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Grupos de cazadores-recolectores en la cuenca baja del río Guadalteba

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Javier Medianero Soto, José Ramos Muñoz, Pedro Cantalejo Duarte, María del Mar Espejo Herrerías, Rafael Maura Mijares, Juan José Durán Valsero Los trabajos arqueológicos desarrollados en el curso bajo del río Guadalteba (Parque Guadalteba) por las diversas Escuelas Talleres promovidas por el Consorcio Guadalteba, han permitido zonificar y documentar una extensa área de actividad antrópica de amplia secuencia. Presentamos un avance de las producciones líticas documentadas y su contexto social.

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Javier Medianero Soto (1)José Ramos Muñoz (2)

Pedro Cantalejo Duarte (3)María del Mar Espejo Herrerías (4)

Rafael Maura Mijares (5)Juan José Durán Valsero (6)

Resumen: Los trabajos arqueológicos des-arrollados en el curso bajo del río Guadalteba(Parque Guadalteba) por las diversas EscuelasTalleres promovidas por el ConsorcioGuadalteba, han permitido zonificar y docu-mentar una extensa área de actividad antró-pica de amplia secuencia. Presentamos unavance de las producciones líticas documenta-das y su contexto social.

Palabras clave: Grupos de cazadores – reco-lectores, Parque Guadalteba, produccioneslíticas, Paleolítico y Prehistoria Reciente.

Introducción

En este trabajo se presenta un avanceal conocimiento de las nuevas evidencias deactividad prehistórica en las terrazas del ríoGuadalteba (Campillos, provincia de Málaga);investigación realizada con la autorización dela Dirección General de Bienes Culturales dela Consejería de Cultura en ParqueGuadalteba. Los trabajos, financiados por

diversos organismos2, se han desarrollado en

el entorno de Parque Guadalteba, un espacio

frontera entre el altiplano antequerano y lassierras rondeñas y que a lo largo de su dilata-da historia ha servido de nexo entre el inte-rior andaluz y las vertientes mediterránea yatlántica del Sur de la Península Ibérica.

Los datos de campo han sido recogi-dos e integrados en bases de datos de apoyoa la investigación y para su posterior gestiónen el Sistema de Información Geográfica delÁrea de Patrimonio del ConsorcioGuadalteba. La base cartográfica a escala1:100.000 ha sido la facilitada por laConsejería de Obras Públicas y Transportes(Instituto de Cartografía de Andalucía) enficheros formato ARC/INFO en diversas capasintegradas.

Los registros arqueológicos, de losque se realizará un avance somero, presentanmuchas posibilidades de investigación, para elestudio de diversas sociedades primitivas. Seaportarán unas ideas de su enmarque geográ-fico y geológico para posteriormente indicaralgunas referencias de los productos arqueo-lógicos documentados. Se aportará ademásun suscinto encuadre tecnológico con susreferencias y contexto histórico.

GRUPOS DE CAZADORES-RECOLECTORES EN LA CUENCA BAJA DEL RIOGUADALTEBA. ZONIFICACIÓN DEL ÁREA Y APROXIMACIÓN A SUS PRO-DUCCIONES LÍTICAS Y CONTEXTO SOCIAL. (PARQUE ARQUEOLÓGICOGUADALTEBA. CAMPILLOS, MÁLAGA)

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El espacio más cercano: Sierra Teba –Peñarrubia

El área objeto de estudio se localizasobre una terraza amplia, descendiente desdeel piedemonte del Castillón de Peñarrubia,sobre una altitud de 368 m s.n.m., conforma-da por una meseta con bruscos desniveleshacia el antiguo cauce del río, hoy convertidoen el Embalse del Guadalteba. La Sierra dePeñarrubia (AA.VV., 1990) macizo de unos3.600 metros de longitud en sentido este –oeste, alberga interesantes restos arqueológi-cos, como al Abrigo de la Sierra de Peñarrubiay El Castillón (Caballero, 1973; García et al.,1995; Recio, 2000)

3.

Su encuadre geológico y geomorfológico

La región de Campillos – Teba –Ardales, presenta una serie de característicasgeológicas singulares. Así, por un lado, el sus-trato compuesto por unidades pertenecientesa la Zona Externa de la cordillera Bética y alComplejo de Flyschs del Campo de Gibraltar,es de una gran complejidad geológica, conuna notable variedad estructural y paleogeo-gráfica. Por otro lado, afloran ampliamenteen esta zona, en contraste con otros lugaresde la provincia, sedimentos continentales cua-ternarios de origen fluvial, estructurados enterrazas ligadas a la red de drenaje actual concierta entidad geomorfológica.

En el sector de la Sierra de Peñarrubia,la geología local está constituida por un sus-trato Mesozoico y Cenozoico del Penibético,al que se superponen una serie de materialescoluviales y fluviales del cuaternario. El relie-ve más notable, la propia Sierra dePeñarrubia, es un afloramiento de calizasjurásicas y margocalizas en facies de capasrojas del Cretácico del Subbético Interno –Penibético. Circundando al mismo, existenafloramientos de diversas unidades cuyas lito-logías son fácilmente erosionables y que ofre-cen relieves poco acusados, lomas suaves ovalles. Estos afloramientos, al sur de la sierra,pertenecen a la Unidad de Algeciras (margascon niveles detríticos de edad oligocena), alas areniscas de Aljibe, y al denominado“Complejo del Águila” (margocalizas claras ycapas rojas cretácicas, removilizadas tectose-

dimentariamente en el Mioceno Inferior).Por encima de estos materiales del

sustrato, se sitúan discordantemente los sedi-mentos continentales cuaternarios de origenfluvial, ligados a la evolución de la red de dre-naje regional, fundamentalmente a los ríosGuadalhorce y Guadalteba.

Las terrazas descritas por diversosautores en esta zona se agrupan en, al menos,siete niveles, con situación altimétrica respec-to a los cauces actuales diferentes: +80metros, +80 – 60 metros, +40 – 35 metros, +30metros, +20 metros, +15 – 7 metros y + 3 - 2metros. Las dos más altas podrían ser atribui-das por criterios regionales al PleistocenoInferior; las dos correspondientes a +40 – 35 y+30 metros, al Pleistoceno Medio y las dossiguientes al Pleistoceno Superior; pertene-ciendo la última y más baja al Holoceno.

La composición litológica de todos losniveles de terrazas es similar, con cantos cen-timétricos a decimétricos, y algún canto demayor tamaño (métrico) disperso. La petrolo-gía de los mismos es básicamente carbonática,procedente de los materiales subbéticosmesozoicos. Un porcentaje menor es de natu-raleza areniscosa (cuarcítica), silícea (sílex), ode otras litologías menos abundantes (rocasbásicas, etc).

Los materiales de origen antrópicolocalizados en relación con estos depósitos deterrazas fluviales cuaternarias, se ubican enrelación con las terrazas intermedias del ríoGuadalteba, sin que quepan por el momentoprecisiones cronoestratigráficas más precisas.

Antecedentes de los trabajos de campo

En la década de los ochenta del siglopasado (Vallespí et al, 1988; Espejo yCantalejo, 1990; García et al, 1995; Recio,2000) en las terrazas del río Guadalteba, sedocumentaron productos líticos tallados vin-culados a diversas sociedades primitivas.

Con posterioridad, en 1999, tuvieronlugar una serie de hallazgos como consecuen-cia de la acción erosiva de las aguas delEmbalse del Guadalteba y de la construcciónde algunas infraestructuras lineales de trans-porte (carretera Málaga-Campillos). Estos fue-ron realizados de manera fortuita, en primerlugar, por D. Javier Ross. Los mismos consistí-an fundamentalmente en útiles recogidos ensuperficie, entre los cuáles se encontraban

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piezas talladas en litologías muy diversas ycon técnicas y posible adscripción tecnológicadiferente, fruto de una posible mezcla recien-te, debido a los procesos de desmantelamien-to activo del lugar donde se encontraban pri-mariamente los productos líticos tallados.

Estos hallazgos fueron comunicados aJuan José Durán, con el ánimo de valorar elposible alcance e interés de lo encontrado.Tras cursar una visita al lugar de los hallazgosse pusieron de manifiesto tres circunstancias.La primera era el alto interés que presentabael yacimiento, consistente en una pequeñaterraza fluvial, con útiles en conexión con lossedimentos fluviales. La segunda era el altoriesgo que existía de pérdida total de la infor-mación contenida en el registro sedimentarioy arqueológico, puesto que la acción del ole-aje de las aguas embalsadas estaba socavandola base de la terraza, desmantelando los per-files y arrastrando y mezclando los útiles con-tenidos en el sedimento. La tercera circuns-tancia es que un reconocimiento más extensode campo, con criterios geomorfológicos, per-mitió constatar la existencia de otros perfilessimilares, con materiales arqueológicos, algu-nos de ellos afectados por la construcción deltramo entre Ardales y Campillos de la nuevacarretera.

Es a partir del año 20004cuando se ini-

cia la aproximación y estudio del yacimiento

de forma sistemática por parte de la EscuelaTaller Parque Guadalteba I y II (E.T.P.G. I y II),promovida por el Consorcio Guadalteba

5.

Desde entonces se han aportado yreforzado de forma cuantitativa y cualitativanuevos registros en superficie

6, zonificados

con polígonos geométricos, superando elmillón y medio de metros cuadrados recono-cidos; y, en secuencias estratigráficas en laintervención en La Plataforma de Peñarrubiacon unos 340 m2 excavados hasta la fecha(Medianero et al.: 2001 y 2002).

La determinación del área de estudio

El área queda comprendida en unamplio rectángulo con las siguientes coorde-nadas: nódulo - esquina NW x: 334.255 – y:4.093.863; nódulo - esquina NE x: 337.433 – y:4093.863; nódulo - esquina SW x: 334.254 – y:4.090.414; nódulo - esquina SE: x: 337.432 – y:4.090.414.

Toda la zona engloba parte de laSierra de Peñarrubia hasta el piedemonte delCastillón de Peñarrubia, a una altitud de 368m s.n.m. y conformada por una meseta conbruscos desniveles hacia el antiguo cauce delrío, hoy convertido en el Embalse delGuadalteba. Casi la práctica totalidad delterreno descrito correspondía al antiguo tér-

Localización del área

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mino municipal de Peñarrubia; es en los añossetenta del siglo pasado, como consecuenciade la construcción del embalse delGuadalteba, cuando pasa administrativamen-te a Campillos.

Nada más comenzar los trabajos serealizó una vigilancia sobre los hoyos de repo-blación llevada a cabo por la ConfederaciónHidrográfica del Sur de España (C.H.S.E.). Sedividió el espacio cercano a Parque

Zonificación en la vigilancia en la repoblación de Confederación Hidrográfica del Sur de España(CHSE)

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Guadalteba en cuatro zonas: Este (22.200

m2), Central (30.970 m2), Torre – Arroyo

(25.800 m2) y Tras el Arroyo (25.800 m2).Abarca desde el antiguo enclave arqueológi-co de Eras de Peñarrubia y transcurre parale-la a la carretera de Confederación hasta lascoordenadas UTM: 335.519 – 4.092.410 ya enel mismo embalse Guadalteba. Todo esteespacio se verja en una longitud aproximadade 2.100 metros permitiendo la mejor conser-vación de los yacimientos ubicados en suslímites.

De los materiales extraídos se handocumentado tecnocomplejos de adscripciónnormativa paleolítica y de la PrehistoriaReciente. Entre los primeros destacar la pre-sencia de algunas BN1G (núcleos), BP (lascas)y BN2G (productos retocados) (Carbonell,Díez y Martín, 1987). De éstos cabe indicar lapresencia de raederas.

Los productos arqueológicos vincula-dos por sus rasgos morfológicos y tecnológi-cos con grupos humanos de la PrehistoriaReciente se caracterizan por una amplia pre-sencia de restos de talla, muchas BN1G (núcle-os) y BP (lascas) y pocas BN2G (productos reto-cados); lo que pone en evidencia que el yaci-miento tuvo probable relación con una zona

de producción de materias primas abundan-tes en la zona (taller lítico) vinculado a laorganización territorial de las sociedades cla-sistas iniciales en la zona (Ramos, Espejo yCantalejo, 2004). Entre los productos retoca-dos indicar presencia de un pico de tipo cam-

piñoide7y varias BP (lascas) y BN2G (productos

retocados sobre soportes laminares).

A primera vista los productos líticospaleolíticos podrían encuadrarse en un senti-do normativo en el tecnocomplejoMusteriense de tradición Achelense, y los pro-ductos líticos de la Prehistoria Reciente, por laforma de los núcleos y la presencia del picocampiñoide, podrían estar entorno al III mile-nio a.n.e. Se destaca la existencia de algunosproductos de pequeñas dimensiones(Bagolini, 1968), localizados todos en la zonaentre la antigua torre eléctrica y el arroyo.

En cuanto al material cerámico, enmenor número, está representado por cerá-micas de la época ya reseñadas así como desecuencias romanas y algún que otro frag-mento de posible filiación musulmana.

Seguidamente se realiza la documen-tación de las terrazas en dos tipos de prospec-ciones: intensivas, a cotas bajas y cercanas alembalse y, las extensivas localizadas en la per-

Zonas prospectadas de forma intensiva. Áreas A0 – A4

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pendicular a la excavación arqueológica.

En cuanto a las intensivas se zonificancuatro grandes áreas, desde la A0 a la A4, yotras que comprenden más allá de la verjamencionada; de las que más adelante dare-mos cuenta.

De las primeras, los polígonos resultan-tes están ubicados entre las cotas 363 – 345m.s.n.m. y sus dimensiones son diversas; desdelos 2.300 metros cuadrados de la A3 hasta los300 de la A2.

El área A0 es la más occidental y tieneunas dimensiones de 690 m2. Ha aportado unescaso pero interesante registro arqueológi-co. A unos 160 metros hacia el sureste seextiende el área A1. Está localizada entre los363 y 350 m s.n.m., con una superficie de

2.100 m2, destaca por su pronunciado desni-vel. En su prospección se han distinguido dosáreas; la denominada A1 Terraza alta (363 –360 m s.n.m.) y la A1 (360 – 350 m s.n.m.) pro-piamente dicha. A unos 120 metros al sures-te y una altitud entre los 350 – 348 m s.n.m. seubica la denominada A2. Es la de menor

superficie de todas y en la que el materiallocalizado ha sido escaso.

La siguiente área, la A3, se sitúa aunos 270 metros al noreste de la A2 con unasuperficie de 2.300 m2. Está inmediatamenteantes del arroyo de las Adelfas que junto conel de Tomillares forman el aterrazamientosuperior de La Plataforma de Peñarrubia,donde se realizan las excavaciones arqueoló-gicas. Frente a ésta última y a unos 30 metrosal sureste se encuentra la denominada A4 de400 m2. Esta área es una gravera y brecha deforma alargada y estrecha como consecuenciade su rápido descenso sobre el arroyo de lasAdelfas.

Respecto a las prospecciones extensi-vas se zonifican 6 aterrazamientos que deno-minamos Terraza de Peñarrubia (TP) y quedesde la TP1 a la TP6 describen los distintosdesniveles zonificados.

La TP1 se corresponde con el más ele-vado de los aterrazamientos en esta zona y elárea prospectada está situada entre los 364 y365 m.s.n.m. Ha aportado escasísimo materialaunque es destacable el hecho que el mate-

Zonas prospectadas de forma extensiva. Áreas TP1 – TP6

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rial exhumado de La Plataforma dePeñarrubia pertenece a este mismo espacio,con aportación de registros líticos en sus res-pectivos cortes.

Respecto a las TP2 y TP3 están locali-zadas, entre los 363 y 362 m.s.n.m. y presen-tan, al igual que el anterior nivel de terraza,una escasa erosión del terreno y abundantecubierta vegetal, hecho que imposibilita elcontrol de productos arqueológicos.

Es a partir de los 360 m.s.n.m. en laTP4, donde la erosión y el desmantelamientode la terraza se hace evidente. Afloran abun-dantes cantos centimétricos y decimétricosaunque el material aportado ha sido escaso.Por su parte en la TP5, con una altitud mediade 355 m.s.n.m., la pérdida de sedimentosfinos es ya constatable. Se ha dividido en dosáreas, ésta propiamente dicha y la denomina-da “zona grisácea” caracterizada por una tie-rra de esta tonalidad y muy suelta.

El último nivel de terraza documenta-da ha sido la denominada TP6 a una altitudde 350 m s.n.m. aportando abundante mate-rial lítico. En cuanto a las zonas más allá delverjado, se han documentado en la margen

izquierda del cauce actual del río Guadaltebados áreas. La primera se llama Eras dePeñarrubia y la segunda Tumba

Guadaltebaviii (Recio, 2000); el material apor-tado ha sido abundante aunque no podemosolvidar que sobre la terraza, en proceso dedesmantelamiento, se superponen estructu-ras de hábitat y necrópolis de época romana yvisigoda (Serrano, 1989; Medianero et al., enprensa).

En cuanto a la margen derecha, lospolígonos del Cerro del Almendro y Cerro del

Almendro 19

(Recio, 1996; Corrales, 1997)cuentan con productos líticos tallados muyrodados. El denominado Capellanía 2 respon-de, en parte, a las coordenadas del enclavearqueológico conocido como Huertas de

Peñarrubia (García, 1999)10

y el de Huerta deVitorino se localizaría cerca del enclave deHoz de Peñarrubia (García, 1995).

Así mismo fueron localizadas todauna serie de estructuras de carácter hidráulicode mediados de siglo pasado como trasvasede agua de la cuenca del Guadalteba alembalse del Conde del Guadalhorce y queestán siendo colmatadas por el limo en el

Zonas prospectadas de forma extensiva en el embalse

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mismo embalse del Guadalteba11.

Enmarque de la tecnología y tipología dela industria lítica tallada

Los hallazgos preliminares en estudiopermiten intuir que la cuenca baja del ríoGuadalteba es un entorno arqueológico deextraordinario interés. Los productos líticosdocumentados muestran la existencia de yaci-mientos arqueológicos al aire libre (en terra-zas fluviales), y tienen un interesante enmar-

que en la secuencia del Pleistoceno del Sur dela Península Ibérica.

A este dato hay que añadir que existeconstancia de conexión con el registro sedi-mentario fluvial, lo que aporta un gran inte-rés, pues permitirá realizar una serie de estu-dios geológicos (geomorfológicos, sedimen-tológicos, paleontológicos, análisis de mate-

rias primas, polínicos etc), conectados con elestudio de los materiales arqueológicos pre-sentes.

Hemos documentado series líticas deproductos tallados y un conjunto destacadoasociado a los niveles altos de las terrazas deproductos (BN1GE) con cantos de talla unifa-cial y bifacial, hendedores, bifaces espesos,triedros y (BN2G) lascas retocadas. Los pro-ductos de talla se documentan con (BN1GC) yla presencia de núcleos unipolares, bipolares y

poliédricos. A través de ellos y en sintonía conlas (BP) (lascas obtenidas de dichos núcleos,de descortezado, de semidescortezado, inter-nas) se puede reconstruir la “cadena operati-va” que nos indicaría el proceso de trabajo.Entendemos la tecnología vinculada al traba-jo, en el marco de procesos de producción. Lasherramientas líticas informan así de su distri-bución y consumo.

Características de las zonas y sus producciones

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Arqueológicamente esta serie de pro-ductos líticos tallados, pertenecientes al nivelmás alto de la terraza (TP1) se pueden adscri-bir al tecnocomplejo Achelense AntiguoIbérico (Vallespí, 1986a, 1986b, 1992). Lasmaterias primas son calizas, sílex y cuarcitas.

Procedente también de otro nivel(señalar cual) de la terraza hay una serie deproductos líticos tallados en sílex, y cuarcita,con (BN1GE) bifaces más planos, cordiformes,subcordiformes y parciales, hendedores máselaborados y triedros, con destacados produc-tos retocados (BN2G) sobre lascas con raede-ras, lascas retocadas, puntas retocadas ymuescas. Entre las BN1G destacan las de técni-ca centrípeta, levallois y multipolares. Hayproductos (BP) de talla levallois, puntas leva-llois, lascas internas y del inicio de la talla.

Arqueológicamente estas series líticasde los niveles de terrazas se pueden adscribirnormativamente a un tecnocomplejoAchelense Pleno Ibérico con indicios de ads-cripción Musteriense (Vallespí, 1986a, 1992,1994).

Las zonas más bajas de la terraza ymás altas, respectivamente, cuentan conregistros arqueológicos de deposiciónHolocena, con productos líticos de adscripciónnormativa Neolítica y posterior, con hojas detalla a presión, elemento de hoz y núcleoscaracterísticos para hojas. Estos productoshan sido elaborados en sílex y tienen un con-texto histórico de gran interés en la zona,como área de captación y producción (Ramos,Espejo y Cantalejo, 2004).

Atribución tecnologica previa y contextosocio - histórico

La localización de evidencias estratifi-cadas en las terrazas del río Guadalteba(Campillos) supone el hallazgo excepcional deindustria lítica y fauna en conexión estratigrá-fica. La secuencia cronoestratigráfica proba-ble de las terrazas es Pleistoceno Medio(terraza alta: TP1), Pleistoceno superior (terra-za media: TP2, TP3 y TP4) y Holoceno (terraza

baja: TP5 y TP6)12.

El análisis de la industria lítica tallada,en una asociación de productos en sílex ycuarcitas ha permitido documentar series de(BN1GE) bifaces, hendedores, triedros, cantostrabajados con productos retocados sobre las-cas (BN2G) en sílex y cuarcita de raederas,muescas y lascas retocadas. Junto a ellos sehan documentado series de (BN1GC) dediversas técnicas de elaboración.

Todo el conjunto tecnológico permiteun planteamiento genérico de atribuciónAchelense.

Tecnológicamente plantea la proble-mática inmersa en el momento actual de lainvestigación de los conjuntos del PleistocenoMedio. Según la nomenclatura de Vallespí setrataría de conjuntos característicos deAchelense Antiguo Ibérico y Achelense PlenoIbérico (Vallespí, 1986a, 1992).

La propia vinculación funcional preli-minar de los productos analizados permiteplantear como hipótesis de trabajo unas acti-vidades desarrollados por grupos de cazado-res-recolectores en estos medios fluviales delinterior de la cuenca del río Guadateba. Sepueden inferir actividades vinculadas con lacaza por la asociación de instrumental de tipo(BN1GE) (bifaces, triedros). Hay productos vin-culados con el despiece y la carnicería(BN1GE) (hendedores), (BN2G) (grandes lascasretocadas) e incluso con actividades domésti-cas BP2G) (en las herramientas sobre lascas:raederas, muescas).

La situación espacial en una terrazavinculada al sistema fluvial del río Guadaltebaen la cuenca del río Guadalhorce permiteplantear la ocupación de estos ámbitos fluvia-les por bandas de cazadores-recolectores enla misma época que el desarrollo del sistemade terrazas. Las localizaciones obedecen a unmodo de vida definido en la caza de grandesmamíferos, como se evidencia del registroregional relacionado con estos productosarqueológicos (Barroso et al., 1989; Díaz delOlmo, Vallespí y Baena, 1992; Giles et al.,1996; Ruiz Bustos, 1995,1997; Vallespí,1992,1994; Castañeda, Herrero y Ramos, 1999;Castañeda, 2003).

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En el ámbito regional, los emplaza-mientos arqueológicos son lugares de ocupa-ción que obedecen a causas estratégicas muyclaras (oteo y control de la fauna en cerrosprominentes), con buena disponibilidad delocalización de recursos en las terrazas fluvia-les. El interés que alcanzan estos conjuntosradica en la localización en una zona como esel Medio Guadalhorce en un enmarque histó-rico y regional Atlántico-Mediterráneo.

La sintonía histórica es manifiesta conlos conjuntos líticos vinculados a gruposhumanos portadores de la tecnología demodo 3 de la Baja Andalucía (Cuenca del

Guadalquivir, estaciones de la orla litoralatlántica) y con los enclaves subbéticos inme-diatos (Alto Vélez, Genil, Depresiones interio-res granadinas).

Estas vinculaciones tecnológicas de losemplazamientos prueban la movilidad de lasbandas de cazadores-recolectores y un cuadrogenérico de un mismo modo de vida, concre-tado en específicas estrategias de caza orga-nizada de grandes mamíferos en las depresio-nes y piedemontes de las sierras del interior.De la distribución regional de testimoniosachelenses se infieren diversos modos de tra-bajo respecto a la fauna cazada en relación a

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los múltiples ecosistemas (ámbitos lacustres,depresiones interiores, vías fluviales de comu-nicación). La concreción empírica del uso dediversas materias primas puede permitir mati-zar, en relación a la variedad tecnológica ytipológica, precisiones de los modos de traba-jo desarrollados en sus prácticas por los gru-pos humanos de esta formación social caza-dora-recolectora (Vargas, 1990; Bate, 1998;Ramos, 1999).

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(1) Escuela Taller Parque Guadalteba, I, II y III,Consorcio Guadalteba, Campillos, [email protected] (2) Universidad de Cádiz,Cádiz. [email protected]; (3) MuseoMunicipal de Ardales, Ardales. www.cuevade-ardales.com; (4) UNED, Madrid; (5) IGME yUniversidad Autónoma de Madrid, [email protected]

Promovido por el Consorcio Guadalteba laimplantación del programa formativo deEscuela Taller ha permitido la financiación delos trabajos arqueológicos desde el año 2000.3Cuando se estaba redactando este trabajo se

visualiza, por profesores de la Escuela Taller

Parque Guadalteba III, en el piedemonte de laSierra de Peñarrubia posibles abrigos y estruc-turas. Abrigo de la Escuela Taller ParqueGuadalteba: x: 335412; y: 4093178; z: 431m.s.n.m.. Abrigo de Villalba: x: 335418; y:4093173; z: 430 m.s.n.m. Estructuras: x:335620; y: 4095104; z: 395 m.s.n.m. El piede-monte de la Sierra de Peñarrubia ha recibidoescasa atención, pero qué duda cabe que conlas entidades patrimoniales documentadas esya un referente de futuro estudio.4

En 1997 se realiza, con motivo de la cons-trucción de los edificios del ConsorcioGuadalteba, una intervención de urgenciaAA.VV., (e.p.), “Intervención Arqueológica deurgencia en La Plataforma de Peñarrubia”.Anuario Arqueológico de Andalucía.5Desde estas líneas agradecer a ambas institu-

ciones la ayuda prestada en todo momentopara la realización de los trabajos.6

En este sentido se ha integrado materialdonado por D. Javier Ross perteneciente a lazona A1 como A1JR. Desde estas líneas agra-decerle todas las atenciones que ha tenidocon el equipo y en el momento de la recogidade material realizada por la Escuela TallerParque Guadalteba I.7

En los últimos años del siglo pasado ya seexpuso la presencia lítica en: VALLESPI, E.;RAMOS MUÑOZ, J.; CANTALEJO, P.; ESPEJO,M.; MARTÍN CORDOBA, E., (1988) “PicosCampiñeses del tramo subbético de Málagarelacionables con el norte de África”Congreso Internacional El Estrecho deGibraltar. Ceuta, 1987. Tomo I, UNED, Madrid:271-284.8

En términos absolutos el aporte de materialcerámico de época romana asciende a 1.350productos y contrasta con el resto de laszonas, por lo que en términos relativos elaporte lítico debe ser considerado el demayor porcentaje.9

En la pendiente del Cerro del Almendro conabundante material cerámico y lítico siendo larecogida selectiva.10

No se apreciaron las estructuras del BronceFinal.11

Un gran canal con diversas presas, puentes ymolinos se suceden de forma ininterrumpidaen la margen derecha río abajo. Así mismo ymuy cercano al antiguo pueblo de Peñarrubiaotro molino de harina y puentes de la antigua

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carretera de Peñarrubia a Ardales han sidogeorreferenciados. Con esta documentaciónse realizará próximamente un estudio.xii No debemos olvidar que este zonificaciónresponde a la documentación que se realizaen la línea de embalse en el año 2000

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