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    I

    f.f. BRUCE

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    LIBROS DESAFO"2002

  • Copyright 2002 por Libros Desafo

    La Epstola a los Hebreos

    Ttulo original en ingls: The New International Commentary on the NewTestament: The Epistle to the HebrewsAutor: F. F. BrucePublicado por William B. Eerdmans Publishing CompanyGrand Rapids, Michigan 1964

    Ttulo: La Epstola la los HebreosTraduccin: Marta Mrquez de Campanelly y Catharine Feser de PadillaDiseo de cubierta: Josu Torres

    Primera edicin castellana por Nueva Creacin, 1987Reimpresiones por Libros Desafo, 2002, 2007

    Sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, queda totalmenteprohibida, bajo las sanciones contempladas por la Ley, la reproduccintotal o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

    Publicado por

    LIBROS DESAFO2850 Kalamazoo Ave SEGrand Rapids, Michigan [email protected]

    ISBN 978-1-55883-406-4

    Impreso en los EE.UD.

    Printed in the United States of America

  • EN MEMORIA DENED B. STONEHOUSE

  • CONTENIDO

    PREFACIO .

    PROLOGO DEL AUTOR

    ABREVIATURAS.

    ARGUMENTO DE LA EPISTOLA A LOS HEBREOS.

    INTRODUCCION

    (a) Los destinatarios de la carta.(b) Destino(e) Autora(d) Fecha.(e) Canonicidad(f) Hebreos y el Antiguo Testamento(g) Hebreos y el evangelio.

    ANA LISIS DE LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    TEXTO, COMENTARIO Y NOTAS.

    Captulo I .Captulo 11.Captulo IIICaptulo IVCaptulo V.Captulo VICaptulo VIICaptulo VIII.Captulo IX .

    VII

    IX

    XI

    XV

    XIX

    XXl1l

    XXXI

    XXXVI

    xliiixlv

    xlviiiliilxi

    127557188

    111135164184

  • Captulo X.Captulo XlCaptulo XIICaptu10 XIII.

    INDICE DE TEMAS.

    LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    VIlI

    228280348390423

  • PREFACIO

    La presente obra, escrita originalmente en ingls, forma parte deuna prestigiosa serie de comentarios bblicos publicados por WilliamB. Eerdmans Publishing Company bajo el ttulo general de The NewInternational Commentary on the New Testament. Es un buen ejemplode esa rara combinacin de erudicin y claridad, destreza exegtica yprofundidad espiritual que caracteriza a su autor. Tales cualidades sonde importancia especial en una obra dedicada a elucidar el mensaje deuno de los libros ms difciles de la Biblia: la Epstola a los Hebreos.Saludamos, pues, con regocijo la aparicin de este excelente co-mentario en castellano, y le deseamos la ms amplia difusin en todoel mundo hispanoparlante.

    El Profesor F. F. Bruce es uno de los comentaristas evanglicos deprimera lnea. Por varios aos, hasta su jubilacin, ocup la famosaCtedra John Rylands de Exgesis y Crtica Bblicas en la Universidadde Manchester (Manchester, Inglaterra), de la cual es actualmenteProfesor Emrito. Por lo menos dos de sus muchas obras han sidopublicadas en castellano, pero este es el primero de sus comentariosque sale a luz en este idioma. Esperamos que otros de ellos aparezcanen el futuro, para enriquecimiento de nuestra literatura bblica y delpueblo de Dios por medio de la misma.

    C. REN PADILLASecretario GeneralFraternidad Teolgica Latinoamericana

    IX

  • PROLOGO DEL AUTOR

    El 25 de junio de 1954 recib la invitacin del Dr. Ned B. Stone-house a que escribiera el volumen sobre la Epstola a los Hebreospara una nueva serie de comentarios bblicos. Desde ese momento hepasado buena parte de mi tiempo con esa epstola, y he aprendido aapreciar ms y ms el punto de vista y el propsito de su autorannimo. El nombre de ste sigue siendo tan desconocido para mcomo cuando comenc a profundizar el estudio de su obra, pero creoque ahora l no me es completamente desconocido en otros aspectos.

    Para muchos lectores la Epstola a los Hebreos est entre los librosms difciles del Nuevo Testamento. Su magnfico estilo, al que laversin Reina-Valera hace justicia, puede ser apreciado con msfacilidad que los detalles de su argumento. Para entender ste serequiere mayor conocimiento del trasfondo veterotestamentario y deciertos aspectos de la exgesis bblica del primer siglo que el que lamayora de los lectores tiene. Sir Edmund Gosse en Father and Sonmenciona la dificultad que cuando era muchacho tuvo en seguir laexposicin de la epstola por parte de su padre. "El lenguaje melo-dioso, las divinas audacias legislativas, y los magnficos e intrincadosargumentos que hacen de la 'Epstola a los Hebreos' un verdaderomilagro, pasaban por encima de mi cabeza y me dejaban perplejo."

    Se dice que para muchos la Epstola a los Hebreos es apenas "ellibro acerca de Melquisedec", aunque Melquisedec slo ocupa unosveinte versculos de los ms de trescientos que contiene la epstola.Otros se sienten perdidos cuando encuentran referencias a "la sangrede los toros y de los machos cabros, y las cenizas de la becerrarociadas a los inmundos," y se preguntan qu relacin puede tenertodo esto con la verdadera religin. El escritor de Hebreos, en efecto,quiere argumentar que todo esto nada tiene que ver con la verdaderareligin; pero est dirigindose a gente que se ha criado con la idea deque s tiene mucho que ver con ella. Pero, qu vigencia tiene suargumento para lectores modernos que no estn nada inclinados apensar que los sacrificios de animales tengan un lugar en la adoracina Dios? Su mensaje es este: la verdadera religin o la adoracin a Diosno est atada a externalidades de ningn tipo. Nuestro autor insiste

    Xl

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    en la interioridad de la verdadera religin, en la necesidad de unaconciencia purificada como condicin indispensable para ofrecer aDios una adoracin aceptable en ese verdadero santuario noconstruido por manos humanas.

    Adems, este es el libro que establece el carcter final del evangelioafirmando la supremaca de Cristo; su supremaca como la perfectapalabra de Dios al hombre, y el perfecto representante del hombreante Dios. Ms que cualquier otro libro del Nuevo Testamento,enfoca el ministerio que nuestro Seor est ejerciendo actualmente afavor de su pueblo. En este tiempo de sacudimiento de los fundamen-tos, habla de un reino que no puede ser sacudido. Recuerda a loscristianos que su llamado no es quedarse contentos con las cosascomo son, sino avanzar continuamente en el propsito de Dios,siguiendo el camino trazado por el Pionero de la Fe. Y cuando sesienten tentados a desanimarse y abandonar la marcha, reaviva susespritus decados y les provee muchos incentivos para seguir ade-lante, hacia una ciudad eterna que es la verdadera patria de los fieles.Un libro que hace todo esto, no obstante las imgenes que use, es unlibro que habla a la situacin de la iglesia en todo el mundo en lasegunda mitad del siglo xx.

    Mi deuda a otros en las pginas que siguen es inmensa, y slopuedo reconocerla muy inadecuadamente. Entre los expositores delpasado, Calvino y Westcott, James Moffatt y Geerhardus Vos me hansido de mucha ayuda. El enciclopdico comentario de Spicq siempreha estado al alcance de la mano. En lo que atae a sacar las leccionesprcticas de la epstola y aplicarlas a la conciencia, G. H. Lang tienepocos rivales. No soy el nico autor de los ltimos aos para quienWilliam Manson ha provisto un cuadro ms apropiado de la situa-cin de la carta que cualquier otro. Pero esta lista no es exhaustiva:otros que me han ayudado exigen mencin (A. B. Davidson, Riggen-bach y Windisch), pero este no es el lugar para una bibliografa.

    Debo aadir una palabra de agradecimiento al Muy Rev. D. E. W.Harrison, Diocesano de Bristol. En el invierno del 1955-56, cuando ltodava era Arquidiocesano de Sheffield y yo viva en la mismaciudad, los dos enseamos un curso sobre Hebreos para el Departa-mento de Extensin de la Universidad de Sheffield. Mi conocimientode la epstola se profundiz considerablemente como resultado de estafeliz colaboracin con l.

    XII

  • PROLOGO DEL AUTOR

    Mi deuda de gratitud al Dr. Stonehouse es grande, desde luego, porla invitacin a escribir este comentario y por muchas otras seales deamistad y compaerismo. En reconocimiento, aunque no en pago, deesta deuda, dedico esta obra, ya terminada, a su memoria.

    Agosto de 1963.

    Xlll

    F. F. BRUCE

  • AG

    Ant.ARVATAVBABASORBJBJRLBZAWBZNWCBQCBSCCDCentBCGTOGI ClemClem. Hom.Clem. Recog.CNTEBEGTEl'. Bern.EQERVEr' ThExp.Exp.BExTFSHATHCNTHDBHE(Hist. Ecl.)HNTHThRHUCAlBICC

    ABREVIATURAS

    Greek-English Lexicon of the N ew Testament and Otha Early ChristianLiterature, traducido y adaptado por W. F. Arndt y F. W. Gingrich(Chicago, 1957)Antigedades de JosefoAmerican Revised Version = American Standard Version (1901)Antiguo TestamentoAuthorized Version King James Version (1611)The Biblical ArchaeologistBul/etin of the American Schools of Oriental ResearchBiblia de JerusalnBul/etin of the John Rylands Library (Manchester)Beiheji zur Zeitschrifi jr die alttestamentliche WissenschajiBeihefi zur Zeitschrifi fir die neutestamentliche WissenschajiCatholic Biblical QuarterlyCambridge Bible for Schools and CollegesDocumento(s) de Damasco, tambin llamado Obra de SadocCentury Bible (Nelson)Cambridge Greek TestamentCorpus lnscriptionum GraecarumPrimera Epstola de ClementeHomilas clementinasReconocimientos clementinosCommentaire du Nouveau Testament (Delachaux et Niestl)tudes Bibliques (Gabalda, Pars)Expositor's Greek TestamentEpstola de BernabEvangelical QuarterlyEnglish Revised Version (1881)Evangelische TheologieThe ExpositorExpositor's BibleExpository TimesFestschrifiHandbuch zum Alten Testament (Tbingen)Handcommentar zum Neuen Testament (ed. H. J. Holtzmann)Dictionary of the Bible, ed. J. Hastings (Edimburgo, 1898-1904)

    Historia EclesisticaHandbuch zum Neuen Testament (Tbingen)Harvard Theological ReviewHebrew Union Col/ege Annuallnterpreter's Bible (New York, 1952-57)International Critical Commentary (Edimburgo)

    xv

  • IEJINTJBLJEJJSJNESJRSJThSJub.KHCLeg. Alleg.LSJ

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    MNTCMor.NBDNEBNICNTNovTN.S.NTNTSPEQPreliminary

    StudiesPThRIQIQHIQMIQpHab.IQSlQSa4Q4QpSal. 37RBRJRHPRRSVRThRRVRSJThTBTest. Lev,

    etc.

    LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    Israel Exploration J ournalIntroduction to the New TestamentJ ournal ol Biblical LiteratureJewish Encyclopaedia (Nueva York)Journal 01 Jewish StudiesJournal ol Near Eastern StudiesJournal oI Roman StudiesJournal 01 Theological StudiesJubileosKurzer Handcommentar zum Allen TcstamentDe la interpretacin alegrica de las leyes (Filn)Greek English Lexicon, por H. G. Liddell y R. Scott, revisado por H. S.Joncs (Oxford, 1940)LucianoMeyer Kommentar (Kritisch-exegetischer Kommentar ber NeueTestament, begrndct von H. A. W. Meyer)The Vocabulary ~/the New Testament, por J. H. Moullon y G. Milligan(Londres, 1930)MolTatt New Testament CommentaryMoralia (Plutarco)N ew Bible Dictionary (Londres y Grand Rapids, 1962)New English Bible (1961)New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids)Novum TestamentumNueva serieNuevo TestamentoNew Testament StudiesPalestine Exploration QuarterlyDe casarse, con estudios preliminares, de Filn (De CongressuQuaerendae Eruditionis Gratia)Princeton The%gical ReviewQumrn, cueva I.Qumrn, rollo de himnos (hodayoth), cueva IRegla de la Guerra (milhamah), Qumrn, cueva IComentario (pesher) sobre Habacuc, Qumrn, cueva IRegla de la comunidad (serekh hayyaIJad), Qumrn, cueva IRegla de la congregacin (serekh ha'edah), Qumrn, cueva IQumrn, cueva IVComentario (pesher) sobre Salmo 37, Qumrn, cueva IVRevue BihliqueRevue des tudes JuivesRevue d'Histoire et de Philosophie ReligieusesRevised Standard Version (1952)Refrmed Theological Review (Australia)Reina-Valera, Revisin de 1960Scottish Journal 01 TheologyTalmud babilnicoTestamento de Lev (y otros Testamentos de los Doce Patriarcas)

    XVI

  • TMThZTJTNTCTRTUTWNT

    Vg (Vulg)VHVNCVPVTWCZAWZK

    ZNWZThK

    ABREVIATURAS

    Texto masorticoTheologische ZeitschrifiTalmud jerosolimitano (palestiniense)Tyndale New Testament Commentary"Texto recibido", (del Nuevo Testamento en griego)Texte und UntersuchungenTe%gisches Wrterbuch zum Neuen Testament (ed. G. Kittel y G.Friedrich)Vulgata latinaVera Historia (Luciano)Versin Ncar-ColungaVersin Popular (1979)Vetus TestamentumWestminster CommentariesZeitschrifi ./r die a/ttestamentliche Wissenscha./Zahn Kommentar (Kommentar zum NT herausgegeben von TheodorZahn)Zeitschrifi ./iir die neutestamentliche WissenschafiZeitschrifi ./r Theologie und Kirche

    XVII

  • ARGUMENTO DE LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    Dios habl de diversas maneras a nuestros padres a travs de losprofetas, pero ahora l nos ha hablado su palabra final en su Hijo, surepresentante perfecto. El Hijo de Dios es mayor que cualquierprofeta; es aun mayor que los ngeles, segn lo testifican abundante-mente las escrituras antiguas. La ley de Moiss fue comunicada atravs de ngeles y sus sanciones fueron suficientemente severas;cunto ms peligroso ha de ser ignorar el mensaje de salvacin queha trado no ya un ngel, sino Jess, el Hijo de Dios!

    Jess, el Hijo de Dios, es aquel a quien se le ha confiado el dominiodel mundo durante todo el tiempo que vendr. Segn nos ensea elSalmo 8, Dios lo ha puesto todo bajo el dominio del hombre, y fue lanaturaleza del hombre-nuestra naturaleza-lo que el Hijo de Diostom sobre s a fin de recuperar ese dominio. Para hacer esto tuvoque vencer al diablo, que haba usurpado ese dominio, y rescatar aaquellos a quienes l mantena en esclavitud. Y venci al diablocuando, al morir, invadi el dominio de la muerte, que el diablo habacontrolado hasta ese momento. Tambin porque Jess es verdadera-mente Hombre est calificado para servir como sumo sacerdote afavor de su pueblo. Conoce todas las pruebas por experiencia propiay, por lo tanto, puede darle la ayuda que necesita en el tiempoadecuado.

    II

    Pero tengamos cuidado: aquellos que se rebelaron contra Dios en losdas de la peregrinacin en el desierto, fueron excludos de su reposoen la tierra prometida. Sin embargo, hay un reposo mejor que aquelque los israelitas encontraron en Canan: es el reposo que aguarda alpueblo de Dios. Debemos tener cuidado de no perder ese reposorebelndonos contra Dios cuando l nos habla, ya no a travs de susiervo Moiss como lo hizo en aquellos das, sino a travs de su Hijo,alguien ms grande que Moiss.

    XIX

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    III

    Como ya se ha dicho, Jess es nuestro sumo sacerdote, capaz decompadecerse de su pueblo y ayudarlo. Podemos buscar confiada-mente la comprensin y la gracia redentora de aquel que soport laagona del Getseman. Ha sido llamado a este oficio de sumo sacer-dote por Dios mismo, como lo aclara el inspirado orculo: "Jur elSeor, y no se arrepentir: t eres sacerdote para siempre, segn elorden de Melquisedec."

    (Me gustara extenderme sobre este tema, pero realmente no s sipuedo porque ustedes son tan inmaduros espiritualmente. Deboadvertirles solemnemente que aquellos que una vez han sido bauti-zados y probaron las bendiciones de la nueva era, nunca podrnrepetir la experiencia de arrepentimiento y conversin si cometenapostasa. No es que piense que ustedes tienen intenciones de serapstatas; tengo para ustedes deseos mejores que ese. Ms bien quieroque avancen desde el punto que han alcanzado, a fin de alcanzar lamadurez plena, en lugar de quedar detenidos o retroceder.)

    IV

    Cristo es entonces, por nombramiento divino, un sumo sacerdote delorden de Melquisedec. Ustedes recuerdan la historia de Melqui-sedec, sacerdote del Dios Altsimo. Aparece sbitamente en el registrosagrado, sin antecedentes, y nada se dice de su carrera posterior. Perofue un hombre muy grande; nuestro padre Abraham le pag diezmosy recibi su bendicin. Hasta pueden afirmar que Lev, antepasado delas familias sacerdotales de Israel, le pag diezmos a Melquisedec en lapersona de su tatarabuelo Abraham. Esto significa que Melquisedec esms grande que Lev, y el sacerdocio suyo es mejor que el de Aarn. Ypor cierto que esto es obvio, porque si hubiese sido posible el accesoperfecto a Dios bajo el sacerdocio aarnico, .por qu iba Dios aaclamar al Mesas como sacerdote de un orden diferente'?

    El sacerdocio de Jess del orden de Melquisedec es, en muchossentidos, superior al sacerdocio de Aarn. Jess, a diferencia de Aarny sus sucesores, fue confirmado en su oficio por el juramento de Dios.Jess es inmortal, mientras que los sacerdotes de la lnea de Aarnmoran uno a uno. Jess no tiene pecado, mientras que los sacerdotesde la lnea de Aarn tienen que presentar una ofrenda por el pecado,para su propia purificacin, antes de poder presentar una por el

    xx

  • ARGUMENTO DE LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    pueblo. Su servicio sacrificial debe ser constantemente repetido, por-que nunca es verdaderamente efectivo; Jess, a travs del nicosacrificio de s mismo, quit el pecado de su pueblo para siempre.

    v

    Los sacerdotes aarnicos ministran bajo el viejo pacto institudo enel Monte Sina. Jess es el mediador del nuevo pacto, el pacto cuyaintroduccin formal haba predicho Jeremas. La introduccin de unnuevo pacto significa que el primero es obsoleto. El antiguo pactoprevea la remocin de la polucin externa por medio de sacrificios deanimales y ritos similares, pero estas cosas nunca podan quitar elpecado; bajo el nuevo pacto, Jess, al rendir su vida a Dios como unsacrificio aceptable y eficaz, limpia la conciencia de culpa y, por lotanto, abole la barrera entre su pueblo y Dios. Los sacerdotesaarnicos ministran en un santuario terrenal que pertenece al ordenantiguo, donde el acceso a la presencia divina es impedido por mediode una cortina; Jess ejerce su sumo sacerdocio en el santuariocelestial, donde no existe tal barrera entre los adoradores y Dios. Yeste santuario celestial, en el cual el acceso directo a Dios se concedepor medio de Jess, es aquel orden espiritual y eterno del cual elsantuario terrenal es slo una rplica temporaria e inadecuada.Porque el nuevo orden al cual Cristo trae a su pueblo es al antiguoorden levtico como la esencia es a la sombra.

    VI

    Por lo tanto, abandonemos el antiguo orden obsoleto yacerqumonos a Dios a travs de este camino nuevo y viviente queJess, por medio de su muerte, ha abierto para nosotros.Mantengamos una esperanza y una fe inmutables en l. Entoncestendremos una firme certeza de aquellas realidades eternas que soninvisibles para los ojos externos; seremos capaces de esperar conansiosa expectativa el advenimiento seguro del que viene. Fue por unafe que miraba hacia adelante que los santos de los primeros tiemposganaron la aprobacin de Dios; vivieron en la bondad de aquellaspromesas cuyo cumplimiento se ha hecho realidad en nuestros das.Sigamos su ejemplo; mejor aun: sigamos el ejemplo de Jess. El corri

    XXI

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    la carrera de la fe desde el principio hasta el fin, hasta la tragedia de lacruz, y ahora est entronizado a la diestra de Dios.

    No desmayemos en nuestros corazones debido a nuestras pruebas;ellas muestran a las claras que somos los verdaderos hijos de Dios. Ypensemos en la gloria que es nuestra herencia en esta era decumplimientos, algo que sobrepasa en mucho a aquello que loshombres y mujeres de fe experimentaron en los das pasados. Cmopodramos siquiera pensar en volver a los caminos antiguos?

    VII

    As que mantengan su profesin cnshana con paciencia yesperanza; vivan como deben hacerlo los cristianos; y que Dios, quelevant a Jess de la muerte, les ayude a hacer su voluntad en todaslas cosas.

    XXII

  • INTRODUCCION

    La Epstola a los Hebreos difiere de la mayora de las epstolas delNuevo Testamento en que, si bien termina como una carta nocomienza as: carece de la salutacin de apertura acostumbrada, quecontiene los nombres del escritor y de aquellos a quienes estdirigida.! Sin embargo, no slo por las notas personales que seencuentran al finaI,2 sino en toda su extensin, se ve que estclaramente dirigida a una comunidad en particular por la cual elescritor tiene un vivo inters. De cualquier manera, debido a que ni lacomunidad ni el escritor estn expresamente identificados en el textosegn ha sido preservado hasta nosotros, el documento nos confrontade entrada con una serie de problemas crticos para los cuales no seha encontrado una solucin comn.

    (a) Los destinatarios de la cartaEl documento era conocido y citado antes de finales del primer

    siglo,3 pero no bajo su ttulo tradicional "A (los) Hebreos." Este ttulose remonta al ltimo cuarto del segundo siglo,4 si no antes, y desdeaquella poca ha sido la designacin habitual de la obra en los

    El nico otro documento excepcional a este respecto entre las epstolas del NuevoTestamento es I Juan, que no comienza ni termina como una carta, pero es desde elprincipio hasta el fin, como la mayor parte de Hebreos, una "palabra de exhortacin"(cf. pp. xlviii, 418).

    2 q Cap. 13: 1 (p. 390 con nn. 2~4); cap. 13:22s. (pp. 419s. con nn. 126-128).3 Por cierto que Clemente de Roma lo conoca e. 96 d.C. (ver p. xxxiv con n. 53), y casi

    con igual certeza Hermas, tambin de Roma, no mucho ms tarde (el a la luz deHe. 3: 12 sus advertencias contra la "apostasa del Dios viviente" en El pastor, Visinii. 3.2; iii. 7.2; ver tambin p. 67, n. 61; p. 120, n. 35; p. 125, n. 55; p. 126, n. 58; pp. 263s.,nn. 142-146).

    4 La aparicin ms primitiva de npor; ,E{3prxovr; parece estar a la cabeza de la copiade la epstola en el folio 21r de p 46, el cdice ms antiguo existente del eorpus Paulinum.Clemente de Alejandra (e. 180 d.C.) en el extracto de su Hypotyposes citado porEusebio, no utiliza la frase precisa rrpor; 'EfJprxovr;, pero evidentemente conoca la epis-tola bajo este ttulo, ya que habla de ella como escrita "para hebreos" (E{3prxOlr;,Euseb. Hisl. Eee!. vi. 14.3, 4). Tertuliano, en su tratado Sobre la modestia (20),escrito e. 220 d.C., la conoce bajo el ttulo latino correspondiente ad Hebraeos (el: pp.xxxviii, 125).

    XXtll

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    manuscritos del Nuevo Testamento yen los escritores cristianos. Nose sabe cmo se origin; es muy probable que, cuando en el curso delsegundo siglo la obra fue inciuda en el cuerpo paulina, el editor lehaya dado ese ttulo por analoga con "A (los) Romanos", etc. 5 Perono podemos decir qu se entenda, con precisin, por el trmino"Hebreos"; puede haber reflejado simplemente la impresin del editor(compartida, sin dudas, por otros lectores) de que aquellos a quienesestaba dirigida eran judos o, ms probablemente, judeo-cristianos.6En el Nuevo Testamento existen pocos lugares donde el trmino"Hebreos" se usa para designar una clase particular de judos o judeo-cristianos, por oposicin a aquellos llamados helenistas;? pero es pocoprobable que este uso distintivo est reflejado en el ttulo tradicionalde nuestra epstola. 8 Mas si pensamos en trminos de la divisinhebreos-helenistas, naturalmente deberamos clasificar esta epstolacomo un documento helenstico.

    Si el ttulo "A (los) Hebreos"9 es un rtulo editorial adjudicado a la

    5 Resulta difcil aceptar la sugerencia de F. C. Synge de que el ttulo significa"Contra (los) hebreos" (Hebrews and the Seriptures [Londres. 1959], p. 44).

    6 Para el uso general de 'E{3prOl para designar a los cristianos judos c( M. Black,The Seroll.> and Christian Origins (Londres, 1961), p. 78; aparece en este sentido en el t-tulo del Evangelio segn los hebreos y en el papiro mgico de Pars 574, 11. 3018s., "Osconjuro por Jess el Dios de los hebreos".

    7 Cf Hch. 6:1; 2 Ca. 11:22; Fil. 3:5. Ver Aets, NICNT, pp. 127s.8 W. Manson, The Epistle to the Hebrews (Londres, 1951), p. 162, sugiere que la epis-

    tola estaba dirigida a una minora de "hebreos" (con este sentido distintivo), queformaban "una seccin de la iglesia judea-cristiana de Roma". En la p. 44 afirma queesta minora, "como reaccin ante la libertad ms amplia del evangelio de misinmundial estaba haciendo valer principios y contrademandas similares a los de laseccin original 'hebrea' de la iglesia de Jerusaln". Pero slo tenemos los medios msescasos para saber qu principios y contrademandas estaban haciendo los "hebreos" dela primitiva iglesia de Jerusaln; y s sabemos que Esteban, probablemente un helenista,y Pablo, nacido y criado como "hebreo", encontraron la misma implacable hostilidadentre los helenistas no cristianos de Jerusaln (Hch. 6:9; 9:29). En general, sin embargo,estoy muy de acuerdo con la tesis de Manson (ver pp. xxxv s.).

    o C. Spicq sugiere que "a los hebreos" significa "a los peregrinos"- aquellos que"pasaban" por este mundo; apela a la probable similitud entre el heb. 'ibri ("hebreo") y'ahar ("pasar por o encima"); c( la traduccin que hace la LXX de "Abra m el hebreo"(Gn. 14:13) como 'Af3pap. JrEprrC; (ver. tambin p. 1'32 con n. 80; pp. 307s., nn. 114-123). Seala cmo Filn explota este sentido de "hebreo" (L'Eptre aux Hbreux i[Pars, 1952], pp. 243ss.). En su artculo posterior, "L'Eptre aux Hbreux: Apollos,Jean-Baptiste, les Hellnistes et Qumran", Revue de Qumran i (1958-59), pp. 365ss.,repite esta sugerencia (citando Sobre Jeremas i. 14, de Jernimo: "Hebreo: es decir

    XXIV

  • INTRODUCCION

    obra para una referencia conveniente y no es una designacin original,no deberamos dejarnos influenciar demasiado por l en nuestro es-fuerzo por establecer la identidad de los destinatarios. Esta debeser establecida, hasta donde sea posible, sobre las bases de la eviden-cia interna.

    No cabe duda que fue natural para los lectores del siglo I1, comopara muchos otros desde entonces, pensar en los destinatarios comojudos o judea-cristianos. Todo el argumento se desarrolla sobre untrasfondo de alusiones al Antiguo Testamento. Se presupone unafamiliaridad considerable con el ritual levtico e inters en l. Noobstante todo esto, por s mismo, no requiere que el autor ni losdestinatarios sean judos. Hemos conocido al presente cristianosgentiles que estaban muy familiarizados con el Antiguo Testamento,lo aceptaban como escritura sagrada y autorizada, y manifestaban unvivo inters en los detalles del tabernculo mosaico y las ofrendas lev-ticas, en los cuales encontraban un bosquejo completo y notable delevangelio. Se ha sealado, pues, que el conocimiento que tena el autordel ritual levtico, as como el conocimiento que presupone en sus lec-tores, es un conocimiento literario, es decir obtenido de los escritos delAntiguo Testamento (con la ayuda, posiblemente, de alguna tradicinmidrsica)10 y no de una relacin de primera mano con losprocedimientos del templo de Jerusaln en los aos finales delsegundo estado judo. Algunos eruditos de la generacin pasada o dedos generaciones atrs, entre los cuales son notables Moffatt yWindisch,11 han sostenido que la epstola estaba dirigida a cristianos

    rrr-pTr

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    gentiles que se encontraban en peligro de cometer apostasa y, por lotanto, de renunciar a la verdadera religin~"apartarsedel Dios vivo",como dice nuestro autor (cap. 3: 12). Si los judeo-cristianos volvan aljudaismo, se desprende, eso no significara renunciar al "Diosviviente"; volver al judasmo significara, al menos, que continuaranadorando al Dios de Israel. Y, ms aun, no es un pasado pagano elque se indica en la repetida frase "obras muertas", cuando se lesrecuerda a los lectores acerca del "fundamento del arrepentimiento deobras muertas" que, una vez echado no puede serlo nuevamente (cap.6: 1), y de la eficacia de la sangre de Cristo que "limpiar vuestrasconciencias de obras muertas para que sirvis al Dios vivo" (cap.9:14)?12

    Desde el punto de vista de nuestro autor, la desobedienciadeliberada al Dios viviente era apostasa prctica contra l, fuesen losculpables judos o gentiles de nacimiento. Cuando advierte a suslectores sobre el peligro de "apartarse del Dios vivo", utiliza elejemplo de los israelitas en el desierto bajo el mando de Moiss,quienes desobedecieron a Dios, rechazaron el liderazgo mosaico y nopudieron entrar en la tierra prometida. Lo que entonces fue posiblepara los israelitas tambin era posible ahora. Y las "obras muertas"requieren arrepentimiento y limpieza, tanto de judos como degentiles, sin discriminacin. En forma particular, todo el"fundamento" del cap. 6: lss., implica los antecedentes judos de loslectores. como tambin lo hace la descripcin de la muerte de Cristoen el cap. 9: 15, que procura "la remisin de las transgresiones quehaba bajo el primer pacto".

    Ms aun, su insistencia en que el antiguo pacto ha dejado de tenervigencia, est expresada con una conviccin moral y recordadarepetidamente de un modo que carecera de sentido si sus lectores notuvieran disposicin especial a vivir bajo ese pacto; pero tendramucho ms que ver con el tema si los lectores todava hubiesen estadotratando de vivir bajo ese pacto o si imaginaban que, por haberpasado ms all de l, podan retroceder hasta l. 13

    12 El argumento de que rrpoar).lJcn:B en el cap. 12: 18,22, implica que los lectoreseran "proslitos" del paganismo no es lo suficientemente fuerte como para llevarmucho peso; a 10 sumo los identifica como convertidos al cristianismo (cf pp. 376s. connn. 142-144).

    13 No hay nada en el argumento que sugiera que los lectores eran gentiles cristianosexpuestos a propaganda judaizante como aquellos a quienes estaba dirigida la epistola

    xxvi

  • INTRODUCCION

    Una vez ms, sus apelaciones a las escrituras del AntiguoTestamento reflejan la confianza en que sus lectores reconocern suautoridad, aunque su lealtad al evangelio est disminuyendo. Si fueranjudos, por cierto que lo hubiesen hecho as; haban reconocido laautoridad de esas escrituras antes de \legar a ser cristianos, y sidejaban el cristianismo para volver al judasmo continuaranreconociendo su autoridad. Por otro lado, los convertidos delpaganismo al cristianismo adoptaron el Antiguo Testamento como sulibro sagrado junto con la fe cristiana: si estaban tentados deabandonar su fe cristiana, tambin abandonaran el AntiguoTestamento. No slo eso, sino que los mismos trminos con quenuestro autor presupone un reconocimiento de la autoridad delAntiguo Testamento de parte de los lectores indica que aceptaban laspremisas judas. Por ejemplo, al comentar en el Salmo 110:4 elanuncio de un sacerdocio del orden de Melquisedec, pregunta: "Si,pues, la perfeccin fuera por el sacerdocio levtico ... qu necesidadhabra an de que se levantase otro sacerdote, segn el orden deMelquisedec, y que no fuese l1amado segn el orden de Aarn?" (cap.7: 11). Este argumento sugiere que la gente a la cual se diriga dabapor sentado (correctamente) que el sacerdocio levtico fue institudopor autoridad divina y que tambin podra inclinarse a dar porsentado (errneamente) que representaba la etapa final de la provisinde Dios para e\los. Los conversos del paganismo no estaran tanseguros de la institucin divina del sacerdocio levtico, y para elargumento del autor sobre "si la perfeccin fuera por el sacerdociolevtico ..." su respuesta, naturalmente, sera; " Nunca pensamos quefuera as!" Y mientras que, si se nos obligase a pensar en losdestinatarios como gentiles, podramos darle cierto tipo de significadoa la exhortacin del cap. 13: 13 de salir a Cristo "fuera delcampamento", tal lenguaje es mucho ms inteligible si est dirigido alos judos.

    Algunos estudiosos de la epstola, concluyendo que losdestinatarios eran judos, han ido ms a\l y han tratado deidentificarlos con una clase particular de judos. Karl Bornhauser, porejemplo, infiri de un pasaje como cap. 5: 12 (donde se dice a los

    a los Glatas. La no mencin de la circuncisin no sorprende en una carta a unacomunidad judea-cristiana, donde este no sera el problema que era entre los conversosgentiles de las iglesias de Galacia o el valle del Lico.

    XXVII

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    lectores que a esta altura deberan estar en condiciones de ensear aotros) que no eran judeo-cristianos sin rango, sino probablementeconversos del sacerdocio judo----algunos de los "muchossacerdotes" que "obedecan a la fe" en el perodo anterior a laexpulsin de los cristianos helenistas de Jerusaln (Hechos 6:7).14 Porotro lado, los sacerdotes tendran un inters natural en los detallesrituales del argumento de nuestro autor. Apoyando este punto devista C. Spicq da otros argumentos en su gran comentario sobre la eps-tola. 15 Siete aos despus de la publicacin de su comentario, Spicqelabor esta parte de su tesis argumentando que estos sacerdotesconvertidos eran "eseno-cristianos", incluyendo a miembrosprimitivos de la secta de Qumrn cuya "formacin bblica y doctrinal,preocupaciones intelectuales y presupuestos religiosos" eran bienconocidos por nuestro autor.16

    A partir del descubrimiento de los documentos de Qumrn en 1947y los aos subsiguientes, se han hecho intentos repetidos pararelacionar de alguna manera su evidencia con la epstola a losHebreos. En 1955, F. M. Braun expres su punto de vista de que "detodos los escritos del Nuevo Testamento, la Epstola a los Hebreos esla que da la respuesta ms completa acerca de las tendencias bsicasde la secta (de Qumrn)".17 Desde entonces, otros escritores hanelaborado esta afirmacin y nadie lo ha hecho en forma tan completacomo H. Kosmala en su obra Hebraer-Essener-Christen, publicada en1959, en la que se argumenta que la gente a la cual est dirigida la eps-tola no era cristiana, sino judos que haban avanzado en el caminocristiano, pero se haban detenido antes de llegar a la meta; es decir queera, en realidad, gente que sostena puntos de vista similares a los dela secta de Qumrn y otros esenios. En la introduccin a Hebreos desu "Layman's Bible Commentaries", J. W. Bowman sostiene que los

    14 K. Bornhiiuser, Empfiinger und Verfasser des Briefes an die Hebriier, (Gtersloh.1932), condensado por C. Sandegren. "The Addressees of the Epistle to the Hebrews",EQ xxvii (1955). pp. 221ss.

    15 L'pitre aux Hbreux i (Pars. 1952). pp. 226ss.16 Revue de Qumran i (1958-59), p. 390 (e! p. xxiv, n. 9)17 Revue Biblique Ixii (1955). p. 37 (en un artculo "L'arriere-fond judaique du

    quatrierne vangile et la Cornrnunaut de I'Alliance"; pp. 5ss.). Cf tambin Y. Yadin."The Dead Sea Scrolls and the Epistle to the Hebrews", Scripta Hierosolymitana iv(1958), pp. 36ss.; D. Flusser, "The Dead Sea Sect and Pre-Pauline Christianity" ibid. pp.215ss.; J. Danilou, The Dead Sea Scrolls and Primitive Christianity (Tr. inglesa.,Baltirnore, 1958). pp. 111ss.; H. Kosrnala. Hebraer-Essener-Christen (Leiden, 1959).

    xxviii

  • INTRODUCCION

    destinatarios de la epstola fueron miembros de la comunidadhelenista-judeo-cristiana de Palestina, que estaba bajo la influencia dela secta de Qumrn. Haba serias falencias en su comprensin delevangelio, y el autor se haba propuesto corregirlas. El ProfesorBowman ubica al grupo particular de helenistas aludidos en Sicar,donde Juan el Bautista, Jess, y ms tarde Felipe haban predicado.Pero, a partir de la campaa evangelstica de Felipe en esos lugares,"el centro del esfuerzo cristiano-evangelstico haba pasado deJerusaln a Antioqua de Siria, i pasando de largo Samaria y sucomunidad judea-helenstica en el trayecto!"18

    De todos modos, lo mximo que puede decirse en este aspecto esque los destinatarios de esta epstola fueron probablemente judoscreyentes un Jess, cuyo trasfondo no era tanto el judasmo normativo,representado por la tradicin rabnica, como el judasmo noconformista, cuyos representantes ms prominentes eran los esenios yla comunidad de Qumrn, que no eran los nicos. 19

    Un rasgo prominente de este judasmo no conformista era suprctica de lavamientos ceremoniales, adems de aquellos prescriptosen la ley.20 Josefa, por ejemplo, nos dice que los esenios se distinguande otros judos cuando llevaban a cabo sus deberes sacrificiales "porla superioridad de las purificaciones que practicaban habitualmente".21Pero los esenios no eran el nico grupo judo del que poda decirsetal cosa. Ms aun, existe evidencia de que tales grupos "bautistas"se encontraban tanto en la Dispora como en Judea. Filn no hablade lavamientos ceremoniales cuando describe el establecimiento de losterapeutas cerca del Lago Mareotis en Egipt022-tampoco hablade ellos en su descripcin de los esenios-pero los terapeutas debenser reconocidos, por cierto, como un ramal egipcio de la tradicinpalestina no conformista. En cuanto a la comunidad juda de Roma,

    18 J. W. Bowman, Hebrews, James, 1 & II Peter (Londres, 1962), pp. 13-16. Parauna crtica de todas las posiciones ver J. Coppens, Les affinits qumrniennes de I'ptreaux Hbreux (Brujas-Paris y Lovaina, 1962).

    19 Cf: F. F. Bruce, "To the Hebrews' or 'To the Essenes'?", NTS ix (1962-63), pp.217ss.

    20 Cl J. Thomas, Le mouvement baptiste en Palestine et Syrie (Gembloux, 1935); M.Black, The Scro/ls and Christian Origins (Londres, 1961), pp. 9Iss.; J. A. T. Robinson,Twelve New Testament Studies (Londres, 1962), pp. 11 ss.

    21 Antigedades xviii. 19.22 La vida contemplativa, 21 ss.

    XXIX

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    parece haber preservado rasgos no conformistas, especialmente encuestin de lavados ceremoniales, que en el transcurso fueron adopta-dos por el cristianismo romano, como lo atestigua la Tradicin Apos-tlica de Hiplito, en los comienzos del tercer siglo d.C. 23 Si la epstolaa los Hebreos fue dirigida a un grupo de judos cristianos que retenantales caractersticas, ciertas afirmaciones que hace el autor, comosu referencia a "la doctrina de bautismos" en el cap. 6:2, podranhaber tenido una importancia ms inmediata para su situacin de loque aparenta para los lectores del siglo veinte.

    Los destinatarios parecen haber sido, por lo tanto, un grupo dejudos cristianos que nunca haban visto ni odo a Jess en persona,pero que haban aprendido acerca de l (como tambin lo hizo el es-critor de la epstola) de algunos que s lo haban escuchadopersonalmente.24 A partir de su conversin haban estado expuestos apersecucin, especialmente en una etapa al comienzo de su carreracristiana/ 5 pero aunque haban tenido que soportar el abusopblico, el encarcelamiento y el saqueo de sus viviendas, an no hab-an sido llamados a morir por su fe. 26 Haban proporcionadoevidencias prcticas de su fe al servir a sus hermanos cristianos yespecialmente al cuidar de aquellos de su congregacin que ms hab-an sufrido en tiempos de persecucin. 27 Pero su desarrollo cristiano sehaba detenido: en lugar de avanzar se inclinaban a estancarsetotalmente en su progreso espiritual y aun a retroceder hacia unaetapa que ya haban superado.28 Muy probablemente, se resistan acortar sus ltimos lazos con una religin que gozaba de la proteccinde la ley romana y enfrentar los riesgos de un compromiso irrevocablecon el camino cristiano. El escritor, que los ha conocido o haescuchado acerca de ellos durante un tiempo considerable, y quesiente preocupacin pastoral por su bienestar, les advierte acerca desu retroceso, porque esto puede traer como resultado apartarsetotalmente de su fe cristiana. Los alienta con la seguridad de quellevan las de perder si se echan atrs, pero sern ganadores sicontinan resueltamente en la senda?9

    23 Ver pp. 116s., con nn. 20-25 (sobre Heb. 6:2).24 Cf He. 2:3s.25 Cap.l0:32S5.26 Cap. 12:4 (e! pp. xliii s., 269ss., 360).27 Caps. 6: 10; 10:34.28 Cap. 5: 1155.29 Caps. 2: 155.; 3: 12s5.; 6:4s5.; 10:26s5.; 12: 15ss.

    xxx

  • INTRODUCCION

    De la epstola podemos inferir que eran helenistas; conocian elAntiguo Testamento en la versin griega. Tambin est implcito quesu conocimiento del antiguo ritual sacrificial de Israel se deriva de sulectura del Antiguo Testamento y no de un contacto de primera manocon los servicios del templo en Jerusaln. Quizs formaban una"iglesia casera" dentro de la comunidad ms amplia de la iglesia de laciudad y estaban tendiendo a descuidar los lazos de comunin que losunan a otros cristianos fuera de su crculo ntimo.

    (b) Destino Dnde vivan? No lo sabemos. Las opiniones han variado desde

    Judea en el este hasta Espaa30 en el oeste.Si su conocimiento del ritual judo no derivaba de un contacto de

    primera mano con los servicios del templo, entonces Jerusaln pareceestar excluda. Por supuesto, pueden haber tenido una asociacinanterior con la iglesia de Jerusaln. Recordamos el amplio xodo decreyentes helenistas desde Jerusaln durante la persecucin que siguia la muerte de Esteban. Aquellos helenistas fueron esparcidos enmuchas direcciones, llevando el evangelio por donde iban;3! se puedepensar fcilmente que los lectores de esta epstola fueran una de lascomunidades de nuevos creyentes fundadas en aquella poca.

    Aun as, Jerusaln no ha carecido de defensores como lugar al cualfue enviada la epstola.32 Por ejemplo, Sir William Ramsay arriesgla suposicin de que fue escrita a la iglesia de Jerusaln desde Cesareadurante el encarcelamiento de Pablo en aquella ciudad (57-59 d.C.),por mano de uno de sus compaeros, quizs Felipe el evangelista. 33C. H. Turner argument que fue enviada a la iglesia de Jerusaln pocoantes del estallido de la guerra contra Roma en el ao 66 d.C., cuandoellos "tuvieron que enfrentar directamente la cuestin entre elabandono de su cristianismo y el abandono de su ciudad. La crtica(aadi) que cierra sus ojos ante probabilidades histricas tan clarasse autocondena".34

    30 As Nicols de Lyra (cf C. Spicq, L'fitre aux Hbreux i, p. 234, n. 4).31 Cf Hch. 8:4; 11:19.32 Cl G. Salmon, INT (Londres, 1889), pp. 468ss.; B. F. Westcott, The Epistle to the

    Hebrews (Londres, 1903), p. xl Cen Jerusaln, o en los alrededores de Jerusaln"); W.Leonard, The Authorship of the Epistle to the Hebrews (Londres, 1939), y muchos otrosregistrados por Spicq, op. cit., i, p. 239, n. 1.

    33 Luke the Physician (Londres, 1908), pp. 301ss.34 Catholic and Apostolic (Londres, 1931), pp. 81s. el p. lix, n. 139.

    XXXI

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    Pero la situacin religiosa de Jerusaln estaba dominada por eltemplo y nuestro autor no hace ninguna referencia explcita a l.Cuando uno de los primeros lderes de su escuela, Esteban, habl dela situacin en Jerusaln, el templo ocup un lugar prominente en supolmica, sobre todo en contraposicin expresa con el tabernculomvil de la primera poca.35 Nuestro autor tiene mucho que deciracerca del tabernculo, pero no acerca del templo. El sacerdocio y elritual asociados con el tabernculo, por supuesto, eran en principiolos mismos que estaban asociados con el templo; pero en la epstola loque encontramos es una alusin literaria al primero y no una alusincontempornea al segundo, como podra haberse esperado de unaexhortacin dirigida a Jerusaln. Aun considerando la fecha razonablems tarda para la epstola, todava deba haber habido unos pocosmiembros de la iglesia de Jerusaln que haban visto y odo a Jesspersonalmente y no tenan que depender del testimonio de otros. Ycuando el escritor se refiere al ministerio extenso y continuado "a lossantos" (cap. 6: 10) llevado a cabo por sus lectores, podemos hacer lareflexin de que durante la poca apostlica la iglesia de Jerusalnaparece en forma ms prominente como receptora que comogeneradora de un ministerio semejante.36

    Se han sugerido otros lugares de Palestina: J. W. Bowman, comohemos visto, piensa en Samaria (preferiblemente Sicar); C. Spicqpiensa en Cesarea,37 pero considera ms probable a Antioqua deSiria.38 T. W. Manson, abandonando el lugar comn, sugiri Colosaso algn lugar cercano en el valle de Lico; l detect en la epstolareferencias de la "hereja colosense" en una etapa anterior a aquellaque haba alcanzado en la poca en que Pablo escribi la epstola alos Colosenses. 39 W. F. Howard pens en Efeso; se represent a los

    35 Hch. 6: 13s.; 7:44-50 (ver Acts, NICNT [Grand Rapids, 1954], pp. I 34ss., 141ss.,156ss.,).

    36 Cf Hch. 11:29s.; Ro. 15:25ss.; l Co. 16:1ss.; 2 Co. 8:1ss.; G. 2:10.37 Op. cit., i, pp. 247ss. Las experiencias del cap. 10:32ss., podran colocarse en el

    contexto de la tensin entre las poblaciones judas y gentiles de Cesarea en la dcadaprecedente al 66 d.C. (Josefo, Guerras ii. 266ss.; Antigedades xx. 173ss.).

    38 Op. cit., i, pp. 250ss. el v. Burch, The Epistle to the Hebrews (Londres, 1936), p.137, para el argumento de que las alusiones al culto macabeo de los mrtires en el cap.11:35bss. "se enfrentan a una resea siria del culto que es marcadamente antioquea ensus detalles".

    39 Studies in the Gospels and Epistles (Manchester, 1962), pp. 242ss. (artculo "TheProblem of the Epistle to the Hebrews" reimpresa del BJRL xxxii [1949], pp. 3ss.).

    XXXII

  • INTRODUCCION

    destinatarios como un grupo de judos ricos y cultos que se habanconvertido durante el ministerio efesio de Pablo, pero cuya fe sedesvaneci despus del encarcelamiento y consiguiente ejecucin dePablo en Roma.40 Tenan poca simpata hacia sus hermanoscristianos de origen gentil, a quienes despreciaban como inferiores pornacimiento y por estar demasiado influenciados por la moralidad laxade su poca pagana. Chipre ha sido sostenida por Antony Snell;4l estasuposicin se une a su adscripcin de la autora a Bernab, cuyaestrecha asociacin con Chipre est bien demostrada.

    Cierto nmero de eruditos han pensado en Alejandra de Egiptocomo la ciudad donde vivan los lectores. 42 Algo de asociacinalejandrina parece surgir a travs de la epstola; el autorevidentemente est familiarizado con la literatura del judasmoalejandrino, como Sabidura y 4 Macabeos, y especialmente con losescritos de Filn. Pero esto indica ms su propia asociacin con laciudad que la de sus lectores. El Canon Muratorio, que no mencionaa Hebreos, se refiere a una epstola "a los alejandrinos", pero debido aque se la describe como fraguada en nombre de Pablo para apoyar lahereja de Marcin, se necesita un esfuerzo muy grande de laimaginacin para identificarla con nuestra epstola. En el siglodiecinueve J. E. C. Schmidt,43 A. Hilgenfeld44 y S. Davidson45argumentaron a favor de Alejandra; en el siglo veinte fueron seguidospor G. Hoennicke,46 C. J. Cadoux47 y (ms recientemente) S. G. F.Brandon.48 Por cierto que Alejandra tiene mucho que podraexpresarse en su favor,49 pero hay un obstculo grande en el camino

    40 'The Epislle 10 the Hebrews", lnterpretation v (1951), pp. 80ss. As tambn,posteriormente, J. V. Bartlet ("The Epistle to the Hebrews once more", ExT xxxiv[1922-23], pp. 58ss.).

    41 New and Living Way (Londres, 1959), p. 19. Chipre haba sdo sugerida pre-viamente por E. Rggenbach, Der Brief an die Hebraer, ZK (Leipzig, 1913), pp. xlv ss.,un trabajo que Snell caracteriza como "lejos, el mejor comentario sobre la epstolaconocido por m" (op. cit., p. 22).

    42 Cl Spicq, op. cit., i, p. 237, n. 2, por una lista.43 Einleitung in das Neue Testament, i (Giessen, 1804), pp. 284, 293.44 Historisch-kritische Einleitung in das Neue Testament (Lepzig, 1875), pp. 385ss.45 INT, i (Londres, 1882), pp. 223ss.46 Das Judenchristentum im ersten und zweiten Jahrhundert (Berln, 1908), pp. 93ss.47 'The Early Christian Church in Egypt", ExT xxxiii (1921-22), pp. 536ss.4" The Fall of Jerusalem and the Christian Church (Londres, 1951), pp. 239ss.49 No, sin embargo, el hecho de que el templo judo de Leontpolis no estaba lejos

    de all. K. Wieseler argument que las desviaciones en que incurre Hebreos en la

    XXX1ll

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    del pensamiento de que la epstola fue enviada all. Es que fueprecisamente en Alejandra donde surgi por primera vez la creenciaen la autora paulina, y es difcil suponer que los cristianos de laciudad a quienes se les envi la epstola hayan olvidado tanrpidamente quin se la envi y la hayan adjudicado a otro.Cle,mente de Alejandra se refiere a alguien llamado "el ancianobendito"-probablemente su maestro Pantaenus-al decir que Pablo,siendo el apstol de los gentiles, escribi para los hebreosannimamente, ya que reconoci a nuestro Seor como apstol a losHebreos. 5o Por lo tanto, cerca de un siglo despus de que la epstolafuera escrita, comenz a adjudicrsela a Pablo en Alejandra, quizsporque fue en Alejandra que la epstola a los Hebreos fue copiadapor primera vez en un cdice como parte del corpus Paulinum. 51Pero, : podra haberse hecho tan rpido esta adjudicacin en un lugardonde la verdadera autora tena las mayores probabilidades de serrecordada?

    De acuerdo con la literatura existente, Roma es el primer lugardonde la epstola a los Hebreos aparece como conocida. 52 Clementede Roma muestra una clara evidencia de su conocimiento de ella en lacarta que escribi en nombre de la iglesia romana a la iglesia deCorinto en c. 96 d.C. 53 Lamentablemente, no desliza ningn datoacerca de su autora: estaba escribiendo para sus contemporneos yno para nosotros. Pero la iglesia romana y la occidental en general setomaron un largo tiempo antes de consentir en considerarla como unade las cartas paulinas. La resistencia a creer en la autora paulinasurge, con toda probabilidad, de un conocimiento positivo y originalde que no fue escrita por Pablo.

    En este sentido, no puede extraerse ninguna inferencia cierta de los

    descripcin del culto con relacin al prescripto en el Antiguo Testamento y seguido enJerusaln (p.ej. la ministracin diaria del sumo sacerdote, cap. 7:27) rellejaban laprctica en Leontpolis ("Die Leser des Hebraerbriefs und der Tempel zu Leontopolis,"Theologische Studien und Kritiken xl [1867], ip. 665ss.).

    50 Hypotyposes, citado por Eusebio, Hist. Eccl. vi. 14.1--4.51 ef G. Zuntz, The Text ofthe Epistles (Londres, 1953), pp. 14ss., 276ss.52 Algunos (p.ej. E. Nestle, ExT x [1898--99], p. 422; G. Milligan, The Theology oI

    the Epistle to the Hebrews [Edimburgo, 1899], p. '50) han relacionado un destinoromano para la epstola con la presencia en Roma de una "sinagoga de los hebreos"

    ()vvcxywy~ Aipp'.wv, CIG 9909); esta conexin resulta muy dudosa.53 Esto es particularmente evidente en el epitome de Heb. 1:3-7 entretejida en el

    lenguaje de 1 Clem. 36: 1-5.

    XXXIV

  • INTRODUCCION

    saludos que el autor enva a sus lectores de "los de Italia" (cap.13:24).54 "Los de Italia" pueden haber vivido en Italia o fuera de ella,en lo que hace al idioma; y mientras que el mensaje podra habersido fcilmente interpretado de acuerdo con un destino romano parala carta, tambin podra ser Roma (O algn otro lugar de Italia) el lugar dondefue escrita.

    Lo que se ha dicho anteriormente acerca de la presencia deelementos judos "no conformistas" en la comunidad cristiana deRoma encajara perfectamente con un destino romano. Haba muchosotros lugares, tanto en la Dispora como en Palestina, donde podanencontrarse tales elementos, pero es en Roma donde tenemos losmejores testimonios de su supervivencia durante varias generacionesen la prctica cristiana.

    Uno de los pronunciamientos mejor conocidos sobre el caso, afavor del destino romano de la epstola, fue un artculo de AdolfHarnack en el primer nmero de la Zeitschrift !r dieneutestamentliche Wissensch(jft, en el cual lo relacion con la historiaprimitiva del cristianismo en Roma y lo represent como enviada a una"iglesia casera" en aquella ciudad, por medio de alguien bienrelacionado ;on los destinatarios. 55 Ms recientemente, WilliamManson ha presentado el caso en forma persuasiva en la CtedraBaird llevada a cabo en el New College de Edimburgo, en 1950.56 Laiglesia romana, segn l infiere de Ro. 11: 13, 18, tena una base judeo-cristiana. Como un todo, haba aceptado las consecuencias de lamisin mundial a los gentiles, pero un pequeo enclave conservadordentro de ella se aferraba a los principios ms conservadores deljudas-mo tradicional, y a este enclave en particular fue dirigida Hebreos. ElProfesor Manson encontr una lnea recta que una el ministerio deEsteban (cuyo registro en Hechos constituye el preludio del

    54 Ver. p. 421 con n. 133.55 "Probabilia ber die Adresse und den Verfasser des Hebriierbriefes", ZNW i

    (1900), pp. 16ss. La tesis de Harnack fue elaborada (pero no reforzada) por M. A. R.Tuker: "El origen romano de la epstola sin duda ha sido guardado como reliquia en laliturgia romana. En esa liturgia y en ninguna otra, se invoca el sacerdocio deMelquisedec, y las palabras son aquellas de la epstola a los Hebreos--summus sacerdosMelchisedech. Ms aun, estn registradas en la referencia ms antigua al canon romano,y deben tener su lugar al lado del 'Amn' de lustino como palabras radicales de laLiturgia" (del "The Gospel according to Prisca", Nineteenth Century, enero 1913, pp.18s., citada por A. Nairne, The Epistle oI Priesthood [Edimburgo, 1913], p. 6, n. 1).

    56 The Epistle 10 the Hebrews (Londres, 1951).

    xxxv

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    surgimiento de la misin mundial a los gentiles) con el argumento dela epstola a los Hebreos. Se podr ver que su tesis influye el presentecomentario en muchos puntos, pero la certeza acerca de losdestinatarios de la epstola no puede sostenerse en el estado presentede nuestro conocimiento, y, afortunadamente, su exgesis es, en sumayor parte, independiente de esta cuestin.

    (e) AutoraAs como no sabemos con certeza a quin fue enviada la epstola,

    tambin ignoramos quin la envi. Si Clemente de Roma tena algunasospecha acerca de la identidad del autor, no nos da ningunaindicacin de ello. Pero podemos estar bien seguros de que l no fue elautor, aunque varias veces se haya sugerido que lo fuese. A pesar de lafamiliaridad de Clemente con la epstola, "le vuelve la espalda alargumento central a fin de reforzar sus propios argumentos acerca de!ministerio de la iglesia, apelando a las leyes ceremoniales del AntiguoTestamento". 57

    La creencia alejandrina de que Pablo fue el autor influy el juiciodel cristianismo oriental y, finalmente, hacia el fin del siglo cuarto,tambin lo hizo con el cristianismo occidental. Pero aun en Alejandra,el sentido de crtica literaria que posean los lderes de la escuelacatequstica dej en claro que la autora de Pablo en cuanto a esta eps-tola no poda afirmarse smplcter como poda hacerse de Romanoso Glatas. Por lo tanto, se hicieron intentos de reconciliar laadscripcin paulina con los datos lingsticos. En su Hypotyposes 58 ,Clemente de Alejandra dijo que fue escrita por Pablo para loshebreos en lengua hebrea, pero que Lucas la tradujo y la publicpara los griegos; por lo tanto se esforz por demonstrar la similitudde estilos entre Hebreos y los escritos de Lucas. (En cuanto a la ausen-cia del sobrescrito paulina, la justific diciendo que "al escribir paralos hebreos, que estaban prejuiciados y sospechaban de l, muyprudentemente no puso su nombre para evitar que lo desecharandesde el principio".)59 U na generacin ms tarde, Orgenes, quienconoca e! hebreo adems del griego, probablemente se dio cuenta de

    57 T. W. Manson, The Church's Ministry (Londres, 1948), pp. 13s.; describe elprocedimiento de Clemente al respecto como "un retroceso de la peor clase".

    58 Citado por Eusebio, Hist. Eccl. vi. 14.2.59 Eusebio, Hist. Eccl. vi. 14.3. En un prefacio a la epistola, del siglo cuarto, incluido

    en la mayora de los manuscritos de la Vulgata, se sigue el relato de Clemente.

    XXXVI

  • INTRODUCCION

    que el griego de la epstola no tena trazas de haber sido traducido delhebreo.60 Su informe acerca de la autora es el siguiente:

    El carcter del estilo de la epstola a los Hebreos carece de larudeza expresiva del apstol (una rudeza expresiva o de estiloque l mismo reconoci); la epstola, idiomticamente, es msgriega en la composicin de sus locuciones. Cualquiera que estcapacitado para reconocer diferencias de estilo podr verificar lodicho. Pero, por otro lado, los pensamientos de la epstola sonadmirables y de ninguna manera inferiores a aquellosreconocidos como escritos por el apstol. La verdad de estaafirmacin ser admitida por cualquiera que preste atencin a lalectura del apstol. ...

    Por mi parte, si es que puedo establecer mi opinin, debo decirque los pensamientos son los del apstol, pero el estilo y lacomposicin son obra de alguien que record las enseanzas delapstol y es como si hubiese tomado pequeas notas de lo que sumaestro deca. Por lo tanto, si cualquier iglesia considera esta eps-tola como paulina, que sea alabada a este respecto; porque nopor nada los ancianos nos la han transmitido como pertenecientea Pablo. Pero en cuanto a quin fue el verdadero autor de lacarta, Dios sabe la verdad del asunto. De acuerdo con el relatoque ha llegado hasta nosotros, algunos dicen que la epstola fueescrita por Clemente, que lleg a ser obispo de los romanos; otrosque fue escrita por Lucas, el autor del Evangelio y de losHechos. 61

    Aunque la autora de Pablo fue resistida en occidente hasta finalesdel siglo cuarto, la nica adscripcin positiva de autora que nos hallegado desde occidente durante ese perodo es la de Tertuliano; apelaa la epstola considerando que tiene mayor autoridad que El pastorde Hermas, debido a la eminencia de su autor, Bernab. Y nombra a

    60 En conIra de que sea una lraduccin del hebreo (aparle de la consideracingeneral de que no esl escrito en griego de traduccin) ciertos puntos especficos losealan: por ejemplo, no slo se cita el Antiguo Testamento en la versin de la LXX,sino que el autor argumenta sobre la base de una desviacin de la LXX del texto hebreo(e}: el uso hecho del Sal. 40:6 "me preparaste cuerpo", en Heb. 10:5ss.); otra vez, elargumento del cap. 9: 15-20 depende del doble sentido de "pacto" y "testamento" del gr.

    i5tr1.()~Kr y no podra haber sido utilizado con el heb. berlth (e}: Calvino, ad loe.).6l Citado por Eusebio, Hist. Eecl. vi. 25.11-14.

    xxxvii

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    Bernab como el autor de la epstola, no como si estuviera expresandoun juicio privado propio, sino como si fuera una adscripcin en la quecomnmente estaban de acuerdo en su crculo.62 El CanonMuratorio,63 Ireneo,64 Hiplit065 y Gayo de Roma66 no consideraronesta epstola como paulina. Eusebio (c. 325 d.C.) afirma que an ensus das algunos de los romanos no la consideraban del apsto1.67Medio siglo ms tarde, el autor que llamamos Ambrosiaster noincluy a Hebreos dentro de las epstolas paulinas acerca de las cualesescribi comentarios: para l siempre fue una obra annima.68

    62 Sobre la modestia 20 (cf. p. 125 con n. 55). No puede asegurarse si esta tradicinestaba bien fundamentada o basada, p.ej. sobre una colocacin del J.yoc; 7[rxprJ.-

    d~(Jewc; de Heb. 13:22 con el vac; 7[rxprxK},~(Jewc; de Hch. 4:36. Se ha objetado que unhombre que aparece tan temprano en la historia cristiana como Bernab no podra haberescrito en los trminos de Heb. 2:3b; pero podra no haber escuchado la enseanzade Jess. Bernab fue considerado como el autor por Gregorio de Elvira en la ltimaparte del siglo cuarto (el Spicq, op. cit., i, p. 199 con n. 7) y por una hueste de escritoresmodernos (el Spicq, ibid., n. 8) incluyendo a B. Weiss (M K, Gottingen, 1897),G. Salmon (INT [Londres, 1889], pp. 466ss.), F. Blass (Der Brielan die Hebriier [Halle,1903], J. V. Bartlet (en Exp. VI.v [1902], pp. 409ss., vi [1902], pp. 28ss., viii [1903], pp.381ss., xi [1905], pp. 431ss., VIlI.v. [1913], pp. 548ss.; ms tarde dej esta opinin enfavor de la autora de Apolos), C. R. Gregory (Canon and Text olthe NT [Edimburgo,1907], pp. 223s.), E. Riggenbach (ZK, Leipzig, 1913), C. J. Cadous (Ext xxxiii [1921-22], pp. 536ss.), K. Bornhauser (Empfimger und Verfasser des Hebraerbriefs [Gtersloh,1932], pp. 75ss.), H. Strathmann (Der Brielan die Hebriier [Gottingen, 1937], pp. 64s.),A. Snell (New and Living Way [Londres, 1959], pp. 17ss.). De acuerdo con F. J.Badcock, "la voz es la voz de Bernab el levita, pero la mano es la mano de Lucas" (ThePauline Epistles and the Epistle to the Hebrews in their Historieal Setting [Londres,1937], p. 198); el p. 390, n. 3. (La atribucin a Bernab no est afectada de un modo ode otro por la existencia o contenido del trabajo posterior llamado Epstola de Bernab).

    63 Hace una lista de las cartas de Pablo como dirigidas a siete iglesias por sunombre y a tres individuos por su nombre, por lo cual claramente excluye Hebreos. Cltambin Victorinus de Pettau (d. 303) comentando sobre Ap. 1: 11.

    64 Cl c. H. Turner en Novum Testamenium Saneti lrenaei, ed. W. Sanday y C. H.Turner (Oxford, 1923), pp. 226s.

    65 Segn Photius, Bibliotheea 121; (f R. H. Connolly, "New Attributions toHippolytus", JThS xlvi (1945), pp. 199s.

    66 Segn Eusebio, Hist. Eecl. vi.20.3.67 Hist. Eecl., ibid.68 A. Souter, A Study oI Ambrosiaster (Cambrid'ge, 1905), pp. 171s.; The Earliest

    Latin Commentaries on the Epistles oI St. Paul (Oxford, 1927), pp, 53s, El comentariosobre Hebreos includo en algunos manuscritos entre los comentarios paulinos deAmbrosiaster es en realidad de Alcuin de York. (E. Riggenbach, Die altesten lateinisehenKommentare zum Hebraerbrief [Leipzig, 1907], pp. 18ss.). Pelayo considera a Hebreos

    XXXVI1l

  • INTRODUCCION

    Fueron Jernimo y Agustn quienes inclinaron la opmIOnoccidental hacia la aceptacin de Hebreos como una epstola paulina.No es que estuvieran convencidos de ello sobre bases de crticaliteraria sino porque, como una cuestin prctica, su canonicidadestuvo ligada con la creencia de su autora paulina. "Ms bien estoymotivado-escribi Agustn-por el prestigio de las iglesiasorientales que tambin incluyeron esta epstola entre los escritoscannicos."69 Aun as, las primitivas promulgaciones sindicas delCanon en occidente preservaron durante un tiempo una distincinentre esta epstola. y las otras adjudicadas a Pablo: tanto el Snodo deHippo en 393 como el Tercer Snodo de Cartago en 397 enumeran"De Pablo el apstol, trece epstolas; del mismo, a los Hebreos, una".Hasta el Sexto Snodo de Cartago (419 d.C.) no encontramos "catorceepstolas", en esas palabras, adjudicadas a Pablo, en trminos queAtanasia de Alejandra haba utilizado en su Carta Festal del ao367 d.C. De all en ms, la adjudicacin paulina se hizo tradicionaltanto en occidente como en oriente, aunque los comentaristas dejuicio crtico continuaron hablando de Clemente de Roma o de Lucascomo traductor o editor de la epstola. Es por eso que Toms deAquino dice que "Lucas, que era un excelente letrado, la tradujo delhebreo en ese griego elegante". 70

    Pero con la reapertura de las cuestiones tradicionales en la poca dela Reforma, se dirigi nueva atencin a la autora de Hebreos.Calvino 71 pens en Lucas o en Clemente de Roma como sus autores,no meramente como traductores o editores; entre tanto Lutero 72 fue

    como paulina, pero quizs no en el mismo sentido que las trece epistolas que llevan elnombre de Pablo; excribi algunos comentarios sobre ellas, pero no sobre Hebreos.

    69 Perdn de pecados, i. 50. En suma, Jernimo la acepta como paulina, junto con(dice) todas las iglesias de habla griega, aunque sabe que muchas de las latinas tienendudas sobre su autora; "y no importa de quin es ya que es el trabajo de un hombre deiglesia (ecclesiastici uiri) y es honrada diariamente al ser leda en las iglesias" (Epstola12

  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    aparentemente el primero que hizo la brillante suposicin de que elautor fue Apolos-una suposicin que ha convencido a muchos desdeaquella poca,73 incluyendo (en nuestros propios das) a T. W.Manson,74 W. F. Howard 75 y C. Spicq.76 Las caractersticasalejandrinas del pensamiento, estilo y vocabulario de la epstola sehan considerado como favorables a la autora de Apolos. Sinembargo, William Manson, mientras concede que "Apolos encaja a laperfeccin en el esquema por su origen judo-alejandrino y por sueducacin", encuentra "difcil creer que la iglesia de Alejandra nohubiese preservado algn conocimiento del hecho en vista deldistinguido rol de este hijo de Alejandra en la misin mundial, y queClemente no lo hubiese mencionado al escribir a los corintios, en cuyahistoria Apolos haba jugado un papel notable". Aade que "otrosintentos por descubrir la identidad del autor no tienen ms inters queun juego."77

    Entre otros intentos, debera mencionarse por cierto el de Harnackquien argument que la epstola fue escrita por Priscila y Aquila,siendo Priscila la parte dominante. 78 Sus cualidades como maestros

    ciertamente la obra de Apolos y expresa la misma opinin en su Comentario sobreGnesis, 1545 (edicin Weimar xliv, p. 709).

    73 Incluyendo (en sus das ltimos) a J. V. Bartlet ('The Epistle to the Hebrewsonce more", ExT xxxiv [1922-23], pp. 58ss.). c: la lista en Spicq, op. cit., i, p. 210, n. 2.

    74 Studies in the Gospels and Epistles, pp. 254ss.75 Interpretation v(l951), pp. 80ss.76 L'pitre aux Hhreux i, pp. 207ss.77 The Epistle to the Hebrews, pp. 171s. Especialmente cuando se sugiere un

    nombre como Pedro, como lo hace A. Welch, en The Authorship 01 the Epistle to theHebrews (Edimburgo y Londres, 1898).

    78 ZNW i (1900), pp. 16ss. (ej: p. xxxv, n. 55). c: J. R. Harris, Side-lights on NewTestament Research (Londres, 1908), pp. 148ss. (ver p. 302, n. 92). El nico lugar en laepstola donde los requerimientos de gnero de la gramtica griega indican el sexo delautor, se utiliza el masculino: en el cap. 11:32 el autor dice "el tiempo me faltaracontando ()Liyov.u;vov) . ..". Harnack (loe. cit., pp. 26s.) la llama "una frase indiferente"(queriendo significar, sin duda, que el masculino es puramente formal); Harris (op. cit.,p. 175) la trata ms seriamente: "este participio masculino es la verdadera piedra detropiezo, si queremos atribuir la epstola a los Hebreos (o siquiera el captuloundcimo) a Priscila ... y ... slo es justo decir que la evidencia adversa a la hiptesisPriscila en este punto es muy fuerte; y no sera apropiado curar al texto de su dificultadpor una enmienda conjetural a menos que el caso ya estuviera arreglado por otrasconsideraciones." Para Harris, resistir la tentacin de enmendar el texto en formaconjetural es ndice de un dominio de s no comn. (el tambin p. xxxv, n. 55, por elartculo de M. A. R. Tuker).

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  • INTRODUCCION

    estn testimoniadas por la instruccin que le dieron a Apolos;79estaban estrechamente asociados a Timoteo;8o fueron hospedadoresde una iglesia casera en Roma8! (si los saludos de Ro. 16:3-16 eranpara Roma); la transicin que va y viene entre "nosotros" y "yo" seraadecuada para un matrimonio;82 la desaparicin del nombre delautor de la memoria de la iglesia podra ser explicada por la mismatendencia antifeminista que desarrolla (especialmente el Cdice D) eltexto occidental al atenuar la parte relativamente prominente quePriscila juega en Hechos.83

    Varios de los nombres sugeridos pueden ser considerados, porqueno han dejado otros escritos por medio de los cuales podramosjuzgar si Hebreos est escrito en su estilo o no.84 Pablo se encuentraen el caso opuesto: es debido a que tenemos otros escritos indudablesde su pluma que podemos decir confiadamente con Calvino: "Lamanera de ensear y el estilo muestran fehacientemente que Pablo nofue el autor, y el escritor mismo confiesa en el segundo captulo que'lfue uno de los discpulos de los apstoles, que es totalmente diferentede la manera en que Pablo hablaba de s mismo.,,85 Lo que tienen en

    79 Hch. 18:26.80 Quien. como ellos, estaba en compaia de Pablo en Corinto y en Efeso

    (Hch. 18:5; 19:22; 1 Co. 16:10, 19).81 Ro. 16: 5 (de manera similar acomodaron una iglesia en su casa en Efeso durante

    su estadia alli; et: 1 Co. 16: 19).82 "Nosotros" mucho ms frecuentemente que "yo" (e: Harnack, loe. cit., p. 24).

    Uno puede recordar a Sidney y Beatrice Webb; cuando ellos decian "Nuestro pen-samiento cs ..... aquellos que los conocian saban que el quc se expresaba era elpensamiento de Beatrice.

    83 Para el texto occidental de Hch. 18:26 ver Aels, NICNT, p. 380, n. 50.84 Con excepcin de Lucas, a quien se le ha atribuido alguna parte en la

    composicin de la epstola desde Clemente de Alejandria. Ha sido considerado comoautor (no simplemente editor o traductor) por Calvino (con Clemente de Roma comoalternativa). F. Delitzsch (Commenlary on Ihe Epislle lo Ihe Hebrews [tr. inglesa,Edimburgo, 1872], ii, pp. 409ss.) y otros. Estilsticamente Hebreos est ms prxima alos escritos de Lucas que a ninguna otra cosa en el Nuevo Testamento; pero esto puedeser porque nuestro autor y Lucas se aproximan ms que otros escritores del NuevoTestamento a los modelos de la helenstica literaria-nuestro autor aun ms que Lucas."Hebreos puede ser ms tpica de la lengua culta de las clases educadas que cualquierotro documento del Nuevo Testamento" (M. E. Thrall, Greek Parlicles in Ihe NewTeslamenl [Leiden, 1962], p. 9). C: C. P. M. Jones, 'The Epistle to the Hebrews and theLucan Writings", en Sludies in Ihe Gospels, ed. D. E. Nineham (Oxford, 1955), pp. 113ss.

    85 Traducida por W. B. Johnston: Calvin's Commenlaries: The Epislle ... lo IheHebrews and Ihe Firsl and Seeond Epislles ofPeler (Edimburgo, 1963), p. 1. Hay traduccincastellana publicada por la Subcomisin de Literatura Cristiana de la Iglesia CristianaReformada (Grand Rapids, 1977).

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  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    comn Pablo y el autor de Hebreos es la enseanza apostlica bsica;pero cuando llegamos a los rasgos distintivos podemos decir concerteza que el pensamiento de la epstola no es el de Pablo, el lenguajeno es el de Pablo y la tcnica de citar el Antiguo Testamento no es lade Pablo. Para resumir, "No puedo aducir ninguna razn quedemuestre que Pablo fue su autor".86 As lo resume sabiamenteCalvino. 87

    El autor fue un cristiano de segunda generacin, muy versado en elestudio de la Septuaginta, a la que interpret de acuerdo con unprincipio exegtico creativo. Tena un vocabulario copioso y fuemaestro en fino estilo retrico, completamente diferente del de Pablo;muy bien podramos describirlo como un "varn elocuente, poderosoen las Escrituras".88 Era un helenista, que hered las caractersticas deaquellos helenistas descritos en Hch. 6-8; 11: 19ss., los compaeros deEsteban y Felipe, pioneros en la misin a los gentiles.

    "Pero en cuanto a quin escribi realmente la epstola, Dios sabe laverdad de la cuestin." An hoy no hemos ido mucho ms all de laconfesin de ignorancia que hizo Orgenes. "Puede haber sido, sinembargo, alguna compensacin por nuestra ignorancia, el quehayamos llegado a comprender que el cristianismo primitivo fue aunms rico en mentalidades y personalidades creativas que lo que laexigua evidencia sobreviviente de la tradicin nos ha dado aentender." 89

    86 bid.87 La ltima defensa sustancial de la autoria paulina es de W. Leonard, The

    Authorship 01 the Epislle lO Ihe Hebrews (Londres, 1939). No se le puede conceder pesoalguno al argumento de que Hebreos es la carta paulina mencionada en 2 P. 3:15,escrita "a los mismos cristianos hebreos" (A. Saphir, Expository Leetures onthe Epistle to the Hebrews i [Londres, 1874], p. 2); 2 P. no fue escrita especialmente alos "cristianos hebreos" y la referencia de 2 P. 3: 15 seguramente es a Ro. 2:4. En cuantoal argumento de que Hebreos debe ser paulina porque entonces el nmero de las epis-tolas paulinas es un mltiplo de siete (el E. W. Bullinger, Number in Scripture [Londres,1913], p. 26, tambin pp. 37ss.), es una curiosidad que no tiene lugar alguno en elestudio serio de la Biblia. Y decir, como lo hace otro expositor, que "la tendenciaapostlica oculta resulta evidente a una mente espiritual" (J. N. Darby, ColleetedWritings [Londres, 1867-83], xxvii, p. 615), es decir simplemente que el expositorsiente que el apstol fue el autor.

    88 La descripcin de Apolos en Hch. 18:24, ERV. Si ;.YlOs significa "docto" o"elocuente" (RVR, BJ, VP) es dudosa; puede haber sido cualquiera de los dos y Apolospudo haber sido ambas cosas.

    89 W. Manson, The Epistle to the Hebrews, p. 172. Cl B. F. Westcott, Thl' Epistle lothe Hebrews, p. Ixxix.

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  • INTRODUCCION

    (d) FechaCundo fue escrita? Debido a la ausencia de evidencias claras en

    cuanto a la identidad de los destinatarios o del autor, la fecha de laepstola tambin es incierta. La evidencia externa (la cita casi textual dela epstola que hace Clemente de Roma en c. 96 d.C.) indica unafecha dentro del primer siglo; y tambin la evidencia interna, de acuerdocon la cual el autor y probablemente sus lectores llegaron a conocerel evangelio a travs de gente que haba escuchado personalmente laenseanza de Jess (cap. 2:3). Si Timoteo, cuya libertad se anuncia enel cap. 13:23, es (como parece probable) el joven colega de Pablo deese mismo nombre, puede indicarse una fecha dentro de su activavida, pero como no sabemos cundo naci Timoteo (eraconsiderablemente ms joven que Pablo y puede ser que an nohubiese salido de la adolescencia cuando Pablo lo adopt comomisionero adjunto en el ao 49 d.C.) ni cundo muri, esto no nosayuda mucho.

    Si las palabras del cap. 12:4 "Porque an no habis resistido hastala sangre, combatiendo contra el pecado",90 deben ser tomadasliteralmente, significaran que la comunidad a la cual estaban dirigidasan no haba sido llamada a sufrir la muerte por la fe, sean cualesfueren las formas menores de persecucin soportadas. Esto pareceraexcluir a la iglesia de Jerusaln, y si la epstola fue enviada a Roma,tendra que haber sido fechada antes de la persecucin del ao 64 d.C.(la persecucin menor del cap. lO:32ss. podra ubicarse en Romaalrededor del ao 49 d.C.).91 De cualquier manera, si el lenguaje delcap. 12:4 es figurado (en el sentido de que "hasta la sangre" noimplique el derramamiento verdadero de su sangre)-y esto parece unmodo menos natural de interpretarlo--entonces el campo est muchoms abierto. Los destinatarios podran ser entonces cristianos enRoma (o en cualquier otra parte) de la poca de Domiciano (81-96 d.C.) y los eventos del cap. 10:32ss. podran ser los del ao64 d.C. 92 El punto de vista adoptado tentativamente en estecomentario es que la epstola fue escrita antes, pero no mucho antes,del comienzo de la persecucin en Roma, en al ao 64 d.C.

    90 Ver p. 360 con n. 64.91 Ver pp. 271ss. con nn. 176-183.92 el T. Zahn, 1NT ii (Edimburgo, 1909), p. 347; contrariamente (yen forma

    correcta) E. Riggenbach, ZK, pp. 332s.: "En He. 10:32-34 no hay la menor alusin a lamuerte de los mrtires".

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  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    Otra manera de acercamiento a la fecha es preguntarse cmo seubica en relacin con la destruccin del templo de Jerusaln y el cesedel culto, en el ao 70 d.C. Es cierto que no hay una referenciaevidente al templo; los detalles del ritual que figuran en la epstola hansido sacados, en su mayora, del relato veterotestamentario acerca deltabernculo. Sin embargo, en principio, el tabernculo y el temploeran uno: el ritual del primero era tambin el ritual del segundo. Ynuestro autor escribe como si el ritual estuviera en pie. "Y asdispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernculo entran lossacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en lasegunda parte, slo el sumo sacerdote una vez al ao, no sin sangre, lacual ofrece por s mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;dando el Espritu Santo a entender con esto que an no se habamanifestado el camino al Lugar Santsimo, entre tanto que la primeraparte del tabernculo estuviese en pie. Lo cual es simbolo para eltiempo presente, segn el cual se presentan ofrendas y sacrificios queno pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practicaese culto" (He. 9:6-9). El tiempo presente repetido en este pasaje serams adecuado si este estado de cosas estuviese vigente; pero podra serexplicado como un presente literario, que presenta vvidamente elestado de cosas descripto en el relato del Antiguo Testamento. Otravez ms, cuando nuestro autor cita la profeca de Jeremas acerca delnuevo pacto,93 reafirma que la misma mencin de un pacto nuevoimplica la supresin del antiguo, y aade: "Y lo que se da por viejo yse envejece, est prximo a desaparecer" (cap. 8: 13). Esto hubiese sidoespecialmente adecuado para el perodo que precedi inmediatamenteal ao 70 d.C. Por otro lado, podra decirse que simplemente estestableciendo una verdad general y aplicndola a la situacin de esemomento, con la consecuencia de que la profeca de Jeremas, en smisma, implicaba la disolucin inminente del antiguo pacto y todo loque iba con l.

    Ms adelante, al mencionar la repeticin sin fin de los sacrificiosofrecidos bajo la ley, l dice que nunca podran hacer que losofrendantes alcanzaran perfeccin (es decir, acceso inmediato ypermanente a Dios}-"De otra manera cesaran de ofrecerse" (cap.10: ls). Esto 'podra significar que la legislacin del AntiguoTestamento no prevea el fin del orden sacrificial, sino que proyectaba

    93 Jer. 31:31ss. (ver pp. 171ss.).

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  • INTRODUCCION

    su continuacin en forma indefinida; pero si en realidad el ordensacrificial se haba detenido completamente para la poca en queescribi nuestro autor (como sucedi en el verano del ao 70 d.C.),94el conocimiento de este hecho seguramente hubiese modificado suspalabras aqu. En suma, hay varios pasajes que, si bien no demandanuna fecha anterior al 70 d.C., hubiesen tenido importancia especial sien realidad el templo de Jerusaln se hubiese mantenido en pie y elculto hubiese seguido, mientras que no hay ningn pasaje que sugieraque el santuario y el culto fueran en ese momento cosas del pasado.

    Tambin est la cita del Salmo 95:7ss. en el cap. 3:7ss., con sunfasis sobre los cuarenta aos de tentacin y provocacin en eldesierto. El perodo de cuarenta aos no est relacionado expl-citamente con la situacin contempornea, pero tambin aqu ellenguaje sera el ms directo si en realidad se estuviera acercando elcuadragsimo ao a partir de los eventos cruciales del ao 30 d.C.95

    (e) CanonicidadCanonicidad y autora son, en principio, bastante distintas, pero en

    los primeros aos del cristianismo, como una cuestin prctica, lacanonicidad de los libros del Nuevo Testamento y su autoraapostlica frecuentemente iban unidas, y en ningn otro caso tantocomo en relacin con esta epstola. Agustn y Jernimo, como hemosvisto, siguieron el precedente alejandrino de reconocer a Hebreoscomo una de las epstolas de Pablo, no tanto porque estuvieranconvencidos de la evidencia interna de que fuera suya (a decir verdadmantenan dudas personales sobre la cuestin) sino porque laadscripcin de la autora apostlica salvaguardaba su statuscannico.96

    Puede decirse que Hebreos recibi por primera vez una suerte destatus cannico cuando fue incorporada por un editor del segundosiglo (con toda probabilidad en Alejandra) dentro del corpusPaulinurn. 97 De all en ms su canonicidad no fue cuestionada en

    94 Josefa (Guerrus vi. 94) registra la cesacin del sacrificio diario el da 5 de agostodel 70 d.C.. con una solemnidad que sugiere que vio en ello el cumplimiento deDn.9:27.

    95 Ver p. 66 con n. 57.9b Ver p. xxxix con n. 69.97 Ver p. xxxiv con n. 51. Ocup varias posiciones en relacin con las epstolas

    paulinas. En p46 (el manuscrito ms antiguo del corpus Paulinum) y originalmente en

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  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    Alejandra.'!8 Orgenes no dud de su mrito cannico, cualesquierahayan sido las reservas que albergaba acerca de su autora. El ejemplode Alejandra fue seguido por Siria; Eusebio de Cesarea incluye aHebreos entre los libros "reconocidos", aunque sabe acerca de lasdudas que existen en occidente;'!'! y los padres siriacos, desde Efrn(c. 300-373) en adelante, dejan en claro que su canonicidad yapostolicidad eran indiscutibles en aquella parte del mundo. El NuevoTestamento Peshitta la incluy desde el principio.

    En occidente ocurri de otro modo. Algunas historias del Canondel Nuevo Testamento no han dejado suficientemente claro que elhecho de que un libro sea conocido y citado no equivale a que searecibido como cannico. Esta distincin ha sido bien ilustrada por lahistoria de Hebreos en occidente. Hasta donde alcanzan los registrosexistentes, la epstola fue conocida y citada en occidente algunasdcadas antes de que fuera conocida en oriente, pero occidente fuems lento para concederle su status cannico. Clemente de Roma laconoce tan bien que mezcla su lenguaje con el propio, l 00 pero noexiste en su carta ninguna sugestin de que Hebreos sea consideradacannica o apostlica. Hermas la conoce casi con seguridad. lolValentino parece conocerla y se hace eco de su lenguaje;102 hayalusiones posibles a ella, aunque no ciertas, en Justino Mrtir. l03Gayo de Roma, evidentemente, no la trat como apostlica o

    Siria, aparece segunda, despus de Romanos. Sigue a Segunda Corintios en el CpticoSahdico; segua a Glatas en el arquetipo de B. En las grandes !!nciales y en Alejandrageneralmente aparece entre las cartas de Pablo a las iglesias y las dirigidas a individuos.En occidente, y ms tarde en Siria, ocup la posicin con la que estamos msfamiliarizados: despus de las trece epstolas que llevan el nombre de Pablo; estaposicin refleja la larga vacilacin occidental en reconocerla como una epstola paulina.Ver W. H. P. Hatch, "The Position of Hebrews in the Canon of the NT', HThR xxix(1936), pp. 133ss.

    98 Pantaneo, Clemente, Orgenes, Dionisia, Teognosto, Pedro Mrtir, Alejandro yAtanasia de Alejandra, todos atestiguan la tradicin unnime de su iglesia.

    99 Hist. Eecl. iii. 3.5 ("las catorce cartas de Pablo son obvias y claras").100 Ver p. xxxiv, n. 53.101 Ver p. 67, n. 61; p. 263 con n. 142.102 Ver p. 52, n. 86 (con la referencia all).103 El hecho de que 1ustino llame a Cristo CX1W(HOeOC; (Primera Apologa 12:9;

    63:5, 10, 14; el He. 3:1) y &.PXlr.pF.C; (Dilogo con Trifn 116:1) puede denotar depen-dencia de Hebreos como puede tambin hacerlo su designacin como &.pxlI:rl/:c; porIgnacio (Filadelfos 9: 1, "el sumo sacerdote a quien se la ha confiado el santsimo")y probablemente por Policarpio (Epstola 12:2 "el eterno sumo sacerdote").

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  • INTRODUCCION

    cannica; ni tampoco lo hizo Ireneo ni Hiplito. La poslclOn dereneo es notable, en vista de su procedencia asitica. 14 El CanonMuratorio (c. 190 d.C.) no la menciona (de acuerdo con su lista,Pablo escribi cartas a siete iglesias, lo que excluye a Hebreos).Tertuliano, como hemos visto, tena un alto concepto de ella y estabadispuesto a acordarle su autoridad cuasi-apostlica, aunque aceptabaa Bernab como su autor. Finalmente, la posicin alejandrina tantoacerca de la canonicidad como de la apostolicidad triunf enoccidente, y ya hemos visto que la epstola fue includa en el Canonpor el Snodo de Hippo (393) y por los Snodos de Cartago Tercero(397) y Sexto (419).

    "'O jetix culpa!", dice W. F. Howard, sugiriendo que debemos lapresencia de Hebreos en el Nuevo Testamento al "juicio crticoequivocado de la iglesia primitiva".105 Pero uno puede preguntarse sien realidad, el mrito intrnseco de la epstola no se habra ganadopor s mismo un lugar en el Canon aunque el nombre de Pablo nuncahubiese estado asociado con ella. Al menos, cuando se reabri lacuestin durante la Reforma, la incertidumbre acerca de su autora noafect su reconocimiento cannico. Lutero, por cierto, le dio lo quepodra llamarse status deuterocannico, pero no fue por su autora nopaulina sino ms bien por su estimacin personal acerca de su calidad,porque reconoci que algo de "'madera, paja o heno" podaencontrarse mezclado con el "oro, plata y piedras preciosas" constru-dos en su trama. 16 Calvino, por otro lado, aunque estaba

    104 Ver p. xxxviii, n. 64. Eusebio le atribuye a Ireneo "un pequeo libro de variosdiscursos en el cual menciona la Epstola a los Hebreos y la as llamada Sabidura deSalomn, poniendo al lado de cada uno de ellos ciertas citas tomadas de aquellas."(Hisl. Ere/. v. 26). Marcin, que tambin vena de Asia Menor. no incluy Hebreos ensu Aposlo/ikoll; aparte de la cuestin de su autora, el contenido total de la epstola lehubiese impedido aceptarla.

    105 En The Bible in lIs Ancient and English Versions, ed. H. W. Robinson (Oxford,1940), p. 68-

    106 Prefacio a Hebreos (edicin Weimar, vii, pp. 344s.) "Uno no debe colocarla entodo al mismo nivel que las epstolas apostlicas," aunque contiene mucha instruccinbuena que dcbc ser recibida "con todo honor". Por cierto, al comcntar Gn. 14: 18-20,llama a Hc. 7: Iss "el testimonio del Espritu Santo" ms digno de confianza (edicinWeimar, xlii, p. 545). En la lista de libros de su Nuevo Testamento Lutero numera losprimeros veintitrs como "los ciertsimos libros primordiales" en orden seriada, perosepara dc ellos los cuatro restantes--Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis-- por unespacio y no les da nmero de serie. La edicin de Colonia de Tyndale hace lo mismo (y

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  • LA EPISTOLA A LOS HEBREOS

    perfectamente seguro de que Pablo de ninguna manera fue su autor, ledio un gran valor a su autoridad. "La clasifico sin dudas entre losescritos apostlicos",107 dijo; "no dudo de que ha sido por obra deSatans que algunos han sido inducidos a disputar acerca de suautoridad. Ms aun, no hay ningn libro en las Sagradas Escriturasque hable tan claramente del sacerdocio de Cristo, que exalte tanto lavirtud y dignidad de aquel nico sacrificio verdadero que l ofrecicon su muerte, que trate tan abundantemente el uso de ceremonias ascomo su abrogacin y, en una palabra, que explique tancompletamente que Cristo es el fin de la Ley. No permitamos, por lotanto, que la Iglesia de Dios o nosotros mismos nos veamos privadosde un beneficio tan grande, sino que defendamos firmemente suposesin." 108

    La cualidad cannica de la epstola, habiendo sido distinguida tanclara y apropiadamente de la cuestin acerca de la autora, continasiendo reconocida por la iglesia, segn lo que es justo.(f) Hebreos y el Antiguo Testamento

    Al margen de las notas personales que estn al final, la Epstola alos Hebreos no es una epstola o carta en el sentido estricto deltrmino. El mismo autor define su carcter literario: es una "palabrade exhortacin", como lo indica en el cap. 13:22.109 Una "palabra deexhortacin" es una forma de sermn u homila, como lo deja enclaro Hch. 13: 15, donde los dirigentes de la sinagoga de Antioqua dePisidia invitan a Pablo y a Bernab a hablar si es que tienen "algunapalabra de exhortacin para el pueblo". El sermn de Pablo que estresumido en los versculos siguientes es un buen ejemplo de una"palabra de exhortacin".110 La diferencia principal entre un sermnas y la Epstola a los Hebreos es que el primero fue hablado y el

    por cierto que este orden fue seguido en ediciones sucesivas de la Biblia inglesa hastaque la Great Bible de 1539 revirti al orden familiar). Pero no hay ninguna razn enespecial para pensar que Tyndale comparta la evaluacin deuterocannica que hacaLutero de Hebreos y de los otros tres libros; ms aun, en su prefacio a Hebreosretiene la referencia de Lutero al "oro, plata y piedras preciosas" pero no dice nada de"madera, paja o heno".

    107 "Apostlicos" en autoridad ms que en autora.108 Tr. inglesa de W. B. Johnston (el p. xli, n. 85), p. 1.109 Gr. cyor; (T~r;) nrxprxK)JUCWr;. Ver p. 418.110 G. Vernes clasifica a Hebreos y a la Admonicin zadokita en el mismo gnero

    literario (The Dead Sea Serolls in English [Harmondsworth, 1962], pp. 96s.).

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  • INTRODUCCION

    segundo, escrito. "Es un midrash (comentario), en prosa griegaretrica, es una homila." 111

    Una homila de sinagoga estara basada en uno o ms textos b-blicos, extrados con preferencia de las lecciones para ese da. LaProfesora Aileen Guilding seala que los primeros captulos deHebreos parecen estar basados en las lecturas de Pentecosts, en lostres aos sucesivos del leccionario trienial: Gn. 14:18-15:21 (lahistoria de Melquisedec y el pacto con Abram), Ex. 19 (la llegada alSinI) y Nm. 18 (el relato de la vara florecida de Aarn)112; y enSal. 110, al cual se llegaba en Pentecosts en el tercer ao del recitadotrienial del Salterio. 113 Ms adelante sugiere que la estacin entrePentecosts y el Ao Nuevo formaba el trasfondo de una parte de ladidaqu cristiana, posiblemente llamada "El Camino", y seala que eltema de un "camino nuevo y vivo" es prominente en Hebreos,mientras que las lecturas de Pentecosts y de Ao Nuevo e.stnresumidas en el cap. 12: 18ss. (los temas de Ao Nuevo eran el registroen el cielo y el juicio divino).114

    El Antiguo Testamento es citado regularmente a lo largo de la eps-tola en la versin Septuaginta. Distinguiendo dos revisiones crticasde la Septuaginta, correspondientes principalmente a los textosexhibidos por los Cdices A (Alejandrino) y B (Vaticano), cerca dedos tercios de la citas de Hebreos estn de acuerdo con el texto de A,y cerca de un tercio con el texto de B. La inferencia natural es quenuestro autor utiliz un tipo de texto ms primitivo que el texto A o

    111 (j. Zuntz. The Text ol the Epistles. p. 286. Como razn sobresaliente paradescribirla as. el Profesor Zuntz menciona su uso repetido de synkrisis-"un recursotradicional de retrica encomistica griega y latina: la persona o el objeto a ser alabadosc coloca al lado de cspecmenes notables de una clase comparable y su superioridad

    (I)nf.pox~) se preconiza ... y as lo hace Hebreos al contrastar a Jess y su Iglesia. conngeles, Moiss, Melquisedec, sumos sacerdotes, la sinagoga, los 'hroes de la fe', etc."Este argumento a frtiori es sustancialmente el utilizado por los rabes bajo ladesignacin qal wii-homer nigero y pesado"); el caps. 1:4; 3:3; 12:4; tambin p. 2, n. 6;p. 29, n. 4; p. 361, n. 74).

    112 JThS, N.S.iii (1952), p. 53; The Fourth Cospel and Jewish Worship (Oxford,1960), p. 72. Si incluimos las lecturas para los sbados siguientes tenemos la inau-guracin del "antiguo pacto" (Ex. 24) y el ritual de la vaca alazana (N m. 19); (: cap.9:19 (pp. 217), Toda esta cuestin