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escuela de alfabetización y educación de adultos
Aula de Cultura Altamira
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dossier informativo
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ÍndiceÍndiceÍndiceÍndice
� qué es Altamira / pág. 3 �los niveles de alfabetización / pág. 4 � los talleres de cultura / pág. 5
� quiénes y cómo son los alumnos / pág. 7 � Con nombre propio. Historias de alumnos de Altamira / pág. 9
� cómo se organiza Altamira / pág. 11
� quiénes colaboran con la asociación / pág. 13
� cómo fueron los inicios de Altamira / pág. 14
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qué es el Aula de Cultura Altamira
� El Aula de Cultura Altamira es una asociación sin ánimo de lucro
dedicada a la alfabetización y la formación de pers onas adultas
ubicada en el distrito de San Blas (C/ Hermanos García Noblejas, 17).
En sus 27 años de historia se han matriculado en su s cursos y talleres
unos 8.500 alumnos , y se estima en más de 650 personas las que han
aprendido a leer y escribir en sus aulas.
� Altamira se fundó hace un cuarto de siglo, en el curso 1981-1982, con la
meta de proporcionar a las personas del barrio, a través de la educación
y la cultura y en un entorno de apoyo y motivación, nuevas
perspectivas y oportunidades de crecimiento y desarrollo personal.
Altamira empezó su labor con una profesora y una sola alumna , a la que
se sumarían otras cuatro según avanzaba el curso. Hoy se compone de
830 asociados entre alumnos, profesores y monitores1, lo que le convierte
en uno de los ejemplos más notables de participación y asociación
ciudadana de Ciudad Lineal y San Blas
� Altamira desarrolla su labor en el Centro de Educación Primaria Nuestra
Señora de la Caridad del Cobre (calle Hermanos García Noblejas, 17), que
cede por las tardes la comunidad religiosa que dirige el colegio.
A partir de las 18.30, cuando los niños abandonan las aulas, éstas las
ocupan los mayores, con lo que no es nada raro en Altamira que el
pupitre que por las mañanas ocupa un niño, por las tardes lo utilice su
abuela o su abuelo.
� Cada semana acuden a Altamira unos 650 alumnos y cerca de 80
profesores y monitores que desempeñan su labor de manera totalmente
voluntaria y desinteresada. 1 Ver más información sobre los comienzos de Altamira en la página 14.
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Las clases tienen lugar de lunes a jueves, de 18.30 a 20.15 horas .
� Las actividades de formación que Altamira pone a disposición de las
personas se dividen en dos apartados : los niveles de alfabetización (6),
y los talleres (13), tal y como se explica a continuación.
los niveles de alfabetización
� El Aula de Cultura Altamira ofrece a sus alumnos seis niveles de
alfabetización.
En los más básicos se enseñan las letras, se aprende a leer y escribir y a
realizar las operaciones aritméticas más simples, como la suma y la resta.
En los más avanzados se sigue progresando en lecto-escritura y se
abordan nociones de cultura general básica (historia, geografía, ciencias de
la naturaleza, literatura española…).
� En todo caso, el objetivo último de los niveles de alfabetización es
proporcionar a las personas que acuden a Altamira h abilidades y
conceptos que les permitan comprender mejor el ento rno en el que
viven y pensar y actuar en él de manera más indepen diente.
� En el curso 2008-2009 más de 200 personas se benefician de las clases
de alfabetización y cultura de Altamira , distribuidas por niveles de
acuerdo con la tabla que se ofrece a continuación.
ALFABETIZACIÓN NIVELES NÚMERO DE ALUMNOS Primero 17 Segundo 24 Tercero 22 Cuarto 32 Quinto 33 Sexto 78
TOTAL 206
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los talleres
� Junto a la formación básica que proporcionan los niveles de alfabetización,
el Aula de Cultura Altamira da cabida en su proyect o educativo a 13
talleres en los que se desarrollan las siguientes actividades:
� historia contemporánea
� historia del arte
� literatura
� inglés
� comunicación
� psicología
� manualidades (pintura en tela, escayola, tercera dimensión, etc.)
� dibujo
� bolillos
� ganchillo
� sevillanas
� gimnasia
� teatro
� En el curso actual más de 500 personas participan en los talleres del
Aula de Cultura Altamira , distribuidos de la siguiente manera:
TALLERES ACTIVIDAD NÚMERO DE ALUMNOS
Historia Contemporánea 31 Historia del Arte 59
Literatura 47 Inglés 21
Psicología 62 (repartidos en dos clases) Comunicación 26 Dibujo y pintura 17 Manualidades 59 (repartidos en dos clases) Ganchillo 27 Bolillos 15 Gimnasia 115 (repartidos en dos clases) Sevillanas 53 Teatro 8 TOTAL 536
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� Gracias a estos talleres, las personas continúan su proceso de formación
y crecimiento personal y desarrollan sus habilidade s en un entorno de
apoyo y motivación constante .
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quiénes y cómo son los alumnos
� El perfil-tipo del alumno de Altamira es el de una mujer de unos 70 años,
procedente de los distritos de Ciudad Lineal o San Blas que vive con
su pareja o sola, tras haber enviudado, y que dedica la mayor parte de su
tiempo a las labores de casa.
� El 94% de los miembros de la Asociación son mujeres. Dos de cada tres
tienen entre 65 y 75 años.
� En los niveles más básicos se eleva aún más el porcentaje de mujeres.
También, tradicionalmente, los alumnos mayores han estado en 1º y 2º
de Alfabetización, donde la media de edad se encuen tra en los 75 .
� El hecho de que los horarios de clase de Altamira (de 18.30 a 20.15 h.)
puedan interferir en ocasiones con los de una jornada laboral habitual hace
que el porcentaje de extranjeros en las aulas sea todavía escaso en
relación con la realidad social del barrio.
Hoy por hoy, la práctica totalidad de beneficiarios de Altamira son
españoles, aunque también hay una mujer ecuatoriana y en los dos
últimos años se han incorporado dos rumanas, una po rtuguesa, una
marroquí y una dominicana.
� En torno al 79% de los alumnos de Altamira son vecinos de Ciudad Lineal, y
un 11% pertenece a San Blas. El resto de las personas que acuden al
centro de Hermanos García Noblejas se desplazan desde otras zonas de
Madrid. Hay incluso una alumna de manualidades que se desplaza desde
Alcalá de Henares.
� El 65% de las personas que se encuentran en los primer os niveles de
alfabetización (1º y 2º) nunca fueron al colegio o no llegaron a
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completar un año de escolaridad , mientras que en torno al 10% sólo
acudió a la escuela uno o dos años . Por eso, para la gran mayoría, el
único “cole” que han conocido es Altamira.
� La media de permanencia en estos dos primeros nivel es es de unos
cinco años y, aunque hay alumnas que se toman su aprendizaje “con
calma”, como ellas dicen, también las hay que empezaron en primero y
ya están en los últimos niveles de alfabetización.
Es el caso de Lola Delgado y Pilar Fernández, que comenzaron
aprendiendo las vocales y hoy, en 4º de Alfabetización, son capaces de
hacer dictados difíciles y escribir sus propias redacciones.
� Aunque parezca que la principal motivación para asistir a Altamira es la de
aprender y “recuperar el tiempo perdido” o “las oportunidades no
encontradas durante la infancia”, gran parte de los alumnos encuentran
también en Altamira un apoyo, un aliciente y una mo tivación .
Son muchas las personas que atraviesan situaciones personales delicadas,
como el haber enviudado recientemente, el encontrarse con los hijos
independizados y demasiadas horas que llenar a lo largo del día o, por el
contrario, personas dedicadas al cuidado de enfermos y mayores que
apenas tienen espacio para sí mismas.
� Se da también la circunstancia de que, con frecuencia, los alumnos de
los talleres participan como monitores voluntarios en otras clases; de
esta manera, Altamira conforma una red de colaboración en la que
todos son bienvenidos a recibir y aportar.
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Con nombre propio. Historias de alumnos de Altamira
������������ Lola Delgado Su hija, que era alumna del colegio, se enteró de que por las tardes en las aulas se enseñaba a leer a los mayores, así que convenció a su madre para que se apuntase. Lola jamás había pisado un colegio, así que cuando llegó a Altamira ni siquiera sabía las letras. Confiesa que tampoco conocía la grafía de los números, pese a que trabajaba en una frutería. “Eso sí”, asegura, “no sé cómo, pero nunca me engañaron con las monedas”. “Me compré una cartilla para trabajar en casa. Hice también mucha caligrafía. Por las tardes iba a clase y por las noches seguía estudiando con ayuda de mi hija”. Lola lleva en Altamira más de diez años (no se acuerda con seguridad). Ahora está en Cuarto de Alfabetización, es capaz de escribir dictados difíciles y de hacer sus propias redacciones. En la actualidad “se pelea” con las divisiones por dos cifras. ������������ Delia Collaguazo Nació en Ecuador y llegó a España hace cinco años con su hija. Su nieta, de 10 años, se enteró de que en su “cole”, por las tardes, “señoras mayores” venían a aprender, así que le preguntó a su profesora si también podía venir su abuela. Delia sabía leer y escribir “sólo un poquito”, pero en ortografía “lo ponía todo al revés, lo que va con b, con v, y lo que va con v, con b”, dice. En Ecuador tenía que hacerse cargo de sus hermanos, así que faltaba mucho a la escuela. No dudó en apuntarse a Altamira, sobre todo porque la ilusión de su vida es escribir, pero no cualquier cosa, sino sus propias creaciones. De hecho, en su tiempo libre, compone poemitas de amor. Como tanta gente en Altamira, Delia es un ejemplo de tesón y perseverancia. Aprendió las tablas de multiplicar porque cuando no podía dormir se ponía a repasarlas mentalmente aunque fuesen las dos de la madrugada. Aunque cuando entró leía muy despacio y le costaba entender, ahora es capaz de enfrentarse a novelas. Ahora está con “La casa de los espíritus”, de Isabel Allende. “Pero sólo cuatro páginas al día”, puntualiza, “porque es todavía es un poquito difícil para mi”. ������������ Josefa de los Ríos Venía de trabajar un día, pasó por la puerta del colegio, y vio un montón de mujeres esperando entrar. Así que preguntó, con sorna: “Pero ¿qué es esto? ¿un bingo?”. Y dio con una profesora que le contestó: “¡Que va! Esto es un colegio; estas señoras vienen a aprender”. Josefa ni se lo pensó; en vez de seguir el camino a su casa dijo:“Pues si ustedes son capaces de enseñarme a leer, yo me quedo aquí hoy mismo”. Lo dicho. Ese mismo día Josefa se sentó por primera vez en su vida en un pupitre. De esto hace ahora más de diez años.
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Josefa está en Segundo, y sus compañeros la llaman “la ministra de hacienda”, porque Josefa gana incluso a sus profesores en matemáticas y cálculo mental, no en vano ha sido dueña de una frutería durante varias décadas. Eso sí, las letras se le resisten, pero ya lee y escribe, y sus profesores dicen que en los dos últimos años ha avanzado muchísimo. ������������ Salvador Recio Está jubilado y ha encontrado en Altamira un proyecto que le mantiene activo y que le apasiona. Salvador tiene estudios superiores, pero este año se ha apuntado a clases de Literatura, un tema que tenía pendiente. En los últimos años ha pasado por otros talleres, e incluso hace tres años formó parte de la Junta Directiva como Tesorero. Como tiene más tiempo libre que muchos otros profesores, Salvador está siempre disponible para acompañar a los alumnos de Alfabetización a las actividades culturales que se organizan a menudo por las mañanas, o para ayudar a la Junta en las labores administrativas más ingratas. Salvador es buen ejemplo del funcionamiento de Altamira. Las personas se benefician de las actividades culturales que proporciona la Asociación y, a cambio, aportan parte de su tiempo y esfuerzo para que ésta pueda seguir funcionando. Por cierto, el nieto de Salvador va a Educación Infantil en el Colegio de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. “¿Abuelo, vas al colegio?”, suele decirle a la hora de comer. “Claro”, contesta él. “¿Dónde yo? “, le vuelve a preguntar, entre sorprendido y orgulloso. De acuerdo con Salvador, esta conversación se repite, con pocas variantes, prácticamente todas las semanas.
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cómo se organiza Altamira
� Gestiona el Aula de Cultura Altamira una Junta Directiva elegida en
Asamblea y renovable cada tres años compuesta por presidente,
vicepresidente, tesorero y secretario.
Componen en la actualidad el equipo directivo
� Josefina Soto (Presidenta)
� Virginia Marhuenda (Vicepresidenta)
� Manuel Godoy (Tesorero), y
� Pedro Félix González (Secretario)
� Una Comisión Pedagógica , integrada por los coordinadores de cada nivel
de alfabetización y un representante de los talleres, se encarga, entre
otros cometidos, de elaborar la programación, revis ar el material
pedagógico propuesto por los monitores y coordinar los distintos
niveles de alfabetización.
� Cada trimestre, la Junta convoca reuniones coordina doras en las que
se tratan los temas de interés para el funcionamien to de Altamira . A
ellas asisten los monitores de cada nivel y taller, los delegados de cada
clase, y cualquier alumno que lo desee.
� Altamira potencia en particular la figura de los de legados de curso ,
quien, en colaboración directa con el profesor cooperan en la organización
de actividades y en el funcionamiento interno de cada clase.
� Un grupo de cuatro personas integran la Comisión de Actividades y
Viajes y se encargan de coordinar y gestionar las i niciativas que se
proponen en relación con las excursiones y las acti vidades culturales
complementarias dirigidas a los socios de Altamira.
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� Recientemente, y por iniciativa de varias monitoras, se creó el denominado
Grupo de Apoyo de Altamira, que celebra reuniones m ensuales con
personas de Altamira que, por circunstancias person ales o familiares
se encuentran solas o se ven particularmente aislad as.
El grupo impulsa las salidas culturales y de ocio entre sus participantes,
para que éstos estrechen lazos y encuentren ayuda y comprensión mutua.
También programa periódicamente charlas con psicólogos y otros
profesionales.
� Altamira edita desde 1994, además, una Gaceta, que funciona como el
más importante medio de expresión dentro del Aula. En la revista se editan
colaboraciones de lo más diverso procedentes de alumnos y profesores:
noticias, comentarios sobre temas de actualidad o relacionadas con nuestro
entorno más inmediato, aportaciones literarias, crónicas de viajes y fiestas,
propuestas, etc.
� Por último, apuntar que, cada año tienen lugar dos grandes reuniones en
el seno de la Asociación: la de Navidad y la de Fin de Curso . En la
celebración participan todas las actividades del Aula (con lecturas,
canciones, puesta en común de trabajos…) y a menudo intervienen
colaboraciones externas (coros, música, teatro, danza, cuentacuentos…).
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quiénes colaboran con la asociación
� Altamira es posible gracias a la constancia y empeño de sus más de 650
alumnos y al trabajo completamente desinteresado y gratuito de 80
profesores, monitores y colaboradores ocasionales.
� La asociación se sostiene económicamente gracias a las cuotas de los
socios y a la subvención que anualmente recibe de la Consejería de
Educación de la Comunidad Autónoma de Madrid .
� La comunidad religiosa de Jesús y María , que gestiona el centro de
educación primaria Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, cede las
instalaciones para que en ellas se impartan las clases que se ofrecen.
� Las Juntas Municipales de los Distritos de Ciudad L ineal y San Blas
también prestan su apoyo al proyecto a través de iniciativas diversas.
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cómo fueron los inicios de Altamira
Aula de Cultura Altamira vio la luz en el curso 1981-1982. Su historia comienza
de manera espontánea, cuando Goyi Gil, madre de una alumna del Colegio
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Hermanos García Noblejas, 17) se da
cuenta de que otras madres tienen dificultades para ayudar a sus hijos con los
deberes por no haber tenido la oportunidad de ir a clase ellas mismas.
Se propone entonces crear una escuela para adultos. Y así, con una profesora
y tres alumnas, y el apoyo de Fátima Cominges, religiosa del Colegio Nuestra
Señora de la Caridad del Cobre, empieza su andadura la futura Aula Altamira.
En poco tiempo se unen nuevos alumnos y monitores, que no tardan en darse
cuenta de que, junto a las necesidades educativas del distrito, son muchas las
personas que precisan de otro tipo de atención: mujeres que viven solas,
viudas con hijos recientemente independizados, amas de casa al cargo de
enfermos y mayores o abuelas y abuelos “canguro” con poco tiempo para sí
mismos…
Altamira decide abrirles a ellos también las puertas de sus aulas. Así, amplía
los cursos de alfabetización a niveles más altos y crea talleres culturales de
historia, de literatura, de trabajos manuales, de baile…
El 30 de julio de 1986 la escuela de adultos se inscribe en el Registro de
Asociaciones del Ministerio del Interior como Asociación Cultural Aula Altamira.
Su nombre alude a las “altas miras” que tenían desde un primer momento sus
fundadores: proporcionar a las personas, a través de la educación y la cultura y
en un entorno de apoyo, nuevas perspectivas y oportunidades de crecimiento y
desarrollo personal.
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Para más información sobre el Aula de Cultura Altamira
Teléfono (sólo de lunes a jueves, de 18.30 a 20.15): 91 367 04 56 www.aulaaltamira.com
Para prensa: 610 944 030 (Pedro Félix González)