Historia de la Salvación

Dios ha hecho todas las cosas porque nos ama y quiere compartir

con nosotros su bondad y su belleza.

Todo lo que existe, lo que vemos y lo que no vemos, lo ha hecho

Dios, y es su obra, la Creación. Crear es hacer algo de la nada; por

esto llama a Dios, Creador, porque hizo de la nada al cielo y la

tierra y todo lo que hay allí. El hombre no puede crear porque

siempre necesita de cosas existentes.

Dios cuida del mundo y de todas las cosas que ha creado, las

conserva y las gobierna con su infinita bondad y sabiduría.

REVELACIÓN DIVINA

El hombre puede conocer a Dios mediante su razón natural. Observando el orden del

Universo y el nacimiento y desarrollo de la vida ha intuido que existe un Ser Superior, autor del

mundo y sus maravillas. Pero Dios ha querido darnos un conocimiento más claro de Él, por lo que

se nos da a conocer por medio de la Revelación divina o sobrenatural. Que es cuando se manifiesta

a los hombres por medio de hechos y palabras.

Dios no ha querido revelarse a los hombres de una sola vez, sino que lo ha hecho a lo largo

de miles de años de forma progresiva.

Algunos momentos claves de la Revelación de Dios:

1) En los comienzos de la humanidad, Dios prometió a nuestros padres, Adán y Eva,

después del primer pecado, que les enviaría un Salvador.

2) Después del diluvio universal, Dios se manifestó a Noé e hizo con él una alianza.

3) Pasado muchos siglos, Dios reveló a Abraham y le hizo una gran promesa: de su

descendencia formaría el pueblo de Israel del cual nacería el Salvador. Abraham creyó

firmemente en la promesa de Dios: “En ti serán benditas todas las naciones de la tierra”

(Gn12,3)

4) Muchos años después, Dios se manifestó a Moisés, quien liberó al pueblo de Dios de la

esclavitud de Egipto. Le dio los Diez Mandamientos y ratificó su Alianza.

5) Los profetas del pueblo de Israel, inspirados por Dios, anunciaron muchas veces al Mesías

Salvador.

6) La Revelación plena de Dios a los hombres vino al mundo por medio de

Jesucristo. El Hijo de Dios encarnado y venido al mundo para redimirnos del pecado y

comunicar a los hombres los designios de Dios para nuestra salvación.

PRIMERA ETAPA: Los Patriarcas

La historia de los patriarcas comienza con la elección de Abraham. Dios le habló diciendo:

“Vete de tu tierra y de tu patria y de cada de tu padre a la tierra que yo te mostraré; haré de ti un

gran pueblo, te bendeciré y haré grande tu nombre (…) Por ti serán benditas todas las naciones

de la tierra” (Gn 12, 1-3)

Abraham obedeció y se trasladó con su familia y sus rebaños hasta las tierras de Canaán. Una

vez allí, Dios le hizo una triple promesa:

a) Tendrá una gran descendencia, a pesar de que Sara, su esposa, sea ya muy mayor y no haya

podido tener hijos.

b) En su descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra (promesa del Mesías)

c) Poseerá la tierra de Canaán.

Abraham creyó firmemente las promesas de Dios, a pesar de ser tan contrarias a lo que sus

ojos podían ver.