Hermenéutica y Sociología

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Texto sobre la relación entre hermenéutica y sociología, desde la perspectiva de Gadamer y de la disciplina sociológica.

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Hermenutica y sociologa. Dos tradiciones en tensinJos Guillermo PrezCI: 18.304.598El presente ensayo tiene la modesta intencin de presentar y evaluar la relacin, a la vez longeva a y conflictiva entre la tradicin hermenutica y la de las ciencias sociales, especficamente representada, en este caso, en la disciplina que lleva por nombre sociologa, debe sealarse, sin embargo, que en muchas de las aristas de esta relacin tienden a desbordar ese campo disciplinario especfico e inundar otras reas de las ciencias sociales. Esta evaluacin supone varios momentos. En un primer momento, la idea es pintar de forma superficial, el panorama del nacimiento de las ciencias sociales, las deudas y compromisos que su nacimiento les impone a las jvenes ciencias humanas.En segundo lugar, hacer una revisin de la larga historia que arrastra tras de s la hermenutica. En este sentido y dado el espacio para desarrollar una historia del concepto, nos atenemos a revisar a los principales autores que han aportado para la construccin de su concepcin contempornea, todos ellos alemanes, comenzando por el telogo Friedrich Schleiermacher (1768-1834), quien es generalmente considerado como el primer antecedente de la hermenutica moderna y que es continuamente citado por Gadamer en su texto Verdad y Mtodo. En segundo lugar, se mencionarn los aportes de Wilhelm Dilthey (1833- 1911) quien con su texto Introduccin a las ciencias del espritu fue uno de los principales exponentes de un debate largo y fructfero en el campo de las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad. En tercer lugar a Martin Heidegger (1889- 1976) quien es el elaborador fundamental de la hermenutica en su sentido ms actual y un referente ineludible en la materia. Por ltimo se aborda al autor central de la hermenutica, sobre todo en su relacin polmica con las ciencias del espritu, Hans-Georg Gadamer (1900- 2002), aqu el esfuerzo est centrado en reflexionar en torno a algunos conceptos fundamentales que el filsofo alemn trabaja en Verdad y mtodo, entre ellos habra que destacar su nocin de prejuicios y tradicin, as como de crculo hermenutico de este modo nos aproximamos un espacio complicado porque se acerca a lo ontolgico, lo que tensiona fuertemente su relacin con la ciencia.En un tercer momento se intentar hacer una evaluacin de los efectos que ha tenido la comprensin hermenutica del mundo en la sociologa, cul ha sido la recepcin de la filosofa hermenutica y qu ventajas y dificultades han implicado su traduccin. Lo que, como sabemos, principalmente se refiere a una discusin en el campo de epistemologa, la sociologa del conocimiento y la metodologa, del mismo modo, esto debe llevarnos a comprender las razones por las cuales algunos de estos conceptos o sus implicaciones ms profundas no han podido ser asumidas por la sociologa. En definitiva cules son los lmites de la lectura ontolgica de la hermenutica. Por ltimo, a modo de conclusin, la necesidad de revisar y preguntarnos, tras varias dcadas de fuertes crticas al legado de la ilustracin si ste an tiene sentido y cul podra ser este. La ciencia y las ciencias sociales. La sociologa como ciencia positiva. La hermenutica.La aparicin de las ciencias sociales en el horizonte del conocimiento es el resultado de un complejo proceso histrico que, entre otras cosas, coloca al hombre como uno de los principales objetos del saber. Es comn que, dependiendo de a cul ciencia social quiera hacerse referencia, se tome alguna fecha, de carcter ms o menos arbitrario, para sealarla como momento espectacular de su aparicin. En muchos otros casos, se suele defender la idea de que la reflexin sistemtica en torno a problemas humanos acompa el desarrollo de la propia humanidad prcticamente desde su comienzo (los tratados filosficos de Platn y Aristteles seran unas de las fundamentales pruebas de ello). Sin embargo, esta segunda tesis presenta varios problemas, en primer lugar reproduce una versin de estilo desarrollista y teleolgica de la historia de la ciencia social, en que cada elemento humano va (en este caso el conocimiento), con el paso del tiempo, alcanzado una etapa superior y mejor que la anterior, y en segundo lugar, esta forma de analizar la historia de las ciencias sociales no permite destacar lo que tiene de particular o esencialmente distinto las diferentes formas de reflexionar en torno a lo humano en diversos momentos histricos. La primera tesis en cambio, en su estilo de filo positivista de marcar fechas y datos concretos, encubre que en realidad las ciencias sociales solo pueden aparecer en un marco epistmico especfico, producto de un conjunto de procesos histricos que las han definido y preado de tensiones. Entender, entonces, las ciencias sociales como un proceso nos obliga a considerar como estas han entablado dilogos con otras formas de saber que la preceden o que forma parte de su compleja y, las ms de las veces, paradjica genealoga. De esta forma, lo primero que debe sealarse con respecto a su nacimiento es su condicin bastarda o incluso doblemente bastarda. Veamos como es.La primera relacin bastarda que tienen las ciencias sociales y especialmente la sociologa, est vinculada con el dominio y la atraccin que ejerca para la poca de su aparicin (entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX) el desarrollo de las ciencias naturales, especialmente la fsica. Es decir, con lo que se conoce como la versin clsica de la ciencia: La llamada versin clsica, que predomina desde hace varios siglos, fue constituida sobre dos premisas. Una era el modelo newtoniano en el cual hay una simetra entre el pasado y el futuro. Era una visin casi teleolgica: al igual que Dios, podemos alcanzar certezas, y por lo tanto no necesitamos distinguir entre el pasado y el futuro puesto que todo coexiste en un presente eterno. La segunda premisa fue el dualismo cartesiano, la suposicin de que existe un distincin fundamental entre la naturaleza y los humanos, entre la materia y la mente, entre el mundo fsico y el mundo social/espiritual.[footnoteRef:1] [1: WALLERSTEIN, Immanuel (Coord.). Abrir las ciencias sociales. Siglo XXI. Mxico. 2006. P. 4 ]

El que el padre de la sociologa, por lo menos el que le otorga su el nombre, Augusto Comte, fuese al mismo tiempo el padre del positivismo no es un mero hechos histrico carente de consecuencias profundas para el desarrollo de la disciplina, todo lo contrario, el racionalismo y positivismo francs es una trama epistmica que le otorga su sentido inicial a esta nueva ciencia que tericamente tendra el rol de ser la madre todas las otras ciencias al emular, en el campo social, los logros de la fsica newtoniana. En ese sentido la sociologa sera la fsica social, tal como fue descrita en el Curso de filosofa positiva.En cierto sentido y como el socilogo y filsofo Theodor Adorno seala, la sociologa, consecuencia de esta situacin, obtiene el mandato de: Al igual que en las ciencias naturales, deba analizarse, en base a ciertos elementos, lo que est dado, y deban realizarse luego predicciones, sin que en esta concepcin tuviera lugar el concepto de la espontaneidad y de cambio repentino[footnoteRef:2]. Sin embargo, el mandato no podr ser cumplido en la medida en que la sociologa sufre las dificultades e imposibilidades que el mundo de la vida social deparaba a los mtodos usados para las ciencias naturales. [2: ADORNO, Theodor W. Introduccin a la sociologa. Gedisa. 1996. Espaa. P. 17 ]

Este compromiso adquirido de nacimiento con la lgica de la ciencia tradicional, impone a las ciencias sociales una relacin paradjica y conflictiva con la filosofa de la cual, a pesar de ello, no puede liberarse. Dado que el principal material de trabajo de la sociologa son los conceptos y que tiene la necesidad de elaborar teoras sistemticas que permiten la explicacin de los hechos particulares observados, la sociologa est obligada a mantener a la filosofa como un referente indispensable para su desarrollo. La sociologa ms tradicional vea en la filosofa una forma discursiva que tenda a mistificar la realidad y los hechos sociales (Rudolf Carnap especialmente acusaba a los enunciados de la filosofa metafsica de ser sinsentidos), impidiendo alcanzar las certezas necesarias (el conocimiento positivo) mnimo para obtener los resultados que las ciencias naturales haban conseguido tras liberarse de los ejercicios de razn pura. En este sentido, a pesar de necesitar de la filosofa y deberle muchas de los principios bsicos a partir de los que se estructuraba su prctica, intentaba mantenerla a una distancia prudencial. Lo que hoy llamamos ciencia social es heredera de esa sabidura, pero es un heredera distante, que a menudo no reconoce ni agradece, porque la ciencia social se defini conscientemente a s misma como la bsqueda de verdades que fueran ms all de esa sabidura recibida o deducida. La ciencia social es una empresa del mundo moderno; sus races se encuentran en el intento plenamente desarrollado desde el siglo XVI y que es parte inseparable de la construccin de nuestro mundo moderno, por desarrollar un conocimiento secular sistemtico sobre la realidad que tenga algn tipo de validacin emprica.[footnoteRef:3] [3: WALLERSTEIN, Immanuel. Op. Cit. p.4 ]

As las cosas, la primera sociologa hizo un gran esfuerzo por distanciarse de la filosofa haciendo hincapi en su carcter emprico y en la construccin de un lenguaje liberado tanto de las perturbaciones del sentido comn como de las proposiciones carentes de significados de la metafsica. Del mismo modo, obligada a construir leyes universales del comportamiento humano, estableci una relacin distante con la historia, ya que de lo contrario se arriesgaba a relativizar sus enunciados, traicionando su empresa. En otros casos, adems, cierta rama de la sociologa y de las ciencias sociales han dejado por fuera el problema del sentido.La cuestin del sentido que las cosas de la vida social tienen para sus actores no es en modo alguno nueva: los antroplogos, por ejemplo, no la han perdido nunca de vista. Pero para la tradicin naturalista y positivista de la Sociologa, as como para los enfoques conductistas, la nocin de sentido se haba terminado refugiando en mbitos muy estereotipados, como el clsico de definicin de la situacin.[footnoteRef:4] [4: BELTRN VILLALBA, Miguel. La hermenutica del sentido de las cosas sociales. Arbor ciencia, pensamiento y cultura. Vol. 189-761, mayo-junio 2013. P. 2 ]

No obstantes este estado de cosas, la estabilidad artificial entre conocimiento y mundo a ser conocido construida por la lgica positivista viene a ser interrumpida una y otra vez por el discurso filosfico que advierte sobre las debilidades y compromisos adquiridos entre esta formar de conocimiento y sus implicaciones ontolgicas, ticas y polticas. En este sentido la filosofa hermenutica forma parte de un discurso que increpa y cuestiona el orden epistmico inaugurado por el positivismo, lo que ha supuesto una profunda revisin crtica de las bases gnoseolgicas de las ciencias sociales o al menos en la mayora de ellas. Esto ha supuesto diversos efectos, dependiendo de las condiciones y concepciones propias de cada disciplina. Pero, qu implicaciones ha tenido el discurso hermenutico y cmo ha sido su relacin con la sociologa? En este sentido, es importante sealar que no existe una nica comprensin de la hermenutica y que la sociologa se ha alimentado de diversas discusiones en torno a ella, es decir que ha tenido mltiples recepciones. Como es comn sealar hermenutica est referida a la interpretacin y se entiende como el arte de interpretar, forma esencial de conocimiento que estuvo muy vinculado al saber religioso en la medida en que, en su marco, lo fundamental era comprender el sentido de la palabra revelada y en que la principal funcin de los hermeneutas era poder captar este sentido y expresarlo (traducirlo), para el resto. Originalmente el trmino Hermenutica est asociado con el arte de interpretar las Escrituras Sagradas (Ferrater Mora, 1998: 1622). Creemos que este trmino debe ser comprendido en el contexto del cisma que supuso en el cristianismo del siglo XVI la disputa entre catlicos y protestantes por el verdadero sentido de las Escrituras, as como la lucha contra las distorsiones en la captacin del significado original de tales textos sagrados. Ya sabemos por el propio Weber en La tica Protestante, por ejemplo, que el sentido otorgado a la palabra Beruf poco tena que ver con el espritu original de las Escrituras, y que el papel del traductor era fundamental para moldear el sentido del trmino y su afinidad con el Calling como llamado divino. De esta forma, la hermenutica se constituy en una herramienta fundamental para esclarecer y recuperar el verdadero significado de los textos sagrados.[footnoteRef:5] [5: LARRIQUE, Diego. La hermenutica como ontologa de las ciencias sociales. Espacio Abierto, v17, n.2, Maracaibo (Venezuela), junio 2008. En la direccin URL: http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-00062008000200007&lng=es&nrm=Iso ]

La discusin de la hermenutica en relacin a las ciencias tiene una larga historia. Sin embargo, es inevitable sealar algunos hitos fundamentales que permiten una comprensin ms adecuada de la relacin entre ambos discursos (cientfico y hermenutico). Un primer y fundamental antecedente fue Friedrich Schleiermacher, telogo alemn de mediados del siglo XVIII, quien resulta uno de los fundadores de la comprensin moderna de la hermenutica e incluso, sealado por otros importantes hermeneutas contemporneos, como el que origin la ruptura con las formas medievales y posibilit una nueva lectura que actualizaba y adecuaba los postulados hermenuticos, incluso pasando por una discusin con las proposiciones de Immanuel Kant. Ya en Schleiermacher se pueden encontrar algunos de los conceptos que sern fundamentales para la hermenutica moderna. Entre ellos cabe destacar la nocin de crculo hermenutico, la cual est en la base de la crtica a la concepcin acumulativa y lineal del conocimiento positivista. As pues, desde este ideal modlico [el crculo hermenutico] de la reconstruccin, en el que siempre entran en juego dos momentos que parecen contrapuestos (lo objetivo y lo subjetivo), se abre un camino polmico que atae a los fundamentos epistemolgicos de la hermenutica. Para Schleiermacher, sin embargo, este principio tiene el rango de un ideal regulativo y no de principio absoluto. As lo expresa categricamente cuando dice que no comprendo nada que no pueda concebir como necesario reconstruir, aadiendo a continuacin que la comprensin segn esta mxima es una tarea infinita[footnoteRef:6] [6: DE SANTIAGO GUERVS, Luis Enrique. La hermenutica metdica de Friedrich Schleiermacher. Otros Logos. Revista de Estudios Crticas. P. 156. ]

Del mismo modo, Schleiermacher, en concordancia con su comprensin romntica describe la hermenutica como un arte, donde el carcter intuitivo o adivinatorio cumple un rol importante en la bsqueda del sentido. La definicin de la hermenutica como un arte, recuerda a Schlegel [maestro de Schleiermacher] y a los romnticos. Comprender es un arte, lo mismo que interpretar segn reglas. En cuanto arte, quiere decir que toda interpretacin tiene que ser artstica en la medida en que trata de reproducir una produccin, o recrear el acto originario de un discurso determinado. Y si es el discurso el que se convierte en objeto de la comprensin es, precisamente, porque transmite pensamientos y los comunica a travs de un lenguaje. Luego la comprensin como tal tiene todos los rasgos de una obra de arte (Schleiermacher, 1999: 30) y, en cuanto tal, la tarea de la hermenutica hay que entenderla como la actividad que es llevada a cabo por los artistas de la interpretacin (Schleiermacher, 1999: 51).[footnoteRef:7] [7: Ibdem. p. 152. ]

En efecto, la contribucin de Schleiermacher es importante, sin embargo, su concepcin de la hermenutica padece de una excesiva condicin psicologizante que obliga a una reconstruccin del sentido que el autor dio a la obra y, por tanto, la empresa hermenutica se confina en la idea de entender un discurso tambin como el autor e incluso mejor que l, planteando la reconstruccin de la biografa de ste como momento ineludible para esclarecer el verdadero sentido de una obra. En segundo lugar, debe sealarse a Wilhein Dilthey, filsofo alemn de comienzos del siglo XIX, como un segundo y fundamental hito de esta relacin entre discurso cientfico y discurso hermenutico. De hecho, Dilthey, en su obra ms influyente (al menos para las ciencias sociales), Introduccin a las ciencias del espritu, postula justamente la separacin radical entre las ciencias de la naturaleza y lo que l denominaba ciencias del espritu, estudios esencialmente pertenecientes al campo al que solemos referirnos como humanista (inclua religin, arte, derecho, historia) y para los cuales reclama un mtodo distinto que no sera otro que la hermenutica. Seran estas ciencias las que tendran por objeto la realidad histrico-social y que, debido a tener un objeto de estudio esencialmente distinto a las ciencias naturales requeriran procesos y mtodos distintos para encontrar la verdad. La pretensin fundamental de Dilthey era establecer la hermenutica como unmtodopropio de las ciencias del espritu. Quiso convertirla no ya en una herramienta romntica como el propio Schleiermacher, sino asegurar a travs de su utilizacin elconocimiento verdaderode las manifestaciones del espritu, y as equiparar a las ciencias en sus pretensiones de acceder a la verdad, pero salvando las distancias que supone la antinomia comprensin vs. Explicacin.La hermenutica en Dilthey -y aqu no logr distanciarse del viejo Schleiermacher- en ltima instancia se convirti en un proceso que eluda las distancias entre el autor y el intrprete a travs de un proceso psicolgico de imitacin que suponarealmenteponerse en el lugar del otro, re-vivir la experiencia del autor y, captando la obra como un objeto, desde fuera, se aseguraba entonces que elcrculo hermenutico -oespiralcomo lo ha llamado gnes Heller- se fuera ampliando, comprendindose as el contexto en el cual se enmarcan lasverdaderasintenciones de tal o cual autor al momento de desarrollar su obra.[footnoteRef:8] [8: LARRIQUE, Diego. Op. Cit.]

Ahora bien, si en gran medida varios de los postulados que Dilthey propuso, desde el nombre para estas ciencias histrico-sociales como la exclusividad de la comprensin como gua de ellas, no fueron aceptados o no gozan de un amplio consenso, puede sealarse que, por intermedio de Max Weber (que sera un fuerte crtico de sus planteamientos), la idea de que la hermenutica puede ser una metodologa especfica, alejada de la idea romntica propuesta por Schleiermacher, que establezca un camino especfico para un conocimiento verdadero, en cambio s sobrevivi, alcanzando incluso un xito relativo que se manifiesta en el desarrollo de la metodologa cualitativa y en escuelas sociolgicas que tienen como principal objetivo captar el sentido de la accin de los individuos en la sociedad. Sin embargo, su excesivo psicologismo, en el marco de una ciencia naciente que intentaba justamente separarse tanto de la filosofa como de la psicologa (al menos ese fue uno de los primeros objetivos de mile Durkheim) estaba condenado al fracaso y sus postulados, que aspiraban esencialmente a la reconstruccin del sentido individual, seguan recluyendo las capacidades de la hermenutica en un espacio muy limitado.En tercer lugar, hay que colocar a Martin Heidegger, que es ampliamente considerado como el gran renovador de la hermenutica y el que le otorga, en definitiva, muchos de sus rasgos contemporneos. Padre filosfico de la hermenutica del siglo XX, la cual tiene en l un pilar fundamental, no hay prcticamente hermeneuta que no lo cite o que su trabajo no refiera, casi siempre como continuacin, a su obra. Heidegger fue un filsofo alemn, lo que nos evidencia claramente la profunda tradicin alemana en el rea, que nace a finales del siglo XIX e influencia a diversos movimientos filosficos durante todo el siglo XX (desde los existencialistas hasta los posmodernos pasando por los desconstruccionistas y a la semitica). El giro hermenutico que inicia el filsofo alemn tiene como efecto la liberacin de la hermeneia del carcter metodolgica que hasta ese momento haba ido acumulando para otorgarle, de este modo, un carcter ontolgico que abre nuevas discusiones en el campo epistemolgico de las ciencias.Pero es Martn Heidegger quien da el paso decisivo desde una hermenutica que asume una tarea particular de la filosofa hacia una filosofa propiamente hermenutica, al hacerse cargo del fenmeno de la comprensin como algo ms que una forma de conocimiento o un sistema de reglas metodolgicas, a saber cmo una determinacin ontolgica del hombre y un rasgo definitorio de la filosofa como tal en tanto que expresa la apertura del hombre al ser.[footnoteRef:9] [9: DE LA MAZA, Luis Mariano. Fundamentos de la filosofa hermenutica: Heidegger y Gadamer. Teologa y Vida, vol. XLVI, nm. 1-2, 2005. P. 122 ]

La introduccin de un carcter ontolgico en la hermenutica es una decisin preada de consecuencias, retos y tensiones para las ciencias sociales. Sin embargo, y antes de reflexiona en torno a esos efectos, hay que sealar que muchos de los conceptos fundamentales que desarrolla la hermenutica, y que inquietan la labor de las ciencias sociales, tendrn en Heidegger a su elaborador ms destacado. Nuevamente aparece la idea de crculo hermenutico, como uno de los conceptos esenciales del arte de la interpretacin. Si la interpretacin de mueve dentro de lo ya comprendido y se nutre de ello, entonces se mueve en un crculo. Pero no se trata de un crculo vicioso, sino de un crculo hermenutico. Es decir, no es un crculo que haya que eliminar del saber, como aspiran a hacerlo algunos historigrafos positivistas, sino un crculo en el que hay que entrar de manera adecuada.[footnoteRef:10] [10: Ibdem. p. 128]

Es importante destacar aqu, con Heidegger, el carcter absolutamente ontolgico que tiene el crculo para el ser y que por tanto, resulta absolutamente fuera del lugar, al menos desde su concepcin, intentar de otorgarle al crculo hermenutico un carcter metodolgico al sentido de una receta o de instrucciones para hallar la verdad:El crculo del comprender es inherente a la estructura del sentido, fenmeno que tiene sus races en la estructura existenciaria del ser ah, en el comprender interpretativo. El ente al que en cuanto ser en el mundo le va su ser mismo, tiene una estructura ontolgica circular. Mas advirtiendo que el crculo es inherente ontolgicamente a una forma de ser del ser ante los ojos (el ser ideal), habr que evitar en general el caracterizar ontolgicamente con este fenmeno nada que se parezca al ser ah.[footnoteRef:11] [11: HEIDEGGER, Martin. El ser y el tiempo. Fondo de Cultura Econmica. Mxico. 1971. P. 172]

Del mismo modo, la concepcin de que ideas previas son esenciales para el proceso de interpretacin es presentado de diversas formas en Heidegger, principalmente en su texto Ser y tiempo, el cual es considerado la obra en que ms aborda el problema de la hermenutica y de la interpretacin ya que, por su crtica a lo subjetivo, abandona el lenguaje utilizado en ella. La interpretacin de algo como algo tiene sus esenciales fundamentos en el tener, el ver y el concebir previos. Una interpretacin jams es una aprehensin de algo dado llevada a cabo sin supuesto. Cuando esa especial concrecin de la interpretacin que es la exacta exgesis de textos gusta de apelar a lo que ah est, es que ah est inmediatamente no es nada ms que la comprensible de suyo, la no discutida opinin previa del intrprete, que interviene necesariamente en todo conato de interpretacin como lo puesto ya que la interpretacin en cuando tal, es decir, lo dado previamente en el tener, ver y concebir previos.Por ltimo, un elemento que es de considerable importancia tiene que ver con el des-cubrimiento de Heidegger de los compromisos que tiene la bsqueda de la verdad de la ciencia, como adecuacin a hechos, entendida como episteme, con el orden tcnico-cientfico y, por tanto, con la perspectiva moderna de dominio del ser humano y de la naturaleza. Con todo, el hacer salir lo oculto que domina por completo la tcnica moderna, no se despliega ahora en un traer-ah-delante en el sentido de la . El hacer salir lo oculto que prevalece en la tcnica moderna es una provocacin que pone ante la Naturaleza la exigencia de suministrar energa que como tal pueda ser extrada y almacenada[footnoteRef:12] [12: HEIDEGGER, Martin. La pregunta por la tcnica. En: Conferencias y Artculos. Ediciones Serbal, Espaa (Barcelona). 1994. En la direccin URL: http://www.rae.com.pt/Heidegger.pdf ]

El cuarto, y ms fundamental filsofo y hermeneuta para los fines del presente ensayo, es Hans-Georg Gadamer. Nace en 1900 y muere en el 2002, tambin de origen alemn. Es importante destacar que Gadamer fue alumno de Heidegger a partir de 1923 en Marburgo[footnoteRef:13]. Y al igual que l, considera que la hermenutica deba ser concebida como un proceso metodolgico sino en tanto una reflexin ontolgica, es decir, no como un sistema de reglas orientadas a la recta comprensin de cierto tipo de fenmenos, sino como una reflexin sobre lo que acontece con el hombre cuando efectivamente comprende.[footnoteRef:14] [13: DE LA MAZA, Luis Mariano. Op. Cit. p. 130. ] [14: Ibdem. ]

De esta manera la reflexin de Gadamer prolonga la obra de Heidegger y, sin embargo, es original en profundizar y sacar consecuencias de muchos de sus enunciados en relacin con las ciencias naturales y las ciencias del espritu (las cuales tienen especialmente dedicadas la segunda seccin de Verdad y Mtodo I). De este modo, uno de sus primeros planteamientos, tan central como para ser el ttulo de su obra, es la discusin en torno a un mtodo y su enfrentamiento directo frente a la concepcin metodologicista de las ciencias, que intenta defender su bsqueda de la verdad, entendida como adecuacin a los hechos, a travs de la metodologizacin de todos los procesos del conocimiento. En consecuencia, es importante preguntarse, frente al metodologismo epistemolgico que domina actualmente, si el surgir de la conciencia histrica ha logrado distinguir de verdad y por entero nuestro comportamiento cientfico respecto a aquel comportamiento natural hacia el pasado. Es correcta la autoacepcin de las ciencias del espritu cuando desplazan el conjunto de su propis historicidad hacia el lado de los prejuicios de los que hay que liberarse? Esta ciencia libre de prejuicios no estar compartiendo, mucho ms de lo que ella misma cree, aquella recepcin y reflexin ingenua en la que viven las tradiciones y en la que est presente el pasado? [footnoteRef:15] [15: GADAMER, Hans-Georg. Verdad y Mtodo I. Ediciones Sgueme. Espaa. 1999. P. 350 ]

En este sentido, Gadamer, ms all de la crtica frente al metodologismo, o ms bien, como parte del proceso de crtica a l profundiza en una importante cantidad de conceptos, muchos de los cuales forman parte de la propia tradicin heredada de la hermenutica y otros productos del desarrollo de la filosofa heideggeriana. En cualquier caso, todos ellos increpan de diversas formas a las disciplinas de las ciencias sociales y a su quehacer, generan importantes tensiones y, en algunos casos (lamentablemente los menos), generan importantes revisiones, las cuales, sin embargo, no estn exentas de problemas.Los tres conceptos que se considera de mayor relevancia o con mayores implicaciones para la sociologa son: 1) Crculo hermenutico, 2) Prejuicios y 3) Tradicin. 1) Crculo hermenutico. Sobre el crculo hermenutico ya se ha sealado su importancia en toda la filosofa de corte hermenutica y en su comprensin del mundo. Es un concepto del que ya haca uso Friedrich Scheleiemacher y que Martin Heidegger profundiz. Tiene un carcter fundamental para la hermenutica dado que tanto en trminos del mtodo como en trminos ontolgicos establece las normas que deben guiar el proceso propio del entendimiento. ste no puede ser, claramente, un acumulativo y lineal sino que es el transcurrir de un camino siempre de carcter inacabable y que supone ms all de la explicacin de lo dado, el aumento progresivo del conocimiento. En la obra de Gadamer, por lo menos en Verdad y Mtodo, se retoma el concepto en este mismo sentido, sealando al mismo tiempo, con Scheleiemacher, la importancia de la vinculacin constante entre el todo y las partes y de lo individual con el todo. Al mismo tiempo, sin embargo, increpa las propias ideas de ste quien articula un crculo objetivo y un crculo subjetivo para quien lo objetivo vendra a ser el todo y lo subjetivo lo individual o particular. Esto supone para Gadamer una formalizacin de la relacin que se establece en torno al concepto de crculo hermenutico cuando es, por el contrario, en la propia relacin circular donde se consigue su objetivo.Heidegger, por el contrario, describe este crculo en forma tal que la comprensin del texto se encuentre determinada continuadamente por el movimiento anticipatorio de precomprensin. El crculo del todo y las partes no se anulan en la comprensin total, sino que alcanza en ella su realizacin ms autntica. El crculo no es, pues, de naturaleza formal; no es subjetivo ni objetivo, sino que describe la comprensin como la interpretacin del movimiento de la tradicin y el movimiento del intrprete[footnoteRef:16] [16: Ibdem. p. 363]

En este sentido se obtiene un concepto que apela a lo sistmico y que obliga a la revisin constante del texto y de las tradiciones que se dejan escuchar a travs de l, as como de las propias tradiciones en las que est inserto el intrprete. En el proceso que implica este anlisis, se obtiene una ampliacin de la comprensin. 2) Prejuicios. El prejuicio es otro importante concepto en Gadamer que toma desde la resignificacin que Heidegger le otorga. Como se ha sealado anteriormente, la ciencia tradicional consideraba que parte de su labor era evitar las contaminaciones tanto del sentido comn (en tanto doxa) como de los sinsentidos de los enunciados metafsicos (de los cuales, para Carnap, Heidegger era un importante promotor). Ambos elementos son los que conforman, en gran medida lo que para la ciencia representan los prejuicios que son, dentro de su lgica, juicios errados, juicios equivocados que distorsionan la mirada del cientfico impidindole hallar la verdad. Aqu, la brillante inversin conceptual elaborada por Heidegger y continuada por Gadamer es la de mostrar cmo es imposible la comprensin de ningn texto sin prejuicios y de qu manera cuando se intenta expulsar los prejuicios en su lugar lo que quedan son otros prejuicios pero que no son asumidos por el intrprete y limitan su comprensin. Una comprensin llevada a cabo desde una conciencia metdica intentar siempre no llevar a trmino directamente sus anticipaciones sino ms bien hacerlas conscientes para poder controlarlas y ganar as una comprensin correcta desde las cosas mismas. Esto es lo que Heidegger quiere decir cuando requiere que el tema cientfico se asegure en las cosas mismas mediante la elaboracin de posicin, previsin y anticipacin[footnoteRef:17] [17: Ibdem. p. 336 ]

Los prejuicios deben dejar de ser considerados como enemigos de una comprensin total (si es que esta fuese de algn modo posible) sino que, por el contrario, ayudan a hacer ms amplio el nivel de comprensin del intrprete siempre y cuando l haga el esfuerzo hermenutico de hacerse cargo de ellos, esto sera, de introducirlos en un proceso de revisin, de crculo hermenutico, que permitiese revisar las tradiciones en las que se insertan estos prejuicios y al mismo tiempo fundir horizontes con el mensaje transmitido y heredado por el texto. Sin embargo, la pregunta sobre la validacin de estos prejuicios, dado que como Gadamer seala la existencia de prejuicios positivos y prejuicios negativos (Prejuicio no significa pues en modo alguno juicio falso, sino que est en su concepto el que pueda ser valorado positivamente o negativamente[footnoteRef:18], queda latente en el aire, el pensador alemn seala que en el mismo proceso de interpretacin, en la medida en que los prejuicios demuestren capacidad heurstica para de-velar o des-cubrir el mensaje del texto. [18: Ibdem. p. 337]

Esta revisin del concepto de prejuicio, y la bsqueda de los prejuicios positivos, desemboca en una crtica radical a la tradicin Ilustrada que elabora Gadamer en defensa del concepto de autoridad, que si bien supone una desviacin de la presente exposicin, es impertinente en la medida que seala uno de los principales puntos de tensin con las ciencias sociales y que ser explicitado en el debate establecido con otro filsofo y socilogo alemn, Jrgen Habermas y porque al mismo tiempo, nos abre la puerta al ltimo concepto que revisaremos en el marco de este ensayo, el de tradicin.Por eso habamos examinado la depreciacin del concepto de prejuicio en la Ilustracin. Lo que bajo la idea de una autoconstruccin absoluta de la razn se presenta como un prejuicio limitador forma parte en verdad de la realidad histrica misma. Si se quiere hacer justicia al modo de ser finito e histrico del hombre es necesario llevar a cabo una drstica rehabilitacin del concepto de prejuicio y reconocer que existen prejuicios legtimos. Con ello se vuelve formulable la pregunta central de una hermenutica que quiera ser verdaderamente histrica, su problema epistemolgico clave: en qu puede basarse la legitimidad de los prejuicios?[footnoteRef:19] [19: Ibdem. p. 344]

La discusin est planteada en los siguientes trminos: En principio, la Ilustracin, en lo que se refiere a su concepcin del conocimiento, est guiada por la idea de que el nico juez que valida la verdad de un enunciado es la propia razn. Por tanto, lo que resulta fundamental es evitar que algn elemento perturbe la capacidad de la razn para evaluar y encontrar la verdad, de ah se desprende la necesidad, que expone claramente Ren Descartes, de la construccin de un mtodo riguroso que asegure que la razn no est siendo engaada. Del mismo modo, la Ilustracin observa en la autoridad una fuente de distorsin ya que al legitimar un enunciado por fuera de la razn propia, sea en base de la autoridad o de la tradicin (que en definitiva es la voz de la autoridad histricamente constituida), la razn se esclaviza a esa otra fuente. Gadamer seala que esta repulsin sistemtica de la Ilustracin frente a la razn, no impide la existencia de prejuicios positivos, lo que reintroducira el problema de la autoridad. En la medida en que la validez de la autoridad usurpa el lugar del propio juicio, la autoridad es de hecho una fuente de prejuicios. Pero esto no excluye que pueda ser tambin una fuente de verdad, cosa que la Ilustracin ignora sistemticamente en su repulsa generalizada contra toda autoridad.[footnoteRef:20] [20: Ibdem. 346.]

Pero Gadamer, retomando el propio argumento ilustrado de la razn como fuente legitimidad, se pregunta de dnde obtiene la obtiene la autoridad y concluye que solo puede ser el efecto de un reconocimiento hecho por la propia razn.Sin embargo, la esencia de la autoridad no es esto. Es verdad que la autoridad es en primer lugar un atributo de personas. Pero la autoridad de las personas no tiene su fundamento ltimo en un acto de sumisin y abdicacin de la razn, sino en un acto de reconocimiento y de conocimiento: se reconoce que el otro est por encima de uno en juicio y perspectiva y que en consecuencia su juicio es preferente o tiene primaca respecto al propio. La autoridad no se otorga sino que se adquiere, y tiene que ser adquirida si se quiere apelar a ella. Reposa sobre el reconocimiento y en consecuencia sobre una accin de la razn misma que, hacindose cargo de sus propios lmites, atribuye al otro una perspectiva ms acertada.[footnoteRef:21] [21: Ibdem. 347.]

En este sentido y dado que es posible estar de acuerdo que los enunciados de la autoridad deben ser ciertos, dado que reconozco en la persona con autoridad alguien que sabe ms que yo, se reivindica la posibilidad de posibilidad de trabajar con prejuicios que sean positivos y que heursticamente tengan el potencial de des-cubrir la verdad. De aqu se debe partir, entonces, al concepto de tradicin. c) Tradicin. Por lo anteriormente expuesto, Gadamer considera que debe fundarse una teora que establezca la relacin entre prejuicios legtimos y autoridad, liberada de los extremismos de la Ilustracin. Es en este contexto que aparece el concepto de tradicin. Para ello hay que buscarse apoyo en la crtica romntica a la Ilustracin. Hay una forma de autoridad que el romanticismo defendi con un nfasis particular: la tradicin. Lo consagrado por la tradicin y por el pasado posee una autoridad que se ha hecho annima y nuestro ser histrico y finito est determinado por el hecho de que la autoridad de lo transmitido, y no solo lo que se acepta razonadamente, tiene poder sobre nuestra accin y sobre nuestro comportamiento[footnoteRef:22] [22: Ibdem. 348]

A partir del concepto de tradicin Gadamer logra elaborar una teora a partir de la cual muestra la potencia de los prejuicios positivos. Haciendo una analoga con la educacin formal, seala como los maestros son autoridades y que, a pesar de lo que se piensa, la llegada a la madures no supone una liberacin de los prejuicios transmitidos por esa autoridad. Por el contrario ella sobreviven como costumbres: Las costumbres se adoptan libremente, pero ni se crean por libre determinacin ni su validez se fundamenta en sta. Precisamente es esto lo que llamamos tradicin: el fundamento de su validez.[footnoteRef:23] [23: Ibdem.]

En definitiva, la tradicin ser una forma silenciosa de determinacin en la que se encuentran los prejuicios positivos indispensables para la comprensin del texto, y es parte de la tarea del intrprete en vinculacin circular con aquel descubrir cules son los prejuicios adecuados y cuales los inadecuados para, al mismo tiempo, descubrir al texto.Recepcin en la sociologa de la hermenutica.En definitiva, estos tres conceptos son apenas una pequea muestra de una constelacin que, a partir de Gadamer, interpelan el quehacer de la sociologa y las ciencias sociales as como a las humanidades. En este sentido, como es tambin una discusin de vieja data, existe la posibilidad de establecer de forma general cul ha sido la recepcin de estas interpelaciones, algunas conclusiones al respecto de ellas y visibilizar los nudos de tensin aun no cerrados y que, en definitiva, la tradicin disciplinaria de la sociologa considera como inherentes a ella y que, por tanto, no pueden clausurarse. Las principales recepciones positivas y productivas de la hermenutica en las ciencias sociales son las siguientes:1) Establecimiento y revisin permanente de los clsicos. La discusin en torno a la autoridad y tradicin, la rehabilitacin de estos conceptos por Gadamer, se manifiestan claramente en la aceptacin de la existencia de una tradicin intradisciplinaria en sociologa y el consecuente establecimiento de unos autores clsicos y sus respectivas teoras y escuelas de pensamiento. Se considera, as sea de forma subyacente, que la sociologa y las ciencias sociales, por lo general, estn compuestas por una serie de doctrinas que sirven como un marco general que determina la labor de los investigadores quienes hacen uso constante del marco terico legado, transmitido (como toda tradicin) y funcionan como unos lentes a partir de los cuales pueden ver, registrar, comprender y explicar los hechos sociales.Por tanto, la sociologa, en el reconocimiento de la autoritas de ciertos autores debe hacerse cargo de los prejuicios que se reproducen en la relacin con ellos, inaugurando un dilogo de actualizacin constante con sus tradiciones (por esto, cada cierto tiempo, discusiones que parecan haber quedado pasados de modas, se reaniman) y la categora autor es importante. Situacin muy diferente, en este sentido, a la existente con las ciencias naturales.Si la sociologa es tambin un mbito discursivo, entonces la retrica que acompaa sus pretensiones de producir conocimiento verdadero no es ms que especulativa, es decir, no se basa en argumentos finales sobre los problemas sino que, en la lgica de la hermenutica como ontologa de las ciencias sociales, va transitando el espiral que supone el movimiento del conocimiento hasta ir ampliando el sentido de los problemas con los que se trabaja. Es tambin una de las razones por las cuales volvemos constantemente a los clsicos como fuente de discusin terica y no como mera revisin histrica de la disciplina, porque buena parte de los argumentos sostenidos en esos textos siguen hoy siendo plausibles yverdaderosen la lgica discursiva que acabamos de definir con Alexander.[footnoteRef:24] [24: LARRIQUE, Diego. Op. Cit.]

2) Reconocimiento de lo inaduecuacin del mtodo de las ciencias naturales para las ciencias sociales. Uno de los efectos ms importantes y permanentes para la sociologa en relacin a su discusin con la hermenutica, es el reconocimiento que, debido a diversas razones (principalmente las diferencias ontolgicas as como caractersticas biolgicas propias de su objeto de estudio), los mtodos que hicieron popular a las ciencias naturales son inaplicables para las ciencias sociales. Esto por tanto ha supuesto varias cosas:2.1. El centro de las investigaciones en ciencias sociales debe ser la comprensin de los hechos sociales y no su explicacin causal. Para la comprensin es necesario reivindicar y tomar en cuenta esencialmente las explicaciones y sentidos que otorgan a su accin los actores sociales y que son construidas desde el propio mundo de la vida de ellos. El trabajo del investigador social es principalmente captar (la ms de las veces por inmersin) el sentido que gua a los actores sociales y ser capaz de evocarlo posteriormente. Lo que podramos denominar un giro hermenutico de las ciencias sociales y de la sociologa se evidencia en el propio vuelco epistemolgico que Durkheim da, de Las reglas del mtodo, en las que establece como "regla" fundamental el tratar a los hechos sociales como "cosas"[footnoteRef:25], es decir, externos a los sujetos y que se le imponen a Las formas elementales de la vida religiosa en la que reconoce la importancia del signo y la necesidad de su interpretacin. [25: Qu es, en efecto, una cosa? La cosa se opone a la idea como lo que se conoce desde afuera se conoce desde adentro. DURKHEIM, mile. Las reglas del mtodo sociolgico. Biblioteca Nueva. Espaa. 2005. P. 119.]

2.2. El sentido de la accin para los actores sociales se construye por y en el lenguaje. Es la hermenutica quin hace consciente a las ciencias sociales de este hecho fundamental, el ser humano habla y el lenguaje no es solo un sistema de smbolos sino una actividad prctica.[footnoteRef:26] [26: La constitucin de este mundo [social] en cuanto significativo, explicable o inteligible depende del lenguaje, considerado, empero, no simplemente como un sistema de signos o smbolos, sino como un medio de actividad prctica GIDDENS, Anthony. Las nuevas reglas del mtodo sociolgico. Amorrortu. Argentina. 1987. P. 159.]

2.3. Todo lo anterior obliga a la construccin de una serie de metodologas y teoras que intentan captar, evocar o explicitar el sentido que los actores dan a su accin y que por tanto supone una revisin de lo simblico y del lenguaje. De ah derivan la fenomenologa de Alfred Schutz, el interaccionismo simblico de Erving Goffman y la etnometodologa de Harold Garfinkel. Y del mismo modo, permiti la aparicin y expansin de una serie de metodologas como las historias de vida, las entrevistas a profundidad, la etnografa, etc. 3) Reconocimiento de la imposibilidad de la neutralidad valorativa. Otra importante victoria para la hermenutica en el desempeo de las ciencias sociales, es la asumida imposibilidad de mantener el requerimiento de la neutralidad valorativa como criterio de objetividad dentro de la ciencia. Esto no significa que en general no se pretenda la objetividad del conocimiento cientfico social sino que se ha desechado la idea de la neutralidad valorativa o axiolgica como criterio de definicin. De hecho se alienta a la revisin de los propios valores y a una vigilancia epistemolgica que tiene semejanzas, aunque distantes, con la revisin hermenutica. Hay pues que alejar la esperanza utpica de que cada uno pueda liberarse de las ideologas que inciden en su investigacin por la sola virtud de reformar decisivamente un juicio que est socialmente condicionado o por un auto-socioanlisis que no tendra otro fin que el autosatisfacerse en y por el socio-anlisis de otros. La objetividad de la ciencia no podra descansar en un fundamento tan incierto como la objetividad de los cientficos.[footnoteRef:27] [27: BOURDIEU, Pierre; CHAMBOREDON, Jean-Claude & PASSERON, Jean-Claude. El oficio del socilogo. Siglo XXI. Espaa. 2002. P. 106.]

Sin embargo, hasta este punto se pueden sealar efectos productivos en las ciencias sociales. Las conclusiones ms radicales, de carcter ontolgicas, a las que llega Heidegger y Gadamer son inasimilables por la sociologa y las otras ciencias sociales que an tienen compromisos con la tradicin moderna e ilustrada que les dio origen, que requiere entre otras cosas, tratar a los sujetos como entes, no como seres. Esto se evidencia en el lugar privilegiado por la hermenutica, el lenguaje. La construccin de lenguaje particular que asegure la objetividad as como el diseo de un aparato conceptual que an deben responder a la mxima de ser consecuentes con la experiencia emprica y acorde a los hechos.En este sentido, suele sealarse que la hermenutica implica, tambin, unos compromisos con el idealismo que la sociologa no puede asumir completamente sin desdibujarse. Estas ideas derivan, sin embargo, de escuelas de pensamiento que estn cerca del idealismo filosfico, y manifiestan las insuficiencias tradicionales de esa filosofa cuando son transferidas al campo del anlisis social: una preocupacin por el significado, con exclusin de las implicaciones prcticas de la vida humana en la actividad material (porque si bien es cierto que lo seres humanos no producen el mundo de la naturaleza, producen, sin embargo, desde l, y transforman activamente las condiciones de su propia existencia al hacerlo); una tendencia a tratar de explicar la conducta humana en funcin de los ideales motivadores, a expensas de las condiciones causales de la accin; y una incapacidad para examinar las normas sociales en relacin con las asimetras de poder y las divisiones de intereses sociales[footnoteRef:28] [28: GIDDENS, Anthony. Op. Cit. p. 159. ]

Justamente en funcin de este ltimo enunciado (las dificultades para examinar las relaciones de poder asimtricas en el seno de la sociedad), Jrgen Habermas responde a la polmica abierta con Gadamer en torno al tema de la autoridad en los siguientes trminos: Ya el conocimiento implcito de las condiciones de la comunicacin sistemticamente distorsionada que de hecho se presupone al hacer uso, en trminos de hermenutica profunda, de la competencia comunicativa basta a poner en cuestin la autocomprensin ontolgica de la hermenutica que Gadamer desarrolla siguiendo a Heidegger[footnoteRef:29]. [29: HABERMAS, Jrgen. La lgica de las ciencias sociales. Tecnos. 2007. P. 300]

La necesidad de mantener una vigilancia frente a lo que Habermas considera comunicaciones distorsionadas por el poder y la dificultad para mantener esta vigilancia, que la aceptacin de las implicaciones radicales de la hermenutica ontolgica tendra, dado que estamos siempre circularmente sometidos a aceptar el consenso aclaratorio a que el reanudado dilogo puede conducir. La tentativa de sospechar abstractamente, a fuer de falsa conciencias, de ese acuerdo, contingente sin duda, carece de sentido porque no podemos trascender el dilogo que somos[footnoteRef:30]. Es una razn de peso para mantener el debate abierto sobre la reivindicacin contempornea del legado ilustrado al que responden, en parte, las ciencias sociales. [30: Ibdem. 301.]

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