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SUMARIO MARZO 1988 Argentina: La hora del saqueo Informe especial de Julian Lemoine 2 "La derecha nos teme más que nunca". Entrevista a Patricio Echegaray. por Caros Aznárez y Eduardo Ahverti 9 El 18 Brumarlo de Karlitos Menem Gonzalez ¿Un verano Indiferente? Por Alberto Kohen Juan Carlos Onetti 13 15 Frank Zappa Tetas y Cerveza Taxi Tom Lupo Mujeres en la calle Por Chudia Schvartz U2 Reportaje y caEbnes La Mona Ji'TV'ez 32 35 36 39 Cuba y los derechos humanos Por Dardo Castro Tribuna Libre Por Carlos Vicente Zona crftlca 50 52 Anticipo exclusivo de su ptóxima novela 16 Mirando el mundo desde el cafe La Paz Por Vera Land 21 William Burroughs Reportaje exclusivo de Victor Bockris 22 "Ese músico que llevo adentro" Por Alejo Carpentier 28 Murgas Reportaje a los S Chiflados de Liniers• y una histona de Enrique Symms 30 Teatro, 'Mosquäo• en el Teatro de La Campana. Pedro cine argentino. Mar del 88. La literatura de Fray Beto. por Susana Sdvestre. de libros, por Cesar Aira, Horacio Gonzalez, Rta Entrevista Aberto Castro y Jorge Wartey 42 conchetos 45 Presos Políticos: la cabeza contra la pared Por Hector Alí 46 Fonseca y Jorge Wartey. Retrato Monzón: Violencia y poder pcy Eduardo Luis Duhalde Dossier sobre Nicaragua 53 64 SONAR También los pequeños hombres, con astucia descarada, tralxz- jan para la histona. Es Cesare Pavese, el poeta italiano, en un diálo- go entre el Poder y la Fuerza El presidente Alfonsín, sin haber leído a Pavese, se esmera en dotar de nuevos brillos a una de las peores tradiciones argentinas: la del político que para mantenerse en el poder (o en la ilusión de él), débil ante fuerzas que no controla. arroja por la cloxa pnnci- pios éticos y públicas promesas de conducta. Razones de estado. se excusaron, Sin rubor, algunos que en el pasado pisotearon la misma gramilla. Pecados de juventud, profirieron otros pares de cuellos desplumado. El abogado que vino de Chascomús (¿hay algo más que una laguna?), no es amante de gastar sus horas en lectu- ras. Se maneja, con gran habilidad, guiado por un Instinto fooacb en las duras arenas partidarias. Así pudo cazar al vuelo el auge Ii- beral. Así, también por instinto, toca con cuatro dedos la música de la modernización del aparato del estado. Lo posible es más huma- no que la utopía. podría Jactarse Sin saber de dónde vienen los vien- tos. Adeuda. todavía, el duro precio de los sueños. pero paga intereses usuranos, y por adelantado, a todo aquel que lo atŒnille en su precano trono. Su moneda son las leyes de punto final y otydiencia debida. Su moneda es petróleo, teléfonos, puertos, gas o aviones. No dirá. como Burroughs, que la 'ustoria es ficción. Más simple, su estilo es de almacenero dc barrio, se contentará con cambiar las estampillas dc la mercadería en la oscundxi del fin de semana. Confía, quizás, en la necesidad de sus parroquianos y en la paciencra de los prestamtstas. No verá, o no quiere ver, —cl deseo es también ceguera—, que una enorme bandera de remate ondea sobre el país y cubre la puerta de entrada a esa historia por la que él, tan torpe como ambicioso, se esfuerza en entrar. Las ambicio- nes de los pequeños hombres también son parte del mundo, escribi- ría con alguna piedad Pavese. El jefe del ejército, gerEral Caridi, le está tomando cl gusto a los discursos. Tras anos de sed en los desiertos cuarteleros, parecie- ra que cl nuevo licor lo fortalece. En su último speech, tosca la pro- Perbdistko• Vanu Lema Director Editorial: Eduardo CANSA y los argumentos. reivindica sin claro-oscuros, como en uru pintura anterior a una visiúi mesiánica del mun- do, tan llena de muerte como de delirio. Los crímenes cometidos por los hombres que hoy están bajo su mando se convierten en ac - tos de servicio. Un decreto del gobierno de la época, que él y otros se encargarían de tumbar, a ser, magicamente, el agua del Jor- dán que purifica todas (Cratos, el Poder en la mi- tología, se pregunta: "¿Pero sabes que son los Misera- bles cosas que deberán morir", continúa, amenazador; tan amenaza- dor como tribunos militares marcando con su dedo todo que, a sus ojos, resalta por diferente). El jefe de la policía federal llama a una cruzada para nos de los delincuentes. Pide que los ciudadanos se hagan cargo de los mayores gastos que demanda la ¿Pero quién nos pro- tege de la policía? Ahí están los diarios dando cuenta de asesinatos a mansalva. robos de todo tipo, extorsioœs, contrabando, tráfico de drogas que tienen por responsables a los servidores del órden. ¿Será que nuestros Dioses necesitan que se aumente el precio la (Insisto esta noche con Pavese). La Corte Suprema de Justicia ha cerrado el proceso que involu- craba al capitán Astiz por el secuestro y desaparición de Hagelin. Legalmente, ya nadie responderá nada. El barco de la muerte seguirá teniendo a bordo un experto timonel. La muchachi- ta sueca ha vuelto a ser SKTificada. Podremos nuestras fuer- zas fueron pocas. El cansancio —y también la indiferencia—, ma- yor. Podremos leer: ¿pr qué viniste, extranjera, a buscar flores a esta tierra anurga? Según Confucio, la corrupción moral y la política de un estado comienzan en los hombres que están a la cabeza. Los griegos creían que ante la injusticia las montanas arckn. ¿Habrá llamas, bailando como una niña con pies de aurora, so- bre los muros de esta país? Vicente Zito Lema Peña Cmseþ Edhorial: Marla Daruel Wina Enrquo Symm. Carics Aznárez y V'œnto ato Secretario de Redacclðn: Carios Azn&ez. Departarmnto de Me: ReglN BergrnaM Martin Kownsky. Gumiu Federto Mehz. de InvestOacbnes.• Alb«v Kohm Colaboran: Gmzákz. Susa•u Sdvesn Shirley Jorge Wartey. César Ava ½ndnm Jum Cuto. Andrea Raboljru. Tom Lupa hóo Solari. Helmœtro Punk Gustavo Mdjna Cartx Curo. Héctoc AL Vera Land AJknlLemoa-o Claudia Sdtvarœ Atwtj. Ernosb S*ado. Rzso. Podro Esptü)za Alborto poggl Inúgenes: Diego Fontanot El Mannoro Turco. bsquil. shJbota gráfica: I*suh Maha Bmedetti. Maraylo Publkld.d: Savni. Registro de la htelectud: 77429. Tanh Tro@i y Interør SADYE S.A Lettw 342. Td. 40-2703. Balb SA Belgraro 5951. Wilde, Pca de Bs As. Es una u: COPEL (Conté do Iatmarwx:au»). Redxc½n y Adtrthlstrxi&v Lenca 4199. (1202), W. 9810446.

Fin de siglo 9

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Page 1: Fin de siglo 9

SUMARIOMARZO1988

Argentina: La hora del saqueoInforme especial de Julian Lemoine 2

"La derecha nos teme más quenunca".Entrevista a Patricio Echegaray. porCaros Aznárez y Eduardo Ahverti 9

El 18 Brumarlo de Karlitos MenemGonzalez

¿Un verano Indiferente?Por Alberto Kohen

Juan Carlos Onetti

13

15

Frank ZappaTetas y Cerveza

TaxiTom Lupo

Mujeres en la callePor Chudia Schvartz

U2Reportaje y caEbnes

La Mona Ji'TV'ez

32

35

36

39

Cuba y los derechos humanos

Por Dardo Castro

Tribuna LibrePor Carlos Vicente

Zona crftlca

50

52

Anticipo exclusivo de su ptóximanovela 16

Mirando el mundo desde el cafe LaPazPor Vera Land 21

William BurroughsReportaje exclusivode Victor Bockris 22

"Ese músico que llevo adentro"Por Alejo Carpentier 28

MurgasReportaje a los SChiflados de Liniers•y una histona de Enrique Symms 30

Teatro, 'Mosquäo• en el Teatro de La

Campana. Pedrocine argentino. Mar del 88. La

literatura de Fray Beto. por Susana

Sdvestre. de libros, por

Cesar Aira, Horacio Gonzalez, RtaEntrevista Aberto Castro y JorgeWartey 42

conchetos 45

Presos Políticos: la cabeza contrala paredPor Hector Alí 46

Fonseca y Jorge Wartey.

RetratoMonzón: Violencia y poderpcy Eduardo Luis Duhalde

Dossier sobre Nicaragua

53

64

SONARTambién los pequeños hombres, con astucia descarada, tralxz-

jan para la histona. Es Cesare Pavese, el poeta italiano, en un diálo-go entre el Poder y la Fuerza

El presidente Alfonsín, sin haber leído a Pavese, se esmera endotar de nuevos brillos a una de las peores tradiciones argentinas:la del político que para mantenerse en el poder (o en la ilusión deél), débil ante fuerzas que no controla. arroja por la cloxa pnnci-pios éticos y públicas promesas de conducta. Razones de estado. seexcusaron, Sin rubor, algunos que en el pasado pisotearon la mismagramilla. Pecados de juventud, profirieron otros pares de cuellosdesplumado. El abogado que vino de Chascomús (¿hay algo más

que una laguna?), no es amante de gastar sus horas en lectu-ras. Se maneja, con gran habilidad, guiado por un Instinto fooacben las duras arenas partidarias. Así pudo cazar al vuelo el auge Ii-beral. Así, también por instinto, toca con cuatro dedos la música dela modernización del aparato del estado. Lo posible es más huma-no que la utopía. podría Jactarse Sin saber de dónde vienen los vien-tos. Adeuda. todavía, el duro precio de los sueños. pero pagaintereses usuranos, y por adelantado, a todo aquel que lo atŒnilleen su precano trono. Su moneda son las leyes de punto final yotydiencia debida. Su moneda es petróleo, teléfonos, puertos, gas oaviones. No dirá. como Burroughs, que la 'ustoria es ficción. Mássimple, su estilo es de almacenero dc barrio, se contentará concambiar las estampillas dc la mercadería en la oscundxi del fin desemana. Confía, quizás, en la necesidad de sus parroquianos y en lapaciencra de los prestamtstas. No verá, o no quiere ver, —cl deseoes también ceguera—, que una enorme bandera de remate ondeasobre el país y cubre la puerta de entrada a esa historia por la queél, tan torpe como ambicioso, se esfuerza en entrar. Las ambicio-nes de los pequeños hombres también son parte del mundo, escribi-ría con alguna piedad Pavese.

El jefe del ejército, gerEral Caridi, le está tomando cl gusto alos discursos. Tras anos de sed en los desiertos cuarteleros, parecie-

ra que cl nuevo licor lo fortalece. En su último speech, tosca la pro-

Perbdistko• Vanu Lema Director Editorial: Eduardo

CANSAy los argumentos. reivindica sin claro-oscuros, como

en uru pintura anterior a una visiúi mesiánica del mun-do, tan llena de muerte como de delirio. Los crímenes cometidospor los hombres que hoy están bajo su mando se convierten en ac -tos de servicio. Un decreto del gobierno de la época, que él y otrosse encargarían de tumbar, a ser, magicamente, el agua del Jor-dán que purifica todas (Cratos, el Poder en la mi-tología, se pregunta: "¿Pero tú sabes que son los Misera-bles cosas que deberán morir", continúa, amenazador; tan amenaza-dor como tribunos militares marcando con su dedo todoque, a sus ojos, resalta por diferente).

El jefe de la policía federal llama a una cruzada paranos de los delincuentes. Pide que los ciudadanos se hagan cargo delos mayores gastos que demanda la ¿Pero quién nos pro-tege de la policía? Ahí están los diarios dando cuenta de asesinatosa mansalva. robos de todo tipo, extorsioœs, contrabando, tráfico dedrogas que tienen por responsables a los servidores del órden.¿Será que nuestros Dioses necesitan que se aumente el preciola (Insisto esta noche con Pavese).

La Corte Suprema de Justicia ha cerrado el proceso que involu-craba al capitán Astiz por el secuestro y desaparición deHagelin. Legalmente, ya nadie responderá pœ nada. El barco de lamuerte seguirá teniendo a bordo un experto timonel. La muchachi-ta sueca ha vuelto a ser SKTificada. Podremos nuestras fuer-zas fueron pocas. El cansancio —y también la indiferencia—, ma-yor. Podremos leer: ¿pr qué viniste, extranjera, a buscar flores aesta tierra anurga?

Según Confucio, la corrupción moral y la políticade un estado comienzan en los hombres que están a la cabeza.

Los griegos creían que ante la injusticia las montanas arckn.¿Habrá llamas, bailando como una niña con pies de aurora, so-

bre los muros de esta país?

Vicente Zito Lema

Peña Cmseþ Edhorial: Marla Daruel WinaEnrquo Symm. Carics Aznárez y V'œnto ato Secretario de Redacclðn: Carios Azn&ez. Departarmnto de Me: ReglN BergrnaM Martin Kownsky. Gumiu FedertoMehz. de InvestOacbnes.• Alb«v Kohm Colaboran: Gmzákz. Susa•u Sdvesn Shirley Jorge Wartey. César Ava ½ndnm Jum

Cuto. Andrea Raboljru. Tom Lupa hóo Solari. Helmœtro Punk Gustavo Mdjna Cartx Curo. Héctoc AL Vera Land AJknlLemoa-o Claudia SdtvarœAtwtj. Ernosb S*ado. Rzso. Podro Esptü)za Alborto poggl Inúgenes: Diego Fontanot El Mannoro Turco. bsquil. shJbota gráfica: I*suh

Maha Bmedetti. Maraylo Publkld.d: Savni. Registro de la htelectud: 77429. Tanh Tro@i y

Interør SADYE S.A Lettw 342. Td. 40-2703. Balb SA Belgraro 5951. Wilde, Pca de Bs As. Es unau: COPEL (Conté do Iatmarwx:au»). Redxc½n y Adtrthlstrxi&v Lenca 4199. (1202), W. 9810446.

Page 2: Fin de siglo 9

WALSHTras publicar su Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar,

Rodolfo Walsh fue secuestrado el 25 de marzo de 1977 por fuerzas

del ejército. En recuerdo de este intelectual, valioso y ejemplar, se

trascribe la carta entrañable que escribiera al conocer la muerte de su

hija. El homenaje se completa con escritos y opiniones sobre su

figura.

LOS OTROS

Hoy en el tren un hombre decía: "Sufro

mucho. Quisiera acostarme a dormir y des-

penar dentro de un año". Hablaba por élpero también por mí.

Sí, Rodolfo, has sufrido demasiado.

Esta tarde, mientras llovía y yo camina-

ba por los bordes de un puerto donde me

llevó el destino, te he visto: un hombregrande escondiendo tras una apariencia se-

vera su inmensa ternura. A pesar de tus ojos

muy cerrNios me sonreíste. De pronto pare-

cías un ruN).

Hace poco, en un sueno, alguién me de-

cía: "La muerte ya no da miedo. Es

como ir a un país donde tenernos un ami-

go". Acaso sea temblemente cierto.

Escribir sobre vos. ¿Escribir sobre vos?

Entre las muchas cosas que me ensenastedestaco una: detrrnos procurar la concien-

cia de nuestra identidad afirmándonos en la

identidad de nuestro pueblo. Ser parte de un

todo que nos trascienda en la aventura de al-

canzar la plenitud de una realidad más justa

y bella.

Anochece en la ciudad vieja. El cielo es

rojo y hay un silencio doloroso. Te estoy re-

cordando desde hxe vanas horas. Aún así

no podría escribir nada especial sobre tu vi-

da o tu obra (ejemplares las dos y finalmen-

te fusionadas en un estremecedor rayo de

luz). Pero quiero que sepas que guardo la

carta donde nos contaste la muerte de tu hi-

ja: cada vez que la leo, Vicki resplandece. Y

cada vez que te nombro o te recuerdo, Ro-

dolfo, nombro y recuerdo a cada uno de e-

sos miles de hombres y mujeres, sin rostro y

sin nombre, desaparecidos por el mismo de-

lito con pasión cometiste: vivir para los

Vicente Zito Lema

CARTA A VICKI1 hs. Querida Vich:

La noticia de tu muerte me llegó hoy a

las tres la tvde. estdžnmos encuando empezvðn a tranmitir elcado. Escuché tu nombre. mal promacia-

do. y tardé un segundo en asimilarlo. Ma-

quinalmente empecé a santigurme como

cuando era chico. No terminé con eg ges-

to. El mundo estuvo parao ese gguno.

Despus les dije a Marizma y -Erami hija". Suspendí la reunión.

Estoy aturdido. Muchas veces lo temía.

Pensaba que era excesiva surte. no sergolpeado. cuanto tantos otros wn golpea-

dos. Sí. tuve miedo pr vos. ws tu-viste miedo por mí, aunque no lo decø-mos. Ahora el miedo es glicciðn. Sé muybien por qué cosas has vivido.Estoy orgulloso de' esas cosas. Me qüàste.te quise. El día que te mataron26 años. Los últimosfueron muy durosra vos. Me gustaría verte sovetr una 'ezmás.

No podré despedirme. sabésqué. Nosotros morimos perseguiOs. en laoscuridad. El verdadero cementerio es lamemoria. Ahí te guardo, te acuno.e cele-bro y quizás te envidio. queri'ü ma

2:10 hs. Hablé con tu mama está orgu-llosa en su å'lor. segura de Oer entena.do tu corta, dura. mvavillosa

Anoche tuve una pesadilla torrencial.en la que había ura columna defeso.derosa pero contenida en susbrotaba de alguna profundidid.

lloy en cl tren un hombre decía:mucho. Quisiera acosarme a y

penarme dentro apero también por mi.

Page 3: Fin de siglo 9

LOS CONDENADOS DE LA TIERRApor Jorge A. Muracciole

La imposibilidad de pagar alquileres indexados mes a mes o la falta de

cualquier tipo de vivienda, ha derivado en lo que ya se conoce como "la

rebelión de los asentamientos". La verdad de los pobladores, las críticas casi

histéricas de los "invadidos" y las puntas de solución ofrecidas por un

funcionario progresista del gobierno bonaerense, ayudan a una mayor

comprensión de este difícil proceso.

En la última semana de enero. y comien-zos de febrero, la opinión pública bonaeren-se fue sacudida por una seguidilla de he-chos, que la televisión y los diarios de mayortirada se encargaron de denunciar.

El 23 de enero decenas de casillas y car-pas fueron trasformando la geografía de losterrenos propiedad de la Comisión Nacionalde la Vivienda, a metros de Ciudad Evita. U-nas doscientas cincuenta familias prove-nientes de Laterrere, Paso del Rey. Fiorito ydiversos lugares del Partido de la Matanza,se acercaron -peligrosamente• a los cómo-dos chalecitos de tres ambientes (las otroraviviendas económicas): levantando un esca-parate de carencias y miseria que quitó elsueño durante días a más de un centenarde vecinos.

Con diferencia de horas, al mediodía del23 de enero son ocupadas por más de 3000familias 120 hectáreas propiedad de la em-presa inmobiliaria Celestina La Grande en laAvenda La Nona y 187 (Partido de Lomasdo Zamora). constituyéndose el asentamien-to más grande del Gran Buenos Aires. hastala fecha (ocho manzanas de frente por quin-co de fondo). La columna más importanteprovenía del antiguo asentamiento FacundoQuiroga también ubicado en Cuartel Nove-no, habiéndose sumado el de losdías, de carenciados de diver-sos lugares de la provincia.

En Bernal Oeste. en Os primeros días defebrero, 116 familias carenciadas ocuparoncuatro manzanas de tierras a 300 metros dela Avenida Mitre, propiedad de David Salo-món,antiguo dueño de la empresa en quie-bra La Bernalesa.

La ocupacón de terrenos del Estado. co-mo en el caso de La Matanza o el asenta-miento de viviendas en tierras privadas, co-mo en Bernal y Lomas de Zamora, genera-ron la reacción más drástica de los morado-res históricos de los monoblocks y chaletslindantes, exigiendo a las autoridades, tantomunicipales como provinciales, el inmediatodesalojo de los "usurpadores'.

Si bien al correr de las semanas los dis-tintos asentamientos fueron canalizándosepor la vía de la negociación y el diálogo conlos representantes institucionales. es impor-tante destacar que al comienzo de los mis-mos se presagiaban posibles enfrentamien-tos o por lo menos duras te.niendo en cuenta el estado de ánimo de losdistintos protagonistas y la incompatiblidadde las reivindicaciones de los ocupantes conla legislación vigente en materia de tierrasurbanas. Pese a poder llegar a unproducto de la cesión de tierras por parte delEstado o la compra a bs antiguos propieta-rios, la falta de toda infraestructura (agua. e-lectricidad. colegios y servicios sanitarios) ylas deficiencias existentes en lo que respec-ta a medios do transporte. recoleccón de re-siduos, crean una realidad incierta.

A meses del inicio de los asentamientos,ninguno de ellos, pese al estuerzo económi-co de sus habitantes cuentan con electrici-dad: el agua es provista por medio de ca-miones tanques que en el mejor de los ca-sos la distribuyen diariamente en cantidadessuficientes.

fotos de Daniel E. Muracciole

Page 4: Fin de siglo 9

zonapeoducción genetal: DANIEL MOLINÅ

Córtenla con el bajónHace unos meses (en

nuesiro número 2) decía-

mos: "Quizá parezca aventu-afirmarlo, sin embargo

difícil encontrar mo-

mento tan creativo en nues-

tra historia cultural como elEtualmente estamos vi-

vietL. Ahora no hay nos-talgia: la nueva cultura seestá produciendo ya'. una

• nueva subjetividad se en-cuentra en marcha".

Reforzando nuestro pro-tóstico acaba de inaugurarse

nuevo espacio que sc o-fœce como lugar privilegia-do para las nuevas propues-tas. Sc trata de Mediomun-do Varieté (Corrientes

Rescatando el espíritu delos 20, belle epoquewe supo derribar viejos mi-tos para remitificar provoca-

•tivamentc y con pasión, -lacooperativa que dirige Me-dtomundo supo no quedar a-

ca experimental que coordi-na Fernando Bedoya; res-pecto del mismo existe unaconvocatoria abierta a todoslos que practiquen happe-nings, performance, o bodyan, a los que realicen graffi-tis, fanzines, historietas o e-diten revistas alternativas.Los interesados en acercarpropuestas deben ir a Me-diomundo, de lunes a vier-nes, de 12 a 19. Por su parte,los miércoles sólo funcionanla galería de arte y el bar.Los jueves está en cartelTangogro, que, como sunombre lo indica, sc las trae.Los viemcs y sábados, a las21,30, se representa Enemi-gos. La obra es de NiguelWilliams y la adaptacióndirección coresponden a Lía

Jelín. También los viemcs y

sábados, pero desde la 1.30,

Mediomundo funciona como

dancing. El mismo está co-ordinado por Dalila y losCometa Brass. Eso significaque el dancing no es una me-ra y monótona discotecadonde uno va para aburrirseentre muchos. Está pensadopara que la diversión y elbaile giren en tomo a dife-rentes propuestas (actuacio-nes sorpresivas, proyeccio-nes) que lo convienen en unespacio de experimentaciónmúltiple con la sensibilidad.Al mismo tiempo, hay rinco-nes donde la gente puedecurtir el elemental rito de co-municarse, de integrarse conlos otros, y de tentar viviresa historia que ya creía queno le iba a ocurrir jamás.

Todo, en Mediomundo,tiene una onda positiva. Pog

ejemplo, si no bastan laspropuestas mencionadas, cs-tá el factor económico. La

entrada cs más barata que enotros dancing o discotecastradicionales. El bar tambiénes accesible. La ambienta-ción —mezcla de conventi-110 de principios de siglo yde escultura posmoderna—es óptima. La ubicación —ametros de Comentes y Ca-ilao— lo pone muy a manoen caso de desesperación ga-lopante.

Cuando Patricia —motorde la cooperativa— decidiócambiar de ramo (pensaba a-brir una mercería con unospesitos extra), comenzó otrahistoria. Se formó un grupoque juntó ilusiones. Medio-mundo demuestra que de i-lusiones también se vive.

DM.

trapada en esta impoSibili-dad artística de los 80 quepregona la mishiadura delposibilismo.

Mezcla rara —en la am-bientación— de Palladiumcon el Parakultural, sin cm-bargo difiere de ambos enque su propuesta no es dark—la cultura de la páljda—,

la mezcla. Un llamado,no dogmático, a salir de los

habLM0s dOrningos y lunesun espectáculo de va-

rieté titulado Caladas yColoradas. Los lunes, ade-más, ofrecen una ópera bufa,I Lupin(, que. hará gozar alos melómanos no tradicio-nalistasLos manes: a las 19,habtá un ciclo (comienza amediados de abril) de

Page 5: Fin de siglo 9

REVISTAS

Contrainformaclón. Publica-ción del Centro de Estudiantes deCiencias de la Comunicación(UBA), Buenos Aires. año I, n' Iy 2, setiembre y diciembre de1987, 22 y 18 páginas.

Ayuda memoria de RodolfoWalsh y Humberto Constantini, unTimerman paternal; medios. tevé.gremiales, bares y griegos; agen-

poemas, cuentos y todos losetcétera que tienen que ver lacomunicación.

Literaturgia, Publicación men-sual de literatura y actualidad.Buenos Aires, ne IO (aniversario),noviembre de 1987.20 páginas.

Un cuento de Barlet-ta. un poema de Evaristo Carriego.

poesía de Alberto Vanasco. unfragmento de Sade, poesía chilena,Oscar

Caminos de encuentro hacia laliberación, Boletín del Encuen-tro Cristiam. Buenos Aires, añoI. N' 6, diciembre de 1987 eœro1988, 22 páginas.

Navidad. la condenación delimperio orresor; encuentro femi-nista latinoamericano (talla: femi-nismo edo de una publicEión de los cris-tianos nicaragüenses; Madres dePlaza de Mayo ("Repudiamos elcónclave de los genocidas"); Ii-bros, testimonios: la masacre deMargarita Belén; Pablo Richard;teología de la solidaridad.

Tierras Planas, Ceres (SantaFe). ne II, primavera 1987. 44

páginas.

Una especie de balance: "elde la izquierda". documen-

to atxyrigen. sexo en arte preco-brnbino. revolución y cotidianei-dad. habla popular y muchos cuen-

y muchas Cartas & pe-didos & etcétera a: Sonia Catela—Victoria 257— Ceres (2340>—

Argentina.

La papirola, número 2. diciem-bre de 1987, Buenos Aires. 60 pá-ginas.

Apareció este nuevo númerouna revista literaria qué riEióepmomento de crisis y que, a pe-

sar de la misma. parece gozar detuena salud. En esta edición inclu-yen un texto de Philippe Sollerssobre BatailJe, Ima entrevista a No-é Jirik yun texto inédito crítico.También hay inéditos de los escri-tores que están en esa zona peli-grosa de la literatura argentina. quees la que nos gusta. como OsvaldoLamborghini y Alberto Laiseca.

El número incluye la publica-ci&i de los trabajos de los ganado-

60res del concuso del número ante-rior. Hay que leerla.

Hace tiempo que dejé la pintu-ra: ahora me ocupo del comentariode litro'. Saturada de la vida pre-visible y de la resona)cia siempre

'localista de mis Dccidíabandonar no sólo la ciudad deSanta Fé —un lugar donde lo redu-cido de todo empequeñece cual-quier voluntad dc ruptura—— sinotambién a la que

T—pcnsaba— me había consagra-

Tal cual sucede con todas lasel abandono de un traba-

Ojo o disciplina inicia la secuenciade una cadena de olvidos: los alle-gachs. las cos.umbres. los hábitosmentales. llegar una a sentir-se exraña a todo eso; después, laignorancia y el sentimiento de ap.niduf. De acuerdo con esto, deboaclarar que fuc una dolorosa sor-presa encontrarme representada en

la última de Juan José Sacr,

Glou, editada por Alianza en di-ciembre 1986. Sus páginas mcdevolvieron una historia que, no csque me avergüence. sino que habíadecidido dejar lado. y —lo cualcs Io peno.o— la hicieron pú-blica. Estoy de negar la liber-

"tad de Saer para representar en sustextos cualquie de la rea.lidad. pero sin iluda —pienso des-de hace tiernpc»— quizá deba apro-

e vechar de algún modo la concre-ci6n dc esta extraña paradoja deser yo —su personaje— quicn se

en estas líneas de comentarsu literatura. Este hecho, que po-dría considerarse una ventaja, estambién una virtud incómoda: yanadie cree en la objetividad del co-mentarista. pero Io subjetivo con-cita aún todas las sospechas.

De todos modos. uno de losplxeres que me provocó esa extra-ña novela que es Glosa fue cl deconocer qué versión de mi personaconservaba alguien como cl narra-dor, a quien yo sólo indi-rectamente y que se destacaba nosólo su, por momentos. excesi-va locuacidad, sino también por

La obra de Saer y el premipor el mismo y trajinado ü-npcrme-

able gris. Unas pocas fotografías,

que conservo de aquella época de

mediados de los años '60, Io mues-

tran siernrrc medimamente ausen-te y embutido en ese horroroso ga.

bán. Sacr me narra (qué cruelmente

pasivo suena decir Me turra) comouna artista plástica bastante margi-

nal que se de*taca por algunas ex-centricidades y por una rotunda de-

dicación al trabajo —tmto que pa-sa a integrar de ellas—. BetErcantidxles exorbitantes de ginetxacon hielo y desnudar mis senos im-previstamente delante de la gentehan sidoe—cn apariencias— algunasde aquellas. Sin embargo. si bienno tendría nada que objetar a estarepresentación realista. tengo repa-ros cuando recuerdo el grado decomplejidad que Saer le adjudica ami conducta. Se da a entender en'Glosa que mis impulsos exhibicio-nistas obedecen a causas ocultas,inciertas, levemente pulsionales yaciagamcnte metafísicas. Yo digo.con mayor simplicidad. que Io ha.cía sólo por rebeldía. De todas ma-netas. esto es de la menor imFX)t•qncia; nada más que no quería de-jSr pasar esta oportunidad de unarreglo de cuentas surgida a partir,dcl pedido que me hicieron de rc-ferirme a Sacr con motivo de laobtención del Premio Nadal de no-vela a Fincipios de año.

Aprovechando esta mínimaIN)Iémica acerca de mi conducta,es de destacar que prácticamenteen toda la literatura de este escritorsantafesino, emigrado a Francia en1968. los actos de sus personajesposeen un corn1X)nente elevado dereligiosa irracionalidad. Como siestuvieran variando un signo, unavoz (nunca un símbolo, Saer no esde ningún modo alegórico) desco-nocida y arcaica que perdura a tra-vés de la repetición. Sinsiempre estos actos esquivan ladesmesura y Io sustancialmenteimportante; poseen más bien la e-

de lo cotidiano

dimensión trágica que se escon&•en la costumbre: ejercicio repe.

tido de flotEión en el agua (Na.dic nada nwra). ums paseos ves-pertinos realizados siempre cm elmismo recorrido (Cû:mrices), losrituales cíclicos de los indios Co:lastiné (El entenado), una conme•morEi6n recurrente —festejo y re-

membranza— al fin de año por u.

nos isleros del río Paraná (El IVmawo real). Por supuesto que

er no es únicamente esto: grui va.riedad de aspectos quedan —cŒr»

podría decirse—• en el tintero. Sinembargo Io que resulta innegablces que en este tipo de lite-

razias —donde existe una interpæ.tación de la actividad humana enun sentido amplio— es el s

cl que las poéticas se condensa ylas literaturas de autoruna personalidad definitiva.

También en el caso de Saa se

manifiesta que la lectura ideolóýca de su obra —una tentxión cside época— no es del todote para la reflexión acerca de ella.Junto con la conducta de losnajes. Aquel compromiso volunta-rio y csa capacidad inevitable queacompañaron a los mayores pro•.

yectos literarios de los cbs

siglos, como la narración de lacepción. resulta el otro elcmertwdesde cl cual adquiere la narraiv•de Sacr visos de originaliduL "Na-rrar la lxrcepción" esCl título de una crítica realizad».por Beatriz Sarlo acerca de Nadi'

nada nutra. Si bien tal inclingi6apuch concebirse como tributaria de L

la tendencia objetivista —laconcitó especiales expectativs en

el Saer joven, es recordada ensentido una puntillosa traduccióasuya de Tropismes de NathaIteSrraute al el año '68——, adquiere a

sus obras tal rigor y densid.xiticas que resulta vam incluida en

una secuencia deOtra de las palabras más gaji•

nadxs cn relación a Saa es I»Io caracteriza como escritornal. En ambi edad

Page 6: Fin de siglo 9

pSICOLOGIA

Sonia, te envío los cuadernos

afé. Apuntes de terapia ges-

táltica, por Buenos

Adriana Aires, estacio-

Nanå

k',

ø, 175 páginas.

Esta profesora chilena

denie honoraria de la Asociación

GestíUicade Estudios

Buenos Gestálticos

Aires y delde

de

la ciudad de Córdoba. se lanza con

6tos avNntes sobre la Gestalt.

mino (¿lo marginal es un concepto

mercado, de estéticas. o más ex-

geográfico?) sc funda

el sobreentendido. ¿Cuál es el cen-

la literatura argentina actual.

o la tendencia rxedominante, como

para identificar sus laterales? Es

probable que haya tantos como

lectores. También existe la impre-

Sión generalizada de que no hay

danasiada reflexión crítica acercade su obra. Si bien desde el año

'78 la literatura de S.lcr fue vigila-

da casi solitariamente por el grupo

Purgo de vista. a partir de Na -

die nada numa (1981 toda su obra

dquirió una circulación notoria y

esmerada atención de los críti-

cos en general. Existe un volumen

El linwœro real y los artícu-

los. reseñas, comentarios y repor-

tajes ya poseen una cantidad casi

alzmante. Para la par-

simoniosa indiferencia que lo a-compañó durmte varios años quizá

sea pertinente recordar que Saer

intentó diferenciarse —por medio

de su otra y a través de las declara-

cimes de Io que se

nominó el boom la literatura la-

tinoamericana; tanto sus presu-puestos estéticos como su articula-

ción político-editorial merecieron

un constante desrxecio del serodi-

Ahora Jum José Saer ha recibi-do el Premio Nadal. Resulta claro,sil embargo. que este tilX) de pre-mios reflejan emprendimientos e-ditoriales y no la existen-cia una calidad literaria que Sa.er no necesitaba que le fuera reco-nocida de este rno&). De todas ma-retas, como siempre ocurre. la pre-sente consagración repercutirá ennuestro desvanecido panorama cul-tural y habrá dc permitir que suFi.hlucción se ubique cn cl lugar

hace LOSno las condiciones

del esto en todo caso loslos malentendidos.

Rita Fonseca

NARRATIVA

El ganso parlante, por Fernan-do López, relatos, Buenos Aires.Sudamericwla. Narrativas argenti-nas, 90 páginas.

El libro reúne relatos: "Ba-jo la lupa", "La señal destruída" y"El ganso parlante".

"Conservo en la memoria elfuego perverso qtk corburne el es-queleto del ganso, aún erguido yltEhando una muerte injustaa que fuz con&nxio por la Histo-ria. Me mira con sus ojos inocel-tes. Mudo para siempre, me llevaen su lengua de madera y en suvientre hueco tantas verdades in-nombrables.„" (de "El ganso par-lante").

Matanzas y melancolías, porAlberto Daneri. relatos, BuenosAires, Fraterna, 218 páginas.

"Siendo ecuánimes, diríamosque el es Binto medio en-tre lenguaje nacional e influenciaextranjera. Se Biede así revitalizarel habla popular al ascenderla a es-tructura culta. Con relación a talsimbiosis. el lenguaje de nuestropueblo —un pueblo marginacb

cho habla— es un personaje másde este libro; y a partir de ello suscriaturas gozan la condición desentir, vivir o morir como seres re-

ales". (de las iniciales "Acotacio-

nes" del autor).

Esteco (novela) y La razón delmiedo (relatos), por Reina Tole-

do. Buenos Aires, Elena Canosa.

96 páginas."En Esteco no llovía nutEa. la

maleza crecía gracias al río que tra-

ía agua de la montaña; para hacer

llover debían reunirse rnuctK)s in-

dios alredOr de un gran fuego y

vestidos de truenos y debían

llamar al agua durante tres no-

ches„.". (del capítulo 4 de Esteco).

El cautiverio invisible, por R.

Toledo. cuentos, Buenos Aires,

Elem Canosa, 84 páginas, prólo-

go Enriq'e B. Villar. Faja

de la SADE 1987.

Los presocráticos. Hiroshima,

por José Luis Cutello, relatos,

Buenos Aires, La Unión, 74 pági-

nas."Solamente un día. Con su

despertar abonado de angustias,

donde el requisito diario para sub-

sistir es resistir este relaja-

do de agorerías y rxyr el

olor a putrefacción cósmica y te.

rrenal al mismo tiempo. Uno nula

más, uno solo en la vida

de un hgyrnbre: Wodofredo, un

común. como cualquiera". (dc "El

camirE) de Buerws Aires").

El amante, por ,48. Yehoshúa,

novela. Buenos Aires, Mil", co-

lección "Inuaginaria". 378 pági-

nas. prólogo de Irerw Stoliar.

"El trasforuo ideológico de la

taller cleNARRATIVA

Trabajos grupales/Sensibilización/Juegos literarios/Lectura y crítica

de textos/Estructura del

cuento/creación individual

coordina:

SUSANA SILVESTREGrupos reducidos

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Page 7: Fin de siglo 9

Z'baljuegui y JŒge Zu-

H%cluye además un Fólogo

de Guillermo Lombardía y un

"Ultinw reino: produc-

1979—1986"

El tren casi fluvial. Obra reu-

ida Madariaga,

Buenos Aires, Fordo de Cultura

276 págius.

El tomo reúrg los diez

por El pe-

queóo patíbulo, 1954; Las

Jaulas del sol, 1960; El delito

natal, 1963; Los terrores de la

suerte, 1967; El asaltante ve•

ranlego, 1967; Tembladerales

imágen y otras historias,

por Isaac Bashevis Singer.

uenos Aires, Ada Korn edi-

ra.

Si se pudiera olvidx el pre.

io Nobel, Singer sería el

tor una persuasión exclusi-

una reserva personal ar-

ntos, que su loca-

es un

la preponderarEia inœr-

ixmal que suministra la Aca-

SEca.

La obra de Singer se com-casi sin excepcioœs li-qi.E reprodiEen un esque-

ma exiguo, libros que son co-90 de vidas reme-moradas por un anticipado'retetistx Los cuentos ju-

la aldea de Chelm, Elpinoza de la calle Market, El

go de Lubl(n. Un amigo deVidu ¿Qué

y de ejemplar en una vidaque la literatura insista?

ago qtE entre la Lempcxa-'ida' de la profecía y la

sm hilo del Eomeci-, o, mejcx dicho, quea la la dé-

del compen-la falta de

la Ilimera con las ocurren-retrospectivas de la última

vida de alguien, en el cuocon y

medicxre suspenso, siemlxe

vos: biografias noveladas.Singer algu-

la ventaja no

La Aldea Portátil

del oro, 1973: Aguatrino, 1976;OLlegada de un Jaguar a la

tranquera, 1980; Una acuarela

móvil, 1985 y Resplandor de

mis bárbaras, 1985, me algún i-

nédito.

"Andaba ahí Luicho Merlo,

gatrho negro,

Rey.

hombre la Cuenca Platal

sin que nula peanunciara un gusto

enre el

olor a caballuias.

Era una mañana una ma-

ser nunca un comentador. La

vida podrá no existir sin un

pronombre personal. pero Sin-

ger sabe que la vida —aun la

que se ocupa del progreso de

los pronombres— uno es unacuestión personal. Por eso pue-

de hacer en un relato los pro.

gramas de varias vidas y en la

variedad no encontrar ningún

gusto. LO que hay es insufi-

ciencia, una insuficiencia tan

plena que los comentadoresestará) a gusto con los

detalles. Para ello cuenta (un

comentario debe resignarse)

con graves virtudes: una pa-

ciencia suave —como la de un

Job indirecto— y una curiosi-

dad por los meca-

nismos que ponen en funciona-

miento los relatos de

de judíos,

en la qtœ con modestia y ano-

gancia ilEiuye.

modo qtE los veintitrés

relatos de La imagen y otras

historias podrían ser considera-

corno una prueba de opor-

tunismo descriptivo, suspen•

de énfasis y ex-

œrru. La lección de un

de provincia, suma.

Pero la lección es un triunfo

que ningún predicado podría

denigrar, menos aquel que

oculta la maestría en el terriu>.

rio la derrou. po-

Sición Singer

de cau•s con u-

na displicencia remota que les

confiere la sensible aparienia

de efectos, a'tno si el mandato

pueril y eficaz de un dios mo-

nologuista pudiera convertirse,

al cabo de unos ctW1tos siglœ

de penurias. en una súplicaconstante y entreverada. Los

cuentos de La imagen por Io

tratan a la fatalidad

tal sutileza, que ésta termina

siendo un personaje disminuí-

do, ideal para el comentmo. A.

sí, en "El divorcio" la estupi-

dez del tiene, ccno de-

la misión de

a un que

dría estar ubicado en la gorra

de Charles Bovary, aunque su

estupidez tuibite en

lu antípodas.La protagonista heroína de

"La entrevista" d(ñlega el cur-

so vidas que se le cruzan

o las repele, pero encuentra el

modo de perdurar en la vehE

mencia ingenua de un título

(La verazd en la re-signación manual e inestable

de un libro sin tapas. Hay unafigura y alala que visi-

ta los relatœ. Es el Angel de la

Muerte.vcónyuge conjetural ypolígamo, los tienta con su ve,

neno acérrimo. las pa•labras de IMsonajes de uncasualismo neurótico ("Mi

ría es que el hombre esó empe-nado en una amorosacn el Angel de la Muerte",Ó "Hasta me propuso matrimo-nio, pero yo me casaré con elAngel dc la Muerte").

fórmula de las narrxio-difiere mucho de una a

otra; en esa monotonía, el esti—

lo de improvisa su

didas logra su mayor justeza

Con una constancia que es

fuerza secreta, Singer no

desciende a inventz la novdad; la encuentra sin

los- incidentes y pequeñoaconteceres que determina

modelo rememorativo. Este

o menos así: se narraepisodio ciertadespués el tiempo y la

cia del que escnbe soløea y

plana el enigma; despuéshectK), un chisme, un

hallazgo consiente en fzar la conclusión. El narres tan tenue que parece 01

qtE ese es unEl olvida también,

placido.

Aunque los cuentos fescritos en idisch, su divulción corre por cuenta de lasdtrciones al inglés (hechasSinger solo o conres). El glosario que aparecefinal del volumen nos hx•etos para saber que yeshivá es

• xademia talmúdica y rébela mujer del rabino, profde la madre del eæritor.

La estrecha aldea de Sin-no es un mundo, aunque sumortalidad esté aseguradnunca la la cpintŒia de una sinmagen- Es aldea diminmuy y nítida: una

Jn•t.átil deJnŒables,

Luisa•ti 77