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Valencia, Mayo de 2009
Implicaciones de los futuros
Vuelos Espaciales
Pseudónimo: Alderaan Ensayo para el concurso universitario Sembrando el Futuro Organizado por la Sociedad Mundial del Futuro, Venezuela
Las implicaciones de los futuros Vuelos Espaciales
I. Resumen Tras décadas limitados a la órbita baja de la tierra, la humanidad y los gobiernos
del mundo empiezan a tener de nuevo real interés en el espacio, proponiéndose objetivos
que fueron abandonados después de la Carrera Espacial, como el establecimiento de una
base permanente en la Luna, agregándole unos nuevos pero más retadores como la
llegada del hombre a Marte, así como la eventual colonización del planeta rojo, motivado
esto principalmente por el hecho de que la existencia de nuestro planeta no sólo no está
garantizada sino que tiene fecha de caducidad debido a la futura expansión de nuestro sol.
Este ensayo pretende estudiar las posibles implicaciones que tendrán no sólo los vuelos
espaciales o la exploración del espacio en general, si no la exploración de la
HABITABILIDAD del espacio.
II. Abstract
After decades limited to de low orbit of the earth, the humankind and their
Governments begin to have again a real interest on the space, proposing their self
objective that were abandoned after the space race, as the establishment of a permanent
base on the Moon, and new ones but more challenging as the landing of a man on Mars,
as well as the eventual settlement of the red planet, this mainly motivated by the fact that
the existent of our planet is not only not guaranteed but it has expiry day, all of this caused
by the expansion of our sun. This paper pretends to study the possible implications that it
will have not only the spaceflights or space exploration of the future but also the
exploration of the space livebleness.
Contenido
El Comienzo de un Sueño…………………………………………………………………………………………3
La Lucha por la Supervivencia……………..…………………………………………………………………. 9
Reconquistando la Luna………………………………………………………………………………………….11
Viviendo en el Planeta Rojo…………………………………...................................................15
El Cáliz de Agua………………………………………………………………………………...……………………19
¿Estamos Solos?…………………………………………………………………………............................21
Reflexión Final……….…………………………………………………………………………………………….24
Referencias……….…………………………………………………………………………………………..........25
El Comienzo de un Sueño
Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad. Julio Verne
De la tierra a la luna, ya era un clásico de Verne para el momento, y la obra de H.G
Wells La Guerra de los Mundos acababa apenas de publicarse un año antes cuando un
joven del poblado de Worcester en Massachusetts escribió “qué maravilloso sería
construir algún dispositivo que tuviera la posibilidad de ascender a Marte, y cómo
parecería en una escala diminuta, si se elevase desde la pradera a mis pies” 1, era Robert
Goddart en 1899, vislumbrando en su adolescencia lo que podría ser hoy el futuro
inminente de la humanidad en el espacio: Marte. Goddart, aunque no fue muy reconocido
en el apogeo de sus investigaciones, más allá de poseer la originalidad de la idea de la
Bazooka entre otras cosas, y hasta ridiculizado por el New York Times, se le considera hoy
como uno de los padres de la tecnología de cohetes, pero habrían de pasar algunos años
para que se reivindicara su nombre. La reivindicación definitiva de Goddart seguramente
empezó con un penoso hecho de 1944, poco antes que los Nazis acertaran los mortales
V‐2 en Inglaterra, un cohete se estrelló en Suecia; algunas partes fueron enviadas al
laboratorio de Annapolis donde el físico trabajaba, y reconoció algunas de ellas como
diseños suyos que seguramente publicó en revistas científicas; años después el hombre
detrás de los V‐2 Von Braun reconocería que se basó en muchas de las publicaciones de
Goddart2. Pero el hecho es que la tecnología de cohetes que rozaban los límites de la
órbita baja de la tierra poseída por la Alemania Nazi y que era tan deseada por las demás
potencias del mundo, estaba basada en los principios descubiertos de Goddart!
Poco más de una década después ese científico alemán, diseñador principal de los
mortales V2 Wernher Von Braun, soñador y apasionado entusiasta de los vuelos
espaciales, sería director del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, y principal
responsable del programa espacial americano por mucho tiempo. Aunque los Estados Unidos
se habían llevado la tajada grande de la tecnología nazi, La Unión Soviética, ahora la potencia
competidora por la supremacía militar del mundo, tenía por su parte una mente brillante
nacida en Ucrania y también experto en cohetes: Sergéi Koroliov, quien logró colocar una
pequeña esfera de aluminio de 60 centímetros de diámetro, rellena de nitrógeno presurizado
en una órbita más o menos estable utilizando un cohete R‐7 el 4 de Octubre de 1957,
convirtiéndose en el primer objeto humano en órbita: el Sputnik 1. Había comenzado la
Carrera Espacial.
Sin duda este período breve de la historia, que para muchos seguro fue la era dorada de la
exploración espacial, fue motivado al principio por razones políticas y bélicas. Las primeras
misiones enfocadas en poner satélites en órbita, naturalmente, servían para demostrar la
capacidad balística de las dos grandes potencias, queriendo cada una establecer la
superioridad militar, es esta la razón que ofrecen la mayoría de los historiadores a la Carrera
Espacial, pero vale la pena preguntarse ¿qué sucedió cuando la Carrera Espacial se orientó a la
luna? ¿Qué demostración de poder netamente militar podría representar poner un hombre en
la luna?, lo que empezó como una carrera armamentista se había convertido ahora en una
competencia tecnológica en la que se pusieron todos los conocimientos de todas las áreas de
la ciencia disponibles para el momento y en la que se invirtieron presupuestos sólo superados
por los de defensa. Es casi increíble como avanzó nuestra tecnología espacial en tan solo 12
años, comenzando con una pequeña esfera de aluminio orbitando alrededor de la tierra en
1957: Sputnik 1, y terminando con la llegada del Hombre a la luna en 1969: Apolo 11. La
misión Apolo fue la única que pudo llevar a seres humanos a pisar con sus propios pies la
superficie de la Luna en un total de 6 veces, y preveía el establecimiento de una base
permanente en la luna entre muchas otras cosas; pero el Apolo 11 había marcado el comienzo
del fin de la Carrera Espacial, ya que había alcanzado su meta mas suprema para el momento,
y las siguientes misiones, excepto por el Apolo 13, mostraban que los viajes a la Luna podían
ser rutinarios, al punto de que hoy en día se cree comúnmente que fueron mucho más de 6
veces, las que el hombre estuvo en la Luna, claro también existe un movimiento en la cultura
popular que asegura que el hombre nunca llegó, pero el hecho es que tras haber empezado
como una competencia armamentista entre dos potencias, había terminado dejando atrás una
placa conmemorativa llevada en la Luna por el Apolo 13 y que aún permanece allí, decorada
con un mapa de nuestro planeta y enunciando “AQUÍ LOS HOMBRES DEL PLANETA TIERRA
PUSIMOS POR PRIMERA VEZ UN PIE EN LA LUNA EN JULIO DE 1969 D.C. VENIMOS EN PAZ EN
NOMBRE DE TODA LA HUMANIDAD”.
Nunca más volverían a tener tanto presupuesto y atención de toda la humanidad, los vuelos
espaciales, en parte por el acercamiento parsimonioso pero continuo entre la Unión Soviética
y Estados Unidos, que orientaron la exploración espacial a limitarse a la órbita baja de la tierra,
surgieron los proyectos como Skylab, Mir, el Transbordador Espacial, y la Estación Espacial
Internacional, a lo largo de toda la historia desde el primer alunizaje hasta nuestros días. Sin
embargo estos proyectos que han hecho varias contribuciones científicas a la humanidad, han
representado una decepción para muchos, debido a que suplantaron intencionalmente o no a
aquellas misiones que preveían establecer una base lunar permanente y seguir explorando en
la tecnología de medios de transporte que nos pudiesen llevar más allá de la luna, un ejemplo
de esto, han sido las opiniones de Gene Kranz, director de vuelo en varias misiones Apolo,
incluyendo el Apolo 11 y 13, haciéndose muy conocido por esta última debido a su actitud
para enfrentar los diversos problemas surgidos en la misión; en el año 2000 publicó un libro
autobiográfico titulado con su mundialmente conocida frase “Failure is not an option”, a
menudo traducida como “El Fracaso no es una Opción”, donde sostiene varias afirmaciones
sobre el tema como “Careciendo de un objetivo claro, el equipo que colocó a un americano en
la luna, la NASA, se ha convertido en otra agencia burocrática federal incapaz de establecer
disciplina en su estructura. (...) si el espacio es puesto en la agenda nacional para la próxima
elección nacional [2000], un nuevo presidente tendría la oportunidad de seleccionar un nuevo
liderazgo del nivel más alto, que esté dispuesto y comprometido a dar los pasos para
reconstruir la agencia espacial y hacer que el programa espacial tenga movimiento otra vez”.
Opiniones un tanto severas para los que tanto admiramos los logros científicos de la NASA,
pero que son bastante ciertas en cuanto a la tan soñada Colonización del Espacio se refiere.
Las únicas misiones tripuladas se han limitado por demasiados años a la órbita baja, y aún así
no cumplen para nada las expectativas sobre ellas que se tenían en la época de la Carrera
Espacial y mucho menos las que se tenían sobre los años futuros de nuestros días. Es
interesante que alguien que siga las investigaciones y adelantos de la Estación Espacial
Internacional seguramente estará más que acostumbrado a oír la combinación de palabras “el
efecto de la baja gravedad en ….”, contrapuesto esto con la visión de Arthur C. Clarke de una
estación espacial giratoria que crea gravedad artificial valiéndose de la fuerza centrífuga en su
magistral obra 2001: Una Odisea en el Espacio, proyecto tan viable que aparece representado
en diversos libros de física escolar como universitaria, haciendo la aclaratoria de “jamás
construida”, y que tiene como principal propósito en la visión del autor, servir de puente entre
la tierra y otros destino espaciales, la proporción de tamaño entre la Estación Espacial
Internacional existente con la soñada por Clarke también nos hace ver bastante atrasados para
nuestra época, la estación del futurista tiene cafetines, baños, teléfonos públicos, lobby,
mientras que la existente tiene una capacidad 6 personas; claro cualquiera podría decir que la
visión de Clarke del año 2001 era solo su opinión, pero la posterior popularidad de la película
homónima, nos sugiere que eso eran los sueños de la colectividad para esta época.
La perspectiva de Clarke, aunque respetada, admirada, e inspiradora para muchos, es
principalmente lógica aun cuando hoy nos parezca demasiado adelantada, soñadora o
descabellada. El ritmo con que avanzó la tecnología espacial en la década de los 60s, es
impresionante por no decir desproporcionado, pasamos en 12 años de una bola de aluminio
orbitando la tierra, a un hombre pisando la luna, pero no necesitamos centrarnos en este
apresurado ritmo de avance para comprender que la visión de Clarke es bastante lógica, para
1957, cuando había sido lanzado el Sptunik, no habían pasado ni 50 años desde que Wilbur
Wright piloteara su avión unos impresionantes 45 segundos, pudiendo incluso maniobrar un
giro, en una demostración en Le Mans, Francia en 1908, impresionando la para entonces
escéptica comunidad francesa, los días posteriores en la misma localidad logró hacer
impresionantes figuras de ocho en vuelos que no se prolongaban por encima de unos minutos,
se dice que mujeres desmayaban, los niños gritaban por lo asombroso de aquellos actos, que
sin duda parecerían torpes y casi risibles delante los poderosos aviones a reacción como el F‐
86 americano o el MiG‐15 soviético, tan conocidos y usados para el momento del Sputnik
(1957). Es Decir al principio del siglo nos dimos cuenta que la conquista del aire era inminente,
al punto de que se convirtió en una realidad y en poco tiempo podíamos cruzar los mares
como lo hizo Charles Lindbergh en 1927, partiendo de Estados Unidos y llegando a Francia. Es
decir en desde 1908 con la demostración de Wilbur Wright hasta 1969 con la llegada del
hombre a la Luna, poco mas de 60 años, pasamos de dar nuestros primeros pasos en el aire y
en la aviación, a conquistar la frontera del espacio y el vacío, colocando un hombre en la Luna.
¿Qué sería lo menos que podríamos esperar de los siguientes 60 años a la carrera espacial que
no concuerde con la visión de Clarke? Lo lógico sería que hayamos expandido nuestras
fronteras, sin en algún momento lo fue la luna, lo razonable es que tiempo después hayamos
llegado a otros planetas, al menos al más cercano Marte, o que por lo menos vayamos
rutinariamente a la luna, y así como 60 años después de los primeros pasos de la aviación, ya
existía la aviación comercial en la que un número gigantesco de personas abordaba vuelos
rutinariamente, hoy una gran cantidad de personas debería considerar ir al espacio, o al
menos a su frontera (la órbita baja) como un viaje si bien no rutinario al menos accesible o al
menos posible si puede pagarlo, todo “al menos”, esta es sólo una concepción lógica de las
cosas. Nuestros días son aquellos años futuros de la llamada Era Espacial, aunque la realidad
actual sea muy diferente. Sin embargo, las cosas ya han empezado a cambiar, se han creado
organizaciones para la reconquista del espacio, se ha criticado fuertemente el letargo de
exploración espacial tripulada, se han fundado compañías con el propósito de no esperar a los
gobiernos para la popularización del espacio, y se han hecho sorprendentes descubrimientos
científicos que sin duda han acrecentado y lo seguirán haciendo, el interés de la humanidad en
el espacio, aspectos que se intimarán en las siguientes secciones.
La Lucha por la Supervivencia
En el largo plazo real, el Sol —de camino a convertirse en una estrella gigante roja— se irá haciendo más grande y brillante, el aire y el agua de la Tierra comenzarán a escaparse al espacio, el suelo se
carbonizará, los océanos hervirán y se evaporarán, las rocas se vaporizarán y es posible, incluso, que nuestro planeta sea engullido por el Sol
Carl Sagan*
Después de años del letargo posterior a la Carrera Espacial, y que los vuelos
espaciales tripulados se limitaran a la órbita baja de la tierra, se ha comenzado a trabajar
nuevamente con objetivos en períodos de tiempo específico, para reconquistar el espacio,
establecer una base en la Luna, y llegar a nuestro vecino planetario: Marte.
La compresión de las reacciones termonucleares, entre otras áreas del
conocimiento, nos han permitido hoy formarnos una teoría bastante aceptada y extensa
de la evolución estelar, con la que podemos estudiar nuestro sol así como su relación con
nuestro planeta, según nuestros conocimiento actuales, el sol se irá expandiendo para
convertirse en una gigante roja, y en el proceso su zona de habitabilidad se moverá, al
punto de que la tierra pasará a tener condiciones parecidas a las que hoy observamos en
Venus, lo cual dificultaría en extremo la supervivencia de la mayoría de los organismos de
vida que actualmente la habitan, en imposibilitaría nuestra presencia en ella, esto ocurrirá
en aproximadamente 500 millones de años cuando la temperatura de la tierra alcance
unos 70ºC en promedio, imposibilitando la vida vegetal, para ese momento si la
humanidad todavía existe deberá ya haberse trasladado a otro ambiente y tal vez a otra
biósfera si pretende seguir existiendo. Sin embargo algo que podría ser un fenómenos más
probable para el fin de la vida en nuestro planeta es el impacto de un asteroide, o un
objeto proveniente del espacio; es generalmente aceptado que el evento que causó la
* “Un punto Azul Pálido, Una visión del futuro humano en el espacio” (1994)
destrucción de los dinosaurios ocurrió hace solo 65 millones de años, un período que
encaja en una escala de tiempo mucho más pequeña que la de la evolución estelar, y sin
irnos muy lejos en el futuro, en el año 2036 se espera que el asteroide Apophis alcance su
punto más cercano con la tierra, con una posibilidad ‐calculada con los datos actuales‐ de
impactar de 1 en 45.000, pero aún así con un poder de destrucción suficiente para los
gobiernos como el de Estados Unidos se preocupe, y prepare desde ya planes para evitar
una posible catástrofe global3.
En cualquier caso la existencia de la vida en el planeta no solo No está garantizada, si no
que tiene fecha de caducidad, por lo que si la humanidad desea adaptarse así como
cambiar su entorno para sobrevivir como siempre lo hemos hecho, sin duda, se tendrá que
lanzar a la exploración del espacio, pero no como la hemos concebido desde el fin de la
Carrera Espacial hasta nuestros días, sino como la exploración de la HABITABILDAD del
espacio.
Reconquistando la Luna
Las leyes naturales del universo son tan precisas que no se nos hace difícil construir una nave espacial para volar a la Luna, y podemos calcular el tiempo del vuelo con la precisión de una
fracción de segundo. Estas leyes tienen que haber sido establecidas por alguien. Wernher Von Braun
El año 2004 se abrió una nueva esperanza para los entusiastas del espacio cuando
el presidente George W. Bush anunció los nuevos planes para el programa espacial bajo el
nombre Visión para la Exploración del Espacio y estableció dos fechas concretas, un viaje
tripulado a la Luna en el 2020 para el establecimiento de una base lunar, con el propósito
de servir cono anticipo y preparación para lograr una misión tripulada a Marte en el 2035,
por lo que afortunadamente en este momento la NASA trabaja para cumplir con esos
objetivos. Lo primero es reconquistar la luna. La primera fase de este proyecto está
constituida por el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO), que será lanzado en junio del
presente año, busca darnos un mayor conocimiento de la superficie lunar así como buscar
hielo debajo de la superficie lunar con sonda llamada LCROSS, lo que nos permitiría saber si
las futuras colonias en la luna podrían usar agua de la Luna en vez de transportarla. La
importancia de esto es vital, ya que si sucede el mejor de los casos, la colonización de la luna
sería mucho más sencilla y barata, propiciando la viabilidad de su exploración.
Las implicaciones de establecer una base en la luna son amplias, y beneficiosas.
Aprendiendo como vivir en la Luna, tendríamos la mejor plataforma para lanzar misiones a
Marte y a las demás confines de nuestro sistema solar, en primer lugar porque la gravedad es
6 veces menor que la de la tierra, y en segundo lugar porque se encuentra más obviamente se
encuentra más adentrada en el espacio desde nuestra perspectiva.
Otro beneficio que tendría aprender a vivir, y a construir en la Luna, es que podríamos
establecer excelentes puestos de observación astronómica, que pudiesen ser reparados y así
durar muchísimo más que nuestros actuales telescopios espaciales, pero poseyendo una
capacidad asombrosamente mas enorme que los telescopios de la tierra; otra de las ventajas
es la supresión de un problema existente para nuestros actuales proyectos de telescopios
espaciales, y es que la mayoría contemplan construirse enteramente en la tierra para después
lanzarlos, pero con un desarrollo de la tecnología en la luna tal vez podamos construir
telescopios en nuestro satélite natural, no es un plan tan descabellado si consideramos que la
luna es un astro rocoso como el nuestro, y debido a que tiene un origen común, tiene una
composición mineral relativamente común.
Esto último nos lleva a otra de las implicaciones que involucra construir una base
permanente en la Luna, y es la búsqueda de materiales útiles. Evidentemente nuestro satélite
está ubicado a una distancia tal, que debemos establecer cierta autosuficiencia e
independencia de la base, el problema energético tiene soluciones muy sencillas que va desde
los tan usados en la exploración espacial, paneles solares hasta transportar un pequeño
reactor nuclear, lo cual entra en las actuales disposiciones de la Misión Orión, que sería la
primera en volver a poner hombres en la Luna dentro del contexto de la Visión de para la
Exploración del Espacio.
Los objetivos de esta primera misión no son tan ambiciosos como para contemplar
planes de construcción de telescopios, o lanzaderas espaciales, pero si para abrir el camino a
que equipos de 4 astronautas alternándose, habite permanente la base lunar, aún así si se
están explorando todas las posibilidades para usar materiales lunares como recursos de esta
base.
Si se descubre hielo, no sólo podría ser usado para obtener agua consumible, sino
también para obtener oxígeno a través de electrólisis, proceso que sería sustentado por la
energía recolectada por los paneles solares y/o un reactor nuclear. Pero si no se descubre hielo
también se están ideando formas de obtener oxígeno y agua, aún sería posible obtener estas
dos preciadas sustancias gracias a las rocas volcánicas presentes en la luna, al combinar
hidrógeno –llevado desde la tierra, pero que es un material extremadamente ligero o poco
denso— con el mineral ilmenita, y al calentar la mezcla a 900 ºC, ser producirá hierro, dióxido
de Titanio y agua4, por lo que el primer laboratorio que instalemos en la Luna seguro será uno
químico.
Otra adversidad que hay que superar en la Luna, al no tener atmósfera ni un campo
magnético como el terrestre, es la radiación solar y las mortales lluvias de protones
provocadas por las erupciones solares, lo cual nuevamente nos lleva a la utilización de los
materiales presentes en la Luna, ya que lo más viable es que construyamos pequeños
establecimientos hechos de tierra lunar, o tal vez, llevemos estructuras armables o inflables
hechas de materiales muy livianos como el Kevlar para cubrirlas igualmente con tierra lunar,
construiremos algo muy parecido a las viviendas de Tatooine que aparecen en las películas de
la saga de Star Wars.
Otro reto será poder producir comida en la base, una tecnología que nos hubiese
gustado aprender con las misiones en la órbita baja como la Estación Espacial Internacional,
pero que lamentablemente no se logró debido a que en ningún experimento se pudo obtener
frutos comestibles, esto ocasionado principalmente por la falta de de luz solar; pero en la luna
puede que si tengamos éxito en cultivar alimentos, en primer lugar ya está ampliamente
demostrado que no se necesita de tierra para poder cultivar, debido actualmente son
comerciales productos que vienen de la siembra hidropónica y mejor aún aeropónica, por lo
que sólo habría que transportar algunas sustancias que son usadas en estos métodos y por su
puesto contar con una fuente de agua, y en segundo lugar podríamos construir domos o
estructuras de otro tipo que permita a las plantas obtener luz solar pero sin sobreexponerlas,
si esto tuviese éxito se convertiría eventualmente en un laboratorio de filtración del dióxido de
carbono, quizás hasta se llegue a hablar de los jardines lunares.
Aunque la luna es un gran paso para la conquista del espacio o mejor aún para la
Exploración de la Habitabilidad del Espacio y es en sí un fin admirable y sumamente
importante para la Tierra, es solamente el primer escalón y el lugar donde ensuciarnos las
manos –en el mejor sentido de la expresión— para descubrir y desarrollar las tecnologías
necesarias para poder alcanzar Marte. Sin embargo los beneficios que nos traerá el
establecimiento de una base en la Lunar en cuanto a reciclaje, materiales, geología,
conservación, etc., aparte de los muchos otros que no podemos predecir como ocurrió en
la Carrera Espacial, hacen que el proyecto en sí sea sumamente remuneratorio.
Viviendo en el Planeta Rojo
En mi tiempo de vida, he sido muy afortunado de ver muchos de mis sueños hechos realidad, (…) pero la “Era Dorada del Espacio” es sólo el comienzo.
Arthur C. Clarke
Marte es, si las cosas salen bien, la última frontera conquistada para la generación
que presencie el comienzo de la Exploración de la Habitabilidad Espacial. Es el planeta más
parecido al nuestro incluso más que Venus, que fue el planeta elegido por Carl Sagan para
imaginar una posible Terraformación a través de una plantación gigantesca de algas en la
atmósfera, en su artículo Planet Venus, posteriormente se conocería que esta tarea sería
imposible debido a que incluso si las algas atmosféricas pudieran prosperar en el ambiente
árido de la alta atmósfera, el carbono que se fijara en forma orgánica sería liberado como
dióxido de carbono tan pronto como cayera en las ardientes regiones inferiores, pero aún
así esto no evitó que poco años después Joel Levine organizara la primera conferencia de
“Modelación Planetaria”, que según se dice fue un evento consecuencia del
desencadenamiento de investigaciones realizadas especulando sobre las ideas planteadas
en ese famoso artículo de Sagan.
Pero aparte de la imposibilidad de poder terraformar Venus, este planeta sufre de
otro problema para ser un candidato digno de nuestra colonización, y es que al igual que la
tierra su destino inevitable es que sea aún más caliente que hoy sin poder albergar la más
mínima esperanza de vida cuando en unos 500 millones de años la tierra alcance la
temperatura promedio de 70 ºC, y sea imposible para nosotros vivir en ella.
Pero Marte nos ofrece unos cuantos útiles millones de años más, antes que de que
también afectado por el proceso del sol convertido ya en una gigante roja y no pueda
albergar vida. No solo es el planeta más cercano para después de Venus sino también el
que tiene una gravedad más parecida. Por lo que es nuestro inminente futuro hogar en el
espacio.
Tal es así que la NASA lo reconoce como nuestra prioridad en exploración tripulada
después de la luna. Hace poco más de 10 años, debido al para entonces desinterés del
gobierno en Marte, se fundó la Mars Society (Sociedad de Marte) por Robert Zubrin, un
ingeniero aeroespacial y por otros entusiastas del futuro, con el fin de convencer a la
humanidad y a los gobiernos de la importancia y viabilidad de la exploración y colonización
del planeta rojo; es precisamente el libro de Zubrin “the case of mars”, uno de los mas
referenciados en cuanto a la futura exploración marciana se refiere.
Toda la tecnología aprendida en la Luna, se debe usar para la llegada del hombre al
planeta rojo, sin embargo, es probable que aunque las misiones sean mucho más
longevas, las condiciones en Marte sean menos hostiles y más parecidas a la tierra excepto
por su temperatura.
Cuando el hombre llegue a Marte, esperemos entre en 2035 y en 2050, ya deberá
haber aprendido una serie tecnologías de autosuficiencia originadas en la exploración
Lunar, seguramente las primeras misiones tengan como sitio de martizaje si se puede usar
el término, un lugar cerca de una Caverna o uno de los muchos Tubos de lava que se han
observado ya hoy con nuestras sondas, estos tubos son formaciones geológicas dejadas
atrás por el paso de lava cuando Marte era aún un planeta activo geológicamente, y son
hoy todavía un sitio de gran interés para los científicos interesados en la evolución
planetaria y del sistema solar, de cualquier modo lo más probable es que al igual que en la
luna los primeros asentamientos luzcan como trincheras grandes con techos que
posteriormente serían recubiertos por tierra marciana, la razones para este tipo de
estructura son más numerosas en Marte, no solo por lo diferente de su atmósfera y otras
razones presentes también en la Luna, sino por las tormentas como las que han sufrido los
rovers y landers que hemos enviado, originando, corrosión en las piezas, y tapando los
paneles solares.
Uno de los principales peligros serán esas tormentas del polvo marciano, una de las
prioridades seguramente será establecer un sistema extremadamente confiable no para
predecirlas sino para anticiparlas, así como el posible reactor nuclear que se lleve, deberán
colocar unos sensores bastante lejos de la base, y en varias posiciones alrededor de esta,
que le permitan anticipar una tormenta de polvo. Así mismo deberán diseñar sistema o un
protocolo de resguardo tan rápido cono para que alcance a los futuros exploradores una
mortal tormenta.
El reactor nuclear que fue tal vez opcional en la luna debido a la posibilidad de
transportar gran cantidad de paneles solares, en Marte se hará indispensable, y con el
problema de tener que colocarlo lejos de la base, lo más fiable en un pequeño cráter. De
manera que aunque la exploración de la Luna es condición sine qua non para conquistar el
planeta rojo, este nos pondrá de cara con nuevos retos y problemas que resolver,
empezando por la magnitud de los límites de la base que serán bastante más grandes que
los de la Luna, por el sistema anti‐tormenta y el obligatorio reactor nuclear. Debido a esto,
se hará necesaria una cantidad significativa de misiones de reconocimiento, es decir, se
debe buscar primero un lugar que tenga un área relativamente plana, que esté cerca de un
cráter pequeño y que también sea geológicamente interesante.
Pero aún así con todas las dificultades, Marte nos ofrece una cantidad de
posibilidades que no podemos desaprovechar empezando por una que tal vez lejana pero
inevitablemente inminente, La supervivencia de nuestra especie. Lo más interesante de
Marte es que consultando a los más escépticos y a los más optimistas, el tiempo estimado
para la Terraformación de Marte va desde 500 a 50.000 años, período que nos da bastante
tiempo antes de la destrucción de la vida en nuestro planeta a manos del sol, y plantea
una opción interesante a una posible superpoblación en la tierra.
El principio de la Terraformación, es transformar al planeta rojo en un planeta azul
pálido como el nuestro, y darle las condiciones idóneas para que tengamos un estilo de
vida parecido al que tenemos en la tierra, esto pasa por tener una presión diferente, una
temperatura diferente y una composición atmosférica diferente, en pocas palabras que
podamos estar en Marte sin un pesado traje espacial, el primer paso es calentar el planeta
con gases de invernadero, en eso somos casi expertos en la tierra, pero tenemos que idear
formas de hacer en Marte, con los materiales propios. Tal vez en Marte el proceso de
producción de oxígeno sea más sencillo, desde la tierra nos hemos dado cuenta que la
mayoría de la superficie de Marte Contiene óxido de hierro, lo que le da su coloración roja,
y de hecho lo más factible sería diseñar un proceso que ocasione una reacción exotérmica,
calentando la atmósfera, y que produzca oxígeno gaseoso.
El Cáliz de Agua
A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa.
Carl Sagan
Uno de los problemas científicos que existe en cuanto a la exploración y
colonización de Marte se refiere, es la posibilidad de que haya existido o exista vida en
Marte, al menos en forma de microorganismos, ya que se puede calentar en un horno a un
robot antes de enviarlo a explorar, pero no puedes hacer lo mismo con un ser humano. Si
existe o ha existido vida en Marte, al no tomar las suficientes precauciones podemos
contaminar a algo que queremos estudiar, y que es de gran importancia, encontrar al
menos resto de vida nos ayudaría a responder una pregunta sobre la que casi todos los
científicos se consideran meros ignorantes y es ¿Qué tan común es la Vida en el universo?,
a menudo partimos del principio de mediocridad para responder esa pregunta, y vemos
que en la tierra se cumple que la Vida es persistente, ¿por qué tendría que ser ese un caso
especial que se limite a la tierra?. La mejor forma que hemos predicho y concluido con
nuestra ciencia para encontrar la vida, es a través de la búsqueda del agua, en todas
nuestras ecuaciones bioquímicas está sobreentendida la presencia de un medio acuoso, y
las misiones que buscan vida o restos de vida lo que buscan es agua o restos de agua
líquida, por lo que las misiones de reconocimiento en Marte deberán encargarse de hacer
un estudio exhaustivo en busca de agua, de cualquier manera la primera misión tripulada
seguramente será lo más orgánicamente aislada posible para tener cuidado de no dañar
algo que podría ser la clave de una de las preguntas más importantes de la humanidad.
Sin embargo la respuesta a esa pregunta podría venir desde fuera del sistema
solar, cada año si incrementa y de forma exponencial el número de planetas extrasolares
confirmados por los varios métodos de detección, para el momento de escribir este
artículo se han descubierto 346 planetas, mostrando así un área de la ciencia mas donde
se cumple extensamente el principio de mediocridad. Pero lo más interesante es que a
medida que se han profundizado las investigaciones se han descubierto sistemas más
parecidos al nuestro, aunque los primero exoplanetas descubiertos eran júpiteres
gigantes, hoy en día se conocen planetas sólo unas pocas veces más masivos que la tierra
así como sistemas múltiples de hasta 5 planetas. El recientemente lanzado telescopio
Keppler tiene la capacidad de poder detectar un planeta como el nuestro, y analizará
100.000 estrellas en busca de una variación anormal en la intensidad ocasionada por un
planeta con un tamaño y densidad similar a nuestro planeta, si conseguimos planetas así,
siguiendo el principio de mediocridad tan usado en la ciencia y que ha servido
maravillosamente hasta ahora, será solo cuestión de tiempo y desarrollo tecnológico para
que detectemos un pequeño punto azul pálido como decía Sagan, orbitando alrededor de
otra estrella, y por lo tanto habremos conseguido el lugar con mayor posibilidad de
albergar vida jamás descubierto en la historia de nuestra joven pero curiosa Humanidad.
¿Estamos Solos?
-- Si sólo estamos nosotros, es un gran desperdicio de espacio Contacto (el filme)
Como ya he dicho antes, el principio de mediocridad ha demostrado ser útil a la
hora de predecir la parte de la naturaleza o del universo que aún desconocemos, al punto
de que hoy en día se acepta casi por unanimidad en la Astronomía que la posibilidad de
que exista vida en alguna parte del universo es extremadamente alta, pero interprétesele
bien, lo que es unánime es que es bastante posible que al menos ¡existan
microorganismos viviendo en un planeta de otra galaxia! Ahora bien la idea de la Vida
Inteligente Extraterrestre sea muy posible es también bastante pero parcialmente
aceptada por astrónomo. Lo que sí es debatido ampliamente es la posibilidad de que la
Humanidad encuentre vida extraterrestre, en cuánto tiempo la encontrara, y más
debatible aún la posibilidad de que el Hombre encuentre signos de Vida INTELIGENTE
Extraterrestre. Desde que la idea es aceptada por la Ciencia, existen astrónomos y
científicos que sostienen ideas adversas sobre la posibilidad real de encontrar vida e
inteligencia extraterrestre. Frank Drake, uno de los padres del proyecto para la Búsqueda
de Inteligencia Extraterrestre (SETI), diseñó una ecuación que lleva su nombre, y que es
comúnmente aceptada incluso por los escépticos —en parte por su simplicidad— que
contempla simplemente el producto de factores para determinar el número de
civilizaciones en nuestra galaxia con las que la comunicación sería posible:
N = R x ne x fl x fi x fc x L.
Donde R es el ritmo de formación de estrellas "adecuadas" en la galaxia
(estrellas por año), fp es la fracción de estrellas que tienen planetas en su órbita. ne es
el número de esos planetas, que además pueden albergar vida, es decir, se encuentran
en la zona de habitabilidad. fl es la fracción de esos planetas en los que la vida
efectivamente se haya desarrollado. fi es la fracción de esos planetas en los exista vida
inteligente. fc es la fracción de esos planetas donde la vida inteligente ha desarrollado
una tecnología e intenta comunicarse. L es el lapso de tiempo que una civilización
inteligente y comunicativa ha existido (años).
Naturalmente el problema con esta ecuación es que desconocemos muchos de
los factores, pero podemos estimar otros, lo que nos da un rango de de posibilidades.
Como se puede esperar, cualquier persona puede utilizar esta ecuación para obtener
los resultados que quiera, debido a que desconocemos totalmente alguno de los
factores y utilizarlos sería un acto de la más descarada especulación. Pero si se puede
usar ampliamente como de hecho se hace, para revisar si la posibilidad de entrar en
contacto con una civilización extraterrestre, aumenta o disminuye, con los nuevos
descubrimientos científicos que hacemos principalmente en evolución estelar, y
evolución planetaria. Y esta última vive en nuestros días una total reforma. Hace tan
sólo 15 años se consideraba en general a la búsqueda de planetas extrasolares como
una pérdida de tiempo y tenía tanta atención en la astronomía como la que se tiene a
las investigaciones seudocientíficas de ovnis. Sin embargo como dije antes, para este
momento hemos descubierto 346 exoplanetas de diverso tamaño, densidad, período
orbital y masa, orbitando diversos tipos de estrella, pasando por el sistema Cancri 55,
con 5 planetas corroborados por los diferentes métodos y simulaciones, y el sistema
Gliese 581 que contiene un planeta rocoso de tan solo 1,5 veces el radio de la tierra.
El año pasado se comprobaron 62 planetas extrasolares, y ahora es que
estamos empezando a escudriñar las estrellas, se prevé que la búsqueda de
exoplanetas se intensifique a través de telescopios espaciales como el Keppler o el
COROT y una mayor utilización de telescopios terrestres con este propósito. Si el ritmo
tan sólo se mantiene como el del 2008 y no baja, la cantidad que tendríamos de
planetas extrasolares al cabo de 10 años más es impresionante. Debido a los métodos
y tecnologías que hoy se utilizan para la detección de estos planetas, no nos permiten
saber la cantidad exacta de los planetas que orbitan una estrella, y a que la detección
de planetas tan pequeños como la tierra que puedan albergar vida es más complicada,
tardaremos un poco más en tener una idea de cuantos planetas como el nuestro hay
allá afuera, pero en los próximos años tendremos una data impresionante de estos
planetas, al punto de que nos dirán que tan comunes son los planetas (en general) en
el universo, y seguramente el proyecto SETI utilizará esta data como objetivos para sus
radiotelescopios, bajo la premisa de que sería más probable que hubiese Inteligencia
Extraterrestre en sistemas donde existen planetas y posiblemente un planeta como la
tierra, que un sistema al que no se le haya probado tener planetas orbitando. Por lo
que podemos concluir que si la Inteligencia Extraterrestre existe, en estos momentos
estamos dando pasos agigantados desde nuestra tierra para comprender la vida en el
universo y para ponernos en Contacto.
Reflexión Final
Cuando hayamos establecido una base en Marte, logremos que esta sea
permanente y comencemos el proceso de Terraformación, cambiando la atmósfera y
sembrando organismos vegetales, habremos entonces comprado nuestra póliza de seguro
a largo plazo, y habremos si no bien asegurado el futuro de nuestros muy distantes hijos,
al menos les habremos dejado un modesto sistema solar en el que tienen la posibilidad de
evitar las causas naturales de destrucción y perpetuar por más tiempo nuestra especie, tal
vez tengan que afrontar problemas más difíciles que ya existen hoy como la política de la
destrucción mutua que nos ofrecen las armas nucleares, entre otros, pero sin duda esta
generación podría presenciar cómo se concretan en acciones los valores más elevados de
la humanidad, plasmados en el intento de asegurar nuestro futuro.
Referencias
1 ^ "Robert Goddard and His Rockets". NASA. http://www‐istp.gsfc.nasa.gov/stargaze/Sgoddard.htm. 2 "The Man Who Opened the Door to Space". Popular Science May, 1959. 3 http://www.abc.es/20090430/economia‐tecnologia/ejercito‐ensaya‐plan‐actuacion‐ 200904301007.html 4 “Cómo viviremos en la Luna” Popular Mechanics, Edición Continental, Octubre, 2007.