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Esta exposición del Programa de Medio Ambiente y Ciencia de la
Fundación “la Caixa” presenta los bosques como los ecosistemas
terrestres con mayor biodiversidad. El objetivo principal es el de insistir
especialmente en la gran importancia de los bosques a todos los
niveles, y en la necesidad de gestionarlos de manera sostenible.
En la exposición se pretende mostrar las funciones ecológicas, como
la regulación del oxígeno en la atmósfera o el ciclo del agua, que son
básicas para el equilibrio natural del planeta. Al mismo tiempo, los
bosques son fuente de varios recursos económicos que proporcionan
riqueza y contribuyen al desarrollo de las poblaciones de todo el
mundo. Por ello, la conservación de los bosques supone un reto de
fundamental importancia. La exposición parte de la idea de que es
posible explotar un bosque sin alterar su conservación, es decir, de
forma sostenible. Para hacerlo, es fundamental tener un buen
conocimiento de este ecosistema y de sus componentes.
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Los elementos museográficos de esta exposición serán:
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A grandes rasgos, la exposición se dividirá en 4 ámbitos conceptuales:
Cómo funciona el bosque, El árbol, Los bosques de España
y El bosque y el ser humano.
Objetos reales: muestras de madera, herramientas utilizadas en
la industria forestal, muestras de hojas, troncos, semillas y frutos,
objetos de madera elaborados por el ser humano, etc.
Esculturas de árboles.
Módulos interactivos sobre el concepto de sostenibilidad y sobre
la regresión de los bosques, la evapotranspiración, etc.
Audiovisuales y animaciones sobre el conocimiento de los
bosques.
Mapas y fotos por satélite.
Ámbito 1
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En este ámbito se describe cómo funciona un bosque detallando
características biológicas y ecológicas. La introducción al ámbito se
plantea como un zoom que va desde el bosque hasta el árbol. El bosque
es un ecosistema complejo, donde los diferentes elementos que lo
forman (árboles, arbustos, animales, hongos, bacterias) ejercen un papel
fundamental y están íntimamente relacionados unos con otros. Además,
el bosque, como componente de la biosfera, cumple una serie de
funciones ecológicas fundamentales. Se explicarán, también, los diferentes
microsistemas en funcionamiento dentro del bosque.
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El bosque está adaptado al medio físico o biotopo. Se muestra el ritmo
de los bosques, las variaciones estacionales y la diferencia entre
estaciones húmedas y secas.
Un elemento característico de este ámbito es una sección de un tronco.
Buena parte de las características de los bosques dependen del clima
de la región geográfica en la que se desarrollan. Como norma general,
la velocidad de crecimiento de los árboles es proporcional a la temperatura
y al grado de humedad. Así, en climas húmedos y calurosos, los árboles
crecen más rápido que en entornos secos y fríos. De igual modo, el
crecimiento de los árboles se acentúa durante las estaciones más cálidas
y lluviosas, como la primavera, y se detiene durante las estaciones secas
o frías, como el invierno. Este crecimiento de los árboles puede observarse
directamente sobre los anillos que se forman en el tronco año tras año,
y que podemos observar en esta pieza.
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El suelo es el sustrato natural sobre el que se desarrolla la vida vegetal
en el bosque. La formación del bosque es un proceso que se extiende
a lo largo de miles de años y en el que participan dos elementos
principales. Por un lado, la roca que se va disgregando -meteorizando-
por efecto de los agentes meteorológicos; por otro, la aportación de la
materia orgánica procedente de los seres vivos: hojas secas, restos de
madera, excrementos, animales en descomposición, hongos, etc. La
capa superior del suelo presenta un color oscuro a causa de la materia
orgánica descompuesta o humus. La inferior es habitualmente más clara,
en función de la roca de la que procede..
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En este ámbito se muestra la relación entre los distintos seres vivos del
bosque. Se trata de un conjunto de plantas, animales, hongos y
microorganismos diversos, protistos y moneras, de diferentes especies
que interaccionan en un medio determinado: nacen, crecen, se alimentan
unos de otros, colaboran, se protegen, mueren o se descomponen.
Ámbito 2
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Los árboles son los protagonistas principales del ecosistema bosque:
regulan la entrada de luz y la humedad, proporcionan alimento y cobijo
a plantas y animales, sustentan el suelo y aportan material para la
producción de humus.
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El elemento principal de este ámbito será un módulo mecánico que
explicará cómo funciona un árbol ilustrando procesos tan importantes
como la evapotranspiración. Los árboles tienen un papel fundamental
en la regulación del clima: ayudan a retener el agua en el suelo gracias
a las raíces y a un efecto de sombra, y aportan humedad a la atmósfera
a través de la evapotranspiración. Tomando como ejemplo una maqueta
de un roble, el visitante podrá observar, mediante un módulo interactivo,
qué cantidad de agua bombea un árbol en un día de verano.
El árbol es el individuo principal de los bosques, el componente que
articula el funcionamiento de todo el ecosistema forestal. Los árboles
como seres vivos disponen de órganos vegetativos (hojas, tronco, ramas
y raíces) y órganos reproductivos (flores, frutos y semillas). El conocimiento
de las partes y las funciones de un árbol nos facilita la comprensión del
funcionamiento del bosque.
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Es la parte móvil del árbol. En este ámbito se explican las diferentes
formas de dispersión que existen. También podremos observar una
colección de semillas.
En el transcurso de la evolución de las especies, las semillas constituyen
una de las innovaciones más singulares de las plantas vasculares y son
una de las causas de su éxito actual. La semilla permite una dispersión
independiente del medio acuoso, al contrario de lo que sucede, por
ejemplo, con las algas y los musgos. La semilla es una unidad modular
independiente de dispersión, ya que el embrión está protegido por una
cubierta dura y seca y cuenta con una reserva alimenticia, por lo que
no depende de la variabilidad del entorno.
La dispersión de las semillas es un proceso natural que presenta
mecanismos muy diversos y que nos dice mucho acerca de la capacidad
de adaptación de las especies a las condiciones del entorno y, también,
de su predisposición a utilizar diferentes recursos con el fin de incrementar
la eficiencia reproductiva.
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El tronco es la parte leñosa de la planta. Tiene funciones de sostén y de
transporte. Dos muestras de troncos reales, seccionados longitudinal
y transversalmente, nos permiten destacar las diferentes capas que
forman el tronco (corteza, floema, cámbium, xilema externo y xilema
interno).
Ámbito 3
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En España, alrededor de 15 millones de hectáreas están cubiertas de
bosques: cerca de un 30% de su superficie.
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Las glaciaciones del cuaternario y la orografía de la Península han
condicionado la distribución de los bosques en España. Existen especies
relictas de clima frío que han quedado aisladas en zonas de gran altitud.
Hallamos una buena muestra de esta relación entre los bosques y el
clima en el hecho que la distribución de la vegetación varía a lo largo de
los tiempos geológicos. Así, durante las glaciaciones cuaternarias
podíamos encontrar en el llano o junto al mar algunos de los árboles
que hoy sólo localizamos en la alta montaña. Al retirarse los hielos, estas
especies han quedado confinadas al paisaje alpino. El visitante puede
observar una animación que ilustra la relación entre las glaciaciones, las
montañas y la distribución actual de los bosques de la Península. También
podemos ver detalles de la extensión potencial y la extensión real de
los bosques.
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España es el país europeo con mayor biodiversidad, y esto se refleja
también en la flora. Se mostrará un total de 18 especies de las más
representativas, en una singular “Xiloteca” que contendrá sus hojas,
frutos, tronco y objetos elaborados por el hombre con su madera.
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Un aspecto interesante de los árboles es su singularidad, ya sea por su
gran tamaño, edad, valor social o cultural, o por su significado histórico.
Se presentará una muestra de árboles famosos por su edad, altura,
diámetro... como “el roble de Gernika” o “el Abuelo” de Galicia
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Ámbito 4
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Estos productos son una verdadera fuente de riqueza para las poblaciones
humanas. Es importante explotarlos de manera sostenible. Si lo aplicamos
a un recurso natural, por ejemplo un bosque, el desarrollo sostenible es
aquel que permite aprovechar este recurso teniendo en cuenta la
capacidad del ecosistema de recuperarse.
¿Cuál debe ser nuestro papel como consumidores y usuarios del bosque?
Una buena práctica como consumidores consiste en comprar productos
fabricados con maderas que dispongan de certificados forestales. Éstos
garantizan que han sido extraídas de bosques explotados de forma
sostenible.
Se trata de mostrar la relación entre el hombre y los bosques; los
productos, primarios y elaborados, que se extraen del bosque.
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Dentro de este ámbito también podremos encontrar un apartado dedicado
a los incendios. Con la ayuda de mapas y un sistema multimedia, se
pretende incidir en este tema para concienciar a los visitantes sobre el
gran problema que suponen los incendios forestales. Las consecuencias
de estos incendios son muy diversas, y tienen repercusiones en los
campos ambiental y socioeconómico. En efecto, los fuegos inciden
directamente sobre la transformación del paisaje, considerado éste como
un patrimonio natural y como un recurso turístico. Por otro lado, las
implicaciones ecológicas y ambientales son notables: la destrucción de
la vegetación asociada a los incendios incrementa el riesgo de erosión
de los suelos, especialmente durante los episodios de lluvias fuertes tan
características de los otoños mediterráneos. Esta pérdida irreversible
de suelo supone también la eliminación de nutrientes disponibles. Por
otro lado, todos estos perjuicios tienen a largo plazo graves efectos
socioeconómicos, como el abandono de las actividades forestal, granadera
y agraria, y un descenso de la valorización paisajística y, en consecuencia,
también turística.
��������En términos generales, con esta exposición pretendemos que el visitante
comprenda que un bosque no es solo una agrupación de árboles. El
conjunto de seres vivos recibe la denominación de biocenosis. El medio
que los rodea, es decir, el sustrato geológico, el agua y la atmósfera,
recibe el nombre de biotopo. El conjunto de los seres vivos, el entorno
y las relaciones que se establecen es un sistema ecológico, es decir, un
ecosistema.
El ecosistema bosque no es una entidad aislada. Forma parte de otro
sistema mayor en el que todo está también interrelacionado: el planeta
Tierra, el ecosistema global. Si consideramos una escala de organización
ecológica partiendo de los niveles más globales, como la biosfera o el
bioma mediterráneo, y llegando hasta los más concretos, como el bosque,
el árbol o el grupo de microorganismos que opera en el suelo del bosque,
podemos establecer diferentes estadios, unos encajados en otros, tal
y como sucede con las conocidas muñecas rusas, las matriushka. El
ecosistema bosque desarrolla funciones fundamentales en la biosfera,
como la liberación de oxígeno y el consumo de dióxido de carbono, lo
que contribuye a la regulación del clima.
Junto con los textos, esta exposición cuenta con el apoyo de numerosas
poesías conocidas en las que se reflejan todas estas ideas.
