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I.- INTRODUCCIÓN
A. INFORMACIÓN GENERAL SOBRE EL ACTOR ESTRATÉGICO
1. El Estado.
Nombre Oficial: República Argentina
División Administrativa: 5 regiones con 23 provincias y el Distrito Federal
de Buenos Aires.
Otras Ciudades: Córdoba, 1.179.420 hab.; Rosario, 1.078.400 hab.;
Mendoza, 801.920 hab.; La Plata, 542.600 hab.(1991)
Gobierno: Sistema presidencialista: Fernando de la Rúa, presidente,
electo en octubre de 1999. Poder Legislativo compuesto de Cámara de
Diputados y Cámara de Senadores. Cada provincia y el Distrito Federal
tienen tres asientos en el Senado de 72 integrantes.
2. La Sociedad.
Pueblo: La mayoría de los argentinos desciende de inmigrantes
europeos (sobre todo de italianos y españoles) que llegaron
masivamente entre 1870 y 1950, entre ellos la mayor colectividad judía
de América Latina. Según cifras no oficiales la población indígena se
compone de 15 pueblos originarios y tres pueblos mestizos y asciende a
447.300 hab. Concentrados principalmente en el norte y sudoeste del
país, y en los asentamientos marginales de las principales ciudades. Los
mapuches, los kollas y los tobas son las etnias más numerosas.
Religión: católica (92%, oficial), minorías protestantes y evangélicas,
judías e islámicas.
Idiomas: español. Pequeñas minorías hablan quechua, guaraní y otras
lenguas indígenas.
Partidos Políticos: Partido Justicialista (PJ, peronista), en el gobierno; la
Alianza Electoral es una coalición formada por la Unión Cívica Radical
(UCR) y el Frepaso, que a su vez una coalición formada por ex
comunistas, socialistas, independientes, el Partido Intransigente y ex
1
peronistas; Partido Socialista Popular, Alianza del Centro Liberal,
integrada por los partidos Demócrata Progresista, Autonomista, Federal,
Demócrata; la Unión de Centro Democrático (UceDé), Modin
(nacionalista);Fuerza Republicana, los tres últimos vinculados a la última
dictadura militar.
Organizaciones sociales: la Confederación General del Trabajo (CGT),
de orientación peronista, se fundó en 1930. Como reacción a la política
económica y sindical del gobierno actual está dividida en tres fracciones.
3. El Ambiente.
La cordillera de los Andes al oeste, recorre el país de norte a sur. En la
región sub - andina se encuentra una sucesión de oasis de agricultura
basada en el riego: caña de azúcar, cítricos (al norte) y vid ( en el centro.
Al este de la cordillera se extienden las llanuras: la del Chaco en el
norte, con vegetación subtropical y cultivos de algodón; y la Pampa de
suelos fértiles y profundos en el centro, con clima templado, donde se
desarrolla la ganadería de ovinos y bovinos, así como la agricultura de
trigo, maíz, soja y forrajes. En el sur, la Patagonia es una meseta baja,
árida y fría, con vegetación de estepa, donde se cría extensivamente el
ovino y se explota el petróleo. Argentina reclama soberanía sobre las
islas Malvinas, situadas el Atlántico Sur, frente a Tierra del Fuego, y
sobre un sector de la Antártida, con una superficie total de 1.250.000.
km2. Aguas servidas sin tratamiento han elevado los niveles de
contaminación de varios ríos, sobre todo el Matanza-Riachuelo en
Buenos Aires. Otro problema ecológico es la creciente erosión del suelo,
sobre todo en el norte de la pampa húmeda.
B. ANTECEDENTES HISTORICOS
- La República Argentina comienza su movimiento independentista del
Reino de España en el año 1810, culminando el mismo en 1822.
2
- La sede del Gobierno del Virreinato del Río de la Plata durante la época
colonial fue su Capital, Buenos Aires, representando esta su cerebro
político, y militar de la región, siendo sus luchas contra el imperio
lusitano y posteriormente contra Brasil, muy frecuentes.
- Las razones de dichos enfrentamientos se debieron fundamentalmente a
dos causales, por un lado el extender su dominio territorial y por otro
controlar el comercio de la región.
- En el período posterior a su independencia y durante el siglo XIX ejerce
su influencia política, militar y económica en la región, a través de
alianzas y guerras, las cuales le otorgan un papel protagónico en la
región, incluso llevándole a disputar la supremacía dominante a Brasil.
- De sus intervenciones post - independencia se pueden destacar:
participación en la Guerra de Independencia de Uruguay, Guerra
Grande, Guerra de la Triple Alianza e intervención en la Guerra del
Pacífico.
- Desde el punto de vista de su Política Internacional, como lo demuestran
los hechos históricos, se destaca su afán expansionista, anexando
territorios de Paraguay e intentando hacer lo propio con Chile.
- En los comienzos del Siglo XX realiza intentos a través de sus
gobiernos de ejercer la supremacía del continente (enviando asesores
militares a Bolivia), en 1969, invasión de la isla Timoteo Domínguez de
Uruguay y conflicto con Chile por Límites, subsanados por el gobierno
del Dr. Alfonsín, entre los años 1983 a 1988.
C. DEFINICION DE TERMINOS
1- TENDENCIA : Fuerza que impulsa hacia determinada dirección.
Inclinación hacia determinados fines o manera de obrar.
2- SISTEMICA: Perteneciente o relativo a la totalidad de un sistema;
general, por oposición a local.
3
3- INDICADOR: Aspecto utilizado dentro de cada factor del Potencial, para
analizar el mismo.
4- CONTEXTO REGIONAL: A los efectos del presente trabajo se
considerará contexto regional a América del Sur.
5- INTERDEPENDENCIA GLOBAL: Dependencia recíproca con respecto
a los demás países del mundo.
6- ESTRATEGIA :Es el arte y ciencia de preparar y aplicar los medios
disponibles para conquistar y mantener los objetivos fijados por la
política.
7- POLITICA: Es el arte y ciencia de fijar los objetivos y trazar la
orientación general para su conquista o mantenimiento.
8- OBJETIVO: Concreción de la finalidad o fines que se persiguen en el
desarrollo de una actividad determinada.
9- ESTRATEGIA ECONOMICA: Tiene a su cargo la preparación y empleo
de los medios económicos en los cuatro aspectos de la economía:
producción, distribución, circulación y consumo. Dentro del sistema
capitalista y de libre empresa, procura disciplinar las relaciones de
dependencia entre inversores, consumo y ahorro, de forma de orientar la
economía hacia los objetivos de bienestar en la paz y desarrollar una
base económica para enfrentar los problemas previstos.
10- ESTRATEGIA POLITICA: Prepara y emplea los medios políticos,
instrumentos propios de la acción política en el campo interno y externo.
Encuadrada dentro de la Estrategia General, crean las condiciones que
permiten al Sujeto Estratégico alcanzar sus objetivos a través de sus
medios fundamentales: la acción de gobierno o dirección, en el ámbito
interno y la diplomacia en el exterior.
4
11- FACTOR POLITICO: Está caracterizado por la organización política
(estructura de gobierno y administración) y el ordenamiento jurídico del
Estado. A través de éstos se evidencian y materializan los fundamentos
políticos, la dinámica y la estabilidad política en su doble aspecto,
interior y exterior. Este último incluye las alianzas, pactos y tratados
internacionales.
- El FACTOR POLÍTICO encuadra, regula y dinamiza los demás factores
facilitando el desarrollo del Potencial Nacional y orientando la aplicación
del Poder Nacional a través de la interpretación de las necesidades y
aspiraciones nacionales que se concreta en la concepción de los fines y
en la fijación de los objetivos nacionales.
12- FACTOR ECONOMICO: Incluye los recursos naturales e industriales y
el sistema económico- financiero que regula el proceso de producción,
circulación, distribución y consumo de bienes y servicios. Así como
también las relaciones económicas internacionales.
- Es un factor determinante del Potencial Nacional cuyo valor y grado de
desarrollo dan la medida material del poder de un país.
13- POLITICA NACIONAL: Es el arte y ciencia de fijar los objetivos
nacionales y establecer la orientación general para conducir una nación
hacia la consecución y/o mantenimiento de aquellos.-
14- ESTRATEGIA NACIONAL: Arte y ciencia de preparar y emplear el
potencial nacional para conquistar y mantener los objetivos fijados por la
política nacional. D. CONCLUSIÓN PARCIAL
- La Argentina es por su extensión, considerada como un país de grandes
dimensiones.
- A ello se le suma la diversidad de su clima prácticamente subtropical al
Norte y extremadamente frío al Sur del país
5
- Su población es de aproximadamente 36 millones de personas,
concentradas mayoritariamente en el área de la Capital Federal (Aprox.
40%) y en la zona centro del país, donde se localizan las ciudades
industriales, tales como Córdoba, Entre Ríos, etc.
- Presenta una densidad mucho menor al Sur de su territorio, lugar donde
se encuentran sus yacimientos petrolíferos.
- Su ubicación dentro del Continente Sudamericano, es al Sur del mismo,
siendo el 2do. País en cuanto a extensión de su territorio y población,
detrás de Brasil.
- El ingreso per cápita de Argentina es el mayor del continente americano,
estimándose que el mismo alcanza los U$S 9.000 anuales por habitante.
6
II.- DESARROLLO. A. TENDENCIA HISTORICA- SISTEMICA DEL COMPORTAMIENTO
ESTRÁTEGICO DE ARGENTINA. 1. Evolución del Factor Político
a - Era Criolla (1816 - 1895)
La declaración de independencia del 9 de julio de 1816, abrió las puertas
a la formación de Argentina como nación soberana e independiente. Sin
embargo, la configuración del Estado argentino tardó aún cuatro largas
décadas en establecer unas normas de comportamiento político -
institucional mínimamente operativas para toda la nación.
En 1859, seis años después del triunfo de Caseros de Urquiza frente a
Rosas, se firmó el Pacto de San José de Flores, por el que cristalizaría
una fórmula transaccional consistente en un texto constitucional que
aportaba un federalismo adecuado a las formas institucionales de
democracia representativa. El Pacto estaba basado en tres acuerdos
fundamentales: la nacionalización de las rentas aduaneras, la
transformación económico - social del país y la inclusión de la fórmula
federal.
Además, parecían superarse algunas contradicciones de difícil solución,
como la referida a la hegemonía de Buenos Aires en un régimen de
independencia política que proclamaba los principios de libertad y
democracia.
Hasta 1880, año en que se zanjó definitivamente la federalización de
Buenos Aires y que ocupó la presidencia el general Roca, Argentina
vivió en un ambiente de guerra permanente en sus límites fronterizos
que se extendían sin cesar hacia el sur.
b - Era Aluvial (1895 - 1916)
La distancia y la despoblación pusieron fin a la era criolla y dieron
entrada a la era aluvial definida básicamente por la realidad migratoria,
7
que hizo pasar a Argentina de cuatro millones de habitantes en 1895 a
casi el doble (7.885.000) veinte años después; pero también contribuyó
a ello la incorporación definitiva del ámbito de la economía europea
como suministradora de carnes, cueros y cereales e importador de
manufacturas; así como el incremento de la diferencia entre las regiones
interiores y las litorales que definían ya dos Argentinas: una criolla y otra
cosmopolita.
c - Era Política (1916 - 1930)
El acceso al poder en 1916 del líder de la Unión Cívica Radical(UCR),
Hipólito Yrigoyen, daba forma política a los anhelos tanto de sectores
medios (de los que procedían los primeros dirigentes radicales) como de
aquellos populares criollos apartados de la vida pública por la oligarquía.
La fuerte personalidad del Presidente y una forma de gobernar
extremadamente populista fueron las características más sobresalientes
de este período en el que uno de los datos mas destacados fue el
proceso de reforma universitaria iniciado en Córdoba en 1918 y cuyo
significado trascendió el estricto marco argentino para tener un alcance
latinoamericano. Yrigoyen, fuertemente contestado en el seno de su
propio partido, fue sucedido en la presidencia de la nación por su
correligionario Marcelo T. Alvear en 1922, desatándose una agria
polémica política entre "personalistas" y "antipersonalistas", es decir,
entre partidarios y opositores del primero, situación que llegó a la ruptura
formal en 1924.
d - Primera Era Militar (1930 - 1945)
Las fuerzas políticas conservadoras y los socialistas llamaron a los
militares en 1930 para violentar por primera vez la Constitución de 1853
e instauraron así un ciclo de inestabilidad y de intervencionismo militar
que no se cerraría hasta 1983.
El golpe militar de septiembre de 1930 liderado por José Félix Uriburu
dio paso a partir de 1932 a un período que se recuerda bajo el nombre
8
"década infame". La restauración conservadora se asocia al fraude
electoral, a la corrupción y al intento de retornar al equilibrio previo a la
crisis de 1929.
En un ambiente proclive a la intervención militar, habida cuenta de la
situación internacional, se produjo en 1943 el golpe de Estado del
General Arturo Rawson, inmediatamente sustituido por el General Pedro
Ramírez y éste por el General Edelmiro Farrell. En este proceso
desempeño un papel primordial el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), del
que formaba parte el entonces Coronel Juan Domingo Perón. En aquel
momento existía un proyecto de reorganización institucional que
apuntaba, por una parte, a resolver la crisis de participación del antiguo
orden a través del reconocimiento de los sectores populares y por otra, a
afirmar un principio de autoridad estatal por encima de la pluralidad de
las fuerzas sociales.
Posteriormente, Perón se hizo con el Ministerio de Guerra y la
Vicepresidencia del gobierno provisional.
Tras los sucesos del 17 de octubre de 1945, en los que columnas de
"descamisados" reclamaron la libertad y el regreso de Perón, detenido
días antes por la presión de los sectores conservadores, el panorama
político del país cambió espectacularmente. El movimiento seguido en
torno a Perón y a su segunda mujer, Eva Duarte (Evita), se presentó a
través de la plataforma electoral del Partido Laborista y derrotó en las
elecciones de febrero de 1946 a la formación de la Unión Democrática
compuesta por conservadores, radicales, demócratas progresistas,
socialistas y comunistas. En dichas elecciones Perón obtuvo el 55 por
100 de los votos.
e - Primera Etapa Peronista (1946 - 1955)
La primera etapa peronista (1946-1955), se caracterizó
fundamentalmente por la configuración de un sólido movimiento de cariz
sindical con una importante capacidad de movilización de sectores
mayoritarios de la sociedad a los que no era ajena la reciente concesión
del voto a la mujer.
9
El gobierno peronista, que en un primer momento contaba con el apoyo
de la Iglesia Católica y el Ejército, resultó fuertemente intervencionista,
nacionalizando los servicios públicos. Su perfecta conexión con el
mundo laboral, a través de la Confederación General del Trabajo (CGT),
le permitió mantener una ambigua actitud reformista fuertemente
apoyada por importantes sectores populares.
El escaso espacio político dejado a la oposición, la aguda polarización
política, el enfrentamiento con la Iglesia Católica a partir de 1954 y con
sectores militares, así como ciertos signos de ineficiencia en el esquema
económico trazado, contribuyeron a poner de acuerdo a la oposición
antiperonista en que sólo el golpe de Estado les libraría del líder
justicialista.
f - Era Gobiernos de Facto (1955 - 1966)
El Golpe de Estado de septiembre de 1955, dirigido por el General
Eduardo Lonardi, inauguró una etapa de gobiernos de facto, democracia
tutelada y de proscripciones de los sectores peronistas que se prolongó
hasta 1973. Después de un período fuertemente antiperonista conducido
por el general Pedro Eugenio Aramburu y del restablecimiento de la
Constitución de 1853 con el agregado de una declaración que instituyó
los derechos sociales, entre ellos el de la huelga, se convocaron
elecciones presidenciales para celebrarse en febrero de 1958. La cita
electoral puso de relieve la escisión de la UCR en intransigentes,
liderados por Arturo Frondizi (UCRI), y en populares, liderados por
Ricardo Balbín (UCRP).
Arturo Frondizi, con el apoyo electoral de grandes sectores peronistas,
gracias a un pacto explícito alcanzado con Perón, fue elegido Presidente
en 1958. El triunfo electoral de los peronistas en los comicios de marzo
de 1962 con el que se aseguraron el control de ocho provincias, entre
ellas la de Buenos Aires, motivó el derrocamiento de Frondizi por parte
de los militares.
Las elecciones legislativas de 1965, donde triunfó Arturo Illia, llevaron a
la Cámara de Diputados a muchos representantes neoperonistas. A
10
nadie escapaba que, en esta dinámica, las elecciones a gobernadores
en 1967 reactualizarían el problema que había provocado la caída de
Frondizi en 1962.
g - Período Revolución Argentina (1966 - 1973)
En junio de 1966, los tres comandantes en jefe depusieron al Presidente
Illia, inaugurando bajo el mando del nuevo Presidente, el General Juan
Carlos Onganía, el período conocido bajo el nombre de la "revolución
argentina". El nuevo gobierno se caracterizó por ser fuertemente
autoritario y por tener un carácter marcadamente tecnocrático.
Onganía fue reemplazado en junio de 1970 por el General Roberto M.
Levingston y éste, un año más tarde, por el comandante en jefe del
Ejército, General Alejandro Lanusse.
h - Segunda Etapa Peronista (1973 - 1976)
En la sociedad argentina cobraba cuerpo la aceptación tácita del
derecho del peronismo a volver a competir por el gobierno. La coalición
peronista del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) llevó a la
Presidencia de la Nación, en marzo de 1973, a Héctor Cámpora -
lugarteniente de Perón -, quién dimitió luego de cincuenta días de
gobierno. Cámpora fue cuestionado por haberse rodeado de los sectores
más izquierdistas del peronismo y ante las presión de la derecha y del
"entorno" de Perón, debió renunciar al cargo dejando así paso al líder
histórico. Perón fue ratificado en la Presidencia mediante las elecciones
de septiembre de 1973, a las que concurrió con su tercera mujer María
Estela Martínez (Isabelita) como Vicepresidente.
Tras las muerte de Perón un año más tarde, las tensiones acumuladas
en el seno del movimiento peronista, enfrentadas directamente sin su
líder moderador, invadieron la escena política aportando explicación a la
violencia en que entonces se encontraba inmerso el país así como la
polarización de la propia clase política.
11
i - Segunda Era Militar (1976 - 1983)
El golpe de Estado promovido por los Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas en marzo de 1976 abrió el "Proceso de
Reorganización Nacional". Un periodo definido en lo político por la
puesta en marcha de los principios de la Doctrina de la Seguridad
Nacional. El fuerte autoritarismo fue la característica predominante en
este período. Las distintas juntas militares, presididas consecutivamente
por los Generales Jorge R. Videla, Roberto Viola, Leopoldo F. Galtieri y
Reynaldo Brignone, no se diferenciaron en sus planes de gobierno
notablemente. Galtieri, en abril de 1982, fue el responsable directo de
conducir al país al conflicto de las Malvinas, cuyo fracaso estrepitoso
contribuyó a acelerar una nueva transición política democrática un año
más tarde.
j - Transición Política y Normalización Democrática (1983 - 1989)
La vida política argentina entre 1983 y 1998 puede dividirse para su
estudio en tres períodos: el relativo a la transición política que se inicia
con el descalabro de las Malvinas y culmina con las elecciones del 30 de
octubre de 1983, el inmediatamente siguiente, que comporta la
Presidencia de Raúl Alfonsín hasta el 9 de julio de 1989 y el relativo a la
doble Presidencia de Carlos Menem que se inaugura al cederle la banda
presidencial el presidente radical.
El cambio de un régimen político autoritario a otro democrático se mueve
bajo el signo de una completa frustración en Argentina desde 1930; al
menos si es referido a las posibilidades de consolidación de este último.
Sin embargo, la transición política acaecida en 1983 presenta
características profundamente diferentes a las anteriores. La seria crisis
en que cayó la sociedad argentina difícilmente podía encontrar
antecedentes. La ausencia de una tradición democrática arraigada en
términos políticos; el conflicto de legitimidad desencadenado a lo largo
del proceso como consecuencia fundamentalmente del uso
indiscriminado de la violencia institucionalizada; la profunda quiebra
12
económica que se abría como resultado de los patrones neoliberales
llevados a cabo, y, finalmente, el desastre militar de las Malvinas, que
fue el conflicto exterior más importante que envolvió a la Argentina en su
historia contemporánea entre los meses de abril y junio de 1982,
precipitaron la descomposición del régimen autoritario.
Como consecuencias inmediatas de aquélla, se constató el eclipse del
régimen militar en cuanto tal y su incapacidad de desarrollar con un
mínimo de calidad profesional la tarea para la que los militares deben
tener un mínimo de eficiencia.
La posición de los EE.UU. con relación a la transición política en
Argentina fue positiva. Obviamente esta circunstancia no acaeció como
continuación de la política Carter sobre democratización general en
América Latina, sino como conclusión pragmática de la Administración
Reagan frente al quehacer de unos militares cuyas decisiones no
controlaban, como quedó de manifiesto en la aventura de las Malvinas.
Los prolegómenos de las elecciones presidenciales y legislativas de
octubre de 1983, que se presentaban tan cruciales como las de 1916 y
1946, estuvieron inmersos en lo relativo a la existencia o no de un pacto
militar-sindical.
En definitiva, encima de la mesa quedaba uno de los puntos que
posteriormente bajo los gobiernos democráticos de Raúl Alfonsín y de
Carlos Menem sería recurrente y fundamental: las responsabilidades de
los militares con relación a la lucha antisubversiva y las consiguientes
violaciones de derechos humanos.
A diferencia de otras transiciones políticas acaecidas en este momento
en América Latina, el esquema operativo puesto en marcha no replanteó
la elaboración de un nuevo texto constitucional, prefiriéndose mantener
la vieja Carta de 1853.
La normalización electoral es una de las grandes aportaciones del
alfonsinismo a la estabilidad democrática argentina y a los intentos de la
consolidación del sistema político democrático. El cierre de diferentes
ciclos - Cámara de Diputados, Gobernadores, Cámaras Provinciales,
Poder Ejecutivo Nacional y Senado - no se lograba en su totalidad desde
la década de 1932-1943.
13
Los comicios de 1983, en que se elegían todas las instancias,
supusieron: la primera derrota electoral del peronismo; el mejor resultado
del radicalismo que, además de obtener el Poder Ejecutivo de la Nación,
le daba mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y la gobernación
de siete provincias (entre ellas Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y
Mendoza).
Una de las primeras decisiones de Alfonsín fue la de dictaminar el
arresto y enjuiciamiento de los miembros de las tres primeras juntas
militares que gobernaron el país entre 1976 y 1983. Consecuentemente,
el Congreso aprobó en diciembre de 1983, casi por unanimidad, la ley de
autoamnistía .
El gobierno de Alfonsín cerró su participación en este terreno, dos años
más tarde, con las dos leyes de "Obediencia debida" y de "Punto final".
Con respecto a la política internacional del nuevo régimen democrático,
se constataba la existencia de cierta ambivalencia producto de la
tendencia alfonsinista de estrechar lazos con la entonces Europa de los
diez y con España y de la hipoteca del deterioro ocasionado por la
Guerra de las Malvinas.
Los efectos de la política proteccionista de la Comunidad Europea, junto
con el bloqueo de soluciones satisfactorias para Argentina del problema
de la deuda externa, orientó su política exterior hacia su inserción activa
en el orden internacional por medio de su participación en el movimiento
de los No Alineados. Paralelamente, a partir de 1986 incrementó sus
contactos con Brasil, y posteriormente con Uruguay para potenciar un
proceso de integración regional.
En cuanto a la reclamación de las Malvinas, considerado el problema
internacional más complejo, se optó por la reivindicación del archipiélago
por la vía estrictamente diplomática.
k - Los gobiernos de Menem (1989 - 1999)
Las elecciones de 1989 consolidaron la tendencia iniciada en 1987. La
sanción del electorado fuertemente crispado por la incapacidad en el
control de la fuerte crisis económica desencadenada en febrero de 1989,
14
por las diferencias en el gobierno que llegaron a someter a la población
a numerosos cortes de energía eléctrica durante el verano del mismo
año y por la no resolución del tema militar condujeron a un amplio triunfo
peronista.
Carlos Menem, que se presentaba con una retórica de corte típicamente
populista, se alzó con la victoria electoral y se constituyó en la primera
minoría en la Cámara de Diputados manteniendo el completo control del
Senado. La UceDé continuó mejorando su presencia parlamentaria
capturando segmentos del electorado radical y conservador.
La primera renovación parcial de la Cámara de diputados y las
elecciones a gobernadores provinciales de 1991, registradas tras el
ascenso al poder del peronismo, confirmaron el fuerte apoyo social que
recibía el Partido Justicialista (PJ). Este apoyo se ratificó plenamente en
las elecciones legislativas de 1993.
El progreso económico, los éxitos electorales peronistas y el paulatino
deterioro de la oposición radical, introdujeron en la agenda política el
viejo imperativo hegemónico peronista de la reelección presidencial.
Las elecciones a la Convención Constituyente se celebraron el 10 de
abril de 1994 obteniendo el peronismo el 38,4 por 100 de los votos y el
radicalismo el 20 por 100. Fue el Frente Grande, una fuerza de carácter
progresista que había comenzado su ascenso en 1993 y que estaba
integrada por distintos sectores como los disidentes peronistas liderados
por Carlos "Chacho" Álvarez y sectores de izquierda agrupados tras la
figura del cineasta Pino Solanas, el que obtuvo un rédito notable
apareciendo claramente como tercera fuerza nacional. La Convención
Constituyente, que sesionó en las ciudades de Santa Fé y Paraná,
compaginó simultáneamente sus trabajos con los del Congreso
Nacional, de forma que su principal repercusión política en las
modificaciones de la histórica Carta de 1853, fue la introducción de la
reelección presidencial, la reducción del mandato presidencial a cuatro
años y la reforma del Senado.
Las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1995 dieron el triunfo
de nuevo a Menem y al PJ en el Congreso.
15
El poder alcanzado por Menem y su partido le llevó a solicitar al
Congreso y a conseguirlo, plenos poderes de emergencia económica
para reducir el gasto público e incrementar los ingresos fiscales. De esta
forma se continuaba configurando un esquema de presidencialismo muy
fuerte con amplias facultades legislativas por medio del uso de los
decretos de necesidad de urgencia.
En el ámbito provincial, las elecciones a gobernador celebradas en 1995
consolidaron la posición mayoritaria peronista. El PJ se hacía con el
control de 14 de las 23 provincias del país, muy por encima de la UCR
que gobernaba en cinco, quedando las restantes cuatro provincias en
manos de partidos provinciales.
Durante el segundo mandato presidencial de Menem las denuncias de
corrupción en su entorno tuvieron una presencia destacada.
A la propia salida de Cavallo del gabinete, quien había denunciado las
existencia de una red de "corrupción organizada", se unió la dimisión del
Ministro de Justicia, Elías Jassán, sospechoso de estar relacionado con
uno de los sectores más turbios del mundo de los negocios.
En cuanto a la política de privatizaciones cabe destacar que las
realizadas en Argentina entre 1990 y 1996 alcanzaron la cifra de 17.750
millones de dólares, siendo esta cantidad la segunda detrás de México
en la carrera de privatizaciones de la década en América Latina.
Las elecciones legislativas celebradas el 26 de octubre de 1997
significaron la primera derrota de los peronistas, que habían ganado
reiteradamente los cinco comicios anteriores. La UCR y el FREPASO
articularon una coalición electoral que se denominó Alianza por el
Trabajo, la Justicia y la Educación que concurrió en un buen número de
provincias y que recibió un apoyo mayoritario de un electorado que
había cambiado sus preferencias y que estaba deseoso de que la
agenda política se centrara en políticas sociales, de empleo y en
acciones que supusieran un freno a la corrupción desenfrenada de los
últimos años.
La nueva Cámara de los Diputados aprobó en 1998 la derogación de las
leyes de " Obediencia debida" y de "Punto final", si bien su alcance fue
16
más bien simbólico habida cuenta que tales normas no tendrían efectos
retroactivos.
En la Alianza comenzaron a producirse tensiones entre la UCR y el
FREPASO, basadas tanto en el trato de las secuelas de la política a
adoptar frente a las violaciones de los derechos humanos bajo la
dictadura como la definición de la candidatura presidencial, que
mostraron signos de un futuro incierto.
Fernando de la Rúa resultó proclamado candidato a presidente de la
Alianza para los comicios presidenciales de 1999. Días después, Carlos
Chacho Alvarez decidió acompañar al dirigente radical en la fórmula
presidencial y Graciela Fernández Mejilde decidió competir por la
Gobernación de la Provincia de Buenos Aires.
2. Evolución del Factor Económico.
a) ERA CRIOLLA (1816-1895) Los gobiernos unitarios habían fracasado en la reconstrucción
económica y la organización del país. La lucha entre unitarios y
federales caracterizó el panorama nacional por dos décadas. Un
poderoso estanciero, Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos
Aires por dos períodos (1829-1832 y 1835-1852), caracterizó su accionar
con una prolongada dictadura y exitosos intentos de postergar la
organización nacional.
Durante el transcurso de este gobierno se produjo una revolución en la
ganadería y el comercio exterior .
La política exterior de Rosas se basó fundamentalmente, por un lado en
la expansión ganadera de Buenos Aires, evitando aumentar los
impuestos y por otro, en el mercado exterior.
Asentó su esfuerzo en disminución el déficit presupuestario y estabilizar
el valor del papel moneda.
Durante su segundo gobierno, apuntó a la economía de gastos y a la
administración de las rentas. Reforzando su postura, mantuvo la
17
exclusividad del puerto de la ciudad, el control sobre la navegación de
los ríos y el manejo exclusivo de la Aduana.
Con el cierre de la Universidad y la supresión de los fondos para asilos y
hospitales, logró mantener un elevado presupuesto policial.
Consiguió reducir la deuda interna desde 1840 a 1850 de $ 36.000.000 a
algo mas de $14.000.000, gracias a la rebaja impositiva.
El mayor problema financiero en este período fue la oposición entre
librecambistas y proteccionistas. Los porteños eran partidarios del libre
cambio y sólo grupos numéricamente pequeños como artesanos,
agricultores y pequeños comerciantes, sentían atracción por el
proteccionismo. Otras provincias querían proteger su producción frente a
la competencia extranjera y deseaban un aumento de los impuestos
aduaneros.
Ley de Aduanas (1835)
La misma elevaba los aranceles que pagaban los productos que
provenían del exterior y prohibía la introducción de otros que se
producían en el país .
La introducción de productos por vía terrestre era libre, con excepción
del tabaco y yerba del Paraguay, Misiones y Corrientes.
La Ley tuvo un buen recibimiento en el interior del país, permitió la
reactivación de la agricultura, la industria del cuero, la vitivinícola , la
textil, los metales y de la madera.
La Casa de la Moneda
Fue creada en 1836 y presentaba las características de un Banco del
Estado, administrado por una Junta y bajo el control del gobierno.
Política de la Tierra
La tierra se subdividió conforme a tres modalidades:
- Loteo.
- Ventas parciales de grandes estancias.
- Sucesión o transmisión hereditaria, resultando esta última la mas
generalizada de todas. Los tipo de parcelamientos reflejaron las
características geográficas e históricas de las tierras.
18
Agricultura
El sector pampeano monopolizaba los cultivos cerealeros, con excepción
del arroz, el lino y el girasol. El Noroeste se identificaba por los frutales,
el nogal, el olivo, el maíz y la incipiente caña de azúcar. En la región
nordeste, con mayor precisión en Corrientes, se especializaba por el
tabaco y la mandioca, mientras se percibía la ausencia del arroz por la
falta de mano de obra, los citrus prosperaron notablemente. Cuyo
manifestaba predilección por la vid y otros frutales.
En realidad, el desarrollo agrícola tenía varias dificultades que eran
provocadas por la falta de mano de obra y su alto costo, conjuntamente
los métodos primitivos originaban un rendimiento bajo y la falta de capital
negaba la compra de maquinarias y herramientas fundamentales.
La Ganadería
La economía porteña dejó de tener prioridad por la actividad comercial y
empezó a considerar mayor interés por la ganadería, que tuvo un
desarrollo progresivo.
El ganado vacuno. Si bien se continuó la ganadería extensiva, tuvieron lugar las primeras
experiencias para perfeccionar el ganado vacuno. El mestizaje se inició
por John Miller con el primer toro Shorton, operación que se repitió en
1841 con la introducción de 2.000 cabezas de ganado de raza. De todas
maneras las características de los animales criollos se adaptaban mejor
al proceso de la salazón : cuero grueso y carne magra.
Se establecieron algunas mejoras en el sistema de aguadas artificiales y
en 1845 se realizó la introducción del alambre por parte de don Ricardo
Newton con la finalidad de cercar el ganado, pero su difusión no fue
inmediata.
El ganado ovino. Con respecto al ganado ovino se puede decir que la primera producción
de merinos conocida se produjo en 1814 cuando Thomas Lloyd Halsey
importa desde España 35 cabezas del citado ganado .Más tarde
19
Rivadavia realiza dos importantes importaciones, la primera en 1824
trayendo 100 merinos y dos años después incluyendo otras 70 unidades.
La cría del merino cobró especial significado pues representó el paso
hacia una ganadería más evolucionada. Lentamente el ganado merino
se fue difundiendo y mejorando el vellón. Finalizando el gobierno rosista,
esta explotación comenzó a tornarse lucrativa por el requerimiento
creciente de los países industrializados.
El ganado equino. Durante la época de Rosas, adquieren valor las yeguadas porque
constituyen la base de las dádivas que servían de “ colchón” contra el
malón . Los caballos eran originarios de España aunque poseían algo de
sangre árabe, los más se habían hecho cimarrones. La recuperación de
estos caballos, su amansamiento y su cruza, dio lugar a lo que se llamó
raza criolla, animal que se naturalizó en la pampa donde se adecuó a las
tareas del campo. Cabe aclarar que en aquellos tiempos hubo una
reducción en el número de cabezas de este ganado debido a las
guerras, matanzas por cueros y sequías. Rosas preocupado por esta
situación como medida de protección de éste prohibió su sacrificio.
Los saladeros. Derivados de la ganadería, los saladeros mediante la salazón de carnes
lograron una explotación integral del vacuno. Estos se dedicaban a la
producción del tasajo, que era carne salada para su conservación.
Este producto era destinado a la alimentación de esclavos o de ejércitos
en marcha. Además, extraían el sebo y la grasa que eran utilizados para
la velas, jabones y lubricantes para cueros. Estos productos se
comerciaban internamente y se exportaban.
Los ferrocarriles A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los ferrocarriles constituyeron
la base del proceso de formación nacional. La red ferroviaria vinculó a
todas las zonas de interior con Buenos Aires y los puertos del Litoral.
20
Además, provocó la desarticulación definitiva de las viejas economías
cerradas y autosuficientes, pero al mismo tiempo, abrió posibilidades de
desarrollo que, si no llegaron a compensar la pérdida de importancia
relativa del interior, provocaron el surgimiento de actividades expansivas
y destinadas a satisfacción de la demanda interna que ahora era,
auténticamente, la demanda nacional
El Comercio Exterior Las exportaciones de cueros, sebo y tasajo, pieles y plumas, a las que
se agregaron las lanas, se dirigían a Francia, Países Bajos, Gran
Bretaña, Estados Unidos y Brasil.
El ejemplo de rápidas y fáciles fortunas magnetizó a Buenos Aires. Las
primeras explotaciones las iniciaron vascos e irlandeses en el centro y
sur de Buenos Aires y desde allí, se extendieron a otras zonas de la
provincia y a Santa Fe. Gracias a la exportación de lana, los ingresos de
Buenos Aires duplicaban en 1855 a los del resto de la Confederación.
La mayoría de las importaciones correspondía objetos de la industria
inglesa y a productos de lujo de Francia.
El Fomento de la Inmigración. En el Preámbulo de la Constitución Argentina se menciona un fin acerca
de la inmigración “Asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros
(...) y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo
argentino”. Esto significa que el país debía poblar su territorio a través de
una política inmigratoria.
En 1856, menos del 10% de la población de Buenos Aires eran
inmigrantes que provenían de Europa y éstos eran quienes aportaban
una mayor experiencia de trabajo y conocimientos técnicos.
Las tierras fiscales fueron ofrecidas a individuos o compañías que las
quisieran subdividir y organizar en colonias. Para esto se necesitaba una
cierta capacidad empresarial, porque no se trataba sólo de llegar e
instalarse en las tierras que se pudieran conceder.
La confederación, para poder competir con Buenos Aires, estaba
obligada a conceder mejores condiciones a los posibles inmigrantes. Fue
así como una gran cantidad de colonias se arraigaron en Santa Fe, sur
de Córdoba y Entre Ríos, con buen apoyo oficial.
21
b) Era Aluvial (1895-1916) El período se caracterizó por un crecimiento rápido y dinámico.
Se produce un incremento en el número de cabezas de ganado y
aumenta la elaboración de productos basados en la ganadería.
Paralelamente cobra importancia el número y diversidad de cultivos.
La expansión se atribuye al ingreso de inversión extranjera, lo que
dinamiza los transportes, obras públicas y construcción privada.
Las exportaciones crecieron mas lento que las importaciones lo que
originó déficit en la balanza comercial.
Se produce un crecimiento industrial favorecido por la reducción de los
costos de producción y la apertura de nuevos mercados.
Se triplica la producción de cereales, propagándose la misma por toda la
provincia de Buenos Aires, aunque siempre ocupando un lugar
secundario y como complemento de la ganadería.
El auge de las exportaciones en el período es atribuido particularmente a
los siguientes factores:
- Auge del ferrocarril
- Nuevas técnicas de congelado y transporte refrigerado.
- Implantación de productos artificiales para el cultivo
- Como consecuencias de lo anterior se pueden enumerar:
Nuevos asentamientos de la población en las zonas rurales, la
fundación de nuevas ciudades y la creación de rutas de transporte y
redes convencionales.
Los mercados primarios arrojaban un saldo positivo con respecto a
los secundarios.
El aumento del número de asalariados y el alza de los ingresos
fomentaron el crecimiento del mercado nacional y las oportunidades
de invertir en Argentina.
c) Era Política (1916 – 1930)
La primera guerra posibilitó el crecimiento de las industrias de
emergencia cuya función era cubrir la déficit producidas por la
22
desaparición de productos importados, las cuales al finalizar la guerra se
vieron desfavorecidas.
Predominaran las capitales extranjeros, especialmente las inversiones
británicas (en frigoríficos). Luego llegaron los capitales EE.UU., que
introdujeron cambios en las formas de producción y organización.
La guerra afecto de diferente manera a empresariales, en algunos casos
los benefició (las que tenían la capacidad instalada aumentaron la
producción) y en otros casos los perjudico (los que dependían de
materias primas).
La presencia de empresas extranjeras dio nacimiento a una clase de
ejecutivos.
Comenzaron con el armado de automotores en el país. Gracias a la
presencia de extranjeros los empresarios locales aumentaron la
producción de materiales relacionados. También se produjo las
instalaciones de empresas estatales como YPF.
d) Primera Era Militar (1930 – 1945) Expansión de la situación de importaciones.
En la década del 30 se impulsó el proceso de industrialización por
importaciones que fue el elemento que compensó los desajustes
generados por el quiebre del modelo agroexportador. Esto hizo que la
producción industrial superara la producción agropecuaria; se instalaron
empresas textiles, alimenticias y metalúrgicas.
También se desarrollo la industria liviana. Esto fue acompañado por
capitales extranjeros que llegaron a desarrollar el mercado interno.
Debido al conflicto mundial de 1940, el gobierno, propuso el programa
de reactivación de la economía nacional elaborada por Federico Piñado,
ministro de Hacienda, con él se trataba de planificar un impulso al sector
industrial conciliándolo con la economía abierta. También se trataba de
fomentar las relaciones comerciales con Estados Unidos y los países
limítrofes y crear un mercado de capitales.
También proponía comprar los excedentes agrícolas no vendidos y
estimular la producción industrial y la construcción. Este plan no se
23
aprobó y Piñedo renunció, pero algunas de sus ideas fueron aplicadas.
Transcurrida la década fueron aumentándose las actividades
industriales, instalándose empresas como:
• Molinos del Río de la Plata y Compañías
Químicas.
• BGH (Boris GarFunkal).
• Loma Negra.
e) Primera Era Peronista (1946 – 1955)
Con la llegada del gobierno justicialista, se expandió el mercado interno
por medio del aumento de la mano de obra, salarios y financiamiento
estatal para industrias de bienes de consumo. Se desarrolló el área de
producción estatal de siderurgia y química.
Creció la inversión del estado en la industria, por medio del
financiamiento, creación de bancos (créditos industriales) y la producción
estatal (SOMISA, ATANOR), es decir que su acción fue tanto indirecta
como directa. Se instalaron más de 30 compañías en 1945.
En 1946 se creó el Instituto Argentino para la promoción del intercambio
(IAPI) para comprar cosechas y otros productos agropecuarios a los
productores y venderlos internacionalmente.
De 1947 a 1951 se creó el Plan Quinquenal del gobierno que transformó
la estructura económica social por la expansión industrial; de la
nacionalización de servicios públicos de la amplia movilización de los
recursos nacionales y otros.
A partir de 1951 hasta 1952 se produjeron cambios: el gobierno recurrió
a la inversión de capitales extranjeros para financiar la industria. Los
convenios con empresas afectaron el mercado y los precios internos.
f) Era Gobiernos De Facto (1955 – 1966)
En este período y dado que los recursos locales de capitales eran
insuficientes para promover sectores industriales, el estado promovió la
incorporación de capitales y tecnologías extranjeras.
24
En 1958 se aprobaron las leyes:
• Inversiones Extranjeras.
• Promoción Industrial.
Ambas para el desarrollo industrial.
La incorporación de capitales extranjeros produjo cambios tecnológicos
que desplazaron a empresarios y como consecuencia de ello se produjo
una reestructuración del empresariado pequeño y mediano.
• En este período se produjo un gran crecimiento de la economía.
Hubo una gran afluencia de capitales extranjeros destinados a la
ampliación de establecimientos, y la adquisición de empresas líderes
locales.
• El estado promovió el desarrollo de empresas que debían
expandirse, se estimuló a empresarios para que se hicieran cargo de
esas nuevas actividades como un medio de fortalecer el poder de
decisión nacional.
• También se acentuó el proceso de concentración. Comenzaron a
desarrollarse los departamentos de ingeniería de diseños de
productos, de producción y métodos de empresas de capital
extranjero como nacional.
• Se incremento la exportación de manufacturas de origen industrial;
crecieron las versiones directas por parte de empresas industriales
argentinas que se radicaron en fronteras nacionales.
g) Periodo " Revolución Argentina (1966 - 1973)
Este período está caracterizado por un decaimiento de la economía
argentina. La difícil unidad entre las propias Fuerzas Armadas, la
presión sindical, el inicio de la violencia desarrollada por los grupos
armados y las movilizaciones populares eran fiel reflejo de las tensiones
acumuladas en la sociedad lo que por supuesto repercutió
negativamente en su economía en el contexto nacional e internacional.
25
h) Era Segunda Peronista (1973 - 1976)
En general y acompañando la situación general de América Latina se
produce la expansión monetaria y se estimula el crecimiento, pero
paralelamente hay más inflación y aumenta la especulación. La inflación
se acelera como consecuencia del efecto combinado del aumento del
precio del petróleo y de la devaluación.
i) Segunda Era Militar(1976 - 1983)
En éste período en lo económico se apostó por una política neoliberal en
la que las fórmulas monetaristas desempeñaban un papel destacado.
La industria dejó de ser eje dinamizador. Perdieron terreno las ramas
metal- mecánicas y ganaron las industrias de recursos naturales como
las de papel petroquímicas, cemento. Se registró un aumento de la
concentración económica. La política económica militar exigió
competitividad con el exterior y como resultado muchos empresarios
debieron vender sus empresas.
El crecimiento más extenso fue a partir de 1976 sobre la base de los
sectores petrolero, financiero, pesquero, otros.
Las empresas transnacionales aumentaron su participación en la
producción industrial. En menor medida lo hizo el estado.
j) Transición Política y Normalización Democrática. ( 1983 - 1989)
Con respecto a los indicadores económicos, el desempeño de la
economía sufrió un fuerte deterioro en la década de los '80. El PBI a
precios constantes disminuyó en cerca del 2 % y la renta per cápita de
1980 no se recuperó aún hasta 1993. Los resultados económicos de la
década de 1990 mejoraron notablemente el panorama con tasas de
crecimiento sostenido y control de la inflación. Paralelamente, el
comercio exterior se diversificó disminuyendo la dependencia de las
26
exportaciones de productos primarios que pasaron de representar el
86.1% del total de las exportaciones, al 66.1 % en 1995.
EVOLUCION DE ALGUNOS INDICADORES ECONOMICOS DE ARGENTINA (Período 1980-1996)
1980 -1990
1991 1992 1993 1994 1995 1996
Tasas anuales medias de crecimiento del PIB por habitante a precios constantes
-2.1 8.5 8.1 4.3 6.1 -6.2 2.2
Tasas anuales medias de crecimiento del consumo total de energía eléctrica
2.7 6.1 7.2 8.6 5.0 … …
Tasas anuales medias en el índice de precios al consumo
437.6 171.7 24.9 10.6 4.2 3.4 0.2
27
1980 1985 1990 1993 1995 1996
PIB por
habitante en
dólares
constantes
de 1990.
5398 4657 4345 5312 5287 5402
1982 1985 1989 1992 1995 1996
Deuda externa total desembolsada (en millones de dólares)
43634 49326 63314 59123 89719 99701
1970 1980 1990 1993 1995 1996
Porcentajes de las exportaciones de productos primarios sobre el total exportado
86.1 76.9 70.9 68.1 66.1 70
Fuente: Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe. Edición 1997.
CEPAL.
28
La caracterización del tratamiento de la economía argentina bajo el
gobierno de Raúl Alfonsín, era que se trataba de una política no
consensuada ni en el congreso ni con los interlocutores sociales. Su
gestor era el Ministro de Economía Juan V. Sourrouille (1985 - 1989) y
sus instrumentos el Plan Austral y, posteriormente, el Plan Primavera, de
menos ambición, pero de parecidas características. El Plan Austral
(junio de 1985) era un programa de estabilización de facto que para
disminuir sustancialmente la inflación sin costos en términos de
actividad económica se basaba en una reforma monetaria (sustitución
del peso por el austral), fiscal (represión del déficit fiscal) y en la
administración gubernamental de los principales precios de la economía
(frente a la restauración consensual de la credibilidad o incluso a la
libertad del mercado). Las fuertes demandas de las corporaciones fueron
acorralando poco a poco al gobierno que dejó de mantener el rigor
necesario y el sentido del propio Plan quedó pronto vacío de contenido.
El gobierno tampoco tuvo capacidad de controlar la elevada deuda
externa, heredada del régimen autoritario anterior, representando su
existencia un serio problema para las finanzas internas del país.
El estado de coma en el que se encontraba la economía argentina
cuando Alfonsín realizó el histórico traspaso de la banda presidencial
con antelación al peronista Carlos Saúl Menem fue superado en un
lapso relativamente breve por el nuevo gobierno.
k) Los Gobiernos de Menem (1989-1999)
En julio de 1989 el presidente Menem, cambió la política económica del
país abandonando el modelo vigente durante 40 años. Menem asumió la
presidencia de la Argentina en forma anticipada por la renuncia de su
predecesor el Dr. Alfonsín, quien enfrentaba una crisis económica
terminal caracterizada por una Hiperinflación.
En esa época, la moneda carecía de valor, la gente se volcaba
masivamente a comprar dólares, la paridad entre el austral (moneda
argentina en esa época) y el dólar cambiaba a cada minuto, lo que traía
29
aparejado que los sueldos de los trabajadores se licuaban al ser
recibidos, ya que perdían el valor adquisitivo.
Hubo recesión, producto de que la actividad económica era insostenible
en esas condiciones. Como correlato de la Hiperinflación existía la
emisión espúrea de moneda que intentaba servir para paliar el déficit del
Estado Nacional. Habiendo tenido un éxito inicial relativo con el Plan
Austral elaborado por el ministro Sourrouille, debió, por no hacer reforma
del Estado y corregir el déficit fiscal, enfrentar la crisis económica que
terminó con su mandato anticipadamente.
En su primer mandato, el entonces presidente Menem redujo el déficit
fiscal y aplicó recetas liberales otorgando vigencia a la economía de
mercado, logrando estabilidad monetaria, algo impensable luego de
haber sufrido varias crisis inflacionarias consecutivas y una
hiperinflación.
Esto se logró con la sanción de la ley de convertibilidad. Sin embargo,
las reformas de fondo no se practicaron y el financiamiento del déficit
fiscal se lograba con la venta de las empresas del Estado (que
ingresaron unos 40.000 millones de dólares al tesoro nacional) y la
llegada de capitales de inversión al país. Así, luego de mucho tiempo, la
Argentina recuperó la moneda. El dólar dejó de ser un indicador de la
decadencia económica del país.
El comercio exterior se incrementó la preocupación era por ese entonces
el saldo negativo de la balanza comercial. El ministro Cavallo explicaba
como normal y útil para un país en desarrollo dicho déficit comercial, ya
que según decía, era beneficioso que se importaran bienes de capital
que servirían para lograr un despegue de la actividad productiva.
Esa situación estuvo inscripta en una época en que la economía mundial
creció.
Esto fue cierto hasta 1994, ya que en 1995 sobrevino la crisis mexicana,
luego la asiática y la cesación de pagos rusa. También se debió soportar
la devaluación del Real brasileño y finalmente la transición política de
1999, cuando el ex presidente Menem le entrega el mando al presidente
De la Rúa, dando fin a los intentos reeleccionistas del primero.
30
Para tener una magnitud de las crisis internacionales, en la del tequila el
riesgo país estuvo doce meses por encima de 1000 puntos, alcanzando
acmé en 2465 puntos (con un promedio de 1873 puntos).
Durante la cesación de pagos rusa el riesgo país llegó hasta 1482
puntos. Desde entonces, no se registraron subas marcadas hasta cerca
de fines de abril de 2001 en que alcanzó 1300 puntos.
El riesgo país es una de técnica de medición creada por el departamento
de investigaciones de JP Morgan Securities. Su nombre completo
Emering Markets Bond Index Plus (índice agregado para bonos de
mercados emergentes), y sus siglas, EMBI+.
Es un complejo cálculo, que toma en cuenta en los tipos de negocios
financieros en los que JP Morgan opera: bonos Brady, eurobonos,
préstamos y valor del dólar en el mercado local. Indica las expectativas
que el mercado tiene acerca de la capacidad de un determinado país de
pagar su deuda.
A modo de ejemplo, la deuda Argentina alcanza casi al 50% del PBI, a
pagar en 8 años. Para comparar, Ecuador, Rusia y Bulgaria, por ejemplo
están por encima del 100%.
Sin embargo, antes de las crisis internacionales mencionadas y que
amenazaron la estabilidad económica de la Argentina, el país vivió un
boom económico que atrajo inversiones que le dieron un ritmo de
crecimiento elevado. Fue la época del Boom del consumo y la toma de
créditos indiscriminadamente. Esto duró hasta 1993 y parcialmente
1994.
La decadencia Argentina había comenzado ya en 1994, agravándose en
1995, y años subsiguientes por las crisis financieras internacionales y en
1999 por el intento reeleccionista del ex presidente Menem.
El paulatino incremento del déficit fiscal, la falta de empresas del Estado
para vender, la disminución del flujo de capitales para invertir en el país
dieron el puntapié de la gran recesión que dura tres años.
A medida que se acercaba el final del segundo mandato del presidente
Menem, la situación se hacía más insostenible. Para dar un dato
ejemplificativo, 900 fábricas de zapatos cerraron desde 1995. Comenzó
a ser habitual ver quiebras de empresas, producto de la falta de
31
competitividad por la convertibilidad con un dólar sobrevaluado y los
créditos caros, estos últimos como consecuencia del elevado déficit
fiscal que encarecía el riesgo país y por ende las tasas de los créditos
que se tomaban. A esto hay que agregar un factor, la Argentina no tenía
experiencia en productividad, o sea, producir bienes y servicios de
calidad y de precio competitivo.
Como se dijo, el déficit fiscal fue un elemento importante, que se
asociaba a la deuda externa que crecía progresivamente, a pesar de las
ventas de empresas de estado. Jamás se usaron los fondos de la venta
de dichas empresas para cancelar capital de la deuda, ya que fueron
usados para financiar el déficit creciente.
Cuando el presidente Menem le entrega el mandato al presidente actual
de la Rúa, el déficit fiscal se estimaba en 11.000 millones de pesos.
Considerando que la deuda externa era para mediados del 2001, de
148.000 millones de dólares (sólo la pública nacional, sin la de las
provincias que rondaba unos 20.000 millones, ni la privada), el déficit
anual era muy elevado. En términos porcentuales, el déficit de un solo
año era el 7.43% del total de la deuda.
En los últimos diez años la cifra de la deuda se incrementó en 90.000
millones de dólares (1989 – 1999).
Las tasas de interés creciente que la floreciente economía
norteamericana elevaba para enfriarse y que ahora baja para entibiarse,
producían aumento de los intereses (servicios) de la deuda,
incrementando la carga.
Otro factor que favoreció el incremento de la deuda fueron las crisis de
México, Rusia, Asiática, y del Brasil, que produjeron un incremento en el
riesgo país que hizo que la Argentina tomase créditos a tasas carísimas.
Los intereses subieron en aproximadamente 2 puntos del PBI, lo que
equivale a unos 6.000 millones anuales.
Otro factor, fue el aumento del desempleo, que debió palearse con
subsidios, planes Trabajar, aumento de la asistencia social, programas
sociales. En cinco años previos a la crisis, ésta sola causa sumó 5.500
millones obtenidos del crédito internacional.
32
En 1994 primero y en 1998 después, la rebaja de los aportes
patronales, significaron la friolera de 20.000 millones, que el Estado dejó
de percibir. Hoy son 5.000 millones anuales.
Igual fenómeno negativo ocurrió con la creación de las AFJP, que
significaron disminución de ingresos desde su creación por 22.000
millones de dólares, hoy unos 4.2000 millones anuales.
3. CONCLUSIÓN PARCIAL
a. Factor Político
El régimen político argentino adoptó desde sus inicios la forma de
gobierno del presidencialismo. La práctica política y las tradiciones
marcaron profundamente los tintes sobre el Poder del Ejecutivo, de
suerte que puede hablarse de una preponderancia del poder del
Presidente sobre el régimen político. Sin embargo, las reformas
constitucionales de 1994 contenían un gran número de competencias en
el Congreso. El hecho de que el presidente de la Nación contara con
mayoría en ambas Cámaras hasta 1997 no ha permitido ver las
consecuencias políticas que, en cualquier caso, introducían una notable
modificación en la tradición constitucional argentina.
El Presidente y el Vicepresidente son elegidos por un período de cuatro
años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo
período consecutivo. La reforma de 1994 claramente estipula que el
presidente es el jefe supremo de la nación, jefe del gobierno y
responsable político de la administración general del país.
Los factores que deben tenerse en cuenta para entender la debilidad del sistema de partidos políticos argentinos se refieren a los muy
distintos significados de los lapsos en que se registra una competencia
partidista plena o restringida (1916-1930, 1932-1943, 1946-1955, 1957-
1966, 1973-1976 y 1983), así como a sus constantes interrupciones, y a
la existencia de un sistema de gobierno presidencialista que potencia el
personalismo caudillista del Presidente en detrimento de la actividad
33
parlamentaria y su corolario, que sería la actuación de los grupos
parlamentarios, verdaderos motores del quehacer partidista.
El movimiento generado en torno a Juan Domingo Perón y las
elecciones de 1946 supusieron un punto de inflexión en el sistema de
partidos argentino que arrastra sus consecuencias hasta la fecha. Puede
mantenerse que, a pesar de proscripciones, paréntesis autoritarios y con
la excepción del corto período 1983-1987, el Partido Justicialista ha sido,
desde su creación y según las épocas, un partido predominante o
hegemónico en la vida política argentina.
El actualmente llamado Partido Justicialista se denominó en sus inicios
Partido Laborista y después, simplemente, Partido Peronista. En los tres
casos, la Confederación General de Trabajadores (CGT) ha liderado al
movimiento político peronista, de manera que durante mucho tiempo se
ha tendido a asociar los conceptos de peronismo- justicialismo con las
instituciones y prácticas sindicales y con una CGT controlada por
dirigentes de esa orientación.
El Partido Justicialista, tras las derrotas electorales de 1983 y de 1985,
sufrió un debate interno que le hizo plantearse diferentes estrategias
tendientes a su renovación, dejando para ello la vía movimentista y de
estricta estrategia sindical. Fruto de este cambio doméstico, por primera
vez en su historia se eligieron los candidatos del partido a Presidente y
Vicepresidente de la Nación en una " interna partidaria", resultando así
elegidos en julio de 1988 la candidatura Menem - Duhalde para las
elecciones del año siguiente.
El electorado peronista se sitúa en sectores populares y medios de las
grandes conurbaciones y, más mayoritariamente aún, en las provincias
del interior.
Sin embargo, a partir de 1990, la tradición programática populista y
estatista se interrumpió bruscamente al seguir la senda esbozada por
Menem para confrontar el proceso hiperinflacionario y la crisis
sistemática derivada de la quiebra del modelo estadocéntrico, sin que
por ello dejaran de permanecer fieles sus bases tradicionales.
El sistema actual de partidos políticos argentino ha ido girando de una
posición bipartidista a otra de pluralismo moderado en el que los polos
34
vienen definidos por el peronismo a la derecha, el FREPASO en la
izquierda y el radicalismo en el centro.
b. Factor Económico Al igual que el resto del contingente americano, la República
Argentina comienza su actividad económica basándose en bienes
primarios del sector agro-industrial, con muy escaso valor agregado de
producción.
Los primeros capitales provenientes del exterior, son de origen inglés y
arriban al país en la segunda parte del siglo XIX. La utilización de los
mismos se realizó mediante adquisición de tierras y creación de
industrias para procesar dichos bienes, agregando valor de esta manera
a la materia prima.
Surge concomitantemente la infraestructura necesaria en cuanto a las
vías de comunicaciones que interconectarán los diferentes los
diferentes centros productivos. En general, se puede establecer que la
economía se abre en ese período sin mayores protecciones a la
producción nacional hasta el año 1932 en que se produce el golpe de
Estado del General Roca.
En el período anteriormente señalado se puede establecer que los
precios y valores de producción alcanzados son altamente satisfactorios,
percibiéndose un equilibrado estado de las cuentas nacionales y la
percepción de un bienestar en la población argentina en general.
En el período 1939-1945 (SEGUNDA GUERRA MUNDIAL) se produce
un florecimiento de la economía, aumenta la riqueza y el desarrollo es
constante, lo cual origina dos hechos de destaque:
1º) Se produce un endeudamiento de Europa con Argentina (en virtud de
las compras efectuadas por los acontecimientos bélicos)
2º) Surgimiento de industrias nacionales, las cuales comienzan a fabricar
productos de consumo, pero éstos no estaban disponibles en el país en
virtud de que eran exportados hacia Europa.
35
Relacionado con lo anterior, se produce un alza en el empleo, se
confirma la estabilidad económica y se comienza a cimentar las bases
para transformar a la Argentina en una potencia regional.
El período de posguerra se caracteriza por la aparición de graves
desórdenes sociales atribuidos a la desigualdad en al distribución de la
riqueza y la falta de un sistema legal de protección laboral,
particularmente en el sector terciario.
- La situación anteriormente señalada da origen a la creación de
Movimiento Justicialista, el cual lleva a la Presidencia al General Juan
Domingo Perón.
Este hecho modifica a la economía Argentina en altamente
proteccionista y afianza el establecimiento de objetivos nacionales de
transformar al país en una Potencia Regional, para luego proyectarla al
ámbito internacional.
- Los hechos determinantes y que caracterizaron a la Argentina en el
período 1945 a 1955 fueron:
Preponderancia en el Presupuesto del Factor Militar.
Estrechar alianzas con países afines en el campo diplomático (Perú,
entre otros)
Política económica cerrada, fomentando la producción nacional,
incentivando el proteccionismo y la intervención del Estado en la
economía interior para permitir su desarrollo e influir en el mercado.
La evolución del factor económico entre los años 1945 y 1955 y que con
algunos altibajos se mantiene en términos generales hasta 1991, trajo
aparejado la desestabilización interna motivada entre otros por los
siguientes factores:
♦ Progresivo endeudamiento externo, tanto del sector público como
privado.
♦ Parálisis del sector industrial y tecnológico.
♦ Caída de la competitividad del producto nacional en el concierto
internacional.
♦ Caída de los precios internacionales de los bienes económicos agrícolas
y sus derivados industrializados.
36
♦ Presión y liberación del comercio internacional.
Como consecuencia de la desestabilización económica producida entre
otros, por los factores enunciados anteriormente, Argentina pone en
ejecución, a partir de 1978, los siguientes planes de estabilización:
Tablita (Dic./78 a Feb./81)
Austral (Jun./85 a Jul./88)
Primavera (Ago./88 a Feb./89)
Bunge y Borne (Jul. a Dic./89)
Bonex (Ene/90 a Feb./91)
Convertibilidad (Abril 91 hasta el presente)
Este último plan es el que ha caracterizado a la política económica
argentina de la última década, siendo su gestor y propulsor, el actual
ministro de Economía Dr. Domingo Cavallo.
B. ANÁLISIS DE LOS PRINCIPALES INDICADORES POLÍTICOS Y ECONÓMICOS EN LA ACTUALIDAD. 1.Indicadores Políticos
a. Política Interior A comienzos del 2001, el gobierno autorizó por decreto el gasto de U$
1.000 millones y el uso de partidas destinadas a comprar equipos y
hacer obras para cumplir con el pago de salarios de la administración
pública y vencimientos de deuda.
Asimismo el Presidente De la Rúa les solicitó la renuncia a ministros y
secretarios de Estado a efectos de realizar una profunda
reestructuración de su gobierno. El primer mandatario ratificó en el
puesto a la mayoría de su gabinete, pero aceptó la renuncia de la
Ministra de Acción Social, Graciela Fernández Meijide (FREPASO) y del
Ministro de Salud, Héctor Lombardo.
La crisis en el Gobierno comenzó el 02 de Marzo de 2001, cuando
renunció el Ministro de Economía, José Luis Machinea, siendo su
sucesor, el hasta entonces Ministro de Defensa, Ricardo López Murphy.
37
El escándalo de sobornos en el Senado y las recientes denuncias de
escuchas telefónicas a legisladores fueron puntos de inflexión y
aceleraron los tiempos del Gobierno, el que comenzó a analizar en
reserva el borrador de un proyecto de Ley redactado por el P. Ejecutivo
que intentaría regular y mejorar el Sistema Nacional de Inteligencia del
Estado.
La iniciativa prevé un estricto control legislativo del SIDE en lo referente
a gastos reservados y objetivos programáticos, obligándose a dicha
repartición a detallar el destino de sus gastos.
El nuevo Ministro de Economía, estudia instrumentar una amplia reforma
administrativa del Estado, que afectaría a muchas de sus dependencias.
Las medidas de racionalización del aparato estatal serían de tal
magnitud que superarían ampliamente el achique previsto en el
presupuesto.
Sin perjuicio de las medidas que se instrumentaban, se produce la
renuncia de López Murphy (por falta de apoyo político a sus reformas) y
el Presidente De la Rúa rearmó su gabinete con Domingo Cavallo como
nuevo hombre fuerte en Economía.
La ausencia del ex - presidente radical Raúl Alfonsín y del ex -
vicepresidente y líder del FREPASO, Carlos Alvarez, en los actos de
asunción fue interpretada como una señal de que De la Rúa no logró
coronar con éxito sus gestiones de conformar un gabinete de Unidad
Nacional.
Los nuevos Ministros asumieron mientras miles de desocupados y
trabajadores colmaban Plaza de Mayo, donde el sindicalismo más
radical organizaba una protesta contra el gobierno.
El líder del Movimiento de Trabajadores Argentinos, también conocido
como C.G.T., Hugo Moyano, ratificó la convocatoria a la huelga en
contra las medidas anunciadas por el Gobierno.
La situación de disconformidad generalizada, puso a la Alianza al borde
de la ruptura, el FREPASO se retiró del Gabinete, por lo que De la Rúa
llamó a un Gobierno de Unidad Nacional en el que Cavallo iba a estar a
cargo de la Economía. El mismo prometió que no habría en su plan
"grandes sorpresas" ni "grandes anuncios".
38
La ausencia del FREPASO en el gabinete sorprendió a los analistas,
aunque dirigentes de ese sector de centro izquierda, aclararon, que esto
no significaría que estuvieran fuera del gobierno.
Se llegó incluso a afirmar que Cavallo buscó hasta último momento la
llegada de Alvarez al gobierno, pero se encontró con la cerrada negativa
de los allegados al Presidente. De esa forma, éste se quedó con un
gobierno sin la presencia mayoritaria de la ALIANZA, sin muchas
posibilidades del tan anunciado gobierno de unidad nacional.
La crisis es la tercera que impactó de lleno sobre el gabinete de
Fernando de la Rúa en tan solo quince meses de gobierno. La primera
prueba que el Presidente y la ALIANZA debieron soportar fue el
alejamiento del ex - vicepresidente Carlos Alvarez, el 05 Oct. /00, a solo
10 meses de haber jurado en su cargo.
El clima político reinante era de incertidumbre y de un pretendido
gobierno "de coalición ", se pasó a uno "de colisión".
En Abr./2000, Carlos Ruckauf y Cavallo eran las figuras políticas mejor
posesionadas para ganar las presidenciales del 2003, con el 32,9% y
13,7% respectivamente, de la intención de votos. Los seguían De la Rúa
(7,6%), De la Sota (6,8%), Menem (6,3%), Chacho Alvarez (6,2%) y Raúl
Alfonsín (3,9%).
El ex - vicepresidente argentino, Carlos Alvarez, quien renunció en
octubre/2000, molesto con el gobierno por la forma de encarar la lucha
contra la corrupción, manifiesta en mayo/2001, su intención de tomar
distancia de la actividad política.
El gobierno adopta definiciones en dos aspectos centrales de su
estrategia para las elecciones parlamentarias de OCTUBRE. La primera,
que el Presidente De la Rúa se mantendrá ajeno, como si no hubiera
conexión entre su administración y las elecciones. La segunda, que el
resultado será discursivo: no ganará quien aparentemente tenga el
mayor número de votantes.
En junio/2001, María Julia Alzogaray (funcionaria del Gobierno de
Menem) declara por acusación de presente defraudación al Estado y
malversación de caudales públicos (durante la privatización de ENTEL,
la telefónica estatal).
39
El gobierno es acusado y criticado por su incapacidad de controlar las
diversas situaciones que vive el país, especialmente la posibilidad de
estallidos sociales en varias provincias.
Los habitantes de Córdoba decidieron por dos tercios del voto popular
reducir a la mitad los legisladores.
El fuerte descontento social con las formas y modos de financiamiento
que tiene la política se vio reflejado en el voto en blanco e impugnado y
la no participación.
Sobre fines de julio, el dirigente mendocino, Guillermo Martínez Agüero
confirmó el lanzamiento de la propuesta programática para el año 2003,
del partido que se llamará PERONISMO MONTONERO, el cual tendrá
como conductor natural a Mario E. Firmenich.
A este movimiento se le atribuye afinidad con la C.G.T. disidente de H.
Moyano, la CTA, la Corriente Clasista y Combativa, las agrupaciones
estudiantiles y los desocupados. Sus fundadores señalan que con su
creación, pretenden crear una alternativa al modelo neoliberal actual, el
cual ya agotó sus posibilidades. Afirman que los actuales partidos
políticos no alcanzan a ser oposición e incluso se han alineado con el
modelo actual.
A continuación, se observan las intenciones de votos de los diferentes
candidatos para las próximas elecciones del mes de OCTUBRE
(renovación total del Senado y un 50% en diputados):
PROVINCIA DE BUENOS AIRES
40
DUHALDE - Partido Justicialista 23,6%
ALFONSÍN – Alianza 15,2%
FARINELLO - Polo Social 12%
PATTY - Unidad Bonaerense 11,5%
STURZENEGGER - Acción por la República 3,9%
INDECISOS 27,8%
Con su nueva agrupación, Argentina por una República de Iguales (ARI),
o eventualmente representando a la Alianza, la Diputada Elisa Carrió,
aparece inamovible en el primer lugar de las preferencias de los
porteños que elegirán (en octubre), a sus senadores nacionales.
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
Intención de voto a Senador con Elisa Carrió candidata
Carrió -ARI- Argentina por una República de Iguales 40,9%
TERRAGNO – Alianza 15%
BELIZ- Partido Justicialista 13,1%
OYHANARTE - AR - Acción por la República 5,1%
INDECISOS 15,2%
En lo referente a las presidenciales del año 2003, Carlos Menem, quien
se encuentra detenido, ha manifestado que en dicha oportunidad,
regresará a la Presidencia de la República Argentina.
Surge un enfrentamiento entre el Presidente De la Rúa y la Comisión
Episcopal Argentina, la cual había alertado sobre el peligro de anarquía
social por situación socio - económica imperante. El presidente exhorta a
no anunciar estallidos sino a convocar a la solidaridad a todos los
argentinos y a creer en un futuro cercano de prosperidad para la nación.
41
b) Política Exterior En la actualidad, la política exterior argentina continúa con su tendencia
de mantener una alineación incondicional con el gobierno de
Washington.
Mantiene además su postura de máxima participación en los diferentes
Foros Internacionales.
Integra en forma permanente la Cumbre de los llamados Gobiernos
Progresistas (TERCERA VÍA).
Promueve en forma asidua acciones tendientes a lograr la colocación en
condiciones favorables de los productos argentinos en el exterior en
procura de fomentar el aumento de las exportaciones y a su vez captar
el ingreso de inversiones.
Según diversos analistas, el cambio de gobierno Menem - De la Rúa
significó un cambio de estilo pero se continúa en la misma línea en lo
referente a intereses económicos estratégicos bilaterales entre EE.UU.
y Argentina.
Relacionado con lo anterior, el experto en Relaciones Internacionales
Rodolfo Gil (ex - asesor del gobernador Duhalde) manifiesta que: " En
los Foros Internacionales existe una suerte de alineamiento automático
de la Argentina en todos aquellos temas que EE.UU. considera
sensibles, tales como el voto de condena a Cuba y la posición en O.E.A.
respecto a FUJIMORI.
En lo que se refiere al tema MALVINAS, en el presente año y por
primera vez desde la guerra del Atlántico Sur, en 1982, el gobierno de
dichas Islas, otorgó el permiso para que aterrice en el Archipiélago, un
avión registrado en la Argentina continental, piloteado por un argentino.
En lo referente a la Cumbre del Mercosur, efectuada en Florianópolis
(Dic. 2000) lo único que se renuevan son las declaraciones de Argentina
y Brasil de seguir el camino de la integración y llegar a la convergencia
macroeconómica. Pero en los hechos, todavía falta mucho para que se
concrete el ideal de la moneda común y se pueda negociar de igual a
igual con EE.UU. a propósito del futuro ALCA.
42
Con respecto a las relaciones cubano - argentinas se producen
nuevamente roces en ABRIL/2000, pues Fidel Castro replica duramente
el voto de condena en la ONU, manifestando que quien tiene el poder en
Argentina no es De la Rúa, sino el Ministro de Economía Cavallo.
2. INDICADORES ECONOMICOS.
a. La política económica
A fines de 1999 se había observado un cierto repunte de la demanda de
bienes, con un tono relativamente tranquilo en los mercados financieros,
parcialmente atribuible a la reafirmación del esquema monetario por parte del
gobierno entrante. Sin embargo, las nuevas autoridades evaluaron con
preocupación las tendencias fiscales y concluyeron que, en ausencia de
correcciones, el desequilibrio presupuestario sería elevado y repercutiría
desfavorablemente sobre la tasa de interés.
Frente a esa situación se adoptaron varias medidas de ajuste; así se
introdujeron modificaciones al impuesto sobre las ganancias (reducción de
exenciones y deducciones), se estableció no impuesto de emergencia a las
altas rentas, se amplió la base del IVA y se cancelaron las rebajas previstas de
los aportes patronales. Por otra parte, se llegó a acuerdos con los gobiernos
provinciales sobre ajustes en la coparticipación de impuestos, y con varios de
ellos se negociaron programas de reducción de déficit. En enero de 2000 se
concretó un convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el que se
fijó una meta de déficit de 1.7% del PBI, y de 2.7% incluida la pauta indicativa
para las jurisdicciones provinciales.
Al margen de su impacto sobre los ingresos, las medidas impositivas
fueron otro factor que desalentó a los demandantes de bienes. Aunque se
cumplió la meta de déficit del primer trimestre, la baja recaudación de abril
incrementó las primas de riesgo de la deuda pública. Ante esas circunstancias,
el gobierno decidió actuar sobre el gasto y dispuso recortes de los salarios más
altos de la administración nacional. Esto se complementó con facilidades para
el pago de deudas impositivas, con vistas a elevar la recaudación de inmediato.
43
La disminución nominal del gasto primario y el efecto de la moratoria
impositiva dieron por resultado un déficit con el valor fijado para el primer
semestre. Sin embargo, el nivel de producción seguía sin reactivarse. En
octubre, las autoridades, anunciaron medidas para estimular la inversión, tales
como rebajas del gravamen sobre intereses pagados, modificaciones de los
procedimientos de devolución del IVA y del tratamiento impositivo de las,
amortizaciones; también se consideraron acciones para acelerar las obras
públicas bajo regímenes de concesión.
Los anuncios tuvieron lugar en un momento de turbulencia política,
marcado por la renuncia del Vicepresidente y señales de desacuerdo en la
coalición gobernante. Al mismo tiempo, se apreció un agudo retroceso de la
propensión a demandar deuda pública: los rendimientos exigidos se elevaron
hasta valores característicos de episodios críticos. Esto comprometió
seriamente las posibilidades de acceso al crédito y llevó a iniciar intensas
gestiones para aliviar la situación financiera. El resultado de tales esfuerzos fue
la obtención de un paquete de préstamos (“blindaje financiero”) de un conjunto
de entidades entre las que se contaban el FMI, el Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), bancos privados y administradores de
fondos de pensiones del país.
Como parte del acuerdo, el gobierno proyectó efectuar cambios en el
sistema de seguridad social y obtuvo de las provincias el compromiso de
congelar su gasto nominal hasta 2005. Por otra parte, se modificó la ley sobre
solvencia fiscal para flexibilizar la cifra de desequilibrio presupuestario del
gobierno nacional de 2001, que se fijó en 6.500 millones de pesos (2.3% del
PBI).
A principios del 2001, el desempeño del nivel de actividad y de las
variables fiscales era débil. En un clima marcado por una nueva disminución de
los precios de los bonos, el Ministro de Economía renunció. La administración
económica entrante puso el énfasis en la reducción del gasto público, con
propuestas de drásticos recortes inmediatos y reformas estructurales del sector
público. Las medidas anunciadas generaron fuerte oposición y no llegaron a
aplicarse. Al renunciar el segundo Ministro, los índices de riesgo país (IRP) se
encontraban en los niveles más elevados en casi tres años.
44
En ese contexto, las nuevas autoridades que asumieron la conducción
económica presentaron una visión positiva de las posibilidades de superar la
crisis, y anunciaron acciones para reforzar la posición fiscal y mejor la
competitividad de los sectores productivos. Algunas de sus medidas iniciales
fueron cambios arancelarios y la aplicación de un impuesto a los débitos y
créditos en cuentas corrientes bancarias.
Así mismo el Ejecutivo gestionó la aprobación parlamentaria de poderes
especiales para modificar exenciones impositivas, reformar la ley de ministerios
y reorganizar organismos. Las autoridades anunciaron, además, que definirían
selectivamente programas sectoriales referidos a la competitividad, apoyados
en los cambios arancelarios y las rebajas impositivas.
En una decisión que generó debate, se proyectó modificar el régimen
cambiario. El peso sería convertible con paridad fija (uno a uno) respecto de
una canasta en la que se ponderarían por partes iguales, el dólar y el euro, a
partir del momento en que la cotización de ambas divisas coincidiera. Con esta
propuesta el gobierno dio a saber que descartaba la dolarización y la
devaluación, y que buscaba definir un sistema que asegurara una mayor
estabilidad que el vigente. Las críticas apuntaron a la oportunidad del cambio
de régimen y al arraigo del dólar como unidad de cuenta y denominador de
contratos.
En algunos días, el IRP alcanzó valores sin precedentes desde la crisis
de 1995. El gobierno rechazó de plano la posibilidad de una reprogramación
forzosa de deuda, sugerida en ciertos medios financieros, y anunció que
contemplaba una operación de canje voluntario por un monto de considerable
magnitud, la que se realizó en los primeros días de junio.
Como la recaudación tributaria de abril resultó inferior a la prevista, se
anunciaron más medidas impositivas, como un alza de la alícuota del nuevo
impuesto a las transacciones en cuenta corriente y la anulación de exenciones
al IVA para diversas actividades. En cambio se redujo a la mitad la tasa del IVA
sobre bienes de capital. Por otra parte se concertó una reformulación de las
pautas establecidas con el FMI, que mantenían la meta de déficit para el año,
pero modificaba las cifras trimestrales. Este acuerdo aseguraría los
desembolsos de ese organismo previstos en el “blindaje financiero”.
45
(1) La política fiscal.
En el 2000, el déficit del sector público nacional ascendió acerca de 7.000
millones de pesos (2.4% del PBI). Aunque el superávit primario (sin
privatizaciones) alcanzó a 0.9% del PBI, las cifra más alta en seis años, los
resultados mostraron la tensión entre los esfuerzos por equilibrar las cuentas
públicas y el creciente peso del servicio de la deuda.
Los ingresos corrientes alimentaron y disminuyó el gasto primario. La
reducción de este último en más de 1.000 millones de pesos (0.4% del PBI) se
originó en las partidas de personal, transferencias y gasto de capital. Los pagos
efectuados por el sistema de seguridad social se mantuvieron, mientras que los
de intereses crecieron en cerca de 1.500 millones de dólares.
La presión tributaria del gobierno argentino subió el valor más alto desde
1994, si bien parte del incremento tuvo su origen en los ingresos por moratorias
y adelantos; en el 2000 la recaudación sobre las ganancias y bienes
personales aumentó el 17%, lo que denota una prolongación de la tendencia
observada desde hace varios años: estos impuestos representaron más de
25% de la recaudación en comparación con el 15% en 1995. El recaudo del
IVA aumentó 1%, pese a la caída del nivel de actividad, debido a las facilidades
para el pago de obligaciones vencidas. En cambio, siguió disminuyendo la
recaudación del sistema de seguridad social, a raíz del efecto de rebajas de las
contribuciones dispuestas anteriormente, y de reducción de la masa de salarios
formales. La proporción de los aportes canalizados a los sistemas de
capitalización privado se mantuvo en alrededor del 70% del total.
Durante el año 2000 Argentina efectuó colocaciones de bonos en el
mercado internacional por más de 12.000 millones de dólares, con un plazo
medio de doce años y una sobre tasa promedio de 530 puntos básicos. Casi la
mitad denominó en dólares, 40% en euros y el resto en otras monedas. El
gobierno también vendió títulos de deuda por más de 20.000 millones de
dólares en el mercado local. En los primeros meses, las tasas nominales
anuales de las Letras de Tesorería (LETES) oscilaron entre 7% y 9%.
Posteriormente, los rendimientos ofrecidos se elevaron hasta alcanzar a un
máximo en noviembre.
46
Luego, las tasas disminuyeron, llegando acerca de 7% en febrero de 2001.
En ese mes, el gobierno efectuó también una operación de canje de bonos por
4.200 millones de dólares, con una sobre tasa de 700 puntos y a 7.5 años
plazo. Para compensar el cierre de los mercados internacionales, en abril el
gobierno colocó 3.500 millones de dólares en la plaza local. De esta suma,
2.000 millones fueron absorbidos por los bancos mediante un bono que permite
satisfacer requisitos de liquidez. En el nuevo programa financiero para 2001 no
se ha previsto realizar emisiones en los mercados internacionales. En todo
caso, en abril y mayo las tasas pagadas en las ventas de LETES en la plaza
fueron muy altas, lo cual creó una tensa situación para el financiamiento
público.
(2) La política monetaria y los mercados financieros.
En 2000, los pasivos financieros del Banco Central se redujeron debido a la
menor demanda de circulante y la disminución de los depósitos de los bancos.
La cobertura de los pasivos con activos externos líquidos, se mantuvo en cerca
de 100%. Se registró así, una moderada merma de las reservas, que se
acentuó en los primeros meses de 2001, en parte debido a factores
estacionales, pero también a las turbulencias financieras.
La cantidad de dinero se redujo en más de 10%. La baja de las tenencias se
concentró en billetes y monedas en poder de particulares, ya que el monto de
depósitos en cuenta corriente aumentó. El total de los depósitos privados en los
bancos se elevó ligeramente, observándose un traspaso de fondos desde
colocaciones en pesos a instrumentos en dólares (67% del total a fin de año).
El hecho de que los recursos privados se mantuvieran en los bancos reflejó
seguridad respecto de la solidez del sistema bancario, en contraste con lo
ocurrido en 1995.
Los préstamos bancarios al sector privado disminuyeron casi el 5% en
2000. El repliegue de la oferta de crédito fue marcada hacia fines del año. En
cambio, en algunos momentos del período, los bancos procuraron colocar
préstamos (especialmente hipotecarios), pero aparte de las demandas de
refinanciación de deudas presentadas por muchas empresas, el público se
47
mostró renuente a endeudarse. En 2000 se elevaron ligeramente los índices de
morosidad de la cartera.
Los vaivenes de la oferta de fondos fueron uno de los factores
determinantes de los amplios movimientos de las tasas de interés de 2000. En
abril, la tasa sobre préstamos de corto plazo a empresas de primera línea fue
de 9.2%, con un diferencial de menos de un punto respecto de su equivalente
en dólares. En mayo, después de un sobresalto, las tasas volvieron bajar,
ubicándose en septiembre en niveles algo más altos que cinco meses antes. La
retracción del crédito en los últimos meses del año produjo un alza abrupta: en
diciembre la tasa en pesos rozaba 17% y, en dólares, 14%. Tras una fuerte
caída en los dos primeros meses de 2001, en marzo las tasas en pesos
volvieron a subir a casi 17%.
A fines de 2000, los bancos mantenían un elevado nivel de activos líquidos.
La disyuntiva entre objetivos prudenciales orientados a prevenir problemas de
liquidez y aquellos tendientes a facilitar el financiamiento de la actividad real se
percibió con una intensidad que variaba según el momento.
Los mercados de activos funcionaron con tónicas muy cambiantes. En
2000, la caída del índice accionario superó 20%, empujado por la agudización
de las restricciones crediticias y la baja de las ganancias de muchas empresas.
El IRP mejoró en los primeros meses del año y aunque en abril y mayo se
produjo un sobresalto considerable, el índice quedó por debajo del promedio de
los países con economía emergente. Luego, tras un período de relativa
tranquilidad, ascendió hasta promediar 860 puntos en noviembre. Esta cifra
que provocó una gran tensión en el mercado reflejaba la aguda incertidumbre
de los operadores respecto de la capacidad de pago de la deuda. Influyeron en
éstos temores los acontecimientos políticos del momento y la ausencia de
signos de recuperación económica y de solidez fiscal. En estas condiciones el
anuncio del “blindaje financiero“ trajo un alivio, aunque en el primer bimestre de
2001 el índice (700 puntos en promedio) fue mayor que el de un año antes. En
todo caso, la actitud de los tenedores de bonos se volvió francamente negativa
en los meses siguientes, con máximos que rondaron los 1.300 puntos en
algunos días de abril. Aún después de que se anunciara el nuevo acuerdo con
el FMI y el inicio de negociaciones para el canje de deuda, el índice siguió
48
rondando los 1.000 puntos. Este comportamiento parecía confirmar una
arraigada reticencia a demandar títulos argentinos.
En el año 2000, la economía de Argentina continuó inmersa en la severa
crisis que la afecta desde mediados de 1998. El PBI volvió a caer, esta vez en
0.5%, se redujo el coeficiente de empleo y la tasa de desocupación subió al
15%, en tanto que las dificultades del financiamiento público se acentuaron tras
el aumento del déficit del gobierno nacional a 2.4% del PBI y el deterioro de las
condiciones de acceso al crédito. La demanda interna se retrajo, en particular
la inversión, que cayó 8.3%. Sin embargo, esta estabilidad de la demanda
nuevamente contribuyó a inducir una deflación de los precios al consumidor (-
0.7%). El volumen de las exportaciones se recuperó de la leve caída registrada
en 1999 y repuntaron los precios medios (especialmente los combustibles).
Esto, junto con una ligera baja del valor de las importaciones, volvió positivo el
saldo del comercio de bienes, por primera vez en cuatro años. El déficit en la
cuenta corriente de la balanza de pagos disminuyó a menos de 9500 millones
de dólares (3.2% del PIB). Las necesidades de crédito externo fueron cubiertas
por operaciones del sector público, mientras que la entrada neta de capitales al
sector privado no financiero fue prácticamente nula. La fuerte caída de la
demanda de títulos de deuda pública en los últimos meses llevó a negociar un
voluminoso paquete de financiamiento con organismos multilaterales, bancos y
gobiernos extranjeros. Esto fortaleció la demanda de títulos, pero el efecto fue
de escasa duración y los precios de los bonos declinaron nuevamente. En la
primera parte de 2001, la atención del público y los formuladores de políticas se
centró en la persistencia de la recesión, la aguda retracción del crédito externo
y la evolución fiscal.
En 2000 se plantearon difíciles problemas tanto para la administración de
políticas como para las decisiones privadas. A la caída observada de los
ingresos medios se agregó la percepción de que las oportunidades futuras
se habían restringido. Muchos individuos y empresas habrían revisado y
reducido sus expectativas respecto del nivel y la variabilidad del ingreso
sostenible, con las consiguientes repercusiones sobre la predisposición a
consumir, invertir y ofrecer crédito. A su vez, el gobierno se enfrentó a una
estricta restricción financiera. El posible efecto positivo de lo esfuerzos de
repliegue fiscal sobre los mercados de títulos podría ser contrarrestado por
49
un impacto negativo sobre la demanda agregada y la producción,
principales factores determinantes de la recaudación tributaria. Aunque se
mantenía una actitud de prudencia presupuestaria, según se diera la
coyuntura las políticas privilegiaron el ajuste de las cuentas públicas, o
trataron de reanimar la actividad mediante medidas fiscales.
En este período además, se pusieron en tela de juicio importantes temas
de organización económica, como la configuración del régimen monetario y las
estrategias de integración, tanto en el ámbito del MERCOSUR, como ante el
proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Las autoridades económicas que asumieron a finales de 2000
manifestaron confianza en la capacidad de recuperación de la economía, pese
a encontrarse ésta en un estado crítico ante el cual muchos actores
(especialmente en los mercados financieros)mostraban un gran escepticismo.
Como objetivo inmediato, las políticas se propusieron reforzar los ingresos
públicos e impulsar la competitividad, por lo pronto mediante acciones
sectoriales. Se planteó, asimismo, la necesidad de realizar una operación de
canje de deuda para mejorar el perfil de vencimientos. Ésta se llevó a cabo a
comienzos de junio y alcanzó a un elevado monto (cerca de 30 mil millones de
dólares). El rendimiento anual de los nuevos títulos emitidos bordeó 15%.
Luego de efectuado el canje se observó una descompresión del mercado de
activos. Se planteó, asimismo, una operación de canje de deuda para mejorar
el perfil de vencimientos.
El 15 de junio de 2001 el gobierno anunció un importante paquete de
medidas impositivas para reducir las distorsiones y ampliar los ingresos
tributarios, así como varias disposiciones para alentar el consumo y la compra
de primera vivienda y también un plan de infraestructura. Sin embargo, lo más
relevante fue la modificación del régimen cambiario, que en la práctica significó
un alza de alrededor de 8% de la cotización del dólar para las operaciones de
comercio exterior (excluidos el petróleo y sus derivados). Las nuevas
autoridades, desde su asunción, comenzaron a insinuar que era necesario
modificar la ley de convertibilidad, lo que se concretó poco después mediante
un proyecto de ley aprobado en la segunda quincena de junio. En virtud de
esta reforma, el peso sería convertible con paridad fija (uno a uno) respecto de
una canasta en la que se ponderarían, por partes iguales, el dólar y el euro, a
50
partir del momento que ambas divisas registraran igual cotización. El gobierno
entendía que con ello se descartaban la dolarización y la devaluación, a la vez
que se procuraba definir un sistema más estable que el vigente. Con los
anuncios mencionados se implantó un mecanismo transitorio de empalme
cambiario a fin de aprovechar de inmediato las ventajas de la actual
devaluación del euro.
(3) Las políticas comerciales y regulatorias.
Con un intercambio que permaneció por debajo de los niveles registrados
unos años atrás, las relaciones económicas en el MERCOSUR acusaron
tensiones, en un marco de mayor escepticismo sobre el proyecto de
integración, percibiéndose a veces importantes diferencias de opinión. Así, fue
común que en Argentina se argumentara que en Brasil había sesgado el
comercio intra - bloque con su política cambiaria y que empleaba subsidios
para atraer inversiones, en detrimento de sus socios. En Brasil, entre tanto,
diversas opiniones sugerían que el sistema cambiario era causa importante de
los problemas que experimentaba Argentina y que las dudas sobre su
sostenibilidad generaban impactos financieros regionales. Aunque las
autoridades de los países miembros insistieron en su propósito de consolidar al
MERCOSUR, se produjeron debates, a veces difíciles de resolver, respecto de
varias cuestiones, tales como las políticas para – arancelarias y las condiciones
de acceso a mercados en algunos sectores; los regímenes especiales para
ciertas industrias; y las políticas de promoción de inversiones. No obstante, los
países avanzaron en el establecimiento de pautas de convergencia macro
económica en materia de política fiscal e inflación, y reiteraron su disposición a
negociar en bloque con el ALCA y la Unión Europea. A mediados de 2001 el
futuro del proceso de integración no parecía definido, ya que mientras en Brasil
se sostenía que el MERCOSUR debía concebirse como una unión aduanera,
en Argentina se debatía intensamente el tema de las estrategias de inserción
internacional.
En materia regulatoria hubo diversas instancias de intervención en los
mercados de energía eléctrica, combustibles y corres, motivados por la defensa
de la competencia. En noviembre de 2000 empezó a regir la apertura total de
51
las telecomunicaciones, en tanto que el gobierno propuso reformas pro
competencia en el régimen de prestación de servicio de salud. Por otra parte,
se modificaron las normas de contratación laboral para facilitar la
descentralización de las negociaciones sobre salarios y condiciones de
trabajo.
b. Análisis de las principales variables.
No obstante la estabilidad de precios en 2000, las decisiones públicas y
privadas se adoptaron en un contexto macroeconómico volátil, que dificultó la
formación de expectativas. Se observó un acercamiento del horizonte de
proyección y una fuerte sensibilidad a la información de coyuntura. Hubo
momentos en que los datos mensuales sobre actividad industrial o recaudación
de impuestos parecían influir marcadamente en las actitudes; en otros, que las
variaciones diarias del IRP se convirtieron en información relevante. Por otra
parte se plantearon interrogantes sobre el potencial de crecimiento tendencial
de la economía y las características que podría tomar una trayectoria de
recuperación. A mediados de 2001, las restricciones de liquidez seguían
manifestándose con intensidad y, al mismo tiempo, se percibía que los agentes
buscaban perspectivas de mediano plazo para fundamentar sus decisiones.
(1) La actividad económica Con una disminución de 0.5% en 2.000, el PBI acumuló una de 4.4 %
respecto de su nivel de 1998. La mejora de los términos del intercambio indujo
un leve del ingreso nacional, aunque a menor tasa que la del aumento de la
población. Dentro de la demanda global, el volumen de las exportaciones de
bienes y servicios subió un 1.8 %, desempeño que le permitió recuperarse de
la baja del año precedente. La demanda interna se redujo 0.7 %, con una
disminución considerable de la inversión fija(8%) y una leve baja del consumo.
El coeficiente formación de capital/ PBI (a precios constantes) retrocedió a
17.6 %, el valor más bajo desde el inicio de la serie en 1993.
La caída del producto se concentró en los sectores productores de
bienes (-3.7 %), retracción que se difundió a todas las ramas, con la excepción
52
de la minería la mayor baja, 11.3 %, se registró en la construcción. La actividad
de la industria manufacturera se redujo en 2.8 %, mientras que la agricultura
experimentó una caída leve. El sector de los servicios, en cambio, mostró un
pequeño crecimiento.
La producción en granos en la campaña agrícola 1999 / 2000 tuvo una
fuerte recuperación, concentrada en los cereales. La cosecha de soja, por su
parte, se estancó, en tanto que declinaba la producción de girasoles. En la
campaña 2000 / 2001 el área dedicada al cultivo de granos registró una leve
disminución pero se obtuvieron producciones récord de trigo y sobre todo de
soja. La capacidad demostrada por el sector agrícola para sostener elevados
niveles de producción pese al deterioro de los precios parece reflejar una
utilización más intensiva de agroquímicos y de semillas de mayor rendimiento,
así como las bondades del clima en el presente período.
Las existencias de ganado vacuno se mantuvieron en 50 millones de
cabezas, mientras que el número de animales faenados bordeó los 12 millones.
Los precios del novillo repuntaron luego de la fuerte baja experimentada en 1
999. Sin embargo, la actividad ganadera, que venía mostrando perspectivas
de expansión fundadas, en particular, en el control de la aftosa, sufrió un revés
al reaparecer esa enfermedad. Esto coincidió con la retracción de la demanda
europea como consecuencia de los brotes de encefalopatía bovina ("vacas
locas"). Las autoridades asignaron prioridad a la lucha contra la aftosa, en
coordinación con los países vecinos afectados por el mismo problema.
El sector forestal, por su parte mostró dinamismo, proyectándose
significativas inversiones, asociadas a la industria de la celulosa y el papel.
El producto de minería repuntó, pese a la nueva baja (-4%) en 1,t
extracción de petróleo. En cambio, siguió creciendo la producción de gas
natural (5.8%). A su vez, en 2001 maduraron algunas inversiones para producir
etileno, metanol y otros productos, contemplándose nuevos flujos de capital
hacia el sector. También hubo avances en proyectos de explotación minera
metalífera, algunos de gran envergadura.
El descenso del producto industrial fue el resultado de comportamientos
muy diversos. La elaboración de varios bienes durables de consumo
disminuyó marcadamente a causa del retraimiento de la demanda interna, al
igual que la de insumos ligados a la construcción. Las ventas locales de
53
automóviles de pasajeros cayeron significativamente, pese al incentivo del
programa de canje de vehículos. Sin embargo, esta baja afectó principalmente
a los vehículos importados. Al mismo tiempo, aumentaron las exportaciones
automotrices, en especial a Brasil. Fue así que la producción anual creció más
de 10%, aunque el aumento se concentró en el primer semestre. Un fenómeno
similar ocurrió con los vehículos utilitarios. El acceso a los mercados externos
fue también importante para los proveedores de bienes intermedios, cuya
producción se incrementó a pesar de la débil demanda local. Así, creció la
producción siderúrgica (acero casi 18%), con la excepción de los laminados en
frío. También se apreciaron aumentos importantes en la refinación de aluminio
(27%), en la producción de papel (20%), y en la de diversos productos
químicos.
Se estima que en el primer trimestre de 2001 el PIB se redujo cerca de 1
% comparado con el mismo período de 2000. La producción industrial habría
tenido una merma algo mayor, con apreciables bajas en la fabricación de
bienes durables de consumo (especialmente automóviles) y cemento; también
se registraron, de nuevo, incrementos en siderurgia y productos químicos.
(2) Los precios, las remuneraciones y el empleo En 2000 prosiguió la deflación de precios al consumidor, con una
disminución de 0.7%. La caída fue más acentuada en los bienes (1 .3%),
especialmente alimentos e indumentaria. La reducción en los servicios fue
leve, debido a los incrementos en sectores con precios regulados (como
transportes, comunicaciones y electricidad) y en salud; estas alzas fueron
compensadas por reducciones en otros rubros (en particular alquileres,
educación y turismo).
Los precios al por mayor subieron 2.4%, registrándose aumentos en los
productos agropecuarios (que habían acumulado una caída superior a 30% en
el trienio precedente) y en los artículos de manufactura nacional. Los precios
de los productos minerales se elevaron apreciablemente a raíz de las alzas de
los combustibles.
Debido al régimen de tipo de cambio nominal fijo, la disminución del IPC
implicó una depreciación real acumulada respecto del dólar que totalizó 8.5%
54
desde fines de 1997. Asimismo, hubo un aumento del tipo real de cambio con
la moneda brasileña, aunque los valores permanecieron muy por debajo de los
registrados hasta 1999. Por su parte, el peso, acompañando al dólar, mostró
una significativa apreciación respecto del euro.
En un contexto de decaimiento de la demanda de trabajo, las
remuneraciones medias mostraron ligeras variaciones. Según la estadística
industrial, el salario obrero en el sector manufacturero disminuyó 2% entre el
cuarto trimestre de 1999 y el mismo período de 2000. Por el contrario, la
remuneración promedio del sector subió 0.8% entre los mismos períodos.
Según esa fuente, hubo un leve incremento (0.4%) para el conjunto del sector
privado, y una baja significativa de las remuneraciones unitarias en la
administración pública. A su vez, la encuesta de hogares en el Gran Buenos
Aires acusa una disminución de 0.9% del ingreso medio mensual entre los
meses de octubre de 1999 y de 2000.
La tasa de participación laboral fue de 42.7% en octubre de 2000, cifra
similar a la alcanzada un año atrás y más alta que todos los registros previos
para ese mes. La tasa de empleo se redujo de 36.8% en octubre de 1999 a
36.5% en igual mes de 2000, aunque sin acercarse a los bajos niveles a que
llegó durante la recesión de mediados de los años noventa. Se estima que en
2000 la creación neta de empleo bordeó los 180.000 puestos, aunque no bastó
para compensar la mayor demanda de trabajo. Por consiguiente, la tasa de
desempleo se elevó (de 13.8% a 14.7% entre octubre de 1999 y de 2000), con
un incremento más marcado en los aglomerados urbanos del interior del país
que en el Gran Buenos Aires. En las encuestas de hogares de mayo y octubre,
el coeficiente de desocupación promedio fue de 15% (14.2% en 1999).
Durante 2000 se redujo el número de personas incluidas en programas de
empleo transitorio (137 000 en octubre de 2000 comparadas con 198000 un
año antes). Al mismo tiempo, los subocupados fueron más de 1.3 millones. En
la actualidad, el índice de desempleo se sitúa en el 16,4% (Agosto/2001)
El número de puestos de trabajo declarados en el sistema de seguridad
social mostró un incremento interanual de 1.4% en el cuarto trimestre de 2000.
Se redujo apreciablemente el empleo formal en la industria manufacturera y la
construcción. En cambio en las actividades de comercio, intermediación
55
financiera, inmobiliarias, empresariales y de alquiler, la demanda de trabajo
formal aumentó.
(3) El sector externo La disminución del déficit en cuenta corriente hasta su valor más bajo
desde 1996 es imputable al cambio de signo del balance de bienes, que arrojó
un superávit de 2.500 millones de dólares. El déficit por servicios reales se
amplió debido, en particular, al incremento de las erogaciones por viajes. El
menor saldo negativo en la cuenta de utilidades y dividendos compensó el
aumento en la partida de intereses. Esto redundó en una pequeña disminución
del déficit en rentas, aunque su monto fue comparable a 30% de las
exportaciones de bienes.
El desequilibrio en cuenta corriente se cubrió con una leve disminución
de reservas y un ingreso neto de capitales por 8.500 millones de dólares, la
cifra más baja desde 1996. Las operaciones del sector privado no financiero
alcanzaron valores considerables en diversos rubros, pero su saldo neto resultó
insignificante. La inversión directa, si bien disminuyó con respecto a los niveles
extraordinariamente altos de 1999, superó los 10. 000 millones de dólares.
Una parte de esos flujos correspondió a canjes de acciones de empresas
subsidiarias (bancos, telecomunicaciones y petróleo) por acciones de la casa
matriz. A diferencia de lo que venía ocurriendo desde los primeros años
noventa, el sector privado no financiero efectuó una cancelación neta de bonos
colocados en el exterior. Esta decisión mostró con claridad el endurecimiento
del crédito externo, en particular durante el último trimestre del año, cuando la
colocación fue nula y las amortizaciones bordearon 1.200 millones de dólares.
El sector público no financiero ingresó capitales por 8.500 millones de
dólares. Más del 80% del financiamiento neto se registró en el primer
semestre. El gobierno nacional efectuó una emisión neta de títulos por 5.000
millones de dólares, también concentrada en el primer semestre. Por el
contrario, el grueso del crédito neto concedido al gobierno por organismos
internacionales (1.200 millones de dólares) fue recibido en la segunda mitad del
año.
56
La deuda externa total aumentó ligeramente, a 148 000 millones de
dólares, en los nueve primeros meses de 2000. Volvió a subir la relación
deuda / PBI, mientras que el coeficiente deuda / exportaciones se redujo, lo
que anuló buena parte del alza registrada en 1999, aunque el indicador se
mantuvo en un nivel elevado (5.6 veces).
Las exportaciones de bienes se expandieron levemente en volumen
(2%), pero tuvieron una importante recuperación de precios (más de 10%), por
el alza de la cotización de los combustibles. No obstante, con la excepción de
1999, los precios fueron los más bajos desde 1993. Los productos primarios
mostraron un ligero descenso, mientras que los precios de las manufacturas de
origen agropecuario e industrial subieron modestamente.
El efecto precios indujo un importante incremento del valor de las ventas
externas de combustibles (casi 60%), pese al repliegue de los volúmenes. En
conjunto, los valores de exportación de los productos de origen agropecuario
variaron poco. Así, el aumento de las ventas de cereales y diversos productos
agrícolas fue contrarrestado por la reducción de las exportaciones de granos
oleaginosos y aceites. En el caso de los bienes pecuarios sucedió algo similar:
los buenos desempeños en lanas, cueros y pieles compensaron las caídas en
carnes y productos varios. Las ventas de manufacturas de origen no
agropecuario crecieron 13.6% y se recuperaron así parcialmente del fuerte
descenso de 1999. Las exportaciones de vehículos aumentaron 24%, después
de una muy aguda retracción en 1999. Luego de dos años de moderada
declinación, las exportaciones de otros productos manufacturados se
expandieron 12.7%, a 8000 millones de dólares (30% del total). La
participación del Mercosur como destino de las exportaciones totales, si bien
subió a 32%, no ha recuperado la importancia alcanzada en el período 1 995-1
998.
Las importaciones de bienes disminuyeron 1.4%. Las compras externas
de bienes de capital se redujeron a casi 6.000 millones de dólares, la cifra más
baja desde 1995. También declinaron las importaciones de bienes de
consumo, mientras que en las de bienes intermedios se registró un ligero
aumento.
57
3. CONCLUSIÓN PARCIAL
Los sucesos recientes en Argentina son epílogo esperado de una
de desaciertos resumidos en gastar más de los que se tiene.
Lo que las circunstancias hoy obligan a resolver bajo forma de
reducir sueldos y pasividades es idéntica a la propuesta maximalista
efectuada por quienes pregonaban el ajuste fiscal.
La única diferencia es que ahora la contención del gasto se hace de
manera apresurada, después de haber perdido un tiempo precioso, de
incurrir en costos mayores expresados a través de una carga mayor por
endeudamiento externo y de haber desgastado la credibilidad del cuerpo
político y en particular del Presidente De La Rúa y por encima de todo
esto, el descreimiento generalizado de una sociedad a la que se le fue
transmitiendo que ese estado de cosas era una entelequia lejana e
improbable, propia de algunos economistas ortodoxos.
Bastó un enlentecimiento en el ritmo de crecimiento de la economía
mundial y regional, junto con una retracción parcial de los flujos de
capital externos para que, rápidamente Argentina se viera en dificultades
para mantener su nivel de gasto doméstico sin tener que recurrir a un
creciente endeudamiento.
El modelo diseñado a mediados de los noventa y que hoy tambalea,
supuso que los aumentos de productividad inducidos por las reformas
enancadas principalmente en las privatizaciones eran suficientes para
ubicar a la Argentina en una senda de crecimiento permanente, superior
al 5% anual.
Eso permitiría atraer un volumen constante de inversión extranjera
directa para aprovechar las ventajas de un mercado ampliado, donde el
MERCOSUR era una de sus claves, creándose así un círculo virtuoso de
mayor inversión, más crecimiento y mayor ahorro doméstico.
En definitiva, las reformas estructurales fueron las piezas maestras de
un modelo que generaría aumentos de productividad en una economía
con precios flexibles inducidos por reformas en la legislación laboral, que
viabilizaban el crecimiento económico y el mantenimiento de la
convertibilidad.
58
En realidad, desde los inicios de esas propuestas, Argentina estuvo
descalzada financieramente. Es importante recordar que en los
comienzos del primer gobierno del ex Presidente Menem se recurrió a
empréstitos forzosos, canjeando depósitos bancarios por bonos, para
luego renegociar su deuda externa en el marco del Plan Brady en
momentos en que la misma ya hacía tiempo no servía normalmente.
Además, los cierres fiscales de aquellos momentos consideraban como
ingresos ordinarios el producido de las privatizaciones. En otras
palabras, se financiaba gasto corriente con la venta de activos, hecho
que enmascaraba un desajuste estructural profundo.
A manera de descargo, ese programa estaba avalado implícitamente por
los organismos multilaterales y en especial por el Fondo Monetario
Internacional, con la esperanza de que las ruedas de las reformas no se
detuvieran, se realizara los reajustes correspondientes a las finanzas
provinciales y la economía continuara creciendo a ritmos elevados como
forma de generar recursos fiscales para compensar el déficit estructural.
Los resultados son ya historia conocida. El desequilibrio económico
permanente se ha derramado sobre la esfera política, produciendo
inciertos resquebrajamientos y esta deberá actuar y responder sobre su
mandante, la ciudadanía, para evitar mayores costos sociales y
paralelamente tendrá que convencer a los mercados externos que se ha
logrado una consolidación fiscal permanente que insinúe en el corto
plazo una estabilización en el ámbito político y económico creíble que
avizore en el corto plazo una lenta pero segura recuperación en la
Argentina en todos sus ámbitos.
El Ministro de Economía, Domingo Cavallo sigue generando planes que
conducen siempre al mismo objetivo: reducir un déficit fiscal pesado y
hoy especialmente insoportable ya que no hay nadie que esté dispuesto
a financiarlo. Los mercados internacionales, que son personas
concretas, confían en su capacidad pero están convencidos de que las
circunstancias le superan: los riesgos de una moratoria son cada vez
mayores y la tentativa de devaluación que planteó en una de las últimas
versiones de su estrategia tuvo efectos en todas las economías
limítrofes y hasta cruzó el Atlántico, afectando la Bolsa de Madrid.
59
Con los sindicatos radicalmente opuestos, con un ex Presidente
haciendo campaña para las elecciones de 2003 desde su celda
hogareña, con la alianza de gobierno que debe ser recurrentemente
renovada para no partirse en mil pedazos, la voluntad de Cavallo de
solucionar la grave crisis argentina se ha convertido en imprescindible. Y
no sólo para el país: lo es para toda la región, golpeada por la situación
en el Río de Plata: la moneda brasileña, el Real, se ha devaluado en un
25% en lo que va del año y el peso mexicano se ha revaluado varias
veces frente a la moneda norteamericana. El efecto tequila de hace unos
años en México, con graves consecuencias en toda la región ha revivido
por unos días; eso sí, con inconfundible ritmo de tango.
Los planes de Cavallo, además de dar una solución a la crisis tienen el
objetivo de no dejarlo mal situado para su carrera presidencial.
El equilibrio fiscal es conveniente, como lo es contar con una moneda
estable, pero más que requisitos para el desarrollo todos estos datos
macroeconómicos son, más bien, prerrequisitos.
Esto quiere decir que los argentinos tienen un problema a corto plazo, la
incapacidad actual de hacer frente a sus obligaciones, pero tiene un
problema mucho más grave: la Sociedad produce bienes y servicios al
ritmo atrasado de una nación de los años cincuenta del Siglo XX,
mientras la Administración Pública, encharcada en la ineficiencia y la
corrupción, presenta rasgos de país subdesarrollado del Tercer Mundo.
C. INCIDENCIA DE LOS MISMOS EN EL CONTEXTO REGIONAL Y DE INTERDEPENDENCIA GLOBAL.
1. CONTEXTO REGIONAL La situación económica regional y particularmente la brasileña, ha tenido
tradicionalmente una fuerte incidencia en la evolución de las variables
económicas argentinas, importancia que se ha acrecentado en los
últimos años a medida que se profundiza la integración en el Mercosur.
La consolidación del proyecto Mercosur con participación argentina
tendrá que esperar a que este país empiece a salir de la grave crisis
60
económica, salir, política, ética, moral y cultural que la abruma; a que
aparezca una alternativa clara a la decadencia que, a término, puede
condenar incluso a su actual sistema democrático.
Luego de una década de intercambio fructífero para ambas partes y para
el conjunto de sus socios, los dos principales actores del Mercosur
afrontan una disyuntiva de hierro: avanzar y ampliar la integración o
resignarse a su retroceso.
La situación internacional de recesión en Estados Unidos y Japón,
indicios de recesión en la Unión Europea; guerra comercial; retirada de
capitales hacia refugios seguros por temor a una crisis financiera,
indican claramente que el primer camino es el correcto, el único que les
garantiza fuerte poder de negociación ante cualquier instancia mundial y
un "interland" hacia el que orientar esfuerzos por varias décadas. Hoy
por hoy, Argentina y Brasil principales protagonistas del Mercosur no son
ni hermanos ni enemigos, sino sólo dos grandes países, con un enorme
potencial, en medio de una crisis de cuya resolución depende su destino
en gran parte del siglo XXI y Argentina es, a todas luces, el que lo tiene
más complicado.
La conducta errática del gobierno Argentino desde la asunción del nuevo
Ministro de Economía Dr. Domingo Cavallo está volcada hacia una
ostensible política contraria al Mercosur.
Aunque no es novedoso que un empantanamiento de la economía
deflagre conflictos entre países de una región, podría esperarse otro
curso para las relaciones entre particularmente argentinos y brasileños
en ésta fase de la historia mundial. La naturaleza y magnitud de la crisis
económica que desde fuera y dentro de su espacio propio acosa a
ambas naciones, repercutiendo sobre las demás, obra como fuerza
objetiva para que se aferren a una estrategia común. Sin embargo, el
comportamiento de los componentes de la Alianza gobernante en
Argentina ha contrarrestado esa fuerza, en particular desde el ingreso
de Cavallo al gabinete. El hecho es que en los últimos tiempos la
relación entre los socios mayores del Mercosur se tensó más allá de lo
que sus protagonistas se muestran en condiciones de manejar, poniendo
en cuestión la propia existencia del mismo y comprometiendo la
61
eficacia del bloque como instrumento de negociación en relación con
Estados Unidos y la Unión Europea, en un momento crucial para el
futuro de las relaciones con el mundo desarrollado.
Resulta evidente que todos los países de la región han colaborado con
Argentina para que salga de la crisis lo más rápidamente posible, hecho
materializado, por las múltiples gestiones diplomáticas realizadas para la
obtención de nuevos préstamos ante el F.M.I.
El dilema consiste en que el gobierno argentino no logra definir sus
lealtades. La opción estratégica es explícita ahora entre Mercosur ó Area
de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Algunos sostienen que el Mercosur es un mero recurso para negociar en
mejores términos con Estados Unidos la creación del ALCA.
Sin embargo es difícil ver como el Mercosur podría fusionarse en un
acuerdo más amplio con Estados Unidos, Canadá y México, para
promover el crecimiento general de todo el hemisferio.
Al emerger Brasil como uno de los principales países políticos
económicos del siglo XXI, se ha concentrado en hacer más lento el
ALCA para solidificar el Mercosur; en comprometer a Argentina,
Paraguay y Uruguay con su concepción del futuro de América Latina y
en obligar a Estados Unidos a hacer frente con un bloque regional más
que con la voluntad de países individuales.
Europa brilla con "seducción" frente al Mercosur y si tales tendencias se
siguen hasta su conclusión, el Mercosur se orientaría hacia Europa y en
rivalidad con el Tratado de Libre Comercio y Estados Unidos.
Esto sería, además de un revés económico para Estados Unidos, un
duro cuestionamiento a su posición histórica en el hemisferio.
La gran interrogante es entonces; ¿ Cuál es y qué determina el interés
nacional de Argentina?
Este país, donde el nacionalismo carece de sustento objetivo y subsiste
sólo en reductos elitistas propensos a la grandeza utópica que desagua
una y otra vez en sujeción a la voluntad de Washington, mantiene su
posición en sustentar que el destino común de la región es unificarse
toda Latinoamérica por nuestra oposición al mismo antagonista, que es
la América anglosajona, para fundar, tal como ocurre con la comunidad
62
europea, la misma nación Latinoamericana soñada por Bolívar. Es decir,
formar un bloque con magnitud suficiente para encarar negociaciones
monolíticas frente a las potencias europeas, asiáticas, musulmanas, etc.
Sin perjuicio de lo mencionado anteriormente, la realidad indica que
tanto Argentina como Brasil disponen de exigencias de plazos para
asegurar para sí la condición de naciones desarrolladas y autónomas.
Los países del Mercosur y en forma general, de América del Sur, sólo
cuentan con un par de años para reunir las condiciones que les permiten
rechazar formalmente su adhesión al ALCA. Estados Unidos siempre
tuvo gran atracción por intervenir en países extranjeros, es su política y
la situación actual es propicia para que el mismo conduzca u oriente
intervenciones.
Brasil y Argentina han mostrado a lo largo de la historia una significativa
combinación de desigualdades. En la actualidad, el entrelazamiento de
sus marcadas diferencias es mayor que nunca y su dependencia mutua
cualitativamente superior a la que dio lugar, dos décadas atrás, al
abandono de " fronteras móviles" de Brasil y la presunción argentina de
una guerra en toda la línea con su vecino mayor. Si el comercio intra _
Mercosur es ya un componente vital de ambos países, es mayor aún la
proyección política del impacto que implicaría para el futuro de cada uno
la asociación ó el distanciamiento.
Los problemas políticos, económicos, sociales, etc., que imperan en la
región en la actualidad no serán resueltos en el corto plazo, en ninguna
hipótesis, pero es evidente que un debilitamiento, aún mayor del
Mercosur, defección argentina mediante, comprometería las
posibilidades de gobernabilidad y las aspiraciones de potencia regional.
2. INTERDEPENDENCIA GLOBAL
63
Los cambios ocurridos en buena parte del mundo suponen el ingreso a
una nueva era dominada por la tecnología, digital y la consecuente
revolución particularmente en las telecomunicaciones.
Las transacciones comerciales a nivel internacional también están
cambiando su orientación y signo. Las economías desarrolladas
necesitan cada vez menos de los países subdesarrollados, las materias
primas estratégicas están dejando de serlo o se sustituyen por otras.
Al mundo dominado por el petróleo quizás le quede poco tiempo. La
mano de obra barata de algunos países subdesarrollados está dejando
de serlo, ante un mundo que exige diversificación de productos y que
tiene como costo principal de producción la información y el
conocimiento, no así la mano de obra.
Los países " incomunicados" con el resto del mundo, como los denomina
Toffler, comienzan a ser cada vez más marginados del comercio
internacional y las relaciones entre los países del Norte se intensifican
en desarrollo de las tradicionales relaciones entre el norte desarrollado y
el sur subdesarrollado.
Los centros de poder económico se diversifican y generan nuevas
formas de relacionamiento comercial, dónde la velocidad en la
transmisión de la información pauta las características de estas
relaciones.
La vieja forma de generación de riqueza capitalista está dejando lugar a
nuevas formas, más diversas y complejas, con distintos niveles de
participación estatal y con una gran dinámica de adaptabilidad científico
tecnológica, aunque lamentablemente continúan predominando ciertas "
reglas de la ética capitalista" dónde el lucro, la competitividad salvaje y
la explotación del hombre predominan.
Un elemento central de los cambios que se están generando en el
mundo tiene que ver con la noción de cambio permanente.
La flexibilidad, la versatilidad y la capacidad innovadora no tienen que
ver con las tecnologías o los modos de producción, sino con los nombres
que los impulsan.
64
La preeminencia del conocimiento humano sobre las otras patas del
poder significa que la nueva era trae cambios fundamentales a nivel
cultural e institucional.
Muchas pautas culturales deberán ser definitivamente descartadas,
muchas ideologías están siendo revisadas y muchos estilos de vida
cambiados.
En el nuevo marco mundial, el futuro de los países subdesarrollados que
no llegaron a alcanzar una fase avanzada de industrialización y con un
importante bloqueo frente a los cambios no aparece muy provisorio. Sin
embargo el futuro es promisorio si se tiene la capacidad de reaccionar a
tiempo.
Sus posibilidades están asociadas a la capacidad de reaccionar
dinámicamente en un marco de cambio técnico acelerado. Para ello se
necesita una economía abierta, con niveles aceptables de
competitividad, incorporando el cambio técnico pasado y capacitándose
para asimilar los cambios futuros.
La incorporación del cambio tecnológico no resultará tarea fácil y mucho
menos el producirlo, pero ésta es la única posibilidad.
El futuro depende fundamentalmente de la capacidad de romper con el
bloqueo cultural, dejando de lado ciertos mitos que frenan la capacidad
innovadora.
En nuestro Continente las reformas económicas tienen tres grandes
etapas: el inicio, la ejecución y la consolidación. En diferentes momentos
casi todos los países han iniciado sus reformas. La fase de ejecución
incluye políticas de estabilización destinadas a lograr un equilibrio fiscal
y macroeconómico, programas dirigidos a eliminar distorsiones
microeconómicas y la privatización de gran parte del sector público.
La tercera fase se caracteriza como la consolidación política e
institucional de las reformas y una nueva comprensión del papel del
Estado.
Esta fase de madurez es posible alcanzarla cuando se logra un
reconocimiento generalizado de que las reformas están produciendo
resultados sólidos y perdurables y cuando se ha logrado modernizar las
instituciones de forma tal que incrementen la transparencia de los
65
procesos económicos y políticos, generando una protección de la
economía de las aspectos inmediatos de los ciclos políticos. El caso
argentino nos muestra que estaría finalizando la primera etapa y en
inicios de la segunda.
El pleno proceso de reformas: disciplina fiscal, política macroeconómica
prudente, impulsos exportadores y cierta modernización del sector
público, con reformas importantes resulta alentador, pero se vislumbra
muy distante la posibilidad de lograr los acuerdos necesarios para una
estabilidad en cuanto a las reformas introducidas.
También se percibe como muy lejana la situación en la cual la población
perciba totalmente los méritos del nuevo sistema económico.
En la actualidad el mundo vive un momento de bastante incertidumbre
en términos de crecimiento internacional y de financiamiento. La
economía norteamericana ha tenido una fuerte caída de su inversión, en
particular por la burbuja de la nueva economía que generó un proceso
de reinversión. Los stocks de las empresas que preveían ventas mucho
más importante, tanto en el área de las telecomunicaciones como en
tecnología e Internet, no se han visto corroborados en la realidad.
En el presente, los cortes se están dando en las inversiones, que se
estima van a ser mucho más chatas de lo que se esperaba. Esto está
generando desempleo que se procura contra balancear con una
participación activa de la Reserva Federal, la cual ha bajado mucho las
tasas de interés en procura de mantener los niveles de consumo. En
general lo que tuvo Estados Unidos fue una baja del crecimiento
económico de 5 a 2 puntos, que incluso podría profundizarse y alcanzar
el 1.5 %, de todas formas la gran pregunta es: ¿ qué sucede con Europa
ó con el sudeste Asiático? Pues no hay ningún motor en el mundo actual
que reemplace a la locomotora norteamericana y en base a ello: ¿
Cuáles pueden ser las repercusiones en nuestra región?
Europa crece, pero lo hace en base a un gran dinamismo de su sector
privado. Este dinamismo está tirando el procesamiento de las
inversiones en sectores clave, aunque los gobiernos se muestran
tímidos en términos de reformas de los sistemas impositivos, laborales y
66
de jubilaciones. El sector público no ayuda y por eso las tasas de
crecimiento no superan el 2.6 % promedio, teniendo a la baja.
En cuánto al representante Asiático, Japón, su actual problemática se
centra en dos cosas esenciales: primero en sistema financiero altamente
inundado de malos créditos, porque las empresas tiene bancos propios,
compañías comercializadoras y les prestan porque están en el grupo y
no por hacer un análisis crediticio. En segundo lugar el sistema
financiero no funciona como catalizador del ahorro público, por lo que se
estima que si bien el nuevo primer ministro japonés quiere cambiar la
estructura política de su país, no se vislumbra que éste pueda ser en el
corto plazo, un motor de crecimiento.
Dos factores muy importantes a tener en cuenta en el ámbito
internacional por su repercusión en la región son los precios del petróleo
y las tasas de interés. Al observar la oferta y demanda no se ven
presiones sobre el precio del petróleo y debería tender a estabilizarse,
pero no hay ningún modelo para pronosticar el precio del mismo, pues
éste se ve influenciado por una cantidad de variables políticas, como lo
son la OPEP, las declaraciones de Chávez, las movidas de Irak, etc.
Por otro lado, la baja de las tasas de interés muy pronunciada pueda
ocasionar un rebrote inflacionario, aunque no se vislumbran riesgos
catastróficos en la economía internacional, si se percibe una economía
en general con menor crecimiento y por lo tanto menor comercio y un
gradual incremento en la dificultad de colocación de las exportaciones.
Sin embargo se estima se presenta una oportunidad interesante para
países como Argentina porque es insostenible la política agrícola de la
Unión Europea, generalizándose el cuestionamiento al sistema de
subsidios por dicha región implantada hace largo tiempo.
67
III- CONCLUSIONES A. GENERALIDADES
Hace más de cien años, la Argentina iniciaba de inserción en el contexto
mundial que, hasta su ruptura en 1930, implicó un largo ciclo de crecimiento
económico, que aún hoy añora con melancolía. Independientemente de los
factores políticos y económicos que posibilitaron esa inserción, había tanto en
los sectores dirigentes como en la población una expectativa optimista sobre el
futuro, que se percibía que la Argentina tenía un rol en el mundo, basado en su
potencial como proveedor de alimentos. Casi un siglo y medio después,
Argentina vuelve a encontrar la necesidad de definir qué rol desea jugar en el
mundo y cómo desea insertarse en él. Sin embargo, esta necesidad de una
visión estratégica se ve dificultada diariamente por un debate más concentrado
en una puja distributiva de una riqueza inexistente, que en quienes pueden
hacer posible ese crecimiento, en función de su competitividad y uso neto de
recursos escasos. Sumado a ello, la creciente atomización del factor político,
con ruptura de alianzas y conformación de nuevas y llamativas coaliciones de
sectores hasta hace muy poco tiempo adversarias (pero con un pasado común)
hacen que el panorama en general, se presente bastante incierto.
El gobierno ha adoptado un conjunto de medidas drásticas y hasta ahora
dolorosas para muchas personas; las mismas pretenden reactivar la economía
nacional y reubicar al país en una buena posición comercial frente a la región y
al resto del mundo. Resulta evidente que este propósito apunta a conseguir
una Argentina como la de aquellos años o aún mejor. La principal diferencia es
que hoy el gobierno Argentino no cuenta con el apoyo fundamental de quienes
deben hacer posible "dicho milagro", la sociedad en general desde los distintos
sectores económicos.
Es por ello que la tarea requerirá doble esfuerzo. Por un lado será necesario
reactivar la actividad económica, y por el otro será indispensable convencer la
sociedad en su conjunto que esta es la mejor manera de hacerlo, dada la
actual situación del país y el creciente descontento y descreimiento de la
población hacia el poder político. La velocidad en que se emprenda el tan
añorado crecimiento se ve condicionada en gran medida por el apoyo que
reciba el plan para alcanzarlo. En este caso dicho soporte es minúsculo y
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brindado sólo por la minoría que se ve beneficiada por el mismo, ya que la
voluntad popular parece oponerse deliberadamente al contener un sentimiento
de incomodidad e incomprensión ante sus requerimientos.
B.COYUNTURA ACTUAL El gobierno Argentino ha demostrado una gran "obsesión" por el control del
déficit fiscal. El mismo sostiene que en los países centrales el crecimiento de la
economía fue lo que les permitió reducir el déficit en las cuentas. Para alcanzar
dicho objetivo fue indispensable tomar las políticas económicas que se dieron a
conocer el 29 de mayo de este año.
Esta acción fue imprescindible dado que el modelo económico Argentino
requiere préstamos de fuentes de financiamiento externo. Así es como estas
relevantes medidas pretenden responder a las condiciones impuestas tanto por
el F.M.I. como por los inversores externos para otorgar créditos y realizar
inversiones en el país. Los requisitos infligidos se relacionan con una tasa
riesgo país baja y solvencia para responder a la deuda. En cuanto al ajuste, se
puede decir que su columna vertebral es un amplio recorte en los salarios de
los agentes estatales acompañados por otras medidas como la desaparición de
algunos organismos, el refuerzo de la lucha contra la evasión, un nuevo
acuerdo fiscal federal con las provincias y reformas de los sistemas previsional
y obra social.
Al mismo tiempo otras condiciones son necesarias para el crecimiento: la
ratificación de la necesidad de solvencia fiscal, la defensa de la convertibilidad
y la apertura económica para lograr un mayor equilibrio social.
C.PERSPECTIVAS Dada la evolución que experimentó la economía durante este primer semestre
y como consecuencia de la persistente recesión y una baja recaudación, las
expectativas cambiaron y como resultado los pronósticos auguran un menor
crecimiento que rondaría el 2.5%.
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Aunque menor, este crecimiento se sustentaría en dos variables. Lejos de ser
el consumo uno de ellas, se encuentra como motor de crecimiento a la
inversión y, sobre todo, a las exportaciones.
La inversión privada, que ha disminuido en los últimos tiempos, se vería
favorecida por la continuidad de algunas reinversiones en las empresas
privatizadas. Además, la baja de la tasa riesgo país (relacionado con la
disminución del déficit fiscal) supone la entrada de flujo de capitales tanto para
financiar al Gobierno como a la actividad privada, teniendo en cuenta que esta
tendería a endeudarse ya que la entrada de capitales haría disminuir la tasa de
interés interna. Por su parte el Gobierno espera apoyar este posible
movimiento de las inversiones con un plan por 24.000 millones de dólares en
cinco años como parte de la estrategia para apoyar la reactivación esperada.
Gracias a las medidas adoptadas por el equipo económico, es posible pensar
una mejor performance de las exportaciones argentinas, las cuales este año
han crecido alrededor del 12% y apuntan a un 15% como mínimo para todo el
año. Dentro de éstas existen ciertos rubros que pueden incrementar sus
montos como el agro, que este año tuvo cosecha récord, la energía, el
petróleo y la minería. Es de esperar que las medidas mejoren la competitividad
de los exportadores, quienes se verían más incentivados a reinvertir en su
actividad, ya que sus márgenes crecerán a raíz de los menores costos
operativos (estos son una consecuencia de la flexibilización laboral).
Las acciones apuntan a incrementar las exportaciones no tradicionales
relegando a un segundo plano mejores condiciones para beneficiar las
exportaciones tradicionales. En este caso, estas últimas a pesar del descuido
que reciben por parte del gobierno aún se encuentran en posición competitiva
frente el mercado internacional; esto, aunque los costos incurridos para
producir son considerablemente superiores.
Las importaciones, que tienen una relación directa con el nivel de ingreso,
puede afirmarse que no crecerán demasiado. Existirá una compensación entre
las importaciones prescindibles y las necesarias; por una parte el consumo no
crecerá sino que se pretende que disminuya, lo cual hará caer las
importaciones prescindibles. Por otra parte, la actividad industrial recién ahora
está mostrando signos de mejora, por lo que puede esperarse que esto
favorezca al aumento de las exportaciones de bienes de capital e insumos
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necesarios. Cabe destacar que lo que resta del año las importaciones de esta
índole apenas serán percibidas, debido que la mayoría de las empresas aún
cuentan con capacidad ociosa que tratarán de aprovechar.
En relación al consumo, el comportamiento de éste se verá afectado
negativamente. El recorte de salarios en los estatales tendrá una consecuencia
negativa en el mismo; esta situación se verá agravada por el alto desempleo y
subempleo, que hace que el nivel de ingreso disponible sea bajo y por lo tanto
el consumo en general sea menor.
Además dicha variable macroeconómica experimentará una caída
considerable, principalmente generada por la presión impositiva y la
recientemente aprobada ley laboral que perjudica en gran medida a los
trabajadores asalariados. A partir de esto se evidencia una lógica relación entre
intentar vender menos en el mercado interno (al hacer disminuir el consumo)
para contar con más excedentes destinados a las exportaciones, esperando
importantes saldo superavitarios en la balanza comercial.
Por otra parte, las medidas del Estado de reducir gastos, también impactará
negativamente en el consumo público, aunque éste prevé ciertos incentivos
para que la actividad privada pueda compensarlo; situación que en el corto
plazo no se concretará, básicamente porque las empresas no se endeudan
debido a sus bajas expectativas.
En cuanto a la recaudación fiscal, es posible pensar que en el corto plazo ésta
no tenga grandes cambios. Afectada por la merma del consumo y la baja
actividad, la recaudación no aumentaría; a menos que las medidas contra la
evasión se concreten en acciones reales. No es posible pensar en nuevos
impuestos, ya que la presión impositiva es muy alta y el eventual costo político
de una decisión como esta sería innegable.
En cuanto al gasto, el mismo se vería afectado en menos si todas las reformas
anunciadas son llevadas a cabo. Cabe destacar que el Gobierno para asegurar
la gobernabilidad deberá mantener partidas destinadas a programas de ayuda
social y para reducir las consecuencias del alto desempleo. El gasto se
encuentra altamente limitado a lo fijado por el FMI. Además el equilibrio fiscal
es condición para atraer capitales externos, lo cual hace prever una disciplina
fiscal cruenta, que afectará también a las provincias, las cuales deberán tomar
medidas para reducir su déficit.
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Ciertamente un mayor orden en las finanzas públicas mejora las expectativas
de los inversores. Pero también hay que tener en cuenta que si se afectan el
crecimiento y la estabilidad social, el atractivo del mercado local para los
inversores disminuirá. Desde este punto de vista, el resultado final del ajuste
sobre la inversión y la actividad es, cuando menos, incierto.
El plan económico implementando por el gobierno profundiza las
características del modelo que se adoptó al comienzo de la década del '90.
Esto refleja el compromiso de adoptar las determinaciones indispensables para
asegurar su continuidad.
Resulta evidente que dentro de las medidas tomadas para impulsar el
crecimiento, el plan privilegia las exportaciones. Uno de los mejores
mecanismos para aumentar las mismas es fomentando la apertura, sobre todo
del MERCOSUR el cual es preciso tratar de ampliar cuanto menos en el
mediano plazo, aunque esto implique un importante esfuerzo por lograr
acuerdos que eliminen distorsiones y beneficien a ambas partes.
Además, ya que las economías mundiales en general están viviendo una
recuperación, podrían resultar atractivas para ampliar los destinos de las
exportaciones argentinas.
El plan para fomentar el crecimiento tendrá en cuenta la actual situación de las
PYMES y buscará otorgar un subsidio para las mismas; de modo que éstas
puedan acceder a créditos de aproximadamente un dígito con una tasa de
interés menor (casi 3 puntos menos que la tasa actual).
Por otra parte el proyecto de unificación de las bolsas más importantes del
mundo obviamente atraerá la atención de los mercados del primer mundo
mientras que las bolsas de los países emergentes necesitarán buscar
rápidamente otros canales y activos de transacción para poder subsistir.
En cuánto a las metas pactadas ante el FM, se puede decir que las mismas
quizás no podrán ser abarcadas totalmente en el segundo semestre de este
año. Esto debido a que, si bien los números de la macroeconomía muestran
leves datos sobre la reactivación, la salida del período de recesión será
extremadamente lenta. Al tiempo se estará corriendo el riesgo de tener que
soportar exigencias aún mayores por parte de dicho organismo internacional.
A pesar de lo mencionado anteriormente, Argentina cuenta con un apoyo
fundamental, por parte, tanto de Estados Unidos como las grandes empresas,
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las multinacionales y el mismo FMI que brinden el consentimiento y el sostén
requerido por el Poder Ejecutivo para cumplir con el objetivo planteado, aunque
por otro lado se deban soportar las oposiciones de los sectores económicos
que están en desacuerdo con el plan y que no se sienten beneficiados con el
mismo.
Los ataques especulativos juegan en contra el plan y provocan mayor
incertidumbre de los operadores de riesgo, quienes no se deciden totalmente a
realizar sus inversiones ya que sus percepciones del mercado aún no han
alcanzado el grado suficiente de confianza.
Es preciso reconocer que la salida planteada a la recesión castiga más a
algunos sectores de la economía que a otros, debido a esto es que el gobierno
no está recibiendo el apoyo social necesario que facilite el camino de la
recuperación.
A su vez, la proximidad de elecciones en el próximo mes de Octubre (en las
que se renovarán la totalidad de la cámara de senadores y la mitad de
diputados) y su eventual resultado, determinan, en lo inmediato, un panorama
bastante incierto para la República Argentina.
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