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Estudio sobre los efectos de laestimulación física extracurricular

en niños bonaerenses de 9 a 12 años(Argentina - Dic. 2008)

Autores: Klgo. MASABEU, Emilio – Lic. VILAMITJANA, Javier – Lic. SIFFREDI, Carlos.

Evaluación: Dr. RODRIGUEZ PAPINI, Hugo.Procesamiento estadístico: Lic. LONGO, Aldo.

Conducción equipo docente: Prof. GIORDANI, Patricia – Prof. RAMOS, Eliseo – Prof. BONFANTE, María.

Institución: CLUB DE AMIGOS

Patrocinante: COCA-COLA

INTRODUCCION

Los factores que intervienen en los procesos de crecimiento, desarrollo y maduración son numerosos y con frecuencia actúan de manera coordinada. El metabolismo endócrino, la genética, la alimentación, la aptitud física y la influencia ejercida por el medio ambiente, son algunos de los factores que van a determinar el resultado final de estos procesos. La actividad física es importante en el normal crecimiento y maduración en los niños, cumpliendo un rol fundamental en el desarrollo de hábitos sanos y una mejor calidad de vida en la adultez.(18) En este sentido, el ámbito de la escuela se presen-ta como un excelente espacio donde incrementar dicha actividad. Una vida activa se asocia con un rango de beneficios psicofísicos: reducción en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, optimización del peso corporal, estructu-ra ósea saludable, fitness y factores psicológicos.(18) Sin embargo, la literatura sobre pruebas de intervención con niños escolares y sobre la cantidad de actividad necesa-ria para lograr efectos positivos, resulta escasa. Serbescu y colaboradores(25) desarrollaron un diseño experimental con seis meses de estimulación extra-programática, encontrando diferencias significativas a favor del grupo intervenido en ambos sexos. Otro trabajo(2) ha analizado los efectos de un programa de actividad física específico, comparado con las clases de educación física en niños afro-americanos. En este caso, las diferencias significativas entre los grupos han sido determinadas solamente en niñas, cuando la muestra fue dividida por grupo etáreo. En el marco del Programa Escuelas Saludables, Coca-Cola se unió al Municipio de General Rodríguez y al Club de Amigos, con la idea de aportar al estado de arte sobre el tema, a partir de la elaboración del siguiente estudio:

OBJETIVO DEL ESTUDIO

El propósito del estudio es determinar si estímulos adicionales de actividad física provocan cambios morfo-funcionales relevan-tes o significativos en escolares de 9 a 12 años de la Provincia de Buenos Aires.

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MÉTODO

Diseño

Considerando que en la niñez resulta complejo determinar la influencia de los factores intervinientes en los procesos de crecimiento, maduración y desarrollo, se diseñó un estudio cuasi-experimental, controlado en grupos, con las escuelas como unidades de asignación de tratamientos y los alumnos como unidades de colección de datos. Los registros de las variables consideradas fueron recogidos de siete instituciones de Educación General Básica del Municipio de General Rodríguez (Buenos Aires), ciudad miembro de la Red de Municipios Saludables del Ministerio de Salud de la Nación. Parti-ciparon inicialmente 210 niños de 4°, 5° y 6° grado, con edades comprendidas entre 9 y 12 años. Conformaron el grupo de intervención (I) 113 participantes (65 varones y 48 niñas) provenientes de cinco escuelas. A es-tos niños se les ofrecieron tres sesiones extracurriculares de actividad física a la semana, de noventa minutos cada una, a cargo de profesores del Club de Amigos. Estos estímulos físicos tuvieron lugar en el polideportivo municipal los días lunes, miércoles y viernes en horas de la tarde. El grupo restante de 97 niños (55 varones y 42 niñas de otras dos escuelas) fueron considerados como grupo de control (C). Los mismos recibieron solamente su clase curricular de educación física. En el momento de equiparar los grupos, además de la edad cronológica y factores relacionados a la aptitud física, se consideró la edad esquelética de los sujetos por el método atlas de Greulich y Pyle.(5) (12) El criterio de corte utilizado para este estudio, fue el sugerido por Malina R. y Bouchard C. (1991) para muestras de niños deportistas (± 1 año).(18) La Tabla 1 presenta una descripción de las características de los individuos.Durante un período de dos años (2007-2008) se realizaron pruebas de aptitud física y test de antropometría al inicio (mayo) y al finalizar el ciclo escolar (noviembre). Asimismo, se llevó a cabo una encuesta nutricional que ayudó a conocer los hábitos alimenticios de los alumnos (recordatorio de ingesta en las últimas 24 horas) y una encuesta motivacional que brindó información sobre el tiempo dedicado a la práctica de alguna actividad física fuera del colegio. A diferencia de las otras pruebas, las encuestas se realizaron por única vez y sólo al efecto de poder determinar ciertos indicadores que ayu-daron a describir de una manera más precisa el perfil de la muestra a estudiar durante la investigación.

Pruebas de aptitud física

Los niños realizaron nueve pruebas de aptitud con fiabilidad superior al 0.9. Algunas de ellas forman parte de la batería de testeos de la American Association for Health, Physical Education and Recreation (AAPHER)(1) y del European Test of Physical Fitness (EUROFIT).(8) Las pruebas seleccionadas fueron: Handgrip (Fuerza estática de prensión, kg), Fuerza abdo-minal en 30 segundos (Fuerza resistencia, repeticiones), Fuerza de brazos con tracción en 30 segundos (Fuerza resisten-cia, repeticiones), Salto vertical con impulso de brazos (Fuerza explosiva, centímetros), Test de Navette-Leger (Consumo máximo de oxígeno, ml.kg.min), Plate Tapping (Velocidad segmentaria, segundos), Prueba de tacos (Velocidad y agilidad, segundos) y Rango de movimiento en hombros (Flexibilidad, grados).

Antropometría

Se implementó un test antropométrico con medidas de peso corporal, talla de parado y sentado, anchuras de húmero, fé-mur, biacromial y bicrestíleo, perímetros de brazo relajado, abdominal y gemelo.(14) El porcentaje de adiposidad fue estimado desde pliegues cutáneos (0.1mm) determinados a partir de un calibre plicómetro Harpenden (Harpenden Inc., England) en dos sitios corporales (tríceps y gemelo interno) de acuerdo a la ecuación de Slaughter.(26) Debe considerarse que esta ecua-ción ha sido validada en sujetos de 8 a 17 años y establecida con altos niveles de fiabilidad, (23) (14) con un error estándar de estimación del 3 - 4 %.(14) (17) El Índice de Masa Corporal (IMC, índice de Quételet) fue calculado desde la masa corporal (kg) y la talla (metros): IMC (kg/m²).

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EstimulaciónSe contabilizaron en total 50 semanas de estimulo (25 por ciclo lectivo). Los lunes y miércoles la estimulación fue dirigida a la aptitud física y el viernes se estableció un conjunto de actividades integrado por juegos y deporte.1- Bloque de estimulación condicional: La sesión se dividió según la capacidad física a trabajar: a) Fuerza resistencia (ejer-cicios construidos con intensidad regulada), b) Velocidad gestual y frecuencial (circuitos y actividad lúdica), c) Fuerza ex-plosiva (en sinergia con la velocidad y en base a diferentes formas de saltabilidad), d) Capacidad aeróbica y coordinación (estimulación de niveles funcionales por medio de tareas de ejecución técnica, prevaleciendo el método intermitente con recuperación pasiva), e) Flexibilidad (activa y dinámica, sin compromiso en la estabilidad de las articulaciones). 2- Bloque Deportivo: Confiando en el valor motivacional que representa su práctica y con el objeto de aplicar los conteni-dos desarrollados los lunes y miércoles, se denominó al viernes como “Jornada Lúdica Deportiva”. Considerando los datos de la encuesta motivacional, se realizaron encuentros de fútbol, voleibol, handbol, basquetbol y softbol.

Análisis estadístico

En función de las diferencias propias de género, las comparaciones de las variables de estudio fueron realizadas para niñas y varones por separado. Al cabo de las 50 semanas, se identificó un grupo de 40 niños que no alcanzaron el estándar mínimo de asistencia establecido para el programa (al menos un estímulo semanal) reduciendo la muestra tratada estadísticamente a 170 casos (87 varones y 83 niñas). Se propuso para cada una de las variables un modelo lineal mixto. “Condición” fue ingresado como factor fijo en el modelo, con los niveles I = Intervención y C = Control. El factor “Escuela“ fue anidado en “Condición” para controlar la posible varianza de las instituciones. La prueba t ha sido utilizada para el contraste entre tratamientos. Durante el procedimiento inicial de comparación de muestras, los análisis fueron llevados a cabo ajustando por la edad de los participantes (inicialmente las diferencias determinadas entre grupos no fueron estadísticamente significativas en la mayoría de las variables seleccionadas). Para la comparación final, todos los análisis fueron realizados covariando por el valor registrado al inicio del período de inter-vención. El nivel de significación de las diferencias establecido para ambas comparaciones fue de 0.05. La Tabla 2 presenta una descripción de las características de los individuos que finalmente se tuvieron en cuenta para el tratamiento estadístico.

RESULTADOS

Los contrastes por grupo experimental de niñas resultaron ser de significancia estadística en 7 pruebas. En todos los casos a favor del grupo intervenido: Flexibilidad de Hombro en Extensión (8.39º, IC95%: 2.28 a 14.50), Consumo Máximo de Oxígeno (3.14 ml.kg.min, IC95%: 0.93 a 5.35), Fuerza Estática de Prensión de Mano (5.16 kg, IC95%: 3.13 a 7.19), Velocidad y Agilidad (-1.82 s, IC95%: -2.82 a -0.81), Velocidad Segmentaria de Brazos (-1.64 s, IC95%: -3.15 a -0.14), Altura de Salto Vertical con Impulso de Brazos (2.75 cm, IC95%: 0.29 a 5.20) y Fuerza Resistencia de Abdominales (7.26 rep., IC95%: 4.09 a 10.42). Además, las evaluaciones formales de las diferencias favorables al grupo I en la prueba de Fuerza Resistencia de Brazos y el Porcentaje de Adiposidad, aproximaron el nivel de significación estadística establecido.Por el lado de los varones, fueron encontradas igual número de diferencias estadísticamente significativas entre los gru-pos experimentales, todas favorables al grupo intervenido: Flexibilidad de hombro en extensión (14.81º, IC95%: 4.82 a 24.80), Consumo máximo de oxígeno (3.24 ml.kg.min, IC95%: 0.10 a 6.38), Fuerza estática de prensión de mano (5.16 kg, IC95%: 2.99 a 7.34), Velocidad segmentaria de brazos (-2.28 s, IC95%: -3.69 a -0.88), Altura de salto vertical con impulso de brazos (3.19 cm, IC95%: 0.27 a 6.11), Fuerza resistencia de abdominales (5.25 rep., IC95%: 1.83 a 8.66) y Porcentaje de adiposidad (-4.15 %, IC95%: -6.24 a -2.06). Los resultados del análisis realizado con las valoraciones obtenidas en las muestras de niñas y de varones al finalizar las dos etapas del programa de intervención se presentan en las Tablas 3 y 4. La figura 1 resume los porcentajes de diferen-ciación entre grupos con el nivel de significación establecido a priori (comparativo de varones y niñas por variable) a excepción de la adiposidad (niñas).

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ANALISIS Y DISCUSION DE LOS RESULTADOS

La fuerza resistencia de abdominales y la fuerza estática de prensión de mano fueron las variables de estudio con mayor porcentaje de diferenciación para ambos sexos, siguiendo el porcentaje de adiposidad (en varones), luego la velocidad segmentaria de brazos, el salto vertical con impulso de brazos y el test de velocidad - agilidad (en niñas). Finalmente se encuentran las variables de consumo máximo de oxígeno y la flexibilidad de hombro en extensión.

Fuerza resistencia y fuerza estática

Las diferencias más importantes a favor del grupo I en ambos sexos se registraron en “Fuerza resistencia de abdominales” (47.1 en niñas y 26.6 % en varones) y “Fuerza estática de prensión de mano” (21.2 % y 19.9% respectivamente). Con el paso de los años el desarrollo de la fuerza mejora relativamente poco y depende en gran medida de las exigencias que presenten las actividades lúdicas practicadas.(6) Debido a efectos predominantemente madurativos, entre los ocho y hasta los doce-trece años se observa un incremento leve, pero lineal del desarrollo de la fuerza.(7) Este comportamiento podría potenciarse con mayor estimulación. Weltman(29) completó una revisión extensa del tema, reportando que la ma-yoría de los autores estudiados demostraron incrementos en fuerza que se encuentran mucho más allá de los esperados por acción del crecimiento.(29) (21) (28) Es el caso de Pfeiffer y Francis, (21) quienes determinaron aumentos consistentes en la fuerza de prepúberes, púberes y postpúberes, obteniendo mayor adaptación en las extremidades superiores, luego de nueve semanas de entrenamiento. En este caso, se hallaron diferencias significativas entre los grupos (I-C) en 3 de las 16 evaluaciones realizadas. Cabe referir que los prepúberes lograron un mayor porcentaje de aumento, comparados con los otros dos grupos. Del mismo modo, Faingenbaum y colaboradores (10) realizaron estudios experimentales con niños de 7 a 12 años de edad, entrenando específicamente la fuerza con máquinas de sobrecarga adaptadas a las dimensiones corpo-rales. Con una duración de 8 semanas y doble frecuencia, el programa consistió en realizar 12 ejercicios por rutina de trabajo y 10-15 repeticiones por ejercicio. Los niños que participaron de una a dos veces por semana, se diferenciaron entre un 14.2 y 24.7 % (p<0.05) sobre el grupo control, en una repetición máxima para el ejercicio de prensa. Para los niños que intervinieron en dos veces por semana, el porcentaje de diferenciación fue de 11.5 y 4.4 % (p<0.05) en una repetición máxima de fuerza en banco plano. Es un hecho que los niños pueden mejorar su fuerza con el entrenamiento de sobrecarga.(31)

En el caso de los alumnos de General Rodríguez, el programa contempló estimulación a partir de ejercicios construidos con el objeto de acentuar el trabajo de grandes grupos musculares y con un nivel de complejidad que permita la realiza-ción de varias repeticiones (fuerza resistencia). En un estudio similar realizado por Serbescu,(25) donde se implementó un diseño de intervención extracurricular de seis meses, con dos sesiones semanales de 50 minutos, se hallaron diferencias

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significativas a favor para el grupo I varones en la prueba “Fuerza resistencia de abdominales” (20.4 %, p< 0.05). En el presente estudio, los porcentajes de diferenciación en la prueba de “Resistencia de abdominales” fueron más amplios en niñas que en varones (Figura 1). Explicamos este resultado al considerar que las niñas alcanzan la pubertad anticipa-damente a los varones(5) (15) y sabiendo que este tránsito impulsa cambios relevantes en todas las manifestaciones de la fuerza.(7) Esto ha sido comprobado por Blimkie y colaboradores, quienes pudieron registrar una mayor proporción del pico de la fuerza (definida arbitrariamente a los 18 años) de las niñas, comparada con la desarrollada por los varones.(6). Una niña de 10 años puede exhibir una fuerza del 50 % de su pico, mientras que en los varones este porcentaje se ha de-terminado a los 12.5 años.(6) Ramsay y Blimkie(22) atribuyen la ganancia de fuerza en prepúberes a los siguientes factores determinantes: incremento de la capacidad coordinativa específica, incremento en la activación de unidades motoras específicas y otras adaptaciones neurológicas aún no determinadas.

Porcentaje de adiposidad

En la variable “Porcentaje de adiposidad”, los Varones I se diferenciaron en un 21.7 % menos sobre su contraparte (4.2 % de grasa corporal total), mientras que en las niñas la diferencia de composición a favor del grupo intervenido se corres-ponde con un nivel de significación estadística próximo al estipulado a priori (8.9 %, p<0.08). Los componentes del peso corporal pueden ser influenciados potencialmente por una actividad física sistematizada.(27)(19)(20) La adiposidad tiende a disminuir durante períodos de actividad física regular (25 semanas)(18)(27) y aumentar en períodos de inactividad.(18) Varones de 11 a 13 años de edad, comprometidos en programas de actividad física, pueden contener más tejido de masa libre de grasa con cantidades menores de masa adiposa.(27) Luego de cuatro años, Baquet y colaboradores(3) hallaron cambios significativos de adiposidad solamente en varones (11.5 años, -6.3 % de adiposidad, 37.7 % de diferenciación, p<0.05). Cuestiones acerca de las diferencias entre sexos sobre la respuesta de la masa adiposa y masa libre de grasa a la actividad física regular están lejos de ser definidas. Normalmente se observa una tendencia de aumento de adiposidad en niñas con el transcurrir de los años a partir de la prepubertad,(18) de modo que es importante resaltar los cambios observados en las niñas, a pesar que no se determinaron a niveles de significación del p<0.05.

Velocidad y coordinación

Para las variables relacionadas con estas capacidades, las pruebas que revelaron diferencias significativas entre los gru-pos se registraron en “velocidad segmentaria de brazos” (12.1 % en niñas y 17.1 % en varones), “salto vertical con impulso de brazos” (11.5 % en niñas y 12 % en varones), “velocidad y agilidad” (12.1 % en niñas). Estos resultados son comparativamente similares a los observados por Serbescu(25) donde se hallaron diferencias signi-ficativas (p<0.05) a favor del grupo I en pruebas como el “salto vertical” (13 % varones y 18.8 % en niñas) o la “prueba de tacos” (3.8 % y 8.5 % respectivamente). La pubertad parece ser un importante período para el desarrollo de la potencia anaeróbica, reflejado a partir de cambios en el tamaño corporal, masa muscular y la capacidad glucolítica.(18) Factores neurales también pueden contribuir a los cambios inducidos por el entrenamiento de la velocidad.(18) De acuerdo a los trabajos de Fardel(11) y Winter(32) se ha establecido que cerca del 75 % del desarrollo propio de las capacidades coordinati-vas en las niñas se alcanza a los 10 años y en los varones a los 12 años.

Intervención Control Intervención Control

VARONES MUJERES

Si bien no se establecieron niveles de significación, es necesa-rio referir diferencias observadas entre los grupos, al categori-zar el IMC por edad (conforme al estándar internacional).(33)

Mientras que el grupo intervenido redujo 4.4 % en varones y 3.6 % en niñas el porcentaje de casos con sobrepeso, su contra-parte no sufrió cambio alguno en la población de niñas y au-mentó 7.1% la cantidad de casos entre los varones (Figura 2).

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Consumo máximo de oxígeno

La diferencia hallada en el grupo I para ambos sexos (7.5 % en niñas y 7.1 % en varones) es comparable con estudios de similares características, aún teniendo en cuenta que la capacidad aeróbica fue estimulada indirectamente, a partir de acti-vidades como el juego, acciones técnicas y deporte. Varios estudios demuestran que cuando se mide el VO2 máximo por kilogramo de peso corporal (ml.kg.min), los niños menores de diez años poseen un nivel de entrenabilidad menor que los jóvenes y adultos, aún cuando la estimulación se relaciona únicamente con la capacidad aeróbica.(18) Por ejemplo, Baquet y colaboradores(4) hallaron diferencias significativas en el VO2 máximo (5.4 %, p<0.001) luego de siete semanas de entrenamiento específico (2 veces por semana, 30 minutos, método intermitente de alta intensidad). Rowland y Boyajian(24) desarrollaron una investigación con 35 niños, los cuales entrenaban en el colegio tres veces por semana, con actividades de resistencia aeróbica de duración de 20 a 30 minutos (12 semanas). El resultado favoreció al grupo I con una diferencia media del 6.7 % (p<0.05). Por otro lado, estudios similares no revelaron diferencias significativas en ambos sexos (Serbescu, 2006).(25) Williams y colabo-radores(30) estimularon a prepúberes con métodos diferenciados durante ocho semanas y no hallaron diferencia significativa (p<0.05) en ninguna de las variables estudiadas (Consumo Máximo de Oxígeno, Ventilación, Frecuencia Cardíaca).

Flexibilidad de hombro

Se pudo determinar una diferencia significativa a favor del grupo I en comparación con su contraparte para ambos sexos (3.9% en niñas y 7% en varones). Cabe referir, que los niños poseen una capacidad mucho mayor de adquirir y mantener altos grados de flexibilidad que el adulto. Incluso, varios estudios idealizan a la fase prepuberal para el entrenamiento de la flexibilidad, aunque la mis-ma pueda estimularse desde mucho antes.(13) Investigaciones realizadas por Dantas y colaboradores, han verificado que niños de 3-7 años incrementaron la movilidad de la columna vertebral, articulaciones coxo-femoral (cadera) y escápulo-humeral (hombro), pero de siete años hasta la pubertad no se registraron aumentos significativos a no ser en las direccio-nes en que fueron trabajadas.(9)

CONCLUSIONES

Los contrastes por grupo experimental resultaron ser de significancia estadística a favor del grupo intervenido en 7 de 9 pruebas para ambos sexos, demostrando que una a dos sesiones extras de educación física a la semana son suficientes para mejorar capacidades como la fuerza, la velocidad y agilidad, la flexibilidad y la resistencia aeróbica. Por otra parte, también es significativa la diferencia favorable a los varones intervenidos, en relación a la variable que da cuenta del porcentaje de adiposidad. Considerando que este comportamiento se presentó sólo en niños, deberá estudiarse en futuros trabajos las cuestiones sobre la respuesta de la masa adiposa y masa libre de grasa, ante la actividad física regular de las niñas.

FUTURAS DIRECCIONES

Es necesario analizar estadísticamente el rendimiento de los niños por edades, considerando la existencia de estadíos de maduración sexual situados al interior del rango etáreo contemplado en el presente estudio. Además, se mani-fiestan diferentes respuestas de la masa adiposa a la actividad física regular según el género, lo que podría dar lugar a nuevas investigaciones sobre el tema. Finalmente debería compararse el efecto del ejercicio físico antes, durante y después de la fase puberal, frente a estímulos de magnitudes proporcionales para cada una de las etapas. Este tipo de estudios ayudarían a mejorar la prescripción del ejercicio físico para las diferentes edades de desarrollo.

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TABLAS DE DATOS

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