú-Desde que regresara a la capital, después del sitio de Cuautla, Y que L. n:ero 7" . También sabemos que Rayón, Morelos y Matamoros reci-renunciara al mando del ejército, este jeíe realista había organizado en t,::. ~teron cartas del "Número 12", integTante de los Guadalupes. Por úl-su residencia, en la calle de San Francisco, " ... una especie de corte, timo, en .l.a c~~sa seguida a Leona Vicario a principios de 1813 hay no menos frecuentada que la del virrey y asistían de continuo a su una certtficacwn del propio Roldán que hace referencia a un "don tertulia todos los descontentos del gobierno, cuyas operaciones se censu- número dos" Y a un "número tres" .

01 Parece ser, pues, que todas esas

raban en ella con acritud ... ", según nos dice Alamán. Asimismo re- cart~ a que se refería Julián Roldán, - y que no he localizado-- fueron gistra este autor que hasta la Regencia de Cádiz llegaban las críticas a remttidas por los Guadalupes. Venegas y las leas a Calleja. La rivalidad entre ellos " ... era cada día También por el mes de diciembre se supo por Vicente Chávez sol-más conocida, y cuando ésta parecía estar en el más alto punto, . ~ado del batallón p~ovincia.l de Guanajuato que había sido hech; pri-repentinamente y sin otro antecedente ... " el virrey lo había no~brado - swnero por una partida de rnsurgentes y llevado a la Villa del Carbón gobernador militar. Por las noticias que los Guadalupes comumcaron ---"~+J<'4'-'- don.de se encontraba Francisco Lorenzo de Velasco, " . . . que desde est~ a M orelos, cosa de un mes después, vemos a qué punto había llegado cap.Ital provee a los insurgentes de armas un paisano llamado don An-esta rivalidad,' puesto que incluso llegq a correr por la ciudad el rumor to~o , cuyo a~ellido se ignora, y vive en la calle cerrada de Jesús" . de que los peninsulares querían quitar el mando a Venegas para dárselo Chave~ declaro que la persona que conducía las cartas que de la capital a Calleja. Es muy posible que, además de por sus dotes militares, el se e~VIaban, para Ve!asco Y para Rayón vivía en la calle de T enexpan, virrey le haya dado este nombramiento para acallar los rumores Y pa~a Y d.aba ~e el sus señas particulares.'

2

Este correo, que se llamaba Ger-zanjar las divisiones entre ellos o, por lo menos, para tener a Callep vasto Pena, fue detenido el 3 de enero de 1813 en la Lagunilla. Declaró bajo su inmediato control.69 • • e~~onces haber conducido cartas a Querétaro del alférez Pascual Oren-

No sólo preocupaba al virrey mantener el orden dentro de la cmdad da!~ para José Miguel .Gallardo. Al no encontrar a éste en Querétaro de México; también le inquietaba la vinculación que existía entre al- habm pasado a 11alpujahua, de donde trajo cartas para Orendáin y

gunos capitalinos y los insurgentes, de la que cada día tenía más prue­

Gs Ambrosio Sagarzurrieta, Francisco Robledo y Ramón Osés al virrey Francisco Xavier Venegas, México. 6 de enero de 1813, en ibídem, t. I , p. 246-250.

<m L. Alarnán, Historia de Méjico, t. n, p. 548, y t . 111, p. 375, Y carta de "Los Guadalupes" a J osé María Morelos, México, 7 de diciembre de 1812, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 107, f. 4-5; UT, Garda Collection, G. 346, Cof'respondencia de los Guadalupes, núm. 107, f . 12v-15v, y E. de la Torre, Los

Guadalupes, p. 10.

7° Certificació~ de Ju!ián Roldán, México, 17 de diciembre de 1813, en R. Alba, ed., La Constztuczon de 1812, t. 1, p. 250.

D n Certificación de Julián Roldán, México, 24 de marzo de 1813 en G. García

ocumentOJ, t. v, p. 32-33. ' ' ":.Oficio del virrey Francisco Xavier Venegas a Miguel Bataller México 19

de dtctem~:e de 18.12, en AGN, Infidencias, vol. 23, núm. 2, exp. 3, cu~d . 3, f. i.Jv, Y ,declaraczon de VIcente Chávez, Tula, 25 de noviembre de 1812 en ibidem, vol. 23, num. 2, exp. 3, cuad. 3, f. 2v.

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158 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

para un individuo llamado. Tcodoro Lcguízarno. Peña declaró también no conocer al tal don Antonio -del que no sé más-- que proporcio­naba armas a los insurgentes, pero ofreció su ayuda para aprehender a los principales correos de Rayón, de los cuales dijo que llegarían cerca de ocho. José Miguel Gallardo, aquel que tornara parte en la conspi­ración de abril de 18 11 , y su mujer Gertrudis del Castillo, estaban en continua relación con el grupo de Rayón. Teodoro Leguízamo resultó ser José Sánchez Carmona, español natural de México y profesor de cirugía. Declaró que dos de sus hijos se habían unido a la insurgencia, aunque uno de ellos ya se había indultado, y reconoció una de las car-

tas como de su hijo.' 3

Por el Prontuario de causas de los insurgentes, sabemos que Juan Bautista Raz y Guzmán, bajo ei seudónimo de "El Número 12", man­tenía por entonces correspondencia con Rayón y con el canónigo Ve­lasco. A principios de diciembre envió a Tlalpujahua un expediente sobre las elecciones y comunicó que la esposa de Murphy " ... lleva todos nuestros papeles interesantes . .. ", así como que Villaurrutia había salido desterrado.74 A Velasco dio aviso, además, de recibir abiertos los papeles que le enviaban, de que había sido descubierta la compra de unos fusiles y de haber enviado " ... nuestros papeles a Londres"."' Aparece también un tal "X" corno corresponsal del grupo de Rayón, el que servía de enlace con "El Número 12" y quien comunicaba no­ticias sobre el elector Martínez y sobre la extracción de armas de la

capital.76

El propio diario de operaciones de Rayón registra que no sólo se . recibían carta~ de la ciudad de México sino que se daba acogida a personas emigradas de ella, como ocurrió el 4 y el 14 de enero de 18H.n Por otra parte, se registra en el diario que el día 6 de ese mes se reci-

bió correspondencia de la capital,

en que vienen notlClas muy interesantes; que Veracruz, acosada del hambre, peste y balas dei Sr. Morelos, ha capitulado ; que Águila fue des­truido y con sólo 160 hombres entró a Puebla; que una división enemiga,

13 Declaración de Gervasio Peña, Méocico, 3 de enero de 1813, en ibídem, vol. 23, núm. 2, exp. 3, cuad. 3, f. 4-5v, y declaración de José Sánchez Carmona, México, 4 de enero de 1813, en ibidem, vol. 23, núm. 2, exp. 3, cuad. 3, f. 13-16v. ,

74 AH CESU, Prontuario de causas de los insurgentes, f. 127. 7

;; Carta de "El número 12" a Francisco Lorenzo de V e1asco, 28 de diciembre

de 1812. en ibídem, f. 127. 76 Carta de "X", 28 de diciembre de 1812, en ibidem, f. 127v, y otra carta de

"X", 30 de diciembre de 1812, en ibídem, f. 127v. 7~ A los emigrados a Tlalpujahua hacen referencia dos documentos registrada&

en el Prontuario de causas de los insurgentes (Carta de "Uritames" a Ignacio Rayón, 4 de enero de 1813, en ibidem, f. 127v, y carta de Ignacio Oyarzábal , 16 de enero

de 1813, en ibídem, f. 128) .

LA OPCIÓN LIBERAL 159

después ~: a.cabar con los gachupines que iban en ella se reunió a nu~tro ejercito; que la opresión continúa en aquella ca~ital hasta un g:ra o ~spa~toso; Y. que sin desistir los déspotas de su sis tema sanguina­r.o, ca a dia vomitan medidas destructoras.

Para. e~ 23 de ese mes. se registra también en el diario que se volvió a. rec1.b1r

1correspo. ndenoa de México, así como dos r ·1 -" ust es de marca y

OOS piStO as particulares, además de " ... la not¡'ct'a d l ' r '

V . . e que e mrernal

enegas trata de irse para España".'s E~ :u y probable , que la ~orrespondencia recibida el 6 de enero

~~: ~i .,. upo de Rayan se rehera, entre otras, a la carta fechada en exi~o. ~1 3 de ese m~ y .que firmada por Francisco Antonio Galicia

fue dingida. _a aquel Jefe l~s~rgente. En eila, además de agradecerle su contestacwn del 10 de mctembre anterior, su autor le manifestaba

d~ crece tanto. el movimiento patriótico, de esta Nobilísima Ciu-, que no cabiendo en el corto buque dei corazón de sus habitantes

se expresa~ en unos términos que hasta ahora no habían usado. Ante~ er'abnl. amencanos vergonzantes, en el día quasi hacen erala de parecerlos pu ICOS. o

~e ¡?formaba también que sus habitantes seguían inquietos por las

le eccwnes ~el nuevo Ayuntamiento ya que el virrey la Audiencia. y os crachupmes h b' d d' ' "'

1 , se a ran. e 1cado a entorpecerlas porque sabían que

no resu tarta nombrado nmguno de ellos " t -¡ ' · · · Y en es o no se enganan pu~s os electores están resueltos a que así se verifique". Por último, l; :~tsaba qu~ los el~ctores habían pedido al intendente fijara la fecha did que debtan elegtr a.l nuevo Ayuntamiento y que el virrey había deci-

0 quedara en funciOnes el antiguo, aunque sus miembros se habían opuesto a ell D 1 · b 0 · e cua qmer manera, los partidarios de Ravón confia-

an en ,la promesa de éste, hecha a nombre de la Junta .de que los protegena con sus armas, '

pues to~da ~ue~t.ra ansia es sacudir el tirano yugo, que ya nos priva aun 1~ la "espir~cion. Para ello nos hallamos en la resolución de quedar I . res. o monr e~ la demanda. Éste es el espíritu que anima a todos

mis hiJOS, y que mflama a todos los habitantes de esta ciudad.

Tanto los barrios que , 1 · hallab . . . ~o~poman a capttal como los pueblos que se ,1

, .an baJO la JUnsdiccion del autor de la carta esperaban según e umcamente q R ' - 1 , ' ' ue ayon sena ara el d!a para que entraran en la capi-

78 Diario de de Ignacio Rayón, 4, 6, 14 Y 25 de enero de 1813, , Colección de documentos, t. v, p. 630-G31.

11

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160 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

tal las tropas americanas y " . . ·.demos nosotros el griw" .79

En cuanto a las otras noticias registradas por el diario de operaciones como reci­bidas de la ciudad de México d día 6 de enero, una copia enviada por Rayón a Verduzco le fue quitada a este último en Puruándiro en abril de 1813. No lleva destinatario ni remitente, pero es un escrito seme­jante a los enviados por los Guadalupes a Moreios en distintas ocasio­nes, una especie de diario en borrador.

80

El 16 de enero Rayón envió a Morelos copia de la carta firmada por Galicia, señalando que debía retrasarse el nombrar al quinto vocal de la Junta, asunto del que se ocupaban desde hacía tiempo, para poder aprovechar el entusiasmo y la disposición de los mexicanos, que eran cada vez mayores. Su docilidad al somete:r.:e " ... al legítimo gobierno americano y la viveza con que imploran que los sostengan en los movi­mientos interiores a que están dispuestos, parece que exigen imperio­samente no dilatar nuestra aproximación". Sobre todo porque asi no se daría oportunidad a Calleja de consolidar las fortificaciones que planeaba ni que prosiguiera con la leva tan rigurosa que por entonces llevaba a cabo en la capital_81. Al igual que en el caso de la carta que recibiera Rayón a principios de diciembre anterior, cuando las auto­ridades tuvieron conocimiento de esta correspondencia, Galicia negó ser el autor, a pesar de que estaba firmada con su nombre, y no se demostró plenamente que la hubiera escrito.

Unos cuantos días después de que Rayón enviara esta carta a Mo-:- · reios, el 20 de enero, los Guadalupes remitieron a este jefe insurgente una muy extensa e interesante carta que düiere un tanto de la atribuida-' a Galicia en lo que se refiere a la actitud y al comportamiento de los\ . capitalinos, pero que tiene con ella ciertos puntos de coincidencia. Por~·;; su contenido, ya que es una especie de relación cronológica de lo ocu~ '' •. rrido en la ciudad de México desde principios del mes anterior, pode;./: mos darnos cuenta de que los Guadalupes no habían escrito a Morelos:::'~ desde el 7 de diciembre, o sea cosa de más de un mes. En ella le infor- / maban que los electores no habían tenido éxito en sus gestiones para._, designar al nuevo k,mntamiento y que Venegas había obligado al antV: guo Cabildo a seguir en funciones a pesar de las protestas de sus miem-'~ ' bros. También le haCían saber que se había procesado a varios de los · electores, ..

79 Carta de Francisco Antonio Galicia a Ignacio Rayón, México, 3 de enero-1813, ibidem, t . IV, p. 821. El original se encuentra en la causa seguida a por infidencia, AGN, Infidencias, vol. 64.

so "Noticias", copia certificada por José Ignacio de Oyarzábal, Tlalpujahua, 16 de enero de 1813, en ibidem, vol. 64. cuad. 1, f. 23-23v.

31 Carta rie Ignacio Rayón a José Maria Morelos, Tlalpujahua, 16 de de 1813, en J. E. Hernández y Dávalos, Colección de documentos, t. IV, p. 821.

LA OPCIÓN LIBERAL 161

haciéndolos cabezas de la gran revolución de México del 29 y 30 de noviembre de 812, que así. llaman a las más sinceras demostraciones de alegría que los americanos tuvimos por el primer acto de nuestra libertad; que de tan horrenda mentira no hay quien no se escandalice.

Villaurrutia había sido enviado a Puebla, Martínez procesado por co­rresponderse con los insurgentes y Bustamante, aunque fugado, seguía siendo objeto de persecución por sus ]uguetillos. Los demás electores se hallaban temerosos de ser desterrados o aprehendidos, " . . . porque los gachupines hasta ese día de las elecciones no conocieron que los ameri­canos saben sus derechos y les sobra entereza para sostenerlos siempre que se les presente coyuntura". Lo anterior había provocado que en su rabia y desesperación tomaran las medidas más descabelladas; pero esto, a la postre, resultaba beneficioso, " ... porque nuestro partido crece al paso que ellos aprietan". Asimismo le informaban del nombramiento de Calleja como gobernador militar y de que su plan era incorporar a las filas realistas a todos los varones de 18 a 60 años y hacer venir a José de la Cruz a la capital " . .. para que unido con Calleja disponga las expediciones y registro de México ... ", así como reunir tropas en Gua­dala jara y en Puebla.

Por otra parte, los Guadalupes le comunicaban a Morelos algo bien interesante, referente a que entre los europeos se había corrido la voz de que querían quitar el mando a Venegas y dárselo a Calleja y que éste había recibido ya los despachos. Lo anterior les preocupaba porque con ello se verían más oprimidos, ya que " . .. en maldad, habilidad, conocimientos e influjo aventaja Calleja a Venegas". Sin embargo, podría ocurrir que, ya fuera por estas cualidades, ya porque deseara hacer lo contrario a su antecesor, Calleja fuera " ... accesible a una composición". En todo caso, cuando ocurriera el cambio se lo comu­~:;.~-~--, puesto que Morelos sabría sin duda aprovechar las circuns­

y más adelante volvían sobre este asunto, al informarle de la noticia que les había comunicado "Un sujeto de carácter, de conocido talento y que ha corrido mundo ... ", -del que no dicen quién era-, el que a su vez la había sabido de dos individuos que estaban metidos

' en el negocio. La noticia era la siguiente:

Dentro del término del presente mes de enero, se pretende con viveza por la parte noble de México variar el presente gobierno. Para que el ejército americano del Sur opere con facilidad y aceleración se parti­cipa esta importante noticia con el fin de que se acerque a esta capital y ejecute lo que le adapte. Su presencia en estos momentos es intere­santísima aun, porque podrá obstruir cualquier género de proyectos que no sean análogos a los pensamientos individuales de la Nación.

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162 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

Lo anterior, que coincide con· la solicitud de la carta: que recibiera Rayón de que se acercaran las tropas americanas a la capital, va entre­comillado en el texto . Los Guadalupes le decían a Morelos que esto podría estar relacionado con lo que se decía sobre que Calleja tornaría el mando. Asimismo le informaban que se decía que Venegas saldría de México, ya fuera para batirse con Morelos, ya para abandonar la Nueva España, y para esto había hecho venir a Torcuato Trujillo desde Valladolid. Además, el virrey había recibido el 15 de enero un correo extraordinario, procedente de Veracruz, que le había causado la mayor tristeza y abatimiento; mucho se especulaba sobre ello, pero no se había podido averiguar su contenido. Como se puede ver, lo anterior coincide con las noticias que Rayón recibiera de México el dí:1 23 de ese mes, relativas a que Venegas trataba de irse a España.

Proseguían los Guadalupes felicitando a More!os por la toma de Oaxaca y le comunicaban varias otras noticias, como la salida del con­voy de México a Puebla el 15 de diciembre, y de Puebla a Veracruz, con más de dos millones de pesos, todos de particulares, y varios pasa­jeros. Entre ellos iba Juan Paulina de Miranda, al que los Guadalupes habían dado una recomendación para el propio Morelos y quien po­dría serie útil para enviarle noticias y establecer alguna correspondencia, en particular en Veracruz, pero al que ~vlorelos no debía atender en cuanto a sus ir1tereses particulares, " . .. porque no todos tienen aqueL desinterés que nos exige la patria en las actuales circunstancias, las que nos precisan a valernos de ellos". También le hacían saber que varios.; soldados europeos del batallón de América deseaban unirse a sus filas, lo que podría hacerse por medio de Osorno, aunque en este asunto se· debía ir con cuidado, ya que podría ser un plan tramado para trai­cionarlo. Asimismo le comunicaban que en Tixtla se hallaba un tal Juan Saldaña, quien desde allá informaba al gobierno de todo lo que ocurría.

Por último, los Guadalupes le informaban a }1orelos que uno de los enviados que le habían remitido había sido maltratado por un coronei insurgente, de cuya nombre le informaría el portador de la carta, y le pedían tornara medidas para proteger stÍ correspondencia. El portador también le informaría sobre Antonio Tello, ele quien le adjuntaban un oficio. En opinión de los Guadalupes, Tello -que parece un nombre supuesto-, " . . . es su jeto que merece nuestro mayor aprecio, y que tiene a su devoción una parte no corta de México, de la cual puede disponer V. E. cuando lo halle por oportuno, comisionándole sus órde­nes por nuestro conducto". Y en la postdata le aclaraban que el por­tador tenía la misma recomendación que T cllo, " ... lleva sus veces Y va a su nombre, y en su pueblo es de igual representación que él aquí".

LA OPCIÓN LlBERAL 163

Además del oficio de Tello, !e enviaban el Reglamento de la Junta Mili­tar que presidía Calleja, 27 gacetas y 9 diarios de La Habana.52

El oíicio de Tcllo, que está fechado en México ei 20 de enero, es en :-calidad una cana de presentación en la aue su autor ofrecía a :\.fo­relos " .. . todo el respeto, mis arbitrios todos," mi familia y cuanto a mí pertenece, y está su jeto, para que de todo, disponga ... ", puesto " ... que mi mayor gloria será contribuir con todas mis fuerzas a la grande obra de nuestra libertad, en la que bien sabe V. E. la parte que a mí toca". 83

No se sabe quién haya sido este Antonio Tello, pero por lo que dice la carta de los Guadalupes, así como la del propio Tello, es posible que fuera alguno de los gobernadores de indios de la ciudad. Se me ocurre que podría ser el propio Francisco Antonio Galicia, quien tenía a su devoción una parte no corta de México, como los Guadalupes decían de Tello. Esto es especulación pura, pero pienso que si Galicia estaba en contacto con Rayón, bien pudo buscar también la manera de acercarse a Morelos. Por lo que se refiere a la extensa carta de los Guadalupes, parece más bien una especie de borrador de un diario. No deja de lla­mar la atención que no le hayan hecho llegar a Morelos en su debida oportunidad las noticias que ella contenía, lo que le hubiera sido de mu­cho mayor utilidad que recibirlas todas juntas. Da la impresión ele que es un poco un resumen de noticias, muchas de las cuales ya sabían que las había recibido Morelos, lo que quizá serviría a este jefe insurgente para tener una visión más global, más amplia, de lo que ocurría en la ciudad de México. Hay que recordar que los Guadalupes enviarían con posterioridad un Diario a Morelos; esta carta parece ser su antecedente.

La existencia de numerosos descontentos con el régimen colonial dentro de la ciudad de México, cuyas opiniones contrarias eran atri­buidas por )as autoridades en parte a la libertad de imprenta, llevó al virrey Venegas a buscar la manera de convencerlos de sus errores. Así, promovió unas misiones que dieron comienzo con el "Sermón Político­moral" de fray Diego Miguel Bringas y Encinas, al que ya me referí, que fue predicado en la plazuela de Santo Domingo el 17 de enero y que duró tres horas. Estas misiones se. llevaron a cabo en distintas igle­sias de la ciudad, como la de la Merced y la de la Profesa, pero según

s• Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos México 20 de enero de 1813, en AGI, Indfierent e General 110, cuad. 4. núm. l08. f. 5:7v: UT. García Collection, G. 346, Correspondencia de Los Guad"a.iupes, nú~. 108, f. ' 15v-Z3v y E. de la Torre, L os Guadalupes, p. 9- 13. En esta publicación la carta lleva fecha del 2 de enero. Por el contenido de la carta se puede ver que la lecha correcta es la del día 20. '

83 Carta de Antonio Tello a José María Morelos, México, 20 de enero de 1813, en AGI, Indiferente General 110, cuad. 4, s.n., f. 7v-8 ; UT, García Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, s.n., f. 23v-24v, y E. de :a Torre, Los Guadalupes, p. 14.

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Alamán no tuvieron ningún éxito, " ... siendo mayor la· maledicencia a que con ellas se dio lugar, que el fruto que se recogió".84 Dada la postura que asumieron por entonces las autoridades superiores, así como sus principales sostenedores, esto no resulta tan extraño. Enfrentadas a quienes por medio de las armas luchaban en contra del régimen co­lonial y cuestionadas por quienes intentaban aprovechar las oportuni­dades que ofrecía ei sistema constitucional para alcanzar la autonomía política, vieron en unos y otros un serio peligro para su supervivencia. Y en su afán de acabar con toda oposición al régimen colonial hicieron a un lado cada vez más las diferencias existentes entre ellos. Así, tanto unos como otros fueron considerados en un momento dado como su­puestos rebeldes, como insurgentes, y tratados como tales.85

Lo que se logró, en buena medida, con esto, fue que ambas postu­ras fueran acercándose cada vez más. Por otra parte, la virtual suspen­sión del sistema constitucional, que vino a cerrar una vez más las vías legales de participación política a los americanos, mostró de nueva cuen­ta y con toda claridad que las autoridades superiores novohispanas esta­ban dispuestas a todo, incluso a no dar cumplimiento a la ley suprema del imperio, con tai de conservar su posición de poder y de defender sus intereses particulares dentro del virreinato. Esto último lo señalaba Bustamante en una carta a su hermano Tomás del 28 de enero de ese año: " ... el Virrey ya no obra por la España que desconoce ni por nosotros a quienes destruye; obra por los comerciantes de Cádiz a quie­nes sirve, y de quien es un instrumento: obra en fin por José Bona­parte" .86

5. Los Guadalupes y Calleja

A prinopws de 1813 la situación en que se hallaba la ciudad de México presentaba serias dificultades para el régimen colonial. La sus-

84 L. Alamán, Historia de Méjico, t. m, p. 394. . 85 Véase Diego Miguel Bringas de Encinas, "Sermón político-moral", en J. E.

Hemá.ndez y Dávalos, Colección de documentos, t. IV, p. 822-839. En este sermón, Bringas hablaba con toda claridad que Jos americanos se dividían en buenos, que rechazaban la insurrección; malos, que la apoyaban, e indiferentes, que le parecían los más perniciosos. Véase también la circular emitida al final del gobierno de Venegas, la que señalaba que debían reputarse por insurgentes los que veían en el mal trato a los americanos por parte de los eu ropeos el origen de la insurrección, los que deseaban paxa los americanos los destinos y profesiones, los que no protegían a España con sus caudales e intereses, los que hablaban mal de Venegas, etcétera (E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 60-61). .

as Carta de Carlos María de Bustamante a su hermano Tomás, Zacatlán, 28 de enero de 1813, en el Correo Americano del Sur, jueves 8 de julio de 1813, núm. xx, p. 155-156, en J. E. Hemández y Dávalos, Colección de documentos, t. IV.

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pensión de la libertad de imprenta y del proceso electoral para la desig­nación de su Ayuntamiento constitucional, así como las medidas de represión dictadas por las autoridades, habían hecho aumentar el des­contento. Los rumores que corrían entre ciertos sectores de la población acerca de un cambio de virrey despertaron nuevas inquietudes, dete­rioraron la imagen de Venegas y dividieron los ánimos. Por si esto fuera poco, el movimiento insurgente adquiría por entonces mayor fuerza y extensión. Morelos, dueño de Oaxaca, controlaba un vasto territorio en la costa del Sur; otros jefes insurgentes dominaban amplias zonas del virreinato, sobre todo en Veracruz, Guanajuato y Michoacán. Las principales vías de comunicación, en particular los caminos a Veracruz y a Acapulco, estaban de continuo amenazadas v a menudo interrum­pidas por distintas partidas de insurgentes, lo q~e obstaculizaba seria­mente el tránsito, las comunicaciones internas y externas y el adecuado abasto de la capital. Los Guadalupes y Galicia -<> quien haya sido el autor de las dos cartas enviadas a Rayón- tenían razón en suponer que era un momento oportuno para que el ejército americano del Sur · o las tropas de Rayón se acercaran a la ciudad de México, aunque ni éste ni Moreios, por los motivos que hayan sido, se decidieran a aceptar sus sugerencias.

Timmons nos dice que los Guadalupes desarrollaron gradualmente un plan para terminar con éxito la guerra en 1813, por lo que acon­sejaron a los insurgentes siguieran tres caminos. En primer término, el avance de Morelos sobre Veracruz, Puebla o México; en segundo, la ruptura de la comunicación y el tránsito entre la capital y Veracruz, y, por último, el conseguir ayuda de fuera, en especial de los Estados Unidos.87 No obstante que estas propuestas aparecen en las cartas que enviaron a Morelos, más que un plan estructurado me parece que son simplemente eso, propuestas o sugerencias, para que este jefe insurgente decidiera lo que más convenía al movimiento, como ellos mismos los señalaban en sus cartas. Si bien los Guadalupes, que contaban con im­portante información sobre las actividades de los insurgentes y sobre los planes que para coml?atirlos formaba el gobierno colonial, se daban bien cuenta de cuáles acciones serían de utilidad para hacer avanzar al movi­miento, su propósito principal no fue ocuparse de planear el triunfo armado. Fundamentalmente se dedicaron a brindarle otra clase de auxi­lios y apoyos aprovechando todas las oportunidades que para ello se les presentaban dentro de la capital. Así, independientemente de si sus suge­rencias eran o no aceptadas por los insurgentes, continuaron con sus trabajos en la ciudad de México.

s~ W. H. Timmons, "Los Guadalupes", p. 474.

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166 EN BUSCA DE UN GOBIERNO ALTERNO

Según va..rios autores, por estas· fechas el grupo de los Guadalupes se hallaba ocupado en una empresa muy interesante que de llevarse a cabo con éxito hubiera tenido resultas de la mayor importancia. La opor­tunidad se 1as brindó la desavenencia que existía entre Caileja y V ene­gas y que daba lugar a toda clase de rumores. Alamán nos dice que

Estas hablillas llegaron a tal punto, que los adictos a la insurrección residentes en Méjico, concibieron la esperanza de que Calleja se pu­siera al frente del movimiento y reaiizase la independencia. Habían organizarlo éstos una sociedad secreta con el nombre de "los Guadalu­pes", que tenía por objeto mantenerse en correspondencia con los jefes insurgentes y proporcionarles noticias y toda especie de auxilios, te­niéndose entendido que esta asociación hizo alguna propuesta a Calleja, que éste no recibió mal, acaso por estar instruido de todo y conocer la importancia y fines de aquella reunión, pues por otra parte, cuales­quiera que fuesen sus desazones con el virrey, nunca pudo pensarse que liegasen hasta faltar a los principios de la fidelidad que profesaba.

88-

Zerecero, además de aprovechar la ocasión para enmendarle la plana a Alamán sobre cuándo habían comenzado a trabajar los Guadal u pes, aíirma que Calleja estaba tan convencido de la justicia de la indepen--­dencia como el propio Hidalgo. Asimismo nos informa que como su -padre, Valentín Zerecero, era uno de los Guadalupes, algunas seccio­nes de esta. sociedad se reunían a veces en su casa, en la calle Cerrada. de Jesús número 1, donde Anastasia hacía de secretario. Otras lo hacían en casa de su tío Agustín Gallegos, " ... llamada la Escobillería, situa•­da en la Candelaria de los Patos frente a la capilla del barrio de San. Gerónimo Atitlic ... ", en la que había una gran huerta y a la acudían amigos de la familia como lugar de recreo. Por ello es ... u~ : ..

enterado de lo que pasaba entre el virrey y los Guadalupes. Según este autor, Francisco Manuel Sánchez de Tagle y José Antonio del y Conde, miembros de la sociedad,

eran las personas que trataban directamente con Calleja planes se habían adelantado hasta el punto de estar ya para fijarse el día que había de hacerse el movimiento. En este estado de cosas ie a Calleja su nombramiento de virrey ; con eso quedaba halagada su. ambición y desairado su antagonista Venegas, con lo que él se dio por · satisfecl10. Tagle y Cristo, que nada sabían, pasaron a verlo al día si:· guiente, hablándole, como tenían de costumbre, con entusiasmo sobr~ :. sus combinaciones. Calleja los escuchó con aparente afabilidad; y cuand~-·-: hubieron acabado, les dijo : "Porque son vdes. mis amigos no los mando:

ss L. Alamán, Historia de Méjico, t. u, p. 548-549.

LA OPCIÓN LIBERAL 167

fusilar. ¿No saben vds. con quién están hablando? Hablan con el virrey de Nueva España".

Y Zerecero termina su relato diciendo que aunque Calleja conocía el secreto de la sociedad y a algunos de sus miembros, no abusó de él, y que a partir de entonces esta agrupación actuó con gran cuidado.89

En cuanto a los supuestos contactos, Francisco Manuel Sánchez de Tagle, español nacido en Valladolid de Michoacán en 1782, no sólo pertenecía a una distinguida familia novohispana y se hallaba empa­rentado con los Fagoaga. Era, además, uno de los hombres más cultos de la Nueva España y uno de sus poetas más distinguidos y estaba vinculado estrechamente con el Ayuntamiento de la ciudad de México, del que había sido regidor en varias ocasiones, incluyendo el año de 1808. Por su parte, el licenciado José Antonio del Cristo y Conde, nacido en La Habana, había sido auditor de guerra y fue puesto en prisión en 1808 por sus simpatías por el virrey Iturrigaray. Además de ser muy conocidos por sus inclinaciones autonomistas, ambos tenían acceso a los más altos círculos del poder virreina! y eran también conocidos como simpatizantes de Calleja.90

Por la. correspondencia de esas fechas de los Guadalupes con More­los poco se puede precisar sobre el acercamiento de dos de ellos a Ca­lleja o la forma en que lo llevaron a cabo. Como se ve por su carta a Morelos del 20 de enero, los Guadalupes opinaban que si aquel militar realista sustituía a Venegas en el virreinato aumentarían el despotismo y la tiranía. No obstante, también pensaban que dicho cambio podía redundar en su provecho, porque Calleja podría ser " ... accesible a una composición ... ", y añadían " ... o Dios, que muchas veces se vale de los más malos para obrar grandes cosas, quiera poner a éste en t!l mandó para que nosotros consigamos más pronto y a menos costa nuestra deseada libertad ... ", sin explicar el porqué decíañ tal -cosa. En todo caso, si llegaba al poder, deberían tener mucho cuidado, por­que su carácter y distintivo eran la intriga y la falsedad.91

Esta ambigüedad, y hasta contradicción, respecto a la posible con­ducta de Calleja en el máximo cargo del virreinato y las consecuencias que para ellos podía tener, seguía sin resolverse en su siguiente carta .a Morelos, fechada el 3 de marzo y postdatada dos días después. En ella le comunicaban que Calleja, en conocimientos, sagacidad, relacio-

ss A. Zerecero, Memorias, p. 253-254. 90 D. M. Ladd, The Mexican Nobility at Independence, p. 118 y 120, nota 22. 91 Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 20 de enero de

' .1813, en AGI, Indiferente General HO, cuad. 4, núm. 108, f. 5-7v; UT, García Collection, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 108, f. 15v-23v, y E. de la Torre, Los Guadalupes, p. 9-13.

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nes, valor y disposición era superior a Venegas. Era; además, querido por la tropa y tenía en la capital " .. . un, !?ran p~rttdo,. com~~est~ de criollos y gachupines; éste es un gran político y esta [¿ta. ~~]¡:;ca,] .la posee en superior grado acompañado de una oculta. amb1c10n . Tates ~aracterísticas podían llevarlo a cometer las pe.ores baJ:zas p~r~ alcanzar sus propósitos, los que no habían podido avenguar, m era factl hacerlo,

porque México está dividido en tres partidos: los americanos, que llaman insurgentes, forman el de mayor número de g.ent~s, pero ia más escasa de arbitrios ; el segundo lo forman los gacnupt?es y llaman chaquetas, que son poderosos en recursos ; y el tercer partld~ lo forman los ~lle;istas que como llevamos dicho se compone de cnollos y ga-

J l - h chupines, aunque de éstos últimos parece que no mue. os.

Los callejistas esperaban lo mejor de su gobierno;, lo~, america~os no creían en nada y desconfiarían hasta ver lo que hana, ... que st fuere bien, ya examinaremos sus intenciones . .. ", y la mayoría d.e los gachu­pines no lo aceptaba y llamaba insurgente _al, que lo e:ogtaba, lo qu.e les hacía suponer a los Guadalupes que qmza protegena a los amen­canos. En la postdata le manifestaban que Calleja trataba de hacerse de adeptos, y añadían: "Ha dado el primer g_olpe P.~!ítico de ~tar ro­deado de criollos, como son la mayor parte de la fam111a que ha LOmado v· todos sus amigos, pues los gachupines que le cercan son los que entre ;u casta corren por insurgentes"·92

b "O f 1· " Más incrédulo que sus compañeros se mostra a no re tzana · "O f e " en la correspondencia que por entonces sostuvtera ?on, no re . respo

y que tuve la suerte de lo?alizar. Se~ún comu~r~ana postenorm,ente Calleja al comisionado Nonega, el pnmer seudommo correspondia a uno de los Guadalupes y el segundo a Carlos María de Bustamante, Y por declaración de Juan N. Camacho, quien era concuño de Busta­mante, sabemos que "Onoíre Lizana" era el licenciado Manuel Cor­tázar.93 En su carta del5 de marzo éste le comunicaba a Bustamant?,.en-tre otras cosas, que el nuevo virrey tenía " ... un partido gr~dtsuno entre los cándidos de nuestros compatriotas ... ", y pedía se _le avrsara ,a Morelos del aran aumento de partidarios que entre los amencanos hab1a " .

92 Carta de "Los Guadalupes" a José María Morelos, México, 3 Y 5 de maz:o de 1813 en AGI Indiferente General 110, cuad. 4, núm. 109, f. 8-9; UT, Garc~ Collecri~n, G. 346, Correspondencia de los Guadalupes, núm. 109, f. 24v·28v, Y • de la Torre, Los Guadalupes, p. 14-16. . , . .

93 Comunicación del virrey Félix María. CalleJa a. Jose Antomo de Noneg~, México '3 de mayo de 1814 en Bancroft Library, (en adelante BL), M-M, 1_-.J, • ' ' · ' " f d t Tgnacio Adalid )' SOCIOS, Testimonio de la cauro de msurreccton o"ma a con r~ .- • !814 t. r, cuad. 1, f. 1, y declaración de Juan N. Camacho, Mextco, 18 de mayo ae ' en ibídem, t. r, cuad. 1, f . 8-9.

LA OPCIÓN LIBERAL 169

logrado Calleja, tan sólo por ser virrey, quienes a causa de que los gachupines habían recibido mal su nombramiento creían que los tra­taría con consideración, sin acordarse de que les había causado los ma­yores daños.

94 Pocos días después, el 17 de marzo, volvía sobre este

asunto:

Nuestros compatriotas se hailan muy alucinados a favor de él, esperan mil bienes de su mano por cuanto se ha explicado que ha de hacer cmnplir exactamente la Constitución, y creen que la Policía y la Junta de Seguridad van por los suelos. No dudo yo que lo haga así, por atraerse más la voluntad, pero estoy persuadido que de este modo trata de remachar más nuestras cadenas. Se dice también que es adicto a la independencia. No lo creo; mas, sin embargo, soy de opinión de que con la mayor precaución se tratase de establecer con él alguna comu­nicación haciéndose tales propuestas que sean capaces de contener su ambición. 95

Si nos basamos en sus cartas, por su ambigüedad y contradicción en cuanto a lo que opinaban de Caileja, y en especial porque señalaban que éste podría ser accesible a una composición, se puede suponer que los Guadalupes consideraron la posibilidad de acercarse al nuevo virrey, y !a carta de Cortázar a Bustamante del 17 de marzo da mayor peso a esta suposición. Sin embargo, también podemos ver que si dos de ellos le hicieron una propuesta concreta a nombre de todo el grupo, como registra Zerecero y están de acuerdo otros autores, entre ellos Timmons,S<l esto no ocurrió al día siguiente de que aquél recibiera su nombramiento de virrey. Por otra parte, tampoco parece plausible que Sánchez de Tagle y Cristo y Conde hayan hablado abiertamente a Calleja en nom­bre de la sociedad. Quizá lo hicieron a título personal. Y aunque Zere­cero señala que aquél no abusó de su conocimiento • sobre el grupo, queda claro por su conducta posterior hacia los Guadalupes que no supo nada de él sino hasta tiempo después.

En todo caso, y como ya vimos, Calleja había mostrado claramente su inclinación a rodearse de americanos. Residente de la Nueva España desde 1789 y casado con Francisca de la Gándara, criolla de familia distinguida, no sólo estableció relaciones con individuos nacidos en el virreinato sino también tuvo ocasión de conocer a fondo a la Nueva España. Por todo esto, y por su rivalidad con Venegas, fue visto por no pocos criollos autonomistas, e incluso proinsurgentes, como un po-

9t Carta de "Onofre Lizana" a "Onofre Crespo", México, 5 de marzo de 1813,

en ibidem, t. r, cuad.. 1, f. 1-2. 95

Carta de "Onofre Lizana" a "Onofre Crespo", México, 17 de marzo de 1813, en ibidem, t . r, cuad. 1, f. 2-3v.

9s W. H. Timmons, 'Los Guadalupes", p. 467.

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sible apoyo a sus pretensiones. Calleja, a su vez, vio en ellos la opor­tunidad de hacerse de partidarios que lo apoyaran en su pleito con Venegas y en su búsqueda de poder. Este afán de conseguir seguidores, según Mora, lo llevaría hasta hacer de alguna manera el papel de in­surgente, " ... para tener cabida entre los afec tos a la revolución, que los había en número crecido en Mé.."'{ico, y formarse un partido con Venegas, a quien se propuso y consiguió suplantar" .97 Por su parte, Bustamante en su M artírologio va más allá, al decirnos que a partí~ de que ei rompimiento entre ~mbos se hiciera público, "Calleja solicitó unirse a las fuerzas del general Morelos, procurando adquirir noticias C."Xactas de este jefe". Por ello Venegas le puso espías, y Calleja ordenó una ·guardia en la azotea de su casa para defenderse en caso de que. se le mandase arrestar. 98

Resulta exagerada la afirmación de Bustarnante de que Calleja tu­viera intenciones en un momento dado de unirse a Morelos; también lo resulta, aunque en menor grado, que haya buscado cabida entre los partidarios de la insurgencia, como señala Mora. Sin embargo, se ha­llaba desde hacía tiempo en estrecho contacto con varios de los criollos autonomistas más destacados de la capital y se había mostrado contrario a Venegas, por lo que sí parece muy factible haya recibido de ellos · alguna propuesta. Si ésta no fue en el sentido de encabezar un movi­miento independentista, sí pudo seria en el de aceptar su apoyo para conseguir quedar al frente del virreinato y permitirles una mayor inge" rencia en la toma de decisiones. ·

Aquí quisiera señalar que para entender mejor este incidente en particular, pero sobre todo para entender el comportamiento de ciertos grupos de la ciudad de México durante este periodo, sería necesario' · · · analizar con cuidado la actuación de Calleja y las rel~ciones que · entonces sostenía con varios sectores capitalinos, tanto europeos como. americanos. Su compleja figura, a la que todos hemos visto como el' .··. máximo exponente de la contrainsurgencia novohispana, no sólo fue la del mejor militar y el funcionario más eficiente al que se enfrentó la insurgencia. Calleja también fue un individuo con intereses personales . y con una visión propia de las circunstancias novohispanas que no siem: pre coincidieron con los intereses y la visión de otros altos funcionarios : coloniales, sobre todo antes de que accediera al máximo cargo del vi· ·. rreinato. Asimismo sería muy esclarecedor analizar con cuidado las ' figuras de otros funcionarios coloniales y las relaciones que sostuvieron; : ' A pesar de que todos ellos actuaron siempre en defensa del régimen · colonial -como no podía ser de otro modo--, no siempre estuvieron

97 J. M. L. Mora, Méjico y sus re-voluciones, t. IV, p. 49-50. 98 C. M. de Bustamante, Martirologio, p. 20.

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de acuerdo en la forma de hacerlo, ya que, como en el caso de Calleja, respondían también a intereses personales y poseían una visión propia de las circunstancias novohispanas. Y estas diferencias, e incluso desa­venencias, alteraron !as relaciones de poder entre los distintos grupos que había en la capital de la Nueva España.