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GUÍA PARA LA PREPARACIÓN DEL COMENTARIO DE TEXTO DE FRIEDRICH NIETZSCHE 1. EXPLICA LAS IDEAS QUE EXPONE NIETZSCHE EN EL TEXTO (2 puntos) TEXTO COMENTADO DE LA OBRA EL OCASO DE LOS ÍDOLOS La "razón" en filosofía 1 ¿Me pregunta usted qué cosas son "idiosincrasia" en los filósofos?… Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su "egipticismo". Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno], -cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, -se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, -incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es... Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de porqué se les retiene. «Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? - Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad!. Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia [Historie], de la mentira, -la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es «pueblo». ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! - y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idée fixe (idea fija) de los sentidos!, ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real! ...» Nietzsche trata de reflejar el modo de ser del filósofo tradicional. Ya en Más allá del bien y del mal (1886) dedica la primera parte de la obra a estudiar "los prejuicios de los filósofos". Empieza allí destacando que la búsqueda de la verdad a que se han referido siempre los filósofos, les lleva a preguntarse por el valor de la voluntad de alcanzar la verdad; ante la imposibilidad de que esa voluntad de verdad provenga de su opuesto, es decir, de la voluntad de evitar el error (ya decía Sócrates que el que obra mal es por ignorancia y nadie quiere la ignorancia, el error) los filósofos creen que la voluntad de verdad proviene del deseo de alcanzar lo verdadero, lo inmutable, proviene del "Dios 1

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GUÍA PARA LA PREPARACIÓN DEL COMENTARIO DE TEXTO DE FRIEDRICH NIETZSCHE

1. EXPLICA LAS IDEAS QUE EXPONE NIETZSCHE EN EL TEXTO (2 puntos)

TEXTO COMENTADO DE LA OBRAEL OCASO DE LOS ÍDOLOS

La "razón" en filosofía

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¿Me pregunta usted qué cosas son "idiosincrasia" en los filósofos?… Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su "egipticismo". Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno], -cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, -se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, -incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es... Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de porqué se les retiene. «Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? - Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad!. Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja:

deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia [Historie], de la mentira, -la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es «pueblo». ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! - y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idée fixe (idea fija) de los sentidos!, ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real! ...»

Nietzsche trata de reflejar el modo de ser del filósofo tradicional. Ya en Más allá del bien y del mal (1886) dedica la primera parte de la obra a estudiar "los prejuicios de los filósofos". Empieza allí destacando que la búsqueda de la verdad a que se han referido siempre los filósofos, les lleva a preguntarse por el valor de la voluntad de alcanzar la verdad; ante la imposibilidad de que esa voluntad de verdad provenga de su opuesto, es decir, de la voluntad de evitar el error (ya decía Sócrates que el que obra mal es por ignorancia y nadie quiere la ignorancia, el error) los filósofos creen que la voluntad de verdad proviene del deseo de alcanzar lo verdadero, lo inmutable, proviene del "Dios oculto". Es éste el prejuicio que caracteriza a los metafísicos.

En este texto del Crepúsculo de los Ídolos (1889) trata Nietzsche de analizar aquello que constituye "el modo de ser" o la idiosincrasia del filósofo. Es necesario tener en cuenta que Nietzsche parte de una concepción de la realidad como constante devenir y admite como principio básico la afirmación de la vida como voluntad de poder.

El filósofo que tiene Nietzsche como punto de referencia es, sin duda, Platón; en la "Historia de un error"' el mundo asequible al sabio es el de Platón que se identifica con la verdad. La conocida división platónica del ser en "Mundo inteligible": asequible a la razón, objeto de ciencia, fijo, estable, eterno; y "Mundo sensible": cambiante, asequible a los sentidos, objeto de "opinión", está en la base de la descripción que hace Nietzsche del modo que tienen de concebir el ser Platón y sus seguidores. En efecto, a la falta de sentido histórico, al odio al devenir y al 'egipticismo' han llegado, según Nietzsche, partiendo de una interpretación errónea de la realidad e infravalorando el conocimiento sensible en favor del conocimiento intelectual. En la idiosincrasia del filósofo hay que destacar: su concepción de la naturaleza de la realidad y el modo de conocerla.

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1) Con respecto a la naturaleza de la realidad, los filósofos parten de una distinción entre ser "real" y ser "aparente". El ser auténticamente real tiene que ser estático, fijo, inmutable, eterno. Desde Parménides hay una corriente de filósofos que consideran que éstos son los atributos que corresponden al ser "real". El mundo de las Ideas de Platón, el Acto puro en Aristóteles y el Dios del Cristianismo (monoteísmo), que representan el ser "real", el máximo ser, se caracteriza por ser inmutables y eternos. Al calificar el filósofo el ser de eterno e inmutable lo saca del tiempo y por lo tanto lo saca también de la historia.

Nietzsche critica esta concepción de la realidad, lo que supone criticar la metafísica tradicional en su aspecto ontológico. Son los filósofos dogmáticos los que parten de un error que consiste en considerar que los seres más perfectos no proceden de este mundo y tienen una naturaleza distinta de los seres de este mundo, por ello, cuando reverencian el ser, cuando lo adoran, son peligrosos porque incitan al error.

2) El conocimiento de la realidad, que ofrecen los filósofos, lleva en su origen también el error al tratar de reflejar la realidad, que es algo vivo, cambiante, en conceptos. Un concepto aspira a representar una pluralidad de cosas pero no puede nunca representar muchas realidades porque cada realidad es distinta de las demás. Al concepto se llega por una generalización y cuando se generaliza se pierden las diferencias individuales. Es como si una moneda perdiera la figura, la imagen que representa y se convirtiera simplemente en una porción de bronce o níquel. La mente por un proceso de abstracción a partir de las impresiones elabora los conceptos y después pretende reflejar con ellos la verdadera realidad que para Nietzsche es cambiante y no puede ser reflejada en un concepto estático a no ser convirtiéndola en "momias conceptuales"; por otra parte, al contacto con lo real según Nietzsche, se llega por la vía de lo estético no de lo lógico.

Los filósofos cuando valoran algo lo momifican, lo destruyen. La muerte, el cambio a través de cual el mundo se crea y se destruye, es para estos filósofos signo de no-ser, de apariencia.

Dado que, para los filósofos lo que realmente es, el auténtico ser, no cambia y lo que cambia no es auténtica realidad sino apariencia, los filósofos responsabilizan a los sentidos, que ofrecen esa realidad como algo cambiante, de no ofrecer un conocimiento verdadero, una realidad estática sino plural y en movimiento. Nietzsche con una dosis elevada de sarcasmo, deduce de todo ello dos enseñanzas morales derivadas de la idiosincrasia del filósofo, enseñanzas que están en contra del hecho evidente de que el cuerpo es algo real:

I. No aceptar como válido el conocimiento de los sentidos y por lo tanto no admitir como auténtica realidad lo que ellos ofrecen: el devenir, o lo que es lo mismo, la historia. La referencia a la inmoralidad de los sentidos, a la censura que el "intelectualismo moral" establece con respecto a las pasiones y a los sentidos en general.

II. Alejarse de aquellos y de aquello que otorga validez al conocimiento sensible que son los no-filósofos, el "pueblo" falto de conocimientos, defender una v otra vez el único Dios, el monótono-teísmo y, sobre todo, alejarse de lo corpóreo, del "cuerpo" concibiendo la auténtica realidad como no-material y al hombre, al estilo platónico, como esencialmente alma.

Dice Nietzsche que los filósofos conciben el cuerpo como algo material y por lo mismo ininteligible, no asequible a la razón, alejado de toda lógica de lo real, objeto únicamente de los sentidos y por lo tanto irreal, aparente, aunque de hecho se empeñe el muy "insolente" en presentarse como real.

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Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Heráclito. Mientras que el resto del pueblo de los filósotos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban pluralidad y modificación, él rechazó su testimonio porque mostraban las cosas como si tuviesen duración y unidad. También Heráclito fue injusto con los sentidos. Estos no mienten ni del modo como creen los eléatas ni del modo como creía él, -¡no mienten de ninguna manera!. Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la mentira, por ejemplo la mentira de la unidad, la mentira de la coseidad, de la sustancia, de la duración... La «razón» es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten... Pero Heráclito tendrá eternamente razón al decir que el ser es una ficción vacía. El mundo «aparente» es el único: el «mundo verdadero» no es más que un añadido mentiroso...

Destaca Nietzsche la contraposición en la concepción de la realidad entre los eléatas y Heráclito elogiando la visión pluralista y dinámica de la realidad ofrecida por Heráclito pero reprochándole el haber rechazado el testimonio de los sentidos cuando ofrecían una visión de la realidad como algo fijo, estable y dotado de unidad.

Le interesa a Nietzsche dejar constancia de que los sentidos no engañan nunca. Es el hombre y más concretamente la razón humana la

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que interpreta mal el testimonio de los sentidos. Nietzsche, en la línea de Hume, niega todas las categorías ontológicas:

El sujeto no es más que la reducción a la unidad hecha por la razón a partir de los diversos estados de conciencia, toda acción se atribuye a un actor, a una causa, a un sujeto.

La sustancia, las cosas, son ficciones que crea la razón.Por otro lado Nietzsche tampoco admite la causalidad "no hay causa

en absoluto". La noción de causa surge en el hombre a partir de la "convicción subjetiva de que nosotros somos causas, es decir, de que el brazo se mueve, etc. Nosotros nos distinguimos como los actores de la acción y de este esquema nos servimos siempre, en todo lo que sucede buscamos un actor".

La metafísica es para Nietzsche "la ciencia que trata de los errores fundamentales del hombre, pero como si éstos fueran verdades fundamentales" (Humano demasiado humano).

Por todo ello, Heráclito tiene razón al considerar el "ser"' al estilo de los nominalistas como un "sonido de voz", como "una ficción vacía". Lo que los filósofos llamaron ."mundo verdadero" es un "añadido mentiroso". Con ello Nietzsche acusa a los filósofos de falsear a conciencia la realidad porque cuando a su concepción del "mundo" añaden "verdadero" mienten.

La realidad para Nietzsche es "una corriente continua"; el mundo es "un mar de fuerzas "regidas por el azar. Lo real está en perpetuo y eterno devenir de ahí que simpatice con el evolucionismo de Darwin y con la dialéctica de Hegel a la que (aunque rechaza por su idealismo) considera como punto de partida de las ideas evolucionistas: "Sin Hegel no hay Darwin". La valoración del evolucionismo no es óbice para que reproche a Darwin la importancia que da a los agentes. externos y a la capacidad de adaptación a los mismos en la evolución, en vez de reconocer la evolución como "la voluntad de vivir", como superabundancia de vida, como voluntad de poder.

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¡Y qué sutiles instrumentos de observación tenemos en nuestros sentidos!. Esa nariz, por ejemplo, de la que ningún filósofo ha hablado todavía con veneración y gratitud; es hasta este momento incluso el más delicado de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz de registrar incluso diferencias mínimas de movimiento que ni siquiera el espectroscopio registra. Hoy nosotros poseemos ciencia exactamente en la medida en que nos hemos

decidido a aceptar el testimonio pe los sentidos, -en que hemos aprendido a seguir aguzándolos, armándolos, pensándolos hasta el final. El resto es un aborto y todavía-no-ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. O ciencia formal, teoría de los signos: como la lógica, y esa lógica aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a aparecer, ni siquiera como problema; y tampoco como la cuestión de qué valor tiene en general ese convencionalismo de signos que es la lógica.

La valoración del conocimiento sensible lleva a Nietzsche a reconocer la superioridad de los sentidos sobre los adelantos técnicos con especial referencia al sentido del olfato y a situar el conocimiento sensible en la base de todo conocimiento válido: tenemos ciencia en la medida que aceptamos el testimonio de los sentidos. Considera no-ciencia: la metafísica, la teología, la psicología y la teoría del conocimiento y ciencia formal: la lógica y la matemática. Con respecto a las primeras, que entran globalmente en el ámbito de la metafísica, se sitúan fuera de lo real y con respecto a la lógica y a la lógica aplicada (matemática), quedan relegadas al ámbito de lo convencional. Desde el año 1878 al 1882 Nietzsche tiene una clara influencia de la Ilustración francesa (Voltaire) y en sus obras Humano, demasiado humano, Aurora y La gaya ciencia, se aleja de todo planteamiento metafísico.

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La 'otra' idiosincrasia de los filósofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo último y lo primero. Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final -¡por desgracia!, ¡pues no debería siquiera venir! -los «conceptos supremos», es decir, los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad que se evapora. Esto es, una vez más, sólo expresión de su modo de venerar: a lo superior no le es "lícito provenir de lo inferior, no le es lícito provenir de nada... Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser 'causa sui' (causa de sí mismo). El proceder de algo distinto es considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto -ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente 'tiene que ser causa sui'. Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en

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contradicción consigo misma... Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto «Dios»... Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como 'ens realissimum' (ente realísimo) ...¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! - y lo ha pagado caro ...

El filósofo no sólo concibe mal la realidad al considerar que lo verdaderamente real es "lo uno, lo pleno, lo inmóvil", sino que confunde lo último con lo primero y sitúa a Dios como el ser más real (como lo primero) cuando es el concepto más vacío (lo último). Lo mismo sucede con los demás conceptos metafísicos. Ya hemos visto que el filósofo consideraba que honrar una cosa era sacarla del espacio y del tiempo, darle un tratamiento racional, situarla en el ámbito de las esencias.

Ahora el filósofo, siguiendo esta misma línea, considera que "al ente realísimo" le corresponde:

-No proceder de nada inferior a él, ser causa de sí mismo, tener en sí mismo la razón de su existencia. Proceder de otro supone subordinación, contingencia, imperfección. Ninguna de las cosas valiosas puede cambiar: ser y no ser. Al ser sumamente perfecto le corresponde encontrar en él mismo la razón de su existencia, no procede de otro, es "causa sui".

La crítica de Nietzsche parte de la distinción que hacían los filósofos a la hora de estudiar la naturaleza de un ser: aquello que constituye a un ser en lo que es, en un triángulo lo que hace que sea triángulo y que responde a la pregunta ¿Qué es esto?, es la esencia de ese ser. De acuerdo con la esencia o naturaleza de los seres hay seres contingentes (que pueden ser y no ser); estos seres han recibido el ser que tienen, y lo han recibido de un ser necesario, que es aquel cuya existencia constituye su esencia; o si se prefiere, la esencia y la existencia en el ser necesario se identifican, tiene en sí la razón de su existencia, es causa sui.

-Lo último en el orden del ser, "lo más vacío", lo que no existe se pone como lo primero, como la causa primera de todas las cosas.

También para explicar la libertad de la voluntad los filósofos acuden a la voluntad misma. En Más allá del bien y del mal, (pág.47) dice Nietzsche refiriéndose a la aspiración a la libertad de la voluntad: "la idea de causa sui es la mayor contradicción interna que se ha podido concebir nunca, una especie de violación y de monstruoso atentado contra la lógica". La creencia en la "voluntad libre" carga sobre uno mismo toda responsabilidad.

La supresión de la libertad ha llevado a muchos (entre ellos a Kant) a

considerar que en el mundo de la naturaleza donde no hay libertad rige la causalidad. Para Nietzsche "hemos de utilizar las nociones de "causa" y "efecto" tan sólo como conceptos puros, esto es, como ficciones convencionales que sirven para designar y entender pero no para explicar. Situándose en una crítica muy próxima a la de Hume, afirma rotundamente que "somos nosotros los únicos que hemos inventado las causas, la sucesión...".(op.cit.).

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-Contrapongamos a esto, por fin, el modo tan distinto como nosotros- (digo nosotros por cortesía ...) vemos el problema del error y de la apariencia. En otro tiempo se tomaba la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de apariencia, como signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error. Hoy, a la inversa, en la exacta medida en que el prejuicio de la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad, duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo cogidos en el error, 'necesitados' al error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa, dentro de nosotros estemos muy seguros de que es ahí donde está el error. Ocurre con esto lo mismo que con los movimientos de una gran constelación: en éstos el error tiene como abogado permanente a nuestro ojo, allí a nuestro lenguaje. Por su génesis el lenguaje pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje, dicho con claridad: de la 'razón'. Ese fetichismo ve en todas partes agentes y acciones: cree que la voluntad es la causa en general; cree en el «Yo», cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y proyecta sobre todas las cosas la creencia en la sustancia -yo- así es como crea el concepto «cosa»... El ser es añadido con el pensamiento, es introducido subrepticiamente en todas partes como causa; del concepto «yo» es del que se sigue, como derivado, el concepto «ser»...

Frente ala idiosincrasia del filósofo Nietzsche propone su propia visión del error y de la apariencia.

Es la razón la que nos ofrece: unidad, identidad, duración, sustancia, causa, "coseidad", ser. Dentro de nosotros estamos seguros de que esa

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visión de la realidad es errónea, que nada de esto es real, lo real es cambiante, perecedero, no hay sustancias, no hay causas, no hay ser, (el devenir no "desagua en el ser"), hay apariencias, perspectivas... No hay "cosas en sí"... "la apariencia es la realidad de las cosas". El conocimiento de la realidad se reduce a una interpretación subjetiva que el entendimiento hace de las impresiones que actúan sobre nuestros sentidos. Nietzsche llega así a un perspectivismo y a un fenomenismo y a un relativismo que le facilita el distanciamiento de los metafísicos y de los dogmáticos.

Pero la concepción errónea de la realidad ofrecida por los filósofos se ha convertido en una necesidad; el hombre ya no puede prescindir de las cosas, de las sustancias, de las causas... y el lenguaje contribuye a consolidar la concepción de la realidad como algo estático: "la gramática es la metafísica de la plebe".

Cuando la palabra deja de reflejar sensaciones, vivencias concretas y pasa a representar muchas realidades se convierte en concepto, prescinde de las diferencias individuales y termina reflejando una esencia, una forma que es lo que configura una sustancia. El lenguaje contribuye a crear entidades metafísicas, dado que el lenguaje es la voz del pensamiento, de la razón. Podemos afirmar que es la razón la responsable de estas creaciones metafísicas. Consideramos que dondequiera que hay una acción hay un agente, hay un sujeto y hay en consecuencia una sustancia que se adora como a un ídolo, como a un fetiche. Ni el yo pienso de Descartes ni el yo quiero de Schopenhauer constituyen un sujeto, un yo sustancial. Hay una "rutina gramatical" según la cual "pensar es una acción; en toda acción interviene un agente, luego...".

Una concepción del ser como devenir es incompatible con la metafísica, con el mundo de las esencias, del "ser en cuanto ser". En una línea crítica muy próxima a la de Hume, Nietzsche rechaza la deducción cartesiana de la existencia del "yo" a partir del pensamiento. Hay hechos psíquicos, no hay sujeto.

Al comienzo está ese grande y funesto error de que la voluntad es algo que 'produce efectos', de que la voluntad es una 'facultad'... Hoy sabemos que no es más que una 'palabra'... Mucho más tarde, en un mundo mil veces más ilustrado, llegó a la consciencia de los filósofos, para su sorpresa, la seguridad, la certeza subjetiva en el manejo de las categorías de la razón: ellos sacaron la conclusión de que esas categorías no podían proceder de la 'empiria', -la empiria entera, decían, está, en efecto, en contradicción con ellas. ¿De dónde

proceden, pues? - Y tanto en India como en Grecia se cometió el mismo error: «nosotros tenemos que haber habitado ya alguna vez en un mundo más alto (-en lugar de 'en un mundo mucho más bajo':¡lo cual habría sido la verdad! ), nosotros tenemos que haber sido divinos, ¡pues poseemos la razón!»... De hecho, hasta ahora nada ha tenido una fuerza persuasiva más ingenua que el error acerca del ser, tal como fue formulado, por ejemplo, por los eléatas: ¡ese error tiene a favor suyo, en efecto, cada palabra, cada frase que nosotros pronunciamos! -También los adversarios de los eléatas sucumbieron a la seducción de su concepto de ser: entre otros Demócrito, cuando inventó su átomo... La «razón» en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a desembarazamos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática...

La voluntad como facultad del alma la ofrece Aristóteles en su concepción hilemórfica del hombre, asumida posteriormente por la filosofía escolástica. La voluntad es en Aristóteles un apetito que corresponde al psiquismo superior; un apetito vinculado al entendimiento. A esa voluntad le corresponde la libertad y la responsabilidad moral.

Nietzsche se aleja de todo dualismo y define al hombre: "Cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa; y alma es sólo una palabra para designar algo en el cuerpo" (Así habló Zaratustra, pág.60). El cuerpo es "la gran razón" y el "espíritu" es el .'instrumento' del cuerpo. No hay pues una voluntad como facultad ni tampoco "libre albedrío". "La doctrina de la voluntad ha sido inventada esencialmente con la finalidad de castigar, es decir, de querer encontrar culpables" (Ocaso de los ídolos, pág. 78). La voluntad libre es uno de los cuatro grandes errores. Nietzsche rechaza, no obstante, el determinismo causal: "nadie concede al hombre sus cualidades, ni Dios, ni la sociedad, ni sus padres y antepasados, ni él mismo (la idea absurda que rechazamos aquí fue expuesta por Kant en términos de "libertad inteligible" y quizá también por Platón). La vida del hombre está vinculada a la "fatalidad de todo lo que ha sido y de todo lo que será" (op.cit.).

Cuando los filósofos, por medio de la razón, consiguieron llegar al conocimiento de categorías ontológicas que ofrecían seguridad y certeza en el conocimiento y que no podían ser explicadas desde la experiencia, desde el mundo sensible, llegaron a la conclusión de que procedían de un mundo superior de carácter divino al que únicamente tenía acceso la razón.

La utilización de conceptos como: sustancia, ser infinito, indivisible,

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inmutable, único etc., contribuyen a consolidar una concepción del ser errónea, y, una vez más, el lenguaje contribuye a confirmar el concepto de ser de los eléatas: uno, eterno... Ni los atomistas que al defender el pluralismo de los átomos se oponen a los eléatas se libran de esta concepción errónea del ser, porque conciben a cada átomo como indivisible, etc.

Nietzsche condiciona la supresión de la metafísica, de la idea de Dios, a la supresión de la vigencia de la gramática.

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Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo; en cuatro tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.

Primera tesis. Las razones por las que «este» mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad, -otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.

Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, -a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el «mundo verdadero»: un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral..

Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de «otro» mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de «otra» vida distinta de ésta, «mejor» que ésta.

Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo «verdadero» y en un mundo «aparente», ya sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso), es únicamente una sugestión de la 'décadence', -un síntoma de vida 'descendente'... El hecho de que el artista estime más la apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues «la apariencia» significa aquí la realidad una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un pesimista, -dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es 'dionisíaco'...

Con el convencimiento de que centrando la contradicción entre los

dos mundos: sensible (para Nietzsche real) e inteligible (para Nietzsche aparente), facilita la comprensión, Nietzsche procede a resumir lo expuesto anteriormente en cuatro tesis:

1) El único mundo, el mundo real es para Nietzsche el mundo sensible que es: mutable, material, en constante devenir, perceptible por los sentidos, que son las características que los filósofos conceden al mundo aparente. El mundo verdadero de los filósofos no existe para Nietzsche.

2) Las características del mundo verdadero de los filósofos: inmutable eterno,...corresponden al no ser, a un mundo aparente creado únicamente para que sirva de fundamento a un sistema de valores morales.

3) Inventar fábulas sobre un mundo distinto del mundo material sólo se puede hacer por parte de aquellos que son los grandes protagonistas de la moral de los esclavos, que "recelan de la vida" y buscan un consuelo metafísico. Son los débiles, los oprimidos, los desgraciados, los que, al no tener poder para actuar, se vengan de esta vida inventándose otra mejor. Es la impotencia la que les lleva al resentimiento y a la negación de la auténtica vida. Es el pueblo judío y después el cristianismo el que lleva a cabo una inversión de valores por la que las cualidades de los poderosos, de los nobles, de los señores: el dominio, la arrogancia, el poder, que son originariamente buenas y creadoras de valores, pasan a ser conductas moralmente malas, mientras que las cualidades de los débiles, los impotentes…: obediencia, sometimiento, pasan a ser virtudes.

4) Dividir el mundo en verdadero y aparente como aparece en el cristianismo y en los filósofos cristianos es, según Nietzsche, signo de vida descendente o de vida decadente. La idea de decadencia está presente en las obras de poetas (Byron) y pensadores del siglo XIX a la hora de reflejar sus propios sentimientos y al verse obligados a constatar la falta de entusiasmo y vitalidad de la sociedad moderna. Nietzsche se hace eco de esta falta de vitalidad en la creación de nuevos valores de la sociedad de su tiempo y de la pérdida de vigencia de los valores o verdades que había sustentado durante siglos la cultura occidental.

La referencia a la obra artística la hace Nietzsche para dejar constancia de que las auténticas obras de arte reflejan la realidad. El artista trágico expresa la dimensión dionisiaca de lo real, no lo apolíneo que sería lo aparente. En último extremo el artista, manteniéndose en el ámbito de lo real, "selecciona", "refuerza" y "corrige" la realidad.

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COMO EL «MUNDO VERDADERO» ACABÓ CONVIRTIÉNDOSE EN UNA FÁBULA.

Historia de un error

1. El mundo verdadero, asequible al sabio, al piadoso, al virtuoso, -él vive en ese mundo, es ese mundo.(La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis «yo, Platón, soy la verdad»).

2. El mundo verdadero, inasequible por ahora, pero prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al pecador que hace penitencia»).(progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible, -se convierte en una mujer, se hace cristiana ...)

3. El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero, ya en cuanto pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo. (En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea, sublimizada, pálida, nórdica, konigsberguense).

4.El mundo verdadero -¿inasequible?. En todo caso, inalcanzado. Y en cuanto inalcanzado, también desconocido. Por consiguiente, tampoco consolador, redentor, obligante: ¿a qué podría obligamos algo desconocido?... (Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo.)

5. El «mundo verdadero» -una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga,-una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente una Idea refutada: ¡eliminémosla!. (Día claro; desayuno; retorno del 'bon sens' [buen sentido] y de la jovialidad; rubor avergonzado de Platón; ruido endiablado de todos los espíritus libres.)

6.Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el aparente?.. ¡No!,¡al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente!. (Mediodía; instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad; INCIPIT ZARATHUSTRA [comienza Zaratustra]).

En la "Historia de un error", Nietzsche parte de un mundo presentado por los filósofos como "verdadero" y, de acuerdo con su

creencia en que "el fin de la vieja verdad está próximo" (Ecce homo, pág.145) asiste a la conversión de ese mundo verdadero en un relato de fábula que representa el fin de un error y el "comienzo de Zaratustra": el superhombre, el eterno retorno...

1) El error comienza su andadura histórica cuando el sabio, el virtuoso, empieza estableciendo el error al admitir la existencia de un mundo verdadero distinto del mundo de los sentidos. Ese sabio representado por Platón se identifica con ese mundo verdadero, porque él crea esa verdad. Sólo los sabios tienen acceso a ese Mundo inteligible, a la Idea de Bien (República).

2) Los filósofos cristianos son los herederos del pensamiento platónico pero ese pensamiento ha evolucionado. El cristianismo no ofrece el acceso a ese mundo verdadero en esta vida; después de la muerte, al sabio, al piadoso, al virtuoso y también al pecador arrepentido, se les promete el acceso a la Verdad, al Ser, a Dios.

3)En la historia de este error, Nietzsche destaca la aportación de Kant. El tema de Dios no es asequible a la ciencia, en la Crítica de la razón pura, pero la razón en su búsqueda de lo incondicionado llega a la "idea" de Dios que aunque no sea objeto de ciencia puede ser pensado y en la "Razón práctica" fundamenta la moral.

La idea de Dios platónica y cristiana sigue ahí, ahora más abierta al escepticismo, menos precisa y más kantiana. .

4) Las concepciones positivistas que Nietzsche asumió en la segunda etapa de su obra, niegan la posibilidad de la metafísica y en consecuencia la posibilidad de acceder al conocimiento del "Mundo verdadero", a Dios. Es como el anuncio de un nuevo día, la razón sin la experiencia no puede ofrecer conocimientos válidos. Es una mañana gris... 5) La idea de Dios que en otras etapas de la historia del error, representó el ser verdadero a partir del cual los demás seres adquirían sentido, servía de fundamento de las obligaciones morales, se ha convertido en una idea superflua. El superhombre no necesita a Dios, Nietzsche insta a eliminarlo.

6) Eliminado el "mundo verdadero", no tiene sentido hablar de mundo "aparente" que sólo tiene sentido contrapuesto con el mundo verdadero. Eliminado el error, comienza Zaratustra: el eterno retorno.

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LA MORAL COMO CONTRANATURALEZA

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Todas las pasiones tienen una época en la que son meramente nefastas, en la que, con el peso de la estupidez, tiran de sus víctimas hacia abajo -y una época tardía mucho más posterior, en la que se desposan con el espíritu, en la que se «espiritualizan». En otro tiempo se hacía la guerra a la pasión misma, a causa de la estupidez existente en ella: la gente se conjuraba para aniquilarla, -todos los viejos monstruos de la moral coinciden unánimemente en que 'il faut tuer les passions' (es preciso matar las pasiones). La fórmula más famosa de esto se halla en el Nuevo Testamento, en aquel Sermón de la Montaña en el que, dicho sea de paso, las cosas no son consideradas en modo alguno desde lo alto. En él se dice, por ejemplo, aplicándolo prácticamente a la sexualidad, «si tu ojo te escandaliza, arráncalo»: por fortuna ningún cristiano actúa de acuerdo con ese precepto. 'Aniquilar' las pasiones y apetitos meramente para prevenir su estupidez y las consecuencias desagradables de ésta es algo que hoy se nos aparece meramente como una forma aguda de estupidez. Ya no admiramos a los dentistas que extraen los dientes para que no sigan doliendo... Con cierta equidad concedamos, por otra parte, que el concepto «espiritualización de la pasión» no podía ser concebido en modo alguno en el terreno del que brotó el cristianismo. La Iglesia primitiva luchó, en efecto, como es sabido, contra los «inteligentes» a favor de los «pobres de espíritu»: ¿cómo aguardar de ella una guerra inteligente contra la pasión? -La Iglesia combate la pasión con la extirpación, en todos los sentidos de la palabra: su medicina, su «cura» es el 'castradismo'. No pregunta jamás: «¿cómo espiritualizar, embellecer, divinizar un apetito?» -en todo tiempo ella ha cargado el acento de la disciplina sobre el exterminio (de la sensualidad, del orgullo, del ansia de dominio, del ansia de posesión, del ansia de venganza). -Pero atacar las pasiones en su raíz significa atacar la vida en su raíz: la praxis de la Iglesia es hostil a la vida...

Nietzsche está convencido de que "la moral hasta ahora enseñada, venerada y predicada... se dirige en contra de los instintos de la vida", es una "moral como contranaturaleza".

La moral empieza siendo en Nietzsche un instrumento que evita que la comunidad se destruya porque representa la defensa de lo útil para la existencia como lo bueno. En una segunda fase los que tienen poder obligan a los menos poderosos a que respeten los intereses colectivos, lo que termina convirtiéndose en costumbre. La norma se interioriza y se asume como un deber propio, como la voz de la propia conciencia; obedecer la voz de la propia conciencia representa una satisfacción, se considera una conducta virtuosa.

En la historia de la moral descubrimos la "moral de los señores" y "la moral de los esclavos". Los hombres superiores crean sus propios valores acordes con su poder, con su naturaleza: es el hombre el que es bueno porque es poderoso, lleno de vida; los hombres débiles, los esclavos, valoran, exaltan las cualidades que se derivan de su debilidad (sumisión, humildad, obediencia...) como virtudes, denigrando las virtudes de los fuertes (el orgullo, el dominio...) como "males". Surge así una moral nacida del "resentimiento" del débil frente al fuerte que según Nietzsche se ha consolidado en la cultura occidental con el cristianismo. Es esta moral como "contra naturaleza" el objeto de los ataques de Nietzsche. Platón funda las bases de esta moral al orientar al hombre hacia el "Mundo inteligible", despreciando el "Mundo sensible". El cristianismo acentúa la valoración del mundo trascendente divino subordinando la vida terrena, temporal, a una vida futura plena, de ahí que la moral cristiana se oponga a la vida de los instintos y en consecuencia vaya en contra de la naturaleza del hombre.

El tratamiento de las pasiones tiene en el hombre dos épocas. Una primera época en la que la pasión se considera como un impulso no racional (estúpido) dentro de las posibilidades de la conducta humana y una segunda etapa en la que las pasiones se "espiritualizan".

La actitud de los moralistas cristianos frente a las pasiones no es sólo de control sino que intentan aniquilarlas, "matarlas", suprimirlas: "si tu ojo te escandaliza, arráncatelo". Es ésta, para Nietzsche, una actitud antinatural, hostil a la vida. En el Sermón de la montaña Cristo ofrece un programa basado en la renuncia; son bienaventurados "los pobres de espíritu", los que

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"sufren". La Iglesia no da un tratamiento inteligente a las pasiones, su conducta se caracteriza por ser "hostil a la vida"...

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Ese mismo medio, la castración, el exterminio, es elegido instintivamente, en la lucha con un apetito, por quienes son demasiado débiles, por quienes están demasiado degenerados para poder imponerse moderación en el apetito: por aquellas naturalezas que, para hablar en metáfora (y sin metáfora), tienen necesidad de la 'Trappe' (la Trapa), de alguna declaración definitiva de enemistad, de un abismo entre ellos y una pasión. Los medios radicales les resultan indispensables tan sólo a los degenerados; la debilidad de la voluntad, o, dicho con más exactitud, la incapacidad de no reaccionar a un estímulo es sencillamente otra forma de degeneración. La enemistad radical, la enemistad mortal contra la sensualidad no deja de ser un síntoma que induce a reflexionar: ella autoriza a hacer conjeturas sobre el estado general de quien comete tales excesos.-Esa hostilidad, ese odio llega a su cumbre, por lo demás, sólo cuando tales naturalezas no tienen ya firmeza bastante para la cura radical, para renunciar a su «demonio». Échese una ojeada a la historia entera de los sacerdotes y filósofos, incluida la de los artistas: las cosas más venenosas contra los sentidos no han sido dichas por los impotentes, tampoco por los ascetas, sino por los ascetas imposibles, por aquellos que habrían tenido necesidad de ser ascetas...

Los que son demasiado débiles y no pueden controlar sus apetitos son los que tienden instintivamente a utilizar "medios radicales", a aislarse en conventos (la Trapa) para así alejarse de las pasiones.

Odian los sentidos y las pasiones los que no pueden tener control de sí mismos, de sus pasiones, de su "demonio", los que no tienen capacidad para ser ascetas; los ascetas tienen capacidad para controlar sus pasiones porque ellos mismos forman parte de ellas, tienen voluntad de poder.

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La espiritualización de la sensualidad se llama amor. ella es un gran triunfo sobre el cristianismo. Otro triunfo es nuestra espiritualización de la enemistad. Consiste en comprender profundamente el valor que posee el tener enemigos: dicho con brevedad, en obrar y sacar conclusiones al revés de como la gente obraba y sacaba conclusiones en otro tiempo. La Iglesia ha querido siempre la aniquilación de sus enemigos: nosotros, nosotros los inmoralistas y anticristianos, vemos nuestra ventaja en que la Iglesia subsista... También en el ámbito político la enemistad se ha vuelto ahora más espiritual, -mucho más inteligente, mucho más reflexiva, mucho más indulgente. Casi todos los partidos se dan cuenta de que a su autoconservación le interesa que el partido opuesto no pierda fuerzas; lo mismo cabe decir de la gran política. Especialmente una creación nueva, por ejemplo el nuevo Reich, tiene más necesidad de enemigos que de amigos: sólo en la antítesis se siente necesario, sólo en la antítesis llega a ser necesario... No de otro modo nos comportamos nosotros con el «enemigo interior»: también aquí hemos espiritualizado la enemistad, también aquí hemos comprendido su valor. Sólo se es fecundo al precio de ser rico en antítesis; sólo se permanece joven a condición de que el alma no se relaje, no anhele la paz... Nada se nos ha vuelto más extraño que aquella aspiración de otro tiempo, la aspiración a la «paz del alma», la aspiración cristiana; nada nos causa menos envidia que la vaca-moral y la grasosa felicidad de la buena conciencia. Se ha renunciado a la vida grande cuando se ha renunciado a la guerra... En muchos casos, desde luego, la «paz del alma» no es más que un malentendido, -otra cosa, que únicamente no sabe darse un nombre más honorable. Sin divagaciones ni prejuicios, he aquí unos cuantos casos. «Paz del alma» puede ser, por ejemplo la plácida irradiación de una animalidad rica en el terreno moral (o religioso). O el comienzo de la fatiga, la primera sombra que arroja el atardecer, toda especie de atardecer. O un signo de que el aire está húmedo, de que se acercan vientos del sur. O el agradecimiento, sin saberlo, por una digestión feliz (llamado a veces «filantropía»). O el sosiego del convaleciente, para el que todas las cosas tienen un sabor nuevo y que está a la espera... O el estado que sigue a una intensa satisfacción de nuestra pasión dominante, el sentimiento de bienestar propio de una saciedad

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rara. O la debilidad senil de nuestra voluntad de nuestros apetitos; de nuestros vicios. O la pereza, persuadida por la vanidad a ataviarse con adornos morales. O la llegada de una certeza, incluso de una certeza terrible, tras una tensión y una tortura prolongadas, debidas a la incertidumbre. O la expresión de la madurez v la maestría en medio del hacer, crear, obrar, querer, la respiración tranquila, la alcanzada «libertad de la voluntad»... 'Crepúsculo de los Idolos': ¿quién sabe?, acaso también únicamente una especie de «paz del alma»...

La "espiritualización" de la sensualidad, que corresponde a la segunda etapa del tratamiento de las pasiones, consiste en asumir la propia sensualidad, amarla.

Los inmoralistas, los anticristianos, han conseguido una gran victoria espiritualizado la enemistad en contra de la pretensión de la Iglesia de destruirlos. En política los partidos o el propio Estado necesita enemigos porque gracias a ellos los propios partidos o el Estado son necesarios.

También los hombres necesitan espiritualizar "el enemigo interior', reconocer el valor de las pasiones. Nietzsche critica la aspiración cristiana a conseguir la "paz del alma" que se manifiesta de múltiples formas:

1) Una vida alejada de toda tensión situándose en un plano animal ("un cerdo de la piara de Epicuro" de que hablaba Horacio) y considerando bien el placer

2) Como un abandono ante el desánimo de las primeras dificultades derivadas del fracaso.

3) La paz del que se encierra y se protege ante las inclemencias...4)La paz del que se considera satisfecho por haber contribuido en algo

al bien de los demás.5) La calma del que ha sufrido y se recupera de las heridas.6)La paz del que ha satisfecho una pasión.7)La paz del que no tiene fuerza de voluntad para actuar y se mantiene

pasivo.8)La paz del que se apoya en consideraciones morales para justificar

su inactividad. No le está permitido actuar.9) La paz que sigue a la salida de una incertidumbre.10) La paz que implica sentirse libres y no ser presa del destino o del

azar que siempre inquietan.

11) Nietzsche no se atreve a afirmar que el ocaso de los ídolos, de las verdades que inquietaron al alma durante tanto tiempo, traiga paz al alma, la pérdida de estas verdades supone en todo caso un riesgo.

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Voy a reducir a fórmula un principio. Todo naturalismo en la moral, es decir, toda moral sana está regida por un instinto de la vida, -un mandamiento cualquiera de la vida es cumplido con un cierto canon de «debes» y «no debes» , un obstáculo y una enemistad cualesquiera en el camino de la vida quedan con ello eliminados. La moral contranatural, es decir, casi toda moral hasta ahora enseñada, venerada y predicada se dirige, por el contrario, precisamente contra los instintos de la vida, -es una 'condena', a veces encubierta, a veces ruidosa e insolente, de esos instintos. Al decir «Dios ve el corazón», la moral dice no a los apetitos más bajos y más altos de la vida y considera a Dios enemigo de la vida... El santo en el que Dios tiene su complacencia es el castrado ideal... La vida acaba donde comienza el «reino de Dios»...

El naturalismo en la moral consiste en admitir como único criterio de "moral sana" favorecer el "instinto de la vida". Lo que se "debe" hacer y lo que "no se debe hacer" vienen definidos por lo que favorece o se opone al instinto de la vida.

La moral contranatural, que ha sido la moral vigente en la cultura occidental, es una moral que "condena" los instintos de la vida matando las pasiones...

En la moral cristiana el control divino llega a lo más íntimo ("Dios ve el corazón"), a los apetitos más bajos: deseos de venganza... y a los más altos: voluntad de poder, de dominio... Ninguna vivencia se escapa al control, al freno de la moral contranatural, porque "Dios ve el corazón", ve todo y controla todo. Los preceptos divinos, según Nietzsche, atentan en contra de la vida porque fundamentan una moral contranatural, por lo que afirma que " la vida (toda la vida), acaba donde comienza el reino de Dios".

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Suponiendo que se haya comprendido el carácter delictivo de tal rebelión contra la vida, rebelión que se ha vuelto casi sacrosanta en la moral cristiana, con ello se ha comprendido también, por fortuna, otra cosa: el carácter inútil, ilusorio, absurdo, mentiroso de tal rebelión. Una condena de la vida por parte del viviente no deja de ser, en última instancia, más que el síntoma de una especie determinada de vida: la cuestión de si esa condena es justa o injusta no es suscitada en modo alguno con esto. Sería necesario estar situado fuera de la vida, y, por otro lado, conocerla tan bien como uno, como muchos, como todos los que la han vivido, para que fuera lícito tocar el problema del 'valor' de la vida en cuanto tal: razones suficientes para comprender que el problema es un problema inaccesible a nosotros. Cuando hablamos de valores, lo hacemos bajo la inspiración, bajo la óptica de la vida: la vida misma es la que nos constriñe a establecer valores, la vida misma es la que valora a través de nosotros cuando establecemos valores... De aquí se sigue que también aquella contranaturaleza consistente en una moral que concibe a Dios como concepto antitético y como condena de la vida es tan sólo un juicio de valor de la vida -¿de qué vida? , ¿de qué especie de vida? -Pero ya he dado la respuesta: de la vida descendente, debilitada, cansada, condenada. La moral tal como ha sido entendida hasta ahora -tal como ha sido formulada todavía últimamente por Schopenhauer, como «negación de la voluntad de vida» -es el instinto de 'décadence' mismo, que hace de sí un imperativo: esa moral dice:«¡Perece!» -es el juicio de los condenados...

La rebelión en contra de la vida protagonizada por la religión cristiana, según Nietzsche, tiene un carácter delictivo en el sentido de que atenta contra el valor básico, que es el instinto de vida, y es una rebelión inútil, ilusoria y absurda, porque el que condena la vida lo hace desde la vida, es un ser viviente y lo único que se puede deducir de esa condena es que está hecha desde un tipo de vida decadente. Para poder enjuiciar con objetividad la vida, para poder valorar la justicia o injusticia del que condena la vida habría que situarse fuera de ella y poder valorar todas las formas de vida

que se han vivido.Es la vida misma la que establece valores, de modo que la moral

cristiana que tiene a Dios como condena de la vida: "la vida acaba donde comienza el reino de Dios", es una moral, moral contranaturaleza, hecha desde una vida descendente, condenada. Schopenhauer ...

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Consideremos todavía, por último, qué ingenuidad es decir: «¡el hombre debería ser de este y de aquel modo!». La realidad nos muestra una riqueza fascinante de tipos, la exuberancia propia de un pródigo juego y mudanza de formas: ¿y cualquier pobre mozo de esquina de moralista dice a esto: «¡no! , el hombre debería ser de otro modo»? ...Él sabe incluso cómo debería ser él, ese mentecato y mojigato, se pinta a sí mismo en la pared y dice ¡ecce homo!' (¡he ahí el hombre! )... Pero incluso cuando el moralista se dirige nada más que al individuo y le dice: «¡tú deberías ser de este y de aquel modo!», no deja de ponerse en ridículo. El individuo es, de arriba abajo, un fragmento de 'fatum' (hado), una ley más, una necesidad más para todo lo que viene y será. Decirte «modifícate» significa demandar que se modifiquen todas las cosas, incluso las pasadas... Y, realmente, ha habido moralistas consecuentes, ellos han querido al hombre de otro modo, es decir, virtuoso, lo han querido a su imagen, es decir, como un mojigato: ¡para ello negaron el mundo!. ¡Una tontería nada pequeña!. ¡Una especie nada modesta de inmodestia!... La moral, en la medida en que condena, en sí, no por atenciones, consideraciones, intenciones, propinas de la vida; es un error específico con el que no se debe tener compasión alguna, ¡una 'idiosincrasia de degenerados', que ha producido un daño indecible!... Nosotros que somos distintos, nosotros los inmoralistas, hemos abierto, por el contrario, nuestro corazón a toda especie de intelección, comprensión, aprobación. No nos resulta fácil negar, buscamos nuestro honor en ser 'afirmadores'. Se nos han ido abriendo cada vez más los ojos para ver aquella economía que necesita y sabe aprovechar aún todo aquello que, rechazado por el santo desatino del sacerdote, por la razón enferma del sacerdote, para ver aquella economía que rige en la ley de la vida, lo cual saca

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provecho incluso de la repugnante 'species' del mojigato, del sacerdote, del virtuoso, -¿qué provecho?. -Pero nosotros mismos, los inmoralistas, somos aquí la respuesta...

Nietzsche no admite la existencia de una esencia humana que implique que el hombre deba ser de un modo determinado; la realidad es múltiple, cambiante, rica en tipos y formas y el hombre no puede ser una excepción. Califica de "mentecato y mojigato" al que tomándose a sí mismo como modelo pretende establecer cómo debe ser el hombre. Esto es lo que hace el moralista cuando habla del hombre en general. Cuando se refiere a un individuo y dictamina cómo debe ser, hace el ridículo: olvida que cada individuo forma parte del destino cósmico; cuando el moralista pide una modificación personal, de conducta, a su imagen, está pidiendo una modificación que afecta al universo entero, lo que representa una tontería y una clara inmodestia. Para Nietzsche es necesario enjuiciar la vida del hombre desde las exigencias de la vida misma, hacerlo fuera del prisma de la vida, es propio de la idiosincrasia de los filósofos, de la moral de los esclavos. .

Nietzsche contrapone la postura de condena de los moralistas con la postura de "intelección, comprensión y aprobación" de los inmoralistas entre los que se sitúa él mismo. Los inmoralistas son "afirmadores" de la vida y saben incluso ver, cómo la vida, desde la propia "ley de la vida", sabe reaccionar, frente a lo negativo, frente a la enfermedad, frente a los ataques a la vida misma; así la razón enferma del sacerdote, termina ofreciendo algo provechoso: al atacar la vida hace posible, como reacción, la presencia de los inmoralistas.

NOTA IMPORTANTE

Para la correcta realización de este apartado, además de detectar las ideas que aparecen en el texto propuesto y comentarlas con detalle, puede hablarse en general de El Ocaso de los Ídolos, obra a la que pertenece el texto y de sus objetivos básicos.

Pertenece al último período de su vida. Fue escrita el 1888, junto con El Anticristo y Ecce Homo. A finales de ese mismo año aparecen en él signos evidentes de locura y a principios del año siguiente es ingresado en un clínica de Basilea. Es el tercer escrito contra la moral. El primero es Más allá del bien y del mal, o sea, más allá de lo verdadero y de lo falso, el problema gnoseológico se presenta como el reverso del conocimiento de la problemática moral. El segundo, también destructivo, es la Genealogía de la moral en el que afirma que el cristianismo es fruto de un resentimiento, la conciencia no es la voz de Dios en el hombre, sino el instinto de crueldad vuelto hacia atrás, y el sacerdote es el terrible poder del ideal ascético, el ideal nocivo por excelencia.

El crepúsculo de los ídolos o la manera de filosofar con el martillo, es el tercero. Supone una declaración de guerra contra los «ídolos eternos a los aquí se les conmueve como con un diapasón... el ídolo de la portada designa sencillamente lo que hasta ahora se ha llamado verdad. Ocaso de los ídolos significa en lenguaje llano que la antigua verdad está llegando a su fin». El nombre, tomado de una ópera de Wagner, significa que ya no hay dioses, sólo hay deidades falsas veneradas por toda la humanidad. Wagner es para Nietzsche en la música, lo que Schopenhauer en filosofía. De Wagner se distancia por la aproximación de éste al cristianismo; desde entonces dirá de él que es un "decadente corrompido y desesperado...". Cuando Wagner le envía su obra Parsifal, Nietzsche contesta con su obra Humano, Demasiado Humano.

Las consecuencias son obvias. Toca a su fin «casi toda la moral que hasta ahora se ha enseñado, respetado y predicado». Esa moral iba contra los instintos de la vida y representa una condena de tales instintos y toma a Dios como enemigo de la vida. La moral que aquí ofrece Nietzsche es una

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moral presidida por el instinto de vivir. A esta obra seguirá el Anticristo cuya tesis será la necesidad de aniquilar la gran maldición que es el cristianismo, una religión que interpretó mal a su fundador, empezando por Pablo.

En cuanto obra filosófica, al pertenecer al último año de lucidez, significa que es una de sus obras más maduras. Se propone destruir toda huella de idealismo: sólo existe el mundo real, el mundo del espacio y del tiempo, el mundo de los sentidos.

El género literario que emplea es el aforístico (aforismo es una sentencia breve y doctrinal). Son sentencias que tienen una relativa unidad lógica. Se intenta decir con "frases" lo que otros hacen en libros enteros. En la crítica a la filosofía señala dos graves errores:

-Minusvaloración de la realidad, de esa realidad que es devenir, cambio. Se ha rechazado el mundo real para afirmar un mundo imaginario, al que los filósofos llaman real.

-Confusión entre lo último y lo primero: los filósofos se han guiado por conceptos generales (que son vacíos, no son conceptos ni nada) y de esta manera llegan al supremo concepto, el más general: Dios. Ese concepto es lo último (lo más vacío, lo más general) y es puesto como lo primero (como la base de todo)

Conclusión: a. Hay que poner en entredicho la ontología (el concepto del ser). b. Lo que se ha llamado aparente es real. c. Lo que se ha tenido como verdadero (intemporal, eterno, Dios) es

pura invención.

2. EXPLICA EL SIGNIFICADO QUE TIENEN EN NIETZSCHE LOS TÉRMINOS SIGUIENTES (3 puntos)

NIHILISMO

Negación de toda creencia. Esta teoría surgió en el siglo XIX en Rusia, tratándose en principio de una actitud, un estado de desesperanza propio de los que no saben qué hacer con sus vidas. Posteriormente, se convirtió en una doctrina cuyo objetivo inmediato era acabar con todas las ideas adquiridas y los prejuicios sociales, aproximándose a los planteamientos anarquistas.

El nihilismo de Nietzsche es una variante que considera que los valores deben transmutarse en una nueva visión que supere las falsificaciones que ha producido el pensamiento racional. Para Nietzsche, el nihilismo caracteriza un período de la civilización occidental y hace referencia al fenómeno espiritual que está asociado a la muerte de Dios y a la superación de los valores morales tradicionales, así como a la idea de que el devenir no tiene ninguna finalidad ni objetivo que suponga su meta final.

A veces, Nietzsche calificó de "verdadero nihilismo" a la creencia en un mundo superior y ultraterreno, pues consideraba que esta creencia implicaba la negación de lo único cierto (esta vida, este mundo), en favor de un mundo inexistente que no es sino una falsa ilusión. Frente a esta forma de nihilismo, Nietzsche defendía los valores terrenales y la afirmación de la vida.

De "nihil", nada. Actitud vital y filosófica que niega todo valor a la existencia, o que hace girar la existencia alrededor de algo inexistente.

La idea nietzscheana del nihilismo es compleja:1. Nihilismo como decadencia vital: para Nietzsche toda cultura que

crea en la existencia de una realidad absoluta, realidad en la que se sitúan los valores objetivos de la Verdad y el Bien, es una cultura nihilista. En la medida en que el cristianismo concentra esta realidad absoluta en la figura

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de Dios, a la que le opone el mundo de las cosas naturales, y en la medida en que, según nuestro autor, dicho mundo "superior" es una pura nada, la cultura cristiana, y en definitiva toda la cultura occidental, es nihilista pues dirige toda su pasión y esperanzas a algo inexistente (el Dios cristiano, el Mundo Ideal y Racional de los filósofos), despreciando de modo indirecto la única realidad existente, la realidad del mundo que se ofrece a los sentidos, la realidad de la vida. En "Así habló Zaratustra" representa Nietzsche este modo de mostrarse el espíritu con la figura del camello, símbolo de la aceptación resignada de las mayores cargas.

2. Nihilismo activo: es también nihilista la filosofía que intenta mostrar cómo los valores dominantes son una pura nada, una invención; la filosofía nietzscheana es nihilista en este sentido pues propone la destrucción completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos (propone la "transmutación de todos los valores"). Este nihilismo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, para el reencuentro con el "sentido de la tierra”, la aparición de una nueva moral y de un nuevo hombre, el superhombre. En "Así habló Zaratustra" representa esta figura del espíritu con la metáfora del león (por su agresividad, su capacidad destructiva).

3. Nihilismo pasivo: es una de las consecuencias de la "muerte de Dios", aparece por la conciencia del carácter radicalmente infundado de la creencia en lo sobrenatural, de la creencia religiosa en el mundo del espíritu. Durante siglos nuestra cultura ha considerado que los valores descansan en algo trascendente, que existe un ámbito objetivo gracias al cual la existencia tiene sentido. La vida tiene un sentido porque algo exterior a ella se lo da. Con la muerte de Dios sobreviene la crisis del sentido y el convencimiento de que la existencia es absolutamente insostenible, vacía, carente de sentido. El "nihilista pasivo" no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe; termina en la desesperación, la inacción, la renuncia al deseo, el suicidio. En este momento crítico encontramos el nihilismo en la desesperación de los que consideran que nada tiene sentido ni valor por no existir aquello que debería ser el fundamento de todo sentido y valor, Dios. Aquél que dijese que si Dios no existe todo está permitido, aquél que desesperase de la vida y se levantase en contra de ella por

considerar que ésta solo puede tener su fundamento en algo ajeno de ella y que dicho fundamento no existe, ese sería también nihilista.DIONISIACO / APOLÍNEO

Estos conceptos derivan de los dioses griegos Apolo (dios griego del Sol, símbolo de la mesura. la armonía v la serenidad) v Dionisio (Dios del vino, símbolo de la pasión y la sensualidad, del ansia de vivir y de la creación artística), a los que Nietzsche contrapone como facetas distintas del espíritu humano. Con el concepto de "apolíneo" Nietzsche hace referencia al componente armónico, luminoso y sereno del espíritu griego, en oposición con el componente pasional y entusiasta, doloroso y oscuro representado por la figura de Dionisio. Dionisio es el dios de la embriaguez y del entusiasmo, del desenfreno pasional. Apolo representa al orden,¬ Dionisio, a lo que desborda al orden.

Así pues, con los conceptos de apolíneo v dionisiaco, Nietzsche está designando dos aspectos contradictorios del alma humana: el espíritu dionisiaco se abandona pasionalmente a sus arrebatos e impulsos. El espíritu apolíneo los canaliza dentro del pensamiento ordenado, equilibrado armonioso, y representa la individuación, el equilibrio, la medida y la racionalidad. El espíritu dionisiaco, en suma, impulsa a gozar de la vida, de la sensualidad, del placer carnal, pero representa también el mundo de la confusión, la deformidad, el caos, la noche , el mundo instintivo. Quien vive dionisíacamente vive apasionadamente la vida, como un juego o una aventura festiva en la que hay que poner los cinco sentidos para vivirla plenamente. El espíritu apolíneo, por contra, lleva a una vida racional y ordenada, armónica y equilibrada.

Según Nietzsche, la auténtica grandeza del mundo griego arcaico, anterior a Sócrates y Platón, radicaba en no ocultar ninguna de las dos dimensiones de la realidad, en armonizar ambos principios; sin embargo, con el inicio de la decadencia occidental, simbolizada en estos dos autores, se inaugura el platonismo o creencia en los dos mundos y se instaura el desprecio al mundo de lo corporal y la confianza ciega en la razón, identificando lo dionisiaco con lo primero y lo apolíneo con lo segundo. La crítica nietzscheana a la cultura occidental (filosofía, religión y moral) consiste, por tanto en la crítica a la decadencia del auténtico espíritu griego

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antiguo, que supuso el triunfo de lo apolíneo sobre lo único real, lo dionisiaco.

MORAL CONTRANATURAL

Es la moral propia de los débiles y resentidos contra la vida, de los que rechazan al cuerpo y sus pasiones, de los que afirman la realidad de un mundo superior por cuya consecución debemos sacrificamos en esta vida. La moral contranatural surge como contraposición a la moral natural, que es la de los fuertes, la que se basa en la voluntad de poder y la valoración de esta vida la vida terrenal. La moral contranatural nace del resentimiento que los débiles tienen hacia los fuertes, y pretende hacer de sus defectos (debilidad, cobardía, resignación, etc ) virtud. Toda moral que exija sacrificio y mortificación en esta vida para ganarse otra vida en el más allá es una moral contranatural.1

La moral tradicional, ejemplo de moral contranatural, ha caído en los siguientes errores:

• El dogmatismo moral, al considerar los valores morales como objetivos y universales, olvidando que somos nosotros quienes los creamos.

• El antivitalismo, puesto que representa leyes que van en contra de de las tendencias primordiales de la vida; Nietzsche nos dice que esta es la moral del resentimiento contra los instintos y contra el mundo biológico y natural.

• El intelectualismo, que consiste esencialmente en la afirmación de que el conocimiento lleva a la virtud (verdad = bien = virtud), convirtiendo al sabio, al que da primacía a su parte racional y domina y sofoca su parte pasional e instintiva, en el modelo ideal de hombre. Nietzsche censura duramente este ideal y defiende el desarrollo de la parte vital e instintiva del ser humano en detrimento de su parte racional, que dictatorialmente ha imperado en la cultura europea desde los tiempos de Sócrates.

En resumen, Nietzsche llama moral sana a aquella que está regida por el instinto de vida y nos aleja de una forma de vida descendente. La moral sana es la moral natural, la que afirma la sola existencia de esta vida y conduce a vivirla de forma plena e intensa, sin trabas que la asfixien ni la encadenen a un falso mundo celestial por cuya consecución se sacrifique esta vida. La moral sana es la moral del hombre superior.

MUNDO APARENTE / MUNDO VERDADERO

Con estos conceptos, Nietzsche hace referencia a la división de la realidad en dos mundos establecida por la metafísica y la religión: un mundo superior y verdadero (el mundo de las ideas o el cielo, dado a la razón, mundo inmutable, objetivo y eterno) y un mundo inferior y con un grado de realidad inferior (el mundo sensible, dado a la experiencia sensorial, subjetivo, sometido al devenir); el ser de las cosas es suprasensible y el devenir es mera apariencia. Nietzsche llama platonismo a esta división, es decir, toda teoría para la que la realidad está escindida, pero no se refiere exclusivamente a Platón, sino que incluye al dualismo ontológico que se ha instalado en toda la filosofía y la cultura occidental. Esta visión se ejemplifica también en el cristianismo, que es “platonismo para el pueblo”, pues lo valioso está en el más allá de esta vida, en el ámbito trascendente; es la moral del ideal ascético, extensible también al ideal utópico –ilustrado del progreso, que, por utópico, está siempre más allá, y de la ciencia occidental, que reproduce el mismo esquema cuando pretende una descripción objetiva y universal de los fenómenos sensibles.

Nietzsche considera que debe invertirse esta división y considerar mundo verdadero al que hasta ahora se ha considerado como mundo aparente, y mundo falso e inexistente al que hasta ahora ha sido considerado como el superior y verdadero.1 La filosofía de este autor es el intento más radical de toda la historia del pensamiento de superar la ontología enfrentada entre el ser y el devenir para defender la tesis opuesta: la existencia de un mundo irracional y carente de sentido trascendente, la vida. Nos propone Nietzsche una nueva aurora, un mundo auténticamente verdadero que parta de tres supuestos:

• El ser es devenir• El conocimiento se expresa en metáforas. • La finalidad de la vida es su propia afirmación

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TRANSMUTACION DE VALORES

Con el concepto de transmutación, transvaloración o inversión de todos los valores, Nietzsche hace referencia a la necesidad de reemplazar los valores tradicionales (en concreto los valores cristianos y burgueses) por una nueva tabla de valores centrada en esta vida y en el deseo de vivirla plena e intensamente. Frente a la moral resentida de la tradición occidental, Nietzsche defiende una moral fuerte y creativa, que parte de la afirmación de la vida y confiere un valor supremo a la afirmación y la realización del hombre.

Momento necesario para el final de la moral tradicional (o moral de esclavos) y la aparición del superhombre.

Nietzsche no propone vivir sin valores (llega a considerar incluso que esto es imposible); propone más bien invertir la tabla de valores: superar la moral occidental, moral de renuncia y resentimiento hacia la vida, mediante una nueva tabla en la que estén situados los valores que supongan un sí radical a la vida.

Con una expresión excesivamente retórica Nietzsche llama "rebelión de los esclavos" a. la situación que se crea con el triunfo del cristianismo: el cristianismo y el judaísmo sustituyen la moral aristocrática (que Nietzsche cree encontrar en el mundo griego antiguo) por la moral de los esclavos. Con el cristianismo prospera la moral de los débiles, de los que quieren huir del rigor de la vida inventándose un mundo objetivo, de reposo, de justicia. Nietzsche nos dice que los judíos invierten el código moral aristócrata: ” Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a invertir la identificación aristocrática de los valores (bueno = noble = poderoso = bello = feliz = amado de Dios) y han mantenido con los dientes del odio más abismal (el odio de la impotencia) esa inversión, a saber, los miserables son los buenos; los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes, son también los únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe la bienaventuranza." ("La genealogía de la moral")

La transmutación de los valores es la superación de esta moral de esclavos para recuperar de nuevo la moral aristócrata, y permite el triunfo del código moral del superhombre.

Esta propuesta defiende una moral de los señores: Voluntad de jerarquía, de excelencia, ama lo que eleva, quiere la diferencia, es la moral del héroe, y del guerrero que no teme el dolor ni el sufrimiento, es la moral de la persona que crea valores, ama la muerte de Dios. Esta moral d los señres se opone a la de los esclavos: la de la voluntad de igualdad, el resentimiento contra la vida, iguala, censura la excepción, glorifica a los débiles de espíritu, iguala a los hombres, se encuentra con valores dados, ama y teme a Dios.

La moral socrática, a la cual consideraba Nietzsche culpable originaria del extravío de la cultura occidental y del abandono de los valores acertados de los primeros griegos, consiste esencialmente en la afirmación de que el conocimiento lleva a la virtud (verdad = bien = virtud), convirtiendo al sabio, al que da primacía a su parte racional y domina y sofoca su parte pasional e instintiva, en el modelo ideal de hombre, Nietzsche censura duramente este ideal y defiende el desarrollo de la parte vital e instintiva del ser humano en detrimento de su parte racional que dictatorialmente ha imperado en la cultura europea desde los tiempos de Sócrates. Frente a la Moral Socrática Nietzsche propone la Moral Sana que Es aquella que está regida por el instinto de vida y nos aleja de una forma de vida descendente. La moral sana es la moral natural, la que afirma la sola existencia de esta vida y conduce a vivirla de forma plena e intensa, sin trabas que la asfixien ni la encadenen a un falso mundo celestial por cuya consecución se sacrifique esta vida. La moral sana es la moral del hombre superior.

INOCENCIA DEL DEVENIR

En opinión de Nietzsche, la filosofía tradicional ha sentido siempre rechazo al devenir, al carácter cambiante y fluyente de las cosas, persiguiendo ilusoriamente el ideal de una realidad superior que poseyera los caracteres contrarios a los de este mundo cambiante en el que habitamos. Para estos filósofos el carácter fluyente de la realidad, el incesante cambio de todas las cosas, el devenir, en suma, ha sido algo

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molesto que no coincidía con las características que, según ellos, debería tener la verdadera realidad: inmutabilidad, eternidad, universalidad, etc. Frente a esta actitud de rechazo al devenir y de minusvaloración del mundo sensible, Nietzsche afirma la sola existencia del mundo del devenir y de las apariencias, considerando que no existe más que este mundo, perpetuamente móvil y cambiante, sin que exista ninguna realidad superior a esta, ni ninguna meta ni estado último que sea la culminación del devenir.1

Del mismo modo, a Nietzsche le parecen errados y falaces los intentos de encontrarle un sentido al devenir, una interpretación verdadera y exclusiva, un modo único de valorar a una realidad que, por esencia, es fluyente y cambiante, multiforme e inabarcable, en nada parecida a esa supuesta "verdadera realidad", de la que desde siempre han hablado los metafísicos y los creyentes. Aceptar que el mundo es tal como se nos aparece y no como a la Razón le gustaría que fuera implica comprender la inocencia del devenir y la vanidad de las pretensiones humanas de hallar verdades y valores absolutos.1

La vida es devenir, y el devenir es como una partida de dados en la que se suceden las jugadas. El jugador no decide los dados que salen, eso es cosa del azar, pero sí decide cómo juega. El jugador lúcido acepta la jugada, sea cual sea, con dignidad y elegancia, sin lamentarse y sin retirarse de la mesa de juego; sabe que, por muy malos dados que hayan salido, la partida continúa y siempre hay una nueva tirada de dados.

NOTA IMPORTANTE

Para que esta pregunta sea valorada debe definirse el concepto en el contexto de la filosofía del autor. En este sentido, además de definir el término puedes relacionarlo, según el caso, con la ética, política, estética, teoría del conocimiento, antropología, etc. de Nietzsche.

3. RELACIONA LAS IDEAS DEL TEXTO O LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE CON LA DE OTRO U OTROS AUTORES (3 puntos)

Para el desarrollo de esta pregunta te apoyarás en lo visto en los apuntes de la asignatura. A modo de guía debes distinguir entre filósofos e ideas que influyen en Nietsche y filósofos e ideas en los que Nietzsche influye. No se valora que hagas una relación o lista de filósofos o temas, sino que los pongas en relación con el texto que comentamos y/o la filosofía de Nietzsche.

A. FILÓSOFOS E IDEAS QUE INFLUYEN EN NIETZSCHE

-La obra de Nietzsche se encuentra profundamente influida por la Antigüedad griega clásica anterior a Sócrates y su reivindicación del mundo dionisiaco frente al apolineo. Siempre admiró a Homero, además de a los poetas trágicos Esquilo y Sófocles. -Rechaza a Parménides, a causa de su rotunda negación del movimiento y su filosofía de la identidad. Pero Heráclito fue su filósofo preferido; su “panta rei” cuadraba muy bien con la filosofía vitalista de nuestro autor donde ser es igual a devenir. -También se sentía próximo al materialismo y mecanicismo de Demócrito, aunque sólo fuese por la carga antimetafísica de este sistema que tanto inquietara a Platón.-Encontramos coincidencias entre la filosofía nietzscheana y el relativismo, escepticismo y convencionalismo de los Sofistas.

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-También entre la teoría del ‘eterno retorno’ y las tesis del Estoicismo Antiguo sobre ‘el gran año’. -También con la idea de los Escépticos de la imposibilidad de conocer la verdad absoluta respecto a nada.-Se opone a Sócrates y Platón por considerarlos responsables del "platonismo" y de la decadencia de la cultura occidental. La filosofía de Nietzsche supondrá un enfrentamiento radical con buena parte de la tradición filosófica occidental, oponiéndose a su dogmatismo, cuya raíz sitúa en Sócrates, Platón y la filosofía cristiana. La distinción y oposición, realizada en sus primeras obras, entre lo apolíneo y lo dionisíaco, le llevará a desarrollar una original interpretación de la historia de la filosofía, según la cual a partir de la reflexión socrática el pensamiento se verá sometido a un alejamiento de la vida, a oponerse a ella, negándola mediante la invención de una realidad trascendente dotada de características de estabilidad e inmutabilidad, justo las contrarias de las que posee la única realidad que conocemos, contradictoria y cambiante. La crítica a la metafísica que hace Nietzsche se opone al dualismo ontológico, fiel reflejo del dualismo platónico, para el que este mundo, el sensible e imperfecto es el contrapunto del otro mundo, el suprasensible y perfecto, fundamento de aquel. Según la concepción platónica, la realidad queda escindida en dos ámbitos: una realidad suprasensible, estática e imperecedera, frente a una realidad cambiante, sensible, perecedera... que es el producto residual, "despreciable" de la anterior. Frente a este esquema ontológico reaccionará Nietzsche esgrimiendo tres objeciones:1. La infravaloración de la realidad sensible se debe a su mutabilidad, mientras que la razón humana opera con categorías inmutables (conceptos); pero el hecho de que la razón funcione con tales categorías no demuestra la "imperfección" ni la "dependencia" del mundo sensible, sino sólo la inadecuación de la razón para conocerlo.2. El mundo suprasensible no es más que una ilusión, una ficción, una fantasía construida como negación del mundo sensible, única realidad para nosotros. 3. Recurrir a un mundo suprasensible para Nietzsche no es más que una reacción anti-vital, una negación de la vida (vida que es tanto sufrimiento como alegría), una venganza contra la naturaleza, propia de espíritus ruines que odian la vida, un producto del resentimiento contra la vida.

También hace Nietzsche una crítica a la moral platónico-cristiana, a la que tilda de antinatural por ir en contra de los instintos vitales. Su centro de gravedad no está en este mundo, sino en el más allá, en la realidad en sí, o en el mundo sobrenatural del cristianismo. Se trata de una moral trascendente que no gira en torno al hombre, sino en torno a Dios y que impone al hombre un rechazo de su naturaleza, una lucha constante contra sus impulsos vitales, por lo que significa un rechazo general de la vida, de la verdadera realidad del hombre, en favor de una ilusión generada por el resentimiento contra la vida. Tal moral es síntoma y expresión de la decadencia de la cultura occidental.Nietzsche dirá que la metafísica de tradición platónico-cristiana hace corresponder a una realidad inmutable un conocimiento y una verdad igualmente inmutables que no se apoyan más que en el conocimiento conceptual. Pero un concepto, dice Nietzsche, no sirve para conocer la realidad tal y como es. Un concepto sólo tiene valor representativo, pero como lo real es un devenir, no puede dejarse representar por un concepto, cuya naturaleza consiste en representar la esencia, es decir, aquello que es inmutable, que no deviene, que no cambia, lo que permanece idéntico a sí mismo, ajeno al tiempo. El concepto no es más que un modo impropio de referirse a la realidad, un modo general y abstracto de captar la realidad y por ello, de alejarnos de lo singular y concreto, de alejarnos de la realidad. Lejos de ofrecernos el conocimiento de la realidad, el concepto nos la oculta. Para Nietzsche el concepto no es más que una metáfora de la realidad, una representación general de una realidad que es individual. Prescinde, por tanto, de toda diferencia individual. Y la filosofía tradicional ha olvidado este carácter metafórico del concepto y ha pretendido encontrar en él no una simple generalización de las cosas, sino la "esencia", una supuesta realidad suprasensible de las cosas. Dada la íntima relación existente entre el pensamiento y el lenguaje que lo expresa, a medida que el valor de los conceptos es falsificado por la metafísica platónico-cristiana, queda también falsificado el valor de las palabras y el sentido en que se usan. De este modo el lenguaje contribuye decisiva y sutilmente a afianzar ese engaño metafísico acerca de la realidad. Recuperar el sentido de lo real exige, por lo tanto, recuperar simultáneamente el sentido, el valor de la palabra. Es esta una de las razones por las que Nietzsche escribe en forma

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de aforismos y rehuye de la escritura pesada y sistemática de los filósofos precedentes, especialmente de Kant y, sobre todo, Hegel.La muerte de Dios es, en realidad, la muerte del monoteísmo cristiano y de la metafísica dogmática platónica, cristiana y racionalista, para los que sólo hay un Dios y una verdad. El ateísmo conduce, pues, al nihilismo.Por ello tal vez sólo existe un inmenso filósofo platónico en toda nuestra tradición occidental: Nietzsche. Es decir, el filósofo que se reconoció a sí mismo como el más antiplatónico de los filósofos, también logró un extraordinario modo de conjugar, como Platón, la creación artística, poemática, con la iniciación filosófica hacia la sabiduría. De esta manera, sorprendentemente resucitaban muchas de las mejores ideas platónicas: la idea de eros, o el gran anhelo de eternidad, como motor de la creación (voluntad de poder como voluntad de crear, poiésis). Pero a diferencia de Platón la obra de Nietzsche nace a miles de metros de altura por encima de los hombres, allí donde las mayores tragedias aparecen como comedias, donde esos conceptos adquieren un sentido bello, hermoso, afirmativo. Y es que Platón y Nietzsche son algo más que el comienzo y el cierre de la metafísica: son los dos pensadores pre- y post-metafísicos.Respecto a la ética, Nietzsche dirá que todo en Grecia era bueno, hasta que apareció la tradición filosófica socrático-platónica, que acabó con las actitudes heroicas de las poesías de Homero, promulgando la conmiseración, la humildad y la ética del amor y la resignación. Para Nietzsche el problema empezó cuando Sócrates introdujo el concepto de bueno y de malo, lo que trajo consigo el actuar conforme al logos, a la razón. El espaldarazo final lo daría Platón expulsando de la República a los poetas, señalando al cuerpo como un mero encierro del alma y condenando al hombre a una vida regida no por sí, sino en función de los demás. El logro fue uno muy claro: suprimir pasiones y, por ende, encontrarlas como perversas, como una mera deformación del hombre quien no debería dejarse gobernar por otra cosa que no fuera su razón. Las similitudes en la moral y la ética socrática, platónica y judeocristiana son el punto de partida para producir lo que Nietzsche llamará: la moral del esclavo, la moral del resentimiento, del odio a sí mismo, del miedo. Son la respuesta a la grandiosidad y fortaleza de romanos y egipcios, como una forma de resistencia y diferenciación llevada a tal grado que los valores fueron invertidos y retomados los de Sócrates y Platón, una auténtica venganza

espiritual. Ambas religiones elevan lo malo a lo malvado y son dirigidas por sacerdotes que a la vez son guías y castigadores, pero ¿qué caracteriza a un sacerdote de uno más del rebaño? Además de su peculiar forma de vida, Nietzsche los acusa de resentidos. Desde su impotencia, crece en ellos el odio hasta convertirse en algo gigantesco y siniestro, en lo más espiritual y lo más venenoso. Los más grandes odiadores de la historia mundial siempre han sido los sacerdotes, y también los odiadores más espirituales: frente al espíritu sacerdotal de venganza, apenas cuenta cualquier otro espíritu.Para Nietzsche el hombre verdaderamente bueno, es aquel que fija sus propios valores, aquel que decide sobre sí y para sí, aquel que expresa su vitalidad a través de su ser personal, a través de la originalidad de su ser. La nobleza es no esconder nada, incluyendo la pasión y la voluntad toda. Sólo eso es lo que vuelve a alguien Señor-Desprecia toda la tradición filosófica anterior al siglo XIX: Platón, la Filosofía Cristiana, el Racionalismo del siglo XVIII, etc., por haber rechazado a los sentidos como fuente de conocimiento y por haber negado el devenir como única realidad, inventando un inexistente más allá de entidades eternas e inmutables.-Rechaza el ideal de Aristóteles de la vida teorética o contemplativa. El ideal nietzscheano, el superhombre, es todo menos un ratón de biblioteca o un sabio contemplativo. Frente a la teoría aristotélica de la virtud como término medio, reivindica Nietzsche los extremos. Frente a la teoría del recto juicio, maduro y prudente como guía para nuestro comportamiento, reivindica el ímpetu de la voluntad propia y el olfato profundo de cada uno.-Critica el dualismo cuerpo/alma respecto al hombre (Platón, Cristianismo Medieval, Descartes, Leibniz, etc.). Para Nietzsche la afirmación de la existencia del alma es producto de una degeneración de los instintos que lleva a renegar del cuerpo, de los sentidos y del mundo real por culpa de la cobardía y la necesidad de seguridad que lleva a abrazar la creencia en Dios y en la vida en el más allá.-Se opone de forma radical a los principales planteamientos de la Filosofía Cristiana: existencia de Dios, del cielo, de la vida en el más allá, de un código de valores absolutos impuestos por la divinidad, etc. La promesa de una vida más allá como condición de la tiranía del logos es, para Nietzsche, irrealizable e inaceptable. En su crítica contra el cristianismo, el hombre debe creer en sí, la metafísica actual está equivocada, el hombre es el

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principio y el fin. Para Nietzsche, el Cristianismo es hostil a la vida, es la negación de la vida. Sin Sócrates y Platón la moral cristiana es incomprensible; su filosofía es síntoma del decaimiento al establecer la ecuación entre razón, virtud y felicidad, imponiendo la “moral de esclavos” frente a la “moral de los señores”, defendida por el auténtico espíritu griego expresado en las tragedias de Esquilo y Sófocles. Todos ellos representan la moral contranatural que Nietzsche critica. El cristianismo es caracterizado como “platonismo para el pueblo”, sobre todo por su valoración negativa de todo lo corporal, lo sensible y lo instintivo o sexual. Es una moral contranatural que se opone a los valores vitales que permiten al ser humano desarrollar sus capacidades. No es de extrañar que entienda la moral cristiana como una patología o enfermedad mental: “…las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas”. Los valores propios de la vida, de lo biológico, se convierten en Nietzsche en valores supremos. Lo instintivo, lo que favorece a la vida, la satisfacción de lo corporal son los únicos criterios de validez moral.-En la obra de Nietzsche, Descartes, y con él toda la filosofía racionalista, reciben críticas directas: a la idea de sustancia, a la coseidad que los racionalistas atribuyen a los conceptos y a la visión de los conceptos como causas en sí mismas. Nietzsche no acepta sus pretensiones de conocer la verdad absoluta por medio de la razón. Frente a esto Nietzsche propone el relativismo y el perspectivismo. También podríamos explicar la crítica de Nietzsche al concepto de Dios, dado que para él, Descartes es uno de los que ha ayudado a “matar a Dios”, al convertirlo en un concepto vacío, matemático.-Acepta la tesis de Hobbes respecto a que el hombre por naturaleza es un animal belicoso y egoísta, violento e inclinado a satisfacer pese a quien pese sus propios intereses.-Coincide con el Empirismo en cuanto a la importancia que da a los sentidos y a la experiencia, coincidiendo con Hume en su crítica al causalismo y en su hostilidad hacia la metafísica. Hume ataca los conceptos básicos de la metafísica desde una perspectiva epistemológica, diciendo que son conceptos vacíos sin referente real. Nietzsche ataca esos conceptos desde una perspectiva vitalista, por ser opuestos a la vida y llevar a la decadencia.

-También le interesan los estudios de las pasiones humanas de Spinoza, o que éste pensara que la razón es incapaz de enfrentarse a los instintos. -Es importante la opinión de los Moralistas Franceses, que piensan que debajo del comportamiento humano altruista se esconden motivaciones internas muy distintas, que despiertan nuestros verdaderos instintos.-Nietzsche recibe el impacto del pensamiento crítico de la ilustración, en especial de Rousseau con sus conceptos de bondad natural y contrato social. La bondad natural se transforma en el concepto nietzscheano de "inocencia del ser", y también en parte en la "voluntad de poder"; el contrato social roussoniano, es aceptado por Nietzsche como el origen social y convencional de lo que llamamos "verdad". Puesto que el hombre, tanto por necesidad, como por hastío, desea existir en sociedad, precisa de un tratado de paz y, de acuerdo con éste, procura que, al menos, desaparezca de su mundo la guerra de todos contra todos. Este tratado de paz, conlleva que en ese momento se fija lo que a partir de entonces ha de ser "verdad".-Recibe influencias de los poetas Heine, quien ya había tratado el tema de la “muerte de Dios”, y Goethe. Pero también de Voltaire por sus críticas a la tradición religiosa dogmática. -La filosofía de Nietzsche es una reacción contra el idealismo de Kant y Hegel. Niega la distinción kantiana entre fenómeno y nóumeno. Para Nietzsche sólo existe el mundo verdadero, el mundo de las apariencias, el mundo para mí. No existe ninguna ‘verdadera realidad’ por debajo de las apariencias, lo que llama el metafísico ‘las apariencias’ son la realidad. Nietzsche criticó la filosofía de Kant por considerarla una forma sofisticada de platonismo, pero encontramos su huella en la idea kantiana de la imposibilidad de alcanzar el conocimiento de la realidad en sí misma (lo metafísico). En la "Critica de la Razón Pura". Kant distingue entre fenómeno y noumeno. El noumeno, las sustancias o cosas en sí mismas son inalcanzables, por tanto la metafísica tradicional es una simple "ilusión", es decir un deseo fallido de nuestro entendimiento que apoya la falsa creencia en una verdad absoluta. Nietzsche acepta de Kant, su teoría del conocimiento, sólo conocemos las apariencias o fenómenos, en función de nuestras categorías mentales, cayendo en la ilusión del dogmatismo. Nietzsche radicaliza este planteamiento al afirmar que todo conocimiento está mediatizado por las peculiaridades de la subjetividad (perspectivismo).

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-Fue Schopenhauer, su maestro, quien le proporcionó las bases de su filosofía al heredar de él su visión del mundo como voluntad de ser (voluntad de poder en Nietzsche), el concepto de inteligencia como facultad al servicio de los instintos, la desconfianza en el progreso y la consideración del arte en general -sobre todo la música- como mejor medio de acercamiento a la realidad; todo ello influye en el joven Nietzsche aunque más tarde reaccione contra la filosofía schopenhariana por su visión pesimista de la vida. Lo más reseñable es que Schopenhauer ve el mundo como una lucha contínua, llena de sacrificios sin recompensa. Dice que esta lucha, eterna, se debe a nuestra voluntad de vivir: todos queremos ser eternos, y para ello intentamos adueñarnos de toda la materia. Cada individuo quiere prolongar su propia vida, y siente que el resto le quitan la energía necesaria para conseguirlo. Además, la inteligencia no es capaz de dominar esa voluntad de vivir, por lo que la ciencia sólo sirve como herramienta para alcanzar el objetivo. Como consecuencia, perdemos la vida en intentar prolongarla, y contra esto, Schopenhauer propone 3 soluciones que adoptar:1.La estética: Crear un mundo totalmente aparente donde la voluntad de vivir se engañe y se olvide de la lucha por la existencia; que la realidad no importe nada. 2.La ascética: Decir “no” a todo cuanto deseemos; así no conseguiremos conquistar la felicidad, pero tampoco aumentar el dolor por la decepción. 3.La santidad: Matar la voluntad de vivir antes de que muera el cuerpo; deberemos mantener una relación de indiferencia con la vida, consiguiendo que ésta no nos importe. Sin embargo, nadie puede alcanzar este estado por sí mismo, es obra del destino.Nietzsche retoma la idea de Schopenhauer del mundo como voluntad y representación, desarrollando la idea de voluntad de poder como afirmación de la vida, vitalismo, y fuerza. Schopenhauer defendió la existencia de la "voluntad de vivir" como principio metafísico rector de todos los sucesos y objetos del mundo fenoménico (concepto este último que toma de Kant), y mantuvo una posición pesimista ante la realidad. Nietzsche rechazó este punto de vista pesimista pero su idea de voluntad de poder guarda con la "voluntad de vivir" de Schopenhauer cierta semejanza.-Presenta algunas similitudes con Darwin y su teoría de la lucha por la supervivencia y la selección natural. El evolucionismo de Darwin aparece

en su idea de que el hombre ha de ser superado porque su meta ha de ser el superhombre.-De Richard Wagner tomará el apasionamiento trágico ante la existencia (el espíritu de la Alemania precristiana), la exaltación heroica de la vida frente a la represión de los valores judeocristianos y la idea de la libertad del artista en su creación.. Cuando el músico derivó su arte hacia la exaltación del nacionalismo alemán (tampoco le acabaría gustando a Nietzsche su antisemitismo) y se tornó cristiano, el filósofo le dio la espalda.-Coincide con la “izquierda hegeliana”, especialmente con Stirner, Feuerbach y Marx, en su rechazo de la religión al entender que anula la libertad del hombre y considerar a Dios como una invención sin fundamento alguno en la realidad. Hay similitudes entre las tesis de Feuerbach y Nietzsche respecto al papel liberador del ateísmo y la crítica a la religión. Para Feuerbach el hombre está alienado de sí mismo, no es dueño de su propia vida, porque ha inventado un mundo ilusorio que él cree el mundo verdadero, el cielo, que no es más que el reflejo agigantado de sus deseos. Piensa Feuerbach que Dios no es sino la proyección de nuestros deseos y nuestras necesidades, de aquí su famosa afirmación de que ‘El hombre hizo a Dios a su imagen y semejanza’. En opinión de Feuerbach, sólo sustituyendo la teología por la antropología, abandonando el interés por la supuesta otra vida y dedicándose a comprender y a vivir esta vida, puede ponerse el hombre en el camino de liberarse y ser él mismo. Nietzsche, sin embargo, será muy crítico con la ciencia positivista y los movimientos socialistas.-Marx, Nietzsche y Freud, son llamados, los tres filósofos de la sospecha. Aunque jamás llegaron a conocerse personalmente, hay temas comunes y críticas, a veces, desde posiciones diversas. En la actualidad a Nietzsche se le valora fundamentalmente como el descubridor de las falsificaciones de la conciencia.Nietzsche creía que Dios es un invento de los débiles para paliar su desgraciada vida. Marx creía que era una herramienta de los poderosos para mantener en la inopia al pueblo, ‘la religión es el opio del pueblo, su aguardiente espiritual’.Frente al individualismo aristocrático nietzscheano, Marx plantea su tesis del proletariado como clase. Nietzsche repudia la igualdad, defiende una

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moral individualista de los señores frente a la solidaridad y fraternidad de la clase obrera marxista. Nietzsche propone el instinto nómada frente al instinto de rebaño del cristianismo y del socialismo (marxismo).Encontramos similitudes entre las fuerzas irracionales e instintivas que reivindica Nietzsche y el inconsciente de Freud. También respecto a que la conciencia moral tiene su origen en la represión de los instintos producida en la vida en sociedad. La crítica despiadada de Nietzsche al conciencialismo y al dogmatismo racionalista, ha tenido gran influencia en la aparición del psicoanálisis freudiano, que afirma el hecho de que la conciencia no es más que la superficie de nuestro mundo interior, siendo la superficialidad y el engaño las formas usuales del actuar consciente. El ser humano es un campo de batalla de fuerzas, pulsiones inconscientes, que llevan al ser humano e incluso a la sociedad a un malestar, y a una existencia alienada. En 1930 Freud acuñará el término malestar en la cultura para referirse a esta profunda crisis. Nietzsche influye también en la afirmación del psicoanálisis de la importancia de los instintos frente a una razón acaparadora. Encontramos también una correspondencia realmente notable entre el concepto de “Superyo” freudiano y el nietzscheano de "mala conciencia". Lo observamos también en el uso de Freud de conceptos como sublimación, conversión o transformación. Freud volvió más “toscos” los pensamientos de Nietzsche, pero tuvo el mérito de divulgarlos y hacerlos parte del sentido común, del habla empírica.

B. FILÓSOFOS E IDEAS EN LOS QUE NIETZSCHE INFLUYE

-Las ideas de Nietzsche han marcado la cultura contemporánea. La literatura, el arte y la estética de las primeras décadas del siglo XX quedaron en buena parte impregnados de las grandes cuestiones de su filosofía, dando expresión a temas como el de la voluntad de poder o afirmándose como un vitalismo, que trató de compensar en el terreno de la sensibilidad la excesiva unilateralidad del racionalismo positivista. La influencia de Nietzsche fue decisiva en lo que respecta a la superación de la decadencia característica de las postrimerías del siglo XIX. La presencia de nuestro autor es incontestable en todas aquellas filosofías de nuestro tiempo

que han puesto el acento en la existencia como substrato previo y fundamental a cualquier otra consideración sobre el ser humano. Tal es el caso de las doctrinas de Heidegger, Jaspers, así como Jean Paul Sartre y los existencialistas franceses. El papel precursor de Nietzsche es todavía determinante en lo que respecta a la psicología y, particularmente el psicoanálisis.-La crisis cultural que Nietzsche anticipa cuando habla del nihilismo de la cultura europea y occidental, se plasma en las corrientes irracionalistas de los primeros treinta años del siglo XX. Nietzsche, el intemporal, se convirtió en el filósofo de la crisis de la cultura occidental, sin cuyos planteamientos sería impensable la reflexión filosófica de nuestro siglo. -La repercusión de Nietzsche en la cultura del siglo XX ha sido extraordinaria; como ya dijimos el filósofo alemán influye en el psicoanálisis de Freud, pero también en el de Adler quien identifica la voluntad de poder con el inconsciente. Esta corriente irracionalista coincidirá con el surrealismo, el dadaísmo, el expresionismo y el cubismo en arte, con el jazz en música y con la aparición de una nueva forma de expresión artística, el cine.-Desde el punto de vista de la filosofía política, la ambigüedad del discurso nietzscheano ha permitido que libertarios anarquistas y reaccionarios nazis quieran apropiarse de su doctrina cada uno por su lado. Los nazis como buscadores del superhombre han relacionado su pensamiento con Rosenberg, los libertarios anarquistas han realizado una lectura nihilista inspirándose en la transmutación de los valores para alcanzar una sociedad libre. Para algunos neomarxistas como Horkheimer el vitalismo de Nietzsche supone una legítima protesta contra la rigidez de un racionalismo vacío y uniformador del individuo característico de las formas capitalistas de vida.-Influye en el concepto de decadencia de Occidente de Spengler.-También en el de desencantamiento del mundo de Max Weber.-Influye en la fenomenología de Husserl y Scheler.-En la filosofía analítica de Russell y Wittgenstein y su intento de superación de las limitaciones del positivismo.-Con Jasper, Nietzsche se convierte en escritor existencialista porque encuentra en él un pensador para el que todo se ha hundido y que se ve forzado a empezar siempre de nuevo para mantenerse en la existencia.

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-En el existencialismo de Heidegger y Sartre, y su reflexión sobre el término existencia en lugar del de vida. Sartre, vio en Nietzsche un antecedente de su existencialismo ateo (la muerte de Dios, condición necesaria para lograr un humanismo meramente humano). Heidegger recoge de Nietzsche el concepto de nihilismo vinculándolo al problema de la técnica.-En España Nietzsche influyó mucho en los escritores de la Generación del 98, al menos en la primera juventud de sus autores: Azorín, Pío Baroja (“No hay que respetar nada, no hay que respetar tradiciones que tanto pesan y entristecen. Hay que olvidar para siempre los nombres de los teólogos, de los poetas, de todos los filósofos, de todos los mixtificadores que nos han entristecido la vida sometiéndola a una moral absurda. Tenemos que inmoralizarnos. El tiempo de la escuela ha pasado ya, ahora hay que vivir”).-Pero, sobre todo, es Miguel de Unamuno quien al menos hasta 1915 mantuvo una actitud que nos recuerda a veces aspectos del filósofo alemán: el título de sus obras marcan esas características “El sentimiento trágico de la vida” o “La agonía del cristianismo”. En sus escritos alude con frecuencia al tema del superhombre (que él traducía por “trashombre”).-Nietzsche influye en Ortega y Gasset en sus teorías sobre el vitalismo y el perspectivismo; tanto para el alemán como para el español la verdad es fruto de una perspectiva (Perspectivismo). También influye la idea nietzscheana del hombre superior en las tesis de Ortega sobre las élites intelectuales que deben regir la sociedad. También vemos un claro paralelismo entre el concepto de ‘rebaño’ de Nietzsche y el de ‘hombre-masa’ de Ortega.-Es importante también su influencia en el relativismo lingüístico de Benjamín Lee Whorf, en la actual filosofía del lenguaje e incluso en la teoría de la ciencia.-Por último debemos citar a Fernando Savater, un autor que sigue criticando a la sociedad desde parámetros nietzscheanos, por ejemplo, afirmando que no existen los pueblos sino sólo los individuos (lo otro, en sentido nietzscheano, es una abstracción, un concepto).

NOTA IMPORTANTE

Para obtener un mejor resultado en esta pregunta debe quedar claro que eres capaz de contextualizar las influencias y relacionarlas con claridad con algunas de las temáticas en que esta influencia se hace patente.

4. EXPÓN RAZONADAMENTE TU POSICIÓN PERSONAL SOBRE LAS IDEAS QUE APARECEN EN EL TEXTO O SOBRE EL PENSAMIENTO

DE NIETZSCHE, VALORANDO SU ACTUALIDAD

(2 puntos)

-Nietzsche sirve para analizar el mundo moderno; no se puede plantear en serio el sentido de la vida sin tener en cuenta sus planteamientos:Nuestra sociedad está enferma porque: a) mide el valor de la vida desde únicamente el desarrollo técnico (uno de los nuevos dioses); b) sobrevalora más a la Sociedad, al Progreso, a la Ciencia que al individuo); c) no existe en realidad el hombre de carácter, independiente sino que por doquier abunda el hombre rebaño, la masa (la “áurea mediocritas”); y d) vivimos en una “aldea global” donde el pensamiento único y la globalización anulan las diferencias individuales y culturales de los pueblos (en cualquier lugar del mundo puede que lo primero que se vea sea: “drink Coca-cola”).-Visión personal de la dos perspectivas de construcción de la realidad. ¿Con qué visión te identificas con más claridad, con la apolínea o con la dionisiaca?. ¿Es necesario el equilibrio entre estas dos posiciones para concebir la sociedad?.-La crítica a la religión de Nietszche sigue vigente en nuestros días: Dios, ¿de veras ha muerto?, ¿es la religión realmente fruto de la impotencia y debilidades humanas?, ¿es la religión un subterfugio para proteger los miedos humanos?, ¿es la religión una ilusión? ¿qué decir del llamado fundamentalismo religioso? ¿y del terrorismo suicida de los fanáticos

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religiosos? ¿y del neoconservadurismo norteamericano (“In God we trust”) según el cual la mitad de sus habitantes está convencido de que Dios les quiere a cada uno de ellos personalmente?, ¿y de las supersticiones y crencias populares?, etc-Comenta la afirmación de Nietzsche: ‘Dios ha muerto, ha nacido el superhombre’. Cree que es necesaria la muerte de Dios para alcanzar la afirmación del hombre. -El hombre es un ser creador y fantástico, el hombre nuevo capaz de afirmar la vida, el superhombre.-Nuestras visiones del mundo no son más que interpretaciones de la realidad, pero no la realidad. ¿Existe algo parecido a ‘la realidad’?.-La Cultura Occidental no es más que una interpretación de la realidad, y no debemos darla por definitiva.-El aforismo en Nietzsche como forma de escritura filosófica.-¿Qué opinas de la ‘moral de señores’, una moral que afirma ‘este mundo’, y que Nietzsche contrapone a la ‘moral de esclavos’ que identifica con el cristianismo y el socialismo?.-Nietzsche dice que la religión es fruto del miedo, un miedo que la lleva a rechazar este mundo, aplazando su disfrute, la vida, bajo la promesa de ‘una vida mejor en e más allá’.-Nietzsche hace una crítica al lenguaje, pues al crear palabras y grandes nombres (Dios, sustancia, almas, etc.) se olvida de lo esencial. Él propone una transformación radical del lenguaje.-Identifica el nihilismo con la época en que los valores han dejado de valer, demuestran una crisis cultural y moral, necesarias para que se produzca un cambio real y radical en la realidad. -La concepción del tiempo del eterno retorno como contrapuesto al tiempo lineal de la tradición judeocristiana o a la idea de progreso del marxismo y el liberalismo. -¿La idea del superhombre nietzscheano busca un modelo estético o racial superior?.-¿Qué opinas de la crítica que hace Nietzsche al socialismo y a la democracia?. ¿Es posible entenderlo en el contexto en que vive el filósofo o, incluso en aquellos tiempos podemos considerarlo elitista y reaccionario?.

-Nietzsche defiende el individuo siempre por encima de la sociedad, de ahí su crítica a las ideologías y filosofías que defienden un modelo gregario o de rebaño.-Cree que cada ser interpreta de forma diferente el mundo, de ahí las diferentes formas de vida. Lo que origina ese esfuerzo interpretativo es la necesidad de supervivencia.

NOTA IMPORTANTE

Aunque no aparezcan en esta lista, puedes y debes añadir otros elementos de tu cosecha. Reflexiona desde ahora sobre los mismos y añádelos a esta lista. Ten en cuenta que en este apartado se valoran bastante la capacidad de relación, la argumentación y la originalidad.

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