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Gaudí y la arquitectura orgánica

La mejor maestraLa Naturaleza en las artesLa Naturaleza en las artes

■ El dragón del Park Güell es el soporte de una fuente y representa al guardián de las aguas subterráneas.Foto: Xavier Gómez Roig. Cover.

La mejor maestra

ntonio Gaudí supo observar y apren-der del entorno natural que le rodea-ba. Los árboles y el mar Mediterráneo,las montañas, las flores y los animalesfueron una importante fuente de ins-piración tanto en la decoración comoen las estructuras de sus edificios. Lasreferencias botánicas y animales quepueblan sus obras forman parte de un“crescendo” creativo que culminarácon sus trabajos de madurez —La Ca-sa Batlló, la Casa Milá, La Cripta de laColonia Güell, la Sagrada Familia...—,en los que consiguió una identificaciónperfecta entre arquitectura y naturale-za. Alejado de los postulados histori-cistas y eclécticos de sus primerosaños, Gaudí se adelantó a su tiempoal conseguir una verdadera arquitec-tura orgánica. Como él mismo afirma-ba, “todo sale del gran libro de la Na-turaleza, esta naturaleza que siemprees mi maestra”.

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Texto: Ma del Mar Merino

Durante este año 2002, se celebra el AñoInternacional Gaudí, al conmemorarse el 150aniversario del nacimiento del genial arquitecto.Exposiciones, conferencias, congresos, rutasturísticas por los emblemáticos espaciosgaudinianos..., una excelente oportunidad paradisfrutar de su excepcional legado arquitectónico.Es un medio para conocer mejor a este artistaoriginal y único que traspasó los límites delModernismo con una obra mucho más expresivay simbólica, inspirada directamente en loselementos de la Naturaleza.

■ Pasear por el Park Güell y recorrer sus innumerables recovecos ayuda a penetrar en el mundo imaginativo de Gaudí. Foto: J. Caballero.

A

LAS APORTACIONES DE GAUDÍ

El sistema constructivo de Gaudí sebasaba en una sencilla observacióndel entorno natural en el que en-contraba estructuras funcionalmenteperfectas y formas decorativas degran belleza estética. Concluyó quelas geometrías de la naturaleza sebasaban en muchos casos en su-perficies torcidas, es decir, curvasen el espacio pero compuestas del íneas rectas que se pueden en-contrar con gran frecuencia en lasplantas, los seres vivos y en lasmontañas. Por supuesto, todasesas formas naturales eran policro-madas, de colores brillantes y va-riados. En la Casa Batlló y en La Pe-drera no existe la línea recta, comoen la naturaleza. En la Sagrada Fa-milia la nave central se sostiene so-bre estructuras arborescentes yaque Gaud í sol ía comparar las co-lumnas con los árboles y los capi-teles con hojas. En La Pedrera, unode sus edificios más orgánicos, qui-so convencer a los residentes pa-ra que llenaran los balcones deplantas enredaderas, que dieran lasensación de un edificio vivo, inte-grado por partes independientes ypalpitantes: un organismo.

Cuenta Joan Bassegoda Nonell, di-rector de la Cátedra Gaudí de Barce-lona, que el maestro aprendió a amarla naturaleza desde su infancia. Naci-do en 1852 en Reus (Tarragona), enel seno de una familia de artesanoscaldereros, sufrió desde niño fiebrereumática, pasando largas tempora-das en una pequeña casa de campode la cercana Riudoms. Esta situaciónle permitía pasar horas contemplan-do las formas naturales bajo la luz delpaisaje del campo de Tarragona: elMediterráneo, las montañas, los bos-ques y las extensas llanuras tarraco-nenses. Gaudí aprendió a contemplarla naturaleza sin prejuicios, de una for-ma “ingenua y al mismo tiempo inte-ligente”.

Basándose en la teoría de la geome-tría reglada, su gran aportación arqui-tectónica, definió cuatro superficiesdistintas —helicoide, hiperboloide, co-noide y paraboloide hiperbólico—, to-das ellas extraídas de la naturaleza ytrasladadas por el genio de Gaudí a laarquitectura.

Bassegoda Nonell explica que el heli-coide es la forma del tronco del euca-lipto y Gaudí lo utilizó en las columnastorsas del Colegio Teresiano. El hiper-

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Los árboles, lasmontañas, las

flores, losanimales y el mar

Mediterráneo,fueron

importantesfuentes de

inspiración paraGaudí

Dentro de las actividades programadas con motivo del Año Internacional Gaudí, el Ayuntamiento de Barcelona ha organizadouna serie de rutas arquitectónicas por la ciudad y sus alrededores para conocer el legado de este genial artista. Hay una seriede visitas excepcionales: las casas Vicens, Calvet, Batlló y Bellesguard y el Colegio de las Teresianas abren sus puertas al públi-

co por primera vez y sólo durante el año Gaudí.

La ruta incluye un paseo por las azoteas más famosas creadas por la imaginación desbordante del arquitecto: las del Palau Güell yla Casa Batlló, con sus mágicas chimeneas cubiertas de trencadís multicolor o el tejado practicable de la Casa Milá (1906- 1910),jardín de piedra repleto de chimeneas y elementos de ventilación convertidos en formas dinámicas y fantasmagóricas. Las líneas ondu-lantes de su fachada, que ha sido comparada con una inmensa formación geológica o con el suave oleaje del Mediterráneo, tienencontinuación en su interior, repleto de detalles aún más sorprendentes. Paredes curvas, cielos rasos sinuosos, molduras y pavimentoscon motivos vegetales y acuáticos..., todo un universo orgánico diseñado íntegramente por Gaudí en una obra de arquitectura total,donde no existe la línea recta.

Por primera vez el visitante podrá acceder al interior de la Casa Batlló (1904-1907), conocida desde siempre por los catalanes comola Casa de los Huesos, por las columnas de piedra curvilíneas en forma de fémur que jalonan las ventanas exteriores. Pero si sor-prendente es su fachada, con columnas inferiores que semejan los pies de un elefante, inquietantes balcones en formas de máscaras yuna azotea de cerámica vidriada que recuerda la cola de un dragón mitológico, los espacios interiores nos fascinarán. El tratamientode la luz, las formas sinuosas, los suaves colores y todos los detalles del diseño: barandillas, puertas ventanas, tiradores, que nos sumer-gen en un sueño o en la atmósfera de un cuento infantil. Estamos ante el mejor trabajo de interiorismo de Gaudí materializado en elpiso principal -ahora visitable- . Llama la atención la ebanistería y los famosos muebles orgánicos o los techos sinuosos del comedor,que forman un audaz remolino terminado en una lámpara y que da la sensación de que lo estuviésemos viendo desde el interior delagua.

EL LEGADO DE GAUDI

boloide es la forma del fémur y Gaudílo usó en las columnas de la SagradaFamilia. El paraboloide hiperbólico esla forma que adoptan los tendones en-tre los dedos de una mano y el maes-tro lo introdujo por primera vez en lahistoria en las bóvedas de la Cripta dela Colonia Güell. Combinaba sabia-mente su dominio de la geometría y loscálculos matemáticos con métodos in-tuitivos y elementales que aplicó a su

arquitectura y le permitían lograr for-mas equilibradas muy parecidas a lasque brinda la Naturaleza. En cierta oca-sión se le preguntó cuál era su tratadode arquitectura favorito y mirando ha-cia la ventana de su taller respondió:“ Ese árbol que crece ahí fuera, ése esmi mejor libro de arquitectura”.

LOS COLORES DE LA VIDA

Para Antonio Gaudí, la ornamentacióntanto en la arquitectura como en el di-seño era pieza clave en el proceso cre-ativo. Afirmaba que el color es la se-ñal de la vida, por eso toda su arqui-tectura es íntegramente cromática. Sus14 trabajos más significativos –la ma-yor parte levantados en Barcelona–ponen de manifiesto que al innovadorlenguaje constructivo añadió una au-daz imaginación plástica, un universodecorativo riquísimo y complejo, re-pleto de simbología en sus más míni-mos detalles. Para decorar sus edifi-cios Gaudí exploró al máximo las téc-nicas tradicionales: los trabajos deforja, el uso del ladrillo, los revesti-mientos cerámicos, la ebanistería... Eloriginal uso de estas técnicas ances-trales es lo que otorga a las obras deGaudí su especial dimensión plástica.Ese lenguaje gaudiniano que rebosacolor, texturas, formas ondulantes yconstantes referencias al mundo ve-getal y animal.

Gaudí fue además un ecologista: reci-claba azulejos, trozos de cerámica, va-jillas, vidrio, etc, con los que recubríaluego sus edificios. Así implantó unode sus sistemas decorativos más inte-resantes, el trencadís, hoy convertidoen bandera y símbolo del Modernismo.

Son innumerables las ocasiones en queGaudí incorporó elementos vegetalesen sus edificios y proyectos. En la Ca-sa Vicens (1883-1888), obra primerizade estilo orientalizante, utilizó por pri-mera vez los girasoles cerámicos co-mo elemento decorativo. Mucho se hahablado del especial significado quetenía esta planta para el arquitecto—símbolo del alma— que volvió a apli-carla en el Capricho de Comillas (San-tander), palacete cántabro en el quetodas sus paredes exteriores aparecencubiertas con este motivo.

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■ El Park Güell expresa magníficamente laoriginal percepción que tenía el maestrode la naturaleza y su voluntad deexpresarla en arquitectura.Foto: J. Caballero.

Numerosas reproducciones florales ja-lonan los pabellones de entrada de laFinca Güell en Pedralbes (l883), unade las emblemáticas construccionesque Gaudí levantó para su mecenas yamigo Eusebi Güell. Rosas y clavelespintados en los muros del picadero yun elemento muy singular, la famosaentrada del dragón, uno de los mejo-res trabajos de forja del arte catalán.Representa a Ladón, bestia mítica ala-da y encadenada, guardián de las Hes-pérides. Sobre él, en un pilar de ladri-llo, encontramos el bello naranjo deantimonio, que Gaudí simbolizó, porsu combinación con el dragón, con elundécimo trabajo de Hércules en suviaje al jardín de las Hespérides.

En la Casa Calvet (1898-1904) pode-mos encontrar un gran repertorio deespecies vegetales en su rica facha-da escultórica. Salta a la vista el granciprés, símbolo de la hospitalidad, lascornucopias repletas de uvas y otrasfrutas, las ramas de olivo como señalde paz. Lo más curioso son las gran-des reproducciones de setas comes-tibles del campo catalán, inmortaliza-das en honor del propietario, PedroCalvet, que era micólogo.

Pero la representación más importan-te de elementos vegetales en piedra es-tá en la fachada del Nacimiento de laSagrada Familia, un gigantesco friso es-cultural donde se reproducen con ab-soluta fidelidad hasta 80 especies ve-getales de Cataluña y Tierra Santa. Oli-

vos, laureles, almendros, cerezos, azu-cenas o gladiolos conviven con cabe-zas de toro, erizos de mar, reptiles, sa-lamandras, caracolas o algas marinas,en una copia exacta de la naturaleza.

EL BESTIARIO GAUDINIANO

El catálogo de animales que aparecenen la decoración de los edificios de Gau-dí es tan amplio que bastaría para de-finir un “bestiario gaudiniano”. Pelícanos,palomas, tortugas, camellos y tambiénserpientes, salamandras, lagartos y dra-gones. En muchos de ellos se ha que-

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El catálogo deanimales que

aparecen en ladecoración de losedificios de Gaudíes tan amplio que

bastaría paradefinir un “bestiario

gaudiano”

Por estar situada en las afueras de la ciudad, concretamente en Santa Coloma deCervelló, la cripta de la inacabada iglesia de la Colonia Güell (1898-1917) esuna de las obras del genial arquitecto menos visitadas, cuando en realidad se

trata de un monumento mundial, el trabajo favorito de Gaudí y uno de los más tras-cendentales de toda su arquitectura. En la Cripta materializó sus experimentos estruc-turales que luego aplicaría en la construcción de la Sagrada Familia.Las soluciones plásticas de esta pequeña iglesia, su cromatismo, sus novedosas formas,con esa bóveda nervada de ladrillo sostenida por columnas inclinadas de basalto queimitan la estructura del tronco de los pinos no dejarán indiferente al visitante. Esta-mos ante un espacio sobrecogedor y de gran poder evocador, que además está cargadode detalles decorativos “densos como árboles”, en palabras de Gijs van Hensbergen,biógrafo de Gaudí. Símbolos tan enigmáticos como las gigantescas caracolas marinasrebosantes de agua bendita, los vitrales de mariposa con alas-ventanas abatibles, lossignos alfa y omega de la entrada, las cruces de San José o los numerosos peces de azu-lejos reflectantes realizados en trencadís que conforman una verdadera fantasía cro-mática llena de significado.

LA CRIPTA DE LA IGLESIA DE LA COLONIA GÜELL

■ Para decorar sus edificios Gaudí exploróal máximo las técnicas tradicionales comopor ejemplo los trabajos de forja. CasaMilá.Foto: J. Caballero.

rido ver una simbología masónica puesexisten teorías de que el maestro, a pe-sar de su catolicismo extremo, estuvoconectado con esa sociedad secreta.Curiosamente el Park Güell (1900-1914),proyecto de ciudad-jardín en las afue-ras de Barcelona y el trabajo más pai-sajístico del artista, concentra muchosde estos animales de características mí-ticas y gran simbolismo.

En la escalinata central colocó Gaudílas esculturas en brillante trencadís detres bestias fabulosas: la serpiente,la salamandra y el dragón. En estaocasión, además de ser el soporte deuna fuente, el dragón es Pitón, el guar-dián de las aguas subterráneas. En elPark Güell, Gaudí explotó al máximolas posibilidades decorativas del tren-cadís. Esto queda patente en otro ele-mento prodigioso: el famoso banco on-dulante sobre la plaza circular, que hasuscitado todo tipo de leyendas. Seafirma que Gaudí y su audaz colabo-

rador Josep María Jujol, introdujeronentre sus piezas mensajes esotéricosy extrañas pistas en clave. Lo cierto esque el banco multicolor es un gigan-tesco rompecabezas donde podemosdescubrir centenares de imágenes; hayconchas y mariposas, calamares, es-trellas fugaces, constelaciones cre-cientes, medusas, lunas, estrellas y flo-res abstractas..., un verdadero micro-cosmos gaudiniano entre naif y místico.Pasear por el Park Güell y recorrer susinnumerables recovecos nos ayuda apenetrar en el mundo imaginativo deGaudí. Esta obra, vinculada al paisajey que transmite una gran alegría de vi-vir, expresa magníficamente la originalpercepción que tenía el maestro de lanaturaleza y su voluntad de transfor-marla en arquitectura. Una arquitectu-ra que, como afirma el profesor Bas-segoda i Nonell, “buscó las solucionesdirectamente en la naturaleza y por ellono cansa nunca, y sigue gustando tan-to hoy como hace un siglo”. ■

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El lenguajegaudiano rebosa

color, texturas,formas ondulantes

y constantesreferencias al

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■ Gaudí decoraba sus edificios con azulejosy trozos de cerámica, técnica denominada“trencadis”.Foto: Cristina Canoel. Cover.