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Hoja Dominical - Tono 3º

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Domingo del Paralítico CUARTO DOMINGO DE PASCUA

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TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN - TONO 3º

Coro: Regocíjense los celestiales, / y alégrense los terrestres, / porque el Señor ha

hecho valentía con su brazo / y ha hollado la muerte por la muerte. / Se ha hecho el

primogénito de los muertos. / Nos ha salvado de las entrañas del infierno, /

concediendo al mundo / grande misericordia. //

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los siglos de los

siglos. Amén.

CONTAQUIO DE PASCUA - TONO 3º

Coro: Aunque descendiste a la muerte, / Tú eres Inmortal, / borraste el poder del

infierno, / y te levantaste Victorioso, ¡Cristo Dios! / Y a las mujeres portadoras de la

mirra dijiste: ¡Regocíjense! / Y a Tus discípulos otorgaste la paz, / Tú que eres la

resurrección a los caídos. //

Diácono: Atendamos.

Sacerdote: Paz a todos.

Lector: Y a tu espíritu.

Diácono: Sabiduría.

Lector: PROQUÍMENO en el Tono 3º Lector: Cantad salmos, cantad salmos a nuestro Dios; cantad salmos, cantad salmos a

nuestro Rey.

Coro: Cantad salmos, cantad salmos a nuestro Dios; / cantad salmos, cantad

salmos a nuestro Rey. //

Verso: Aplaudid todos juntos, pueblos todos; clamad a Dios con voz de júbilo.

Coro: Cantad salmos, cantad salmos a nuestro Dios; / cantad salmos, cantad

salmos a nuestro Rey. //

Verso: Cantad salmos, cantad salmos a nuestro Dios.

Coro: Cantad salmos, cantad salmos a nuestro Rey. //

Diácono: Sabiduría.

ECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES. (Hechos. 9: 32 – 42)

Diácono: Atendamos.

Hermanos: En aquellos días, recorriendo Pedro todas las ciudades, visitó

también a los santos que vivían en Lida. Allí encontró a un paralítico llamado

Eneas, que estaba postrado en una camilla desde hacía ocho años. Pedro le

dijo: “Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y toma tu camilla”. El se levantó en

seguida, Y al verlo, todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón se

convirtieron al Señor. Entre los discípulos de Jope había una mujer llamada

Tabita, que quiere decir “Gacela”. Pasaba su vida haciendo el bien y repartía

mucho en limosnas. Pero en esos días se enfermó y murió. Después de lavarla,

la colocaron en la habitación de arriba. Como Lida está cerca de Jope, los

discípulos, enterados que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para

pedirle que acudiera cuanto antes. Pedro salió en seguida con ellos. Apenas

llegó lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y,

llorando, le mostraban las túnicas y mantos que les había hecho Tabita cuando

vivía con ellas. Pedro hizo salir a todos afuera, se puso de rodillas y oró;

después volteando a ver a la que había muerto, le dijo: “Tabita, levántate”.

Ella abrió sus ojos y al ver a Pedro, se incorporó. Pedro la tomó de la mano y

la hizo levantar. Llamó entonces a los hermanos y a las viudas y se las

devolvió con vida. La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope y

muchos creyeron en el Señor.

Sacerdote: Paz a ti.

Lector: Y a tu espíritu.

Diácono: Sabiduría.

Lector: ALELUYA en el Tono 3º Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Verso: En Ti, Señor, he confiado; no permitas que sea yo confundido.

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Verso: Sé Tú para mi un Dios Protector y una Casa de refugio para salvarme.

Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.

Diacono: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos El Santo Evangelio.

Sacerdote: Paz a todos.

Coro: Y a tu espíritu.

ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN. (Juan 5: 1 - 15)

Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.

Sacerdote: Atendamos.

En aquel tiempo: Subió Jesús a Jerusalén. Hay en Jerusalén una piscina,

cerca de la puerta probática, llamada en hebreo Betsaida, la cual tiene cinco

pórticos. En ellos, yacía una gran multitud de enfermos, ciegos, cojos y

paralíticos aguardando el movimiento de las aguas, pues un ángel del Señor

bajaba de tiempo en tiempo a la piscina, y agitaba el agua; y el primero que

después de movida el agua entraba en la piscina, quedaba sano de cualquier

enfermedad que tuviera. Estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años

que se hallaba enfermo. Jesús, al verlo tendido y conociendo de que llevaba

ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser curado? El enfermo respondió:

Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua,

por lo cual mientras yo voy, ya se ha metido otro. Le dijo Jesús: Levántate,

toma tu camilla y anda. Y al instante se halló sano este hombre, tomó su

camilla y se puso a caminar. Era aquél un día sábado; por eso le decían los

judíos al que había sido curado: Es sábado y no te es lícito llevar tu camilla.

Les respondió: El que me ha curado, me ha dicho: Toma tu camilla y anda.

Le preguntaron entonces: ¿Quién es ese hombre que te ha dicho: Toma tu

camilla y anda? Pero el hombre no sabía quién era, pues Jesús se había

alejado porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde, Jesús lo

encontró en el templo y le dijo: Mira que has quedado curado; no vuelvas a

pecar más, para que no te suceda algo peor. El hombre fue a decir a los

judíos que era Jesús quien lo había curado.

Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.

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