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1 Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la pastoral de las parejas casadas en la parroquia beato Juan Bautista Scalabrini que tienen dificultad de comunicación en su relación matrimonial Fulgensius Emanuel Meo, Cs Trabajo presentado como requisito para optar por el título de Bachiller Eclesiástico en Teología Tutora Mg. Ángela María Sierra González Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Teología Bachillerato Eclesiástico en Teología Bogotá, D.C 2020

Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

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Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la pastoral de las parejas casadas en

la parroquia beato Juan Bautista Scalabrini que tienen dificultad de comunicación en

su relación matrimonial

Fulgensius Emanuel Meo, Cs

Trabajo presentado como requisito para optar por el título de Bachiller Eclesiástico

en Teología

Tutora

Mg. Ángela María Sierra González

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Teología

Bachillerato Eclesiástico en Teología

Bogotá, D.C

2020

Page 2: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

2

Agradecimientos

Este trabajo se pudo finalizar, gracias a las personas que me han apoyado a lo largo de este

proceso. Quiero darles mis agradecimientos a todos, por su valiosa ayuda y el

acompañamiento que me han brindado.

En primer lugar, deseo agradecer a Dios por la vida, la bendición e inspiración que he

recibido, durante la elaboración de esta tesis de grado. De igual modo, expreso mi gratitud

a la comunidad Teológica Scalabriniana en Bogotá, quien siempre me ha acompañado

durante la etapa teológica, de manera especial a los formadores: p. Edison Osorio, cs; p.

Mauricio Maifredi, cs; p. Nguyen Van Hoang, cs; y a mis hermanos religiosos en la etapa

formativa.

Gracias al p. Armando Gómez, cs, quien era administrador de la parroquia Beato Juan

Bautista Scalabrini, y quien me permitió realizar la investigación en su área administrativa.

También, agradezco a las cinco parejas casadas de esta parroquia que han colaborado

conmigo en la investigación (Mercedes y Nelson, Flor María y José, María Eugenia y

Adolfo, Ada Lilia y Jesús, Dora y Salvador).

Un reconocimiento a la Pontificia Universidad Javeriana, especialmente a la facultad de

Teología, quien me aportó los conocimientos sobre la teología en los distintos ámbitos; en

especial a todos mis profesores y compañeros, quienes me han compartido sus saberes.

Gracias por las enseñanzas y el testimonio de vida, los cuales me han permitido apreciar

más mi existencia y mi vocación para servir a los migrantes.

Quiero expresar una gratitud muy especial a mi tutora, profesora Angela María Sierra, por

su acompañamiento, apoyo, orientaciones, consejos y suma paciencia en el avance y

evolución para mejorar cada día. De todo corazón, quiero darle infinitas gracias por todos

sus aportes, que Dios la acompañe y la bendiga siempre en todo su servicio, como docente

de la facultad de Teología.

Gratitud fraterna a mis familiares, quienes permanentemente me han acompañado con sus

oraciones, desde el inicio de mi formación. Por último, agradezco a Inés Casas de Ortiz

quien me colaboró en la revisión del escrito, que Dios la bendiga eternamente.

Page 3: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

3

Tabla de contenido

Introducción ....................................................................................................................................... 5

1. Planteamiento de problema ...................................................................................................... 6

2. Justificación ............................................................................................................................... 7

3. Hipótesis del trabajo ................................................................................................................. 9

4. Método de investigación .......................................................................................................... 10

Capítulo I: Identificar las situaciones y las causas fundamentales que generan la dificultad de

comunicación, en la vida de las parejas casadas, en la parroquia Beato Juan Bautista

Scalabrini. ........................................................................................................................................ 12

1. Descripción general sobre el contexto del campo de investigación ..................................... 12

1.1. Descripción general sobre la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini .................... 12

1.2. Descripción del contexto actual de las cinco parejas casadas que son protagonistas de

la investigación......................................................................................................................... 13

1.2.1. Biografía general de las cinco parejas ......................................................................... 13

1.2.2. Descripción de la situación política que perciben las parejas de su contexto .......... 14

1.2.3. Situación económica (trabajo, proyecto personal y de pareja) ................................. 16

1.2.4. Vida Religiosa ................................................................................................................ 19

1.2.5. Relación familiares y sociales ....................................................................................... 20

1.2.6. La condición de salud .................................................................................................... 21

1.3. Las causas fundamentales que generan dificultad en la comunicación de la vida de las

parejas casadas en la Parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini. ...................................... 22

1.4. Conclusión………………………………………………………………………………..28

Capítulo II: La comunicación en la vida matrimonial basada en la propuesta del documento

Amoris Laetitia en diálogo con otros teólogos y teólogas. ............................................................. 29

2.1. Descripción general sobre el matrimonio a luz de la Exhortación Amoris Laetitia ........ 29

2.2. Comunicación en la Vida Matrimonial .............................................................................. 34

2.2.1. El Concepto de Comunicación entre Pareja en la Vida Matrimonial ...................... 34

2.2.2. El Problema de comunicación en la vida matrimonial .............................................. 35

2.3. La comunicación entre parejas desde otras disciplinas (desde la perspectiva psicológica

y sociológica) ................................................................................................................................ 37

2.4. La Propuesta del Documento Amoris Laetitia Frente al Problema de Comunicación en

la Vida Matrimonial .................................................................................................................... 41

2.5. El amor de pareja en Amoris Laetitia, como un requisito para llevar adelante la buena

comunicación ............................................................................................................................... 44

Page 4: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

4

2.6. Misericordia y Justicia en Amoris Laetitia, Una manera de hacer pastoral con las

parejas en dificultad de comunicación. ..................................................................................... 58

2.7. La vida matrimonial en la perspectiva teológica antes de Amoris Laetitia (desde

Gaudium et Spes y Familiaris consortio) .................................................................................... 62

2.8. Conclusión ............................................................................................................................. 66

Capítulo III: Algunas estrategias que pueden ayudar para la pastoral matrimonial, a las

parejas que tienen dificultad de comunicación en la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini

........................................................................................................................................................... 68

3.1. La Iglesia y su rol en la atención pastoral matrimonial .................................................... 68

3.2. La Iglesia es mediadora de la gracia y del amor de Dios para las parejas en conflicto . 71

3.3. Las estrategias de la pastoral matrimonial que pueden ayudar a parejas que tienen

dificultad de comunicación ......................................................................................................... 73

3.3.1. Formar agentes pastorales que acompañan las parejas en conflictos de manera

integral ..................................................................................................................................... 74

3.3.2. El acompañamiento pastoral a las parejas en conflicto ............................................. 77

3.4. Nuevas maneras para la atención pastoral a las parejas en dificultad de comunicación

....................................................................................................................................................... 91

3.4.1. La Iglesia que acompaña .............................................................................................. 92

3.4.2. La Iglesia que ayuda a discernir .................................................................................. 93

3.4.3. La Iglesia que abre la puerta para que se integren .................................................... 95

3.5. Conclusión ............................................................................................................................. 96

Conclusión ........................................................................................................................................ 98

Bibliografía .................................................................................................................................... 101

Page 5: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

5

Introducción

Un matrimonio fiel, feliz y próspero es el sueño de todos cónyuges en la construcción de una

vida familiar. Todas las parejas casadas están dispuestas a hacer lo necesario, para mantener

la integridad de su hogar. Pero en la realidad, muchas familias no logran construir estos

sueños y esperanzas. La incapacidad de solucionar algunos conflictos, causa grandes crisis en

el matrimonio; de hecho, en el mundo de hoy, no pocas parejas deciden vivir separadas o

divorciarse, al no lograr superar las dificultades. Estas complicaciones son causadas

principalmente por la falta de comunicación en la vida matrimonial, entre los esposos. Cuando

no se comunican en el hogar por algún problema, entonces viene la posibilidad de crear una

actitud negativa hacia el otro, y si esto se repite muchas veces, puede traer un impacto

devastador al matrimonio. La comunicación es algo vital en la familia porque “no es solo ser

transmisora de información, sino que, a la vez y a través de ella, se imponen conductas, y en

este sentido es como define la relación”.1 Esto significa que la comunicación que se desarrolla

diariamente ayuda a las parejas a conocerse más y crear los lazos íntimos entre ellos.

Por cierto, la Iglesia tiene un papel importante en dar la atención adecuada para el buen

desarrollo de las familias católicas. Ella, como una prolongación de la misión salvífica de

Cristo, desde el inicio ha puesto su mirada a la vida de las parejas y familias, como uno de los

campos para ejercer el ministerio, dando a conocer el Evangelio y hacerlos partícipes en la

vida misma de Cristo, de acuerdo con el plan de Dios desde el principio de la creación. La

finalidad del matrimonio es el amor mutuo, la entrega total del uno al otro y el apoyarse

recíprocamente para alcanzar la felicidad. De hecho, la Iglesia ofrece una preparación a las

parejas que quieren comprometerse a vivir juntos, para que entiendan la esencia e importancia

del sacramento. Así, se creará un buen ambiente familiar, si cada uno tiene la misma

conciencia y apreciación del significado del matrimonio y del hogar que van a formar, de

modo que ambos tengan el mismo objetivo en la construcción del futuro de la familia.

Sin embargo, frente a la complejidad de la situación de los casados, en este tiempo, se ve que

el acompañamiento prematrimonial no es suficiente para permitirles una buena relación; se

necesita apoyo continuo por parte de la Iglesia, especialmente con aquellas parejas que están

pasando por alguna crisis, incluso aquellas personas que están en una situación “irregular”. Se

requiere una pastoral matrimonial que presente nuevos caminos, o sea nuevas estrategias para

1 Morfa, Prevención de los conflictos de pareja, 126.

Page 6: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

6

acompañarlos, que se fundamente en los principios de misericordia y justicia, que permita a

las parejas a buscar la reconciliación, el encuentro, el respeto, la valoración, y la integración

en la Iglesia.

Este trabajo se desarrolla en tres capítulos. A) En el primer capítulo se demuestra el resultado

de la investigación, se presentan las situaciones y las causas fundamentales que generan la

dificultad de comunicación, en la vida de las cinco parejas casadas, en la parroquia Beato Juan

Bautista Scalabrini. B) En el segundo capítulo, se analiza la importancia de comunicación

entre los cónyuges, de acuerdo con la propuesta de Amoris Laetitia y lo que presentan otros

teólogos y teólogas. C) En el tercer capítulo, se introducen algunas estrategias importantes

para la pastoral matrimonial, especialmente a la hora de acompañar a los cónyuges que tienen

dificultad de comunicación.

Este trabajo se desarrolla siguiendo el protocolo de la investigación, como primer paso para

realizar el plan de trabajo. El proyecto muestra la importancia de la investigación, el

planteamiento del problema, la justificación, hipótesis y la metodología.

1. Planteamiento de problema

El matrimonio en la Iglesia Católica se define como una alianza por la cual, el hombre y la

mujer se unen libremente para toda la vida, con el fin de consolidar su relación, procrear y

educar a los hijos. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los

esposos, porque su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo

sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia.2 Por consiguiente, el

sacramento del matrimonio es para toda la vida. No obstante, la complejidad de la vida

puede crear una ruptura en la relación, y si no hay acompañamiento por medio de la

pastoral matrimonial, puede ponerse fin a la relación o al matrimonio. Hoy en día el

aumento de los fracasos matrimoniales se ha convertido en un hecho cotidiano que supera

fronteras y culturas.3

Frente a las distintas problemáticas que están viviendo muchas parejas: la indiferencia, la

cultura machista, la violencia intrafamiliar, la carencia económica y otras circunstancias, la

Iglesia a través del sínodo de los Obispos que se realizó en el año 2015, decidió ampliar la

2 Francisco, Amoris Laetitia, 59. 3 Granados, “Amores heridos: misericordia y fidelidad. Las indicaciones pastorales del capítulo VIII de la

exhortación apostólica Amoris Laetitia”, 98.

Page 7: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

7

mirada y revivir la consciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia. La

exhortación Amoris Laetitia es fruto del sínodo para la pastoral matrimonial y familiar. Es

una propuesta para las familias cristianas, con el fin de orientar a los esposos para valorar

su vida matrimonial y sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el

compromiso y la fidelidad.4

Según la entrevista hecha a cinco parejas de la Parroquia del Beato Juan Bautista

Scalabrini5, que han recibido el sacramento del matrimonio, dicen que a lo largo de su vida

matrimonial han experimentado la ruptura en su relación, aunque cada pareja experimente

distintas formas de discordia y en distintos niveles de gravedad. El problema que sucede

frecuentemente en estos cónyuges es la falta de diálogo o comunicación que causa

desavenencias en la vida matrimonial y genera mala relación entre ellos.

Frente al problema de la falta de comunicación en la vida diaria, de quienes han recibido el

sacramento del matrimonio, la Iglesia requiere una pastoral familiar que se fundamente en

un diálogo equilibrado entre la fe y la realidad de vida.6 Por ende, la exhortación Amoris

Laetitia presenta una nueva mirada a la pastoral matrimonial que se basa en la misericordia

y la justicia.

La pregunta que surge aquí es ¿En qué contribuye la exhortación Amoris Laetitia a las

estrategias para la pastoral matrimonial de las parejas casadas por la Iglesia en la

parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini que tienen dificultad de comunicación en su

vida matrimonial?

2. Justificación

Esta investigación trata de mostrar la contribución de la exhortación Amoris Laetitia a la

pastoral matrimonial de las parejas que viven el problema de falta de comunicación en su

vida matrimonial. La realidad ha demostrado, que la vida matrimonial de muchas de ellas

ha enfrentado algunas dificultades y no pocas veces terminan en separación, porque no han

logrado resolver los problemas en su relación. Respecto a la investigación con algunas

4 Francisco, 5. 5 Parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini es una parroquia que está ubicada en el barrio Lisboa, localidad

Suba, y pertenece a la diócesis de Engativá. La parroquia fue fundada por los misioneros de San Carlos

Scalabrinianos en el año 1992 para servir a los desplazados que llegaron de distintos Departamentos de

Colombia. 6 Welch, El Sacramento del Matrimonio: Donde el amor humano y divino se encuentran, 537.

Page 8: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

8

parejas casadas por la Iglesia, en la parroquia del Beato Juan Bautista Scalabrini, se

encuentra que hay una total actitud de indiferencia, que no se apoyan entre sí por falta de

comunicación, esto genera la crisis en su relación. Esta problemática los ha llevado a una

situación difícil, donde algunos han pensado en terminar su relación. Antes de casarse, los

novios participaron en el curso prematrimonial, como una preparación a la vida de casados,

abordando distintos aspectos (sexualidad conyugal, responsabilidad, administración

familiar, economía doméstica, etc.)7, sin embargo, las pautas que han recibido en la

formación prematrimonial no siempre garantizan que ellos puedan superar los problemas

familiares después de casarse.

El desafío de la Iglesia de hoy es hacer posible la actuación del potencial ministerial de la

familia. Se necesitan nuevos enfoques pastorales, que capaciten a las parejas en problemas,

para tener el acompañamiento continuo.8 Es necesario recuperar el amor mutuo en la vida

matrimonial de estos esposos y trabajar mucho, respecto a la problemática de falta de

comunicación, que experimentan en su relación. Por tal motivo, la Iglesia, debe acercarse a

la realidad de las parejas que están en dificultad y responder a través de las acciones

pastorales enfocadas en el rescate, la reparación y el fortalecimiento de estas familias.9

De hecho, frente a la ruptura entre esposos por la falta de comunicación en su relación, se

necesita una pastoral matrimonial “que abre la puerta a la necesidad de un replanteamiento

de la pastoral para que genere una evangelización realmente nueva, capaz de acompañar a

las personas en su vocación fundamental.”10 Es esencial tener en cuenta, que la familia es

signo privilegiado del misterio de la Iglesia, y únicamente tiene una comunión de vida

como la familiar, fiel y para toda la vida, signo adecuado del misterio de comunión

caritativa que es la Iglesia.11 La pastoral matrimonial ayuda para que las personas aprendan

a construir una comunión y las familias respondan al plan de Dios.

Amoris Laetitia es un aporte importante a la pastoral matrimonial, para ampliar el

horizonte y favorecer una reflexión, la cual debe estar orientada hacia la construcción de

caminos y espacios en la vida matrimonial. El amor en la pareja, no se limita a una teoría,

7 Juan Pablo II, Exhortación Familiaris Consortio, § 66 8 Vidal, “Teología de la Familia”, 50. 9 Álvarez, “MISERICORDIA Y JUSTICIA: Hacia una renovación pastoral de las comunidades parroquiales

en el acompañamiento, el discernimiento y la integración de las familias con “situaciones particulares”, a la

luz de la exhortación apostólica Amoris Laetitia”, 5. 10 Rueda, “La Pastoral del Matrimonio y de la Familia hoy”, 86. 11 Simón, La familia cristiana en la familia de la Iglesia”, 142.

Page 9: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

9

sino que va más allá, es la actitud concreta que empieza con una excelente comunicación,

para que se pueda construir una buena relación entre ellos y con la familia.

3. Hipótesis del trabajo

Las dificultades en la vida matrimonial, que suceden en muchas parejas casadas por la

Iglesia, hoy en día, muestran la necesidad de hacer un nuevo planteamiento respecto a

algunas cuestiones doctrinales, morales, espirituales y pastorales. La exhortación

apostólica Amoris Laetitia en el capítulo cuarto, presenta las características del amor

verdadero que son los grandes aportes a la pastoral matrimonial y familiar, los cuales

pueden orientar la reflexión y el diálogo y, a la vez, ofrecer aliento, estímulo y ayuda a las

familias en su entrega y en sus dificultades.12

En Amoris Laetitia también se resalta la perspectiva pastoral, con una atención especial o

preferencial a los cónyuges que tienen problemas serios, como la falta de comunicación,

mediante los procesos de acompañamiento continuo, teniendo en cuenta que la acción

evangelizadora de la Iglesia no se limita a las situaciones de emergencia, sino a la

construcción de las personas y de las comunidades, con todas las ayudas que el Señor nos

ha dejado para que cada uno tenga vida abundante.13

En la actualidad, la pastoral matrimonial y familiar, debería estar en condiciones de

orientar a los matrimonios y a las familias que enfrentan las dificultades en su relación,

proponer y ensayar nuevas estrategias para vivir el amor recíproco en su relación.14 Es

indispensable una pastoral matrimonial que responda a los inconvenientes actuales de las

parejas, especialmente el problema de comunicación, tan frecuente y dañino hoy en día. Y

que este servicio genere una conciencia verdaderamente cristiana, humana y

misericordiosa, que acoja y acompañe sinceramente estas duras realidades. Esta renovación

implicará necesariamente un diálogo interdisciplinar con otras ciencias, así como el trabajo

conjunto de laicos y laicas, religiosos y religiosas y el clero.15

“La familia es el santuario de la vida. Es el lugar donde se vive el principio fundamental de

recibir el amor para aprender a amar, permitiendo la maduración en el proceso que marca

12 Francisco, 73. 13 Miguel, “Amores heridos: misericordia y fidelidad. Las indicaciones pastorales del capítulo VIII de la

Exhortación apostólica Amoris Laetitia”, Scripta Thelogica, 100. 14 Sánchez y Sierra, “El Matrimonio. Ámbito salvífico para la pareja y la familia”, 366-367. 15 Ibid.

Page 10: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

10

los tiempos”.16 Por lo tanto, la vida de la familia, en este caso, de las parejas casadas, debe

crecer en la medida en que el amor de caridad impregna la relación entre la pareja que

participa de la fidelidad propia de la misericordia de Cristo. Las relaciones que permiten

crecer como persona y como pareja, deben ser construidas y alimentadas

permanentemente. No hay fórmulas mágicas. Por consiguiente, es muy importante que

cada uno tenga un amplio conocimiento de sus fortalezas y debilidades para que así mismo

estén abiertos a conocer, entender y comprender al otro. Este mutuo conocimiento les

ayudará a tener la capacidad de respetar, aceptar y dar lo mejor de sí. En una relación

constructiva, deben dar los dos, pero también deben aprender a recibir para fortalecer su

unión.17

4. Método de investigación

Para que la investigación pueda alcanzar el objetivo, entonces se necesita el método

concreto que apoya el estudio. Por tanto, la estrategia de trabajo tiene como fundamento la

metodología pastoral latinoamericana, esto es: Ver, Juzgar y Actuar18. En el ámbito de la

Iglesia, esta técnica implica ver la realidad a la luz de la providencia de Dios, juzgar según

el camino de Jesucristo, y actuar desde la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.19 Es una

metodología para la acción transformadora de los cristianos en sus ambientes,

precisamente para responder a las dificultades que enfrentan en la vida familiar, es una

propuesta de espiritualidad, como corazón de pastoral.20

Este procedimiento, es un camino de espiritualidad en orden a hacer coherente y adulta la

vida cristiana, vivida en comunidad y a construir una comunidad eclesial presente en el

mundo, al servicio del Reino ofrecido como destino y salvación para toda la humanidad. El

documento de Puebla considera el método pastoral latinoamericano (ver, juzgar y actuar)

16 Rueda, 92. 17 Lilia, Mínimos para vivir en pareja, 11-112. 18 El método ver-juzgar-actuar se remonta al método de revisión de vida, surgido en el seno de las propuestas

pastorales de la Juventud Obrera Católica (JOC) que fue animado por P. Joseph Cardijn en la década de los

treinta del siglo XX. Se trataba de una metodología para la acción transformadora de los cristianos en sus

ambientes y para superar el divorcio fe-vida. Una propuesta de la espiritualidad como corazón de la pastoral.

El papa Juan XXIII adoptó este método para el desarrollo de la cuestión social en la encíclica Mater et

Magistra. Castillo, Ponderación teológica del método ver-juzgar-actuar, 1. 19 Ursúa, El método de la teología práctica y su incidencia en América Latina, Medellín 147 / Julio -

Septiembre (2011), 391. 20 Henao, El método Ver, Juzgar y Actuar, spac.org.co/wp-content/uploads/2015/07/EL-METODO-VER-

JUZGAR-ACTUAR.pdf, (consultado el día 2 de marzo 2020).

Page 11: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

11

como acción: “Esta realidad exige, pues, conversión personal y cambios profundos de las

estructuras que respondan a legítimas aspiraciones del pueblo hacia una verdadera justicia

social”.21

El método pastoral latinoamericano, es adecuado para la investigación de campo, en la

pastoral matrimonial de estas parejas en conflicto. “Ver”, para este trabajo, será la guía que

permitirá conocer la realidad, o sea tomar conciencia de las situaciones que viven los

esposos que tienen dificultad de comunicación. Se propone analizar los hechos de vida, en

este caso de las cinco parejas, con el fin de descubrir actitudes de pensamiento,

valoraciones y comportamientos. Se buscan las causas y se analizan las consecuencias que

inciden directamente en las parejas.22

“Juzgar”, en esta investigación, permitirá analizar los hechos de la realidad23 de los

cónyuges que tienen dificultad en la comunicación, para descubrir lo que les está

impidiendo tener una buena relación. Este es el momento central de la revisión de vida de

las cinco parejas en su quehacer cotidiano. “En esta etapa se propone tomar posición frente

al hecho analizado, explicitar el sentido que descubre la fe, la experiencia de Dios que

conlleva y las llamadas de conversión que surgen de él”.24 En esta fase se hace una

conexión entre la experiencia de vida de las parejas, con la palabra de Dios, es decir, la

enseñanza de Jesús en el Evangelio, y lo que presenta la exhortación Amoris Laetitia.

Y, por último, siguiendo la metodología latinoamericana, se tendrá en cuenta el “Actuar”,

como aspecto esencial que ayudará a proponer o determinar aquellas actitudes,25 que los

esposos pueden y deben cambiar o transformar en su relación y las acciones que se van a

desarrollar a través del acompañamiento pastoral. En esta etapa, las parejas están invitadas

a realizar el compromiso que los llevará a un cambio positivo, para mejorar la

comunicación y les permitirá crecer y fortalecerse como pareja y como pilares de una

familia. Por tanto, se necesita la acción inmediata por parte de la Iglesia, a través de los

agentes pastorales, para acompañar a los cónyuges que tienen dificultad en la

comunicación.

21 Documento final de la Conferencia General del CELAM (celebrada en Puebla), La evangelización en el

presente y en el futuro de América Latina, Núm. 30. 22 Castillo, 2. 23 Enao, Ibid. 24 Castillo, Ibid. 25 Ibid.

Page 12: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

12

Capítulo I: Identificar las situaciones y las causas fundamentales que generan la

dificultad de comunicación, en la vida de las parejas casadas, en la parroquia Beato

Juan Bautista Scalabrini.

1. Descripción general sobre el contexto del campo de investigación

Es muy importante presentar el campo específico donde se realiza la investigación. Por

ende, este primer capítulo expresa el panorama sobre el lugar, las personas (en este caso las

parejas que se involucran en la investigación) y la realidad concreta que sucede tanto en el

lugar, como en la vida de las parejas.

1.1. Descripción general sobre la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini

La parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini es una parroquia periférica, que pertenece a la

diócesis de Engativá, Bogotá. La parroquia está ubicada en el barrio Lisboa, localidad de

Suba, fundada por los misioneros Scalabrinianos en el año 1992, bajo la autorización del

cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de la Arquidiócesis de Bogotá; en aquel tiempo,

esta localidad eclesiástica de Suba hacía parte de la Arquidiócesis.26 En los años ochenta

muchas familias desplazadas de varios lugares de Colombia, llegaron a Bogotá por distintas

razones: por la violencia, por la guerra interna o por catástrofes naturales; ellos empezaron

a instalarse en algunas partes de la ciudad y una de ellas fue el barrio Lisboa, Suba.

La llegada de las familias desplazadas a este sector motivó a la arquidiócesis para dar una

atención pastoral. De hecho, frente a esta necesidad, la arquidiócesis pidió a la

Congregación Scalabriniana, cuya misión es el servicio pastoral de los migrantes,

refugiados y desplazados, para trabajar acá. Los sacerdotes pioneros, empezaron a visitar

algunas familias que vivían en casitas chiquitas, para acompañarlas tanto en la parte

espiritual y, dentro de las posibilidades, a nivel económico. En el año 1994 empezaron a

construir el templo para poder ejercer el servicio espiritual, dicha construcción se terminó

en el 2006.27 Ahora la parroquia cuenta con unos 50.000 fieles y, a su alrededor, ya se han

construido tres capillas en tres barrios.

En la actualidad el barrio Lisboa, sigue siendo un lugar receptor para nuevas personas que

llegan; ahora, no sólo colombianas, sino también venezolanas, quienes buscan una

26 Pontín, 100 Aniversario de la Parroquia del Beato Juan Bautista Scalabrini, 10. 27 Ibid.

Page 13: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

13

oportunidad de trabajo para poder vivir y seguir adelante. Frente a esta nueva realidad, los

sacerdotes Scalabrinianos que trabajan en esta parroquia, abrieron la puerta para los

migrantes venezolanos, no solamente para desempeñar la parte espiritual, también el apoyo

material. Los sacerdotes hacen una visita a las familias migrantes recién llegadas, para

poder ver la situación y escuchar las necesidades, con el fin de poder realizar el apoyo

material una vez al mes, durante seis meses.28

1.2. Descripción del contexto actual de las cinco parejas casadas que son protagonistas

de la investigación.

Para acercarse a la realidad de vida de las parejas, se necesita conocer primero el contexto

actual de ellas, o sea, la realidad concreta, desde que viven juntos como esposos hasta hoy.

Esta es una puerta de entrada, para entender y aceptar lo que ellos viven en su relación, por

cuanto el contexto afecta de manera sistemática las dinámicas internas de la pareja y la

familia.

1.2.1. Biografía general de las cinco parejas

Cada una de las parejas, que son objeto de esta investigación, tiene su propia historia, la

cual marca su vida presente y tiene su propio contexto de vida. Las parejas han contraído su

matrimonio no solamente por lo civil, sino también por la Iglesia católica y a han vivido

juntos por varios años. A continuación, presentamos la biografía de las cinco parejas:

▪ José Hernando Beltrán Calderón y Ada Lilia Gómez: contrajeron matrimonio en 1994,

el año pasado celebraron las bodas de plata. Esta pareja no tiene hijos y dedica su vida

al trabajo y al servicio de la Iglesia. José Hernando es originario del municipio de

Ubalá, región del Guavio, departamento de Cundinamarca. Ada Lilia es del municipio

de Santa Rosa, departamento de Bolívar, sin embargo, ella fue criada en Bogotá.

▪ José Alcedo Linares Linares y Flor Elva Torres Cristancho: se casaron en el 2004;

tienen dos hijos, un varón y una mujer. José Alcedo es originario del municipio de

28 Según el administrador de la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini Padre Armando Gómez, c.s que uno

de los proyectos de la parroquia es ayudar a las familias bajo de recurso (familias colombianas y venezolanas)

con el mercado una vez al mes durante seis meses. La ayuda se puede extender a otros seis meses de acuerdo

con la situación de la familia.

Page 14: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

14

Ubalá, región del Guavio, departamento Cundinamarca, mientras que Flor Elva viene

del municipio de Gámez, departamento de Boyacá.

▪ Nelson Corba Silva y María Mercedes Perilla Salcedo: se casaron en el 2004 en

Boyacá. De su matrimonio nacieron dos hijos, un varón y una mujer. Nelson y

Mercedes son originarios del municipio de Sutatenza, departamento de Boyacá.

▪ Adolfo Bautista Ruiz y María Eugenia Contreras Gómez: se casaron en el 1993: fruto

de este matrimonio nacieron tres hijos, dos varones y una mujer. Adolfo es originario

del municipio de San Gil, departamento de Santander y María Eugenia es del

municipio de Galán, departamento de Santander.

▪ Salvador Suárez Camero y Dora Lucia Burgos: se casaron en el 2006; tienen dos hijos,

un varón y una mujer. Ambos nacieron en La Uvita, Boyacá.

Como puede verse, ninguna de las parejas es originaria de Bogotá, llegaron a esta ciudad y

fueron construyendo su proyecto de vida, a partir de las oportunidades que se les iban

presentando, en este nuevo contexto que, con el pasar de los años, han asumido como

propio.

1.2.2. Descripción de la situación política que perciben las parejas de su contexto

Las cinco parejas expresaron su conocimiento político, tanto a nivel internacional como

nacional, de acuerdo con lo que ellos vieron y escucharon.29 La política en sí es muy

buena, es una actividad de los que gobiernan el pueblo, concerniente a la toma de

decisiones para el bien y el desarrollo de los ciudadanos.30 Sin embargo, esta función ha

sido cambiada por algunos que tienen poder, para buscar sus intereses personales, dejando

de lado los intereses del pueblo.

La situación política a nivel mundial ha llegado a una situación crítica, causada por muchos

factores: crisis económica, la corrupción, la guerra, y desastres naturales. El impacto de

todo eso se deja ver en el sufrimiento que experimentan los pobres, que, al no poder superar

esta condición, muchos han decidido abandonar sus lugares de origen para migrar dentro

29 Basada en la respuesta escrita de las parejas a través de una entrevista que se realizó en el día 17 de febrero

2020. 30 Duarte, Definición política, https://www.definicionabc.com/politica/politica.php, (consultado el día 4 de

marzo 2020).

Page 15: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

15

del país o fuera de él, en busca de una vida mejor. No obstante, los que tienen poder, parece

que no son capaces de tomar algunas medidas, para mejorar la condición económica de la

población.

Algunos políticos usan la política como un juego, para satisfacer sus ambiciones de tener el

poder, con el objetivo de lograr dominar y buscar beneficios propios.

La corrupción en el organismo gubernamental es uno de los problemas que

desafortunadamente sucede en muchos países. La realidad demuestra que algunas personas

que se sumergen en el campo político solamente quieren aprovechar el poder para aumentar

su propia riqueza, sin llevar a cabo los deberes y responsabilidades en el progreso del

pueblo. El impacto directo es la pobreza y el retraso en el desarrollo. Aquí yace la

injusticia, lo cual causa la desigualdad social. Los políticos corruptos administran el dinero,

que son supuestamente para el desarrollo del pueblo, a su propio interés y al final los que

sufren, son los pobres que no tienen ingreso fijo.

Por otra parte, los avances tecnológicos han traído un cambio muy significativo a nivel

mundial, y el desarrollo de esta tecnología, se ha extendido en varios aspectos de la vida,

los cuales facilitan a los seres humanos, trabajar y comunicarse con mayor facilidad.

Aunque, el aspecto negativo de este desarrollo es el daño que recibe el planeta, la casa

común. La contaminación de la tierra y el aire, han causado el daño y el cambio climático

que afecta a todo el mundo. Hay una llamada por parte de algunos gobernantes y la Iglesia

para cuidar el planeta, pero no hay atención seria frente a esta crisis ambiental por parte del

gobierno en algunos países.

En el contexto de Colombia, país democrático, debería respirarse un sistema político que

favorezca el bienestar del pueblo y que garantice el derecho de los ciudadanos, incluso el

derecho para recibir los beneficios del estado. Sin embargo, esta idea se queda en la utopía

porque hay muchos ciudadanos que no reciben la atención del gobierno. Además, la

situación política en Colombia está pasando por una crisis, que afecta el desarrollo del país

y aumenta la pobreza. La política se ha convertido como en un negocio, donde la mayoría

sólo busca el bien para sí, mas no para el país; donde solamente se avanza en el propio

interés. Las administraciones que han pasado se ven envueltas en actos de corrupción, basta

ver la pérdida de dinero en la inversión de obras comunitarias, beneficiando a unos pocos,

Page 16: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

16

los contratistas. Las víctimas de esta situación son los pobres, donde cada día el pobre será

más pobre por falta de justicia e igualdad.

Da la impresión, que el gobierno diera más importancia a temas que no aportan ningún tipo

de beneficio para los ciudadanos, por centrarse en otros aspectos menos importantes. Esta

situación genera una polémica que está experimentando Colombia, donde el pueblo sale a

gritar por falta de atención, pero no se ve una acción directa por parte del gobierno.

La situación política que las parejas han visto y escuchado, tanto a nivel internacional como

nacional, no solamente ofrece conocimiento general para cada uno de ellos, también tiene

el impacto positivo para la familia, precisamente la relación entre esposo y esposa. La

mayoría de las parejas afirman que, en algunas ocasiones, en el tiempo libre, ellos expresan

sus opiniones en torno a la realidad política que está viviendo. Aprovechan el espacio para

expresar y compartir las ideas que ellos tienen, como una forma de reacción frente a la

problemática política. En el momento de conversar, muchas veces tenían el mismo

pensamiento u opinión, sin embargo, no pocas veces las ideas que se expresaron eran

diferentes. Por ejemplo, la opinión del marido estaba en contra de la de la esposa. Cada uno

trataba de explicar sus opiniones, de acuerdo con la realidad política que se entendía.

Las parejas se sienten bien con la conversación sobre el tema político que muchas veces

han abordado. Para ellos, este momento de compartir las propias ideas, la diferencia de

opinión se transforma en una herramienta o ayuda para enriquecer sus conocimientos. Esta

es una manera de comunicarse y este tipo de comunicación les ayuda a entenderse uno al

otro, también para aceptar y respetar la diferencia de cada uno. Aunque, entre las parejas,

hay una que no se interesa por hablar sobre la situación política. El esposo no discute

mucho sobre el problema político del país, mientras que a la esposa sí le interesa hablarlo.

De hecho, ella siempre expresa sus opiniones con los hijos.

1.2.3. Situación económica (trabajo, proyecto personal y de pareja)

La situación económica de las cinco parejas es buena. Ellos no son familias de alto estrato,

sin embargo, ellos tienen casa propia y pueden cubrir las necesidades. La mayoría de las

parejas tienen trabajos estables, solamente tres personas trabajan haciendo oficio

doméstico, por lo tanto, el apoyo de la pareja mantiene una economía estable en la familia.

Los trabajos que tienen ellos son: construcción, guarda de seguridad, empleado de la

Page 17: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

17

empresa y empleada doméstica. El trabajo les ayuda para cubrir las necesidades y los gastos

de la familia, incluso los gastos de la educación de sus hijos.

El matrimonio es un proyecto que se lleva a cabo por las parejas, que se comprometen para

vivir juntos y formar una familia. Éste tiene como propósito mejorar, desarrollar o

establecer la relación y el objetivo que la pareja quiere lograr. En todo plan se busca ir más

allá de donde se está, y para lograrlo, se necesita trabajar en equipo, donde cada uno dé lo

mejor de sí. El matrimonio como proyecto de vida, es una experiencia gratificante donde la

esposa y el esposo pueden trabajar para desarrollarse tanto personal como en pareja, para el

bien de su relación y de su hogar. Es muy importante que las parejas, establezcan sus

propósitos y evalúen el avance de lo que se ha hecho.

Las cinco parejas también tienen sus proyectos tanto personal como en pareja, algunos

proyectos los han logrado y otros los están trabajando para poder alcanzarlos.

Proyecto personal:

• Seguir trabajando para lograr una pensión y tener una vida más tranquila con la

pareja

• Dejar de trabajar como una empleada doméstica y poner mi propio negocio.

• Viajar a otros lugares para conocer nuevas culturas, idiomas y personas.

• Descansar del trabajo (por la edad)

Proyecto de pareja:

• Respetarse uno al otro

• Apoyarse en el trabajo

• No juzgarse

• Dialogar para ponerse de acuerdo con las decisiones

• Intentar expresar ideas y sentimientos de lo que están viviendo

• Escuchar al otro

• Realizar un paseo (conocer Tierra Santa)

• Garantizar una buena educación a los hijos

• Tener buena formación espiritual para los hijos

• Gozar de buena salud

• Mantener la relación hasta la muerte

• Tener juntos su propio negocio

Page 18: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

18

Las cinco parejas dicen que la situación económica y el trabajo, afectan mucho la

comunicación entre ellos. Como esposos, ellos tienen la responsabilidad de la familia, entre

otros, planear y gestionar la economía. Y para organizarla, el esposo y la esposa tienen que

comunicarse y dialogar, con el fin de poder tener un buen soporte económico en el hogar.

Algunas parejas expresan que, al inicio de cada mes, ellos conversan y establecen los gastos

que tendrán durante el mes y al final del mismo, hacen la evaluación. La persona que

maneja la economía del hogar es la esposa, pero siempre en diálogo con el esposo. Además,

muy a menudo, comparten sobre la situación del trabajo, incluso de las dificultades que

cada uno encuentra en su labor. Esta conversación les ayuda a apoyarse mutuamente.

Sin embargo, otros también comentan que, en ocasiones, el problema en la comunicación

fue provocado justamente por situaciones económicas y laborales. La mayoría de las

parejas ganan el salario mínimo, las otras un poquito más. Por lo tanto, la necesidad de la

familia a veces supera el presupuesto que habían planeado para el mes. La base del

problema se centra en el dinero, porque no hay suficiente para los gastos. Este desequilibrio

entre ingreso y gastos genera ansiedad en la pareja, y, desafortunadamente, tienden a

culparse el uno al otro. Además, el inconveniente surge por falta de responsabilidad

económica, algunas veces el esposo no pone atención a los gastos de la familia y la esposa

tiene que trabajar más para cubrir las necesidades.

Otro asunto importante, que también influye negativamente en la comunicación de los

esposos, es el choque entre el proyecto personal y el proyecto de pareja. Las cinco parejas

comentan que, desde el inicio, cuando decidieron formar una familia, ellos empezaron a

planear y dialogar sus proyectos en distintos aspectos, como la parte económica, vivienda,

hijos, educación, paseo, etc. También cada uno planeó sus proyectos personales y entre

ellos compartieron sus sueños.

Algunas de las parejas reconocen que, a veces, se le dio más importancia al proyecto

personal que al de familia o viceversa, de todos modos, un proyecto prevaleció sobre el

otro. Por ejemplo: el esposo quiere comprar una moto, sin embargo, la esposa no está de

acuerdo, porque el dinero que tienen solamente es suficiente para cubrir los gastos

económicos y la educación de los hijos. Esta situación muchas veces genera polémica entre

ellos, llevándolos, en ocasiones, a agresiones verbales, porque el esposo no acepta las

razones que presentó la mujer.

Page 19: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

19

1.2.4. Vida Religiosa

En general las cinco parejas profesan la fe católica y la ejercen fielmente, lo demuestran a

través de su participación en las actividades de la Iglesia. Prácticamente, la mayoría

proviene de familias católicas practicantes. Desde pequeños, sus padres les han

proporcionado una buena educación religiosa, de hecho, la mayoría hacía parte de los

distintos grupos parroquiales, cuando eran niños. La fe católica, para ellos, es algo

fundamental: es establecer una relación con Dios y, a la vez, es el camino de la verdad que

les ayuda para construir una vida llena de amor, de solidaridad y de paz.

La fe católica es lo que los anima a compartir con los otros, es decir, sus conocimientos y

experiencia de fe con la comunidad. En la parroquia, la mayoría de las cinco parejas

participan en las actividades espirituales, incluso enseñan catequesis (preparación para la

Primera Comunión y la Confirmación) y algunos son ministros de la Sagrada Comunión.

Asumen estos trabajos voluntariamente y con mucha responsabilidad. Para ellos ser parte

de la comunidad parroquial es algo importante, porque el servicio que prestan es

fundamental para compartir con los demás. Las parejas comentan que el servicio que ellos

están prestando, trae una felicidad muy especial en sus vidas. Aunque ellos no tienen títulos

universitarios en teología, sin embargo, los cursos de ESPAC31 que han tenido y la propia

experiencia de fe, los motivan para compartir con otras personas a través de las clases de

catequesis.

La vida religiosa de cada uno tiene un impacto positivo en su relación como esposos. El

conocimiento en torno a la fe siempre lo comparten en la familia, no solamente entre

esposo y esposa, sino también con los hijos. Entre ellos se apoyan mutuamente y siempre

hay comunicación para el aspecto religioso.

31 ESPAC (Escuela Parroquial de Catequesis): busca formar a los catequistas en su tarea de evangelizadora

dentro de la comunidad parroquial, proporcionándoles una formación catequística orgánica y sistemática.

ESPAC es un servicio patrocinado por la Dirección General de la ESPAC con el ánimo de dar a conocer a la

ESPAC a la aldea global, informar a la comunidad ESPAC, fortalecer el programa de formación catequética y

fomentar la interacción entre los miembros de la comunidad catequística ESPAC y entre estos y todos los

catequistas de Colombia y el mundo. La visión de ESPAC es Formar y ubicar a los catequistas en su tarea

evangelizadora dentro de la comunidad parroquial, proporcionándoles una formación catequística orgánica y

sistemática, de carácter básico, dentro de la modalidad de una Escuela de Catequistas como espacio

particularmente válido para su formación espiritual, doctrinal y apostólica.

http://www.es.catholic.net/op/articulos/2654/cat/231/espac-escuela-parroquial-de-catequistas.html#modal,

(consultado el 6 de marzo 2020).

Page 20: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

20

Sin embargo, una pareja comenta que antes se comunicaban y compartían sobre el servicio

en la parroquia; cuando el marido no podía atender la clase de catequesis, la mujer siempre

colaboraba para cubrirlo. Muchas veces discutían sobre los temas religiosos que les

ayudaban para desarrollar sus conocimientos. Pero ahora ya no lo hacen más, porque él no

asumió su responsabilidad seriamente, muchas veces le dejó la tarea a ella, sin ninguna

explicación. De hecho, en este tema religioso, la mujer no quiere trabajar junto con su

marido, prefiere hacerlo sola y decidió que cada uno debe ser responsable de su propio

compromiso. En este aspecto ya no se desarrolla la comunicación entre ellos.

1.2.5. Relación familiares y sociales

La relación familiar es algo importante en la vida de una persona, ya que en ella se nace y

crece y se reciben los valores fundamentales. En la familia, uno empieza a tener vínculos

con cada uno de los miembros que la conforman, tanto con los padres como con los

hermanos. Este vínculo o relación estrecha, tiene un impacto en el afecto entre los

integrantes, que los lleva a una buena relación familiar, donde se cultiva el ambiente

propicio, el apoyo, el diálogo, el respeto, la solidaridad. Aunque, no se descarta la

posibilidad de tener dificultades y posibles rupturas en la relación familiar. Esto puede ser

causado por problemas que surgen entre los integrantes y, si no se toman las buenas

medidas de solución, puede traer serios y graves problemas.

Las cinco parejas siguen manteniendo buenas relaciones familiares, con los padres y con

los hermanos y hermanas. A pesar de que viven en lugares diferentes, ellos los apoyan, y

tienen la buena costumbre de visitarlos en algunas ocasiones, para compartir y mantener las

relaciones afectivas. El apoyo que ellos brindan a sus seres queridos es muy fuerte, tanto

material como espiritual. Al mismo tiempo, las parejas también reciben la colaboración de

sus familiares, por parte de ambos cónyuges; tienen buena comunicación y relación

vivencial. Además, se mantiene el diálogo y la comprensión entre ellos. Prácticamente

tienen una relación cercana con sus familiares y el apoyo es recíproco.

Sin embargo, hay una mujer que por ahora no se lleva bien con algunos de sus hermanos.

Este problema fue causado por la falta de responsabilidad hacia los padres y la herencia.

Ella tiene ocho hermanos, y es la persona que coordina el turno con otros tres de ellos, para

cuidar a sus padres. Pero, los otros cuatro hermanos no colaboran, no obstante, el acuerdo

Page 21: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

21

familiar realizado, es decir, que cada uno debía dar la ayuda material a los padres, quienes

ahora se encuentran en mal estado de salud. Es triste constatar, que no llega el apoyo de sus

otros cuatro hermanos, por ende, la persona reclamó, pero no hubo respuesta. Además, los

padres tienen plan para dejarle la herencia a ella únicamente; aunque ella es consciente que,

por ley, la herencia debe ser compartida por igual, pero los otros no piensan que así. Éstas

fueron las razones que provocaron la ruptura en la relación familiar.

En cuanto a la relación social en la comunidad, las parejas muestran que ellos tienen buena

relación con la comunidad. Participan activamente en los trabajos sociales y colaboran en el

desarrollo del sector, a través de su aporte, tanto material como con sus opiniones. Tratan

de mantener la convivencia con las personas de su alrededor y mantienen una actitud de

diálogo y respeto en cuanto al pensar y opinar de los otros.

La mayoría de los esposos expresan que la relación familiar trae una influencia positiva en

su comunicación. A veces en el compartir, ellos resaltan el tema de los familiares, o sea

sobre sus padres y hermanos, se conversa sobre la condición de ellos e incluso de los

problemas por los que ellos están pasando. Cada uno comparte sus observaciones en torno a

la situación de sus seres queridos, lo hacen no solamente para conocer más profundamente

a la familia de su pareja, sino también, sobre todo, como expresión del sentimiento y

atención hacia ella.

Además, generalmente algunos cónyuges visitan a sus familiares en ciertas ocasiones. Pero

antes de hacer esta visita, ellos hacen un plan, dialogan y acuerdan el tiempo más oportuno

para ir al encuentro con ellos. En este aspecto, no toman decisión solos, siempre presentan

la idea y luego discuten para ponerse de acuerdo. Pero uno de los esposos dice, que, en

estos últimos años, ya no hicieron el plan para visitar a los familiares, por algunas razones

especiales, sin embargo, ellos todavía se siguen comunicando a través de los medios que

tienen a su disposición.

1.2.6. La condición de salud

Las cinco parejas expresan distintos estados de salud. Algunos tienen buen estado de salud

y no padecen ninguna enfermedad grave, solamente, a veces, tienen las dolencias comunes

como gripa y dolor de cabeza causado por el cansancio (la carga laboral) y el clima.

Aunque, algunos padecieron quebrantos de salud y fueron sometidos a cirugías. Otros están

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22

teniendo el problema y están buscando la mejor forma para tratarla. Las enfermedades que

han tenido antes y algunos aún todavía tienen son:

• Anemia

• Fractura del brazo izquierdo

• Aneurisma

• Fractura en la cabeza que a veces causa el dolor

• Lupus

Afortunadamente, a excepción de una, la mayoría está afiliada a un seguro médico. El cual

los ha ayudado mucho, para hacer un chequeo de salud y han sido atendidos

oportunamente.

La condición de salud es uno de los aspectos importantes en la familia. Las cinco parejas

dicen que ellos siempre se comunican sobre sus dolencias y preocupaciones al respecto, lo

cual les ha permitido demostrarse afecto e interés mutuo Ellos perciben que hay cuidado

recíproco, se acompañan al médico, compran los medicamentos, están pendientes de su

recuperación, hasta que se encuentren completamente aliviados

La condición de salud les ayuda mucho para tener buena comunicación, porque entre ellos

se comparten la situación, y eso refleja el amor profundo entre ellos.

1.3. Las causas fundamentales que generan dificultad en la comunicación de la vida de

las parejas casadas en la Parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini.

a) No expresar palabras cariñosas hacia el otro

Las palabras cariñosas en las relaciones son un tipo de energía necesaria para mantener un

vínculo. Las expresiones de ternura, afecto, agradecimiento, alimentan el amor y podría

tener un efecto en la relación entre esposo y esposa. La falta de palabras cariñosas, muchas

veces, suscita problemas en la vida matrimonial. Una de las parejas cuenta que, en su

relación conyugal, pocas veces el marido dice palabras cariñosas hacia la esposa. La mujer

quisiera que el esposo, de vez en cuando, le expresara sus sentimientos con un te amo, te

quiero, o te adoro. Ella se siente triste porque su vida es rutinaria y siente la necesidad de

sentirse amada. Trata de cumplir bien con los deberes del hogar, los realiza con mucho

cariño: cuidar los hijos, preocuparse por sus actividades escolares, hacer el aseo de la casa,

cocinar y trabajar, entre otros; no obstante, parece que el marido no lo aprecia. Ella no

Page 23: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

23

quiere que la elogie por lo que ha hecho, sino que, solamente quiere escuchar algunas

palabras de afecto y que se reconozca su labor.

b) No decir perdón cuando se equivoca

Como todo ser humano, que no es perfecto, el individuo muchas veces se equivoca tanto en

la familia como en el trabajo. En la vida matrimonial, la equivocación en las cosas

pequeñas es algo común que siempre pasa, por ejemplo: uno se olvida las cosas y no las

recuerda, sin embargo, es importante decir “perdón” al otro. Según algunas parejas, el

problema entre esposos se debe a la incapacidad de pedir “perdón” o saber presentar

“disculpas” cuando se equivoca. Disculpas sinceras son expresiones que ayudan a

entenderse entre sí y aprender del error que se ha cometido. Con esas palabras, cada uno

aprende a aceptar la debilidad del otro y a ser mejor.

c) Enojarse fácilmente

Una pequeña falta que se comete en la vida matrimonial, a veces, provoca reacciones

desproporcionadas, respondiendo con ira, generando un mal ambiente al interior de la

pareja. Uno de los matrimonios, narrando sus vivencias, cuenta que varias veces vivió esta

experiencia y hace notar que la comunicación entre ellos se deterioró. Ante los pequeños

errores cometidos por la esposa (por ejemplo: cuando la comida queda cruda, falta o hay

mucha sal en los alimentos, no comprar cosas según lo que el otro quiere) el esposo

respondió con mal genio. Por esta razón, muchas veces, él no quiso hablar con ella,

situación que duró varios días.

d) No hablar francamente cuando hay problema

Algunas parejas cuentan que, en su vida matrimonial, sucedió que alguno no habló

francamente algún problema cometido por el otro, se quedó callado sin decir nada por

algunos días, el ambiente se tornó pesado, hasta cuando se preguntó qué le había pasado.

Esta situación a veces crea confusión dentro del hogar, causa distanciamiento, provoca

incertidumbre y todo por no haber hablado y analizado la falta cometida.

Page 24: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

24

e) No hablar a tiempo

Algunas parejas expresaron, que el problema de comunicación sucede con frecuencia en la

familia, porque no se habla a tiempo. Por ejemplo, cuando no alcanzó el presupuesto

mensual, la mujer no le informó al marido oportunamente, sino después de que todo pasó.

La persona que organiza la economía de la casa se indispuso y no habló del problema con

su cónyuge. Esta situación afectó el comportamiento del otro, quien no sabía lo que había

sucedido, se sentía triste y le ocasionó estrés; tanto que a veces no logró dormir, no pudo

trabajar bien y afectó la buena relación con las personas, en el lugar del trabajo.

f) Condicionamientos y valores adquiridos en la familia

La educación que cada uno recibió de su familia se convierte en uno de los factores

determinantes en la relación con otras personas. Se puede decir que el carácter que tiene

una persona también está determinado por las acciones o el comportamiento de los

miembros de la familia. En este caso, el problema que surge tiene que ver con la psicología

del individuo.

Una de las parejas narra que, a veces, la dificultad en la vida matrimonial puede ser causada

por experiencias del pasado, no trabajadas. Una persona que desde pequeña trabajaba y

llevaba la responsabilidad de la familia, por supuesto que tiene su propia manera de pensar

y actuar, muy distinta al otro que no tuvo esa experiencia. Un hombre o una mujer que sabe

organizar el dinero no solamente piensa en los gastos del presente, sino que también tiene

visión para el futuro.

Una esposa expresó, que cuando era joven fue una chica independiente, luchaba para tener

una vida mejor, trabajaba y tenía su propio negocio. La vida le enseñó a ser una persona

independiente y responsable. De hecho, ahora el dinero que gana del trabajo, siempre lo

organiza bien para los gastos de la familia y trata de ahorrar para imprevistos. Sin

embargo, su esposo no tiene esta capacidad, para manejar bien el dinero que recibe. Lo que

gana lo gasta en otras cosas, que no son muy importantes para la familia. Esta diferencia de

pensar muchas veces genera la dificultad de comunicación entre ellos.

Page 25: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

25

g) Falta de responsabilidad

Algunos de los cinco matrimonios, muestran que una de las causas que crean dificultad en

la comunicación dentro de su relación, se debe a la falta de responsabilidad. En el proyecto

de pareja, que se está llevando a cabo, tiene como objetivo que cada uno de los esposos se

involucre en las actividades y los trabajos de la casa, por lo tanto, cuando alguno no cumple

la tarea o la suspende sin una razón valedera, la otra persona no acepta está actitud y por

supuesto, provoca malestar y enojo, ocasionando, en la mayoría de los casos, problema de

comunicación y distanciamiento el uno del otro.

h) Imponer la propia opinión sin dialogar

El querer hacer prevalecer la propia opinión, sin respetar o considerar la del otro, deteriora

la comunicación entre los cónyuges y, no pocas veces, crea discordia y contraposiciones.

Por ejemplo: “el esposo quiere comprar una moto, sin embargo, la esposa no está de

acuerdo con la idea, porque ella no ve la necesidad de hacerlo. Además, no hay presupuesto

para comprarla y el dinero que gana solamente alcanza para cubrir los gastos necesarios. A

pesar de todo, el esposo decide imponer su idea sin importarle y sin considerar la opinión

expresada por ella. Al no ser escuchada o por haber sido ignorada en su opinión, la esposa

se siente decepcionada y esa situación genera un problema entre los dos, llevándolos al

silencio (“mutismo”) y, obviamente, a la incomunicación.

i) Temperamento fuerte

Algunos cónyuges expresaron que ellos tienen temperamento fuerte. La opinión diferente

entre ellos a veces ha terminado en agresiones verbales, porque cada uno defendía su

posición como la mejor. Entre ellos, ninguno quiso ceder o calmarse. Se pusieron de

malgenio, se irritaron demasiado y no hubo posibilidad de dialogar porque no se

escucharon. Al final entre los dos no se comunicaron por un lapso de tiempo, durando días,

incluso semanas.

j) Diferentes gustos e intereses por los programas televisivos

Según la experiencia de una pareja, que tiene diferentes deseos de ver programas de

televisión, también causó problema de comunicación entre ellos. Al esposo le gusta ver el

Page 26: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

26

partido de fútbol y las noticias, mientras que a la esposa no le gustan esos programas y lo

que le interesa son las novelas y películas románticas. De hecho, a veces se pusieron a

discutir, porque cada uno quería ver lo que le gustaba. La falta del diálogo y entendimiento

mutuo los llevó a una disputa, al final cada uno se calló y no se comunicaron el uno al otro

por varios días.

k) Pasar más tiempo en el trabajo que con la familia

El equilibrio entre la vida familiar y el trabajo es un componente importante que debe ser

una preocupación de cada pareja que tiene trabajo. Es muy básico mantener la relación

entre marido-mujer, e hijos, tomando tiempo para compartir en familia. Departir con la

familia es una expresión de amor con ella, y además es una forma de ayudar a los niños,

haciéndoles sentir y enseñándoles que la familia es lo más importante.

Por lo tanto, preocuparse por el trabajo sin tener en cuenta el tiempo para estar con la

familia, puede crear inconvenientes en la vida doméstica. Eso se ha podido constatar con

una de las parejas de la investigación. El esposo invierte más tiempo en el trabajo que con

la familia. La esposa quiere disfrutar un tiempo, por ejemplo, un fin de semana para estar

juntos con los hijos, pero eso muchas veces no sucede, porque el marido trabaja todo el día,

incluso el fin de semana. Esta situación genera el descontento por parte de la esposa y

deteriora el ambiente familiar.

l) La cultura machista

Una pareja expresó que la dificultad de comunicación en la vida matrimonial también fue

causada por la actitud machista. El marido a veces piensa que él es mejor, es el jefe de la

familia y su mujer está en segundo lugar; él cree que la mujer debe estar bajo el poder del

hombre y es él quien tiene la última palabra. De hecho, varias veces él no escucha lo que su

mujer está hablando y no la tiene en cuenta. Frente a esta situación, la mujer se siente triste

y llega a pensar que su esposo no valora su presencia.

m) Mal uso de los medios de comunicación

Básicamente, el propósito de las redes sociales es el deseo de acortar nuestra distancia,

tiempo y energía para comunicarnos con amigos, parientes y familiares. Pero, muchos no se

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27

dan cuenta de cuán vastas, grandes y públicas son las redes sociales, por lo que en su lugar

mantiene distante lo cercano y lo lejano, cerca. Las relaciones familiares entre los esposos

también pueden verse afectadas por las redes sociales.32 El buen uso de medios de

comunicación, puede ayudar mucho, pero mal usados y en el momento inapropiado, pueden

causar serios problemas.

Algunas parejas anotaron, que muchas veces el esposo o la esposa, se preocupaba más por

el celular que por compartir con la familia, ignorando al otro o la otra que está hablando.

Uno se sentía mal por no ser escuchado, de hecho, provocó el malestar que terminó en

agresión verbal. Se hicieron adictos al celular, se ocupaban más en estar publicando fotos,

chateando y navegando en la red; este uso excesivo de los medios de comunicación los ha

llevado al desinterés del uno por el otro; aunque estén juntos, viven como si no lo

estuvieran. Esto ciertamente no es bueno para la relación entre marido y mujer. La falta de

comunicación que surge por la desatención entre ellos se convierte en un problema que

afecta la familia. Urge ser conscientes de eso y empezar a remediarlo.

n) No recordar las fechas importantes

Unos cónyuges expresan, que a veces, él o ella, no recuerdan las fechas importantes que

marcan su vida matrimonial, por ejemplo, el día que hicieron la promesa ante Dios y ante el

pueblo de aceptarse uno a otro y ser fieles en las buenas y en las malas. Para algunos son

importantes estos días, no sólo como recuerdo, sino que tienen un significado más profundo

y que a pesar de tantos problemas, esta relación sigue siendo viva y más fuerte. De hecho,

uno quiere celebrarlo, agradecer a Dios por su infinita bendición a su hogar, y también

agradecer a la pareja que fielmente ha estado acompañándolo, hasta este momento. Pero

cuando alguno no recuerda estas celebraciones, genera en su pareja un sentimiento de

decepción, ya que ésta sí le da importancia. Esta situación varias veces ha generado

problema de comunicación entre ellos.

32 Dwi K., Mengapa Media Sosial Berbahaya bagi Hubungan Rumah Tangga? (Por qué las redes sociales son

peligrosas para la relación familiar), https://jurnalapps.co.id/mengapa-media-sosial-berbahaya-bagi-

hubungan-rumah-tangga-12438, (consultado el 10 de marzo 2020).

Page 28: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

28

1.4. Conclusión

Relación matrimonial es un vínculo entre dos individuos que se comprometen para vivir

juntos (en este caso como marido y mujer). Ser una pareja casada, significa que se necesita

cooperación para vivir la vida familiar y tomar las decisiones en el hogar. Algo básico e

importante para construir una buena relación en la familia, es la comunicación. Este es un

aspecto esencial, si se desea construir un hogar sano y armonioso. Si la comunicación se ve

obstaculizada, por supuesto, existe el riesgo de causar disputas debido a malentendidos o

falta de comprensión. Muchas veces la comunicación en la familia no siempre funciona

bien. Con frecuencia la esposa y el marido descubren desajustes de comunicación, por lo

que surgen algunos problemas, que se viven a lo largo del camino. Este conflicto también

puede suceder, en cuanto a la forma de comunicarse, la cual no es muy apropiada o no es

buena.

Basada en el resultado de la investigación con las cinco parejas de la parroquia Beato Juan

Bautista Scalabrini, puede decirse que la mayoría de ellas, muchas veces han tenido

problema de comunicación. Sin embargo, eso no significa que ellos no tengan el deseo y la

voluntad necesarios, para construir o formar una buena comunicación. Cada uno trata de

hacer lo mejor para mantener el buen ambiente de diálogo, pero a veces surgen los

problemas que traen el impacto negativo en la relación.

Además, se nota que, generalmente, el problema de comunicación generado en la vida

matrimonial de las cinco parejas se debió a diferentes causas, a saber: no pedir perdón, no

expresar palabras cariñosas, falta de responsabilidad, temperamento fuerte, etc. La causa

fundamental de la dificultad de comunicación entre esposos se encuentra en la carencia de

apertura mutua y compresión recíproca. El resultado de la investigación muestra, que

algunos no expresaron francamente la dificultad hacia el otro, tanto en la parte económica

como en la parte social, se quedaron callados y al final no se hablaron. Por otra parte,

algunos no pusieron atención en el momento que el otro hablaba o, simplemente, no

pusieron en práctica los acuerdos pactados, al contrario, se hacía lo que cada uno quería, la

consecuencia es la ira y luego la incomunicación por varios días.

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Capítulo II: La comunicación en la vida matrimonial basada en la propuesta del

documento Amoris Laetitia en diálogo con otros teólogos y teólogas.

2.1. Descripción general sobre el matrimonio a luz de la Exhortación Amoris Laetitia

El concepto de matrimonio que presenta el documento Amoris Laetitia, está arraigado a la

comprensión del matrimonio que presenta el libro de Génesis en el Antiguo Testamento y

también en el Nuevo Testamento. Al inicio de la creación, Dios creó todas las cosas durante

seis días y por último “creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios los

creó, macho y hembra los creó” (Gen. 1,27). Este pasaje muestra, que Dios desde la

creación, ha establecido el matrimonio entre varón y mujer, ambos son imagen suya. “Se

preserva la trascendencia de Dios, pero, puesto que es al mismo tiempo el creador, la

fecundidad de la pareja humana es imagen viva y eficaz, signo visible del acto creador”

(AL, 10). Esta unión formada por dos seres humanos que son distintos de naturaleza, sin

embargo, son iguales porque son imagen de Dios.

Por naturaleza, por creación, la humanidad se diferencia en hombre y mujer. Ambos

iguales en su ser humano: ambos son Adán, del que se dice en singular “lo creó”. Ambos

son humanos a su modo perfectamente diferenciado; de ellos se dice en plural “los

creó”. Ambos complementarios, en cuerpo y espíritu, para la compañía y la fecundidad:

“Dios los bendijo”. Ambos en unidad imagen de Dios. Ningún elemento se debe sustraer

a esta realidad: la dualidad, la unidad, el ser creado, el ser imagen de Dios en el universo

creado.33

Como imagen de Dios, marido y mujer tiene la misma dignidad y estatus, y no es que el

otro es más poderoso que la otra, “…hueso de mis hueso y carne de mi carne” (Gen 2,23),

los ha puesto Dios para que puedan vivir juntos en el ambiente recíproco. Dijo Dios

también, “voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gen 2,18), esa ayuda adecuada, que quiso

Dios, es la persona que puede acompañar al otro, en este caso al hombre. El contexto de

este relato muestra que el hombre también entra en éxtasis con el deseo de encontrar una

criatura igualita a él. La mujer que creó Dios es lo que el hombre deseaba tener como

acompañante, que viviera en la plena comunión.34 Una ayuda adecuada es la persona que

está al frente, que está al mismo nivel, que es igual a él. Esto indica que la presencia de un

hombre y una mujer que se unen mediante el matrimonio tiene un objetivo básico:

33 Vargas, El Matrimonio Camino de Santidad, 36. 34 Téllez Villamil, La Espiritualidad Conyugal en Perspectiva Latinoamericana: a la Luz de la Magisterio

Conciliar y Pontificio más Reciente, 138.

Page 30: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

30

complementarse, y éste debe ser fundamentado en la voluntad de amarse mutuamente y

estar dispuestos a sacrificarse, de dar y de recibir. Además, el marido debe tener la actitud

de respetar a la mujer ya que ella es el don más grande que Dios ha otorgado al hombre,

para que sea su compañera y ayudante en la vida.

Dios creó la mujer mediante el hombre: “Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo

sueño sobre el hombre, que se durmió. Le quitó una de las costillas y rellenó el vació con

carne. De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó

ante el hombre” (Gen 2,21-22). Este relato a veces se interpreta mal, muchos han pensado

que la mujer debe someterse al hombre, o sea al marido, de este modo se justificaba la

superioridad del hombre. Esta mentalidad ha generado una cultura machista en la sociedad.

Estos versículos muestran que la mujer fue creada por Dios mediante el hombre, lo cual no

significa que la mujer sea un ser de segunda clase o inferior al hombre, lo que es central en

este acto de creación es la igualdad. “Hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será

llamada mujer…” (Gen. 2,23), en sentido relacional se entiende como ser del ser. “Es una

expresión que conlleva el sentido de la totalidad del ser humano”.35 Por lo tanto tiene un

significado muy profundo, aunque la mujer tenga distintas características físicas, ella

presenta la misma personalidad que posee el hombre.36

En el mensaje del relato, también se enfatiza la voluntad para darse al otro y la

disponibilidad de perder algo valioso, para obtener una compañera de vida equivalente. La

mujer es partner o el aliado natural del hombre, quien posee la misma dignidad, tiene la

misma habilidad para hacer algo igual al hombre, y la capacidad de amar y ser amada.

Además, Dios llevó la mujer ante el hombre, esto significa que no es la propia voluntad del

hombre que sale a buscar la mujer, sino la voluntad e iniciativa de Dios, para reunir hombre

y mujer, juntos como pareja. Por lo tanto, ser pareja (marido y mujer) es una vocación y

una llamada de Dios para amarse mutuamente.37

Varón y mujer son iguales en su dignidad de personas y, a la vez, distintos: su condición

sexuada –masculina o femenina- es condición de la persona entera, que da lugar a dos

modos diversos, igualmente originarios, de ser persona humana. Esa diversidad los hace

complementarios: entre todas las criaturas vivientes solo el varón y la mujer se

35 Botero, La Conciencia de Pareja a la Comunicación Interpersonal, 58. 36 Ibid., 141. 37 Surip, Perkawinan dalam Kitab Suici Perjanjian Lama (El Matrimonio en el Antiguo Testamento), 22,

https://www.neliti.com/publications/282690/perkawinan-dalam-kitab-suci-perjanjian-lama, (consultado el 6

de abril 2020).

Page 31: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

31

reconocen como ayuda adecuada el uno para el otro en cuanto personas (CEC, 1605):

como otro yo a quien es posible amar. En virtud de esa complementariedad natural, la

atracción espontánea entre varón y mujer puede convertirse, por obra de su entrega

mutua, en una unión tan profunda que hace de los dos “una sola carne”, y por tanto es

indivisible y exige fidelidad exclusiva y perpetua. Esa unión lleva aparejada la bendición

divina de la fecundidad, como promesa y como misión conjunta del varón y la mujer

hechos una sola carne por su elección y entrega recíproca (Mulieris dignitatem).38

El matrimonio que presenta el Antiguo Testamento tiene la característica de creación, no

solamente como parte del relato (de la creación), sino que también fue establecido o hecho

por Dios. Esto significa que el matrimonio es un acto que viene de Dios. Es la voluntad de

Dios unir un hombre y una mujer para ser acompañante y entregarse mutuamente. “El

amor, la fidelidad, la alianza y la ternura se ofrecen al hombre y a la mujer como llamadas y

signos de un amor, de una fidelidad, de una alianza y de una ternura que la historia toda de

Israel relata y enseña a confesar como proveniente del mismo Dios”.39

El matrimonio que se ha establecido en el libro de Génesis fue resaltado nuevamente por

Jesús en el Nuevo Testamento. Jesús presentó su enseñanza sobre la relación conyugal,

como una respuesta frente a la costumbre de los judíos, en aquel tiempo, que permitían el

divorcio. Lo que hizo Jesús fue devolver el significado original del matrimonio, o sea lo

que Dios había planeado desde el inicio de la creación; dijo Jesús a los fariseos: “Moisés os

permitió repudiar a vuestras mujeres a causa de vuestra cerrazón de mente. Pero al

principio no fue así. Pues bien, os digo que quien repudie a su mujer no por fornicación y

se case con otra comete adulterio” (Mt. 19,8-9). Jesús quiere mostrar, que el divorcio que

se daba en el pueblo de Israel no estaba permitido por el creador, es por la avaricia que

tenían los hombres israelitas que se sentían insatisfechos con sus mujeres. Jesús quiere

enfatizar que el matrimonio no es un juego donde uno puede divorciarse de su mujer en

cualquier momento y por cualquier motivo, es decir, cuando no la quiere más. El

matrimonio es un don de Dios40, es voluntad de Dios que un hombre y una mujer se unan y

sean felices. Por otra parte, Jesús también defiende la dignidad de las mujeres judías,

quienes eran consideradas como seres de segunda clase. Jesús quiere mostrar que las

mujeres igualmente tienen su dignidad como los hombres y no son personas menos

38 Vargas, 37-38. 39 Fuchs, Deseo y Ternura: Fuentes e historia de una ética cristiana de la sexualidad y del matrimonio, 63. 40 Francisco, § 62.

Page 32: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

32

importantes. Dios creó mujer y hombre según su imagen (Gen. 2,27), de hecho, tienen la

misma dignidad, aunque su naturaleza es distinta.

La respuesta que ha dado Jesús frente al matrimonio es un paso básico para la vivencia

entre hombre y mujer. Jesús elevó la dignidad, la unidad e indisolubilidad originaria del

matrimonio que, en aquel tiempo, no estaba siendo considerado por los judíos.41 El

derecho canónico de la Iglesia católica en el número 1055 §1 afirma: “La alianza

matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la

vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y

educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento

entre bautizados”. El matrimonio cristiano, no es sólo una convivencia entre un hombre y

una mujer que se quieren. Es mucho más que eso. Es un sacramento, es decir que el

matrimonio entre dos personas bautizadas es sagrado, porque esta unión es voluntad de

Dios, querida por Dios y bendecida por Él mismo. En otras palabras, se trata de compartir

un proyecto de vida para alcanzar la felicidad en su relación. El papa Francisco dice “El

sacramento del matrimonio es un don para la santificación y la salvación de los esposos,

porque su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental, de la

misma relación de Cristo con la Iglesia” (AL 72).

Jesús restauró el pensamiento y la costumbre de los Israelitas sobre el matrimonio y frente a

eso, Él exige un cambio de mentalidad respecto al modo de ver la esencia del matrimonio y

pide cumplimiento, en el ideal del amor en la vida matrimonial, entre los cónyuges que

desde el principio ha sido establecido por Dios.42 “El amor es posible, y nosotros podemos

ponerlo en práctica porque hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así,

llevar la luz de Dios al mundo”.43 Como imagen de Dios, hombre y mujer tienen la

capacidad de amarse mutuamente, y llevar a cabo el compromiso de ser fieles el uno al otro

por toda la vida. Al respecto Vargas afirma:

El pasaje fundamental de los evangelios (Mt 19, 1-12; Mc 10, 1-12) no ha de ser

interpretado como una “ley”, sino como una proclamación profética de la realidad

profunda del amor humano y la posibilidad de llevarlo a esa plenitud dentro de la fe

cristiana. “El matrimonio tiene una meta: amar a Cristo en el cónyuge”.44

41 Vargas, 40. 42 Ibid. 43 Benedicto XVI. Encíclica Deus Caritas Est, n. 39. 44 Vargas, Óp. Cit.

Page 33: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

33

La venida del Reino de Dios, realizada en Jesús, hace posible vivir el matrimonio como

gracia, don gratuito de Dios y no se ve como un dato natural con sus leyes humanas, tal

como le pasó a Moisés con el pueblo de Israel.45 A través del matrimonio, Dios manifiesta

su amor y lo convierte en un medio de salvación. Entonces, en el matrimonio, una pareja

casada está llamada a ser feliz y perfeccionarse ante Dios. “De Cristo, mediante la Iglesia,

el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y

vivir la vida de comunión” (AL 63).

Por otra parte, Jesús también dice “Lo que Dios unió no lo separe el hombre” (Mt. 19,6).

Lo que quiere Jesús es el matrimonio indisoluble, lo que Dios ha planeado desde el inicio.

De hecho, el divorcio no está en sintonía con el plan divino, “Pues yo odio el repudio, dice

Yahvé Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice Yahvé Sebaot.

Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición” (Mlq 2,16). En la vida

matrimonial, al hombre y a la mujer no les está permitido separarse, porque lo que se les

pide es amor y fidelidad sin límite hacia el otro. El divorcio, en lugar de traer paz, trae

mayor amargura y dolor, destrozando también la felicidad que merecen los hijos.

El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado

libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. El divorcio atenta contra la

Alianza de salvación de la cual el matrimonio sacramental es un signo. El hecho de

contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la

ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público

y permanente. El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que

introduce en la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para

el cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los

padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso,

que hace de él una verdadera plaga social.46

Para proteger las parejas del divorcio o de la posibilidad de separarse, es necesario un buen

acompañamiento, a través de la pastoral matrimonial, que ayude a los cónyuges a preparase

a vivir sólidamente en comunión, aún en medio de las dificultades. Por esto, este trabajo ha

elegido como tema la comunicación, la cual abarca muchos aspectos, que las parejas deben

asumir si quieren permanecer unidas. En la familia, la comunicación es el factor

fundamental que mantiene viva la relación conyugal y familiar; por lo tanto, es importante

ahondar en este aspecto, para que tanto el esposo como la esposa, tengan una sana y

fecunda armonía en su hogar.

45 Fuchs, 68. 46 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2384-2385.

Page 34: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

34

2.2. Comunicación en la Vida Matrimonial

2.2.1. El Concepto de Comunicación entre Pareja en la Vida Matrimonial

La comunicación se entiende como un proceso de intercambio del mensaje tanto verbal

como no verbal entre dos personas o más.47 Partimos del presupuesto, que la

comunicación es siempre un encuentro entre personas, un salir de sí para ir al encuentro del

otro, de forma que uno se experimente compartiendo su vida con la del otro, porque la

comunicación de cada uno, enriquece la comunicación del otro, lo que conduce, de alguna

manera, a la felicidad mutua, a través de una relación recíproca.48 La relación que permite

crecer como persona y como pareja, debe ser construida y alimentada. No hay fórmulas

mágicas. Por ende, es muy importante que la pareja tenga un adecuado conocimiento

personal de sí y del otro. Y, a partir de eso, puedan encontrar herramientas que fortalezcan

la capacidad de respetarse, aceptarse y darse mutuamente. Es una relación constructiva, en

la pareja, cada uno debe dar lo mejor de sí y, al mismo tiempo, también deben aprender a

recibir. 49

La comunicación entre pareja es la clave importante para el bienestar de una relación,

consiste en saber hablar, preguntar, responder, escuchar, discutir, asentir, negociar, o sea

compartir la vida cotidiana, expresar y conocer los pensamientos, reflexiones e

interpretaciones sobre cualquier cuestión que pueda plantearse.50 En la misma línea Alonso

expresa que:

La comunicación es el ingrediente fundamental de toda relación, y con mayor razón en

la vida de pareja, no nada más para mantener el vínculo entre los cónyuges, sino con el

tiempo es lo que verdaderamente une a los individuos en el transcurso de la vida, es

mediante ella como se van fundiendo las almas dentro de un marco de respeto, libertad,

cariño y aprecio.51

Entre los cónyuges la comunicación es una de las bases fundamentales que les ayuda para

construir la relación auténtica. El amor verdadero es lo que les empuja para tener esta

47 ¿Qué es la comunicación? ¿Cuáles son sus elementos? https://apuntesparaestudiar.com/lengua-y-

literatura/%C2%BFque-es-la-comunicacion-%C2%BFcuales-son-sus-elementos/ 48 Bética, La Comunicación en el Matrimonio, https://www.ciudadredonda.org/articulo/la-comunicacion-en-

el-matrimonio 49 Lilia, Mínimos para vivir en pareja, 11-112. 50 Bonillo, Comunicación en pareja: cómo hacer de ella el vínculo más duradero: consejos para mejorar tu

comunicación en pareja, https://www.areahumana.es/comunicacion-en-pareja/, (consultado el 15 de abril

2020). 51 Alonso, La importancia de la comunicación en el matrimonio y los hijos, https://hoy.com.do/la-

importancia-de-la-comunicacion-en-el-matrimonio-y-los-hijos/, (consultado el 17 de abril 2020).

Page 35: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

35

habilidad de abrirse el uno al otro, tener la libertad de expresar el propio sentimiento a la

pareja, sin miedo ni preocupación. Esta comunicación debe nacer de una confianza sin

límite, para que haya una relación de verdad y transparencia.

Por lo tanto, lo que se necesita en esta relación es una comunicación auténtica, para ello se

requiere la capacidad de hablar francamente y escuchar atentamente al otro, en el momento

del compartir las ideas. Hablar no solamente por hablar, sin sentido o sin contenido, sino

verdaderamente, creando espacios para compartir mutuamente, abriendo cada uno su

corazón y desde ahí, incluir al otro en todo lo que le corresponde, implicarlo en lo que ha

conformado su propio ser.52 Uno de los objetivos en la vida de pareja es compartir los

aspectos más íntimos con el fin de establecer un fuerte lazo de unión. Por consiguiente, la

clave básica es tener buena comunicación entre pareja. Una buena comunicación fortalece

una relación de pareja y cuando esto se da, la comunicación mejora, estableciéndose un

círculo virtuoso que mejora la calidad de vida.

De lo contrario, la falta de comunicación impide construir una buena relación matrimonial.

Muchos matrimonios han enfrentado serias disputas por falta de comunicación entre ellos.

Esta situación, si no se resuelve con humildad y comprensión, puede afectar negativamente

a los esposos. El siguiente tema que se abordará, habla específicamente de las dificultades

que se presentan en la vida matrimonial, por falta de una buena comunicación.

2.2.2. El Problema de comunicación en la vida matrimonial

La falta de buena comunicación es uno de los enemigos en la vida matrimonial,

desafortunadamente esta situación se da con frecuencia en la vida de muchos esposos. Se

convierte en una de las dificultades domésticas más populares entre los cónyuges. Cuando

esta situación no se soluciona bien, puede generar otros problemas que, posiblemente,

puede llevar al caos en la vida matrimonial. Russek en su artículo sobre “Bases de Una

Buena Comunicación” dice:

La mayoría de los problemas de pareja surgen por una mala comunicación o por la

falta de ésta, no se escuchan realmente uno al otro o se dejan de hablar adecuadamente,

es decir, se atacan, insultan, humillan, y gritan. También puede suceder que eviten la

comunicación como una manera de castigar al otro, ignorándolo, pero después se

vuelve una costumbre que sólo crea una gran distancia entre ellos. Uno de los

problemas en la comunicación en la relación de pareja es que, por temor a iniciar un

52 Ibid.

Page 36: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

36

conflicto, nos quedemos callados con nuestra molestia, permitiendo que ésta vaya

creciendo cada vez más, hasta que explotemos y la expresemos de una manera

inadecuada y destructiva.53

Puede ser que el problema de comunicación sea provocado por la situación que se vive, por

ejemplo, el estrés del trabajo, la situación de los hijos y otras tantas dificultades que se

presentan en la vida cotidiana; sin embargo, lo que está detrás de esas razones es la falta de

apertura al otro. Felipe Hernández añadió: “si uno de los miembros no tiene la suficiente

empatía y no es capaz de entender al otro, o si no tiene la capacidad de expresar sus

opiniones de manera asertiva, difícilmente puede funcionar una relación y puede terminar

en fracaso matrimonial”.54 La actitud de no preguntar cuando no se entiende, o no se

escucha claramente cuando el otro expresa algo, tanto verbal como corporal, también puede

generar conflicto, porque lo que uno quiere no es bien entendido por el otro.

Esta realidad muestra, que el problema de la comunicación entre pareja no es causado sólo

por factores externos, sino también por factores internos, o sea por la incapacidad de la

persona para asumir las bases principales de la comunicación en la vida matrimonial, es

decir la apertura, el respeto, la paciencia, la empatía y la tolerancia.

La ausencia de una buena comunicación, en el fondo, se debe, posiblemente, por todo

aquello que sucede dentro de la persona, es decir, situaciones psicológicas aún no resultas

y, por lo tanto, impide que la persona se abra al otro. Por ejemplo, la experiencia traumática

que ha tenido a lo largo de su vida causa una indisponibilidad de comunicarse libremente

con el otro, incluso con la propia pareja. Si dentro de la persona, no surge la voluntad de

buscar una mejor manera para salir de esta dificultad, posiblemente puede crear el conflicto

familiar, y esa es una señal de que no hay madurez en la relación. De ahí que se hace

necesario, un acompañamiento que involucre la espiritualidad y la comunicación, porque el

encuentro con Dios ayuda a la persona para reconocer profundamente su ser y le permite

reconocer la presencia del otro. Este proceso motiva al sujeto a salir de sí y encontrar su paz

interior, porque cuando uno se reconcilia consigo mismo goza de paz interior y eso

posibilita a la persona aceptar al otro y comunicarse con él libremente.

53 Russek, La Comunicación en la Pareja, http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/comunicacion-

pareja.html, (consultado el 18 de abril 2020). 54 Esteban, Relevancia procesal del fracaso de las relaciones interpersonales en el matrimonio, 707.

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37

De hecho, los problemas de comunicación, que suceden en la vida matrimonial, en

ocasiones, tienen sus raíces en la inmadurez psicológica de la persona. El aspecto

psicológico, en el matrimonio, entendido como la unión libre de dos personas, adquiere

gran importancia en el proceso de vida de cada uno de los cónyuges, ya que tiene que ver

con la parte afectiva y el desarrollo de las emociones. Además, como seres sociales, las

dificultades de comunicación en la vida de los esposos también tienen que ver con el

ambiente social, porque la sociedad presenta distintas situaciones que afectan la relación

entre los esposos. Por lo tanto, la pastoral matrimonial debe formar las parejas en la

importancia de la comunicación, desde la perspectiva psicológica y sociológica con miras a

una buena armonía en la relación conyugal.

2.3. La comunicación entre parejas desde otras disciplinas (desde la perspectiva

psicológica y sociológica)

El esposo y esposa son las personas principales que forman la familia y luego se amplía con

la presencia de los hijos. En el hogar, los cónyuges establecen la regulación económica,

reglas o normas internas, la comunicación interpersonal y su relación afectiva. En este

espacio, se encuentra el verdadero agente activo del desarrollo social, célula en la cual se

crea y consolida la democracia; donde se solucionan o acentúan las crisis sociales y donde

la mayoría de las personas encuentran el afecto y especialmente la seguridad. La necesidad

de vivir en familia que tiene el ser humano se acrecienta ante el carácter eminentemente

psicológico durante todo el proceso en el cual crece y deviene la personalidad, tanto la

relación entre marido y mujer, como los padres con sus hijos.55

La psicología en la comunicación entre marido y mujer, en la vida familiar, juega un papel

muy importante en el desarrollo y crecimiento de los miembros del hogar. Pero, en primer

lugar, hay que entender que la comunicación es uno de los factores principales para lograr

el bienestar de los esposos. Por lo tanto, en su relación, ellos deben tener en cuenta la

importancia de poseer las formas correctas de comunicación, para que puedan fomentar la

creación de una buena relación y un sentido de comprensión mutua. No se puede negar que

la comunicación tiene un puesto privilegiado en la familia, y este garantiza la continuidad

de una relación armoniosa.

55 González, La familia. Una Mirada desde la Psicología,

http://www.medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/view/402/319, (consultado el 20 de abril 2020).

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38

La comunicación en pareja es la clave para el bienestar de una relación, ya que hace que

cada uno conozca lo significativo que es para el otro. No se da por hecho nada, sino que

cualquier tema, por superfluo o difícil que parezca de comunicar, se comparte con el otro.

Cada matrimonio tiene sus propias reglas emocionales, su propio estilo, diferente y

especial. Mariola Bonillo que es una psicóloga experta en terapia de pareja, dice al

respecto:

El lenguaje doméstico en la comunicación en pareja implica que fluya la expresión

emocional de los sentimientos, anhelos, deseos, intenciones, para que se comprenda

el afecto y la importancia que tiene para cada uno lo que se dice y lo que se expresa.

Esto es lo que llamamos empatía, es decir, la capacidad de darse cuenta de qué está

sintiendo el otro y compartir sus sentimientos: Cuando estás alegre, me alegro;

cuando te sientes triste, me entristezco. Somos compañeros no competidores, lo que

uno siente el otro lo comprende y siente. Cooperamos, nos apoyamos, nos

consolamos, gozamos, etc., compartimos la vida a nivel emocional. Las emociones

más importantes en una relación de pareja son los sentimientos de aprecio mutuo.

Te valoro y me valoras, te haces querer y sé que me quieres, de consuelo, gozo y

alegría.56

La expresión de sentimiento debe ser escuchada por el otro o la otra en la vida matrimonial.

Escuchar y comprender el sentimiento del otro, es una forma para tener una relación

saludable, también puede crear relaciones flexibles, democráticas y armoniosas abriendo

canales de comunicación bidireccionales. Y lo más importante, puede convertirse en un

pilar sólido para que su pareja pueda expresar el sentimiento e incluso los problemas. El

psicólogo Bernabé Tierno opina a propósito:

Al escuchar, atendemos al otro y creamos un espacio fundamental para que la

comunicación sea educada. Escuchamos con empatía, optando por ponernos en su

lugar, sin juzgar, sin que se sienta presionado… Es importante que encuentre en

nosotros a alguien que escucha y no que interroga.57

El estudio psicológico de comunicación entre esposos, considerado como un sistema

dinámico de relaciones interpersonales, es influenciado también por factores internos y

externos, que pueden traer beneficio, pero, también problema. Los factores internos que

benefician la comunicación, por ejemplo: dedicar un momento para hablar, para tratar cada

tema en concreto; dejar hablar y escuchar; expresar las opiniones respetando los turnos;

acoger las emociones; reconocer lo positivo de lo que el otro plantea y decirle cómo se

siente con aquello que no le gusta; buscar juntos soluciones al hecho presente; respetar las

56 Bonilla, Ibid. 57 Tierno, Psicología Practica de la Vida Cotidiana, 82.

Page 39: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

39

decisiones tomadas; aprender a pedir perdón y a saber aceptar las disculpas.58 Los factores

internos que traen el impacto negativo en la comunicación son por ejemplo: actitud pasivo-

agresiva; no saber escuchar; problemas de ira; críticas negativas; ignorar a la pareja; actitud

testaruda; enfocarse únicamente en sí mismo.59

Los factores externos también tienen impacto tanto positivo como negativo en la

comunicación de pareja. El nuevo conocimiento en torno a la relación en el hogar, que uno

aprende de la sociedad, o sea de la experiencia de los otros cónyuges, puede generar el

impacto positivo en la comunicación de los esposos, pero para eso se necesita la apertura y

la voluntad. Pero, por otra parte, también puede afectar negativamente si no hay un buen

entendimiento en la comunicación, por ejemplo, el llevar los problemas del trabajo al

hogar, el dedicar más tiempo a los amigos que a la familia, la crisis económica, etc.

Desde el punto de vista psicológico, la comunicación constante en la vida matrimonial es

algo básico y la única manera para llevar adelante la relación. Ambos deben tener la

disposición permanente, para la discusión tolerante con el otro, independientemente del

cambio en las actitudes e intereses. Los esposos deben tener en cuenta, la importancia del

diálogo frecuente y aplicarlo convenientemente en todos los problemas y diferencias de

opinión, al igual que conservar en toda circunstancia una disposición a la adaptación mutua

o a la modificación de puntos de vista propios, en favor de la opinión del otro.60 Vivir como

pareja es un continuo proceso, de hecho, se necesita una ininterrumpida comunicación con

el fin de resolver en común, las dificultades y encontrar la armonía.

La comunicación entre los cónyuges, en la vida matrimonial, también debe verse desde el

punto de vista de la sociología. La familia es parte de la sociedad y no puede separarse,

porque ella está dentro de este sistema, es un producto de él y reflejo de su cultura. Por

consiguiente, es una institución básica de la sociedad. Un aspecto que tiene una gran

influencia en la vida familiar es la comunicación.

La comunicación es un elemento fundamental y básico de la interacción social, es el

mecanismo que ha hecho posible la existencia de lo que se llama sociedad. Es el principio

básico de la organización social, y como tal, es requisito indispensable para las relaciones

58 Bonillo, Ibid. 59 Carillo, Falta de comunicación en la pareja: 8 maneras en las que se expresa: Diferentes formas en las que

la falta de comunicación en una relación de pareja desgasta el vínculo,

https://psicologiaymente.com/pareja/falta-de-comunicacion-pareja, (consultado el 6 de mayo 2020). 60 Correll, Psicología de las relaciones humanas, 284.

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40

sociales. Todo ello pone de manifiesto que la comunicación, antes que nada, es un proceso

social articulado en torno al fenómeno del compartir, de poner en común, de vincular.61 A

través de este sistema, los seres humanos que forman la sociedad pueden expresar su ser, su

existencia y su sentimiento.

El amor y las relaciones de pareja son una construcción social, modelada según los usos y

las costumbres sociales de un momento histórico explícito, siempre alusivo a la pertenencia

de la persona a un grupo social y a lo que dicho grupo define en sus discursos y prácticas.

Es importante resaltar, que la comunicación como actividad humana, favorece la

supervivencia y moviliza la vinculación afectiva. La sociología fenomenológica62 expresa

que los individuos son actores fundamentales que garantiza la comunicación en la sociedad.

El individuo es un actor social que reproduce su contexto social a partir de sus

interacciones cotidianas. La reflexión se centra en las relaciones intersubjetivas,

bajo el ángulo de la interacción, y se otorga un rol relevante a los elementos de

negociación y de comunicación en la construcción social de los contextos de

sentido. Abordar la interacción desde la sociología fenomenológica implica hablar

de la relación entre el yo y el otro. Esta relación dialéctica no se inscribe en la

reflexión de corte más antropológico de construcción de las identidades y las

alteridades, sino que más bien se toma como punto de partida para la construcción

social de la realidad.63

El vínculo entre marido y mujer en la familia se fundamenta en una relación entre yo y el

otro que se construye basada en el amor. “El otro en este sentido ya no es alguien fuera de

mí, sino una persona que es parte de mi vida y el diálogo que construimos no se queda en la

parte superficial, va más allá, toca los sentimientos de cada uno”. El enfoque principal en

este marco es la interacción entre individuos, entre los esposos. Este proceso de interacción

que ocurre en la comunicación, entre dos personas o más, permite modificar el

comportamiento de las personas involucradas. Entonces "los individuos aprenden a

interactuar efectivamente a través de la toma de roles y juegan un papel (role playing)”.64

61 García, La interacción y la comunicación desde los enfoques de la psicología social y la sociología

fenomenológica. Breve exploración teórica, 46. 62 La sociología fenomenológica está basada en la filosofía de Husserl (1954) y en el método de comprensión

(verstehen) de Max Weber (1978). El debate general gira en torno a cómo se puede lograr el conocimiento, y

su aparición debe sustentarse en la comprensión de la fenomenología como instancia de aproximación

metodológica a lo cotidiano. Ibid., 50. 63 Ibid. 64 Rustina, Keluarga dalam kajian sosiolagi (Familia desde el punto de vista sociología), 304,

https://www.neliti.com/id/publications/114514/keluarga-dalam-kajian-sosiologi, (consultado el 12 de mayo

2020).

Page 41: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

41

Esta capacidad de interactuar o de comunicar entre marido y mujer, les ayuda para

establecer la intimidad y la cercanía entre sí.

Situaciones actuales, como los avances técnicos, la supremacía del “yo” o del

individualismo y la incapacidad de adquirir compromisos “para siempre”, confunden y

desestabilizan las relaciones de pareja y familiares, impidiéndoles encontrar espacios de

comunicación, que les permitan solucionar los conflictos cotidianos por medio del perdón y

la reconciliación; llevándolos, muchas veces, al rompimiento de la relación. El pontífice

Francisco, entiende muy bien las crisis que enfrentan las parejas hoy en día, de hecho, a

través de la exhortación Amoris Laetitia, el papa quiere invitar a las familias cristianas a

apreciar los dones del matrimonio y a perseverar en el amor, fortalecido por los valores de

generosidad, compromiso, fidelidad y verdad.

2.4. La Propuesta del Documento Amoris Laetitia Frente al Problema de

Comunicación en la Vida Matrimonial

El papa Francisco desde el inicio de su pontificado, ha puesto su interés a los problemas

que están pasando en la vida matrimonial y familiar. De hecho, propuso una consulta

general a toda la Iglesia sobre el tema de la familia y luego lo ha presentado como base de

reflexión, en dos sínodos de los obispos que se realizaron en 2014 (extraordinario) y 2015

(ordinario). El resultado de lo que se había analizado en estos dos sínodos, fue presentado

en la exhortación apostólica Amoris Laetitia (La Alegría del Amor). Esta importante

exhortación, la presentó oficialmente el día 8 de abril 2016, en el año jubilar de la

misericordia65.

Para realizar este Sínodo, el papa no solamente invitó a los obispos, también tuvo presente

a algunos fieles laicos, quienes, a través de sus experiencias en la vida matrimonial, han

ayudado a los padres sinodales, para reflexionar los problemas que realmente suceden en

muchos hogares. Este método permitió a los miembros del sínodo, construir un nuevo

horizonte que les ayude a ver los problemas en la vida familiar de otra forma, o sea desde el

punto de vista del amor y la misericordia. Además, el escuchar estas situaciones, posibilitó

a la asamblea sentir y ver la esperanza de muchas parejas y la necesidad de muchas familias

hoy, precisamente aquellas que están enfrentando las dificultades en su relación.

65 Inició el 8 de diciembre de 2015 y concluyó el 20 de noviembre de 2016, para celebrar el quincuagésimo

aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.

Page 42: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

42

La familia enfrenta varios grandes retos en esta era moderna. Los desafíos externos tienen

diversas formas, como el medio ambiente, el trabajo, la cultura comunitaria, etc. Si bien los

desafíos internos también varían, como las necesidades, desarrollo personal de cada

miembro de la familia, educación infantil, necesidades de entretenimiento, etc. Las

experiencias y retos familiares incluyen cambios rápidos, cada vez más complejos e

individualistas, como resultado de la disminución de la comunicación familiar.

Materialismo y narcisismo de la cultura moderna, bloquean el amor y la entrega de uno

mismo. Las parejas a veces se sienten inseguras, dudosas y luchan por encontrar formas de

desarrollarse.

A través de esta exhortación, el papa Francisco invita a las parejas a preservar la

misericordia de Dios, apreciar el don del matrimonio que Dios ha instituido, perseverar en

el amor que debe ser reforzado por los valores de la generosidad, el compromiso, la lealtad

y la paciencia. De hecho, la gran verdad que se subrayó durante el Sínodo es: “el

matrimonio indisoluble, feliz y fiel, para siempre, abierto sin condiciones a la prole, es

bello y posible, y será siempre en la Iglesia uno de sus tesoros más grandes”.66

Amoris Laetitia hace una llamada a la Iglesia universal, para poner la mirada hacia la

realidad de las familias, de las parejas que se encuentran en dificultad, tanto casadas como

en unión libre. El primer servicio que la Iglesia debe ejercer es a la familia, ya que ella es la

Iglesia doméstica67, base donde se ejerce el amor mutuo entre esposo y esposa y también,

es el seno donde los hijos alimentan sus primeros conocimientos, tanto en la educación de

fe, como en la realidad social. La unidad entre los esposos está determinada por la relación

que construyen e influye en el crecimiento de la personalidad de los hijos, como también

en gran medida, por la educación que reciben de sus padres.

El concepto que la Iglesia tiene de la familia tiene que ver con el lugar donde Dios ha

puesto su morada y donde dos personas (hombre y mujer) que Dios unió, a través del

matrimonio, viven juntos en una unión plena. Sin embargo, los problemas de la vida que

66 Vito Pinto, Matrimonio y familia en el camino sinodal del papa Francisco, 26. 67 El concilio vaticano II (1963-1965) había tocado el tema sobre matrimonio y familia, considera la familia

como Iglesia doméstica. Hizo reflexiones teológicas sobre la familia. Los estudios se han realizado desde

diferentes áreas como por ejemplo la sacramental, la moral, la pastoral, la bíblica, el derecho canónico, etc. A

partir de la constitución Lumen Gentium se pueden desprender cuatro claves teológicas, desde las cuales

realizar una lectura eclesiológica de la familia como iglesia doméstica, bajo el principio formulado por Pablo

VI cuando expresaba que «en cada familia cristiana, deberían reflejarse los diversos aspectos de la Iglesia

entera» (Pablo VI, 1975: 71).

Page 43: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

43

surgen en el camino, a veces, traen dificultad en la relación y, en ocasiones, pone en peligro

el matrimonio. La Iglesia, como cuerpo visible de Cristo en el mundo, debe tomar medidas

para apoyar a las parejas, a mantener su relación, especialmente los matrimonios que están

en dificultad. Lo que la Iglesia ha hecho, hace y debe seguir haciendo, es caminar con ellas

y sentir el problema que están viviendo. La Iglesia no puede juzgar lo que está sucediendo,

más bien debe acompañar con amor y misericordia, mostrando el rostro amoroso de Dios,

hacia ellos.

El papa Francisco da un paso más al profundizar en una aproximación al matrimonio y

a la familia no ya desde lo alto, sino desde abajo, con una mirada amorosa de la

realidad, que abraza también todos los gozos y las pasiones del hombre, para mostrar la

apertura a lo que Dios quiere realizar como su imagen en el matrimonio y la familia, tal

como recuerda al afirmar que el objetivo de Amoris Laetitia es precisamente “orientar

la reflexión, el diálogo o la praxis pastoral y, a la vez, ofrecer aliento, estímulo y ayuda

a las familias en su entrega y en sus dificultades” (AL 4).68

El pontífice quiso invitar a todos, para reflexionar y hacer ver que el desafío y la ruptura en

la vida matrimonial de muchas parejas, no son hechos que generen el juzgamiento o

condenación, más bien son situaciones que posibilitan tener una mirada más humana. El

Sínodo hace que la humanidad pueda mirar a todas las familias, con ojos de bondad, amor,

en la comunicación de un evangelio que debe impregnar la vida de todo creyente, buscando

siempre revitalizar a la Iglesia, para que se den respuestas concretas y significativas, que

ayuden a cambiar las actitudes de rechazo y exclusión, por medio del actuar misericordioso

y justo de los miembros de la comunidad. Dice el papa Francisco “Ya no es sólo la hora de

las antítesis, es hora de actuar, de iniciar aquella obra de justicia y de misericordia esperada

desde hace mucho tiempo, reordenada en la práctica pastoral y canónica”.69

Por otra parte, es fundamental resaltar la importancia del amor en la vida matrimonial. El

amor es lo que empuja a las parejas para aceptarse uno a otro incondicionalmente, es lo que

hace que un hombre y una mujer se unan en el matrimonio, permite que las parejas se

acepten y se apoyen en las buenas y en las malas. La fuerza del amor sin límite permite y

garantiza la unidad en la familia, si esto falta, se puede llegar a desenlaces dolorosos en la

vida de la pareja. Sobre este aspecto, el papa Francisco enfatiza la primacía del amor entre

esposos, para poder llevar adelante la vida matrimonial.

68 Pié-Ninot, Guía de Lectura e interpretación de Amoris Laetitia, 10. 69 Vito Pinto, 59.

Page 44: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

44

2.5. El amor de pareja en Amoris Laetitia, como un requisito para llevar adelante la

buena comunicación

La unión entre un hombre y una mujer que se comprometen para vivir juntos en las buenas

y en las malas, entregándose uno al otro, es un compromiso que se construye y se

fundamenta en el amor. De hecho, es imposible hablar del matrimonio y la relación

interpersonal sin hacer una referencia al amor. En sí el amor es la columna fundamental que

sostiene la relación incondicional en la pareja, es la raíz que provee y alimenta el árbol de la

unidad.

El amor que posibilita a un hombre y una mujer para estar juntos no es sólo un sentimiento,

más que eso, es un regalo de Dios, es un don que Dios ha puesto en el corazón de cada ser

humano. “Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra

común del cuidado de la creación”.70 La característica de ser imagen de Dios, hace capaz al

hombre y a la mujer para amar y expresar este amor mutuamente a través de la unión en el

matrimonio. La sana, profunda y transparente comunicación entre esposo y esposa, es

reflejo del amor que se profesan. Además, dicho amor implica una responsabilidad total,

porque ésta es una opción de vida que los dos han tomado con libertad y plena conciencia.

Por lo tanto, debe ser probado en hechos reales, a través de palabras y acciones concretas,

es decir, se construye diariamente; importante que haya buena voluntad para aprender,

mejorar y hacer crecer la relación.

El Papa Francisco, en el capítulo IV del documento Amoris Laetitia presenta un tema de

suma importancia: “el amor en el matrimonio”. Se subyace la esencialidad del amor

conyugal, mediante una profunda explicación desde el himno de la caridad de San Pablo,

dirigida a los Corintios, como frutos que produce el amor sincero. Según san Pablo, estas

son las características de este amor verdadero:

El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es

arrogante, no obra con dureza, o busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuenta del

mal, no se alegra de injusticia, sino que goza con la verdad, todo lo disculpa, todo lo

cree, todo lo espera, todo los soporta (1 Co 13,4-7).71

70 Catecismo de la Iglesia Católica (C.I.C), § 1604. 71 Francisco, § 90.

Page 45: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

45

Ciertamente este himno de la caridad muestra la grandeza y la autenticidad del amor que se

debe realizar en la relación conyugal. Es una descripción clara de lo que el amor debe y no

debe hacer, es una explicación de la verdadera naturaleza del amor. A través de este bello

himno, el Papa Francisco quiere señalar que el amor verdadero, hace posible la buena

comunicación en la vida matrimonial.

San Pablo compuso este himno, al haber escuchado las graves situaciones que estaban

pasando los cónyuges en la comunidad de Corinto (de acuerdo con la reflexión del

contexto) había conflictos, desunión, desvaloración, separación, etc. Por medio de este

cántico, el autor quiere recordar a los corintios y a todas las familias cristianas, que los

cónyuges deben amarse, como Cristo ama a su iglesia, que se sigue entregando por ella

incondicionalmente y mantiene la unidad perfecta. De hecho, “La caridad conyugal, es el

amor que une a los esposos, santificado, enriquecido e iluminado por la gracia del

sacramento del matrimonio. Es una unión afectiva, espiritual y oblativa, pero que recoge en

sí la ternura, la amistad y la pasión erótica” (AL. 120).

La comunicación afectiva entre pareja es algo fundamental para tener una relación exitosa,

por lo tanto, para alcanzar esta meta se requiere la disponibilidad de ambos lados, es el

amor que impulsa a tener la apertura, para compartir y dialogar. El himno de la caridad de

San Pablo muestra las características del amor que potencia a tener una comunicación

saludable, y el papa Francisco hace una llamada a todas las parejas para que la vivan.

➢ Paciencia

“El amor es paciente”. La paciencia se describe como capacidad que posee un sujeto

para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar

nerviosismo, ni perder la calma. Para poder tener una relación armoniosa en la vida

matrimonial, se necesita la paciencia. Las dificultades y problemas que se encuentran a

lo largo del camino no necesariamente deben ser respondidas con rabia o agresividad,

esto solamente complica más el ambiente. Al contrario, debe responderse con calma, con

delicadeza, para no generar una acción negativa y proferir agravios hacia la persona que

se ama. La paciencia es ver positivamente una situación negativa, o sea, tratar de

solucionar las cosas mediante una comunicación mutua. Por consiguiente, es importante

recordar que la paciencia “no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar

Page 46: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

46

agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos”72, eso ya no es una expresión

de amor, más bien es acto de violencia doméstica, porque no hay respeto a la dignidad

de la persona. “Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene

derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es… Incluso cuando se actúa en modo

diferente a lo que yo desearía” (AL. 92). La calma es la mejor opción para entender una

difícil situación y facilita tener una buena comunicación.

➢ Actitud de servicio

“Amor es servicio”. Amar a otra persona implica hacer algo bueno para ella. “En todo

texto se ve, que Pablo quiere insistir en que el amor no es únicamente un sentimiento,

sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo “amar” en hebreo: es “hacer el

bien” (AL. 94). En la vida matrimonial, el amor entre los esposos, no se limita al

sentimiento, por el contrario, va más allá, se debe expresar en actos de servicio, obras

concretas. Tener siempre el ambiente de una comunicación agradable, el entendimiento

mutuo es parte del servicio del uno hacia el otro. Los cónyuges están invitados a vivir

este amor y encarnarlo en sus acciones, este servicio incondicional, lo hace recíproco

mediante una buena comunicación. “Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos

permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza de donarse abundantemente, sin

medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”.73

➢ Sanando la envidia

“El amor no tiene envidia”. La envidia es un mal sentimiento, que puede suceder entre

los esposos en la vida matrimonial y eso pasa, cuando uno piensa que no es justo que

uno de los miembros de la pareja sea mejor, por ejemplo: la esposa gana más que el

esposo, si él no acepta la realidad con humildad, entonces el sentimiento que surge es la

envidia. “Cuando uno de los cónyuges no reconoce los éxitos, el esfuerzo o la

inteligencia del otro, se vuelve crítico, receloso, compite por demostrar que es mejor,

genera división y conflictos”.74 Por ende, cuando los esposos fundamentan su relación

72 Francisco, § 92. 73 Ibid. § 94. 74 Fortaleciendo matrimonios, la envidia, http://fortaleciendomatrimonios.blogspot.com/2010/10/la-envidia-

destruye-hogares.html, (consultado en 3 de junio 2020).

Page 47: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

47

en el amor sincero, no habrá envidia, porque hay entendimiento y aceptación, sin

importar el título, el trabajo o el salario que se gane. El amor permite sanar la envidia

mediante la comunicación continua y equilibrada. Cuando los cónyuges comparten,

hablan y se entienden uno al otro, entonces no existe la crítica y el juicio que puede

dañar la relación, porque, “en el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien del

otro,75… al contrario, el amor nos lleva a una sentida valoración de cada ser humano,

reconociendo su derecho a la felicidad” (AL. 96).

➢ Sin hacer alarde ni agrandarse

“El amor no hace alarde”. Una de las virtudes que debe vivir la pareja en su vida

matrimonial es la humildad, ésta se logra, si cada uno cultiva la sencillez y no la

arrogancia, que pretende mostrar sus cualidades sin importar el otro. Los esposos jamás

encontrarán la paz y felicidad en el hogar, si alguno subestima al otro o no valora las

cualidades de su pareja. Esta actitud solamente puede llevar al conflicto. De hecho, “la

actitud de humildad aparece aquí, como algo que es parte del amor, porque para poder

comprender, disculpar o servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo

y cultivar la humildad” (AL. 98). Además, esta actitud favorece a los cónyuges para

tener el diálogo saludable, que aprecia la presencia y la idea del otro.

➢ Amabilidad

“El amor es amable y no es arrogante”. En la vida matrimonial, muchas veces se

encuentran problemas por distintas razones, sin embargo, esto no significa que se

comuniquen y actúen con rudeza, o maltratando al otro. Cada uno debe aprender a ser

amable en su relación y no sólo exigir al otro, de modo que puedan llegar a ponerse de

acuerdo, sin tener que llegar a una discusión. “Una mirada amable permite que no nos

detengamos tanto en sus límites, y así podamos tolerarnos y unirnos en un proyecto

común, aunque seamos diferentes” (AL. 100). La amabilidad permite a cada uno tener la

capacidad de apreciar la diferencia y la tendencia de buscar la solución mediante el

diálogo. Además, ser amable significa apoyar siempre al otro con palabras que animen y

75 Francisco, § 95.

Page 48: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

48

edifiquen sin humillar: “El que ama es capaz de decir palabras de aliento, que

reconfortan, que fortalezcan, que consuelan y que estimulan”.76

➢ Desprendimiento

“El amor no busca su propio interés”. Los cónyuges deben tener en cuenta que en la vida

matrimonial no se busca el propio interés, porque lo que gobierna es el amor mutuo,

darse el uno al otro sin ninguna limitación y sin egos. “No os encerréis en vuestros

intereses, sino buscad todo el interés de los demás” (Flp 2,4).77 Esto quiere decir, que en

la relación conyugal lo que se busca es el interés de la pareja, y para eso se requiere la

disponibilidad y el sacrificio incondicional. El carácter de desprendimiento, que no

busca su propia necesidad, ayuda a las parejas a llevar adelante la buena comunicación,

porque no hay intereses personales que impidan la relación. Es necesario que cada uno,

deje de lado el egoísmo, para poder compartir y aceptar libremente al otro, porque la

vida matrimonial no es una oportunidad para buscar el beneficio propio, sino el del otro.

➢ Sin violencia interior

“El amor no busca la violencia”. La familia es un lugar de paz y de amor, de hecho, los

matrimonios, tienen la responsabilidad de crear un ambiente de tranquilidad y armonía,

lejos de la violencia. El problema, posiblemente, se tendrá en la vida diaria, pero

responder a éste con agresividad y violencia, no es la salida para resolverlo, al contrario,

puede provocar la crisis de relación entre los cónyuges. Es necesario evitar siempre la

reacción agresiva, porque “se trata de una violencia interna, de una irritación no

manifiesta que nos coloca a la defensiva ante los otros, como si fueran enemigos

molestos que hay que evitar” (AL. 103). Aquí se necesita la comunicación, el diálogo y

la capacidad de escucharse el uno al otro para poder poner fin a la situación. El papa

Francisco invita a las familias a construir la paz: “nunca hay que terminar el día sin

hacer las paces en la familia…Solo un pequeño gesto, algo pequeño y vuelve la armonía

familiar” (AL. 104).

76 Ibid., § 100. 77 Ibid., § 101.

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➢ Perdón

“El amor es perdonar”. Un aspecto importante que debe cultivarse en la familia es

“siempre decir perdón” cuando hay alguna equivocación, conflicto, mal entendido,

cuando se dicen palabras que lastiman a la pareja, o se usa el tono de voz que puede

molestar al otro, etc. El perdón es una expresión que muestra la sinceridad de un

reconocimiento, por quien se ha comportado mal, y eso ayuda a la reconciliación y

posibilita a las parejas a evitar la tendencia de buscar culpables. De hecho, es esencial

tener “un perdón que se fundamenta en una actitud positiva, que intenta comprender la

debilidad ajena y trata de buscarle excusa a la otra persona, como Jesús cuando dijo:

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34).78 Sin embargo, el perdón

que se requiere aquí no es solamente una expresión superficial, sino que viene del

sentimiento profundo que se demuestra a través de las acciones reales y sinceras.

➢ Alegrarse con los demás

“El amor es alegre”. La relación que viven los esposos tiene como objetivo principal

traer la alegría y no la tristeza. La capacidad de aceptar al otro ayuda a las parejas a vivir

la vida matrimonial en armonía, porque en esta unión se complementan. Ya no se ve la

deficiencia, más bien el deseo de perfeccionarse mutuamente. En esta unión los

cónyuges deben regocijarse por la presencia de cada uno, porque Dios ha puesto a su

lado la persona adecuada, la cual debe ser amada incondicionalmente. Esta es la fuente

de alegría, porque “cuando una persona que ama puede hacer el bien al otro, o cuando ve

que al otro le va bien en la vida, lo vive con alegría, y de ese modo da gloria a Dios,

porque Dios ama al que da con alegría, (2 Cor 9,7)”.79

➢ Disculpa todo

“El amor disculpa todo”. Los cónyuges deben asumir esta característica y vivirla

diariamente. Para poder alcanzarla en plenitud, lo que debe hacerse es negar la tendencia

del ego y vivir la misericordia en su corazón. Este es el amor que Jesús mismo ha

mostrado, deja al lado su propio ego y muestra su infinita misericordia a la humanidad.

78 Ibid., § 105. 79 Ibid., § 110.

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Aquí la preferencia es el otro y no a sí mismo. En la vida matrimonial ya no hay interés

personal y lo que se tienen son intereses comunes como pareja, mostrar la igualdad en la

relación. “Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan

mostrar el lado bueno del cónyuge, más allá de su debilidades y errores. Pero no es sólo

un gesto externo, sino que brota de una actitud interna” (AL. 113). Aquí la intimidad es

más importante que las debilidades y habilita a la familia a disculpar todo. “El amor

convive con la imperfección, la disculpa, y sabe guardar silencio ante los límites del ser

amado”.80

➢ Confía

“El amor es confiar”. Una relación matrimonial que se fundamenta en el amor verdadero

suscita en cada uno la confianza y ésta hace posible una relación de libertad. Esta

característica es muy importante para que los cónyuges la practiquen, porque se hace

libre, no domina ni se pretende poseer al otro. La confianza implica, la capacidad de

pensar sobre las necesidades del otro y tomar decisiones respetando las opiniones de la

pareja, sin obedecer a su propio ego. El amor se torna egoísta, cuando no se basa en la

confianza. El amor es fuerte y fácilmente puede quedar atrapado, si no se tienen en

cuenta los sentimientos del cónyuge, debido a que se está muy centrado en sí mismo. La

confianza es la base de toda relación sólida, al mismo tiempo, hace posible superar todos

los cambios y los conflictos que puedan suceder en el hogar. “Una familia donde reina

una básica y cariñosa confianza, y donde siempre se vuelve a confiar, a pesar de todo,

permite que brote la verdadera identidad de sus miembros, y hace que espontáneamente

se rechacen el engaño, la falsedad o la mentira” (AL. 115). Cuando dos personas

confían entre sí, los altibajos del afecto no serán un obstáculo, porque se está seguro del

poder de la relación.

➢ Espera

“El amor es esperar”. La vida matrimonial, a veces no sale según lo que se esperaba, por

causa de la actitud de la pareja o los conflictos que los cónyuges encuentran a lo largo de

su vida. Sin embargo, no hay que perder la esperanza, que un día todas las

80 Ibid., § 113.

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preocupaciones y problemas se van a terminar, y va a dominar la alegría. “Siempre

espera que sea posible una maduración, un sorpresivo brote de belleza, que las

potencialidades más ocultas de su ser germinen algún día” (AL. 116). Por tanto, esta

espera no es pasiva, pero debe mostrarse con algunas actitudes, que ayuden al otro a

encontrar el mejor camino o la conversión a través del diálogo y el compartir. Este es un

proceso importante, que puede ayudar a llevar adelante la vida de la familia.

➢ Soporta todo

“El amor es soportar todo”. La alegría y la prosperidad en el hogar, es la meta principal

que cada pareja quiere alcanzar, pero eso no significa que, para llegar a ese nivel, se

deba tener una relación sin conflictos. A veces las crisis, que suceden en la familia,

ayudan a madurar la relación entre marido y mujer. Como Jesús y sus discípulos, que

soportaron el rechazo y el sufrimiento, al final tuvieron la victoria y la salvación; los

cónyuges también deben tener el espíritu de soportar cualquier dificultad que sucede en

la vida familiar. El papa Francisco dice al respecto: “es mantenerse firme en medio de

un ambiente hostil. No consiste sólo en tolerar algunas cosas molestas, sino en algo más

amplio: una resistencia dinámica y constante, capaz de superar cualquier desafío” (AL.

118). Soportar todo no significa rendirse siempre a la situación, sin realizar algunas

acciones para mejorar, sino buscar el camino para incentivar la calidad de la relación.

Los esposos que viven este soportar tienen tiempo para compartir, corregir, orientar y

guiarse el uno al otro, porque “el amor no se deja dominar por el rencor, el desprecio

hacia las personas, el deseo de lastimar o de cobrarse algo” (AL. 119).

El amor sincero es la clave fundamental para mantener el matrimonio. Obviamente el amor

entendido como fuerza de voluntad, entrega, sacrificio, renuncia de sí para ir al encuentro

del otro; no basta decirle al otro, aunque no sobra, “te amo”, esa expresión debe

transformarse o ir acompañada de acciones concretas; la palabra, por sí sola, no es la

esencia del amor. El amor mutuo, que se vive en pareja, debería nacer de lo más íntimo de

cada uno, permitiendo, de este modo, crear vínculos profundos de unidad. “De ahí que sea

tan importante para la realización de la pareja, la verdadera comunión no sólo de los

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52

cuerpos sino de los proyectos de vida que la pareja desarrolla juntos”.81 Para alcanzar las

metas propuestas es absolutamente fundamental, como base vital, la comunicación entre los

cónyuges.

Dentro de la comunicación, existen algunos aspectos importantes que los esposos deben

tener presente, para obtener buenos resultados en la relación conyugal y familiar, a saber:

❖ Valores

En la familia los esposos deben constituir los valores domésticos, que ayudan a mantener la

relación entre sí y la armonía en el hogar. Dice el papa Francisco: “la familia es la primera

escuela de los valores humanos, en la que se aprende el buen uso de la libertad, … es el

ámbito de la socialización primaria, porque es el primer lugar donde se aprende a colocarse

frente al otro, a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a ayudar, a convivir”.82 Los

valores familiares son el conjunto de creencias, principios, costumbres, relaciones

respetuosas y demostraciones de afecto que se transmiten por medio de las generaciones.83

La única manera para vivir los valores y transmitirlos a los hijos es a través de la

comunicación, tanto verbal como corporal.

Dentro de los tantísimos valores familiares que deberían transmitir y vivir las parejas en el

núcleo familiar, se podrían destacar, a modo de ejemplo, los siguientes: la empatía, la

humildad, la autoestima, el compromiso, la gratitud, el optimismo, la amistad, la felicidad,

la voluntad, la paciencia84, la sencillez, el perdón, etc. Ejercer los valores, trae el impacto

positivo para el bien de los miembros de la familia, fortalecen los lazos de unión, respeto y

confianza. Además, lo que uno aprende y practica en la familia, se refleja en la relación que

se tiene con la sociedad y en el entorno en el cual se vive (la comunidad, la escuela, trabajo,

barrio, etc.). Una persona honesta, amable, que sabe respetar y colaborar en el hogar, se

convierte en un buen ciudadano.

81 Sierra, Unidad conyugal esperanza para la Familia, 1. 82 Francisco, § 274, 276. 83 "Valores familiares", en: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/valores-

familiares/, (consultado el 11 de agosto de 2020). 84 Monteserín, Los valores para transmitir en la familia, https://www.hacerfamilia.com/actualidad/noticia-

familia-transmisora-valores-20121204120651.html, (consultado en el 11 de agosto de 2020).

Page 53: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

53

❖ Sexualidad

La sexualidad en la comunicación juega un papel muy importante, de hecho, “no hay

sexualidad sin lenguaje”85. Cada ser humano tiene la capacidad de comunicarse a través de

su cuerpo, o sea, no verbal, y el movimiento o señal que sale del cuerpo hace parte de la

sexualidad humana. En consecuencia, “la comunicación no se limita a las palabras, sino que

pasa por el tacto y por los sentidos, se abre un camino de aprendizaje de sexualidad

positiva, fuente única de vida y realización”.86 En la vida matrimonial la sexualidad implica

la intimidad que se construye entre los cónyuges, tanto la intimidad sexual como el

movimiento corporal que se muestran entre ellos, incluso la comunicación verbal que se

expresan diariamente.

“Todo eso lleva a descubrir que la sexualidad es significante, algo más que genitalidad,

es la expresión continua y permanente de la construcción de un proyecto de vida en

común donde no se limita a simples actos aislados de una relación, sino que se abre a

la comunicación fructífera y fecunda que da como resultado una comunidad sólida y

duradera.”87

La vida conyugal no puede apartarse de la sexualidad, porque este es un aspecto importante

que apoya el crecimiento del amor y la intimidad de la relación. Por ejemplo, el

movimiento corporal (los ojos, la boca, las manos, etc.) que se muestra constantemente,

transmite el mensaje que las parejas entienden. Para ello es necesario un proceso de

aprendizaje, para captar el significado del símbolo, de modo que los esposos puedan

prosperar en su relación. “El amor y la comunicación propia de la sexualidad se dignifican,

cuando entra a participar del campo de la significación y lleva a reafirmar el carácter

integral de la persona humana”.88 Por otra parte, es básico tener en cuenta, que la familia es

el lugar donde los hijos aprenden, de hecho, los padres tienen la responsabilidad de enseñar

y mostrar el amor y la comunicación propia de la sexualidad, para que ellos puedan crecer

sanamente en este aspecto.

❖ Economía

La economía es uno de los elementos esenciales en la familia, da estabilidad y bienestar en

el hogar. Caso contrario, la inestabilidad o la falta de programación económica, podrían

85 Fuchs, 29. 86 Sierra, 2. 87 Ibid., 3. 88 Ibid.

Page 54: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

54

causar conflicto. En el primer capítulo, se abordó el tema de la economía de las cinco

familias, que hacen parte de la investigación, el resultado mostró que económicamente

todas están bien. Aunque no todos tienen trabajo, pero lo que gana el esposo o la esposa y

algún otro ingreso, ayuda a mantener la familia. La dificultad que encuentran algunas

parejas, en este aspecto, es el no saber calcular el presupuesto, ni asumir la responsabilidad

económica en el hogar, los gastos no siempre coinciden con las entradas y, por esta razón,

el dinero, a veces, es insuficiente.

Una vez más, aquí entra en juego la comunicación de los cónyuges; es importante planear

juntos y llegar a mutuos acuerdos de entendimiento; para esto, se requieren espacios para

compartir, abiertos a escuchar las ideas y sugerencias del otro. El tiempo para compartir

debe ser usado adecuadamente, evitando el hablar por hablar, sin sentido, pensando siempre

en el beneficio y el buen desarrollo del hogar. Es importante compartir en pareja sobre las

responsabilidades en la casa, porque la familia no es de una persona, sino de los dos, no es

justo dejar la carga económica del hogar solo a uno de ellos.

❖ Educación de los Hijos

La educación de los hijos también es una de las partes básicas en la familia. El crecimiento

de la personalidad de los hijos depende no solamente del ambiente de la sociedad, sino, y

fundamentalmente, de la educación que los padres les brindan. Por consiguiente, los

esposos deben hacer la planeación sobre la educación doméstica a través de la

comunicación. Así como en la responsabilidad económica, el esposo y la esposa tienen la

obligación de educar a los niños tanto con las palabras como con las actitudes, es un

compromiso de ambas personas y no solo de una, porque, cuando los dos padres se

responsabilizan de la educación de sus hijos, en la misma medida los hijos pueden aprender

más y dar un impacto positivo a sus comportamientos.89 Por ejemplo, dar un beso o un

abrazo a los niños después de llegar del trabajo, involucrarlos en el compartir,

acompañarlos en el estudio, ayudarlos cuando tienen dificultad, repartir las tareas del hogar

( limpieza de la casa, arreglar el jardín, ocuparse de la mascota). Además, los padres están

obligados a enseñar a sus hijos sobre la sexualidad, convirtiendo el hogar en la escuela de la

89 Belbo, Papá y mamá, aliados en la educación de los hijos, https://www.serpadres.es/familia/tiempo-

libre/articulo/papa-y-mama-aliados-en-la-educacion-de-los-hijos, (consultado el 18 de agosto de 2020).

Page 55: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

55

sexualidad.90 Este proceso ayuda a los hijos para protegerse de la influencia de la sociedad

que les ofrece los placeres biológicos y si no hay una buena educación o un adecuado

control, puede causar serios daños.

❖ Proyecto personal y de pareja.

Las parejas normalmente, antes de formar la familia, siempre elaboran un proyecto de lo

que van a hacer en el futuro en distintos aspectos. Lo mismo ocurre con las cinco parejas,

contaron que ellos antes de casarse, hicieron los proyectos tanto personal como de pareja

sobre el trabajo, la casa, los hijos, etc. Algunos de estos se han logrado y otros los están

trabajando de común acuerdo como también los nuevos planes que surgen. Sin embargo,

algunos encontraron dificultades (o fracasaron) en su realización, no porque los dos

fallaran, sino porque uno de ellos no tomó en serio la responsabilidad y el involucrarse en

los planes que se habían propuesto juntos.

Los cónyuges en su vida matrimonial deben tener en cuenta sus metas porque eso ayuda a

llevar adelante la relación y, de este modo, lograr el bienestar de la familia. Así que, es

imprescindible la comunicación constante entre los esposos, para hablar de sus proyectos

personales y comunes, evaluarlos y planear unos nuevos, porque sin la comunicación es

difícil lograr los sueños del hogar. Aparte de la comunicación, se necesita la

responsabilidad de los cónyuges, o sea, tener en cuenta que los dos comparten el

compromiso en el hogar y no sólo uno. Porque si ambos sienten que tienen una obligación

en la familia, entonces surge la voluntad de compartir y apoyarse mutuamente en la

realización de los proyectos.

❖ Vida religiosa

La vida religiosa o espiritual es “un estilo o forma de vivir según las exigencias cristianas,

la cual es ‘la vida en Cristo’, que se acepta por la fe, se expresa por el amor y en

esperanza”.91 Basada en la experiencia de vida religiosa que viven las cinco parejas, puede

decirse, que cada una vive su fe católica fielmente, tanto a nivel personal como familiar, e

incluso dentro de la comunidad eclesial, a través de la participación en las actividades

90 Sierra, 2. 91 Téllez Villamil, 326.

Page 56: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

56

pastorales. Para ellos, la fe no solamente es asunto personal, sino que va más allá de los

intereses de la familia, de hecho, los esposos siempre tienen el espacio para compartir sobre

la fe, por ejemplo, compartir la propia experiencia de fe y hacer la oración juntos. Además,

transmiten la fe a sus hijos desde la temprana edad, enseñan sobre la fe católica (la doctrina,

oraciones, incluso los valores cristianos).

Es importante que, en la familia, los esposos vivan su fe y la pongan en práctica

constantemente; de este modo, las parejas se ayudan a mantener su relación y la armonía en

el hogar. Esto puede suceder, si el esposo y la esposa tienen una fe firme en Jesús y siguen

sus enseñanzas con sinceridad. Por lo tanto, para poder vivir fielmente la fe en el hogar se

necesita la participación activa de los cónyuges como principales pilares de la familia,

además, deben comunicarse y ponerse de acuerdo en los aspectos más importantes para

poder llevar una sana vida espiritual, tanto entre ellos como con sus hijos.

❖ Relación familiar y social

De acuerdo con lo que expresaron las cinco parejas, cada una de ellas mantiene buenas

relaciones familiares, no solamente en el hogar, sino también con los padres y hermanos,

que viven en distintos lugares. Sólo hay una persona, que no se la lleva bien con sus

hermanos, todas las demás tienen buen vínculo con sus padres y hermanos, se comunican

semanalmente y se visitan con alguna frecuencia. De la misma manera, las cinco parejas

también participan activamente en la comunidad y apoyan en el desarrollo del sector.

Entre los esposos, es esencial tener un momento para expresar el sentimiento y la atención a

sus familiares, con el fin de conocerlas más profundamente y construir lazos de hermandad.

Además, las buenas relaciones familiares, son una parte importante para construir los

vínculos familiares fuertes y saludables; estas fuertes relaciones familiares crecen desde el

amor, la comunicación, la seguridad y la conexión.92 Es importante que los cónyuges

hablen de la realidad de sus seres queridos y puedan llegar a mutuos acuerdos para dar una

mano, si las circunstancias lo permiten, a aquellos seres queridos que están pasando por

situaciones difíciles y particulares. Mantener las buenas relaciones familiares, crea una

relación armoniosa y da un fuerte sentido de pertenencia. Puede ser que este vínculo se

92 Colores Rivas, La importancia de las buenas relaciones familiares,

https://www.coloresrivas.com/guarderias-rivas/buenas-relaciones-familiares-como-construirlas#, (consultado

el 20 de agosto 2020).

Page 57: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

57

rompa por algunas razones o conflictos, pero es importante tener siempre la iniciativa de ir

a la raíz del problema y tener la esperanza de una reconciliación.

❖ La salud

La condición de salud de cada miembro de la familia es algo esencial. Cuando ellos gozan

de buena salud, todos se alegran, pero si alguno tiene algún problema, esto produce

preocupación, tristeza y, a veces, depresiones, no solamente a la persona enferma, sino

también a toda la familia. De hecho, la atención y el cuidado de la salud es prioridad en el

hogar y no puede dejarse de lado este aspecto básico. Las cinco parejas manifiestan sus

condiciones de salud, algunos gozan de buena salud, pero otros, tienen algunas

enfermedades, y continúan con el tratamiento, con la esperanza de una pronta recuperación.

En la vida matrimonial es muy importante la transparencia entre esposo y esposa, es decir,

los esposos deben comunicar y expresar con franqueza todos los asuntos familiares, incluso

la situación de salud. Además, la pareja debe tener delicada sensibilidad frente al estado de

la salud, tanto la propia como de la otra persona, ya que el cuidado de la salud no es asunto

personal, sino de ambos, y eso es parte de la expresión del amor sincero, hacia el otro,

porque el verdadero amor consiste estar siempre presente “en la salud y en la enfermedad”.

Para poder tener una relación armoniosa entre los cónyuges y un buen ambiente familiar, se

requiere buena voluntad y esfuerzo para asumir los valores familiares, además, sinceridad

para implementarlos en la vida cotidiana. Sin embargo, los inconvenientes que muchos

esposos encuentran a lo largo de los años se deben a la incapacidad de hablar claramente

con la pareja, como consecuencia esto crean conflictos en la relación y en el hogar. Frente a

esta necesidad, la pastoral matrimonial puede brindar a las parejas un acompañamiento

adecuado que permita descubrir la raíz del problema y ayudar a redescubrir la presencia de

Dios en la vida matrimonial. En este campo pastoral, se requiere la misericordia y la

justicia, que es justamente lo que presenta el Papa Francisco, en la exhortación Amoris

Laetitia: que ellos encuentren a Dios y sientan Su infinito amor.

Page 58: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

58

2.6. Misericordia y Justicia en Amoris Laetitia, Una manera de hacer pastoral con las

parejas en dificultad de comunicación.

La familia es la base y el objetivo de la evangelización, porque es un lugar donde la fe

cristiana se demuestra a través del amor de los cónyuges y la entrega recíproca. Además, es

un sitio donde un ser humano nace, crece y aprende los valores cristianos y sociales, que le

sirven para poder integrarse propiamente en la sociedad. La realidad muestra, que muchas

parejas casadas en todo el mundo han encontrado distintas dificultades en su relación, que

no pocas traen la amenaza al matrimonio y muchas han perdido la unión matrimonial, por

no haber logrado resolver las situaciones difíciles.

Una de las características más importante para la pastoral matrimonial, que presenta el

documento la Alegría del Amor, es la misericordia. El papa Francisco enfatiza este punto,

porque él se da cuenta, que muchas veces los agentes pastorales, tomaron decisiones que

excluyeron a las parejas casadas en problemas. También la historia de la pastoral ha

mostrado que “a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de

tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por lo cual nos

corresponde una saludable reacción de autocrítica” (AL. 36). Esta situación ocurrió, porque

muchos han pensado que el matrimonio debe ser perfecto y condenaron las parejas que se

divorciaron.

Otras veces, hemos presentado una ideal teológica del matrimonio demasiado

abstracto, casi artificiosamente construido, lejano de la situación concreta y de las

posibilidades efectivas de las familias reales. Esta idealización excesiva, sobre todo

cuando no hemos despertado la confianza en la gracia, no ha hecho que el matrimonio

sea más deseable y atractivo, sino todo lo contrario”.93

La Iglesia continúa la misión de Cristo, mostrar la imagen de Dios al mundo. Esto significa

que debe asumir las características de Jesús y vivirlas a través del servicio al pueblo de

Dios. Reflejar las enseñanzas de Cristo y testimoniar su amor infinito, son las tareas

fundamentales de la Iglesia en su evangelización. La misericordia era una característica

fuerte que tenía Jesús durante su misión en el mundo, lo ha mostrado a través de su acción

concreta: sanando los enfermos, acogiendo a los pecadores y los que no hacían parte del

pueblo, por ejemplo (a las viudas). El papa Francisco enfatiza este aspecto, señala que este

debe ser el rostro de la Iglesia, acoger a las parejas que están en situación especial, con

sencillez, con vigor y caridad.

93 Ibid., § 36.

Page 59: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

59

La vida de la Iglesia se basa en el amor y la gracia de Dios, debe hacer posible que esos

rostros penetren los corazones de las parejas en dificultad, a través del acompañamiento

continuo, para que ellos sientan atención y acogida. Se necesita la voz de la Iglesia, que

anuncia las palabras de verdad y que traen la esperanza y la caridad en el corazón de cada

familia. Dice el papa Francisco:

En las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe

tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una

serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el afecto de hacer que

se sienta juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a

acercarles la misericordia de Dios. En ese modo, en lugar de ofrecer la fuerza sanadora

de la gracia y la luz del Evangelio, algunos quieren adoctrinarlo, convertirlo en piedras

muertas para lanzarlas contra los demás.94

Aquí el documento Amoris Laetitia, enfoca su mirada en el rostro misericordioso de Cristo

y hace una llamada a toda la Iglesia universal, para reflexionar su actitud frente a las

problemáticas de las parejas casadas. Con las respuestas de los agentes pastorales, quienes

muchas veces excluyeron a las parejas con problemas especiales; el documento presenta su

reflexión más profunda y va más allá, mostrar y reflejar el carácter misericordioso de Dios,

que el evangelio anuncia gozosamente. Jesús había dicho: “Sed misericordiosos, como

vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no

seréis condenados; absolved y seréis absueltos” (Lc 6, 36-37). Traer el rostro

misericordioso de Cristo, significa atraer a la esperanza que, a pesar de las dificultadas que

están pasando, hay fuerza para seguir adelante y restaurar la vida, el apoyo que se les ofrece

ayuda a encontrar la vivencia plena del amor.

La justicia es el tema que no solamente se habla en esta época, sino desde muchos siglos

atrás e incluso en la Sagrada Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se

rescata mucho esta idea. Hay varias definiciones de justicia, según los ámbitos o áreas más

específicas, por ejemplo, en los ámbitos filosófico, político, judicial, etc. Cada definición

está de acuerdo con el contexto o campo particular en el cual se desarrolla. Aunque, hay

muchas comprensiones en torno a esta palabra, generalmente se entiende la justicia como

“la virtud de dar a cada cual lo que corresponde. Esto, puede utilizarse teniendo en cuenta

94 Ibid., § 49.

Page 60: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

60

las limitaciones de la justicia como poder o bien, estableciendo lo equitativo en base a lo

razonable”.95 El Pontificio Consejo “Justicia y Paz” dice:

La justicia es un valor que acompaña al ejercicio de la correspondiente virtud moral

cardinal. Según su formulación más clásica, «consiste en la constante y firme voluntad

de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido». Desde el punto de vista subjetivo, la

justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como

persona, mientras que, desde el punto de vista objetivo, constituye el criterio

determinante de la moralidad en el ámbito intersubjetivo y social.96

El término justicia, siempre se dirige al cumplimiento de las leyes o normas que gobiernan

y regularizan las vivencias de las personas, con el objetivo de alcanzar tranquilidad. Sin

embargo, muchos limitan la justicia solamente en cumplir esas reglas y normas sociales y

no les interesa lo esencial, ésta va más allá, la justicia tiene que ver con otros aspectos,

como la igualdad, la equidad, el derecho y el bien común. Así, puede entenderse, que este

término no solamente se aplica en el tribunal, si no más que eso, es el germen que permite y

posibilita la igualdad de las personas en distintos aspectos para lograr el bien común en la

sociedad.

La justicia es muy importante en la vida de la sociedad, es un elemento fundamental que

ayuda a los seres humanos para construir buenas relaciones, la armonía y la paz. Aunque,

este aspecto está dentro del ser humano, por naturaleza, la realidad demuestra que la ley

garantiza la justicia, o sea, practican la justicia por temer a las leyes y no por la conciencia

personal. Por esta razón, la Iglesia promueve la justicia de acuerdo con la enseñanza de

Cristo, la cual se enfoca en el valor de un ser humano, su dignidad y sus derechos, dados

por Dios. “La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, porque lo que es

«justo» no está determinado originariamente por la ley, sino por la identidad profunda del

ser humano”.97 Esta esencia cristiana, posibilita un estilo de vida que favorece la

solidaridad, el amor y la igualdad.

La exhortación Amoris laetitia resalta sobre el tema de la justicia, en la pastoral

matrimonial, especialmente con las parejas que enfrentan las situaciones delicadas, por

ejemplo, el problema del divorcio. La realidad muestra que hay muchos casos de parejas

divorciadas, que se excluyen de la Iglesia, por haber cometido el acto que no está de

95 Raffino, Concepto de Justicia, https://concepto.de/justicia/#ixzz6PpaipMok, (consultado el 19 de junio

2020). 96 Pontificio Consejo Justicia y Paz. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. § 201. 97 Ibid., § 202.

Page 61: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

61

acuerdo con el principio de la vida cristiana. Además, no han sido pocos los que han

recibido el rechazo por parte de los fieles e incluso de los agentes pastorales, por cometer el

error. Por esta situación muchos han tomado la decisión de alejarse de la presencia de Dios

y de la Iglesia.

Es por esto, que el papa Francisco a través de este documento, presenta el espíritu del

Evangelio que anima a buscar las parejas que están en el mal camino, que están perdidas y

que están en situación dolorosa, para acogerlas y devolverlas al seno de la Iglesia. Jesús

durante su ministerio, siempre buscaba las ovejas pérdidas, sin importar el pecado que se

había cometido, el amor y la misericordia de Cristo los capacita para recibir el perdón y la

reconciliación. Este es el camino de la Iglesia, siempre buscar a sus hijos que no están en el

camino recto y con brazos abiertos, recibirlos nuevamente.

La exhortación hace una llamada a todos los agentes pastorales, para acercarse a las

familias que están en las situaciones irregulares, con el fin de acompañarlas con paciencia y

amor, investigar los problemas que causaron la ruptura, sin tener que culpar a nadie y

tampoco mostrar la actitud de juzgarlos.

Iluminada por la mirada de Jesucristo, mira con amor a quienes participan en su vida

de modo incompleto, reconociendo que la gracia de Dios también obra en sus vidas,

dándoles la valentía para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno del otro y

estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan. La Iglesia debe acompañar

con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados por el amor, heridos y

extraviados, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz del faro de un

puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente, para iluminar a quienes han

perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad. No olvidemos que, a

menudo, la tarea de la Iglesia se asemeja a la de un hospital de campaña.98

La exhortación motiva a los agentes pastorales, para que recuerden, que todas las parejas

que están en la condición irregular también son hijos de Dios sin importar la gravedad del

hecho. Lo que debe verse, es el valor de cada uno como criatura de Dios y tiene derecho

para volver a Él, porque la misericordia y el perdón de Dios son para toda la humanidad sin

excepción. El acompañamiento que se realiza es para llevar a esas personas a la comunidad

eclesial y vivir en una comunión plena.

La Iglesia siempre ha mostrado su atención a la vida matrimonial y familiar, como un

servicio apostólico. Esta pastoral tiene el objetivo de llevar el Evangelio a las familias,

hacer presente a Jesús en el corazón de las parejas. El matrimonio es parte del plan de Dios

98 Francisco, § 291.

Page 62: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

62

y desde el principio, la unión entre un hombre y una mujer se confirma a través del

sacramento. Esto demuestra que Dios mismo ha determinado esta unión, por lo tanto, el

matrimonio es santo, eterno e indisoluble. Por ende, la Iglesia trata de hacer presente este

plan de Dios a través de las encíclicas, documentos y exhortación como una invitación a las

parejas cristianas, para fundamentar su relación en Cristo, que es el amor fiel.

2.7. La vida matrimonial en la perspectiva teológica antes de Amoris Laetitia (desde

Gaudium et Spes y Familiaris consortio)

La familia para la Iglesia es el campo pastoral importante y fundamental, lo cual ayuda a

las parejas para mantener vivo el amor conyugal y superar las dificultades de acuerdo con

las enseñanzas de Cristo. La Iglesia ha mostrado su atención al servicio de las familias a

través de los documentos y las exhortaciones que se han publicado para responder y brindar

el mejor apostolado a los esposos, de acuerdo con sus propias situaciones. El papa Juan

Pablo II dice: “En efecto, es a las familias de nuestro tiempo a las que la Iglesia debe llevar

el inmutable y siempre nuevo Evangelio de Jesucristo; y son a su vez las familias,

implicadas en las presentes condiciones del mundo, las que están llamadas a acoger y a

vivir el proyecto de Dios sobre ellas.”.99

La Iglesia por medio de los documentos sobre el matrimonio y familia, trata de destacar la

esencialidad del matrimonio, según lo que Dios ha instituido desde el inicio en el Antiguo

Testamento y ha sido reafirmado nuevamente por Jesús en el Nuevo Testamento. Cristo

instituyó la sacramentalidad del matrimonio porque en sí es sagrado, Dios que une un

hombre y una mujer, era parte de su plan, de hecho, es obra de Dios. Por ende, el Mesías

hizo una llamada a los seres humanos que ninguno puede actuar en contra al plan de Dios, o

sea, a la unión conyugal que Él ha hecho. La constitución pastoral Gaudium et Spes100

afirma:

Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima comunidad

conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su

99 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, http://www.vatican.va/content/john-paul-

ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_19811122_familiaris-consortio.html, § 4 (consultado el 21

de junio 2020). 100 El Concilio Vaticano II, llevado a cabo en los años 1963-1965 en Roma, tuvo como finalidad el

"aggiornamento" o puesta al día de la Iglesia, renovando lo viejo, revisando el fondo y la forma de su acción,

en un diálogo de la Iglesia con el mundo moderno. Dentro los tantos temas tratados, uno de los asuntos fue

acerca de la dignidad del matrimonio y la familia en el mundo actual, este tema se describe en la constitución

pastoral Gaudium et Spes.

Page 63: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

63

consentimiento personal e irrevocable. Así, del acto humano por el cual los esposos se

dan y se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución confirmada por

la ley divina. Este vínculo sagrado, en atención al bien tanto de los esposos y de la prole

como de la sociedad, no depende de la decisión humana. Pues es el mismo Dios el autor

del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines varios, todo lo cual es de suma

importancia para la continuación del género humano, para el provecho personal de cada

miembro de la familia y su suerte eterna, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad

de la misma familia y de toda la sociedad humana.101

Como una pequeña institución, establecida por Dios, los esposos cristianos deben

fundamentar sus relaciones en Dios, Él mismo es ejemplo de amor y fidelidad infinita,

mostrado a través de la relación de Cristo con la Iglesia (Ef. 5,25). El matrimonio no es sólo

un conjunto de derechos y obligaciones, sino una entrega mutua e incondicional de dos

personas que buscan su perfeccionamiento y realización en una “comunidad conyugal y

familiar”.102

Gaudium et Spes dice, el matrimonio no viene presentado como una consagración propia y

verdadera, sino como algo ligado al carácter sacramental, es decir, se trata de “iluminar y

fortalecer a los cristianos y a todos los hombres, que se esfuerzan por garantizar y promover

la intrínseca dignidad del estado matrimonial y su valor eximio” (GS, 47). Porque en el

concepto cristiano, el matrimonio no es el resultado del esfuerzo humano, sino la voluntad

de Dios que se ha determinado desde el principio. Por eso, la Iglesia pide y exhorta a las

parejas casadas a asumir y vivir en la vida cotidiana, la alianza o el compromiso, que

habían declarado ante Dios y el pueblo, para estar juntos en las buenas y en las malas.

A veces, en la vida, la idea no está en sintonía con la realidad, o sea, lo que uno quiere y

sueña, no lo logra realizar en la vida concreta. Esta situación también sucede en la vida

matrimonial, la realidad muestra que hay muchas parejas, familias que están pasando

momentos difíciles en su relación, causados por distintas razones. La exhortación

Familiaris Consortio103 afirma:

101 Institución Pastoral Gaudium et Spes,

http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-

et-spes_sp.html, n. 48, (consultado el 22 de junio 2020). 102 Varga, 69. 103 Familiaris consortio (en latín: "La comunidad de la familia", con el subtítulo, en traducción española

Sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual), es una exhortación apostólica post-sinodal escrita

por el papa San Juan Pablo II y promulgada el 22 de noviembre de 1981. El documento describe la posición

de la Iglesia católica sobre el significado y rol del matrimonio y la familia, y destaca algunos retos a la hora

de alcanzar ese ideal. Se refiere al matrimonio como: "uno de los deberes más preciosos y urgentes de las

parejas cristianas de nuestro tiempo”, puesto que "el matrimonio es el fundamento de la comunidad más

amplia de la familia, ya que la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la

Page 64: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

64

La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la

acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la

cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que

constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras, se sienten inciertas y

desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia

respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en

fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para realizar sus

derechos fundamentales.104

Dado que los conflictos y dificultades en la familia pueden poner en peligro el matrimonio,

entonces, la Iglesia debe ofrecer el apoyo a través del acompañamiento continuo a los

cónyuges. La colaboración que involucra el asunto espiritual y social en la pastoral

matrimonial ciertamente ayuda a las parejas para que ellos puedan reconocer los valores del

matrimonio y vivirlos fielmente en la vida cotidiana, buscar la verdad en la relación y

libremente llevar a cabo los proyectos de familia. “La Iglesia, con su discernimiento

evangélico, se une a ellos, poniendo a disposición su propio servicio a la verdad, libertad y

dignidad de todo hombre y mujer”, (FC. 4).

El Concilio Vaticano II reconoce su responsabilidad frente a la vida de las parejas, porque

“el bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana, está estrechamente ligado a

la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar” (GS, 47). De hecho, la Iglesia está

llamada a seguir el ejemplo de Cristo Jesús, quien salía al encuentro de las personas,

manifestando su sensibilidad con las realidades de la sociedad; siguiendo el ejemplo del

Maestro, la Iglesia debe salir al encuentro de las familias que son iglesias domésticas.

Llevar el mensaje de Cristo a las familias, anunciando que el matrimonio tiene su dignidad

y es un don otorgado por Dios. Además, Cristo permanece con las parejas para que ellos,

con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como Él mismo amó a la Iglesia y se

entregó por ella.105

El matrimonio es el lugar donde el hombre y la mujer, muestran la totalidad del amor que

se lleva como una donación plena del uno hacia el otro, “es decir, el pacto de amor

conyugal o elección consciente y libre, con la que el hombre y la mujer aceptan la

comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo, que sólo bajo esta luz

procreación y educación de la prole, en la que encuentran su coronación".

https://es.wikipedia.org/wiki/Familiaris_consortio, (consultado el 21 de junio 2020). 104 Juan Pablo II, § 1. 105 Vargas, 68.

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65

manifiesta su verdadero significado” (FC. § 11). Esto significa que el matrimonio no es un

experimento, ni se trata de un contrato. El matrimonio cristiano es un pacto, con el cual un

hombre y una mujer se comprometen ante Dios. Debido a este compromiso de amor, el

esposo y la esposa comparten la vida recíprocamente, no sólo en el aspecto sexual, sino

también emocional, intelectual, relacional, etc. Cuando un hombre y una mujer se

convierten en una sola carne en una institución matrimonial, no hay algo personal, sino en

común. De hecho, hay que formarse, prepararse para asumir el compromiso y alimentar el

amor, que no es otra cosa que salir de sí, para ir al encuentro del otro.

El papa Juan Pablo II, subrayó la importancia del amor entre los cónyuges en la vida

matrimonial, “la familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas.

Su primer cometido es el de vivir fielmente a la realidad de la comunión con el empeño

constante de desarrollar una auténtica comunidad de persona” (FC. § 18). El amor

incondicional y sincero, es el corazón que mantiene viva la relación y nutre la comunión

entre los esposos e incluso con los hijos. Este espíritu de amor y de comunión, posibilita a

las parejas para tener la apertura que los anima a compartir la vida.

Esta comunión conyugal hunde sus raíces en el complemento natural que existe entre

el hombre y la mujer y se alimenta mediante la voluntad personal de los esposos de

compartir todo su proyecto de vida, lo que tienen y lo que son; por esto tal comunión

es el fruto y el signo de una exigencia profundamente humana. Pero, en Cristo Señor,

Dios asume esta exigencia humana, la confirma, la purifica y la eleva conduciéndola a

perfección con el sacramento del matrimonio: el Espíritu Santo infundido en la

celebración sacramental ofrece a los esposos cristianos el don de una comunión nueva

de amor, que es imagen viva y real de la singularísima unidad que hace de la Iglesia el

indivisible Cuerpo místico del Señor Jesús.106

Los matrimonios cristianos, están llamados para seguir el camino de Dios, mediante la

fidelidad en el amor recíproco, deben sostenerse mutuamente en la gracia, a lo largo de toda

la vida e inculcar la doctrina cristiana y las virtudes evangélicas a los hijos, amorosamente

recibidos de Dios. De esta manera, ofrecen a todos, el ejemplo de un incansable y generoso

amor, contribuyen al establecimiento de la fraternidad en la caridad y se constituyen en

testigos y colaboradores de la fecundidad de la madre Iglesia, como símbolo y participación

de aquel amor con que Cristo amó a su Esposa y se entregó a Sí mismo por ella.107 El

matrimonio debe llevarse a cabo en armonía, de común acuerdo, con amor, confiar el uno

106 Juan Pablo II, § 19. 107 Ibid.

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66

en el otro y confiar en la gracia de Dios. Debe tener la actitud de respetar y recordar el

propósito de Dios en el matrimonio.

2.8. Conclusión

La Iglesia desde el inicio de su ministerio, siempre ha enfatizado en la sacramentalidad del

matrimonio, siguiendo la enseñanza de Jesús. Es sagrado porque el matrimonio es un don

de Dios, Él mismo ha querido unir al hombre y a la mujer, de hecho, esta unidad es

indisoluble y para siempre. Sin embargo, esta unión no lleva automáticamente la pareja a

vivir en perfección, se necesita un proceso para lograr el bienestar familiar. El punto básico

para una buena relación en familia es la comunicación, porque sin ella, el hogar no

funciona bien. Por eso vemos como muchas parejas enfrentan conflictos en su relación

después del matrimonio. Los problemas que se dan en la familia, tanto internos como

externos, son causados por la falta de comunicación entre los esposos.

Las cinco parejas, que fueron investigadas, revelaron sus propias experiencias, y admitieron

que la falta de entendimiento, la irresponsabilidad en la familia, la falta de cariño, la actitud

machista, y otros tantos aspectos que afectan la relación en la pareja y en la familia, tienen

su origen, en gran parte, por falta de una buena comunicación.

Frente a esta realidad, el Papa Francisco hace una llamada a toda la Iglesia universal, para

dar atención a la pastoral matrimonial. La exhortación Amoris Laetitia invita a los pastores

y agentes pastorales, a ser sensibles a las situaciones difíciles que se dan en la vida de las

parejas. El pontífice invita a acompañarlos con el amor de Cristo, ayudándolos con

sinceridad, para que puedan encontrar el buen camino en la construcción de la relación.

Además, se enfatiza, que el acompañamiento debe mostrar el rostro de Dios, que es

misericordia y justicia, por lo tanto, evitar el juicio y la crítica.

La relación entre los cónyuges se fundamenta en el amor incondicional, éste es el manantial

que alimenta la intimidad entre esposo y esposa. El Papa Francisco una vez más, destaca la

esencialidad del amor conyugal, el amor no solamente es palabra y tampoco debe quedarse

en algo simbólico, el amor es un acto concreto. El verdadero amor entre pareja se

manifiesta en la unidad y la fidelidad en cualquier situación. A través del himno de la

caridad de San Pablo, la exhortación Amoris Laetitia, quiere mostrar los frutos del amor

sincero que deben vivir los cónyuges en su vida cotidiana. El amor ilimitado de Cristo por

Page 67: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

67

su pueblo es ejemplo real para todas las familias, donde reine la fidelidad, la entrega y el

perdón sin límites.

Page 68: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

68

Capítulo III: Algunas estrategias que pueden ayudar para la pastoral matrimonial, a

las parejas que tienen dificultad de comunicación en la parroquia Beato Juan Bautista

Scalabrini

En este capítulo se realiza el planteamiento de las estrategias que pueden ayudar para la

pastoral matrimonial, específicamente a las parejas casadas que se encuentran en conflicto.

En el primer capítulo, se identificaron las causas fundamentales que generan la dificultad de

comunicación, en la relación conyugal de las cinco parejas casadas por la Iglesia, que hacen

parte de la investigación. Estas parejas son representantes de muchas otras, que enfrentan

inconvenientes en el hogar. Esta problemática de comunicación se ve como algo común y

normal en la vida matrimonial, sin embargo, puede convertirse en un desastre y peligro, si

entre ellos no desarrollan el espíritu del diálogo y la reconciliación. Frente a esta realidad,

se necesita la intervención por parte de la Iglesia, que apoye a los cónyuges para mejorar la

relación y puedan seguir adelante. Por tal razón y con base en las experiencias de estas

cinco parejas casadas, en la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini, vemos que se

necesitan nuevas estrategias para la atención a los casados que están en desacuerdo; los

agentes pastorales deben presentar nuevos horizontes, para el acompañamiento que ejercen.

3.1. La Iglesia y su rol en la atención pastoral matrimonial

La única misión de la Iglesia es continuar la obra de Jesús, es decir, la evangelización, o

sea, proclamar la buena nueva a todos los seres humanos. Como una institución religiosa

que promueve las enseñanzas de Cristo, la Iglesia debe esforzarse para la realización de los

valores de Dios en la sociedad. Una de las tareas que la Iglesia realiza desde el inicio de su

servicio al pueblo, es la atención a la vida matrimonial de las parejas, porque la Iglesia está

llamada acompañar con ternura de madre y claridad de maestra, en la fidelidad a la

misericordiosa de Cristo.108

En el trabajo que la Iglesia brinda, especialmente a aquellas parejas que enfrentan

conflictos en su relación, se necesita la comprensión, el apoyo y el acompañamiento

permanente. El papa Francisco hizo una llamada a toda la Iglesia universal para hacer una

profunda renovación en este campo pastoral. Lo que quiere resaltar aquí, es el cambio de

108 Austrias, En la salud y en la enfermedad, pastoral y derecho al servicio del matrimonio”, 11.

Page 69: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

69

estilo o la manera de hacer pastoral; no a la pasividad, o a la crítica, o a juzgar, sino más

bien “liberar en nosotros las energías de la esperanza traduciéndolas en sueños proféticos,

acciones transformadoras e imaginación de la caridad”, (AL 57). Por consiguiente, lo que

debe hacerse es acercarse a las familias en dificultad, acompañarlas con ternura, orientarlas

y buscar su bien. El pontífice dice: “por eso la Iglesia, cuando se encuentra con estas

realidades de parejas heridas, llora y sufre ante todo con ellas; se acerca con el aceite del

consuelo, para calmar y sanar; quiere cargar sobre sí misma el dolor que encuentra”.109 Se

enfatiza así en una iglesia que camina con las familias y vive con ellas, esto es, siente el

dolor que ellos tienen y les trae la esperanza y la gracia de Dios.

Esta misión es una de las principales tareas de la Iglesia, porque tiene la convicción de que

toda la humanidad está llamada a la perfección. El Concilio Vaticano II en la constitución

dogmática Lumen Gentium, destaca sobre la universal vocación a la santidad en la Iglesia.

“El divino Maestro y Modelo de toda perfección predicó a todos y a cada uno de sus

discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida de la que Él es iniciador y

consumador: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto»

(Mt 5, 48)”, (LG 40). Esta llamada a la perfección es también para todos los cónyuges,

tanto los que están enfrentando conflicto, como para los divorciados y casados de nuevo;110

Ciertamente para lograrlo, se necesita la intervención por parte de la Iglesia, que guíe a los

esposos por el camino de Cristo; de esa manera, ellos pueden encontrar la verdadera

voluntad de Dios en su relación, y desde ahí, surge la sinceridad de corazón para

reconciliarse y vivir los valores cristianos en la vida cotidiana.

Frente a la situación de muchos casados en esta época, cada vez más compleja, la Iglesia

tiene el desafío de dar el testimonio del amor y la ternura de Dios, como una luz que

muestra el camino para llegar a la libertad y la perfección. La Iglesia representa la figura

del “padre misericordioso” en la parábola el hijo pródigo, por ejemplo, (Lc 15,11-32):

“aquel padre salió al encuentro del hijo que creía muerto, lo abraza, lo besa, y lo restablece

109 Papa Francisco, Ser aceite de consuelo para las parejas heridas, (El Papa se ha dirigido este sábado a los

participantes en el curso de formación para la protección del matrimonio y la atención pastoral de las parejas

heridas, organizado por la Rota Romana). Vatican News, 30 de noviembre 2019,

https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2019-11/papa-francisco-iglesia-ser-aceite-consuelo-parejas-

heridas.html, (consultado el 27 de agosto 2020). 110 Giraldo, La perfección cristiana de la pareja humana. ¿Tienen acceso a ella las uniones irregulares?,

Revista de estudio e investigación-Instituto Teológico de Murcia, Vol. XXIII (2007):287-307, 288.

Page 70: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

70

en la dignidad de hijo de familia (vestido nuevo, anillo, sandalias y una gran fiesta)”.111

Esta es una manera de entender cómo las parejas que están en conflicto y en una situación

grave, por algunas razones, necesitan la atención especial por parte de la Iglesia, que trae el

rostro misericordioso de Cristo.

La ayuda de la Iglesia a la familia y, de modo especial, a las familias en dificultad

constituye, pues, un camino en el que se requieren “opciones pastorales valientes”.

Calificar la pastoral, que designa la actividad de la Iglesia en tanto continuadora de la

obra de salvación realizada por Cristo, de valiente, parece indicar con otras palabras lo

que el Papa define como lo propio de una “Iglesia en salida”, que bien puede auto

comprenderse como un “hospital de campaña”.112

Ahora bien, la misión de la Iglesia aquí, no solamente se refiere a la institución o a los

pastores y religiosos, sino a toda la Iglesia Universal, esto significa que la comunidad

también tiene la responsabilidad de participar en el servicio pastoral, en este caso la

pastoral matrimonial. El papa Francisco invita a las comunidades parroquiales, a salir de sí

mismas y poner sus miradas a las situaciones que suceden alrededor, participar de la mejor

manera, para el bien de todos. Además, ofreciendo instrumentos para una reforma, incluso

estructural, orientada a un estilo de comunión y de colaboración, de encuentro y de

cercanía, de misericordia y de solicitud por el anuncio del Evangelio.113 La comunidad

parroquial desempeña un papel específico en la pastoral familiar, por ser el lugar más

cercano a las familias concretas, que puede conocer más directamente sus necesidades y por

ello prestar una atención mucho más eficiente y eficaz.

La Iglesia es la representante de Cristo en la tierra, su misión no se concentra solamente en

la predicación del evangelio, sino también como mediadora de la gracia y del amor de Dios

a su pueblo. De hecho, la Iglesia está llamada a llevar este regalo gratuito de Dios a todos

los cristianos, incluso a las familias que pasan dificultades en su relación, porque todos

están llamados a la santidad.

111 Giraldo, 298. 112 Austrias, 12. 113 Síntesis del boletín, Instrucción La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión

evangelizadora de la Iglesia a cargo de la Congregación para el Clero. La conversión pastoral, de la

comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia, núm. 2,

https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2020/07/20/inst.html, (consultado el 28 de

agosto 2020).

Page 71: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

71

3.2. La Iglesia es mediadora de la gracia y del amor de Dios para las parejas en

conflicto

Las parejas cristianas están llamadas a la primacía de la gracia y del amor de Dios. Esto es

importante, porque los esposos a través del Sacramento del Matrimonio reciben la

bendición de Dios, asumen la invitación de amarse mutuamente, como Cristo ama a su

pueblo. Mediante este sacramento, los cónyuges toman parte de la misión de Dios en el

mundo, ser Iglesias pequeñas en sus hogares, vivir reflejando el Cristo diariamente. Sin

embargo, la participación de la Iglesia es sumamente importante en la vida de las familias,

como mediadora de la gracia y del amor de Dios, especialmente para aquellas que están

enfrentando problemas. En cuanto a la gracia, el Catecismo de la Iglesia Católica dice:

Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es el favor, el auxilio

gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios (cf Jn

1, 12-18), hijos adoptivos (cf Rm 8, 14-17), partícipes de la naturaleza divina (cf 2 P 1,

3-4), de la vida eterna (cf Jn 17, 3). La gracia es una participación en la vida de Dios.

Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria: por el Bautismo el cristiano

participa de la gracia de Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Como “hijo adoptivo” puede

ahora llamar “Padre” a Dios, en unión con el Hijo único. Recibe la vida del Espíritu

que le infunde la caridad y que forma la Iglesia.114

Las familias cristianas formadas por dos personas casadas están invitadas a participar en la

vida de Dios, ser sus hijos e hijas, disfrutar de la gracia. Este don gratuito de Dios necesita

la respuesta por parte de la humanidad, en este caso de los cónyuges, que han hecho una

consagración para vivir en la unidad.

Estos hogares necesitan el apoyo de la Iglesia y viceversa, porque la Iglesia no puede llevar

a cabo su misión sin la participación del pueblo, compuesto por las diferentes familias. Dice

el papa Francisco: “La Iglesia es familia de familias, constantemente enriquecida por la

vida de todas las Iglesias domésticas”115, porque los esposos, hijos y las personas por el

amor, forman el hogar, construyen la unión entre ellos como discípulos de Dios”.

Frente a los conflictos de los esposos, que generan la dificultad de comunicación entre

ellos, la Iglesia no puede cerrar sus ojos a lo que está pasando. Como la parábola de la

oveja perdida “¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las

noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?” (Lc

15,4), eso es lo que debe hacer la Iglesia, ir y buscar a las parejas que se sienten perdidas,

114 Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), § 1996 y § 1997. 115 Francisco, § 87.

Page 72: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

72

porque necesitan la presencia de ella, para traer la esperanza y armonía al hogar. En este

servicio, los agentes pastorales que representan a la Iglesia no pueden convertirse en jueces

de las situaciones difíciles que viven algunos esposos, colocándoles obstáculos o

impedimentos que imposibilitan la participación e integración; al contrario, es importante

que la palabra y la acción que les orienten, reflejen el amor, la misericordia y el perdón de

Dios. La gracia de Dios otorga la gran bendición a cada ser humano, porque Él ofrece, el

perdón, la reconciliación y la esperanza.

Como institución religiosa, que representa la presencia de Cristo Jesús en el mundo, la

Iglesia está llamada a seguir los pasos del Salvador, imitar sus características e

implementarlas en el servicio al pueblo de Dios. En la pastoral matrimonial, la Iglesia por

medio de los ministros o agentes pastorales, debe agotar todos los esfuerzos en el servicio,

para exhortarlos a vivir e implementar este amor en las parejas que tienen conflictos en su

relación, a aquellos que han dejado su compromiso matrimonial, y están en una situación

“irregular” (divorciado y vuelto a casar). Ser el signo del amor de Dios para quienes se

encuentran en dificultad, les ayuda a reconocer el perdón de Dios, a reconciliarse con Él y a

integrarse con la Iglesia.

En el servicio matrimonial, el acompañamiento no es únicamente con palabras, porque el

amor es más que teoría, es acción concreta; es suma importante que el amor florece en cada

una de las palabras y acciones que se muestran. Dice el papa Francisco, “el amor que no

crece comienza a correr riesgos, y sólo podemos crecer respondiendo a la gracia divina con

más actos de amor, con actos de cariño más frecuentes, más intensos, más generosos, más

tiernos, más alegres”.116 Ir al encuentro con las familias, ver la condición y escuchar su

situación, desde ahí se puede buscar junto con ellas, una mejor manera para salir de su

difícil realidad. “La Iglesia quiere llegar a las familias con humilde comprensión, y su

deseo es acompañar a cada una y a todas las familias para que puedan descubrir la mejor

forma de superar las dificultades que se encuentran en su camino”.117

La situación de muchos casados hoy se vuelve cada vez más complicada, las dificultades

que son causadas por distintas razones afectan directamente la relación y pueden llegar a

dañar la comunicación entre ellos. Esto se torna peligroso para la vida matrimonial, si no

116 Ibid., § 134. 117 Ibid., § 200.

Page 73: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

73

encuentran el buen camino que los lleve a analizar, perdonar y lograr una reconciliación. La

realidad muestra que aun muchas parejas casadas por la Iglesia han tomado la decisión de

terminar el matrimonio, al no superar los conflictos en el hogar. Frente a este panorama, la

Iglesia debe desarrollar, mediante el servicio pastoral, unas buenas estrategias que

posibiliten a los esposos a encontrar las motivaciones para seguir adelante con una nueva

vida, con un amor fuerte, capaz de enfrentar los desafíos que el mundo les presente en el

camino.

3.3. Las estrategias de la pastoral matrimonial que pueden ayudar a parejas que

tienen dificultad de comunicación

Los dos sínodos que se realizaron en 2014 y 2015118 no sólo hablaron sobre las dificultades

de las parejas en esta época, sino también destacaron la necesidad de desarrollar nuevos

caminos pastorales, que permitan a los cónyuges que están en dificultad o en la situación

“irregular”, encontrar el camino correcto y reconozcan la infinita gracia de Dios. Además,

“los caminos pastorales sugeridos permiten afirmar que las parejas en situación irregular

pueden tener acceso a la perfección cristiana”.119 Para lograrlo, es necesario que los agentes

pastorales acojan con amor y libertad las normas y los principios de la Iglesia, que sirven

para orientar a las familias a reconocer la voluntad de Dios.

El conflicto y la separación que sucede en la vida matrimonial, básicamente van en contra

del plan de Dios, porque la unión conyugal es un don de Dios que no puede separarse. Sin

embargo, “Él consciente la fragilidad de muchos de sus hijos”120, por ende, la Iglesia como

representante de Cristo tiene la responsabilidad de cuidar a sus fieles, mirar y acoger con

amor a las parejas que están en el mal camino. Dice el Papa Francisco:

La Iglesia debe acompañar con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados

por el amor herido y extraviado, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz

118 La III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos, convocada por el papa Francisco bajo el

lema «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización», se desarrolló en la Ciudad

del Vaticano entre el 5 y el 19 de octubre de 2014. Se le conoce como Sínodo extraordinario de obispos sobre

la familia. Luego en el año 2015 convocó la XIV Asamblea General Ordinaria del sínodo de obispos, que

trató un tema similar (familia). Recién al finalizar ese otro sínodo el papa presentó una exhortación apostólica

postsinodal conclusiva sobre el tema: Amoris Laetitia. Mittiusi, Estudios y Notas sobre el Sínodo

Extraordinario de la Familia, 183-184. 119 Giraldo, 305. 120 Francisco, 291.

Page 74: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

74

del faro de un puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente, para iluminar a

quienes han perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad.121

Algo fundamental e imprescindible, que debe tomar la Iglesia para poder realizar la pastoral

matrimonial con estas parejas, son las buenas estrategias, que ciertamente van a posibilitar

a los agentes pastorales, a tener un servicio que realmente responda a la situación y

necesidad que ellos esperan. Por lo tanto, para poder realizar un real acompañamiento, los

ministros pastorales deben tener un amplio conocimiento, tanto sobre la realidad de las

parejas en conflicto, como del Sacramento del Matrimonio. La Iglesia les brindará una

estricta y completa formación al respecto. Esto les permitirá tener la capacidad para

ayudarlos de manera eficaz, eficiente y con espíritu de amor cristiano.

3.3.1. Formar agentes pastorales que acompañan las parejas en conflictos de manera

integral

La pastoral matrimonial es uno de los servicios que la Iglesia sigue realizando como una

forma de evangelizar; llevar el evangelio de Cristo a todas las familias cristianas, es

importante para propagar el mensaje de la esperanza a los cónyuges, quienes encuentran

inconvenientes en su relación matrimonial, como dice el papa Francisco “salir al encuentro,

buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive

un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita

misericordia del Padre y su fuerza difusiva”.122

Para ejercer los ministerios, la Iglesia necesita personas de buena voluntad que estén

dispuestas para ofrecer su tiempo al servicio del prójimo. Los sacerdotes, diáconos,

religiosos y religiosas son las personas que dedican su vida para servir a los demás, a través

de las actividades pastorales. Sin embargo, no puede dejar de lado el rol de los laicos en el

servicio pastoral. La Iglesia necesita la participación de los laicos para la evangelización,

porque todos los cristianos que han recibido el bautismo tienen la responsabilidad de

involucrarse en el servicio a los demás.

El Concilio Vaticano II, en la Constitución Dogmática Lumen Gentium, destaca la

importancia del papel de los laicos en la Iglesia. Es bueno señalar que los hombres y

121 Ibid. 122 Francisco, La exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, § 24.

Page 75: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

75

mujeres cristianos hacen parte del cuerpo de Cristo, de hecho, ellos también están llamados

a participar en la misión de la Iglesia.

Con el nombre de laicos se designan aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los

miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia. Es decir,

los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de

Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de

Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la

parte que a ellos corresponde. Allí están llamados por Dios, para que, desempeñando

su propia profesión guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a la santificación

del mundo como desde dentro, a modo de fermento. Y así hagan manifiesto a Cristo

ante los demás, primordialmente mediante el testimonio de su vida, por la irradiación

de la fe, la esperanza y la caridad.123

Los Padres del Concilio Vaticano II recordaron a los laicos, recibir una formación adecuada

para su misión en la Iglesia y en el mundo; ésta debe ser realista y eficaz para equipar al

laico en su servicio a los demás. El objetivo es llegar a ser laicos que se conviertan en

testigos de Cristo en la familia y en la sociedad. Por lo tanto, son enviados especialmente

para llevar la esperanza al mundo y transformarlo según la voluntad de Dios. Los agentes

pastorales, tanto los religiosos como laicos, están invitados a asumir la instrucción antes de

hundirse en el ministerio. Este aprendizaje es sumamente importante, porque les ayuda para

que realicen bien el servicio y lo asuman con un sentido crítico y racional, no queda por

fuera del campo de la pastoral.

Uno de los aspectos básicos de este estudio, es lo referente a la pastoral matrimonial, Éste

es muy útil, porque se convierte como una guía que los posibilita a tocar la realidad. La

capacitación que se realiza en este campo es la formación integral, no se enfoca solamente

en la parte espiritual o en la parte sacramental, sino también en forma interdisciplinar,

porque los conflictos de comunicación que ocurren en las familias son de diferente índole;

es en gran parte debido a la situación social, crisis económica, problema en la intimidad,

problema psicológico, educación de los hijos, etc.

La exhortación Amoris Laetitia destaca la importancia y la necesidad de una formación

integral para el acompañamiento a las parejas en dificultad por parte de los agentes

pastorales, señala el documento “junto con una pastoral específicamente orientada a las

familias, se nos plantea la necesidad de una formación más adecuada de los presbíteros, los

123 Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, § 31.

Page 76: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

76

diáconos, los religiosos y las religiosas, los catequistas y otros agentes pastorales”.124 El

sínodo resaltó este punto porque hay una preocupación donde muchos ministros laicos,

incluso los ministros consagrados (sacerdotes y religiosos) no tenían el conocimiento

suficiente para enfrentar las complejas situaciones de muchos cónyuges. Esta carencia,

ciertamente puede traer un impacto negativo al servicio pastoral, la incapacidad de brindar

el mejor apoyo para las familias en problemas. Además, la falta del conocimiento

interdisciplinar puede llevar a los agentes pastorales a centrarse solamente en la parte

espiritual, la cual posiblemente no es la raíz del conflicto.

La Iglesia, como madre, debe procurar una formación para todos los agentes pastorales, no

sólo enfocada en el campo espiritual y de la teología, sino también debe ofrecerlo de

manera integral para que pueda aportar a las diferentes dimensiones de la persona. Dice el

papa Francisco:

Las respuestas a las consultas también expresan con insistencia la necesidad de la

formación de agentes laicos de pastoral familiar con ayuda de psicopedagogos,

médicos de familia, médicos comunitarios, asistentes sociales, abogados de minoridad

y familia, con apertura a recibir los aportes de la psicología, la sociología, la sexología,

e incluso el counseling. Los profesionales, en especial quienes tienen experiencia de

acompañamiento, ayudan a encarnar las propuestas pastorales en las situaciones reales

y en las inquietudes concretas de las familias. Una buena capacitación pastoral es

importante «sobre todo a la vista de las situaciones particulares de emergencia

derivadas de los casos de violencia doméstica y el abuso sexual».125

Es bueno tener en cuenta el importante valor de la formación para la pastoral matrimonial,

porque los conflictos familiares que genera el problema de la comunicación deben ser

examinados y considerados desde la raíz, por ende, el asesoramiento que se les brinde debe

tener el impacto positivo, que ayude a las parejas en dificultad a encontrar el buen camino

para mejorar su relación. Los ministros pastorales también deben establecer nuevas

posturas eficaces, que contribuyan a fortalecer la relación de las parejas en conflicto. Otro

de los aspectos básicos, es tener en cuenta el momento propicio y el ambiente adecuado,

para realizar el asesoramiento a quienes presentan dificultad de comunicación; esto

permitirá tener una buena conversación sincera, amable y espontánea, entre los ministros y

las parejas en torno al problema.

124 Francisco, Exhortación Amoris Laetitia, § 202. 125 Ibid. § 204.

Page 77: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

77

3.3.2. El acompañamiento pastoral a las parejas en conflicto

La formación es algo esencial para los sacerdotes y ministros laicos que se dedican a la

atención pastoral matrimonial. No puede negarse, que el conocimiento adquirido en la

capacitación se convierte en la base fundamental para el acompañamiento. No obstante, los

agentes pastorales no pueden dejar de lado, el aplicar las técnicas o métodos más adecuados

y los temas importantes para alcanzar los resultados esperados. Las buenas prácticas que se

usen en este servicio ciertamente ayudan a los ministros a lograr un ambiente de empatía y

entrar en la situación que están enfrentando las parejas para entender lo que sucede. Por

otra parte, también les permiten generar la propia confianza, para expresar libremente sus

problemas o crisis matrimonial y confiar en que los agentes pastorales, pueden traerles la

esperanza y liberarlos de esta condición, que tal vez, como una “espina en la carne”, les

genera dolor, desesperanza, pesimismo y estrés.

a. Escuchar atentamente el problema

El acompañamiento a estas parejas requiere la actitud de una buena escucha por parte de los

agentes pastorales. Tener la capacidad de escuchar atentamente, es uno de los requisitos

que debe cumplirse y hacerlo con sinceridad a la hora de acompañar. El escuchar con

atención a los esposos, permite que ellos se sientan aceptados, comprendidos y apreciados;

sin sentirse agobiados o juzgados por lo que está sucediendo en su relación. Esta actitud

puede verse como una entrada para sacar a la superficie la raíz del conflicto, y esto ayuda a

las parejas para ver lo que realmente sucede y les permite encontrar el camino adecuado

para la reconciliación, eso debe brotar de la propia conciencia.

Escuchar se define como prestar atención de lo que se oye, pero no se limita a oír, también

atender y entender de lo que se escucha; aquí se exige la voluntad, la atención y la

disposición para recibir el mensaje.126 Escuchar y oír son dos verbos que se refieren a la

actividad de recibir el mensaje verbalmente, sin embargo, esos dos verbos tienen ciertas

diferencias, pues no son lo mismo. La palabra oír se entiende como una actividad de

“percibir un sonido, lo cual requiere el funcionamiento del sentido del oído y el sistema

126 Bayón, oír, escuchar, atender, https://www.eoi.es/blogs/fernandobayon/2014/08/12/oir-escuchar-atender/,

(consultado el 3 de septiembre 2020).

Page 78: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

78

auditivo para interpretar de qué se trata”.127 Aquí lo que se necesita es la capacidad

fisiológica de recibir el estímulo que sale de algún sonido, y no requiere la comprensión de

aquello que se transmite. Mientras que la palabra escuchar, va más allá del oír, es una

actividad de “prestar atención a un sonido y requiere el funcionamiento de los auditivos”128,

pero también se exige la atención y la voluntad por parte del oyente, para poder comprender

el mensaje que se transmite y muchas veces generar una respuesta.

Para poder ejercer bien la pastoral matrimonial, especialmente con aquellas parejas

especiales, los ministros de este campo pastoral necesitan una auténtica capacidad de

escucha. Por consiguiente, no pueden limitarse solamente a oír, necesitan “escuchar con la

mirada, con el cuerpo y con la respiración”129, porque de esta manera les permite entender,

comprender y sentir la dificultad de los esposos. Escuchar atentamente es lo que se requiere

en este acompañamiento, porque favorece la oportunidad para entender mejor lo que ellas

sienten y posibilita el construir una verdadera confianza por ambas partes. Fernando Bayón

explica que escuchar atentamente es:

Representa ante todo prestar atención y concentrarse en aquello que se escucha.

También requiere voluntad de seguir el razonamiento de lo que se está oyendo. El

receptor no hace más que eso: escuchar, atender y comprender. En este tipo de escucha

se descarta la interacción y sobre todo el juicio sobre aquello que se está

transmitiendo.130

Saber escuchar, ayuda a la familia que habla a sentirse respetada, acogida. Además,

mientras se escucha, se va creando un espacio de interrelación, un puente emocional de

conexión entre el ministro pastoral y los esposos. Una buena escucha ofrece la posibilidad a

los cónyuges que están hablando, de comunicar y expresar sus pensamientos, sus

emociones, sus sentimientos, su dolor, su preocupación, etc. La actitud de escucha ayuda a

los ministros para dejar de lado sus pensamientos o ideas y poner atención sólo en lo que

los esposos expresan, enfocarse en sus necesidades, esto los hace sentirse aceptados,

reconocidos y estimados.

A través de una buena escucha y la conversación sincera, se puede desarrollar una

atmósfera de entendimiento, comprensión, apertura y confianza mutua; condición

127 Segura, oír y escuchar, https://www.diferenciador.com/diferencia-entre-oir-y-escuchar/ (consultado el 3 de

septiembre 20120). 128 Ibid. 129 Chouza, La importancia de saber escuchar, http://albertochouza.com/la-importancia-de-saber-escuchar/,

(consultado el 3 de septiembre 2020). 130 Bayón, Ibid.

Page 79: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

79

importante en el proceso de acompañamiento. Esto facilita a los ministros el comprender

mejor el problema y proceder a realizar la orientación más conveniente para que logren

superar la situación. Además, la escucha es el proceso de acercamiento para que los

acompañantes tengan la posibilidad de manejar la situación y se adapten a la condición de

la pareja y detecten la raíz del conflicto.

b. No juzgar y tampoco criticar a las parejas que están en conflicto

Un aspecto importante que los agentes pastorales deben tener en cuenta, en su servicio a las

parejas en problema, es el de no juzgar y criticar; dice el pontífice Francisco: “También nos

impide a juzgar con dureza a quienes viven en condiciones de mucha fragilidad” (AL. 325).

Esta actitud se fundamenta en Cristo mismo, que servía con amor y misericordia a los

enfermos y a los pecadores. Él nunca señaló o juzgó a nadie durante su ministerio, pero con

amor salía a buscar a las ovejas perdidas y a dirigirlas al buen camino. Este es el mensaje

que Cristo quiere comunicar a la humanidad, responde a este amor de Dios y transmite al

prójimo, como Él lo ha vivido, particularmente a aquellas personas que están en necesidad

y que sufren por algunas circunstancias de la vida.

La historia del pasado y probablemente hasta el momento, muestra la exigencia y rigidez

por parte de algunos agentes pastorales (sacerdotes, religiosos y laicos ministros) que dan la

prioridad a las normas sobre la misericordia. Exigen el cumplimiento estricto de la

normatividad y condenan a los esposos que no viven bien su compromiso matrimonial, los

excluyen de la comunidad y les prohíben participar en las actividades religiosas. Esta

realidad, ciertamente, es inconsistente con el mensaje del amor que la Iglesia anuncia, el

cual se refleja en el perdón y la misericordia sin límites. Las normas o leyes son

importantes para el bien de los cristianos, pues regula la vida de los creyentes para

acercarse más a Dios y vivir de acuerdo con la voluntad del creador; sin embargo, es

necesario que las personas asuman las normas que están presentes en la Iglesia, desde la

libertad y el amor, y no porque las obligan a hacerlo.

La ley tiene un papel muy importante, pero eso no es lo único y tampoco es lo principal de

la vida humana, dijo Jesús: "No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he

venido a abolir, sino a dar cumplimiento" (Mt 5,17). El cumplimiento a que se refiere aquí

el mismo Jesús es el amor y la misericordia. Esto debe entenderse en la Iglesia, como las

Page 80: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

80

normas no son para separar a las personas a tener una relación con Dios, sino que deben

ayudar para llevarlas al Todopoderoso; pero la enseñanza de Jesús es ir más allá de las

reglas, es algo más profundo, esto es el perdón y la misericordia. Esta actitud rompe las

barreras y permite a los pecadores recibir la gracia de Dios y participar en la unión con Él.

Jesús afirma que de ahora en adelante la regla de vida de sus discípulos deberá ser la

que da el primado a la misericordia, como Él mismo testimonia compartiendo la mesa

con los pecadores. La misericordia, una vez más, se revela como dimensión

fundamental de la misión de Jesús… Jesús, en cambio, va más allá de la ley; su

compartir con aquellos que la ley consideraba pecadores permite comprender hasta

dónde llega su misericordia… No es la observancia de la ley lo que salva, sino la fe en

Jesucristo, que con su muerte y resurrección trae la salvación junto con la misericordia

que justifica. La justicia de Dios se convierte ahora en liberación para cuantos están

oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. La justicia de Dios es su

perdón.131

En esto se fundamenta el principio de la pastoral matrimonial: amor y misericordia y no en

criticar y juzgar. Los ministros que muestran una actitud negativa de señalar el error o la

equivocación de los matrimonios ciertamente no entienden bien el mensaje del Evangelio,

solamente se enfocan en las reglas establecidas y exigen su cumplimiento. Esta postura

obviamente no ayuda a las parejas que están en dificultad, a encontrar una esperanza para

reconciliarse tanto entre ellos mismos, como con la Iglesia; lo que se produce es un

alejamiento de Dios y de la Iglesia. Además, suscita en ellos una imagen equivocada sobre

Dios y la Iglesia que es condenar, castigar y no perdonar; por su puesto, esta no refleja la

enseñanza de Cristo y su rostro misericordioso.

Por lo tanto, se necesita una nueva visión de hacer la pastoral matrimonial, la actitud que se

requiere en el momento del acompañamiento, no es condenar o juzgar ni tampoco excluir,

más bien es escuchar, entender, orientar y darles una esperanza para encontrarse con Dios.

Del mismo modo, el papa Francisco motiva a todos los agentes pastorales para llevar el

rostro amoroso y misericordioso de Cristo a los esposos en conflicto, siendo la luz que

guíen a quienes se han equivocado y ayuden a encontrar el camino verdadero, la vía de la

reconciliación y de la unidad.

La presencia de los ministros debe reflejar la imagen de Cristo, quien, con su ternura y

amor verdadero, acoge a los pecadores y les da esperanza a vivir una nueva vida. Aquí la

131 Francisco, Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia “Misericordiae Vultus” §

20.

Page 81: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

81

misericordia es el punto clave para la pastoral matrimonial, porque ésta permite al

acompañante, el ponerse en la situación de las parejas y tener la capacidad de identificarse

con ellas. Esto posibilita a ambas partes, el crear un espacio de comunicación de corazón a

corazón, que los lleve a comprender la situación por la que están atravesando.

c. Presentar la esencia del sacramento del matrimonio y del amor

Otro aspecto que el equipo de la pastoral matrimonial debe tener en cuenta, durante el

acompañamiento a estos esposos, es explicar sobre el sacramento del matrimonio. Por

cierto, que antes del matrimonio, los novios han recibido el curso prematrimonial y uno de

los temas tratados es el sacramento del Matrimonio. Sin embargo, es importante que los

agentes pastorales retomen el tema con los cónyuges que reciben la asesoría. Esto no es

para solucionar directamente el problema, sino para que ellos tengan en cuenta la esencia

del sacramento del Matrimonio, lo respeten y entiendan el por qué la Iglesia le da un gran

valor e importancia, ya que se trata de un sacramento.

Para que estos ministros, les puedan explicar bien sobre el sacramento del Matrimonio, se

necesita una profundización sobre el mismo, bajo la guía del párroco o de un teólogo. Se

exige una comprensión no sólo de las enseñanzas de la Iglesia, sino también las líneas

fundamentales que presenta la Sagrada Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo

Testamento, porque en ellas, está la base de la enseñanza de este sacramento. Es importante

que los ministros tengan este conocimiento, porque esto ayuda a tener en cuenta que el

matrimonio no solo es un acuerdo de una mujer y un hombre para vivir juntos, sino también

es un don que viene de Dios, o sea que es Dios quien los une.

El matrimonio entre dos personas bautizadas es una celebración de la fe que les permite

estar abiertos a la gracia para los cónyuges, y éste es un don que los santifica, que les

perfecciona el amor y la unión entre ellos. Un matrimonio inseparable, significa la

presencia de Dios en una relación única, ésta se vuelve sagrada y especial. Esta relación

anima al matrimonio a convertirse en signo y medio de la presencia de Dios. Por medio del

matrimonio, los esposos pueden construir una buena comunicación con Dios, es decir,

amándose unos a otros, honrándose y respetándose mutuamente, es así cómo dignifican y

muestran que representan la intimidad con Dios. El derecho canónico (1055) dice:

§1 La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un

consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los

Page 82: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

82

cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Señor a la

dignidad de sacramento entre bautizados. §2. Por tanto, entre bautizados, no puede

haber contrato matrimonial válido que no sea por eso mismo sacramento.132

El sacramento del Matrimonio, que simboliza la unión de Dios en la vida de los cónyuges,

es una fuente de fuerza para que ambos construyan su relación y su hogar en el amor

sincero. Los esposos deben ser fieles uno al otro y vivir el compromiso matrimonial, el cual

consiste en amarse recíprocamente todos los días y compartir su cotidianidad, y eso implica

también la voluntad de cultivar y mantener la relación amorosa.133

Por otra parte, los agentes pastorales que acompañan a estas parejas también deben explicar

sobre los propósitos y las características del matrimonio católico. Los propósitos del

matrimonio son construir juntos el amor hacia la felicidad y la prosperidad; la descendencia

y la educación de los hijos; un medio para expresar el amor humano natural y el deseo

sexual; además tiene otros objetivos, por ejemplo, el bienestar familiar, garantías de

protección y seguridad de vida, armonía familiar, salud, etc.

La Iglesia muestra que no se puede hablar de la relación conyugal sin el amor. El amor es

un sentimiento fundamental y básico en la vida matrimonial, que une al hombre y la mujer

en un vínculo. El amor sincero permite a marido y mujer a entregarse, a comprenderse a

compartir, a servir, a perdonar, a ayudar, a apoyarse sin límite y condición.

El principio interior, la fuerza permanente y la meta última de tal cometido es el amor:

así como sin el amor la familia no es una comunidad de personas, así también sin el

amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas.

Cuanto he escrito en la encíclica Redemptor hominis encuentra su originalidad y

aplicación privilegiada precisamente en la familia en cuanto tal: «El hombre no puede

vivir sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada

de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo

experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente».134

El matrimonio católico no es sólo el matrimonio en sí, sino que también tiene un profundo

significado por lo que él simboliza. Así como Cristo amó a la iglesia, los esposos deben

amar a sus esposas. Como Cristo ama a la iglesia, es digno de la iglesia ser fiel a Cristo. El

amor que Jesús expresó a la humanidad (la Iglesia) es el amor misericordioso. Este es el

amor humilde y servicial, y Jesús lo ha demostrado a través de su entrega total hasta la

132 Código Derecho Canónico, § 1055. 133 Mazadiego y Garcés, El amor medido por la Escala Triangular de Sternberg, 3. 134 Juan Pablo II, Familiaris Consortio, § 18.

Page 83: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

83

cruz.135 Basada en el amor de Dios, entonces, “la institución matrimonial cristiana debe

demostrar este amor misericordia, o de otra manera, el amor entendido como entrega de

servicio humilde hasta el final (incondicional)”136. Por lo tanto, si un esposo ama a su

esposa, es necesario que la esposa sea leal a su esposo y viceversa, en una obediencia

mutua y continua hasta la muerte. Este amor incondicional que refleja la presencia de

Cristo no sólo une a los cónyuges, sino que va más allá, pues trae una responsabilidad de

servicio de ambas partes, como es la edificación de un solo cuerpo en el matrimonio (Ef.

4,12).

El matrimonio católico que simboliza el amor de Cristo es lo que anima a las parejas

casadas a seguir viviendo su vida matrimonial. La valoración de la vida del matrimonio,

como reflejo de la asociación de Cristo con la Iglesia, puede verse en las siguientes

características del matrimonio: monogamia, indisoluble, dispuesto a la descendencia y

convertido en una iglesia doméstica. Como un sacramento, el matrimonio entre dos

personas bautizadas debe revelar la presencia de Dios. Dice el P. Gustavo Baena,

“Sacramento quiere decir que un ser humano revela la divinidad en sus comportamientos.

Esto es, que los sacramentos no son cosas, son personas que transparentan la

divinidad…”137. Por consiguiente, el sacramento del matrimonio es el signo de la presencia

de la divinidad, del Cristo Salvador. Aquí, los esposos que han hecho el compromiso en el

altar están invitados a vivir la vida sacramental, eso significa hacer presente los

sacramentos en su diario vivir

En la vida sacramental que ellos pueden ejercer en su matrimonio, vemos tres sacramentos:

Primero es la reconciliación138: significa tener el espíritu del perdón por parte de ambos, o

sea, tener la humildad de pedir perdón cuando se comete un error y la capacidad de

perdonar al otro, si es necesario. Segundo es la Eucaristía139: la participación en la

celebración Eucarística permite a los cónyuges nutrir su relación de la palabra y del cuerpo

de Cristo. En la Eucaristía está presente el amor infinito de Cristo, quien se entregó a sí

mismo para la salvación de la humanidad. Este es el manantial del amor para todas las

135 Baena, La Iglesia Doméstica: Fundamentos de una espiritualidad familiar según la Teología de Efesios V,

21-33, 33. 136 Ibid. 137 Baena, La Vida Sacramental, 9. 138 Ibid., 34. 139 Ibid., 26.

Page 84: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

84

parejas, para que se amen mutuamente, así como Cristo ama. Tercero es la unción de los

enfermos140; los seres humanos somos frágiles, por eso los cónyuges van a encontrar la

enfermedad a lo largo del camino. De hecho, este sacramento ayuda a fortalecer no solo a la

persona que está en la condición de debilidad, sino a los dos, porque el amor supera todas

las enfermedades y las dificultades.

El amor sincero es el amor que acepta a la pareja como es, con todas las actitudes, acciones,

cualidades, defectos y será una de sus grandes ventajas. Eso es lo que se llama amor

verdadero, amor profundo y cariño, que hará soportable todos los defectos que tengan. En

el amor es necesario hacer un sacrificio, se busca siempre el bien del ser amado; la actitud

de acoger y comprender al otro no es solo un aspecto externo, sino también una mirada

integral. Las carencias de su pareja debe considerarlas como su fuerza, eliminando todo el

ego que hay en su enfado y recordando las fortalezas y el objetivo que los une. El amor

sincero y el cariño superarán las faltas cometidas; permitirán verlas con cabeza fría y buscar

la forma de remediarlas. Eso es lo que se entiende como el verdadero significado del amor.

d. Involucrar los expertos de otras disciplinas en la pastoral matrimonial (psicólogo,

educación familiar, economista, médico)

La Iglesia desde el Concilio Vaticano II ha hablado sobre el papel de los laicos en el

ministerio de la Iglesia, por medio de la constitución dogmática Lumen Gentium. Gracias a

este documento, se abrió un nuevo horizonte para involucrar a los seglares en distintas

pastorales; porque la Iglesia no pertenece sólo a los clérigos, religiosos y religiosas, sino a

todas las personas quienes, desde el bautismo, hacen parte activa como miembros de la

Iglesia, de ahí que cada uno tiene el derecho y deber de tomar parte en la misión de Cristo.

Se necesita una cooperación entre los clérigos y laicos, para ejercer el ministerio pastoral,

precisamente en el servicio al pueblo de Dios. La presencia de los agentes pastorales laicos

en prestar ayuda es sumamente importante para acompañar a las familias, porque en ellos

existe la disposición, el testimonio, la idoneidad.

Las parroquias como Iglesias locales tienen la responsabilidad de ejercer pastoral

matrimonial, acompañamiento prematrimonial y post matrimonial, especialmente a las

parejas que están en conflicto. En este campo de pastoral, los sacerdotes, deben incluir a los

140 Ibid., 41.

Page 85: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

85

laicos en el servicio. Este ministerio no es suficiente solo con el acompañamiento espiritual,

éste es importante, pero no es lo único; se necesitan otros conocimientos relacionados con

diferentes aspectos, que están involucrados con los problemas que suceden entre los

esposos y que dan la posibilidad de superar la situación. Los laicos tienen la ventaja de

prestar su servicio junto a los conocimientos de otras ciencias. El papa Francisco dice:

También los estudios eclesiásticos, en el espíritu de una Iglesia «en salida», están

llamados a dotarse de centros especializados que profundicen en el diálogo con los

diversos ámbitos científicos. La investigación compartida y convergente entre

especialistas de diversas disciplinas constituye un servicio cualificado al Pueblo de

Dios y, en particular, al Magisterio, así como un apoyo a la misión de la Iglesia que

está llamada a anunciar la Buena Nueva de Cristo a todos, dialogando con las

diferentes ciencias al servicio de una cada vez más profunda penetración y aplicación

de la verdad en la vida personal y social.141

Aquí, el pontífice hace un llamado a la Iglesia en general, para dialogar con otras

disciplinas y hacerlos partícipes del servicio de la Iglesia, para el bien del pueblo de Dios.

Por lo tanto, es bien importante, involucrar a los laicos especialistas en algunas disciplinas,

que son útiles para la pastoral matrimonial, quienes realmente pueden responder a la

necesidad de las parejas; por ejemplo, en el equipo se pueden incluir: un psicólogo familiar,

un experto en educación familiar, un conocedor de la economía del hogar y un médico que

hable sobre educación sexual. Esto es esencial porque son personas que tienen experiencia

directa con la realidad, no solo en la parte espiritual, sino también la parte moral,

psicológica, sexual, orientación familiar, etc. Este trabajo interdisciplinar, da la posibilidad

para que los acompañantes puedan sacar a la superficie, elementos diferentes del problema

y les permita dialogar y dar algunos consejos adecuados, que ayuden para mejorar la

relación de los esposos en el hogar.

La exhortación Amoris Laetitia, también destaca la necesidad de tener agentes pastorales

interdisciplinares (§ 204), quienes ofrecen los distintos aspectos en relación con la vida de

la familia, con el objetivo de tener un buen acompañamiento a quienes enfrentan

dificultades en su relación. La intervención de estos expertos también brinda una esperanza

a los cónyuges, para autoevaluarse y corregirse, asumiendo su responsabilidad y cambiando

los aspectos que dañan su vida matrimonial. Esta manera de hacer pastoral ayuda a

encarnar las nuevas propuestas pastorales, que tocan la necesidad real de ellos.

141 Francisco, Constitución Apostólica Veritatis Gaudium, § 5.

Page 86: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

86

Este trabajo que los orientadores brindan a las parejas en conflicto, por sus problemas en la

comunicación, es necesario que lo ejerzan con amor, voluntad, sinceridad y libertad; no

deben considerarlo como una obligación. El papel de los acompañantes es motivarlos para

que ellos puedan seguir las sugerencias dadas y aprovechar esos momentos de encuentro,

como una oportunidad de crecimiento en su relación.

e. Promover la importancia de comunicación en la familia

La comunicación es un aspecto fundamental en la familia, principalmente entre esposo y

esposa, porque a través de interactuar constantemente se puede crear un ambiente de amor,

armonía, confianza, cercanía y el conocimiento mutuo. La comunicación que se vive en el

hogar permite no sólo entender lo que se expresa a través de la palabra o el gesto, también

posibilita a las parejas a tener un vínculo o lazos del amor más profundo. De hecho, este

aspecto es uno de los requisitos más importantes y no puede faltar en la relación

matrimonial. La buena comunicación entre esposos también ayuda a desarrollar la

intimidad, porque la apertura en la relación que se manifiesta a través del compartir y el

diálogo recíproco y continuo, es una forma para vivir plenamente la intimidad en la

relación. Dice el Psiquiatra-Psicoterapeuta José Díaz Morfa:

Un aspecto fundamental también para una relación de pareja satisfactoria es el

crecimiento en la intimidad. Para crear un puente al otro, es decir para crear un

vínculo, esto incluye el arriesgarse a mostrar vulnerabilidad, o sea, romper nuestras

propias defensas. También incluye la creación de una comunicación clara, la

confrontación de las diferencias; esto expresado en un nivel más inmediato implica, el

aprendizaje en habilidades de negociación y el establecer unas reglas personales

específicas para el desarrollo de esta intimidad.142

Por consiguiente, los agentes pastorales deben tener en cuenta la importancia de promover

la comunicación entre la pareja como parte básica del programa de acompañamiento. Los

ministros deben conocer que los conflictos en la familia afectan la comunicación y eso

influye negativamente en la relación conyugal; por ejemplo, si los esposos no hablan entre

sí, cada uno hace sus cosas sin consultar al otro, no hay momentos de compartir, no se

prestan atención, no se expresan las palabras o gestos cariñosos, etc. eso los va distanciando

más y más. Los acompañantes orientadores, pueden mostrar que realmente la comunicación

es algo esencial, que no puede dejarse de lado en la familia; aunque suceda un mal

142 Díaz Morfa, Prevención de los conflictos de pareja, 36.

Page 87: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

87

entendimiento u otros conflictos en el hogar, la comunicación debe continuar, porque ésta

es la única manera como los esposos pueden aclarar el problema y buscar la solución para

poner fin a la situación. Además. “permite la renovación del vínculo amoroso y por tanto la

superación de la crisis y la continuidad de la relación de la pareja”.143

La comunicación tanto verbal como no verbal, juega un papel importante en la vida

familiar, porque el esposo y la esposa se pueden conocer uno al otro, solo a través del

interactuar, y ésta también determina la continuidad de la vida de las parejas. Unos

cónyuges que le dan importancia a la comunicación organizan el tiempo para dialogar y

compartir, escucharse el uno al otro, ya que esto les posibilita desarrollar una buena

relación y es un lazo de unión entre ellos, además, les garantiza mantener un buen

matrimonio; al contrario, cuando no se vive la buena comunicación en la familia, entonces

es muy difícil llevar adelante la vida matrimonial. La exhortación Amoris Laetitia también

destaca que “al valorar más la comunicación personal entre los esposos, se contribuye a

humanizar toda la convivencia familiar”144.

La asesoría que se les brinda es el momento oportuno para promover la importancia de

comunicación en el hogar y es una forma para apoyarlos a desarrollar el amor

incondicional. Para poder construir una familia, cada uno de los cónyuges, debe ser capaz

de unir y respetar opiniones diferentes, por lo que se necesita un entendimiento mutuo, un

ajuste y una comunicación profunda. Una persona que decide contraer matrimonio debe

tener un propósito; el mismo objetivo debe ser realmente compartido y asumido por la

pareja y deben trabajar para lograrlo juntos. El hecho de que los objetivos no sean los

mismos entre marido y mujer, será una fuente de problemas en la familia.

El matrimonio como forma de relación interpersonal, se enfrenta a una red de

comunicación que se desarrolla de manera permanente y continua, para eso, se requiere una

comunicación de alta calidad, para que tanto el marido como la mujer, puedan expresarse

libremente. Los diversos tipos de personalidades y los varios niveles de comunicación tanto

superficiales como profundos del corazón y los sentimientos, influyen notablemente en la

calidad de la comunicación y afectará la relación entre ellos. Hay muchos problemas en el

143 Ibid., 130. 144 Francisco, Amoris Laetitia, § 32.

Page 88: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

88

hogar, que ocurren debido a la ausencia o falta de comunicación de calidad entre los

esposos.

f. Fortalecer la espiritualidad conyugal

La espiritualidad conyugal es el pilar principal, para la construcción de una familia feliz. La

esencia de un sentido de espiritualidad es el poder de la sumisión y la obediencia a Dios, es

decir, la necesidad de depender únicamente de Dios y la creencia de que todos los pasos de

la vida no pueden separarse de la intervención de Él. Con esta espiritualidad, toda la

dinámica y atmósfera de la vida en la familia traerán una sensación de tranquilidad,

seguridad y paz en el alma, de cada miembro de la familia. Gracias al sacramento del

matrimonio, el esposo y la esposa cumplen con sus obligaciones como integrantes de la

familia, están imbuidos del espíritu de Cristo, que llena su vida familiar de fe, esperanza y

amor. Hablar de espiritualidad conyugal, significa que estamos hablando de la religiosidad

del matrimonio mismo, que no es sólo una institución mundana, sino una institución

espiritual porque es la voluntad de Dios mismo. Esto es “la forma como la pareja responde

a la vocación o llamada que Dios le hace por la Iglesia, en las circunstancias cotidianas de

su propia vida conyugal y familiar”.145 La pareja formada por dos bautizados que han

celebrado su matrimonio sacramental, están llamados a realizarse de acuerdo con el modelo

de Cristo, inspirados por su ejemplo y su palabra.

Muchos hogares, hoy en día, no viven la espiritualidad conyugal después del matrimonio y

algunos no le dan mucha importancia a este aspecto. Bien, la Iglesia no obliga ni exige a

nadie para seguir sus enseñanzas, lo que hace es invitar a todos los esposos a vivir su fe

fielmente en Cristo y a desarrollar la intimidad con Dios. Posiblemente los conflictos que

suceden en el hogar pueden ser causados por falta de una espiritualidad conyugal, aquellos

que no fundamentan su vida matrimonial en Cristo, fácilmente caen más en problemas,

porque Cristo es el camino que muestra el significado del amor conyugal y Él es el modelo

del amor incondicional. No quiere decir que las parejas que practican su fe no encuentren

dificultades en su relación; ellos pueden vivir su fe, pero es seguro que, si la tienen y ponen

en práctica, encontrarán más fácilmente mecanismos para superar los inconvenientes. Sin

145 Gómez B, Espiritualidad Conyugal y Familiar (Elementos de reflexión), p. 3,

http://pastoralfamiliarmedellin.co/assets/upload/escritos/documentos/20554.pdf, (consultado el 30 de

septiembre de 2020).

Page 89: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

89

embargo, lo que se quiere enfatizar es cómo cuando la pareja tiene a Jesús como columna

de su relación, entonces va a hacer presente siempre el amor en el hogar, a pesar de los

muchos conflictos que hay en el diario vivir.

Las parejas cristianas están invitadas para fortalecer su espiritualidad conyugal, como una

manera de vivir una íntima relación con Cristo, quien es el ejemplo del amor auténtico. Los

padres sinodales hacen una llamada a las Iglesias locales, para ofrecer el acompañamiento

en la parte espiritual familiar, después del matrimonio. Aquí se pide la intervención de los

agentes pastorales, para motivar a los cónyuges a desarrollar esta espiritualidad en el hogar.

Cuando los esposos viven una espiritualidad profunda, se convierte en una manantial que

nutre la relación entre la pareja, que suscita la armonía, el entendimiento, la comprensión,

el diálogo y la paz. Esto, por supuesto, trae un impacto positivo en la vida familiar, el

bienestar y la felicidad de todos. La exhortación Amoris Laetitia anota que, para fortalecer

la espiritualidad familiar, se necesita una vida de oración y la participación en la Eucaristía,

porque esa es la única vía para tener la intimidad con Cristo.

Es preciso resaltar la importancia de la espiritualidad familiar, de la oración y de la

participación en la Eucaristía dominical, y alentar a los cónyuges a reunirse

regularmente para que crezca la vida espiritual y la solidaridad en las exigencias

concretas de la vida. Liturgias, prácticas de devoción y Eucaristías celebradas para las

familias, sobre todo en el aniversario del matrimonio, se citaron como ocasiones vitales

para favorecer la evangelización mediante la familia».146

Esa intimidad con Dios que desarrollan los esposos a través de los actos de fe los motiva a

vivir la espiritualidad conyugal en el hogar, eso se refleja en su relación; este amor divino

apoya y permite madurar la comunión conyugal.

Vivir la espiritualidad conyugal en el hogar, significa hacer presente el rostro de Cristo no

sólo en la familia, sino también en la relación entre los dos, como esposo y esposa. Cuando

los esposos tienen la cercanía con Dios, seguramente la relación interpersonal entre los dos

también será más cercana y habrá más intimidad, porque ambos están en el amor y la gracia

de Dios. Para construir una familia armoniosa, la unión con Dios es uno de los elementos

básicos y se logra con la práctica de las actividades espirituales.

Por otra parte, la presencia de Jesús en el hogar se convierte en el acompañante que camina

junto con la familia y experimenta las situaciones que ella enfrenta, en la tristeza, en el

dolor y en la alegría. Cuando Cristo habita y permanece en la familia, en el corazón de cada

146 Francisco, § 123.

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miembro, entonces hay amor y esperanza, aunque estén en una tribulación. El papa

Francisco refiere:

Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida familiar. Los

dolores y las angustias se experimentan en comunión con la cruz del Señor, y el abrazo

con él permite sobrellevar los peores momentos. En los días amargos de la familia hay

una unión con Jesús abandonado que puede evitar una ruptura. Las familias alcanzan

poco a poco, «con la gracia del Espíritu Santo, su santidad a través de la vida

matrimonial, participando también en el misterio de la cruz de Cristo, que transforma

las dificultades y sufrimientos en una ofrenda de amor».147

De modo que, para que las parejas puedan construir una familia que fundamente su vida en

Jesús y desarrollen la espiritualidad conyugal, se necesita el apoyo por parte de la Iglesia.

La pastoral matrimonial es la manera cómo los párrocos y los laicos, que hacen parte de

este servicio, pueden realizar el acompañamiento espiritual y motiven a las parejas para

tener una unión auténtica con Dios.

g. Promover la importancia del aspecto celebrativo en la relación matrimonial

El amor es la base fundamental de una relación entre un hombre y una mujer, que les

permite a los dos seres humanos, el aceptarse mutuamente y ser capaces de comprometerse

a vivir juntos a través del matrimonio. El amor entre los cónyuges es bendecido por Dios,

porque fue sellado por el sacramento, en la celebración matrimonial. Por lo tanto, las

parejas están llamadas a vivir este amor todos los días, en cualquier situación, en las buenas

o en las malas, en el éxito o en el fracaso. Para llegar a esta relación amorosa y permanente,

se necesita una renovación diaria del amor, o sea, alimentar este sentimiento a fin de que

crezca y perdure.

Con el fin de que el marido y la mujer puedan mantener este amor ilimitado en su relación,

se necesitan los espacios, donde ellos puedan refrescar o renovar su relación. Esto no es

algo de menor importancia, más bien es esencial que las parejas puedan retomar la energía

para alimentar el vínculo del amor y desarrollar su vida matrimonial. No pocos

matrimonios tienen una relación fría o frágil, precisamente porque no han tenido tiempo

juntos, sólo se han enfocado en el trabajo, desatendiendo su vida conyugal. Frente a esta

realidad, la Iglesia por medio de los agentes pastorales, puede promover en los esposos, la

inclusión de momentos celebrativos, en sus proyectos. Aquí se refiere a algunos espacios

147 Ibid., § 317.

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91

donde el esposo y la esposa puedan estar juntos y compartir sus sentimientos “para que la

relación se fortalezca y logre la vitalidad que tal vez la rutina ha ido apagando”148.

El pasar tiempo juntos es muy importante para la continuidad del matrimonio y para su

felicidad. Estos momentos, donde los dos pueden disfrutar tiempo solos, es una oportunidad

maravillosa para pasar el tiempo libre; por ejemplo, para divertirse, cenar juntos o

simplemente tener una intimidad. Cuando estén solos, los cónyuges pueden realizar algunas

cosas, desde escucharse el uno al otro, compartir sentimientos más profundos o realizar

actividades que les gusten.149 Sin embargo, para poder desarrollar este proyecto se necesita

un acuerdo de ambas partes, de hecho, aquí se presentan algunos consejos útiles:

➢ Hacer el compromiso juntos. Aquí los cónyuges pueden reunirse y dialogar sobre la

importancia del matrimonio y la necesidad de desarrollar la intimidad.

➢ Luego, dialogar para ponerse de acuerdo sobre el tiempo que disfrutarán los dos.

Después de que haya un compromiso mutuo, deben programar un horario cada una o

dos semanas, de acuerdo con sus labores y compromisos de trabajo.

➢ Discutir lo que deseen realizar. Pueden hacerlo fuera o en la casa. Este espacio es

únicamente para hablar de sus sentimientos, sus expectativas y necesidades; no para

tratar sobre las tareas del hogar, ni hablar de trabajo, ni tampoco sobre la economía de

la casa.

3.4. Nuevas maneras para la atención pastoral a las parejas en dificultad de

comunicación

El capítulo octavo de la exhortación Amoris Laetitia presenta tres nuevas etapas que la

Iglesia debe asumir y acoger con más esfuerzo, particularmente para las personas y parejas

que, por algunas circunstancias, no fueron capaces de seguir las normas establecidas por el

magisterio de la Iglesia. Por la situación irregular, por ejemplo, el divorcio, viven

separados, se vuelven a casar, algunos se sienten indignos para integrarse a la Iglesia,

porque habían cometido un pecado. Para algunas personas, esta problemática la vieron

como la razón para alejarse o excluirse de la Iglesia. Por otra parte, el concepto que tiene la

148 Pérez, La importancia de compartir tiempo juntos, http://www.lavidaenfamilia.com/la-importancia-de-

compartir-tiempo-juntos/, (consultado el 28 de octubre 2020). 149 Rumondor, Waktu Berdua ¿Pentingkah? (Tiempo de estar solos ¿Es importante?),

https://psychology.binus.ac.id/2015/02/20/waktu-berdua-pentingkah/, (consultado el 28 de octubre 2020).

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92

sociedad sobre el divorcio, el cual se ve como una enfermedad social, obliga a las personas

o a la familia, a vivir retirada de la sociedad.

Por tal razón, el papa Francisco a través de este capítulo, quiere presentar la importancia de

comprender el mensaje fundamental del Evangelio, respecto a la misericordia y el amor en

la evangelización del reino de Dios. Precisamente, se establece como la base esencial en

este proceso de renovación y transformación, que se necesita en la pastoral matrimonial en

toda la Iglesia, en particular, con aquellas personas que se encuentran en situación irregular.

Es básico tener una postura que se afiance en el mensaje evangélico, el espíritu de Cristo,

que es la misericordia. La Iglesia que lleva este rostro a toda la humanidad, a los miembros

que están perdidos, que los acoge con amor y ternura, sin juzgar, ni criticar y tampoco los

excluye de la comunidad.

3.4.1. La Iglesia que acompaña

La exhortación Amoris Laetitia presenta nuevos caminos para la pastoral matrimonial y uno

de ellos es el acompañamiento continuo a los cónyuges. Es el factor principal que la Iglesia

debe realizar y desarrollar en su servicio a las parejas después del matrimonio, y enfocar

más la atención hacia aquellas que están viviendo un conflicto. Como madre, la Iglesia no

puede dejar que sus hijos sufran una situación delicada y esperar que se acerquen, al

contrario, debe salir a buscarlos, a los que están perdidos en cualquier sitio, debe acercarse

a las parejas en dificultad, conocer su situación y escuchar atentamente lo que ellos

cuentan, porque es así cómo se sienten aceptados. Esto es a lo cual el papa Francisco invita,

a la “Iglesia en salida”, que siempre estén atentos a la situación de los esposos y traer la

esperanza a aquellos que están frustrados y no encuentran la solución.

«la Iglesia debe acompañar con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados

por el amor herido y extraviado, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz

del faro de un puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente para iluminar a

quienes han perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad».150

Ellos necesitan acompañantes que los escuchen con amor y ternura, que los comprendan,

los consuelen y que les demuestren una postura humilde, sin discriminación; como la

actitud misericordiosa de Jesús frente a los débiles, a los pecadores y a los que fueron

rechazados por el pueblo, Él los acompañó y dirigió al buen camino. “Hay que acoger y

150 Ibid., § 291.

Page 93: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

93

valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el

divorcio o el abandono, o bien, se han visto obligados a romper la convivencia por los

maltratos del cónyuge”.151 La Iglesia está invitada a involucrarse en la situación real de la

pareja, sin importar la gravedad del problema, porque lo que se necesita aquí, es la voluntad

y el amor para ayudar al prójimo que sufre.

El acompañamiento que la Iglesia les brinde no sólo permite a las parejas comprender el

significado fundamental del amor y del matrimonio, también posibilita a los agentes

pastorales y a la comunidad, para tener la sensibilidad de amar y de valorar la presencia de

estas familias, puesto que ellos también son hijos de Dios. Esta actitud ciertamente es la

que se necesita y es lo principal en el acompañamiento, porque con esto los esposos, que

están en conflicto, se sienten acogidos, valorados y amados. Además, la Iglesia debe tener

conciencia de dedicar plenamente este servicio, para el bien de los cónyuges, ya que ésta es

la esencia de la misión cristiana.

La Iglesia en salida debe ser sensible a la necesidad de sus miembros, sin tener que mirar la

situación o el trasfondo de la vida de cada miembro. Es una Iglesia que mira con ojos de

amor, a aquellas vidas que atraviesan o han sobrellevado por mucho tiempo circunstancias,

que les impiden desarrollar la vocación, misión y servicio a la que todo cristiano está

llamado. Los ministros que acompañen deben transmitir la belleza del amor de Dios,

porque eso genera paz, felicidad, alegría y se fomenta el espíritu cristiano en cada pareja.

3.4.2. La Iglesia que ayuda a discernir

En la pastoral matrimonial, la Iglesia está llamada a acompañar a estas parejas para hacer

un discernimiento. Lo que se refiere aquí, es la necesidad de una orientación o un apoyo,

para que ellas den una mirada atrás, analicen y vean cuál es el fondo del conflicto; es así

como tendrán la posibilidad de encontrar el camino de acuerdo con la palabra de Dios. “El

discernimiento consiste en asistirlas a evaluar las opciones que tienen con respecto al

matrimonio, a la luz del ideal del Evangelio; ayudarlas a encontrar la manera de crecer

hacia este ideal, y a encontrar maneras de integrarse a la comunidad de la iglesia”.152 Para

151 Ibid., § 242. 152 Villegas, Discernimiento pastoral en los matrimonios irregulares según Amoris Laetitia: Lectura desde el

punto de vista de la espiritualidad,

Page 94: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

94

que este discernimiento dé sus frutos, se necesita la disponibilidad por parte de los

cónyuges para dejarse orientar por los acompañantes, durante el proceso de asesoría. Sin

embargo, aquí se necesita el respeto por la libertad de cada una de las parejas, sin

convertirse en una obligación, o sea que cada uno tenga la libertad de decidir lo que es

bueno y mejor para su vida y su relación.

Los presbíteros tienen la tarea de «acompañar a las personas interesadas en el camino

del discernimiento de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y las orientaciones del

Obispo. En este proceso será útil hacer un examen de conciencia, a través de

momentos de reflexión y arrepentimiento… Se trata de un itinerario de

acompañamiento y de discernimiento que «orienta a estos fieles a la toma de

conciencia de su situación ante Dios… Dado que en la misma ley no hay gradualidad,

este discernimiento no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad

del Evangelio propuesto por la Iglesia. Para que esto suceda, deben garantizarse las

condiciones necesarias de humildad, reserva, amor a la Iglesia y a su enseñanza, en la

búsqueda sincera de la voluntad de Dios y con el deseo de alcanzar una respuesta a ella

más perfecta».153

Los agentes pastorales y la comunidad deben tener el amor y la sensibilidad para acoger a

las parejas, para guiarlos con mucha delicadeza y paciencia, para que ellas puedan discernir

interiormente y encontrar esta esperanza de mejoramiento. La atención que les brinden

debe surgir de la voluntad y el querer el bien de los demás, esto quiere decir, tener el

sacrificio y la disponibilidad del tiempo y del esfuerzo en acompañarlos. Se exige la

totalidad en este servicio, porque en el amor y la misericordia no hay límite; como Cristo se

ofreció y se entregó totalmente para el servicio de los seres humanos, sin hacer distinción

alguna; esto es la amplitud del amor misericordioso de Dios, que privilegia la dignidad de

la humanidad, incluso la dignidad del matrimonio. Los cónyuges que fundamentan su

discernimiento en la palabra de Dios logran, más fácilmente, encontrar una esperanza para

reconciliarse con ellos mismos, con la comunidad y con Dios.

La Iglesia debe tomar las medidas, que respondan eficazmente a la necesidad de sus

miembros que están pasando los momentos difíciles. Por lo tanto, se necesita una

renovación en el servicio, no sólo desarrollar la parte del conocimiento del matrimonio,

sino también la manera de tratar a las parejas a la hora de acompañarlas, qué las puede

http://www.intams.org/website/intams/assets/files/bestanden_PDF/232Villegas_ES.pdf, (consultado el 6 de

octubre 2020). 153 Francisco, § 300.

Page 95: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

95

motivar tanto a ellas como a los acompañantes, para discernir la situación, de acuerdo con

la realidad concreta.

3.4.3. La Iglesia que abre la puerta para que se integren

El integrarse es otro aspecto importante que la Iglesia debe tener en cuenta, en el

seguimiento a los matrimonios en conflicto, especialmente para las personas que se

divorciaron y se han vuelto a casar. No se puede negar, que hay muchos hombres y mujeres

que han dejado la Iglesia debido al divorcio o porque viven separados, al no poder

solucionar los problemas que se les presentaron en el matrimonio. Una de las razones que

tiene la mayoría de ellos, es el pensamiento conservativo de muchos consagrados y laicos,

quienes consideran el divorcio como un gran pecado, o sea que aquellos que se divorciaron

y se volvieron a casar lo han cometido, porque han traicionado los votos matrimoniales que

hicieron ante Dios y la comunidad. Por eso, no les es lícito participar en actividades de la

iglesia. Es necesario mirar las causas que llevaron a la separación, hacer una investigación

de lo que sucedió y no generalizar que las personas que cometieron este acto no son dignas

y no pueden entrar a la Iglesia.

Esto no quiere decir que el divorcio sea un acto tolerable por la Iglesia, al contrario, el

matrimonio católico tiene carácter de indisolubilidad y es para toda la vida. La separación

va contra la voluntad de Dios. Sin embargo, los pastores y la comunidad no pueden juzgar y

excluir a las parejas divorciadas. La Iglesia debe mirar la situación concreta, acercar a esas

personas y dialogar con ellas, ver la razón principal que causó el divorcio, porque todo esto

tiene sus causas muy especiales, que los llevaron a tomar esa difícil decisión. Tampoco

debe aislarse a quienes vuelven a casarse, porque, de todos modos, ellos también son hijos

de Dios y miembros de la Iglesia de Cristo.

Aquí el pontífice pide a toda la Iglesia, abrir su puerta a las parejas divorciadas y a aquellos

que se han vuelto a casar (civilmente) a través de una pastoral matrimonial y familiar. La

comunidad tampoco puede prohibir a esas personas que vuelvan a su seno, porque la

misericordia de Jesús es más grande y poderosa que el pecado. Como una institución que

continúa la misión de Cristo, la Iglesia debe mostrar la actitud misericordiosa y la

capacidad de amar, de perdonar y más bien de orientar a quienes han cometido el error.

Page 96: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

96

Se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia manera de

participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia

«inmerecida, incondicional y gratuita». Nadie puede ser condenado para siempre,

porque esa no es la lógica del Evangelio.154

Por esta razón, los sacerdotes y la comunidad deben buscar a las personas que se han

divorciado y se han vuelto a casar, para que se integren nuevamente a la Iglesia. Esto es

importante para que ellos no se sientan abandonados por la comunidad, más bien

comprendidos, acogidos y aceptados. Por lo tanto, “A las personas divorciadas que viven en

nueva unión, es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que «no están

excomulgadas» y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión

eclesial”.155

Sin embargo, se necesita y se exige un buen acompañamiento que ayude a esas personas a

discernir seriamente, antes de involucrarse en las actividades de la Iglesia. Además, los

agentes pastorales deben tener una actitud de respeto, para que puedan crear el ambiente de

armonía, de diálogo y de entendimiento mutuo. También, tratar de evitar las palabras y

actitudes que puedan crear la discriminación y traer la herida interior de las personas que

acompañan.

3.5. Conclusión

El matrimonio entre un hombre y una mujer es el don del creador. Es Dios quien une a

estas dos criaturas en el sacramento. La Iglesia, que representa a Cristo en el mundo, tiene

la función de acompañarlos para que comprendan la esencia del amor y el significado del

matrimonio cristiano, a través de una adecuada preparación prematrimonial. Esta relación

amorosa se confirma con el sacramento del matrimonio, que es dado por Dios y por la

Iglesia, en este caso por la mano del sacerdote. Sin embargo, el matrimonio está construido

por dos seres humanos, que todos los días están luchando para seguir adelante,

manteniendo el amor mutuo, en medio de tantas dificultades y ofertas engañosas del

mundo.

Los conflictos que se encuentran en el hogar, a lo largo del camino, son unas realidades de

las cuales no se pueden escapar. Esas problemáticas a veces son causadas por la situación

154 Ibid., § 297. 155 Ibid., § 234.

Page 97: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

97

interna en la familia, o por otras circunstancias externas. Sin embargo, todo eso afecta

gravemente la comunicación entre el esposo y la esposa. Los desafíos que se encuentren

pueden ayudar a los cónyuges para madurar su relación, si los enfrentan juntos con amor y

paciencia y mantienen el diálogo y la escucha mutuamente. Por otra parte, la incapacidad

de manejar la situación, la falta de entendimiento e incluso la falta de diálogo entre ellos,

puede convertirse en un gran problema que lleve a la familia al caos, y amenace la vida

matrimonial. De hecho, los sacerdotes, religiosos y los ministros laicos, no pueden

quedarse mirando indiferentes las graves problemáticas que suceden en muchas familias. Al

contrario, la Iglesia debe ser sensible a la necesidad de esas parejas, que de verdad

necesitan el apoyo y la ayuda a través de la pastoral matrimonial

La Iglesia debe estar orgullosa porque hay tantas parejas que se aman y son fieles a sus

votos matrimoniales, a pesar de todo tipo de problemas que se encuentran en el hogar y en

su relación. Pero desafortunadamente, hay muchas otras que, por diferentes motivos, no

fueron capaces de llevar adelante su vida matrimonial, se divorciaron y se casaron

nuevamente con otros. Algunos se sienten heridos por la experiencia dolorosa en su vida de

pareja y luego dejaron la Iglesia, mientras otros, fueron rechazados por la comunidad por el

acto que cometieron y también se alejaron.

Por esta razón la Iglesia debe abrir sus puertas a las personas en la condición “irregular”,

para que se integren a la Iglesia y por medio de la asesoría, se les ayude a analizar y

discernir a la luz del Evangelio. Esto debe hacerse porque todos somos hijos e hijas de

Dios, a pesar de las graves acciones que se cometan, todavía siguen siendo hijos de Dios.

Pero se necesitan personas que los guíen y orienten en su caminar; reflejen el rostro

amoroso y misericordioso de Cristo, y que no consideren este servicio como una obligación

o como un trabajo que tienen que hacer, sino como una llamada de Dios, para acompañar

con amor y ternura al prójimo que sufre.

Page 98: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

98

Conclusiones

Hoy en día muchas parejas casadas enfrentan diversos conflictos en su vida matrimonial,

para la mayoría traen el impacto negativo en su relación, por falta de apertura y de

comprensión. Algunas, aprenden de las dificultades para mejorar su relación y mediante un

buen diálogo, acrecientan su actitud de respeto, de valorarse y de colaborarse mutuamente.

Mientras otras, no son capaces de buscar la manera de sortear los inconvenientes y ponen

en peligro su vida de esposos. Esta situación es provocada por distintos factores tanto

internos como externos. La problemática aquí no es por cuántos problemas se puedan

encontrar en el camino y la gravedad que eso conlleva, sino básicamente la falta de

desarrollar una buena comunicación entre los cónyuges. La investigación que involucró a

cinco parejas casadas, de la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini, en la localidad de

Suba, concluyó que la mayoría de ellos aceptaban, cómo esos problemas que suceden en

sus relaciones y en sus hogares, fueron causados especialmente por falta de comunicación.

No tienen un buen diálogo permanente, no hay un compartir en la familia, además, falta de

escucha, de comprender y entender al otro.

Cuando se presentan estos desacuerdos, no se comunican francamente, se quedan callados y

dejan así, sin decir ni aclarar nada; al final el otro no sabe lo que está pasando y sólo se nota

que la situación es un poco tensa. Otro factor que causa el problema es la falta de

responsabilidad en la familia, por ejemplo, la esposa se siente frustrada porque el esposo no

asume seriamente su responsabilidad en el hogar y le deja toda la carga a ella. Estos son

apenas dos casos concretos, que motivan la dificultad de comunicación entre cónyuges en

la familia. Esta anomalía, si sucede uno o dos veces puede tolerarse, pero cuando se repite

muchas veces, llega a convertirse en un gran conflicto que trae la infelicidad y el

rompimiento en la relación matrimonial.

La complejidad de las situaciones de muchos cónyuges, hoy en día, se convierte en un

desafío para la Iglesia, cómo responder a la necesidad de las parejas de acuerdo con el

mensaje del Evangelio; descubrir y encarnar en la vida matrimonial, la palabra liberadora

del Salvador. Se necesita la atención y la intervención urgente para trabajar en su

orientación. El apoyo que se les brinde debe responder directamente a la problemática que

están enfrentando los cónyuges, de hecho, no se enfoca solo en el acompañamiento

espiritual, sino también ver otros aspectos que son importantes para el bien de la vida de los

Page 99: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

99

esposos. Por ende, es indispensable la participación de los agentes pastorales y el responder

a este servicio, como una manera de contribuir a sanar las fragilidades de muchas familias.

El papa Francisco a través de la exhortación apostólica Amoris Laetitia (La Alegría del

Amor) hace una llamada a toda la Iglesia universal, para responder a los distintos

problemas que suceden en muchos hogares, especialmente con las parejas que están en una

situación particular. Los pastores deben ser sensibles a las realidades de los cónyuges de

hoy, realizar un trabajo más concreto a través del manejo oportuno y continuo. Esto es

fundamental, porque la esencia de la Iglesia es ser signo del Reino de Dios en el mundo,

por lo tanto, debe mostrar el rostro más humano y misericordioso en su labor, con el fin de

que ellos encuentren el mejor camino para mejorar.

El pontífice también invita a los agentes pastorales, a convertir la Iglesia en un “hospital de

campaña” donde acepta a las personas que tienen heridas buscando el amor, la

misericordia, y el perdón de Dios. Eso significa, la necesidad de llevar a estas personas

dolidas al encuentro con Cristo, ellos buscan una cercanía con Él, porque trae la sanación y

convierte la tristeza en la alegría. Esta es la forma de proceder de la pastoral matrimonial,

no condenarlos, sino acompañarlos con el corazón lleno de ternura para que ellos

encuentren la reconciliación consigo mismo, con el otro y con Dios y así los lleve a la paz

interior y a sentir la alegría de la vida.

Para que la pastoral matrimonial pueda realmente responder a las dificultades de los

cónyuges hoy, encontramos cómo la exhortación Amoris Laetitia promueve a los agentes

pastorales, tanto sacerdotes como laicos, a tener una preparación completa y adecuada antes

de comprometerse en el campo pastoral. De ahí la importancia de tener una formación

integral, no solo en la parte espiritual, sino también tener conocimientos de otras disciplinas

que tienen que ver directamente con la relación de los cónyuges y su vida familiar. Debe

estar orientado a que la asistencia que se brinde esté acorde con los problemas que viven las

parejas y las necesidades de las familias, porque no todos los conflictos en el hogar se

resuelven solo con el apoyo espiritual, ya que enfrentan circunstancias de diferente índole.

La ausencia de una buena comunicación de muchas parejas casadas, generalmente causada

por el error que se ha cometido, ya sea de carácter psicológico, económico, sexual,

educación de los hijos, etc., requiere que el servicio aborde esos temas para que la asesoría

Page 100: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

100

se realice de acuerdo con el objetivo, entonces los agentes pastorales deben tener el

conocimiento suficiente sobre la vida familiar y sus diferentes aspectos y problemas.

Viendo la importancia de la familia como una Iglesia doméstica, y entendiendo las

expectativas de la Iglesia para la familia, así como los desafíos en la vida de los cónyuges y

problemas familiares, es necesario tener una estrategia de servicio en este campo de la

pastoral. De hecho, la pastoral matrimonial con estas parejas debe tener un buen manejo

que permita a los agentes pastorales a realizar una eficiente labor para el logro de los

objetivos, no sólo por parte de la Iglesia, sino lógicamente, por parte de los cónyuges. Todo

eso se obtiene únicamente, cuando los ministros pastorales fundamentan sus acciones en la

actitud de Cristo, quien promueve el bien y la dignidad del ser humano.

Además, suscita en la vida de los cónyuges, el espíritu de ayuda, de apoyo mutuo, de

entendimiento y comprensión para que crezcan en el amor y desarrollen el bien común en

pro de la familia. Se sabe que no sólo uno de ellos, el marido o la mujer es responsable en

el hogar, sino que ambos son indispensables y complemento esencial para su crecimiento y

estabilidad. La obligación del esposo y la esposa, de desarrollar el amor mutuo en la

familia debe comenzar por ellos mismos, al aceptar sus debilidades y cualidades para que

puedan tener una comunicación saludable, gratificante, enriquecedora y la proyecten

permanentemente en su vida familiar. La madurez de una familia se verá, entonces, a través

de la actitud y la calidad de comunicación que demuestren en la interacción de su vida

cotidiana.

Este trabajo trata de resaltar la dificultad de comunicación en la vida de los cónyuges y

presenta las estrategias que los pueden ayudar, a través de la pastoral matrimonial. Sin

embargo, en esta misma área, se puede desarrollar la investigación desde otras perspectivas,

por ejemplo: la importancia de la educación sexual en la familia; el desarrollo de la

comunicación en la familia; la educación cristiana en la familia basada en las propuestas de

los documentos de la Iglesia; la influencia del entorno familiar en la personalidad de los

hijos; y el papel de la iglesia en el tratamiento de la violencia doméstica.

Page 101: Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la

101

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