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Iguazu n. 21

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Iguazú. Revista Artesanal de Literatura y Cultura. Subvencionada por la Universidad del País Vasco.

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Buscando...

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Pensando...

Me gusta tender la ropa porque lasmanos luego me huelen a suavizante,y éste es un olor nostálgico, como deinfancia, de ropa recién planchada ylimpia sobre la cama.

Mientras la lavadora da vueltas, pien-so que es un gran invento. Porque ellavadero de mi pueblo tiene muchoromanticismo, pero en estos tiemposno es nada práctico lavar todavíasobre la piedra. Yo lo he hecho, algu-na vez (pocas) de pequeña, con mimadre, porque no siempre tuvimoslavadora en la casa de verano. Comoera una niña y apenas alcanzaba elborde del lavadero, me dedicaba acorrer alrededor de él, deteniéndomesiempre en un agujero que había en elsuelo tras el que se oía el agua correry asomaba un trozo de tubería. Aquelagujero me parecía enorme, y siempretenía miedo de que se tragara mi pieen un descuido. Por eso me parabaante él, lo vigilaba, medía las distan-cias y lo sorteaba con un salto.

Después de comprar la lavadora, yano iba por allí, aunque el lugar no dejade ser fascinante. Sobre la pared siem-pre se refleja una luz dividida encuadros iguales, correspondientes alos cristales de las ventanas. Con elreflejo y el sonido del agua, además,esta luz cobra movimiento. El

lavadero sigue en uso (me pregunto sialguien lo usa realmente todavía), asíque lo muestro cada vez que vienealguien a visitarme.

Si estiro la mano hacia abajo, toco elborde de piedra de uno de los pilones(tiene dos, uno de lavado y otro deaclarado) y ésa es la medida de ahora,la objetiva, la de fuera. Sin embargo,la de dentro, la subjetiva, es la imagenque se superpone cada vez que regre-so a ese lugar, la de una niña de pun-tillas que echa la cabeza hacia atrás yalza la barbilla intentando asomarsepara ver el agua.

Entonces siempre cuento la historia deaquel hueco en el suelo, lo señalo yañado que supe que había crecidocuando aquel agujero dejó de pare-cerme tan enorme, cuando ya no hacíafalta un salto sobre él, sino unpequeño paso.

Pienso ahora, con las manos todavíaoliendo a suavizante, que en realidadsigue habiendo muchos agujeros quenos dan miedo, por más que nos hag-amos mayores. No sabemos cómomedirlos, porque se superponen dis-tintas escalas (las de dentro, las defuera) y dudamos si atravesarlos de unsalto o con un paso adelante. Y el aguabajo nuestros pies sigue corriendo...

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Yo tengo un castillo. Mi abuelo se lo regaló a mi hermana pequeña; y lamontaña sobre la que se erige, a mi prima pequeña. Ahora el castillo hadejado de ser un castillo y es un museo, pero no me importa, yo tam-bién he cambiado. Solo quería que no tocaran mis escaleras. Unas queestán en la muralla. Y siguen allí.

Desde esas escaleras que nosuben a ninguna puerta nibajan a ningún sitio, se ve elhorizonte. Son sólo ocho, diez,once escalones de piedracomidos por el tiempo. Desdeallí se ve caer el sol; se ve eldibujo en zig zag que marcanlos árboles que custodian alrío. Una se pregunta por quétodas las colinas tienen lamisma altura. Como si hubie-ran sido igualadas a cuchillo.

Me recuerdo con abrigo, encamiseta, fumando o comiendochucherías, charlando con miprima, la de mi edad.Contándonos sueños y frustra-ciones; explicándonos la vidala una a la otra. Nunca progra-mábamos la cita ni éramosconscientes de lo importante que era sentarnos en nuestras escalerasde nuestro castillo. Nunca lo añoramos ni hablamos de ello. Pero sabe-mos que nos pertenece.

Es bonito saber que hay un sitio que te espera. Que no te va reprocharque no le hayas ido a ver en mucho tiempo. Sé que volveré y podrémirar cómo cae el sol en el horizonte. Seguirá oliendo a tomillo.

la 5...

los helicópteros de la policía sobrevuelan el barrio

se hacen pequeñitoscomo partículas del rotor

ronronean mecánicoscon bronquitis crónica

y se meten en casacada vez que se acercan

como el ruido del tráfico

semáforo en verde

…lo que era el silencioantescuando no existían las ciudades

dice un taxista de las afuerasque vive en un pueblo cercanoy venía de otro de más allá

cuando nos hacemos unas birrasconfiesallegué a la ciudadpor dinero

la 4...

Las escaleras[ Amaia Uriz ]

Los helicópteros de la policía...[ Domingo Vital ]

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A veces la rutina escribe de manera discretaun punto y aparteen este negocio casi en quiebra que es la vida.

Y aunque trate de no alinearme del lado del cinismo,acabo ofreciéndome como un trago secoen todas esas fiestas que nunca serán desconvocadas,a pesar de que los listados de personas

que por distintas razones no respiransiguen alargándose como la sombra de un árbolal que no persiguió nunca la mala intención de una tormenta.

Hubiese preferido ser cualquier vino espumoso del mercado,algo suave, alguien que se sienta a esperarcomo si sentarse a esperar llevase implícito cualquier tipo de llegadaahora que la paciencia ya no resultauna provechosa atenuante para los débiles.

Sin embargo, desde que el Concorde se rindió a los caprichos de Isaac Newton,la esperanza prefiere no viajar en avión

lo que convierte a esta ciudad en una fosa comúnsin necesidad de que haya sido proclamada ninguna guerra.

Ojalá que las matemáticas, ahora que soy mayor,carecieran de importancia y pudiera evitar que cualquier operación aritméticale otorgase a la pena el poder absoluto.

Necesito quitarle la razón a los que se empeñanen que escriba dedicatorias aprovechándome del llanto que provocasu manera de arremangarse en los despachos.

Afortunadamente la razón tiene un magnífico bufete de abogadoslástima que la noche no tenga cuenta bancaria y deba compartir futuro con todos aquellos que no aparecen inscritos en las agendas de los tréboles de cuatro hojas.

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A veces la rutina escribe de manera discreta[ Sonia R. Fides ]

Araño las fronteras del lenguajepor si la hermética vozinasequible a lo cercanorealiza la inmediatez.

Voy forzandoel puro signo imaginablecon cansada mudezde decadencia semántica.Quiero dejar asomarse el solpor mucho que encienda la penumbrasu luz coloreada.

Sentiremos la ceguera en el trasfondopintando los contornos inmanentesde un posible realizado.Suspendidos en el sentimientobordearemos con estética la nada...,miraremos sordamentedesnacerse la palabra por la estancia.

Bellaterra (Barcelona), Mayo 1996

Mecanicismo y timidez[ Sylvia Trinxet ]

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El cuento no acabó bien.Era demasiado disparatado,Y ya ni siquiera los niñosSe lo creían(De hecho, no le hicieron Mucho caso,Ya que estaban jugandoCon la videoconsola).El escritor tuvo dudasY pensó en cambiar el final,Pero aún asíEl cuento no acabó bien.Nadie lo quiso publicar,Y el escritor se aburrióDe escribir.Ahora trabaja en una fábricaY ve a los malos de su cuentoEn el despacho del jefe,Y a veces por la tele,Y de vez en cuando encuentraA su princesa (que le dejó por el héroe)De compras por el centro comercialCon el marido, cada vez más calvo.El crío que tienen Ya casi sabe hablar.Es el único rey de su casa;Aún no viveEn el mundo real.

la 9...

El cuento no acabó bien:La princesa no quisoCasarse con el héroeO, mejor dicho,Cambió de idea a última horaY lo plantó en el altar,O, peor todavía,Finalmente se casaron:Actuó de testigoEl jefe de la sucursalDonde tienen la hipoteca.Ahora se les veLos sábados por la tardePaseando por el centro comercial(Y mirando con mucha atenciónLos escaparates de ropa de bebé).

El cuento no acabó bien.Los malos no perdieron:Suelo verlos en la teleHablando de la situación de la economíaY del desarrollo (es un decir)De los países del tercer mundo.A veces cambio de canal;Otras me da lo mismo.

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El cuento no acabó bien[ Luís García Angulo ]

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http://univers-privat.blogspot.com

Eureka

“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. La frase con la queArquímedes promocionaba su ley de la palanca ha salido a flote en mimente esta mañana de sábado. Sin previo aviso, sin ton ni son, como sifuera un resto del naufragio en el mar de la memoria de todos aquellosaños de escuela. Así que, mientras preparaba el café, he rescatado eltrozo de madera donde grabé esas palabras ante la amenaza inminen-te de un examen de Ciencias. Sentada en la cocina, y dejando a un ladocuerpos sumergidos, palancas y poleas, pienso que el mundo real ya semueve por sí solo, hasta demasiado rápido, diría. No necesita puntos deapoyo. Aquéllos que buscamos razones para que nuestro mundo inte-rior no se venga abajo somos nosotros, sus habitantes, medio marea-dos y, en ocasiones, tan perdidos y desorientados entre tanto estrés ytanta duda que naufragamos -como todos aquellos años de escuela- enel mar de nuestra propia vida. Y pienso que tan sólo necesitamos unaBiodramina. O alguien que nos indique dónde está el norte. O un puntode apoyo para que la palanca de Arquímedes nos levante el ánimo. Oun buen café. Buenos días.

Bodas de papel

Oriol i Maria. Javi y Lorena. Pere i Sílvia. Ja són marit i muller sobre elpaper uns quants quilòmetres abans de segellar el compromís ambanells i promeses que un document els recordarà quan falli la memòriade l’amor. Després de la festa ningú pensa en retirar cartells i indica-dors. Abandonats a la seva sort, sols el temps s’encarregarà d’anaresborrant lentament els vestigis del dia de l’inici d’un matrimoni que pot-ser ha desaparegut abans que la tinta dels noms dels cònjuges sobreun vell llençol. I l’Oriol i la Maria, o el Javi i la Lorena, o el Pere i la Sílviasomriuen amargament en veure aquella pancarta -ja gairebé il·legible-mentre condueixen en silenci per la carretera que els ha dut, altre cop isense poder evitar-ho, cap al record d’aquell dia feliç malgrat la pluja.

la 11...

Univers Privat (extractos)[ Anna García Garay ]

Me llueve y no me mojo.

Se calan los objetosque apilo en torno a mí, los cristaleslas hojas de los libros

mis pestañasmis pies.

Pero yo no me mojo.

Permanezco tranquilasin verme amenazadapor las gotas

las pequeñas partículasde agua que vienena morir sobre mi pielentre mis cosas.

Me llueve y se me mojan.

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Paragua[ Ana Toledano ]

Del poemario “Cómo decir yo”, ganador del Premio Federico García Lorca

de la Universidad de Granada, 2007

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seguir un propósito primero se tiene que tener claro lo que quieres hacery segundo hacerlo conscientemente, al margen de tu trabajo o deJunrote. Además, ambos sentís atracción, lo cual no es ninguna excusapero te aseguro que él no tiene la culpa de tus continuos despistes. Lomismo te pudo dar por ir a comprar el pan y a la vuelta la cosa hubieseresultado más grave.

-No continúes, por favor, la cabeza empieza a dolerme.-La cabeza siempre duele cuando dices una verdad. Realmente,

Elvitria, esto parece un campo de batalla. ¿Cuánto pagas por las factu-ras? –ironizó su amiga.

Julrote tenía programado ir avisitar a Elvitria por la tarde. Unautodidacta que lo mismo traba-jaba con ladrillos que organiza-ba unos encuentros sobre lossatélites en el espacio o la des-aparición de la rana autóctonacomo consecuencia del que-branto de un río. Conocía esasituación. Habitaba con suabuelo materno largas tempora-das en unos bosques cercanosa la ciudad. Sus recuerdos,imborrables a lo largo de suexistencia, todavía presente,permanecían intactos. Unosbosques ocultos, desconocidos,donde predominaban los haye-dos, robledales y pinares. Un ríocortaba la campa y descendíasiguiendo el curso en una curva

de noventa grados atravesando un puente de madera que su abuelo yotros dos hombres que también pasaban media vida en sus cabañas demadera, construyeron antes de que Julrote hubiera nacido. El río eraestrecho pero cada diez o quince metros se formaban pozas profundas,donde en verano se bañaban los niños. Como al ser humano la enfer-medad o el amor, el avance de los tiempos también acabó afectando alrío. El agua escaseaba en verano para el riego de los campos que seextendían entre los cercanos pueblos. Siempre alguna época de riego,la temporada de la patata, la del trigo. Siempre una necesidad ante laque buscaban soluciones, obsesionados, tratando de arrancarse de susmentes cómo proceder para que la cosecha continuase creciendo.

El hombre avanzaba apresurado cuando una gota le cayó en la frente.Pensó que provenía de la cornisa. Algún canalón atascado. La nocheanterior no había llovido. Miró hacia atrás y contempló otra gota que sedepositaba sobre la acera formando un pequeño cerco. Un tanto extra-ñado siguió su camino. El minutero del reloj pasaba de las ocho, horaen la que siempre abría su puesto de períódicos. Se disgustaba cuan-do las horas no eran precisas, cerrar o abrir, acudir a una cita o espe-rar. Todo debía conllevar una exactitud milimétrica. Si en alguna ocasiónun conocido, o no conocido, tardaba más de cinco minutos en llegar, nodesaprovechaba un segundo más y se marchaba. La mañana en que élse durmió ante una cita, la única vez en su vida, pidió excusas duranteuna semana.

Cuando Elvitria se percató de que el agua rodeaba sus tobillos, dejó dehablar por teléfono y corrió hacia el baño para cerrar el grifo de la bañe-ra. Regresó para comunicarle a su interlocutor que tenía un problemadoméstico y colgó. No quiso llamar a los bomberos ante el temor de quela acusaran por algún delito y comenzó a achicar agua de todas las for-mas posibles que se le ocurrieron. Pensando en que no se filtrase en elpiso del vecino. Las gotas continuaban cayendo y formaban ya un char-co en esa porción de la acera. Durante toda la mañana dispuso las man-tas sobre el suelo para absorber el agua y llenaba los cubos con movi-mientos de fregona que similaban dieciséis piernas de velocistas tratan-do de rebajar los nueve segundos en los cien metros. Sonó el telefoni-llo de la calle en el momento en que descansaba sobre el sofá. Cuandosu amiga Petria entró en la casa se encontró lo que parecía ser los res-tos de una fiesta o el naufragio de un galeón en Lepanto. Elvitría sud-aba y se dio cuenta de que realmente necesitaba un baño.

-¿Qué ha pasado –le preguntó Petria.-Me dejé el grifo de la bañera abierto cuando sonó el teléfono. ¿Por

qué tendría que llamarme Junrote a esas horas?-No achaques lo que no es. Debiste cerrar el grifo y Junrote no tiene

nada que ver en todo esto. Que yo sepa es tu tercer despiste en unasemana.

-No sé, tengo la cabeza en otro sitio, tal vez en el trabajo, el mismoJunrote o, no sé, pero últimamente no me concentro.

-Eso dijiste la última vez que no te concentrabas. Te diré que para con-

Agua bajo las tuberías[ Adolfo Marchena ]

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ba atrás el río y recorría cerca de siete kilómetros para llegar a otro pue-blo. Desde allí, si no retrocedía, podía bajar hasta la carretera y regre-sar a la ciudad. Una de las noches en que Julrote sintió nostalgia dellugar cogió el coche y se acercó hasta sus bosques. Cuando llegó lacampa semejaba un cráter lunar, sin hierba, un cartel anunciaba que seprohibía el paso. Quitó la llave del contacto cerca de la cabaña. Avanzócomprobando el deterioro y las vayas que los lugareños habían instala-do, estacas de madera forradas con alambre de espino. Derribó cuan-tas pudo. Después de media hora de camino vio excavadoras y otrasmáquinas de demolición y construcción. La paradoja del progreso,pensó. De regreso fue obstaculizando cuanto pudo el acceso al camino.Antes de regresar quiso arrancar el cartel metálico pero estaba firme-mente anclado. Y la cuerda que llevaba en el coche tampoco sirvió denada. Fue el parachoques el que estuvo a punto de desprenderse. Antela impotencia sacó un bote de spray y escribió sobre la prohibición unafrase de respuesta. Durante varias noches siguió con sus actos quecualquiera hubiese calificado de vandalismo. La última intentona fue ladestrucción de una de las excavadoras. Durante toda la noche desga-rró las ruedas, introdujo tierra y sal, incluso meó, en el depósito, serróel volante, arrancó todos los cables, hasta dejarla inservible.

Una apacible noche donde las aguas del mar le susurraban. Apenas lequedaban unos días para regresar a la ciudad. Si todo aquello desapa-reciese veríamos el fondo marino, como un pantano sometido a lasequía, donde puedes descubrir un antiguo pueblo, antes sumergido,latas de refrescos y cervezas, llaves, anzuelos, viejos arados. ¿Quépodía encontrarse uno en un mar cuyas aguas evaporadas mostraríanun cuadro de dimensiones desproporcionadas? Todos aquellos barcoscuyos tesoros buscan codiciosamente antes que su propia alma.Sucede con la roca, con las aguas, con las nubes. Mientras los anima-les pierden su mirada de libertad entre barrotes. También pensó Julroteen aquellos que escribieron sobre el mar; Los versos del capitán deNeruda, Hemingway o Alfonsina y recordó las últimas palabras deFrancisco Coloane, quien vio morir a los nueve años a su padre entrehuesos de ballena. Su última frase fue “volvamos al mar” Un deseo quese apoderó de Julrote quien se imagino como el personaje de JosephConrad, Marlow en la novela en El corazón de las tinieblas. Soñaba conremontar el río seco de sus bosques, viéndolo renacer al tiempo, abor-dado por las aguas del mar.

Petria tomaba café con Elvetria en un café cercano. Petría era unamujer que decía cuanto pensaba, si bien no siempre lo que se piensaha de ser expresado.

Hubo enfrentamientos entre unos y otros. No existe decisión que tengaadeptos y detractores. La maquinaria llegó hasta la campa y el antiguocamino fue ensanchado sin contemplaciones hasta alcanzar un altodonde dieron comienzo los trabajos para construir una balsa artificial.

Julrote trabajaba en una base petrolífera como mecánico. Si no poseíala titulación requerida se la inventaba. Decidió marcharse después deintentar boicotear el destrozo de sus montes. Y curiosamente ahorareparaba máquinas gigantes que perforaban y hacían sangrar al mar. Yano le daba importancia. Lo único que deseaba era terminar su jornaday alejarse, perderse en el horizonte de babor o de proa, sentirse rodea-do por aquel agua que le conducía a pensamientos de infinitos incon-cretos, papeles en blanco sobre los que escribir o pintar cualquier cosa.Se dio cuenta de que era el infinito perfecto cuando no renovó el con-trato y desembarcó nuevamente en tierra. Durante varias semanas lasparedes del pequeño apartamento, incluso las calles, le resultan moles-tas. Deseaba la amplitud. En aquellas horas para muchos muertas él seapoyaba y el mar le conducía. Cerraba los ojos y al abrirlos algo, pormuy breve que fuese, se había transformado, en ocasiones él, en otras,el mar.

Recordó sus actos en los bosques. Casi todas las semanas cogía elcoche e iba a visitar aquella porción de sus orígenes. En alguna ocasiónlo hizo andando y cuando entrenaba en bicicleta era uno de los lugaresque escogía para fortalecer los músculos de sus piernas. Pasaba ladesviación que llevaba a las campas y subía un puerto, corto pero duro,para descender de nuevo y llegar hasta el último pueblo. A partir de allítomaba un camino de tierra y piedras, paralelo a otro río que todavíafluía y sorteando con habilidad las dificultades de ciertos tramos, deja-

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Julrote iba al encuentro de Elvetria y Petria. Curiosamente fue Petria laque le invitó a tomar café. Pensó en su relación con Elvetria. Era comoel mar. Sólo que el mar mostraba su naturaleza y su templanza, tal vezintentándonos hacer comprender que romper la naturalidad de unaduna moviente suponía quebrar un sentimiento y aislarlo como un pue-blo pesquero que se desprende y se aleja, deseando volver al mar,como el padre de Francisco Coloane. Todo debiera ser como una ola,alta, imponente, tranquila, sosegada pero que siempre acaba durmién-dose en la arena de la playa. Pero el ser humano no era ola ni era playa.Y aunque aceptaba la situación, intuía que otro mar aguardaba su pre-sencia. Podría ser otra oficina, otra cabaña, otra mujer o un desiertodonde aprender el lenguaje de los escorpiones y los felinos que se acer-caban al oasis. Julrote cogió el periódico en el quiosco del hombre querecibió aquella gota de agua de bañera desparramada una mañanacualquiera. Se extrañó al leer una de las cabeceras de la portada. Ungrupo ecologista boicotea la construcción de una presa destrozandouna excavadora. Julrote pensó que no pudo hacer mucho más y quenadie sabía, ni sabría, que él actuaba en solitario. Tal vez la causa sólole importara a él, el efecto fue que la presa agotó su agua en dos díasde verano. No sirvió para nada. Tiró el periódico en la primera papeleraque encontró y en una mesa exterior vio a dos mujeres tomando café.

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-¿Cómo conociste a Julrote?-Regresaba de una base petrolífera –la pregunta no pareció molestar-

le a la voluble Elvetria- Le vi entrar en la oficina donde yo trabajabaantes y un no sé qué me llamó la atención. Tal vez su manera de andar.Estuvo en la oficina del director y se marchó.

-Así, sin más.-Regreso en alguna otra ocasión aunque nunca llegó a trabajar en la

empresa. Tampoco me ha confesado para qué iba. Un día coincidimos,o me esperó, no lo sé, a la salida del trabajo y me invitó a un café.

-Es muy romántico.-Déjate de burlas. ¿Tú me has preguntado, no? Por cierto eso que te

has puesto en la nariz es nuevo…-Me lo hicieron hace poco. Y conste, Elvetria, que no me burlaba de

ti. Todos nos conocemos de maneras muy diferentes. ¿No me quedamal, verdad?

-Sabes que no me gustan esos aros y los tatuajes, aunque Julrote lostiene.

-Serán marineros, cuando estuvo en esa base. -No, en su caso no tienen nada que ver. Para Julrote representan otra

cosa. Cada uno tiene un motivo, una fecha, un supuesto porqué.-Algún día le diré que me los enseñe. Por cierto, no entiendo que no

consolidéis la relación. No sé ya el tiempo que lleváis así.-No quiero complicaciones, me gusta mi vida. Cierto que también me

gusta Julrote pero no me veo, en fin, no me veo.-Ese misterioso hombre del que no se sabe lo que hace y a veces con-

fiesa lo que hizo. Recuerdas cuando nos contó lo de la excavadora.-Desde aquella noche bajaban la maquinaria y la dejaban protegida

en un terreno que todavía pertenece a mi tío.-¿Por qué lo haría?-Lo sabes bien. Adoraba aquel sitio y no pudo soportar ver el río seco.

Donde ya nos contó que se bañaba, que perdió un sello que le regalósu abuela por su comunión, donde las libélulas que para él eran comohelicópteros paseaban sus colores por la orilla, todo eso. Aquello le llevóa la petrolífera, quería alejarse de todo.

-Un alma errante que necesita un nido. Pero he denotado que es hom-bre al que le gusta compartir.

-Veo que le aprecias demasiado.-¿Acaso te sientes celosa? –se burló Petria- Por cierto, espero que tus

vecinos no sufriesen el baño que pretendías darte. Habrás puesto uncontrolador en el monomando. Los hay ya que gradúan la intensidad delcalor, los litros de agua que requiere la bañera, pueden incluso mezclarel agua con sal, azúcar, romero o lo que desees.

-En ocasiones resultas una impertinente.

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nozco, solamente me dejo llevar por ese movimiento indescriptible quese me hace por dentro, entre las costillas y el ombligo. Como ahí se teagarre una música…

Recuerdo la última vez que lloré desconsoladamente con una canción.Estaba cenando pasta y tomando una copa de vino, cuando la personaque estaba conmigo se levantó, bajó un poco la luz y puso un disco.Sonó una canción. Voz y piano. En inglés. No era capaz de distinguir siquien cantaba era un hombre o una mujer porque tenía una de esasvoces ambiguas, sin género, pero dejé el tenedor sobre el plato, meaparté un poco de la mesa y me puse a llorar. Me parecía desgarrado-ra, tristísima. Sabía que me estaban hablando del vacío, de la ausen-cia, del después de amar, del dolor. “El cantante es Jimmy Scott -medijo él-. La canción Nothing compares to you.” Me extrañé. Era una can-ción que yo había oído cientos de veces en la versión de Sinead O´con-nor. ¿Por qué me parecía entonces que en ese momento la estabaescuchando por primera vez? Supongo que porque, en definitiva, enese momento, en esa forma lenta de hablar la canción que tiene JimmyScott, era la primera vez que la escuchaba.

Qué duda cabe que si nuestras vidas fueran libros, los marcadores depáginas serían las canciones que nos han ido acompañando a lo largode los años porque el poder evocador de la música es tan fuerte comoel de todas las magdalenas de Combray juntas y todo su tiempo reco-brado. Cuántas veces he estado en un lugar cualquiera y ha sonadouna canción que me ha llevado, sin avisar, hasta una noche en un cafémadrileño escondido a diez años de distancia. Porque la música no melleva donde yo espero, sino hacia donde ella quiere llevarme. Por ejem-plo, yo hubiera preferido que la bso de In the mood for love me hubierallevado a cualquiera de las escenas que tiene la película, pero no, meha llevado, misteriosamente, hasta un anuncio de un coche. Nunca soyyo la que elige el destino del viaje, sino ella. Es así siempre.

Está acabando el disco.

Me he marchado, sin darme apenas cuenta, a los silencios llenos depalabras. A los cuerpos encontrados sin rozarse. A la seducción desdela invisibilidad.

* Artículo escrito por Mara Torres en la época en que eraconductora del programa de radio “Hablar por hablar”.Actualmente presenta La 2 Noticias.

Hacia la música[ Mara Torres ]

El otro día un oyente de Hablar por hablar* me envió un correo electró-nico donde me sugería para el programa la música de la película In themood for love (Deseando amar), de Wong Kar-Wai. Yo había visto lapelícula en el cine hace cuatro o cincoaños y me gustó tanto que me compréel dvd y después, un buen amigo meregaló el cartel, que es tan bonito, y lotengo apoyado en la pared al lado delsofá, de manera que lo veo cada vezque entro en la casa. Deseando amares un película extraña de la que ape-nas tengo recuerdos nítidos sobre per-sonajes o escenas, en cambio, recuer-do perfectamente las sensaciones queme inundaron al verla, los silencios lle-nos de palabras, los cuerpos encontra-dos sin rozarse, la seducción desde lainvisibilidad. Así que ayer por la tardeme fui a comprar el disco de la bandasonora y lo he puesto justo antes de empezar a escribir estas líneas.Casi me muero de la emoción al oír el primer tema, ¡es una música queandaba buscando desde hacía tiempo! Es una música que yo habíaescuchado antes en el anuncio de un coche en el que una mano va aca-riciando muy despacio algunos cuerpos. Siempre que veía el anunciopensaba ¿de quién será esta música que me hace disfrutar tanto? ¡Y lahe encontrado! Es de Shigueru Umebayasi, compositor habitual deWong Kar-Wai. Gracias, oyente. Me siento afortunada. Creo que hoy esun día en el que he tenido mucha suerte.

Apenas sé nada de música. Sólo distingo entre la que me gusta y la queno. Entre las músicas que me conmueven, me animan, me entristeceno me alteran, y las que no. Entre las canciones que me cuentan algo ylas que no. Las que me hacen estremecer y las que no. Me da comple-tamente igual cuándo y quién las haya escrito y compuesto, si ocupanlos primeros puestos en las listas de ventas o si no las conoce nadie, siestán escritas en un idioma que entiendo o en una lengua que desco-

Este texto fue originalmente publicado por la revista online ‘Musica de Autor’http://www.musicadeautor.com/opiniondetalle.php?id=9

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dicho "no tienen tierra". Claro. Y luego calamarcitos y mero a la plancha.Javi, que es callado, me interrumpía, y yo a él. Estábamos superconten-tos de celebrar su cumpleaños juntos.

Un día Marina me dijo de irnos juntos unos días fuera. Yo le soltaba mirollo de siempre "los pueblecitos de Catalunya están muy bien, pero lagente ya sabes como es, yo prefiero los pueblos del norte de Españaporque te bajas a la plaza o al mercado y la gente te explica como essu vida y... ". Ella decía "vale, vale, tú no te preocupes, que no vas anecesitar que nadie te explique nada, que yo te lo explico todo"... yo pordentro seguía en mis trece "ya, si ir contigo me parece increible, pero yasabes, la gente y eso...".

Enmitad de la comida le he dicho a Javi que lo mejor es mojar pan peroque yo no lo hago porque tampoco quiero coger peso. Los cuatro díasque me fuí con Marina, antes de marchar, perdí 5 kilos en dos semanas,se me podían contar las costillas, como cuando pequeño. Yo elegía eltren y ella la habitación. Eligió una cama de matrimonio. Y yo lo sabía yquería estar muy delgado.

Era un pueblo de mar, en invierno, cuando a mi más me gusta, una habi-tación en un hostal con una bañera enorme, con una cama pequeñita.Nos pasábamos la mañana en la playa (en el mar) y era invierno.Comiamos fuera, dormiamos la siesta, ella, después, se pasaba unahora en el baño mientras yo miraba la tele, y saliamos por la noche,bebiamos mucho, me hacía bailar, y al regresar dormiamos juntos.Todo. Hasta el final. Por la mañana los dos teníamos las mismas ganas.

Nunca estuve enamorado de Marina. Cuando ella tenía uno de sus milviajes yo nunca la echaba de menos. No sufría. Al regresar sonaba mimóvil o un mail, ella nunca pedía nada, si yo estaba, aunque fuera, enuna de esas relaciones perdibles, lo respetaba y me decía que me lla-maría, yo, por puro miedo desviaba la atención y le hablaba de otrascosas. Nunca recibí más respuesta que el día que se marchaba.

Hoy he comido con Javi. El es mi amigo de más tiempo. Hace 25 añosque somos amigos. ¡Qué barbaridad!. Hace unos días fué su cumplea-ños y le quería invitar a un sitio especial. El "kiosko universal" es un barque hay entrando en la Boquería, por las Ramblas, a mano izquierda.Tienes que comer en la barra pero merece la pena, de verdad. Javi meha hecho una pregunta que me ha hecho pensar, "ya, pero cuéntamecosas de ti, Emilio". Nunca cuento de mi, si no me lo preguntan directa-mente, no sé si tiene que ver con mi educación o con mis miedos, solohablo de mi si me preguntan, incluso a mis amigos. "Y tú, como estásEmilio? Cuéntame cosas de ti". Jo, yo que sé, qué difícil.

Marina solo aparecía cuando yo estaba solo y ella había dejado unnovio en Nueva York o en Floréncia. Era demasiado para mi. Un día laacompañé a comprar muebles en una tienda de viejo. La señora, al ver-nos, nos dijo que haciamos buena pareja. Yo dije que si, que ella eraguapísima y que yo tenía cara de quererla muchísimo toda mi vida. Erauna broma. La dependienta, muy sabia, dijo, que "eso no era suficien-te". Marina, tan buena, con su falda por encima de las rodillas, dijo "queeso era más que suficiente". Siempre pensé que era un juego, que lasmujeres son mucho más inteligentes que los hombres, y que ella semerecía un chico guapo, inteligente y más seguro de si mismo que yo.

Le he explicado a Javi que me siento bien. Yo que he sido un tontoromántico y apasionado ahora estoy bien porque no pretendo nada. Missueños de niño siguen estando pero son nuevos, han cambiado. Ahorapuedo estar con alguien sin morirme por dentro. "La vida es más com-pleja de lo que parece".

Nos hemos bebido dos botellas de vino. Hemos hablado de cuandopequeños. De primero hemos comido verduras a la plancha bañadas enaceite de oliva marinadas con setas, pimientos, espárragos, berenjenasy alcachofas. Luego hemos comido pulpo gallego y navajas. Javi, ha

El kiosko universal[ Emilio Barco ]

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Apunte nº 1

He desayunado pastéis de nata. Son unas pastas de hojaldre y cremaque se comen tibias y espolvoreadas con canela y azúcar. Los que másme gustaron son los que prové en Belém junto al Monasterio de losJerónimos, en la famosa pastelería Pastéis de Belém fundada en 1837.Los pastéis abarrotan los escaparates de las mil y una pastelerías deLisboa. Es difícil resistirse, y eso que yo nunca me he considerado unapersona de dulces, aunque sí me considero una persona de salados. Yes que considerarse algo está bien.

He traído en la maleta tres cd's de los Doors, a pesar de no ser típicosde Lisboa, a mí me traen mucha saudade. Cuando vi las portadas deMorrison Hotel y de Strange Days en cd, tan brillantes, con la caja deplástico de bordes redondeados, tan estéticos y tan irresistibles comolos pasteis, pensé que sería un buen souvenir aunque pudiera comprár-melos en Barcelona. Todo el mundo sabe que no es necesario ir aMéxico para a comprar un sombrero mexicano.

Apunte nº 2

La saudade te cala como el ladrido constante de un perro. No sé si serápor las paredes desconchadas de los edificios, la pintura descolorida delas fachadas, las ventanas viejas de las buhardillas o los azulejos rotosde las paredes... pero le sienta tan bien la decadencia. No es una ciu-dad para almas perfectas. Eso es lo que tiene la belleza genuina, que aveces queda bien y otras veces hace parecer un adefesio. Algo asícomo una nariz grande o unos dientes torcidos, no a todo el mundo lesienta igual. En este caso, queda bien.

Apunte nº 3

El sol ha brillado cada día. En ese extremo de la península no llovió,excepto la última tarde, que el cielo ya estaba triste. Nos subimos altranvía cada día 28 veces. Perdón, he querido decir que nos subimos al

Cinco apuntes sobre Lisboa de lectura no obligatoria[ Paola Vaggio ]

Para ella era normal. A mi me asombraba, nunca pensé en acostarmecon alguien de quien no estuviera enamorado. Tan tonto.

Empezé a sentir necesidad cuando se estiraba el jersey sobre la cintu-rilla del vaquero, o cuando la ví por primera vez en braguitas y sin suje-tador, una necesidad demasiado fuerte, no estaba enamorado, era puromiedo.

Un día marchó a Cádiz y de ahí a Roma o Nueva York. Ahora mismo nilo sé. Hoy hablaba con Javi de lo difícil que es mantener algo, la amis-tad, cualquier cosa, del temor, él me ha dicho que le ocurre lo mismo,que hay momentos en los que no se siente nada interesante ni atracti-vo, que necesita estar solo y pensar en cosas, pensar en algo. Yo leentiendo tanto.

Ella no comía mucho pero le gustaba que todo fuera especial, o las vis-tas o las velas o la conversación. Yo, para hacerme el interesante, mehacía el débil, le explicaba las cosas que sabían que la encantaban,cosas fáciles, sin más. Llegaba a la habitación mojadísima pero no mequería. Era increible verla desnudarse, poco a poco, yo temblaba. Peroluego dormía conmigo aunque soñara con chicos guapos, amanecia ami lado despeinada con la ropa interior que se deslizaba entre sus reco-vecos, me pedía a mi todos los besos y jamás utilizó su móvil.Disfrutaba de cada situación en el momento en que la estaba viviendo.Tarde para cambiar.

©Fleur Suijten

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su ciudad;a su gente;a su ex;el olor a sardinas;yo que sé;el revoltillo de bacalao de su madre;o vinho verde;la ropa tendida en los balcones.Aunque no eran todas esas cosas exactamente, ni tampoco eran exac-tamente todas esas cosas, más bien era algo sobre el espacio, el hori-zonte, las calles, las vistas...¡las paredes!

La fachada del edificio de la pastele-ría de Joao en Barcelona había sidorecientemente restaurada con lasayudas del ayuntamiento, y sí, el blo-que había quedado precioso, comonuevo, como si la finca centenariaestuviera recién salida del horno,como diría Joao.

Lo que le sucedía a nuestro pastele-ro era nostalgia del paso del tiempo,de paredes derrotadas, mosaicos enmil pedazos, grietas y huecos.Imperfección. Joao anhelaba laimperfección. Por ese motivo y domi-nado por un impulso extravagante denuevo rico, una noche salió a la calle,se situó frente al edificio de la pastelería y empezó a picar y repicar lafachada, consiguiendo un par de descubiertos la mar de curiosos justoal lado de la puerta de entrada.

Tras la faena se fumó un cigarrillo, pensativo, maquinando qué otrasimperfecciones podía llevar a cabo. Cuando se le ocurrieron, apagó lacolilla -por supuesto en la pared de la finca- y prosiguió con sus manio-bras de recuperación de la degradación del tiempo, esta vez haciendosaltar la pintura y el yeso de los bajos de los balcones del primer piso,que evidentemente era de su propiedad. Nuestro pastelero Joao se sen-tía contento y feliz, recuperando la sonrisa y con un nuevo brillo en susojos. Por fin, aquel edificio impoluto y perfecto empezaba a parecerse asu querida Lisboa.

tranvía 28, cada día un par de veces. La última tarde cedimos nuestroasiento a dos viejecitas portuguesas mientras llovía a cántaros sobre laAlfama. Tengo un montón de fotos llenas de tejados.

Apunte nº 4

Sofía se llena el bolso de mapasy los tigres aprenden a soñarcon sus ojos verdes verde.

Un mapa que daban en el aeropuerto,otro en recepción,otro en la caseta de información,otro de internet,el plano de la guía...y todos juntosdando como resultado una ciudadcon las calles repetidas cinco veces.

Y la posibilidad de cinco veces perderse.

Apunte nº 5

Estando aún en Lisboa, se nos ocurrió la historia de un pastelero lisbo-eta que se muda a Barcelona para olvidar un amor y probar suerte conuna nueva vida.

Al tipo, de nombre Joao, no le está yendo nada mal en Barcelona, lareceta de pasteis y queijadinhas triunfa en el ensanche, los domingosse forma una cola de gente que da la vuelta a la calle. Incluso, las cos-tumbres están cambiando y para los cumpleaños ya no se soplan lasvelas de la típica tarta de aniversario, ahora se compran tantos pasteiscomo años se cumplen y se los tienen que trincar todos el mismo día ono se hace realidad el deseo. O se mueren. Esta es una regla que seinventó Joao una noche, borracho, como el que inventó las del Parchíso el Monopoli, y para sorpresa de Joao, en Barcelona se sigue a rajata-bla. Así que la fortuna le sonríe a nuestro pastelero lisboeta en la CalleDiputació o la Calle Calabria, no viene al caso la localización exacta...PERO, y un PERO así de grande, Joao estaba triste. Extrañando cons-tantemente algo:

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nunca recibí esa llamada por culpa de un malentendido. Me escribió paradecirme que no había podido localizarme. Lo último que supe de ella es quele dolían las muelas. No le contesté a esta última carta, y al cabo de un parde meses no podía creer el titular de telediario que anunciaba su muerte, laspalabras del locutor: “murió abrazada a sus cuadernos”.

Desde entonces camino con esa ausencia pegada, esa conversación quenunca tuvimos. No pude leer sus libros durante mucho tiempo, cada vez quelo intentaba me echaba a llorar. Mi vecino Paolo un día apareció en la puer-ta de casa con “El cuarto de atrás” en la mano y me dijo: “Nuria, tienes queescribir, porque leerla a ella es como leerte a ti”. Y no escribí, pero recogí esetestigo y volví a leerla. Y un tiempo después, en Buenos Aires caminé denuevo con “La reina de las nieves” bajo el brazo, y frente a unos ventanalesenormes de la Biblioteca Nacional me dispuse a cerrar una historia quesiempre tendrá ese cabo suelto que la muerte no me dejó asir.

En esas páginas, muchas hojas más allá de mi confusa escapada lectora dehacía años, Leonardo Villalba encontraba un libro. En ese libro tropezabacon el vértigo de saberse reconocido. Ahí había una puerta. Detrás de esapuerta había respuestas. Las respuestas las tenía una escritora a la que éltenía que encontrar… Como si cayera por un precipicio e infinidad de hilosme sostuvieran de cara al cielo, me sentí detenida en un presentimientoimposible de hace años que en ese momento, en Buenos Aires, se me pre-sentaba en palabras. Al igual que le pasaba a Leonardo, todo “tenía que verinmensamente con la que había venido siendo desde que nací”, pero yo yahabía perdido a mi interlocutora.

Ahora retomo otra vez sus palabras, como un íntimo reencuentro, en estosdías de temporal de nieve. Las respuestas detrás de puertas que cada vezque se abren son distintas, porque nosotros somos distintos. La forma impre-cisa en que los recuerdos caen a nuestro alrededor. Y ella, como siempre, lodice mejor que nadie:

In memoriam

En la gente viva uno cree, se empeña en tener esperanza, aunquesepa que se engaña. Cree uno que habrá tiempo para entenderse,que tiempo es lo que sobra, y lo va dejando un día para otro, elhablar. Por eso te escribo a ti aunque no me oyes. Porque piensoque si me sirve de pretexto (imaginando todo lo que irremediable-mente nos quedó por hablar) y dado que sólo esa desesperaciónme mueve a comprender lo efímero de mis posibilidades para conlos demás, ya es algo si, aunque tú no me oigas, a través de ti, porcausa de ti me oyen los demás y les puedo decir alguna de lascosas que ma ha desvelado la tragedia de tu desaparición.

(Cuadernos de todo)

El primer libro que leí de Carmen Martín Gaite (en 1999, enInglaterra), Lo raro que es vivir, lo saqué prestado de la biblio-teca de la Universidad de Kent, creo que era mayo, o junio,y desde entonces mi vida no ha vuelto a ser la misma, yno exagero.

El segundo libro que leí de ella, en ese mismo mes,fue Nubosidad variable. Este libro lo leí justo antes detomar una decisión inesperada e improbable, quefue viajar a Nueva York a conocer a un poeta argen-tino con el que me escribía por mail. Me acompañóen ese viaje la energía positiva de la historia queconstruían Sofía Montalvo y Mariana León, y tam-bién unos versos de Gioconda Belli, de quien nopodía saber entonces que se convertiría más tarde enalguien que me lanzaría puentes desde el otro lado delmundo.

De vuelta en España seguí leyendo La reina de las nieves, y ahí sobrevinolo inesperado. Se materializaron ante mí las primeras palabras de su primerlibro en mi vida:

Hay veces en que lo normal pasa a extraordinario así por la buenas y lo nota-mos sin saber cómo. De entre la sucesión no contabilizada de gestos, movi-mientos y vislumbres que van engrosando la masa amorfa de lo cotidiano,se separa de los demás uno de ellos, aparentemente insignificante, y saltacomo la nota discorde de un pentagrama, se queda resonando por el airecomo zumbido de moscardón, qué pasa, ha habido una avería o esto signi-fica el comienzo de algo nuevo, nos miramos las manos, las rodillas, qué eslo que se ha transformado, hacia dónde enfocar la atención, no sé. Y sobre-viene el miedo o la parálisis.

La parálisis. El vértigo. No llevaba más de 30 páginas, y me había metidotanto en el libro, que lo tuve que dejar de leer en cuanto apareció un final decapítulo que me permitió volver a tomar aire. Ahí había una puerta. Detrásde esa puerta había respuestas. Las respuestas las tenía una señora de peloblanco y boina a la que tenía que conocer. Escribí una carta a la editorial diri-gida a su nombre, con la seguridad de que me contestaría, y así fue.

Me escribió dos cartas, me envió un libro, me llamó por teléfono en respues-ta a un papelito que yo dejé en su buzón cuando estuve en Madrid, pero

Releyendo a la Gaite[ Nuria Rita Sebastián ]

Este texto pertenece a la columna ‘Tamaño Nuria’ dentro de la bitácora Todas http://www.entretodas.net

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Sólo una vez hablé con el profesor autodidacta. Lo crea la gente o nome firmó los trece libros que había acumulado hasta entonces. De unasola vez y sin perder la sonrisa. Su simpatía me desbordó, a pesar desu fama de hombre afable y cercano. Sus pirámides y palmeras de tintaaún adornan mis orgullosos libros… El número fatídico marcó quizá queaquélla fuese la única, y por tanto la última vez que pude decirle, porejemplo, que uno de mis libros favoritosera Terenci del Nilo.

Obsesiones en su obra, creo que podríadestacar tres: la Belleza, el Tiempo, laSoledad. Él ha hecho de su Tiempo, y delTiempo de los que hemos tenido la suertede leerle, un reducto de Belleza enSoledad acompañada.

Sus obras –creo poder afirmar sin miedo a equivocarme demasiado-podrían reagruparse en cuatro grandes grupos: Egipto, farsas sobre la“Modernidad”, obras sobre la soledad y ensayos de Cine.

En algunos casos confluirían pues, como ya hemos señalado, la sole-dad era uno de sus Leitmotivs. La riqueza de su verbo todo lo envolvía,todo lo retorcía como en una gran columna salomónica que ascendíahacia un final a veces imprevisto, a veces avisado –y anunciado congrandes trompetas de todos los metales- hasta la saciedad propia de unromanticismo tardío y apasionado. Es más, esas columnas estabanbien cargadas de hojas y uvas propias de un Baco travieso y de un Panlistísimo o a la inversa. Todo era exceso: la multitud de recursos litera-rios se organizaban de formas variadas pero siempre daban lugar aretablos muy recargados. Eran continuamente y sin descanso obrasbarrocas donde se reconocía su estilo colorista y hermoso, aunquefuese para describir momentos negros y abismales.

Te echaré de menos. Ya te estoy echando de menos. Naciste enAlejandría, como gustabas decir y ahora han sido vertidas tus cenizasen el Nilo. Ni siquiera el consuelo de tu túmulo me quedará. A cambiomi biblioteca te mantendrá siempre vivo, como el primero de todos.Como la divinidad más brillante del Olimpo Humano Literario.

Y es que Dios sería la hostia. Pero yo también.* Sí, Terenci, y ya siem-pre lo serás.

* El peso de la paja. El cine de los sábados.

A las doce y media de la mañana del miércoles dos de abril del año dosmil tres una persona cercana me daba la mala noticia. La terrible noti-cia: mi referente literario de la adolescencia había muerto. Terenci Moixhabía dejado este mundo para acceder, junto a Osiris, al verde Más Allá.

Fue La herida de la esfinge el primer libro del autor que devoré. Era losuficientemente pequeño como para no entender lo que tenía entre lasmanos. Pero lo suficientemente adulto como para quedar enganchadopara siempre a la magia de su quehacer ante la hoja en blanco.

Crecí entre las páginas de Viaje sentimental a Egipto, lloré por primeravez ante un libro. Estuve dos meses sumido en la más profunda de lasdepresiones al absorber la desoladora soledad de El amargo don de labelleza. Reí a mandíbula batiente con la trilogía de Garras de astracán,Mujercísimas y Chulas y famosas, y realmente creo que MirandaBoronat nos sobrevivirá a todos como el máximo exponente del absur-do moderno. Me dejé engullir por los mágicos universos de El demonioy Mundo macho. Viví el negado proceso madurativo a través de los trestomos de El peso de la paja, la frustrada autobiografía a la que le que-daban tres tomos más que ya nadie podrá escribir. Mi fascinación porEgipto hizo el resto con No digas que fue un sueño y El sueño deAlejandría. Me aleccioné en sus artículos periodísticos recogidos, aveces, en tomos como Sufrir de amores, La noche no es hermosa y Losinmortales del cine. Y, en fin, viví, aprendí, me emocioné, me sonreí, lle-gué a morir y a resucitar de manos de Olas sobre una roca desierta, Elsexo de los ángeles, Amami Alfredi!, Venus Bonaparte, El arpista ciego,Tres viajes románticos y, recientemente, Nuestro virgen de los mártires.

Decir que Moix es uno de mis escritores favoritos es reducir a una fór-mula absurda la devoción que he sentido por una persona que me haayudado a ser persona a través de sus palabras, de su enunciado lite-rario. No me importa a cuantos idiomas ha sido traducido, ni qué pien-san de su obra los mandamases y gurús de la cultura, sólo lo muchoque me ha ido dando a través de estos años con maestría y amor.

Terenci Moix[ Guillermo Arróniz ]

Este texto fue publicado dentro de la sección “Taller literario” de la web del programa de radio El abrazo del oso

http://www.elabrazodeloso.com

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Y si un día se te clava la lluvia en las pestañas, tan sólo has demarcar mi número, jamás apago el móvil

Al final nunca lo supe,Soy menos fuerte de lo que me hicieron creer.Si algún día no quieres volver a hablar,Yo me encargaré de grabar tus sílabasEn una libreta semi gastada.

Me ofrezco como azafata en viajes al extranjero,No lo dudes, en mi currículum no hay un sólo dato real.Y si el avión se estrella sobre el marSeré la segunda en morir ahogadaPorque el piloto tampoco sabía nadar.

Mentalmente hago malabarismosCon las emes, las eles, las eses y las jotas,Para no perder las maletas,Para que no se me enreden los cordonesCuando te miro a hurtadillas.

Siempre me encantaron las frases imposibles:"La mañana de mi muerte","El hermano de su hijo único","Te olvidaré algún día".Me pongo otro vodka y me voy a dormir.

Hay mucho que repensar.

Y si un día se te clava la lluvia...[ Carol Blenk ]

La mayoría de seres humanosresultan maleables por naturaleza,una tabula rasa que al ser agitadase borra y de nuevose puede volver a pintarcon garabatos absurdos desordenados.

No es capaz de defenderse por tantode esta abrasiva realidad mediocreque nos da formanos clasifica y deteriora al gusto de unos pocos.

El ser humano es reflejo en cavernasombra de lo que debería haber sidohermoso y cruel animallibre como sólo una hoja secaante su propia caídapuede llegar a ser.

Sin embargo cuando se sientealcanzado en el desequilibriosabe como el felino desprendersede alguna de sus vidas de sobray comenzar de nuevo.

Predeterminación[ Lucas Rodríguez ]http://elkoalapuesto.blogspot.com

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Ningún día es bueno para cavar la fosay enterrarnos;ningún día brillantees bueno para morir.

Déjame vivir,aunque arranque como locatus ojos clavados,tu recuerdo de lepra.

Deja que viva un poco más.Calienta el puñal, afílalo;mientras tantodeja que me engañe,que cree en las almohadas;deja que anochezca,deja que me enrede entre los muertosy comparta sus primaveras.

Ningún día es bueno para cavarla fosa y enterrarme.Solo pido:déjame vivir;ya me acostumbré a caminar,a doblar las sábanas,a dibujar tus cejas.

Mientras tantoasesta el puñal, prepárate, busca el mejor ángulo,la mejor daga.Enrédate tú tambiénen mi inocencia.

Mi asesino, mátame,juega con mi sangre, escúpeme;di una oración por mi cuerpo,di que era necesario.

Mátame a medianoche de un domingo,cuando esté vestida de lila,cuando te dé la señal.

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Ningún día es bueno...[ Jazmina Caballero ]

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Portada y contraportada para la revista "bla,blArt" número 0Original del alumno de la UPV, Facultad de BellasArtes, Willem HeskesInterpretación (acuarela) del THE SOLOMONGUGGENHEIM MUSEUM. Estampada en tonoscontinuos. > págs. 33 y 48

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 13Original de la alumna de la UPV, Facultad deBellas Artes, Mª Sáenz LadreroVariaciones sobre un tema, estampados enTécnica Mixta (serigrafía, tipografía y aplicacióndirecta). > págs. 35 y 36

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 14Original del alumno de la UPV, Facultad de BellasArtes, Cristina LariosSerigrafía (2 tintas) por Cristina Larios y Alfredo GilLarrinaga. > pág. 37

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 15Monotipo original de Kikis Álamo"Collas integrado, golfrado en húmedo". Papelhecho a mano. Soporte: algodón 100%. Color: lino100%. Realizado en los talleres de Paperki enFuenterrabía. > pág. 38

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 14Original del alumno de la UPV, Facultad de BellasArtes, Beatriz AparicioTécnica mixta (serigrafía, cosido y chorro de tinta).Serigrafía (2 tintas) por Alfredo Gil Larrinaga. > pág. 39

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 11Original del alumno de la UPV, Facultad de BellasArtes, Lander TelletxeaVariaciones sobre un tema. > pág. 40

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 15Original del alumno de la UPV, Facultad de Bellas

Artes, Raúl Piñeiro"Interpretación gráfica fotografía con escena en laplaya". Serigrafía y huella en seco con taco demadera. Serigrafía (1 tinta) estampada por MarleneNubla Huella en seco estampada en prensa tipográ-fica por Alfredo Gil Larrinaga y Asier Santos Pérez. >pág. 41

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 6Originales de los alumnos de la UPV, Facultad deBellas Artes, Patricia Izarra y Javier Royo4 ediciones "Animal Life", estampadas en serigrafía(4 y 5 tintas) por Agustín Ardanaz. > pág. 42

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 9Original del alumno de la UPV, Facultad de BellasArtes, Íñigo AnsolaSerigrafía (4 tintas) por Agustín Ardanaz. > pág. 43

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 10Original de la alumna de la UPV, Facultad de BellasArtes, Usoa FullaondoSerigrafía (7 tintas) por Alfredo Gil Larrinaga. > pág. 44

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 12Original del alumno de la UPV, Facultad de BellasArtes, Mª Eugenia Talavera ArévaloTécnica mixta (serigrafía y collage). Serigrafía porJose Mª Sánchez. > pág. 45

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 16Dibujo y composición gráfica: Carlos HernándezSerigrafía (3 intas) por Taller Asprogrades, Granada.> pág. 46

:: Encarte para la revista "bla, blArt" número 16Dibujos y composición gráfica: Adrián Gómez,Carlos Hernández, Mª Rosa Marruecos, Juan E.Martínez, Paco Yañez, Inma Rodríguez, M.Angustias Hidalgo.Serigrafía (3 tintas) por Taller Asprogrades, Granada.> pág. 47

El número 0 de bla blArt vio la luz en 1992. Desde entonces hasta ahora bla blArt está formado cada año porun grupo distinto de alumnos comprometidos con el proyecto, dirigidos por el creador de la publicación, el profe-sor José María Sánchez Cuesta. Reproducimos aquí el editorial del n. 1 de bla blArt:

bla, blArt os propone una revista de arte en su sentido más general, con cabida para todas las expresiones delmismo, y desde todos los puntos de vista: temas, que, intentaremos, sean de vuestro interés. Obtendréis infor-mación de lo más actual y cercano. Pretendemos aglutinar diferentes ideas y tendencias dentro de una sola pub-licación de manera que tú analices y saques tus propias conclusiones. Es por tanto un foro abierto del pen-samiento y la reflexión; cultura y entretenimiento, ¿por qué no?

bla, blArt se renueva al ritmo y evolución del arte y de los acontecimientos que lo rodean. También nosotros: laredacción dejamos paso a nuevas promociones con enfoques diferentes que enriquezcan con el tiempo estapublicación. bla, blArt se compromete, se atreve, se moja; mediante una política editorial sin censura, de ideasni de estilos, publicamos todas las opiniones: te escuchamos, queremos saber qué opinas tú también.

Esta publicación no tiene ningún afán de lucro, tan solo transmitir ideas y libertad de pensamiento porque ver-dades no hay una sino muchas y tú debes estar informado de todas ellas. Si te interesa nuestro proyecto nodudes de que pondremos todo nuestro empeño y buen hacer para satisfacer tu curiosidad.

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Vi el pavor de un niño que creía que yo era israeli-ta.

Llevamos Lápices allí y dejaron una brisa de esperanza en todos loscolegios y campos de refugiados que visitamos.Fue poco, sólo unos cuantos colores que paliarán quizás un año esco-lar, pero sobretodo, las excepcionales personas que conocimos. Sedieron cuenta que aunque el mundo es inmenso hay personas que seacuerdan de su pueblo y el concepto de ayuda y solidaridad entre per-sonas individuales, como ha sido a través de la historia, sigue presen-te hoy en día.

Y ccmo Lápices para lapaz sigue estando vivo,hemos decidido visitar loscampamentos Saharauisel próximo mes de marzodel año que viene.

No nos olvidaremos delKurdistán iraquí, quecomo sabéis se estáretrasando porque denuevo siguen bombarde-ando ese país, tan casti-gado y tan lleno de sufri-miento que sólo ver lasnoticias que vienen de allíentristecen a cualquiera,pero no nos olvidaremosdel pueblo kurdo.

Seguiremos trabajandorecaudando fondos por-que estamos seguras que cuando pase la tempestad los niños y niñasnecesitarán aún más si cabe material escolar para poder seguir pin-tando PAZ.

:: Blog: Lápices para la paz ::http://mm-cuadernodebitacora.blogspot.com/

1 de noviembre de 2007. Hoy Lápices para la paz cumple exactamen-te un año.

El objetivo principal cuando nació esta bitácora fue el conocimiento yla difusión de esta iniciativa educativa y fue pensado y elaborado porpersonas individuales, sin ser un enorme proyecto presupuestado porningún organismo.

Quisimos plasmar en primera persona cómo es la realidad de esosniños que viven o que han vivido situaciones tan difíciles para unmenor como es un conflicto armado.El blog iba a ser básicamente una bitácora de viaje, real y visionada

desde la perspectiva de nuestros ojos y sobreto-do testimonial porque narraríamos simplementelo que el menor y su entorno estaban viviendo ensu realidad, en su día a día.

Este año transcurrido ha estado cargado de sue-ños e ilusiones cumplidas que nos llevaron atodo el Territorio Palestino y una vez allí contem-

plamos en primera persona lo que estaba sucediendoen ese rincón del mundo y descubrimos cómo los niños

son niños en cualquier parte del planeta y como sus uni-versales sonrisas nos acogieron con una enorme solidari-

dad porque nos aceptaron como extranjeras que éramos.

Lápices para la paz descubrió mujeres valientes, grandes educadorasy luchadoras por la independencia de su género y que nunca saldránen esos enormes medios de comunicación y sus increíbles historiasse difuminarán a través del tiempo sin ser jamás escuchadas.Ancianas con dolor y dignidad en sus rostros. Su hospitalidad nosrompió el corazón.

Niños con zapatos con más talla que su pie jugando sin percatase delfrío y la constante vigilancia de los militares israelíes. Pude ver cómonos apuntaban con sus ametralladoras sin que ningún músculo de surostro hiciera algún movimiento.

Lápices para la paz cumple un año[ Teresa López y Alicia Mora ]

A. Mora

Lápices para la Paz tiene una cuenta bancaria, es a nombre de la ONGInfancia Solidaria, donde podéis ingresar, mediante transferencia o ingreso enefectivo, una donación: La Caixa 2100.4179.93.2200045563 Poned en con-cepto: Kurdistán "lápices para la paz" (esto es muy importante cuando real-icéis el ingreso). Porque otro mundo si que es posible.

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zas agachadas, golpeando una y otra vez los hie-rros para conseguir la forma deseada.

Descalzos, llenos de suciedad, con ropa repleta de sudor, sentadosde cualquier manera, dedicados exclusivamente al increíble manejo deun martillo, no muy grande, hecho a medida para sus pequeñas manos.

Organizaciones como Human RightsWatch y Domestic Child denunciaron laexistencia de esclavitud en cientos deniños marroquíes. En sus informespodemos leer que hay 600.000 meno-res, entre siete y catorce años, trabajan-do en la más absoluta ilegalidad y bajola mirada indiferente y cómplice delGobierno. Si se añaden los que aún nohan cumplido los siete y los que estánen la franja entre 14 y 18, la cifra seduplica… esto en el reino de MohamedVI.

Jousef me dijo que siguiera, que no meparase para ver a esos niños. No es unazona turística, ni tiene colores bonitos, ni olores agradables.

Más bien, todas las agradables sensaciones que venia recogiendo, unapor una, se esfumaron..

Un niño me enseñaba el manejo del martillo, lo tiraba hacia arriba ydando piruetas en el aire, aterriza en su mano, como un hábil prestidigi-tador, sonriendo orgulloso.

Jousef me señala al cielo... Observo telas meciéndose en el aire.

Pero ya no puedo ver esos colores, pues se mezclan con los incesan-tes sonidos de los martillos.

Son esos niños que golpearán al hierro durante horas, días, semanas.Digo a Jousef que me voy. Él me mira confundido, y al alejarme, esesonido me sigue, me ronda y me gustaría tanto encerrarlo y llevárseloalgún gobernante para que no le deje dormir por las noches, recordán-dole que existe infancias robadas, tremendamente tristes y que élmismo podría haber sido uno de ellos.

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Giros y más giros por calles repletas de gente, bicicletas, mujeres conbebés a las espaldas, tiendas de alfombras, madera, plata, perfumes,Kohl, telas. Puestos de dulces con miel, almendras, pistachos. Ciruelassecas, dátiles, incienso, infusiones, remedios caseros con especias yproductos de lo más curioso: huevos de camaleón, lagartos y plantassecas, una de ellas con un cartelito donde se lee: “viagra”.

Mi guía ocasional, Jousef, medice que le siga. Observo que setapa con un pañuelo la boca y ensu mejilla tiene un prominente fle-món. Le pregunto si está bien yme dice que no es nada que aca-ban de quitarle una muela infec-tada en uno de los dentistas de laciudad, por cierto nada barato.De repente se para y me detiene,veo que se aproxima una nube depolvo ocre, espesa y a modo de protección se interpone de espaldas yme dice que me gire. Desde luego, un gran guía y si al principio descon-fiaba de él, ya no tenía ninguna duda de su compañía.

Íbamos acercándonos al zoco de los tintoreros que mezclan los coloresde mil maneras para conseguir los morados los rojos más intensos y losamarillos más brillantes. Mientras andábamos me tropecé con un arte-sano de la lana. Se detuvo y posó muy amablemente para la foto y elazul de su carga parecía irreal con el contraste del típico rojo deMarrakech.

Jousef quería enseñarme una estupenda vista de la ciudad. En la zonade los tintoreros, en lo alto de una tienda de un amigo suyo que mezcla-ba los colores. Pero antes, teníamos que atravesar la zona de los traba-jadores de la forja.

Entonces fue cuando lo oí. Unos incesantes golpes de martillo.Aleatorios, sin ritmo.Fue cuando contemplé una calle repleta de niños,uno al lado del otro, de apenas 11 años. Todos sentados, con las cabe-

El sonido del martillo[ Alicia Mora ]

A. Mora

A. Mora

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cercenan una población civil herida profundamen-te por los eternos conflictos bélicos.

Pero Adis, de repente le tiembla la voz y apenas puede articularpalabra. Adis rompe a llorar. El silencio no puede ser más doloroso.Por un instante, en ese mismo auditorio se instaló el horror de la gue-rra. Bosnia estuvo allí, Sierra Leona, Afganistán, Iraq. No podíamosescuchar el ruido de las explosiones, pero sí el llanto de Adis. La injus-ticia personificada en su testimonio nos estremeció y conmovió a todos.Su mano, única mano, intentó que ninguna lágrima acabara su recorri-do por el rostro. Adis llora, como muchos de los que estábamos allí.

Sentí la impotencia y la injusticia. Sentí que al igual que nos dice JohnBerger al principio del libro “Vidas Minadas” que el término victima no esel apropiado. Sonmás que victimas,estos hechos deberí-an ser un punto deinflexión, para nobajar la vista ante laperversidad que sig-nifica este tipo dearmas. Un punto paraseguir denunciando yexigir a nuestrosgobiernos y a lasempresas que lasfabrican que parencon este terror.

Adis es animado pornuestros aplausos.Pero no puede seguir hablando. Ya no era necesario, todo lo que que-ría expresar ya lo dijo. El dolor es universal, traspasa fronteras, no dis-tingue edades, colores, razas, kilómetros. Su dolor en definitiva, era elnuestro.

Después continuaron más voces, como la de Manuel Orellana. Relatóla crudeza de su cotidianidad. El trabajo, el caminar, su día a día. Unavida muy dura. Pero gracias a su familia puede seguir adelante.

Sofía Elface. Tenía once años cuando pisó una mina en noviembre de1993. Sus piernas quedaron cercenadas en el lugar de la explosión.

Adis Smajic, dos días después de su accidente en 1996 (arribaizquierda), y durante su proceso de recuperación entre 1996 y 2007,en las imágenes de la derecha. Gervasio Sánchez.

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El 29 de noviembre se celebró en el Instituto Cervantes la presentacióndel libro Vidas minadas, diez años después de Gervasio Sánchez.Asistieron el filósofo José Antonio Marina, el juez Baltasar Garzón y laactriz Luisa Martín.

Y los verdaderos protagonistas estuvieron allí: Sofia Elface deMozambique, Camboya, Sokheurm Man El Salvador, Manuel Orellana yBosnia-Herzegovina, Adis Smajic.

Un día fueron menores heridos por minas antipersonales y ahora sonadultos que después de diez años han recuperado sus vidas, no sinantes haber pasado un combate atroz por su propia supervivencia. Hantenido hijos, se han casado, tienen hermosos proyectos y siguen escri-biendo el destino de sus vidas.

Gervasio invitó a que cada uno contara su historia personal cuando lamina explosionó bajo sus pies. Son historias duras, hirientes, reales,pero todas tienen un poderoso sentido de esperanza y de superaciónpersonal.

Sokheurm Man. Fue herido por una mina el 10 de enero de 1996 cuan-do se dirigía al colegio. Nos contó que participa como activista en lacampaña internacional para la erradicación de las minas y viaja a menu-do al extranjero para participar en diferentes foros con víctimas de otrospaíses.

Llegó el turno a Adis Smajic. Tiene 25 años y mide casi dos metros dealtura. Adis se levanta, se dirige al estrado. Quiere contar su historia.De cómo una infame mina partió su vida en dos. Recordad ese 18 demarzo del 1996 que le produjo tremendas heridas en la cara y en dife-rentes partes de su cuerpo. Adis quiere contar cómo perdió su ojoizquierdo y sufrió la amputación de su brazo derecho. De cómo ha sufri-do más de una treintena de intervenciones quirúrgicas para reconstruirsu rostro.

En definitiva contar su dolor a causa de ese asesino invisible que seesconde entre campos de cultivos, caminos que llevan a colegios y que

Y Adis rompió a llorar[ Alicia Mora ]

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:: Blog: Elia ::http://www.elia.ws

Ya hablé una vez de Afrigator (www.afrigator.com), un lector de contenidoespecializado en la temática africana que cuatro chicos surafricanos crearonen abril pasado. Pues bien, después de un período de pruebas de 6 meses,hace una semana lanzaron Afrigator en beta (www.beta.afrigator.com), unaversión mejorada del sitio. Y no me voy a can-sar de recomendarlo a todo el mundo, no sóloa la gente que le interesa África.

En Afrigator se puede encontrar contenido detodo tipo de 32 países distintos, proveniente sobretodo de los blogs queagregados. Sin embargo, también ofrece canales noticias, de vídeo y pod-casts. Para mí el canal más interesante es, como no, el de los blogs ya quees donde se encuentras las historias más desconocidas de cada país. Y esque en los países con restricciones de libertad de expresión, que en África,mal me pese, poco o mucho lo son casi todos, los blogs representan la únicafuente de información para muchas cosas que pasan.

Aunque ya existía un agregador de blogs de Suráfrica, Amatomu (www.ama-tomu.com), y aunque Afrigator también viene de ese país (como casi toda laweb 2.0 africana, tristemente), este es prácticamente el único agregadorsocial que cubre todo el continente africano junto con Blog Africa (www.blo-gafrica.com). No estoy muy segura de los orígenes de Blog Africa, ya quenormalmente no lo visito mucho por su falta de clasificación, pero hace pocoleí que está en proceso de ser incorporado a Global Voices, que es una muybuena noticia. Y es que Global Voices (www.globalvoicesonline.org) es unafuente de lecturas blogueras de todo el mundo indispensable. Un extensoequipo de voluntarios hace cada día resúmenes periódicos de blogs casitodos los países del mundo (excepto Europa y Norteamérica), y cuenta conuna muy buena sección dedicada al África Subsahariana.

Recomiendo leer de vez en cuando sitios como éstos ya que dan a conocermuchas historias interesantes que jamás ven la luz en la prensa tradicionalde Europa o Norteamérica, y porque le dan una voz concreta a un continen-te que en las mentes de muchos occidentales no es más que una masaamorfa y un concepto abstracto con el que se siente poca empatía más alláde las donaciones navideñas a la ONG de turno.

El único aspecto negativo de Afrigator es que la mayoría de los blogs querecoge son en inglés, aunque hay también algunos en francés, swahili oalguna que otra lengua africana (y notables excepciones en español, comomamaetiopia.blogspot.com). En ese sentido es más llevadero consultar laversión en español de Global Voices (http://es.globalvoicesonline.org/), quetraduce muchos de sus resúmenes de blogs del inglés.

Explorando la blogosfera africana[ Elia Varela ]

Ahora ella está estudiando para ir a la universidad y nos transmite sudeseo de ser médica en un futuro.

La esperanza. El logro y superaciónhumana ante la adversidad estabanallí. Están en cada instantánea deVidas Minadas.

Gervasio Sánchez no le faltó críticasante la desidia de muchos gobiernos yempresas armamentísticas, que con suhipocresía y doble moral financian pro-yectos humanitarios y por otra puertavenden armamento para exportarlo apaíses que están en constantes con-flictos bélicos.

“¿Dónde están los políticos? ¿Por quéno están presentes en estos tipos deactos?. Se han invitado y no ha venidonadie. ¿Sentirán vergüenza?”

Y al igual que él, todos nos cuestionamos la sinrazón de este comerciode muerte. De este mercado donde muchos tienen las manos mancha-das de sangre mientras conducen descapotables.

La voz de José Antonio Marina, filósofo, inundó todo la sala. “Somostodos permisivos, colaboradores por no levantar la voz y ser indiferen-tes…?”

Y eso es el tema. Las lágrimas de Adis, y de todas aquellas lágrimasvertidas por cientos, miles de víctimas deberían ser las nuestras.Sentirlas como propias y comenzar a movilizarnos por un mundo másjusto.

La exposición Vidas Minadas, diez años después viajará a Barcelona,Valencia, Zaragoza, San Sebastián y Gerona, y también visitará la sedela Unesco en París coincidiendo con el 60 aniversario de la DeclaraciónUniversal de los Derechos Humanos.

Sofía Elface con su bebé. Gervasio Sánchez.

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un periodista que fotografió, en una de las ham-brunas que desolan ciertos lugares del mundo, a unhombre llorando en el hombro de su hija. Debido a esaimagen, este hombre fue repudiado por su propia comunidad por loque allí se consideraba un signo de debilidad, hasta el punto que tuvoque marcharse.- Es más, ¿qué imagen proyecta esta visión de los países en desarrollosobre ellos mismos?- Y otra, ¿es apropiado para las propias organizaciones no guberna-mentales presentar sus fines, sus campañas o actividades recurriendoa estas representaciones?

Estas imágenes nos confunden a todos. Nos presentan a víctimas sinnombre, tratados como meros objetos de los mensajes, como un ele-mento más en la construcción de un anuncio cuyo objetivo es impactar,de un folleto que busca nuestra adhesión a una organización o unaempresa, o de una noticia que quiere “informarnos” de lo que ocurre.

Esa imagen representa “toda” la realidad. Y en muchas ocasiones, lasustituye.

Y así prevalece una idea simplificada, parcial, ¿interesada?, de lugarestan diversos como todo el continente africano.

Una dinámica en cualquier cen-tro educativo de secundaria nossorprendería. ¿Saben los ado-lescentes que hay coches, lava-doras, rascacielos, teléfonosmóviles, antenas parabólicas oiPod en “África”? ¿Saben quehay millones de personas feli-ces? ¿Saben cómo la gentesupera las dificultades cuandoles llegan? ¿Cómo se organizanincluso las comunidades y pue-blos más remotos gracias a su propia capacidad? ¿Se imaginan quecuando ocurre un desastre natural, la inmensa mayoría de las personasson salvadas o ayudadas por su familia y sus vecinos o por los servicioslocales de emergencias? Quizás menos de un 1% es “salvado” graciasa al ayuda que llega de otros lugares del mundo. ¡Sorpresa! Incluso enlos lugares más remotos, las personas se organizan por sí mismas.

:: Blog: La otra agenda ::http://www.laotraagenda.com/

Para muchos, África comenzó a existir en los años 80, representada através de las imágenes de las hambrunas en Etiopía. Eran las imáge-nes del hambre más absoluta, de la pobreza extrema y la muerte. A par-tir de ellas los medios y las organizaciones humanitarias construyeronun estereotipo válido para todo el continente africano y por extensiónpara el llamado “Tercer Mundo”.

Niños desnudos y completamente desnutridos, madres desesperadascon los pechos consumidos, ojos indefensos y anhelantes, médicos ycooperantes (blancos) curando o consolando a los "pobres negros des-amparados". Es lo que hoy algunos llaman la “pornografía del desarro-llo”.

El fortísimo impacto emocional de estas imágenes generó un profundosentimiento de culpa en los países ricos, inmediatas reacciones paraayudar y aportar dinero o recursos. Indudablemente, lo trágico y angus-tioso de esa representación contribuyó a salvar muchas vidas, perotambién ha influido en “nuestra” concepción de los países o las perso-nas empobrecidas, sus problemas, la forma de interpretar las posiblessoluciones y la forma de relacionarnos con “ellos”.

Aún hoy es posible encontrar esta representación del “subdesarrollo” encampañas de captación de fondos, en la información en prensa o en TVy también en los esquemas mentales de muchos profesionales o volun-tarios del tercer sector.

Es cierto que esas imágenes tan horribles perduran, porque la realidadque representan sigue existiendo. Las imágenes muestran una realidadque existe y que se debe conocer.

Sin embargo, surgen preguntas:

- ¿Es adecuado/necesario incidir más en estos estereotipos?- ¿Representan “toda” la realidad de la pobreza?- ¿Dónde queda la dignidad de las personas que representamos?- ¿Qué repercusiones tiene sobre ellas mismas? Recuerdo el caso de

Sobre las imágenes y las representacionesdel llamado “Tercer Mundo”[ David Martín Díaz ]

Kinshasa de nocheFoto de Elia Varela

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Algunos de los puntos más relevantes sobre lasque se hace hincapié en el código son:

1. Presentar a las personas como seres humanos, preservando suidentidad cultural y su dignidad.2. Evitar imágenes miserables, patéticas o catastróficas.3. Evitar la representación idílica o ingenua.4. Poner de relieve la capacidad de las personas para hacerse cargo desí mismas.5. Utilizar los testimonios de las personas antes que las interpretacionesde terceros.6. Contextualizar las imágenes y mensajes, mostrando las causas, obs-táculos o consecuencias, internos o externos. Ayudar a comprender.7. Evitar generalizaciones y estereotipos. Evitar discriminaciones decualquier tipo.8. Ofrecer una dimensión de interdepenencia, de corresponsabilidad enel desarrollo y en el sub-desarrollo9. Contar con las personas retratadas para la elaboración de los men-sajes. Ya sean individuales o colectivos.

La información diaria habla del Tercer Mundo de forma a menudodemasiado parcial, representando a sus poblaciones como víctimasinmutables de su suerte. Conviene dejar atrás este fatalismo y apor-tar una información más próxima a la realidad y más completa, quepermita una toma de conciencia del valor intrínseco de todas las civi-lizaciones, de los límites de nuestro propio sistema y de la necesidadde un desarrollo más universal, respetuoso con la justicia, la paz y elmedio ambiente. Esto determina la tarea de las ONG, que debenofrecer una información verídica, objetiva, que respeta no sólo elvalor humano de las personas representadas, sino también la propiainteligencia del público al que se dirigen.

CÓDIGO DE CONDUCTA sobre imágenes y mensajes a propósitodel Tercer Mundo, 1989

¿No es el asunto es demasiado importante como para ser "voluntario"?

Sobre la competencia entre las ONG y su misión en el mundo

Una de las claves del problema es la competición entre distintas agen-cias y organizaciones. Las distintas ONG compiten por un lugar en latarta de posibles socios, donantes o colaboradores. Y, digámoslo claro,muchas de estas organizaciones salvan su cuenta de resultados “gra-cias” a los donativos procedentes de una emergencia producida en

Yo diría que el asunto es tan importante que es uno de los cimientos delsector de las ONG. No en vano lleva debatiéndose sobre esto desdehace años. Las implicaciones de ese debate darían para mucho ya que,en el trasfondo de la cuestión, está la propia razón de ser de estas orga-nizaciones. ¿Cuál es su misión en el mundo? ¿Ayudarnos a entenderlodesde un punto de vista comprometido y solidario, como primer pasopara transformarlo en un lugar mejor?, ¿contribuir a cambiar nuestrasactitudes y comportamientos?, ¿aumentar nuestra voluntad de partici-par para cambiar la injusticia social?, ¿conseguir nuestro dinero o el delas empresas para financiar proyectos de cooperación o crisis humani-tarias?... ¿Todo ello junto?

Sobre el "Código de mensajes e imágenes a propósito del TercerMundo”

En los años 80, como resultado de la propia evolución del sector y deimportantes debates internos, las propias organizaciones humanitarias,de derechos humanos y de desarrollo impulsaron la creación de uncódigo de conducta sobre mensajes e imágenes del “Tercer Mundo”,que sigue vigente hoy, completado con diversas iniciativas más o

menos globales.

Según este código, de carácter voluntario,las ONG deben evitar:

- mensajes o imágenes que generalizan oesconden la diversidad de las situaciones,ya sean catastróficas o idílicas- representaciones acusadoras orientadas adespertar la culpabilidad de quien las ve- imágenes o mensajes que subrayan lasuperioridad del Norte

También los fotógrafos y cámaras de TV seestán replanteando sus prácticas a la horade recoger sus imágenes: ¿por qué a unniño o niña español le tapamos el rostrocuando emitimos sus imágenes y no lohacemos cuando el niño o niña es un refu-giado sudanés? Más aún si las condiciones

del segundo son absolutamente indignas. ¿Dónde queda el derecho ala intimidad de esa persona?

Cine en MacadiFoto de Elia Varela

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algún lugar del mundo. Que nadie lea entre líneas: el dinero va dondedebe ir. Me refiero a que toda organización tiene sus objetivos económi-cos, su memoria anual y sus indicadores. Y hay una carrera loca porcrecer, por ingresar más que el año anterior, por posicionarse más alto.No hay ánimo de lucro, pero sí se comparte con las empresas el afánde crecimiento y liderazgo. También, cada vez más y desde hace tiem-po, afortunadamente, comparten los modelos de gestión. Pero, ¿sonmejores las ONG de desarrollo (ONGD) cuanto más grandes o másdinero mueven? ¿Cumplen mejor su objetivo?

Especialmente en momentos de emergencia, las organizaciones huma-nitarias y de desarrollo incrementan su presencia con campañas urgen-tes para conseguir dinero que pueda aliviar la situación de millones depersonas. La situación apremia, se inicia la competición, hay que llegarpronto y llegar fuerte (al público). Y en este panorama, los mensajesimpactantes son los más efectivos a corto plazo. Pero, cuidado, no todovale por una buena causa.

Todavía puede encontrarse a veces esa imagen obscena de la pobrezay la miseria humana en campañas de recaudación de fondos, aunqueafortunadamente ha llovido mucho desde las acciones que hace añosllenaban nuestros domingos de huchas y “negritos hambrientos”. Y sesigue hablando de “caridad”, “filantropía”, “beneficiarios”...Es vocabulario de hace un siglo.

Si nos centramos en las “víctimas” no nos centramos en personas concapacidades. Desde un punto de vista meramente de “beneficencia” lasONG perdurarían sin cambiar demasiado las cosas. No se trata de cari-dad, no se trata de ayudar a los necesitados sino de asumir nuestra res-ponsabilidad como ciudadanos y ciudadanas, empresas, gobiernos, etc.No hay caridad posible con los derechos humanos, sino justicia.

Desde mi punto de vista, esta competición repercute en desvirtuar elpropio papel de la ONG en el mundo, en ensanchar “nuestro” descono-cimiento sobre la realidad del “subdesarrollo” y también en lo que algu-nos llaman el “altruismo egoísta”.

Las ONGD fracasan cuando no son capaces de explicarnos la realidadde los países y las personas empobrecidas, cuando no sirven para azu-zar nuestro compromiso ciudadano por construir un mundo más justo yno nos orientan sobre cómo conseguirlo. En definitiva, cuando nos lle-van a pensar que su único objetivo es sacarnos un poco de nuestrodinero.

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a ser una parte importante de lo que deseamos?Ronnie Lynn Patterson: Sí, efectivamente, aunque sea una pregun-ta filosóficamente abordable y que merece un poco de reflexión.Nuestros deseos e intenciones son componentes de nuestra persona-lidad, aunque sea compleja pero real. El trabajo interior, y también eltrabajo que lo acompaña son imprescindibles. Somos completamentecapaces de llegar a ser la parte esencial de lo que deseamos.

¿De qué manera influyeron tus padres en tu formación musical?Yo soy un pianista autodidacta. Mis padres no son músicos. Había unpiano en casa y mi madre lo tocaba pero no seriamente. Una mane-ra en que influyeron mis padres fue simplemente por su presencia, porsus discos y también por sus conocimientos musicales. La sola mane-ra en que me apoyaron, con los discos que me permitieron escuchar.

Tuviste una formación musical reglada. Sí con la batería, no con el piano. Recibí muchos galardones, muchospremios de joven, cuando tenía catorce o quince años. En laMississippi All State Symphony Orchestra recibí un primer premio. Fuibatería hasta que empecé con el piano cuando tenía veinte años.

¿Qué te llevó al piano? ¿Por qué decidiste cambiar de instru-mento?Escuchaba en mis oídos melodías que quería expresar desde hacíamuchos años y me interesaba este instrumento sin haber tomadoantes esa decisión. Necesitaba un cambio en mi vida. No queríadecepcionar a mis padres porque al principio comencé con la bateríay ellos hubieran querido que la continuara tocando. Se enfadaron con-migo y me echaron de casa. Me fui, me gané la vida, mientras prac-ticaba con el piano. Es algo muy prosaico, no fue algo sorprendenteque me fuera de casa. Empecé a tocar el piano a partir de aquelmomento. El piano es el instrumento que me da y me ha dado todo loque necesito en la vida, tanto musicalmente como en lo personal. Laposibilidad de poder expresarme y el que me aporte un equilibrio enmi vida.

Espíritu nómada

Tu profesión te ha llevado a medio mundo. Has vivido enEstados Unidos, en Canadá y en Europa. ¿Qué te llevó a

* This interview is dedicated to Carrie Louise Hudson, a special and generous woman

Una coleccionista de fraseshermosas. Un extranjero quese entrega ilusionado a la tierraque lo acoge. Un hombre sen-sible. Una mujer impulsiva.

Su pequeña historia pasaríainadvertida si no fuera por esasmiradas que dicen mucho másque las palabras que intercam-bian. Dos extraños que amanla música y la literatura. Ella leregala un libro. Él le devuelveuna sonrisa. No se buscan. Ladespedida es breve. Un apre-tón de manos y el anhelo de algo más.

El diecinueve de julio de 2007 ese anhelo me llevó a una de las sesio-nes del "Jazzterrace", que el Festival de Jazz de Vitoria organizaba enel Jardín de Falerina. Aquel norteamericano que venía a la libreríadonde trabajo a comprar el periódico, llevaba tatuada la ternura en supiel, en su voz, en su presencia. Su concierto nos fascinó a todos losque asistimos a él. Su corazón, con el que él confiesa que componey toca sus piezas, conquistó a los afortunados que compartimos partede su tiempo en esta ciudad norteña.

Iguazú conoció un poquito más a Ronnie Lynn Patterson en la entre-vista que reproducimos a continuación.

"La necesidad le empuja a uno a lo extraordinario" , Ray Loriga, Tokyo ya no nos quiere

Iguazú: Ronnie Lynn, has tenido que superar muchos obstáculoshasta publicar tu primer trabajo. ¿Crees que somos o podemos llegar

ENTREVISTA

Ronnie Lynn Paterson: Latidos de Jazz

[ Arantza Díaz ]

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¿Qué es el jazz para ti? El jazz es una expresión artística generosa y tolerante. Primeramenteel jazz es mi vida y una manera de vivir. El jazz es una música que sealimenta de otras músicas, música africana, música vasca, música detodas partes del mundo sin excepciones.

¿Cómo te han marcado Keith Jarrett, Ornette Coleman, JohnColtrane, a lo largo de tu trayectoria musical?Esas personas han sido muy importantes para mi porque me han dadoun camino que seguir. Estos músicos no tenían miedo a nada. No tení-an miedo a expresarse. Ornette Coleman y John Coltrane fueron ata-cados y agredidos por músicos y personas que no entendían susmúsicas. Había otros músicos que soportaron las mismas experien-cias, como Albert Ayler, Bud Powell, Thelonius Monk. Por la incom-prensión llegó la violencia aestos músicos importantes,innovadores y sinceros en elarte musical. Estos hombresfueron músicos de la mayorimportancia en el jazz y a pesarde todas las injusticias queconocieron, continuaronhaciendo su música, expresán-dose tal y como ellos sentían,con sinceridad y creatividad. Yson ejemplos imprescindiblespara mi de cómo hacer algo queme emocione, que me conmueva, que me proporcione placer. Se tratade no ceder ante nada ni ante nadie. Continuaron con su vida y sucamino.

Y Keith Jarret tiene una importancia mayor para mí porque cuandodaba conciertos tocaba con tanta generosidad... Era una personacompletamente libre en el escenario. Cuando tocaba el piano no eranada más que lo que tenía en su corazón y tocaba con un sentimien-to muy profundo, muy , muy profundo. Y este músico me ha marcadoprecisamente por eso.

¿Cómo conociste a Morton Feldman?Morton Feldman es un compositor americano que descubrí hace ocho

Montreal?Quizás el frío. No, bueno, siempre quise irme de los Estados Unidospara volver a Europa. Creo que de hecho el haber vivido en Españatuvo un papel importante en esa decisión. En Montreal me propusie-ron ir a tocar el piano durante nueve meses y además di mis primeros

pasos en fran-cés. Allí viví dosaños y aprendífrancés. Fue unaexperiencia muybonita.

¿Qué encon-traste en

Washington ?En Washington viví en un barrio muy popular, muy cosmopolita, dondehabía gente de todas partes del mundo. Yo tuve mucha afición por loshispanos, por los cubanos en particular, porque ellos tocaban el sonmontuno. Fue una experiencia muy rica y positiva para mí.

¿Fue allí donde aprendiste castellano?No. De pequeño, entre los siete y los once años, pasé cuatro años enMadrid. Crecí un poco en Madrid. Mi padre trabajó en la base deTorrejón a finales de los años sesenta. Allí es donde aprendí castella-no.

Y los cubanos de Washington te enseñaron su son montuno...En Washington D.C. mejoré mi castellano y aprendí los ritmos deCuba: la plena, la bomba, el guaguancó, el son montuno ... Todos losritmos que vienen auténticamente de Cuba, y aprendí además a bai-lar. Tengo muchos discos de músicos del Caribe que me gustan: RayBarretto, Tony Pacheco, el Conde Rodríguez, Celia Cruz.

En Mississippi el son montuno está presente.Ronnie Lynn Patterson: Sólo un poco presente. Durante tres añosestuve en la formación de un percusionista cubano y aprendí muchosritmos: chachachá, son, y muchos ritmos africanos que mezclabancon la música de otros países. Es una música maravillosa que merejuvenece no sólo físicamente, sino mental y espiritualmente. Es unamúsica que viene de muy lejos.

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Tu música destila melancolía. Cuando escribes tus piezas, ¿lohaces con la cabeza o con el corazón?Siempre con el corazón. Mi corazón es sincero en todo. La músicasiempre se encuentra en el corazón; no está en la mente. Si no pro-viene del corazón no es música. La música debe ser la verdad de loque somos. La sinceridad y la verdad vienen únicamente del corazón.La melancolía es un sentimiento lleno de amor, de tristeza, de la incer-tidumbre del futuro, de nuestra propia existencia.

Discografía :

* The Gernika Suite, (Amor Fati/Allumés du Jazz), 2006 (www.amorfati.com.fr) (www.allumesdujazz.com)* Mississippi (Night Bird Music), 2003 (www.nightbirdmusic.fr)

"Mississippi" te atrapa. Te devuelve al tren del pasado. Sus notas tehablan de anhelos, de la tristeza que pulsa el contrabajo, de la alegría contagiosa de la percusión. La esperanza te espera al bajar al andén. Tu retina aún conserva el latido del piano.

- Morton Feldman, Palais de Mari/Piano (Nocturne), 2001 - Aldo Romano, Corner (Label Bleu/Harmonia Mundi), 1998

años, que me ha enseñado la importancia del silencio, no sólo en lamúsica sino también en la vida. El origen de su música es el silencio..Hubo una etapa en mi vida en la que las músicas de Morton Feldmany de Rachamaninov me aportaron tanto... El jazz lo conozco. Estamúsica me ha aportado muchísimo y la practico todos los días. Lasmúsicas de Morton Feldman y de Rachamaninov son muy fuertes ytenían algo muy triste pero lleno de amor. En ese período era lo quesentía. Sentía el amor a través de la tristeza. Había pasado momen-tos extremadamente difíciles. Perdí mis papeles, tenía hambre, esta-ba solo y era atacado en las calles, era injustamente tratado y perdítoda la confianza en mi mismo...Hice de todo para evitar lo que mehabía pasado. Decidí venir a Europa, afincarme aquí. No sabía en quépaís. Al principio vine a Francia, y decidí quedarme aquí.

The Gernika Suite

"The Gernika Suite" es tu segundo álbum, esta vez acompañadode Didier Lasserre. ¿Cómo surge este proyecto?Todo comenzó cuando conocí a Beñat Achiary, el director del ErrobikoJazz Festibala (Festival de Jazz de Errobi) de Itxaso, que es tambiénun gran cantante. Me invitó al festival y allí conocí a Michel Etxecopar, flautista y multi-instrumentista maravilloso. Me trataron casi como aun rey. Recuerdo una vez en que me encontré solo en un comedorrodeado de gente que hablaba en euskera. Yo no entendía nada. Megustó el sonido de esa lengua y también la manera en que ellos metrataron. Me conmovió de tal forma que estuve a punto de llorar por-que hacía mucho tiempo que no conocía esto ... Tomamos pacharán,comimos bacalao... ¡esas cosas que amo tanto! Es algo que nuncaolvidaré. He estado varias veces en festivales de jazz de Iparralde ytodas me han acogido con gran humanidad. Ha sido una experienciainolvidable.

En una de aquellas estancias un chico que se sentó a mi lado me pre-guntó si conocía la historia de Gernika. Yo sólo conocía la obra dePicasso, y el relato de este chico me conmovió profundamente.Recuerdo muy bien cómo las lágrimas se mezclaban con un senti-miento de rabia. Fue una de las razones por las que decidí aprendereuskera. En The Gernika Suite Didier Lasserre y yo rendimos unhomenaje a ese pueblo.

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La niña Marji es una pequeña inteligente y llena de vida, además pone losojos como platos cuando le hablan de comunismo y revolución.

Tierna y emocionante, Persépolis es además un trabajo testimonial yun precioso homenaje a la familia de la autora, que pereció por ideaspolíticas y por la libertad de su pueblo.

Su abuela cobra gran protagonismo en la historia. Ella le enseñó a nodoblegarse jamás ante la maldad y la crueldad de los totalitarismos.

El 27 de junio de 2007 se estrenó en Francia la película y fue codirigi-da y coescrita entre la propia Satrapi y Vincent Paronnaud. Persépolisfue presentada dentro de la selección oficial del festival de Cannes(algo que no ha sentado bien a las autoridades iraníes).

Persépolis fue el primer cómic iraní de la historia y ahora la películaestá consiguiendo que la gente conozca la historia de Irán de formasobrecogedora y reveladora.

De una cultura que muchos intentan criminalizar y sobretodo, desinfor-mar, pero es todo un símbolo de tolerancia y libertad.

"Buscando la felicidad, olvidamos que no éramos libres" Marjane Satrapi.

Me adentro en el universo en blanco y negro de Persépolis. Nació comocómic y ahora se hace realidad en una película inteligente y conmove-dora donde se entremezcla la inocencia, el amor, lalucha y la guerra de una niña que nació y se crióen Irán.

Persépolis es la historia autobiográ-fica de la iraní Marjane Satrapi, decómo creció en un régimen funda-mentalista islámico que la acabaríallevando a abandonar su país.

Marjane se pinta así misma, desdela temprana edad de seis años.Contemplamos a una niña valiente,que dicta sus propias leyes, revolu-cionaria y seguidora acérrima de los Iron Maiden.

El cómic empieza a partir del año 1979 acercándonos a la realidad desu pueblo, sobretodo de una forma sencilla y dura a la vez, la memoriahistórica de Irán desde la tiranía del Shaa, hasta la victoria de Jomeini.Vivimos con ella los tremendos cambios sociales, la prohibición de laslibertades individuales, la represión, el estallido de la guerra Irán-Iraq ysobretodo la imposición del velo a la mujer, en una sociedad dondeestaban tan avanzados como cualquier ciudad de Europa en aquellosaños.

Además de introducirnos en el terror que supone las guerras y las dic-taduras, nos narra cómo un país entero se desintegra y vuelve haciaatrás, en la independencia de pensamiento y en los derechos humanos.

Persépolis nos cuenta de una forma directa, sobre el choque de civili-zaciones y descubrimos que no somos tan diferentes los unos de losotros. Porque todos sentimos, amamos, y deseamos la libertad y laprosperidad aunque a veces los poderes e intereses de los gobernan-tes y los poderosos hacen que éstos se antepongan antes del bienes-tar del pueblo, creando estados de terror y de conflictos armados queno llegan nunca a su fin.

Persépolis[ Reseña por Alicia Mora ]

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El segundo trabajo narrativo del AlejandroZambra (Santiago de Chile, 1975), La vidaprivada de los árboles, es un pequeñorecetario de emociones donde el ejercicionarrativo parece aglutinar toda la riquezadel libro en detrimento de la propia historiaen sí, un marco donde los personajesparecen jugar a la descomposición de suspropias vidas -siempre conscientes deello- con la intención de reconstruirlas denuevo en post de un futuro que asoma porla esquina.

Desde la primera página - el libro apenastiene cien- nos encontramos con una histo-

ria de amor, otra historia de amor, aunque en esta ocasión el propioescritor se encarga de darnos su visión de este concepto en bocade Julián, el personaje de la obra; Es un historia de amor, nadademasiado particular: dos personas construyen, con voluntad e ino-cencia, un mundo paralelo que, naturalmente, muy pronto se vieneabajo. Es la historia de un amor mediocre, juvenil, en la que reco-noce a su clase: departamentos estrechos, verdades a medias,automáticas frases de amor, cobardías, fanatismos, ilusiones perdi-das y luego recuperadas - los bruscos cambios de destino de quie-nes suben y bajan y no se van y no se quedan . Palabras veloces,que anticipan una revelación que no llega.

Pero aquí hay mucho más, porque no hay amor sin angustia, futurosin un milimétrico cuestionamiento de las agujas del reloj, felicidadsin desdicha... y eso parecen saberlo muy bien cuantos transitanpor el plano gris de una ciudad que podría ser Santiago de Chile -por llamarla de alguna manera, seres que una vez fueron niños yahora lo siguen siendo, pero sin ser conscientes de ello, donde elejercicio de esperar se convierte en incógnita, la soledad se con-vierte en dilema y la vulnerabilidad en letanía, donde una niña lla-mada Daniela duda si su padrastro no es realmente su padre y suverdadero padre un impostor, donde Julián - el padrastro - duda si

La vida privada de los árboles y Bonsai,dos novelas de Alejandro Zambra

[ Reseña por Raúl Muñoz ]

escribe para ser escritor, o es un escritor que se resigna a escribirmás mientras sigue esperando a Verónica - la madre de Daniela -que se fue y no ha regresado aún, y no sabe si volverá.

Estamos ante un tendedero donde los paños que cuelgan confor-man la síntesis de cómo se comporta la gente cuando espera algode la vida, tratado eso sí, con una delicadeza extrema que convier-te lo aparentemente cotidiano en una memoria de supervivencia,una obra que uno no sabe muy bien si considerarla como la segun-da parte de Bonsái - 2006 - la ópera prima con la que el escritor chi-leno desembarcó en nuestropaís con excelente acogida,dado los parentescos queguardan entre sí, aunque unavez cotejadas se pueda apre-ciar la voluntad del autor pornarrar la contrahistoria de lasegunda sobre la primera, talvez motivado por el juego decrear confusión con constan-tes asociaciones y diseccio-nes, con un tuyo y/o mío o porqué no, un todo o nada, otra historia de amor eterno que duró pocotiempo, y que empezaba así: Al final ella muere y él se queda solo,aunque en realidad se había quedado solo varios años antes de lamuerte de ella, de Emilia. Pongamos que ella se llama o se llama-ba Emilia y que él se llama, se llamaba y se sigue llamando Julio.Julio y Emilia. Al final Emilia muere y Julio no muere. El resto es lite-ratura.

Quién haya tenido en sus manos Bonsái se alegrará de la nuevapropuesta con la que el joven Alejandro Zambra parece decidido adotar de sentido las largas noches en vela, y a quien no lo hayahecho, no me cabe más que darle ánimos a perder una tarde cual-quiera entre las páginas de estas dos novelas, casi novelas o cuen-tos largos, o lo que sean... en el fondo eso es lo de menos.

Imagen encontrada en http://www.lanzallamas.com

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La Iglesia del No Comprar intenta alertar a la gente de la comercia-lización de la Navidad y del creciente materialismo en las relacionesfamiliares y sentimentales, y los efectos culturales y económicosque el consumismo excesivo y la invasión de las grandes superfi-cies ha provocado en la sociedad americana. Uno de los economis-tas que aparecen hablando en la película dice que a causa de lamultiplicación de grandes superficies la vida de barrio ha muerto enEstados Unidos. La mayoría delas ciudades del país ni siquieratienen aceras para caminar por lacalle, sino únicamente zonas resi-denciales y zonas comerciales, yde una en otra se va en coche.

Un momento particularmenteterrorífico que ilustra este cambioen las ciudades y los hábitos dela gente es cuando visitan el Mallof America en Minnesota (algo asícomo el Centro Comercial de América), que es el mayor centrocomercial del mundo de Estados Unidos con unos 8km de tiendasuna tras de otra (evidentemente, al poco rato los echan de allí).

Aunque su mensaje del reverendo Billy y su Iglesia del No Comprares bien serio, desgraciadamente no parece que nadie les tomedemasiado en serio, y menos durante la época pre-navideña en lacual la gente pierde la cabeza por comprar, comprar y comprar (cre-yéndose consumidores son consumidos ellos mismos por laNavidad, como dice el reverendo en la película). ¿Entra mejor sumensaje con la risa, o son sus sermones y actuaciones demasiadoteatrales y cómicas para tener un impacto verdadero en la gente?

En todo caso, la película no sólo es entretenida sino que tambiéninvita a la reflexión y a dejar atrás las malas costumbres. Altamenterecomendable.

Nota cotilla: en la proyección no sólo asistió el reverendo Billy enpersona (Bill Talen en la vida real) con su mujer Savitri, sino tam-bién la cantante y activista Joan Baez, que se hizo famosa en losaños 60 por sus canciones y acciones políticas, la cual habló decómo en su familia no se compra nada en Navidad sino que regalanobjetos hechos por cada uno.

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El viernes pasado tuve la suerte de asistir a la sesión inaugural delFestival de Documentales de San Francisco en el cine Roxie con laproyección de la película What would Jesus buy? (¿Qué compraríaJesús?). Del mismo productor que la famosa Supersize me sobre lacomida basura en Estados Unidos (y que fue nominada al Oscarhace un par de años), ¿Qué compraría Jesús? habla de otro de losgrandes vicios de América: el consumismo desaforado.

La película sigue a un personaje llamado Reverendo Billy y su trou-pe, que se hacen llamar la Iglesia del No Comprar, en su cruzadapor todos los Estados Unidosdurante las semanas previasa la Navidad para convencer ala gente de que deje de com-prar como si se acabara elmundo ya que si algo va aprovocar el apocalipsis, van aser justamente las compras(lo llaman el Shopocalypse).Copiando la metodología delos telepredicadores, el reve-rendo Billy suelta montonesde arengas la mar de entrete-nidas en las calles y centroscomerciales de todo el país,acompañadas de cancionesde gospel de su coro anti-con-sumo de letras hilarantes(adaptaciones de villancicos que instan a no comprar, por ejemplo).

Sus víctimas favoritas son las grandes cadenas comerciales quehan desplazado o matado al pequeño comercio y que usan prácti-cas laborales explotadores, tales como Starbucks (que también haempezado a invadir España), Staples o Wal-Mart (la cual fue objetoen su día de otro documental muy recomendable, Wal-Mart, el altocoste de un bajo precio). También atacan a símbolos del consumis-mo navideño como Disney, en cuyo parque temático de Los Ánge-les pasan la víspera de Navidad de la película.

¿Qué compraría Jesús?[ Elia Varela ]

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ro necesario en la actualidad reivindicar un lugar de igualdad para las escri-toras en la historia de la literatura contemporánea".

La persona frente a su entorno

La persona debe vivir su tiempo y su entorno, la Naturaleza. Julia habla condetenimiento de los matices del día, del árbol que crece, de las mareas, delclima. Todo está vinculado a nuestro tiempo, sea este físico o espiritual,público o privado. “Taxus Baccata, es el nombre de uno de mis poemarios,su título es el nombre botánico del Tejo, lo elegí para el libro porque el con-cepto de lentitud me parece de suma importancia como premisa de miradapormenorizada sobre las cosas, y el tejo es un árbol de crecimiento muylento”.

“Al llegar el invierno me gusta contemplarese desfile de jardineros desarmados cruzando la ciudad,

llevando sobre sus hombrosen lugar de fusilesárboles dormidos”.

(Julia Otxoa - La Nieve en los Manzanos, 2000)

En general vivimos en el desconocimiento del mundo que nos rodea, ape-nas nos fijamos en sus detalles, no nos detenemos a mirar, a reflexionarsobre nuestro entorno directo.

“La constante interrogación del desarraigo, del extrañamiento del ser en elmundo. Sólo después de la fiebre y el dolor de las preguntas sin respuesta sepuede hallar la serenidad en el total desvalimiento. Desde la humildad de la

ignorancia, el misterio del ser se convierte entonces en cobijo.” (Taxus Baccata)

Sobre su "disciplina" literaria Julia nos cuenta: "no tengo horarios ni métodosinflexibles, si un día o dos no puedo escribir, no importa, lo hago al díasiguiente, eso sí, me gusta escribir por las tardes. Pero la formación se dalas veinticuatro horas, la lectura, la observación, el tomar notas... Escribopara entender, tanto a mí misma como cuanto me rodea. Para expresarmediante la traducción simbólica el enigma que para mí representa elmundo”

Sus escritores/as imprescindibles

Julia cita, nombres, obras, libros con el conocimiento de una ávida lectora,de una escritora que se interesa por todas las disciplinas de la actividadhumana, con la frescura de una persona curiosa. "Hay muchos, muchas, -afirma Julia- y va recordando a, Kafka,Italo Calvino, Emily Dickinson, Maria

Nada mejor que empezar leyendo los versos de una poeta para asomarnosun poco a su mundo, sus opiniones y referencias personales. Julia Otxoahabla con pasión y aporta datos, nombres de autores/as, alude a ideas,movimientos literarios, habla del entorno social, de la naturaleza, de la vida,de arte, de libros… Nos reunimos un mediodía de una fecha seña-lada, el 14 de abril, porque no hay casualidad sin intención.

Silencio para leer, incertidumbre para escribir

Julia defiende la capacidad de la literatura para incidir en eltiempo al que pertenece, cita como referencia a AlbertCamus, el filósofo de la ética, y cómo su obra -en plena postgue-rra europea tras la segunda guerra mundial- defiende una acti-tud ética ante la vida, un posicionamiento vital y literario: “el artedebe trascender”.

A Julia le gusta incidir en la importancia del tiempo, leer con calma, releer,reflexionar sobre lo que lee en estos tiempos en los que impera la inmedia-tez, la prisa, es defensora del silencio frente a la palabra rápida, a menudoirreflexiva, sin profundizar, que impera en nuestros días.

Le gusta leer la obra de aquellos autores a quienes les tocó vivir “tiemposinciertos”, puesto que en los límites, en la frontera, las situaciones contradic-torias, difíciles, hacen plantearse otras preguntas y en consecuencia, liberannuevas respuestas y nuevas formas de traducción en la lectura del mundo."Dentro de esta incertidumbre encuentro que actualmente la inquietud comomotor en la investigación literaria es más frecuente en las escritoras que enlos escritores”.

Esta circunstancia sin duda es fruto de muchos siglos de silenciamiento, yaque han tenido que vivir frecuentemente en medio de la dificultad, la censuray por lo tanto esa circunstancia de sometimiento ha dado lugar a un estallidoen la creación y en el mundo del pensamiento de un modo muy vigoroso.

Julia es gran conocedora de la vida y obra de mujeres importantes en la his-toria del pensamiento. Sin embargo no cree en la literatura de mujeres comotal concepto: "Sí creo en la igualdad de todos los seres humanos, en la lite-ratura de calidad independiente del sexo de su autor. Sin embargo conside-

Una charla con Julia Otxoa[ Amaya Mendizábal ]

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Zambrano... También Chantal Maillard, Poeta y filósofa experta en el pensa-miento oriental".

Nos hace una pequeña lista: Menchu Gutierrez: “Disección de una tormen-ta” (Siruela) o “El ojo de Newton” (Pretextos), con una prosa poética que megusta enormemente; Clarence Línspector; Eli Tolaretxipi; Estrella de Diego;Noni Benegas; Jesús Munárriz; Anna Seghers...

Mujeres que cuentan

"Los encuentros de escritoras han conseguido que nos agrupemos y nosunamos y podamos defender la presencia de las escritoras en el mundo lite-

rario. Por ejemplo, la ministra de Cultura Carmen Calvose comprometió a que las escritoras formen parte tam-bién de los jurados de los premios nacionales de litera-tura etc. Se organizan muchos concursos pero la mujersufre todavía discriminación a causa de la misoginia rei-nante, en algunos ámbitos culturales todavía se siguevetando su presencia. Superar esta situación injusta esun avance real, un paso mas en el camino hacia laigualdad. Por todo ello es necesario que existan con-gresos, encuentros, como el Encuentro de MujeresPoetas, que organiza Angela Serna".

Julia no se cansa de hablar con admiración de María Zambrano, una de suslecturas imprescindibles: "un ejemplo de la situación injusta que menciona-ba antes es el caso de la filosofa María Zambrano, que ha tardado muchoen haber visto reconocida su obra, a pesar de su indiscutible valor."

Literatura infantil

"Mis libros para niños/as están escritos en clave surrealista y en un tono ale-gre. Guardan mensajes ecologistas, solidarios, como el resto de mi obra",apunta Julia.

Habla con preocupación de la importancia de la educación, del fomento a lalectura y de un eficaz proyecto –en el que participó junto con Ricardo Ugarte-de Ikertze, promovido por Zuriñe Andrade para hacer llegar a los más peque-ños contenidos reales sobre los derechos humanos, completando los conte-nidos, a veces escasos, de información en las escuelas. La literatura es unarma para la educación y la concienciación, para la ética.

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Quiénes somos

Iguazú. Revista Artesanalde Literatura y Cultura. Dirección: Nuria RitaSebastián. Secretario deredacción: Abel E. Cantero.Maquetación, diseño ycorrección de textos: NuriaR. Sebastián. Colaboraciónde diseño: Cristina Mas.Portada: Daniel Zerbst.Portadillas (pgs. 49 y 63):Vanesa Casanova. Estenúmero: Guillermo Arróniz,Emilio Barco, Carol Blenk,Jazmina Caballero, ArantzaDíaz, Luis García Angulo, Anna García Garay, Adolfo Marchena, David MartínDíaz, Amaya Mendizábal, Alicia Mora, Raúl Muñoz, Namaga, Sonia R. Fides,Lucas Rodríguez, Nuria Rita Sebastián, Ana Toledano, Mara Torres, SylviaTrinxet, Amaia Uriz, Paola Vaggio, Elia Varela, Domingo Vital. Cuadernillo cen-tral. Colaboración especial con la revista ‘bla blArt’ de la Facultad deBellas Artes de la UPV/EHU: Willem Heskes, Mª Sáenz Ladrero, CristinaLarios, Kikis Álamo, Beatriz Aparicio, Lander Telletxea, Raúl Piñeiro, PatriciaIzarra y Javier Royo, Íñigo Ansola, Usoa Fullaondom, Mª Eugenia Talavera,Adrián Gómez, Carlos Hernández, Mª Rosa Marruecos, Juan E. Martínez, PacoYañez, Inma Rodríguez, M. Angustias Hidalgo. Todos ellos dirigidos por el pro-fesor Jose Mª Sánchez. Distribución: Abel E. Cantero (Barcelona), NoeliaJiménez (Tarragona), Arantxa Díaz (Vitoria). Relaciones internacionales:Donoso Peñalba, Xiomara Sotelo (Nicaragua), Jorge Dzib (México).

Edita: Asociación Cultural Iguazú. c./ Reyes de Navarra , n. 8, 2º drcha.01002 Vitoria-Gasteiz. Tfno.: 945 26 92 26 / 646 645 772. Web: www.revis-taiguazu.com E-mail: [email protected], [email protected]. En colab-oración con: ¡Adentro! Grupo Cultural (tfno.: 620 96 07 52). D.L.: SS 1142/99.Imprime: Gráficas Santamaría. Vitoria. Publicación subvencionada por laUniversidad del País Vasco. ISSN: 1699-1133

Puedes encontrar Iguazú en los siguientes lugares:

Gasteiz: Facultad de Filología, Geografía e Historia. Librería Zuloa. Bilbo:Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación (edificio reformado).Librería de la UPV del Campus de Leioa. Donosti: Facultad de Filosofía yCiencias de la Educación. Barcelona: La Central del Raval. Capicua. Madrid:Librería Pasajes. Sevilla: Librería Nuño. Cuenca: Tienda de la Facultad deBellas Artes, "Cola de conejo". Los puntos de distribución se irán actualizan-do en la web.

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