3
SANTIDAD CRISTIANA, 10 SANTIDAD CRISTIANA, 10 Las tres formas de oración no son excluye entre sí. Las oraciones vocales proporcio abundante alimento para la meditación per nal. Por su parte, al meditar, muchas vec se pasa a la contemplación (siempre es do que concede Dios). eces, la contemplación se desborda en oraciones voc orias. Y viceversa: “sé que muchas personas, rezand e -como ya queda dicho-, las levanta Dios, sin sabe subida contemplación” (Santa Teresa de Jesús, Cami ección 30, 7 ). Gr 70 de 75

Gracia 05 02 Santidad Cristiana

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Gracia 05 02 Santidad Cristiana

SANTIDAD CRISTIANA, 10SANTIDAD CRISTIANA, 10

Las tres formas de oración no son excluyentesentre sí. Las oraciones vocales proporcionanabundante alimento para la meditación perso-nal. Por su parte, al meditar, muchas vecesse pasa a la contemplación (siempre es donque concede Dios).

Otras veces, la contemplación se desborda en oraciones vocales yjaculatorias. Y viceversa: “sé que muchas personas, rezando vo-calmente -como ya queda dicho-, las levanta Dios, sin saber ellascómo, a subida contemplación” (Santa Teresa de Jesús, Caminode Perfección 30, 7).

Gr 70 de 75

Page 2: Gracia 05 02 Santidad Cristiana

SANTIDAD CRISTIANA, 11SANTIDAD CRISTIANA, 11

El fruto del trato con Dios, de la auténticavida interior, se manifiesta en toda la vidade la persona: en su caridad, en su trabajo,en su alegría, etc.. Sin cambiar nada porfuera, se trata de “un nuevo modo de pisaren la tierra, un modo divino, sobrenatural,maravilloso” (San Josemaría, Amigos deDios 297).

“Dios nos espera cada día. Sabedlo bien: hay un algo santo, divino,escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno devosotros descubrir” (San Josemaría, homilía, 8.10.1967).

Gr 71 de 75

Page 3: Gracia 05 02 Santidad Cristiana

SANTIDAD CRISTIANA, 12SANTIDAD CRISTIANA, 12

“Seguir a Cristo: éste es el secreto. Acompañarle tan de cerca,que vivamos con Él, como aquellos primeros doce; tan decerca que con Él nos identifiquemos” (San Josemaría, Amigosde Dios 299).

En ese seguimiento, se pueden señalar cuatro escalones: buscarle,encontrarle, tratarle y amarle.

“Buscadlo con hambre, buscadlo en voso-tros mismos con todas vuestras fuerzas.Si obráis con este empeño, me atrevo agarantizar que ya lo habéis encontrado, yque habéis comenzado a tratarlo y a amar-lo” (San Josemaría, Amigos de Dios 300).

Gr 72 de 75