Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan.Hebreos 11.4

Hay que creer que Dios existe

Esto no es tan difícil

Lo verdaderamente difícil es creer que Él recompensa a los que le buscan.

La mayoría de la gente cree en Dios

Pero una minoría disfruta de las recompensas del Padre

Papá tiene una gran recompensa para vos y está “desesperado” por dártela…

La Palabra de Dios siempre bendice nuestras vidas

Pero hay maldiciones, fuertes impedimentos, que nos alejan de la recompensa.

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Y Samuel preguntó: ¿Estos son todos tus hijos? Y Yesé respondió: “Falta uno, que es el menor, pero él anda cuidando las ovejas…”1 Samuel 16.11

Las primeras maldiciones que unos escucha en su vida pueden provenir de sus propios padres.

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Cuando Eliab, su hermano mayor, lo escuchó hablar con los soldados, se llenó de ira contra David y le dijo: “¿A qué has venido? ¿Con quién dejaste nuestras pocas ovejas en el desierto? Yo se que te crees muy valiente y por malicia has venido a ver la batalla.1 Samuel 17.28

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Pero Saúl le dijo: “No creo que puedas pelear contra él, pues todavía eres muy joven y él ha sido un guerrero desde su juventud”.1 Samuel 17.33

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¿Soy yo acaso perro para que vengas a mi con palos? Y maldijo Goliat a David en nombre de sus dioses, y lo amenazó: “Ven acá, que contigo voy a alimentar a las ¿aves de rapiña y a los animales salvajes”.1 Samuel 17.43, 44.

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Cuando David oyó las amenazas, presintió que había peligro y tuvo miedo de Aquis, rey de Gat. Entonces cambió su comportamiento y fingió estar loco, y se puso a escribir en las puertas, y debaja que la saliva le corriera por la barba.1 Samuel 21.12, 13

David había sido recompensado con la promesa de ser Rey de Israel

Con esa Palabra venció a Goliat, el más fuerte de todos los Filisteos

Pero ahora tuvo “miedo”, y su “comportamiento” cambió, y se hizo pasar por loco…

Así andan muchos cristianos hoy: parecen locos, fanatizados por la religión, y sin ninguna recompensa.

Es que la maldición puede venir de nuestra propia mente cuando dejamos que nos gobierne.

A pesar de todos estos impedimentos, David llegó a reinar sobre Israel tal como Dios se lo había prometido:

“El Señor te ha dicho que tú serás el pastor y príncipe de su pueblo Israel”.Así fue como todos los ancianos de Israel se reunieron en Hebrón con el rey David, y en presencia del Señor éste hizo un pacto con ellos y ellos lo ungieron como rey.2 Samuel 5.2, 3.

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Un día por la tarde David, mientras se paseaba por la azotea de su palacio, después de la siesta, vio desde allí a una mujer muy hermosa, que se estaba bañando. Entonces ordenó que la llevaran a su presencia, y ella se presentó ante él, y él la tomó y se acostó con ella. 2 Samuel 11:2, 4.

Y David preguntó: ¿Ya ha muerto el niño? Y aquellos le respondieron: “Sí ya ha muerto”. 2 Samuel 12.19

El pecado siempre arruina la recompensa, la empequece.

Tené cuidado que ninguna de estas 6 maldiciones te dejen sin recompensa. ¡Renunciá a ellas ahora!