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experiencia mística No sé si mis ojos están abiertos o cerrados. El caso es que puedo ver una colina en la lejanía, y sobre ella me observan tres diabólicos seres semejantes a las hienas. La situada en el centro es más grande y corpulenta que las otras dos. Me observan amenazantes con unos luminosos ojos verdes, cuando se percatan de que las puedo ver, sus ojos brillan cada vez con más intensidad. Es un brillo de rabia. Mi mente, libre de pensamientos en ese momento, entiende esta visión con total claridad. - Sé quienes sois -les digo mientras las miro fijamente. Las tres monstruosas figuras no tienen más opción que consumirse en su propia rabia y desaparecer. La visión se vuelve todavía más clara. Nada de lo que estoy contemplando se encuentra lejos de mí. Todo está en mi interior. Estoy viajando hasta lo más profundo de mí ser y para ello tengo que liberarme primero de mis tres demonios más primarios. Los seres situados en los extremos eran la ira y el odio, dominados siempre por el jefe central de la manada, el miedo. - Despierta. Bienvenido de nuevo a casa. –dice la muchacha. - ¿Qué me has hecho? –reclamo. - Tomate el té, te sentirás realmente nuevo. –añade tras una breve pausa. - Ciertamente, es extraño pero noto que tengo la mirada limpia, como si al beber el té estuviera bebiendo mi propia esencia y por ello me invade una profunda sensación de agradecimiento. - Es normal, el ungüento te ha limpiado y has vencido tus miedos más primarios. No todos lo consiguen, pero tenía confianza en ti. Has vuelto a tu estado natural, el que no se identifica con un Yo. Al no identificarte con tu ego, pensamientos, actitudes o defectos, tu auténtico Yo se convierte en todo lo que envuelve tu consciencia. Con esta mirada nueva, te conviertes en el agua que te bebes o en cualquier otra acción que realices. Desaparecer, es ser. – añade ella. - Háblame del ser. – le pido lleno de dudas. A la muchacha se le ilumina la mirada, como si mi pregunta le hubiese llenado de entusiasmo. Emocionada coge una cebolla de la cocina y me la entrega. - Pela la cebolla. –pide la chica. Como es natural, le quito la primera capa. “Más”, pide nuevamente. Siguiendo las indicaciones de la muchacha, pelo la siguiente capa. “Continua”, reclama ella. Así insiste obstinada hasta que tan solo queda la última de las diez capas que conformaban la pieza. - Prosigue –insiste nuevamente. - Pero, si quito la siguiente capa no quedará nada. - El error es pensar que no quedará nada, cuando quitas la última capa lo que permanece es el universo. Ese es el auténtico secreto. - Me cuesta seguirte de nuevo. –alego confundido. - Lo que quiero decir es que hasta este momento, te identificabas con distintas capas de ti como si fueses esa cebolla que acabas de pelar. Por ejemplo, cuando te encuentras triste por que crees que te ha sucedido algo que identificas como negativo, te reconoces con ese estado de negatividad, y la visión de todas las demás cosas que te sucedan estarán condicionadas por ese estado emocional que crees ser. Lo mismo sucede si estás contento. ¿Y si estás enfermo? Muchas veces son estados que no puedes controlar. Si te paras a observar esos estados un segundo, te darás cuenta que todos pasan. Igual que también pasa la niñez, la 1

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No sé si mis ojos están abiertos o cerrados. El caso es que puedo ver una colina en la lejanía, y sobre ella me observan tres diabólicos seres semejantes a las hienas. La situada en el centro es más grande y corpulenta que las otras dos. Me observan amenazantes con unos luminosos ojos verdes, cuando se percatan de que las puedo ver, sus ojos brillan cada vez con más intensidad. Es un brillo de rabia. Mi mente, libre de pensamientos en ese momento, entiende esta visión con total claridad.- Sé quienes sois -les digo mientras las miro fijamente.Las tres monstruosas figuras no tienen más opción que consumirse en su propia rabia y desaparecer. La visión se vuelve todavía más clara. Nada de lo que estoy contemplando se encuentra lejos de mí. Todo está en mi interior. Estoy viajando hasta lo más profundo de mí ser y para ello tengo que liberarme primero de mis tres demonios más primarios. Los seres situados en los extremos eran la ira y el odio, dominados siempre por el jefe central de la manada, el miedo.- Despierta. Bienvenido de nuevo a casa. –dice la muchacha.- ¿Qué me has hecho? –reclamo.- Tomate el té, te sentirás realmente nuevo. –añade tras una breve pausa.- Ciertamente, es extraño pero noto que tengo la mirada limpia, como si al beber el té estuviera bebiendo mi propia esencia y por ello me invade una profunda sensación de agradecimiento.- Es normal, el ungüento te ha limpiado y has vencido tus miedos más primarios. No todos lo consiguen, pero tenía confianza en ti. Has vuelto a tu estado natural, el que no se identifica con un Yo. Al no identificarte con tu ego, pensamientos, actitudes o defectos, tu auténtico Yo se convierte en todo lo que envuelve tu consciencia. Con esta mirada nueva, te conviertes en el agua que te bebes o en cualquier otra acción que realices. Desaparecer, es ser. – añade ella.- Háblame del ser. – le pido lleno de dudas.A la muchacha se le ilumina la mirada, como si mi pregunta le hubiese llenado de entusiasmo. Emocionada coge una cebolla de la cocina y me la entrega.- Pela la cebolla. –pide la chica.Como es natural, le quito la primera capa. “Más”, pide nuevamente. Siguiendo las indicaciones de la muchacha, pelo la siguiente capa. “Continua”, reclama ella. Así insiste obstinada hasta que tan solo queda la última de las diez capas que conformaban la pieza.- Prosigue –insiste nuevamente.- Pero, si quito la siguiente capa no quedará nada.- El error es pensar que no quedará nada, cuando quitas la última capa lo que permanece es el universo. Ese es el auténtico secreto.- Me cuesta seguirte de nuevo. –alego confundido.- Lo que quiero decir es que hasta este momento, te identificabas con distintas capas de ti como si fueses esa cebolla que acabas de pelar. Por ejemplo, cuando te encuentras triste por que crees que te ha sucedido algo que identificas como negativo, te reconoces con ese estado de negatividad, y la visión de todas las demás cosas que te sucedan estarán condicionadas por ese estado emocional que crees ser. Lo mismo sucede si estás contento. ¿Y si estás enfermo? Muchas veces son estados que no puedes controlar. Si te paras a observar esos estados un segundo, te darás cuenta que todos pasan. Igual que también pasa la niñez, la juventud y la vejez. Entonces, ¿cómo puedes identificarte con todas esas capas de cebolla en el momento que eres consciente de que todo pasa? ¿Qué todo es cambio y evolución? Evidentemente no eres el mismo que cuando eras niño, de la misma manera que no eres la misma persona que serás dentro de unos años o cuando seas viejo. Ni tampoco te servirán de nada tus méritos, éxitos en el trabajo ni ninguna de las experiencias positivas o negativas cuando sufras algún tipo de demencia senil en los últimos años de tu vida, suponiendo que llegues tan lejos, y mucho menos en la muerte. Por tanto, no puedes identificar tu Yo en ninguno de esos estados, en ninguna de tus capas porque tu ego no existe. Ese con el que te identificas, es un producto creado únicamente por tu mente, y moldeado por tus miedos. Principalmente, por el miedo a la vejez, a la enfermedad y a la muerte. En definitiva, miedo a desaparecer por creer que si quitas la última capa de tu cebolla, no existirás. Pero yo te voy a hacer partícipe del mayor secreto de todos. Desaparecer es ser. Cuando renuncias al Yo condicionado por tu mente, cuando lo eliminas al igual que la cebolla tu Yo no muere. No se esfuma. No puedes matar lo que siempre ha existido y permanecerá, lo que te sostiene entre distintos estados mientras cambias incluso a nivel celular. El Ser. Ese es el secreto. No puedes escapar del Ser por que todo se compone de él. Estás condenado a llegar al Ser. Cuando te caes, lo haces sobre el Ser. Si sonríes, es con el Ser. Al llorar, eres llorado, porque eres el Ser. Sin el intermediario de tu mente. Sin capas de cebolla que te impidan ver la auténtica realidad de quien eres.- Entonces, ¿el Ser es Dios?- No, te falta mucho camino por andar para poder siquiera imaginar a Dios. Por ahora piensa que Dios es la interrelación entre todos los seres y universos. El amor que lo compone todo. Incluido a ti. Por tanto, hay un

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pequeño Dios dentro de tu Ser.- Y ahora que poseo ese secreto, ¿cómo voy a continuar con mi vida? porque siento cierta necesidad de compartirlo y ayudar a los demás. –digo a la chica.- Naturalmente, lo primero que sientes al descubrir un tesoro, es en compartirlo. Pero eso sería un error. El universo está diseñado para que cada individuo encuentre su propio camino. Es extremadamente complicado transmitir con la palabra un mensaje que es para el espíritu. Los oídos pertenecen a la mente, y ésta es muy influenciable y manipulable. Solo el que está preparado para ver y oír recibirá el mensaje, pero no se puede forzar. Un gran hombre ya lo intentó hace dos mil años y su mensaje fue tergiversado y manipulado, formándose en su nombre una religión que continúa en estos días, y que poco o nada tienen que ver con lo que defendía. Hay que tener mucho cuidado con este tesoro, ya que si se transmite de unos a otros pierde su esencia, convirtiéndose en algo banal o en otra absurda religión que no sirve más que para someter la voluntad del hombre, impidiéndole que se desarrolle su espíritu, y piense por si mismo. Este tesoro, solo puede ser experimentado. Por eso, te sugiero que lo guardes. Que vivas tu vida disfrutando de la esencia de vivir, como si no supieras nada. Entra en el teatro de la vida y forma parte de ella. Conviértete en el mejor actor de todos los tiempos. Eso si, anónimo, por supuesto y en ese teatro ayuda a todos tus semejantes y enriquécete con ellos, sin que sepan tan siquiera lo que estás haciendo por ellos, y solo así, inconsciente, natural y automáticamente, como si de un milagro se tratara, el secreto despertará dentro de la persona que esté preparada para recibirlo.- ¿Y como se supone que voy a hacer eso?- Solo existe una forma. Déjate llevar. Renuncia a tu voluntad, aunque sea la más noble de todas. Que la tuya, sea hacer cumplir la voluntad del universo. Tú y el universo sois un mismo ser. Que tu voluntad sea la del Ser. Ahí es donde entra la verdadera Fe. Pero no esa Fe que te han querido vender. Hablo de la confianza de que hagas lo que hagas y decidas lo que decidas, no puedes escapar de tu destino. Solo puedes fusionarte en él. Cuando tu voluntad y la del destino caminen de la mano, no existirá más dualidad, y sabrás que estás en el camino correcto. Estarás tan completo, que en ninguna circunstancia, por muy duras que sean las adversidades, jamás te sentirás solo ni te faltará nada, por que tendrás lo más importante. El Amor. Ahí es donde entra el Dios que tanto ansías, pero esa es otra historia y nos estamos quedando sin tiempo.- Ahora que lo dices, tengo la sensación de que este lugar es atemporal, es como si hubiese pasado toda una vida aquí. Dime, ¿qué es realmente este lugar?- Es tu interior. Tu refugio. Por eso posees la llave. No necesitas a ningún San Pedro que te abra las puertas. Ahora ya sabes como hacerlo. En este lugar no existe el tiempo, se mide por capas, las diez capas de la cebolla y vas por la última. Tu viaje está llegando a su fin.- Antes de irme me gustaría saber quién eres y si te volveré a ver.- Soy tu intuición que te habla. La voz del Ser, y siempre estaré contigo, aunque solo me verás en los momentos que estés preparado para hacerlo. No soy una chica fácil, te lo tendrás que ganar, ya que este estado no es permanente. Cuando despiertes, creerás que tan solo ha sido un sueño. Para mantener el secreto deberás trabajar duro cada día y no te resultará sencillo. Si lo fuera, no valdría la pena. Hasta entonces, saborea este recuerdo.En ese momento, la muchacha, con la sonrisa todavía más picarona de lo normal, se acercó a mí regalándome un inolvidable beso en los labios.Lo siguiente que recuerdo, es estar tumbado en una cama de hospital en Marrakech. Más tarde, el médico me explicaría que había estado en coma algunos días, tras haber sufrido un atropello por parte de un taxi que circulaba a gran velocidad, y que no se explicaba mi rápida recuperación. Yo le dije que la responsable de mi evolución había sido una muchacha. El médico no comprendió, como es natural. Cuando regresé a casa después de tan largas vacaciones haciendo caso omiso a las recomendaciones de la muchacha, me dediqué a contar a los cuatro vientos mi aventura en aquel enigmático lugar, tratando de explicar con pelos y señales el tesoro recibido. Lo cierto es que pocos me entendieron, y la mayoría pensaba que todo había sido un sueño. La verdad es que desde la lejanía hasta yo lo pienso, pero en el fondo, algo dentro de mí me dice que todo fue real, que ella es real, y que permanece viva en mi interior. Algunas veces incluso la oigo susurrar: “Confía” “Desaparecer es Ser” Esos días sé que cuando menos me lo espere la muchacha volverá, y de esa manera, volveré a sentirme en casa. Hasta entonces, la seguiré anhelando en mi corazón

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