3
HANSEL Y GRETEL Los hermanos Hansel y Gretel vivían con su padre, un humilde leñador, y su cru madrastra muy cerca del os!ue" Eran pores, !ue ya no tenían alimentos para sorevivir" #na noche, creyendo !ue los niños estaan dormidos$ %No hay comida, %di&o la madrastra% por eso mañana llevaremos a los niños al 'ondo del os!ue y allí los aandonaremos" El pore padre se opuso ta&antemente( pero la mu&er no descans) hasta convencerlo de su maca proyecto" *ientras tanto los niños, !ue en realidad no dormían, escucharon la terrile amena+a" Gretel lloraa y Hansel la consolaa" A la mañana si uiente, mu&er le dio un peda+o de pan a cada niño" Lue o, los acompañaron a internarse en el os!ue, procurando !ue se !ueden atr-s" Hansel 'ue de&ando caer las mi as de su pan, como huellas, para no perderse en el camino" En una +ona a reste, la mu&er orden) !ue allí esperaran, volverían por ellos" .ero ya de noche, al ver !ue no lle aan, los niños trata volver" .ara su desdicha, las aves se haían comido las mi as" Y deamularon, sintiendo la mirada acosadora de las 'ieras" Al amanecer, temerosos y hamrientos, vieron un p-&aro lanco !ue los invita se uir el camino" Si uieron al ave, lle ando a una e/traña casita eri ida a as tortas, dulces y otras olosinas" Los niños, hamrientos, !uisieron darle un p mordisco, pero una ru&a los detuvo" Era un lu ar encantado para atraer a los niños( y cuando estos caían, la ru&a hacía traa&ar y los asaa para com0rselos" 1omo Hansel lucía 'la!uito la ru&a lo en&aul), aliment-ndolo con ricos pota&e para en ordarlo" A su ve+, Gretel reali+aa es'or+adas laores, reciiendo s)l mi as para comer" 2ías despu0s %!ueriendocomerse a Gretel%la ru&a intent) en añarla, orden-ndole revisar el interior del horno" Gretel di&o !ue no saía c)mo hacer la ru&a, llam-ndola tonta, trat) de uiarla metiendo su cae+a" Aprovecho Gre para empu&arla y cerrar la puerta del horno"

Hansel y HANSEL Y GRETELGretel

Embed Size (px)

DESCRIPTION

cuento de HANSEL Y GRETEL

Citation preview

HANSEL Y GRETEL

Los hermanos Hansel y Gretel vivan con su padre, un humilde leador, y su cruel madrastra muy cerca del bosque. Eran pobres, que ya no tenan alimentos para sobrevivir.

Una noche, creyendo que los nios estaban dormidos:

-No hay comida, -dijo la madrastra- por eso maana llevaremos a los nios al fondo del bosque y all los abandonaremos. El pobre padre se opuso tajantemente; pero la mujer no descans hasta convencerlo de su macabro proyecto. Mientras tanto los nios, que en realidad no dorman, escucharon la terrible amenaza. Gretel lloraba y Hansel la consolaba. A la maana siguiente, la mujer le dio un pedazo de pan a cada nio. Luego, los acompaaron a internarse en el bosque, procurando que se queden atrs. Hansel fue dejando caer las migas de su pan, como huellas, para no perderse en el camino. En una zona agreste, la mujer orden que all esperaran, pues volveran por ellos. Pero ya de noche, al ver que no llegaban, los nios trataron de volver. Para su desdicha, las aves se haban comido las migas. Y deambularon, sintiendo la mirada acosadora de las fieras. Al amanecer, temerosos y hambrientos, vieron un pjaro blanco que los invitaba a seguir el camino. Siguieron al ave, llegando a una extraa casita erigida a base de tortas, dulces y otras golosinas. Los nios, hambrientos, quisieron darle un primer mordisco, pero una bruja los detuvo. Era un lugar encantado para atraer a los nios; y cuando estos caan, la bruja los haca trabajar y los asaba para comrselos. Como Hansel luca flaquito la bruja lo enjaul, alimentndolo con ricos potajes para engordarlo. A su vez, Gretel realizaba esforzadas labores, recibiendo slo migas para comer. Das despus -queriendo comerse a Gretel- la bruja intent engaarla, ordenndole revisar el interior del horno. Gretel dijo que no saba cmo hacerla. Y la bruja, llamndola tonta, trat de guiarla metiendo su cabeza. Aprovecho Gretel para empujarla y cerrar la puerta del horno. Liber, as, a Hansel; pero antes de irse, rescataron las joyas del tesoro oculto de la bruja. Y corrieron hasta la orilla de un inmenso lago. No podan cruzarlo. De pronto, un bello cisne volador les ofreci su ayuda. Al otro lado los esperaba su padre, quien lloroso les pidi perdn, comunicndoles que su madrastra haba fallecido. Dejando caer el tesoro, los nios lo abrazaron dichosos. Olvidaran los agravios; y viviran felices, por siempre, juntos. Fin