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Curso virtual: Jóvenes, educación y trabajo; nuevas tendencias y desafíos.
Evaluación Parcial Pf.Psp. Lidia S. Carrizo
Temática elegida:
Transición de la escuela al trabajo en el marco de la universalización de la educación
secundaria en Argentina.
Propuesta: Posibles estrategias de articulación educación-trabajo a nivel local.
Como expresión de los procesos de profundos cambios que atraviesa la sociedad actual
desde el año 2006 rige en Argentina la LEN (Ley de Educación Nacional), que al instituir
el carácter obligatorio hasta los 18 años de edad genera el aumento de la matriculación de
jóvenes e impulsa políticas públicas de inclusión social y educativa que intentan reforzar el
ingreso, permanencia y continuidad de los jóvenes en el sistema educativo.
El nivel de educación secundaria, específicamente, plantea como finalidad “habilitar a
los/las adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, el trabajo y la
continuidad de estudios”, la expansión de la escolaridad plantea nuevos desafíos que
implican una necesaria articulación entre educación y trabajo, habida cuenta de considerar
el masivo egreso de jóvenes del nivel secundario y la construcción de expectativas de
inserción laboral que implica la titulación.
En la transición profesional el sujeto joven pasa por la institución escolar en búsqueda
de una acreditación laboral que le permita acceder de alguna forma al mercado de las
cualificaciones laborales en el mercado de trabajo. ( J. Casal)
El crecimiento de la escolaridad de la población genera tensiones sociales y políticas, ya
que si bien la escolaridad juega un papel importante en la formación de los jóvenes para el
trabajo y tiene un elevado reconocimiento en el mercado laboral, no garantiza la inserción
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en dicho mercado dado que la educación de los jóvenes se encuentra atravesada por
heterogeneidades relacionadas a la construcción de las subjetividades, identidades,
transiciones, itinerarios y trayectorias que implican situaciones de desigualdad entre ellos,
generando posiciones sociales y enclasamientos diversos.
Si bien las transiciones juveniles ya no siguen secuencias estandarizadas ni irreversibles,
pudiendo en casos presentarse como “biografizadas”, la universalización de la escuela
secundaria da cuenta de trayectorias estructuralmente determinadas, propias de aquellos
jóvenes con menos posibilidades de incidir sobre el curso que han de tomar sus vidas,
siendo en la mayoría de los casos heterogéneas y marcadas por discontinuidades y rupturas.
En este punto surgen preguntas que llevarían a plantearse; Más allá de las imposiciones de
la LEN ¿es visibilizada al interior de las instituciones de nivel secundario la nueva
condición juvenil, así como la situación de los jóvenes en el marco del capitalismo
informacional, desigual y post-moderno?; de ser así, ¿Incide más el título o los orígenes
sociales en las transiciones de los jóvenes del ámbito escolar al trabajo? ¿Es posible abordar
estrategias de articulación educación-trabajo ante la heterogeneidad y diversidad de los
jóvenes que transitan el nivel secundario? ¿Las estrategias se pensarían en términos de
oferta-demanda del mercado laboral, o, en términos de desarrollar en las jóvenes
habilidades y estrategias para ayudarlos en la transición?
Por su parte, si bien los estudios, así como el relato de experiencias y la observaciones
del cotidiano de jóvenes con y sin escolaridad respecto del mercado de trabajo muestran un
contexto de segmentación, heterogeneidad y diversidad que se correlaciona con las
trayectorias, itinerarios y transiciones de los jóvenes, y un abanico de posibilidades que
incluyen empleos formales, informales, tercerización, precarización, baja calificación, etc.
propias de los procesos de flexibilización e individualización, surge al respecto el
interrogante acerca de si a nivel local se plantea la posible articulación escuela-trabajo a
partir del análisis de recursos necesarios para planificar los recursos humanos en función
del nuevo vínculo de los jóvenes y el empleo.
Si bien los sistemas escolares de ninguna manera reducen sus objetivos a la formación de
los jóvenes para el trabajo es un hecho que el sistema escolar, en sus diferentes niveles,
constituye uno de los espacios explícitos e intencionales más eficientes para ello, por lo que
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se considera necesario a partir de esta aproximación pensar en propiciar el análisis al
interior del nivel educativo secundario acerca del significado de “trabajo” desde sus bases
epistemológicas hasta sus aplicaciones prácticas en consideración de los nuevos escenarios
en los que se dan las relaciones laborales, sociales, legislaciones, derechos y obligaciones
respecto de la conceptualización de juventud moderna contemporánea y las
transformaciones de orden económico y tecnológico.
Manuel Castells, caracteriza el nuevo concepto de trabajo por una separación entre dos
tipos, el autoprogramable (vinculado al trabajador que tiene la posibilidad de redefinir sus
capacidades para cambiar de puesto de trabajo conforme va cambiando la tecnología) y el
genérico (vinculado a un nivel de educación básica y al trabajador que recibe instrucciones
y ejecuta ordenes y que es lo único que se le permiten hacer), refiere también que importa
más que las cualificaciones una capacidad educativa de cultura general, de asociación, de
saber cuáles son las cualificaciones necesarias para las tareas que hay que hacer, como
buscarlas, como aprenderlas y como realizarlas, esto implicaría entonces toda una
redefinición del sistema de educación que ayude a superar la obsolescencia de los puestos
de trabajo y al desarrollo de competencias laborales.
Es a raíz de estas argumentaciones que se impone la necesidad de debatir entre los
distintos actores sociales respecto de cómo debe ofrecer o estructurar el sistema escolar la
formación para el trabajo y plantear estratégicamente la articulación entre estos dos ámbitos
partiendo de un diagnóstico situacional que lleve a reflexionar acerca de la implementación
de itinerarios escolares formativos y laborales para brindar la oportunidad, a los jóvenes
que transitan los últimos años del nivel secundario, de acreditación laboral que les permita
acceder de alguna forma al mercado de cualificaciones laborales en el mercado de trabajo.
¿Es posible plantear estratégicamente una articulación educación-trabajo que permita
favorecer la inserción laboral de jóvenes en un ámbito en el cual el titulo secundario es
condición necesaria pero no suficiente? ¿Existen iniciativas de articulación a nivel local?
¿Qué dispositivos están dirigidos a mejorar las posibilidades de los jóvenes que tienen
mayores dificultades para conseguir trabajo?
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La búsqueda de respuestas a estos interrogantes permitirá pensar intervenciones en el
ámbito educativo ante el nuevo escenario del nivel secundario obligatorio actual.
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