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52 www.utadeo.edu.co • Revista La Tadeo No. 65 - Primer Semestre 2001 • Bogotá, D.C. - Colombia H ablar de las grandes bibliotecas es relativo. Lo primero que se puede considerar es en el número de volúmenes que contengan; así sin duda ocuparían el primer lugar la Biblioteca del Congre- so de los Estados Unidos y la Lenin de Moscú, conocida también como Biblioteca Estatal Rusa. Sin embargo, si se interpreta de diferente manera el concepto de “grande- za”, algunas bibliotecas universitarias europeas o colec- ciones particulares de nobles o intelectuales tendrían que hacer parte de esa lista. Por eso, cualquier artículo que hable de las más gran- des o importantes bibliotecas del mundo siempre queda- rá corto. Para algunos otros este lugar debería estar ocu- pado, no por bibliotecas públicas de temas generales, sino por las importantes colecciones dedicadas a un sólo tema del saber: medicina, derecho, matemáticas, arqueología, historia, religión, metafísica, etcétera. Claro que si se mira desde el lado de los lectores, las bibliotecas a destacar deberían ser las más visitadas. Y, entre éstas, sobresale la Biblioteca Luis Ángel Arango de la ciudad de Bogotá, con más de 9.000 visitantes al día, cifra que la coloca por encima de la de Nueva York, con 8.400; la de Beijing, con 8.000; la de Moscú, con 4.000, o la del Congreso de los Estados Unidos, con 3.500 visitantes. Otro parámetro a seguir sería el de las grandes biblio- tecas universitarias que, aunque no tienen el mayor nú- mero de libros, conservan las colecciones más antiguas y mejor escogidas. Entre éstas habría que mencionar la de la Universidad de Oxford en Inglaterra, también conoci- da como Biblioteca Bodleyana, que data de 1602. Su va- lor está en los fondos de incunables. En sus archivos es- tán guardados los primeros libros que se dieron con la invención de la imprenta al comienzo de la modernidad. Estas primeras bibliotecas fueron conocidas, además, por sus libros atados a las mesas con gruesas cadenas, como forma de proteger estos valiosos manuscritos únicos, ela- borados por los copistas. Hoy día las bibliotecas de mayor valor suelen ser las nacionales, ya que allí se conservan los libros y docu- mentos más importantes para cada país, la memoria de una nación, su identidad. En algunos casos, estos mate- riales no son de acceso al público general, y sólo se per- mite que recurran a ellos investigadores e historiadores que saben cómo manejarlos. Por su valor y su carácter de incunables, estos documentos deben permanecer en con- diciones especiales de conservación y ser consultados con especiales medidas de precaución, como guantes, tapa- bocas y pinzas, para que no sean atacados por gérmenes, Memoria de la humanidad GRANDES BIBLIOTECAS ANDRÉS PIÑEROS

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H ablar de las grandes bibliotecas es relativo.

Lo primero que se puede considerar es en el

número de volúmenes que contengan; así sin

duda ocuparían el primer lugar la Biblioteca del Congre-

so de los Estados Unidos y la Lenin de Moscú, conocida

también como Biblioteca Estatal Rusa. Sin embargo, si se

interpreta de diferente manera el concepto de “grande-

za”, algunas bibliotecas universitarias europeas o colec-

ciones particulares de nobles o intelectuales tendrían que

hacer parte de esa lista.

Por eso, cualquier artículo que hable de las más gran-

des o importantes bibliotecas del mundo siempre queda-

rá corto. Para algunos otros este lugar debería estar ocu-

pado, no por bibliotecas públicas de temas generales, sino

por las importantes colecciones dedicadas a un sólo tema

del saber: medicina, derecho, matemáticas, arqueología,

historia, religión, metafísica, etcétera. Claro que si se mira

desde el lado de los lectores, las bibliotecas a destacar

deberían ser las más visitadas. Y, entre éstas, sobresale la

Biblioteca Luis Ángel Arango de la ciudad de Bogotá, con

más de 9.000 visitantes al día, cifra que la coloca por

encima de la de Nueva York, con 8.400; la de Beijing, con

8.000; la de Moscú, con 4.000, o la del Congreso de los

Estados Unidos, con 3.500 visitantes.

Otro parámetro a seguir sería el de las grandes biblio-

tecas universitarias que, aunque no tienen el mayor nú-

mero de libros, conservan las colecciones más antiguas y

mejor escogidas. Entre éstas habría que mencionar la de

la Universidad de Oxford en Inglaterra, también conoci-

da como Biblioteca Bodleyana, que data de 1602. Su va-

lor está en los fondos de incunables. En sus archivos es-

tán guardados los primeros libros que se dieron con la

invención de la imprenta al comienzo de la modernidad.

Estas primeras bibliotecas fueron conocidas, además, por

sus libros atados a las mesas con gruesas cadenas, como

forma de proteger estos valiosos manuscritos únicos, ela-

borados por los copistas.

Hoy día las bibliotecas de mayor valor suelen ser las

nacionales, ya que allí se conservan los libros y docu-

mentos más importantes para cada país, la memoria de

una nación, su identidad. En algunos casos, estos mate-

riales no son de acceso al público general, y sólo se per-

mite que recurran a ellos investigadores e historiadores

que saben cómo manejarlos. Por su valor y su carácter de

incunables, estos documentos deben permanecer en con-

diciones especiales de conservación y ser consultados con

especiales medidas de precaución, como guantes, tapa-

bocas y pinzas, para que no sean atacados por gérmenes,

Memoria de la humanidad

GRANDESBIBLIOTECAS

ANDRÉS PIÑEROS

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hongos o cualquier otro enemigo que los pueda deterio-

rar. Todas estas técnicas para manipular los libros permi-

ten que soporten el paso del tiempo. Así ocurre en la

Biblioteca Nacional de Colombia, donde además los ejem-

plares se conservan a la temperatura y humedad adecua-

das, para que perduren por mucho tiempo como parte

del patrimonio nacional.

Otro enemigo que enfrentan hoy las bibliotecas y los

libros e impresos en general, es al auge de los computa-

dores. Este peligro no amenaza con acabar físicamente

los antiguos manuscritos, sino que está llevando a cam-

bios en los hábitos de lectura de los niños, quienes bus-

can a través de la televisión y la Internet el conocimiento

y el entretenimiento que otorgaban los libros. Con dismi-

nución en la concentración y con la lectura de segmen-

tos, el nuevo lector está “navegando” por un océano de

poca profundidad y gran dimensión al que se le llama

“autopista de la información”. Mientras tanto, los libros

ven que su espacio se va limitando y que las bibliotecas

públicas y privadas van siendo remplazadas por panta-

llas de computador.

Sin embargo, todavía hace falta bastante tiempo para

que los libros sean desplazados. La comodidad de llevar

un libro bajo el brazo, la facilidad de leer sobre el papel,

hasta el infaltable encanto de tomar sin permiso el libro de

un amigo, son entre otras razones, las que harán que los

libros permanezcan por mucho tiempo entre nosotros, y

que las bibliotecas sigan siendo la memoria viva de la hu-

manidad, donde se guarda, según calcula el escritor Carl

Sagan, “… el equivalente a unos 1014 bits de información

en palabras, y quizás a 1015 en imágenes. Esto equivale a

diez mil veces más información que la de nuestros genes, y

unas diez veces más que la de nuestro cerebro”.1

Por eso, desde la época de las bibliotecas de Alejan-

dría y Pérgamo, el poder de los Estados se ha reflejado no

sólo en su capacidad militar sino en la capacidad de guar-

dar los conocimientos de los pueblos. Esta competencia

ha llegado hasta nuestros días. Así ocurrió durante la

mayor parte del pasado siglo XX, ya que mientras el

Kremlin y la Casa Blanca representaban los centros de

poder de las dos potencias, sus respectivas bibliotecas, la

Lenin en Moscú y la del Congreso en Washington, se

convertían en los centros intelectuales de los dos mun-

dos en que se dividía el planeta.

GRANDE EN TODO:Biblioteca del Congresode los Estados Unidos

Entre las bibliotecas públicas, una de las más famosas es la

del Congreso de los Estados Unidos. Contiene 74 millones

de volúmenes, además de 31 mil manuscritos. Este impo-

nente edificio guarda también dos millones de obras y pie-

zas musicales y dos millones de estampas artísticas. Ade-

más, en colaboración con la Biblioteca Británica, permite

hacer pública la producción total de libros en inglés que se

realiza en el mundo. La Biblioteca del Congreso ha sido,

además, pionera en el sistema de registro y numeración ISBN,

que hoy día se usa a nivel mundial como identificación de

La del Congreso de los Estados Unidos contiene 74 millones de volúmenes,además de 31 mil manuscritos. Este imponente edificio guarda tambiéndos millones de obras y piezas musicales y dos millones de estampas artísticas.

CÚPULAde la Bibliotecadel Congresode los EstadosUnidos

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cada obra impresa. Está abierta a todo el público y recibe

cada año más de dos millones de visitantes. Su filosofía es

guiada por los principios de su fundador, Thomas Jefferson,

quien creía que los legisladores, en una democracia, necesi-

taban información e ideas de toda índole para poder reali-

zar su labor en forma apropiada.

Fundada el 24 de abril de 1800, tiene las funciones de

biblioteca nacional. Se instaló inicialmente en el edificio

del Capitolio en Washington, la recién creada capital,

constituyéndose en la más antigua institución cultural

federal de los Estados Unidos. Sin embargo, sus inicios

fueron difíciles, ya que en 1814, cuando los ingleses inva-

dieron Washington, la biblioteca fue quemada junto con

el edificio del Congreso. Thomas Jefferson, su fundador,

quien seguía a cargo de la biblioteca, ofreció entonces

venderle al Estado su biblioteca personal con más de seis

mil volúmenes, propuesta que aprobó el Congreso norte-

americano en 1815.

Pero fue a partir de la dirección de Ainsworth Rand

Spofford que la biblioteca se convirtió en una institución

de importancia nacional. Spofford estuvo al frente de la

entidad entre 1864 y 1897 y mantuvo la idea de Jefferson

de tener textos sobre todos los temas. Durante su ges-

tión, la biblioteca se convirtió en la mayor de los Estados

Unidos, gracias a la norma que instauró de que cada obra

publicada debía ser enviada a la Biblioteca del Congreso.

La sede inicial fue el Capitolio, pero en 1897 fue traslada-

da a su propio edificio. Al mismo tiempo, el Congreso le

otorgó al director de la biblioteca la responsabilidad de

determinar las normas para su funcionamiento.

Tuvo un gran crecimiento a lo largo del siglo XIX como

resultado del nacionalismo norteamericano, y luego de

la segunda guerra mundial recibió recursos internaciona-

les de grandes dimensiones que la convirtieron en la ma-

yor biblioteca del mundo. Allí se conserva en total una

colección de 119 millones de volúmenes, más de dos ter-

cios de los cuales están en medios distintos de libros. Esto

incluye las más grandes colecciones de mapas, filmes,

programas de televisión, planos, fotografías, manuscritos

y discos de todo el mundo. Contiene, además, numero-

sos recursos en línea para ser consultados.

GRANDE EN DIVERSIDAD DEIDIOMAS:Biblioteca Lenin de Moscú

La Biblioteca Lenin de Moscú es la segunda en número

de volúmenes del mundo. Fue fundada en 1862 en un

edificio contiguo al Kremlin, construido por el arquitecto

Vassily Bazhenov. Gracias a una generosa donación del

conde Rumyantsev, científico y promotor de la cultura

que se trasladó de San Petersburgo a Moscú, se logró

establecer la base de la primera biblioteca pública de

Moscú, la cual se convertiría luego en la Biblioteca Esta-

tal Rusa. Importantes políticos rusos continuaron luego

con la tradición de donar libros, lo que fue aumentando

rápidamente el número de volúmenes de la biblioteca.

Luego, como sucedió en el resto del mundo, se promul-

garon leyes que obligaban a todos los editores nacionales

a donar ejemplares de cada uno de sus libros.

La Luis Ángel Arango acoge diariamente más de nueve mil usuarios, lo que la hacela más visitada del mundo, frente a la biblioteca pública de Nueva York,

que recibe en sus cuatro centrales 8.400; la de Beijing, 8.000 mil;la de Moscú, 4.000, y la del Congreso de los Estados Unidos, 3.500.

MAPA DELMUNDO.

Vasily Kipriyanov.1713.

Biblioteca de Moscú

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Guarda publicaciones de 1800 en adelante. Hay 28 mi-

llones de publicaciones entre libros, revistas y periódicos,

además de 25 mil códices (códices son los primeros libros

manuscritos, que en reemplazo de los rollos se comenzaron

a organizar en cuadernillos cosidos entre sí). En esta biblio-

teca se consiguen documentos en 247 idiomas organizados

en 40 secciones. Es la mayor de Europa y comparte el pri-

mer lugar del mundo con la del Congreso de los Estados

Unidos. Allí están guardados los primeros impresos eslavos

y ediciones raras de obras seculares rusas. Cada año más de

cinco millones de libros son consultados por los usuarios de

la biblioteca, que tiene más de mil afiliados.

Esta biblioteca es de las más grandes, no sólo por la

cantidad de libros, sino además por su riqueza artística.

Con el nombre de biblioteca Lenin fue abierta en 1925

para reemplazar a la biblioteca del museo Rumyantsev. Su

actual planta física se construyó en 1939 y se adornó con

esculturas de los más importantes artistas de ese país. Allí

se guardan libros no sólo de autores rusos sino de todas las

antiguas repúblicas que hacían parte de la antigua Unión

Soviética. Los libros están organizados en catorce edificios

que ocupan una superficie de cincuenta mil metros cua-

drados. Luego de la caída de la llamada cortina de hierro,

la biblioteca ha mantenido su importancia.

GRANDE EN HISTORIA:Biblioteca Nacional FrançoisMiterrand de Francia

La Biblioteca Nacional de París fue fundada durante el reina-

do de Luis XI en 1480. Conocida inicialmente como Biblio-

teca Real o Imperial, se puede considerar como la más anti-

gua de las bibliotecas nacionales del mundo. La arquitectura

de la sede actual llama especialmente la atención, ya que su

edificio simula cuatro libros abiertos, cada uno de veinte

pisos. A esta imponente obra se le dio el nombre de Biblio-

teca Nacional François Miterrand, en honor del fallecido ex

presidente francés, quien se preocupó por actualizar este

símbolo de la nacionalidad de su país.

Aunque oficialmente se constituyó en 1480, ya en

1368 el rey Carlos V, llamado el Sabio, tenía una biblio-

teca personal de 917 manuscritos que llevó al museo

del Louvre. Al morir este monarca su colección se dis-

persó, y sólo con la llegada de Luis XI se estabilizó la

Biblioteca Nacional de Francia, cuyos libros permanece-

rían siempre juntos. Los ejemplares viajaron sin embar-

go entre poblados como Ambois y Blois hasta ser incor-

porados a la biblioteca de Fontainebleau en 1522, don-

de estuvieron bajo el cuidado del humanista Guillaume

Budé.

El número de ejemplares aumentó considerablemen-

te con la creación de un decreto real, conocido como de-

pósito legal, que obligaba a entregar un ejemplar de cada

libro impreso en el reino a la biblioteca nacional. Es así

como para 1622 se contaba con 4.712 volúmenes, entre

manuscritos y libros impresos. En ese tiempo la bibliote-

ca se trasladó a la ciudad de París donde, al sucederse las

guerras religiosas, se quemaron algunos de los libros.

Para Luis XIV, el rey sol, la biblioteca se convirtió en

una herramienta para demostrar su gloria, por lo que su

ministro Colbert envió los volúmenes a dos casas de la

ciudad, ya que en el palacio del Louvre no había más

espacio disponible. Diferentes donaciones de colecciones

privadas, entre las que se destacan la de historia de Fran-

La Miterrand, de Francia, fue fundada durante el reinado de Luis XI en 1480.La arquitectura de la sede actual llama especialmente la atención,ya que su edificio simula cuatro libros abiertos, cada uno de veinte pisos.

BIBLIOTECANACIONAL,FrançoisMiterrand,de Francia.

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cia de Loménie de Brienne y la del experto en cultura orien-

tal Gilbert Gaulmyn, ampliaron aun más la biblioteca.

Pocas décadas después, la biblioteca se constituyó

en la principal de Europa. El número de ejemplares cre-

ció de tal manera que los bibliotecarios ya no sabían

dónde encontrar los libros de memoria. Nicolás Clemen-

te se ideó un sistema para catalogar los libros, que a

grandes rasgos hoy se mantiene. Las obras se dividían

en 23 categorías, cada una representada por una letra

del alfabeto.

Con la llegada del abate Jean Paul Bignon a la direc-

ción de la biblioteca real, ésta alcanzó su cúspide. Ade-

más del esfuerzo por conseguir las principales obras de

los eruditos europeos, buscó abrirla a los expertos y tam-

bién al público en general, quienes en 1720 obtuvieron el

permiso de ingresar un día a la semana entre once de la

mañana y una de la tarde a la colección. Finalmente,

Bignon trasladó la colección real a los edificios Richelieu.

Con la Revolución Francesa, la biblioteca cambió su

nombre de Real a Nacional, y con la confiscación de bie-

nes a los curas, príncipes, ex-

tranjeros, y especialmente al rey

Luis XVI y su esposa María

Antonieta, el número de libros

creció. Se calcula que alrededor

de 250 mil libros, 14 mil ma-

nuscritos y ocho mil grabados

ingresaron a la colección de la

Biblioteca Nacional. Luego Na-

poleón trajo de sus conquistas

ejemplares que ampliaron la co-

lección. Entre otros fueron traí-

dos libros de las bibliotecas de

España, como parte del ejerci-

cio de dominación.

La tradición bibliográfica

francesa continúa así hasta nues-

tros días, por lo que gran parte

de los principales escritores de hoy se publican en francés,

y no sólo la Biblioteca Nacional de Francia brilla por sus

colecciones, sino que también lo hace la de Santa Genoveva,

de la Universidad de París, la Biblioteca de la Sorbona (de

1253), la Biblioteca del Arsenal y la Biblioteca Mazarino,

entre otras.

GRANDE EN REALEZA:Biblioteca del Museo Británico

Como parte de su calidad de antiguo imperio, Inglaterra

posee una de las bibliotecas más grandes del mundo.

Fundada en 1753 a partir de las colecciones de los monar-

cas ingleses y de las bibliotecas Cottoniana, Harleyana y

Sloane, allí reposan seis millones de libros y más de cien

mil manuscritos. Además de sus libros se destaca el edifi-

cio, que es uno de los más hermosos y funcionales. Fuera

de la sede física, esta biblioteca ha entrado al mundo de

la tecnología, con bases de datos extensas y la posibili-

dad de acceso remoto.

Como parte de estos proyectos, la Biblioteca del

Museo Británico se asoció el año pasado con la bibliote-

ca japonesa de la Universidad de Keio para poner en la

Internet el primer libro de relevancia impreso en el mun-

do: la Biblia de Gutenberg. Esta iniciativa pretende faci-

litar el acceso a esta joya de la historia editorial a estu-

diantes e investigadores de todo el mundo, sin necesi-

dad de deteriorar los escasos originales existentes, de

los cuales dos reposan en los anaqueles del Museo Bri-

tánico.

Al convertir en imágenes digitales joyas como la Bi-

blia de Gutenberg no sólo se permite que todos los millo-

nes de internautas accedan a ella, sino que puedan con-

servarse, ya que como dice Kristian Jensen, responsable

de la institución británica, “pese a la robustez de los li-

bros, el tocarlos demasiado puede acabar deteriorándolos,

por eso esta nueva opción garantizará que sigan a nuestra

disposición dentro de otros 500 años”.2

La Estatal Rusa, la mayor de Europa, guarda publicaciones de 1800 en adelante.Hay 28 millones de publicaciones entre libros, revistas y periódicos,

además de 25 mil códices. En ella se consiguen documentos en 247 idiomas.

MUSEOBRITÁNICO

Galería de acceso

a la biblioteca.

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GRANDE EN TESOROS:La Biblioteca de Beijing

China es la cuna del libro. El papel, la tinta y los princi-

pios de la imprenta nacieron también allí. Desde 700 años

antes de Cristo los chinos escribieron la historia de sus

dinastías, y aún hoy se puede acceder a esta información.

Estos manuscritos se encuentran junto con 28 millones

de libros de diversos temas y 270 mil libros raros en la

biblioteca más grande del lejano Oriente: la Biblioteca de

Beijing. Invaluables tesoros heredados de las dinastías

Song, Yuan, Ming y Quing se suman a su colección.

Esta imponente obra se fundó en 1909 y después de

la revolución de 1911 se le dio el nombre de Biblioteca

Nacional. Con la creación de la República Popular China

en 1949 se le volvió a llamar Biblioteca de Beijing. En

1987 se trasladaron todas sus obras a un nuevo edificio y

se dejó el antiguo como filial.

En este inmenso lugar se reúnen libros en 115 idio-

mas que se organizan en salas de lecturas de acuerdo a

cada lengua; además del chino se tienen amplias colec-

ciones en inglés, japonés y ruso. El ex embajador en Chi-

na Luis Villar Borda recuerda que tuvo ocasiones de visi-

tar la Biblioteca y ver con inocultable emoción libros

datados en los primeros siglos de nuestra era, cuidadosa-

mente conservados. Esta Biblioteca de la capital china

también ha ingresado en la era de la informática, por lo

que además de libros se consiguen CD-ROM y una platafor-

ma en la Internet.

GRANDE EN ARTE:La Biblioteca del Vaticano

Esta biblioteca tiene sus inicios en los primeros siglos del

cristianismo. Inicialmente tenía su sede en San Juan de Letrán.

Aunque no se caracteriza por la cantidad de volúmenes, sí

se destaca por la antigüedad y valor de sus manuscritos. En

sus muros se guardan 62 mil manuscritos, 100 mil autógra-

fos, siete mil incunables y ocho mil impresos.

La historia de esta biblioteca comenzó en el año 1450,

cuando el papa Nicolás V adquirió libros de diversos saberes

que iban desde la teología y la filosofía hasta las ciencias

exactas, la literatura, las lenguas de Oriente y la historia de

la música. Este pontífice, digno exponente del Renacimien-

to, puso a disposición del gobierno vaticano el conocimiento

sistematizado que brindaba una biblioteca de mentalidad

liberal.

El progreso que se dio en el Estado Vaticano en aque-

llos tiempos, creó una especie de au-

reola que atrajo a los más brillantes ar-

tistas del momento. Artistas y escrito-

res como Miguel Ángel, Rafael, Casti-

glioni, Cellini y Domenico Fontana, en-

tre otros, vivieron y trabajaron en Roma,

con lo que contribuyeron a este renaci-

miento de la llamada Ciudad Eterna,

que había caído en tal decadencia que

los papas se habían trasladado a la ciu-

dad de Aviñón, al sur de Francia.

Aunque los papas tradicionalmen-

te tenían bibliotecas, la de Nicolás V

tenía una característica poco común

en esa época: era pública. A ella se

Desde el año 700 a.C. los chinos escribieron la historia de sus dinastías, y aún hoyse puede acceder a esta información. Estos manuscritos se encuentran, junto con 28 mi-llones de libros de diversos temas y 270 mil libros raros, en la biblioteca más grande dellejano Oriente: la Biblioteca de Beijing.

ILIADAde Homeroen latín y griego.Edición de 1477.Bibliotecadel MuseoVaticano

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permitía el acceso de clérigos, legos, cardenales y estu-

diantes que habitaban el palacio papal y su entorno. Este

papa y su sucesor, Sixto IV, construyeron además una

serie de salas de lectura para la comodidad de sus usua-

rios adornadas con hermosas obras de arte.

La librería papal se convirtió rápidamente en una for-

midable obra de arte comparable con la capilla Sixtina o

la catedral de San Pedro. Su colección creció geométri-

camente, pasando de 1.200 libros en 1455 a 3.500 en

1481, siendo en ese momento la más grande del mundo

occidental. Cien años después, cuando el escritor francés

Michel de Montaigne visitó Roma, encontró antiguos ma-

nuscritos romanos y chinos, las cartas de amor de Enri-

que VIII y los clásicos de historia y filosofía.

Aún hoy los estudiosos y bibliotecólogos que la visi-

tan quedan sorprendidos tanto por su arte y arquitectura

como por la profundidad y alto nivel que tienen los do-

cumentos. Gracias a éstos se permite conocer la apari-

ción de los primeros estudios relacionados con el cercano

y lejano Oriente y luego los documentos de los inicios de

la ciencia moderna y los estudios clásicos. A partir de sus

documentos se puede conocer la historia y los conflictos

políticos y religiosos que se presentaron durante el Rena-

cimiento y en los siglos siguientes.

La Reforma protestante, la conversión de los pueblos

de Oriente y las guerras santas contra el Islam, que hicie-

ron parte de la historia de la Iglesia católica durante estos

cinco siglos, reposan ahora en letras sobre papel bajo las

tranquilas cúpulas de la Biblioteca Vaticana. Aunque por

el número de ejemplares no compite con la del Congre-

so, la de Lenin o la de Beijing, sin duda la importancia de

sus documentos sí la convierte en una de las más grandes

y antiguas del mundo.

GRANDE EN TRADICIÓN:Biblioteca Nacional de España

Aunque en España no existe una biblioteca especialmente

grande, su tradición bibliográfica es la que la distingue, y

ella se extendió por toda

América en manos de sus

conquistadores y la comi-

tiva que los acompañaba,

especialmente sacerdotes

y letrados. La memoria de

España se guarda, sin em-

bargo, en la Biblioteca Na-

cional de España, institu-

ción fundada por Felipe V

en 1712 con el nombre de

Biblioteca Pública de Palacio.

Al igual que en otros países, el auge de esta entidad

se logró por un privilegio real, precedente del actual de-

pósito legal, que obligaba a los impresores a depositar un

ejemplar de cada uno de sus libros en la biblioteca. En

1836, la biblioteca dejó de ser propiedad de la corona,

pasó a depender del Ministerio de la Gobernación y reci-

bió por primera vez el nombre de Biblioteca Nacional. A

partir de ese momento ingresaron por incautación, com-

pra o donativo la mayoría de los libros antiguos y valio-

sos que posee actualmente.

Después de ocupar distintos edificios, la Biblioteca

Nacional se ubicó en su sede actual del Paseo de Calvo

Sotelo en la ciudad de Madrid. Este edificio, construido

La del Vaticano nace en los primeros siglos del cristianismo, y aunque no secaracteriza por la cantidad de volúmenes, sí se destaca por la antigüedad

y valor de sus manuscritos. Sus muros guardan 62 mil manuscritos,100 mil autógrafos, siete mil incunables y ocho mil impresos.

POEMA DE MIO CID.(Códice de Per Abbat)

Siglos XIII y XIV.

BIBLIOTECANACIONAL

DE ESPAÑA

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específicamente para albergar a la biblioteca por el arqui-

tecto Francisco Jareño, guarda alrededor de dos millones

de ejemplares, entre los que se destacan más de 21 mil

manuscritos, 2.600 incunables y 47 mil libros raros. En-

tre los libros a destacar están los Comentarios al Apoca-

lipsis de san Beato de Liébana, manuscritos del siglo X y

XI, la Biblia Pauperum, impresión xilográfica de 1460, la

de Maguncia de 1462 y las Biblias políglotas de Alcalá y

Amberes impresas en el siglo XVI.

Otras bibliotecas nacionales yuniversitarias• Alemania:Alemania:Alemania:Alemania:Alemania: Biblioteca de Berlín, dividida después de la

segunda guerra mundial, de Frankfurt (1946) y Estatal

Bávara (1558).

• Austria:Austria:Austria:Austria:Austria: Nacional de Viena (siglo XIV).

• Bélgica:Bélgica:Bélgica:Bélgica:Bélgica: Biblioteca Real de Bruselas 1837 (siglo XV).

• Dinamarca:Dinamarca:Dinamarca:Dinamarca:Dinamarca: Real de Copenhague (1605).

• España:España:España:España:España: Biblioteca de Cataluña (1907), en Barcelona,

Biblioteca del Real Monasterio del Escorial, San Lorenzo

del Escorial (1575), Universidad de Madrid y Universi-

dad de Barcelona.

• Estados Unidos:Estados Unidos:Estados Unidos:Estados Unidos:Estados Unidos: Biblioteca Pública de Nueva York

(1895), Biblioteca de la Universidad de Harvard (Cam-

bridge) (siglo XV).

• Finlandia:Finlandia:Finlandia:Finlandia:Finlandia: Universidad de Helsinski (1640).

• Francia:Francia:Francia:Francia:Francia: Biblioteca de la Sorbona (1253).

• Holanda:Holanda:Holanda:Holanda:Holanda: Biblioteca de Amsterdam (1578) y Real de

La Haya (1798).

• Italia:Italia:Italia:Italia:Italia: Biblioteca Nacional Central de Florencia (1714),

Nacional Central Vittorio Emanuel II, de Roma (1875),

Vittorio Emanuel III, de Nápoles (1734), Ambrosiana de

Milán.

• Grecia:Grecia:Grecia:Grecia:Grecia: Biblioteca Nacional Griega de Atenas (1828).

• México:México:México:México:México: Biblioteca Nacional (1857), con cerca de un

millón de ejemplares, Biblioteca de la Universidad Autó-

noma de México. Tal vez México fue el primer país don-

de se fundó oficialmente una biblioteca, la de la catedral

en 1534. Allí se contó con la primera imprenta (Juan Crom-

berger, Juan Pablos, 1539) y, por tanto, fue donde se im-

primió el primer libro del continente americano, y el pri-

mero en que se compiló y se publicó una bibliografía

nacional (Bibliotheca Mexicana, Eguiara y Eguren, 1755).

También en ese territorio se establecieron las bibliotecas

más ricas y más grandes de la América española en la

época colonial.

• Suecia:Suecia:Suecia:Suecia:Suecia: Biblioteca de Upsala (1477) y Real Biblioteca

de Estocolmo (siglo XVI).

• Suiza:Suiza:Suiza:Suiza:Suiza: Biblioteca de la Universidad de Basilea (1460).

En los países de la antigua cortina de hierro se organi-

zaron redes de bibliotecas que hicieron las veces de bi-

bliotecas nacionales desarrolladas alrededor de una prin-

cipal, entre las que se destacan la de Praga, en la antigua

Checoslovaquia, la de Budapest, en Hungría, la de Craco-

via, la de la Universidad de Varsovia en Polonia y la Na-

cional de Cirilo y Metodia en Sofía, Bulgaria.

NOTAS

1 Carl SAGAN, Cosmos, pág. 280.2 www.bbc.co.uk (22-11-2000).

BIBLIOGRAFÍA

Entrevista con la doctora Lina Espitaleta, marzo de 2001.Biblioteca Británica. www.bbc.co.uk.Biblioteca Vaticano. The city reborn. www.lcweb.loc.gov.Biblioteca Francesa. www.bnf.fr.Biblioteca Española. www.bne.es.BOLOGNA, Giulia. Manuscritos y miniaturas, Editorial Anaya, 1988.Revista Diners, febrero de 2001.Gran Enciclopedia del Mundo, Durvan, tomo III, págs. 535-59.Gran Enciclopedia Larousse, 1982-86, Planeta, tomo III, págs. 1354-

56.Enciclopedia Hispánica, 1968, tomo III, págs. 11-14.

ANDRÉS PIÑEROS.Titulado en Comunicación Social de la UJTL.

La memoria de España se guarda, sin embargo,en la Biblioteca Nacional de España, institución fundadapor Felipe V en 1712 con el nombre de Biblioteca Pública de Palacio.