198
E.Af"d* - --l

Fodor - La Modularidad de La Mente

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E.Af"d*

-

--l

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Co

lección

:

PS

ICO

LOG lA

Co rrientes

psicológi

cas

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J. A FODOR

La modularidad de la menteUn ensayo sobre la psicologa de las facultade

Resivi6n y Pr1ogo a !a edcn epafolapoo Eugeno GARCIA ALBEA

Facultad de Psicologa

Unvrda Cmpee. MADR JD

EDICIONES MORATA, S. AFundada po ave Moata, Edito en 92028004 - MADRID

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La modularidad de mente

Un esayo sobr la psicoogfa de as acultades

por

J. A FODOR

Traducio por

Jse Mnul I G

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Tftulo origna de la obra:

HE MODULARITY OF MIND© The Massachuses Insue o Technology, 1983

No esta permitid l reproducci6n totl o prcil de este libro, n su trtmento

infomto ni l trnsmis6n de ningun om o po culquie medio y se elec-t6ico mecnico por otocopi po registro u otos mtodos sin el pemiso pevio y po escto de os titules de Copyht.

DICIONS MORAA S. A (1986)

Mej a equerca 12 28004 - Madrd

Derechos reservados

Dpso gal M9.2268ISBN 847112307X

Compueso por: Areda

Prne n Spain mpreso en spaa

mprime UNIGRAF S A. Paredes 20. FUNABRADA Madrid)

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CONTENIDO

Págs.

PROLOGO

A LA

EDICION ESPAÑOLA,

porJosé

Eugenio

GcRcl,A

ALerR

I

AGRADECIMIENTOS

17

PRESENTACION

19

PRIMERA

PARTE: Cuatro

explicaciones

de

la

estructura

mental .

.

21

1.1.

El

neocartesianismo;

la

estructura

de

la

mente

entendida

como estructura

del conocimiento, 22.- 1.2.

La

estructura

men-

tal, como

arquitectura

funcíonal:

facultades

horizontales,

31.-

1.3.

La estructura mental

como

arquitectura

funcional:

faculta-

deS verticales,35.-

l.

4,

asociacionismo

(o

"iqué

fue

de

la

psicolog

ía

de

las

facultades?"1,

46.

SEGUNDA

PARTE:

Taxonomía

funcional

de

los

mecanismos

cog-

nitivos

65

TERCERA PARTE:

Los

sistemas de

entrada

considerados como

módulos

I

I 1.1

"

Los

sistemas de

entrada son

espec

íf

icos

de

domini

o,

76.-

lll.2. El funcionamiento de

los

sistemas de entrada

es

obligato-

rio,

83.-

lll.3. El acceso desde

el

procesador

central

a

las

repre-

sentaciones

mentales

que

los

sistemas

de

entrada

computan

es

sólo

limitado,87.-

lll. 4.

Los

sistemas

de

entrada

son

rápidos,

93.*

lll.5.

Los

sistemas de

entrada

se

hallan

informativamehte

encapsulados,

98.-

lll.6.

Los

productos

de

los

sistemas

de

en-

trada

se

refieren a

aspectos

"superfíciales",

124.-

lll.7.

Los

sis-

temas

de

entrada

se

hallan

asociados

a

una

arquitectura

neural

frja,

138.-

lll.8.

Los

sistemas

de

entrada

presentan

unas

pautas

de

deterioro

características

y

específicas,

140.--

lll.9.

La

onto-

génesis

de

los

sistemas

de entrada

presenta

un

rítmo

peculiar

y

una característica

sucesión

de estadios,

141.

CUARTA

PARTE:

Sistemas

centrales

OUINTA

PARTE:

Conclusiones

y

advertencias.

.

NOTAS

BIBLIOGRAFIA

OTRAS OBRAS

DE EDICIONES

MORATA

DE INTERES.

76

144

166

178

192

199

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DEDICATOR IA

(Com nacio esta bra)

Un d fa -har unos cinco aos ms o menos- mi amigo, colega y, n ocasiones, coautor de ibros Merri GARRETT, me hizo a observaci6n ms prounda que jams haya escuchado sobre os mecanismos psico6gicos responsabes de a percepci6n

de haba. "E aspecto ms importante de anisis ing sticodjo Merri, es que bsicamente se trata de n eeo Estaobra es en reaidad, una detaada reexin sobre esta intuicin de Merri I, y a est dedicada con toda mi gratitud

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AG RAD

EC

IM IE

NTOS

Este

trabajo

monogíafico

surgió

de

unas dispersas..notas

re-

copiladas

con

mot¡Vo

de

un curso

sobre

teorias

cognttlvas

con-

i.,ilpot¿neas

para estudiantes

graduadoq,_g1e

Noam

CHovlsrv

y

t;impartimos

juntos

en

el

otoño

de

1980.

La

actividad

aca-

á¿ln¡.r

bs

el

proóeso

por

el

que

las

mariposas

se

transforman

én

o-gus

-dósde

entonces,

se

han

elaborado

y

cofregido.nu-

rerosoi

borradores.

Este

largo

proceso ha

sido

más llevadero

qrác¡as

a

la

generosidad

con

que

distintos

amigo.s,

parientes,

.ol.gái

e

¡nóluso

personas

.totalmente

desconocidas

me

han

áóoñaOo

sus

ideas,

sus

críticas,

su

valiosa.

información

y

me

h'an

infundido

ánimo.

Ouisiera

expresar

mi

grat¡tud

al

menos

a

los

siguientes:

Ned Bloo<,

Susan

Bloc<,

William

BnEWER,

Noam

CHousrv,

Daniel

Dervruerr,

ScOtt

FRHIn¡¡ru,

HOward

Gnnorlrn,

Henry

Gr-etrunru,

Lila

Glrtrlvelr¡

,

Michael

HARNISH,

Peter

Jusózvr,

bavid

KRpuru,

Thomas Kuuru,

Alvin

Ltsrn

-

MAN,

John LtMeEn,

John

Mnnsnnll,

William

Mnnslrlt-W

lL-

SoN,

Robert

Mnrruews,

lgnatius

MATTINGLY,

Jacques

MrHtrn,

Mary

Porrcn

,

Zenon

Pylvsuyru

,

Georges

Rev,

Brian Srrn.rli

y

Loriaine

Tylen.

Estoy

especialmente

agradecido

a

Jim

Hooc

-

ro*

porsu

labor de

poner

a

punto

las

referencias

bibliográf

icas.

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Aun qeda por mencionar n crioso rasgo de estas fac/ta es rmaes. La doctna pierde toas las batalas -pr as de

 cir pero siempre acaba pr ganar a gerra Se incina ante e ms  i  gero so/ de a crti, pero ni a ms vioenta tempestad es capaz de destria. Los ataqes qe ha sdo dsde antao . parecan tan irresistibes qe se consider6 inti ca/ qier defensa. S in embargo e {ic efecto dradero de estos ataqes s rejo a abandono de a pa/abra Nfactad': con o qe a doctrina pr ea reresentada qe ib de too astre para remontar e veo . C SPERM 1927

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PROLOGO

A

LA

EDICION

ESPAÑOLA

Por

José

E.

GARCIA-ALBEA

'

"'Jfi

?:,$:1'ó:

ffi1Í.1:

l":

ffi5

:"i ;

Jerry

Fooon

empieza

3

s.ef

ya

un

autor

conocido

en

los

me-

oios

pi¡coiogi.o,

rruntr

hispana.

col

algo

de

retraso,

pero

todavía

a

tiempo

de

seguirle

ta.iista

ppr,los

vericuetos

de

la

dis'

cusión

sobre

roJJüiuiñ,;;

t

iiñ¡i.t'de

la psicolooía

actual'

La

versión

españorá

Ju

-r*

obras"i-i"*bi¡cá[¡on

nsióotósíca

(Ed.

Cátedra,

1981

)

v

Et

lensua.ie-Jtl;tn;;^iento

(Ed'

Alianza'

1985)

habrá

.onir',buiáól

t¡l''

dudá'

a

este

seguimiento'

Con-

fiamos

en

que esta

tercera

obra'

.ó"

ahora

se

complace

en

publicar

EotcloNES

MonRrn,

coniribuya'

a

su-

vez'

a

completar

el

panorama

de

las

ideas

quu-Fáoo*

í'ra'venido

desarrcllando

en

los

últimos-u.¡nt.

uños.

¿a

modularidad

de

la

mente

es

su

tibro

más

reciente

(versión

oi¡l¡'ntl-Oá.

r

983i

v

9Y¡zá

el

más

"psicológ

ico"

de

todos

en

cuánto

a

los

contenidos'

Parece

oportuno,

porci",-r,*r

algomás

explícita

la relación

de

este

rrtud¡o

con

los

dos

precedentes'

. :-

Por

una

parte,

y

en

contra

Je

lo

que

sugieren

algunos

críti-

cos

(véase,

poiijJtflo,

la

revisión

hecha

por D'

DrruNErr

en

ContemporarY

Psychologv,

1égq'

vol'

29'

n'

1)',1",*? y :{i'

daddelamenfenosuponeunaruptu .aconla.línea111'^'jo'

seguida

por

fooon

'

Rópresenta'

por

el.contrar¡o'

un

intento

serio

de

hacer

lt*"i*

a

lai.onsecüencias implícitas

en ella'

En

La

,*piiiiiiái

pi¡rotiiiiu,"Fo.oon

trataba

de

fiiar

el

nivet

propio

iá"".óíiáá-n

Jl

ói"ologfa,

apoyándose

en

la

noción

o,

,,.fuivalencia

f

uncional"

Dara

superar

los

dos

tipos

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12

La

modularidad

de la mente

de

reduccionismo

que

han amenazado

a

esta

ciencia, el

reduc-

cionismo

fisicista

y

el

reduccionismo

conductista.

La

solución

propuesta

por Fooon,

en aquella ocasión, consistía en postular

un

lenguaje

mentalista

para

la

psicología,

sin

gue

ello

supusiera

aceptar

el

dualismo

de

la

ontología clásica

ni romper

con

la

vi-

sión

materialista

del

universo

que

tienen

las

demás

ciencias. Ya

en

esta

primera

obra,

Fooon señalaba

las

relaciones

que pue-

den

establecerse

entre

la

psicología y

las

ciencias

de

la compu-

tación, tanto

para

esclarecer

la

distinción

entre

niveles

explica-

tivos,

corno

para

marcar

los

límites

metodológicos

que

afectan

a

los

procedimientos

de

simulación

por

ordenador en

el estu-

dio

de

la

conducta

de

los organismos.

Teniendo en cuenta dichas

constricciones metodológicas,

es

posible

entender

la

alternativa

teórica

que

Fooon

va

a

propo-

ner

en

El

lenguaje del

pensamiento,

de

cara

a

conceptualizar

la

vida mental,

objeto

propio

de

la

psicología.

La

tesis

que

de-

fiende

en

esta ocasión

es

la

de

que

no

hay

modo

plausible

de

explicar

la

actividad mental

de

los

organismos

si

no

es

median-

te

un

enfoque

estrictamente

computacional,

es

decir,

un

enfo-

que

que

considere dicha

actividad

mental

como un conjunto

de

operaciones

formales que

versan sobre

símbolos

o

representa-

ciones.

El

lenguaje

rlel

pensamíenfo,

como

advierte el

mismo

Fooon,

no

pretendía

ser una

obra

pionera,

sino un

¡ntento de

consolidación,

ofreciendo

un

marco

coherente en el

que

se

pudieran

contrastar

los

resultados

de

la

investigación

psicoló-

qica

eu ,

con

el

epíteto de

"cognitiva",

se

venía

realizando

desde unos

diez años

antes.

En

dicha

obra,

Fooon

justifica

la

existencia

de

un

código

interno de

representación

y

analiza sus

propiedades

más

relevantes.

Entre

ellas destaca la de

su

f

lexibi-

lidad

para

acomodarse

racionalmente

a

las

exigencias

de

las

ta-

reas

que

el organismo

lleva a

cabo

en

relación

con

el

medio.

Con

ello,

queda

abierta la

puerta

a

una

posible

pluralidad

de

códigos

mentales,

en

correspondencia

con

los

dominios

cogni-

tivos

específicos

a

los

que

se

aplica

la

actividad

computacional

del

organismo.

Esta

es,

justamente,

la

idea

que

Fooon va

a

desarrollar

en

el

libro

que

ahora

presentamos.

Dicho

en

pocas

palabras,

La

modularídad de

la

mente

se

apoya

en

las

obras anteriores

en

la

medida

en

que

se

sitúa en una

pers-

pectiva

estrictamente

f

uncionalista

y

en

la

medida

en

que

parte

de

una

teoría

computacional

de

la

actividad mental

de

los

orga-

nismos.

Lo

que

va a

hacer

Fooon

ahora

es,

precisamente,

llenar

de

contenido

dicha

teoría

computacional.

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f'rólogo

a

la

edición

española

Pero,

por

otra

parte,

y

en contra

de

lo

que

pud¡eran

pensar

algunos

psícólogos

cognit¡vos de

nuevo

cuño,

La

moduiaridad

de la mente

supone

un

avance cons¡derable

con

respeóto

a

las

dos

obras

anteriores.

A

nuestro

juicio,

ésta

es

la

primera

vez

que

Fooon

aborda

de

lleno la

problemática

psicológica

en

cuanto taf

,

dejando más

al

margen

las

cuestiones

estrictamente

filosóficas

y

metacientíficas.

Este

es

un

libro de

psicología,

más

que

un

libro

sobre

la

psicología,

sín

que

estén del

todo

ausentes

-a

modo de

conclusión-

las

oportunas consideracio-

nes sobre

el

porvenir

de esta

disciplina.

El

carácter

eminentemente

psicológico

de

La

modularídad

Ce

la

mente

se pone

de

manifiesto

a

través

de

los

siguientes

aspectos:

a)

Fooon

trata

de

entroncar

con

una

tradición

tan

antigua

en

psicología

como

la de

la

psicología

de

las facultades, in-

cluyendo

en

ella

los

planteamientos

de

la

frenología

(véase

la

referencia

a

Gnll),

así

como los

principales

hitos

de

la

orien-

tación

diferencial

(véase

la referencia

a

Speanmnrrr

).

El

propó-

sito de

todo

ello

es

el

de

precisar

con

claridad su

hipótesis

acerca

de la

estructura

de

lo

mental, distinguiéndola

con

cui-

dado de otras

propuestas

aparentemente

afines. En

este

senti-

do,

no

creemos

que

sea

preciso

insistir

en

que

Fooon

no es

un

frenólogo

ni

un

psicólogo

diferencial.

b)

El

libro

se centra, de

forma

decidida,

en

el

problema

de

la actuación,

más

que

en

el

problema

de

la

competencia.

De

ah

í

la divergencia

que

muestra

desde

el

principio

con

respecto

a

Crlousrv

y

los

neocartesianos.

La conceptualización

de

las

"nuevas

facultades"

no

se

efectúa

tanto

en términos

de es-

tructuras

de conocimiento, como en términos

de mecanismos

camputacionales.

Lo

que

interesa

a

la

psicología,

en cuanto

tal, es

cómo

se

procesa

la información

y

de

qué

dispone

el

or-

ganismo

para

procesarla,

y

a

esto

es a

lo

que

trata

de

responder

Fooon

con

su

teoría

de

la

modularidad.

Adviértase,

sin

embar-

go,

que

la

divergencia

con

respecto

a

CHousrv

no

significa

i:posición, sino complementación,

en la

misma medida

en

que

se

complementan

las

nociones

de

"competencia"

y

"actua-

ción".

Los

auténticos

adversarios

de

Fooon

van

a

ser,

una

vez

más,

los

asociacionistas

y

neoasociacionistas

y,

en

última

ins-

tancia,

aquellos

psicólogos

que

pretenden pasar

por

cognitivos

sin

asumir

las

consecuencias.

c)

Los datos

ernpíricos

que

aporta

Fooon

en

apoyo

de

su

teoría están

tomados

principalmente

de áreas de

investigación

13

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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14

La

modularidad

de

la

mente

psicológica

tan

consor¡dadas

como

son

ras

de

ra

percepc¡ón

o

er

enguaje'

Asimi:Tg,

ras

própi".drdgr

,Irür'gnu

a

ros sistemas

modutares son.típicameÁte

'ps;cát-d¡ürl

Jt

pooer

ser

estud¡a_

das

a

través

de

ra

actividad

iniel¡geñt6

J.'rJ,

organismos.

La

in-

istencia

en

la

necesidad

áe

recuirír

a ra

comprobación

empíri_

a

es

una

nota

dominante

der

ribro

v

,qirl"".r;;';*¡Jrru,

a

moduraridad

como

un-probrema

ánülto

que

no

admite

oluciones

a

priori.

En

erte

,.ntidot,

la

Ái¿ular¡dad

rJe

ra

men_

e

no

trata

de

presentar

una.

teoriá

oriárogica

firmemente

stablecida,

sino

de

proponer,

de f;r;rj;;;ficada,

un

sugeren_

je_lrourama

para

ra

investisáción;r;;;iüica

oe

ros

próiimos

d)

uno

de

ios

objetivos

principares

der

ribro

eser

de

estabre_

er

una

taxonomía

bien

fundada

de.ros

plo..ro,

psicorógicos.

Dicho

en

sentido

figurad.o,

se

trata

oe

intróoucir

er

bistulí

pa_

ra

dar

con

ra

esenciá

de

ra'mente

y

poder

así,

de

una

vez.

ha_

ernos

cargo

de

ella.

Partiendo

slempre

;*-i;;

irrriirO"r',.,.,¿,

co

n s

i

s

te

n

tes

1

]

a

_

i

nve

s

t

i

sa

9

i

o

Á

q

;

éi;

;g;

"

r

ó

o

"

Á-

;;-;r;;;

n

u

ijar

los

criterios

que

permítan

dístínguír

entre

crases

natura_

es

de

procesos

y

que,

por

tanto,

rtugáiJ,

lJru"onomía

algo

in_

eresante,

sin caer

en

ras

crasific¿c¡oñá,

tiiu¡l¡*,

que

se

han pro-

igado

tanto

en

psicorogíá.

rr

prrr¡r;';;nLguir

priffiere

g¡¿

suficiente

adecuaóión

deicriptivi,

ó;;ñ;i,

bare

para

roorar

a

necesaria

adecuación

eipllcati

uu.'Lu

má)Jur¡dad

rJe

la

nlen-

8

es,

en

este

sentido,

un

craro

e¡emplo

or-lonlo

eraborar

una

lasificación

psicológica,

piotrná-¡rái,j"lin"

fo,

criterios

que

la

sustentan.

A

ro

rargó

oer

t¡nio,

sobre

todo

un

r*

tres

partes

cen-

trales,

Fooon

va

a

ptanteai

rói

probremas-con

que

se

enfrenta

dicha

clasificación, formurar-un'a

r,ipotesis-ünr*

a misma

de

carácter

estrictamente

funcionarista,-y

ü*i.irinar

ras propie_

dades

de los

sistemas

que

la

integran.

El

resultado

d-e

esta

indagacióÁ

nos

da

un

retrato

r,e la

estruc-

ura

mentar que,

de

formá

resumiáa,

páoría

caracterizar

de la

siguiente

forma:

FUNCIONES

SISTEMAS

DE

ENIRADA

Análisis

de

ta

información

sensorial

SISTEMAS

CENTRALES

SISTEMAS

DE

SALIDA

Fijacíón

de

creenc¡as

PROPIEDADES

Especificidacl

de

dominio

Encapsulam

iento

ínf

srrn

61¡ys

I

sotrc¡p

ía

Ouineanismo

lntegracíón

motora

7

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Pr6logo a edicin espo 15

FooR se centra en el estudio de las dos primera clases deistemas, poniendo de manifieso sus diferencias en virtd del

criteri de la modularidad Asimismo deja abierto el campoara e I estudo de los lti mos sealando expresamente su intencin de no considerarlos en esta ocasin an cando insina la posibilidad de que participen en gran medida del caer modular de os sistemas de entrada.

Las consecuencias que se siguen de esta clasificacin sonbien d irectas: es posible que la psi cologa tenga que conformarse con el estudio de los sistemas modu lares claramenteconstreidos en su funcionamiento y empezar a pensar quecomo empresa cientfca poco va a poder decir de los sistemascetrales dado su carcter no-modular Ello no quiere decirue se niegue su existencia sino que quiz el dominio propiopaa hablar de ellos no sea tanto el de la psicolog{a cienticacomo el de la fenomenologa la literatura o el de cualquierotra fuente de conocimiento intuitiv

Es verdad que de esta manera ooR acota sensiblementeas asiraciones de una buena parte de la psicolga reocupa

da por decir algo de lo que desde un punto de vista existencial le arece ms preocupante al individuo de nuestra eseciePeo a la vez afronta con realismo las posibildades y limitaciones de la ciencia psicolgica En nuestra oinin una de lasprincipales aportaciones de este libro es la de habe uestoen tela de uicio dos de los supuestos ms utilizados en la especuacin psicolgica a saber ) que la nota ms destacada dela actividad mental es su carcter consciente; y ) que el comonente de automatismo que se da en muchs comportamien

tos ob iga a consideraros como refleos o que viene a decirLa modularidad de la mente es que uno y otro supuesto hanllevado a la psicologa a un callen sin salida En la edida enque se prescinda de ellos (acti vidad mental = consciencia automatismo = refleo) la psicologa podr todav{a seguir avanando

En relacin con lo anterior conviene hacer un par de observaciones con el fin de evitar la confusin a primera es queFooR

no niega que se pueda tener acceso consciente a loscontenidos mentales o que afirma es que una buena partede nuestra vida mental (quiz la ica sobre la que la psicologa pueda decir algo) es fundamentalmente inconsciente (o npenetrable de modo cognitiv desde los sistemas centrales)Es seguramente por ello entre otras cosas por lo que se usti

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16

La

modularidad

de

la

mente

fica

la

psicorogfa

como

ciencia,

interesada

en

desverar

ros

me_

canismos

de

esa

vida

mentar

qu'e

";;;ü;iarcance

de

ra

inrros_

peccién.

La

segunda

obseruriión

,.

,áii.i,

a

la

supuesta

equi_

valencia

entre

automatismo

y

refrejás.

Er

u.road

que,

en

arguna

ocasión,

FoooR utiriza

la

analogiá'óon-lásiere¡os

,

paradescri_

bir

el

funcionamiento

de

ros

m-ódulos

(véase,

por

ejempro,

er

apartado

lll.5).

pero

es

precis.

*b;.;;r,

como

también

ro

hace

Fooon,

que

se

trata

de

una

,analogía

y,-,o

de

una

equíva_

lencia.

si

bien

ros

procesos

modururri,

áílguar

qr.

ror

rrirl¡or,

on

inconscientes

y

automáticos

(¡niáima'tivamente

encapsu-

lados),

sin

embargo,

ro

qr.

definé

r

un

,.irl¡ir.il;"JuEf,.,.

reactivo

no-T9gl,rÍizado,

mientras

gue

ros

procesos

modurares

están

mediatizados

computa.¡onrtile-n;;;

;,

decir,

requieren

:ij:,Tllejo

aparato

de

cárcuro

pará

poá.,

anarizar

informa-

oon y

representarla

internamente.

A

partir

de

ras

anteriores

obi.rur.iones,

se

pueden

divisar

on

más

craridad

ras

perspectivas

que

se

re

bfrecen

a

ra

ciencia

sicotósica.

por

u.na

parte,

y

tránü;

r.;;dración

tiuá¡áiáÁrr,

se

renuncia

a

la

búsqueda

desesperada

de

la

conciencia,

ante

a

pobreza

de

ros

reslrtr¿oi

obien¡d;;

;; .rt.

u.no

empeño.

Pero,

por otra,

se propone er

.rtrJlo-rár-u..quibre,

aunque

no

por

eilo

más

símpre,

de ros

mecanismos

basrcos por

ros que

el

organismo

interáctú,

ion

er

,.¿¡á.- i

esre

sentído,

ra

atención

preferente

se.dirige

no

tanto

a ro

que

ar.sujeto

re

pa_

rece

intuitivamente.

más

c{mpr

i"uoó-v,in"pi,n.,pro,

re

supone

mayor

concentración

y

esfuerzo,

sino'más'bren

a

aquello

que

realiza

de

una

forma

espontán.á,-,.nár"nri.irur

y

con

un

arto

rado

de

eficacia.

Es

esto, prec¡samr^t",

já'qr.

en

otros

es_

Jilgs

de

hacer psico.rogía

se

ña

daoopoiir.r,o

y

no

ha

desoer_

tado

espec

i

a

I

i

n terés,

-pe

nsan

d

o

qu:tzZ;,;;

;'

;

Jy'

;jd;

ffi

T.

ir

de

elro,

es

competencia

de

ciencial

-ei

básicas,

como

ra

fisiologfa

o

la.neuórogía.

pero

er

quid

de

ra

cuestión

está

en

ue

estas

ciencias

se

mueven

en

otro

niveiy,

óon

su

aparato

ex_

licativo,

sólo

pueden

contarnos

cómo

r,

íá

,.nuqrinaria

der

or_

anismo

y

de

qué

está

constituio.;

nroá-nár

dicen

de

sus

ope-

aciones

formares, de

ros

probremas

que

resuerve,

y

de

cómo,

ar

resolverlos,

se

adapta

al

medio que

le rodeá.-Lstas

son

cuestio-

nes

estrictarnente

psicológícas

que

no

parece

posible

abordar

si

no

es

desde

un

enfoqre

óo.putacional.

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f'r 61090 a la edicn espaoa 17

Considero oportuno hacer aqu una ltma observaci6n. Esroso que, ·ante las qunas "intelgentes que ha conseudo

fbrcar el ser huano, se hayan puesto tantos reparos en conserarlas coo realente nteligentes porque -se sol a decr/es fltba la concienca Se puede advertir, sn ebargo, queel ayor avance en la abrcac6n de estos ngenios se ha procdo, sn duda, en aquellos aspectos de la vda ental que, prera vsta parecen requerir ayor relexn atenci6neora y esuerzo, es decir, en todo aquello que podraparecer s coplejo y s pr6xio a lo que, desde uchospntos de vsta se podra consderar co consciente; por elontraro, se ha avanzado uy poco en todo aquello que alorgan iso le resulta s ci I y eecuta con ayor natural dad y ecaca (co, pr ejeplo, la percepci6n visual o laouncac6n verbal) No ser ello debido a la enore coplejidad coputaconal que, a pesar de todo, encierra dchactvidad? No ser quiz, tambn, por la alta de aportacioes pscol6gicas sgnicativas que hubieran odido contribuiren ayor grado al avance de a nteigencia Artiical? O no

ser, en ltio trno, porque la cencia psco16gca ha padecdo la lus6n de creer que lo s interesente era aquello que,al vez a la postre, no sea s que algo epenonico, perdiendo de vsta que, quiz, lo que eor caracteriza a la actvdad ental sea aquello en lo que sta resu lta s eectva?Despus de todo, nada habra de extrao en ello L modul-ridd d l mnt es un paso portante en esta direcc6n ycreeos que tene ucho que decr con respecto a las nterrogantes anterores

Del so modo que sealbaos que El lnguj d pn-mo n pretenda ser una obra ponea, sno un ntentode consol idaci6n, es precso ndicar ahora que L mduldd l mn es, en relac6n con dichas expresones, s benlo contraro Abre nuevos canos, cuya viabilidad deberser puesta a prueba por la investgac6n pscol6gca de los pr6x os aos La aceptaci6n del desao que plantea FooR enesta obra no ha sido unn ie en los crcu los psco6gcos Pero, al enos, no ha pasado desapercibdo ncluso se puede der que ha trascendido lo que suele ser habitual para un ensayo L moduldd d l mnt ha despertado un inters nu

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18

La

modularidad

de

la

mente

s¡tado,

habiendo.sido

ya

objeto,

en

su

corta

vida,

de

numerosas

reuniones

científ

icas

y

de

íariós

ri;p;;;;;.-

paia,qráiio,

ór"

stén

interesados

en

conocer

más

acer;;il;,

repercusión

y

ras

críticas que ha

suscitado, se

res

recom¡r;á;

uno de

ros

úrti-

mos

números

de

ra

revista

TneJouiiái

oi

aáhunioral

and

grain

sciences

(1ggb,

vor.

8,

n.

1),

oonoe

ápár..r'rn

resumen

der

ri_

bro_

junto

a

numerosos

comentarios.

Pero

demos paso

ya

a

la

obra

de Fooon.

Madrid,

Abril,

1986

José

E.

Gnncn -ALsEe

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PRESENT ACION

La psicologfa de las u/aes menales vuelve a ser respe

tda despus de haber pasad o varios siglos de ineecividadon ren6/ogos y ors eleenos poco serios. Pr psico/o g de las aculades eniendo, a grand es rasgos la posuraqe sosiene ue pr explar ls e6menos de la vida mnl es  preciso posula muas cses esencalmene disins e mecanismo psio/6ios a psicologa de las acu/ades esdia ormalmene la aniesa heerogeneidad de lomenal y presa mucha aencn a dierencias com las uexisen a primera visa enre a sensacin y la percepcn la

oic6n y la cognin el aprendizae y la memoria o el le guaje y el pensamieno Dado ue segn la opinin de ls psclogos de as aculades a causaldad menal de la conuca mplica casi siempre la acividad simu!ea de una va redad de canismos pscol6gicos dierenciados la meoresraega de nvesigain sra la de dvidir conuisar eseci esudar primeramene las caracersicas inrnsecas decada una de las aculades ue se posulan y a coninuaci6nexaminar s modos en ue ineracan esde la perspecivade psic/ogo de las aculades la conduca maniiesa y obserble es por celencia el eo de una neraccin

Es monoga a vera sob re el esado acual de! prgraaue ppne la psico!oga de la aculades No se raa anode evalua su sopore empico (ue en buena pare sigue sien-

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Presentaci6 20

do, a mi juicio, una cuestin abierta), cuanto de explicar en quconsiste ta/ programa y en qu circunstancas resulta o no na-tul intentar ap/icarlo. En concreto, me  propongo hacer lo

 siguiente: 1) istinguir el postulado general de que hay una sere d e facultades psco6gcas de una versin particula de/mismo que denominar la tesis de la modularidad; 2) enumerar algunas de las ppiedades que los sistemas cognitivos mo-dulares pueden exhibir en virtud de su carcter modular; y 3)considerar si es posible ormular una hiptesis plausible acercade qu procesos mentales pueden tener un carcter modularHacia el inal de/ estudio, intentar asimismo hacer ago por

4) desligar las cuestione de las acultade s y la modularidad delo que denominar la tesis de los Confines Epistemol6gicos, ola nocin de que existen unas constricciones determinadas deorma endgena sobre las c/ases de problemas que /os seres humanos pueden resolver y, consecuentemente, sobre /os tiposde enmenos que podemos conocer

A lo largo de esta obra voy a ceirme al tema de la psicolo- ga de los procesos cognitivos, ya que es la nica case de psicologa que conozco en par Con todo, el camino va serlargo y a/go tortuso, deects pr ls que deseo disculparmede antemano n mi propia deensa puedo aegar que, aunque piens que el resurgimient de/ programa que propne la psi-cloga de las acu/tades ha sid de enorme utilidad a la hrade ampliar el abanic de a/ternativas de estudi a dispsicinde ls psic/gs cgnitivos, y aunque estimo que es muy po-bable que la tesis de la mdularidad demuestre ser verdaera enalguna de sus versines el ambiente que ha rodead  las du

 sines ms recentes sbre el tema ha sid ms bien cnus, habind deenid a u n timpo pstulas cnceptulmen-iverss y no igualmente plausibles segn espero destrarPor tra parte , an queda much terren pr explrar El pr- poner un invntario de acultades psiclgicas equivale a pos-tular una teora de la estructua de la mente Tdos estos te-mas tienen una enrme imprtancia y requieren ser tratadsen proundidad

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PRIMEA ATE

CUATRO EXPLICACIONESDE LA ESTRUCTURA MENTAL

La conducta se encuentra organizada, aunque su organizaci6n es un fen6meno derivado; la estructura de la conducta

guarda la isma relaci6n con la estructura de la mente que lade un efecto con su causa En esto se resume la doctrina mentalista ortodoxa que es la que vamos a asumir a lo largo de laexposici6n que ahora se inicia: las explicaciones pscol6gicasortodoxas dan cuenta de la organizaci6n de la conducta apelando a unos principios que, segn el las, explican la estructurade la mente.

Pero len qu consiste dicha estructura? Es cierto que sta

no es precisamente una pregunta muy clara, pero no por ello esmenos fructfera En esta seccin me propongo considerara psicolog(a de las facultades como una de la respuestas plausbles que se pueden ofrecer a esta pregunta En rigor, se trata,como en seguida podr comprobarse, de dos tipos de respuesta) El objeto fundamental de esta primera parte es bosquejarla naturaleza de la raz6n te6rica de la doctrina de las facultadesa base de contrastarla con diversas explicaciones alternativas dela mente El modo de desentraar estas opciones se aparta en

ciertos aspectos del estilo que considero normal, aunque talvez reulte esclarecedor en este caso apartarse de la normaCon todo, quisiera aclarar desde- el comienzo que las posturasque voy a revisar no deben considerarse mutuamente excluyentes Pr el contrario, el punto de vista que en ltimo trmi

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2 La modulariad e a ment

no deender sera en lgunos spectos, descrdmente eclc-tico.

1. El neocartesianismo: la estructura de a mente

entendda como estructura de conocimiento

Como cs todo el mundo sbe l doctrn de DESARES dels des nnts se hll nuevmente de ctuldd y sobre todobjo l tutel de CHOMSKY se l nterpret de mner exp I (citacomo un teor reltv l modo en que l mente se hll n

cl nrnsec y gentcmente estructurd en cutdes u"6rgnos pscol6gcos m modo de ver este resurgmentodel crtesnsmo es un ben ndscutbe No obstnte consdero que es necesro dstngu r l pscolog f de ls cultdesde crte neocrtesno de otrs versones bstnte derentesde l msm doctrn con ls que suee conundrse y de cuyret6rc h tenddo proprse n reldd l myor prtede este rbo se ocup de deender un concepto de cultdscolgc lgo stnto del constructo chomsko e 6r

gno mentl y que segurmente el propo DESARTES hbrdesprobdo L exposc6n que sgue tene por obeto contrsr guns de ls correntes que he hecho lus6n

n resumds cuents el postudo undmentl del neocrtesnsmo que "la estructur (psol6gc) ntnsec esrc y dvers HOMSKY 1980 p 3) st opnn se hllen conrste con tods ls orms de emprsmo ls cuessumen que el desrollo es unorme tvs de todos los domnos (cogntvos que ls propeddes ntrnsecs del estdo ncl de l mente} on homognes e nderencdssunc6n que comprten un mpo espectro de utores desdeS1NNER hst PAGE quenes por lo demas deren en muchs otrs coss (bid.) Ls cuesones reltvs l nntsmoprecern un y otr vez de uno u otro modo lo lrgo deest obr Pero por el momento preero derls de do prntentr descubrr qu concpto de estructur mentl subyce ese estlo neocrtesno de construr teors pscol6gcs

OMSKY es muy condo hblr de ls estructurs mentles en trmnos de nlog ntmc con el corz6n lsextremddes ls ls y otros membros u 6rgnos Un mner provechos d relexonr sobre l cultd del enguel cultd de los nmeros y otrs cultdes nlogs ser

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Cuatro expliccins d esc men 23

considerarla omo '6rganos mentales semejantes al oaz6n, Sistema visual O al Sistema de oordinai6n y planiii6n

motora Da la imresi6n de que no hay una I fnea lara de demarai6n entre los 6ranos sios los sistemas pereptiv ymotor y las aultades ognitivas en los aspetos reerdos"(bid.) Hay por supuesto una ustiiai6n a esta analog (abasada en el arumento enteramente plausile desde mi puno e vista) de que el desarrollo ontogentio tanto en lo reeente a las aultaes mentales omo a los 6rganos orporalesdee entenderse om el despliegue de un proeso determinado d manera intnsea. Conretamente todos damos

or sentado ue el oranismo no aprende a desarror razso a alanzar la uertad Al examinar la mente y sus produtos la situai6n no es ualitativamente istinta de lo qeourre en el aso de uero d., pp 2-3) in emargoaunque el arguento de COMKY est ien planteado su terminoloa es equ voa en iertos aspetos; hay importantesdistiniones que resultan osureidas por un uso del trminoestrutura" apliado de manera ndisriminada a los 6rganos

orporales y a las aultades psiol6gias en su aep6n neoaresiana Tanto es as ue slo uando se pone nasis enestas distiniones es uando se empieza a ver on laridad enu onsiste realmente la exliai6n neoartesiana de la estrutura mental

Al examinar el prolema on detalle resulta que lo ueCMKY onsidera innato es prinialmente un determinado

 corpus de informaci6n: el nio nae saiendo por ( deiriertos ehos aera de las onstriiones universales sore las

posiles lenguas humanas Lo que explia la asimilai6n deinitiva de las aaidades ling stias maduras es la integrai6n deestos onoimientos innatos on un corpu de datos linstios rimarios ej on las oservaiones que el nio registra de las exresiones verales roduidas or los adultos erteneiente a su mima omuniad lingstia)

o s imortante esde la erspetiva neoartesiana no estal vez ue lo innat haya de ser en trminos riurosos  cono-

 cimient l in y al ao el onoimiento es al menos segn dien muos ilsoos entre otras osas un onetonormativ ue et muy relaionado on la satisai6n deierta normas de ustiiai6n E roio COMKY aree diuesto a aandonar el ostulado de que los riniios ling st1os unversales e  conocen de manera innata en eneiio de

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24 La modularidad de la n

otro postulado basado en un neologismo (y por eso mismo pu-rificao) seg el cual tales principios se "cognoscen (cogni-ze) * de forma innata (vase sobre todo op. cit, pg. 9) Lo que sl es, en cambi, importante desde la perspectiva neocartesianaes que lo que se halla representado de forma innata constituyeun objeto genuino de las actitudes proposicionales; lo que esinnato tiene que ser alo que pueda constitir el valor de unavariable proposicional en esquemas tales como x sabe (/cree,/cognosce) que P

Veamos pr qu raz6n es importante Como he sealadoantes, el destino de la (supuesta) informacin innata es inter

actuar con los datos lingsticos primarios del nio, y a estainteraccin se la considera mputaciona Aora bien, el concepto de computacin se halla intrnsecamente relacionado conconceptos semnticos como la implicacin la confirmacin yla consecuencia 16gica En concreto, una computacin es unatransformacin de representaciones qu respeta estos tipos derelaciones semnticas vase FR, 975; HAUGELND, 98 )No obstante, tales relaciones semnticas slo se verifican, pordefinicin, entre aquellas cateoras de obetos a las que puedeadscribirse contenido proposicional, es decir, entre aquellascategoras de objetos de los que puede decirse 'ignifia que'� a idea de que lo innato tiene contenido proposicional espor tanto, parte de una determinada forma de concebir laontogness d las capacidades mentales a saber, aquella queconsidera que en el desarrollo cogniivo lo que viene dado deforma end6gena se despl iega de modo computacional

As pues, la explicaci6n comskyana a la cuestin del apren

dizaje lingstico es la relaci6n de mo la dotacin innata yla experiencia perceptiva interactan en virtd de sus espectivos ontenidos: se sosien que el nio utiliza sus datos lingsticos primarios bien para seleccionar una de las posiblesgramticas que le proporciona una Teor a Ling stica General representada de manera innata CHOMSKY, 95), o bien

*E vb "gs (cognize) a p CHOMSKY ( 1980, g. 70

y ss q f6 c c g a a t . a 'g {ogzng s s sta y (kno-wledge, s y h s s ass s sgas ias a (op.  ct g 0) Ms aa i CHOMSKY: Es sa ! s is y satv c s s (p. t. s. -8 (N. de! T)

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()uatro

explicaciones

de

la

estructura

mental

para

,,calibrar"

esquemas

endógeno.s-

de

reglas

adjudicando

valores

a

los

parámátros

que

la

dótación

innata

deja

sin

etpeci-

tüar

(Csovrsrv, 1082).

Estas consideraciones

tienen perfecto

sentido

en

tanto

en

cuanto

se

mantenga

que lo

innato

tiene

conten¡do

proposicional,

esto es,

que

es

expresión

de

univer-

;rl;;-i¡ngiiísticos

o

de

esquemas

de

reglas.

o

de

cualquier

otra

cosa.

Pero

carece

de

todo

sentido

si

se

sostiene

lo

contrario.

-

Ú¡rto

desde

esta

perspect¡va,

lo

que

resulta

más

sorprenden-

tu

ioñ

tal

vez

las

di'ferencias

entre

las

"estructuras"

endógenas

pi¡óológica

y

anatómica.

Es

posible

que

tanto

el desarrollo

de

los

brazos

como

el

desarrolio

de

la

anáfora

exijan,.

cada

uno

pori,

parte, la actualización

de

una

dotación

genética

especí-

háu.

fárU¡¿n

es

posible

que

lo

innato

pueda, en

cada

caso,

deScribirse

en

términoS

de

"información"

en

el

escasamente

interesante

sentido

estadístico

que

implica

sólo

ausencia

de

azar.

sin

embargo,

no

hay

motivo

alguno

que

haga

suponer

óru

.llesarrollo

Ob

los

brazos

exige

el

acceso

a

unos

conteni-

ioi

óropoi¡c¡onales

determinados

de

forma

innata'

El

hecho

de

tenei

brazos

no

requiere

"cognoscer"

algo

en

particular,

;; ;.

áu

roOo

innato

o

de

otro

modo.

En

contraste

con

ello,

la

fuerza

del argumento

de

CHon¡SKY

es

precisamente la

necesi-

O.¿-J.-óue

las

própos¡ciones

acerca

de

ia anáfora

(entre

otras)

;;

¿;gnosc¡Oa

modo

innato.

Este

postulado

es

imprescin-

dible,

puesto

qr.

ron

precisamente

estos

contenidos

proposi-

.ionálur

los

quá

presenian

el máximo

interés

teórico

en

la con-

cepción

chomskyana

del

desarrollo

del

lenguaje'

mi

entendei,

el

estilo

neocartesiano

en

psicología

se ca.rac-

teriza

esencialmente

por

asumir

que

la

estructura

mental

debe

é*pli.urte

sobre-todo

en funciÓn

de

los

contenidos proposicio-

nales

de los

estádos

mentales.

En

este

part¡cular,

no

hay

duda

O.

qua

el

nuevo

cartesianismo

Jleva

la

impronta

del

sesgo

fun-

damentalmente

epistemológico

del

propio

Drscnnres.

A

fin

éuentas,

Drr.-o*t.t

esta[a

interesado

principalmente

en

de-

terminar

qré

clase

de

cosas

podemos

conocer

y

con

qué

;;rü

Jr

.óit¡Oumbre.

En

su epistemologíq,

el

principd

expli-

i*dr*

es

la

capacidad

del

ser

humano

de

reconocer

clertas

"érJ¡á,

(de

laléornrt',

ía,la

teolog

ía,la

metaf

ísica

o cualquier

oir,

¿ir.iplina)iy

lu forma

prototíplca

de

explicació.n

consiste

en exhibii

estas

úerdades

como

algo

idéntico

a,

o

deducible

de,

órolos¡ciones

dadas

de

manera

innata

y

evidentes

por

mis-

li-rrd.

No

es,

pues,

de

extrañar

que

partiendo

de

una

preocupa-

"ión

do*inante

bor

la explicación

del conocimiento

proposi-

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La

modularidad

de

la

mente

cional

se

llegue

a

una

concepción

de

la

estructura

mental

basa-

a

cas¡

excrusivamente-.n

iu

org*ir..-¡án

o.

ros

contenidos

roposicionales.

Aunque

acabo

de decrarar

que

esta

estrateg.ia es

prototípica_

mente

cartes¡an

a,

ya

ra

encontramos

oesarióirr;;;;;i,"o

lnr",

n

el

Menón

de.

puroru,

cronde

i.

.ñ;¡üd

der

pequeño

escra_

o

para

responder

a

ras

preg.untas

geom,etríaque

re

formura

ocneres

se

exprica

rp.uñáó

u

"¡"'itJr";iápiniones,,

que

siem_

re

"formaron

parte

de

é1,;.

socRRr¡s:

r0ué

opinas

de

e¡10,

Menón?

¿Ha

expresado

ér

una

sora

pinión

que

no

haya

deducido'porciÁ'irroi

Meruoru:

Ninsuna;

to

ña sacado

todo

dL

,;;;;;;"

haber.

il??r.,

[?:Jjjtante,

no

,ruía,

como

hemos

reconocido

poco

antes.

soc':

Hay

gue

admitir,

por

tanto,

que

estas

opiniones

se

encontraban

a

en

é1,

i no

es

verdad?

Meru.:

Sí*.

El innatismo

de

DescaRres

y

puroru,

ar

iguar

que

er de

Housrcv,

es

tan.

,amaiivá.

qr.

con

f recrón.¡,

se

pasa

por

arto

na cuestión

más

profunda común

u

tóáói

eilos, a

saber,

ra

dea

de

que

ciertur'

.rpár¡¿ro.i

.óg"i,¡"áIier

sujeto

deberían

xpricarse

en

función

á"

-ür"ó¡;G;

il;;recuencia

(p.

ej.,

elaciones

deductivas)

qr.

verifiáán-;"i;;

tas

proposiciones

ue

el

sujeto,conoce

(óree,-cognosce

o

comoquíera

que

se

re

lame).

si

vo

te

presunió-';i.u¿it.r

ilñ;

s

\7?,,,y

a

usted,

ector,

se

re

dan'bíe-n

ras-cueñtqs,

re

,.rrpono"

,,1g",.

su

con-

ucta

se

halta

estructurada

en

iitoirá-iJiri",.;

cqué

clase

de

structura

menhl

tendrí1

que

,posturar

J

pr¡.orogo a

ra

hora

e explicar

esa

conductaz

Éegún

,l

.irtér¡Ino,

ra

exprícación

ebe

apuntar,

entre

otras

cosa ,

a

ra

estruc

i¿ra

deductívade

ra

eoría

de

los

números.

ustJ

conoce

cosas

sobre

ros

números

e

las

que

se

deduce

qr.

/'n¿i

tt,;¡ñ;;"in,,

usted

utitiza

l

conocimiento

que

posee

-tar

ur.r"Jü;;

iiterarmente

estas

educciones-

cada

"áf

ú;

t¡ene

que

responder

a esa

pregunta.

De

forma

símirar,.

según

iá1.oie.

tüi

iriü'ürn*rut¡ur,

nuestra

apacidad

para

detectar

rrbigü.dáoes

sinücticas,

distinguir

rases

bien conformadar oé

otr.s

gramaticarmente incorrectas,

esponder

de

forma

serectiva

ar

s¡ñtig;;;;inar

topicarízado

rnululni

ilr?Íuoo'"

de

las

obras

completas

de

Platón,

Madríd,

Asuitar,

i966-

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Cut expliccones de l esrc me 27

y hacer oras cosas or eso, deb expcarse en unc6nd lo que se dedce de a gramtica que hmos arnd'o al

adqurr nuesra engua. En resumen as caacdads ngfstcas excan a conduca vrba y a su vez son xcadas enuncn de  cntenid de ea ceencas. egn esta concecn somos · caaces d dcar a ambgdad e "Loshombrs y as mujrs jvns comn mucho* ddo a qu1) hmos arenddo a grmca d casano y 2) d o quhemos arenddo s sgue -or dduccn qu os hombrsy as ueres vens comn mucho ude sr obo d dosnerreacons guamn correcas.

Vovendo nuvamn a as cusons onogias cuando CHOSKY dce qu hay un rano de enuae dermnado gncamn o qu quere sacar s que hay verdades(acrca d a esrucura d as osbes enguas marnas) quos srs humanos arhenden d manera nnaa. Cuando dcqu a mn de no se haa nrfnscamn esrucuradao que quere desacar es que hay unos conendos roosconas drmnados d modo nnao. Cuando dce qu a eora a adquscn de enguae s a descrcn de cm madu

ra a acuad de enguae que quere sacar es qu aonogness de as caacdades ng scas s e desgue deas consecuencas deducvas de as creencas nnaas n nraccn con un  cp de daos ercvos. Moraea: CHOSKYes un aunco casano or razones ms roundas qu suadhesn a nnasmo; aradgma qu xca a esrucuramena en a rxn erca de CHOSKY ano com en ade DSARTS es a esrucura mcava de ssemas d roo

scones semncamene reaconadas.ay asecos de a organzacn mna en os qu a vrsnchomskyana d caresansmo resua a m nndr scamene convncne. Pero or esa msma razn es moranhacer hnca n que hay oras cases d enenos qu unerco ued ener en mn a haar de esrucuras sco1gcas ndgenas. Consdres or emo a mmora. ahora de osuar acuades dermnadas de modo nnao a

*E j q a ("Thy fg ') , -  bg q q. E6 t t · 1 S v q I; 2 P z

  bg . (N. def T)

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La modularidad de mente

eoria s sin lugar a dudas, un candidat plausibl. Si mba la memoa no es una facultad en el entido neocarte-

 sano de trmno. El tn mmia n dnd d la pssi6

d un cnjunt u tr d crncias y si la mmia s ua capacidad innata ll n s db a qu xist cirt gup dprpsicins qu ls anisms cgsc d nacimint. Ensuma n xist ni la ms mta tntaci6n d idntificar lastuctua d la mmria cn la structua infrncial d un copus d psicins La mmia s cab supn cirtaclas d  mecansmo anl a una man al h (gado al craz6 Al mns dsd un unt d vista matial la mmia

pac n vrdad una sci d 6rgano mntal ascts nls qu la uusta facultad dl lnua inclus adtands punt d ista l ac n abslut

La difnia ntr stas ds cncpcis d facutad psic-16gica s f damntal n buna part d l qu quda prxnr; quiz un jml ayud a aclaa sta distici6nSup6nas qu s cnsida vdadr l pstulad qu GgMILLER xpn n su fams atcul sbr l "nm mgicsit (MLLER, 95) A gands rasgs st stulad stabl

c qu xist un I it bsicamnt cnstant n l m dlmnts c famiiars incnxs qu pud manjasn una taa d cud inmdiat (As si l pid a alguinqu rpita una si d slabas sin stid la lista ms laga qusr caaz d rcrdar cnsta d alrddr d sit lmnts aimadamnt) El tatamint qu un catsiandispnsaa a st fn6mn da dscribirs n ls siguints trmins: xist cita rsici6n sntada n la m

t qu tds acptams tcitamnt a sabr qu ant una listacmpusta d n lmnts qu tnms qu apndr ns limitarms a rtnr ls sit imrs lvidand ls stants{Ta vz st incii n sl s cgnsc y s cumpl sinqu tambin s halla spcificad d mana nd6na; aa lrp6it d sta xsici6n sta custi6 cac d imptancia)

Sn dca antirmnt s dscabllad sun qu ncartsian lant su agumnt n ls tmis auntads aunqu dud much qu haya alg ncatsian capazd tmsl n sri y sty cvncid d qu adi ms lhara El tip d tratamint qu s dats d MLLER stiind a grits cnsistia n pstular n una rgla qu scgnsc d fma iata sin ms bin un mcanism sic

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C:uatro expliccones de l esc mel 29

16gico -un pedazo de "soporte Hsco, poda decrse- cyatrctra mpsera de alg( modo lmtacones sobre su'pro

as capacdades. Dcho de la forma ms espectacular posble: coo s dentro de la cabeza tuvramos una caja y candotentaros meter en ella ms de sete cosas algunas empe1arn a salrse.

No creo ecesaro aclarar qe no estoy de acuerdo con estaoncepcn; es ms n sqea comparto la dea de MILERacerca de una meora a corto plazo de elementos lmtados opsto es hacer hncap en la dstncn entre dos concepones en dferentes de cmo pueden ser las estructuras men

tales -ya sean endgenas o de otra (ndole-; una de ellas graalrededor de la nocn de contendo proposconal y la otra entorno a la nocn de mecansmo pscolgco a prmera concpcn de la estrctura mntl s t pcamente neocartesanala segnda en camo no lo es

Ya seal al comenzo que ls dverss concepcones de facltad pscoga que ban a ser ojeto de revsn no son pornecesdad mtuamente excluyentes Cualquer neocartesanopoda y en m opnn deber/a, suscrbr la dea de que aqello de lo qe un pscogo de las facultades debe ocuparse no e agota en los rganosmentalesntenddosomoestructrasproposconales, sno que abarca tambn, en buena parte, elostulado sobre la exstenca de mecansmos mentales Dehecho, no es fcl magnar con qu argumento podra rechaarse esta propuesta. l responder 9 a la pregnta decuntos son 7 + 2 debe, sn dda alguna explcarse al menos en pa rte en funcn de l qe conocemos acerca de los

neros Pero tene que haber algo ms, ya qe a fn de cuentas el conocmento no se hace presente en la conducta exclsvamente en vrtud de su contendo propoconal areceevdente que hacen falta unos mecansmos para poner en accinlo que conoceos estos mecansmos operan con el fn de adecuar la organzacn de la conducta a las estrcturas roosconale qe son cognoscdas ste es el prolema de la actuacn segn uno de los os que COSK confere a estetmno os mecansmos de la actuacn son para COSKlo msmo que la glndula peal deb ser para DESARTES seles nvoca para responder a la pregunta de cmo se consigeq la estructura de la condcta sea reflejo de la estructrasproposconales qe el ser humano cognosce

No obstante, hay otra pregnta preva ms sut pero igual

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La

nlodularidad

de

a

rnente

mente

acucíante

para

el

cartesiano,

a

la

que

DescsRres

proba_

blemente no

tuvo

que

enfrentarse,

gue

dice

así:

,,¿cómb

llega

la

estructura

del

pensamienro

a ser

reflejo

de

la

estructura pro-

posicional?". según

la

explicación carteiiana, uno

puede hállar

que

7

mds

12

es igual

a

1g

porque

tiene

ideas

acerca

de los

nú-

meros

de

las

cuales

se

sigue que

7

más

12

es

igual

a

1g.

sin

embargo,

está

claro

que

esta

explicación

es

entimema.*

Enunciada

en

toda

su

extensión,

vendría

a decir

lo

;¡g;i;;ie:

"Podemos

llegar

a

saber...

porque

lo

deducimos

a

part-ir

de

lo

que

sabemos

sobre

los

números

y

disponemos

de

medios

para

llegar

a saber

(parte

de)

to

gue.se

deduce

de

lo

qrc

triáÁo,

acerca

de los

números".En

resumen,

aun asumiendo la

concepción

cartesiana

sobre

las

proposiciones

que

se

cognoscen

de

m'anera

endógunu,

segui-

m_os

precisando

respuestas

a interrogantes

como

ei

sigúienie:

".suponiendo

que

esto

y

aquello

inflique

lo

de más

u'li¿,

¿un

virtud

de

qué

.

mecaniqmo

psicorógico

'es

el

organ¡smo

iaóaz

de inferir

cogniciones

de

lo

de

máJalrá

a

part¡rá..ogniciones

de

esto y

aque.llo?"

para

responder

a

un interroganté

de

esta

naturaleza

puede

muy.bien

apelarse

a

las

facultaJes

psicológí-

cas,

como

las

que median,

por ejemplo, en

la

represeniación,*la

retención,

la

recuperación

y

la

elaboración

inferencial

de

las

proposiciones

cognoscidas.

Estas

facultades

-que

evidente-

mente

no son

órganos

mentales

según

la

concepción

neocarte-

siana de

la

expresión-

pueden

asimismo

ser

consideradas

es-

tructuras

mentales

genuinas

y

venir

determinadas

de

modo

innato

(siendo

preciso

explicar,

en

caso

contrar¡o,

como

ie

desarrolla

su

ontogénesis,

de

la

misma

forma

que

se

desarrolla

la

ontogénesis

del

conocimiento

proposicionali.

Un,

u.i ,ár,

el

problema

radica

en

gue

esta

clase

de estructuras

mentales

no

consiste

en

representaciones

internas

de

proposiciones,

con

lo

que

el

postulado

del

carácter

innato

de tates

estructuras

no

constituiría

una

teoría

de

las

creencias

innatas.

La apropiación

que

el

neocartesianismo

ha

hecho

de

términos

como

los

de

"facultad",

"'órgano"'

y

"mecanismo,,

mentales

para

exp*rff

lo

que

de

hecho

es

una

postura

innatista

en torno

a las

áctitu-

des

proposicionales

tiende

a

difuminar

esta

diferenci";

rin

.,

bargo,

es

esencial mantenerse

alerta ante

ella

si

se

quiere tener

"Silogismo abreviacj.o

que,-por

sobreentenderse

una

de

las

premisas,

sólo

consta

de

dos

proposiciones.

(N.

del

R.)

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1 :,.t explicacons d la rucura ma 31

conimient de la gaa de alternativas existentes para ns-u tras en el bit de la enia gnitiva. 1 *

1.2 La estructura mental como arquitctura funconal:ultades horizontales

Vams a exainar ahra na nepin diferente de la estra mental, segn la al na faltad psilgia es, prelenia n tip de eanis Ls neartesians distinquen ada faltad de las dems en virtd de ls ntenids

µpsinaes le sn prpis (de serte e l pest6gan del lengaje se identifia al en virtd de la infrain e ntiene aer de ls niversales lingstis) Prl ntrari la nepin e vy a exainar ahra nsideae l e distinge a ada faltad sn /os efectos peculiaresqe origina, l e eivale a der e las faltades se distinen entre s( fninalente Si existe na faltad del lenuae en ste entid, deber definirse aella parte dels eanisms (presmibleente erlgis) e intervienen la asiilain y el eple de las apaidades verbales

Una anera de apreiar esta distinin entre las "faltadesm sitemas de reenias'' y las faltades meaniss psilgis es tener presente e inls teris esn llamativaente epirista frente a la anterir nepinpeden n bstante, llear a ser (siiera alladaente) innatistas n respet a esta ltia Esta era, de heh, la pstrade Jhn LOCKE, al deir de algnas aridades en la ateria

. consideraba que la existencia de facultades naturales comola percepci6n el enendimiento y la memoria y capacidades menalesinnatas como las e la abtraccin la comparacin y el discernimientoera demasio evidente para ser digna de mencin expl cita en su En-

sayo. a metora del papel en blanco tiene por objeto indicar que elconocimiento (y por consiuiente la mente) est originalmente vac[ode  objeto de pensamento como as ideas; sin embago posee e apa-rato necesario para adquirirlas medante la experiencia y para luegoderiva conocimientos a base de comparar y contastar unas con otra2 HARRIS 1977

*Todas las notas e auor se haln en a pg. 178 y sgs

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32 La modularidad de a mente

As( pues, el psic61ogo (no cartesiano) de las acultaes estinteresao per e en el anlisis e la mente en mecanismoscomponentes e interacci6n.3 De toas oras la historia eesta variante e la psicolog fa e las acultaes presenta osposibles versiones e una misma octrina seg sea el eje porel cual se seccione la mente. Seg la versin ms conocia-que habr e enominar psicolog fa e las acultaes "horizontales los procesos cognitivos exhiben una interaccin eacultaes com por ejemplo la memoria la imaginacin laatenci6n la sensibilia la percepci6n y ems; y el carctere caa uno e esos procesos viene eterminao por la mezcla

particular e acultaes que incorpore No obstante la naturalea e la conici6n mental es ms o menos epeniente esu contenio; se supone que las acultaes no varan en unci6nel contenio e pensamiento e que se ocupan 4

Por ejemplo las explicaciones traicionales e la mente sol fan reconocer la existencia e una aculta e juicio, cuya unci6n caracterfstica se suponfa que era el reconocimiento e ainiaes y ierencias entre los contenios mentales (o empleanola terminologfa entonces al uso entre las Ieas) Una reinaacapacia e juicio es aquella que puee istinguir incluso entreeas muy similares (al estilo e com John AT istinguaentre un simple acciente y un lagrante escuio). El juicioencontr6 terreno abonao en (p ej) el reconicimiento perceptivo en l ue supuestamente la categorizaci6n e ls atosque llegan en un moment ao a los sentios exige la comparaci6n e estos atos con i normaci6n proceente e la memo

1'ria e toos moos los etalles no hacen ahora al caso

Ahora bien esta aculta e juicio puee ejercitarse en relaci6n con materias estticas jurficas cienticas prcticas o morales no sieno esta lista en moo alguno exhaustiva Lo /importante es que segn el tratam iento horizontal e a estructura mental  e trata en toda la ocaione de la mimafacultad de juicio. Por consiguiente la iscriminaci6n e lasainiaes y ierencias entre ieas estticas se realiza justamente meiante el mecanismo psicolgco que sirve para istingui r pongamos por caso el peso e la masa o ls agravios elas oensas Segn este punto e vista pues el juicio estticoes simplmente la aplicaci6n e la aculta e juicio al procesoe establecer istinciones estticas. De ah se sigue ue no existe una acultaejuicioesttico com tal ortiori tampocohay una aculta esttica

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Cuatro

explicaciones

de

la

estructura

mental

Considérese

de nuevo

la

memoria. Un

tema

recurrente

en la

literatura tradicional

es

el

tratamiento

de

la memor¡a

conlo

un

lugar

donde

se

almacenan

las

creencias. Puroru

afirma

en

un

pasaje

del

Teéteto

que

la memoria

es

como

una

jaula

de pája-

ros;

no

hay

más

que

alargar

la

mano

y

sacarel

recuerdo

que

se

precise:

Socnnrus:

preparamos

ahora en

cada

alma un

palomar

que

con-

tenga

páiaros

de

todas

clases,

unos

en

grupos

perfectamente

diferen-

ciados,

otros en

pequeños

grupos

y

aún

una tercera

clase

de

pájaros

aislados,

que

vuelen

a

su

antoio

a

través

de

todos

los

demás.

TEETETO:

Demos

la

cosa

por

hecha.

Pero

Zqué

sucederá

entonces?

Soc.:

Tratándose

de

niños, preciso

será

decir que

este

receptáculo

se

encuentra

vacío

y

que

en lugar

de

pájaros

habráque

alojar ciencias.

La ciencia

que,

una vez

ádquirida,

es encerrada

en

este

recinto,

parece

que

uno mismo

la

ha

aprendido, o,

al

menos,

que

ha

descubierto

el

ob-

jeto

del

que

ella

es

ciencia.

En

esto

precisamente

consiste

el

"saber".

TEET.:

No

lo

dudo.

Soc.:

Ahora

habría

que

considerar

a cuál

de

estas

ciencias

agrada-

ría

la

caza, esa

acción de

tomar

y

detentar,

y

de

soltar

la

presa

de

nuevo.*

Este

tipo

de

analog

ía

"arquitectónica"

es

bastante

represen-

tativa

de

las

psicologías

de

las

facultades

en

general.

La

mente

posee

una

estructura

intrínseca

y

los

contenidos

mentales

ocu-

pan

posiciones

momentáneas

con

respecto

a

este

contexto

permanenle;

en

la

mente ocurren

cosas

y

lo

que

puede

aconte-

cer

en

ella

se

encuentra

constreñido

por

el

modo

peculiar

de

configuración

que

la

cáracteriza.s

No

obstante,

lo

que

convierte

la

concepción

platónica

de

la

memor¡a

en

una versión de

la

psicología de

las

facultades

hori-

zontales

es

su opinión

acerca

de

cómo

se

mantienen

los

pájaros

dentro

de

la

jaula.

El aspecto

crucial

es

que

todos los

recuerdos

se

encuentran

en

el mismo

lugar.

Si,

en

camb¡o,

se supone,

cOmO

haCen

numerosas

teorías

modernas,

que

existen

Varios

sistemas

de

memoria,

todos ellos

facultades horizontales,

en-

tonces

es

presumible

que

cada

recuerdo

pueda pasar

a

través

de

cada uno

de

esos

sistemas.

En

términos

más

prec¡sos,el

lu-

gar

en

gue

se

halla

un

determinado

recuerdo

en

un

instante

áado

dependerá,

tal

vez,

del tiempo transcurrido o

de

la

cant¡-

dad de

ensayos

habidos.

De

lo

que,

en

cambio,

no

depende

es

del

contenido

del

recuerdo.

Por

ejemplo,

no

puede

haber,

por

ñp.cit.).(N.dei

r.)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La

mociularidad

de

la

nrente

definición,

una

facultad

horizontal

especializada

en

recordar

"acontecimientos"

frente

al

recuerdo

de

"proposiciones",

o

en

recordar

caras

frente

a

melodías.

Por

definición,

tales faculta-

des

de contenidos específicos no

podrán

ser

horizontales.

Como

indiqué anteriormente,

otras

formas

más evoluciona-

das

de

psicolog

ía

de

las

facultades

que

la

de

Pr-aro¡v

tienen,

al

menos en

primera

instancia,

una

concepción

más

funcionai

que

literalmente

espacial

de

la

arquitectura

mental.

Según

esta con-

cepción, un

sistema

de

mernoria

se

distingue

en

virtud de

las

operaciones

que

le

son

características,

quedando

abierta

la

cuestión de

si

existen

áreas

diferenciadas

del cerebro

especiali-

zadas

en

las

diversas

funciones que

el

sistema

lleva

a

cabo.

Sin

embargo,

la

idea

de

facultad

horizontal

ha

sobrevivido

al

aban-

dono de los

principios

distintivos

espaciales en

favor

de

otros

de

carácter

funcional.

En

lugar

cie

hablarse de

la

posición

de

un

conten¡do

mental

en

un

momento

m,

se hace

referencia

al

conjunto de

procesos

mentales

que

tienen

acceso

a

ese

conteni-

do

en m

*o

sea,

al conjunto

de

procesos

cuyo dominio en

el

momento

/n es

dicho

contenido. Así

pues,

un

contenido

que

se

halla

"en"

la

memoriaa

corto

plazo

(pero

no

en

la memoria

a

largo plazo)

a

las

2:35

de

la nrañana

del

día

5

es

aquei al

que

los

procesos

de

memoria a

corto

plazo

(pero

no

los

de

memo-

ria a

largo

plazo)

tienen acceso

en

esa

fecha

y

ahora. Una

facul-

tad

horizontal

en

el

sentido

estricto,

identificada

por

criterios

funcionales, es

aquella

a la

que

todo

contenido

mental

puede

ser

accesible

en uno

u otro momento.

Probablemente

nadie

cree

que

existan facultades horizontales en un

sentido tan fuer-

te,

aunque esta

idealización sirve

para

establecer

un

punto

de

referencia sumamente

úti

l.

Por

el momento, esto

es

todo

lo

que

me

propon

ía

decir

acerca

de

las

facultades horizontales.

La

naturaleza

de

este

constructo

irá

desvelándose

al

ponerlo

en

contraste

con

otras

opciones

teóricas

alternativas.

Por lo

que

respecta

a

la

presente

exposición, una

facultad horizontal

puede

definirse

como un

sistema cognitivo

funcionalmente distinguible

cuyas operacio-

nes

se extienden

a

través

de dominios cognitivos

díferentes.

Asumiré

sin

reservas

que

los

procesos

mentales

son

computa-

cionales

en

tanto

en cuanto son

cognitivos,

toda

vez

que

la

función

característica

de

los

mecanismos

cognitivos

es

la

trans-

formación

de

representaciones

mentales

(véase

Fooon, 1975).

De ahí

que

cada

facultad

cognitiva

diferenciada deba dar

ori-

gen

a

un

patrón

caracter ístico

de

esta clase de

transformaciones.

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(.r¡airo

explicaciones

de la estructura mental

Tarnbién

asumiré

que

es

perfectarnente

razonable

establecer

do-

minios de

contenidos de

manera

independiente

a

la

delímita-

cién

de

facultades

cognitivas

,ya

que

de

lo

contrario

no

podría

plantearse

la

cuestión

de

si

el

funcíonamiento

de

tales

faculta-

des

se

extiende

a

través de

distintos

dominios

de

contenídos.

Considero

que

esta

última

asunción

no

es

descabellada.

Si,

por

ejemplo, existe un

mecanismo

psicológico

encargado

a

la

vez

de identificar

f

lores

silvestres

y

de

calcular

elsaldo

de

la

cuenta

bancaria,

habrá,

a

primera

vista, motivos

para

considerar

que

ese

mecanismo

es horizontal.

1.3.

La

estructura

mental

como

arquitectura

funcional:

facultades

verticales

La

psicología

de las

facultades

horizontales

ha

existido

des-

de siempre.

Según

parece,

es

la teoría de la

mente

inspirada en

el

sentido

común.

Por el

contrario,

la

tradición

"vertical"

en

Ja

psicología

de

las

facultades

arranca

de una raíz histórica

locali-

zada.

Se

remonta a la

obra

de

Franz

Joseph Gnr-r-

(1758-1

8281,

fundador de

la

frenología

e

investigador que

ha

sufrido,

injus-

tamente, de muy mala

reputación.

Según

Gell,

el

censo

tradicional

de

las

facultades

mentales

horizontales

es

en

gran parte

una ficción. En

concreto,

no

exis-

ten

cosas

tales

como el

juicio,

la

atención,

la

volición

o

la me-

moria.

En

suma,

no hay

en

absoluto facultades

horizonta-

les.

Gall

propone

a cambio

un conjunto de

entidades

que

describe

de

modo

diverso

como

propensiones,

disposiciones,

cualidades,

apt¡tudes

y

capacidades

fundamentales;

la

aptitudpara

la

música

constituye

un

buen

ejemplo.

(Es

preciso

hacer

hincapié

en

que

el

propio

Gnlu

no

utiliza

la

expresión

"faculta-

des verticales". Yo mismo

la

he

acuñado

con el

fin

de

propo-

ner

una determinada

lectura

de

los

textos de

este

autor,

quien

se

muestra de acuerdo con

las

teorías tradicionales

de las facul-

tades

mentales

en

la

idea

de

que

la mente está

estructurada

en

subsistemas funcionalmente distinguibles,

pero

se opone

a

ellas

en

la

manera

de trazar las

divisiones entre

estos sistemas.)

Desde

el

punto

de vista

del

psicólogo

cognitivo moderno,

las

aptitudes

tal

y

como

las

entiende Gell

deben ser

lo más

pare-

cido

a

un cajón

de

sastre.

Cualgurer

persona

podría

sostener

este

mismo

punto

de

vista,

habida

cuenta de

que

Gnll

aplica

el término

aptitudes

de

forma

indiscriminada

a las

competen-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La

modularidad

de

la

mente

cias

y

a

las tendencias.

La

aptitud de

cometer

ases¡natos

(por

citar

otro

de

losejemplos de Gnr-r-)es

más

una

propensión

que

un

talento;

servimos

para

cometer

asesinatos

siempre

que

ten-

gamos

una

inclinación

a

matar, por muy

torpes que

seamos a

la

hora de ejecutar

los

crímenes. Compárese

con

esto

la

apt¡tud

para

la

música

que

se

posee

únicamente

cuandoexiste

u

nahabi-

lidad musical

y

no

sólo

cuando

se tienen inclinaciones

musica-

les. Este

ligero confusionismo

que

caracteriza

al

concepto

de

aptitud

puede

haber llevado

a

Gnul

a

pensar

erróneamente

que

sus

facultades

vert¡cales

presentan

más

afinidades

de

las

reales.

En definitiva,

el censo de

facultades

verticales

que

Gnll

propone

no

tiene

en

cuenta

la

distinción entre cognición

y

volición

que

la

mayoría

de

los téoricos

actuales consideran

indispensable.

De todos modos,

en

el

caso de

lo

que

Gnll

denomina

en

ocasiones

capacidades "intelectuales",

resulta

útil

identificar

aptitud

con

competencia

en

un

determinado

dominio

cogniti-

vo. En

este caso, las

aptitudes

intelectuales

(a

diferencia,

nóte-

se

bien,

de las facultades

horizontales)

se

distinguen

en

función

de

sus

contenidos.

Es

fundamental

comprender

que

cuando

Gnll

¡ns¡ste

en

la

especificidad

de

los dominios, no se limita

a

subrayar

en

un

sentido

conceptual

que

si,

por

ejemplo,

la

música

es

una

materia

diferente de

las

matemáticas,

entonces

la

aptitud musical es

consiguientemente

distinta de

la

aptitud

matemática.

Gnll

también

sostiene

que

los

mecanismos

psico-

lógicos al servicio

de

una de

estas

capacidades

son

de

hecho

diferentes

de

aquellos

que

están al

servicio

de la

otra.

Esta

afir-

mación

es,

para

mí, el

núcleo

central

de

la

teoría

de

Gell.

Algunas

de

las analogías

preferidas

que

GnlL

aplica

a

las

aptitudes

son de

carácter

etológico.

Según él,la

construcción

de

nidos

y

el

canto

de las

aves

no

deben

considerarse

como

aplicaciones

de

una capacidad

intelectual

general

a la

consecu-

ción

de

fines

concretos;

por

tanto, sería

incorrecto

postular

una

facultad

horizontal

de

tipo

intelectual

de

las

aves,

de

la

que

la

competencia

en

el canto

y

en la construcción

de nidos

constituyeran manifestaciones

part¡culares.

Lo

mismo ocurre

en

el

hombre: "Existen

tantas

clases

diferentes

de

intelecto

como

cualidades diferenciadas...

Un

individuo

puede

poseer

una

inteligencia

considerable

en

relación

con

una capacidad

fundamental

y

a la

vez

una

inteligencia

muy

escasa

con

respec-

to

a

todas

las demás...

Tan

inadmisible

es

una

facultad

especial

del

intelecto

o delentendimiento

como

una

facultad

especial

del

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Cuatro

explicaciones de

la

estructura mental

instinto"

(pá9.

240l-

(todas

las

citas de

GnLL

han

sido

tomadas

de

HollnruoEn,

1920). Por consiguiente,

el

intelecto

como

tal

no

puede ser

neurológicamente localizable,

en

la

misma medi-

da

en

que

el

instinto

como

tal

no

descansa sobre

un

mecanis-

mo

cerebral

espec

ífico.

El

argumento

de Gnll

es

exactamente

análogo

al

que

po-

dría

aducirse

para

negar la

existencia

de

la

agudeza.

No

cabe

duda de

que

hay

una agudeza

visual,

una

auditiva

y

tal

vez

una

gustativa,

e

incluso

una

intelectual.

También

podría

agregarse

que

un

determinado

individuo

puede

poseer

una

considerable

agudeza

en

relación

con una

capacidad

fundamental

y

una

escasa

agudeza

con

respecto

a

todas

las

demás.

Sin

embargo,

dado

que

la

agudeza

visual,

auditiva,

gustativa

e

intelectual

son,

de

seguro, únicamente

parámetros

de

la

visión,

la

a¡"¡di-

ción,

el

gusto

y

el

intelecto,

respectivamente,

no

podrá

existir

algo como

la

facultad de

la agudeza;semejante

postulado

cons-

tituiría

una

forma

equivocada

de

encarar estos fenómenos.

La

agudeza

es,

por

utilizar

un

término

a

la

moda,

sincategoremá-

tica,*

como

también

lo

es

el

intelecto,

según

Gall.

Por

otra

parte,

lo

que

es

verdadero

sobre

el intelecto

y

la

agudeza

también

lo

será

sobre

la

memoria,

el

juicio,

la

voli-

ción,

la

atención

y

el

resto

de

facultades

horizontales.

Según

la

explicación

de

Gnlr-,

estas

facultades,

individualmente

y

en

conjunto,

son la

progenie

ficticia

de

una

concreción mal

apli-

cada.

"La

percepción

y

la memoria

son

solamente

atributos

comunes a

las

cualidades

psicológicas

fundamentales,

pero

no

son

facultades

en

sí mismas

y,

consecuentemente,

no disponen

de

centros

propios

en

el

cerebro"

(pág.

2401.

En

este aspecto,

las

facultades horizontales,

de

las

que

Gelu

reniega,

se

ponen

explícitamente

en

contraste

con

las

facultades verticales,

con

las

que

este

autor

se

muestra

conforme;

estas últimas

se

hallan

en

correspondencia

con

mecanismos

cerebrales

específicos,

que,

según

GaI-l-,

habrán

de

ser

localizados

tarde

o temprano:

-Et

d*lt,

carece

de sentido propio o de objeto

significaclo.

En

aigunos

opúscu-

los

lógicos

de

autores

medievales.

se

distingue

entre

los

categoremas.

términos

categoremátícos

o

predicados,

esto

es,

vocablos

que

tienen

sentido

propio

o

un

obieto

signif

icado

(p.

ej

.,

"Pedro",

"romano")

y

los

sincategoremas,

tr¡rminos

sirica

tegoremáticos

o

copredicados.

(J.

Ferrater Mora,

Diccionorio

de Filosoft'o,44

ed.,

Madríd,

Alianza,

1982.)

(N.

de/

T.).

37

Page 37: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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38 La modulridd de la mnt

Tomes el caso del muio. De n ndivd cqiera n podec qe e muso si no percbe la ela6 etre o toos, s ree de  memoia mca s s apaz de emti jcs sobe meodfa yroa A es atec6 ep em   l magna6n n s ms e denes mod d a6n d cada d las padade damnta Cndo a capacdad damntl e a mete pee siene vor esto atribos se hallne pd; ado earrllo e dil s pdi deblamto d la aen la pecpcn la memor el jc e deo magnan exsent. E pes esb as capcdad damentle d a mente ya qe o e!las pen dpone dgao ndpnenes en el ceeb (pg. 238)

No es extrano que, dado el fasis que GALL poe e laespecificidad de los mecaismos eurales que se halla al servicio de las facultades verticales i fiera, a parti r de esta especi-fcidad eural la existecia de lo que poda deomiarse determi aci6 getica:

L na e la da6 l n l  empl l crtc de bte act ob tod cado as poson n n masado dbies n demaiao erte a imresos redas ete xtra trav de lo stdo no son ege de a apitds alo sentto tnto y enoes La popeoes e sntos la apttdes y tatos lasabd ( ntectales l calidad moles del homb y de losm o na p 50-251 )

Este estilo de teorizar, que combia el iatismo co el fasis e la especificidad de las capacidades cogitivas por do

iios !es resultar familiar a quiees haya teido oportuidad de coocer lo que Joh M.RSHALL deomia ''la uevaorgaolog(a".

La mayor parte de lo que queda por expoer e esta secci6estar dedicado a elaorar la oci6 de facultad vertical deGALL ya que, desde mi puto de vista esta oci compredeaspectos que la modera ciecia cogitiva deea tomar muye cosieraci No ostate, es preciso separa ates las pro

puestas ms aprovechales de GALL de ciertos argumetos quel aduce co el fi de mostrar las importates deficiecias quepreseta las versioes horiotalistas de la psicolog a de lasfacultades stos argumetos so impoetes; ha veido repitdose ua y otra vez co gra aparato y paraferalia a lolargo de la historia de la psiolog(a auque por lo geeral, si

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()Uatro

expiicaciones de

la

estructura

mental

mencionar

las

fuentes

de

donde procedían).

Con

todo,

y.pese

al

efecto reforzador

de tendencias

opuestas

a

la

orieniát¡on

de

las

facultades

que

estos

argumentos

han

ejercido

sobre

bue_

na

parte

de

las reflexiones

teóricas

de la

psicología

moderna,

no

puede

decirse

que

sean

verdaderamente

convinóentes.

El

principal

argumento

de

Gnll

contra

las

facultaoes

hori-

zontales

se

asienta

sobre

la

idea

de

que

si

existe

solamente

una

facultad

de

la

memoria

(por

poner

un

caso),

habrá

que

admitir

que

aquellos

individuos

que

sean

capaces

de

recordar

un deter_

mínado

tipo

de

cosas

estarán

igualmente

capacitados prru

recordar

toda clase

de

cosas.

Esto

es,

GRrl

piensa que

la éxis_

tencia

de

una

facultad horízontal unitaria

de

la

memor¡a entra-

ña

que

la

capacidad

de

una

persona

para

recordar

cosas

tiene

que

estar

altamente

correlacionada

con

distintas

clases

cJe ta-

reas

(lo

que

he venido

denominando

dominios

cognitivos).

Lo

mismo

sucederá,

mutatis

mutandis,*

con

el

juiciol

la

imafina_

ción,

la

atención

y

las

demás

facultades.

"Si'la

percepción-y

la

memoria

fuesen

fuerzas

esenciales,

no

habría'motivo

algúno

para que

se

manifestaran

de

modos

tan

distintos,

en

funció"n

cle

que_

fueran

ejercitadas

sobre

objetos diferentes.

No

habríarazón

alguna

que

impidiera que

un

mismo individuo

o,

¡ncluso,

todos

los

individuos

aprendieran

geom

etrh,

música,

*u.áni.u

y

aritmética

con

la

misma

facilidad,

puesto

que

su

memoria

les

serviría

igualmente

para

todos

estos

fines"

(pág.

24o-241).

Este

argumento

puede

interp.retarse

como

una

especie

de

,,Ley

de

Leibniz"

que

rezaría

así: la

misma

facultad

no

puede

ser

a

la

vez fu.erte

y

débil,

de

modo

que

si sucede que

la

memoria

ma

temática

es

débil

y

la

memoria

musical

fuerte,

entonces

la

me_

moria aplicada

a

las

matemáticas

no

podrá

sei

la

misma que

la

aplicada

a

la

rnúsica.

sin

embargo,

si

el argumento

se reduce

a lo

que

acabo

cle

exponer,

se

trata

obviamente

de

una fatacia.

En

rigor,

todo

lo

que

se deriva

de

él

es

que

memoria

matemática

*

mlmbria

mu-

sical,

lo

cual,

pese

a

ser indudabremente

cierto,

sigue

siendo

compatible

con

el

hecho

de

que

ra

memoria

musicál y

la

me-

moria matemática

sean

ejercicios

de

la

misma

facultaá,

en

un

caso

referida

a

las

matemáticas

y

en

el

otro

a

la

música.

Exami_

nemos

la cuestión

de

una

manera

mds

simple: no

hay ninguna

razon

clara

que

impida

que

la

misma

facultad

pueda

ier

fJerte

-Camblanrjo

lo

que

se debe

carnbiar.

(N,

de/

R.)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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en

crertos

casos

y

déb¡l

en

otros,

a

menos

que

unos

y

otros

casos

sean

idénticos.

Así

las

cosas,

un

psicórogo

de

las

facultades

de

corte,,hori-

z.ontalista"

pogría

sugerir

que

lo característico

de

caáa-caJaci-

dad

mental

es

la

peculiar

mezcla

de

facultades

horizont.i.d-qu.

r9ú¡e.,

y

explicaría

la

distribución

desigual

de,

p.

ej.,

iicápác¡-

dad

de memoria

a través

de

diferentes-dom¡níós

cóén¡tirós

en

virtud

de

los

efectos

de

interacción

a

que

dan

origeñ

l.i

d-iver-

sas

mezclas

de

facultades.

Ahora

se

ve

con

claridád,

pol.

é¡.r_

plo,

que

el

hecho

de

que

los

maestros

de

ajedrez

recúerden'rnu-

jor

las

distribuciones

$_q

las

piezas

en

et

tablero que

otras

ctases

de

fenómenos

no

justifica

la

presunción

de

que

bxiste

una

me-

moria

específica

para

el ajedrez. Antes bien,

ét

principio

opera_

tivo

que

finalmente

prevalece

es

que,

por

io

g'.n.rri,

,..ord.-

mos

lo

que

entendemos

(BenrlErr

,1g32;

Bnaruirono,

BancrRy

y

FRRruxs,

1972),

Lq

capacidad

def

jugador

Oe

ajáOü,r-j"ru

recordar

la

posición

de

las

piezas

es,

pues,

parte

su

áór"¡_

dad

de

comprender

por

qué

se

encuentran

ail

í.

si

lrt

ó¡áili

r.

colocan

en

disposiciones

absurdas

comprobaremos

que

esta

capacidad

se

desvanece

(De

GRggr,

1g6b).

spea*roñ

fig27,

págs.

35-36)

señala.que

"el

problema

la

correh.ion,,'-qu.

se

define

como

la interacción

del

nivel

de

funcionamiento

de

una

facultad

con

el

dominio

cognitivo

donde

se

desarróilr_

es

un

escollo

insuperable

al

que

enfrentan

las

versiones

r,or¡-

zontales

de

la

psicología

de

las

facultades:

,,...

el

punto

u¡trl

,,

el

grado

de

interdependengja,

o,

como se

llama

comúnmente,

la

magnitud

de

la

correlación'".

Gnll habríá,

de

t.grio,

,..'p

tado

esta

formulación.

Sin

embargo,

no

está'del

toáo

.iuiá,

,

la

luz de

las

consideraciones

que

acaban de enumerarse,

que

una

psicolog

ía

de

las

facultades

horizontales

tenga

que

prede_

cir

exactamente

los

tipos

de

correlaciones

que

Gir_r_

y

sp.o"

-

MAN

esperan

q.ue

.

predíga,

como

tampoco

está

claro

que

la

imposibilidad

de

hallar

tares

correlaciones

pueda

demoitrar

algo

en

uno

u

otro

sentido.

El

argumento que

acaba

de

exponerse

defiende

el

supuesto

de

que

los

diversos

usos

de las

presuntasfacultadesr¡or¡zbniá¡es

no

correlacionan

a

través

de distintos dominios

cognirirzos.

No

obstante,

Gnlr

manifesta

una

marcada

tendencia

i"lgo

moles_

ta,

por

lo

demás)

a

subrayar

este

argumento,

iuntartnt.

óán

otro

que

hace

hincapié

en

ra

imposibilidad

de'que

las

capacida-

des

mentales

correlacionen

de

un

individuo

a

otro.

Examine-

mos

brevemente

este

argumento.

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Cuatro explicciones de esc menl 41

Todo psiclogo de las facultades tiene que hallar una mane-a justificada de responder a la pregunta de "cuntas facultdes

ay. Una de las formas de hacerlo preconizada por GALL esbuscar los parmetros apropiados para una psicolog a de asiferencias individuales y, a continuacin postular una faculad distinta que corresponda a cada parmetro. Por consiguiene no de los argumentos favoritos de GALL para distinguiruna facultad de otra es ue las ersonas pueden diferir en elrado de posesi6n de una misma facultad: Smith destaca enmatemticas pero es un desastre en metaf sica; a Jones le ocu-re a la inversa. Por tanto la competencia para las matemticas

y para la metaHsica tienen que apoyarse en mecanisos psicolgicos y neurales diferentes en suma tiene que tratarse defacultades (verticales) distintas

hora ien esta decisin de GALL de relacionar cuestionessore las facultades con prolemas relativos a las diferenciasindividuales supone en cierto modo un distanciamiento de lostrillados caminos de la tradicin de la psicologa de las faculta-des Segn seala SEARMAN

A todo lo largo de sta tapa incial del . desarrollo hst6rco de la doctrna  de las facultades nnguno o muy pocos autores se ocuparon del problma de las dfrencias ntr un ndvduo y otro El prop-sto para e cual fueron ideadas estas facultades en un prncipio yaplcadas casi xclusivamnt durante un largo podo no haba sdostablcr los aspctos en qu los hombrs dfren, sno ms binaquellos que los caractrizan a todos por gual (1927 pg 29)

Ya a quedado del todo claro lo que las reflexiones sore laexistencia de diferencias individuales pueden aporar desde elpunto de vista de GAL a los argumentos recientemente examinados ue se aducen en contra de las facltades orizontales

l mero hecho de que Smith y Jones difieran en sus haili-dades musicales no tendra por qu suponer por s solo laexistencia de una facultad especficamente musical Supngaseque todas las facultades son en realidad horizontales peroque para alcanzar un deterinado talento musical se precise

cierta mezclau

ptima de esas facultades horizontales [poreemplo enormes cantidades de agudeza perceptiva un toquede sensiilidad y tener los dedos muy largos (en realidad no sdemasiado de msica aunque s tengo claro lo que me gusta)].Pues ien para una mezcla ptima de esta naturaleza es de

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La

modularidad

de

la

nlenre

suponer

que

se

darán

diferencias

en

el

grado

de

aproximación

a

su

posesión.

smith

silba

mejor

qué

Jones,

eilo

se

oáoe

a

gue

la

mezcla

de

aquél

se

haila

in¿s

'próxima'a

ta

conlic¡on

óptima que

la

de éste;

eso es,

af

menol,

io

qr.

er

defensoi

o.

las

facultades

horizontares

podría

sugerír

a

t'íiuró

o*,igüni.n-

to

contrario

a

los

que

he

expuesto

antes.

De

todas

formas,

es

posibre

que

io

que

Gnr_l

clefiende

pueda

plantearse

en

los.siguientes

términos:

si

smith

y

Jones

áii¡uirn

g.n

la

agudeza

del

juicio

musical

pero

no,

por

ejempro,

en

la

Inyr.u

del

juicio

práctico,

entonces

tiene

óu*

r.r'cierto'qr.

o

Smith

o

Jones

(o

ambos

a

la

vez)

no

pruirniun

el

mismo

éi.Uo

de

agudeza

de

juicio

en

ros

aspectos

musical

y

práctico,

Áho.,

bien,

si

los

juicios

music-al

y

práctico

cle

una

persona

pueden

diferir

el.su

grado

de

refinamiento

(o,

en tárminoi

g*ñ.r.1"r,

pueden

diferir

en

F

para

cualquier

F

dada),

entoncés

las

dos

clases

de

juicio

habrán

de

ser

ipso

factá;

J¡it¡ntas.

siñ .Áuur-

go,

si

esto

es

lo

grg

ocurre,

entonces

et

argumento

acerca

de

las

diferencias

individuales

queda

reducido

ál

utgúr*Áto

á,

lu

Ley

de

Leibniz

anteriormente

desechado.

La

fascinación,

y

también

ra

ins¡stencia,

que

Gnll

muestra

por

la cuestión del grado

de

las

diferenciaó

¡nO¡viduales

*tunu

de

las

característícas

más

sorprendentes

de

su obra.

sin embar-

go,

eso

no

encaja

bien

con

otro

de

sus

temas

favoritos:

las

constantes

analog

ías

entre

las

facultades

y

los

instintos.

La

ma-

nifiesta

incapacidad

de

Gnil

para

periibir

la

contradicción

entre

estas dos

cuestiones

se

debe

tal

vez

a

que

no

llegó

a

dis_

tinguir

correctamente

los

problemas

reracionádos

con

ia

deter-

m,inación

genética

de

los

relativos

a

laespecificidad

d,

uiliii¡,

(dícho

en

términos muy

genéricos).

f

Lórig¿n

de esta

confusión

reside

en

que

ciertas

clases

de

diferenciai

inoiu¡ouul"t

prro*n

heredarse

de

la

misma

manera

que

se

heredan

determínados

rasgo:

psicológicos

privativos

de

la

especie

como

son

los

initin-

tos. Por

ejemplo,

puede

clarse

el

casb

de

que

fa

capaci¿aá-áe

jugar

extraordinariamente

bien

al

fútbol

dependa

de

un

com-

plejo

peculiar

de

dotaciones

de carácter

fisiolbgico

y

p.*ptiuo

motor.

si

esto

es

así, no

debería

extrañarnos

él

qu'.'.ra

cápaci_

dad

llegue

a hereclarse

en

una

proporción

significat¡ua

oe cásor.

En cambio, esto

no justifica

en

absoluto

la"

pretensión de

que

el

fútbol

es

una

condrcta peculiarde

nuestrá

especie

en

el

són-

tido

que

los etólogos

atribuyen

a

este

fenomeno.

En

p.rti"rl.r,

G;smo

hecho,

(N.

rtat

R.)

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Cuatro expliccones de esc m 43

a prtir de l {supuest) heredbilidd del ftbol no cbr(nfeir que l cpcidd de prcticr este deporte se enteobre uns bses neurolgics especfics, pesente n hstorivoluti peculir o se hlle rdicd en un tipo especil deenes. L ptitud pr l prctic del ftbol, un en el supueso de que se heredd, crece de inters en cunto instinto7

En resumids cuents, lo instintio se hll genticmenteetermindo lo cul sin dud, no tiene por qu cumplirse l iners Por consiguiente, si lo que se entiende po fcultdverticl es lg precido lo que el etlogo entiende por instno,  no prece muy juicioso postulr fcultdes erticles que

orrespondn prmetros de diferencis indiidules, ni si quier en el cso de que ess diferencis sen heredd Por elcontrrio l estudir los instintos se consider nurl prtirde un poblcin idelizd en l teor que se gentic yneurol6gicmente homogne, y que los instintos son formsde conduct crctestics de l espece. Si os tomos enserio l nlog enre los instintos y ls "cpciddes fundmentles, hbremos de prtir del supuesto -contrrio lesqum metodolgico que GAL propne- de que ls fcult

des erticles se deben inferir prtir del descubrmiento decompetencis reltimente rintes trs d distintspoblciones de indiiduos

Puede que l ic ensenz que se extrig de tod est exposici6n se que ls teors de G A son ecs ms inteesntes que ls polmics que suscitn, lo cul no crece de precedentes en l histori de ls i nnociones cient fics sgn ficisPor otr prte, si conforme mi opinin, los rgumentos deG

contr ls fcultdes horzontles son menos conincentes que sus teors for de ls erticles, qued biert lposibildd de un modelo mixto de fcultdes psicolgics,en el que slo pte de l rquitectur mentl se h I r orgn izd de form erticl Ms delnte oleremos sbre estepunto

Dendo, por el momnt de ldo el problem de l correlci6n y el tem de ls diferencis indiidules, pueden distingurse cutro ingredientes rnciples en el concepto gllno

de cpcidd fundmentl; estos son: ls fcu ltdes erticlesson especicas para cada domno, ienen determnadas gen-camene se hlln socids esrucuras neurales dferenca-das e - introduciendo un nueo specto- on copuacona/

 mene au6nomas L ide esncil cerc de l utonom (

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44

La

modularidad

de

la

mente

computacional

es

que

las

capacidades

fundamentales

de

Gelr_

no

comparten

-y,

por

consiguiente,

no

compiten

por-

recursos

de

carácter

horizontal

como

la

memoria,

la

atenóión,

la

iñtel¡-

gencia,

el

juicio

y

demás.

Esta.concgpción

de

facultaá

veri¡cal,

entendida

no

sólo

como

entidad

diierenciada

.on

r.rp.cto

a

las

funciones

que

ejecuta,

sino

también

relativamánt.-iñJ.pun-

diente

en

la

ejecución

de

tares

funciones,

resultará

de

enorme

interés

más

adelante

cuando

pasemos

a

examinar

la

nocién

de

módulo

cognitivo.

Por

el

momento

bastará

señalar

que

este

énfasis

en

la

auto-

nom

ía computacional

de

las

facultades

verticales

es

,no

or

lo,

aspectos

clave

que

distingue

las reflexiones teóricas de

G¡r_r-

de

las

de

c*ovrsrv_.

por

ejempro,

cHousrv

(1ggo)

irgléru

qu.

es

posible

que

exista

una

facultad

matemática.

s¡n

émoaéo,

como.

cabe

esperar

a

tenor

de

la

discusión

expuesta

*n

.t

ápur-

t.udg

1.1,

lo_

que

parece

querer

decir

con

esto

es

tan sólo

p r,,

de.

lo

que

Gnlr

hubiera pretendido

decir.

La

principal

,tirr.-

ción

de

cnousrv

es

que

cierta

información

matemática

(con_

cretamente

la

idea

de

que

los números

naturales

pueden

g.n._

rarse

agregando

uno

cada

vez

de

manera

indef

inida)

se

"halla

especificada

de

modo innato.

Gnur-

se

hubiera mostrado-d.

acuerdo

con

ello,

pero

además

hubiera

ido

mucho

más

allá.

En

cuanto

que

innatista

de

la

arquitectura,

Gnrt

hubieá

ios-

tenido

la

opinión

de

que

los

mecanismos psicológicos

oe

me_

moria,.el

juicio,

la

imaginación

y

la

volLntad,

ó

.r.i.iqr¡|rc

fgganismos

que

median

en

el

razonamiento

matemático

se

hallan

asimismo_especificados

de

modo

innato.

e, ciantá-que

teérico

de

las

facultades

verticales,

Galr

hubiera-áátrño¡üo

que

estos

mecanismos,

en

la medida en que entran en

acción

cada.vez

que

se

practica

ra

matemática,

tán

sólo

se

llallán-no

minalmente

relacionados

con

ra

memoiia,

el

juicio,

Irlmrg¡nu-

ción..,,

etc.,

que

sj.

Fo.nen

en

juego

al

habíar

sobre

él

r.,on¡ÉiJ¡o

o

al

cometerlo.s

Finalmente,-en

cuanto

que

teórico

¿e-ia

ilo_

nomn,

Gall

hubiera

considerado

que

las

operaciones

;;;lr_

les

que

tienen

lugar

al

realizar

tareas

matemáticas

no

interactúan

demasiado,

como

tampoco

interfieren,

con

el

resto

de

las

capa

cidades

mentales

del

individuo"

El hecho

de

que

casi

todo

el

ryngo

sea capaz

de

contar

y

de

mascar

chicie

.

,n

tiempo

habria

supuesto para

Garr-

un dato

de

señaradaimpoitánJ¡u

con

respecto

a

la

organización

de

la

mente.

Es

importante

destacarque

e

innatismo

y

la

autonomía

computacional,

en

particular,

son

propiedades

bastante

dife-

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Cuato explicacones de la esrucua mea 45

rentes de los sistemas cognitivos. De ellas slo la primera interviene en el concepto chomskyano de 6rgano mental. Pn in

donos en un caso exremo, supongamos que el conocimientode los axiomas de PEANO es innato es decir, que no se aprenden, sino que se transmiten genticamene Pues bien, ni ansiquiera de una esis an radical como esta caba deducir queexise una acultad arimica en el senido de GALL ya que sibien la hip6tesis de que el conocimieno arimico se ransmie genticamente es compaible con la posibilidad de que losmecanismos psicol6gicos que median en el razonamiento aritmico sean los mismos que subyacen a la capacidad general de

pensamiento abstracto, la esis de las aculades vericales aplicada al caso de las matemticas no lo es Por cosgente, laidea de que el razonamiento aritmtico comparte recursos psicol6gicos (horizontales) con el razonamiento en las reas de lajurisprudencia o la esttica, o incluso con el razonamienonecesario para hacer la declaraci6n de rena, es compaible conla noci6n chomskyana de 6rgano mental, pero no lo es con elconcepto galliao de acultad vertical.9

simismo ineresa aadir que al igual que la esis del innafismo aplicada a las capacidades no implica que stas se hallenorgan izadas en acultaes verticales compacionalmente au6-nomas, el anlisis horizontal de una capacidad cognitiva noimplica que esa capacidad sea aprendida a mayor parte de lospsic61ogos de las acultades han avorecido, hist6ricamentehablando, posturas innatisas de corte horizonal. s posibleque la idea de una organizaci6n cognitiva horizontal tenga peno sentido, paricularmente con vistas a la elaoraci6n de un

modelo mxo que incorpore elementos anto verticales comohorizonales; pero de ello no cabe deducir que la noci6n deestrucuras menales aprendidas goce de la m isma consideraci6n (o presente suiciene atractivo) (vase FooR, 75). Portano, es importante establecer una clara distinci6n entre laconcepci6n de las acultades horizonales y cualquier orma mprismo.

Por ltimo, quisiera hacer una observai6n inal sobre GAL. mi modo de ver, el conepto de aculad vertical es una de

las grandes aportaciones al desarrollo de la psicolog a te6rica.Por qu, entonces, no se ha reconocido como es debido en loslibros de texto la imporancia de GA? a trayectoria de lareputaci6n de GA a ra(z de su muerte es un rise ejemplo deaquella mxima que dice que las obras de los grandes hombres

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I .1 odlrd ,� la ment

a nwnudo espc o sus tss otols. GALL m6os mtts os qu ms t hub stlmuy o: r (a, u t qu l g sll u

6g mtl u ms l m ltv l bl u l s, qu l s l b m l gu l m" Ess s j sg l ug l lg f l msm m ul oh sgu l f 10 ll u st mstu hlt qu m lgu s mutl GL, s ls ss tts bul tl ssl Pl vs, hy ( s mt s Y iy u ls

m! s

s g s l hst l lul sus lgs sls

1.4 El asociacionimo (o "que u d la psicotogfa dla aculd?')

A tu qus xm sutmt ssusts l ut, qu s h l tg m s ogz ls s gtvs A s t

6 l m 'ssm s t utuust qu ls vss ms s t sh sg bu t l qu s tu llvj) A gs sgs l ssm s hll ul l u xs ults l msm m qu l mlsm s ut s l uxst mss slls E v tt qu ssts s mtbls ls s ss qu

tt u l ssm m l xs sults uqu ls tuy l status sus sts ts ts ms umls N stt s s t u m t 6 l s qu ls sss g s J u ls s61gs ls ults stul h qu l ug qulls hysuus sm l ss

l Dictionary of Philosopy ad Psycogy D Fls Pslg) BADWIN ( 9 -ul svlms l u o u ss u s m l slg f ls uls u v qu obs m s ttulmt ust qu yu us ml qu l m ) l ls h

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Cuatro explicnes de l t mt 47

El deci que un mente individul posee ciert cultd, euvlesimpemente sel ue es cpz de exhb detem dos esdos opocesos Sn emgo e peci en numeosos psc6ogo del psdon tendenc a consde s fcultdes como cuss o ondconeees de os estdos de os pocesos tv de os cue se mifes-t y eise els como gentes posivos ue ntectn nts1 As( se consde ue pesenci de decn voni sedebe un exodin fue de vountd l pode de l volundo fcutd de l otd. Se dice tmbin ue et pcesomeles de homb ncen de l fcutd de on m ients ueotos pocesos de los nimes infeioes se explicn po l sencide un fuld de stnto Est odidd de suues epccn

ecibdo el nombe de Pscoog de s Fcute En s_u c(ti l expesin 'ibe lbedo" LOCK h puntulido con tod cidd ntuez de l flci imp ci en semejte concepnon l mism popied puede decise ue cultd de cnt cnt y ue fcud d dz dnz ue fimse l vondeige o ue el entendimnt concibe

Si no he contado mal, este pasaje contiene un en unciadoesencialmente falso y dos argumentos incorrectos. Para eezar sencillamnte no es certo que "decir que una mente individual osee certa aculad equiale simlemente a sealarque es caaz de xhibir determinados estads o ocesosPor fuerza ha muchas ms caacidades menales que facultades sicol6gcas incluo s nos atenemos a ceso ms inflacionario de estas ltimas Por ejemlo uestras caacidades entales comrenden la caacidad de sumar 1 ms la de sumar1 ms 2, la de sumar 1 ms 3 as indefinidamente e este

como en muchos otros casos semeantes hasta la monoon (a.Todas estas caacidades deben (resumibemente) atrburse afuncionamiento de una (ica faculad maemtica. La situacin no sea mu distinta en materia de incios si se asumiera que existe una sufacultad de la facultad matemticaque se ocuara exclusiamente de la suma de nmeros enterosfinitos lncluso en este suuesto de cada facultad que se ostula se uede extraer una cantidad enorme de caacidades loque constitue un caso articular del rncio general de que

todo agente causal eerce unos efectos otenciamente indefi -nidos En suma un censo de facultades no es equialente a unaenumeraci6n de las caacidades de la mente n cambio, s esuna teora de la srucura de lo mecanmos caual q sub-yacn a la capacads d la mn Por consiguiente, es er

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La

modularidad

de

la

mente

fectamente

posible

ponerse

de

acuerdo

sobre

las

capacidades

que

la

mente

posee y

s¡n embargo

discrepar

acerca

de

cuáles

son las

facultades

que

la integran.

Como ejemplos contemporá-neos

de

tal

discrepancia

pueden

ofrecerse

los

siquientes:

ei oro-

blema

de

si la

conducta

maternal

humana

es

instiñtiva,

o

el de'si

la

capacidad

de

hablar

es

expresión

de

la

"inteligencia

general

,,,etc.

De

los dos

argumentos incorrectos

que

BÁr-owrrv-defíende,

el

segundo

-el

de

Locre-

simplemente

no viene

al

caso.

Ningún

psicólogo

de las

facultades

está

obligado

a

pensar

que

la

faóul-

tad

de

cantar

canta,

que

la

facultad

de

danzar

danza,o

que

la

v.oluntad

elige,

ni nada

porel

estilo.

Más

bien, lo

que

puede

-y

debe-

pensar

es

que

el

organismo

canta,

danza,

erige

o

hace

cualquier

otra cosa

en virtud

de

las

diversas

facultldes

que

posee.

En cuanto

al entendimiento,

puede

decirse

que

concibe

argumentos

o

ideas

en

la medida

en

que

puede

decirse

que

el

estómago digiere

almuerzos

y

cenas,

es

decir, a

modo de

sinéc-

doque.*

El argumento

más importante

de

BelowrN,

al menos

en

ro

que

afecta

a

su

influjo

histórico,

es

el

primero,

que

constituye

simplemente

una

acusación

de

reificación

injuitificada.

Eéte

tipo

de

argumentos

-en

este

caso

la

afirmación

de

que

el

pos-

tulado de

las

facultades

mentales

es

ipso facto

una

forma

de

pseudoexplicación-

suele

emplearse

casi

sin

excepción

en

todas

las

fuentes

secundarias,

atribuyéndose

en

este

particular

el declive

de

la

tradición

de

las

facultades

al reconocimiento

generalizado

de

que

sus

postulados

carecen

efectivamente

de

contenido.

Por ejemplo,

D.

B.

Krrrve

(1970,

pág.374)

afirma

lo siguiente:

"Las posteriores

criticas

a

la

doctrina

de

las

facul-

tades (de

Christian wor-re

) eran una

elaboración

del

tipo

de

ob-

jeciones

que

plantearon

en

su

día

DesceRrEs

y

LocrE...

en

ellas

se

contemplaba

el

concepto

de facultad

como

una

explicación

basada

en

una

petición

de

principio

que

se

hacía

patent'e

al

invo-

carse

una

facultad

acuática

para

explicar

las

actividades

natato-

rias

o

una facultad

terpsicórea**

para

explicar

la

danza.

Esto

equivale

a

reemplazar

una auténtica

expiicación

por

una

eti-

queta

llamativa,

como

sucede

cuando

se

dice

que

cierto

bálsa-

mo

es

capaz

de.

curar

una

erupción porque

contiene

un ingre-

diente

terapéutico".

-t'rérdtgue:

tropo

que

consiste

en extender,

restri

ngir o

alterar

de

algún

mo-

do

la significación

de

las

palabras,

para

designar

un

todo

óon

el

nombre

déuna

de

sus

partes.

o

viceversa.

(N,

del

R.)

**Terpsícore..

diosa

griega

dd

la

danza.

(N.

del

R.)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Cuatro expliccones de l es�;c menl 49

Los que entiendan de iron (as enjundiosas han de encontraraqu( motivo de regocijo puesto que a fin de cuentas, l'que

esta objeci6n pretendidamente concluyente plantea en contrade la psicolog(a de las facultades es simplemente que las facultades se distinguen unas de otras por sus efectos; esto es seidentifican  de modo funconal. Y por supuesto es curiosamente esta estrategia de anlisis funcional la que segn la filosofa de la psico log (a vigente en la actualidad permite que laidentificaci6n de constructos mentales gu (ea la psicolog a porla senda adecuada evitando las inaceptables alternativas onto-16gicas tanto del materialismo reduccionista como del dualis

mo. Ned BLOCK 980 pg 72) ha sabido resumirbrillantemente esta doctrina en su excelente introducci6n a la literaturafuncionalista contempornea: "Los funcionalistas pueden serfisicalistas al admitir que todas las entidades objetos estadosacontecimientos y dems) que existen son entidades Hsicasnegando nicamente que lo que une a ciertas clases de objetosentre s sea una propiedad sica .. Los funcionalistas metaHsicos caracterizan los estados mentales en trminos de sus pa

peles causales· Para no incidi r demasiado en e I asunto la ideafuncionalista es que el dolor es todo aquello ue constituyauna causa normal de la conducta de dolor v,mutatismutandsla facultad del lenguaje es todo aquello que constituya unacausa normal de la capacidad de hablar Los funcionalistassiuen esta nea de pensamiento plenamente conscientes delo que MERE dijera acerca de las virtudes latenes y a mimodo de ver hacen muy bien para un anlisis ms ampliovase FR 95 y 98)

sto no equivale por supuesto a decir que la tctica deidentificar entidades mentales de mod funcional sea ipsofacto una garant(a contra las explicaciones insustanciales. Sea incorrecto por no decir incoherente vase upra) postular una facultad para cada capacidad conductual apreciable aprimera vista y quedarse ah Por una pa rte no todas las capacidades conductuales que se aprecian a simple vista difierentambin en su etioloa por lo que a la hora de construir teoras hay que hallar las uniformidades causales que subyacen ala heterogeneidad de las apariencias superficiales Por otra parte ciertas capacidades se derivan con toda seguridad de lainteracci6n de causas subyacentes de hecho cuantas mscapacidades de esta naturaleza existan tanto ms satisfecho sesentir el te6rico toda vez que uno de sus objetivos es otener

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La modu¡aridad

de la

¡rlente

la máxíma

cantidad de explicación

psicológica

del

inventario

más reducido

de mecanismos

causales

postulados.

Ninguna

de

estas cuest¡ones

tiene, no

obstante,

nada

que

ver

con

la

teori-zación

de

las

facultades

en

misma,

ya

que

estas observacio-

nes sirven

igualmente

a cualquier

empeño

teórico

que

lleve

aparejada

la

postulación

de

entidades no

observables.

Tampoco

es cierto,

en

honor a

la

verdad histérica,

que

los

psicólogos

de

las

facultades

se hallen

particularmente

inclinados

a hacer

caso

omiso

de

estos

cánones metodológicos.

Muy al contrario,

co-

mo

apunta

con toda

propieCad

Spranvrnru

(1930)

:

"La

inten-

ción

general

(de

las

teorías

de

las

facultades)...

consiste

en re-

presentar

las

innumerables experiencias

mentales

transitorias

mediante

un

número

reducido de

principios

distintos

relativa-

mente

permanentes

-y

concretamente

innatos. Toda

laenorme

cantidad de

acontecimientos

reales

se halla,

pues, gobernada

por

un escaso número

de sucesos'potenciales'(vol. 1,pá9.108)...

La

teoría de

las

facultades

consiste, en

esencia,

en

derivar

una

enorme

cantidad de

procesos

a

partir

de

algunas

facultades'"

(pá9.

155).

Es

dif

ícil

imaginar

qué

otra

estrategia

podría

ser

más

recomendable

desde

un

punto

de

vista

racional.Contemplados en

forma retrospectiva,

los argunnentos

meto-

dológicos

supuestamente decisivos

contra

la

teoría

de

las

facul-

tades

resultan,

por

solos,

tan

poco

sensatos,

que

no

es fácil

creer

que

hayan tenido

(demasiada)

significación

histórica.

Y

efectivamente,

los argumentos

aislados

-al

igual

que

los expe-

rimentos

aislados-

no

suelen

alterar

el

curso

de

la

ciencia.

En

cambio,

lo

que

es

capaz

de alterarlo

es la

aparición

de

una

iniciativa

teórica

de

signo

alternativo.

Parece bastante

claro,

como indiqué

anteriormente,

que

lo

que

se presentó

como

alternativa

a

la

psicología

de

las

facultades

fue

la

promesa

de

una

teoría

asociacionista

de

la

mente.

De

la

misma manera

que

la

epistemología empírica

ofreció una

explicación

del

ori-

gen

de

los

contenidos

mentales

que

dio

al traste con

el

postula-

do cartesiano

de

las

ideas

innatas,

así

el

asociacionismo ofreció

una bxplicación

de

la

ontogénesis de

los

proce,sos

mentales

que

echó abajo

el

postulado

de

una

arquitectura cognitiva

innata

y,

por

ende,

la necesidad de

facultades

mentales.

A

mi

entender,

lo que un

asociacionista

(ya

de

la

tradición

mentalista

clásica

o

de la orientación

más

reciente

de

la

teoría

del aprendizaje)

está dispuesto

a

admitir

en

calidad de aparato

explicativo

de su

teoría

cognitiva

se

puede

enunciar

de

la

rna-

nera

que

sigue:

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Cuatro

explicaciones

de

la

estructL¡ra

mental

a)

Un

con¡unto

de

elementos

a

part¡r

de

los

cuales

se

cons-

truyen

las

estructuras

psicológicas.

Los

reflejos

son los

ele'men-

tos'preferidos

para

los asociac¡onistas

que

defienden

el

carácter

.onbuctual

de

las estructuras

ps¡cológicas

y

las

"ldeas"

lo

son

para

aquellos

asociacionistas

que

defienden

el

carácter

mental

de

las

estructuras

psicológicas.

b,

una

relación

de asociación

qL¡e

se

define,

en

primera

ins-

tancia,

Sobre

tales

elementos.

{Tan

sólo

"en

primera instancia"

porqub

la

propiedad

de

ser

asoc¡able

se

mantiene

bajo

la

aso-

ciaci'ón.

Las

leyes

de

la

asociación

pueden

aplicarse

a

aquellas

lcJeasi

Ref

lejos

que

son

a

su

vez

producto

de

asociaciones,

lo

cual da origen

a

la

distinción

entre estructuras

ps¡cológicas ele-

nnentales

y

complejas.)

c)

Las

leyes

de la

asociación.

Son

principios

en

virtud

de

los

cgales

el

carácter

de la experiencia

de

un

organismo

deter-

mina

cuáles

de sus

ldeas

serán

asociadas,

o

(rnutatis

mutandis)

qué

reflejos

condicionados

serán

formados.

'

d)

Paiámetros

relevantes,

desde

el

punto

de vista

teórico,

de

las

estructuras

psicológicas

y

de

las relaciones

asociativas

entre

ellos;

asi,

por

ejemplo,

las relaciones

asociativas

pueden

diferir

en su intensidad

y

los reflejos pueden

diferir

en su nivel

operante

rizeinnistas

se

'Jarios

de

recono-

Algunos

asociacionistas

se

muestran

partl(

cer

existencia

de

unaS

cuantas

facultades

horizontales:

por

eiemplo.

la

sensibilidarJ,

en

el caso

de

los empiristas

clásicos,

y

lu

¡r"ginación

y

la

reflexión

en

el de

Huvle

y

LocrE,

respec-

iivamentL.

Pero

parece

evidente

que

estas

concesiones

-que

por

lo

demás

se

interpretan

a

rnenudo de

manera

equívoca

ivéase

la nota

2

pág.

178)

se

han

hecho

más

bien a

re-gañadien-

tes.

De

acuerdo

con

la

corriente principal de

la

tradición

aso-

ciacionista,

la

forma

ideal

cie

dar cuenta

de

todos

los

fenóme-

nos

cognitivos

es apelar

al

exiguo

aparato-teó.rico

que

acabo

de

describ'Ír.

Según

Huvlr

{Enquiries,

pá9.

321i,

la

asociación

es

una

forma

de

atracción

que

"habrá

de

ejercer

efectos

tan

extra-

ordinarios

en

el

universo

mental

como

(la

atracción

gravitato-

i¡u)

un

el natural,

y

que

se manifestará

de muchas

y

muy diver-

sas

formas".

En

consecuencia, buena

parte

de

las

más

temerarias

especu-

laciones

de

la

tradición

anglo-amer¡cana

se han

caracterizado

por

una

tendencia

marcadamente

reduccionista.

El

truco

de

los

bsociacion¡stas

ha sido

mostrar

que

no

hay

nada

que

las

facul'

tacles

necesiten

explicar,

ya

que

todos

los fenómenos

auténti-

q1

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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52

La

modularidad

de

la

mente

camente

psicológicos

son

reducibles

a

los

objetos y

relac¡ones

enunciados

en

los

puntos

a-d.

como

siempre,

el

traiamiento

de

la

memoria proporcio.na.

ejemplos

revelaoores"

A

este

,.rfá.to,

Hun¡e

propone

una

distinción entre

lo

que

es

en

realidad obje-

to

de

recuerdo

y

lo

gue

simplemente

es

objeto

de

imaginación,

distinción

basada

no

en

consideraciones'lógicas

(rn'o

óueoe

imaginar,

pero

no

recordar,

ro

que

no

ha

ocuirido),

ni

en'hipo-

téticas

diferencias

en

ios

mecanismos

causales

éubyacenim

(como

seguramente

propondria

un

psicólogá

cie

ias

facultades

horizontales),

sino

más

bien

en a

"'fuerzalr

vivaciduá;,d.

lm

ldeas

involucradas.

Todo

aquello

que

se

t.iuerda

se

considera

ipso

facto

como

algo más

fuerte

y

más

vivo

que lo que simple-

mente

se imagina..

(Huue

explica,

de forma

muy

poco

convin-

cente,

que

ésta es

la

razón

por

la

que

la

historia

es'más

emocio_

nante

que

la ficción.)

El

tratamiento que

Hun¡e

dispensa

al

problema

no

es,

con

toda

probabiridad,

nruy

atractiüo,

p.ro

muestra

al detalle

la

estrategia

característica'det

asociaó¡onis-

mo,

consistente

en

disolver

los

presuntos

mecanismos

psicoló_

gicos

en

parámetros

de relaciones

de

asociación

o

en

propiedades

de

las entidades

asociadas.

curiosamente,

la

práctica de

esta estrategia

llevó en

ocasio-

nes

a los

asociacionistas

a

hacer

afirmaciones

muy

parecidas

a

las

de

Gnr-1,

aunque

por

motivos

muy

distintos.

Ási,

Tuonrr,_

DIKE

(por

citar

un

caso)

se

hizo

eco

de

la

doctrina

de

Geul

al

declarar

que

no

existe

tal

cosa

como

la

memoría,

apoyánáorc

en

las

observaciones

de

Gnlr- sobre

la

variabilídad'oé

roi,e-

cuerdos

a

través

de

dominios

cogn-itivos

distintos.

No

obstante,

THonruorrr

explicó

esta

interacóión

señalando

que

la retentiva

es

un

parámetro

de la

relación de

asociación

y

no del

funcio_

namiento

de

las

facultades

verticales.

,,No

exiéte

una

memoria

que

conserve

las

experiencias

del

pasado

con

una

fidelidad

uni-

formemente

establecida.

Tan sólo

hay

conexíónes

.rp..i'ti.r,

entre

ciertos

acontecimientos

mentales

y

de

otras

clases,'_co_

nexiones

cuya

tuerza puede

variar

de

un caso

a

otro

(citaáo

por

Krrrur

,

1970,

pá9.

G62).

No

es,

por

supuesto,

casualidad

que

los asocíacionistas

dedi-

caran

tanto tíempo a

mostrar

que

los

fenómenos que

antes

se

consideraban explicados

en virtud

de

las

facultades, poái.n

justificarse

adecuadamente

con

un

aparato

teórico

"í¿l

piri¡-

monioso.

El

asociacionismo

se

desarrolló

como

reacción

cons_

ciente

y

a menudo

explícita

a la

anterlor

tradición

de

las

facul

tades,

siendo

precisamente

el

carácter

parsimonioso

de

su

teoría

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Cuatro expliccns de estc men 53

lo que supuestamente habr(a de ser el mejor aval de su buenacondici6n cient(fica. Ya no se toleraa una proliferac6 ba

oca de estructuras mentales. A la pregunta de "cuntas sonlas facultades el asociacionista responder(a de una forma nor

 matva diciendo que si por facultad se entiende todo ecanismo pscol6gico primario -o capacidad fundamental- entoncesla respuesta es que 1tan slo hay una facultad, a saber la capacdad de forar asociaciones1

Hasta aqu( he venido nterpretando la orientac ciacionista de una manera con la que seguramente ls propos asociacionstas se mostraran conformes: la he retratado com la

propuest de una a!teativa a la psco og ( de las facu ltadesalternatva que se caracterzaba pr una importante reducci6ndel aparato te6rico que se postula a la hra de explicar lsfen6menos cognitivos No obstant en las ltimas dcadas heos asistido a una especie de nterpretaci6n revsionista delasociacionismo segn la cual su papel ha sdo s el de  reconstur que el de  susttur ls mecanismos te6ricos con s quetrabaaban ls psc6ogos de las facultades. Para comprenderesta idea es preciso exponer a grandes rasgos ls antecedentes

del problema.Como seal anterormente la teor(a cogntva contempor

nea considera evidente que el proceso psicol6gico paradigmtico es una secuencia de transformaciones de representacionesentales y que el sistema cogntivo paradgtico es aquel queleva a cabo tales transformaciones As( pues en este trabajoparto del supuesto de que si aceptamos en nuestra cienca cogn itiva el concepto de facultad en tan to que mecan ismo psico 6gico habremos de reconocer que las facultades son sisteascomputaconales de una u otra clase Ahora ben uno de lsprincipales logros de la 6gca moderna ha sido demostar quels procesos computacionales de cualquier complejidad sonreducibles a o visto desde la perspecti va contrara construibls a partir de) concatenaciones de conjutos ncre(blementereducidos de operaciones bsicas Tales constucciones puedenexpresarse mediante dversas clases de notaciones entre lascuales las ms conocidas son la teoa de la quina de Turing*

y los sistemas de producc6n. En trino uy generales loque caracteriza a todas ellas es que postuln un censo de ele

*Tg, 16 y l; ' b " q. (N de/ R.)

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La

modularidad

de

la mente

mentos

computacionales, de un

lado,

y

de operac¡ones

comb¡-

natorias, de

otro,

de tal

suerte

que

los

resultados

de la

teoría

proceden

oe

la

aplicación arbitrariamente repetida

de

éstas

sobre aquéllos.

Si se

me

permite

un

pequeño

anacronismo,

diré

que

no

es

impensable considerar

que

esta

forma de aparato légico consti-

tuye el fundamento de un

asociacionismo

refinado

y purifica-

do,

que

tiene

como

elemento

común con la orientación cogni-

tiva la

idea de unos

conjuntos

de

elementos sobre los cuales

se

aplican ciertas

operaciones

combinatorias.

Dado

que

este for-

malismo lógico

permite

la

construcción

de

s¡stemas

computa-

cionales

de

complejídad arbitaria,

este

asociacionismo

de

nuevo

cuño

podrá

tolerar

incluso

el

postulado

de

la existencia

de una

elaborada

población

de facultades.

Mientras

se

mantenga

que

el

funcionamiento

de

tales

facultades es

exhaustivamente

com-

putacional,

éstas

podrán

contemplarse como

simples

agregados

de cualesquiera

"asociaciones"

elementales

que

el teórico

se

muestre

dispuesto

a admitir.

La

percepción,

la

memoria,

el

pensamiento

y

demás facultades

serán,

pues,

consideradas

co-

nro

aspectos

cjiferenciados

de

la mente

(en

concreto,

procesos

mentales

diferenciados) sin

necesidad

de

abandonar la

premisa

básica

del

asociacionismo,

que

establece

que

la

práctica

totalí-

clad de la

vida mental

es

producto

de

un

"ensamblale"

,

es de-

cir,

de la unión

de

un

conjunto

relativamente sencillo

y

unifor-

me

de

elementos

psícológicos.

Entre

los

estudios

de

psicolog

ía

más recientes,

abundan

los

que,

de

modo más

o

menos

explícito, recomiendan

este

tipo

de reinterpretación computacional

de

la tradición

asociacionis-

ta.

El

siguiente

texto

de

AllpoRr

(1980) constituye un

caso

representativo

de

el

lo

:

En

la

antigua

psicología...

los

vínculos

entre

una

determinada

clave

eiicitadora

y

un

tipo

particuiar

de

acción

se

denominaban

"hábitos".

La

idea esencial...

era

que

las

acciones

("respuestas")

son

inducidas

o

evocadas

mediante

unas

condiciones

elicitadoras

particulares

("estí-

mulos").

Si se levanta

la

restricc ón

de

que

estos

pares

a-ó

deban

ser

acontecimientos directamente

observables,

y

en su

lugar

se

interpreta

que

los

a

y

los

á

son "estados

mentales"

específicos,

al

tiempo

que

se

proporciona

además

una

serie de

mecanismos

relativamente

sencillos

para

que

interactúen,

esta simple

concepción

asociacionista

puede

resultar

enormemente

poderosa.

Su

aplicación más

elemental

y

direc-

ta

en términos

de

procesamiento

de

la

información

puede

observarse

en los

ilamados

"Sistemas

de

Producción".

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Allpo¡rr

no

es

en

modo

alguno

el único

que

propon.e

esta

línea

de

pensamiento.

Por

citar

tan

sólo

un

famoso

ejemplo,

en

i,

éi.ii¡üásá

oOiu

llurt

and

the

Structure

of

Behavior* 11960),

Vl,fr.*,

bo.o*rr*

y

PRTBRAM

proponen explícitamente el

lla-

ruJo

';rlisposit¡vo

iolE"

con

objeto

de

reemplazar

el

reflejo

como

elemento

básico

a

partir del

cual

se

construyen

las.es-

i*.auras

psicofOgicás

complejas.

lo

que

supone

una

aceptación

,¡rili.i"as

(o

raii.es)

r.hifíestas

del

programa

constructivista'

No

obstante,

áste

maridaje

de

conceptos

del

asociacionismo

con

conceptos

,Je

la

matemática

de

la

computación

parece

t**at

tu.ho

de

un

Casamiento

a

la

fuerza'

Partiendo

de

una

;;i"l*ñ¿tación

computacional,

es

.dif

ícil

aceptar

tanto.

los

.;;;t;;isos

teóricos

del

asociacionismo,

como

las

considera-

ciones

que

proporcionan

plausibilidad

a dichos

compromisos.

Por

una

prriu,

la

asociación

se contemplaba

en

la

literatura

tradicional

como'

una

relación

mecánica

entre

contenidos

men-

tales

y

no

como

Llna

relación

cornputacional

definida

sobre

;;i.;

.ont.nidos.

Hun¡r

habla

de

un

tipo

de.asociaciones

entre

ldeas

basado

en

el

modelo

de

atracción

gravitatoria

entre

obje-

i;;-ifi¡cos;

Srrru*en

habla

de

los

estímulos

como

entidades

elicitadoras de

las

respuestas

condicionadas

a

ellos' Ahora bien'

es

fundamentai

.o.pt.nder

que

este

tradicional

tira

y

afloja

dialéctico

en

el

asoci'acionismo

no

es

simplemente

una

metáfo-

ra

irref

lexiva.

Muy

al

contrario,

es

consecuencia

directa

del

rechazo,

por

parté

cJe

los

asociacionistas,

de

la

arquitectura

.á"irf

y,'.n

definitiva,

de

los

mecanismos

psicológicos

encar-

gados

de

procera, conirnidos

mentales.

En

la

misma

base

del

asociacionismo

i.

r,uilu

ra

idea

de

que

se

puede

prescindir

de

iales

mecanismos

en

beneficio

de

unas

relaciones intrínsecas

y

áin¿micas

(de

atracción,

repulsión,

asimilación'

etc')

entre

los

propior

elementos

psicológicos.

Esta

es una

idea

brillante,

a

su

manera,

aunq6

i¡n

muchó

futuro

(sin

duda

alguna.de.termina-

;;ñ¡.ior

¿i¡iárde

la

dinámica

newtoniana

en

f

ísica),

que

ha

.ónuátt¡Oo

al

asociacionisnro

en

una

doctrina

radicalmente

diferente,

en

su

espíritu,cje

la

concepción

de

la

mente

que

pre-

ion

¡zan

los

psicólogos

computacionales'

--

p;;

eiemblo,

si

ie

piensa

que

las

representaciones

mentales

asociadás se

haílan

relácionadas

de

argún

modo

mediante

reglas

én

irgrr

de

atracciones

mutuas,

se

necesitarán

mecanismos

que

apliquen

esas

reglas

y

lugare.s.

donde

almacenarlas

mientras

no

iJ

uiiri.un

(ci.

Áirro*r-,

,,una

serie

de

mecanismos

relativa-

*unta

sencillos

para

que interactúQfr",

que

quepan

en

una

()uatro

explicaciones

de

la estructura

mentai

--ft",lr,*loil

csp¿¡i'ir¡ia

Pluttcs

¡'eslttttttrru

rjc

la toncfttcÍo,

Marlrid'

LJtlbat"r

rgg:.

r,ry.

del

T.)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La modularídad

de

la mente

mano,

podría

añadirse).

lncluso

las

máquinas

de Turing exhi-

ben

una

m

ínima arquitectura

consistente

en una cinta,

un

dis-

positivo

ejecutivo

y

otro de lectura;

cualquier

candidato

remo-

tamente

plausible

a

modelo computacional

de

procesos

cogniti-

vos

necesitará,

con

seguridad,

tener

acceso

a

un

aparato

mucho

más

complejo

del

que

les

basta

a

las

máquinas

de

Turing

para

funcionar.

Sin

embargo,

esta

"arquitectura

funciona¡"

(como

a veces se

la

denomina;

véase

PvlvsHvru

,

1980)

es

precisamente

el tipo

de

estructura

mental

no reducída

de la

que

los

asocia-

cionistas están

deseosos

de

prescindir.

La moraleja

es,

pues,

la

siguiente: al

renunciar

a

la

idea

de relaciones

dinámicas entre

elementos psicológicos

en

favor de

la

concepción

computacio-

nal, lo

que

se consigue

es

prescindir

de

gran parte

de

lo

que

dis-

tíngue

la

concepción de

Huue de

la mente

de

la

de

Knrur,

por

ejem

p

lo.

Las

dudas

en

torno

al

asociacionismo

computacional

no

se

limitan,

sin embargo, en modo

alguno a

las

sospechas de su

fal-

ta

de

autent¡cidad histórica.

También

aparecen

cuestiones

de

mayor

envergadura cuando uno

se

pregunta

el

porqué

de

ese

interés

por

describir

las

facultades

como

producto

de

un

"en-

samblaje"

de

objetos

psicológicos elementales,

incluso

asu-

miendo

que

se

ciispone

del aparato

lógico

necesario

para

llevar

a

cabo

esa

construcción.

Una

respuesta

que,

naturalmente,

no

satisface

es

la

que

afir-

ma

que

al considerar

las

facultades

como constructos

se

incre-

menta

el

poder

computacional

existente.

Por

el contrario, se

dice,

por

def inición,

que

a

partir

de

las

capacidades de

entrada

y

salida

(input-output)*

de un

sistema

cognitivo

no

puede

sa-

berse

si

se

trata

de una parte elemental

de

la

arquitectura

men-

tal

o de algo

que procede

de

la

reunión

de

fragmentos

más

pequeños.

Los

sistemas

computacionalmente

equ

ivalentes

(esto

es,

equivalentes

en

sus

capacidades

de

entrada

y

salida)

pueden

ser construidos,

en

principio,

de cualquiera

de

esas formas,

y

desde

el

punto

de vista

de

un

mecanismo externo

que

se

comu-

nica

con

ellos,

tanto

unos

como otros

aparecen

como

una

mis-

ma

clase

de

máquinas.

(Podría

distinguirse

entre

ellos

por

el

hecho

de

que uno

vibre

al

agitarlo

y

el

otro

no,

pero de

ocurrir

esto,

las vibraciones

no

contarían

como

parte

del

producto).

-Enr

*cesivo,

el

vocablo

"inpul"

se traducirá

como

"entrada"

y

el

vocablo

'butput"

bien

corno

"salida",

cuando

haga

referencia

a un

proceso

cornputacional,

o

bien corno

"producto",

cuando

se

ref

iera

al resultadodedicho

proceso.

(N.

de I

T.)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Cuatro

explicaciones

de

la

estructura

mental

Por otro

lado,

aquellas

relaciones

de semeianza entre

siste-

mas cognitivos

que

sean mucho

más

acusadas

que

la

mera

ebui-

valencia

de

entrada/salida

podrían, en principio,

definirse

sin

necesidad

de

analizar

el

problema

de

si

los

s¡stemas en

cuestión

deben considerarse

como

producto

de

un

ensamblaje.

Cuando

los

teóricos

de

la computación

se

ponen

a examinar

los

siste-

mas computacionales

sin

tomar

en consideración la

diferencia

entre

los

procesadores

ensamblados

y

los

primarios,

suelen

hacer referencia

a

ciertas

identidades

de arquitectura

virtual.

En

términos

generales,

la

arquitectura

virtual de

una

máquina

se

determina

estableciendo

qué

conjuntos de

instrucciones

pueden erigirse

en

programas

de

la misma.

AsÍ, por

ejemplo,

podrían

darse

dos

mecanismos

que

fuera

posíble

programar

para

efectuar cálculos

matemdticos

sencillos

y

que

adernás

fue-

ran

idénticos en

su

arquitectura

virtual

debido a

que

ambos

ejecutaran

instrucciones del

tipo

"añádase

m a n".

No

obstan-

te,

es

posible

que

la

relación de

la

arquitectura

virtual

de

estas

máquinas

con

su organización

computacional

más

elemental

-y,

en

último

término,

con

su

organización

f

ísica-

sea

muy

diferente;

asÍ,

por ejemplo,

la adición de

números enteros po-

dría

ser,

para

una

de

ellas,

una

operación

sencilla

y

primaria

(efectuada quizá

tomando

ciertas

medidas

de

los

voltajes

de

un

circuito),

mientras

que

para

la

otra

podría

requerir

una

secuencia

de computaciones

intermedias

(como

sucederÍa

si

las

opera-

ciones

de

una

calculadora

de bolsillo

tuvieran

que

sersimuladas

por

una

máquina de

Turing.

Por

consiguiente,

para

la segun-

da

máquina

la

adición

es una

operación

ensamblada

(y,

en

consecuencia,

las

órdenes

de

añadir

números

enteros

habrán

de ser "compiladas"

en

secuencías

apropiadas

de

operaciones

elementales

antes

de

que puedan

ser

ejecutadas).

De

todos mo-

dos, las

dos

máquinas

podrán

seguir

siendo idénticas

(no

sólo

en

sus funciones

de

entrada

y

salida,

sino

también)

en

el

con-

junto

de

programas

que

sean

capaces de

ejecutar. De ahí

la

posibilidad

de

una

idéntica

arquitectura

virtual

entre

máquinas

en

un

caso

"compactas"

y

en

otro

ensambladas. Más

o menos

en este

sentido,

un

psicólogo

tradicional de las

facultades

y

un

asociacionista

pueden

mostrarse de acuerdo

en

cuanto

a

la

arquitectura

virtual

de

las

capacidades

cognitivas

y

discrepar

en

la

cuestión

de

si los

mecanismos

psicológicos

que

median

en

estas

capacidades

deben

interpretarse

como

constructos,

Para

concluir

esta digresión,

cabe

preguntarse

por

qué

razón

ha

de

interesarse

el

psicólogo por

todo

aquello

que

sea

ajeno

a

51

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58 La modulri e l nt

la arquecura vrul, y en prcua qu impac pueeener el que las cudes sea o o esbas. A m parecer lo que para uchos psc6ogos resu s persusvo

-por no ecir vicue e a arqutecur consrucsson s poses oogecs que parecer orece Concreee s es cero que ls esrucuras men aes se oan prr e eleeos prmros quz puea osrrse que secasos e  rendzj so os responsbes e su cosrucc Aqu se fes con oa cla el puo ecoverec ere los ovos que epca prci elsocconso csco y os que subyce a a opc e su

oern versn copuconl: a s ocrs n escubero e os ass cosrucvisas e s esrucurs enaes proesa e un eor1a eprs (eo s, o iasa}e esarrolo cogno

S embago es espera o es en op coprbeene jusca e os cass Y se vso que ossoccoss compuacioes ene la pos e escr e ceras cosrccones prevmene cepas sobres clases e esrucuras enales que e occoso puee

mr; en prncpo cualquier ecso copucioapuee consrurse co e pro e que sponen E cbosegn ca sosener e eprsmo cracersco e soconiso clsco so po resulr reoa plasble mnene la ecesa e u mnma soluo e rquecur vru

l speco bsico e a ocra e a asocc6 er orescoao su oer e u mecniso que expcb s re

ciones e cocurreca ere acoecmeo mntles quereearn las corresponens recones ere ucesos mb-tes. La crcesc e eereci que se conserms sesile a la orc6 e asccoes er por cosiguie la ecuec reva e s coges espacoemporaesenre esmulos s Ieas se soc e vru e a promespcoempor er os obeos eas represeos; asrespuess se conco n vr e a prom espacioeporal ere esulos scrnavos y reoraores; s

sucesvee) n consecuenc os proucos cracer scose l soccin so cens e es o mutts ms,caenas de respuesas que so s enaes pscolgcs quecorrespone ls caenas cuses e sucesos mbienaesPra o eeeros ms en ese puo a sociacn er un

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Cuatro expliciones de es mn

mecansmo destinado a producr redudacias secuecaes ela mete (o en la conducta) que uera reejo de as redua-

cias secuencales que acotec (an e el mundo. Est concepc6de as estructuras metales, y de as estcutras ambientalesque se cosdera origen de las mismas, es si duda descorazonadoramete smpe; pero a menos resulta posble concebireste proceso de ostruccin de cadenas asociatvas a partirde vnculos ms elementaes bao a ieca de determinadas regulardades ambientales de as que os organsmos soneectivamente testigos en el curso de su experiecia E estesetdo as teoras otogenticas de asociacionismo csico

cocuerda co sus epcaciones de la estructura e la competecia cogntva madura

Por el cotraro o que el asocaconsta computacioaorece e a posibilidad de uas estructuras metaes de compeidad arbitaria Con elo obtene certa gaatfa de que etpo de asociacoismo que prpugna nunca e obigar a aceptar ua concepci6 ecesivamente empobrecda de orgaizacn metal eo para elo debe paar u precio cosstente ena prdda de conanza e las eplcacoes de asocacosmo

tradicional sobre a otogess Senclamete o ha motivoaguno para creer que a ontognesis de tipo ms eaborado deorganiac6 psicogica ue contempa e asociacioismo computaciona se pueda eplcar apelando a principios de aprendzae que srvan para o mismo que los prcipios del aprendzae asocativo a saber, crear copias metales de as redundancas ambentaes particular a constructibilidad por prnp !6gico, de procesos arbtraramete compejos a partr de otros ms eementaes o mpca squiera  en su n

que tales procsos sean construibes en la ntness mediantea actuaci6 e u mecaismo de apredizae de tipo de osque propoe os asocacionistas Esta es ua cesti6n que sospeco que muchos psc1ogos contemporeos o tiene eabsouto clara

n resumen a medda que e cocepto operatvo de estructura meta se va enrqueciedo resuta cada vez ms dci Iconcebr que se pueda identiicar la otogesis de dicha estructura co e registro de regularidades ambientaes De ah que e argumeto prcipal de a recee teoa cartesiana secentre en una reiterada insstecia e la "pobreza el est muoesto es, a idea de que o parece haber suicente ormac6ambental para dar cueta de la arqutectura ucoa que se

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La

modularidad

de

la

mente

cons¡dera

que

posee

la

mente

hunlana.

Sin duda

se

puede

cons_

truir

un

procesador

lingüístico,

un

mecanismo

oe

iectáác¡-

miento

de

imágenes

visuales

o

un

"'sistema

Geneal

de

solución

de

Problemas"

(General

problem

Solver)a

part¡r

de

la

clase

de

elementos

psicológicos

que

los

asociacionistas

computacionales

postulan;

esto

se

deduce

simplemente

del

supuestb

de

que

los

procesadores

y

los

mecanismos

de

reconocimiento

de ímáge-

nes,

entre

otros,

son

especies

de

computadoras.

Lo

que

no

se

puede

deducir

es

que

existe

una forma

de

construir

táles

siste-

mas

a

partir

de

la

información

que

nos

brinda

la

experiencia.

sin

emba.rgo,

esta

consideración

iocava

la

prir,.¡pál-nítiiuác¡on

de que

disponemos para

pensar

que

las

éstructuras

mentales

son

inicialmente

ensambladas

-a

saber,

que

lo primero

se

mues-

tra

como

producto

de

un

ennmblaje

puede

considerarse

tam-

bién

después

como

producto

de

un

aprendizaje,

por

supuesto,

un

aprendizaje

por

asociación.

En

pocas

palábras,

la'difereÁcia

esencial

entre

el

asociacionismo

clásico

y

el

computacional

es

sencillamente

que

este

último

brilla

poi

su

ausencia

en

cual_

quier

teoría

del

aprendizaje.

{De

nuevo

nos

encontramos

ante

un

buen

cúmulo

de iron

ías

enjundiosas,

ya

que,

al

fin

y

al

cabo,

la

razón

de

ser,

históricamente hablando,

dbl

asoc¡a'c¡o-

nismo

fue

en

gran

medida

aumentar

la

credibil¡d;d

del

empiris-

mo,

y para

ello,

lo

que

debía

hacer

era

ofrecer

una

teoría

del

aprendizaje

capaz

de

mostrar

cómo

pod

ía

explicarse

la

estructu-

ra

mental

sin

recurrir

a

postulados

innatistas.

En

la mitología

grlega

había

uq

personaje

que

estaba

tan

hambriento qu.

rér-

por

devorarse

a sí

mismo;

el

asociacionismo

moderno pare_

ce

haber

corrido

la misma

suerte.)

.

Dado que

mi

actual.propósito

es

fundamentalmente

exposi-

tivo,

no

voy

a

proseguir

con

esta

rínea

de

argumentación,'euc,

por_otra

parte,

ya

es suficientemente

conocida

gracias

a la

obra

de

csorvrsrv.

Por

el

momento,

bastará

con

señaÉr

que

,¡ániras

el

constructivismo

propio

de

los

asociacionistas

computaciona-

les

siga

inspirándose

sobre

todo

en

un

sesgo

ambient'at¡sia,áita

orientación

no

pasará

de

ser

un

intento

faJlido

de

reconciliarla

psicología

de

las

facultades

con

el

empirismo.

por

otra

parte,

los

innatistas

de

más reciente

cuño contemplan

el

.onrirr.i¡

vismo.en psicología con

grave recelo;

si

la

aiquitectura

mental

se

halla

especificada

de

modo

innato

y

si

la

ontogénesis

de las

funciones

cognitivas

se

entiende

princípalmente

como

el

deve_

nir

de

un

programa

genético,

zpor

qué'hay

que

esperar

que

las

estructuras

mentales

sean

producto

de

un

ensambiaje?

La

idea

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Cuatro

explicaciones

de

la

estructura

mental

de

que

estas

estructuras

son compactas

-esto

es,

de

que

la

tex-

tura

de

su

arquitectura

f ísica es

análoga

a

la

de

su

arqu¡tectura

virtual-

parece ser,

cuando menos, igualmente plausible.

Lo

expuesto

en

el

último

párrafo

deja

entrever

la cercana

presencia

de

especulaciones

neurológicas. Contemplado

desde

'fuera,

no

puede

saberse

si

un

s¡stema

computacional

es

ensam-

blado

o

pr¡mario,

lo cual,

en cambio,

puede

determinarse

si

lo

examinamos

desde

dentro.

La concepción

de

las

facultades

como

entidades

ensambladas

concuerda,

al

menos

inicialmen-

te,

con

una

concepc¡ón

difusa

y

equipotencial

de las corres-

pondientes bases

neurológicas;

las enseñanzas

del

ambiente

bueden

ocas¡onar

alteraciones

locales

en

la

conectividad (por

ejemplo),

pero

sería

inconcebible

que pudieran

determinar

la

arquitectura

y

la

especificidad

neurales

a

gran

escala.

Por el

contrar¡o,

al

ser

el

psicólogo

tradicional

de

las

facultades

pro-

fundamente

innatista,

tenderá

a

predecir

que

el

cerebro

se

halla

organizado

en

estructuradas

neurales

de

gran

tamaño,

inclusive

macroscópicas.

Al

menos

en

este

aspecto,

la

tradición

a

la

que pertenece

Gau

incluye

también

aWenrulcKE

y

a

Bnocn

(véase

Capu¡ru,

1981

).

Estas

ref

lexiones

tienen,

indudablemente,

un

carácter

gene-

ral;

dependen

más

de afinidades

electivas

que

de

argumentos

demostrativos.

Así,

puede

ser

que

el constructivista

se

muestre

más

interesado

en

los

formalismos

que posean

el

poder

expre-

sivo

propio

de

las

computadoras

universales,

aunque

dudo

que

haya

alguien

que

crea

realmente

que

el

cerebro

se

parece

mu-

cho

a

una

máquina

de

Turing.

Tampoco

es

prec¡so

que

las

correspondencias

entre

la

arquitectura

virtual

y

la

estructura

f

ísica

tengan

que

establecerse

de la

misma manera

para

cada

facultad;

es

perfectamente

posible que

opéraciones

que

son

primarias

en

un

proceso

cognitivo

sean

ensambladas

en

otro.

iin

este

aspecto,

los

sistemas

computacionales

especificados

de

modo

innato

podrían,

en

buena

lógica,

ensamblarse

a

partir

de

operaciones

elementales,

y

el

aprendizaje

podría, también en

buena

lógica,

manifestarse

en

una

morfología

neural elaborada

y

específica.

Todo

lo

que

se

puede

decir

por.ahora

esque

n¡n-

éuná

de

estas

posibilidades

parece

muy

probable

en la realidad.

Él

rsrnto

queda,

pues,

planteado

en

los siguientes

términos:

el

motivo

habitual

por

et

que

se

insiste

en

la

distinción

entre

arquitectura

virtual

y

arquitectura

f

ísica

es

el

de

presentar

la

organización

actual

de

la

mente

como

una

de

las

diferentes

poi¡U¡lidades

que

hubieran

podido

verificarse

el

ambiente

51

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 61/197

La

modularrdad

de

la

menre

hubiera

dispuesto

un

modo

alternativo

de

organizar

los

ele-

mentos

computacionales.

Y

una

manera

natural

de

entender

la

cornposición

neural

es

describirla

como

el

producto

de

un

em-

paquetamiento

de

capacidacjes

computacionales prlmarias muy

potentes

en

operaciones

no

analizadas.

A estas

alturas

parece

llegado

el

momento

de

hacer

un

bre-

ve

resumen

de

lo expuesto y

un

esbozo

del

programa

que

des-

arrollaré

en

adelante.

Resumen:

Hasta

ahora

se

han

apuntado

una

serie

de interro-

gantes

que

cabe

plantear

acerca

de todo

sistema

cognítivo,

con

vistas

a

localizarlo en

el

contexto de

una

taxonomÍa

general

de sistemas

de

esa

naturaleza.

En

particular:

1.

r

Es

específico

para

cada

dominio

o

sus

operaciones

afec-

tan

a

diferentes

dominios

de

conteniclos?

Aquí

se

plan-

tea

la controversia

entre

la

organización

cognitiva

veitical

_

y

la

horizontal,

es

decir,

entre

Gnr_l

y

plnrrorv.

2.

ise

halla

el

sistema

computacional

especificado

de

mo-

do

innato

o

su

estructura

se

constituye en

virtud

de

un

proceso de

aprendizaje?

3.

¿Se

halla

el

sistema

computacional

"ensamblado,,

(es

decir,

es

producto

de

la

unión

de

un

repertorio

de sJb-

procesos

más elementales)

o

su

arquitectura

vírtual

se

proyecta

de forma

más

o

menos

directa

sobre

su

soporte

neural?

4.

ise

trata

de

un sistema

compacto

(esto

es, asociado

a

sistemas

neurafes

específicos,

localizados

y

estructura-

dos

de

manera elaborada)

o

es

ejecutado mediante

me-

canismos

neurales

relativamente

equipotenciales?

5.

Z

Es

computacionalmente

autónomo

(en

el sentido

de

Gnll)

o

comparte

recursos

horizontales

(de

memoria,

atención

u

otras facultades)

con

otros sistemas

cogni_

ti

vos

?

Programa:

A continuación

me

propongo

utilizar

este

apara-

to

taxonómico

para

presentar

el

conceptó

de

módulo

cogniti-

vo,

pero

antes

voy

a hacer

dos

puntualizaciones

preliminares.

Primero,

los

cinco

i.nterrogantes

planteados

pueden

responder-

se

en

términos

de "más

o

menos'".

por

tantó,

cabe

arp'urul.

-o

l

menos

sería

deseable

que

así

fuera-

que

el

concepto

de

mo-

dularidad

sea

una

cuestión

de

grado,

y

el

que

voy

a

proponer

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Cuatr expliccions d er me 63

efectivamente lo es. Para que un sistema ognitivo se puedaonera moular tiene que erlo "en un rao inati' oSeundo, no e en ento etrto, mi ometo einir mispropio trmno No reo que lo trmino terio tenan,or lo general enione (y para el ao tampoo reo quelos no te6rios la tengan) De ualquier modo el aparato taxonmo que aabo e esbozar et nompleto; lo que onieo tal vez el apeto m mportante e la moulara -queenominar enapulamiento inormatvo no ha apareidoan en la expoin As( pue, en luar e einir e onepto moular, voy a optar pr aoiarlo a un ierto patrn derepueta a lo ino interroante anterormente rmulaoEn eneral, lo itema onto moulare on epeoe ominio ijao e moo innato, ompato autnomo yo enamblao Dado que lo itemas modulare son meanimo omptaonales privatvo e un etermnado omnio,on aimimo una espee e aultae ertale

Epero emotrar que la non e moularidad as( denda suiiente jueo Lo que reta e ete trabajo etar deda

o a earrollarlo En primer luar prourar lariar el onepto de moularad a bae e enrqueer la taxonom (a. Elobjetivo onte en proponer un n mero mayor e propeae omune a lo itema moulare e las que aabo e menionar y tambn en intentar eubrr lo que ubyae a lataxonom a e eir, ul es la razn e er e lo itemasmoulare? or qu razn enen a oiniir toa juntaetas propiedae? En euno lugar me propono matzarms explitamnte la extenn e! onepto proponiendo

un hptei aera e qu itema onito on en onreto, oulare Eta euna I nea e inagan ervir paraetaleer la etrutura prinpal e la expoin, en tan toque la prmera ir eninoe aa vez que urja la oportunad e etetar poile propiedae Al nal habr ormulad la iuiente propueta:

El onunto e proeaore a lo que e aplque e modo m onvinente la onepn de la moularia e oextensivo on un onj unto unonalmente ein ile e loitema on itvo

) xiten motiv (m o menos a prio) para reer queaquello itema ognitivo que no pertenezan a ee ubonjunto unionalmente einido pueen er no modulare en

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64 La modularidad de la mente

aspectos importantes (por ejemplo, peden hallarse mediadospor facltades horizontales); y por ultio,

) Har algnas decepcionadas observaciones en el sentido

qe sige: anqe entre los procesos presntamente no mod-lares se hallan algnos de los qe ms nos interesan por ejemplo, el pensamiento y la fijaci6n de las creencias), nestra ciencia cognitiva no ha avanzado gran cosa en el estdio de estosprocesos lo cal pede deberse precisamente a s carcter nomodlar. Es posible qe, desde la perspectiva de a estrategiapracticable de investigaci6n, ls sistemas cognitivs modlaressean ls icos qe pedan llegar a comprenderse En ese caso,

todo argmento convincente a favor de la natraleza no modlar de n sistema habr de ser acogido con inddable pesimismo

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SEGUNDA PARTE

TAXONOMIA FUNCIONAL DE LOSMECANSMOS COGNTIVOS

Mi postura es que ls candidatos que actualmente debenonsiderarse con mayor propiedad com sistemas cogn itivosmodulares tienen en comn la peculiaridad de desempearierto papel funcional en la vida mental de ls organismos. Ensta secci6n, las eflexiones van a girar en su mayoa en tornoa la identificaci6n de dicho papel funcional Como tantas vecesocurre en el ejercicio de la ciencia cognitiva, una forma prove-hosa de caracterizar las funciones de ls sistemas psicol6gicoss estableer una analog(a con la organizaci6n de mquinasopuadoras idealizadas As( pues, comenar pr hacer una

reve digresi6n hacia el terreno de las computadorasCuando ls fi 16sofos de la mente se ponen a discurrir sobreas computadoras, suelen tomar com modelo las mquinas deTuring Esto es comprensible ya que si existe alguna analog(anteresante entre las mentes y las computadorasn cuanto tales,sta debea poder expresarse com analog(a entre las mentes ylas mquinas de uring Esto se debe a que una mquina deuring es, en cierto modo, tan general com lo pueda ser cual-quier otra clase de computadora Dicho en trminos ms preci-

sos: si la ente es, en esencia, un mecanismo manipulador desmbolos, com muchos suponemos hoy d (a, ser(a til considerar la ente a la luz del modelo de la mquina de uring,puesto que este aparato es nuevamente "en cierto modo} taneneral com cualquier mecanismo manipulador de smbolos

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66 La modularidad de a nt

No obstante disponemos de sufcientes pruebas de que lasmqunas de Turng son tambin mecansmos muy sencillos.

Para describir exhaustivamente su arqutectura funconal bastacitar un reducido nmero de subsistemas en nteracc6n (cintarastreador impresor y e jecutvo) y un breve inventaro de operacones mecncas (parar avanzar, moer la cnta, leer la cinta cambiar de estado, mprimir) or otra parte -y con ellollegamos al punto que aora nteresa las mquinas de Tungson sistemas computaconales cerrados; los nicos determnantes de sus computaciones son el estado de la mquna en cadamomento la configuracin de la cinta y el programa. El resto

del mundo mporta bien poco de cara a la naturaleza de suactuac6n Por el contrario, es evdente que los organismos seallan en un constante ntercambo de nformac6n on suentorno y buena parte de su estructura psco16gica est consttuida por mecanismos que desempean un papel medador eese ntercambio. As( pues si tomamos las mquinas de Turingcomo mdels en psi co lg a cgnitva abrems de consderarls insertos en una matriz de sistemas subsidiaris que afectan a su actvidad computacinal acindols sensbes al flujo

de acontecimientos del entorno La funci6n de estos sistemassubsidiaris es proprcinar a la mquna central informaci6nacerca del mundo, expresada en forma de s mblos mentalesque adptan ls formats que ls process cgntvs requierende aquellas reresentacones sbre las que se apliquen

Es precis acer incapi en que la cnstricci6n que afectaa s sstemas subsdiars en matera de formats es de vitaimportanca Es perfectamente raznable cnsiderar que toomecanismo cuys estados vaan en consonancia con los del

ambiente sirve para registrar informaci6n acerca del mundo; ysi se satfacen ciertas condciones adcionales los productsde dicos sistemas podrn razonablemente defnirse como re-presenaciones de ls estados del am biente con ls cales covaran (vase DRETSK, 1981; TAMP, 1977 FR ) En cambio si ls procesadres son sistemas comutacionales, su accesoa dica informaci6n se verificar exclusivamente en virtud dela forma de las representaciones en las que est expresada osprocess cmputacnales son  sintcticos pr defnici6n por

cnsguiente td mecanism que faclite informac6n a talesprocesos ser respnsable tant de su format cmo de su calidad. Si, pr ejempl supnems que ese mecansm es elencargado de escribr en la cinta de la mquina de Turing, a

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Taxonom(a funcional de los mecansmos cognitivos 67

bra  que exigirle que lo hg en un lenguaje que la mquina

 pueda entender (ms concretmente, en quel en el que 1·'a quin eect sus c6putos). Expresndo esto iso en trinos de prienci s psico6gic si suponeos que los ecnsos perceptivos son nalogos los que cbos de citrestremos deendiendo que lo que la pecepc6n est destinada a hacer es re p resentar el muno de modo que ste sea accesiblel penmiento. L ondicin sobre l vlidez del orto estblce nsisto un vez s que no tod representci6n del undo sirve igulente pr este in

Me gustr f hber encontrdo un expresin as decudpr denoinr los "sises subsidirios que dsepenest unci6n He qu lguns posibiliddes que priero tuveen cuent y luego -con diversos grdos de reticenci- cbpor rechzr:

Sistes perceptivos ser l expresin as evidente sino uer porque coo vereos en seguid l percepcin no esel ico mecniso psico16gico que cuple el coetido depresentr el undo l pensiento Por ello se precis otro vocblo suicienteente plio que pued incorporr todosellos or otr prte coo tbin vereos en breve hy rzones de peso pr no considerr estos sistes subsidirioscomo responsbles de l ijcin de ls creencis En contrstecon ello l percepcin es un ecniso de ijcin de creencispor excelenci l consecuenci norl de tod trnscci6nperceptiv es l dquisicin de un creenci perceptiv (ese reconocer est slvedd seguir reirindoe con recuenci los sistes subsidiris coo ecnisos de nlisis perceptiv En l yor p rte e los csos esto no supone perjuiciolguno y en cbio sipliic notbleente l exposicin)

A veces he pensdo llr estos sistes subsidiris1copildores1 

, con objeto d resltr que sus productosconstn de representciones que son ccesibles procesos coputcionles reltivente centrles Sin ebrgo est nerde crcterizr el proble tbin tre consigo ciertos inconvenientes Los utnticos copildores son unciones de progrs plicds sobre progrs en tnto que los progrsson (proxidente) secuencis de instrucciones No obs

tnte no ucho de lo que l percepci6n pone l !cnce delpensiento puede considerre veros ilente coo unprogr De hecho, el ntento de introducir l uerz linormcin perceptiv en este olde es, en prte lo que h

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La modularidad de la mente

engendrado

la semánt¡ca

proced¡mental,

la

identificación

de

categorías

perceptivas

con

esquemas

de acción

y

otras

aberra-

ciones

teóricas

por el

estilo

(para

un

estudio

más

extenso,

véase

Fooon

,

198la, cap ítulo

8).

-También

podríamos

¡ntentar

denominarlos

"transducto-

res",

salvo

por

el hecho

de

que,

por

lo menos

si

nos

atenemos

a

una

de

sus

acepciones

(véase

Lowrrusrerru,

1960),

los

transduc-

tores

se

definen

como

sisternas

analógicos

gue

convierten

la

estimulación

proximal

en

señales

neurales

que

covarían con

ella de forma

más

o

menos

precisa.

Por

consiguiente,

los meca-

nismos

de

transducción

se

ponen

en

contrasfe

con

los

mecanis-

mos

computac¡onales: mientras que

éstos realizan

transforma-

ciones

bastante

complicadas

semejantesa

inferencias,

de

aquéllos

se

considera

-al

menos

de

modo

ideal-

que

preservan

el con-

tenido

informativo

de

sus entradas, alterando tan

sólo

el for-

mato

en

que

se

presenta

la

información.

No

obstante,

como

ya

se

verá más adelante,

las representaciones

que

tienen lugar

en

la

"'interfaz'"*

entre

(lo

que

vengo

denominando) sistemas

"subsidiarios"

y

"centrales'n

presentan

niveles de codificación

que

se

hallan relacionados

de

manera

bastante

abstracta

con

las

características de

la

estimulación proximal.

Pvr-vsHyru

y

yo

(1981)

hemos

denominado

a

estos sistemas

subsidiarios

"transductores

compilados":

"Compilados"

para

indicar

que

presentan

una

estructura computacional

interna,

y

"transductores"

para

subrayar

que

exhiben

cierto

tipo

de

encapsulamiento

informativo

que

desempeñará

un

papel pri-

mordial

en

el

estud¡o

que

sigue.

Estimo

que

el

uso

que

hemos

dado a estos

términos

es

correcto a

la vista

de la

justificación

of

recida,

aunque

hay

que

admitir

que

no

t¡ene mucho

que

ver

con

el sent¡do convencional de los mismos,

y,

en

consecuencia,

puede provocar

tantas

confusiones

como

aclaraciones

propor-

ciona.

Tal

vez no

sea

tan

extraño

que

la

teoría de las

computadoras

no

ofrezca un

lenguaje suficientemente adecuado a los

objeti-

vos

que

estoy

planteando.

Las

computadoras

suelen

relacionar-

se

con

el

entorno

a través

de un

ser humano

(esto

es

precisa-

mente lo

que

hace

que

sean

computadoras en lugar

de

robots).

-%terfAce"

en el

original.

Este

término

se

utiliza

habitualmente

en

la

ciencia

de

la

computación

para

designar el

ámbito

de contacto entredos o

mássistemas, o

el

punto

en

que

tiene

lugar la

interacción entre

los

mismos.

Se

trata,

pues.

de una

metáfora computacional

(N.

del T.)

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Taxonom (a funcional de os mecanismos cognitvos 69

El sujeto programador es, pues quien desempea la funci6 de

los sistemas computacionales subsidiarios que he intentadodescribir a base de proporcionar a la quina informacinacerca del mundo de forma que pueda uti lizarla. Por sorpren-dente que pueda parecer esto supone una enorme molestiaDado que el ingenio me ha abandonado por completo he opta-do por denominar a estos sistemas de varias formas a saber"sistemas de entrada analizadores de entradas sensorialeso en ocasones "sistemas de interfaz. sta terminolog(a per-mite al menos reflear que operan en las fases relativamente

iniciales del procesamiento. No obstante confo que el lectortenga bien presente que seg el uso que doy a ests trminoslos sisteas de entrada son mecanismos posteriors a la trans-ducci6n Por lo des las diferencias entre las tres expresionesapuntadas obedecen meramente a razones de estilo

As pues disponemos de una taxonom (a funcional de losprocesos psicol6gicos integrada por tres categoras: los transductores lo sistemas de entrada y los procesadores centralesen la que el flujo de informaci6n de entrada se hace accesible

a cada uno de estos mecanismos en el miso orden en queaparecen citados. Se parte del supuesto de que estas categorasson excluyentes aunque no agotan naturalente las clases demecanismos psicol6gicos que una teoa de los procesos cognitivos puede razonablemente postular. Al no ser exhaustiva estatriple dvisin queda abierta la posibilidad de que existan sistemas modulares que no se hallen al servicio de ninguna de estasfunciones. ntre los candidatos que ms claramente podranertenecer a este ltimo grupo se encuentran los sistemas que

tienen por obeto la integracin motora de conductas comolas del habla y la locomocin. Me agradaa comprobar que losargumentos que expondr en favor del carcter modular delos sistemas de entrada demostraran ser vlidos tambn para lossistemas motores aunque no voy a examinar esa posibilidad eneste trabajo.

Los sistemas de entrada operan con el fin de suministrarinformaci6n a los procesadores centrales; en concreto sirvende ediadores entre los roductos de los transductores y los me-

canismos cognitivos centrales efectuando la codificacin de lasrepresentaciones entales que constituyen el mbito de opera-ci6n de tales mecanismos centrales. No obstante esto no quie-re decir que los sistemas de entrada traduzcan las representaciones que proporcionan los transductores a representaciones

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La modularidad

de la

mente

expresadas

en

un

código

de naturaleza central.

Antes

bien, la

traducción

preserva

el

contenido informativo,

en tanto

que,

como

señalé

anteriormente,

las

computaciones

que

los

sistemas

de

entrada

efectúan

no

lo

hacen

en

modo

alguno.

Mientras

que

los

productos

de

la transducción

suelen

interpretarse

de

forma

natural como

mensajes

que

especifican

la

distribución

de

la

estimulación

tal

y

como

ésta

incide

en

la

"superficie'" del

orga-

nismo

(por

así

decir), los

s¡stemas

de entrada derivan

represen-

taciones

que

suelen

interpretarse,

también

de

forma

natural,

como

mensajes

que

caracterizan

la

organización

de

los obietos

en

la

realidad.

Los

analizadores

de

entrada son,

por

consiguien-

te,

sistemas de

inferencia,

dentro

de

las

limitaciones

que

esta

metáfora

lleva

implícitas.

Concretamente,

las

inferencias en

cuestión tienen como

"premisas"

las

representaciones

transdu-

cidas

de las

configuraciones estimulares

prcximales,

y

como

"conclusiones"

las

representaciones

de

la

naturaleza

y

la

distri-

bución

de

los

objetos distales.

No es

sencillo

imaginarse

una

computadora

desprovista

de

mecanismos

de

transducción

operando en contacto

con

la

rea-

lidad.

En cambio,

es

perfectamente posible

pensar

en

una má-

quina

cuyas computaciones

fueran adecuadamente sensibles

a

los

sucesos

del entorno

y que

a

la vez

no

presentara

distin-

ción

funcional

alguna

entre

s¡stemas

de

entrada

y

sistemas

cen-

trales. En

términos

generales,

todo

aquel

que

defienda esta

arquitectura

computacional

deberá

inevitablemente

mostrarse

de

acuerdo

con

la

distinción

entre

percepción

y

o'cognición".

Esta

postura

equivale

a

sostener

que

cierta

clase

de

problemas

computacionales

de

"identificación

de

objetos"'

(o,

en

térmi-

nos

más

precisos,

una

clase

de

problemas

computacionales

cuyas

soluciones estriban en la

recuperación

de

ciertas descrip-

ciones

de

propiedades

de

objetos)

se

han "desgajado"

del

ámbito

general

de

las capacidades

cognitivas

entendidas como

un

todo

para

pasar

a depender

de

mecanismos

psicológicos

distinguibles

en virtud de criterios funcionales.

Según

este

mo-

delo,

el

análisis

perceptivo

no

es, en

rigor,

una

categoría

del

pensamiento.

(No

obstante,

permítaseme

advertir

de nuevo

al

lector

sobre

el

hecho de

que

la

identificación

del

procesamien-

to

de entrada

con

el

análisis

percept¡vo

es

solamente

aproxi-

mada.

De esta

cuestión

me

comprometo a ocuparme

en

breve.)

Dado

que

en

principio

existe

la

posibilidad

de

que

se

pro-

duzca una

continuidad

entre

los mecanismos

perceptivos

y

los

procesos

cognitivos

superiores,

nos vemos

tentados

a

preguntar

Page 70: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Taxonomía

funcíonal

de

los

mecanismos

cognitivos

71

qué

sentido. puede

tener

una

arquitectura

funcional

trlparlita.

¿oud.ventaja, teleológicamente hablanáo,

puede

,.uporüi

á un

organismo

que

dispone

de

transductorei'y

de

pio..iáoór*

gognitivos

centrales

el

tener

también

analizabores'de.niraOasZ

Estimo

que

puede

haber

una

respuesta

a

este ¡"1.¡¿é;n1.,

un

postulado.implícito

en

la

arquitectura

tripartita

es

el-del

á¡rlu_

miento

del

análisis perceptivo

con

respecto

a

ciertos

efectos

de

los

sistemas

de

creencías y

conocimióntos.

como

,,

uáilr¿,

adelante,

esto

qrgsgnJa

implicaciones,

tanto

para

la

velocidad,

como

para

la

objetividad

de

la

integración

pórceptivr.

ñó

óur_

tante,

es

preciso

hacer hicapié

en que

et

pr'esentar

las cuestio_

nes.teleológicas

de

este

modo^true

"onrigo

cieriosluór*rio,

evolutivos

bastante

dudosos.

s¡ srponerños

que

ia

clestión

debe

quedar

planteada

mediante.

el ihterrogante

de

po,

jui,

"n

ista

de

la

existencia

de

procesadores

centñbs,

tienb

qué-iánu,

también

sistemas

de

entrada,

entonces

estamos

dandb

por

he-

cho

que

aquéllos

deben

considerarse

firogenéticu,náni,

Jntri¡o_

res

a

éstos.

sin

embargo,

igualmente

plausible

puedé

sei

el

pfanteamiento

opuesto,

o

sea,

aquel

que

establece'qütoiln._

lizadores

de

entradas,

con

una espec¡i¡c¡oad

oe

oomlnio-v

un

automatismo

de funcionamiento

relativamente

rígidos

irég¿n

espero

demostrar

más

adelante).,

son

los

prototipds

p;¡;il¡í",

de

los

sistemas.

psicológicos

de

inferencia.

oesoé

,rtá

p.r.pl.-

tiva,

la

evolución

cognitiva

habría

procedido

en

dirección

hácia

una

paulatina

liberación

de

ciertas

clases

de

s¡stemas

de

,oiu_

ción de

problemas

de

las

constricciones

bajo

las

.uJ.,

ópurun

los

analizadores

de

entradas;

dando

así

paso,

en

calidad

dd

con_

secución

tardía,

a

capacidades

infereniialeg

comparativaméñt,

independientes de

dominio

que

parecen

intbrvenir

en

las

activi_

dades

cognitivas

superiores.

(véase

Rozeru

,1g76,

q;ir;-d.fi;;_

de

de manera

llama.tiva

la

plausibilidad

de

esta

deicripción

á.

la filogénesis

cognitiva.)

En cualquier

caso,

la

justificación

del

postulado

de

una

clase

funcionalmente

distinguibre

de

analizadbres

uniáJr,

;;;

rada

de

los

mecanísmos

cognitivos

centrales

debe,

r

óosdif

,

descansar

sobre

dos

clases

de.

pruebas:

primero,'hay-{re

á.

mostrar

que

existen

aspectos

signifícativos

que

loi

,nál¡z'uJoi.,

de

entradas

tienen en común; iegundo,

se

debe

oemostiá;

q;u

hay

aspectos

relevantes

en

los

qué

d¡f¡eren

de

los

óroóáil

*;

nitivos

en

general.

Me

ocuparé

de

la

segundade

eitas

trr.riLn

la

cuarta

Parte

de este

libro.

por

el mómento,

voy

a

sostener

que

la

categoría

definida

según

criterios

funcionalés

qr.

r,e

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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72 La modularidad de la mente

venido denominando sistema de entrada constituye una clase

natural" en lo que afecta a la construcci6n de una teora psico-16gica; que, en definitiva, hay muchas cosas ue decir y muyimportantes, en torno a las propiedades comunes de los mecanismos que intervienen en el anlisis de las entradas sensorales.

Sin embargo a queda un punto preliminar por aclararantes de acometer esta tarea El sostener que la categorafuncional, conocida com  sistemas de entrada, constituye unaclase natural, equivale a postular una taxonom a excntrica delos procesos cogn itivos Ya estoy viendo a mucos lectores

arquear las cejas asombrados Porque si preguntamosu

cules son los mecanismos psicol6gicos que se supone actan con elfin de proporcionar informaci6n acerca de los obetos distalesdel entorno en un formato adecuado para el procesamientocentral?", la respuesta habr de ser os sistemas perceptivos ms el lenguaje ". Desde el pun to de vista tradicional de considerar estos fen6menos, esta es una categora en extrem singular.

La taxonom (a tradicional podra describirse com sigue: deun lado la percepci6n (la visin la audici6n y dems); de otro

el pensamiento y el lenguaje (los procesos representacionales).El arcter representacional del lenguaje es evidente por s soloy no pongo en duda la importancia te6rica del carcter representacional del pensamiento [Muy al contrario considero queeste es  el dato esencial del que una teora adecuada de las actitudes proposiconales debera dar cuenta (vase FR 1981a,captulo 7 )] . Sin embargo no estamos impelidos naturalmente a admitir una nica manera correcta de asinar mecanismospsicolgicos a las clases funcionales Lo que ahora estoy defen

diendo es que una taxonom(a

diferente puede arrojar muchaluz cuando de lo que se trata, como ahora, es de evaluar cuestiones relativas a la modularidad

Veamos, pues cul  es, concretamente la semejana funcional entre los mecanismos del lenguaje y los mecanismos perceptivos en virtud de la cual ambos cuentan com sistemasde entrada Por un lado est el hecho evidente de que losenuncados verbales (esto es, las expresiones de sentencias uoraciones) son en s mismos objetos de identificaci6n perceptiva, al igual que las montaas las taas de caf y los incendiosPara entender un enunciado verbal es necesario seguramenteasignarle una descripci6n estructural operaci6n que foraparte de la computaci6n de la relaci6n entre un caso y su tipoEsta es precisamente la clase de funci6n que cabe esperar que

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Taxonomia funconal de os meanmo ogntvo73

desempene u sistema de etrada. No obstate, al subray�r la

aalog {a fucioal etre el leguaje y la percepci6 voy ·masall del simple hecho de que la compresi6 de euciadosverbales sea e s misma u caso tpico de proceso perceptivo.

Ya he senalado que los sistemas de etrada tiee por cometido iterpretar la iformaci6 trasducida y poerla a disposici6 de los procesos cetrales que e circustacas ormalesproporcioa iformaci6 acerca de la "disposici6 (portomar prestado u trmio de G1) de los -estmulos distales. C6mo puede fucioar u sistema de este tipo? Bie sabe

Dis que ha pocas pregutas ms diHciles que esta. De todosmodos, supogo que, e el caso de la percepci6 la respuestadebera icorporar ua teora como la siguie: ! aturalezade los productos de los trasductores viee determiada deua form a pauada por el carcter de la eerg a que i cidesbre la superficie de los trasductores. Y a su vez el carcterde la eerg a que icide sbre la superficie de los trasductoresviee determiado, tambi de forma pautada, por la aturale

za de la orgaizaci6 de la estmulaci6 distal. Dado que hay

regularidades de esta ltima clase resulta posible iferir propiedades de la orgaizaci6 de los estmulos distales a partir depropiedades correspodietes de los productos de los trasductores. Los aalizadores de etradas so los mecaismosq ue se ocupa de hacer esta clase de i ferecias

U eemplo caracterstico lo costitue el agoritmo de UI Ima(979) para iferir 'formas a partir de movimietos· e la percepci6 visual Dadas cietas suposicioes (por eeplo de rigidez) que los estmulos distales suele satisfacer, toda secueciaespec fica de trasformacioes de la orgaizaci6 de la eergaque tiee lugar e a retia podr iterpretase de modo fiable como u fe6meo origiado por (y e cosecueci comou refleo de) el desplazamieto espacial e u objeto distal deua forma tridimesioal determiada. mecaismo quetega acceso a los productos de los trasductores podr iferiresta forma eecutado el algoritmo de Ullma (u otro equivalete). Cosidero que la ejecuci6 de tales computacioes esprecisamete la fuci6 de los sistemas de etrada y que la peculiaridad del caso de Ullma eside pricipalmete e que laspremisas de la iferecia perceptiva garatiza de forma u voca su coclusi.

Tomemos ahora el caso del leguaje Del ismo modo quelos patroes de eerga visual que alcaza la retia se halla

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74

La

modularidad

de

la

mente

correlacionados,

de fornra

complicada aunque

regular,

con

ciertas propiedades de

la

organización de

los

estímulos

distales,

también

lo

están los

patrones

de

energía

auditiva

que

excitan

la

membrana del

tímpano en

los

intercambios

verbales. Hay,

por

supuesto,

una

diferencia

esencíal:

lo

que

asegura

la

correla-

ción

entre

la

estimulación

visual

y

la

configuración

estimular

distal son

(a

grandes

rasgos) las

leyes

de

la

reflectancia

de la

luz.

En

cambio,

lo

que

asegura

la

correlación entre

los

ejempla-

res

de enunciados verbales

y

la configuración

estimular

distal

es

(a

grandes

rasgos) una

convención de

veracidad.

En

el

caso

más

elemental

esta

convención

se

reduce

a

la

proposición

de

que

de

x

se

dice

que

es

F

sólo si

x

es

F.

Dada la validez de

esta

con-

vención,

es

posible

inferir

cómo

es

el mundo

a

partir

de

lo

que

o

ímos

decir.tz

Naturalmente,

la

información suministrada

de

este

modo

no

es

infalible

ni

en

el

caso

del

lenguaje

ni

en

el

de la

percepción.

Con

frecuencia

el

mundo

no

es

como

aparenta

ser

ni

corno

la

gente

dice

que

es. Sin embargo,

no

es

menos cierto

que

los

sis-

temas

de

entrada

no tienen

por

qué

proporcionar

verdades

apodicticas

para

facilitar

información

de

utilidad.

De

cualquier

modo,

el

funcionamiento

de los

sistemas

de entrada no debería

identificarse

con

la fijación

de

creencías.

Nuestras

creencias

dependen de

la

evaluación del

aspecto

que

tienen las

cosas o de

lo

que

de ellas se dice,

a

la

luz de la

información

previa

de

que

disponemos

acerca

(entre

otras

cosas)

del buen

estado

de

nues-

tra

percepción

o

del

grado

de

confianza

que

nos

merecen

nuestras

fuentes de

información.

La

fijación

de

las

creencias

es

justamente

el tipo

de fenómeno

a

que

hago

referencia

al

hablar

de procesos

centrales

t

ípicos.

Esto

es todo

lo

que

cabe decir,

por

el

momento,

sobre

la

semejanza

de funciones

ent 'e

los

sistemas

lingüístico

y

percep-

tivo: los

dos sírven

para

extraer

información

de la realidad

y

codifícarla en un

formato

apropiado

para que puedan

acceder

a ella

aquellos

procesos

centrales

responsables

de

la

fijación de

las creencias.

Ahora

bien,

Zcabría

añadir

algo

más

para

extraer

el

mdximo

provecho

de esta

analogía? ZOué

se

gana,

desde

el

punto

de

vista

de una teoría

psicológica, postulando

una

clase

funcional

de

procesos

perceptivos-y-lingü ísticos? Evidentemen-

te

la

gracia

de este

guiso

consiste exclusivamente

en comérselo.

Como

voy

a

exponer

en

breve,

al

emprender la tarea

de

cons-

truir

una

psicología que

reconozca esta

clase

funcional

como

una cateqoría natu¡'al,

descubrimos

que

los

procesos que

hemos

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Taxonom (a funcional de os meansmos ogntvs 75

incluido en la misma categora presentan en efecto numerosaspropieaes comunes cuya posesi6n no es consecuenci esu homogeneia funcional ( Estimo que as es como se efineuna clase natural: una clase e fenmenos que poseen numero-sas propieaes comunes interesantes ese el punto e vistacientfico por encima e cualesquiera propieaes que efinanicha clase.} n el caso que nos ocupa, lo que los sistemas eentraa tienen en comn aems e sus semejanzas uncionales puee resumirse en una sola frase  los sistemas de entrada

 so m6dulos. A frtioi comparten aquellas propieaes queson caractersticas e las facultaes verticales Los sistemas e

entraa son as espero emostrarlo al menos quello en loque GAL ten (a raz6n

o expuesto a continuaci6n es una elaboraci6n e este postulao, unto con ocasionales oeaas al estao actual e losatos empricos He e avertir ese ahora que no toos lospsic1ogos se mostraan e acuero conmigo acerca e cul esel estao actual e la eviencia emp rica Mi argumentaci6niscurre anticipnose mucho a las opiniones actualmente enboga y en ciertos lugares en contra e estas opiniones) Por

consiguiente este jercicio puee tomarse en pate como unexperimento el pensamiento es ecir voy a intentar escribir el tipo e resultaos que cabra esperar si el postulao e lamou laria s muestra como cierto en lo que respecta a lossistemas e entraa; aem voy a sostener que en la meiaen que se ispone e atos stos parecen ser en general compatibles con tales expectativas

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TERCERA

PARTE

LOS SISTEMAS

DE

ENTRADA

CONSIDERADOS

COMO

MODULOS

El

carácter

modular

de los

sistemas

de entrada

se

define

co-

mo la

posesión

por

parte

de

éstos

de todas

o

la

mayoría

de las

propiedades

que

se

enumerarán

a

cont¡nuación.'Si

existen

otros

sisterrns.psicológicos

que

posean

todas

o

la

mayoría

de

estas

propiedades,

estos

sistemas

deberán

asimismo

ser'conside-

rados

modulares.

No

obstante,

una

de

las

tesis

fundamentales

de

.este

trabajo

es la

que

establece

que

las

propiedades

en

vir-

tud

de las

cuales

los

sistemas

de

entrada

son'modulares

son

aquéllas

no

compartidas,

en

general,

por

los procesos

cogniti-

vos

centrales.

lll.1.

Los

sistemas

de entrada

son

específicos

de

dominio

Empecemos

por

preguntarnos

cuántos

sistemas

de entrada

hay.

A

tenorde

lo

que

se

ha

tratado

hasta

aquí,

podría

aventu-

rarse.gomg

respuesta

una

cifra,próxima

a seis,

a

saber:

uno

por

cada

"modo"

sensorio-perceptivo

tradicional

(o

ído,

vistá,

táátb,

gusto,

olfato)

y

otro

más

para

el

lenguaje.

sin

embargo,

esto

no

cuadra

con la

doctrina

que

vengo

óxponiendo.

Lo

quó

esta

doctrina

propone_

se aproxima mucho

más

a

la

conóptrál¡-

zación

de

Gnlr-.

supongo

que

dentro

(y

muy

posiblembnt.

t

través)''

de los

modos

señsorio-perceptivós

truá¡cionales

existen

mecanismos

computacionales

altamente

especializados

en la

ta-

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Los sistemas de enrada consdeados como m6dulos 77

rea de generar hipotesis acerca de las fuentes distales de las esti

mulacines rximales. La especializacion de ests mecanimsestri ba en cnstriccines que peran bien sbe e I espectr deinfrmaci6n al que tienen acces en el curs de la elabraci6nde tales hipotesis, bien sbre la gama de prpiedades de ls bjets distales acerca de ls cuales pueden versar tales hip6tesis, bien, cm es de presumir que curra en la maya de lscass, sbre ambs.

Entre ls candidats que pueden frmar parte de ests mecanisms figuran, en l que respecta a la vision ls mecanisms

de percepcin del clr, ls de anlisis de la frma ls deanlisis de las relacines espaciales tridimensinales14 Asimism entre ells pueden hallarse trs sistemas de rden superir, altamente especfics de ciertas tareas, relacinads cnel cntrl visual de mvi mients crprales cn el recncimient de rstrs de cngneres En el camp de la audicion,pueden citarse cm candidats a meanisms especializadsls sistemas cmputacinales encargads de asignar descripcines gramaticales a ls enunciads verbales percibids,

bien aquells destinads a detectar la estructura melodica rt

mica de las sucesines de snids; tambin, en este mismcntext, ls que intervienen en el recncimient de las vo-ces de nuestrs cngneres A decir verdad, se dispne de cierta evidencia a favr de la especificidad de dmini de varis dels sistemas que acab de enumerar, aunque mi intencion al presentar ests eempls n ha sid tra que pner de relieve elgrad de finura al que puede llega la mdularizacion de lssistemas de entrada

Cules sn, entnces, ls arguments a fav de la especificidad de dmini de ls sistemas de entrada? Para empezar,ls sistemas de entrada pueden caracterizarse ipso facto prsu specificidad de dmini en un sentid en el que ls sistemas cmputacinales en general n pueden. N bstante·, estepunt carece de inters y n pasa de ser una cuestion semntica Supngams, pr ejempl, que la funcion de ls mecanisms de la percepcion visual es la de pryectar patrnes transducids de excitacion retiniana a formulas de un determinadcodig central De ah se sigue la trivial cnclusion de que sudmini cmputacinal en tanto que mecanismos de la percepcin visual es especfic cn respect a la clase de psiblesprducts retinians. De acuerd cn est, si l que hacen lsmecanisms de prcesamient del lenguaje es emparejar ejem-

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78 La modularidad de la mente

plares de enunciados verbales con frmulas centrales sus domi

nos computacionales en tanto que mecanismosde procesamiento ef lenguaje habrn de ser odas aquellas codificaciones deenunciados verbales que los transducores auditivos produzcan. Y de forma igualmente mon6tona, los mecansmos psico-16gicos responsables de la percepcin de vacas sern ipso actoespefcos de domno  en tanto que mecanismos de la pecep ci6n e vacas.

Ni que decir tiene que de simpleas o stas no se siguenada til En otras palabras la modularidad de un sistema no

puede inferirse a partir de esta nocin tan trival de especif icdad de dmno Por ejemplo resulta enteramente compaible con la esecificidad vacuna de la ercepcin de vacas elque el reconocimiento de las vacas venga det ermnado precisamente por los msmos mecanismos responsables de la percepci6n del lenguae de los terremotos o de los bergantines detres msti les Estas cuatro clases de percepcin podr an verificarse perfectamente bien mediante un nico conunto de facultades horiontales Por contraste el concepto verdadera

mente relevante de especificidad de domini es la idea galliana de que existen mecanismos psicolgicos dferencadosfacultades veticales- que corresponden a domnos estimulares diferencados Este ltimo postulado es el que cuenta eneste moment

Las pruebas que se aducen en defensa de la especificidad dedominio de un analzador de entradas pueden ser enormemente variadas No es frecuente encontrarse con argumentos drectos con demostraciones inapelables Por eemplo los resul

tados obtenidos por l

os investigadores de los laboratorios Haskins han puesto insistentemente de relieve la especfcidad dedominio de los sisemas perceptivos responsables del anlsisfontico del habla Estos investgadores sostienen que talesmecanismos on dstintos de los que intervienen en el anliss perceptivo de estmuos auditivos no verbales y sus experimentos ponen de manifiesto que el modo en que una sealle suena a un oen depende hasta exremos asombrosos des el contexto acstico indica que el estmulo en cuestin eso no un enunciado verbal Expresado a grandes rasgos la misma seal que se escucha como el comenzo de una consonantecuando e conexto especifica que el est mulo percibdo es lenguae se percibe como un "sibido una semivoca cuandoes aislado de la cadena hablada De aqu se desprende la impor

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Los itema de enrada cdd cm mdul 79

tante cnclusion de que ls sistemas cmputacinales que entran

en jueg durante el anlisis perceptiv de habla sn diintis, en la medida en que peran unicamente sbre las sealesacsticas que se identifican cm enunciads verbales (VaseL BERMAN y cls, 1967; para un estudi ms detallad va e FooR, BVER y GARRTT 94).

s experiments Haskins demuestran a especif icidad dedmini de ls analizadres de entradas pniend de maniies que tan sl una clae relativamente restringida de estmuls pueden accinar el btn que ls pne en marcha N bs

tante hay tras clases de arguments emp rics que cnducenal mism tip de cnclusines Un de ls que ms serviciha prestad a la cencia cgnitiva dice as: si tenems un dmini de estmuls ecntric ntendiend cm tal un dmini en dnde el anlisis perceptiv requiere un corpus denrmacin cuya naturaleza y cntenid sn espec ics de dich dmini-, resutar plausible cnsiderar que ls prcessque tengan lur sbre ese dmni pueden erificarse prmediacin de uns sistemas cmputacinales de prpsit

elatvamente espec ic Si td l dems se mantiene cnstante, la plausibilidad de esta especulacin ser ms mensprprcinal a la entricidad del dmini en cuetin.

El prblema se ver cn ms claridad si cmparams e prces de percibir vacas cn el de percibir racines de la lenguaA decir verdad n teng la menr idea de cm uncina lapecepcin de vacas, per supngams de acuerd cn lasrmulacines actuales y cn mer prpsit especulatv queepleas una especie de mtria basada en !s prinipis de

prttip y seeanza Est quiere decir que el recncimient perceptiv de vacas se eecta ediante un mecanis queprprcina slucines a prblemas cmputacinales m elsiguiente cu es el gd de semeanza de "pri midadentre el estmul distal y el prttip de vaca? En i pininsi ste es el md en que se pera este prces la percepcinde vacas depender de ls misms mecanisms que peran enuna enre variedad de dminis perceptivs distnts yen deinitiva, en cualquier camp que se halle rganizad en

trn a elements pttpics Segn esa cncepcin, n esdifcil imagiar un sma cputacnal bastante generalque dada na especiacin de un ptip y una mrica para la evaluacin de semeanzas en cualquier dmini arbitrarie percepts se capaz de calcar las recines de prm

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La

modularidad

de

la

mente

dad

relevantes

dentro

de

un

dominio

dado.

En

resumen, pare_

c.9

plausible

suponer

que

los

procedimientos para

estimár

la

distancia entre

una

entrada

sensorial

y

un

prototipo

pár.épi¡uo

deben

presentar

la

misma

estructura

computacional

con

¡nde-

pendencia

del

sistema

al

que

pertenezcan.

con

_todo,

es

más

que

improbable

que

el

reconocimiento

perceptivo

de

oraciones

se efectúe

por

medio

de

procedimien_

tos

como

el

descrito

en

el

párrafo

anter¡or,ya

qré

los

enuncia-

dos

verbales

constituyen

un

conjunto

de

estímu'los

muy

.i*n_

tricos.

Todas

,las

pruebas

disponibles

apuntan

a la

¡déá

J.

orc

las

computaciones que

los

mecanismoi

de reconocimiento

de

oraciones efectúan deben

haltarse

estrechemente

sintonizadas

con

.un

complejo

de

propiedades

estimulares

privativas

dá-las

oraciones.

En

términos

generales,

la

idea

es

que

la

estructura

del

sistema

de

reconocimiento

de

oraciones

responde

a

laipio-

piedades

universales

del

renguaje

y

que,

po,

fonsiguieniJ,

el

sistema

actúa

únicamente

aquelroi

ooin¡nios

qJe

.*hi¡un

estas

propiedades.

N."

creo.equivocarme

ar

pensar

que

esta

rínea

de

argumen-

tación

es

bien

conocida.

La

argumentación

procede

la

si_

guiente rrnnera:

considérese

laclase

de

lenguas

humanas

no-

mológicamente

posibles.

Hay

pruebas

de

qré

esta

clase

consti-

tuye

un subconjunto

bastante

reducido

de

los

sistemas

lingüis-

t¡cos

lógicamente

posibles.

En

concreto,

las

lenguá,

r,rránu,

que

pueden

ex.istir

desde

el

punto

de

vista

norñológ¡co

cóm_

prenden

tan

sólo

aquellas.que

satisfagan

un

conjuntó

oe

gene-

ralizaciones

(contingentes)

conocidal

coro,,un¡uersalej

lin_

ísticos".

una

forma

de

averiguar

algo

acerca

de cuáles

son

los

universales

lingüísticos

coni¡ste

erie*arinai

y

;;ó;,

lenguas humanas vivas (francés, inglés,

urdú

o

"uuíqrier

bira)

con

el

propósito

de

determinar

óuáies

son

las pr'op¡.ouár,

comunes

a

todas

ellas.

Buena

parte

de

la

investigación

en

lin_

ística

durante

los

últimos

veinticinco

años

ha"

seguioá

"itu

strategia,

habiéndose

propuesto

una

variedad

or

J"nJ¡oaio,

a

universales

lingü

ísticos,

tanto en

el

campo

de

la-fonáJü;.

como

en

la

sintaxis.

\q

parece.

probable

que

la

existencia

de estos

universales

se

deba

simplemenle.

al a.zar,

o

que

puedan

ser

expricados;ó;

lando

a

af

inidades

históricas'entie.

rás

renguur

qur

tos

comiái-

ten

o

cualesquiera

factores

pragmáticos

qre

contribuy.n

á'Já,

forma

a

tos

sistemas

de

comuñicación.

¡'For

iácioi.r'ór.é,i¿

ticos

entiendo

aquelros

que

se

ref

ieren

u

i.r

propiedades

lós

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Los sistemas

de entrada considerados

como módulos

¡ntercambios

comunicativos

como

tales,

incluidas

las npcesi-

dades

de

los interlocutores

en

dichos

intercambios.

Así,

por

ejemplo,

Purrunn¡

(1961)

manifestó

en

cierta

ocasión

que

hay

transformaciones

gramaticales

que

obedecen

a

que

la

eficacia

comunicativa

exige la

supresión

de

las

partes

redundantes

de

los

mensajes,

etc.l

La

alternativa más

evidente a estas explica-

ciones consiste

en suponer

que

los universales

representan

las

manifestaciones

peculiares

de

un

sistema

de

aprendizaje del

lenguaje

característico

de la

especie

humana.

Existen diferentes

propuestas

relativas

al

modo

peculiar

en

que

tales

sistemas

se

encuentran

preprogramados.

A

tenor

de

estas

explicaciones,

se

da

por

sentado

que

los mecanismos

de apren

dizaie

del

len-

guaje

"conocen"

los

universales

y

operan

tan

sólo

en

aquellos

dominios

en

que

se

satisfacen

sus

constricciones

(Véase

al

res-

pecto

la

revisión de

PNKER, 1979).

Por

paridad

de

argumentos,

cabe concluir

que

algo

parecido

podrá

decirse

de

los mecanismos

de

la

percepción

del

lenguaje.

En

particular,

es

presumible

que

el sistema

perceptivo

actuante

tenga

acceso

a

información

acerca del modo en

que

los

univer-

sales

se

materializan

en la

lengua

a

la que

se

aplique

dicho

sis-

tema,

El

resultado de

esta

línea

de

razonamiento

es

la

conside-

ración

de

que

el

sistema

perceptivo

para

una

lengua

incorpora

una

elaborada

teoría de

los

objetos

que

caen dentro desu

do-

minio;

tal

vez

una

teoría

estructurada

en

forma

de

gramática

de

la lengua.

En

consecuencia,

el

proceso

de

reconocimiento

percept¡vo

se contempla

como

la aplicación

de

esa teoría al

análisis

de

las entradas

percept¡vas.

(El

lector interesado

puede

consultar

los

siguientes

trabajos más

recientes sobre el

análisis

del

lenguaje

natural:

MARcus,

1977;

Knemru

y

Bnesrunru

,

1981;

y

Fnazren

y

Fooon

,

1978. Todos

estos enfoques,

divergentes

en

otros

aspectOS,

operan

dentro del

marco

de

referencia

me-

todológico

que

acabo

de esbozar.)

En resumidas cuentas,

dado

que

la

satisfacción

de

los

univer-

sales

es,

supuestamente,

una

propiedad

que

distingue

a

las ora-

ciones

del

lenguaje

de otros

dominios

estimulares,

cuanto

más

elaborada

y

compleja

resulte

ser

la

teoría

de

los

universales,

tanto más

excéntrico

será

el

dominio

estimular

del

reconoci-

miento

de

oraciones.

Y,

según se

ha

observado anter¡ormente,

cuanto

más

excéntrico

sea

un

dominio estimular,

tanto

más

plausible

resultará especular

que

existe

un

mecanismo

de

pro-

pósito

específico

destinado

a su computación.

Concretamente,

es

en

verdad

dif

ícil

comprender

cómo

un

mecanismo

que

cla-

81

Page 81: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 81/197

La modularidad de

la

mente

sifica

estímulos

en

función de

su

distancia

con

respecto

a

un

protot¡po

puede

serv¡r para

reconocer oraciones.

El

interrogan-

te

computacional

que

cabe

plantearse

en

materia

de

recono-

cimiento

de

oraciones

no

parece

ser

"Zcuál

es

la

distancia

con

respecto

al

prototipo

más cercano?"

sino

más bien

"Zde

qué

manera

se aplica

la

teoría

del

lenguaje

al

análisis

del estímulo

que

percibimos?"

Existen

con

toda

probabilidad

numerosas

clases

de

dominios

estimulares

relativamente

excéntricos,

es

decir, definidos como

aquellos

cuyo análisis

perceptivo

requiere

información

alta-

mente

específica

del

dominio

en cuest¡ón.

La organizacíón

de

la

percepción

de

oraciones

en f

unción de

la información

sintác-

tica

y

fonológica

no

agota

los

posibles

ejemplos,

ni

siquiera

ci-

ñéndonos

al

caso del

lenguaje.

Así,

por

citar

un

ejemplo

más,

con

frecuencia

y

no

sin razón

se

propone

que

los

procesos

res-

ponsables

del

reconocimiento

de

fonos

deben

tener

acceso

a

un

modelo

interno

de

la

estructura

f

ísica

del

aparato

vocal.

El

argumento

de

quienes

defienden

esta

postura

establece

que

hay

una

diversidad

de

constancías

en

la

percepción

del habla

que

parecen

ejercer

precisamente

el efecto

de

corregir

las

dis-

torsiones

que

se

producen

a

causa

de

la inercla

que

se

origina

en

el aparato

vocal

cuando éste

responde a las

intenciones

fo-

néticas

del

hablante. Si

esta

hipótesis

es

verdadera,

el recono-

cimiento de

fonos

se

hallará

estrechamente

sintonizado

con

los

mecanismos

de

producción

del

habla

(véase

nota 13).

Una

vez

más,

actividades computacionales

de

elevada

precisión

son

indicio

de

la

existencia

de

procesadores

de

propósito

específi-

co.

Se

podrían

plantear

argumentos

análogos

en

otros

modos

perceptivos. Los rostros,

por

ejemplo, son

serios candidatos

a

estímulos excéntricos

(véase

Yrru,

1969, 197O;

Cnnrv

,

1g7B),

y,

como

señalé

anter¡ormente,

el trabajo

de

ULLMAN da

credi-

bilidad a

la

idea

de

que

el reconocimiento

visual

de

formas

tri-

dimensionales

se

lleva a

cabo mediante sistemas

sintonizados

a las caracter

ísticas

excéntricas

de

ciertas

clases

especiales

de

transformaciones

espaciales

r

ígidas.

Desde

nuestro

punto

de

vista, la

pregunta

crucial

que

debe-

mos

plantearnos

en

todos

los ejemplos

citados es

la siguiente:

Zhasta

qué punto

es

válida

la

inferencia de

la

excentricidad

del

donrinio

estimular

a

la

especificidad

de los

mecanismos

psico-

lógicos correspondientesT

Por

lo

que

a

m

f

respecta,

el

entusias'"

mo

por

estas

inferencias

no

es

incondicional;

es evidente

que

distan mucho de ser apodícticas. El ajedrez,

por

ejemplo, re-

Page 82: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 82/197

Los

sistemas

de

entrada

considerados

como

módulos

qu¡ere

el empteo

de

gran cantidad

de

información

excéntr¡ca,

á'unqut nadié

parece-dispuesto

a

postular

una

facultad

ajddre-

cístiiá.

(Buenó,

casi

nad¡e.

En

este

particular,

es

de interés

se-

nalár

que

los itter

recientes

avances

en

inteligencia

artificial

upli.u¿á

al

ajedrez

se

han

producidg,

en

bue.na

medida,

a raíz

á.

Ir

utilizaóión

de

un

soporte

f ísico

especializado.

Y,

dicho

sea

de

paso,

el

ajeclrez

es una

capacidad

cognitiva

que

engendra

óióO,g¡br;

árí

pues,

podría

ser

un

buen

candidato

a

sistema

ilodulat,

si

no'confoime

a

mis

criterios,

al

menos

sísegún

los

de

Gnr_r_.)

Por

el

momento,

considero

suficiente

apuntar

que

lo

que con toda

probabilidad

caracteriza

a

muchos

sistemas

modulares

es

que

operan sobre dominios excéntricos,

puesto

qr.

uno

de

los motivos

que

iustifica

la

modularizaci|n

de

un

sisterna

es

que

las

compuiaciones

que

ejecuta

son

idiosincrási-

crs.

gn

"utb¡o,

lo único

que

justifica

la

inferencia

inversa

*de

iu

é*.rntricidad

del

dominio

a

la modularidad

del

sistema-

es

la máxima

que

prescribe

sistemas

especializados

para

tareas

es-

peciátizadas.

La

situación

más

transparen.te

en

este

sentido

es

Sq"tlla

en

la

que

se dispone

de un

mecanismo

gue

opera.sobre

uá-Oom¡nio

eicéntrico

y

a

la

vez es

modular

segú1

criterios

in-

J.péñJi*ntes.

En

este caso, la

excentricidad del

dorninio

con-

iiól"

racional¡Cád

a

la modularidad

del

procesador

y

la

modu-

laridad

del

procesaclor

sirve,

hasta

cierto

punto,

para

explicar

de

qué

forma

se

hace

posibie la

computación

eficaz

de

domi-

nios

exéntricos.

lll.2.

E

funcionamiento

de

los

sistemm

de

entrada

es

obligatorio

No

hay

manera

de

evitar

la

percepción

de

un enunciado

ver-

bal

(de

una

lengua

conocida)

como

tal

enunciado,

del

mismo

modo

que

no

si

puede

evitar

percibir

u.na

configurqgióL

d9

9t'

li*ulor

visuales

como

un

coniunto

de

objetos

distribuidos

én

"f

espacio

tridimensional.

Lo

mismo

puede

decirse,

mutatis

mutand'is,

de

los

restantes

modos

percept¡vos.

Así,

por

ejem-

plo,

no

se

pr¡ede

evitar

percibir

aquello

que

sentimos

cuando

áutí¡zamos'la

punta

de

lbs

dedos

por

encima

de

algo

como

la

iró.iti.¡e

de

ün

objeto.rs

Refiriéndose

al

reconocimiento

de

páiabras, Mnni.rrv

-w'tso*

y

TvrEn

(1

981

)

señalaron

que-

]"'¡n-

tl6o

cubndo

se

pide

a

los

suietos

que

centren

su

atenc¡Ón

en

l;;-pr;óiá¿iO*r

ácústico-fonéticas

de

la

entrada

sensorial,

no

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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84

La

modularidad

de

la

mente

son

capaces

de ev¡tar

la identificación

de las

palabras

que

la

¡n_

tegran.

Esto

implica

que

el

tipo

de

operaóionri

o.-p-..ru_

miento

que

se

observan.en

er

rebonocirT.nig

,ráitruo'o--e-prtu-

bras

vienen

mediadas

por

procesos

automátrcos

que

se

aplican

de

forma

obligatoraa...,,

(pág.

3271

El

hecho

de

que

los

sistemas

de

entrada

se

vean

manifiesta-

mente

constreñidos

a

operar

siempre que

puedan

hacerló

es,

cuando

uno

repa.ra

en

elio,

ciertambnt,

**irrordinario.

En

sen-

tido

general,

todo parece

indicar.que

rás

ie¡acioné,

.o,,,prt.

cionales

en

ras

que

intervienen

ros

sístemas

de

entrada

_es

de.cír,

las

relaciones

entre

ros

productos

de

ros

transductores

y

los

perceptos-

son bastante remotas.

Así,

porejempro,según

las

teorías

en

uso,

hace

farta

un

procesamiehto

sumamente

era-

borado

para

convertir

ra

represenlación

de un,rtiruü

póiirat

que

proporciona

la

retina,

en

una representación

oé io .iliru

los

distalesenforma

de

conjunto

de

o'u¡rióren

er"rpr.ió.iu-

y

r¡n

embargo,

está

visto qre

nb

tenemos

más

remedib

que

asumir

esta

carga

computacionar

siempre

que

se

nos

ofietu-ru

opJitu

nidad

de

hacerlo.

En

resumen,'el

funcionur¡rnto

de

los

siste_

mas

de

entrada

parece

ser,

en

este

aspecto,

radicalmente

insen_

sible

al

carácter

de

nuestras

necesidáoei.-ño

podemos

percibir

el

habla

como

si

fuera

ruido

por

mucho que

nos

empeñemos.

Lo

q.ue

podemos,

naturármente,

oéciJ¡i

es

no

percibir

un

determinado

estímuro

en

absoruto,

ó

*u, nó

atender.rz

En

ros

casos

relevantes

-es

decir,

cuando'esto,.

t.áriza

sin

desaciiva,

un transductor,

como

hacemos,

por

ejemplo,

al

taparnoi

¡o,

oídos-,

la

estrategia

más

eticaz'es

aígo'tortror.:

evitamos

atender

a x a

base

de

concentrarnos

en

y,

con

ro

.url;p;;".

chamos

la

dificu.rtad

que

supone

er

coíc'eñirrrno,

en

más

de

una

cosa

a

un

tiempo.

Es

posibie que, cuando

esta

estrategia

liqne

éxito,

et

sistema

de

entrada

no

iirnáiáJ;;;;;;i;"-."

"desconectado",

en

cuyo

caso

tendremó,

qra

admitir

que,

de

una

m nera "pickwickiana,,*,

s

ha

consegl¡Oo

un.oniü,uo_

luntarío

del funcíonamiento

de

un

siriárrrr'áu

entrada

a

través

de

sus

circuitos.

Arternativamente,

puede

que

ros

sistemas

de

entrada

no

atendidos

sigan

funciohándo

náo¡enoo

ó"iJiáá'rr

cceso

a

ciertos

procesos

centrales (aquellos

que

median

en

el

almacenamiento

v

suministro

¿e

inior;;.ú).

i,'á-pr¡

cación

más

plausibre,

ar

menos

en

ro

qr.

irrbecta

a

ra percep_

--Ep''r"1"

derivado

del

apeilido

de

un..conocido

personaje

de

Dickens.

Se

apri_

a

a todo

to

que

se

caracreriza

p,or.,

r"*irt.i

;;;;r;;iixá'l

rN.

der

r,)

Page 84: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los sistemas de

entrada

considerados

como módulos

ción del

lenguaje,

es

esta

última,'según se

desprende

de

c¡erto

número

de

resultados

que

ponen

de

manifiesto

niveles

iélati-

vamente

elevados

de

procesamiento

del canal

no

atendido en

tareas

de escucha

dicótica

(Lacrcruen

y,

Gnnnerr,

1973;

Con-

rEEN

y

Wooo

,

1972;

Lrwls

,

19701. Pero dado

que

los

resulta-

dos experimentales

en

esta

área

no

son concluyentes, tan

sólo

podemos

avanzar

una

interpretación

más

bien

conservadora

de

los mismos,

a

saber: elanálisis

de

la entrada

sensorial es

obligato-

rio

en tanto en cuanto

proporciona

laúnicavíaa

travésde la

cual

los

productos

de

los

transductores

pueden

acceder

a

los

procesos

centrales;

si

la información

transducida

ha

de

afectar

al

pensa-

miento, en

alguna

medida,

tan

sólo

podrá hacerlo a través de

las

computaciones

que

los

sistemas de

entrada

efectúan.

En este

punto,

estimo necesario

hacer

una

pequeña

adver-

tencia.

Según

parece,

los

pintores

aprenden

en

parte

a

desmon-

tar las

constancias

perceptivas

con

el fin de

ver

el

mundo

de

un

modo

semejante

a

como

aparece

presentado

en

la retina,

esto

es,

como

una

extensión

bidimensional

de

discontinuidades

cro-

máticas

que

varían

en

el

tiempo.

También

se afirma

que

se

puede

enseñar

a

los

fonéticos

a

oir

su

lengua

como

algo

pare-

cido a

una cadena

de

sonidos,

es

decir,

algo

así

como lo

que

se

supone

que

las

terminaciones

del nervio auditivo

codifican.

(Sea

como

fuere,

las

pruebas

empíricas

de

que

los

fonéticos

realmente

hacen

esto

son

equívocas;

véase,

por

ejemplo,

Lre-

BERMAN,

1965).

De

todos

modos,

dudo

que

pueda

darse

crédi-

to

a estas

reducciones

metodológicas, altamente especiaJizadas,

en

tanto

que

contraejemplos

a

la

idea

general

de

que

los

proce-

sos

de

entrada

son

obligatorios.

Por

un

lado,

precisamente por

su

naturaleza

altamente

especializada,

pueden

decirnos muy

po-

co

acerca

del

carácter

del

procesamiento percept¡vo

normal.

Por

otrq

resulta tendencioso

-y

posiblemente

erróneo-

suponer

que

lo

que

los

pintores

y

los

f

onéticos

aprenden

consista

en

lograr

un

acceso

al

producto

de

los

transductores

en

bruto.

Al

menos

tan

plausible

como

esto

puede

ser

el

supuesto

de

que

lo

que

di-

chos

profesionales

aprenden

es el modo de "corregir"

represen-

taciones

interpretadas

percept¡vamente,

de

manera

que

queden

compensados

los efectos

de

la

constancia.

Desde

esta

últíma

perspectiva,

"ver

el

campo

visual"

L)

"oir

la cadena

hablada"

son

consecuciones

percept¡vas

supersofisticadas.

Desconozco

cuál

de

las

dos

explicaciones

es la

correcta,

aunque no

cabe

du-

da

de

que

se

trata de una

cuestión empírica

que

no debe

ser

prejuzgada.

Page 85: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La

modularidad

de

la

mente

.

En

cualquier

caso,

dejando

de

lado

los

logros

tan

especializa_

dos

de los

pintores

y

Jos

fonéticos,

ros

sujetós

senciilamente

noven

el

mundo según.lo.proyecta

l'a

retiná

y

no

tienen

pr¿Ci¡ca_

mente

acceso

a

la

acústica

de

los

enunciadós

verbales

d'e

las

len-

gy?s

que

hablan.

(Todos

sabemos

cómo

suenan

el

sueco

y

el

9lino,

pero

icómo

suena

er

ingrés*?)

En

este

aspecto

fy

tám-

bién

en

otros,

o al

menos

así

eipero

demostrarloi

tos

-ecán¡s-

os

de

entrada

se halran próximos

a

la

condición

qr.iuele

atribuírse

a

los.

reflejos:

se

disparan

automáticament*-ánülo,

estímulos

con los que

operan.

Esto

es

tan

cierto

oá loi

*.u-

nismos

de

comprensién

del

lenguaje

como

de

los

tradicional-

mente

denomi nados sistemas

perteptivos.

No

parece

necesario

señalar

que

todo

to

anterio

r

no es

igual_

mente

cierto

{9

los

procesos

cognitivos

no

perceptivos.

Ellta-

nico

de

posibilidades

es.muy

reáucido

en

lo

que

respecta

a

las

formas

de

.representar

los

ób¡etos

de

ra

páróepcíón,

p*rá

,u

abre

en

toda

su

extensión

cuañdo

se

trata

Je la

*unárá

áu

,*-

presentar

los

objetos

del

pensamiento.

Al

margen

de la

peicep-

ción,

la

forma

de

explotar

nuestros

recursos

cognitivos

urtb,

por

lo

general,

supeditada

a ras

necesidades

der

suíeio.

ñé

áó,

i

algunos ejercicios

que

recomendamos

u

toJo

luctor

que

,ián

ta con

ánimo

de

hacerlos:

piense

en

Hamle,t

como

fuese,rna

obra.

de venganza,

como

un

típico

prooució

de

ra

sensíbilidad

manierista,

como

u.na

obra_ pénsadb

para

ser

taquillerá,

cómo

un

pape_i-inapr,piado

para

Greta

Garbo.

piense

eri

¿iecis'eis

ma_

neras

diferentes

de

usar

un ladrillo.

piense-en

un

enunciado

como

"Toda

la

Galia

se

halla

dividida

en

tres

partes,'como

si

l5ru.

un

objeto

acústico.

y

ahora

intenie

o'ir

el

enunciádo

"Toda

la

Galia

se

haf

la

dividida

en

tres

part.r,i.o,.no;;;üü"

acústico.

Advierta

la

diferencia.

sin

duda

hay

ciertos

f

ímites

a

la

tibertad

de

que

disfrutamos

al

.manipular

de

forma

racionailas

caf""iJuJ.é

,.prrrrnü¿¡;-

nales

del

pensamiento.

si los

freudianob

están-efectivamenürn

lo

cierto,

el

control

del

pensamiento

rr

*ás

obligat;riá

_pt,

no

decir

obsesivol

de

lo

que

el

no

inicíado

suponé.

sin

emtar_

go,

sigue

habiendo

con

toda

seguridad

difeiencias

cuant¡tai¡_

vas.

utilizando

el. lenguaje

de

loi

especialísias

en

informátióa,

existe

"control

ejecuiivo"

sobre tas

capaci¿aoes

,"prrr.ni,

-ffiobvio,er

tiene

para

percíbir

los

extranjero.

(N.

del

f.)

autor

se

refiere

a

la

dificultad

que

todo

hablante-oyente

sonidos

de

su

propi<r

lengua

tal

y

como

los

percíbiria

un

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de

entrada

considerados

como

módulos

cionales centrales.

La sofisticación

intelectual

consiste,

en

par-

te,

en

la

capacídad

de

ejercer

ese

controt de

manera

que

nós

facilite la

satisfacción

de

nuestros

objetivos

-en

una

palabra,

de

una

fornra

que

nos

permita llegar

a

alguna

parte.

Por el

contrario, los

procesos perceptivos

operan

según

parece,

que-

rámoslo

o no, sin tomar en

consideración

los

intereses

inme-

diatos

del

sujeto. Frases

hechas

como

"no

he

podido

evitar

escuchar

lo

que

decías"

expresan

con

harta

frecuencia

una

verdad

literal. Y

es

precisamente

lo

que

se

dice,

y

no

sólo

lo

que

se

pronuncia,lo

que

no

puede

evitarse escuchar.

lll.3.

E I acceso desde el

procesador

central

a las

representaciones

mentales

que

los

sistemas

de

entrada

computan es

sólo

limitado

Vale

la

pena

distínguir

el

postulado

según el cual

las opera-

ciones de

entrada

son obligatorias

(no

nos

queda

más

remedio

que

percibir el

enunciado de

una

oraciín

como

tal)

del postu-

lado

que

establece

que

lo

que pocir'ía

denominarse

"internive-

les"

de

representación

de

la

entrada sensorial son,

por

tuerza,

relativamente

inaccesibles

a

la

conciencia.

No sólo

percibimos

obligatoriamente

un

enunciado

de una oración

como tal,

sino

que

además,

en

una

primera

aproximación,

sólo

lo

podemos

percibir

de

esa manera.

Esta consideración

no

está

exenta

de

interés,

puesto

que,

según todas

las

teorías

en

uso,

las computaciones

que

efec-

túan

los

sistemas

de entrada

proceden

de

modo

caracterfsti-

co mediante

la

asignación

de

una

serie de

análisis

intermedios

de

la

estimulación

proximal.

La

comprensión

de

oraciones,

por

ejemplo,

implica no sólo una codificación

acústica, sino

también

la

recuperación

del

contenido

fonético

y

léxico

y

de

la forma

sintáctica.

Según

parece,

en el

caso

de la

visión

acon-

tece un

proceso

análogo;

así,

el reconocimiento

de

una configu-

ración distal

de

objetos, como

por

ejemplo una-botella-encima-

de-una-mesa-en-un-rincón-de-la-habitación

procede

mediante

la

recuperación

de

una serie

de

representaciones

preliminares

(en

términos

de

frecuencias

visuales

y

bosquejos

previos,

entre

otras

cosas. El

lector encontrará

una

revisión

de

las

propuestas

más

recientes

acerca

de

los interniveles

de

representación

visual

en

Zucrrn,

1981

).

87

Page 87: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 87/197

La modularidad

de

la

mente

. .El .aspecto

que

qu¡ero

destacar

es

que

er

sujeto no

tiene

idéntico

acceso

a

todos

estos

niveres

rt"rndrntes

áe

represánta-

ción

-al

menos

si

tomamos como

criterio

de

accesit¡rüro

r,

posibilidad

de

disponer

de

un

suministro

explícito

oe

lalñtor-

mación

que

estas

representaciones

encierran.

D.

rreórro,

.orno

señalé

anteriorme.nte,

ros

niveres

inferiores (ros

qr.

ña-ilan

más

próximos

a

los

producfos

de

los

transductoréi¡-priác.n

ser

completamente

inaccesibles

para

cualquie.

jrop'oi,-io.

l_u

norma

es

que

aun

cuando

el

procesamiento

perce'ptivo

pro_

ceda

de

"abajo

hacia

arriba"

(cada

nivel

de representación

del

estímulo

anaiizado

se r'railá

rerá.iondJo

ol"rn

modo

más

abs-

tracto

con

los

productos de

los

transductores

que

el

inmedia-

tamente

precedente),

el

acceso

se

verific:a

de

ariiba

hacia

abajo

(cuanto

más

se

gleia uno

de

los

productos

de

los

trunrJu.ioi.r,

tanto

más accesibles

se

hacen

las

representac¡ón.;

;.;;;i-rou,

a los

sistemas.

cognitivos

centrares

presur¡ur.r.nt,

,.. óonru-

bles

del

conocimíen

to

consciente).

u.n.a

primera

aproximación

plausible

al

problema

es

la

que

estab.lece que

tan

sólo

aquellas

representaciones

que

constitu_

yan

las

secuencias

finales

del

prócesamiento

de'las

entiadas

perceptivas

se

hailan entera

y

ribremente

a disposiciol

J.

lo,

procesos

cognitivos

que

dan

origen

a

la

determ¡nac¡ón

*lun_

taria.del

comportam¡ento

manifiésto.

Esta

organización

oelas

relaciones

de

accesibiridad

es ro

bastantá

rizónabte

siempie y

cuando

se

asuma,

por

una

parte,

que

tas cafác¡oááes.ó'.nóriu-

cíonales

de los.

sistemas

cognítivbs

centralá,

,.,o

son

inextingui-

bles

en

su aptitud

de

atendér

a ra

inforrá.]ón

rerevantá.

v, üo,.

otra,

gue

son

los

productos

relativamente

abstractos

deÍfidcu_

samiento

de entrada

los

que

recogen

la

,ryo,

parte

de

la

in_

formaciól. que

puede

resurtarnos

de

interéé.

ápu.té

en

ra

sección

lll.2

gue

el

funcionamiento

de

los

sistemas

de

entrada

es

relativamente

insensible

a las

necesidades

del

ürlo.

Én

cambio,

según

la,

pr.esente

expricacíón,

ra

oispos¡c¡oÁliql¡tec-

tónica qu9

regula

ros

intercámbíos

d;

ini;;;ación

entre

ros

sístemas

de

entrada

y

otros

mecanismos

.ágnitivos

si iefre¡a

ciertos

aspectos

de

ros

lntereses

p.t'nrn.niJ,

irr-óó;;ñ.

A

pesar

de

que

la

generalizacién

acerca

á,

lu

rerat'íva

inr.

cesibilidad

de

los

niveles

intermedios

del

unálir¡,

de la.Átrro,

sensorial es

meramente.

a_proximativa,

hay

un

buen

n,ir.io

o,

consideraciones

anecdótícas

y

expeiímentales

que

hablan

en

s.u

favor.

.H?v,.por

ejernpro,

un

conocioo

¡uágá

pii.oiog¡.ó

qr.

díscurre

de

la

siguiente

manera:

Page 88: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de

entrada

considerados

como

módulos

E:

¿Me

har

ías

el

favor

de

mirar

tu

reloj

y

decirme

qué

hora

es?

s;

iL;

¡'ac".l

e

'faflora,

s¡n

volver a

mirar el reloj, dime

qué

forma

tienen

los

números

de

la esfera'

S:

(El

interlocutor

se

muestra

desconcertado

y

perplejo).

(Véase

Monroru

,

1967.)

Lo

que

se

pone

de

manifiesto

en

esta

experiencia

es

que

la

információn

visual

sobre

la

forma

de

los

números

es

segura-

6nté

registrada

al mirar

la

hora,

aunque.se

pierde

cuando

hay

qué

u".uder

u ella

para un.uso.posterior.

Lo

que

se

recuerda

es

Jñá pts¡.¡On

de

las

manillas

desprovjs.ta

de

una

forma

corres-

ó""J*te.-Existen

otros

casos

parec¡dos

en

los

que,resu.lta

di-

íi.¡i-r..ordar

si

la

persona

con

la

que

acaba

de

hablar

llevaba

naina

(o

bigote,

o

gafas).

No

obstante,

la

información

visual

ou.

.rüucifi"ca

ex'ístencia

de

barba

tiene

que

ser

registrada

;";r;;;i'Ju

ti.rpre

que

se.

reconoce

un

rostro

barbudo.

Casi

Áuil¡.

recuerda

"¡ito

ie hallan

agrupadas

las

letras

y

lgsnúme-

ros en

el disco

de

un

teléfono*,

aúnque

utilicemos

esta

informa-

ción

cada

vez

que

hacemos

una

llamada.

Ntcrensoru

y

Aonu

s

tiSZgi |ttn

demostrado que

las

personas

no

sólo

se

muestran

in.upá.us

de

describir

correctamente

una

moneda

de

un

cen-

t;;;-;;;

la

efigie

de

Lincoln.

sino

que

además

no

aciertan

a

iánál*

un

Oibuio

correcto

de

dicha

moneda

entre

un

coniunto

de

diseños

a

todas

luces

falsos.

En

el

caso

del

lenguaje

se

dan

situaciones

muy

semejantes.

nrrritá,

poi

e¡emplo,

muy

s.encillo

demostrar

que.los detalles

d;;

siñia*¡s io

.i.

elección

de

palabras).se

pierden

a

los

po-

óós

¡nstantes

de

escuchar

una

frase,

reteniéndose

tan

sólo

el

ientido

general

de la

misma.

(iOué

acabo

de

decir

que

se

p gr-

á;

;;1e"gu¡da?

iEran

los

detalles

de

la

sintaxis

o

los

detalles

r¡nt¿"t¡.ós?)

Con

todo,

resulta

inconcebible

que

esta.informa-

á¡On

no

quede

registrada

en

algún

lugar

en

el curso

del

proceso

á.

.otpiánsión,

"e

incluso

es

posible,-

dentro

de unos

I

ímites,

aumentar

la

caiacidad

de

recuperación

de.dicha

información

á

Oáiu

de

maniiutar

las

variables

de

instrucciÓn

que

se

adminis-

iran

al sujeto.

'iVéunt.

al

respecto

Ios

sugestivos

experimentos

de SncHs

,

1967

Y

Wnrururn

,

1968.

)

*Los

discos

de

teléfono

en

el

Reino

las

letras

del

alfabeto

con

ios

números

'l

cada

número.

Unido,

EE.UU.

y

otros

países

combinan

a

0,

en

una

proporción de

tres

letras

por

Page 89: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 89/197

90 La modularidad de la nt

Esta case de ejempos hace que parezca plausbe a dea deque a reatva inaccesbldad de los nvees nferores de anss de a entrada sensora se debe, a menos parcalmente, amodo en que se eva a cabo a asgnacn de prordades en atransferenca de representacones desde una memora reatvamente a corto pazo asta otra reatvamente a argo pazo.1�La dea es que so se amacenan aquelas representacones deorden superor en tanto que las precedentes se descartan tanpronto como os subssteas de anazador de entradas extraen de eas a nformacn reevante Dcho en trmnos msprecsos as representacones ntermedas de a entrada senso

ra se retenen en a memora, cuando no ·se descartan a expensas de un costo adcona de memora o atencn, sendo esta sobrecarga de acceso nterno un rasgo prototpco de ossstemas moduares

Sn embargo, ste es so un aspecto de probema Obsrvese, por eempo, que en tareas en as que se reduce a m no a demanda de emora medante a comparac6n de estmuos presentados  simu/tanemene, as respuestas sensbesa propedades estmuares que se manfestan en nvees rea

tvamente bajos de representacn suelen ser  mas rapids queas respuestas referentes a propedades vncuadas a representacones de orden superor En este caso, pues a ordenacn dea accesblda reatva es nversa a la que anteormente denomn "de arra haca abajo Consdero de nters haceruna dgresn con e fn de revsar certos hallazgos reevantesa este respecto

E paradgma expermenta clsco que voy a descrbr se debe a PosNER ( 978) En se peda a los suetos que esponde

ran 's a a aparcn de pares de letras resentados vsuamente cuando stas ueran bien togrfca (tt;T o bie nalfabtcamente dntcas {TTt E resutado fue que cuando as etras de un par se presentaban oo siuneo arespuesta a os pares de etras a fabtcamente dntcas que a avez fueran dntcas n su tpograf a era ms rpa ue a resuesta a os pares de etras alabtcamente guaes pero dstntas en su tpograa Este efecto dsmnu a de forma anttcacuando as letras eran prentadas  secuenc!mene se ncre

mentaba e nterval nterestmu ar.Este fenmeno puede nterpretarse de forma no oblgatora aducendo que la representacn que especfca la forma fsca de estimulo recbdo se computa antes que las representa-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de

entrada

considerados

como

módulos

91

ciones

que

determ¡nan

su

valor

alfabético.

(Al

menos

parte de

la

información

iói*"f

tiene

que

ser

registrada

antes

del

válor

alfabético,

dado

óu.

¿tt

depende

de aquétla.)

En

cualquier

ca-

;;:;i

h*ñ-áé

óu.

ta.s

repr.esentaciones

de

la

forma

puedan

provocar

,rrprárüivjuntariai

indica

que

se

hallan

a

disposi-

ción

de

lo,

pro"r-tot-centrales

en

cierfo

momento

del

período

;;;el

suieto

se

halla

expuesto

al

estímulo'

Y

esto'

a

su

vez'

es

indicio

de

qrJu

inr""érinilüad

de

la

información

tipográfi-

ca

en compara;'d"on

t"

alfahÉtica

en

la

recuperación

a

largo

plazo,debe

OepenOei

más

del

modo

en

que

se

organiza

la me-

moria

que

de f["oiac¡Oád

intrínseca

de

las

repi'esentaciones

de

orden

infer¡or-páia

los

procesos

de orden

superio.r'

Parece'

pues,

que

en

loi.uiot

reieridos

,

la

razÓn-q.,?f

It

que

los

niveles

inferiores

del

ánáiiit

de

la entiada

sensorial

no

se

hallan

dis-

ponibles,

reside

sobre

todo

en

el

modo

pecYliar

en

que

los

sub.

sistemas

de

los

pio".ruoores

de

entrada

se

interrelacionan

con

los

sistemas

de

ir

tát".i¡..

l.lo

se

trata

tanto

de

que la

infor-

mación

sea

inconsciente,

._o*á

ár

qur

simplemente

no

puede

recordarse

(véaie

iá*U¡t?i

CnowoER

'y

Monrorrr

'

1969)'

No

obsuntel

no

ei-probable

que

ésto

sea

todo

lo

que

pueda

decirse

sobre

¡á

'i;ñ;;¡n¡rüao

be

ros interniveres der

anárisis

de

las

entraOasl

poi

un

lado,

según

se

observó

anteriormente'

algunos

de

los'n'ivefei

¡nter¡óttt

O.

la

representación

9:l::lj

mulo

parecen'rá,'

"o*ple.tamente

inaccesibles

a

la

conclencla'

Sea

cual

fuere-ft

i¡i".'ción

y

él

propósito

(salvo

en

casos

de

adiestramientá

J*ót.to

del

'sujetol,'.t.

imposible

elicitar

res-

il;;;

uóJrntoiai

que

se_an

sensiblbs

de

modo

selectivo

a

dis-

tinciones

l,nguitii..d

*Utonéti.ut

(o.,

en

el

caso

de

la

visión,

a

parámetros

;;'h

ñyeóc¡ón

i.tinítnt

de

objetos

distales)'

aun

cuando

¿¡sñongJ*ot

de

sólidos fundamentos

teóricos

para

suponer

qr* ,rlr-in"torrá.ión

lingü

ística.dug.

ser

registrada

en

algún

*orn.ni-o"d;i

.uito

clet

pioc"t-1*lt^lto

lingüístico

(/vi-

sual).

y

no

sólo

fundamentos

ieÓricos:

así,

con

frecuencia

se

p

u e

de

d,

mo

rá,

iu

i

.c

¡e

rtos.

aspecto

s.

.de

I

.co

mp ortayí17'?,

-d

"

las

persoru,

,'oi

sánsibtes

a

información

de

ta

que

no

se

trcne

conciencia.

Porejemplo,segúnun.conocidoresultadoobtenidoenel

área

de

ra

ps¡óbiñíca

¿el

habla,

ciertos

enunciados

de

sílabas

il;;;

il*g-ui

á

¿¡tt¡ngrirse,

pese g

la.existenciade

importan-

tes

diferencias

en

su

ttttr.iúiu

acústica,

siempre

.y

cuando

tales

dífereniíaiseai

sunfoniücas.

En

cambio,

cuando.

las

dife-

rencias

acúst¡ca1

idénticas

en

términos

cuantitativos

tienen

un

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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92 La modularidad de a ente

valor de contraste, seg la terminologfa de los lingisas -es

decir, cuando sealan distinciones entre onosal sujeo le resulta muy secillo discriminar entre elas; as sucede, por ejemplo cuando discriminamos "ba de pa En resumen, pareceque ha una constancia perceptiva en uncionamiento que determina, en una amplia gama de casos, que slo aquellas dierencias acsticas que posean valor ling fstico sean accesibles aloente en areas discriminativas (vase LIBRMAN y cols., 1967)Sin embargo lo que no deja de sorprender es que estas dierencias inaccesibles  afecten a los tiempos de reacci6n. Suponga

mos que  a/a  ab son pares de enunciados verbales tales queos integranes del primer par son acsticamene idnicos ensentido literal los integrantes del segundo par diieren (mica-mente en propiedades acsticas no conrastanes eso es ladistincin entre a y es subonica Como se ha viso, es posible hallar propiedades que hagan que los integrantes del par

 ab sean perceptivamene indistinguibles (al igual que los integranes del par  aa, nauralmente

Con todo, en tales casos, los tiempos de reaccin al emitirla respuesta iguales para el par  aa son consistenementemenores a los tiempos de reaccin al emitir la misa respuestapara el par  ab PN y TAH 974) l sujeo es incapaz demaniestar presumiblemene ni siquiera percibe la dierencia entre a seal  a la seal b, pero su comportamiento es,e odos modos, sensible a esa dierencia

Ese tipo de casos se da mu a menudo en los estudios sobre la constancia, por lo que merece la ena examinarlos conms detenimiento La uncin caracterstica de la constanciaes engendrar semejanzas perceptivas ante la variabilidad de laestimulacin proximal La variacin proximal es con recuencia equ voca el mundo es, en general, mucho ms estable quelas proecciones del mismo que inciden sobre a supericie delos ransducores La constancia tiene por objeto corregir esteenmeno a in de que los perceptos en general se adecen me-jor a las coniguraciones distales que los es mu los proximalesPero es evidene que de nada servira el eecto originado porla constancia si los sistemas centrales encargados de regular elcomportaiento no estuvieran diseados para ignorar las representaciones que incorporen inormacin proximal no corregida La solucin ms idnea, en trinos de aruitectura,consiste en permitir que los sistemas centrales engan accesoa la inormacin suministrada por la estilacin proximal

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Los sistemas de enada consderados como m6dulos 93

 una vez que esta haya atravsado los analizadors d ntraas.Esto quival a dcir qu los procsos cntrals slo abr' accdr Iibrmnt a los productos los procsadors prcptivos n tanto qu los intrnivls dl procsaminto prcptivo abrn prmancr opacos a los sistmas cognitivos supriors Esta s a mi n tndr, la arquitctura caractr fstica dlos sistmas cognitivos umanos

En rsumn ya stamos n conicions d acr una gnralizaci6n acrca los sistmas d ntrada como tals El anlisis d las ntradas snsorials acta d modo caractr stico alas proyccions qu median ntr los productos d los trans

ductors y los prcptos -proyccions qu s ctan miant la computaci6n d intrnivls d rprsntaci6n corrsponints a los stmulos qu l organismo capta Estasrpsntacions intrmdias son n cirtas ocasions absolutamnt inaccsibls a los procsos cntrals y n mucasotras accsibls aunqu a costa d aumntar las dmandassbr la mmoria o la atnci6n Dico d otro moo: n unaprimra aproximaci6n os sistmas d ntrada pudn sr librmnt consultados por la mmoria y otros sistmas cntra

ls xclusivamt n lo qu acta a  uno los nivls d rprsntaci6n qu aqullos computan El nivl n l qu s produc sta comunicaci6n s por lo gnral l qu s allarlacionado d orma ms abstracta con las rprsntacionsrsultants d la transducci6n Si sta xplicaci6n dmustrasr vrdadra tndr dcisivas conscuncias y si admsrsulta r vlia para la mayora d los sistmas d ntradaabr sobradas razons para crr qu l constructo  sistemade entrada dsigna una clas natural d procsos.

111.4 Los sistemas de entrada son rpidos

La idnti icaci6n d oracions y d conjuntos d st mulosvisuals s cunta ntr los procsos psico16gicos ms vlocsd la spci umana. Sin mbargo s dicil dotar d una bascuantitativa a sta obsrvaci6n toda vz qu la iniviuaci6nd las actividads ntals s alla an n un stado d rlativa

oscuridad. [ Culs son los I mits concrtos d los procsossotidos a comparaci6n? Por jmplo d6nd acaba l procso d reconocmento d oracons (/scnas) y cominzanotros procsos d ndol surior? Comprs con la xposici6n

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La modularidad

de

la

mente

recog¡da

en

la secc¡ón

lll.6.]

Pese

a

esta

imprecisión

contamos

con

un número

más

que

suficiente

de

pruebas

que

justifican

estas

intu iciones teóricas.

Entre las respuestas

voluntarias

más

elementales

del

ser

hu-

mano

se halla

la

de

elegir

entre

dos

alternativas

(por

ejemplo,

pulsar

un

botón

cuando se

encienda

la

luz de

la

izquierdal.

Estas

tareas

imponen

una

mínima

demanda

sobre las

capacida-

des

cognitivas,

hasta el

extremo

de

que

un sujeto

entrenado

puede

responder

de modo

fiable

con

latencias

inferiores

a

un

cuarto

de

segundo.

Esto hace

parecer

dudosa

la

idea

de

que

la

recuperación

del contenido

semántico

de una

oración

percibi-

da

auditivamente pueda producirse

a

una

velocidad

semejan-

te

a

la

que

se

alcanza

en

el

paradigma

de elección

entre

dos

alternativas.

sin

embargo,

se

ha

comprobado

que

un

buen

nú-

mero

de

sujetos

puede

efectuar

el

"seguimiento"

del

habla

cont¡nua

con

una

latencia

de

un

cuarto

de

segundo

(,,segui-

miento"

consiste

en

repetir

lo

que

se

escucha

ian

prontoio-

mo

se

percibe)

y,

en

contraste

con

algunos

de

los

primeros

resultados

obtenidos

con

este

paradigma,

hay

pruebas

de

que

lgt

sujetos

capaces

de

efectuar

un

"seguimiento

rápido,,

en-

tienden

lo

que repiten

(véase

Mnnslgrv

wuson¡

,

19731.

Te-

niendo

en

cuenta la

cantidad

de

procesamiento

que

la

com-

prensión

de oraciones

lleva aparejada

(y

a

menos

que

las

actuales

teor

ías

sobre esta

materia

sean ¡ncorrectas

en

su

totalidadl,

este

hallazgo

es

verdaderamente

desconcertante.

Sea

como

fuere,

está

claro

que

la

latencia

der

seguimiento

es

una

medida

extremadamente

conservadora

de

la

veloci-

dad

de comprensión.

Dado

que

el

seguimiento

requiere

la

repetíción

de

lo

que

se

escucha,

el intervalo

de

2so

milise-

gundos

entre

el

estímulo

y

la

respuesta

incluye no

sóto

el

tiempo

que

reclama

el

análisis

perceptivo

del

rnensaje,

sino

también

el

tiempo

que

requiere

la integración

de las

verbali-

zaciones

del

sujeto,

En suma,

es

posible

que

el

fenómeno

del

seguimiento

rápido

demuestre

que

la

ef icacia

del

procesamlentó

ringü

ís-

tico

está

sujeta

a unos

límites

teóricos.

Dado

que

la

tareá de

emisión

de

sílabas

en el

habla

normal

viene

a

ser

de

cuatro

por

segundo,

la latencia

de

250

milisegundos

registrada

en

estos

experimentos

es

compatible con el

supuesto

de

que

los

individuos

capaces

de

realizar

un

seguimiento

rápido

proce-

san

el

habla

en

unidades

del

tamaño

de la

sílaba,

es

decir,

que

el

inicio

de

la

respuesta

de

seguimiento

da

comienzo

una

vez

Page 94: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de entrada considerados

como módulos

identif

icada

la

porc¡ón

de

la entrada

sensor¡al

correspondiente

a una sílaba.

Ahora

bien,

la

investigación en

psicoacústica

ha

puesto

de

manifiesto gue

¡a

sílaba

es

la

unidad lingüística

más

corta

que

puede

identificarse

de

manera

fiable

en la

cadena

hablada

(véase

LreenN¡eNl

y

cols.,

1967

).

Según

parece,

las

ma-

nifestaciones

acústicas

de

formas

lingüísticas

más breves

(como

por

ejemplo,

los

fonos)

presentan

una

dependencia

de

contex-

to

que

impide

que

se

puedan

identificar

unidad-por-unidad.

Sólo

en

el nivel

de

la

sílaba

comienzan a

apreciarse

secuencias

de

ondas sonoras

cuyas

propiedades

acústicas

se

hallan

relacio-

nadas de

manera

f

iable

con sus correpondientes valores

lingüís-

ticos.

De ser

cierto,

esto sólo

puede

traer

consigo

la

siguiente

descorazonadora

posibilidad:

las

respuestas

de

seguimiento

rá-

pido

presentan

un desfase

de una sílaba con respecto

al

estí-

mulo,

no

porque

este

tiempo

constituya

el

límite

superior

de

la velocidad

de

los

procesos

mentales

implicados

en la com-

prensión

del

lenguaje,

sino

más bien

porque,

si

el

sujeto

fuera

más

rápido,

la

capacidad

de

la

cadena hablada

para

señalizar

disti

nciones

I

ingü ísticas

quedaría

desbordada.ts

Cuando

se

pretende

estimar

la velocidad

de

computación

en

el

procesamiento

visual, los

problemas

de

cuantificación

se ha-

cen mucho

más

arduos.

Por

una

parte,

el estínrulo

carece de

dimensión

temporal,

por

lo

que

resulta

dif

ícil

determinar

qué

cantidad

de

entrada

sensorial

registra

el

sujeto

antes

de

iniciar

su

respuesta

de

identificación

del

estímulo.

Por

otra,

no dispo-

nemos de

una

taxonomía

de

estímulos

visuales

comparable

a la

clasificación

de

enunciados

verbales

en

t¡pos

lingüísticos.

Dado

que

la

cuestión

de

la

pertenencia

de un

enunciado ver-

bal a

una

categoría lingüística es mucho

más

clara

que

la

mis-

ma

cuest¡ón referida

a

los

estímulos

visuales,

en

el

área

de

la

visión

es

aún

más

dif ícil

que

en

la del lenguaje

determinar

qué

clase de

respuestas

revelan

que

el sujeto ha

identificado cierta

conf

igu

ración

esti

mu

lar.

Por todo ello,

hay buenas

razones

para

creer

que

si

hallára-

mos,

en

el

caso

de

la

visión, un

procedimiento

bien

fundado

para

cuantif

icar

nuestras

observaciones,

los

datos

sobre

percep-

ción

visual

resultarían

tan asombrosos como

los

registrados en

el

terreno

del

lenguaje. Por

ejemplo, en

un estudio llevado

a

cabo

por

Hneen (1980)

se

presentaron

a los

sujetos

2.560

dia-

positivas

de

escenas naturales elegidas

al

azar, cada

una

de

las

cuales se

mantenía

expuesta

durante

diez

segundos.

El

rendi-

miento

en

la

tarea

de reconocimiento

(o

la

capacidad de

iden-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La

modularidad de la

mente

tificar

correctamente

las

diapositivas

de

prueba

como

pertene-

c¡entes

al

grupo

de

las

presentadas

anteríormente) alcanzó

el

9oeo,

transcurrida

una hora

desde

la

fase

de

presentación.

Haeen

declaró

que

estos

resultados

"indican

que

el

recono-

cimiento de

fotograf

ías es

prácticamente

perfecto".

Según

investigaciones

más

recientes

llevadas

a

cabo

por

Porren

(co-

municación

personal),

el

tiempo

de

exposición

de

diez segun-

dos

es muy

superior

al

que precisan

los

sujetos

para

efectuar

una

codificación

perceptiva

del estímulo

que

asegure

una

ut¡-

lidad

casi

perfecta.

Para

PorrER, el

rendimiento

de

los

sujetos

en

el

paradigma

de Hne¡n

alcanza

su

nivel asintótico

con un

intervalo de exposición

próximo

a

los dos

segundos

por

día-

positiva.

Hay

otros

resultados

de

Porren

(1975)

que

ponen

de ma-

nifiesto

su

aseveración

de

forma aún

más

ilustrativa.

En

este

experimento

se mostraba

al

sujeto una

secuencia de

diaposi-

tivas

de

fotograf

ías tomadas de

revistas,

siendo

la

variable

ma-

nipulada

por

el

experimentador la tasa de

presentación.

Antes

de

cada

secuencia

se

proporcionaba

al

sujeto

una

breve

des-

cripción

de

un objeto

o

suceso

que

podía

aparecer

en

alguna

de

las

diapositivas

-por

ejemplo, una

barca,

dos

hombres

to-

mando

cerveza,

etc.

La

tarea

del

suleto

consistía

en

atender

a

las

diapositivas

y

responder

cuando viera

una

que

se

ajustara

a

alguna

de

las descripciones

previas.

Bajo

estas

condiciones,

los

sujetos respondieron

correctamente

en

proporción

supe-

rior

al

TOeo de los

casos,

cuando

el tiempo de exposición de

cada

diapositiva

era de

125

milisegundos. La asíntota

de

res-

puestas

correctas

(aproximadamente

el

96e"1

se

alcanzó

con

un

tiempo

de

exposición

de

167 milisegundos.

Es

de destacar

que

los sujetos

fueron tan

eficaces

en esta

tarea como

en

la de

reconocimiento

(es

decir,

la

que

consistía

en

emitir

juicios

glo-

bales

acerca

de si

cada diapositiva había

sido

presentada

con

anterioridad

).

De estos

resultados

se

pueden

extraer dos

consecuencias

in-

mediatas

en

materia de eficacia computacional de los

procesos

de entrada. En

primer

lugar, esta eficacia

se

halla

en

marcado

contraste

con

la

relativa lentitud

de

procesos

centrales

para-

digmáticos

como la solución

de

problemas.

En

segundo

lugar,

no

es casualidad

que

estos

rápidos

procesos psicológicos

sean

obligatorios.

La

primera

consecuencia es,

a mi entender, intuitivamente

obvia: uno

puede pasarse

horas,

y

de hecho

lo

hace,

dándole

Page 96: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los sistemas de entrada consdeados como m6dulos 97

vueltas a un problema de fi losofa o ajedrez sin que haya motivos ara creer que la comle idad comutacional de estos roblemas es suerior a la de aquellos que resolvemos cada da sinesfuerzo ninguno en el curso del rocesamiento ercetivo. Yno slo esto, lo ms desconcertante del anlisis de las entradases recisaente que la comlejidad comutacional del roblema que debemos resolver no sirve ara redecir la dificultadque suone la resoluci6n del mismo. Pero incluso si tal rediccin udiera hacerse la diferencia entre un roblema "difcily oto sencillo no se medira e meses sino en milisegundos.Esta disaridad entre la ercecin y el ensamiento es tanmaifiesta que no uede considerarse un artefacto nadoor la manera de categorizar nuestras caacidades cognitivas.Tan slo en las situaciones trucadas es decir aqullas creadas artificialmente or los sic1ogos en el laboratorio, uededarse el caso de qe el anlisis ercetivo de un enunciado verbal o una escena visual sea eficazment instantneo Lo quesucede al analizar un enunciado rototico del estilo deCuando yo camino de Francia iba. * utilizados en ciertosexerimentos de sicoling stica no es con tod seguridad lo

mismo que ocurre en el rocesaiento norma I caracter sticodel reconoimiento de oraciones Esto ncluso se siente a sim-·e vista.

En cuanto a la segunda consecuencia es muy osible que losrocesos de anl isis de las entradas sean ridos precisamentepr ser obligaoios Al ser automticos, estos rocesos suonen un ahorro comutacional (y or consiguiente de tiemo)mientras qu, en caso contrario habra que dedicar trabajo (ytiemo) ara deciir si resulta ertinente, y co onerlos en

acci6n. Comrese esto con el siguiente caso. Pestaear es unaresuesta rda prque es un refleo esto es, orque no hayque ecidir si es reciso estaear cuando alguien nos va a meter un dedo en el oo or eemlo. Las resuestas automticas estn, en cierto sentido absolutamente desrovistas decontenido inteligente De toda la gama de aleativas comutaconales (y en timo trmino comortamentales) de quedisone un organismo tan slo se one en uego' un equeo

*El jmpio qu el ato of n ngs n odc, al adrlo al aslano mmo fo uvco d! mµo n casllano. Ea la fa ogna osodn adu6 The ors racd pst ba .. fl; ·'l aballo ll aload m all d lo " y / E aa lo u ha a sdo condudo all{dl ao a (N. def T)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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98 La modularidad de la nte

subconjunto estereotipado de ellas Sin embargo, al ddicarnosa este tipo de actividades aparentemente absurdas lo que gana-mos es  no tener que pensar, y no olvdmos que pensar lleva sutiempo. Con todas sus limitaciones los reflejos no tienen quesoportar la nexorable carga del entendimento Y segn el presente anlisis los procesos de entrada tampoco

No obstante todava hay ms que aadir sbre la velocdadde los procesos de entrada Pronto volve a ocuparme de esteasunto

111. 5 Los sistemas de entrada se halan nformatvamenteencapsulados

Algunas de las posturas que voy a defender en esta ecci6nson objeto de debate entre los psic61ogos No obstante considero pertinente exponerlas aqu puesto que creo que son ciertas En este caso la exposic6n se centrar fundamentalmenteen el lenguaje aunque como es habtual sus consecuenciaspueden plcarse iualmente a los sistemas de entrada en suconjunto

Seg( seal anteriormente puede decse cas con absolutacerteza que para entender un enuncado verbal hace falta analizarlo en varos niveles diferenes de epresentaci6n: fonticofono16gico lico sntctico etc Ahora ben en pncipio lanformaci6n acerca de la probable esructura de! estmulo encualquiera de estos niveles podra muy ben nlu sobre el resultado del anlisis en cualquiera de los dems Y por extensn cua/quier nformaci6n de que dsponga el oyente nclui

da la meteorol6gica astro16gica o por citar aspectos ms plausibles la informaci6n sbre las probables ntenciones comuncativas del hablante podran ntervenr en cualquier momenten el proceso de comprensi6n En conreto es del todo posibleque en el transcurso de la computac6n de una descripci6n esructural la nformac6n que tan slo se hace man ifesta en n veles de representaci6n de orden relatvamente superor seaconducida en sentido descendente determnando de este modo los anliss que tienen lugar en niveles de orden comparati

vamente nferior20 Pero aunque esto es en princpio posbleyo mantengo como postulado fundamental de m argumentoque las operaciones de los sistemas de entrada no se ven afectadas en ciertos aspectos por ese flujo descendente de informaci6n

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de

entrada considerados

como módulos

Ouísiera

hacer

hincapié

en la expresión "en

ciertos

a$pec-

tos",

ya

que en la literatura

psicolingüística hay ejemplós

in-

cuestionables

de

los efectos

del

flujo

descendente

(feedbackl

de

informac ón

sobre

ciertas

operaciones

de

entrada.

Considé-

rese,

por

ejemplo,

el

"efecto

de

restauración

de

f

onemas"

(pho-

neme

restoratíon

effrctl

(Wannrru,

1970),

que

se

produce

de

la

siguiente

manera.

Primero

se

graba

una

palabra

en

una

cínta

(por

ejemplo,

la

palabra

"leqislatura"l

y

a cont¡nuación se

bo-

rra

uno

de

los

sonidos

que

inteqran

dicha

palabra

(por

ejemplo,

el

sonido

"s"1,

sustituyéndolo

por

el

ruido

de una

tos.

La

es-

tructura

acústica

de

la

señaI

resultante es,

pues,

llegi(tos)latura/.

Sin

embargo,

lo

que

el

sujeto

oye al

escuchar

la

cinta

es una

emisión

de

la

palabra

/legislatura/

con una

tos

"de

fondo".

Se-

gún parece,

lo

que

ocurre es

que

la

constitución

fonética

perci-

bida

de

esta

emisión vocal

viene

determinada

no

sólo

por

la

in-

formación

transducida

{esto

0s,

la

información

definida

en

niveles subfonéticos

de

análisis),

sino también

por

información

de orden

superior

acerca

de

la

posible

representación

léxica

de

dicha

emisión

vocal

(es

decir,

por

la

suposíción del

sujeto

de

que

la

palabra

emitida debía

ser

/legislatura/).

No

es

dif

ícil

imaginar cómo

se

produce

este

flujo

de

infor-

mación

de

arriba hacia abajo.

Lo

más

probable

es

que,

en

pre-

sencia

de

un

estímulo

ruidoso,

el sujeto

busque

en

su

diccionario

mental

un

elemento

que

corresponda

"lo

más fielmente

posi-

ble" a

la

porción

del

contenido

fonético

de la emisión vocal

que

ha

conseguido

identif

icar

con

seguridad.

Concretamente,

al

diccionario

mental

se

le

envía

una

instrucción

como

la

siguiente:

"busca

una

entrada

léxica

de diez

fonos

de

longitud

cuya

se-

cuencia

fónica

inicial

sea

llegil

y

cuya

secuencia fónica

final

sea

ilatural".

La

respuesta

a

esta

instrucción

const¡tuye

el

aná-

lisis

léxico

que

hace

posible

la

identificación de la

palabra.

Un

fenómeno

aparentemente

similar

tiene

lugar

en

el caso

de

los

escotomas visuales

(en

los

que

un

trastorno

neurológico

da

origen

a

un

"agujero"

en

el

campovisualdel

sujeto).

Según

se

ha

podido

comprobar,

el

escotoma

puede

llegar

a

enmasca-

rar

buena

parte

de

la

entrada

visual sin crearle al

sujeto un

pun-

to

ciego

fenoménico.

Seguramente,

lo

que

ocurre es

que

la

información

sobre

ciertas

redundancias

de orden

superior

es

conducida hacia

niveles

inferiores

"llenando"

el

hueco

dejado

por

le

información

que

falta.

Cabe

pensar,

asimismo,

que

pro-

cesos

semejantes

a

éste

den

cuenta

del

hecho

de

que

no

poda-

mos

"ver"

nuestro

propio punto

ciego

retiniano.

Page 99: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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100

La modularidad

de la

mente

Considerac¡ones

como

éstas

han

llevado

a

c¡ertos

psicólogos

(y

a

buen número

de

teÓricos

de

la

lnteligencia

Artificial)

a

proponer modelos

del

análisis

de

entrada

radicalmente

top'

down

l"arriba-abajo"),*

en

los

que

la

codificación

percept¡va

de

un

estímulo viene

fundamentalmente

determinada

por

las

creenc¡as

y

expectativas

(conscientes

o

inconscientes)

del

suje-

to,

V

apenas

por

la

información

estimular

que

proporcionan los

transductores.

Casos

extremos

de

estOs enfoques

de

corte

"des-

cendente"

pueden

encontrarse

en

la explicación

que

SgHANK

propone al

problema de

la

comprensión

del

lenguaie,.en

las

pri-

meias formulaciones teóricas

de

Nessen sobre la visión

y

en

los

enfoques

de "análisis-por-síntesis"

del

análisis

de orac¡ones.

Es

evidente

que

en

la

comunidad

de

científicos

cognitivos

pre-

valece

aún un

apego

sentimental

por

lo

que

se

conoce

genérica-

mente

como

"enfoques

del New Look"

de

la

percepcion

(Bnu-

NER,

1973).

De todos

modos,

uno de

los

puntos

clave

que

quiero

dejar

bien

claro

en esta

exposic¡ón

es

que

la implicación

de

ciertos

tipos

de

información

descendente

en

el

func¡ona-

miento

de

los

sistemas

de

entrada

es

incompatible

con

el

carác-

ter

modular de los

mismos,

al

menos según

manera

de

con-

ceptualizar

la

tesis

de la

modularidad. Sólo

una

de

estas dos

doctrinas

puede

ser

verdadera.

A

la

larga, sólo

los

datos

empíricos

dirán

cuál de

ellas

es ver-

dadera.

De hecho,

gran

parte

del

interés

empírico

de

la tesis

de

la

modularidad

reside

en

que

las

predicciones experimentales

que

de

ella

se derivan

tienden

a oponerse

diametralmente

a

las

que proponen los enfoques

del

New

Look.

Pero

al

margen

de

los experimentos,

hay

razones

inmediatas

que

llevan

a

poner

en tela de

juicio

el

supuesto

de

que

las operaciones

que

ejecu-

tan

los sistemas

de

entrada

gozan

de

un

acceso

ilimitado

a

las

expectativas

o creencias

de

orden

superior.

Según

estas

consi-

deraciones,

incluso

admitiendo

la

existencia

de

ciertos

meca-

nismos

perceptivos

cuyo

funcionamiento

se

halle suped¡tado

sobre

todo

a

información

de orden

super¡or,

es necesario

pos-

tular

otros

encargados

de

computar

la estructura

de

un

percepto

de

modo

primordial,

cuando

no

exclusivamente,

independiente

de la

información

del

contexto.

--

-Etr"-"rdelos,

que

en arielarrte

denominaier¡os

"arril:la

abajo",

se

caracteri¿an

por

el

principio

de

que

cualcluier

información

de orden

superior

(cr:ntextual,

prag-

rnática,

semántica,

etc.)

puede

cJeterminar

o

modificar la

naturalezade

los

procesos

perc"piiuos más

periféricos

Por consiguiente,

a

esta infctrmación

se

la

denonrinará

;'descendente"

en

lo

sucesivo

(N.

del T,)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los sistem de entrada cnsdeads cm mduls 101

Por un lado, tenemos el muy conocido fen6meno de las ilu

siones perceptivas (com es el caso de la habitaci6n de Aesel fenmeno "fi, la ilusi6n visual de Muller-Lyer, la restauracin de fonemas y el efecto de desplazamiento de chasquidosdistribuidos en el haba) que persisten pese al conocimiento delsujeto de que tales perceptos son i lusorios s, e I sujeto quesabe que las flechas de ullerLyer son idnticas en longitudpor haber comprobado c6mo las medan en su presencia, sigueviendo que una es ms larga que otra. En casos com ste es dif cilmente discutible que al menos parte de la informaci6n pre

via de la que el sujeto dispone es inacsible, cuando menos, aalgunos de sus mecanismos perceptivosHay un antiguo pasatiempo psicol6gico que viene a poner de

manifiesto este fenmeno Cuando uno mueve la cabeza o losojos el flujo de imgenes que cruzan la retina puede ser idntico al que se aprecia cuando se mantienen fijos la cabeza y losojos mientras se mueve la escena Cabe entonces preguntarsepor qu no se experimenta movimiento aparente al mover osojos La mayora de los psic61ogos aceptan hoy da una u otraversin de la explicaci6n conocida com 'descarga de corolario, sen la cual, los centros neurales responsables del moimiento de la cabeza y los ojos se hallan en comunicaci6n conel analizador de entradas encarado de interpretar los estmulos visuales (vase B1zz, 1968). Dado que ste conoce el estadode aqullos, se halla capacitado para desestimar las alteracionesque acontecen en la retina debido al movimiento de los 6rga nos receptores

EI aspecto que interesa destacar es que este sistema visomotor se halla inforativamente encapsulado Cualquiera denosotros podr comprobar que si ejerce una suave presi6nmanual sbre uno de sus globos oculres (en lugar de moverloe la forma habitual, es decir, si lo hace de modo voluntario,se prduce un efecto de movimiento aparente N6tese bien queal mover el globo ocular voluntariamente presionndolo con eldedo, poseemos la inormaci6n de que lo que se mueve es elojo y no la escena visual Este conocimiento es absolutamenteexplcito Cuaquier persona podra contar lo que sucede sinmayor problema Sin embargo, esta informaci6n explcita quecualquiera podra, por ejemplo, verbalizar,  nos halla a disposici6n del analizador a cargo de la integraci6n perceptiva de laestimulaci6n retiniana El sistema en cesti6n tiene acceso a lasdescargas de corolario procedentes de los centros motores ya

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102

La

modularidad

de

la

mente

ninguna

otra

informacíón.

La

modularidad se

ha

tomado

cum-

plida

venganza.

Hasta aqu

í

he revisado ciertos

casos

anecdóticos

que

vie-

nen a sugerir

gue

al

menos

algunos

analizadores

de

entradas

se

hallan

encapsulados

con

respecto

a,

cuando

menos,

ciertos

ti-

pos

de información

de orden superior.

En

este

sentido

podría

formularse

el

siguiente

principio:

la

información

de orden su-

perior

lfeedback)

interviene

sélo

en

la

medida

en

que

la

infor-

mación

gue

proporciona

la

percepción

es

redundante;

y

ade-

más, sí

que

es

posible

analtzar

percept¡vamente

conjuntos

de

estímulos

arbitrariamente no

redundantes.

Esta

afirmación

es

del todo

evidente

en

el

caso

del

lenguaje. Si escribo

la

frase

"Llevo

una

jirafa

en

el

bolsillo",

el lector me

entenderá

perfec-

tamente,

pese

a

que,

aun bajo una

noción más

laxa

de

contex-

to,

no

haya

nada

en

el contexto

de

la

oración

que

le

permita

hacer

predicciones

sobre

la forma

o

el

contenido

del

enunciado

en

cuestión. En

resumen, el

suministio de

información contex-

tual

sólo

resulta efectivo

en

la medida en

que

el receptor

sepa,

antes de

analizar

el

estímulo,

bastante

acerca

de

las

caracterís-

ticas

del

estímulo

que

va

a

percibir.

En

cambio, lo

que

con to-

da

seguridad caracteriza

a

la

percepción

es

que

nos

permite

descubrir cómo

es el mundo

aun cuando

éste

resulte

ser

distin-

to

de como esperábamos.

La

teleología

de

las

capacidades

per-

ceptivas

presupone

la existencia

de organismos

mucho

menos

que

omniscientes;

de

nada

le

servirían

a Diossi lo

fueran,

Si

ya

supiéramos

cómo son

las cosas, Zqué

necesidad

tendríamos

de

verias?zt

Así

pues,

el

análisis

perceptivo

de

configuraciones

est¡mula-

res

imprevistas

(lingüísticas

o

de

otra

índole)es

posible

única-

mente

en

la

medida en

que

a)

el producto

de

los

transductores

es

insensible

a

las

creenciaslexpectativas del organismo,

y

ó) los

analizadores de entradas

cumplen bien

su

comet¡do de compu-

tar

una

representación

del estímulo

a

partir

de

la

información

que

le

suministran

los

transductores.

Esto equivale

a

decir

que

la

percepción

de

lo novedoso

depende de

mecanismos

percepti-

vos

que

operan

"de

abajo-arriba".

Este

postulado, que,

en

mi opinión, es

uno

de

los

más decisi-

vos

para

comprender el carácter

de

los

sistemas

de

entrada,

puede

plantearse

de

múltiples formas.

Pvr-vsHvru

(1980)

hace

referencia a la

"impenetrabilidad

cognitiva" de la

percepción,

queriendo

decir

con

ello

que

el

producto

de

los

sistemas

per-

cept¡vos

es,

en

su

mayor

parte,

insensible a lo

que

el

perceptor

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los sistemas

de

entrada considerados

como módulos

supone

o

desea.

Lo

que

Pvlyssyrl

defiende

es

que

una cond¡-

ción que

la

percepción

debe sat¡sfacer

para

ser

fiable, al

menos

en el

caso

de

los organismos

que

pueden

equivocarse,

es

que

en

general

vea lo

que

hay,

y

no

lo

que

desea

o

espera

que

haya.

El

organismo

que

no

funcione

así

no

podrá

sobrevivir.

Existe otra terminología

para

formular

las

cuest¡ones

relati-

vasal

sent¡do del

flujo

de

la

información

en

el análisís

percepti-

vo.

Supóngase

que

al

organismo se

le

plantea

el

problema

de

efectuar

el

análisis de un

estímulo

a un determinado

nivel

de

representación

-por

ejemplo,

el

problema

de

determinar

qué

secuencia

de

palabras

se

ha

codif icado

en

un

enunciado

verbal.

Puesto

que,

por

lo

general,

los

productos

de los transriuctores

no

incorporan

suficiente

información

para

efectuar

un

análisis

perceptivo,zz

cabe

suponer

que

la

solución

a este

problema

ra-

dica

en

procesos

de

inferencia no

demostrativa.

En

concreto,

cada

sistema

de

entrada

puede

contemplarse

como

un mecanis-

mo computac¡onal

encargado

de

proyectar y

confirmar

cierta

clase

de

hipótesis

basándose

en

un

determinado

conjunto

de

datos.

En

el ejemplo

que

nos

ocupa,

las

hipótesis

disponibles

son

las

secuencias

de

palabras

que

pueden

construirse a

partirde

las

entradas

del

léxico

mental

del sujeto,

y

el

problema

per-

cept¡vo consiste

en determinar

cuáles

de

estas

secuencias

cons-

tituyen el análisis

correcto del

ejemplar

de

enunciado

verbal

objeto de

atención. El

mecanismo

que

resuelve

el

problema

es,

específicamente,

la

ejecución

de

una

función

confirmatoría,

es-

to

es,

una

proyección

que

asocia

a

cada

par

integrado

por

una

hipótesis

léxica

y

un

dato acústico

un valor

que

expresa

el

gra-

do

de conf

irmación

que

el

segundo

otorga

a la

primera.

(Y

algo

parecido

ocurre, mutatis

mutandis,

con

las inferencias

no

de-

mostrativas

que

realizan los

demás

analizadores de entradas.)

lnsisto en

que

este

modo

de

conceptualtzar

la situación

no

su-

pone

compromiso alguno

con una

teoría

detallada

del

funcio-

namiento

de

los

sistemas

perceptivos.

Toda

inferencia

no

de-

mostrativa debe

ser

entendida

como

la

proyección

y

la

confir-

mación de

una

hipótesis,

dando

por

cierto

que

las inferencias

percept¡vas

deben ser,

por

regla

general,

no

demostrativas,

ya

que

no

parece

discutible

el

que

los

datos

sensoriales

sean

insu-

ficientes

por

solos

para

determinar

sus

resultados.

Visto

de

esta

manera,

el

postulado

de

que

los

sistemas

de

en-

trada

se

hallan

informativamente

encapsulados

es

equivalente

al

postulado

de

que

los

datos

relevantes

para

la

confirmación

de

hipótesis

perceptivas

abarcan

considerablemente

menos

in-

103

Page 103: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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104

La

modularidad de

la

nrente

formación de

la

que

el

organismo

posee.

Es

decir,

la

función

conf

¡rmatoria

de

los

s¡stemas

de

entrada

no

tiene

acceso

a

toda

la

información representada en

el

interior del organismo;

exis-

ten

restricciones

sobre

la

asignación de

información

representa-

da

en el

interior

del organismo

a

los

sistemas

de

entrada.

En consecuencia,

cuando nos referimos,

por

una

parte,

al

"sentido del

flujo

de

información"

en

los

procesos

psicológicos

v,

por

otra,

a las restricciones

sobre

la asignación

de

informa-

ción

a

tales

procesos,

estamos ut¡lizando dos expresiones

dis-

tintas

para

hablar

de

una misma

cosa.

Por

ejemplo,

si

decimos

que

el flujo

de

información

en

la

comprensión

del

lenguaje

procede

directamente de

la

determinación de

la

estructura

fo-

nética

de un

enunciado

verbal

a

la

de su contenido

léxico,

esta-

remos

presuponiendo que

la

información

fonética es la

única

que

se

halla

a

disposición

del

mecanismo

que

establece

el

nivel

de

confirmación

de

las

hipótesis

percept¡vas

sobre

la

estructura

léxica. Según

esta formulación, este mecanismo

se halla

encap-

sulado

con

respecto

a

la

información

no

fonétíca,

es decir,

no

tíene

acceso

a

esa

información, ni

aun en el

supuesto

de

que

ésta se halle

representada

internamente,

sea

accesible

a

otros

procesos

cognitivos (como

por

ejemplo

a

todos

aquellos

encar-

gados

de

asígnar

análisis

léxicos

a secuencias de

fonos)

y

sea

pertinente

en el

sentido

de

que

pueda

afectar a los

niveles de

confirmación

de

las

hipótesis

percept¡vas

en

materia

de

estruc-

tura

léxica

en

caso

de

que

intervenga

en

el

análisis

léxico.

He

optado

por

exponer la cuestión del encapsulamiento

in-

formativo

en

términos

de

constricciones sobre

los

datos dispo-

nibles

para

la confirmación

de

hipótesis,

debido

a

la

utilidad

de

este

enfoque

de

cara a

establecer

comparaciones

entre

los

siste-

mas

de

entrada

y

los

procesos

cognitivos

centrales, tarea

que

me

propongo

acometer

más

adelante.

Por

el

momento,

bastará

señalar

que

esta formulación

es

indicativa de

otra

de

las

posi-

bles razones

por

las

que

los

sistemas

de

entrada son

rápidos.

Ya

indiqué

antes

que

las

computaciones

que

los

s¡stemas de

entra-

da

efectúan

son

obligatorias, lo

que

permite

un

ahorro

de

tiem-

po

que,

en

caso contrarío,

habría

de

emplearse

en

la

toma

de

decisiones

ejecutivas.

Ahora

puede

añadirse

que

los

sistemas

de

entrada son

obstinados,

lo

que

también

favorece

su

rapidez.

La

idea es

la siguiente: en

la

medida

en que

los sistemas de

entra-

da

están

informativamente

encapsulados,

sólo

toman

en

consi-

deración

una

parte

(tal

vez

una

porción

pequeña

y

estereotipa-

da)

de

toda

la

información

que

en

principio

es

relevante

para

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 104/197

Los

sistemas

de entrada

considerados como módulos

un

problema

de

análisis

percept¡vo.

En

consecuencia,

la

rapi-

dez

de

los

sistemas

de entrada

se

cons¡gue

a

cambio de

que

és-

tos

ignoren

buena parte

de

la

información.

Como

es

natural,

esta

ignorancia

no

sería

recomendable en act¡v¡dades

de

solu-

ción de

problemas

en

general.

Sin

embargo,

ya

hemos

visto

que

los

sistemas

de

entrada

no

pertenecen

a

esta

categor

ía

general

de actividades, sino

que

tienen

la

finalidad de suministrar

unos

tipos

muy

especiales de

representac¡ones

de

entradas

sensoria-

les

especializadas

(o

la

de

emparejar,

si

se

quiere,

representacio-

nes

transducidas con fórmulas

correspondientes al dominio de

los

procesos

centrales).

Son

los

propios

procesos

centrales

los

que funcionan

con arreglo

a

criterios

generales

y

se

muestran

sensibles,

al

menos en

principio,

a

toda

la información

que

el

organismo

posee.

De

esto hablaré

más

adelante.

Ouisiera

añadir

que

estas

reflexiones

acerca

de

la

importan-

cia

de

la

obstinación

de

los

sistemas

de

entrada

no

dependen

del

todo,

en contra

de

lo

que podría

suponerse,

de

supuestos

relativos

a

la

velocidad

de

búsqueda en

la

memoria.

Veamos

un

ejemplo. En

cierta

ocasión,

Ogden NasH

ofreció

un

consejo

muy

sensato

que

Cecía

lo

siguiente:

"Si

una

pantera

ves apare-

cer,

no

te

dejes

ver",*

En pocas palabras,

conviene que la

iden-

tificación

perceptiva

de

panteras

sea

lo

más rápida

posible,

y

que

si

incurre

en

un

error,

éste

sea

siempre

por

exceso.

Si

exis-

te

un caudal de

información

que

hay

que

examinar en

tales

identificaciones

perceptivas,

sería

preferible

no

tener

que

acu-

dir

a

una memoria

de

grandes

dimensiones

para

recuperar esa

información,

ya que,

lógicamente. la

velocidad

de

acceso

varía

en

relación inversa a

la

cantidad de

información

alojada

en

la

memoria. Con

esto

quiero

decir

que,

según

esta lóg¡ca,

lo

más

eficaz

no

es

acudir

a

ese

almacén

central

(de

grandes

dimensio-

nes)

donde

se

supone

que,

por

regla

general,

se

encuentran

las

representaciones

de

la información

contextual

general.

Esto,

a

su

vez, implica

que

no conviene

que

el analizador

de entrada

responsable

de

la

identif

icación

de

panteras

se

comunique

con

el

almacén

central,

toda

vez

que

las

memorias

grandes

se exa-

minan

con lentitud.

Supongaffis,

no

obstante,

que

el acceso

al

azar a

una

me-

moria

es

lnsensible

al

tamaño de

la misma.

Aun

así,

a

la

identi-

G;originaleslasiguiente..lfyou,recalledbyopanther,don,tanther,El

lector

podrá

advertir

que

esta

frase

contiene

un

juego

de

palabras

imposiblede

tra-

ducir

literalmente

preservando

su

matiz

irónico

y

su

rima.

(N.del

f,)

105

Page 105: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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106

La

modularidad

de la

mente

ficación de

panteras

(y,

mutatis

mutandis,

a

otros

procesos

de

análisis

de entrada)

le

conv¡ene ser insensible

a

gran parte de

la

información

de

que

dispone. lmaginemos

que

se,pueda

acceder

muy

de

prisa

a

todo lo

que

sabemos

de

las

panteras.

Todavía

nos

quedará

el

problema

de decidir cuánta ínformación índuc-

tiva

aporta

eada

elemento

informativo

recuperado

de

la

memo-

ria

a la

hipótesis

de

que

la-mancha-negra-que-vemos-en-nuestro-

campo-visual

es

una

pantera.

La cuestión

es

que

en una

situa-

ción

apurada

como

ésta,

que

exige

una

rápida

identificación

del

estímulo,

hay

muchas cosas

que

el

sujeto

sabe

acerca

de

las

panteras

cuya

importancia

de

cara

a

la naturaleza

"panteril"

del

estímulo

en

cuestiín no

es

pertínente

tener en

atenta,

co-

mo

por

ejemplo,

el hecho

de

que

mi abuela

aborrece

las

pante-

ras,

de

que

existe

un cierto

parentesco

más o

menos lejano

en-

tre

las

panteras

y

migato Jerrold

J.,

de

que

no

hay

panteras

en

Marte, de

que

hay

un

poema

de

Ogden NnsH

sobre

las

pante-

ras,

etc.;

y

esto

no

es

todo,

puesto'que

además no

se

puede

confiar

al

cíen

por

cien

en

la

suposición

de

que

ciertos

atribu-

tos

son

propios

de las

panteras.

Dado

un

contexto suficiente,

casi

todo

lo

que

uno

sabe

puede

estar

relacionado

con las

pan-

teras.

Y,

por

supuesto,

no

es

pertinente tener

todo

esto

en

cuenta

a

la

hora

de

identifícar en forma

perceptiva

una

pantera.

En

resumen,

el

carácter

informativamente

encapsulado

de

los

procesos

de entrada no depende

-al

menos

no

únicamente-

de

una reduccion

del espacio

de

memoria

que

es

preciso

exami-

nar

para

hallar

información

perceptivamente

relevante. El

quid

de la

cuest¡ón consiste en

restringir el

número

de

relaciones

de

confirmación

que

es necesario

estimar

con

objeto de realizar

identificaciones

perceptivas

rápidamente.

(Le

estoy muy

agra-

decido

a

Scott

FnH

uvren¡

por

haber

planteado

los

interrogantes

que

dieron origen

a los

dos últimos

párrafos.)zs

A

mi

modo de

ver,

el

encapsulamiento

informativo

de

los

sistemas

de entrada constituye la

esencia

de

su

carácter

modu-

lar,

como

también es la

esencia de

la

analogfa entre sistemasde

entrada

y

reflejos.

Los

reflejos

son

sistemas

informativamen-

te encapsulados

por

antonomasia.

Supongamos

que

el

lector

y

yo

nos

conocemos desde hace

años

(desde

que

éramos niños,

por

ejemplo)

y

que

usted

cono-

ce

muy

bien

mi

exquisita

educación. Concretamente, usted

sa-

be,

sin el menor asomo

de

duda,

que yo

jamás,

bajo

ningún

concepto,

le

rnetería un dedo

en

el

ojo,

Supongamos

que

usted

cree esto explícitamente

y

en

su

fuero

interno. A

pesar

de

to-

Page 106: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 106/197

Los

sistemas

de entrada

considerados

como

módulos

do, si

acerco

un

dedo

a

su

oio

rápidamente,

usted

parpadgarg.

Poi

consiguiente,

decir que

el

reflejo

de

parpadeo,

como'indi'qué

anteriorrnente,

es

obligatorio

equivale,

entre

otras

cosas,

a

afirmar

que

no

tiene

acceso

a

lo

que

usted

sabe

sobre

mi

forma

de

ser, O,

para

el CasO,

a Cualquier

otra

de

suS

CreenCias,

neceSi-

dades'o

expectat¡vas.

En

suma,

el

reflejo de

parpadeo

se

pre-

senta

muchas

veces

en

situaciones

en

que

resulta

innecesario

a

poco

que

reflexionemos

sobre ello.

Al

igual

que

el

reconoci-

miento

de

panteras, la exigencia

de

actuar

con

rapidez

le

lleva

a

equivocarse

Por

exceso.

Así

se

describe,

pues,

el encapsulamiento

informativo

de

un

sistema

psicológico. S¡ nos

imaginamos

un

sistema que

se en-

cuentre

encapsulado

del m¡smo

modo

en

que

lo están

los ref

le-

jos,

y,

al

propio

tiempo,

sea

computacional

a

diferencia

de

és-

tos,

ilegaremos

a tener

una

idea

aproximada

del tipo

de siste-

mas de

entrada

que

estoy

proponiendo.

Es

necesario

insistir

en

que

la

modularidad

así

entendida

no

equivale

a

la autonomía

en

el sentido

galliano

del

término.

Si

mi

interpretación

de

Galu

es correcta,

su opinión

de

que

las

facultades

verticales

son

autónomas

supone

prácticamente

la

negativa

a

admitir

facultades horizontales

compartidas por

ellás.

Así,

la

aptitud

mus¡cal

es autónoma en

tanto

en cuanto

los

juicios

sobre

ideas musicales

no

se

basan

en

los mismos

me-

canísmos

cognitivos

que

los

juicios

sobre

ideas

matemáticas,

el

recuerdo

de

material

musical

no

se

apoya

en

los

mismos

meca-

nismos

cognitivos

que

el

recuerdo

de

rostros,

la

percepción

de

la

música

no

reside

en

los

mismos

mecanismos

cognitivos

que

la

percepción

del

habla,

y

asísucesivamente.

Ahora

bien,

no

está

claro

hasta

qué

punto

los

sistemas

de

entrada

son

autónomos

en

ese

sent¡do.

Se

sabe,

por

ejemplo,

que

hay unas

relaciones

sistemáticas

entre la

cantidad

de

ten-

s¡ón

computacional

que

la

decodificación

de

una

frase

impone

sobre

los

sistemas

de

uso

del

lenguaje

y

la capacidad

de

una

persona

de

ejecutar

simultáneamente

tareas

no

lingüísticas

con

rapidez

y

exact¡tud.

Pueden

utilizarse

técnicas

de

"detección

de

fonemas"

(Foss,

1970),

entre

otras,

con el

fin

de

medir

ta-

les

relaciones.

El

resultado

de

esta

medición

arroja

la

siguiente

conclusión,

que

casi

todos

los

psicólogos

cog itivos

aceptan

hoy

día:

los

procesos mentales pugnan

entre

sí por

acceder

a

disiintos

tipos

de

recursos,

que

se conocen

como

atención,

ffi

 

-

moria

a

corto

plazo

o

espac¡o

operativo. La

asignación

de

estos

recursos

a

uno

de

los

procesos

en

pugna

trae

consigo un

empo-

107

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108

La

modularidad de

la

mente

brecimiento

en

la

ejecución

de

los

demás.

El

estado

actual

de

la

investigación

no

permite determinar el

grado

de generalidad

de

esta

interacción

(aungue

se

dan excepciones; por

ejemplo,

se

ha

descubierto la

existencia

de

espacios operativos indepen-

dientes

para

el

procesamiento

de

imágenes

visuales, de un lado,

y

el

recuerdo

de material verbal,

de

otro;

véase

Bnoors, 1968).

En

cualquier

caso,

toda

muestra

de

pugna

en este

sentido debe-

entenderse como

contraejemplo

a

la

tesis de

la

autonom

ía

según la

concepción

de

GarL.zc

Por

otra

parte,

la

autonomía

puede

concebirse

de una

mane-

ra

diferente

a

ésta,

o

sea,

en

términos

de encapsulamiento. Así,

en

lugar

de

plantearnos

el

grado

de

acceso

de

los

procesos

lin-

ísticos

(por

ejemplo)

a

los

recursos

computacionales

com-

partidos

con

otros

sistemas,

podemos

preguntarnos

en

qué

me-

dida

pueden

acceder dichos

procesos

a

]a

información

que

se

halla

a

disposicién

de

otros sistemas.

Planteado

en

estos

térmi-

nos, el interrogante

acerca

del

"grado

de

autonomía"

se

con-

vierte en

otro

sobre

el

"grado

de

constricción

en

el

f

lujo

de

in-

formación".

Dicho

en

pocas

palabras,

para

un

sistema,

una

ma-

nera

de ser autónomo

es

hallarse

encapsulado,

es

decir,

no

te-

ner

acceso

a la

información

que

otros

sistemas poseen.

Mi

pos-

tura es

que

los

sistemas

de entrada

son

significativamente

autó-

nomos

en

el

sentido

informativo

que

estoy

dando al término,

al

margen de

que

lo

sean o

no

en

el

sent¡dogalliano.

No

obstante,

no he aportado

todavfa

ningún

argumento

(a

excepción de algunos

un

tanto

impresionistas)

que

demuestre

que

los

sistemas

de entrada

se

hallan,

en

efecto,

informativa-

mente encapsulados.

Mi

objetivo

es considerablemente

más

modesto:

me

limitaré a

apuntar ciertas

advertencias

que

han

de

tenerse

en cuenta,

aunque suelen pasar inadvertidas,

a la

hora

de

interpretar

los datos

que

con frecuencia

se

invocan

en

de-

fensa

de

la

postura

contraria.

A mi entender,

buena

parte

de

las

consideraciones

que

en apariencia

indican

que

los

procesos

de entrada

son cognitivamente

penetrables

-es

decir,

que

re-

sultan

afectados

de manera fundamental

por

las creencias

del

sujeto

sobre el

contexto,

la

información

previa

que

posee

o sus

propias

necesidades-

son

en

realidad

equívocas

o

simplemente

van

descaminadas. Por

consiguiente,

voy

a

proponer

unas cuan-

tas reglas básicas para

evaluar los postulados sobre la penetrabi-

lidad

cognitiva

de

los

sistemas de

entrada,

y

luego

voy a

sugerir

que

cuando

se

cumplen esas reglas,

las

pruebas

que

el enfoque

del

New Look

aporta

en

materia

de

percepción

dejan

de

pare-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de entrada

considerados

como

módulos

109

cer

concluyentes. Lo

que

me

mueve a actuar de

este

modo

vie-

ne a ser

lo

mismo

que

dio origen

a

los

trabajos

de

Mann

yPocn

en

el

área

de

la

visión, esto

es, la

necesidad

de

"...

examinar di-

versas formas

de

extraer hasta

la

última

gota

de

información de

una

irnagen

antes

de

recurrir

a

la

influencia

descendente

de

interpretaciones

de

orden

superior

sobre

el

procesamiento pri-

mario"

(1977

,

págs.

475-4761.

a)

Sin duda

alguna,

la información

que

los

sistemas

de

entra-

da suministran

debe

ponerse,

de algún

modo,

en

consonancia

con

el

conocimiento

previo

del

sujeto. A

veces sabemos

que

el

mundo

no

puede

ser

tal

y

como

aparece

ante nuestros'ojos. En

estos

casos,

puede decirse

que el

f

lujo

de

información

de

arriba

hacia abajo

efectúa una

corrección

de

los análisis

de

las

entra-

das.

(En

último

término,

éste

es

el motivo

por

el

que

no

se

puede

identificar el

análisis

de

las

entradas

con la

percepción.

El objetivo

de

ésta

es la

fijación

de creencias,

quees

un

proce-

so

conservador, es decir,

sensible,

de

formas

muy

diversas, a

los

conocimientos

que posee

el receptor.

Aunque

el

análisis

de

las

entradas

puede

ser

un

proceso

encapsulado,

la

percepción,

de

seguro,

no

lo

es.)

No

obstante,

el

hecho

de

que

se

acepte

que

se

da

ese

tipo

de

interacción entre

los análisis

de

las

entradas y

los conocimientos

previos

no supone,

de

por

sí,

una

demostra-

ción

de

la

penetrabilidad

cognitiva de

aquéllos.

Para

ello, haría

falta

demostrar también

que

el ámbito

en

que

tiene

lugar el

efecto

"arribalabajo"

es

ínterno al

sistema

de

entrada.

En

def

i-

nitiva,

haría

falta

demostrar

que

la

información

descendente

interactúa

con

los interniveles

del

procesamiento

de

entrada

y

no simplemente

con sus

resultados.

La

capacidad

de

penetra-

ción de un

sisteffrtt

es,

por

definición,

su

susceptibilidad a

los

efectos

descendentes

en

las

etapas

previas

a

la emisión de

sus

productos.

Hago

hincapié

en

este

punto porque

es

muy

posible

que

los

sistemas de

entrada

no

lleguen

más allá de unos

niveles

de

re-

presentación

relativamente

superf

iciales

(véase

la

siguiente sec-

ción).

Por

ejemplo,

es

muy

posible que

la

representación

per-

ceptiva de un caso

de

enunciado

verbal

no

especifique

mu-

cho

más

que

el

tipo

de

oración

a

la

que

pertenece

dicho caso

(y,

por

tanto, no

suministra

información

acerca

de las

pro-

piedades

de dicho

enunciado

en su

condición

de

acto

de habla,

y

mucho

menos

aún

acerca

del

tipo

de

acto

de

habla

que

el

enunciado transmite).

Si

esto

es

cierto,

los

datos

que

revelaran

posibles

efectos

de

la

información

previa

del

oyente

sobre su

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110

La

modularidad

de

la

mente

apreciac¡ón

de

las

intenciones comunicativas

del

hablante,

pon-

gamos

por

caso,

no

constituirían

prueba

de la

penetrabilidad

cognitiva

del

presunto módulo de

comprensión

del

lenguaje,

puesto

que,

hipotéticamente hablando,

las

computaciones ne-

cesarias

para

llegar a

semejante

apreciación

no figurarfan entre

las

que

realiza

el médulo

de

comprensión

del

lenguaje

como

tal.

Lo

mismo

podría

decirse,

mutatis

mutandis,

de

la

visión.

Hay numerosas

pruebas

que

evidencian

efectos

contextuales

sobre

ciertos

aspectos

del reconocimiento visual de

objetos.

Sin

embargo,

de

nada

sirven

esas

pruebas

en

el

caso

que

nos

ocupa,

salvo

que

por

motivos independientes

se demuestre

que

esos

aspectos

del

reconocimiento de objetos

forman

parte

del

análisis

visual de

entrada.

Es

posible que

el sistema

de

entrada

de

la

visión identifique

el

estímulo

únicamente

en

términos

de

"esbozos

primarios"

(de

cuya

impenetrabilidad

cognitiva

se

dispone, dicho

sea

de

paso,

de

muestras

bastante

llamativas;

véase Menn

y

NsHIHABA

,

1978l..

El

problema

de

la

evaluación

del

grado

de

encapsulamiento informativo

de

los

sistemas

de

entrada

no es,

pues,

independiente

del

problema

de decidir

có-

mo

deben

identificarse

tales

sistemas

y

qué

clase

de

representa-

ciones

han de integrar

sus

productos.

Volveré

sobre este

último

asunto

en

breve;

por

el

momento me

limitaré

a

seguir

ponien-

do

de

relieve

algunas

advertencias.

ó)

la evidencia

de

la

penetrabilidad

cognitiva

de

un

deterrni-

nado

mecanismo

computacional

que

realiza las

mismas

funcio-

nes

que

los

sistemas

de entrada

no

constituye,

de

por

sí,

prue-

ba

de la

penetrabilidad

cognitiva de los

sistemas de entrada.

Para

comprender

esta

cuestión,

será

interesante

examinar

al-

gunos

de

los

hallazgos

que

se

esgrimen

como

prueba

decisiva

de

los efectos

de

las

expectativas

previas

sobre

la

percepción

del

lenguaje.

Una

forma

bien conocida

de

estimar

tales

expec-

tativas es el

empleo

del llamado "procedimiento

Cloze".

Este

procedimiento

consiste,

a

grandes

rasgos,

en

presentar

al sujeto

las

primeras

n

palabras

de

una

frase

y

pedirle

que

complete

el

fragmento.

Las

respuestas

más frecuentes

(como,

por

ejemplo,

contestar

'tsal't

para

completar

el

fragmento

"Ya

tengo la

pi-

mienta,

pero

¿te

¡mportaría

pasarme

la

---7")

se

denominan

"respuestas

de

Cloze

elevado"

y

se

considera

que

indican

lo

que

el

sujeto

espera

que su

interlocutor

diga

a

continuación

de

haber

emitido

un

fragmento

del

enunciado.

Generalizando,

po-

dría

estimarse el

valor

"Cloze"

para

cada

posición

dentro

de

una

frase,

lo

que

daría

pie

a

diseñar experimentos

en

los

que

la

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Los

sistemas

de entrada

considerados

como

módulcs

variable

mariipulada

fuera el

valor

"Cloze"

promedio

de

las

oraciones estírnulo.

Es

fácil

demostrar

que

el

valor

"Cloze"

relativo

afecta

al

rend¡miento

del

sujeto

en

una

serie

de

tareas

experimentales.

De

estas

demostraciones

se

podr

ía razonablemente

inferir

que,

sean

cuales

fueren

los

mecanismos

responsables

del

rendimien^

to

en

estas

tareas,

tales mecan¡Smos

habrían

de

tener

acceso

a

las

expectativas

del

sujeto sobre

lo

que

los

hablantes

van

a de-

c¡r,

y,

en

consecuencia,

no

sólo

a

las

prop¡edades

"estimulares"

(por

'ejemplo.

acústicas)

del

enunc¡ado

lingüístico

objeto

de

an¿t¡s¡é.

(El

lector encontrará

una

primera

revisión

de

la

litera-

tura

referente

a

los

efectos

de

redundancia

en

el

procesarnien-

to de

orac¡ones

en MtLr-ER

e

lsnno,

1963).

Así,

por.

ejemplo,

puede

demostarse

que

la

precisión

de

los sujetos

en

la

percep-

ción

de

oraciones

enmascaradas

por

ruido

se

halla

estrecha-

mente

relacionada

con

el valor

"Cloze"

promedio

de dichas

oraciones:

oraciones

de

Cloze

elevado

pueden

ser

comprendidas

bajo condiciones

de

mayor

distorsión

de

la

que

toleran

las

ora-

ciónes

de

Cloze

bajo.

(De

manera

similar,

las

oraciones

de

Clo-

ze elevado

se

recuerdan

mejor

que

las

de

Cloze

bajo;

los

um-

brales

de reconocimiento de

palabras

de

Cloze elevado

en

con-

texto

son

¡nferiores

a

los

de

palabras

de

Cloze

bajo

en

el

mismo

contexto;

y

así

sucesivamente.)

No

obstante,

el inconveniente

que presentan

estas

demos-

traciones

es

que

aunque

indiquen

que

hay

ciertos

procesos

de

uso

del

lenguaje

que

tienen

acceso

a

las

expectativas

del

oyen-

te

sobre

lo-que

se

va

a

decir,

no

demuestran

al

nrismo

tiempo

que

los

sistemas

de entrada

tienen

ese

mismo

acceso.

Por

ejern

plo, podría

sugerirse

que,

en

aquellas situaciones

en

las

que

el

bstírulo

se

halla

degradado,

el

sujeto

se ve

finalmente

obllOa-

do

a

adivinar

la

identidad

del

material

que

no

puede

oir.

(Y

lo

mismo

puede

ocurrir,

mutatis

mutandis,

en

los experimentos

de

memoria,

donde

una

estrategia

razonable

que

el

sujeto

pue-

de

emplear

es

la de

adivinar

cuál

es el material

que

no

consigue

recordar.)

No

es

de

extrañar

que,

en

tales

circunstancias,

la

información

previa

de

que

dispone

el

sujeto

entre

en

juego

ejerciendo

unos efectos

suscept¡bles

de

rnedición.

De

todas

for-

mas,

el

problerna

es

si

los

mecan¡smos

psicológicos

qqe

¡nter-

vienen

en

el

lento, relativament

esforzado

y

considerablemente

atenc¡onal

proceso

de

reconstruir

estímulos

lingüísticos

degra-

dados

mediante

ruido

o

por

otros

medios

son

los

mismos

me-

tti

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112

La modularidad

de la

mente

can¡smos

que

íntervienen

en

los

procesos

automáticos

y

f

luidos

de la percepc¡ón del habla normal.

Resultados

como

los

de

FlsHlrn

y

Bloonn

{1980)

dejan

pa-

tente

que

esta

cuest¡ón no

es en

absoluto

banal. Utilizando

una

tarea

en

la

que

las

oraciones

se

percibían

con claridad, halla-

ron tan

sólo

un

efecto marginal

de los elementos

de Cloze

ele-

vado

sobre

el

reconocimiento

de

las

palabras

estímulo,

efecto

que

desaparecía

por

completo

cuando

los

estímulos

se

presen-

taban

a

gran

velocidad,

(Es

de

suponer

que

las

tasas

elevadas

de

presentación

dificultan

la tendencia

a

adivinar,

va

que

esta,

actividad

lleva

tiempo.)

Por

contraste,

las palabras

"semántica-

mente anómalas"

en

contexto

mostraron

una

inhibición

consi-

derable

en comparación

con

las neutrales

de

control.

Este

últi-

mo hallazgo

presenta

un

notable

interés,

porque

nos

indica

que

al menos

algunos efectos del

contexto

oracional sobre

el

reconocimiento

del

habla

deben

ser,

usando

la

terminología

que

algunos

psicólogos

emplean, "post-perceptivos".

Dicho

en

nuestra

teminologfa, estos

procesos

deben

operar

después de

que

el

sistema

de

entrada

haya

suministrado un

análisis

(tenta-

tivo)

del contenido léxico

del

estímulo.

Lo importante

es

que,

incluso en el

supuesto

de

que

la facilitación

introducida

por los

elementos

redundantes venga

mediada

por

mecanismos

predic-

tivos

guiados por

expectativas,

la

inhibición

de

elementos

con-

textualmente

anómalos

no se

conduce

de modo semejante.

Puede argüirse

que,

en

el

transcurso

de

la

percepción

del

len-

guaje,

siempre

se

hacen

predicciones

como

la

de

que

"pimien-

ta"

ha de

venir

a

coírtinuación

de

"sal

y

-

-

-

-",

aunque,

como

es lógico,

uno

no

puede

pasarse

la

vida

prediciendo

que

"perro",

"mañana"

o

cualquier

otra

expresión

anómala

no

aparecerán

en

ese

mismo

lugr.zs

De esto se deduce

lo

siguien-

te:

algunos

de

los

procesos

que

t¡enen

lugar

en

las

identifica-

ciones

percept¡vas

se

hallan,

sin

duda

alguna,

penetrados

cogni-

tivamente.

Sin

embargo,

esto

es

compatible

con

el encapsula-

miento

informativo

de

los

propios

sistemas

de entrada.

Parte

del

tradicional

entusiasmo

que

despertaron

los

modelos

percepti-

vos

de

"determinación

contextual"

pudo

originarse

a

causa

de

una confusión

en

este

aspecto.

c)

El

postulado

del encapsulamiento

informativo de

lossiste-

mas

de

entrada

debe

distinguirse

con

sumo

cuidado del

postu-

lado

que

mant¡ene

que

hay

un

flujo

de

información

de

arriba

hacia

abajo

dentro de

estos

sistemas.

Con

frecuencia

se

const-

deran

estos dos

postulados

indistintamente,

con

la

consiguien-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

s¡stemas de

entrada

cons¡derados

corno

módulos

te

exageración

de

la

buena

f

undamentación

de

las

opiniones

contrar¡as al encapsulamiento.

Consideremos

de

nuevo

el

efecto

de

restauración de

fone-

mas.

Dejando

al

margen

la

advertencia

general

de

que

los expe-

rimentos con

estímulos distorsionados

no

proporcionan

una

buena

base

para

hacer inferencias

sobre

la

percepción

del

habla

en

situaciones

normafes,

la

restauración

de

fonemas

ofrece

evi-

dencia, a

primera

vista

concluyente, de

que

la identificación

de

fonos

tiene

acceso a

lo

que

el

sujeto

conoce del

inventario

de

palabras

de su

lengua.

Si

esta

interpretación

es correcta, la

restauración

de

fonemas es

una

muestra

de que hay

un

flujo

descendente

de

inforrnación

en la

percepción

del

habla,

aun-

que

no

lo

es

de

la

penetrabilidad

cognitiva

del

sistema de

entra-

da

del

lenguaje.

Para

demostar

que

este

sistema

de

entrada

es

penetrable

(y,

por

consiguiente,

que

no

se

halla informativa-

mente

encapsulado)

sería

necesario

demostrar

que

sus

proce-

sos

t¡enen acceso a

información

que

no

se manifiesta

en

ningu-

no

de

los

niveles de

representación

que

el

sistema

de

entrada

del

lenguaje

computa;

por

ejemplo,

que

tienen

acceso

generali-

zado

a

los conocimientos

del

oyente

acerca

de

las

creencias

e

intenciones

de sus

interlocutores.

Por el

contrario, si

la

"infor-

mación

previa"

de

que

se

hace

uso

en la

restauración

de

fone-

mas

se.limita

al conocimiento

que

el

oyente tiene

de

las

pala-

bras

de

su

lengua,

el

flujo

de

información

de

arriba

hacia

abajo

debe

considerarse

interno

al

módulo

del

lenguaje.

El

conoci-

miento

del léxico

se

considera

parte

del

conocimiento

de

la

lengua desde

cualquier

punto

de

vista

mínimamente

plausible.

Los

trabajos

más

recientes

sobre restauración

de

fonemas

ponen

de

rnanif

iesto

este

fenómeno

con

toda claridad.

Sn

-

MUEL

(1981)

ha

demostrado que,

tanto

la

información

sobre

el

inventario

léxico como la información

"semárrtica"

sumi-

nistrada

por

el

contexto

oracional,

influyen

sobre

la

magnitud

del

efecto

de

restaurac¡ón de

fonemas.

En

concreto,

dicho

efecto

se aprecia más en

palabra

que

en no

palabras

(fonoló-

gicamente

viables)

y

más

cuando

la

palabra

es

predecible

den-

tro

del

contexto

de

la

oración

que

cuando

el

contexto es

neu-

tral.

A

prirnera

vista,

pues,

el

reconocimiento

de

fonemas

es

"penetrado"

por

información

tanto

léxica

como

contextual,

pero

las

apariencias

e¡gañan. En realidad

los datos

de San¡uru

indican

que

de

los dos efectos,

sólo el

primero

es

estrictamente

perceptivo,

mientras

que

el

segundo

tiene lugar

a

consecuencia

de un

sesgo

de

respuesta

consistente

en

señalar

como

intactas

113

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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114

La

modularidad

de

la

menre

las

palabras gue

sean

predecibles.

{La

detección

se

produciría

teóricamente como

sigue:

la

diferencia

entre

palabra

y

no

pala-

bra

afecta a

d',

en

tanto

que la diferencia

entre

contexto

neu-

tral

y

contexto

predictivo

afecta

a

P.l

Según

señala

SRvlue

l,

la

magnitud de

la

restaurac¡ón es inversamente

proporcional

a

la

capacidad

del

sujeto

de discriminar

la

palabra

estímulo a

la

que

le falta un

fono

de

otro

caso

intacto

de

la

misma

cate-

goría.

Conforme

a

los

datos

de este

autor,

esta

discrimínación

se

efectúa

en

realidad

mejor

en

el

caso

de

elementos

que

sean

altamente

predecibles

en

contexto

que

cuando

no

lo

son.

En

suma, estamos

ante

otro

caso

en

el

que

lo

que

se

[nterpretaba

como ejemplo

de

predicción

percept¡va guiada

por

el

contexto

ha

resultado

ser,

a la

postre,

producto

de

un

sesgo

provocaclo

por

procesos

de

decisión

post-percept¡vos.

La

importancia de

distinguir

la

penetración

cognitiva

de

los

efectos

intramodulares

puede

apreciarse

en

muchos otros

casos

en

los

que

es

posible

demostrar

la

ejecución

de

análisis

predic-

tivos

en

la

percepción.

Así,

por

ejemplo,

es

probable

(aunque

más

dif

ícil

de

demostrar

de

lo

que

uno

se

imagina)

que

en la

identif

icacién

de

la estructura

superf

icial

de

constituyentes de

oraciones

intervengan

procesos

"arnba/abajo"

(véase

WntGHt,

1982).

Pongamos

un

ejemplo.

Según

parece,

la

identificación

de

nombres

es

selectivamente

facilitada

en contextos

como

ART,

ADJ-

-

-

-*,

la identificación

de

verbos,

en

contex-

tos

como ART,

NOM-

-

*

-,

y

así

sucesivamente. Tal

faci-

litación

indica

que

los

procedimientos para

asignar

elemen-

tos

Jéxicos

a clases

de

formas

léxicas

tienen

acceso

a

informa-

ción

sobre

las

condiciones

generales

que

regulan la

buena

conformación de

los árboles

de

estructura

de

constituyentes.

Ahora

bien,

es

de

primordial

interés

teórico determinar

si

el

análisis

predictivo

desempeña

un

papel, y

hasta

qué

punto

lo

hace,

en

el

análisis

gramatical

de

la

oración.

Por

otra

parte,

hay

que

separar

tajantemente

este

asunto

de

la

cuestión

rela-

tiva

al encapsulamiento

informativo

del

procesador.

Todoejem-

plo

contrario

al

postulado

del

encapsulamiento deberá mani-

festar la

sensibilidad

del

procesador

a

información

no

definida

como

interna

al

módulo

de

reconocimiento

del

lenguaje.

En

cambio,

las

constricciones

que

afectan a

la

buena

conforma-

ffi;serefiereentc¡domomentoa|alenguainglesa.Enelcasodelcastella.

no,

el

contexto facilitador

puede

ser

ART-

-

-

-ADJ

(más$recuente)

o

bien

ART-

ADJ.

(N.

del.

T.)

Page 114: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los sisiemas

de

entrada considerados como módulos

ción sintáctica

son

casos

paradigmáticos

de

información

que

no

satisface esta

condición.

Este

asunto

está siendo

objetb

de

intensa

investigación

experimental

y

teórica, pero

hasta

el

mo-

mento

no

tengo

conocimiento

de

que

haya

pruebas

convin-

centes

de

que

el

análisís

sintáctico

venga

determinado

de

algún

modo

por

la

apreciación

por parte

del

sujeto

del

contexto se-

mántico

o

por

su

conocimiento

del

"mundo

(eal".

Esto

tal

vez

no

deba

sorprendernos,

ya

que por

lo

general

hay

tantas

formas sintácticamente

diferentes

de exp "esar

una misma

idea,

que

incluso si

el contexto

permitiera

estimar

el

contenido

del

enunciado

que

se

va

a

manifestar,

esta

información

no

serviría

para aumentar significativamente

nuestra

capacidaci

de

prede-

cir

la

forma

en

que

va

a

manifestarse.zo

La

cuestién

sobre

la

procedencia

de

la informaciÓn

interac-

tuante

(el

que

sea

interna

o

externa al sistema

de

entrada) ad-

quiere

especial

relevancia

a

a

luz

de

la

siguiente consideración:

es

posible

concebir

diversas

formas

en

que

ciertos

mecanismos

internos

a

un

módulo

podrían

simular

los efectos

de

la

pene-

tración

cognitiva.

El

funcionamiento

de

tales

mecanismos

po-

dría dar

lugar

a

sobreestimar

el

gradoen

que

ese

módulo

tiene

acceso

a

los

recursos

informativos

generales

dei organismo.

Pa-

ra comprobar

cómo

podría

suceder

esto, volvamos

a

examinar

el

problema

de

la

facilitacién

contextual

en el

reconocimiento

de

palabras.

Esta

parcela

de

investigación ha

sido

la

piedra

an-

gular

de

los

argumentos

esgr¡midos

por

los

teóricos del New

Look,

aunque

los

resultados

obtenidos

parecen

cada

vez más

cuest¡onables.

Voy

a

describir

muy

brevemente

un

ingenioso

experimento

llevado

a

cabo

por

David

SwTNNEY

(1979;

TeruruENHAus, Letn

-

NAU

y

SeTDENBERG

,

1979,

obtuvieron

resultados

semejantes).

Los

sujetos

escuchaban

una

frase

estímulo

como

"Juntos re-

corrimos

las

calles

y plazas

del

casco

antiguo".*

Sabemos

por

estudios

anteriores

que

las

latencias de

respuesta

ante la

pala-

bra

"casco"

(en

una

tarea de decisión

léxica**)serán más bre-

-

,-

ñb

del original

es

inadecuado

para

ilustrar

este

caso

de arnbigüedad lé-

xíca

en

el castellano. Dice

así:

Eecause

he

wasafraid

of electronic surveillonce,

the

spy

carefully searched

the

room

for

bugs

("Temeroso

de

la

pos-ible

v.igilancia.elec-

tión¡ca. et

áspía registró toda la habitación en

busca

de

micrófonos/bichos").

(N.

del

T.)

**

La

tarea

de

decisión

léxica

consiste

en

responder

si

un

estímulo verbal

pre-

sentado

visual

o

auditivamente

es

o no

una

palabra

de

la

lengua.

pulsando

un

botón

en

caso

afirmativo

y

otro

distinto

en

caso negativo.

(N,

del T.)

115

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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116

La

modularidad

de

la

mente

ves

en este contexto,

debido a

que

esta

palabra

es más

predeci-

ble, en términos

relat¡vos,

que cuando

se

halla en un

contextoneutral, en

cuyo

caso es

igualmente

aceptable

aunque

presenta

un

valor

Cloze

más

bajo.

Según

parece

-y

conforme

a

la

inter-

pretación

tradicional-,

este

resultado

demuestra hasta

Qué

pun-

to las expectativas basadas en

una

lectura inteligente

del con-

texto oracional

guían

el acceso

al

léxico.

El

sujeto

puede prede-

cir

la

aparición

de

la

palabra

"casco"

(hasta

cierto

punto)

antes

de

escucharla.

Siempre

que

esta

predicción

se cumpla,

sus

res-

puestas

serán más rápidas.

Esto es indicio

de

la

penetración

cognitiva

del

acceso

al

léxico.Pero

aún

se puede

rizar

el

riz-o.

Supongmos

que en lugar

de

medir

el

tiempo

de

reacción

de la decisión

léxica

ante

"casco"

se

presenta

simultáneamente

(proyectada

en

una

pantalla)

otrá

palabra perteneciente

al

mismo

"campo

semántico"

(como

era

costumbre decir),

por

ejemplo,

"barrio".

la

tesis

de

la inte-

racción es verdadera

al

postular

que

el

sujeto

utiliza

informa-

ción

semánticalprevia

para

predecir

el

conten¡do

léxico,

la

palabra

"barrio"

resultará

una

predicción

tan válida

como

el

término

"casco"

dentro

del contexto,

de

lo

que

se

deduce

que

"barrio"

se

verá

igualmente

facilitada

en comparación

con

un

contexto

neutral.

Y

efectivamente,

así

sucede. La

penetración

cognitiva

se viste

de

gala,

según

parece.

Pero

las

apariencias engañan,

ya

que

los

datos

de SwtNNEy

muestran

que

al

medir la latencia

de

una

palabra

como

"yel-

ffio",

en

lugar

de

"barrio",

se obtiene

el

mismo resultado,

esto

es.

una

facilitación

en

comparación con

un

contexto

neutral.

Veamos

qué

signif

ica

esto.

"Casco"

presenta

varios

sinónimos,

entre ellos:

"barrio"

y

"yelmo".

Aunque

solo

uno

de

ellos

es

relevante en

el contexto

oracional,los

dos

son

obieto

de

fa-

cilitación

contextual.

Esto

ya

no

parece

un uso inteligente

de

la

información

contextual/previa

para

acceder al léxico. Más

bien

parece

una

especie de

relación

asociativa

entre

formas

lé-

xicas

(entre

"calle"

y

"casco",

gor

ejemplo),

una relación

que

se

establece

en un nivel

de

representación

tan superficial

quees

insensible

al

contenido

semánt¡co

de

los

elementos implicados.

Esta

interpretación

es

importante

por

la

siguiente

razón:

si

la

facilitación

viene

dada

únicamente

por

relaciones

interléxicas

(y

no

por

la

interacción

de la

información

previa

con

el conte-

nido

semántico

del

elemento

y

su

contexto),

la información

que

se aprovecha

para

obtener

tal

facilitación

puede

estar

re-

presentada

en

el léxico

y, por

consiguiente,

hallarse

dentro del

Page 116: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de entrada

cons¡derados

como

rnódulos

módulo

de

reconocimiento del

lenguaje.

Si

esto

es cierto, la

fa-

cilitación contextual

en

el

acceso

al léxico

no

sirve

como'argu-

mento

a

favor

de

la

penetración

cognitiva del módulo.

Como

señalé

anteriormente,

la

procedencia

de

la

información

interac-

tuante

es

lo

que

marca

la

diferencia.

Vamos

a

explotar

un

poco

más

esta

línea

de

razonamiento.

Supongamos

que

el

léxico mental es una

especie

de

red

de

co-

nexiones

eléctricas

en la

que

cada

elemento léxico es un

nodo

del

que

parten

vías

hacia

otros

elementos

léxicos

de

la

red.

El

acceso

a

un

elemento

del

léxico

equivaldría

a

la

excitación del

nodo

correspondiente.

Cabe

suponer asimismo

Que

una

de

las

consecuencias

del

acceso

a un nodo

es

que

la

excitación se

ex-

tiende

a

lo

largo de

las vías

que

parten

de

é1,

y, por

último,

que

al

extenderse una excitación

por

un sector de

la red

de elemen-

tos

léxicos, los

umbrales

de

respuesta

de

los

nodos

excitados

quedan

consiguientemente

reducidos.

Así

pues,

el

acceso

a

un

determinado

elemento

léxico

reducirá los

tiempos

de

respuesta

a

aquellos elementos con

los

que

se

halle conectado.

(Esta

des-

cripción

le

resultará

familiar

a

quien

conozca

los

trabajos

de

Monroru,

1969,

y

Cor-l

tNS

y

Lorrus

,1975,

entre otros; el

lec-

tor

encontrará evidencia

experimental

relevante

en Mrven

y

ScuvnrurvELDT

,

1971.1

La

referencia

a

un

modelo como

el expuesto en el

párrafo

anterior

tiene

por

objeto

describir el

modo

en

que

ciertos

me-

canismos

internos

al

módulo del

lenguaje

podrían

simular

los

efectos

producidos

por

una hipotética

penetración

cognitiva

cuando

ésta

tuviera

lugar.

En

el

ejemplo

presentado,

lo

que

aparenta ser

la

información

previa

del

sujeto

en

el

sentido

de

que

las

calles

tienen algo

que

ver

con loscascos

(más

o menos)

es

en

realidad

producto de

una

conexión entre

el

nodo

corres-

pondiente

a la

palabra

"calle"

v

al asignado

a

la

palabra

"cas-

co".

La

facilitación

sobre

"casco"

en

contextos

en

los

que

se

hable

de "calles"

vendría

precedida

por

la

excitación

de

estas

conex

iones

intraléxicas.

2Oué

razón

de

ser tienen

estas

conexiones

intraléxicas? Por

descontado,

su

existencia

no

puede

obedecer

exclusivamente

a

la

necesidad

de

que

los

psicólogos

sobreestimen

la

penetrabili-

dad

cognitiva

del

procesamiento

lingüístico.

En realidad,

si

damos la vuelta al

razonamiento

y

suponemos

que

los sistemas

de

entrada

se

hallan

encapsulados,

lo

que

he llamado

simula-

ción

de

la

penetración

cognitiva

podría

interpretarse como

una

estrategia

de

los

procesadores

de

entrada

para

obtener

el

máxi-

117

Page 117: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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118

La

modularidad

de

la

mente

mo

provecho

de su

aislamiento

informativo.

como

indiqué

an-

teriormente,

l

encapsulamiento

proporciona

sobre

todo

l.n.-

y_or

rapidez

de

procesamiento

a

expensas

de

la

inteligáncia

oel

sistema.

Es de

suponer que

llevaría

mucho

tiempo

tdmai

áec¡-

siones

fiables

qye

permitieran

determinar

si

entre

"cnlle,,

y

"casco"

existe.

el

tipo

de

relación

necesaria

para

que

a la

emi-

sión

del

enuncíado

"calle"

re

siguiera

la

del

enunciado

,,casco,,.

sin

embgrgor

éste

es

precisam-enre

el

tipo

¿e

oecision-que

el

¡ujeto

debería

tomar

si

la

facilitación

contextual

del

acceio

al

léxico.

fuera,

en

efecto,

consecuencia

de la

¡nteracó¡on

Já-lo,

conocimientos

previos

con

el

contenido

semánt¡co áel

contex-

to.

Mi opinién

es

q.u.e

no_hay

tal

evaluación

intetigánt,

dá-lu,

alternatívas

disponibles,

sino

simplemente

una fac¡iitación

cie-

ga

de reconocimiento

de

"casco,,

a

raíz

del

reconocimiento

de

"calle".

La

condición.para

que

esta

facilitacion

c¡áéá

"ii"=-

a.a.lguna

ventajg

es

que

ha

de

ier

posible,

con

un

graáo

raza-

nable

de

precisión,

simurar

aquello qre

,b

sa6e

.""rr.á-o"lm

¡nterconexiones

que

se

producen

en

la

reatidad

a

uaie

o, ért.-

blecer

las

correspondientes

conexiones

eÁtre

las

entradas

del

léxico

mental.

La

estrategia

dispuesta

a

tal efecto-.onrirt, "ntilizar

la

estructura

de

las

conexiones interléxicas

"án

oü¡"to

de

simular

la

estructura

de

conocimiento.

Esta

si-ulaói¿n

ilu¡

zá no

sea

exacta

(puede

activarse

una

vía

desde

,,gllle,,

haita

"yelmo"

como

subproducto

de

la

activación

-¿e-lá

"rr

qr.

conecta

"ealle"

con

,,casco,,).

Sin embargo,

no

hay

razórn

{ara

dudar

que

esto

supone,

a

la

larga,

un

ahorio.

Ya

que

estoy permitíéndome

toda

clase

de

especulaciones,

permítaseme

agregar

una

más.

sigue

siendo

un

mistei¡o

án

pi¡:

gglggía.el

porqué

tiene.

que

habei

asociaciones

inieri¿"¡ó.rl

",

icho de

otro

Toqo,

el

motivo por el que

las

personas

mues-

l¡a.n

una

dísposíción

fiable

y

consistenie

a

asóciar

,,sal',

cón

"pimienta",

"Wrro',

."9n

,,gatg',,

."padrg,,

con

,,madre,,,

ata.

En los

tiempos

de

máximo

ósplenoor

del

asociacionismt'.rto,

fenómenos

no

tenían,

por

supuesto,

níngtJn

misterio.

nntes

bien,

se

conside,raba

que

consi¡tuían'ta

piofia

sustancia

de

la

que

se

compon

ía

la

vida

mental.

según

una

de

estas

trorirr,

la

emisión

de

una

oración

debe entenáerse

como

una

respuesta

encadenada,

y

las

asociaciones

entre

elementos

léxicos

ón

to

que

une

los

eslabones

de la

cadena. Según

una

tradición

anrc_

rior,

el

mecanismo

empleado

para

recónstruir

el con""ftó

J"

grado

de

creencia

descansa

en

ia

noción

de

conexiones

ásocia-

tivas

entre

ldeas.

con

todo,

ninguna

de

estas

formulaciones

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los itema d nr codd o 6dul 119

parece hoy d a muy plausble. Las creen cas depenen (no de

la asocac6n, sino del juicio; la producc6n de oraciones·'de-pende (no de la asocac6n, sno de la p/anifcaci6n Entonces; para qu sirven las asociaiones?

Lo que ntento poner de releve es que las asociaciones sonel nstrumento en virtud del cual sstemas de procesamentonecos se comportan como s fueran ntelgentes En concretolas asocacones nterlxcas son el nstrumento que permteque el procesador del lenguaje acte como s supera que lascales tene que ver con los cascos ( cosa que en real dad no

sabe) La idea es que, ta y como se pensaba tradconalmenteaquellos trmnos que desgnan conceptos relacondos entres en el pano de la exerencia termnan por es tar conectadosentre s en el lico Tales conexiones  no consttuyen conocimento n tan squera son jucos Simplemente son mecansmos de ajuste contextual de los umbrales de respuesta Expresado en trm nos metaf scos la formac6n de conexonesnterlicas permite lograr el enapsulamento sncrnco delprocesador del lenguaje a cambo de su mpenetrablidad cog

ntva a travs de tiempo. La nformac6n de que disponemosacerca del modo en que los objetos se hallan relaconados entre s en la realdad resulta naccesble de cara a modular elacceso al lco Esta es la mplicac6n qe trae consgo el encapsulamento del procesador del lenguaje Sin embargo nuestra experenca sbre las relacones entre los objetos de la realidad s aecta a la estructura de las nterconexiones del lxcomediante el establecmiento de conexones entre nodos lxcos S esta I inea de especulac6n es orrecta las conexones a

que estoy hacend reerenca desempean un papel autntcoaunque modesto en la ac litac6n del anlisis perceptvo delhabla La objec6n ms mportante y decsva que se ha vendoplanteando tradicionalmente a la asocacin es que se trata deuna relac6n smple en exceso para consttur la base de la vdamental Sin embargo la simplicidad aunque no en dosis elevadas es una ventaja para los procesos perrcos rpdos categor a a la que pertenecen desde m punto de vista los procesos de entrada

No pretendo nsnuar que todos os posbles eectos de lanormacn prea contetua etc sobre el reconocmentode oracones sean arteactos debdos a conexiones intralicasaunque a decr verdad no me parecen muy convincentes losntentos expermentales d demostrar la presenca de eectos

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120 La modularidad de a mente

contextuales resduales una vez controlados ls factores nter

xcos/asocatvos) Tan slo sostengo que la posb ldad deque se den semejantes artefactos expermentales contamnabuena pa rte de la evdenca emp rca habtual EI hecho ndscutble de que un texto "semntcamente coherente sea relatvamente fc de procesar no demuestra pr s solo que elsstema de entrada del lenguaje tenga acceso a ls conocmentos del organsmo acerca de la coherenca del mundo. La evdencia expermental que ustfcaba el entusasmo ncal de quegozaban ls modeos arrba/abajo de procesamento percep

tvo era, a m uco atractva pero no concluyente La posbldad de un tratamento modular de ls procesos de entradaproporcona sufcentes motvos para revsar este entusasmoLa stuac6n se ajusta felmente a modelo deado pr KUHN ;ls resultados parecen dstntos a ls ojos del envdoso

Consderemos pr un moment ls orgenes de las teorasdel New Look. Los psc61ogos cogntvos de ls aos 40 y 50se encontraron con la propuesta de que la percepc6n es  lite

 ralmente de carcter reflejo As , pr ejemplo, se dec(a que la

teora de la percepc6n puede reducrse sn excepc6n a la teor a de la respuesta operante dscrmnatva En esas crcunstancs resultaba comprensble e ncluso admrable subrayar la ntelgena de la ntegrac6n perceptva. o obstante, en unexamen retrospectvo, da la mpres6n de que la ntelgenca dela ntegrac6n perceptva ha sdo mal nterpretada pr sus msferventes defensores

En la condc6n deal ue seguramente acontece con msfrecuenca en ls bros de texto que  in rerum  naura- ls re

fe jos presentan dos propedades sobrelentes n computaconalmente smples el estmu lo est conectado de formadrecta con la respuesta) y se hallan nformatvamente encapsulados vanse prraos anterores de esta secc6n) En mopn6n, las ter as del New Loo no fueron capaces de dstngur estas propedades En consecuenca asumeron, prerror que la ausenca de analoga entre ls procesos perceptvos y refeos radcaba en la capacdad de aqullos de obtener y aprovechar nformac6n general Desde el punto de vsta

de la tess de la modulardad, ste es un claro eemplo de ntuc6n acertada con resultados err6neos Los sstemas de entrada estn computaconalmente elaborados Su func6n caracterstca consste en llevar a cabo operacones de tpo nferencal sbre las representacones de ls est mulos recbdos Los roce-

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L a d da dad 6d 12

sos de entrd se diferencin, pues de las reflejos en el crc

tr y l complejidd de ls operciones que ejecutn. Sin ·mbrgo esto sigue siendo comptible con que las reflejos y lasprocesos de entrd sen semjntes en su encpsulmiento informtivo specto este en el que mbos se oponen las "procesos centrles -soluci6n de problems y dems procesos porel estilo uno de cuyos rsgos ms sobreslientes es probblemente penetrbilidd cognitiv seg voy sostener msdelnte Pr comrender que el encsulmiento informtivoy l elborci6n computcionl son propieddes comptibles

bst tener presente que o conrrio del encpsulmiento esl utilizci6n de informci6n  externa un sistem ar consiuiente un sistem computcionlmente elbordo puede estr encpsuldo si lmcen l informci6n utilizd en suscomputciones El encpsulmiento es cuesti6n de relcionescon el exterior y l elborci6n computcionl un sunto interno

Podr ser de uti Iidd resumi r l exposici6n sob re el encpsu lmiento informtivo de las sistems de entrd comprn

dol con lgus recientes e interesntes propuests del fi6sofo Seven STCH (1978) En su reflexin SCH exminl diferenci enre l creenci y relci6n epistmic qesegn se firm existe entre las hblntes/oyentes y l grmtic de su leng ntiv (reci6n que HOMKY denomincognici6n'*) STCH supone de cr l prop6sito de su rgumento que l eidenci empric demuestr que las blntes conocen  en certo sentido l grmtic de su lengu ntiv l objetio que l se propane es decr lga cerc de cu

es ese sentidoS conoce con el nombre e  creenca subdoxstic * lrelci6n epstmic que existe entre todo blnte de unlengu y su grmt ic2 STCH sel que ls creencs sub

*Sv b " Va la a dl rad d la . 24(N. def T)

os trms x y osio s eG1,eaos e inestiacone e pisemog(a e a ee a a ea E io a eesi ic

o est 0 eqia )a cec dierena d la/ogc eptm gu e ncmen) Ferae Mora Dna e Fl-sa, 3 e. a 'aza 98 se efere a e e oeno toJo haae n ena pose e a sma e atue soa esoes se a e om eo asao en enas maeas ncens e or una gca peua epsm (N. de T)

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122

La

modularidad

de

la

mente

doxásticas

difieren

de

las

creenc¡as

en

sent¡do

estr¡cto

en

dos

aspectos.

En

primer.

lugar,

según

han

subrayado casi

todos

los

autores,

las

creencias

subdoxásticas

son

inconscientes.

pero

además,

sr¡cn

agrega

que

las

creencias

subdoxásticas

,r-.rru.-

terizan por

su

"falta

de

integración

inferencial,,.

Veamos

un

ejemplo

del

propio

srcn

paratntender

mejor

esta

aseveración.

-

si un lingüista

da

como

verdadera

cierta

generarización

se-

gún

la

cual

no.hry

ninguna

re.gla

transformitoria

qr.

pirr.n-

te

una

determinada

característica,

v

si

(de

forma

no'suUOo_

xástica)

considera

válida

cierta tránsformación

qu"

u¡oli

o¡-

gha

generaliz.ación,

podrá

inferir

que

tal

generálización

es

falsa.

sin

embargo,

el

simple

hecho

de

que

exista

una

regra

(en

el

sentido

en

que

se

supone

que

ras

t¡ánán

i;;;

r"r-r,u-

blantes

de

una-lengua)

no

es

suficiente

para

que

el

lingüista

pueda

hacer

inferencias

como

ésta...

suóóngase que

a

ia

vis-

ta

de

una

determinada

regla,

se llega

r

ia

coÁu¡cc¡¿nlr

or*

si

r entonces

cHousrv

esiá

complátamente

equivocado.-bu_

póngase,

ade.más,

que

se

da

ra

circunstancia

de

que,'

figura

entre

las

reglas

que

constituyen

el repertorio

de ñuestro"me_

canismo de-procesamiento o'el

lengu;¡*

L-

posesión

de esta

creencia

junto

con

un

estado

subdbxástico

no

podrá

lievár_

nos

a

creer

que

cnoMsKy

está

completamente

equivocado.

Por

el contrario,

si

creemos

(tar

vez

erróneamente)

que

r-

en-

tonces

es

muy

probable

gue

lleguemos

a

inferiiiu

.rru?.,.¡u

9g,qr"

cHousrcv

está

compretámente

equivocaJo.

tpágr.

508-509.

)

..

slcH ha

expresado

esta

misma

idea

en

términos

ligeramente

distintos

en

otro

lugar. Dice

S¡rcu: ',una

propieda¿

óaractárís-

tica

de

las

creencias

es

que

generan

nrás

creenc¡as

po.

**áio

de

inferencias,

hasta

el

extremo

de

que

puede

af¡imárr.

Iru

1.,

creencias

son

inferencíalmente

promiscuas.

Dado

un

conjunto

adecuado

de creencias

suplementarias,

prácticamente'cual-

guier

creencia

podrá

utílizarse para

infeiircualquier

otra.

.

(s¡n

embargo),

los estados

subdoxásticos,

a

diferenb¡a

oe

las

creen-

cías,

se hallan

inferencialmente

aislados

del

corprTs

general

de

creencias,

integradas

de

modo

inferencial,

al

que

un-individuo

tiene

acceso

(consciente)',.

Ahora

bien-

el

propio

srrcs

reconoce

que

la

propuesta

de

qye

los

estados

subdoxásticos

se

caracte

riian

por

ser

incons-

cientes

y

por

carecer

de

integración

inferencial

induce

ál

plu'n

Page 122: Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

s¡stemas de

entrada considerados

como módulos

123

team¡ento

del

siguiente

interrogante:

ipor

qué

tienen

gue

dar-

se conjuntamente

esfas

dos propiedades?

Por decirlo

cori)

mi

propia

terminología,

ipor

qué

ha de ser característico de los

estados

subdoxásticos

el

hallarse

encapsulados

frente a

los

pro-

cesos

relacionados

con

la

integración

inferencial

de

las

creencias?

Adviértase

que

de

la noción

de

inconsciencia

se

deríva una

especie

de

encapsulamiento,

ya que

una

creencia

inconsciente

no

puede

intervenir

como

premisa

de

un

razonamiento

perte-

neciente

a

un

proceso

inferencial

consciente.

Sin

embargo,

Srcu

intenta

destacar

algo

más relevante

que

esta

verdad

tan

trivial.

Lo

que

Srrcu

postula

es

que

las

creencias subdoxásticas

son en

gran

medida

inaccesibles,

incluso

a

los

procesos

Ínenta-

les

rnconscientes

de

fijación

de

creencias.

Si

esto es

verdad,

habrá

que preguntarse

de

inmediato

el

porqué.

No

obstante,

quisiera

dejar

patente

que

este

interrogante

no

se

plantea

por

el

hecho

de

que

las

creencias subdoxásticas

se

hallen,

por

lo

general,

encapsuladas;

o,

dicho

en

términos más

precisos,

no

se

hallan

encapsuladas

por

el

hecho

de

ser

sub-

doxásticas.

Consideremos,

a título

de contraejemplo,

las

ideas

subdoxásticas acerca

de

las

justificaciones

inductiva

y

deducti-

va; concretamente,

la

aceptacíón subdoxástica

de la

regla de

modus

ponens.*

Según

el

tipo de

teoría

psicológica

que

Slcu

defiende,

el

conocimíento

subdoxástico

de este

principio

tiene

que

ser accesible

a

la

práctica

totalidad

de

los

procesos

menta-

les,

ya

que

casi

todos

los

procesos

inferenciales hacen

uso

de

este

principio

de

un modo u

otro.

Por consiguiente,

las creen-

cias

subdoxásticas

acerca

de

la

validez

y

la confirmación

habrán

de

ser

distintas de

las

creencias subdoxásticas

sobre

las

reglas

de

la

gramátíca.

Aunque ambas sean

inconscientes,

aquéllas

son

paradigmas

de

estados mentales promiscuos

y

no

encapsu-

lados. Así

pues,

la conexión entre

inconsciencia

y

encapsula-

miento

no

puede

ser

intrínreca.

A

pesar

de

todo,

considero

que

Sr¡cH

está

dando

a

entender

algo

fundamental,

ya

que

aungue

gran

parte

de

la información

inconsciente debe

ser

plenamente

accesible

a

los

procesos

de

fí-

jación

de

creencias, también

es

cierto

que

muchos

de

los

ejem-

plos

de creencias

inconscientes

que

gozan

de abundante evi-

dencia empírica

son de carácter

encapsulado.

Esto

se

debe

a

*Modus

ponens:

sec.lefinecomoaqiielle

tautologíade

la

lógicadeei-trrnciadossegúrr

la

cual

orede,¡firmarse

el

consecuente

de un condicional

si

seafirnia

su

anteceden-

te Asi:

ltp

*

o)

n

p]

*

r.

(t'/.

ciet

T'.)

Page 123: Fodor - La Modularidad de La Mente

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La

modularidad

de

la

mente

que

casi

toda la

ciencia

cognitiva

que

se

pract¡ca

en

la

actuali_

dad

es

ciencia

de los

sistemas

de

entra

lr',

y,

como

se

ha

visto,

es

razonable suponer gue el encapsulamíehió

informativá

")onr-

ituye.un

rasg7

determinante

de

tales

sistemas.

Los

sistemas

de

entrada

se

caracterizan

por

no

intercambiar

información

irn_

doxástica

ni

entre

ellos

ni

con los

procesos

centrales.

..,

srcH l.lega prácticamente

a

ta

misma

conclusión

át dec¡r

que

"los

estados

subdoxástícos

tienen

rugar

en

muy

distintoi

siste-

mas

cognitivos.

de.propósito

específióo',

(pág.

éogl.

rn uté.to,

así

es;

pero

además,

también

tiene.n

tuga;-áñ

sistemas

integra_

d.os

de propósito

generar

(que

son ros

o*

u.nj;il;¡"]ñoo

sistemas

"centrales"),

siempre

que

se

admita

{re

la

fijación

de

creencias.

es,

en

gran

parte,

un

proceso

inconscientr,

y

viene

propiciadg

por

mecanismos

inferenciales

de

esa

naturaleza.

En

resumen:

los

estados

subdoxásticos

se

hallan

inforrátiuárént,

encapsulados

tan

sólo

en

la

rnedida

en

que

sean

estados

de

sis_

tenras

de

propósito_

qspecífico

(los

analizadores

de entradas

:::-tot¡91:t,

F;

ej.).

Prácticamente

todos

los

estados

cogn¡tivos

rnteresantes

desde

el

punto

de

vista

psicológico

son

incónscien_

tes,

y

sólo

las

creencias

accesibles

á

los

m-ódulos

son

a

la

vez

subdoxásticas,

en

virtud

der segundo

criterio

de

srcn

.

lll.

-6.

Los

productos

de

ros

sistemas

de

entrada

se

refieren

a

aspectos

,,superficiales,,

,

J.no

{g

los

problemas

más

importantes

y

controvertidos

de

la

filosof

ía

de la

ciencia

es

en

qué

lrgur

"orresponde

trazar

la

línea divisoria

entre

la

observación

v

i^t.ienti,

to, o¡cño

en

lÉr.inos

psicotógicos,

entre

la

percepción

y

el

conocimiento).

Hay

opiniones

para

todos

los

gustos,

desde

la

postura

extrema

de

los "fundacionalistas",

que

restriñge

et-concepto

de

obser_

vación_a

aquellos

procesos

que

dan

1.-, ur

u

¡ricioi

¡ntrorp..t¡-

vos

infalibles,

hasta

el

más

reciente

reüsion¡rrno

que

nieg'a

que

tal

distincíón

se

halre

en

modo

arguno

regurida pór

prinóipilrr.

(Hervsorv,.lgs8,

por

ejempro,

sosii.nr

qrlrn

tirüo

ór.ü5n",

en

una

cámara

de

vapor

el

rastro

de

in

protón

,n'ul

*úrno

sentido en que

se

dice que

Smith

,,ve', una

mancna

en

la

corba_

ta

de

Jones.)

En

ocasiones.

los

argumentos

que

utí

lizan qri"n.,

def

ienden

esta

postura

se

basan

áe

mooo

rirri.itó;;

ü;;

ciones

de

la

percepción

tomadas

de la

psicoroiía

del

New

Look

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Los sistemas de entrada cosiderados omo mdulos 125

seun la cal toda percepci6n se halla inevitable e ilimitada

mente carada de teora (vase GooMAN, 1978)Los fi 6sofos se han interesado pr la distinci6n entre observaci6n e inferencia fndamentalmente pr motivos epistemol-gicos; se parte del spesto de qe la inferencia (no demostrativa) presenta n rieso indctivo del qe carece la observaci6n.En consecencia, a alnos epistemoos les parece importante qe todo aqello qe se defina com ennciado cientficoacerca de n hecho deber mantenerse a I maren de ese rieso,lo cal implica qe salvo qe exista certeza de alnas verdades otinentes ninna teora emp rica oblia a na creencia racional

No estoy my de acerdo con la idea de qe la demostracin indctiva en las ciencias proceda en sentido ascendentedesde na base de verdades incestionables Si exclimos estepostlado el problema filos6fico qe plantea la distincinentre la observaci6n y la ter a parece menos inevitable de loqe se spon ia inicialmente De todos modos, todo aqel qeasma de manera responsable el postlado de la modlaridadde los sistemas de entrada deber interesarse pr el problema

psicol6ico correspondiente de establecer el pnto de contactoentre ls procesos perceptivos y ls conitivos. No en vano sesabe, pr definici6n qe componentes fncionales diferentesno peden hal larse en contacto en todos sus puntos, ya qe entonces dejaran de ser diferentes La representacin en diaramas de fljo es sensible a esta idea al representar los sistemasde procesamiento qe se postlan en forma de caas As pesel ennciado de qe slo las entradas y las salidas de los sistemas definidos fncionalmente son las qe intervienen en los in

tercabios de informacn entre tales sisemas no es ms qena tatolo a.

Por otra parte ya hemos vist qe la plasibilidad del encapslamiento informativo de n sistema de entrada dependeen ran medida del modo en qe se establezca la distincin entre ss productos y ss inteiveles de representacin Como esinddable qe tiene qe haber ceros procesos mentales en losqe se verifiqe na interacci6n entre la percepci6n y los conocimientos previos y necesidades del individo, el problema del

encaps!amiento informativo consistir en determinar si estainteraccin tiene lar en e inerior de los sistemas de entradan este sentido es evident qe prentarse q hay en el interior de n sistema y plantearse q es lo qe debe co�rarse

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126

La

modularidad

de

la

mente

el

producto

de ese

s¡stema

son

dos

formas

alternativas

de

plan-

tear

la

misma

cuest¡ón.

En

general,

cuanto

más

restringida

sea la

información

supues-

tamente

contenida

en

los

productos

de

los

s¡stemas

percept¡-

vos,

es

decir,

cuanto

más

superficiales

sean

estos

productos,

tanto

más

plausible

será

la

idea

de

que

las

computaciones

res-

ponsables

de

los

mismos

se hallan

encapsuladas.

Por

ejemplo,

si

el

sistema de

análisis

visual

sólo

puede

proporcionar

informa-

ción

acerca de

las

formas

y

los

colores

de

los

objetos

(mientras

que

todas

las

integraciones

propias

de

niveles

superiores

se

mantienen

en

un

plano

post-perceptivo),

resultará

más

plausi-

ble

suponer

que toda la información

gue

el

sistema

utiliza

se

halla

representada

en

su

interior.

En

cambio,

si el

sistema

vi-

sual

es capaz

de suministrar

información

acerca

de los

protones

(por

presentar

una

versión

psicologizada

del

problema

referido

por

HnrusoN

),

será

casi

impensable

que

el

análisis

visual

se

en-

cuentre

informativamente

encapsulado.

La

posesión

de

infor-

mación

sobre los

protones

sería

claro indicio

de

un acceso

ili-

mitado

a

lo

que

he

venido

denominando

"conocimlento

previo

".

En

esta sección me

propongo plantear

unas

cuantas

sugeren-

cias extremadamente

especulativas

sobre

el

modo

en

que

po-

drían

caracterizarse

los

productos

de

los

procesadores

lingü ísti-

co

y

visual

-

 

sto

es,

acerca

del nivel

de

representación

en

el

que

estos

sistemas

entran en

contacto

con

los

procesos

centra-

les.

Mis

argumentos

van

a

basarse

principalmente

en los

su-

puestos

de

que

las

computac¡ones

que

ejecutan los

sistemas de

entrada

son muy

rápidas

y

de

que

los

productos

de estos

siste-

mas

se caracterizan

por

ser

muy llamativos

desde

el

punto

de

vista fenomenológico

(véase

anteriormente). En

consonancia

con estos

supuestos,

voy

a

sostener

que pueden

plantearse

algunas

propuestas

razonables

sobre la

manera

de

distinguir la

percepcíón

visual

y

lingüística

de

los

procesos

cognitivos

con

los

que

se

hallan

en

contacto.

No

obstante,

vamos a

comprobar

que

los

niveles

de representación

que

constituyen

los

procluc-

tos de

los

mecanismos

de

procesamiento

visual

{/lingü

ístico)

no

presentan

ninguna

particularidad

epistemológica

especial.

Así

pues,

si, de acuerdo

con

el

espíritu de

una

epistemología

naturalizada,

se

encomienda

a

los

psicólogos

la

tarea de

esta-

blecer

la

distinción

entre

observación

y

teoría,

no

hallaremos

nada

epistemológicamente

relevante

en

esa distinción a

part¡r

de

las

propuestas

antes

señaladas.

Por

ejemplo,

esta

distinción

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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I

()s

5rstemas

de

entrada

considerados

como

módulos

/?o

co¡ncide

con

la

que

podría

establecerse

entre lo

que

sabe-

mos

de

modo

infalible

y

lo

que

tan

sólo suponemos

más

o.'me-

nos.iustif icadamente.

A mi

modo

de

ver,

la

única

alternativa

de

demarcación

que

resulta favorecida

de

este modo

es

la

que

yo

def iendo,

aunque

es

posible

que

muchos

epistemólogos

consi-

deren

que

esta versión

de

la

epistemología

naturalizada

resulta

algo

deflacionaria.

iOué

clase

de representación de

un enunciado

verbal

es

la

que

computa el

procesador

lingüistico

de

entradaT

O, situán-

dose

en

el contexto

de

la

reflexión

precedente,

cqué

propieda-

des

fenomenológicamente

accesibies

de

un enunciado

verbal

son

aquellas

cuya recuperación,

por

una parte,

es

obligatoria,

y,

por

otra,

puede

verificarse

por

mediación

de un

mecanisrno

computacional

informativamente

encapsuladoT

Es

evidente

que

existe

una amplia

gama

de

propiedades

de

enunciados

que

podrían

ser cornputadas

mediante

sistemas

computacionales

que

tuvieran,

de

algún modo,

un

acceso

restringido,

en

sent¡do

relevante,

a

información

contextual

como,

por

ejemplo,

la

du-

ración

del

enunciado.

Para

casos como

éste,

disponemos,

en el

área

del

lenguaje,

de

una inagotable

constelación

de

candidatos

que

podrían

ser

objeto de

un

tratamiento modular;

en

concre-

to,

todas

aquellas

propiedades

que

un

enunciado

puede

poseer

en

virtud

de

cuaf

quier

aspecto de

su estructura lingüística

(en-

tendíendo

como

tal

principalmente

su

forma gramat¡cal

Vlo

ló-

gíca).

Es

muy

dif

ícil

explicar

estos conceptos

con toda

clari-

dad,

aunque sea

fácil

captar

las

intuiciones

más

relevantes

al

respecto.

Pongamos un

ejemplo"

Resulta

extremadamente

complicado

determinar

hasta

qué punto

el siguiente enunciado

emitido

por

John

{"Puede

que Mary

lo

haga, pero Joan

está

muy por

enci-

ma

de esas cosas")

debe

entenderse

como

una ironía

si

no

re-

currimos

a

la

información

que poseemos

s,:hre

John,

Mary

y

Joan.

Y

peor

aún, según

parece,

en

general

no

hay

manera

de

establecer

qué

cantidad

o

qué

aspecto

concreto

de lo

que

sa-

bemos

sobre

ellos debe

ser consultado

a la

hora

de

emitir

ese

juicio.

Tal

vez,

para

que

el

carácter encapsulado

de un

sistema

sea de

interés,

habría

que

exigirle

que

reconociera

la ironía

(sinceridad,

intención

metafórica

o

retérica,

etc.)

implícita

en

los

enunciados verbales

que

analiza, aunque hasta la

fecha

no

existe

ninguna

propuesta

plausible

en

este

sentído.

Da

la im-

presión

de

que

el

reconocimiento

de tales

propiedades

de los

enunciados

es

típicamente

un ejercicio

de

"inferencia

en

busca

Page 127: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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128

La

modularidad

de

la

mente

de

la

mejor

explicaci

6n";

ten¡endo

en

cuenta

lo

que

sabemos

áe

John

V

Ou

lo

que

éste piensa

de

Mary

y

de

Joan,

no

es

po'

i¡nit

qr.'qrisiera

decir

eso

al

pie

de

la

letra...

etc.

Natural-

mente,

estos

son

los

tipos

de

inferencia

que

no

se

espera

que

realice'

un

sistema

encápsulado.

La

"meior"

explicación

es.

la

que

se

acepta

como

váiiOa

cuando

se

han sapesado

todos

los

iirto,rtt.

Lbs

sistemas

encapsulados,

sin

embargo,

tienen

prohi-

bido,

por

definición,

sopesar

todos

los

factores.

-

Có;párense

con'

esio

los

problemas

computacionales

que

plañtea'el

reconocimiento

de'la

forma

lingüística.

La

idea,

en

este

caso, es

que

la

estructura

gramatical .v

óg¡9t

de

un

enun-

ciado

verbal

ulene

determinada

de

forma

única

(o,

en térmi.nos

.¿i

pr..isos,

de

forma

única

hasta

que

surge

la

ambigüedad)

poi

rl

constitución

fonética,

la cual

viene

a

su

vez

determina-

ár

por

algunas

de

sus

propiedades acústicas

(mutatis

mutandís,

fut'piop¡e'dades

lingüíiticas

de

los

enunciados

verbales

escritos

u¡uri,tn

determinadás

de

manera

única

por

algunas

propiedades

de su

forma

gráfica). Las

propiedades

"acústicas",

según

el

uso

que

se

da

a este

término,

son

rpso.facto

susceptibles.de

ser

de-

i'ectadas

por

los transductores.

Así

pues,

un

sistema

de entrada

que

tenga

acceso

a

las

representaciones

transducidas

adecuadas

,n

uñunciado

verbal

conocerá

todo

lo

que

precisa

conocer

del

mismo

para

decidir

a

qué

tipo

oracional

pertenece

y,

segu-

iamente,

.rál

.t

la

forma

lógica

que

le corresponde.ea

En

resu-

*un,

si

buscamos

una

propiedad

relevante

de

los enunciados

verbbles

que

pueda

ser'

computada

por.sistemas

rígidamente

eÁcapsuttáos

lrnt

propiedad, en

def

initiva,

que

incluso.pueda

iur

io.putada

por'procesadores

"de abajo

a

arriba"*

lo

más

probablá

es

que no encontremos

un

candidato

más

natural

qt¡e

;i

iiñ

oracional

del enunciado,

junto,

quizá,

con

su

forrna

ló-

gica.

'

Po¡.

consiguiente,

eS conveniente

insistir

en

que

el

tipo-

ora-

cional

y

al

rienos

ó¡ettos

aspectos

de

la forma

lógica

son

feno-

mánofOgicamente

llamativos

y,

sin

duda,.se

reconocen

"sobre

ir

-rrttñ

a".*

Por

otra

parte,

la'computación

del

tipo

oracional

es

claramente

una

paite

fundamental

del

proceso

global

de

óórnpt.nsión

del

lenguaje.

Por

regla

general,

nadie

entiende

lo

qu.

i.

le

clice a menos

que

se

pueda

formar

una

idea

de

cuál

es

la

oración

emitida

por su

interlocutor.

*

E

sto

es,

en

e

I cu

rso

ciel

¡rrocesam

iento

(on-line

en el origina

l)

. N.

del T.)

Page 128: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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I

os

s¡stemas

de

entrada

considerados

como

módulos

¿

Existe,

entonces,

un

analizador

encapsulado

especializado

en

la

forma

lógica

y

gramatical?

Si bien

los

argumentosen

sen-

tido

afirmativo

son indirectos,

es

dif ícil concebir

que

al

menos

algunos

de

los

procesos

de

reconocimiento

de

la

forma

lógica

y

gramatical

no

se

hallen

encapsulados.

La

información

freviá

puede

intervenir

en

el

análisis

perceptivo

solamente

cuando

la

propiedad

que

es

objeto

de reconocímiento

sea redundante

en

grado

signif

icativo

en

el contexto

del

reconocimiento.

Sin

em-

bargo,

como

señalé

anteriormente,

no

parece

haber

mucha

re-

dundancia

entre

las

variables

contextuales

y

la

forma de

un

enunciado,

por

mucho

que

el

contexto permita

predecir

su

contenido.

lncluso cuando

sabemos

exactamente

lo

que

al-

guien

va

a decirnos

-en

el sentido

de

conocer

con toda

exactj-

tud

qué

proposición

va

a manifestar-,

este

conocimiento

nos

sirve

de

muy

poco para

predecir

la

relación

tipo-caso

con

res-

pecto

al

enunciado

que

emita.

Hay

muchas

rnaneras

lingüísti-

camente

diferentes

de

expresar

una

misma

idea.

Por

tanto,

no

debe sorprendernos

que

las

propuestas

más

ra-

dicales

de

sistemas

de

reconocimiento

guiados

por

el

contexto

no

suelan hacer

uso

de

la

información

contextual

para

identifi-

car

las

relaciones gramaticales.

Por

el contrario,

siempre gue

es

posible,

estos

modelos

pasan

directamente

del

análísis

léxico

al

"conceptual"

-que

se

caracteriza

por

hacer

generalizaciones

entre

enunciados

sinónimos,

sin

tomar

en

consideración

sus

respect¡vos

t¡pos oracionales.

No

estoy

muy

seguro

de

hasta

qué punto

estos

modelos

se

presentan

como

alternativasdeex-

plicación

de

las

capacidades

comunicativas

humanas,

aunque

mucho

me temo

gue

asíes

(véase,

porejemplo,

Scuarur<

y

Aerl-

soN, 1975. El

trabajo

de

Fonsren

y

Olaner,

1973,

aporta

evi-

dencia

experimental

de

que

la

forma

lingüística mantiene

sus

efectos a

medida

que

aumenta

la integración

semántica;

resul-

tado

comprensible

si

se considera

que

la

recuperación

de

la

for-

ma

lógico-sintáctica

es

obligatoria.)

En

resumidas

cuentas,

el

reconocimiento

de

la

forma

lingüística

no

es

un

proceso

guia-

do

por

el

contexto,

habida

cuenta

de

que

éste

no

determ¡na

aquélla.

si

la

forma

lingüística

es,

en

alguna

medida,

objeto

de

reconocimiento,

éste

debe

depender

de

procesos

fundamentat-

mente

encapsulados.

La

propuesta

gue

planteo

es

que

el

s¡stema

de

entrada

der

lenguaje

especifica

la

forma

lingüística

y

tal

vez

la forma

lógí-

ca

de todo enu¡rciado

que

pertenezca

a

su

dominio.

Dicha

pro-

puesta

lleva

impl

ícita la

idea

de

que

esto es

todo

lo

que

realiza

129

Page 129: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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130

La

modularidad

de

la rnerrte

el

sistemazs

-y,

por

tanto,

que

no

identifica el

potenc¡al

del

acto de

habla

del

enunc¡ado

(salvo

en

los

casos

en

que

este

po-

tencial

se

halle vinculado

a

ciertas propiedades formales, como

sucede

con

el

orden

de

las

palabras

en

las

oraciones

interrogat¡-

vas del

inglés).

Como

ya

he

señalado,

el

principal

argumento

en

apoyo

de

esta

proptiesta

es

gue,

por

una

parte,

las

relaciones

entre un enunciado

y

su

tipo

t¡enen

que

computarse

en

el

cur-

so

de la

comprensión

del

lenguaje,

y,

por

otra,

que

es difícil

creer

que

un

procesador

inforrnativamente

encapsulado

sea

ca-

paz

de

computar

propiedades

más

complejas

que

dichas

rela-

ciones.

Estas

reflexiones

son

congruentes

con

a intuición

de

que

si

bien

puede

existir un

alEoritmo

para

el

análisis oracio-

nal,

con

seguridad

no

puede

haber

uno

que

sea

capaz de

esti-

mar

las intenciones

cornunicativas en

toda

su

diversidad" Así,

mientras

que

las

discusiones sobre

lo

que

un

autor

ha

querido

decir

pueden

hacerse

interminables,

las discusiones

sobre lo

que

ha

dicho

no

suelen

serlo.

De

todos

modos,

estas

ref

lexiones me

parecen

algo irnpre-

cisas.

La

mayor

parte

de la investigación

en

lingüística

y

psico-

lingü

ística ha estado

orientada

a

establecer unas

condicíones

mínimas sobre

los

prcductos

del

procesador

de

orac¡ones

a

base de demostrar

que

determinados nil,eles

de

representac¡ón

lingü

ística

eran

"psicológ¡camente

reales"

y

se computaban

"sobre

la

marcha".

S¡n

embargo,

el

problema

que

surge

a

raíz

de

las reflexiones

teór¡cas

en torno

a

la

modularidad

suele

adoptar

un matiz diferente.

El

interés

se centra

en

descubrir

qué

es

la

máximo

que

un

procesador

encapsiJlado

puede

llegar

a computar

y qué

aspectos

de

la

entrada

sensorial

pueden

reco-

nocerse

de

modo

plausible

sin

tener

que

recurrir

sistemática-

mente

a información

de carácter

general.

Este

tipo

de

plantea-

miento

ha

sido

objeto

de

interés

en

un

área

determinada

de

la

investigación

sobre el

lenguaje.

Consiciero

aconsejable

hacer

una

breve

recapitulacién

con el

fin

de mostrar,

de

la forma

más

clara

posible,

cuáles

son

los

problemas

implicados

en

la

estinna-

ción

del

grado

de contacto entre

la

percepción

y

la cognición.

Considérese

nuevamente

la

cuestión

del

vocabr-llario de

un

enunciado verbal

(frente

a

su

forma lógico-sintáctica,

por

un

lado,

y

su

contenido

proposicional,

por

otro).

Al

haber

defen-

dido

el

postulado

de

que

el

procesamiento

de

entrada conduce

a la

identif

icación

de tipos

oracionales,

tengo

que postular

que

el

procesador

lingü

ístico

proporclona

a

cada

enunciado

verbal

que

analiza una

representación

que

especifica, entre

otras

co-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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L.os

sistemas

de

enlracia

considerados

como

módulos

131

sas,

los

const¡tuyentes

léxicos

gue

lo

componen.

(Así,

se

consi_

derará,

naturalmente,

gue

los

enunciados

'óu,

prrre.ten

cdnsti_

tuyentes

léxicos

distintos

pertenecen

a tipos

oracionales

dife_

rentes.)

Ef

problema

que

ahora

se

plantea

5,

i¡ i.rriiá

prrrr¡trl.

suponer

que

el

sistema

de

entrada

del lenguaje

piópor[ióná

l"u-

presentacíones

aún

más profundas

en el

nííetiei¡co.

Hay

una

teo.ría

muy

infruyente,

tanto

en

ringüística

como

en

psicolingüistica,

que

sostiene

que

en

efecto

uií

o.riré.

su-

gún

esta

teor,ía,

la.comprensión

db

un

enunciado

uárnár

exige

la

recuperación

de

ras

definiciones

de

todoi

aquelros

erementos

léx,icos

que

lo

.integran

que

puedan

,","

ábjrio

de

oeiínüion.

As,í,

Rq1

ejempro,

para

entenáer et enunciaáo

verbai

t,.john

es

solte.ro",

s

preciso

que

en

la

representación

cje

dicho

enunc¡a_

do

figure

una

palabra

cuyo

significado

sea

hombre

no

casado.

Nótese

que

este

postulado

se'refiere

a lós

procesos

de

con>

prens.ión,

y

no

a

operaciones

d.e.inferencia

que

pueden

aplitar-

se a

la

representación

interna

der enunciado'aeipiei

o.lu.

¿,

te

ha

sido

entendido.

Es

perfectamente

naturar

intlipátli

q*

19

Sty*

este

postulacio

sostiene

es

que

la

recuperación

de las

áe_

finiciones

de los

erementos

réxicos

tiene

rugbr

en

er

transcurso

del

procesarniento

de

entrada

{es

decír.

o.rñ.

en

el

interiordel

supuesto

n¡ódulo

del

lenguajg).

Si esto

es

cierto

,

cabrá

urp*iu,

que

la recuperacíón

de lá

ínformación

sc¡bre

Oet¡nic¡ones

x'rr¡-

ba

las

propíedades

características

de

los

pr.ocesos

de

entrada,

es

decir,

que

sea

rápida,

obrigatoria

(inseni¡ue

a las

de*anJai'0.

la

tarea), etc.

Frente

a

esta

postura,

hay

quíen

sostiene que

el

vocabula_

rio

"de.

superficie"

de

un

enunci'ado

verbal

se

mantiene

intacto

hasta

el

nivel

de representación

en

que

er

procesador

tinjfriti

co entra en

contacto con

procesos.cognitivos

de

orden

rod*;ár.

Por.consiguiente,

no

existe

en

er

siste"ma

oe

ántraoa

¿el

rLngua

je

ningún

nivel

de

análisis

en

el

que

,,...

sottero...,,y

,,...hom"üre

no

casado..."

reciban

representaciones

idénticas

lrr"órá,

ño,.

supuesto,

puede

que

ambas

expresiones

se

ident¡i¡queli

íoilo

sinónimas

durante

los

procesos

inferenciares

posteríores

a

ra

comprensión.

Es

posible

que

tengan

lugar

estas

infeián.¡á,

por_

teriores

a

la comprensión

por

med¡aé¡ón

de

,,postuláü;;.

significado"

com.o.lor que

propuso

canrun,

tr'ééó)l

"ar*il

especto

la

expcrsíción

de

Krrv-rscu

(19741y

la cle

rooó*,'róoo*

y

Gnnnrrr

('lg7S)1.

Los datos

experímentales

con

que

contamos

actualmente

favorecen

esta

última

interpretacíón

(véase

Fonon

y

cols.,

lgB0).

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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La modularidad

de

la

merrte

132

Oue

yo

sepa,

no

ex¡sten

datos

conv¡ncentes

a

favor

del

p-ostula-

Jo

qué

las

representac¡ones

del

conten¡do

de las

definicio-

nes

se

obtengan

'durante

el

proceso

de

comprensiÓn

de

la ora-

ción.

En

este

aspecto,

es obligado

señalar

que

la

imposición

de

ciárto

tipo

de

demandas

sobré

las

tareas

experimentales

desti-

ñadas

a validar

este

postulado

pueden

dar

origen

a resultad.os

.qriuo.ot.

Así,

por

ejemplo,

se

ha

descubierto

que

lodas_

las

ólá.¡on.s

relacíohadas-en

virtud

de

criterios

de

def

iniciÓn

tien-

den

a ser

combinadas

en

aquellos

experimentos

que,

ademá¡

de

.o¡¡pt.nsión,

exigen

recuerdo.

Esto

es

coherente

con

la

idea

de

que

la

metoi¡a

es

un

proceso

inferencial

por

excelencia

(véase

BRnrlrrr

,

1932\.

estas

observaciones

son

correctas,

habrá

que

pensar

gue

ef

procesamiento

de

entrada

del

lenguaie

no i.ncluye

un

análisis

semánt¡co

"en

el

interior"

de

los

elementos

léxicos.

Expresan-

do

esta

idea

en

otrostérminos,

el

nivel

que

se

define

funcional-

mente

como

producto

del

módulo

de

procesamiento

del

len-

guaie respeta

nociones

,

estructuralmente

def

inidas,

tales

como

ía

cie

elemento

del

ínventario

morfémico

de

la

lengua'

Es

de

su-

ma importancia

advertir

que

no

existe

ningún

motivo

a

priori

paru

qle

esto

tenga que ser

verdad.¡o

Con

ello

quiero

decir

que,

en

plnqpio, no

hay

ningu_na

razÓn

por

la

cual

las repre-

seniaciones

de

eÁunciados

análizados

mediante

procesos

rápi-

dos,

obligatorios,

informativamente

encapsulados,

etc.,

.efc.,

hay'an

de

const¡tuir

un

nivel

de

representaciÓn

en

virtud

de

un

criterio

independiente.

Sin

embargo,

al

menos

en

el

caso

del

lenguaje,

existe

un

motivo

a

posteriori

que

avala

eSte supuesto.

Por

una

parte,

hay datos

concluyentes

que

muestran

que

con-

ceptos como

nivel

morfémico

y

nivel sintáctico

corresponden

a

cláses

coherentes

de

representaciones;

por

otra,

hay

motivos

fundados,

al

menos,

para

suponer

que

lo

que

el

sistema

de

en-

trada

proporciona

son

representaciones

en

estos

tipos

de

niveles.

náemás,

dicho

sea

de

paso,

el

hecho

de

que

(teóricamente)

las

representaciones

que

los

sistemas

de

entrada

recuperan

constituyan

clases

lingüísticas

naturales

puede

aducirse

como

argumento

demostratiüo

de

que

el

propio concepto

de

proceso

,Je

entrada

correspotrde

a

una

clase

natural.

Supongamos.

que

las

representaciones

de

los

enunciados

analizados

mediante

procusos

rápidos, informativamente

encapsulados,

obligatorios,

bt..,

.rpec¡iicaran

propiedades

como,

por

ejemplo,

el-gegundo

fonáma

de

la tercera

palabra

de

cada

enunciado,

el

perfilde

en-

tonac¡ón

de

sus

cinco

últimas

sílabas

y las definiciones

de to-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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L()s

sistemas

de entrada cons¡derados como

módulos

cJas

las

palabras

del

mismo

que

empezaran

por "t)".

Dado

que

este

conjunto

de

propiedades

carece

de

interés

teórico,

lci'más

lógico sería

inferir

que

la

clase

de

procesos psicolingüísticos

definidos

como

rápidos,

obligatorios e

informat¡vamente

en-

capsulados

no

son

en

absoluto

relevantes.

Sin

embargo,

ya

ha

quedado patente

que

no

es éste

el

caso.

Lo

que

hemos

descu-

bierto

es

que

los

procesos

rápidos,

obligatorios, etc.

...

suminis-

tran

representaciones

de

enunciados

que

tienen

perfecto

sent¡-

do

como

tales

representaciones, es decir,

que

especifican,

por

ejemplo, la

constitución

morfémica,

la estructura sintáctica

y

la

forma

lógica.

Esto

es

lo

que

cabe

esperar

de

un

conjunto

de

procesos

que

se

hallan

integrados en un

sístema

funcionalmen-

te

relevante

a

efectos

de

comprensión

del

lenguaje. En

defini-

tiva,

así

deben

funcionar

las

cosas

si

la

comprensión del

lenguaje

depende

del tipo

de

sistemas

que

he venido

definiendo

con

el

nombre

de

"módulos".

Mi

insistencia

en estos

problemas

se debe

a

que

el

punto

de

vista

contrario

al

que

vengo

exponiendo

-es

decir,

aquel

que

defiende

que

el

procesamiento

del lenguaje

se

proyecta

de ma-

nera indiscriminada hacia

los

procesos

de

inferencia

y

las

in-

fluencias contextuales; en

definitiva,

hacia

los

procesos

cogni-

tivos

globales-

es

el

que

actualmente

domina

el

panorama

(sobre

todo

en la costa

oeste

de los

Estados Unidos,donde

los

gurús

de la

ciencia

cognitiva

practican

la

doctrina del

Todos

somos

Uno). Lo

único

que puedo

añadir

es

que

la

preferencia

por

una

de

estas

dos explicaciones

es una

cuestión empírica

-no

un

problema

de

gustos-,

y

en

este

aspecto

los resultados

más significativos

parecen

dar

más

crédito

al

punto

de vista

mod u

la

r.

La

exposición anter¡or ofrece

un

contexto

adecuado

para

plantear

problemas

análogos

en el

campo

de

la visión. Si

con-

sideramos

que

la

tesis

de

la

modularidad

es

plausible

en este

terreno,

el

producto

del

procesador

visual

ha de

ser

razonable

mente

superficíal

(y,

por

tanto, no

podrá

categonzar los

es-

tímulos

visuales

en

términos

tales

como rastro del

protónl

V

debe

const¡tu¡r

un

nivel

de representación

en virtud de

crite-

rios

independientes

-esto

es,

tiene

que

haber

cosas

más

intere-

santes

que

decir

acerca

de

las

representaciones de

salida

que

la

simple

observación

de

que

son, de

hecho,

aquellas

representa-

ciones

que

el

procesador

visual

produce.

Además,

habrá candidatos

que,

habiendo

satisfecho

los

cri-

133

Page 133: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 133/197

134 La modularida e a nte

terios de "superficialidad" y organizaci6n en niveles, deban

ser rechazados en razn de su inaccesbilidad fenomenolgica.31Me reiero, en concreto, a representaciones como la primariay los bosquejos *'2,5 D y D de MARR (MRR y NISHIH-RA, 978) Estas representaciones son, sin duda, suiciente-mente superficiales Si se acepta que deinen los productos delprocesador visual abr que admitir que incluso el reconocimiento de objetos no es, en sentido estricto, un fenmenocaracterstico de la percepci6n visual ya que a estos niveles derepesentaci6n slo se al Ian especiicadas ciertas propiedades

geomtricas del estmulo. Sin embargo, desde la perspectivade la accesiilidad fenomenolgica, la percepci6n es, sobretodo reconociiento de objetos y sucesos Por tanto, los sistemas ms superficiales de representaci6n solaente pueden serinterniveles del anlisis de las entradas Cul es, entonces elproducto de este anlisis?

Una de las ideas ms interesantes de las modernas teor(ascognitivas es que existe un nivel de ojetos perceptivos bsicos o utilizando una terminolog a alg menos confusa, de

categoras perceptivas bsicas) Este concepto es revisado enprofundidad por BROWN 958) y RH y cols 9), aunque para ntender el problema bastar con una rpida exposici6n magi nemos una erarqu (a de categor as, por ejemplo,caniche, pero mamlfeo, anima, objeto fsico, obeto. Deodo conj unto de categoras como ste puede decrse, en trminos generales, que establece una taxonom (a de objetos enniveles cada vez m abstractos, e manera que un determinado elemento puede pertenecer a uno de ellos o a todos a la vez,

y ue las posibles extensiones de las categoras aumentan a medida que ascendemos en la jerarqua a, por ejemplo, msposibles perros, que posibles canices, ms posibles animalesque posibles perros, y as sucesivamente) or otra parte, se tratade una erarqua  micativa, en el sentido de que de algunamanera es  necesao que aquello que satisaga el criteri depertenencia a una categor a en el ensmo nivel de abstracci6nabr de satisfacer dio criteri en los niveles de abstraccn supeiores a es nivel ara el propsito de esta exposici6n y en

realidad para cualquier prop6sito, no me interesa saber si estanecesidad es anal tica o incluso si es lingstica Me basta consaber que no es casualidad que todo canice sea un pero)

La noci6n de categoras bsicas consiste en que algunos de losniveles de abstracci6n de las jerarquas mplicativas presentan

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

s¡stemas

de entrada considerados

como módulos

una

peculíar

"saliencia"*

psicológica.

De

forma

intuitiva,.la

sa-

Irencia

se

manifiesta

en

los

niveles

"intermedios"

de

abstrac-

ción

(en este

caso,

en

perro

y

no

en caniche

oen objeto).

La-

mentablemente,

no

hay

manera

de

definir

de

modo

indepen-

diente

el

concepto

de

"intermedio",

y

es

muy

probable

que

toda

intuición

sobre

qué

niveles

son

los

intermedios

sea

una

intuición

sobre

la

relativa saliencia.

No obstante,

parece

que

el

conjunto

de

propiedades psicológicas que

voy

a

exponer

a

conti-

nuación

tiende

a

recaer siempre sobre

el(los)

misrno(s) miembro(s)

de cada

ierarquía

implicativa,

es

decir,

aquel(los) miembro(s)

de

una

jerarquía

que

posea(n)

una

de ellas

presentará(n)

con

toda

probabilidad

todas

las

restantes.

Se

considera

como

paradigmá-

ticamente

básica

toda categoría

qr-re

posea

todas

las

propieda-

des sigu

ientes:

al

"

La categoria

básica de

una

jerarquía

suele

corresponder

al elemento

de

mayor

frecuencia de

uso

en

el

vocabulario

de

la

lengua. En

este

sentido,

"perro"

es

un

elemento léxico de rna-

yor

frecuencia

que

"animal"

o

"caniche".

bl

La

palabra

que

representa

la

categoría

básica dentro

de

una

jerarquÍa

tiende

a

ser

aprendida antes

que

las

palabras que

representan

otros

niveles

de

la misma

jerarquía

(Anrcr-nv, 1979)"

c)

La categoría

básica es,

con frecuencia, el nriembro

me-

nos

abstracto

de

su

jerarquía

que

se

halla lexicalizado

en

un

solo

morfema.

Compárense los

siguientes

términos:

"sillón

de

orejas",

"sillón

"

,

"silla",

"{r1ueble", "artefacto",

"objgto

f ísi-

co"...

En

ciertos

dominios hay

pruebas

de

que

la

lexicalización

de

la categoría

básica

en

un

solo

morfema

tiene

carácter

uni-

versal

-por

ejemplo,

habrá

pocos

idiomas,

si

es

que

hav

alqu-

no,

que

expresen

en

una

sola

palabra

el

concepto

de

"rojo

rosá-

ceo

algo

diluido"

y

que a

la vez necesiten

varios morfemas

para

expresar

el

concepto

de

"rojo".

(Véase

Brnlrru

y

Knv,

1969.)

Al

igual

que

ocurre

con las

propiedades

a

y

b,

consÍdero

natu-

ral

interpretar

la

c

como un

reflejo

lingüístico

de

la relativa

saliencia

psicológica

de

la

categoría

básica

frente

a

los

restantes

miembros

de

la

jerarquía.

dl

Las

categorías

básicas son candidatos naturales

apropia-

dos

para

enseñar

conceptos

por

ostensión.

El

concepto de

"pe-

rro"

puede

definirse

por

ostensión

a

un

niño

que

no

ha

apren-

dido

el

concepto

de "caniche",

mientras

que seguramente

será

imposible

enseñar

este

últímo

concepto

de modo

ostensible

a

--

"t-

"ttill"ncia"

es

aquelia

propiedacl

en

rri

rtud

de

la cual

uri

estímulo

aciq¡¡"ru

rnayor relevancia

perceptiva para

un organisrno.

(N.

del

f.)

135

Page 135: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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136

La modularidad

de

la

mente

un

niño

que

no haya adquirido

aqué1.

Tampoco

parece

posible

enseñar

el

concepto

de

"animal"

por

ostensión

a un

niño

que

aún

no

haya

aprendido

conceptos

y

términos

de

animales

del

mismo

nivel

que

"perro".

Esta cuestión

se

hace

aún

más

evi-

dente

al

considerar

la

posibilidad

relativa de definir

por

osten-

sión conceptos

como

"rojo

pálído",

"roio" y

"color".

Unavez

más,

la explicación

más

plausible

es

que

la

posibilidad relativa

de

def

inir

ostensiblemente

una

palabra

se

halla relacionada

con

la

saliencia

psicológica

relativa de

la

propiedad

que

la

palabra

expresa.

(El

lector

interesado en

una

exposición

más detallada

de

las implicaciones

de

la correlación entre

el

carácter

básico

de

una

categoría

y

la

posibilidad

de

definirla

por

ostensión

puede

consultar

Fooon

,

1981a,

cap. 10.)

el

Las categorizaciones

básicas

proporcionan "crestas

de

información"

en

el

sentido

que

sigue. Supongamos

que

le

pe-

dimos

a un

sujeto

que

enumere

todas

las

propiedades

que

le

vengan

a

la

mente sobre

animales;

luego

se

le

pide

que

enume-

re

todas

las

propiedades

que

se

le

ocurran sobre

perros;

y,

por

último,

le

pedimos

que

haga

lo

propio

can

caniches.

El

resul-

tado

es

que

se

habrán

obtenido

muchas

más

propiedades corres-

pondientes

al

concepto

de

perro

que

al

de

animal, mientras

que

el

número de

propiedades

enumeradas

en

el

caso

de

cani'

che

será

escasamente

superíor

al

correspondiente

a

perro.32

(Véase

RoscH

y

cols.

,

1976.) Esto

da

a

entender

que

las catego-

rizaciones

básicas son aquellas

que

incorporan

más

informacion

por

unidad

conceptual.

Si

a

todo

esto se

le

añaden

las

máxi-

mas

de

GnlcE

sobre

la "cantidad"

(ser

informativo)

y

el

"mo-

i6"

(5er

breve),

la observación

que

acabo de

hacer

nos

permite

avanzar

las

siguientes

conclusiones

de

orden

pragmático:

fl

Las

categorías

básicas

son

las

categorías

naturales

que

se

emplean

habitualmente

para

describir

las cosas,

ceterís

paribus.

La

expresión

"ceteris

paribus"

significa

en

este

caso

"supo-

niendo

que

no

existen

demandas

particulares

sobre

la

tarea en

cuestión". Así,

cuando alguien

me

pregunte:

"ZOué

ves

por

la

ventana?",yo

tenderé

a

responderle:

"Una

señora

paseando

un

perro"

(y

no

"una

señora

paseando

un

animal",

o

bien

"una

señora

paseando

una

minúscula

hembra

de

caniche

de

pelo

pla-

teado",

pongamos

por

caso).

El

aspecto

a

destacar

es

que,

si

todo

lo

demás

se

mantiene

constante,

la

primera

de estas

des-

cripciones

es

la

que

se utilizará

con mayor

probabilidad,

aun-

que

se

disponga

de suficiente

información

para

utilizar

la

ter-

cera.

Page 136: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

http://slidepdf.com/reader/full/fodor-la-modularidad-de-la-mente 136/197

Los

sistemas

de entrada considerados

como

módulos

En

mi

op¡nión,

estos

fenómenos

lingüísticos

son

manifesta-

c¡ones

superficiales

de una realidad psicológica

más

profünda,

a

saber:

gl

Las

categorías

básicas

vienen

fenomenológicamente

da-

das,

es

decir,

proporcionan

un marco natural

para

describirse

las

cosas a

uno

mismo.

Lo

que

vemos

al

mirar

por

la ventana

es

una

señora

paseando

un

perro, y

no

una

señora

paseando

una minúscula

hembra

de

caniche,

etc...

(Como

es lógico,

este

juicio

puede

cambiar mientras sigamos

observando. Sin

embar-

go,

la

saliencia

fenomenológica

equivale a

la

accesibilidad

a

información

en

ausencia

de

observaciones

prolongadas.)

De

aqu

í

podría

deducirse

que

las

identif

icaciones

perceptivas

que

exijan

la

aplicación

de categorías

básicas

deberán

ser más

rápi-

das

que

las

que

requieran

la

aplicación

de otros

miembros

más

o

menos

abstractos de

la

misma

jerarquía

implicativa,

y

en

efecto

hay

pruebas

de

que

así

ocurre

(véase

lrurnRue, 1981).

hl

Las

categorías

básicas se

caracterizan

por

ser

los compo-

nentes

más

abstractos de

las

jerarquías

implicativas

que

abar-

can

objetos

de

aspecto

más

o

menos

similar

(RoscH

y

cols.,

1976).

Así, en

general, podemos

dibujar

algo

que

sea

como

un

perro, pero

no

se

dibuja

algo

que

sea

simplemente

un

animal;

al

igual

que podemos

dibujar algo como una

silla,

pero

no

meramente

como un

mueble.

Esta observación

indica

que,

a

primera

vista,

podemos

efec-

tuar

categorizaciones

básicas

(por

contraposición

a

otras

cate-

gorizaciones

más

abstractas),

con

razonable fiabilidad, fundán-

donos

en las

propiedades

visuales

de

los

objetos.

Esto

nos con-

duce

de

nuevo

al

problema

de la

percepción.

Dado

que,

según

hemos

supuesto, los

sistemas

de

entrada se hallan informati-

vamente encapsulados (estando

impedido

el

flujo

generalizado

de información

general

de

arriba

a abajo),

las

categorizaciones

que

estos

sistemas

efectúen

deberán hallarse determinadas

de

manera

abarcativa

por propiedades

que

los

transductores

visua-

fes

puedan

detectar,

como

por

ejemplo,

la forma,

el color,

el

movimiento

local

y

demás. Los sistemas

de

entrada

no

se limi-

tan a

codificar

propiedades

como

la forma

yelcolor, pero

están

constreñidos

-en

virtud

de

su

encapsulamiento

informativo- a

efectuar

categorizaciones

que

puedan

inferirse,

con

razonable

precisión,

de

propíedades estimulares

"puramente

visuales"

como

las

citadas.33

(En

comparación,

el

procesador

del len-

guaje

se

limita

a

recuperar

propiedades

del enunciado verbal

que puedan

inferirse,

con

razonable

precisión,

de

sus

propie-

137

Page 137: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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138

La modularidad de

la mente

dades

acústicas

-V,

por

cons¡gu¡ente,

a

recuperar

la

forma

lingüística,

más

que

la intención

metafórica

del

hablante, por

ejemplo.

)

Recapitulando,

las

categorías

básicas

son típicamente

aque-

llos

componentes más

abstractos

de

sus respectivas

jerarquías

inferenciales cuya

selección

podría

correr

a

cargo

de

un

anali-

zador visual

de

entrada

encapsulado,

En cambio,

no

podrían

predecirse

de manera fiable

otras

categorías

más abstractas

a

part¡r

de

las

propiedades

visuales

del

estímulo distal.

Parece

conveniente

que

los

sistemas

de

entrada

proporcionen

cate-

qorizaciones

básicas,

supaniendo que

se

considere preferible

obtener

un

máximo

de

información

por

unidad

de

integra-

ción

percept¡va

(como

así

parece

ser).

En

suma,

mi

propuesta

es

que

el

sistema visual

de

entrada

suministra

categorizaciones

básicas.¡¿

De

esta

propuesta

se

siguen

numerosas.

consecuencias.

Una

de

ellas

es

que

tomando

la

distinción

observación/teoría

en

sentido

relevante,

lo

que

cuenta

como

percibido

son

perros y

no

protones.

Por otra

parte,

los

productos

del

procesador

vi-

sual

-al

igual que

los

del

procesador

lingüístico-

constituyen

un

nivel de

representación

por motivos

independientes

del

he-

cho

de

ser

el

conjunto

de

representaciones

que

suministra cier-.

to

sistema

de

entrada.

En

tercer lugr,

no es

casualidad

que

las

categorizaciones

fenomenológicamente

accesibles

se

expresen

mediante

palabras

def

inibles

por

ostensión. Aún

quedan

otras

consecuencias

que

prefiero

dejar

a

la reflexión del lector.

Co-

mo

conclusión

bastará

señalar

que

la

noción de

que

los

análi-

sis

visuales son

computados

por

un

sistema

informativamente

encapsulado

da

origen

a

la

predicción

de

que

debe

haber

un

conjunto

de

representaciones

a

las

que

se pueda (a

grandes

rasgos)

asignar

una

forma,

por

una

parte, y

que

desempeñen,

por

otra,

un

papel

especialmente

importante

en

la

vida mental

del

organismo.

La

fecundidad

que

ha

demostrado

tener

el

constructo

de categoría

básica sugiere

gue

esta

predicción

es

verdadera.

lll.7 Los sistemas

de

entrada

se

hallan

asociados

a

una

arquitectura

neural

fiia

Entre

las

reflexiones

de

Martin GenoruER

en

torno

a

la figu-

ra

de

Garu en

su libro

ln the

nameof

science

(1952)

("En

nom-

bre

de

la ciencia"),

podemos

destacar

la

siguiente

observación:

Page 138: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas de

entrada

cons¡derados como

módulos

139

"Como

es

sab¡do,

la

moderna

invest¡gación

sobre

el

cerebro

ha

desmantelado

por completo

la antigua

'psicología de

lasfacul-

tades'. Los

únicos

centros cerebrales

que

se

hallan localizados

son

los

centros

sensoriales"

(pá9.

293).

Esta

observación

se

me

anto¡a algo

precipitada,

pues

no

sabemos

hasta

qué punto

la

psicología

de

las facultades es

incompatible,

por

ejemplo,

con

la

idea

de

un

cerebro

equipotencial.

No

olvidemos

que

las

facultades

se

distinguen

fundamentalmente

en

virtud

de crite-

rios

funcionales,

y

no

según

criterios

fisiológicos.

Por otra

par-

te,

tal

vez

el concepto de localización

no

sea

el

más

pertinente

en

el

argumento

que

Gsnoruen

plantea,

ya

que,

a

fin

decuen-

tas,

puede

darse una

especif

ícidad

neural en

ciertas

funciones

que

no se encuentren

localizadas

en

el

sentido de

hallarse

aso-

cidas a

regiones

cerebrales extensas

y

caracterizadas

morfoló-

gicamente.

De todos

modos,

si

en

el

enunciado

de

Ganorurn

reemplazamos

"sensoriales"

por

"perceptivos"

y

añadimos

el

lenguaje,

y

si

además

nos

desentendemos

de la

localización

de

las

funciones

motoras

y

de

otras

funciones no

cognitivas,

su

postura

empieza

a

parecer

más dígna

de

crédito. En

concreto,

hay

indicios

de

que

existe una

arguitectura neural caracterís-

tica

asociada

a

lo

qr;e he

venído

denominando

sistemas

de

entrada.

En

este

sentido,

hay motivos

para

creer

que

el fuer-

te

postulado

que

enuncio a continuación

se aproxima

bastante

a

la realidad:

todos

aquellos

casos

de

estructuración

neural

ma-

siva

a los

que pueda

atribuirse,

con

un

razonable

margen

de

seguridad, una

función

cognitiva de

contenido específico

pa-

recen estar

relacionados con el

análísis

de

las

entradas, sea

este

lingü ístico

o

perceptivo.

En

suma,

ño

se

conoce

centro

cere-

bral

alguno

responsable

del modus

ponens.

No

tardaré en ocuparme

de

las

implicaciones que

se

derivan

de

esta

observación.

Por el momento,

sólo

quiero

señalar

gue

la estrecha

asociación

de

los

sistemas

modulares

con

ciertas

configuraciones

neurales

es

un hecho

perfectamente

lógico,

ha-

bida

cuenta

de

que

el

aspecto

clave

de

la

modularidad es el

encapsulamiento

informativo.

Es de

suponer

que

las

conexio-

nes

neurales

compactas

constituyen

vías

privilegiadas

de

ac-

ceso

de

información.

Por

consiguiente,

el efecto de

la

confi-

guración

neural en estructuras

compactas

es

facilitar

el

flujo

de

inforrnación

de

una

estructura neural a

otra.

Sin

embargo,

lo

que

desde cierta

perspectiva

se

interpreta como

facilitación

relativa

puede

interpretarse

desde otra

como

encapsulamiento.

Al

facilitar el f

lujo

de

información de

A

a

B

a

base de

estable-

Page 139: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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140

La modularidad

de

la

mente

cer

una

conex¡ón compacta

entre

los

dos,

se

proprociona

a

B

un

tipo

de acceso a

A

del que

carece

con

respecto

a

otras

reg¡o-

nes

como

C,

D,

8,... Este

tipo de acces¡bilidad diferencial

es

útil

para

un

determinado sistema

únicamente si

éste

precisa

de un

acceso más

rápido

(más

sencillo

y

cont¡nuado;

menos

costoso,

en

fin)

a

A

que

a

C,

D,

E

y

demás.

En definitiva,

esta

accesibilidad

sólo

puede

beneficiar a

un

sistema cuyas

deman-

das informativas se hallen

relativamente

sesgadas.

Concretamen-

te,

no

tendría

mucho

sentido

establecer conexiones compactas

entre

sistemas

no encapsulados

paradigmáticos,

es

decir,

aque-

llos

cuyas

demandas

informativas

puedan

fijarse en

cualquier

momento y

lugar.

Lo

que planteamos

es

que

la

arquitectura

neural

es un

aspecto concomitante natural

del

encapsulamien-

to informativo.

Con

todo, existe, al

parecer,

una

estructura

neurológica

aso-

ciada a los sistemas

perceptivos

y

al

lenguaje.

Con

independen-

cia

de

cuál

pueda

ser

la

interpretación adecuada

de este

fenó-

meno, esto

nos

proporciona

un motivo

más

para

creer

que

los

sistemas

de

entrada constituyen

una clase

natural.

lll.8

Los sistemas

de

entrada

presentan

unas

pautas

de

deterioro

caracter

ísticas

y

específicas

La

existencia

de

síndromes

patológicos

bien

definidos

-y

las

mutuas

analogías

entre

ellos-

tanto

en

el

área

de

los

siste-

mas

percept¡vos

como

en

la

de

los

mecanismos

del

lenguaje

son

cuest¡ones

a

las

que

se

ha

dispensado mucha atención

en

la

ciencia cognitiva.

Por consiguiente, poco

se

puede añadir

sobre

ellas

en

la

presente

obra.

Al

parecer,

casi todos los

autores

coinciden

en

af

irmar

que

las

agnosias

y

las

afasias constituyen

alteraciones

pautadas

del funcionamiento, es

decir,

que

no

pue-

den

explicarse

en

virtud

de

simples

déf

icit

cuantitativos de capa-

cidades horizontales

como

la

memoria,la

atención

o

la

solución

de

problemas.

Esto

apenas

debe sorprendernos,

ya

que,

por

una

parte,

el

análisis

de

las

entradas

depende

en buena medida

de

sistemas

de círcuitos

neurales

compactos,

y,

por

otra, las

pa-

tologías

que

padecen los sistemas de

entrada

se

oríginan

por

le-

siones

en

estos circuitos

especializados.

Por

el

contrario,

los

procesos

centrales,

que

no

parecen

ha-

llarse

estrechamente

asociados a

una

arquitectura

neural

espe-

cífica,

no

presentan

síndromes

patológicos

definidos con

clari-

Page 140: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Los

sistemas

de

entrada considerados

como módulos

141

dad.

(En

este sent¡do,

la antigua

opinión

de

que

la

esquizofre'

niu

ri

unt

"patologiá

Oet

peirsamiento"

no

goza

hoy día

de

mucho

crédito.)

De

todos

modos,

no

es

mi

intención

simplificar

en

exceso

está

cuestión"

En

piincipio, todo

mecanismo

psicológico dife-

renciado

en

virtud'de

criterios

f

uncionales

puede

sufrir

un

de-

terioro

selectivo,

incluidas

las

facultades

horizontales.

Según

esto,

puede

haber

patologías

de

ta

memoria

o

de

la atención

que

no sean

específicas

de

dominio

de

la manera

que

se

supone

que

lo son

ias

afasias

y

lal

ag¡osias

(véase,

poreiemplo,

M.tLNER,

Co*r,*

y

Teuaen,

1968). Toda demostración

de

este

tipo

po-

drá

inteipretarse

como

prueba

(contra

Gnu

)

de

que

capaci-

dades

.omo

la memoria

o

la

atenc¡ón

corresponden

a

autén-

ticas

facultades

mentales

y

se

hallan

organizadas

de

forma

horizontal.

Según

se

indicÓ

anter¡ormente,

no

se

puede

des-

cartar

la

posib¡lidad

de

elaborar

modelos

mixtos

en

este

te-

rreno.

I I

1.9

La ontogénesis

de los

sistemas de

entrada

presenta

un

ritmo

peculiar

y

una

característica

sucesión

de

estadios

Los

problemas en

esta

área

son

tan

discutibles

y

la

infor-

mación

disponible

tan

fragmentaria,

que

lo

que

voy

a tratar

en

esta

sección

debe

interpretarse

más

como

hipÓtesis

que

como

datos

confirmados.

De

todos

modos,

hay

ciertos

in-

dicios

dignos

de

mención.

Por

ejemplo,

existen

abundantes

pruebas

óbre

las

etapas

características

de

la

adquisición

del

ienguaje,

así como

algunos.datos sobre

las

incipientes

capa-

c¡Oá¿ei

'visuales

de

los

bebés. Hasta

ahora,

estos datos

son

compat¡bles

con

la

idea

de

que

buena

parte

del

curso

evoluti-

vo

d'e

los

sistemas

de

entrada

viene

determinada

de

forma en-

dógena.

Por un

lado,

las

teorías

empiristas

han

subestimado

gra"vemente

la

capacidad

de

los

bebés

para

efec-tuar

catego-r¡-

iaciones

visuales

ivéanse

los

recientes

trabajos

de

SpEtre

,

1982;

.l

los

de

Mrttzorr,

1979;

Bowen

,

1974;

y

otros).

Por otro

iado,

parece

que

la

actuación

lingüística,

pese

a

que,

obvia-

rente'no

está

presente en los

recién

nacidos,

se

desarrolla

de

una

manera

ordenada

que

ref

leja

fielmente

el

estado

madura-

tivo

del

organismo,

y que,

en cambio,

no

guarda

relación

al-

guna

con

lá insuficiente

información

que

prgporc¡ona

9l:r

Éiente

(Golorru

-Mrnoow

y

Fe

lovrRru,

1

977;

GlElrunrrl

,

1981

).

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142

La nloduiai-idad de

la

mente

Además,

el desarrollo

del

lenquaje

parece

respetar

muchos

de

los

universales

lingüísticos propios

de

la

organizacion gramati-

cal

del

adulto,

incluso

en

sus

primeras

etapas

(véase

Bnowru,

1973;

y

algunos

artículos

en TarcnvoltAN,

1981)"

En

ocasio-

nes

se

ha

intentado

dar

cuenta

de

estos rasgos,

aparentemente

específicos-de-dominio,

de

la

ontogénesis

dei lenguaje apelan-

do al

desarrollo de una

"heurística

de

solución de

problemas"

o de

la

"inteligencia general", pero,

en

mi opinión

se

trata

de

argumentos

débiles

y

muy

poco

afortunados

cuando

se

exami-

nan

más

de

cerca

(véase

una

exposición

detallada

de

los

mis-

mos

en

PrnrEllr-Palvnnrrur,

1980;

y

en

las revisiones

de Mnn

-

sHALL,

1981

;

y

Pvr-vsHyN,

1981). Resumiendo, no existen

da-

tos

que

pongan

de

manifiesto

la

falsedad

del

postulado

de

que

los

mecanismos

neurales

destinados

al

análisis

de las entradas

se desarrollan corifc'rme

a

unas

pautas

específicas determina-

das

de

modo

endógeno

y

activadas

por

el

influjo

de

la

estimu-

lación

ambiental.

Esta

explicación

es,

por

supuesto,

compati-

ble

con

la

idea

de

que

estos

mecanismos

tienen

su correlato

neural

en

estructuras compactas específicas.

Asimismo

es

com-

patible

con

el

supuesto

de que gran parte

de

la

informaciónque

se

halla a disposicién

de

estos

s¡stemas

se encuentra espe-

cificada

de modo

innato, según

han

manifestado con

frecuen-

cia

los teóricos

de

las

facultades

vert¡cales

desde

G¡ur-

hasta

CHousrv.

En

este

trabajo he

venido defendiendo

el

postulado

de

que

los

sistemas

psicológicos

que

t¡enen

por

comet¡do

"presentar

el

mundo

al

pensamiento"

constituyen

una

clase natural

en

virtud

de criterios distintos

al

de la

semejanza

de

funciones.

Estos

sistemas

comparten

un

conjunto

de

propiedades

que

no tendrían

porqué

compartir

por

el

mero

hecho de ser

ana-

lizadores

de

entradas.¡s

Este

postulado

puede

enunciarse de

forma

abreviada

diciendo

que

los

sistemas

de

entrada consti-

tuyen

una

familia

de

módulos

o

sistemas

computacionales

específicos

de

dominio

caracterizados

por

su

encapsulamiento

informativo,

rapidez

de

ejecución,

acceso

restringido, especi-

ficidad

neural,

etcétera.

Vamos

a

suponer,

aunque

probablemente

no

sea

así,

que

el

lector encuentra convincentes mis planteamientos

y

que

se

propone

admitir,

al

menos

a los efectos

de

la exposición

que

sigue,

que

los

sistemas de

entrada

son modulares.

Todo

aquel

que

defienda realmente

esta

postura

tendrá

que

plantearse

el

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Los sistemas

de

entrada

considerados

como

módulos 143

siguiente

interrogante:

¿son

también

modulares

aquellos rneca-

n¡smos

cognitivos

que

no

sean

sistemas

de

entradaT En'otras

palabras,

¿puede

considerarse

que

las

propiedades

de ser

mo-

dular

y

de

ser

un

sistema

de entrada

deben

darse

simultánea-

mente?

Este

interrogante nos conduce

a

la

cuestión

principal

que

se aborda

en esta obra,

a

saber,

la cuestión

de

si

la

modu-

laridad

es

(como

Gnll,

por

ejemplo,

suponía)

un

fenómeno

general

en la

organización

de

la

mente. Voy

a

proponer

que

existen al

menos

algunos

sistemas

cognitivos

que

no

son

mo-

dulares,

para

luego

examinar

algunas

consecuencias

que

se

derlvan

de

su

{supuesto) carácter

no

modular.

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CUARTA

PARTE

SISTEMAS

CENTRALES

Las

facultades

vert¡cales

son

específ

icas

de

dominio

(por

de-

f

inición)

y

modulares

(por hipótesis).

Las

cuestiones

que ahora

voy

a

examinar

podrían

formularse

del siguiente

modo:

ies

ra-

zonable

suponer

que

hay

procesos

psicológicos

que

operan

a

la

vez en varios

dominios cognitivos?

En

caso

afirmativo,

ihay

mo-

tivos

para

creer

que

tales

procesos

operan

en

virtud

de

mecanis-

mos

no modulares

(es

decir,

que

no

están

informativamente

encapsulados)?

En

mi

opinión, la

respuesta

a

la

primera

pre-

gunta

es

bastante

clara.

Pese a

que

los sistemas de

entrada

son

específicos de

un dominio dado,

tiene

que

haber

otros

meca-

nismos

cognitivos que

no

lo

sean.

El

argumento

qeneral

que

sost¡ene

esta

afirmación

se remonta

por

lo

menos

a

AnsTorE-

LEs,

y

es

el

siguiente:

las

representaciones

que

suministran los

sistemas

de entrada

han

de entablar relación con

otros

proce-

sos

en algún

punto,

v

los

mecanismos

computacionales

encar-

gados

de

llevar a efecto

este

contacto deben

tener acceso

lpso

facto,

a

información

perteneciente

a

más

de

un

dominio

cogni-

tivo.

A

este

respecto,

se

deben

tener

en

cuenta

los

sigu

ientes

puntos:

a)

Ya

se

ha insistido

varias

veces

en

la

conveniencia

de

dis-

tinguir

entre

lo

que

los

sistemas

de

entrada

computan

y

lo

que

el

organismo cree

(ya

sea

consciente

o subdoxásticamente).

Lo

que

justifica

en

parte

esta

distinción

es

que,

debido

a

su

encap-

sulamiento

informativo, los

sistemas

de

entrada

tienen

el co-

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S¡stemas

centrales

met¡do específico de computar

representacíones

de

las

gonfi-

guraciones

estimulares distales

a

part¡r de

menor cantidad

de

información

de

la

que

el organismo tiene

a

su

alcance.

Estas re-

presentaciones

deben

ser modificadas teniendo

en

cuenta,

por

un

lado,

los

conocimientos

previos

(almacenadosen

la

memoria)

y, por

otro, los resultados simultáneos

de

los

análisis

de

entra-

da

correspondientes

a otros

dominios cognitivos

(recuéndense

las

observaciones

de

AnrsroTELES en

torno al

"sentido

común")

Al

proceso

que

conduce

a

la obtención

de

estas representacio-

nes modificadas

se

le

puede

denominar

"proceso

de fijación

de

creencias

perceptivas". En una primera aproximación,

se

pue-

de

asumir

que

los

mecanismos

responsables

de

este

proceso

operan

de

la

siguiente

forma:

examinan

simultáneamente

las

representaciones

que

suministran

los

distintos

sistemas

de en-

trada

y

la

información

en

ese

momento

almacenada

en

la me-

moria

y,

part¡endo

de

estas

diversas

fuentes de

información,

elaboran

la

hipótesis

más

probable

(de

todas

las

posibles)

acer-

ca

del

estado

de

cosas

en la realidad.36

Sín

embargo,

si

existen

unos

mecanismos

reponsables

de

la fijación

de

creencias

per-

ceptivas

y

si

estos mecanismos

funcionan

de

la

manera

que

he

descrito,

no

podrán ser específicos

de un

dominio

concreto.

En

otras

palabras,

la

razón

de

ser de unos mecanismos de

esta

naturaleza

es

garantizar

que

las

creencias

que

el organismo

adopta

vengan

determinadas,

siempre

que

se

pueda,

por

toda

la

información

a

que

tiene acceso,

con independencia de los

do-

minios cognitivos de

los

que

proceda

esa

información.

b)

Empleamos

el

lenguaje

(entre

otras

cosas)

para

comuni-

car

nuestras

impresiones

sobre

el mundo.

Sin

embargo, este

uso

del

lenguaje

sólo

es

viable

si los

mecanismos

responsables

de

la

producción

del

habla tienen

acceso

a

lo

que vemos (oímos,

re-

cordamos

o

pensamos)

del

mundo. Al

haber

asumido

que

estos

mecanísmos

hacen

posible

el

contacto entre

las facultades

ver-

ticales, no

podrán

ser

especfficos de

un

determinado campo.

Dicho

en

términos más

rigurosos,

la

especificidad

de dominio

de estos

mecanismos

será

menor

que

la

que

exhiban

las faculta-

des

verticales.:r

cl

Anteriormente

se

indicó

que

uno

de

los

aspectos

de la

"impenetrabilidad"

de

los sistemas de

entrada

es

su despreocu-

pación

por

las

necesidades

del

organismo.

Esta

observación se

planteó

en

parte

con

el

fin

de

explicar

la

fidelidad

de la

percep-

ción

a

la

realidad,

incluso

en

situaciones

en

las

queel

mundo

no

aparece

ante nuestros

sent¡dos

tal

y

como

nos

gustar

ía

que

f

uese.

145

Page 145: Fodor - La Modularidad de La Mente

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146

La

modularidad

de

la

mente

No

obstante, tiene

que

haber un

lugar

donde converjan

la

per-

cepc¡ón

y

las

necesidades

del

sujeto,

a

fin

de que

la

informa-

ción

que

suministran

los

sistemas

de

entrada

pueda

emplearse

para

decidir

el

curso

de

nuestras

acciones.

(Las

teorías

de

la

de-

cisión son siempre

modelos de

la

estructura

de estos

modos de

convergencia. Lo

importante

es

que

la

distorsión

motivacional

de

la

percepción

se

evita

debido

a

que

la

interacción

entre

los

sistemas

de

entrada

y

las

necesidades

tiene

lugar una

vez

con-

cluida

la

integración

perceptiva,

y

no mientrasésta

acontece).

Una

vez

más

se

llega

a

la conclusión de

que

tiene

que

haber

unos

mecanismos

que

operen simultáneamente

en

todos

los

dominios

correspondientes

a

los

distintos

sisten"ias

de

entrada.

Por

estas

y

otras razones

semejantes,

est¡mo

que

debe

haber

sistemas

psicológicos

relativamente

rnespecíficos

(no

vincula-

dos

a

dominios

concretos)

destinados.

entre otras

cosas

a

ex-

plotar

la

información

que

proporcionan

los sistemasde

entrada.

Siguiendo

la

tradición,

los

denominaré

"sistemas

centrales"

y

asumiré

que

son

estos

sistemas

aquellos

a

los

que

hacemos

refe-

rencia cuando

hablamos,

en

sent¡do

preteórico,

de

procesos

mentales

como el

pensamiento

y

la

solución

de

problemas.

Los

sistemas

centrales pueden

ser

específicos

de

un dominio

dado

en cierto

sentido

-ya

vo

lveremos

sobre este

pu

nto

cuando

abor-

demos

el

problema

de los

"confines

epistemológicos"-

peroen

modo

alguno

lo

son

en el mismo

sentido

que

ios

sistemas de

entrada.

El

aspecto clave

referente a

estos sistemas es

determi-

nar

si,

además

de ser

inespecíficos con

respecto

a

un

dominio

dado,

son también

no modulares

en

otros

aspectos. Es

decir,

se

trata de

averiguar

si

es cierto

que

los sistemas

centrales no

po-

seen

la

misma

constelación

de

propiedades

que

nos

llevan

a

considerar

los

sistemas de

entrada

como

una clase

natural,

pro-

piedades que

enumerábamos

en

la

tercera

parte.

En

pocas

palabras,

la

postura que

defiendo

puede

enunciarse

como sigue: hemos

visto

que

las

propiedades

que

distinguen

a

los

sistemas de

entrada

son

una

consecuencia

más

o

menos

di-

recta

de

su

encapsulamiento

informativo.

Por

el

contrario,

los

sistemas

centrales no

se hallan

encapsulados,

al

menos

en

sus

aspectos

esenciales,

y

es

precisamente

por

esto

por

lo

que

no

se

les

puede

considerar

modulares.

Es

preciso

advertir

que

mis

ar-

gumentos no

tratan

de

defender

una

tautología.

Desde

un

punto

de vista

lógico, es

perfectamente

posible

que

un

sistema

que

no

es

específico

de un

dominio

se

halle,

en

cambio,

encapsulado.

En

términos

generales,

la

especifidad

de

dominio

se

refiere

al

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S'stemas

centrales

ámbito de

problemas

para

los cuales

un mecanismo dispone de

respuestas

(o

el ámbito

de entradas

sensoriales

para

las

iuales

puede

efectuar

análisis);

en

cambio, el

encapsulamiento

se

re-

f

iere al

ámbito

de

información

que

un mecanismo

consulta con

vistas

a

decidir

qué

respuestas

habrá

de

emitir.

En

este sent¡-

do,

un

sistema

puede

ceñirse

a un dominio

dado sin

necesidad

de

estar encapsulado

(limitándose,

por

ejemplo,

a un

ámbito

relativamente

reducido

de

problemas

pero

sirviéndose de

toda

la

información

que

tenga a

su

alcance). Por otra

parte,

un

siste-

rna

puede

ser

inespecífico

con

respecto

a

un

dominio

concreto

y

a

la vez estar

encapsulado

(en

cuyo

caso,

emitirá

respuestas

a

cualquier

problema

que

se

le

plantee,

aunque basándose

para

ello

en

información

muy

restr;ngida,

sin

abarcar

toda

la

infor-

rnación

relevante). En

suma, una

posibilidad

que

merece

la

pe-

na investigar es

el

supuesto

de

que

sólo

los

sistemas

específicos

de

un dominio

dado se

hallan encapsulados.

Nique decir

tiene

que

no estoy en condiciones de

demostrar

este

supuesto,

pero

al menos

lo

voy a examinar.

Hasta

aqu

í los

puntos que

voy

a

defender. A

contínuación,

pasaré

a exponer

las

estrategias

que

emplearé en esta

defensa.

Prácticamente

no hay

pruebas

ni a

favor

ni

en contra

del

carác-

ter

modular de

los

sistemas

centrales.

Sin duda, es

posible

dis-

tinguir

a

grandes

rasgos dos

dimensiones

factoriales

de

la "inte-

ligencia", las capacidades

"verbal"y

"matemática/espacial", a

las

que

podría

corresponder cierta especialización

hemisférica.

Sin

embargo,

estas

dicotom

ías

son

excesivamente

imprecisas

y,

aunque

puede

darse

el

riesgo

de

confundirlas con

sistemas de

entrada

modulares,

las

pruebas

de

que

disponemos

son

insufi-

cientes

para

considerar gue existen

sistemas

específicos

de

un

dominio (y

muchos menos

aún modulares), aparte de

los

que

se

ocupan

de

las

funciones

de

análisis

perceptivo

y

lingüístico.

Cuando

no se

dispone de

pruebas

directas,

pueden

ut¡lizarse

argumentos

basados en analogías. Esto es

lo

que

me

propongo

hacer.

Hasta

ahora

he

considerado

que

la

función

característica

de

los

sistemas

centrales

es la fijación

de

creencias

(perceptivas

o

de

otra

índole)

por

medio de inferencias

no

demostrativas.

Los

sistemas

centrales

examinan

los

productos

de

los

sistemas

de

entrada

y

la

información

almacenada

en

la

memoria

y

hacen

uso de

estas

dos

clases

de

información

para

constreñir

la

elabo-

ración de

las

"hipótesis

más

probables"

acerca del

estado de

cosas

en

el

mundo.

Naturalmente,

estos

procesos

son.

en su

mayor

parte,

inconscientes

y

se

conoce

muy

poco

sobre

su

147

Page 147: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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148

L-a

modularidad

de

la

mente

funcionamiento.

No

obstante,

es razonable suponer

que

se

puede

inferir

algo

sobre

ellos

a

part¡r

de lo que

se

conoce de

los

procesos explícitos

de

inferenc¡a

no

demostrativa, es decir,

de

io

que

sabemos

acerca

de

la

inferencia empírica

en

la

ciencia.

He

aqu

í

la

línea

de

argumentación

que

voy a

seguir:

en

primer

lugar,

voy

a

plantear

que

la

confirmación

científica

-la

fija-

ción

de

creencias

científ

icas

por

medios no

demostrativos- es

un

proceso

típicamente

no

encapsulado. Luego,

voy

a argüir

que

si

asumimos,

manteniendo

esta misma

analogía,

que

los

sistemas

psicológicos

centrales

también son

sistemas

no

encap-

sulados,

podremos lograr

una

descripción

relativamente

plausi-

ble

del

funcionamiento

de

tales

sistemas

a

la vista

de

la

infor-

mación de

que

disponemos

sobre ellos.

La

f

ijación de

creencias

científicas

por

medios

no

demostra-

tivos

presenta

dos

propiedades

ampliamente

reconocidas

que,

sin embarEo, no

han recibido hasta

ahora

denominación

alguna

(que

yo

sepa).

A

estas

dos

propiedades

de

la

confirmación

cien-

tífica

las

voy a llamar

isotropía

y

quineanismo

(de

Oulrue

).

Es

muy

dif

ícil

ofrecer

una

explicación

rigurosa del

significado

de

estas propiedades.

A

falta

de

ello, voy

a comentar

algunas

in-

tuiciones

sobre

las mismas.

Se

dice

que

la

confirmación

científica

es

isotrópica

en

tanto

en

cuanto

los datos

importantes

para

la

confirmación

de

una

hipótesis

científica

puedan

tomarse

de cualquier

área

del

uni-

verso

de

verdades

empíricas

(o,

por

Supuesto,

demostrativas)

previamente

establecidas.

En

pocas

palabras,

todo

lo

que

el

científ

ico conozca

puede

servir,

en

principio,

para

determinar

lo

que

ha

de

creeren

lo

sucesivo.

Así,

la botánica

puede

influir

sobre la astronomía,

siempre

que

pueda concebirse alguna

co-

nexíón

entre

las

dos.

Como

suele

ocurrir

en

las

disquisiciones

metodológicas,

la

isotropía

de

la confirmación

puede

considerarse

bien en

sent¡-

do

normativo

(como

un

principio

al

que

creemos

que

debería

ajustarse

la

práctica inductiva

racional)

o

bien

en

sent¡do

socio-

lógico

(como

un

principlo

al

que

los

científ

ícos

en act¡vo

se ad-

hiéren

al evaluar

el

grado

de

confirmación

de

sus

teorías).

En

ningún

caso

debe

entenderse,

pues,

la ¡sotropía de

la

confirma-

cióñ como

un

fenómeno

gratuito

-o,

empleando

una

expresión

de

Ronrv

(1979),

"opcional".

la

conf

irmación

isotrópica

"define

parcialmente

el

juego

de

lenguaje

que

los

científicos

pract¡can"

(por

emplear

una

expresión

algo

desusada

hoy

día),

ello

se

debe

a

una

profunda

convicción

-en

parte

metaf ísica

y

Page 148: Fodor - La Modularidad de La Mente

8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Sistemas

centraies

149

en

parte

esp¡stemológica-

gue

los

científicos

poseen

de

modo

implícito:

la convicción de que

el

mundo

es

un

sistema

d'e

co-

nexiones

causales

cuya

estructura

desconocemos.

Debido

a

este

desconocimiento,

el

científ

ico

tiene

que

estar

dispuesto

a

aban-

donar

datos

confirmatorios

previos

a

medida

que

las

teorías

científicas

se

van

modif

icando.

Todo esto

nos

lleva

a la

siguien-

te

conclusión:

es

razonable

suponer

que

la

isotropía

de

con-

f

irmación

es

una

de

las

propiedades

de

la inferencia

no

demos-

trativa,

porque

el

objetivo

de este

tipo

de inferencia

es

deter-

minar

el

grado

de

verdad

de un

mecanismo

causat

-el

mundo-

cuyo funcionamiento

iqnoramos de

manera

arbitraria. por

esta

razón,

el

establecimiento

de

la

confirmación

científica

es

un

fenómeno

isotrópico,

como

también

ro es,

o

al

menos

no

pare-

ce

descabellado

suponerlo,

lo

que

los

psicólogos

denominan

"solución

de

problemas"

(es

decir,

la inferencia

no

demostrati-

va

al

servicio

de

la fijación

individual

de

creencias).

En

ocasiones

se ha

negado

que

la

confirmación

científica

tenga

un

carácter

isotrópico,

si

bien

tal

negativa

nunca

ha

re-

sultado

demasiado

convincente.

Por

ejempló,

atgunos

historia-

dores

sostienen

gue

parte

de

la

estrategia

aristotélica

contra

Gnlrleo

consistía

en afirmar

que

no

rra6ia

otros

datos,

aparte

de

las

observaciones

de

los movimientos

de

los

astros,

que

fue-

ran,

en

principio.,

relevantes.para

(des)confirmar

la

teoría

geo-

céntrica.

Con

ello, se

desestimaban

a

priori

como

irrelevañtes

las observaciones

telescópicas

de

las

fases

del

planeta

Venus.

Adoptando

una

actitud

similar,

algunos

lingüistas

han

sosteni-

do

recientemente

que

no

había

dalos,

al

márgen

de

ciertoi

ti-

pos

especiales

de

fenómenos

relativos

a

las iñtuiciones

de

los

hablantes nat¡vos, que pudieran considerarse

relevantes de

cara

a

la

(des)confirmación de teorías

gramaticales.

De

este

modo

descartaban

a

priori

las

observacioñes

experimentales

de

la

psi-

colingüística.

Esta

postura

metodológica

tiene

mucho

de

coar-

tada

fácil

a la

que

se

acude

presurosamente

cuando las

teorías

defendidas empiezan

a

tambalearse

por

causa

de

evidencia

con-

traria.

Es

más,

semejante

actitud

suele

hallarse

vinculada

a

un

est¡lo

"convencionalista"

de

construir

teorías

científicas.

Es

decir,

las

teorías

basadas

en

una

confirmación

no isotrópica

suelen ser

enjuiciadas,

incluso

por

los mismos

que

las

defien-

den, como

simples

mecanismos

para

hacer

predicciones.

Lo

gue

se

alega

en

su

favor

es

su

adecuación

predictiva,

más

que

su

correspondencia

con

la

realidad.

(Desde

nuestra perspectiva,

la

confirmación

no

isotrópica

no

es,

por

consiguiente,'un

probu-

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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150

La

rnodularrdad

de

la

mente

dimiento

de

fijación

de

creencias,

puesto

que,

según

la

inter-

pretac¡ón

"convencionalista",

la

adecuac¡ón

pred¡ctiva

de

una

teoría

no

es mot¡vo suficiente

para

creer

que

esa

teoría

sea

ver-

dadera.l

Una

últirna

observación

en

torno

a

la

cuestión

de la

isotro-

pía.

En

esta

exposición

he mostrado

interés

por

los

sistemas

isotrópicos

porque

se trata,

ipso

facto,

de

sistemas

no

encapsu-

lados.

También

he

mostrado

interés

por

la confirmación cientí-

fica

puesto que:

a) hay

motivos más

que

suficientes

para

creer

que

es

un

fenómeno

isotrópico;l¡)todo

hace

pensarque

es un

proceso

fundamentalmente

similar a la

fijación

de creencias;

y

c)

es

quizá

el

único

proceso

cognitivo

"global",

no

encapsula-

do

y

holístico

del

que

se

sabe

algo dígno de

mención.

Por

todo

ello,

aquel

que

tenga interés en

contemplar

la

isotropía

cogniti-

va en

su más

puro

sentido

hará

bien en

no

acudir

a la

confirma-

ción

científica.

Si

hemos

de

hacer

caso

de

las

anécdotas,el

ca-

mino más

indicado es

el

del descubrimiento

científico.

Lo

que

las

anécdotas

dicen

acerca

del

descubrimiento

cientí-

fico

-y

todas

parecen

coincidir

en

ello

sin excepción

(véanse

los

artículos

recogidos

en

Onro¡¡v,

(1979)-

es

que en

él

de-

sempeña

un

papel

fundamental

algún

tipo

de

"razanamiento

analógico".

Tengo

la

impresión

de

que

en este

aspecto

estamos

bastante

desorientados,

de

ah

í

que pref

iera no

adentrarme

de-

masiado en

el tema.

De todos

modos,

parece

que

hay

numero-

sos

ejemplos

en la historia

de

la

ciencia

que

muestran

que

la

es-

tructura

de

las

teorías de

una

determinada

disciplina se han to-

mado

prestadas

de,

o al

menos

han

estado inspiradasen,teorías

pertenecientes a

un dominio

de

fenómenos

enteramente

dis-

tinto:

así, lo que

se

sabe

sobre

el

flujo

del

agua pasa

a utilizarse

como

modelo

explicativo del

flujo

de la electricidad;

lo

que

se

sabe

de

la

estructura

del

sistema solar

se

utiliza

como

modelo

explicativo

de

la

estructura

del átomo;

lo

que

se

sabe del

com-

portamiento

del

mercado,

se utiliza

como

modelo

para

expli-

car

la selección

natural,

lo

que

a

su

vez

se

emplea como

mode-

lo de la

formación

de

respuestas

operantes,

y

así sucesivamen-

te. De

esta

suerte, el

"razonamiento

analógico"

se

equipara

a la

isotropía

en

su

forma

más

pura,

es

decir,

como

proceso que

de-

pende

de

la transmisión

de información

entre

dominios

cogni-

tivos

que

en un principio

se

suponían

irrelevantes

el

uno

para

el otro.

Por

definición,

los

sistemas

encapsulados

no

emplean

el

razonamiento

analógico.

Antes

de

abandonar esta

cuestión

quisiera

extraer

de

ella dos

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Sistemas centrales

enseñanzas.

La

primera

es

que

cuanto

más nos

acercamos a

lo

que,

desde

una

perspect¡va

preteórica,

consideramos cornó

ios

ejercicios

"superiores",

"más

inteligentes",

menos

reflejos

y

menos

rutinarios de

las capacidades

cognitivas, tanto

más

tien-

den

a

manifestarse en ellos

propiedades globales

como

la

iso-

tropía.

Esto

no

es una

casualidad.

Es

más, sospecho

que

el

cri-

terio

que

define

el carácter

inteligente

de un

proceso

cognitivo

es

precisamente

la

posesión

de

estas

propiedades

globales.

La

segunda

enseñanza

prefigura

un

problema

que

aparecerá

de

forma

recurrente

más

adelante.

No deja

de

sorprender

que,

mientras

por

una parte

se

piensa

que

el

razonamiento analógico

es

un

ingrediente

fundamental

de

cualquier

funcíón

cognitiva

digna

de

tomar

en

consideración,

por

otra

parte

nadie

tiene

la

menor

idea

de

cómo

funciona, hasta

el

punto

de

que

los

conoci-

mientos

sobre esta

clase

de razonamiento no

son

ni

con

mucho

comparables

a

las

muy

exiguas

ideas

que

se

tienen

acerca de

la

confirmación cíentífica.

Esto

tampoco

es una casualídad.

De

hecho, de aquí

puede

extraerse

una

generalización, que

espero

que

algún d ía

llegue

a

conocerse

como

la "Primera

Ley de

Fo-

dor

sobre

la

lnexistencia

de la

Ciencia

Cognitiva",

que

podría

expresarse

en

los

siguientes

términos:

cuanto

más

global

(cuan-

to

más

isotrópico)

es un

proceso

cognitivo,

tanto

menos

se

comprende. Los

procesos

muy

globales,

como

el

razonamiento

analógico,

no

se comprenden

en absoluto.

En la última

parte

del

trabajo

volveré

sobre

estas

cuestiones.

Se

dice

que

la confirmación

científica es

quineana

en tanto

en

cuanto

el

grado

de

confirmación

que

se

atribuye

a una de-

terminada

hipótesis

es

sensible

a

las

propiedades

del s¡stema

de

creencias en

su

totalidad.

Tanto

es

así,

que

el

aspecto

global

de

la ciencia

depende

del

estatuto

epistemológico

de

cada

una

de

las hipótesis

que

la

integran.

Hay

que

advertir

que

la

isotropía

y

el

quineanismo

son

propiedades

distintas

aunque

íntimamen-

te

relacionadas.

Por

ejemplo,

si la

confirmación

científica

es

isotrópica,

es muy

posible

que

un

determinado

fenómeno

rela-

tivo

a

la fotosintesis

de las

algas resulte

relevante

de cara

a

la

confirmación

de

ciertas hipótesis de

la

astrof

ísica

("el

universo

en un

grano

de

arena"

y

todo

lo

demás).

En

cambio,

lo

que

se

deriva

de la

propiedad

de ser

quineano

es

que

puede haber,

por

ejemplo,

dos teorías

astrof ísicas

que

efectúen las mismas

preciic-

ciones

sobre

las algas

y

sobre

cualquier

otro

fenómeno

suscep-

tible

de

comprobación,

de

las

cuales

una

resulte

mejor

confir-

mada

que

la

otra

-en

virtud

de

criterios

como la simplicidad,

151

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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152

La

modularidad

de

la

mente

la

plausibilidad

y

la

parsimonia

científicas.

El aspecto

clave es

que

la

simplicidad,

la plausibilidad

y

la parsimonia son propie-

dades

gue

las

teorías

presentan

en

virtud

de

las

relaciones

que

mantienen con

la

estructura

global

de

las

creencias

científi--

cas

tomadas en

conjunto.Todo

índice de

parsimonia

o

sim-

plicidad

de

una

teoría

deberá,

pues,

entenderse

como una

me-

dida

efectuada

sobre

propiedades

globales

de

los

sistemas

de

creencias.

Considérese,

a

título

de

ejemplo,

el

original tratamiento

que

Gooon¡nru

(1954)

da

al concepto

de

"proyectabilidad".

Es

sa-

bido

que

dos hipótesis equivalentes en

lo

que

respecta

a

los

da-

tos empíricos que

las

respaldan

pueden,

no

obstante,

diferir

en

su

nivel

de

confirmación,

según

cuál

de

ellas

sea

más

proyecta-

ble.

De

acuerdo

con

el

tratamiento

que

GooDMAN

da

a

este

concepto,

la

proyectabilidad

de

una hipótesis

viene dada

(al

menos

parcialmente)

por

la

proyectabilidad

de

su vocabulario,

y

la

proyectabilidad

de

un

determinado

vocablo

cientÍfico

de-

pende,

a

su

vez,

de

la frecuencia

(Zponderada?)

con

que

ese vo-

cablo ha sido

proyectado

en teorías científicas consideradas

válidas anteriormente. Así,

según

Gooouaru,

la

historia

de

pro-

yecciones

previas

contribuye

a

determinar

la proyectabilidad

actual

de

una hipótesis, lo

cual

determina

(en

parte)

su nivel

de

confirmación.

Lo

mismo

podría

decirse

de

conceptos

como

la

simplicidad, la

parsimonia

y

demás,

si

supiéramos

cómo

medirlos.

La

idea

de

que

la confirmación científica tiene

un carácter

quineano

no

es

en

modo

alguno

neutral.

Antes bien,

nos

hasi-

do

legada

por

la

filosof

ía

de la

ciencia

tradicional

-uno

de

los

dos

"dogmas

del

empirismo"

(Ourrue

,

1953)

dice

que

tiene

que

haber conexiones semánticas

entre

cada

enunciado de

una

teo-

ría

y

un

grupo

de enunciados sobre

datos empíricos.

Es

decir,

cada hipótesis sobre

fenómenos

"no

observables"

debe

impli-

car

ciertas

predicciones

sobre

fenómenos

observables,

y

tales

implicaciones

tienen

que

ser

válidas

en

virtud

de los

significa-

dos

de

los términos teóricos

que

contengan

las

hipótesis.:s

Una

consecuencia

de

postular

estas

conexiones

es

que

se

puede

de-

terminar,a

priori que

ciertos

datos

han de

desconfirmar

ciertas

hipótesis

con

independencia

del

estado

general

de las

restantes

áreas

de

una

disciplina

científica.

En este

sentido,

si de una hi-

pótesis

H

se

deriva

la

observación

O,

el

descubrimiento

de

la

observación contraria,

-O,

implicaría

u na

hipótesis

opuest4

-H.

Por

consiguiente,

la

(des)confirmación

de

la

hipótesis

H

por

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Sistemas centrles 153 

causa de la observaci6n -0 ser independiente de las caracter ,s

ticas generales del sistema de creencias al que pertenezcan·H y. Postular relaciones de sinificado entre enunciados fcticos enunciados tericos supone considerar la confi rmacin comun fenmeno local s que global

Considero importante subrayar este punto ya que en la literatura psicolgica abundan las propuestas senticas anlogasa la que acabamos de ver Pr ejemplo en las teoras cognitivasde autores com BRUNER o VvGOTSKY (y ms recientementeen ls trabajos de la semntica "procedimental ) se da pr sentado que tiene que haber relaciones de significado entre ls"onceptos ls perceptos En resumen para estas teorasls conceptos son recetas para clasificar est (mulos en categoras ada receta establece una constelaci6 de prueas (ms omenos fijas) para llear a efecto la clasiicacin cada categora estimular se identifica con un conjunto (ms o menos fijo)de resutados de estas pruebas Para aclarar la presente exposicin vo a ejemplificar esta idea con un caso extremadamentesimple: supongamos que ha una regla que establece que elconcepto de  pero puede someterse a prueba verificando si elobjeto que observamos ladra. En este caso se arranca del supuesto de que esta regla forma parte del concepto de  perro (aunquenatualmente no lo agota) Dado que se tiene com verdad con-ceptua que e hecho de ladrar es indicio de que el objeto encuestin es un perro la relain de confirmacin entre "alges un perro y "ladra es insensible a las propiedades globalesdel sitema de creencias del individuo As pues ls criteros desimplicidad terica dems no  pdran, ni tan siquiera enprincipio llevarnos a la conclusin de que la propiedad de ladrar es relevante de car la def in icin del concepto de perroPa legar a esa concusi abra qe mocar e concepto

El jmplo anterior pone de manifesto hasta qu punto laspropiedades de isotrop a quineanismo se hal Ian estrechamente reacionadas Segn el enfoque epuesto en el prrafo anterir a imortancia de la proiedad de "ladrar" para la defi nici6n del concepto de perro' es cuestin de significado y preso mismo sera imposible demostrar emp1ricamente que talrelacin de reevancia entre la propiedad y el concepto es ico

rrecta En cambio la isotropa es el principio segn el cualcualquier fenmen puede resultar (ir)elevante para la confirmacin de cualuier otro r tanto ls panteamentos deBRER, VOTS l semnticos prcedientales son in

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La

modularidad

de

la mente

compat¡bles

con

el

carácter

isotrópico

y

qu¡neano

de

la

confir-

mación.

Al

afirmar que

la

conf¡rmac¡ón

es

isotrópica

y

quineana

me

sitúo,

a

sabiendas,

en

desacuerdo

con

las

principales

tradicio-

nes

de

la

filosof

ía de

la

ciencia

y

de

la

psicología

cognitiva,

aL nque

no

por

ello

voy

a modificar

mi

postura

(quienes

estén

interesados

en

conocer

los

argumentos deberán remitirse

a

artí-

culos

ya

clásicos

en

la

moderna

filosof

ía

de

la

ciencia,como

los

de OurNE,

1953;

y Purrunrn

,

1962).

Por otra

parte,

al

partír

del

supuesto

de

que

existe

una

analogía

entre

la

confirmación

científica

y

la

fijación

psicológica

de

creencias,

tengo

que

con-

siderar que

esta

última

presenta

también

las

propiedades

de

isotropía

y

quineanismo,

en contra

de

la

tradición

que

repre-

sentan en

psicología

cognitiva autores como

Bnurvrn

y

Vvco-

rsKy,

así

como

los

semánticos

pr"ocedimentales.

Me

voy a mos-

trar expl

ícito

y

enfático

en

esta

cuestión.

Mi

argumento

es

el

siguiente:

los

procesos

centrales

responsables

de

la

fijación

de

creencias

son típicamente

procesos

de

inferencia

racional

no

demostrativa;

los

procesos

de

inferencia

racional

no

demostra-

tiva

son, como

se

ha visto,

isotrópicos

y quineanos;

luego

lós

procesos

centrales

son

isotrópicos

y quineanos.

Concretamente,

la

teoría sobre estos

procesos

tiene

que

ser

coherente

con

el

principio

de

que

el

nivel

de

aceptación

de

una

deternlinada

creencia

depende del

nivel

de

aceptación

de

cualquier

otra

y

de

las

propiedades

del

conjunto

total

de

creencias

del

individuo.

Una

vez expuestas estas

consideraciones,

me

quedan

dos co-

sas

por

demostrar:

primero, que

esta

conceptualización de

los

procesos

centrales

es esencialmente

incompatible

con

el su-

puesto

de

que

estos

procesos

son

modulares;

y

segundo,

que

esta

conceptualización es plausible

al

margen

de

la

supuesta

analogía

existente

entre

la

psicología

cognitiva

y

la filosof

ía

de

la

ciencia.

Considero

gue

la

primera

de

estas

afirmaciones

es

relativa-

mente incuestionable.

Ya

se

ha

señalado

que

la

modularidad

es

fundamentalmente

un

problema

de encapsulamiento

informa-

tivo,

que

es

justamente

lo contrario

de

lo

que

caracteríza a

los

sistemas

quineanosiisotrópicos.

Al

referirnos

a

los

sistemas

de

entrada, los

definíamos

como mecanismos

destinados

a

la

pro-

yección

y

confirmación de

hipótesis.

También

se

observó

que,

desde

esta

perspect¡va,

el

encapsulamiento

informativo

deestos

sistemas

constitu

ía

una

restricción

sobre

los

procedimientos

de

confirmación

empleados

por

ellos.

El

procedimiento

de

conf

ir-

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Sistema cnrl 155

mac6n de un sstema encapsulado slo permte "examnar'certa clase restrngda de datos a la hora de determnar q h

ptess deber aceptarse como vlda. S admitmos ue el lujode normacn en tales sstemas procede lteralmente de abaoa arrba, su encapsulamento normatvo determnar que lashptess correspondentes a un certo nve h slo podrnser (des)conrmadas a nstancas e representacones nerores a ese nvel h/ Pero ncluso s no hay restrccn al uode normac6n dento de un mdulo el encapsu lamento segur mponendo If mtes en el acceso de los procesos ntramodulares a uentes extramoduares de normac6n Por el con

traro la sotrop a es por denc6n aquella propedad en vrtud de la cual todo sstema que la posea podr examnar cualquer normacn d qe dsponga al eecto de dtermnar elnvel de conrmacn e sus hptess Resuendo en trmnos generales cuanto ms sotr6pco sea un procedmento deconrmac6n tanto ms heterognea ser la rocedenca de losdatos que el sstema consdee relevantes para constrer susdecsones En este aspecto la conrmac6n centca presentael grado mxm de sotrop a y proporcona un modelo de lo

que puede ser el proceso no modular de acn de creencasOtro tanto puede decrse del quneanso Los proced

mentos quneanos para evalua el grado de conrmac6n sonipso fco, sensbles a las propedades globales de os sstemasde creencas En sentdo muy estrcto un sstema normatvamente encapsu lado podra ser no obstante quneano Asf poreemplo a smplcdad de una teoa podra onstrer su conrmac6n centca ncluso en un sstea que evaluara sus nveles de smplcdad tomando com base un subconunto de

creencas selecconado arbtraramente Sn emargo no escuest6n de ponerse demasado pun t Iloso Los crteros globalespara la evaluacn de hptess concuerdan con toda naturaldad con los prncpos sotr6pcos que denen la relevanca dela evdenca empfrca De hecho las consderacones en torno aa la smplcdad ya otras propedades globales de las hptesss6o pueden conserase determnantes  racioales de las creencas en el supuesto de que la eleccn de la evdenca emp rcase eecte conorme a crteros sotr6pcos Un hecho ntere

sante desde el puno de vsta epstemo6gco es que H y T esuna teoa ms smple que -H y T donde H es una hp6tessque ha de ser obeto de evaluacn y T las restantes creencsde sueto Sn embargo a cuest6n dea e tener nters en el

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La modularidacj

de la

mente

momento

en

que

T

pasa

a

ser

un

subconju

nto

arbitrar¡amen_

te

delimitado

de

ras

creencias

der

sujeto.

órun¿o

la

relevancia

no

es

isotrópica,

er

sujeto

se

pued"

,[rou..ü,,

de

ras

evaluacio_

nes

de

la

simplicidad

relativa

para

tauorácái

ia

hipót.rli

qr.

o,

see.

Este

es

uno

de

los

motivos

por

los

que

el

funcionamíento

de los

sistemas

de

entrada

(que,

por

hipéiesis,

se

tlallan

¡nio|.

matívamente

encapsulados)

no'debe

icient¡i¡carr,

.on

i.'Ti¡._

ción

de

creencias perceptivas,

cuando

menos

si

se

considéra

és-

ta

como

un

proceso

fundamentalmente

racionar.

En

resumen,

parece

fuera

de

toda

Juoique

tos

sistemas

iso_

trópicos/quineanos

se

hailan,

ipto

itrii,

no-rn..psurados

y,

en

consecuencia, seguramente son

no

modulares.

No

obsian

tL',

ya

que

todo

esto

es

cuestión

de

grado,

en

rigor

debería

decidirse

que

un

sistema

es

no

modulalen

mediáa

en

que

sea

quinea_

no

e isotrópico.

En

pocas

palabras,

si

las

cons¡deracion.,

"n

orno

a

la

ísotrgpía

y

er

quineanismo

son

especiarnrente

deci_

sivas

a

la

hora

de

estabrecer

er

curso

de

lr,

át,.nputaciones

que

ejecutan

los

sistemas

centrares,

entonces

estos

sistemas

difieren

de

las

facultades

verticales

en

su

caráct.,

.o*prtacional.

Nos

hallamos

próximos

a curminar

ra

ür*,

que

nos

había_

mos propuesto

en

los comienzos

de

este

estudio:

la

él;b;;u-

ción

de una

taxonomía

de

ros

sistLm;r;é.i;ivos.-sejún

hu-r,

nido

ex.poniengg,

fo

largo

de esrc

trabajo,

existen,

como

mÍ_

n imo,

dos

familias

rle

sisiemas.

cogn

¡t¡vos,

á

saber,

ró,

,oJ,

io,

que

son

relativamente

específ

icoJáe

,"i"*inio'daáo

v

árü"

encapsulados)

y

los

procesos

centrales

(que

son

relativamente

neutros

con

respecto

a

ros

dominios.cognitivos

y,

además,

iso

trópicos

y

quineanos).

ya

he

señalado

.ír.

ru fL,riq¡éñ

;;;á.;;

rística

de

los

sístemas

cognitivos

moduráres

es

er

anárisis

de

ras

entradas

y_

que.

ra

de

los

procesos centrares

es

la

ti¡acion

ie

creencias.

si

todo

esto

es

verdad,

disponemoi

o.

tr.,

íoi"nu,

J.

taxonomizar

los

procesos

cognit¡vos

que

hán

demosira;;-;,

coextens¡vas:

-

l'axorvoMrA

FUNCTONAT-:

anárisis

de

ras

entradas

sensoríares

f

rente

a

fijación

de creencias.

-

TnxOruOMlA pOR

MATERTAS:

especifícidad

de dominio frente

a

neutralidad

de

dominio

_

TAXONOMIA

POR

NATURA

LEZA

COMPUTACIONAL:

CNCAPSUIA-

miento

frente

a

quineanismo/ísotropía

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Sistema cnrls 15/ 

Ousea subraya que esta simultanedad oblgato de ta-

xonomas, suponeno qu sea certa, es un hecho contnei

eEn rurosa 16gca, nada mde cree que estas cateoas sedstbuyen de foma desgual entre los sstemas cogntvos. Sse demuestra lo contrao, habremos descuberto un hecho snuda aluna fundamental sbre la estuctura de la mente

Estas consdeacones esultaan mucho ms llamatvas s ladescrc6n que he efectuado de ls ocesos centales estuvera respaldada o dats emprcos Hasta el moment, m pos-tura est enteramente basada en la analo a ente los procesos

scol6cos de fjac6n de ceencas y certas consdeaconessobre la natualeza de la conmac6n centfca Dado el estado de subesarrollo en que se hal Ian su mdas las actuales teoas pscol6cas del pensamento y la soluc6n de roblemaspoco ueo hacer aa remeda esto Sn embago, con fnesmeramente expostvos, qusera aad dos consdeaconesque me aecen sugeentes y pometedoras

En prmer lugar las dfcultades con que nos encontamos ala hoa de constu teoras de los ocesos centales son las

que caba esperar tenendo en cuenta su carcte emnente-mente sotrpco/quneano, y, or tanto, no encasulado lasecto clae en la construcc6n de estas teoas es que, alparece, no hay modo de delm ta los tpos de recuss nfomatvos que pueden afectar a los ocesos centrales de soluc6nde roblems o que pueen se afectados por el los En otasalabras, es bastante mpobable que la fjac6n de ceencasvena determnada po rocesos comptaconales ejecutaossbe estructuras nfoatvas locales y ladas Un eemlofco de este to de fcultaes es el que se ha dado en Ila

ma "problema del maco caacterstco de la lntelgenciaArtfcal ( IA) se trata el poblema de stua dento de unmarco el conjunto de creencas que ueden se objeto de e-vison a consecuenca de la recepc6n de nformac6n novedosaVase la eposcn e McCRTY y Y ( 99 de la quehe etado el ejemplo quesue)J

Para en tender el problema suongamos que estamos nteresados en constur un robot capaz de ejecuta tareas utnaasen ambentes humanos muy caactestcos Concretamente el

robot se enfenta a la taea de telefonea a a a paa aveua s llega tade a cenar I magnemos que el obot sabe queuede consegur el telfono de aa buscndolo en la gu ia.

As ues, lo busa y se dspone a ma ar Hasta aqu todo va

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158

 -a

nrodula¡'idad

rje

ia

nrt:nte

bien.

Sin

embargo,

el

acto

de

marcar

el número

trae

cons¡go

toda

clase

de

efectos directos e

indírectos

sobre

el

estado

de

cosas

en

la realidad

(incluído el

estado

interno del

robot).

En-

tre

estos

efectos

figuran

aquellos

que

el

robot clebe

tener

pre-

sente

para

guiar

sus

acciones

y

expectativas

futuras.

Por

ejem-

plo,

al

empezar

a

marcar,

el

teléfono

se

bloquea

para

cualquier

llamada

del

exterior;

los dedos

del

robot

(o

el

dispositivo

que

utilice

para

marcar)

irán

sufrienclo

alteraciones en su

localiza-

ción

espacial;

el tono

de

marcar

se

corta

y

en

su lugar

aparecen

los tonos del timbre

al

otro

lado

de

la línea;

algo

sucede

en

una

computadora

en

la

central

de

Murray

Hill,

etc. El

rabot

debe

estar

diseñado

para

controlar

alguna de

estas

consecuencias

(no

todas,

en

principio),

ya que

ellas

son

de

utilidad

para

actualizar

creencias

que

más tarde

le servirán

para

guiar

sus

actos.

Pero,

ide

qué

consecuencias se

trata?

El

problema

presenta,

cuanclo

menos, los siguientes

componentes.

El

robot debe

estar capaci-

tado

para

identificar.

con razonable

precisión,

aquellas

creen-

cias suyas

anteriores

cuyos

valores

de

verdad

puedan

alterarse

a

consecuencia de

sus nuevas

actividades.

Por

otra

parte,

del:erá

tener

acceso

a

los

sistemas

encargados

de

efectuar

las

compu-

taciones

necesarias

para

llevar

a

efecto

estas

alteraciones.

Es

preciso

advertir

que

las

cosas

pueden

salir

completamente

al

revés

si

los

circuitos

no

se hallan

correctamente

organizados.

supongamos

que

tras

consultar

la

guía,

el

robot

sabe

que

el

nú-

mero

de María es

el

222-2222.

Cantorme

a las

instrucciones

re-

cibidas

previamente,

comienza

a

marcar.

Sin

embargo, la

má-

quina

cae

en la

cuenta

de

que

una

de

las

creencias

que

hay

que

actual¡zar

a consecuencia

de

haber

comenzado

a

marcar

es

su

creencía

(recién

adoptada)

acerca

del

núrnero

de teléfono

de

María.

Por

tanto,

interrumpe su actividad

y

se

dirige a

buscar

(de

nuevo) el teléfono

de

María.

Esto

puede

repeiirse

tantas

veces

como

se

desee.

Es

evidente

que

en

este

caso hemos

ca

ído

en la

típica trampa

computacional.

Si

el

robot

no

tiene

la

ple-

na

seEuridad

de

que

algunas

de

las

creencias

son invariables

ba-

jo

determinadas

acciones suyas,

jamás

llegará

a

ejecutar

tarea

alguna.

eDe

qué

manera

determina

el

programa

de

la

máquina

cuá-

les

son las

creencias

que

el robot

debe

reevaluar,

una

vez

que

ha

iniciado

un determinado curso de

acción?

La

aparente irre-

solubilídad

de este

problema

se

debe a

que

resulta

bastante im-

probable

que

una

solución de

ámbito

local

sirva

para

arreglar

las

cosas.

Por

ejemplo,

las

verdades

que

se

enuncian

a

continua-

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Sistema cntrale 159 

c6n paecen evdentes por sf soas: pmeo no exste un con

 jnt ijo de ceencas qe, dada na deteada accn· seanlas cas qe eqean se econsdeadas. ( Es dec a decsnsobe ces de nestas ceencas se haan dsponbesdepedemy estechamente de as accones qe se eectan y de contexto en qe tenen ga taes aco es Ex stenciertas -a dec vedad neosas accones qe en caso de se eectadasnos 1/evarfan a consdea a posbdad de e e nmeo deteono de Maa ha a b ado a a z de as smas) Segndoas nevas ceencs no van povstas de noacn sbeces son as antgas ceecas qe se ven aectadas poeas Antes ben con hata ecenca os sopendeos anteas mpcacones de nestos conocmentos ncendo ataente aqeos evos a as accones qe evamos a caboTeceo e connto de ceencas obeto de econsdeacn nopede ve detenado po eeenca a a nedatez de sadqscn co tampoco po cteos e s gneadad o deas eacones sentcas ente e contendo de as ceencas ya descpcn de a stacn en qe ene ga a accn, etc agna de estas poposcones no ega a paece evdente os msa consdese e caso especa de pobema de acoe e qe e obot desepea e pape de centco de a mecnca y a accn evada a cabo es n expemento En este caso,est !ao qe a cestn de "ces de s ceenca debeaeconsdea a a vsta de as posbes cosecencas de m acc6n ' es eqvaente a sgente nteogante c es a oa pta de adapta ms cencas a ms epeencas?0 Pospesto esta es eactaente a pegnta qe se spone qena ea de a con macn debe esponde; y a heos vst n sn dctad qe a conmacn no es na eacnqe peda econst se en ncn de popedades ocaes deas tess o de s datos eevantes paa as smas

M pnn es qe tan ponto coo epezamos a ocpanosde ocesos cogntvos dstntos de os de anss de as entadas en conceto de os pocesos centaes de acn o deostatva de ceencas no encontaos con pobeas qepesentan na popedad caactestca a sab qe taespocesos descansan sbe pocesos comptaconaes sotpcos y qneanos qe de n odo oto son sensbes a sstea de ceencs en s totadad Esto es exactamente o qe cabr(a espea en e spesto de qe a acn no demostatvade eencas sea en vedad seeante a a conacn cent

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160

La

modularidad

de la tnente

ca,

y

de

que

ésta

sea,

a

Su vez,Lípicamente

quineana

e

¡sotrópi-

ca.

Én este aspecto,

el

problema

del

marco,

es

a

mientender,

un

problema

paradigmáticO,

Y,

tambié.n

en

este.aspecto,.no

se

ha sabido

apieciar

én

su verdadera

dimensión

la

lmportancla

del

mismo.

--pór-eiemplo,

RapHaer

U971)

declaraba

lo

sigu¡ente:

"(Un

robot

inieligenie)

ha

de ser

capaz

de

ejecutar

tareas.

La ejecu-

ción

de

una

tarea

trae

consigo

una

modificacion

de

la

realidad;

por

ello, el

robot

debe

estar

capacitado

para

a.ctualizar

su

mode-

io

(del

mundo),

a

fin

de

que

éste

le

siga

siendo

tan útil

durante

la realización

de

la

tarea

y

al

término

de

la

misma

como

antes'

Por

otra

parte,

el robot

ha de

ser capaz.de

planear el

modo

de

llevar

a

efecto

una

tarea,

para

Jo

cual

debe

tener

"en

mente"

de

forma

simultánea

una

variedad

de

posibles

acciones

juntct

con

los

correspondientes

modelos

de

los mu

ndos

hipotéticos

que

puedan

result'ar

de

tales

acciones.

Los

problemas

de

contabili-

bad

relacionados

con

la

anticipación

de

esos hipotéticos

mu

ndos

constituyen

una

de

las

principales dificultades

del

llamado

pro-

blema

del

"marco"

(pag.

159).

De

estas

observaciones

se

obtie-

ne la impresión

de

que

el

problema

consiste

fundamentalmente

en

a)

hallar

un

vocabulario para

representar

los

pos¡bles.

mun-

áos

V

b)

buscar

un

modo

de

controlar

las consecuencias

de-

mosírativas

de

]a

modif

icación

de

las

descripciones

del

estado

del mundo.

Sin

embargo,

parece seguro

que

el

auténtico

pro-

blema

es

cómo

anticipar

las consecuencias

no

demostrativas.

Dicho

con

mayor

precisión,

dado

un

mundo arbitrario

de

cre-

encias

M

y

una

descripción

de

un

nuevo

estado

de

ese

mundo,

po¡.

ájr*flo,

"r

es

F';,

el

problema

consiste

en

hallar

cuál

será

el

suósiguiente

mundo

de

creencias

M'.

En

otras

palabras,

Zqué

creencia-s

deberá

adoptar

la

máquina, que

de

creer

M

ha

pasado

a

creer

también

que

"a

es

F"? Este

problema

no

eSsólo cues-

tión

de contabílidad,

sino

que

se

trata

de

un

problema

más

ge-

neral

de

confirmación

inductiva.3e

Según

parece,

la

opinión

generalizada

entre

los

investigado-

r.r

lnieligencia

Artificial

es

que

el

problema

del

marco

sólo

pUede

Ser

resuelto

de

manera

"heuríStiCa". Se considera

gue,

pu5g

u

que

la

confirmación

no demostrativa

(y

con

ella.seg.ura-

*.nt.

la

psicología de

la

fijación

de

creencias)

es,en

principio,

isotrópica

y

quineana, ante

el

planteamiento

de

una

hipótesis

concreta

eXisten,

en

la

práctica,

procedimientos

heurísticos

para

determinar

la

variedad

de

efectos

que

la aceptación

de dicha

hipótesis

puede

ejercer

sobre

las

restantes

creencias.

Dado

el

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Sistemas cnrales 161

supuesto carcter heur(stico de estos procedimientos, se da as

mismo por hecho su carcter local por lo que se les consi�rasensibles slo a una parte del sistema de creencias sobre el queoperan. Puede que haya parte de verdad en esto Hay numerosas pruebas de la utilizacin de procedimientos heursticosabreviados en la ijacin de creencias tanto en estudos de solucin de problemas vase la reciente revsn de N1E yR 1980) como en sociolog a de la cencia KU 1970).n tales stuacones se puede comprobar cmo se suelen ignorar dstorsonar o malnterpretar por sstema consderaciones

potencialmente relevantes en beneficio de estrategias localesy por supuesto susceptibles de error) de solucin de problemas Ta vez bastar un conglomerado de estrategias heursticas correctamente coordinadas y puestas en marcha con rapidez para hacer que los procesos centrales de un robot llegarana ser tan isotr6picos y quineanos como pueden serlo los del lector los mos o los de cualquer cientico De todas ormas dada la ausencia de propuestas concretas sobre el carcter de losprocedimientos heursticos integrantes de ese conglomeradono parece muy productivo proseguir con este argumento

No obstante me detendr un poco ms en lHay autores que opinan que las teor(as ms recientes en el

campo de la lnteligencia Artificial -como las que se han elaborado alrededor de conceptos como el de "marco (frame) vaseMISY 1975)40 o esquema (script vase y EL SO 1975)- contrburan a aclarar los problemas relatvos ala fjacin de creencias en su totalidad ya que estas teorasproporcionan en cierto sentido marcos de reerenca para poner orden en el aluvin de inormacin asoiada a cada proble

ma vanse al respecto las optimistas reflexiones de TG1980) n embargo el avance que estas teoas pueden aportares a mi entender una pura ilusin que se orgina al tomar porteoa lo que es en realidad un simple sistema de notacin

i existiera una solucin sistemtica al poblema del marcosta podra sin duda expresarse como una constriccin queaectaa a los esquemas o marcos a los que tenga acceso un deteminado proceso de induccin Pero a falta de una solucinde este tipo estar vaa de contenido la idea de que ica

mene la inormacin representada en el marco /esquema) quesuscita un problema es desde el punto de vsta computacionalrelevante para la solucin del mismo sto se debe a que al nohaber restriccin alguna sobre la construccn de arcos /es

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La nrodularidad

de

la

nlentt¡

162

quemas)

,

cualquier

elemento

de

información

puede formar

parte

de'un

marco

(/esquema) a

discrec¡én

del

programador'

'Erto

equivale

a

decir

clLie

la

sclución

al

problema

del

marco

ouede

acomod;tüá

la'ñótación

empleada

para

rep^resentar

di-

;ñ;;;r*

(/.tquu*a)

sea

cual

fuere

tal

solución.

O sea,

ia

no-

iá.¡0"

restringe

en

forma

alguna

la

solución.

Por

otra

parte,

una

muy

conocid"a

propiedad.

los

marcos

(/esquem{)

es

que

óruO."

LtiáOl..ttse

reietencias

cruzadas

entre

ellos'

El

marco

Ltriunt.

a SocnnrEs,

pore¡emplo,

nos

rernite

al

de

Plnroru,

v

así

sucesivamente.

iray

impe.ctimento

alguno

para

que

el

sis-

tá*l

Ju

referencias

cruzadai cle

un

determinado

modelo

ya

desarrollado

se

represente

mediante

un

diagrama

de vectores

en

el

que

pueda

ñaber

itinerarlos

(más

o

menos

largos)

entre

clOs

puntos cualesquiera

del

mismo.

Sin

embargo,

en

este

caso

*i

pronl*á,

¿et

marco

vuelve

a

manifestarse

una

vez

más

a

ituu:¿r

áél

s¡gu¡ente

interrogante:Zqué

camino

deberá

seguirse

en

un

caso

.un.r.to

de

solución

de

problemas

y

.qué

cripiio

deberá

utilizarsepara

determinar

a

lonEitud

del

itinerario?

Lo

¿Ái*

que

ha cam'b¡ado

es

que,

en

lugar

de.abordar

el

problema

áát

*ur.o

¿esie

la

lógica

de

ia conf¡rmación,

se

nos

ofrece.

la

oóotirnlcJad

de

hacer'Ío

clesde

la teoría del

control

ejecutivo

ii¡n

qrr

haya

mot¡vos

para

creer

que

este

cambio

resultará

üu".t¡.rso,

dicho

sea

de

paso).

Más

tarde

volve¡'é

sobre

este

asunto.

Por

el

momento,

voy

a

resumir

la línea

argumental

que

he

venido

desarrollando.

é¡

asumimos

que

los

procesos

centrales

son

quineanos

e

isotrópicos,

estaremoS

e.n

condiciones

de

predecir

la

aparición

de

cierta

clase

de

problemas

que

sL¡rgen

ál construir

teorías

psicolégicas destinadas

a

simular,

o

bien a

u*óf¡.ut

dichos

procesos.

En

concreto,

podremos anticipar

ór5ü1.*us

relaciónados

con

la

caracterizaciórr

de

mecanis-

mos

computac¡onales

no

locales.

En cambio,

problerna.lcorno

éstos

no

surgen

en

las teorías

de

los

módulos

psicológicos'

oaoo

que

loisistemas

rnodulares

se

han

considerado

i¡'rforma-

tivamente

encapsulados,

las

operaciones

computacionales

que

ejecutan

son

relativamente

locales.

A

mi

mOdo

de

ver,

estas

ó'reU¡cc¡ones

son

bastante

congruentes

con

el

curso

evolutivo

ieal de

los

problemas

típicos de la

ciencia

cognitiva:

los

sis-

temas

de

entrada

son guiados fundamentalmente

por

los

es-

tímulos,

y,

en Consecuencia,

operan

_a.inStancias

de

procesos

comput'aciónales

relativamente

insensibles

a

la

estructura

gene-

ral

áel

sistema

de

creencias

del

organismo.

Por

el contrario,

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sistemas

centrales

en

el

caso

de la

fiiación

de

creencias

nos

vemos enfrentadps

a

un cúmulo

de

problemas

muy

dif

íciles

de

abordar

debido

irre-

cisamente

a que

se refieren

a

procesos

mentales

que

no

son

locales.

Como

hemos

podido

comprobar,

el

problema

del

mar-

co es

simplemente

uno

más

entre los

numerosos

que

hay.

Hasta

ahora

he ofrecido

algunos argu¡nentos con objeto

de

defender

el

postulado

de

que

los

procesos

centrales

son

quinea-

nos/isotrópicos.

Esto es

lo

que

se desprende

de

la

analogía

con

"

la

confirmacién

cient

ífica,

y,

a

su vez,la

estructura de

los

pro-

blemas

que

surgen

a

intentar

elaborar

modelos

de

los

procesos

centrales

es

tarnbién

compatible

con

esa

idea.

Lo

que

ahora

quiero

añadir

es

que

el

carácter

computacionalmente

global

de

los

procesos

centrales

quizá

pudiera

resultar

plausible

desde

un

punto

de vista neurológico. El

modelo de cerebro

asociado

a

esta concepción de

los

procesos

centrales

constituye

un

ref

lejo

bastante

fiel

del tipo

de cerebro

qrre,

al

parecer,

poseemos

los

humanos.

Al

tratar

el tema de los analizadores

de

entradas

hice refe-

rencia

a

la conexión

natural

entre

el encapsulamiento

informa-

tivo

y

la

arquitectura

neural

f

iia" Vimosentoncesque

las

restric-

ciones

permanentes

en

el

flujo

de

información

imponían

en

ellos unas

condiciones

de

estructura neural

compacta.

Ponién-

donos

en

el

caso

extremo,

si

al

sistema

B

se

le

exige

que

tome

nota

de la

información

procedente

del

sistema

A

y

de

ningún

otro,

lo

más

lógico

es

que

se

establezca

un

nexo neuroanatómi-

co

permanente

en

el

cerebro de

A

a

B.

En

suma,

parece

razona-

ble

pensar

que

los

sesgos

en

la

distribución de

información

en-

tre los

prccesos

mentales

se

manifiestan

en

forma

de

sesgos es-

tructurales

de

la

arquitectura

neural.

En cambio,

en el

caso

de

los sistemas

quineanos/isotrópicos,

puede

suceder

que

cLralquier subsistema

necesite

ponerse

en

contacto con cualquier otro

en

un

momento dado.

De

ah

í

que

la neuroanatom ía correspondiente

a

estos

sistemas

sea relativa-

mente difusa.

En

el

caso

límite,

tendríamos una

red

de cone-

xiones el

azar

en

la

gue

cada

subsistema

computacional

se

ha-

llaría directa o indirectamente relacionado

con todos

los demás.

En

una

estructura

de

este

tipo se

daría

un

grado

mínimo

de

co-

rrespondencia

estable

entre la

forma

neuroanatómica

y

la

fun-

ción

psicológica. La

idea

es

que

probablemente

lo

qr.re

cuenta

en ios

sistemas

quineanos/isotrópicos

es una

conectividad

de

carácter

instantáneo

e

inestable.

Contrariamente

a

las estructu-

ras

compactas,

la

conectividad

de estos

sistemas

cambia de

un

163

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't64

La

modularidad

de

la mente

momento

a

otro

en función de

la interacción del

programa

que

se

esté

ejecutando

con

la

estructura

de

la tarea

que

se

esté

rea-

lizando.

Cabe

concluir

que

la

isotropía computacional

con-

cuerda

con

la

isotropía

neural

(es

decir,

con

lo

que

LnsHlev

denominaba

"equipotencialidad"

de

la

estructura

neural),

del

mismo

modo

que

el

encapsulamiento

informativo

concuerda

de

forma

natural con

la

elaboración

de

estructuras

neurales

compactas.

Por

consiguiente,

si

el

análisis

de

las

entradas

es modular

y

el

pensamiento

es

quineano/isotrÓpico,

nuestro

cerebro cons-

tará de

una

arquitectura

neural estable

asociada

a

la

percepción

y al

lenguaje,

pero

no al

pensamiento.

A

mi

modo

de

ver,

esta

explicación

coincide

bastante

con

los

hallazgos

empíricos.

Se-

gún

indiqué anteriormente,

se

puede

decir

mucho acerca de

la

especificidad

neural

de

los

mecanismos

percept¡vos

y

lingüísti-

cos;

en

el

peor

de

los casos,

se

pueden

enumerar

con

cierto

de-

talle

las

partes

del

cerebro

responsables

de

los

mismos

y;

en

el

mejor

de

los

casos,

se

puede

demostrar

la

existencia

de

una

ar-

quitectura

neural

característica

en

las

áreas

donde

se

localizan

estas

funciones.

Y

a

part¡r

de

ahí,

nos encontramos

con

los

res-

tantes

sistemas

cerebrales superiores

(lo

que solía denominarse

"córtex

asociativo"),

en

los

que

la

conect¡vidad

neural se des-

plaza

en

todas

direcciones

y

la correspondencia

entre

forma

y

función

parece

ser

mínima.

En

esta cuestión

se da

una

curiosa

paradoja

histónca.

Gnu

defend

ía

una

diferenciación

macros-

cópica

del

cerebro

a

partir

de su

teoría de

las facultades

ps¡co-

lógicas

(verticales).

En cambio,

Ft-ounerus,

su

eterno

opor,üñt

 

,

mántenía

el

postulado

de la equipotencialidad

del cerebro,

a

part¡r

de

su

concepción

de la

unidad

del

yo

cartesiano

(véase

Bvruurv

, op.

cit.l.

Según

la

explicación

ofrecida

aquí,

resulta

que

ambos

ten ían

razón.qt

Soy

consciente

de

lo

limitado

de mis

conocimientos

en

ma-

teria

de

neuropsicología

y

no

se

me

oculta

que

m¡s últimas

ob-

servaciones

son

en

exceso

impresionistas.

lntentaré

paliar

esta

deficiencia

con

una

observación

tan impres¡onista,

quizá,

como

las

demás, aunque

sumamente

reveladora.

El

número

de

Sep-

tiembre

de

1979

de

la revista Scientific

American*

estuvo

ínte-

gramente

dedicado

al

cerebro. Como

era de

esperar,

aparecie-

ron

artículos

sobre

la

neuropsicología

del

lenguaje

y

de

los me-

*

lnvestigación

y

Ciencia,

Noviernbre de

1979.

(N.

del

T.)

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Sistemas cnrals 165

canismos perceptivos. Sin embargo, ninguno de los art(ulos

versaba sobre la neuropsicolog (a del pensamiento, seguramenteporque no se sabe nada sobre este tema Me da la impresin deque hay una buena razn para elo, y es que no hay nada quesaber sobre l La correspondencia entre la form a y la funci6nslo existe en los procesos modulares concretamente en lossistemas de entrada), mientras que lo ico que puede observarse en los procesos centraes es una aproximacin a a conectividad universa, sin que haya rastro de una arquitectura neural estable sobre la que puedan escribirse art culos en la revista

Sentfic Amercan.Para finalizar, todo lo anterior podra reumirse en la formaque sigue: no existen procesos centrales de contenido espec fico cuyo funcionamiento dependa de estructuras neurales espec ficas. Todos los datos de que se dispone actualmene auntan a la conclusin de que el proceso central de solucin deprobemas descansa en unos mecanimos neurales equipotenciales, conclusin a la que se llega asumiendo que los procesosconitivos centrales son fundamentalmente quineanos e isotr6-picos

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QUINTA PARE

CONCLUSIONES Y ADVERTENCIAS

Tenemos ante nosotos lo que pod (a denominase una teofa

modua "modicada de os pocesos cognitivs. Segn estateor(a, GAL ten raz6n a ama que hay acutades vetic-es mecansmos computaionaes especcos de un domniodado) ncuso puede aimase a dea ms adca de que asacutades veticaes son mduos nomatvamente encapsados, neuogcamente compactos especcados de modo nat etc Sn embago se econoce tambn ue hay sstmascognitivos no moduaes quedando abieta a posibdad deque stos exhban asgos ppios de una oan izacin hoizon

ta En tminos geneae seg esta expcacin a distncnente as modadades vetca y hozonta de oganizacncomputacona se consdea coeatva a a distincn uncina ente sstemas de anss de as entadas y sistemas cuyoobjeto es a ijacin de ceencas

Una vez sentado esto voy a pocede a examin as impcaciones d esta vin enea de os ocesos cogntivos sbeagunas uestones epistemo1gcas y metodogcas que apaecen muy gadas a pobema de a moduaidad smismo voy

a hace un pa de obsevacone no muy optmistas aceca deas impccones de a tess modcada de a moduadad se e panoama pctco de a ciecia cognitiva

Ovdemos po un moment que a teoa de a moduadadque emos adoptado es a vesin modcada Supongamos

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Conclusine y advrtns 167

pues, qe GAL estaba en o certo y demos por demosadoqe a mente se compone en s otadad de n haz de factades vertcaes. Este sesto entraa, a ben segro certasconsecencas epstemol6gcas bastane sorprendentes Los sistemas modares son, por defncn, mecansmos comptaconaes de pp6sito especfco. S a mente es n conjnto demecansmos de esta natraeza, es de sponer qe habr a menos alguns fncones q no estr cpcitd para reazar.En partcar, s cada "6rgano menta est program ado de antemano para soconar probems comptaconaes con na

estrctra espec fca es de sponer qe habr certos probemas ca estrctra no pod ser desentraaa por carecersede os recrsos comptacones necesaros para eo ncso esposbe qe esto sceda con proemas e certa  importncAs(, por eempo a posb dad de qe exstan constrcconesde orgen end6geno sobre nestras capacdades qe nos mpdan tener acceso a modeo adecado de expcac6n de mndo -a teor (a verdadera de a esttra de m ndo es enteramente compatbe con caqer nto de vsta modar Va

mos a dar n nombre a esta tess: se dce qe na teora psco16gca representa a mente com ag supeditdo unos coni-nes epistemo/6gicos sempre qe dcha teora eve mpcto epostado de qe nestra organzac6n cogntva mpone nasconstccones epstemogcamente sgn fcatvas sbre ascreencas qe podemos egar a conbr

E aspecto qe ahora nteresa destacar es qe e (pasbe)sesto de qe a tess de a modardad mpca nos Imesestemo6gcos ha evado a panter nmerosas crtcas rre!e

vantes contra ea En partcar a manera de presentar estacest6n en a teratra especazada hace creer e a ntroversa entre a teoa e a modardad ss detractores es ndebate entre e desengao e optmsmo epstemo6gcos Eprobema ha sdo expeto en os sgentes trmnos s amente es modar, todo hace pensar qe se haa seta nosconfns epstemo6gco menras qe s, por e contraro,Ds nos ha dotado de na forma de ntegenca genel ,or consgente, no modar) o es probabe qe exstan Imtes de orgen end6eno a a cases de verdades qe podemos

asprar a conocer Es pobe qe no congams dar con a ex pcac6n correcta de mdo po razones e6genas; por ejempo, porqe nestra stac6n epacotempora en e nversonos mpda acceder a os datos m mportantes En caqer

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Caso,

no

tenemgs

el

enemigo

en

casa,

es

decir,

si fracasamos

no

es

porque

estuv¡éramos predest¡nados

a

ello.

Todo

esto

es

muy

aleccionador,

pero

me temo

que

no muy

acertado.

Es sencillamente

erróneo

suponer

que

del

hecho

de

que

la

inteligencia

sea

general,

en

el sentido

de

no ser modular

r.

dtdrrca

(o

se

pueda

llegar

a

concluir)

que

no

estamos

suje-

ior

.

limitación

epistemológica

alguna.

Es

más,

tengo.

la

firme

sospecha

de

que

la

noción

de

"infinitud

epistemológica"

es

completamente

incoherente,

sea cual

fuere

nuestra

postura so-

bre

la cuest¡ón

de

la

modularidad

(siempre

que

se

asuma

una

interpretación

realista

de

la ciencia

y

una

teoría de

la

verdad

basada

en

la

correspondencia).

Este

problema

requiere

una

re-

flexión

más

detallada.

Volvamos

al

punto en

el

que

se

indicaba

que

todos

los

siste-

mas

encargados

de

efectuar

inferencias

no demostrativas,

sean

éstos

mod-ulares

o

de otra

índole,

pertenecen

a

la

categoría

de

mecanismos

encargados

de

proyectar

y

confirmar

hipótesis.

En

un momento

anteiior

de

mi

expos¡c¡ón

se hallaba

implícita

la

idea

de

que

estos

sistemas

debían

tener

acceso,

como

mínimo,,

a

lo

siguiente:

168

La

modularidad

de

la mente

Una

fuente

de hipótesis

a

(des)confirmar.

Una base

de

datos.

Un

procedimiento

para

evaluar

el nivel

de

confirmación

de

una

de-

terminada

hiprótesis

referente

a

una

determinada

base

de

datos'

Consideremos

ahora

de

qué modo debe estar

organizado

un

mecanismo

de

estas

características

para

que,

a causa

de

ellas

mismas,

no

logre

hallar

la

hipótesis

que

mejor

responda

a

los

datos disponibles.

En

prirnet

lugar,

existen

ciertas

posibilidades

poco

¡ntere-

santes

referentef

a

limitaciones

paramétricas de distintos

tipos.

Podría

pensarse

que

las

operaciones

tendentes

a

seleccionar

la

hipótesis

correcta

son excesivamente

largas

para

que

el

s¡stema

pueda

ejecutarlas

a

la

vista

de

sus

limitados

recursos

de

memo-

iia,

atención,

etc.;

o

bien

es

posible

que

la.hipótesis

más

ade-

cuada

contenga

un

número

exces¡vo

de cláusulas

(en

la

nota-

ción

canónical

que

sobrepasen

la

capacidad

de

análisis

del

sis-

tema; o

tal

vezla

base

de

datos

más

relevante

sea más

compleja

de

lo

que

el

S¡stema

es

capaz

de

representar,...etc.

Supongo

que

incluso

el

optimista

epistemológico

más

ciego

admitiría

el tipo

de

limitaciones

epistemológicas

implícitas

en

los casos

referidos.

al

b\

c)

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Conclusiones y advertencias 169

lncluso suponiendo, coma dijo PuTNAM (1980, pg. 298),

que

"Dias decidi6 hcernos inteligentes en lugr e tiborrr nuesrs cbezs con millones de diferentes rgnos mentles, prece muy probble que no nos hizo lo bastante int  eligente.T vez pr resolver el enigm del universo se necesrio tenerun neuron ms de ls que ndie podr llegr tener jmsPar supueso, eso ser un pen, pero entr denro de lo posible Par tnto, voy dr coma hecho ceptdo que el confinmiento epistemolgico que result de ests limitcionescuntittivs sabre nuess cpciddes cognitivs es compti

ble con l ide de que l inteligenci es generl, es decir, nos6o con l teor de l modulridd sino tmbin con su contrri

Vemos hor de qu otrs mners puede demostrrse ueun sisem e contrstcin de hip6tesis se hll epistemol6gicmene limitdo, en virud de crierios ms estrechmente relciondos con l modulri en s Cocretmente, hy doscriterios: puede considerrse que las sistems modulres se encuentrn limitos con respecto l  clase de hip6tesis l

que pueden tener cceso, y con especto l corpus de datos quecbe consultr l evlur un deermind hip6tesis Segnmi nliss, est lim constriccin es exclusiv de las sistemsmodulres, puesto que se trt e un de ls forms de plnter l nocin de encpsulmiento informtivo, y, coma hemosvista, un de ls propieddes principles que efine l modulrid de un sistem es su encpsulmieno informivo Par elcontrrio, cundo pensmos en un sisem de ineligenci   e-neal, nos imginmos un mecnismo no encpsulo informtivmene, es decir, un mecnismo que puede considerr relevnte pr l eleccin de un eermind hip6esis culquierdta que teng su lcnce Pregunt un inteligenci nomodulr en este sentdo -en tnto que sistem no encpsuldonformtivmente se hIl libre  ipso facto de confines epistemolgicos?

Respues no L rz6n obvi es que l infnitud epistemo1gic es sabre todo un cuestin relciond con l especiiad de dominio y no con el encpsulmiento informiv condicin de l infiniud epistemol6gic es que el ejercicio del inteligenci no se ve confino cierts clses de problemsquendo excluidos las ems En rminos ms generles, ser preciso que no hubier importntes constrcciones end6gens sabre ls hipesis ls que tuvier cceso l ejecucin

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17A

La modularidad

de

la

mente

inteligente

de la solución

de

problemas"

Toda

psicología que

garant¡zara una

infinitud

epistemológica

tendría

qt¡e asegurar

a

la vez

gue,

sea

cual

fuere

el

dominio

de

materias

que

el

mundo

abarca,

en alguna región

clel espacio

de

hipótesis concebibles

por

el

hombre

habría

una

hipótesis

que

explicaría

satisfactoria-

mente

su

estructura. Mi

postura

actuales

que

la

simple

negación

de

la

tesis de

la

modularidad

no

garanttza

esta

conclusión.

Es

más,

no

concibo

que

exista

una

teoría

cognitiva

remota-

mente

plausíble

que

pueda

hacerlo.

En

resumen,

todo

aquel

que

suponga

que

la

forma

de

librarnos

de nuestros

confines

epistemológicos

es

negar

la

tesis

de la

modularidad,

precisa-

mente porque

ésta los lleva

implícitos,

incurrirá

en

una

eviden-

te

falacia.

Para

comprender este

problema

con exact¡tud

es

preciso

advertir

que,

en épocas anteriores,

las

psicologías

tradicio-

nalmente

contrarias

a

la

modularidad han

sido, no

cbstante,

compat¡bles

con

versiones

muy

radicales

de la

tesis de

los

confines

ep¡stemológicos,

hasta

el

punto

de

que

se

daba

una

implicación

lógica

entre

unas

y

otras.

Considérese,

por

ejemplo,

el

asociacionismo

de

un

filósofo como Huvrr.

Según

este

autor, la

mente

carece

por

completo

de arquitectura in-

trínseca

(Huvre

considera

que

las

relaciones entre las

ldeas

son

como

las relaciones

entre los

personajes

de

una

obra

de

teatro,

pero

s¡n

teatro).

No

hay

facultades; la

estructura

mental

se re-

duce

a

parámetros

de asociación

como

los

del modelo

expues-

to

en

la

Primera

Parte

de este

trabajo.

Y

puesto

que

una

ldea

puede

asociarse,

en

principio,

a

cualquier otra, la

psicología

de

Hunne

representa

el

caso extremo

de

teoría

no

modular

de

la

mente.

Pero ise

da

ahí

una

infinitud

epistemológica? iPor

supuesto

que

no .

De

hecho, la clase

de

creencias

que

pueden

concebirse

se

halla,

en

la teoría

de

Hun¡e,

más

firmemente

delimitada

que

en cualquier

explicación

modular

propuesta

hasta la

fecha.

Estc'

se

debe a

que

la

clase

de

creencias

a

las

que

podemos

acceder

viene

determinada

por

la

clase

de

concepfos

que

están

a

nues-

tro

alcance,

y

ésta, según

Huvrr,

se halla

a

su

vez

determinada

por

el

principio

enrpirista,

gue

reza

así:

no

hay

más

conceptos

que

los

que

puedan

derivarse

de las

sensaciones.

Así

pues,

si

las

hipótesis

de

la

mejor de

las

ciencias hubieran de hacer referen-

cia

a Dios, a

los

electrones,

a los triángulos,

a

las

facultades

mentales

o

a cualquier

otra

entidad

no

observable,

entonces

di-

cha ciencia

sería

humanamente

inaccesible

de

acuerdo

con

la

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Conclusines y advertenias 171

doctrina de HuME. Este autor sita dicha ciencia ms all de

los confines epistemol6gicos Por ende y sta es la csti6nclave del problema, la naccesibilidad a la mejor explicacincient(fia es consecuencia de la supuesta) naturaleza de a psiolog (a humana S HuE est en o cierto lo que impide quels hombres dispongamos de una ciencia en la que por fuezase haga referencia a entidades o obserables es l ontognesisde uestros conceptos

Naturalmente HME no ve(a de esta mnera las consecuencias epistemol6gicas de sus opiniones en materia de psicolog{a

l mismo no se considerab defensor de una variante de la tes de los confnes epistemol6gicos. Peo esto se debe a ue defend(a a l vez otras tesis psicogicas semntcas por lgeneral HuME sostena ms o menos epcitamente y losepiristas posteriore a l de modo abso!utamente epl cito)que el principio empirista poporciona un cteria de signific-i6n conitv. La ciencia verdadera no puede incorporar hip6-tesis sobe Dios electrnes tringulos faculades etc) porqutale hip6tesis no s61o son picolgicamente inccsibles, sinoque adems se hal Ian cs de conenido semntico. En unaautntica cienca no se puede hablar de Dios porque ello carece de sentido

La conscuencia de todo o qe acabo d exponer es que noes su asociacionismo su postura no modular lo que lleva aHUME a la conclusin e la inexistencia de mites epistemol6gicos Por el contrario el asociacionismo es compatible con laimposicin de r gidas constriccones sobe el ceso psiolgicoa las creencias Lo que en cambio, pudo inclinar a HuE hacia la defensa de la infniu epistemolgica e la teoa empirista del  sinido una tesis de carcter emntico que entraa que las creencias psicolgicamente inaccesibles son ipsofcto, no verificables   Tan pronto como e abandona la teoraempirista del significado como se "ebe hacer dado que contoda seguridad es falsa se aprecia con claridad que la tesis dla no modularidad psicol6gica apenas ustifica la adopcin delpostulado de la infinitud pistemol6gica

Hoy d(a se sigue criticando la tesis de los confines epistemo16�icos por medo e argumentos semnticos DA

973 y RY 979 recogen algunos testimonios de elloDesde mi punto de vista todas estas propuesta son inequ v_ocamente verificacionisas y por tanto indefendible grandes rasgos las alternativas que nos ofrecen se agrupan en

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172

La

modularidad

de

la

mente

dos

categorías:

o bien

se

opta

por

la

ininteligibilidad

del

pro-

blema

de

los confines epistemológicos

a

expensas

de

una

se-

mántica

verificacionista,

una teoría de

la

verdad

basada

en

la

coherencia

y,

finalmente, una ontología

idealista;

o

bien

se

opta

por

el

real¡smo

y

la correspondencia a

costa

de

convertir

el

problema

de los

confines epistemológicos

en una

cuestión

empírica.

En

mi

opinión, la

segunda

estrategia

es

la más

correc-

ta,

aunque

hay

que

subrayar

que,

en

cierto

sentido,

la

teoría

de la

modularidad

-incluso

en

una

versión

abarcativa

como

la

gue propone

GalL

*

no se

ve

amenazada

en

ninguna

de

las

dos

alternativas.

Supóngase

que

alguna

forma

de verificacionismo

resulta

verdadera

y,

por

consiguiente,

que

queda descartada

la

posibilidad

de

que

la ciencia

verdadera

sólo

pueda

expresarse

en

forma

de

hipótesis

que

nos

son

psicológicamente

inaccesi-

bles. En ese

caso,

la conclusión de

que

la

tesis de la modulari-

dad dejaría

abierta

esa

posibilidad

con

tal

que

fuera

intelígible,

dif

ícilmente

podría

emplearse

como

objeción

a

dicha

tesis.

Una de las vías

hacia

la

infinitud

epistemológica

consiste,

pues,

en

demostrar

(con

un

razonamiento

pirrico,

dicho

sea

de

paso) que

su

negación

es

ininteligible.

(Este

razonamiento

es

pírrico

porque

presupone

la

idea

de que

si

-P

es

ininteligible,

P

habrá

de

serlo

también).

Supongamos,

no

obstante,

que

es-

quivamos

este

razonamiento

y

asumimos

que

los

problemas

re-

lativos

a

los conf

ines

epistemológicos

son

empíricos

(si

bien se

hallan

relacionados

de

forma

muy

abstracta

con

los datos).

Desde

esta

perspectiva,

me

parece

dif

ícil

conceblr

de

qué

ma-

nera

puede

hacerse empíricamente

plausible

la

tesis

de la

infi-

nitud.

La

idea

es

que

toda

psicología

debe

atribuir una

estruc-

tura

endógena

a

la

mente

(los

objetos

desprovistos

de

estructu-

ra,

corno,

por

ejemplo,

los

ladrillos no tienen

creencias

o

de-

seos

ni

aprenden

nada).

Así

pues,

es

difícil

concebir

que

una

teoría

que

efectúa

atribuciones

de

estructura

a

sus objetos

no

imponga

ciertas

constricciones

sobre la clase

de

creencias

que

la

mente

puede

adoptar.+z

Estas

consideraciones

son

válidas

al

margen

de

las

cuestiones

relativas a

la

modularidad,

y

su objeto

es

mostrar

que

en cierto

sentido

toda

teoria de

la

mente

debe

aceptar

la especificidad

de

dominio.

La

única

cuest¡ón

de inte-

rés,

desde el

punto

de

vista

epistemológico,

que

cabe

plantear-

se

es

hasta

qué

punto

es probable

que

algunos

de

los

pensa-

mientos

inaccesibles

sean

a

la vez

interesantes

y

verdaderos.

Sin

embargo,

no creo

que

estas reflexiones

sean

concluyen-

tes.

Después

de

todo,

es

posible

que

algún

día

llegue a

demos-

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Conclusiones y advertencas 173

trarse que la tesis de la infinitud es relevante. No obstantel

hasta la fecha nadie ha sido capaz de demostrarlo Tods laspsicolog as cognitivas existentes hasta hoy, sean o no modulares, llevan implcita la nocin de lmites epistemolgicos, yalgunas de las menos modulares de ellas son las ue han marcado unos I mites ms rigurosos Digmoslo una vez ms: en latradicin histrica slo se ha defendido la tesis de la infinituddesde criterios semnticos, nunca psicolgicos, y los criteriosue han servido de fundamento a esta tesis han sido, en mi opinin, sistemticamente inadecuados

En suma, si el motivo principal para creer en una inteligencia general es el deseo de ue no haya mites a nuestro conocimiento, ello no es bice para aceptar la tesis de la modularidad, ya ue su negacin no aporta ninguna ventaja en este sentido Aun en el supuesto de ue los procesos cognitivos seanuniformemente uineanos e isotrpicos -y, por consiguiente,libres por completo de encapsulamiento-, el principal argumento a favor de la tesis de los confines epistemolgicos sigueen pie: mientras la clase de conceptos accesibles a nuestro intelecto venga determinada por causas end6genas, seguir habien

do ideas ue jams podremos concebir Hasta ahora nadie hasido capaz de explicar la ontognesis de los conceptos sin postular constricciones end6genas de este tipo Esta conclusinnos parecer menos descorazonadora si tenemos en cuenta uela aceptamos, sin vacilar, en todas las dems especies Es de suponer ue nadie dara crdito a unos argumentos apriorsticosue pretendieran demostrar (por ejemplo) ue la ciencia verdadera tiene que estar al alcance de las araas

Anteriormente me compromet a hacer algunas observaciones finales acerca del curso ue seguira la investigacin enciencia cognitiva si se diera por cierta la tesis modificada de lamodularidad Este es mi punto de vista: los lmites de la modularidad son probablemente los mismos ue tendrn nuestrosconocimientos sobre la mente, dado el aparato terico de ueisponemos en la actualidad

A lo largo de esta obra he manifestado repetidamente ueexiste una coincidencia en ls criterios de demarcacin en la

ciencia cognitiva As, he sealado ue la distincin funcionalentre el anlisis de las entradas y la fijacin de creencias coincide punto por punto con la distincin, en materia de aruitectura, entre facultades verticales y horizontales A su vez, la dis

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L-a

rno<Juiaridad

de

la

mente

tinción

entre

estos

dos

tipos

cie

facultades corresponde a

la

que

ex¡ste

entre

procesos

computacionales relativamente

locales y

relativamente

globales"

Ahora

puedo

añadir

que

estas distincio-

nes

representan asimismo

la línea de demarcación entre las

áreas

en

qL¡e

la

investigación

cognitiva

ha resultado

más

fructí-

fera durante

los últimos

veinte años, aproximadamente,

y

las

áreas

cL,ya

indagación

ha

deparado

rnuy

escasos

avances. A la

vez

que

se

han

averiguado

datos

de

sumo interés

en

la

psicolo-

gía

del

análisis

de las

entradas

-sobre

todo

en

las

áreas

del

len-

guaje

y

la

visión--, la

psicología

del

pensamiento

se

ha

mante-

n

ido

prácticamente

inabordable.

En concreto,

a

mimodo

de

ver,

los

intentos

de

elaborarmo-

delos

generales

del

proceso

de

solución

inteligente

de

proble-

mas

--frue

aparecen

estrechamente vinculados

a

la

investiqacién

en

lntelígencia Artif

icial,

representada

por

autores

como

ScHn¡,ir,

Mtrusrv,

NewrLt,

Wr¡,locRRo

y

otros* han

arrojado

muy

escasos

resultados,

pese

ai

rigor

e

ingenio

con

que

se ha

conducido

esta

empresa"

-fengo

la

impresión

de

que

cada

vez

está

más extendida la

idea

de

que

esta

primera

etapa

de

a

in-

vestigación

en

lnteligencia

Artificial,

que

muy

bien

podría

til-

darse

de

wagneriana,

ha

llegado

a

un calleión sin salida,

y

que,

en consecuencia,

el

interés

se

orienta,

de

forma

creciente,

hacia

la

simulación

de

procesos

relativamente

encapsulados asocia-

dos

a

la

percepción y

al

lenguaje.

Por

consiguiente,

problemas

como

la

visión

(Ulr-iunru,

1979),

las

imágenes

visuales

(Kr:ss-

LyN,

1980)

y

el

análisis

lingüistico

se

han

convertido

en

el

fo-

co

de

interés

actual de

nrlmerosas

investigaciones,

a

la

vez

que

parece

haber declinado de

forma

considerable

el entus¡asmo

por

la

indagación

directa

de los

procesos

centrales,

es

decin,

ei

interés

por

construir

literalmente

una máquina

inteligente.

Gran

parte

de la

investigación del

período

anterior

se

podría

describir como

un

¡ntento

(implícito)

de

tratar

los

procesos

centrales

al

igual

que

los

modulares. Las

capacidades intelec-

tuales

fueron divididas en una

serie

de

subclases

que,

v¡stas

re-

trospectivamente,

parecen

hoy

bastante arbitrarias

(demostra-

ción

de teoremas

de

lógica

elemental, distribución de

bloques

de construcción,

elección

de

menú

en

el restaurante)

y

los

pro-

gramas

de

simulación conslstían

en

suministrar

a

la máquina

enormes cantidades

de

datos

y

procedimientos

heurísticos

más

o

menos desorganizados

y

muy

ligados

a

la tarea

que

debía

eje-

cutarse.

El

resultado

fue

un

modelo

de

los

procesos

centrales

del

qL¡e

se

hallaba

ausente

precisamente

la

propiedad que

les

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Conclusiones y advertenas 175

s ms caractrstica: su globalidad. o, pr utlzar los eminos

mplados n st trabajo su carctr quiano isotr6picoLa dscripcin d la mnt qu rsult d stas invstigacio-ns pa rc {a ms bin l catlogo d unos gr an ds almacn43

Alg smant pud obtars d las nvstigacions cognitias n otras parcla aas a la lntligncia Artificial Enllas s ha logrado laborar con bastant exito una spci doa psicoHsca ampliada S sab bastat acrca d lastransformacions d rprsntacons u prmitn codficar lainformacin n un formao apropiado para su procamintocntral Sn mbargo la ignorancia s casi absoluta n lo quafcta al dsno qu sigu la informacin a partir d s puntoS continua buscado al fantasma n l intro d la mquinapro an no s l ha consgudo xorcizar

No tngo intncin d argumntar n favor d sta valuacin dl actul stado d cosas n sicolog (a cognitiva Soyplnamnt conscint d su carctr tndncioso E cambioconsidro important rsaltar qu si la toa modificada d lamodularidad s vrdada no db sorpndros qu nustosexitos y fracasos s hayan rpartido d la manra qu acabo d

salar Concrtamnt si los procos cntrals prsntanpropidads como las qu ls atribuido br considrrsls poco ptos para un stdio cint fico

Ent los motivos mnos importants d st fnmno scuntra siguint Ya mos vist qu s muy improbablqu los sistma isotrpicos xiba una arquitctura nural articulada Si la arquitctura nural s considra asociada a laxistncia d constriccions n l fluo d informacin idaqu n principio parc plausibl car sprar qu aqullos

sistmas cuyos procsos tngan un accso ms o mnos ilimitado a todos los datos dsponils prsntarn una quipotncalidad nural D a qu n la mdida n qu la xistncia duna corspondnia ntr forma y funcin sa una condicinprvia para toda invstigacin nuropsicolgica provchosa nopodamos sprar dmasiado d una nuropsicolog(a dl pnsam into En st stido pud stblcrs una analo (a conla ivstigacin n la cincia d las computadoras cuanto msspializada sa la mquina anto mayor sr la corrspon

dncia ntr su arquitcra fsica y la d sus opracion; ncambio n una mquna d propsio gnral la corspondncia ntr forma y funcin tind a sr mns llamativa y lastrucra compuaconal insanna vin dtrminada por

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176

La

modularidad

de

la mente

las

particularidades

del

programa

gue

se esté ejecutando.

En

el

extremo de

este

contínuo

se

encuentran

sistemas

plenamente

generales

como

las

máquinas de

Turing,

que

para

todos losefec-

tos

carecen

de una

arquitectura

f

ija.

Si

el

modelo

óptimo

del

cere-

bro

tuviera

que

ser

una

réplica de una máquina

de

Turing

f ísi-

camente

implementada,

conforme

a

las

especulaciones

de

cier-

tos

filósofos,

jamás

podríamos

esperar

que

existiera

una cien-

cia

neuropsicológica mínimamente seria.

En

mi

opinión, la

conclusión a

la

que

se

llega

es la

misma

si

se

piensa

que

los

pro-

cesos

centrales

son

quineanos

e isotrópicos.

Sin

embargo,

hay

motivos

más

importantes

para

no

sentir-nos

optimistas. Dejando

al

margen

las

consideraciones sobre

el

correlato

neural de

los

sistemas

globales,

lo

cierto es

que

estos

sistemas

son

de

por

dominios

poco

adecuados

para

elaborar

modelos

computacionales, al

menos si

se

piensa

en modelos

co-

mo

los

que

los

científicos

suelen

postular.

La condición

indis-

pensable

para

hacer

ciencia

(tanto

en

f ísica

como en

psicología)

es

que

la naturaleza nos

proporcione

caminos

para

acceder

a

ella;

por

ejemplo,

subsistemas bastante

sencillos

que puedan

aislarse artificialmente

y

que

observen

en

estas condiciones

un

comportamiento

semejante

al

que experimentan en

su

estado

natural. Los módulos

satisfacen

esta

condición;

no

así los

siste-

mas

quineanos/isotrópicosglobales.

Así

pues,

si fuera

verdad,

tal

y

como

yo

he supuesto,

que

los

procesos

cognitivos

centra-

les

no son

modulares,ello

sería

una

mala noticia

para

la ciencia

cogn

itiva.

En

otras

palabras,

el

carácter local de un

proceso

es una de

las

propiedades

clue

garantizan

la

posibilidad

de

abordarlo

des-

de

una

óptica

cient ífica.

Consideremos, nuevamente

el

proble-

ma

que

se

plantea en

filosof

ía

de

la

ciencia

a

propósito

de

la

fi-

jación

de

creencias.

En este

problema

se da

un

interesante

con-

traste

entre

la lógica

deductiva

-cuya

historia es, sin

lugar

a

dudas,

una de

las

empresas más

fructíferas de

todas

aquellas

en

las

que

se

ha embarcado

el

conocimiento

humano-

y

la teoría

de

la

confirmación,

que

constituye un

área

de

investigación

prácticamente

inexistente,

en

opinión

de

casi

todo

el

mundo.

A

mi

juicio,

esta

simetría ncl

es

casual. La lógica

deductiva

es

la

teoría

de

la

validez

y

ésta es

una

propiedad

local

de

los

enun-

ciados.

En términos

generales,

la

validez

de

un

enunciado

se

determina

por

referencia

a

su

forma lógica, la cual se determi-

na

a

su vez

en función

de

su vocabulario

y

su sintaxis.

En este

aspecto, la

validez de

un enunciado

contrasta

vivamente

con

su

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Conclusiones y advertencas 177

nivl d confirmaci6n, habida cunta d qu est dpnd n

buna art d las roidads globals d los sistmas d rcias44 No db sorrndrnos, us, u al rflxionar sorla confi rmacin, los fi 16sofos rcurran al mlo d mtforasd camos d furza n intracci6n, al igual u iciron lossic61ogos d la Gestalt al invstigar los fctos globals u incidn sobr los rocsos cognitivos. En ambos casos, l roblma radica n consguir u la structura d todo sistma dcrncias artici n cada rocso articular d fijaci6n dstas Por dcirlo con toda clardad, carcmos d un forma

lismo comutacional u nos mustr la manra d consgui rlo y no tnmos la mnor ida d c6mo dsarrollar un formalismo d stas caractr(sticas

Lo u rtndo salar s u l motivo d u no ayauna sico log (a d los rocsos cognitivos cntrals digna dconfianza s l mismo or l cual no a una filosofa vlidad la confirmaci6n cintfica En ambos casos s ac atntla imortancia d los factors globals n la fijaci6n d crncias, sin u uda dtrminars con crtza culs son losfctos d stos factors En st ascto, la cincia cognitivano a avanzado un pice; nos allamos n l mismo untomurto n u stbamos n los timos d conductismo msrgido aunu, or fortuna, mos rdido cirtas ilusions dntoncs) Si alguin -un DREYFUS, or jmlo nos rguntara or ue crmos u la comutadora digital s un mcanismo aroiado ara simular rocsos cognitivos globals, noobtndra or rsusta ms u un silnco nsordcdor

Suongo u la actitud ms sabia n st caso ser(a confiarn u GA tuvis siuira un oco d raz6n y suonr u

or lo mnos algunos d los sistmas cognitivos son lo bastantmodulars y, or tanto suicntmnt locals n su carcrcomutaconal com ara odr sr studiados ants dconstrui r toras sbr los fctos d los dtrm inants globals n la fijacin d crncias El grado d dsarrollo alcanzadoor la cincia cognitiva on d manifisto u sta confianzaha dado sus frutos n nos udan motivos d sranza

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NOT AS

1. Antes de abandonar este tema, puede que sea de intees sealar que las

obseracones de CHOMSKY aceca de ls 6ganos mentales oscuecenen cierto modo la histora de as relacones doctrinaes entre e cartesianismo ortooxo y la psicologfa d as acultades. A dierenca de lscartesianos ls prmeros cartesianos se opusieron, en numeosasocasones a la teorfa de las acultades pues la consideaban ncompatible (quiz con raz6n) con la deensa de a unidad metasca del alma Pr consiguient deberfa resultarnos sorprendente el qe conven·cdos segudoes de las doctnas catesanas sean a a e deesoes dela psiclogfa de ls acutades No obstante lo que ls neocartesianosentienden pr 6rgano mental -esto es un conj unto de  actdes pro

 pconales nnatas- no concide con lo que ls antguos cartesianosentend fan pr (y denuncaban com acultades men tales esto es,mecansmos pscol6gicos deinidos en rtud de crteros unconales.ay que tener bien presente esta distinc6n si se quere entender concardad el modo n ue las actuales deracones de la eo a se al anrelacioadas con sus uentes tradicionales No se puede seguir el esectculo sin un programa

2 No estoy del todo seguro dicho sea d paso de que la lectura qeRRI ace de LOKE en este patcular sea a corecta. l pensamento de LOKE en esta materia no parece oentase en e senidode la psicologa de las acultades sino haca una doctrina de la  capa cdade o disposicions mentales nnsecas. OK arece onsderara deensa de estas ltimas com una espece de undamento epl catio; en concreto el eercicio de tales "potencas mentaes no consdera n siquiera de modo impl cito mediado pr un aparato de me

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N 179

canismos sco6gos sgn matiza Gert YE. s a reeirse a

la memora, LCKE sea! que esta acumulac6n de ideas en elep6sito de la memoa no signifca sino que la mente pose, en numerosascasones, el pod er de revir percepciones pasadas ." LOC, Essay,Lbr 2, captulo 1, prrao 2) s de destacar que est apostilla posiivsta aparece por prmera vez en a seguda edc6n de Esay men-tras que, en una versn anerio de dcha obra, el autor hace na clarareeenca a un depso dstnd a amacenar. Ideas sto supone(fene a opnn de HARR) qu LOCE empezaba a ver on todacarida que, al menos n su espriu, el empirismo radical era incompable con cualquer econocmiento de mecansmos pscol6gics end6·

genos Segn est nueva ntepretac6n, CE estaba leos de enten·d la esenca de facultades nauraes com alg demasiado evdente paa se digno de menci6n. s ms e la segunda edici6n deEssa ea dea es exp camente decaad aatema.

3 reo necesaro nssti en que el pscolgo no cartesano de as facu ltades no tene por qu ser un pscogo  anticre de las facultadesntes ie es perectamene vable asum la idea de que las t[picasfacultades cogntvas son mecansmos destnados a manpular repre-sentacone mentale. stas, a su ez pueden consderarse dotadas decontendo propsicional y, en conecueca definre como veh culos

paa a codfcacn de stucturas ifrmatvas que son objeto de primordal nters para las teors necatesanas. m entender la ma-yor prte de la cenci cogniva contemporna se mantiene fie aua exlcaci6n e ese ipo. s adelane vv be esta cuesti6n

4 SARN 127, pg. 29 enuma siet facu ltades mentaes que,seg l han sd reconocida tradcionalrnente: el sentdo el ntelec-o la memora, la iaginacin, la atencn el habla y el movmentoTod nuevo aumento ms all de ess see facltades slo ha podido eaarse, generalmene subdvdindo alguna de aqullas. De lasfacultades que SPEARMAN ca en su censo, slo a cinco prmeras

50n claramente horznales" n el sentio de l actual exposici6n,sendo e haa" una facuad veca por xceencia or lo dems,sta indiferenca haca la disncin vertica/horzontal es prctcamene unvesal en la lteaua de la psicologa de las acultades. omo ve-remos luego tal ve la nca figua de importancia que ho hincapien ella fue Fanz Joseph GA

n las pginas que siguen voy a referrme con fecuencia a las ideasde SPEARMAN sobre la hista e a psicolga. l ha sd uno de lospocos psicolgos epermentaes estacados de ese siglo que se ha toado en serio la tradic6n de las facultdes .

La soluci6n que AON ofce al prolema es completamente dstina (se trata de una solucin epstemol6gca que aparece en forma elaborada en la Rpublia); segn este flsofo, las facultades deben distingurse en funci6n del tats ontol6gic de sus objetos la creenciase eiere a la parencia, el conocmento a la ealidad y as sucesi

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180 La modularidad de la nte

vamente. No s muy ben c6mo pueden encajar estas dos explicaconesde las facu ltades, pero s ben PLA TO fue el prmer fl6sofo que tuvoproblemas a la hora de concliar su psicologa con su epstemologa nofue en modo alguno el ltmo John MARSHALL (counicac6n personal) me ha recordado queoms deUIO plante6 la exgenca de quelas facutades se caracterizaran tano en func6n de sus obetos com enfunc6n de su modo de operar (er actus et objecta), aunque dandoprordad a los crteros funconales Esto ltmo seguramente es releode su sesgo arstotlco (frente a la postura plat6nca)

Vase MARSHALL 1980) Fue el artculo de MARSHALL el que mepuso en la pista de GALL e ncluso he utiliado las mismas fuentesque cita MARSHALL para el estudo de la obra de GALL. estas alturas el lector ya habr poddo apreciar mi nters por ciertas dferencias entre la teora de GALL y las de organ6ogos de nuevo cuo como CHOSK; por este motvo la lectura que yo hago de los textosde estos autores dfere de la de MARSALL. Con todo MARSALno se equ voca al contemplar la dea de GALL de que el cerebro esuna colecci de rganos como claro antecedente de algunos de lospostlados favortos de CHOSKY. CHOSK y GALL entenden cosas dstintas por "facultad aunque concden en la aprecaci6n deque las facultades se hallan tpicamente determnadas de modo end6-geno y son especfcas de domno.

7. Existen otros aspectos poco satsfactoros en (lo que interpreto como)la analoga que GALL establece de forma mplcta entre parmetrosheredados de dferencias indviduales de un lado e nstintos de otro.s para utilar el mismo eemplo del texto ncluso suponendo quela apttud para l prctca del ftbol sea heredada no se trata de unaapttud  aslada en el sentdo en que lo es el canto de las aves Mentrasque un excelente ugador de ftbol puede ser al msmo tempo muybueno en golf o en tenis los paros son unos sabios d iotas en lo querespecta al domnio del canto de su propa espece no hay una solaalondra que tenga squera el talento de un afconado para cantarmadrigales.

El propio GAL reconoce tctamente que parte de sus facu tadesvertcales no se halan asadas en este sentdo sno que pertenecena familas de capacidades relacionadas as por eemplo las apttudesmatemtca y musical pueden tener en comn cosas muy nteresantes.En tales casos GALL opta por postular la existena de centros cerebrales adyacentes n embargo dado que el parentesco neural notiene una nterpretac6n psco6gica muy natural en la teora de GALLesta explcac6n no es sno una espece de evasva o un ntento ocasonal de aprovechar recursos de la taxonoma horontal en el con

texo de una arqutectura funcional estrictamente vertical segn G ALLafrma con vehemenca.

. a vez sea ste un modo muy drstico de presentar la cuesti6n. GALcree por supuesto que existen homologas funcionales entre a me

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 Notas 18

mr memc y memr muc, en n en cun mbrven pr recrdr c. bne, e upne que e d iem de memr e hln ben dferencid pr crier neurl6-gic y pr el crer de l unm de uncinmien

9 nclu e frmuci6n puede upner un beemci6n de emejnz enre l pur de GALL y de CHOMSKY GALL n prece er relmene nered en informac6n nn; e puncle de u rgumen e m ben exenc de capacdades

 mentales nn Cm em v, ce ener un purepecl -ren cerc del md en que deben explcre lcpcdde mene pr dmir que egund cue6n enuncidenr necermene l prmer

10 " upue eence de reng e mnuvern cnne l lrg de r de ee mvmen Gerge ME l enunci6 ucnmene en rm de l re 'princp fundmene guene: ) e cerebr e e 6rgn de mene 2) el cerebr e ungregd de vr pre cd un de cule e l ervc deun fculd men din 3) e m de 6rgn cereb e ce-ers parbus, un ndce del pder energ de l funci6n de que ere (BYNUM, 97) Ve mm CRITHY (979) egne pu de mne en un princip hb cur prem crdnle de renlg) que ebecn iguene 1) e cerebr e enrumen mer rv del cul mene mnene rec6ncn el mund exern 2) l mene lev prejd un cecci6n deculde menle dcre, cd un de cule pee u prpicenr u 6rgn epecc 3) e m de cd 6rgn crrepnde l ecc funcin de cd culd y 4) e derrl de 6rgne l reflejd en rm m e irreguridde de ecr decrne que l brc

nre l ccni cc, el f6f/pc6g emn RAR e muer exrrdnrimene exp ci en l prpue deun dnmic de l cnenid mene cm lerniv rdcl pr de culde en ano que mecnm fen6men pc6gc hn de explcre en vrud de l cmbnc6n e nerccne de cer ed mene lm (l preencine vorse/lungen quednd excud d quell que eng l nurez de ide, cude cvdde nn (O, 930, pg 5) prncpl derenc enre RART y ccni brinc e que, i ben mb deendn un piclg bd en l rcc6n, exclun y imc6n c mecnic de repreencinemenle, qul mbn en un vin mec de m cm lg n6gcene mple e inmuble pue puede decre que RAR e dere mulnemene l bjecne empir y cren cnr l pcg de l cude n cmb, que n puede decre e que u pur plmic uer precimene eble

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2 L

1 En igor, un acuedo o convenci6n es alg a lo que uno puede adhe

rse si as lo decde; por tanto, quz en este cso el principio ele-vante no sea ano "i olamente o que sea vedad cano solamente uello ue creas'. a adhesin geneal al send mandatoda ie a hacer iferencas sob re c6mo es el mundo a patir de enu n-ciaos verbales sbre l sempre y cuando se tega por cieto (y esoes, en cualquer caso, epistemolgicamente indispensable) que granpa t de lo que la ente cree es verdadero

13 El efecto MGURK proporiona evidenca bastante clara a favo ela exstencia de v nculos ansmodales, al menos en un sistema de en-trada cuya modularidad haya sdo demostrada de manera indepen

dient MGRK confrm6 que pueden inducirse pecepciones prob-dament alucnatorias de ondos del habla presentand al eo laimagen visual de un hablante ealiando gestos vocales que corspodan a la producin de d ichos sonidos. Esto ndca qu (dentrode unos mites estrechamente deinidos os mecanismos de anssfontico pueden ser activados por y aplcads a estmuos bien

acstcos o en isuales (vase MGURK y MACDONAD 197 Efundamental adveti que el efecto MGURK es a la vez que tansmo-dl especficodedomno esto es, especfico del lenguae napelcula de un ban botando no induce alucinaciones del sonio de

los btes gradezco al profeso lvn IBRAN e hbeme hechoreleonar sbre los rsltados del estudio de MGURK as com suslcidos comentarios acerca de las implicciones de dicho estuio.)

·4. En trmnos generales, cuanto ms perifrico es un mecanismo dentrodel proceso de anlsis perceptivo es decr, cuanto antes operatanto ms probble es que tnga un carcter modular levando estaafrmac6n al lmite no resultara tendencoso anes bien, conservador consderar el unconmiento de !os mecanismos psicofsicos(/sensoriales) com alg esencmente aut6nomo con respecto a lsprocesos centrales y que va en paralelo de unos on especto a otros

egn pruebas ecientes muy espectaculares suministradas porTR SAN y colaboradores la detecci6n de rasgos' estimulaes co-mo la forma y el color se produce tpicamente en paralelo, de modopeatencona y con anterordad a la dentficaci6n del obeto quencopora dchos rasgos: . los asgos se regstran en una etapa inical de forma utomtca y en paralelo a travs del campo visual, entanto que los objetos e dentifican individualzadamente en una etapa posterior a instancias de la atenci6n focalada RISN yG AD, 1980, pg 98) Hay pruebas simlaes para la modulardadde los detectoes de asgos fonticos que opean en a percepin de\haba (vase EIAS y OR 193) aunque su interpretacin distade ser inequ voca vase GANON 977)

5 Por reg la general, no hay gran cos a que decir acerca de aquel los procesos de entrada relacionados con reas distntas de la vsin y dellenguaje, ya que es en estas os eas donde la pscologa ha alcanza

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Notas 183

d cn uch myre prgre. bne epe y cre, que

pud que vy deender pdrn p!icre pr igu d ecnim percepv.

6 En rigr upng que er m exc decir que e e cier egnd l explicine cumne vigene xcepcin de e GBSON. Pr rzne que expc en r ugr (ve FODOR y PYL YSHN198) n e ien en bu r d pr preenin de GIBSONde hbe dd cn un er n cmpucn de percepcn.Me imir gnr e er en preene expcin

7 Aimm en e upue de que e percib cm efmu ingc puede que hy dierene erniv (cn d eguridd muy

imd epec ip de e ingic de que e r. Prun demrcin de eec de inrucine en e ecncimen de n ve CRDN VT SZYK y WL (1981.e rm reivmene mir e dci perbr e cub de KRde un md din de un pryeccin rdimenn in embrge uje iene cier cnr bre e p de pryeccin rdimenin que percbe.

18. pdne: dnde cn m cncimen Wim JS ue e prmer en rmur en u Princpos de Pcologa, de de que que pren er inccebiidd de inrmcin

concnci n e in u inccebidd euerdo. S en uenuim di pr end que e ide pd generire. e hber enid rn incceibidd epecic de repreencineinermedi de enrd nri cncienci de ue er unepienmn ecmene ineene recind cn diribucin de recur de memri. in embrg cm verem ueg pnin de S n e crrec. Evdenemen hy m c recind cn incncieci de que cre.

9. eud bre hbl "cmprimid' egn cncluine precid En e ee que e preenn vecidd muy uperr

nrm n egn prece inegibe iempre que e incremende vecdd n e cnig expen de un degrdcin cc de e (ve FOULK 91.

20 n cndicn uiciene unque n neceri pr que e nive derepreencn n e uperir nive de repreencn m e que enidde que e mneen en n cneng e cidd de cniuyene edde que mnieen enm (de mim mdpr eemp que pbr enen b cm niuyene er m que e demrr exienc de un rdncndecud de inernvee de repreencn cmpud pr cd

iem de enrd unque n hy nd en preene epcnque d pi upner que curr. Men mv n hy prumir ue en c en que cmpucine que ev cbun iem e ven ecd pr d prcedene de exeri inrmcin exgen pued rdene en rmi de nivee de b-

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La

modularidad

de

la

mente

tracción

en

función

de ros

niveres

de

representacíón

que

er sistema

computa.

As

í

pues,

me

voy

a

ceñír

at uso más

co;r¡.;i";;;;"ü

crul

odos

los efectos

de

las

creencias

yexóectativas

previas

sobre

el

pro-

ceso

perceptivo

se

entienden

como'transmisión

inror,,.,lJ¿-ni.rou

"niveres

superíores".

con

todo,

no

está

ir.r-.n

roi""rür"J'oir"

1.,

érrninos

,,nível,,

.o,,superior,.

deban

tomarse

muy

al

pie

de

la letra.

1

.

Una

conclusión

de

esto

",

qr,

,iárpr.iu.

,. aduzca

el argumento

a

favor

de

los

procesos

perceptivos

goLeinado,

por

expectativas

en

tér-

 

in

os

f ina

I

ístas,

deberán

ponderaiss

;on

tod

o

"rlO

rjá-ú,

-*"p"rurt.,

ventajas

de

dichos

procesos

f

rente

a ros

probabres

""rar.

i"

,'q".1r.,

casos

en

que

el

ambiente

no

incluya

la

redundanci.

pr.ui"á-i

irro,.

redictivo

tendrá

er

efecto

caractáristico de

interferiren.er

anárisis

correcto

(véase

posruen. 197g).

Consecuentemente,

es

de

suma

im_

ortancia

demostrar

_incluso

en

situacione,

¿.

pil".r..¡*iá

li"-

üístico

en

las

que

puedan

establecerse,

en ciertos

";ó;;i";:;;;r.

iones

cuantitativas

de ra

redund.n"iá-

que

ra

baranza

entre

venta-

as

y

costos

se

incrina

a

tavor

oeJos

lecanismos

predictívos

en

detri-

ento

de

los

suiados

por

datos

sensoríales

tu¿ur" cóuéH,

Xribi'o

v

ALEY-wtLCox,

1g7g).

22.

Esto

significa

oue las

categorías

perceptivas

no

son,

en

general,defi_

nibles

en

términos

de los

óro¿u"i;r;;

los

transductores,

a

pesar

de

as

opíniones

contrarias

¿"

ror

iunl,'unalistas,

los operacionaristas,

los

gibsonianos

y-ros

semánt¡coi

pro"ldir.n,ur.s.

(Véase

FoDoR.

981,

cap.

7; FoDoR.

y

evr_vsHvñ,]98ij.

23'

De

esta argumentación

se

puede

inierir

q*

grun parte

de ra

informa-

ción

a ra

que

tienen

acceso

ros

analizadores

de

entradas

sensoriares

debe

ser

almacenada

po,

purtiáa

á"Ulrl

p"l"

un

lado,

en

el

interior

de

os

analizadores

de.entradas

v,

por

oiio,

en

la

(supuesta)

memoria

entral,

donde

se

halla

a

disposición

de

óÁ""ro,

cognitivos

no

modu_

lares'

Esto

parece

bastante

naturai:

cu-añát

.rtro¡u.os

la

sintaxis

del

nglés

(en

un

curso.

de lÍn.güística,

poruiu.plo).

fo que

aprendemos

es

algo

que,

en

cierto

modá.

vu

,rLir,nor.'Véanse

ros

comentarios

so_

,

bre creencias

,.subdoxásticrr,;

.¡ iin.i¿.-ásta

sección.

24'

Podría prantearse

que

ra

cuestión

-¿t

llu."tiva

no

es

gue

en

ocasío-

nes

se

una

pugna

mensurable

entre

fos

sístemas

uu

,*i.¿i,

,ino

ue.

dicha

pugna

produzca

una

disminucián

del

rendimiento

tan

re-

ucida.

Teniendo

en.cuenta

la

cantiOaO

Je

procesamiento

que

exige

ada

uno

de

ellos,

el

simple

¡,ec¡,o

Oe

que

podamos

hablar

y

ver

al

ismo

tiempo

parece

motiv"

.rt¡"i"ntJ-para

justificar

ras

ideas

de

nll.

Sin.embargo,

no

se

sabe

"ómo.urL

en

este

caso

la

hipótesis

nura,

y

d¿da

ra

imposibiridad

de

ootenei

unas

estímaciones

cuantita-

tivas

fiables

prefiero

no

insistir

."

;i;;;;;.

25'

Según.

recientes

experimentos,

iár1tr"t.r"oe

ras

variabres

contextua-

les

sobre

la

identificac¡On

Oe'patá¡r*

"loru"iones

son

mucho

más

débiles

d9 l_o

que

solían

pensar

im

pr"üiogos

de

los

enfoques,,arri-

ba/abajo".

por

ejemplo,

si se te

piOe-a-rn

,"u¡.ro que

decida

lo

más

rá_

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Notas 185

pdamente posble s un est imulo verbal es una pa a bra (a dfenca

de una aba sn sentdo peo fono6gcamente corecta) su respuesta se\ ms rpda ante una palabra altamente predecbe en el contexto al que pertenece que ante a msma palaba en un contextoneutral. As a respuesta ante "pmenta" es ms pda cuando estapalaba apaece en el contexto sal y - que cuando apareceen el contexto queso y . En apaenca, el cacte contextuamente predecbe acta pues a decsn xca propoconando a s deensoes de efoque de New Look un preexto paallevar el agua a su molno. No obstante, s se comparan os temposde reacc6n ante una palabr altamente pedecbleencontexto con

los tempos de eacc6n ante la msma palaba presentada aislada-mente, no se observa efecto alguno de facltac6n cuando la pobabldad del vao Coze de la Prmea no alcanza e 90 po cento FISHLR y BLOOM 979) A la luz de estos halagos se apreca que ospostulados que nsstan en la penetac6n cogntva de a operac6nde acceso a xco por pate de la nformac6n contextual han esultado bastante exagerados. En el mejor·de los casos puede que estefen6meno sea sensble a la eecc6n de un paadgma expermental yal estabecmento de una inea base

2 Una propuesta de ecente apacn estabece que e desnde entre

los pocesadoes rgurosamente encapsuados y o reguados por anformac6n contextual debe denrse en os sguentes trmnos:la nformac6n semntca nunca se empea paa predecr la estructurasntctca; sn embargo todo anlss que d orgen a estructuas quese resstan a la ntegrac6n contextual pod ser supmdo de nmedato n trmnos dagramtcos el pocesado propocona lbremente nformac6n al analzado contextual mentras que ste se lmta a ndcar a aqul s puede prosegur con el anss ncao os debe abandonaro paa nca u anss dferente que satsfagalas constrccones mpuestas por el contexto El analzador contex

tual tene expresamente prhbid nfoma al pocesador sobre cua/es el anlss que ha de comenzar en cada caso es decr la nfomac6n semntca no pede ut arse de forma predctva para orentaral procesado. Vase una exposc6n de este modelo en yDM 9 ) Todos los resutados de los que tengo notca enel terreno de los efctos de contexto sobre el anss ng stco soncompatbes con esta xplcac6n o elo me ncno a pensar quealgo asi es lo que de hecho sucee.

27 Es necesaro advertr que H no habla propamente de ceencassubdoxstcas sno de tad subdoxstcos no so con e n de ev

ta un solecsmo etmogco sno tambn con obeto de esataque la 6gca subdoxstc carece de algunas de las popedades deparadgma d las ceencas Aceptando esta puntuazac6n de Hconsdero que la termnologa que he empleado es acertada y porello la segur mantenendo en lo sucesvo

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186

La

modularidad

de

la

mente

28.

Tal

vez

no

sea

r¡ecesario observar

que

todo mecarl¡smo

que

asigne

enunciados

lingü ísticos a

tipos

oracionales habrá

de

poseer

atlundan-

te

información

relat¡va

no

sólo

a

los

enunciados sino

también a

los

ti-

pos.

Supongo

que

todo

sistema

capaz

de

computar

la

relación

enun-

ciado/tipo

para

una

lengua

debe

incorporar

una

determinada

repre-

sentación

de

la

gramática

de

esa

lengua. Dado

que

supuestamente

la

gramática

se

halla

representada

en

el interior

del

analizador lingüísti-

co,

la

posibilidad

de

que

este

sistema

acceda

a

la información grama-

tical no

supone una

violación

de

su

encapsulamiento

informativo.

29.

Es

posible

incluso

que

tenga

una función más

limitada. Hilary

fur-

NAM

planteaba

la

siguiente

ref

lexión.

Lincoln

diio en

cierta

ocasión:

"Se

puede

engañar a

todo el

mundo durante

cierto

tiempo".

ZOué

quiso

decir con

esto?,

Lque

hay

un

tiempo en

el

que

se

puede

enga-

ñar a

todo

el mundo,

o

que

hay

un

tiempo

para

cada individuo

du-

rante el

cual

se

le

puede

engañar?

Según

PurniaM,

las

intenciones

de

Lincoln

eran

indefinidas,

pudiendo

corresponder a

cualqtriera

de

es-

tas

dos

lecturas. Esto

sería

verdad,

naturalmente, siempre

y

cuando

no

fuera obligatorio

especificar

el

alcance

del

cuantificador

en

la re-

presentación

interna de

los

enunciados

que

vamos

a

emitir.

Y

esto

último,

a su vez. sería

verdad

únicamente

si

esta representación

no

especificara

la

forma

lógica

de

tales enunciados.

Dicho de

otro

mo-

do,

en

opinión

de Purrunvl, la

representación

interna

de

"se

puede

engañar

a

todo el

mundo durante

cierto

tiempo"

vendrÍa

a ser

"se

puede

engañar a

todo el mundo durante

cierto

t¡empo",

siendo esta

representación

una

fórmulaunívoca

con

unas

condiciones ver¡tativas

disyuntivas. No

está

muy claro

hasta

qué punto

PUTNAM t¡ene

razón en

esto. Pero sí

a

tiene, es

posible

que

los

procesos

específ

icamentelin-

güísticos

de

la

producción/percepción

del

habla

den origen a repre-

sentaciones

más

superficiales

que

la

forma

lógica.

30.

La

literatura

psicológica

sufre

en

este

aspecto

una

enorme confusión.

Así, algunos

de

los

argumentos

de

MnRsleru-WtLSoN

y

TvLER

(1S82)

parecen presuponer

que una condición

para

que un

determi-

nado

nivel lingüístico

sea

psicológicamente

real

{y,

por

tanto,

para

que

se

demuestre

la

adecuación de

una

gramática

que

postule

ese

ni-

vel) es

que

todos

los

elementos

correspondientes

a

ese

nivel

sean

reconocidos

por

un

único

procesador

perceptivo.

Sin embargo, esta

condición no es,

a

todas

luces.

necesaria. Por

ejemplo, el

postulado

de

que las

oraciones

del

ingiés

se

descomponen

en

palabras

no

se

ve-

ría

perjudicado

si se

demostrara

que

hay

varios

procesadotes

de

pala-

bras

d¡stíntos

-por

ejemplo. uno

para

palabras

largas

y

otro

para

pa-

labras cortas,

o

en

un

supuesto

más

plausible,

uno

para

las

palabras

de

clase

cerrada

y

otro

para

las

de

clase

abierta

(véase

GaRRErr,

1982).

Oueda

siempre mucho mejor

que

los

niveles

que

establece

la

gramática

con

el

fin

de

definir

los

típos lingüísticos

que presenta

el

lenguaje

coincidan

con los

productos

de

las

computaciones

ejecuta-

das

por

un único

procesador.

Pero

éste

no

es

un

requisito

ni

de

la

teoría de

la gramática

ni

de

la

teoría

dei

procesamiento.

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Notas 187

31. Dspues dl ago camno codo pud pac un tanto pckwcano po m pat cu a la accsbidad fnomnolca omo

cto paa vala los poductos dl pocsado vsual Dbo consa qu n st aspcto h sdo, n pat, nludo po motvos postos -n concto, pstmocos M da la mpsn d qu ou buscamos s una nocn d pocsos pcptvos d los qu sdvn psntacons pcptvas qu svan como pmsas paala toma conscnt d dcsons y a jcucn d nnca Aspo jpo, a cada cual ha sucddo auna vz u al a sal a call y ma po a vntana v qu st llovndo y a a d staxpnca vsual s va paauas S po contao suponmos qu los poductos dl sstma vsua d ntada son psnta

cons muy supfcals {bds y coos, po jmpo) tndmosqu conclu qu o bn l anss d las ntadas s un pocso mucho mnos co qu l aco d pcb lmtndos as a lo pscosco o bn a ntuc6n d q ·cosas tas como u stllovndo y la popa luva s na. Dado qu no snto spcal nclnacn po n nuna d stas altnatvas m nts s cntan con un vocabuao paa dscbr los poductos dl pocsado vsual, qu spcqu popdads stmua fnomnoamnt accsbs qu s halln pbmnt pxmas a aqullaspopdads muas qu s consdan vsbls n un sntdo

pt co

"S Lh?, m spond l lcto po Lno nos ha advtdoustd ptdamnt qu no dbmos cound l pocsamno das ntadas con a fjacn d cncas pcptvas En fcto, scto qu a facn d as cncas sa stas pcptvas o d otandol, s un pocso cntal (ya qu a ccas son snsbs a o

qu consdamos dstado p la vdca en sentido general, ncluyndo las cncas adoptadas pvamt Consdo q ossstmas d ntada ofcn a os pocsos cntas hptss acca

dl mundo basadas n la dtbucn momtna y ocal d la stmlacn poxma Una d as funcons d os pocsos cntalsconsst n vaua stas hptss a a u d os stants coocmntos qu s posn Esto conttuye sn ms !jos la acn dcncas pcptvas Co todo sta plcacn no lmta po lodms vocabuao n q psan tals hptss Ms bn dja abta la cust cuca paa la tss d la moduadad d nvl d absaccn n l u ntan n contacto os analads dlas tadas y los sstmas cntas Cosdo u savo qu ayapubas n sntdo contao sa convnnt qu l vocablao

qu dscb os pducto d os analzados pcptvos concda n Pa con vcabulao d as pmsas pcptvas qu a pma vsta fuan n s pocsos conscnts d nfnca y tomad dcsons {d tal mana qu s ntptaan como vdds lt

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188

La

modularidad

de

la

mente

rales,

y

no sólo

como

entimemas,*

observaciones

como

"veo que

es-

lloviendo").

iPor

qué

no

hemos

de asumir

lo

que

es

más

conve-

niente

asumir?

32.

Dado

que

el

perro

es

un

prototipo

de

an¡mal, la

mayor

parte

de

las

propiedades que

el concepto

de

animal

evoca

serán

también

atribui-

das

al

concepto

de

perro.

No obstante,

el

fenómeno

a

que

hago

refe-

renc¡a

en

el

texto

no tiene

nada

que

ver

con

esta

consideración,

pues-

to

que

depende del carácter

básico

de

la

categoría

y

no

de sucarácter

protot

íp¡co.

33.

Al

asumir

que

los

transductores visuales

detectan

la

forma,

el

color,

el movimiento,

etc.,

"directamente",

estoy tratando

de

simp

lif

icar las

cosas,

aunque

esto no

sea

del

todo cierto.

Lo

más

probable

es

que

los

verdaderos

parámetros

psicof ísicos pertenezcan

a

un

nivel

notable-

mente

inferior

(por

ejemplo, reflectancias

y

frecuencias

visuales),

de

suerte

que

la forma,

el color

y

las

demás

propiedades

serán

inferidas

a

partir

de

estos

parámetros

y

representadas

en

los

interniveles

del

análisis

de

las

entradas.

Las

categorías

básicas

se

infieren,

a su

vez,

de

las representaciones

de

los

interniveles.

No

creo

necesario

insistir

en

la

enorme

importancia

que

tiene

el

esclarecimiento

de

la

naturaleza

de

los

verdaderos

parámetros

psicof

ísicos

de

cara

a

la

elaboración

de

una

teoría

de

la

percepción.

Como es

lógico.

toda

decisión

relativa

a

tales

parámetros

deberá basarse

en

consideraciones

empíricas

y

no

en

requisitos

de

fundamentación epistemológica

(véase

la

exposic¡ón

pormenorizada

de

FoDoR

y

PyLysHyN,

op.

cit.l

.

34. Mnnn

y

N

tsH

IHARA

(1978)

sugieren

que

la

interfaz

entre

las

represen-

taciones "geométrica"

y

'tonceptual"

del estímulo

visual

(proceso

que

los

psicólogos

denominan

"identificación

del objeto")

tiene

lu-

gar

en

el

nivel

llamado "bosquejo

3-D".

Esta

representación

define

el

objeto

distal

como

una

organización

tridimensional

de

componentes,

cada

uno

de

los

cuales

se caracteríza

por:

"1) Su

localización

media

(o

centro

de

masa);

2) su tamaño

global,

def inido

por

su diámetro

o

volumen

medio,

y

3)

su eje

principal

de

elongación

o

simetría,

si

lo

tiene"

(pá9.

37l..

La organización

espac¡al

de

estos

componentes

se

establece

según coordenadas

centradas

en

el

objeto

(y

no

en el

obser-

vador).

Desde

nuestro

punto

de

vista,

el

interés

principat

de

la

representa-

ción

del

bosquejo

3-D

reside

en

el

supuesto

de

gue puede

ser

compu-

tada. de manera más

o

menos

algorítmica,

a

partir

de

la

especifica-

ción

de

información

primitiva

tal

como

las

secuencias

de

mosaicos

retinianos.

El

trabajo

de

MaRR

y

sus

colaboradores

ha

demostrado

ser fructífero,

por

lo

que

el

supuesto

al

que

acabo de

hacer referencia

debe

ser tomado muy

en

consideración.

Si

éste

es verdadero,

la

últi-

ffi.a'.silogisnroabreviadoporSobrentenderseunadelaspremisas,sólo

consta

de

dos

proposiciones

que

se llaman

antecedente

y

consiguiente.

(N.

det

R.)

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Notas 189

ma etapa del anlisis visua de as entradas deber descrbirse com eacceso a un dccionario de "formas-conceptos en e que se etabe·cen correspondencias entre cada bosquejo 3D y una categora bsca. Un modelo de estas caracterstcas reflejara a detae c6mo unprocesador vsua informatvamente encapsuado efecta a identficaci6n de objetos en e pano de las categoras bsicas, o que seramuy bien acogido por los te6rcos de a moduardad.

35 Qusera dejar ben caro o que se quiere decir y no se quiere decir al hablar de sistemas moduares qe comparten un conjunto depropiedades'' Una posibe interpretaci6n sera a siguiente: todo sistema que posea aluna de as propiedades en cuest6n tender muyprobablemente a poseer as restantes. Sn embargo dudo que puedasostenerse empricamente una afimaci6n tan radica ya que parecerazonabe que pueda haber procesos psico16gicos rpidos que no estn encapsuados o invountaros que no sean innatos etc. Por estaraz6n, la nterpretaci6n que defiendo aqu es relaivamente modesta;dice as si un proceso psco6ico preseta la mayor parte de as propiedades tpicas de a moduardad es probable que presente todas elas. Segn esta interpretac6n los sistemas moduares no son osics rpidos nvountarios o encapsuados ... etc aunque  se man-tene a dea de que a poses6n smutnea de todas estas propiedades es un hecho caracterstico de los sstemas moduares.

3. Se trata por supuesto de una idealzaci6n En general as decisonessbre lo que hemos de creer (ya sea subdoxstcamente o de otromodo) no hacen un uso 6ptmo de los datos que se haan a nuestradsposici6n. Esto sn embaro no afecta al argumento panteadoque se imita a afirmar que taes decisiones deben ser por fuerzasenibes a informaci6n procedene de dferentes fuentes

37 Dets de esta I nea de arumentaci6n hay un supuesto que ta vez ecueste aceptar a ector que los mecansmos que efectan a nteracc6n entre facultades vertcaes han de ser computacionales, y notan so mecncos com podra pensarse. Este supuesto es m

pl citamente rechazado en las concepciones tradicionaes sbre aconex6n entre e enuae y la percei6n (como aquela que sostiene que ls perceptos son imenes y as paabras son sus asocacones) Sin embargo en mi opnn todo aquel que se pantee seramente lo que signiica decidir (por ejemlo) la manera de expresar oque vemos tendr que admitir com pausible a idea de que los procesos mentaes mplcados han de ser computacionaes y extraordinaramente compleos.

38 Segn versiones ms radicales cada enunciado te6rico debe ser 16icamente equivaente a una determinada conjunci6n ( finita?) de

enunciados de observaciones GL YMOR (980) hace una revisnmuy sofstcada de estas posturas Este autor rechaza agunos aspectos del punto de vsta de N en toro a la conirmaci6n aunquesus motvos no sean de ners para este rabajo

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190

La

modularidad de la mente

39. Se

ha dicho con frecuencia

(véase

por

ejemplo

McCanrHv,

1980)

que

la

única

lógica

capaz

de

resolver

el

problema

del

marco

es

la

ló-

gica

"no

monotónica".

(En términos

generales,

se

d¡ce que una lógi-

ca es monotónica cuando

la adíción

de

nuevos

postuladosno

reduce

el

conjunto

de

teorernas

que

antes

podían

derivarse

de

la

misma;

en

caso

contrario,

es no

monotónica.)

Sin

embargo,

las

nuevas

creencias

no sólo son

añad¡das

al

conjunto

de

creencias

previas,

sino

que

éstas

se

alteran

de

algún

modo

al acoger

a

aquéllas.

Esta apreciación

no

de-

be

sorprendernos,

ya

que,

según

el

análisis

del

problema

del

marco

que

he

propuesto,

este

problema

no

es

diferente del de

la

confirma-

ción no

demostrativa,

y

las

relaciones

de confirmación

son típ¡ca-

mente

no

monotónicas.

Por ejemplo,

es

pos¡ble

que

ia

aparición

de

un

nuevo

dato

exija el establecimiento de

nuevos niveles

de confír-

mación

en

numerosísimas

hipótesis

previamente

aceptadas. Por

consiguiente, si

hemos

de

considerar

gue

el

sistema

de confirmación

se

halla

formalizado.

es

probable

gue

a

raíz

de

la

aparición

de nuerros

datos, numerosas fórmulas,

anteriormente

derivables,

de

la

forma

"el

nivel

de

H

es

L" dejen

de ser

teoremas.

40.

Dado

que

no

existe una

relación

particular

enfre

el

problema

del

marco

v

los

marcos-en-tantoque-estructuras

de datos,

la

nomencla-

tura

que

se

emplea

en

esta área dif ícilmente

podría

ser

másequívoca.

41

. Por

supuesto,

la controversia

localizacionista

no terminó con

Gatl

y

FLouRENs.

El lector

inter"esado

encontrará

una

breve

exposición

de

su

posterior

desarrollo

(a

partir

de

WrRrurcrr)

en EccEn'r

{1977\.

Es

de

destacar

-dicho

sea

de

paso-

que

We

nrutcre.

declarado

defen-

sor

del

localizacionismo

en lo

relativo a

los mecanismos

del

lenguaje,

sosten

ía

que

"sólo las funciones

primarias...

se

hallan

asociades

a

áreas

específicas...

Todo

proceso que

exceda

de

estas

funciones

pri-

marias

(como

por

ejempio,

la

síntesis

de

diversas

percepciorres

en

conceptos,

así como

otras

funciones

compleias

como

el

pensamiento

y

la

conciencia)

dependen de

haces

de

fibras

que

conectan

diferentes

áreas

de

la corteza"

lpá¡.

92i.

Ouitando

su

sesgo

asociaeionista,

la

opinión

de

WERNTCKE

no

es

muy

distinta

de

la que

hernos venido

desarrollando

aqlr í.

42. El

modo tradicional

de

resolver

este

problema

consistía

en

inferir

la

universalídad

dei

pensamiento

a

partir

de

su

inmaterialidad

-inferen-

cia

aparentemente

basada

en

el

principio

de

que

el ectoplasma

sirve

para

todo. He

aquí

la

exposición

de

GencH

del tratamiento

que

To-

más

de AoutNo

dio

al

problema:

"Tomás

de

Aolttir¡o

sostiene...

que

un

pensamiento

es

la

manifestación inmaterial

de una

fornta

de

la

na-

turaleza...

Desde

este

punto

de

vista,

el

proceso

del

pensamiento

ca-

rece

de

naturaleza

específ

ica

que

pueda

ser descubierta

empír¡ca-

mente;

cabe esperar que

dicha naturaleza

imponga ciertas restriccio-

nes

sobre

lo

que

podemos

pensar,

del

mismo

modo

que

un

vidrio

de

coior

lo

hace

sobre

los

objetos

que

vemos

a través

de

él

*en

cambio,

Tomás de Aoutl¡o

considera

ev¡dentemente

irnposible

esta

clase

de

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8/19/2019 Fodor - La Modularidad de La Mente

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Noras

restricciones.

Para

todo

objeto

A,

sea

cual

fuere su

naturaleza,

si

tal

obieto

existe

puede

existir

un

pensamiento

acerca de

é1...

Pues)

si no

es

imposible que exista

algo

de la

naturaleza

de

A,

entonces podrá

existir

algo

de

ciicha

naturaleza

con

esse

naturale

(esto

es,

'en

el

mundo')

y,

de la

misma

forma, con

esse lntentionale

(es

decir,'co'

mo

obieto

de

pensamiento')...'Ian

sólo cuando

el

esse

no

es

única-

rnente

intencional,

sino

que

además se

lralla

libre

de

las

limitaciones

de

la

materia,

existe

la

posibilidad

ílimitada

de

que

cualesquiera

naturalezas

que

tengan

cabida en

la

realidad

se

manifiesten

mediante

esa

clase

deesse"

(1961. pá9s.96

97).

El

presente

argumento

no

pre-

tende,

por

supuesto,

que

sólo

por

el

hecho

de

que

A

tenga

sentido

habrá

de tenerlo

también

el

pensantiento

sobre

A,sino

que,

en

el

su-

puesto

cie

que

el

pensamiento

sea

inmaterial,

no existen

constriccio-

nes empír¡cas

(esto

es,

que

no

sean

no-lógicas)

sobre

los

cbjetos

del

pensamients.

La

cuestión

suscitada

en

el

texto

es

si

la

universalidad

del

pensamiento

es

piausibie

en

cualquier

otro

supuesto

ontológico.

43.

Esta

¡nterpretac¡ón

de

la historia

reciente

de

la lnteligencia

Artif

icial

no

es

del

todo

exagerada,

como

muy

bien

lo

demuestra ALLPoRT

(1980),

si

bien

este

autor

no

está

conforme

con

las

mismas

conclu-

siones

que

acabo

de

exponer.

ALLPORT

se

muestra

explícito al

con-

siderar

buena

parte

de

la lnteligencia

Artificial como

un

intento de

analizar

lo

que

he

venido denominando

procesos

centrales

como

sis-

temas

modularizados

de

reglas

de

producción. Cita

(entre otras fuen-

tes)

los

trabajos de

ANDERSoN,

ScHANK,

NEWELL

y

Wtt'locnno

co-

mo

muestra

de

las investigaciones

más

prometecioras

en

esta área.

Considero

acertada

la

descripción

de

AlipoRr

de esta

línea

de inves-

tigación,

aunque

no

estoy

muV

de acuerdo

con

su

evaluación de

la

misma.

Al

contrario

que

é1,

considero

evidente

que

esta

variante de

la

lnteligencia

Artificial está

condenada

al fracaso

y

constituye,

de

hecho, un

sólido

argumento

a

favor

del carácter

no modular

de

la

or-

ganización

de

los

procesos

centrales.

44.

Naturalmente.

soy

partidario

de distinguir

entre

una

inexístente

teo-

ría

de

la

confirmación

y

la

teoría de

la

probabilidad

estadística. que

ex¡ste

y

se

halla

vigente"

Al

igual

que

la

lógica

deductiva,

la

teoría

de

la

probabiiidad

se

refiere

a

reiaciones

locales

-las

que

se

dan

entre

una

hipótesis

y

un corpus

de datos

previamente

delim¡tado.

Dado

que

la

teoría

no

explica

en

qué

cons¡:te

la

relevancia

de los datos

pa-

ra la

evaiuación

de

una

hipótesls,

como

tampoco

la forma

en

que

la

aceptabilidad

de

una

hipótesis

varía en

función de

la

simplicidad,

la

plausibilidad,

la

parsimonia,

...

etc..

de

varias

hipótesis

alternativas,

no

puede

hacerse

una

inferencia

dernostrativa

desde

la

significación

estadística

al

nive

de

confirmación. Es

preciso

advertir

que

esto

no

obedece solamente a

que en

ocasiones aparecen

por puro

azar

distri-

buciones

de

datos

significativamente

sesgadas,

sino

sobre

todo a un

mot¡vo

mucho

más

importante,

a

saber,

que

la

confirmación

de

una

hipótesis

es

serrsible

a

determirradas

consideraciones

que quedan

fue-

ra

del ámbito

de

evaluación

de

la

teoría

de la

prcbabilidad.

lv

r

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