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E n las tempestades que acom- pañaron la historia de Hungría, se destruyeron, con pocas excep- ciones, los documentos de la temprana vida musical (partituras, instrumentos), por ello, al momento de investigar las épocas remotas solamente podemos apo- yarnos en fuentes secundarias y en los resultados de las ramas científicas afines (arqueología, lingüística, etc.). La música húngara culta, desde los mismos comien- zos de su existencia, estuvo estrechamente relacionada con la música popular, por lo cual únicamente el estu- dio de la música folklórica nos permite examinar, a pesar de todo, los siglos que se pierden en lo desconocido. A lo largo de mucho tiempo, la música popular pudo conservar la esencia de las antiguas melodías, o al menos su estilo. Con respecto al patrimonio de canciones popu- lares húngaras conservadas hasta nuestros días, puede determinarse con relativa exactitud, cuál canción popular se remon- ta a qué época histórica, sobre la base de la línea melódica, del alcance del sonido, del número de sílabas, de la orna- mentación y de la forma de interpretación de las canciones, y aunque el canto haya sufrido ligeras variaciones a lo largo de los siglos transcurridos, siempre se recono- cen en su versión actual las características de su época de origen. El llamado “nuevo estilo”, surgido a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, difiere fundamentalmente de todos los “antiguos estilos” anteriormente existentes, debido a su forma ascendente, cerrada, de estructura cupular, sus series melódicas largas y su amplio registro. Los estilos antiguos -si bien la fecha de nacimiento, la temática, la forma de interpretación y la difusión geográfica de las canciones es muy distinta entre unas y otras- coinciden en la utilización de la línea melódica descendiente. De esta manera, clasifi- camos por igual entre los estilos antiguos las endechas que se remontan a la época anterior a la Conquista de la patria (896), las danzas de gaita y de porquerizos, de origen medieval, y las melodías en tono mayor y en tono menor, procedentes del siglo XVIII. No se conservó prácticamente ningún tipo de apunte acerca de la música de los siglos anteriores a la fundación del Estado húngaro, acontecido en el año 1000. Sólo podemos suponer, cómo debió sonar un canto entonado durante la ceremonia del chamán, o el canto épico que guardaba la memoria de los antepasados. Nos lleva de vuelta a tiempos anteriores a la conquista de la patria, la música de la tradición de llorar a los difuntos: la endecha pentatóni- ca que se conserva en Transilvania y la Historia de la música húngara MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES BUDAPEST N° 2001/1 Hungría, gracias a su fecunda vida musical y a sus excelentes intérpretes de fama mundial, ha conquistado un lugar ilustre entre los países que cuentan con tradiciones musicales de varios siglos y mucho más abun- dantes que ella. La nación húngara pertenece al grupo de las naciones pequeñas, no obstante, se le menciona como una “superpotencia” musi- cal. No ha sido nada fácil conquistar este calificativo, ya que los aconte- cimientos trágicos de la atormentada historia del pueblo húngaro también han afectado la vida musical. Sin embargo, la falta de condiciones del desarrollo ininterrumpido, continuo, sólo ha podido obstaculizar la vía del progreso de manera provisional; en todas las épocas, los talentosos músi- cos han logrado vencer las circunstancias adversas y conectaron el país a la circulación sanguínea musical de Europa. Música de cantos eclesiásticos en las páginas de códices húngaros medievales

Historia de la música húngara

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Page 1: Historia de la música húngara

E n las tempestades que acom-pañaron la historia de Hungría, sedestruyeron, con pocas excep-

ciones, los documentos de la tempranavida musical (partituras, instrumentos),por ello, al momento de investigar lasépocas remotas solamente podemos apo-yarnos en fuentes secundarias y en losresultados de las ramas científicas afines(arqueología, lingüística, etc.). La músicahúngara culta, desde los mismos comien-zos de su existencia, estuvoestrechamente relacionada con la músicapopular, por lo cual únicamente el estu-dio de la música folklórica nos permiteexaminar, a pesar de todo, los siglos quese pierden en lo desconocido. A lo largode mucho tiempo, la música popularpudo conservar la esencia de las antiguasmelodías, o al menos su estilo. Conrespecto al patrimonio de canciones popu-lares húngaras conservadas hasta nuestrosdías, puede determinarse con relativaexactitud, cuál canción popular se remon-ta a qué época histórica, sobre la base dela línea melódica, del alcance del sonido,del número de sílabas, de la orna-mentación y de la forma de interpretaciónde las canciones, y aunque el canto hayasufrido ligeras variaciones a lo largo de lossiglos transcurridos, siempre se recono-cen en su versión actual las característicasde su época de origen.

El llamado “nuevo estilo”, surgido afines del siglo XIX y comienzos del sigloXX, difiere fundamentalmente de todos los“antiguos estilos” anteriormente existentes,debido a su forma ascendente, cerrada, deestructura cupular, sus series melódicaslargas y su amplio registro. Los estilosantiguos -si bien la fecha de nacimiento, la

temática, la forma de interpretación y ladifusión geográfica de las canciones esmuy distinta entre unas y otras- coincidenen la utilización de la línea melódicadescendiente. De esta manera, clasifi-camos por igual entre los estilos antiguoslas endechas que se remontan a la épocaanterior a la Conquista de la patria (896),las danzas de gaita y de porquerizos, deorigen medieval, y las melodías en tonomayor y en tono menor, procedentes delsiglo XVIII.

No se conservó prácticamente ningúntipo de apunte acerca de la música de lossiglos anteriores a la fundación del Estadohúngaro, acontecido en el año 1000. Sólopodemos suponer, cómo debió sonar uncanto entonado durante la ceremonia delchamán, o el canto épico que guardaba lamemoria de los antepasados. Nos lleva devuelta a tiempos anteriores a la conquistade la patria, la música de la tradición dellorar a los difuntos: la endecha pentatóni-ca que se conserva en Transilvania y la

Historia de la música húngara

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES BUDAPEST

N° 2001/1

Hungría, gracias a su fecunda vida musical y a sus excelentes intérpretesde fama mundial, ha conquistado un lugar ilustre entre los países quecuentan con tradiciones musicales de varios siglos y mucho más abun-dantes que ella. La nación húngara pertenece al grupo de las nacionespequeñas, no obstante, se le menciona como una “superpotencia” musi-cal. No ha sido nada fácil conquistar este calificativo, ya que los aconte-cimientos trágicos de la atormentada historia del pueblo húngaro tambiénhan afectado la vida musical. Sin embargo, la falta de condiciones deldesarrollo ininterrumpido, continuo, sólo ha podido obstaculizar la vía delprogreso de manera provisional; en todas las épocas, los talentosos músi-cos han logrado vencer las circunstancias adversas y conectaron el país ala circulación sanguínea musical de Europa.

Música de cantos eclesiásticos en las páginas de códices húngaros medievales

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endecha diatónica que se conoce en todoel territorio de habla húngara.Originalmente, estas melodías no sólo seusaban para llorar a los difuntos, sino quese asociaban con distintos textos rituales oépicos. Por lo tanto, debían sonar de mane-ra similar también los llamados cantares degesta, que inmortalizaban la vida, las ha-zañas gloriosas y la muerte de los héroes.

En la segunda mitad del siglo X, loshúngaros se adaptaron al rico tejido cul-tural de Europa. En el terreno de la músi-ca, el mayor desafío para nuestrosantepasados era que debían asimilar losnuevos valores y alcanzar un nivel cultu-ral más alto, conservando simultánea-mente sus peculiaridades y sin renunciara lo propio. La adopción, ladifusión y el fortale-cimiento del cristianismojugaron un papel importan-tísimo desde el punto de vistadel desarrollo de la músicahúngara: fue esto lo quearraigó en nuestro país elcanto gregoriano, el elevadoarte monódico de la época. Elotro factor musical impor-tante fue la escuelamedieval, que hizoprevalecer el prestigio dela “musica” en todo elámbito de la cultura. Elalumno de la Edad Mediadebía aprender en las clasesde canto de cada día los cen-tenares de melodías que secantaba en los oficios reli-giosos, y a través de éstas tam-bién llegó a escribiry leer música y aentender de teoríamusical. El sistemaescolar que consti-tuía toda una rednacional, erahomogéneo eneste aspecto, y losd i s c í p u l o saprendían en lo funda-mental el mismo mate-rial litúrgico y musical, independiente-mente de si estudiaban en escuelas man-tenidas por las catedrales o en las máspequeñas escuelas aldeanas. De esta ma-nera, pudo formarse una versión típica-mente húngara de la música llana (grego-riana). Se elaboraban cada vez más librosde coro adornados y códices con unaforma de notación típicamente húngara.Podemos atrevernos a decir que en laHungría medieval el conocimiento de lamúsica formaba parte de la cultura de todapersona educada, y aunque no se podíahablar de escolaridad general obligatoria,

el canto coral entonado todos los días enlas iglesias, en presencia y con la partici-pación del pueblo, creó una base comúnde la cultura musical idéntica en todo elpaís.

Son más escasos nuestros recuerdosreferentes a la música laica de la época.Lamentablemente, no hemos heredadoninguna fuente con música escrita anota-da, podemos apoyarnos nada más que enlos apuntes literarios y en la memoria de lamúsica popular. Los apellidos y los topó-nimos de nuestras cartas medievales fre-cuentemente hacen

alusión a instrumentos musicales y a ocu-paciones de músico (Sípos /pífano/,Dobos /tamborilero/, Igricfalva /pueblodel juglar/, Regtelek, etc.), lo que tambiénindica lo difundida que estaba la músicafestiva y de entretenimiento. Los sobera-nos húngaros recibían gustosos a músicosextranjeros de visita en sus cortes. Variospoetas trovadores de renombre, así comoMinnesänger alemanes pasaron por lospalacios de los reyes de Hungría. GaucelmFaidit y Peire Vidal debieron llegar en 1198a la corte de Emerico (1196-1204), en elséquito de la joven esposa aragonesa del

rey. Oswald von Wolkenstein (1377-1445)estuvo en Hungría durante el reinado deSegismundo (1387-1437). Esto indica quela música lírica más sofisticada de la era delos caballeros también se arraigó en nue-stro país.

Los grandes cambios económicos ysociales de la baja Edad Media tambiénejercieron influencia sobre la vida musical.Además de los antiguos centros eclesiásti-cos, también comenzaron a florecernuevas ciudades, y se apreciaba cada vezmás la cultura. Se mantuvo la tradiciónanterior de la música gregoriana, pero allado de ella se manifestó un interés cre-ciente por el canto polifónico.

Inicialmente las melodías grego-rianas se interpretaban a dos

voces, y se les añadíapequeños poemas inter-

calados. Esta práctica seestableció en los siglosXIII y XIV. Constituyóuna polifonía másdesarrollada que laanterior, cuando a lasmelodías independi-entes se les añadióuna segunda e inclu-so una tercera voz decompás marcado yrítmico. En las cortesreales y prelaticiastambién se inter-

pretaban obras com-puestas en el estilo de

motete de los PaísesBajos, el más desarrolla-

do de la época.Uno de los

monarcas europeosmás ricos y cultos dela segunda mitad delsiglo XV fue MatíasHunyadi (1458-1490). El coro de sucapilla real estabacompuesto por 40músicos, y -tal como

lo describió el directordel coro papal que vi-

sitó Buda- este coro en número y en cali-dad no tenía nada que envidiarle al conjun-to papal o al coro de la corte borgoñesa. Enla corte de Matías también se tocaba músi-ca instrumental de cámara, pero lamenta-blemente no se conservan las partituras deaquellas piezas. Los compositores e intér-pretes probablemente eran artistas extran-jeros, principalmente italianos y flamencos.El rey, buscando un alto nivel de calidad,contrató a numerosos músicos y cantantesextranjeros, de esta manera pasaron por sucorte varios músicos contemporáneos degran fama, entre ellos el compositor fla-

2 HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA

Sebestyén Stulhoff terminó la construcción del órgano de la abadía benedicti-na de Tihany en el año 1770

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menco Jacques Barbireau (aprox. 1408-1491), el laudista italiano más destacado dela época, Pietro Bono (1417-1497) y el céle-bre cantante-compositor JohannesStockem, que pudo actuar en el conjuntomusical de Matías entre 1481 y 1487.

Este policromo y fecundo mundomusical fue destruido violentamente por ladominación turca (1524-1686) y eldesmembramiento del país en tres partes.Los territorios centrales del país pasaron amanos de los turcos, aquí prácticamentedejó de existir la vida musical. El cantogregoriano vegetó durante algunos dece-nios, luego, desde comienzos del sigloXVII, enmudeció para siempre.

El canto monódico de buena calidadtuvo una nueva oportunidad, cuandoaproximadamente en 1540 comenzaron adesempeñarse en nuestro país losprimeros reformadores protestantes. Alcomienzo se traducían al idioma húngarolos antiguos cantos litúrgicos en latín, sinembargo más tarde pasó a predominar enla práctica del canto protestante el cánticopopular religioso en verso, el himnocantable por toda la congregación, com-puesto de muchas estrofas.

En esta misma época se creó la nuevacultura de canto monódico de la época, elrepertorio de cantos históricos. En largospoemas (“crónicas”) se hacía el recuentocantado de los acontecimientos históricos,de los estimulantes apólogos tomados dela Biblia y de los “romances”. Las melodíasde dichas historias (crónicas rimadas) sepropagaban sobre todo por tradición oral,pero afortunadamente se conservaron dosimpresos de partituras de la época, uno de

los cuales reunía en un libro (1554) lascrónicas de uno de los cantantes de trovamás famosos, Sebestyén Tinódi.

En la música húngara de los siglosXVI-XVII llegó a predominar la mono-fonía. La práctica de música culta de valorartístico superior que se desarrolló en labaja Edad Media solamente pudo sobre-vivir en algunos puntos aislados, de estamanera y por primera vez: en la corte delos príncipes de Transilvania. ElPrincipado de Transilvania que se creó enla parte oriental del país, contrabalanceán-dose hábilmente entre el emperador

Habsburgo y el sultán turco, obtuvo unarelativa autonomía y contribuyó en buenamedida a la conservación de la concienciade la Hungría soberana. También sirvióestos fines la imitación nostálgica de lacorte real medieval. El mecenazgo de lospríncipes de Transilvania -Zsigmond János(1559-1571), István Báthori (1581-1586) yespecialmente Zsigmond Báthori (1588-1598)- era consabido a lo largo y ancho dela región, por eso numerosos músicosextranjeros de renombre trabajaron en sucorte o les dedicaron obras. Figurabanentre ellos Palestrina (aproximadamente

HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA 3

En el castillo Esterházy de Fertôd la vida musical fue dirigida por Joseph Haydn

Francisco José I, emperador de Austria y rey de Hungría también presenció el concierto de Liszt, aclamado en Europa entera,que se celebró en el Castillo de Buda

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1525-1594) y el compositor del primermétodo de órgano, Girolamo Diruta(aproximadamente 1550- ?). Durante va-rios años trabajó en Transilvania el discípu-lo de Lassus (aprox. 1532-1594), de origenitaliano, llamado Giovanni Battista Mosto(aprox. 1550-1596), quien tituló su primertomo de madrigales, publicado enVenecia, Madrigales de Gyulafehérvár,indicando que sus ricas obras polifónicashabían sido compuestas para el coro de lacorte de Transilvania.

En esta misma época vivió y desem-peñó su actividad creadora el destacadomúsico húngaro Bálint Bakfark (1506 ?-1576), laudista y compositor. El primervolumen de sus obras fue publicado enLyon (1553), y el segundo en Cracovia

(1565). En el título de sus publicaciones semostraba orgulloso de su origen transil-vano. Bakfark era un célebre virtuoso dellaúd de su época, gozaba del favor desoberanos europeos, y los poetas contem-poráneos cantaban su gloria. Su arte con-tribuyó de manera decisiva al florecimien-to y a la independencia de la músicainstrumental en Hungría.

La burguesía culta de las pequeñasciudades fronterizas en dinámico desarro-llo, de la llamada Hungría real, sometida ala soberanía de los Habsburgo (la partenorte del país, la región del Felvidék y elTransdanubio Occidental), se vinculó a lacultura musical europea principalmente através de la música sacra. Es fácil compro-bar este contacto en la vida musical, por

ejemplo, de la Pozsony de antaño (en laactualidad: Bratislava), de Sopron, Bártfa(Bardejov) y Lôcse (Levoca). Tanto lasautoridades eclesiásticas (obispo, cabildo)como los dirigentes municipales emplea-ban a músicos bien calificados y remune-rados en las iglesias y en las festividades dela ciudad. Las “capillas” de 8-10, más tardede 10-15 integrantes, estaban compuestaspor algunos cantantes, músicos de cuer-das, un organista y un director, y entona-ban junto con los torreros (instrumentistasde viento), los motetes renacentistas a 4-5voces, las obras instrumentales “concer-tantes”, es más, luego también las com-posiciones eclesiásticas de estilo barroco.

A finales del siglo XVII, en el país libe-rado después de 150 años de dominación

4 HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA

Retrato de Ferenc Erkel, de 1861

Retrato cubista de Bartók, pintado en losaños 1920 Escena del ballet El príncipe de madera

Ferenc Erkel compuso la música de la plegaria nacional de los húngaros, el Himnodel poeta Ferenc Kölcsey

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turca y reducido a escombros, la vida cul-tural también requería ser reconstruida.Esta reconstrucción en la música exigía laadopción del nuevo estilo barrocoeuropeo. Para ello hacía falta tomar comoejemplo modelos extranjeros y se nece-sitaban muchos músicos extranjeros. Apartir de comienzos del siglo XVIII, cadavez más diócesis embellecían la liturgiacon suntuosa música barroca, luego conmúsica clásica vienesa y más tarde tam-bién aparecieron las obras de los composi-tores nacionales de buena formación. Laimportante colección de partituras de lacatedral de Gyôr incluye, entre otras, lasobras de Antonio Caldara (1670-1736),luego en la segunda mitad del siglo, deJohann Baptist Vanhal (1739-1813),Joseph (1732-1809) y Michael (1737-1806)

Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), Karl Ditters von Dittersdorf (1739-1799), así como de JohannAlbrechtsberger (1736-1809), que inclusotrabajó algunos años en Gyôr. El compos-itor húngaro quizá más sobresaliente de laépoca, Benedek Istvánffy (1733-1778)dirigió el conjunto musical de la catedralde Gyôr desde 1766. Un repertorio simi-larmente rico y una forma de fun-cionamiento parecida caracterizaban a lasdiócesis de Pécs, Veszprém, Szombathely,Székesfehérvár, Eger y Várad, reconstru-idas después de la expulsión de los turcos.

Además de las iglesias, fue principal-mente la alta nobleza la que pudo permi-tirse patrocinar la música culta. Ejemplo deello lo dio la familia más linajuda del país,los Esterházy. Pál Esterházy (1635-1713),

quien obtuvo el ducado, fundó una orques-ta en la entonces Kismarton (hoy:Eisenstadt), y bajo su nombre se publicó eltomo titulado Harmonia Caelestis, unacolección de 55 cantatas eclesiásticas, elprimer documento de la música barrocahúngara. Las generaciones posteriores a Pálen la familia siguieron desarrollando el con-junto. Desde 1727 dirigió la orquesta elfamoso compositor vienés, Gregor JosephWerner (1693-1766), luego, a partir de1761, durante casi treinta años el directorfue Joseph Haydn. No obstante, esta efer-vescente vida musical no estaba generaliza-da en el país, abarcaba nada más que unreducido círculo de la sociedad. El estratosocial intermedio, con educación escolar,no tenía acceso a una formación musicalmoderna, es más, en muchos casos se

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Zoltán Kodály en su hogar Escena de János Háry

Béla Bartók durante su emigración enEstados Unidos

Ferenc Farkas, con motivo de su 70 cumpleaños, rodeado de sus ex discípulos -AttilaBozay, Zsolt Durkó, György Kurtág, Emil Petrovics, Lajos Vass, Sándor Szokolay yMiklós Kocsár

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mostraba hostil frente a la música culta.A fines del siglo XVIII y comienzos del

XIX, en la mitad occidental de Europa seconfiguraron condiciones sociales burgue-sas desarrolladas. Para los pueblos deEuropa Centro-Oriental, esta fue la etapade adquirir conciencia como naciones. Lafuerza motriz de la ilustración húngara, lacapa de la nobleza llana también consi-deraba importante el carácter nacional dela cultura. ¿Dónde podía buscar esta gene-ración los rasgos húngaros de la música?En la música culta nacional de los siglosanteriores no había ninguna tradiciónhúngara sui generi. A muchos les pareciódescubrir esta peculiaridad faltante en lamúsica “populista”, que imitaba las can-ciones populares y, por esta razón, lanobleza llana se deleitaba con la canciónartística de tipo popular y la canción típicahúngara.

Existió, sin embargo, también un mate-rial musical “nacional” más valioso y tangi-ble: la música bailable húngara de finalesdel siglo XVIII. En las colecciones de músi-ca instrumental encontramos melodías quecombinan el mundo occidental dearmonías y formas con las tradiciones de laantigua música bailable húngara. Estasdanzas se caracterizan por elementos deco-rativos y motivos rítmicos que en realidadtienen un carácter propiamente húngaro. Aesta música la llamamos “verbunkos”. Elverbunk originalmente significaba unadanza masculina que se bailaba en el reclu-tamiento de soldados, pero más adelante,convirtiéndose en una pieza de danzaautónoma, llegó a ser el punto de partidade la renovación lingüística musical hún-gara del siglo XIX. Debido a que esta músi-ca la tocaban principalmente orquestasgitanas, mucha gente -por equivocación-la identificó con la música gitana, y el librode Ferenc Liszt, publicado en París en 1859bajo el título Acerca de los gitanos y de lamúsica gitana en Hungría, contribuyó afortalecer aún más esa falsa creencia. Apesar de ello, esta música no tiene nadaque ver con la auténtica música popular delos gitanos, patrimonio de canciones pro-pio de las grandes masas de gitanos nodedicados a la música.

La genuina música gitana es expresa-mente vocal y las canciones por lo gene-ral son de texto mixto gitano-húngaro. Porotro lado, los gitanos músicos en todaspartes tocan la música de su entorno,adoptan los instrumentos musicales y elestilo de interpretación característicos dela región en cuestión, de esta manera en elsiglo XIX también hicieron suyos cada vezmás elementos de la música culta occiden-tal y los fusionaron con la música bailablehúngara de épocas anteriores. La forma

característica de tocar de los gitanos, capri-chosa e influyente en los sentimientos,puede hacer “música gitana” de práctica-mente cualquier melodía.

Los músicos gitanos virtuosos -entreellos, por ejemplo el famoso primer violínJános Bihari (1764-1827)- conquistarongran fama dentro del país, y luego, a partirde los años 1830, también en el extranjero,gracias al apoyo de patrocinadores hún-garos. En la primera mitad del siglo, casitodos los compositores húngaros y losextranjeros que ejercían su actividad enHungría – János Lavotta (1764-1820), AntalCsermák (1774-1822), Márk Rózsavölgyi(1789-1848), Ignác Ruzitska (1777-1833),Joseph Bengráf (1745? -1791) y FerdinandKauer (1751-1831) compusieron su propioVerbung, Danza Húngara o CanciónHúngara. Los elementos del estilo ver-bunkos se introdujeron en la música vocal,

6 HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA

Presentación de la opereta “La Reina de las Csardas” en el Teatro Géza Gárdonyi de Eger

Ferenc Lehár

Imre Kálmán con su familia

Page 7: Historia de la música húngara

y la rítmica y ornamentación, anterior-mente sólo características de la músicainstrumental, aparecieron también en lamúsica escénica, en la ópera y en la com-posición vocal artística, de esta manera,también en las piezas de Béni Egressy(1814-1851), Gusztáv Szénfy (1819-1875),Kálmán Simonffy (1832-1881) y otrosautores. Estos motivos también pasaron ajugar un papel importante en la reno-vación de la música de cámara y de la lite-ratura sinfónica. Esta música en elconocimiento público se apegóestrechamente a “la imagen de lo hún-garo”, lo que se demuestra con el hechode que en las obras de varios excelentescompositores extranjeros -Joseph Haydn,Ludwig van Beethoven (1770-1827),Wolfgang Amadeus Mozart, Carl Mariavon Weber (1786-1826), Hector Berlioz(1803-1869) y Johannes Brahms (1833-1897)- el color “a la húngara”, que podríadecirse que se puso en moda en aquellaépoca, siempre se expresaba con la apli-cación de la entonación verbunkos. Entreestas piezas, la Marcha Rákóczi de Berliozes la que más se ha difundido.

El romanticismo húngaro, que tam-bién en la poesía sentía como nacional lapoesía popular ennoblecida, celebraba enel verbunkos, elevado al rango de músicaculta, el surgimiento de la nueva músicanacional. Además del verbunkos, natural-mente también se arraigó en las ciudadeshúngaras la música culta europea de cali-dad. En cada vez más sitios se creabaninstituciones musicales y las actuacionesde afamados intérpretes atraían un públicosiempre más numeroso. A lo largo delsiglo XIX en muchas partes se propagó laejecución doméstica de piezas musicales,se fundaban escuelas de música munici-pales, se inició la edición de partituras y lafabricación de instrumentos, se publicaron

revistas de música y la vida de conciertosentró en efervescencia. En Pozsony (hoy:Bratislava), Sopron, Pest, Kolozsvár (Cluj),y luego también en otras ciudades regular-mente se interpretaban óperas y losconciertos caseros de público reducido,característicos desde comienzos del siglo,fueron reemplazados por los conciertospúblicos en el sentido actual de la palabra,con entradas. La vida de conciertos cadavez más animada trajo consigo el desarro-llo del arte interpretativo y de la formaciónde músicos.

Tras varios intentos fracasados dereunir el verbunkos y la música culta euro-pea de alto nivel, un músico de granenvergadura, Ferenc Erkel (1810-1893)logró esta síntesis en la primera mitad delsiglo. En las obras de Erkel (LászlóHunyadi, Bánk bán) se pronunció por

HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA 7

En su concierto conjunto, organizado en Budapest en 1964,János Ferencsik y Yehudi Menuhin Dezsô Ránki y Zoltán Kocsis a los 18 años, en 1970

Una de las pianistas húngaras más rele-vantes fue Annie Fischer

György (Georges) Cziffra, en 1987 ofre-ció clases magistrales de piano en elpalacio Festetics de Keszthely

László Lajtha, compositor y musicólogomeditativo

Page 8: Historia de la música húngara

primera vez el idioma húngaro en el esce-nario de ópera, es más, lo hizo en unlenguaje musical comparable con el de lasóperas occidentales. No fue por casuali-dad que los críticos extranjeros de suépoca encontraban ligeramente italiano elestilo musical de la ópera titulada Bánkbán. Erkel debió el éxito de sus piezas -además de su actualidad política- al hechode haber empleado el lenguaje musicalhúngaro elaborado por él para la caracteri-zación de las escenas “húngaras” de lasóperas de una noche entera, y de haberlocombinado con un excelente sentido de ladramaturgia, con el estilo de las óperasfrancesas e italianas.

La nueva música culta húngara llegó asu máxima expresión en la obra de Ferenc(Franz) Liszt (1811-1886). En los años 1830-1840, Liszt dejó maravillada a toda Europapor sus capacidades de pianista virtuoso yde compositor. Al producirse la inun-dación de Pest, del año 1838, repentina-mente comprobó dónde estaban sus raíces,desde entonces también dio varios concier-tos en Hungría. A partir de ese momentoayudó al desarrollo de la vida musical hún-gara con su arte interpretativo, sus com-posiciones musicales, sus actuaciones en lavida pública e incluso con dinero. Ademásde ello, Liszt era un cosmopolita de amplioshorizontes, capaz de expresar sus sen-timientos patrióticos a un nivel digno de lasfiguras más destacadas de la historia uni-versal de la música. En sus obras creó unaunidad perfecta entre el romanticismoeuropeo del más alto nivel y la tradiciónmagiar. Así, a través de las piezas de Liszt,pasó a formar parte de la literatura musicaluniversal el legado musical húngaro delsiglo XIX. En esta época, además de Liszt, elcompositor más prestigioso de Hungría era

Károly Goldmark (1830-1915), quien fun-damentó su renombre internacional princi-palmente con sus óperas.

En la segunda mitad del siglo XIX, gra-cias a su desarrollada vida musical,Budapest se convirtió en un centro delmismo rango de las grandes metrópoliseuropeas. Su teatro de ópera, sus orques-tas y salas de conciertos, así como losafamados directores que trabajaron aquí -entre ellos Artur Nikisch (1855-1922) yGustav Mahler (1860-1911)- elevaron a lacapital húngara a la vanguardia del conti-nente. La Academia de Música deBudapest formó a artistas ejecutantes derenombre mundial, surgieron la críticamusical y la musicología.

En las últimas décadas del siglo XIX -cuando, de manera similar a los paísesoccidentales más desarrollados ya

8 HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA

Sir George Solti se sentía orgulloso de su origen húngaro.

La cantante Márta Sebestyén es unaintérprete auténtica de canciones deTransilvania

Dueto de Plácido Domingo y AndreaRost en su concierto de Budapest

La Orquesta Gitana de Cien Miembrosconserva y enriquece las tradiciones

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teníamos que contar con la desapariciónde la música folklórica- en una última granllamarada de la cultura popular surgió lacanción popular húngara de nuevo estilo.Las grandes migraciones populares queacompañaban las faenas agrícolas tempo-rales (la migración de los temporeros) y elservicio militar obligatorio, prestado enparajes lejanos del suelo natal, con-tribuyeron por igual a la difusión de lasnuevas canciones populares. El nuevo

estilo de la música popular no significabala degradación o el olvido de los estilosantiguos. El célebre etnógrafo Béla Vikár(1859-1945), en sus viajes realizados paracoleccionar material, en algunas aldeasencontró nuestra cultura de música popu-lar en pleno auge y con gran diversidad.

A comienzos del siglo XX el arte inter-pretativo húngaro alcanzó reconocimientoa nivel internacional, y también dentro delpaís educó a un público entendido y culto.El “vaivén” de los músicos nacionales yextranjeros contribuyó al fortalecimientode una cultura de interpretación que trans-mitía valores tradicionales, no obstantetambién se mantuvo abierta ante las corri-entes musicales modernas.

A fines del siglo XIX y comienzos delXX, en Hungría cobró gran popularidad elgénero de la opereta. Tras las operetasvienesas, cantadas y bailadas -obras deFranz Suppé (1819-1895) y Johann Straussel joven (1825-1899)- surgidas siguiendo elmodelo de la gran opereta francesa, amena,divertida, pero al mismo tiempo algo senti-mental, al poco tiempo aparecieron exce-lentes piezas húngaras. Sus autores -FerencLehár (1870-1948), Imre Kálmán (1882-1953) y Jenô Huszka (1875-1960)- prontoalcanzaron fama mundial y su popularidadse mantiene prácticamente inalterada hastanuestros días.

A pesar de lo multifascético de la vidamusical, en los años 1920 Zoltán Kodály(1882-1967) criticó que nuestra culturamusical se construyera desde arriba: “tene-mos un buen teatro de la ópera,disponemos de excelentes intérpretes,pero faltan los buenos profesores decanto en las escuelas, y la provincia estáabandonada”. Kodály hizo mucho pararemediar los males de la vida pública

musical. A fines de los años 1890, a raízde las colecciones de canciones popu-lares de Béla Vikár comenzó a dedicarsea la verdadera música popular húngara,históricamente auténtica. De 1905 a 1914recorrió la región de Felvidék yTransilvania, y las canciones popularesque trajo consigo de esos viajes cam-biaron su cosmovisión musical y huma-nista. Consideró como su misión recopi-lar y estudiar científicamente el patrimo-nio de las canciones populares húngaras,para luego incorporarlo a la cultura coti-diana por medio de la escuela.

Como compositor, Kodály combinó latradición romántica tardía con el mundode las canciones populares húngaras.Después de 1920 trabajó fundamental-mente como compositor vocal. Compusogran cantidad de obras corales, además deéstas completan la obra de su vida dos ora-torios (Psalmus Hungaricus, Budavári TeDeum), dos suites para teatro (János Háry,Székelyfonó) y numerosas canciones parasolista. El nombre de Kodály llegó a serconocido en el mundo entero, debido,además de sus composiciones, también al“método Kodály” ligado a su persona. Ensus ensayos sobre temas pedagógicosexpresó en innumerables ocasiones que lamúsica -la música popular que transmitelas tradiciones nacionales propias y lamúsica culta de alto nivel- juega un papelextraordinariamente importante en la for-mación de la personalidad, en la vida y elsistema de valores de la persona equilibra-da, valiosa y culta. Por esta razón sededicó incansablemente a la cuestión de laeducación musical de los niños y de lajuventud, y puso al servicio de ello susobras musicales compuestas con objetivospedagógicos.

HISTORIA DE LA MÚSICA HÚNGARA 9

En 1983 se estrenó la ópera rock de Levente Szörényi y JánosBródy, titulada Esteban, el rey

Károly Binder, uno de los artistas más originales de la músi-ca jazz de Hungría

La ópera rock Attila, de Levente Szörényi,fue estrenada en 1993

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Béla Bartók (1881-1945) alcanzó la sín-tesis mundial de la música moderna y latradición de la música popular húngara.Bartók es uno de los creadores más impor-tantes de la historia de la música, la obra desu vida forma parte importante de la lite-ratura musical del mundo entero. En sujuventud llamó la atención como excelentepianista y prometedor compositor. Desde1905 también centró su interés en la músicapopular, realizó viajes de recopilación aTransilvania, al Transdanubio, pero tam-bién desarrolló investigaciones respecto ala música folklórica de los pueblos vecinos.Como pianista de fama mundial, dioconciertos en Hungría, en casi todos lospaíses de Europa e incluso en EstadosUnidos. Era un genio de una increíblecapacidad de trabajo. Dedicaba, de manerasistemática, al menos 8-10 horas semanalesa anotaciones de música popular, fre-cuentemente daba conciertos, y entre tantocomponía obras de suma importancia.

La música de Bartók es “creación mo-derna”. Sobrepasó el mundo de las tonali-dades de los siglos pasados, y al igual quesus contemporáneos de EuropaOccidental, liberó los doce tonos del sis-tema tonal, buscando nuevos principiosde regulación en la música. Basándose enel estudio de la música folklórica húngara,los motivos básicos y las fórmulas rítmicasde los cantos populares ayudaron a Bartóka dar con la solución. Entre sus obrasmundialmente conocidas se destacan trespiezas escénicas (La ópera El castillo delpríncipe Barba Azul, el ballet titulado Elpríncipe de madera y la pantomima Elmandarín maravilloso), así como sus ciclospara orquesta, sus seis cuartetos de cuer-das, la Cantata profana, sus tres conciertospara piano, el Concierto para violín, laMúsica para instrumentos de cuerdas,baquetas y celesta, la serie de piezas parapiano titulada Microcosmos, elDivertimento para orquesta de cuerdas yel Concerto para gran orquesta.

Era contemporáneo de Bartók yKodály, y su compañero de lucha en el tra-bajo encaminado a la renovación de lamúsica húngara, Ernô Dohnányi (1877-1960), quien después de una exitosa ca-rrera de pianista, recorrida en su juventud,hizo mucho, ya como dirigente de las prin-cipales instituciones musicales deBudapest -la Academia de Música, laSociedad Filarmónica- por la difusión de lamúsica contemporánea, principalmentede las obras de Kodály y Bartók.

Sobre el estilo de composición de LeóWeiner (1885-1960) ejercieron influenciatanto los maestros románticos como lamúsica folklórica húngara. Fue una desta-cada personalidad de la enseñanza hún-gara de música de cámara, numerosos

artistas instrumentales de fama mundial loconsideran su maestro.

Kodály y Bartók ejercieron una influ-encia determinante sobre toda la músicahúngara del siglo XX. El carácter de la vidamusical y la obra de la generación de com-positores más jóvenes se han vistodefinidos por la actividad de ellos dos.

Después de la segunda guerra mundi-al, la ideología oficial cuidó que en el ré-gimen socialista se apreciara la músicaculta, pero había que aceptar la ori-entación del Estado (prácticamentehablando: del partido comunista). ElEstado apoyaba económicamente lainvestigación de la música folklórica y lamusicología. No obstante, el precio deese miramiento se debía pagar tomandoen consideración a la dictadura, tanto

desde el punto de vista personal comoprofesional. Los compositores estabanaislados de las corrientes de la músicamoderna, y la política cultural oficialquería ver y escuchar, en lugar de las ten-dencias progresistas, una composiciónconservadora, populista, “comprensiblepara el gran público”.

Algunos compositores importantesemigraron de la opresión al extranjero enlos años 1950, como por ejemplo SándorVeress (1907- 1992), o más tarde GyörgyLigeti (1923- ). Otros -entre ellos LászlóLajtha (1892-1963), de orientación francófi-la- optaron por la emigración interna. Enlas composiciones de Pál Járdányi (1920-

1966), fallecido a una temprana edad,podemos descubrir las huellas del autor ensu obra de música folklórica, mientras queotros, como por ejemplo György Kósa(1897-1984), conformaron con éxito suestilo individual, pero fácilmente accesible.

El cuidado estatal, así como lademanda de una música accesible y com-prensible para todos, influyó no sólo enla composición sino también en la vidade conciertos y en la pedagogía musical.La política cultural oficial apoyaba que laejecución aficionada de obras musicalesse incorporara en la vida de conciertos, yesta aspiración coincidía con el cumpli-miento del lema proclamado por Kodály:“¡Dejad que la música sea de todos!”. Enla educación musical se hizo hincapié enenseñar canciones populares, adapta-

ciones de cantos populares y piezascorales sencillas, de estilo popular. Elmovimiento coral que se desarrolló sig-nificaba para sectores realmente ampliosde la población la posibilidad de encon-trarse con la música.

A partir de los años 1960 se atenuó ladirección estatal y comenzó a haber posi-bilidades para mantener relaciones con lavida musical moderna del extranjero.Surgieron en Hungría seguidores, primerode la técnica “dodecafónica”, luego de la“serial”, de la aleatoria, y más tarde de lamúsica mínima.

En la obra de maestros que crearonescuela, como Ferenc Farkas (1905- ) y

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El maestro fabricante de instrumentosmusicales Tibor Semmelweis, enseña asu discípulo las destrezas de la reno-vación de un violoncelo

l cuadro Muchacha tocando el violonce-lo (1928), de Róbert Berény, es una delas obras más conocidas de la pinturahúngara del siglo XX

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Endre Szervánszky (1911-1977), ademásde la influencia de Bartók también semanifestó la influencia de la dodecafonía.Bajo esta doble influencia comenzó sucarrera profesional György Kurtág (1926- ),quien hoy por hoy es quizá el compositorhúngaro más conocido en el extranjero.Los dos discípulos de Kodály, RudolfMaros (1917-1982) y András Szôllôsy(1921- ) son compositores excelentes,con el estilo más individual de su gene-ración. Los autores húngaros más prolífi-cos del género de la ópera -y general-mente de la música vocal- son EmilPetrovics (1930- ) y Sándor Szokolay(1931- ), quienes junto con SándorBalassa (1935- ), Attila Bozay (1939-1999)y Zsolt Durkó (1934-1997) han hechomucho por la creación de una lengua

materna musical contemporánea, propia-mente húngara. János Decsényi (1927- ),József Sári (1935- ) y József Soproni(1930- ) crean una obra coherente, basa-da sobre el conocimiento sólido de laprofesión.

Los integrantes del Új Zenei Stúdió(Estudio de Música Nueva) creado en 1970– Zoltán Jeney (1943- ), László Sáry (1940-), László Vidovszky (1944- ), BarnabásDukay (1950- ), Zsolt Serei (1954- ) y otros-iniciaron una nueva corriente en la com-posición húngara, siguiendo ejemplosextranjeros antes desconocidos en la vidamusical húngara- Erik Satie (1866-1925) yJohn Cage (1912-1992). Los integrantes delÚj Zenei Stúdió, artistas intérpretes activos,prestaron especial atención a la creación

del trasfondo de intérpretes de la músicacontemporánea y a la educación de unpúblico conocedor. A partir de los años1970 constituyó una gran oportunidad parala juventud aficionada a la música moder-na, la posibilidad de participar en festivalesde música contemporánea en el extranjero(Otoño de Varsovia, Darmstadt, etc.).

Los miembros de una agrupación decompositores más reciente, surgida enlos años 1980 -György Orbán (1947- ),János Vajda (1949- ), György Selmeczi(1952- ) y Miklós Csemiczky (1954- )-evocan los estilos y géneros de épocasanteriores en sus piezas de tono nostálgi-co, más fácilmente accesible para elpúblico en general.

De manera similar que la música cultamoderna, en la vida de conciertos y en la

enseñanza húngara también el jazz ocupóel lugar que le correspondía tan sólo en losdecenios recientes. A pesar de que desdecomienzos del siglo trabajaban en el paísun buen número de músicos y conjuntosde jazz, únicamente podemos hablar deuna vida jazz organizada, de conciertosapoyados por el sistema institucional de lamúsica, de vida de clubes, de edición regu-lar de discos y de la formación de músicosde jazz a partir de los años 1970. El arte deljazz húngaro en las últimas dos décadas haconquistado gran fama dentro y fuera delpaís. Se presentaron solistas (Balázs Berkes,Károly Binder, László Dés, Csaba Deseô,Antal Lakatos, Aladár Pege, GyörgySzabados, Béla Szakcsi Lakatos, RudolfTomsits, György Vukán) y conjuntos

(Benkó Dixieland Band, conjunto Kôszegi,Super Trió) internacionalmente conocidosen festivales, en conciertos y en discos.

El ambiente de distensión que carac-terizó la política interior en los años 1970,también brindó una posibilidad favorablepara que se iniciara el movimiento de lossalones de danzas en Hungría. Los dosdirigentes del conjunto Sebô, Ferenc Sebô(1947- ) y Béla Halmos (1946- ) basaronsu salón de danzas en la labor de recopi-lación de música folklórica realizada en laspequeñas aldeas aisladas de la culturamoderna -situadas sobre todo en el territo-rio de Transilvania- y en la música instru-mental tradicional aprendida de los músi-cos de los pueblos. La reanimación de lamúsica folklórica y de las danzas popu-lares húngaras se hizo sumamente popular

en primer lugar entre los jóvenes de lasciudades, y gracias a ello aparecieron y tri-unfaron dentro y fuera del país numerososconjuntos que tocaban música popularauténtica (Kolinda, Mákvirág, Muzsikás,Téka, Vízöntô, Vujicsics) y cantantes decanciones populares (Ilona Budai, LauraFaragó, Éva Ferencz, Irén Lovász, MártaSebestyén, Katalin Szvorák).

El avance técnico de finales del sigloXX -la difusión de portadores de sonidode calidad cada vez mejor- relegó (está rele-gando) a segundo plano la interpretaciónactiva de la música, al mismo tiempo quecreó la posibilidad de cultivar música elec-trónica.

Nuestra vida musical, saturada de políti-ca, atravesó cambios sustanciales durante el

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Miklós Ybl fue el arquitecto de la Ópera de Budapest, construida en 1887, es escenario, además de excelentes espectáculos deópera, también de magníficos bailes

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cambio de sistema político del año 1989. Elviento precursor de los nuevos tiempos yase hacía sentir muchos años atrás en el te-rreno de la música ligera: la música rock yaen los años 1960 era uno de los símbolos dela resistencia política. El estilo de músicaligera occidental hasta entonces estricta-mente prohibido, por tanto casi totalmentedesconocido, se enriqueció con un colori-do y un con-tenido propia-mente húngaros,gracias a los con-juntos (Illés,O m e g a ,Lokomotiv GT.,Fonográf) y can-tantes solistas(Klári Katona,Zsuzsa Koncz,Kati Kovács,Sarolta Zalatnay,Péter Máté) quese presentaronen los festivalesde música pop yen loscertámenes “Kimit tud?” (¿Quiénsabe qué?).Desde mediadosde los años 1980la música rockvolvió a estar demoda, esta vezen forma drama-tizada. Las óperasrock y oratoriosque surgieronuno tras otro (de forma parecida a lasóperas nacionales del siglo XIX) no nece-sariamente deben su éxito a sus méritosmusicales, sino en primer lugar a su temáti-ca histórica, religiosa y popular (LeventeSzörényi – János Bródy: Kelemen, elalbañil, Esteban, el rey, Anna Fehér, Lászlóy Édua, El excomulgado; Levente Szörényi– Sándor Lezsák: Attila; László Tolcsvay –Péter Müller: El evangelio de María).

En la música culta, a pesar de la mayorlibertad en comparación con la situaciónanterior, prevalece el sobrepeso de lapolítica, al igual que en los demás ramosdel arte o en la literatura. También entre losactores de la vida musical se libra unabatalla por el público y por los medios decomunicación. La transición a la economíade mercado conllevó a la transformación

del sistema institucional: después de 1990se eliminó la situación monopólica delEstado en los terrenos de la organizaciónde conciertos, de la publicación musical yde discos, así como respecto al manteni-miento de conjuntos artísticos. A raíz de lareducción considerable de la subvenciónestatal, se convirtió en una tarea primordialde toda institución musical la de obtenerlas condiciones materiales necesarias para

su funcionamiento, y de esta manera seincrementó el papel de los patrocinadoresy mecenas. Sin duda alguna, las dificul-tades enumeradas no caracterizan exclusi-vamente la vida musical húngara, sino queson fenómenos universales.

A pesar de los problemas de lasdécadas recientes, podemos sentirnosorgullosos de que Hungría sea considera-

da en el extran-jero la patria dela música y deque numerososexcelentes com-positores yautores hún-garos de músicade películas(Miklós Rózsa1907- 1995), asícomo los repre-s e n t a n t e smundialmentereconocidos delarte interpretati-vo musical hún-garo -los direc-tores de orquestaAntal Doráti(1906-1988) yGyörgy Solti(1912-1997), elviolinista y direc-tor Sándor Végh(1912-1997), elviolinista LorándFenyves (1918- ),el director deorquesta y com-

positor Péter Eötvös (1944- ), los pianistasGyörgy Cziffra (1921-1994), Zoltán Kocsis(1952- ), Dezsô Ránki (1951- ) y AndrásSchiff (1953- ), el violoncelista MiklósPerényi (1948- ) y los cantantes de óperaÉva Marton (1943- ), Szilvia Sass (1951- ),László Polgár (1947- ) y Andrea Rost (1962- )- den testimonio del alto nivel de calidadde la cultura musical húngara.

Ágnes Dobszay

La página web del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Hungría es: http://www.mfa.gov.hu

Las fotografías de la exposición fueron seleccionadas y ordenadas por Endre Szalipszki • Imprenta INNOVA-PRINT. S. Ltd.

Números de la serie "Informacionessobre Hungría", publicados desde 1996(pueden verse en internet):

– Medidas estatales en pro de la inte-gración social de los gitanos deHungría

– Minorías nacionales y étnicas enHungria

– Historia de Hungría– Iglesias históricas en Hungría– Las Fuerzas Armadas Húngaras– La política exterior de la Hungría

miembro de la OTAN

– En el umbral del nuevo milenio– Las relaciones entre Hungría y la

Unión Europea– Hungría y el Consejo Europeo– Nuestro trayecto desde el Oriente

hasta el actual territorio patrio– El surgimiento y los resultados del

orientalismo húngaro– Hungría y la OTAN en el camino

hacia la integración– La revolución húngara de 1956– La contribución de los húngaros a

la cultura universal– La enseñanza en Hungría

– El país y sus habitantes– Las fiestas nacionales de la

República de Hungría– Símbolos nacionales de la

República de Hungría– Mil años de la cultura húngara – Victorias húngaras en los Juegos

Olímpicos– La República de Hungría– Minorías nacionales y étnicas en

Hungría– Laureados con el premio Nobel

de origen húngaro

El fresco titulado La fontana de las artes, de Aladár Kôrösfôi Kriesch, adorna el edificiode la Academia de Música