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GDS Working Paper 2015-4
Actividades generadoras de ingresos y distribución de la riqueza
material
Eduardo A. Undurraga1,2 y Ricardo A. Godoy1
1Heller School, Brandeis University, Waltham, MA, Estados Unidos de Norteamérica 2 Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas, Pontificia Universidad Católica de
Chile, Santiago de Chile
[Una versión revisada de este capítulo ha sido publicada como: Undurraga, E. A. and R. A. Godoy (2015). Actividades generadoras de ingresos y distribución de la riqueza material. Cambio Global, Cambio Local. La Sociedad Tsimane’ ante la Globalización. V. Reyes-García and T. Huanca. Barcelona, Spain, Icaria, Institut Catala d’ Antropologia: 177-202.]
Key words: Globalization, Bolivia, Amazon, indigenous
Center for Global Development and Sustainability
The GDS Working Paper series seeks to share the findings of the Center’s ongoing research in order to contribute to a global dialogue on critical issues in development. The findings may be preliminary and subject to revision as research continues. The analysis and findings in the papers are those of the author(s) and do not necessarily represent the views of the Center for Global Development and Sustainability, the Heller School for Social Policy and Management or those of Brandeis University.
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
1
Capítulo VI
Actividades generadoras de ingresos y distribución de la riqueza
material
Eduardo A. Undurraga1,2
y Ricardo A. Godoy1
[Una versión revisada de este capítulo ha sido publicada como:
Undurraga, E. A. and R. A. Godoy (2015). Actividades generadoras de ingresos y distribución
de la riqueza material. Cambio Global, Cambio Local. La Sociedad Tsimane’ ante la
Globalización. V. Reyes-García and T. Huanca. Barcelona, Spain, Icaria, Institut Catala d’
Antropologia: 177-202.]
1Heller School, Brandeis University, Waltham, MA, Estados Unidos de Norteamérica
2 Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas, Pontificia Universidad Católica de
Chile, Santiago de Chile
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
2
Resumen
Si bien la integración de los Tsimane’ al mercado ha ido en aumento en las últimas
décadas, éstos siguen siendo un pueblo económicamente autosuficiente. La economía Tsimane’
tiene un marcado carácter estacional y se caracteriza por actividades económicas de subsistencia,
como la caza y la horticultura, limitados ingresos monetarios y una baja acumulación de bienes
materiales. Hay poca evidencia del uso formal de ahorros, cuyo rol estaría suplido por normas
sociales y relaciones de reciprocidad. Los Tsimane’ interactúan frecuentemente con
comerciantes no-Tsimane’ que visitan sus territorios para la compra o trueque de productos
agrícolas, animales, o recursos forestales, y la venta productos como herramientas metálicas o
insumos de cocina como aceite y azúcar. Los comerciantes son también la principal fuente de
crédito en el territorio. Además del comercio, los Tsimane’ obtienen ingresos por medio de
trabajo asalariado, mayoritariamente temporal y masculino, y asociado positivamente también a
los años de educación y a habilidades como las matemáticas y el castellano. La importancia
relativa de los distintos tipos de actividad económica varía según la ubicación geográfica y
conectividad de las comunidades, y el trueque es más predominante en comunidades
relativamente aisladas de centros urbanos. A pesar de una significativa variación en los ingresos
monetarios de los Tsimane’, la distribución por hogar de la riqueza es bastante igualitaria, lo que
se explica probablemente por los vínculos de parentesco y las normas sociales de los Tsimane’.
La riqueza, medida como la suma de bienes de mercado, locales, y en animales domésticos,
aumentó progresivamente en las comunidades Tsimane’ entre 2002 y 2007. En este capítulo
examinamos las características de las principales actividades de generación y distribución de la
riqueza material entre los Tsimane’.
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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6.1.- Introducción
El nivel de integración de los Tsimane’ a la economía de mercado ha aumentado
progresivamente durante las últimas décadas, aunque sigue siendo menor que el de otros pueblos
recolectores y horticultores (Henrich et al. 2010). Como hemos visto en los capítulos 4 y 5, la
economía Tsimane’ está caracterizada por actividades de subsistencia, con estaciones de trabajo
marcadas, relativamente pocos ingresos monetarios – adquiridos por medio de la venta de
productos agrícolas y forestales, y del trabajo remunerado principalmente estacional. La
economía Tsimane’, además, se caracteriza por un bajo nivel de acumulación de bienes
materiales (Masferrer-Dodas, Rico-Garcia, Huanca, & Reyes-García 2012). El aumento de la
actividad económica en la región ha ampliado las oportunidades de ingreso económico para los
Tsimane’, aunque de manera diferencial: los estudios disponibles sugieren que aquellos
Tsimane’ con mayores niveles de escolaridad tienen mejores oportunidades de obtener ingresos
monetarios y acumular riqueza (Godoy, Karlan, Rabindran, & Huanca 2005; Godoy, Reyes-
Garcia, Seyfried, et al. 2007; Undurraga et al. 2013). Una mayor integración al mercado aumenta
las posibilidades de acumular riquezas, si bien la sociedad Tsimane’ –relativamente autárquica,
endogámica, y caracterizada por vínculos de parentesco y normas de reciprocidad– ha mantenido
una baja desigualdad económica. En este capítulo examinamos las principales actividades
generadoras de ingreso de los Tsimane’ y su relación con otras variables económicas incluyendo
ingresos monetarios, ahorro, educación, y distribución de la riqueza.
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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6.2.- El mercado laboral
6.2.1.- Contexto: integración al mercado y ahorros
Los Tsimane’ son un pueblo económicamente auto-suficiente. En un estudio comparativo
de 15 sociedades recolectoras y horticultoras de distintos lugares del mundo (Henrich, et al.
2010), los Tsimane’ fueron uno de los grupos que mostraron menor exposición al mercado, con
apenas un 7% del consumo de calorías de los hogares adquirido en el mercado. Analizando el
consumo por hogar durante 5 trimestres consecutivos en 1999-2000, Godoy et al. (2004)
encontraron que el valor de los bienes comprados en el mercado representa menos del 3% del
consumo total del hogar, y que apenas el 2% de los bienes del hogar fueron adquiridos fuera de
la comunidad. Como en la mayoría de las sociedades, existe una importante variación en la
actitud de los Tsimane’ frente a los foráneos y frente al mercado. Algunos hogares se han
establecido en las cercanías de pueblos como San Borja o Yucumo, o en caminos madereros
como el del aserradero Fátima, mientras que otros hogares se han mudado a lugares más aislados
en búsqueda de mejores condiciones de caza y disponibilidad de recursos naturales (Godoy et al.
2005) (ver Capítulo 1). En un estudio reciente en 87 comunidades Tsimane’ (Reyes-García et al.
2012), dos tercios de los adultos reportó haber visto al menos una persona no-Tsimane’ – como
comerciantes, colonos, misioneros, o trabajadores del gobierno– entrando en su comunidades
durante los 30 días previos a la entrevista, y un tercio de los hogares reportó haber entablado
alguna transacción comercial con estas personas.
Tenemos poca evidencia de la existencia de ahorros formales entre los Tsimane’. En un
estudio reciente (Undurraga, Zycherman, Yiu, TAPS Bolivia Study Team, & Godoy 2013), los
autores analizaron cambios en la acumulación de productos agrícolas (arroz, maíz), forestales
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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(yuca, plátano), y animales domésticos comestibles (pollos, cerdos), y no encontraron cambios
anuales significativos que indiquen la acumulación de productos. La ausencia de ahorros
posiblemente se debe a la existencia de factores ambientales (calor, humedad, depredadores
naturales) y socioeconómicos (bajo ingreso monetario, alta impulsividad) que desincentivan el
ahorro entre los Tsimane’, así como a la existencia de una serie de normas sociales que pueden
limitar o reemplazar la función de estabilización del consumo futuro que desempeña el ahorro,
como los frecuentes intercambios de productos, regalos, sustracción y préstamo de bienes,
normas de propiedad privada relativamente laxas – particularmente con bienes producidos por
los Tsimane’ como canoas o morteros –, y relaciones de reciprocidad.
La incertidumbre respecto del consumo futuro – uno de los principales motivos del
ahorro en sociedades industrializadas – es posiblemente reemplazada por otro tipo de
instituciones vigentes entre los Tsimane’. Por ejemplo, una práctica común es que los ancianos
sean cuidados por sus parientes cercanos. Al hacerse mayores, los Tsimane’ gradualmente dejan
las actividades de subsistencia más demandantes físicamente, como la caza o actividades
agrícolas intensivas (Gurven, Kaplan, & Gutierrez 2006) y son cuidados por sus parientes
cercanos. Los ancianos son respetados por sus conocimientos tradicionales y reciben títulos
honorarios cuando se los menciona en público (Schniter 2009).
Es posible que el aumento del ingreso mediante la realización de trabajos remunerados en
estancias ganaderas y agrícolas o en aserraderos y mediante los programas de transferencia de
ingresos monetarios – como pensiones para adultos mayores (Bono Dignidad), mujeres
embarazadas y madres recientes (Bono Juana Azurduy), y de incentivos para asistencia a la
escuela (Bono Juancito Pinto) – ocasionen un aumento de la acumulación de bienes y
posiblemente del ahorro entre los Tsimane’. Estas tendencias económicas sugieren que, al igual
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que ha ocurrido en otros grupos (Testart 1982), entre los Tsimane’ también podría haber cambios
de mediano plazo en las normas sociales y las actitudes respecto a sus pares, la comunidad, y la
acumulación de bienes de uso personal. Por ejemplo, un estudio reciente (Godoy, Reyes-Garcia,
Huanca, et al. 2007) sugiere que los Tsimane’ con mayores ingresos monetarios destinan una
mayor proporción de sus gastos a artículos considerados de lujo – aquellos artículos que son
prevalentes entre los que tienen mejor situación económica – típicamente relacionados con
estatus, herramientas, y transporte.
Como se discutió en el Capítulo 2, la región del Beni tiene una época seca y una época
húmeda o lluviosa, por lo que el trabajo entre los Tsimane’ tiene un importante componente
estacional. Las actividades agrícolas y de recolección se intensifican durante la última parte de la
estación húmeda y la primera parte de la estación seca, cuando muchos frutos del bosque
maduran, y los animales suben de peso. Durante la estación seca, los peces migran río arriba – lo
que facilita el uso de veneno y redes en la pesca –, y los Tsimane’ preparan los campos para la
siembra hacia fines de la temporada seca. Durante la temporada seca se producen también la
mayor parte de los contratos laborales temporales en las haciendas ganaderas y agrícolas y en los
aserraderos forestales, aunque estas actividades son cada vez más comunes durante la temporada
lluviosa (Zycherman 2013). Debido a que la mayor parte de nuestras investigaciones se han
hecho durante la temporada seca – el período más intenso laboralmente – las estimaciones de
ingresos monetarios por trabajo laboral que presentamos en este capítulo posiblemente estén en
el rango superior de ingresos de los Tsimane’.
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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6.2.2.- Salarios, ventas, y trueque
Aunque la actividad agrícola es un indicador confiable de los ingresos y consumo de los
hogares Tsimane’ (Behrman et al. 2011; Vadez, Reyes-Garcia, Huanca, & Leonard 2008) (ver
también Capítulo 5), otras fuentes de ingresos han adquirido mayor importancia en las últimas
décadas. En la actualidad, la mayoría de los hogares Tsimane’ recibe algún tipo de ingreso
monetario durante el año, ya sea a través de trabajo asalariado temporal (o permanente en
algunos casos), o a través de la venta y trueque de productos agrícolas, de animales, y de
productos del bosque (Godoy, Reyes-Garcia, et al. 2005; Reyes-Garcia 2001). La importancia
relativa de las diferentes fuentes de ingresos monetarios varía considerablemente entre
comunidades, principalmente porque el comercio y el trabajo asalariado parcialmente dependen
de la ubicación geográfica y de la conectividad de la comunidad con los mercados locales. La
mayoría de los Tsimane’ usan ingresos monetarios para adquirir productos en el mercado, como
ropa, herramientas metálicas, o insumos de cocina como aceite o azúcar.
La Figura 6.1 muestra la proporción de personas adultas en las 13 comunidades incluidas
en la encuesta panel (2002-2007) que declararon haber percibido algún tipo de ingreso
proveniente de ventas, trueque, o salario durante las dos semanas previas a la encuesta.3 Aunque
hay variación interanual, la Figura 6.1 sugiere que la mayoría de los Tsimane’ ha percibido algún
tipo de ingresos monetarios durante los años de estudio. En promedio, un 69% de los adultos
(80% hombres y 57% mujeres) declara haber tenido alguna fuente de ingresos durante las dos
semanas previas a la encuesta (temporada seca). La diferencia promedio entre el porcentaje de
3 Si bien el trueque no corresponde estrictamente a ingreso monetario, lo incluimos en esta medida debido
a que, en general, es utilizado para obtener bienes de mercado que no producen los Tsimane’.
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hombres y mujeres que declararon haber tenido ingresos es de aproximadamente 18%. Si bien la
Figura 6.1 muestra ingresos monetarios agregados, la mayor parte de estos ingresos corresponde
a la venta de productos forestales o agrícolas. Por ejemplo, en las 13 comunidades Tsimane’
estudiadas, entre 2002 y 2007, el 43% de los adultos (41% mujeres, 45% hombres) reportó haber
obtenido algún tipo de ingreso monetario proveniente de ventas de productos durante las dos
semanas previas a la encuesta. El trabajo asalariado constituye una proporción significativa de
los ingresos totales, aunque éste sigue siendo principalmente temporal, esporádico, y
predominantemente masculino. Un 24% de los adultos reportó haber recibido algún tipo de
salario o jornal en las dos semanas previas a la encuesta, lo que corresponde a un 45% de los
hombres y apenas un 3% de las mujeres adultas (13 comunidades, 2002-2007).4 Finalmente, el
31% de los adultos declara haber hecho algún tipo de trueque (30% mujeres, 33% hombres) en la
dos semanas previas a la encuesta.
INSERTAR FIGURA 6.1
La Figura 6.2 muestra la proporción de personas adultas que declararon haber percibido
algún tipo de ingreso (por ventas, trueque, o salario), según rango de edad.5 Proporcionalmente,
los hombres Tsimane’ de entre 21 y 50 años reciben ingresos más a menudo que las personas en
otras categorías de edad. Es posible que esto se explique porque la mayor parte de las actividades
generadoras de ingreso en la zona requieren mucho esfuerzo físico. Las mujeres muestran un
4 Estos números posiblemente se encuentran en el rango superior de ingresos para los Tsimane’, puesto
que para estimar estos porcentajes se consideró sólo a aquellos adultos que reportaron ingresos ≥0, no se
consideró observaciones omitidas, y como se dijo antes, las encuestas fueron realizadas durante la
temporada con mayor actividad económica. En el año 2004 se ve una considerable disminución relativa
de la porción de adultos que declara haber percibido algún tipo de ingresos en las dos semanas previas a
la entrevista, lo que se ve reflejado también en la Figura 6.4. Desafortunadamente no tenemos suficientes
datos para explicar esta caída en los ingresos declarados para ese año de manera convincente.
5 Se considera el promedio para los seis años de la encuesta panel.
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Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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patrón similar, sin embargo, la mayor proporción de mujeres que declararon percibir ingresos
son aquellas entre 31 y 60 años de edad. La mayor actividad laboral en ese rango de edad
posiblemente esté relacionado con el ciclo vital de las mujeres Tsimane’ –mientras son jóvenes
dedican más tiempo al cuidado de niños pequeños– ya que las actividades generadoras de
ingresos más comunes entre las mujeres Tsimane’ pueden extenderse durante más años que las
de los hombres.
INSERTAR FIGURA 6.2
Una proporción significativa del ingreso de las mujeres Tsimane’ proviene de tejer hojas
de palma (jatata), la que se utiliza, por ejemplo, trenzado en paños para hacer techos de cubierta
vegetal (Montoya-Vargas 2002; ver también Capítulo 2). A diferencia del trabajo agrícola o en
un aserradero, el tejido de hojas de palma no requiere tanto esfuerzo físico y puede extenderse
hasta una edad avanzada. La fabricación de productos elaborados a partir de hojas de chuchío
(shipnay tuboj) es también una importante fuente de ingreso para las mujeres –especialmente en
comunidades cercanas a los pueblos –porque su comercialización se mantiene durante todo el
año, y en particular durante las fiestas patronales del pueblo. Otro producto forestal importante
comercialmente es la perea, el fruto del árbol de balsa. La perea se cosecha a en septiembre y
octubre y es vendida por arrobas para hacer colchones.
La Figura 6.3 muestra el promedio de ingreso monetario per cápita en las dos semanas
previas a la encuesta (2002-2007) para las 13 comunidades incluidas en el estudio.6 La mayor
parte de los ingresos monetarios proviene de la venta de productos del bosque, principalmente de
6 Los valores nominales de ingresos fueron ajustados por inflación usando el IPC de Bolivia y se
muestran en bolivianos de 1990 (Bs 1990). Los deflactores utilizados son (base 1990): 2002=222.23,
2003=231.50, 2004=257.70, 2005=240.37; 2006=254.71; 2007=263.08 (UDAPE 2010).
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Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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madera, aunque también existe comercio de productos agrícolas como el arroz, yuca, o maíz.
Otra fuente de ingresos son las remuneraciones (salario o jornal) por el trabajo con agricultores
o ganaderos de la zona, y, en menor medida, con misioneros, Organizaciones No
Gubernamentales (ONGs), o como profesores de escuela (Godoy, Reyes-Garcia, et al. 2005;
Reyes-Garcia 2001). La Figura 6.3 muestra una variación significativa en la importancia relativa
de las distintas fuentes de ingreso en cada comunidad. Por ejemplo, para las comunidades de
Arenales o Alta Gracia, los ingresos por venta de productos son, en promedio, los más
importantes. Estas dos comunidades son también las que tienen mayor área deforestada por
hogar, lo que sugiere un mayor nivel de actividad agrícola comercial. Otras comunidades con
una menor área deforestada, como Santa María y San José de Yaranda (Yaranda), tienen
menores ingresos por venta y en el mismo orden de magnitud que los ingresos provenientes del
trueque. En todas las comunidades el trabajo asalariado es relativamente significativo, siendo
San Antonio y Puerto Yucumo las comunidades en las que se detectaron los mayores ingresos de
este tipo. La mayoría de los entrevistados de San Antonio salen a trabajar a las estancias, aunque
hay Tsimane’ que trabajan en otras instituciones con base en San Borja. En Puerto Yucumo hay
varios profesores, aunque una parte importante de los ingresos corresponden a la venta de jatata,
que durante los años en los que se recogieron los datos estaba incentivada por una ONG que
financia su acopio.
INSERTAR FIGURA 6.3
El trueque es común entre los Tsimane’, aunque es más predominante en las
comunidades más aisladas de los centros urbanos. Por ejemplo, el trueque con paños de jatata es
más común en las comunidades Tsimane’ aguas arriba del río Maniquí, donde la especie tiene su
hábitat natural. La demanda de esta palma se extiende a las comunidades de río abajo, pueblos
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cercanos, como San Borja o Yucumo, e incluso a otras partes de Bolivia. Ocasional, pero
regularmente, comerciantes visitan las comunidades Tsimane’ para intercambiar productos que
no son producidos por los Tsimane’, como cuchillos, anzuelos, o azúcar, por paños de jatata u
otros bienes. Estos comerciantes son también una fuente informal de préstamos (Godoy, Reyes-
Garcia, et al. 2005), ya que ofrecen dinero o bienes en su camino aguas arriba del río, a cambio
de la entrega de jatata (u otros productos) a su vuelta aguas abajo tras unos días, semanas, o
inclusive meses. Sin embargo, la proporción de adultos que tiene deudas con comerciantes ha
disminuido del 41% en 2002 al 29% en 2007 en las 13 comunidades del estudio (rango: 29%-
42%). Si bien se podría esperar que la deuda con comerciantes aumentase a medida que los
Tsimane’ participan más activamente del mercado, los datos sugieren que la probabilidad de
tener deudas con comerciantes ha disminuido en promedio 2.8% anual, posiblemente debido a
que los Tsimane’ adquieren bienes directamente en los pueblos aledaños (San Borja, Puerto
Yucumo) y dependen menos del comercio ambulante.
La Figura 6.4 muestra la evolución del ingreso per cápita promedio en las dos semanas
previas a la encuesta para todas las comunidades incluidas en nuestro estudio. El gráfico sugiere
un aumento progresivo en los ingresos correspondientes a salario o jornal entre los años 2002 y
2006 y muestra una disminución relativa para el año 2007, que también coincide con una
disminución del ingreso total promedio. Los ingresos por ventas también muestran en promedio
una tendencia ascendente, con un significativo aumento en el año 2005. La contribución
promedio del trueque en el ingreso anual se ha mantenido relativamente estable.
INSERTAR FIGURA 6.4
Cambio Global, Cambio Local
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6.3.-Educación e ingresos
Existe una clara relación entre los años de educación formal completados y el ingreso
promedio declarado por una persona (Figura 6.5). Undurraga y coautores (2013) examinaron la
relación entre habilidades matemáticas, medidas mediante un ejercicio simple de 4 operaciones
matemáticas (suma, resta, multiplicación, y división), y una serie de indicadores económicos,
considerando todos los adultos de 40 comunidades Tsimane’ entre los años 2008 y 2009. Sus
resultados sugieren que las habilidades matemáticas están relacionadas con un incremento
significativo en la riqueza en bienes adquiridos en el mercado (herramientas metálicas), y en la
riqueza total de los hogares. Otras sociedades de recolectores y horticultores de las tierras bajas
en Bolivia también presentan un retorno significativo a la inversión en capital humano. Un
estudio de Godoy et al.(2005), que incluía adultos Tsimane’, Yuracaré, Mojeño, y Chiquitano,
sugiere que cada año adicional de escolaridad se traduce, en promedio, en ingresos y sueldos 5%
y 6% más altos, respectivamente. El estudio sugiere también que los adultos que dominan las 4
operaciones matemáticas tienen ingresos monetarios 14% más altos que aquellos que no las
dominan.
INSERTAR FIGURA 6.5
La capacidad de comunicarse en castellano, desarrollada en la escuela o fuera de ella,
también afecta los ingresos de los Tsimane’. En efecto, un estudio (Godoy, Reyes-Garcia,
Seyfried, et al. 2007) sugiere que los adultos Tsimane’ que hablan castellano con fluidez ganan
en promedio 37-47% más que aquellos que sólo hablan Tsimane’. Esta estimación está en el
rango superior del retorno a hablar la lengua dominante en países industrializados y es mayor
que la estimación de Chiswick, Patrinos, &Hurst (2000) para personas bilingües en español y
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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alguna lengua indígena en el mercado laboral urbano de Bolivia. La mayor parte de los
empleadores no hablan la lengua Tsimane’, y por lo tanto prefiere a trabajadores que hablan
castellano, lo que genera incentivos económicos para aprender el idioma (Saidi, Behrman,
Undurraga, & Godoy 2012).
6.4.-Riqueza
En sociedades pequeñas y relativamente autárquicas, como la Tsimane’, las medidas de
ingreso económico presentan una serie de limitaciones (Deaton 1997; Plattner 1989), incluyendo
la dificultad de separar ingresos de consumo, de asignar un valor económico al trabajo no
remunerado o a bienes no comercializados, y la influencia de normas de reciprocidad y las redes
de parentesco, que hacen que el marco económico clásico de análisis de transacciones de
mercado no sea necesariamente apropiado. Una parte significativa de las interacciones
comerciales (trabajo, ventas, trueques) son realizadas entre parientes y no con personas
anónimas. Muchos bienes, en particular los producidos localmente, como canoas o morteros,
están disponibles para ser usados por otros sin consulta previa. Sin bien las medidas individuales
o a nivel de hogar de estos bienes dan una idea aproximada de las condiciones materiales de vida
de un individuo, no necesariamente son indicadores de riqueza, puesto que el individuo tiene
derechos informales a los bienes de otras personas, incluso fuera de su hogar. Aunque existe una
repartición del espacio por grupo familiar (con límites laxos), hay una serie de recursos forestales
disponibles y que podrían eventualmente traducirse en ingreso a través de la venta, o de su
consumo directo, incluyendo la madera, los frutos silvestres, los animales, o la jatata. A pesar de
que no podemos medir muchas de estas variables, las medidas de riqueza e ingresos que
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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capturamos en las encuestas nos permite una medida concreta y comparable en el tiempo –
aunque limitada– de las condiciones materiales de un hogar en un determinado momento.
Considerando las limitaciones descritas, en esta sección analizaremos la composición y
evolución de la riqueza en las 13 comunidades Tsimane’ que son parte del estudio TAPS.
Analizar la riqueza de los hogares otorga una perspectiva de largo plazo en cuanto a las
dinámicas de acumulación de riqueza, y, a diferencia de las medidas de ingreso, engloba a todos
los adultos Tsimane’ ya que todos poseen al menos algún tipo de activo tangible, mientras que
no todos reciben ingresos monetarios.
Definimos tres tipos de riqueza en base a la posesión de tres tipos de activos tangibles –
animales domésticos (animal), productos fabricados con materiales locales (local), y productos
no tradicionales adquiridos en el mercado (mercado). Para estimar el valor de cada uno se sumó
el valor monetario de los activos de cada grupo que pertenecen a un determinado hogar. El valor
monetario corresponde al precio de venta del activo reportado en las comunidades, ajustado por
inflación.
La riqueza animal se refiere a la propiedad de animales domésticos relativamente
comunes entre las comunidades Tsimane’: pollos, patos, cerdos, y vacunos. Los animales
domésticos constituyen parte de la riqueza porque a veces son consumidos por el hogar y
ocasionalmente son intercambiados o vendidos. La riqueza local es la suma de cinco activos
producidos en las comunidades Tsimane’ y que son esenciales para su existencia: canoas, arcos,
tacús (morteros), bolsones, y batanes (plataformas de material dura para moler). Finalmente, la
riqueza de mercado se refiere a la suma de 13 activos que deben ser adquiridos mediante
transacciones en los poblados de la zona, ya que no son producidos por los Tsimane’: redes de
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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pesca, anzuelos, escopetas, rifles, machetes, hachas, cuchillos, mosquiteros, radios, relojes, ollas,
bicicletas, y molinos. Los bienes incluidos en las distintas categorías fueron definidos mediante
trabajo etnográfico (Huanca 2008; Reyes-Garcia 2001) y permiten caracterizar diferencias de
riqueza entre todos los hogares de la muestra. Por ejemplo, hasta los hogares más pobres tienen
animales pequeños como pollos, arcos y flechas, y anzuelos. Pero un hogar más rico
probablemente también tiene animales domésticos más grandes, como vacunos o cerdos, así
como artículos de caza más caros, como un rifle o escopeta.
La Figura 6.6 muestra la evolución de la riqueza (real) promedio de los hogares en las 13
comunidades estudiadas entre los años 2002 y 2007. El gráfico muestra un aumento generalizado
de la riqueza, aunque más pronunciado para los bienes de mercado. La riqueza total promedio
por hogar aumentó de Bs $1,412 en 2002 a Bs $1,589 en 2007. La riqueza animal presenta un
leve aumento de Bs $264 a Bs $297 y la riqueza medida como bienes locales aumentó Bs $336
en 2002 a Bs $407 en 2007. El año 2005 muestra un máximo de riqueza agregada en las
comunidades, determinada principalmente por la riqueza en bienes adquiridos en el mercado. Es
interesante destacar que en el año 2005 también se registra el máximo nivel de ingreso per cápita
(Figura 6.4).
INSERTAR FIGURA 6.6
La Figura 6.7 muestra la riqueza total promedio de los hogares entre los años 2002 y
2007 por comunidad. El gráfico muestra diferencias significativas entre la riqueza promedio por
hogar de las distintas comunidades, tanto en la composición como en la cantidad de activos que
poseen. Por ejemplo, los hogares en las comunidades de Arenales y Uvasichi tienen, en
promedio, considerablemente más riqueza en animales que las demás comunidades Tsimane’
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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incluidas en el estudio. Ambas comunidades tienen pastizales y ganado, y están compuestas por
más de 30 familias. Arenales está ubicada sobre el camino que comunica Puerto Yucumo y San
Borja, con poco bosque secundario. Esta comunidad cuenta con pequeños almacenes
comerciales, y parte importante de sus habitantes tienen ingresos monetarios por ventas y trabajo
asalariado o jornales (ver Figura 6.3). Arenales es la comunidad cuyos hogares tienen la menor
riqueza producida localmente (Bs $231 en promedio). Uvasichi, en cambio, es una comunidad
más tradicional en términos de actividades de subsistencia, y con una mayor extensión de monte
alto. En términos de riqueza de mercado, se observa una distribución considerablemente más
homogénea. La mayor parte de las comunidades se encuentra en el rango de Bs$734 (Yaranda) a
Bs$942 (Maraca), a excepción de Alta Gracia y Arenales donde los hogares alcanzan en
promedio Bs$1,268 y $1,261 respectivamente.
INSERTAR FIGURA 6.7
La riqueza acumulada en las comunidades Tsimane’ ha variado considerablemente
durante los últimos años. La Figura 6.8 permite examinar la variación porcentual de riqueza
promedio por hogar para cada comunidad entre 2002 y 2007. En general se observa que las
comunidades han aumentado su riqueza total con respecto al año 2002, a excepción de Puerto
Yucumo y Maraca en las que el promedio de riqueza por hogar ha disminuido. En ambas
comunidades se observa una disminución relativa de la riqueza animal y en Puerto Yucumo
además se puede notar una disminución de la riqueza promedio en bienes de mercado. Caracara
ha visto un aumento significativo en su riqueza animal, aunque en promedio ésta sigue siendo
relativamente baja para los seis años estudiados (Figura 6.7). San José de Yaranda ha tenido un
aumento significativo en la riqueza de mercado disponible en comparación al año 2002. Esto se
explica en parte porque un número creciente de personas de San José de Yaranda ha comenzado
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
17
a trabajar en aserraderos y en el comercio de jatata en los últimos años, aumentando de esa
manera la actividad comercial y los bienes de mercado disponibles en la comunidad.
INSERTAR FIGURA 6.8
El aumento del comercio y de los bienes producidos fuera de las comunidades Tsimane’
también está asociado a cambios en las normas sociales y relaciones de reciprocidad. Si bien en
términos generales los Tsimane’ tienen una actitud más bien laxa frente al uso y mantenimiento
de distintos bienes tangibles (Godoy, et al. 2004), su actitud no es igual en relación a aquellos
bienes producidos localmente y aquellos adquiridos en el mercado. Por ejemplo, es común que
una persona tome prestado sin permiso un mortero que se encuentra en un patio, pero no es
común tomar un rifle o una radio (que son además más escasos). Los cambios en la proporción
de bienes locales y de mercado pueden afectar las normas sociales y de reciprocidad
predominantes entre los Tsimane’. La Figura 6.9 muestra la variación en la proporción de
riqueza local y de mercado para las 13 comunidades Tsimane’ incluidas en la encuesta (la
riqueza de animales está excluida de este cómputo). En promedio, la proporción de bienes
locales y de mercado disponibles en los hogares se ha mantenido relativamente estable entre
2002 y 2007. Durante este periodo, el porcentaje de la riqueza proveniente de productos del
mercado ha representado aproximadamente el 40% de la riqueza total, o un 72% si se excluye la
riqueza animal como muestra la Figura 6.9.
INSERTAR FIGURA 6.9
6.5.-Desigualdad
Los antropólogos culturales comúnmente ponen énfasis en los efectos que tienen las
normas sociales en homogeneizar la distribución de la riqueza en una comunidad. Si una
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
18
sociedad posee normas que acentúan la reciprocidad y la interdependencia, se esperaría que la
desigualdad fuese relativamente baja y que solamente violando aquellas normas, se llegaría a una
situación de mayor desigualdad económica (Gurven, Hill, & Kaplan 2002). La creciente
integración de las comunidades Tsimane’ a los mercados regionales, junto a cambios en los
patrones de asentamiento, educación, y salud (ver Capítulo 3), entre otros, aumentan las
posibilidades de los Tsimane’ de acumular riqueza y, por lo tanto, de que aumente la desigualdad
económica en las comunidades.
El coeficiente de Gini es una de las medidas más utilizadas como medida económica de
desigualdad (Atkinson 1970; Deaton 1997; Sen 1973, 1976). El coeficiente de Gini mide la
desigualdad a partir de una distribución de frecuencias de algún indicador, como por ejemplo la
riqueza o el ingreso. Un Gini de 0 implica igualdad perfecta (por ejemplo, todos los individuos
tienen la misma cantidad de riqueza) mientras que un Gini de 1 implica desigualdad total (por
ejemplo, si un individuo es dueño de todo). Para estimar la desigualdad en la riqueza que existe
en las comunidades Tsimane’ utilizamos el coeficiente de Gini. El coeficiente de Gini promedio
para todas las comunidades (2002-2007) fue estimado incluyendo todos los hogares Tsimane’ en
el caso de riqueza y todos los adultos en el caso de ingresos, sin distinción por comunidad.
Existe una diferencia significativa entre la distribución de riqueza local, de mercado, y
animal. Los coeficientes Gini asociados a riqueza local (0.38) y de mercado (0.37) sugieren que
la distribución de estos bienes es relativamente igualitaria. Como referencia, un estudio
internacional (Davies, Sandstrom, Shorrocks, & Wolff 2008) indica que los tres países con
menor desigualdad en la distribución de la riqueza por hogar son Japón, China, y España, con
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
19
coeficientes de Gini de 0.54, 0.55, y 0.57 respectivamente.7 Por otro lado, el coeficiente asociado
a la distribución en la propiedad de animales (0.72) sugiere una distribución desigual, por dos
razones fundamentales. Primero, la tenencia de animales depende de la ubicación geográfica de
la comunidad (ver sección 6.3.1 y Figura 6.7). Segundo, hay hogares que no tienen animales o
sólo tiene animales menores como pollos, mientras que otros hogares tienen animales con un alto
valor económico (i.e., vacunos). El coeficiente de Gini de distribución de la riqueza animal
promedio entre hogares Tsimane’ de 0.72 equivale a la distribución de riqueza de países como
Tailandia (0.71), Francia (0.73), o Turquía (0.72) (Davies, et al. 2008).
La Figura 6.10 muestra el coeficiente de Gini de distribución de la riqueza agregada
(local, de mercado, y animal) para las 13 comunidades Tsimane’ que participaron en el panel de
TAPS. Los resultados sugieren que, en promedio, la distribución agregada de la riqueza dentro
de las comunidades es bastante igualitaria (coeficiente de Gini=0.33). El coeficiente varía entre
0.28 (Santa María) y 0.45 (Arenales), lo que confirma la idea de que la sociedad Tsimane’ es
relativamente igualitaria, situándose muy por debajo de los promedios de países considerados
relativamente igualitarios. La mayor desigualdad relativa de Arenales se explica por sus mayores
niveles de actividad económica, incluyendo ganadería, comercio, y también trabajo remunerado
asociado a escuelas y ONGs locales. También influye su relativa facilidad de acceso a pueblos
como San Borja y Puerto Yucumo y la mayor presencia de personas de otros grupos étnicos,
como los Yuracaré.
7 La comparación con la distribución de riqueza de otros países es propuesta solamente como referencia,
pues somos conscientes de las limitaciones que tiene esta comparación, incluyendo diferencias de escala
en la sociedad, organización y normas sociales, niveles de industrialización, especialización de tareas, o
fuentes de ingreso, entre otras. El estudio citado no incluye países de ingresos bajos y medios en los que
los datos eran inexistentes, escasos, o de dudosa calidad.
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
20
INSERTAR FIGURA 6.10
El coeficiente de Gini para la distribución de ingresos entre los Tsimane’ adultos de las
13 comunidades estudiadas es de 0.72. Esto se explica porque una porción significativa de los
adultos no recibe ningún tipo de ingresos y la variabilidad de los ingresos para quienes sí reciben
es bastante alta, incluyendo por un lado salarios y jornales, y por otro, ventas y trueque de
productos agrícolas y forestales. Como referencia, América Latina es una de las regiones con
mayor desigualdad en la distribución de ingresos en el mundo. El coeficiente de Gini de
distribución de ingresos (2007) de Bolivia es 0.57, Colombia 0.59, Brazil 0.56, y Perú y Chile
0.52 (World Bank 2013), todos por debajo del coeficiente de Gini de distribución de ingresos
estimado para los Tsimane’.
La distribución relativamente igualitaria de la riqueza en las comunidades Tsimane’ se
explica probablemente porque son una sociedad de escala pequeña e íntimamente relacionada a
través de una compleja red de vínculos de parentesco. Un reciente estudio multicultural sobre la
transmisión inter-generacional de riqueza en 21 sociedades de pequeña escala (Mulder et al.
2009), sugiere que las sociedades de cazadores-recolectores y horticultores, como los Tsimane’,
son generalmente sociedades igualitarias, en contraste con sociedades agricultoras o pastoriles
que se caracterizan por tener desigualdades sustantivas en la distribución de riquezas. Si bien en
comparación con otras sociedad de escala pequeña la sociedad Tsimane’ está bastante menos
integrada al mercado (Henrich, et al. 2010), este proceso varía entre comunidades e individuos.
Hay una serie de factores que determinan el nivel de integración al mercado, incluyendo la
presencia de escuelas, oportunidades laborales, colonización de la tierras Tsimane’ tradicionales,
políticas de gobierno, aumento de la población, entre otros (Godoy, Reyes-Garcia, et al. 2005;
Reyes-Garcia 2001; Undurraga, Zycherman, et al. 2013). Posiblemente las relaciones de
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
21
parentesco y una serie de normas sociales impiden la acumulación de bienes de uso personal y
una distribución desigual de la riqueza a pesar de una significativa desigualdad en el ingreso,
aunque las tendencias económicas observadas sugieren que eso podría cambiar en el mediano
plazo.
6.6.-Conclusiones
El estudio de la riqueza y los ingresos monetarios entre los Tsimane’ presenta
importantes desafíos que incluyen la influencia de normas de reciprocidad, las redes de
parentesco, los derechos informales sobre los recursos de los demás, y la disponibilidad de
productos forestales y animales silvestres que contribuyen a la subsistencia. A pesar de estas
limitaciones, una serie de medidas nos ha permitido caracterizar las principales actividades
generadoras de ingreso entre los Tsimane’, así como la distribución de recursos en la sociedad.
Se midió riqueza en animales domésticos, producida localmente y adquirida en el mercado. Los
resultados sugieren un aumento relativo en la riqueza durante los años de encuesta panel de
TAPS en la mayoría de las comunidades. Nuestro análisis sugiere también que la sociedad
Tsimane’ es relativamente igualitaria, aunque la creciente integración de las comunidades
Tsimane’ a los mercados regionales ha aumentado la posibilidad de acumulación de activos
físicos. Esto se acentúa en comunidades con mayor acceso al mercado, por ejemplo, aquellas que
están cerca de pueblos como San Borja o Yucumo, o en caminos, como la comunidad de
Arenales. La distribución de la riqueza en las comunidades es relativamente homogénea e
igualitaria (a excepción de la tenencia de animales domésticos, en la que influyen también
factores geográficos). Sin embargo, la desigualdad asociada a los ingresos monetarios es alta,
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
22
principalmente porque una proporción significativa de los Tsimane’ no percibe ingresos
monetarios, otros tienen trabajos temporales, y los menos tienen trabajos asalariados. Si bien
hasta ahora la desigualdad de ingresos no se ve traducida en desigualdad de recursos –
posiblemente debido al papel que cumplen las normas sociales y de reciprocidad– en el largo
plazo esta desigualdad podría generar jerarquías que afecten la salud (Undurraga et al. 2010), la
nutrición, o el nivel de conflictos entre los Tsimane’, como ha sido el caso en otros lugares
(Kawachi & Kennedy 2002; Wilkinson 2000; Wilkinson & Pickett 2009). Estas tendencias
económicas sugieren que es posible que en el mediano plazo se den cambios en las normas
sociales prevalentes y las actitudes de los Tsimane’ respecto a sus pares, la comunidad, y la
acumulación de bienes de uso personal. Estas tendencias también plantean desafíos para
investigaciones futuras, particularmente en el desarrollo de medidas e indicadores que permitan
caracterizar de mejor forma la economía Tsimane’ y su integración creciente a la economía de
mercado.
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
23
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Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
26
Lista de figuras
Figura 6.1: Proporción de adultos (≥16 años) que recibieron algún tipo de ingreso monetario
durante las dos semanas previas a la encuesta, por género (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Figura 6.2: Proporción de adultos que recibieron algún tipo de ingreso durante las dos semanas
previas a la encuesta, por género y rango de edad (promedio 2002–2007)
Nota Fig. 6.2: *La categoría 16-20 años puede incluir Tsimane’ <16 años si es que ya ha
establecido un hogar independiente.
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Figura 6.3: Promedio del ingreso monetario individual (Bs 1990) en las dos semanas previas a la
encuesta, por comunidad (2002-2007)
Nota Fig. 6.3: Los valores están ajustados por inflación en base a IPC, en bolivianos de
1990 (Bs 1990).
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Figura 6.4: Evolución del promedio del ingreso monetario individual en las dos semanas previas
a la encuesta para toda la muestra en temporada seca (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
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Figura 6.5. Ingreso total promedio (Bs 1990) de adultos (≥16 años) durante las dos semanas
previas a la encuesta en temporada seca (2002-2007), según máximos años de educación formal
reportados
Notas Fig. 6.5: (1) Los valores mayores que Bs$600 no aparecen reflejados en gráfico,
aunque sí están considerados en las estimaciones totales. (2)El diagrama de caja presenta
la información en cuartiles y permite conocer la distribución y dispersión de los datos. De
esta manera, la parte inferior de la caja representa el 25% de los datos, la línea del medio
representa la mediana, y la parte superior representa el 75%. Los brazos representan las
observaciones correspondientes al 5% y 95% de la distribución.
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Figura 6.6: Evolución de la riqueza total promedio de los hogares Tsimane’ en las 13
comunidades del panel medido en valores reales (Bs 1990)
Figura 6.7: Riqueza total promedio en valores reales (Bs 1990) de los hogares Tsimane’ (2002-
2007), por comunidad
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Figura 6.8: Variación porcentual de la riqueza promedio de los hogares (2002-2007), por
comunidad
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Figura 6.9: Variación en la composición de la riqueza con bienes adquiridos en el mercado o
producidos localmente (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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Figura 6.10: Coeficiente de Gini promedio de riqueza total para las distintas comunidades en la
muestra (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
29
Figura 6.1
Proporción de adultos (≥16 años) que recibieron algún tipo de ingreso monetario durante las dos
semanas previas a la encuesta, por género (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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Figura 6.2
Proporción de adultos que recibieron algún tipo de ingreso durante las dos semanas previas a la
encuesta, por género y rango de edad (promedio 2002–2007)
Nota Fig. 6.2: *La categoría 16-20 años puede incluir Tsimane’ <16 años si es que ya ha
establecido un hogar independiente.
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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Figura 6.3
Figura 6.3: Promedio del ingreso monetario individual (Bs 1990) en las dos semanas previas a la
encuesta, por comunidad (2002-2007)
Nota Fig. 6.3: Los valores están ajustados por inflación en base a IPC, en bolivianos de
1990 (Bs 1990).
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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Figura 6.4
Evolución del promedio del ingreso monetario individual en las dos semanas previas a la
encuesta para toda la muestra en temporada seca (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
Capítulo VI: Undurraga & Godoy
33
Figura 6.5
Ingreso total promedio (Bs 1990) de adultos (≥16 años) durante las dos semanas previas a la
encuesta en temporada seca (2002-2007), según máximos años de educación formal reportados
Notas Fig. 6.5: (1) Los valores mayores que Bs$600 no aparecen reflejados en gráfico, aunque
sí están considerados en las estimaciones totales. (2)El diagrama de caja presenta la información
en cuartiles y permite conocer la distribución y dispersión de los datos. De esta manera, la parte
inferior de la caja representa el 25% de los datos, la línea del medio representa la mediana, y la
parte superior representa el 75%. Los brazos representan las observaciones correspondientes al
5% y 95% de la distribución.
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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34
Figura 6.6
Evolución de la riqueza total promedio de los hogares Tsimane’ en las 13 comunidades del panel
medido en valores reales (Bs 1990)
Cambio Global, Cambio Local
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35
Figura 6.7
Riqueza total promedio en valores reales (Bs 1990) de los hogares Tsimane’ (2002-2007), por
comunidad
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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Figura 6.8
Variación porcentual de la riqueza promedio de los hogares (2002-2007), por comunidad
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007
Cambio Global, Cambio Local
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Figura 6.9
Variación en la composición de la riqueza con bienes adquiridos en el mercado o producidos
localmente (2002-2007)
Fuente: Estudio longitudinal TAPS, 13 comunidades, 2002-2007