Identidad y Educacion. Dilema de La Contemporaneidad

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  • 7/23/2019 Identidad y Educacion. Dilema de La Contemporaneidad

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    Fecha de recepcin: 19 de mayo de 2006Fecha de aceptacin: 1 de junio de 2006

    R e s u m e n

    A b s t r a c t

    Uno de los retos del docente de la contemporaneidad estriba en asumirel hecho cultural de su medio y el asunto de la identidad como fenmenosuniversales. La posibilidad de percibir un nacionalismo ajeno a esta premisasera un contrasentido. Independientemente del valor que se le pretenda atribuira las manifestaciones culturales autctonas, las mismas no pueden ser desvin-culadas de la historia de las manifestaciones culturales universales. Manejaradecuadamente esta visin es uno de de los desafos del docente de los tiemposque corren. En este sentido se plantean algunas reflexiones.

    Palabras clave: identidad, contemporaneidad, universalidad, cultura,educacin.

    IDENTITY AND EDUCATION: A DILEMMA IN CONTEMPORANEITYOne of the challenges of teachers in contemporary times lies in assuming

    the cultural happening of its environment and the idea of identity as univer-

    sal phenomena. The possibility of perceiving nationalism removed from this

    premise would be contradiction in terms. Regardless of the value that auto-

    chthonous cultural manifestations pretend to claim, these cannot be separated

    from the history of universal cultural manifestations. Handling this vision

    adequately is one of the challenges of teachers in current times. With regards to

    the above, there are some points that deserve thought and consideration.

    Key words:Identity, contemporaneity, universality, culture, education.

    ALIRO PREZ LO PRESTI*

    [email protected] de Los Andes.

    Escuela de EducacinMrida, Edo. Mrida.Venezuela

    IDENTIDAD Y EDUCACIN:DILEMA DE LA CONTEMPORANEIDAD

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    l bueno de Cervantes produjo una obra in-mortal. Su carcter simblico es ejemplode que a pesar del paso el tiempo, o preci-

    samente por el paso del tiempo, su lectura es inagotable.Cada poca, cada generacin, ve enEl ingenioso hidalgo

    Don Quijote de La Mancha, aspectos que en otras pocasno haban sido sealados. El original cervantino ha tenidomltiples lecturas, cada una de ellas condicionada por lasgeneraciones que se han topado con el texto. Sus contem-

    porneos lo leyeron de una manera, los romnticos le die-ron otras interpretaciones y as sucesivamente hasta llegar

    a la contemporaneidad. Los hombres delpresente hemos encontrado en un libroescrito hace cuatrocientos aos, aspec-tos que las generaciones precedentesno interpretaron, o lo hicieron de otraforma.

    Escribir sobre identidad podra

    parecer para algunos un asunto trivial.Cada generacin ha visto el tema desdela perspectiva que slo puede asumirun hombre de su tiempo. Consideramosque en el marco histrico de la contem-

    poraneidad, es un ejercicio indito el hacer lecturas en tor-no a este inagotable problema. Nuestra generacin ha asu-mido el asunto con otros ojos. Con una dimensin nicaque ha sido marcada por la perspectiva que da el tiempo,que todo lo transforma. El interminable tema ha adquiridoniveles de complejidad tal, que volver una vez ms sobreel tpico de la identidad, es trabajar en un campo dondemucho se ha dicho, pero lo mejor est tal vez por aclarar-se, dado su carcter dinmico y cambiante. Particularmen-te en la manera como hemos de abordarlo desde el puntode vista educativo. Entonces el problema en cuestin sevuelve fascinante.

    1. Aclaremos: Qu es identidad?

    Intentando asir un concepto en trminos tan sencilloscomo esclarecedores, identidad vendra a ser el conjuntode elementos culturales que nos hace diferentes. Esta di-ferencia no slo abarca el mbito de lo social, sino que laidentidad condiciona la existencia de aspectos de carcter

    personal entre los miembros de un grupo.

    Identidad, por consiguiente, son los elementos cultu-rales los cuales nos dan caractersticas propias con ciertauniformidad que nos identifica como pueblo, nacin, co-munidad o grupo de pertenencia.

    Cuando uno va a Maracaibo o a msterdam, per-cibe una diferencia en la forma de ser, de interactuar y

    de manifestar las diferentes expresiones culturales entrelos habitantes de estas dos ciudades. Eso es identidad; loque hace particularmente propio o distinto a una sociedaddeterminada y, por consiguiente, a los miembros que con-forman la misma.

    El tema, ha llevado a los pensadores o estudiososde la identidad a planterselo de mltiples formas. En loeducativo, pensamos que el docente ha de tener una per-cepcin meditada sobre este asunto, a efectos de asumiruna posicin atinada, cargada de sentido comn, que le

    permita esclarecer el problema ante las innumerables si-tuaciones en las cuales se va a ver impelido a opinar o

    discernir sobre esta cuestin.

    Particularmente en lo que respecta a laidentidad del hombre de la contemporanei-dad, tan vapuleado por las tecno-ciencias,las cuales han conducido a enormes cam-

    bios que han afectado todos los confines delplaneta. Incluso el concepto de identidad, hasido modificado por la contemporaneidad;

    por ello, este tema adquiere un carcter in-dito al ser asumido por el hombre de nues-tros das.

    2. Los tiempos que corren

    Es, en rigor, en los doscientos aos ltimos cuando losms grandes cambios han ocurrido. De la mquina de va-

    por se pas a la electricidad, a los motores de explosin,a los cohetes, a la energa atmica. Del posta a caballo,al avin, al radio, a la T.V., a los cohetes espaciales. Todauna ciencia y una tecnologa nuevas y cambiantes hansurgido y el hombre est apenas estrenando sus nuevostiles, sus recientes posibilidades y asomndose a em-

    briagadoras y riesgosas perspectivas. (Uslar Pietri en Es-quenazi, 1988, p. 107)

    Somos la consecuencia del sincretismo producidopor la interrelacin de varias culturas. El mestizaje no sloes consecuencia de la mezcla de espaoles aventados alo desconocido, los indios nativos, muchos de los cualesrealizaron una penosa resistencia y los negros esclaviza-dos, en condiciones infrahumanas. Es mucho ms. Se tratade un proceso dinmico que no se ha detenido. Seguimossiendo como latinoamericanos y, particularmente comovenezolanos, el producto del intercambio gentico de to-

    Aliro

    Prez

    Lo

    Presti:Identidadyeduca

    cin:dilemadelacontemporaneidad.

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    dos los grupos de inmigrantes arribados a nuestras tierrasa partir del descubrimiento de Amrica, incluso quiz an-tes del mismo.

    El percibir a los habitantes del continente ameri-cano como grupos originarios podra ser cuestionado.Si se trata de varios grupos de habitantes diferentes, los

    que existan en nuestros escenarios geogrficos antes delarribo de Cristbal Coln, entonces seguramente habrainteraccin entre los mismos, sea intercambio de tipo co-mercial, cultural, de socializacin o de cualquier ndole.Si estos grupos culturales de alguna forma interactuabancon otros grupos, no podramos decir que fuesen origina-rios. Estaban recibiendo influencias entre s y por lo tan-to mimetizaban o extrapolaban conductas y actitudes. Elsimple hecho de que existiese un intercambio comercialentre los habitantes de nuestro continente antes del arribode Coln, desvirta el concepto trillado de originario. Sihaba comercio, exista intercambio cultural, por lo tantoinfluencias interculturales entre nuestros aborgenes. Pero

    este tpico constituye un tema para desarrollar con mayoramplitud en otro trabajo.

    Aqu y ahora, existe un intenso proceso de mestiza-je a raz del arribo y la incorporacin social de enormesmasas de extranjeros. Grupos de griegos, italianos, alema-nes, portugueses, rabes y chinos con religiones dismilesal cristianismo, suramericanos de los distintos confines yuna nueva tanda de espaoles arribados despus de la gue-rra civil, entre muchos otros, han hecho de nuestro pas unlaboratorio gentico cuyo carcter vendra a ser el de ungrupo de personas que convive con caractersticas cultura-les de alcances universales.

    Cuando en el mbito educativo nos trazamos comonorte la exacerbacin de los valores que nos identificancomo pueblo y el motivar el amor por nuestras tradicionesautctonas, entramos en el dilema de que no se deberaexcluir a quienes forman el gran conglomerado de lo quesomos como nacin.

    Muchos conformamos el producto de un mestizajetan reciente, como el producido a raz de la incorporacinde europeos al aparato productivo del pas durante las d-cadas del 40-50. Pensamos que ignorar esta condicin ma-

    ravillosa, sera una mengua.

    Una de las intenciones del presente trabajo es enfati-zar sobre la necesidad de ajustar la visin del docente en loque respecta al trmino de identidad. Cul vendra a ser laidentidad cultural de un venezolano del presente, despusde tantas influencias que le han otorgado un carcter deciudadano muy particular, con elementos universales ensu manera de concebir el mundo? Cmo lograr un equi-librio entre el intento de defender tradiciones culturales

    propias de mestizajes anteriores, con el nuevo universo de

    ciudadanos que conforman nuestro pas y tienen derechoa que se respete su visin del mundo, matizada por loselementos culturales del grupo al cual pertenecen y al cualse estn integrando, ms an cuando se han mimetizado ymezclado con los venezolanos que ya estaban pululando

    por estos lares?

    Estamos en una situacin en la que defender mani-festaciones culturales debera tener un carcter integradory no excluyente. Cmo lograrlo?

    3. Educar en funcin de lo universal

    Si bien es cierto que conformamos un grupo huma-no con elementos tradicionales que nos identifican como

    pueblo, no podemos ser ajenos a un hecho inherente a lacultura, que es su maleabilidad y potencial de cambio. Lonormal es que los elementos inherentes a la idiosincra-

    sia cultural de una sociedad cambien en la medida en queel tiempo transcurre. Ese cambio est condicionado, en-tre otros factores, por las inevitables y hasta necesariasinfluencias que recibimos de otros grupos. Recibimos in-fluencias y mimetizamos aspectos que podramos catalo-gar como positivos o negativos, pero que constituyen unade las caractersticas propias de pertenecer a una cultura.El cambio, el mimetizar e identificarnos con valores y for-mas de comportamiento forneos es inevitable. El calzadode cuero suele ser ms cmodo y seguro que la alpargata.Por defender un supuesto nacionalismo, no podemos se-guir utilizando una pieza cuya funcin es la de proteger-nos los pies y llevar un andar ms cmodo. La alpargata

    vendra a configurar una pieza de museo, lugar en dondese intentar preservar los elementos culturales que nos hanprecedido.

    La forma de vestir, la manera de hablar (reflejada en

    los libros clsicos) e incluso la msica que se ha escu-chado, entre otros muchos elementos propios de nuestracultura, conforman aspectos de nuestro legado culturalque nos explican de dnde venimos y porqu somos quie-nes somos.

    Consideramos que lo susceptible de ser llevado alaula como elemento formador, no puede ser slo lo que se

    produce en nuestro pas, pues tendramos una visin limi-tada del mundo, contraria a una posicin universal frentea los fenmenos que nos rodean.

    El docente de la contemporaneidad tiene el doble

    reto de asumir el hecho cultural como un fenmeno uni-versal y luchar contra el etnocentrismo al cual podra con-ducir un nacionalismo errtico, sin desdear de la necesi-dad de tener presente el producto de lo que hacemos comoconglomerado.

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    Cmo ignorar a los grandes autores de la culturauniversal porque somos supuestamente nacionalistas?Quin podra rechazar la preponderancia en el pensa-miento universal de autores de la talla de Erasmo, escri-tores como Dostoievski o msicos como Vivaldi? Acasono son precisamente la raz o el esbozo inicial de lo que amuchos de nuestros intelectuales ha nutrido para el desa-

    rrollo de sus ideas?Desdear lo universal para exacerbar lo nacional, es

    un terreno peligroso en donde podemos caer en la trampade quien descalifica lo que constituye las bases de lo quees nuestra cultura y nuestras manifestaciones creativas.

    Un ejemplo interesante de las consecuencias del

    mestizaje y sus manifestaciones de carcter universal, loconstituye la hallaca: es como un compendio ejemplardel proceso de mestizaje. En ella estn: la pasa y la acei-tuna de romanos y griegos, la alcaparra y la almendra delos rabes, la carne del ganado de los capitanes pobladores

    de Castilla, el maz y la hoja del bananero de los indios.(Uslar Pietri en Eskenazi, 1988: 149) Maravilloso ejemplode que lo que un pueblo produce no puede desvincularsede infinidad de influencias, adquiriendo el carcter de uni-versal.

    Hemos de educar desde lo universal. Nuestra cos-movisin nos ha de inducir a exacerbar la importancia delhecho cultural como parte de un sistema, en donde todoslos elementos del mismo, interactan unos con otros.

    Nuestras expresiones culturales han de ser asumidas

    como manifestaciones de alcances universales. Lo contra-rio sera una mutilacin de una manerasistmicade apre-ciar el mundo que hemos logrado conformar y el mundoque estamos construyendo.

    Lo que se hace en Timotes o en La Guajira, comoexpresin de un gentilicio cultural, ha de ser asumidocomo un hecho de alcances cuya trascendencia podraser ilimitada. Precisamente lo que ha terminado asumien-do por consenso la dimensin de universal, parte de loparticular; lo proveniente de un lugar, un tiempo o unavisin de las cosas que trascienden por sus caractersti-cas particulares e inditas. Es justamente esa pequea

    porcin de originalidad propia de cualquier manifes-tacin cultural, lo que hace que la misma trascienda y lle-gue a todos los confines.

    4. La visin universal enriquece el entorno

    Cuando asumimos que la difusin de los valoresuniversales de la cultura es necesaria, terminamos por asirla idea a travs de la cual lo que hacemos en cada una denuestras manifestaciones culturales es susceptible poten-

    cialmente de trascender. Cuando estudiamos lo que somoscapaces de hacer como colectivo, entendemos que tienela misma viabilidad de trascender a todos los confines, aligual como ha ocurrido con muchas de las manifestacio-nes de la cultura europea. El entender que el producto delas expresiones humanas es universal, desde que es ma-nifestado, es concebir una visin en la que nada quedara

    fuera del sistema que conforma todas las realizaciones delhombre en cualquier parte del planeta. Los matices quehacen las diferencias entre unas y otras expresiones noson sino maravillosas y enriquecedoras formas de tratarde comprender y comprendernos. Por otra parte, la nece-sidad de crear formas inditas para resolver los problemasde cada pueblo, constituye uno de los grandes retos de lahumanidad. Particularmente de los hombres que viven osobreviven en situaciones de carencia. La verdadera in-dependencia consiste en buscar nuestros propios mediosde produccin, de defensa, de dirigir la educacin, la cul-tura y nuestro bienestar social(Sant-Roz, 1990, p. 87).Esta premisa no podra disociarse de todo un entorno y

    una tradicin que tiene mltiples matices y potenciales in-terpretaciones dismiles.

    En un mundo que se debate entre el indivi-dualismo extremo y el colectivismo despersonalizado, ha-cen que la bsqueda de su identidad siga los ms diversoscaminos, el penoso espiral de frecuentes auto-confronta-ciones Erik Ericsson, el ms notable terico del concep-to y del proceso de identidad escribe: Identidad es aquelloque capacita al hombre para lograr mantener una posicinindividual en un mundo de fuerzas conflictivas Es un

    proceso basado en una acrecentada capacidad cognitivay emocional para permitir que uno sea sealado y reco-nocido como un individuo circunscrito en relacin conun universo predecible La bsqueda de una identidadconfiable se ve mejor en el persistente esfuerzo por defi-nirse, sobredefinirse, redefinirse uno mismo y uno a otro, amenudo mediante una comparacin despiadada La ver-dadera identidad depende del respaldo que el individuorecibe de parte del sentido colectivo de identidad que ca-racteriza a los grupos sociales que le son significativos

    (y) conlleva persistencia y presteza en elmantenimiento y el rescate de caractersti-cas esenciales, aun en procesos de cambio.(Alarcn, 2003, pp. 15-16)Lascaractersti-

    cas de Latinoamrica en lo que respecta a surealidad social, poltica y cultural, indepen-dientemente de lo indito de sus condicio-nes, no estn tan alejadas del destino por elque han tenido que atravesar otros pueblos,los cuales en la actualidad percibimos des-

    mesuradamente diferentes. Todo proceso de transforma-ciones lleva implcito un grado de dolor e insatisfaccinsobre el que no podemos regodearnos hasta el infinito, amenos que sepamos ubicarlo en su justa dimensin hist-rica y su vinculacin con el resto de las naciones.

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    5. Educar desde lo universal en medio

    de carencias?

    Muchas son las quejas de los docentes en lo que res-pecta a lo poco que leen nuestros jvenes. Hasta el cansan-cio se nos repite que incluso nuestros egresados univer-

    sitarios carecen de la habilidad para escribir. Las crticasque se hacen sobre la capacidad de redaccin de nuestrosalumnos son interminables. Cmo ensear desde una

    perspectiva universal, contraria al etnocentrismo, y sentirque somos comprendidos en nuestros planteamientos porun conglomerado de estudiantes que a duras penas leen yescriben?

    Pensamos que el asumir ese reto es precisamente la

    funcin ms importante del sistema educativo en todas susetapas. Ardua es la tarea y lleno de trampas se encuentrael camino.

    Ese es el reto del docente. El de utilizar todas sus ca-pacidades pedaggicas y elementos histrinicos, al puntode lograr cautivar a unos estudiantes que inicialmente no

    parecieran tener inters en lo que predicamos. Slo unatenacidad inherente al acto que implica ser docente podra

    permitirnos salir airosos ante tamao desafo. Difundir laidea de que slo se puede aspirar a entrar en una dimen-sin universal si partimos de lo particular, es la consigna.Lo contrario tambin es vlido. Doble es la consigna.

    Cervantes nos lo dej claro. La utilizacin de unavisin particular del mundo, a travs de la recreacinde los acontecimientos por los que atravesaban sus perso-

    najes, le permiti trascender a una universalidad tal, queel texto, lejos de empobrecerse con el paso de los aos,ha adquirido matices de mayor trascendencia, conformeha venido transcurriendo el tiempo. Quiz uno de los tex-tos de mayor alcance universal, fue planteado desde una

    perspectiva tan basal como la cotidianidad. De eso trata laobra. Eso logra la obra: permitir la trascendencia de unos

    hechos que le ocurrieron a un pobre hidalgo de aldea. Locotidiano, ubicado en un lugar (un peladero denomina-do un lugar de La Mancha), en un tiempo, en una sociedadespecfica, logr la fantstica posibilidad de convertirse enuna obra de alcances universales y tal vez imperecederos.

    Ejemplo de cmo se trasciende desde lo que tene-

    mos al alcance de la mano, siempre que lo asumamos des-de la ambiciosa pretensin de mostrarlo como un hechouniversal.

    6. Conclusiones

    El docente de la contemporaneidad difcilmente po-dra apreciar el concepto de autctono como dismil oalejado de la percepcin de que forma parte del sistemaque conforma la cultura universal.

    Una visinsistmica en torno a las manifestacionesculturales permite aclarar y entender la vinculacin entrelo que somos, la manera de percibir nuestra identidad; y lomucho que est relacionado este hecho con el resto de lasexpresiones del gnero humano, en el marco de la culturade la cual forma parte.

    Difcilmente tiene cabida en el pensamiento de la

    contemporaneidad la idea de una originalidad absoluta,alejada de toda influencia o vinculacin con elementoshistricos y/o culturales que la precedan.

    La conceptuacin de lo autctono como una repre-

    sentacin inmersa en el mundo, del cual forma parte, hade estar presente a la hora de plantearse la noble tarea deeducar o transmitir ideas.

    Medico Cirujano. Profesor ordinario del Departamento de Psicologa yOrientacin de la Facultad de Humanidades y Educacin. Miembro delpersonal docente y de investigacin de la Universidad de Los Andes.

    Alarcn, R. (2003). Los mosaicos de la esperanza. Caracas: APAL.Eskenazi, M. (1988). Uslar Pietri: Muchos hombres en un solo nombre. Caracas: Editorial

    Caralex.Sant-Roz, J. (1990). Maldito descubrimiento. Mrida, Venezuela: Karia Editores.

    B i b l i o g r a f a

    educerela revista venezolana de educacin

    ww w. ac t ua li za ci on do ce nt e .u l a. ve /e du ce re

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    Lisandro Otero.

    Director de la Academia Cubana de la Lengua.

    Tomado del Diario VEA.

    Caracas, 6 de agosto de 2006.

    Pgina 25.

    Media hora ms tarde nadie haba acudido a extinguir la con-flagracin. Simplemente dejaron que se destruyera ese acervovaliossimo, lo cual convena a sus intereses. En la BibliotecaNacional desaparecieron primeras ediciones de Las mil y unanoches, los tratados matemticos de Omar Khayyam, los tratadosfilosficos de Averroes y Avicena, tesoros irrecuperables.

    Ante estos hechos Donald Rumsfeld coment que la gente eslibre de cometer fechoras y eso no puede impedirse. En el MuseoNacional de Arqueologa desaparecieron 236 manuscritos y por-celanas sustrados del cuarto de patrimonio. Entre ellos fuerondesvanecidos los primeros libros de la humanidad: las tablillasde arcilla de los sumerios, de cinco mil 300 aos de antigedad.Otros textos de Babilonia, Asiria, Caldea y Persia, tambin fuerontomados de las vitrinas que los resguardaban. Entre los bienespblicos perdidos se encuentran las tablillas del Cdigo de Ham-murabi, donde aparece el primer registro de leyes del mundo. Elasalto a la Academia de Ciencias no fue menos aflictivo.

    Todo comenz con la llegada de un pelotn de sol-dados estadounidenses y un tanque. No dejaron ensu lugar una sola computadora, escritorio, reguladorde voltaje, impresora, todo se lo llevaron. El edificiono fue incendiado pero la mitad de los 60.000 librosde su biblioteca desaparecieron.

    En la Biblioteca Pblica de Basora la destruccinfue total. Paredes, ventanas y piso, tiznados y que-mados. All se perdieron unos veinte manuscritosantiguos. Al saqueo inicial sigui un incendio gen-eralizado. En la Universidad de Basora el mobiliariofue robado antes del ataque principal, ms del 80

    por ciento del depsito de libros fue incinerado.

    En el Museo de Mosul las nicas estatuas que se salvaronfueron las que pesaban mucho y no pudieron ser fragmentadas.All se perdieron los pjaros asirios tallados hace dos mil aos.Es evidente que los norteamericanos probablemente indujeronel saqueo para apoderarse de reliquias bibliogrficas y tesorosarqueolgicos que en cierto plazo aparecern en la Bibliotecadel Congreso de Washington o en el Metropolitan Museum deNueva York o en alguna de las universidades que puedan haberestado complotadas en el saqueo.

    Lo que se destruy ayuda al ocupante porque destruir la memoria

    de un pueblo es una manera de desintegrar su identidad. As,puede imponerse mejor otro sistema de valores y otra cultura, sise logra desaparecer la autctona. El libro de Fernando Bez esun doloroso testimonio de la barbarie cometida por los halconesde Bush en su vido afn por apoderarse de los recursos ener-gticos del Oriente Medio.

    Viene de la pg. 414