García-Dils 2012a

Embed Size (px)

Citation preview

  • LA ARQUEOLOGA ROMANA DE LA PROVINCIA DE SEVILLA

    ACTUALIDAD Y PERSPECTIVAS

    JOS BELTRN PORTES SANDRA RODRGUEZ DE GUZMN SNCHEZ

    (coordinadores)

    UNIVERSIDAD B SEVILLA Secretariado de Publicaciones

  • Serie: Historia y Geografa Nm.: 183

    COMIT EDITORIAL:

    Antonio Caballos Rufino (Director del Secretariado de Publicaciones) Carmen Barroso Castro Jaime Domnguez Abascal Jos Luis Escacena Carrasco Enrique Figueroa Clemente M Pilar Malee Maenner Ins M Martn Lacave Amonio Merchn lvarez Carmen de Mora Valcrcel M del Carmen Osuna Fernndez Juan Jos Sendra Salas

    Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parre de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningn pro-cedimiento electrnico o mecnico, incluyendo fotocopia, grabacin magntica o cualquier almacenamiento de infor-macin y sistema de recuperacin, sin permiso escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.

    Motivo de cubierta: Fotografa del Museo de Antigedades de Sevilla, de inicios del siglo XX, en el ex-convento de la Merced.

    SECRETARIADO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2012 Porvenir, 27 - 41O13 Sevilla. Tlfs.: 954 487 447; 954 487 451; Fax: 954 487 443 Correo electrnico: [email protected] Web: hrrp://www.publius.us.es

    JOS BELTRN FORTES SANDRA RODRGUEZ DE GUZMN SNCHEZ (Coords.) 2012

    DE LOS TEXTOS, LOS AUTORES 2012

    Impreso en papel ecolgico Impreso en Espaa-Primed in Spain

    ISBN: 978-84-472-1322-1 Depsito Legal: SE-2138-2012 Impresin: UTRERANA DE EDICIONES, S.L. - T. 95 486 15 61

  • NDICE

    Presentacin .. ... ... ................ ...... ... ... ..... .. ..... ........ .......................................... 9

    Evolucin urbana y romanizacin en la Hispania meridional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Manuel Bendala Galn

    La Numismtica en la provincia de Sevilla. Sntesis y perspectivas.. .. .. ..... ......... . 35 Francisca Chaves Tristn

    Arqueologa del mundo funerario de poca romana en los territorios de la actual provincia de Sevilla. Una revisin histrica de la investigacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

    Jos Beltrn Forres

    Hacia una nueva visin de Hispalis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Daniel Gonzlez Acua

    Colonia Augusta Firma Astigi (cija, Sevilla). La estructura urbana de una fundacin romana en la Baetica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

    Sergio Garca-Dils de la Vega

    'l,\lrra cyAr (Ptol., Geo., 2 . 4.1 O): De la ciudad de las fuentes a la evidencia arqueolgica. La nueva imagen de la Ilipa romana............ .......... ...... 143

    Oliva Rodrguez Gutirrez

    Arqueologa urbana en Carmona. La ciudad romana Roco Anglada Curado

    185

    Munigua, ciudad y territorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207 Thomas G. Schattner, Gobain Ovejero Zappino y Juan Aurelio Prez Macas

  • Aspectos socioeconmicos de la antigedad tarda en la Btica (siglos III-VII d C) .. ..... ..... ... ... ........ .......... .. . ..... .......... .. .......... ............... ... .. .. 235

    Enrique Gaca Vargas

    Cermicas de importacin africana en contextos italicenses del Bajo Imperio y la Antigedad Tarda (2 mitad del s. Ill-inicios del VI d C) . . . . . . . . . .. . . .. .. . . . . . . . . . . 25 5

    Jacobo Vzquez Paz

    Conocer Itlica. La accin investigadora desde el Plan Director del Conjunto Arqueolgico......... ........... .......... ........ .. ... ......... ...... ...................................... .. 273

    Sandra Rodrguez de Guzmn Snchez y Roco Izquierdo de Montes

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA DE UNA

    FUNDACIN ROMANA EN LA BAETICA1 SERGIO GARCA-ILS DE LA VEGA

    Servicio de Arqueologa. Ayuntamiento de cija

    Las cuestiones relacionadas con la fundacin y la trama urbana de colonia Augus-ta Firma, su delimitacin y articulacin interna, la ubicacin de los espacios forenses y principales edificios pblicos, han llamado la atencin de los estudiosos y motiva-do la formulacin de un buen nmero de especulaciones e hiptesis, ms o menos fundamentadas, ya desde el siglo XVII. Ser el jesuita Martn de Roa el primero en sumar a las fuentes documentales clsicas la evidencia arqueolgica y epigrfica, para esbozar una propuesta general sobre estos particulares, con una perspectiva no exenta de la tendenciosidad propia de la erudicin local del momento2

    Habr que esperar hasta mediados del siglo XX para que se publique una visin del urbanismo de la colonia desde una perspectiva asptica y puramente cientfica, basada en el estudio de la informacin arqueolgica, que quedar plasmada en el tomo III del Catlogo Arqueolgico y Artstico de la Provincia de Sevilla, fruto en este captulo de los trabajos de Francisco Collantes de Tern3. Testimonio elocuente de la indiscutible solvencia de esta ambiciosa obra de sntesis ser que hasta mediados de la dcada de 1980 prcticamente no se publicarn ms que ligeros matices sobre la cuestin.

    La situacin habr de cambiar notablemente a partir de 1984, ao en que co-mienzan a desarrollarse intervenciones arqueolgicas de manera regular en la ciu-dad, vinculadas a los procesos de sustitucin inmobiliaria. La aportacin de nueva

    l. Este trabajo se ha redactado en el marco del Proyecto de investigacin l+D+i "EPIGRAPHIA ASTJGJTANA. Instituciones, sociedad y mentalidades en colonia Augusta Firma (cija - Sevilla) a la luz de la nueva evidencia epigrfica" [HAR2009-08823]. El autor quiere agradecer a S. Ordez, codi-rector de su tesis doctoral sobre el urbanismo de la colonia, sus oportunas observaciones y sugerencias.

    2. Roa 1629, obra que cont como precedente inmediato con el indito, compuesto a principios del siglo XVII , Historia de la ridad (sic) de Erixa, de Alonso Fernndez de Grjera -ms. R.A.H. 9/567; existe una edicin de ndole divulgativo, Fernndez de Grjera 1995-. Roa ser contestado poco des-pus de la publicacin de su libro por Florindo 1632. Sobre el autor y su visin de la Historia Antigua ecijana, vid. Ordez 1996.

    3. Hernndez Daz et al. 1951.

    111

  • SERG IO GA RCA-O !LS DE LA VEGA

    documentacin arqueolgica y su anlisis desde una perspectiva contempornea, po-sibilitar que en 1986, con ocasin de la celebracin del I Congreso sobre Historia de cija, Ignacio Rodrguez presente un nuevo esbozo de reconstruccin del urbanismo de la Astigi romana4 Parejo a este avance de la investigacin arqueolgica ser un renovado inters desde la perspectiva de la Historia Antigua, cuyo exponente ms destacado ser la publicacin de la primera monografa dedicada especficamente a la colonia romana, obra de Salvador Ordez5

    A lo largo de la dcada de 1990 se consolidar en cija el establecimiento de cau-telas arqueolgicas para cualquier actividad que implicase la remocin o movimiento de tierras, lo que supondr contar con un nmero cada vez mayor de intervencio-nes, con el consiguiente aumento del volumen de informacin disponible, que har cada vez ms difcil obtener una visin de conjunto sobre la articulacin interna y evolucin de la ciudad histrica. La situacin requerir una nueva aproximacin me-todolgica que hiciera posible la amortizacin cientfica del nuevo cuerpo de datos. Como respuesta desde el mundo acadmico a esta necesidad, en 1992 nacer bajo la direccin de Pedro Sez el que se denominar Proyecto AstiGJS6 que, a partir de la aplicacin de los entonces emergentes Sistemas de Informacin Geogrfica S.I.G., plantear el estudio diacrnico de la ciudad y su territorio desde la Protohistoria has-ta la Baja Edad Media cristiana7 En lo que se refiere a la ciudad, una de las vertientes del Proyecto ser abordar la recopilacin sistemtica de toda la evidencia arqueolgica conocida, que tras ser procesada y posteriormente analizada para establecer el estado de la cuestin, ver la luz ya entrado el nuevo siglo en el volumen urbano de la Carta Arqueolgica Municipal de cija 8

    La visin sinttica que se ofrece a continuacin sobre los orgenes y el urbanis-mo de la colonia Augusta Firma es fruto de la revisin y puesta al da de aquella que se publicara en la Carta Arqueolgica Municipal, tras el estudio de la informacin procedente de las excavaciones desarrolladas en el perodo 2002-20109, que ha sido

    4. Rodrguez Temio 1988. 5. Ordez 1988. 6. Acrnimo que juega con la combinacin de la denominacin en griego de la ciudad, 1\an y Lc;

    -Str. 3.2.2- o A.any[c; -Ptol. Geog. 2.4.14 [Srckelberger-Grasshoff] , con la sigla anglosajona G.l.S ., es decir, Geographic Infarmation System.

    112

    7. Pueden seguirse las lneas maestras del desarrollo de esre proyecto de invesrigacin, vinculado insrirucionalmenre al Deparramenro de Historia Anrigua de la Universidad de Sevilla, y de la metodo-loga aplicada, en Sez et al. 1994; Sez et al. 2000; Sez et al. 2001 a; Sez et al. 2004; Sez et al. 2006; Sez et al. 2008; Sez et al. e.p.

    8. Sez et al. 2004. En esta obra de snresis se planrea la evolucin de la ciudad desde sus orgenes, ca. siglo VIII a.C., hasta la conquista cristiana y posrerior repartimienro, en 1263, a partir del esrudio de las 167 inrervenciones arqueolgicas, de diferenre alcance, realizadas hasra 2002, as como de 38 no-ticias orales y escriras sobre el panicular, en su mayora tesrimonios de hallazgos casuales recogidos por eruditos y cronisras locales desde el siglo XVII. En estos momenros se encuenrra en prensa el segundo volumen de la serie, consagrado al trmino municipal asrigirano. Sez et al. e.p.

    9. De este modo, la cifra global de acruaciones arqueolgicas, de diferenre enridad, llevadas a cabo en la ciudad de cija enrre 1984 y el 31 de mayo de 201 O, se eleva hasta 454. En relacin con la

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    minuciosamente procesada y georreferenciada para su anlisis S.I.G., permitiendo a su vez la reinterpretacin de las estructuras y hallazgos puntuales ya conocidos 10

    EL NCLEO INDGENA DEL CERRO DEL ALCZAR En el estado actual de la investigacin, no ofrece lugar a dudas la existencia de

    un ncleo indgena anterior a la fundacin romana, ubicado en el sector suroriental de la futura colonia, con ocupacin estable desde el siglo VIII a.C. hasta el mismo momento de la deductio. Las intervenciones arqueolgicas desarrolladas en el rea han probado que dicho ncleo tuvo en poca turdetana una cierta entidad, toda vez que se ha documentado un buen nmero de edificaciones construidas con mampos-tera y algunos espacios productivos, como por ejemplo hornos cermicos y reas de extraccin de materiales de construccin 11 La georreferenciacin de toda esta informacin permite proponer con fundamento que el espacio poblado ocupaba, en su momento de mxima expansin, una extensin de por lo menos 8,5 ha. (Fig. 1).

    El oppidum se ubicaba sobre un promontorio, el denominado cerro del Alczar o de San Gil, localizado inmediatamente aguas abajo de la confluencia de dos cur-sos fluviales, el ro Genil y el arroyo de la Argamasilla, en una posicin ligeramente elevada que lo mantena a resguardo de las frecuentes crecidas protagonizadas por

    vertiente administrativa del sistema de cautelas arqueolgicas, cabe sealar que en febrero de 2002 tuvo lugar la transferencia de una serie de competencias en materia de Patrimonio Hist rico a la ciudad de cija por parte de la Delegacin de la Consejera de Cultura de la Junta de Andaluca en Sevilla, tras la aprobacin definitiva del Plan Especial de Proteccin, Reforma Interior y Catlogo del Conjunto Histrico-Artstico -Boletn Oficial de la Provincia de Sevilla 212, de 12 de septiembre de 2002-. El mbito de aplicacin de es te documento de planeamiento comprende una superficie de 16 1,88 ha., que incluye la total idad del permetro de la ciudad romana, los edificios de espectculos situados extramuros y una gran parte de sus necrpolis perifricas. La asuncin de competencias por parte del consistorio ha tenido como consecuencia directa la consolidacin del Servicio Municipal de Arqueologa, integrado dentro del rea de Urbanismo y Medio Ambiente del ayuntamiento ecijano.

    10. Una de las principales capacidades de los S.I.G. es la posibilidad de retroalimentar continua-mente el sistema, de manera que la introduccin de nuevos datos permite arrojar luz sobre la info r-macin ya conocida, obtenindose una visin conjunta en actualizacin constante que hace posible establecer, a su vez, estrategias de investigacin para el futu ro. Para una aproximacin a la metodologa aplicada, a diferentes escalas, vid. Garca-Dils et al. 2004b.

    11 . A las evidencias arqueolgicas recogidas en la Carta Arqueolgica -Sez et al. 2004: 24-27-, se han sumado en los ltimos aos nuevos hallazgos que permiten ampliar el permetro conocido del ncleo indgena. Se trata de las excavaciones real izadas en las calles Virgen de la Piedad n 16 [003) Romero et al. 2002-, Arco de Beln n5 [502) - Barragn y Carrasco 2009- y Merced n35-37 [4 15) Romero 2009-, as como en la Plaza de Armas del Alczar [002) -Garca-Dils et al. 2004a- . Asimismo, cabe sumar una actuacin anterior que, por error, no se incluy en la relacin publicada, llevada a cabo en la calle Merced n 13 [ 170) - Amores 1985: 59 n 4-. Dichas intervenciones, y las que se sealen en adelan te, pueden reconocerse en la planimetra que acompaa al presente texto a partir de los cdigos reseados entre corchetes, con los que son designados los espacios investigados arqueolgicamente en el seno del Sistema de Info rmacin Geogrfica de la ciudad. Para un listado exhaustivo de dichos cdigos hasta marzo de 2006, vid. Garca-Dils y O rdez 2006: 38-49.

    113

  • 114

    ..

    / // .::::.. ~

    1 ..

    ......

    ... '

    . ...

    ... l) .: .

    ,. .-

    ...

    ...

    ..

    SERGIO GARCA-OILS DE LA VEGA

    ..

    .. .

    .. :. :::

    .. ...

    .... : ...

    ;g

    ; . ~ .

    ~ I! -..

    ...... .. -'

    .

    i:: -.

    ~.

    ;; .: !:;

    : :

    : ,,.,,

    '

    .

    .J .. t:; - ~.

    : 11'

    . - ~ ,

    /. ...

    Fig. 1. Delimitacin orientativa de la Astigi prerromana

    . '

    ~

    I '

  • COLONIA AVGVS7il FIRM;j ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    ambos, compensando su situacin desfavorable desde el punto de vista militar 12 con el control de un paso sobre el ro Genil, a modo de ciudad-puente, a travs de un camino suficientemente importante como para que ms adelante se convirtiera en parte de la uia Augusta. A menudo se ha querido ver este oppidum turdetano como un ncleo secundario, partiendo de dos argumentos indirectos, como son la ausencia de amonedaciones13 y el que no aparezca citado en ninguno de los episodios blicos de las guerras civiles cesarianas, a pesar de haberse desarrollado en el entorno inme-diato hechos de armas fundamentales recogidos con detalle en las fuentes literarias conservadas14

    Teniendo en cuenta las premisas anteriores, no se puede eludir aqu entrar en el debate sobre si cabe identificar este enclave urbano indgena con el oppidum liberum Astigi Vetus de Plinio 15 Mucho se ha debatido sobre el emplazamiento de esta ciuitas, a falta de cualquier tipo de testimonio epigrfico o arqueolgico seguro, sin contar con ms argumento que la cita de la H istoria Natura/is. Martn de Roa le dedic a

    12. Ya se ha sealado que, a primera visra, la ropografa del enclave en el que se sira la ciudad pa-rece apartarse de la norma, si se compara con los dems ncleos de poblacin prorohisrricos conocidos en los valles del Guadalquivir y del Genil. Lpez Palomo 1999: 14 1.

    13. Lugar comn en las obras de invesrigacin que han rrarado la hisroria anrigua de la ciudad es la sorpresa anre el hecho de que no acue moneda en ning n momento, ni an res ni despus de la fundacin colonial -Cen-Bermdez 1832: 297; Hernndez Daz et al. 195 1: 68; O rdez 1988: 45-. Los resrimonios lirerarios sobre el hallazgo de acuaciones asrigi ranas- "Entre las monedas de Augusro e visro una con esre synbolo de dos bueyes arando con el nobre de Ecija, COLO N IA ASTIGI AVGVS-TA'', Roa 1629: 53 r. ; Flrez 1753: 75-76- no han encontrado corroboracin arqueolgica.

    14. S se ciran en cambio Obulcula y Segouia - Aucr. B. Alex. 57.3 y 6-, simadas respecrivamente al Oesre y Norte de cija, y Carruca -Aucr. B. Hisp. 27.5-6-, local izada al Sur, si se acepra la identifi-cacin de M unda co n el importanre yacimienro de carcrer urbano derecrado en el cerro de Consuegra (Osuna, Sevilla) -vid. bibliografa al respecro en Sez et al. 2008: 156 n. 7-. Sobre la identificacin de esras ciudades, vid. infra n. 27. Sobre la ausencia de Astigi en esras fuentes, cabe argumenrar que sras solamente ciran las poblaciones d irecrarnente involucradas en los enfrentamientos; cf Ordez 1988: 42-43.

    15. Plin . H. N. 3. 12. Numerosas son las fili aciones y erimologas que se han propuesro para el ropnimo Astigi, comenzando por roda una serie de pintorescas reconsrrucciones presentadas por eru-di ros locales. As, Marrn de Roa se hace eco hasra de rres hipresis basadas en compuesros de vocablos griegos, como por ejemplo "ciudad de rierra" -:CTTU + yij- dada la abundancia del rapial como rcnica consrructiva Roa 1629: 23 v.-24 r.-, juzgando l mismo que la ciudad era anterior a las colonizaciones helenas -ibid. 27 r.-. Rechazado el origen griego basado en el rrmino acn:u -Garca y Bellido 1959: 461 -, se ha buscado un origen vascuence para el ropnimo a partir del sufijo indicarivo de lugar -tegi, relacionando Astigi con aztegi "bosque de al isos" - Hubschmid 1960: 462-, filiacin vasco-ibrica pues-ra en duda ya por W. Meyer-Lbke, que propona en cambio un origen celta para -tigi, vinculando esre sufijo con el galo tegia- Meyer-Lbke 1925: 80-81 . Ms recientemente, Villa.'r sugiere -igi como posible apelarivo no indoeuropeo, propio del sur de la Pennsula, con significado de "ciudad, pueblo, aldea", relacionando Ast- con la raz indoeuropea *as- "estar seco" -Villar 2000: 67, 78, 80-8 1, 249-256, 28 1-283, 288, 302-303, 353-354, 383-384-, configurndose por ranto un ropnimo con el sentido de "lugar poblado que esr seco", prximo a un curso de agua. Cabe mencionar al respecro que en Espaa hay ms de una decena de poblaciones de nombre "Villaseca". Sobre la etimologa de Astigi, vid. rarn-bin O rdez 1988: 20-23.

    115

  • SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    esta cuestin todo un captulo de su obra consagrada a cija16, proponiendo su ubi-cacin en Alameda (Mlaga) 17, a partir de la forzada lectura de una inscripcin all localizada que, segn su interpretacin, hara mencin de un astigit(anorum) or(do)1 8 Autores posteriores han defendido en cambio la identificacin de aquella que Roa denominara "cija la Vieja" con el oppidum que despus se convertir en colonia Au-gusta Firma, caso de Florindo 19, Hbner2, Callantes de Tern21 o Lpez Palomo22 , estos dos ltimos proponiendo su ubicacin precisamente en el precitado cerro del Alczar. Ms recientemente, el debate ha resurgido a raz del hallazgo de la inscrip-cin del cortijo de Periate (Iznalloz, Granada) en la que se hace referencia a un ordo Accitanorum Veterum, que ha servido como punto de partida para proponer la exis-tencia de una ciudad hasta ahora desconocida denominada Acci Vetus, diferente de la ya conocida colonia Julia Gemella Acci, que acaso cabra identificar con Acatucci23. Tras examinar en detalle la informacin disponible sobre las ciudades que llevan el apelativo de uetus, Armin U. Stylow propone para el caso que nos ocupa que la colonia romana se habra fundado sobre parte del territorio de la antigua Astigi, de la que adems habra tomado su nombre, cesin de terrenos que se habra realizado de forma amistosa, lo que justificara que el oppidum siguiera existiendo, adems con el status de liberum. El argumento concluye proponiendo la identificacin de Astigi Vetus con alguno de los asentamientos urbanos de nombre desconocido ubicados en la campia de cija, pero fuera de los lmites de la pertica colonial , como podran ser Los Castellares (Puente Genil, Crdoba), Alhonoz o el cerro de la Atalaya de El Nuo24

    A pesar de su indudable inters, hay que sealar que estas propuestas se plantean prescindiendo totalmente de la evidencia arqueolgica y, sobre todo, de cualquier realidad territorial conocida en la zona. En primer lugar, las aproximaciones realiza-das sobre el mbito de la pertica colonial sugieren que cubra un rea de en torno a mil doscientos kilmetros cuadrados25 , lo que obligara a situar los oppida candidatos a ser identificados con Astigi Vetus a una distancia de por lo menos veinte o treinta

    16. Roa 1629: 13 r.-20 r. 17. Recoge rambin esra propuesra, convi niendo en ella, Flrez 1753: 74. 18. CIL 112/5, 917 = CIL II , 1443 = CILA II.4, 1126. 19. Florindo 1632: 28 r.-30 r. 20. RE 2. 1790 s.v. Astigi. 21. Aunque el auror no enrra direcramenre en la conrroversia relativa a la idenrificacin de Astigi

    116

    Vetus, se refiere al ncleo indgena como la "Astigi rurdetana". Hernndez Daz et al. 1951 : 65-66 y 68. 22. Lpez Palomo 1999: 14 1-142 y 149. 23. Pastor 2000; Srylow 2000. Cf Ben dala 2000-200 1: 423-424. 24. Pastor 2000: 64-65; Srylow 2000: 795-798. 25 . Segn la hiptesis ms recienre, propuesra por los integrantes del Proyecto AstiGJS sobre la base

    del trmino ms anriguo conocido, el de la madina de fstiyya en poca andalus, descrito en el Reparti-miento de 1263, la pertica tendra una extensin de por lo menos 1231,26 km2. Sobre esta cuestin y el espacio cenruriado detectado al Sureste de la colonia, vid. Sez et al. 2002b; Sez et al. 2006; Sez et al. 2008; Sez et al. e.p.

  • C O L O N I A A V G V S T A F I R M A A S T I G I ( C I J A , S E V I L L A ) . L A E S T R U C U R A U R B A N A . . .

    k i l m e t r o s e n l n e a r e c t a d e s d e l a c o l o n i a

    2 6

    ( F i g . 2 ) . A c e p t a r l a s t e s i s p l a n t e a d a s p o r

    S t y l o w s u p o n d r a a d m i t i r l a e x i s t e n c i a , p r e v i a a l a d e d u c t i o , d e u n a c i u d a d i n d g e n a

    c o n c o n t r o l d i r e c t o s o b r e u n t e r r i t o r i o d e e n o r m e e x t e n s i n , q u e a d e m s n o h a b r a

    d e j a d o n i n g u n a h u e l l a a r q u e o l g i c a r e c o n o c i b l e n i e v i d e n c i a e p i g r f i c a d e s u i d e n t i -

    f i c a c i n c o m o A s t i g i V e t u s 2 7 . C o m o y a s e h a a p u n t a d o , a l a l u z d e l a e v i d e n c i a a r q u e o -

    l g i c a n o c a b e d u d a d e l a p r e s e n c i a , d e n t r o d e l a m i s m a c i j a , d e u n n c l e o i n d g e n a

    d e c i e r t a e n t i d a d e n e l c e r r o d e l A l c z a r . L a o p c i n d e s i t u a r u n a h i p o t t i c a A s t i g i p r e -

    f u n d a c i o n a l l e j o s d e e s t e e n c l a v e , o b l i g a r a a c o n c l u i r q u e l a d e d u c t i o c o l o n i a l i m p l i c

    n o s o l a m e n t e e l a r r a s a m i e n t o d e l o p p i d u m p r e e x i s t e n t e y l a p r d i d a d e s u t e r r i t o r i o ,

    s i n o i n c l u s o q u e s u n o m b r e s e o l v i d a r a p a r a s i e m p r e . P o r l t i m o , n o s e p u e d e o b v i a r

    q u e r e s u l t a a r r i e s g a d o u t i l i z a r l a c i t a p l i n i a n a c o m o n i c o t e s t i m o n i o p a r a j u s t i f i c a r

    l a e x i s t e n c i a d e u n a A s t i g i V e t u s n o c o i n c i d e n t e c o n a q u e l n c l e o q u e s e c o n v e r t i r e n

    c o l o n i a A u g u s t a F i r m a . L a n o t i c i a d e l a H i s t o r i a N a t u r a / i s s u p o n e q u e e l o p p i d u m s e r a

    s u f i c i e n t e m e n t e i m p o r t a n t e c o m o p a r a s e r m e n c i o n a d o , i n m e d i a t a m e n t e d e s p u s d e

    l a s c o l o n i a e i n m u n e s , c o m o u n o d e l o s d o s o p p i d a l i b e r a - j u n t o a O s t i p p o - p r e s e n t e s e n

    t o d o e l c o n u e n t u s A s t i g i t a n u s 2

    8

    N o s e p u e d e d e s c a r t a r a l r e s p e c t o q u e , e f e c t i v a m e n -

    t e , A s t i g i V e t u s f u e r a u n a c i u i t a s l i b e r a

    2 9

    q u e m s a d e l a n t e s e i n t e g r a r a e n l a c o l o n i a ,

    t r a t n d o s e l a c i t a d u p l i c a d a s i m p l e m e n t e d e u n a f a l t a d e r i g o r d e l a u t o r a l a h o r a d e

    c o n t r a s t a r i n f o r m a c i n a d m i n i s t r a t i v a d e d i f e r e n t e s m o m e n t o s

    3 0

    E n c o n c l u s i n , s i s e t i e n e e n c o n s i d e r a c i n n i c a m e n t e l a i n f o r m a c i n a r -

    q u e o l g i c a , e p i g r f i c a y l i t e r a r i a d e l a q u e s e d i s p o n e a l d a d e h o y , a p l i c a n d o

    2 6 . E l y a c i m i e n t o d e L o s C a s r e l l a r e s s e l o c a l i z a a 2 6 k m d e c i j a , A l h o n o z a 2 1 k m y e l c e r r o d e

    l a A r a l a y a a 1 4 k m . E n e l c a s o d e l o s d o s l r i m o s , e s r a r a n i n c l u i d o s d e n t r o d e l o s l m i r e s d e l r e r r i r o r i o

    d e l a c o l o n i a . V i d i n f r a n . 2 7 .

    2 7 . D e n t r o d e l m b i t o d e l a p e r t i c a c o l o n i a l s e h a c o n s r a r a d o l a e x i s r e n c i a d e u n a s e r i e d e c i u d a d e s

    q u e r i e n e n s u o r i g e n e n p o c a p r e r r o m a n a y q u e p o s r e r i o r m e n t e s e c o n v e r r i r n e n m u n i c i p i o s f l a v i o s . S e

    r r a r a d e C a r r u c a ( L o s C o s m e s ) , e l y a m e n c i o n a d o c e r r o d e l a A r a l a y a d e l c o r r i j o d e E l N u o , O b u l c u l a

    ( L a M o n c l o v a ) , S e g i d a ( c o r r i j o d e L a S a e r i l l a ) y S e g o u i a ( I s l a d e l C a s r i l l o ) . A e s r a n m i n a s e p o d r a s u m a r

    c o n r o d a v e r o s i m i l i r u d , a j u z g a r p o r l a m a g n i r u d d e l a s e s r r u c r u r a s c o n s e r v a d a s , e l y a c i m i e n t o s i m a d o

    e n e l c o r r i j o d e E l G u i j o . S e z e t a l . 2 0 0 6 : 1 6 0 - 1 6 3 ; S e z e t a l . 2 0 0 8 ; S e z e t a l . e . p .

    2 8 . m b i t o r e r r i r o r i a l q u e c u b r a u n a s u p e r f i c i e n a d a d e s d e a b l e , q u e i n c l u a t o d o e l c u r s o d e l r o

    G e n i l d e s d e e l n a c i m i e n t o h a s r a s u d e s e m b o c a d u r a e n e l G u a d a l q u i v i r .

    2 9 . E n e s r e s e n t i d o , a f a l r a d e n o r i c i a s d i r e c r a s a l r e s p e c t o , s e h a p r o p u e s t o q u e e s r e e s r a r u r o

    p r i v i l e g i a d o p o d r a d e b e r s e a u n a c o n c e s i n r e a l i z a d a p o r C s a r e n a g r a d e c i m i e n t o p o r s u a p o y o e n l a

    g u e r r a c i v i l , e x r r e m o q u e d e m o m e n t o r e s u l r a i n d e m o s r r a b l e . G a r c a y B e l l i d o 1 9 5 9 : 4 9 8 - 4 9 9 ; O r d e z

    1 9 8 8 : 4 4 - 4 5 . L a p r o p u e s r a s e a p o y a r a e n e l r e x r o d e C a s i o D i n ( 4 3 . 3 9 . 5 ) , r e l a r i v o a l a c o n c e s i n d e

    r i e r r a s y l a e x e n c i n d e r r i b u r o s c o m o a g r a d e c i m i e n t o a l a p o y o a l a c a u s a c e s a r i a n a e n e l r r a n s c u r s o

    d e l a g u e r r a c i v i l .

    3 0 S o b r e l a s l i s r a s d e P l i n i o y l a c u e s r i n q u e n o s o c u p a , c f A b a s c a l 2 0 0 6 : 7 7 , c o n l a a r g u -

    m e n t a c i n r e l a r i v a a u n c o n j u n t o d e c i u d a d e s d e l a C i r e r i o r - S e g o b r i g a , D i a n i u m , O r e t u m , M e n t e s a

    B a s t i t a n o r u m , A l a b a - q u e a p a r e c e n e n e l l i s r a d o p l i n i a n o c o m o c i u d a d e s e s r i p e n d i a r i a s , p e r o q u e s i n

    e m b a r g o y a s e h a b a n r r a n s f o r m a d o e n m u n i c i p i o s d e d e r e c h o l a r i n o d u r a n t e e l r e r c e r v i a j e d e A u g u s t o

    a l a P e n n s u l a e n t r e 1 6 y 1 3 a . C .

    1 1 7

  • :-

    SERG IO GARCA-DILS DE LA VEGA

    ~ 0~1111111111"'iiiiiiiiiiiiil"llllllllll~iiiiiiiiiiii10 km D Trmino municipal de cija Pertica colonial Ciudades Fig. 2. Municipios flavios localizados en el entorno de la colonia Augusta Firma

    rigurosamente un principio elemental de economa31, hay que considerar que el op-pidum ampliamente documentado en el cerro del Alczar se puede identificar con Astigi Vetus. El mismo hecho de que Plinio denominara a la ciudad romana, que dara nombre a todo un conuentus, como colonia Astigitana, mencionando en segundo tr-mino que su cognomen era Augusta Firma, implica un vnculo entreAstigi y la colonia

    118

    31. En cuestiones de arqueologa espacial, especialmente en lo que se refiere al estudio de las ciudades y sus territorios, no se debera obviar este principio metodolgico, preconizado por Aristte-les - Ph. l.188a.17-18; l.189a.14-15; 8.259a.10-12- y magistralmente formulado por Guillermo de Occam en su clebre cita pluralitas non est ponenda sine necessitate -Philotheus Boehner (ed.) . Ockham. Philosophical Writings. lndianapolis 1990: XXI y 46- .

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA. SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    mucho ms estrecho que lo que supondra la ubicacin de la ciudad indgena a varios kilmetros de distancia, habiendo adems en el entorno otros oppida de entidad con-trastada que s aparecen en cambio en los episodios de las Guerras Civiles32

    LA FUNDACIN DE LA COLONIA La nueva colonia augustea, destinada a asumir la capitalidad de uno de los cuatro

    conuentus iuridici de la Baetica, se funda con una clara vocacin econmico-admi-nistrativa, en un momento en que en la provincia han pasado a un segundo plano factores puramente militares en favor de la administracin y control efectivo del te-rritorio y la explotacin eficiente de sus recursos. El emplazamiento escogido para la colonia compensa la mediana entidad del oppidum indgena elegido para acoger la de-ductio33 y su situacin espacial difcilmente defendible desde el punto de vista militar, enterrada en el fondo de un valle fluvial rodeado de colinas sin ninguna visibilidad ms all de su entorno ms inmediaro34 , adems de expuesta a las frecuentes crecidas del ro Genil, con una localizacin estratgica desde el punto de vista productivo y comercial, situada en el corazn de un territorio rico en recursos agrarios, en la con-vergencia de un eje fluvial, el ro Genil o Singilius35, navegable desde este punto36, y un eje viario capital, la uia Augusta, cuyo trazado se hace pasar por aqu, factores que sern claves de cara al futuro desarrollo del comercio oleario a gran escala, que tendr en Astigi uno de los principales centros de produccin, envasado y exportacin37

    En lo tocante a la fecha de fundacin de la colonia Augusta Firma, la investiga-cin ha manejado dos horquillas temporales. O bien entre 25 y 19 a.C., prxima a la fundacin de EmeritaAugusta, con la que comparte la adscripcin de sus ciudadanos a la tribu Papiria38 o, en cambio, entre 16 y 14 a.C., con motivo de la tercera estancia

    32. Vid. supra n. 27. 33. Es bien sabido que, mienrras que las colonias meridionales fundadas por Csar esrn ubicadas

    -a excepcin de Hasta- en las ciudades que fueron escenario de la guerra civil, las fundadas por Au-gusro -Acci, Asido, Astigi, Salaria y Tucci- se asenraron sobre poblaciones que no gozaban de ningn protagonismo previo especial.

    34. Sobre la cuesrin del psimo control visual del rerrirorio colonial desde la ciudad, se puede exrrapolar la siruacin consratada para poca medieval, perodo para el que s conocemos la arriculacin y funcionamienro de la red de fo rrificaciones localizadas en el rerritorio de cija. Garca-Dils et al. 2000.

    35. La denominacin comnmenre aceprada, Singilis, se basa nicamenre en la auroridad de Plinio - vid. in.fa n. 36-, mientras que orros aurores, geogrfica o remporalmenre ms cercanos, lomen-cionan como Singilius-lsid. Hist. Suev. 85- , Singillius -lulius Honorius, ap. A. RIESE (ed.). Geographi Latini Minores. Heilbronn 1878, p. 36- o Singillio -Hyd. 114-. Para una argumenracin completa sobre el particular, vid. Sez et al. 20 1 O.

    36. Segn el bien conocido pasaje de Plinio, Singilis fluuius, [ .. . ], Astigitanam coloniam adluit, cog-nomine Augustam Firmam, ab ea navigabilis (Plin . H.N 3.12). Noticia constarada arqueolgicamenre a partir de la presencia aguas abajo de la ciudad de numerosas alfareras vinculadas a la produccin del aceire annonario, a las que necesariamente iran asociados porttts.

    37. Para una visin general de la cuestin, vid. Chic 1986 y 1995. 38. Gonzlez Fernndez 1995, que propone como fecha ms probable la de 25 a.C.

    119

  • SE RGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    de Augusto en Hispania39 En cualquier caso, est claro que la deductio colonial se realiz con veteranos militares, procedentes de las legiones II Pansiana4 y VI Victrix, quiz tambin la N Macedonica, acaso con el mismo Marco Vipsanio Agripa como patronus de la ciudad41 Presumiblemente, la nueva comunidad civil se organizara inicialmente de acuerdo a criterios militares, de manera que las magistraturas colo-niales seran detentadas por los mandos de las legiones instaladas aqu, hacindose el reparto de lotes de tierra en funcin de la graduacin de los colonos42

    Desde el punto de vista puramente arqueolgico, se constata ampliamente que se trat de una fundacin realizada ex nouo43, haciendo tabla rasa de las estructuras indgenas previas. Hay que insistir sobre el particular en que no hay continuidad en el poblamiento desde el punto de vista urbanstico44 , ni ningn indicio de convi-vencia entre estructuras turdetanas y romanas45 Toda edificacin o estructura previa queda arrasada, por lo que se podra decir que se trata de una implantacin traum-tica desde la ptica de la evidencia material46 Por supuesto, no menor fue el impacto

    39. Keppie 1983: 17 y 83; Ordez 1988: 46-47. Sobre las visitas del Princeps a la Pennsula, vid. Abascal 2006.

    40. En el momento de la fundacin , o bien no reciba todava el nombre de Augusta, o este cog-nomen era compartido con el de Pansiana, en honor al cnsul de 43 a.C. , Cayo Vibio Pansa, fallecido ese mismo ao a causa de las heridas sufridas en el transcurso de la batalla de Forum Gallorum. Esto lo sabemos gracias a una interesante inscripcin localizada en 1999 dentro de los lmites del temenos astigitano, dedicada a Lucio Caninio Pomptino, que fuera centurin y praepositus de la III cohorte de la Legio 11 Pansiana, as como augur y duovir (Fig. 3) . Se tratara probablemente de uno de los primeros pobladores de la colonia, de origen itlico a juzgar por su cognomen. Sez et al. 2001 b; ej. Saquete 2005, AE 2001 , 1204 = AE 2005 , 818, as como los comentarios de A. Canto en HEp 11 , 457 y HEp 14, 316.

    41. Idea apuntada por Saquete 2005: 90, a partir de una inscripcin monumental localizada en el estanque trasero del templo excavado en la Plaza de Espaa, que ira adosada al podium del mismo -Garca-Dils et al. 2007-, epgrafe que actualmente se encuentra en estudio dentro del marco del Pro-yecto de investigacin I+D+i [HAR2009-08823], bajo la direccin de S. Ordez.

    42. Cuestin de la que sera buen ejemplo la inscripcin de L. Caninio -vid. supra n. 40-. Tcito esboza una breve pero elocuente semblanza de cmo eran -idealmente- las fundaciones militares en la poca en la que realiz la deductio astigitana -Ann. 14.27- , mientras que el desigual reparto de tierras en estos casos es mencionado explcitamente por Higino Gromtico -De lim. const. l 76La- y Sculo Flaco-Decond. agr. 156.9-13La-. Cf Lpez Paz 1994: 167ssy 172 ss.; Saquete 2005.

    120

    43. Aunque, como se ha visto en las lneas precedentes, no fuera en absoluto ex nihilo. 44. S que hay continuidad en cuanto a presencia humana estable, tal como evidencian los reper-

    torios cermicos recuperados en las excavaciones realizadas en el cerro del Alczar y su entorno inme-diato. Sez et al. 2004: 24-27.

    45. Lo que descarta la existencia aqui de una dpolis, en la que conviviera la Astigi Vetus indgena con una hipottica Astigi Noua romana, como han sugerido algunos autores. Cf, por ejemplo, la opi-nin de Hbner en RE 2.1790 s. v. Astigi.

    46. Efectivamente, como se ver ms adelante, el urbanismo de la nueva colonia no respetar ni la red viaria precedente, ni la distribucin y orientacin de las edificaciones previas. Sin embargo, no hay evidencias de episodios violentos, como niveles de incendio, por lo que no sabemos lo que supuso esto desde el punto de vista humano. Sobre la cuestin de la incorporacin o no de la comunidad indgena en la nueva colonia y la posible naturaleza de su integracin, vid. Sez et al. 2008.

  • C O L O N I A A V G V S T A F I R M A A S T I G I ( C I J A . S E V I L L A ) . L A E S T R U C T U R A U R B A N A . . .

    q u e s e d e j s e n t i r e n e l t e r r i t o r i o . T o d a e l r e a s u r e s t e s e r c e n t u r i a d a

    4 7

    , y l a p e r t i c a

    c o l o n i a l a s t i g i t a n a s e p o b l a r i n t e n s i v a m e n t e : u i c i , u i l l a e , a l f a r e r a s , e t c .

    4 8

    E n l o q u e s e r e f i e r e a l u r b a n i s m o , l a s p r i m e r a s a c t u a c i o n e s c o n s t r u c t i v a s q u e s e

    r e a l i z a n e n e l s o l a r d e l a f u t u r a c o l o n i a A u g u s t a F i r m a s o n f i e l r e f l e j o d e l a n a t u r a l e z a

    d e l c o n t i n g e n t e p o b l a c i o n a l q u e p a r t i c i p a b a e n e s t a d e d u c t i o , u n c o l e c t i v o v e r t e b r a d o

    y o r g a n i z a d o d e v e t e r a n o s m i l i t a r e s d e o r i g e n i t l i c o

    4 9

    , c o n p r e s e n c i a d e e s p e c i a l i s t a s

    c u a l i f i c a d o s - c a n t e r o s , a g r i m e n s o r e s , i n g e n i e r o s - y , v e r o s m i l m e n t e , c o n u n a i m p o r -

    t a n t e f u e r z a d e t r a b a j o a s o c i a d a - t r o p a s a u x i l i a r e s , e s c l a v o s - . C o n s c i e n t e s d e l a e s c a s a

    c a l i d a d g e o t c n i c a d e l t e r r e n o e n e l q u e s e i n s t a l a b a l a c i u d a d , e n s u m a y o r p a r t e

    c o n f o r m a d o p o r r e l l e n o s a l u v i a l e s , y e l p r o b l e m a r e a l q u e c o n s t i t u a l a c o n f l u e n c i a

    d e d o s c u r s o s d e a g u a e n l a s i n m e d i a c i o n e s , l o s n u e v o s p o b l a d o r e s a c o m e t e n u n

    a m b i c i o s o p r o g r a m a d e c o n s t r u c c i n d e i n f r a e s t r u c t u r a s d e t o d o t i p o . A s , d e s p u s

    d e e s t a b l e c e r s e l a d e l i m i t a c i n d e l a f u t u r a c o l o n i a , s e a b o r d a r u n a m e j o r a y r e g u -

    l a r i z a c i n g e n e r a l d e l t e r r e n o a p o b l a r , r e b a j n d o s e y a t e r r a z n d o s e l a s z o n a s m s

    e l e v a d a s , s i t u a d a s e n e l c e r r o d e l A l c z a r y s u e n t o r n o

    5 0

    , a l a v e z q u e s e r e l l e n a n l a s

    r e a s m s d e p r i m i d a s , e n l a s q u e i n c l u s o s e c o n s t r u y e n i n f r a e s t r u c t u r a s s u b t e r r n e a s

    d e c o n t e n c i n d e t i e r r a s a g r a n e s c a l a

    5 1

    S i m u l t n e a m e n t e , s e e m p r e n d e l a c o n s t r u c -

    c i n d e l a s i n f r a e s t r u c t u r a s v i a r i a s , s a n e a m i e n t o y - c a b e e s p e r a r - d e l a m u r a l l a

    5 2

    L a

    m a g n i t u d d e l a s o b r a s a c o m e t i d a s p o d r a c o n s i d e r a r s e r a z n s u f i c i e n t e p a r a q u e l o s

    c o l o n o s o b v i a r a n p o r c o m p l e t o e l c o n d i c i o n a n t e q u e h u b i e r a s u p u e s t o e l r e s p e t a r l a s

    e d i f i c a c i o n e s y v i a r i o s i n d g e n a s p r e e x i s t e n t e s , p o r l o q u e s u e l i m i n a c i n p o d r a e x -

    p l i c a r s e p o r c u e s t i o n e s p u r a m e n t e p r c t i c a s , s i n n e c e s i d a d d e r e c u r r i r a l a e x i s t e n c i a

    d e a l g n t i p o d e p o e n a b e l l i

    5 3

    E s t e p r i m e r i m p u l s o c o l o n i z a d o r m a r c a r e l f u t u r o d e v e n i r u r b a n s t i c o d e l a

    c o l o n i a , h a s t a e l p u n t o d e p o d e r s e a f i r m a r q u e , e n l o t o c a n t e a l a s i n f r a e s t r u c t u r a s

    p r i n c i p a l e s , l o q u e n o s e h a g a a l o l a r g o d e l p r i m e r s i g l o d e e x i s t e n c i a d e l a c o l o n i a ,

    h a s t a p o c a f l a v i a , d e s p u s n o s e h a r e n e l f u t u r o

    5 4

    4 7 . S e z e t a l . 2 0 0 2 b .

    4 8 . S e z e t a l . e . p .

    4 9 . E s t e a s p e c t o , c o n s t a t a d o a m p l i a m e n t e e n e p i g r a f a , e s t e n c o n t r a n d o l t i m a m e n t e t a m b i n s u

    v e r i f i c a c i n a r q u e o l g i c a e n l o q u e s e r e f i e r e a l o s e s p a c i o s d o m s t i c o s a s t i g i t a n o s . V i d r e c i e n t e m e n t e

    G a r c a - D i l s e t a l . 2 0 0 9 : 5 3 9 - 5 4 2 y s u p r a n . 4 0 .

    5 0 . G a r c a - D i l s e t a l . 2 0 0 4 a .

    5 1 . U n b u e n e j e m p l o e n e s t e c a p t u l o l o c o n s t i t u y e n l a s i n f r a e s t r u c t u r a s q u e s e h a e x c a v a d o e n

    l a p l a z a d e E s p a a d e n t r o d e l r e c i n t o d e l t e m e n o s , d e s t i n a d a s a g a r a n t i z a r l a e s t a b i l i d a d d e l o s e d i f i c i o s

    t e m p l a r i o s a l l s i t u a d o s . G a r c a - D i l s e t a l . 2 0 0 7 : 8 5 .

    5 2 . N a d a s a b e m o s d e l a m u r a l l a d e l a c o l o n i a m s q u e p o r t e s t i m o n i o s i n d i r e c t o s , c o m o s e v e r

    e n e l a p a r t a d o q u e s i g u e .

    5 3 . U t i l i z a n d o l a c o n o c i d a y e l o c u e n t e e x p r e s i n c i c e r o n i a n a . C i c . V e r r . 2 . 3 . 1 2 .

    5 4 . C o m o s e v e r m s a d e l a n t e , p o r e j e m p l o , e n e l c a s o d e l a r e d d e s a n e a m i e n t o .

    1 2 1

  • 122

    SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    Fig. 3. Inscripcin de Lucio Caninio Pomptino. For. S. Garca-Dils

    LA MURALLA

    Del recinto amurallado de la colonia no slo no se ha conservado ningn tramo emergente, sino que ni siquiera se ha documentado arqueolgicamente ningn ves-tigio subyacente reconocible. Sin embargo, de su existencia e incluso de su aspecto existe un buen nmero de testimonios en las fuentes literarias rabes, relacionados sobre todo con la conquista de la Pennsula y la rebelin de

  • COLONIA A\IGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    piedra roja, cuyo espacio intermedio haba sido rellenado y nivelado, presentando el conjunto un bello y slido aspecco56. Ibn l:layyan confirma esta noticia, completa-da con algunos interesantes matices: "su primera muralla estaba fraguada entre dos mamparos, uno de roca blanca y otro de roca roja en que no haca mella el hierro, entre los cuales el relleno haba sido apisonado hasta lo alto con suma pericia''57 . En relacin con la solidez de su cerca, hay que recordar que, si se da crdito a la noticia recogida en el Fat~al-Andalus, cija resisti el asedio de Triq durante un mes58, sitio que Ibn al-Sabbat eleva a varios meses59 . Las descripciones conservadas sugieren que se trataba de una muralla constituida por un forro exterior de mampostera o sillera de caliza y calcarenita60, con un relleno interior masivo, posiblemente de tierra api-sonada61. Un paralelo cercano sera la muralla de colonia Patricia, de cerca de 1 O m de espesor, integrada por un muro exterior de sillares almohadillados, de 2 m, y otro interior, de alrededor de 1 m, con un relleno masivo de 6 m entre ambos -agger- de tierra y picadura de sillar62 .

    Sabemos tambin que dos siglos despus de la conquista rabe de cija, el recin-to amurallado segua en pie, pues se menciona su existencia en relacin con la cap-tura de la ciudad, alineada contra Crdoba del lado del rebelde 'Umar ibn l:lafyn, primero por parte de las tropas de 'Abd Allah, en mayo de 891 63, y despus por las de 'Abd al-Ral;iman III, en enero de 913. En esta ltima ocasin, la conquista supuso la demolicin de sus murallas hasta los cimientos, junto con el puente sobre el ro Genil64 , lo que explica, en principio, que no hayan llegado hasta nosotros vestigios de la cerca.

    56. Lvi-Provenc,:al 1938: 20. 57. Viguera y Corriente 198 1: 53. 58. Chalmera 1994: 147; Pendas 2002: 13- 15. 59. Triq puso sirio a cija durante unos meses, haciendo prisionero a su seor". Santiago

    1973: 45. 60. Rocas sras que se aj usraran a las descripciones de al-J:::limyarl e Ibn J:::layyan, como "piedra

    blanca" y "piedra roja" -ms bien, de ronalidad anaranjada- respecrivamente, mareriales profusamente urilizados en poca romana en la colonia y reutilizados en rodas los siglos posreriores. Carece de funda-mento la sugerencia de Valencia 1988: 323 n. 45, sobre que la de ronalidad roja co rrespondera a una muralla de ladrillo.

    61. Si el relleno interior no hubiese sido de tierra, sino de opus caementicium, por ejemplo, o "derrerido", como se ha sugerido - Hernndez Daz et al. 195 1: 211-, sera imposible que la cerca no hubiese dejado vesrigio alguno, roda vez que se rrara de un material no solamente duro, sino adems muy difcilmente reurilizable.

    62. Murillo y Jimnez 2002. 63. De acuerdo con los relatos de Ibn J:::layyn - G urieb 1950- e Ibn 'I9arl-Fernndez y Gonzlez

    1860: 238-, en 278 a. H ., tras la derrota infligida al ejrciro de Ibn I;Iafyn en la baralla de Poley (Aguilar de la Frontera) , el emir 'Abd Allah march sobre cija, acampando frente a la ciudad. Despus de una serie de escaramuzas, los ecijanos se rindieron, mosrrando al emir sus nios sobre las murallas mientras imploraban su perdn, que les ser concedido.

    64. Noricia bien conrrasrada, recogida por aurores como al-J:::!imyarl - Lvi-Proven c,:al 1938: 21-, lbn 'I9arl -Valencia 1988: 324- e Ibn J:::layyn -Viguera y Corriente 198 1: 52-53-. Sin embargo, esre

    123

  • SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    A falta de testimonios materiales del recinto amurallado romano, diferentes au-tores han planteado distintas propuestas sobre su trazado ms o menos fundamenta-das, remontndose la primera de ellas a F. Collantes de Tern, que entenda la cerca defensiva medieval como reconstruccin de la romana65 , extremo que las excavacio-nes arqueolgicas realizadas en aos sucesivos desmentirn categricamente.

    El planteamiento de F. Collantes de Tern ser matizado en primer lugar por A. Blanco y R. Corzo66, sobre la base de la aparicin extramuros de domus con mosaicos y la relativa lejana del anfiteatro del recinto amurallado medieval, proponindose una extensin mayor para la fundacin augustea, aunque sin precisar cunto. Ms adelante, despus de las excavaciones realizadas a partir de mediados de la dcada de 1980, l. Rodrguez presentar hasta tres propuestas diferentes sucesivas67, seguidas despus por otros autores68

    En el volumen urbano de la Carta Arqueolgica Municipal de cija no se pasar por alto la cuestin capital de la delimitacin de la colonia y su recinto amurallado, analizndose en el Sistema de Informacin Geogrfica desarrollado para su redaccin todo tipo de indicios indirectos, como la localizacin de los entornos domsticos, las calzadas y los espacios funerarios documentados. Estos testimonios materiales permi-tieron establecer una hiptesis razonablemente slida sobre el trazado de la muralla considerando que, en general, deba dejar fuera una corona perimetral de necrpolis, albergando en su interior calzadas y espacios domsticos69 En los aos siguientes, nuevos hallazgos permitieron completar la propuesta anterior, aunque evidenciando al mismo tiempo que se haca necesaria una revisin global.

    Al da de hoy, disponiendo de nuevas evidencias arqueolgicas y habiendo teni-do la ocasin de revisar en conjunto la informacin procedente de veinticinco aos

    ltimo autor menciona que las murallas "fueron echadas por tierra, pero conservando en su ciudadela el alczar para morada de gobernador y cades" -ibidem: 52-, extremo que por el momento no ha sido refrendado arqueolgicamente, a pesar de haberse realizado excavaciones en extensin en la plaza de armas del alczar de la ciudad. Garca-Dils 2003b; Garca-Dils et al. 2004a.

    65. Hernndez Daz et al. 1951 : 21 l. El recinto amurallado que conserva la ciudad contempo-rnea fue construido ya en la Baja Edad Media, posiblemente en poca almohade, con importantes transformaciones tras la conquista cristiana. Sez et al. 2002a; Garca-Dils 2003a; Garca-Dils et al. 2004a; Sez et al. 2004: 100-121 .

    66. Blanco y Corzo 1976: 144. 67. Tras unas notas preliminares en Rodrguez Temio y Nez 1985: 325, las tres propuestas,

    por orden cronolgico de su formulacin , se publicarn en Rodrguez Temio 1988: 106-107 (1986) , Rodrguez Temio 1991: 346 (1988) y Rodrguez Temio 1990: 619 (1990) .

    68. La hiptesis recogida en el Documento de aprobacin provisional del Plan Especial de cija de 1991 se inspirar en la publicada en Rodrguez Temio 1991 -Villanueva y Mendoza 1991 : plano 1-. Otra reconstruccin, que aparece en Srylow et al. 1998: 341, basada tambin en Rodrguez Temio 1991 , sorprende por su falta de rigor; sin entrar a considerar las cuestiones relativas al viario, baste indicar que la referencia al Norte es errnea y que el recinto propuesto como moenia urbis cija aetatis Almohadiemium (saec. XII) quae partim eis coloniae Augustae Firmae imposita videntur, no tiene nada que ver ni con la cerca medieval ni mucho menos con la romana.

    124

    69. En esta propuesta se planteaba un recinto de 78 ha. de extensin y 3219 m de permetro. Sez et al. 2004: 32-36.

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCrURA URBANA ...

    de excavaciones realizadas de forma sistemtica en la ciudad, estamos en condiciones de presentar una nueva hiptesis que, como novedad ms destacable, establece una notable reduccin de la extensin de la colonia propuesta con anterioridad. Para su formulacin, se han valorado dos premisas de partida ampliamente constatadas desde el punto de vista arqueolgico. En primer lugar, que la muralla medieval no se cimienta sobre una previa romana o, lo que es lo mismo, ambos recintos fortificados no coinciden. En segundo lugar, que no se ha documentado ni una sola estructura que pueda identificarse inequvocamente como perteneciente a los muri7 romanos71

    Ya que necesariamente hay que basarse en testimonios indirectos, la revisin de la propuesta del permetro amurallado de la ciudad romana se ha fundamentado en el anlisis preciso mediante S.I.G. de la ubicacin y orientacin de todas las infraes-tructuras y estructuras excavadas, adems de la consideracin de una variable quepa-rece haber pasado desapercibida hasta el momento. La muralla, si bien no ha dejado rastro como estructura, si se acepta que fue desmantelada hasta sus cimientos debi necesariamente dejar una huella notable en el terreno, una gran zanja que, presumi-blemente, sera posteriormente rellenada de detritos. Esto se ha podido constatar, por ejemplo, en el templo augusteo localizado en el ngulo suroriental de la Plaza de Espaa72 , del que en poca bajomedieval y moderna se desmantelar casi por comple-to su podio, construido de sillares de calcarenita, tanto en alzado como bajo rasante, hasta llegar a los niveles de base de la zanja de cimentacin. Hay que buscar, en suma, una gran negativa, que rodee las construcciones romanas que cumplan una serie de criterios que permitan caracterizarlas como situadas intramuros. Estos criterios, en lneas generales, seran los siguientes. Para las estructuras murarias, mantener una orientacin homognea; en lo que se refiere a los tramos viarios, adems de seguir dicha alineacin, contar con la pavimentacin habitual en la ciudad, consistente en losas poligonales irregulares de caliza sobre una cama de tongadas sucesivas de arena, gravilla y cantos rodados; en cuanto a las redes pblicas de saneamiento, que las ga-leras estn construidas con sillares de calcarenita con cubierta a dos aguas, siguiendo el patrn general en la ciudad, que se tratar ms adelante.

    Analizada la informacin disponible, solamente se adapta a la descripcin expuesta el foso del recinto defensivo medieval, lo que obliga a plantear una serie de reflexiones. Tras la eliminacin de la muralla, que no parece probable que fuera inicialmente "hasta los cimientos"73 , sta se convertira presumiblemente durante los siglos posteriores en una verdadera cantera para la ciudad, no solamente para la ob-tencin directa de piedra paca la construccin, sino como fuente de abastecimiento

    70. Cicern se refiere a las murallas como urbis muri. Cic. ND. 3.94. 7 1. Para el desarrollo complero de esra argumenracin, con las inrervenciones arqueolgicas co-

    rrespondienres, vid. Garca-Dils 2010. 72. Garca-Dils et al. 2007. 73. Evidenremenre, la destruccin de la muralla "hasra los cimienros" en 913 no deja de ser una

    impacranre imagen lireraria -urbs a fundamentis diruta, al decir de Livio, Liv. 26.13.16, 42.63.11, 42.67.9-, que no hay que aceprar lireralmenre.

    125

  • SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    para los hornos de produccin de cal74 . Ms adelante, ya en poca bajomedieval, cuando se abordara la construccin del nuevo recinto , se terminaran de desmantelar los restos que quedasen de la muralla romana, para ser reutilizados75 , aprovechndose la zanja de expolio como foso defensivo perimetral del nuevo recinto. Cabe pregun-tarse por qu no se recurre a los cimientos romanos que quedasen para levantar la nueva cerca encima de ellos, utilizando la excavacin de saqueo como fosa de cimen-tacin. La respuesta en este caso no es sencilla, y puede tener que ver con que la nueva muralla ser construida por entero en tapial, utilizando como materia prima bsica la tierra extrada de su propia zanja de cimentacin, que se reutiliza in situ76 En el caso del lmite sur de la ciudad medieval, que ser en este caso muy diferente del de la colonia, se establecer a partir de un ramal del arroyo de la Argamasilla, conocido en su tramo urbano tambin como del Matadero, que probablemente habra invadido parcialmente la ciudad tras el desmantelamiento de la muralla romana, atravesndola en lnea recta por las calles Cava y Merced, hasta desembocar en el Genil.

    En conclusin, de acuerdo con la nueva hiptesis, que concuerda en lneas ge-nerales con la de l. Rodrguez de 199077 , la ciudad intra moenia pasara a tener en torno a 56 ha., quedando extramuros toda una serie de espacios domsticos, entre los que destaca un rea de viviendas situado en torno a la uia Augusta a su salida por la puerta oeste de la colonia (Fig. 4). La extensin propuesta ahora para Astigi se situara as entre las 20 ha. establecidas por C. Carreras78, que consideraba que "la evidencia arqueolgica no sugiere que fuera una ciudad muy poblada"79, y las 78 ha. de la Carta Arqueolgica80

    126

    VIARIO

    El anlisis conjunto de los tramos de viario detectados permite, en primer lugar, confirmar la orientacin de la trama urbana propuesta en la Carta Arqueolgica, de 335,4 NG8 1, corroborndose adems que se adaptan escrupulosamente a este patrn

    74. Son sobradamente conocidas las buenas posibilidades de reutilizacin que ofrecen, en general, las rocas carbonatadas que, en el caso ecijano, son bsicamenre mrmol, caliza y calcaren ira. En el caso de esta ltima, roda vez que se trata de una piedra muy dcil, resulta fci l de trabajar y transformar tanto para obtener mampuestos como rido de calidad. En lo que se refiere al reaprovechamienro sistemtico de materiales constructivos, no hay que olvidar que las canteras ms cercanas a cija se localizan en romo a 1 O km del ncleo urbano.

    75. Lo que se hace parenre en la reutilizacin de si llera de caliza en la base de algunas torres , como la de la plaza de Armas o las albarranas si ras en la plaza de Coln o la plazuela de Quintana.

    76. Cuestin ampliamenre documentada en roda la ciudad. Sez et al. 2002a; Garca-Dils 2003a. 77 . Rodrguez Temio 1990: 6 16 y 6 19. 78 . Carreras l 996: 104. 79. fbidem: 1] 3. 80. Sez et al. 2004: 35. 8 1. Tomando como referencia el Norte Geogr fico. Dicho de otro modo, la trama adop-

    t como orienracin parrn la de 24,6 hac ia el Oeste. H ay que sealar que una carencia detectada

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIG/ (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA .. .

    ~.: ; ~ lt) C) ~zz ..

    ~ ~ ~ 1; u" .!! .. ~~ ;.l! ~~ u g. !! " e~ 'ii~ ~a .., ..

    i~

    Q 1 . f~ ~ ~ ~ a ., 1111

    ... ~ ...

    ~ .

    ~

    l .

    .::::. ~

    8

    ; : ~ ~ :I

    ; 1111 fl 11 .. . ~11111 ~ rr=J 1 ~ ..

    "' ;;

    r

    ..

    lf; ~-il . i

    u .

    . ..,~.'-- @ Fig. 4. Hipresis general de delimiracin y arr iculacin imerna de la colonia Augusta Firma

    127

  • SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    no solamente las calzadas documentadas, sino tambin las estructuras domsticas -muros de fachada e interiores-y espacios forenses. Esta orientacin es prcticamen-te idntica, por ejemplo, a la que se ha determinado en el foro de vora82

    En lo que se refiere al mdulo de la trama, fue posible realizar un avance sig-nificativo gracias a la excavacin arqueolgica en extensin de la plaza de Espaa, desarrollada intermitentemente durante una dcada, en la que se pudo analizar en profundidad un amplio sector de la ciudad romana, procesndose toda la planimetra en soporte S.I.G83. En la cuestin que nos ocupa, la aportacin ms relevante fue la documentacin de dos kardines consecutivos, denominados aqu 4 y 584, entre cuyos ejes mediaba una distancia significativa, 29,47 m, es decir, 100 pies romanos (p.r.). Como es bien sabido, la media aritmtica del pie romano utilizada habitualmente en la bibliografa al uso es la que fue establecida por Hultsch en 29,57 m85. Sin embargo, los estudios merrolgicos revelan importantes variaciones regionales en el conj unto del mundo romano86 La medida del pie astigitano, como se ver ms adelante, se ha establecido en 29,47 cm, longitud que adems coincide con la de la soga en el tipo de ladrillo romano ms habitual en cija. En el catastro de Bziers se ha podido determinar que las dimensiones del mdulo utilizado en la pertica son de 707,20 m, lo que implica el uso de un pes de 29,47 cm87.

    sistemticamente en informes y memorias de excavacin es la relacionada con la roma de daros relativos a la orientacin de las estructuras. En la mayora de los casos, no queda claro si el da ro recogido se refi ere al Norte Geogrfico o al Magntico, cuestin en absoluto balad, teniendo en cuenta que en el caso de cija la diferencia entre ambas referencias, es decir, la declinacin magntica, es de 2,400 O -para el 1 de enero de 2009-. En general , para desesperacin de los estudiosos de las tramas urbanas romanas de parrn ortogonal , cuando se emplea co mo referencia el Norte Magntico no se suele tener en cuenra que la declinacin magntica es una variable en constante cambio, a razn de O, 123 E anuales en el rea de cija, lo que implica una variacin de ms de 3 en los veinticinco aos (1984-2009) que se es t excavando sistemticamente en la ciudad. Esro supone una acumulacin constante de erro res e imprecisiones, que se hace notar especialmente cuando se quieren establecer comparaciones entre los reSL1ltados de excavaciones realizadas en distintos momentos alejados en el tiempo, con daros recogidos y procesados por distintos excavadores en diferentes ciudades. Sez et al. 2004: 27-32; Sez et al. 2005: 92-93. El dato numrico publicado en Garca-D ils y Ordez 2006: 8, Garca-Di ls y Ordez 2007: 278 y Garca-Dils 2009: 101 , de 337,9 NG, es errneo y se debe a una desgraciada errata que, lamen-tablemente, pas inadvertida en su momento, reproducindose en tres artculos que fueron redacrados simultneamente.

    82. En vora se constara una orientacin de de 335,6 NG, tal como se puede medir en la plani-metra publicada. Nnnerich-Asmus 1993: 306.

    83 . La excavacin se prolong desde 1997 hasta 2007, cubriendo una superficie rotal de 4086 m2. Garca-Di Is et al. 2007: 76 n. 1.

    84. Puede consultarse la numeracin asignada a los kardines y decumani conocidos en [Fig. 4). Sobre los criterios seguidos para es tablecer su trazado hipottico, vid. Garca-Dils 201 O.

    85. Hultsch 1862: 302. 86. Chouquer y Favory 2001 : 71-79. 87. Chouquer y Favory 1980: 36 n. 72.

    128

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA .. .

    Partiendo de esta medida, se verific en la plaza la siguiente distribucin espacial de Oeste a Este: una insula88 occidental, limitada al Este por una porticus de 1 O p.r. de anchura, que daba paso al kardo 4 (Fig. 5a), de 18,50 p.r. , al que suceda a su vez otra acera porticada de 10 p.r. A continuacin, tenamos una insula oriental, de 70 p.r. de anchura, limitada al Este por el kardo 5 - Maximus (Fig. 5b), de 20 p.r. de latitud, que a su vez constitua el lmite oriental de los espacios pblicos romanos excavados. A partir de estos datos, en la Carta Arqueolgica se propuso preliminarmente un m-dulo orientativo de 100 x 200 p.r. para el conjunto de la colonia89 que, a la vista de la reconstruccin propuesta en estas lneas, habra que matizar. Por un lado, est claro que la distancia que media entre los ejes de los kardines cuya existencia ha sido verifi-cada arqueolgicamente es de en torno a 100 p.r.90, distancia que se registra tambin entre cuatro de los decumani 91 Por otra parte, se puede afirmar que no se cubri con vas todos los ejes de la retcula terica, lo que se evidencia en que un buen nmero de las uiae analizadas no cruzaban por completo la ciudad, documentndose espacios pblicos y domsticos en su trayectoria. As, en conclusin, parece que se parti de un mdulo bsico de 100 x 100 p.r., aplicndose este patrn de forma intermitente en diferentes puntos de la ciudad, en funcin de condicionantes que, lgicamente, se nos escapan.

    En primera aproximacin, resulta evidente que la mayora de las uiae se con-centran al Norte de los espacios forenses, lo que plantea la cuestin de que podra deberse a que en el resto de la ciudad su pavimentacin no fuera de losas, sino de tierra apisonada, y no hayan sido reconocidas. Aunque tambin puede deberse a su expolio sistemtico a partir de la Edad Media.

    Desde el punto de vista morfolgico, todas las vas excavadas intra moenia siguen un esquema similar. Cuentan con una pavimentacin de losas poligonales irregulares de caliza micrtica, puntualmente de calcarenita92, con un canto comprendido entre 0,20 y 0,40 m, y unas dimensiones muy variables, que llegan hasta 1,50 x 0 ,70 m. Las losas asientan sobre una capa de entre O, 1 O y 0,40 m de arena y gravilla, funda-mentada a su vez sobre sucesivas tongadas de grava apisonada o calcarenita picada, de potencia variable dependiendo de la zona de la ciudad y de si debajo discurra

    88. Entendiendo este trmino en su acepcin de "espacio urbano, edificado o destinado a la edificacin, delimitado por calles por rodos sus lados". Para un anlisis exhaustivo relativo al campo semntico de nsula, vid. Srorey 2004.

    89. Sez et al. 2004: 28 . 90. Resulta interesante constatar que, si bien las orientaciones de kardines y decumani se man-

    tienen con regularidad en rodo el mbito localizado intra moenia, en cambio la distancia entre los ejes viarios presenta mayores divergencias, lo que lgicamente se debe a que con las tcnicas propias de la agrimensura romana resultaba ms viable medir con precisin los rumbos que las distancias horizonta-les. As, las distancias entre los ejes de los kardines estudiados vara entre 28 y 32 m.

    91. Los denominados aqu 5, 6, 7 y 8. Sin embargo, la distancia entre los ejes de los decumani 1 y 2 es de tan solo 19,88 m, lo que se aparra de la norma.

    92. La caliza de esros pavimentos es descrita en las diferentes publicaciones como "losas de Tarifa" o "piedra javaluna", mientras que la calcarenita suele aparecer como "arenisca" o "caliza amarillenta".

    129

  • 130

    SERGIO GARCA-D!LS DE LA VEGA

    Fig. 5. Tramos de viario detectados. (a) Kardo occidental de la plaza de Espaa [Fot. S. Garca-Dils]; (b) Kardo Maximus y peribolos del temenos (plaza de Espaa) [Fot. S. Garca-Dils] ; (c) Cruce de kardo y decumanus en calle Tello n2 [Fot. M. Buzn]; (d) Plazuela de

    Quintana n 3, 5 y 7 y calle Alonso [Fot. C. Romero]

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    una cloaca. Todas presentan un perfil convexo, destinado a dirigir las aguas pluviales a las cunetas, salvo el kardo 5 y los decumani 6 y 8, cuya superficie es totalmente horizontal.

    En lo que se refiere a la latitud de las uiae, hay que considerar por separado las que no cuentan con acerado y las que s lo tienen. Entre las primeras, la distancia de fachada a fachada de las edificaciones colindantes se encuentra entre 5,25 m (ca. 18 p.r.) , en el kardo 8, y 5,88 m (20 p.r.), en el kardo 5 -Maximus. En cuanto a las segundas, presentan aceras porticadas en los laterales el precitado kardo 4 -las dos de 2,95 m de anchura-y el decumanus 3-una documentada, de 2,05 m-, mientras que las del kardo 6 -ambas de 0,63 m- (Fig. 5d) y el decumanus 6 -de 1,43 y 1,08 m respectivamente- no estaban cubiertas. Si se incluyen las porticus dentro del cmputo de la anchura de la calle, la uia ms ancha que ha aparecido hasta el momento es el kardo 4 a su paso por la plaza de Espaa, con 11 ,34 m en total, de los que 5,45 m corresponden a la zona destinada al trfico rodado. Todos los acerados excavados estn pavimentados nicamente con tierra o calcarenita picada apisonada. No se ha registrado ni un solo ejemplo de aceras elevadas, del tipo que aparece en Pompeya, por ejemplo, lo que acaso sea un indicio de que la evacuacin de las aguas pluviales por la superficie de las calles estaba bien resuelta, no haciendo necesaria una separa-cin neta de cota entre las entradas de las casas y el viario93

    En lo que respecta a su cronologa, en los tramos viarios que se ha podido fechar se ha comprobado que la red viaria se traza en los primeros momentos de existencia de la cownia, en poca augustea, pavimentndose con losas de caliza a partir de mediados del siglo I d.C. Por citar un caso elocuente, se puede traer a colacin un cruce de calles excavado en la calle Tell o n2 [281] (Fig. Se), con un sillar marcando el encuentro de kardo 2 y decumanus 3, siguiendo el uso habitual en los deslindes trazados por los agrimensores. A partir del siglo III se hace patente la invasin progresiva del viario por la ampliacin de las viviendas colindantes, tal como se ha registrado en el kardo 5 y los decumani 3 y 8. Casos como stos estaban claramente contemplados en la legislacin romana conocida, incluso en fechas tan avanzadas como finales del siglo IV: Aedificia, quae uulgo parapessia nuncupantur, uel si qua afia opera moenibus uel publicis operibus sociata cohaerent, ut ex his incendium uel insidias uicinitas reformidet aut angustentur spa-tia platearum uel minuatur porticibus Latitudo, dirui ac prosterni praecipimus94. Sobre la pervivencia del viario, en distintos puntos de la ciudad se ha constatado que, en general, las calles romanas se mantienen en uso por lo menos hasta los inicios de la poca anda-lus, presentando reparaciones cada vez de peor calidad, realizadas con materiales muy heterogneos95, pero sin que su co ta aumente por falta de limpieza y mantenimiento96.

    93 . En Pompeya, aprovechando los desniveles topogrficos de la ciudad, gran parte de las aguas pluviales se eliminaban a travs de las puertas, utilizndose el viario como ramblas. Jansen 2000: 40.

    94. Cod. just. 8.11.1 4. Cf Liebeschuetz 2000: 59-60. 95. Como pueden ser ladrillo picado, grava o mortero de cal y arena. 96. Esre marco cronolgico en relacin a la construccin de las uiae hacia el cambio de Era y su

    manrenimienro hasta poca andalus ha sido verificado, por ejemplo, en la calle Merinos esquina a calle

    131

  • SERGIO GARCA- DILS D E LA VEGA

    SANEAMIENTO

    Es bien conocido por la investigacin arqueolgica el escaso inters que ha des-pertado hasta fechas muy recientes el estudio de las redes de saneamiento de la ciudad romana, fuera del mbito de las grandes capitales imperiales y de la propia Roma97. En este sentido, cija no ha sido una excepcin, lo que se ha manifestado en este captulo en que una abrumadora mayora de las excavaciones realizadas en las que se podra haber documentadas la red de cloacas, no han profundizado ms all de la cota de los tramos viarios detectados, bajo los cuales seguramente discurran canalizaciones.

    Resulta evidente que, en una ciudad como colonia Augusta Firma, donde todas las calles estudiadas arqueolgicamente contaban con pavimento ptreo98 , lo mismo que las extensas reas forenses99, y con una topografa que no facilitaba en absoluto la circulacin de las aguas pluviales100, la evacuacin de las mismas debi forzosamente constituir una cuestin capital. As, si se analiza la cuestin desde el punto de vista que plante G. Jansen en tres conocidas ciudades romanas de la pennsula itlica 10 1, analizando las caractersticas geolgicas del terreno y el gradiente del rea construida,

    Arquillo, en la cal le Fernando Labrada s. n., en la Plaza de Espaa, el pario norte de la Igles ia Mayo r de la Sanra C ruz [ 444], la plazuela de Giles y Rubio [289] o la calle Tell o n2 (28 1] . Garca-Dils 201 O.

    97. Vid. al respecto las diferentes aportaciones pre entadas en la ya clsica reunin celebrada en Roma en romo a las sordes urbis -Dupre y Remola 2000-, as como el artculo de sntes is obre las ciuda-des hispanas de Dupr y Remola 2002. La cuestin s ha merecido, en cambio, la arencin de los esru-diqsos en capirales como Augusta Emerita, por rrae r a colacin un ejemplo bien conocido - Hernndez Ramrez 1998; Acero 2004-. En la Carta A rqueolgica Municipal de cija se pre enr por primera vez una visin general sobre el es rado de la cuestin en la ciudad; Sez et al. 2004: 55-57. Vid. un estudio monogrfico recienre en Garda-Dils e.p.

    98. Lo que no implica en absoluto que no hubiera cal les con orro ripo de revestimiento, por ejemplo de rierra apisonada o cantos rodados. Sin embargo, si las hubo, o bien no han sido localizadas rodava, o bien no han sido reconocidas en las intervenciones arqueolgicas llevadas a cabo.

    99. El fo ro de la colonia, donde se ha derecrado su pavimentacin de grandes losas cuadrangulares de caliza en rodas las intervenciones real izadas, se extenda en una superficie de 18.925 m2 -en Garca-Dils y O rdez 2006: 28 se public la medida de 17.677 m2, que se corrige ahora despus de revisarse la ubicacin del lmite norte del forum-. No se incluye en esre clculo el temenos -Garca-Dils et al. 2007-, parcialmente ajardinado, ni orras reas pblicas derecradas de delimitacin ms problemtica - Buzn 2009-.

    100. Para poca romana, la mxima diferencia decora derectada en la colonia es de 10,93 m entre el punro ms a.lro, situado en los pavimentos musivos de la Plaza de Armas del Alczar de la ciudad (002], a 107,54 m s.n .m. -Garca-Dils 2003b; Garca-Dils et al. 2004a-, y la salida del Deettmanus Maximus en direccin a Corduba, ya ex tramuros, frente al puente sobre el ro Genil , en la plazuela de Giles y Rubio (289], a 96,61 m s. n.m. - Romero eta!. 2003a: 376-378-. En general, en el ncleo central de la colonia, la co ra de uso romana y rardoantigua en espacios pblicos y privados se esrablece en romo a 100,00 m s. n.m. , por lo que el des nivel se reducira hasra poco ms de rres merros, en una distancia lineal de unos quinientos hasta el curso fluvial , lo que supone una pendiente del 0,6%. Fuera de la co-lonia, se regisrran niveles de vertedero asociados a la orilla del ro Genil enrre las coras 94,80 y 95,50 m s. n.m. en la avenida Dr. Fleming n33-35 y calle La Puente (24 1] - Rodrguez Rodrguez et al. 2003- . A la hora de considerar la topografa urbana de cija, no hay que olvidar que se encuentra instalada en el fondo de una depres in, rodeada de colinas que vierten sus aguas hacia la ciudad.

    1O1. Pompeya, Herculano y Ostia. Jansen 2000.

    - , ___ 1~3_2

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI (CIJA, SEVlLLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    cija sera una tpica poblacin con reducida absorcin superficial de las aguas102 y escasas pendientes, lo que la equiparara en este sentido a Ostia103 . De este modo, por ejemplo, tanto en una como en otra se verifica que todos los vertidos de aguas se realizan al subsuelo, y no a la superficie de las calles, de manera que stas tengan que evacuar solamente las procedentes de precipitaciones.

    A tenor de la evidencia arqueolgica disponible, se puede afirmar que en toda la colonia, a lo largo de las pocas romana y tardoantigua, el vertido de aguas sucias se realiz mediante atarjeas al exterior de las viviendas y edificios pblicos, ya sea a cloacas o a la subbase de grava de las calles. Conviene insistir en este interesante aspecto, relevante sobre todo a la hora de es tudiar continuidades y rupturas de los usos urbansticos, ya que en toda la ciudad no se ha excavado hasta el momento ni un solo pozo negro en el interior de viviendas o reas pblicas de esta cronologa104 En este sentido podran establecerse tambin paralelos con Ostia, donde el cercano nivel fretico del Tiber no haca viable la construccin de pozos negros eficientes 105, a lo que se aadira tambin que el abastecimiento principal de agua potable de la ciudad desde poca romana hasta prcticamente la Contempornea ha sido mediante pozos, aprovechando precisamente esa cercana de las aguas subterrneas. Precisamente por eso llama la atencin el notable contraste que se establece en esta cuestin a partir de la poca andalus y hasta mediados del siglo XX, dilatado perodo en el que se constata arqueolgicamente todo lo contrario: todos los vertidos de aguas sucias, tanto pblicos como privados, se realizan a pozos ciegos, de ladrillo o mampostera, situados a escasos metros de los de abastecimiento.

    Salvo en el caso particular del foro colonial y su canal perimetral, todo el sa-neamiento est vinculado al viario, discurriendo la prctica totalidad de las cloacae documentadas bajo los ejes centrales de algunas de las vas 106, ya sean kardines o decumani, de manera que se puede afirmar que, si bien no todas las vas disponen de cloaca, todas las cloacae estn cubiertas por uiae. La mayora de las canalizaciones excavadas estn asociadas a decumani y, en las que se ha podido comprobar este dato, se ha determinado que el vertido se realizaba hacia el Este, en direccin al ro Genil.

    Segn la bien conocida noticia recogida por Frontino 107, el agua sobrante de las fuentes poda ser conducida a las cloacae para mantenerlas limpias. En Astigi se

    102. Las exrensas reas pavimencadas y el susrraro geolgico de cija, compuesto por rellenos aluviales del ro Genil y con el nivel frerico muy cercano, suponan imporranres dificultades para la absorcin superficial de las aguas pluviales, por no hablar de la eliminacin de las res iduales.

    103. En esta ciudad el desnivel encre los pu neos ms airo y ms bajo es de ran solo 2,5 m. Jansen 2000: 47.

    104. En Pompeya, por ejem plo, de las dosciencas terrinas esrudiadas, ran solo dos veran a pozos negros. Jansen 2000: 38.

    105. Jansen 2000: 45. 106. Salvo en el decumanttS 3 en la calle Tello n2 [28 1). Jimnez H ernndez et al. 2004. 107 . Caducam neminem uolo ducere nisi qui meo beneficio aut priorum principum habent. Nam

    necesse est ex castel/is aliquam partem aquae effluere, cum hoc pertineat non solttm ad urbis nostrae salubri-tatem, sed etiam ad utilitatem cloacarum abluendarum. Fronc. Aquaed. 111 .

    133

  • 134

    SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    Fig. 6. Infraestructuras hidrulicas. (a) Puteus de la calle Galindo n1 [Fot. J. Muoz]; (b) Fuente monumental de la calle Cava n29 [Fot. C. Romero]; (c) Fistula de la calle Estudio n3 [Fot. S. Garca-Dils]; (d) Cloaca del patio norte de la iglesia de Santa Cruz [Fot. S.

    Garca-Dils] ; (e) Cloaca y decumanus de la plaza de Espaa [Fot. S. Garca-Dils]

    constata que no solamente vierten a estas canalizaciones las atarjeas con aguas sucias, sino tambin fuentes y estanques monumentales, lo que se atestigua por ejemplo en el estanque del templo de la plaza de Espaa, cuya atarjea de desage vierte directa-mente a la cloaca del decumanus 8 18

    En lo que se refiere a la morfologa de las cloacae excavadas, todas siguen un mis-mo patrn, construidas enteramente con sillares de calcarenita unidos en seco, tanto en la base como en los laterales y la cubierta, esta ltima invariablemente conformada por losas enfrentadas dispuestas a la capuccina. Solamente se han detectado registros de acceso, todos de planta cuadrada, en las excavaciones en las que se ha podido

    108. Garca-Dils et al. 2007: 86-90.

  • C O L O N I A A V G V S T A F I R M A A S T I G I ( C I J A , S E V I L L A ) . L A E S T R U C T U R A U R B A N A . . .

    e s t u d i a r l a s c a n a l i z a c i o n e s e n u n a m a y o r l o n g i t u d , c o m o s o n e l p a t i o n o r t e d e l a

    I g l e s i a M a y o r d e l a S a n c a C r u z [ 4 4 4 ] ( F i g . 6 d ) y l a p l a z a d e E s p a a [ 2 7 2 ] . E s t a l t i -

    m a c l o a c a p r e s e n t a b a u n c u i d a d o s o d i s e o , r e f o r z a d a c o n u n a s e r i e d e c o n t r a f u e r t e s

    l a t e r a l e s d e o p u s c a e m e n t i c i u m q u e g a r a n t i z a b a n l a e s t a b i l i d a d d e l a s e d i f i c a c i o n e s

    c o l i n d a n t e s , u n a d e e l l a s e l p e r i b o l o s d e l t e m e n o s

    1 0 9

    ( F i g . 6 e ) .

    E n a l g u n o s c a s o s s e h a o b s e r v a d o q u e l o s v e r t i d o s d o m s t i c o s s e r e a l i z a b a n a

    p e q u e a s a r q u e t a s , c o n s t r u i d a s e n l a d r i l l o , s i t u a d a s b a j o l a s c a l l e s . E s t a c i r c u n s t a n c i a

    s e p u d o e s t u d i a r c o n d e t e n i m i e n t o e n e l k a r d o 4 e n l a p l a z a d e E s p a a [ 2 7 2 ) , d o n d e

    e l v e r t i d o c o n t i n u a d o d e a g u a s e n l a s g r a v a s d e s u s u b b a s e p r o d u j o e l a s i e n t o d e l a s

    m i s m a s y , a c a u s a d e e l l o , c o l a p s o s p u n t u a l e s d e l a s l o s a s d e l a c a l z a d a y p r o b l e m a s

    d e e s t a b i l i d a d e n l a s f a c h a d a s d e l a s v i v i e n d a s q u e f l a n q u e a b a n l a v a y e n l o s p i l a r e s

    d e s u a c e r a p o r t i c a d a , l o q u e h i z o n e c e s a r i a s c o n s t a n t e s r e p a r a c i o n e s ( F i g . 5 a ) . A

    p e s a r d e e l l o , n u n c a s e l l e g a c o n s t r u i r a q u u n a c l o a c a p a r a c a n a l i z a r e s t a s a g u a s

    p r o b l e m t i c a s .

    P a r a t e r m i n a r , p o r a p o r t a r u n a s n o t a s c r o n o l g i c a s g e n e r a l e s , l a r e d d e c l o a c a s

    - p o r l o m e n o s e n l o s t r a m o s c o n o c i d o s h a s t a e l m o m e n t o - s e c o n s t r u y e a p a r t i r d e

    l a p o c a f u n d a c i o n a l , h a c i a e l c a m b i o d e E r a , h a s t a p o c a f l a v i a , j u n t o c o n l a t r a m a

    v i a r i a d e l a c o l o n i a . E s t a s c a n a l i z a c i o n e s p b l i c a s s i g u e n e n f u n c i o n a m i e n t o

    1 1 0

    h a s t a

    l a s p o s t r i m e r a s d e l a T a r d o a n c i g e d a d , p u d i n d o s e d e s t a c a r c o m o c a s o e x c e p c i o n a l

    e l d e l a i g l e s i a d e l a S a n c a C r u z [ 4 4 4 ) , d o n d e l a c l o a c a s e i n t e g r a e n l a s i n s t a l a c i o n e s

    d e l a m e z q u i t a , m a n t e n i n d o s e s u l i m p i e z a d u r a n t e t o d a l a p o c a a n d a l u s , p a r a s e r

    a m o r t i z a d a s l o t r a s l a c o n q u i s t a c r i s t i a n a d e l a c i u d a d y l a c o n s t r u c c i n d e l a n u e v a

    i g l e s i a m a y o r . N o p u e d e e m p l e a r s e e n e l c a s o a s t i g i t a n o , p o r t a n t o , e l t e n d e n c i o s o

    t r m i n o " r e u t i l i z a c i n " , s i n o q u e h a y q u e h a b l a r e n c a m b i o d e " c o n t i n u i d a d " a b s o -

    l u t a e n e l u s o d e e s t a s i n f r a e s t r u c t u r a s u r b a n a s a l o l a r g o d e l a p o c a t a r d o a n t i g u a .

    A B A S T E C I M I E N T O

    E n l o q u e s e r e f i e r e a l a b a s t e c i m i e n t o p b l i c o d e a g u a d e l a c i u d a d , l a s i n f r a e s -

    t r u c t u r a s h i d r u l i c a s e s t u d i a d a s p e r m i t e n h a c e r s e u n a i d e a d e s u f u n c i o n a m i e n t o a

    g r a n d e s r a s g o s . E s t c l a r o q u e e l p r i n c i p a l a p o r t e d e a g u a d e l a c o l o n i a e r a n l a s p o c o

    p r o f u n d a s a g u a s f r e t i c a s , a l a s q u e s e t e n a f c i l a c c e s o m e d i a n t e p o z o s q u e , c o n t o d a

    s e g u r i d a d , c o n s t i t u a n l a p r i n c i p a l f u e n t e d e a b a s t e c i m i e n t o . E n d i f e r e n t e s i n t e r v e n -

    c i o n e s a r q u e o l g i c a s s e h a p o d i d o d o c u m e n t a r e s t o s p u t e i t a n t o e n e s p a c i o s p b l i c o s

    c o m o p r i v a d o s . D e l o s p r i m e r o s , c o n t a m o s c o n d o s n o t a b l e s e j e m p l o s , c o m o s o n

    l o s p o z o s d e s i l l a r e s r e g i s t r a d o s e n l a s c a l l e s G a l i n d o n 1 [ 0 7 5 ] ( F i g . 6 a ) y M r m o l e s

    n 1 1 [ 1 8 2 ]

    1 1 1

    , a m b o s s i t u a d o s e n e s p a c i o s f o r e n s e s .

    1 0 9 . G a r c a - D i l s e t a l . 2 0 0 7 : 7 9 - 8 0 .

    1 1 0 . E s d e c i r , s e s i g u e n r e a l i z a n d o v e r t i d o s a l a s m i s m a s , l o q u e n o i m p l i c a e n a b s o l u t o q u e l a s

    c l o a c a s r e c i b a n u n m a n t e n i m i e n t o c o n s t a n t e .

    1 1 1 . L o s d o s p o w s e s t n c o n s t r u i d o s c o n s i l l a r e s d e c a l c a r e n i t a , c o n u n a s m e d i d a s m x i m a s d e

    0 , 7 7 x 0 , 5 5 x 0 , 2 9 m . S u s d i m e n s i o n e s i n t e r i o r e s t a m b i n s o n i d n t i c a s , d e 1 , 7 7 x 0 , 8 8 m , e s d e c i r ,

    1 3 5

  • SERGIO GARCA-DILS DE LA VEGA

    Como es habitual a la hora de analizar la evidencia arqueolgica, tan relevantes son las infraestructuras localizadas como la llamativa ausencia de otras. ste es el caso en relacin con las cisternae y otros contenedores de almacenamiento de agua, de los que tan solo se ha documentado un posible ejemplo, situado en el cerro del Alczar, en la calle Torcal n17 [158] . Se trata en este caso de una estructura cerrada de opus caementicium, cubierta por una bveda de can y dividida interiormente en tres compartimentos que, por su posicin elevada podra ser un punto de almacenaje y distribucin de agua112.

    La ausencia de estructuras destinadas especficamente al almacenamiento y dis-tribucin de agua contrasta llamativamente con la entidad y relativa abundancia de contenedores hidrulicos destinados nicamente a uso ornamental que, en el caso de los espacios pblicos, tienen verdadero carcter monumental. Se pueden caracterizar como decorativos por situarse en las cotas bajas de la ciudad, en los espacios foren-ses o su entorno inmediato, a nivel de viario, y con una nica salida con acometida directa a la red de saneamiento. Pueden destacarse en este apartado la fuente docu-mentada en la calle Cava n29 [270] 11 3 (Fig. 6b) y el estanque trasero del templo de la plaza de Espaa [272) 114

    Presumiblemente, fuentes y estanques deban contar con un abastecimiento re-gular de agua, para lo que necesariamente deba existir por lo menos un acueducto. Por desgracia, al da de hoy seguimos sin tener evidencias arqueolgicas directas de su existencia, aunque la presencia generalizada de Jistulae de plomo de diferentes ca-libres constituye un importante argumento a favor. En este captulo, el ejemplo ms significativo es la.fistula plumbea localizada en la calle Estudio n 3 [145] (Fig. 6c), en la que se puede leer la inscripcin "c(olonorum) c(oloniae) Aug(ustae) Fir(mae) ex ojfi(cina) Aur(eli) Cari" 11 5, texto que, junto a su calibre 11 6 y su ubicacin, bajo uno de los kardines, evidencia su carcter pblico. Contamos con ms ejemplos de este tipo

    6 x 3 p.r. El segundo de ellos codava se encuentra en servicio, merced a sucesivos recrecidos de fbrica de ladrillo de cronologas medieval y moderna, que permiten acceder a l desde la cota contempornea.

    112. Desgraciadamente, no contamos con una documentacin ms completa sobre esta estruc-tura, ms all de exmenes visuales superficiales. Hernndez Daz et al. 1951 : 72; Rodrguez Temio 1988: 114; Villanueva y Mendoza 1991: 57-58. Probablemente se trate de la misma cisterna menciona-da en una interesante carta que forma parte de los fondos de la Comisin de Antigedades de Sevilla, con la sigla CAISE/9/3940/ 15, relativa a la excavacin de una infraestructura de este tipo en 1820.

    113. La estructura slo pudo documentarse parcialmente, ya que se prolongaba bajo la medianera este del solar en el que se excav. El Banco occidental de la fuente, nico que se pudo descubrir comple-tamente, meda 11 ,73 m. Romero et al. 2003b.

    114. Garca-Dils et al. 2007. 115. CIL II2/5, 11 77 = CILA 11.3, 811=AE1984, 513. Chic y Martnez 1984. La inscripcin,

    de 3 x 28 cm, se repite en ambos Bancos. Un examen detenido de la pieza permite proponer la lectura alternativa ... ex offi(cina) M(arci) Aur(eli) Cari, con un nexo triple MAV.

    136

    116. La fistula. tiene 42 cm de longitud, con un dimetro interno de 9,2 x 12 cm y externo de 10,2 x 14 cm. Est realizada con una lmina de plomo, de entre 4 y 8 mm de grosor, de 39 cm de aleo por 42 cm de ancho.

  • COLONIA AVGVSTA FIRMA ASTIGI(CIJA, SEVILLA). LA ESTRUCTURA URBANA ...

    de conducciones de plomo bajo el viario, como en la calle Puente junto a la plazuela de Giles y Rubio [149] 11 7 o la calle Espritu Santo a barrera de Oate [026] 118, a los que se une un buen nmero de tuberas de plomo localizadas dentro de los espacios domsticos.

    BIBLIOGRAFA ABASCAL PALAZN, J. M. (2006): "Los tres viajes de Augusto a Hispania y su relacin

    con la promocin jurdica de ciudades". Iberia 9, 63-78. ACERO PREZ, ]. (2004): "La gestin de los residuos lquidos en Augusta Emerita: fuentes

    documentales y bibliogrficas para su estudio", Excavaciones Arqueolgicas en Mrida 2004, Memor