Huyssen Andreas. Modernismo después de la posmodernidad

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    S E R lE C U L IU R A v 'l

    Dirigida por Nestor Garcia CancliniSe ha vuelto necesario estudiar la cultura en nuevos territorios. La indus-trializaci6n y la globalizaci6n de los procesos culturales, ademas de mo-dificar el papel de los intelectuales y los artistas, provoca que se interesentambien en este campo losempresarios y los economistas, los gestores deproyectos culturales y los animadores de la comunicaci6n y la participa-c6n social. La serie Culturas dara a conocer estudios sobre estos nuevosescenarios, asi como enfoques interdisciplinarios de las areas clasicas, lasartes y la literatura, la cultura popular' los conflictos fronterizos.Ios desa-Has culturales del desarrollo yla CiusI~1ft1la.U:ar~.1,1l0sreferenciaa estu-dios en espaiiol yen otras lenguas que estart r~rOVaIld.?t?ntoel trabajo delasdisciplinas dedicadasx ala cultura~antippologfa~ 'historia y comuni-cacjonTomo los campos del conocimiento que se abren para estos temasen .!~"es;onom~a,laJecnologfay .lagesti6n sociopolitica ..

    .LmsREYGt\.pA,S Ensamblandocuituras.. Diversidad y confl icto en Iaglobalizacion dela industria

    JEAN~P,IERRE WARNIER Lamundializacion de la culturaGEORGE YUuIC~ Elrecursode la cultura

    USGSdeIa qJ, l~ura en la era globalROSALIA, WINO CUR Ciudadanos medidtieos '.

    La const rucc ion de 10publi co en laradio;

    ~M ODERN ISM O DESPUESD E LA PO SM OD ER NID AD

    A n dr ea s H u ys se n

    SCOTT MICHAELSEN. Teoria dela fronteraY Dt\.v~ E. JOHNSON Los. limi tes de la pol it lca cul tura lGUSTAVoLINS RmEIRo Postimperialismo

    Culttita y politica enelmundo~ , _.. , :. ;, ,.: . :" > .: : . . 'contemporaneo " .

    GEORGE YUDICE "TOBY MILLER Politica cultural~ : -ALF;JAND~O; GRIMSON La nacion en sus limites

    Contrabandistas y exi li ados en la, frontera Argentina-Brasil

    ETIENNE BALIBAR Yiolencias, identidades y c'ivilidadPor Ul19 cultura polftica global . :;

    RENATO OR'l'IZ Mundializacion: saberes ycreencias

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    1 . G EO GR AF IAS D EL M OD ER NIS M01

    , En memoria de Edward W . Said

    It l.ageografia' del 'modernisrno cl~~ic6 esta fundamentalmente determi-, nada por una serie deciudades wetropolitqna&y porlosexperimentosy las conlll?dortes culhp:ales qu~ ellas .genetaron. el Paris. de Baudelai-rei el San Peterburgo .9;erlo~toievski 0Mandelstam; laViene'de Schbn-berg.Freud y Wittgenste;in;,laPraga deKafka; el Dublin de joycejel Mi-Ian de los futuristas; el Londres de Wolf; Dada en Zurich; Munichy der blau~Reiter;,eLBerlin'ae Bnecht .Dobl in y la Bauhaus; el Mosciide Tretyakov; el-Parfs del cubismo y del surrealismo; el Manhattan deDos Passes, Estaes, .naturalmente, la clasica lista europea continentalcon unos cuantcs.reductosdekmundo anglosaj6n, perono incluye elmo-demisrno de Shanghai o del Sao ~aulodeJadecada de 1920, e l Buenos c".....Aires ~eBofg~s;~Lg~Itbe de-Ai~~C~s'ai;e,'_eLMexico de FridaKahlo~DiegoRivera y AiHrtb Siquei;os. Ignora las diversas maneras en que lacultura metropolitana-fuetraducida, apropiada ycreativarnente imita-da en los paisescolonizadosy poscoloniales de Asia, Africa y AmericaLat ina. De modos sumamente interesantes, el modernismo atraviesalas cultura~.imperialesYPQstimperiales, Iascoloniales y las propias dela descolonizaciou-Pue:a menudo elencuentrode los artistas e inte-lecttiales coloni~les~on la.cultura modernistade.lasmetropolis 10quereafirrno su..deseode liberacion e independencia. Y fue el reciproco,aunque dsirn:eti:ico,t;riC:~u,entrodelartista europeocon el mundo c010-niallo que aliment6 el giro. en contrade las, t radiciones de.Iaculturaburguesa. El ethos antagonista del r riodemismo europeo asumio as imatices politicos rnuy diferentes en-Iacolonia, loquea su vez puso demanifiesto Ia.necesidad.de-estraregias literarias y figurativas en sinto-nia con las experiencias y lassubjetividades creadas por la coloniza-ci6~. ,Lascriliidela su9j~ti:vidad yde.la representacion que estrin en el;coraz6\!,g~1'fllQderf1is~Q!europeo fueron interpretadas de modo muydiferenteen.lam04~rI1iPq,E.colQnial yen .laposeolonial. Estas geogra-fias alternativas delmod~fnis~() h"n.-"v~rA~:,.l~ ---- (

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    horizonte desde el surgimiento de los estudios w)seololliales ygraeiasala nuevaatenei6n prestadaa la.genealogia de laglobalif:aeiqn cultu-ral. . ..... '.. Todas .esras-geografias se Yenigualmente detefminaq~sppr su ins-cripcion.temporal. Se consideranorJTla1l1l~lJ.te .qlle~l marep temporaldel.rnodernismo internacional, en..lambito de.Ja,s artes abarca desdemediados del slglo.xrxhastamediados del sig~p,xx, pero hay una seriede importantes.rvatiaoees espaciales.y te11lp()~al~sen este 'Parco. Lasculturas naeionales de la Europa continental no actuan en sincronia(el modernismo frances precede al, aleman) y ; piferentesm.edios artis-ticos se apuntan ..al rnodernismc siguiendo secuen,cias diferentes (lapintura y lanove1a Iohacenprirneroen Francia, . la rmisica yla f iloso-fiaen.Alemania y [aarquitectura.rnodernist . ..es la ult ima en llegar atodas partes). Qi~hos ;de!)arrollol).desigllal,es, por. utilizar la ex~r~si6nde Marx,se vieron,determina;d,osporla.Jl,aturaleza de ll,ls1;fadlClOnesnacionales a1mismo riempoque rs:fl~jabal1diferent~s et

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    coloniales 1 0 que nos ha~emirarjatras, l1a:c;:ia:lasarieda.desdel na.()der-nismo .anteriorrnente excluidas del-canon, euroamericano corao deri-vativase.imitativasy, en consecuencia.como .inaurenticaa.Elcambiode perspectivaes t~ntq mas.apropiado ,cqan:ioque.;heillos llegado acomprender, ..ekcolonialismo .. la conquista corao.Ia.condicionmismade posibilidad-de la.rnodemidad.y .del~moder;nism().~stet.ico, Unbuenejemplode.ello.es la.fascinacion.por.el primi):iv;ismoen las artes visua-les-o el,g;llstopor 10 premodemo ylo;pr;imitivo,Jqmitico y lQ,arcaicoen escritores-modernistascomo, Benn y junger.Eliot, Pound o Bataille."Fue en el-modernispro clasico donde se articulo por vez primera Ia co-nexionconstituriva.entre lo.moderno.yjlp l.).,O~IIl()d~rno,menudo enunos' trIIlin()sa~iUlH:lt.iyospew nunca sin,dejarde implicar una.criti-ca fundamental de la civi lizacion burguesa y desu ideologia del, pro-greso. Obviamente, el nuevo interes surgido en el siglo xx por los es-pacios de modernidad si tuados fuera del Transatlantico Norte formaparte del debate sobre la globalizacion, especialmente paraquien esteinteresado en la genealogia de 1 0 global, que no ha surgido de unmodo virginal. de lacabezaddcapitalismodelperfodq posterior a la.Cuerra.Pria.

    El verdadero terna en este nuevo debate cri ticosobre.Ia moderni-dad ya no es su-oposiokin-a la Posmodernidad,aunque estadualidadinevitablemente reduccionista esta implicita,:el1,buenaparte del -toda-via popularpensamiento antimodernidad ,s~);gidodel postestructura ~lismo y-de.una.ccnqepcion estrecha del enfoque poscolonialf El.rernaes mas bien 1 0 lquelArjun Appadurai .ha identificado como. rnoderni-daden-generalv.y.loque otroshan descri toicomo rnodernidades al-temativas.>?)Como,l1a,escritoDilip Gaonkar: [La modernidad] nohallegado derepente sino lentamente, poco a poco, en.una longu,e du-re e despertada-por.el.contacto; transportada.porel cornercio; adminis-tradapor. losimperios y llevando la marca de.Ias.inscripciones colo-nialesipropulsada ..po,r elnacioaalismo.yactualmenre ca,d.avez mas. .dirigidapor los .medioa.de cornunicacion globales, la ernigracion y el, capitalv.t En efecto, el enfoque.critico en las.modernidades alternari-vas, con sus historias profundas y sus contingencias locales; parece.ofrecer hoyuna mejoraproximacion quela nocionimpuesta de, porejemplo, el-posmedemismo-en Asia ..o en.America.Latina, Tambien nospermite criticar las actuales teorias.de Ia globalizacicn en las cienciassociales, que con su modelizacion.reduccionista y su falta,de profundi-dad historic a a rnenudo hacen.pocornas quereciclarIa.teoria de lamodernizacien.preziarnente generada en Estados Unidos durante losalios de la Guerra Fda. Aunque Occidente sigue siendo el mayor cen-

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    t ro depoder y de intercarnbio de informacion entre las modernidades.de todo el rmindo, como dice Gaonkan.no const ituye elunicomodelo dedesarrol lo cultural , como parecen creer los teoricos tanto ciberutopi-cos como dist6picos de la macdonaldizacion. ;Especialmente el cuentode las dos modernidades.da-buenay la mala, parece hoy ser rnuy espe-cifico tanto a escala local como terrrporal. Puesla explicacion habitualdel rnodernismoestetico ydel vanguardismoeuropeo.como una cultu-ra progresiva yde oposicion dirigida eentra-la modernidadsocial yeconomics de Ia sociedadburguesanopuedeaplicarse faci lmente fue-rade Europa. Bastapensar en el-vShanghai moderno dela.decada de1930 comoellugarde emergencia del comunismo chino;? 0en la ex-, plosiondel modernismo en Brasil en las decadas ..de 1920 y 1930 y ensu instrumentalizacion per-parte deunproyectonacionaLprotofascis- ,ta;paradarsecuel1tad~queelni.ode10, europeode-una fuerte oposi-cion entre la mo dernidad soctoeconcrrricsoy el.modernisme estetico nopuede extrapciarse sin mas a otroscontextos.

    II I

    Elintere~ .por una vision. mas-general . de las .geograffas del rnodernis-mo solamenteha 'sufgidb! despues del colapso del soeialismoy del fra-caso de lade~.colonizacion.Claramente;;Jas cuestiones planteadas en1~sestudiosposc6lonialesyenla historia cultural soripertinentes paraesta irivestigacion. El debate sobre la globalizacion ofreceel prism a atraves del cual podemes' evaluar- los modernism os alternatives y sucolTIpleja incriIstacioii,.eri 'lasfdtmas coloniales-y poscoloniales de lan1~clernizacion cult~nll, y so~ia1. Pero .laglobalizacionplantea retoste6ti~6s y practiCos alos .le'studiossobreel modemismo-que aun nohan, Sl?,O completarrterrte recorrocidos. Y, 1'0quees aun-mas.significati-yo, tambi~n represent a un reto .importante a las diversasrnociones tra-dicionales y actuales de la propia cultura .Hastaahora.Ios procesos'deIa-globalisacion corrrordistintos deotros fenonienostanterioreg hi~t6ricamente cemparables con elloscom.ol~ intemacicnal izacion, la construccion de imperioso la coloni~zaci6n se hanestudiado fundarnentalmente desde el punto' de vista dela econornia (mercados financieros, cornercio, corporaciones multina-cionale~)., de la recnologfa de laihforrriatiort(television, informatica,Internet) yde la politica (declive "delEstado-naciortrsociedad civil sur-gimiento de lasONG);: Las dirriensiones.culturalesdelaglobaliz~ciony su relacion con Iahisteriade 'la-modemidad.en su conjunto siguen

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    sin serrnuybien' entendidas,a menudo por hi simple razon de.que lacultur '1reai 0 ;, con sus maticespropios del.cosmopolitisrno del siglo XVIII, flle el mismo posible gra-cias a un iJ;l1portaN.e pr()ye,qo nClciol).('il.de.raduccion Y apropiacionen el seno.de,l~omanticismoakmal)..13 Paradojicamente, ..el f)foyectoromantico de apropiacion.y traduccion alalel1 lan dio lug;ara la 'nociongoethean~de.Weltliteri1rur}), 'llleat.mismotieT):1.p()se proponfa con-trar~.estar .la creFientt';Il('i.cionalizaciQrt de.la 1iter~tllra. YAe la culturaque i b . a a dominar elsiglo xrx y que desdeentonces seh~ viielto insti-tucionalmenteanquilosada. Durante. laepoca posrornanticade.la cons-

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    t ruccion de la nacion, la propuesta de Goethe, obviarnente r io tuvo de-~asiado exito. Es dudoso que el actual compromiso pop~larcon unaliteratura global en cierto modoposnacional vaya a tener mas noto-riedad,~o9hst~mte,el cOIlceptpcleWeltli ter ll tur haseguido siendounapled~~de toque en muchas discusiones, especialmente en elambi-to .de la hteratura comparada, aunque hasta hace muy poco esta disci-plmaha, perrnanecido tranquilamente centrada en una triada de len-guajesyliteraturas europeas (ingles, frances, aleman), con el afiadido?e unos c~antos maestros' de otros contextos nacionales, De mayorrmportancia que esta Iimitacion geografica, que al fin y al cabopodriacorregirse, esuna limitacion teorica, La:proclamacion de la literaturaglobal com~,'unafprma nueva y arnpliada de la Weltl itera:tu[ goe-

    theafo1~p~sa por alto el hecho de que la literat1.lra como medio de pro-duccion cultural ya no ocupa ellugar privilegiado queocupaba en laepoca de Goethe..... Por consiguiente, hoy hernosde plantear la cuestion en unregisrrodlfer~nte, sobre.todo debido a los,desarrollos habidosen el campo delpropio modernisrno, como el siirgimiento de rruevosrnedios de cornu-

    nicacion y como la ampliacior, d e la elevada nocion cultural de

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    luto tan homogeneos como lamenta un nuevo tipo de Kuiturkritil: glo-bal... .Los comparatistas, sin embargo, tienen un problema. En una ~po~aen que .se exige. a los estudios modernistas q~e ,c~bran ~n terrr tor iocada ve z mas amplioy.tanto geografica.como hlstonc:amen~e,sobre~ar-gando con ello los circuitosde cualquier critico individ~al, .elpeh?:oes que la disciplina pierda ~~.cohere~c:iacQ;noc~~p

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    los modernismosoccidentales, su relacion con diferentes formas decolonialisrno (diferentes en America Latina, en Asia del sur y en Afri-ca),ysus codificaciones del papel del arte y la cultura en relacion conel Estado y Ia.nacionalidad, Al final, puede muy bien resultar que, apesar-de hacersecon-la mejor de-las intenciones, esta desoccidentaliza-cionde modernismoslmodernidadseguira siendo limitada a causa dela genealogfa.occidental de los propios conceptos.i" Esta tension ten-dra .que tenerse encuenta hasta el dia en que dicho proyecto pueda noparecer tan pertinente como ahora.Pero a mi modo de ver hayotras dos razones para repensar hoy la~relasion alto/bajc.Ello nos retrotrae a los debatessobre el modernis-mo de izquierda de la decada de 1930 (Brecht, Lukacs.Bloch, Benja-min-Adomo) y su nunca abandonadeinteres porlos temas del valorestetico y la percepcion esteticaen relacion can Ia polit ica, la historiay la experiencia." Revisitar la problematica alto/bajoen un contextotransnacional-podria servirnos para.reintroducir el tema del valor y laforma estetica en el debate contemporaneo. Solamente entonces po-dremos repensar la relaci6n historicamente modificada entre la esteti-ca y la politica en nuestraepoca de una forma que seguramente iriamas alla de los debates de la decadade 1930, pero tarnbien mas allade los debates sobre el posmodernisme y el poscolonialismo de las de-cadas de 198.0 y199;0. En segundo lugar, el debate sobre.el modernis-modela decadade 1930, que tuvo lugar principalmente en la revistadel exilio ...lem,an.Pils Wort, publicada en Moscii en medio de la peorrepre~,.on estalinista, fue rambien un complejo debate sabre el realis-mo, no del realismocomo algo opuesto al modernismo, sino comoalgo.denrro del rnismo. Recordareste debate podria ser muy saludablehoy,..cuando la realidad- se encuentra .o...bien disuelta en 1 0 que Bru-no Latour.denomina Iavposicienfeerica- (todo es proyeccion y cons-truccion, tambien llamadaspino interpretacion no. imparcial) 0bienpetrificada en forma de hecho positivista que nodejalugar a la tensionconstitutiva entre. realidad . t ! ! imaginacion.f Adernas, otrasdos brevesobservaciones. Primero: ala luz del heche de que una dimensioneste-tica configura no solamente.las artes superiores.sino tambien los pro-ductosdela culturade consume, en)erminos de disefio-publicidad ymovilizacion ide afectos y deseos, .es retrogrado afirmar.a la maneradel populismo izquierdista, que toda preocupacion porla forma este-tic~.es inherenternente elitista, Y segundo: si aquellos.prirneros deba-tesfueron. basicame,nte organizados en torno aun.eje temporal lineal(rnodernismoversrzs realismo, y mas.rarde-posmodemismoversas rno-dernismo) y se centraron en medios de alta cultura corno.la literatura

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    y lapintura, la condicion dela globalidad requiere tomar en conside-racion una importante dimension geografica y espacial, el reconoci-miento del,~iferente egtrelazamiento delotrIIlporal y 1 0 . espacial y susefect?s este,tlcO.S.P?~nanl0s explorar masa fOl}do1 0 quT.,Arjun Appa-dural ?a, descnto titilmente como l~ produccion de localidad y lalofalIfIad como produccioI1 corno un ingredienre clave de la moder-nidade~ gelleral;~quf, el analisis de la,s culturas ciudadanas y de lasperc~pclOnes estencas y de los us()s .sociales'del espacio constituye unapaslO~ante campo para nuevas i~vestigaciones. La propia distincionalto/bajo, en su metaforizaci6n espacial,puede relacionarse de un modobastante pragmarico con los diferentes espaci?s'l,libanos de produccionr consw~o,~ulFural, como la calle, el barrio, ermllseo, lasala de con-ciertos .y e.l teatro deepoca, el e,mplazami,f!nto turfstico y la galeriacornercial. "'.. .

    Pe:~?mi' tesis es ~ue una recollsideracion del eje alto/bajo tienela ventaja de que inevitablemenre traede nuevo a colacionel tema de laestetic.a y la forma, ~uelos estudios cul;llrales norteafIl,ericanos (a di-ferencia de los estudios culturales de Brasil o ArgentinaJhap casi aban-dona~~ C02~ el paso que han dado en contra del supuesto elitismo dela estetI~a. Porsupues,to, el ataque a la estetica va dela mana con una:~qtl.eal mode~iliSinO, pero nirigunode losdos esya uti! en la evalua-CIOnretro,s~ectIva. del modernismo.Yo. dina que el ataque polit ica-m,ente legltl1:rlOcontra un tempran() elitismo sod9cpltural personifi-~a~o en .la figura del connaisseur estetico, }gnora elhecho de que lal~~lstencla en el va~?r estetico yen las complejidadesdelarepresenta_CIOnen la produccion cultural pueden hoy desengancharse facilmenred~un ~litismo socialrnente codificado en el senridode la distincion deBourdieu." Para cornprender mejor como fu~cionannuestros merca-,d.?scultura~es, ~ucho mas desarrollados, en las condiciones que mar-ca la.globalizacion, un enfoque critico dela dimension estetica de todala produccion iconica, musical y linguistica sigue siendo absolutamen-.te cr~cial. La lucha contra la estetica como palabra clavedel moder-, nismo y.del eli tismo europeo se ha vuelto siniplemenre obsoleta.

    V I I

    f (Como'podemos, pues, salir de estedoble callejori sin salida de la Ii-..t~ratl1rao'gIbba1 f de unos estudios culturales autolil ll itadores? Deuna forma solo prelimiIlar,Yb'sugeriria 1 0 .siguiente. 'c< .

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    1. Deheriamos abandonar la distincion alto/baj? en su configuraciontradicional, que contrapone laliteratura y el arte serioa la.culturapopular y de masas, y reemplazar esta relacion de valorestricta-mente.jerarquicao vertical poruna config\lracionyripeipalmentelateral u.horizontal mas. apropiad~. a las realidades culturales denuestrotiempoEsto desdramatizaria la nocion de 10a!t~ y dejariaclaroque loalto esta tan sujeto a las presionesdel mefcado como10 bajo ..Inclus?en el interior del modernisIIlo e~ropeo las fronte-ras fueron siempre .masfluidasde loque la codificacionposterior aia Segunda GuerraMundial .nos ha hecho creer; Ci~rt: lmente hoyn~ nosenfrentamos a una industriacultural totalitariay a su auto-"nomoqtro.s\ lperior, como sugeff~nlos escritosdeAdorno 0 deClement Greenberg en la era del nacionalsocialismo < ? del estalinis-rna, sino auna comercializacion diferenciada de rnasas y especiali-zada para todos los tiposde consuII1o cultural adiversos niveles dedemanda, expectativa y complejidad. '.' ....2 . El .tema de la jerarquia, s in embargo, no tieri~ que desaparecer to-talmerite del analisis. Las relaciones de valorjerarquicas siguen es-tando inscri tas en todas las pract icas culturales,pero operan de unmodomas sutil en fllnciOn de lasestratificaciones de la produccion.y la recepcion, de los generos y delos medias ci'e.com~nicacion. LajerarC[~facultural.esun teIIlrclaveparalos modernismosalternati-VoS,que estan inevitablemente determinados par las re1aciones depoder entre lalIletropoli y la periferia. En el.mundo c910nial, la lle-gada delmodrnisrno occidental no obtuvo autorriaticamente el es-tatus de"alto en cornparacion' con las . t radiciones clasicas Iocales(porejemplo Ia India durante elperiodo poster ior ala l iberacion) ,y laculturade masas occidental encuentra a menudo resis tenciasno porque sea, baja, sino porque es occidental (pof ejemplo, enla China actual). Las jerarquias occidentales se.venasi refractadasy transformadas de un modormiltiple porlas jerarquias de valorlocales. Quedapor analizar.de que modo:.difhas .refracciones hanafectado a los diversos modernismos alternativos, alli donde encon-traron un terreno abonado, como en America Latina, y alli dondeencontraron resistencias 0 bien por parte del nat ivismo 0 bien porparte de las politicas culturales oficiales, como en la Union Sovietica.

    3. Deberiamos plantear elterna J le laespecificidad .del medio (oral/audi-tivo-esc~fto-visual) en toda su cornplejidad hlstorica, .tepii

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    nacionales a medida que se desarrol lan en el intercambio transna-cional. Las politicas delos modernismos alternatives estan profun-damente incrustadas en los contextos colonial y poscolonial, en losquenociones como 'lasde elite.jradicion y popularidad asumen co-dificaciones bastante diferentes de las del Transatlantico Norte en-toncesyahora. ,d ,;" .'

    Sea cualsea lageografia delmodernismo que analicemos, tene-mosqueexplorar'desenidamerite en que medida unacultura deter-minada'se'organiza de aCllerCl6conerhbbitusy la distlrwion social,como ha;seiialadoPiet~e B?urdieu.?ean cuales sean sus innegablesbeneficios, lasmodemas socieciadesdeconsum() parecen bloquear.1a.imaginacion' de futures 'alternatives. Cuando todoest,f,disponi-ble {aunque no ~~asiempre accesible} ~ .laeleccion del consumidor,resultaumcho mas dificil encon.trar un'l~gar para la critica politicaefectiva, Ea-crftica'al consurno p e r se, aparte,de ser insincera, no esun buen sustirutode la vision politica ..Asi,pues,podemos pregun-tarnos si la ecuacidn, antafic' plausible, entre 1 0 cultural y 1 0 politico'no nos-ha-llevado aun culturalismopoliticaniente d~scapacitador.6. Para ir mas alladel anquilbsaCio'proyincianismo d e losestudios cul-turales norteamericaiiosy. de1'gesi6~ uhiversaliz4doide 1 0 globalamericanohemos demevar a cabb~hserio trabajo tr

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    pular autoctona::Vna~ioti::ll, las culturas min~l"ltaria,s 9 . subalternas, yla cultura mediaticatransnacional todavia puedeproporcionar el im-pulso para un nuevo tipo de trabajo comparativo. que oriente nuestraatenci6n hacia )as forrnas Il)llydiferentes que tales-ccnstelacionesadoptan,porejernP16, en la India oen China porcornparacion conAmerica. Latina 0 el est~, de Europa, En este conJ~xtosurgen variascuestionesteor icas interesantes. Podemos preguntar, por ejemplo, si yde que modo la teoria poscolonial seap1ica de un modo no problema-tico a los paises lat inoarnericanos, cuya historia colonia ly poscoloniales significativamente diferente de 1a de los paises africanos y 1a India;"si 1a nocion de 10 subalterno puede transferirse ..0 node un modo noproblernjitico y sin riiediacion desde un contexto geograf ico a otro; silas nocio~es de hihrigez y.diaspora __os significantes-rnasrecientes, a1parecer- s(msufi?ientememe rigprosassom.o.para describi r 1a cornple-ja mezcolanza racial , etnica y Iinguistica.que prevalece.hoy en diferen-tes partes del mundo. Porsupuesto, 1aswac.t~cflS.I)OSm9,&rnas en 1a li-teratura y ellel arte han rec4azfl98,completanJeme la .altemativa alto/

    ,;r' bajo, produciendo todot ipodejr iferesflntes)l ib);idaclOnes de 10 alto y10 bajo queparecen abrir nuevos.horizontes.a 1a experimentacion es-tetica, Peroten simisma, la celebracion.del,lna,hibridaci6nposmoder-na de 10 alto y lobajoha perdido.el tono criticoque tuvo.en su mo-mento. La producci6ri,2i, Ilturalactual no solamente cruza.las-fronterasespaciales imaginarias entre 10 alto y 10 bajo con bastante faci1idad,s ino que tambien se ha vuelto transnaciona1 en nuevas formas geogra-f icas , especialmente en la industr ia musical," pero tambien en ciertossectores del cine y 1a television (por ejemplo e1 cine indio en Africa 0 laexportaci6n de te1enovelas brasilefias), ;'

    Lahibridacion de; cualquier tipo se da hoy cad a vez mas bajo els igno del mercadc.Pero los l11ercados,iriCIuso los mercados-nicho eli-tistas,:como ha,desta'cado NstorGarcia Canclini en.suIibro La glo-baliiaci6n imaginqda,' tienden a . dOIl1esticary ..a. equipasar ' los irregu-1at~se innovadores .fi10s .d9)flProduccionculturaU9 Los . .mercadosbuscan sobre todo la f6rnlUI~,delexito en vezdealentar los modosaunno conocidoso experirn.en'ta1es de\aexpresi6~ estetica.La mayo-ria de la alta cultllra estajan sujeta.a las fuerzas del rnercado comocualqiiierproducto de laculturademasas, Lasgrandesfusiones en laindustria editorial reducen.el Campo de accion.delaescritura ambiciosa,La celebra

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    of Postcolonial Reason: Toward a His tory of the Vanishing Present , Cam-bridge, MA, Harvard University Press, 1999. .

    5. Arjun Appadurai, Modernity at Large: Cultural Dimensions of Glo-balization, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1996.

    6. Dilip Gaonkar, Alternat ive Modernit ies, Public Culture 11: 1(1999j; 1.

    7. Vease , por ejemplo, Leo Qu-fan Lee, Shanghai Modern: The Flowe"r ing of aNew Urban Culture in China 1930-1945, Cambridge, MA, HarvardUniversity Press, 1999.

    8 . La expresion rnodernismo en general t iene una deuda evidente conAppadurai (veaseIa nota 5). Otrospos ibles- terminos para el- fenomeno encuestion.serian los de moderhismos alrernativoso rnodernismosrmilti-ples, El primero de estes dos terminos todaviasugiere, al' rnenosrimplicita-mente; -unaj erarquia entre un.modernismo realu-original-y.sus alternati vas,mientras que,elssegundo.me parecedemasiado. pluralista.r ambien carece delma tiz de una geogra fia del modemismo ampliada quesi t ransmite, en cam-bio, Iaexpresion modemismo en.general. ~~bre,~l terna,dela hibridacion,tal cpmo 10 usa yo aquien relacion con los modernismos no occidentales,veaseNestor GarciaCanclini, Culturas hibricla~:(!strategias para entrar y sa-lird~.lamoder~i4ad,MexicODF? Grijalbo,'1989,' . 9. Miche(-R~ll?h Trouil1o~, TheOterwise Modern, p:22}.

    10. Tirri6thyIvlitchell, QuestionsN M~.~ernity, pp. 1-34. '1 1 . La 'exPbsicion'de 1984 enel Mused de Arte Moderno de NuevaYcrk'tituladael'fimitivisrrr'in' 20th~Century Art, suscito un importante deba-te criticosobre estetema, queseprolongoposteriormente,' con ocasion de laexposiciondid'989 en el-Centro PompidoudeParis-ekes Magiciensde la Te-rre. Vease, por ejernplo, el debate publicadoen Third Text6: 3-14.

    12. Veanse.por ejemplo, los dos recientesmimeros de.Iarevista PMLA119: 1 (enero ..de 2004). Yease tambien Franco More tti, Conjectures onWorld Literature, New Left Review"n.s.) (enero-febrerode 2000); y Ri-chard Maxwell, Joshua Scodel y Katie Trql11P,ener,Editors ' Preface en elmimero especial sobreIi teraruramundialde . la , . revista. Modern Philology(mayo de 2003 );.yChristopper Prendergast (ed.), Depat;ng .\V9rld Literature,Londres, Verso, 2004.' .. " '.", ." .'

    13. Vease AndreasiHuyssen, Die fri ihromantischeKonzeption vonU b er se tz un g u n d Aneignu~gJ' ~tudien "zur '!riihromimtischenUtopie einer.~ deutschen Weltliteratur, Zu' ri i: :h ,Atlant is Verlag, 1969. .

    14. Theodor W.Adorno, Kunst unddie Kuri ste; 'enOhne Leitbild:Parva Aesthetica,FrincfortddMeno,Suhrkamp Verlag; 1967, p. 159.1S . Erich Auerbach, Philologie und Weltliteratur, en Walter Muschgy Emil Staiger (eds,.), Weltliteratur:;Festgabefu[ Fritz St~ich~um 70. Geburs-tag,Berna,Franke Verlag, J954,; traduccion.de Ed~y~rdSaid y Maire Janus,Philology and Weltliteratur, CentennialReuieu: 13 (invierno, de 1969):1-17.

    . G EO ,G R AF IA S D E l M O DE R NlS M O / 45

    '* "1:6. Ronald,Robertson, Globalization or Glocalization, Journal of In-ternational Communication 1: 1 (1994) : 33-52.17. VeanseJdelber Avelar, J;he Untimely Present: Postdictatorial Latin

    'A~eric~niFictionand the Task of {vIol!rning, Durham, N C y Londres , DukeUmversIt~Press,. ~999; y Jean Franco; The Decl ine and Fall of the Lett eredCzttL~tm Amerzca in the Cold War, Cambridge, MAy Londres, HarvardUniversity Press, 2002.' .18, Para una critica sucinta de los estudios culturales norteamericanosvease Thomas Frank y M. Weiland (eds.);.CQmmDdify your Dissent: The Bu~siness of Culture in the New GildedAge, Nueva York,Norton, 1997.

    1:. Actualmente existe una vas ta l iteratura sobre las rnodernidades al-te~rta: lvas. Ap~rtede los todavia inr tovadores trabajos previos de Appadu-rai, vease, por ejernplo, el mirnero especial de Daedalus sobre las modernida-des multiples (~nvierno del, 2000, 129: 1), especialmente los ensayos deStanley J. Tambiah y S. N. Eisenstadt. Vease tambien Bruce M. Knauft (ed.)Critically Modern. '

    20. Pa ra una meditada di scusion sobre los peligros inherentes en la re -ciente reemergencia de la modernidad Como categoria central en la teoria so-cial y cultural, veanse los ensayos de Bruce M. Knauf t (ed.) , Critically Modern.Y pa~a un enfoque mas bien desdefioso, vease Fredric Jameson, A Singular Mo-dernzty [Trad. cast.: Una modernidad singular: ensayo sobre la ontologia delpresente, Barcelona, ,Edi torial Gedi sa, 2004]. Pa ra una discusion mas pro-funda de. jameson, vease Andreas Huyssen, Memories of Modernism _ Ar-cheology of the Future, Harvard Design Magazine (pr imavera de 2004) .90-95. .

    21. Una recopilacion de los mas importantes textos puede encontrarseen Ernst Bloch e! al., Aesthetics and Politics, Londres, Verso, 1977 y, de unmodo mucho mas ~xtenso, en Hans-Ji irgen Schmitt (ed.) , Die Expressionis-musdebatte: Materzalzenzu etner marxistischen Realismuskonzeption Franc-fort del Meno, Suhrkamp, 1973. '. 22. Bruno Latour, Why has Critique Run out of Stearn?, CriticalIn-qutry 30: 2 (2004) : 227.2 ,3 . Debe sefialarse que el habitus antiestetico de los estudios culturalesde estilo norteamericano es bastante diferente del anterior enfoque antiesteti-

    co propuesto por Hal Foster en Foster (ed.), The Anti-Aesthetic: Essays onPostmode~n ~~lture~ Port Townsend, Washington, Bay Press, 1983, aunqueambas ant~estet lcas nenen como objetivo el canon del alto modernismo .

    24. Pler~e Bourdieu, Distinction: A Social Critique of the Judgement ofTast,e; Cambridge, MA, Harvard Universi ty Press, 1984. [Trad. cast .: La dis-ttncion: critenos y bases sociales del gusto, Madrid, Taurus, 1998.]

    25. Angel Rama, The le ttered Ci ty, Durham, NC, Duke Universi tyPress, 1996.26. Vease Andreas Huyssen, After the Great Divide: Modernism, Mass

    Culture, z::ostmodernism, Bloomington, Indiana University Press, 1986. [Trad.

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    cast.: Despues'd1?..J.q,grandivisi6n, Adriana HidaigoEditora,Buenos Aires,2002.] . . h'. " . ,. nte entre nocio-27. Aqul podria serutiidistinguir istonca yteoncame,. .'nes muy diferentes de lohibrido, par ejemplo, entre lade HomlBhabha enT he L oc atio n o f C ultu re , LondresyNueva York, 'Rout~e~ge;.J974,y l~,rese formula en el t rabajo previo de Nestor Garda Cancl ini en C u t ur as I rt-da s Mexico DF, Grijalbo,1989. . . h G l b 1, 28. Vease , por ejemplo, V. Edman, M usic , M odernIty, and teO aIma ination, Oxford, Oxford University Press, 1:9~. " .'g29. Nestor GardaCanclini, La globalizaclon imaginada, Buenos AIres,Paid6s,1999. . . d Ed' N Y rk, 30. Franz Kafka, Letters to Friends, Fam iiy; an ttors, . ueva 0 ,Schocken,1977, p. 14.

    (. (

    2 . L A N O S TA L G IA D E L A S R U I N A S ; ~ '

    Eldiccionario Webster.define nostalgia corqphome~1ckne.sso lon-ging for far away or.longago, La.palabra.esta compuestapor nostos(hogar) yalgia,,(perd\da , deseo }.ELsignificado primario dela palabrarernitea- la irreversibilidad. del-tiernpor-algo en el.pasado que ya no sepuede-alcanzacDesde. el .sigloxvn.europeosccn laemergencia de unnuevosentidode -la tef!1poralidad"caracterizado eada-vez mas por laradical asimetrfadepasado; presente 'yfutaro.vla-nostaigia como de-se a de un pasado perdidoseha transforrr lado 'en un mal moderno. ''E~te sentido predbirtin~ntem,enteOnegativ~delahqstaIgiaJn Ia mcder-nidad tieneuna explicaci6n: la nostalgiase,opone alas nociones linea-les de progresoy las corroe, t;intR las .que..e~p6ry:leh a la dialectica de.la filosofia de la historia como a ,la.ITlOderpizaci6n social economica.El deseo nostalgico pqreL,Pasadoesfsiempre,desy(),de ..otro lugar. Poreso.la.nostalgiapuede.ser .unaespecie deutopi~ invertida. En el deseonostalgicese unen .la:,temporalidady la espacialidadvLa.mina arqui-tectenica despierta Ia-nostalgia porque ..combina.de.modo indisolublelos deseos temporales-y espaciales por el pasado. Por eso la ruina fuey sigue siendo lin impulso poderoso dela nostalgia.El eultotde las-ruinas acompafio; deuna uotraformaca la ~oder-nidad occidental enolasque'se sueedieron-desdeel siglo x v m . Pero en10sult' irnosquiuse afios una extrafia obsesienhacia las ruinas se ha de-sarrollado sabre todo en paises europeos;como parte de un discursoll1.asexten~osobre la.memoriayeItraum'~,el genocididy la guerra .Mi hipotesise~ qu~ esta ob~esi6n'ha