Upload
ivan13gonzalez89
View
239
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Ensayo don juan
Citation preview
Iván González Solano
7mo C
Las enseñanzas de Don Juan
¿Cómo hacemos legible lo inentendible?, ¿Cómo actuamos ante lo desconocido o lo
extraño?, ¿Bajo que parámetros generamos nuestras explicaciones? Teniendo en
cuenta que ante lo extraño el ser humano tiende a angustiarse pues, debido a lo
desconcertante que puede resultar la otredad, nos vemos imposibilitados de entenderla;
entonces, ante la angustia generada por la incertidumbre de lo desconocido, nos vamos
a ver en la necesidad de buscar ámbitos de referencia que nos permitan construir una
explicación coherente, acorde a lo que nos es propio, de lo que se esta percibiendo.
Estamos hablando de una proyección del mundo en donde, bajo lo determinante que
pueden resultar nuestros parámetros culturales de pensamiento, construimos un
panorama entorno a nuestro saber, a nuestro entendimiento, pues de otra forma nos
veríamos imposibilitados de darle un sentido a lo percibido.
Pero, ¿hasta que punto podemos valernos de nuestros sistemas de entendimiento sin
caer en un error de proyección o apreciación?, o mejor dicho, ¿lo que estamos
percibiendo en realidad es lo que esta aconteciendo, o es el sentido propio que uno
mismo le da a las cosas? Teniendo en cuenta el argumento etnometodológico según el
cual todos los seres humanos tienen un sentido práctico con el cual adecuan las
normas de acuerdo con una racionalidad práctica que utilizan en la vida cotidiana,
entonces la percepción propia, así como la propia experiencia, cobran gran relevancia
en el momento de querer entender algo. Se argumenta que, dentro de los análisis emic
y etic que la disciplina antropológica a desarrollado, es necesario prescindir, como
investigador, de los propios parámetros de entendimiento cultural, pues esto nos
llevaría a una interpretación falsa de lo que se esta observando; sin embargo, a mi
parecer, dichos parámetros de entendimiento son necesarios en un primer momento, ya
que nos permiten deducir a que categoría corresponde lo que se esta apreciando, es
decir, hacer legible lo inentendible, ubicarnos en un contexto, así como también
visualizar las pautas que nos permite adentrarnos en la comprensión y entendimiento
del nuevo contexto. Sin un primer marco de referencia, todo el contexto a nuestro
alrededor nos seria ajeno, y por lo tanto se nos imposibilitaría actuar sobre el, teniendo
en cuenta que es ese mismo actuar el que nos lleva a comprender los parámetros de la
otredad, es decir, nos adentramos en un proceso de aprendizaje que comprende la
percepción y la adaptabilidad o entendimiento.
Así, la observación antropológica es un proceso en el cual interactúan los diversos
parámetros de percepción que giran en torno a lo observable y perceptible, con la
finalidad de poder establecer, objetivamente, una diferenciación que de paso a la
construcción de categorías explicativas. Pues, no podemos prescindir de nuestros
parámetros de entendimiento por el simple hecho de que, sin estos, no tendríamos
marcos de referencia que nos permitan acercarnos al entendimiento de la otredad
observable, dificultándonos el proceso de comprensión de lo ajeno.
Ahora bien, cómo maneja Carlos Castañeda la dinámica de lo emic y etic.
Enfoquémonos en la imagen del diablero. De acuerdo con lo expresado en la obra de
Castañeda, un diablero es aquella persona que tiene las facultades de cambiar su
condición corpórea por la de un animal. Ante nuestros marcos de entendimiento, dicha
habilidad se torna imposible de entender, no es algo comprensible por el hecho de que,
como humanos, tenemos una condición biológica específica. Pero, ante tales
argumentos, ¿Cómo procedió Castañeda para poder dilucidar la cuestión, es decir,
comprobar la existencia de dicho personaje y de tal condición? Siendo que la figura del
diablero cobra sentido únicamente en un contexto cultural particular, entonces, si nos
remontamos al sentido común, dicho sentido implica una existencia. Esta existencia no
necesariamente tiene que ser tangible, fáctica, sino que su condición se puede
encontrar dentro de un imaginario, es decir, bien puede ser una figura mítica, una
leyenda o un cuento. De esta forma, ante tal imprecisión que Castañeda tenía sobre la
figura del diablero, este pasó a conocer mas sobre el tema mediante la platica informal
con los pobladores del lugar. Si bien los argumentos de los pobladores eran muy
imparciales y variables, estos no negaban la existencia de dicho personaje, es decir,
para una persona el diablero existía como una figura imaginaria; para otro, en este caso
una mujer, dicho personaje existe, al grado que llego a conocer a uno; mientras que el
último argumentó que el diablero existió en un tiempo pasado, sin embargo estos fueron
exterminados.
Si bien se argumenta que dicho personaje existe, ¿Cómo se explica la condición de que
estas personas puedan cambiar su apariencia por la de un animal? La explicación quizá
mas concreta que Castañeda encontró para tal facultad fue la de los estados de
realidad no ordinaria, inducidos a partir de las propiedades que ciertas plantas tenían
para generar dichos estados. Siendo que a Carlos Castañeda se le hacia imposible
explicar tales fenómenos a partir de sus parámetros culturales, opto por entenderlos a
partir del propio saber de Don Juan. Dicha acción de entendimiento que emprendió
Castañeda puede llevarnos a la afirmación de que, efectivamente, se desprendió
totalmente de sus categorías de entendimiento; sin embargo, como se vera mas
adelante, dichas categorías permanecieron en función durante la comprensión de los
estados de realidad no ordinaria.
Una vez que Castañeda opto por aprender las enseñanzas de don Juan, se sumergió
en ámbitos de realidad extracorpórea, ajenos a la percepción y entendimiento cotidiano.
Ante la incertidumbre que implicaba el argumento de la trasformación corpórea, la
interpretación que Castañeda daba a los estados inducidos por las plantas sagradas
partía de las categorías de entendimiento propias de éste. Cuando experimento el
estado de realidad no ordinaria en el momento que probó por primera vez el peyote, su
entendimiento giro en torno a lo que él podía entender, su relato a don Juan de dicha
experiencia partía de sus nociones de comprensión, trato de hacer legible lo
inentendible a partir de sus categorías de entendimiento.
De igual forma, podemos apreciar esta interacción proyectiva en el momento que
Castañeda prueba por segunda el humito. En dicha momento, Castañeda experimenta
la transformación corpórea, logra convertirse en cuervo y percibir como el cuervo. Para
poder darle un sentido lógico a lo experimentado, se valió de categorías de
entendimiento propias, en específico una que puede parecer absurda, a saber, la
cuestión de si en verdad se convirtió en ave o fue una ilusión. A don Juan le parecía
tonta tal cuestión, ya que Castañeda no lograba entender el estado en el que se
encontraba, era incapaz de infiltrarse en las concepciones autóctonas. Por lo tanto, los
juicios y argumentos derivados de tal experiencia eran tan subjetivas, como las de don
Juan en relación con él, o bien, podemos argumentar que las concepción de don Juan
era, en este caso, la perspectiva etic, pues para él, lo percibido si tenía un sentido
lógico Ahora bien, ¿podemos entender la percepción de Castañeda, su interpretación,
como una explicación etic del estado de realidad no ordinaria experimentado?
Si partimos de que una explicación etic es ajena al contexto de la otredad, y que parte
de las categorías de explicación del observador, podemos argumentar que,
efectivamente, su perspectiva era etic acorde al fenómeno. Sin embargo, una
perspectiva etic lleva implícito el análisis lógico de lo observado, partiendo de la
dinámica gestada entre ambas perspectivas, lo emic y lo etic; de esta manera, siendo
que Castañeda no tenía una explicación objetiva de lo que acababa de experimentar,
su proyección en torno a lo percibido era, al igual que la de don Juan con respecto a él,
una explicación emic. Esto quiere decir que, como observadores, existe un proceso de
adaptación en el cual, como primer momento, cumplimos los roles de la otredad, o, a
partir de nuestras percepciones, construimos una racionalidad práctica de nuestras
experiencias prácticas, para poder adaptarnos y asimilar la otredad. No podemos
realizar argumentos etic en un primer momento de entendimiento, sino que se tiene que
ir construyendo conforme a lo percibido y entendido. Pero, si la dinámica emic-etic
implica un proceso de observación caracterizado por momentos específicos, ¿en qué
momento de las enseñanzas Castañeda construye un argumento propiamente etic?
Si las enseñanzas de don Juan hacen referencia a un trabajo etnográfico, podemos
argumentar que la proyección etic surge en el momento de categorizar lo
experimentado durante el proceso de enseñanza, de forma relacional con sus
categorías de entendimiento, para generar juicios lógicos; es decir, la etapa de
sistematización de la información, la metodología.