Esta pùblicación está escrita, editada e ilustrada por alumnos y alumnas de Taller de escritura creativa (primavera 2010) - GES

Institut Obert de Catalunya

EQUIPO DE REDACCIÓN DE LA REVISTA

Guido Massimo Caporali Thomas (BCN)Marcelino Cid Jiménez (BA)Daniel Gómez Olmo (ML)Alba Bosch Navarro (BCN)Maria Dolores Collantes Santalucia (REB)David Giménez Cid (AM)Jaume Molas Carrera (MP)Yolanda Rodriguez Martín (IG)Jonatan Ros Muñoz (BCN)Sílvia Monfort Nogués (VI)Pol Montero Gascó (EH)Juan José Navarro Samper (AM)Natalia Gutierrez Revidiego (MAV)Judit Montilla Verges (PR)Francisco Javier Muñoz Sánchez (IG)Maria Mercedes Rosselló Casulà (ML)Inés Sánchez Fumado (ML)Laura Utrera Ramirez (SA)Vanessa Carol Morales (MP)Josep Colomé Doménech (AM)Juan Manuel Hernandez Garrote (EH)Vicenç Baldero Belinchon (BCN)Esther Gonzalez Rastrojo (EV)Luisa Orozco Perez (SO)Julia Sainz Garcia (BCN)Alexandre Torres Gonzalez (CM)

Mi yo escritorNo hace falta ser escritor para escribir, porque todos somos algo de escritores, unos más que otros. Unos nacen con un don especial y proyectan lo que en su mente se va ideando y plasman en una hoja, redactando lo que al final se convierte en novela. Otros intentan timidamente conjugar las palabras y a veces no surge nada porque el bloqueo mental les impide plasmar las ideas creativas.

Mi opinión para soltarnos y dejar que las palabras se unan, formando una historia, sería el dejarse llevar por el momento de inspiración e ir anotando lo que va surgiendo de nuestra mente, así también empezar escribiendo sobre nosotros mismos y cuando sintamos la necesidad de explicar algo a alguien, no importando el estado de animo, pues ¿no es verdad que estando alegres o tristes siempre tenemos la necesidad de explicarlo a alguien?

Kevin González Roldán (IG)

Tal como apuntáis la mayoría de vosotros, yo opino que no hace falta ser un escritor para escribir. Pero si es muy importante por no decir imprescindible, tener léxico, porque así no cometemos el error de repetir palabras y expresiones. ¿el bloqueo creativo existe? por descontado, nos pasa a menudo sin tener que hacer algo expresamente, puedes estar en otras cosas, problemas, asuntos... o simplemente no estar inspirado. Pero os comentaré un truquillo que a mí, me ha funcionado para la realización de otras cosas que también requieren inspiración e ideas, y es llevar siempre encima una libretita dónde poder anotar todo tipo de cosas que se te pasan por la cabeza, cosas que oyes, detalles que ves, frases, palabras... Es realmente efectivo y esas cositas que vas apuntando, un día te sirven por ejemplo, para empezar una historia, idear o plantear una colección de moda, un cuadro... os irá genial para muchas cosas y además no dejas pasar pequeñas inspiraciones, que no siempre aparecen cuando las necesitamos o queremos en un momento determinado. No creo que haya que tener una actitud emocional adecuada o no para escribir, pero si tener una predisposición y estar concentrado y no con mil cosas al rededor, con lo que no puedas concentrarte en lo que escribes y como dice nuestro compañero José Antonio, tener ciertos conocimientos.

Gemma Asensio Ortiz(BCN)

Yo creo que no hace falta ser escritor para escribir historias. Sin embargo, lo que también creo es que hay que tener afición por la lectura y una cierta práctica. Es por ello que para el escritor novel no siempre resulta fácil la tarea de narrar el hecho que se quiere contar, sobre todo lo más difícil es empezar porque entonces es el momento en el que el autor se enfrenta a la situación de tener el folio en blanco. Para perder ese miedo y superar el bloqueo mental , una solución la podemos encontrar replanteándonos la narración y pensar en lo qué queremos decir y cómo lo queremos decir, simplificando el problema y estructurando las ideas.Por otra parte, hemos de desarrollar la creatividad para redactar una narración sobre nosotros mismos o a cerca de algún acontecimiento que ocurra en nuestro alrededor. Además, si queremos realizar una narración sobre nosotros mismos tenemos que ser lo más sinceros y objetivos posible, ya que esto es lo más difícil al tener que hablar de uno mismo.

Diego Golsteo Mureno(AM)

Detrás del firmamento“Historia” por Beatriz Barea Caballero(BCN)

Aunque esta historia es en algunos momentos muy gótica, la forma de escribir nos ha llamado mucho la atención, ya que utiliza frases con mucha carga poética. En algunos momentos el texto no se sigue bien ya que los signos de puntuación están mal situados pero es indudable la facilidad de palabra que tiene Beatriz. El último mensaje de la historia es muy contundente.

Empuñando hacia él, el cuchillo con el que había pasado de ser víctima a verdugo. Te conozco, y sé que estás arrepentido, siempre has sido una buena persona- dijo el de arriba. Entre sollozos, contestó que quería morir, que era un asesino, por haberle quitado la vida a la persona que le había arrebatado a la madre de sus hijos. El todo poderoso, con una voz sería y contundente, le pidió que dejara de llorar, y le dijo que el corazón no tiene dueño. No podemos elegir a quien amamos, y jamás se puede cambiar el destino. Por eso estás aquí, conmigo -añadió. El firmamento es algo eterno, lleno de estrellas, de almas perdidas, tú has pecado de impulsivo, te has dejado llevar por la rabia y no por el corazón. Sé que eres una buena persona, amigo de tus amigos, buen padre y esposo, lo que iba a ser un escarmiento ha tenido un trágico final y debes pagar por ello. Mientras escuchaba estas palabras, el verdugo alzo el cuchillo y se lo clavó en el corazón.

El no sabía que en el firmamento, todo es efímero, de nada serviría clavárselo, esa no era la forma de arreglar lo sucedido. Hay que pagar por los errores que cometemos, dejando a un lado la forma más sencilla.

La muerte nos tiene que encontrar, no hay que buscarla.

“El último viaje” por Jose Maria Canales Mateo (MP).

La historia de Jasé María Canales, aunque no ha seguido los requisitos en los que se pedía continuar una historia a partir de un comienzo, es una historia que me ha emocionado. La forma de escribir es muy buena y profunda, haciendo que el lector quiera seguir leyendo. El final, aunque acaba demasiado rápido, es muy profundo.

Eran años difíciles en la Tierra, la última guerra había acabado con millones de personas, los que no perecieron deambulaban sin fuerza y sin ánimo con la única esperanza de que todo acabara para siempre; la Tierra se había convertido en un lugar inhóspito, de frías noches y días calurosos, la tristeza se había adueñado de todo lo que podían alcanzar mis ojos, mis seres queridos habían desaparecido, estaba solo ante tanto horror.

Anduve por muchos pueblos, buscando una respuesta a tanto dolor, busqué en los confines del mundo en busca de alguna respuesta y cuando ya no me quedaban fuerzas lo encontré a Él, sentado bajo un robusto árbol, en la cima de la más alta montaña, donde se contemplaba una bonita puesta de sol. Al acercarme, Él me sonrió y con sus brazos abiertos me recogió, mis rodillas se clavaron en el suelo, pidiéndole su bendición y pregunté: ¿Comprende usted el significado del firmamento?

A lo que Él me contestó: Si creo que lo comprendo, pero sepa usted que fui yo quien lo hizo, dijo llorando.

Sus lágrimas eran como destellos de luz, sus cabellos plateados ondeaban con el viento, sus manos fuertes y grandes se alzaron hacia el sol y dijo: Te estaba esperando, eres el último de los que he venido a buscar. Todo empieza cuando todo acaba. Una espada de calor atravesó mi corazón, una sensación de paz y amor invadió todo mi ser y me fui, me fui con Él.

“El firmamento” por Marta Gich López (LS)

Hemos seleccionado este texto por diferentes motivos: primero, cumple con la estructura del texto narrativo: introducción, nudo y desenlace. Además la ortografía ha sido bastante buena.Pero lo que más nos ha gustado ha sido la originalidad, con respecto a los otros textos. La autora ha dedicado tiempo a su relato, ya que este es extenso y además emotivo. El texto de Marta tiene un lenguaje bastante rico. Utiliza mucho la descripción, lo que hace que las situaciones y los personajes nos sean muy cercanos. También como original, utiliza la técnica del flashback, retrocede en el tiempo y explica un hecho que ocurrió en el pasado.

- ¿Cómo puede usted hablar con esta ironía Sr. Votwin? ¿Y el motivo de sus lágrimas? ¡Acérquese!Votwin con la mirada perdida en el vació y una expresión triste y afligida se levantó de la silla y se dirigió hasta la mesa del profesor Astran, como siempre repleta de libros.El profesor Astran con el rostro curtido y una expresión sincera le preguntó modestamente:-Cuéntame el motivo de tus inquietudes no dejes que te atormenten, ¡cuéntamelo!- Verá profesor Astran, todo sucedió un 29 de Agosto, los rayos del sol deslumbraban y hacían subir los termómetros hasta los 35 grados. Me estaba tomando un refresco, cuando de pronto, todo empezó a descontrolarse, la gente iba de un lado para otro llorando y gritando sin consuelo por lo que había ocurrido, se trataba de una tragedia. Empezaré por el principió.Debo reconocer que admiraba a mi hermano de la cabeza hasta los pies, su expresión sonriente, optimista, inquieta, ingeniosa y sincera despertaban un gran interés en mi.Desde mi niñez cada noche junto a Gein, solíamos observar estrellas, cometas, asteroides, constelaciones, planetas y otros astros descubriendo un sin fin de cosas nuevas, era una pasión que nos unía de una manera desmesurada a pesar de nuestra diferencia de edad.Una mañana Gein salió de casa para acudir a sus clases de astronomía, ya cursaba el ultimo año en la Universidad y sus notas eran de lo más brillantes, realmente su talento era excelente.Una noche de primavera tumbados en la hierba del jardín pudimos gozar de una espectacular lluvia de estrellas fugaces que iluminaban el cielo.Pasado un rato Gein se acercó al garaje que teníamos a unos metros y seguidamente se dirigió a mí con una caja que contenía algo muy grande y que por la expresión de su cara debía pesar mucho.En aquel momento me lo entrego y me dijo que era para mí. Sorprendido y nervioso rompí el papel en el cual estaba envuelto el paquete, y pude ver que era el telescopio que tantas veces había deseado, junto al telescopio se encontraban dos pequeños libros que contenían información sobre los astros.Aquella noche fue inolvidable, el telescopio que me regaló Gein era de grandes dimensiones y alcanzaba distancias muy largas, aquella noche pude observar planetas, los cráteres de la luna y observé increíbles imágenes de un mundo del cual me quedaba mucho que aprender.Pasados unos días Gein llegó a casa y nos comunicó una noticia que nos dejó el estómago encogido. Nos anunció que la Nasa lo había elegido como tripulante para una misión muy importante la cual no podía desvelar. Dijo que le habían dicho que él requería de una sabiduría que les podría servir de gran ayuda. Gein lo tenía muy claro y más aún tratándose del espacio, el hecho de poder estar tan cerca del firmamento despertaba una curiosidad en él, en la cual no había marcha atrás.Era 29 de agosto, y hacía un calor insoportable, cuando mi familia y yo nos dirigíamos junto a Gein hacia el centro de investigación de la Nasa para despedirle.Aquel lugar era enorme, la base estaba ubicada a las afueras de Haston , nunca antes había visto algo igual, los científicos, ingenieros y astronautas trabajaban, perfeccionaban y hacían pequeñas revisiones antes del lanzamiento del cohete.Mientras tanto yo observaba a Gein , que con su andar firme y seguro se iba alejando de mi.Llevaba allí más de 6 horas, me sentía cansado y ya me había tomado dos cafés, en las instalaciones había colocadas unas pantallas gigantes para poder observar todos y cada uno de los movimientos del cohete, cuando de pronto sonó una sirena fuerte y resonante que alertaba del lanzamiento del cohete 448.El lanzamiento fue todo un éxito, aunque algo dentro de mi me decía que no volvería a ver a Gein,

y no me equivoque , unos minutos más tarde desde las pantallas pude observar como el cohete caía con fuerza , perdía altura, y se desvanecía en mil pedazos en el espacio. Durante unos instantes se mantuvo un silencio absoluto que de pronto se convirtió en un sin fin de idas y venidas, gritos, llantos, descontrol en definitiva, una tragedia.Me dijeron que había entrado en una fase de shock, porque no me acuerdo ni de como salí de aquel lugar donde la angustia y la desesperación eran los protagonistas, solo sé que un hombre que decía ser muy amigo de Gein me llevó a casa y cuidó de nuestra familia durante un tiempo hasta asimilar su muerte.El amigo de Gein se llamaba Griffi y tenía 4 años más que mi hermano, la verdad se portó muy bien conmigo y me contó cosas sobre Gein que me resultaron de gran ayuda y admiración. Pocos días antes de irse, Griffi me entrego una carta que había escrito Gein para mí, decía lo siguiente:“El cielo siempre ha atraído la atención de los sueños y del hombre. Yo nací para cumplir mi sueño y en esta gran bóveda celeste lo encontré. Mira todas las noches con tu telescopio al cielo antes de acostarte, y busca en el firmamento porque a lo mejor no soy la estrella más alta ni la que más brilla, pero salgo todas las noches para que un día me encuentres y te reúnas junto a mí”.Desde aquel 29 de agosto todas las noches observo el firmamento sin resultado alguno, esperando algún día alcanzar mi sueño,-¿Entiende ahora mi ironía profesor Astran? ¿Y el motivo de mis lágrimas?

“Continuación de la historia” por Maria Dolores Collantes Santalucia (REB)

Este texto lo hemos seleccionado también por su originalidad. La ortografía también es bastante buena. Además cumple con la estructura del texto narrativo, aunque el desenlace no está muy logrado, a no ser que la autora quisiera un final abierto.

El relato es de fácil lectura e intrigante hasta el final, mantiene el suspense en todo momento. La escritora también describe con detalles las escenas y los personajes, lo que hace que rápidamente les pongas cara a los personajes y visualices el lugar.

Me hubiera gustado un final en el que quedara claro qué pasa con Juan, ya que el hecho de que haya la posibilidad que lo encarcelen, sin saber si ha asesinado al sr. Josep, o si bien ha sido un suicidio…bueno hay diferentes posibilidades, pero uno se queda con la sensación de la historia tiene que continuar.

-De verdad Sr. Josep... A veces se me olvida porqué está usted aquí encerrado.- dijo el celador del Hospital de la Santa Cruz, a un paciente que tertuliaba con el muy a menudo.

En aquellas noches de largos paseos por los pasillos oscuros y tenebrosos, Juan, el celador del Hospital de enfermos mentales de la Santa Cruz, tenía compañeros de charlas nocturnas poco corrientes, entre ellos Josep, un viejo encantador con el pelo canoso, la frente llena de arrugas y un pequeño problema… que se creía Dios, además de sufrir insomnio por sus delirios nocturnos.

El día que no se tomaba la pastilla porque la enfermera del turno de noche no se había quedado hasta ver como la tragaba, Juan sabía que le tocaba charla de Teología.

Josep era un antiguo eclesiástico con mucha cultura, esta cultura y unos momentos lúcidos en sus conversaciones hacían que Juan olvidase por completo que hablaba con un enfermo mental.

El celador cogió su linterna, las llaves, el intercomunicador y se despidió de Josep – Ande túmbese y deje de llorar, que lo hizo usted muy bien.- le dijo dándole una palmadita en la espalda y arropándolo con las sabanas blancas y frías de su cama.-

-¿Tú crees, de verdad...?- Y cerró los ojos sollozando.

Prosiguió con su paseo nocturno, pensando que era una pena llegar a viejo, tanto trabajo, toda una vida luchando y después… después que…

A la mañana siguiente mientras Juan dormía, sonó el teléfono.

-¿Si? ¿Quién es? – Contestó adormilado todavía. Solo habría dormido 3 o 4 horas, a lo más.- ¿Qué dice? ¿Qué se ha muerto quién? Ahora mismo voy hacia allí. ¡Deje que me vista y me despeje por favor! No entiendo por qué tanta prisa, ese pobre hombre ya no se moverá de allí.

-Es que le está esperando la policía.- susurró la otra persona al otro lado del teléfono.- Dicen que ha muerto en circunstancias extrañas, que usted lo vio anoche por última vez y que además ha dejado una carta para usted.

Juan no reaccionó hasta que no estaba en el coche, pensaba en el pobre Josep ¿qué habría pasado?.

Cuando llegó al hospital había 4 o 5 coches de la policía, en la entrada el capitán de la policía, Ricardo, lo esperaba. Entraron los dos por los pasillos, que de noche se veían tan diferentes y tan silenciosos, no le parecían los mismos a Juan. Llegaron a la habitación y allí estaba el cuerpo de Josep crucificado en el techo con miles de estrellas dibujadas a su alrededor, con su propia sangre y en la mano una nota que decía: Ves como no te engañaba Juan…

El capitán le preguntó a Juan, - ¿usted sabe lo que significa esto?

-No tengo ni idea.

-Pues hasta que esto no se aclare, usted pasará una larga temporadita entre rejas. ¡Vamos, no se pare!

Boquiabierto Juan siguió al capitán sin decir nada, estaba completamente desconcertado de lo que había visto, incapaz de pensar e incluso asustado, por no decir aterrorizado.

“El firmamento” por Vicenç Baldero Belinchon (BCN)

Este texto lo he elegido porque cumple con los criterios de narración. Tiene un principio, un desenlace y un final. La historia es interesante, original y muy entretenida. El escritor narra como si fuera una película y en todo momento nos tiene en suspense. El final es sorprendente.

- A eso hemos venido, tiene que explicarme toda su historia.

- Ya lo se, pero los recuerdos me van y me vienen como flashes.

- Siéntese, tomemos un café y con tranquilidad me explica todo lo ocurrido.

- Uf..! Todo se remonta a…, no se si podre.

- Inténtelo por favor, ahora que está teniendo mayor claridad de memoria.

- Como le iba diciendo, todo se remonta al año 1580, me llamo Jacques Badovere, nací en París en una familia pudiente, así me pudieron costear los estudios al lado del gran maestro Galileo Galilei.

Cuando acabe los estudios volví a mi París natal, y es entonces, cuando me entere de la existencia del telescopio que habían inventado en Holanda.

Raudo le envié una carta a mi maestro, para que conociera la noticia, al cabo de unos días me respondió, requiriendo de mis servicios, así que camino de Venecia.

En Venecia fabricamos el primer telescopio y fue un verdadero éxito, pero a mí me aparto del proyecto, para llevarse el todos los honores.

- Entonces a usted la historia le ha ignorado?

- Solo se me reconoce por ser quien aviso a Galileo de la noticia de tal invento y yo fui el primer “mortal” en diseñar el firmamento.

- No entiendo lo que quiere decir con “mortal”?

- Usted, no se ha hecho la pregunta de qué hago en el año 2010 si nací en el 1580?

- Pensaba que bromeaba!

- Pues, no!

- Explíquese!

- Todo sucedió después del incidente con Galileo, al volver a París, me entraron unas fiebres muy altas, los médicos me desahuciaron y mi familia recurrió a los curanderos, me suministraron una pócima e hicieron unos conjuros, paso un mes y fui mejorando tanto que cada vez me sentía más joven.

- No lo entiendo?

- Pues, aquí tiene la prueba soy inmortal, pero ya estoy harto de vivir eternamente.

- Esta prueba no me vale, puede estar engañándome.

- Vamos… a otro lugar…, aquí no me siento cómodo.

Fueron a un parque desierto, seria sobre las dos de la madrugada y cuando el entrevistador se despisto le ataco el cuello y le chupo toda la sangre.

El libro de las estrellas por Ana Belén Martínez Abril (VV)

Obra extensa no demasiado fantástica, y resuelve muy bien todos los aspectos de planteamiento nudo y desenlace. Dando un final con mensaje metafilosófico.

¿Comprende usted el significado que tiene el firmamento? Dijo el anciano mirando a su discípulo.

-Sí, creo que lo comprendo. Pero sepa usted que fui yo quien lo hizo -dijo llorando, pero con voz desafiante, mientras miraba los trozos de papel esparcidos por el suelo.

-¿Por qué lo ha hecho? ¿Por qué ha destruido el trabajo de tantos años?-. La tristeza invadió el cuerpo del anciano, en sus manos sostenía parte del libro que había hecho trizas su discípulo: se sentía cansado.-¡Usted me mintió, nos mintió a todos!-. Grito el discípulo entre sollozos- . Le escuche sin querer mientras hablaba con el hermano Matías… Usted también nos va abandonar… me va abandonar… ¿Porque nos hizo creer que todos éramos uno? ¿Qué todos formamos parte de todo? Ahora sé que usted no es Maestro y que todo lo que nos ha enseñado son mentiras y fabulas-. El discípulo miró con rabia al anciano.

El Maestro suspiro, hizo una pausa y se acomodó en el pequeño taburete, era uno de los pocos muebles que decoraban la austera habitación. Miro hacia la pequeña ventana que filtraba los pequeños rayos de sol que aún quedaban en ese atardecer, su cara se convirtió en nostalgia.

-Está bien le contaré porque mentí.

Respiro hondo, paso la mano por su frondosa barba y empezó su relato. -Provengo de una pequeña aldea, a muchas horas a caballo de aquí, ni siquiera recuerdo en qué dirección se encuentra mi antiguo hogar, era un joven rebelde pero estudioso, tenía unos 13 años cuando conocí al Maestro Lorenzo, era un filósofo medio loco que nadie entendía, porque nadie sabía escucharle.

-Para mí, era el maestro del cielo, sabia cosas sobre el firmamento, sobre todas las estrellas, sabía leer sus constelaciones, y me quedé fascinado con todas sus teorías. Así empecé a escribir ese libro: El viejo volvió a mirar de soslayo el suelo cubierto de pequeños trozos de papel pergamino.

-Un día acusaron a mí y al maestro Lorenzo de hacer brujería, a él lo detuvieron y encarcelaron, antes de que quemaran todo lo que había en su casa, me lleve el libro. Con el miedo metido en el cuerpo, tuve que salir huyendo sin rumbo hacia las montañas y estuve escondido durante muchos años, todo ese tiempo seguí estudiando las teorías y enseñanzas de Lorenzo, y en el mismo libro que me llevé, seguí escribiendo sobre las estrellas.

-Aun no sé ni como llegue a este monasterio. Al ser un claustro pensé que aquí nunca me encontrarían, los monjes, me acogieron de buena gana, los discípulos jóvenes escaseaban, me preguntaron que quería hacer para ayudar; y me ofrecí a lo mejor que sabía hacer, hablar sobre el firmamento… Y es lo que he hecho hasta el día de hoy. Tienes razón no soy Maestro, ni siquiera un buen monje, pero todo lo que le he enseñado a usted y a sus compañeros es cierto.

-Y como ya sabe en breve tengo que partir, tengo una enfermedad grave y antes de morir tengo que volver para ver a mi familia, ellos piensan que fallecí hace muchos años, también tengo que saber que le paso a mi querido Maestro…

Esta es la verdadera historia de cómo un aprendiz de filósofo acusado de brujería terminó siendo maestro y medio monje…Siento haberles mentido a usted y sus compañeros, pero no tenía otra salida.

El joven discípulo, quedó atónito sobre el inquietante pasado de su maestro empezó a sentirse apesadumbrado por el acto que había cometido, se lanzó a los pies de su Maestro pidiendo perdón mientras las lágrimas le recorrían su pálida cara.

-Perdóneme usted Maestro, no sé qué me paso por lo cabeza. Le suplico que me castigue sin piedad, dígame ¿Qué debo hacer?

El anciano miro al joven lo cogió de los hombros y le obligo a erguirse, clavo su mirada en él y dijo.

-Usted mismo deberá aplicarse un castigo- sentenció, metió las manos en las mangas de su hábito, y se dispuso a abandonar la habitación, dejando solo al joven.

El joven discípulo miro a su alrededor, sin saber qué hacer; pero una pequeña voz le hablo en su interior.

Sin pensarlo dos veces, cogió papel, tinta y pluma, se arrodillo ante los miles de trocitos de pergamino rotos, y se dispuso como si de un puzle se tratara a encajar todos esos pequeños papeles. Sí, ese sería su castigo, volvería a escribir el libro de las estrellas.

Al volver el Maestro de sus rezos diarios, abrió la puerta de su celda, y su sorpresa fue encontrar a su discípulo con papel y pluma escribiendo sin parar… Alrededor del joven se encontraban todos sus compañeros intentando encajar los trocitos de papel que cubrían toda la estancia.

El maestro volvió a mirar por la ventana, ahora el firmamento estaba sobre ellos, se acercó a su discípulo y posando su mano sobre la cabeza del joven dijo.

-Tú eres una estrella rodeado de estrellas, y no estás solo formas parte de este…nuestro firmamento.

El joven con lágrimas en los ojos contesto.

-Ahora si lo entiendo.

El Firmamento por Irene Sanchez De la Cruz (TA)Obra mitológica fantástica muy bien planteada con mensaje final imaginativa y de buen leer.

-¿Comprende usted el significado que tiene el firmamento?

-Sí, creo que lo comprendo. Pero sepa usted que fui yo quien lo hizo- dijo llorando-.

-Pues bien, observa como colisionan los planetas entre sí, descargando furia en cada golpe, como si estuvieran vivos.

Subidos en una nube como si estuvieran situados en otra dimensión y sentados bajo un olivo, con el resplandor del sol como compañía, observaban como se iba desintegrando ese pedazo de vacío, libre de maldad, recelo y lujuria humana.

Sobre el manto de césped se abría una especie de ventana, como una bola del tiempo de una adivina gitana que podía ver el futuro, ellos desde arriba observaban lo que la humanidad había destrozado.

El avance de la investigación sobre el material magnético favoreció la creación de estelas magnéticas artificiales. A la humanidad no le bastaba con tener un manto estelar precioso, al que mirar cuando hacia buen tiempo. Ellos, avaros, crearon los suyos propios y los enviaron hacia el firmamento, sin pensar en las consecuencias.

Tifón le comento al Dios supremo, Cronos, que cuando él creo el firmamento no pensó que la humanidad que estaba por llegar fuera a ser tan avariciosa, así pues, reunió todos los elementos de la tierra y los esparció mezclándolos con aire y agua, en una ventisca inmensa y atronadora, creando así los planetas y el vacío, todos colocaditos y perfectos, un perfecto firmamento.

Pero no, eso no les bastaba a los individuos terrestres. La emisión de las estelas magnéticas artificiales, ha provocado una inestabilidad planetaria y gravitatoria, que provoca el choque de un planeta contra los demás y así con todos, destruyendo todo el universo. Un gran problema que se resolverá en un minuto.

Cronos cedió su daga del tiempo y le dijo a Tifón que debía clavarla en el suelo con la imagen de su creación, pero no sin dejar de ser sólido. Cogió la daga y la clavó en el suelo, llorando por la pérdida de su preciada obra. Con ese acto, Tifón dejó terminada una época milenaria de vida y creación.

Ahora tendría que empezar a crear otra vez un firmamento, solo que esta vez hablaría con el Dios de la vida, para que a los nuevos humanos, les dotara de un valor que a los anteriores había olvidado de conceder: honestidad y humildad.

Filosofía entre montañas por Jonatan Ros Muñoz (BCN)Obra filosófica naturista, interesante, entretenida, causa muy buena impresión.

El sol ascendía por las montañas mientras sus ojos llorosos observaban con nostalgia lo que quedaba de su hogar. Nada, cenizas de una aldea que antaño había sido próspera.Su acompañante, el chamán de la tribu, lo miraba entristecido. Nunca antes había visto tanto dolor en la mirada de un hombre, de un indio de su tierra.Antaño el hombre irradiaba felicidad y quiso ver mundo. Se marchó de la aldea en busca de nuevos horizontes, pero desgraciadamente fue presa del caprichoso destino y se vio traicionando a lo que él más quería, a los suyos.

-Si no hubiera abandonado a mi pueblo, si hubiera sido más valiente...jamás vería lo que hoy ven mis ojos.- dijo entre sollozos.Tenía en la mano el medallón que le entregó su madre al partir, cinco años atrás, cuando aún era un muchacho. Lo apretó con fuerza mientras caía de rodillas y sentía en su interior el llanto de las almas de su pueblo.

-¿Realmente sabes lo que significa el firmamento?-al parecer, el erudito no se cansaba de sus juegos de preguntas.

-Sí. En el firmamento encontramos nuestro destino, cometí el error de crear un destino que no pude aceptar. ¿Qué tiene que ver eso?-preguntó el indio aún con lágrimas en los ojos.

-Estás equivocado. El destino no viene, ni hay que ir hacía él. El destino está escrito, y no hay manera alguna de pasarlo por alto. Debiste volver y no lo hiciste, debiste callar tu lengua y tampoco lo hiciste. Y ahora te lamentas y preguntas porque fue así.Observa el firmamento y dime si es posible que el Sol no vuelva a bañar estas montañas al alba. ¿Acaso es posible evitarlo? – dijo el chamán afablemente.-¿Sabe qué? ¡No ayuda en nada! Lo único que me está diciendo es que soy el culpable de que mi gente muriera. ¿Qué tiene que ver el destino? ¿Qué quiere decirme con eso?-bramó el indio, pues ya estaba harto del erudito y su condenada moralidad.

-Pues sin duda, hijo mío, que si no hubieras dicho nada, el pueblo tampoco se hubiera salvado. Lo que pasó tenía que pasar. Ahora hay que saber aceptarlo y enmendar en lo posible el daño causado, nada solucionaras con lamentos y reproches.

El sonido del viento acabó por ahogar sus palabras. Tenía razón, no podía lamentarse más. Nadie hubiera soportado las torturas de aquellos hombres, los conquistadores no tuvieron piedad alguna. Las cicatrices de su cuerpo eran fieles testigos de lo ocurrido.Había aguantado hasta que las fuerzas le abandonaron, no se sentía orgulloso. Sin embargo se había perdonado a sí mismo.

Inspiró hondo y se incorporó. Debía honrar a su familia y a su pueblo.Observó el cielo, mientras las aves emigraban. Sí... todavía hay un sendero que recorrer, se dijo. Y lo cumpliría.

El Hada Verde por Juan Carlos López López (LM)

Obra imaginativa, cuento fantástico con un agradable mensaje, encumbra muy bien el planteamiento solicitado.

-¿Por qué lloras?- dijo el Hada Verde al Señor de la Oscuridad, al cual ya se le notaba el paso de los años en su tez y su barba blanca.

Hacía tiempo que el Señor de la Oscuridad ya no podía erguirse y mantenerse de pie, su espalda curvada reflejaba el paso de los años, miles de años, desde aquel día en el que con su poderoso bastón había dado luz a aquella oscuridad que invadía aquel planeta lleno de belleza que merecía la pena ser visto y disfrutado con todo detalle. Aquellos árboles altos y enormes, aquellas flores que tenían vida propia, aquellos bellos montes que parecían interminables...

Así que el Señor de la Oscuridad, alzó su bastón y dio luz a aquella oscuridad con un firmamento lleno de estrellas que brillaban sin cesar, para que los habitantes de aquel planeta, aquellos duendecillos, disfrutaran de aquel bonito lugar a cambio de que cuidaran de él.

Pero el tiempo había pasado y el fin de todo aquello estaba cerca, por una parte el Señor de la Oscuridad necesitaba retirarse a descansar, y sólo le quedaban dos opciones. Una de ellas era apagar aquel brillante firmamento o delegar su papel de guardián a otro. El Señor de la Oscuridad ya no podía aguantar más aquella situación, aquellos duendes no habían cumplido su palabra, con los años, parecía que habían olvidado su promesa de cuidar aquel lugar tan maravilloso y hermoso.

Pero el Hada Verde no perdía la esperanza, creía que todo aquello aún se podía recuperar, y tal vez fuera ella, la persona adecuada para sustituirle. Nunca había encontrado nadie tan firme en sus convicciones, alguien que aún veía esperanza en un lugar como aquél, pues aquello ya no era lo que fue. Ese lugar tan paradisíaco y bonito del principio de los tiempos. Con el paso de los años, sus habitantes no lo habían sabido apreciar y lo habían convertido en un lugar decrépito,

abandonado y falto de belleza. No habían sido capaces de cuidarlo como se les advirtió en su momento, respetando a todos los seres que en él vivían. Aquellos duendes se habían vuelto descuidados, destrozando y ensuciando los pantanos, dejaron morir muchas de aquellas flores con vida propia.

-Debería devolver la oscuridad a este lugar- dijo el Señor de la Oscuridad- ya no hay nada que merezca ser visto en este lugar.

-No, eso no es así. Esto aún tiene solución.-dijo el Hada Verde- yo les ensañaré a volver a respetar lo que les rodea, pues creo que lo han olvidado. Yo me haré presente en sus vidas y les recordaré que deben cambiar y cuidar este planeta tan bonito que tú les regalaste y al que tú iluminaste con este firmamento lleno de estrellas.

Después de mucho meditar, el Señor de la Oscuridad decidió retirarse y ceder su bastón al Hada Verde, pues le había hecho pensar que aún aquello podía cambiar.

La variedad de un títuloPara hacer la selección de los textos nos hemos basado en que todas tengan una introducción, nudo y desenlace. Y en que sus textos están bien narrados y expresan momentos y situaciones de la vida de sus narradores. Que son narraciones diferentes, pero todas ellas emotivas y muy bonitas.

Mi joven profesor por Yolanda Granados García (EH)Un día a sus quince años, Yolanda sintió por primera vez una extraña pero agradable sensación que jamás antes había experimentado, una sensación rara pero agradable que se apodero de ella… Sentía algo parecido a mariposas revoloteando por su barriga, una sensación parecida a la de estar sentada en la textura de una nube.

Ese día en clase, no dejaba de mirar con sus ojos penetrantes y ausentes, en realidad no miraba ningún punto, ella estaba ausente…

De repente entra en clase Héctor, un joven y apuesto profesor que la tenía inmersa en un mundo de fantasía donde ella se sentía la gran protagonista, ese personaje de gran altura y ojos alegres, parecía sacado de una película de esas tan románticas donde los finales son felices.

Héctor con su sonrisa alegre, pero sin perder la autoridad con su responsabilidad como profesor. ¡Orden! Gritaba en algunas ocasiones, era una clase un tanto alborotada pero obediente, el silencio se hacía eco en el aula.

Yolanda, no dejaba de sentirse inmersa en su mundo de cristal, mientras

Héctor, nos miraba fijamente desde sus 1,80 cm. de altura mientras explicaba la lección como ningún otro lo hacía.

Las mariposas seguían y seguían revoloteando en el interior de la joven, las horas junto al joven profesor eran intensas e inolvidables, nunca deseaba que acabaran las clases.

Día a día fue experimentando esa dulce sensación que le recorría todo su ser.

Ella sabía que lo que sentía por él, sería en vano, no tendría ningún final feliz pero no dejó de perder la ilusión.

Ese día le costó volver a casa, le hubiera gustado quedarse en clase para acabar sus deberes.

Yolanda, nerviosa de tantas sensaciones nuevas e imborrables, no pudo pegar ojo en toda la noche.

Al día siguiente ocurrió algo inesperado, una noticia que sobrecogió a todo el colegio y en especial a Yolanda, fue un momento de horrible sensación y desconsuelo para todo el mundo, Héctor había fallecido la misma noche que Yolanda fue tan feliz escuchando sus explicaciones y mirando cada paso que daba, nadie mediaba palabra y no se entendía lo que la directora explicaba toda afligida.

Un gran silencio se apodero de la clase y del colegio entero, solo se escuchaban gemidos y llantos incontrolados, fue el peor día de su vida, una gran tristeza se apodero de ella y sin pensarlo salió corriendo de la clase hasta el baño de las chicas, se murió su amor, algo inesperado y del que él era consciente.

Nota:

Está historia está basada en un hecho real, la cual me marcó mucho en mi vida, hoy día, mi hijo se llama Héctor en honor a una gran persona que sin saberlo me hizo sentir lo más grande de la vida el "amor".

La cafetera, por Julia Sainz Garcia (BCN)

Celia vivía en uno de esos apartamentos impersonales, en un barrio impersonal. No era un sitio de

ensueño, era muy viejo y casi todo estaba estropeado. Pero era todo lo que se podía permitir. Sus delgadas paredes parecían de papel, sin embargo, como vivía sola esto le representaba una gran ventaja, difícilmente experimentaba la sensación de soledad.

Desde hacía 3 años, todos los días a las 5:45h le despertaba un silbido. Un gorgoteo ascendente le anunciaba el penetrante olor que empezaría a invadir toda su habitación. Era la cafetera de su vecino. Y ella tenía “la suerte” de que su habitación lindara con su cocina. Esa cafetera era un autentico fastidio. Su despertador sonaba a las 6:00h y esos 15 minutos de antelación era una profanación diaria al último sueño matutino.

Un lunes de abril, tras un fin de semana movido, Celia se despertóa las 6:58h. La agitación que le produjo el llegar tarde al trabajo, no le hizo pensar en la cafetera. No fue hasta el día siguiente, cuando su despertador sonó a las 6:00h., que se percató de la anomalía. La cafetera llevaba al menos 2 días que no silbaba.

Celia no conocía al vecino, pensó que solo una vez se cruzó con él por la escalera. Ella era de esas personas que no solía hablar demasiado con los vecinos, creía que cuando menos se supiera de ella mejor. La imaginación, que es libre, hizo pensar a Celia que su vecino podría estar muerto, un infarto o algo así, en la televisión se veían muchos casos de esos. Repetidamente puso la oreja en la pared, pretendiendo oír algo, pero parecía que los tabiques de papel se hubieran convertido en roca. Pensó que el deber de una buena vecina era enterarse de lo ocurrido.

Se armó de valor, salió al vestíbulo y llamó a la puerta de su vecino. Él le abrió y directamente sin preámbulos, Celia preguntó por su cafetera. El vecino la miró sorprendido y le contó que en su última revisión médica le habían diagnosticado hipertensión y le habían prohibido tomar café. Ahora solo tomaba infusiones.

Entre paréntesis, por Alexandre Torres González (CM)

En el pueblo el día arrancaba temprano, Juan el panadero, un hombre de unos treinta años, alto, fuerte, de rasgos rudos pero con un corazón enorme. Hacia las cuatro de la mañana encendía el horno en el que se cocía el pan de todo el pueblo. Mientras se calentaba el horno, tomaba su café .Con el horno ya caliente introducía en el las barras de pan que horas después estarían en las mesas de la mayoría de los habitantes del pueblo.

El pueblo no era demasiado grande, unos cien habitantes mas o menos. Allí se conocía todo el mundo, cualquier cosa que sucediera en pocas horas ya lo sabían todos.

Juan, el panadero, cuando tenía el pan listo con mucha paciencia se dedicaba a repartirlo por sus clientes casa por casa.

-Buenos días señora María, ¿cómo se encuentra hoy?

- Mejor, gracias, que amable eres Juan siempre tan atento, no hay día que no vengas a traerme el pan, no sé como lo haría sin ti. Muchas gracias de nuevo, guapo.

La señora María era una ancianita de casi cien años, ojos claros, arrugas que marcaban el claro paso de los años trabajando en el campo, que vivía sola en una enorme casa de campo, ya que su marido falleció de infarto unos meses antes.

Juan seguía con su reparto, pero hacia las nueve de la mañana le tocaba llevar el pan a Laura.

Laura era una chica de veintiocho años que vivía sola, en una casa heredada de sus padres fallecidos en accidente de coche, no tenía hermanos con lo cual todo el terreno lo tenía que mantener ella. Eran viñas, de las mejores de la comarca, pero tenía a un encargado que llevaba

muchos años trabajando a las órdenes de su padre, y la estaba ayudando mucho.

Ella era una chica preciosa de cuerpo atlético, finita de cara, con unos ojos marrones de color miel que enamoraban a quien la conocía, además tenía una voz tan dulce que no podías evitar dedicar toda tu atención a escuchar todo aquello que saliera de sus labios purpúreos y delgados.

Juan cuando llegaba el momento de ir a casa de Laura se peinaba y hasta se ponía colonia para impresionarla, estaba claro que a él le gustaba ella. Cuando terminaba el ritual de presentación tocaba el claxon, entonces salía Laura bella y risueña como siempre.

-Hola Juan, buenos días.

- Hola Laura que guapa estás, como siempre…

- Tú también hueles muy bien como siempre, ¿qué tal van las cosas por el pueblo?

- Como siempre, sin novedad, ya sabes aquí nunca pasa nada interesante.

He pensado que… quizás si tú quisieras… ¿podríamos ir a cenar a la capital un día de estos?

-Porqué no, podría ser divertido!!!

-¿Qué te parece este miércoles? Me recoges a las nueve…o mejor a las siete y nos dará tiempo de ir a pasear por el casco antiguo. ¿Qué te parece?

-Caray, genial, me parece genial. Aquí estaré, por cierto yo invito.

- De acuerdo pero solo esta vez.

-De acuerdo, hasta el miércoles.

-Adiós guapo.

Entonces Juan se subió en su furgoneta de reparto, y sin creer lo que había pasado, más feliz que un niño con juguetes nuevos, enlazó la carretera que le llevaría hasta el pueblo. Una vez allí no podía acabarse de creer lo que le había sucedido, tenía una cita con Laura, la chica más hermosa del pueblo. Era lunes, y tenía dos días para pensar donde la llevaría a cenar y que ropa debería de ponerse, mucho trabajo contando que además no podía descuidar sus obligaciones con la panadería.

El miércoles no se hizo esperar y llegó sin demasiados estragos, por internet encontró un restaurante donde impresionar a la hermosa chica. El rudo panadero se vistió con sus mejores galas, americana, zapatos de charol, camisa y un peinado moderno para no parecer más mayor de la cuenta.

En el coche, que solo utilizaba los días de fiesta para ir a la ciudad, se encaminó a recoger a Laura que no menos bella que de costumbre le estaba esperando en el jardín con un vestido azul precioso y su melena rubia al viento.

-Caray Juan estás irreconocible!!! Que guapo y que coche tan bonito.

- Hola Laura no pensabas que vendría con la furgoneta y el delantal ¿no?

- No hombre no, pero no sabía que tenías un coche tan bonito.

-Hay muchas cosas que todavía no sabes de mí, ¿nos vamos?

La noche transcurrió mágica, entre risas, caricias y alguna mirada que hacía pensar en algún beso, pero ninguno de los dos se atrevía a terminar ese gesto. Pasada la una de la madrugada llegaron a casa de Laura después de una velada inolvidable.

-Bien Juan, esta noche ha sido fantástica -Dijo ella sentada en el coche todavía.

-Para mi también ha sido muy especial, tendremos que repetir. Ahora debo marcharme que sino mañana el pueblo no podrá comer pan.

- Bien, pero antes de marcharte déjame decirte algo.

Entonces ella se abalanzó sobre él y le besó apasionadamente, él le respondió con el mismo gesto y acabaron haciendo el amor de la manera más bonita que se podía imaginar; la cumbre de una ascensión hasta lo más alto de una noche maravillosa.

Amanecieron en el coche en un lugar remoto de aquel pequeño pueblo, mucho tuvo que correr aquel día Juan para que nadie se quedara sin pan, pero lo hizo con una sonrisa muy especial.

Empezó el reparto más tarde que de costumbre, pero los vecinos no se quejaron, la única más picara que nadie, la señora María, que no se le escapaba una.

-Buenos días Juan, traes mejor cara que de costumbre… y te has retrasado… ¿un noche movidita?

- No piense así señora María, que simplemente se me han pegado las sábanas un poco.

- Ya, no sabes que a los ancianos no se les puede engañar, esa cara que tu traes es de enamorado, pillín.

-Quizás tenga usted razón pero no le voy a contar mas, así pues hasta mañana señora.

Y se despidió sin dar más pie a que ella siguiera preguntando, entonces se dirigió a su reparto favorito, a casa de Laura. Tocó el claxon como de costumbre y entonces salió ella, más radiante que nunca con un vestido precioso y la mejor sonrisa que se pudiera regalar.

-Buenos días Juan. ¿Cómo va el día?

- Ahora muy bien. Estás preciosa.

Él se acercó para besarla pero ella en un gesto más veloz se apartó.

-¿Qué pasa Laura?

Preguntó él sorprendido.

-No quiero que confundas las cosas, lo de anoche fue maravilloso, pero solo fue un paréntesis en nuestra relación de amigos, yo no estoy preparada para tener una relación, de momento prefiero vivir sola. Lo entiendes ¿verdad? El accidente de mis padres está muy reciente.

Juan con el corazón roto en mil pedazos no sabía que decir, su cara lo expresaba todo.

-Bien, lo entiendo pero mi vida no va a ser siempre un paréntesis, espero que tú también lo entiendas.

Con el corazón roto a pedazos y la sensación de que habían jugado con sus sentimientos, Juan el panadero del pueblo, se marchó con su furgoneta .Simplemente le quedaba pensar que algún día, se abriera ese paréntesis del que hablaba Laura y le dejara entrar en una vida nueva, en una vida en compañía de ella.

La experienciaA mi parecer, uno puede vivir pensando en que todo es malo o todo es bueno pero no se ceñirá a la realidad, pues la vida implica mucho más. Es un acuerdo tácito el que hemos hecho con ella, en constante evolución con nuestra persona y que nos obliga a caer y a levantarnos inevitablemente, para así aprender y evolucionar como mejor persona.

De nada nos vale quedarnos en nuestro sofá, temerosos de lo que nos pueda pasar y así sucumbir al miedEste cuento nos habla de la esperanza y del espíritu de superación valores no tangibles pero que nos permiten superar las dificultades, estas pueden ser grandes o pequeñas pero seguro que diferentes para cada uno de nosotros, vivamos en la abundancia del primer mundo o en la pobreza. Si logramos confiar, seguiremos el camino para conseguir aquello que nos haga felices porque eso queridos amigos/as es lo que buscamos todos.

El grupo ha creído interesante las opiniones de nuestros compañeros/as que se citan a continuación, en el que expresan sus conclusiones del cuento de Fátima la Hilandera y la tienda, por el que nosotros/as hacemos una valoración de la forma de expresión, sencilla y cortes, dando unas ideas interesantes sobre las causas de las dificultades que se presentan en la vida.

Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de cero. Estas son las elecciones.

Así empieza una fábula muy preciada para mí, pues en ella se me representan diferentes aspectos de la vida que ilustra muy bien este cuento. El libro se llama El valor del samurái, y acorde con la historia de Fátima o, pues este seguramente no vacilará en extender sus redes hasta estrangular nuestra existencia.

Así que compañeros, como nuestra amiga hilandera, vamos a caernos y a levantarnos constantemente sin alimentar posibles miedos venideros, y no dejemos esta idea en una simple teoría utópica.

Núria Gordillo Aliseda (BCN)

Empiezo mi participación recalcando lo que más llama la atención de la historia: es espíritu de supervivencia. A Fátima siempre le ocurren desgracias pero vuelve a incorporarse a la vida. Es algo que a todo ser humano se nos es concedido, la lucha por seguir adelante pese a las adversidades. Es formidable el nivel de tensión, de sufrimiento que una persona puede padecer a nivel psicológico y físico antes de rendirse definitivamente.

Compartiendo con mi compañero Lorenzo, también me hace pensar en el refrán de “El hombre es el único animal que cae dos veces con la misma piedra”, y por consiguiente, Fátima, pese al primer naufragio, se da la confianza de volver a zarpar en un barco cuando la mayoría padecerían fobia a una embarcación. Pero claro, “no hay mal que por bien no venga”.

Y así sucede que tras ciertas catástrofes y miserables tragedias, se nos da el don del conocimiento, de la experiencia, del único tesoro en el mundo que nadie nos puede arrebatar y que por él, somos quienes somos. Respondiendo a la pregunta de la compañera Mª Ángeles, tengo un punto de vista y un criterio personal: existen dos tipos de persona, incluso independientemente del estatus social. Las que viven y las que sobreviven.

Me explico. Una persona que vive, sigue el transcurso de la vida disfrutando al máximo, con o sin lujos, haciendo el camino con la mayor ilusión. La otra persona, por contrapartida, se esfuerza en conseguir siempre algún objetivo sin descanso o todo lo contrario, sin ningún horizonte, dejando pasar el tiempo. Hay personas que viven cumpliendo metas y personas que sobreviven viviendo la vida. Pero siempre se caracteriza más quién lucha y quién sobrevive.

En conclusión, la moraleja de este cuento es muy oportuna para todos nosotros que nos encontramos luchando por conseguir aprobar. Puede que haya infortunios, pero aprenderemos de ellos y al final lo conseguiremos.

Y tú, compañero… ¿Vives? ¿O Sobrevives?

Jonathan Ros Muñoz (BCN)

En mi opinión, la historia de Fátima es una de tantas que suceden en esta vida. Las vivencias que nos toca vivir no siempre son elegidas por nosotros mismos, pero creo que todas las cosas que nos suceden nos sirven para crecer y aprender de ellas. De todas maneras, si nos dijesen:”Mira, tú vas a pasar todas estas calamidades pero el final va a ser este”, estoy casi segura que la experiencia no sería la misma.

Finalmente, creo que Fátima supo aprovechar bien los momentos duros que le tocó vivir, sin saber cuál iba a ser la recompensa por esas malas experiencias. Creo que no siempre vemos la parte positiva cuando nos encontramos en el sufrimiento, el dolor no nos deja ver que, finalmente, todo es para bien.

Encarnación Mora Cruz (BCN)

La verdad es que si, el cuento consigue que te den ganas de levantarte y seguir luchando cada día, ya que tenemos el privilegio de disfrutar de una vida.

Creo que es lógico decir que esto no es más que un cuento y queda muy bonito, pero por otra parte no todo el mundo tiene la misma fuerza ni la misma voluntad.

A todos estos que les cuesta levantarse, que pensar en un nuevo día lleno de problemas, deudas, tristezas, soledad o bien desesperación no les deja ganas de poner un pie en el suelo, sólo les diría que ánimo. Está claro que la vida te pone muchas trabas por el camino, está claro que parece que hay épocas de tú vida que todo viene dado del revés, pero, ¿verdad que en algún momento vinieron mejor?

Paciencia, este mundo está muy loco y como dice el dicho: Dios aprieta pero no ahoga. Yo creo que esto es cierto, creo que cuando ya no puedes caer más, sólo te queda levantarte y seguir caminando. Creo que existe la gente buena, así que siempre aunque no lo veamos, en algún lugar, seguro habrá alguien que nos eche una mano.

Un saludo y ánimos, sólo se vive una vez.

Inés Sánchez Fumado (ML)

Vidas cotidianasBreve autobiografía de mi vida por Núria Gordillo Aliseda (BCN)DEDICATORIA

Me gustaría dedicar esta historia, que es la mía propia, a mi padre. Por confiar siempre en mi hasta sus últimos días.

Érase una vez, una niña, de unos 6 años de edad, que vivía en un pueblo de la " Costa Brava ", tocando al mar. Su nombre era Núria.

Tenía unos grandes ojos fijos castaños que endulzaban todo lo que miraba. Su pelo al igual que sus ojos era también de un color castaño con pequeños destellos rubios en el verano.

A aquella niña tranquila le gustaba mucho soñar despierta y siempre fantaseaba con lo que haría cuando fuese mayor. Le gustaba dormir con una muñeca a la cual le había puesto de nombre Carla, y siempre la arropaba antes de ponerse a dormir. También tenía una amiga que se llamaba Irene, y con ella pasaba todas las tardes después del colegio, bailando y corriendo por la urbanización en la que ambas vivían.

Cuando su padre llegaba del trabajo, Núria corría hacia él y siempre le daba un gran abrazo, como no podría ser de otra manera entre un padre y un hijo que se quieren. Más tarde, cuando acababan de comer, iba a su regazo y estando sentado en el sofá después de una dura jornada de trabajo, se lo quedaba mirando largo rato hasta quedarse dormida. Todo lo contrario que su madre que siempre la despreciaba por no parecerse a ella, y la humillaba constantemente. Realmente su madre no sabía el daño que la hacía, ya que años más tarde la convertiría en una persona insegura ante las adversidades de la vida… Núria tenía un hermano, mayor que ella 22 meses, y al igual que su madre, la menospreciaba, ya que aquel niño, Alfonso, siendo una criatura se dejaba guiar por lo que veía en su madre y era el niño preferido de esta. Pero Núria, fue creciendo, y cuando tenía 13 años, por fin acabo los estudios primarios. Corría el año 1993.Era una niña estudiosa, y eficiente en todo lo que hacía, hasta que llego el cambio al instituto.

Las amigas de Núria empezaron a ir a discotecas y a fumar, y aunque a Núria nunca le gustaron esas cosas, no quería perder a sus amigas y hacía todo lo que ellas hacían, pues tenía miedo a verse sola.

Más tarde ya con dieciséis años, y en el momento de acabar el instituto, vino el primer fracaso.

Ahora se veía con unas falsas amigas, aduladoras sólo en los momentos precisos que a ellas les parecía, y con pocas ganas de estudiar, debido al poco apoyo que tenía de su familia, ya que su padre cada vez estaba más distanciado de su madre.

Como era de prever, Núria no aprobó el instituto, y lo siguiente que hizo fue ponerse a trabajar, muy a su pesar, ya que algo dentro de ella le decía que se equivocaba de camino, pero aún así, decidió dar un giro a su vida y dejar los libros.

Por aquel entonces, sucedió algo que cambiaría el rumbo de la vida de aquella niña ya crecida.

Isabel la madre de Núria, se puso muy enferma y se adelgazo 20 kilos en dos meses. Fue al hospital y le dijeron que tenía un tumor y que probablemente, le quedaban muy pocos años de vida.

Una nube gris parecía enturbiar el cielo de Núria, ya que aunque la relación con su madre no era todo lo buena que ella anhelaba, la quería y lo pasaba mal viéndola sufrir de aquella manera. Siempre tuvo palabras de aliento y cariño para su madre, y la cuidó todo lo que supo.

Isabel siempre hablaba con su hija, y le decía entre lágrimas que no quería morir y que por favor la ayudase en todo lo que pudiese, y Núria lo hacía pero no era suficiente. Dejó incluso el trabajo, ya que se decidió que era lo más factible ante aquella situación.

Finalmente Isabel murió el 27 de diciembre del mismo año en el que aquella niña adolescente cumplía 20 añitos. Aquella fría tarde de invierno Núria no podía desprenderse del cuerpo de su madre todavía caliente, en la habitación donde tantas horas había pasado con ella. -¡Mamá, mamá!Pero Isabel no abrió los ojos nunca más…

Años más tarde, todavía recordaba como el día que murió, cayó una inmensa nevada, y apartó ante la indiferente mirada de su madre la cortina para que pudiese verla. Núria pensaba que cuando alguien se está muriendo, debe ser una sensación muy extraña. Algo así como una mezcla de paz y esperanza que enturbia tu cabeza y no te deja estar al caso de las situaciones banales que existen a tu alrededor…

Pasaron meses, y el padre de aquella chiquilla, rehizo su vida. Eran días tristes y confusos para Núria, que tenía que reponerse de muchas cosas. El recuerdo la envolvía de tristeza constantemente.

Finalmente y una vez repuesta, encontró trabajo nuevamente, pero con la esperanza de poderlo alternar con los estudios. Otra vez aquella niña grande, se refugiaba en los brazos de su padre, para darle el calor y la esperanza que nuevamente seguro tendrían que llegar.

Pero otra vez, cuando todo empezaba a ponerse en su sitio, aquella nube gris de antaño, volvió a aparecer. Parece que la vida no quería darle una tregua y la sometía constantemente a un juicio injusto. Un día llego a su casa, y se encontró a su padre extendido en el suelo boca abajo, con la cara chafada y mucha sangre... -¡Papá, papá! (Se lamentó Núria) Y su papá no contestaba… era obvió que estaba muerto, pero ¿qué había podido pasar…? El papá de Núria había muerto de repente. Era un hombre que estaba sano, pero había tenido una muerte inesperada, llamada muerte súbita, y dejo de respirar con 49 años.

Nuevamente funeral, y nuevamente a empezar a vivir ante una situación doblemente estresante. Por aquel entonces, aquella chiquilla de ojos tristes, decidió hacer un cambio de vida radical. Cambio de compañías y aunque, dejo nuevamente de lado los estudios. Hizo todo lo posible por huir de aquella tristeza que ahora la envolvía. Y así fue. Y el mundo giró y giró nuevamente y Núria se hizo más mujer todavía. Ahora ya sabía lo que quería e iba a luchar con todas sus fuerzas para conseguirlo. No en vano, la vida le había dado un aprendizaje difícil de olvidar, pero aquello ya formaba parte del pasado. Se puso en marcha para sacarse el acceso a la universidad y empezó a estudiar psicología. Decidió cerrar una etapa importante de su pasado sacándose algunas asignaturas que le habían quedado suspensas en el instituto. Y así fue como poco a poco la niña de ojos tristes, maduró. Cómo todo no iban a ser penas, encontró un apuesto chico que la hizo volver a soñar, y del cual estaba muy enamorada. Juntos emprendieron un camino tan bonito y dulce como nunca antes había soñado.

Ahora creía, en que se podía volver a sonreír después de tanta desgracia, y que también había gente en la que podía confiar.

Era cierto, Núria era feliz y quería cerrar una etapa triste, con otra muy alegre. Ahora exclamaba: -Gracias vida, por cuanto me diste!

La tierra tiembla dos veces, por Màrius Corbella Fontanellas (BE)Nuestra elección ante este cuento ha sido por su realismo y la casi perfecta utilización de las expresiones, creo que nos introduce totalmente en la situación sin estar allí.

Era el 19 de septiembre de 1985 y debían ser aproximadamente las siete y veinte de la mañana. El sol ya se había despertado hacía una hora en la ciudad de Moroleón, distante a tres horas en coche de la ciudad de México. Màrius se encontraba junto con un compañero colombiano llamado Pedro, realizando tareas de mantenimiento de una fábrica textil . Llevaban varios días en la tarea de poner a punto unas nuevas máquinas que habían llegado de España, cuando sucedió lo que nadie esperaba.En esos instantes del día, Màrius estaba durmiendo y en un abrir de ojos como si un resorte lo hubiese expelido de la cama, estaba de pie en la habitación. Estaba confuso y empezó a escuchar unos gritos al otro lado de la puerta.- ¡¡Màrius, Màrius, terremoto!!-dijo Pedro. El suelo no paraba de moverse, como cuando uno ha bebido más de la cuenta. Las sábanas de la cama estaban por el suelo debido a la premura con que Màrius se había incorporado. Una vieja mesita de color ocre se desplazaba como impulsada por fuerzas sobrenaturales. Las patas metálicas de la cama repiqueteaban son sonido descompasado. Y el marco de la entrada de la habitación se estaba astillando. Unos segundos (que parecieron minutos) más tarde, Màrius consiguió no sin esfuerzo abrir la puerta.- ¿Qué ha pasado Pedro? ¿Por qué gritas?– Enfrente de Màrius estaba su compañero de treinta y seis años, pero que las penurias vividas en su país lo habían hecho cargar con una apariencia diez años mayor. Su presencia física contrastaba con la de Màrius que a sus veintiún inviernos se encontraba en plena efervescencia. De un metro ochenta, pelo corto, ojos castaños y la constitución propia de alguien que se ha pasado su adolescencia practicando deportes.Con el pijama puesto, Pedro tenía una expresión turbada en su rostro. Sus dientes amarillentos proferían un repiqueteo que sus labios lívidos intentaban parar sin éxito. Lo que primero que dijo a modo de respuesta fue– Estás desnudo –comentó Pedro mientras se alisaba el poco pelo que tenía. Màrius se miró y como un robot se dirigió a la silla a por su ropa. Mientas se vestía Pedro con voz áspera dijo – Has sido un terremoto, como los que ya he vivido antes en mi país- . Màrius se lo miró de arriba abajo y con la boca contraída soltó presa de los nervios – ¿Tú estás tonto o qué?. ¿Cómo va ser un terremoto? –Algo en el interior de Màrius le decía que Pedro no se estaba equivocando. Bajaron a recepción en donde un montón de huéspedes estaban pegados a la radio. En una emisora contaban que la ciudad de México había sido sacudida por un terremoto de gran intensidad. Los muertos se contaban por miles y muchos edificios oficiales ahora eran escombros. Afortunadamente en el pueblo que estaban no había habido víctimas ni daños, salvo alguna grieta en paredes. Pedro intentó desde la recepción ponerse en contacto con su familia que vivía en la capital. No fue posible.- ¡Tenemos que ir a México a ver qué ha pasado ¡- Exclamó Pedro sollozante. Al día siguiente volvieron a la capital, los edificios del centro demolidos como si hubiesen sido bombardeados. No había caos, solo escepticismo entre los habitantes. Decían los noticiarios que habían unos siete mil muertos y que más de veinte mil construcciones se habían derrumbado totalmente.Su familia estaba a salvo. A la tarde se encontraban cenando y compartiendo las borrosas vivencias de esos segundos, cuando volvió a suceder. La tierra tembló Màrius gritó -¡Corred al marco de la puerta!-Pedro cogió a dos hijos y a su esposa y corrieron a donde estaba Màrius. Se abrazaron y esperaron que pasara todo. En los días siguientes comprobaron que nadie de sus allegados había sufrido heridas.Desde ese momento ya nada ha vuelto a asustar a Màrius. Ha aprendido que nadie muere antes de que llegue el momento. Vive la vida en el presente, sin miedo a decir lo que piensa (pero con medida). Que sabe que no está en nuestras manos el poder controlarlo todo. Aun todavía recuerda las últimas palabras que le dirigió Pedro a Màrius cuando embarcaba rumbo a España. – No pienses que lo olvidarás, recuérdalo. Ese recuerdo te ayudará a olvidarlo –Dicho esto abrazó Màrius y cuando se despegaba Màrius con voz afable le susurró al oído–Cuídate amigo –Pedro tenía razón, alguna cosa quedó dentro de Màrius. Todavía cuando siente que la tierra tiembla por el paso de un tren subterráneo o por unas obras. Sus sentidos se aponen en alerta y

vuelven los recuerdos.

Notas del autor.1. El número de estructuras destruidas en su totalidad fue de aproximadamente 30 mil y aquellas con daños parciales 68 mil2. Muertes: el gobierno reportó el fallecimiento de entre 6 y 7 mil personas e incluso llegó a suponer que la suma final fue de 10 mil. Sin embargo, años después con la apertura de información de varias fuentes gubernamentales, el registro aproximado se calculó en 35 mil muertos aunque hay fuentes que aseguran que la cifra rebasó los 40 mil.El estadio de béisbol del Seguro Social se usó para acomodar y reconocer cadáveres. Se utilizaba hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.

El siguiente cuento, Sentir, de Kevin González Roldan expresa los posibles sentimientos y pensamientos de un feto en el útero de la madre antes de nacer, es original y bien expresado nos hace imaginarnos lo que hubiéramos pensado si nos acordáramos de ese primer viaje al mundo exterior.

Sentir por Kevin González Roldan (IG)

Había una vez un niño llamado Kevin, que vivía feliz y acogedoramente en el cálido vientre de su madre.

En ese plácido mundo interior de la placenta, flotando en el liquido amniótico, le llegaban los sonidos y las voces de aquel otro mundo que había más allá de las paredes del útero materno.

Cuando su madre se sentaba en el sofá y encendía la lámpara, el veía al trasluz de la carne y la piel las manos de ella al acariciar su vientre porque lo sentía a él.

Kevin estiraba sus manecitas en desarrollo y tocaba las de esta, sonreía y daba vueltas de felicidad.

Se preguntaba cuando saldría de allí y conocería a los que le habían engendrado, sobre todo a aquella que le llevaba en su seno y le hablaba con todo el cariño y amor de madre con palabras dulces y cariñosas.

¿Que habría más allá de aquellas paredes?¿Comoseria aquel mundo? Las preguntas sin respuesta rondaban en su pequeño cerebro.

Cansado de dar vueltas y patadas, se enroscaba sobre sí mismo, metía el dedo gordo en su pequeña boca desdentada y chupándolo se mecía en el sueño.

Cuando paseaba su madre por la calle o iba de compras, escuchaba la cacofonía rica en sonidos de todas clases; la música que surgía de altavoces, el trinar de los pájaro, el rascar de las escobas de los barrenderos, otros niños jugando que habían llegado antes que el al otro mundo, las voces de los vendedores del mercado, sirenas, frenazos de coches, una pelota que golpeaba una pared. Y el allí dentro, envarado, expectante, sintiendo lo que sería su mundo.

Las contracciones llegaron el día 13, martes. Kevin se preparaba para venir al mundo, tenía prisa para conocer este y estar con los suyos.

Su madre fue ingresada en el ala de paritorio, le pusieron la epidural para dormir la parte baja del cuerpo.

A las doce y media de la noche enseñó su cabecita, pero se vio que no le gustaba el martes y 13 y

volvió dentro.

Después de una larga espera, siendo la 1'30 de un nuevo día, miércoles 14/9 del año 1994, por fin se decidió a surgir al mundo.

La matrona le cogió delicadamente su cabecita y lo extrajo al exterior.

Un llanto reprimido al ver el exterior y la luz cegadora, salió de su garganta, el primer sonido que escuchó su madre de él.

De esta, las lágrimas de felicidad y descanso por fin al ver y conocer a su hijo.

- ¡Mi vida! - exclamó con voz enronquecida.

- ¡Mamá! - exclamó Kevin sin voz.

Los ojos de este resplandecían de viveza y felicidad.

Al estar en los brazos de su madre y sentir el calor de su pecho se calmó, pero no cerró los ojos, pues no podía dejar de mirar a aquella que durante 9 meses le había llevado en su seno y lo había arropado con todo el amor del mundo dentro de sí.

La noche se fue estirando, las estrellas rutilaban en el firmamento. La alegría envolvía la Cruz Roja de l'Hospitalet. Más llantos de alegría se escuchaban en otras habitaciones. Felicitaciones corrían entre lo familiares.

Kevin cerró los ojos, cansado y feliz. Por fin ya estaba entre nosotros.

Historia mitad ficción y mitad real según su autor, con una gran imaginación y una historia muy original nos ha hecho reír cosa que consideramos importantísima.

28 F. MEN IN BLACK por Martín González

La historia que os voy a relatar tiene que ver con alguien importante, bueno al menos para si misma.

Todo empezó un 28 de febrero, era el 1980 y si ese bonito año fue bisiesto. Por la prisa que se dio su madre el día en que empezó el parto a salir corriendo y sin pensar siquiera en coger un coche de camino al hospital, ya que al parecer no estaba muy lejos de la vivienda familiar. Según los médicos esa pequeña carrera fue la que atraso el parto e hizo que finalmente su nacimiento fuera el día 29.

A este personaje, gracias a este hecho, le pasaron en su vida cosas espectaculares. Una de ellas fue cuando en su adolescencia y por su rebeldía no quiso seguir en la escuela e intentar hacerlo saber por medio de actos de vandalismo por la ciudad en donde vivía en los horarios escolares. El fue un chico simpático y extrovertido, muy deportista y mal comedor, cosa que esto hacia que él fuera un muchacho un tanto delgado y no muy alto para su edad. El tenia un cuerpo de joven pero su mente no decía lo mismo, el siempre quería más.

Uno de esos días de mini vandalismo, se encontró con que la autoridad competente de su ciudad hizo cuentas de sus actuaciones y por consiguiente lo pusieron delante de un juez. Este juez después de ver que realmente no había maldad en sus actos decidió darle otra oportunidad y enviarlo a un viaje de expedición a una zona inexplorada fuera de nuestro sistema solar. El se

quedo un tanto estañado, ya que él no tenía ni idea como el resto de los hombres y mujeres de nuestro planeta de estas posibilidades. El juez le explico que es un experimento altamente secreto que solo podían hacer personas con un perfil determinado, y que por supuesto el entraba. Por supuesto el acepto, y 3 meses después comenzó el viaje. Fue algo muy rápido, en cuestión de minutos se vio en un planeta lejano pero no tan diferente al nuestro. En seguida las defensas de aquel planeta supieron de su llegada y lo interceptaron kilómetros antes de su aterrizaje. Seguidamente los seres extraterrestres le hicieron cantidad de preguntas sobre el planeta, y le explicaron sin pudor ninguno que tenían intención de viajar recientemente con intenciones no muy amigables. Por supuesto el muy nervioso, solo podía contestar una tras otras a las preguntas. El se dio cuenta que después de preguntar le la fecha de nacimiento se pusieron muy nerviosos. Y lo dejaron ir de vuelta a su planeta tierra.

Al parecer los extraterrestres no tuvieron en cuenta todos los datos sobre lo que tarda nuestro planeta en dar una vuelta al sol así que dedujeron que el chico nacido el 29 de febrero de 1980 para aquel entonces solo podría tener 3 años de edad por que solo se cumplieron 3 veces esa fecha desde entonces. Ellos se asustaron tanto de ver que en la tierra fuesen tan grandes y tan inteligente que decidieron mirar para otros lugares del universo para efectuar sus maniobras. De esa manera es muy posible que aquel chico llamado Martín salvara la tierra.

Le dedico esta historia, mitad real y mitad ficticia a mi madre. La cual fue quien sufrió más tanto en mi nacimiento como en mi vida hasta la madurez. GRACIAS....

La cuarta historia escogida con otro toque de ficción que nos lleva a introducirnos sin querer a una película de espionaje, original y bien contextualizada.

POR MIS OJOS por Guido Massimo Caporali (BCN)15 de Diciembre del 2009. La cabeza le dolía, sentía como si un tren le hubiese pasado por encima. Guido no lograba recordar que hizo esa última noche. Acabo por levantarse e ir al baño, se lavo la cara, se ducho y se vistió, el dolor de cabeza había disminuido pero aun seguía oyendo esas dichosas voces. Al cabo de un rato cogió su maleta y juntamente con sus padres tomaron rumbo hacia Dubai.Cuando llegaron a Dubai cogieron un taxi y fueron hasta el hotel, de repente Guido sintió como si alguien los seguía, se giro y vio otro taxi, donde había un hombre de estatura mediana con cabello largo y que vestía una túnica musulmana de color blanco. Llegaron al hotel donde cenaron y luego fueron a dormir. Cuando subían el ascensor hacia su habitación Guido le pareció reconocer el hombre que estaba junto ellos, pero al ir a preguntarle de donde era, el hombre salió del ascensor.

Al día siguiente Guido juntamente con su familia visito la famosa Ciudad de Dubai donde visitaron los puntos turísticos más importantes juntamente con los edificios oficiales. Dubai era una ciudad gigantesca con muchos rascacielos y ardiente. De repente a Guido le empezó a arder la cabeza pero pensó que debió ser el calor.

Al cabo de una semana dejaron Dubai i tomaron rumbo hacia la Shenzhen, China. La tecnología de China era sorprendente. Pasaron los primeros días visitando la gran ciudad juntamente con sus centros políticos. Después fueron a visitar Beijing y Shangai. Eran ciudades enormes y con muchos sitios interesantes para aprender. Pero cada vez que iban algún sitio nuevo a Guido le empezaba a arder la cabeza y oír voces. Pero como siempre Guido no le daba mucha importancia.

Finalmente después de varios meses tomaron rumbo hacia Barcelona, al llegar allí la madre de Guido lo llevo al doctor, porque los dolores aun seguían. Al entrar en la consulta Guido se fijo que el doctor era el mismo hombre que los siguió en Dubai y el mismo que reconoció en el ascensor. Guido no entendía nada y antes de preguntar lo que pasaba fue dormido.

Al abrir los ojos, antes de que pudiera hacer nada, el hombre le dijo que trabajaba para el gobierno. Abrió una bolsa y saco un micro chip, el hombre empezó a explicar todo lo que le paso a Guido. Le explico que antes de emprender su viaje un micro chip fue implantado en sus nervios para así ver todo lo que él veía, sentía, olía y oía. Su objetivo era aprovechar el viaje de Guido y su familia para poder espiar los puntos débiles de algunas potencias mundiales.

Al día siguiente el dolor de cabeza despareció y ya no oyó más voces, pero Guido no logro nunca entender que paso realmente en su viaje.

(El viaje es un hecho real que hice al año pasado, pero la historia del micro chip es ciencia ficción para dar más emoción)

La pequeña Sara Saskia Pascual (EV)En un pueblo de la costa barcelonesa, nació Sara, una niña tan rosada como el vino de sus tierras. Fue un día de agosto, caluroso, como ninguno, y todo el pueblo estaba de fiesta mayor.

Era la pequeña más bonita del barrio, con ese cabello negro, ondulado como las olas del mar en calma, esos grandes ojos azules, y los labios de color de la amapola.

Cuando era pequeña, era lo más grande que su madre podía tener. Estaban siempre juntas, y no podían estar la una sin la otra. Salían a jugar al parque que estaba cerca de su casa, aquel de largos toboganes, y grandes columpios, donde tanto disfrutaba la niña. Por aquel entonces la pequeña Sara, era la niña más feliz del mundo.

Cumplió tres años, y comenzó el colegio. Enseguida se dieron cuenta que era una niña muy inteligente y aplicada, e incluso le hicieron pruebas intelectuales y apunto estuvieron de adelantarla un curso, pero la madre de Sara no acepto en ese momento.

Llegó Navidades, y junto con los regalos de las fiestas, tubo un regalo muy especial. Su madre había conocido a un hombre, y sería su papá. Era un hombre alto y recio, con el pelo a lo “Elvis” de color castaño oscuro y con barba de dos días. Llevaba puesto un chaleco de cuero con camisa a cuadros, vaqueros y botas camperas de piel de serpiente. Sara se quedó asombrada al ver aquel hombre tan corpulento, y le recibió con una gran sonrisa y Lorenzo la cogió cariñosamente entre sus brazos.

Parecía la familia perfecta y por aquel entonces era todo felicidad en el hogar y decidieron ampliar la familia. Sara se volvió una niña muy cariñosa y educada, empezó a elegir su ropita y poco a poco fue convirtiéndose en una niña ejemplar. Estaba tan contenta, que no podía dejar de reír todo el día. Comenzó a ayudar a su madre en las tareas del hogar, ya que en poco tiempo serían uno más.

Por fin llegó el gran día, y el pequeño Álvaro llegó al mundo. Pero de repente algo cambió. Lorenzo discutió con María, la mamá de Sara, y se marchó. La pequeña Sara se quedó muy triste, por aquel entonces tenía solo 7 añitos, y le había entristecido mucho la marcha de su padre, y no entendía el por qué.

Debido a la falta de su padre, su madre tuvo que ir a trabajar de sol a sol, sin tener tiempo para los pequeños. La pequeña Sara tenía que cuidar de Álvaro cuando regresaba del colegio, y de esa manera, fue poco a poco dejando los estudios y volviéndose una niña rebelde, empezó a desobedecer a su madre, y comenzó a ser una niña solitaria y triste.

El día que cumplió once años su padre regresó a casa, pero Sara ya no era una niña, además estaba acostumbrada a estar sola, y no aceptaba las nuevas normas que le imponían. De esta

manera empezaron a llegar los problemas. Su padre adicto a las drogas a veces perdía el control, iba gritando y chillando por toda la casa, asustando así a la familia. Sara se encaraba con Lorenzo e intentaba echarlo de casa por la mala vida que les estaba dando, siempre discutiendo o pegando a su madre y la joven ya no aguantaba más. Habló con su madre y le dijo que no podía aguantar más la situación, que tenía que dejar a ese hombre que solo les hacía daño, pero para su sorpresa su madre le dijo, que si alguien sobraba en esa casa, era ella, que por su culpa él se comportaba así, así que le dijo que recogiera sus cosas y se fuera. ¿Pero a donde iba a ir si solo tenía 12 años? Pasó la noche durmiendo en una escalera, tapada con una chaqueta y la mochila como almohada, hasta que pasó una patrulla de policía, y al verla la subieron al coche. Le preguntaron que hacía ahí, y la pequeña Sara llorando les contó, que su madre la había echado de casa, y que no quería que volviera.

La llevaron a un colegio interna hasta que cumplió los dieciocho, en el cual cambió, y volvió a ser aquella niña aplicada y obediente. Retomó sus estudios, aunque no los terminó ya que le gustaba más la cocina y decidió estudiar para poder trabajar en la hostelería, lo cual no fue mala idea, ya que gracias a su trabajo pudo encaminar su vida, y a día de hoy continua poco a poco su camino, sin hacer daño a nadie. Sigue estudiando y es feliz con su nueva vida.

Su madre en cambio, se ha vuelto una peor persona al lado de ese hombre, y el pequeño Álvaro, hecho ya un hombre, es un alma en pena que solo sabe el lenguaje de la calle.

El guardabosques, por Jaume Molas Carrera (MP)

En un lugar muy remoto del Prepirineo Catalán, había una casita, en la cual vivía el guardabosque con su familia. Josep, que es como se llamaba el guarda era una persona muy bondadosa, sabia y conocedora de los secretos del bosque que el tenía que proteger. Josep y su esposa Ángela tenían 6 hijos en edad escolar 4 eran niñas que se llamaban: Marisol, Lola, Carmen y Merçè, y 2 niños de nombre Guillem y Arnau.La familia del guarda cuidaba de la casa y de los animales que tenían, que eran: gallinas, conejos, 4 vacas y 1 burro.Por las mañanas temprano todos los hermanos iban andando, durante una media hora hasta una casa cercana que era el "Mas del Puig", allí se reunían con otros niños y niñas de otras casas, y también con un maestro de escuela que iba a darles clases todos los días que hacía buen tiempo, menos los sábados y domingos.El maestro les contaba lo bonito que es saber leer, escribir bien y que tenían mucha suerte de poder ir a la escuela, ya que sus padres eran gente que se sacrificaba para que ellos pudieran tener más facilidades en la vida. El maestro también les decía que tenían que obedecer a los padres, ya que tienen más conocimiento por su experiencia de los peligros que hay a su alrededor.Terminada la clase, a media tarde, salían de la casa escuela y regresaban a sus casas.Un día de primavera, al terminar la escuela, los hijos del guardabosque de camino a casa, se entretuvieron a jugar al escondite en el bosque, sin reparar en el tiempo. Estuvieron largo rato tumbados en un claro del bosque, mirando como flotaban las nubes resplandecientes y un cielo que tomaba unos colores púrpura preciosos, los pajarillos cantaban alegres melodías como una magnifica sinfonía, era tal la abstracción en el tiempo, que no se percataron de que la noche les acechaba.La sinfonía del canto de los pajarillos ceso como una llama que se apaga lentamente, el espectáculo de luces púrpura había adquirido un tono marrón nogal, se empezaron a sentir murmullos desconocidos para sus oídos, y sus rostros empezaron a mostrar preocupación al ver que no podían discernir qué dirección tomar para regresar a casa, el miedo se apoderaba lentamente de sus pensamientos, los más pequeños empezaron a sollozar.-¡Queremos ir a casa!Decían desconsoladamente.Su padre el guardabosque conocedor de sus costumbres, al ver que tardaban en regresar a casa,

fue a buscarles.Los encontró y se acercó a ellos sin que se percataran de su presencia, y les dijo.-¿Que os habéis perdido?Al oír la voz de su padre, se llevaron tal sobresalto que casi caen de espaldas, el sobresalto les duro lo que una centella y corrieron a abrazarle. Sin mediar palabra alguna retornaron a casa.Una vez en casa y después de las explicaciones que le habían dado sus hijos, Josep les dijo que el bosque es un lugar que al igual que pasa en las ciudades, por la noche se transforma en otro mundo y salen de sus escondites toda clase de seres extraños a los que la luz del día les molesta y que por la noche tienen la protección de la oscuridad para cazar a otros seres indefensos.A continuación les dijo, os voy a explicar una historia que paso cerca de aquí hace tiempo.Y les narro la siguiente historia.Un día al anochecer llego un cazador a la casa "Mas del Puig", al verle, la gente de la casa, le ofrecieron sitio para pasar la noche, y le dijeron que por la mañana con luz de día y habiendo descasado, podría retomar el camino con el espíritu renovado.El hombre, rehusó la oferta y les contestó.-El espíritu no tiene por qué descansar, seguiré mi camino, no me asusta la noche, yo no le temo a ¡nada!Pedro, que es como se llamaba el propietario del "Mas el Puig", le rogó que se quedara allí a pasar la noche, que en el bosque habían lobos, que eran peligrosos, y que las sombras y sonidos de la noche tienden trampas a la mente más lucida y serena.Fue inútil todo intento de convencer a un hombre que se sentía joven, valiente, y temerario a la vez, que les dio por respuesta.-A mí los lobos no me asustan, llevo conmigo la escopeta. Y tomó el camino que se adentraba en el bosque.Cinco cartuchos, y mañana a primera hora ya estaré en casa, ¡buenas noches!Al cabo de unos días llegó hasta el "Mas el Puig" una persona preguntando por su hermano, Ramón, describiéndole como un muchacho alto joven y valiente.El propietario de la casa al oír la descripción de cómo era físicamente el muchacho, recordó al caminante de unos días atrás, y dijo.-A qué se debe el interés por el tal Ramón?El hermano le respondió que hacía días que le andaba buscando su familia ya que no había vuelto a su casa, de la que partió para ir al pueblo a comprar semillas.Pedro se estremeció al recordar la actitud atrevida y desafiante que había tenido Ramón al cruzar el bosque de noche.-Sí, seguro que era el que busca. Sepa que por aquí no pasa casi nunca nadie.Y dijo:-Id en busca de Josep el guarda y pedidle que os acompañe por el camino del bosque.Y así fue, como el guardabosques acompañado por el hermano de Ramón, emprendieron la búsqueda por el camino que conocía como la palma de su mano y que debió recorrer días atrás el desaparecido. Y fue al cabo de unos escasos 30 minutos de andar, que encontraron el cuerpo de un lobo muerto por lo que parecía un disparo de escopeta, esto pareció inquietar al hermano, pero siguieron avanzando por la senda del camino, habían recorrido unos escasos cien metros, que localizaron al lado de unos matorrales a otro lobo muerto en las mismas circunstancias que el anterior. Presumiendo lo peor, aceleraron la marcha con el corazón latiendo aceleradamente. La expresión de las cara de los dos buscadores se habían vuelto inexpresivas he incrédulas ante lo que estaban viendo a unos metros más adelante en medio de un claro, yacían en el suelo formando un semicírculo tres cuerpos de lobo muertos y en el extremo opuesto del semicírculo había una escopeta, restos de la chaqueta que llevaba Ramón y una bota que todavía conservaba el pie dentro. Su hermano consternado y abatido, no podía contener las lágrimas.-Y es esta la historia que os quería contar. Dijo Josep a sus hijos.Recordad que escuchar sabios consejos os puede ayudar a no cometer errores.Y así fue como los hijos de Josep y Ángela aprendieron que hay que ser prudente en lo desconocido.

Quiero agradecer a mi esposa por el soporte y aliento que me ha dispensado. Así como a mi madre por esas historias que nos contaba de pequeños.

A todas las personas que cuentan las historias de sus avatares con el fin de ilustrarnos y compartir emociones y sentimientos.

Rincón de poesíaHaikus, por Beatriz Barea Caballero (BCN)

Ejemplo a seguirSangre de mi sangre

Mil recuerdos

Haikus, por Màrius Corbella Fontanellas (BE)

Lágrima fugaztiñe pelos ya blancos

recuerdos de ayer

Delgado mantomuerte blanca en invierno

vida después

Rojas visionescálidas ambrosías

para mortales

Haikus, por Ricard Hernández March (IOC) y Bernat Pina Vazquez (BG)

El otoño es: Tejados lluviosos

Melancolía.

En marzo vientocae lluvia en abril

flores en mayo

Haikus por Maria Luisa Medina Medina (BCN) y Judit Montilla Verges (PR)

El mar bañandola orilla desnudade blanca playa.

Flor del cerezo.

Apareces en mayo,

nubes rosadas.

Ojos llorosos.

De amor se esconden.

En su soledad.

Profesoras del Mòdulo:Bea Marín Peralta

Núria Córdova Medina

GES - Mòdul CT5 Taller de escritura creativaÀmbit de la Comunicació

Institut Obert de Catalunya