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H. HOETINK

El P uebloD0111i 11 icano:1850-1900

APUNTES PARASU SOCIOlOGIAHISTORICA

.. ...--- .. -- -I

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e on la publicación de El PuebloDominicano 1850-1900, del conocidoantropólogo social holandés doctor HarryHoetink, la Universidad Católica Madre yMaestra siente una profunda satisfacción aldar a conocer a los dominicanos el estudiomás completo que se haya realizado dentro ofuera del país sobre la vida y las institucionessociales dominicanas en la segunda mitad delsiglo pasado.

Durante más de seis años, el doctorHoetink ha venido trabajandocuidadosamente con los materiales obterridosen los archivos y bibliotecas dominicanos ylos ha publicado paulatinamente enCaribbean Studies, revista del Instituto deEstudios del Caribe de la Universidad dePuerto Rico. El impacto 'ejercido por esosartículos sobre antropólogos, sociólogos,historiadores y políticos que los leyeron,exigió la publicación de los mismos en unvolumen que diera a conocer .entre losestudiosos de nuestro país este penetranteanálisis sobre la evolución de lasinstituciones agrarias, familiares, económicasy políticas, además de los medios decomunicación y de los patrones culturales deuna sociedad tradicional expuesta durantevarios años al contacto con otras sociedadesmás avanzadas.

En este libro, pues, se destacanclaramente las raíces del cambio que sufre lasociedad dominicana en nuestros días y,sobre todo, se muestra con objetividadcientífica la verdadera complejidad social delPueblo Dominicano durante su primer mediosiglo de vida independiente, una complejidadcuyo descubrimiento por nuestrosintelectuales va a significar un enorme pasode avance en la aplicación de los modernosmétodos de las Ciencias Sociales al estudiode nuestra más íntima realidad nacional.

La Universidad Católica Madre y Maestraconsidera este estudio un verdadero modelopara la investigación científica de nuestrasociedad y, como tal, no vacila en ponerlo ala disposición de todos los dominicanosinteresados en nuestro pasado más recientecomo un medio de comprender mejor estepresente en que hoy nos debatimos.

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A

mi suegro

y su nieto

Ya ves, Compadre Mon, esta es la tierra

que despertaste. Todavia pierdo

más lo que vivo que lo que recuerdo.

(Manuel del Cabral, Compadre Mon)

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EL PUEBLO DOMINICANO:1850-1900

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ESTE LIBRO HA SIDO PUBLICADO PORLA UNIVERSIDAD CATOLlCA MADRE yMAESTRA EN COLABORACION CON ELINSTITUTO DE ESTUDIOS DEL CARIBEDE LA UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO

TODOS LOS DERECHOS QUEDANRESERVADOS POR EL AUTOR

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H. HOETINK

El PuebloDomiuk.ano:

1850-1900Apuntes para su

Soc iolog' Íl\ H i st.ór ica

Traducción del manuscrito holandés

por Ligia Espinal de Hoetink.

ucmm

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COLECCJON "ESTUDIOS"Director Héctor Incháustegui Cabral

Lniversidad Católica Madre y MaestraSantiago, República Dominicana, agosto del 1971

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PREFACIO

En el año 1963, cuando inicié las investigaciones quecondujeron al presente estudio, la UNESCO publicó unaobra sobre los aspectos sociales del desarrollo económico enAmérica Latina. En ella fue publicada una lista, preparadapor expertos, de investigaciones urgentemente necesarias;en esta lista se dio prioridad a los 'estudios históricos a nivelnacional del desarrollo político, social y económico de lospaíses latinoamericanos, que se presten para comparación ysíntesis'. *

Comencé mis investigaciones con la intención dedescribir sólamente la dictadura criolla de Ulises Heureauxen sus aspectos sociológicos. Pero pronto cambié este plan:los primeros sesenta años en la historia de la RepúblicaDominicana presentan tantos cambios interesantes en todoslos sectores sociales, que decidí tratar de señalar la relaciónentre los múltiples cambios por medio de una descripciónintegral de la realidad social. Comenzando con unaexposición de los cambios en la estructura agraria y lademográfica, compilé por vía de la organización económica,política y educacional suficiente material para poder hacerun análisis provisorio de la estratificación social.completando el trabajo con una descripción de la'super-estructura' cultural y de la vida familiar. Sólo faltaun análisis formal de la política exterior del país, aunquevarias facetas de ella son mencionadas en otro contexto.

"t» Vries, E .Y Medina Ecbevarria, }. (eds.), Social aspects ofeconomic development in Latín America, 1, Paris, UNESCÓ,1963,395.

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El surgimiento del ingenio azucarero moderno queocurre en este período. y los cambios que esto conllevó-como en el campo interno, el traslado del centro degravitación económica del país al Sur, y en el campoexterno, el cambio de la dependencia económica de Europaa los Estados Unidos-. aparecen inevitablemente como unl.eitmoti». en todos los capítulos. Sería, sin embargo,demostrar un determinismo irresponsable, vincular demanera causal todos los cambios descritos en la estructuracultural y social con esta transformación económica. Dehecho, al preguntarse el por qué del momento y de la formadel surgimiento de la gran industria azucarera, no podrádarse tampoco una respuesta de tipo exclusivamenteeconómico.

Mi primera intención fue de acompañar la descripciónde los cambios sociales. con un análisis teórico, en queestudiaría detalladamente las rejaciones arriba indicadas.en tre los cambios económicos y socio-culturales. En unanálisis de este tipo. podría también prestarse atención a lacomparación de muchos aspectos de la evolucióndominicana con los de otros países latinoamericanos. En elperíodo descrito. la República Dominicana y Haití eran losúnicos estados soberanos del archipiélago Caribe. de modoque en el estudio de sus problemas, especialmente el militar.el político y el económico. habría que hacer comparacionescon los países independien tes del con tinen te suramericano

más que con Cuba o Puerto Rico . No cabe duda de queuna comparación así. aplicada por ejemplo al terreno de losempréstitos gubernamentales con los intereses de losacreedores locales opuestos a los de los financierosextranjeros . o aplicada a las complicaciones monetarias. oa la organización militar y política. podrían resultar ennumerosos paralelos ilustrativos. Podría también resultar desemejante comparación que determinados aspectos deldesarrollo tecnológico e incluso cultural e ideológicoaparecieron al! tos en la República Dominicana que enalgunas sociedades continentales menos fácilmenteacequibles. Podría decirse tal vez. que las mismas ventajasde posición geográfica que determinaron la importancia delpaís en el período de la Conquista. no se habían convertidoen desventajas en períodos más recientes. Por otra parte.ciertos aspectos. como la estructura agraria o el problema

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de las relaciones raciales en el período bajo investigación, seprestan más para una comparación con los países del Caribede habla hispana, aunque también aquí la diferencia desistema político sigue siendo un factor que afecta la nitidezde la comparación.

Aunque espero publicar un análisis teórico ycomparativo como el arriba esbozado en una prontaoportunidad, me pareció correcto no tardar más en poner elmaterial recopilado a disposición de los que se interesan enlos aspectos sociológicos de la historia de la RepúblicaDominicana.

Digo los aspectos sociológicos, porque mi selección delmaterial a publicar no fue motivada por el interés en laspeculiaridades excepcionales de determinadas personas osituaciones. sino precisamente en aquellos aspectos que seprestan para comprender las estructuras y los procesosculturales o sociales. Y aunque esta obra, como ya expuseantes, no pretende ser en absoluto un análisis teórico. creosin embargo haber utilizado un número suficiente deconceptos sociológicos para hacer posible una posteriorcomparación. generalización y abstracción.

Gracias a la ayuda de Ligia Espinal de Hoetink quientambién tradujo el manuscrito holandés al castellano estelibro ha podido ser provisto de numerosas notas y de unabibliografía. Nos parecio útil, y correcto, llamar de estamanera la atención del lector a las fuentes y libros. quegracias al esfuerzo de sus depositarios o autores hancontribuído a la terminación de este estudio. De losprimeros quisiera mencionar aquí al Lic. Vetilia AlfauDuran. y al DI. J.J. Juliá del Archivo General de la Nación,que me ayudaron en mi trabajo de archivo con servicialcompetencia. Entre los autores quisiera nombrar al Lic.Emilio Rodríguez Dcmorizi, cuya excepcional labor derecopilación ha hecho fácilmente acequible tantoimportante material histórico; además me mostró siempre lamayor complacencia. Estoy también muy agradecido por elinterés y el estímulo de parte de jóvenes colegas y amigoscomo Mario Bonetti, Franklin J. Franco y Frank MarinoHernández R. Finalmente me complace expresar aquí miagradecimiento al Instituto de Estudios del Caribe de laUniversidad de Puerto Rico, y a su entonces directorDI. Thomas G. Mathews, que hicieron posible mi investiga-

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ción de archivo en el 1963 y el 1964; los primeros seis ca­pítulos aparecieron, además, en la revis.ta "Caribbean S~u­dies' de este Instituto y estoy agradecido por el permisode reproducirlos, con ligeras alteraciones, aquí.

Espero que este libro sea útil en tres aspectos. Enprimer lugar, que sirva como base y punto de partida deinvestigaciones sociológicas que se ocupen de la realidadactual: porque no es posible hacer un estudiocontemporáneo responsable, sin tomar en cuenta la realidadsocial y cultural del pasado reciente. En segundo lugarespero que despierte el interés por la sociología histórica.En tercer lugar espero que este estudio sirva de contrapeso aalgunas publicaciones recientes, tanto de extranjeros comode dominicanos, que causan la impresión de que la historiade la República Dominicana sería "indigna", o quecompararía desfavorablemente en muchos aspectos, con lahistoria de otros países latinoamericanos, o incluso que elpaís hubiera adolecido siempre de singular pobreza cultural.Me parece, por el contrario, que la época estudiada secaracteriza por un notable número de figuras y de logros deconsiderable nivel político o cultural, que resaltan aún más,al tomarse en cuenta la escasa población y las circunstancias.a menudo turbulentas.

~s de esperarse que la prometedora joven generación deprach.cantes de las ciencias históricas y sociales. siganestudlando:la fascinante realidad presente y pasada de sup.a IS con alu neo. sin patriotismo exagerado, pero sobre todoSIl1 ~lenosprecio inju~t.ificado. De este modo su labor podráservir en la elaboración de 'modelos' sociológicos para elfutu~o. q~e necesariamente tendrán que tomar enconsideración el patrimonio cultural y estructural del pueblodominicano.

H. Hoetink.

Santo Domingo Amsterdam San Juan1963-) ',1m

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I. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA AGRARIA

1. lnt roslurcion: /-11 situucion aurarut hasta 111;-:;

En l R44, al terminar la ocupacion haitiana, en laRepública Dominicana se pod ía clasificar la propiedad deterrenos de la manera siguiente:

"a) Terrenos que habían pertenecido a los gobiernosanteriores a la proclamación de la Independencia; b) lasextensas áreas de tierras en las cuales se hablan fundadolos hatos; e) tierras en las que se habían fomentado losingenios y las estancias, y otras porciones de pequeñas áreasocupadas por particulares. En los primeros se elaboraba elazúcar de producción colonial y constituían uno delos más importan tes renglones de la economía de laColonia. Sin embargo, éstos no debieron comprendergrandes extensiones, por cuanto si algunos de ellos fueronconsiderados de alguna importancia, en cuanto a suproducción, ésta debió ser relativamente limitada; d) lastierras a cargo de las comunidades o instituciones religiosasque al correr de los tiempos y después de proclamada laIndependencia de la República fueron consideradas comobienes del dominio del Estado( 1). Empero... la IglesiaCatólica siguió teniendo la administración de algunos de sus

1 Con esto se confirmó una medida del gobierno haitiano. Sinembargo. después de 1844 se le permitió a la Iglesia adquirir nuevaspropiedades (H.)

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bienes, aun cuando carecía de la personalidad jurídica quemás tarde le fue reconocida; e) las que formaban los ejidosy las cuales fueron asignadas por el Gobierno colonial a loscabildos municipales de algunas poblaciones con motivo desus fundaciones y que más tarde las siguieron poseyendo losAyuntamientos, considerados como bienes comunales, y f)las gravadas con títulos, censos, tributos, capellanías,vinculaciones, ctc., y las cuales fueron extinguidas mediantela Ley dictada por la Cámara del Tribunado de la Repúblicael día 30 de mayo de 1845"(2)

De los terrenos que eran propiedad privada, los másimportantes eran los hatos, tanto durante la época colonialcomo durante los decenios subsiguientes: la cría de ganadose convirtió, al decaer la minería al principio de la épocacolonial, en el medio de vida más importante. En el cursodel siglo XVII aumentó el número de criadores de ganado.Esto se debió a que los habitantes de los puertos norteñosPuerto Plata, Monte Cristi, Bayajá y La Yaguana, cuyasciudades habían sido destruídas por Ordenanza Real de1607 por dedicarse al comercio ilegal con extranjeros,fundaron nuevas poblaciones, entre ellas Monte Plata yBayaguana, en las praderas del este de la isla.

En el siglo XVIII, la ganadería tomó gran impulsocuando la parte francesa de la isla, que entonces se hallabaen el apogeo de su desarrollo económico, le adjudicó a suvecino oriental el papel de suministrador de carnes. La partecostera del sur, sobre todo el área alrededor de Azua, siguiódedicándose a la producción de azúcar basada en métodostradicionales, pero e! norte, el este y los valles de! oeste delpaís se dedicaron a la ganadería. Esta división se mantuvo/(T"0SSO modo en las tres décadas siguientes al 1844.

La ausencia casi total de medios de transporte ycarreteras obligó a la población rural a llevar una existenciacasi autárquica, que no dejaba lugar a la producción para unmercado nacional, ni mucho menos internacional, a menosque el área de producción estuviera muy cerca de lospuertos naturales, como en el caso del azúcar azuano, o amenos que el producto mismo se prestara al transporte

2 Alburquerque, Alcitnades; Títulos de los TerrenosComuneros de la República Dominicana, Impresora Dominicana.Ciudad Trujilto, D.N., 1961, 14, 15.

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irregular y rudo por los ríos. como era el caso de lasmaderas de la Linea Noroeste al sur de Monte Cristi yalrededor de Barahona(3). Finalmente. donde los productosagrícolas eran de suficiente valor y apropiados para e.transporte ligero, como el tabaco y el cacao, se podíaresolver el problema del transporte. aunque en formaprimitiva, con el uso de animales de carga. En cambio, elganado se transportaba a sí mismo.

Además de las ventajas de transporte y venta queconducían a la ganadería, también era de importancia elfactor limitan te de la extrema escasez de población, queobligaba a actividades agrícolas que exigían poco personal.

Así el hatero se convirtió. ya en los comienzos delperíodo colonial, en una figura clave en la sociedad agraria."En estas vastas porciones de tierras con suscorrespondientes limitaciones naturales. el dueño del hato,prominente por su posición económica en la región, erigía.en lo que denominaba el asiento, su fundo o casa solariega ydemás instalaciones donde albergaba su familia yservidumbre 'oO' corrales, trapiches para producción deazúcares y rnelao, así como sus conucos para el cultivo defrutos menores, los necesarios para la subsistencia de sufamilia y servidores. En el hato se crearon los elementoseconómicos primordiales y necesarios para la adquisicióndel dominio sobre la tierra ocupada. Esos elementos de lacrianza de ganado y los cultivos agrícolas, constituyeron lasvinculaciones materiales en la perspectiva jurídica delnacimiento de los nuevos derechos patrimoniales en laorganización institucional de la familia ..."(4)

Pues hay que tener en cuenta que para recibir elAmparo Real de la Corona Española. que reconocía losderechos de una persona a su tierra. había que llenar elrequisito de que hubiera construcciones en el terreno o deque éste estuviera cultivado o poblado de ganado. Esindudable que poblar el terreno de ganado era la maneramás fácil de obtener los derechos de posesión. que

3 Aunque también se cortaba la madera en pedazos que erantransportados ca/! mulos.

4 Alburquerque, op. cit., 17.

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generalmente se convertían en derechos de propiedad en elcurso de una larga ocupación.

La escasez poblacional y, por consiguiente, el pocovalor de la tierra, la ausencia de empleados calificados paramensurar las tierras y, finalmente, la dificultad de dividir unhato entre los herederos, de tal modo que cada unorecibiera su parte de los prados, bosques, arroyos, palmaresy conucos que, en conjunto, hacían posible la explotacióndel hato; todos estos factores son generalmentemencionados para explicar la institución de los terrenoscomuneross que existía, según indica Del Monte y Tejada,ya en el siglo XVll(5). En lugar de proceder a la división delhato, cada heredero recibía valores, llamados acciones opesos y también acciones de pesos, que fijaban la partecorrespondiente de la herencia sin partir y en que seutilizaba como unidad de valor una unidad monetaria (elpeso) y no una medida de superficie. Esta últimacircunstancia me hace sugerir, aunque con la mayor reserva,una ex plicación más del origen de los terrenoscomuneros: por cuanto existía la primogenitura, elheredero mayor recibía el hato sin dividir; pero como en laeconomía primitiva y autárquica del hato los mediospecuniarios eran generalmente insuficientes para pagar a losotros herederos su legítima porción, éstos recibían valoresexpresados en unidades monetarias.

De todos modos, es seguro que en el curso de lasgeneraciones la posesión de estas acciones no quedólimitada al círculo de descendientes del hatero original. lasacciones fueron negociadas entre personas ajenas de maneraque el terreno del hato original podía ser considerado comopropiedad de una asociación cooperativa sin directiva ninúmero conocido de miembros. Cooperativa, puesto que seconsideraba que los comuneros eran libres de apacentar sueanado en todo el hato y de labrar cualquier terreno sin~llltivar dentro del hato: la acción o el peso no daba

5 uet Monte y Tejada, Antonio. Historia de SantoDomingo, tomo IlI, 19; véase A Iburquerque, op. cit., 19; véaseademás sobre terrenos comuneros: Abad, J.R.. La RepúblicaDominicana, Reseña general geogrdfico-estadtstíca, Santo Domingo,1888; Ru iz Tejada, Lic. M.R .. Estudio sobre la propiedadinmobiliaria en la República Dominicana, Ciudad Trujillo, 1952.

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derecho a la posesión de ningún terreno concreto (6). Amediados del siglo XVIII ya había más de 50 hatos en eleste, cuyos terrenos se habían convertido en sitioscomuneros. En el sur los hatos de Peñón, Hato Viejo (en laComún Barahona) y Cristóbal (en la actual ComúnDuvergé) para mencionar sólo algunos, se habían convertidoen sitios comuneros en 1756 (7).

Mientras en el área del Cibao, que era más poblada yque se dedicaba más a la labranza, se iba haciendo másfrecuente la partición de terrenos por medio de mensura ydivisión, en la vasta parte este del país, la institución de losterrenos comuneros siguió ocasionando serios problemas yabusos, hasta en nuestro siglo. El poco valor de la tierra y ladificultad de oposición colectiva por parte de loscomuneros, le facilitaban a terceras personas --que noposeían acciones~ la usurpación de terrenos sin cultivar.

En el séptimo decenio del siglo pasado Hazard observóla "costumbre curiosa, convertida en ley", que negaba alcomprador de una acción todo derecho sobre la caoba quehubiera en el terreno. Para asegurar el título sobre la acciónque había comprado el comprador sí debía dedicarse alcultivo, en ese tiempo, pues si abandonaba su casa y terrenopor un año o más, "toda otra persona" tenía derecho aocupar el terreno(8).

Los ejiaos o terrenos de un Ayuntamiento, eranconsiderados de Jacto como posesión común de loshabitantes, o eran arrendados a ellos por una suma nominal.Con frecuencia este arrendarrfiento pasaba inadvertidamentea ser posesión(9), si los terrenos no eran dados como

6 A lb urqu er qu e, op. cit., 28.7 Idem, 29.8 Haz ard, Samuel, Santo Domingo, Past and Present, With, a

Glance at Hay ti, London, 1873, 483; véase también: AcademiaDominicana de la Historia, Vol. IX, Informe de la Comisión deInvestigación de los E.U.A. en Santo Domingo en 1871, Prefacio yNotas de E. Rodriguez Ire m o ri zi, Editora Montalvo, Cdad.Trujillo, R.D., 1960 (traducción de: Report of the Commission ofInquiry to Santo Domingo etc., Washington, Government PrintingOffice, 1871), se llamará en lo siguiente: Informe, 583.

9 Hazard, op, cit. 484.

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"donaciones o regalos"(10). Así en 187 L con una solaexcepción, "toda la tierra que está dentro de los límites dela común de Baní (es) propiedad de la común y la cul tivansus miembros. Se alquila por pequeñas sumas (de cinco adiez dólares) a los que desean tomar posesión de ella parafines de cultivo o para levantar construcciones en ella"( 11).En San Cristóbal, en ese mismo año "se sostiene que lastierras pertenecen a la común y no pueden venderse. Eladministrador público entrega a cada residente la tierra quedesee cultivar"( 12).

En 1871 se estimaba que el total de los terrenospropiedad I1d Estado, correspondía entre 1/4 y 1/3 partedel territorio nacional(13); la vaguedad de estas cifras sedebe al hecho de que los archivos públicos desaparecíanrepetidamente a causa de las guerras y revoluciones. Sí esseguro que durante la ocupación haitiana (1822-1844) lapropiedad del Estado aumentó considerablemente por laconfiscación de numerosas propiedades privadas yeclesiásticas.

Un indicio de que entre 1845 y 1871 la propiedad de laIglesia había crecido nuevamente a proporcionesconsiderables, es que en este último año el cura de La Vegaestima que su parroquia posee $100,000 en tierras(14); paracomparación se puede señalar que una plantación en elCibao de más de 1,000 acres "de tierra limpia, apta para elcultivo de caña, café, cacao, algodón y frutas", inclusoconstrucciones, podía comprarse por $5,000 (15).

En cuanto al tamaño de los terrenos- privados. los escasosdatos indican que los más grandes terratenientes se haJlabansobre todo en dos áreas, las praderas orientales y el área aloeste de Azua. En 1871 don Domingo de la Rocha eraconsiderado como el mayor latifundista del país. Residía enla capital y se creía que poseía una sexta parte del extremo

10 Informe, 548.11 Idem, 230.

12 Idem , 258.131dem.347.14 Idem; 559.15 Haz;1rd .. op. cit., 320.

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este de la isla en la provincia del Seybo. También la familiadel entonces presidente Báez era considerada en este añocomo de las más ricas propietarias en la región alrededor deAzua. "Fuera de estos dos distritos hay muy pocosterratenientes. Con mil acres algunos, y hasta diez mil enunos cuantos casos. El resto se reparte entre pequeñospropietarios"( 16).

Es, pues, evidente que, después-de los hatos orientalesque exigían poco trabajo, los terrenos de mayor tamañoeran las _plantaciones tradicionales de azúcar en el sur.Alrededor de Baní se contaban unos 100 trapiches,alrededor de Azua los estimados variaban entre 100 Y200( 17). Con estos trapiches de madera se podía "moler lacaña blanca, colar bien el guarapo o jugo, cocerlo y darlepunto en grandes calderas de cobre estañado o de hierro,clarificándolo o 'decantándolo' con hojas de guayabo o conclaras de huevo" para hacer melado para dulces; así tambiénse hacían el azúcar y las raspaduras de consumodoméstico(l8).

Alrededor de Azua había por lo menos 20 lineas deazúcar, entre ellas la del señor Marchcna, "de unos 600 acres,casi totalmente sembrada de caña, y llegamos a laconclusión de que nunca habíamos visto en ninguna partehacienda o plantación en tan admirable estado. No habíamaleza próxima a sus cercas. ni yerbas malas en las avenidasabiertas en tre sus campos"( 19).

Una plantación bien cuidada era, pues, una granexcepción, lo cual se puede explicar por la escasez detrabajadores y la inestabilidad política. y además por lacircunstancia de que la técnica agrícola imperante hacía quepocas veces se encontrara una empresa agrícola fijada en unsolo terreno. Pues aún en la fértil Vega Real. el hecho de

16 Informe, 469, 486.171dem, 585, 586. .18 G ó m e z A tt'a u, Luis Emilio, Ayer, ~ el Santo Domingo de

hace 50 años, Poi Hnos, Editores, CIUdad twuuo, 1944, 83.

19 Informe, 256.

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que nueve décimas partes de la región estaban sin cultivarhacía posible una 'shifting agriculture : "en vez de tomarseel trabajo de arar y abonar la tierra ..., los nativos prefieren adesmontar tierras para hacer otras plantacionesnuevas"(20), donde cultivaban su tabaco y cacao para laventa y su azúcar, arroz y plátanos para consumo propio.Para proveerse de carne, soltaban cerdos marcados en losterrenos sin cultivar.

En esta época el arado era virtualmente desconocido entodo el país. En Santiago el primer arado fue importado en1898 por Juan Antonio de Lora, ministro en el gobierno deUlisesHeureaux. Tuvo poca y lenta aceptación el uso de esteartefacto: don Eliseo Espaillat ofreció arados a plazos a losagricultores cibaeños "y éstos, en vista de que talesaparatos, según ellos, conspiraban contra su sistemarutinario, a última hora los arrumbaron, y como no les erade utilidad para los fines de pago tal obligación la relegaronal olvído'{Zl ). Hay que observar que, naturalmente, elterreno montañoso es menos apropiado para arar; aquí laazada y el machete siguieron siendo los instrumentospreferidos.

Resumiendo el panorama esbozado hasta aquí de laagricultura en el séptimo decenio del siglo pasado, podemosdecir que en el país sub-poblado (la población era estimadaen 1871 entre 150.000 y 207.000) (22), unasuperabundancia de tierras de labranza condujo a lacontinuación de situaciones caóticas con respecto a lapropiedad de terreno. La infra-estructura deficiente, lainestabilidad política y la escasez de trabajadores llevaron ala predominación de empresas ganaderas, que exigían pocopersonal, en el este y el oeste, ya una "shitting agriculture"en el Cibao, donde, sin embargo, se producía tarnbíén parala exportación. Sólo en la parte costera del sur existía ~I

20 Idem. 19721 Bueno, Arturo, Santiago, QUIen te vió y quien te ve,

Impresora Comercial, C. por A., Santiago de los Caballeros, 1961,135.

::12 Informe, 75. 362.

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cultivo tradicional de caña con otros fines que el delconsumo propio. La explotación primitiva de maderas finasera de importancia sobre todo alrededor de Barahona yMonte Cristi; también se producía miel y cera en pequeñascantidades. Sólo propiedades de entre 1.000 y 10.000 acreseran consideradas verdaderos latifundios; el número delatifundistas privados era considerado pequeño; arrendabansus terrenos o practicaban agricultura extensiva. Losprincipales terratenientes eran el Estado y la Iglesia.

En comparación con la más floreciente época delperíodo colonial, en que una estructura pseudo feudal establefue, si no alcanzada, por lo menos perseguida con bastanteéxito, había tenido lugar una regresión a formas más difusasy confusas de propiedad de terrenos, a técnicas agrariasrelativamente más primitivas, y, por lo tanto, a una menorimportancia de la posesión de tierras como criterio deestratificación social(23).

Esta regresión, que en sus aspectos sociales podía serllamada 'democratización' o 'nivelación', fue causada por ladecadencia económica y demográfica que resultó de lasnumerosas guerras y turbulencias internas. Cabe tambiénrecordar que el ocupador haitiano había procedido a unaenorme confiscación de bienes, no sólo eclesiásticos, sinotambién privados, y que este aumento de la propiedad delEstado no había sido deshecho por los gobiernos del SantoDomingo independiente.

23 "Este viejo negro, con su mujer y dos hijos adultos viv¡'a enun campo de más de 200 acres (cerca de la capital); la únicaconstrucción de alguna importancia en este terreno fué una de estassencillas casas de palma del paú con dos habitaciones. El criabaalgún ganado)' cultivaba al~na caña, café y unos pocos frutos, sinmucha energta, y sin ningun sistema en su trabajo. Al preguntarleporque, con tanta tierra y tantos medios aparentementeacomodados, él no tenia una verdadera casa y un jardin, y mejorarasu finca, él nos contó la misma historia, oida tantas veces, derevoluciones y ataques. y reclutamientos forzados".

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2. Los cambios.

En esta situación de caos jurídico, que sólo eratolerada por la casi insignificancia de la propiedad deterrenos, se efectuó un cambio a fines de los años setentadel siglo pasado, cuando se puso en marcha la producciónazucarera en gran escala. "De algún tiempo acá, sobre tododespués que estalló la guerra de Cuba, es que la agriculturaha comenzado a tener vida, con el establecimiento de fincasde caña en gran escala, en que se han invertido grandescapitales extranjeros importados por la inmigración cubana.y otros nacionales también de consideración que hancambiado por completo la faz del país, en el que abundanhoy las empresas agrícolas de todo género, siendo yarespetable la exportación que se hace por sus puertos, nosólo de azúcar en bruto y centrifugado, sino también de'tabaco, café, cacao y otros frutos''(24).

Entre 1875 Y 1882 se fundaron treinta 'haciendas decaña'. Cuatro de ellas eran 'centrales', que recibían la cañaexclusivamente de colonos contratados, a saber 'San Luis'en Pajarito, fundado en 1881 por los hermanos Cambiaso,con terrenos cultivados de 2,400 tareas y 4,600 tareas porcultivar, dividido entre 10 colonos; la central San Isidro' enPajarito, propiedad de Hatton y Hernández, fundadatambién en 1881, con 4,290 tareas cultivadas y con 12colonos; la central "La Duquesa' fundada en 1882, de A.Bass y F. van Krosigh en la Isabela (común de San Carlos),de 6,000 tareas ("en instalación, sus aparatos serán de tripleefecto, y un ferrocarril, ya principiado, conducirá lamáquina y los productos de los colonos al batey") y lacentral 'Ocoa' de 1. Heredia y Cía., en Palmar de Ocoa(común de Baní), fundada en 1882, con 3,000 tareas y 15colonos. Tres ingenios eran 'mixtos': el ingenio 'Constancia'

24 Meril'¡o. padre Fernando Arturo de. Elementos deGeograf'ia Ftsica, Potitica e Histórica de la República Dominicanaprecedidos de las Nociones Generales de Geografia, tercera edición:aumentada y corregida, Santo Domingo, Imprenta de Garete Hnos.,1898, 104.

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de Heredia y Ureña en Pajarito, fundado en 1878, quetrabajaba con 4 colonos y con terrenos propios, en total2,200 tareas: luego el ingenio 'Porvenir' de Santiago Melloren San Pedro de Macorís, fundado en 1879, trabajando con21 colonos y 1,200 tareas de terreno propio y el ingenio 'LaFe', de J. E. Hatton y Cía., en San Carlos, que trabajabacon 2,750 tareas y 7 colonos, quienes poseían en conjunto2,250 tareas.

El ingenio 'Esperanza', de Joaquín Manuel Delgado,fundado en San Carlos en 1875, era ya de gran extensión:5,000 tareas y equipado con una "máquina horizontal de16 pulgs. diámetro, 2 trenes jamaiquinos, 6 centrífugas deLaffertey"

De estos treinta ingenios sólo 3 se hallaban en el norte:2 en el Distrito de Samaná v I en el Distrito de PuertoPlata: estos tres fueron de íos primeros en fundarse (en1877 y 1878) Y eran de pequeñas dimensiones (1,200,1,200 Y 600 tareas respectivamente). Todas las otrasplantaciones se encontraban en el sur, al oeste de la Capital:1 en Azua, 3 en Baní y 2 en San Cristóbal; alrededor de laCapital: 6 en San Carlos, 5 en Pajarito, 2 en Sabana Grandede Santo Domingo y el resto al este de la Capital, entre ellos2 en San Pedro de Macorís.

Los dos ingenios más pequeños ocupaban 250 tareascada uno, los dos mayores 6,000 tareas cada uno; el tamañopromedio era de alrededor de 2,000 tareas. La producciónazucarera promedio era de entre 10 y 12 quintales portarea, aunque en terrenos buenos se alcanzaban a veces 20·quin tales(25).

Entre los propietarios había personas con apellidos queno eran de origen español: apellidos italianos como Vicini;apellidos aparentemente alemanes como Bass, Von Krosigh,Smidt y Hachtmann y apellidos anglosajones como el de

25 Una tarea es más o menos 629 m2. Todos estos datos delMinisterio de Fomento, Estadistica Agricola e Industrial. Cuadro delas haciendas de azúcar establecidas en la República desde el año1875 hasta abril del 1882, Actas del Congreso Nacional, 1882, No.205, Archivo General de la Nación (será llamado en lo siguienteAGN).

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WilIiam Read(26), Fowle, Carolo Carroll, Hatton y Stokes.Entre los pioneros cubanos mencionamos a SalvadorRos(s), quien por sus grandes méritos recibió en junio de1893 una medalla de oro de la ciudad de San Pedro deMacorís. En esa ocasión Ross dijo que en la RepúblicaDominicana no sólo había logrado reconquistar su fortuna,sino que "la he aumentado considerablemente"(27). Pocotiempo antes había demostrado su riqueza pagando, juntocon su compatriota Juan Amechazurra, $200 por un palcoen el teatro municipal(28). En ocasión de sus bodas en1896 con 'la distinguida dama' Orfelina Bazán, Rafael R.Deligne compuso un poema conmemorativo:

¡Oh! la azucena floreciente en mayoabrió su cáliz rico de hermosuradel espléndido sol a el almo rayodel aura matinal a la dulzura(29).

Ya en 1882 podía observarse cierta concentración de lapropiedad de plantaciones: los señores Hachtmann,Peralta yHatton poseían cada uno (parte de) dos plantaciones.Vicini, que iba a hacer gran fortuna en los años siguientes ycuyos intereses financieros iban a estar muy vinculados conel régimen de Ulises Heureaux, era mencionado en 1878 sólocomo copropietario de un ingenio.pero en 1887 obtuvopermiso para importar con exención de derechos 'pichpen'para 4 nuevas plantaciones(30), mientras en 1893 tambiénes mencionado como propietario del ingenio 'Angelina' enSan Pedro de Macorís(31), y en el año siguiente recibe unaconcesión para fundar el ingenio 'Central Azuano',concesión que es renovada en 1897, cuando también recibepermiso para abrir en la común de Azua los pozos

26 R ca d era procedente de Bastan y llegó al paú en 1846, verInforme, 483.

27 Listtn Diario (será llamado en lo siguiente: Listtn ), 22 dejunio de 1893.

28 Listtn, 27 de abril de 1893.29 Listtn, 9 de marzo de i 896.

30 Libreta de las Resoluciones de Hacienda dictadas por elPoder Ejecutivo, llamada también: Libreta de Hacienda y Comercio,25 de junio, 1887, No. 81. AGN.

31 Listtn, 1 de dic. 1893.

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artesianos necesarios para irrigar los campos de caña(32).

La fundación de nuevos ingenios continuó, pues, en ladécada del 1880 y 1890, siendo la región alrededor de SanPedro de Macorís y más hacia el este, donde más seexpandió la superficie plantada.

Los norteamericanos comenzaron a interesarse en laregión de La Romana. En carta del 23 de febrero de 1888,el presidente Heureaux confirma a Joaquín M. Delgado enSanto Domingo, "que es usted apoderado del señor H.Newcomb para agenciar el negocio de la compra de terrenosen La Romana, y solicitar del Gobierno la renovación de laconcesión que le otorgara al señor Newcomb y compañerosque perimió (sic) por falta de cumplimiento de losconcesionarios... que estoy dispuesto a vender al señor HNewcomb las veinte y cinco caballerías de terrenos en LaRomana, que conforme a la promesa de venta que yo lehiciera, se estipularon en $10,000- oro americano-"(33);pero todavía en 1897 esta región era utilizadaprincipalmente para el cultivo del guineo por La RomanaFruit Company(34), y no, como actualmenre, para el de lacaña.

De las tres fincas de azúcar más importantes de SanPedro de Macorís en 1889, a saber "El Porvenir", 'CristóbalColón' y 'Puerto Rico', las dos últimas habían sidofundadas después del 1882. El ingenio 'Puerto Ricó',pertenecía al puertorriqueño J. Serralles y empleaba 600trabajadores en 1893; colindando con su ingenio Serralléstenía también una plantación de café (35). En este últimoaño el ingenio "Santa Fé" utilizaba un tren para llevar' ytraer a los trabajadores de la ciudad, y Salvador Ross instaló

32 Actas del Congreso Nacional, 3D de julio de J1i97, AQN..33 Copiador Cartas Presidente Heureaux J888-1889. AGN.34 La República Dominicana en la Exposición Internacionalde

Bruselas, M e m o r ia Descriptiva y catálogo de la SecciónDominicana publicada por la Junta Central Organizadora delConcurso de la Exposición de Bruselas, Santo Domingo, Imprenta'Cuna de América', J. R. Roques, 1897. será llamada en lo siguiente:Exposición.

35 Listtn, 1 de dic. de 1893.

25

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una línea telefónica entre su ingenio y su alrriacén en laciudad; Ross ya tenía un coche Pulrnan (36). También W.L. Bass del ingenio 'Consuelo' en San Pedro de Macoríspensaba instalar una línea telefónica entre la central y lascasas de sus colonos. Las ideas progresistas de Bass tambiénse manifestaban en su política de repartición de beneficios:como decía el periódico, hacía colonos de sus trabajadores,dándoles por cada 200 libras de azúcar que producían, 75libras como prima (37).

En 1897 la mecanización del transporte de azúcarestaba ya muy avanzada: seis ingenios en la provincia deSanto Domingo tenían en ese año 110 kilómetros de líneasferroviarias (el ingenio Santa Fe sólo tenís 30 km. y 4locomotoras para transportar su producto directamente almuelle Ozama); 5 ingenios en el distrito de San Pedro deMacorís tenían un total de 108 kms. y 3 ingenios en laprovincia de Azua tenían un total de 72 km. También la Cía.Frutera de San Lorenzo (Samaná Bay Fruit Cy) y la Cía.Frutera de La Romana, que cultivaban guineos, teníanlíneas ferroviarias en ese año o estabanconstruyéndolas(38). También la elaboración moderna delos productos de residuo había recibido atención: en 1885se otorgó una patente a Robert Graham para un "aparato,por el cual se hace instantáneamente combustible el bagazode la caña de azúcar"(39).

En los dos últimos decenios del siglo XIX aumentó nosólo la producción de azúcar, sino también la de cacao ycafé: entre 1888 y 1897 la producción de azúcar fue duoplicada, pero la de cacao y café fue cuatrodoblada, aunqueel azúcar mantuvo su lugar dominante en las estadísticas deexportación(40).

En esa época el cacao y el café eran preferidos altabaco, el artículo tradicional de exportación del Cibao,cuyo comercio estaba por completo en manos de alemanes;los precios en el mercado de Hamburgo estaban sujetos afuertes fluctuaciones y los tabacos dominicanos, cultivados

36 Listin, 1 de dic. de 1893.37 Listtn, 15 de junio de 1893.38 Exposición, 176,39 Actas del Congreso Nacional, Sección de Fomento, 1885,

AGN.40 Exposición, 184 y siguientes.

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con poco esmero, resultaron inferiores a los brasileños.Aunque en 1879 Luperón atribuía la enorme baja deproducción (de unos 100,000 quintales a 35,000)principalmente a las copiosas lluvias de ese año(41), en1882 Heureaux indicaba otras causas: " ... le diré que eltabaco dominicano hubiera conservado su fama ysupeditado al brasilero y colombiano si los cultivadores delCibao hubiesen sido más celosos de su porvenir. No hay queecharles toda la culpa: ellos han sufrido directamente lasconsecuencias de las frecuentes guerras y han sido víctimasdel desaliento"(42).

Pero los ánimos no decaían por completo con respectoal cultivo del tabaco. Así, el gobierno estuvo de acuerdo en1889 con un plan de Baron de Farensbach(43) en que éstese comprometía a fundar 'fincas o granjas modelos' encuatro o más lugares, a experimentar con nuevas semillas detabaco y a dar instrucción sobre estos experimentos.Farensbach recibiría 75 centavos por cada quintalexportado: cuando el precio subiera a 15 pesos por quintal,gracias a las actividades de Farensbach, el gobiernolevantaría un derecho adicional que sería entregado aFarensbach.

En las consideraciones que llevaron a la aprobación delproyecto, dos cosas llaman la atención: primero, que elEstado consideraba que en realidad era el gobierno mismoquien debía ejecutar este plan(44) y que sólo lo entregaba aFarensbach por falta de dinero; segundo, que habíafactores, aparte de los puramente económicos, quemotivaban el apoyo al cultivo del tabaco, pues éste "crea

41 L ~p~r?n, General Gregorio, Notas Autobiográficas )­Apuntes Histáricos, segunda edicion, ordenada por el GobiernoDominicano con motivo del primer centenario del natalicio delPrócer 1839-1939 (se llamará en lo siguiente: Luperán), Editorial elDiario, Santiago, R.D.. 1989, 111, 44 (de la edición original el vol. Jfue publicado en 1895, los volúmenes 11 y 111 en 1896 en PoncePuerto Rico). . . '

42 Copiador Cartas Presidente Heureaux, carta del 29 de JulIO ar.M. Glas, Santiago, 1882, A GN.

43 Este llegó al pais en 1888 como director de la Caja deRecaudación,

44 Bajo el gobierno provisional de Luperón se habta instalado"comisiones agricoias en las provincias y centros pri'!cipa!es,compuestos de- dominicanos, cubanos y puertornquenos,aprovechándose Moca, sobre todo" (Luperón, 111, 44).

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verdaderos ciudadanos libres por sus costumbres yeducación, porque cada cosechero es propietario '/ aun susempleados subalternos conservan el principio de ciudadanoen el género de ocupación que tienen en la elaboración dedicho fruto" (45), una meditación que seguramente habrásido inspirada en parte por las consecuencias sociales delestablecimiento de las empresas azucareras modernas, deque trataremos más adelante.

Estos esfuerzos no. parecen haber tenido mucho éxito,y en 1893 el Gobernador de' Santo Domingo hace unllamamiento a su provincia para seguir el ejemplo de losagricultores del Cibao, que cansados de las "ingratitudes yveleidades del tabaco, fruto traidor", se dedicaron al cultivode cacao y café (46).

En noviembre de ese año el vicepresidente Figuereofirma un decreto por el cual todo el que siembre cacao ocafé en los diez años siguientes recibirá $50 por cada 2,000matas en producción; los que ya tienen 2,000 matas sondeclarados "exentos de todo servicio militar ordinario"(47).También del extremo occidental del país, de Enriquillo,llegan en ese tiempo noticias de cultivo de café: desde1889, cuando bajaron los precios de maderas en el mercadoeuropeo, los señores Mota, que habían creado una fuente detrabajo en la región de Barahona con su comercio demadera, habían pasado a cultivar café en terrenos cercanos;Mota ya poseía más de 150,000 matas; otros cuatroagricultores tenían más de 60,000 matas cada uno; además,había muchos pequeños propietarios(48).

También de parte extranjera había interés para invertiren otros productos agrícolas además de la caña: en 1888 seotorgó permiso a los señores Montandon, Descombes yeía., "fundadores de una colonia de inmigrantesextranjeros... en Sabana de la Mar", para importar conexcención de derechos materiales de construcción v

45 Actas del Congreso Nacional 1888-1889, Comisión de~~~~nto, corresp, con F., 23 ae febrero y 27 de mayo de 1889,

46 Listtn, 21 de oct. de 1893; entre 1879 y 1882 se hablanfundado, sobre todo en el Distr. de Samand, pero también alrededorde Santo Domingo y S'fn Pedro de Macoris, en total 10 fincas decacao, que comprendtan entre ellas 265.000 matas (Min. deFomento, Estad. Agric, e Industrial, A GN, op, cit.},

47 Listin. 6 de nov. de 1893.48 Listin, carta abierta, 15 de nov. de 1893.

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artefactos "para una tinca rústica de cacao, café y otrosfrutos, nombrada 'La Evolución' "(49), Y tres años antes sehabía firmado un contrato en Nueva York con A. Boytel yCía., "vía depósito de $5,000 en el consulado dominicano"en esa ciudad, en que se daba "franquicias y facilidades paraestablecer fincas de frutas, como banano, coco, naranja,limones, por sí mismos o por contratos con colonos aquienes avanzaran fondos, semillas i útiles de agricultura"Como en ese año el azúcar estaba cotizado a bajo precio enel mercado, se consideró muy provechoso el cultivo "de lasfrutas, de que tan ventajoso comercio se hace hoy con losEstados Unidos"(50).

Finalmente, se puede observar que también lospolíticos supieron sacar ventaja del florecimiento de laagricultura. Alrededor de 1880 "Luperón liquidó su casa decomercio y se entregó por completo a la agricultura-sembró 3,000 tareas de azúcar y fomentó una hacienda decacao, café y frutos menores, y de crías de ganaderías y deaves"(51)-, mientras Ulises Heureaux tenía en 1896"conucos de café" en Las Yaguas y Baní, y en ese año'cedió' terrenos en Puerto Plata a la Cía. Agrícola de PuertoPlata, que era dirigida por sus amigos y prestamistas Batlle yCoceo, y que se dedicaba al cultivo del guineo(52).

3. Los efectos

Ya es tiempo de ocuparnos de los efectos causados enla estructura agraria prevaleciente en el país, por elsurgimiento de plantaciones modernas, especialmente deazúcar, o sea, la introducción de empresas con uso intensivode capital, organizadas racionalmente, que periódicamenteempleaban a un gran número de trabajadores y que estabanorientadas hacia el comercio en el mercado extranjero.

El sistema de los "terrenos comuneros" que, comohemos visto, se había mantenido sobre todo en el este de laRepública no pudo seguir en pie cuando el auge del

40 Actas del Congreso Nacional, 1888. 13 de marzo, AGN.50 Actas del Congreso Nacional, Sección de Fomento, 1885.20

de febrero, AGN.51 I.uoeron, tu, 121.52 Listin, 21 de mavn de 1896.

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azúcar causó un rápido aumento del valor de la tierra; lostítulos de estas tierras eran falsificados en gran escala: "Laindolencia de los copropietarios en el ejercicio de losderechos de sus antepasados sobre la tierra... propició... lassorpresivas y extensas ocupaciones realizadas por personasque nunca habían figurado como copropietarios de esastierras, amparándose por títulos falsos, mediante los cualesse usurparon grandes áreas de tierras que comprenden en laactualidad extensos potreros y plantaciones de caña deazúcar en la región oriental del país"(53). "La progresiónde títulos falsos en los sitios comuneros se operaba en razóndirecta con la mayor importancia aue les daban lasaplicaciones del capital al desarrollo agrícola, muyespecialmente en el cultivo de caña de azúcar"(54).

En ese período los agrimensores públicos eran figurasclave en el proceso de reconocimiento formal de los derechosde propiedad, pues ellos tenían la autoridad "de juzgar lavalidez y la suficiencia de los títulos que fueran presentadospor sus requerientes", como lo expresaba la Ley deAgrimensores de 1882, en imitación a la de 1848. Segúnesta ley del 1882 podían ser agrimensores "los alumnos delInstituto Profesional que hubieran sido aprobados en elexamen del segundo año de Matemáticas". Frecuentementelos agrimensores recibían buenos terrenos en pago de sutrabajo.

Aunque en 1882 se introdujo el sistema de medidasdecimales de superficie, el problema jurídico de los terrenoscomuneros se mantuvo hasta 1911, cuando se hizoobligatoria la partición de estas tierras, pero con tantasposibilidades de escape que aún en 1947 se hizo necesariauna nueva legislación(55). Y fue en 1912 cuando tambiénse hizo obligatorio el registro de propiedad privada. Yaanteriormente, a saber, en 1867, 1875 y 1882, se habíaordenado la creación de un catastro nacional, peroexclusivamente para las propiedades del Estado (56).

Por eso en 1889 todavía podía observarse que elcampesino tenía dos enemigos: "los terrenos comuneros y

53 Alburquerquc, op, cit. 32.

54 Idem, 36.ss taem. 39 y siguientes.

56 Idem. 12i:

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la crianza libre en todas las zonas agrícolas"(57). Donde,como en San Pedro de Macorís, el crecimiento poblacionaldentro de los límites municipales había sido muy rápido,los ejidos que los habitantes habían cultivado antes segúnsus necesidades, fueron entregados en propiedad privada; en1893 todos estaban llenos de construcciones(58).

El que la adjudicación arbitraria de terrenos, que aveces era formalizada en apariencia por falsificación detítulos, beneficiara especialmente al empresario extranjero;el que, en suma, toda la industra azucarera fuera apoyadaprincipalmente por capital que no era dorrumcano, todo estocausó pronto un sentimiento de irritación. Ya en 1884Pedro F. Bonó decía en una carta a Luperón: " ... he hechover, ciencia a la vista, las malas doctrinas reinantes en elCibao y la demolición de su propiedad y su agricultura. Hehecho ver la transformación del este; la traslación a títulocasi gratuito de su propiedad a manos de nuevos ocupantesencu biertos bajo el disfraz del Progreso. Progreso sería,puesto que se trata de progreso de los dominicanos, si losviejos labriegos de la común de Santo Domingo ... fueran enparte los amos de fincas y centrales: si ya ilustrados y ricoscomo hacendados, en compañía de los que nos han dado elinapreciable favor de venir a nosotros, trayéndonos sudinero, sus conocimientos, sus personas, su trabajo,mandaran directamente sus productos a Nueva York. Peroen lugar de 'eso, aunque pobres y rudos, eran propietarios, yhoy, más pobres y em bru tecidos, han venido a parar enproletarios. ¿Qué Progreso acusa eso? "(59).

En ese mismo año también E. M. de Hostos analizabaprofundamente la situación agraria dominicana: "Ibamos,en apariencia, viento en popa", escribe; "calculando entreinta y cinco el número de todos los ingenios de cañafomentados en toda la República; en 175 las caballerías detierra consagradas al cultivo de la caña y locación defábricas y máquinas; en 5,500 el número de jornalerosnacionales, en 500 el de extranjeros y en 200 el demaquinistas, maestros de azúcar y otros auxiliares técnicos

57 Listín. 8 de iunio 1899.58 Listin, 27 de abril de 1893.59 Luperóll, IIl, 149; en esta misma carta, Bonó rehusa

postularse como candidato para las siguientes eleccionespresidenciales.

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que la fabricación en grande escala del azúcar ha hechoindispensable; tomando como valor medio de cadamaquinaria... en cada ingenio, un capital de $40,000;considerando invertido en cada uno de ellos otro capital de$10,000 en los medios de transporte y acarreo;computando en $5,500 diarios los salarios de todos losobreros, en sus varias categorías; calculando en $25,000anuales la renta de la propiedad territorial de esos centrosde producción; en $30,000 el interés del capital aplicado ala maquinaria; en $2,400,000 la producción anual deazúcares; en $183,750 los derechos fiscales de exportación,la República debía al fomento de ingenios de azúcar:

lo. El aumento de su capital social, en $21,088,750.20. La valoración económica de terrenos que sólo

tenían un valor natural y la regulación de la propiedadterritorial, que era completamente indefinida.

30. El mejoramiento directo de sus medios de trabajo yel mejoramiento accesorio del trabajador.

40. La adquisición de los procedimientos modernos deproducción.

50. El súbito carobio de la pequeña a la grandeindustria.

60. El subsidiario del comercio casi exclusivamentenacional al casi exclusivamente internacional.

...Como secuela necesaria ·del rápido aumento deproducción y de consumo aumentó el comercio deexportación y prosperó artificialmente el de especulación.De lo primero ha sido resultado favorable el progresivocrecimiento de las rentas del Estado, que casi hantriplicado; y de lo segundo es síntoma desfavorable elmalsano desarrollo del lujo pueril y jactancioso" (60).

Después de observar así los efectos inmediatos del augede la industria azucarera, Hostos dirige su atención a lo quepodrían llamarse efectos estructurales. Señala eldecaimiento de la ganadería en el este y de la produccióntradicional del azúcar en el sur: "Los hatos se han casiextinguido en demasiado avarientas exportaciones en masa;

60 Esta y las siguientes citas de: Hostos, E. M. de, FalsaAlarma. Crisis Agrtcoia, en: El Eco de la Opinión. Santo Domingo,'lov. de 1884, inctuido en: E. Rodríguez Dem orizi, Hostos enSanto Domingo, Vol. l. Imp. J.R. García Sucs; Ciudad Trujillo,República Dominicana, 1939, 159-176.

~2.

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Jos trapiches que hormigueaban en los campos del Sud, hanido desapareciendo rápidamente y el trabajador de todasestas comarcas ha ido abandonando su producción en coftaescala por convertirse en agente de la producción de grandeescala. Ese es un mal."

Antes "se vivía pobremente, pero de propio fondo: elpaís vivía casi en absoluto de lo que producía el país. Pocotrabajo le bastaba para el cultivo de los frutos menores y lacrianza de $US ganados, y los mercados nacionales ofrecíancopiosa fuente de consumos a la demanda pública.Contento de su pobreza, el país consumía lo que producíay nada más. Pero vinieron los ingenios, vino con ellos laoferta de trabajo y demanda de braceros, se hizo bracero elantiguo cultivador de breves predios, se abandonó elconuco, se descuidó la crianza de aves de corral, laspequeñas industrias agrícolas, la economía rural, cuanto portradición o por instinto había servido para alimentar elconsumo general, tanto hizo plaza al afán de ganar en p~cos

días el salario que sólo en semanas... , y aún meses detrabajo se ganaba antes, y porparadógico que .parezca, elpaís era más pobre cuando más rico se hacía el Estado.Todos hemos palpado aquí las consecuencia diarias de esaanomalía: todos hemos estado muriéndonos de hambre ...de aquellos frutos espontáneos de las tierras tropicales, quea cada paso se han ido haciendo más raros y por lo mismomás costosos, y de aquellos artículos de primera necesidadqueIse han ido haciendo menos accesibles a medida queparecía más fácil la adquisición del numerario".

Después de señalar que la crisis de la industria azucareraen el año en que escribe Hostos es atribuible en parte a "19que .. definen los franceses saison morte" empeora~apor ladependencia de los hacendados de los comerciantes ybanqueros de Nueva York, tanto con respecto a las ventascomo al suministro de capital, el sociólogo puertorriqueñopasa a un ataque frontal contra la industria .azuc~re:a: "Esaindustria que, por eso, desde el punto de VIstahistórico, esabominable, se cimentó en la esclavitud. Esclavo eltrabajador -el africano-e, era esclavo el trabajo ... ; esclavatambién la propiedad que, en vasta proporción sola alprivilegiado era accesible, era también barata la baseprincipal de producción, la tierra. Baratos los dos agentes

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fundamentales de la industria, tocaba al tercer agente, elcapital, la fácil tarea de monopolizar los beneficios." Sinembargo, la abolición .de la esclavitud y de la trata deesclavos hizo imposible "seguir monopolizando ladistribución de la riqueza que la fabricación de azúcarproducía", y así surgieron "los mal llamados Centrales",donde, por lo menos en teoría, se llenaban los requisitosde la división de' trabajo y donde se limitaba el derecho delcapital (como factor de producción) a las ganancias, enfavor de los factores trabajo y tierra: pues los propietariosde las centrales deben ocuparse solamente de la elaboraciónde la caña, deben ser industriales y no más: el cultivo de lacaña debe estar en otras manos.

El origen de la crisis estructural está, dice Hostos, enque los mdustriales azucareros siguieron, como en la épocade la esclavitud, afirmando el monopolio no sólo sobre elcapital, sino también sobre tierras y trabajo; el margen deganancias que reciben gracias a este monopolio esexorbitante: aun con los bajos precios del mercado de1884, Hostos estima este margen en un 16 por 100. Lacrisis se origina, pues, "en el pedir capital a un interésmayor que el a que tiene derecho, y se buscaantieconómicamente una ganancia superior a la que es lícitoesperar". y más adelante afirma nuevamente: "Nadaimporta al país que el capital aumente, porque no aumentael bien de todos." Hostos ve como remedio, por una parte,eI e stablecimiento de un Banco Agrícola para losazucareros, por otra parte, la fundación de coloniasagrícolas que, ocupadas preferiblemente por inmigrantes, seocupen del cultivo de varios productos y, entre ellos, decaña; el productor de azúcar debe dejar' al cultivador decaña la libertad de diversificar su agricultura.

Es interesante la opinión de Hostos de que el cultivo decaña es inferior al de remolachas; pues la remolacha esproducida en tierras "de una potencia mecánica que noconocen las Antillas";' también este hecho demuestra lanecesidad de diversificar la agricultura, por lo menos, si nose quiere ver con resignación la ruina de muchos ingenios,como había ocurrido en Puerto Rico y Cuba. Hostostermina su filípica contra el monopolio y la monoculturadiciendo: " ...mientras no encontremos el modo de que

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coexistan grandes y pequeñas propiedades, grandes ypequeños capitales, grandes y pequeñas industrias..estaremos en crisis permanente".

Las sabias amonestaciones de Hostos no surtieronefecto. Así continuaron en los años posteriores las quejassobre la escasez de fru tos menores. Después de indicar en sureseña anual de 1898 la necesidad de mejorar la calidad 'defazúcar, el café y el cacao por medio del establecimiento defincas modelo o de una inspección agrícola provincial cüy'oinspector debería "aconsejar, hasta ejerciendo coacción, lasmejoras que aconseja la ciencia", el Gobernador de laprovincia de Santo Domingo señala que es necesariofomentar el cultivo de "frutos menores i de diario consumocuya falta se nota tan sensiblemente en perjuicio de todaslas clases, no permitiendose que ningún estanciero oagricultor de frutos menores i con familia salga a trabajarfuera sin dejar sus conucos en buenas condiciones i de untamaño proporcionado a su familia"(61).

En ese mismo año el Gobernador de Santiago aboga porla rebaja de las tarifas de transporte de frutos menores,algunos de los cuales se encontraban en abundancia en suprovincia, mientras había escasez de ellos a poca distancia.Sin embargo, la producción de ciertos artículos de consumolocal, como arroz, papas y cebollas era insuficiente tambiénen Santiago(62).

La escasez de trabajadores y, por consiguiente, losjornales relativamente altos que pagaban las grandesempresas agrícolas (durante la zafra de 1893 se pagaban dosa tres pesos por tarea en San Pedro de Macorís),ocasionaron una migración interna de carácter en parte

61 Memoria aet Gobernador Civil y Militar de la provincia deSanto Domingo al Ministro de lo Interior y Policia, 8 de febo de1898, AGN No. 115.

62 Por otra parte, el Gobernador se muestra satisfecho de losefectos del Ferrocarril Central Dominicano entre Santiago y PuertoPlata, que haina sido inaugurado el 16 de agosto de 1897, esta"gigantesca y atrevida obra del general Heureaux", que aumenta elinterés en la agricultura. La cosecha de tabaco es mayor que la delaño anterior y también se exporta café en mayores cantidades, "si setiene en cuenta gue hace una deéada tal vez, que no se exportabaninguno"; tambien avanza la técnica de selección: "ya se introducenmáquinas separadoras"; tam bién las 'maderas de estimación' puedenser transportadas fácilmente ahora a la costa. (Memoria delGobernador Civil y Militar de la provincia de Santiago al Ministro delo Interior y Policta, enero 1898, A GN).

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permanente y en parte temporero, que explica la escasez delos frutos vegetales tradicionales; algunos abandonabandefinitivamente sus conucos, otros ganaban lo suficientedurante la zafra para no tener que trabajar mucho despuésen su propio terreno.

Esta movilidad geográfica causaba intranquilidad. ElGobernador de Samaná se quejaba en 1898 de que la fuerzapolicial de la "gran finca de guineos de la 'Sarnaná BayFruit Company', en Sabana de la Mar", era insuficiente"para contener las desgracias que a diario se suceden allí,donde vienen a refugiarse, so pretexto de obtener trabajo,los malhechores de todos los puntos de la República"(63).

Pero no todo el mundo estaba convencido del atractivode esta Compañía como patrono: un tal Marius escribía el11 de junio de 1893 un remitido en el Listín, donde decía:"Los peones, hijos del país, son tratados como animalesque no se estiman en nada. En vez de pagárseles semanal oquincenalmente, se les retiene arbitrariamente el fruto de sutrabajo un mes y más, y como estos infelices autómatasnecesitan obligatoriamente algunos avances para sualimentación, la Compañía les da a cuenta una especie depapel moneda que no garantiza al público, para que se veanobligados a gastar en la bodega que dicha Compañía tieneestablecida y donde son sacrificados de la manera másincalificable y más cruel".

Por primera vez se menciona aquí el notorio sistema devales que iba a extenderse también a la región azucarera, Xque iba a ser descrito más tarde, en todos sus aspectosnegativos, en la novela Over, de Ramón Marrero Aristy(64).

En el último decenio del siglo XIX se oían cada vez conmayor fuerza las protestas contra la vagancia y corrupción;esto se debía a la antes mencionada mayor participación dela población rural en la economía monetaria, en que sumasde dinero subjetivamente grandes eran entregadasperiódicamente a personas que antes habían podido cubrirsu gama de necesidades casi totalmente con los productos

63 Memoria del Gobernador Civil y Militar de Samaná alMinistro de lo Interior y Policía, 7 de enero de 1898, AGN.

64 Colección Pensamiento Dominicano, Libreria Dominicana,Santo Domingo, 1963.

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de su propia tierra, y también por el desarraigo queresultaba del aumento de movilidad geográfica. ElVicepresidente Figuereo confiesa en 1893, cuando está detránsito en San José de Ocoa, ser "enemigo acérrimo ycordial de la vagancia, fuente de tantos males" y da"órdenes... para que dentro de seis meses todo el que hoy seencuentre en los campos sin ocupación conocida, tenga yasu labranza en perfecto estado de cultivo"(65)

La mayor circulación de dinero entre la población ruralcausó unenom1e aumento del número de pequeñoscomerciantes y tenderos en el campo, y diversas autoridadesatribuían la 'vagancia' y 'corrupción' del pueblodirectamente a estos pequeños empresarios. Vale la penamencionar, a este respecto, los siguientes párrafos de unapetición del Ayuntamiento de Cotuy al Congreso Nacionalen 1897: "El espíritu de corrupción que invade estascomarcas principalmente en nuestros campos; la tendencia ala vagancia que se desarrolla de un modo lamentable entrelos campesinos, que ora entregados a la orgía, ora al juego ya las bebidas alcohólicas, no viven ya para el trabajo ni paranada edificante y útil, sino para el libertinaje,sumergiéndose cada vez en un estado de atrofia ydesmoralización, cuyos terribles y fatales resultados notardarán en hacerse sentir si no se pone remedio a tiempo,han hecho que este Ayuntamiento, -inspirado en su deseo porel bien y el orden público, dirija.... a ese Soberano Cuerpo laspresentes líneas para pedirle:

"Que consideramos los males ... anotados, cuya mayorcausa estriba en los establecimientos de comercio en loscampos, porque allí es donde se reúnen padres e hijos defamilia para entregarse a la libre satisfacción de vicios, sinque las autoridades rurales puedan impedirlo, se promulgueun decreto que prohiba dichos establecimientos en loscampos, a excepción de las llamadas bodegas en las fincas yde las cantinas en las galleras, pudiendo estas últimassolamente vender los días y noches que les esténpreceptuados para sus bailes y el juego de gallos. EsteAyuntamiento cree que de este modo se da un paso muy acer­tado en favor de la moralización pública "(66).

65 L istin, 25 de sep. de 1893.66 Actas del Congreso Nacional, 1897, No. 42, fecha 22 de

mayo, AGN.

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Tres días antes, y tal vez de común acuerdo, elAyuntamiento de Salcedo había propuesto al Congreso laprohibición de establecimientos comerciales en el campo, sopena de $25. (67).

La admirable preocupación por el bienestar espiritualdel campesino que parece manifestarse en estas peticiones,no debe ser vista sin un poco de escepticismo. Tambiénestaban en juego intereses materiales de los comerciantesurbanos que estaban bien representados en losAyuntamientos. Pues sucedía lo siguiente: antes de lallegada de la industria azucarera, las extensas zonas ruralesque rodeaban un pequeño centro urbano, dependían parasu suministro de los comerciantes residentes en el pueblo.Por cuanto los habitantes del campo no compraban susartículos directamente a estos comerciantes, los pocospropietarios de bodegas rurales compraban, sin embargo,sus mercancías en el pueblo cercano. Luego el surgimientode la 'bodega centra!' de la industria azucarera perjudicabaal comerciante de pueblo de dos maneras. Por una parte eljornalero era atado a la bodega central por el sistema devales, y por otra parte la bodega obtuvo como clientes a losvendedores ambulantes y tenderos rurales, cuyo númeroaumentaba rápidamente. El comerciante de pueblo, cuyocapital era frecuentemente limitado, no podía competir nien precios ni en surtido con las grandes bodegas que traíansus mercancías directamente del extranjero. Como labodega central extendió su radio de acción comercial a laregión circundante, vendiendo tanto al por mayor como aldetalle, el comerciante y tendero de pueblo se vio privadode una porción potencialmente importante de la crecienteeconomía monetaria(68).

Naturalmente que fa respuesta a este reto a loscomerciantes hubiera sido que ellos mismos, modernizandosus costumbres comerciales, reduciendo su margen deganancias, cooperando mas estrechamente, imitando (ohaciendo imitar) en parte las actividades de los vendedoresambulantes y de los pequeños tenderos rurales, hubieranhecho competencia directa a estos últimos. Pero su dignidadno les permitía tomar ese camino: trataron solamente .de

67 Actas del Congreso Nacional, 1897,19 de mayo, AGN.68 Ver también Gómez Alfau, Luis Emilio. op. cit., 42,44.

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destruir con medidas legales una competencia queconsideraban injusta. Pensaban poder promover una acciónlegal, no sólo porque como comerciantes establecidos eranconocidos por lo general como favorecedores del régimenimperante, sino también, y sobre todo; porque losvendedores y empresarios ambulantes a quienes estabadirigida su ira pertenecían, en su mayor parte, al másreciente grupo de inmigrantes del país: los árabes.

En petición al Congreso Nacional, de fecha 9 de juniode 1896, diecisiete comerciantes de San Pedro de Macoríscallan sobre la corrupción del pueblo y exponen lasverdaderas objeciones de manera directa: "Nuestros camposestán llenos de casas de comercio... No hay agricultor que nosea comerciante, todo lo cual nos perjudica notablemente, yeste perjuicio se aumenta en máximo grado con unainvasión de árabes en pueblo y campo, de puerta en puerta,que, dadas sus operaciones comerciales, han abarcado todoel negocio y nos. han ido arrollando hasta convertirsenuestro comercio en un cementerio desolado y triste. Susdepósitos son de mayor importancia ya que nuestras casas,y dados sus ínfimos gastos, pues altamente conocida es sumanera de vivir, omitiendo todo gasto que no sea elestrictamente necesario a la inmunda y mísera subsistenciaa que se someten, es imposible luchar con ellos. Laimportancia de nuestros comercios requiere gastos yatenciones de que ellos están exentos, y si tratáramos decompetir sus precios, nuestros interese", sufrirían -, Elporvenir comercial de Macorís está en manos de los árabes ycreemos que los árabes no han hecho jamás la felicidad deningún país, ni han sido los que .han contribuído a laimportancia que hoy tiene Macorís, Creemos también queun pueblo no puede ni debe cifrar sus esperanzas dedesarrollo e importancia en esa clase de comerciantes; y quenuestro civilizado e ilustre Gobierno no debe mirar conindiferencia el perjuicio que nos irrogan... y que frustrarápor completo el comercio de Macorís con menoscabo a losintereses del Estado; creemos tiene (este perjuicio) algunacausa que nuestro ilustre Gobierno puede investigar ycombatir, demostrando con ello su concienzudo y erbiorégimen.

"Os suplicamos, pues, Ilustres Congresistas, que a losestablecimientos de los campos e Ingenios, se les conceda el

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derecho de vender provisiones para el sostenimiento de sustrabajadores, excluyéndoles del derecho de expendertejidos; y con respecto a los árabes o comerciantesambulantes, privarles la introducción de mercancías oaplicarles una contribución fuerte que les impida la baratezde ellas"(69).

Es sabido que la guerra de competencia no la perdieronlos árabes y no pocos de los comerciantes establecidosgarantizaron, en una generación posterior, su éxitocomercial, confiando la felicidad de una hija a un adineradomiembro del grupo que antes había sido consideradoincapaz de hacer 'la felicidad de ningún país'.

Abarcando los cambios aquí señalados en la estructuraagraria de la República Dominicana en los tres últimosdecenios del siglo pasado, se puede afirmar que:

1) Se efectuó una transición de una agricultura yganadería esencialmente autárquica (con la excepciónmarcada del cultivo de tabaco en el Cibao y de laexportación de maderas y ganado), a una industriaazucarera que, con uso intensivo de capital, producía parael mercado mundial, mientras también aumentóconsiderablemente la exportación de cacao, café y guineos,cultivados en parte en modernas y grandes empresasagrícolas.

2) En el sistema de tierras comuneras, que se habíaestablecido por una regresión del patrón tradicional pseudofeudal de propiedad de tierras, y la consiguiente posibilidadde negociar las 'acciones', surgió una crisis como resultadodel alza en el valor de la tierra; de esta crisis emergió, perono antes de nuestro siglo, y a costa de falsificación y fraude,un patrón claramente definido de propiedad privada.

3) Desaparecieron totalmente las formas tradicionalesde producción azucarera y parcialmente las empresasganaderas que empleaban poco personal, mientras que elcultivo de frutos y vegetales tradicionales disminuyónotablemente.

4) Las nuevas grandes empresas agrícolas fueronfundadas primero por particulares, en su mayoríaextranjeros (sobre todo cubanos), y en una fase posterior

69 Actas del Congreso Nacional, 1896, No. 24, A GN.

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también por compañías norteamericanas.5) Aumentó la movilidad de la población rural, que

obtuvo mayor participación en la economía monetaria, dela cual se beneficiaron sólo en parte los comerciantesurbanos ya establecidos, pues la bodega central, que pormedio del sistema de vales (introducido probablemente porlas compañías norteamericanas) ataba a los propiostrabajadores, también obtuvo como clientes a loscomerciantes ambulantes árabes; esto resultó en unareducción del radio de acción comercial de los centrosurbanos..

Huelga decir que los cambios aquí señalados en lanaturaleza e intensidad de la producción agrícola afectarontodos los sectores de la vida social. En el próximo capítuloprestaremos atención al crecimiento y a la composiciónpoblacional, y al desarrollo urbano en este período.

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n. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DEMOGRAFICAy EN LA DISTRIBUCION GEOGRAFICA

DE LA POBLACION

1. La población Nacional

Los escasos datos sobre el número de habitantes en elcurso del siglo XIX deben ser utilizados, por supuesto, conla mayor cautela. Pero por lo menos son verosímiles lastendencias generales que ellos reflejan. En 1789, Moreau deSaint-Méry estimaba la población de la parte española de laHispaniola en 125.000 almas: (1) según un censo del 1819,en aquel año sólo había 63.000 (2). La rebelión haitiana ysus consecuencias para Santo Domingo (entre otras cosas, laocupación. bajo Louverture de finales del 1800 hasta 1802);quizás también la ocupación francesa bajo Ferrand yciertamente el período subsiguiente de 'la España boba'(1808-1821) son factores que en conjunto hacen probableun saldo en favor de la emigración para el período1789-1819. La siguiente información censual que conozcodata de 1863; en ese año un 'tribunal eclesiástico' estimabala población católica en 207.700. Esta cifra fue rechazadacomo demasiado alta por la Comisión Norteamericana deInvestigación por razones convincentes; la Comisión misma

1 Moreau de Saint-Mery, M.L.E., Descriptions de la PartieEspagnole de l'lsle Sain t . Dom ingu e, (Philadelphia, 1799)

2 Exposición, 98.

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fijó en 1871 el numero de habitantes en 150.000 (3). En1887 fue realizado un nuevo censo por la curia. En eltiempo transcurrido se evldencíaba un gran crecimiento: lapoblación fue fijada ahora en 382.312 almas.

Abad estimaba en 1888 la población en 415.000 a416.000 habitantes (4). Este crecimiento lo confirmaba unestimado de 486.000 habitantes en el año 1897 (5); en1898, Meriño calculó el total de la población en458.500 (6). El fuerte aumento poblacional durante lasúltimas décadas del siglo XIX que se pone en evidencia enestas cifras, es corroborado por los datos sobre los cambiosen la distribución geográfica de la población, comodemostraremos más adelante.

También los cambios en la estructura agraria que,señalarnos en el capítulo anterior hacen verosímil un rápidoaumento a partir de los años setenta. Una parte delaumento poblacional debe ser atribuída a la inmigración,Por eso pasaremos ahora a tratar brevemente y por separadoa algunos de los principales grupos de inmigrantes del siglopasado. No nos limitaremos a prestar atención a los datosnuméricos, sino que también presentaremos materiales quepodrán facilitar nuestro análisis posterior de los cambiosestructurales y culturales en el período que nos ocupa.

2. Inmigración

a. Los metodistas norteamericanos

Dos años después del inicio de la dominación haitiana(1822-1844) el Presidente Boyer comenzó de manerasistemátiea a atraer a libertos norteamericanos al país; paraese fin fue enviado a Nueva York el agente JonathanGranville; tenía autorización para ofrecerles a quienesquisieran emigrar a la isla de Haití una travesía gratis,

4 Abad. J.R.. OD. cit.5 ExposicióTl 98.6 Meriño, op. cit. La población de 585.000 que resultó del

censo de 1908 presta verosimilitud a tas cifras de los años noventa.Ver. ademds: Amiama, MI. A., La Población de Santo Domingo,eh'o, órgano de la Academia Dominicana de la Historia; No. 115,1959.

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mantenimiento por cuatro meses y 36 acres de terreno porcada 12 trabajadores. Los estimados del número depersonas que aceptaron las proposiciones de Granvillevarían entre los 6.000 y los 13.000; sí es seguro que unimportante número de ellos procedía de un medio urbano;fue especialmente la ciudad de Philadelphia uno de loslugares de origen más numerosamente representado.También es seguro que, tanto por este motivo como por lasdificultades de adaptación; causadas por el clima y la

'cultura del nuevo país,': una parte de ellos regresó muypronto, y otra parte, estimada en un tercio del númerooriginal, falleció en poco tiempo. Sin embargo, en 1870todavía podían encontrarse en diversos lugares del paíspequeños grupos .de estos inmigrantes o de susdescendientes. Los núcleos más importantes se hallabanentonces en la capital;' en Santiago, Puerto Plata y enSamaná. En este último lugar vivían entonces unos 500 ó

600, algunos de los cuales. habían progresado hastaconvertirse en agricultores relativamente prósperos; para suorganización religiosa recibían ayuda de la Iglesia MetodistaWesleyana, de Inglaterra; habían organizado su propiosistema escolar en inglés, que comparaba muyfavorablemente con el 'sistema nacional dominicano; enresumen, habían llegado a formar un núcleo poblacionalextranjero debidamente organizado, que, con la cohesiónque le daban su religión y su idioma, se considerabasuperior a los dominicanos y trataba de evitar laasimilación.

En ese mismo año las colonias Metodistas de SantoDomingo y Puerto Plata se habían 'dominicanizado' ya engran medida en lo que respecta a idioma y a la selección decónyuges, aunque todavía tenían sus propias iglesiasMetodistas(7) y asociaciones de ayuda mutua y, en PuertoPlata, su propia escuela. Para los inmigrantes residentes en

. Samaná este proceso de asimilación sólo vino a sentirse

7 Todavta en 1893 existia en la capital una congregactonmetodista; en ese año se hizo una recolecta bajo la dirección delpastor Gooding para la compra de un local; en ocasión de estaacción se hicieron referencias a los inmigrantes de 1824; entre losapellidos de los organizadores de esta recolecta hay algunos ;Phipp,Hamilton} que también se encuentran en Samaná (Ltstin, 28 nov.1893).

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claramente en los últimos años del siglo; el nombramientohecho por el presidente Heureaux de un hijo de colonistas,el general Anderson, como gobernador de la provincia deSamaná, simbolizó el reconocimiento del grupo deinmigrantes dentro del conjunto nacional. Heureaux, quehabía nacido en Puerto Plata y que conocía, por lo tanto,bien a los Metodistas norteamericanos (8), siempre sintiópor ellos una simpatía que tal vez estaba también fundadaen consideraciones raciales. Una de sus hijas trabajó pormucho tiempo como maestra en Samaná. A pesar de lacreciente asimilación, el conocimiento del idioma inglés estáaún hoy muy generalizado en Samaná. El origen samanensede muchos miembros del personal de la marina dominicanapuede guardar relación con esto. No disponemos de datossobre la composición ocupacional de estos inmigrantesnorteamericanos; se sabe, sin embargo, que el presidenteBoyer quería atraer principalmente a artesanos capacitadosy a agricultores. Si es evidente que el nivel educacional deeste grupo debe haber sido relativamente alto, y en aquelloslugares donde se encontraron un número suficiente parapoder fundar sus propias escuelas, supieron mantener esenivel. Este factor educacional, así como la ética laboral'protestante' de este grupo, que se mantuvo vigente pormedio de su religión, la sobriedad de su estilo de vidaque también les imponía su religión (bailar, beber y fumarestaba prohibido), todo esto hubiera favorecido susposibilidades de ascenso social y de ocupar aquellasposiciones abiertas en la estructura socioeconómica endesarrollo que requerían tales normas de conductaculturalmente determinadas, si estas posibilidades nohubieran sido obstruídas por aislamiento geográfico ysocial, por una parte (y esto es especialmente cierto para lacolonia en Samaná), y por otra parte, por la circunstancia

8 Heureaux fue en Puerto Plata a la escuela 'inglesa' de Mr.Thauller, Como observa Rufino Martinez: "Institutores ingleses (oo.)fueron los únicos que tuvo Puerto Plata en la Primera República.Aquel/os maestros, respetuosos y severos, como buenos sajones (oo.)formaban en el niño un concepto elevado del deber, lo cual era deno poco valor en un medio donde la vida desordenada aceptaba lanecesidad de atropellarlo y violarlo todo para triunfar". [Marttnez,Rufino, Hombres Dominicanos: Deschamps, Heureaux, Luperón,primer tomo, Imprenta Montalvo, Ciud, Trujillo, 1936, 7~), _

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de que, según a fínales del siglo se fue cristalizando yestabilizando en cierta medida el sector no gubernamen talde la estructura económica, la movilidad ascendente eraobstaculizada más que antes por rasgos negroides demasiadonotables (9).

Uno de los emigrantes metodistas que tuvo éxitosexcepcionales fue ciertamente Elijah R. Gross, que,habiendo servido bajo Boyer como coronel y después comodirector de Correos, fue nombrado juez por el presidenteSantana, función que todavía ejercía en 1871 (ID). Yahemos mencionado la carrera política del general Anderson,

Tanto en las profesiones relativas a la educación comoen las relativas al cuido de enfermos, sorprendía el grannúmero de (descendien tes de) inmigrantes protestantes. Laprimera enfermera profesional fue Mrs. Margaret Mearse, dePuerto Plata, esposa dé un pastor protestante a finales delsiglo. En los años ochenta se encontraban pocas capitaleñ asentre las enfermeras, hallándose más puertoplateñas ysamanenses, así como inmigrantes de Curazao, Santo Tomásy las Islas Turcas(ll) en esta profesión, que, dicho sea depaso, no gozaba gran prestigio social en el ambien te culturaldominicano.

b, Los judios sefariHe.~de Curazao

Fue sólo después del traslado de la Real Audiencia aCuba, en 1799, como consecuencia del tratado de Basilea(1795), que Santo Domingo se convirtió en un lugar másatractivo para el establecimiento de inmigrantes judíos, delo que había sido durante la dominación española. Nosorprende, pues, que en el primer cuarto del siglo XIXalgunos judíos se habían establecido en la parte oriental dela Hispaniola. La lápida considerada como la más antigua delo que fué la parte judía del cementerio de la Avenida de la

9 Para datos más detallados sobre la colonización de Samanáver: Hoetink, H., "Al'rfericans in Samaná", Caribbean Studies, 11, 1,3-22 Y la literatura allt mencionada.

10 Informe, op, cit., 521 Y sigo11 Historia de la Medicina en Santo Domingo. Trabajos de

estudiantes universitarios bajo la dirección del Dr. H. Pie ter (ms.A.C.N. no. 496).

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Independencia en la capital dice: "Jacob Pardo, natif deAmsterdam, Agé 46 ans, Décédé 6 Dec. 1826. Avec regretde sa famille et amis" (12). Alrededor de 1830, es decir,también en el período de la dominación haitiana, la casacomercial Rothschild, de Santo Tomás, estableció una filialen Santo Domingo bajo el nombre comercial Rothschild&Cohen. Pero es principalmente en los años cuarenta, y sobretodo después de la Independencia en 1844, que se haceclaramente notable la presencia de judíos sefardíesprocedentes, casi sin excepción, de Curazao. Apellidos comoPardo, Maduro, Naar, Crasto, Senior, Namías, de Marchena,de León, Curiel, (Cohen) Henríquez pertenecen todos afamilias que, habiendo huido de la Inquisición en España oPortugal, llegaron a Holanda por vía de otros países-Francia, Turquía- y de allí partieron a las posesionesholandesas del hemisferio occidental -Pernambuco, NuevaAmsterdam, Surinam, Curazao. De allí -y especialmenteCurazao- se produjo muy pronto la emigración a las coloniasno espaftolas del Caribe, como Jamaica y Santo Tomás. Losprimeros sefardíes curazoleños que partieron a SantoDomingo no permanecieron todos allí. Fundaron sus casascomerciales generalmente como representantes deimportantes firmas curazoleñas, pero ellos mismos partieroncon frecuencia después de algunos años. Así el curazoleñoLópez Penha, quien permaneció alrededor de 1845 por sólounos años en el país; fueron algunos de sus hijos quienes seestablecieron allí definitivamente.Según Ucko, fue, por unaparte, la inestabilidad política, y por otra parte, laorganización religiosa insuficiente lo que causó el regreso aCurazao de muchos de los inmigrantes más viejos. De partede las autoridades gozaron, también en los primeros años,de toda protección. De interés por múltiples razones es, eneste respecto, una carta oficial del Presidente Santana del

12Hasta 1915 el cementerio juaio de Santo Domingo dependiade la corona inglesa; el súbdito y vice-cónsul inglés Abraham Leónhabla hecho este arreglo; su hermano menor Benjamin León actuóhasta ese año como encargado del cementerio; él era entonces unode los pocos que practicaba la religión judia. En 1915 el cementeriofue donado al Ayuntamiento de Santo Domingo, de acuerdo con elcónsul británico. La mayor parte de estos datos provienen de: Ucko,Enrique, La Rusión de los Sefardies con los Dominicanos. C.Trujillo, Impr. La Opinión, 1944, 34 p. Sólo poseo una copia amáquina de este articulo.

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16 de septiembre de 1846, motivada por una queja contraalgunos comerciantes judíos en La Vega, de la cual citamoslo siguiente:

"El Consejo de Secretarios de Estado reunido (...) bajola Presidencia del Presidente de la República, tomóconocimiento de una petición dirigida al Presidente 'por elJefe Superior Político de La Vega, cuyo objeto es exigirque el Gobierno tome una medida contra algunos Judíosque hacen comercio en aquella población; en consecuencia,después de un maduro examen se decidió dirigir a lospeticionarios la siguiente respuesta, por vía del JefeSuperior Político: "Señor Jefe Superior Político: Queda enmi poder una petición, que con fecha 9 del corriente me hasido dirigida por usted y por algunas otras au toridades yhabitantes de esa Provincia, cuyo contenido no ha podidomenos de sorprenderme y pone al Gobierno en la necesidadde hablar un lenguaje que quisiera siempre evitar, pero delque no puede prescindir al calcular todos los males quepueden seguirse de que en tiempo no se corten de raíz lascausas que los producen. En primer lugar, usted, comoprimera autoridad de esa Provincia, deberá abstenerse defirmar peticiones de toda clase. El mismo principio debeaplicarse aún más a los jefes militares. Sería bien merecidocuando se les sometiese a un consejo militar para queaprendiesen a no mezclarse en intrigas, cuyo objeto nocomprenden, pero que es muy conocido del Gobierno comovoy a demostrárselo. Se dice en la petición que cuatro ocinco judíos hacen considerables perjuicios al puebloporque compran las onzas de oro y los fru tos del país aprecios exhorbitantes, etc. Estas solas palabras indicanclaramente que no es el pueblo quien se queja, pues no hayagricultor alguno a quien le ocurriera quejarse de que unjudío le dé cien pesos por un quintal de tabaco, que undominicano sólo le pagaría en cincuenta, de modo que,lejos de redundar eso en perjuicio del pueblo, es, alcontrario, un beneficio notorio que irá en aumento amedida que crezca el número de compradores y le quiten atres o cuatro monopolistas bien conocidos el tristeprivilegio de enriquecerse a costa de los infelices labradores,a quienes sacrifican. Esos monopolistas son los autores deotros muchos que aparecen firmados en ella, porque no

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descubren la mano oculta que los impulsa, pero cuandoreflexionen sobre sus verdaderos intereses se convenceránde que han sido engañados para servir de instrumento apasiones tan mezquinas como indecorosas... : cuando algúnextranjero activo y laborioso viene a nuestro suelo y haceen un día lo que los naturales no hacen en un mes, por no.moverse, lejos de perseguirlos como quisieran los ocultosautores de la petición, debe el Gobierno, y todos losdominicanos interesados en el bien del país, protegerlo yanimarlo a fin de que los nuestros tomen ejemplo, yaprendan que la riqueza es hija del trabajo y de laeconomía... : querer en el siglo XIX, y en medio de unaRepública libre, perseguir a un individuo pacífico eimpedirle que compre tabaco bajo el pretexto de sureligión, es un escandaloso abuso de la doctrina deJesucristo... Otra debería ser la conducta de esosdominicanos. si en vez de escuchar el grito de las pasiones,oyesen la val. de 1<1 justicia y de la gratitud. Esos cuatrojudíos que allá persiguen, y otros que aquí residen, hansido los primeros en aprontar sus fondos para subvenir a losgastos de la guerra, en los mismos mamen tos en que algunosDominicanos no sólo nada hacían, ni prestaban, sino quedesanimaban con su malejemplo a los buenospatriotas gue semanifestaban resueltos a defender la libertad de laRepública ... En esta capital... hay más judíos que en ningúnotro punto de la Isla. y lejos de haberse experimentadohasta ahora la menor dificultad, ellos van a la Iglesia, asistena todas nuestras ceremonias y aun con tribuyen con suslimosnas al mantenimiento del culto... y la Iglesia, fieldepositaria de la fe cristiana. consagra la décima quintaoración del Viernes Santo a pedir a Dios la conversión delos judíos. conversión que no puede lograrse conpersecusiones ni con arbitrariedades, sino por medio de ladulzura y de la persuasión ... (Cual) documento seráimpreso y circulado a diligencias del Señor Secretario deEstado en los Despachos del Interior y Policía para prevenirlos males consecuentes a esa clase de negocios y que elpúblico sepa cuál es la conducta del Gobierno enel desempeño de sus sagradas obligaciones. Dado en elPalacio Nacional de Santo Domingo, Capital de laRepública, a los diez y seis días del mes de septiembre de mil

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ochocientos cuarenta y seis, año tercero de la Patria (13).

Como veremos depués en mayor detalle. la actitudoficial fijada en este temprano documento en relación a lainmigración en general, siempre fue confirmada porgobiernos posteriores. En lo que respecta a la inmigraciónsefardí en particular, este documento toca dos puntossobresalientes. Está en primer lugar el apoyo financiero quclos judíos dieron a 'la guerra' (contra Haití). apoyo quedebía ser apreciado, desde luego, por los patriotas. Tambiénen los decenios posteriores los comerciantes judíos,establecidos principalmente en Curazao, pero también enSanto Tomás, participaron en el financiam iento de empresaspo l ít ico-militares, incluso y especialmente en losmovimientos revolucionarios internos. Esto sucedía. sinduda, por consejo y mediación de sus representantes enSanto Domingo. Así la firma curazoleña J. A.Jesurun e Hijoprestó en 1857 SI 00.000 al gobierno de en ronces,alquilándole también la goleta Amelía por unos 10.000pesos (lA).

En 1866 el presidente Cabral autorizó a Jacobo Perciraa gestionar un préstamo europeo hasta una suma de400.000 libras esterlinas; el contrato de préstamo que élfirmó en el '67' con los banqueros parisinos Em. Erlanger nofue" aprobado, sin embargo, por el Congreso Nacional.Simultáneamente, Sigmund Rothschild tenía un poder delgobierno dominicano. En 1868 Báez aceptaba nuevamenteel cargo presidencial; su revolución había triunfado en partegracias a la ayuda económica de J. A. Jesurun de Curazao,cuya cuenta de S37,145.80 fue reconocida como deudanacional el 30 de abril de ese año. El director de esa firma,Abraham Jesurun, fue durante varios períodos cónsul de laRepública en Curazao, y fue nombrado general comorecompensa por sus méritos. En 1868 Báez encargó aJesurun, junto COn el encargado de negocios en Francia,coronel Adolphe Mendes, de gestionar un préstamo enEuropa, después de fracasar las gestiones en ese sentido quehabía emprendido Jesurun en los Estados Unidos. Elresultado de los contactos que hicieron en Europa fue el

13 Ucko, op. cit., el orginal se encuentra en el A.C.N.l a lnforme, op, cit.. 92.

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tristemente célebre empréstido Hartmont (a pesar de queMendes había hecho advertencias en contra del inglésHartmont). El contrato fue firmado en 1869, siendorepresentada la República por el Ministro de Hacienda,Ricardo Curiel, también portador de un apellidocurazoleño-sefardí. Sin internarnos aquí en la onerosahistoria financiera del país, nos limitamos a señalar que enlos años ochenta fue nuevamente un inmigrante sefardí,Eugenio Generoso de Marchena, quien actuó como elprincipal experto financiero del Gobierno. Fue él quien,apoyado sin duda por sus relaciones curazoleñas yholandesas, firmó en 1888 en Amsterdam el primercontrato con los banqueros holandeses Westendorp & Co.,que regulaba las deudas a los poseedores deoblígacíones-Harmont, pero que a la vez creaba a partir del10. de noviembre de ese año la Caja General deRecaudación de Aduanas (la Regie), la cual, ocupada poragentes de Westendorp, controlaría los ingresos de losderéchos de importación y exportación durante los treintaaños que serían el plazo del préstamo de 770.000 librasesterlinas firmado con Westendorp (15).

Aunque no es nuestra intención atribuirle a losinmigrantes sefardíes y a sus familiares residentes en elextranjero una posición monopolista en cuanto a la políticafinanciera de la República durante el período que nosocupa, podemos, sin embargo, presumir con bastantecerteza que por lo menos en ciertos 'períodos, ellosocu paron las posiciones claves (16).

Volvamos al documento de Santana. Un segundo puntoque llama nuestra atención es el dato de que los sefardí:seran. evidentemente, visitantes regulares de la IglesiaCatólica. En relación con esto es oportuno señalar que entiempo sorprendentemente corto, a saber dos o a lo sumotres generaciones, los judíos curazoleños se asimilaron a lasociedad dominicana. Ya que no era conocido que hayahabido coacción a ese efecto, -es necesario buscar otra

15 Ver para mds detalles: Herrera, César A., De Hartmont aTrujillo, Impresora Dominicana, C. Trujillo, 1953, 13·57. Al cabo decierto tiempo De Marchena cayó en desgracia y fue fusilado pororden del Presidente Heureaux.

1 tí Ver vara otras posiciones claves del grupo judío p. 25.

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explicación para ese fenómeno que era sorprendente en esegrupo y en esa época. Ucko I señala que el grupo fuedemasiado pequeño o demasiado disperso para podermantener una vida religiosa organizada, incluyendo laeducación; aunque se celebraban las fiestas religiosastradicionales, 'la vida religiosa era pálida y poco duradera'.También menciona, el surgimiento de las ideas judías'liberales (que causaron un cisma en Curazao) (17), como.uno de los factores que fomentaron la indiferencia religiosa;mientras que por otra parte sus necesidades espirituales eransatisfechas en creciente medida por la Masonería, muydifundida en Santo Domingo: "volvieron a encontrar elMesianismo así como la Cábala, con sus especulacionesmisteriosas, en la idea panhumana y el misticismo de laMasonería". Es interesante mencionar aquí que en el mismoaño en que el Presidente Santana firmaba el documentoantes mencionado para la protección de, entre otros, elsefardí Naar, residente en La Vega, los nombres de ambos deellos aparecían en un protocolo de una logia masónica (18).Un tercer factor que explica, según Ucko, la rápidaasimilación de los judíos, es la necesidad que sentíanmuchos de ellos de introducir 'sangre nueva' en su grupo,que se caracterizaba frecuentemente por la endogamia,sentimiento que habrá sido influenciado por 'la bellezaatractiva de la raza criolla'. Sí hu bo protestas de parte de lavieja generación judía contra estos matrimonios mixtos, quepor eso eran a veces celebrados tanto por ritos judfoscomo católicos; pero con el correr del tiempo la partecatólica de la familia resultaba generalmente dominante.Empero nunca se vio en las familias a que nos referimosninguna tendencia a guardar en secreto su ascendenciaparcialmente judía. Por una parte, su posición económicaya les daba una seguridad social, y por otra parte -y esto es'probablemente más importante- la 'ascendencia hebreácomprueba claramente su origen blanco y el criollodominicano le atribuye gran importancia al componente

17 Véase Hoetink, H., Het Patroon van de oude CurafaoseSamenleving. De Wit, Aruba, Tiel, 2da. ed., 1966, 42-43.

18. En trataremos más extensamente la importancia de laMasonerta. AqUl' sólo mencionaremos que un descendiente desefardt'es hizo un estudio sobre ella: López Penha, H.H., LaMasoneria en Santo Domingo, C. Trujillo, 1956.

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blanco de su linaje'. Uno que otro descendiente de losinmigrantes sefardíes llevó a la literatura dominicana eltema de la asimilación; debemos mencionar el drama enverso: La hija del hebreo (1883), de Federico Henríquez yCarvajal. que describe el matrimonio de un judío yuna cristiana, y el capítulo 12, titulado "Los paisanos qeJesús", en la novela La senda de la revelación (1936), deHaim H. López-Penha (quien, al igual que muchos de sugrupo -·incluyendo a los sefardíes en Curazao-·, habíarecibido su educación principalmente en Alemania en que elautor presenta un diálogo entre una campesina alemana yuna protestante, nieta de una abuela judía, elaborado en latradición de Lessing.

La creciente asimilación de los sefardíes fueacompañada por una disminución de sus actividadescomerciales, y es tentador ver en esto una conexión causal.En las primeras décadas de su permanencia 'los hebreosempezaron a prosperar rápidamente, y ocuparon, más omenos, el mismo lugar que hoy día (1944) retienen las casasde los españoles que se han establecido en la RepúblicaDominicana ya hace años, quiere decir que eran dueños degrandes casas comerciales de por mayor y al detalle. (oo.) Sinern bargo. su prosperidad comercial iba decayendo desde elprincipio del siglo XX', así dice Ucko. Según los judíosfueron siendo absorbidos el' la' capa social más alta de laépoca. fueron perdiendo su ethos económico, adoptandola mentalidad económica de aquéllos, que preferían invertirsus riquezas en casas y terrenos. y que elegían para sus hijosvarones la preparación académica tradicional de médico oabogado en preferencia de una carrera comercial: en lamedida en que más posiciones gubernamentales deimportancia fueron ocupadas por ellosi 19) fue relegándosea segundo plano su interés comercial particular. Sinembargo hay que señalar aquí que algunos inmigrantesjudíos abandonaron el país en los últimos años del siglopasado a causa de la crisis económica imperante,prefiriendo. evidentemente, la oportunidad de actividadeslucrativas en otra parte a la inseguridad económica de su

19 Francisco Henri'quez y Carvajal llegó a ser Presidente; otronieto de sefardies Monseñor Armando Lamarche y Marchena fuegobernador ectesidtico.

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calidad de miembro de una burguesía criolla (20).Aunqueen sentido cuantitativo la inmigración sefardí haya sidopoco importante (Ucko estima que el número de familiasjudías, por lo menos en los años cuarenta, no pasaba deveinte), esperamos que los párrafos anteriores hayanconvencido al lector de la importancia que en sentidoeconómico, político y social le puede ser atribuída.

c. Los canarios o isleños

La inmigración de las Islas Canarias tuvo lugar, porsupuesto, ya en el período colonial. Al final del siglo XVIISan Carlos fue fundado por isleños. Muy pronto cayó endecadencia este pueblo situado al oeste de la capital, pero amediados del siglo XVIII le fue' infundida vida nuevamentepor inmigran tes canarios "laboriosos y honrados'. Ya afinales del siglo XIX San Carlos había pasado a formar partedel complejo urbano de Santo Domingo, aunque habíaconservado su identidad propia; geográficamente porquedar fuera de las murallas; jurídicamente por tener supropia Jefatura Comunal, Ayuntamiento. Alcaldía yOficina Civil, y socialmente por disponer de sus propiasescuelas y de su propia iglesia 'de sólida mampostería'. En1898 allí vivían 10.000 personas (21); casi todos loshabitantes vivían en bohíos; sólo había dos casas de piedra.San Carlos era también llamado el barrio Mamey: su f'estatípica era la de la Virgen de la Candelaria, en febrero,cuando se decoraba el barrio con matas de mamey y lasmuchachas se vestían de color naranja. Todavía a fines delsiglo pasado sólo vivía una familia de negros en San Carlos,que eran llamados 'los Caravallos'; 'les decían los isleñosprietos. porque eran honrados, trabajadores y buenos'(22).Esto último indica que la población se distinguía en eseentonces por ser predominantemente de descendenciacanaria (23); sin embargo no parece probable que pueda

20 Ver además p. 26.21 .Heril/o, op. cit., 116-111

22 Gonzdlez Rodrtguez; M.A. "Apuntes y recuerdos de SanCarlos". CUo. enero-l'I}arzo 1956, núm. 106, 93·95.

23 No sólo vivlÍm isleños en San Carlos; por ejemplo. el famosoinmigrante puertorriqueño E. M. Hostos vivió algún tiempo all i.

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hablarse en ese tiempo de endogamia dentro del grupo; nopocas de las familias distinguidas de la época descendían enparte de isleños, aunque habían abandonado San Carloscomo lugar de residencia. Se impone, por lb tanto, laimagen de un barrio, sorprendentemente homogéneo ensentido étnico y cultural, donde permanecieron juntosaquellos isleños que no habían logrado mejorar su posicióneconómica en .:1 curso de algunas generaciones. A pesar dela favorable opinión expresada generalmente en cuanto a lossancarleños, en lo que respecta a su diligencia y honradez, lamayoría de sus habitantes -hasta el presente- siguieronformando parte de la categoría del pequeño empleado otendero, artesano o pequeño comerciante. Un estudiodetallado podría indicar si en efecto la movilidadascendente conducía al abandono del barrio. En ese mismoperíodo fueron realizadas también otras colonizaciones porgrupos canarios: la ciudad de Samaná, que había sidoabandonada, fue repoblada con canarios en 1756 por lasautoridades españolas, que temían la expansión francesa; enese mismo año Sabana de la Mar, situada en la costa sur dela Bahía de Samaná, fue fundada por isleños, a quienes 'seles dió plantaciones y ganado para establecer una colonia. Losesfuerzos en este sentido fueron tan flojos, que el puebloquedó durmiendo, hasta que durante la Revoluciónhaitiana, un número de refugiados franceses, buscando suseguridad, se establecieron allf, creando algunas haciendasde caña' (24). En ese mismo período de política españolaprogresista, ejecutada activamente en Santo Domingo por elgobernador Rubio y Peñaranda, también fueron repobladosMonte Cristi y Puerto Plata con familias canarias. TambiénBaní, en el sur del país, fundada en 1764 "por españoles,por canarios y hateros dominicanos de la región", tuvo talpredominancia de isleños que podía ser llamada 'la Canariadominicana, manteniendo un más limpio linaje español,hasta el punto de que hasta hace pocos años apenas habíaallí gente de color', o, en las palabras de Hostos, 'unverdadero paréntesis etnológico'. Hasta el día de hoy losbanilejos tienen la reputación de ser hábiles comerciantes;además. la ciudad ha producido un número importante de

24 Hazard, S., Santo Domingo, Past and Present, with a Glanceat Hay ti, London, 1873, p. 204.

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intelectuales y políticos (25).En los años ochenta del sigloXIX, y a iniciativa del gobierno dominicano, tuvo lugar unanueva inmigración de grupos canarios: 'El seis de octubre(1884) firmó este Despacho (Sección de Fomento), conintervención del Cdo. Min. de Hacienda, un contrato con elSeñor Andres SosviJIa i Gonzales para traer de las IslasCanarias, en el próximo mes de marzo, el mayor número defamilias o individuos destinados a las labores agrícolas, porla cantidad de veinte pesos fuertes cada persona de diezaños cumplidos hasta sesenta, i diez pesos, de uno hastadiez, bajo contrato cuyas bases se estipularon en pliegoaparte é impreso que contenía las ventajas prometidas porel Gobierno i por los hacendados. ( ...) Con cargos a gastosextraordinarios se hizo por la Hacienda Pública el pago de1.500 pesos destinados al avance a cada inmigrado, segúnlos términos de la cláusula 3a de las bases convenidas'. ElGobierno se ocuparía de procurar alojamiento provisionalpara los inmigrantes (26). En marzo de 1885 Hostos publicóun artículo donde reportaba: ' ...Se acaba de asegurar que yaha salido de Islas Canarias para la República el primercontingente de inmigración', expresando luego supreocupación por la forma en que el Gobierno pensabarecibirlos y abogando en favor de, entre otras cosas, lacreación de una Oficina de Inmigración que hiciera posibleuna planificación más adecuada de la inmigración ('un planrealmente nacional'); señala nuevamente la importancia delas colonias agrícolas y se refiere a las favorablesexperiencias de Argentina y Chile (27).

Finalmente hallamos una referencia a la inmigración deeste grupo canario, del Presidente BiJlini en su Mensaje alCongreso Nacional, al deponer el mando en este mismo año,comunicando que la llegada ha transcurrido bien, que así hacomenzado 'una corriente de inmigración laboriosa en elpaís' y. que se le ha regalado terreno a los inmigrantes, que

25 Rodrtguez Demorizi, E. (Ed.}, Bani y la Novela de Billini,Editora del Caribe, Santo Domingo, 1964, 5, 6.

26 Actas del Congreso Nacional, Sección de Fomento 20 defebrero de 1885, A.C.N. '

27 Hostos, E.M., Centro de Inmigración y Colonias Agrícolas,en: Hostos en Santo Domingo, 1, op, cit. 177 y »e.

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ya han comenzado a cultivarlo (28); probablemente estoseran terrenos aledaños a las plantaciones de azúcar o si nolos inmigrantes fueron contratados como colonos por algúncentral,

d. l.os peninsu lares

No es posible tratar aquí los casos de inmigraciónindividual; que yo sepa, la elección de la República comolugar de residencia por peninsulares tuvo lugar en escalaconsiderable sobre todo en la fase final de la Guerra deRestauración (1865). Pues muchos soldados españolespermanecieron entonces en el país, mientras que muchosde los inmigrantes particulares que habían llegado al país enel período de la anexión se quedaron en él después delrestablecimiento de la independencia. Al principio éstossufrieron persecuciones -a saber, en Santiago y La Vega- eincluso habían sido expulsados de aquella ciudad, suerteque habían corrido también ciertos dominicanos acusadosde colaborar con el enemigo ('españolismo'). En 1865,cuando Gregario Luperón era gobernador de la provincia deSantiago y representante del Gobierno de Cibao, le permitióa estos dominicanos, 'españoles y catalanes' regresar aSantiago; aunque la multitud dominicana no quiso aceptar alos dominicanos españolizantes, Luperón logró que lospeninsulares ya no tuvieran que temer ninguna agresión. Esaactitud liberal de Luperón provenía de la utilidad para elCibao que él veía en los comerciantes entre ellos: ' ...traíandinero y crédito, y podían dar movimiento, progreso y vidaa la provincia' (29). En los años siguientes un número deinmigrantes españoles acumuló grandes riquezas. Ya en1871 era señalado el hecho de que 'algunos de loscomerciantes más prósperos de Santiago pertenecen a unpaís que causó la destrucción de esa ciudad hace sólo seisaños' {3D). Y Luperón escribe sobre esta crecienteimportancia económica y política: 'Paso a paso fueron los

28 Cf Luperán, Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos, JI,178.

29 Luperón, op. cit., p. 286.

30 Informe, op. cit., 286.'

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catalanes y los españoles adueñándose de la influenciacomercial y política del Cibao, lo que ocasionótrascendentales consecuencias para muchos de ellos, que searruinaron, mezclados en una política que ningún resultadofavorable podía darles, porque las circunstancias queacababan de pasar les aconsejaban el mayor comedimientoy la mayor cordura' (31).

En la ciudad azucarera San Pedro de Macorís, queestaba en pleno crecimiento, también había en los añosnoventa una importante colonia comercial española. De losinmigrantes catalanes que llegaron a gozar de muchaconsideración mencionamos aquí a Cosme Battle en PuertoPlata, que llegó a ser uno de los prestamistas importantesdel Presidente Heureaux; él compartía esta posición, comoanalizaremos después más extensamente, con varios otros,.de los cuales mencionaremos aquí al inmigrante italianoVicini, de Santo Domingo, y el inmigrante cubano José A.Puente, de Sánchez.

e. Los cubanos y puertorriqueños

Cuando el puertorriqueño Hostos, cuya largapermanencia en la República Dominicana iba a ser de tanexcepcional importancia para la vida intelectual yespecialmente para la educación, llegó al país el 30 de mayode 1875 por la ciudad portuaria septentrional de PuertoPlata, allí existía un barrio habitado casi exclusivamentepor cubanos, que era llamado 'Cuba libre' (32). Tambiénvivían en la ciudad numerosos puertorriqueños. Los dosgrupos de inmigrantes, 'de acuerdo con dominicanosamantes de la libertad, trabsjaban resueltamente en pro dela independencia de Cuba, alzada en armas, y de laproyectada insurreción de Puerto Rico' (33). Así encontróHostos allí a su compatriota 'el noble y primer ciudadanode Puerto Rico' -'él siempre desterrado doctor (Ramón E.)Betances' a quien él señala como maestro, guía y amigo de

31 Luperon, op. cit., 1,.358.32 Hostos en Santo Domingo, op. cit., 1, 9; en otra parte Hostos

asegura que la' inmigración cubana en Puerto Plata significó unaumento de capital de '2 millones de pesos fuertes' (idem, 89j.

331dem, 11, XI.

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Luperón(34) y quien habría de prestar varios servicios agobiernos dominicanos posteriores desde su residencia enParís. A principios de 1874 se había fundado en PuertoPlata la sociedad cubana La [urenil, dirigida a "todos losque simpatizaran con la causa de Cuba," y la sociedad LaAntillano (35). Además estaba radicada en la ciudad laDolegacion Revolucionaria Cubana. 'Miles de cubanos seentregaban al trabajo, en la ciudad o en los campos vecinos,a la vez que conspiraban contra España'. Varios miembrosele las más importantes familias de exilados -como Silva,Agramonte, Arredondo, García Benítez, Fernández,Céspedes-, entablaron lazos familiares con dominicanos.Las actividades políticas de estos inmigrantes, estimuladasaún más por el liderazgo de Hostos -quien fundó tambiénvarias revistas: Las dos Antillas, Las tres Antillas, tosAntillanos, donde proclamaba sus ideas de independencia yconfederación antillanas- condujeron a presiones de partede las autoridades españoles sobre el Presidente, GeneralIgnacio María González. Este -obligado en parte por untratado de amistad que acababa de ser firmado con España en1874- prohibió la aparición de algunas de estas revistas yordenó a algunos cubanos abandonar Puerto Plata. Laopinión del periódico capitaleño La Idea, de que 'lainmigración cubana y puertorriqueña (es) mucho másventajosa que el canje de un tratado entre España y SantoDomingo' no podía ser compartida por el amenazadoPresidente. Esto apresuró su caída: Hostos, junto con otrosimmigrantes, apoyó la sociedad patriótica Uga de la Pazque, bajo liderazgo de Luperón, hacía oposición a González,y redactó diversos documentos que aparecieron con la firmade Luperón. Incluso fue acusado Hostos por la Cace taOficial de 'tornar las armas' junto con el cubano PedroRecio y de 'encabezar como jefes los cuerpos armados decubanos, que han fundado últimamente en Puerto Plata, sinlegítima autorización'. La rebelión contra González -tanclaramente provocada y apoyada por los inmigrantes- tuvo

34 Idem, 1,310.3~ Estos .da,tos y los siguientes de "Hostos en Santo Domingo",

op, CIt. 1I. XI-XIX, ver para los ideales de potitica internacional deHosros, B~tances y Luperon: Mathews, T., The Project for aConfederation o[ the Greater Antilles, Caribbean Historical Review,[lI-IV, dec, 1954, 70-107.

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éxito en 1876. recibió el nombre de 'Evolución' y llevó elalivio a los extranjeros que quedaban en Puerto Plata. Perovarios de ellos parecen no haber esperado el desenlace:según Luperón, la mayoría había partido a Venezuela, Haitíy Jamaica (36).

También Bostas habla de una "dispersión" de losinmigrantes. Pero muy pronto vino una segunda ola: "unainmigración de capitales que, huyendo de la ruina que losamenazó un momento en Cuba y Puerto Rico, fueron aaprovechar la ventaja que les ofrecían la concesión gratuitade terrenos y la excelencia de éstos' (37). En el capítuloanterior ya señalé la importancia de esta inmigraciónespecialmente para el establecimiento de las empresasazucareras modernas. En las discusiones que originaron entorno a esta transformación agrícola espectacular, no sólose debatían las ventajas y desventajas del surgimiento de lasplantaciones modernas, sino también si éste era debidoprincipalmente a una coincidencia histórica -a saber, larepentina y 'obligada' inmigración cubana-, o a la muyliberal política de concesiones y franquicias. Pedro F. Bonó-el interesante sociólogo amateur de San Francisco deMacorís- sustentaba la primera opinión. El hablaba de'privilegiornania': 'Que vienen capitalistas extranjeros yestablecen cuatro o seis haciendas de caña de azúcar sobreterrenos feraces casi a precios de regalía y a orillas del mar ode ríos navegables -bravo-, que los amos se ven rodeadosde una población que antes eran los dueños del terreno yahora son los braceros, que esta misma población además dehaberse convertido en siervos, defienden y custodian estasfincas con el Remington, y a sus propias costas, y quemuchos no quieren que los productos sacados no paguensiquiera el Remington con que el peón defiende la finca yque aquí paren y se detengan los bravos, bravo. (. ..)Mientras más veo proteger la caña de Santo Domingo, máspobre veo el negro de Sabana Grande y Monte Adentro, y sisigue ello, no está lejos el día en que todos lospequeños propietarios que hasta hoy han sido ciudadanosvendrán a ser peones o, por mejor decir, siervos, y SantoDomingo, una pequeña Cuba, o Puerto Rico, o

36 Luperon, op. cit., l I, 294.37 Host~s en Santo Domingo, op. cit., 1, 267.

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Luisiana" (38). Este ex-abrupto sarcástico, publicado en1880 en El Porvenir, provocó muchos comentarios yviolentas reacciones, a lo que escribía Bonó en 1882: "( ...)vistas fríamente las cosas y aunque choque y mortifique anuestra vanidad y amor propio, la causa primogénita, única,del reciente desenvolvimiento de la industria sacarina enSanto Domingo no es debida a las franquicias y monopoliosque, tan liberal corno onerosamente hace años para llamaral país capitales extranjeros y hasta para no llamarles, seotorgan; este desenvolvimiento se debe a la emigracióncubana, como Cuba debió a la emigración francesa deloccidente de nuestra isla a fines del siglo pasado, elfundamento de su trabajo agrícola (...); basta apuntar que,sin esa causa primera, fundamental, a pesar de lasfranquicias de Carlos III y las nuestras, ni una ni otra islahabrían tenido el factor indispensable de todo comienzo deindustria seria, es decir: un personal Científico, práctico,acaudalado, relacionado; obrando en un medio conocido,virgen, dócil y apropiado" (39). A esto contestaba El Ecode la Opinión, no sin presentar datos: "Si es verdad que uncubano fue quien fomentó la primera finca de caña enSanto Domingo, no lo es menos que otros de distintanacionalidad, y entre ellos muchos dominicanos, comoAbréu, Saviñón, Heredia, Sánchez y Bona, siguieron en lamisma línea, viniendo después capitalistas americanos,alemanes y franceses, como Mellar, Hatton, Bass y Krosigk,Stokes, Contreras, Hartman, etc. No se puede decir queestos últimos han venido por las mismas causas que losprimeros inmigrantes, por la guerra de Cuba, sino que hansido halagados por las franquicias concedidas al trabajoagrícola; franquicias que no existen ni en Cubá ni en losdemás países de donde salieron ellos para emplear suscapitales aquí"(40).

También en años posteriores siguieron llegandoinmigrantes cubanos al país; no siempre se trataba de

38 Roddguez Demorizi, E., {ed.}, Papeles de Pedro f. Bonó,Editora del Caribe, Santo Domingo, 1964, 251 Y stg., sera llamadcen adelante: Boná.

39 Idem, 253.40 Idem, 256. Ver para la participación puertorriqueña en

plantaciones de azúcar y café, capítulo anterior.

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capitalistas (41). Así llegó a Santo Domingo el 27 de marzode 1896 un grupo de 295 cubanos, de los cuales 107 eranjefes de familia. Representaban las siguientes ocupaciones:en agrícola: ca. 40; sastres: 5; comerciantes: 6; hacendados:1; músicos: 1; talabarteros: 1; hojalateros: 2; carpinteros:11; periodistas: 1; barberos 2; ingenieros mecánicos: 2;marineros: 1; alfareros: 1; herreros: 1; panaderos: 3 (42). EnPuerto Plata había en 1897 nuevamente una colonia cubanade tamaño considerable (43). Casi se sobreentiende que,por cuanto la inmigración de los puertorriqueños y cubanosadquirió un carácter permanente, su asimilación al mediodominicano se produjo en muy corto tiempo.

I /.08 huitianos

No cabe duda de que en este período de superioridad(o por lo menos igualdad) de fuerza haitiana en el campopolítico y económico, de largos años de luchas internas enSanto Domingo y de poca vigilancia en la frontera seprodujo una inmigración incontrolada desde Haití. Pero nohe podido hallar muchos datos al respecto. Sólo semenciona en 1871 como una de las pruebas del 'carácterpacífico' del pueblo dominicano el hecho de que 'a pesar deb aversión nacional que se siente por Haití, hay en estemomento muchos centenares de haitianos que viventranquilamente y se dedican a sus actividades en territoriodominicano' (44). Y en 1884 Bonó escribía sobre la región

41 También entre los inmigrantes de las islas hermanas quellegaron más tarde al paú hubo quienes gestionaron por laindependencia de Cuba y Puerto Rico: el 23 de junio de 1880 ElPorvenir publicaba una carta mencionando su "bandolerismo" yaconsejando al gobierno cerrar los puertos a todo cubano ypuertorriqueño "que no sea generalmente conocido". En su revista'El Mensajero', Federico Henriquez y Carvajal se opusoviolentamente a esta idea. (F. Henriquez y Carvajal: El Mensajero1886.1889, tomo!l, Instituto de Historia, La Habana, 1964, p.144 serállamado en adelante Mensajero).

42 Listtn, 1 abri/1896.43 Hcstos en Santo Domingo, op. cit., 11, 273.44 Informe, op. cit., 286.

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fronteriza del Sur, 'expuesta a una invasión perenne yprogresiva de población extranjera (haitiana), que hacedesfallecer cada día más el elemento dominicano, el cual,desarmado y exhausto, desaparecerá por completo de esaregión' (45). El surgimiento de la industria azucareraintensificó, sin duda, la inmigración de trabajadoreshaitianos.

Esto provocó una reacción de la importante autoridadespiritual y educacional Francisco X. Billini, director delColegio San Luis Gonzaga, quien dedicó en su periódico LaCrónica del 18 de abril de 1885, un fuerte editorial encontra de la llegada de aún más haitianos, en que sepreguntaba si esta inmigración no podía ser prohibidafundándose en las mismas razones con que se prohibía lainmigración asiática en los Estados Unidos (46).

g. Los inmigrantes de las islas británicas,holandesas y danesas del Caribe

Además de los haitianos, también llegaron para laindustria azucarera del país obreros procedentes de las islasbritánicas del Caribe. Su número parece haber sido losuficientemente grande para originar un término criollocomo designación de su grupo: coco los (47). Sonnuevamente las discusiones en la prensa sobre si supresencia era deseable, que llaman nuestra atención haciaellos a finales del siglo. Así apareció en el periódico ElDistrito del 26 de diciembre de 1898 un artículo emocionalque abogaba por la prohibición de la inmigración de'cocolos', Sugerencia que fue rechazada con indignación por

45 Bono, op, cit. 280.46 La Crónica -Religión, Ciencias, Artes y Literatura, redactor

y editor Francisco X. Billini: (Será llamada en adelante: "LaCrónica").

47 Esta palabra está todavía en boga y se aplica también a losdescendientes de los colonistas de Samaná. Por otra parte, ya en1871, se encontraba en Puerto Plata "un gran número de negros delas islas británicas Nassau, Santo Tomás, Jamaica, etc., la mayorparte de ellos hablando bien el inglés. [Hazard; op, cit., 181).

48 Listtn, 2 enero 1899.

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el periódico de mucho mayor influencia l.istin Diario (48).Varios de estos inmigrantes de las islas británicas parecenhaberse dedicado a las actividades de cobrador,probablemente entre los grupos sociales más bajos, enespecial. La palabra 'inglés' ha conservado en la Repúblicala connotación de cobrador y aparece aún hoy como tal endiversas expresiones. Ya antes mencionamos la presencia deinmigrantes de las Islas Turcas entre las enfermeras de loshospitales dominicanos. Era especialmente con Puerto Plataque estas islitas mantenían un contacto frecuente; eran,junto a Santo Tomás, Curazao y Haití también importantecomo puerto de refugio para los exilados dominicanos. Delas Antillas Holandesas no sólo se produjo la emigraciónsefardí que ya tratamos aparte, sino también unaemigración de artesanos que en su mayoría eran gente decolor.

Así, a fines del siglo pasado existía el barrio capitaleño'de segunda clase La Estancia, situado entre la calleEmiliano Tejera y Santa Bárbara, que era habitadopri acipalmente por curazoleños, 'honrados obreros,carpinteros, ebanistas, o de banco o de rivera, ventorrilleros,comerciantes en barajitas recibidas por veleros que llegabandos o tres veces cada mes de la vecina Curazao' (49).

Algunos de los inmigrantes curazoleños llegaron a sunueva patria por mediación, sin duda, de sus relaciones conlos sefardíes: así el arubano Saludiano. Fanduiz, quientrabajaba en la casa comercial de Marchena, de donde partióa los Estados Unidos con el dinero que había economizadopara estudiar medicina (50). También emigraron miembrosde importantes familias blancas protestantes de Curazao aSanto Domingo a finales del siglo pasado: apellidos comoBoom, Joubert, Schotborgh, -Evertsz son una indicación deellos. Matrimonios celebrados en Curazao por señoritasdominicanas de buenas familias se producían conregularidad; esto guardaba relación con la función

49 Gómez Alfau, op. cit., 124.50 Historía de la Medicina, op, cit. Tal vez sea bueno observar

aqut' que el portar un apellido tipicamente sefardí como Curiel oMaduro no siempre significa que la persona en cuestión fuera a laRepública Dominicana como inmigrante [udio: en Curazao esosapellidos también se encuentran entre el resto de la poblacióngeneralmente como consecuencia del reconocimiento de hijosnaturales.

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internacional que ejercía el internado católico paraseñoritas en Curazao, 'Welgelegen' (en Habaai) durante lasegunda mitad del siglo pasado. Finalmente se produjoinmigración desde Santo Tomás, sobre todo a Puerto Plata;según Martínez, apellidos como Ashton, Mathieu, Palin,Barbel, indicarían una procedencia de las IslasVírgenes (51).

h. Los 'árabes'

En el capítulo anterior ya nos detuvimos extensamentepara estudiar la importancia del grupo de inmigrantes árabesen la vida comercial, según ésta se desarrollo comoconsecuencia de la transformación agraria. Prestamosatención a las protestas que provocó el comercio ambulantede los árabes de parte de los comerciantes urbanos yaestablecidos, que vieron reducido su radio de accióncomercial tanto por las bodegas de las grandes industriasagrícolas, como por los vendedores ambulantes árabes(quienes muchas veces compraban sus mercancías en lasbodegas).

Estas protestas no condujeron a las medidasgubernamentales deseadas; por el contrario, también estosinmigrantes pudieron contar con la protección oficial, porlo menos con la más alta; el que en este sentido jugaratambién un papel el temor por repercusionesinternacionales, resulta evidente en una carta que elPresidente Heureaux dirigió en 1899 al Procurador Fiscaldel centro azucarero San Pedro de Macorís, de la quecitamos los siguientes pasajes: 'La sentencia que ha dictadoese Tribunal contra los árabes Señores J. Abraham e hijo, esnotoriamente injsuta, porque estos Señores no hanperseguido a nadie ni han sido causa de daños. (...) En casode haber sentencia, debía haber sido dictada contra elMinistro de Guerra, quien fue quien persiguió e hizoprender los carreteros. Procure por todos los medios que

51 Martinez, Rutina, Del Puerto Plata de Ayer, Editora delCaribe, Santo Domingo, 1963, 40.

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estén a su alcance, que no tengamos reclamacionesinternacionales por asuntos de interés personal' (52).Cuando las quejas por la situación económica desfavorablellevaron a un escritor de la ciudad oriental El Seybo adesahogarse en el Listín Diario con los siguientes versos:

Sólo nos queda una víaPara podernos salvary es a menudo comprarBilletes de lotería.Lo demás es tonteríaPues aquí el bello tocónNo se consigue jamásy el Seybo para atrás,Marcha como el camarón,

la redacción del periódico señaló que no eran sólo losaltos precios, sino en especial la 'tienda nueva' (bodega) y elgrupo de "pacotilleros ambulantes" los que paralizaban elcomercio local (53). Pero los árabes no siempre se dedicabanal comercio honesto; así el Listín del 9 de marzo de ese añoobserva que 'acaba de ser reducida a prisión una mujer, turca oárabe (no importa), que andaba cambiando una onza de orofalso y de ello sacando partido con las personas a quienesproponía el cambio por plata.' Algunos inmigrantes árabessolicitaron y obtuvieron la nacionalidad dominicana:'Joseph George, Nejib Joseph, Fehd, Trad, Abib, súbditosdel Imperio de Turquía, son ciudadanos dominicanos desdeel 17,' anunciaba el periódico en noviembre de 1893.

Sin embargo, seis años después todavía quedabanquienes consideraran su permanencia en el país comotemporal: en un remitido en el periódico el árabe MiguelPérez de San Pedro de Macorís se despedía' de JorgeDomingo, quien 'parte para nuestra amada Siria... y al pisarfeliz la tierra de nuestros mayores no olvide a los que aquíquedamos esperando volver a ella' (54). Según Bueno, losprimeros árabes llegaron a Santiago en 1897: AbrahamSahdalá y su sobrino Avelino, ataviados con vestimentas

52 Copiador de Cartas del Presidente Heureaux, 1898·1899.A.G.N.; carta 18 de enero 1899 a Lorenzo Sánchez,

53 Listtn, 25 de noviembre 1896.54 Listtn, 14 de julio 1899.

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turcas; después de ellos siguieron m~y pronto miembros delas familias Haché, Helú, Nazar, Tallaj, Jorge, Haddad,Sued, Khoury, Sahad, Ohai, Fadul, Bojos, ] acobo, Ramia,Zouain Gobaira, Lama, Ega, Dumit, Tomás, Abinader,El ías, Girala, Diepp, Yunén, Bojos, Apud, Sen, Sartú,Budajir, Abisadá, Feris y Hagdala; '... todos estos señores,forjadores del trabajo, unidos entre sí, comenzaron aestablecerse en pequeñas escalas.... La mayor parte de ellos,con quincallas en el Mercado (plaza), pero a base deeconomía y tiempo, empezaron a establecerse en granescala' (55). La venta a crédito (pagando los sábados)incluso a clientes de modestos medios económicos, parecehaber sido una de las razones de su éxito. Una vez alcanzadala prosperidad, 'la colonia árabe, muy distinta a la de loschinos, ha contribuído grandemente al ornato de la ciudadde Santiago': la iluminación eléctrica de la catedral, lacapiila del cementerio municipal fueron regalos árabes. Elgrupo árabe ha mantenido hasta hoy su doble lealtad; loslazos emocionales con el país de origen son fuertes, a loCUJl ha contribuído la inmigración posterior deparientes; diversos clubes fomentan la conciencia de unaidentidad propia; pero. a pesar de eso la segunda y tercerageneración de inmigrantes no ha escapado a una fuerteasimilación, y una visita al desconocido país de origenproduce muchas veces cierta desilusión; aunque todavía hoyse celebran muchos matrimonios con miembros del propiogrupo, decididamente ya no puede hablarse de endogamia.La joven generación de las familias inmigrantes másprósperas ha perdido el ethos económico de sus padres (quesí se encuentra todavía en la Avenida Mella de la capital) yha buscado una carrera en las profesiones intelectuales ysemi-intelectuales, que han llevado a algunos de ellos en losúltimos treinta años a importantes posicionesgubernamentales: lo que Bueno observa en Santiago valeigualmente para la capital: entre los descendientes depacotilleros árabes hay 'abogados, ingenieros, médicos,dentistas, farmacéuticos, contables, periodistas', quienes,habiendo crecido en medio de un ambiente casi señorial,sienten irritación cuando visitan Beyrou th, por el obvio

55 Ver Bueno, op. cit.• 160 Y sig., para los datos mencionadosaqui,

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interés y habilidad pecuniarios de sus antiguoscompatriotas.

j. Los italianos

En 1875 Hostos observa que "la inmigración no lejanade algunos centenares de familias italianas es un hechopróximo" (56). Carezco de más datos al respecto de lainmigración de este grupo. Pero en esta relación podemoscitar a Bueno, quien sin dificultad menciona una treintenade familias que se habrían establecido en Santiago antes del1875. Señala lo rápidamente que se ha asimilado ese grupo;corno 'casi todos han casado con damas santiaguesas'; comopor su actividad comercial, agrícola, industrial, educacionaly periodística, este grupo ha contribu ído al crecimientocultural y económico de la ciudad, y cómo esta rápidaabsorción en el medio criollo ha evitado que alguna vezexistiera en la ciudad un 'club de recreo' propio (57).

k. Los chinos

Según Bueno, en Santiago había en 1898 sólo doschinos: el fuerte aumento de su número parece habertenido lugar después. Al principio se dedicaron a explotarlavanderías, luego al negocio de restaurantes, en el cualocupan hoy en la República un lugar principal. Buenodescribe al grupo como extraordinariamente cohesivo yopina después: 'el chino es sumamente trabajador, honrado,cauteloso, inteligente y previsor. En comida no tiene límite;en cambio, no aporta nada para el ornato de la ciudaddonde vive; no es festivo; no asiste a los teatros, a lasgalleras ni a las iglesias, parques, conciertos, bailes,hipódromos, juegos de pelota, reuniones políticas,conferencias, entierros ni procesiones; no celebra

56' Hostos en Santo Domingo, op. cit., JI, 5.57 Bueno, op. cit., 139, 140. Sin 'embargo, en 1899 se habla

todavlÍl (o nuevamente) de una 'colonia italiana' en Santiago. Listtn,2 de marzo 1899).

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matrimonios ni bautizos y todo aquello que expansiona elespíritu, para ellos es letra muerta' (58).

l. Otros

En lo anterior me he limitado a tratar la inmigraciónque tuvo un carácter colectivo. De diversos otros paísestuvo lugar inmigración individual; así el comercio deltabaco y la navegación con Alemania atrajeron al país a unnúmero de alemanes; también la industria azucarera atrajo aempresarios alemanes (59), así como algunosnorteamericanos. Las concesiones para la instalación de,entre otras cosas, el telégrafo, condujeron alestablecimiento de varios franceses; también a finales delsiglo se establecieron técnicos belgas (Bogaert) y escoceses(Reid) en el país, enviados por compañías que se dedicabana construir ferrocarriles. También de países suramericanos seprodujo inmigración individual. Aunque en sentidocuantitativo fuera poco importante, la inmigración de estosindividuos preparados y muchas veces acaudalados tuvo unainfluencia que todavía puede observarse en ciertas regioneso sectores económicos.

m. Las actitudes hacia la inmigración; el plande inmigración de judíos rusos.

Hemos visto cómo determinadas objeciones fueronexpresadas al principio en cartas de protesta o remitidoscontra los judíos sefardíes, los árabes, los haitianos y los'cocolos': los argumentos tenían connotaciones económicasy raciales, respectivamente. A veces también los propiosínmigrantes provocaban reacciones antagonistas, comocuando Enrique Vélez, un español naturalizado comodominicano, proclamó públicamente que sin los extranjerosla f República sería un país primitivo, lo cual produjo una

581dem,189,190.59 En 1899 se hablaba en San Pedro de Macoris de una 'colonia

alemana '. [Listin 21 julio 1899J.

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acalorada discusión en el Listín del verano de 1896. El flujode extranjeros causó también sentimientos vagos demalestar que tenían que ver con la temida desaparición delambiente conocido y de confianza. Así escribía unperiódico de Santiago en 1888: " ...nos encontramosinvadidos de un sinnúmero de individuos cuya procedenciay conducta nadie conoce, y sin embargo, nuestra ciudad hadepositado en ellos su confianza y el derecho para invitar decasa en casa las principales familias de esta ciudad" (60).

Tanto de la protección que daba el gobierno a losgrupos inmigrantes criticados, como de las iniciativastomadas por el gobierno para fomentar la inmigración,puede deducirse la ideología que motivaba la actitudoficial: el desarrollo y progreso económico del país sonestimulados por la atracción de inmigrantes conpreparación, preferiblemente acaudalados, preferiblementede Europa. Luperón decía ya en 1875 que era de opiniónque la República necesitaba por sobre todo inmigrantes,que debían ser atraídos por la concesión, por el mayornúmero posible de derechos, libertades y privilegios (61).

Una vez en el gobierno (1879-1880) nombróembajadores en Washington, Francia, Alemania, Holanda yBélgica, encargándoles, entre otras cosas, fomentar lainmigración (62). También se le daba privilegios políticos alos extranjeros. Así Heureaux señalaba en una carta aHostos gue la Constitución 'considera hijos de la Repúblicaa los Antillanos, tan luego manifiesten que quieren hacer usode ese derecho' (63); en 1892 se decidió que todos losextranjeros serían elegibles para los puestos de concejales demunicipios (64).

En efecto,. Heureaux compartía completamente lasopiniones de Luperón sobre la utilidad de la inmigración; enuna carta a éste, que entonces (1882) se hallaba de viaje enEuropa, escribe con entusiasmo: 'y así como usted mismolo prueba con los hechos de su misión, la Europa nos juzga

(JU E! Eco del Pueblo, 11 agosto 1888.61 La Paz, 8 septiembre 1875.62 Luperán, op. cit., lIJ, 56.63 Copiador cartas del Presidente Heureaux, 21 junio 1882,

4.G.N.fi4 El Eco del Pueblo, 20 febo 189'j,.

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ya bien, el pensamiento industrial nos coloca en el númerode los países explotables por empresas de fomento y en elinterior del país crecen éstas de un modo admirablementerápido y vienen hacia nosotros espontáneamente capitales yempresarios'. En esta misma carta reconoce la necesidad denombrar cónsules en Europa (65). Ese mismo día Heureauxescribía a un amigo en Puerto Plata sobre un plan paraatraer inmigrantes puertorriqueños: 'Es ciertamente muyútil para Santo Domingo la introducción de jornaleros de lavecina isla porque son entendidos en el cultivo de la caña ydemás producciones de esta zona'; aconsejaba, sin embargo,encargar a la Junta de Agricultura financiar este plan conmedios privados; el gobierno no tenía dinero; en otrospaíses 'el Gobierno promueve y paga la inmigración, antetodo porque tiene con qué y después porque se reembolsacon los grandes impuestos; pero aquí donde hasta elimpuesto de timbre, cosa usada ya hasta en los bárbaros,produjo una alharaca terrible' (66). A fines de ese mes, elPresidente vuelve a, escribir contento de que 'el consumoaumenta diariamente en razón de que la inmigración afluyea esta ciudad (capital) de todas partes' (67). En agosto deese mismo año repite a Luperón que 'la inmigraciónespontánea que llega por todos los vapores, está haciendomucho bien, porque la mayor parte se compone decapitalistas y hombres laboriosos' (68); seis años despuésfelicita al cónsul en NuevaYork por el empeño que éste 'setoma porque capitalistas de ésa vengan a ayudamos alevantar el país desarrollando la riqueza pública'(69) paradespués agradecer al primer subdirector (europeo) de laCaja General de Recaudación por 'su carta e,n que exponesus ideas respecto a la conveniencia de hacer afluir a estasplayas la inmigración europea' (70). Once años despues elPresidente todavía se ocupa activamente de la inmigración:

65 Copiador cartas del Presidente Heureaux, 28 junio 1882,A.G.N.

66 Idem, carta al señor general don Luis R. Marión, PuertcPlata. (Una "Ley de es~ampil/as" fue rechazada por la C;0nvenciólNacional durante el gobierno de Luperon..Luperón. op. CIt., 111, 57).

671dem. carta S.s. Marsan.Uao Haitíen.681dem, 5 de agosto 1882.69 Idern; carta al señor don Leoncto Julia. 24 octubre 1888.701dem, carta al señor H, Gamby, noviembre 1888.

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en carta a Abraham C. León, cónsul dominicano enHamburgo hace referencia a un plan del ministro alemánMichaelis (?) de inmigración de alemanes 'que yo memanifesté propicio indicándole el puerto de las Calderas,donde podría fomentarse una ciudad y traer inmigraciónagrícola alemana. pero 110 ha vuelto a decirme deeso.. .' (71). El gran interés de las autoridades por lainmigración no· significaba, empero, que siempre seocuparan activamente de la distribución y establecimientode los recién llegados. Por ejemplo, los jornaleros de loscentrales procedentes del resto del área del Caribe eranrecibidos por Juntas Directivas de Inmigración privadas,compuestas de los principales hacendados o propietarios decentrales de determinada región. Las colonias agrícolas porlas cuales había ahogado Hostos con tanto fervor, y quedeberían ser fundadas y estimuladas por el gobierno nopasaron de ser un sueño idealista, tal como lo previó elpropio autor: 'el país está todavía más que para lasexplotaciones que, dinero en mano, se imponen con todo elpeso de la plata o del oro' (72). En la 'ideología dedesarrollo' imperante, el factor de inmigración jugaba unpapel importante; de las palabras de Heureaux que hemoscitado podría guardarse la errónea impresión de que eranexclusivamente los factores capital y trabajo como tal, losque más se apreciaban en este contexto. Había, sinembargo, un tercer factor que sale a la luz marcadamente enlos escritos de esa época. a saber, el del buen ejemplo quelos inmigrantes debían darle al resto de la población,especialmente en lo que respecta a su cth os de trabajo. Esteera precisamente uno de los argumentos en favor de lascolonias agrarias de Hosios: debían servir 'para ejemploeconómico, doméstico y cívico, de la poblacióncircundante' (73); y también Luperón quería que 'esoshombres' criollos aprendieran de los inmigrantes; 'ocúpense'- así escribía en 1882- 'en llamar sin cesar a todos losinmigrantes y tratar dé darles la mayor acogida que sepueda... ; en enseñar el trabajo a esos hombres desgraciadose ignorantes, dispuestos a todas las revueltas, que viven

71 Idem, 12 enero, 1899.72 Hostos en Santo Domingo. op, cit.. J, 95 (1882):73 Jdem, 91.

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apegados al Estado y son sus parásitos, porque el trabajo eslo único que hace rico y la riqueza es la que da laindependencia' (74).

Un cuarto argumento en favor de la inmigración fuepresentado por Bonó; éste era de opinión que, para laconstrucción de grandes obras, como el ferrocarril en elCibao, hubiera sido lo correcto atraer a obreros extranjeros(que luego hubieran podido quedarse en el país) para que nose hubiera provocado una desorganización entre lapoblación dominicana; la migración interna, causada porestas obras, sólo había dado resultados destructivos: losdominicanos abandonaron su labor agrícola, jugaban sussalarios, y regresaban 'desnudos y enfermos' a su mujer ehijos (75). Como vimos, tanto Hostos como Bonó teníangraves objeciones contra la explotación capitalista de laindustria azucarera en detrimento de la población propia(' ¿qué Progreso acusa eso? '); Hostos añadía a esto unaobjeción socio-psicológica que en efecto es indispensablepara comprender las actitudes sociales de los empresariosinmigrantes: su doble lealtad: ' .. .los propietarios del suelono tienen con la sociedad dominicana más vínculo que eldel suelo. Son capitalistas extranjeros, que a lo sumo, seinteresan por aquellos agentes del progreso que vanrelacionados con los intereses materiales, pero que notienen ninguno de los incentivos sociales que reclaman entodos los grupos de la sociedad una reconstrucción'( 76) yesto último podía aplicarse tanto a los comerciantesinmigrados como a los dueños de plantaciones.

Sin embargo, se consideraban mayores las ventajas de lainmigración que sus desventajas. En este contexto quisierallamar la atención a un interesante plan, que no llegó arealizarse, de inmigración de judíos rusos en 1882 (77).Luperón, que se había enterado durante su misióndiplomática en Europa de los pogromos en Rusia Y de lascondiciones de los refugiados rusos, dirigió a principios de

74 Cit. en: Idem, 86.75 Bonó, p. 279. En este artículo publicado en 1884 en El Eco

del Pueblo, Bonó señala que "en Colombia, con su af'in el canal dePanamá" si eran bienvenidos los trabajadores extranjeros.

76 Hostos en Santo Domingo, op. cit.. 1, 267.77 Cf. wtscnnttzer, Mark, T'he Historical Hackground of the

lmmigration of Jewish Refugees in Santo Domingo, ms., fecha nodiscernible, copia en posesión del autor.

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ese año una carta al comité central de la .1l/ialu·(· lsraélite1 'nuersello en París, en que recomendaba su país comolugar de inmigración. Esa carta fue reproducida en variosperiódicos judíos, incluyendo el semanario judío dePctersburgo, 1 osh kod, Se hicieron arreglos para financiar latravesía; los barones Edmond y Gustave de Rothschild seinteresaron en el proyecto.

El puertorriqueño Betanccs, entonces secretario de lalegación dominicana en París, preparó una significativa listade personalidades judías que podrían informar a la A lliancesobre el país: Barón E. de Alrneda, embajador dominicanoen París; A. Pay , embajador en los Países Bajos; LéonceBloch, cónsul general en Francia; Jacobo Pereira,comerciante y cónsul general en Santo Tomás; CharlesCoén, cónsul en Haití; Charles y E. Pereira, comerciantes enParís; Jacobo de Lemas, comerciante en Santo Domingo; D.Coen, comerciante en Santo Domingo; 'los hermanos'Maduro y M. Sibaver, comerciantes en Puerto Plata.Doscientas familias en Europa se manifestaron dispuestas aarriesgar la travesía; un grupo de sesenta personas reciénllegadas a Nueva York desde Rusia solicitó y recibió deLuperón la información de que, para obtener terrenosexistían tres vías: 1) cultivo de terrenos del Estadogarantizaría ipso Jacto el título del terreno; 2) podíanarrendarse (lease) por tiempo ilimitado terrenos comuneros;3) podían comprarse terrenos de particulares. En esta cartaLuperón subrayaba nuevamente la garantía de libertad dereligión. Siguieron completándose los planes para recibir yayudar a los inmigrantes judíos; una comisión dehacendados dominicanos. hizo un estudio del proyecto.Según parece fue la muerte de Charles Netter (uno de losdirigentes de la Alliance) el 2 de octubre de 1882 en Jaffa,que evitó la realización del plan: el cambio de presidenciaen Santo Domingo (el Padre Meriño fue sucedido en 1882por Heureaux) no había disminuído el entusiasmo de partede las autoridades dominicanas.

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n. Aportes culturales inculentales de los inmigrantes

En nuestra. discusión sobre los diversos grupos deinmigrantes ya señalamos parcialmente cuáles lugares ellosocuparon en la estructura socio-económica y en cuál direcciónse hizo sentir su influencia cultural. Podré dedicar mayoratención a esto en los capítulos que tratarán cambios en laestructura económica y la estratificación social de lasociedad en su totalidad. Del mismo modo, figuras deinmigrantes como Hostos sólo podrán ponerse en relieve enun análisis de los cambios en la vida espiritual y en elsistema educacional. Me limitaré aquí a dar algunosejemplos curiosos en que se pone en evidencia la influenciade los inmigrantes en terrenos específicos y limitados.Hostos asegura que los cubanos en Puerto Plataintrodujeron la costumbre de los paseos pú blicos, que antes,tal vez por 'el miedo a la crítica lugareña' eran desconocidosen el país (78). Bueno es de opinión que el acordeón, que seha convertido en elemento tan indispensable en la músicapopular dominicana, fue importado en 1881 por el italianoVitorio Steffani: ' ...ya para el año de 1890 se comenzó asentir los primeros chispazos del típico merengue' (79). Elcompositor y '-onocedor del folklore Julio AlbertoHcrnández cree, sin embargo, que el instrumento eraconocido ya antes, y que había sido introducido porcompradores de tabaco alemanes (80). En la cocinadominicana ha sido integrado el kip!J('r (una albóndigaárabe) con nombre y todo (8\).

3. OtTOS datos cuunritativos delllOwáficos

En 1888 Abad estimaba el número de extranjeros en25.000. Esto era un seis por ciento de la población de416.000 almas (82). En 1906 el número de defunciones en

78 Hostos en Santo Domingo, op. cit.. I, 269.79 Bueno, op, cit. (datos históricos, apéndice).80 Información personal.151 Las numerosas influencias culturales haitianas no puedes

atribuirse (exclusivamente) a la inmigración; en otro contextiespero tratar sobre este tema.

82 Abad, op. cit.

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el primer semestre era de 2.852, de los cuales 138 eranex tranjeros o sea, algo menos que un cinco por ciento (83),Esta última cifra corrobora el anterior estimado de Abadpor cuanto un excedente de emigración era probable en losprimeros años después de la caída del régimen de Heureaux:noticias sobre la partida de muchos cubanos, y de algunosjudíos curazoleños y árabes, ya eran mencionados durantelos meses antes de su muerte (1899) cuando una seria crisiseconómica reinaba en el país (84). El caos político de losaños posteriores puede haber intensificado esta tendencia.Dcscharnps da los siguientes datos sobre Santiago en1906(85):

Domln, Españ. ltallan. Arabu Chinos U. S. A. Cubano Hall.

-----------------1-varones ... . 4.775 60 33 113 2 64 23 31

hembras ... . 5.624 31 - 80 - 28 13 20

Esto significa para la población masculina unporcentaje de extranjeros de más de 7 por ciento; para lapoblación total casi un 4.5 por ciento.

Abad fijaba ia natalidad en 30 por 1000 Y la mortalidaden 13.8 por 1000, de lo cual resulta un crecimiento naturalde 16.2 por 1000. Naturalmente, nacían más varones quehembras (en el primer semestre de 1906 en una relación de107.5 : 100), sin embargo, era considerable el exceden/efemenino que se notaba ea el país en la segunda mitad delsiglo XIX. En la común de Baní donde vivían en 1871 5.000personas, había en ese año tres veces más mujeres quehombres (86). La misma proporción era indicada en lacomún de San Cristóbal (87). Abad señala en 1888 con

83 Deschamps, Enrique, La República Dominicana, Directorio yGUia General, l. Santiago, s.f.

84 Listin, 1 9 enero 1899.85 Descnamps, op, cit., tt, 269 Y sigo

86 Informe,229.87 Idem, 223. En la Vega Real, sin embargo, no se notó en ese

año ninguna desproporción (198).

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énfasis la desproporción nacional entre los sexos (queseguramente debe haber guardado relación con elcasi-permanente estado bélico) y menciona además comocaracterísticas demográficas: 'el crecido número de solteros,particularmente en los habitantes del campo, aunque a grannúmero de estos sólo les falta el acto civil i religioso paracompletar el matrimonio'; el 'considerable número deviudos i viudas i exceso notorio de éstas sobre aquéllos'; una'longevidad suficiente con notable proporción de individuosde ambos sexos que llegan y pasan de cien años deedad' (88). Algunas de estas características se manifiestanclaramente en los datos del censo de Santiago de 1899 (89):

VaronesHembras

Total

4.2985.100

9.398

SolterosCasadosViudosDivorciadosNiños

6.3581.065

2487

1.720

9.398

Sobre los matrimonios no rituales en el Cibao lacomisión norteamericana escribió en 1871 que 'el ritomatrimonial es generalmente muy respetado, salvo, tal vez,entre las clases más bajas, las cuales declaran que no puedenpagar lo que pide el cura para celebrar debidamente elmatrimonio, suma que, según expresan, varía entre ocho ydieciséis dólares' (90); en Azua se celebraron en el período1863-1871 118 matrimonios, mientras que no menos de2.580 niños fueron bautizados (91). En el primer semestrede 1906 la porción de nacimientos ilegítimos en laprovincia de Santiago comparaba favorablemente con la dela Provincia de Santo Domingo y con la del país (92).

88 Abad, op. cit.89 Listtn, 16 febrero 1899.90 Informe, 285.91 Idem, 235.92 Deschamps, op. cit., l.

78

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1

Sto. Domingo I Santiago País

Nacimientos legítimos . . ... ... ... '" 864 787 3.952ilegítimos . .. , ... ... 1.226

I730 5.615

Total .. ... ... .. '" 2.090 1.517 9.567

De estas cifras resulta que en este período el porcentajede nacimientos ilegítimos sobre el total, era para SantoDomingo y para el país igual, a saber 58.6 por ciento,mientras que para San tiago era 48.1 por ciento.

Huelga decir que los datos mencionados, por su escasezy por su posible margen de inexactitud, no pueden servirsino como indicación.

l. /'0 distribucion geográfica de La P" blacioti

a. En ge/!eral

De las más de 60 comunes que Meriño menciona enel país en 1898, trece habían sido fundadas en el períodode 'la conquista. En los siglos XVII y XVIII se añadió entotal otra docena de poblaciones. Todas las otras fueronfundadas en el siglo XIX.

De las poblaciones de los siglos XV y XVI (como SantoDomingo, Azua, San Juan de la Maguana, Bánica, Boyá,Seybo, Hato Mayor, La Vega, Cotuy, Bonao, Santiago,Puerto Plata, Monte Cristi(93) las dos últimas fueronevacuadas en 1606 por orden de las autoridades coloniales yfue en los años cincuenta del siglo XVIII cuando fueronreconstruidas. Los habitantes evacuados en 1606 de la zonacostera norteña fundaron poco después Monte Plata en el

93 Todos los datos mencionados aquí y los cátcutos estdnbasados en Meriño, op. cit. Hemos mantenido la división'"enprovincias y distritos de 1898.

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Río Congo y Bayaguana, ambas en la Provincia de SantoDomingo. Otras ciudades fundadas en aquel tempranoperíodo cambiaron de lugar en el curso de su existencia odespués de graves catástrofes (Santo Domingo, La Vega).En el comienzo del siglo XVII fue fundada también lacomún Neiva en el Distrito de Barahona. De fines de esesiglo data San Carlos, que pronto cayó en decadencia, paraser repoblada por isleños a mediados del siglo XVIII, aligual que Samaná y Sabana de la Mar. En 1719 surgió SanLorenzo de los Minas, fundada por refugiados haitianos acinco kilómetros de la capital en la orilla oriental delOzama; el nombre evoca reminiscencias de la ciudadfortaleza de Africa Occidental (San Jorge) del Mina,nombre con el cual se denominaba a ciertos grupos denegros en el Caribe. Además surgieron en el siglo XVIIIBaní (1764), San Francisco de Macorís (1774, que crecióalrededor de una 'ermita dedicada a Nuestra Señora SantaAna'), Las Matas de Farfán (1780, que se originó como 'unoratorio o capilla eh la margen oriental del río Macasía '),San José de los Llanos y Dajabón. La fundación oreconstrucción de una decena de poblaciones en la segundamitad del siglo XVIII ilustra claramente el revivir de lacolonia durante la llamada 'Restauración del GobiernoColonial'.

Pasando ahora al siglo XIX, vemos que es durante ladominación haitiana (1822-1844) cuando surgen dos nuevaspoblaciones: Altamira, en el Distrito de Puerto Plata quefue declarada puerto cantonal en 1843; (no fue sino en1889 que fue ascendida a común); ya antes, en los añosveinte, San Cristóbal había llegado a ser una población dealgún tamaño; esto fue consecuencia, sobre todo, de laabolición de la esclavitud en 1822, cuando los ingenios deNigua fueron abandonados y una parte de la poblaciónlibertada se estableció alrededor de la ermita del antiguoingenio San Cristóbal. En el período 1844-1861 surgierontres poblaciones: Yamasá, Jarabacoa y San José de Ocoa:esta última fue fundada en 1844, y poblada por refugiadosde la región fronteriza con Haití. Los esfuerzos hechos eneste período para hacer florecer a La Romana fallaron dosveces 'por falta de movimiento mercantil". Durante elperíodo español (1861-1865) sólo se menciona la fundaciónde La Victoria del Ozarna; en la turbulenta década

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subsiguiente sólo el pueblo Blanco es ascendido a puertocantonal, después de haber servido en la guerra deRestauración como 'foco al comercio de contrabando quese hacía con las Islas Turcas', y Guayubín en el distrito deMonte Cristi, es ascendido a común.

Entre 1875 y 1880 surgen dos poblaciones en el Cibao(Tamboril. y Esperanza) y una (Duvergé) en el suroeste. Enlos años ochenta y noventa se acelera el ritmo de fundaciónde poblaciones de manera espectacular: del total de 38poblaciones fundadas en el siglo XIX o ascendidas a puertocantonal o común, 25 lo son en las últimas dos décadas. Deuna docena de estas poblaciones es posible señalarclaramente los factores que fomentaron su crecimiento: elcultivo del azúcar (San Pedro de Macorís, Montegrande,Mendoza, La Isabela, Haína, Sábana Grande, Villa Duarte);la producción de guineos (La Romana); la construcción deferrocarriles (Bajabónico, Pimentel, Villa Rivas y Sánchez).Diez de las 25 nuevas poblaciones estaban situadas en laregión sureña de las plantaciones modernas; seis en el Cibao;tres en el centro de la costa norteña; dos en la LíneaNoroeste; dos en la provincia oriental El Seibo; una eraterminal del ferrocarril y puerto en la Bahía de Samaná; yuna estaba en el suroeste.

Dos conclusiones podemos sacar de estos datos: l. elgran número de nuevas poblaciones en el último cuarto delsiglo corrobora nuestros datos sobre el crecimientopoblacional en este período; 2. el surgimiento y crecimientode nuevas poblaciones era, si no en sentido absoluto, por lomenos en sentido relativo, mucho más impresionante en elSur que en el Cibao. La supremacía del Cibao es disputadapor el Sur en este período; la lucha entre el 'tabaco' y el'azúcar' estalla; aquí sólo nos interesa el frentedemográfico. Veamos el desarrollo poblacional de lascapitales de las dos regiones: Santiago y Santo Domingo.

b, Santiago y Santo Domingo.

En 1871 Santiago tenía unos 8.000 habitantes; suscalles rectas 'en general formaban ángulos rectos' ; las casasen el centro eran de níedra, en los suburbios de madera

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frecuentemente techadas de palma. Situada en el centro dela región tabacalera, servía como lugar de almacenamientode este producto, que era transportado de aquí a PuertoPlata con mulos o caballos. Muchos de los comercianteseran agentes de las firmas comerciales, en su mayoríaalemanas, establecidas en Puerto Plata (94).

Según un censo, la ciudad tenía en 1889, 5.669habitantes; tenía entonces 32 cal1es y 1.130casas (95). En1890, sin embargo, volvía a estimarse el número dehabitantes en 8.000 (96).

En 1899 el número de habitantes había aumentado,según un censo, a 9.398 (97). En 1906, finalmente, había10.897 santiagueros. La ciudad tenía entonces '2bibliotecas públicas, 3 imprentas, 8 periódicos, 2fotógrafos, 15 sastres, 16 costureras y modas, 7 abogados, 1ingeniero, 7 médicos, 3 notarios públicos, 3 dentistas, 3farmacéuticos, 5 maestros músicos, 42 músicos, 4 oficialesen talleres de mecánica, 2 maestros en esto, 215 cigarreras,608 aplanchadoras, 389 lavanderas, 230 cocineras, 233criadas, 68 criados, 704 costureras, 13 dementes, 2 ciegos,15 pordioseros, 1 librería, 8 farmacias, 2 hoteles, 61 tiendasmixtas de detal1e, 87 pulperías o detalle de provisiones, 247comerciantes, 108 dependientes de comercio' (98).

La población de Santo Dominto en 1871 era estimadaen 6.000 (99). Hazard, que visitó la ciudad en ese año lallamó "un lugar viejo y extraño" donde "ninguna mano delprogreso" era visible; el plano de la ciudad era a grandesrasgos todavía igual al de los días de la conquista, conmuchos de los antiguos monumentos todavía existentesdentro de las mural1as de la ciudad -que tenía unacircunferencia de unas 4.500 yardas-; en el centro habíamuchas casas sólidas de mampostería, bajas pero anchas,con grandes puertas dobles de acceso, mientras que en lossuburbios más pobres las casas eran de madera o de barro, y

94 Hazard; op. cit., 324·325. En 1871 Puerto Plata sólo teniados o tres mil habitantes (idem, 180).

95 "El Eco del Pueblo", 24 julio 1889.96 Idem, 17 septiembre 1890.97 Ltsttn, 16 febrero 1899.98 Descbamps, JI, 269.l/y informe, 74.

$2

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techadas de paja o de palma. En la ciudad la actividadcomercial parecía ser reducida: la exportación de algunacaoba, colorantes, maderas fmas, y algunos cueros del Este,no lograban dar vida al movimiento portuario. Sólo habíauna tienda bien surtida. "En realidad, es dudable si laciudad de Santo Domingo, bajo cualquier circunstancia, seconvertirá jamás en un gran centro comercial... Aún suposición como capital será debatida, creo, por la ciudad delinterior, Santiago, la cual, localizada en el centro de la isla,en medio de una región agrícola de la más alta calidad, concomunicaciones 'por vía acuática a todas partes, tendrá,ayudada por el ferrocarril, el poder decisivo de la isla,convirtiéndose en una segunda Chicagc" (lOO).

En 1893 la población había aumentado a 14.072. Laciudad tenía entonces: "calles, de Norte a Sur: 15; de Estea Oeste: 19; cuarteles municipales: 6; Iglesias Católicas: 14;Protestantes: 1; Edificios Públicos: 33; casas altas: 293;bajas: 2.354; Establecimientos de Enseñanza Públicos: 20;particulares: 17; Bibliotecas Públicas: 4; Librerías: 4;Periódicos Nacionales: 12; Talleres de pintura, fotografía,escultural, fundición, herrería y maquinarias: 6; Abogados:20; Notarios Públicos: 5; Ingenieros, agrimensores ymaestros de obras: 12; Médicos: 18; Boticas: 10; Dentistas:4; Asilos de Beneficencia: 3; Manicomio: 1; SociedadesLiterarias: 3; Filantrópicas: 10; de recreo: 6; filarmónica: 1;religiosas: 6; coches de alquiler:" 23; particulares: 24;carretas: 135; vagones: 11; Fábricas comerciales: 20;Parques: 3; Plazas y Plazoletas: 8; Cementerios: 2;Alumbrado público (faroles): 356; Hoteles, cafés,restaurantes: 11; Clubs: 2" (101). En 1898 Meriño fijaba lapoblación en 20.000 (l02).Para el año 1906 no dispongo dedato poblacional; sí sabemos que determinadas profesionesestaban mejor representadas entonces que en 1893: ahorahabía 47 abogados, 20 médicos, 5 notarios, 6 dentistas, 8ingenieros, 4 librerías, 2 hoteles y 4 fotógrafos (l 03). (Sinembargo, uno no debe imaginarse la ciudad en este período

100 Hazard; op. cit., 212 Y sigo1·01 Listtn, 16 febrero 1893, basado en: Censo. de Población y

Otros Datos Estadtsticos de la Ciudad de Santo Domingo, por elAyuntamiento; original no disponible:

102 Meriño, op. cit., 109.103 Deschamps, op. cit., JI, 115.

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como muy moderna: cada quien podía criar cerdos y chivosen su casa; sólo había una carreta municipal para recogerbasura; había particulares que se ocupaban de recoger labasura por pago. Los pobres dejaban sus desperdicios en lospatios; alrededor de la ciudad había grandes basureros connombres como Galindo y Mis Amores que en tiempo desequía producían nubes polvorientas que cubrían la ciudad,de modo que algunos particulares vendían agua paramantener mojada la ciudad. Pero cuando había fuertesaguaceros la pavimentación irregular y el mal drenajecausaban a veces graves inundaciones -así sucedió que unniño se ahogó en la Calle 19 de Marzo durante las lluvias demayo) (104).

De estos datos podemos deducir que durante una granparte de los años setenta y ochenta, Santiago y SantoDomingo eran, en cuanto al número de habitantes, deimportancia casi igual, prebablegiente con superioridadnumérica de la primera ciudad, que también tenía una máspronunciada función como centro comercial. A finales delos años ochenta, sin embargo, el crecimiento de la capitalfue mucho más espectacular que el de Santiago, lo cualresultó en una población dos veces mayor a final de los añosnoventa. Si recordamos además, que en ese mismo períodola común de San Pedro de Macoris creció, gracias al azúcar,de una pequeña aldea a una ciudad de unos 8.000habitantes, la explosión demográfica y urbana del Surfrente al Cibao queda claramente ilustrada.

c. La ciudad que quedó atrás

Es notable que, exceptuando a las tres ciudades queacabamos de mencionar, el aumento poblacional semanisfetara más en la fundación de nuevas poblaciones queen el crecimiento de los núcleos urbanos ya existentes. Lacausa de esto debe buscarse en el hecho de que las nuevasconcentraciones poblacionales, por estar orientadas

104 Gómez Atfau, op. cit.• 116. 55.

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economicamente hacia las granees empresas agrícolas reciénestablecidas o a las vías de comunicación que conectabancon ellas, estaban sujetas al factor determinante de laposición geográfica: en este sentido las ciudades másviejas estaban en una posición marginal o aúncompletamente inadecuada (105). Además, debemosrecordar que el auge económico y agrario se limitó a algunasregiones. Un ejemplo típico de estancamiento de unaciudad en este período, lo constituye la muy antigua ciudadLa Vega, a pesar de su situación en el fértil Cibao. En 1871hizo con su (demasiado) grande catedral, sus avenidas deacceso sembradas de grama, sus calles que se cruzaban enángulos rectos, sus casas de madera bien construidas, aHazard una verdadera impresión 'urbana' (106). Supoblación era entonces 3.000 (107). Casi treinta añosdespués (cuando contaba '21 calles paralelas' y '73manzanas') todavía no tenía más de 3.406 habitantes(l 08).Había quienes atribuyeran este estancamiento a un 'castigo'aplicado por el gobierno de Heureaux a la ciudad.por el papelque esta jugó en la revolución de 1886 bajo liderazgo de unmiembro de la distinguida familia de Moya (l 09); perocontra esta idea de la 'ciudad vencida' puede aducirse elhecho de que bajo el régimen de Heureaux fue La Vegaescogida como punto de partida del ferrocarril a Sánchez.Más probable parece, como explicación del estancamientode La Vega, el hecho de que en el Cibao, la función deSantiago como centro regional no necesitaba ser duplicada;mientras que en la región circundante de La Vega, el papelde centro regional de menor escala le correspondió más biena Moca, la cual, situada entre La Vega y Santiago, podíaabastecerse más fácilmente de esta última. Así 'la mano delProgreso' dístribuía autónomamente sus dádivas de maneraaparentemente caprichosa; pero 'el gobierno superior'también podía, por la vía igualmente caprichosa de lasrelaciones y amistades políticas, y con los mediospecuniarios crecientes, ayudar a alguna población pobre a

105 Ver también arttculo anterior de esta serie, p. 19-20.106 Hazard, op. cit., 306 Y sigo107 Informe, 282.108 Listtn, 8 junio 1899; el censq data de 1898.109 Hostos en Santo Domingo, op, cit.sI, 291.

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hacerse de un techo de zinc para la iglesia, de uniformespara la banda de música, o de una cerca mejor para elcementerio.

d. La aldea

Para evocar finalmente la imagen de la típica 'aldea', 'ellugarejo quisqueyano' de este período, podemos dirigirnoscon Hostos al límite occidental del Cibao donde estásituada Jarabacoa:

"No es una aldea como el hogar campestre y pastoril delos aldeanos europeos ni el little township del agricultoryankee, ni el burgo medio rural y medio urbano que dióorigen a los municipios, ni el sórdido villorio que trastornala visión y el corazón en los caminos carreteros de algunacomarca de Francia, España e Inglaterra, ni es el lugarejo enla acepción que tiene en las naciones viejas, sino el 'lugarejo'en un sentido especial, como disminución graciosa de'lugar'. En las colinas está la propiedad comunal; el lugarejomismo 'es una plaza todo él'; 'en un ángulo de la plaza hay(...) una iglesia de mala muerte' ... El resto de la plaza, unapradera; cerrado por los cuatro. costados la pradera, cuatrolíneas de casas. Algo como cuatro calles no completamentecerradas por viviendas sino más bien indicadas por una queotra vivienda en la misma línea, continúan y por no largotrecho prolongan las calles que comienzan en la plaza. Lacasa del cura en el ángulo frontero a la iglesia; la delsacristán en la esquina frontera a la del cura; una tienda detodo, mercería y víveres, licores y quincalla, en el ánguloestratégico en donde coincide la línea del talveg y la del caseríoque se amontona en dirección a la confluencia de dos ríos;la comandancia de armas, que es un simple ranchocomparada con la casa. de la tienda, que es la mejor dellugarejo y es efectivamente una buena casa de madera; otrasdos o tres habitaciones un poco menos mal fachadas que lospobres bohíos del contorno, eso es todo el lugarejo.Población, tal vez no seiscientas almas; caserío, quizás no elconjunto de cien casas, mediaguas y ranchos ... ; la

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civilización, tal como ella se difunde de los países cultos alos incultos y de las ciudades a los lugarejos, estaba allí,como dondequiera, sólidamente representada por mediadocena de egoístas que prosperaban a expensas del mediomillar de lugareños y a costa de los conuqueros ochocarreros del contorno".

y por esta última observación de Hostos la Jarabacoade los años noventa toma un cierto valor simbólico para elpaís en general, que con sus "paseos como no los tienenParís ni Nueva York; aguas como no las tienen las Altai nilos Himalayas ni los Andes; cielo, como el del 'Turei' ," sevio sometido a una tan fuerte influencia de los 'paísescultos' (110).

110 Hostos en Santo Domingo, op. cit., l. 300 Y sigo

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III. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURADE LAS COMUNICACIONES

l. Los 'antiguos' medios de comunicación

"Nuestros caminos en buena definición, no soncaminos: los vecinales son veredas; los de sabanas, carrilesdel ganado; y los denominados reales, son pasajesinnominados que ni Rey ni Roque han puesto un dedo",exclamaba Pedro F. Bonó en 1881 y su queja seguirá siendojustificada por muchos años más. "Todo dominicano viejo,que se ve obligado a hacer un viaje," así continuaba, "pasala víspera tan agitada como la que precede a un combate.Desde que se pone en camino empieza a preguntar a todoslos que encuentra: ¿El Yuna da paso? ¿Cómo está elCorozal, El Piñal, El Egida, La Luisa? ¿Hay canoa en elOzama, barca en La Isabela? Si le responden: todo estáseco, los ríos están bajos, respira entonces a pulmonesllenos, y aprieta el paso, no sea cosa que si tarda, unchubasco todo lo desarregle" (1).

Los intentos de mejorar los caminos eran dejados acargo de la iniciativa privada; estos esfuerzos fueronnumerosos y, generalmente, infructuosos. Ya en 1846 una

1 honD. op. cit.• 206.

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Sociedad de Fomento trató de mejorar y acortar laimportante conexión entre Santiago y Puerto Plata ydurante varias décadas más, se sucedieron diversosproyectos a este fin; en 1879 Luperón dio un privilegio alos señores W. Lithgow y Cía. para la construcción de uncamino entre esas ciudades, el cual tuvo por lo menos algúnéxito: pues ocho años después Heureaux escribe al Gral.Federico Lithgow: " ...se ha celebrado mucho en Santiago yaquí (la capital) también la feliz ocurrencia de Wash(ingtonLithgow) en llevar a Santiago una carreta cargada desdePuerto Plata -veremos lo que sale de ese experimento ..."(2).También en otras partes del país (La Vega, Monte Cristi,Samaná) hubo personas emprendedoras (Presbítero deMoya, Alfredo Deetjen, José MI. Glas) que trataron demejorar la condición de los caminos; su éxito, empero, fue alo sumo temporal; sólo Gregorio Ríva logró en nuestroperíodo darle a los productos del Cibao una nueva salida ala Bahía de Sarnaná por medio de la construcción decaminos y por la navegación del Yuna; la poblaciónAlmacén que había sido fundada por él, fue llamadadespués Villa Riva (3). Pero en sentido general puedeconstatarse que en la segunda mitad del siglo XIX la red decaminos fue objeto de pocas mejoras o ampliaciones: aúnen 1887 el Gobernador de la Provincia de Espaillat, situadaen el corazón del importante Cibao, observa que las vías decomunicación "dejan mucho que desear en esta provincia,como sucede en todo el resto de la República" (4).

Exagerando un poco puede decirse que se usaban losmismos caminos que utilizaron los colonizadores. Atravesarlos ríos podía conllevar peligro de muerte; no pocas veces seredactaban testamentos antes del comienzo de algún viaje.Viajar de la capital al Cibao o a Higüey tomaba 3 o 4días (5); no sorprende que escasearan los contactospersonales incluso entre las figuras dirigentes importantes: aveces pasaban cuatro años en que Luperón y Meriño no se

2 Luperon, op. cit., lIT, 114; Cartas Pres. Heureaux, 14 seto 87.. 3 Hostos en Sto. Dgo., op, cit., 1, 113·114; Bono, op. cit., 207 Y

stg,4 Informe Gobernación Civil i Militar de la Provincia de

Espaiilat, 5 de febrero de 1887, Actas del Congreso, 1887, No. 5.AGN.

5 Gómez Alfau, op. cit., 91.'

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veían (6): El transporte por tierra se realizaba a lomo decaballo o de mulo en este país pequeño pero difícilmentetransitable. En la guerra- de la Restauración, por ejemplo,todo el abastecimiento del ejército en todos los cantones serealizó desde Santiago a lomo de mulos y caballos (7). Losrecueros que se ocupaban de este tipo de transporte,formaban un grupo profesional aparte, con capacidadesespeciales y con una moral de grupo que gozaba de muchafama: "son un grupo rudo en su comportamiento y demuchos de ellos se dice que son muy recios; pero todosllevando una vida frugal y dura, y sin excepción, honrados yde confianza. Comerciantes en Puerto Plata me dijeron, quees normal llamar a cualquier de estos hombres, pasando porla calle, dándole un paquete de dinero, diciéndole 'déle estoa Fulano en Santiago'. 'Escríbame la dirección le sueiecontestar, y todo el dinero se entregaría sin falta aldestinatario" (8). El "folklore' en tomo al recuero hallabasu expresión en escritos y versos, y en refranes de saborCibaeño:

No impoita que faite aigopa yegai a tu detino:la recua sale, y la caigase arreglan en ei camino.

Así se realizó también el transporte del piano de colaalemán que don Guillermo Knipping hizo llevar de PuertoPlata a Santiago a fines del siglo, pero en este caso "fuepreciso traerlo a hombros-'(v). De hecho, también dentrode las ciudades las mudanzas se realizaban hasta en los añossetenta mayormente a loma. de burro: "no había sinoalguna que otra carreta, tirada por mulos, acaso de uso

6 Luperán, op. ctt., lIJ, 287.7 Véase Rodrtguez Demorizi, [ed.], Enciclopedia dominicana

üet caballo, edad. Trujillo, 1955. Fueron las requisiciones decaballos durante las múltiples turbulencias internas, las que hicierondisminuir en gran manera el ánimo que existió al principio para criarcabattos de calidad.

8 Hazard, op, cit., 383.9 El primer piano de cola, también alemán, hab ia sido

Importado en Santiago por el 1876, por Juan Antonio de Lora, por.vla de la bahfa de Samand y La Vega 'tirado por bueyes'. (BuenoArturo, op. cit., datos históricos).

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particufar, y de dos ruedas," escribe Gómez Alfau sobre lacapital (10). Junto a los recueros O arrieros existía tambiénel grupo de los 'prácticos' que actuaban de guía para losviajeros.

Un periodista emprendedor contó el. sábado 6 deseptiembre 1890, desde las 5 a.m, - 10 a.m. el número depersonas y bestias de carga que entró en Santiago. Demanera pintoresca estos datos ilustran la función regionalde esta ciudad:

del lado de La Vega:" .. ,P. Plata

.. Gurabo

.. Otra Banda,Borbones, Rincón, Largo, etc.

1,000 personas417 ..750

839

con.. 896422700

238

animales..

Las bestias cargaban "artículos de consumo diario, ytabaco, yaguas, tablas de pino y palmas, cordelería,"etc (11).

En la capital una buena parte del abastecimiento localse realizaba por vía acuática: uno de los mercados másgrandes era "el de la playa del Ozama, abastecido por loscampesinos que vivían a orillas de los ríos Ozama e Isabelay empleaban canoas indígenas para el transporte. Secompraba allí el carbón, guandules, caimitos, cajuiles,guayabas, tamarindo, yuca, batatas, caimoní, totumas,jinas, berenjenas, zapotes, mameyes, tablas de palma,etc"(12). Era de importancia el buen cuido de los animalesde cabalgadura y de carga. Cuando el Presidente Heureaux,haciendo los preparativos para un viaje, escribe: alJefeCoinunal de Guayubín: " ...Junto con mi E(stado) M(ayor)despacho a esa al Coronel José Eugenio Núñez con micaballo y mula de silla. Le ruego procure que no me le hagafalta la yerba de corte en el patio donde me los acomode,"envía para más seguridad, las mismas instrucciones a dospersonas más del lugar (13). El buen caballo era,naturalmente, un regalo favorito: así Heureaux envió en1888 un caballo a Firesias Simón Sam, Ministro de Guerra yMarina en Puerto Príncipe(14) y algunos meses antes de su

TIJ Op, cit., 8"'7.11 El Eco del Pueblo, 17 seto 1890.

12 Gómez Alfau, op. cit., 116 Y sigo13 Cartas Preso Heureaux, 9 de oct. 1893, AGN.14 Id em, 30 de abril 1888.

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muerte, escribe a Tancréde Auguste, Ministro de lo Interiory Policía de Haití: "Buscándole un recuerdo que ofrecerlecon motivo del nuevo año, he preferido enviarle el único demis caballos de batalla que me queda. Es una bestia debuena sangre andaluza, sobre la cual he alcanzado algunasvictorias. Aún le quedan bríos para otras, y deseo que sidesgraciadamente hubiera ocasión, sea Ud. quien lasobtenga "(15). El transporte de personas, tanto dentro,como fuera del país, sufría también de obstáculos denaturaleza administrativa: cada viajero debía proveerse deUIl pasaporte que era controlado en el camino; elgobernador de la provincia de Azua, por ejemplo,comunicaba que en 1895 su provincia había emitido elsiguiente número de pasaportes:

"en AzuaSan JuanLas MatasSan José de OcoaCercadoBánica

Total

89212721173689344152

4522 pasaportes." 16

A los medios de transporte 'antiguos' pertenecíatambién, naturalmente, el barco de vela, usado tanto paratransporte comercial como militar y tanto para contactosnacionales como internacionales. Con los centroscomerciales Sto. Tomás y Curazao que fueron tanimportantes en el primer medio siglo de la existencia de larepública independiente, el contacto era mantenido porgoletas, buques de vela de poco tonelaje, que también seocupaban del transporte de los numerosos exiliadospolíticos.

.15/dem, 20 de enero 1899.16 Informe anual Gob. Civil i Militar, prov, de Azua, enero 20,

1896, AGN.

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2. El regionalismo

Mientras dominaron los medios de comunicación.antiguos que hemos descrito, era de esperarse que lasregiones socio-geográficas en que, por razones naturales,podía dividirse el país, se caracterizaran por una gran'medida de libertad de facto frente al gobierno central; estovalía en el campo económico, cultural y político. Cada unade estas regiones, como el Cibao, el Sur, la Línea Noroeste,el Este, podía además dividirse en sub-regiones para lascuales valía, mutatis mutandis, lo mismo. Cuando chocabala lealtad hacia la patria chica con la de la nación, no erainfrecuente que saliera airosa la primera. La formación deimágenes colectivas y la creación de estereotipos sobre loshabitantes de la propia región y los de las otras, eran elingenioso acompañamiento psicológico de esteregionalismo: los banilejos eran hábiles comerciantes, losazuanos tenían una bonita letra, y así más.

Cuando Hostos escribió en la Revista Científica del 5de julio 1884 un alabador artículo sobre "La provincia deSantiago de los Caballeros como ejemplo de adhesión", erainevitable que se produjeran reacciones violentas. En elartículo Hostos enumeraba los hechos heroicos militares ypolíticos de esa región: "En las luchas civiles, la provinciaque más fuertemente ha combatido la tiranía, la que conmás frecuencia ha batallado contra el despotismo, laprimera siempre en alzarse en nombre de los principios, hasido Santiago de los Caballeros." En el siguiente número dela revista apareció una fuerte crítica de un autor, tras cuyopseudónimo Jesús del Christo se escondía tal vez el PadreMeriño: su artículo se titulaba: "El Sur como ejemplo deamor a la independencia" y no sólo subrayaba las virtudes ylos hechos militares del Sur ("cada palmo de terreno es unaTermópila y cada hombre tiene el espíritu de unespartano,") sino que también mencionaba algunosreproches característicos y frecuentemente oídos, a laregión alabada por Hostos, observando que en el Sur "jamásse ha enarbolado con frecuencia el estandarterevolucionario por ambición. No tiene el Sur la fama derevoltoso. Ni tampoco allí el espíritu de egoísmo

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comarcano ha cegado hasta el punto de sacrificarlo todopor odio a los hombres y a la preponderancia de otrasprovincias"(17). En estos reproches se reflejaba la realidadpolítica de una jerarquia de regiones, en que siempre habíadominado el Cibao, aunque no sin protestas, resentimientosy predominancia temporal de las otras regiones. Hemosvisto cómo la dominancia del Cibao frente al Sur comenzó,por razones económicas y demográficas, a perder sucarácter indiscutible en las últimas décadas del siglo XIX;por eso la fecha de la discusión entre Hostos y Del Christoes muy interesante; también los argumentos de Hostosabogando por un patriotismo como inclusivismo y no comoexclusivismo en una parte posterior de este debate correnparalelos, aunque preceden, a una creciente noción deunidad nacional, que había sido hecha posible por lasmejoras en el sistema de comunicaciones. Tampoco serácasualidad el que precisamente en estos años recibieraaceptación general e! Himno Nacional de Prud'homme yReyes.

Por el momento, sin embargo, era realmente el Cibao laregión donde se iniciaban la mayoría de las revoluciones ydonde se hacían y rompían gobiernos. Puertoplateños comoLuperón y Heureaux demostraban ambos, aunque demanera diferente, su preferencia por la parte norteña delpaís. Durante el Gobierno Provisional del primero PuertoPlata fue declarada capital interina y asiento de! Gobierno,hasta que se eligiera un gobierno definitivo (18), y alpresentar durante su gobierno un plan para dragar el río delSur Ozama, a cuya margen se halla la capital, declaraba, casia manera de excusa, que .el interés del Gobierno "por ~I

progreso y adelanto material no se limita a las mejoraslocales de esta provincia del Cibao"(1 9). Heureaux,manipulando dieciocho años después una estructura depoder político y económico sumamente diferente,difícilmente podía permitirse tales expresiones yactuaciones públicas; sus sentimientos personales, empero,no eran menos fuertes: "Ud. sabe que yo soy de PuertoPlata, que es el único rinconcito donde quiero tener derecho

17 Hostos en Sto. Dgo .• op, cit. 1, 117-128.18 Luperán, op, cit., IU, 70.191dem, 96.

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a ser algo personalmente ," escribe a un ministro (20).Las consecuencias desfavorables de las malas

comunicaciones, tanto para el campo político como eljudicial fueron señaladas claramente por Bonó en 1881.Todas las barreras que existen en las comunicaciones entre,especialmente, "los dos más fuertes grupos de laRepública," Santiago y Santo Domingo, así escribe, "soncausa de que el respeto y consideración al Gobierno sea másbien nominal o sentimental ... Cada uno de estos segmentosobra por cuenta propia indefinidamente," y por lo tantosiempre amenazan "perturbaciones violentas que sólo en lasuperficie se pacifican, pues presuponen dominacionesalternativas del Cibao o del Ozama. Estas treguas, pues otronom bre no deben dárseles, mantienen un descontentolatente en la parte moral y materialmente, que es el primerelemento que a su devoción encuentran los ambiciosos yperturbadores." Y en io que respecta a la justicia: "LaCorte de Justicia, tribunal supremo de apelación y casación,de seguro no registra en sus anales de treinta y seis años,ocho causas del Cibao por' crímenes contra las personas;porque ... no ha podido exigir con todo rigor a un testigo deGuayubín o Sabaneta, el esfuerzo sobrehumano de hacer asu costa las ciento y pico de leguas por la malhadada trocha,a declarar en plenario lo que sepa sobre tales o cuales robosu homicidios." El Gobierno, "unas veces parodiando a losromanos con sus Procónsules en las remotas provinciasconquistadas, o a los reyes de Oriente con sus Bajalatos,cuando (oo.) se crearon Delegaciones del Ejecutivo," no halogrado curar el mal con estos remedios momentáneos; porel contrario, éstos "ponen más lejos a la capital de susprovincias, la dejan más aislada, más débil, y hastaimpotente para ejercer su mandato"(2I).

3. Los nuevos medios de comunicación interna

A una dictadura fuerte y prolongada como la deHeureaux le fue posible mantener por algún tiempo bajo la

20 Copiaaor Cartas Preso Heureaux. 15 dic. 1898 a ,Sr: Gral.Don Teófilo Cordero Bidó, Min: de Fomento y Obras Publicas enComisión, Santiago AGN.

21 Bonó, op, cit., 215-216.

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superficie las "perturbaciones violentas' en el campopolítico y militar, pero era excesivamente optimista quienpensara que las fuerzas .desintegradoras del regionalismohabían sido vencidas para siempre, como el autor de 'unremitido al Listin del 6 de enero de 1893, que era deopinión que había sido relegada al pasado definido lasituación en que "cada ciudad, cada pueblo y común eranuna pequeña república" y "todo era confusión ydesasosiego." En períodos posteriores estas fuerzas iban amanifestarse de nuevo con insólita violencia y esto no erasorprendente, no solamente porque las lealtades colectivastoman mucho tiempo en desaparecer, sino también porquelas innovaciones en la estructura de las comunicaciones quevamos a describir ahora, a pesar de su importancia yconsecuencia para determinados grupos y sectores de la vidasocial, lograron sí disminuir el aislamiento de las regiones,pero no suprimirlo. Para una gran parte de la población losantiguos medios de comunicación siguieron siendo losprincipales, si no los únicos. Lo nuevo vino a quedar alIadode, o mejor dicho, sobrepuesto a lo antiguo; dos 'mundos'comenzaron a coexistir; y las innovaciones técnicas del'mundo moderno' podían tanto ser puestas al servicio de unmayor control central y de una más rápida movilización delos: recursos y sentimientos nacionales, como al servicio delealtades particularistas, que el 'mundo antiguo' rodeaba detantos afectos duraderos.

a. Ferrocarriles

Planes y concesiones· para la construcción deferrocarriles existieron desde muy temprano, pero larealización muy parcial de estos proyectos se hizo esperarhasta los años ochenta.

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PLANES Y CONCESIONES PARA FERROCARRILES

A110 del plan Io inicio de

construcciónTrayecto Iniciativa de

, I I¡-NaCio.naUdad: de ~mpre"'¡Plan de financiamiento

serso o iinanciador I o explotación I, interesado

A110 de inauguración I

parcial o total ¡

189627 ......... Moca-La Vega

189426 )Santíago-Moca

1882-84 24 ... :'Ferrocarril Bara­; hona'

189025 ••••••• .!P. Plata-Santiago

tierras ItierrasI

?

I:Explotación minas! de sal gema deI NeybaI"Explotación

aledañasiExplotación

aledañas

: I -Explotacion por la ,Sánchez - La Vega

'Compañía Esco-,1887; La Jina - Sancesa' (A. A. Baírd.Fco, de Macorís,1895;Olasgow) ¡Ramal Las coburas-

; '! \,salcedO, ~09

IEmpréstito 1897 (Ferrocarril, Westendorp & CO., Central Domlnl-

Amsterdarn, I cano)1::900.000

Emisión 1897 bOnOS¡1909 (Ferrocarril,1::500.000 Central Domini­

cano)Empréstito Baird -

f80.000 I

E.E.U.U.

E.E.U.U.

E.E.U.U.

E.E.U.U.

?

Rep. Dom.

Reino Unido

Reino Unido

Reino Unido

Inmigrante deE.E.U.U.Holanda

186622 .1 Neyba-Barahona 1Dnvís Hatch

186722 .! San Cristóbal - RíOI'Félix Montecatini

I Ozama186922 :Monte Cristi- !E. H. Hartmont

I Santiago. 1 .186922 .••••••• ,santiago-RIO YUna-¡Fred. H. Fischer

! Península deI Sama~á. .

187022 .., ..... San Cristóbal - RIOShumacher y" Ozama I Angenard

187022 ., Río Ozama-Azua- Julián OrangerardI Las Caobas I

1879-80 23 Neyba-Barahona IOob. Prov. Luperón'1879-80 23 Santiago-Samaná IGob, Prov. Luperón'

I I, I, I

\w. A. Read II "

IC. J. den Tex Bondt:

y Oob. Heureaux I

lo ob. Heureaux y I

San DomingoRailway Cy. I

IOob. Heureaux y, A. A. Baird. II Olasgow I

22 tntorme, op. cit., 100-10l.23 Luperón, op. cír., IlI. 70, Y slg.; además Informe 269.24 Actas del Congreso, eecctón de Fomento, 20 de teb. 1885, AGN.25 Herrera. op. cte., 58.26 Jdem, 78.27 ldeml 79·80.

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De los doce proyectos recogidos en la lista, sólo dos(ambos en el Norte) condujeron en el propio siglo XIX, acierto resultado exitoso (28). En los dos estaban interesadasfirmas europeas. El primero, el ferrocarril Sánchez-La Vega,con sus ramificaciones (unos 130 kms.) fue explotado porla 'Compañía Escocesa' privada; el segundo, de Puerto Plataa Santiago (68 kms.) estaba en manos de la compañíaestatal "Ferrocarril Central Dominicano". Su construcciónfue financiada por transacciones con la casa bancariaholandesa Westendorp, la cual en 1897 entregó sus interesesy los de su representante C. J. den Tex Bondt , a la SanDomingo lmprovemcnt Company de Nueva York. Unacompañía filial de esta última, la San Domingo RailwayCompany, estuvo interesada en 1897 en el financiamientodel trayecto Santiago-Moca, que se vino a terminar en 1909y que, al igual que la línea Moca-Salcedo, que fuecompletada en 1918, era explotada por la compañía estatal.,Así se refleja en la historia de la construcción del ferrocarrilla muy importante transición de una supremacía europea deintereses comerciales y financieros a una predominancianorteamericana; esta transición comenzó a efectuarseprecisamente en los años 90y la trataremos en detalle en elpróximo capítulo.

Bonó observaba los ferrocarriles y las inversionesextranjeras que conllevaban con su usual escepticismo: "Noteniendo el capital, debe venir del extranjero, y siendoextranjero, sólo podrá moverlo a venir una buena y seguraprima, que el país pagará actualmente por un biencombinado' arbitraje de -alta banca, exteriormente bienaterciopelado para que su gravedad específica sea menossensible a las aduanas. El resto necesitando seguridadesefectivas para capital e intereses, simples y compuestos, conel factor importante de nuestras discordias, no podráinscribirse sólo sobre nuestro fundo autonómico, únicaprenda de bastante valor que podría disminuir lasprogresiones de dicho factor," escribía ya en 1881 (29); en1895 constata cómo el ferrocarril ha causado perjuicios a"las industrias criollas de transporte"(30). Hostos, que en

28 Los ferrocarriles privados de las nuevas industrias azucareras,va fueron tratados en el primer cap itulo,

29 Bonó, dp. cit.. 210.

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1887 Y como invitado del ingeniero escocés MacGregor,realizó el viaje de Sánchez a La Vega, aún antes de lainauguración oficial de esta línea, se expresaba en términosmás poéticos: "Y qué extraña, y qué insinuante, y quéenternecedora aparición la del dragón del progreso por enmedio de la selva salvaje que siglos enteros no han podidosacar de su inercia." Pero naturalmente, tenía susobjeciones: "Los trenes de carga ... reciben pasajeros; y los.trenes de pasajeros ... tienen por objeto principal lacarga"(3I); sentía gran admiración por los logros de laingeniería; había sido un trabajo de grandes proporciones:en 1885 la Sección de Fomento comunicaba que en élhabían trabajado 900 "hombres del país "(32). Menosadmiración, y con razón, tenía Hostos por la seleccióncomo punto de partida del ferrocarril, de Las Cañitas, cuyonombre había sido cambiado en Sánchez. Este lugar,situado en la margen suroeste de la Bahía de Samaná, era,por hallarse en terreno pantanoso y por el peligro de

.derrumbamientos, mucho menos apropiado que SantaCapuza, propiedad del gran animador del proyecto,Gregario Riva; un capricho del Director General de laCompañía, un escocés, determinó el futuro de Sánchez.Este pueblo fangoso quedó dividido en una sección cercadacon las casas de la Compañía, y el resto, donde ya en el '87unos 2000 pioneros estaban probando su suerte; la cuartaparte de ellos eran dominicanos, otra cuarta parte europeos,y la mitad inmigrantes de las Islas Vírgenes, Las Turcas yCurazao (33).

El trayecto Santiago-Puerto Plata, aunque más corto,fue aún más difícil de construir por el carácter montañosodel terreno; en 1896 los trabajadores se declararon enhuelga cuando se les exigió trabajar una hora más por elmismo salario (34). La inauguración del ferrocarril fuecelebrada en el '97 en Santiago con grandes festivales; enesa ocasión el Presidente Heureaux observó que aquícoincidían dos eventos: "el acercamiento de dos provincias

3i Hostos en Sto. Dgo., op. cit., I, 228 Y sigo32 Actas del Congreso Nacional, Sección de Fomento, 20 de

febo 1885, AGN.33 Hostos en Sto. Dgo., op, cit. I, 235 Y sigo34 Listin, 11 de marzO 1896.

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hermanas y la abertura de una brecha nueva en el horizontepala la República." Ya en su Memoria de enero de 1898 elGobernador de Santiago constataba que, gracias alferrocarril, "muchos individuos residentes en la ciudadadquieren terrenos en los campos para dedicarse al cultivode éste o del otro fruto;" ahora que se podía viajar a PuertoPlata en 4 o 5 horas había aumentado en mucho el valor dela tierra (35).

b. Teléurajo

Durante los llamados 'seis años' del Presidente Báez(1868-1874), el gobierno fue pródigo en otorgarconcesiones. como ya lo demuestran los proyectos paraferrocarriles. En ese período del aventurero-concesionario,fue otorgado- en 1870 - a un tal Levi Guilamo el derecho"para construir las líneas telegráficas necesarias en laRepública "(36). Nada resultó de esto. En 1884 el CongresoNacional aprobó una concesión similar al Conde Tadeo deOkza, quien la traspasó a la compañía francesa Société desTélégraphes Sous-marins. En el mismo año se iniciaron lostrabajos y ya había en Santiago una oficina del 'Cablefrancés' bajo dirección de un francés (37). Al año siguientefuncionaban en Puerto Plata y Santo Domingo escuelas de'telegrafía práctica '(38). Pero la red tardó en extenderse:Monte Cristi vino a ser incorporado en 1890 -y sólo graciasa la subvención de $5QO anuales de la importante casa,comercial del lugar J. 1. Jiménez- San Pedro de Macorís en1895. Azua vino después (39), y Samaná fue liberada de suaislamiento en 1898 por la conexión con Sánchez, en que elpueblo 'espontáneamente' ayudó a montarlos postes (40).

Cuando el Ministro de Correos y Telégrafos escribía el

-n Memoria, op. cit.36 Informe, op, cit., 100.37 Bueno, op. cit., daros históricos.

38 Actas del Congreso, Sección de Fomento, op. cit.39 Copiador de Oficios Ministerio de Correo y Telégrafos. 1893.

y años sig., A GN.40 Memoria Gobernador, enero 7, 1898, AGN.

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12 de mayo de 1893 a Isidro Mendel, Agente Fiscal de laRepública en París, solicitándole tratar algunas quejas conla compañía principal en Francia, las objeciones de caráctermaterial -la lenta extensión de las redes, las tarifasexcesivamente altas (20 centavos por palabra) que debíanser reducidas a la mitad- no eran las más importantes,aunque más tarde él mismo escribió a la Sociedad que elmayor anhelo del Gobierno "es ver a la Rep. toda cruzadapor la red telegráfica, símbolo del progreso y motor deriquezas." Sus más graves quejas eran debidas a laintervención política de la compañía francesa: "la violacióndel sigilo de la correspondencia oficial, perpetrado porvarios empleados del Telégrafo, sobre todo por el Sr. LeónEscudier (el director), durante los últimos acontecimientosinteriores e internacionales, mientras que, por otra parte, havenido haciendo concesiones o servicios a particularesenemigos de la actual situación. En estos mismos días,contra las prescripciones de su Reglamento y violando lasestablecidas por la Ley, ha arrojado la Compañía a las calles(oo.) los originales de los telegramas oficiales y particulares,de donde han sido recogidos por los agentes de la policía yremitidos a este Ministerio, acompañados del procesoverbal, cuya copia adjunto"(41).

En ese mismo tiempo, el Listin se vio envuelto en unconflicto con la compañía de telégrafos, pues el señorEscudier rehusaba los telegramas que mandaba Arturo J.Pellerano Alfau, director del Lis/in, en su calidad de'corresponsal telegráfico' del periódico La Prensa deSantiago (42).

Estos telegramas trataban de un conflicto entre elPresidente Heureaux y el Banco Nacional de SantoDomingo, una institución filial del Crédit Mobilier de París;este conflicto era uno de los "acontecimientos interiores einternacionales" a que aludía el Ministro en su carta dequeja a París y que después trataremos más extensamente.

Aquí es interesante señalar que la intervención deldirector del telégrafo no sólo se habrá fundado ensentimientos de solidaridad con un banco igualmente

41 Copiador Min. Correo)' Telégrafos. op. cit.• AGN.42 Listtn, 23 [eb., 29 abril 1893.

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francés: también había lazos personales entre las dosinstituciones: el Conde de Okza que ya ha sido mencionadocomo interesado en la concesión telegráfica francesa, eramuy amigo de Eugenio Generoso de Marchena, cuyomediador había sido en 1888 en las transacciones quellevaron a la firma del empréstito Westendorp; Marchena, asu vez, hizo las diligencias para la concesión, tratada por elCongreso Nacional en 1889, para la fundación, por el CrcditMobilier, de un Banco Nacional; después fue nombradoInspector General de ese banco en Santo Domingo. Así,pues, cuando en 1893 Marchena (en parte por motivospolíticos) mandó embargar la cuenta privada de Heureauxcon ese Banco -cosa que fue el motivo directo, aunque nola causa fundamental del conflicto- la parcialización del'Cable Francés' podía ser prevista, aunque no fuera, poreso, menos indebida.

Tal vez este conficto contribuyó en parte a ladecisión de fundar una 'Estación Telegráfica Nacional'independiente y con entrenamiento propio. El que susaprendices en Baní y Azua rehusaran en 1897 distribuir lostelegramas, deberá ser explicado por el prestigio que losnuevos técnicos se atribuían; M. de J. Troncoso, miembrode una familia en ascendencia, era en ese mismo año Jefe dela Estación Telegráfica de Santo Domingo (43).

Por otra parte, la importancia de las conexionestelegráficas fueron muy bien comprendidas también por losenemigos internos del régimen Heureaux: en 1899 seseñalaban varios casos de "avería intencional" en que"grupos de hombres armados les habían amenazado (a lostécnicos) de muerte si persistían en querer poner la línea enbuen estado"(44). La utilidad del telégrafo para el juegopolítico no puede ilustrarse mejor que refiriendo al 'CódigoTelegráfico' que· Heureaux compuso --según se dice, encolaboración con un periodista puertorriqueño (45). Ensucesivas secciones de política, de guerra, correos,'y teLégrafos,órdenes de libertad .Y confinamientos, administración,.

43 Debe haber sido el mismo que fue presidente durante elrégimen de Trujillo de 1940-42. También Trujillo trabajó comotelegrafista (1907-1910).

44 Copiador Ministerio Correos, op. cit., A GN.45 También gobiernos posteriores hicieron uso de una edición

adaptada del Código: datos tomados de: Código Telerráfico, usooficial y privado del Gobierno, Imprenta de 'El Liberal, 1900, s. l.

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embarcos J desembarcos y vigilancia de la costa, aduanas Jpuertos, nombramientos, remociones, renuncias, licencias.elecciones, arribos .Y salidas, evasiones, asuntos judiciQles,enfermedad, muerte .Y restablecimiento, incendios, bagajes,escándalos, desórdenes, el presidente en viaje alvicepresidente, etc., se definían todos los puntosimportantes de gobierno, en preguntas y respuestas, y luegoeran indicados con ingeniosas palabras claves. También eranindicados de la misma manera, los nombres de personaspolíticas y localidades importantes. Como 'diccionario'político y militar este código es de gran interés; volveremosa tratar de él después. Bástenos mencionar aquí, a manerade ilustración, algunas palabras clave que subrayan laimportancia política del telégrafo:

Hadena - Impida sin violencia el uso del telégrafo a losparticulares, no permitiéndolo sino a personas de confianza.

Hado - Vigile el telégrafo y vea a ver quiénes son losque telegrafían a ...

Hager - Está interrumpido el alambre entre .oo y ... ?Hojalon - Si el alambre está interrumpido entre oo. y ...

envíe la correspondencia por expreso de confianza. Queéste tenga cuidado procurando desechar los lugares dondepuedan sorprenderlo.

Halis - Haga usted vigilar el telégrafo para que no noscorten el alambre. Necesitamos a todo trance esa vía decomunicación.

c. Teléfono

Ya en 1886 se realizó una conversación telefónica en lacapital: el 7 de enero "a las 5 p.m. el Rector del ColegioSan Luis Gonzaga saludaba al Sr. Nasson, administrador delElectric Company desde su Colegio por medio del teléfono.¡Bien por el Progreso! "(46). Abad hablaba ya en 1888 deuna 'red telefónica' en la capital. En San Cristóbal "elfarmacéutico Luis Ruveno pidió autorización alAyuntamiento el 4 de julio 1891 para instalar un teléfonode su casa a la casa morada del Dr. F. Gonzales en la CalleRepublicana "(47). Ya anteriormente vimos que en 1893

46 La Crónica enero 12, 1886.47 Rodriguez'bemorizi, E. (Ed.), San Cristóbal de Antaño (C.

Trujillo: Edit. Montalvo, 1946), 147.

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fueron instaladas .líneas privadas en las plantaciones deazúcar de San Pedro de Macorís. Sin embargo, no hubo unrápido progreso: aún en 1898 se hablaba de "algunos hilostelefónicos en la Capital y otros puntos." (48). En Santiagoel gobierno instaló en 1897 la primera línea entre laFortaleza San Luis y la Gobernación; fue en 1°10 cuandocomenzó a funcionar una red telefónica urbana, comoempresa privada (49).

d. Correos

Con excepción de los nuevos trayectos del ferrocarril,la distribución de cartas y paquetes siguió en manos derecueros o dragones, quienes caminando descalzos a veces, omontados otras, seguían sus rutas fijas. Por un salariomoderado (el dragón que en '9SlIevaba una vez por semanael correo de Cotuy a San Francisco de Macorís, recibía 3,20pesos mexicanos por mes), corrían grandes riesgosprofesionales: repetidamente se perpetraban atentados a susvidas. Un corresponsal del Listín en San Cristóbal describíaen '93 cómo un joven. cartero se perdió: "un grupo legrita: •¿quién va? ' y el joven contestó con serenidad: 'unhombre'. Le replicaron los cuatro: 'Pero no será hombrecomo nosotros.' 'Tan hombre como los que vienen'. 'Puesvamos a verlo'." El dragón fue muerto, el correo" quedóintacto (50). No sorprende, pues, que los Ayuntamientospidieran con frecuencia 'algunos remingtons' paraprotección de los carteros (51). Mucha correspondenciasiguió siendo distribuída por amigos de confianza o pormensajeros particulares. Sin embargo, en las últimas décadasdel siglo el gobierno central parece haber prestado mayoratención a la organización postal: en 1889 existía lafunción de Administrador de Correos, en 1893 la deMinistro de Correos y Telégrafos, en l899la de Empresariodel Transporte de Correspondencia. Es difícil averiguarhasta qué punto se realizaron mejoras prácticas; sólodispongo del dato de que en 1898 el transporte del correo

48 Meriño, op. cit., 183.49 Bueno, op, cit., datos históricos.50 Listtn, enero 6, 1893.51 Copiador Ministerio de Correos y Telégrafos, 1893. A GN.

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entre Monte Cristi y Dajabón se llevaba a cabo en coche (52);pero Hostos nos asegura que el ministro J. M. (Paino)Pichardo dio en los años noventa "a la Administración deCorreos no ya sólo una mayor regularidad de operaciones,sino también (un) carácter ... de austeridad tranquila"(53).

e. Puentes, puertos, planes de canalización

En Santiago se construyeron puentes en 1882 y 1887sobre el arroyo de Nibajes y el de Curabitorespectivamente, ambos con capital nacional. En la capital el'Puente Heureaux' sobre el Ozama fue construido por unnorteamericano; en 1898 el gobierno se hizo cargo de estepuente y el financiamiento de esa transacción le causópreocupaciones a Heureaux: " ...el gobierno americano casien forma de ultimátum me exigió por medio de su Ministroen Puerto Príncipe el pago inmediato de una cantidad quehabíamos convenido en que se la pagase a plazos, porsentencia arbitral sobre el puente del Ozama, que erapropiedad de un ciudadano americano ...; no me quedó másdilema que escoger entre una coerción brutal al país o elpago inmediatamente exigido."(54). El importante RíoHaina, cercano a la capital, tuvo que carecer de puentehasta 1912; la barca que se utilizaba para cruzarlo era desde1892 propiedad conjunta de San Carlos y San Cristóbal;para estas comunes el producto del peaje era losuficientemente importante para que éstas se disputarandurante muchos años la propiedad exclusiva (55).

El puerto del Ozama también fue objeto de planesespeculativos para mejorarlo en esos años: en 1885 uninglés, Creen bank, recibió una concesión para ese fin; poruna epidemia de cólera en Francia, donde se había pedidoel material de dragar, las obras avanzaban con tanta lentitudque fue nombrada una comisión de inspección (56); en 1893

52' Memoria Gobernador Civil i Militar del Dist., Maritimo deMontecristi, 19 de Enero 98, Actas del Congreso, No. 5, AGN.

5j Hostos en Sto. Dgo., op. cit., Vol. ll, 48.54 Copiador cartas Preso Heureaux, dic. 15, 98, a J. Mendel,

Paris. En una carta del 29 dic. '98 a Alej. wos~ y Gil, Cónsu~,YEncargado de Negocios en Nueva York, habla, Sin embargo de eltercer plazo que falta". AGN. Aún años después. de su muerte hubodificultades a este respecto.

55 E. Rodriguez Demorizi, San Cristóbal, op, cit., 148.56 Actas del Congreso, Sección de Fomento, 1885, AGN.

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la explotación del puerto estaba en manos de una compañíaparticular 'Muelles y enramada del Ozama, soco anón.,' cuyopresidente era J .B. Vicini y que en ese año pagó undividendo neto de 45 por ciento sobre el Balance Producidoneto de 1892 (57). En 18971a concesión del muelle apareceen manos de Juan Antonio Read.

En 1885 se hace mención de un contrato entre elGobierno y la casa J. 1. Jiménez de Monte Cristi en que esafirma se compromete a canalizar el Yaque por una distanciade 3 millas, para mejorar la exportación (de maderas) de esaregión. El Gobierno traspasó a Jiménez, a manera de pago,ellO por ciento de los derechos de aduana durante 10años (58). Jiménez se comprometía también a mejorar elpuerto. En 1899 cuando Jiménez, ahora enemigo delgobierno y después de una fracasada invasión, se asila enParís, resulta que, por lo menos en opinión del Gobierno,las concesiones no tuvieron ningún resultado: "Lejos dedesarrollar, con las pingües ganancias que le han producido,los elementos de riqueza del Distrito, se trasladó a Europa,las despilfarró y ahora viene a solicitar del desorden y deldesconcierto público, como hiciera en Haití, las riquezasque no supo conservar," así escribe el Listín ellO de mayo1899. (En noviembre de ese año se juramentó Jiménezcomo Presidente).

f. Innovaciones en el transporte urbano; electricidad;acueducto

Mientras que en los años setenta 'apenas podíanhallarse carretas en la capital, vimos ya que en 1893 SantoDomingo disponía de 23 coches de alquiler, 24 cochesparticulares y 135 carretas (59). En Santiago 'el primervehículo' fue importado en 1879; las primeras carretasaparecieron en 1881, el primer coche en 1890, el primerquitrín fue construído en 1894 por el doctor don EusebioPons (60).En 1897 la capital poseía un tranvía de tracción

57 Listt'n, abril S, 1893.58 Actas del Congreso, Sección de Fomento, 1885, AGN.59 Véase el capitulo anterior.60 Bueno, op. cit., datos históricos.

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animal, con un trayecto de unos 3 kms., "la mitad en lascalles y el resto en las afueras;" también Monte Cristi teníauno, que iba del muelle a la ciudad (61). En Santiago y lacapital las primeras bicicletas hicieron su aparición en 1896;en la capital había quejas en ese año por el ruido de los"fo tu sos " (fo tutos? ); no obstante se organizó ennoviembre la primera carrera de bicicletas (62). El tránsitourbano fue fomentado también por la instalación delalumbrado eléctrico en los años noventa: en 1893 elAyuntamiento de la capital pedía permiso al Congreso paraemitir un empréstito para ese fin (63). El Lo de septiembredc 1896 la Secretaría de Hacienda y Comercio decidióentregar a la Gobernación de la Provincia de SantoDomingo "la suma de 221 pesos mejicanos mensuales arazón de siete pesos 36 2/3 diarios, para atender a los gastosdel alumbrado eléctrico de la ciudadela, Hospital Militar,Gobernación, Policía, cuarteles, etc." (64). El entoncesrecién fundado 'Club Unión' recibió exención para importar"4 lámparas para luz eléctrica" al año siguiente (65).Materiales para la construcción de un acueducto para SanCarlos y la capital que contribuiría a hacer más transitableslas calles. llegaron al país en el '93; en el '98, sin embargo,todavía no habían sido terminadoslos trabajos.

1" Vapores dominicanos

Además de los buques de vela. comenzaban aintroducirse los vapores. En 1882 el comerciante Vicini yatenía su propio vapor (66). Entonces ya existía también elvapor 'Presidente', el precursor del cañonero de vapor delmismo nombre que fue comprado en 1889 y que, junto conel 'Independencia' y el 'Restauración' fue construído en

61 ¡j vu: sicion, op. cit., 175.62 Listtn, 11 marzo y 6 /lOV. 1896.63 Listtn, junio 9. 1893.64 Lib~o Secretada de Hacienda y Comercio, No. 110, A GN.65 Idem, abril 9.66 Cartas Heureaux, febo 2, 1882 a Marchena, Azua, AGN.

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Inglaterra a cuenta del gobierno; estos vapores servíantam bién para transporte de funcionarios o personasrelacionadas con el gobierno. En 1893 el Congreso Nacionalaprobó la construcción de otro buque de vapor para laMarina de Guerra que se llamaría '16 de agosto', por unasuma de 45.000 libras esterlinas (67). En 1899 había aúnotro 'vapor nacional' llamado "Altagracia'. En ese año sehace tamb~én me.n.ci.ón de una oficina meteorológica enSanto Domingo, dirigida por los E.E.U.U. (68).

4. La ampliación de la comunicación externa

Los contactos de la República Dominicana con elextranjero fueron intensificados e institucionalizados devarias maneras en las últimas dos décadas del siglo XIX. Elpaís se incorporó en 1880 a la Unión Postal (69).Anteriormente vimos, cómo durante el gobierno provisionalde Luperón ('79-'80) fueron nombrados embajadores enWashington, París, La Haya y Berlín. También see stablecieron contactos diplomáticos con el resto deAmérica Latina en 1880: "No es de lamentarse que hastaahora y contando ya 36 años de vida independiente,nosotros no hayamos solicitado celebrar tratados deamistad, comercio y alianza con las repúblicas hermanas de'nuestra propia raza? ... Con tal objeto, el señor SantiagoPonce de León recibió instrucciones ... para (preparar) untratado de alianza con el noble pueblo venezolano; y hasido nombrado Cónsul General de la República en Caracas, elseñor Doctor Arístides Rojas "(70). Los gobiernosposteriores ampliaron considerablemente el número derepresentantes diplomáticos y consulares. La mayoría de losembajadores en Europa no eran dominicanos, sinomiembros (frecuentemente de la nobleza) de círculosfinancieros europeos que tenían conexiones con el país por

67 Cartas Preso Heureaux, oct. 22 '87, al Sr. J. Wanamaker,Philadelphia.

68 List in. enero 2, 1899.69 L uperón, op. cit., 1IJ, ss.701dem, 79.

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una permanencia en él o por intereses comerciales: el BarónEmanuel de Almeida, en París (71), José de Escorisza, enMadrid; John W. Reich, en Hamburg; Barón de Farensbach,en el Vaticano; todos ellos pertenecían a ese grupo. ElPre siden te Heureaux mantenía también una extensacorrespondencia con personas de esos círculos, que nodesempeñaban ninguna función oficial para la República,como la 'Baronesa de Wilson' en Nueva York, y queprobablemente pertenecían a la red de informantesextranjeros que él había organizado y que funcionaba conbastante eficacia. También eran importantes para el nombredel país las relaciones que mantenía el Presidente conalgunos órganos de prensa en el extranjero, tanto en losE.E.U.U. como en Francia: al director de Le NouveauMonde en París le escribía el 13 de dic. 1892: " ...estimandoen lo que valen las gestiones de su pluma en aquel Centro,puede V. contar con que tendrá siempre en mí un protectordecidido de su periódico"(72). El contacto con estacreciente red de diplomáticos, agentes y relaciones deprensa pudo realizarse con más rapidez después de lainstalación de los cables telegráficos submarinos quecomunicaban al país vía Haití y Cuba, y Curazao-Venezuelacon el resto del mundo. y que habían sido instalados por laSocieté de Telégraphes Sous-marins, Hostos hacía menciónde esto en 1888. (73).

En cuanto al contacto por vía marítima con elextranjero, al principio predominó la navegación conbuques de vela a los centros comerciales cercanos, comoCurazao y Sto. Tomás, pero luego vinieron los buques devapor a establecer un contacto directo con puertos más

7J "El Barón de Almeida... llegó a adquirir tal autoridad, quemuchas veces regañó al gobierno por tomar decisiones relativas a.nombramientos diplomáticos en Europa sin haberle consultado",(Herrera, C. A., op, cit., 47; cf, Herrera, C.A., Cuadros HlstorlCOSDominicanos, Cdad. Truj, 1949).

72 Cartas preso Heureaux, AGN. En '93 se le enviaban 100francos al director de esa revista "para trabajos para el GobiernoDominicano" (Libreta Resoluciones Hacienda, 14 dic. 1893, AGN).

73 Hostos en Sto. Dgo., op, cit., l, 250.

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lejanos. El 'vapor alemán' de Hamburgo ocupaba un lugarimportante, dada la importancia de esa ciudad para elcomercio de tabaco dominicano. Durante el gobierno deBáez se había otorgado una valiosa concesión el 7 deoctubre de 1868 a R. M. Funkhouser de Nueva York, paraestablecer un servicio entre esa ciudad, Nueva Orléans y laRepública, y según la cual el 5 por ciento de los derechos deimportación y exportación de las mercancías transportadaspor esa vía le tocaría al concesionario (74). Poco despuésesta concesión vino a quedar en manos de la firmaSpofford, Tileston y Cía. de Nueva York (75) cuyo buque,"un viejo vapor de madera llamado Tybee, (hacía) viajeredondo cada 30 días a un andar de 6 y 7 millas marinaspor hora" (76); probablemente la línea 'Clyde ' fue lasucesora de ese Tybee; las favorables condiciones de laconcesión prácticamente imposibilitaban la competencia; enmarzo del '93 el Listín constataba que la conexión conNueva York era monopolizada por esa línea; ésta tambiénse hacía cargo de mucho transporte interno. En 1897 seescribían de la manera siguiente las conexiones con elextranjero con buques de vapor:

Cía. norteamericana de vapores Ger. W. Clyde: procedede Nueva York, escalas en Islas Turcas y Cabo Haitiano,toca en M. Cristi, P. Plata, Samaná, Sánchez, San Pedro deMacorís, Santo Domingo y Azua. Hacen un viaje cada 20días;

Cía. española de sobrinos de Herrera: desde Habana aP. Rico y Santo Tomás, haciendo escala el 17 y 27 de cadames en Puerto Plata;

Cía. General Trasatlántica Francesa: Puerto Plata ySanto Domingo dos veces por mes, S. Pedro de Macorís unavez por mes;

Cía. de vapores alemanes de Hamburgo: SantoDomingo, Puerto Plata, Monte Cristi, Samaná, Sánchez;

74 Informe, 01'. cit., 100.75 Esta firma estuvo activa con su buque combatiendo

revolución de Luperán contra Báez a bordo del "Telégrafo" en el'69; la misma firma ofreció pasaje gratis a cada agentenorteamericano que fomentara la anexión de la República a losEE. VV. (Sumner weues, La Vifía de Naboth, trad. por M.A. Moore(Santiago: Edit. El Diario, 1939),1, 345, 352).

76 Gómez Alfau, op. cit., 91.

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Cía. italiana La Veloce de Génova: Santo Domingo unavez por mes (77).

El surgimiento del buque de vapor significó un granretroceso en la función de Santo Tomás y Curazao comocentros regionales de abastecimiento para el mercadodominicano, y como centros de compra de productosdominicanos: las rutas comerciales de la República, en vezde terminar en el lugar de enlace regional, cambiaron y sehicieron más largas terminando en la misma Europa yAmérica del Norte (78). Ensayos como el del comerciantecurazoleño León para mantener un contacto por buque devapor entre su isla y Santo Domingo(79) indicaban pocacomprensión por los cam bias que se estaban efectuando enel patrón de las comunicaciones.

El que los vapores hicieran escala en tantos pequeñospuertos dominicanos guardaba relación, por supuesto, conel tonelaje, aún reducido, de esos nuevos medios detransporte; la transición de buque de vela a buque de vaporcomo tal todavía no conllevó en el siglo pasado a undecaimiento de determinados puertos; ese fenómeno seprodujo en un período posterior, cuando el comercioexterior se concentró en sólo algunos puertos.

Vemos que los cambios' tecnológicos (vapores,telégrafo) disminuyeron la dependencia del país de loscentros comerciales del Caribe, pero que fueron causaspolitico-económ ieas las que en los años noventa hicieronpredominar la comunicación con los E.E.U.U. sobre laconexión con Europa. En el próximo capítulo trataré deanalizar los cambios en la estructura de las relaciones depoder económico.

Aquí concluiré constatando que, aparte de lasimplicaciones económicas, financieras y políticas, que nosiempre fueron sentidas ni comprendidas, la actitud casigeneral frente a las innovaciones técnicas como tales fue deadmiración optimista; con aprobación el Eco del Pueblocopiaba elIde marzo de 1888 una cita de Gerardo: "Elvapor, el telégrafo, el fonógrafo y la luz eléctrica, ... he ahí

77 Exposictán, op. cit., 169.78 ct. (;ómez Alfau, op. cit., 141.79 Listúi, 1omayo 1893.

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las sublimes creaciones que han venido a inmortalizar elgran siglo XIX, el siglo de los maravillosos adelantos entodas las esferas del saber humano."

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IV. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DEL PODERECONOMICO

1. El surgimiento de los nuevos productos

La mayor parte de los ingresos del estado consistiósiempre de los derechos de importación y exportación. Conla cautela que exige la poca credibilidad de las cifras, podríadeducirse de la Tabla 1, por lo menos una duplicación deesos ingresos en las últimas 3 décadas del siglo. Esta tablatambién pone en evidencia que en 1884 el azúcar, Como

TABLA 1

DERECHOS ADUANALES y TOTAL DE INGRESOS DEL ESTADO

($ oro)

i-.- - .. -

iDerechos Derechos I IngresosIimportación I exportación I totales

I

I 478,768,43I

1861 ....................................... 355,044.40 56,503.891869 ....................................... 507,138.59 I 77,708.46 700,028.271870 ....................................... 601.393.64 I 71,419.20 728,605.59

i1884' .......................................

I183,750.00

I1888 ....................................... 1,195.531.11 280.645.931895 ....................................... 1,382,703.001896 ....................................... 1,210.456.00 287.608.00 1,551,155.00 ~

~ ---

a. Sólo azúcar.

Fuente: 1861-1870: Informe, 011. elt., 359 Y sigo1884 : Hostos en Sto. Domingo, 011. cit., 1, 160.1888 : Mensafero, 011. ett., 149.1895-1896: Exposición, 011. elt., 179 Y slg.

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nuevo producto de exportación, producía al Estado más de2 l ¡l"'cc,,~ más ingresos que en 1870 todos los productos deexportación combinados.

El surgimiento de la industria azucarera se reflejaba enla creciente actividad económica de los puertos sureños,como lo ilustra la Tabla 11.

TABLA II

DERECHOS ADUANALES POR PUERTO($ oro)

1

_--. . s'mt~ I Puerto ISdnch~2 , S. ped~"IMo~te .1 -Azua I Samand Bara.·Domingo PlGta 1 deM. Cn,ti I__ I__~!------,-- i ,

1869 .•••.••••••••••... 179.363.00 396.865.00 - ;..:... ? ?:? ? I

.

1895 415.996.00 290.322.oo12,o.982.00!252.'03J'05.896.00\32.482.00\20.185.00

1,552.00i.

1896 ......••••••...•.. 505,048.00 368,687.00;244,684.00,221.298.00199.182.00 28,560.00 28,695.00 1,908.OC_.. __, . " __._. .. '._ .... _.. 1__ ._.,... t ._._ _ _ ~ ._ ..__ .

Fuente: 1869 : Informe, al'. eit., 359 Y sigo1895-1896: Exposición. al'. cit., 179 Y sigo

Como puede verse, los ingresos de Puerto Plata sereducen aún en sentido absoluto, cosa que puede explicarsepor la competencia del nuevo puerto cibaeño de Sánchez;en el Sur. sin embargo, el puerto de Santo Domingodemuestra no perjudicarse por el nuevo puerto de SanPedro de Macorís. La tendencia es evidente: los ingresoscombinados en 1896 de los dos mayores puertos sureños,Sto. Domingo y San Pedro de Macorís, se relacionan a losdos puertos norteños, Sánchez y Puerto Plata 7:6, mientrasque en 1869 los ingresos portuarios de Sto. Domingo eranmenos de la mitad Que los de Puerto Plata.

El que, por otra parte, no sólo la exportación deazúcar, sino también la de café y cacao aumentaranconsiderablemente, se evidencia en las siguientes cifras de laTabla III: .

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TABLA III

PRODUCTOS EXPORTADOS

(Quintales)

2,5529,000

Café

9,73036,000

Cacao

175,636?

406,147800,000

Azúcar

-_._--_.._--, Tabaco

en rama:

11888 ···················1·1897 .

Fuente: 1888: Mensajero, op. ctt., 149.1897: Exposición, op. eit., 179 y slg.

Por último la Tabla IV da una impresión de ladistribución de los productos de exportación entre losdiversos puertos en el año 1891:

TABLA IV

ORDEN DE LOS PUERTOS POR DERECHOS DE EXPORTACION

POR PRODUCTO, 1891

Total 1A~úcdr: ;4bCl~r ~ac(l~-! -C4f~ -T--~bey 1G,:,:-!~::; ¡MieJe8; ~:c~~ i

----;----,--1--,--1--1--'--'Bto.Dom:nSO .... l!·1 I I i" 1 1 ' I8.PedrodeM. .. 1I 1" IPuerto Plata 3 1, 2 1 !;SAn.hez i 1 jI! : !:::h~~~..::::::::::: I I I I I 1,/

:::'c;bü":::::: ! I 1 :I

Fuente: Basado en El Eco del Pueblo, 4 de junio 1891.

Trataremos de analizar de manera sistemática algunasde las principales repercusiones de los cambios indicadosmás arriba por medio de cifras, en la relación de los podereseconómicos.

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2. Tabaco frente a cacao, café y azúcar

a) La influencia de los nuevos productos en la relaciónoroduc tor-eomerc iante

Mucho antes de que el sociólogo cubano FernandoOrtiz escribiera su famoso Contrapunto cubano del tabacoy el azúcar (1), ya Pedro F. Bonó, retirado en su pequeñaciudad provincial dominicana, reflexionaba sobre lasimplicaciones sociológicas y económicas de los dosproductos que, en el Cibao,se disputaban la primacía, tabacoy cacao, llegando a expresar de manera notablementeOrticiana que "el cacao es oligarca y que el tabaco esdemócrata" (2). El tabaco es demócrata, puesto que sin otrocapital que un pedazo de terreno, sin máquinas, sinpersonal, cualquier pobre labrador puede mantener a sufamilia cultivando tabaco, por el cual puede fácilmenteobtener créditos, ya que el producto sólo necesita seismeses para ser cosechado; durante el resto del año semantiene con la producción de frutos menores "i quien quesiembra cacao o café ve sus granos a los seis meses, y quienque esté desnudo podrá esperar años? " Qué fácil es obtenerel crédito: "Habido el avance en Santhomas, Inglaterra,Alemania u otra parte, cada comerciante al pormenor, porsí o por corredores y sucursales, se establece cerca de losagricultores... Da dinero, lencería, quincallería u otrosvalores al labrador, mediante un agio consentido... Es difícilenumerar las ventajas de estos avances, la soltura que dan alos trabajos de todo género y el desahogo en que mantienena la población en general". Y sin formalidades: " ...no haytítulos hipotecarios ni quirografarios, todo se reduce acuentas corrientes al descubierto, muy mal llevadas por elcomerciante que ni siquiera doble ni copia da al agricultor."Esto tiene sus desventajas, sobre todo para el productor:"Hace por lo común rmy subido el interés de los valores

1 Jesús Montero, La Habana, 1940.2 Boná, op. cit., 363.

Il8

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avanzados, hace muy temerario al agricultor y lo inclina agastos locos que al fin son su ruina y la del pequeñocomercio. Las dictaduras militares que con rarasintermitencias han sido las dueñas del país, han introducidoun remedio digno de su sistema y es: que sobre el simpledicho del comerciante, el labrador es reconocido deudor decualquier suma y si no la paga, va a la cárcel sin otraaveriguación." A pesar de estas objeciones, que podrían serresueltas por una ley de sellos y un Banco de préstamos,Bonó ve en el tabaco "el verdadero Padre de la Patria... Eles la base de nuestra infantil democracia por el equilibrio enque mantiene a las fortunas de los individuos y de ahí vienesiendo el obstáculo más serio de las oligarquías posibles; fuey es el más firme apoyo de nuestra autonomía y él es porfin quien mantiene en gran parte el comercio interior de laRepública por cambios que realiza con las industrias quepromueve y necesita" (3), como la manufactura de tejidosde guano, la industria textil, la de andullos, la de transporte.Compárese a esto tales productos como el café y el cacao,para los cuales se necesita mucho capital, que exigen variosaños de cultivo y que ofrecen trabajo a pocos sectores de lapoblación: "el cultivo, cosecha y venta del cacao esexclusivo. El estanciero nuestro y tres o cuatro peones más,ocupados en la recolección, desgrane, fermento y asoleobastan al cacao, mientras que en el tabaco son todos lostrabajadores en acción, todos ganando, todos produciendoy consumiendo víveres nacionales y por tanto vivificando lasociedad"(4).

Dehaberestado de moda esa palabra en su época, Bonóno hubiera dudado en llamar al azúcar "imperialista", esta"colosal agricultura" que se ha apoderado "sin otrapreparación que el' expreso monopolio del capital moneda"de los terrenos comuneros de las Provincias del Este,"con destrucción del medio donde podía moverse unapoblación de costumbres nómadas y ambulantes, hijas de laprofesión pastora y del trabajo secular de los cortes decaoba. Esta población que es el feudo, o mejor dicho, laNación misma (...) se ve (...) empujada hacia la barbarie, yde tal modo inhabilitada para ayudar con fruto al capital

3 [bid, 197 Y sigo Véase también el primer capitulo.4 [Jonó, op. cit., 363.

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que la explota, que al fin no podrá ejercer sus deberes deciudadanía, ni cumplir con los de padre de familia, ycayendo en el pauperismo, exigirá del resto de la Naciónservicios imposibles, o del extranjero protección y amparo",así escribía en 1883. La proletarización total de lostrabajadores del azúcar sólo podría ser detenida al "hacerlossi no socios, a lo menos participantes en cierto grado de losproventos que recauden," pero Bonó no considerabaprobable una solución semejante, pues "pide unaabnegación que no tiene este capital"(5). El trayecto delazúcar hacia el mercado era mucho más corto que el deltabaco: el productor de azúcar en la República era él mismoexportador y a veces hasta vendedor del producto en elmercado de Nueva York; mientras que el tabaco iba "delagricultor al corredor, del corredor al pequeño comerciante,de éste al exportador, de éste al comisionista, quien lovende al fabricante." Las ventajas que llevaba el azúcar eneste sentido eran .evidentes, también para Bonó: elproductor conocía mejor su mercado y tenía interéspersonal en la buena calidad de su producto; los muchosrodeos que tenía que hacer el tabaco daban oportunidadpara fraude y especulación (6).

La solución propuesta por Bonó: el nombramiento deinspectores gubernamentales, no hubiera logrado eliminar alos intermediarios especuladores: el carácter 'democrático'de la producción de tabaco, tan alabado por Bonó,albergaba peligros que podía evadir el azúcar 'imperialista'.En última instancia, la estructura del mercado interno decada producto la determinaban las exigencias de capital yde trabajo de cada uno: el tabaco 'barato' hacía posible unared de pequeños y medianos intermediarios locales (asícomo permitía la aparente independencia de los pequeñosproductores); el cacao y el café ya demandaban mayorescréditos, y ofrecían oportunidades a exportadores, menoren número, pero más capitalista. El azúcar, finalmente,exigía para su elaboración tales sumas, que sólo el mercadoextranjero podía suministrar el crédito necesario. Así, pues,aunque es cierto que en la escala tabaco-cacao-café-azúcar elprimer producto estaba en efecto rodeado por una mayor

5 I bid., 28U y sigo6 iua, 380.

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red de relaciones en el mercado interno que el último, nodebemos olvidar que en los cuatro casos se trataba deproductos de exportación, cuyo valor y créditoeran finalmente determinados en el extranjero; en ese sentidotambién el pequeño cultivador de tabaco del Cibao eraobjeto y a veces víctima del comercio "imperialista"; perotambién es cierto que él con su terreno propio y libre detiempo muerto, no era presa de la 'proletarización ' queamenazaba al trabajador del azúcar en el Sur.

b) Cambios en la relación económica entre empresarios.Y Gobierno

La estructura interna del comercio de tabaco fuedescrita en 1871 de manera corta y clara: "Después dePuerto Plata, Santiago de los Caballeros es la ciudad másimportante de Santo Domingo. Es una ciudad decomerciantes que gobiernan a los comerciantes inferioresdel interior y que a su vez son gobernados por loscomerciantes extranjeros de Puerto Plata y Santomás"(7).De dos maneras contribuía el comerciante al financiamientode los gastos gubernamentales: de manera indirecta, porcuanto los derechos aduaneros de importación yexportación formaban la más importante fuente de ingresosestatales; e indirectamente, porque muchos comerciantesfungían como prestamistas del Gobierno, a cambio de locual se le otorgaban frecuentemente exoneraciones de losderechos de importación o exportación. No pocas veces seestipulaba también mediante cdntrato, que una parte fija delos derechos de aduana de un puerto determinado serviríande amortización. Aunque los prestamistas individualessiempre siguieron prestando sus servicios, tuvo acogida, almismo tiempo, una institución colectiva de prestamistas, lasllamadas Juntas o Compañías de Crédito, organizadas encada puerto por los comerciantes locales; no pocas vecesestas Juntas se hacían cargo del pago de los gastos fijos delEstado en su territorio, a cambio de (una parte de) los

7 Informe, "283.

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derechos de aduana. En la capital la primera Junta deCrédito fue formada en tiempos del Presidente Báez poreste mismo; en 18791a deuda del Gobierno a esta Junta yaalcanzaba el 'medio millón', según Luperón(8). El propioGobierno de Luperón estimuló también la creación de estasjuntas. Sobre la de Puerto Plata (institución lucrativa en queél también participó activamente) escribió: "Como no eraposible cubrir un presupuesto de egresos sin tener una basesólida y constante de ingresos, tuvo el Gobierno quepromover la instalación de la Compañía de Crédito, quefacilitase recursos para atender con puntualidad a los gastosordinarios y extraordinarios de cada provincia. En efecto,con fecha 1.0 de febrero (1880) celebró el Ministro deHacienda un contrato con varios individuos de esta ciudad(P. Plata), en cuya virtud se comprometieron ellos a formaruna Cía. de Crédito que suministre la suma de $16,000mensuales a razón .de $4,000 cada semana, cobrando unaprima de 10 por ciento sobre las cantidades anticipadas, yrecibiendo el producto de todos los proventos de estaAduana ... La inversión de estos $16,000 se efectúa en elorden siguiente:

Presupuesto de gastos ordinarios de la prov. de Santiago" "', tt" n n "l..a Vega

.. Pto. PlataPara extraordinarios

Total

$3,469.70$2,667.80$7,643.25$2,219.25

$16,000.00

Si consideramos que en esos años los ingresosportuarios de Puerto Plata todavía alcanzabanprobablemente cerca de $300,000, el atractivo de uncontrato semejante para los comerciantes salta a la vista. En1880 se determinó que la Compañía en Santo Domingocubriría los gastos gubernamentales en las provincias SantoDomingo, Azua y el Seybo. También en Samaná el

8 Luperán, op. cit., /ll, 34.

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Gobierno de Luperón hizo un contrato con una Compañ íade Crédito, que debía pagar $60 diarios (9):Heureaux tundoen 1887 una nueva compañía en esa misma ciudad,consistiendo esta vez de "varios comerciantes de PuertoPlata, representados por el Señor Cosme Battle," queademás de un préstamo de $170,000 también pagaríadiariamente $174.60 "para atender a los gastos de Samansy Sánchez"(1O).En el mismo año el principal comerciante(en maderas) de Monte Cristi se constituyó a sí mismo enuna Junta de Crédito: " ...aprobar el contrato en fh. 1 deabril ppdo. celebrado entre el ciudadano Admor. de MonteCristi en representación del Gobierno y los señores 1. I.Jiménez y Cía. constituidos en Junta de Préstamos parafacilitar éste al Gobierno la suma de siete mil pesos, por unasola vez y la de siete mil trescientos veintinueve pesos, 93centavos, durante cuatro meses a contar de la fha. delcontrato. También suministrará dicha Compañía la suma decien pesos mensuales que se destinen a gastos de escritoriode la misma Junta." El interés era de 3 por cientomensual (11). Era de esperarse que mientras fuera tanlucrativo para los comerciantes el hacer préstamos alGobierno éstos se opondrían a los esfuerzos de buscarfuentes de crédito en otra parte, a menos que ellos pudierande alguna manera sacarle ventajas a esas manipulacionesinternacionales o poner a salvo sus intereses de manerasatisfactoria. Cuando en 1883 Luperón había acordado ennombre del Gobierno un préstamo de 12 millones defrancos, así como el establecimiento de un Banco Nacional,con Eug. Pereira, presidente de la Cie. Transatlántique,"después de ser aprobado y sancionado este contrato, seaplazó indefinidamente, dadas las aviesas versiones de losque formaban la Cía. de Préstamos de la capital,oponiéndose a toda institución de crédito al Estado, comono fuese de elIos"(I2). Ya el 5 de mayo del 82, Heureauxhabía puesto énfasis en la necesidad de un banco semejante:"Puedo asegurarle que si no se establece el Banco no me

9 [bid., m, 79 y sigo/0 Libreta de Hacienda y Comercio, AGN, No. 81, 3 de junio,

/887. . .l l ldem, 22 de junio,

/2 Luperon; op. cit., 111, 122 Y sigo

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atrevo a hacerme cargo de la Presidencia, estamossumamente mal de recursos, esta compañía (de Crédito, dela Capital) está sumamente alcanzada, se le deberá alterminar el período presidencial $100,000 y en P. Plata sedeberá por lo menos $50,000, total $150,000. Si se instalael Banco nos queda libre nuestro camino y es afectarle alBanco el 70 por ciento de nuestras entradas (de aduana) engarantía de las sumas que anticipa y rescindir los contratoscon las Compañías, dejándoles el 30 por ciento, para queamorticen la deuda pendiente"(l3).

También en los años siguientes Heureaux siguió siendo,sinceramente o no, de la opinión de que un saneamiento delas finanzas sólo sería posible liquidando la deuda interna alas Juntas de Crédito, y esto por medio de un empréstitoextranjero. Luperón, sin embargo, había abandonado estepunto de vista en 1887, cinco años después de sus diligentesactividades en París: el empréstito que ahora iba a serfirmado, sin su cooperación, (con Westendorp, Amsterdam)le pareció menos atractivo, no obstante los argumentos queHeureaux le añadía: " ...yo deseo aclarar nuestra situaciónfinanciera, aliviar el crédito interior del país y asegurar elcrédito; el país debe interiormente 700,000 y paga deintereses 443,000; hágame el favor de decirme si el paíspuede continuar pagando esos intereses sin riesgos dearruinar a sus acreedores. Hay, pues, que buscar unempréstito que le permita al Gobierno liquidar su deudainterior y salvar los capitales comprometidos y a laHacienda pública de los enormes intereses que paga"(l4).

El empréstito Westendorp, como fmalmente fuefirmado en 1888 tenía muchas característicasfundamentales en común con las transacciones que losGobiernos siempre habían realizado con los comercianteslocales; un control de la aduana que sería ejecutado por una'Caja General de Recaudación de Aduanas' (La Régie)dirigida por delegados de los banqueros, debía asegurar quelas anuidades de 55,654 libras esterlinas fueran producidasdurante treinta años. Al momento de firmarse el contratoesta anuidad representaba menos del 24 por ciento de los

13 Cartas Preso Heureaux, 1882, A GN, al Sr. Gral. G. Luperon,Paris.

14 Cartas Preso Heureaux, 1887-1888, AGN, 14 de Sept. 1887al Sr. Gral. Luperón, Paris.

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derechos de aduana. El interés del empréstito de 770,000libras esterlinas era de 6 por ciento anual y podía por lotanto ser considerado -aún con una emisión a 75 porciento- como muy bajo en comparación con los interesesusureros de las Compañías de Crédito locales y de losfinanciadores individuales. El 'hecho de que el GobiernoNeerlandés fuera señalado como árbitro en caso deconflicto y de que ahora fueran extranjeros los que tuvieranel control de la aduana heriría sin duda los sincerossentimientos nacionalistas de algunos. Pero es difícil escapara la impresión de que, entre los muchos que protestaban-entre los que se hallaban varios comerciantes­inmigrantes cuyos sentimientos nacionalistas estaban, porno decir más, poco desarrollados- había también quienestuvieran el poderoso motivo del temor por el perjuicio a sulucrativa posición de acreedores. También los historiadoresdominicanos posteriores, frecuentemente ligados a estegrupo de comerciantes, apenas notaron la hipocresía de lasprotestas, ya que también conocían el desenvolvimientoposterior de la 'Régie' que llevó a que los norteamericanosse hicieran cargo de ella. Para los comentadores del 1888ese desenvolvimiento estaba, naturalmente, oculto; laobstinacióin con que alguien como Federico Henríquez yCarvajal, ligado estrechamente con los comerciantessefardíes de la capital, abogaba en pro de deudas internas ycontra deudas externas (15),así como su alegato en favor dela abolición de los derechos de exportación delazúcar(16),parecen explicables sólo en parte por sus sentimientospatrióticos. El temor por los intereses de las Compañías deCrédito (17), cuyos créditos fueron pagados en parte en'efectivo, en parte en Bonos Westendorp yen parte en bonosde una nueva 'Deuda Consolidada sin interés' jugó unimportante papel, así como debe haber determinadotambién la opinión de Luperón (18).

Así Heureaux logró quebrar el poder de las Compañíasde Crédito, a cambio de compromisos externos. Esto nosignificaba en absoluto que también se hubiera eliminado elsistema de contraer deudas con comerciantes individuales.

15 Mensajero, 100 Y sigo16 Idem, 53. .

17 Ídem, 156 y sig., 177 y sigo18 Luperón, op, cjt., Ill, 289 Y sigo

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Por el contrario: cada vez es más evidente en los añosochenta y noventa un número de prestamistas privados queviene a colocarse en primer plano. Tal vez Heureauxpensaba que, manipulando a los financiadores individualeslos unos contra los otros, se vería menos expuesto a presiónque en el caso de las Compañías. Frente a éstas sólo habíadispuesto de un medio de presión, que era el argumento delos propios intereses <le las Compañías: "Si (la Compañía dePréstamos de P. Plata) se resiste a hacernos los avancesnecesarios, no nos será posible garantizarle el capital quetiene en manos del Gobierno, para ello contamos con lapaz, esta se sostiene con dinero, no pudiendo ellosfacilitarnos ese poderoso agente, todo corre riesgo, paz,Gobierno y Capital," y " ...que es necesario extinguir losrumores de conspiración.. para que los que prestan susdineros al Gobierno tengan confianza y así conseguirserecursos para atender a ellos mismos"(I9). Así habíaquedado él, como Presidente-deudor, enfrentado con estaspoderosas colectividades; lo que no impedía que el Presidente,como persona privada participara -al igual que Luperón­en algunas ganancias de las Compañías, como fue el caso ensu ciudad nativa de P. Plata; así se quejaba en 1887 al grancomerciante Cosme Battle; " ...como yo debo tenerparticipación en las proratas debe 'tocarme algo del 6 porciento (interés de un empréstito de $310,000), pero DonJosé (Ginebra) únicamente ha convenido y hecho (porcondescendencia) que yo aperciba el apartado quepropiamente me corresponde del 40 por ciento de losderechos de Exportación desde elide noviembre del '86 al30 de setiembre del presente año"(20).

Las ganancias obtenidas de estas y semejantestransacciones, al igual que la liquidación de las asociacionescolectivas de prestamistas, pusieron a Heureaux, en los afiasnoventa, 'en condiciones de actuar él mismo comoprestamista al Estado, en cooperación con otros financierosindividuales: así fue aprobado en 1896 un contrato depréstamo "con el Gral. U. Heureaux Ylos Sres. SantiagoMichelena y los Sucres. de C. Battle por cien mil pesos

19 Cartas rres. Heureaux, A GN, 15 de julio 1882 a Boscowitz;p. Plata, y 23 de julio 1887 a Seg.Irnbert, P. Plata..

20 Cartas Pres, Heureaux, AGN. 26 de octubre 1887.

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mejicanos, cuya suma ingresará en la Oficina Central paracubrir el déficit de enero y las erogaciones de febrerocorriente"(21). Y en el mes siguiente Heureaux .y SantiagoMichelena prestaron nuevamente 140,000 pesos mejicanosal Estado, recibiendo ellos inmediatamente 16,000 "pordescuento ycomisión de la referida suma"(22).

Si observamos con más detalle la procedencia y lasactividades económicas de los principales financieros localesdel Estado en las últimas dos décadas y media del siglopasado, no causa sorpresa hallarlos al principio en la regióntradicional del tabaco, sobre todo y en especial en la ciudadportuaria Puerto Plata. Nombres como Cosme Battle,Tomás Coceo, Ginebra aparecen en primer plano. La firmadel primero, un inmigrante catalán, mantuvo su función deacreedor durante toda la duración del régimen Heureaux;estuvo activa en la iunción de una Compañía de Créditos enSamaná (23); como ya vimos, y ya se había establecido en1888 -al igual que Coceo- en el nuevo Puerto de Sánchez, demodo que puede suponerse que se benefició del surgimientodel cacao y el café como productos de exportación. Larelación de Heureaux con la firma Battle era tal, que elPresidente creía poder disponer libremente -aunque no sinprotestas- de la cuenta bancaria de la firma; ' ...siento muchoque esos giritos de poca monta que a cargo de V. heexpedido lo hayan puesto en tan grandes apuros parapagarlos, pero creo que ni aquellos, ni este último de $600en favor de Bilín Martínes lo harán quebrar, este es elúltimo, último y último y va porque no he podido evitarlo,estaba de antemano comprometido a ello porque noquieren giros sino sobre Cosme, qué hacer? " así escribía enoctubre de 1887 (24). Muchos meses después continuaba:'En cuanto a las repetidas órdenes que me da V.

2i Libreta Hacienda y Comercio, No. 110, A GN 19 de febrero189~ ,

221dem, 5 de marzo 1896.23 Sobre un empréstito de esta Cia., Heureaux escribia a Cosme

Batlle & Co., el 10 de marzo 1888: "Les doy las graciasreservándome el derecho de quejarme por lo elevado del tipo de laprima que me cargarán Uds. .. y abrigo la esperanza de que en otranegociación serán un poco más liberales con SU affmo. amigo ",fr:artas Preso Heureaux, AGN).

24 Cartas Preso Heurer ux, hGN, 26 octubre, }(J87.

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prohibiéndome girar a cargo suyo le diré... no giraré más, selo repito. Pero Raffin me ha puesto el cuchillo al cuello yde aquí que yo acudiera a mi ángel de salvación que es V'(25). Ya en 1888 una parte de las ganancias de Battle lecorrespondía a Heureaux: 'espero que... me serán enviadospor el vapor 'Clyde' los 8,437.50 balance a mi favor segúncontrato' (26). En 1891 Cosme Battle se había hecho cargocasi por completo del papel que antes había jugado laCompañía de Préstamo en el Cibao: ' ...a suministrarmensualmente, ppr cuenta del Gobierno, a losAdministradores de Hacienda de Puerto Plata, Santiago,Monte Cristi, La Vega,Espaillat y Samaná, el importe de lospresupuestos de dichas Provincias y Distritos, a contar delmes de enero corr., obligándose el Gobierno a entregar alSr. Battle todos los pagarés y liquidaciones, que porconcepto del 65 por ciento sobre los derechos deimportación y exportación, etc., se hayan causado desde elprimero del corriente, y que se causen en lo sucesivo" (27).También con la firma maderera de Monte Cristi, J. 1.Jiménez, ya largo tiempo establecida, Heureaux hacíatransacciones monetarias, antes de que sus relaciones seenfriaran por desavenencias; el Presidente admitía la evasiónde derechos aduanales: "he arreglado con D. Juan IsidroJiménez la manera cómo debe hacer la introducción de lasmercancías de que me habló" (28). Pero junto a estoscomerciantes "tradicionales' comenzaron a surgir, tambiénen el Cibao, varios nuevos comerciantes-inmigrantes comoprestamistas, como el cubano José A. Puente que se habíaestablecido en Sánchez, y que seguramente se dedicaba alcomercio de cacao y café. Todavía en 1899 hacía negocioscon el Presidente, quien en ese año dió instrucciones alInspector de Aduanas de Sánchez de hacer una reducciónue 25 % sobre "todo, lo que importen los Sres. José A.Puente y Comp. y García Sánchez" (29).

25 Idem, 30 de junio, 1888,26 Idem , 16 de febrero, 1888,27 Libreta Resol. Hacienda No. 101, AGN, 26 de diciembre;

1891.28 Cartas Preso Heureaux, AGN, 25 de julio, 1887 a M. A.

Pichardo, M. Cristi.29 Idem , 10 de enero, 1899.

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Sin embargo.y totalmente de acuerdo con los cambioseconómicos que se efectuaron en el país, vemos aparecerlentamente como nuevos e importantes prestamistas, a losindividuos relacionados con la producción azucarera en elSur. Este cambio, que se dibuja claramente sobre todo enlos años noventa, no sólo significó un traslado del focoeconómico del Cibao hacia el Sur, significó además quecomenzaron a actuar como acreedores los productores envez de los comerciantes, y que se hizo aún más evidente queantes, el carácter inmigrante del zrupo de financ ieros,

Uno de los más importantes representantes de esegrupo era sin duda el italiano J. B. Vicini. Aunque ya en elcomienzo de los años ochenta hacía importantes negociosen el país -poseía entonces por lo menos un barco propio yen el '82 tenía una oficina en Nueva York (30), susurgimiento como gran productor azucarero y financierocoincide con el régimen de Heureaux, a quien ya en el '82prestó importantes sumas de dinero (31). En 1893 lasrelaciones 'entre ellos eran tan íntimas, que Vicini actuabacomo representante de Heureaux: "Con motivo de haberfirmado Ud. a mi nombre el contrato que a la letra copio:-Entre los firmantes Sr. Charles W. Wells, en nombre yrepresentación de la Santo Domingo lmprovementCompany de New York de que es Vice-Presidente y el Sr. J.13. Vicini como apoderado del General Ulises Heureaux,dueño de la acreencia que se mencionará más adelante, seha convenido en lo siguiente: 1.0 La compañía secompromete a pagar al Sr. J. B. Vicini la suma de cientocincuenta mil pesos plata corriente, de la manera siguiente:Desde el mes de mayo próximo la suma de dos mil ($2,000)mensuales por la Caja de Recaudación cada fin de mesdurante dos años consecutivos, y al terminar los dos añospagará la Compañía el balance que quede a deber de los$150,000 en efectivos plata corriente en un solo pago ... Mecomplazco al dar a Ud. las más expresivas gracias porhaberme representado en esa ocasión rogándole continuarrepresentándome para percibir las sumas a que se refiere el

30 Cartas Pres. Heureaux, AGN, 2 de agosto 1881, a Sres.Wanamaker & Brown. Phitadetphia.

31 Idem, 12 de julio 1882, a Hip. Billini, New York; vertambién nuestro primer capftulo.

32 Idem , 28 de enero 1893, al señor Don J. B. Vicini, Ciudad.

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contrato de que se trata"( 32). En el mismo afio Vicini pagómás de la mitad de los 'gastos de guerra', una suma de casíS38.000 oro, que el Presidente había tenido que hacer. Elresto fue pagado por la Santo Domingo lmprovcrncntCy.(33). En los afias subsiguientes, Vicini siguió prestandograndes sumas al Estado, generalmente con una comisión de5 por cíentoy 'con 2 por ciento de interés mensual. Enfebrero 1897, la suma que le adeudaba el Gobierno era de$394,872.53 (34). En 1898 Heureaux participaba en unempréstito al Gobierno, participación que "figura en nom­bre de Don Juan B. Vicini", en el momento del asesinatode Heureaux, Vicini era con $400,000 en mucho el mayoracreedor criollo del Presidente (35).

En ese mismo afio, 1899, los derechos de exportaciónde casi toda la cosecha azucarera le fueron entregados aVicini: " ...e1 Gobierno ha celebrado un acuerdo con elseñor J. B. Vicini al efecto de que le sea entregado al dichoseñor Vicini o a sus agentes el producido de los derechos deexportación de todos los azúcares que se embarquen por elpuerto de Macorís o por cualquier otro de la jurisdicción de.ese Distrito, con excepción del producido de los derechosde los azúcares que se cm barquen procedentes del Ingenio'Porvenir' del señor Santiago W. Mellar hasta la suma de540.000 oro y el producido de los derechos de los azúcaresque embarquen los señores W. Biederrnann hasta la suma de529.0000ro"(36).

Vicini también se ocupaba de asuntos monetarios: en1892 presentó una cuenta "por concepto de la acuñaciónde la moneda "(37), yen el '97 también estuvo relacionadocon la acuñación de moneda de plata; después de la muertedel dictador creyó tener que excusar sus gestos pintando surelación con el Presidente como poco amistosa; él había, asíescribía el 28 de noviembre del '99 en el Listtn, advertido

33 Libr, Hacienda y Comercio, No. 101. AGN, 8 de junio 1893.341dem, No. 11 IJ.35 Resumen General del Activo y Pasivo de la Sucesión

Hellreaux.. hecho por -: Not~rio Miguel Joaqu in Alfau arcquertmtento de la Comision Judicial designada para la formacióndel In~entario. (Santo Domingo: l mpr. de Garcta hers., 1900). (Sellamara: Sucesián Heureaux},

36 Cartas Pres; Heureaux, 1898·1899, 11 de enero 1899 a Ant.Brea, S. Pedro de Macor/s.

37 Actas del Congreso Nacional, ACN, Min: Hacienda y Com alPreso Congreso, 29 abril 1892. .

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con frecuencia a Heureaux contra su política monetaria,por eso quizás que el Presidente le odiara tanto, "habiendorecibido más que pruebas de la hostilidad que como Jefe deEstado hacía a mis intereses". De tales 'pruebas', sinembargo, no hay constancia en los archivos.

Además de Vicini actuaron corno prestamistas delPresidente algunos productores de azúcar como Thorrnann,Bíedcrmann y Cía., ElIers Friedheirn y Cía. y Santiago W.Mellar, todos de San Pedro de Macorís(38). La muerte de'este último en 1898. fue muy inoportuna para Heureaux,como escribió en una carta a Isidore Mendcl, Ministroplenipotenciario y Agente Fiscal en París: "Había contadocon Don Santiago Mellar, hacendado de Macorís, el avancede una suma considerable sobre los derechos de su cosecha.de este año, suma que intentaba mandar a Ud. Mas fue tanpoca fortuna, que el día 8 del actual, Don Santiago muriórepentinamente, sin dejar apoderado" (39).

En los últimos años del gobierno de Heureaux seconvierte también en prestamista importante BartolaBancalari, comerciante italiano, establecido primero enSamaná con su socio Gisbert, y cuyos intereses crecierontambién en otras partes del país. Para liquidar sus deudas. elPresidente tenía a veces que contraer otras con uncompetidor: "Ruego a Ud.", escribía Heureaux a J. deLemas en la capital, "que se sirva entregar a Dn. BartolaBancalari doce mil pesos m/n con cargo a mi cuenta"(40), osino desatender los intereses de acreedores viejos: " ... tanpronto como acabe de cancelar el asunto de Griessen, mehaga un apartado mensual de $2,500 en moneda corrientesobre la importación y 12,500 oro sobre la exportación,.sumas que entregará mediante recibo a los Sres. Gisbert yBancalari, de Samaná. Todo ello debe de ser con la reserva yprecaución necesaria para que Puente y Battle no suscitendificultades ni se crean motivos de quejas" (41), así escribíaHeureaux al Administrador de aduanas de Sánchez.

Entre los acreedores criollos con quienes Heureaux, enel momento de su muerte, tenía deudas de más de

38 Libr. Hacienda y Comercio, 110, A GN, 1 de julio 1896.39 Cartas Preso Heureaux, A GN, 15 de diciembre 1898.40ldem, 30 de diciembre 1898.

41 Idern, 12 de enero 189~.

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$100000 se contaban además de Vicini, Barcalari y CosmeBattl~, ta~bién Perrelló y Petit en Monte Cristi, y Pou yRodríguez y Cía. en la capital; entre los acreedores porsumas menores hallamos nombres como Eug. Abreu, J; A.Lluberes, J. de Lemos, T. Pastoriza, E. Mayer, A. T. Ricart,Manuel A. Rodríguez (42).

En las últimas dos décadas del siglo habían surgidoalgunas industrias en que también el Presidente teníaintereses financieros. Así en 1885 le fueron concedidasfranquicias a M. E. Grullón y R. R. Boscwits para laproducción 'en gran escala' de fideos y pastas (43).En.el '98existía una 'refinería de petróleo' en La Romana, para lacual un tal Enrique Dumois había obtenido la concesión ypara cuya protección se había prohibido toda importaciónde 'gas' o petróleo refinado "que no tenga una fuerza de150 grados arriba" (44), en el '99 esta refinería aparece enmanos del comerciante capitaleño Lluberes. El financieroholandés Den Tex Bondt recibió en el '98 permiso parainstalar una fábrica de hielo (45). El escocés A. D. Baird,llegado al país para la construcción de un ferrocarril;aparece en el '98 como gerente de la Samaná Bay Fruit Cy,(y al año siguiente es descubierto, en esa capacidad, comocontrabandista) (46).

En 1899 el General Heureaux tenía intereses en lassiguientes industrias y empresas: por 1/3 parte en EmpresaMuelle y Enramada, Santo Domingo, de la que Bancalari eraadministrador y Vicini uno de los mayores accionistas; por1/3 parte en la Fábrica de Fideos de Pou, Rodríguez y Cía ~

por 1/3 parte en la goleta holandesa 'Leonor' de J. M;.Leyba (curazoleño sefardí y cónsul de Holanda) y J.Willems; 133 acciones en el Banco Nacional de SantoDomingo, a nombre y en manos de C. W. Wells, NuevaYork. por $66,666.66 en la New Jersey Sán DomingoBrewer Cy.; también en la Sociedad Mercantil Hamburgo,alemana (directores Viñamata y Huttlinger); en el muelle dePuerto Plata y en la Fábrica de Jabón de Puerto Plata; en la

42 Sucesión Heureaux.43 Actas del Congreso, Sección de Fomento, 10 de febrero

1.885.44 Idem , 9 de !Wlyo 1898.45 Ltsttn, 17 de abril 1899.

46 Listin, 13 de enero 1899.

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Empresa 'Yaque' (J. I. Jiménez) en Monte Cristi; con 621/2 acciones en "la Samaná Bay Fruit Cy. (las accionesestaban 'en poder de E. Demorizi'); en la firma García,Sánchez & Co., en Sánchez; en el Muelle de Azua (directorJohn Hardy, EE. UU); en la 'West Indian Public Works' delitaliano L. Cambiaso y en el Ferrocarril de San Francisco deMacorís; además el General recibía una bonificación de 5cts. oro americano sobre cada quintal de azúcar exportadopor la Central Azuano de J. B. Vicini y una suma igual porquintal de la Central Quisqueya de Juan F. de Castro en SanPedro de Macorís. Del señor W. P. Clyde en Nueva York,director de la importante línea naviera, recibía anualmenteuna suma de $5,000 oro americano; P. A. Lluberes negó elque Heureaux poseyera 1/3 de las acciones en lasplantaciones de guineo y en la refinería de petróleo en LaRomana, y Salvador Ross negó una participación delPresidente en el Muelle de San Pedro de Macorís (47).

De todos estos datos se deduce en que medida elPre sidente estaba interesado personalmente en lasactividades de los empresarios; también es evidente que nohabía división clara entre los grupos de productores deazúcar y los comerciantes de café, cacao y tabaco por unaparte y los otros comerciantes, los financieros yconstructores de pequeñas industrias y obras portuarias porotra parte. El .dinero ganado con el cultivo y comercio delos productos de exportación era invertido gustosamente enparte en la fabricación de productos de consumo y en elfinanciamiento privado de obras de infraestructura, ya queambas inversiones prometían y rendían grandes gananciasen períodos de estabilidad política; mientras que por otraparte las sumas ganadas con especulaciones financieras, conconstrucciones y. transacciones comerciales eran invertidasgustosamente en la compra de empresas agrícolas y bienesraíces, como también era el caso de Heureaux.

De esta manera tuvo lugar en esos años el surgimientode un grupo acaudalado y unido de comerciantes,productores y financieros, el cual consistía, si se toman losapellidos como guía, en parte de 'antiguas' familiasdominicanas (Abreu, Ricart, Rodríguez, Grullón, etc.),

47 Sucesión Heureaux.

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quienes por lo demás sólo habían llegado a la prosperidad~n e.sos años, pero que en su mayoría estaba compuesto deinrrugrantes, de procedencia cubana, curazoleña y europea.Con este grupo se inició una burguesía dominicana ensentido sociológico, como espero demostrar con más detalleen un capítulo posterior.

No obstante lo antedicho, no debe subestimarse laambigüedad en la relación entre Heureaux y 'loscomerciantes'. El Presidente, siempre armado de la'suspicacia' indispensable para las actuaciones políticas,reconoció en todo momento a sus 'amigos por dinero' comotales; más bien la relación era una basada en un sistema decanje con sanciones implícitas:el Gobierno necesitaba de loscomerciantes como prestamistas, a éstos les convenía laestabilidad política; el Presidente podía utilizar su aparatode sanción arbitrariamente para crearle dificultades a losreacios; el comercio podía, por medio de presión económicaponer al Presidente en apuros; era, en pocas palabras, unaalianza inestable que sólo se mantenía mientras las ventajasmutuas fueran consideradas mayores que la desconfianzamutua. Una cartita escrita de prisa con lápiz por la señoraDubocq al Canónigo Nouel, revela el temor que podíaapoderarse de las clases acomodadas: "Don Carlos, porDios, Hágase el favor de ocuparse de ese negocio. A la salidade misa me dijo Salvador que Lilís (Heureaux) quiere unasuma pero que no da garantía, dígame si eso es verdad. Quele dijo Gregario Billini. Mañana es que debo sacar ese dinerode la casa de Pou y yo lo tengo en cabeza; el 27 debo irmey cómo me hago. Ud. es la única persona en quien tengoconfianza y franqueza, dígame qué hago. Contésteme ovenga acá si es posible" (48).

Pero también había muchos homenajes para elPresidente de parte de los prestamistas: en 1893 podíaadmirarse en la sala de exhibición Le Figaro en París, labutaca que Cosme Battle había encargado como regalo paraHeureaux (49); en 1896 la casa Tiffany's en Nueva York, lehizo una espada de honor que le iba a ser ofrecida por elCongreso Nacional (50); y todavía en 1899 "El Sr. José A.

48 Epistolario de Nouel, I, D 58 s. f., A GN.49 Listin, 20 de noviembre 1893.50 Idem, 6 de octubre 1896.

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Puente (cubano), en su propio nombre y en el del Gral.Heureaux, regaló al Ayuntamiento saliente de Sánchez, lasuma de 2,671.50 y pico de pesos de oro que éste le debía ala casa comercial José A. Puente y Cía., de aquella Villa, afin de que ningún compromiso encontrara el entrante"( 51).Pero en ese mismo año de crisis económica, según RufinoMartfnez, "dos buenos amigos suyos capitalistas, uno de lacapital y otro de Puerto Plata, cuando vieron que lainsolvencia del Gobierno era un mal incurable, suspendieronel crédito y empezaron a exigir el pago de interesesacumulados." Heureaux por su parte soñaba en éste, elúltimo año de su vida, con una complicada intriga con quellevaría a la justicia a todos los que tanto se habíanenriquecido bajo su régimen y que comenzaban aamenazarlo (52); de manera sutil dejó tal vez que este sueñoejerciera influencia, cuando le escribió a los italianosBernardini y Marietti en Puerto Plata: "A mi vez les deseodicha, salud, prosperidad, para que el país también recojaparte de los beneficios creados y gozados por Uds" (53).Suasesinato en julio de ese año puso término abrupto a esesueño; cuando su Vice-Presidente Figuereo se vio obligado arenunciar ya en agosto, también culpó a los prestamistas:" ...un gobierno exhausto de dinero, cercado de acreedoresque de súbito asumían una actitud intransigente para con eldesdichado país que ellos habían, en su mayor parte,contribuído a cargar de deudas frente a un pueblo casihambriento"(54).

e) El comerciante .v la comunidad

Al nivel de los organismos menores del Gobierno-Gobernación, Ayuntamiento-, las relaciones económicascon los comerciantes eran un reflejo en menor escala de lasdel Gobierno central. Los municipios prósperos podían

51 Idem, 19 de enero 1899.52 Martinez; R., op. cit.. 135.53 Cartas Pres. Heureaux, AGN, 18 de enero 1899.,4 Listin, 31 de agosto 1899.

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permitirse hacer contratos con bases iguales a los delPresidente: así Isaac D. de Marchena se comprometió en1885 con San Pedro de Macorís para construir una iglesiacatólica, recibiendo en cambio, entre otras cosas, 5 centavospor cada quintal de azúcar exportado por la común (55).Además las ciudades más grandes se beneficiaban de losobsequios y las iniciativas de los comerciantes, destinadas aembellecer o mejorar la 'patria chica'. La creación deparques, la construcción de cercas para los cementerios, laconstrucción de iglesias, la creación de un cuerpo debomberos voluntarios, eran con frecuencia el resultado detales actividades. El patrón que se repite siempre, de fijaringresos específicos futuros para financiarproyectos concretos. lo hallamos también aquí: a veces elproducido de determinadas empresas agrícolas era legadopara un fin benéfico; así también debió el Hospital SanRafael en Santiago su existencia al conocido comercianteJosé Manuel Glas, "por haberle éste cedido el usufructo delos dos barcos que le pertenecían" (56).Cuando durante lasfiestas de la Virgen de la Candelaria en San Carlos, "elarrogante barrio del Pendón venció al legendario barrio delMamey," este último recibió dinero de E. Hatton,administrador del vecino ingenio La Fe. Los habitantes delprimero cantaron entonces

El mendigo mameyeroalegrar sus fiestas quisoya mister Hatton, sumiso,le fue a pedir su dinero, etc.(S?)

Las comunes más pequeñas y pobres dependían,naturalmente, de la generosidad del Gobierno central.

Frente a esta filantropía incidental de los comerciantesestaba su afán de lucro que mitigaban pocos sentimientos:una pequeña baja en el valor del peso mejicano que estabaen uso, fue motivo para que los comerciantes en Azuaaumentaran sus precios inmediatamente con un 50 porciento, y un aumento de salarios de 50 por ciento paraalgunos grupos de empleados llevó en 1899 en la capital a

55 Actas Congreso, 17 de marzo 1889.56 Bueno, op, cit., datos históricos.57 Gonzdiez Rodnguez, M. A., op, cit.

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una alza de precios de 200 por ciento (58). Sin embargo.esta ansia de lucro no iba acompañada de una contabilidadrigurosa, de técnicas de cobro eficientes, en pocas palabras,de precisión y puntualidad económicas. El código dictadopor la cultura en el tráfico comercial apenas permitía talescosas; los riesgos que esto conllevaba explican quizásjustamente, junto con los peligros de inestabilidad políticay la poca lealtad de los inmigrantes hacia país y pueblo, losgrandes márgenes de ganancias que ellos se adjudicaban. Detodos modos siguió siendo común cobrarle a un clienterespetable una cuenta de algunos pesos de la manerasiguien te: " ...Esta exigencia no -la motiva sino la -falta derecursos pecuniarios, así, pues, espero me dispensará S.S.toda vez que se persuada que ningún otro móvil me haimpulsado a llamarle la atención sobre tan pequeña suma,que debería haber aguardado a que S.S. la hubierasatisfecho cuando se lo permitieran las circunstancias ofuese de su gusto. Como juzgo que este paso no alterará el

-amistoso afecto que nos profesamos, ruego a S.S. quecontinúe como hasta aquí dispensando sus favores a suaffmo. amigo y servidor.:." aunque después de una largaespera podía escribirse con menos rodeos: "Creo que ya U.haya estudiado la manera como pagarme, como U. memandó a decir la última vez, porque ya va un año que U. medebe esa cuenta y debe considerar que yo no puedeo fiarpor tanto tiempo"(59). Por otra parte los compradoresgastaban con facilidad cualquier suma pequeña que quedaradespués de la compra ('el pico'): "Si lo comprado les cuesta97 centavos: ¿Y de qué le doy el pico? Démelo de lo quequiera;" en el campo, un pelo del bigote servía a veces defianza de préstamos, sin que se fijara nada más porescrito (60).

58 Listtn, 10 de julio 1893, 4 de abril de 1899.59 Epistolario Nouel, A GN, u. M, 16, 17 de Antonio Masjurzi

a e Nouel, 29 de agosto 1887 y 6 de abril 1888.60 Jimenez, R. Emilio, Á( Amor def Bohio, Tomo 1, Santo

Domingo, 1927. Edit, Montalvo, 201, 235. En una décima escrita ensupuesto italiano, que dedicó el cantor popular Juan Antonio Alixen 1891 a la colonia italiana de Santiago, dtce:

"Como tuti santiagueriA di colone apreciataPur le vende dtmaciataA lo gente sin dinero. "

(J. A. Alix. Décimas, selección y prólogo deJoaquin Balaguerler. tomo, Libr. Dominicana, Ciudad Trujillo, 1961, 59).

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Fue un inmigrante sefardí quien osó hacerle frente aestas costumbres: el 15 de julio de 1893, Eugenio deMarchena colocó el siguiente 'aviso importante' en elListín: "Como quiera que parece entrar en las costumbresel desconocer toda deuda que no esté apoyada en undocumento, y como es otra costumbre funesta que el quetoma créditos en las casas de comercio no otorga nuncapagarés; participo a mi numerosa clientela que a partir del1.0 de setiembre, o me deben pagar todos los que meadeudan, o tendrán que firmar un pagaré cual sea la suma,pues no deseo dejar en la miseria a los míos por no tomaresa necesaria precaución." También fue un inmigrantequien introdujo métodos de propaganda más agresivos: elSr. Ostertag, que vendía Crema de Malta, adornó un cochecon cajas de ese producto, cosa que fue comentadafavorablemente en el periódico. Y en 1893 finalmente, laentrega de una suma de 10,000 pesos mejicanos por unseguro de vida en 'El Sol de Canadá' fue una novedadaclamada por el Listín (61). Pero no parece que estasinnovaciones fueran consideradas por el momento comootra cosa que curiosidades.

d) El sistema económico y administrativo del Gobierno

Volvamos ahora a las actividades y actuacioneseconómicas del Gobierno. Como ya se ha puesto enevidencia por muchos de los datos mencionadosanteriormente, la separación entre los medios privados delPresidente y las finanzas estatales, era vaga, flúida y confrecuencia inexistente. En una carta a su entoncesprestamista y agente en San Tomás, Jacobo Pereyra,Heureaux salta con facilidad del plural (Gobierno) alsingular (privado): " ...Estamos, mejor dicho, estoy un pocoestrecho de dinero y se gasta mucho en estos días deelecciones ... podría yo conseguir un empréstito particular...por $10.000, pagadero en seis meses y bajo miresponsabilidad? "(62) Pero también se utilizaba esa

61 Listtn, 1 l de febrero, 25 de mayo 1893.62 Cartas Preso Heureaux, AGN, 24 de mayo 1882.

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posibilidad en sentido contrario: en el '87 comunica a otrofinanciero extranjero, John Wanamaker, de Philadelphia,que una deuda personal "ha sido incorporada en la cuentadel Gobierno" (63). Un préstamo hecho por el mismoWanamaker más tarde en ese año, y que debía seramortizado por los derechos de exportación de San Pedrode Macorís y Azua, es considerado sin embargo "un negociomás bien de amigo a amigo que de Gobierno" (64).También en ese mismo año se declara personalmente comogarante por las deudas que los comerciantes dominicanostienen contraídas con la casa Brondsted en San Tomás (65).Sin embargo, cuando Heureaux comienza a actuar amediados de los años noventa como acreedor del Estado, síse crea en los contratos una división entre la personapública y la privada. No obstante, también en esos añossigue existiendo, aunque en otro sentido, la indefinidaseparación económica de esas esferas, lo que no puede serilustrado de mejor manera que con una anotación en laLibreta de Hacienda y Comercio del 12 de noviembre 1896,según la cual Heureaux había tomado prestada durante suviaje por el Cibao una suma de 307,271.87 pesos de losSucs. Cosme Battle "para atender a erogaciones del ServicioPúblico y otros gastos personales". La Comisión encargadade hacer la descripción del inventario después de la muertede Heureaux habló de: " ...la predisposición natural enmuchos ánimos a considerar que cuanto poseía el generallIeureaux debía pertenecer a la Nación, suponiendoerradamente que no existía perfecta separación entre losdos patrimonios, por la aparente confusión de las doscalidades, privada y pública' que concurrían en el finado"(66).

Pero la Comisión se equivocaba en la idea implícita deque una tal "aparente confusión" sólo podía hallarse en el"finado", y que una "perfecta separación" había existidorealmente y era la regla. Esto no era cierto: la identificacióndel Presidente con el Estado y el país, no sólo en sentido

63 Idem, 26 de febrero 1887.64 Idem, 13 de septiembre 1887 al Sr. Gral. Miguel A. Pichardo,

Ylinistro de Guerra.65 Idem, 23 de julio 1887 a DII. Cosme Battle, Puerto Plata.66 Sucesión Heureaux.

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económico, sino también político, ya había existido antes yseguiría existiendo después del régimen de Heureaux: eraconsecuencia de lo que Max Weber llama una "estructura deautoridad patrimonial," que analizaremos a su debidotiempo. Interesante es anotar aquí como Heureaux,buscando tal vez inconscientemente un contrapunto contraesa identificación, gustaba de hacer comentarios en quellevaba la separación entre la persona y la función hasta loridículo; muchas anécdotas lo atestiguan. Ya en 1882, pocoantes de su primera presidencia, se ejercitaba en esto: enuna carta al Presidente Meriño escribía sobre sí mismo:"Situación de Lilís, este infeliz se encuentra enteramentearruinado, obligado a aparentar lo que verdaderamente noes, debe por lo menos $2,500..., pues este pobre amigo paraayudarnos ha tenido que hacer grandes sacrificios, tanto enel Gobierno como en las Compañías de Préstamos" (67).

Entretanto sigue siendo un hecho el que Heureauxfinanciara personalmente desde 1897 los presupuestos dediversas comunes como el Seybo, Azua, Barahona; y huelgadecir que, en 1899, cuando el país fue plagado por gravessequías y una crisis económica y cuando se temía, y conrazón, por la existencia del régimen, la falta de separaciónentre las esferas económicas, privada y pública se convirtióen una necesidad vital de los funcionarios políticos:Heureaux repartió entonces $6,000 oro a algunoscomerciantes para comprar en los EE.UU. artículos deprimera necesidad para venderlos con un máximo de 10 porciento de ganancia; ofreció en venta 1,000 becerros paraestabilizar el precio de la carne; incluso regaló arroz a loscomerciantes para que lo vendieran a 15 cts.; también elgobernador de Santo Domingo, Pichardo, sacrificó ganadode su propio hato para combatir Ia escasez, asr como unoque otro comerciante amigo (Manuel Coceo en Puerto Plata)se decidió a establecer una "tienda popular" (68).Pero aquíse trata claramente de medidas desesperadas, que por otraparte ilustran en qué medida las figuras dirigentes de unsistema político semejante, temían la caída del mismo, ycómo estaban dispuestos a evitarla, poniendo en juego su

67 Cartas Heureaux, 15 de febrero 188:1.68 Sucesión Heureaux, 39'7 )' sig.: l.istin, 15 de mayo, 29 de

'marzo, 4 de abril, 5 de abril 1899.

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capital privado; ya que sus propias vidas podían estar enjuego, no cabía pensar en una división entre las esferasprivada y oficial.

Cabe en el sistema patrimonial el que, también en losniveles inferiores, ocurriera con frecuencia una mezcla delos dineros privados y públicos. El Presidente esperaba que,de ser necesario, el empleado responsable costeara los gastospúblico s de su propio pecunio ; la promesa de reem bolso enel momento oportuno debía ser considerada comosuficiente garantía: "He tomado nota", escribe Heureaux alAdministrador de Hacienda en Azua, "respecto de lo queme dice acerca de los $1,950 que le enviara la Contaduría yme extraña que esa suma sólo la destinara Ud. a losextraordinarios de la Provincia, pudiendo atender a todoslos ya habidos con su crédito personal en la seguridad deque como lo he hecho otras veces atenderíapreferentemente a cubrir sus créditos" (69).

También formaba parte del 'código económico' de laestructura patrimonial, el que ciertos puestosgubernamentales produjeran bonificaciones a favor de losrecursos privados de los empleados; en el raro caso de que elempleado sacrificara este derecho, esto aparecía en elperiódico: "El Sr. Tesorero Municipal de Santiago harenunciado generosamente en favor de la común el 4 porciento que le corresponde sobre el último empréstitomunicipal. Que asciende a $600 mejicanos" (70).

La idea de corrupción, cuya definición se basausualmente en la separación entre los medios públicos yprivados, es difícilmente utilizable en una estructurasemejante. Aún cuando' esa separación fuera la norma idealque tuviera el individuo, siempre había también lainseguridad sobre la duración de su empleo, para instarlo asacar provecho del mismo. Cuando el héroe de uno de loscuentos de José Ramón López, escritos en el período quetratamos, es nombrado Interventor de Aduanas, dice: "Mimadre, mi santa madre, tan honrada toda la vida, se enterótambién de mi nombramiento y vino a felicitarme.-Aprovéchate, hijo -exclamó con la voz velada por el

69 Cartas Heureaux, A GN, 14 de marzo 1893 a Sr. Don DanielDi Ortiz,

70 Listin, 11 de junio, 1896.

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llanto. -Aprovéchate. Dios presenta muy pocas ocasionesen la vida. -Mamá, no tema Ud. El sueldo ... - ¡Qué sueldo,muchacho! El sueldo es nada en comparación ...- Ah no. Niun centavo más ni un centavo menos. -Hijo, -replicó mimadre con dolorosa angustia. -Hijo, que vas a volver a losdías sin pan y a las noches sin luz; Piensa en el porvenir,piensa en tus hijos ..."(71).

Finalmente es difícil utilizar la definición "normal" decorrupción, porque desde antaño era tradicional el que elGobierno hiciera obsequios en dinero o en bienes,periódicos o no, a individuos, sin que estos tuvieran quehacer ninguna retribución material. A veces se ponían enrelieve, para justificar estos obsequios, los serviciosprestados al Estado en el pasado, pero por lo menos conigual frecuencia se trataba de individuos que debían serinducidos, por medio de obsequios, a desistir de tomarpartido en contra del Gobierno. En un país donde elnúmero de funciones gubernamentales era limitado, elGobierno -o el Presidente- actuaba así como organismo defilantropía calculada, que naturalmente siempre estabamezclado con fines políticos. Como se ve en una carta deHeureaux a Luperón, este último había tratado de formalizaren cierto modo el sistema de obsequios, llamándolos'asignaciones': ", ..No me atrevo a 'contestar sus conceptosrespecto al sistema de Gobierno que dice U. he implantado,yo creí que U. sabía que antes de mi advenimiento a la cosapública, el país estaba dominado por la corrupción, y si nome engaño, fue el virus que gangrenó las masas para derribaral Gobierno de Don Ulises (Espaillat), y como el país haseguido bajo el imperio de esas mismas costumbres, tuvo U.en el Gobierno Provisional que inventar el expediente deasignaciones para repartir de un modo más equitativo lassumas que en dádivas y alhago se repartían; siguiendo eseorden de cosas, se ha relajado al extremo que todos quierenvivir del Estado, y U. cuando ha estado mandando harepartido sumas considerables en el mismo concepto, perocomo U. no ha tenido la necesidad de asumir materialmentela responsabilidad de estos actos que U. condena, me culpa

71 Lopes, J. Roo "Moralidad social", en: Rodriguez Demorizi,E., Cuentos de potúica criolla, Librería Dominicana, Sto. Domingo,1963, 78.

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y me acusa sin reflexionar un momento que la República hasido hecha girones por otros y que yo he venido a gobernarencontrándola en el Caos" (72). Por otra parte, a veces nobastaban estos obsequios para mantener tranquila a algunapersona: "mi compadre Manuel María Almonte , que conmotivo de un asunto de $500 con Ginebra, se ha dejadosentir inclinado a la fila de los descontentos por dinero; estono es extraño, aquí, allá y por todas partes se siente elmalestar que produce en el ánimo de nuestros amigos el queel Gobierno o yo no podamos satisfacer sus aspiraciones de'dinero a pesar del sueldo o asignación de que gozan ..."(73).

No existía en el siglo pasado la costumbre de pagarregularmente los sueldos gubernamentales. En su lugar sefirmaban con frecuencia 'hojas de sueldo' que eranutilizadas como medio de pago con cotización variable.Debe haber sido también la inseguridad de la situaciónfinanciera la que hizo que los empleados más altos y losmiembros del parlamento demandaran con frecuencia unpago diario (74). En 1893 el gabinete recibía diariamentepagos que variaban de S17.06 2/3 para el Vice-Presidente dela República y su secretario, ~ $10.33 1.'3 para el Ministrode Relaciones Exteriores.í Zfi)

Del año 1889 tenemos disponibles las cifras delpresupuesto. El total de gastos de $1,408,543 se dividíaentre los Departamentos de la manera siguiente: Hacienda yComercio: 39 por ciento: Guerra y Marina: 31 por ciento;Interior y Policía: 14 por ciento; Justicia: 6.5 por ciento;Fomento: 5.5 por ciento; Instrucción Pública: 3 por ciento;Relaciones Exteriores:' 0.5 por ciento (76). Pero laadministración pública siguió siendo extremadamentedefectuosa y errátil. Fue sólo en 1896 cuando se decidiótomar nota de una manera organizada, de las informaciones

72 Cartas Heureaux, A GN, 14 de septiembre 1887, al Sr. Gral.G. L uperán, Part's.

731dem, 13 de septiembre 1887, al Sr. Gral. Segundo lrnbert,Puerto Plata.

74 Actas Congreso, MIn. de Hacienda y Comercio, al PresoCongreso, 7 de mayo 1888.

75 Libreta Resoluciones Hacienda, dictadas por el Poder Ejec.No. 101, 27 de septiembre 1893.

76 Abad, op. cit., citado en: Mensajero, op. cit., 269.

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más esenciales: " ...Por cuanto es de notoria necesidad laformación de un cuadro estadístico que corresponde almovimiento aduanero de la República con el fin de prepararde ese modo y dar base a la reforma de las leyes arancelariasy otros trabajos de interés general y de singular importanciaque tiene en miras el Poder Ejecutivo, para la futuraorganización del país, resuelve: encomendar a los señoresHipólito Billini y Federico Henríquez y Carvajal lacolección de todos los datos estadísticos de las operacionesaduaneras en general, correspondientes a los años 1895 y1896; remunerar a los citados señores con una sumamensual de S200 m.n. cada uno, hasta la terminación dedicho trabajo"(77). También se exhortaba a la inSIalaciónde balanzas en los principales centros mercaderos. Tambiénen 1896 fue aprobada una nueva Ley de Hacienda, con elfin de "implantar un sistema de orden interior, con relacióna la contabilidad." Como 'primer fruto' se mencionaba conorgullo que "se han rendido todas las cuentas fiscales de laRepública que el Min. de Hacienda ha podido presentar alCongreso Nacional, ya examinadas y aprobadas por elHonorable Tribunal de Cuentas"(78).

e ) 1';/ sistema monetario

En su Reseña General Geográfico-Estad¡'stica, JoséRamón Abad constataba en 1888 que "el cálculo y laespeculación han traído a los mercados de la República unamasa de moneda inferior a la que antes existía" y señalabaque Santo Domingo se había convertido en "el receptáculode todos los cuños de desecho" (79). Federico Henríquez yCarvajal escribía en 1886 en su 'Mensajero' que la 'cuestiónmonetaria' causaba dificultades al país desde 1883; enaparente respuesta a alusiones ya publicadas continuaba:"No son los comerciantes hebreos quienes exclusivamentehan especulado con la introducción del sol (peruano) yfracciones de los pesos de 80 centavos sur y

77 Libreta Rae. y Comercio, No.Ll O, AGN, 12 de noviembre1896.

78 Exposición. op. cit.• 179.79 Cit. en Mensajero, op. cit.• 272-273.

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centroamericanos," a lo que añadía inmediatamente, que laintroducción de estos dineros era perfectamente legal,puesto que el dinero es sólo una mercancía. Además era deopinión que el cambio de toda la moneda extranjera en'moneda nacional', lo cual conllevaría una pérdida de 15 a20 por ciento, pondría a los exportadores azucareros engrandes dificultades.

El cambio efectuado en los años anteriores de lamoneda norteamericana al peso, sobre todo al mejicano,había perjudicado principalmente a los obreros: "Eduardogana desde el año 1873, en que la plata norteamericanaservía de norma, S50, pero desde el año 1879 los recibe enplata mejicana. Ha venido perdiendo, pues, la diferenciaproducida por el agio" (80). Heureaux pensaba en 1887 que"la introducción que se haga de monedas extranjeras, no esde temerse por las lucias y agujereadas, que puede decirsehan desaparecido de las Antillas vecinas y que no puedenpor su naturaleza ser objeto de una grande especulación; alo que se debe temer es a la importación de las pesetasgranadinas, prucianas y chilenas; pues ya eso se presta afuertes especulaciones. La introducción está prohibida ypenada, y por este lado es difícil que se haga, pero esncccsario.; fijarse mucho en los vapores que vengan deColón, pues allá hay plétora de aquella moneda" (81).

En ese mismo año el puertorriqueño Ramón E.Betances le presentaba a Heureaux desde París un proyectoque "tiene por objeto la introducción de una monedanacional en esta República," a lo que el Presidente contestócortés pero cautelosamente: "de pronto no me ocurre sinouna observación"; así escribía,"yes que antes de hacer uncontrato para la acuñación de moneda debe darse la leyfijando tipos, valores, etc., calculándola sobre las deFrancia, Suiza, Bélgica e Italia y aún de Venezuela, paratener franca la entrada en la Unión Latina (Monetaria)"(82). Pero ya en 1888 se dictó una ley de acuñación demoneda dominicana en que se señalaba al Banco Nacional,

80 Mensajero, 42 y sigo81 Cartas Preso Heureaux, AGN, 6 de octubre 1887 a Dn. José

M. Glas, Santiago.82 Idem , 24 de octubre 1887 al Dr. Dn. R. E. Betances, 6 bis.

Rue Chateaundun, Paris.

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recien creado por el Crédit Mobilier, como banco deemisión de los 'dominicanos' que valdrían 25 por cientomenos que su prototipo, el franco, lo que "producíarelativa alarma en ciertos gremios y alguna dezazón en lageneralidad de los centros productores del país" (83). Ennoviembre del mismo año el Congreso Nacional decretabaque cada 100 unidades que se le debieran a la Haciendapública debían ser pagadas de la manera siguiente: "80 enpesos mejicanos, al tipo de 100 cts. cada uno, o en pesoschilenos y peruanos al tipo de 90 cts. cada uno, o en billetes'Banco Nacional de S.D.' a la par, de los que circulan envirtud de Resolución P.E. 21 de diciembre 1881; 10 enmoneda de plata corriente; lOen moneda nacional deníkel" (84).

En 1892 y 1897 tuvieron lugar nuevas emisiones demoneda de plata, en que estaba relacionado, como yavimos, J. B. Vicini. A la emisión del 1892 se habrá referidola crítica de Luperón cuando hablaba de "monedas de platay de níkel de mala ley, que no se cotizan a ningún tipo enlos mercados extranjeros, acuñadas en Bruselas sin ningúncontrato oficial" (85).También se hicieron nuevas emisionesde papel moneda en los años noventa, en las que estabaenvuelta la Santo Domingo Improvement Cy. La crecientecrisis en la situación monetaria dominicana puede reducirse,a mi manera de ver, a las siguientes causas: 1.0 laobservación correcta de Abad, de que por la introducciónde 'dinero malo' extranjero, y en perfecto acuerdo con laLey de Gresham, había salido de circulación el 'dinerobueno'; 2.0 y estrechamente ligado con lo anterior: el ansiaespeculativa monetaria de algunos comerciantes; 3.0 lacreciente devaluación internacional de la plata en esos años;4.0 la política gubernamental inadecuada, que fomentaba lainflación con nuevas emisiones y empréstitos y que minaba,cada-vez más fuertemente, la confianza en la moneda.

En 1893 (el año de la gran crisis norteamericana) sedictó un decreto, según el cual debía pagarse por cada pesode plata extranjero importado un impuesto de 20 centavos;la importación de un peso en fracciones estaba gravada con

83 Mensajero, op. cit., 273.84 El Eco del Pueblo, 24 de noviembre 1888.85 Luperán, op. cit., IJI, 323.

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30 cts. En el considerando del decreto se señalaba "que ladepreciación de la moneda de plata extranjera producenotables perjuicios a los intereses de la Nación y a los de losparticulares," y que el Gobierno debía hacer todo "paraponer los intereses públicos al abrigo de especulacionesruinosas." Sin embargo el decreto no entraría en vigor sinoIO días después de su promulgación y, además, se dictaroninmediatamente resoluciones exonerando a varioscomerciantes de las medidas (86). En 1896 se permitiónuevamente la importación libre de pesos mejicanos por lagran escasez de ellos (87).Por ley del 17 de marzo 1897 sefijó nuevamente cuáles monedas eran consideradas 'monedacorriente': moneda níkel; moneda tipo francos de la Rep.;moneda de bronce de la Rep.;moneda acuñada (emisión) ybilletes Banco Nacional, garantizados por el Gobierno, enque la relación moneda corriente-oro americano era fijadaen 2: 1, Y la relación moneda corriente-plata mejicana para"compromisos entre particulares" en 1: 1 (88), pero estetipo de resoluciones ya no pudieron surtir efecto. Ya al añosiguiente hubo que recurrir a una medida de emergencia: "apartir del 1.0 de diciembre de 1898 los derechos deexportación se cobrarán en oro del cuño de los EstadosUnidos y a falta de éste en giros librados por losexportadores sobre plazas extranjeras.., De las cien unidadesde los derechos de exportación se agregará un veinte porciento .que se entregará al Banco Nacional de SantoDomingo o a sus agentes para la amortización de los billetesemitidos por el mismo Banco"(89), pero ya no podíaevitarse la catástrofe.

En el comienzo de 1899, Heureaux viajó a lasprincipales ciudades para llegar a un acuerdo con loscomerciantes sobre nuevos tipos de cotización: la relaciónmoneda corriente-oro americano fue fijada ahora en 3: 1.En su Mensaje de este año, el Presidente anunció la

86 Llbreta de Hacienda, No. 101, AGN, 4 de julio 1893.87 El cantor popular Juan Antonio Alix escribió (m 1897 una

décima "Manifestación de la Moneda Mejicana", que comenzaba as¡':"Señores, ya voy de ruta. Para otra tierra lejana, Queda hoy con la,batuta, La plata Dominicana". [Alix, op.cit., 122).

88 Listin. 17 de octubre 18'96; 24 de agosto 1899.89 Cartas Heureaux, A GN, 10de enero 1899 al Gral. T. Cordero

y Bidó, Santiago.

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Importación de monedas de oro, y la cancelación del papelmoneda nacional (llamada por el pueblo "papeletas deLilís") (90). También señaló algunas de las causas de la crisis:"No había, pues, razón alguna para el pánico renacientedesde la última emisión de billetes hecha por el Banco, yhay que atribuirla a la insuficiencia de las nocioneseconómicas de la generalidad del país, que ve peligros enuna emisión limitada a cifra inferior a las necesidades diariasde la población (la emisión era de $1,600,000). Estaprescindencia de los buenos principios económicos pone lafortuna pública a merced del primer agiotista que aspira aalzar el cambio. Con hacer una oferta superior a lacotización del día, establece nuevo tipo, cunde la alarma yde un momento a otro todos los comerciantes se preparan(oo.) señalando a sus artículos precios mayores. Y mientraseso sucede, el tipo de los jornales (oo.) permanece casiinalterable, haciendo angustiosa la situación del obrero ydel artesano." El intento de invasión de J. I. Jiménez enjunio de 1898, que en sí no era importante, así continuó elPresidente, había tenido repercusiones en el extranjero, locual espantaba el capital necesario para nuevas operacionesfinancieras. "Estas dificultades en el Mercado exterior,recrudecidas por las consecuencias económicas y financierasde la guerra que sostuvieron los EE.UU. y España,principalmente en aguas y territorios vecinos a los nuestros,se reflejaron con una transcendencia peligrosa en elMercado interior, y tomando pie en el nuevo sistemaI'tlonetario implantando en el país, y más aún en la recienteemisión de billetes del Banco Nacional, causaron un pánicoinfundado en el público y empeoraron de todas maneras la

.situación económica"(91).

En abril fue nombrada una Comisión Nacional que seencargaría del trueque e incineración de los billetesdepreciados del Banco Nacional; esta operación seríaposible por un empréstito del inglés F.H. Morris (92).

90 Marrero Aristy (La República Dominicana, Edit, del Caribe,Ciudad Trujillo, 1958, Vol. ll, 263) habla incluso de una huelga decomerciantes que no quedan aceptar las "papeletas de Litis" de laemisión 1897, y de numerosos pequeños comerciantes que por el.mismo motivo habrian sido asesinados por orden de Heureaux,

91 t.isun, 1 de marzo 1899.92 Herrera, op. cit., 89.

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Durante su viaje en el Cibao, el Presidente prometió en elmismo mes, que en julio los billetes serían cambiados pororo con una cotización de 4 al, lo cual podía serconsiderado atractivo para los comerciantes que se habíanaprovechado de cotizaciones de II a I y más. Entretantoescaseaba el menudo -las motas-: tanto en la capital comoen Puerto Plata se emitieron billetes de menudo. Losprecios llegaron a altitudes absurdas: en Azua, un par dezapatos costaba 522, una libra de arroz 50 cts. Una gravesequía azotó simultáneamente varias partes del paísacrecentando la escasez y la carestía de los artículos deprimera necesidad. En julio, Heureaux partió para el Cibao,donde fueron incinerados miles de billetes, lo que causó unabaja en el precio del oro y un alza en el valor de las'papeletas de Lilís'. En Moca debían cambiarse 100,000billetes por (vales de) oro. El 26 de julio, Heureaux fueasesinado en esa ciudad (93). Ya el I de agosto, un grupoanónimo de comerciantes proponía fijar el cambio en 3 al,a lo que con razón protestó Federico Henríquez y Carvajal,quien al momento de la muerte de Heureaux era Presidentedel Ayuntamiento de la Capital, por las altas ganancias queellos harían (94). Durante el Gobierno Provisional deHoracio Vásquez, que se instaló el4 de septiembre de 1899,las 'papeletas de Lilís' fueron sacadas de la circulación pormedio de remates mensuales con una cotización de 5 aJ (95).

f) Cambios en las relaciones económicas con el exterior

De acuerdo- con el patrón de comunicaciones. como lodescribimos en el capítulo anterior, los centros financierosextranjeros se hallaban durante las primeras cuatro décadasde existencia de la República, dentro del área del Caribe. a

93 Listt'n, 13 de abril; 22 de marzo; 21 de julio; 26 de julio: 28de julio 1899.

94 Listin, 1 de agosto; 3 de agosto 1899.95 Marrero Aristy R .. op.cit. 269. Véase además: Banco Central

de la República Dominicana, Legislación Moneraria y Bancaria de laRepública Dominicana, Ciudad Trujillo, 1955, pp. 5·51.

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saber en Curazao y San Tomás; en las dos islas fueronprincipalmente banqueros sefardíes, como respectivamenteJ. A. Jesurún e Hijo y Jacobo Pereyra, quienes facilitaronlos empréstitos. De los dos grandes empréstitos que hizo laRepública antes del 1890 fuera del área del Caribe, elempréstito Hartmont de 1869 fue resultado de contactosque había realizado Jesurún, en conjunto con el financierofrancés Adolphe Mende, en Europa, mientras que elempréstito- Westendorp de 1888 fue preparado por elinmigrante curazoleño-sefardf Eugenio G. de Marchena. Delos papeles de Heureaux puede verse cómo éste, aún muyentrados los años ochenta, mantiene su contacto con lafirma Pereyra como acreedor privado y agente Además ydespués comienzan a actuar como sus prestamistas privadosen el extranjero principalmente los señores Wanamaker &Brown, de Philadelphia, y Federico Hohlt, en Hannover;este último tenía intereses comerciales en la República. Sinembargo puede decirse en términos generales, que lainfluencia financiera europea en el país, que se mantuvohasta los años noventa, se basaba en una red de relaciones quelos sefardíes del Caribe mantenían en Europa. No causa porlo tanto sorpresa que este grupo orientado hacia Europa seresistiera a la creciente penetración norteamericana, lo quefinalmente le costó la vida a Marchena.

El surgimiento del predominio financieronorteamericano, aún cuando fuera quizás inevitable a la luzde la nueva industria azucarera con su orientación haciaNueva York, fue acelerado por la debacle de la firmabancaria Westendorp de Amsterdam. Después delempréstito de 770,000 libras esterlinas en 1888, esta firmahabía prestado en 1890 otras 900,000 libras esterlinas parala construcción de la línea ferroviaria Puerto Plata-Santiago."El clima moral en que se desenvolvían sus negocios con elGobierno dominicano sería la causa principal para que losempleados de La Régie, encenagados en el manejo de tantasoperaciones fraudulentas, aCUY0 amparo se ibanenriqueciendo ellos mismos, descuidaran calculadamentesus tareas en cuanto al envío de dinero a la casa deAmsterdam, siéndole imposible a Westendorp conocer las

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liquidaciones correctas de los servicios de losempréstitos"(96),

De los empréstitos, tanto Heureaux como Marchena sehabían apropiado sumas considerables. El 31 de julio 1889,el primero escribía al segundo: " ...pero como a pesar decuanto pueda haberse dicho respecto a la distribución delproducido del empréstito, lo ú.iico que a mi me ha tocadode él son esas 5,000 libras esterlinas que Ud. me hadestinado; les tengo ya un amor como usted no puedefigurarse (...) Yo no tengo que ver con nadie sino con Ud., yes Ud. el que me responde a esas libritas. Además leadvierto que yo no quiero me las mande sobre cuentas delGobierno ni de Westendorp ni de nadie, sino en efectivo,bajo conocimiento directo a mí." En ese mes, el mismoMarchena pidió por segunda vez en poco tiempo una sumade 1,000 libras esterlinas, lo que causó la indignación delMinistro Gautier. Heureaux sin embargo, escribió: "Encuanto a mí, Ud. sabe que yo nunca he regateado elestipendio necesario para los servicios que me hacen misamigos, pero es extraño que un hombre . tan rigurosocomo Ud. en materia de números y contabilidad, porqueinmediatamente no se aclara un asunto que para los que nolo conocían necesitaban explicaciones, sobre todo cuandolos documentos comprobantes que faltaban en la cuentaque Ud. envió a Don Manuel (Gautier) no se habíanen tregado..."(97)

Vimos antes cómo dando exoneraciones de losderechos aduaneros Heureaux estorbaba, por no decir más,la administración de la Caja de Recaudación. El director dela 'Régíe', miembro de una destacada familia deAmsterdarn, Cornelis Jan Den Tex Bondt fue sin duda unode los principales culpables de la quiebra de la firma que élre pre sen ta b a. A u nque al principio tuvo algunasdesavenencias con e1 Presidente, después se convirtió en sucómplice en numerosas combinaciones financieras, inclusohasta el punto de que en 1891 se celebró un acuerdo entreDen Tex y el Gobierno, según el cual, el35 por ciento de losderechos de aduana le correspondían a Westendorp y el

96 Marrero Aristy, op, cit., 229.97 Copiador cartas Heureaux con Gobernadores y Jefes

Militares, A GN, Y Cap. Cartas Heureaux, A GN, 28 de julio J 889.

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resto al Gobierno. Aunque sí se había observado en elcontrato de 1888 que la anualidad a pagar equivaldría a nomás del 30 por ciento de los derechos de aduana de laNación, la fraudulenta administración de lasaduanas habíahecho que ese porcentaje hubiera aumentado entretantoconsiderablemente. Al negar Westendorp en Amsterdam laautoridad jurídica de Den Tex para firmar un acuerdosemejante, ya a la firma no le quedaba más remedio quecomunicar a los tenedores de sus bonos que había sidocometido fraude, lo cual condujo a la quiebra de la casaWestendorp.

La firma de Amsterdam traspasó entonces sus contratosa un consorcio norteamericano dirigido por Smith W. Weed,la San Domingo Improvement Company, que también sehizo cargo del contrato celebrado entre Den Tex y elGobierno para la construcción del ferrocarril P.Plata-Santiago (98). Por decisión del 31 de agosto de 1892,el Gobierno dominicano decidió no reconocer este traspaso,que habría de entrar en vigor elide septiembre y del cualel Gobierno había sido ignorante (99). "El 35 por ciento delas entradas aduaneras... serán entregadas al Cónsul oCónsules de S. M. el Rey de Holanda o a las personas queellos designen, quienes guardarán dicho depósito hasta queotra cosa se resuelva en contrario"(lOO).

Sin embargo, el 12 de enero de 1893, los señores PedroJ. Garrido, Genaro Pérez, Augusto Franco Bidó y Manuelde J. Galván, fueron invitados por el Presidente como"representación más escogida entre los jurisconsultos delPaís" a dar su opinión sobre el traspaso, ya que dentro depoco, una Comisión delegada del consorcio norteamericano,llegaría a la capital. Los jurisconsultos hicieronrecomendaciones favorables y rápidas; ya el 24 de enerorecibieron unas palabras de agradecimiento de Heureaux,

98 Marrero Aristy, op. cit.. 229 Y sigo99 Según Luperón, sin embargo, Heureaux no sólo estaba al

corriente del traspaso, sino que lo habta provocado para facilitar asíel arrendamiento de Samaná. Wanamaker, entonces Ministro deCorreos de los EE. UU. y viejo amigo de Heureaux, habría estadoenvuelto en esto {Luperon, op. cit., IH, 295; ver también: MarreroAristy, op. cit., 232.

lOO Libreta Resoluciones Hacienda, No.IOI, AGN.

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además de 4,000 pesos que había costado surecomendación (101). Nuevos contratos celebrados con laImprovement sirvieron para calmar acreedores criolloscomo Vicini, Battle, de Lemos, Abreu y Lluberes. Con suscompañías filiales, la 'San Domingo Railway Cy.' y la 'SanDomingo Finance Cy.', la 1niprouement norteamericanadominó desde 1893 la mayor parte de la vida financieradominicana (1 02); hay que apuntar que un gran número deeuropeos en Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Holandasiguieron siendo tenedores de bonos de la deuda externadominicana consolidada.

Una importante institución financiera en el país siguiósiendo, por el momento, europea: el 'Banco Nacional' que,como vimos antes, funcionaba con capital francés y del cualDe Marchena había sido nombrado Inspector General. Envez de encargar la creación de éste banco al 'Crédit Mobilier',Heureaux le habría dado la preferencia aWestendorp (103),pero finalmente había complacido a De Marchena, que yahabía hecho los preparativos para el establecimiento delBanco. La oposición de De Marchena y sus relacioneseuropeas a la usurpación del poder financiero por laImprovement culminó aún en 1892 con la candidatura a laPresidencia de De Marchena, que simultáneamente dio aconocer un proyecto para el cual había logrado interéseuropeo y que defendería la penetración norteamericana:un consorcio de ingleses, franceses, alemanes, holandeses,belgas y españoles saldaría las deudas de la República (sinduda por medio del control de las aduanas), una reserva de5 millones de pesos scría mantenida en el Banco Nacionalde Francia; el sistema monetario sería incorporado alpatrón de oro; la Bahía de Samaná (utilizada como cebopor muchos presidentes, entre ellos Heureaux, en sus

101 Cartas Heureaux, A GN.102 Den Tex Bondt entró al servicio de la Irnprovement, La

búsqueda en archivos holandeses no produjo nuevos documentos.Sus descendientes residentes e'¡ los Estados Unidos poseen sólo un"Obsequio a la señora C. J. den Tex Bondt" de abril 1898 con lasfirmas, entre otros. de Heureaux, la familia José A. Puente,Francisco Gregario Billini y Statkowski (carta N. J. den Tex alautor).

103 Cartas Heureaux, A GN, 28 de julio 1889, a E. G. deMarchena, Paris.

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operaciones de política y crédito con extranjeros) seríaarrendada al consorcio (104). Pero Heureaux no permitióque De Marchena ganara las elecciones. Este respondióhaciendo que el Banco Nacional suspendiera el crédito aHeureaux y a su Gobierno, bloqueando además las cuentasde Heureaux. Este traspasó entonces sus fondos a suacreedor De Lemos y ganó un proceso que había iniciado elBanco contra él.

La negativa del Banco de permitir a Heureaux acceso asus fondos condujo a la célebre escena en que lasautoridades forzaron la entrada al Banco, cosa que a su vezprodujo una visita de la Marina francesa; ésta se repitió en1895, esta vez basándose además en el encarcelamientoilegal, respectivamente asesinato, de dos ciudadanosfranceses. Esta última presencia de la flota francesa fueobservada por tres navíos de guerra norteamericanos amanera de defensa del Gobierno dominicano y de ladoctrina Monroe, de modo que el conflicto terminó conuna indemnización financiera por la Improvement. En estemismo año se traspasó la concesión del Banco Nacional a lalmprovement. Ya en 1893, De Marchena había sidoapresado durante un intento de huida; en diciembre de eseaño fue fusilado. Heureaux escribió en diciembre de 1893en un informe a lsidore Mendel, agente fiscal en París:"Don Ceneroso: Este amigo desembarcó en este puerto el27 de octubre, acto continuo se entregó a sus trabajos decandidatura electoral, pretendiendo hacer elegir en todo elpaís y en el térmíno de tres días que faltaba para la reuniónde las Asambleas prirnarias , los electores que debieranelegirlo Presidente de la República. Perdió la elecciónprimaria. (Esto) anuló las pretensiones de Marchena, quecreyendo muy fuerte la oposición y muy valiosas lascombinaciones que traía de Europa, echó a un lado todaprevisión y miramiento y se llamó dueño del país, a talpunto que los periódicos de Europa lo llamaron el salvador'de los finos dominicanos"; escribiendo del conflicto con elBanco Nacional, terminaba: "Veremos cómo salimos deeste asunto, del cual es único causante Don Generoso

104 Cf. Marrero Aristy, op. cit., 236.

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Marchena, por mucho sabpr"( l 05). También Luperónexpresó una opinión desfavorable respecto a De Marchena:"Existe en la República Dominicana el error de creer quecualquier hombre que sepa algo de números es economista,así como casi siempre nombran los gobiernos, no sabemospor qué fatalidad, Ministro de Hacienda a quien ha hechomal sus propios negocios dirigiendo luego naturalmentepeor los del Estado. Heureaux se tomaba gran empeño pordar una alta reputación de honradez y de capacidad aMarchena, pero los resultados probaron lo contrario,"(106)pero resulta difícil probar que De Marchena fuera másinepto o menos honrado que otros ministros.

La ironía quiso que en el último año de su vida y de suGobierno, Heureaux hiciera todo lo posible por librarse delpoder de la Improvement y que tratara de celebrar con unconsorcio europeo un contrato como el que habíapretendido De Marchena en 1892. Vía su agente fiscalIsidore Mendel en París (antiguo Presidente de la Cámara deComercio y Presidente del Banco Comercial en SantoDomingo, con quien Heureaux celebró préstamos ya en1887)(107), se había puesto en contacto con el financieroCerónimo Becker en Bruselas (l08).

Cuando repetidas operaciones financieras con interesesexorbitantes de la Improvement sólo parecían empeorar ·lacrisis económica y financiera -la Improvement no cumplíaen absoluto con los pagos que resultaban de la Ley deConversión de 1897~ se llegó finalmente a una entrevistaentre Heureaux y el Vicepresidente de la Improvement,Charles W. Wells en Nassau. El 14 de enero 1899 Heureauxescribió a Mendel: "Mi entrevista con el Sr. WellsenNassau... yo fui principalmente a obtener la seguridad yaque la Improvement no cumple todos sus compromisos nidentro ni fuera de la República, de que ella se prestaría aapartarse siempre que yo encontrase quien me ayudara aregularizar la situación económica, liquidando a lalmprovement sus derechos. El tuvo que convenir en ello, y

105 Cartas Heureau x, A GN, 13 de diciembre 1892.106 Luperán, op. cit., Il!, 146.107 Libreta Hacienda, AGN, No. 81, 18 de abril 1887.108 Cuya hermana vivia en Santo Do mingo,

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por eso he podido confirmar al Señor Becker laautorización para seguir gestionando"(l09).

A su ministro Teófilo Cordero y Bidó , Heureauxescribió tres días después: " ...las negociaciones que celebrael Gobierno para desarrollar su plan económico están yamuy adelantadas y sólo penden de ratificación delGobierno. ( ...) Para más extensa información le transcribocopia de la traducción de carta que con fecha 18 dediciembre último recibí del Sr. Gerónimo Becker": "quepor diligencias mías un grupo de fmancistas se haconstituído que ( ...) ha aceptado de lleno su principio (delProyecto) aunque enmendándolo con las reservassiguientes: 1.0 Liquidación completa de la situaciónfinanciera dominicana; 2.0 Arrendamiento completo de lasaduanas, es decir, rescate de las referidas aduanas de la 'NewYork Improvement Co. of New York' y de cualquierparticular que actualmente pueda tener en ellas un derechopor concepto cualquiera; 3.0 Concesión del Banco Nacionalen las condiciones que se examinarán ulteriormente decomún acuerdo. Sobre las bases mencionadas arriba, elgrupo que he logrado constituir está dispuesto a suministrarlas sumas necesarias para el buen funcionamiento de susoperaciones. Le envío estas líneas después de haber visto enParís a Me Mendel. Le he presentado al Sr. Lagge, quien hatomado especial empeño en la constitución del SindicatoFinanciero, del cual le acabo de exponer las miras. Mr.Mendel nos ha recibido muy bien, y en vista de las noticiasy datos que le hemos suministrado, nos ha prometido sumás activa ayuda". Le confirmé la autorización que pedía,y el 14 del corriente recibí del Sr. Wells el siguientetelegrama referente no sólo al buen éxito de las gestionesencomendadas al Sr. Becker, sino también a las que aquélsigue personalmente, para operaciones económicas de granutilidad a la República, con .el Banco Halifax, uno de losmás ricos de Londres: "Me refiero a su arreglo o contratocon Becker: todo ha sido convenido y firmado adreferéndu m, pendiente de la aprobación de Usted. Laprimera entrega se hará en julio, contra entrega por elBanco Na cional. Todavía continúa pendiente el arreglo con

'el Banco Halifax". Todas las probabilidades son, pues, no

109 Cartas Heureaux, A GN..

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solamente de que recojamos a mediados del año la totalidad'de los billetes, entrando en lugar de ellos en la circulaciónoro acuñado, sino que también toda nuestra deuda exteriorsufrirá una modificación favorable, que nos permitiríaatender con desahogo al servicio público. Adelanto estasnoticias, que la incertidumbre respecto al rumbo económicoque seguiremos cese por completo" (110). Vana esperanza,esta última, como sabemos. El asesinato de Heureaux hizo

nposible un retorno a la dominación financiera europea..suponiendo que esto hubiera sido factible. La convenienciade una influencia menos cercana y menos monolítica que lade los Estados Unidos debe haber sido comprendidatambién por Heureaux en los últimos meses de su vida.

Al momento de su muerte los acreedores privadosextranjeros más importantes de Heureaux eran J. Sola yCía. de Nueva York, Fed. Hohlt de Hannover, 1. Mendel deParís. De este último se rumoreaba que tenía guardadospara Heureaux bonos por valor de $500,000 y que debía,por lo tanto, esa suma a los herederos. Algo semejante sedecía del Sr. Wells, "y hay suficien tes noticias para poderafirmar que la Empresa del Ferrocarril Central, el BancoNacional de Sto. Domingo, la Caja General de Recaudacióny la San Domingo Finance Cy. de New York, deben cuentaa la Sucesión Heureaux de valores y acciones," pero lasoficinas locales rehusaron dar informaciones. Con derechopodía constatarse que "la tendencia a ocultar y retenerbienes de la Sucesión Heureaux se manifiesta por todaspartes y en diversas formas." (Aún los apoderados de lacomisión del Inventario, Enrique Henriquez y Casimiro N.de Moya habían retirado más de $10,000 oro "para unaoperación convenida con el Estado," "de cuya operaciónaún no han dado cuen ta dichos apoderados") (111).

Con los acreedores criollos y ex tranjeros del Gobiernode Heureaux se llegó finalmente a acuerdos. En 1904,navíos de guerra alemanes, franceses. italianos y holandesesllegaron a las costas dominicanas para enfatizar lasdemandas de sus ciudadanos. A instancias del Ministro Hay,de los EE.UU., el Gobierno dominicano pidió entonces al

110 Cartas lfeureaux, 17 de enero 1899.111 Sucesión lfeureaux, op. cit.

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norteamericano encargarse de la tarea de la recaudaciónde las rentas aduaneras, para así llegar a un acuerdesatisfactorio con los diversos acreedores. Así se convirtió enun hecho definitivo la dominación politico-financiera de losEE.UU. para los siguientes cuarenta años. La ironíaquiso que fuera el comerciante nacido en Puerto Rico yconsiderado ciudadano norteamericano SantiagoMichelena, que había hecho una gran parte de su fortunadurante el régimen de Heureaux, el primer encargado de larecaudación de las rentas aduaneras (112).

En los años noventa comenzó un período no sólo deinfluencia financiera, sino también de creciente influenciacomercial norteamericana. En 1891 se celebró un acuerdocomercial con los EE.UU., según el cual, productosdominicanos como azúcar, café, pieles, podían serimportados en los EE.UU. libres de impuestos, a cambio dela importación libre de entre otros carnes, harina ymáquinas. Las protestas de los partners comercialeseuropeos, especialmente de Alemania, no surtieron efecto.En 1899 el Listin se quejaba por la calidad de losnumerosos artículos importados; hablaba de una "pésimaalimentación de este pueblo. Las provisiones yankees estáncausando una tumba para cada consumidor. La mantequilla,la manteca, el bacalao, el queso, el jamón, todo lo que seimporta de los EE.UU. es una amenaza para la salud"(I 13).

En 1897 el valor de las importaciones se dividía en lamanera siguiente entre los partners comerciales:

TABLA V

VALOR DE IMPORTACtoNES POR PAíS, 1897(en %)

Fuente: ExposIción, 01', cit., 1M.

112 Herrera, op. cit.. 124 Y sig,* Véase también: Antonio de la Rosa, Las Finanzas de Santo

Domingo y el Control Americano, Santo. Domingo, EditoraNacional, 1969 (originalmente publicado en Paris, 1915).

113 Listin, 5 de enero 1899.

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Lo que Heureaux escribía en 1893 a su amigo Mendel.que "el teatro de las relaciones financieras viene a ser másbien los EE.UU. de América que Europa"(l14), podía serextendido al teatro de las relaciones comerciales. Sólo laexportaciónde productos como tabaco, cacao y maderas semantuvo en este período orientada principalmente haciaEuropa.

No sorprende por lo tanto que cuando, después de lamuerte de Heureaux, la República recibió mucha atenciónen la prensa norteamericana, el Daily In ter Orean titulabaun artículo: "Santo Domingo gobernado por ciudadanosamericanos", mientras que el Neu: York llerald se contabaentre los periódicos que abogaban por una intervenciónmilitar en el país (115).

114 Cartas Heureaux, AGN, 11 de febrero 1893.115 Listtn, 30 de septiembre, 11 de noviembre ]899.

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V. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DE LOSAPARATOS DE SANCION

l. El ejücitu.

Cuando en 1844 la República Dominicana se declaróindependiente de Haití, este último país trató durante unnúmero de años de afirmar por medio de las armas la"indivisilidad" de la isla. Esta amenaza permanente de unenemigo superior, ciertamente en sentido numérico. obligóal presidente-caudillo Pedro Santana a crear una estrictaorganización castrense. En noviembre de 1844 decretó quetodo dominicano debía prestar servicio militar haciendo lasalvedad de que 'están exentos de componer parte de lastropas de línea: 10. los casados con hijos. pero que nohayan abandonado sus familias. 20. Los hijos únicos deviudas pobres y padres ancianos. pero que hagan por ellos.30. Los menores de quince años y mayores de cuarenta. 40.Los comerciantes 'en grueso (I). Algunos meses después fueorganizada junto con las instancias judiciales militares.también una 'alta policía'. debiendo ambas velar. entreotras cosas, contra el espionaje y traición al enemigo. contra'todo escándalo hecho a la moral pública', contra todoestorbo de actos religiosos y contra 'todo ataque injuriosode palabra o por escrito contra los actos del Gobierno oempleados públicos en el ejercicio de sus funciones'( 2).

1 Rodrtguez Demorizi, E., Guerra Dominico-Haitiana.Documentos para su estudio; Academia Militar Batalla de lasCarreras, Aviación Militar Dominicana, vol. /1, Impres. Dominicana,Cdad. Trujillo 1957, 134 (será llamado en adelante: GuerraDome-Haitiana},

2ldem, 144.

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En julio de 1845 se extendió aún más el servicio militarobligatorio: 'Desde la edad de quince años hasta cuarenta ycinco, todos los dominicanos, mientras dure la guerra actualestán llamados a hacer parte en los cuerpos de línea sinapelación: aquellos que se presenten voluntariamente, elGobierno sabrá distinguirlos ( ... ). Se exceptúan solamentelos empleados públicos, los inválidos y los mayores desesenta años, estos últimos sólo debían prestar servicio deviuilancia en casos de urzcncia~ En las ;.;uardias CI'ri~(JS que fueron creadas en ese mismo

tiempo debían prestar servicio los hombres entre cuarenta yseis y sesenta años, así como los extranjeros que residieranen el país por más de tres meses. Los coroneles y tenientescoroneles de la guardia serían nombrados por el Gobiernosiguiendo las sugerencias de los Jefes Políticos de cadacomú n: los oficiales de la guardia llevarían el mismouniforme que los del ejército nacional permanente (3). Yaen el '46 se vio que la movilización permanente de lasguardias llevaría a un desmembramiento de la vidaeconómica, y se prestó nuevamente más atención a laformación de un ejército profesional y permanenter4).Además el rigor del servicio militar tenía que provocar elque grandes números trataran de eludino , como ya sededuce de las recompensas prometidas a los. que sepresentaran voluntariamente: Santana prometió incluir susnorn bres en un registro que se llamaría 'Recapitulación delos más distinguidos patriotas'(S).

Hasta qué punto se realizaron todos estos directivos esdifícil de averiguar: también en los años siguientescontinúan las quejas sobre la falta de suficientereglamentación: pero es seguro que en ese período debatallas regulares con el ejército hatiano , en que luchaban aarnbos lados a veces cientos y no pocas veces miles dehombres, el ejército dominicano alcanzó un grado razonablede eficiencia. El ejército regular contaba de 8 a 10 milhombres: de éstos, dos regimientos se hallaban en la capital,cada uno con unos mil hombres, más una brigada deartillería con quinientos hombres, trescientos 'obreros de

3 l dem, 168 y sigo4 Idem, 200.

51tlern, 134.

Tri?

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artilleros' y doscientos hom bres de caballería. -'En unmomento de invasión inesperada, el Gobierno (...) podíaenviar inmediatamente uno o dos regimientos a forzar lasfronteras del Sur sin dejar la capital desguarnecida'; nuncaera necesario el envío de tropas de auxilio al Cibao queestaba más poblado(6).

Al anexarse el país a España en 1861 el ejército fuereorganizado, como es natural, según el modelo español. La'Guerra de Restauración' que comenzó dos años después paraterminar en 1865 con el restablecimiento de laindependencia, no pudo por lo tanto ser (por lo menos alprincipio) una guerra convencional, sino una euerrillu depequeños grupos contra el ejército colonial español. en quehabía sido incorporado el antiguo ejército regular de laRepública. 'Con ingentes esfuerzos y mientras se pudieraempezar la gran guerra, quiso Luperón emprender (J¡¡guerrilla), que tanto confunde a los gobiernos. Consistíaésta en grupos de patriotas dispersos entre los bosques ymalos desfiladeros, para hostigar con ventaja a los enemigos.sin dejarse alcanzar jamás. De esta manera, los campesinosse convirtieron en soldados. ejerciendo su táctica especial.que tantas incomodidades suele causar al enemigo'; susarmamentos eran malos: 'unos con lanzas. algunoscon fusiles antiguos; varios con trabucos de todas épocas.otros con pistolas de todas clases. los más con su machete yno pocos con garrotes'(7).

La partida de los españoles significó la súbita ausenciade un ejército organizado, además de la pérdida de casitodo el material bélico(8). La falta de estabilidad ycontinuidad política en los siguientes quince años, tuvocomo resultado el que muchos esfuerzos bien intencionadospara una reorganización militar se limitaran al papel.Alrededor de 1870 sólo había unos cinco batallones más omenos regulares con un total de menos de 2.000hombres(9). Luperón menciona con orgullo que comoMinistro de Guerra en el Gobierno Espaillat él se ocupó en1877 de la organización de batallones regulares y de la

{;Informe, 339.7 Luperán, op. cit., 1, 120, 133.

81nfomie, 340.9ldem.

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guardia civil que había caído en decadencia, hasta lograrque la fuerza activa contara con 1,200 hombres (10).

En 1880, durante su propio Gobierno Provisional.introdujo nuevamente algunas medidas: así se creó unservicio militar de 3 años para los hombres de 18 años deedad, y se decretó el establecimiento de escuelas yacademias permanentes en los cuarteles (11). Todo esto nosignifica que en el período 1865·1880 la actividad militarocupara un papel subalterno en la vida social. Todo locontrario. Pero mientras en el período 1844·1861,cuando el país era amenazado y atacado por un enemigoexterno, el aparato militar bajo dirección del Presidentecaudillo Santana tenía las características de unaoruunizurion nacional. con una. jerarquía dominada desdearriba, que logró subordinar a la autoridad central y a laidea nacional las lealtades de pequeños grupos queseguramente se manifestaron, lo que ocurió en el períododespués de 1865 (y hasta en el régimen de Heureaux) fueuna reestructuración pasiva. que le dio al sector militar lascaracterísticas de mercado en sentido sociológico; elejército se disgregó en pequeños grupos que, haciéndosecompetencia. ofrecían sus servicios en el mercado político.El fenómeno curioso del 'generar criollo se puso entoncesmás que nunca en relieve.

Ya en la lucha contra los hatianos y los españoles sehabían prodigado altos rangos a los que se habíandistinguido militarmente, pero en los 15 a 20 añossiguien tes se produjo una enorme inflación del cuerpo de'oficiales'. Como observaba Gautier fríamente en 1870: 'Elcontinuo estado de guerra que ha afligido a este país pormuchos años ha causado la creación de un número excesivode oficiales que no pertenecen a ningún cuerpo específico,pero que prestan servicios a la cabeza de nuestra milicia encasos extraordinarios. No pudiendo la República darlesninguna otra recompensa, les ha concedido sus grados orangos'( 12).

El carácter de 'mercado' de la organización militar fueobservado claramente por la Comisión norteamericana de

10 Luperán, op, cit., l/, 292.11 Informe, 340.

12 Informe, 340.

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Investigación en ese mismo año: '(Los hombres ambiciososde alcanzar supremacía en la República) han recibidotítulos militares otorgados por los jefes de diversosgobiernos o revoluciones, dependiendo el grado de cada unoprincipalmente del número de partidarios que pudieratraerle al líder cuya causa había abrazado. En la anarquíaproducida por esta suerte, cada vecindad ha mostrado unatendencia a agruparse alrededor de sus hombres más osados.o capaces. La unión que así empezó en la guerra, continúaen la paz, y como las instituciones políticas son débiles,frecuentemente esa unión se vuelve más fuerte que la ley olos hábitos políticos. De aquí que surge una clase(desocupada e intranquila) cuya importancia depende de laconmoción, pronta a aumentar cualesquiera desórdenes quese puedan presentar'. También por esto era posible que'ciertos capitalistas (de islas vecinas) hacen inversiones enrevolucionarios prominentes como si se tratara de un asuntode negocio ( ... ) con la certeza de correr grandes riesgos,pero con la posibilidad de obtener grandes ganancias'( 13).

Si ya en 1865 era normal que un carpintero y unalbañil que trabajaban para Luperón tuvieran ambos elrango de coronel (14), y si en ese mismo año ya había 45generales inscritos en el Ministerio de Guerra, al final de losaños setenta había según Luperón más de 1,000 despachosde nombramiento de general, expedidos principalmente porlos presidentes González y Cesáreo, 'que con menguadaproclividad quisieron conquistarse partidarios'; algunos notenían experiencia militar: la mayoría carecía de 'espíritude orden, y sin ninguna disciplina, vivían y querían seguirviviendo sin trabajar a costa de la Hacienda Pública'( 15). Elnúmero de generales mencionado por Luperón no pareceincreíble si se recuerda que sólo en San Cristóbal había en1881. 23 generales que firmaron un documentopolítico( 16). Mucho menos aceptable es la acusación deLuperón de que el Presidente Heureaux fuera el primero

13ldem, 63-64.14 Luperán, op. cit., 1, 374.

15 1dem, IJI, 35.

16 Rodrtguez Demorizi, E., San Cristó~l de Antaño, op, cit.,102.

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en el 1887- en sobornar generales enemigos (17); talocurrencia era inherente al carácter de 'mercado', y apenaspodía llamarse corrupción. Ya en el 1882 Heureaux sequejaba de que los generales le causaban muchos gastos:' ...respecto de mis apuros, supóngase cómo estaré, todos losgenerales, jefes &c. se presentan dizque a ponerse deacuerdo para las elecciones y al despedirlos hay que darlesel macuto ...'(I8)

- En las elecciones de 1892 el control de Heureaux sobreel país ya era tan fuerte, que osaba escribirle al Gobernadorde Barahona: ' ...me anunciaba Ud. que el Gral. Alejo Ruizpensaba pasar a esta Capital, le estimaré que aconseje tantoa este amigo como a otros que quieran venir aquí, queaplacen sus viajes para otra oportunidad, pues en laactualidad, dada mi escasez de recursos, no podré atenderlesen nada que de mí soliciten, ni aún siquiera facilitarles paralos gastos de viaje' (I9); lo cual no significa que él nocultivara, en general, sus relaciones con esos amigos; losmilitares inválidos recibían a veces pagos temporales(oficiales 30, soldados 20 cts. al día); Heureaux pagabaataúdes, regalaba sombreros de panamá, dinero, 'dosmillares de pinos cepillados', clavos, champaña y licor,exención de derechos de importación, a generales amigos,todo esto a cuenta, las más de las veces, de sus comerciantesamigos (I9), para no mencionar aquí otro tipo de favores,en transacciones de bienes raíces, en asuntos judicales y enla adjudicación de empleos a estos individuos. Numerososeran también los generales que recibían una pensión(alrededor de 30 pesos al mes), una indemnización, un'pago de haberes' o una 'asignación'.

Por su parte el Presidente con taba con su apoyo en casode crisis; su correspondencia personal con ellos, que serealizaba al rnargen de las autoridades oficiales, estabadestinada a aumentar su lealtad; en 1887 escribió a cuatro

17 Luperán, op. cit.. 1Il. 234.

18 Cartas Preso Heureau x, A.C.N., 6 de junio 1882, a Gral.Andrés P. Peres, Samand,

19 Idern, 24 de dic. 1892, a Gral, A. Matos; Libreta deHacienda, A.C.N., 16 y 21'j. de marzo 1887, 13 de febo 1896, CartasPreso Heureaux, A.C.N., 6 de febo y 8 de marzo 1893,16 de dic., 30y 31 de dic. 1898, 10 de enero de 1899.

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generales en Moca: 'como en esta vida todo es casual es demi deber preveer las casualidades que puedan venir afavorecer los planes ocultos que amigos y contrarios hayanpuesto en juego ( ...) y a ello me preparo y le aconsejo aUds. prepararse con mucha prudencia y sigilo a fin de queestos preparativos no 'denuncien de indiscretos a susejecutores y alteren la normalidad política de Moca ( ...)manténganse firme, y aceiten las carabinas con suavidad'. 1

Unos años después le escribía a un general amigo en PuertoPlata: "le recomiendo permanecer alerta, dormir poco yaguzar el olfato' ()O).

La imagen de estos generales, como nos la describe laliteratura que data de este período o que trata de él, es la decampesinos belicosos, poco educados, que en su ambienterural eran reconocidos o temidos como líderes naturales.pero que, aun cuando la fortuna política los colocaba enpuestos altos y de influencia, no alcanzaban fácilmente, enel medio urbano, la aceptación social de los comerciantes ydel grupo intelectual con ellos relacionados*.

José Martí que visitó el país en 1895 nos da unasimpática descripción de un general, con 'panamá ancho,flus de dril, quitasol con puño de hierro i buen trigueño, debigote y patillas guajiras', que reconocía: ' ...1'0 de aitapolítica no sé mucho, pero a mí acá en mi sentimiento meparece sabé que política e como un debé de dinidá. ( ...)Poique yo, o todo, o nada'(21). Según Vigil Díaz había 'dosarquetipos bélicos: el general de fuego que se sacrificabapor su causa política y el general buscavida, prevenido,granuja, fanfarrón, chaquetero, sin valor personal nicolectivo, pero ricamente equipado para la traición y elutilitarismo, con un instinto de conservación perfecto yaque nunca se le veía pelear en la vanguardia'(22).

2V Cartas Preso Heureaux, A. C.N., 31 de octu, 1887; 11 de febo189~ .

21 Marti, José, Apuntes de un viaje, pub/o de ~a Secretarza deEducación, Div. de Cultura, La Habana, 1938, 60 Y stg.

22 Diaz, Vigil, uu» yAteiandrito, Edit, Mon talvo, Cdad. Trujill o,

1956,47.* Pero también habta entre los 'genera/es' terratenientes más

educados.

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El general criollo', escribe R. Emilio Jíménez en suexcelente Al Amor del Bohio , fue siempre un tipo niuyposeído de su fama, por lo común ladino, temático,ignorante. arbitrario y enamorado. por añadidura. Le fiabanen todas partes aunque no pagara, por admiración u pormiedo e..) había que tenerlo contento en espera demerecerle favores (...) La mujer del general era muyrespetada, y aún sus queridas, como medida de prudenciaen unos y de compañerismo en otros. Su debilidad eran losbotones dorados en el saco dominguero de elegante pañoazul ( ...). Por lo común era gallero, fumador de buen tabacocriollo encargado especialmente para él, cafetero, mujeriegoy amigo de los tragos ( ...). Cuando en oposición a susórdenes le argüían en términos jurídicos, respondía deordinario: "Lo mando yo", y se retorcía gravemente elbigote, asiento de su respeto varonil'(23). La supersticióntan generalizada entre la población, se extendía también alos generales. Así se decía que el Gral. Pablo Mamá nopodía ser alcanzado por ninguna bala, estaba 'compuesto';el propio Heureaux, que según la creencia popularsólo podía ser herido por balas de plata, siempre le enviabaal supersticioso General Eulalia Malojo municiónespecial'. Si así eran los generales, ¿cómo eran los sol­

dados? .

Los campesinos que tenían que suministrar la mayorparte de la soldadesca y que muchas veces se abstenían decultivar más de lo altamente necesario por temor al ejércitoo a las 'bandas revolucionarias', tenían desde la creación dela República un terror pánico por el 'reclutamiento' que sellevaba de sus casas a los muchachos de quince años y más.De hecho el sistema de reclutamiento consistía 'en destacar.grupos de soldados con órdenes de apresar a todo joven queencontraran a su paso y conducirlo a la Fortaleza'. Loscasados estaban exentos, cosa que aumentó a veces elnúmero de contratos matrimoniales; un compadrazgo con eljefe militar local podía. a veces también llevar alivio, peropara la mayoría de los campesinos el reclutamiento era una'contribución de sangre, que (...) se cobra a culatazos encacerias de hombres por los bosques', lo cual era, según

23 Jiménez; op. cit.• l. 247 Y sigo

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Hostos, el motivo de que los buenos terrenos laborales cercade los pueblos estuvieran deshabitados, y que los habitantesconstruyeran sus bohíos dispersos por las regionesimpenetrables( 24).

La juventud privilegiada de los pueblos tenía másoportunidad de escapar al servicio: podían obtener unacarta de excención del Gobernador, o ser incorporados alcuerpo de bomberos, pero el campesino a veces llegaba, acambio de un tal favor excepcional. a ceder 'a una groseraautoridad rural la mano de una Iinda muchacha'. Talesarbitrariedades eran frecuentes y en la memoria colectiva esrecordado el general que después de una victoria no queríaempleos ni prebendas 'con tentándose con pedir queúnicamente le tuvieran 'consideraciones', es decir, libertadde llevarse mujeres, de meter en la cárcel, y de matar en sucerca los animales ajenos que encontrara (25). No sorprendeque Luperón describía 'los escasos batallones' de los afiassetenta como 'compuestos en su mayor parte de criminales(oo.), enemigos de la sociedad, de la propiedad y de las leyes,se robaban los fusiles y los pertrechos para venderlos acualquier precio, así como vendían su calzado y sus vestidospara llenar las exigencias de sus vicios. Faltos de sus sueldos,sin disciplina y sin honor militar, eran incorregibles' (26), yasí lo seguirían siendo por bastante tiempo.

Todavía se estaba muy lejos del ideal de Luperón: unejército pequeño, con entrenamiento especial que diera alos soldados 'porte grave, con cierto carácter levantado yorgullo de los grandes hombres y de los capitanes célebres',para que guardaran durante el resto de sus vidas 'los hábitosde orden de valor y de abnegación, la templanza en losquebrantos, la costumbre de la moderación, la razón y lafirmeza en todas las cosas graves'(27).

Puede uno imaginarse lo que significaba la entrada debandas revolucionarias victoriosas en un pueblo: 'millaresde campesinos sucios, descalzos, desarrapados y mal

24 Castro, V,'ctor M, de. Cosas de LiI1 s, Imp. "Cuna de.4mérica', Sto. Domingo 1919; Informe, 252 y sig.; Jiménez, op.cit., I, 195 Y sig.; Hostos ell Sto. Dgo, op, cit., I, 285 Y sigo

25 Jiménez, op. cit. 197 v sig., 251.26 Luperon, op. cit.. JII, 34.27 Idem, 404.

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olientes, arma al hombro, vociferando aguardentosos vivas ymueras, ( ...) las ruinosas venganzas y represalias' ynaturalmente también 'la zafra de los comerciantes quedespachaban órdenes por cuenta del Jefe ( ...) elnombramiento de los Ministros y el majareteo criollo,vaciándose en la ciudad los politicastros de provincia. quehabían ayudado -vcon dinero, servicio, o armas'(28).

Sólo la palabra 'millares' parece exagerada en esta cita:las 'gloriosas batallas' eran en su mayoría asunto de no másde 4 a 500 hom bres de cada bando y no pocas veces de sóloalgunas decenas(29), que naturalmente eran muy ensalzadasen los órganos políticos*. Durante la importante revoluciónde De Moya en 1886 en que partes del Cibao se opusieron ala elección de Heureaux, el número de muertos y heridosalcanzó a lo sumo 600(30). En esa guerra civil reinó 'lamoralidad más completa'; los dos bandos compraron elganado y los pertrechos en vez de cogérselos, como era lacostumbre y 'se mataban los combatientes en los combatesy se respetaban fuera de la pelea'. Este código de conductay esta cortesía no eran desusuales; cuando durante laGuerra de Restauración el odiado brigadier español Bucetase refugió en la Casa de Don Juan Chávez, 'por respeto yconsideración a este honrado labrador y a su apreciablefamilia, (los patriotas) suspendieron el fuego'(Sf ).

Pero así como, en situaciones de control psicológico ysocial, se perseguía el ideal de cortesía y caballerosidad, asíhabía fijas en la cultura características de crueldad que semanifestaban en otras ocasiones. Así había, según laindignada 'Manifestación popular' del 4 de agosto 1865, elGeneral Pimentel, 'olvidándose de que vive en medio de unasociedad cristiana, con sol y buen día (...) puesto a pregónen las calles de Santiago la cabeza del General Polanco. Este esel mayor de los insultos que puede hacerse a un pueblo en

28 Gómez Alfau, op. cit., 120 Y sigo29 Hostos, op. cit., 1, 285; Hazard, op, cit., 367.

30 Luperón, op. cit., 1, IIl, 236.31 1dem, 1IJ, 225; 1, 127* El 'gran ejército' del Gral. Guillermo en 1865 consistia de 400

hombres; la capital se entregó a Guillermo y como era analfabeto,un inmigrante francés escribió para él la declaración de entrega de laciudad (Informe, 542).

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la plenitud del siglo diez y nueve *. Así también Luperón,en un gesto de crueldad inspirado tal vez en su lectura delos clásicos, había fusilado a un oficial mensajero por'sonsacador' porque éste le había llevado la deshonrosapropuesta de entrar a servicio español(32).

Un tal patrón de crueldad en personas de alto y bajorango, dentro y fuera del aparato militar, siguió siendocaracterístico para la sociedad, también en los añosposteriores. 'El soldado que no bebe ~o no sabeenamorarv-- qué se puede esperar de él- si lo mandanavanzar', cantaba el pueblo, pero 'el ciego ardor guerrero' semanifestaba también en una conducta cruel y agresiva, 'enfiestas acabadas a tiros, armadas ex profeso para adquirirrenombre entre las faldas, o en las casas de juego tras una'coca' provocativa, o una gruesa insolente'(33). En laimaginación popular surgió posteriormente lo que losantropólogos llaman una 'figura de concentración', llamado'Concho Primo' en que todas las virtudes y los vicios delsemi-militar de la segunda mitad del siglo diez y nueve, 'deltiempo', pues, 'de Concho Primo', llegaron a convergir. Elpoeta contemporáneo Manuel- del Cabral se ha inspiradocon su "Compadre Mon" en esta tradición popular-v-

Precisamente la deficiencia en esos añus del ejércitocomo organización nacional y aparte, unida a lamultiplicidad de acciones bélicas, causó el que el total dela sociedad se 'militarizara' hasta cierto punto: así como eradifícil trazar el límite entre ejército y ciudadanía COI/lO

instituciones así era difícil hacerlo entre militar yciudadano como personas. El ciudadano tenía equipo ypretensiones militares; el militar tenía comportamiento deciudadano-comerciante al poner en venta sus habilidades.Elementos de la 'cultura' militar se generalizaron por todala sociedad; aún hoy no ha desaparecido el saludo militarentre ciudadanos, que antes era probablemente más COmún:

32 idem, 1, 345, 22!.33 Marti, op, cit., 4S;"Jiménez, op, cit., 24,?

* En 1931 la cabeza del Gral. Desiderio Arias fue ofrecida enMao a Trujillo, quien se mostró disgustado y ordenó unirlanuevamente al cuerpo (Crasweller, R. D.,. Trujil/o, New York, 1966,94).

"Editorial Losada, S.A., Buenos Aires, 4a. edición, 1957

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¡ l lo l a , jefe ~ i Adiós, ge n eral l- -- ¡Qué tal,teniente' '(34).

Vimos que en las últimas dos décadas del siglo todavíahabía numerosos 'generales' con quienes Heureauxmantenía contactos frecuentes. Pero era de esperarse queHeureaux aún siendo él mismo en muchos sentidos encuanto a descendencia, experiencia y actuación, elprototipo del general criollo tratara durante su largorégimen de despojar al aparato militar de sus característicasde 'mercado', de fomentar su profesionalización y degarantizar la lealtad de los militares hacia el Estado-y porlo tanto hacia él , también en sentido organizacional.Seguramen te al principio de su régimen sólo podía contaren parte con esa leal tad, cuando los soldados procedían desu propia región: 'Si Ud. puede traerme en el vapor 30 ó 40militares' así le escribía en 1882 al Gobernador dePuerto Plata, 'tráigamelos; aquí sólo me quedan 22soldados y los 4 oficiales-todos se han desertado cuandose despachó la última guarnición de Santiago. Ud.comprenderá que necesito tener siempre de nuestra gente,pues de estos de aquí no debemos fiarnos'(35).

Muchas dificultades le causaban las irregularidades en ladistribución de las raciones diarias a los militares; en el1887 éstas sumaban $1 para generales, 80 cts. paracapitanes, 70 para tenientes, 60 para alféreces, 30 parasargentos y 20 cts. para soldados(36). En el 1889 Heureauxescribía al Administrador de Hacienda de Monte Cristi:'Con el fin de evitar el abuso de compra y venta de racionesque trae consigo la desorganización al servicio militar, Ud.dispondrá que a cada militar se le entregue su salariopersonalmente o que a presencia de Ud. lo haga cada Jefede batallón a sus respectivos subordinados'(3 7).

Un tal General Yimi [Jimmy'l ) Clark había sidoatraído el ano anterior para organizar de manera experta el'ramo militar'; 'le he recomendado estirpar por completo laven ta de raciones y el fatal sistema de algunos oficiales

34 Jimene z, op. cit., 248.35 Cartas Preso Heureaux, A.C.N., 25 de marzo 1882, al Sr.

Gral., F. Lithgow.36 Libreta de Hacienda, No. 81, A. C.N. 12 de marzo 1887.37 Cartas Preso Heureaux, A.C.N., 24 de abril 1889.

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subalternos de hacer desertar los militares para tener ellosocasión de apercibir la ración en provecho propio, tambiénle he encargado mantener en el mejor estado de decencia ydisciplina a los oficiales y soldados del cuerpo regularpresupuestado'(38). Y aunque el Presidente del CongresoNacional le dijo al Presidente en su Mell.Wlje en el '89: 'Encuanto a la organización del Ejército, vos lo habeis dicho:¡todo está por hacerse! ' y 'La ley de conscripción votada

en esta legislactura puede ser un auxilio poderoso paraemprender esa organización, si otras circunstancias deactualidad ( ...) no impidieran acometer de momento esaardua empresa'(Sv), en los años siguientes huboseguramente algún mejoramiento organízacíonal,

En esto Heureaux se ocupaba del más mínimo detalle:vigilaba la compra de armamentos y escribía personalmenteuna carta de queja al suministrador de los mismos en Lieja;daba órdenes de tomar las medidas de un alférez para suuniforme; antes de realizar un viaje a una región apartadadel país, mantenía correspondencia sobre el equipo de lossoldados que debían acompañarle, solicitando que lecomunicaran por telégrafo si no había suficientes zapatos:en pocas palabras, estaba alerta y daba consejos prácticos:"Téngarne especial cuidado con la tropa de Sarnaná'; asíescribía el 27 de enero de 1899 al Comandante de Armas dePuerto Plata, 'enseñándoles a conservar limpia la ropa y ausar y lustrar el calzado. También es necesario adiestrarlosen los ejercicios militares con todo el tesón necesario, ya queen Samaná se ha relajado la disciplina que antes había (oo.).Cajas no hay pero Ud. puede obtenerlas allá aplicando a losvasos viejos que debe de haber, parches de cuero crudo dechivo'(40).

La naturaleza de los conflictos internos implicaba quelas operaciones militares más frecuentes conservaran sucarácter de plI'rrilla: las órdenes en clave del Cód~()

Telegráfico se referían principalmente a 'pequeñas guerrillasvolantes', 'emboscadas hábilmente combinadas', etc. Unidas

38 Idem, 18 de mayo 1888 al Gral. Segundo Imbert,Vice-Pres..• P. Plata.

39 Actas Congr. Nacional, A.C.N., 27de junio 1889.40 Cartas Preso Heureaux, A.C.N., 18 de-enero 1893 a Srs. A.

Bertrand & Fils, Liége; 17 de dic. 1898; la de enero 1899; 27 deenero 1899.

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a estas ordenes había consejos tácticos para no hacercomplicados planes de ataque pues 'con tropa que no estáperfectamente organizada, nunca dan resultado lascombinaciones complicadas' y consejos psicológicos comoeste: 'No emplee usted en ninguna operación formal lafuerza de ... ; como fue derrotada hace poco, debe estardesmoralizada, prepararle un pequeño triunfo fácil'.También se prestaba atención al entrenamiento teórico:en 1895 se habían impreso 500 ejemplares de U! 'Regla­mento para la instrucción táctica de la Artillarfa deMontaña' (41).

En ese mismo año José Martí observaba uno de los másconocidos batallones organizados bajo Heureaux enSantiago: 'Los soldados, de dril azul y kepis, pasanrelucientes, para la misa del templo nuevo, con la banderade seda del Batallón del Yaque. Son negros los soldados, ylos oficiales: mestizos o negros'(42). Este batallón, formadoen 1887 después de la revolución de Moya consistía enunos 800 hombres, que el pueblo llamaba 'perros de presa'.'El General Lilís (Heureaux), cuando tenía la oportunidadde visitar a dicho Cuerpo, como saludo les decía: "¿Cómoestán mis hijos?" A lo que ellos, muy contentos, lerespondían con el mayor cariño: "Muy bien, queridopapá". El General Lilís no dejaba de ponerles a cada uno ensus manos una moneda de un 'c1avao'. Muchos soldadoseran conocidos en la región por sus apodos: Francisco elConejo, Pedro la Gata, Colá el Tuerto, y el comandanteVictoriano el Prieto(43). En 1896 existía en la capital unHospital Militar(44).

En comparación con las décadas anteriores eraciertamente correcto decir del ejército en 1899 que graciasa 'los mayores recursos' estaba bien organizado, instruido,armado y acomodado y suficientemente pagado(45)..Parecía ser que en los años noventa 'los conatos

41 Libreta de Hacienda no 93 A G N 30 . .1899 . t' .' . , . .., de Juma 1895. En el

eXIS la un semanario para I 'é . 11[Listi'n, 17 de abril 991. e et rctto amado El Pacificador

42 Marn'; op. cit., 40.43 Bueno, op. cit., 384 y sigo

4.4 Libreta de Hacienda, no. 110, A. G.N., 29 de mayo 1896.45 Exposición, 138.

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revolucionarios morían en su cuna y los tantísimosgenerales fueron pasando de moda '(46) Y que el títulohonorífico 'Pacificador de la Patria' (con todas susconnotaciones, también las negativas) había sido otorgado aHeureaux justamente. Hay que recordar, sin embargo, que laorganización castrense creada por Heureaux alcanzó ungrado insuficiente de profesionalización y que, en cuanto alealtad, estaba demasiado atada a su persona para podersobrevivir la caída de su régimen unipersonal. Su muertesignificó el resurgimiento del carácter 'mcrcadero" de la cosamilitar.

2. La marina.

Los procesos de organización, desorganización yreorganización de la Marina eran, como puede esperarse,paralelos a los del ejército. Bajo Santana se fomentóarduamente la creación de lo que era llamado con orgullo laflota dominicana. En 1847 ésta consistía en l fragata con20 cañones, 2 bergantines cada uno con 5 cañones y 7goletas, de las cuales 3 habían sido incautadas departiculares por el gobierno(4 7). Como 'fundador de laMarina Nacional' y comandante de la misma en esos años semenciona al genovés J. B. Cambiase. De los alrededores de80 'próceres de la Marina Dominicana' que mencionaRodríguez Demorizi, había de hecho varias personasdirigentes (Barbara, Corso, Dernorizi, Maggiolo) dedescendencia italiana, así como también era grande lainfluencia curazoleña (Evertz, Glas, Jansen , Naar, VanRheen)(48).

En 1852 se inició la instrucción de Náutica en losColegios Nacionales. De esta Marina que había probado suimportancia también para el transporte de municiones,pertrechos y tropas para el ejército, no quedaba después

46 Martinez, op. cit., 125.47 Guerra Dom.-Haitiana, op. cit., 200.48 Rodriguez Demorizi, E., La Marina de Guerra Dominicana

1844-1861, A cad. Mil. Batalla de las Carreras, A viación MilitarDom., Vol. ¡JI, eau. Monta/va, Cdad. Trujillo, 1958, 177 Y sigo

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de la Guerra de Restauración nada: 'se desarmaron yvendieron nuestros barcos'(dv). En 1877 'aunque no existíaningún buque de guerra', Luperón 'ordenó ( ... ) elreclutamiento de brigadas de marina con su escuelapráctica'(Sü).

Después de otros esfuerzos que tuvieron poco éxito*se fundó en 1894 una Academia de Náutica que cornenzicon 20 alumnos bajo dirección del oficial español LuisMartínez Viñalet. Entre los directores posteriores se hallabaen los años 90 el curazoleño Gerardo Jansen , que tambiénera Catedrático de Matemáticas en el Instituto Profesional yocupó otros puestos importantes en el campo de laeducación(51 ).

En 1893 se creó una Subsecretaría especial para Guerray Marina(52).

En 1889 ya se había comprado el primer buque grandede marina el 'Presidente'; en 1894 llegó el crucero'Independencia' construído en Glasgow y provisto de luzeléctrica. 176 pies de largo 'en corte de yacht'; el vapor deguerra 'Restauración' finalmente, llegó a la capital en 1896también procedente de Inglaterra; 'desplazaba 1.000toneladas, y tenía 3 cañones por banda, I en proa y 2ametralladoras en popa'( 53).

Así, pues, durante el regimen de Heureaux seconstituyó mejor que antes la marina en cuanto a material ydisciplina; aquí también el Presidente mantenía sin embargoun ojo vigilante sobre cada detalle. En 1893 le señaló alcomandante de una operación marítima que siempre debíahaber junto a las piezas de babor y estribor y junto a las

,,IQ informe, op. cit., 340.50 Luperon, op. cit., 1[, 292.51 La Marina de Guerra, op. cit., 262; la notable influencia

curaz oleña en la marina dominicana siguió sintiéndose hasta en elpresente siglo; un curazoleño De Wint fue hasta hace poco UIlO delos principales oficiales de marina,

52 Listtn, 13 de marzo 1893.53 El Eco del Pueblo, 12 de enero 1889; La Marina de Guerra,

op, ci t., 273 y sig.

* Una excepción debe hacerse en cuanto a la Academia deNáutica fundada en 1875, que bajo dirección del puertorriqueñoRomdn Baldorioty de Castro realizó exitosas labores durante algúntiempo, (Penson, C.N" Reseña historico-critica de la poesia enSanto Domingo, S.D., 1892, 25).

; 76

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ametralladoras del 'Presidente' 'la cantidad de proyectiles deguerra necesarios para un caso de urgencia. Todos en suscorrespondientes cajas, cuidando que la lluvia no deterioredichas municiones'(54). El orgullo de la nueva marina, el'Restauración' se perdió en 1899 poco después de lamuerte de Heureaux , cuando un práctico en connivenciacon los revolucionarios lo dejó hundirse cerca de San Pedrode Macorís. Así como el ejército se había 'desmembrado'después de la muerte del dictador, la misma suerte lecupo a la Marina, cuyos otros barcos se perdieron pormal mantenimiento y cuya organización cayó en deca­dencia (55).

8. Ll ardo n público.

'¡';l que dirige el movimiento rci.olucionario desde elex traniero es... Vea a rer qué clase de conducta obsenan sufamilia, umieos .Y parciales: v así podemos saber cuáles sonsus proyectos. Encargue una persona habilidosa. de esas 'l'!"no se meten en política .Y 'l'!" son políticos dI' los pies a lacabeza, para que se acerque a uno de los sospechados vhubilidosamcn te auoriuiie lo que huv'. '¡';s necesartodesarrollar ahora política de atraccion v de benerolencia.Las circunstancias son eminentemente delu-adosv cualquiermedida de [uerz a puede producir una gruuisima alteraciondel orden. Esfuércese, pues, en atraer .Y calmar por elmamen to a los disidentes halagándoles .Y amansándoles demodo de (.\anar tiempo a todo trance, pero es de advertirque l.'sl. no debe obrar de modo que nuestros contrarioslleguen a creer que se les temecv que así aceleremos lo quetratamos de evitar'. 'Por informes confidenciales he sabidoque... está disgustado. Conriane que ed. lo vl'a .Y queprocure contentar/e. Es amigo que no debemos perder'.

'La gravedad de las circunstancias me obliga a decir a

~4 Este comandante era el Gral. M. A. Anderson, Gobernador deSamaná y perteneciente al grupo de Metodistas norteamericanosinmigrantes: Cartas Preso Heureaux, A. G.N, 1J de marzo 1893,

55 Cf. Marrero Aristy, op. cit., 268. 330

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Ud. que ya es tiempo de dar por terminada la polítiéa deatracción y de contemplaciones. Pase Ud. por las armas aquienquiera que intente alterar el orden o inducir a queotro lo altere; y finalmente, a cualquiera que preste recursosde cualquier género a nuestros contrarios para alterar lapaz". 'Es necesario que Ud. capture a... es preferible cogerlomuerto porque ese individuo es una amenaza constante parala sociedad'(56):

Estas órdenes del Código Telegráfico del gobiernorevelan con cuánta profundidad psicológica y también concu án ta dureza el régimen Heureaux persiguió elmantenimiento del orden público con todo lo que ésteimplicaba en cuanto a espionaje, traición, castigo yrecompensa. Como en tantos otros sectores de la vidapública, tampoco aquí Heureaux era un deu ex machina;todas estas actividades habían sido realizadas desde elcomienzo de la República a veces con pasión y a la vez pornecesidad, por todos los gobiernos subsiguientes; sólo es asíque Heureaux logró perfeccionar el sistema de seguridad, ypor lo menos en parte, de codificarlo e institucionalizarlo; aesto se debe en parte la larga duración de su régimen, asícomo esta larga duración fomentó la codificación einstitucionalización. Pero siempre todos los hilos de laorganización convergían en él; él era el único que podíasupervisar la totalidad de las actividades y se ocupaba detodo. Instruía al gobernador F. Lithgow de Puerto Platacómo interrogar a un conspirador: 'Si dice que no ha estadoen contacto con ninguno, es cómplice'; reprende a lasautoridades de Moca porque no fusilaron de inmediato un'enemigo de la situación': 'qué gente tan inútiles esosMocanos ( ...), mejor oportunidad no se presentará nunca';intimida a un general amigo: 'he sabido que Ud. vive la vidadel concubinato, que tiene de querida a una niñita de 15años, qué atrocidad, un hombre tan viejo y tan cargado (oo.)Esto me lo ha dicho el Padre Pichardo ...'; tranquilizaba a suagente Pereyra en Sto. Tomás sobre las actividades de losexilados en Curazao: 'pues tengo un agente entre losmismos enemigos, de primera, y no es cosa fácil dedescubrir'; da 'consejos' a sus ministros: 'Ponga empeño enno arrestar gente políticamente insignificante porque de ello

56 Código Telegráfico, op. cit.

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resultan pocas conveniencias y se aumenta el cuidado quehay que desplegar reprimiendo y vigilando ( ...) Esfuérceseen tratar de conseguir la captura de los prófugos,empleando en todo ello, más malicia, la astucia y actividad,que la misma fuerza ( ...) Las rondas fuertes se mueven contrabajo y con mucho ruido y casi nunca alcanzan su objeto.Las emboscadas y pequeños destacamientos dan másresultado. En política y cuando se altera el orden, casisiempre es necesario cau terizar y después derramar bálsamoen la llaga, es decir, impotentizar a los más culpables ytratar de regenerar a los demás'(57).

Héureaux provocaba intrigas entre los gobernadores ylos Comandantes de Armas y rodeaba a ambos deinformantes leales y según se dice, solía, disfrazado desoldado, irse de viaje para ver si sus órdenes se cumplíanconcienzudamente(58); aunque no podemos creer todo loque dice el prejuiciado Sumner Wellessobre Heureaux, yaunque debemos ver su información de que 'mantenía encada pueblo una querida en cuya casa se hospedaba' y dequien recibía informaciones locales, más bien como unahipérbola poética, no nos parecen ser combatibles sus datossobre la extensa red interna y externa de agentes quecomprendía las principales islas del Caribe y se extendía aNueva York, Londres, Berlín y París(59).

De una organización verdaderamente perfecta no podíahablarse, ni siquiera en los últimos años del régimen, dadoslos muchos obstáculos objetivos, tampoco en lo que serefiere a los servicios formales de orden público -ademásdel espionaje--

En 1898 leemos de la Provincia de Santo Domingo:'La Policía de Gobierno de esta capital (Orden Público ySerenos)llena cumplidamente su cometido, si bien se hacesentir la falta de Reglamentos Orgánicos y de servicios que

57 Cartas Preso Heureaux. A. G.N., 25 de marzo 1882, 14 deabril 1882, 23 de junio 1882 y 8 de mayo 1893a Sr. Gral. Pedro A.Lluberes, Ministro de lo Interior y Poiicia, Bani,

58 Martinez, op, cit..• 125.59 Sumner wettes, op. cit., 1, 488.

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cimenten y faciliten su importante acción, asignandodeberes y responsabilidades. La Policía Municipal ( ...) esventajosamente auxiliada por sus jefes de cuartel yveinticinco celadores. Es de lamentar la carencia de policíaque se siente en muchas de las Comunes. Hay algunas enque no hay ninguno y otras de importancia en que tan sólohay un guardia'. Había también en la Provincia unaPolicía rural, con sus Generales-Inspectores, Inspectores,Alcaldes Pedáneos y Auxiliares, de los que habíarespectivamente 9, 74, 233 Y 96; había finalmente unaMilicia Nacional y un Cuerpo de Bomberos, estos últimostambién careciendo de la necesaria reglamentación (60).

Este es el lugar para señalar cuánto valor se le atribuía ala apariencia externa de los portadores de autoridad y asus servicios, claramente como medio para fomentar ladistancia, admiración y respeto. Ya Luperón se enorgullec íade haber encargado en 1880 'instrumental de la casaLefebre, de París' para las bandas de música de lasprincipales comunes, así como 'uniformes a la europea' paratodos los Cuerpos Militares'(61). También en los añosposteriores sigue poniéndose énfasis en música y colorido.Cada común que se respetaba ponía en lugar predominanteen su lista de peticiones al Gobierno Superior una bandamusical para así amenizar las populares retretas en la plazao el parque. Los batallones y los cuerpos de bomberos (elde Santiago consistía en 1898 en 180 voluntarios) tenían supropia banda, a veces con directores traídos del extranjero.En cuanto a los uniformes, Heureaux se llevaba la palmacon s u a tavío de mariscal francés, sus muchascondecoraciones y su Espada de Honor; pero también losuniformes de gala de sus ministros, confeccionados por unsastre de Madrid, con sus botones encargados en Francia ysus bastones de concha*, ayudaban a subrayar visualmentela importancia de la Autoridad.

órJ Informe Gobernador Civil y Militar al Ministro de lo Interiory Polida, 8 de febo 1898, Actas del Congreso, A. G.N.

61 Luperon, op, cit., 1l1, 39." Luperón deina comprar estos arttculos en el 1882 pero no se

daba prisa; Heureaux le escribió: "Mándeme por Dios mis encargo!"no es posible que en seis meses no fabriquen en Francia seis espadasy algunos botones'. Cartas Heureaux, 12 de mayo 1882, A. G.N.

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4. La justicia.

La organización formal de la justicia estuvo ya muytemprano bien reglamentada. Una Suprema Corte en lacapital con un presidente, cuatro jueces y un procuradorgeneral nombrados por el Senado por cinco años, de unaterna de candidatos presentada por el Colegio electoral; enla provincia o distrito un tribunal de primera instancia conun juez y procurador fiscal designados por el poderejecutivo; finalmente, en cada común un Alcaldedesignado por el poder ejecutivo, que ejecutaba lasfunciones de juez de paz; he aquí el esquema como eraválido a grandes rasgos durante el período quetratamos(62). Sin embargo la calidad de la justicia fuesiempre amenazada por dos factores. Por una parte estaba ladeficiente instrucción judicial que existió largo tiempo en elpaís. Hasta que en 1880 se crearon, en el recién fundadolnstitu to Profesional, cátedras en diversos ramos delderecho, que fueron ocupadas por figuras como Hostos yNouel, el entrenamiento de juristas había sido asunto declases particulares que eran seguidas por un examen ante laSuprema Corte. Sobre todo Carlos Nouel se habíadistinguido durante muchos años como profesorprivado(63), pero huelga decir que en esta forma sólo pocoshabían podido recibir un entrenamiento suficiente y quesólo en los años ochenta pudo mejorar la calidad y lacantidad de los juristas dominicanos, entrenados 'en elderecho francés que ha seguido existiendo en el país desdela dominación francesa.

El otro peligro para la justicia 'independiente' laintervención de terceras personas->, que había sidoobservable desde la creación de la República, ciertamenteno disminuyó en esos mismos años ochenta, es decir,jurante el régimen de Heureaux, aunque se tratógeneralmente de mantener el decoro. Luperón, primero

6Ilnforme, op. cit., 57.63 Cf. Joubert, E.c., Cosas que fueron, Imp. J.R. viuda Carda,

Sucs., Cdad. Trujillo, 1936, 73 Y sigo

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protector, luego enemigo de Heureaux, nunca tuvodificultad, como político sin responsabilidad directa, deconfrontar al Presidente con los ideales del estado moderno.

En los primeros años de su régimen Heureaux todavíase ocupaba de contestarle, aunque no sin lamentarse: 'Ud.tendrá la bondad de perdonarme el que no use la formaordinaria de responder a su carta punto por punto ni a susautorizados consejos, que yo estimo tanto, ni a lasilustradas reflexiones que respeto, ni a sus solicitudes a quecontraigo mi atención', escribía todavía a Luperón en 1888,'No es mi ánimo discutir, pues llevaría la peor parte enrazón de que hay reflexiones que como las de Ud. relativas ala justicia se abren paso por sí solas, en el terreno de lateoría, pero cuando se va a la práctica hay que tropezar acada instante con los inconvenientes que son tan fecundosen este desventurado país (...); la justicia en nuestra tierra,no obstante el empeño que se toman los hombres de buenavoluntad en que sea una verdad no es sino un mito'.Heureaux señalaba en este sentido el trabajo que habíacostado el 'que el Tribunal de Santiago conociera de la causade los Espaillat', miembros de una importante familia de esaciudad que fueron sospechados en el '87 de cometer unatentado contra el Gobernador Miguel A. Pichardo(64).

Efectivamente, el proceso-Espaillat había sido unasunto delicado para Heureaux; le había pedido al propiogobernador que abandonara la ciudad temporalmente,y luego escrito a Juan Tomás Mejías, Ministro de Justicia:'Hágame el favor de convencer a los Señores Jueces deSantiago de que la paz de la localidad (...) depende de cómose conduzcan ellos en este asunto, pues si no condenan a losEspaillats a fin de tener motivo legal para extraerles deaquella ciudad, la guerra será infalible ( ...) Ya yo tengocalada a la Corte (Suprema) y como ellos son conservadoresme han prometido confirmar por conveniencia política elfallo del Tribunal de Santiago, ayer los tuve en casa, DonPedro Garrido se ha portado bien. Espero que tanto elPadre Meriño como el amigo Glas, le serán útil allí, sinolvidar que tanto el uno como el otro a pesar de que estáninteresados por la paz, no pesa sobre ellos la responsabilidad

64 Cartas Preso Heureau x, A.C.N., 5 de.briI1888.

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de sostenerla y quizás piensan más bien con el corazón quecon la cabeza'. Para más seguridad se dirigió-en carta aparteal comerciante Glas: 'Quiera Dios que los Jueces delTribunal se inspiren en lo que convenga! Ellos más omenos deben saber que por conveniencia a la paz de esaProvincia, conviene aplicar aquello de la Escritura: "Si tubrazo derecho te ofende, córtalo y échalo fuera de tí'\65).

Tres veces hallamos en esta corta carta una modalidadde la palabra clave en política y sociedad conveniencia,cuya penetración en la justicia era inevitable. La prudenciacon que el Presidente actuaba frente a los más altos colegiosde justicia se evidencia claramente del hecho de que elcrítico Luperón todavía era de opinión en los años noventaque 'no hay justicia fuera de la Suprema Corte (y algunostribunales de Primera Instancia)' (66).

'Pero en los organismos judiciales de más bajo nivelHeureaux intervenía frecuentemente (usualmente vía elGobernador) en favor del hermano de un general amigo, deun Juez de Instrucción amigo que era culpable de maltrato,etc.; a veces por su intervención se ponía en libertad a unprisionero y se le daba en seguida un empleo; tambiénintervenía cuando le parecía demasiado fuerte un castigo ouna 'patente'* para un amigo pobre: 'Leandro Espino,amigo mío, que ~~:ne un tarantín en esos campos, con unsolo valor de $30.-, allí le cobran $100.- de patente--cómo. es esto, pues yo desearía servirle a este amigo ytendré que ayudarle a pagar', y 'El Señor Rafael Martí meha manifestado que ha sido preso a causa de cinco vacasparidas que debía entregar al Sr. Saldaña. Si esa es la únicarazón que ha tenido Ud., le estimaré que devuelva sulibertad al Sr. Martí, pues ese no es motivo suficiente paraimponerle tal pena'(67). Como se ve en la sección 'AsuntosJudiciales' del Código Telegráfico todas estas intervencionesdebían realizarse con mucho tacto 'de modo que ni se notesu intervención, ni los jueces se sientan lastimados', y se

65ldem, 12 de oct.• 24 de oct., 31 de oct. 1887.66 Luperon, op, cit., IIJ, 303.67 Cartas Preso Heureaux, A.C.N., 20 de mayo 1882, abril

1888, 29 dic. 1892, 7 febo 1893,20 enero 1899,11 enero 1899,23enero 1899.

* En vigor de una ley del 1889 se exigian 'patentes' para poderdedicarse a una profesión o industria.

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tenía en cuenta la posibilidad de resultados negativos de unaintervención.

En la designación 'de jueces la influencia del PoderEjecutivo tampoco era ilimitada; a su leal colaborador Gral.Pedro Pepín, gobernador de Santiago (descrito por SumnerWelles, no sin prejuicios, como 'un negro analfabeto, ferozy cruel en todas sus empresas')(68), Heureaux le escribía el6 de febrero 1893: 'Tú tienes gran culpa en el.nombrarniento de Polanco. El Colegio Electoral envió susternas y allí debías estar bien representado para que en ellasno figure aquel que a tu juicio no debía convenir.( ...)Contra mi querer fue' nombrado Luis Pichardo, Presidentedel Tribunal de Moca, contra mi querer se nombró elpersonal del (Tribunal) de Azua, compuesto en su totalidadpor enemigos míos'.

A veces surgían curiosos tribunales 'autónomos': ' ... alpie del Santo Cerro, en la Provincia de la Vega existe unTribunal de sangre en la casa del Alcalde José Taveras,donde tiene cepos y cárceles para poner presos hombres ymujeres. Dícese que los presuntos reos son llevados aaquella Inquisición de nuevo cuño y ante la dicha autoridady un secretario que le asista, se dan torturas a las víctimas yotros tantos tormentos, hasta que aquellas confiesen lo queel tribunal de sangre desea; tribunal que lo f01111an otroscompañeros del Alcalde dicho'(69).

Pero también los organismos judiciales oficialesconocían ráfagas de crueldad: en 1893, en un San Pedro deMacorís en plena actividad azucarera y con muchosinmigrantes-aventureros, había aumentado mucho elnúmero de asesinatos; ' ...ni los Alcaldes Pedáneos se atrevena remitir los testigos presenciales del crimen ( ... ) ni éstos seatreven a declarar por temor de que el culpable vuelva a lalibertad y sacie su venganza sobre ellos como varias veces haacontecido'. Por ese motivo, y por la inminente 'gran zafra'se reunieron autoridades judiciales y gubernativas ydecidieron fusilar sin más a los sospechosos. La SupremaCorte, sin embargo, desaprobó esta propuesta e••• a fin deborrar el estigma ( ...) que le hacía perder a la República ( ...)su rango de civilidad, para colocarla en el número de esos

6S Sumner Welles, o p. cit., JI, 13.69 El Eco del Pueblo, 24 de julio 1889.

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pueblos desgraciados que vegetan en la barbarie y sonregidos por la fuerza'. En los años siguientes siguió enaumento la criminalidad en esta región: en 1899 elCongreso Nacional prohibió la importación de revólveres enese Distrito y, se exigió de los comerciantes en licores unimpuesto de $300(70).

Más arriba mencioné la intervención de tercerasper.HJnas en las actividades del poder judicial. Pues seríaincorrecto enfocar exclusivamente la influencia de parte delpoder ejecutivo. Ya sólo la estructura 'patronal' de lasociedad implicaba el que también otras personas y gruposestuvieran constantemente activos interviniendo a favor desus protegidos; en lo que se refiere a las agrupaciones'apolíticas' debemos pensar en primer lugar en la Iglesia y laMasonería; en cuanto a esta última Deschamps observaque muchas veces lograba 'devolver al hogar al prisionero'uobtener 'perdón para el condenado'(Z l ).

En 1897 las autoridades judiciales de la provincia deSantiago conocieron 18 causas civiles, 2 causas comerciales,11 causas criminales y 58 causas correccionales(72). Comoes de esperarse, sólo una pequeña parte de los crímenesllegaba a presentarse ante la justicia; la organización policialestaba lejos de bastar para investigar todos los crímenescometidos en el campo; además los campesinos no queríancooperar: 'oo. como testigos (oo.) hablan demasiado peroniegan haber visto 10 que vieron y oído lo que oyeron (oO.)Vieron la víctima en el suelo, mas no la vieron caer (oo.); elque mora en el campo debe estar bien con todos. De ahí locariñosos que son '(73)*

Había muchos robos: 'así como casi todos van algobierno para robar, así casi todos 10s habitantes de campoy suburbios van al conuco ajeno o al patio vecino a hurtar.De donde ni la ratería, ni el abijeato parecen delitos ( ...)','

70 Listtn, 1 de nov. 1893, 16 de febo 1899.71 Descnamps, op. ctt., 1 9 7.

72 Informe Gob. Civil y Militar, enero 1898, op. cit., A. C.N.73 Jiménez, op. cit., 1, 68... En disputas civiles los campesinos frecuentemente buscaban

justicia ante el 'consejo rural', una 'autoridad moral' reconocida porellos mismos en su región, a quien presentaban sus asuntos deherencia, etc., Jiménez, op. cit., 1, 277 Y sigo

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escribía Hostos, observando que en estos delitoseconómicos pocas veces se recurría a la agresión armada. Elarma, en manos de tantos, se usaba sin embargofrecuentemente .en todo lo que pareciera un ataque a ladignidad propia: 'una palabra, un gesto, una mirada ( ... ) unalarde de valor, una envidia incubada ...', de modo que debíatenerse mucho cuidado en las relaciones sociales con 'laignorancia armada' (74). Federico García Godoy,gobernador de la provincia de La Vega en 1890, no buscabaen primer lugar la explicación de esta agresividad en laignorancia; hablaba de 'la tendencia funesta,(particularmente en estos pueblos de origen ibérico), aresolver por medio de las armas cuestiones que sólo puedeny deben dilucidarse en la escena pacífica y serena deldcrecho'(7 5) Ysu énfasis en la herencia cultural se pone derelieve cuando vemos cuánta agresión, también entre losmiembros de la élite urbana, tenía la muerte comoconsecuencia. Así adquiere valor casi simbólico la noticia enel periódico de que en la sociedad La Esperanza de la Patrialos jóvenes Soriano y Deetjen 'con ocasión de un disgusto'se habían ido a las arruas, resultando muerto el primero,como también el hecho de que el segundo fueraabsuelto(76).

Tratemos de recapitular algunas conclusiones en loscambios observados en los aparatos de sanción.

En lo que respecta al ejército, la marina y la policía, esnotable la fluctuación en el grado de su organización. Loque Santana creó en el per'íodo 1844-1860 se perdiódurante la Guerra de Restauración, siguió ausente durantelos veinte años subsiguientes y sólo Heureaux en el período1880-1900 pudo reorganizado con más medios y por lotanto de manera más imponente, aunque no pudo evitar suposterior decadencia. El que los largos regímenes de fuertescaudillos signifiquen generalmente una eficienteorganización militar, es cosa conocida. Pero es útil observarque este aparato militar es en igual medida el 'resultado'como la 'causa' de su largo régimen.

74 Hostos en Sto. Dgo., 1, ap. cit., 287 Y sigo75 Mensaje Gob, Prov. La Ve¡¡a a Ciuds. Diputados. Actas del

Congreso, No. 99; 1890, A. C.N.76 El Eco del Pueblo, Santiago, 26 de mayo 1888.

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Para los aparatos militar y policial, tanto como para lajusticia puede decirse que en las últimas décadas del sigloXIX estaba aumentando su profesionalización y laconsolidación de sus estructuras en que se ponían menos derelieve las características de 'mercado'. Como la lealtad anteel 'estado' era idéntica en la estructura patrimonial a lalealtad ante el caudillo, no causa sorpresa el que ladesaparición de este último causara grandes daños a laorganización creada. Esto vale sobre todo para el aparatomilitar, que todavía estaba tan íntimamente ligado al sectorpolítico de la sociedad, que el resurgimiento deagrupaciones políticas activas tenían que causar uninmediato desmembramiento de la armada según lasdelimitaciones políticas, resultando en un renacimiento delcarácter 'mercadero', Para la justicia la caída del caudillofue menos fatal, porque sus símbolos de lealtad estaban másbien unidos a un conjunto formal de reglas jurídicassacrosantas, que los propios juristas podían adaptar poco apoco a la cambiante situación. Aunque la profesionalizaciónde los juristas no fuera realmente completa, la separaciónformal entre poder judicial y ejecutivo, más el respeto porla 'alta' y difícil actividad judicial, en comparación con laactividad armada de que casi todos se ocupaban, hicieronmás estable la organización judicial que la militar *.

Eso también valía durante el régimen de Heureaux.Pero era sólo una diferencia de grado: siempre lascaracterísticas estructurales y culturales típicas de la sociedaden conjunto -patronaje, personalismo- siguieroncorroyendo los ideales perseguidos de 'objetividad' yeficiencia en las actividades militares, policiales y jurídicas.Cabe preguntarse si, en comparación con las sociedadesnorteamericana y europea de entonces, esta corrosión eraextraordinariamente notable.

" Además rl todo régimen la posibilidad de reVuelta del poderiuatciat es reducida, de modo que aquila flexibilidad es asunto de'conveniencia '.

un

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VI. CAMBIOS EN LAS IDEAS Y ESTRUCTURASPOLlTICAS

l. El debate sobre lo ideal y lo realizable.

'Pueblos de nuestro origen (latinoamericano) hay quenan hecho revoluciones costosas, luctuosas y retrógradas,con el exclusivo objeto de ponerse a la altura del gobiernohíbrido de Inglaterra, y en copia de la Repúblicaparlamentaria de los franceses', escribía Hostos en 1900cuando, después de la muerte de Heureaux, se discutía unode los numerosos proyectos de constitución. Lassugerencias positivas de Hostos (un consejo presidencial,autonomía comunal y provincial) delataban tal vez sumentalidad poco práctica, pero su rechazo de 'lastradiciones constitucionales de procedencia europea quehan concluido por amojamar a nuestras sociedades' sefundamentaban en un lúcido análisis de la realidad y las doscosas, su sugerencia para nuevos experimentos políticos ysu rechazo de modelos importados y admirados, se basabanimplícitamente en la idea de que la cultura y estructurapropias de la sociedad, demandaban instituciones politicaspropias (1).

Hostos era lo suficientemente idealista para pensar queestas instituciones propias podrían ser creadas por una élitecientífica autóctona; después de su surgimiento, éstas

1Hostos en Sto. Dgo.• /1, 57 Y sigo

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mantendrían las libertades humanas y políticas en forma nomenor, pero sólo diferente, de lo que era el caso de laEuropa Occidental.

Bonó, el sociólogo criollo, menos cosmopolita queHostos, pero tal vez por eso con una noción más realista delo factible, abandonaba todo idealismo y creía en undeterminismo social-histórico: el período colonial habíasido 'rotundamente despótico'; la dominación haitiana lohabía sido también en forma moderna: la dictadura militar;la primera República (1844-1860) sólo pudo combatir aHaití 'al condensar la misma dictadura', mientras que laRestauración 'desquició todas las jerarquías tradicionales,las intermedias, e hizo ingresar en la dirección del paíselementos nuevos que han suscitado la anarquía en la esferasuperior de la sociedad'; así, dice Bonó, la sociedaddominicana estaba organizada para el despotismo; lesacontecimientos posteriores han acabado de pulir dichaforma y 'tendremos, mal que nos pese, rebeliones y másrebeliones; dictaduras y más dictaduras; porque, además deSer el remedio universal a que han apelado pueblos yGobiernos en las horas supremas de su existencia, losnuestros no se prestan para otro'. Lo que falta es 'unidad,homogeneidad en el impulso social'. Lo único que puede'impedir que 'las dictaduras no ahoguen a los dictadores, y la,anarquía no destruya a la República' es 'transacción' entre'pueblos y gobiernos, entre clases y partidos(2).

Luperón, quien más que los dos anteriores, era unhombre de acción política, pero a la vez uno, que no quisocam biar su posición protegida en Puerto Plata por losriesgos de una presidencia en la capital, y que prefirióescoger como director de un movimiento político las fichasque debían gobernar el país en su nombre, demostraba ensus escritos y discursos una ambigüedad pronosticable; poruna parte gustaba de posar como altruista e idealista, que yacubierto de gloria como héroe de la Restauración, queríaempujar rápidamente a su país hasta el nivel político de laEuropa Occidental.* Por otra parte se muestra un hombreque conocía cabalmente las limitaciones de su propio

2 Bo 11Ó, op. cit., 228.* 'CIl pro de la dernocracia. como ell EE. UU., Suiza, Dinamarca,

Holanda y Bélgica (C]. pp. 11-15, Luperon, op. cit. 11),

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medio. Al rechazar en 1876 la candidatura a la presidencia,escribía: ' ...y como sería necesario o emplear el machete, omanejar la intriga, y de cualquiera de esos modos dejaría yode ser digno de la presidencia, antes de llegar sin dignidad aella, me quedo con ten to con mi dignidad en casa'. Ycuando Espaillat, el farmacéutico santiaguero orientadohacia Europa, que fue elegido Presidente en ese año, habíasido depuesto al poco tiempo, Luperón observó conescepticismo: 'Espaillat no era buen Presidente, porque eraleal, honrado y moral, y no era despilfarrador ni traidor.Esta es una verdad dura y severa, pero es verdad'. A la vez,sin embargo, acusaba al presidente González de que segúnéste, 'nuestra Constitución encierrra dos Constituciones enuna: la una ( ...) con la libertad escrita, y la otra con la tiraníainédita'(S). Casi veinte años después, cuando ya habíaperdido toda su influencia sobre su protegido originalHeureaux, y viviendo en exilio en Santo Tomás, restabanaturalmente poco de su idealismo: la América Latinaconsistía, según él, de 'repúblicas sin republicanos, peorgobernados que en tiempos de los virreinatos, sin fijarse enla acción progresiva de los principios democráticosmodernos'(4).

Así las ideas políticas oscilaban entre realismo eidealismo, entre lo que parece posible aquí y lo que eraadmirado en otra parte. El uso, a veces simultáneo, de dosmarcos de referencia, el criollo y el extranjero-moderno,llevaba aún a los más liberales entre los políticos a unaforma de esquizofrenia política. El derecho de revoluciónera reconocido en todo momento, incluso cuando se tratabade gobiernos electos. El político 'liberal' Deschampsexpresaba la opinión general cuando escribía (sinreferirse a ningún asunto de actualidad): 'La revolución esun derecho ( ...). Los congresos y los gobiernos no son, pues,sino emanaciones del pueblo, yen tal concepto, cuando losco ngr e so s y los gobiernos no están atentos a lasinspiraciones de la universalidad de los ciudadanos', éstostienen el derecho de revolución(5). Esta idea de soberanía

3 Luperán, op, cit., Il 280 Y sig., 328, 275.4/dem, /Il, 330.5 La República, periódico independiente, Director Eug.

Deschamps, Santiago, 2/ de febo /885.

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popular total, que naturalmente podría hacer caer a losgobiernos vía los portavoces dirigentes, la hallamosclaramente en las proclamaciones de rechazo de presidentes(con frecuencia llamadas Manifestación popular): en ladeclaración contra Pimentel del 4 de agosto de 1865 sedecía: " ...desde este momento desconocemos la autoridaddel General Pedro Antonio Pimentel, como perjudicial a losin tereses de la nación, y en el ejercicio de nuestra soberaniainvestimos de plenas facultades al benemérito General JoséMaría Cabral, para que inmediatamente, como "Protectorde la República" tome el mando supremo'(6). De manerasimilar 'varios ciudadanos' solicitaban regularmente a uno uotro compatriota hacerse cargo de la presidencia. Algunasveces se les pedía incluso, convertirse en dictadodvitalicio)- como a Luperón en el 1866 y el 1879-, término queobviamente carecía de connotaciones negativas, encon traste con el término tiranía, aunque generalmente no seponía en claro en qué consistía la diferencia objetiva entrelas dos formas de gobierno. 'Las necesidades de la guerra(de Restauración) y sus peligros habían impuesto ladictadura de los gobiernos que se sucedieron durante sucurso, escribía Luperon, pero jamás la tiranía, que enninguna circunstancia se puede justificar'(7).

2. Los partidos politicos:

En los decenios siguientes a la segunda independenciade España (1865), hay con tinuamen te evidencia de laexistencia de dos grandes 'partidos', que eran llamados losazules y los rojos; el primero de los cuales era tambiénconocido como Partido Nacional o Liberal. Estos partidosse basaban en origen, hasta cierto punto, en los dos grandescaudillos de la primera República, Santana y Báez. Losrojos eran baecistas que actuaban también después de 1865-y algunas veces con éxito··· en pro de un retomo al poderde Buenaventura Báez; los azules eran los antiguos

6 Luperon, op. cit., l. 348 (bastardillas m{as. H ..'-I.).7 Idem, 1.341.

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seguidores de Santana, que había fallecido entretanto,aumentados con un grupo de líderes político-militares delCibao, surgidos durante la guerra de Restauración, comoLuperón, y además, por lo menos al principio, de seguidoresdel general sureño José María Cabral; ya desde muytemprano, Gregario Luperón se manifestó como el líder deeste grupo: en 1868 se proclamó Jefe del partídotS), y suautoridad se mantuvo intacta hasta los años ochentaaunque hubo tentativas de quebrar su influencia: cuando en1873, hacia finales de los 'seis años' de Báez, surgió ciertodescontento dentro de las filas rojas, éstas obtuvieronapoyo de miembros prominentes del partido azul, que semostraron dispuestos a romper sus lazos con Luperón. Estegrupo de descontentos rojos y azules apoyó la -exitosa­revolución del gobernador de Puerto Plata, González, y fuellamado en el lenguaje popular el partido verde. Muypronto, sin embargo, la oposición a la presidencia deGonzález condujo de nuevo a un reconocimiento delliderazgo de Luperón y, en 1876, a la caída de González;luego la mayor parte de los verdes se dividió de nuevo en trerojos y azules. Después del corto gobierno de Espaillat , lapresidencia recayó brevemente en manos de Conzálcz ,quien se vio obligado en el mismo año a entregársela a Báez.el dirigente de los rojos; en 1878 éste tuvo que escapar aPuerto Rico a raíz de una revolución, el líder en el Sur deesta revolución, general Guillermo, se proclamó jefe de unGobierno provisional en la capital; simultáneamenteGonzález. que se había congraciado con Luperón , dirigía unGobierno provisional en Santiago; con ayuda de LuperónGonzález ganó las elecciones, pero su negativa de nombrarcomo gobernador de Puerto Plata a Ulises Heureaux ,hombre de confianza de Luperón , condujo a una revoluciónque. dirigida nuevamente por Luperón, produjo en 1878 unGobierno provisional en Puerto Plata. en que ocupabancargos importantes los protegidos de luperón: Heurcaux ,Fed. Lithgow, Alfr. Deetjen ; sin embargo, también elgeneral Guillermo, oriundo del Este del país, se habíalevantado en armas contra González, tomando posesión deSanto Domingo; en 1879 fue proclamado, después deelecciones. Presidente Constitucional. Guillermo había sido,

8 Swnmer lI'elles, op. cit., 331.

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igual que su padre, un leal general de Báez y podía serconsiderado como rojo; era de procedencia socialsumamente humilde y debe haberse sentido amenazado porel general Manuel Cáceres, cibaeño de más educación. queera considerado en su región como el sucesor de Báez.Cáccres fue asesinado durante el Gobierno de Guillermo;fue sólo una de las atrocidades de su régimen", De nuevo el'soldado de la democracia'. Luperón, proclamó unarevolución, que con ayuda de Heureaux condujo a la fugade Guillermo a Puerto Rico y al establecimiento en 1879 deun Gobierno provisional bajo Luperón en Puerto Plata, conHcurcaux como delegado en la capital. Al rechazar Pedro F.Bonó la candidatura a la presidencia que le había propuestoLupcrón, éste eligió al Padre Fernando Arturo Mcriño ,prelado de gran influencia y considerado como azul, quegobernó de 1880-1882 y que fue seguido por Ileureaux( 1882-1884) con el vegano Casimiro N. de Moya comoVice-Presidente. Este era el 290. Gobierno del país desde el1844.

Hasta aqu í esta seca enumeracion que sirve paraconstatar que después del 1874 el partido rojo no pudodisponer de líderes de importancia nacional, aunquesiguieron ex isticndo, al nivel local, rojos importan tes comoManuel Ma. Cauticr, en la capital, y Generoso Marchena, enAzua; que Luperón parecía tener la influencia decisiva en elnombramiento de candidatos presidenciales 'azules'

Espaillat, Meriño, Heureaux - y que también podíadeterminar el destino de presidentes menos leales

Conz álcz , GuiJlenno-; y que en estos años estabaaumentando la importancia de Heureaux -como ministro.como Delegado del Gobierno>, hasta culminar con unapresidencia en 1882. Las lealtades regionales continuaronsiendo elemento de importancia en la elección depresidentes. Ya en los años sesen tao la supremacía políticadel Cibao había creado temores en el Sur de Que la caoital

* Algunos ven en ese asesinato la mano de Heureaux; Heureauxfué asesinado en 1899 por Ramón Cdceres , hijo de Manuel; (cf.Troncoso Sdnchez; P., Ramón Cdceres, Edit. Stella, Sto. Dgo., 1964,que considera esta suposición inmotivada).

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tuera trasladada a Santiago(9); y en el 1882 Lupcrón fueadvertido por Bonó de que hace cuatro años que el Cibaodomina rotundamente y Santo Domingo no está tanacostumbrado a semejante dominación declarada. para quelo soporte pacíficamente por más tiempo', agregandoluego la interesante idea de que eran justamente los nuevosingenios azucareros que habían surgido. los que ledificultaban al Sur más que antes. levantarse en armas (10).Pero esta creciente importancia económica del Sur hacíamás necesario que antes a los cibaeños el 'transigir' con elSur; en esta conexión, Bonó hablaba también de lanecesidad de transacciones con los verdes y rojos, cosa queparece abogar por la tesis de que en el sistema de partidos.las divisiones geográficas tenían cierta importancia. por lomenos en el sentido de que. aunque los dos grandes partidos

los rojos y los azules- tenían seguidores en todas partesdel país, los líderes azules proced ían principalmente delCibao y eran dirigidos en la persona de Luperón, desdePuerto Plata. La necesidad de 'transacciones' enfatizada porBonó. fue vista también claramente por el puertoplateñolIeureaux. En la medida en que éste iba obteniendo ciertaindependencia de movimiento como hombre fuerte,aumentó su tendencia a escoger colaboradores de diversastendencias políticas y procedencias geográficas, y ricocorsa.cosa que condujo al final de los años ochenta. comoveremos. a un rompimiento con Luperón. Por eso estentador ver la pérdida de poder político de Luperón enesos años y el surgimiento y larga duración del régimenlIeureaux, que halló sus bases financieras cada vez másevidentes en el Sur, no como un accidente histórico. o sólocomo prueba de deslealtad, o como choque entrepersonalidades, sino en relación con los cambioseeonómicos que se realizaron en ese período de laRepública.

Por cuanto cabe analizarlos, los partidos políticos noconocían ninguna organización formal. ni directivas. niregistro de miembros. ni reuniones formales, ni estatutos,Las decisiones eran tomadas por el caudillo del partido.generalmente después de consultar con los 'pro-horn brcs

y Informe, op, cit., 542.10 ['/IIÓ, op. cit.. 461.

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regionales, entre ellos comerciantes, generales eintelectuales. Veamos brevemente a manera de ilustracióncual fue el proceso de toma de decisión cuando se solicitó aPedro F. Bonó nuevamente-ahora en 1884 que sepresentara como candidato a las elecciones presidenciales(invitación que por lo demás, fue rechazada de nuevo porél). Salvo una sola excepción --una carta del intelectual M.A. Cestero, de la capital, toda la correspondencia recibidapor Bonó en relación con este asunto procedía del Nortedel país. En octubre de 1883 el sacerdote de habla francesa,J. F. Cristinacce, le escribía desde Puerto Plata: 'estoyautorizado de parte del general Luperón, su amigo y mío,decirle que en las próximas elecciones Ud. es su candidato yel candidato de todos sus amigos ...': en noviembre, Luperóninsistió que Bonó tomara una decisión; 'de todos lospueblos de la República, los ciudadanos más importantesme piden que señale el Candidato que debe ser Presidente';más tarde, en ese mes, Luperón volvía a escribirle,señalando las 'ambiciones bastardas' y 'pretensionespeligrosas' de otros, e instigaba a Bonó a ponerse enactividad; 'vaya Ud. a Santiago, publique su programa',pidiéndole sin embargo dejar intacta en su 'sistemagubernativo' la vice-presidencia. 'pues este puesto lonecesitamos para colocar a uno de los candidatos más seriosdespués de Ud.'. Luego de otra carta del Padre Cristínacce,Bonó recibió en enero 1884 una carta muy confidencial deun miembro de su familia, el importante comerciante J. M.Glas, de Santiago, en que éste le comunicaba que Luperón,en una reunión de 25 individuos, había abogado por lacandidatura de Bonó. En esta reunión, el general Heureauxhabía señalado que el caudillo de la Línea Noroeste, generalBenito Monción, había declarado que 'ya la voluntad deLuperón se había hecho varias veces, que ahora le tocaba a ély que él quería a todo trance se nombrara el (general)Segundo Imbert', de Puerto Plata. El propio Glas habíapropuesto en esa reunión que todos los candidatos delpartido azul debían reunirse en Santo Domingo, para juntocon 'los pensadores más sensatos e ilustrados de allí' y paraevitar conflictos, señalar una figura de compromiso cuyonombramiento, antes de ser publicado, debía ser propuesto'a los pensadores más connotados de la República'. Elpresidente Heureaux había dicho en privado 'que no estaba

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por ninguno de los pretendientes, ni por candidatosenteramente civiles'. Esta preferencia de Heureaux por unpresidente militar fortificó sin duda la decisión de Bonó derechazar la candidatura. Al mes siguiente, Luperón escribíade nuevo que 'su candidatura ha sido bien acogida por loshombres de alguna importancia de todos los pueblos de laRepública, a quienes he escrito proponiéndola y aceptadade lleno por la opinión pública, casi general', y al díasiguiente escribía: 'Ud. no conoce las maniobras de losambiciosos que siempre son perniciosos. Ud. no estáaguerrido con sus luchas, déjemelas a mí y respondo deltriunfo'. Al día subsiguiente, el Padre Cristinacce trataba dedespejar el evidente temor de Bonó por la oposición deHeureaux: 'El pequeño entourage de Lilís pesa poco en labalanza'. EI17 de febrero, Bonó -recibíó una carta de J. M.Glas en que éste le comunicaba que iba a retirarse de laescena, ahora que no había certeza de la candidatura deBonó. El 18, Bonó recibió una carta de W. Quesada enPuerto Plata, opositor de Luperón, quien señalaba que estemismo siempre había tenido la prudencia de rechazar lapresidencia.

Después,de una tardía carta animadora del Dr. rió yBetances de Samaná, el Padre Cristanacce describíabrevemente en abril la situación que había surgido despuésde la negativade. Bonó: Luperón parecía ahora apoyar lacandidatura de Imbert, de Puerto Plata, en contra de la deMoya (de La Vega) y Billini (de la capital)(II). Es, pues,claro, que la torna de decisiones dentro del partido estabareservada a pocas personas; a un candidato como Bonó seconfiaba gustosamente la elaboración de un programa-pero el caudillo vigilaba la ocupación de ciertos puestosclaves que en realidad siempre eran ocupados por el mismopequeño grupo de pro-hombres. Por lo demás, fue en esteaño 1884 en que el partido azul se presentó por primera vezcon más de una candidatura, cosa que ya indica eldebilitamiento del poder de Luperón. El conflicto dentrodel partido entre el tradicionalmente poderoso Norte y elsurgiente Sur-Este fue marcado aún más claramentecuando Imbert y Moya combinaron sus candidaturasoponiéndose a Billini, quien estaba secundado por WOSS){

11 Bonó. op. cit.• 472 Y sig."

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Gil, procedente del Este; esta última combinación llegó alpoder. Diversos historiadores, entre ellos Sumner Welles(12), ven en esta desintegración del partido azul única yexclusivamente la mano de Heureaux, quien la habríaprovocado por medio de manipulaciones hábiles. Esto meparece demasiado honra para el astuto general, aunque escierto que él eligió en pro de Billini-Woss y Gil. después dehaber visto que Luperón apoyaba la candidatura contraria.Sin ernbargoval tomar esta decisión, Heureaux se hallaba enla excelente compañía del influyente Padre Meriño, élmismo procedente del Sur, y no sorprende que Luperónviera en Meriño un mayor culpable que en Heureaux: ' ...elPartido que luchó contra España en defensa de laindependencia de la Patria, llamado Partido Nacional.Liberal, sólo reconocía por jefe a Luperón, desde 1863hasta las elecciones de BilIini en 1884, en las que elrespetable Doctor Meriño, saliéndose de la disciplina de laagrupación que le había llevado al poder supremo de laRepública y más tarde al Arzobispado, presentó a BiIlinipor candidato, y junto con Heureaux lo hizo triunfar,prescindiendo completamente de todo acuerdo con el jefedel partido'( 13). En 1886 se presentaron nuevamente doscandidaturas azules; Heureaux-lrnbert y Moya-Billini; estave: Luperón se dio cuenta de que tenía que apoyar alcandidato de mayores posibilidades. Cuando, después desalir Heureaux ganador, Moya se levantó en armas, elprimero supo quebrar definitivamente su grupo deseguidores, iniciando así formalmente su dictadura, queantes había ejercido tras bastidores. El período presidencialfue prolongado a cuatro años en 1888 y se sustituyó elsistema de elecciones directas por uno de ColegiosElectorales que eran más fáciles de manipular.

Lis elecciones de 1888 llevaron por primera vez aLuperón, en un desesperado intento de mantener suinfluencia. a presentarse como candidato presidencial; porprimera vez también se formalizó la lucha de poderes entreél y Heurcaux, cuando éste se presentó también como

12 summer \Ve/les, op. cit... 430)' sigo13 Luperon, op. cit., ut, 182 Y sig.En abril 1884 hab ia rumores

de que Meriño apoyaba a Billini a cambio del arzobispado (LaRepública, 30 de abril 1884).

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candidato, y ganó. Poco después Luperón abandonó el país,para combatir como opositor de Heureaux su régimen desdeSto. Tomás. Al final de su vida, en 1896, fue visitado pOIHeureaux, quien le hizo regresar a Puerto Plata, donde suentierro fue organizado por el dictador con gran pompaoficial.

Aunque ya en el primer gobierno de Heureaux(I882-1884) algunos 'rojos' prominentes como WenccslaoFiguereo y Generoso de Marchéna habían sidoincluídos(l4 l, cosa que debió haber sucedido con el vistobueno de Luperón, éste vio sobre todo en la composicióndel gabinete Billini las señales de una creciente penetraciónde estos 'rojos de fama': 'Mientras les decían a los azulesque eran azules, procuraban colocar bien a todos los rojos yhacer desprestigiar y perseguir a muchos verdaderos azules.Así se vio al señor Gautier, jefe de un grupo rojo, instruir aMarchena para que trabajare en la división de Heurcaux yLuperóri'. Luperón hablaba, por eso. amargamente de 'unplan desconocido ( ... ) en beneficio de una oligarquíafunesta' (15 l. Así, la colaboración de Heureaux con rojosprominentes cuyo líder Báez había fallecido al comienzode los años ochenta- y con los restantes del partido verde,entre ellos el ex-presidente González mismo, formaba uncontrapeso contra la estructura de poder tradicional delpartido azul. De hecho, también los antiguos colaboradoresimportantes de Luperón en Puerto Plata y Santiago vieron-sobre todo después del fracaso de la revolución de Moya en1887, una de las pocas revoluciones fracasadas del Cibao-,que su futuro político estaba con Heureaux: ' .. .Ia mayorparte de los horn bres principales que dirigían la revolución(de Moya) en la provincia de Santiago (... ), cuando sereunieron en casa de don José Manuel Glas, en un banqueteque este señor dio al general Heureaux, se deshicieron enelogios para Heureaux, declarando a éste que, dada supopularidad, no debía seguir dependiendo de los consejos yde los dictámenes de Luperón, aconsejándole que obrara porsí solo y ofreciéndole su apoyo, el señor Glas a la cabeza'; a

14 Summer Welles, opto cit., 421,15 Luperán, op. cit., 421. .

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lo que agregaba Luperón: 'Pero no hay por qué extrañarsede este suceso; de iguales inconsecuencias está plagada lahistoria dominicana'(l6).

Es difícil contestar la pregunta de si entre rojos y azuleshubo alguna vez diferencias claras en programas oideologías. El que sólo los rojos fueran 'anexionistas', comose aseguraba a veces, es difícil de comprobar; el que losazules representaran espíritus más liberales es hasta ciertopunto plausible, pues el Cibao, donde como hemos vistoeste partido estaba fuertemente representado, contaba entresu élite política un número de hombres que por sueducación estaban muy orientados hacia Europa. Tambiéndebe señalarse la influencia del cosmopolita Hostos y deBetances en este grupo, Luperón incluso. En la prácticapolítica, sin embargo, estas ideas elevadas tenían pocaoportunidad de realización; la rápida caída del progresistaEspaillat fue sintomática de la situación e hizo que durantemucho tiempo varios intelectuales de ideas similares -entreellos Bonó- se resistieran a lanzarse a las luchas políticas.Los 'doctores' dependían de los 'generales' y el intelectualorientado hacia Europa tenía que darse cuenta del materialhumano disponible, de la estructura y cultura propias de supaís. 'Si me hubieran elegido presidente', así suspirabaBonó, '¿cuáles habrían sido mis ministros de Estado, misjefes comunales, mis gobernadores y mi Congreso? Losmismos hombres de antaño y de hoy. ¿Y cuando yohubiera podido mejorar esta máquina enmohecida y fuerade servicio, habría podido hacer comprender a las gentesque se consideran sabias y que dirigen esta sociedad queellos no son más que ignorantes y corrompidos? (...) (LaRepública Dominicana) no tiene las condiciones necesariaspara ser autónoma bajo el estandarte democráticopuro'(I7).

FueLuperón quien trajo de uno de sus viajes europeos.el término 'socialismo'; en su autobiografía lo usa una vezen sentido positivo al señalar que la República, 'tal como lahicieron sus fundadores, es despótica y opresora, la nación,tal como la ha hecho la Providencia, es socialista, a tal

1ó Luperon, ibid., 225.17'Bon6, op. cit., 517 Y sigo

?OO

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ex tremo que cincuenta años de suplicios no han bastadopara destruir la igualdad social'(18). Pero usa el término ensentido negativo, refiriéndose a un grupo de puertoplateños,dirigidos por su antiguo amigo Juan V. Flores, quecriticaban la Compañía de Créditos (en que Luperón teníaintereses), llamándoles 'comunistas, socialistas yanarquistas'(l9); yen sentido igualmente negativo escribíaen 1885 a su amigo Valverde: ' ...Hoy los socialistas y losvisionarios pululan en toda la República, predicando en sushojas doctrinas desmoralizadoras y la guerra social'. Elperiodista 'liberal' E. Deschamps consideró esta expresiónlo suficientemente curiosa para publicarla en su periódicoLa República: confesaba que primero había tenido quebuscar en un diccionario la palabra socialismo, pero,naturalmente, Luperón acababa de regresar de Europa... EnSanto Domingo estos nuevos términos no tenían sentido,escribía Deschamps, aquí sólo había dos partidos: lostiranos y los demócratas(20). Y verdaderamente lospartidos en este período no eran sino conglomeradosdifusos, comunidades de intereses, generalmente con unsolo líder a la cabeza, y debajo de éste una jeararquía delíderes poco cristalizada; agrupaciones en queprincipalmente se unían los intereses regionales; sólo secelebraban elecciones después de revoluciones exitosas paradar cierta legalidad al nuevo status quo para resolvercompetencias internas dentro del 'partido' de manera'honesta'.

]:] otro partido no participaba en las elecciones y nuncaestaba representado en el parlamento. 'Democrática' era laagrupacción política a que uno pertenecía, 'tiránica' la otra.No sorprende, pues, que uno pudiera cambiarcontinuamente de partido; 'tal azul de hoy, por ejemplo, aquien quiten el empleo o pensión ( ...) mañana será rojo'(21).Una familia perteneciente a un partido gustaba de tener'por cálculo' un pariente en el otro que pudiera servir de'garante': 'No se apuren, señores, que yo soy el garante deustedes'(22). Bonó era de opinión que la variabilidad de las

18 Luperán, op. cit., lI, 405.19 Idem, lIJ, 176.

20 La República, 17 de enero 1885.21 Bonó, op, cit., 275.22 Jirnénez, op. cit., J, 249.

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simpatías políticas estaba influenciada ;Jor la oposiciónciudad-campo: el habitante del campo 'casi siempre'preferiría a un partido distinto del que apoyaran las gentes dela ciudad, como consecuencia de la explotación a queestaba sometido el campo por la ciud,ad(23), pero su tesis esdifícil de comprobar. En general, 'las masas' seguían (comole explicaba J. M. Glas a Bonó) las indicaciones políticasque les daban los líderes locales, sus líderes locales, sushombres de confíanza'(Za).

También los gobernadores influenciaban abiertamentela opinión pública; el 15 de junio de 1892 apareció unanuncio en 1';1 Eco de/Pueblo, d·irigido 'al Pueblo' por losgobernadores norteños, en que comunicaban que sereunirían junto con 'muchos hombres de importancia eilustración' para ponerse de acuerdo sobre un candidatopresidencial: ' ...hasta (oo.) ese momento, mantengáisreservado vuestro parecer y detengáis vuestro trabajo'.

En cuestiones políticas, sin em bargo, la masa popularno era apática, siempre tenía intererés en los sucesospolítico-militares; recibía informaciones al respecto pormedio de cantantes y poetas populares como Juan AntonioAlix, que daban comentario en sus décimas sobre asuntosde actualidad(25); en sus opiniones los campesinos erancautelosos: 'En política hablan mucho, pero todo lo dicencon rodeos, conocedores de que una opinión imprudentepuede traerles disgustos', dice Jiménez(26). A mí me pareceque esta cautela no estaba limitada a los campesinos; eraparte de un complejo de actitudes que comprendía alpueblo entero frente a la política y se originaba en lainestabilidad interna. Volveré sobre este tema más adelante.

La política que precisamente por su variabilidad,influenciaba tan profundamente la vida social, difícilmentepodía ser mantenida fuera de las actividades de las múltiplesasociaciones, sobre todo porque la organización de partidosera tan sumamente difusa. Una asociación podía, como laLigade la Paz, evolucionar de club cultural a grupo de presión

23 Boná, op. cit., 289.24 Idem, 492.25 Cf. Rodrt'guez Demorizi, E., El Cancionero de Litis, op. cit.,

Y Juan Antonio Alix, Décimas, op. cit.26 Jiménez, op. cit., 1, 68.

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política (la presidencia de Espaillat fue Iomcntada por estegrupo), pero también podía, como la Socicdad NI'fJlilJ/i(,(II/11perder su función principal política y tratar de limitarse alas actividades culturales: la constelación políticacontinuamente cambiante hacía frecuentes estos cambiosde función. sin evitar, sin embargo. que la existencia deestas asociaciones fuera efúnera.

Al igual que su organización. eljirumciamicnlo de la cosapolítica no estaba atado a reglas definitivas. Los capitalistascriollos o extranjeros. personas o Gobiernos de quienes sepodía esperar que sacaran provecho de un movimientopolítico, eran todos financiadores potenciales. Si fue una'combinación europea' la que hizo posible en el 1844 laindependencia del país( 27), poca duda debe existir sobre laimportancia que los comerciantes de tabaco alemanes y susrepresentantes dominicanos atribulan al éxito de la Guerrade Restauración y al fracaso de los planes de Báez deanexión a los Estados Unidos(28). Así en 1870, un grupode comerciantes extranjeros en Puerto Plata ayudó a losgenerales Luperón y Cabral con $8,000 en su lucha contraB:íel.(29); en Santo Tomás se fundó para el mismo fin unComité Revolucionario con dinero de comerciantes de laIsla; en Curazao, el financiero Luis Oduber, ofreció dinero aLuperón 'bajo la garantfa del Presidente (Venezolano)Guzmán Blanco'; también el presidente Nissage, de Hait í,temía la anexión americana y dio facilidades por las cuales lefue en (regado después del éxito, la suma de $290,000(30).

'Una invasión del general Guillermo desde Puerto Ricoen 1881, fue financiada por la Casa Gallart, de Ponce yestimulada por las autoridades españolas, que considerabanIndeseable la presencia del general cubano Antonio Maceo enel país(31). Para su campaña electoral, Heureaux apeló enIHH2 al presidente haitiano Salomón: 'Yo deploro que lascircunstancias obliguen al Gobierno a molestar con tantafrecuencia a V.E. y a su Gobierno, pero me consuela laesperanza de que quizás no muy dilatadamente esté el

27 Bonó, op. cit., 235.28 Para esto último, cf. Informe, op, cit. 283 y sigo29 Sumner Welles, 367.

JO Luperán, op. cit., 11, I07, 189.j J Damirón, R., Cronicones de Antaño, Im pr. Dom., Cdad.

'I'rulll/o, J949, 127 Y sigo

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próximo Gobierno en aptitud de corresponder a V. E. si V.E. se viese en el caso de utilizar los servicios del Gobiernodominicano, pues es casi segura la instalación de un BancoNacional en esta Capital que nos permitirá regularizarnuestro sistema financiero" (32). Hasta qué punto'gobierno' y 'partido' eran uno, se deduce de la carta queHeurcaux escribía un mes después a Luperón en queexhortaba a éste, que estaba en ese momento en París, ahacer todo lo posible para realizar la fundación de un BancoNacional: 'El Partido se hundirá si no consigue una basesólida que le permita regularizar su sistema financiero'(33).En un anterior capítulo ya señalé el carácter de 'mercado'de la organización militar, y los intereses financieros criollosy ex tranjeros que apoyaban a determinados generales en susintentos de revolución, incluso instigándoles a ello. Unacosa similar puede decirse del sistema de partidos y sufuncionamiento, ya que en realidad era imposible trazar lasdelimitaciones entre conflictos militares y políticosinternos: puesto que el triunfo político generalmente eraprecedido de una revolución exitosa, las bandas militaresformaban parte de facciones políticas: el carácter demercado de la estructura militar era el reflejo de unaconstelación política similar: y así como durante unrégimen fuerte y prolongado como el de Heureaux sehicieron grandes esfuerzos para hacer de la cosa militar unaverdadera 'organización' del Estado, también podíaconsiderarse la elevación del 'partido oficial' a órganogubernamental, y la eliminación o absorción de lasfacciones de oposición, como parte de un esfuerzo dequitarle a las actividades políticas su carácter mercantil.

La diferencia entre azules y rojos perdió importanciapolítica ya en las últimas décadas del siglo pasado: más biense era lilisista u opositor a éste. Cuando, después de lamuerte de Heureaux, surgieron nuevos caudillos J iménez,Vázquez- que dirigían sus propias facciones políticas, lacontinuidad con el sistema de partidos del siglo XIX pareciócompletamente quebrada: el person alism.o crea, según esterazonamiento, siempre nuevas agrupaciones: ¿qué otra cosapodía esperarse de caudillos surgidos, ambos, de la lucha

32 Cartas Preso Heureaux, AGN., 5 de abril lR82.33 Idem, 5 de mayo i 882.

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política contra Heureaux y cuyos partidos no mostrabandiferencias ideológicas claras, sino el propósito de saldarcuentas, de romper con el pasado político reciente? Sinembargo, la realidad era más complicada: como elanti-lilisismo se había concentrado principalmentealrededor de la persona de J.1. Jiménez -su riqueza inicial,sus contactos comerciales y políticos en Europa, su intentode invasión en 1898, ayudaron su reputación-, erapronosticable que el número restante de lilisistas se sintieramás atraído hacia Horacio Vázquez, sobre todo después delfracaso d~ un intento de Alejandro Woss y Gil en 1903 derestablecer un verdadero gobierno 'lílisísta' (34).

Es tentador, pero peligroso, postular una conexiónhistórica entre el lilisismo y el trujillismo. Efectivamente,fue Ulises Heureaux, hijo, quien publicó en 1933 el primergran elogio a Rafael Trujillo, en que señalaba lassimilaridades entre éste y su padre: 'uno y otro nacieron enmodesta cuna (...), abrazaron ambos con fe robusta yenérgica voluntad la carrera de las armas (...), hijos de supropio esfuerzo, de su carácter y de su constancia (...),¡Trujillo Presidente! ¡No puede ser! vociferaban algunos.Sin embargo debía ser. ¡Ese negro Presidente otra vez!¡Imposible! , escribían los amigos de Heureaux. Y esenegro cuyo talento era superior al de muchos blancos que lovejaban, volvió al Poder. En ambos casos triunfó el talentoaccionado por la espada y la espada mantenida por eltalento. En estos pueblos (oo.), como dijo Bolívar, 'servilesen las cadenas y altaneros en los tumultos', y que es precisogobernar con mano fuerte y dura para con los intransigentes(oo.), se necesitan hombres de esa contextura (oo.). Trujilloponía en práctica el método de Heureaux: ir y no mandar(oo.). Podemos decir que Rafael Leonidas Trujillo Molina esa justo título el continuador bizarro y gallardo de lapolítica que, para el bienestar del pueblo yengrandecimiento de la República, iniciara Ulises Heureauxen el 1882...'(35) Ya muy temprano en el régimen de

34 q; Monclús, Miguel Angel, El Caudillismo en la Rep.Dominicana, la. ed., Edit. El Caribe, Sto. Dgo., 1962, 144 Y sig.

35 Ulises Heureaux hijo, Rafael Leonidas Trujillo Malina,'Cromos', Sto. Domingo, 1933, 2, 4, 5. El autor mencionaba unadiferencia entre los dos caudillos: Trujillo era mejor administrador(14). Sin embargo, Truiüto no parece haber apreciado lacomparacián;

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Trujillo, Puerto Plata le había ofrecido la Espada de Honorque antes había recibido el 'Pacificador de la Patria' ytambién muy pronto la imaginación popular creó historiasque tenían como tema un encuentro entre el legendarioHeureaux y el niño Trujillo.

3. El caudillo político.

El caudillismo o personalismo es un fenómenoproducido por la cultura y estructura totales de unconglomerado social y que se manifiesta por lo tanto entodos los sectores e instituciones sociales. Como tal, esperopoder analizarlo más tarde en sus características generales.Aquí sólo quiero prestar atención a su faceta más conocida,es decir, la políttca, y enfatizar algunas características denaturaleza cultural y psicológica. El caudillo es siemprehéroe y podría hablarse de una ideología de heroísmo enque se apoya el cauuillismo como fenómeno social. 'Dios',escribe Luperón, 'con su sabiduría infinita ha formado a loshéroes, para que la memoria de ellos sirva a los oprimidosde enseñanza de triunfo contra sus opresores'(36). El héroebuscaba su inspiración en la antiguedad clásica. Luperónfue uno de los muchos que -en la casa de su protector-oconoció las, obras de Plutarco 'que depuraron sussentimientos y engendraron en él el amor a la verdad, a lalibertad, a la justicia y a la gloria nacional' (37). De hecho, segustaba de comparar la historia reciente del país con la de laantigua Grecia y Roma: 'La cobardía y la bajeza de Romadecadente, se reproducen frecuentemente en la RepúblicaDominicana'; como es natural, la historia clásica erainterpretada en términos de heroísmo; el individuo era máspoderoso que cualquier determinante socio-económico:'Las mismas cualidades que determinan el carácter de losgobernantes, determinan tam hién el carácter dp, las naciones.En cuanto a las instituciones, por buenas que sean en

36 Luperon, op. cit.• 1.101.37 Ldem. ~9.

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sí mismas, no son suficientes (...) para mantener el carácternacional a gran altura. Son los ciudadanos, tomadosindividualmente, y el espíritu de que están dominados, losque determinan la situación moral y la estabilidad de lasnaciones'(38). Luperón se atribuía a sí mismo las cualidadesideales del héroe: 'Jamás hombre alguno ha tenido máspoder sobre sí mismo, más firmeza en su voluntad, ni másdecisión en sus propósitos', y del caudillo Santana escribíacon admiración que 'era austero, probo, sincero yapasionado por el orden hasta ser inexorable'(39). Estosideales de firmeza de carácter y autodisciplina sólo podíanser alcanzados en parte por educación; para hacerlosrealidad era también necesario el sufrimiento: así los logrosde Luperón eran vistos como el resultado 'de los esfuerzos,de los trabajos y de los sufrimientos de este hombre' y lascualidades de Espaillat eran atribuídas en parte al 'destierro,las persecuciones, la cárcel, la filosofía y el estudio '(40).

Estas cualidades heroicas de orden y disciplina quepodían llevar a hechos gloriosos en la vida política militar,estaban en agudo contraste con las características de lamasa popular, desprovista de 'espíritu de orden ni deeconomía(41). La distancia entre el héroe y esta masa, eluulgo tenía desde luego que ser grande; aunque el héroeprocedía no pocas veces del mismo vulgo, teníanecesariamente que mantenerse por encima de éste: 'Confrecuencia se les llama populares (a los héroes de laRestauración). Desgraciado de aquel a quien el vulgo ama, ya quien el vulgo ensalza, porque el amor del vulgo es ~I

camino del patíbulo. Nos engañamos mucho cuandohablamos del amor popular, porque el vulgo no ama. ¡Nopuede amar quien no tiene firmeza; y donde no hayaconciencia no hay amor! (...) Los más inminentes riesgosde los héroes, son sus victorias. ¡Mientras más se distingueny se elevan, más difícil encuentran dentro del vulgo surodaje, porque su heroísmo los hace culminantes, les daotro molde con el cual no caben más en el pueblo, y laadmiración y la envidia hacen su desdicha! ¡Como no

381dem, 103, 53.39ldem. 88, 242.40 Idem, 88 y /l, 355.4i Idem. 1, 117.

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caben más en el conjunto, el destino con trazas desiniestras antipatías, les prepara en la sombra desastrosofin! '(42).

Ya que en este concepto los líderes -no importa cuánheterogéneo su origen social- se sabían tan claramentedistintos al pueblo, no sorprende la idea de que ese'pueblo' no debía disponer de ninguna influencia real enasuntos políticos. Refiriéndose a las delicadas relacionescon Haití, Heureaux formulaba muy claramente esteconcepto en carta al comerciante santiaguero Glas: '( ...) Lospensamientos políticos que tenga el Gobierno paramantener la armonía internacional, o para salvar losderechos de la Nación en cualquir hora de conflicto, nopueden abandonarse al' vulgo que no sabe medir lasdistancias que existen entre arrojar palabras al viento, bieno mal hilvanadas, en los cafés, las tertulias o la plazapública, y obrar y resolver con las responsabilidades deldeber y de la conciencia como Gobierno respetuoso'{cS).

Para el héroe, también en su papel de líder político, lamayor ambición era cubrirse de gloria: 'La presidencia, miquerido general, no me halaga', escribía Heureaux en 1882a Luperón, 'pues ella no puede darme más que un títiulo,mientras que ambiciono algo más: necesito nombre y gloria,y en pos de ellas van coristanternente mis aspiraciones. (44).

Como la definición de heroísmo era tan subjetiva pero­a la vez tan esencial, se imponía la necesidad política dedistinguir con nitidez los héroes falsos y los reales; no todoslos que actuaban para obtener en las luchaspolítico-militares 'nombre y gloria' podían ser consideradosiguales. Como escribía Luperón: 'Desgraciadamente losdominicanos son por lo general apasionados hasta lafestinación, luchando siempre entre los extremos de lavolubilidad y de las ambiciones, que en ninguna parte delmundo han improvisado tantos héroes. Allí consigue laambición lo que con trabajo en otras partes alcanza elgenio. Es de aquí que nace sin duda la desgracia de losdominicanos. Sin fundamento, IÚ juicio, ni cordura, ni

42 Luperon, op, cit., Il, 18.43 Cartas Pres. Heureaux, AGN., 30 de sept. 1887.

44 Idem. 3 de marzo 1882.

zoe

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experiencia, se lanzan los hijos de la República Dominicana,como ráfagas de viento en pos de audaces aventuras, quecausan siempre su propia ruina, como si nada les interesarael porvenir' (45).

También el caudillo que había ascendido a grandesalturas seguía refiriéndose, con no poca satisfacción, a sussufrimientos, y en una cultura impregnada del catolicismoibérico que no teme la intimidad con la santidad, es fácilllegar a compararse, incluso a identificarse, con santos,apóstoles, aún con Cristo: quejándose de falta de dinero,Heureaux escribía en 1888 a Cosme Battle: ·... hay días quedeseo morir pero Dios no quiere hacerse cargo de mí: losque quieren adueñarse de esa prerrogativa no me convieneny por lo mismo, tengo que caminar con la cruz hasta elCalvario'; y al año siguiente pidiéndole a un ministroreconsiderar su renuncia. escribía: •...nadie mejor que yopuede pedirle sacrificios a otros, cuando yo soy el mássacrificado en todo. i Le estimaré vuelva a ocupar supoltrona y nos ayude a llevar la cruz un ratito más, quequién sabe hasta cuándo la tendré a cuestas! Y en otraparte escribía: 'Por aquí las cosas van bien y yo continúohaciendo el papel de Cristo'(có).

También el narcisismo que tiene raíces igualmenteprofundas en esta cultura lo hallamos en forma evidente enel caudillo. A cada momento se alaban las propiasexcelencias sin ningún recato. Ya vimos cuáles cualidadespersonales Luperón hallaba en sí mismo sin un momento deduda. También Heureaux gustaba mencionar su propiagenerosidad, magnanimidad y benevolencia, como también'la fuerza de mi previsión y cálculo' y 'mi modo de ser': esteúltimo debía servir de inspiración a otros (47).

Es fácil de trazar la relación entre este énfasis narcisistaen el propio altruismo y otras cualidades excelentes, y laestructura patrón-cliente imperante: el reclutamiento declientes por medio del alabo de las propias buenascualidades le estaba permitido al patrono (potencial) en esta

45 L uperón, op, cit., 1, JI 8.46 Cartas Pres. Heureau x, A.C.N.• 8 de mayo 1888 a Juan F.

Mejta: 16 de febo 1887 a doña Ceferina C. de Chaves.47 Entre otros El Eco del Pueblo, abril 1889r carta a Luperán,

5 de abril 1888; a Pedro Pepfn, 6 de febo 1893.

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cultura. También aquellos que todavía pertenecían a uncampo político enemigo debían ser animados a cambiar decolor político por la comprensión y magnanimidad delcaudillo: 'no hay vencedores ni vencidos', es hasta hoyexpresión obligada de todo líder político después de unaexitosa toma de poder. Heureaux expresaba bien la relaciónentre, narcisismo y patronaje cuando escribía sobre símismo: ' ...obedeciendo siempre a un impulso de génerosasimpatía que me hace ser solícito con los hombres que hansido escogidos por error o por desgracia'(48).

Quizás es posible indicar aquí también una relaciónentre el narcisismo y la legitimidad del caudillo político.Esta legitimidad tenía, ciertamente en el turbulentoperíodo que estamos analizando, raíces institucionales muydébiles. Con pronunciamientos, revoluciones, elecciones einstalaciones debatidos desde el comienzo, el caudillogobernante sólo tenía una débil sanción formal de suliderazgo. El rápido cambio de partido y la duracióngeneralmente corta de los períodos presidencialeseliminaban también el factor de la permanencia otradición-en-sentido-estricto como factores legitimizantes.Por eso existía una tendencia marcada a atribuir lalegitimidad de la autoridad política a la Providencia o -enrealidad lo mismo~ a la Historia, dándoles por lo tanto unpapel de seleccionador, de instrumento de selecciónautónomo. Además el caudillo veía a la Historiacomoconciencia colectiva, en realidad como opinión de laposteridad, que le pediría cuenta de sus actuaciones: asíLuperón rechazaba una proposición de revolución contraGonzález, 'porque no me justifico ante el país ni ante lahistoria"(49). La conciencia de ser el escogido de la historia-del Destino- acentuaba 'el narcisismo del líder y causabatambién cambios objetivos en sus actuaciones, ya que ellíder nacional ocupaba la posición cumbre en la estructurapatrón-cliente de la sociedad. 'He considerado siempre',escribía Heureaux en 1892, 'que la misión particular queme esté reservada por el destino, debía formar contrastecon la impaciente soberbia de mis adversarios y es

48 Cartas Preso Heureaux, A. G.N., 14 de febo 1887 a D. José MI.Glas.

49 Luperon. op, cit., 1I, 238.

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obedeciendo a esa especial consideración como he podidohacerme superior a ello, en la templanza de micarácter'(50).

El cuido, finalmente, por la apariencia de la persona ydel vestido, que parece como expresión fácilmenteobservable del narcisismo en todas las capas sociales,caracterizaba también al caudillo que, como Heureaux, sepelaba cada tres días y que ponía 'el mayor esmero' en elcuido de su ropa(51); el énfasis en los uniformes vistosos delos portadores de autoridad tenía además una funciónsocial, que era aumentar la distancia hacia el pueblo y porlo tanto el respeto al Gobierno:

'El gobierno', era en realidad sólo un hombre que, comoes natural, se llamaba a sí mismo 'gobierno': 'comogobierno quiero conservar mi autoridad'(52), y que tambiénera considerado como tal por sus ministros; pues estosúltimos tomaban sus decisiones 'por orden del Gobierno' o'previa consulta del Gobierno', indicando con este términoal Presidente (53); esta idea cabía perfectamente en laestructura de autoridad patrimonial, en que los funcionariosoficiales formabari parte del equipo de servidores personalesdel gobernante. Así como, según vimos en otras parte, ladivisión entre las finanzas privadas y gubernamentales eravaga o inexistente, así apena cabía en una estructu r»similar una división entre el poder personal del caudillo y elpoder del Gobierno; el caudillo era el propio Estado: comoya decía Francisco Sánchez en una proclamación del 1861contra Santana 'en alta voz aun sin jactancia' de sí mismo:'yo soy la bandera nacional'(54); a la vez el Estado-erapropiedad del caudillo : 'Mañana', escribía Heureaux en 1893'me veré con el Presidente Hyppolite (de Haití) en la Bahíade Manzanillo en mis aguas'(55). Esta identificación:

50 Cartas Preso Heureaux, A.G. N., 9 dic. 1892 a José M. Glas,Paris.

51 Martines, R., op, cit., 154.52 Cartas Preso Heureaux, A. C.N., 4 de mayo 1888 a Juan A. de

Lora53 P. ej. en Copiador de Oficios Ministerio de Correo y

Telégrafos, A.G.N. 1897·98.54 Luperán, op. cit., 1,56.55 Carta Heureaux a la Sta. Gertrudis Calderin, Port au Prince,

reproducida en:C/io enero/febo 1940.

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persona-función-estado condujo en un hombre comoHeureaux a dichos de 'contrapunto' semi irónicos, ya hacetiempo incorporados al folklore sobre Heureaux, en queprecisamente enfatizaba ad absurdum la división entrepersona y función, también en el campo político,repartiendo favores como 'Heureaux ' a condición de que 'elPresidente' no se enterara(56), pero estos no eran más queintentos humorísticos de 'jugar' un doble papel. Así en eltope de la estructura de poder político los hilos depatrimonialismo, de patronaje y de caudillismo heroicoconvergían, los dos primeros formando la red estructural, elúltimo un complejo de actitudes y valores determinados porla cultura, mientras que los tres factores se apoyabanmutuamente. En los títulos honoríficos de los caudillos-en sí una adulación de los clientes al patrón- estabancomprendidas las virtudes atribuídas a ellos, querepresentaban simultáneamente sus obligaciones implícitasfrente al país y al pueblo -Su clientela-: Libertador de laPatria (Santana), Gran Ciudadano (Báez), Protector de laRepública (Cabral), Pacificador de la Patra (Heureaux), y-en nuestro siglo- Padre de la Patria Nueva y Benefactorde la Patria (Trujillo).

La adulación del caudillo ya establecido cabe dentro deeste sistema; es necesario halagar al protector para recibirsus favores. Durante el régimen de Heureaux podíaobservarse esta adulación en todos los niveles, de parte delos intelectuales que en sus discursos, poemas y cartasabiertas alababan al líder, diciéndose incluso de suvice-presidente Figuereo: 'Se dice que la cabeza de un granhombre es una especie de Olimpo de donde salen las ideasgrandiosas (...); en Figuereo se ve confirmado'(57); de partede los comerciantes que hacían obsequios a Heureaux o queponían su imagen en sus productos(58); de parte delpueblo, que llevaba su retrato en las fiestas patronales(59);se escribieron libros alabadores sobre Heureaux(60) y calles,puentes, parques y un Distrito fueron nombrados en su

56 Marttnez; R., op, cit., 192.57 Listin, 6 de enero 1893.

58 Idem, 4 de enero 1896.59 Idem , 12 de julio 1893.60Idem. 11 de enero 1896,20 de mayo 1899.

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honor. Esto no quiere decir que todo punto de vistafavorable a Heureaux se basara exclusivamente en adulacióncalculadora; había intelectuales importantes como F.I\.Dclmonte, F.C. Billini, César N. Penson, A. PellcranoCastro entre otros, que supieron expresar sus deseos de unarenovación del mandato de Heureaux en términosracionales: 'Si ( ...) volviéramos de nuevo a entrar en luchaseleccionarias que todavía, en nuestra escuela política, nosignifican otra cosa que el prólogo de las guerras civiles,habríamos deshecho ( ...) y sin adelantar un paso en elsistema democrático que perseguimos, todo el bien que enpro del progreso nacional ha cosechado el país en estosúltimos años. Así, la continuación del general Heureaux enla Presidencia de la República se impone, no por la fuerza,sino por la razón ( ...)(61). Pero predominaba la adulación yera excepcional quien osara o considerara necesarioexpresar por escrito su desaprobación, como en un verso enel periódico de Deschamps, l.a República, en 1884, quecomenzaba así:(62).

A UN ADULADOR

¡Alza gusano vil! ¡No desgradadoTe arrastres a los pies de ningún hombrePor más que al orbe su grandeza asombrePor más que sea temido y respetado!

Etc.

Por otra parte, el caudillismo era tan general comohecho cultural, que también aquellos que eran enemigosdeclarados de Heureaux y que decían aborrecer todadictadura, expresaban su admiración por su caudillo de lamanera acostumbrada: así José María Nouel, exiliado enCurazao, escribía a su padre con gran admiración por su'íntimo amigo', el general colombiano Avelino Rosas,

61 Idern. 5 de oct. 1896.

62 La República. 21 de junio 1884.

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-'todo un hombte'(63), y así Luperón podía seguirescribiendo con respeto sobre 'el ilustre venezolanoGuzmán Blanco' (64).

La muerte de Heureaux no pudo significar por eso elfin de un sistema político en que patronaje, caudillismo ypatrimonialismo eran fundamentales; sólo cambiaronalgunos nombres, disminuyó temporalmente el grado deorganización y estabilidad política y -en parte comoconsecuencia de esto- aumentó temporalmente el margende libertad de prensa y asamblea. Como sesenta y cincoaños más tarde, a la muerte de Trujillo, después de lamuerte de Heureaux se movilizaron turbas que destruyeronsus retratos y que cambiaron los nombres de las callesnombradas en su honor, en '26 de julio', la fecha de suasesinato; también se atacaron casas de particulares, entreotras la de la familia Fiallo, provocando una carta abierta deprotesta del poeta Fabio Fiallo. Muchos trataron de negarque hubieran colaborado sinceramente con el régimen, perocomo señalaba Leopoldo Montolío, era casi imposiblepensar en venganzas 'porque todos, con raras excepciones,hemos contribuído a los excesos que llevaron a la Repúblicaal grado en que ahora la vemos'. Se oponía también alhalago personalista: 'No queremos seguir oyendo eso de"Viva Fulano" ( ...); con respecto a las naciones tales ocuales hombres no valen nada'; todo depende de susprincipios(65). Pero en lo que se refiere a esto último erauna voz clamante en el desierto: ya el 15 de septiembre, J.1. Jiménez era saludado así: Salve, [Ilustre Regenerador dela patria! '(66).

¿Debe censurarse la rápida transición de lealtad delcaudillo muerto a uno nuevo con toda la hipocresía queesto implica, como cosa inmoral? Me parece que el sistemaofrece pocas alternativas fuera de: le roi est mort, vive leroi. Al desaparecer el protector, la clientela se ve obligada abuscar uno nuevo que pueda ofrecer 'garantías' y'protección' a cambio de 'fidelidad' y 'servicios' mientrasocupe el poder. Pero el carácter abrupto de la transición y

63 Espistotario Nouel, A.C.N., tt, N. 28.64 Luperón, op. cit., lI, 22.65 Listtn, 1 de sept., 3 de agosto 1899.66 Idem , remitido del obro, Eliseo E. Echevarria.

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el afecto, a veces genuino, por el desaparecido, crean unaambigüedad inicial, que fue esbozada con claridad y valorpor Rafael J. Castillo en una 'carta sin cubierta': '( ...) Túbien sabes que yo no era más que un amigo leal de aquelGobierno y que le serví con fidelidad comp lo haré mañanacon cualquier otro que me dé garantías y me dispense laprotección que se merecen mis conocidos servicios al país(...) Yo sigo creyendo que en todo lo guiaba (a Heureaux) elamor al orden y a la paz, y lejos de censurarlo después demuerto, como han hecho tantos que en vida lo admirabany aplaudían, lo defiendo donde puedo hacerlo sin que meoigan los libertadores. Si él levantara la cabeza y viera cómolo niegan tantos de sus amigos, qué fusilá les daba. Lástimaque no resucite. Del susto se morían más de cuatro'(67,).

1,. La 'dictadura criolla' de lleureaux

En el pensamiento político de Heureaux, como típicodictador criollo, apenas cabían principios ideológicos. Yamuy temprano en su carrera política, determinó su actitudfrente a los 'liberales': '... se necesita ser liberal para con losque respetan el derecho y la libertad y se necesita ser fuertepara resistir al ímpetu de los volcanes que brotan delcorazón de los liberales por conveniencia'(68). Y sobre lademocracia escribía en ese año 1882 con igual sentido derelatividad, trayendo a la memoria el 'acatar pero nocumplir' de las autoridades coloniales españolas: 'yo herendido mis homenajes al principio republicanodemocrático; lo respeto aunque no lo uso en ciertos ydeterminados casos' (69).

Su antipatía por las teorías políticas lo exlicabaclaramente en una carta del 27 de junio de 1882 a su amigoy Ministro de Guerra, Miguel A. Pichardo: 'Todas las teorías

()7 Listtn, 13 de sept. 1899.68 Cartas Preso Heureaux, A.C.N.. 24 de marzo 1882 a D. Isatas

Franco. Santiago.69 Idem, 10 de abril 1882, a Don l. Franco, Santiago.

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suenan bien al oído y cuando éstas se invocan para decantarprincipios, para proclamar libertad, para decretar orden, yen fin, para asegurar la independencia nacional, son siempreaplaudidas, pero al hacer práctica la definición de cualquierade estos problemas, casi siempre se presentaninconvenientes que el mandatario no ha previsto y quecontrarían su voluntad y sus deseos; sin embargo, no faltanalgunos bienaventurados pobres de espíritu que tratan degozar el reino de los cielos. Y digo esto, porque sería SantoDomingo la tierra privilegiada de Dios, si en la edad quetiene siendo Nación libre e independiente y prescindiendodel tiempo y de los hombres, pudieran realizarse tantashalagüeñas promesas. De mi parte aseguro que el día que serealicen esos milagros me acusaré ante el altar de la Patriade haber sido uno de sus peores hijos, y bendeciré al mismotiempo por todos los siglos al regenerador de un pueblocuyas aspiraciones son mayores que sus facultades'. Estaperoración contra el hombre teórico idealista estaba dirigidarealmente contra Luperón: ya antes Heureaux le habíareprochado su falta de realismo, que atribuía en parte a loslargos viajes que Luperón hacía en Europa, ese 'mundocivilizado y poderoso que Ud. recorre'; 'Si usted estuvieraaquí sobre el potro, vería a cada paso la inercia, laterquedad. la hostilidad, la resistencia de amigos y noamigos ( ...), en fin, un cúmulo tal de obstáculos que pararemoverlos sería preciso prescindir de toda ley y en su lugarestablecer un ejército y una guillotina. Y ni asíobtendríamos un resultado completo, porque aunqueanuláramos la hostilidad, quedaría la inercia y ésta es enpolítica más perniciosa que aquélla'(70).

En 1888, cuando el rompimiento con Luperón era yacasi total, le describía a un amigo un segundo motivo delidealismo de aquél: 'El Gral. (Luperón) no (...) quierecomprender que nuestras situaciones no son idénticas,puesto que yo asumo las responsabilidades morales ymateriales del Gobierno, siendo el blanco de los tiros de losintransigentes de todos los círculos de mis adversariospersonales y de los conspiradores impertinentes ydesagradecidos. mientras que a el que hoy se encuentra más

70 I dem. 28 de junio 1882, al Sr. Gral. Gregario Luperon, Paris.

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apartado de la cosa pública sólo le buscan cuando deseanque él los apadrine y los garantice con el arriere-pensée dedisgustarle conmigo (...) Ud. lo conoce y sabe que para élno hay más ley ni procedimientos que el que dicte sucorazón, y no, no puede ser así, la escritura nos enseña queCaín mató a su hermano Abel, ¿por qué? ¡Por envidia! YAbel estaba reputado por bueno'(71). Así, pues, no cabía niideología ni sentimentalismo en la política de Heureaux:' ..•en cuanto a la política yo no tengo amores; sigo underrotero para llegar a la consecución de mi fm, aconsejadopor mi carácter y la dignidad que debe servirme en todocaso hasta de base para la oración fúnebre que se debepronunciar sobre mi cadáver, si las circunstancias 10permiten. Esta es la pauta que me he trazado; ni hagopolítica de afecciones, ni de partidos. Cogeré a los hombresdonde los encuentre y los apreciaré y los consideraréconforme a la conducta que observen para conmigo'(72).

Esta línea de conducta tenía dos aspectos en lo que serefiere a la selección de colaboradores: por una parte eracompletamente oportunista y 'racional', juzgando a cadaquien por sus habilidades y aptitudes, por otra parte, elelemento particúlarista, la lealtad al caudillo era, en últimainstancia, decisivo. Los dos aspectos eran enfatizados porHeureaux en su correspondencia; deseaba la 'unificación detodos', 'afianzar la paz y acomodar a los hombresracionalmente en los puestos que sean compatibles con susaptitudes'; decía repetidamente; 'pues ante todo soyoportunista' y constataba que 'la habilidad política consisteen muchas cosas distintas, pero en ellas hay puntos que nodeben dejar de apercibirse, tales como la atracción, eldisimulo, la prudencia, la persistencia, sin dejar de ser bajoningún caso oportunista (...); en el país en que vivimos, eldía que le sepan encontrar al hombre la vuelta, loenderezan, y entonces viene uno a ser nulidad como todoslos que han sido puestos a prueba', y: 'no olvide Ud. eldisimulo que conviene al trato de nuestros adversarios, esnecesario tener la sonrisa en los labios para excitarlos al besode Judas'; y: 'en la confianza está el peligro', 'la hora de

71 Idem, 13 de marzo 1888, al Gral. Seg. Irn bert, Vice-Pres.,Puerto Plata. .

72 Idem, 22 de [unio 1888 al Gral. MI. J. Jiménez, P. Plata.

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bonanza es la hora de prepararse a conservar'. El oportunismopolítico también era alabado en público, como en uneditorial del 1888: 'La poi ítica de oportunismo establecida( ...) ha sido fecunda en resultados'(73).

No sorprende que un hombre que hablaba tangustosamente sobre su 'frío y maduro cálculo' y quequería grabar sus ejecutorias 'de lealtad y de eficacia'hallara en Maquiavelo una lectura preferida (preferencia.por otra parte, que compartía con muchos colegas políticoslatino-americanos de entonces y de hoy): 'El deseo deadquirir infu nde en los corazones las mismas pasiones que eldeseo de gobernar, estas palabras dichas por Maquiavelo' y'aguarde el porvenir, este es incierto, como diceMaquiavelo: también la máxima de Talleyrand de que laspalabras han sido dadas para encubrir los pensamientos eracitada frecuentemente por Heureaux(74). Pero sus propiosbon m ots tenían poco que envidiarles en fuerza evocadora:'Sabes muy bien que yo soy como la jaiba, me rasco pordentro pero nadie sabe la hora en que lo hago" y 'Ud. sabeque soy corno el mono, en agarrando no suelto'; sudesconfianza de 'estos dominicanos' la expresaba así: ' ... yotemo mucho que me saquen el jugo y luego me arrojen alfuego como bagazo'(75).

En sus recomendaciones sobre el nombramiento decolaboradores, jugaba un papel su juicio psicológico, muyrefinado, que parecía dar una curiosa dialéctica a laracionalidad de sus decisiones: 'Liriano nos conviene,porque sus mismos defectos lo obligan, no sólo a ser leal,sino a vivir constantemente alerta', escribía del generalFrancisco A. Rodríguez (alias Liriano) en Dajabón, yuna tendencia más general al pensamiento dialéctico puedededucirse de su observación en una carta a su amigo deconfianza Pedro Pep ín, gobernador de Santiago, que 'enpolítica cada cosa engendra su contraria'(76). TambiénLuperón, durante su gobierno provisional, había nombrado

73 Idem . 22 de febo 1887 al Sr. U. Bido, Santiago; 29 de mayo1882; 25 de marzo 1882; 30 de dic. 1898; El Eco. del Pueblo, 20 demarzo 1888.

74 1dem. 20 de junio, 2 de agosto, 8 de agosto 1882.75 Id em . 8 de agosto 1882,30 de abril 1888,3 de agosto 1882.

76 Ldem, 4 de enero 1889, 6 de febo 1893.

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personas cuyas cualidades objetivas eran tan pocas como lasde Liriano; aunque hay que recordar que Luperón escribiólas siguientes calificaciones de Federico Lithgow muchosaños después del nombramiento de éste -y amargado por loque consideraba su traición-: 'oo. Lithgow, sin disciplina,insubordinado, desordenado ( ), arbitrario y violento e..),atropellador de la sociedad ( ), duro y grosero; (.oo) nohay tirano más cruel y calamitoso que este aventurero .Luperón, que no sabía donde emplearlo, para evitar quehiciera daño a los demás, le nombró Ministro de RelacionesExteriores' (77). Heureaux veía la actividad política comouna artesanía, el aparato político como un artefacto detrabajo, la estructura política como un total delicado peroestático, como un altar que no debe ser sacudido para queno se caigan los santos, o como un 'monumento nacionalmal construído por cierto', o como un tejido en que eranecesario 'enderezar (oo.) ciertos alambritos que trastornanel concierto orgánico de las cosas', o incluso, en casosextraordinarios, 'hilar un poco fino'(78).

Es obvio que necesidad de 'eficacia' inherente a esteconcepto artesanal y estático de la política chocaba nopocas veces con la exigencia de 'lealtad', ya que ésta sólopodía ser demandada si el dictador se mostraba'consecuente con sus amigos'; el 'amiguismo' estaba unidoirrevocablemente a la 'lealtad' y perjudicaba con frecuenciael 'frío y maduro cálculo': 'aunque yo soy hombre quejuzgo la política asunto de cálculo, no es posible que dejede tener un corazón para amar a aquellos que con su espadame sostienen y me ayudan a realizar el bien de lageneralidad', escribía en 1888, y formulaba la ambigüedadentre cálculo y corazón con más claridad en ese mismo añoal escribir sobre soluciones a problemas 'que sean racionalesy provechosas a mis amigos y al país'(79). CuandoWashington Lithgow, de Puerto Plata, se inquietabadudando si podría obtener del Congreso la concesión parala construcción de una carretera, Heureaux le escribía: 'Note alarmes -tú sabes que soy tu amigo y el Gobierno lo estambién--, así, pues, descansa en nosotros así como

77 Luperón. op. cit., 111, 66 Y sigo78 Cartas Preso Heureaux, A.C.N., 24 de oct.1887, 28 dic.

1892.791dem. 4 de mayo, 18 de abril 1888.

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descansamos en tí , pues estamos llamados a ayudamos losunos a los otros', y a Federico Lithgow, que ~por motivospolíticos- había dicho no tener la capacidad para ocuparun cargo ministerial, le escribía: 'Ud. me dice que no esapto para desempeñar un Ministerio. ¿Acaso he venido yode Francia? Todos somos criados juntos y en nuestro paísservimos hasta para remedio'.

A su vez Heureaux decía estar convencido de que sus'verdaderos amigos' ~que distinguía muy bien de susamigos por dinero o por conlJeniencia~ 'no secomprometen ni con Jesucristo (80). Finalmente debeseñalarse que en el siglo pasado el preámbulo a unnombramiento oficial comenzaba con las palabras: 'Poraptitud y otras circunstancias'.

Aunque los pensadores dominicanos de este períodohablaban con frecuencia de los latinoamericanos comocategoría cultural, no era frecuente que los políticos serefirieran concretamente a otras sociedades o situacionesibero-americanas. Sólo cuando Heureaux abogaba en 1887por la necesidad de cam bias en el sistema electoral y en laduración del período presidencial, llegó a escribir que 'lanecesidad de estas reformas las sentimos nosotros aquícomo las han sentido en todas aquellas Repúblicas de SudAmérica que tenían el mismo período y el mismosístema'(Sl ). El exilado Pepe Nouel, en Curazao,consideraba que los regímenes como el de Heureauxestaban inspirados por el dictador venezolano GuzmánBlanco: ' ...parece que los imitadores de este hombreabundan en las repúblicas americanas', aunque 'lo que seha visto ( ...) en Sto. Domingo, no ha ocurrido en ningúnotro país. Ni en Honduras y Costa Rica que se encuentranen idénticas condiciones políticas, en cuanto a guerrasciviles, asesinatos y robos'. 'En política estamos másatrasados que los haitianos; a lo menos a éstos les sobra loque nos falta a nosotros: patriotismo'(82). Los lentos ydefectuosos contactos con la mayoría de los paísesSuramericanos en ese período permitían poca información

80 Iaem. 7 de junio 1882, 21 de junio 1882,23 deabril1888.81 1dem. 4 de junio 1887, al Sr. Don T'elésforo Objio, Azua.

82 Epistolario Nouel, A.C.N., u, N. 19, 7 dic. 1892 y u, N. 24,8 marzo 1893.

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concreta. Aquí es importante señalar que en la segundamitad del siglo pasado, el status de república eraconsiderado todavía lo suficientemente curioso para darle alos países del hemisferio occidental cierta solidaridad frentea la Europa predominantemente monárquica: en 1893, elListín observaba enfáticamente que 'en el mundo' había 27repúblicas y 28 monarquías(83).

El papel del parlamento en la dictadura criolla estaba deacuerdo con el carácter no-ideológico, anesanal del sistemapolítico; la delicada estructura de poder establecida nodebía ser perturbada por oposición violenta. En las palabrasdel Presidente del Congreso Nacional al comenzar un nuevoaño parlamentario: '(El Congreso Nacional) mantendrá elequilibrio armonioso indispensable en el mecanismogubernativo, ( ...) en su seno no encontraréis ni hostilidad, niprejuicios, ni sistemática oposición, mal que le cuadre a losinstigadores de mala fe y a los instigadores inconscientesque, unos por comprenderlo demasiado, y otros por nocomprenderlo, pretenden desvirtuar la dignidad delmandato y romper el equilibrio y la armonía de que deberesultar la mayor suma de bien general(84). La libertad quepodían permitirse los miembros 'leales' del parlamento ensu crítica pulida sobre determinadas actuaciones delGobierno es, por lo tanto, sorprendente. Pero también elPresidente tenía interés en una relación armoniosa con estosseguidores distinguidos.con frecuencia intelectuales. Quejassobre presión y fraude eleccionario perpetrados con ayudade militares, fueron sacadas a la luz con gran énfasis poralgunos diputados y fueron estudiadas con muchacomprensión según las reglas del juego, aunque desde luegoel resultado podía pronosticarse de antemano(85). Laactitud del Presidente frente al Parlamento, era comparablea su actitud frente al poder judicial: tenía plena concienciade su poder personal, sin hacer enfáticas demostraciones de

83 Listin, 16 de mayo 1893.84 Actas del Congreso Nacional, Mensaje al Pres, U. Heureaux,

22 de abril 1889.85 Idem. 1892, N. 168. En lo que se referian a la capital, estas

quejas fueron rechazadas por J. B. Vicini, presidente delAyuntamiento. También se efectuaba venta de votos (cf. LaRepública, 2 de junio 1883).

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este poder en público. La presión informal era más eficazy no atacaba las fachadas.

En lo que respecta al gobierno civil en los niveles másbajos, las comunes más pequeñas (es decir, la gran mayoría)eran un ejemplo de carencia de poder, sobre todo deleconómico, cosa que provocaba en Hostos, con sus grandesexpectaciones del municipio autónomo, muchas litaruas,aunque quizás esa misma carencia de poder fuera la causade que 'la intervención del Ejecutivo en las eleccionesmunicipales es mucho menos coactiva y efectiva que en lasrestantes'(Só). En 1898, el gobernador de la provincia deSanto Domingo, escribía: 'Es de lamentarse que (losmunicipios) todavía no se hayan penetrado todos ellos delos deberes que entraña el cargo que desempeñan. Unos yotros esperan para moverse el impulso del superior y quetodo se les facilite, y esto en asuntos que interesan a susmismas comunes'(87). El año anterior se había explicadopara un público extranjero, en lenguaje elaborado, que sinembargo nos parece moderno, el .problema del poderpolítico central: 'La República Dominicana se encuentra enla misma situación en que están otros muchos paísesnuevos, escasos de población y sobrados de territorio, en loscuales es preciso que el poder central se sustituya enmuchas ocasiones, a la acción local, justamente para prepararlos elementos que, más tarde, habrán de constituir la vidamunicipal. El propósito es que el derecho público se halleen armonía con el derecho democrático, y que sin sacrificareste últim?, como lo hacían las antiguas sociedades, seavance hacia el momento en que la autonomía política delEstado se asiente, plenamente, sobre la base sólida eimperecedera de la autonomía económica y administrativade sus municipios' (88).'Así, hace tres cuartos de siglo el;status de 'nación joven' y 'subdesarrollada' ya era invocadorde manera no poco convincente para justificar la estructuralpolítica.

Termino estas notas sobre el régimen de Heureaux comoejemplo de una dictadura criolla, con algunos datos sobre sumuerte, en parte porque son poco conocidos, en parte

86 Hostos, op. cit., 1,276 (1892).87 Actas del Congreso Nacional, N. 115, 8 de febo 1898.88 Exposición, op. cit., 147.

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porque no carecen de relevancia sociológica. Ya muytemprano en su gobierno habla de sí mismo como 'unhombre blindado', que 'a la altura en que me encuentro',sólo podía darse a sí mismo las 'garantías' con respecto a laseguridad de su persona; de hecho, nunca 'podemosapartarnos de la suspicacia en una tierra en que la verdaderalealtad es escasa en la mayoría de los políticos'(89).

En el año de crisis 1893, acabándose de frustrarcruelmente el intento de Marchena de llegar a lapresidencia, con el ministro González exiliado en PuertoRico, con políticos como Luperón, Casimiro de Moya y eljoven pariente de éste por lazos matrimoniales, HoracioVázquez, en exilio activo, el padre de Heureaux seintranquilizó; el hijo contestó: 'Mi querido papá, no seapure acerca de la conducta que vienen observando muchosvecinos, pues yo no me duermo yestoy preparado paracualquier eventualidad'(90). A finales de I X9X, despues dela sensación de la tentativa de invasión de J. 1. Jiménez, ycon la deterioran te situación económica y monetaria yaseñalando un desenlace dramático, surge, durante un viajede Heureaux a Jacmel, Haití, un rumor de su muerte; suamigo Washington Lithgow le insta a tomar precauciones,pero él responde: 'Sería demasiado trabajo el estarsecuidando excesivamente, y no me alcanzaría el tiempo paramis asuntos ( ... ) Además, he visto que tanto o másresultado da la ofensiva que la defensiva, y he preferido poresto la primera. Dios dispone las cosas, y cuando sentencia,caen Carnot, Cánovas, la Emperatriz de Austria y tantosotros grandes, esmeradamente cuidados y atendidos.Mientras él necesita de la vida de un hombre, ni una lluviade dinamita podría destruirlo'. El mismo día reprochaba aDon Jacobo de Lara, Administrador de Hacienda en Moca(y pariente del joven Ramón de Lara, uno de losconspiradores en el asesinato de Heureaux] por pagarraciones estraordinarias; debía --'para conservar elorden' -- detener esta práctica inmediatamente. También elmismo día escribe tranquilizando al Comandante de Armas

89 Cartas Pres. Heureaux, A.C.N., 22 de junio a MI. J. Jiménez,9 de mayo 1888 a S. Imbert, Puerto Plata.

90 Idem: 26 de enero 1893, a Don R. D'assas Heureaux, P.Plata.

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de Puerto Plata que le advertía contra conspiradores enCabo Haitiano: 'Gobiernos fuertes como el mío no setumban con amenazas de conspiradores'(91). Las'publicaciones subversivas' de J. 1. Jiménez en la prensaextranjera tampoco le preocupaban, así le escribía alalemán Federico Hohlt el 14 de enero de 1899; lahomogeneidad y eficacia de su régimen nunca habían sidomayores. A su pariente J. 1. Marsán, en Cabo Haitiano, lepedía no poner crédito en los rumores de su muerte. El queun amigo (haitiano) se hubiera entristecido mucho al oiruna noticia de su muerte, no le sorprendía; no había éstetenido motivo de resentimiento y no podía hacer otra cosa'que dolerse de Ja desaparición de uno que hasta aquí haprobado siempre que es buen hombre'(92). El hombre quehabía escrito once años antes: 'Sea quien fuese elPresidente, gobernaré'(93), fue asesinado el 26 de julio de1899.*

Tres días después, en la gran tradición del heroismoclásico, un ciclón azotó la capital, y el 31 falleció en París elvenezolano Guzmán Blanco. El cadáver de Heureaux,llevado de Moca por el gobernador de Santiago, Pepín, fueenterrado en la catedral de Santiago en un ataúd de metalque un tal Don Jacinto Ramírez había mandado fabricarpara sí mismo. El cuerpo, herido por seis balas, no habíapodido ser embalsamado para llevarlo a Puerto Plata. En lacomitiva de entierro participaron además del clero, tambiénla Logia 'Nuevo Mundo'. Hubo coronas, entre otras delministro Teófilo Cordero y Bídó, con las palabras: 'Tudolorosa muerte eterniza el inmenso y tierno afecto conque te amé', y del Ayuntamiento de Santiago: 'a su hijoadoptivo'. Hubo telegramas al Vice-Presidente de Porfirio'Díaz, McKinley y también de la San Domingo ImprovementCy: 'Profundísima simpatía estamos dispuestos a ayudar ysostener usted y bienestar país'. Al momento de su muerte,

91 Actas Congreso, 24 dic. 1898; Cartas Pres. Heureaux,A.C.N., 29 dic. 1898.

92 Cartas Preso Heureaux, A. C.N., 18 enero 1899.931dem. 30 de junio 1888 a Cral. Juan A. de Lora, Santiago.

'" Dato curioso: Miembros de aos familias (De la Maza yCdceres} estuvieron envueltos tanto en el asesinato de Heureauxcomo en el de Trujillo,

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así escribía el periódico, Heureaux había salido de la casade Jacobo de Lara para dar una limosna a un mendigo. El31 de julio apareció un Manifiesto juicioso delVice-Presidente Figuereo: " ...Cuanto hay en el país, muchoo poco, es edificación gloriosa de algunos días de tregua,sustraídos al vértigo de nuestras contiendas fratricidas.

No fue, por tanto, posible llevar a colmo estas necesariasy honrosas, improvisaciones de la grandeza nacional, deque diversas líneas ferroviarias, y muchas otras redestelegráficas y la creación de una escuadra y la organización,equipo y conservación de los ejércitos de mar y de tierra, yel mejoramiento, por último, de todos los serviciospúblicos, son testimonio patente; no fue posible, no pudoserlo; también era preciso y había de ser indispensableconsumir, en aquella improvisada grandeza de la Nación, elcrédito del Estado, que al fin se ha empobrecido al embatede accidentes superiores a toda previsión, como todocuanto procede de la fatalidad que, por ser una fuerzainvisible, a nadie le es dado contener'(94).

Numerosas son las historias apócrifas en relación con lamuerte de Heureaux, apuntada quizás de la manera másevocadora por Rufino Martínez. Pero también los hechosreales supieron inspirar la imaginación popular: ¿No habíafirmado Heureaux un contrato con el escultor barcelonésPedro Carbonell para hacer un sepulcro 'con su estatuaecuestre de mayor tamaño que el natural' y no se hallaba elescultor 'dirigiendo los trabajos de la obra sepulcral cuandoocurrió la muerte de su mandante") (95).

5. El vocabulario político.

Tanto 1" ausencia de motivación ideológica clara, comola rápida sucesión de la mayoría de los regímenes en el sigloXIX, crearon un sentimiento general de incertidumbre einestabilidad, que se reflejaba en las palabras claves delvocabulario político de entonces. Ahí tenemos la palabra

<)4 Listin, 26,31 de julio 1899, 7 de agosto 1899.95 Sucesión Heureaux, op. cit.

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situación, que indicaba tanto al Gobierno como al períodode gobierno y que reflejaba el carácter fluído de las alianzasy formaciones. Se era amigo o enemigo de la situación, seformaba una situación, se hablaba de los primeros días deuna situación. El término reaccionario no teníaconnotación ideológica. Cabía en la interpretación neutral,mecánica de la actividad política el que todo el que actuaraen contra de la situación imperante, el gobierno, pertenecieraa la reacción. Ya vimos que palabras como oportunismo,conveniencia, suspicacia, disimulo. mallcia, no teníanconnotaciones negativas, por el contrario, eran consideradascualidades y actitudes inevitables y por lo tanto apreciablesen la conducta política, que también debía caracterizarsesiempre por cálculo, frialdad, prudencia, eficacia,transigencio; racionalidad y mucho tino. En la palabrapolítico como adjetivo convergían todos estos términos...'Un hombre muy político', indica (aún hoy) a alguien quesabe moverse hábil y exitosamente entre muchos grupos aveces antagónicos. El hecho de que tal persona no tenga queser necesariamente 'político profesional' refuerza la idea deque se trate aquí de cualidades que eran consideradasnecesarias y deseables en todo el pueblo. Cada quien teníaque mantenerse a flote en las turbulencias políticas, teníaque hacerse amigo con los nuevos protectores -no importaen cuál nivel- cuando los viejos habían perdido su poder, ydebía buscarse nuevos clientes si los viejos lo habíanabandonado; siempre se buscaba garantes y se deseaba seruno de los recomendados del protector. En esascircunstancias, todo el mundo era político; así como elpueblo estaba militarizado, así estaba politizado y lascualidades aquí mencionadas eran parte de la psicologíanacional y todavía lo son. Por eso no es correcto atribuirlesolamente al campesino cautela política, y creer que sóloellos "todo lo dicen por rodeos"; esto era válido para todoel mundo en mayor o menor medida y el hecho de que estascualidades fueran observadas también en el humildecampesino, prueba hasta qué punto este grupo de lapoblación estaba envuelto en los acontecimientos políticoscambiantes. Huelga decir que la terminología en torno a lasrevoluciones era extensa. Igual que huracanes, recibían con

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frecuencia nombres* y como estas tormentas tropicales,tenían una ruta clara, limitada, pero difícilmentepronosticable: el valiente partidario 'salio para Larevolución' (así como los conformistas' votaban por Laplaza)'. No sorprende que la meteorología influenciara elvocabulario político: en una situación política amenazantese hablaba de 'vientos de fronda'. Los encarcelamientospolíticos se llamaban cabalongas (96). Noticias alarmantessobre una revolución eran llamadas bom bas los que laslanzaban bomberos, y el Gobierno lanzaba en su contra,para tranquilizar los ánimos, bombas oficiales (97). Muchasveces las bombas eran inventadas por los exilados, quevivían esperando mejores tiempos; una esperanza que fueformulada por uno de ellos de la manera siguiente: 'Aquítengo mi capital politico cuyos intereses recogeré algún díapara satisfacción mía y 'honra tuya' (98). Una observaciónque ilustra la interesante combinación en la cosa políticade, por una parte, claras características de 'mercado' y porotra parte de énfasis en el honor y la dignidad personales.

* P. ej. 'La suava',96 Damiron, Rafael, op. cit., 46.

97 Jiménez, op. cit., 1, 164.98 Espistolario Nouel, A.C.N., /l, N. 28, José M. Noucl,

Curazao, a Carlos Nouel, Sto.Dgo., 24 oct. 1893.

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VII. CAMBIOS EN LOS ORGANOSDE TRANSMISIONCULTURAL.

La Enseñanza.

Con ayuda del material recopilado hasta ahora, nosocuparemos en el siguiente capítulo de. la estructura ymovilidad sociales. Pero antes es preciso hacerse una ideadel desarrollo de aquellas instituciones (con excepción de lafamilia), que se ocupan de difundir el conocimiento.

Al principio de los años setenta las institucioneseducacionales de la República sólo podían ser calificadascomo muy poco avanzadas. Aunque ya en tiempos delprimer régimen de Buenaventura Báez (l849-1853) séhabían fundado además de escuelas primarias, dos 'colegioscentrales', uno en Santiago y otro en Santo Domingo(llamado Colegio de San Buenaventura) y aunque ya en1848 se había fundado un seminario que debía mantenersecon el alquiler de algunas casas del Estado y el producido deun ingenio, estas instituciones no gozaron de una vidaininterrumpida; y las sumas, a veces imponentes, que elparlamento votaba en favor de escuelas superiores yprimarias en diversas comunes, generalmente no eranpagadas. En realidad, los gastos de la instrucción públicaprimaria tenían que ser sufragados por los propios

• En otro contexto (capítulo 11) ya señalamos las 'escuelasinglesas', como las que existlÍln por ejemplo en Puerto Plata ySantiago, dirigidas por inmigrantes protestantes, Y en las cuales unnúmero de políticos imnortantes recibieron su primera insQUcción.

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ayuntamientos pobres; en 1871 había 21 de tales escuelasen el país que costaban un total de 58.686; hay que apuntarque una común rica como Moca pagaba 5600 por suescuela para varones, mientras que San Cristóbal no podíapagar más que $72 (1). No obstante el hecho de que elgobierno raramente pagaba sus contribuciones a laenseñanza, es de interés ver como planeaba el Estado yaantes de 1861, Y sin cambiar su concepto en el transcursode los años- la distribución de esas contribuciones: más de$13.000 para la enseñanza superior, en contraste con casi$4000 para la enseñanza primaria; y más de S7.500 para lacapital en comparación con unos $9.500 para el resto delpaís. Pedro F. Bonó, que fue Ministro de Justicia eInstrucción Pública en 1867, fulminaba violentamentecontra semejante distribución prejuiciada de los dineros delEstado que sólo empeoraba "esa lepra de ignorancia que tanterrible es'. Pero sus exhortaciones a una política de subsidiomás equitativa no tuvieron resultado por el momento. En

.ese año él estimaba el número de alumnos en las escuelasprimarias públicas en 720 y el de las escuelas particulares en600. 'De los que saben leer y escribir' así escribía,"deduzcanse: lro. Los hombres que por su edad sonpresumidos haber aprendido antes de la independencia; 20.los extranjeros; 3ro.los hijos de la ciudad de SantoDomingo, residentes en aquella común; 4to.los jóvenes quehan aprendido en Europa u otro lugar del extranjero;5to.los hijos de los naturales de la Ciudad de Santo Domingo, ohijos de extranjeros, a quienes sus padres (oo.) han enseñadoellos mismos; y véase lo que resta'(2). Bonó fundó también'en 1867 en el Seminario Conciliar que entonces funcionabade nuevo y que daba instrucción gratis, cátedras en Derechoy Medicina; la última debía ser ocupada por el Dr. Betances,pero las vicisitudes políticas tampoco permitieron una largavida a esta iniciativa.

Más exitoso y estable fue ya en esos años el colegioparticular San Luis Gonzaga de la capital, que era dirigidopor el presbítero F. X. Billini; en 1867 este colegio dabainstrucción gratis a dos muchachos de cada una de lasprovincias, 'con preferencia', según lo interpretaba el

1) Informe, 347y sigo2) Bonó, 145 y sigo

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ministro, 'a hijos de simples soldados muertos en la guerrade independencia'(3).

Veremos primero los cambios cuantitativos en el.sistema de instrucción analizando los datos de algunascomunes: en San Cristóbal había en 1871 úna escuela(particular) de varones con 29 alumnos que pagaban cadauno 1 peso mensual al maestro; de los 15.000 habitantesunos 400 sabían leer y escribir. En 1882 la misma comúntenía 3 escuelas particulares de varones y 2 de niñas, con untotal de 224 alumnos, además de 6 escuelas públicas con untotal de 286 alumnos, un número sorprendente que eladmirado Hostos atribuía al sentido cívico de un número depersonas (Pina, Cordero, Reynoso, Pérez) (4). En Baníhabía en 1871 2 escuelas (públicas), con 75 alumnos. Elporcentaje de analfabetos en la común se estimaba en 80por ciento; en 1882 había una escuela más (5). En Azuahabía en 1871 una escuela particular y una pública; en1882 296 alumnos asistían a la escuela, lo que indica unnúmero de escuelas de aproximadamente 5; el porcentaje deanalfabetos era de un 80 por ciento (6). Másclara aún es laimpresión de progreso nacional si comparamos el máximode 1500 alumnos de 1867 con los 6.535 (3.861 varones y2.674 hembras) que recibían en 1883 instrucción elementalde primer y segundo grado, en un total de 101 escuelas paravarones y 74 para hembras. Entre 1883 y 1897 a éstasescuelas se sumó un número estimado de 50 (7). También elpadre Meriño escribía en 1898 satisfecho que 'de algunosaños acá (...) se hallan propagado las escuelas primarias deambos sexos por todo el país' (8).

Pero cabe preguntarse si el aumento de las institucionesde instrucción primaria fue también mayor que elcrecimiento de la población total en esos años. En 1867

(3)ldem, 153,151.(4) Informe, 225. Rodriguez Demorizi, San Cristóbal de

Antaño, op, cit.; Hostos; 1, 78.(5) Informe, 230; Hostós t. 78.(6) Informe, 236; Hostos 1, 78.(7) Exposición, 154.(8) Meriño, op; cit., 103.

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había 30 niños escolares por cada 3000 habitantes, en 1883habían unos 30 por 2075 habitantes, en 1897la proporciónpermanece igual(~). Si estos estimados son correctos, hayque concluir que en los 3 últimos decenios del siglo pasadohubo primero un aumento relativo considerable en elnúmero de escolares, pero que este ritmo de crecimiento nopudo mantenerse después, debido en parte al notablecrecimiento poblacional. También es interesante ver si elincremento del número de escuelas primarias favorecía adeterminadas provincias o ciudades.

Santiago, que en 1867 tenía 3 escuelas, y en 1871 8,tenía en 189832. Sin embargo, el número de habitantes deesta ciudad, como vimos anteriormente, no había crecidoen estos años en mucho más de un 15 por ciento. Con 1450escolares (782 varones, 628 hembras) en una poblacióntotal de unos 9,400, es decir, 30 por 210, la situación deesta ciudad era 10 veces más favorable que la del país engeneral. También el porcentaje de analfabetos, 30 porciento, comparaba favorablemente con el del país (10).

Santo Domingo tenía en 1867.6 escuelas primarias, en1871 8, en 1893 37 'establecimientos de enseñanza' elmayor número de ellas, naturalmente, eran escuelasprimarias; en 1898 la ciudad tenía 1046 escolares, es decir30 por 600 habitantes; aunque la proporción no era tanfavorable como la de Santiago -el crecimiento de la capitalhabía sido mucho más espectacular- su situación era 3veces más favorable que la del país (1 1).

, A poca distancia de la capital la situación era miserable:es verdaderamente desconsoladora la estadística escolar'

escribía el gobernador de la provincia de Santo Dominuo e;'1898. 'Hay comunes cornp Llamasá, Guerra y Palenq~e e~que no hay una sola escuela, porque el Ayuntamiento notiene ingresos para atender a ello'.

(9) Basado en cifras de poblacion -ver capitulo /l- y enlos datos arriba mencionados, supomenda por escuela un númerode 30 alumnos.

(lO) Bonó, 147; Informe, 358; oos. Civil y Mil. Prov. Santiago,Informe al Min. de lo Interior y Policia, enero, 1898, Actas Congr.Nac., ACN No. 5; Listtn, febo 16, 1899.

(11) Bonó, 147; Informe, 348; Listin 16 fe!>•. 1893; InformeGob. Prov. Sto. Dgo. al Min. de lo Interior y Polic ia, febo 8, 1898,Actas del Congreso, A GN, No. 115.

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Se impone la conclusión de que eran las comunesmayore s que habían disfrutado del aumento deprosperidad, las que aprovechaban de maneradesproporcionada el incremento total del número deescuelas primarias. En lo que respecta a la accesibilidad deI~ instrucció~ primaria, ~a oposición entre el campo y laciudad se hizo mas evidente en estos años: como sedesprende de su política de subsidios el gobierno central yasiempre había tenido la intención de favorecer a lasciudades, pero no había podido realizar estos planes por lae.scasez de dinero en los primeros 35 años después de 1844;sm embargo, al aumentar la prosperidad y al ser las ciudadeslas que principalmente se beneficiaron de ella, la políticagubernamental se hizo de manera casi automática.

De las escuelitas particulares, de las cuales cada barriode la capital tenía una o más, con unos 25 a 30 alumnos,algunas se limitaban a enseñar la lectura, la ortografía y laaritmética; otras enseñaban también 'aritmética, geografía,gramática, fisiología, historia universal y patria, y las buenasmaneras en el 'Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres'por Carreña'. Los castigos corporales imperaban: 'por lamenor falta de disciplina o por no saber la lección dememoria: el látigo, la palmeta, la puesta de pie largas horassobre el banco, las corbatas de yagua en exhibición durantela clase y, a veces en la puerta de entrada al plantel.Cuentan que algunos maestros crueles, solían hincar aldelincuente sobre un guayo (rallar. Las horas de escuelaeran de 8--12 y 2-5( 12), pero en 1898 varias escuelastenían un total de casi 180 días de asueto(13).

En el curso de los años se elevaron protestas contra losseveros castigos corporales, porque en la nueva Ley Generalde Instrucción Pública de 1895 se amenazaba a quienaplicara estos castigos, con un despido inmediato. En lamisma ley se hacían obligatorias para las 'escuelas primariascompletas', además de las materias usuales, tambiénnociones generales de agricultura, nociones generales dehigiene, moral cristiana, urbanidad y deberes sociales (14).Pero en 1899 el gobernador de Santo Domingo tuvo

(12) Gómez Alfau, op. cit., 15 Y sigo(13) Listi'n, enero 13, 1899.

'14) Actas Congreso No. 12,23, abril 24, 1895, AGN.

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nuevamente que recomendar que se dieran 'clases deagricultura' en las escuelas; en el mismo año (quizás porhaberse eliminado formalmente los castigoscorporales), lasescuelas publicaban los nombres de los alumnos de buena ymala conducta (15). Las tendencias de entonces demodernizar la enseñanza -que veremos después con másdetalle~ no sólose oponían al método tradicional deinstrucción (con su énfasis en la memorización colectiva)sino también al curriculum tradicional. t:.l escéptico -yrealístico- Bonó no aceptaba el modernismo educativo ensu totalidad, y hoy su crítica nos parece en ciertos aspectosmoderna. Después de criticar -en 1884- a las cabeceras deProvincia o Distrito, que sólo piden y exigen universidades,'antes que sus niños sepan el silabario y sus adolescentesgramática castellana', y después de señalar que eran losagricultores y ganaderos los 'que casi por completo paganlas escuelas', mientras que ellos mismos 'carecen en generalde escuelas primarias gratuitas', habla de la comprensibleoposición que provocan los conceptos pedagógicosmodernos, por lo cual ha surgido en realidad una situaciónde anarquía 'que al fin y al cabo neutraliza y hacennegativos los esfuerzos de lo viejo y de lo nuevo'. Luegocontinúa: 'Por su forma y fondo, la instrucción públicahasta ahora no ha producido verdaderos trabajadores, sólopretendientes cada día más numerosos a los empleospúblicos;jóvenes sin carrera, sin disciplina para todo trabajolargo concienzudo, habilitados imperfectamente para lascarreras científicas y únicamente buenos para entrar a unaoficina a aumentar el presupuesto, o para ponerse detrás deun mostrador de mercería a despachar géneros, con grandesesperación de las mujeres a quienes quitan su oficio'. Dehecho, la instrucción de las niñas tampoco había mejorado,según Bonó: 'Se han abandonado completamente en lasclases inferiores las tradiciones nacionales de costura llana,de camisas, de medias, catecismo cristiano y oficios caseros,sustituyéndolas en gran parte con los encajes, la oratoria, latapicería. Aspiraciones tan mal entendidas de padrespobres, de todo nuestro proletariado, no debe protegerlas elGobierno ni alentarlas la opinión (....); por el momento novan a mandar a sus hijas a las Cámaras Legislativas, ni como

(15) Lim;'. 8 de junio 1899.

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damas de Corte gótica a las de Flandes, ni como maestras ala manufactura de los Gobelinos ( .... ) podrán estas pobresencajeras y tapiceras sin dote, sin ajuar, ser las esposasfelices de los covachuelistas que las esperan, con sueldosinfinitesimales, arbitrarios y fugaces? '( 16).

Se ve pues, que era posible emitir una crítica justa delas tendencias 'modernizadoras' --ya veces mal entendidas-­porque enajenaban al alumno de escuela primaria de sumedio (no obstante las 'nociones de agricultura') y porqueno respondían a sus necesidades futuras y directas. Por otraparte sin embargo la modernización como fue abogada yparcialmente realizada por Hostos produjo importantesimpulsos en la vida espiritual de la República. Paraestudiarlas, debemos ahora abandonar la enseñanzaprimaria.

Cuando en 1879 durante el gobierno provisional deLuperón se decretó la legislación que creaba las EscuelasNormales --redactada por Hostos en Puerto Plata-, yafuncionaban en la capital algunas escuelas particulares anivel secundario y superior; había el ya mencionado ColegioSeminario Conciliar 'Santo Tomás de Aquino' dirigido porel Padre Meriño; el Colegio 'San Luis Gonzaga' (1866), deFrancisco X Billini, 'El Liceo del Ozama' del poeta José J.Pérez, una escuela de niñas 'El Dominicano' (1867) deMaría N. Billini; la Academia de Náutica (1875) de RománBaldorioty de Castro; en Santiago existía ya -desde 1872­el 'Colegio de la Paz' de Manuel de Js. de Peña y Reynoso.La prolongada permanencia de Hostos en Santo Domingotuvo repercusiones tanto cuantitativas como cualitativas enla enseñanza nacional. Además de la Escuela Normal de lacapital, de la cual él mismo era director, se fundaroninstitutos similares -aunque a veces por corto tiempo-- enLa Vega, Santiago y Puerto Plata. En Azua y SantoDomingo se fundaron escuelas preparatorias; en 1881 fuefundado el Instituto de Señoritas por Salomé Ureña deHenríquez, que se ocupaba del entrenamiento de maestras.Un año antes, y tal vez como reacción a las actividades deHostos, se restableció después de una prolongadainterrupción, la educación universitaria en el Instituto

(16) lJonó, 291 y sigo

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Profesional ---desde l882~- bajo la dirección de Meriño. Eneste Instituto Hostos colaboraba como profesor de DerechoPúblico y de Economía Política.*

La influencia cualitativa de Hostos en la enseñanzadominicana fue el énfasis en el positivismo de Comte, comoera interpretado por tos Krausistas españoles, maestros deHostos. Evolucionismo opuesto a la Creación, razonamientoopuesto a revelación, experimento opuesto a dogma,racionalismo opuesto a retórica tradicional, he ahí algunostópicos que debían inevitablemente llevar a Hostos y a susseguidores a un conflicto con los círculos conservadores dela inteligencia de la época.**

En su periódico La Crónica el director del Colegio SanLuis Gonzaga, BiIlini, atacó primero severamente 'la cienciaque se aparta de Dios, proscribiendo a Dios de las escuelas'y atribuía a ello el aumento de la criminalidad desde 1881;era de opinión que los hostosianos 'no tenían la libertad nide profesar públicamente la irreligión o el ateismo, porquese hiere el orden perfecto de la sociedad, que es el ordenmoral, sobre el cual se funda su modo de ser". La escuela deBillini no había producido entre 1866 a 1884 grandesnúmeros de graduados: '5 sacerdotes, 5 maestros deenseñanza primaria y secundaria, con títulos, y otrosjóvenes en la carrera del comercio'. Además del latín,griego, español, inglés y francés, su Colegio enseñabahistoria universal, geografía, cosmografía, física, química,aritmética, teneduría de libros, geometría, música ycaligrafía, pero el énfasis parecía recaer en materias como'historia sagrada, filosofía-ética ('Razones contra elutilitarismo'), teología y de retórica: oratoria, exordio,proposición, confirmación, argumentos; división de laoratoria: oratoria forense, judicial deliberativa, oratoria

*. En. 1887 Hostos publicó sus Lecciones de DerechoConstltl:'clOrIfll. en ~888 su Moral Social. Su obra póstuma Tratadode Sociologta publicada en 1904 ha tenido múltiptes ediciones (laúltima en 1941 en Buenos Aires).

** ~ no sólo la de la época: en 1918 y de nuevo en 1956 laprensa hIZO encuestas sobre la influencia hostosiana en el país, y las...eacc~ones -.favorable~ o desfavorables- revelan no pocas vecesinteres emocional. (La Influencia de Hostos en la cultura dominicana(Respuestas a la encuesta de El Caribe) Edit. del Caribe e Truiillo1956). . ..,.

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política, parlamentaria, sagrada' (17). Es de admirar lavirtud de persuasión de Hostos y de sus argumentos y laflexibilidad de Billini, puesto que después de algún tiempo,éste último retiró sus acusaciones de 'escuela sin Dios' de laEscuela Normal (alrededor de 1885) y además introdujo ensu propio colegio un programa con puntos hostosianos.

Un opositor ideológico más perseverante, más poderosoy por lo tanto más peligroso lo hallaron los hostosianos enel Arzobispo Meriño *, que no dejaba pasar ocasión en losaños 80 de fulminar contra el 'racionalismo materialista(que es el positivismo y el liberalismo)'; en sus ataquesreunía en un denominador común de 'liberales' a los'librepensadores, anticatólicos, renegados, indiferentes,ateos', equiparando el materialismo al sensualismo, y porende a la concupiscencia( 18); las buenas relaciones que esteprelado mantuvo con Heureaux, seguramente habránprecipitado la partida de Hostos en 1888. El 26 dediciembre de 1888 Heureaux escribió a su ministro Gautier:'Celebro como es debido la salida del Doctor Hostos delpaís. De allí me han telegrafiado algunos amigosproponiéndome sustituirlo al Sr. Don Fed. Henríquez,dizque para que abandone el periodismo y con él laoposición que nos viene haciendo en su periódico.Habiéndonos ayudado Dios a salir de Hostos no deseoentrar en Don Federico ni en ningún otro que no sea buencristiano'. Hostos regresó al país después de la muerte deHeureaux en 1900 para morir allí en 1903 ** . Un rudogolpe a su obra fue atestado en 1895 cuando en la LeyGeneral de Instrucción Pública se estipuló que la'divergencia de métodos entre la Normal y las EscuelasSuperiores' debía desaparecer. La misma ley creó en SantoDomingo y Santiago Colegios Centrales, cuyo personal fijo

(1"7) La Cránica, 28 de oct., 1885, 27 de nov. 1884, junio 1884.(18) Fdo, Arturo de Meriño, Obras Edit. La Nación Cdad

Trujillo 1960, 127, 134. ,.,.* Si" embargo es notable que el mismo Hostosrecomendara a

lI!eriño en 1882 para ta Rectoría del Instituto Profesional, y queeste último, durante su presidencia (1880-1882) apoyara la difusiánde las Escuelas Normales.

** Pero en 1896, disgustado por ta oposición clerical en,.Chile,'vtctima (aquel paú) del espíritu de imitación' estaba dispuesto aregresar a Santo Domingo, a pesar de ta presencia de Heureaux.(Hostos en Sto. Dgo., III, op. cit., 261 Y sig.],

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consistiría de un Director ($100 p. mensuales), unsecretario-profesor ($37.50) y un conserje ($7.50), con unasuma de $4.00 mensuales para gastos de material; elestipendio mensual sería de 10 pesos oro por cada hora declase. Las nuevas Escuelas Normales que debían serestablecidas una en cada capital de provincia, pagarían $50.a su director y a sus ayudantes cada uno $15. Además seestablecieron Juntas Provinciales de Enseñanza(l9). Estacon tra-reforma no significó que las ideas que Hostosdefendiera con gallardía, desaparecieran con él del país, asícorno tampoco habían entrado en el país exclusivamentepor su vía. El positivismo del siglo 19 así como elmaterialismo y el racionalismo en sus diversas formas yaexistían en el país desde hacía largo tiempo, y es posibleseñalar por lo menos una de sus manifestaciones, elanticlericalismo escéptico. Estas ideas siguieron ejerciendosu influencia por medio de la Masonería, a la cual también­pertenecía Hostos; contra esta influencia ni siquiera laoposición de Meriño pudo a veces surtir efecto, como quedademostrado en su vana oposición a la Ley de Divorcio del 2de junio de 1897, dictada por Heureaux con ayuda deldiputado Leonte Vásquez(20).

Si las ideas científicas de Hostos no hubieran creadocierto elitismo, algo parecido al de los 'científicos'mejicanos en el período de Porfirio Díaz , hubiera bastado lanoción de ser discípulo del venerado maestro y de ser, juntocon él, blanco de la crítica, para fomentar una cohesiónentre los 'normalistas' que les daba prácticamente lascaracterísticas de una secta. Así había la tertulia en elparque Colón, 'integrada por elementos químicamentenormalistas, enemigos de Lilís'(21); J ohn Pieters, albañilcurazoleño y cantor popular, criticaba en el periódico elsupuesto snobismo de este grupo:

Si porque eres normalistate firmas Bartolomé,yo, manejando mi planame firmo John Pietersmé(22);

(19) Actas del Congreso, 24 abrl11895, A.C.N.(20) Meriño, obras, op, cit., 294 Y sigo(21) Vigil Diaz, op, cit•• 53.(22) Listtn, 19 de mayo 18y3.

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pero la más clara evidencia de las características delnormalismo como movimiento 'social' es sin duda elpersonalismo alrededor de Hostos, quien con derecho---aunque tal vez a su pesar puede ser llamado el caudillodel grupo. Dificilmente puede hallarse en este período unaprueba más interesante de que el caudillismo no se limitabaal sector puramente político. 'Muchos le llamaban padre; amuchos él llamaba hijos'. Especialmente en sus últimos añosdominicanos, y por motivo de su proyecto para una leygeneral de enseñanza pública (190 1), tuvieron lugarviolentos debates; entre los opositores se destacó el Pbro.Rafael C. Castellanos, alumno de Meriño, que a su vez eraatacado en 'El Norrnalismo', órgano de prensa de loshostosianos. La querella no se limitó a encuentros verbales:el 'fervoroso normalista Pelegr ín L. Castillo' fue en esosdías 'agredido por uno de los obsecados sectarios de laminoría oposicionista'. El slogan de Hostos: 'Civilización oMuerte' adquirió así un significado especial, que él apenaspuede haber deseado, pero que hacían inevitables los'excesos de la defensa' de sus amigos leales que lo habíanelevado a caudillo en esta 'primera gran contienda delpensamiento'. El que la muerte del Maestro coincidiera conuna 'perturbación atmosférica' cabía en el marco heróico enque se había colocado a este caudillo de la educación (23).

El crecimiento y mejoramiento de la instrucción en elpropiu país no impidieron que se siguiera considerandodeseable la enseñanza en el extranjero. Para las niñas sepensaba de inmediato en el cercano Curazao, donde lashermanas Franciscanas de Roosendaal dirigían desde 1853el pensionado Welgelegen en Habaai, al que asistíannumerosas jovencitas de 'buena familia' de las repúblicascercanas. El Presidente Heureaux que visitó varias vecesCurazao -poseía allí algunas casas- había regalado unalámpara a la escuela, yen los años 90 mantuvo un contactoregular con la superiora Josefina Ricart, que eradominicana. No sólo una hija de Heureaux, Dilia, estudióallí; también escribía numerosas recomendaciones paraamigos (General Manuel Jiménez, Ernolio Mayer, Carlos

(23) Bostas en Sto. Dgo., op, cit., I1,LXVII, LXVIII y sigtvot.L,XXXI.

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Nouel) cuyas hijas iban a Curazao, para regresar después asu país, y a veces con un esposo.

Para los jóvenes, Europa seguía siendo el área deestudios preferida. En la generación anterior ya habíahabido varios jóvenes, especialmente del Cibao, que habíandisfrutado de una educación en algún país europeo,. Benigno F. de Rojas había estudiado en Inglaterra, Pablo

Pujols en España, para nom brar solo dos pero a partir delos años 80 el número de estudiantes en el extranjero crecepaulatinamente, aprovechando no pocas veces becas u otrosfavores presidenciales. Así en 1887 Francisco Henríquez yCarvajal tuvo la oportunidad de estudiar en Paris a cuentadel gobierno dominicano, actuando como mentor del hijode Heureaux y el del ministro Gautier(24). Los otros hijosde Hcurcaux fueron enviados a Alemania y España paraestudiar el uno ingeniería mecánica, el otro para ingresar enla Escuela de Guardias Marinos; al no poder hallarse enHannover un buen maestro español, el primer joven fuetrasladado también a España. Heureaux lamentó estecambio "porque prefiero la educación alemana a toda otra'(,:J 5). Esta opinión seguramente no era excepcional, si setoma en cuenta la germanofilia de la América Latina.

El número de hijos de familia pobres e iletradas, quepor medio de becas --presidenciales lograba recibir unainstrucción intermedia y académica es difícil de determinarcon exactitud pero no debe ser subestimado. Varias de lasescuelas particulares del país eran ayudadas por el gobiernocon dádivas o con exenciones de derecho de aduana, con elfin específico de ofrecer en cambio enseñanza a niños defamilias con limitados recursos económicos(26l.Constantemente se encuentran en las Actas del Congresopeticiones como aquella en que el General de BrigadaMontero pide para su hijo José Eulogio el dinero parahacerlo ingresar en el Colegio de Ingenieros de Segovia, paramás tarde poder hacerse útil en la construcción de

(241 Cartas,Pres. Heureaux, julio 20 1887 al Sr. Baron Emanuelde Almeda, Paris,

(25) Ldem, 14 dic. 1898, enero 14, 1899. a Sr. F. Hohlt,Hann over,

(26) E. Rodrtguez D~'?l0rizi, Salo,,!é l.!.reña y el 1nstitu~o deSeñoritas, Impresora Dominicana, edad. tvuuuo 1960, 133 Y stg,

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fortificaciones. Otra petición -excepcional en cuanto altipo de estudio~~ es la de Manuel María del Orbe que queríaenviar a su hijo de 9 años a un conservatorio europeo".

Entre 1888 y 1900 el Juro Médico que había sidoestablecido para ese fin, entregó a 52 personas certificadospara ejercer la medicina. De ellos 29 habían recibido suentrenamiento en el extranjero: 6 en Paris, 7 en Madrid, 6en La Habana, 2 en Edinburgo, 1 en Dublin (los 3 últimosllegaron al país para la construcción del ferrocarrilSamaná--Santiago con la Compañía Escocesa, ypermanecieron en él), y uno en Barcelona, Nápoles,Maracaibo, New York, Philadelphia, Connecticu t y Maine,respectivamente. Los 23 médicos con entrenamiento localhab ían estudiado en parte en el Instituto Profesional, otrostenían instrucción anterior y dudosa, y títulos como'Profesor práctico de tercera clase'.

Veamos con detenimiento algunos casos de evidentemovilidad entre los médicos de ese período. Estaba 1. F.Alfonseca, procedente de San Cristóbal, que viviendo conuna tía en la capital y trabajando primero como zapatero,obtuvo una beca del Presidente Conzález. Partió para Paris,pero tuvo que regresar después de la caída de Gonzáles; unanueva beca, de Vicini, le dió la oportunidad de terminar susestudios. El caso de Salustino Fanduíz, pobre inmigrantearu bano, que trabajando en la Casa Marchena guardó eldinero para costear sus estudios en los Estados Unidos. JoséF. Carda, un hijo del general Hermógenes Carcía (cuyohermano se enriqueció como comerciante en Sánchez)recibió una beca de Heureaux , Finalmente Rufíno OtilioMelendez, hijo natural de Francisca Urraca Vidal, quelavaba ropas y tenía ventorrillo. Recibió ayuda económicadel médico de Heureaux, Dr. Felipe Urraca, aparentementeun pariente, de cuyos hijos también 3 se graduaron demédico. La ayuda de protectores 'políticos o comerciales, obien la de familiares acomodados fue la que permitió a porlo menos 10 por ciento de los graduados en el período que

'" E'I hijo Gabriel se hizo excelente violinista. El padre hablaconstruido wpropio piano en 3 años, 'el piano de Moca' quedescribe Hostos con admiraci6n (Hostos en Sto. Dgo., 239).

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tratamos (por cuanto se conocen sus biografías) acompletar sus estudiost J'Z).

En un capítulo anterior ya anotamos las mejoras en elentrenamiento de abogados al reabrirse el InstitutoProfesional: anteriormente su educación se realizabaprincipalmente en privado, y la Suprema Corte lesentregaba los diplomas. Sin duda debe haber habido en estegrupo, una movilidad similar a la de los médicos.

Según vimos, el mejoramiento de la enseñanza dederecho no resultó en un perfeccionamiento de lajusticia en todo el país; así tampoco era de esperarse un efectopositivo en la situación de salud pública al aumentar elnúmero de médicos y mejorar su entrenamiento; losm e di cos siguieron concentrándose en las ciudadescrecientes* y la población rural, así como la poblaciónurbana pobre tuvo que seguir recurriendo a los remediospopulares, a los numerosos curanderos y algunospracticantes. Estos últimos no osaban demandar unhonorario a los empleados públicos, pues eran vulnerables alno poseer un certificado del Juro Médico(28). En los añosnoventa Santiago tenía un hospital fundado por elcomerciante Glas; Santo Dominjo tenía en 1898 unHospital Militar, además de San Lázaro, 'hospital deelefanciacos', un manicomio, y varias casas de beneficencia yasilos, los cuales puede suponerse que se ocupaban demanera primitiva de atenciones médicas.

En ese mismo año el Instituto Profesional consistía detres facultades: Derecho, Medicina y Matemáticas, y ademásofrecía clases de Filosofía y Farmacia. Lo que faltaba­totalmente aquí y en otras partes de! país era interés en elaspecto técnico y de laboratorio del entrenamiento.Algunos ejemplos curiosos pueden ilustrar esta falla asícomo la ignorancia que ésta tenía como consecuencia. ElInstitu to Profesional tenía "un microscopio", 'pero se decía

(27;· Datos de: Historia de la Medicina en Santo Domingo, op.cit.

(28) Véase por ejemplo carta Pres. Heureaux 20 dic. 1892 a A.Soto, Las Matas de Farfán, sobre actividades médicas del Sr. Linares.

* En 1893 la capital tenia 18 médicos, 4 dentistas y 10farmacéuticos; Santiago tenia en 1899 respectivamente 7,3 y 3.Santiago tenia entonces 7 abogados, Santo Domingo en 1893, 20.

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que estaba descompuesto, y sólo se utilizó mientras estuvoen esta capital un profesor alemán, de apellido Weber, queenseñó a manejarlo'. No sorprende tampoco el que unestudiante avanzado de medicina tratara seriamente deprobar la teoría de la generación espontánea criando'animalitos en un frasco de agua más o menos limpia,tapado con corcho'(29). También hubo el 'invento' de unperpetuum mobile basado en unas latitas llenas de líquido,que realizó Don Juan B. Rodríguez de J ánico ; entre 1885 y1888 este señor reclamó y obtuvo la atención de altosfuncionarios: 'Es muy cierto', escribía Heureaux alcomerciante santiaguero Glas en 1888, 'que Don Juan B.Rodríguez de Jánico me escribió y que me mandó unaespecie de Tratado sobre el movimiento perpetuo que yo leícon mucho interés y hasta lo dí a leer a personas decompetencia para formar criterios respecto de susproyectos, tuvo buena acogida y se respetó por muycompetente en física y matemáticas al amigo Rodríguez'. El24 de agosto del mismo año Rodríguez hizo nuevamentepropaganda a su invento en El Eco del Progreso: 'JuanBautista Rodríguez y Torres: Exposición sometida a laconsideración, justicia, honra y dignidad de los AltosPoderes del Estado y Cuerpo de Representativos oConsulares de las demás Naciones'. Su artefacto estabalegalizado por el Cura, el Jefe Comunal y otros líderes de supueblo Jánico(30).

Mejores pruebas de modernismo científico podíanhallarse en esos años en las largas polémicas que ocupaban ala prensa corriente sobre la teoría de evolución de Darwin,sobre las causas de la tuberculosis y especialmente sobre lahigiene, tema de moda, sobre el cual se publicaban largosartículos tomados de periódicos europeos.

Volviendo por un momento a la instrucción, debemosseñalar las instituciones fundadas especialmente paraartesanos y generalmente por iniciativa de estos mismos. LaAsociación de Artesanos 'La Alianza Cibaeña' fundada en1884 por iniciativa de Eugenio Deschamps y otros teníacuatro años después 3 escuelas; en este año el presidente

(2'J) Emilio C. Joubert: Cosas que fueron, op. cit., 79-80.(30) Cartas Preso Heureaux, 21 Marzo 1888, El Eco del Pueblo,

24 de agosto 1888.

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Heureaux fue nombrado miembro de honor de laasociación. También en la capital había clases nocturnas deartesanos *, que al igual que las otras institucioneseducativas, recibían un subsidio del gobierno(31).

!. l,a Prensay las A sociacioncs

Era una costumbre antigua el que también los órganosde prensa recibieran subsidios; ésta había sido fijada porLuperón en 1879 en un decreto(32), que prometía a cadaperiódico la suma de 40 pesos por mes. En años posterioresla suma varió, pero el principio fue mantenido.Naturalmente era recomendable la prudencia política a losdirectores de periódicos, pero aún bajo el régimen deHeureaux el director de 'El Teléfono' que había escritosobre la 'incompetencia, malicia o sugestión particular delos Jueces de Derecho' fue declarado inocente por untribunal(33 ).

El subsidio a la prensa apenas puede ser consideradocomo causa del notable número de periódicos que aparecíaen las ciudades principales **. El periódico capitaleñoListin Diario tenía en 1893 una circulación de 1000ejemplares; en ese año en la capital salían un total de 12periódicos. En Santiago, cuyo primer periódico, El Díahabía aparecido desde 1891, fueron fundados entre 1852 Y1900 un total de 16 periódicos de noticias, de los cuales 12

(3J) Ver Libreta Resoluciones Hacienda J6 marzo J887 gastosalumbrado del prof, J.J. Cortés. ' ,

(32) Luperán; op. cit. JJJ, 37.(33) Listin, 13 mayo 1896.* Una de ellas, la Escuela Nocturna para la Clase Obrera fue

fundada por Hostos en 1888.

~* .Sin embargo. Joubert c,onfiesa que un periádico como ElRepública del cual el era co-director, solo podta existir gracias alapoyo del gobierno. Alaba el régimen de Heureaux, que nuncaexigúi un articulo laudatorio para el Gobierno [Joubert op. cit.116). ' ,

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aparecieron en el último cuarto de siglo(34). A pesar de queno todos disfrutaban de una larga vida, su número estestimonio de un irreprimible anhelo de comunicación.Generalmente se trataba de la actividad de una sola persona,y el publicista también trabajaba en el aparato educativo ogubernamental. El nombre de la publicación (La Reforma,La voz del Cibao, El Dominicano, La Paz, f;l Derecho, LaRedención) con frecuencia indicaba una buena parte de suideología o programa. En este recuento no incluimos losnumerosos periodiquillos de sensacionalismo y escándalo quecon nombres como 'Cójanlo' y 'La Bomba" diseminabanchismes locales y emprendían violentos ataques personales.

Igualmente notable es el número de asociaciones quecaracterizaba la vida social e intelectual. En 1893 la capital,con una población total de 14,000 almas tenía 3asociaciones literarias, 10 filantrópicas. 6 recreativas, 6religiosas y 1 musical.(35) También en Santiago era grandeel número de asociaciones con nombres como La Caridad.Amantes de la Luz, Amigos del Adelanto, etc.;el club socialexclusivo 'Club Santiago' fue fundado a principios de1895, unos años después que el Club Unióp·de la capitalque tenía fines paralelos. Un pueblo como San Cristóbaltenía en 1885 las sociedades 'La Aurora del Pueblo' para 'elensanche y engrandecimiento de la común'; 'La Esperanzade la Juventud', para 'recreación y diversiones lícitas';'Independencia', para 'velar por el adelanto de lainstrucción pública', y una Compañia de aficionados alTeatro, que organizaba representaciones desde 1885 (36).

Hostos, cuyos muchos viajes le permitían ver elfenómeno dominicano en el contexto latinoamericano,también se sorprendía por la multitud de asociacionesprivadas: 'cómo han podido nacer, crecer y mantenerse esasasociaciones c. ..) en un medio social tan débil y un medio

(34) Bueno, op. cit., apéndice. Pero L. Carda Lluberes en suCritica Histórica (Ed, Montalvo}, Santo Domingo, 1964), criticandoun folleto de M.A. Amiama 'El periodismo en la RepúblicaDominicana', menciona para los años noventa solamente, 40·periódicos en la capital, una docena en Santiago, 4 en La Vega, 6 enMoca, 7 en San Pedro de Macoris, que Amiama no menciona en sufolleto!

(35) Listin, l tr feb, 1893.(36) E. Rodrtguez Demorizi, San Cristóbal de Antaño, op. cit.,

2'.

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político tan violento'; 'aquel pobre país ( ...) tiene unespíritu de asociación que ha sobrevivido a todas lascoacciones'. ~specialmente alaba a los 'Amigos del País'(Fundada como instrumento político contra los planesanexionistas del presidente Báez, limitándose después afines culturales) que 'celebra reuniones públicas en que lossocios leen o discurren ante el concurso de personas deambos sexos'; la 'Prensa Asociada' con lecturas y discursosy música; y 'La Sociedad Republicana', cuyos fines eranprimero políticos, pero que después fue dueña del teatro dela capital(37). Era también notable el número de 'clubs dedamas'.

Hay que observar que el 'espíritu de asociación' no leera extraño al propio Hostos; durante su períododominicano fundó 2 asociaciones, y fue hecho miembro omiembro honorífico de 11.

Junto a estas sociedades formalmente organizadasexistían las tertulias, clubes de conversación, que se reuníaninformal pero frecuentemente en un sitio fijo para discutirasuntos de actualidad: en la capital había en los añosnoventa la tertulia del platero José Lamercí, del barberoLechuga, la de la Farmacia Central, de don José Mieses,presidida por el Doctor Alfonseca 'de París', la del PapáJuan (donde se reunía la colonia siria), la del Petit Riché(donde después se congregaban los horacístas), la del Malú,frente a la estatua de Colón, donde se reunían 'encordialidad familiar y tropical, aristócratas y demócratas,ministros y gobernados a jugar tablero y tomar café'(38).Muchas de las asociaciones provinciales eran en realidadtertulias, que se reunían una o varias veces al año yorganizaban actos públicos.

3. La Masoner{a.

La masonería ocupaba en la vida social un lugarprominente. Introducida en Santo Domingo bajo el generalfrancés Ferrand en 1803, activa en los períodos

(37) Hostos, t., 277 Y sigo

(38) Vigil Diaz, op. cit., 53.

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subsiguien tes español y haitiano, llegó en el 1858 a fundaruna logia independiente, la Gran Logia Simbólica de laRepública Dominicana; el Supremo Consejo del Grado 33,que recibió en 1866 la dirección de las logias dominicanas,reconoce desde 1890 la autonomía de la Gran LogiaSimbólica. Entre 1858 Y 1900 fueron fundadas en todo elpaís una veintena de Logias(39).

De todos los presidentes de la República en el siglo 19sólo se sabe con certeza del Padre Meriño que no era masón,de algunos se sabe que fueron masones por la tradición oral;la gran mayoría, entre ellos Santana, Báez, González,Espaillat, Luperón , Billini y Heureaux fueron masones, elprimero y los últimos dos lo fueron en un alto grado. Elnúmero de políticos, poetas, educadores -entre ellosHostos-- periodistas y comerciantes que eran miembros deuna logia es tan abrumadoramente grande, su posición en lavida social del período tan prominente, que puede decirsesin exagerar que la masonería reunía los círculos dirigentesde la República en una red altamente efectiva. Esto noimpedía que hubiera antagonismos políticos o de otraíndole entre los masones, pero el llamado a un 'hermano' o'frercito' -scomo prefería llamar Heureaux a suscompañeros masones-e, tenía sin duda un efecto pocomenor que el que estába basado en parentesco sanguíneo oritual.

Hostos enfatiza que no eran sólo los 'círculos dirigentes'los que se encontraban en las logias: 'miembros de esainstitución ricos y pobres, desvalidos de siempre opoderosos de un día, altos y bajos, jóvenes y viejos (..hacen de las logias un centro de reunión tanto mfrecuente cuanto que ('0') muchos son profesores en l:escuelas nocturnas y gratuitas que todos los centremasónicos tienen, y casi todos intervienen en si,administración, sostenimiento y vigilancia' (40). Además deesta obra educativa, estaba la caritativa: en 1878 el GranOriente fundó dos Juntas de Socorro que cubrían entreellas todo el país y que debían prestar ayuda no sólo a'familias de los hermanos incapacitados para el trabajo pormotivos de edad, enfermedad o accidente', sino también

(39} Estos datos y los siguientes de: H.H. Lopez-Penha, op. cito(40) Hostos en Sto-.Domingo, l, 2760

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donde los hermanos 'por causas ajenas a su voluntad seencuentran en el extranjero', clara referencia a los múltiplesexilados políticos(41). Las logias también fundaron oayudaron a mantener hospitales, asilos y cementerios. Nocausa asombro que las logias masónicas recibieran ayuda delgobierno, por ejemplo con exoneración de derechos (42)*.

El mundo ideológico de Bostas y sus compañeros,como ya señalamos, no quedaba muy separado del de lamasonería de la época, y esto es confirmado una vez máspor el hecho de que el alemán Karl Christian FriedrichKrause (1781-1832) es considerado uno de los principalesfilósofos del movimiento masónico(43). Este filósofo, por víade sus adeptos españoles, los krausistas, tuvo la mayorinfluencia sobre la formación científica de Bostas. Las ideasde Krause sobre la tarea de la Masonería como cuidadora dela moral, junto al Estado como mantenedor del orden y a laIglesia como reguladora de la religión, la hallamos reflejadaen las actividades de Bostas; hay que aclarar que en la vidapública él entregaba la tarea que Krause adjudicaba a laMasonería, a la élite que él quería crear por medio de susistema educativo. También parece estar de acuerdo con lasideas de los krausistas el que Bostas -- aunque no titubeabaen juzgar al protestantismo como 'más adelantado en laevolución religiosa que el catolicismo'(44) -demostrara ensus opiniones y actuaciones públicas tolerancia alcatolicismo y a la religión en general, deseando no obstanteque algún día la religión llegara a ser compatible con larazón(45).

~.se mismo ti~o de .tolerancia, fortificado tal vez por loreducido ~el medio ~oclal y -durante largos períodos- porla ausencia en el bajo clero dominicano de tendencias deaislamient.o social fanático, pueden explicar el hecho de queen el pe~lOdo que analizamos existieran entre el clero y lamasonena muchos lazos personales y aún organizacionales.Solamente durante la Anexión española (1861-1865) lamasonería había sido proscrita por monseñor Bienvenido

(41) Lopez-Penha, op, cit., 77· 78.(42) Libreta Hacienda, A. C.N., 21 de junio 1887.(43) Lopez-Penha, op; cit., 108.(44) Hostos; Moral Social, Sto. Dgo., Carda Hnos., 1888, 153.(45) I dem, 148.

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Monsón; 'y desde el púlpito, en pastorales escritas y en ellecho de los moribundos, sin atender a las circunstancias delpaís, donde hacía más de medio siglo que imperaba lamasonería, como la libertad de cultos, se anatemizabandespiadadamente, en lo cual naturalmente se enajenaronmuchas voluntades entre aquellos mismos que habían hechola anexión'. De hecho, en esos años también debió 'el clerodominicano, inf1uente en los pueblos, y poderoso en loscampos( ...) someterse a nueva disciplina que contrariaba sushábitos y menoscababa su preponderancia, haciéndosepronto enemigo de la anexión e impopularizando a losarbitrarios opresores' (46). Cuando después de laRestauración tanto el clero como la masonería recobraronsus antiguas libertades, pudo continuar la tradición decooperación. En la capital fue costumbre durante largosaños que sólo los masones cargaran la imagen de San JuanEvangelista en la procesión del Viernes San to, y en Santiagohasta 1886 Y la desaparición de esa costumbre refleja talvez la creciente influencia de Meriño , recién ascendido aArzobispo· 'concurrían los masones a los actos de losJueves y Viernes Santos en traje de rigurosa etiqueta parahacerle guardia a Jesús Sacramentado'. 'Los masones delprimer a tercer grado cargaban a su patrono San JuanEvangelista, los del 40. al 330. (grado) acompañaban alSanto Sepulcro, y llevar las cintas que pendían del mismoera privilegio del grado 33'.

Bajo esas circunstancias no puede haber habidoconflicto generacional cuando en el siglo veinte dosmasones de alto grado (Nouel y Beras) vieron a sus hijosconvertirse en arzobispos. En este siglo y el pasadosucedía el que iglesias católicas fueran construidas conay~~~ de regalos masónicos; también sucedía el que eledificio de la Respetable Logia Nuevo Mundo No.S enSantiago pudiera ser terminado gracias a un préstamo de5,000 pesos del Presbítero Manuel Zenón Rodríguez. En el

(46) Luperón, op. cit., I, 82 Y sigo

* Los contactos masónicos no se limitaban a las fronterasnacionales: la Logia Restauración No. 11, de Puerto Plata mantenia"n las postrimerias del siglo correspondencia con 78 logiasextranjeras (Enr, Deschamps, op, cit., 195).

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siglo 19 había por lo menos una docena de frailes,presbíteros y curas que eran a la vez masones(47).

4. Las Organizaciones Religiosas

El contacto del clero con las autoridades políticas eratambién frecuente y no pocas veces simbiótico. El PadreMeriño, el prelado de más alto rango y una de las figurasprominentes del partido azul, estuvo tanto antes comodespués de su presidencia (1880-1882) en estrecho contactocon el gobierno. Especialmente en los años ochenta trabajóal unísono con Heureaux. En el inquieto año 1887 elpresidente le agradecía su cooperación tanto en palabrascorno en efectivo: 'Gracias por sus muy buenos informes,yo (estoy seguro) que U. hará cuanto humanamente esté asu alcance para trabajar en favor de la paz y de la concordiaentre sus hijos políticos y espirituales. Sé que U. alcanzamucho y tiene demasiada penetración para saber sondearlos abismos que formen los conspiradores (...). En cuanto alos $200 que en virtud de plantilla le están señalados alSeñor Arzobispo, no han sido rebajados (...) y ruégole aDios estemos siempre en aptitud de cumplir tan sagradaobligación'(48). Y el 15 de septiembre de ese mismo año:'Deseo más que ningún otro que su visita produzca grandesbeneficios como lo espero, así en lo religioso, como en losocial, como en lo político, y puede U. estar cierto que yo ymi Gobierno no desperdiciaremos ocasión de prestar a U.ayuda eficaz para sacar a salvo los principios del pueblodominicano. Confío en la bondad de Dios que me habrá depermitir aguardar en paz su regreso, para la celebración deljubileo Sacerdotal del Santo Padre, y no dudo que siempresacará U. algo del Gobierno, pues éste, cuando se trata deU. y de la Iglesia tiene empeño en ser complaciente ycumplido'.

En el mismo año Heureaux rogaba a Meriño que no

(47) Lopez-Penha; op, cit., 171 y sigo(48) Cartas Pres. Heureaux, AGN, 18 febo 1887.

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entregara la rectoría del Instituto Profesional diendooblicuamente al hostosianismo cuya influencia iba enaumento: '...la necesidad de que siendo U. el Jefe de laIglesia ( ...) se halle al frente del primer establecimientodocente de la República, en donde la lucha se haceindispensable para evitar con la luz de la verdad en la mano,el triunfo de los errores que aspiran a ser verdades nadamenos que dejando a la moral ya la conciencia la libertadirracional de la bestia que corre desbocada por las pampas.No Señor Rector, U. no puede, no debe abandonar elsillón'( 49).

El año siguiente -el año de la partida de Hostos­Heureaux publicó un 'Mensaje sobre enseñanza de moralcristiana en los planteles de educación'. Comentando sobreeste escrito a un amigo, Heureaux indicó claramente cuálesfunciones adjudicaba a la religión: '(no permito) que lareligión recaiga: ella en parte es el freno de laspasiones'(SO). Por su parte Meriño siempre estuvoconvencido de que 'El orden es el primer elemento de lasociedad: es su base y firme apoyo. Sin él, la unión de losasociados es imposible; porque él es el verdadero sostén dela fuerza moral de las instituciones y el regulador delmovimiento social en el uso o ejercicio del derecho comúno individual'(Sl).

A pesar de que Meriño y Heureaux estaban básicamentede acuerdo sobre el fin y la tarea del Estado y la Iglesia,tuvieron diferencias de opiniones sobre determinadosasuntos, que ambos generalmente consideraban comopertenecientes a sus jurisdicciones. Ya en 1888 Heureauxse quejaba a Luperón de que 'del mismo Padre, a quien yorespeto y considero, y cuya elevación a la Mitra tomé tan apecho, (tengo ya) quejas que a otro que no fuera de micarácter le habrían hecho desangrar el corazón'(S2). Yviolento fue el tono de Meriño cuando en 1897 atacóseveramente -yen vano- la ley que hacía posible eldivorcio; ya antes la hemos mencionado. En sus protestas

(4Y) Idem, oct. 24, 1887.(50) Idem, Mayo 9, 1889, a Manuel Ma. Castillo, San Feo. de

Macorts.(51) Meriño, Obras, op. cit., 21.(52) Cartas Preso Heureaux con Gobernadores y Jefes Militares,

abril 5, 1888.

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contra este 'signo de decadencia de las sanas costumbres'incluso dejaba oír una amenaza: 'Y Nos particularmente,que siempre hemos bendecido a Dios porque durante elejercicio de Nuestro ministerio episcopal, hemos visto reinarla más inalterable armonía entre el poder eclesiástico quedesempeñamos y el poder civil, prevemos con fundadotemor la alteración de tan suaves, gratas y beneficiosasrelaciones, obligados como estamos al cumplimiento demuy sagrados e impretermitables deberes obedeciendo antesa Dios que á los hombres'(53). Pero Meriño tuvo quecontinuar su oposición a lo que consideraba ideasanti-religiosas incluso después de la muerte de Heureaux -yentonces con mayor urgencia-, como en diciembre de 1899cuando fue propuesta la ley de separación del Estado y laIglesia; todo ello indica el carácter casi inevitable de lastendencias secularizadoras de la época que reflejaban lossucesos en Europa, y especialmente en Francia. La preguntaretórica que se hacía Meriño en su carta pastoral: 'Yenefecto, en un pueblo católico por su origen, educación,práctica constante é inalterable tradición, es concebibleseparar al cristiano del ciudadano? '(54) era contestada ennombre de la población rural -que también en estos'asuntos era conservadora- por el cantor popular JuanAntonio Alix:

'Que siga la religiónDel que fué crucificado,Siendo siempre del EstadoY también de la Nación.La general opiniónDel pueblo dominicano,Y de todo ciudadanoDe criterio y de valerDice que así debe ser,Porque el pueblo es soberano'(55).

(53) Meriño, Obras, op. cit., 295·96.(54) Idem, 311.(55) J.A. Alix, op, cit.•• 142

~52

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A nivel provincial, se encontraba la misma cooperaciónentre dirigentes espirituales y seculares que era usual al nivelnacional. Varios curas servían -siguiendo las huellas deMeriño- como informantes de Heureaux (Padres Luichínen Guayubín, Antonelli en Dajabón, y varios más).

Sobre la visita de uno de los gobernadores de Heureauxa Jánico, el cura del lugar escribía el siguiente reportaje alVicario-general: 'Las fiestas (patronales) están quedandocomo yo y Ud. deseamos. El general Pepín comió hoy aquí,yo hice que las Señoras del pueblo le hicieran unamanifestación para que ellas la firmaran, y una niña en unabandeja trajera la petición. Por fin conseguimos nuestroobjeto, ha regalado un Santo Cristo. Ahora a Ud. le tocaactivar la cosa. Ud. hablará con él. Le recomiendo que lohaga como si fuera la cosa suya'. Y efectivamente el Vicarioencargaba poco después a Larrier, en Alwy, Francia un'Chríste en terre, avec tous les accesoires, inscriptions,clous, etc.'(56).

La obra pastoral en el campo se realizaba prácticamentesin control superior. Sólo de vez en cuando visitaba algúnalto prelado como Meriño una región apartada, y entoncesse mantenía ocupado con sus múltiples deberes: 'Lasconfirmaciones abundan y con ellas, como es muy natural,los calores y los sudores'(57). 'Si (la iglesia en La Victoria)es un rancho viejo, ésta (de Sabana Grande) es una choza·desmantelada. Los de aquí piensan reedificado, mejordicho, hacerla nueva, pero hay algo como apatía odescuido. (Monseñor Meriño) ha hablado algo 'del

'matrimonio, del bien que causa a las sociedades, de sumoralidad y ventaja. Habló del amancebamiento óconcubinato, del mal que acarrea a la sociedad, de suinmoralidad y desconveniencia. Algunos han venido ya ahablar para casarse (nótese algunos amancebados).Monseñor les 'proporciona dispensaciones de proclamosparentescos y todo lo que sea necesario. Monseñor es vistoy atendido. Vos sabeis que su palabra magnetiza, vos losabeis: ella romperá también esa maldita cadena delconcubinato, tan común en nuestros pueblos, tan

(56) Bpistotario Nouel, A.G.N., op, cit., 11, Q6.(57J Id; carta de Padre Otero Notasco, de- viaje con Meriño,

1887,1/, N, 4.

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perjudicial en nuestras familias, tan deshonrosa en nuestrassociedades'(58).

Los mismos curas a veces no podían resistir la fáciltentación del concubinato. Heureaux a veces utilizaba laposibilidad de chantaje moral que ofrecía este tipo derelaciones. Así le escribía el 29 de julio de 1882 alrespetu oso Reverendo y publicista Don Gabriel Moreno delChristo en El Seibo: ( ...) Tengo además que comunicarleque aquí en el círculo de la Iglesia se le hacen a U. algunoscargos de lujuria poco honroso para su personalidad ( )que esto ha subido los escalones del Palacio Arzobispal ( );aquí los cargos: lo. que allí hay un hombre ladrón y demala conducta, y que U. vive constantemente visitando esacasa por estar enamorando la hija de ese malhechor -sellama Nepomuceno Peralta. 20. Que la señora CatalinaZorrilla se ha visto obligada a trasladar su hija a otra casapor la persecución tenaz de Ud. Todas estas cosas, miquerido amigo, me hacen pensar mucho en U., máximecuando soy muy celoso de su buen nombre y reputación,sírvase guardar silencio de esta carta, sea U. prudente yjuicioso, mientras tanto escríbame y dígame que eseso'(59).

El Padre Quezada, en Jánico, parece haber tenidodificultades similares. En la misma carta en que pide permiso alCanónigo (y masónico! ) Nouel para realizar gratis losmatrimonios de amancebados en su parroquia, se refiere a'lo de Juana Núñez, le juro por las cenizas de mi madre quees incierto. Además, mande U. aquí a preguntar si conocena alguna Rosa Peliton, y si saben que aquí está alguna pormi cuenta. Déme luz sobre lo que le vaya preguntar, yo enesa materia soy un ignorante (...) Teniendo esa joven 23años de edad, que ella quería? Acaso es menor de edad? 'Aunque ya tenía listo su caballo para huir a Haití, su asuntoparece haber sido calmado con dinero. El cura continuólamentándose después: 'Ahora cómo Santamaría se quedóen su puesto? Y Moscoso, y Santeliseo? Créame que yosoy el más fatal, pues solo a mí me pasan tales cosas'(60).

(ss) l dem, del Pbro. Otero Nolasco, Mayo 25, 1886, 1I, Z 4.(59) Cartas Pres; Heureaux, A.C.N. 29 de julio 1882.(60) Epist. Nouel. l/, Q, 2,20.

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La ausencia de supervision e intercambio socialfomentaba igualmente otras debilidades; así en el San Pedrode Macorís de 1874, aún un pueblo pequeño, el cura fueacusado de 'emplear medios violentos como son losfoetazos que aplica y el miedo que infunde a los pecadoresa los cuales obliga a confesarse o a casarse sin habersepreparado como lo manda la Iglesia '(61) Y en 1896 elpadre Eliseo Bomia provocó un escándalo en Baní: habíacolocado un espejito en el altar para poder espiar a losfeligreses. Cuando un tal Alfredo Martínez no se arrodillóen el momento preciso, Bomia envió un clérigo paraobligarle a hincarse de rodillas. Esta disputa llegó incluso ainteresar al Presidente, y terminó fmalmente con unproceso del padre contra el Listín, que acusaba al cura deconducta inmoral. El periódico ganó en el tribunal deprimera instancia, más tarde el pleito fue resuelto fuera dela corte (62).

Disponemos de la contabilidad de un cura del pueblode Mao, posiblemente referente a un mes del año 1893:

Bautismos 45Matrimonios 2 (1 de caridad)Por una dispensa de una proclamaEntierro de primera claseResponso a un cadáver en la IglesiaEnviado por el Padre Honorio

Deducidos

Al campanero según ordenAl idem por el entierroAl sacrisstán por id.A los monigotes por id.Al sacristán y a Lolo por el responsoAl id. por incienso

(61) L. Carda Ltuberes.op. cit.• 177.

(62) Listtn, 30 de abril 1896.(63) Epist. Nouel; 1, 1, 4.

56.259.005.00

16.002.00

14.00

102.25

10.001.001.000.750.751.00 (63)

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La situación económica de los curas rurales era pocofavorable. Es cierto que recibían algunos ingresos porservicios religiosos, y gracias a antiguas costumbres, comoaquella en que en nombre de San Isidro, patrono de laagricultura, recibían una parte de la cosecha, pero una parteconsiderable tenían que entregarla al Superior Cura. Estoprovocaba a veces reacciones de amargura, en que selamentaba de la 'carrera' sacerdotal: e •••que hacen comodiez o más días que reposa en mi poder un oficio delVicario General en el que me dice que inmediatamentedebo pasar a Santo Domingo a recibir órdenes del SuperiorCura, y, por falta de dinero con que emprender el viaje,pues no gano un centavo no he podido ir al llamamientoque se me hace. Por tanto, yo espero que, indulgente Ud..orno siempre con quien nunca podrá recompensarle losmúltiples favores que tan espontáneamente ha sabidodispensarme, vea de la manera como me manda algunasmisas con las cuales pueda yo llevar a cabo mi viaje. Tal vezserán las últimas misas que aplicaré pues estoy dispuesto arenunciar esta carrera, que sólo ha brindado negros engaños,antes que soportar las injusticias del déspota (VicarioGeneral Tejera) ( ...) pues siempre he creído, como dice ellibro santo, que no solo de pan vive el hombre. Si esehombre energúmeno continúa en la Vicaria, no dudo quemuy pronto haya un cisma en nuestra Iglesia' (64).

Al igual que la medicina contaba con practicantes noautorizados que deben ser distinguidos de los curanderospopulares primitivos, así también la iglesia tenía susrepresentantes no autorizados que sin embargo manteníanla iglesia oficial como modelo, y que no deben confundirsecon las brujas y otros practicantes de magia. Así a vecessurgían, en varias épocas y lugares en el país ermitas queno tenían autorización eclesiástica, y a las que los fielesllevaban dinero y donde se adoraban determinadossantos(65). La asistencia a la iglesia y la devoción ritualeran predominantemente asunto de las mujeres. En laantigua iglesia de la capital Regina Angelorum recibieron la

(64) Idem, I,E,6, mayo 3, 1893 de Padre Eliseo Echevarrta, LaVega, at Canónigo Nouel,

(651 Cv. Listin, abril 3,1899, sobre ermita en Moca, con imagende San Isidro.

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comunión durante el mes de junio de 1884, 1154 señoras y16 hombres (66). Pero donde coincidían religión y vidasocial fuera de la iglesia, entoices la participación -tambiénla masculina- era práctica,..ente general y se reafirmaba a lavez el estrecho lazo con el gobierno. Esto se manifestabaespecialmente en la Semana Santa o Semana Mayor que eracosteada según la tradición por el Gobierno, quegeneralmente -y también según tradición- tomabaprestada la suma necesaria a algún comerciante importante.En la capital -para tomarla por ejemplo- se realizaba enesta semana una procesión diaria: el domingo la de Jesús enJerusalén, después la de Jesús en el Huerto. El Lunes Santo:oficios religiosos a Jesús en la Columna, bajo el patrociniode su hermandad, capitaneada por la prestigiosa familiaGuerrero, dueña de la Imagen. 'Desde el Miércoles Santo alas diez de la mañana, quedaba la iglesia al toque de queda,hasta más o menos la misma hora del Sábado de Gloria, ungran recogimiento se observaba en la ciudad, nadie alzaba lavoz, no se oía por ninguna parte quien se atreviera a cantarni a tocar ningún instrumento'. La policía se ocupaba demantener el silencio. No se permitía la entrada a la ciudadde ningún caballo o vehículo. Los pocos animales quetransitaban por las calles tenían las patas atadas con trapos.Estaban cerrados las oficinas públicas y los cafés. 'Losrituales toques de los templos eran hechos con elinstrumento llamado matraca. Los tambores militares erandestemplados. Las banderas, incluso las de los consulados,ondeaban a media asta'. Terminados los actos religiosos enla catedral, salía una compañía de soldados a recorrer lascalles 'tocando alegres marchas y fusilando, de paso, a losJudas colgados de casa a casa'.

'Cada parroquia tenía sus sociedades o hermandades,presididas por una persona piadosa que llamaban ElComisario y se encargaba de recolectar anualmente (...) losrecursos ( ...) para las fiestas patronales así como redactar elprograma de las mismas, que eran impresos y circulaban conanticipación habiéndose repartido los nueve días de misas,

(66) Además participaron, por obligación, 120 niños del ColegioSan Luis Gonzaga. (La Crónica, julio 1884).

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salves, alboradas, horas cantadas, etc., entre los devotos másadinerados. También circulaban décimas y seguidillasimpresas que (oo.) iban encendiendo el entusiasmo popular.En esos días la iglesia en fiesta no descansaba, pues teníancelebración de muchas misas, salves, horas cantadas, repartode limosnas, concesiones de indulgencia, confesión ycomunión, cumplimiento de promesas, votos, bautizos,matrimonios, sermones, etc. Exteriormente era adornada laiglesia, así como el barrio, con banderas, (oo.) cordeles depapel picado en todos los colores, simulando flecos ycadenas. Algunas casas lucían adornos especiales, hechoscon guáyiga o con palma de coco. Si la procesión erasorprendida por la noche a causa de los muchos motetes, losvecinos sacaban a puertas y ventanas sus lámparas ybriseras' .

Estas fiestas patronales de los barrios duraban nuevedías; ocho de ellos eran organizados por los devotos, y elnoveno por la iglesia. Cada barrio trataba de sobrepasar alotro en sus festividades y en cada fiesta de barrioparticipaba la ciudad entera: 'eran estos días de completoholgorio y francachela, comilonas y bebentinas (oo.) Pasadala media noche, menudeaban los sancochos y locrios,conjeccíonados con las gallinas o pavos Que mozos de buenhumor se robaban en otros barrios (oo.)'. Había unaorquesta callejera con guitarra, güiro y pandero que tocabapor la tarde danzas y carabinés para bailar (después de quetodo el mundo había asistido por la mañana a la MisaSolemne). En las casas elegantes había piano, violín, a Vecesarpa, y se tocaban valses y danzones y danzas como L.Tentación y Tus ojos.

Aveces se organizaban corridas de toros en callescercadas para ese efecto, con un Jurado y Madrinas -a losanimales les ataban a veces cohetes en los rabos. Finalmentehabía también un pequeño cañón que era llevado de barrioa barrio, manejado por algunos artilleros, 'casi siemprecapitaneado por un morenito apodado Chago'. Nosorprende qúe los enfermos graves fueran' conducidosdurante los días de fiesta a lugares más tranquilos. El barriode San Carlos tenía la fiesta de La Candelaria en febrero,San José la suya en abril; en julio Nuestra Señora delCarmen en el barrio de ese nombre, en octubre el barrio deSan Miguel tenía la suya, en noviembre el de Santa Bárbara.

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Además estaban las fiestas de Año Nuevo, Reyes Magos,Nuestra Señora de Belén, y la Altagracia (patrona del país)en enero; día de la independencia y carnavalen febrero;Semana Santa en abril; las 'ruidosas fiestas de cruz' demayo, cuando se adornaban con flores y guirnaldas lascruces que eran colocadas permanentemente en plazas,calles y cruces de caminos; Corpus Christi en junio, cuandose tiraban muchos cohetes y triquitraques; en agosto lafiesta de la Restauración, en noviembre San Andrés el día30; en esa ocasión las damas y caballeros elegantes setiraban cáscaras de huevo llenas de perfume; la gente depueblo las llenaba de agua de tuna o anilina; la fiesta erallamada antes carnavales de agua y terminaba -como lamayoría de las fiestas- con peleas a pedradas; en 1897 elPresidente Heureaux, acompañado de un ministro, navegóen un bote cito por el Ozama para alcanzar a algunoscapitaleños distinguidos que habían querido escapar en unbote a la fiesta, y mojarlos y alumbrarlos con luces decolores. En noviembre había también la novena de finados,con una 'procesión de los huesos' nocturna; en diciembrefinalmente había la Noche Buena. Y todavía no hemosmencionado todas las fiestas; así había en junio la fiesta deSan Juan y San Pedro con sus fogatas y borricadas en quejinetes montados en mulas saltaban por encima defogatas(67).

La influencia de tan numerosas fiestas en la economía,incluso en la mentalidad económica fue sometida por Bonóa un juicio crítico: 'Los dominicanos guardan la tres cuartaspartes del año, comprendiendo en ella: los domingos, losdías de ambos preceptos, los preceptos de mira, los depatronos generales y particulares, los tres días de las cuatrosolemnidades pascuales, los de los santos abogados de losgremios de las enfermedades de los ojos, garganta, muelas,partos, terremotos, cosas perdidas, etc., imprimiendo en suabstención, no la idea religiosa, santa y pura de la oración,buenas obras o recogimiento, pero atribuyendo al acto deltrabajo útil y honesto, castigos próximos y eventuales porhaberse hecho en el día que creen de guardar. De manera

(67) Citas y datos de: Luis Emilio Gómez Alfau, op. cit., 94 ysig., 137.

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que esta creencia quita al trabajo su santidad y le imprimeun carácter pecaminoso, siendo corrida la opinión entre losobreros y labradores, de quien trabaja en uno de esos díasferiados por su idolatría, incurre en lesiones traumáticas oen resultados negativosen el mismo trabajo' (68). En marzode 1899 Leonte Vásquez presentó al Congreso un proyectode ley para reducir el número de días festivos; fue él quientambién había auspiciado dos años antes la ley de divorcio.Al defender su proyecto hacía hincapié en el hecho de quemuchos obreros estaban dispuestos a trabajar en esos díaspero que no les era permitido, y que así se veían obligados aquedarse sin ingresos(69).

Así los sectores político, social y económico de lasociedad estaban sometidos a la profunda influencia de laiglesia como organización social por una parte, y por otraparte y sin duda igualmente importante, a la totalidad deconvicciones y creencias que eran consideradas por elpueblo o por partes de él como recomendables por sertestimonio de fe católica; el silencio de la iglesia a esterespecto, era interpretado, y parece que correctamente,como aprobación.

A la prensa local no llegaban muchas noticias sobre lasactividades del pequeño grupo de protestantes, en sumayoría descendientes de los metodistas norteam;ric~os

llegados al país en los años 20; sus mas hablan SIdoreforzadas recientemente por los inmigrantes re las IslasBritánicas y de las Islas Vírgenes que se habían establecidoen los ingenios azucareros; en la capital habían abandonadola lengua inglesa por la castellana: en junio de 1893 JosiahRobertson dictó una conferencia en la iglesiaprotestante dela capital: 'La educación considerada con respecto aldesarrollo y engrandecimiento del hombre', temacaracterístico para este grupo que ponía tanto énfasis en elestudio. En el mismo año leemos sobre planes para unnuevo local en la capital. Los apellidos de los dirigentes-Hamilton, Phipp- indican continuidad a partir de su

(68) Bonó, op, cit., 161.

(69) Listin, 22 de marzo 1899. Ignoro ai fue aprobada 14ley.

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establecimiento en el país setenta años antes(70). Fue enlos años veinte y treinta del siglo veinte cuando seorganizaron nacionalmente las comunidades protestantesdispersas, reemplazando sus antiguos lazos con losMetodistas británicos con una cooperación con lasorganizaciones evangélicas norteamericanas: el mismopatrón del surgiente predominio norteamericano ydeclinación de Europa 'fUe encontramos en el terrenoeconómico (71).

5. Las artes

La vida literaria alcanzó en la segunda mitad del siglodiecinueve notables cumbres. La cantidad de producciónliteraria ya había sido grande durante el siglo entero,aunque la emigración de una parte importante de la élitedurante el período haitiano produjo cierto revés; en lasbiografías de los literatos dominicanos -casi todosparticipantes en la política, como todo el mundo~,

aparecen cada vez exilios que subrayan la notable intensidadde los contactos intelectuales con Cuba, Puerto Rico,Venezuela y el resto de América Latina. Pero en sentidocualitativo es la segunda mitad del siglo la que puede serllamada excepcional tanto por la calidad de las obras comopor la precocidad cronológica de las mismas dentro de losrespectivos géneros. Estaba Pedro F. Bonó, t<ln talentoso enmúltiples facetas, que publicó en 1856 su 'novela decostumbres' El Montero en París, fecha temprana para estaobra 'realista'(72). E s t á t a m b i é n Enriquillo(l879),novela histórica de Manuel de ls. Galván que trata de loscomienzos de la sociedad colonial y del papel del caciqueindio rebelde Enriquillo. Hace poco fue incluida por laUNESCOen su serie de obras representativas de la literatura

(70) Listtn, ,11 junio; 28 nov. 1893.(71) Véase H. Hoetink 'Americans' in Samand, op. cit.(72) Véase prefacio de E. Rodríguez Demorizi, en: Pedr.o F.

Boná, El Montero, Col. Pensamiento Dominicano, Julio D. POStigo ehijos,_Santo Domingo, 1968.

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mundial, y ha sido traducida al inglés por Roben Gravesyal francés por Marcene Auclair(73). Y finalmente están JoséJoaquín Pérez y Salomé Ureña de Henrfquez, canonizada laúltima por el español Menéndezy Pelayo como la primeragran poetisa del país. No escribimos una historia de laliteratura y nos abstenemos de mencionar los nombres delas docenas de otros que contribuyeron en este período alindudable florecimiento de las letras dominícanas. En 10que se refiere a las dimensiones sociales y políticas de suproducción, quisiéramos limitarnos a señalar cuatrotendencias evidentes: interés en el pasado indio, interés enlas costumbres y lenguaje del propio pueblo, solidaridademocional con los pueblos vecinos aún coloniales de Cuba yPuerto Rico y una fe, expresada poéticamente, en elProgreso, en la posibilidad de mejorar la sociedad futura.

La búsqueda literaria de las rarees de la identidadnacional propia halló su paralelo no sólo en la obra logradadel pintor y escultor Abelardo Rodríguez Urdaneta, sinotambién' en la imponente obra de los historiadores de eseperíodo. Después que Antonio del Monte y Tejada, enexilio cubano, escribiera en 1853 su Historia de SantoDomingo (que fue publicada en 1883 por la Sociedad'Amigos del País'), obra que describía solamente la épocacolonial, vino José Gabriel García, 'el padre de la historianacional' con su Historia (1900) en que describía la historiacontemporánea hasta 1876. Esta obra, en conjunto con lade Luperón : Notm Autobiográficas y Apuntes históricos(1896) ha determinado en granparte los juicios y prejuiciosde la inteligencia dominicana en relación con el procesohistórico de liberación nacional y de los fenómenos que 10acompañaron, tanto en 10 referente a los actores q,ue en élaparecen, como al carácter de la interpretación histórica;ésta es -de acuerdo con el pensamiento social vigente- decarácter 'aristocrático' y heróico.

Retomando por un momento a la poesía debemosseñalar cuán tenue era a veces la demarcación entre poesía

(73) Joaqul'n &zaguer, Historia de la literatura dominicana,2da. ed., Edit. Librer(a Dominicana, Cdad. Trujillo.! 1958. Vertambién para lo, datos siguientes: Max Henriquez Urena, Pano~_histórico de la literatura dominicana, do, tomos. CoL PensamientoDominicano, LibrerÍil Dominicana, Sto. Domingo, 1965.

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de 'élite' y la 'popular' en un país donde cada quien hacía,en ocasiones, versos: en la obra de Rodríguez Demorizi'Poesía Popular Dominicana'(74) aparecen los nombres devarios poetas 'oficiales'. Varios de los versos de JoséJoaquín Pérez fueron puestos en música en su época, y'eran cantados por el pueblo'(75). Un típico poeta popularcomo Juan Antonio Alix (1883 -1917) fue colocadodespués en la fila de los grandes poetas nacionales. Alix, quecomentaba en sus décimas temas de actualidad política ysocial, informando así a los estratos inferiores de maneraamena, 'publicaba sus composiciones en hojas sueltas quecirculaban profusamente por toda la República. Esosvolantes, tan solicitados, era el dinero que Alix llevaba almercado de su pueblo en busca del alimento cotidiano.Entre las placeras y los campesinos de Santiago, él era unídolo. Ningún regalo mejor podía llevar el campesino deretomo a su bohío, que una 'décima de Juan Antonio' y nopasaba una semana sin que la celebrada poesía fueseconocida y recitada en toda la comarca'(76).

A su vez, los poetas 'elegantes' escribían con frecuenciapoemas de ocasión, como Fabio Fiallo, alabando la bellezade una cantante de una de las compañías de zarzuelasespañolas que en esa época comenzaban a visitar el país conalguna frecuencia, al igual que otros artistas extranjeros eincluso circos (77). En los años noventa se encuentran enlos. periódicos numerosas críticas literarias, generalmentereferentes a la literatura francesa, y la muerte de VerlaineprCNOCÓ en alguien del pequeño pueblo de Sánchez unalarga exposición contra el 'decadenüsmo'(Zx). Fiallo tuvoya desde muy temprano contactos con Rubén Darío, peroeran principalmente los literatos europeos los que seguíanatrayendo el interés de los dominicanos. J. J. Pérez tradujoa ThomasMoore, César Nicolás Penson traducía del italianoy Manuel Rodríguez Objío, para mencionar sólo estos tres,tradujo obras de Víctor Rugo.

(74) Vol. J, Edit. 'La Nación', edad. TrujOlo, 1938.(75) Max Henriquez Ureña; op. cit., J, 182-

(76) E. Rodn'guez Demorizi; Poesia popular, op. cit., 259.(77) Listín, 2 agoato 1893.(78) Listín, 9 mano 1896.

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Mientras que en 1871 no existía en el Cibao tienda delibros ni biblioteca(79), en 1899 había solamente enSantiago 2 bibliotecas públicas, 3 imprentas y 1 librería, yen 1893 en la capital 4 bibliotecas públicas y 4 librerías;también estaba establecido allí un agente de la librería yeditorial curazoleña Agustín Bethencourt e hijos, quepublicaba para toda el área circundante de habla hispanalibros y música, y que importaba obras europeas. Tambiéneran importados libros (europeos) de los Estados Unidos,como se ve en una orden escrita en francés de Bonó alCourrier des Etats Unis en Nueva York, en que encarga,entre otras, obras de Moliere, Rousseau, Diderot, Pascal,Lafontaine y ediciones francesas de Goethe, Shakespeare ySwift(80). También se _podía obtener en el país literaturaextranjera. La tienda de libros y música de Abraham Curiely Pereira (dos judíos sefarditas) anunciaba en el Listín del22 de enero 1893 tener en existencia obras de Balzac,Dumas pére, Espronceda, Flammarion, Benjamín Franklin,Víctor Hugo, Lamartine, Edgar Alan Poe y Schiller.

El Presidente Heureaux tenía siempre sobre suescritorio dos libros: El Principe, de Maquiavelo, y Amalianovela histórica de Mármol 'donde se pinta la época deRosas en la Argentina'(81), pero también encargaba aCurazao otros libros y música, con frecuencia para susfamiliares, y suministraba a las bibliotecas extranjeras quelos solicitaran libros sobre la República. Ulises Heureauxhijo (1876-1938) educado en París, escribió algunas novelasde orientación francesa y dramas de teatro, queestablecieron su reputación como poeta; no compartió elinterés de su padre por la guerra y la política. En este caso,pues, quedaron repartidas entre las dos generaciones estosdos tipos de vocación, cosa excepcional, puesto que locomún era que los generales fueran poetas y viceversa

La predilección de los literatos por la palabra más quepor la idea, por la forma más que por el contenido, por el'bien decir' más que por el 'qué decir', tan manifiesta en eltipo de cultura aristocrática que nos ocupa, era criticada

(79) Informe, op. cit., 563.(80) Bonó, op. cit., 606.(81) Vigil Diaz, op, cit., 86.

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con mucha cautela. Un director de operetas que pasó por elpaís hablaba de 'los vicios coloniales: política menuda, ma­los versos y peores discursos' (82), y volvemos a citar a Bo­nó, que dedicó a este tema las siguientes palabras: 'En mipaís ( ...) se ha dado más extensión a la letra que al espíritu;la forma lo abarca todo, se persigue el ideal de bien decir, secastiga el estilo, se le magnifica, se le rinde un cultoexcesivo en materias de suyo vacías de sentido, en detallesde trivialidades y fantasmagorías infantiles. Hay editorialesde periódicos, hay discursos cuyas frases y períodossemejan al Júpiter Olímpico en medio de rayos y truenos, yque exprimidos no sueltan una gota de juicio'. Hallaba unaexplicación funcional para la abundancia de poetas: "Si lainstrucción pública (...) nada verdaderamente útil haproducido, la iniciativa individual, (...) encontrando loscaminos de pública utilidad totalmente obstruídos, se nadeslizado en el solo sendero expedito en que podía el genialtalento de un pueblo tropical desarrollarse. La literatura, lapoesía sobre todo, es una ocupación predilecta (de nuestrajuventud); pero ay! debería ser el complemento de nuestrageneral cultura ( ...), mientras que hoy sólo aparece ennuestro conjunto, como el aborto de una planta marchitaque no ha podido crecer, robustecer y madurar'. PeroBonó no quería detener el alud de poemas, porque un granpoeta bastaría tal vez 'para presentar con decencia y congrandeza a las generaciones futuras nuestra ignota y hastaahora desdichada Nación'(83).

6. La imagen de Europa y de los Estados Unidos en losgrupos dirigentes

El 19 de diciembre de 1896 el periodista Eulogia Hortapublicó en el Listín una 'fotografía mental' de sí mismoque nos parece ilustrativo para las preferencias de suscontemporáneos educados.

(82) Listin, febo 10, 1896..(83) Bonó, op, ctt., 287, 291-293.

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Objeto favorito

Autore,~ de prosa favoritos

Poetas favoritos

Músicos favoritosPintores

¿¿Qué libros le gustaleer a ratos

Libro favorito (fuerade la religión)

AspiraciónOcupación favoritaPersonaje histórico

favoritoPersonaje ficticio

favoritoDónde desearía vivir¿En qué época?¿ Qué calidad más admirable

tiene el hombre¿ Qué calidad más admirable

tiene la mujer¿Qué detesta Ud. más en

ambos?¿ Quién desearía ser¿Cuál es su pesadilla

(béte noir)Su distinción caracte­ristica

Su placer favorito

Su atoisa?

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la mujer

Voltaire, Renan, Gautier,Paul Bourget

Musset, Byron, Lamartine,Henry de Reignier, Juliándel Casal

Chopin, Schubert, BelliniDa Vinci; Burne Iones,Conrado Kiessel

El 'Catecismo Budista' deSumangala.

diccionariola mejor cultura

leer

Bolívar

HamletParisactual

Valor

Belleza

HipocresíaMarco Aurelio

la arranguera

impaciencia

conversar cOn una mujerinteligente

Nitus in adversum: lucharcontra la adversidad

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Es grande la tentación de tomar este autorretrato comotema de una exposición social-psicológica, pero noslimitamos aquí a señalar hasta qué punto la predileccióncultural por Europa, especialmente por Francia resultó serimpermeable a los conflictos que caracterizaron en eseperíodo las relaciones de Francia y de sus representantescon la República, incluso con el periódico en que estabaempleado el periodista. En efecto, la dominancia económicaeuropea no condujo en la América Latina del siglopasado auna antipatía de la cultura europea, así como tampoco lasubsiguiente penetración norteamericana produjo uncambio de curso completo en la preferencia cultural de loslatinoamericanos.

El viaje por Europa era entonces como ahora, en lo quepuede llamarse la tradición humanística-aristocrática, lacoronación de la enseñanza y podía ser utilizado comoargumento al explicar una preferencia política, como se veen el Manifiesto de 'varios ciudadanos' de Monte Cristi queapoyaron en 1888 la candidatura presidencial de Luperón:'Porque el General Luperón ha visitado, más de una vez lascivilizadas comarcas del Viejo Mundo; ha palpado elasombroso progreso que en todo sentido seopera en aquellasavanzadas regiones; y es muy natural suponer, que quienama a su patria, como el General ama la suya, trate. ya en elPoder, siquiera de copiar en ella algo de lo que ha vistoypalpado en naciones avanzadas en civilización, comoFrancia, Inglaterra, Alemania, y demás estados de lacultaEuropa'(84).Elpropio Luperón,que conocía también losEstados Unidos -los motines irlandesescoincidieron con suestada en Nueva York- y cuyo hermano había peleado enla Guerra Civil norteamericana con los soldados del Norte,no escondía tampoco su admiración por Europa. Era deopinión que la América Latina y Francia formaban una'verdadera comunidad de aspiraciones, analogía de razas, enidentidad de sentimientos políticos'; respetaba el 'orden ymétodo de los pueblos europeos' (aunque al mismo tiempo,observaba en Aix-les-Bains que 'príncipes y potentados delmundo' iban allí 'a gastar tantos miles de pesos en unasaguas. que quizh no son mejores que las de Bánica'). Amedida que fue oscureciéndose su estrella política, y al ir

(84) LupeJ'Ón, op. eu; UI, 258, yag.

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Heureaux afirmándose en el poder, cosa que Luperónatribuía al beneplácito de los Estados Unidos, sus críticas aese país se hicieron más amargas y lamentaba la decadenciade la importancia de Europa en la política latinoamericana:'Por desgracia', escribía en 1893, 'la situación de Europacon la paz armada, siempre en perspectiva de guerra, se haolvidado de los asuntos de América, casi acostumbrándose adejar al gobierno norteamericano a hacer los embrollos quequiera contra las demás repúblicas latinoamericanas,amenazando absorber a las unas y arruinar a las otras, loque sucederá si éstas no se acuerdan convenientemente enuna convención de mutua seguridad, para oponerseformalmente a la tendencia de la República de las estrellas,amenazándola con retirarse todos de los negocioscomerciales que hacen con ella, cortando sus relacionesdiplomáticas. Ella es la que con sus filibusteros, su plata ysus intrigas mantiene la tiranía de Heureaux, como mantuvola de Balmaceda en Chile. España, Francia, Inglaterra,Holanda y Dinamarca, por la conservación y seguridad desus colonias americanas, estarían del lado de las repúblicas'latinas. Méjico recuperaría parte de su territorio, y Haití,Colombia, Chile y Venezuela obligarían a los EE.UU. adevolverles las sumas que les han arrancado conimprocedentes reclamaciones'(85).

La imagen del yanqui especulador vulgar eraconfirmada no pocas veces por la realidad. Cuando en 1888el cónsul Mr. Astwood osó proponer que se exhibieran losrestos de Colón al público norteamericano, por dinero,Manuel de Js, Galván escribió una carta a Luperónexpresando el temor de que 'e! zapato cuadrado y de triplesuela del yankee especulador' ya tendría más demanda que'el elástico coturno griego'(86). El Presidente Heureaux noconocía ni Europa ni Norte América, y aunque tambiéncompartía las preferencias existentes ('siempre he vividodesconfiado de los yankees', escribía ya en l882X87),tampoco en esta materia fallaba su característica ironía y

(liS) Luperon, op. cit., lIJ, 54, 240-42,327 Y sil(.(86J Idem, 269-70.(87) Cartas Pres. Heureaux, A.G.N., febo 16,1882 a De

Pereyra, S. Thomas:

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escepticismo: "No dudo que su corta estadía en Europa lepermita en lo adelante ser un obrero perfeccionado (en lapolítica)' escribía a un amigo político que sin duda debehaberse sentido molesto por la palabra 'corta' (88).Heureaux elegía la vida 'tranquila' de Santo Domingo mejorque la europea que (también) tenía sus vicisitudes políticas:"En esta tierra de promisión se vive más al paso que en elgran mundo volcánico: aquí viene Gambetta y pierde el ojobueno, Van Moltke y se pierde, el primero por serdemasiado nervioso y el segundo por ser muy sajón' (89) yprefería comparar a sus enemigos con 'los bandidos de laCalabria' en vez de hacer referencia, como era lo común, asituaciones en Africa o Turquía.

Pero la regla general era que se sintiera admiración porel Viejo Mundo, casi como monolítico cultural, unaadmiración con la cual no podía comparar el sentimiento derespeto hacia algunos estadistas y pensadoresnorteamericanos individuales que era expresado casi porobligación.

Sin embargo había quienes, como el poeta JoséJoaquín Pérez, veían a Europa como un sol poniente y aNorteamérica como el 'nuevo gladiador':

'Y Europa, la vetusta madre estéril,que el vigor de otra savia necesita,sin más fé en sus conquistas, caerá débil,ante este nuevo gladiador vencida'.

Pero tal vez era precisamente el surgiente sentimientode decadencia dentro de la propia Europa del fin de siglo,queparecía tan opuesto a la supremacía cultural y técnica hastaentonces indisputada, una peculiaridad enigmática, a la cualera sensible la inteligencia romántica dominicana y quesólo sirvió para aumentar el complejo poder de atracciónque sobre ella ejercía el Viejo Mundo.

(88) Idem, febo 10, 1882, a RodiJlfo O. Limardo Puerto Plata.

(89) Cartas Pres; Heureaux, 5de~o 1882, al Bit.- General OLuperán, Paris.

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VIII. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA SOCIAL

1. La estratificación social y económica

La imagen que se tiene en una sociedad de laestratificación social de la misma, es determinada en partepor factores culturales. En la sociedad donde exista grandiversidad de ideologías, habrá simultáneamente un grannúmero de tales imágenes, cuya influencia no seránecesariamente similar, puesto que su importancia socialdepende de la posición ocupada en la estratificación socialpor los profesadores de cada imágen.En una sociedad como ladominicana del siglo 19, donde las ideologías políticas eranprofesadas, si acaso, de manera apenas consciente, la imágende la estratificación social era bastante homogénea, influídaprincipalmente por -o formando parte de- la herenciacultural hispana o mediterránea, que talvez puedaresumirse mejor -también en su concepto de la sociedad­con el término 'aristocrática'; así pudieramos llamarla paradistinguirla, en una esquemática división en dos, de lairnágen 'democrática' de la sociedad. (1).

Característico de la irnágen social 'aristocrática' es elénfasis en la distancia social entre los grupos, así como larigidez de los límites entre los grupos sociales y en lainmovilidad del total social, mientras que en una cultura'democrática' se proclama la fluidez de la estratificaciónsocial, se consideran grandes las oportunidades de ascenso

(1) C. Mannheim; Karl, Ensayos de Sociología de la Cultura,Madrid, Aguilar, 1957.

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social, y reducidas las distancias, entre las clases. En elconcepto social 'democrática' ,existe también la tendencia desubestimar la importancia social-económica de los grupos enlos extremos de la escala social y de considerar -en laconocida división social en tres estratos- a la clase mediacomo la más importante, la más numerosa, incluso la máspura en sentido moral. Por el contrario la visión'aristocrática' prefiere dividir la sociedad en dos grupos:arriba la clase pensante, la gente bien, la gente culta, abajoel vulgo, la clase baja, los infelices. Observando condetenimiento la clase superior es a veces posible dividirlatambién en dos -en Santo Domingo la división conocidaentre los de primera y los de segunda- pero siempre con lapremisa que la línea divisoria verdaderamente rígida es laque delimita los dos grupos anteriores. El idioma subraya ladivisión en dos creando pares de sinónimos para aludir conel uno al grupo alto, con el otro al grupo bajo:niño-muchacho, angelito-muertico, bien nacido-mal nacido,dar a luz-parir, etc.

Esta predilección cultural por la eliminación drástica decategorías intermedias, de rutas intermedias, decompromisos, se encuentra también fuera del terrenoestrictamente social. Valga señalar la preferencia por los'dilemas' en el uso criollo del lenguaje, que Ramón EmilioJiménez ilustra con numerosos ejemplosí Z).

El lenguaje también refleja el ~fasis en la distancia:medir la distancia, guardar la distancia, los de arriba, los deabajo, esta órden viene de arriba. El idioma mismo muestrauna gran distancia entre el lenguaje solemne o sacro, y elcotidiano o profano. El primero no se limita a ocasionesreligiosas o de otra índole social de carácter 'oficial', sinoque se utiliza también en ocasiones importantes en elcírculo familiar; tampoco son sólo los 'cultos' los quedominan el idioma ceremonial sino que 'cada quien (inclusolos analfabetos)' pueden decir unas palabras en semejantesituación extraordinaria, usando 'vocablos, expresiones ygiros que nadie osaría emplear en el habla corriente'; un

(2) Jimenez, op. cit., Il, 107 Y sigo

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repertorio así es llamado en algunas regiones de AméricaLatina un dominguero(3).

Como ya señalamos en un capítulo anterior, el énfasisenla distancia determinado por la cultura, eSTa estrechamenteligado a las tendencias formalistas y narcisistas, y en lasociedad del siglo 19 estas tres características aparecían entodas las capas sociales. La distancia social entre los espososy entre éstos y los hijos era -por lo menos de nombre­muy grande y también -y precisamente- el niño de lasregiones rurales pobres del país debía arrodillarse en elcamino si se encontraba con su padrino, y pedirle labendición, mientras que este último nunca dejaría dequitarse el sombrero al encontrarse con su compadre ocomadre. La 'singular cortesanía campesina' que describeJiménez era parte del aspecto formalista, enfatizador de ladistancia, 'aristocrático' de la cultura popular dominicana.

Es evidente que la imagen 'aristocrática' de laestratificación social que hemos descrito, está fundadatanto en una totalidad de ideales culturales profundamentearraigados y resistentes al cambio como en una realidadsocial -o abstracción de ella- que quizás debiera localizarseen el medioevo español. Lo que nos interesa aquí es cómouna imágen de estratificación tal, pudo mantenerse en unperíodo como el de la segunda mitad del siglo 19, cuandoen la República Dominicana pudo hablarse de una notablemovilidad social y de una estratificación que se expandía yse complicaba.

En lo que se refiere a la movilidad político-militar, yahablamos de la ideología heróica, que justificaba el statusde héroe también -y especialmente- en las personasprocedentes del vulgo. Eran las cualidades de 'oportunismo'militar y político, y de saber aprovechar la oportunidad decubrirse de gloria, las que, junto con una historia personalde sufrimiento y el correspondiente autocontrol, podíancolocar a una persona en una posición dirigente. Esta primaa quien supiera aprovechar 'la oportunidad', encerraba unreconocimiento de la vicisitud, del carácter de lotería, delcapricho del Destino como determinante de importancia en

(3) Briceño Guerrero, J.M. América Latina en el Munao.Editorial Arte, Caracas, 1966, 179.

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la carrera de un individuo. Como la fortuna de los sectoresdedicados a la industria y al comercio estaba ligada demodo tan estrecho con el aparato político-militar-recordarán el carácter 'mercadero' de éste último- no erasorprendente que aquí también se viera frecuentemente lamovilidad individual como el resultado de una relaciónpersonal con Fortuna, más que como recompensa porsentido de economía, laboriosidad u otras virtudes'puritanas', cuyo secreto parecían guardar hasta entonceslos círculos de los inmigrantes recientes. Por eso -y no sinrazón- en este tipo de sociedad era más bien la ideologíaheroística, que enfatizaba el destino, que una ideología detipo calvinista -darwinista, más una fé en la variedad de lafortuna, que en la regularidad de la recompensa social, loque legitimaba la movilidad. Y como lo que se legitimabaera cada vez UI) individuo, y no un grupo de individuos encircunstancias similares y con iguales 'oportunidades' oincluso 'derechos' de recompensa, la creciente movilidadpodía ser reconciliada con la rígida imagen de estratificaciónque imponía la cultura 'aristocrática'.

Hay que agregar que, como dice Bonó en otrocontexto, 'la revelación es lo único que nos debe guiar,nuestro esfuerzo analítico no ha llegado aún al grado(suficiente)' (4), una observación que encaja a perfección enlo que dice Manheim en relación con la preferencia de lacultura aristocrática por el pensamiento morfológico alanalítico, y el significado de la revelación como fuente de laverdad más que la argumentación racional*.Este modelo depensamiento opera -también como consecuencia de ladistancia social real o imaginada- en términos de complejossociales, sin prestar mucha atención al proceso o al análisisy puede ilustrarse bien con un pasaje, con lascomparaciones clásicas de rigor, de un Manifiesto de 1888en que 'varios ciudadanos' de Monte Cristi hablanidealizando de un período anterior en la historia de laRepública, 'cuando ser Jefe de Estado era algo así como unsemi-Dios, y la capital de la República con sus sonatas, susvistosos uniformes y sus elevadas cúpulas, era, sobre todopara nosotros los pobres cibaefíos, una especie de Roma de

(4) Bonó, op. cit... 391.* Mqnheim, Karl, op. cit.

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Papas y de Césares'(5); una quimera sobre la jerarquízacíónpolítica ideal, que halla sus paralelos en las quimeras sobrela estratificación social, imágenes clásico-aristocráticas a laque sólo escaparon unos pensadores de orientaciónempírico-científica como Bonó y Hostos, o líderes deorientación escéptico-política como Heureaux.

No cabe duda de que las convulsiones políticas ysociales que comenzaron por el 1790 en la parte francesa cela Española y que, en lo que respecta a Santo Domingo,alcanzaron su clímax temporal con la invasión deToussaint Louverture en 1800, tuvieron profundasconsecuencias para la estratificación social. Comenzó unaconsiderable emigración de miembros de los estratossociales más altos, con sus capitales. La política económicaactiva de Ferrand entre 1804 y 1810 puede haberproducido una momentánea recuperación económica, peroel período de 'la España boba' fue nuevamente de depresióneconómica, y se ha dicho que 'la pobreza general era tal Que.ya aEenasexistían clasesdistintas; la capacidad adquisitivadelhacendado y del mulato libre estaban a la par'(6); hay queanotar al márgen de este dato que a veceses precisamente lanivelación económica la que hace más rígidas las líneasdivisorias sociales.

Sobre los efectos de la dominación haitiana(1822-1844) las opiniones están más divididas. La opiniónclásica es la expresada por los Trinitarios en laManifestación de enero 16, 1844: Boyer 'obligó a queemigrasen las principales y más ricas familias, y con ellas, eltalento, las riquezas, el comercio y la agricultura: alejó desu consejo y de los principales empleos a los hombres quehubieran podido representar los derechos de susconciudadanos; redujo a muchas familias a la indigencia,quitándoles sus propiedades para reunirlas a los dominios dela República, y donarlas a los individuos de la parteoccidental, o vendérselas. a muy ínfímos precios. Asoló loscampos, destruyó la agricultura y el comercio, despojó las

(5J Luperán; op. cit¿ u. 258 yBíg.

(6) 8umner Welles, op. cit., 1, 58.

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iglesias de sus riquezas, atropelló y ajó con vilipendio a losministros de la religión, les quitó sus rentas y derechos-Más tarde, dictó una ley para que entrasen en el Estadolos bienes de los ausentes, cuyos hermanos y parientes aunexisten sumergidos en la miseria.... prohibió la comunidadde los terrenos comuneros (...) para aprovecharlos en favorde su Estado, acabando la crianza de animales yempobreciendo multitud de padres de farnilia(7)'. Laopinión de Hostos, aunque también severa, trata de vertambién la parte favorable: 'la oleada africana barrióbienhechoramente con la esclavitud, con los privilegios decasta y con los de orígen, y mantuvo de tal modo ensuspensión los elementos caucásicos que pudieron resistirla(...), que el imperio durante veintidós años de los haitianossobre los dominicanos, se puede mejor considerar como unhecho social que como un suceso político. Mucho dañohizo a la sociedad civil ese predominio, porque erapredominio de los bárbaros, durante el cual padecieronhondo malla constitución de la familia y de la propiedad, el

.progreso de las ideas y el curso de la civilización; pero a lasociedad política hizo el inestimable beneficio dedemocratizarla y de igualarla hasta el punto de borrar de laidea y de las costumbres la noción de autoridad privilegiaday la diferencia de castas. Así gracias a eso, pudo, cuandosonó la hora de expulsar a los haitianos, constituirse unGobierno de iguales, para blancos, negros y mestizos, sin quelos blancos disputaran a los mestizos o a los negros suelevación política y social, y sin que los mestizos y losnegros se descontentaran de obedecer como jefe a hombresblancos'(8).

En nuestros días Juan Bosch ha defendido una opiniónque se encuentra de lleno con la teoría 'democratizante' deHostos: como el régimen de Boyer era latifundista, 'en laparte dominicana se reforzó el antiguo grupo colonialista delos grandes tterratenientes'. Fueron éstos precisamente,apoyados por miembros del clero dominicano los quedesearon la independencia del país, después de ladeposición de Boyer en 1843 por sus opositores más

(7) Luperán; op, cit.• 1, 37 Y sigo(8) Hostos, op. cit.. l, 265·266.

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liberales (9). El hecho de que bajo Boyer se introdujera unCódigo Rural que restablecía de hecho un sistema detrabajo forzado, parece apoyar la teoría de Bosch Por otraparte no puede caber duda de que la partida de personas ycapital en esta época debe haber causado suficientes daños ala estructura económica, como para que ésta no pudierarecuperarse a corto plazo. Por eso parece exagerada laopinión de Bosch de que 'durante el gobierno haitiano elpaís se había recuperado de su miseria anterior'(lO). Parecetambién probable que el período haitiano provocaraimportantes cambios sociales, posiblemente similares a losque señala Hostos, pero es necesario hacer másinvestigaciones sobre este tema. Después que en la PrimeraRepública (1844-1861) la estructura social había alcanzadoun comienzo de estabilidad-en un período de poco menosque estancamiento económico, pero en el cual la amenazade Haití producía cierto grado de solidaridad-, la Anexióny la Guerra de Restauración después (1863-1865) causaronnuevos movimientos sociales que tanto Hostos como Bonóconsideraban graves. Según el primero la anexión a Españallegó en un 'momento social que (...) hubiera favorecido laformación de una sociedad modesta y oscura, pero fuerte yviva, y que (...) interrumpió con la anexión el desarrollonormal, y con la guerra provocó la mescolanza de los peorescon los mejores elementos sociales, determinando elprevalecimiento de los peores'(Ll ). Y Bonó señalaba que elcaudillaje tuvo sus primeras oportunidades de proliferacióncon la Restauración, 'cuando las clases intermedias (...)existentes (durante la Primera República), perdida toda suriqueza con los incendios y desvastaciones de la guerra, ydesacreditada por la Anexión a que casi toda ella concurrió,en plena derrota política hasta hoy (1895) no han podidorecobrar su puesto antiguo de clase ponderadora, contítulos respetables para dirigir y contener'(l2). Aunque

(9) BOSCh, Juan, Trujitto: causas de una tirania sin ejemploCaraca~, librerta 'Las Novedades', 1959, 75; véase también: Franc(1);Franklin, J. Los Negros, los mulatos y la nación dominicana ms;pgs. 101 Y sie. ' •

(1 QJ Bosch, lbid, 76.(11) Hostos, op, cit... l. 266.

(12} Boná, op, cit.• 391.

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estas observaciones parecen referirse solo al sistemapolítico, su eventual validez se extiende también fuera delos límites de aquél: como vimos anteriormente, lasvicisitudes políticas, militares y económicas estabanestrechamente ligadas, y el éxito en uno de estos sectoressignificaba una victoria para los compañeros en los otrosdos, y asimismo una derrota para los competidores en elsistema de 'mercado' que predominaba en los tres sectores.En estos tres sectores sociales, el político y el militarestaban ligados de tal manera, que aún para fines analíticostiene poco sentido tratar de diferenciar cuidadosamenteentre ellos.

La guerra de Restauración, llevada a cabo por partedominicana sin ejército organizado y presentando más bienel carácter de una guerrilla popular, dió efectivamente a unconsiderable número de personas de los estratos socialesinferiores, la oportunidad de ascender rápidamente la escalapolítico-militar; después de la victoria pudieron ellos comoHéroe de la Restauración ~y a veces la segunda generacióntambién~ reclamar una distinción nacional, con loscorrespondientes derechos a recompensa material. Figurascomo Heureaux, Luperón y Guillermo ~cuya influencia fuéde corta duración~ procedían de grupos socialesmarginales; cosa que no había sido el caso ~o por lo menosno en tal medida~ con los caudillos anteriores Santana yBaez. Aquellos lograron, una vez ganado su prestigio ydemostradas sus dotes de líderes, mantener su influencia enel país en los siguientes decenios, manipulando ~por lomenos al principio~ la preponderancia moral que les dabasu condición de Restaurador frente a los líderes de losgrupos sociales más altos, quienes -~según la observación deBonó- estaban comprometidos como españolizan tes. En unsistema social como el dominicano, donde el individuomantiene lazos tan numerosos y tan estrechos con sufamilia, ~por lo menos hasta el grado de primos segundos>,iuego con sus parientes rituales ~compadres y ahijados­cuyo número aumenta según crece la importanciapolítico-social del individuo, además con sus vecinos y encierta medida con todos los que pertenecen a su patria chica yfinalmente a veces también con sus 'frersitos' en lamasonería- en tal sistema social, las vidas de muchos soninfluenciadas si uno de ellos logra el ascenso político-militar

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de que tratamos aquí. Favores materiales incidentales paramantener o mejorar su posición les son dadosperiódicamente y casi como una obligación por elascendido. Este último ocupará el mayor número posible deposiciones de confianza con viejos amigos y parientes cuyalealtad personal a él- requisito primordial en este sistemapolítico- está comprobada.

Atará a su persona a sus antiguas relacionesotorgándoles asignaciones y pensiones del erario público, ydando a sus hijos 'recomendaciones' para el comercio obecas para hacerse de una profesión. A su vez, ellos,cuya situación ha sido mejorada por la influencia delprotector, pueden favorecer dentro de su extensa red derelaciones sociales a numerosos individuos -cosa que esesperada de ellos. De esta manera 'el cortejo de los hombresque en la República Dominicana han salido de la clasepobre y laboriosa y se han distinguido en varias sendas de lavida', grupo descrito por Luperón y al cual él se considerabapertenecer(13), pudo, cada uno de ellos, influenciar demodo determinante la posición social y económica de unnúmero de personas; el número total de estos favorecidosera sin duda lo suficientemente grande para poderseconsiderar como un fenómeno social. Sin embargo estamovilidad político-social tuvo pocas consecuencias a largoplazo mientras alternaron rápidamente regímenes políticosy revolucionarios, como fue el caso en los años setenta. Losascensos eran rápidos, pero el período de favorecimientoera mínimo y en su caída el protector político-socialarrastraba con la mayoría de sus clientes. No en vanohablaba Hostos de las 'repentinas ascensiones sociales ypolíticas que los trances de la revolución favorecen'. Esinteresante señalar que él consideraba esta abruptamovilidad como una de las causas de lo que él llamaba 'unaespecie de secreto respeto de sí mismo que en todos (losdominicanos) impone, y a veces exige la consideración paratodos'(14). Fué sólo en los años ochenta y específicamenteen el régimen de Heureaux que el sistema de favores pudoentrar a funcionar para beneficio permanente de un mayor

(J 3) Luperon; op. cit:.. l. 88.(14) Bostas, op, cit., 1,275.

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número de clientes políticos. La causa principal de estehecho es la larga duración del régimen. Quienes, duranteeste período, lograron mantenerse en una posiciónpolíticamente favorable, tuvieron la oportunidad deconsolidar la posición económica mejorada gracias a laprotección política y dar a sus hijos una educación o unacarrera que, junto con los medios económicos queheredarían, los haría aceptables como partner matrimonialdentro de aquellos estratos de la sociedad que ellos habíanconsiderado antes como 'más altos'. Otros factores quehicieron más permanentes las ventajas sociales y económicasde los favorecidos políticos durante el régimen de Heureauxfueron: lo el crecimiento y mejor organización del aparatogubernamental, incluso el ejército y 20 . el crecimientoeconómico del país durante las dos últimas décadas delsiglo, que creó espacio para la ocupación de nuevos puestosen numerosos sectores de la sociedad, mientras que almismo tiempo la ampliación y mejoramiento del sistemaeducacional pudo proveer a un mayor número de personascon las capacidades exigidas para las nuevas posiciones.

Pero con este último factor, abandonamos el tipo demovilidad inherente a este sistema político-social yentramos a discutir el tipo de movilidad inherente a loscambios económicos del período histórico que tratamos: eltipo de movilidad estructural. El surgimiento de los ingeniosmodernos, la producción aumentada y modernizada de caféy cacao, el aumento del número de pequeñas industrias, deoficios y profesiones, la instalación y mantenimiento deltelégrafo, teléfono, red de electricidad y vías ferroviarias, laconstrucción o mejoramiento de puertos y carreteras, elaumento del número de planteles de educación y delaparato gubernamental en su totalidad cada uno de estosfactores -cualquiera que haya sido su influencia mutua­significó la creación de oportunidades de trabajo a diversosniveles, que antes ó bien no habían existido ó solo en formarudimentaria. Así los cambios importantes en la estructuraeconómica en este período, tuvieron como consecuenciaque se hiciera más compleja la estratificación social: la partemedia de la escala social se hizo, podemos suponer,cuantitativamente más ancha, el número de escaños en ellaaumentó; en las partes superior e inferior de la escalaaparecieron nuevos escaños. Así surgió por la creación de la

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industria agrícola moderna y capitalista un proletariado asueldo, que, aunque de orígen y cultura rural,prácticamente no conocía la tenencia de tierras y queestaba incorporado por completo en la creciente economíade dinero; además estaban los trabajadores de la caña, quecon el tiempo muerto regresaban a sus conucos en otrasregiones del país, creando así el fenómeno de la migraciónde temporada. La creciente demanda de obreros agrícolasfué llenada en parte por los propios dominicanos, unosdespojados de sus pequeños terrenos al extenderse losingenios azucareros en el Sur y obligados a trabajar por unsalario, otros procedentes de otras partes del país, yatraídos por la perspectiva de un salario relativamente altoen la época de zafra. Por lo demás fueron los inmigrantes deotras regiones del Caribe, especialmente de las pequeñasislas británicas - ¡cocolos! - los que aumentaron el númerode trabajadores. -Al otro extremo de la escalasocio-económica surgió, por las mismas razones, un grupocompuesto en parte por dominicanos, en parte porinmigrantes, de dueños de grandes empresas agrícolas,comerciantes y financieros de los nuevos productos,importadores de materiales utilizados en las obras deinfraestructura, fundadores de fábricas pequeñas omedianas de cerveza, refrescos, hielo, jabón, etc.; este gruporesultó mucho más numeroso que el grupo comparable quehabía existido anteriormente -y que, como loscomerciantes de tabaco y fabricantes de ron, habían vividoprincipalmente en el Cibao- y pudo trasladar el núcleoeconómico del país al Sur, especialmente a la capital.

En lo que respecta a la parte intermedia de la escalasocial, hay que recordar a los colonos y al personal técnicode las centrales, a los nuevos oficios técnicos comotelegrafistas y electricistas, a los nuevos grupos decomerciantes principiantes en las ciudades y el campo, alaumento del personal docente, al crecimiento del sectorterciario de la economía en general. Una ciudad comoSantiago tuvo en 1878 su primera platería, en 1880 suprimera cigarrería, dos años después sus primeros billares ycafés-restaurants, también en 1886 su primer hojalateroel primer comercio de maderas en 1897 y al año siguiente

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se importó cemento por primera vez (lS), todas innova­ciones económicas que aumentaban la lista de oficios.

Ya vimos antes como los numerosos grupos deinmigrantes contribuyeron a llenar las lagunas creadas en laestructura económica. Los descendientes urbanos de losmetodistas norteamericanos se ocuparon en la enseñanza,después también en la marina, otros eran artesan~s, ~us

hijas y hermanas no pocas veces enf~rmeras; los Jud~?ssefarditas principalmente en el comercio urbano, tambiéncontribuyendo a la vida intelectual y cada vez más envueltoen la ocupación de cargos públicos; los canarios, deinmigración más reciente, en parte colonos o agricultoresautónomos, en parte en las ciudades como artesanos ypequeños comerciantes; los peninsulares también activoscomo comerciantes urbanos pero sufriendo pronto la fuertecompetencia de los árabes; los cubanos recordadosprincipalmente por su papel de pioneros en la industriaazucarera, pero suministrando también muchos artesanos;los puertorriqueños con una contribución similar, peroasociados sobre todo con la obra educativa de Hostos yBaldorioty de Castro y la diplomática de Betances; loshaitianos junto con los inmigrantes de las islas británicas,como obreros en los grandes ingenios y penetrando comoeonuqueros en la parte Occidental del país; curazolei'íossobre todo como pequei'íos comerciantes y artesanos en lacapital y contribuyendo, al igual que los italianos, a laorganización de la marina; y fmalmente un reducidonúmero de técnicos y médicos europeos, que habían llegadoal país en los años ochenta para la construcción delferrocarril y se quedaron en él. Es un hecho sabido que lagran mayoría de estos inmigrantes eran hombres, factor quecontribuyó a que se mezclaran en sentido social y culturalcon la población dominicana; de los grupos aquímencionados fué sólo el de los árabes el que, por 10menosen la primera generación, es decir hasta principios del sigloveinte, practicó de manera evidente la endogamia, tal vezpor necesidad.

Sin embargo sería errado suponer que los inmigrantes

(1S1 Bueno, op. ett.•• dato. hln6r1CO&

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ocuparon todos los nuevos puestos de la economía enexpansión, o que el mejoramiento económico de losdominicanos sólo podía efectuarse casándose con uninmigrante! No sólo por el tipo de movilidadpolítico-social señalada antes, pudieron muchos favorecidospor el régimen aprovechar el creciente número depo siciones remunerativas, sino que además muchosdominicanos encontraron por iniciativa propia una posiciónsocial y económica más apreciable, en este períodoexpansivo. Entre los primeros grandes productores deazúcar, café y cacao había ciertamente dominicanos. Lamayor demanda de médicos, abogados y personal docenteprovocada por el rápido crecimiento demográfico y laprosperidad creciente de algunos grupos, fue llenada en sumayor parte por dominicanos. Ya vimos antes que elsistema de ayuda oficial y privada dió a muchos laoportunidad de ascender la escala social en corto tiempo. Elcurioso libro. del 'memorioso' Francisco Veloz, donderecoge minuciosamente datos sobre los habitantes del barriocapitaleño 'La Misericordia' entre los años 1894 y 1916, daaún más ejemplos de tales ascensos sociales, poniendotambién de relieve la importancia que la clase media baja dela población urbana, le otorgaba a la educación y a lasprofesiones. El caso del zapatero Pichardo, que élmenciona, y que llegó a ser Procurador General de laRepública, aunque en sí es excepcional, ilustra el hecho deque en la época que tratamos, el potencial de movilidad detipo tanto político-social como de tipo estructural hicieronposibles importantes ascensos. Encaja también esta imágenel hecho de que tres de los maestros de Veloz en la 'Escuelaprimaria de varones' de su barrio, se hicieron despuésmédico, uno abogado, uno notario público y unoagrimensor. Una pintoresca ocasión de estimular el amorpor la educación, la presentaba la institución de 'lector' enlas tabaquerías, descrita detalladamente para Cuba porFernando Ortiz, pero que tampoco faltaba en SantoI)omingo. Los tabaqueros pagaban juntos este lector que losentretenía leyéndoles durante su monótono trabajo ymoderando las discusiones que frecuentemente ocasionabala lectura; Veloz menciona un 'lector' que era maestro yanota que 'algunos' de los tabaqueros de la tabaquería por

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él descrita se hicieron después maestros de escuela (16). Eneste contexto hay que hacer mención nuevamente de lasescuelas nocturnas, algunas de las cuales eran financiadaspor la masonería y de las clases organizadas por los gremiosde artesanos. Sin embargo, la demanda de artesanos bienentrenados fué llenada de manera insuficiente por lospropios dominicanos. Bonó lo atribuía al pasado colonialespañol y a la esclavitud que hicieron que el trabajo manualgozara de poco prestigio: 'un empleado pobre, un tenderomediano, o especulador de frutos menores' no querrá ponersu hijo a un oficio; y las iniciativas anteriores de parte delgobierno para enseñarles a los soldados en las Maestranzasmilitares un oficio, habían naufragado. Por eso la caobadominicana fué trabajada por mucho tiempo en el exterior-Santo Tomás, Curazao- por falta de ebanistasnativos (17). Por lo tanto deben haber sido extranjeros-vcubanos, españoles, curazoleños- los que en nuestroperíodo habrán formado la mayoría de los buenosartesanos.

Los fenómenos de movilidad social señalados hastaahora no aparecían de igual manera en todo el país. Loscambios más evidentes tuvieron lugar por una parte en lanueva área azucarera donde surgió un nuevo tipo desociedad agraria 'capitalista' y por otra parte, en lasciudades más grandes donde estaba establecido el crecientenúmero de adinerados y los sectores económicos queprestaban servicios especialmente a aquél grupo.

Hay que recordar que la expansión de la educaciónbenefició principalmente a las ciudades en ese período. Engrandes partes del país sólo ocurrieron pequeños cambios,débiles vibraciones derivadas de los dramáticosacontecimientos económicos en los nuevos núcleoseconómicos. En el Cibao la creciente importancia delcultivo de cacao y café provocó un aumento poblacional.Una común como San Francisco de Macorís, que en 1849

r16) Francisco Veloz M., La misericordia y sus contornos, Edit.Arte y Ctne, Santo Domingo, 1967, 180, 33, 152. Ver para unahistoria general de las calles y barrios: Luis E. Aleman SantoDomingo, Ciudad Trujillo, Edit, El Diario, Santiago, 1943. '

(1,7) Boná, op, ~i!., 283 Y sigo E~ 1893 un amolauor de ti/erasan'fnC;lQba sus servtctos: se quedaria poco tiemtio en la capital.{Listtn, 17 agosto 1893).

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sólo tenía 8000 almas, tenía en 1881 30.000. Entre elloshabía muchos migrantes de la parte occidental del país quehuían de las invasiones haitianas ocurridas, entre I ~44 Y1856 Y además agricultores procedentes de los campos deSantiago y Moca, que habían abandonado sus camposdespués de la Restauración 'y la revolución social queimplicó la destrucción de tantas riquezas y jerarquías endicha ciudad (Santiago) y su común', huyendo de la'endémica anarquía' ensoberbecida en estos campos. Laconsecuencia de esta migración fué que desapareciera laganadería que ocupaba tantos terrenos en los alrededores deSan Francisco. Algunos de los ganaderos tradicionalesimitaron a los recién llegados y se dedicaron al cultivo delos nuevos productos, otros vendieron sus tierras ypartieron para el interior que estaba menos densamentepoblado, para continuar allí sus actividades pastoriles. Asílos hatos tradicionalmente dedicados a la ganadería tantoen el Cibao como en el Sur, fueron entregados a laagricultura y convertidos en estancias y se fundaron nuevosranchos en las tierras de montes y serranías, o sea en lasregiones hasta entonces menos pobladas. La agricultura enmarcha expulsó a la ganadería con su uso extensivo deterreno, a regiones económica y géográfícamente marginalesy la frontera entre las dos actividades comenzó unprolongado movimiento de expansión. El surgimiento de laagricultura moderna provocó tam bién en el Cibao la partidade .pequeños agricultores que vendieron sus terrenos porprecios que parecían altos, o que a veces fueron despojadosde sus tierras de manera grosera: fueron a unirse alproletariado rural de temporada, que 'anda errante de minasa fincas; de fincas a ferrocarriles; de ciénegas a cortes decampeche; ha olvidado su bohío, su fundo, susconucos'(18).

Una parte de ese grupo habrá partido a las ciudadesdonde fundaron sus propios barrios, construidos en latradición rural primitiva: la capital parecía a fines del siglo,vista desde el mar, una ranchería: 'no se divisa más que elhacinamiento de bohíos destartalados que ocupa todo ellado meridional de la ciudad'; escondían de la vista los

(18) Boná, op. cit., 263, 342, 223.

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monumentos coloniales y el centro de la ciudad(19). Perono sólo en la ciudad despertaron los deseos de mayorescomodidades materiales: 'Antes... necesitaba el esclavo omayoral de los ranchos sólo dos pocilgas: una para encerrarlos cerdos; otra para vivienda; un conuco de dos a cuatrotareas para plátanos y demás recados del sancocho, dosmudas de coleta, un machete, un cuchillo con su eslabón ytabaco para mascar o fumar (...) Hoy (1881) no es así, lacivilización se le ha ido infiltrando poco a poco con elcontacto inmediato de los agricultores que a esos sitios hanemigrado, con los viajes (...) que las guerras les obligaba ahacer en las ciudades y comarcas agrícolas, y con lacomunicación contínua y directa en que estas mismasguerras lo ha mantenido con hombres de luces(20). Asífinalmente hasta los monteros, personificación del'cowboy'soldadesco y rudo de los viejos hatos ganaderos,'semidesnudo, machete en mano', que habían constituído elnúcleo de las guerrillas tradicionales (como los mambisesrebeldes de 1863), llegaron a conocer y a sentir el atractivodel mayor confort que otros poseían(2l). Pero esto nosignificó que ni entonces, ni ahora, las aspiracionescrecientes fueran saciadas, o que condujeran de algún otromodo a resultados sociales. En realidad, en grandes áreas delpaís, predominó la antigua estructura social y económicacon la correspondiente estratificación social, mientras queen otras comenzó el acomodamiento, a veces trabajoso, denuevas categorías sociales en la escala de valores socialesque, como consecuencia, comenzó a cambiar.

Todo intento de describir la estructura social queprecedió inmediatamente a los cambios agrarios yeconómicos de los años ochenta, no puede ser, por falta dedatos, otra cosa que un esquema. Parece ser cierto que cadaregión -la Línea Noroeste *, el Sur, el Cibao, etc.- teníasu propio modelo de estratificación, y que era dificil

(19) Hostos, op. cit., l, 297.(20) Bonó. op, cit., 22./.(21) Ver E. Rodrtguez Demorizi, Prefacio a P. F. Bonó, El

Montero, op. cit., para descripción del montero del siglo diecinueve.,. Para datos interesantes acerca de las diferenses Jases

'culturales' en la Ltnea Noroeste, y sus influencias en el paisaje,véase: Gustavo A. Antonint; Processes and patterns of landscapechange in the Linea Noroeste, Dominican Republic. 1968 (mimeo.],

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concebir una jerarquía. social de tipo nacional -aparte de laformal y política-o Dependiendo de las característicaseconómicas y geográficas de cada región podríamencionarse en línea ascendiente los más pobres, los quecarecían de tierras, que estaban dispuestos a 'trabajar por lacomida' o 'vivir arrimado', dispuestos a trabajar un año porun producto de valor, como un revólver(22), luego lospeones y monteros de los hatos, los rancheros yconuqueros, los mayordomos en las empresas más grandes yfinalmente, los propietarios de las mismas, los hateros, quecon frecuencia vivían en las poblaciones vecinas e invertíansu dinero en casas. En el Cibao los cultivadores de tabacocuyas empresas eran de tamaño intermedio, formaban unaclase media rural que prácticamente no existía en otra partedel país. En los pueblos mismos, los obreros noespecializados, la servidumbre masculina, las lavanderas yplanchadoras, además cocineras, costureras; luego unacategoría de pequeños artesanos y pulperos, algunos de loscuales trataban de aumentar sus ingresos actuando comomúsicos; empleados en las tiendas un poco más grandes,empleados del gobierno y en las pocas oficinas de abogadosy notarios, personal docente y finalmente los comerciantesmás importantes y los profesionales; estos dos últimosgrupos también solían poseer tierras. El dinero era escaso, elcontacto social fuera del propio pueblo o región eraíqfrecuente, la vida familiar tendía económicamente a laautarquía y socialmente a la intimidad del propio barrio ydel' propio y extenso grupo de parientes. Las relacionessociales con los subalternos tenían un carácter muypaternalista. Las escasas posibilidades de obtener prestigiosocial por. medio del consumo enfático de bienescomerciales, puede haber contribuído a hacer más rígidasaquellas líneas divisorias entre los grupos sociales, que noeran de índole económica. Mencionamos aquí por ejemploel tiempo que una familia había residido en una región o unpueblo, la medida en que este hecho la identificaba con laregión donde vivía, y por lo tanto el 'abolengo' que teníaesta familia y que era reconocido por la memoria colectivaregional, a veces incluso nacional, un reconocimiento que,por su escasez, era de mayor importancia social, puesto que

(22) E. Rodrlguez Demorizt, en Boná, op, cit., 31.

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la movida historia de la República había hecho desaparecermuchas de las 'viejas' - familias. 'En la RepúblicaDominicana', escribía Luperón, 'hay numerosas familiasque tienen bien adquirido el indispensable privilegio de sersiempre notables, por una continuidad de interesantesservicios, que las elevan y señalan como meritorias a laconsideración general, cada vez que la necesidad públicaapela a sus principales personajes'. Menciona en estecontexto a la familia Moya de La Vega, 'una de las másantiguas y memorables de la Provincia de La Vega Real. Suorígen se pierde con los primitivos fundadores de LaVega'(23). Cabe preguntarse si en los años setenta del siglo19 habían más de unas cuantas de estas 'familias notables'que pudieran probar su descendencia de familias de la épocacolonial. Parece más probable suponer que aquellos entrelos relativamente adinerados, que en el período subsiguientede inmigraciones confusas, pudieran señalar sus lazosfamiliares con el país a partir de la Primera República, yatenían buena oportunidad de ser envidiados y alabados porsu abolengo, más aún si entre sus miembros se encontrabanquienes hubieran participado en la lucha contra Haití ocontra España. AL quedar establecido el prestigio delapellido sobre esta base, la fortuna económica podía.hacerlo más imponente, pero -por lo menos durantealgunas generaciones los reveses económicos no podíanempañarlo. También fuera de los pueblos más grandes,algunos apellidos regionales alcanzaron así bastanteprestigio, que les aseguraban a los que lo llevaban 'ciertasconsideraciones en cualquier sector del territorio nacional'.como Bencosme de Moca, Goico del Seybo.Monrrobel deLuperón, Minyetty y Custerios de Ocoa, Cid de El Copey ,Camilo de Salcedo (24).

Parece, sin embargo, errado, atribuir a este tipo decolectividad social en el período que tratamos, el caracterde una casta social con toda la impenetrabilidad yexclusividad social que implica este término. Más biensorprende en las últimas décadas del siglo hallar unatendencia opuesta: la gran porosidad de los viejos núcleos

(23) Luperón, op. cit., I, 165.(24) Meita-Ricart, Marcia Antonio, Las clases sociales en Santo

Domingo, Edito. Libreria Dominicana, edad. Trujillo, 1953, 37.

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de familias 'respetables' frente a los inmigrantes recientes,especialmente los de Europa y de la región circundante dehabla española, que tuvieron muy pocas dificultades enpoder casarse con miembros de esas familias. Las ramas máspobres de estas familias llegaron quizás a la conclusión deque la estructura económica cambiante iba a dar cada vezmás importancia a la posesión de dinero, y que el prestigiode sólo un apellido, iba a disminuir cada vez más. Losmiembros de las 'antiguas' familias que poseían tierras,vieron, al aumentar el valor de éstas, que el factoreconómico afianzaba su posición social, convirtiéndolos depronto en candidatos matrimoniales deseables para losacaudalados comerciantes-inmigrantes y sus hijos. Sin dudajugaba un papel, por parte de las familias antiguas, el deseode 'mejorar la raza' por enlaces con extranjeros, depreferencia europeos. Así, basándose en mutuo beneficiotuvieron lugar transacciones matrimoniales -prestigio localpor una parte y nueva fortuna y rasgos físicos europeos porla otra-, de las que se vieron excluídos por lo pronto sólolos árabes y los chinos entre los recién llegados. La capa altasocial que comenzó a formarse de esta unión de viejosDones y nuevos Señores, se distinguía de dos modos de lasélites anteriores. En primer lugar, las mejores técnicas en elsistema de comunicación nacional -carreteras, teléfono,telégrafo, etc.- tuvieron como consecuencia que lasbarreras entre las diversas estratificaciones regionalessufrieran un proceso de erosión, por lo cual pudo comenzara formarse por primera vez desde la' independencia unaburguesía nacional in statu nascendi. En segundo lugar elcrecimiento numérico de este grupo fue tal, que lo colocóen posición de poder actuar más que antes comoinstrumento activo de presión y control social. Elcrecimiento numérico tuvo también como consecuencia unamayor oferta de 'intelectuales dirigentes' -antes­estrechamente ligados con las escasas familias 'antiguas'­haciéndose este grupo lo suficientemente grande paraocupar los más altos escaños administrativos de laburocracia gubernamental y tratar a la vez demonopolizarla. Así vemos a finales del siglo operarse unproceso que puede ser denominado la consolidación de laburguesía nacional. No es casualidad que fuera precisamenteen esos años que se establecieran en la capital y en Santiago

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los clubes sociales más exclusivos. Esta fue más bien elresultado final de aquel proceso, que llevó en la últimadécada del siglo 19 y en la primera del siglo 20 a unaislamiento de tipo de 'casta' de quienes se consideraban-muchos de ellos desde hacía poco tiempo-, 'de primera'.En sentido político esto significó que la nueva burguesía,formada durante la dictadura de Heureaux y en partegracias a ella, sintió la necesidad de hacer valer su influenciaen el ejercicio del poder, cosa que condujo -por lo menosindirectamente- a la caída del régimen. Desde entonces haresultado mucho más improbable hasta hoy que unapersona del origen social de un Heureaux o un Guillermoobtenga la presidencia *. En sentido social la crecienteinfluencia nacional y exclusividad del grupo alto significónaturalmente una más clara conciencia de su posición socialen aquellos, que, colocados directamente debajo de losprimeros en la escala social no pudieron ascender el últimoescaño, o, si acaso, con mucha dificultad: los de segunda,un 'grupo medio' que -como vimos antes- debe habercrecido mucho en ese período. Sin embargo, esta clasemedia era, en cuanto a su composición, muy heterogénea;comprendía artesanos y pequeños comerciantes y tenderos;maestros y aún aquellos abogados cuyo reducido éxitoeconómico o cuyas facciones demasiado oscuras hacíandifíciles su ascenso social; además aquellos miembros de losgrupos de inmigrantes blancos cuya fortuna económica nohabía bastado hasta entonces para hacerlos aceptables a losgrupos más altos; cuando su número era lo suficientementegrande, como los isleños en la capital, siguieron viviendo enbarrios propios. Ya sólo el carácter heterogéneo del grupcmedio impedía que existiera un estilo de vida, una éticaeconómica o una solidaridad social, que los incluyera atodos. En relación con la solidaridad social, hay queapuntar que las oportunidades de mayor ascenso erantambién tan variadas para los diversos grupos de esteconglomerado, que no pudo formarse la conciencia de undestino social común; además, el sistema patrón-elienteconllevaba el que uno tratara de mejorar su suerte por

Aunque Trujillo no pertenecía a la burguesía nacional,procedía de una familia que, dentro del sistema local de un pueblo.pequeño como San Cristóbal, gozaba de respeto social.

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medio de lazos individuales con uno o más protectores, másbien que por la acción social de sus compañeros de clase.Todavía en 1953, Mejía Ricart señalaba que los miembrosde este sector 'buscan medios propios, que los aislen de losque son sus semejantes y están en la misma etapa detransición o de aspiraciones, en cuanto traten de elevarsedel plano social en que viven (....) guardándole un profundoagradecimiento y una buena amistad al que desde una clasesuperior le trata en plan de igualdad'(25). Aunque en elperíodo que tratamos no existiera -o apenas- unresentimiento socialmente relevante en ese sector, esto nosignificaba que no se hicieran comentarios, con frecuenciaburlones, sobre los cambios que ocurrían. Del PresidenteHeureaux se han conservado muchas anéctodas, donde tratacon escepticismo los 'honorables', 'todo lo que se dicegrande en este país', colocándoles en su justo lugar. En susnombramientos se guiaba por consideraciones que eran ensí neutrales con relación al 'abolengo' de los candidatos, yque ante todo debían garantizar la lealtad a su persona. Eneste sector de sus actividades podía por lo tanto contar conla gratitud de muchas personas de los estratos medios ybajos, como puede verse en un editorial de El Eco delPueblo en 1891, que comentaba esos nombramientos:'(Antes) se buscaba al individuo por su categoría (rancia porcierto en estos tiempos), porque pertenecía a tál o cuálcírculo, porque era Don Fulano o Don Zutano, jugando asícon la cosa pública como si se tratara de esclavos. Hoy por'fortuna las cosas han cambiado, el esclavo se convirtió enSeñor'(Zé), Es en esta época que aparece con frecuencia eltérmino 'tutumpote' que alude a los neos poderosos(27), yque ha sido popularizado en nuestra época por Juan Bosch.Así también la palabra culebrón (ambicioso social); contraéstos últimos se protegía la persona que daba una fiesta,oxigiendo de antemano una lista de los invitados(28).

Ast vemos que a fínes del siglo, cuando las cense­cuencias de los dramáticos cambios en el terreno eco­n6mico y demográfico comenzaron a cristalizarse social-

(25) MejJlI Ricart, op, oit., 45, 47.(26) 15 de marzo, AGN.

(27) Damirán; op, cn., 103.(28) Gómez AlflMl, op. cit., 123.

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carta del Padre Pedro Suazo, 7 abril

mente, las líneas de demarcación entre las categoríassociales se hicieron más profundas; la burguesía comenzó acerrarse frente a la capa alta de la clase media; en losestratos bajos tuvo lugar un proceso similar, quedandoreservada la palabra Señá o Señó para 'la gente del puebloque se distinguía por su respetabilidad', elevándolos de loque se llamaba 'el montón anónimo'(29). La expansión delas ciudades habrá subrayado también geográficamente lalínea de demarcación entre los grupos, al construirse nuevosbarrios para los ricos y al añadirse las 'rancherías' de losinmigrantes rurales. No sorprende que el exclusivismo socialde la clase alta provocara tendencias similares en la clasebaja: 'La gente de color tenía también sus centros sociales yen sus reglamentos campeaban las limitaciones. Una de estassociedades que mayor prestigio alcanzó fue (...) 'La PerlaNegra' en la calle 19 de Marzo' de la capital (30). Es buenoseñalar que también este tipo de fenómeno se limitóprincipalmente a las ciudades más grandes. En unpueblecito como Azua, donde los cambios no habíancausado tantas conmociones, los límites sociales siguieronsiendo los de antes, y los que querían mejorar su suerteeconómica tuvieron que recurrir a la migración a otrasregiones del país: pocos eran los empleos disponibles en elpueblo mismo para las jóvenes generaciones, incluso los de'clase alta': 'estos jóvenes se casan así, para poder vivir, puessaben que la familia de la mujer mantiene a ambos; ( ...)aquí, el que no es comerciante, no tiene ni para cigarrillos,porque ni hay empleos, ni casa de comercio que losempleen'(31 ).

En lo antedicho hemos prestado atención sobre todo alcrecimiento, en términos absolutos, de la clase alta y mediade la sociedad, porque las consecuencias sociales directas deeste crecimiento parecen las más evidentes. Sin embargo nohay que perder de vista que el crecimiento numéricorelativo de estos sectores debe haber sido mucho menor queel de los estratos económicos más bajos. La triplicación dela población en el último cuarto del siglo debe ser explicadano tanto por el crecimiento natural propio, sino sobre todo

(29) Idem, 124.(30) [bid, 124.(31) Epistolario Nouel,

189!J, A.G.N.

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por la inmigración ele obreros (ce ingenios), especialmentedel área del Caribe circundante. Por cada comercianteárabe, técnico europeo, empresario azucarero cubano.deben haber entrado en el país decenas de peones, que sehan mezclado, en el curso de algunas decenas de años, consus compañeros dominicanos. Tanto la diversidad de orígende la clase social más baja, como sus papeles en los tandiversos subsistemas económicas, contribuyeron acontrarrestar, por lo menos en los años ochenta y noventa,el desarrollo de cualquier conciencia de clase efectiva a nivelnacional. Una parte de ellos participaba, además, en laestructura patrón-cliente, o se distinguía por la posesión depequeños terrenos, del proletariado rural de los ingeniosque carecía de tierras. Pero es indudable que el número de losmás pobres creció en este período de maneradesproporcionada en comparación con los sectores medio ymás alto; que la distancia entre los más ricos y los máspobres se hizo considerablemente mayor y que las regionesrurales quedaron muy atrás de las dos ciudades más grandes,en lo que respecta a la expansión de la enseñanza y otroscanales de movilidad. Sólo el ejército y la policía, comoinstitutos de mejoramiento de posición del jovencampesino, mantuvieron su atractivo. La nueva burguesíaotorgaba poco prestigio a las fuerzas castrenses, incluso alos más altos rangos. A medida que fue desarrollándose unproceso de burocratización de los aparatos de sanción, enparte en un período posterior, se fue exigiendo una mejorpreparación de la oficialidad, cosa ventajosa para los queprocedían de la clase media de los pueblos; sin embargo, enperíodos más recientes, los entrenamientos internoscancelaron, por lo menos en parte, esta ventaja. Comoquiera que sea, la inmensa mayoría de los campesinos siguióucupándose, naturalmente, de la agricultura; el acceso demuchos de ellos a la creciente economía de dinero no sólodió a los árabes ambulantes nuevos negocios, sino que creómás adictos al juego y al licor, provocando comentariospreocupados sobre los vicios rurales.

Pero fue naturalmente en las ciudades más grandesdonde pudo observarse el mayor distanciamiento entre ricosy pobres. En Santo Domingo aumentó en los años noventa01 número de pordioseros, sobre todo niños. El Li8tinorganizó una campaña para resolver este problema y para

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evitar que niños vendieran billetes de lotería(32). Seorganizaron instituciones caritativas: Francisco Billinifundó su Casa de Beneficencia y su Asilo de Huérfanos,además había una 'Societé de Bienfaisance'. La prostituciónen la capital adquirió en los años noventa tales formas, quelas autoridades recurrieron a la inscripción obligatoria(33).Muchas de estas prostitutas procedían de las islas vecinas,con cuyos nombres se denominaban los barrios en que ellasvivían: 'mujeres alegres, jóvenes, blancas, cultas y bonitas,que venían de Puerto Rico y Cuba. Algunas de estasmuchachas habían recibido esmerada educación, hablabanmás de un idioma, tenían amena conversación, y tocaban amaravilla el piano' escribe admirado Gómez Alfau(34) peroentre ellas hubo algunas que se tiraron al mar en estado deembriaguez, provocando así comentarios de prensa sobreeste tipo de intentos de suicidio(35). De hecho, las noticiasde prensa de los años noventa, revelan que la frecuencia desuicidios aumentaba de manera inquietante también" enotras capas sociales. Ya en 1890 El Porvenir de Puerto Platadedicó un editorial a este fenómeno, atribuyéndolo a laperversión ~ral, malos ejemplos, aumento del vicio, malaeducación doméstica y el desprecio de la religión. Y tresaños después La prensa de Santiago constataba que elsuicidio podía ser, era cierto, un hecho heróíco en algunoscasos, 'pero la mayor parte de las veces escausado por unexceso de enajenación'. En el último medio año del siglo"tres suicidios en la capital llamaron la atención de les'círculos altos'; uno de ellos por motivos desconocidos, unopor alcoholismo, otro por honor(36). En realidad losintentos de suicidio eran no pocas veces consecuencia dedesengaños amorosos, como aquél en que en marzo de 1893una señorita Ramírez, de 20 años, 'hija de un honradoartesano de nacionalidad española, y una señora pobre yhumilde pero honrada' se dió muerte con un revólver; otrossuicidios femeninos fueron realizados con esta arma de

(32) Listtn, enero 19,1899.(33) Ltsttn, 29 abril 1893.(34) op, cit., li6.

(35) Listtn, sept. 18, 1893; generalmente las mujeres eranrescatadas a tiempo.

(36) Ltsttn; dtc.1893.

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fuego, pero además había intentos de pegarse fuego. Loshombres siempre usaban arma de fuego y sólo un tal TomásDomínguez de Mao que falló al intentar suicidarse, porcelos, con un revólver, finalmente tomó un collins y secortó la cabeza(37). Con más cautela actuó el jovenJoaquín Joubert (a) Blanco; en Samaná: 'después dearreglar sus asuntos, vestirse de negro, dar comida a uninfeliz, 25 centavos a un anciano limosnero, estudiar sulección de música, ensayar una marcha fúnebre, quitarse loszapatos y encerrarse en su habitación, se quitó la vidadisparándose un tiro de revólver'(38). Si es correcta ladeducción que la atención de los órganos de prensa indicaun creciente número de suicidios, la explicación mássencilla seda relacionar este fenómeno con los rápidoscambios económicos y sociales, y la llegada de nuevoshabitantes; muchos deben haber sufrido una ruptura con unpasado que les era familiar y con un ambiente socialtradicional y deben haber interpretado esta experienciapsiquicamente en términos de una mayor soledad eincertidumbre, una anomía cuya solución más certeraparecía proveerla el tiro de revólver *..Porque, aunque laspublicaciones a invitaciones oficiales señalaran lascategorías sociales todavía de manera tradicional,dirigiéndose a las 'señoritas' y las 'respetables matronas', a'la Juventud', al 'Pueblo' y las 'Asociaciones'(39), elconflicto entre la imágen de estratificación culturalmentedeterminada como estática, y el dinamismo de los recientescambios, -no importa la forma en que fuera expresado osentido- tuvo que producir consecuencias psíquicas. Yestos cambios sólo podían corroborar por el momento elcorrecto análisis de Bonó: 'no tiene la sociedad dominicanaesa cohesión indispensable de toda agrupación humana quequiere ser defmitivamente independiente, dueña absoluta de'su destino. El fondo de nuestro carácter nacional loconstituye el particularismo, el individualismo'(40) y no es

(37) Listtn, 16 de mayo 1893.(38) Listtn, 5 de abril 1.893

(39) El Eco del Pueblo, 24 de julio 1889

(40) Boná, op, cit. 393•

.. Es evidente en los datos presentados -yen la public.i~<! que;rt'ciblÍm- que no hay base para atribuir el aumento de suicidios entos años noventa a factores políticos.

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dificil comprender que en el período que tratamos esteindividualismo facilmente podía convertirse en aislamientopsíquico, cuando la movilidad geográfica y/o socialaflojaran los lazos con el medio familiar más de lo que lasociedad y por lo tanto el individuo, consideraban normal.

2.- Las relaciones raciales; la actitud hacia -Haití.

El 22 de mayo de 1893 María Nansí de Puerto Platacelebró su centésimo cumpleaños. Siendo una niña de nueveaños había sido robada por un negrero en Africa y llevada aSanto Domingo(41). A fines del siglo 18 todavía seimportaban esclavos con regularidad y había en la capitalun 'comisario de la negociación de los negros'; en el períodode la España Boba tuvieron probablemente lugar los últimostransportes. Al día siguiente de su entrada en SantoDomingo el 28 de enero de 1801 Toussaint Louverturehabía proclamado la abolición de la esclavitud -paraintroducir después un sistema de trabajo obligatorio- perodurante el régimen de Ferrand fue reestablecida laesclavitud, al igual que la trata de esclavos, definiendo a losprisioneros (de guerra) haitianos como esclavos, ydestinándolos en parte a la exportación. En el primer añodel gobierno de Boyer, 1822, la esclavitud fue abolida porsegunda vez, ya definitivamente.

La esclavitud, como sistema jurídico-económico,dependía, en lo relacionado con el carácter de las relacionesentre amo y esclavo, en gran medida de las relaciones deproducción. Los grandes ingenios produciendo para unmercado mundial tenían un trato de esclavos grosso modomás severamente regimentado y más cruel, que las empresasganaderas pastoriles. Por otra parte la suerte de los esclavosdel campo era con generalidad más triste que la de losesclavos artesanos, mientras que los esclavos caserosrecibían el mejor trato. En estrecha relación con estoshechos está el factor de las relaciones numéricas: unaatemorizante masa de esclavos frente a un pequeño grupo

(41) Listfn, 22 mayo 1893.

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de amos provocaba con frecuencia un régimen terrorista departe de estos últimos. En la época colonial dominicana hayindicios de que en los primeros años de florecimientoeconómico por los ingenios y las minas, el trato de losesclavosera cruel: ya en 1522 ocurrió la primera revuelta denegros. Pero según fue convirtiéndose la colonia en lossiglos siguientes más y más en un territorio ganadero, lasrelaciones con los esclavos se hicieron más benignas ypaternalistas, exceptuando tal vez a los esclavos azucareros,como aquellos al Oeste de la capital (Los Ingenios) dondeen el curso del tiempo ocurrieron algunas revueltas, laúltima a fines del siglo 18.

Para los esclavos no era difícil huir, ya que el paísestaba despoblado y la naturaleza era agreste, y al igual queen Surinam y Jamaica los cimarrones lograron formarcomunidades semi-autónomas como aquella de Maniel deOcoa 'donde hacían vida libre, cuatro pueblos•.., 'pasandode mil personas en totalidad'; esa comunidad fueexterminada en 1655. La independencia de un grupo decimarrones rebeldes en las sierras de Baoruco fuereconocida en el siglo 18 tanto por las autoridades francesascomo por las españolas. Hasta en nuestros días una tenaztradición asegura que esta área está poblada por seresmonstruosos llamados 'bienbienes' . Por otra parte, lasmismas autoridades coloniales formaban a vecescomunidades negras, como la que fue llamada en el siglo 17San Lorenzo de los Negros Minas (Los Minas), en la margenizquierda del río Ozama al norte de la capital y dondefueron establecidos los esclavos que huían de la partefrancesa. El régimen de esclavitud más severo de Haití,provocó especialmente en el siglo 18 intentos de fuga a laparte española de la isla, donde ya sólo por la escasez dehombres, las autoridades no estaban muy dispuestas aextraditar a los fugitivos, no obstante el hecho que losacuerdos oficiales obligaba a ello (estos acuerdosestipulaban también que el extraditado no podría sercastigado con la pena de muerte)(42).

En 1794, sobre una población total de 103.000, el

(42) Para estos datos y los siguientes: Carlos Larrazabal Blanco:Los negros y /a esclavitud en Santo Domingo, Julio D. Postigo ehijos, Santo Domingo, 1967. Ver también: Franco, op. cit.

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número de esclavos era estimado en 30.000 y el de libertosen 38.000. Los hatos eran encomendados con frecuencia aesclavos o antiguos esclavos, quienes, al igual que el otropersonal de los hatos, iban armados libremente concuchillos y machetes. En 1784 se propuso prohibir que losesclavos compraran su libertad 'sin el consentimiento de sussefiores', por lo que se deduce que este fenómeno ocurría.En ese período había 93 días festivos al afio, en que losesclavos no necesitaban trabajar. En un 'proyecto decódigo' de ese mismo afio se propone que las escuelas nosean abiertas a los negros y mulatos primerizos (de primerageneración), cosa que aparentemente sucedía antes. Selamentaba el que 'la población blanca no tiene ocupaciónútil por estar los oficios mecánicos y el comercio de detallesen manos de negros y pardos libres'; se sugería además: 'Losnegros libres y esclavos que andan por los campos y robanlas haciendas, llamados vividores, deben agruparse enpoblaciones, reconcentrándose en Los Minas, singularmentelos negros de Montegrande que se ocupan en la reventa devíveres que pasan a la capital'; 'Los que cultivan algodóndurante veinte años, o sus descendientes, que tengan lajerarquía de blancos'. Muchos esclavoseran utilizados comojornaleros en las fábricas de cigarros (túbanos) o en otrostrabajos no agrícolas, 'en los cuales trabajos debieranemplearse personas blancas o de color medio'.

La imagen que evocan estos datos es de una forma muybenigna de esclavitud, que ya no podrían cambiar lasprotestas arriba citadas de fines del siglo 18, y también unaposición de los libertos muy llevadera para la época, puestoque ellos -por cuanto pertenecían a los mulatos másclaros- ya habían comenzado a penetrar en el sacerdocio yen el profesorado desde la época colonial, cosa que provocólas correspondientes protestas de parte de las autoridadesmetropolitanas. Ya en el siglo.17 existía además una miliciade negros y mulatos. El estrecho contacto personal entre elamo y sus esclavos de número relativamente reducido, lalabor de la iglesia,y el papel de transmisor cultural que jugóel grupo intermedio de raza mixta, son tres factores quecontribuyeron a la fuerte asimilación de la cultura colonialespañola; pero ya sólo la importación de nuevos esclavoshasta comienzos del siglo 19 tuvo como consecuencia quecaracterísticas culturales claramente africanas

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permanecieran en vigor hasta nuestros días. En 1784 sepropuso prohibir 'los actos que celebran los negros en lascasas cuando muere algun pariente (•..); entonces oran ycantan en sus idiomas en loor del difunto, mezclado todocon ritos propios; celebran bailes que llaman 'bancos'...'Todavía en 1844 Santana escribía sobre 'los africanos' desu ejército, refiriéndose a los soldados de Monte Grande,muchos de ellos efectivamente procedentes del Con$0(43).

Las cofradías religiosas fueron, por lo menos desee elsiglo 16, un vehículo de asimilación cultural y religiosa de lapoblación negra. Al principio estuvieron organizadas segúntribu africana o región de procedencia: la Cofradía de SanCosme y San Damián consistía de negros ararás, la de SantaMaria Magdalena de negros zapes, la de Nuestra Señora deLa Candelaria de negros biafras y mandingas. Pero el tiempoborró lentamente las diferencias de tribu y la suplantó conla solidaridad de los miembros de las cofradías. En 1613también algunos blancos destacados pertenecían a lacofradía de Nuestra Señora de la Candelaria. Hasta en elsiglo 19 existió en la capital la cofradía de San JuanBautista cuyos reglamentos habían sido aprobados por elPapa Paulo III en 1602: 'La cofradía es de morenos criollos;su asiento es la Iglesia Catedral y (...) la cuota de entrada esde cuatro reales y de dos reales para los mulatos. Losoficiales son dos mayordomos, dos diputados caberos y untesorero, hombre libre. El dia de San Juan es de fiesta: sedicen misas con sus vísperas que aplican a los cofrades vivosy muertos .... ; la iglesia se 'cuelga' y se ·'enrama' ese día a lavez que se ponen luminarias y 'dos pipas'. El día de Corpusse verifica la procesión de San Juan Bautista ( ...)Celebración de misas el día de Todos lo Santos. Petición delimosnas dos meses antes de San Juan Bautista; obras demisericordia para los cofrades enfermos ( ...). Las madres delos cofrades pueden ingresar en la cofradía "aunque seaQuien fuere que no hay desprecio de ellas" (...). En caso demuerte la cofradía aporta la mitad del entierro (44). El díade San Juan había además de los servicios religiosos, bailesy juegos de toro. Aún después de desaparecida la cofradía,

(43) É. Rodrtguez Demorizi, Guerra Dominico-Haitiana op. cit.,125.

(44) Larrazabal, op, cito, 137, 195.

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en la segunda mitad del siglo 19, en ese día llegaban a lacapital desde las afueras 'conjuntos de negros en procesión,acompañando la marcha con cantos y al ritmo de tambores'para asistir a la iglesia. La fiesta de San Juan era celebradanaturalmente por toda la población cristiana; pero escurioso anotar que los grupos más europeos la celebrabacomo una 'fiesta de fuego', saltando o cabalgando altravésdel fuego, mientras que las capas más bajas la celebrabancomo una 'fiesta de agua' como todavía en Baní, donde sebañan en el río y sumergen la imagen del santo; despuésbailan la 'sarandunga' con cuyo nombre se alude también ala fiesta misma (45).

La dominación haitiana de 22 años, así como lanumerosa inmigración posterior de obreros haitianos y deotras áreas del Caribe habrán contribuido a mantener vivascostumbres populares originarias de Afríca. Determinadoselementos del culto haitiano del vudú -la creencia en 'luas'como Baron Samedi, Metre Sili, (Maitresse Erzulie.identificada en Santo Domingo con Santa Rosa de Lima),Balagrí, Balenóo, etc." penetraron en el pals ypermanecieron en él no obstante los esfuerzos de algunosgobiernos de exterminar estas creencias. La palabradominicana papoboco, que ha adquirido el significado depersona o aparición influente, es derivada del términohaitiano que indica al sacerdote-brujo(46). Los entierros deniños (baquíní), las veladas para adultos muertos oagonizantes, son mucho más universales. en suscaracterísticas y no pueden ser atribuidas exclusivamente ainfluencia haitiana o africana*.

También en el habla penetró la influencia haitianaFrancisco Orteo escribió en el Listín del 1 de agosto de

(45) [bid, 195; ver también: Julio Alberto Hernández, Músicatradicioruü dominicana, Julio D. Postigo, C. por A., Editores, StoDgo., 1969, 19 Y siguientes.

(46) Larrazabat, op, cit., 190.* Las complicadas rutas por que se transmiten algunas [orinas

culturales se hace evidente en el ejemplo del carabin é, bailo'introducido en el pais aparentemente por los inmigrantes canarios,pero aprendido en 1805 durante el sitio de la capital por las tropashaitianas, que ejecutaban el baile con la carabina al hombro, y ,hah" el nombre. Hasta las voces de mando del bastonero siguieronhaciéndose después en francés haitiano. (Julio Alberto Hernándcr,op, cit., 31 V sig.},

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1899 un artículo sobre las muchas palabras francesas que sehabían introducido en el español, especialmente en lasregiones costaneras del sur (azúcar! ) y en Samaná (dondetodavía hoy se habla un patois, resultado de la intensainfluencia francesa en los siglos ~7 y 18). Daba ejemplos:sefolé (souflé), briché (sable de soldados), gató (gateau),roti, canotié (marinero), ragú (ragout), peti-puá, ratape(sombrero al tres de los militares), fricassé, rob de cham(robe de chambre), collier, bullón (sopa de pescado),madama, marshé (mercado).

Aunque sin duda existieron y existen más elementosculturales de influencia haitiano-africana, de lo que quierenadmitir muchos autores hispanófilos, por otra parte esnotable el que en un país con un grupo poblacional negrotan numeroso, el folklore en sentido estricto seapredominantemente español. Edna Garrido de Boggs halló,al recoger unos 400 cantos populares, juegos, anécdotas,versos, adivinanzas, dichos y cuentos sólo algunosafricanismos en el vocabulario, y sólo 3 canciones quetratan del negro; la región fronteriza con Haití era laexcepción de esta aparente continuidad de la tradiciónespañola. Andrade llega a conclusiones similares (47).Aunque la proximidad de Haití'y la penetración de sushabitantes, en guerra y en paz, fue por una parte una fuentepermanente de influencia cultural, por otra parte el temorpor el país vecino, el sentirse amenazado por una cultura yuna nación consideradas inferiores, fueron aparentementeun fuerte freno sicológico de cualquier tendencia deasimilación ilimitada.

Son pocos los dominicanos que, como hemos visto, nohayan considerado el período de la dominación haitianacomo una página negra en la historia de un pueblo qu:hubiera querido ser blanco. Pero también cabe preguntarsesi esta cultivación de una experiencia colectiva traumática,no ha servido a la vez como válvula de escape para suavizarla situación racial interna de la República. Puesto que,desde 1822-1844 los rasgos negroides de miembros de

(47) E. Garrido de Boggs; Folklore infantil de Santo Dom,inlf,o,Madrid, 1955, pp, 24,25; ser. Andrade, Folklor.e. de la RepupllcaDominicana, edad. Trujillo, 1948, p,44; también E. J!.pdrtguezDemorizi, Refranero Dominicano, Roma, 1950, Introducclon.

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familias 'respetables' podían ser explicados comoconsecuencia de crueldades bárbaras de los conquistadoreshaitianos. Simultáneamente -como ya observaba Hostosla dominación haitiana tuvo un efecto cohesivo en lasrelaciones entre los diversos grupos raciales dominicanos:también los grupos mas negros eran dominicanos; en \;1lucha contra Haití la identidad cultural fue de mayorimportancia _que la racial, aunque -como lo expresa eldicho 'El que sea prieto, que hable claro' - era siempre músnecesario para el dominicano negro demostrar su identidadcultural, que para los otros grupos sociales.

La actitud hacia Haiti y las relaciones políticas COIí

aquel país, siguieron durante todo el siglo 19 marcadas pOI

el temor del poderío numérico, mezclado con ciertodesprecio de su (supuesta) inferioridad cultural, es decir.una ambigüedad de sentimientos que mejor pod í:¡

permanecer oculta -vpor lo menos al nivel político-o. COl110

observaba Heureaux --él mismo insultado por sus enemigoscomo 'mañé' por su descendencia en parte haitiana'Cuando se trata de una nación vecina con quienes se estuvolargo tiempo en guerra disputándole la autonomía, cuyoshabitantes dudan de nuestro afecto, de un vecino que aspiraa la posesión de lo que en derecho nos pertenece; que creeque aún están vivos en los corazones dominicanos losrencores que pudieran trasmitimos nuestros antecesores pOI

los hechos de los suyos; que rara vez ve en nuestra prensa,como sea oficialmente, una simple señal de cordialidad, I

que por todo eso i mucho más tiene motivos para vivirreceloso, las relaciones diplomáticas con tal nación vienen :¡

ser por su naturaleza en extremo delicadas' (48).

Un conflicto fronterizo de larga duración fué otra di'las características de las relaciones entre los dos países, aSIcomo la preocupación haitiana por las influenciasextranjeras en su país vecino. Estos temores llegaron a Sil

clímax cuando en 1893 la San Domingo Improvement Cyse hizo cargo de las reclamaciones de Den Tex Bondt ycircularon rumores de que se establecerían bases

(48) Carta al Sr. Don José M. Glas, Santiago, 30 sept. 188/.A.G.N.

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norteamericanas en Samaná (49). Frecuentemente elgobierno haitiano prestaba ayuda financiera -como yavimos en un capítulo anterior- para las campañaseleccionarias dominicanas; también era común el que elgobierno de uno de los dos países se confabulara conrevolucionarios del país vecino. Heureaux, por su parte,visitaba Haití de incógnito 'a apadrinar unos niños' en aquelpaís donde tenía muchos parientes (50).

La misma ambigüedad hacia Haití que demostraba elpaís en el terreno político se hallaba al nivel intelectual enun escritor como Bonó. Veía la raza de color como laportadora de la civilización haitiana, pero temía elpredominio numérico de los negros que de vez en cuandolograban apoderarse del poder para llevar a cabo una'política ultranegra' como 'raza exclusivista', cosa que debíaconducir inevitablemente a la agresión violenta; perotambién escribió una vez como su opinión que el error deBoyer había estado en querer anexar a Santo Domingo aIlaití en vez de fundar 'la unión de los dos pueblos sobreuna base más (oo.) provechosa, por ejemplo laconfederación. Si hubiese sido así, nosotros estaríamos mástranquilos, más felices, más civilizados. Los elementosdiversos de los dos pueblos (...) habrían concurrido amantener el equilibrio de las razas negra y blanca. En laactualidad no es posible soñar en una cosa imposible eimpractícable, y es preciso que cada uno de nuestra partebusque soluciones nuevas para resolver nuestros problemasdomésticos que por el momento me parecen insolubles'(5 1).

La inmensa mayoría de los dominicanos, desde hacía~uc~o tie!Up,o .ya no eran ni blancos ni negros, sino enternunos biológicos mulatos, formas mixtas de las dos razas.La 'mulatización' que describe Pedro Andrés Pérez Cabral, nosin desdén, en su libro 'La Comunidad mulata' (52) habíaava~ado muc~o, efec~i~amente, ya desde muy temprano.El consul frances en Haití, Rav baud, describió por el 1845 la

(49) Véase Carta Heureaux al Sr. B. G. Gost Konst, París. 13marzo 1893, A.G.N.

(50) Carta a Doña Hortencia García, Restauración, 29 dic.1898.

(51) Bon6, op, cit., 344, 610.(52) Grdfica Americana C.A., Caracas, Venezuela, 1967.

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situación social y racial de Santo Domingo a fines del siglo18 en los siguientes términos, tratando de explicar lasdiferencias con el Haití revolucionario: 'La doble capa desangre libre que la raza conquistadora y el último núcleo dela raza indígena mezclaban con la sangre africana sedistinguía tan poco desde la segunda generación, -la tezbroncínea del español, la tez cobriza del indio y la tez bistredel mulato tendían tanto a confundirse bajo la influencia deuna higiene y un clima comunes>, que los observadoresinteresados, si los hubiera habido, se hubieran visto amenudo en la dificultad de descubrir en los rostros elsecreto de una genealogía perdida en las sabanas y losbosques. Este trabajo de fusión, que no retardaban, ni lainmigración europea, desde el punto de vista moral, ni lainmigración africana desde el punto de vista fisiológico, seresumía en el momento de la revolución en las cifrassiguientes: 25.000 blancos de raza española pura; 15.000africanos que, por su diseminación, no eran presa deninguna propaganda de insurrección, y que, por otro lado,se sentían demasiado orgullosos de la superioridad socialque el contacto diario con los amos les departía sobre losesclavos de la parte francesa como para consentir imitar aéstos, a quienes llamaban orgullosamente 'los negros';finalmente, 73.000 mestizos que decían ser blancos y quecomo no daban lugar a ningún reparo injurioso alrededor deellos, habían terminado por considerarse como tales. Elelemento disociador de la colonia francesa (los mulatos) sehabía convertido así en el elemento conservador de lacolonia española. La vanidad, que allí había cavado unabismo de odios entre las tres clases, había operado aquí sucohesión'(53).

En el proyecto para un Código de 1784 se estipulabaque 'los mulatos o pardos constituyen el pueblo de la islaespañola; las clases intermedias son el equilibrio entrenegros y blancos y no se mezclan jamás con los negros, a loscuales odian' (54).

(53) Gustavo d'Alaux (pseudónimo) L'Empereur Soulouque elson empire, Paris, 1856, traducido e incoryor~do por E. Rodr!'KU.ezDemorizi en: Documentos para la Historia de la RepúbticaDominicana, IIJ, Irnpr, Dominicana, edad. Trujillo, 1959, 359-36U.

(54) Larrazabal Blanco, op, cit., 122.

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Las líneas de demarcación entre blanco y mulato yentre mulato y negro no estaban, ni espín rígidamentetrazadas; más bien se trata de una extensa y fluida serie dematices y características raciales que hace imposible en lapráctica cualquier división social estricta entre las trescategorías principales. La definición social de "blanco" -loque he llamado en otra parte la imágne somática normativa(55)- era y es lo suficientemente amplia para incluir tam­bién a los mulatos claros y para hacerlos aceptables comopartner matrimonial. En este sentido la observación deD' Alaux que los mulatos son considerados blansos es unadescripción, exagerada sí, de la situación, pero que reflejabien la esencia sociológica -es decir la ausencia de una barre­ra rígida entre los dos grupos. Y en lo que respecta a los ne­gros nativos- diferenciándolos así de los procedentes de laregión del Caribe circundante- gustosamente se les describíacomo menos puros racialmente, y por lo tanto mas atracti­vos estéticamente; en pocas palabras, como que están encamino a la mulatización. Se concentran en la región sur,este y en el área fronteriza occidental del país -debidorespectivamente a la economía de los ingenios y a laproximidad de Haití- más que en el Cibao.

De lo antedicho no debe sacarse la conclusión de que elfactor racial no tuviera importancia social en el siglo 19.Aunque las relaciones raciales eran más benignas ypaternalistas que en la mayoría de las otras sociedades delCaribe -y ciertamente más que en las áreas no-ibéricas- elideal social y estético seguía siendo el ser blanco, puestoque así lo definía la sociedad, y el prejuicio social contra elnegro era y es más bien uno de repulsión estética.

Aunque en la época colonial española el poderburocrático y político estuvo en manos de una élite blanca,las vicisitudes durante la primera mitad del siglo 19, asícomo la emigración de muchas familias blancas habíacambiado esta situación. La Guerra de Restauración contraEspaña produjo un nuevo cataclismo social puesto que losblancos que quedaban en el país o que habían regresado aél, estaban comprometidos como colaboradores con

(55) H. Hoetink, The two varianrs in Caribbean roce relationsOxford University Press; London, 1967. '

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España, mientras que al mismo tiempo la guerra y susconsecuencias llevaron a numerosos hombres de color ynegros a posiciones de gran poder, aunque con frecuenciade corta duración. La crecien te influencia social y políticade los hombres de color en este período, sumada a suconciencia de predominio numérico les hizo proclamar,con más claridad que antes, que su grupo era el 'verdadero'pueblo. Luperón incluso señalaba un eslabón de aparienciacientífica entre los hombres de color y los indios: losmulatos, 'por la ley de los climas, (tienden) a volver a laraza primitiva de la isla' (56). La candidatura de Luperónpara la presidencia de 1887 fue acogida por Bonó en lossiguientes términos: ' ...es bueno que el gobierno ... se pongaa pensar con seriedad en los destinos que la Providenciareserva a los negros y mulatos en la América. Estos destinosdesde ahora son manifiestos, dado el número actual de estaraza; y la isla de Santo Domingo creo está llamada a ser elnucleo, el modelo del engrandecimiento y personalidad deella en este hemisferio. Y quién mejor que Ud. podráempezar a poner las primeras piedras, a sentar las bases deesta grandeza? Quién.mejor que Ud., puede conocer cuánnecesaria es la raza blanca para conseguirlo, pero al mismotiempo conocer la superioridad de las combinaciones deesta raza tan superior; y quien, mejor que Ud., podráfundir, amalgamar y formar un todo homogéneo de lasabiduría y de la ignorancia de una y otra familia para que,modelo de tolerancia y de contención, 120damos... colocarnos en una posición envidiable (en elUniverso? '(57). Este abogato en favor de la cooperación ydel amalgamamiento de las razas bajo dirección de los hombresde color y los blancos (la superioridad de los últimos eraadmitida de antemano) siguió siendo un tema favorito delos círculos intelectuales a los que pertenecía Bonó. Frenteal 'exclusivismo negro' de Haití gustaba de señalar a supropio país, que fomentaba 'la expansión de todas las razasen su suelo' y que por eso debía ser el núcleo de una'poderosa confederación' antillana, por la cual luchabantambién Hostos y Betances (58).

(56) Luperán, op, cit., 1,27.(57) Idem, llI, 25Q(58) Boná, op. ctt... 392.

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Pero varios de estos pensadores liberales no seabstuvieron en sus filípicas posteriores contra Heureaux-que entonces resultó demasiado negro para serconsiderado mulato-de utilizar un buen número de insultosracistas. Eugenio Deschamps lo llamaba un mono, Betanceso bservaba que este 'indigno farsante'... 'odia a losextranjeros porque son blancos y a los negros porque él loes'. Juan María Jiménez hablaba de su 'cara de antropoide'e incluso Hostos hablaba en términos velados de 'eseennegrecedor del quisqueyanismo'(59). En 1886 Heureauxescribía a Luperón -que entonces aún lo apoyaba- que lospartidarios de Casimiro de Moya 'echan mano hasta deembustes ridículos, de infamias abominables. Se me rotulala casa: 'Abajo el negro! ',se echa 'abajo el mañé' ... (60).

En las muchas anécdotas sobre Heureaux, que hastahoy forman parte del folklore político dominicano, estefactor racial forma un elemento importante. La posiciónambigua de Heureaux cuando había subido al poder esconfirmada en estas anécdotas: a veces parece conformarsea los prejuicios existentes -no decían que a veces dormíade noche al aire libre para ponerse blanco? -, a veces sevenga de sus difamadores 'respetables'.

En la política exterior, especialmente en los numerososproyectos para hacer del país un protectorado de unapotencia extranjera o para anexarlo, la suerte previsible dela parte de color de la población era siempre tema dediscusión, con el fin evidente de influenciar la opiniónpolítica del gran público. Cuando en los años noventacorrieron rumores de que Heureaux tenía contactossecretos con. los Estados Unidos para arrendar la Bahía deSamaná, Luperón trató de movilizar la opinión públicadeclarando que '(el plan de los Estados Unidos) esadueñarse de toda la isla... para llevar a ella los cuatromillones de manumimosos(sic! ) africanos que tienen .. Losyankees (extenninarían nuestra) raza porque no es la suya.Es a ese pueblo norteamericano, enemigo de la raza india,de la raza amarilla, de la raza mestiza, de la raza africana,sobre todo de la raza latina, a quien el traidor GeneralHeureaux trata de vender y entregar la República

159) Luperán; op, cit., l/l, 370. 385; Hostos, op, cit., H, 203.(60) Iaem, ur, -202.

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Dominicana'(6l). En otro contexto Luperón acusaba aHeureaux de ser demasiado pasivo con respecto a lainfiltración de haitianos en territorio dominicano, acusaciónque probablemente no estaba libre de acentos raciales,aunque Luperón admitía que el Presidente Cabral -que noera negro- también había demostrado laxitud en otraépoca.

Es interesante 10 que señala Sumner Wellesen cuanto alos anuncios que Heureaux publicó en la prensanorteamericana para fomentar la inmigración de 'personasde la raza de color' en Santo Domingo, siguiendo así lashuellas de la política de Boyer que había traído a Samaná alos metodistas. La respuesta a uno de esos anuncios enviadapor un hombre de Texas al cónsul americano, es patética:este señor vendía retratos de Toussaint Louverture en SanMarcos, Texas y se preguntaba si en Santo Domingo habríaun buen mercado para este artículo. En su postdata decía:'El proyecto de Ley 'Separate Coach'* ha sido aprobado yestoy ansioso por salir de Texas'(62); pero la campañapublicitaria de Heureaux no parece haber tenido muchoéxito.

El considerable número de inmigrantes blancos queentró en el país a partir de los años setenta fortaleció elpoder económico y político de los blancos comparado conel de los hombres de color, de modo que Hostos podíaconstatar por el 1890 que 'la porción blanca (...) en lapoblación actual de la República Dominicana lucha porreivindicar sus antiguos fueros y primacías'(63). En esosaños aumentaron las manifestaciones externas de prejuicioracial (llamado con frecuencia 'preocupación', y tema de unartículo en el Eco del Pueblo en 1891). Especialmente loscubanos tenían la reputación de ser antí-negros, como 10ilustra la célebre anécdota donde Heureaux pregunta a uncubano cuántas materias se necesitan en Cuba para elbachillerato y cuando se entera del número pregunta: 'YUd. no cree que a mí me exigirían dos materias más, por lo

(61) Luperán, op. cit., lIJ, 328, 329.(62) Sumner Welles, op, cit., J, 444.­(63) Hostos, op, cit., 185.

* Segregación del transporte público.

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menos? '(64). También es explícita la décima del cantorpopular Alix, que data de 1883:

Todo aquel que es blanco finoJamás se fija en blancuray el que no es de sangre puraPor ser blanco pierde el tino.Si hay baile en algún CASINOAlguno siempre se queja,Pues a la blanca siempre aconsejaQue no baile con negrillo.Teniendo, aunque es amarillo,"El negro tras de la oreja".

El que se crea preocupadoque se largue allá a La HabanaQue en tierra dominicanaNo le da buen resultadoy el bizcochuelo lustradoAunque sea con miel de abeja,No dé motivo de quejaQue todo esto es tontería,Pues está a la moda hoy día"El negro tras de la oreja"(65).

En las dos décadas finales del siglo, según fuecristalizándose la estratificación social, como ya vimos,especialmente en lo que se refiere a la recién formadaburguesía, las oportunidades de ascenso social máximo paralas personas evidentemente negras tuvieron que reducirse; elfactor racial se convirtió, igual que en períodos anterioresde estabilidad política, en un determinante importante delstatus social; aunque sin duda el hecho de que el presidentefuera un negro podía considerarse una circunstanciamitigante. Pero en el futuro resultaría imposible queascendiera al poder un presidente tan negro comoIlcureaux.

(!i4) Martinez, op. cit.• 185.

(65) Alix, op, cit., 28 y si".

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Hasta el día de hoy el ejército ha seguido siendo uno delos principales canales de movilidad, pero el cambio' delaparato militar efectuado bajo Heureaux, de una estructura'merendera' a una 'organizacional' conllevó probablementeun mayor énfasis del factor racial en la selección, Laburocratización incipiente del aparato militar requería uncuadro de oficiales mejor educados, por lo que un númerorelativamente mayor de hombres de color que de negrospudo ascender a los puestos más altos. Además, el sectormilitar, una vez organizado deberá tender a utilizar losmismos criterios de promoción social que usa la sociedadcomo total. Por otra parte, la carrera militar no iba a gozaren mucho tiempo del prestigio social que tenían lasprofesiones tradicionales de la burguesía, de manera que elnúmero de blancos en el aparato militar s¡guiósiendorelativamente reducido. Cuando José Martí inspeccionó en.1895 uno de los batallones de Heureaux, observó queentre los oficiales había mestizos y negros, entre los.soldados sólo negros(66).

También es probable que el crecimiento numérico de larecién formada burguesía nacional y su creciente concienciade su posición social, aumentaran la importancia social delfactor racial, aunque sólo fuera para manipular másefectivamente los mecanismos de control social.

El crecimiento de las ciudades, finalmente, habráprovocado en los años ochenta y noventa una segregaciónmás pronunciada, especialmente entre los negros y los otrosgrupos, por la construcción de nuevos suburbios., máshomogéneos en sentido económico -y por. lo tantoracial- que los viejos centros urbanos. Pero siempre huboexcepciones: en San Carlos, barrio de isleños canarios, vivíaa fines de siglo una familia de negros: 'les decían los isleñosprietos, porque eran honrados, trabajadores y buenos'(ó Z).

Ya vimos que en los años noventa los clubes exclusivosde la clase social alta hallaron su reflejo en clubes como 'LaPerla Negra' de la gente de color. También en el decir

(66) Martí op, cit..• 40. Huelga decir que después de la muertede Heureaux el, carácter .:mercadero' del aparato müitar, a)í comodel aparato poi/neo. votviá a predominar por mucho tiempo.

(67) Gonzdlez Rodrigues. op. cit.

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popular el color negro encontró sus defensores, a manera decontrapunto y consuelo:

Si el negro te causa espantoNo le muestre tu noblezade negro viten la iglesiaei Jueves y ei Vieines Santode negro ponen ei mantoen aquei sagrado atai(etc.)

así cantaban en el cibao (68).

Parece justificada la conclusión de que los cambiosantes descritos en la estructura social y económica en elúltimo cuarto del siglo 19, crearon una situación en que elfactor racial adquirió más importancia en la vida social, quela que hahía tenido en las tres primeras décadas después de1844 (exceptuando la anexión española):

Si ves a la mesa un blancoya un negro en su compañía,ó el blanco le debe al negro,o es del negro la comida.

Según fue cobrando conciencia de su importancia laburguesía nacional, y fue comportándose de manera másexclusiva, la observación (contemporánea) de Mejía Ricartadquirió más validez de la que siempre había tenido: ' ...losdominicanos tienen un complejo étnico. ( ...) Al no abundarla raza pura, sino una mezcla entre diversos matices: blanco,casi blanco, mulato y negro, hace que constantemente sevayan anotando las diferencias en cuanto a la tez, calidaddel pelo y orígenes más o menos claros, Tal importancia quese le da a este elemento de la personalidad produce enconsecuencia, una aspiración de los que no tienen el colorblanco, por adquirirlo; de quienes casi lo poseen, por-nejorarlo; y los que forman los pequeños grupos de razailanca ancestral, el de conservar ese don '(69); un fenómenoiropío de toda sociedad multiracial, donde un grupo racials dominante y sus rasgos físicos son considerados

(óH) Jimenez, op, cit., 1, 95.(69) Mejúi Ricart, op. cit., 27,28.

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deseables, pero la medida en que esto conduce a un'complejo étnico' depende de la exclusividad que el grupodominante se adjudique. Y aunque esta exclusividad fueraen la República Dominicana, lo repetimos, grosso modo deuna calidad distinta y más benigna que la de las sociedadesdel Caribe no-ibérico, es no obstante un hecho notable surelativo endurecimiento a finales del siglo.

Uno retiene la impresión (sin hacer un estudioprofundo) de que varios de los historiadores que produjola nueva burguesía en nuestro siglo, han demostrado unamayor preocupación racial que sus colegas del siglo 19,aunque aquéllos tampoco estaban libres de ella y aunquetambién en el siglo pasado se alababa libremente elbeneficio de inmigración europea 'para mejorar la raza'. Siesta impresión es correcta sería un resultado lógico ysicológico de la posición de seguridad en que se hallaba laburguesía sobre todo en las primeras décadas del sigloveinte. Sólo en los años sesenta es cuando surge una nuevageneración de historiadores que someten a un nuevo análisislos juicios aprendidos y que tal vez descubren ciertoparentesco intelectual con algunos de sus predecesores delsiglo 19 que sufrían todavía de algunas sanas dudas einquietudes.

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XI.LA VIDA FAMILIAR Y COTIDIANA

El período de embarazo estaba rodeado de tabússupersticiosos y no era infrecuente que la mujer lo pasararecogida en su casa. En el campo a veces se llamaba al hijonatural 'hijo del mundo' y al hijo legítimo 'hijo debendición'. El cordón umbilical del recién nacido eraguardado cuidadosamente y le era entregado a los siete añospor su madre 'para rasgarlo y adquirir por ese medio lavirtud secreta que le "abre todos los caminos". Los

Ilrimeros nueve días después del parto la madre -de todasas clases sociales- se encerraba herméticamente, evitandolos contactos con el mundo exterior -y con el sereno-;Incluso se tapaba los oídos con algodón. Antes delnacimiento ya habían sido escogidos los padrinos debautismo 'entre las personas más queridas y acomodadas dellugar, pues rara vez los escogen pobres para que no recaigatul obligación en individuos que "no tienen en qué caeisemuclto". Después de la ceremonia del bautismo el niño erapresentado por sus padrinos a los padres, que habíanpermanecido en casa, con las palabras: 'Comadre, aquí tieneUló su niño, uté me lo entregó moro, yo se lo entriegocrttlano. Lo que le encaigo e que le enseñe ei catechimo'.Luego el padrino del campo le regalaba a su ahijado unanovilla o marrana. 'Desde entonces los compadres sedrNcubrirán al saludarse, no reñirán jamás, y el ahijado1l'lIdrá que arrodillarse más tarde ante aquellos que lohicieron cristiano, y dirá "Sión padrino" o "Sión madrina"(",)'. y asimismo pedirá la bendición también a todo mayor

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respetado (1). También en la ciudad los lazos delcompadrazgo eran fuertes: 'los padrinos eran segundospadres del ahijado y tenían deberes y derechos para conellos pudiendo corregirlos y castigarlos. En caso de muertedel padre los padrinos cuidaban de la salud corporal yespiritual del ahijado'. A veces incluso se llegaba a adoptarel niño. Ningún conflicto debía manchar la relaciónsacramental entre un ahijado y sus padrinos:

Si tienes algún tormentotú no te apures por nadaEntre madrina y ahijadano puede haber sentimiento(2).

El lazo especial que unía al padrino y a la madreconllevaba un riesgo de interés erótico, pero 'entre uncompadre y una comadre no cabía ningún sentimientocarnal y en caso de que siendo ambos libres, naciera algúninterés, no se establecían relaciones amorosas mientras laIglesia no pronunciara (...) las dispensaciones necesarias'(3).Los hombres de influencia y prestigio como Heureauxtenían centenares de ahijados y estaban unidos por los lazosde compadrazgo con familias de todas las capas sociales.Pero hay que concluir, como lo hace Jiménez, que en elcampo y en algunas aldeas los deberes del padrino debau tismo durante toda la vida de su ahijado eran mayoresque en la ciudad.

Ya vimos antes que más o menos el cincuenta por cien.to de los nacimientos era ilegítimo. Esto debe atribuirse ensu mayor parte al reducido número de matrimonios entrelos grupos pobres de la población, pero por otra parte se de­bía también al instituto muy difundido del concubinato,situación en que vivía el hombre -tanto el de los gruposaltos como el de los bajos- antes de su matrimonio ydespués de él, para no mencionar las relacionesextramaritales menos perdurables. En 1891 murió en SanPedro de Macorís un marinero-carpintero, dejando 42 hijosde dos matrimonios 'y algunos malos pasos' como decía el

(l) Jimenez, op, cit.. J, 20, J 2 Y sigo(2) Alix, Juan Antonio, Décimas inéditas. impr. 'Moreno', Santo

Domingo, J 966, J 64.(3) Gómez Alfau, op. cit., 133.

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periódico(4). Luperón tenía 2 hijos legítimos y 6 naturales;el número de hijos naturales de Heureaux no sería menor.Un simple inmigrante curazoleño en Neyba tenía unaesposa legítima con 7 hijos además de 2 concubinas con lascuales tenía 3 hijos.(5)

La mortalidad infantil era grande y la muerte de unniño pequeño, un angelito, no debía causar gran pesar. Elcadáver del niño era vestido de angel 'con sus alas en actitudde volar'. En las ciudades se contrataba para tales entierrosde niños una orquesta que acompañaba la ruta alcementerio con 'alegres piezas, danzas y valses'(6). En elcampo la vela del angelito era una grata fiesta, 'y concurríanoche por noche el vecindario a las llamadas velaciones, enlas que se bailaba, se cantaba, se jugaba y consumía muchoaguardiente. Para estos casos, el infeliz niño era preparadode la manera más criminal y grosera, de modo que resistierasin entrar en putrefacción los nueve días de la fiesta. Estapreparación a la manera de embalsamamiento era practicadapor personas ya duchas en el sistema, a fuerza de sal moliday jugo de limón agrio. Algunos llegaron a abrir el vientre yllenarlo con trapos empapados en estas substancias, y hastase vieron casos en que los prácticos preparadores de estossacrilegios, habían introducido por el recto un palo conafilada punta, llevándolo a través del vientre y del pescuezohasta la cabeza para colocar al pequeño cadáver, derechocomo un muñeco, en el altar, lleno de flores y velas. ( ...) Enel batey de la hacienda 'La Angelina' ( ...) daban a la madre,ignorante o desnaturalizada, el mandado siguiente: "SeñáJuana, dice su comadre Munda, que le preste el muerticopor esta noche"(7). A principios de septiembre de 1896 fuecelebrado en Puerto Plata un baquiné así, y como la fiestaestaba prohibida por la ley 'sobre todo en días laborables',el Alcalde se dirigió hacia allí acompañado por dosmilitares. Fué abaleado por los festejantes(8).

Los niños que lograban sobrevivir los peligrososprimeros años de la vida crecían en su medio rural o urbano

(4) Listin, 28 junio 1893.(5) Idem, 10 julio 1899.(6) Gómez Alfau, op, cit., 114.

(7) Ibídem, 61 y sigo(8) Listtn, 5 sept. 1896.

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y alcanzaban la madurez. Antes de aprender el alfabeto yasabían persignarse bajo la vigilancia severa de los adultos,pero buscaban, como toda la juventud, rutas de escape deuna disciplina que consideraban excesiva. En la ciudadorganizaban peleas a pedradas entre los barrios: Migueletescon tra Barbareños, Reginistas contra Carmelitas yMisericordes(9) y a veces molestaban en la iglesia, gritandoe interrumpiendo con pitos el transcurso de la misa enRegina Angelorum (10). El recogimiento de la Semana Santaque era muy difícil de sobrellevar por los niños, demandabauna compensación al domingo siguiente cuando losmuchachos de Santiago se dirigían en grupos al mercadopara robar allí frutas en un ritual más o menos aceptado,bajo los gritos de ¡Aleluya! (11). Las distracciones de lasmuchachas se limitaban a la casa, y muchos de sus juegoshabrán consistido naturalmente de la imitación infantil dela vida de los adultos. Sólo excepcionalmente llegaban talesjuegos a convertirse. en noticias de prensa, como cuandounas ricas niñas (sefarditas) organizaron un lujoso bautizopara su gata que recibió los nombres de DominicanaAurora, y luego fué casada con un gato en una ceremoniaespléndida (12). Los jóvenes ricos montaban a veces caballosárabes, importados de Puerto Rico, en sus paseosdomingueros, 'bien trajeados de dril blanco, cubierta lacabeza con fino sombrero de Panamá, calzado reluciente decharol, los pies en el bruñido estribo de cobre, revólver alcinto, fusta en manos'.

El estricto control social hacía imposible el contactolibre entre los jóvenes de ambos sexos y para los grupos másaltos urbanos parecía haber sólo dos sitios donde podíaencontrarse la juventud: la iglesia, donde se intercambiabanmiradas enamoradas y cartitas entregadas furtivamente, y elperiódico, donde los jóvenes se enviaban versos, adivinanzas(charadas) y piropos: así B. vió en marzo de 1899 llegar al'ideal de mis esperanzas' en el barco de Curazao, 'que tienelos ojos negros, que son tan bellos y seductores, pero quepor la moda exigente vela con lente, que aunque

(9) Gómez Alfau, op, cit., 50.(lO) l.isttn, 7 enero j 893.

(11) Jirn enez, op, cit., 1,297,(12) Listin, 13 julio 1893.

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transparente no tiene la diafanidad de su lúcidamirada'(13). Con frecuencia el joven enamorado no podíahacer al principio más que pararse en la esquina de la casade su adorada esperando ansiosamente: hacer esquina. Lacarta de amor romántica era una obra de artecuidadosamente elaborada, y todavía en el año de sumuerte Heureaux se mostraba un maestro en este artecuando le escribía a la joven OIga Clan, en Jacmel, Haití:...mientras el hombre no se aleja demasiado del meridiano

de la vida, no puede ver hijas en las señoritas bellas ysimpáticas que tiene la fortuna de conocer. Un dios másexigente y más apasionado que el que preside los amorespaternales, un dios que ni ve ni piensa, es el que enciende suantorcha en el fuego de las miradas que se cruzan entre uncaballero y una joven, si ésta es hermosa como el alba de losJ ías primaverales'(14).

En cuanto un joven visitaba con frecuencia una casadonde había hijas de edad casadera, la opinión pública,siempre alerta, se convertía en factor de importancia, comolo reconocía J. E. Julia en una carta al hermano de suelegida: 'En vista de los muchos y diversos comentarios queforma el público de mis frecuentes visitas a su casa, yatendiendo a la justa reconvención que Ud. acaba dehacerme, le suplico que sirva permitir que continúevisitando su apreciable familia no tan solo como amigo deella, sino también como pretendiente de su hermanaVirginia a quien amo con toda sinceridad y buena fé. Deantemano le aseguro que hasta hoy sólo me unen a ellalazos de verdadera amistad' (15).

Una vez aceptado el noviazgo por los miembros de lasJos familias y hecho público el enamoramiento, el jovenvisitaba todas las noches la casa de su novia, 'formándose loque llamaban altar, o sea el sentarse aparte los novios en lasala, instalados en las mecedoras más cómodas'(16). Salirjuntos no le era permitido a los prometidos: siempre habíade acompañarlos una chaperona. Tanto en la ciudad comoen el campo la novia se recogía en su casa desde el

(13) Ibidem, 29 marzo 1899.(14) Cartas Heureaux: A.C.N.. 23 enero 1899.(/5) Epistolario Nouel, A.C.N., t. J.N. t t, Oct. 1, 1893.

(16) Gómez Alfau, op, ctt., ¿Y.

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momento de anunciar el cura la fecha de la boda, hasta elnoveno día después de la misma. Naturalmente en el campoel ritual del noviazgo estaba menos sujeto al contacto porescrito que el de la burguesía urbana, aunque no por esofueran menores las formalidades en el comportamiento delos futuros esposos. Ramón Emilio Jiménez ha descrito losamores en el campo de manera simpatiquísima yenternecedora, desde la primera frase galante: "Daría micabailo de silla poi veite to lo día", por via de la serenata:

Ere chiquita y bonitaere como yo te quiero,que parece campanitade la mano de un platero,

hasta la construcción del bohío y su amueblamiento con'sillas serranas', una cama de caoba, la mesa de comer, 'yuna tinaja sobre un tronco de tres ganchos invertidos,encima del cual se destacan muchos bangaños y coquitos' yla siembra del conuco. Los padrinos de bautismo eranavisados a tiempo de la fecha de la boda*, y a su padre elljoven ya había pedido de antemano permiso para 'amarraiseei revoive" y comprar un caballo y una silla, porque

Ei que quiera sei un hombrenecesita poseeibuen caballo, su revoive,una silla y su mujei'(l7).

Podía muy fácilmente transcurrir todo un año entre elmomento de establecerse relaciones amorosas y el delmatrimonio, incluso entre los campesinos.

La ruta hacia el altar no siempre era transitada tanfelizmente. Oposición de los padres, especialmente el padrede la muchacha, conducían, incluso entre los gruposurbanos más altos, al rapto. El 18 de septiembre de 1896 elListin comunicaba: 'Anoche a las ocho y media fuéextraída de su hogar, por un joven con quien llevabarelaciones, una señorita menor de edad, que pertenece a una

* y se buscaban nuevos padrinos de matrimonio.(17) Jimenez, op. cit., l, 5 Y sigo

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de las principales familias de la capital. En ruta a SanCristóbal la policía supo detener a los enamorados. El raptoconocía sus matices refinados: "Cuando mediaban ciertasconsideraciones o el novio sentía verdadero amor y respetopor la muchacha, el rapto tenía efecto acompañando alnovio uno de sus amigos íntimos de reconocida solvenciasocial y la joven era depositada en casa de una amiga de

.reconocida seriedad, mientras se practicaban las diligenciasparalabodaalaquenoasistíala familia de la novia'(IS). Elartículo 355 del Código Penal no consideraba el rapto comodelito, si era seguido por el matrimonio; quienquiera que'extrajese de la casa paterna a una joven menor de diez y seisaños con promesa de matrimonio y no celebrare este en eltérmino de un mes después de requerido por sus padres,incurrirá a la pena de uno a dos años de prisión '(19). Aveces el rapto parecía ser castigado de manera sobrenatural:'El día 24 de enero, el joven Isidro López, natural y vecinode la sección del Cachan (cerca de Barahona) (oo.) sustrajode su casa paterna a una niña, y al siguiente día el referidoLópez fue al lugar llamado 'Caballero' a ver unos bueyesque allí tenía, y. dizque del monte le hablaron dichosbueyes, llamándole por su nombre. Fue tan grande 'laimpresión que le causó ( ...) que se volvió para su casa, ycuando llegó a ésta se privó, y luego cuando volvió a juiciocontó lo acontecido, pero quedó tan gravemente afectadouue murió al día sizuiente'(Zü).

Pero ni juez ni buey podían detener la seducción demuchachos jóvenes, mucho menos cuando los poderosos delpaís eran quienes daban el ejemplo: cuando Heureauxaparentemente había seducido a la hija de un amigo, otrohombre había tenido enseguida 'la osadía de hacer uso demi nombre como pretexto para seducir a su amada', lamisma muchacha. Heureaux, al negar la acusación, no pudodejar de señalar que el otro pretendiente no 'tiene cualidadpara ser mi rival ni mi protegido en ese camino (oo.) Lerepito mi consejo a Ud. y a Hormesinda', así le escribía alpudre, 'deje Ud. a ese Señor Caballero en paz y a ella que

(18) Cómez Alfau, op, cit., 28.(19) Actas Congreso Nacional, A, C.N., jurisprudencia, 23 enero

IHH5.(20) Listin, 4 febrero 1893.

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sufra las consecuencias de su niñez y que se resigne a vivirbajo el techo paternal, haciendo abandono de la pretenciónde reparación etc., por parte del autor de su desgracia(...)'(21). Resignación, la palabra que era la contraseña de lamujer como partner sexual, aunque fuera de mala gana. Noobstan te, algunos padres lograban obtener alguneindemnización, como lo lamentaba Juan Antonio Alix enuna décima con el título explícito: 'A un ricacho que lequitaron doscientos y tantos pesos porque su hijo deshonróuna niña, alegando éste que él la encontró deshonrada', y quecomienza así:

Al que le sienten dineroLe arman tamaño procesoy le muerden por un cuero*Dos cientos y tantos pesos(22).

Una vez convertido en esposo y padre, el hombrevigilaba a su esposa y a sus hijas celosamente. Si alguna vezsorprendía a su esposa en el delito de adulterio, la muertedel amante era ejecutada sin dilación y era aceptadasocialmente como una venganza, aunque muchas veces seperdonaba a la mujer. José Martí conoció en Guayubín ungeneral que, cuando tuvo que huir de su pueblo, dejó a suesposa bajo el cuidado de un compadre: 'la mujer se dió alcompadre, volvió él, supo, y de un tiro de carabina, a lapuerta de su propia casa, le cerró los ojos al amigo infiel, "ya tí adiós! no te mato, porque eres mujer"(23). Incluso elrumor de adulterio de la esposa tenía que llevar a accionespúblicas como se ve en el siguiente remitido al periódicocuyo fin era satisfacer la opinión pública y salvar el honorde los dos esposos: 'Señora: Una calumnia infame quecontra Ud. levantó un sirviente infame, los arrebatos decelos injustificados, me han dejado arrastrar por la ira y sindarme cuenta de mis hechos, 'he ultrajado a Usted y hasta lehe levantado la mano (...). Mi deber de caballero y dehombre honrado es confesar mi falta. Hoy estoy

(21) Cartas Pres, Heureaux, A.G.N., 22 febrero 1887.(22/ Altx, Décimas inéditas, op, cit., 34.

,. Prostituta.(23) Marti, op. cit., 31.

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convencido que es Usted tan pura como siempre lo hasido.( ...) alguna disculpa en las personas de honor que meconocen (...) y mi desgraciado carácter que no sabedominarse y que en cuestiones de honor me puede arrastrarhasta el crimen. (...) A pesar de mi proceder injusto creaUsted señora que siempre la he amado. Su esposo, José Ma.Rodríguez. La autorizo a Ud. para que haga de esta carta eluso que más le convenga'(24).

El hombre y sus hijos, por el contrario, eran libres en susexploraciones sexuales antes del matrimonio y afuera deél, mientras no fueran atacadas demasiado las prioridadessociales de la esposa legítima: incluso había familias en queera aceptado el hijo natural del esposo o de un hijo paracriarlo junto con los hijos legítimos. Heureaux teníadiversas queridas a quienes solía escribir en el tono de unesposo preocupado: ' ... de ninguna manera deseo que tesigas dedicando a esos cultivos de arroz y maíz que teobligan a coger mucho sol y a tener muchas fatigas. Creoque para mediados del mes de enero próximo, podré ir apasar algunos días contigo. Para entonces te llevaré yomismo tu aguinaldo'(25). Dió a sus hijos naturales unabuena educación y varios de ellos llevaron después suapellido con orgullo. No todos los buenos hijos naturaleseran tan afortunados y el orgullo o los celos de la esposalegítima podían ser inmisericordes: 'María E. Franco deBurgos (...) tiene a bien manifestar a un grupo de hijos sinapellidos, puesto que han nacido del concubinato, que en loadelante deben firmar el nombre de su madre la Señora JuliaSaldaña, y no hacer uso más del apellido Burgos, que sólo ylegítimamente pertenece a los del matrimonio. Si esto nobasta, nos veremos obligados a que hagan uso de su apellidopor la Ley'(26).

Había sin duda jóvenes del pueblo y de la clase mediabaja a quienes podía aplicarse la 'contestación de unaseñorita a un hombre casado' que aparece en una de lasdécimas de Alix:

(24/ Listtn, 4 abri/1893.(25) Cartas Pres. Heureaux, A.C.N., 30 dic.

Juana Ogander, San Juan.(26) Listtn, 6 febrero 1896.

1898, Sra. Doña

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Si de mí está enamoradoVáyase desengañando,No quiero a hombre casadoPorque nada voy buscando(27),

pero también había muchas que'iban buscando' laposibilidad de asociación con un hombre de las clasessociales más altas, el prestigio que esto les daba en su propiomedio y el mejoramiento económico que podía conllevar alconcubinato. A. Plaza escribió sobre ellas en el Listín del 14de febrero de 1896 el siguiente poema:

Enseñanza superior

Muchachas sin camisas ni tominesConcepciones de honrada figoneraQue no saben mover una tijeraNi remendar siquiera calcejnes.

Tus armadas de lazos y botinesPretenden sacudir su pobre esferaAprendiendo posturas de boleraYa cantar una ópera y maitines.

Luego que esas chiquillas relamidasSe convierten'en hembras pretenciosasPrima-donas con puff marisabídas

y nieguen a sus madres haraposasPara los ricos sobrarán queridasPara los pobres faltarán esposas.

Había también, además de estos concubinatos que confrecuencia eran permanentes, las relaciones másincidentales con prostitutas, quienes lograban a veceshacer que un hombre abandonara su familia, tema que Alixtambién comenta en tono de lamento en una de sus décir(28).

(27) Alix, Décimas inéditas, op, cit. 47.(28) Alix. op. cit., 127•

.~22

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No sorprende que una demanda tan grande almachismo y a la potencia, produjera un intenso comercioen supuestos afrodisíacos y llevaran a anuncios de unproducto (norteamericano) dirigido a los "hambresdébiles", que comenzaba así: "Parece que el Creador haordenado que después de la sangre el fluido vital seminal seala sustancia más preciosa en el cuerpo del hombre" (29).

No sorprende tampoco que la mujer de los grupos másaltos cuyas libertades estaban tan limitadas, mientras debíatolerar las de su esposo, adoptara una actitud que denotarasus sufrimientos pacientemente llevados, conducta quefomentaban también las repercusiones de la épocaRomántica: "la tristeza era un signo de distinción en unadama y las conversaciones predilectas del sexo femeninoeran aquellas donde salían a relucir episodios tristes queespantaban la alegría de los hogares" (30). De hecho, unamujer de 40 años era vieja, situación que no podía remediarel polvo hecho de cascarilla, cáscaras de huevo finamentemajadas. Así como la juventud tenía sus rutas de escape dela disciplina paterna, así la mujer las tenía de la disciplinamatrimonial: "El Carnaval es la época de expansionarse lasmujeres pues es la única época que, bajo el disfraz, se lespermite dar saltos, brincos, carreras, y gritar en alegrealgarabía, prescindiendo del recogimiento rutinario yhabitual de todo el año" (31). Pero ya en 1893 habíaalgunas damas emprendedoras que habían buscado enGüibia consuelo y distracción en los baños de mar, aunquequejándose de la presencia de pescadores curiosos (32).También los hombres se bañaban, desnudos, en la costa de lacapital, Una bahía muy concurrida tenía dos islotescercanos a los que nadaban los mejores atletas; estos islotesllevaban los significativos nombres de "Curazao" y "SanTomás". Las damas pudieron disfrutar en 1893 de la novelade Ernile Zola "Le Débacle" que aparecía en serie en elperiódico, identificándose tal vez con la heroína, y guardan.do el "modesto silencio" que "hace honor a la mujer", lema

(29) Listtn, enero, 1899.(30) Gómez Alfau, op, cit., 41.(31) Listin, 17 de febrero 1896.

(32) Listtn, 13 enero, 1893.

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de Sofocles que la revista del Padre Billini gustaba depublicar (33).

La distancia -ese concepto clave en este tipo desociedad- era enfatizada en la familia paternalista demanera formal: "al levantarse, al llegar de la escuela, de lacalle, al toque de Angelus y antes de acostarse, estaba elniño obligado a besar la mano de sus padres. El besa-manose efectuaba de obra o de palabra y cuando por distracción,el niño no cumplía con este precepto, era castigado".También frente a sus hijos varones -aún si estabancasados- el padre mantenía en la casa su autoridad. Dabapermiso para la primera afeitada, no podían fumar ni beberen casa sin su autorización previa. Pero es significativo queel peor castigo para el niño pequeño era el vestirlo dehembra. Y las hijas que a veces estaban condenadas a unavida tan enclaustrada por su parte, sin recibir jamás permisode asistir a algún baile u otra reunión, daban a sus padresapodos como Herodes, Caifás, y Nerón, y desarrollaban el"disimulo y la hipocresía" como característicasindispensables (34). Esta disciplina que difícilmente podíadistinguirse de celos masculinos hace más explicable lacostumbre del rapto.

El respeto a la autoridad del adulto no estaba limitadoa ningún grupo social. Ya vimos cómo las normas deconducta formalistas caracterizaban en el campo lasrelaciones entre padre e hijo y entre éste y su padrino. Ytambién en las familias menos acomodadas de la ciudad laautoridad paterna era indisputable. Era sólo después delritual del primer pantalón largo -a los 15 ó 16 años deedad- que se le daba al hijo el derecho de irse a su catredespués de las 9 de la noche y de pararse en el marco de lapuerta a mirar los bailes. La autoridad paterna era delegadacon facilidad: -"los padres daban todos los poderes, desdepelas hasta los mayores castigos, a los maestros donde se ibaa aprender cualquier oficio" (35), y las viudas o mujerescuyos esposos estaban ausentes por largo tiempo, enviaban

(33) La Crónica, 20 noviembre 1886.(34) Gámez Alfau, op, cit... 46 Y sigo(35) Veloz, op. cit., 241.

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a sus hijos a ser castigados por el "fustigador de los chicostraviesos", que no faltaba en ningún vecindario (36).

Aunque como ya vimos, las mujeres parecían sentir undeleite masoquista en exponer en sus conversaciones su"sufrimiento" y aunque su libertad sexual y movimientoeran efectivamente mínimas, al compararlas con las de suesposo, no por eso debe sacarse la conclusión de que suinfluencia, incluso poder, dentro de su casa eraparalelamente reducido. Las múltiples ausencias del esposo,hacían de la mujer, sobre todo de la mayor, una figuracentral y no pocas veces dominante, incluso matriarcal, quevelaba por los intereses de sus hijos, y a quien se debía confrecuencia que las posesiones de la familia no se perdieranen los juegos y deudas de bebidas del esposo. En tiempos derevolución era ella quien iba a pedir clemencia al general oal Presidente para salvar al esposo o al hijo de la prisión odel fusilamiento inminente. En época de adversidadeconómica podía suministrar ingresos adicionales necesariospreparando comidas o dulces o cosiendo, y enviando susproductos a sus clientes con una sirvienta. Y hay querecordar que en la última década del siglo se graduaron,como vimos anteriormente, las primeras maestras y que lavida cultural era influenciada en gran medida por unapoetisa. Así como la influencia social -e incluso política­de las "matronas" urbanas era considerable, también en elcampo podían encontrarse a veces mujeres de famaregional, como Ceferina Chaves, que mantenía una intensacorrespondencia política con Heureaux y de cuya figura dela Línea. Noroeste, José Martí nos ha dejado unadescripción: "De Ceferina Chaves habla todo el mundo enla comarca: soya es la casa más graciosa, de batey ancho yjardín y caserón a la trasera, donde en fina sillería recibe alos viajeros (...) y les da a beber, por mano de su hija, elvino dulce: ella compra a buen precio lo que la comarca da,y vende con ventaja, y tiene a los hijos en colegios finos, aque vengan luego a vivir como ella, en la salud del campo,en la casa que señorea, con sus lujos y hospitalidad, lapálida región; de Ceferina por todo el contorno, es la famay el poder. Nos paramos a una cerca, y viene de lejos de su

(36) Jimenez, op. cit.. 1I. 65.

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conuco, por entre sus hombres que le cogen el tabaco. A lacerca se acoda (...) y habla con soltura y como si el campolibre fuera salón, y ella la dueña natural de él. El marido seenseña poco, o anda en quehaceres suyos: Ceferina, que,monta con guantes y prendas cuando va de pueblo es quien,de ama propia, y a brío de voluntad, ha puesto a criar latierra ociosa (oo.) Casará la hija con letrado*; pero noabandonará el trabajo productivo, ni el orgullo de él. Elsillón, junto al pilón. En la sala porcelana, y al conuco porlas mañanas. "Al pobre, algo se ha de dejar, y el dividivi demis tierras, que los pobres se lo lleven". Su conversación, denatural autoridad, fluye y chispea. (oo.) La madre (Ceferina)está diciendo: "Es preciso ver si sembramos hombresbuenos" (37).

Ya antes Martí había visto con admiración a Nené, la"madraza del pueblo de Pena, la madre de veinte o máscrianzas", que había trabajado todo el día en el conuco"jalando el machete".

Pero la relación más característica entre hombre ymujer -de todas las clases sociales- le fue pintada a Martípor el "general" Corona de Monte Cristi: "Trece hijostengo, pero no de la misma mujer: porque eso sí tengo yo,que cuando miro asina, y veo que vaya tener que etai en unlugai más de un mé o dó, enseguía me buco mi mejócomodidá", y luego a la despedida, "ella ve que no tieneremedio, y la dejo con su casita y con aigunos cuaitos:porqúe a mi mujei legítima poi nada de ete mundo ledeberé faitai". A el1a vuelve siempre: el1a le guardó lahacienda cuando su destierro, le pagó las deudas, le ayudóen todos sus trabajos y "Que el1a tiene mi mesma dinidá, ysi yo tengo que echáme a la mala vida a pasai trabajo, yo séque mis hijitos quedan detrás muy bien guardaos, y que esamujé no me tiene a mal que yo me condúca como unhombre" (38).

El sentimiento familiar estaba fuertementedesarrol1ado, y sobre todo aquellos que se encontraban enuna posición económica inferior hallaban una satisfacciónsocial en mencionar con orgullo en su conversación su

(37) Martz; op. cit., 50:(38) tua.. 60 Y sigo

* Eugenio Deschamps.

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relación real o imaginada con personas de mayor rango. Ensu capítulo 'El inquiridor de linajes' Jiménez habla inclusode una 'manía del parentesco'. Dada la notable movilidadpolítica y social en determinados períodos podía sucederfácilmente que una persona de circunstancias económicashumildes pudiera decir: 'Esto ocurrió cuando mi tío fueDiputado', o 'cuando mi abuelo era Ministro', o se podíaseñalar con orgullo alguna pariente que había sido 'novia'de alguna persona destacada. Si no se podía mencionar elparentesco con personas de importancia, podían tam biénsacarse a relucir lazos que denotaran un trato de confianza:la vieja sirvienta podía decir: 'Ese lo vi yo nacer y lo crié",o'yo fuí su criada de bautizo', o alguien podía decir 'Cuandotu padre fue perseguido como político, el mío le sirvió degarante' (39). De esta manera por vía del extenso sistema deparentesco o compadrazgo, o por medio de relaciones másvagas y a veces imaginadas, un individuo podía identificarsecon la suerte y los intereses de personas más destacadas yparticipar en su prestigio social, aunque fuera en gradomínimo. También este fenómeno contrarrestaba la creaciónde fuertes resentimientos de clase.

El término 'familia' era y es utilizado gustosamentepara enfatizar la solidaridad que debiera existir entremiembros de grupos que no están basados en parentesco: 'lafamilia dominicana', 'la familia universitaria', etc, Tambiénla intensidad de una íntima amistad es e presa da entérminos de parentesco: 'El amigo Fulano y yo -':lmos comohermanos'; el uso de estos términos famili: es le da altérmino 'hermano', corriente en círculos eclesiásticos ymasónicos una connotación afectiva, de Que carece ensociedades donde la estructura familiar es menos desarrollada.Por otra parte el número de 'amigos' que suelen atribuirselas personas, conduce a una inflación de los lazos afectivoscon los que se les denota. 'Es curioso observar como enmateria de amistad ésta tiene sus variantes y límites, porejemplo, las hay de Cafés, parques, giras, iglesias, y teatros;en apuros, como ciclones, tormentas, terremotos y en todoaquello que para fines de cuidarse "la pelleja", sornesiguales; pero cuar:do se trata de visitar centros sociales, aquíse para el coche. Como el tipo de la clase rica tiene derecho

(39) Jimenez, op, cit., l. 286 Y sigo

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de estar en todas partes, es por lo que gusta de tener amigoso amistades de todo calibre, y, si son bohemios, mejortodavía' (40). Efectivamente, el contacto social directo enpie de (casi) igualdad, dentro de actividades y áreasdelimitadas socialmente, como la gallera, la tertulia, el café,la fiesta. de barrio, entre personas de diferentes estatussocial, era mucho más frecuente e intenso que en sociedadescon un mayor grado de urbanización, donde los criterios deprestigio social se basan más en el bienestar económicoobtenido por medio de laboriosidad, que en un abolengo detodos conocidos. El prestigio social de un hombre de buenapellido no sufría si era visto en compañía de un inferiorsocial bajo determinadas circunstancias, tratándole como aun 'amigo'. La vieja ciudad, con su casi total ausencia debarrios económicamente segregados, daba un carácter'democrático' a la vida social -Tuera de los recién creadosclubes sociales exclusivos-;así se garantizaba la 'dignidad'de cada quien, repito, dentro de los límites de actividadesdeterminadas- no obstante su medio humilde (que por otraparte estaba supuesto a poder mejorar rápidamente porfortunas políticas o de otra índole): 'al amigo y al caballo,no lo apures', así se decía. El contacto social íntimo con losinferiores sociales era fomentado más aún en la esferadoméstica por la institución del 'criado', en que se tomabaen casa desde pequeño al hijo o hija de algún pariente pobreo de algún compadre, o también de alguna persona conquien se mantenían lazos patron-cliente. La posición deestos niños dentro de la familia podía variar de un sirvienteo sirvienta explotado y gratis, hasta la de hijo adoptivo y enla mayoría de los casos habrá oscilado entre los dosextremos, recibiendo los padres de crianza servicio,compañía y afecto y el 'criado' alimento, recibiendo confrecuencia instrucción y entrenamiento en formas deconducirse y comportamiento que le hubieran faltado en sucasa paterna. Pero no siempre era satisfactoria la relación ya veces un padre de crianza tenía que hacer pública la fugade un 'criado': 'Federico Camacho, de edad de 12 años,color trigueño, se ha fugado de la casa del señor CeciliaMartínez' (41).

(40) Bueno, op. cit.• 446 Y sigo(41) Listtn, 9 marzo 1896.

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y finalmente la familia recibía regularmente visitas ocartas de personas pertenecientes al círculo de sus clientes-grupo considerable para los más acomodados- que lessolicitaban toda clase de favores: 'Señor, en virtud a labuena amistad que yo le profeso a Ud. paso a molestar suatención suplicándole me haga el favor si le fuere posible deprestarme tres pesos que necesito para principiar a trabajarmi zapatería; pues hace días que me encuentro en estacapital y no he podido dar principios a mi trabajo por faltade recursos. Sin embargo, como U<1. debe necesitarpantuflas y su familia, puedo corresponderle los $3.- enobras como Ud. lo aprecie así. También sabrá Ud. quecomo músico si me necesitare para alguna función en laiglesia, puede mandarme como guste. Sin más, soy suhumilde y SSQSM, Rafael Cáceres', y: 'el 27 de este voy aSan Cristóbal a pasarme un mes, que me manda el médicopara que me dé los baños, y mi posición es mala para eseviaje, pero como es la sangre la que tengodescompuesta ..... : (42). Pero siempre había que distinguirbien a los dientes 'reconocidos' de los 'vividores' o'pulgones', individuos parásitos que reclamaban la atenciónde las personas influyentes tratando de vivir de su dinero ode sus favores.

Sería totalmente incorrecto concluir que la vidacotidiana social era idílica, haciendo hincapié en losaspectos 'democráticos' de ella. Había también muchorecelo y veneno, explotados por los periódicos de losvecindarios que los vecinos leían en gran detalle. Velozincluso llega a hablar de la 'poca sociabilidad': en un barriocapitaleño como La Misericordia 'se vivía entredesconfianzas y rencores, ocasionados por los egoismosproducidos principalmente por los 'correos', que en talesaislamientos, se crecían de autoridad y a veces decían laverdad y la mentira. (los correos eran gentes, que llevaban ytraían. Habían familias obligadas a agradecer semejantesservicios, que a veces fueron provocadores de disgustosimperdonables)' (44). Los 'chismes' de las 'malas lenguas'oodían provocar catástrofes en los pequeños poblados con

(42) Epistolario Nouel, A.C.N., 12 mayo, 12 julio 1887 (1, A14).

(44) Veloz, op, cit., 71.

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sus familias celosas de su orgullo y dignidad y podíanconducir a prolongadas querellas en el seno de la familia, oentre una familia y otra. De hecho, se retiene la impresiónde que latan decantada 'armonía' (con cuyo nombre o unosimilar se adornaban muchas asociaciones) ya sea dentro delambiente de la familia, del barrio, o del aparato político,tenía más bien la función de reprimir un potencial detensiones siempre presente, que de reflejar una real armonía'natural' de tipo pastoral.

Pero la vida también tenía sus compensaciones alegres.Podía irse de caza de paloma, jugar al.dominó, ajedrez, a lasdamas o al billar. O jugar naipes: tresillo, poker, baccarat,siete y media, nalilla, como lo hacían los grupos socialesaltos, siendo usual los juegos por dinero pero no -comoentre algunos grupos medios urbanos- como profesión(45). Muchas loterías extranjeras y una nacional saciaban enparte las ansias de juego, rodeadas de muchassupersticiones: con luna nueva ganan los números bajos yviceversa. Se hacían apuestas en las galleras, que en los añosnoventa aumentaron en número y en el público que atraíande todas las clases sociales (46); muchos presiden tes yministros 'aristócratas' eran conocidos por su pasión por lagallera, como por ejemplo Jimenez, padre, y Manuel MaríaGautier; a veces las galleras eran el escenario de seriaspeleas, como en 1899 cuando en San Francisco de Macoríscayeron 2 muertos y 9 heridos. (47).

Los hombres más tranquilos (y las mujeres) podíanfrecuentar las 'veladas Iírico-literarias' que eran organizadascon frecuencia.:o leer el sumario de política extranjera quepublicaba el Listtn desde abril de 1893 ('Cosmorámico'), osino la página literaria semanal, que comenzó a publicar elperiódico en 1896. En 1893 también se habían terminadode fermentar los primeros 3200 galones de cerveza de lafábrica capitaleña, y se comenzaron a fumar los primeroscigarrillos*, aunque esto sólo se hacía en la casa, porque enel 'Club Juventud' una persona que había llegado con un

(45) Deschamps, op, cit., I, 283 Y sigo

(46) Listtn, 5 abrilI 89l),(47) Ibidem, 2 marzo 1899.* El ci~arro. naturalmente, era nativo y lo fumaban en la clase

baja también las mujeres, incluso las muchachas Jóvenes.

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cigarrillo en la mano había sido devuelto dc la sala de bailessin contemplaciones (48). Los circos y zarzuelas -como yavimos en otro contexto- comenzaron a visitar el país,aunque a veces había que esperar cuatro meses antes de quellegara la anunciada Compañía de Zarzuelas desde Cuba.Pero el placer de ver una pieza como' El reloj de Lucerna'habrá compensado la larga espera (49). Los relojes públicospropios provocaban una reacción ambigua: la gente estabaorgullosa de tenerlos (Alix alababa a Heureaux en unadécima, por este obsequio a Santiago en 1885) (50), pero elritmo de la sociedad hacía superfluo el conocimiento de lahora exacta: en la capital el reloj público de la catedral aveces tenía 45 minutos de adelanto (51). Los campesinosdeducían la hora midiendo su sombra o por el abrirse dedeterminadas flores. Y finálmente estaban la música y elbaile como diversiones universales. En los años sesenta ysetenta el arpa había sido instrumento predilecto en algunascasas de ricos, después llegaron pianos, de Francia yAlemania. Los bailes elegantes eran valses, schottis,mazurkas, polkas, lanceros y cuadrillas, pero la danza por sísola llenaba con frecuencia las tres cuartas partes delprograma. Heureaux envió en 1899 la danza Germania y elvals Maine a un sobrino en Puerto Príncipe que se los habíasolicitado. Sólo las 'clases inferiores' bailaban, además de layuca, sararnbo, guarapo., zapateo y fandango, el merengueen sus 'bachatas' o fiestas de barrios; al principio erantocados sólo por cuatro, guitarra, violín, bombardino y losinstrumentos de percusión criollos como maracas, palitos,güira, etc. En los años noventa el acordeón se convirtió enel principal instrumento melódico en los conjuntos típicos,agregándosele en el segundo cuarto del siglo veinte elsaxofón: ya para entonces el merengue había sido aceptadosocialmente: en La Vega fue bailado por primera vez en1922 en el Casino Central, en Puerto Plata lo había sidopoco tiempo antes, en el Club de Comercio (52). En laletra de los merengues se comenta ban, además de los temasobvios como el ame!' y el paisaje, también con frecuencia la

(48) Listtn, 23 mayo 1893, enero 1896.(49) Listtn, 26 enero 1893.(50) Alix, Décimas inéditas, 157.(51) Listtn, 2 enero 1899.(52) Hernández, op. cit. 53 y sigo

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política. Los bailes duraban generalmente de lOa 2 ó 3 dela madrugada. Si alguna pelea tenía un desenlace fatal, elcadáver era sacado y se seguía la fiesta ... 'al extremo demujeres a las cuales el rápido y voluptuoso tongo neo delbaile permite apenas enjugar las lágrimas que así, bailando ytodo, les arranca la muerte del amigo que acaban de sacarde allí, tal vez su pareja del momento anterior' (53). 'Armarla fiesta' era un fenómeno muy común, porque aún cuandoera el gobierno el que organizaba los bailes en laGobernación, el periódico se sentía obligado el comentarque 'El orden que ha reinado en el festival, (...) habla muyalto en favor de la cultura y adelanto de nuestro país (54).

Pero así como el hombre de la ciudad tenía susdiversiones refinadas, el campesino tenía las suyas: hay querecordar la mediatuna, la disputa entre cantantes dedécimas de fama regional que trataban de sobrepasar el unoal otro en el canto y en la improvisación de los versos, todoen medio de un público crítico que era quien señalaba al

-ganador (55). La labor de las juntas o convites, queayudaban en común a algún vecino a preparar su terrenopara la siembra, era facilitado por los cantos de trabajo, queexistían también para otro tipo de trabajo. Inclusolos juramentos, que el campesino veía con gran respeto erana veces vertidos en forma poética como este de una mujerenamorada:

Poi ese sol que está alumbrandopor ese dió que me está viendoque como tú me siga amandote seguiré siempre queriendo (56).

A la preparación de la comida se le dedicaba muchetiempo y gusto, sobre todo en ocasiones festivas en ecampo. La cocina urbana estaba bien equipada: 'calderosollas de barro cocido, anafes, hornillas, librillos de barrevidriado en diferentes tamaños, una gran rueda de guayacárpara picar y macerar la carne, el calderito de cobre estañade

(53) Deschamps, op. cit., 278 Y sigo(54) Listin, 17 agosto. 1893.(55) Jimenez, op. cit., 92 y sigo(56) [bid, 64 .

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por dentro de forma cilíndrica en la parte superior yesférica en la inferior o base, con su molinillo para batir elchocolate, las bateitas de madera blanca (. ..). En un rincón,el ventrudo tinajón para el agua. y el pilón de pesada manopara pilar el arroz, moler el café, etc.'. (Siempre habíatambién a mano un mazo-de varillas de toco para matar losmosquitos) (57).

En el campo la comida diaria era sobria: por la mañanase tomaba café, gengibre, o infusiones de hojas de naranja ode guanábanas, endulzadas de azúcar, melado o miel deabejas. Se trabajaba en el campo hasta las 3 ó 4 de la tarde,y después se hacía la comida caliente: vegetalessancochados, y una vez a la semana, carne (SR). José Martícomió en casa del general GÓl11ez arroz blanco, y pollo conyerén, un tubérculo del tamaño de un huevo de gallina,además boniato y auyarna, un tipo de calabaza (59). En laciudad el desayuno de los más adinerados era más extenso:arepas, mondongo, pan, queso, frituras de maíz, etc. 'acosto de centavos'; después de la siesta había una meriendacon galletas, queso, té, café (60). Los banquetes de estado,celebrados por Heureaux en ocasión de visitas deextranjeros (y los menciono para señalar el otro extremo dela tradición culinaria) eran muy refinados, a veces con 12platos ('Poisson sauce tartare, filets maitre d'hotel, aspergesa l'huile ...') y 7 vinos, (Haut Sauterne, Th, Roederer frappé.champagne... ) (61). Pero hasta en las inmediaciones de lacapital había 'mucha gente del campo que, en los meses delluvia, que son los de espera, tienen que alimentarse de una'especie silvestre de la yuca, llamada guáyiga, para no morirde hambre ( .... tal es la falta de trabajo asiduo, tal laindolencia, tal la falta de estímulos)' (62). La burguesía sedejó cautivar en estos años -ya lo vimos antes- por lamanía europea de la higiene. El periódico daba consejossobre la manera de controlar la pureza de la leche, enalgunas escuelas se enseñaba higiene como materia, y en

I.r7) Gómez Alfau, op. cit. 33 y sigo(58) Ibid, 66.(59 Marti, op. cit., 34.(60) Gómez Alfau, op. cit.. 70 y sigo(61) Listtn, 27 marzo 1893.(62) Hostos, op. cit., J, 286.

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1892 el Ayuntamiento de la capital solicitó al Congreso'prohibir terminantemente' los enterramientos en lasiglesias; esta costumbre, no obstante la suma de 300 pesoscon que estaba gravada desde 1883, parecía imposible deexterminar, debido al prestigio que conllevaba; pero 'lasemanaciones malsanas que la falta de ventilación (... ) hacentan peligrosas por la aglomeración de gente, que se reúnenbajo sus bóvedas' hicieron finalmente indispensable unaintervención drástica de las autoridades (63). Entre lascIases bajas del pueblo y en el campo el interés por lahigiene era mínimo. Los campesinos se bañaban poco yaprovechaban a veces las consecuencias naturales de laausencia de higiene: 'las secreciones orgánicas producenhedores de una transcendencia inaguantable, sobre todobajo las axilas, en donde se cría y esencializa el grajo.Cuando el grajo es fuerte, cría en el vello de las axilas unaespecie de polvi1lo, a manera de pequeños hongos, adheridofuertemente al vello. El hedor que despide un grajo es cosainsoportable, mareante, nauseabundo y contagioso. Lasavispas y abejas se amansan con ese olor; por eso antes demanipular estos insectos, el que tiene bajo el brazo elarsenal de tan asfixiante pestilencia, se frota fuertementeallí la palma de la mano para saturarlo con el hedor delpolvillo'. El grajo también se utilizaba para hacer que unperro se acostumbrara a su nuevo. amo; un pedazo de panfrotado bajo la axila hacía que el animal olvidara el olor desu ant iguo dueño (64).

Pero teniendo o no teniendo nuevos conceptos dehigiene corporal, las enfermedades contagiosas siguieronreclamando un alto número de víctimas. He aquí unaselección de noticias de prensa de un año: febrero 1893,Guayubín: 'la enfermedad conocida con el nombre deCoquelenche, hace muchos estragos en los niños de todo eseDistrito'; marzo 1893: 'En Mao, la tosferina se propagaentre los niños y causa muchas muertes'; julio 1893: entreel Seybo e Higüey hay una mujer joven que padece lepra,tendida en el camino pidiendo limosna; septiembre 1893:varios casos de tifo en la capital. También el tétano y laviruela ocurrían regularmente; en 1881-1882 había habido

(63) Actas Congreso, A. C.N.. 12 mayo 1892.(64) Cómez Alfau, op, cit., 64 y sigo

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una verdadera epidemia en Puerto Plata, Santiago y laCapital; no había suficiente vacuna; la gente utilizaba ácidofénico y alcanfor. Heureaux advertía a su ministro DeMarchena (cuya esposa sufría la temida enfermedad) que nohiciera el caso demasiado público: 'Conviene hacer lamenor alarma posible respecto de las viruelas, pues comoUd. comprenderá. es siempre desfavorable la impresión quecausa en el extranjero' (65). También era común latuberculosis: en un anuncio una mujer agradecía al doctorFrancisco Carvajal por lo que ella consideraba la curaciónde su hijo: ya había perdido cinco hijos por la 'tisis' (66).

Meriño ennumeraba las enfermedades más comunes así:'Enfermedades endémicas: fiebres intermitentes. tisispulmonar, desarreglos del tubo digestivo, tétano. En el calorjulio-octubre: fiebres tifoideas, aunque éstas a quienesinvaden por lo regular es a los europeos que abusan delclima' (67).

No sólo en el caso de las viruelas" sino también en otrasepidemias, la gente creía en la protección del alcanfor (igualque los médicos) llevándolo en un saquito que colgabanalrededor del cuello. Muchas enfermedades que hoy apenasson fatales, conducían entonces inevitablemente a lamuerte, como la apendicitis. que a veces era llamada 'cólicomiserere'. Era muy común oir decir: 'Fulano, murió de undolor' (68).

El día de año nuevo de 1893 el Dr. Henriquez yCarvajal hizo la primera ovariotomía en el país: la pacientemurió. Entre este médico y su colega Xigues, se desarrollóen ese año una disputa médica poco elevada que fué llevadapúblicamente por medio del periódico. De hecho, elcreciente número de médicos que en todas las ciudades másgrandes se disputaban los favores de los más adinerados,creaba una fuerte competencia interna, y tal vez por esemotivo muchos médicos eran a la vez agentes de medicinasimportadas, como la Emulsión Scott, que anunciabacontinuamente en el periódico Henríquez y Carvajal, o

(6$) Cartas Preso Heureauz, 14 marzo 1882,(66) Listt'n, 3 enero 1893.(67) Meriño, op. cit., 86.87.(68) Gómez Alfau, op, cit., 53 Y sigo

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'bálsamos específicos para heridas y tumores' que otromédico anunciaba (69). Las numerosas heridas de balazos ypuñaladas resultado de las querellas políticas y de otraíndole, dieron una oportunidad a algunas damas adineradasoe dedicarse a una actividad filantrópica: la preparación devendas de las tiras de géneros blancos. En el campo setapaban las heridas de balazos con puñados de tierra, y seusaba -igual que en las ciudades- la orina para friegas y aveces para ingerirla como medicina; la orina tenía que ser deun niño pequeño o de una mujer embarazada o de unanciano; o sino de una persona que tuviera determinadooficio: zapatero, herrero (70). Aquí entramos en el amplioterreno de la medicina popular; entre éste y la medicina'oficial' los límites eran en realidad vagos, así como lascategorías de los practicantes de ambos tipos de medicina.A su vez los límites entre la medicina y la magia tambiéneran vagos, pues es obvio que las muchas enfermedadesque amenazaban a la gente, así como los peligros de otraíndole, -política, amorosa- la ponían fácilmente en con­tacto con los que prometían ayudarles con medios sobre­naturales. Regularmente se veían en el periódico noticias,como la de 'la Bruja Damiana' que vivía en Mao adentroy que pedía 25 centavos por sus consultas, o sobre laprisión de un haitiano como Pedro David en San Cristóbal,conocido como 'bocó' practicante. de la religión vodún('jodú'), y acusado de infanticidio (71).

Si la enfermedad era muy grave, en las ciudades sedetenía el tráfico en la calle donde vivía el paciente y secolocaban sogas en cada esquina. El velorio, la vela enespera de la muerte, lo pasaban la familia y los amigos (y lasinevitables 'aves nocturnas') tomando café, comiendo quesoy fumando cigarros. Después del fallecimiento las mujeresestaban supuestas a llorar a gritos y a veces histéricamente,cosa que a veces provocaba 'ataques' ('aquí se necesitanfuerzas de hombre'), y se trataba de revivir a la desmayadacon sales, u oliendo plumas de gallina quemadas. A vecesera necesaria una sangría, efectuada por el médico. Si elllanto había sido insuficiente se oía decir con menosprecio:

(69) Listtn, 2,3 enero 1893, julio 1896.(70) Gómez Alfau, op. cit.• 6·1 y sigo

(71) Listin, la mayo, 24 abril, 1893.

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'Aquí no hubo más que lagrimitas'. Como no había hielo(antes del establecimiento de la primera fábrica de hielo,este producto era traído sólo incidentalmente en goleta porespeculadores) el cadáver era conservado colocándole el: elvientre cataplasmas de jugo de limón o de naranja. Eltiempo de luto para las viudas, madres, padres e hijosvariaba de 5 a 10 años, para hermanos y hermanas y tíos, 2a 3. Durante el luto las mujeres no usaban aretes, o forrabanlos aretes con tela negra para que no se les cerraran losagujeros en las orejas (72). La burguesía asistía al entierrovestida de etiqueta negra, costumbre que protestaba elListín en 1893, por la carestía de esta ropa, y porque eradifícil de conseguir. Se preguntaba el periódico cuándo,igual que en Caracas, podría irse a un entierro con ropacorriente (73). Los pobres eran transportados en el mismoataúd: 'Había un rústico y anti-higiénico ataud, provisto deandas, pintado de negro al que el pueblo le dió por nombre'El Negrito' y se trasladaban en él, hasta la sepultura, aaquellos desheredados de la fortuna que, en la más absolutapobreza, morían en los hospitales, o en algún mísero barrio'(74).

En el campo Jimenez distinguía, (también) en losvelorios, tres clases de público: 'los que comparten confidelidad el pesar de los dolientes', los 'veloriómanos, quevan a comer y a contar cuentos' y 'los enamoradosoportunistas'. Las parientes femeninas del fallecido seretiraban en alguna habitación durante el velorio, así comodurante la 'vela', 9 días después del fallecimiento. Duranteestos nueve días los vecinos se ocupaban del trabajo yllegaban a la prima noche y por la noche en grupos, paraacompañar a los deudos. El día del entierro se consideraba,igual que en la ciudad, que el profuso llanto de las mujeresera una obligación social, para 'dernotrai sentimiento'. Sialguien había enterrado su dinero o prendas -costumbremuy generalizada por la ausencia de bancos y por lasfrecuentes revoluciones- y si esta persona moría, lacreencia popular era que su alma no podría entrar en elcielo hasta que alguien no encontrara su tesoro. El que lo

(72) Gomez Alfau, op, cit., 110 y sigo(73) Listin, 20 mayo 1893.

(74) Gómez A Ifau, op. cit... 115.

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encon (faba mandaba a decir una misa por el muerto; así unoganaba el paraíso, otro una fortuna. Además de la 'vela' alos nueve días después de la muerte y en el primer día de lamuerte (velas de muertos), también había 'velas deofrecimientos' o 'de canto', por 'alcanzar una gracia delCielo solicitada con vehemencia'. En la casa se improvisabaun altar con un mantel blanco sobre una mesa, un crucifijoencima, franqueado por dos velas grandes. Durante algunashoras se oraba, después se comenzaba a contar cuentos yadivinanzas y a cantar, y, .en algunas regiones del país, abailar, a veces hasta la madrugada (7S).

Así la fuerza vital surgía no obstante la muerte, el amornacía en medio de los enlutados, el baile se imponíadespués de la devoción, y el arquetipo dominicano delbuscador de fortuna hallaba una justificación moral aladjudicarse bienes ajenos.

Este capítulo no pretende dar una descripción extensade una cultura popular sumamente rica, de las muy variadastradiciones urbanas y pueblerinas a fines del siglo 19: paraeso hay que leer los libros aquí citados. La 'vida cotidiana'sólo pudo ser esbozada aquí a grandes rasgos, ilustrada aquíy allá con ejemplos que espero fueran interesantes, y conalgunas peculiaridades que quizás sean poco conocidas.

Contrariamente a lo que hice en los capítulosanteriores, aquí no he hablado de 'cambios'. Tal vez elmaterial disponible fuera insuficiente para hacernosconcluir que hubo importantes cambios en la vida familiar ycotidiana en la segunda mitad del siglo 19. Puede sertambién ~y esto me parece más probable- que los cambiosque sean un poco notables sólo podrían encontrarseanalizando un período más largo. Las mayores y másintensas influencias extranjeras que ha tenido el país en elsiglo 20 --hay que pensar en el período de la intervenciónnorteamericana (1916-1924), pero también en el impactode radio y televisión, del avión y del cine- y, en términosinternos, la comunicación cada vez mejor entre ciudades ycampos que ha acortado la distancia entre ellos, y que hatraído a muchos campesinos a la ciudad; todas estasinfluencias han tenido sin duda consecuencias: el carácter

(75) Jiménez, op, cit., 1, 23 Y sig., 152 Y sig.. 158 Y sigo

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autoritario de la figura paterna ha cambiado, los raptos yano son normales, el fuerte lazo entre los compadres en elcampo se ha aflojado y ya el ahijado no está obligado aarrodillarse, para mencionar aquí sólo algunos ejemplos.Resumiendo, y utilizando los términos de Mannheim,podría decirse que la cultura dominicana ha perdido algo desu característico énfasis en la distancia social, que se hahecho menos 'aristocrática' (apuntando que en estaterminología también los campesinos eran, 'aristocráticos'en su cultura). Al preguntarse si estos cambios deben seraplaudidos, hay que reflexionar que un juicio de esa índoleestá fuera del terreno científico. Pero sí parece justificadoseñalar, que no debe sobreestimarse el campo que abarcanestos cambios: para la generación que ha vivido y que hasufrido este proceso de transformación, los cambios parecencataclismos; pero el que observa desde alguna distancia nove en el paisaje cambios drásticos y el analizador nota que lacomposición de la tierra también ha permanecido casi igual.Los cambios económicos, agrarios, demográficos,políticos ideológicos, tecnológicos han sido efectivamentenotables en los últimos cien años. ¿Pero han cambiadointrínsicamente las actitudes esenciales dentro de la familia.la actitud entre protector y cliente, entre amigo o enemigopolítico, la actitud hacia la poesía y las ciencias naturales,hacia el sacerdote y la mujer, hacia la madre y la hija') Siasí fuera habría que suponer que la forma en que elindividuo percibe su ambiente y que determina por eso el'tipo de personalidad básico' o-término todavía máspeligroso-- el 'carácter de un pueblo', tendría un ritmo decambio paralelo al de los cambios -vdcterminadosprincipalmente por causas externas- en la estructuraeconómica, tecnológica y demográfica. Al leer unadescripción que data de hace ochenta años, de la vidaeconómica, el lector contemporáneo se sentirá trasladadoinstantáneamente al pasado, pero esta sensación serámucho menor cuando lea: 'El dominicano es hospitalario,honrado y afable (oo.), siendo activo y laborioso cuando leplace. Ama con ardor la música y las fiestas (oo.); tan hidalgocomo valiente; tan disimulado como suspicaz; tan despejadocomo astuto; tan osado como benévolo. Arrojado y terribleen: el combate, es humanitario y compasivo en la victoria(oo.) Resulta resistente en el trabajo, pero sin espíritu de

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orden ni de economía ( ...) Ama la poesía ( ...), le impulsa aamar lo bello (.oo)' El dominicano es profundamentereligioso sin que jamás (.oo) pierda de vista a Dios, a quienjuzga asistiéndole en sus miserias y alegríasDesgraciadamente, los dominicanos son por lo generalapasionados hasta la festinación, luchando siempre entre losextremos de la volubilidad y de las ambiciones (oo.) (7ó)Una descripción que data de 75 años, como la anterior, deldominicano en su relación síquica con el ambiente socialpuede hoy en día provocar -como otrora-- discusiones.pero no puede ser desechada por anticuada, o porque puedadecirse a priori que sea inaplicable a la actualidad. No debeconcluirse de lo antedicho, que para mí queda asícontestada la pregunta crucial de las ciencias sociales sobrela primacía de cultura (o superestructura) frente a laestructura. Pero el material recopilado sí indica que estapregunta no tiene respuestas fáciles. Cada institución socialtiene su propia cultura y estructura, y .el impacto que tieneuna institución determinada sobre el resto de la realidadsocial, depende de muchos factores. Pudiéramos compararlas instituciones sociales con árboles cuyas raíces alcanzanprofundidades diversas y cuyo follaje abarca áreas dediversos tamaños. Parece haber algunos, como la instituciónpatrón-cliente (complementada por el sistema de santospatronos de la Iglesia Católica), como la institución de lafamilia extensiva y la del compadrazgo, y la institución quepuede resumirse con los términos personalismo ocaudillismo, que han influenciado la sociedad por tantotiempo y tan profundamente, que las innovaciones socialesrecientes han sido moldeadas o transformadas según elejemplo de esas viejas y probadas formas y actitudes.

. 0Ja~á, que el material .re~og!do en este libro inspire auna discusión sobre esta hipótesis y otras similares basad' .

l lid d . . asen a rea 1 3 empt rica.

(Ió) Luoerán, op. cit.. 1, 117.

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INDICE

Prefacio

Cambios en la estructura agraria

1. Introducción: la situación agraria hasta 1875;2. Los cambios 3. Los efectos.

II Cambios en la estructura demograficay en la distribución geografica de lapoblación.

1. La población nacional; 2. Inmigración: a. Losmetodistas norteamericanos, b. Los judíos sefardíesde Curazao, c. Los canarios o isleños, d. Los penin­sulares, e. Los cubanos y puertorriqueños, f. Loshaitianos, g. Los inmigrantes de las islas británicas;·holandesas y danesas del Caribe, h. Los 'árabes',j: Los italianos, k. Los chinos, i. Otros, m. Las ac­titudes hacia la inmigración; el plan de inmigraciónde judíos rusos, n. Aportes culturales incidentalesde los inmigrantes 3. Otros datos cuantitativos de­mográficos 4. La distribución geográfica de la po­blación: a. En general, b. Santiago y Santo Domingo,c. La ciudad que quedó atrás, d. La aldea.

III Cambios en la estructura de las comu­nicaciones.

9

13

43

1. Los 'antiguos' medios de comunicación 2. El re­gionalismo 3. Los nuevos medios de comunicacióninterna: a. Ferrocarriles, b. Telégrafo, c. Teléfono,d. Correos, e. Puentes, Puertos, planes de canali­zación, f. Innovaciones en el transporte urbano; elec­tricidad; acueducto, g. Vapores dominicanos 4. La 89ampliación de la comunicación externa.

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IV Cambios en la estructura del podereconómico.

1. El surgimiento de los nuevos productos 2. Tabacofren te a cacao, café y azúcar: a. La in f1uencia delos nuevos productos en la rel ación productor-co­merciante, b. Cambios en la relación entre empre­sarios y Gobierno, c. El comerciante y la comuni­dad, d. El sistema económico y administrativo delGobierno, e. El sistema monetario, f. Cambios enlas relaciones económicas con el exterior. 115

V Cambios en la estructura de los apa­ratos de sanción.

1. El ejército' 2. La marina 3. El órden público.4. La justicia.

VI Cambios en las ideas y estructuras po­liticas.

161

1. El debate sobre lo ideal y lo realizable 2. Lospartidos politicos 3. El caudillismo politico 4. I;-a'dictadura criolla' de Heureaux S. El vocabulariopolitico. 189

VII Cambios en los órganos de trasmisióncultural.

1. La enseñanza. 2. La prensa y las aSOCIaCIOnes3. La masonería 4. Las organizaciones religiosasS. Las artes 6. La imágen de Europa y de los EstadosUnidos en los grupos dirigentes. 229

350

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VIII Cambios en la estructura social.

1. La estratificación social y economica 2. Las re­laciones raciales: la actitud hacia Haití.

IX La vida familiar y cotidiana.

Bibliografía

271

313

341

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E L DR. H. HOETINK es holandés,. casado con dominicana. Actualmente

desempeña las funciones de directordel Instituto de Estudios del Caribe de laUniversidad de Puerto Rico. Ha sido directordel Centro de Estudios y DocumentaciónLatinoamericanos de la Universidad deAmsterdam. Desde hace unos quince añosreside en el Caribe (Curazao, Santo Domingo,Puerto Rico). Entre sus estudios publicadoshay un libro sobre la historia social deCurazao, y otro sobre las relaciones raciales enel Caribe: Caribbean Race Relations (OxfordUniversity Press, Nueva York, 1971). Supróximo libro, a publicarse por Harper &Row, Nueva York, es un estudio comJ?arativode la esclavitud y las relaciones raciales enAmérica. El Dr. Hoetink ha publicado,además, artículos para revistas y libros, enAlemania, Brasil, España, Estados Unidos,Gran Bretaña y Holanda. El PuebloDominicano es un esfuerzo encaminado adescribir los cambios sociales, políticos,económicos y culturales operados en la segun­da mitad del siglo 19, tan importante en lahistoria de nuestro país. El libro se basa nosólo en la literatura histórica existente, sinotambién en materiales de archivosdominicanos. Contiene, por lo tanto, muchosdatos e interpretaciones nuevos, hechos que nodejarán de llamar la atención de losh ist oriadores y sociológos dominicanos.Algunos capítulos del presente libro fueronpublicados en la revista Caribbean Studies delInstituto de Estudios del Caribe. Fueronfavorablemente comentados en la Revista¡AHORA!, de Santo Domingo, y

galardonado con el premio 1970 de laConference on Latin American History,Hispanic Foundation de los Estados Unidos.