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ECONOMÍA IMPLICACIONES GEOPOLÍTICAS DE LA INDEPENDENCIA ENERGÉTICA DE ESTADOS UNIDOS Pedro Mielgo, presidente de Nereo GreenCapital Florentino Portero, profesor de Historia Contemporánea de la UNED Gerardo del Caz Esteso, ingeniero industrial. Especialista en política energética 6/9/2013 Nº 169 Fuente: DOE U.S. Energy Information Administration. Annual Energy Outlook 2013 Early Release GRÁFICO 1. Producción de gas natural en EE.UU. 0 5 10 15 20 25 1990 1995 30 35 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2011 Proyecciones Historia Shale gas (en roca sedimentaria) Tight gas (en roca impermeable) Gas de Alaska Gas no asociado de alta mar Gas metano de carbón Gas asociado con petróleo Gas no asociado terrestre Billones de pies cúbicos

Implicaciones políticas de la independencia energética de ...fundacionfaes.org/file_upload/publication/pdf/20130906135528... · interdependencia es una de las características más

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ECONOMÍA

IMPLICACIONES GEOPOLÍTICAS DE LA INDEPENDENCIA ENERGÉTICA

DE ESTADOS UNIDOSPedro Mielgo, presidente de Nereo GreenCapital

Florentino Portero, profesor de Historia Contemporánea de la UNED Gerardo del Caz Esteso, ingeniero industrial. Especialista en política energética

6/9/2013Nº 169

Fuente: DOEU.S. Energy Information Administration. Annual Energy Outlook 2013 Early Release

GRÁFICO 1.Producción de gas natural en EE.UU.

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2011 ProyeccionesHistoria

Shale gas(en roca sedimentaria)

Tight gas(en roca impermeable)

Gas de AlaskaGas no asociado de alta mar

Gas metano de carbón

Gas asociado con petróleo

Gas no asociado terrestre

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Independencia energética

A lo largo de la historia, el desarrollo y progreso de la humanidad han venido acom-pañados de un mayor consumo energético. La disponibilidad de energía ha sido de-terminante para mejorar las condiciones de vida, incrementar la productividad y, endefinitiva, progresar. Un mayor desarrollo económico conlleva un mayor consumode energía y esta correlación ha sido una constante.

En el actual contexto de una economía global, interdependiente y donde se com-pite mundialmente, los recursos energéticos han adquirido la condición de estra-tégicos por las implicaciones económicas que tienen su control y gestión. Lainterdependencia es una de las características más importantes de la economíamoderna y sus efectos positivos son evidentes a la hora de conseguir una espe-cialización en la producción de bienes y, por tanto, en mercados eficientes. Noobstante, la interdependencia genera vulnerabilidad cuando muchos consumidoresde un bien o servicio dependen de uno o pocos suministradores. Estas relacionesasimétricas producen fortalezas y debilidades estratégicas cuyas consecuenciassobrepasan el campo económico y afectan al político1.

Los recursos energéticos, como los hidrocarburos, materia prima por excelen-cia para el transporte y la industria, no se encuentran presentes en la mayor partede los países industrializados, que se ven obligados a adquirirlos al escogido grupode países productores. Esta dependencia energética genera un doble peaje, eleconómico y el político. Por una parte las economías avanzadas tienen que trans-ferir una parte importante de sus recursos a los países productores de hidrocar-buros. Por otra parte, las contrapartidas que se derivan de la necesidad dedisponer de los recursos energéticos en manos de países potencialmente con-flictivos implican una capacidad de influencia de los productores y una condicio-nalidad en el suministro. Esta debilidad estratégica es fácilmente explotable en

1 Joseph S. Nye. El Futuro del Poder, 2012.

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Fuente: DOEShort-Term Energy Outlook, abril 2013

GRÁFICO 2.Gasto en energía de EE.UU. (% del PIB)

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1987 1990 1993 1996 1999 2002 2005 2008 2011 2014

Predicción

situaciones críticas, como se ha visto en recientes conflictos de la Unión Europeacon Rusia o en el pasado en Oriente Medio.

Hay muy pocos países en el mundo que sean energéticamente autosuficientesy la característica de todos ellos es que, como es lógico, intentan rentabilizar esaventaja maximizando su influencia y los beneficios de la situación de desequili-brio que se deriva2. Ello ha guiado las relaciones internacionales y definido lasalianzas de conjuntos geopolíticos como Oriente Medio o el Cáucaso.

La estrategia energética americana

Desde 2009, año en que fue sobrepasado por China, Estados Unidos es el se-gundo mayor consumidor de energía del mundo, suponiendo aproximadamente un

2 Gal Luft, Energy Self-Sufficiency: A Realistic Goal or a Pipe Dream?, ISN, octubre 2012.

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20% del consumo mundial anual de energía primaria. Por su estructura social yeconómica, la energía es vital para mantener el actual modo de vida americano,lo que conlleva una alta sensibilidad a su precio y hace que cualquier problema desuministro que suponga una subida de los precios tenga un impacto directo en laeconomía y bienestar estadounidenses.

Para dar idea de lo que la energía supone para los Estados Unidos en términoseconómicos y en cuanto a vulnerabilidad estratégica, basta decir que la facturaenergética de aquel país asciende a alrededor del 8% del PIB (Gráfico 2) y que suintensidad energética y consumo de energía por habitante están entre los másaltos del mundo y son muy superiores a los de, por ejemplo, la Unión Europea(Gráfico 3). En términos nominales, el gasto energético por habitante pasó demenos de 500 dólares en 1970 a más de 4.000 en 2010.

Fuente: DOE

GRÁFICO 3.Intensidad energética (tep/1000€) y consumo de energía por habitante en EE.UU.(tep/hab)

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EE. UU. UE-27 España0,00

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Intensidad energética (tep/1000€) Consumo per capita de EP (tep/hab)

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Fuente: DOE

GRÁFICO 4.Consumo e importaciones de petróleo en EE.UU. (mpbd) Visión general, 1949-2011

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Consumo estimado

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A pesar de su elevada producción, EE.UU. ha sido tradicionalmente un país im-portador de petróleo, sobre todo a partir de 1971, año en que alcanzó el máximode producción interior y a partir del cual se redujo paulatinamente mientras que elconsumo se incrementó progresivamente. A finales de la década pasada llegó aimportar cerca del 60% de su consumo interior (Gráfico 4).

“Desde 2009, año en que fue sobrepasado por China, Estados Unidos es el segundo mayor consumidor de energía del mundo, suponiendo

aproximadamente un 20% del consumo mundial anual de energía primaria”

En lo que se refiere al gas, EE.UU. alcanzó el máximo de producción propiahacia la misma fecha, aunque el declive fue menos pronunciado y el peso de lasimportaciones menor que en el caso del petróleo (Gráfico 5).

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A lo largo del siglo XX el desarrollo económico estadounidense obligó a au-mentar el suministro de petróleo y gas de proveedores externos que, a menudo,se situaban en regiones potencialmente inestables y con alta conflictividad polí-tica. Como se puede apreciar, desde los años 60 Estados Unidos dejó de ser au-tosuficiente en combustibles fósiles y pasó a ser un importador neto, situación quese intensificó con el agotamiento de los yacimientos propios y el incremento de lademanda.

En 1973, a raíz de la guerra árabe-israelí del Yom Kippur, los países producto-res árabes en la OPEP decidieron dejar de suministrar crudo a los países que apo-yaban a Israel. Las consecuencias en la economía internacional fuerondevastadoras al cuadruplicarse los precios del crudo en cuestión de semanas por

Fuente: DOE

GRÁFICO 5.Consumo e importaciones de gas en EE.UU. Visión general, 1949-2011

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el embargo de la OPEP3. La crisis política se tradujo en una crisis económica quetuvo repercusiones en todo el mundo.

Ante esta situación y padeciendo los efectos directamente, la Administraciónamericana, bajo la presidencia de Richard Nixon, convirtió la independencia ener-gética en un objetivo estratégico. Estados Unidos aspiraba a ser autosuficiente alargo plazo tanto en el abastecimiento de energía como en el control de las tec-nologías energéticas. Se trataba de asegurar el suministro y de hacerlo a unos pre-cios asequibles. Esto impulsó el programa masivo de energía nuclear civil y relanzóla exploración y búsqueda de yacimientos en suelo americano.

Desde entonces, otros conflictos internacionales como la guerra de Irán e Irak,la invasión de Kuwait, o la emergencia de nuevos países industriales que incre-mentaban la competencia por los recursos energéticos (y por lo tanto sus pre-cios), han hecho que la meta de la autosuficiencia haya estado presente entre lasprioridades de todas las Administraciones americanas con independencia de sucolor político, incluyendo, además de la energía primaria, el desarrollo y control delas tecnologías energéticas de todo tipo4.

Europa, por el contrario, con una visión fragmentada y con estrategias nacio-nales diferentes (nuclear en Francia, petróleo del mar del Norte en Reino Unido,carbón en Alemania) afrontó la cuestión con mucha menos determinación y so-metida a mayores oscilaciones políticas5.

Esta independencia energética parece ser hoy una realidad tangible ya próximay se estima que, a partir de 2025, Estados Unidos exportará más combustibles

3 Roger Kubarych, How Oil Shocks Affect Markets. The International Economy, Verano 2005.4 US Energy Association, Towards a national Energy Strategy, febrero 2011.5 Paul Belkin, The European Union’s Energy Security Challenges, Congressional Research Service, 2008.

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fósiles de los que importará6 y, además, podría convertirse en un gran exportadorde gas7.

La razón principal de esta revolución es, en primer lugar, una voluntad política cons-tante que se ha mantenido firme con Administraciones de diferente signo político y queponen de manifiesto una política de Estado. En segundo lugar, este objetivo no seríaposible si no estuviéramos ante una verdadera revolución tecnológica sin preceden-tes. De hecho, de todas las políticas emprendidas por las sucesivas Administraciones,la más eficaz para el objetivo de independencia ha demostrado ser la tecnológica.

Hacia la independencia energética

Desde los años 70 numerosos programas de investigación, tanto públicos comoprivados, se han centrado en desarrollar y mejorar tecnologías energéticas con elobjetivo de incrementar la capacidad de producción y la eficiencia: generación eléc-trica mediante los ciclos combinados, las centrales de carbón supercríticas, in-cremento de la producción de petróleo mediante las tecnologías de recuperaciónavanzada y el recurso a reservas no convencionales que, hasta ahora, eran invia-bles desde un punto de vista económico.

Una de estas tecnologías es la de fractura hidráulica o fracking, consistente eninyectar, a determinadas profundidades, agua a alta presión junto con reactivos quí-

“A partir de 2025, Estados Unidos exportará más combustibles fósiles de losque importará y, además, podría convertirse en un gran exportador de gas”

6 Agencia Internacional de la Energía, WEO 2012.7 Philip K. Verleger, The Amazing Tale of U.S. Energy Independence. The International Economy, Primavera 2012.

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micos para que el gas almacenado en determinados estratos de roca pueda serdesplazado y extraído. La tecnología se concibió en la década de 1940 pero su uti-lización parecía estar más allá de la viabilidad comercial. No fue hasta la décadapasada cuando comenzó a utilizarse la perforación horizontal y a apoyarse en unamayor precisión de los estudios geológicos para la extracción de gas de esquis-tos. Los resultados, en un principio poco satisfactorios, comenzaron a dar sus fru-tos gracias a la continua innovación de pequeñas empresas. Las críticas a estatecnología se basan en el elevado consumo de agua y en el impacto ambiental quese produce. Los continuos avances tecnológicos están orientados a minimizardicho impacto que debe ser, por otra parte, evaluado en cada caso.

Esta tecnología se ha aplicado ya con éxito a la extracción de gas de pizarrao esquisto, también denominado shale gas con unos resultados significativos.La producción de gas de Estados Unidos alcanzó su máximo en 1970 y desdeentonces numerosos yacimientos se habían abandonado por agotamiento derecursos y por la inviabilidad de seguir produciendo con la tecnología disponi-ble. En los últimos años, el espectacular incremento de la producción de gas sedebe a estos nuevos métodos que han hecho que el gas de esquisto haya pa-sado de representar en los Estados Unidos un 1% de la producción de gas pro-pia en 2000, al 20% en 2009 y a más del 30% en 20128. A día de hoy, EstadosUnidos y Canadá son conjuntamente autosuficientes en lo que respecta al con-sumo del gas.

En lo relativo al petróleo, Estados Unidos y Canadá producen conjuntamentecuatro millones de barriles de crudo más al día que en 2003 (1,8 millones en losúltimos dos años) totalizando más de 13 millones de barriles al día. Ello tiene unimpacto directo en las importaciones: Estados Unidos ha reducido del 60% al 40%su dependencia del exterior en apenas 20 años al incrementarse la producción in-terna tanto de reservas convencionales como de no convencionales y, en lo que

8 Department of Energy.

respecta a las fuentes de suministro, apostando por países fuera de la OPEP. Enconcreto, a día de hoy las exportaciones de la OPEP a Estados Unidos son infe-riores al 20% del consumo estadounidense de petróleo anual y los países delGolfo Pérsico han visto reducir sus exportaciones a Estados Unidos un 25% desde2003 dejando paso a Canadá como primer proveedor.

Las iniciativas estadounidenses para reducir la dependencia energética del ex-terior se han visto acompañadas de numerosos intentos de replicar lo alcanzadopor Estados Unidos. En algunos casos, en países como Rusia, China, Canadá o Ar-gentina ya se han descubierto reservas de gas de esquisto y continúan los estu-dios geológicos que, de evolucionar según las previsiones, tendrían como resultadoun aumento sustancial de las reservas declaradas de hidrocarburos. En otroscasos, como el de Canadá con sus arenas bituminosas o Japón con su interés porlos depósitos de metano cristalizado en las profundidades marinas, se están lle-vando a cabo importantes esfuerzos aprovechando las condiciones casi exclusivasde estos países. La India o Brasil (que a partir de 2015 tendrá un salto neto po-sitivo de exportaciones petrolíferas), intentan también encontrar nuevos yaci-mientos no convencionales de hidrocarburos y ampliar su producción.

Con las reservas no convencionales de hidrocarburos ocurre lo mismo que conlas reservas tradicionales: no se distribuyen homogéneamente y, a diferencia deEstados Unidos, la mayor parte de los países carece de los recursos tecnológicos,del marco regulatorio o de la infraestructura empresarial para financiar y realizarestos proyectos. Como lo muestra el Gráfico 6, en ningún otro lugar del mundo seestá dando esta situación.

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“Las reservas no convencionales de hidrocarburos no se distribuyenhomogéneamente y, a diferencia de EE.UU., pocos países tienen la tecnología,el marco regulatorio o la infraestructura empresarial para explotarlas”

Estados Unidos tiene una larga tradición por la que se permite la exploracióny explotación de yacimientos por parte de empresas privadas con una regula-ción muy estable. El acceso en este país a fuentes de financiación y la capaci-dad para que el conocimiento se aplique a la industria y no se quede en launiversidad ha dado lugar a un ecosistema de pequeñas empresas muy com-petitivas e innovadoras apoyadas por inversores de capital riesgo que han posi-bilitado acciones emprendedoras a pequeña escala en muchos lugares. Porejemplo, los primeros pasos de extracción de gas de esquisto en la cuenca deBarnett, Texas, fueron dados por pequeñas empresas que en cualquier otro paísno habrían podido realizar sus actividades en competencia con otras multina-

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GRÁFICO 6.Exploración de reservas no convencionales en el mundo

500 o más

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Fuente: PFC Energy Global Gas & North American Onshore Group

cionales tradicionales o grandes e ineficientes empresas estatales9. Fueronestas empresas independientes las que, en un contexto de gran concurrencia,tuvieron que innovar y obtuvieron una gran rentabilidad que atrajo, posterior-mente, a otras corporaciones.

En el caso de Europa, la situación es diferente. Regulaciones restrictivas, ya-cimientos geológicos más complicados, alta densidad de población, escasez decapital y una opinión pública altamente sensibilizada hacen que, a corto plazo,no se contemplen exploraciones al margen de casos puntuales. Esto significaráque el gas ruso seguirá siendo una fuente importante de suministro aunque laspresiones en los mercados mundiales produzcan ventajas a la hora de fijar losprecios10.

¿El fin de la escasez de hidrocarburos?

A día de hoy, y frente a una creencia muy generalizada, el incremento de la capaci-dad de producción neta de hidrocarburos (teniendo en cuenta los yacimientos ago-tados) es ya superior al crecimiento de la demanda mundial. En el caso del petróleoes más significativo: sería necesario un incremento sostenido de cerca del 2% anualhasta 2030 para que, ante la creciente capacidad, el margen se mantuviera estable,algo altamente improbable dada la presente crisis económica mundial11.

Actualmente la producción de gas natural en Estados Unidos es, en su mayorparte, de gas no convencional y principalmente de gas de esquisto. Las proyeccio-nes del Departamento de Energía indican que estas dos categorías representaránmás del 80% del total de gas extraído en 2040 (Gráfico 1).

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9 J. Robinson West, America’s Energy Renaissance. The International Economy, Otoño, 2012.10 International Egency Agency, Golden Rules for a Golden Age of Gas, World Energy Outlook. Special Report

on Unconventional Gas, 201211 BP World Energy Outlook 2030, enero 2013.

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Por otra parte, el éxito del caso norteamericano está en haber conseguido lacasi autosuficiencia a unos costes muy por debajo de los precios del mercadomundial. Los efectos ya conseguidos están proporcionando a los Estados Unidosventajas estratégicas claras, al reducir el precio marginal del gas y, consecuente-mente, de la electricidad, que son ahora sustancialmente más baratos que en Eu-ropa o en Japón. Gran parte de las nuevas instalaciones de generación eléctricautilizan gas y ello ha dado lugar a una reducción del consumo de carbón y de lasemisiones de gases de efecto invernadero. El exceso de carbón norteamericanoestá derivándose hacia Europa, donde algunos países como Alemania están au-mentando el consumo de este combustible.

Dado que los mercados energéticos son, a pesar de sus ineficiencias, merca-dos globales y que es difícil que un país pueda aislarse de ellos, el escenario másplausible es que el aumento de capacidad y de oferta tenga un impacto a la bajaen el precio de los hidrocarburos. Por otra parte, ya se observa un cierto desaco-plamiento en el precio del gas en Norteamérica con respecto a otros mercados12,ya que se ha convertido en un mercado relativamente diferenciado de los preciosde referencia internacionales. Los actuales precios de gas internos no puedentrasladarse a otras regiones porque la fortaleza de la demanda lo impide y porque,a día de hoy, apenas se prevé una exportación significativa desde EE.UU. y, cuandose produzca, será a precios más próximos a los internacionales.

Estados Unidos se ha convertido en la clave del incremento de la producciónmundial de hidrocarburos en los últimos años y está sirviendo para que otros paí-

“Estados Unidos se ha convertido en la clave del incremento de la producción mundial de hidrocarburos en los últimos años y está sirviendo

para que otros países occidentales se replanteen su estrategia energética”

12 Paul Stevens, The Shale Gas Revolution: Developments and Changes, Chatham House, agosto 2012

ses occidentales se replanteen su estrategia energética con objeto de incrementarel control sobre la energía consumida y reducir así su dependencia de otros países.Con las estimaciones actuales, para 2020 se podría incrementar la capacidad mun-dial de producción en 49 millones de barriles diarios, algo más del 50% de la ca-pacidad actual.

Los medios de extracción de las reservas no convencionales son a menudo via-bles únicamente a partir de un determinado umbral de precio del crudo que, comomedia, ronda los 70 dólares por barril13. Los precios actuales de la tecnología de

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Nota: Los precios de EE UU son los precios al contado de Henry Hub en el Escenario de Referencia AE02012 de la EIA; los precios europeos y japoneses son precios CIF en el Escenario de Nuevas Polírticas WE02012 de la AIE

Fuente: Nomura, con datos de DOE y AIE

GRÁFICO 7.Previsiones precios de gas natural en EE.UU., Europa y Japón

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16Japón

Europa

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13 Maugeri, Leonardo, Oil: The Next Revolution, Harvard Kennedy School, 2012.

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fractura hidráulica para yacimientos de gas de esquisto en Estados Unidos estánmuy por debajo de esa cifra, pero esto no está claro que pueda extrapolarse aotras regiones, pues ni las condiciones geológicas ni los costes de exploración yproducción tienen por qué ser comparables.

En cualquier caso, el incremento de la extracción de hidrocarburos para satis-facer una demanda energética creciente no puede dejar de lado la necesidad deactuar en el terreno de la eficiencia energética a escala mundial y tampoco sedeben perder de vista las tecnologías que, aunque lejanas, se ven desde hace dé-cadas como las soluciones definitivas a la escasez energética, y que, hoy por hoy,son sólo promesas, como la fusión nuclear, o realidades aún imperfectas y conserios inconvenientes, como las tecnologías eólica y de energía solar. La menortensión en los mercados de hidrocarburos podría verse más bien como una etapade transición para centrar los esfuerzos hacia un objetivo tecnológico aún por de-finir con claridad.

En cuanto al futuro más inmediato, hay que subrayar dos cuestiones. La pri-mera es que el incremento de la demanda de energía en las próximas dos déca-das será cubierto por fuentes no convencionales y por carbón (Gráfico 8). Lasegunda, que la ventaja de EEUU en la producción de gas de esquisto va a domi-nar la escena mundial por algún tiempo (Gráfico 9)14.

“Es probable que la OPEP pierda paulatinamente la posición de privilegio entérminos de poder de mercado, ya que existirán otros productores”

14 BP World Energy Outlook 2030, enero 2013.

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Incluye biocombustiblesFuente: BP

GRÁFICO 8.Previsiones de demanda y oferta de energía primaria 2030

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2011 OCDE NOOCDE

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Fuente: BP

GRÁFICO 9.Previsiones de producción de tigh oil y de shale gas

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Asia Pacífico Norteamérica América Central y del Sur

África Europa y Eurasia Oriente Medio

Producción en 2030

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Tigh oilShale gas

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En definitiva, la evolución de los mercados en el futuro va a tener dos claves.Por el lado de la demanda, el motor del incremento se deberá a China y a las nue-vas economías industrializadas de otros países asiáticos.

En lo que concierne a la oferta, la clave será la mayor producción estadouni-dense, a la que seguirán otros productores que tratarían de replicar el modelo. Esprobable que la OPEP pierda paulatinamente la posición de privilegio en términosde poder de mercado, ya que existirán otros productores. Esta pérdida de in-fluencia en los mercados se traducirá en una menor relevancia política en las re-laciones internacionales y alterará el marco actual de alianzas en la región delGolfo Pérsico.

Contexto geopolítico

Toda predicción conlleva el riesgo de cometer errores. En el caso de la energía,dependiendo de mercados tan volátiles y en el que entran en juego tantas varia-bles y que tienen implicaciones de carácter económico, político, técnico y me-dioambiental, se hace particularmente difícil.

Teniendo en cuenta las tendencias actuales y la determinación norteamericanapara alcanzar la autosuficiencia energética, es más que probable que en un futuropróximo las relaciones internacionales reflejen el cambio y, en particular, en las re-laciones entre Estados Unidos hacia Oriente Medio.

Estados Unidos ya está reduciendo de forma acelerada el consumo de crudo pro-cedente de esa región. En su discurso del estado de la Nación del 2006, el presidenteBush avanzó la “Advanced Energy Initiative”, en la que proponía reemplazar el 75% delas importaciones energéticas de Oriente Medio antes de 2020 y que cristalizó en la“Energy Independence and Security Act”. En el último año Estados Unidos ha dismi-nuido las compras de crudo procedente de la región en aproximadamente un 10% yla tendencia continuará.

Dando por hecho un incremento de su producción junto a la de Canadá y otrospaíses, es bastante plausible que tenga lugar un cambio en los flujos mundialesde petróleo, de forma que el grueso de los hidrocarburos de Oriente Medio se des-tine a Asia y en concreto a satisfacer la insaciable demanda de China y otras eco-nomías asiáticas en proceso de industrialización intensa que carecen de recursosenergéticos. Europa dependería de Rusia, Norte de África, el Mar del Norte y, enmedida aún por determinar, pero mucho menos que en la actualidad, de OrienteMedio.

China podría sustituir a Estados Unidos como principal país de destino del pe-tróleo de Oriente Medio y ello le obligará a intensificar su interés en la región paramantener ese suministro. Esto ya es una realidad en países como Irak o Kazajs-tán, donde empresas energéticas estatales chinas ya han cerrado contratos de su-ministro en competencia con empresas occidentales. Además, Pekín, preocupadopor asegurar su abastecimiento a largo plazo, está tomando posiciones diplomá-ticas y económicas en diversos países de África con recursos de todo tipo, tam-bién energéticos, donde las contraprestaciones no son sólo de carácter económicosino que incluyen aspectos de cooperación y de apoyo político.

Estados Unidos podría regresar a una situación análoga a la de autosuficienciaenergética existente en el período previo a la Segunda Guerra Mundial. En Europala autosuficiencia no es algo que pueda contemplarse en ningún caso, pero su si-tuación podría mejorar con ciertas condiciones en el marco del tratado de librecomercio transatlántico actualmente en discusión, dando por hecho que EstadosUnidos facilitaría las exportaciones energéticas.

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“China podría sustituir a Estados Unidos como principal país de destino del petróleo de Oriente Medio y ello le obligará a intensificar su interés en la región para mantener ese suministro”

Para Europa será positivo poder tener acceso a los productos energéticos ame-ricanos y diversificar así las fuentes de suministro. En concreto podrá reducir su de-pendencia de Oriente Medio y de Rusia que, a través de las redes de gasoductos,tiene el control del suministro del gas a Europa central y oriental. Europa necesitaráuna política supranacional que fomente las infraestructuras de interconexión y quebusque diversificar las fuentes de suministro ante la competencia de nuevos con-sumidores en Asia como la India o China15.

Si bien la región que comprende Rusia, Asia central y Oriente Medio seguiráproduciendo aproximadamente el 50% del crudo mundial, la verdadera revoluciónse dará en el hemisferio occidental con la autosuficiencia estadounidense y la di-versificación de fuentes de producción que significará para Europa.

Una consecuencia positiva del aumento y de la diversificación de la ofertaserá la mayor estabilidad de los precios de los hidrocarburos, que no tendránunas alteraciones tan significativas e inmediatas como las que solían producirsecuando existía un conflicto que afectaba a algún país productor o a las vías desuministro. De hecho esto ya se ha evidenciado a lo largo de los últimos meses:si bien no existe una clara presión a la baja sobre los precios, el exceso de ofertaya se ha materializado en un mayor margen para amortiguar las tensiones pun-tuales de los mercados como, por ejemplo, han sido las sanciones contra Irán porparte de Estados Unidos y Europa a la que se adhirieron otros países. Sin laexistencia de una mayor diversificación de las fuentes de provisión, probable-mente la restricción al crudo iraní por el programa nuclear hubiera provocado unalza de precios perjudicial precisamente para las economías de los países queemitieron las sanciones16.

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15 Corey Johnson Thinking Outside the Box: Energy Security in Europe and Beyond, The German Marshall Fundof the United States, Policy Brief, junio 2013.

16 Rising Oil Output Gives U.S. More Policy Options, WSJ, 4 julio 2013.

El retraimiento americano

Ante una difícil situación económica, las importantes restricciones presupuestariasy los discretos resultados en Afganistán e Irak, Washington ha optado por evitarparticipar en conflictos lejanos y privilegia alianzas temporales con líderes regio-nales que no le suponen importantes despliegues para minimizar los riesgos deverse arrastrado a conflictos persistentes y costosos. Se trata de la llamada es-trategia de retraimiento por la que se minimiza la influencia en ámbitos geopolíti-cos lejanos y Estados Unidos se centra en afrontar los problemas internos,especialmente los de carácter económico. En concreto, en no incrementar unadeuda mastodóntica que no deja margen presupuestario para invertir más recur-sos en seguridad o defensa.

La pretensión de la autosuficiencia tiene un encaje perfecto con la actual es-trategia de la Administración Obama. Escenarios como el Cáucaso, Afganistán,Oriente Medio o el Golfo Pérsico no serán tan determinantes en el suministro deenergía como lo son ahora. Por ejemplo, el estrecho de Ormuz, a través del cualfluye hoy el 35% de los suministros mundiales de petróleo y el 20% de gas licuado,y los conflictos que allí se presenten, no supondrán en el futuro un peligro directopara la economía occidental.

Estados Unidos y Europa podrán basar las relaciones con los países de la zonade Oriente Medio en criterios de afinidad política y de valores como la libertad yla democracia alterando las alianzas existentes en la región.

La independencia energética de Estados Unidos será uno de los cambios másimportantes a nivel económico del siglo y podría tener repercusiones profundas anivel global. Al igual que hoy sucede con numerosos países exportadores de gasy petróleo, la economía se internacionalizará aún más, pero, tal y como ha suce-dido con otros países exportadores de crudo, políticamente podría convertirse enun elemento para aislarse y renunciar a una presencia en foros internacionales o

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a trabajar en tratados comerciales17. Estados Unidos tendría en el sector energé-tico un nuevo motor de crecimiento económico que le reportará importantes be-neficios pero también los riesgos de las economías con recursos energéticos18.

No obstante, como bien demuestra la historia, renunciar a una capacidad de in-fluencia implica perderla a expensas de otra fuerza que, hipotéticamente, seríaChina. La convulsa situación de Oriente Medio, los riesgos de proliferación nu-clear, la permanente amenaza del terrorismo islamista y el conflicto con Israel,serán un continuo recordatorio para Estados Unidos de que un gran poder con-lleva una gran responsabilidad y le obligarán a permanecer en la región, pero sinla hipoteca que supone depender energéticamente de determinados países tal ycomo sucede hoy.

Sin servir de excusa para renunciar a la actual implicación y presencia mundial,el incremento de la producción de hidrocarburos proporcionará una mayor flexibi-lidad y capacidad de maniobra en la política que puedan tener Estados Unidos yEuropa de cara a países productores. Se tratará de un dividendo en términos deseguridad, ya que, para que las perturbaciones al suministro de hidrocarburos ten-gan impacto en los mercados, estas perturbaciones tendrán que ser cada vez ma-yores y por tanto menos probables19.

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“La independencia energética de Estados Unidos será uno de los cambios más importantes a nivel económico del siglo y podría tener

repercusiones profundas a nivel global”

17 Voeten, Erik y Ross, Michael, Oil and Unbalanced Globalization, UCLA, 2013.18 Ross, Michael, The Oil Curse: How Petroleum Wealth Shapes the Development of Nations. Princeton: Prince-

ton University Press, 2012.19 A National Strategy for Energy Security. Harnessing American Resources and Innovation, Securing America’s

Future Energy (SAFE), 2013.

En lo que respecta a la energía y su aprovisionamiento, Estados Unidos tendráen el futuro una posición de ventaja frente a cualquier otro país. Al margen de suindudable capacidad política de influencia, será el primer productor de gas delmundo, uno de los mayores productores de petróleo y dispondrá de más recursoseconómicos que otros países para abastecerse en los mercados internacionales.Está situado junto a Canadá, con sus enormes reservas no convencionales aún porexplotar. Tendrá la industria de extracción más avanzada e innovadora en lo querespecta a los hidrocarburos con empresas competitivas y con tecnología prácti-camente exclusiva. Asimismo, cuenta con enormes reservas de carbón y sigueapostando por otras fuentes de generación como la energía nuclear o las renova-bles además de desarrollar programas para la mejora de la eficiencia en el con-sumo de energía, específicamente en el transporte y en el uso doméstico.

Ante todas las incertidumbres de carácter político y económico que puedan exis-tir, la capacidad americana para responder a potenciales crisis mundiales de es-casez energética es indudable.

Conclusiones

Desde hace varias décadas, ante la inestabilidad geopolítica de los países pro-ductores de crudo, para Estados Unidos la autosuficiencia energética y el controlde suministro han sido un objetivo estratégico. Hoy en día, gracias a las reservasno convencionales de hidrocarburos y a los avances tecnológicos que han posibi-litado su explotación, la meta parece alcanzable y su explotación supondrá un in-cremento de la producción estadounidense y una menor dependencia del petróleode Oriente Medio o de países como Venezuela o Rusia.

Teniendo en cuenta los avances tecnológicos y la mayor rentabilidad en términosenergéticos y económicos de la explotación de este tipo de yacimientos, es de espe-rar que otros países sigan el ejemplo. Incluso considerando el aumento de la demandaproveniente principalmente de países asiáticos, se puede anticipar que la capacidad

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de suministro de hidrocarburos crecerá más que la demanda mundial, con lo que elsistema actual de países productores de petróleo cartelizados perderá relevancia y losprimeros perjudicados serán aquellos que hoy tienen una dependencia económica desus exportaciones energéticas. Estos países verán desaparecer lo que hoy es, en lapráctica, una casi exclusividad del suministro de hidrocarburos: la OPEP y países par-ticularmente productores como Arabia Saudí, Irán, Rusia, Venezuela, Nigeria.

Una mayor producción de crudo tendrá su efecto en los mercados internacio-nales, que verán una presión a la baja en los precios del gas y del petróleo. Losprecios no sólo disminuirán sino que serán menos sensibles a las inestabilidadespolíticas en determinadas zonas geográficas permitiendo una mayor certidumbreen el suministro, un hecho especialmente positivo para países energéticamentemuy intensivos en vías de desarrollo.

En el ámbito político, una consecuencia será la menor importancia de los recur-sos energéticos dentro de los intereses estratégicos de Estados Unidos. Escenarioscomo el estrecho de Ormuz o el Cáucaso no serán vitales para el suministro globalde petróleo y ello permitirá un distanciamiento de Occidente hacia los asuntos deesa región. Todo ello sería convergente con la estrategia de Estados Unidos y en-cajaría con la estrategia de la actual Administración del presidente Obama, que haoptado por reducir la implicación de Estados Unidos en conflictos lejanos.

En el caso de Oriente Medio, a pesar de que sus reservas y su producción notengan el grado de criticidad de hoy en día, ante los numerosos riesgos geopolíti-cos, la constante amenaza sobre Israel, el riesgo de proliferación nuclear y los po-tenciales conflictos religiosos existentes, la presencia americana como elemento

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“La capacidad de suministro de hidrocarburos crecerá másque la demanda mundial, con lo que el sistema actual de países

productores de petróleo cartelizados perderá relevancia”

disuasorio parece necesaria. Estados Unidos tendrá en cualquier caso más liber-tad para la elección de sus aliados, ya que el criterio del suministro energético per-derá peso frente a otros factores de afinidad política.

La independencia energética americana será una buena noticia para los paísesconsumidores en general y para Europa en particular por los beneficios económi-cos que se obtendrán de una mayor diversificación de suministro. Determinadospaíses productores perderán capacidad de influencia y la relación con ellos no es-tará condicionada por la debilidad estratégica que genera un desequilibrio a favordel productor, sino que se podrá basar en acuerdos de interés mutuo.

En todo caso, conviene no adoptar visiones excesivamente optimistas en rela-ción con el futuro de la energía a escala mundial. Las crecientes necesidades deenergía de las grandes economías y regiones emergentes requerirán un esfuerzoeconómico y tecnológico sin parangón en la historia y las relaciones internacio-nales no estarán exentas de tensiones y conflictos por estos motivos. Sin em-bargo, en el terreno puramente energético, los avances tecnológicos en el sectorde los hidrocarburos y sus consecuencias pueden proporcionar al mundo un perío-do de menor tensión que debería aprovecharse para sumar esfuerzos y definir unhorizonte de nuevas tecnologías aún por concretar.

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“La independencia energética americana será una buena noticia para lospaíses consumidores en general y para Europa en particular por los beneficioseconómicos que se obtendrán de una mayor diversificación de suministro”