Gomez Lobo, Parmenides y La Diosa

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  • 7/29/2019 Gomez Lobo, Parmenides y La Diosa

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    ALFONSO GOMEZ-LOBO

    PA RM EN IDE S Y LA DIOSA*Breve historia de la interpretacin de un tex to

    Imaginemos por un m omento que tenemos a nues tra disposicin u naantigua y rica biblioteca. Busquemos entre los anaqueles las obras deSexto Emprico, un filsofo de fines del siglo segundo y comienzos deltercero despus de Cristo (1).Si abrimos el volumen en que se incluye su tratado Contra losLgicos (Pros Lo gikou s), avanz ando luego has ta el prrafo 111 del libroprimero, encontraremos un misterioso poema que traducido del griegoal castellano suena ms o menos as (2):

    E st e artculo corresponde, con leves modificaciones, al tex to de una conferenciadictada en el Institu to Chileno-Alemn de Cultura, Stm tiago de Chile, en Noviembre de1983.(1) La mejor edicin del tex to griego de las obr as de Sexto E mp rico es la de H.Mutschmann revisada por J. Mau (Sexti Empirici Opera, 3 vols., Leipzig, 1954-1958). Hay una edicin bilinge griego-ingls en 4 volmenes preparada por R.G.Bury (Sex tus Emp ricus, Loeb Classical Library, Lo ndon 1917-1955). Para situar aSexto de ntro de las corrientes de la poca conviene consultar. A. Goedeckemeyer,

    Die Geschichte des griechischen Skeptizismus, Leipzig, 1905; V. Brochard, LesSceptiques Grecs, Paris, 1923 y una obra ms reciente B. Mates, Stoic Logic,Berkeley, 1953.(2) En otras ordenaciones de las obras de Sexto Adv . Log. corresponde a Adv . M ath .VIL Traduzco directamente el texto de Mutschmann.

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    PARME NI DE S: E L PROE MI O(Fragm ento B l, Diels-Kranz)

    1 Las yegu as que me llevan tan lejos cua nto mi nimo podra desear,2 me iban conduciendo luego de haberme guiado y pues to sobre el camino abundante en palabras3 de la divinidad , que por toda s las ciuda des (?) lleva al hom bre vidente.4 Por l era llevado. Po r l, en efecto, m e llevaban las muy ate nt asyeguas5 tirando del carro. U nas doncellas empero iban sealando el camino.6 El eje en los cubos emita un sonido silban te7 al ponerse incandescente - pues lo aceleraba un p ar de bien torneadas8 ruedas, una por cada lado - cuando apresu raba n la conduccin9 las doncellas Heliades que ante s haban aban don ado las ma nsionesde la Noche,10 hacia la luz, y se haban quitado de la cabeza los velos con susmanos.11 All estn las puertas de las sendas de la Noche y del Da,12 enmarcadas por un dintel y un umbral de piedra.13 A estas, etreas, las cierran enormes hojas14 de las cuales la Ju stici a, prdiga en castig os, posee las llaves de u sosalternos.15 A ella la aplacaron las doncellas con suaves palabras16 persuadindola hbilmente de que para ellas el cerrojo asegurado17 quitara pronto de las puertas. Estas, al abrirse,18 produjeron un insondable hueco entre las hojas,19 cuando giraron en sus goznes, uno t ras otro, los ejes g uarnecidos debronce20 y provistos de bisagras y pernos. Por all, a travs de ellas,21 derechamente las doncellas condujeron por el ancho camino el carro

    y las yeguas.22 La diosa me acogi con afecto y tomando mi diestra en la suya23 se dirigi a m y me habl de esta manera:24 "Oh, joven, compaero de inmortales aurigas,25 que con las yeguas que te llevan alcanzas hasta nuestra casa,26 salud Pues no es un mal hado el que te impuls a recorrer27 este camino - que est, por cierto, fuera del tra ns itar de los hom bres28 sino el Derecho y la Justicia. Es recto que todo lo aprendas,29 tanto el corazn imperturbable de la persuasiva verdad30 como las opiniones de los mortales, en las cuales no hay creenciaverdadera.(Trad.deA.G.-L.)

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    Hasta aqu el poema citado por Sexto (3)De quien son estos v ersos y cual es su significado?Sexto los atribuye explcitamente a Parmnides de Elea, una de lasfiguras ms sobresalientes del primer periodo de la filosofa griega,quien naci en el sur de Italia hacia fines del siglo 6 A.C. y vivi por lotanto en los albores del siglo de oro de la cultura griega.Lo sorprendente es que todo lo que sabemos de Parmnides apuntaen la direccin opuesta a lo que estos versos ponen de manifiesto.Parmnides fue considerado en la antigedad como el paradigma delpensador fro, lgico y rguroso. El resto de los fragmentos que se hanconservado de su obra confirman plenamente esa opinin pues en ellosencontramos extensas deducciones en un lenguaje estrctamenteabstracto cuyas conclusiones son aceptadas consecuentemente aunquecontradigan la experiencia ms elemental (4).Por qu entonces estos versos, escritos en hexmetro, el pie de lagran tradicin pica y didctica, el vehculo potico de Homero y He-sodo? Por qu estas alusiones tan con cretas a un carro, caballos, puertas prolijamente descritas, misteriosas m ansiones, una diosa qu e acogeamablemente? Por qu la narracin en primera persona en boca del

    creador de impersonales tirgumentos?Leamos una vez ms las pg inas del volumen de Sexto qu e tenemosen las manos. Antes de citar el poema. Sexto Emprico dice queParmnides comenzaba su obra de esta manera, un dato valioso cuyosfrutos cosecharemos ms adelante. Por otra parte, terminada sutranscripcin. Sexto intenta una sumaria interpretacin (II, 112-114)cuyos rasgos centrales dejan traslucir que para Sexto era tanescandaloso como para nosotros el atribuirle al padre del pensamientoabstracto toda esa pltora de alusiones mitolgicas y de referencias aobjetos particulares. No resulta entonces sorprendente que Sextoafirme que los caballos corresponden a los impulsos y apetitosirracionales del alma, que las doncellas son las percepciones sensoriales,que las bien redondas ruedas son los odos por donde penetran laspercepciones auditivas y que las Heliades o hijas de Helios, el Sol, que(3) En rigor Sexto cita tambin lo que hoy es considerado como par te del fragmento B6(DK). Sexto no incluye en cfunbio los versos Bl. 28-30 lo que permite determinar suposicin en la redaccin original.(4) La fuente primera par a el estud io de los dem s fragmen tos de Peirmnides esHerm ann Diels-Walther K ranz, Die Fragm ente der Vorsokratiker, obra de la cual heutilizado la 8a edicin, 3 vols., Berln: Weidmann, 1956. Me refiero a ella mediantelas siglas DK. Los fragmentos de Parmnides estn en el Vol. I, pp. 217-246.

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    abandonan las mansiones de la noche hacia la luz, no son sino laspercepciones visuales, pu es esta s no se dan sin la presencia del elementoluminoso. Por ltim o, la Ju sticia , que no es otra que la diosa que acogeal viajero, es la dianoia o razn, que aprehen de las cosas con segu ridadplena, es decir, sin la posibilidad del error, siempre presente en eltestimonio fluctuante de los sentidos (5).

    La estrategia de Sexto salta inmediatamente a la vista. Conforme alos hbitos de fines de la antigedad, ha echado mano a una conocidatcnica de interpretacin, ha adoptado una interpretacin alegrica.Si quisiramos dar una definicin rigurosa de alegora tendramosque decir que un co ntexto es alegrico si y slo si hay otro contexto tal

    que los elementos del primer contex to tienen una correspondencia uno auno con los elementos del segundo contexto. En este caso el primercontexto esta dado por la narracin en primera persona de un viaje enun carro hasta la presencia de una diosa. Pero cul es el segundocontex to? Sex to lo dec la ra s in amba jes : e s "e l camino de l acontemplacin segn el logos filosfico" {Adv. Log. 11.112). En otraspalabras, el poema que hemos leido no es sino una alegoria delconocimiento racional. Basta con que poseamos la clave o lo que llamecorrespondencia uno a uno para que se nos desvele totalmente.Parmnides pareca estar haciendo algo extrao. Pero, no era as.Estaba en lo suyo, estaba exponiendo una teoria del conocimiento.

    Esta es la interpretacin que encontr Hermann Diels en las fuentescuando comenz a estudieu* los fragmentos a fines del siglo XIX. Elresultado de sus investigaciones fu una edicin critica del texto, contraduccin y comentario, aparecida en Berln en 1897, a la cualantepu so un extenso prlogo en que analiza "la pode rosa concepcin delproemio" (6).Diels, como muchos fillogos de su generacin, posea un conocimientoenciclopdico no slo de la literatura griega, sino tambin de otrastradiciones literarias, lo que le permiti, como veremos en seguida,abandonar la rigida y cuestionable interpretacin de Sexto Emprico yabrir el poema de Parmnides a una interpretacin ms rica y msprofunda.

    (5) Sexto agre ga a l f ina l de B l e l f ragm ento B 7 (DK) que ha s ido a m enu do in t e rpr e t a docomo una c r t i ca de l conocimiento sensor i a l . En cont ra de es t a op in in vase J .Barnes , The Presocra t i c Phi losophers , London, 1982 , pp . 296-298 y mi comentar io a0 7 e n A . G -L . , P a rm n i d e s , B u e n o s A i r e s : E d i t o r i a l C h a rc a s , e n p re n sa .

    (6 ) P a rm n i d e s ' L e h rg e d i c h t , G r i e c h i sc h u n d D e u t s c h v o n H . D i e l s, B e rU n : R e i m e r ,1897, p. 7.52

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    En pr imer lugar , Die l s admi te que , s i b ien Parmnides es un poe ta dedudosa ca l idad , su na r rac in t ransmi te un t ipo de exper ienc ia de la cua lhay otros exponentes en la poesa de la Grecia arcaica . Pese a que la cas ito ta l idad de los tex tos l i t e ra r ios de l pe r odo que med ia en t re Homero yP a rm n id e s s e h a l l a n h o y i r r e m e d ia b l e m e n te p e rd id o s , a l c a n z a m o s ad iv isa r en esa poca e l a rque t ipo de c ie r tos pe rsona jes que tendr amosque c las if ica r como v ide n tes o p ro fe tas . A lgu na s fuen tes p os te r io re snos re la tan sus ex t rao rd ina r ias p roezas y le s a t r ibuyen o rcu los ,pur i f icac iones y teo log as , en tend iendo es tos t rminos como nombrestan to de obras como de gneros l i t e ra r ios (7 ) . En t re e sos ex t raospersona jes , Die l s men c iona a Ep im nid es , M useo , Ai th a l ides ,H erm ot im o (8). Lo ca rac te r s t ico de todo s e llos e s que se les a t r ibu yen ose a t r ibuyen a s mismos mis te r iosas exper ienc ias , muy fue ra de locom n , en que les e s conced ida un a v i s in p r iv i leg iada . As , Ep im nide sde Cre ta , po r e jemplo , re la ta en p r imera pe rsona en su poemaPur i f icac iones (Ka tha rmoi) cmo tom poses in de l e l e sp r i tu deAiakos , s in t indose luego t ranspor tado hac ia e l c ie lo por su poder . Losescasos res tos de su obra pe rmi ten co leg i r t ambin que tuvo unencuentro con los d ioses , entre los cuales menciona a Aletheia y Dike , laVerdad y la Jus t ic ia , a lgo muy s ign i f ica t ivo pa ra e l in t rp re te deP a rm n id e s ( 9 ) .

    La exper ienc ia de H erm ot im o de S i racus a es a lgo d i fe ren te . H ab ie ndos a h d o a c a z a r c o n u n g ru p o d e c o m p a e ro s , He rm o t im o s e e x t r a v a ,p ierde e l contacto con e l los y vaga por un lugar desier to , donde bajo e lin tenso calor del medioda se le aparecen los espr i tus del re ino dePlutn y Persefone. No es d if c i l darse cuenta de cuales fueron loshechos ex te rnos : agob iado por e l in tenso so l s ic i l i ano , Hermot imo seen t rega a una reparadora s ie s ta . Lo in te resan te e s lo que so : unaintensa luz envolva a los seres d iv inos y gracias a la c lar idad vio consus p rop ios o jos {en au top to i s the am as in ) tod a la ve rd ad sobre e ldes t ino de la s a lmas despus de la muer te {pasan ten pe r i psychona le the ian) (10) . Pa ra le lamente Die l s ins i s te en la impor tanc ia de o t rofragmento (11) donde se hablaba de un ascenso a los c ie los por par te deH e r m o t i m o .

    Las exper ienc ias de Ep imnides o Hermot imo no son p r iv i leg ioexc lus ivo de los g r iegos . Se dan tambin en o t ras la t i tudes y en o t ros

    (7) Diels, p. 13.(8) Las fuentes de nuestro conocimiento de Museo y Epim nides pueden co nsultarse

    en DK, Vol. I, pp. 20-38.(9) Vase DK, Vol I, p. 32.31 ( 3 Bl ).(10) Diels, p. 17, citando a Clemente de Alejandra, Stromata 1. 399.(11) Serv. In Georg. I. 34.

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    t i emp os , inc luso en los t i em pos ac tua le s , como h an pues to de man i f ie s tolas inves t igac iones an t ropo lg icas de l fenmeno l lamado "chamanis m o " en t re la s t r ib us m ongl icas de S ibe r ia . Die ls ape la con tod a razn ala c ls ica descr ipcin de Radloff (12) : e l chamn es un individuoexcepc iona l den t ro de la t r ibu , capaz de con ju ra r e l e sp r i tu de susan tepasados y de de ja r se embargar por e l los . En med io de tembloresprof ir iendo sonidos in in te l ig ib les cae en un xtas is que lo haceemprender , segn re la ta despus e l mismo chamn , o b ien un v ia jeceles t ia l o descenso a los lugares infer iores . Los espr i tus d iv inos deestos re inos le conceden una revelacin de cosas arcanas que luegopuede re la ta r a los suyos .

    De todo es to Die l s ex t rae por ana log a la in te resan te conc lus in deque e l p roemio de Parmnides debe se r en tend ido como e l re la to de unaexper ienc ia chamnica o p ro f t ica y de que por ende se insc r ibe den t rode un gnero l i te rar io que l l lama "apocal p t ico" o de revelaciones (13) .

    Impres ionado por e l rac iona l i smo de Parmnides , Die l s no pa recees ta r convenc ido , s in embargo , de la au ten t ic idad de la exper ienc ia de le la ta . Es la forma exter ior de la l i te ra tura apocal p t ica la que e jercein f lu jo sobre Parmnides , nos asegura , no as su con ten ido , lo quehabr ia en e l la de genu ina exper ienc ia ms t ica . S i e scudr iamos ms dece rca de l p r logo de Die l s , encon t ramos una f rase d icha a l pasa r quemani f ie s ta cas i s in quere r lo sus conv icc iones m s p ro f und as : " to do es teropaje no se e leva por encima de una menesterosa a legoria . . . " (14) . Die lsno ha cor tado del todo con la idea de que e l proemio de Parmnides nopuede se r en l t ima ins tanc ia s ino a legor a , a legor a hb i lmen tepresen tada (med ian te los recursos que le o f rece un gnero l i t e ra r io ) ,pero alegora al f in y al cabo.

    Es toy pe rsuad ido de que es ta ac t i tud es t cond ic ionada por unaconv icc in de Die l s que no es d i scu t ida exp l c i tamente en pa r te a lgunade su edic in: que e l v ia je de Parmnides t iene que ser un v ia je hacia e lcielo, hacia la luz. Su resumen oficial del proemio lo confirmaa m p l i a m e n t e :

    "E l gran dio so v ia je ce les t ia l con el cua l e l po eta se e leva a s mismo y nos e leva tambin a nosotros a l ter de la raznpura nunca ha dejado de sur t i r e fec to . Al comienzo(12) Diels , pp. 14-15.(13) Diels, p. 15.(14) Die l s , p . 22 . Cf . adems p . 50 : "aber j eder mythologi scher Rucks t and i s t h i e r i n derre in log i sch fedachten Al l egor i e verdampf t " ("pero todo res iduo mi to lg ico se haevaporado aqu den t ro de l a a l egor a pensada en forma puramente lg ica" ) .54

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    encon t ramos una cuadr i l l a en p lena ca r re ra . Donce l la s de lsol guan a los fogosos corceles . Cada vez ms rpidoavanzan por e l camino . F ina lmen te se de t ienen an te lapuer ta que separa la noche de la luz . Dike , la por tera , abre .Entran as a l pa lac io de la d iosa que rec ibe con granbenevolencia a l poeta y le concede la revelacin cuyacomunicac in cons t i tuye e l con ten ido de l poema" (15) .S i l a me ta es "e l te r de la razn pura" es na tu ra l que Die l s no ses ienta incl inado a ident i f icar a la mis ter iosa d iosa con ninguna de lasd iv in idades de la mi to log a t rad ic iona l . Segn su op in in , basada s induda en e l re la to de la exper iencia de Epimnides de Creta , se t ra ta de"la diosa de la luz y de la verdad" (16), es decir , se trata de nocionesabs t rac tas y no de se res concre tos de la mi to log a rea l . Es tos , ad i fe renc ia de un concep to , son capaces de tene r san tua r ios y de se robje to de oracin y de cul to .No me habr ex t rav iado , s in embargo , a l in s inuar que Die !s deb ihaber cuestionado la direccin del viaje hacia la luz? No lo dice acaso eltexto expUcitamente en e l verso nmero 10? No es la luz uno de los msan t iguos s mbolos de la ve rdad?An te s d e r e s p o n d e r a e s to s i n t e r ro g a n te s c o n v ie n e e s tu d i a rb revemente la s dos e tapas s igu ien tes en la inves t igac in de Parmnidese n l e n g u a s a l e m a n a s .A la muer te de Die l s , una de sus ms admirab les empresas , l arecopi lac in de todos los f ragmentos de los f i lsofos anter iores aScra tes , fue con t inuada por su d i sc pu lo Wal the r Kranz (17) , unhombre cuya v ida es tuvo marcada por e l do lo r y la t raged ia . Her idog ra v e m e n te e n e l c a m p o d e b a t a l l a d u ra n t e l a p r im e ra g u e r r a m u n d ia l ,

    fu ms ta rde re levado de su c ted ra en la Univers idad de Ha l le por e lgobierno nacional-socia l is ta debido a su or igen judio , v indose forzado apasa r un la rgo pe r iodo de ex i l io en Es tambul (18) .

    (15) Diels, p. 7-8.(16) Diels, p. 46 ad 3: "die Gottin des Lichts oder der Wahrheit."(17) Vase supra nota 4.(18) Cf. la nota biogrfica postuma de Ernst Vogt en W. Kranz, Studien zur AntikenLiteratur und Ihrem Forwirken, Heidelberg: Winter Verlag, 1967, pp. 509-510.

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    En alguna parte del trayecto hay un obstculo: "la puerta de lassend as de la Noche y del D a". El texto dice "all" , un dem ostrativocuyo antecedente no puede ser sino la man sin de la Noche. Pero cmoimaginarnos ese gran portn con umbral y dintel de piedra? La claveest nuevamente en Homero y Hesodo (21). No se trata de algo ascomo un arco de triunfo rom ano, en el aire, desligado de todo m uro, conel camino de la Noche terminado a un lado y el del Da comenzando alotro. No se trata de una puerta simblica que separa la luz de lastinieblas. En Hesodo esa puerta est al borde del mundo siendoatravesada por la Noche y por el Da en sentidos opuestos dos vecesdurante la jornada: por la maana entra la Noche y sale el Da, alatardecer entra el Da y sale la Noche. La Justicia (Dike), que enHesodo es una de las Horas, no es sino la guardiana del orden deluniverso, del orden que determina invariablemente esas entradas ysalidas (22).

    Aunque ahora el proemio comienza a adquirir una fascinanteconcrecin, hay que reconocer que Kranz no ha abandonado todos lossupu estos en que se mova su m aestro. Tambin para l, es el con trasteentre luz y tinieblas lo que le da al proemio su m s hond o sentido, lo queencierra decisivas indicaciones para comprender la filosofa deParmnides (23).Cuando ms adelante otro fragmento sostiene que los mortales hanpos tulado dos formas o principios para explicar el mu ndo y qu e en estohan errado (24), Kranz lo interpreta afirmando primero una identidadentre la verdad, la luz y lo que es, por una parte, y, por otra, entre elerror, la oscuridad y lo que no es, fiadiendo luego que los mortales seequivocaron al haber postulado esta segunda realidad debiendo haberselimitado a la primera. El principio que los mortales deberian haberconsiderado como principio nico es la forma llamada luz (o fuego),verdad, ente, de acuerdo con lo anticipado en el poemio dondeParmnides habria abandonado simblicamente la oscuridad en favorde la luz.Durante bastante tiempo pareci que con el artculo de Kranz sehaba decantado una interpretacin cannica y casi inamovible, perocuando la investigacin de Parmnides se renov en 1930 con la

    (21) Odisea 10. 82-86; Hesodo, Teogonia, 748-760.(22) Hesodo, Teogonia, 902; Kranz, p. 130.(23) Kranz, p. 133.(24) B 8. 53-54 (D K).

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    publicacin de los "Estudios Parmenideos" de Hermann Frankel, seprodujo, a mi juicio, un retroceso (25).La paciente prosecusin de las pistas que ofrecen las alusionesmitolgicas del proemio se detiene y se vuelve de lleno al supuesto deque ste t ransmite - v o la d a m e n te - doctrina filosfica. Frankel, porejemplo, invierte una apreciable cantidad de tiempo y energa enexplicar el rol de Dike plantendolo en los siguientes trminos: que hahecho o quien es Parm nides para que sea ju sto o materia de equ itativadistribucin su acceso al conocimiento filosfico? Esta pregunta, enrealidad, carece de sentido y slo puede ser formulada si se ha perdidode vista la funcin de la puerta en la mitologa real. La Justicia esguardiana de esa puerta y no de una alegrica entrada al mbito de la

    razn. Luego de dcadas de investigacin con todos los recursos de lafilologa moderna, se vuelve, aunque de manera ms sofisticada, alenfoque de Sexto Emprico.El influjo de Frankel fue enorme, tanto entre investigadoresalemanes como norteamericanos (26), pues una vez ms el rgimennacional socialista cometi el crimen de sealar a otro de sus mejoresintelectuales el camino del exilio: Frankel, tambin judio, termin susdas como profesor de la Universidad de Stanford, EEUU. Diversosestudios de las dcadas del 50 y del 60, por ejemplo, los de Karl

    Deichgrber y Uvo Holscher (27), vuelven a hablar del ascenso hacia laluz de la filosofa de Elea hasta que en 1969, ante el estupor de todo elmundo, Walter Burkert, sostuvo exactamente lo contrario: el viaje deParmnides tiene como destino un mundo caliginoso y oscuro (28).( 2 5) H . F r a n k e l , "P a r m e n i d e s s t u d i e n " , N a c h r i c h t e n v o n d e r G e s e l l a sc h a f t d e rWissenschaf ten zu Got t ingen ,B&c\ in , 1930 , pp . 153 -192 , re impreso con impor tan tesc a m b i o s e n H . F r a n k e l , E g e u n d F o r m e n d e s f r h g r i e c h i s c h e n D e n k e n s ,Munchen , 3a . ed . , 1968 , pp . 157-197 . He consu l tado ambas ve rs iones . Ci to la

    s e g u n d a .(26) E l t raba jo de F ran ke l sobre Pa rm n id es e s t radu cc i n a l ing ls ocupa un luga rdes tacado en la p res t ig iosa an to log a de Al ien y Fur ley , S tud ies in P resoc ra t icPh i losophy , Vo l . I I , The E lea t ic s and P lu ra l i s t s , At lan t ic High lands , 1975 , pp . 1 -47 .( 27 ) K . D e i c h g r b e r , "P a r m n i d e s ' A u f f a h rt z u r G o t t i n d e s Re c h t s . U n t e r s u c h u n g e nz um P r o o i m i o n s e i n es L e h r g e d i c h t s , " A b h a n d l u n g e n d e r A k a d e m i e d e rWissenschaf ten und de r L i te ra tu r in Mainz , Wesbaden , 1958 , pp . 631-724 ;Parmn ides , Vorn Wesen des Se ienden , d ie F ragmente , g r iech isch und deu tsch ,h e r a u s g e g e b e n , b e r s e t z t u n d e r l a u t e r t v o n U . H o l s c h e r , F r a n k f u r t a m M a i n , 1 9 6 9

    (c f . p . 70 : "Der Weg fuhr t vom Dunke l zum L ich t" , "E l camino conduce de laoscur idad a la luz") .( 2 8 ) W . B u r k e r t , " D a s P r o o m i u m d e s P a r m n i d e s u n d d i e K a t a b a s i s d e s P y t h a g o r a s , "Phr one s is 14 (1969) 1 -30. Alg un as de la s ideas de Bu rke r t ha b an s ido an t ic i pad as58

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    A pr imera v i s ta e s to suena a rb i t ra r io y an to jad izo . Peor an : pa receser una tes is perversa pues destruye la bel leza del s imbolismo de la luz ,tan v i ta l pa ra la t rad ic in p la tn ico-a r i to t l ica y despus pa ra e lc r i s t i an ismo. Pe ro s i l a cons ta tac in de Burker t e s h i s t r icamentecor rec ta debemos acep ta r la por desagradab les que nos pa rezcan en unp r im e r m o m e n to s u s c o n s e c u e n c i a s .Co m o p ru e b a Bu rk e r t s u t e s i s ?Vo lv a m o s a t r s r e s c a t a n d o a lg u n a s o b s e rv a c io n e s q u e h e m o s id ohac iendo a l pasa r . E l sueo de Hermot imo , como se recordar , lo l l ev

    de l ca lu roso med iod a s i racusano a l re ino de P lu tn y de Perse fone .E s t e , en la geogra f a mi to lg ica , e s obv iamente un mundo sub te r rneo .Ep im nides se enco n t r con Ale the ia y Dike , pe ro dnde? La re fe renciade Die l s no inc lu a su con tex to . Examinmos lo por lo tan to en sufuente , en la obra de Mximo de Tiro (29) . Dice a lh : "a l medioda ,acos tado en e l an t ro (o caverna) de Zeus Dik ta ios , sumido en unprofundo sueo que dur muchos aos , d i jo ( se . Ep imnides ) que seencontr con los d ioses , con los d iv inos orculos y con Aletheia y Dike" .El encuen t ro t i ene lugar , en tonces , no necesa r iamente ba jo t i e r ra , pe ros i den t ro de la montaa , en la penumbra de una caverna .

    Kranz por su pa r te hab a s i tuado la s mans iones de la Noche en e lponiente ident i f icando la referencia a Atlas en Hesodo (a lgo queexpl icar en seguida) con los montes Atlas del nor te de fr ica , no le josde Gibra l ta r , una iden t i f icac in muy dudosa s i se la a t r ibuye a Hes odo ,un menes te roso pas to r de Ascra en e l in te r io r de Beoc ia en Grec iaCentra l que confiesa que detes ta navegar (30) . Lo nico c laro es que laNoche v ive en e l Tr ta ro . Es de a l l de donde , segn Kranz y cas i todoslos dems h is to r iadores , sa le so lemnemente e l co r te jo de Parmnidescon ca r r ro y todo .En es te pun to es donde Burker t da e l go lpe de g rac ia a la concepc inpreva len te y lo hace apoyndose en un in tachab le s i rgumento basadoe x c lu s iv a m e n te e n e l t e x to p a rm n id e o .

    por J.S. Morrison, "Parmnides und Er", Journal of Hellenic Studies 75 (1955)59-68, pero Burkert tiene el mrito de haber desarrollado la nueva concepcin enforma e xhau stiva y de haber recopilado no solo las pru eba s Uterarias sino ttmibinlas pruebas arquelgicas y epigrficas necesarias para hacerla persuasiva.(29) 3 Bl (DK, Vol. I, p. 32. 16-21) ( p. 110.13 Hobe in).(30) Cf. Hesodo, Los trabajos y tos das, 236-237.

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    Una de ellas desciende hacia adentro mientras la otra seacerca a las pu erta s (para salir). Ja m s la casa las encierra aambas, sino que cuando una est afuera dando vueltassobre la tierra, la otra siempre permanece dentro de la casaesperando que llegue la hora de su partida (de su hodos, desu va o camino). Una de ellas trae la luz penetrante aquienes viven sobre la tierra, la otra, la peligrosa Noche,trae en sus manos el Sueo {Hypnos), hermano de laM uerte {Thanatos) (masculino en griego), envuelta ( laNoche) en una nube negra. All tienen su casa los hijos de laoscura Noche, el Sueo y la Muerte, dioses terribles. Jamslos alumbrar con sus rayos {aktines) (femenino) el brillanteHelios, ya sea ascendiendo al cielo o descendiendo de l."(33).La geografa mitolgica que este pasaje d escribe es, a grandes rasg os,la sigu ien te: bajo la superficie circular de la pla na tierra hay un enormehueco, posiblemente de las mismas dimensiones que la bveda celeste.All habita la Noche. A esta regin se accede atravesando una granpuerta delante de la cual est, de pie, Atlas. Su misin consiste ensosten er el borde de la bv eda celestial, que Hesodo concibe slida y debronce, y proveer as el espacio, requerido p ara que el Sol pueda salir delespacio infra-celestial hacia la regin infra-terrestre, sin incendisu" la

    tierra. Al ingresar al lugar subterrneo, el Sol, representado por lapotencia luminosa Hemera, el Da, no lo ilumina, sino que lo deja aoscu ras en perfecta coherencia con la idea de q ue all h abita n el Sueo yla Muerte. No se especifica, sin embargo, cmo se logra neutralizar elefecto normal de los rayos solares. El descender el Sol (o el Da), secruza con la potencia nocturna que atraviesa el umbral en sentidocontrario.Antes de completar el cuadro con otra referencia potica, anotemosdos diferencias entre Parmnides y Hesodo: en la Teogonia el materialde la puerta es el bronce, en Parmnides es la piedra. En Hesodo laNoche es una divinidad abominable, en Parmnides es una diosabenvola. Tendremos que pregntennos ms adelante en que momentoocurri este imp orta nte cam bio en la percepcin de la na turaleza de e stadiosa.Volvamos por un momento al mito de Helios. Para explicar la salidadel sol por el oriente luego de habers e pue sto po r el pon iente, los griegosdel perodo {uxrico concibieron la idea de que el Sol nav ega de noche por

    el Ocano, un r o c i rcular que rodea la planic ie terres t re . Lacircunnavegacin se efecta de oeste a este en un recipiente de oro(33) Hesodo, Teogonia 740-761. Traduzco el texto de West, ad aptand o algunos trozos dela edicin de Hesodo en castellano prologada por J.M. ViUalaz (Mxico, 1972). .

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    donde caben tambin su carro y sus caballos. Pero en una variante deeste mito, Helios no navega toda la noche sino que es albergado en unacasa, en su casa.De Estesicoro (o, en una trasliteracin ms directa, como seacostumbra hoy, Stesijoros) un poeta originario de Himera en Sicilia,nacido a mediados del siglo V a.C, ha sobrevivido el siguiente poema:

    "Helios, el hijo de Hiperin, descendi a su dorada copapara luego de atravesar el Ocano llegar hasta lasprofundidades de la sagrada y oscura Noche, hasta sumadre, su legtima esposa y sus queridos hijos. (34)En esta versin del mito, como puede apreciarse, hay un lugar,allende el Ocano, quiz subterrneo (cf. benthea, "profundidades"),donde vive la familia de Helios. Aunque no queda del todo claro, esposible que el poeta identifique aqu a la madre del Sol con la Noche,reiterando un parentesco que aparece tambin sugerido en Hesodo. Enefecto, en la presentacin hesidica del origen de los dioses, la Nocheengendra al ter (el elemento incandescente que se encuentra en lasparte s supe riores de la bveda celestial) y al Da. Segn est a concepcines la potencia de la oscuridad la que engendra la luz, una idea fundamental que no debe perderse de vista.Despus de esta breve reflexin sobre pasajes de Hesodo y deEstesicoro, me parece que estamos mucho ms cerca de los auditoresoriginales del poema de Pa rm nide s, de aquellos griegos qu e tienen quehaber estado en condiciones de captar de inmediato cada alusin, cadadetalle mitolgico. Ellos ciertamente lograban penetrar con soltura loque a nosotros nos ha costado bastante esfuerzo intelectual.Basnd om e en Bu rke rt, pero sin hacerlo respons able de los errores enque yo pueda incurrir, m e atreve ria a ofrecer la siguien te reconstruccin

    del proemio:Versos l-9a.Sin mayor prembulo Parm nides nos dice que avanza en su carro endireccin a una m eta que su nim o anticipa. No se nos dice an cued essta. Va por un camino que conduce hasta una divinidad, por uncamino propio del viden te, del iniciado, del cham n. La s y eg ua sgalopan obedientes al galope de ciertas doncellas. Todava no se dicequienes son. Se describe en seguida el ruido que hace el eje del carro y

    cmo se pone incandescente cada vez que las conductoras aceleran lamarcha.(34) Fra gm ento 6. 1-4 (Diehl). Cf. Kirk-Rave n, The Pre soc ratic Philo sop hers,Cam bridge, 1962, p. 14 donde tam bin aparece el original griego.62

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    Versos 9b-10.Ah ora se revela quienes son la kourai, las doncellas. Son las Heliades,las hijas del Sol. D.e hecho la pala bra kou rai, como m s adelan te kou ros,sugiere una estrecha relacin con una divinidad. El auditor puedeidentificar y entender por lo tanto a qu se refiere Parmnides cuandodice que haban abandonado antes las mansiones de la Noche hacia laluz. Hanabandonado el lugar donde viven con su padre, el lugar queHelios mismo aband ona cada m aana para recorrer su camino. El g estode quitarse los velos que cubren sus cabezas se hace ahora transparente : mientras estn en la casa de la Noche las Heliades permanecenveladas para no iluminar el oscuro y tenebroso antro. Pero al salir"hac ia la luz", hacia la luz del da, pueden q uita rse los velos. Todo esto

    est descrito en aoristo. Sucedi por lo tanto antes de que Parmnidesfuese puesto sobre el camino que conduce hacia la diosa.Versos 11-21.

    "All" donde las haba situado Hesodo, no lejos de la casa de laNoche y a la entrada del Trtaro, estn las puertas de la Noche y delDa. Pienso que Parmnides las construye de piedra y de ter porque,estando al borde de la bveda celestial representan un punto donde seju nt a el cielo, cuyo elemento es el ter, con la tierra, cuyo con stituye ntems distintivo es la piedra. Esto no excluye la posibilidad de queParmnides haya tenido en vista un modelo ms concreto: las puertasde los tholoi o tumbas circulares micnicas, que estaban a la vista enmuchos puntos de Grec ia y de Magna Grec ia en l a poca deParmnides. (35) Su descripcin calza punto por punto con los restosarqueolgicos. Las doncellas, influyentes hijas de un poderoso dios,persu aden a la po rtera de que las deje pa sar, de que su ingreso, como loconfirmar despus la diosa (versos 26-28) no producir una alteracinen el orden csmico. Al abrirse las hojas pesadamente girando en susgoznes, es decir en los agujeros que hay en el umbral y en el dintel,queda de manifiesto jasm'ajanes, el insondable hueco descrito porHesodo. El auditor familiarizado con la Teogonia sabe de que se trata.Versos 22-28a.

    Thea, "la dio sa" lo recibe. Si an tes se habl de la casa de la N oche yahora aparece ante ella una figura femenina dando una bienvenida a sucasa, no pueden caber duda s acerca de su iden tidad. Es N yx, la Nochequien recibe personalmente a Parmnides. Pero esta divinidad hasufrido una transformacin entre los das de Hesodo y los de(35) Cf. R. Higgins, Minoan anb d Mycenean Ar t, New York, 1967, pp . 87-91. E sinteresante observar que en las alusiones al orculo de Delfos en Homero se hablatamb in del "um bra l de pie dr a" de Febo Apolo {Iliada 9. 404-405 y Odisea 8. 79-81).

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    Parmnides. Ya no es una potencia abominable, es por el contrario unadiosa acogedora y amable. El saludo es sugerente. La Noche se dirige aParmnides con la palab ra k ouros. Como ya indiqu, no garantiza estoque Parm nides sea joven en el mo men to de la experiencia na rrad a, sinoque apunta ms bien a una relacin de intimidad con la divinidad. Elkouros es, en efecto, un tipo de escultura de un hom bre joven idealizadoque se consagra en un santueuio. (36) Las palabras de la Noche sonreconfortantes. No es un mal hado o mala m oira, un eufemismo pa ra nomencionar explcitamente a la Muerte, la que lo ha llevado hasta all.Esa seria la manera normal de llegar al Trtaro, piensa de inmediato elaud itor que tiene pres ente que la Mu erte es uno de los hijos de la N oche.Son el Derecho y la Justicia, las potencias que garantizan el orden deluniverso, las que le han concedido un don g rat ui to, u n do n q ue, como eldel shaman, no le es concedido al comn d e los mo rtales. " E st a sendaest fuera del transitar de los hombres."Versos 28b-30.

    Ahora se inicia la revelacin propiamente tal: "es justo que todo loaprendas, tan to el corazn imperturbable de la persuasiva verdad, comolas opiniones de los m ortales en las cuides no hay creencia ve rda de ra."Nuevamente Parmnides se presenta como un ser aparte, comodepositudo nico de la verdad. Pero la revelacin ser doble. Incluirtanto la verdad como el error. Esto nos puede parecer extrao, nosindolo para el auditorio de PUTnnides familiarizado con lo que ledicen las musas a Hesodo al comienzo de la Teogonia (26-27):"Sabemos decir muchas cosas falsas, semejantes a lasverdaderas;sabemos tambin, cuando queremos, enunciar verdades.

    En el caso de Parmnides la doble revelacin es justificadaabiertam ente por la diosa. Ella le dice que le ensear falsedades " a finde que ningn m ortal te aventaje con su opinin" (37) El supuesto quepermite justipreciar esta razn es el ceu-cter agonstico o competitivoque adquieren las actividades que los griegos ms aprecian. As comoun atleta compite con otros atletas , un poeta con otros po etas, un actorcon otros actores, asi tam bin la actividad de un sh am an o un filsofo esconcebida como un agn, como una lucha deportiva donde los dems lotra tan d e aven tajar a uno y uno a los dem s. Parmn ides comp etir enalgo as como una carrera (el verbo " av en taja r" en griego, parelaunein,sugiere precisamente la situacin en que un corredor o un carro pasa,(36) Cf. J. Boardman, Greek Art, New York, 1978, pp. 65-66.(37) B8. 61 (DK), aceptando la conjetura de Stein {gnomei, dativo, en vez de gnome,nominativo).64

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    elaunei, a otro por el costad o, par a) y lo har con u na ven taja innegable.No slo conocer la verdad, sino que ser capaz de derrotu- a suscontrincantes en su propio terreno.Lo que cabria hacer ahora es ade ntram os en un minucioso examen deaquello que la diosa considera verdadero y de lo que ella revela slocomo arm a agon stica, deberamos a de nt ra m os en la filosofa deParm nides pa ra es tudia r la Va de la Verdad y la Do xa u o pinin de losmortales, pero con ello habramos transpasado los lmites impuestossobre este trabajo. Nos detendremos por consiguiente antes de dar esepaso a fin de ahondar con la mirada del espritu la situacin exacta enque nos han dejado las investigaciones alemanas del proemio deParmnides.Como se recordar. Sexto Emprco nos deca que Parmnidesiniciaba su poema con los versos que el. Sexto, transcrbira acontinuacin. Ahora comprendemos por qu. La experiencia deParm nides equivale m uy de cerca a la conciencia de Ho mero de saberseinspirado por una musa y al encantamiento e invocacin de las musastodas en Hesiodo. (38) En un sentido ms distante y salvadas lasdiferencias culturales, hay tambin una equivalencia con la vocacin delprofeta en Israel. (39)E n cada uno de estos casos no se discierne una anticipacin alegricade lo que el poeta o profeta dir en cumplimiento de su vocacin. Sedescribe ms bien una escena autosuficiente en que se apunta a unafuente superior de sabiduria que garantiza al auditor que lo cantado onarrad o efectivamente es lo que pretende ser: u na revelacin profunda yarcana pero, por sobre todo, verdadera.Hasta qu punto hay una fuente superior en Parmnides? En otraspalabras, quin es la Noche?En Hesodo es ella una de las divinidades orig inarias, hija de Jao s, elgra n hueco con que comenz el m und o. (40) Es , adem s, anterior a la luzpues, como vimos, ella enge ndr d te r y al Da. Su progenie, una ram acolatera l a la prog enie de Gaia (la Tierra) y de Ou ranos (el Cielo), ocup aun lugar destacado en el proceso teognico y es descrita con lujo dedetalles en la obra de Hesodo.

    (38) Teog. 1-115.(39) Isaas 6. 1-12; Jeremas 1. 4-19; Amos 7. 14-15. El paralelismo entre este ltimopasaje y la vocacin de Hesodo es fmalizado por F.M. Cornford, PrincipiumSapientiae, Cambridge, 1952, pp. 99-100.(40) Teog. 123.

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    Pero an no se explica del todo , me parece, la invocacin parm enidea.La transformacin de Nyx de diosa terrible en diosa benevolente entreel siglo VII y el siglo V A .C. permite sospech ar que hay un eslabn perdido en la caden a histrica, un eslabn cuyos rasg os funda me ntales soloalcanzamos apenas a vislumbrar gracias a unas breves alusiones en losescritos de Arist teles, confirmadas por su discpulo E udem o de R od as.(41) En ciertas cosmogonas que florecieron en los siglos VI y V A.C. yque Aristteles consideraba lo suficientemente importantes como teoras del orgen del mu ndo como para incluirlas e ntre las posiciones quese ve forzado a recheizar en el momento de defender su propia posicin,la Noche era considerada ella misma el origen prmero del universo.Si Parmnides estaba familiarizado con esas ideas cosmognicas que

    la tradicin posterior asoci con Orfeo, Museo y Epimnides, figurascuya cercana a Parmnides hemos hecho notar, entonces es altamenteprobable que haya que interpretar el viaje de ste como conducente alorigen ltimo del cosmos, a la fuente ltima de todo lo que hay. Quemayor autoridad podria invocarse para la revelacin de la admirable yparadjica filosofa de Elea?Este es, por ltimo el punto al cual nos han encaminado lasinvestigaciones modernas del misterioso proemio de Parmnides, stees el estado actual de nuestro conocimiento histrico en este campo.

    Universidad de Georgetown, EEUU.

    (41) Aristteles, Metafsica 1091a 4; 1071b 27; 1072a 8 y Eudemo Frg. 150.66