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Ángel Arborníes, Consultor de
Innovation Coaching, nos habló de
la necesidad de gestionar la
innovación al interior de las
empresas para sistematizar la
creación de valor único, relevante
y blindado a la copia en nuestras
organizaciones.
Evolucionando hacia organizaciones
adaptadas para innovar
Muchas veces los empresarios caen en una ratonera, ante la
reducción de precios se ven forzados a bajar los costos e innovar
dentro de esta trampa, se olvidan de sacar la cabeza de la caja y
no ven innovaciones de afuera ni otras oportunidades de negocios
que puedan crear valor fuera de sus espacios habituales.
Los cambios hay que hacerlos de una manera positiva, ir hacia
una innovación abierta y democratizada, donde todos quienes son
parte de una empresa puedan participar. Es importante crear una
disciplina de la innovación, una gestión de la innovación.
¿Qué pasaría si lo que sabemos sobre innovación no fuera
cierto?, la innovación hay que repensarla, no tomarla como un
meme o “herencia cultural”, debemos constantemente innovar la
innovación, descubriendo nuevos caminos y metodologías que
impulsen la creación de valor dentro de las empresas.
Por ello, Ángel Arboníes nos propone adoptar la disciplina de la
Gestión de la Innovación lo que implica que debemos adaptar
nuestro ecosistema interno entendiendo que el campo de
intervención de la gestión innovadora es facilitar relaciones
complejas, motivando diálogos colaborativos, no hablando tanto
de nosotros, preguntando en vez de afirmar y siendo positivos.
Por otro lado, la innovación tiene límites, no es inventar ni crear,
no es buscar la mejor idea sino que buscar las mejores
posibilidades. Requiere una actitud resolutiva, no sólo analítica, no
se deben sólo recoger datos sino que también se debe ejecutar.
Además, tiene un fuerte componente comportamental y cultural, la
gran equivocación es ver la innovación como tecnología, las
innovaciones también deben ser adoptadas socialmente.
El foco de asumir la gestión de la innovación como uno de los
fundamentos base dentro de las empresas es entender que
innovar es un proceso cultural que se debe cultivar contantemente
al interior de la empresa. Eso nos lleva a no sólo estar enfocados
en los resultados, factor también relevante, sino que a entender
que la innovación es un proceso de aprendizaje en constante
evolución al interior de las empresas.
Es importante elaborar este cultivo ya que de esta manera se
puede desencadenar la innovación en lugar de tenerla controlada,
siempre se habla de los grandes éxitos (Google, iPod, Ebay,
iPhone etc.) pero lo realmente interesante es ver cómo sucedieron
estas innovaciones, que hay detrás de ellas y como se lograron
cultivar.
A primera vista puede parecer que la innovación es un proceso de
gestión más, similar a la logística o la comercialización, pero tiene
ingredientes que la hacen diferente. Se puede caer en la tentación
de dejar la innovación como un proceso regulado y guiado, pero
esto es una miopía, es quedarse con la punta del iceberg y no
Expositor
Experto en diseño
organizacional para la
innovación y Gestión del
Conocimiento. Ha
promovido en los
últimos años el Cluster
del Conocimiento y el
Centro de Investigación
en gestión, Mondragón
Innovation And
Knowledge, dentro de
investigación de la Red
Vasca de Ciencia Y
Tecnología, y centro
corporativo de
Mondragón Cooperación
Cooperativa.
Actualmente es
Innovation Couch para
el polo de
Innovación Garaia,
responsable de
Infonomía Eusakadi, y
consultor independiente
en innovación.
Julio de 2008
Ángel Arborníes, Consultor de
Innovation Coaching
verlo completo. Detrás de una gran innovación siempre hay una
fuerte gestión.
De forma simplificada, el proceso de innovación parece una
espiral constante. Su primera etapa es la Gestión de
Oportunidades donde se organiza la captación de ideas. Luego
viene la Gestión de Proyectos donde estos se desarrollan y se
elabora un modelo de negocios. Finalmente la Explotación que
es donde se ejecutan las ideas y estas generan valor.
También se debe tener en cuenta que la innovación es una
mezcla de cosas, es algo nuevo, no se puede clasificar ni en
tecnología ni gestión ni creatividad, es una mezcla de todo. El
asunto central no es intentar clasificarla, sino que se debe hacer
una gestión activa de oportunidades y no olvidar que se gestiona
en condiciones de incertidumbre.
Para que una innovación tenga éxito debe suceder que todos se
sientan parte de la idea, que de prosperar todos se sientan
ganadores y no hay que olvidar darle un reconocimiento al
innovador, a quien partió con la idea.
Existen cinco estados evolutivos en la Gestión de la Innovación:
Estado 1: Improvisación
Es el más bajo de la evolución y se refiera a la ausencia total de
Gestión de la Innovación, es cuando la organización decide no
invertir en ella y recurrir al heroísmo, a la capacidad de reacción
creativa de los dirigentes para responder con innovaciones
cuando sea necesario.
Estado 2: Lista de mejoras
La empresa realiza una lista de mejoras de productos, desarrollo
de nuevas propuestas de valor, referencias, peticiones de clientes,
etc. Las respuestas surgen reactivamente a las reclamaciones. Se
supone que hay asignaciones de presupuesto y de personas a
esto aunque sea más voluntarista que efectivo.
Estado 3: Portafolio estratégico de proyectos y tecnologías
La innovación se considera estratégica y tiene explicitado un
proceso de desarrollo de productos o de Innovación. Se hace un
portafolio con proyectos con distintos riesgos, es importante que
se tenga una buena conducción ya que proyectos mal manejados
causa una mayor incertidumbre y miedo a innovar.
Estado 4: Visualización de la innovación
Además de desarrollar actividades propias del estado 2 y 3, este
estado representa una estructuración y ejecución de la innovación.
La Innovación tiene una estructura que aparece en el organigrama
como staff con directores y responsables, se establece una
sistematización de la innovación.
Estado 5: Cultura Innovadora
Además de desarrollar actividades del estado 2, 3 y 4 se evidencia
una cultura innovadora más allá de los deseos. Existen
recompensas y reconocimiento explícito a personas y grupos que
se destacan innovando. También existen espacios, recursos y
tiempo dedicado a la innovación que es medido en el mediano
plazo.
A la hora de crear valor se debe tener en cuenta que el valor es
mucho más que el producto bruto, es una propuesta, un concepto
en el que se integran muchas variantes más, tiene también claves
físicas y emocionales, esta debe ser la meta última de todo el
proceso.
Pero más importante que el proceso de innovación es el generar
una cultura innovadora. La cultura de la innovación apenas tiene
tratamiento cuando en realidad es decisiva en una organización.
La cultura de una empresa es un término etéreo que se utiliza
indiscriminadamente para expresar comportamiento, actitud,
relaciones, sistemas, estilos de gestión, se utiliza como comodín
y, desde luego, como la razón subyacente para el fracaso o éxito
de modelos de gestión. Por esta razón muchas técnicas
prescriben el “cambio de cultura” como una sustitución. Se supone
que podemos diagnosticar una cultura, hacemos una matriz y
decidimos que tipo de cultura queremos implantar. Por ejemplo
una cultura innovadora o una cultura que valorice el intercambio
de conocimiento.
LINKS DE INTERÉS
Ángel Arboníes
Entrevista en OMB a
Ángel Arboníes y Josep
Tresseras
Seminario culturas
Organizacionales
Innovadoras, Centro de
Innovación y
Emprendimiento,
Universidad Adolfo
Ibañez.
Caso BEME: Nuevas
Reglas para cumplir
nuevos sueños desde la
innovación
Escrito y revisado por: Daniel Sanhueza
Diagramación y diseño: Isidora Valdés
Julio de 2008
Esta obra está publicada bajo una Atribución-No Comercial-Sin
Derivadas 2.0 Chile de Creative Commons. Para ver una copia de esta
licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/cl/.
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