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GRADO DE GEOGRAFÍA Curso 2015 2016 TRABAJO DE FIN DE GRADO Regeneración urbana y participación ciudadana. El caso del barrio del Oeste y ZOES en Salamanca. PRESENTADO POR Adrián Nicolás Penela TUTOR José Luis Alonso Santos

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GRADO DE GEOGRAFÍA

Curso 2015 – 2016

TRABAJO DE FIN DE GRADO

Regeneración urbana y participación ciudadana.

El caso del barrio del Oeste y ZOES en Salamanca.

PRESENTADO POR

Adrián Nicolás Penela

TUTOR

José Luis Alonso Santos

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Declaro que he redactado el trabajo “Regeneración urbana y participación

ciudadana. El caso del barrio del Oeste y ZOES en Salamanca” para la

asignatura Trabajo de Fin de Grado en el curso académico 2015-2016 de

forma autónoma, con la ayuda de las fuentes y la literatura citadas en la

bibliografía, y que he identificado como tales todas las partes tomadas de las

fuentes y de la literatura indicada, textualmente o conforme a su sentido.

En Salamanca, a 24 de junio de 2016

Fdo. ADRIÁN NICOLÁS PENELA

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Agradecimientos

a ZOES e Inmaculada Cid,

a Román Andrés Bondía y Roberto Silguero Ayuso (POETA IGLESIAS 22 ARQUITECTOS)

a Andrés García Alcalde (PATRONATO MUNICIPAL DE VIVIENDA Y URBANISMO DE SALAMANCA),

a la Asociación de Comerciantes del barrio del Oeste,

a la asociación EVA (ESPACIO VECINAL ARGANZUELA),

a José Luis Alonso Santos y José Luis Sánchez Hernández.

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ÍNDICE

1. Introducción

Justificación y objetivos p. 04

2. Metodología p. 06

3. Marco teórico

Hacia una convergencia entre urbanismo y participación ciudadana p. 08

4. Marco espacial

Caracterización del barrio del Oeste p. 16

5. Dimensión participativa

El papel dinamizador de ZOES y otros actores locales p. 28

6. Dimensión técnica

Propuestas concretas y acogida institucional p. 35

7. Problemática y conclusiones p. 40

8. Bibliografía y recursos en línea p. 44

9. Anexo I: Levantamiento fotográfico p. 49

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1. INTRODUCCIÓN

Justificación y objetivos

La práctica de la disciplina urbanística en España ha sufrido, a raíz del estallido de la

crisis económica en 2008, un creciente desprestigio fundado en su papel central como

herramienta perpetuadora de un modelo a todas luces insostenible. El ritmo con que en

nuestro país se ha venido produciendo suelo urbanizable, en constante progresión desde

finales del siglo XX hasta el colapso del sistema financiero y el mercado inmobiliario, la

polarización de un sector de la construcción tradicionalmente volcado en la obra de nueva

planta y la proliferación, en definitiva, de nuevos desarrollos urbanos resultan elementos

clave a la hora de comprender la expansión experimentada por la ciudad española en

época reciente.

Una vez pinchada la burbuja inmobiliaria, el foco de los debates se ha centrado en la

dilucidación de en qué proporción la crisis en materia de suelo y vivienda responde a

factores estructurales o coyunturales, lo cual ha sido acompañado por un drástico

estancamiento del proceso urbanizador. La evidencia de todas estas dinámicas oculta, no

obstante, una simultánea evolución conceptual y normativa que en las últimas dos

décadas ha ido redimensionando los objetivos del urbanismo desde las instituciones

comunitarias. La preocupación por alcanzar un modelo más sostenible, socialmente

inclusivo, eficiente desde el punto de vista energético y ecológicamente viable requiere

la aplicación de un enfoque integrado capaz de satisfacer las necesidades de la sociedad,

lo cual demanda la superación de las actuaciones dedicadas únicamente a la rehabilitación

del soporte físico que conforma el entramado urbano. Por todo ello, las políticas de

regeneración urbana comienzan a ser percibidas como una herramienta indispensable en

el ejercicio de un urbanismo más concienciado con las capacidades de esta disciplina.

Al mismo tiempo, las imperfecciones e ineficiencias que se vienen manifestando en

las democracias representativas han generado, en la base del tejido social, una creciente

voluntad de participación efectiva en la toma de decisiones que garantice la consecución

o el mantenimiento de una calidad de vida digna. El empoderamiento ciudadano,

mediante el que la sociedad civil busca su cuota de participación en la gobernanza urbana,

incide en el modo en que se ha venido ejerciendo la práctica urbanística y exige un

replanteamiento del mismo.

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Frente al consenso establecido acerca de la insostenibilidad del modelo previo al estallido

de la burbuja inmobiliaria, se hace necesario plantear alternativas y medidas correctoras

que imposibiliten la persistencia de los factores estructurales subyacentes a la crisis. En

este sentido, la regeneración urbana supone una oportunidad, a la vista de la obsolescencia

edificatoria apreciable en muchos barrios españoles, de acometer la reconversión del

sector de la construcción y la revitalización de otras actividades económicas vinculadas a

los objetivos de sostenibilidad ambiental y ecoeficiencia. Por otra parte, la implicación

de la ciudadanía en este proceso, entendida en términos de participación, podría contribuir

a un mayor seguimiento de las políticas públicas y, en igual medida, a la definición de

una gobernanza urbana más plural que consolide la democratización de la sociedad

española.

Regeneración urbana y participación ciudadana vendrían a ser, por tanto, los dos

conceptos en torno a los que ha de pivotar el diseño, la gestión y el disfrute de una ciudad

más sostenible e inclusiva. El objetivo del presente Trabajo de Fin de Grado es mostrar

la evolución reciente de ambos conceptos y su expresión aplicada en el ámbito de la

praxis, considerando dicha evolución como un proceso que tiende a la convergencia de

dos trayectorias de sentido opuesto ―ascendente en el caso de la participación, debido a

la prevalencia del modelo bottom-up, y descendente en el de la regeneración urbana,

debido a la influencia en su definición de las instituciones comunitarias―. Para ilustrar el

análisis teórico realizado en la primera parte del presente TFG me he apoyado en el

estudio de un caso particular, de actualidad e inscrito en el ámbito urbano de la ciudad de

Salamanca: el barrio del Oeste y la actividad desempeñada por la Asociación Vecinal

ZOES y otros actores locales.

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2. METODOLOGÍA

El esquema metodológico concebido para la elaboración del presente Trabajo de Fin de

Grado parte del establecimiento de su marco conceptual: la participación ciudadana en

las políticas y procesos de regeneración urbana. Una vez acotado dicho marco se optó por

plantear dos enfoques complementarios. Por una parte se realizó un acercamiento a la

materia de estudio a nivel teórico que abarca la evolución y dinámicas subyacentes al

actual estado de la cuestión. Con el apoyo de las fuentes reseñadas en el apartado

correspondiente a la bibliografía se ha pretendido exponer el proceso por el cual ambas

dimensiones, la urbanística y la participativa, tienden a converger en el contexto de una

nueva gobernanza urbana ―desde la perspectiva institucional― y de un empoderamiento

ciudadano ―desde otra de carácter social― cuyo valor potencial comienza a ser reflejado

en la literatura científica y experimentado por la sociedad civil. Para ello se ha recurrido

a las monografías y artículos citados, así como a las publicaciones oficiales y textos

normativos procedentes de la legislación estatal y regional y de las directrices y

documentos comunitarios de carácter propositivo.

Por otra parte, se han querido contrastar las contribuciones teóricas y el desarrollo

normativo analizados con un caso real. Mi interés por las actividades promovidas desde

la Asociación Vecinal ZOES, previo al planteamiento de este TFG, derivó en la

oportunidad de plantear un trabajo de campo mediante el que se ha intentado documentar

un proceso cuya actualidad dificulta la definición de sus límites. No obstante, la

realización de entrevistas a varios de los actores protagonistas ―la propia ZOES, el

Patronato Municipal de Vivienda y Urbanismo de Salamanca, la Asociación de

Comerciantes del barrio del Oeste y el arquitecto Román Andrés Bondía― ha facilitado

un conocimiento más preciso del modo en que se concibe la regeneración urbana desde

una conveniente pluralidad de perspectivas. Como actividad complementaria a este

trabajo de campo he realizado, además, una modesta contribución a la labor y las

inquietudes mostradas por esta asociación de vecinos mediante la elaboración de

cartografía temática referente a las características del barrio del Oeste.

Por último, se ha considerado necesario solapar los dos enfoques planteados con

el fin de presentar una problemática a modo de conclusión, en la cual se exponen las

dificultades e ineficiencias apreciadas al comparar teoría y práctica, si bien la ya

mencionada actualidad del caso estudiado, así como la relativa inmadurez normativa e

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instrumental que muestra la regeneración urbana en España, exigen prudencia en un

análisis de vocación propositiva y escala local.

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3. MARCO TEÓRICO

Hacia una convergencia entre urbanismo y participación ciudadana

Habitualmente ligado a otros términos como los de rehabilitación, renovación o

revitalización, el concepto de regeneración urbana expresa un nuevo paradigma en el

contexto español de la práctica urbanística desde su inclusión en el vocabulario propio de

la materia (CASTRILLO ET AL., 2014). Tradicionalmente plasmado en intervenciones de

carácter físico, el ejercicio del planeamiento viene experimentado en las dos últimas

décadas una evolución tangible tanto en sus objetivos como en su metodología, si bien el

caso español muestra una serie de peculiaridades respecto a otros países de la Unión

Europea que requieren ser conocidas para valorar el potencial del actual marco legislativo

(RUBIO DE VAL, 2015).

La regeneración urbana supone, en primer lugar, un sustancioso replanteamiento

de los objetivos que encabezan las políticas públicas. Frente al carácter expansivo de la

ciudad del siglo XX, manifestado en la construcción de nuevos desarrollos urbanísticos,

se ha visibilizado en las últimas décadas la necesidad de intervenir en los espacios ya

urbanizados y edificados, a menudo aquejados de déficits derivados de su obsolescencia

y de la laxitud con que fueron proyectados. No obstante, el casco urbano consolidado ya

ha sido objeto de intervención, especialmente en los centros históricos, mediante

ambiciosos planes de rehabilitación que buscaban la revalorización de barrios degradados

tanto física como socialmente. La propia naturaleza de estas actuaciones, planteadas

desde un punto de vista técnico y estético, generó procesos de gentrificación (GLASS Y

WESTERGAARD, 1965) y terciarización cuya principal consecuencia ―la expulsión

centrífuga de los anteriores residentes― exige la inclusión de una dimensión social en la

concepción de ulteriores actuaciones.

El ámbito en el que el urbanismo regenerador habrá de ser puesto a prueba es, en

el contexto español, el barrio cuya edificación muestra síntomas de obsolescencia física

―ineficiencia energética, dificultades para la movilidad, falta de equipamientos y de

espacios libres―, así como de envejecimiento demográfico, guetización o declive

económico. Estos barrios se corresponden, en su mayoría, con los edificados entre las

décadas de 1940 y 1970 en la periferia de los cascos históricos y los ensanches de

principios de siglo XX, concebidos a modo de barriadas obreras o polígonos

residenciales. El objetivo de la regeneración radica en la dinamización de su tejido urbano

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y social sin que ésta suponga la expulsión de su población. Para ello es preciso conjugar

diversas escalas, que van desde la global ―en el marco de una sociedad red (CASTELLS,

1997) y bajo el amparo de unas directrices comunitarias― a la local, y desde una

perspectiva de carácter técnico ―inseparable del urbanismo― a otra de corte socialmente

inclusiva, en la que habrá de primar la pluralidad de los procesos generadores de

decisiones en el marco de una gobernanza urbana más participativa.

La democratización del urbanismo, y su encaje a escala de barrio, exige además

el concurso de una serie de actores capaces de definir este nuevo enfoque colaborativo.

La incorporación de otras disciplinas al debate urbanístico, como la Sociología o la

Geografía, o la propia reconversión de técnicos y arquitectos en facilitadores, resultan

factores clave a la hora de interpretar y alentar las dinámicas bottom up con que la

ciudadanía busca recuperar su derecho a la ciudad (LEFEBVRE, 1973).

Lejos de responder a una novedad de carácter radical y reciente, esta concepción del

urbanismo como disciplina colaborativa y regeneradora cuenta con antecedentes a nivel

teórico y práctico que explican la creciente convergencia entre sus dimensiones técnica y

participativa. A mediados de la década de 1960 el papel del planificador como simple

técnico comienza a ser puesto en duda ante la necesidad de establecer una democracia

urbana efectiva, basada en un rol más proactivo por parte de la ciudadanía (DAVIDOFF,

1965). La inclusión de los vecinos en el debate urbano introduce, de esta forma, una

preocupación por su calidad de vida que trasciende los anteriores modelos basados en

aportaciones individuales al cobrar más protagonismo las reivindicaciones colectivas

realizadas desde la base social. A finales de la misma década, la rehabilitación del casco

histórico de Bolonia se erige en el ejemplo paradigmático de cómo una actuación de

conservación patrimonial puede, al mismo tiempo, respetar los usos tradicionales del

tejido urbano sin perjuicio para sus residentes y usuarios, si bien se trata de un caso

excepcionalmente exitoso. Pero es en Reino Unido donde las políticas de regeneración

urbana impulsadas desde la Administración pública conocen su primer desarrollo

normativo específico (GIFREU FONT, 1997), país en el que el urbanismo participativo a

escala de barrio ha encontrado encaje legal con las The Neighbourhood Planning

Regulations de 2012, texto pionero en la materia.

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En España la situación en la década de 1960 es bien distinta. En pleno desarrollismo, y

ante el importante aumento de población urbana que supuso el éxodo rural, la ciudad se

expande rápidamente tanto en superficie como en altura, provocando en ocasiones la

concurrencia de urbanizaciones deficitarias en equipamientos y servicios y de una fuerte

densidad habitacional. Estos factores, además de la inestabilidad política y económica de

la década de 1970, explican el auge de los movimientos vecinales surgidos al amparo de

la Ley de Asociaciones de 1964 (BONET I MARTÍ, 2012; GÓMEZ BAHILLO, 2014), mediante

los cuales se ponen de manifiesto las reivindicaciones de una ciudadanía asesorada por

profesionales ―arquitectos y abogados principalmente― comprometidos con sus

demandas. La incidencia del asociacionismo vecinal (PÉREZ QUINTANA Y SÁNCHEZ LEÓN,

2008) en el diseño y gestión de la ciudad responde, no obstante, a una lógica basada en los

déficits y carente de canales de expresión y participación sensu stricto, aunque consiguió

satisfacer parte de sus reivindicaciones, además de sentar las bases de una sociedad más

proactiva en lo que respecta al hábitat urbano.

La apertura y consolidación del periodo democrático conllevó, por una parte, la

institucionalización de parte de estos movimientos, al quedar integrados muchos de sus

miembros en los Ayuntamientos constituidos tras las elecciones municipales de 1979,

mientras que por otra implicó una progresiva asimilación de los procesos participativos

en los textos legales que sucedieron a la Constitución de 1978. La Ley 7/1985,

Reguladora de las Bases del Régimen Local, abrió la puerta a esta asimilación,

concediendo a los Ayuntamientos la regulación normativa de los procedimientos y

órganos facilitadores de la participación ciudadana en cuestiones de interés local, lo cual

se hizo tangible mediante la redacción y aprobación de los Reglamentos de Participación

Ciudadana ―el de Barcelona sería aprobado en 1986, el de Zaragoza en 1987 y el de

Madrid en 1992―. Esta ley incluía, además, un régimen de organización especial para

municipios de gran población por el cual se contemplaba en ellos la división

administrativa en distritos.

Sin embargo, la incorporación del planeamiento urbanístico al ámbito de la

participación no conocería, durante la transición democrática, más que tímidos avances

con respecto a la legislación anterior (LLORENS FERRER, 2012). La Ley 19/1975, de

reforma de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, se mantuvo fiel en este

aspecto a su predecesora de 1956, manteniendo la totalidad del proceso planificador en

manos de las Administraciones públicas. Es su Texto Refundido, aprobado mediante el

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Real Decreto 1346/1976, el primero en reflejar el cambio de tendencia motivado por la

incipiente democratización de la sociedad española, estableciendo en su articulado la

obligatoriedad de someter a información pública los planes una vez aprobados

inicialmente. El Reglamento de Planeamiento aprobado mediante el Real Decreto

2159/1978 con el fin de desarrollar el TR/1976 incide y consolida esta tendencia,

garantizando el derecho de acceso a la información urbanística y detallando la regulación

referente a la publicidad de los planes, así como a su consulta por parte de los ciudadanos.

A la vista de lo hasta aquí expuesto, el proceso por el cual urbanismo y participación

tienden a converger se antoja ralentizado en el contexto de una democracia representativa

y un modelo como el vigente, en el que el papel de la ciudadanía se limita a la consulta

de los planes y la presentación de alegaciones contemplada por la normativa estatal y

autonómica. A ello habría que añadir, también para el caso de España, el retardo causado

por el régimen franquista y la propia concepción del fenómeno urbano en nuestro país,

basada mayoritariamente, al menos hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007-

2008, en la construcción de nueva planta y en la especulación urbanística. Todos ellos

son factores que explicarían tanto el escaso carácter proactivo de la sociedad española

―en comparación con las de algunos de los países de su entorno― como el débil desarrollo

de las políticas de regeneración urbana por parte de las Administraciones públicas.

Sin duda alguna, la adhesión de España a la Unión Europea en 1986 ha sido una de las

principales causas del cambio de tendencia advertido, en tanto en cuanto ha contribuido

a que la sociedad española se aproxime a los estándares comunitarios en materia

socioeconómica, política y normativa. El hecho de integrarse en la Unión ha supuesto

para el urbanismo español, además, la asimilación de un lenguaje y unos objetivos

comunes en los que destacan términos como gobernanza, sostenibilidad o ecoeficiencia.

Tras este nuevo vocabulario descansa, no obstante, un proceso de continua redefinición

de dichos objetivos en el que se han dejado sentir tanto las coyunturas económicas como

las aportaciones teóricas en cuestiones medioambientales y administrativas. Pero es el

Consejo de Europa ―organismo ajeno a la UE constituido por el Tratado de Londres en

1949― el primero en advertir que la rehabilitación urbana no sólo debía frenar la

destrucción patrimonial sino también incluir en su práctica principios que garantizasen el

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equilibrio social, tal y como queda reflejado en la Declaración de Amsterdam y en la

Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico de 1975. En un contexto de crisis

económica, la ciudad tiende a replegarse sobre su centro, renunciando a un crecimiento

insostenible para fijar su objetivo en la recuperación de los cascos históricos degradados,

tal y como pretende fomentar la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español. El

consenso discursivo sobre la necesidad de incluir la dimensión social en las actuaciones

urbanísticas conocería, sin embargo, altibajos debido a la prioridad otorgada a la

búsqueda de financiación para las operaciones de conservación patrimonial, lo cual se

pone de manifiesto en la Conferencia de Granada de 1985, en la que el Consejo de Europa

muestra un enfoque meramente técnico, dejando de lado las cuestiones sociales.

En la década de 1990 la UE retoma el testigo de estos debates incorporando a los

mismos una especial preocupación por garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

urbano (COMISIÓN EUROPEA, 1990), lo cual requiere reinterpretar las relaciones

establecidas entre los actores partícipes de la ciudad (CGLU, 2010). Comienza así un

periodo en el que se intentarán plasmar en el tejido social y urbano aportaciones teóricas

como la planificación colaborativa (HEALEY, 1992) o el empoderamiento ciudadano

(FRIEDMANN, 1992), buscando una cooperación eficiente entre los distintos niveles de

gobierno, las organizaciones empresariales y la sociedad civil. Una característica

fundamental de este nuevo enfoque es que la participación está guiada y tutelada por las

propias instituciones comunitarias, las cuales promueven las iniciativas URBAN (1994-

1999) y URBAN II (2000-2006) con el fin de proveer a las ciudades de financiación a

través de los Fondos Estructurales para la rehabilitación de barrios mediante proyectos

replicables e integrados (DE GREGORIO HURTADO, 2015).

Estas primeras experiencias se ven acompañadas por una serie de reuniones entre

los países miembro que culminan con tres documentos clave a la hora de definir la

Regeneración Urbana Integrada tal y como se contempla desde las instituciones

comunitarias. Con la Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles (2007) los

países de la UE se comprometen “a hacer uso de la herramienta de desarrollo urbano

integrado y la gobernanza asociada para su puesta en marcha, y, para este propósito,

establecer a nivel nacional los marcos necesarios”, lo cual tendrá repercusiones en la

legislación nacional, como veremos más adelante. Un año después, la Declaración de

Marsella (2008) amplía los objetivos de la Carta de Leipzig al tener en consideración el

cambio climático y la necesidad de alcanzar una mayor ecoeficiencia urbana, además de

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comprometerse a iniciar el desarrollo de un Marco Europeo de Referencia para la Ciudad

Sostenible que contribuya a la consecución de los objetivos de la sostenibilidad urbana y

del enfoque integrado (MINISTERIO DE FOMENTO, EN LÍNEA).

En 2010, y bajo la presidencia española de la UE, los ministros encargados del

Desarrollo Urbano firman la Declaración de Toledo, documento en el que se detalla en

qué medida, y con qué herramientas y políticas, las ciudades pueden coadyuvar al

cumplimiento de la estrategia Europa 2020. En él se define la Regeneración Urbana

Integrada como “un proceso planificado que ha de trascender los ámbitos y enfoques

parciales hasta ahora habituales para abordar la ciudad como totalidad funcional y sus

partes como componentes del organismo urbano, con el objetivo de desarrollar

plenamente y de equilibrar la complejidad y diversidad de las estructuras sociales,

productivas y urbanas, impulsando al mismo tiempo una mayor ecoeficiencia ambiental”,

además de subrayar repetidas veces la importancia de la participación directa por parte de

la ciudadanía en la nueva gobernanza (COMISIÓN EUROPEA, 2001) urbana y el valor

potencial con que cuenta el principio de subsidiariedad en su posible aplicación al ámbito

de la ciudad europea (MARTÍN CONSUEGRA ET AL., 2015).

Con esta sucesión de documentos propositivos no sólo se van redefiniendo los

objetivos de las políticas urbanas en el ámbito de la Unión, sino que mediante la

consideración de sus principios nucleares ―sostenibilidad, subsidiariedad y un enfoque

integrado― se pretende implicar a un sector más amplio de la sociedad en el diseño y la

gestión de la ciudad. Todo ello, no obstante, habrá de ser asimilado por las legislaciones

nacionales (APARICIO MOURELO Y DI NANNI, 2010) con el fin de dotar a la ciudadanía de

instrumentos y mecanismos de participación efectivos.

Es en este contexto donde hay que situar las novedades introducidas en los últimos años

por los poderes legislativos españoles en materia de regeneración urbana. La ley estatal

8/2013, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas ―L3R de aquí en

adelante― fue concebida para corregir el carácter deficitario de la normativa sectorial,

que hasta entonces se había volcado en respaldar la tradición urbanística española, es

decir, la producción de nueva ciudad, sin ofrecer un marco satisfactorio para las

actuaciones dirigidas a los tejidos urbanos ya consolidados. Prueba de todo ello son los

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datos ofrecidos por el boletín anual del Observatorio de Vivienda y Suelo correspondiente

al año 2014, que se muestran en la Figura 1:

Figura 1. Nº de viviendas según las licencias municipales de obra.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos recogidos en el boletín anual 2014 del Observatorio de Vivienda y Suelo.

La descompensación, mencionada por el propio legislador estatal de la L3R, que se

aprecia entre la obra nueva y la rehabilitación refleja la insostenibilidad del modelo

urbanístico español, expresada con mayor crudeza tras el estallido de la burbuja

inmobiliaria en 2007-2008. No obstante, tal y como se expone en el preámbulo de la L3R,

los problemas existentes en torno al mercado del suelo y la vivienda en España son en su

mayoría de carácter estructural y no coyuntural, es decir, serían factores previos a la crisis

económico-financiera. Además, como también recoge dicho preámbulo, el hecho de

contar con una reserva de “suelo capaz de acoger nuevos crecimientos urbanísticos para

los próximos 45 años” refuerza la necesidad de avanzar hacia un cambio de modelo. De

ahí que esta ley se plantee como una oportunidad para actuar en tres frentes: asimilación

de las aportaciones y propuestas comunitarias recientes, corrección de deficiencias

estructurales y reconversión del sector de la construcción. La Regeneración Urbana

Integrada ―definida, como ya hemos visto, desde principios de la década de 1990 en el

seno de las políticas y los debates comunitarios― se inscribe en la legislación española

bajo la forma de un potencial motor de recuperación económica basado en la consecución

de unos estándares medioambientales y energéticos, para lo cual la L3R dispone la

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creación de un nuevo instrumento, el Informe de Evaluación de los Edificios, que

sustituye a la Inspección Técnica.

Sin embargo, la asunción de estos nuevos principios, así como su desarrollo

normativo, no se ven acompañados por una atención semejante en el ámbito de la

participación ciudadana. El planteamiento con que el legislador concibe la L3R ―y el

Real Decreto Legislativo 7/2015, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de

Suelo y Rehabilitación Urbana, que la sustituye― es de carácter exclusivamente técnico,

lo cual se refleja también en los objetivos y actuaciones contempladas por el Programa

de Fomento de la Regeneración y Renovación Urbanas inscrito en el Plan Estatal de

Fomento del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación Edificatoria y la Regeneración y

Renovación Urbanas, 2013-2016 (MINISTERIO DE FOMENTO, EN LÍNEA). El urbanismo

regenerador, integrado en el concepto de rehabilitación urbana en el TR/2015, estaría

perpetuando de esta forma un modelo basado en la dimensión física de las actuaciones y

no en sus posibles efectos sobre el tejido social, por lo que cabría valorar su potencial

aportación al desarrollo de una mejor gobernanza como inexistente.

Pese a ello, es preciso recordar que, tal y como se refleja en la Constitución de

1978 y en la sentencia derogatoria 61/1997 del Tribunal Constitucional, el urbanismo es

competencia de las Comunidades Autónomas, por lo que éstas tienen la capacidad

legítima de profundizar de manera más precisa en los contenidos de la legislación estatal

siempre que no la contravengan. En este sentido, el caso de Castilla y León es mencionado

por varios autores como un ejemplo significativo de concreción y desarrollo en materia

de regeneración urbana (RUBIO DE VAL, 2015). La Ley autonómica 7/2014, de medidas

sobre rehabilitación, regeneración y renovación urbana, y sobre sostenibilidad,

coordinación y simplificación en materia de urbanismo, crea la figura de “Área de

Regeneración Urbana Integrada” incorporando como requisito para su declaración como

tal la firma de un convenio entre la Administración y la población residente, lo cual

supone un avance en tanto en cuanto favorece la participación ciudadana en los

instrumentos de gestión de las actuaciones regeneradoras.

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4. MARCO ESPACIAL

Caracterización del barrio del Oeste

El barrio del Oeste, o de Carmelitas-Oeste según la denominación oficial empleada por

el Ayuntamiento de Salamanca, es el ámbito territorial donde se desarrolla la mayoría de

las actividades y propuestas de la Asociación Vecinal ZOES. Pero, antes de pasar a hablar

sobre las dinámicas participativas y colaborativas surgidas desde o en torno a ésta, es

preciso realizar una somera descripción del barrio con el fin de exponer las características

y especificidades que le confieren una personalidad propia en el contexto urbano

salmantino.

Figura 2. Localización del barrio del Oeste en la ciudad de Salamanca. FUENTE: Elaboración propia a partir de datos de la Dirección General del Catastro y PGOU-2007 de Salamanca

Localizado al noroeste del antiguo recinto amurallado medieval de la ciudad de

Salamanca (ver Figura 2), el barrio del Oeste cuenta con una superficie de 24,9296 ha

(AYTO. DE SALAMANCA. PGOU-2007) delimitada por las avenidas de Villamayor y de

Portugal y los paseos de Torres Villarroel y de Carmelitas, vías que soportan un

importante tráfico rodado y cuyas anchuras permiten alcanzar mayores alturas en su

edificación que en la del interior del barrio (ver Figura 3), todo lo cual supone un primer

factor diferencial ―a nivel físico― que incide en el carácter de barrio-isla de Carmelitas-

Oeste y contribuye a su definición como subunidad urbana inequívocamente acotada. Este

hecho deriva, a su vez, de la propia relevancia histórica que estas vías perimetrales

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tuvieron en el trazado salmantino, bien por suponer la entrada y salida natural del recinto

amurallado ―el camino viejo de Villamayor, actualmente avenida, y el paseo de Torres

Villarroel, antigua carretera de Zamora― (DÍEZ ELCUAZ, 2003) , bien por haber acogido

infraestructuras de gran importancia para el desarrollo urbanístico de la ciudad ―el paseo

de Carmelitas, que discurre sobre el antiguo trazado de la cerca medieval, o la avenida de

Portugal, urbanizada tras el desmantelamiento de la vía del ferrocarril hacia el país

vecino― (SENABRE LÓPEZ, 2002).

Figura 3. Altura de la edificación en el barrio del Oeste.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos de la Dirección General del Catastro

En torno a estos cuatro ejes y otros dos interiores, correspondientes al primer tramo de la

carretera de Ledesma ―hoy avenida de Italia― y el regato del Anís ―que descendía

desde Pizarrales adaptándose a la topografía del terreno―, el barrio del Oeste se

desarrolla urbanísticamente a partir de finales de la década de 1910, en unos terrenos hasta

entonces ocupados únicamente por el convento de Carmelitas, el ya mencionado trazado

ferroviario y pequeñas parcelas dedicadas a la actividad agrícola. Comienza entonces un

periodo de intensa actividad urbanizadora y constructiva que culminaría con la

colmatación del solar original a finales de la década de 1930, habiéndose apoyado para

ello en un viario trazado ex novo y cuyas irregularidades responden a la propia topografía

del terreno (ver Figura 4) y a las dificultades encontradas por el Ayuntamiento para

controlar el desarrollo urbanístico de Carmelitas-Oeste.

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Figura 4. El barrio del Oeste en el plano parcelario de 1934.

FUENTE: SENABRE LÓPEZ, 2002

A este proceso de colmatación horizontal ―amparado por las Ordenanzas de

construcción en calles estrechas― le sucedería, en las siguientes cuatro décadas, otro de

recrecimiento vertical (NICOLÁS, 2015) por el cual la edificación original ―viviendas

unifamiliares de una o dos plantas a lo sumo en manzana compacta, de arquitectura

popular cuando no de autoconstrucción y salpicadas en algunos puntos con edificios

racionalistas y ajardinados de mayor calidad constructiva― iría siendo progresivamente

sustituida por bloques de viviendas de mayor altura, en base a lo permitido por las

Ordenanzas orientadas a la obtención de plusvalías y no a guardar la proporción entre la

altura y el ancho de la calle, lo cual repercute en el actual paisaje urbano del barrio debido

a las características de su trazado viario ―estrecho en su mayoría y conservado con muy

pocas modificaciones― y a la laxitud mostrada por el Ayuntamiento a la hora de limitar

este recrecimiento. Prueba de esto último son las continuas modificaciones ―hasta 4 en

el plazo de 3 años― de las Ordenanzas que el Ayuntamiento de Salamanca aprueba desde

1958 con el fin de incrementar la edificabilidad (ver Cuadro 1).

19

Alturas mínimas (en m) Alturas máximas (en m)

Calle 1947 Octubre

de 1960 Diferencia 1947

Octubre

de 1960 Diferencia

Álvaro Gil 13,05 14,05 1 16,25 17,65 1,4

Antonio Espinosa 13,05 11,30 -1,75 16,25 14,40 -1,85

Churriguera 6,55 8,55 2 9,75 11,15 1,4

Torres Villarroel 19,75 22,30 2,55 23,05 27,40 4,35

Fray Luis de

Granada 13,05 14,05 1 16,25 17,65 1,4

García Moreno 9,75 11,30 1,55 13,05 14,40 1,35

Gutemberg 13,05 14,05 1 16,25 17,65 1,4

Isidro Segovia 13,05 14,05 1 16,25 17,65 1,4

Joaquín Costa 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

José Manuel de

Villena 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Juan de Juni 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Juan Picornell 13,05 16,80 3,75 16,25 20,90 4,65

Juan de Vera 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Carretera de

Ledesma 16,25 18,80 2,55 19,75 20,90 1,15

Luis Vives 9,75 11,30 1,55 13,05 14,40 1,35

Melchor Cano 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Nieto Bonal 9,75 11,30 1,55 13,05 14,40 1,35

Padre Manjón 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Palacio Valdés 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Papín 9,75 11,30 1,55 13,05 14,40 1,35

Profesor Sáez 13,05 14,05 1 16,25 17,65 1,4

Valle Inclán 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Víctor Pradera 9,75 8,55 -1,2 13,05 11,15 -1,9

Vitigudino 9,75 14,05 4,3 13,05 17,65 4,6

Cuadro 1. Diferencias de alturas máximas y mínimas contempladas por las Ordenanzas municipales de la

Construcción de 1947 y 1960 del Ayuntamiento de Salamanca para algunas de las calles del barrio del Oeste.

FUENTE: Ordenanzas de la Construcción de 1947 y octubre de 1960

Coincide todo ello con un periodo y unas dinámicas demográficas y socioeconómicas

―éxodo rural y desarrollismo― que explican el aumento de la demanda en materia de

vivienda, una demanda que, por lo general, fue satisfecha con celeridad pero sin atender

a la necesaria provisión de equipamientos públicos y espacios libres (MIRANDA REGOJO,

1985) como establecía la normativa urbanística vigente.

Es en este periodo, y con especial intensidad entre 1960 y 1984, cuando se produce la

renovación de gran parte de la edificación del barrio y éste adquiere una imagen muy

similar a la actual, debido a que se conserva buena parte del caserío construido por aquel

entonces (ver Figura 5). La baja calidad constructiva con que se levantaron los polígonos

residenciales del desarrollismo, reflejada en un deficiente aislamiento térmico y acústico

o en el escaso soleamiento de muchas viviendas, supone un factor clave, y agravado por

20

los años, que explica las continuas referencias a la obsolescencia edificatoria en la

actualidad. La compacidad edificatoria, además, se ve acompañada en el barrio del Oeste

por una arquitectura de carácter funcional, sin alardes estéticos, que le otorga el aspecto

anodino de tantos otros barrios españoles con una historia semejante. No obstante, cabe

mencionar el hecho de que aún se conservan buenos ejemplos de arquitectura racionalista

de la década de 1930 e historicista, lo cual queda reflejado en la inclusión de catorce

inmuebles en el Catálogo de Edificios de Interés del Plan General de Ordenación Urbana

vigente (AYTO. DE SALAMANCA. PGOU-2007).

Figura 5. Antigüedad de la edificación en el barrio del Oeste.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos de la Dirección General del Catastro

La propia historia del desarrollo urbanístico del barrio del Oeste condiciona, como es

obvio, su aspecto. También tiene relevancia en tanto en cuanto permite explicar el origen

de los déficits apreciados en lo que respecta a equipamientos y espacios libres ―ausentes

salvo en la plaza de Carmelitas, la plaza del Oeste y la calle Gutenberg, y no contando

con ningún parque de los considerados como accesibles (GÓMEZ GONÇALVES, 2013)―, lo

que ha motivado que este sea uno de los temas que más consenso genera entre la población

del barrio a la hora de exponer sus reivindicaciones y demandas (ver Figura 6).

21

Figura 6. Densidad de arbolado urbano en el barrio del Oeste.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos de la Oficina Técnica Vecinal de ZOES

A estas consideraciones habría que añadirle la dimensión demográfica, pues la

compacidad edificatoria se refleja en una importante densidad habitacional que, a su vez,

explica que este sea uno de los barrios más densamente poblados de la ciudad de

Salamanca, con 353 habitantes/ha, a pesar de que en la última década el descenso de

población de Carmelitas-Oeste ha sido considerable (ver Figura 7) y más acusado que el

del conjunto de la ciudad en términos relativos (ver Figura 8).

Figura 7. Evolución de la población en el barrio del Oeste.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos del Observatorio Urbano de Salamanca

8.000

8.200

8.400

8.600

8.800

9.000

9.200

9.400

9.600

9.800

10.000

de

hab

itan

tes

22

Figura 8. Evolución de la población desde 2007 (Índice 100).

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos del Observatorio Urbano de Salamanca

En términos absolutos, tal y como recoge el Boletín semestral de coyuntura de Salamanca

publicado por el Ayuntamiento y correspondiente al segundo semestre de 2015, el barrio

de Carmelitas-Oeste es el segundo más poblado de los 45 en que se divide la ciudad, sólo

por detrás de Garrido Norte. Según datos del Padrón de diciembre de 2015, Carmelitas-

Oeste cuenta con 8.808 habitantes, el 6% de la población total del municipio, si bien esta

cifra aumenta sensiblemente ―en torno a los 10.000― si a la población de derecho se le

suma la de hecho, lo cual guarda especial trascendencia en un barrio donde residen, a

tenor de lo apreciado durante el trabajo de campo, muchos estudiantes universitarios no

empadronados en Salamanca.

Los efectos de contar con este contingente de población flotante joven no sólo

modifican los datos absolutos, sino que también influyen en la estructura demográfica del

barrio. Partiendo de los valores ofrecidos por el Sistema de Información de Indicadores

Urbanos (OBSERVATORIO URBANO DE SALAMANCA, EN LÍNEA), podemos afirmar que Carmelitas-

Oeste es uno de los barrios más envejecidos de la ciudad. En el año 2015 la población

mayor de 64 años suponía un 40,4% de su población total, lo cual lo situaba en tercera

posición, sólo por detrás de San Isidro (45,4%) y Úrsula-San Marcos (43,2%). En la

evolución reciente de los índices de envejecimiento y sobreenvejecimiento se aprecia

cómo los valores correspondientes al barrio del Oeste son superiores a los del conjunto

82

84

86

88

90

92

94

96

98

100

102

Carmelitas-Oeste Salamanca

23

de la ciudad, así como el aumento sostenido de todos ellos en los últimos años (ver Figura

9).

Figura 9. Evolución de los índices de envejecimiento y sobreenvejecimiento.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos del Observatorio Urbano de Salamanca

Las consecuencias del envejecimiento se observan en otros indicadores como la

composición familiar. En el año 2014, el 42,6% de los hogares del barrio eran

unipersonales, mientras que el mismo indicador para Salamanca arroja un valor del

38,7%, A la vista de estos índices, resulta comprensible que entre las principales

preocupaciones de los habitantes de Carmelitas-Oeste destaquen las relacionadas con la

movilidad y los equipamientos públicos y espacios de convivencia que facilitan las

relaciones interpersonales. Las causas de esta estructura demográfica envejecida son

múltiples y responden, en última instancia, a los propios movimientos de población, tanto

dentro de la ciudad de Salamanca como entre ésta y otros núcleos del país o del extranjero.

No obstante, cabe apuntar que una de las razones radicaría en que buena parte de la

población que engrosa las cohortes superiores es la misma que se estableció en el barrio

durante la fase de renovación y el periodo edificatorio más intenso que, como ya ha sido

expuesto, se dio entre 1960 y 1984. La ralentización de la renovación urbana desde

entonces habría supuesto un freno para la llegada de población más joven, que habría

optado por residir en otros barrios de la ciudad y su entorno con una mayor oferta de

vivienda nueva o seminueva. A esta apreciación podría añadírsele el hecho de que, en

términos relativos, Carmelitas-Oeste no es de los barrios que más población extranjera ha

15

20

25

30

35

40%

Envejecimiento Oeste Envejecimiento Salamanca

Sobreenvejecimiento Oeste Sobrenvejecimiento Salamanca

24

atraído ―un 5,4% de la población total en 2015―, por lo que no se ha producido un

rejuvenecimiento tan notable como en otras zonas de la ciudad.

La antigüedad de la edificación, sobre la que ya se ha hablado anteriormente, no

sólo desincentiva la renovación de los efectivos demográficos, sino que en ocasiones

implica una obsolescencia manifestada en la ausencia de ascensores y otras comodidades

que facilitan el día a día a personas mayores o con problemas de movilidad, además de

generar un mayor gasto energético en los edificios con un aislamiento deficiente e

instalaciones anticuadas. No obstante, todo ello es susceptible de poder ser corregido

mediante políticas de regeneración urbana que atiendan a los déficits del barrio y las

demandas de la población local.

En el plano socioeconómico y laboral, los datos ofrecidos por el Observatorio

Urbano de Salamanca dibujan un panorama que, por lo general, guarda bastantes

semejanzas con la estructura observada para el conjunto de la ciudad, cuyo tejido

económico está volcado en el sector terciario. No obstante, cabe destacar la pujanza del

barrio del Oeste en cuanto al número de actividades empresariales y profesionales

radicadas en el mismo, ya que en el año 2014 concentraba el 7,3% del total de la ciudad,

siendo ―junto con el barrio denominado Centro― el único en superar las 1.000 licencias.

De las 1.003 licencias de Carmelitas-Oeste, una corresponde al sector primario, mientras

que la industria acapara otras 21 y la construcción 49. Las restantes 932 corresponden al

sector terciario, donde el comercio minorista, con 327 licencias, los servicios financieros,

jurídicos y empresariales, con 187, y la hostelería, con 115, suponen el grueso de la

actividad económica del barrio. El hecho de que cuente con un peso relativo tan destacado

en la economía salmantina ―al menos en lo que a concentración de actividades se

refiere― es un factor muy a tener en cuenta y que contrasta con lo que cabría esperar de

su estructura demográfica, pues denota una vitalidad económica basada en la marcada

vocación comercial de sus vías perimetrales ―las avenidas de Portugal y de Villamayor

y el paseo de Carmelitas―, de la avenida de Italia y de otros ejes que en los últimos años

han experimentado un importante empuje como las calles Wences Moreno y Gutenberg.

Nos encontramos, por tanto, ante un barrio en el que se aprecian dos dinámicas

contrapuestas. Por una parte, el declive demográfico es evidente a tenor de los indicadores

considerados, mientras que, por otra, su tejido económico da muestras de una relativa

fortaleza y diversificación debido al creciente atractivo que genera el barrio del Oeste en

25

el ámbito local pero también nacional, como demuestra la atención que ha recibido

recientemente por parte de varios medios de comunicación y revistas (LA AVENTURA DEL

SABER, YOROKOBU, TRAVELER, VANITATIS). Para comprender este fenómeno es preciso exponer

el papel que en él vienen jugando diversos actores locales, como la Asociación Vecinal

ZOES o la Asociación de Comerciantes del barrio del Oeste, cuya actividad en varios

frentes ha contribuido a dinamizar la zona promoviendo la participación ciudadana y un

enfoque colaborativo a los que dedicaremos los siguientes apartados del presente TFG.

26

Indicador barrio del Oeste Salamanca % barrio del Oeste /

Salamanca

Población (2015) 8.808 147.993 6

Índice de envejecimiento

(2014) 38,79 27,61 -

Índice de

sobreenvejecimiento

(2014)

25,69 23,85 -

% hogares con 1 miembro

(2014) 42,6 38,7 -

% extranjeros (2015) 5,4 5,8 -

Edificios totales (2012) 386 11.251 3,4

Viviendas familiares

(2012) 6.260 91.196 6,9

Total de unidades urbanas

(2012) 10.821 168.246 6,4

Uds. urbanas <100 m2

(2012) 6.891 123.588 5,6

Uds. urbanas de 100 m2 a

499,99 m2 (2012) 3.900 43.334 9

Uds. urbanas de 500 m2 a

999,99 m2 (2012) 23 555 4,1

Uds. urbanas de 1.000 m2

a 9.999,99 m2 (2012) 7 630 1,1

Uds. urbanas de uso

residencial (2012) 6.260 91.196 6,9

Uds. urbanas de uso no

residencial (2012) 4.561 77.050 5,9

Parcelas urbanas

edificadas (2012) 387 9.840 3,9

Parcelas urbanas solares

(2012) 0 1.892 0

Aparcamientos, garajes y

cocheras totales (2012) 456 4.834 9,4

Locales activos (2012) 763 10.418 7,3

Locales inactivos (2012) 170 2.733 6,2

Locales activos:

Equipamientos de salud

(ambulatorios, centros de

salud, hospital) (2012)

27 216 12,5

Locales activos:

Equipamientos educativos

(colegio, facultad) (2012)

2 124 1,6

Locales activos:

Equipamientos culturales

o deportivos (teatro, cine)

(2012)

1 41 2,4

Locales activos: Local

comercial (2012) 397 4.881 8,1

Locales activos: Oficinas

(2012) 128 1.558 8,2

Locales activos: Resto de

locales (2012) 208 3.472 6

Cuadro 2. Perfil comparativo del barrio del Oeste y la ciudad de Salamanca.

FUENTE: Elaboración propia a partir de datos del Observatorio Urbano de Salamanca

27

Características de la unidad

urbana

Población censada 11.416

Nº de viviendas con población censada 4.677

Superficie de polígono bruto (m2) 249.296

Superficie de suelo edificado (manzanas) (m2) 151.082

Nº de manzanas incluidas en el ámbito 55

Nº de parcelas incluidas en el ámbito 378

Nº de viviendas (existentes y proyectadas) 6.039

Superficies construidas

parciales (sin coeficiente de

homogeneización) (m2)

Residencial 645.615

Industria 633

Religioso 1.372

Aparcamiento/Garaje 108.387

Deportivo 0

Espectáculos 0

Enseñanza 13.880

Comercio 60.098

Oficinas 13.470

Turismo 2.150

Almacén 15.368

Otros usos 658

TOTAL 861.631

Superficies de suelo de

sistemas generales -SG- (m2)

Sistemas generales Viario 28.036

Sistemas generales Espacios libres 0

Resto sistemas y Dotaciones generales (Edificación) 236

Superficies de suelo de

dotaciones locales -DL- (m2)

Viario local 70.178

Dotaciones locales de espacios libres 0

Resto dotaciones locales (Edificación) 5.078

Parámetros urbanísticos de

partida

Uso predominante R (Resid.)

Zona de ponderación de usos B

Superficie construida homogeneizada (m2) 752.476

% Viario local y espacios libres 31,7814

Superficie de polígono neto (Pn) 220.967

Superficie construida bruta (m2/ha) 90.364

Densidad. Viviendas/ha (s/superficie bruta) 242

Densidad. Viviendas/ha (s/superficie neta) 273

Superficie construida neta (m2/ha) 102.055

Parámetros urbanísticos de

cálculo

Superficie solares insuficientes (m2) 6.503

Superficie construida de solares insuficientes (m2) 11.939

Nº de viviendas de solares insuficientes (ud) 67

Superficie de polígono de cálculo (Pc) 212.462

Densidad (viviendas/ha) 280

Superficie construida (m2/ha) 104.500

Techo máximo de superficie edificable disponible (m2) 29.909

Cuadro 3. Información referente al barrio del Oeste contenida en el PGOU-2007 de Salamanca

28

5. DIMENSIÓN PARTICIPATIVA

El papel dinamizador de ZOES y otros actores locales

A pesar de sus limitaciones en cuanto a condiciones físicas, trama urbanística y estructura

demográfica, es innegable que en los últimos años el barrio del Oeste se ha convertido en

uno de los más atractivos de Salamanca, lo cual ha motivado, entre otras cosas, su

inclusión en la actividad promocional desempeñada por la Oficina de Turismo municipal,

lo que supone toda una novedad en una ciudad tradicionalmente volcada en la

conservación y aprovechamiento de su rico patrimonio histórico y monumental. Pero este

atractivo turístico, plasmado también en la organización de recorridos guiados por el

barrio por parte de empresas locales (INSPIRATUR VIAJES, EN LÍNEA), no es más que la

confirmación del creciente dinamismo promovido por una serie de actores locales y que

tiene repercusión en la vida cotidiana del Oeste y sus residentes. Por medio de iniciativas

destinadas a enriquecer la oferta cultural, a incentivar las relaciones sociales y a

embellecer el paisaje urbano se ha fomentado la construcción de una identidad local

especialmente comprometida con la idea de que es la ciudadanía quien hace la ciudad y

el propio vecino quien hace su barrio. Nos encontramos, por tanto, ante un fenómeno

abierto, vivo y que responde a una lógica de beta permanente (PAISAJE TRANSVERSAL,

2012) por la cual no sólo se persiguen unos objetivos fruto del consenso sino la continua

mejora del propio proceso mediante la experimentación y la aplicación de un enfoque

colaborativo. Por otra parte, al surgir desde la base del tejido social ―siguiendo un

modelo bottom-up―, el conjunto de iniciativas y propuestas desborda los canales clásicos

de participación contemplados por la democracia representativa, lo cual motiva la

búsqueda y construcción de nuevos espacios híbridos ―entre lo digital y lo presencial,

entre la reivindicación y la acción― en los que desarrollar una nueva gobernanza urbana

basada en la cooperación y no en el control jerárquico o institucional (ARENILLA SÁEZ,

2012).

En el ámbito del barrio del Oeste, el principal actor implicado en este tipo de

dinámicas es la Asociación Vecinal ZOES. Constituida en 1977, su creación responde al

contexto sociopolítico y urbanístico expuesto en los apartados anteriores, es decir,

aparece con la intención de tener una voz propia ante las instituciones municipales que

transmitiera las reivindicaciones y demandas de los vecinos, a saber, el asfaltado de calles

y la mejora de la red y abastecimiento de agua en los hogares (ZOES, EN LÍNEA). Con el

29

objeto de dar a conocer sus actividades, labor a la que siguen dedicando actualmente una

especial atención a través de su página web o de redes sociales como Facebook, se

comienza a editar por aquel entonces la revista Papeles de ZOES y Barros. En la misma

línea se sitúa otra de sus primeras iniciativas, la celebración de un rastro semanal en la

plaza del Oeste que contó con una gran aceptación entre la población salmantina durante

la década de 1980 y hasta su cambio de ubicación. En este tipo de propuestas, así como

en las negociaciones mantenidas con el Ayuntamiento durante sus inicios para que les

fuera habilitado un local adecuado a sus actividades, se aprecia ya una actitud constructiva

e inconformista que, mantenida durante sus casi 40 años de existencia, se ha convertido

en un factor diferencial a la hora de explicar su destacado papel dentro del asociacionismo

salmantino.

Sus objetivos, no obstante, continúan siendo semejantes a los que condujeron a su

constitución como asociación en 1977. La preocupación por mejorar la calidad de vida

de los vecinos del barrio del Oeste no se entiende de manera sectorial o aislada, sino que

es contemplada desde una perspectiva integral, por la cual se valoran las posibilidades de

actuación tanto desde el punto de vista físico ―pretendiendo mejoras en accesibilidad y

eficiencia energética, entre otros aspectos― como en el plano social ―buscando nuevos

espacios de convivencia y cooperación que incentiven el carácter proactivo de la

población local―. Ello supone, como ya ha sido planteado, que el modo en que se

conciben y desarrollan sus propuestas, sus intervenciones en el espacio urbano y sus

actividades lúdicas cuenta con una relevancia igual, si no mayor, que la que recae en la

materialización de sus objetivos. En palabras de Inmaculada Cid ―presidenta de ZOES

desde el año 2003― los principales valores de la asociación son la flexibilidad y la

informalidad en su funcionamiento interno, pues sólo a través de ellos es posible preservar

un dinamismo que la institucionalización o la observancia de la jerarquía directiva

convertirían en rigidez. Prueba de este planteamiento es la buena predisposición de ZOES

para establecer colaboraciones con cualquier agente externo a la asociación, lo cual

favorece la consecución de sinergias positivas para unos y otros.

En este sentido, y a pesar de que será objeto de mayor desarrollo más adelante,

cabe destacar la relación mantenida por ZOES con el colectivo artístico Lemarte

(LEMARTE, EN LÍNEA) ―materializada en el Concurso de pintura mural y graffitis Galería

Urbana (GALERÍA URBANA, EN LÍNEA)―, la Fundación Luna ―junto a la que ha organizado

una Jornada de Pro-Adopción de perros―, el club deportivo Ajedrez Salamanca ―que

30

permite la celebración de partidas simultáneas de ajedrez en la plaza Carmelitas―, la

Sociedad Micológica Lazarillo y la cafetería Boleto Negro ―gracias a la cual se ha

celebrado un Fin de semana Micológico y Gastronómico por el barrio―, el Centro de

Estudios eLutum (ELUTUM, EN LÍNEA), la Asociación de Comerciantes del barrio del Oeste

―junto a la que realiza labores de promoción del comercio minorista y de proximidad―

y la Universidad de Salamanca, especialmente a través de su Máster en Arquitectura y

Diseño de Interiores (MADin-USAL) ―corresponsable del Concurso de Escaparates

DecÓeste y de la Oficina Técnica Vecinal― y del Departamento de Geografía en el

marco del proyecto de investigación “Espacios y prácticas económicas alternativas para

la construcción de la resiliencia en las ciudades españolas” a desarrollar entre 2016 y

2018 (SÁNCHEZ HERNÁNDEZ ET AL., 2016).

Como se puede observar, el interés creado por el papel de ZOES como agente

dinamizador del barrio del Oeste ha atraído a un buen número de colaboradores y

facilitadores cuya participación en el proceso enriquece y diversifica los ámbitos de

actuación de la asociación. La variedad de iniciativas llevadas a cabo en los últimos años

supone la expresión tangible del carácter integrado con que se concibe la regeneración

urbana, permitiendo así la emergencia de un incipiente tejido reticular en el que se

inscriben innovaciones de carácter social y prácticas económicas alternativas (MÉNDEZ,

2015) susceptibles de incrementar, además, la resiliencia de un territorio en un contexto

de crisis (ALONSO SANTOS, 2013). Para ilustrar esa variedad de iniciativas se ofrece a

continuación una propuesta de clasificación en la que se integran algunas de las más

destacadas de las impulsadas por ZOES:

Iniciativas destinadas al fomento de la cohesión social

En relación a la ya mencionada población universitaria que escoge el

barrio del Oeste como lugar de residencia, cabe destacar la celebración del

September Fest o Semana del Barrio a inicios del curso académico, concebida a

modo de bienvenida para los estudiantes que, de esta forma, ven facilitada su

integración en la vida del barrio.

La carrera popular Milla Urbana del barrio del Oeste, que en este 2016 ha

celebrado su cuarta edición, supone una oportunidad para la realización de esta

práctica deportiva en un ambiente familiar y distendido. En su organización

31

participan también la Asociación de Comerciantes del barrio, la Delegación

Salmantina de Atletismo y el Ayuntamiento.

Con el mismo objetivo de aunar participación ciudadana y ocio se celebran

periódicamente partidas simultáneas de ajedrez en la plaza de Carmelitas, para lo

cual ZOES cuenta con la colaboración del club deportivo Ajedrez Salamanca.

Bajo este mismo epígrafe podemos adscribir los servicios de asesoramiento y

atención que, gratuitamente, se ofrecen a los vecinos desde la asociación vecinal,

como la atención psicológica y la mediación familiar, la asesoría jurídica y los

servicios de consultoría técnica que la Oficina Técnica Vecinal ―en la cual

colaboran alumnos del máster MADin-USAL― ofrece en materia de

rehabilitación de viviendas, asesorando a las comunidades de propietarios

interesadas acerca del marco legal vigente y de las posibilidades de percibir

subvenciones para acometer las obras pertinentes.

Iniciativas destinadas a la promoción del comercio de proximidad

En este apartado podemos destacar el mercadillo dominical que, durante

la primavera y el verano, se instala periódicamente en la plaza del Oeste con la

intención, por una parte, de recordar los orígenes del rastro salmantino en este

mismo emplazamiento y, por otra, para ofrecer un espacio diferente tanto a los

comerciantes del barrio como a los potenciales clientes que rompe con la tónica

cotidiana bajo un ambiente festivo ―con música en directo y actividades

infantiles―. En la misma línea, pero con una faceta de concienciación que incide

en la relación estética-calidad alimentaria, se celebra el Mercado de Verduras

Feas.

En lo que respecta a la defensa del comercio minorista local, tanto ZOES como la

Asociación de comerciantes del barrio del Oeste desempeñan, a través de sus redes

sociales, una importante labor de difusión y promoción que incluye actividades de

bienvenida cuando un nuevo comercio se establece en el barrio.

Para reforzar esta sinergia entre el comercio local y ZOES, recientemente se ha

celebrado el Primer Encuentro de Emprendedores Barrio del Oeste, al que

pudieron asistir todos aquellos autónomos, profesionales y empresas establecidas

en el barrio a partir del año 2014.

32

Iniciativas destinadas a la promoción artística y cultural

Es en este ámbito donde se ha desarrollado la iniciativa con mayor

repercusión a nivel mediático de las aquí referidas. La Galería Urbana supone la

intervención artística que más ha contribuido a embellecer el paisaje urbano del

barrio, poniendo además en valor un recurso pasivo pero abundante ―muros,

medianeras y portones de garajes―. Planteado en colaboración con el colectivo

artístico Lemarte, consiste en la celebración anual ―en 2016 se ha celebrado su 5ª

edición― de un Concurso de Pintura Mural y de Graffitis que no sólo está

modificando el anterior aspecto anodino del barrio sino que también ejerce como

reclamo para la participación de muchos jóvenes en una ciudad que cuenta con

una Escuela de Artes y una Facultad de Bellas Artes.

El Concurso de Pintura Rápida al Aire Libre Plaza de Carmelitas, cuya última

edición tuvo que ser suspendida debido a la meteorología adversa, contribuye de

igual manera a imprimir la vocación artística que el barrio del Oeste ha ido

adquiriendo en los últimos cinco años.

La promoción artística y cultural abarca también otras artes como el cine, con la

celebración al aire libre de un Festival de Cine Corto en la calle Granero, la

música, con el Festival Folklórico San Juan de Sahagún y la Primavera Musical

―que en 2016 consistió en un Encuentro de Corales a pie de calle― o la literatura,

con el Concurso de Microrrelatos Leyendo a la Luz de la Luna cuya entrega de

premios tiene lugar en la plaza del Oeste y que ya ha superado su 6ª edición.

Intervenciones e instalaciones urbanas efímeras y definitivas

Ante la carencia de incentivos estéticos que humanicen el paisaje urbano

o mitiguen la hostilidad de un espacio densamente construido (GEHL, 2006), la

creatividad demostrada por los grupos ZOES en Verde y Quedamos y Punto a la

hora de plantear intervenciones de bajo coste mediante el aprovechamiento de

materiales reciclados ha supuesto un elemento claramente distintivo en la ciudad

de Salamanca. La transformación de tetrabricks y cajas de cerveza en macetas, la

colocación de “patatas con mensaje” en los alcorques de la plaza del Oeste o los

bancos, bolardos y escaleras enfundados en labores de ganchillo y patchwork

ayudan a conformar una imagen más amable del barrio cuyos vecinos, ante la falta

de iniciativa por parte del Ayuntamiento en materia de ornato, han optado por

33

llevar a cabo acciones propias de lo que se ha dado en llamar urbanismo táctico

(PFEIFER, 2013).

La reciente intervención efímera en la fuente de la plaza del Oeste, a la que se le

dio el nombre de Pescadores de Sonidos, resulta otro buen ejemplo de cómo, con

apenas unos flotadores y unos paraguas, es posible participar de manera activa en

un paisaje variable que rompe la rutina del propio entorno. Otras intervenciones,

en cambio, perviven en el espacio pasando a ser definitivas, como el proyecto

Tren con destino al recuerdo, que pretende homenajear al trazado ferroviario que

discurría por la actual avenida de Portugal y rescatar del olvido las experiencias

de los vecinos vinculadas a dicho infraestructura. Este proyecto, además, es otro

buen ejemplo de cooperación entre diversos actores, pues es fruto de la

colaboración entre ZOES en Verde, ADIF y el Centro Integrado de FP Lorenzo

Milani. También se antoja definitiva la bibliocabina de la plaza del Oeste, que

mediante la sustitución de una cabina telefónica por unos estantes pretende

compensar la ausencia de equipamientos culturales en el barrio ofreciendo un

espacio para los llamados libros libres que cualquiera puede donar y tomar

prestados a condición de devolverlos una vez leídos.

En colaboración también con los alumnos del máster MADin-USAL ha tenido

lugar recientemente la primera edición del Concurso de Escaparates DecÓeste,

una intervención efímera en algunos de los comercios de la calle Wences Moreno

dedicada al mundo del cine.

Por último, el Festival de Microjardines Urbanos a cargo de ZOES en Verde

celebró en abril de 2016 su primera edición, que consistió en el aprovechamiento

de los parterres de la calle Gutenberg para integrar en ellos propuestas realizadas

por diversos colectivos con el fin de explorar nuevos diseños y posibilidades en

lo que respecta a la jardinería urbana.

Mediante el diseño colectivo de propuestas e iniciativas, abierto a agentes externos, se

pretende así la construcción de una identidad comunitaria con repercusiones en el plano

físico y social. La imagen del barrio, que en el contexto urbano salmantino se ha

convertido en sinónimo de vanguardia y modernidad, ha sufrido intervenciones de

carácter efímero o revertible cuyo principal valor es la corresponsabilidad asumida por

34

parte de todos los agentes participantes, ya sea mediante su diseño, a través de la donación

de material, del ofrecimiento de un soporte físico ―paredes y puertas de cocheras― o de

la publicitación posterior de las obras y actuaciones una vez llevadas a cabo. Por medio

de este urbanismo emergente se plasma, por tanto, un empoderamiento ciudadano basado

en la participación real y efectiva de la sociedad local en la toma de decisiones.

No obstante, la satisfacción de las principales demandas vecinales continúa

dependiendo de instituciones como el Ayuntamiento o la Junta de Castilla y León. El

déficit dotacional apreciado, así como la oportunidad de impulsar un Plan de

Regeneración Urbana Integrada para todo el barrio, suponen retos ante los que ZOES ha

decidido adoptar una actitud abiertamente propositiva, con unas reivindicaciones de

carácter lúdico-festivo sobre el terreno y la redacción de documentos técnicos por parte

de agentes facilitadores ―como el arquitecto Román Andrés Bondía― cuyo objetivo

fundamental es demostrar la viabilidad de las propuestas y establecer un diálogo fructífero

con el Ayuntamiento.

En este sentido, desde ZOES se ha entendido la lealtad institucional como el

mejor punto de partida para el establecimiento de este diálogo, evitando una

confrontación directa con el Ayuntamiento que convirtiese a los vecinos en la oposición

de sus propios representantes públicos, y valorando la posible duración del proceso como

una oportunidad para incrementar el consenso y la implicación ciudadana, elementos

clave a la hora de sostener y defender las propuestas recogidas en la documentación

técnica remitida al Patronato Municipal de Vivienda y Urbanismo (PMVU, EN LÍNEA). El

siguiente apartado del presente TFG está dedicado a explicar cómo se han canalizado las

demandas vecinales en su dimensión técnica y qué acogida han recibido en el plano

institucional.

35

6. DIMENSIÓN TÉCNICA

Propuestas concretas y acogida institucional

Al hablar del modo en que se desarrolla y da forma a este nuevo urbanismo participativo

es necesario destacar la labor desempeñada por los llamados agentes facilitadores. En el

contexto de una disciplina marcadamente técnica y arraigada en una tradición normativa

que la sitúa más cerca del ámbito de actuación de las Administraciones públicas que del

de la propia base social, el papel de estos agentes resulta importante a la hora de canalizar

las demandas de la ciudadanía de manera que éstas encuentren su encaje en la legislación

vigente.

Como ya fue dicho anteriormente, la eclosión de los movimientos vecinales

surgidos en la década de 1970 requirió la participación en el proceso de una serie de

profesionales ―especialmente arquitectos y abogados, pero también sociólogos y

geógrafos― cuyos conocimientos específicos en materia de urbanismo contribuyeron a

la maduración de las reivindicaciones propias de un periodo de incipiente

democratización en la sociedad española. En ocasiones integrados en las propias

asociaciones vecinales, estos profesionales debían conjugar su papel como ciudadanos y

como técnicos con el fin de facilitar la interlocución con los Ayuntamientos, objetivo que

sigue presidiendo la actividad de facilitadores y colaboradores externos en la actualidad.

No obstante, cada caso recogerá las especificidades derivadas del grado de

implicación y cercanía que se pretenda en esta relación entre asociaciones, movimientos

y técnicos de apoyo. La labor facilitadora de éstos podrá responder, por tanto, a una

extensa variedad de enfoques, desde la adopción de un papel neutral en lo que respecta a

las demandas a otros de carácter más comprometido con el planteamiento de las mismas

o el enriquecimiento del debate urbano.

Por otra parte, durante las últimas cuatro décadas se ha ido incorporando al acervo

urbanístico una serie de términos y conceptos como gobernanza, sostenibilidad, eficiencia

y accesibilidad cuya consideración integral afecta a la calidad de vida ofrecida por el

ecosistema urbano. La naturaleza de las demandas y propuestas surgidas en el seno de un

modelo bottom-up participa de esta evolución, así como las herramientas de diagnóstico

creadas al objeto de homogeneizar estudios y de identificar posibles ámbitos de actuación.

El Sistema de indicadores y condicionantes para ciudades grandes y medianas

(MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE, EN LÍNEA), redactado y

36

publicado por los ministerios españoles de Fomento y de Medio Ambiente, la Red de

Redes de Desarrollo Local Sostenible y la Agència d’Ecologia Urbana de Barcelona,

supone todo un avance en este aspecto al proponer 52 indicadores divididos en 7 ámbitos

de estudio: Ocupación del Suelo, Espacio Público y Habitabilidad, Movilidad y Servicios,

Complejidad Urbana, Espacios Verdes y Biodiversidad, Metabolismo Urbano y Cohesión

Social. Mediante la definición de este tipo de indicadores se expresa, de esta forma, la

propia evolución y extensión del urbanismo hacia nuevos campos de interés ―apenas

presentes en los debates de la década de 1970―, además de la intención por proveer a los

técnicos de nuevas herramientas que posibiliten la realización de diagnósticos replicables

y estandarizados, lo cual permite su comparación y el posterior análisis de los efectos

generados por las actuaciones planteadas. Todo ello redunda, por tanto, en innovaciones

que el agente facilitador puede y debe integrar en sus actividades de manera que estos

indicadores complementen las apreciaciones de la comunidad local con que colabora.

En el caso del barrio del Oeste se aprecia, como ya hemos visto, un especial interés por

alentar dinámicas colaborativas que impliquen directamente a los vecinos. Muchas de

ellas generan, además, intervenciones con un impacto visual positivo, celebraciones de

carácter simbólico ―como la fiesta de despedida que se le dedicó a los edificios Mirador

y Diáspora en la plaza del Oeste poco antes de su derribo― y actividades que, en

definitiva, consolidan el tejido social construyendo identidad. Esta vocación

revitalizadora, que trasciende la faceta física de las actuaciones de rehabilitación y

renovación urbanas, es la que nos permite hablar aquí de regeneración, si bien se ve

acompañada por una serie de demandas ―más espacios libres y equipamientos

dotacionales, corrección de la obsolescencia en materia de accesibilidad y eficiencia

energética― que requieren, debido a su especificidad técnica, la participación en el

proceso de agentes facilitadores que aporten viabilidad al mismo.

Para ello, ZOES cuenta con la colaboración desinteresada de los socios del centro

de estudios eLutum, y en especial con la del arquitecto Román Andrés Bondía ―socio de

dicho centro, también del estudio poetaiglesias22arquitectos

(POETAIGLESIAS22ARQUITECTOS, EN LÍNEA) y profesor en el ya mencionado MADin-USAL y

el máster en Regeneración Urbana, Rehabilitación y Diseño de Interiores de la

Universidad de Salamanca (MARd-USAL)―. Fruto de esta colaboración, la redacción

de sucesivos documentos a propuesta de ZOES ha ido definiendo, matizando y

37

enriqueciendo un proyecto concebido en el marco de la legislación urbanística vigente y

que demanda el apoyo institucional del Ayuntamiento para continuar y profundizar en las

medidas de regeneración puestas ya en práctica. De este modo, y partiendo del análisis

integrado de las características del barrio, se ha redactado un proyecto de Regeneración

Urbana Integrada en el barrio del Oeste en el que se combinan las propuestas de

intervención física con otras relacionadas con la gobernanza y la participación ciudadana.

En dicho documento se proponen, entre otras medidas, la peatonalización de un sector

del barrio, la búsqueda de un espacio adecuado para corregir su déficit dotacional, la

valorización de la Galería Urbana o la consideración, por parte del Ayuntamiento de

Salamanca, del barrio del Oeste como barrio piloto en el que poder ensayar políticas de

regeneración urbana con el apoyo de ZOES como entidad mediadora entre los vecinos y

el propio Ayuntamiento. Tras un buen número de revisiones y ampliaciones, el

documento final fue remitido al Patronato Municipal de Vivienda y Urbanismo (PMVU)

en noviembre de 2015, con ocasión del anuncio por parte del Ayuntamiento de Salamanca

de un futuro Plan Integral de Rehabilitación mediante el que habría de actuar en quince

barrios de la ciudad (SALAMANCA24HORAS, EN LÍNEA).

Además de plasmar las propuestas de ZOES en un documento de carácter técnico,

argumentado en base al lenguaje específico de la disciplina urbanística, desde el

conocimiento de la normativa vigente y apoyado por el empleo de indicadores de

sostenibilidad y una base de datos SIG, el papel de Román Andrés como facilitador ha

consistido en dar a conocer el proyecto al sector privado, ya que las empresas dedicadas

a la construcción, la movilidad y el abastecimiento energético son tenidas en cuenta a la

hora de buscar un futuro apoyo económico que podría materializarse mediante la firma

de un convenio entre Ayuntamiento, empresa privada y asociaciones vecinales. También

se han concertado reuniones con otros colectivos, como el Colegio de Administradores

de Fincas de Salamanca y Zamora, con el objetivo de debatir sobre las novedades

introducidas por la Ley 8/2013, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas,

y la que desarrolla ésta en Castilla y León. No obstante, estos encuentros se han celebrado

con una intención divulgativa, y la obtención de compromisos tangibles por parte del

sector privado dependerá de la postura que adopte el Ayuntamiento respecto a las

propuestas planteadas por ZOES. La entidad pública que ejerce como Oficina de

Rehabilitación Municipal dependiente del Ayuntamiento salmantino, el PMVU, ha sido

38

la destinataria de estas propuestas, por lo que también ha sido consultada en el transcurso

del trabajo de campo realizado en el marco del presente TFG.

Vinculado a la Asociación Española de Gestores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS, EN

LÍNEA), el Patronato Municipal de Vivienda y Urbanismo de Salamanca cuenta con dos

funciones principales en la actualidad. De cara al público funciona como una ventanilla

de atención al ciudadano a través de la cual se ofrece información a vecinos particulares,

asociaciones y empresarios interesados en promover y llevar a cabo obras de

rehabilitación, renovación y/o regeneración. Para ello realiza una labor de asesoramiento

en todo lo relacionado con la Inspección Técnica de Edificaciones, el Informe de

Evaluación Energética y la tramitación y concesión de las ayudas contempladas por los

planes estatales de vivienda y rehabilitación.

Aparte de este servicio de atención al público, el PMVU cuenta con las

atribuciones propias de un organismo planificador. En palabras de Andrés García

Alcalde, jefe del servicio de proyectos del Patronato, el Ayuntamiento salmantino ha

encomendado a esta entidad la redacción de un Plan General de Rehabilitación cuya

aplicación supondría, en el curso de las próximas dos décadas, actuaciones en unos 40.000

inmuebles de 15 barrios de la ciudad, entre los cuales se encuentra el barrio del Oeste.

Tal y como está siendo planteado por parte del PMVU, este Plan consistiría en el

establecimiento de una serie de directrices generales a respetar en todo el casco urbano

que luego se desarrollarían y concretarían a través de una directrices específicas

atendiendo a las necesidades concretas de cada barrio. El encargo recibido por el PMVU,

hecho público en noviembre de 2015, suscitó el interés de diversas asociaciones vecinales

de la ciudad, algunas de las cuales aprovecharon para remitir al Patronato sus propuestas.

Entre estas asociaciones destaca ZOES, cuyo documento, según Andrés García, es el

mejor definido desde el punto de vista técnico debido a la implicación de sociólogos,

arquitectos y la Universidad de Salamanca, llegando a superar en nivel de detalle algunos

de los indicadores y datos recabados por el PMVU. También la AA.VV. de San Bernardo,

barrio contiguo al del Oeste, presentó sus propias aportaciones.

En la primavera de 2016 el Patronato continuaba estudiando la documentación

remitida por las asociaciones. En el encuentro celebrado el pasado 16 de marzo con el

jefe de su servicio de proyectos, éste manifestó que la intención del PMVU era buscar el

39

encaje que algunas de las propuestas vecinales podían tener en el Plan de Rehabilitación

promovido por el Ayuntamiento. Desde entonces ZOES no ha recibido respuesta alguna

acerca de su proyecto de regeneración para el barrio del Oeste, si bien sí le fue

comunicada, desde el Patronato, la apertura del plazo para solicitar las subvenciones

convocadas por la Junta de Castilla y León en materia de rehabilitación edificatoria (JUNTA

DE CASTILLA Y LEÓN, EN LÍNEA).

40

7. PROBLEMÁTICA Y CONCLUSIONES

El análisis comparado de las dos dimensiones en que se ha dividido este estudio, así como

el seguimiento de las experiencias promovidas en y desde el barrio del Oeste, permite

cotejar teoría y práctica siempre y cuando se tengan presentes las dificultades que plantea

el estudio de un proceso abierto e inacabado. Además, la participación en el mismo de

una pluralidad de actores cuyos objetivos, en ocasiones, no coinciden entre sí dificulta

tanto la consecución de consensos como la interpretación de unas dinámicas en constante

evolución por parte de agentes externos al conflicto objeto de estudio.

No obstante, y atendiendo al desarrollo asimétrico mostrado por la regeneración

urbana y la participación ciudadana en lo que respecta a su incorporación al marco legal

por parte de las Administraciones públicas, es posible resaltar una serie de ineficiencias,

desequilibrios y potencialidades que conforman la problemática constatada durante la

realización de este TFG.

Por una parte, la dimensión técnica de la práctica urbanística ―aquella expresada

a través de la elaboración y aplicación de los planes, el establecimiento de estándares

mínimos y el cálculo de la edificabilidad― ha experimentado un desarrollo normativo en

el que se aprecia una creciente atención por la ciudad consolidada. La creación de nuevas

figuras, como las “Áreas de Rehabilitación Integral” (ARI) o las “Áreas de Renovación

Urbana” (ARU), así como las políticas destinadas a incentivar mediante ayudas las

actuaciones de rehabilitación, renovación y regeneración urbanas contempladas por los

últimos Planes Estatales de Vivienda reflejan, además, una especial preocupación por

hacer de la ciudad un entorno más sostenible. Los debates mantenidos en el seno de la

UE han contribuido a integrar en este replanteamiento del urbanismo objetivos en materia

de eficiencia energética y calidad medioambiental, tal y como como muestran los

documentos de carácter propositivo citados.

Sin embargo, y pese a ser mencionada también en dichos documentos, la

participación ciudadana no ha conocido, por el momento, un respaldo institucional y

normativo equivalente. La definición de una gobernanza urbana basada en el enfoque

colaborativo y socialmente inclusiva permanece, por ahora, en el ámbito experimental

debido a la falta de mecanismos e instrumentos que homogeneicen su funcionamiento, el

cual depende actualmente, en gran medida, de la dispar voluntad política con que unos y

otros Ayuntamientos enfrentan la cuestión a través de sus Reglamentos de Participación

41

Ciudadana. La aplicación del principio de subsidiariedad, tan promovido por las

instituciones comunitarias, a la escala urbana contribuiría, en este sentido, a desconcentrar

el gobierno municipal y sus órganos de decisión. La presión ejercida desde la base del

tejido social, variable también en función del modo en que se entiende el papel del

asociacionismo vecinal a escala local, se constituye así como un factor de cuya constancia

dependerá, en gran medida, que las asimetrías observadas en el desarrollo del binomio

regeneración urbana-participación ciudadana sean corregidas haciendo converger ambas

dimensiones en un punto de equilibrio que satisfaga las demandas de la sociedad.

De los encuentros mantenidos con los diferentes actores mencionados, cabe rescatar aquí

una serie de reflexiones y términos que ilustran en buena medida la problemática del caso

expuesto. Para Andrés García Alcalde, el jefe del servicio de proyectos del PMVU, la

contribución de las asociaciones y movimientos vecinales al ámbito de la planificación

urbanística responde a una voluntad legítima de participación en la gobernanza urbana,

pero para que este empoderamiento ciudadano redunde en una democratización eficiente

de la sociedad es preciso garantizar que las entidades participantes sean lo

suficientemente representativas.

En este sentido, el actual marco legal ofrece algunos mecanismos y figuras que

permiten desconcentrar parcialmente los órganos de decisión de la Administración local,

como la división territorial en distritos para las ciudades de gran población contemplada

por la Ley 57/2003, de Medidas para la Modernización del Gobierno Local. El artículo

121 de dicha ley define el ámbito de este régimen de organización, cuyas medidas y

normas serán de aplicación en los municipios que superen los 250.000 habitantes y los

que sean capital de provincia con una población superior a los 175.000 habitantes. En

otros dos supuestos ―para los municipios que sean capital de provincia, de comunidad

autónoma o sede de las instituciones autonómicas, y también para aquellos que superen

los 75.000 habitantes presentando circunstancias económicas, sociales, históricas o

culturales especiales―, la Ley 57/2003 no obliga a esta división administrativa en

distritos, pero sí la permite a condición de que se lleve a cabo a iniciativa de los

Ayuntamientos y tras la correspondiente aprobación de la Asamblea Legislativa

autonómica. El caso de la ciudad de Salamanca ―147.993 habitantes según el Padrón de

2015― se encuentra por tanto entre estos últimos dos supuestos, por lo que la creación

de distritos exigiría el liderazgo de la Corporación Municipal.

42

La voluntad política es, según la presidenta de ZOES, el principal factor capaz de

ralentizar, entorpecer o alentar y promover la participación ciudadana en las políticas

urbanas actuales. Según su planteamiento, frente al insuficiente desarrollo legal de

mecanismos e instrumentos de participación, la autonomía administrativa de los

Ayuntamientos permitiría, no obstante, alcanzar una mayor fluidez en la interlocución

entre las instituciones municipales y los movimientos sociales.

En los programas públicos destinados a fomentar las actuaciones de rehabilitación,

renovación y regeneración se aprecia, por otra parte, una tendencia ya presente en las

iniciativas comunitarias URBAN y URBAN II que supone la asimilación, en un contexto

urbano, del enfoque competitivo que ha presidido otras políticas en materia de desarrollo

local y cohesión. De esta forma, los mecanismos que dan acceso a las ayudas públicas

incentivarían la competencia entre barrios en lugar de promover la cooperación entre los

diferentes actores locales, además de favorecer a las comunidades con mayores recursos

e iniciativa en ausencia de criterios compensatorios o correctivos.

Ante estas dinámicas será interesante comprobar, además, cómo evoluciona el papel de

los agentes facilitadores que, por lo general, colaboran de manera desinteresada con las

asociaciones y movimientos vecinales, habida cuenta de los escasos recursos económicos

con que cuentan éstos. No olvidemos que se trata de profesionales, vinculados al

urbanismo, cuyo trabajo viene experimentado una reconversión paralela a la del propio

sector de la construcción, proceso inacabado pero en el que ya se observan conflictos

como el aquí comentado. El arquitecto, que en este nuevo contexto se ve obligado a

diversificar sus actividades, pasaría a estar más próximo a las comunidades de

propietarios que a los promotores, como ha venido siendo habitual en la tradición

urbanística española. De su labor de interlocución y mediación entre Ayuntamientos y

asociaciones surgirán, a buen seguro, reflexiones interesantes en el curso de los próximos

años que deberán ser tenidas en cuenta a la hora de desarrollar y mejorar las políticas de

regeneración urbana.

Por último, será igualmente provechoso realizar un seguimiento de cómo el interés

mediático generado por la actividad desempeñada por ZOES tiene repercusiones en el

43

propio proceso de regeneración urbana. En una ciudad como Salamanca, con un tamaño

demográfico modesto en el contexto urbano español, el barrio del Oeste ha incrementado

su atractivo como espacio residencial gracias al embellecimiento de sus calles y a la

variada oferta de eventos culturales, a lo que habría que añadir su posición céntrica y su

proximidad al casco histórico salmantino, todo lo cual se refleja en el tipo de actividades

comerciales ―restauración, pequeñas salas de conciertos, locales especializados en

alimentación vegana― que se han establecido en el barrio en los últimos años.

Proponemos aquí una línea de investigación que contemple la regeneración y la

gentrificación como dos dinámicas contrapuestas, en las que el factor diferencial sería la

estabilidad/expulsión de sus residentes a causa de la evolución experimentada por los

precios del suelo. Mediante el estudio comparado de las medidas adoptadas ―o de su

ausencia― y los efectos provocados en la estructura demográfica y socioeconómica de

este y otros barrios sería posible valorar el grado de éxito o fracaso alcanzado por las

políticas de regeneración urbana y plantear, asimismo, alternativas y correcciones

encaminadas a su perfeccionamiento.

44

8. BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS EN LÍNEA

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y Renovación Urbanas. BOE, 27 de julio de 2013, núm. 153, pp. 47964 a 48023.

47

España. Presidencia de la Junta de Castilla y León. Ley 7/2014, de 12 de septiembre,

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sostenibilidad, coordinación y simplificación en materia de urbanismo. BOCyL, 19

de septiembre de 2014, núm. 181, pp. 63748 a 63788.

España. Ministerio de Fomento. Real Decreto Legislativo 7/2015, de 30 de octubre, por

el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana.

BOE, 31 de octubre de 2015, núm. 261, pp. 103232 a 103290.

Reino Unido. Neighbourhood Planning (General) (Amendment) Regulations 2015 (S.I.

2015/20).

Publicaciones oficiales

AYUNTAMIENTO DE SALAMANCA. Plan General de Ordenación Urbana de

Salamanca, Revisión-Adaptación 2004, Aprobación definitiva 2007.

AYUNTAMIENTO DE SALAMANCA. Boletín semestral de coyuntura de Salamanca.

Segundo semestre 2015. Número 25.

AYUNTAMIENTO DE SALAMANCA. Observatorio Urbano de Salamanca.

Información de barrios de Salamanca. Carmelitas-Oeste. Diciembre 2014.

CONSEJO DE EUROPA (1975): Carta europea del patrimonio arquitectónico.

Amsterdam.

COMISIÓN EUROPEA (1990): Libro verde sobre el medio ambiente urbano.

Luxemburgo, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas.

COMISIÓN EUROPEA (2001): La gobernanza europea. Libro blanco. Luxemburgo,

Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas.

CONSEJO DE MINISTROS DE DESARROLLO URBANO Y COHESIÓN

TERRITORIAL DE LA COMUNIDAD EUROPEA DE NACIONES (2007):

Carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles.

CONSEJO DE MINISTROS DE DESARROLLO URBANO DE LA COMUNIDAD

EUROPEA DE NACIONES (2010): Documento de referencia de Toledo sobre la

Regeneración Urbana Integrada y su potencial estratégico para un desarrollo

urbano más inteligente, sostenible y socialmente inclusivo en Europa.

DIRECCIÓN GENERAL DE ARQUITECTURA, VIVIENDA Y SUELO (2015):

Observatorio de Vivienda y Suelo. Boletín Anual 2014. Madrid, Centro de

Publicaciones del Ministerio de Fomento.

MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE,

MINISTERIO DE FOMENTO, AGÈNCIA D’ECOLOGIA URBANA DE

BARCELONA: Sistema de indicadores y condicionantes para ciudades grandes y

medianas.

48

MINISTERIO DE FOMENTO. La Declaración de Marsella (2008) y el Marco Europeo

de Referencia para la Ciudad Sostenible (en línea): URL:

http://www.fomento.gob.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/_ESPECIALES/SIU

/OTROS_PROYECTOS/AGENDA/MARSELLA_2008/

MINISTERIO DE FOMENTO. Plan Estatal de Fomento del alquiler de viviendas, la

rehabilitación edificatoria y la regeneración y renovación urbanas, 2013-2016 (en

línea): URL:

http://www.fomento.gob.es/mfom/lang_castellano/direcciones_generales/arq_vivi

enda/apoyo_emancipacion/plan_estatal.htm

Miscelánea

Asociación de Comerciantes del barrio del Oeste (en línea): URL:

https://www.facebook.com/ComercioBarriodelOeste/?fref=ts

Asociación Española de Gestores de Vivienda Pública y Suelo (en línea): URL:

http://www.promotorespublicos.org/

Colectivo LEMARTE (en línea): URL: http://www.lemarte.es/

ELUTUM – Centro de Estudios e Investigación (en línea): http://www.elutum.com/

Galería Urbana Salamanca (en línea): URL: http://galeriaurbanasalamanca.es/

Inspiratur Viajes (en línea): URL: http://www.inspiraturviajes.com/

Junta de Castilla y León. Ayudas a la Rehabilitación Edificatoria 2016 (en línea): URL:

http://www.vivienda.jcyl.es/web/jcyl/OficinaVivienda/es/Plantilla100Detalle/11739616

59912/_/1284543541591/Comunicacion

Observatorio Urbano de Salamanca (en línea): URL:

http://212.227.102.53/observatorio_urbano_salamanca/default.aspx

Patronato Municipal de Vivienda y Urbanismo de Salamanca (en línea): URL:

http://www.pmvu.es/

Plan General de Ordenación Urbana de Salamanca (en línea): URL:

http://urbanismo.aytosalamanca.es/es/visor/index.html

Poeta Iglesias 22 arquitectos (en línea): URL:

http://www.poetaiglesias22arquitectos.com/

Martín, R. (2015, 8 de noviembre). Quince barrios de la ciudad rejuvenecerán con un

plan integral de rehabilitación. salamanca24horas (en línea): URL:

http://www.salamanca24horas.com/local/08-11-2015-quince-barrios-de-la-ciudad-

rejuveneceran-con-un-plan-integral-de-rehabilitacion

ZOES Asociación de Vecinos (en línea): URL: https://zoes.es/ y

https://www.facebook.com/zoesvecinal/

49

9. ANEXO I

Levantamiento fotográfico

Autor de todas las fotografías aportadas en este anexo: Adrián Nicolás Penela

Ejemplo de intervención artística en fachada. La Diosa ciudadana (Manuel Gutiérrez, 2014)

Actuación dirigida a mejorar la movilidad que integra una intervención artística

(entronque de la c/Luis Vives con la avda. de Portugal)

50

Aspecto general de la plaza del Oeste durante la celebración de un mercadillo en marzo de 2015

Bibliocabina en la plaza del Oeste

51

Intervención en el edificio Mirador (Leopoldo García, 2014), derribado en febrero de 2016

Tren con destino al recuerdo (intersección de las avdas. de Italia y Portugal)

52

Una de las propuestas realizadas en el marco del I Festival de Microjardines Urbanos (abril de 2016)

Árboles forrados con labores de ganchillo por el grupo Quedamos y Punto en la plaza del Oeste

53

Localización de las obras realizadas durante las primeras ediciones del concurso Galería Urbana

Pintada en la calle Papín

54

Aspecto exterior de un local comercial en la calle Vitigudino

Banco Malo (Ginés Martínez, 2013) en la calle Granero