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TESIS DOCTORAL
INCLUSIÓN ESCOLAR: PERCEPCIÓN Y CONCIENCIA DE ELLO
Rosalia Blunda
Departamento de Didáctica Expresión Musical, Plástica y Corporal
2017
TESIS DOCTORAL
INCLUSIÓN ESCOLAR: PERCEPCIÓN Y CONCIENCIA DE ELLO
Rosalia Blunda
Conformidad de los directores de la tesis:
Antonio Antúnez Medina
Florencio Vicente Castro
2017
1
Alle mie carissime figlie Ilenia e Miriam,
la gioia più grande della mia vita.
2
AGRADECIMIENTOS
Un grazie di cuore a tutte le persone che hanno contribuito per la
realizzazione di questo lavoro di tesi.
In particolaredesidero ringraziare il Professore Florencio Vicente Castro,
per essere stato una guida sia dal punto di vista umano che scientifico e
senza il quale non avrei potuto realizzare questo progetto di tesi.
Ringrazio anche a il Prof. Dr. D. Antonio Antúnez Medina.
I facilitatori Bianco ed Arcuri per il loro supporto professionale, i Dirigenti
Scolastici che mi hanno dato l’opportunità di somministrare i questionari
utilizzati in questo progetto di ricerca e i docenti che hanno compilato i
suddetti questionari.
La mia famiglia, mio marito e tutte le persone che mi hanno supportato
durante questo percorso.
3
“ Ogni studente suona il suo strumento, non c’è niente da fare.
La cosa difficile è conoscere bene i nostri musicisti e trovare
l’amonia.
Una buona classe non è un reggimento che marcia a passo,
è un’orchestra che prova la stessa sinfonia.
E se ha ereditato il piccolo triangolo che sa fare solo tin tin,
o lo scacciapensieri che fa soltanto bloing bloing,
la cosa importante e che diventino un ottimo triangolo
o un impeccabile scacciapensieri,
e che siano della qualità che il loro contributo conferisce all’insieme.
Siccome il piacere dell’armonia li fa progredire tutti,
alla fine anche il piccolo triangolo conoscerà la musica,
forse non in maniera brillante come il primo violino,
ma conoscerà la stessa musica.
Il problema è che vogliono farci credere
che nel mondo contino solo i violini”.
(Daniel Pennac)
4
RESUMEN
El interés por este tema nace de la experiencia de muchos años vivida como
maestra de apoyo de la escuela primaria. Hoy en día, se habla mucho de la inclusión,
desafortunadamente no siempre la declaración de los valores inclusivos conlleva a la
realización de los mismos a través de un proyecto organizativo y funcional.
Como supuesto previo a nuestro trabajo, asumimos el pensamiento de Fabio
Dovigo (2016) según el cual la inclusión es un proceso inagotable que implica el
descubrimiento gradual y la eliminación de los límites de aprendizaje y participación
(Dovigo, 2016, p.75) y de Ianes, quien afirma que una escuela que quiere avanzar hacia
una mayor inclusión, debe partir de una base de igualdad (todos somos iguales en la
escuela (...), aceptando en la escuela de todos a cada estudiante, independientemente de
su condición y de su "funcionalidad" en un sentido amplio (Ianes, 2015, p.13).
En la preparación del marco teórico, se recorrieron las etapas que han marcado la
evolución del proceso de integración en la realidad de la escuela italiana de los
diferentes términos en uso según el periodo histórico, los cuales van de la inserción,
integración, a la inclusión, teniendo también presente la Convención ONU y las
diferentes Clasificaciones Internacionales dadas por la Organización Mundial de la
Salud. Además, hemos dado particular atención a los diferentes puntos de vista e
interpretaciones del concepto de inclusión que en los años han enriquecido su
significado.
En cuanto a la parte empírica, la investigación, realizada en Sicilia, en la ciudad
de Trapani, ha querido resaltar cómo el proceso de inclusión es percibido por los
docentes de la ciudad y en qué modo esta percepción es actuada de acuerdo a las
prácticas organizativas y operativas según las tres Dimensiones del “Nuevo Index para
la Inclusion”.
El target de la investigación fue identificado entre los docentes de algunas
escuelas de los cuatro niveles educativos, como son: educación infantil, primaria,
secundaria y bachillerato. Como instrumento de investigación se utilizó un cuestionario,
compuesto de una ficha socio-demográfica y del cuestionario “Nuevo Index para la
Inclusión”, extraído de la edición italiana a cura de Fabio Dovigo del “Nuovo Index for
Inclusion” de T. Booth y M. Ainscow (2016); el cuestionario consta de respuestas
5
cerradas y, como escala de medida para las tres Dimensiones, utiliza la escala Likerta
cinco puntos, en la cual el valor más bajo expresa mayor positividad a las afirmaciones
de los indicadores.
La aplicación de los cuestionarios se llevó a cabo entre los meses de septiembre
y diciembre 2016.
El análisis estadístico de los datos se realizó con el programa SPSS (Statistical
Package per le Scienze Sociali), versión 2.0 en italiano.
Se procedió en un primer momento al análisis de los cálculos estadísticos
descriptivos, encontrándose una prevalencia femenina del 86,6% respecto a la población
masculina que amonta al 13,4%, en correspondencia a la tendencia nacional.
Posteriormente, de la comparación de las tres Dimensiones, se nota una mayor
aceptación a “Crear culturas inclusivas” (Dimensión A) (media de respuesta más baja),
que respecto a “Crear políticas inclusivas” (Dimensión B) y mucho menos al
“Desarrollo de prácticas inclusivas” (Dimensión C). Entre los indicadores más
representativos, expresados en términos de mayor positividad, según la opinión de los
docentes emerge una escuela cordial que estimula y promueve el respeto de los
derechos humanos, en donde todos son bienvenidos, favoreciendo de este modo la
inserción de nuevos estudiantes y contrarrestando la intimidación escolar “Bullying”;
esto refleja una cultura basada en el respeto reciproco, donde se favorece el aprendizaje
por parte de todos los alumnos.
A partir de un examen detallado de cómo las variables socio-demográficas han
influenciado en la respuesta media, con la estadística T de la tabla Test t para muestras
independientes y con la estadística F de la Anova univariable, se encontró una
diferencia de la media entre los dos sexos y tambiénentre los cuatro niveles de la
escuela en los cuales se trabaja, resultando de este modo que las escuelas que han
expresado mayor positividad hacia la inclusión escolar son la escuela primaria y la
escuela infantil (respuesta media más baja), respecto a la secundaria y el bachillerato,
donde la menor inclusión, se observa en el bachillerato, como resultado de una mayor
presencia de docentes de sexo masculino que, con respuesta media más alta en cada una
de las tres Dimensiones, han manifestado una menor positividad frente a las
afirmaciones inclusivas, dejando ver de este modo una menor percepción de los valores
inclusivos y de consecuencia, una menor conciencia de las acciones. En general, del
6
análisis de los indicadores, sobresale una imagen de los docentes con una buena
percepción en el crear comunidades inclusivas, pero que, en el ámbito organizativo y
didáctico se diferencian de las afirmaciones y logros inclusivos, probablemente porque
aun se encuentran lejos de un diseño inclusivo.
Palabras claves: Discapacidad, Inserción, Integración, Inclusión.
7
ABSTRACT
The interest for this topic arises from my 10-years experience as special aid
teacher in a primary school. Today there is much talk about inclusion but unfortunately
not always the claims of inclusive values lead to their realizations with organizational
and operational practices.
As an prerequisite to our work, we can assume the Fabio Dovigo optics (2016),
according to which the inclusion is an inexhaustible process that involves the gradual
discovery and the removal of learning and participation limits (Dovigo, 2016, p.75)and
the Ianes ones, that a school that wants to move towards greater inclusiveness, starts
from a basis of equality (we are all equal before the / at school (...), by welcoming
everyone in the school of each student, regardless of his condition and by his
"operating" in a global sense (Ianes, 2015, p.13).
In preparing the theoretical mark, we have retraced the steps that have led to the
evolution of the integration process in the Italian school situation in different terms,
which represent historical periods, that move from insertion, integration, inclusion, even
through the UN Convention,to the various classifications of International World Health
Organization. We also focus on the different perspectives and interpretations of the
concept of inclusion that over the years has expanded its meaning.
Regarding the empirical part, this investigation, carried out in Sicily in the
municipality of Trapani, wanted to highlight how the inclusion process is perceived by
the teachers of the municipality and as an awareness is found in the organizational and
operational practices according to the three Dimensions of "New Index for Inclusion".
The search target has been identified among the teachers of some schools in the four
degrees of education: kindergarten, primary school, secondary school level I and level
II.As survey instrument we used a questionnaire which is made up of a socio-registry
card and of a questionnaire "New Index for Inclusion", extrapolated by the Italian
edition by Fabio Dovigo of the "New Index for Inclusion", by T. Booth and M. Ainscow
(2016) with closed responses that, as a measuring scale for all three Dimensions, uses
the Likert five-point scale, where the lowest values express greater positivity to the
assertions of the indicators.
8
The administration of the questionnaires was carried out in the months between
September 2016 and December 2016.
The statistical analysis of data was processed with the statistical program SPSS
(Statistical Package for Social Sciences), version 20 in Italian.
It proceeded, at first, from the descriptive statistical calculations and found a
female predominance of 86.6% compared to the male population that is 13.4%, in line
with national trends. Subsequently, a comparison of the three dimensions can be seen
more positive in "Creating inclusivecultures” (Size A) (mean lower response),
compared to the "Creating inclusive policies" (Size B) and even less in the "Developing
inclusive practices" (Size C).
Among the most representative indicators, expressed in terms of increased
positivity, in the opinion of teachers emerges a friendly school that encourages and
promotes respect for human rightsin which everyone is welcomeand a general sharing in
facilitating the acceptance of all new pupils and especially in countering bullying,
reflecting a culture based on mutual respect to foster learning by all students.
From a detailed examination of how the socio-demographic variables have
influenced the average response, with the t-statistic of the Table t-test for independent
samples and with the F statistic of “Anova univariate” analysis, we found a significant
difference of the averages between the two sexes and also among the four grades of
school in which teachers work, so that the resulting schools who have expressed greater
positivity towards the school inclusivity are the primary and kindergarten (averages of
lowest response) in comparison with the secondary school, where the minor
inclusiveness, observed mainly in the secondary school level II, was influenced by the
increased presence of male teachers that, with averages of the highest response in each
of the three dimensions, expressed less positivity towards inclusive statements, showing
lower perception of inclusive values and therefore the awareness of actions.The overall
analysis of the indicators shows an image of teachers who have a good perception in
creating inclusive communities but in the awareness of the shares in the organizational
and teaching practices, they are affected by the distance between affirmations and
inclusive achievements, probably because still far from inclusive planning.
Keywords: Disability, Insertion, Integration, Inclusion.
9
RIASSUNTO
L’interesse per questo argomento nasce dall’esperienza decennale vissuta in
qualità di insegnante di sostegno della scuola primaria. Oggi si parla tanto
d’inclusione ma purtroppo non sempre le affermazioni dei valori inclusivi portano
alla realizzazione degli stessi con pratiche organizzative ed operative.
Come presupposto al nostro lavoro, assumiamo l’ottica di Fabio Dovigo (2016)
secondo il quale l’inclusione è un processo inesauribile che comporta la progressiva
scoperta e rimozione dei limiti all’apprendimento e alla partecipazione (Dovigo,2016,
p.75) e di Ianes secondo cui una Scuola che vuole muoversi verso una sempre maggiore
inclusività, parte da una base di uguaglianza (siamo tutti uguali davanti alla/nella
scuola (...), accogliendo nella scuola di tutti ogni alunno, indipendentemente dalle sue
condizioni e dal suo “funzionamento” in senso globale (Ianes, 2015, p.13).
Nella stesura del marco teorico, si sono ripercorse le tappe che hanno portato
all’evoluzione del processo d’integrazione nella realtà scolastica italiana nei vari
termini, rappresentativi dei periodi storici, che vanno dall’inserimento, all’integrazione,
all’inclusione anche attraverso la Convenzione ONU e alle varie Classificazioni
Internazionali dell’Organizzazione Sanitaria Mondiale. Inoltre, si è prestato attenzione
alle differenti prospettive e interpretazioni del concetto d’inclusione che negli anni ha
ampliato il suo significato.
Riguardo alla parte empirica, l’indagine, svolta in Sicilia nel comune di Trapani,
ha voluto mettere in luce come il processo d’inclusione sia percepito dai docenti del
comune come la consapevolezza si riscontri nelle pratiche organizzative e operative
secondo le tre Dimensioni del ”Nuovo Index per l’Inclusione”.Iltarget della ricerca è
stato individuato tra i docenti di alcune scuole nei quattro gradi ovvero scuola
dell’infanzia, scuola primaria, scuola secondaria di I grado e di II grado. Come
strumento d’indagine è stato utilizzato un questionario che si compone della scheda
socio-anagrafica e del questionario “Nuovo Index per l’inclusione” estrapolato
dall’edizione italiana a cura di Fabio Dovigo del “Nuovo Index for inclusion” di T.
Booth e M. Ainscow (2016), a risposte chiuseche, come scala di misura per tutte e tre le
Dimensioni, utilizza la scala Likert a cinque punti, in cui i valori più bassi esprimono
maggiore positività verso le affermazioni degli indicatori.
10
La somministrazione dei questionari è stata svolta nei mesi tra settembre 2016 e
dicembre 2016.
L’analisi statistica dei dati è stata elaborata con il programma di statistica SPSS
(Statistical Package per le Scienze Sociali), versione 20 in italiano.
Si è proceduto, in prima analisi, ai calcoli statistici descrittivi riscontrando una
prevalenza femminile dell’86,6% rispetto alla popolazione maschile che è del 13,4%, in
linea con le tendenze nazionali. Successivamente, dal confronto delle tre Dimensioni, si
evince maggiore positività nel “Creare culture inclusive” (Dimensione A) (media di
risposte più bassa), rispetto al “Creare politiche inclusive” (Dimensione B) e ancor
meno nello “Sviluppare pratiche inclusive” (Dimensione C).Tra gli indicatori più
rappresentativi, in termini di maggiore positività espressa, nell’opinione dei docenti
emerge una scuola amichevole che incoraggia e promuove il rispetto dei diritti umani in
cui ognuno è il benvenuto e una condivisione generale nel favorire l’accoglienza di tutti
i nuovi alunni e soprattutto nel contrastare il bullismo, riflettendo una cultura basata sul
rispetto reciproco per favorire l’apprendimento daparte di tutti gli alunni.
Da un esame dettagliato su quanto le variabili socio-anagrafiche abbiano
influenzato le medie di risposta, con la statistica t della Tabella Test t per campioni
indipendenti e con la statistica F dell’Anova univariata, si è riscontrata un’espressiva
differenza delle medie tra i due sessi e anche tra i quattro gradi di scuola in cui si presta
servizio. Le scuole che hanno espresso maggiore positività verso l’inclusività scolastica
sono la scuola primaria e dell’infanzia (medie di risposta più basse) rispetto alle
secondarie, dove la minore inclusività, osservata principalmente nella scuola secondaria
di II grado, è stata influenzata dalla maggiore presenza di docenti maschi. Questi ultimi,
infatti, con medie di risposta più alte in ciascuna delle tre Dimensioni, hanno espresso
una minore positività verso le affermazioni inclusive mostrando così, nell’orizzonte dei
valori inclusivi, minore percezione degli stessi e di conseguenza nella consapevolezza
delle azioni. Complessivamente, dall’analisi degli indicatori, emerge un’immagine di
docenti che hanno una buona percezione nel creare comunità inclusive che, però, nella
consapevolezza delle azioni, nelle pratiche organizzative e didattiche risentono della
distanza tra affermazioni e realizzazioni inclusive probabilmente perché ancora lontani
da una progettazione inclusiva.
Parole chiavi: Disabilità, Inserimento, Integrazione, Inclusione
11
INDICE AGRADECIMIENTOS .................................................................................................. 2
RESUMEN ................................................................................................................. 4
ABSTRACT ................................................................................................................ 7
RIASSUNTO .............................................................................................................. 9
INDICE TABELLE ...................................................................................................... 14
INDICE GRAFICI ....................................................................................................... 17
INDICE FIGURE ........................................................................................................ 20
RESUMEN AMPLIO ................................................................................................. 21
PRESENTAZIONE ..................................................................................................... 43
PARTE PRIMA: INQUADRAMENTO TEORICO ............................................................ 47
CAPITOLO I: L’INTEGRAZIONE SCOLASTICA IN ITALIA ............................................... 48
1.1 Introduzione ...................................................................................................................... 49
1.2 I disabili e la Legge n.118 del 30 marzo 1971 .................................................................... 49
1.3 Documento Falcucci 1975, Legge n. 517 del 1977 e sentenza n. 215/87 della Corte Costituzionale .......................................................................................................................... 50
1.4 Legge n. 104 del 5 febbraio 1992 ...................................................................................... 51
1.4.1 Diagnosi Funzionale.................................................................................................... 54
1.4.2Profilo Dinamico Funzionale ....................................................................................... 55
1.4.3 Piano Educativo Individualizzato ................................................................................ 57
1.5 Convenzione Internazionale ONU ..................................................................................... 57
1.6 Legge n.170 del 2010 e DSA .............................................................................................. 60
1.7 Direttiva Ministeriale del 27 dicembre 2012 e BES ........................................................... 62
1.8 Circolare Ministeriale n.8 del 6 marzo 2013 ..................................................................... 63
1.9 Legge n.107 del 13 luglio 2015 (la Buona Scuola) ............................................................. 64
1.10 Menomazione, disabilità, handicap (dall’approccio biomedico e sociale a quello bio-psicosociale) ............................................................................................................................ 66
CAPITOLO II: DALL’INTEGRAZIONE ALL’INCLUSIONE SCOLASTICA ............................. 69
2.1 Introduzione ...................................................................................................................... 70
2.2 L’integrazione scolastica e sociale ..................................................................................... 70
2.3 Dall’integrazione all’inclusione ......................................................................................... 72
2.3.1 L’insegnante di sostegno tra le normative e la sua evoluzione all’inclusività ............ 73
2.3.2 Verso una scuola inclusiva.......................................................................................... 75
12
2.3.3 Progetti didattici inclusivi e strategie operative ........................................................ 78
2.3.4 Strategie compensative, tecnologia ed autoefficacia ................................................ 79
2.4 L’evoluzione dell’inclusione .............................................................................................. 82
2.5 L’educazione inclusiva ....................................................................................................... 84
2.6 La Qualità dell’integrazione scolastica .............................................................................. 85
CAPITOLO III: DISABILITY STUDIES E INDEX PER L’INCLUSIONE ................................. 87
3.1 Introduzione ...................................................................................................................... 88
3.2 Disability Studies ............................................................................................................... 89
3.2.1 Disabily Studies Italy ................................................................................................... 90
3.2.2 I Disability Studies e la Buona Scuola ......................................................................... 91
3.2.3 Disability Studies ed inclusione .................................................................................. 91
3.3 L’Index for Inclusion .......................................................................................................... 92
3.3.1 L’Index per l’inclusione in Italia .................................................................................. 94
3.3.2 Le tre Dimensioni dell’Index ....................................................................................... 96
3.4 L’apprendimento inclusivo ................................................................................................ 98
3.5 Inclusione tra percezione e consapevolezza ................................................................... 100
PARTE SECONDA: STUDIO EMPIRICO ..................................................................... 104
CAPITOLO IV: STRUMENTI E METODOLOGIE .......................................................... 105
4.1 Metodologia .................................................................................................................... 106
4.2 Obiettivi ........................................................................................................................... 106
Gli obiettivi principali di studio sono i seguenti: .................................................................. 106
4.3 Il progetto di ricerca ........................................................................................................ 107
4.4 Ipotesi di lavoro ............................................................................................................... 108
4.5 Popolazione e campione ................................................................................................. 108
4.6 Gli strumenti .................................................................................................................... 109
4.7 Trattamento statistico dei dati ........................................................................................ 110
CAPITOLO V: RISULTATI ........................................................................................ 112
5.1 Statistica descrittiva delle variabili socio-anagrafiche .................................................... 113
5.2 Sintesi dei dati ................................................................................................................. 120
5.3 Analisi delle relazioni tra indicatori e variabili ................................................................ 158
CAPITOLO VI: CONCLUSIONI .................................................................................. 181
6.1 Discussione dei risultati ................................................................................................... 182
6.2 Limiti della ricerca e prospettive di lavoro futuro ........................................................... 188
13
6.3 Conclusioni ...................................................................................................................... 188
BIBLIOGRAFIA GENERALE...................................................................................... 190
APPENDICE ........................................................................................................... 199
14
INDICE TABELLE
1. Differenze operative tra strategie compensative e tecnologie compensative 81
2. Distribuzione di frequenza del “Genere“ 113
3. Distribuzione di frequenza della “Fascia di età“ 114
4. Distribuzione di frequenza del “Proprio ruolo“ 115
5. Distribuzione di frequenza del “Grado di scuola in cui si presta servizio“ 116
6. Distribuzione di frequenza del “Contratto di lavoro“ 117
7. Distribuzione di frequenza del “Master o Corso di perfezionamento“ 118
8. Distribuzione di frequenza di “Lavora nella stessa città in cui vive“ 119
9. Indici di sintesi della “Dimensione A“ 120
10. Indici di sintesi della “Sezione A1“ 121
11. Indici di sintesi della “Dimensione B“ 123
12. Indici di sintesi della “Sezione B1“ 124
13. Indici di sintesi della “Dimensione C“ 126
14. Indici di sintesi della “Sezione C1“ 127
15. Indici di sintesi delle tre Dimensioni 129
16. Confronto medie di risposta delle Sezioni, per ogni Dimensione 130
17. Indici di sintesi delle tre Dimensioni per il “Genere“ 137
18. Test t per la variabile “Genere“ 137
19. Anova univariata per la variabile “Fascia di età“ 143
20. Anova univariata per la variabile “Grado di scuola in cui si presta servizio“ 143
15
21. Tavola di contingenza “Grado di scuola in cui si presta servizio“ e “ Genere“ 145
22. Chi-Quadrato di Pearson e V di Cramer tra “Grado di scuola in cui si presta
servizio“ e “Genere“ 146
23. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatore e “Grado di
scuola in cui si presta servizio“, per la “Dimensione A“ 158
24. Tavola di contingenza tra “Il personale e le famiglie che collaborano“e “Grado di
scuola in cui si presta servizio” 159
25. Tavola di contingenza tra “L’inclusione è vista come un modo per accrescere la
partecipazione di tutti” e “Grado di scuola in cui si presta servizio“ 160
26. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e “ Grado di
scuola in cui presta servizio“, per la Dimensione B 161
27. Tavola di contingenza tra “Il personale è veramente interessato a conoscersi e ad
approfondire le competenze reciproche“ e“Grado di scuola in cui si presta servizio“ 162
28. Tavola di contingenza tra “Tutti le forme di sostegno sono coordinate e adattate in
modo che possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della scuola“ e “Grado di scuola
in cui si presta servizio“ 163
29. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra “Indicatori“ e “Grado di
scuola in cui presta servizio“, per la Dimensione C 164
30. Tavola di contingenza tra “Il personale collabora attivamente nel progettare,
insegnare e valutare“ e “Grado di scuola in cui si presta servizio“ 165
31. Tavola di contingenza tra “Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e la
partecipazione di tutti gli alunni” e “Grado di scuola in cui presta servizio“ 166
32. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra “Indicatori“ e “Proprio
ruolo“, per la Dimensione C 167
33 . Tavola di contingenza tra “Le risorse presenti nel contesto locale della scuola sono
conosciute e utilizzate“ e “Proprio ruolo“ 168
16
34. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra “Indicatori“ e “Fascia di
età“, per la Dimensione A 169
35. Tavola di contingenza tra “Gli alunni sono valorizzati in modo uguale“ e “Fascia di
età“ 170
36. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra “Indicatori“ e “Fascia età“,
per la Dimensione B 171
37. Tavola di contingenza tra “Il bullismo viene contrastato“ e “Fascia di età“ 172
38. Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra “Indicatori“ e “Fascia di
età“, per la Dimensione C 173
39. Tavola di contingenza tra “Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e la
partecipazione di tutti gli alunni” e “Fascia di età” 174
17
INDICE GRAFICI
1. Distribuzione della variabile “Genere” 113
2. Distribuzione della variabile “Fascia di età” 114
3. Distribuzione della variabile “Proprio ruolo” 115
4. Distribuzione della variabile “Grado di scuola in cui si presta servizio” 116
5. Distribuzione della variabile “Contratto di lavoro” 117
6. Distribuzione della variabile “Master o corsi di perfezionamento” 118
7. Distribuzione della variabile “Lavora nella stessa città in cui vive” 119
8. Distribuzione dei punteggi della “Dimensione A” 120
9. Distribuzione dei punteggi della “Sezione A1” 121
10. Confronto medie di risposta “Sezione A1” e “Sezione A2” 122
11. Distribuzione dei punteggi della “Dimensione B” 123
12. Distribuzione dei punteggi della “Sezione B1” 124
13. Confronto medie di risposta “Sezione B1” e “Sezione B2” 125
14. Distribuzione dei punteggi della “Dimensione C” 126
15. Distribuzione dei punteggi della “Sezione C1” 127
16. Confronto medie di risposta “Sezione C1” e “ Sezione C2” 128
17. Confronto medie di risposta delle tre Dimensioni 129
18. Confronto medie di risposta delle tre Dimensioni, suddivise per Sezioni 130
19. Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione A1” 131
20. Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione A2” 132
18
21. Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione B1” 133
22. Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione B2” 134
23. Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione C1” 135
24. Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione C2” 136
25. Confronto medie di risposta “Maschi” e “Femmine”, nelle tre Dimensioni 138
26. Confronto medie di risposta “Docente curriculare” e “Docente di sostegno” nelle tre
Dimensioni 139
27. Confronto medie di risposta “Tempo determinato” e “Tempo indeterminato”, nelle
tre Dimensioni 140
28. Confronto medie di risposta “Sì” e “No” nei master e corsi frequentati, nelle tre
Dimensioni 141
29. Confronto medie di risposta “Sì” e “No” nel luogo di lavoro, nelle tre 142
30. Confronto medie di risposta dei quattro gradi di scuola, nelle tre Dimensioni 144
31. Frequenze di “Maschi” e “Femmine” nei quattro gradi di scuola 147
32. Confronto Grafici 25, 30 e 31 147
33. Medie di risposta per l’indicatore “Ciascuno è il benvenuto” nei quattro gradi di
scuola 149
34. Medie di risposta per l’indicatore “La scuola promuove il rispetto dei diritti umani”
nei quattro gradi di scuola 150
35. Medie di risposta per l’indicatore “Tutti i nuovi alunni vengono aiutati ad
ambientarsi al meglio” nei quattro gradi di scuola 151
36. Medie di risposta per l’indicatore “Il bullismo viene contrastato” nei quattro gradi di
scuola 152
37. Medie di risposta per l’indicatore “Gli alunni studiano la vita nell’ambiente
terrestre” nei quattro gradi di scuola 153
19
38. Medie di risposta per l’indicatore “La disciplina è basata sul rispetto reciproco” nei
quattro gradi di scuola 154
39. Medie di risposta per l’indicatore “Il personale e i membri del consiglio d’istituto
lavorano insieme in modo più che soddisfacente” nei quattro gradi di scuola 155
40. Medie di risposta per l’indicatore “Vi sono alte aspettative nei confronti di ogni
alunno” nei quattro gradi di scuola 156
41. Medie di risposta per l’indicatore “Le risorse presenti nel contesto locale della
scuola sono conosciute e utilizzate” nei quattro gradi di scuola 157
42. Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei vari gradi di
scuola per l’indicatore “Il personale e le famiglie collaborano” 175
43. Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei vari gradi di
scuola per l’indicatore “La scuola sviluppa valori inclusivi condivisi” 176
44. Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei vari gradi di
scuola per l’indicatore “L’inclusione è vista come un modo per accrescere la
partecipazione di tutti” 177
45. Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei vari gradi di
scuola per l’indicatore “La scuola intraprende un processo di sviluppo partecipato” 178
46 Confronto medie di risposta per l’indicatore “Il personale di sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni” con il “Grado di scuola in cui si
presta servizio” e “Proprio Ruolo” 179
20
INDICE FIGURE
1. Indice per l’inclusione: le Dimensioni per lo sviluppo della scuola 97
21
RESUMEN AMPLIO
1. Marco teórico
Con el presente trabajo queremos realizar un análisis de los valores inclusivos en
la realidad escolástica actual. El interés por este tema nace de la experiencia decenal
vivida como maestra de apoyo de la escuela primaria. Hoy en día, se habla mucho de la
inclusión pero, por desgracia, no siempre la afirmación de los valores inclusivos
conlleva a la realización de los mismos con prácticas organizativas y de operatividad.
La era de la globalización nos lleva a pensar que todos somos iguales; es por esto que
surgen las diferencias y las dificultades que difícilmente se aceptan.
De hecho, somos diferentes en función de los contextos históricos y sociales en
los que vivimos y el modo como interiorizamos estos aspectos durante nuestra
evolución. A la luz de todo esto, en la elaboración del marco teórico, he pensado
recorrer las etapas que han conducido la realidad escolástica italiana de la inserción a la
inclusión. Desde una perspectiva histórica, se analizaron las leyes italianas relativas a la
integración a partir de los años Setenta con la abolición de las escuelas especiales y se
profundizo el tema con las definiciones de discapacidad según el modelo biomédico, el
modelo social y el modelo psicosocial a la luz de la Convención ONU y las diferentes
Clasificaciones Internacionales de las enfermedades según la Organización Mundial de
la Salud.
En Italia, hasta el 1960, la educación de los estudiantes con discapacidad había
sido objeto de poco interés público, considerándose esto como un factor de
discriminación y una causa de la marginación, donde sólo una minoría venia incluido en
las escuelas especiales. A partir de los años Sesenta con el inició de la educación de
masa, nacen las escuelas especiales y las clases especiales, en las que acogían a niños
con discapacidad y aquellos con desventajas o problemas de disciplina de las escuelas
socioculturales. La Ley 118 de 1971 representa, para Italia, un momento importante
para su crecimiento civil, social y cultural. A petición de las familias se abren las
puertas de las escuelas públicas para las personas con discapacidad; se implementa una
nueva forma de la escuela, con metodologías innovadoras de educación inclusiva, hasta
llegar a 1977 con la Ley n. 517 donde vienen abolidas las clases especiales,
garantizando una educación inclusiva para todos y el rol del profesor de apoyo. Con la
22
Ley marco n. 104 de 05 de febrero de 1992 se promueve el desarrollo de la
potencialidad de las personas con discapacidad, de la autonomía individual, del
aprendizaje, de la comunicación, de las relaciones y la socialización y la identificación
de las personas y los Entes locales para el apoyo técnico-especializado de las escuelas y
entra en uso importantes documentos para la integración de los alumnos con
discapacidad, es decir, con Diagnóstico Funcional, Perfil Dinámico Funcional y Plan
Educativo Individual.
La convención internacional ONU, aprobada por la asamblea general de la ONU
el 13 de diciembre del 2006 y entrada en vigor el 3 de mayo del 2008 para rechazar la
discriminación y los derechos inhumanos en varios países del mundo, representa una
verdadera revolución cultural, un nuevo modo de percibir la discapacidad como una
condición donde cada persona podría venirse a encontrar durante su vida. Se trata de un
evento histórico, rico de transformaciones culturales, sociales, políticas y técnicas,
finalizado a la inclusión en un sentido amplio. Nace de este modo una nueva conciencia
de ver la discapacidad, no mas como una minusvalía, sino mas bien, como una
condición donde cada ser humano se podría encontrar durante su vida. Lo cual
representa un salto en la calidad de vida de un sinnúmero de personas con discapacidad
en el mundo.
La convención fue escrita por 154 países y cada gobierno debía hacerla ejecutiva
promulgando una ley que garantizara la inclusión social de las personas con
discapacidad, prohibiendo la discriminación en cada sector de la sociedad, poniendo en
evidencia que las personas con discapacidad representan una de las posibles
diversidades humanas, garantizándoles derechos y libertades fundamentales (Griffo,
2015). Italia, con la ley n. 18 del 3 de marzo del 2009, ha ratificado y ejecutado la
convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con
discapacidad.
Con la ley n. 170 del 2010 son reconocidos y definidos los trastornos específicos
del aprendizaje (TEA) como la dislexia, la digrafía, la disortografía y la discalculia,
con el fin de garantizar el derecho a la educación y favorecer el éxito académico a través
de medidas didácticas de apoyo y la colaboración entre la familia, la escuela y los
servicios sociales durante la etapa educativa y formativa.
23
Sucesivamente la Directiva Ministerial del 27 de diciembre del 2012 y la
Circular del Ministerio n. 8 del 6 de marzo del 2013 prevén por derecho a que se les
garantice un servicio didáctico personalizado a los estudiantes identificados con
Necesidades Educativas Especiales (NEE).
La “Escuela Buena” es la reforma de nuestro días, es decir, la ley n.107 del 13
de julio del 2015 donde se pone al centro la autonomía escolástica con más recursos
económicos y humanos.
Las diferentes etapas de la trayectoria educativa en Italia, de las personas con
discapacidad, ha dado lugar al desarrollo de una variedad de términos representativos
durante diferentes periodos históricos; dichos términos van de la inserción a la
integración, hasta llegar a nuestros días con el término inclusión y su significado. La
integración escolar, en su historicidad, representa una política progresista, adapta a
fortalecer y desarrollar la educación inclusiva en la era de la globalización para la
creación de la escuela del segundo milenio. La integración, en ámbito educativo,
significa intervenir en primera instancia sobre el sujeto y seguidamente sobre el
contexto y, en sustancia se expresa a través de la construcción de un modelo de vida e di
existencia que conduce a la valorización de la identidad individual (Lelli, Sorcinelli,
2015).
El pertenecer todos a la misma aula de clase crea unión, por lo tanto, se evita la
separación y la exclusión en las relaciones entre compañeros. La integración, entonces,
se sostiene con la integración y, la integración escolar debería ser la integración de
todos y de cada uno, no solo entre los alumnos sino también entre los enseñantes,
educadores, padres, especialistas, interviniendo sobre las dinámicas de las relaciones en
el aula para favorecer la participación a la vida social y el proceso de maduración y
socialización en un trabajo de sinergia (Canevaro, d’Alonzo, Ianes, Caldin, 2011)
Un proyecto integrador, donde la experiencia de integración de más de treinta
años, ha ayudado a mejorar la propuesta de formación general de la escuela italiana a
través de la implementación de nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje, de acoger las
diversidades que han hecho un aporte importante para la recepción de situaciones
problemáticas en el aula y la colaboración con los organismos y las personas
especializadas.Es así, que al final de los años Noventa el término “integración”, de
origen anglosajón, se fue sustituyendo gradualmente por el de “inclusión” (oficializado
24
por la Convención Internacional ONU) sea en los documentos que en los discursos
formales e informales, no como una sustitución de términos sino como
intercambiabilidad, dado que cada uno se refiere a dos escenarios educativos diferentes.
La Conferencia Internacional de Salamanca sobre los principios, las políticas y
las practicas en materia educativa y de exigencias educativas especiales (U.N.E.S.C.O.
1994) representa un momento importante de interés en el mundo de la educación
inclusiva. A la Conferencia participaron 92 gobiernos y 25 organizaciones
internacionales sobre inclusión; diferentes interpretaciones de educación inclusiva, han
orientado diferentes opciones políticas, socio-culturales y económicas, llevando a
implementar en el mundo diversas estrategias educativas.Nace, de este modo, una nueva
prospectiva educativa que no se limita a reconocer el derecho de todos a la educación,
más bien, muestra que cada individuo con discapacidad y/o situación de desventaja,
debe tenerse en cuenta en los entornos educativos normales. Siguiendo cada etapa del
proceso de inclusión, se llega a nuestros días, y así la escuela inicia a hacer sus primeros
pasos hacia una realidad inclusiva, que se actualiza y transforma implementando los
planes y estrategias con el apoyo de las nuevas tecnologías, pasando a través de la
evolución del enseñante de apoyo y de la educación inclusiva.
Nos encontramos de frente a una realidad inclusiva diferente, visto que en diferentes
contextos socio-culturales existen países donde la educación inclusiva es vista como la
inserción de los alumnos con discapacidad en las clases normales y otros en los que esa
puede llegar a ser más concreta en las escuelas, la mejora y el mantenimiento de la
diversidad de los alumnos y entre.
En Italia, el proceso de integración a la inclusión escolar, vio también la
capacitación del enseñante de apoyo, convirtiéndose en un profesional especializado,
como recurso para la clase y la escuela, que con la Ley 107 del 13 de julio del 2015
(Escuela Buena) se llega a los cambios “in itinere” con la redefinición del personal
docente de apoyo con el fin de favorecer la inclusión escolar de los estudiantes con
discapacidad.
El concepto de inclusión es un concepto pedagógico que ha ampliado su
significado durante los años, en relación al hecho que la intervención pedagógica hacia
la discapacidad, desventajas y problemáticas, no se limita solo al ámbito escolar, sino
que se desarrolla en contextos más amplios e interdisciplinarios.Varios estudios se
25
ocupan de inclusión con diferentes perspectivas de interpretación, sin definirse en
términos absolutos, ya que hacen relación a diferentes contextos históricos-culturales y
políticos.
Una disciplina de estudio universal sobre la discapacidad y la sociedad en su
conjunto, es la “ Disability studies”, que nace en Inglaterra en los años Setenta y en los
Estados Unidos durante los primeros años Ochenta. El movimiento anglosajón habla de
las personas con discapacidad para modificar a una sociedad incapacitante, en
comparación al movimiento de los Estados Unidos que usa el termino de personas con
discapacidad colocando al centro a la persona y sus derechos. También se presentan
diferencias entre los estudios Australianos, Neozelandeses y de los países de lengua
Escandinava, debido a las diferencias culturales en las cuales se desarrollaron. Sin
embargo, las “Disability studies” representan una disciplina de estudio universal, sobre
las implicaciones que la sociedad presenta contra la discapacidad (D’alessio, 2014).Las
“Disability studies” plantean el cambio de la sociedad actual a través de la
reinterpretación de las estructuras normativas, que resultan reductivas, se si debe
individuar a priori a las personas con discapacidad, a través de las etiquetas científicas y
medicas, lo cual representa una situación discriminatoria. Seguramente, resulta más
fácil etiquetar y definir en modo objetivo la realidad pero, desafortunadamente, estas
prácticas jurídicas terminan por marginar a unos respecto a otros. Identificar la
discapacidad como una cuestión de derechos humanos es el verdadero desafío cultural y
técnico.
En las “Disability studies Italy” la inclusión es vista desde la perspectiva de
promover la transformación del sistema escolar y educativo, por lo tanto, de promover
cambios culturales, conceptuales, sea en ámbito pedagógico que didáctico, curricular,
evaluativo y organizativodonde todas las diferencias representan modos originales de
vida, del social al aprendizaje y a las relaciones. Se trata de una visión de integración
más avanzada; una verdadera y propia trasformación de la escuela y de la sociedad,
donde la inclusión es un proceso dinámico y en continua construcción y, ser inclusivo
no está condicionado de una norma, sino que es una continuo cambio in itinere
(Medeghini, D’alessio, Marra, Vadalà & Valtellina, 2014).
El “Index for Inclusion” de Booth y Ainscow, publicado por la primera vez en el
año 2000 por el “Centre for studies on inclusive education”, es un punto de referencia
26
internacional para el desarrollo del diseño inclusivo en las escuelas, nace de la
investigación llevada a cabo por Tony Booth y Mel Ainscow, con la colaboración de un
grupo de docentes, padres, personal administrativo e investigadores que tenían en
común la promoción del desarrollo inclusivo. Para promover la inclusión, los autores
Booth y Ainscow afirman que para realizar una verdadera escuela inclusiva es
importante partir de un cambio de lenguaje; basta poco para categorizar; toca tener en
cuenta que de la llamada normalidad hacen parte situaciones y condiciones diferentes. A
la luz de todo esto, explica el autor Dovigo, se puede dejar de categorizar entre normal y
no normal, entre especial y no especial, porque agregar una etiqueta a una persona
termina creando una barrera y nos aleja de la educación y su anhelo de educación
inclusiva. Hablar de “especial normalidad” era correcto hace treinta años; con la
inclusión de las personas con discapacidad al interno de las aulas de clase normales, hoy
representa un “juego de palabras” que en lugar de clarificar produce más confusión
(Dovigo, 2016).
El Index, como sugiere Dovigo, es un instrumento original apto a favorecer la
transformación de la escuela hacia una dirección inclusiva o mejor, una verdadera y
propia orientación hacia lo nuevo. Es un nuevo modo de describir los procesos
educativos, no más “plan” o “método” sino mas bien proyectos, con enfoques inclusivos
para una escuela democrática y abierta a la novedad a través de proyectos según
enfoques inclusivos. En la perspectiva de una escuela inclusiva, la realidad escolar se
encuentra en la cotidianidad a deber enfrentar diferentes dificultades educativas y de
aprendizaje, donde la respuesta didáctica debe ser capaz de intervenir en las necesidades
reales del estudiante,un nuevo modo de hacer inclusión con criterios para construir una
escuela democrática que permita la participación de todos.
Una década de experiencias a nivel internacional en las escuelas , ha llevado a la
publicación del nuevo Index para la inclusión, que pone de relievo la definición de un
cuadro de valores compartidos, el desarrollo dinámico de relaciones y estrategias de
comunidad, el desarrollo de una sensibilidad hacia el planeta y el aprender a ver las
diferencias desde diferentes puntos. El desarrollo de la escuela inclusiva puede tener
diferentes puntos de partida, subrayan Booth y Ainscow pero “ la cosa más importante
es iniciar el proceso, en cuanto esto es ya un paso efectivo hacia la inclusión” (Booth y
Ainscow, 2016).
27
Cada estudiante, durante su periodo de estudios, experimenta cualquier tipo de
dificultad. El Index es una invitación a construir culturas, políticas y prácticas para la
realización de una escuela inclusiva a través de la aceptación de la diversidad, del
respeto de sí mismo y de los demás, en un ambiente acogedor y en un continuo “work
in progress”.
El nuevo Index para la inclusión, del cual se tomó el cuestionario suministrado,
es un instrumento que propone un método para hacer preguntas y hacer entender como
debería ser una escuela inclusiva para todos, desde el estudiante con una elevada
capacidad no explotada, como para quién encuentran dificultad en el estudio, como para
el enseñante poco motivado, como para el dirigente, como para el padre comprometido
y como para el distraído (Chiesara, 2016).
2. Marco Empírico
El proyecto de investigación se llevó a cabo en Sicilia, en la ciudad de Trapani,
entre los meses de septiembre y diciembre del 2016. Se utilizó una metodología
cuantitativa, con la que se recogen y almacenan una grande cantidad de datos, utilizando
una herramienta estandarizada con la que se aplicaron pruebas estadísticas de análisis de
datos. Siguiendo la praxis de la metodología cuantitativa, fueron definidos los objetivos
de investigación y se formularon las hipótesis de referencia a las lecturas sobre este
tema y de las otras investigaciones realizadas en relación con el tema de este estudio.
Como presupuesto a nuestro trabajo, asumimos la óptica de Fabio Dovigo
(2016) según el cual, la inclusión es un proceso inagotable que implica el
descubrimiento gradual y la eliminación de los límites de aprendizaje y participación
(Dovigo, 2016, p.75) y de Ianes, quién dice que una escuela que quiere avanzar hacia
una mayor inclusión, parte de una base de igualdad (todos somos iguales ante la / en la
escuela (...), dando la bienvenida a todos en la escuela de cada estudiante,
independientemente de su condición y de su "funcionamiento" en sentido global (Ianes,
2015, p.13).
La encuesta fue estructurada en tres Dimensiones: Cultural, Política y Práctica,
de acuerdo con el Indexpara la inclusión, con el fin de analizar el contexto escolar
inclusivo e investigar entre la percepción y la conciencia de los maestros en las prácticas
28
operativas de la inclusión escolar entre afirmaciones y logros implementados por los
maestros.
El target de la investigación ha sido identificado entre los docentes de los
cuatro niveles educativos: escuela de la infancia, escuela primaria, escuela secundaria
de primo y segundo grado.
Se realizó un protocolo de investigación, en el que se utilizó la escala de Likert a
cinco puntos como una escala de medición para las tres Dimensiones.
Como herramienta de investigación, se utilizó el cuestionario, ya que es el
instrumento más representativo utilizado por la comunidad científica en el campo de la
investigación realizada sobre un muestreo.Cada cuestionario suministrado se compone
de una tarjeta socio-demográfica y del cuestionario “Nuevo Index para la inclusión" de
respuestas cerradas, desarrollado en tres Dimensiones, cada una subdividida en dos
secciones, formulado con 70 indicadores, sobre el análisis de los valores inclusivos a
través de la creación de culturas, políticas y prácticas.
El análisis estadístico de los datos fue realizado con el programa de estadística
SPSS (Statistical Package per le Scienze Sociali), versión 2.0 en italiano.
Los objetivos del estudio fueron:
• Conocer la distribución de la frecuencia de las variables socio-demográficas del
muestreo;
• Comparar la respuesta media de las tres Dimensiones y de las Secciones de cada
Dimensión;
• Explorar la respuesta media de los indicadores de cada Sección;
• Conocer las diferencias entre la respuesta media de cada modalidad de las
variables socio-demográficas, en las tres Dimensiones;
• Confrontar la respuesta media por cada variable socio-demográfica, en las tres
Dimensiones
• Conocer las distribuciones de frecuencia doble entre el “Genero” y el “Grado de
la escuela”;
• Confrontar la respuesta media en los cuatro niveles de la educativos para los
indicadores mayormente positivos;
29
• Evaluar la importancia de las relaciones entre los indicadores y las variables
socio-demográficas;
• Conocer la distribución de frecuencia doble entre las variables “Grado de la
escuela” y “ Propio rol” , y algunos indicadores;
Las hipótesis de estudio fueron:
• Investigar si la distribución de frecuencias de las variables socio-demográficas
es homogénea entre las modalidades;
• Evaluar la presencia de diferencias entre la respuesta media de las tres
Dimensiones y de las Secciones;
• Verificar la presencia de indicadores que influyen mayormente en la
determinación de la respuesta media de las Dimensiones;
• Investigar cuánto las variables socio-demográficas afectan la respuesta media en
las tres Dimensiones;
• Investigar la presencia de diferencias entre las respuesta media de las variables
socio-demográficas, de las tres Dimensiones;
• Verificar las diferencias entre las respuestas medias en los cuatro niveles
educativos para los indicadores;
• Investigar las relaciones entre algunos indicadores y las siguientes variables
socio-demográficas (Grado de la escuela, Propio rol, Rango de edad).
Se realizaron, primero, los cálculos estadísticos descriptivos para las variables
socio-demográficas: “Genero”, “Rango de edad”, “Propio rol”, “Grado de la escuela”,
“Tipo de contrato de trabajo”, “Asistencia a cursos o maestría de especialización”,
“Puesto de trabajo menor o igual a la ciudad donde vive”. Se crearon las tablas con las
frecuencias absolutas y de porcentajes y los gráficos a barra. Para las Dimensiones y sus
Secciones fueron creadas las tablas con las respuesta medias y los índices de
variabilidad, los gráficos a barra de la suma de las puntuaciones de los indicadoresy, por
último, los gráficos a barra para la comparación de la media de respuesta de las
Secciones.
Para verificar la diferencia entre las respuesta medias de las modalidades de cada
variable socio-demográfica se utilizaron el Test T y Anova y, también, las tablas de
30
contingencia y los valores de las estadísticas de Chi - Quadrado de Pearson y V de
Cramer, con los correspondientes valores de p, para medir lasrelaciones entre las
variables.
Los informes se refieren a las siguientes variables:
Género con Dimensiones,Secciones y indicadores;
Rango de edad con Dimensiones,Secciones, indicadores y Rol;
Grado de escuela con Dimensiones,Secciones y indicadores;
Contrato de trabajo con Dimensiones,Secciones y indicadores;
Frecuencia de maestría o cursos de especialización con Dimensiones, Secciones
y indicadores;
Lugar de trabajo con Dimensiones,Secciones y indicadores;
Género con Grado de escuela;
Grado de escuela conPropio rol y indicadores.
El muestreo del estudio fue de 373 docentes, entre los cuales 323 mujeres
(86,6%) y 50 varones (13,4%), en consonancia con las tendencias nacionales. El rango
de edad predominante es de 50 a 59 años con un porcentaje del 44,50% seguido del
rango 40-49 (29,76%) y más de 60 años (15,28%). Prevalece la figura del maestro
curricular con un porcentaje del 76,41% mientras que los profesores de apoyo
representan 23,59%. La frecuencia más alta se tiene en la escuela primaria con 125
docentes (33,51%), seguida por la escuela secundaria de segundo grado con 102
docentes (27,35%), la escuela secundaria de primero grado con 84 (22,52%) y
finalmente la escuela infantil con 62 (16,62%). Los docentes con contratos
indeterminados tienen una frecuencia de 333, igual a un porcentaje dell'89,28%,
mientras que aquellos con contratos a tiempo determinado tienen una frecuencia de 40
(10,72%). Con respecto a la frecuencia de una maestría o cursos de especialización en
los últimos tres años, 230 docentes que representan 61,66% respondieron que no han
frecuentado en comparación con el 38,34% de los docentes (143), que si han
frecuentado. Por último, la frecuencia de los docentes que trabajan en la misma ciudad
en la que viven es de 302, igual al 80,97%, mientras que el porcentaje de los que no
trabajan en la misma ciudad en la que viven es igual al 19,03%.
Sobre las tres Dimensiones del cuestionario investigadas, tenemos la Dimensión
A (Crear Culturas Inclusivas) subdivididas en la Sección A1 “Construcción de la
31
comunidad”, compuesta de 11 indicadores y la Sección A2 “Afirmar los valores
inclusivos”, compuesta de 10 indicadores que reguarda al interno de la escuela; la
Dimensión B “Crear Políticas de inclusión”, subdividida en la Sección B1
“Desarrollar la escuela para todos”, compuesta de 13 indicadores y la Sección B2
“Organizar el apoyo a la diversidad”, que consta de 9 indicadores sobre las practicas
organizativas y la Dimensión C “Desarrollar Practicas Inclusivas”, subdividida en la
Sección C1 “Construir el currículo de estudio para todos”, compuesta de 13
indicadores y la Sección C2 “Coordinar el aprendizaje”, compuesta de 14 indicadores
y se refiere a las practicas operativas dentro de la escuela.
En total tenemos 70 indicadores, estructurados con afirmaciones positivas a las
que se responde siguiendo la escala de Likert de 5 puntos, donde las puntuaciones más
bajas indican un mayor acuerdo con la afirmación. Los valores de la escala son: 1=
mucho; 2 = moderado; 3= poco; 4 = muy poco; 5= necesito mas información.
Siguiendo las etapas de la investigación, en primer análisis, se sumaron todas las
respuestas de los docentes relativas a los indicadores de la Dimensión A “Crear
Culturas inclusivas”, obteniendo una respuesta media de 40,96; en la Sección A1 “
Construcción de la comunidad”, la respuesta media fue de 22,56, en la sección A2
“afirmar los valores inclusivos”, la respuesta media fue de 18,40, provocándose una
diferencia de la respuesta media entre las dos Secciones. Esto nos da a entender que en
las relaciones al interno de la escuela se da una mayor positividad al “Afirmar los alores
inclusivos” (con una media más baja) que en el “Construir comunidad”.
Sumando todas las respuestas de los indicadores de la Dimensión B
“Desarrollar la escuela para todos”, la puntuación media es de 47,40, resultando de
este modo mayor a la respuesta media de la Dimensión A (40, 96). En la Sección B1
“Desarrollar la escuela para todos” la respuesta media es de 28,32, en la Sección B2
“Organizar el apoyo a la diversidad”, la respuesta media es de 19,08. También en esta
dimensión se evidencia una diferencia en la respuesta media, lo cual indica en las
practicas organizativas, una mayor positividad al organizar el apoyo a la diversidad en
lugar de desarrollar la escuela para todos. Además se observa que la diferencia en la
media entre las dos secciones B1 y B2 es mayor respecto a la diferencia entre las
secciones A1 y A2.
32
A partir de la suma de las respuestas de los indicadores de la Dimensión C
“Desarrollar prácticas inclusivas”, la respuesta media es de 57,77. En la Sección C1 la
respuesta media es de 30,58 y en la sección C2 es de 27, 19. También en esta dimensión
se encuentran diferencias entre las respuestas medias pero es menor respecto a las otras
dos. Por lo tanto, se observa que en el desarrollar las practicas inclusivas, en el proceso
de enseñanza-aprendizaje que los docentes emplean para hacer que el contexto sea más
inclusivo, se noto una mayor positividad, con una media más baja, en el coordinar el
aprendizaje más que en construir currículos de estudio para todos.
Al hacer la comparación de las tres Dimensiones la respuesta media más baja
entre las tres (40,96) fue la de la Dimensión A “Crear Culturas inclusivas”, media que
aumenta en la Dimensión B “Crear Políticas Inclusivas” con (47,40) y es aún más alta
en la dimensión C “Desarrollar Practicas Inclusivas” (57,77) (Figura 17).
Figura 17: Comparación de las respuestas media de las tres Dimensiones
Este resultado mostró que hay mayor positividad en el estar juntos como
comunidad, respecto a las otras dos Dimensiones donde el diseño organizativo y las
prácticas organizativas muestran que hay una distancia entre las afirmaciones y los
logros concretos de los valores inclusivos, en donde los mismos valores deben
promover la acción, evidenciando de este modo la diferencia entre la percepción y el
conocimiento de la inclusión escolar por parte de los docentes.
33
Figura 18: Comparación de la respuesta media de las tres Dimisiones, subdivididas
en Secciones
El subseguirse creciente de medias se evidencia al comparar entre ellas las
primeras Secciones de cada Dimensión, mostrando una mayor diferencia entre las
medias de las secciones de la Dimensión B.
Del análisis de las medias de los indicadores, por cada Sección, emergen
diferencias que nos han llevado a explorar cuáles de los indicadores son los más
representativos, en términos de mayor o menor positividad expresa. Una vez,
identificados los más representativos en términos de mayor positividad expresa, los
hemos comparado con los cuatro grados de la escuela.
En la dimensión A, se evidenció el indicador “ Todo el mundo es bienvenido” y
“La escuela promueve el respeto de los derechos humanos”, en la cual la educación
infantil y la escuela primaria mostraron mayor positividad con respuestas medias más
baja, en comparación a las escuelas secundarias en la que hay una positividad más
moderada con medias ligeramente superiores.
En la Dimensión B, tenemos el indicador “A todos los estudiantes nuevos se les
ayuda a ambientarse de la mejor manera”, siendo la escuela primaria a mostrar una
mayor positividad hacia esa afirmación y “La intimidación escolar viene combatida”,
mostrando una positividad más moderada a medida que aumenta el nivel educativo y el
rango de edad de los estudiantes.
En la Dimensión C, tenemos “Los alumnos estudian la vida en el ambiente
terrestre” y “La disciplina se basa en el respeto mutuo”, que muestran la tendencia de
34
los anteriores, evidenciando respuesta medias más bajas en la escuela primaria y
respuesta medias más altas en la escuela secundaria de segundo grado.
Profundizando el análisis se procedió a verificar cuántas y cuáles variables
socio-demográficas han influenciado la respuesta media de las Dimensiones, a través de
un examen detallado de la estadística t, en la Tabla Test T para muestras independientes
y de la estadística F de la Anova univariable. Del análisis de la tabla Test T para
muestras independientes se encontró una diferencia significativa de la respuesta medias
entre los dos grupos de la variable “Genero” (masculino y femenino) en las tres
Dimensiones (t =4,173 para la Dimensión A, t = 3,893 para la Dimensión B y t = 3, 830
para la Dimensión C, con p ˂ 0,001), señalando que las mujeres en la cultura inclusiva,
en el diseño organizativo y en las practicas operativas, muestran menos distancia entre
la acción y la afirmación de valores inclusivos respecto a los hombres. Las otras tablas
del Test T no mostraron diferencias significativas de la medias para las variables
“Propio rol”, “Contrato de trabajo”, Maestría o cursos de especialización
frecuentados en los últimos tres años” y “Trabaja en la misma ciudad en la que vive”.
Mediante el análisis de la varianza de la Tabla Anova Univariable, se han
encontrado diferencias significativas entre los cuatro grupos de la variable “Grado de la
escuela” (escuela infantil, primaria, secundaria de primero y segundo grado) en todas
las tres Dimensiones encontrando (F = 3,803, p = 0,010 para la Dimensión A; F =
6,456, p ˂ 0,001 para la Dimensión B; F = 9,135, p ˂ 0,001 para la Dimensión C)
destacando de este modo que los docentes que trabajan en la escuela secundaria de
segundo grado (con respuesta media más alta) muestran una reducida inclinación
positiva hacia las afirmaciones del cuadro de valor inclusivos, en comparación a los de
la escuela primaria, que en todas las tres Dimensiones, muestran la puntuación de
medias significativamente más bajas y por lo tanto mayor positividad hacia la inclusión.
Mediante el análisis de la varianza de la tabla Anova Univariable entre los
rangos de edad, no se encontraron diferencias significativas.
A partir de los resultados del análisis de la varianza y del Test T resultaron
estadísticamente significativos para el estudio de la inclusión escolar, las variables
“Genero” y “Grado de la escuela”. Por lo tanto, se procedió a profundizar con la tabla
de contingencia la frecuencia de los docentes masculinos y femeninos en los cuatro
grado de la escuela. La escuela con una mayor frecuencia masculina es la escuela
35
secundaria de segundo grado (33), mientras que en la primaria se individua una mayor
presencia femenina (123). Los valores de las estadísticas Chi-Cuadrado de Pearson y V
de Cramer, con los relativos p valores, para medir la relación entre las variables
“Genero” y la variable “Grado de la escuela”, son significativas porque muestran una
relación entre las dos variables. Chi-Cuadrado de Pearson 57,587; p ˂0,001, V de
Cramer 0,393; p ˂ 0,001. Del análisis de la respuesta medias, teniendo en cuenta las
variables “Genero”, se encontró que los hombres tienen respuesta medias más alta en
cada una de las tres Dimensiones. Por lo tanto, el sexo masculino ha expresado una
menor positividad que el sexo femenino, en relación a las afirmaciones inclusivas, con
respuesta medias más altas en todas las tres Dimensiones (Figura 25). Además,
mediante la comparación de la respuesta medias en los diferentes grados de la escuela se
evidenció una media más alta en la escuela secundaria de segundo grado (Figura 30),
resultado que parece estar influenciado por el hecho que en la escuela secundaria de
segundo grado se encontró una mayor frecuencia de docentes varones (Figura 31).
Figura 25 Confronto medie di risposta “Maschi”
Figura 30 :Confronto medie di risposta nei e “Femmine”, nelle tre Dimensioni
quattro gradi di scuola
36
Figura 31: Frequenze di “Maschi” e “Femmine” nei quattro gradi di scuola
Entre los indicadores en donde se expresa menor positividad, hemos identificado
algunos y los comparamos con los cuatro grados de la escuela, así como se puede
observar en las Figuras.
Para el indicador “ El personal y los miembros de consejo directivo trabajan
juntos en modo más que satisfactorio”, se encuentra una tendencia lineal y en aumento
a partir de la educación infantil, con respuesta media más baja (2,15), hasta la escuela
secundaria de segundo grado con una respuesta media más alta (2,36), destacando que
la participación y la cooperación resienten de esta percepción menos positiva como
valor inclusivo (figura 39).
Para el indicador “Hay grandes expectativas en relación a cada estudiante”,
emerge un enfoque discordante entre los varios grados de la escuela. El grado de la
escuela con respuesta media más baja (1,96) expresa una mayor positividad hacia una
perspectiva inclusiva de igualdad, aunque si se reduce en poco en la escuela infantil
(2,08) y aun menos en el escuelas secundarias que coinciden en expresar sus opiniones
con respuesta medias iguales(2,19) (figura 40).
Para el indicador “Los recursos disponibles en el contexto local de la escuela se
conocen y son utilizados”, se nota que el grado de la escuela que ve en los recursos
presentes en el contexto local una riqueza para toda la comunidad escolar, es la escuela
primaria que tiene una respuesta media más baja, igual a 2,02. La escuela infantil y la
escuela secundaria de segundo grado muestran, sin embargo, un acuerdo en la menos
positividad expresada por los valores de las medias más altas, respectivamente iguales a
37
2,44 y 2,43. La escuela secundaria de segundo grado expresó una opinión intermedia
entre estos dos casos (figura 41).
Figura 39 Figura 40
Figura 41
Hemos encontrado interesante valorar las relaciones entre los indicadores de
cada Dimensión y las variables de mas interés para el análisis, utilizando la el Test Chi-
Cuadrado de Pearson.
Mediante el análisis de las relaciones entre todos los indicadores de las
Dimensiones con el “Grado de la escuela”, para la Dimensión A “Crear Culturas
Inclusivas” entre los indicadores significativos emergen “El personal y las familias
colaboran” en el que esta colaboración es percibida de manera positiva, aun mostrando
diferencias porcentuales en donde es la escuela de la infancia amostrar mayor
positividad.
38
En cuanto a “La inclusión es vista como un modo para aumentar la participación
de todos” (es interesante notar como la opinión mayormente positiva hacia la inclusión,
teniendo en cuenta las sumas de las respuestas mucho y suficiente, fue dada por la
escuela primaria, con un porcentaje del 93,6%, seguida de la escuela secundaria de
primero grado con el 89,8%, de la escuela de la infancia con el 87,1% y la escuela
secundaria de segundo grado con el 72,6%. Además, el la escuela secundaria de
segundo grado resulto ser el que tiene una percepción negativa, sumando las respuestas
“poco” y “necesito mas información” con un porcentual igual al 26,5%.
Para la Dimensión B “Crear Políticas Inclusivas” se ha encontrado una mayor
positividad en la escuela primaria hacia la profundización de las competencias entre el
personal, mientras que la percepción menos positiva se encontró en el la escuela
secundaria de segundo grado. Incluso, con respecto a las formas de apoyo para
contribuir a un desarrollo inclusivo en la escuela, es indicativo el hecho que el 37,3% de
los docentes del la escuela secundaria de segundo grado hayan sostenido que este nivel
educativo no es suficientemente coordinado para promover un desarrollo inclusivo.
Incluso en este caso, en comparación con el indicador anterior, la mayor positividad fue
expresada por la escuela primaria.
Sobre la Dimensión C “Desarrollar Practicas Inclusivas” se evidenció que todas
las escuelas tienen una opinión positiva general, la colaboración activa en planificar,
enseñar y evaluar. Mientras que el fomentar el aprendizaje y la participación de todos
los estudiantes por parte del personal de apoyo, se encontró que el 28,4% de los
educadores del la escuela secundaria de segundo grado sostienen que el personal de
apoyo favorece poco o casi nada el aprendizaje y la participación de todos.
Analizando en un segundo momento las relaciones con las variables “Propio rol”
y los indicadores “ Los recursos presentes en el contexto local de la escuela son
conocidos y utilizados”, se nota que existe positividad hacia el enriquecimiento de la
escuela con los recursos presentes en el contexto local, al tiempo que se observa que los
docentes curriculares respecto a los docentes de apoyo, con un porcentual del 28,1%
retienen que los recursos locales son pocos conocidos y utilizados, dando poca
importancia a este recurso.
En cuanto a las relaciones entre las variables “Rango de edad” y los indicadores
de las tres Dimensiones, se evidencia que para los indicadores “Los alumnos son
39
valorados por igual” y “El personal de apoyo propicia el aprendizaje y la participación
de todos los alumnos”, la mayor positividad se da en el rango de edad “30-39”, mientras
que el rango de edad “50-59” y más de “60”, presenta opiniones menos positivas. Para
el indicador “La intimidación escolar viene rechazada” se evidencia una opinión casi
que homogénea y positiva en todos los rangos de edad.
Por ultimo, se ha pensado de analizar con los gráficos lineares el procedimiento
de la respuesta medias para algunos indicadores en los cuatro grados de la escuela,
diferenciando este procedimiento entre docentes curriculares y de apoyo. Resultó
interesante el indicador “El personal y la familia colaboran”, en la que la escuela de la
infancia es quien presenta una mayor propensión a colaborar, sea por parte de los
docentes curriculares que por parte de los docentes de apoyo, quienes se encuentran de
acuerdo. La escuela secundaria de segundo grado muestra, sin embargo, una menor
positividad hacia la colaboración entre el personal y la familia y un desacuerdo,
incluso, entre los docentes curriculares (respuesta media más baja) y de apoyo, los
cuales tienen una pésima percepción de la colaboración entre el personal y la familia. La
tendencia, por lo tanto, de las respuesta medias para los docentes curriculares y de
apoyo son diferentes, donde, sobretodo, los docentes curriculares parecen estar
completamente de acuerdo en todos los cuatro grados de la escuela, mientras que para
los docentes de apoyo existe un acuerdo en los primeros tres niveles educativos y una
pésima percepción de la mencionada colaboración en la escuela secundaria de segundo
grado. La misma tendencia se muestra para el indicador “La escuela desarrolla valores
inclusivos compartidos”, confirmando las tendencias vistas anteriormente.
Respecto a iniciar un proceso de desarrollo participativo en la escuela, es muy
interesante observar que hay un acuerdo con respuesta medias generalmente bajas, entre
los docentes curriculares y los docentes de apoyo en cada uno de los tres primeros
niveles educativos, mientras que la respuesta medias más alta se encuentran en la
escuela secundaria de segundo grado, mostrando de este modo el desacuerdo entre los
docentes curriculares y de apoyo, que muestran una pésima percepción en el compartir
de las practicas organizativas que hacen pensar a más acciones integrales que inclusivas,
como se nota en la figura 45.
Por último, el análisis del indicador “El personal de apoyo favorece el
aprendizaje y la participación de todos los alumnos”, nos da una imagen donde la
40
respuesta media de los docentes curriculares son siempre más altas, revelando una
menor positividad sobre la operatividad inclusiva hacia todos, de parte del personal de
apoyo. También muestra un dato muy interesante, el acuerdo entre docentes curriculares
y de apoyo del la escuela secundaria de segundo grado, en el afirmar menor positividad
en la participación del personal de apoyo en el incrementar la participación de todos los
alumnos como evidencia la figura 46.
Figura 45 Figura 46
3. Resultados En general, recorriendo las etapas de la investigación podemos decir que en el
campeón docente, al confrontar las tres Dimensiones surge una mayor positividad en las
culturas inclusivas (Dimensión A), respecto a la proyección organizativa (Dimensión B)
y aun menor en las practicas organizativas (Dimensión C). En términos de mayor
positividad entre los indicadores de las Dimensiones sobresale una escuela inclusiva
donde cada uno es bienvenido; se fomenta y promueve el respeto de los derechos
humanos, se favorece la aceptación de los nuevos estudiantes, se combate la
intimidación escolar; se valoriza el estudio de la vida y del medio ambiente, que refleja
una cultura basada en el respeto reciproco para favorecer el aprendizaje por parte de
todos los alumnos.
Se encontró una notable diferencia de las medias entre los dos sexos y también
entre los cuatro niveles de la educación, resultando de este modo que las escuelas que
han expresado mayor positividad hacia la inclusión escolar son la escuela primaria y de
la infancia. Para las escuelas secundarias, la menor inclusión, observada principalmente
41
en la escuela secundaria de segundo grado, resultó estar influenciada por la mayor
presencia de docentes de sexo masculinos que tienen respuesta medias más altas en cada
una de las tres Dimensiones y en general han expresado menos positividad hacia las
afirmaciones inclusivas, mostrando de este modo en el horizonte de los valores
inclusivos una menor percepción de los mismos y por consecuencia en el conocimiento
de las acciones.
En general, del análisis de los indicadores se evidencia una imagen de docentes
que tienen una buena percepción en el crear comunidades inclusivas, pero en las
practicas organizativas y didácticas se distancian de las afirmaciones y los logros
inclusivos que muestran un proceso inclusivo maduro en cuanto a valores, pero aun así,
parece estar arraigada una interpretación más integral que a los logros de las dinámicas
operativas reales y propias hacia la inclusión. Podemos decir, que la toma de conciencia
de los valores inclusivos, conduce inevitablemente a articular acciones inclusivas,
aunque no sincrónicas y compartidas al interno del cuerpo docente, lo cual no promueve
un desarrollo armónico e integral hacia el otro. De hecho, entre los indicadores de las
Dimensiones, verso los cuales se expresó menor positividad en el construir comunidad,
son propiamente la participación y la colaboración entre la escuela y la comunidad local
y entre el personal y los miembros del consejo escolástico.
También, En la afirmación de los valores inclusivos se muestra una menor
propensión en cuanto al tener altas expectativas al reguardo de cada estudiante, así
como en el coordinar el aprendizaje para favorecer el desarrollo inclusivo los docentes
resultan ser menos positivos en el conocer y usar los recursos presentes en el contexto
local de la escuela.
Respecto al rango de edad, la que muestra tener una mayor percepción de los
valores y conocimiento sobre las acciones, resulta ser el rango de edad entre los 30 y 39
años, mientras la que va de los 50 a los 59 y más de 60, evidencian de ser menos
positivas frente a las afirmaciones positivas, ya que probablemente se encuentran
anclados a viejos modos de trabajar y a la poca disponibilidad en implementar acciones
en la práctica inclusiva.
De la comparación entre docentes curriculares y de apoyo en los cuatro grados
de la escuela resulta que existe un mayor acuerdo entre los docentes curriculares y los
de apoyo en los tres primeros niveles de la educación, siendo el la escuela secundaria de
42
segundo grado donde se evidencia un mayor desacuerdo, excepto que en el afirmarse
menor positividad en el involucrar al personal de apoyo y en el aumentar la
participación de todos los alumnos, abriéndose de este modo una oportunidad para la
reflexión.
La era de la globalización, nos lleva a pensar que todos somos iguales, pero en
realidad somos diferentes según el contexto histórico y social en el cual vivamos y el
modo como interiorizamos tales aspectos durante nuestro proceso de crecimiento.
El cambio hacia la educación inclusiva, no se puede actuar con soluciones
rápidas o con sugerencias preestablecidas para la enseñanza, se necesita de tiempo y del
conocimiento profundo del contexto y de las relaciones que coexisten en el aula
(D’Alessio, 2015).
Las diferentes investigaciones actuales, según lo declarado por la European
Agency For Special Needs and Inlcusive Education (2014), no continúan a insistir sobre
qué sea la educación inclusiva o si sea justo ponerla en práctica, mas bien, como sea
posible realizarlo. La múltiples interpretaciones sobre la inclusión son de resaltar sea
desde el punto de vista cultural que histórico-geográfico cultural, por lo que resulta muy
variado en la investigación empírica el modo de individuar los campeones significativos
y escoger qué cosa medir (Cologon &D’Alessio, 2015).
Los limites de este trabajo se reducen al número de campeones disponibles y la
opción de centrar la investigación solo en la ciudad de Trapani, limitando de este modo
la posibilidad de un muestreo suficientemente representativo de las dinámicas inclusivas
en los docentes. La inclusión escolástica, como afirma el autor Dovigo, es un proceso
en continua evolución; es un proyecto in itinere que a través de la participación de
todos, de los educadores al alumno, transforma las practicas educativas en una escuela
inclusiva (Dovigo, 2016).
A la luz de todo esto, como propuesta que surge de esta investigación, se
evidencia la importancia de tener en consideración otros contextos territoriales y
extender la investigación a los estudiantes de las escuelas secundarias capaces de
expresar de una manera mejor sus percepciones sobre la escuela inclusiva.
También sería interesante comprobar los eventuales cambios en las Dimensiones
investigadas, como consecuencia de un camino efectuado en las escuelas, con el fin de
entender si se maduraron practicas educativas inclusivas.
43
PRESENTAZIONE
L’interesse per quest’argomento nasce dall’esperienza decennale vissuta in
qualità d’insegnante di sostegno della scuola primaria. Oggi si parla tanto d’inclusione
ma purtroppo non sempre le affermazioni dei valori inclusivi portano alla realizzazione
degli stessi con pratiche organizzative e operative. L’era della globalizzazione ci porta a
pensare che siamo tutti ugualima, proprio per questo, le differenze emergono e le
difficoltà difficilmente si accettano. In realtà siamo diversi in base ai contesti storici e
sociali in cui viviamo e al modo in cui interiorizziamo tali aspetti durante il nostro
percorso evolutivo.
Con il presente lavoro si vuole conoscere e approfondire se, nella percezione
dell’inclusione scolastica da parte dei docenti, vi sia consapevolezza nella realizzazione
delle pratiche inclusive secondo le tre Dimensioni dell’Index for inclusion.
Assumiamo come presupposto al nostro lavoro, l’ottica di Fabio Dovigo (2016)
secondo il quale l’inclusione è un processo inesauribile che comporta la progressiva
scoperta e rimozione dei limiti all’apprendimento e alla partecipazione(Dovigo, 2016,
p.75) e di Ianes secondo cui una Scuola che vuole muoversi verso una sempre maggiore
inclusività, parte da una base di uguaglianza (siamo tutti uguali davanti alla/nella
scuola (...), accogliendo nella scuola di tutti ogni alunno, indipendentemente dalle sue
condizioni e dal suo “funzionamento” in senso globale (Ianes, 2015, p.13).
Nella stesura del marco teorico, ho pensato di percorrere in una prospettiva
storica, le tappe che hanno portato la realtà scolastica italiana dall’inserimento
all’inclusione. L’evoluzione di questo processo d’integrazione,avvenuta a partire dagli
anni Settanta,con una sempre maggiore sensibilità alle disabilità, è stato supportato dalle
leggiitaliane ridefinite negli anni secondo il modello biomedico, il modello sociale e il
modello psicosociale fino alla Convenzione ONU e alle varie Classificazioni
Internazionali delle malattie dell’Organizzazione Sanitaria Mondiale.
L’educazione degli alunni disabili, infatti, prima degli anni Sessanta era stata
oggetto di scarso interesse pubblico, considerato fattore discriminante, motivo di
emarginazione, dove solo una loro minoranza era inserita in scuole speciali. L’avviò alla
scolarizzazione di massa, rappresentò per l’Italia un momento importante per la sua
crescita civile, sociale e culturaleportando poia una maggiore attenzione e sensibilità
44
verso lo sviluppo delle potenzialità,dell’autonomia individuale, dell’apprendimento,
della comunicazione e delle relazioni e socializzazioni della persona disabile.
Un altro aspetto importante cui abbiamo prestato attenzione è la prospettiva
educativa internazionale che ha portato l’attenzione del mondo verso l’educazione
inclusiva con la Conferenza Internazionale di Salamanca del 1994 prima e la
Convenzione Internazionale ONU 2008 dopo. Nasce così una nuova consapevolezza
sulla disabilità vista non più come un handicap, bensì come una condizione in cui ogni
essere mano si può trovare durante la propria vita. Essa rappresenta un salto di qualità
della vita per le tantissime persone disabili nel mondo.
Si è proceduto quindi a un’analisi dell’evoluzione dei vari termini
rappresentativi dei periodi storici, dall’inserimento, all’integrazione, all’inclusione.
Alla luce di tutto ciò, è fondamentale porre attenzione alle differenti prospettive
e interpretazioni del concetto d’inclusione.
Il concetto d’inclusione è un concetto pedagogico che ha ampliato il suo
significato negli anni, in relazione al fatto che l’intervento pedagogico verso le
disabilità, gli svantaggi e le problematicità non si racchiude solo nell’ambito scolastico
ma si sviluppa in contesti più ampi e interdisciplinari. Vari studi si occupano
d’inclusione con differenti prospettive e interpretazioni, senza definirsi in termini
assoluti, poiché rapportati ai differenti contesti storici culturali e politici, come i
Disability Studies che nonostante presentino delle differenze in base alle realtà culturali
in cui si sono sviluppate, rappresentano una disciplina di studio universale sulla
disabilità e la società nel suo insieme (D’Alessio, 2014).
Ci troviamo, infatti, di fronte a realtà inclusive differenti, in diversi contesti
socio-culturali, dove ci sono Paesi in cui l’educazione inclusiva è vista come
l’inserimento degli alunni con disabilità nelle classi comuni e altri in cui come essa si
possa rendere concreta nelle scuole, valorizzando e sostenendo le diversità di e tra gli
alunni.
Nei Disability Studies Italy, ad esempio, l’inclusione è vista nella prospettiva di
promuovere trasformazione del sistema scolastico e educativo e quindi di promuovere
cambiamenti culturali, concettuali, sia in ambito pedagogico che didattico, curriculare,
valutativo e organizzativo dove l’insieme delle differenze rappresenta modalità originali
di vita dal sociale, all’apprendimento, alle relazioni. Essa è una visione più evoluta
45
dell’integrazione, una vera e propria trasformazione della scuola e della società, dove
l’inclusione è un processo dinamico e in continua costruzione e l’essere inclusivi non
ècondizionato da una norma ma è un continuo cambiamento in itinere (Medeghini,
D’Alessio, Marra, Vadalà, Valtellina, 2014).
Gli autori Ainscow e Booth affermano che per realizzare una vera scuola
inclusiva è importante partire dal cambiamento del linguaggio. Infatti, basta poco per
categorizzare;bisogna, invece, tenere presente che, nella cosiddetta normalità, ne fanno
parte situazioni e condizioni molto differenti. L’Index for inclusion, nato dalla ricerca
condotta da Tony Booth e Mel Ainscow, con la collaborazione di un gruppo di docenti,
genitori, amministratori e ricercatori che, avevano in comune la promozione dello
sviluppo inclusivo, è un punto di riferimento internazionale per lo sviluppo della
progettazione inclusiva nelle scuole (Booth e Ainscow, 2016).
Il nuovo Index è il frutto di un decennio di esperienze nelle scuole a livello
internazionale che offre un nuovo modo di fare inclusione imparando a vedere le
differenze in modo multicentrico. Esso pone in primo piano la definizione di un quadro
di valori condivisi, lo sviluppo dinamico di relazioni e strategie di comunità, la
sensibilità verso il nostro pianeta e a imparare a vedere le differenze in modo
multicentrico. Lo sviluppo della scuola inclusiva può avere punti di partenza diversi,
sottolineano Booth e Ainscow, l’importante è cominciare il percorso, poiché esso
rappresenta un passo avanti verso inclusione (Booth e Ainscow, 2016).
Nella prospettiva di una scuola inclusiva, la realtà scolastica si trova nel
quotidiano a dover affrontare diverse difficoltà educative e di apprendimento e la
risposta didattica deve essere in grado di promuovere un intervento mirato al reale
bisogno dell’alunno. La scuola ha, infatti, un ruolo fondamentale nella società; è una
comunità educante e mutante che istruisce gli alunni alla costruzione del sé e del proprio
modello di vita, in cui ogni studente diviene protagonista del suo apprendimento che è
pertanto un interattivo tra la sfera cognitiva e la sfera affettiva e in relazione con gli
stimoli socio-culturali esterni. L’insegnamento, quindi, è parte delle dinamiche
psicologiche di ogni alunno, dove l’apprendimento stesso dipende dalle relazioni con gli
altri (Fanti, 2014).
Ogni alunno durante il suo percorso di studi può sperimentare delle difficoltà e,
quindi, come evidenzia Dovigo, l’inclusione è un processo in continua evoluzione; è un
46
progetto in Itinere che attraverso un coinvolgimento di tutti, dagli insegnanti agli alunni,
trasforma lepratiche educative in una scuola. L’inclusione deve essere vista come
un’azione che producevalori inclusivi, che afferma un superamento dell’esclusione e
promuove l’inclusione ma senon ci sono forti valori radicalizzati, ci troviamo davanti ad
una percezione dell’inclusione fatta di attuazione passiva a ordini impartiti dall’alto. I
valori inclusivi rappresentano le guide fondamentali per acquisire consapevolezza
dell’inclusione attraverso la realizzazione di azioni concrete.Solo sviluppando un
quadro di valori, acquisiamo consapevolezza dell’inclusione, colmando la distanza tra
affermazioni e realizzazioni in cui dichiariamo che vogliamo vivere e educarci insieme
gli uni con gli altri (Dovigo, 2016).
L’intento del presente lavoro è quello di mettere in luce come il processo
d’inclusione sia percepito e come la consapevolezza si riscontri nelle pratiche
organizzative e operative nei docenti.
I dati della ricerca saranno raccolti attraverso la somministrazione di un
questionario ai docenti della scuola dell’infanzia, scuola primaria, scuola secondariadi I
grado e scuola secondaria di II grado del comune di Trapani.
Tale questionario è stato estrapolato dall’edizione italiana a cura di Fabio
Dovigo del Nuovo Index for Inclusion di T. Booth e M. Ainscow (2016).
Le variabili d’indagine, prese in considerazione al momento della lettura e
dell’analisi dei dati raccolti, saranno messe a confronto tra le tre Dimensioni dell’Index
ovvero Creare Culture Inclusive, Creare Pratiche inclusive e Sviluppare pratiche
inclusive tra tutti i docenti del campione ed anche differenziati per ordine scolastico.
47
PARTE PRIMA: INQUADRAMENTO TEORICO
48
CAPITOLO I: L’INTEGRAZIONE SCOLASTICA IN
ITALIA
49
1.1 Introduzione
Nel presente capitolo si approfondisce l’attenzione italiana verso la disabilità
dall’inserimento all’inclusione.
In una prospettiva storica, si sono analizzate le leggi italiane riguardo
all’integrazione a partire dagli anni Settanta con l’abolizione delle scuole speciali e
approfondendo il tema con le definizioni di disabilità secondo il modello biomedico, il
modello sociale e il modello psicosociale anche alla luce della Convenzione ONU e alle
varie Classificazioni Internazionali delle malattie dell’Organizzazione Sanitaria
Mondiale.
1.2 I disabili e la Legge n.118 del 30 marzo 1971
In Italia, negli anni precedenti al 1960, l’educazione degli alunni disabili è stata
oggetto di scarso interesse pubblico, considerato fattore discriminante e motivo di
emarginazione, in cui solo una loro minoranza era inserita in scuole speciali.A partire
dagli anni Sessanta, l’Italia si avviò alla scolarizzazione di massa e sorsero così anche le
scuole speciali e le classi differenziali, dove erano inseriti sia bambini disabili, sia quelli
con svantaggio socio-culturale o con problemi di disciplina scolastica.
In seguito, iniziò una sorta di evoluzione del concetto di disabilità, una lotta
contro ogni forma di emarginazione anche riguardo al sistema scolastico italiano, dove
genitori e insegnanti chiedevano a gran voce la tutela dei diritti di piena cittadinanza per
tutti, a prescindere dalla loro situazione personale e sociale.
Ed è proprio il 30 marzo del 1971, con l’approvazione dal Parlamento Italiano
della legge 118, che si aprono le scuole comuni ai disabili poiché persone cui deve
essere data un’educazione nei contesti formativi normali.
La legge 118 rappresenta per l’Italia un momento importante per la sua crescita
civile, sociale e culturale, andando così a modificare un sistema scolastico rigido,
superando il modello delle scuole speciali (senza abolirle) e inserendo su richiesta delle
famiglie, gli alunni con disabilità nelle classi comuni, assicurandone il trasporto,
l’assistenza e l’accesso agli edifici scolastici con il superamento delle barriere
architettoniche per gli alunni più gravi.
50
Sulla frequenza scolastica all’articolo 28 leggiamo:
Art.28, Legge n.118/1971 (Provvedimenti per la frequenza scolastica)
L'istruzione dell'obbligo deve avvenire nelle classi normali della scuola
pubblica, salvi i casi incui i soggetti siano affetti da gravi deficienze intellettive o da
menomazioni fisiche di tale gravità da impedire o rendere molto difficoltoso
l'apprendimento o l'inserimento nelle predette classi normali.
1.3 Documento Falcucci 1975, Legge n. 517 del 1977 e sentenza n.
215/87 della Corte Costituzionale
Con il celebre Documento Falcucci del 1975 si attua un nuovo modo di fare
scuola, una sorta di magna carta che favoriva con elementi e metodologie innovative
l’integrazione scolastica in Italia. La scuola considerata così come:
«struttura più appropriata per far superare la condizione di emarginazione in
cui altrimenti sarebbero condannati i bambini handicappati, anche se deve considerarsi
co_essenziale una organizzazione dei servizi sanitari e sociali finalizzati all’identico
obiettivo», e «coeducazione fra alunni handicappati e non».
La scuola deve essere vista, quindi, come risorsa di qualità per l’intero gruppo
classe per favorire lo sviluppo sotto il profilo sociale, culturale e civile al fine di
prevenirne l’emarginazione.
Con i decreti delegati del 1974 n.416, 417 e 419 si parla d’integrazione
scolastica degli alunni con disabilità nella scuola di tutti e con la legge delega n. 382 del
1975 sono affidate nuove competenze sanitarie e assistenziali agli Enti locali.
È, però, con la legge n°517 del 4 agosto 1977 che si ha l’abolizione delle classi
differenziali e nelle programmazioni educative, oltre a garantire l’integrazione
scolastica a favore di tutti, si propongono modalità strategiche integrative con forme
d’integrazione trasversali, attraverso modelli didattici flessibili atti a promuovere il
diritto allo studio e la formazione della personalità degli alunni. Interclasse, attività di
gruppo o individualizzate in base alle esigenze degli alunni affidati a insegnanti
51
specializzati nei vari livelli di scolarità. Bisogna attendere la Legge n. 270 del 1982 per
l’istituzione del ruolo dell’insegnante di sostegno.
Si diffonde così il processo d’integrazione con norme specifiche a favore degli
alunni portatori di handicap sia nella scuola primaria che secondaria di primo grado.
Con i programmi del 1985 si argomenta ampiamente sull’integrazione scolastica
degli alunni con disabilità; dando importanza alla prassi didattica, alle esigenze
dell’alunno e facendo sì che la scuola eviti gli insuccessi e la disuguaglianza sul piano
sociale e civile, anche attraverso il coinvolgimento tra le famiglie, gli enti locali, le unità
sanitarie e di servizio.
È solo con la sentenza n° 215/87 della Corte Costituzionale, che però si
rimuovono gli ostacoli di ordine culturale, al fine di garantire il diritto allo studio dei
disabili, qualunque ne sia la minorazione con i necessari adattamenti rapportabili agli
apprendimenti previsti per tutti. Inoltre la sentenza dichiarava illegittima la disposizione
della legge 118/71 che limitava la frequenza nelle scuole comuni in presenza di gravi
menomazioni fisiche o intellettive; prevedendo la facilitazione alla frequenza anche alle
scuole superiori.
1.4 Legge n. 104 del 5 febbraio 1992
La Legge Quadro per l’assistenza, l’integrazione sociale e i diritti delle persone
handicappate, sancisce il diritto all’educazione e all’istituzione degli alunni in
situazione di handicap in classi comuni di ogni ordine e grado. Promuove lo sviluppo
delle potenzialità della persona disabile, dell’autonomia individuale,
dell’apprendimento, della comunicazione, delle relazioni e della socializzazione.
Questa Legge ha rappresentato una svolta importante sul lungo travaglio del
riconoscimento delle dignità umana delle persone con disabilità, divenendo il punto di
riferimento normativo riguardo all’integrazione scolastica e sociale.
Il diritto della persona “handicappata” (usando il termine della legge)
all’educazione e all’istruzione è esplicitato nell’articolo 12 qui di seguito riportato.
Articolo 12. Diritto all'educazione e all'istruzione.
52
1. Al bambino da 0 a 3 anni handicappato è garantito l'inserimento negli asili
nido.
2. È garantito il diritto all'educazione e all'istruzione della persona
handicappata nelle sezioni di scuola materna, nelle classi comuni delle istituzioni
scolastiche di ogni ordine e grado e nelle istituzioni universitarie.
3. L'integrazione scolastica ha come obiettivo lo sviluppo delle potenzialità della
persona handicappata nell'apprendimento, nella comunicazione, nelle relazioni e nella
socializzazione.
4. L'esercizio del diritto all'educazione e all'istruzione non può essere impedito
da difficoltà di apprendimento né da altre difficoltà derivanti dalle disabilità connesse
all'handicap.
5. All'individuazione dell'alunno come persona handicappata e all'acquisizione
della documentazione risultante dalla diagnosi funzionale, fa seguito un profilo
dinamico-funzionale ai fini della formulazione di un piano educativo individualizzato,
alla cui definizione provvedono congiuntamente, con la collaborazione dei genitori
della persona handicappata, gli operatori delle unità sanitarie locali e, per ciascun
grado di scuola, personale insegnante specializzato della scuola, con la partecipazione
dell'insegnante operatore psico-pedagogico individuato secondo criteri stabiliti dal
Ministro della pubblica istruzione. Il profilo indica le caratteristiche fisiche, psichiche e
sociali e affettive dell'alunno e pone in rilievo sia le difficoltà di apprendimento
conseguenti alla situazione di handicap e le possibilità di recupero, sia le capacità
possedute che devono essere sostenute, sollecitate e progressivamente rafforzate e
sviluppate nel rispetto delle scelte culturali della persona handicappata.
6. Alla elaborazione del profilo dinamico-funzionale iniziale seguono, con il
concorso degli operatori delle unità sanitarie locali, della scuola e delle famiglie,
verifiche per controllare gli effetti dei diversi interventi e l'influenza esercitata
dall'ambiente scolastico.
7. I compiti attribuiti alle unità sanitarie locali dai commi 5 e 6 sono svolti
secondo le modalità indicate con apposito atto di indirizzo e coordinamento emanato ai
sensi dell'articolo 5, primo comma, della legge 23 dicembre 1978, n. 833. (1 bis)
53
8. Il profilo dinamico-funzionale è aggiornato a conclusione della scuola
materna, della scuola elementare e della scuola media e durante il corso di istruzione
secondaria superiore.
9. Ai minori handicappati soggetti all'obbligo scolastico, temporaneamente
impediti per motivi di salute a frequentare la scuola, sono comunque garantite
l'educazione e l'istruzione scolastica. A tal fine il provveditore agli studi, d'intesa con le
unità sanitarie locali e i centri di recupero e di riabilitazione, pubblici e privati,
convenzionati con i Ministeri della sanità e del lavoro e della previdenza sociale,
provvede alla istituzione, per i minori ricoverati, di classi ordinarie quali sezioni
staccate della scuola statale. A tali classi possono essere ammessi anche i minori
ricoverati nei centri di degenza, che non versino in situazioni di handicap e per i quali
sia accertata l'impossibilità della frequenza della scuola dell'obbligo per un periodo
non inferiore a trenta giorni di lezione. La frequenza di tali classi, attestata
dall'autorità scolastica mediante una relazione sulle attività svolte dai docenti in
servizio presso il centro di degenza, è equiparata ad ogni effetto alla frequenza delle
classi alle quali i minori sono iscritti.
10. Negli ospedali, nelle cliniche e nelle divisioni pediatriche gli obiettivi di cui
al presentearticolo possono essere perseguiti anche mediante l'utilizzazione di
personale in possesso di specifica formazione psico-pedagogica che abbia una
esperienza acquisita presso i nosocomi o segua un periodo di tirocinio di un anno sotto
la guida di personale esperto.
Ed è proprio in seguito a ciò, che nel D. P. R. del 24 febbraio 1994,Atto di
indirizzo e coordinamento relativo ai compiti delle unità sanitarie locali in materia di
alunni portatori di handicap s’individuano i soggetti e le competenze degli Enti Locali,
e delle Aziende Sanitarie Locali a supporto tecnico-specialistico delle scuole e le
caratteristiche dei documentida compilare per l’integrazione dell’alunno disabile ovvero
Diagnosi Funzionale, Profilo Dinamico Funzionale e Piano Educativo Individualizzato.
54
1.4.1 Diagnosi Funzionale
La Diagnosi Funzionale è un atto sanitario medico legale così descritto
nell’articolo 3 comma 1 del suddetto DPR:
descrizione analitica della compromissione funzionale dello stato psicofisico
dell'alunno in situazione di handicap, al momento in cui accede alla struttura sanitaria
per conseguire gli interventi previsti dagli articoli 12 e 13 della legge n. 104 del 1992.
Per la sua elaborazione è prevista l’unita multidisciplinare come riportato
nell’articolo 3 comma 2:
l'unità multidisciplinare composta: dal medico specialista nella patologia
segnalata, dallo specialista in neuropsichiatria infantile, dal terapista della
riabilitazione, dagli operatori sociali in servizio presso la unità sanitaria locale o in
regime di convenzione con la medesima.
Da qui deriva l’acquisizione degli elementi clinici tramite visita medica e gli
elementi psico-sociali attraverso relazioni riguardante i dati anagrafici e i dati relativi
alle caratteristiche del nucleo familiare del soggetto. L’articolo 4 esplicita poi che:
La diagnosi funzionale, essendo finalizzata al recupero del soggetto portatore di
handicap, deve tenere particolarmente conto delle potenzialità registrabili in ordine ai
seguenti aspetti:
a) cognitivo, esaminato nelle componenti: livello di sviluppo raggiunto e
capacità di integrazione delle competenze;
b) affettivo-relazionale, esaminato nelle componenti: livello di autostima e
rapporto con gli altri;
c) linguistico, esaminato nelle componenti: comprensione, produzione e
linguaggi alternativi;
55
d) sensoriale, esaminato nella componente: tipo e grado di deficit con
particolare riferimento alla vista, all'udito e al tatto;
e) motorio-prassico, esaminato nelle componenti: motricità globale e motricità
fine;
f) neuropsicologico, esaminato nelle componenti: memoria, attenzione e
organizzazione spazio temporale;
g) autonomia personale e sociale.
1.4.2Profilo Dinamico Funzionale
Sulla base della Diagnosi Funzionale, è redatto il Profilo Dinamico Funzionale
che indica le caratteristiche fisiche, psichiche, sociali e affettive e rappresenta una sorta
di proiezione evolutiva della situazione del soggetto. Secondo il D.P.R. 24/2/1994
articolo 4 esso è:
1. Ai sensi dell'art. 12, comma 5, della legge n. 104 del 1992, il profilo dinamico
funzionale è atto successivo alla diagnosi funzionale e indica in via prioritaria, dopo un
primo periodo di inserimento scolastico, il prevedibile livello di sviluppo che l'alunno in
situazione di handicap dimostra di possedere nei tempi brevi (sei mesi) e nei tempi medi
(due anni). Il profilo dinamico funzionale viene redatto dall'unità multidisciplinare di
cui all'art. 3, dai docenti curriculari e dagli insegnanti specializzati della scuola, che
riferiscono sulla base della diretta osservazione ovvero in base all'esperienza maturata
in situazioni analoghe, con la collaborazione dei familiari dell'alunno.
2. Il profilo dinamico funzionale, sulla base dei dati riportati nella diagnosi
funzionale, di cui all'articolo precedente, descrive in modo analitico i possibili livelli di
risposta dell'alunno in situazione di handicap riferiti alle relazioni in atto e a quelle
programmabili. E comprende:
a) la descrizione funzionale dell'alunno in relazione alle difficoltà che l'alunno
dimostra di incontrare in settori di attività;
56
b) l'analisi dello sviluppo potenziale dell'alunno a breve e medio termine,
desunto dall'esame dei seguenti parametri:
b.1) cognitivo, esaminato nelle potenzialità esprimibili in relazione al livello di
sviluppo raggiunto (normodotazione; ritardo lieve, medio, grave; disarmonia medio
grave; fase di sviluppo controllata; età mentale, ecc.) alle strategie utilizzate per la
soluzione dei compiti propri della fascia di età, allo stile cognitivo, alla capacità di
usare, in modo integrato, competenze diverse;
b.2) affettivo-relazionale, esaminato nelle potenzialità esprimibili rispetto
all'area del sé, al rapporto con gli altri, alle motivazioni dei rapporti e
dell'atteggiamento rispetto all'apprendimento scolastico, con i suoi diversi
interlocutori;
b.3) comunicazionale, esaminato nelle potenzialità esprimibili in relazione alle
modalità di interazione, ai contenuti prevalenti, ai mezzi privilegiati;
b.4) linguistico, esaminato nelle potenzialità esprimibili in relazione alla
comprensione del linguaggio orale, alla produzione verbale, all'uso comunicativo del
linguaggio verbale, all'uso del pensiero verbale, all'uso di linguaggi alternativi o
integrativi;
b.5) sensoriale, esaminato, soprattutto, in riferimento alle potenzialità riferibili
alla funzionalità visiva, uditiva e tattile;
b.6) motorio-prassico, esaminato in riferimento alle potenzialità esprimibili in
ordine alla motricità globale, alla motricità fine, alle prassie semplici e complesse e
alle capacità di programmazione motorie interiorizzate;
b.7) neuropsicologico, esaminato in riferimento alle potenzialità esprimibili
riguardo alle capacità mnesiche, alla capacità intellettiva e all'organizzazione spazio-
temporale;
b.8) autonomia, esaminata con riferimento alle potenzialità esprimibili in
relazione all'autonomia della persona e all'autonomia sociale;
b.9) apprendimento, esaminato in relazione alle potenzialità esprimibili in
relazione all'età prescolare, scolare (lettura, scrittura, calcolo, lettura di messaggi,
lettura di istruzioni pratiche, ecc.).
57
Aggiornato durante la scuola elementare, media, superiore, secondo degli ordini
prestabiliti, rappresenta uno strumento preliminare alla redazione del Piano Educativo
Individualizzato.
1.4.3 Piano Educativo Individualizzato
Il Piano Educativo Individualizzato ovvero P.E.I. è il documento conclusivo,
contenente la Programmazione didattica educativa individualizzata, redatto
congiuntamente dagli operatori sanitari delle ASL, dai docenti curriculari e di sostegno
della scuola, dagli operatori psicopedagogici e dai genitori degli alunni, come descritto
nell’articolo 5:
Il Piano educativo individualizzato (indicato in seguito con il termine P.E.I.), è
il documento nel quale sono descritti gli interventi integrati ed equilibrati tra di loro,
predisposti per l'alunno in situazione di handicap, in un determinato periodo di tempo,
ai fini della realizzazione del diritto all'educazione e all'istruzione, di cui ai primi
quattro commi dell'art. 12 della legge n. 104 del 1992.
Si evince così l’importanza dell’integrazione con modalità d’intervento
programmate tra i servizi scolastici, sanitari, socio-assistenziali, culturali, ricreativi e
sportivi; un’integrazione che coinvolga anche gli attori del territorio, per poter divenire
sociale e professionale.
1.5 Convenzione Internazionale ONU
Con legge n.18 del 3 marzo 2009 (pubblicata nella Gazzetta Ufficiale n. 61 del
14 marzo 2009) l’Italia ha ratificato e resa esecutiva la Convenzione delle Nazioni Unite
sui diritti delle persone con disabilità, approvata dall’Assemblea Generale dell’ONU il
13 dicembre 2006 ed entrata in vigore il 3 maggio 2008 per respingere le
discriminazioni e i diritti disumani negati in vari Paesi del mondo.
Si tratta di un evento storico ricco di trasformazioni culturali, sociali, politiche e
tecniche finalizzato quindi all’inclusione in senso lato. Nasce così una nuova
58
consapevolezza sulla disabilità vista non più come un handicap, bensì come una
condizione in cui ogni essere mano si può trovare durante la propria vita e quindi
l’organizzazione sociale deve tener conto di ciò. Essa rappresenta un salto di qualità
della vita per le tantissime persone disabili nel mondo.
La Convenzione è stata scritta da 154 Paesi e ogni governo dovrà renderla
esecutiva promulgando una legge che garantisca l’inclusione sociale delle persone con
disabilità, proibendo la discriminazione in ogni settore, evidenziando che le persone con
disabilità rappresentano una delle possibili diversità umane, affermando diritti e libertà
fondamentali. (Griffo, 2015).
Riguardo all’Istruzione l’art. 24 sancisce:
1. Gli Stati Parti riconoscono il diritto delle persone con disabilità
all’istruzione. Allo scopo di realizzare questo diritto senza discriminazioni e su una
base di eguaglianza di opportunità, gli Stati Parti faranno in modo che il sistema
educativo preveda la loro integrazione scolastica a tutti i livelli e offra, nel corso
dell’intera vita, possibilità di istruzione finalizzate:
(a) al pieno sviluppo del potenziale umano, del senso di dignità e dell’autostima
ed al rafforzamento del rispetto dei diritti umani, delle libertà fondamentali e della
diversità umana;
(b) allo sviluppo, da parte delle persone con disabilità, della propria
personalità, dei talenti e della creatività, come pure delle proprie abilità fisiche e
mentali, fino al loro massimo potenziale;
(c) a mettere in grado le persone con disabilità di partecipare effettivamente a
una società libera.
2. Nel realizzare tale diritto, gli Stati Parti dovranno assicurare che:
(a) le persone con disabilità non vengano escluse dal sistema di istruzione
generale sulla base della disabilità e che i bambini con disabilità non siano esclusi da
una libera ed obbligatoria istruzione primaria gratuita o dall’istruzione secondaria
sulla base della disabilità;
59
(b) le persone con disabilità possano accedere ad un’istruzione primaria e
secondaria integrata, di qualità e libera, sulla base di eguaglianza con gli altri,
all’interno delle comunità in cui vivono;
(c) un accomodamento ragionevole venga fornito per andare incontro alle
esigenze individuali;
(d) le persone con disabilità ricevano il sostegno necessario, all’interno del
sistema educativo generale, al fine di agevolare la loro effettiva istruzione;
(e) efficaci misure di supporto individualizzato siano fornite in ambienti che
ottimizzino il programma scolastico e la socializzazione, conformemente all’obiettivo
della piena integrazione.
3. Gli Stati Parti devono mettere le persone con disabilità in condizione di
acquisire le competenze pratiche e sociali necessarie in modo da facilitare la loro piena
ed eguale partecipazione all’istruzione e alla vita della comunità. A questo scopo, gli
Stati Parte adotteranno misure appropriate, e specialmente:
(a) Agevolare l’apprendimento del Braille, della scrittura alternativa, delle
modalità, mezzi, forme e sistemi di comunicazione alternativi e migliorativi, di abilità
all’orientamento e alla mobilità e agevolare il sostegno visivo ravvicinato;
(b) Agevolare l’apprendimento del linguaggio dei segni e la promozione
dell’identità linguistica della comunità dei non udenti;
(c) Assicurare che l’istruzione delle persone, ed in particolare dei bambini
ciechi, sordi o sordo ciechi, sia erogata nei linguaggi, nelle modalità e con i mezzi di
comunicazione più appropriati per l’individuo e in ambienti che ottimizzino il progresso
scolastico e lo sviluppo sociale.
4. Allo scopo di aiutare ad assicurare la realizzazione di tale diritto, gli Stati
Parti adotteranno misure appropriate per impiegare insegnanti, ivi compresi insegnanti
con disabilità, che siano qualificati nel linguaggio dei segni e o nel Braille e per
formare professionisti e personale che lavorino a tutti i livelli dell’istruzione. Tale
formazione dovrà includere la consapevolezza della disabilità e l’utilizzo di appropriati
modalità, mezzi, forme e sistemi di comunicazione migliorativi e alternativi, tecniche e
materiali didattici adatti alle persone con disabilità.
5. Gli Stati Parti assicureranno che le persone con disabilità possano avere
accesso all’istruzione post-secondaria generale, alla formazione professionale,
60
all’istruzione per adulti e alla formazione continua lungo tutto l’arco della vita senza
discriminazioni e sulla base dell’eguaglianza con gli altri.
A questo scopo, gli Stati Parti assicureranno che sia fornito un accomodamento
adeguato alle persone con disabilità.
Per monitorare le politiche sulla disabilità, come da art.33, vi è l’Osservatorio,
un organo formato da 40 membri che promuove l’attuazione della Convenzione,
predispone programmi di azione biennale sui diritti e l’integrazione delle persone
disabili, promuove la raccolta di dati statistici sulla condizione delle persone con
disabilità. Inoltre, predispone l’attuazione di azioni per sviluppare rapporti dettagliati
sulle misure adottate, raccogliere dati statistici sulla condizione delle persone con
disabilità e promuovere studi e ricerche sui diritti delle persone con disabilità (Griffo,
2015).
1.6 Legge n.170 del 2010 e DSA
La Legge 8 ottobre 2010, n. 170 promuove nuove norme in materia di disturbi
specifici di apprendimento (DSA) in ambito scolastico.
Art. 1 Riconoscimento e definizione di dislessia, disgrafia, disortografia e
discalculia.
La presente legge riconosce la dislessia, la disgrafia, la disortografia e la
discalculia quali disturbi specifici di apprendimento, di seguito denominati «DSA», che
si manifestano in presenza di capacità cognitive adeguate, in assenza di patologie
neurologiche e di deficit sensoriali, ma possono costituire una limitazione importante
per alcune attività della vita quotidiana.
Art. 2 Finalità
1. La presente legge persegue, per le persone con DSA, le seguenti finalità:
a) garantire il diritto all'istruzione;
61
b) favorire il successo scolastico, anche attraverso misure didattiche di
supporto, garantire unaformazione adeguata e promuovere lo sviluppo delle
potenzialità;
c) ridurre i disagi relazionali ed emozionali;
d) adottare forme di verifica e di valutazione adeguate alle necessità formative
degli studenti;
e) preparare gli insegnanti e sensibilizzare i genitori nei confronti delle
problematiche legate ai DSA;
f) favorire la diagnosi precoce e percorsi didattici riabilitativi;
g) incrementare la comunicazione e la collaborazione tra famiglia, scuola e
servizi sanitari durante il percorso di istruzione e di formazione;
h) assicurare eguali opportunità di sviluppo delle capacità in ambito sociale e
professionale.
I principali sistemi di classificazione diagnostica dei DSA sono il DSM –
5(Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder) curato dall’American
Psychiatric Association e l’ICD-10 (decima versione dell’International Classification of
Disorders). Il DSM- 5 classifica i diversi disturbi in modo trasversale riducendone i
confini tra i vari sintomi, racchiudendo così in un’unica diagnosi il Disturbo specifico
dell’apprendimento (DSA) ovvero: dislessia, discalculia, disortografia e disgrafia (APA,
2013).
Nell’ICD-10 i DSA si trovano nella sezione disturbi evolutivi specifici delle
abilità scolastiche così definiti:
I disturbi evolutivi specifici delle abilità scolastiche comprendono gruppi di
condizioni morbose che si manifestano con specifiche e rilevanti compromissioni
dell’apprendimento delle abilità scolastiche cosi classificate:
• F81.0 – Disturbo specifico di lettura
• F81.1 – Disturbo specifico della compitazione
62
• F81.2 – Disturbo specifico delle abilità aritmetiche
• F81.3 – Disturbo specifico delle abilità scolastiche
• F81.8 – Altri disturbi evolutivi delle abilità
• F81.9 – Disturbi evolutivi delle abilità scolastiche non specificate
Queste compromissioni nell’apprendimento non sono il risultato diretto di altre
patologie, sebbene essi possano manifestarsi contemporaneamente a tali ultime
condizioni.
La scuola ha inoltre l’obbligo, come si evince dall’art.5 comma b, di introdurre
strumenti compensativi, mezzi di apprendimento alternativo, uso di tecnologie
informatiche, e misure dispensative per favorire la qualità dei concetti da apprendere
nell’abilità deficitaria.
1.7 Direttiva Ministeriale del 27 dicembre 2012 e BES
Con questa Direttiva Ministeriale intitolata Strumenti d’intervento per alunni
con bisogni educativi speciali e organizzazione territoriale per l’inclusione scolastica si
forniscono indicazioni alle scuole sugli alunni con Bisogni Educativi Speciali (BES).
Rappresenta un potenziamento a una cultura inclusiva in cui vengono a essere
valorizzate le funzioni del docente di sostegno e si esplicitano indicazioni sui Centri
Territoriali di supporto, Centri Territoriali per l’inclusione e i Gruppi di lavoro per
l’Inclusione al fine di creare una struttura organizzativa territoriale tra
l’amministrazione e le singole scuole con l’ausilio delle nuove tecnologie.
La novità importante è che gli alunni individuati con Bisogni Educativi Speciali
hanno diritto a fruire di un Percorso Didattico Personalizzato che serve come strumento
di lavoro (modificabile in itinere) per gli insegnanti e come documentazione alle
famiglie sulle strategie d’intervento programmate, adottando dove serve, delle misure
dispensative previste dalle disposizioni attuative della Legge 170/2010 e nelle relative
Linee Guida.
63
1.8 Circolare Ministeriale n.8 del 6 marzo 2013
In questa Circolare vi sono le indicazioni operative per l’attuazione della
Direttiva Ministeriale del 2012 ovvero della progettazione del Piano Didattico
Personalizzato (PDP) per gli alunni con BES (Bisogni Educativi Speciali). In essa sono
presenti chiare indicazioni per monitorare il grado d’inclusività nelle scuole. Il Gruppo
di lavoro per l’inclusione (in sigla GLI) integrato da tutte le risorse, specifiche e di
coordinamento, presenti nella scuola deve rilevare e intervenire sulle criticità all’interno
delle classi.
Tale Gruppo svolge le seguenti funzioni:
• rilevazione dei BES presenti nella scuola;
• raccolta e documentazione degli interventi didattico-educativi
posti in essereanche in funzione di azioni di apprendimento organizzativo in
rete tra scuole e/o in rapporto con azioni strategiche dell’Amministrazione;
• focus/confronto sui casi, consulenza e supporto ai colleghi
sullestrategie/metodologie di gestione delle classi;
• rilevazione, monitoraggio e valutazione del livello di inclusività
della scuola;
• raccolta e coordinamento delle proposte formulate dai singoli
GLH Operativi sulla base delle effettive esigenze, ai sensi dell’art. 1, c. 605,
lettera b, della legge 296/2006, tradotte in sede di definizione del PEI come
stabilito dall'art. 10 comma 5 della Legge 30 luglio 2010 n. 122;
• elaborazione di una proposta di Piano Annuale per l’Inclusività
riferito a tutti gli alunni con BES, da redigere al termine di ogni anno
scolastico (entro il mese di giugno).
A tale scopo, il Gruppo GLI procede a un’analisi delle criticità e dei punti di
forzadegli interventi d’inclusione scolastica operati nell’anno appena trascorso
64
integrandolo con le richieste dei GLHO (Gruppo di lavoro per l’integrazione) per gli
alunni con disabilità e dai Consigli di classe. Formula un’ipotesi globale di utilizzo
funzionale delle risorse specifiche, istituzionali e non, per incrementare il livello
d’inclusività generale della scuola nell’anno successivo che verrà approvato dal collegio
dei docenti. Inoltre il GLI costituisce l’interfaccia con i servizi sociali e sanitari
territoriali e suddetto programma sarà inviato all’ufficio scolastico regionale, ai GLIP e
ai GLIR (Gruppi di Lavoro Interistituzionale Provinciali e Regionali). Riguardo alle ore
di sostegno essere saranno calcolate e distribuite in base agli alunni certificati con l’art.3
della Legge 104/92.
1.9 Legge n.107 del 13 luglio 2015 (la Buona Scuola)
Arrivando ai nostri giorni, ci troviamo a confrontarci con la riforma denominata
La Buona Scuola ovvero Legge n.107 del 13 luglio 2015.
Essamette al centro l’autonomia scolastica con più risorse economiche e umane.
In essa si tracciano dei punti ben precisi quali il rafforzamento dell’autonomia
scolastica, il piano triennale dell’offerta formativa, l’organico dell’autonomia, i nuovi
poteri del dirigente scolastico,l’immissione in ruolo,l’obbligo di formazione iniziale e in
servizio per dirigenti scolastici e docenti sugli aspetti pedagogici - didattici e
organizzativi dell’integrazione scolastica, la ridefinizione del docente di sostegno in
questa nuova ottica d’inclusione scolastica, la previsione di formazione riguardante il
processo d’integrazione scolastica anche per il personale tecnico, amministrativo e
ausiliare, la previsione di garanzia dell’istruzione domiciliare come da articolo 12,
comma 9, della Legge 5 febbraio 1992, n.104 (Petracci, 2015).
Per gli alunni con disabilità è molto importante il comma 181 alla lettera c
riguardo all’inclusione scolastica:
c)promozione dell'inclusione scolastica degli studenti con disabilità
ericonoscimentodelledifferentimodalitàdi comunicazione attraverso:
1) la ridefinizione del ruolo del personale docente di sostegno al fine di favorire
l'inclusione scolastica degli studenti con disabilità', anche attraverso l'istituzione di
appositi percorsi di formazione universitaria;
65
2) la revisione dei criteri di inserimento nei ruoli per il sostegno didattico, al
fine di garantire la continuità del diritto allo studio degli alunni con disabilità, in modo
da rendere possibile allo studente di fruire dello stesso insegnante di sostegno per
l'intero ordine o grado di istruzione;
3) l'individuazione dei livelli essenziali delle prestazioni scolastiche, sanitarie e
sociali, tenuto conto dei diversi livelli di competenza istituzionale;
4) la previsione di indicatori per l'autovalutazione e la valutazione
dell'inclusione scolastica;
5) la revisione delle modalità e dei criteri relativi alla certificazione, che deve
essere volta a individuare le abilità residue al fine di poterle sviluppare attraverso
percorsi individuati di concerto con tutti gli specialisti di strutture pubbliche, private o
convenzionate che seguono glialunni riconosciuti disabili ai sensi degli articoli 3 e 4
della legge 5 febbraio 1992, n.104 e della legge 8 ottobre 2010, n. 170, che partecipano
ai gruppi di lavoro per l'integrazione e l'inclusione o agli incontri informali;
6) la revisione e la razionalizzazione degli organismi operanti a livello
territoriale per il supporto all'inclusione;
7) la previsione dell'obbligo di formazione iniziale e in servizio per i dirigenti
scolastici e per i docenti sugli aspetti pedagogico - didattici e organizzativi
dell'integrazione scolastica;
8) la previsione dell'obbligo di formazione in servizio per il personale
amministrativo, tecnico e ausiliario, rispettoalle specifiche competenze, sull’assistenza
di base e sugli aspetti organizzativi ed educativo - relazionali relativi al processodi
integrazione scolastica;
9) la previsione della garanzia dell'istruzione domiciliare per gli alunni che si
trovano nelle condizioni di cui all’articolo 12, comma 9, della legge 5 febbraio 1992, n.
104.
66
1.10 Menomazione, disabilità, handicap (dall’approccio biomedico
e sociale a quello bio-psicosociale)
Il modello biomedico ha caratterizzato il XX secolo, descrivendo la persona in
termini di malattia fisica o psichiatrica con osservazioni, dati e teorie in una lettura
medica (Medeghini, Valtellina, 2006).
A seconda dell’approccio verso la disabilità, ne sono conseguite azioni differenti
in campo educativo e sociale. Nel modello medico, il focus dell’attenzione medica era
verso la malattia che provocava deficit nell’organismo da cui scaturiva uno svantaggio
sociale o handicap. Questo modello negli anni ha ricevuto molte critiche. Il suo punto
di forza sta nella semplicità e chiarezza dello schema eziologico. Il punto di debolezza è
il fatto che non riesca a considerare la dimensione personale e sociale, infatti,
l’iperspecializzazione diagnostica e terapeuta e l’ipermedicalizzazione, hanno
disumanizzato la persona leggendo in chiave biomedica anche le alterazioni biologiche
non riconducibili alle patologie. Nel modello sociale invece lo svantaggio vissuto dalle
persone con disabilità, è una conseguenza della società in cui vive ovvero gli ambienti
disabilitanti (Marra, 2009).
L’applicazione di entrambi i modelli ha portato al modello bio-psicosociale,
dove “bio” sta per biologia e indica i fattori biochimici e genetici; “psico” per i fattori
psicologici che influenzano l’evoluzione della malattia; “sociale” per indicare
l’influenza del contesto sociale sulle condizioni di salute dell’individuo (Cigoli,
Mariotti, 2008). Questo modello è stato adottato dall’Organizzazione Mondiale della
Sanità nella Classificazione Internazionale del Funzionamento delle Disabilità, e della
Salute “ICF” (OMS,2002).
Per l’analisi e la descrizione delle disabilità si sono utilizzati negli anni vari
strumenti di classificazione elaborati dall’OMS (Organizzazione Mondiale della Sanità).
La prima classificazione elaborata è stata “La Classifica Internazionale delle
malattie” ICD del 1970 che delineava per ogni sindrome e disturbo una descrizione
delle principali caratteristiche e le indicazioni diagnostiche. Per ogni diagnosi venivano
abbinati dei codici numerici. L’ICD rivelò limiti di applicazione e l’OMS elaborò un
nuovo manuale.
67
Nel 1980 fu pubblicato l’ICIDH (La Classificazione Internazionale delle
menomazioni, delle disabilità e degli handicap) in cui erano analizzate e valutate le
menomazioni, le disabilità egli handicap.
Per menomazione si intende la perdita o anomalia permanente a carico di una
struttura anatomica o di una funzione psicologica, fisiologica o anatomica.
La disabilità sta a indicare qualsiasi limitazione o perdita (conseguente a
menomazione) della capacità di compiere un'attività di base (quale camminare,
mangiare, lavorare) nel modo o nell'ampiezza considerati normali per un essere umano.
L’handicap è visto come condizione di svantaggio, conseguente a una
menomazione o a una disabilità, che in un certo soggetto limita o impedisce
l'adempimento di un ruolo sociale considerato normale in relazione all'età, al sesso, al
contesto socio-culturale della persona (socializzazione).
La presenza di limiti concettuali, portò l’OMS a pubblicare nel 1992 la decima
revisione della Classificazione Internazionale delle sindromi e dei disturbi psichici e
comportamentali “ICD-10” (OMS, 1992) e nel1999 la nuova "Classificazione
Internazionale delle Menomazioni, delle Attività personali (ex-Disabilità) e della
Partecipazione sociale (ex handicap o svantaggio esistenziale)" ovvero l’ICIDH-2
(OMS, 1999) in cui la disabilità viene vista non come causa del deficit bensì come un
problema sociale e culturale, passando dal modello di tipo medico al modello di tipo
socialeda utilizzare in modo complementare.
Seguirono diverse revisioni e il 22 maggio del 2001 viene promulgato uno
strumento innovativo, l’ICF (International Classification of Education) ovvero “La
Classificazione Internazionale del Funzionamento, della Disabilità e della Salute”
(OMS, 2001).
L’ICF pone al centro la persona nella sua globalità descrivendone lo stato di
salute in relazione alla qualità della loro vita quotidiana nel loro contesto ambientale
sociale, al fine di cogliere le difficoltà che nel contesto socio-culturale di riferimento
possono causare disabilità e poter condurre una vita produttiva e serena. La disabilità
quindi non come una peculiarità della persona, bensì come la situazione in cui ognuno
di noi potrebbe trovarsi in un determinato periodo della propria vita ogni volta che si
presenti un divario tra le capacità individuali e i fattori ambientali.
68
L’ICF indica un nuovo modello di disabilità, un modello universale applicabile a
ogni persona sia essa normodotata o diversamente abile. Esso rappresenta un
classificatore della salute che introduce una base scientifica per comprendere
condizioni, conseguenze e cause determinanti lo stato di salute; usa un linguaggio
standard nella descrizione della salute per favorirne il confronto in Paesi diversi; elabora
uno schema di codifica sistematico per i sistemi informativi sanitari.
Universalismo, approccio integrato, modello interattivo e multidimensionale del
funzionamento e delle disabilità sono i tre principi fondamentali dell’ICF, in cui pone al
centro la qualità della vita delle persone e di come sia possibile migliorarla (Leonardi,
2003).
Diviene così sempre più evidente la distinzione tra modello biomedico e modello
sociale. Il modello biomedico vede la disabilità come una disabilità fisiologica,
psicologica o anatomica dovuta da una malattia, trauma o altro, evidenziando una
scissione tra la persona e il contesto e incentrando il focus sulla malattia. Il modello
sociale individua invece la disabilità come un insieme di condizioni e relazioni che
producono differenti modi di vedere e operare, in campo educativo e sociale, verso la
persona disabile (Medeghini, Valtellina, 2006).
Nel modello bio-psico-antropologico, l’ICF pone il concetto d’interazione tra
soggetto e ambiente fondamentale dei contesti educativi inclusivi. Si afferma così il
concetto che l’interazione delle caratteristiche della salute e dei fattori personali e
ambientali, producono o no l’handicap e così come l’ambiente può divenire barriera o
facilitatore, lo stesso può avvenire nella scuola se non si attuano processi partecipativi
plurali, individualizzati e di gruppo (Pinnelli, 2015).
69
CAPITOLO II: DALL’INTEGRAZIONE
ALL’INCLUSIONE SCOLASTICA
70
2.1 Introduzione
In questo capitolo si approfondisce l’evolversi dei percorsi di scolarizzazione dei
disabili in Italia, a partire dalla Legge n. 118/1971, attraverso i vari termini
rappresentativi nei periodi storici che vanno dall’inserimento, all’integrazione fino ad
arrivare ai nostri giorni con l’inclusione nei loro significati analizzati da vari autori.
Procedendo per tappe si arriva ai nostri giorni e alla scuola che comincia ad
avere i primi approcci verso una realtà inclusiva che si aggiorna e cambia attuando
progetti e strategie supportate dalle nuove tecnologie, passando attraverso l’evoluzione
dell’insegnante di sostegno e dell’educazione inclusiva con un’attenzione verso
l’inclusività negli altri Paesi.
2.2 L’integrazione scolastica e sociale
L’Italia è passata dall’esclusione dei disabili al loro inserimento, e in un secondo
tempo all’integrazione, dal modello biomedico al modello sociale, sviluppando
esperienze riguardo l’accoglienza di alunni con Bisogni Educativi Speciali con largo
anticipo rispetto ad altri Paesi (Ianes, 2005).
L’autore Canevaro dando una spiegazione di inserimento ed integrazione, ne
esplicita le differenze mettendo in correlazione inserimento con assimilazione e
integrazione con adattamento reciproco e spiegando quindi che quando un alunno viene
ammesso in una scuola in cui non trova nessun cambiamento positivo ciò vuol dire che
viene inserito e quindi assimilato; se invece avvengono dei cambiamenti nella scuola sia
da parte del bambino che della scuola stessa, parliamo di integrazione ed adattamento
reciproco (Canevaro, 1999).
Alla fine degli Anni Novanta il termine “integrazione” è stato man mano
sostituito da quello di origine anglosassone “inclusion” ovvero inclusione (ufficializzato
con la Convenzione Internazionale Onu e ratificata in Italia con la Legge n.18/2010, sia
nei documenti che nei discorsi formali che informali, non come una sostituzione di
termini come sottolinea Dovigo, ma come intercambiabilità in quanto ognuno rimanda a
due scenari educativi diversi (Dovigo, 2007).
71
L’integrazione scolastica nella sua storicità, rappresenta una politica progressista
atta a potenziare e sviluppare l’educazione inclusiva come imperativo importante per la
creazione delle scuole del secondo millennio, nell’era della globalità (Cologon &
D’Alessio, 2015).
Integrazione in ambito educativo, vuol dire intervenire prima sul soggetto e poi
sul contesto e nella sua sostanza si esprime attraverso la costruzione di un modello di
vita e di esistenza che porta alla valorizzazione delle singole identità (Lelli, Sorcinelli,
2015).
L’appartenere tutti allo stesso gruppo classe crea unione e quindi evita
separazione ed esclusione nelle relazioni tra i compagni, dove ognuno necessita di farne
parte e di realizzarsi attraverso il proprio cammino, il cammino dell’integrazione e del
rispetto di tutte le diversità in classe. L’integrazione quindi si supporta con
l’integrazione, e l’integrazione scolastica dovrebbe essere l’integrazione di tutti e di
ciascuno, attraverso meccanismi di interscambiabilità non solo tra gli alunni ma anche
tra gli insegnanti, educatori, genitori, specialisti (Canevaro, d’Alonzo, Ianes, Caldin,
2011).
Intervenendo sulle dinamiche dei rapporti di classe infatti si favorisce la
partecipazione alla vita sociale, e facendo così, gli alunni collaborano tra loro al fine di
facilitarne la comprensione di sé e della realtà circostante, come una sorta di lavoro
interpersonale.
Ogni alunno a prescindere dalle sue diversità deve poter vivere una relazione
con l’ambiente classe, fatto di comprensione e accettazione, per poter acquisire fiducia
in sé stesso e nella capacità d’interagire con gli altri. Ma se nella sua relazione con
l’ambiente classe, vive un atteggiamento di rifiuto, l’alunno sviluppa una immagine
negativa di sé, trovandosi così immerso in una integrazione non di qualità, in cui si
attivano solo azioni di recupero delle abilità per il conseguimento degli obiettivi
didattici individualizzati e non una completa formazione educativa e sociale. Occorre
allora attuare in modo costruttivo l’integrazione degli alunni disabili/svantaggiati per
favorirli ed aiutarli nel processo di maturazione e socializzazione, permettendogli di
esprimere le loro potenzialità in modo da sentirsi parte integrante del gruppo classe,
avviando così processi di socializzazione con impegno costante ed attivo da parte del
gruppo classe insegnanti ed alunni in un lavoro di sinergia.
72
Sviluppare modalità socio-relazionali tra alunni è importantissimo poiché
favorisce e fa emergere le potenzialità di ognuno, in un rapporto empatico con l’altro,
rafforzando così l’idea di diversità come elemento di crescita per entrambi.
Un progetto integrativo dove l’esperienza d’integrazione totale da più di
trent’anni, ha contribuito a modificare in meglio la proposta formativa complessiva
della scuola italiana attraverso l’attuazione di nuovi metodi di insegnamento-
apprendimento, di accoglienza alle diversità che hanno dato un input importante per
l’accoglienza delle situazioni problematiche in classe e la collaborazione con le agenzie
e le persone specializzate; lavorando in team sia nell’operare che nel programmare
Canevaro et al. (2011).
2.3 Dall’integrazione all’inclusione
Spesso integrazione ed inclusione, vengono usati come sinonimi, pur
provenendo da realtà culturali differenti, ovvero il processo d’integrazione italiano e il
processo d’inclusione di origine anglosassone. L’integrazione punta a valorizzare e
garantire i bisogni e le potenzialità del disabile mentre l’inclusione punta alle diversità
di ognuno ed a rimuovere le barriere sociali, economiche e politiche della comunità di
cui fa parte.
Il termine inclusione presente in molti documenti internazionali, indica il diritto
di bambini ed adulti disabili o svantaggiati, ad essere educati in contesti comuni.
Esso è stato formalizzato per la prima volta in ambito educativo nel 1994 con la
Dichiarazione di Salamanca in cui differenti interpretazione di educazione inclusiva,
hanno orientato diverse scelte politiche, socioculturali ed economiche portando nel
mondo ad attuare varie strategie educative.
L’inclusione oltrepassa la dimensione intrascolastica o semplicemente tecno-
didattica, dal momento che la scuola riflette i valori e gli atteggiamenti della società nel
suo complesso (...) processo inclusivo come un movimento avviato dalla società stessa
e, in questa prospettiva possiamo affermare che il suo significato è plurimo e
contraddittorio, poiché ha origine dalle tante voci che si appellano ai valori
dell’accettazione e dell’accoglienza, ma si confronta con una collettività in cui gli
73
uomini si chiudono sempre di più in cerchie esclusive (Pan & Viera de Almeida, 2010,
p.153).
Realtà inclusive differenti in differenti contesti socio-culturali in cui ci sono
Paesi dove l’educazione inclusiva è vista come l’inserimento degli alunni con disabilità
nelle classi comuni: altri come essa si possa concretizzare nelle scuole, valorizzando e
sostenendo le diversità di e tra gli alunni. (Chiappetta, Cajola, Ciraci, 2013).
2.3.1 L’insegnante di sostegno tra le normative e la sua evoluzione all’inclusività
Nell’evoluzione dall’integrazione all’inclusione anche l’insegnante di sostegno
ha vissuto un’evoluzione all’inclusività.
In Italia, come esplicitato nel primo capitolo, a partire dall’anno 1971 si è
avviato il processo dall’integrazione all’inclusione scolastica, passando dalle normative
orientative fino all’abolizione delle classi differenziali e delle scuole speciali e
all’inserimento dell’insegnante specializzato prima per interventi individualizzati da
svolgersi nella scuola comune fino ad arrivare all’insegnante di sostegno nelle classi
comuni, con norme sull’insegnante di sostegno che hanno avuto anch’esse progressive
evoluzioni.
Riguardo la formazione degli insegnanti si è così passati dai corsi biennali
monovalenti per personale specializzato atti a favorire interventi individualizzati
integrativi nelle scuole comuni, ai corsi biennali polivalenti in base al DM 3 giugno
1977, rivelandosi però insufficiente per le minorazioni sensoriali e per gli alunni in
situazioni di gravità per la scarsa preparazione pedagogico-didattica ed eccessiva invece
per le discipline medico-sanitarie.
Con il DM 24 aprile 1986 modificato nel 1988, la specializzazione
dell’insegnante ha visto invece un orientamento più pedagogico e tecnologico-didattico
che medico-specialistico puntando così all’attività educativo-didattica dell’insegnante,
dando valore ad una competenza culturale più ampia ed una formazione
prevalentemente pedagogico-didattica
Conseguente alla Legge-quadro del 5 febbraio 1992, il DM n 226 del 1995 ha
proposto un modello formativo rinnovato che risponde alle esigenze dei curriculi.
L’insegnante di sostegno diviene così un professionista specializzato, come risorsa per
74
la classe e per la scuola, capace di individuare i bisogni degli studenti in difficoltà,
creare un clima accogliente in classe e mettere in relazione famiglie, sistema scolastico
ed enti territoriali.
Si ha così una vera e propria evoluzione dell’insegnante di sostegno.
Con il DM n.226 del 26 maggio 1998 nei corsi di laurea in Scienze della
Formazione Primaria e SSIS vengono attivati corsi di specializzazione per il sostegno
abilitanti, con 400 ore specifiche di attività didattiche di cui 100 ore di tirocinio
specifiche per l’integrazione degli alunni con handicap e formazioni universitarie per
tutti i futuri docenti per l’acquisizione di competenze trasversali anche per
l’integrazione delle persone con disabilità. Nella scuola secondaria, la chiusura delle
SSIS dal 2009 al 2013, non offrendo nessuna formazione specifica sulla disabilità, ha
permesso la presenza in classe di docenti con funzione di sostegno senza essere
preparati.
Con il DM n.249 del 10 settembre 2010 viene revisionata la formazione degli
insegnanti per ogni ordine e grado, con laurea quinquennale a ciclo unico per la scuola
dell’infanzia e primaria, più un anno di TFA (tirocinio formativo attivo) nella scuola
secondaria, e crediti formativi per tutti i nuovi docenti riguardanti l’integrazione
scolastica degli allievi con disabilità.
Con la Legge 107 del 13 luglio 2015 (Buona Scuola) arriviamo alle modifiche in
itinere con la ridefinizione del personale docente di sostegno ovvero:
articolo 1, comma 181, c1
ridefinizione del ruolo del personale docente di sostegno al fine di favorire
l’inclusione scolastica degli studenti con disabilità, anche attraverso l’istituzione di
appositi percorsi di formazione universitaria.
attraverso una figura di insegnante di sostegno superspecializzato, non più legato
ad una classe di concorso per la scuola secondaria di 1° e 2° grado, ma con formazione
universitaria centrata sulle disabilità (Pavone, 2016).
L’insegnante di sostegno è quindi una figura presente in modo costante nella
normativa, ma riguardo i suoi compiti e le sue funzioni, pur non essendo l’insegnante
che si occupa in modo esclusivo dello studente con disabilità, si assiste ancora oggi alla
75
triste realtà del corpo docente di delegare tutto al personale di sostegno invece di
assumersi la responsabilità degli studenti con disabilità. Responsabilità che invece
dovrebbe essere sia dei docenti di sostegno, che curriculari, che di tutta la comunità
scolastica.
L’insegnante di sostegno come afferma Canevaro, è un insegnante per il
sostegno, che attraverso le sue competenze, che non devono ridursi alla sola presenza,
ma coadiuvi l’implementazione delle competenze del contesto scolastico a favore della
comunità scolastica (Canevaro, 2006).
A tal proposito Camedda e Santi dai loro studi rilevano che la figura
dell’insegnante di sostegno debba essere rivisitata e riconsiderata e pensata in una nuova
veste inclusiva, attuando nuove interconnessioni tra insegnante curriculare e di
sostegno, partendo sempre dalla formazione dell’insegnante (Camedda, Santi, 2015).
2.3.2 Verso una scuola inclusiva
La scuola per eccellenza è il luogo dove gli alunni arricchiscono il loro
patrimonio cognitivo e rinforzano i processi di socializzazione attuati con i pari,
attraverso metodi attivi che mettono al centro il rapporto interpersonale nel processo di
apprendimento facilitando così l’attuazione di strategie relazionali differenti e abilità di
cooperazione sociale, intellettuale ed emotiva.
Nella prospettiva di una scuola inclusiva, la realtà scolastica si trova nel
quotidiano a dover affrontare diverse difficoltà educative e di apprendimento e la
risposta didattica deve essere in grado di promuovere un intervento mirato al reale
bisogno dell’alunno. Riguardo a ciò necessitano quindi decisioni strategiche ed
operative fondamentali come il comprendere le difficoltà degli alunni e rispondere in
modo inclusivo implementata dalle risorse della classe. Una didattica inclusiva non solo
personalizzata ed individualizzata che sviluppi gli apprendimenti disciplinari, ma anche
attività trasversali per favorire lo star bene in classe (Ianes, Cramerotti, 2015).
Una scuola inclusiva, comporta avere consapevolezza dei valori inclusivi ed
attuare quotidianamente politiche e pratiche inclusive. Come affermano Booth e
Ainscow la scuola inclusiva è una scuola in movimento attraverso un cambiamento in
itinere e il supporto di risorse per costruire pratiche che permettano la partecipazione di
tutti gli alunni a prescindere dalle diversità di ognuno (Booth e Ainscow, 2008),
76
risultando così fondamentale dare indicazioni concrete su come lavorare in sinergia in
classi caratterizzate da peculiarità riscontrabili in ogni alunno.
La realtà scolastica italiana ha portato avanti per molti anni un modello
integrativo avanzato a livello internazionale, passando dal superamento delle scuole
speciali con la piena integrazione degli alunni con disabilità, ad una organizzazione
scolastica sempre più adeguata e con pratiche didattiche atte a promuovere il benessere
ed il successo formativo dell’alunno.
Nella lettura internazionale ci sono diverse interpretazioni di educazione
inclusiva. L’autrice Hierro Parolin parla di un’inclusione scolastica che deve essere
rigenerata continuamente. Oggi con la globalizzazione si ha un nuovo modo di
concepire il mondo o meglio i gruppi umani, in categorie a seconda della nazione di
appartenenza, alla cultura, alle religioni.
La globalizzazione ci porta a pensare che siamo tutti uguali, ma è proprio per
questo che le differenze saltano agli occhi e le difficoltà difficilmente si accettano. In
realtà siamo diversi in base ai contesti storici e sociali in cui viviamo e allo stesso modo
individui senza limiti geografici, relazionali, culturali che crescono all’interno di una
società in cui si tende a desiderare che tutto sia omogeneo ed uguale e la realizzazione
dell’unità nella diversità, si manifesta con un inserimento sociale e relazionale
soddisfacente poichè legata all’essere umano e agli apprendimenti e strumenti di cui ha
bisogno, in uno scenario globalizzato, i cui cambiamenti si intersecano tra famiglia,
scuola, politica ect (Hierro Parolin, 2010).
Gli educatori e la scuola devono sempre tenere ben presente che la difficoltà fa
parte del processo dell’apprendimento e che spesso le riscontriamo nell’apprendimento
del nuovo, e che quindi le difficoltà che incontreremo condurranno ad imparare.
Purtroppo nel mondo di oggi è difficile accettare i limiti che tutti noi abbiamo. Gli esseri
umani si distinguono proprio per sviluppi differenziati che vanno oltre a quelli biologici,
secondo i vari contesti storici e culturali in cui vivono. Il differenziarsi sembra essere
insito nell’essere umano che, in quanto intelligente e creativo, costruisce una propria
identità e storia e nel costruire l’identità di gruppo e di società, dà origine all’esclusione.
L’esclusione come afferma l’autrice Serrat Barbosa, è un sottoprodotto dell’inclusione e
come tale deve essere corretto. In merito a ciò l’autrice mette in luce un aspetto
importante di fare scuola distinguendo la stessa in tre tipi diversi. C’è la scuola con
77
dinamiche indifferenziate che portano ad apprendere in massa e l’alunno indifferenziato
si differenzia solo in senso negativo o quando è il primo della classe; c’è la scuola che
propone una scuola dei saperi in cui viene incluso l’alunno pensante, critico,
organizzativo in opposizione all’insegnamento di massa; e il terzo tipo di scuola che
vede nell’uguaglianza dei diritti umani e nelle diversità culturali, la vera integrazione
nel rispetto degli altri. Alla luce di ciò, l’autrice pone l’attenzione sul fatto che in queste
realtà scolastiche, convivono gli opposti: inclusione/esclusione; gruppo/individuo;
creazione/riproduzione; uguaglianza/diversità; specializzazione/generalizzazione
(Serrat Barbosa, 2010).
L’inclusione sociale necessita di sviluppare tra gli alunni con disabilità,
un’identità positiva in cui:
La ricchezza dell’umanità risieda nella sua diversità creativa, ma la fonte della
sua creatività sta nella sua unità generatrice (Morin, 2000, p 63).
Quindi è la persona che deve adattarsi alla società, ma la società deve adattarsi
alle persone il cui principio d’inclusione è da ricercarsi nella valorizzazione della
diversità, dove ognuno ha qualcosa da dare. E nonostante la normativa, evidenzia Ianes,
sembra quasi che per una integrazione-inclusione di qualità necessiti di una buona dose
di fortuna, dovuta dalla qualità individuale e volontà ed impegno dei docenti e dirigenti
(Ianes, 2008).
La scuola inclusiva deve essere un luogo privilegiato in cui gli alunni riescono
ad affrontare carenze specifiche anche grazie alle relazioni amicali. Infatti un’inclusione
scolastica che punta solo a favorire l’integrazione degli alunni disabili e con BES in
scuole comuni e non in scuole speciali o classi differenziali è riduttiva, mentre se
l’inclusione è sistemica porta ad evidenziare l’inclusione come cambiamento evolutivo
all’interno del sistema educativo valorizzando la presenza di tutti gli alunni con e senza
disabilità come risorsa nel gruppo classe nel processo d’apprendimento (Vianello e Di
Nuovo, 2015).
78
Una scuola inclusiva come mette in luce Ianes, deve riconoscere e valorizzare le
differenze, nelle infinite varietà delle diversità umane.
Una Scuola che vuole muoversi verso una sempre maggiore inclusività, parte da
una base di uguaglianza (siamo tutti uguali davanti alla/nella scuola ...), accogliendo
nella scuola di tutti ogni alunno, indipendentemente dalle sue condizioni e dal suo
“funzionamento” in senso globale (Ianes, 2015, p.13).
In Italia, l’attuale Legge del 13 luglio 2015 n.107 (La Buona Scuola) mette
rilievo ad un organico funzionale arricchito per una realtà sempre più funzionale ed
inclusiva. Nella nuova prospettiva, l’insegnante di sostegno da sempre visto per la
collettività come un insegnante speciale generato da un alunno speciale, porterebbe ad
avere ex insegnanti di sostegno che diventano specialisti itineranti che intervengono
nelle realtà delle classi dove c’è l’alunno disabile, fornendo un supporto tecnico ed
evitando il triste fenomeno del push e pull out dalla classe o insegnanti di sostegno che
divengono curriculari per potenziare l’organico e quindi l’offerta formativa. Ci
troveremmo così davanti a percorsi individualizzati oltre che per DSA e BES anche per
l’alunno con disabilità.
È importante sottolineare a tal proposito, che nel metodo insegnativo bisogna
sempre considerare le differenze individuali, per valorizzarle ed adattarle ai contesti,
tenendo in considerazione le differenze quantitative dei soggetti più o meno abili, ma
anche le differenze qualitative tra le abilità e le sotto abilità (Cornoldi, 2015).
2.3.3 Progetti didattici inclusivi e strategie operative
Le ricerche psicopedagogiche hanno favorito e sensibilizzato, come afferma
Falanga, l’attenzione del diritto scolastico italiano verso le diverse forme di difficoltà di
apprendimento sperimentate dagli alunni durante il percorso scolastico (Falanga, 2015).
Il principio d’inclusione già affermato dalla Costituzione Italiana, nell’articolo
34 comma 1 la scuola è aperta a tutti, e nella Carta di Lussemburgo del 1996 la scuola
è di tutti e di ciascuno è divenuto man mano preponderante nella realtà italiana con le
varie leggi e decreti fino alla recente Legge n.107/2015 (la Buona Scuola) che con il
comma 129 dell’articolo 1 della 107/2015, per una scuola sempre più inclusiva, si è
79
prevista la presenza dei genitori nel Comitato di valutazione dei docenti e la possibilità
di fare delle proposte come associazione dei genitori secondo il comma 14 nel Piano
triennale dell’offerta formativa redatto dal Collegio dei docenti.
L’utilizzo delle risorse umane con attività di co-docenza a favore degli alunni
con BES o DSA e quindi di tutti, affermata nei contesti legislativi, andrebbe a favorire
l’inclusività partendo dal considerare le differenze tra i vari ordini scolastici ovvero
infanzia, primaria, secondaria di primo grado e secondaria di secondo grado (Falanga,
2015).
Sempre più percorsi personalizzati per il raggiungimento di obiettivi calibrati,
così come i numerosi studi fatti riguardo la compresenza didattica, hanno infatti
dimostrato che le attività svolte in classe insieme ai compagni avevano ripercussioni
positive sul comportamento degli stessi alunni e sull’apprendimento stesso, attraverso
supporti adeguati e strategie d’apprendimento efficaci (Ianes, Cramerotti, Cattoni,
2015). Una metodologia in compresenza infatti è un vantaggio per tutti, dagli alunni
disabili, ai DSA, ai BES ma anche per tutti gli altri alunni della classe, così come per gli
insegnanti.
Principio d’inclusività affermato quindi, ma condizionato nella sua attuazione da
ragioni economiche della finanza interna ed internazionale (Falanga, 2015), ma anche
dall’eccessivo individualismo e competitività, con conseguenze negative nel costruire
proficue collaborazioni definiti dagli autori Friend e Cook come uno stile di vita
paritario in ci si impegna a prendere decisioni comuni per obiettivi comuni (Friend e
Cook, 2003).
2.3.4 Strategie compensative, tecnologia ed autoefficacia
La risorsa delle tecnologie nell’era dei nativi digitalizzati è molto importante per
la realizzazione di sé e la partecipazione alla vita sociale, e quindi anche e soprattutto
per gli studenti disabili o con bisogni educativi speciali risulta un valido supporto. Oggi
l’evoluzione scientifica e tecnologica mette a disposizione una vasta gamma di
strumenti multimediali.
Pilastro della legge 107/2015 riguardo la tecnologia, al comma 56 dell’articolo
1, è il PSDN cioè Progettazione Nazionale della Scuola Digitale, ovvero il
80
documento di indirizzo del Ministero dell’istruzione, dell’Università e della
Ricerca per il lancio di una strategia complessiva di innovazione della scuola italiana e
per un nuovo posizionamento del suo sistema educativo nell’era digitale
in cui come importante obiettivo strategico vi è quello dare una nuova veste
all’educazione italiana aggiornandola all’era digitale attraverso la creazione di sinergie
(Piano Nazionale Scuola Digitale, 2015).
Grazie a questa apertura verso l’educazione digitale, si sono attivate iniziative
per alfabetizzare i docenti verso le tecnologie assistite (TA) che facilitano la realtà di
vita di ogni soggetto. I TIC (tecnologie dell’informazione e della comunicazione)
presenti nei processi educativi e formativi, con hardware e software come strumenti per
sostenere, compensare, o facilitare le persone con disabilità (Farinella, 2015).
La tecnologia quindi come motore di mutamenti della società, dove la comunità
non sempre risponde in modo adeguato, poiché non preparata a questi cambiamenti nel
profilo del lavoro per soddisfare le esigenze sociali della modernità (Hierro Parolin,
2010).
Il computer è un ottimo strumento, permette di fare molte cose in modi diversi a
supporto delle diversità in un processo inclusivo ma per produrre risultati efficaci nella
scuola, deve essere supportato dalla formazione degli insegnanti. Esso rappresenta il
quotidiano e per l’uso della tecnologia compensativa come sottolinea Fogarolo, è
importante usare gli strumenti tecnologici con competenza poiché se non gestiti
correttamente, essi potrebbero produrre controindicazioni come una stigmatizzazione
delle diversità con possibili conseguenze di rifiuto e bassa autostima. Così mentre le
strategie spesso nascono spontaneamente, le tecnologie necessitano di competenze per
poter integrare in modo efficace strategie e tecnologie, come evidenziato nella Tabella 1
che riassume le differenze tra strategie compensative e tecnologie compensative
realizzata dall’autore (Fogarolo, 2015).
81
Tabella 1: Differenze operative tra strategie compensative e tecnologie
compensative
Strategie compensative Tecnologie compensative
Vengono spesso acquisite, e anche
individuate, autonomamente dagli alunni.
Almeno all’inizio, l’intervento degli adulti è
indispensabile.
Non hanno di solito controindicazioni.
Possono essere più o meno efficaci ma è molto raro
che siano considerate dannose.
Le tecnologie mai somministrate possono
essere seriamente controproducenti: calo di
motivazione ed autostima, netta diversificazione
dalla classe, complicazione operativa,
allungamento dei tempi, ecc.
Spesso le strategie sono utili a tutti i ragazzi e
quindi possono essere proposte all’intera classe.
Non hanno nessuna caratteristica stigmatizzante e
vengono accettate molto più facilmente dagli
alunni con problemi di vario tipo.
Le tecnologie usate in funzione compensativa
sono davvero convenienti solo in presenza di un
serio disturbo; negli altri casi sarebbero un’inutile
complicazione in più. I problemi di
rifiuto/acccettazione sono molto frequenti; possono
essere ridotti, se non superati, con un serio
supporto pedagogico sia a casa sia, soprattutto, a
scuola con i compagni.
Le strategie, almeno quelle di base, non hanno
costi e possono essere usate con tutti gli alunni
senza problemi. Questo facilita l’accettazione e la
codivisione.
Molte tecnologie richiedono prodotti software
distribuiti con licenza unica e che non possono
pertanto essere usati da tutti i compagni.
Possono essere introdotte o suggerite anche in
modo destrutturato o informale, in base ai più
svariati stimoli o suggerimenti educativi.
È necessario un percorso di formazione e di
addestramento, almeno in certi momenti più
significativi, per acquisire alcune abilità di base e
garantire i presupposti per un’efficace competenza.
Strategie e tecnologie compensative se attuate in sinergia rappresentano una
valida risorsa per l’inclusione. E nell’era della globalizzazione, l’educazione nella
prospettiva del lifelong, diviene un aspetto strategico nell’azione formativa della scuola,
fornendo così strumenti e competenze a tutti gli studenti attraverso azioni, obiettivi e
fini finalizzati ad affrontare le difficili sfide che ci pone davanti la società moderna
(Aleandri, 2011).
82
È fondamentale quindi, come afferma Pinnelli, diversificare l’insegnamento
attraverso metodologie e scelte strategiche, cambiando prospettiva dei servizi, passando
da processi uguali per tutti a processi differenziati che vadano ad arricchire l’intera
classe.
Occorre una sensibilità verso i valori inclusivi, dove l’insegnante inclusivo sia
flessibile riguardo i processi d’insegnamento e di apprendimento, puntando su ciò che
gli alunni possono fare e non su quello che non possono fare, sfruttando tutte le strategie
possibili. Egli deve vedere le difficoltà come sfide professionali per favorire nuove
modalità di lavoro, strategie alternative di collaborazione con i colleghi (Pinelli,2015).
2.4 L’evoluzione dell’inclusione
La Conferenza Internazionale di Salamanca sui principi, le politiche e le pratiche
in materia di educazione e di esigenze educative speciali (UNESCO 1994), rappresenta
un momento importante d’interesse nel mondo sull’educazione inclusiva.
Alla Conferenza presero parte 92 governi e 25 organizzazioni internazionali,
promuovendone un nuovo concetto d’inclusione.
Nasce così una nuova prospettiva educativa che non si limita a riconoscere il
diritto di tutti all’educazione, bensì evidenzia che ogni individuo, con disabilità e/o
situazione di svantaggio, deve essere considerato nei contesti educativi ordinari.
Gli studiosi Stainblack e Stainback definiscono l’inclusione come un diritto di
base che nessuno deve guadagnarsi. Inclusione quindi come un modo di vivere equo
(Stainblack e Stainback, 1990).
La Dichiarazione di Madrid (2002), importantissimo documento, evidenzia
quanto l’istituzione scolastica sia per molti minori, l’unica opportunità educativa della
vita della non discriminazione garantendo a tutti uguali diritti con risposte differenti alle
diversità.
La Convention on the Rights of Persons with disabilities (United Nation, 2006)
evidenzia come l’inclusione riguarda i diritti umani e sostiene che essa rappresenta la
strada da utilizzare per contrastare qualsiasi forma di discriminazione.
L’inclusione presume integrazione e l’integrazione nella scuola si ha quando i
progetti educativi vengono adeguati in modo psicopedagogico alle esigenze degli
83
alunni. Ma le diversità (disabilità, comportamenti, emotività, difficoltà cognitive,
difficoltà di apprendimento temporanee e circoscrivibili), se mal gestiti possono
promuovere la marginalizzazione degli stessi alunni (Ianes, Demo, Zambotti, 2010).
Il diritto allo studio degli alunni con disabilità è stato negli ultimi anni promosso
dalle organizzazioni internazionali con una particolare attenzione all’inclusione.
L’OCSE l’Organizzazione per la Cooperazione e lo Sviluppo Economica vede
nell’educazione degli alunni con bisogni educativi speciali, gli alunni con disabilità, gli
alunni con difficoltà di apprendimento e gli alunni con svantaggio socioeconomico.
L’UNESCO dal 2000 al 2009 ha dato un’interpretazione d’inclusione in
evoluzione, passando dal concetto d’inclusione visto come l’educazione per tutti (2000),
alla qualità del sistema educativo (2005), e come trasformazione dei sistemi educativi
per garantire a tutti l’acceso e la partecipazione all’istruzione insieme al raggiungimento
del successo scolastico.
L’Agenzia Europea per lo Sviluppo nell’Educazione dei Bisogni Speciali
(Agenzia indipendente della Commissione Europea rappresentativa di 28 Paesi europei
2011-2012), sostiene l’inclusione, evidenziandone le peculiarità scaturite dai 28 modi
diversi di interpretare il concetto d’inclusione, sia nelle differenze educative, sociali ed
economiche (Medeghini, D’Alessio, Marra, Vadalà &Valtellina, 2014).
Metodologie adeguate alle differenze individuali, atteggiamenti positivi verso la
diversità e la gestione di un unico sistema scolastico rappresenterebbero una via sicura
verso una scuola di tipo inclusivo, ma nonostante ciò esistono purtroppo in molti Stati
europei e non, scuole speciali.
L’Unità italiana di Eurydice (rete europea d’informazione sull’istruzione) nel
2004 ha suddiviso i Paesi in tre categorie riguardo le politiche d’integrazione attuate. I
Paesi con un approccio unidirezionale che inseriscono quasi tutti nel sistema scolastico
ordinario; i Paesi multidirezionali che offro pluralità di servizi all’interno dei sistemi
scolastici ordinari e differenziati ed i Paesi con approccio bidirezionale dove gli alunni
con difficoltà vengono inseriti in scuole o classi speciali.
La differenza di realtà inclusive è dovuta soprattutto al riconoscimento delle
disabilità e alle politiche educative attuate per le risorse ed i percorsi scolastici.
84
In Italia ad esempio sono assegnate risorse specifiche per gli alunni con
certificazione di disabilità Legge 104/92 e non per gli alunni DSA (Legge 170/2010) e
BES.
Inclusione è quindi l’inserimento degli alunni con difficoltà nei percorsi scolastici
costituisce un obiettivo prioritario in tutti i paesi sviluppati, anche se con modalità
differenti .
In Spagna è stato attivato un approccio unidirezionale con docente di sostegno che
svolge u ruolo rilevante riguardo l’alunno e il corpo docente e di collaborazione con la
famiglia e le altre figure professioniste.
In Inghilterra vi è un approccio multidirezionale dove in ogni scuola vi è un
membro dello staff scolastico coordinatore per i bisogni educativi speciali che monitora
il progresso degli alunni e coordina i rapporti con le famiglie e le agenzie di sostegno
esterno. Tutte le sue responsabilità sono indicate nel Codice Deontologico per
l’Educazione speciale (DfES 2010).
In Germania si attua un approccio bidirezionale dove l’insegnante specialista svolge
il suo servizio all’interno di scuole speciali o servizi sociali, svolgendo anche la
funzione di coordinatore tra scuole speciali ed ordinarie e lavorando direttamente con
gli alunni sia all’interno che all’esterno della classe. (Vianello e Di Nuovo, 2015).
2.5 L’educazione inclusiva
L’educazione inclusiva nel concetto e nella pratica, ha suscitato grande
attenzione in ambito internazionale. Molte ricerche hanno apportato importanti
contributi.
Partendo dall’integrazione, ricerche italiane e straniere hanno dimostrato che
l’integrazione degli alunni disabili nelle classi comuni ha favorito l’apprendimento degli
alunni disabili e non, attraverso un ambiente più stimolante rappresentativo delle
differenze umane. Gli insegnanti a loro volta hanno sperimentato crescita professionale
in itinere attuando una didattica più flessibile che ha di fatto avvantaggiato tutti gli
allievi producendo così una migliore qualità educativa.
Successivamente, l’emanazione di importanti normative in Italia e nel mondo
sull’educazione inclusiva, ha visto numerose ricerche indagare sull’attuazione delle
85
pratiche inclusive nelle scuole. Le più recenti hanno osservato che le pratiche
d’integrazione scolastica siano il frutto di una politica integrativa e non inclusiva. Alla
luce di ciò le autrici Cologon e D’Alessio, partendo da una ricerca della Cologon su
come fosse interpretata l’inclusione dagli operatori scolastici in Italia, hanno indagato
su: “Cosa potrebbe facilitare lo sviluppo dell’educazione inclusiva in Italia, in un
contesto di pratiche e politiche integrative, apparentemente promettenti?”.
Secondo il campione coinvolto nell’indagine, il contesto politico è fondamentale
per attuare le condizioni favorevoli per lo sviluppo dell’educazione inclusiva, dove
all’interno delle istituzioni scolastiche, dirigenza ed insegnanti hanno una posizione
preponderante nel facilitare l’educazione inclusiva.
I risultati di questo studio hanno portato così ad affermare che lo sviluppo
dell’educazione inclusiva, necessita un cambiamento dei sistemi educativi in atto, e che
l’educazione delle differenze tra gli alunni all’interno degli stessi spazi educativi è solo
l’inizio di un processo inclusivo. Necessita quindi continuare ad indagare per favorire
l’evoluzione del sistema scolastico da modello integrativo a modello inclusivo (Cologon
&D’Alessio,2015).
Un altro studio sulla percezione della qualità dei processi inclusivi, realizzata
all’interno del corso di specializzazione per le attività di sostegno del dipartimento di
Filosofia, Scienze Sociali, Umane e della Formazione dell’Università di Perugia,
indagando sulle culture, politiche e pratiche inclusive, ha prodotto importanti
indicazioni su concetto di qualità inclusiva. Dall’analisi dei dati si è rilevato che la
qualità dei processi inclusivi viene vista come la valutazione delle azioni messe in atto
dai singoli professionisti quando in realtà l’inclusione deve basarsi in un’ottica di
sistema (Arcangeli, Bartolucci, Sannipoli, 2016).
2.6 La Qualità dell’integrazione scolastica
Un valido contributo per la valorizzazione delle infinite differenze umane, per
una buona scuola inclusiva è stato dato dalla decima edizione del Convegno “La
Qualità dell’integrazione scolastica” (organizzato dalla Erikson presso il Palacongressi
di Rimini il 13-14-15 novembre 2015) a cui ho partecipato personalmente in una
formazione attiva, partecipata e costruttiva.
86
Per tre giorni 5000 insegnanti, educatori, professionisti e 200 relatori abbiamo
avuto l’opportunità di confrontarci e riflettere (in modo estremamente stimolante) su
nuovi percorsi da strategie da attuare.
Di grande rilievo e riscontro è stato parlare dell’insegnante inclusivo, partendo
dal presupposto che il sostegno è un’attività della classe e non a sé stante e che quindi è
necessario cambiare la formazione iniziale e in servizio degli insegnanti, in cui la
speciale normalità ha prodotto il confondere la didattica inclusiva individualizzata, con
cure riabilitative, e tecniche che hanno finito per esaltare il sintomo e non la persona
nell’intero percorso educativo.
In merito all’inclusione di classe, si è puntata l’attenzione sulla formazione
iniziale di tutti gli insegnanti con un curriculo universitario che vede l’inclusività
trasversale in tutti gli insegnamenti; formazione specifica al sostegno; rivisitazione dei
curriculi e percorsi formativi di tutti gli alunni con un curriculo inclusivo che favorisca
le potenzialità di ogni alunno senza per forza stare dietro a discipline e contenuti
standardizzati in cui tutti devono ottenere le stesse cose nello stesso momento e nella
stessa quantità; la stabilità e la continuità degli insegnanti; la libertà d’insegnamento
rapportata all’autorealizzazione di ogni alunno e la formazione continua durante tutto
l’arco della vita professionale.
La mozione finale di questo convegno è stata: L’inclusione: una questione di
classe (Ianes, Canevaro, 2015).
87
CAPITOLO III: DISABILITY STUDIES E INDEX PER
L’INCLUSIONE
88
3.1 Introduzione
Ogni paese europeo è responsabile del proprio sistema d’istruzione e
formazione. L’Unione Europea, ha indicato importanti obiettivi da raggiungere
attraverso la Strategia Europa 2020 ovvero: istruzione migliore; inclusione sociale;
inserimento lavorativo. I Paesi membri dovranno raggiungere entro il 2020 questi
obiettivi e l’Unione Europea ha evidenziato la riduzione dell’abbandono scolastico
come uno degli obiettivi che i paesi membri dovranno raggiungere nel campo
dell’istruzione. (Dovigo, 2016)
La realtà mondiale in questi ultimi anni, ci ha portato a far riscontro con diverse
disuguaglianze. La società attuale vive infatti un momento storico in cui si tende a
desiderare che tutto sia omogeneo ed uguale, arrivando così al paradosso che questa
società che promuove convivenza e condivisione, sia in realtà escludente poiché tutto fa
riferimento ad un modello di normalità terribilmente rigido, trovandoci così di fronte a
vere e proprie dinamiche escludenti (Hierro Parolin, 2010).
Se a scuola non si condividono strategie inclusive, il disinteresse per la scuola
porterà inevitabilmente ad incrementare la dispersione scolastica. Un’educazione di
qualità non può avere da sé le risposte ai problemi se queste vengono solo propinate
dall’alto senza prendere in considerazione il contesto locale. Un’analisi attenta del
contesto locale può dare risposte ai problemi attraverso metodologie poste dall'’oggetto
stesso e non studiate a tavolino (Chiesara, 2016).
Il concetto d’inclusione è un concetto pedagogico che ha ampliato il suo
significato negli anni, in relazione al fatto che l’intervento pedagogico verso le
disabilità, svantaggi e problematicità non si racchiude solo nell’ambito scolastico, ma si
sviluppa in contesti più ampi ed interdisciplinari.
Vari studi si occupano d’inclusione con differenti prospettive ed interpretazioni,
senza definirsi in termini assoluti, poiché rapportati ai differenti contesti storici culturali
e politici (D’Alessio, 2011b).
In questo capitolo si osserva l’inclusione secondo due importanti studi: i
Disability Studies e Index for inclusion, analizzandone le peculiarità secondo il pensiero
di vari autori.
89
3.2 Disability Studies
L’educazione inclusiva nel contesto internazionale, punta a capire non più
l’importanza ormai assodata all’inclusività, bensì a come essa si possa concretizzare
nelle classi. Risulta così fondamentale, dare indicazioni concrete su come lavorare in
sinergia in classi caratterizzate da peculiarità in ogni alunno.
Una disciplina di studio universale sulla disabilità e la società nel suo insieme è
quella dei Disability Studies. Questi studi nascono in Inghilterra, negli anni Settanta
intorno alla menomazione fisica da distinguere con la disabilità che non è insita nella
menomazione ma è il frutto del modo in cui la società è strutturata. Fondamentale è in
quel periodo il movimento degli attivisti disabili della UPIAS (Union of the Physically
Impaired Against Segregation) che connota la disabilità ai gruppi sociali che si trovano
a vivere limitazioni nella vita sociale. I Disability Studies in primo luogo vogliono
modificare le relazioni di potere esistenti, al fine di attuare un cambiamento vero e
proprio della società intervenendo così a favore delle persone disabili e di tutte quelle
emarginate.
I Disability Studies negli Stati Uniti, nascono nei primi anni Ottanta a favore dei
disabili e delle minoranze sociali nel rispetto dei loro diritti civili.
Dal confronto dei due movimenti come fa notare la studiosa D’Alessio, il
movimento anglosassone parla di persone disabili per modificare una società
disabilitante, rispetto al movimento degli Stati Uniti che usa il termine di persone con
disabilità ponendo al centro la persona e i suoi diritti. Differenze si presentano anche tra
la gli studi australiani, neozelandesi e i Paesi di lingua scandinava per le differenze
culturali in cui si sono sviluppate. Nonostante ciò, i Disability Studies rappresentano
una disciplina di studio universale, sulle implicazioni che la società ha nei confronti
della disabilità. D’Alessio mette in luce alcune criticità sui Disability Studies, quali
l’affrontare tematiche che nei Paesi in via di sviluppo risultano di difficile comprensione
in un contesto dove mancano le strutture di base e il pieno esercizio dei diritti umani,
rispetto ai Paesi industrializzati dove la letteratura scientifica indaga sui discorsi teorici
(Medeghini, D’Alessio, Marra, Vadalà & Valtellina, 2014).
I Disability Studies pongono il cambiamento della società attuale attraverso la
reinterpretazione delle strutture normative individuandone la criticità nel migliorare la
90
qualità della vita. Infatti, l’uso della normativa, per individuare a priori le persone con
disabilità etichettandole con gli accertamenti scientifici e medici, è riduttivo se non si
prescinde dall’etichetta e dalla categorizzazione, che rappresenta una situazione
discriminatoria in sé. Risulta sicuramente più facile, etichettare e definire in modo
oggettivo la realtà, ma purtroppo queste pratiche giuridiche, finiscono per ghettizzare
alcuni rispetto ad altri. Indentificare la disabilità come una questione di diritti umani è la
vera sfida culturale e tecnica (Medeghini et al, 2014).
3.2.1 Disabily Studies Italy
Nei DISABILITY STUDIES ITALY l’inclusione viene vista nella prospettiva di
promuovere la trasformazione del sistema scolastico ed educativo e quindi di
promuovere cambiamenti culturali, concettuali, sia in ambito pedagogico che didattico,
curriculare, valutativo ed organizzativo dove l’insieme delle differenze rappresentano
modalità originali di vita dal sociale, all’apprendimento, alle relazioni. Una visione più
evoluta dell’integrazione; una vera e propria trasformazione della scuola e della società
dove l’inclusione è un processo dinamico ed in continua costruzione e l’essere inclusivi
non è condizionato da una norma ma è un continuo cambiamento in itinere (Medeghini
et al, 2014).
E così, mentre la realtà internazionale indaga ancora sul superamento delle
scuole speciali, sulle modalità integrative, quella italiana, come afferma Medeghini, è
relativa alla scelta dell’inclusione e del suo impatto nei servizi coinvolti. Un’inclusione
che quindi vede nel deficit le conseguenze dei processi disabilitanti della società nelle
sue organizzazioni e istituzioni politiche e non nel deficit percepito come fattore stesso
della persona. Nella prospettiva inclusiva dei Disability Studies e dei Disability Studies
Italy, i processi scolastici, formativi, politici e sociali dei servizi si intersecano tra loro
(Medeghini, 2015).
Ciò comporta quindi una visione più evoluta dell’integrazione con una vera e
propria trasformazione della scuola e della società. Cambiamenti culturali, concettuali,
sia in ambito pedagogico che didattico, curriculare, valutativo ed organizzativo
(Vianello e Di Nuovo, 2015).
91
L’inclusione quindi riguarda l’attuazione di un sistema educativo inclusivo. Un
segnale importante è dato dal cambiamento a livello europeo sulla descrizione delle
disabilità, basata su elementi di funzionalità, in cui vanno ad essere evidenziate le
potenzialità; un Progetto di vita globale valorizzato nell’interazione e il confronto con
gli altri (Caldin, 2015).
3.2.2 I Disability Studies e la Buona Scuola
Riguardo l’attuale riforma del sistema d’istruzione in Italia con la “Buona
Scuola” ovvero Legge 107 del 13 luglio 2015, l’autore Bocci parlando del concetto
d’inclusione richiama l’attenzione sui Disability Studies. In essi la disabilità viene
analizzata non come una condizione biologica individuale, bensì come una realtà
costruita dagli elementi sociali, politici e culturali della società; con una prospettiva che
andrebbe ad attuare un’azione (botton up) politica e sociale a partire dal basso e non con
iniziative normative (top down) propinate dall’alto.
Il sistema scolastico dell’integrazione afferma l’autore vive ancora una fase di
crisi e vede nell’inclusione un cambiamento migliorativo. Alcuni studiosi vedono
l’evolversi della crisi in conseguenza delle diminuzioni delle risorse, della complessità
burocratica, delle scarse competenze specifiche specialistiche per i docenti di sostegno e
competenze inclusive per tutti i docenti. Una possibile soluzione potrebbe essere dare
maggiore risorse qualificate aumentando il numero di insegnanti specializzati.
Secondo l’autore Bocci, la crisi partirebbe dall’interno del sistema scolastico che
non è più in grado di rispettare i bisogni di tutti. Il passaggio dall’integrazione
all’inclusione ha portato inevitabilmente alla trasformazione della scuola.
Dall’integrazione centrata sul modello medico pensata per tutti coloro che necessitano
di bisogni speciali, all’inclusione pensata per tutti gli alunni dove è il sistema
predisposto al cambiamento e si adatta al soggetto (Bocci, 2015).
3.2.3 Disability Studies ed inclusione
Punto d’incontro tra i Disability Studies e l’inclusione è il cambiamento del
sistema sociale attraverso la nascita di sistemi inclusivi che pongano fine a qualsiasi tipo
di segregazione a favore di tutte le persone e le loro disabilità.
92
Partendo dal punto d’incontro, gli studiosi Medeghini, D’Alessio e Vadalà,
attraverso un’attenta analisi mettono in luce le differenze scandite secondo tre punti ben
precisi: prospettiva sociale; prospettiva storica ed inclusione come forma
governamentale.
Nella prospettiva sociale i processi sociali, formativi, scolastici e dei servizi alla
disabilità sono interconnessi tra loro e il concetto d’inclusione per i DS in una società in
relazione con l’istituzione scolastica, prende forma attorno a dei percorsi assimilativi,
adattivi e di normalizzazione. Un concetto d’inclusione in evoluzione che si modifica in
itinere senza essere vincolato da ruoli prescrittivi e norme.
Nella prospettiva storica, i termini inclusione ed esclusione si possono
comprendere solo se messi in relazione tra loro. A tal proposito alcuni autori affermano
che:
per ogni definizione dell’inclusione c’è una corrispondente definizione dell’esclusione e
ciò significa che è necessario definire chi sia oggetto di esclusione o inclusione, capire da cosa
sia escluso o in cosa sia incluso, e come e in quale grado le persone con disabilità siano dentro
o fuori sia nei diversi tempi storici sia nei diversi gruppi sociali (Medeghini, D’Alessio, Marra,
Vadalà & Valtellina, 2014 p. 198).
L’inclusione come forma governamentale in cui i termini esclusione ed
inclusione tendono a controllare i processi di cambiamento, in una società che è di tutti
e di ciascuno, dove l’aumento della consapevolezza, è il modo in cui si può portare
concretizzare i diritti delle persone con disabilità espressi nella Convenzione dei Diritti
delle Persone con Disabilità approvata dalle Nazioni Unite il 13 dicembre 2016
(Medeghini, et al, 2014).
3.3 L’Index for Inclusion
L’Index for Inclusion di Booth e Ainscow, pubblicato per la prima volta nel
2000 dal Centre for Studies on Inclusive Education, è un punto di riferimento
internazionale per lo sviluppo della progettazione inclusiva nelle scuole, nato dalla
ricerca condotta da Tony Booth e Mel Ainscow, con la collaborazione di un gruppo di
93
docenti, genitori, amministratori e ricercatori che avevano in comune la promozione
dello sviluppo inclusivo.
Nel Regno Unito fino agli anni Ottanta vi erano scuole ordinarie (mainstream
schools) e scuole speciali (special schools), per gli alunni ritenuti non adatti alla
frequenza degli istituti ordinari. La pubblicazione del Rapporto Warnock nel 1978
introdusse l’espressione di Bisogni Educativi Speciali (SEN, Special Educational
Needs) portò inevitabilmente a differenti strategie educative nei confronti degli alunni
«diversi», attraverso l’inserimento nelle scuole normali degli alunni delle scuole speciali
e l’adozione di pratiche inclusive, rivolte a tutti gli alunni, indipendentemente dalle loro
abilità o disabilità.
Education Act nel 1981 ha riconosciuto la nozione dei Bisogni Educativi
Speciali, stanziando fondi per la realizzazione di progetti, che ha determinato tra gli
anni Ottanta e Novanta, l’aumento degli alunni identificati con Bisogni Educativi
Speciali e la conseguente diminuzione del numero di alunni iscritti nelle scuole speciali.
Nel 1988, sempre l’Education Act, ha introdotto nelle scuole inglesi il National
Curriculum comportandone la necessità di una rivisitazione rispetto agli alunni con
Bisogni Educativi Speciali, messa a punto attraverso il SEN Code of Practices (DfEE
1994; 2001) e il Disability and Discrimination Act nel 1995 e poi integrato dallo Special
Educational Needs and Disability Act nel 2001. Tutto ciò attuato al fine di prevenire
discriminazioni, promuovere la piena partecipazione alla vita scolastica e il
coinvolgimento delle famiglie, nei vari ordini di scuola dei bambini con Bisogni
Educativi Speciali.
Le tante ricerche, testimoniano il cambiamento di direzione verso la condizione
del disabile, dovei soggetti disabili dipendenti dai modelli culturali di
normalità,venivano visti secondo l’approccio medico e quindi solo dal punto
diagnostico con conseguente emarginazione sociale e culturale.
Per promuovere l’inclusione, gli autori Ainscow e Booth, affermano che, per
realizzare una vera scuola inclusiva è importante partire dal cambiamento del
linguaggio, e che l’identificazione dell’inclusione per identificare gli studenti è
controproducente poiché ogni studente ha complesse identità. Basta poco per
categorizzare, bisogna invece tenere presente che nella cosiddetta normalità ne fanno
parte situazioni e condizioni molto differenti. Alla luce di ciò spiega Dovigo, si può fare
94
a meno di categorizzare tra normali e non, tra speciale e non speciale, poiché l’associare
un’etichetta a una persona finisce sempre per creare delle barriere e ci allontana
dall’educazione dei percorsi educativi inclusivi. Parlare di “speciale normalità” era
corretto trent’anni fa con l’inserimento degli “handicappati” all’interno delle classi
comuni, oggi rappresenta un “gioco di parole” che invece di chiarire produce ulteriore
confusione (Dovigo, 2016).
E lo stesso vale per il linguaggio psicomedico quando va a sostituire quello
educativo, così come per le sigle dai BES, ai DSA, ai PED, PEI, PDP, GLH solo per
citarne alcuni, arrivando al paradosso che:
andare ad un incontro del GLI al CTS per predisporre i PDP dei BES da mettere nel PAI in
modo che sia inserito nel POF (Dovigo, 2016, p. 19).
rappresenti la professionalità dell’insegnante. Tutto ciò per capire così che non è
con l’aumentare delle sigle che il sistema scolastico realizza l’inclusione (ibdem, 2016).
3.3.1 L’Index per l’inclusione in Italia
In Italia la crisi economico – finanziaria, ha purtroppo avuto ripercussioni anche
nelle scuole, favorendo sempre più situazioni di esclusione sociale. La realtà italiana
non è delle migliori poiché secondo i dati dell’Unione Europea l’abbandono precoce del
sistema d’Istruzione e formazione è pari al 17,6% e purtroppo, dalla dispersione
scolastica ne deriva l’esclusione sociale e la povertà. Dalla realtà italiana si evince così
che le modalità e le qualità dell’inclusione scolastica dipendono dall’attuazione delle
politiche nazionali e che quindi la promozione dell’inclusione a scuola, è una priorità
che deve essere attuata per contrastare l’esclusione sociale (Chiesara, 2016).
Uno strumento utilizzato a livello internazionale in moltissime scuole per
favorire una realtà scolastica inclusiva è l’Index. La metodologia dell’Index attuata
anche nelle scuole italiane, è stata necessariamente riadattata, poiché l’Italia, già da
molto più tempo, aveva attuato l’inserimento dei disabili dalle scuole speciali alle
scuole comuni, attraverso l’attuazione di strumenti legislativi. Le buone prassi adottate
all’interno delle strutture scolastiche risentivano delle numerose difficoltà nelle attività
95
integrative, sia per la formazione dei docenti che per la qualità stessa delle attività di
sostegno.
Numerose sono state le ricerche attuate sull’evoluzione degli interventi
d’integrazione, se pur con prevalenza di quelle descrittive rispetto a quelle empiriche,
mettendo in evidenza che era ben presente “l’abitudine” di far lavorare l’alunno
certificato al di fuori della classe. Questo nuovo modo di intraprendere percorsi
formativi è stato così utilizzato a livello internazionale. La situazione italiana come
evidenzia Dovigo era ed è molto diversa da quella britannica sia dal punto di vista
nomativo che organizzativo del sistema scolastico. Infatti mentre in Italia si lavora per
l’autonomia delle scuole, nella realtà inglese si cerca di dare maggiore uniformità al
panorama scolastico (Dovigo, 2008).
La realtà italiana scolastica ci pone davanti, come mette in luce l’autore Dovigo,
ad una situazione nuova e complessa che produce disorientamento ed immobilismo.
In risposta al depotenziamento della scuola pubblica, occorrono nuove idee
afferma Dovigo, in una scuola a cui sono già state tolte le risorse indispensabili al suo
funzionamento, dall’edilizia scolastica, alle classi numerose, ai tagli dimagranti delle
compresenze (Dovigo, 2016).
L’Index come suggerisce Dovigo è uno strumento originale atto a favorire il
cambiamento della scuola verso una direzione inclusiva o meglio un vero e proprio
orientamento verso il nuovo.
È nuovo modo di descrivere i processi educativi, non più “piano “o “metodo”
bensì progetti con approcci inclusivi per una scuola democratica e rappresenta
un’apertura al nuovo attraverso progetti secondo approcci inclusivi.
Il nuovo Index per l’inclusione, frutto di un decennio di esperienze nelle scuole a
livello internazionale, offre un nuovo modo di fare inclusione con elementi per costruire
una scuola democratica che permetta il coinvolgimento di tutti.
Questa nuova edizione pone in primo piano:
• definizione di un quadro di valori condivisi;
• sviluppo dinamico di relazioni e strategie di comunità;
• sviluppare la sensibilità verso il nostro pianeta;
• imparare a vedere le differenze in modo multicentrico.
96
Indicazioni che avvalorano la funzionalità di questo strumento sia per quanto
attiene alla progettazione di comunità, sia nello specifico educativo e didattico. Gli
autori Booth e Ainscow, come specifica Dovigo nell’edizione italiana, sottolineano che
lo sviluppo della scuola inclusiva, può avere punti di partenza diversi poiché “la cosa
più importante è iniziare il percorso, in quanto questo è già un passo effettivo verso
l’inclusione” (Dovigo, 2016).
Marco Chiesara (Presidente della WeWord Onlus) afferma che l’Index per
l’inclusione è uno strumento che propone un metodo per porsi domande e far capire
come dovrebbe essere una scuola inclusiva ovvero:
una scuola è inclusiva per tutti dallo studente con un’elevata capacità non
sfruttata, quanto per coloro che fanno fatica nello studio, tanto per l’insegnante poco
motivato quanto per leader, tanto per il genitoreimpegnato quanto per quello distratto.
(Chiesara, 2016).
3.3.2 Le tre Dimensioni dell’Index
Ogni alunno durante il suo percorso di studi, sperimenta qualche tipo di
difficoltà. L’Index è un invito a costruire culture, politiche e pratiche per la
realizzazione di una scuola inclusiva attraverso l’accoglienza della diversità, del rispetto
di sé e degli altri in un ambiente accogliente ed in un continuo work in progress. Esso si
compone di tre Dimensioni:
• Dimensione A “Creare Culture Inclusive”;
• Dimensione B “Creare Politiche inclusive”;
• Dimensione C “Sviluppare Pratiche inclusive”.
97
(Booth, 2016)
Figura n.1 Indice per l’inclusione: le tre Dimensioni
La figura n. 1 mostra come le tre dimensioni sono collegate e devono essere
viste come parte di una teoria, alla cui base c’è la cultura inclusiva, dimensione legata ai
valori le cui scelte vanno ad influenzare le altre dimensioni.
Attraverso queste dimensioni primarie l’Index ci mostra che:
• per sviluppare politiche inclusive, occorre progettazione di
interventi organizzativi, per governare il cambiamento, partendo da un approccio
democratico ed evolutivo in una scuola che cambia continuamente a partire dagli
alunni e dagli insegnanti e da storie particolari in cui ogni alunno può venire a
trovarsi in qualsiasi momento della sua vita;
• per sviluppare pratiche inclusive, necessita trasformare
positivamente il contesto scuola, attraverso un confronto continuo con gli altri al
fine di colmare la reale distanza che c’è tra l’affermazione e la realizzazione
attuata in fatti concreti;
• per sviluppare culture inclusive bisogna investire nella
collaborazione concreta di tutti, dove il fattore di crescita è dato dall’alleanza tra
corpo docenti, famiglie ed in tutti i soggetti e comunità che nella scuola possano
98
dare un loro contributo L’inclusione è un processo non una meta finale(Dovigo,
2016).
3.4 L’apprendimento inclusivo
La scuola ha un ruolo fondamentale nella società, essa è una comunità educante
e mutante, che istruisce gli alunni alla costruzione del sé e del proprio modello di vita,
in cui ogni studente diviene protagonista del suo apprendimento.
L’apprendimento come processo interattivo tra la sfera cognitiva e la sfera
affettiva ed in relazione con gli stimoli socio-culturali esterni, tra i soggetti in relazione.
Apprendimento significativo che come definisce Ausubel è supportato dalle
preconoscenze, che necessitano per la costruzione delle competenze, in cui ogni
conoscenza si arricchisce continuamente (Ausuben, 1960). L’insegnamento quindi come
parte delle dinamiche psicologiche di ogni alunno dove l’apprendimento stesso dipende
dalle relazioni con gli altri (Fanti, 2014).
La classe deve essere vista quindi come una comunità relazionale che promuove
l’apprendimento comunitario, attraverso strategie che vanno dalla solidarietà alla pro
socialità tra gli alunni, al tutoring alla pari, al lavoro di coppia e l’aiuto individuale,
dove l’alunno può contare su sostegno dei compagni e dell’intero sistema sociale (Ianes,
Cramerotti, Capaldo & Rondanini, 2016).
Occorrono quindi nuove strategie didattiche che favorendo lo sviluppo
dell’efficacia collettiva, dal docente all’alunno, favoriscano l’autoefficacia ovvero la
convinzione di essere all’altezza di determinate situazioni e capaci di far fronte alle
difficoltà. Apprendimento per imitazione, modeling, dove il confronto e l’influenza coi
pari venga vista come strategie dove l’individuo riesce a vivere al meglio il proprio
rapporto con la realtà, potenziando le abilità individuali grazie alle opportunità fornite
dall’ambiente (Bandura, 1997).
A tal proposito Bandura, indica le autovalutazioni degli studenti come
strettamente legate alle valutazioni espresse dai pari.
Il modeling di abilità scolastiche eseguito dai pari aumenta le convinzioni degli
studenti rispetto alla propria efficacia nella materia studiata che negli effettivi risultati
99
raggiunti. Gli studenti in genere traggono più dai modelli di pari che fronteggiano le
difficoltà mentre sviluppano le loro abilità cognitive, che dai modelli di pari che
padroneggiano bene il compito ed esibiscono grande maestria sin dall’inizio (Bandura,
2015, p.112).
Inoltre le abilità cognitive messe in mostra tra i pari, favoriscono il senso di
efficacia e di successo tra gli alunni, più di quelle attuate dagli insegnanti. Le
convinzioni di efficacia personale agiscono sui processi cognitivi e motivazionali,
influenzando la motivazione, l’impegno e il successo. Negli studi di ricerca effettuati si
è visto che gli studenti che vengono portati a credere che le strategie cognitive apprese
hanno portato i compagni a raggiungere grandi successi, mostrano un maggiore senso di
efficacia e riuscita, rispetto a chi non è stato detto niente. Nell’apprendimento
collaborativo, ognuno impara ad autoregolarsi, auto dirigersi e ad impegnarsi per la
buona riuscita del compito, attraverso l’uso di strategie didattiche utilizzate dagli
insegnanti(Bandura, 2015).
.
L’inclusione scolastica, come ampiamente dimostrato dalla letteratura, è un
processo che vede le classi come una comunità di apprendimento, nella quale
interagiscono relazioni complesse. Il cambiamento verso l’educazione inclusiva, non si
può attuare con soluzioni veloci o suggerimenti per l’insegnamento preconfezionati, ma
necessita di tempo e di una conoscenza profonda dei contesti e delle relazioni che
convivono nelle classi (Medeghini, D’Alessio, Marra, Vadalà & Valtellina 2015).
La classe quindi come comunità di relazioni, in cui le relazioni interpersonali, si
basano su valori condivisi, in cui imparare a conoscersi porta a non attuare
comportamenti discriminatori. La classe come gruppo che apprende attraverso
confronti, interazioni, condivisioni, dove tutti gli alunni, con o senza disabilità
interagiscono con chiunque alla pari, fino ad arrivare a comprendere che rappresentano
un arricchimento, ci porta davanti all’apprendimento significativo dell’apprendimento
di gruppo.
Strategie innovative supportate dalle nuove tecnologie e metodologie
multimediali, attuato dai nativi digitali, fanno dell’apprendimento informale
un’autocostruzione collettiva del sapere ed un potenziale d’inclusione come il
100
Cooperative Learning, potenziato dalla versione telematica del Learning Circle (LC)
che ne favorisce l’inclusione e la socializzazione (Marafioti, 2016).
Il Flipped Classroom (FC) ovvero classe capovolta è un esempio moderno di
apprendimento innovativo, fatto di confronti e di veri e propri laboratori di studio, dove
lo studio individuale rappresenta un modo di personalizzare il proprio processo di
apprendimento e l’insegnamento diviene un processo in più fasi, attraverso la
realizzazione di materiali studio, ed esercitazioni di gruppo, in cui l’intero processo
formativo si “capovolge”. Questo approccio nasce per favorire la personalizzazione la
condivisione dell’apprendimento, ottimizzando il tempo e l’autonomia dell’alunno
(Maglioni e Biscaro, 2014; Pinelli e Fiorucci, 2016) che Dovigo descrive come:
cambiare il modo in cui la conoscenza e la competenza vengono strutturate
nella scuola (Dovigo, 2010, p.67).
Mobilitazione di risorse per accrescere la partecipazione all’apprendimento
tenendo ben presente che anche la diversità e gli alunni sono risorsa, poiché se le attività
si sviluppano attorno alla partecipazione di tutti, la necessità del sostegno si produce
nella risorsa stessa all’apprendimento.
3.5 Inclusione tra percezione e consapevolezza
L’inclusione, come già affermato, è un termine che può essere interpretato in
modo differente, determinando così percezioni e consapevolezze differenti.
L’educazione inclusiva e l’integrazione non sono sinonimi, dal momento che
traggono origine da diverse premesse teoriche che supportano differenti pratiche
scolastiche. Anche se la politica dell’integrazione (educare tutti i bambini insieme) può
essere considerata un punto d’inizio essenziale per lo sviluppo dell’inclusione,
l’integrazione e l’inclusione rappresentano due differenti approcci educativi con
differenti politiche associate (Cologon, D’Alessio, 2015, p. 182).
101
Quindi mentre l’integrazione riguarda l’inserimento degli alunni con disabilità o
bisogni educativi speciali in classi comuni, l’inclusione presuppone una evoluzione dei
contesti scolastici ed uno sviluppo sistematico per rispondere ai bisogni di ogni
individuo. Ovvero:
“l’integrazione è radicata in un modello della disabilità di tipo medico-
psicologico che posiziona il problema all’interno del bambino e cerca delle modalità
capaci di compensare i deficit individuali dell’allievo mentre l’inclusione sembra essere
supportata da modelli della disabilità di tipo sociale e dei diritti umani, che localizzano
il problema nel modo in cui gli approcci pedagogici, la valutazione, il curriculo, le
politiche e le strutture scolastiche possono ostacolare l’accesso, la partecipazione e il
successo formativo di uno specifico gruppo di allievi”(ibdem, p.183).
Essi infatti possono venire usati come sinonimi, senza tenere presente che
integrazione deriva da un processo culturale italiano, mentre inclusione deriva da un
processo culturale anglosassone (Canevaro,1999).
L’inclusione scolastica per l’autrice Hierro Parolin è un processo che richiede
impegno, solidarietà, una politica educativa precisa, competenza e volontà di costruire,
un mondo migliore (Hierro Parolini, 2010, p.31) ed inclusione secondo D’Alessio come
approccio complessivo che vede la realtà educativa, sociale e politica nella sua
globalità, prendendo in considerazione tutti gli alunni, intervenendo prima sui contesti e
poi sull’individuo (D’Alessio, 2005).
Dovigo fa notare inoltre che molti pensano sia una semplice sostituzione dei
termini, senza differenze di sostanza. Infatti c’è chi vede l’integrazione come
l’intervenire sulle disabilità, mentre l’inclusione l’intervenire sui DSA o BES. Ma
siccome ogni alunno durante il suo percorso di studi può sperimentare delle difficoltà, si
dà spazio agli interventi specialistici a discapito della valorizzazione del lavoro
educativo degli insegnanti. L’inclusione è quindi un processo in continua evoluzione; è
un progetto in itinere che attraverso un coinvolgimento di tutti dagli insegnanti agli
alunni trasforma le pratiche educative in una scuola (Dovigo, 2016).
Una scuola inclusiva, deve rispondere in modo adeguato ed equo a tutte le
diversità di ogni alunno. La situazione attuale nelle scuole italiane, presenta ancora delle
102
differenze, in quanto un alunno “certificato”, usufruisce di diritto a risorse aggiuntive
rispetto all’alunno senza certificazione sanitaria pur avendo necessità di interventi
individualizzati. La scuola non può avere
solo la percezione dell’inclusività, affermandone i valori, ma deve essere una scuola in
continua evoluzione, dove la didattica standard uguale per tutti, viene sostituita dalla
didattica delle differenziazioni, a supporto di alunni e famiglie utilizzando al meglio le
risorse e valorizzando le differenze individuali, fonte di ricchezza per ogni gruppo
classe di cui fa parte, poiché sono così, mettendo in azione i valori, provando e
sperimentando riesce a crescere nel suo percorso inclusivo (Ianes, Demo, Zambotti,
2010).
L’approccio inclusivo secondo l’Arcangeli è l’evoluzione del concetto
d’integrazione che va oltre le disabilità per soddisfare le esigenze di tutti e pone
l’attenzione sulle ultime indicazioni dell’UNESCO sintetizzandone le tre differenti
posizioni quali:
• la permanenza delle scuole speciali per i bambini con disabilità
particolari;
• universalizzazione della scuola inclusiva;
• trasformazione delle scuole verso una scuola inclusiva differente
a seconda delle realtà storico- culturali dei Paesi (Arcangeli, 2016).
L’inclusione come costrutto complesso e multifattoriale, sempre più dinamico,
per favorire il cambiamento sociale e non l’adattamento sociale, verso l’accoglienza
della diversità, della condivisione sociale ed affettiva, da parte di tutti (Fratini, 2016).
Le molteplici ricerche attuali, come affermato dalla European Agency for
Special Needs and Inclusive Education (2014), non vertono più su che cosa sia
l’educazione inclusiva e se sia giusto attuarla, bensì su come sia possibile farlo.
La varietà d’interpretazioni sull’inclusione è da rilevarsi sia sul piano culturale
che storico-geografico per cui risulta essere molto variegato nelle indagini empiriche il
modo d’individuare i campioni significativi e scegliere cosa misurare (D’Alessio, 2015).
103
L’inclusione deve essere vista come un’azione che produca valori inclusivi che
afferma un superamento dell’esclusione e promuovere l’inclusione, ma se non ci sono
forti valori radicalizzati ci troviamo davanti ad una percezione dell’inclusione fatta di
attuazione passiva ad ordini impartiti dall’alto. I valori inclusivi rappresentano le guide
fondamentali per acquisire consapevolezza dell’inclusione attraverso la realizzazione di
azioni concrete.
Solo sviluppando un quadro di valori acquisiamo consapevolezza dell’inclusione
colmando la distanza tra affermazioni e realizzazioni in cui dichiariamo che vogliamo
vivere ed educarci insieme gli uni con gli altri (Dovigo, 2016).
Tutto ciò nelle scuole si traduce nel collegare i curriculi, le attività
d’insegnamento e apprendimento e le relazioni tra minore ed adulti in un’interazione
continua.
Quando le scuole mettono a punto il loro quadro di valori, prendono
consapevolezza delle azioni e possono metterle in pratica, producendo inevitabilmente
cambiamenti nelle culture, politiche e pratiche della scuola stessa (Ibdem, 2016).
I valori possono essere compresi solo osservando le azioni; poiché è dalle
pratiche che si possono vedere quanto le politiche e le culture abbiano influenzato le
azioni.
È dalle pratiche che si evince la consapevolezza dei valori inclusivi attuati e non
nella percezione dei valori, e tutte le percezioni, come afferma Edgar Morin sono un
processo di ricostruzioni celebrali (Morin, 2001).
104
PARTE SECONDA: STUDIO EMPIRICO
105
CAPITOLO IV: STRUMENTI E METODOLOGIE
106
4.1 Metodologia
Il progetto di ricerca ha utilizzato una metodologia di tipo quantitativo, in cui
sono stati rilevati ed immagazzinati una grande quantità di dati utilizzando uno
strumento standardizzato a cui sono stati applicati test statistici di analisi dei dati.
Seguendo le prassi della metodologia quantitativa, sono stati definiti gli obiettivi di
ricerca e sono state formulate delle ipotesi in rifermento alla lettura sull’argomento ed
alle altre ricerche compiute riguardo l’oggetto del presente studio. E’ stato costruito il
protocollo di ricerca, in cui si utilizza la scala Likert a cinque punti come scala di
misura per tutte e tre le Dimensoni.
E’stato definito il campione di ricerca per la somministrazione del questionario, ovvero
i docenti curriculari e di sostegno della scuola dell’infanzia, della scuola primaria e delle
scuole secondarie di I e II grado.
Sì è provveduto a contattare i dirigenti scolastici delle scuole del comune di
Trapani, presentando il lavoro di ricerca. La somministrazione dei questionari è
avvenuta secondo due modalità differenti a discrezione del dirigente, ovvero durante le
ore pomeridiane di programmazione per la scuola primaria e dell’infanzia, e prima
dell’inizio dei collegi per le scuole secondarie di I e II grado, con un basso grado di
interazione tra ricercatore e partecipanti per evitare la contaminazione dei dati da parte
del ricercatore.
Si è così proceduto, alla raccolta dei dati e al loro trattamento con uso di matrice e
all’analisi statistica dei dati con il programma SPSS.
4.2 Obiettivi
Gli obiettivi principali di studio sono i seguenti:
• Conoscere la distribuzione di frequenze delle variabili socio-anagrafiche del
campione;
• Comparare le medie di risposta delle tre Dimensioni e delle Sezioni di ogni
Dimensione;
• Esplorare le medie di risposta degli indicatori di ogni Sezione;
107
• Conoscere le differenze tra le medie di risposta di ogni modalità delle
variabili socio-anagrafiche, nelle tre Dimensioni;
• Confrontare le medie di risposta per ogni variabile socio-anagrafica nelle tre
Dimensioni;
• Conoscere le distribuzioni di frequenza doppia fra il “Genere” e il “Grado di
scuola”;
• Confrontare le medie di risposta nei quattro gradi di scuola per gli indicatori
maggiormente positivi;
• Valutare la significatività delle relazioni tra gli indicatori e le variabili socio-
anagrafiche;
• Conoscere la distribuzione di frequenza doppia tra le variabili “Grado di
scuola “ e “Proprio ruolo” e alcuni indicatori.
Il questionario è stato rivolto a circa 600 docenti di scuola dell’infanzia, primaria
e secondaria di primo e secondo grado. Tra tutti gli invitati a partecipare, attraverso i
rispettivi dirigenti scolastici, hanno aderito all’iniziativa 373 docenti. L’indagine
esplorativa si è svolta nell’arco di circa 4 mesi da Settembre a Dicembre 2016 .
4.3 Il progetto di ricerca
Il presente lavoro nasce con l’obiettivo principale di analizzare l’orizzonte dei
valori delle convinzioni e delle abitudini, per rilevare se il concetto d’inclusione
scolastica da parte del campione docenti del comune di Trapani, sia solo percepito come
un insieme di valori e convinzioni, o invece venga attuato con consapevolezza
nell’organizzazione scolastica e nei modi in cui si insegna e si apprende, rilevando
anche le differente tra i vari gradi di scuola ovvero scuola dell’infanzia, scuola primaria,
scuola secondaria di I grado e scuola secondaria di II grado.
L’indagine è stata strutturata su tre Dimensioni: Culture, Politiche e Pratiche
secondo l’Index per l’inclusione e le loro Sezioni.
Il presente studio ha rivolto l’interesse verso dcenti del comune dii Trapani, in
Sicilia, nei quattro gradi di scuola.
108
4.4 Ipotesi di lavoro
Le ipotesi di studio sono:
• Indagare se la distribuzione di frequenze delle variabili socio-anagrafiche è
omogenea tra le modalità;
• Valutare la presenza di differenze tra le medie di risposta delle tre
Dimensioni e delle Sezioni;
• Verificare la presenza di indicatori che influiscono maggiormente nella
determinazione delle medie di risposta delle Dimensioni;
• Indagare quanto le variabili socio-anagrafiche influenzino le medie di
risposta nelle tre Dimensioni;
• Indagare la presenza di differenze tra le medie di risposta delle variabili
socio-anagrafiche, per le tre Dimensioni;
• Verificare la differenza fra le medie di risposta nei quattro gradi di scuola
per gli indicatori;
• Indagare le relazioni tra alcuni indicatori e le seguenti variabili socio-
anagrafiche (Grado di scuola in cui si presta servizio, Proprio ruolo e Fascia
di età).
4.5 Popolazione e campione
Il target della ricerca formato da 373 docenti tra uomini e donne è stato
individuato tra i docenti nei quattro ordini della scuola che sono:
• Scuola dell’infanzia;
• Scuola primaria;
• Scuola secondaria di I grado;
• Scuola secondaria di II grado (Liceo Scientifico; Liceo Classico; Istituto
Tecnico Tecnologico ed Istituto Professionale per l’Industria e l’Artigianato).
Gli istituti scolastici sono stati selezionati in quanto tra i più rappresentativi delle
differenti realtà scolastiche, con studenti provenienti da diverse estrazioni sociali.
109
4.6 Gli strumenti
Come strumento d’indagine è stato utilizzato il questionario, poiché esso è lo
strumento rappresentativo più utilizzato dalla comunità scientifica nell’ambito delle
indagini effettuate su campione. Ogni questionario somministrato si compone della
scheda socio-anagrafica e del questionario “Nuovo Index per l’inclusione” a risposte
chiuse, sviluppato in tre Dimensioni, ognuna suddivisa in due sezioni, formulato con 70
indicatori, sull’analisi dei valori inclusivi attraverso il creare culture, politiche e
pratiche.
Nella prima parte si richiedono informazioni generali sul soggetto intervistato:
• Genere;
• fascia di età;
• proprio ruolo;
• grado di scuola in cui presta servizio;
• contratto di lavoro;
• master o corso di perfezionamento frequentato negli ultimi tre anni;
• luogo di lavoro uguale alla città in cui vive;
Riguardo le tre Dimensioni del questionario abbiamo:
• Dimensione A “Creare Culture Inclusive” suddivisa in Sezione A1 “Costruire
comunità” costituita da 11 indicatori e Sezione A2 “Affermare valori inclusivi”
costituita da 10 indicatori;
• la Dimensione B “Creare Politiche Inclusive” suddivisa in Sezione B1
“Sviluppare la scuola per tutti” costituita da 13 indicatori e Sezione B2
“Organizzare il sostegno alla diversità” costituita da 9 indicatori;
• Dimensione C “Sviluppare Pratiche Inclusive” suddivisa in Sezione C1
“Costruire curricoli per tutti” costituita da 13 indicatori e Sezione C2
“Coordinare l’apprendimento” costituita da 14 indicatori.
Gli indicatori in totale sono 70 strutturati in affermazioni positive a cui si
risponde seguendo una scala Likert a 5 punti dove punteggi più bassi indicano maggiore
110
accordo verso l’affermazione. I valori della scala sono: 1 = moltissimo; 2 = abbastanza;
3 = poco; 4 = pochissimo; 5 = ho bisogno di maggiori informazioni.
4.7 Trattamento statistico dei dati
Le informazioni dei dati sono stati inseriti in Editor dati del programma SPSS,
riportando tutti i dati raccolti del soggetto intervistato. Le informazioni relative al
singolo soggetto sono state riportate sulle righe, quelle relative ai singoli indicatori del
questionario sulle colonne.
Le risposte sono state inserite nelle celle secondo la ricodifica numerica dei dati
per le variabili indipedenti della scheda socio-anagrafica; secondo i valori dell scala
Likert per gli indicatori del questionario.Dopo la tabulazione dei dati si è proceduto ad
effettuare i diversi tipi di analisi.
Sono stati eseguiti innanzitutto i calcoli statistici descrittivi per le variabili socio-
anagrafiche: “Genere”, “Fascia di età”, “Proprio ruolo”, “Grado di scuola in cui presta
servizio”, “Tipo di contratto di lavoro”, “Frequenza a corsi o master di
perfezionamento”, “Luogo di lavoro uguale o meno alla città in cui si vive”. Sono state
create le tabelle con le frequenze assolute e percentuali e i relativi grafici a barre.
Per le Dimensioni e le loro sezioni invece sono state create le tabelle con le
medie di risposta e gli indici di variabilità, i grafici a barre delle somme dei punteggi
degli indicatori e infine i grafici a barre per il confronto delle medie di risposta delle
sezioni.
Per verificare la differenza tra le medie di risposta delle modalità di ogni
variabile socio-anagrafica sono stati utilizzati il Test T, il Test Anova e inoltre le tavole
di contingenza e i valori delle statistiche Chi - Quadrato di Pearson e V di Cramer, con i
relativi p valori, per misurare lerelazioni tra le variabili.
Le relazioni hanno riguardato le seguenti variabili:
Genere con Dimensioni, Sezioni e Indicatori;
Fascia d’età con Dimensioni, Sezioni, Indicatori e Proprio ruolo;
Grado di scuola con Dimensioni, Sezioni e Indicatori
Contratto di lavoro con Dimensioni, Sezioni e Indicatori
111
Frequenza a master o corsi di perfezionamento con Dimensioni, Sezioni e
Indicatori
Luogo di lavoro con Dimensioni, Sezioni, Indicatori
Genere con Grado di scuola
Grado di scuola con Proprio Ruolo e Indicatori
112
CAPITOLO V: RISULTATI
113
5.1 Statistica descrittiva delle variabili socio-anagrafiche
Tabella 2: Distribuzione di frequenza del “Genere”
Frequenza Percentuale Percentuale valida Percentuale
cumulata
Validi
Maschio 50 13,4 13,4 13,4
Femmina 323 86,6 86,6 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 1: Distribuzione della variabile “Genere”
114
Nel campione di docenti coinvolti nel questionario, prevale la presenza
femminile con una percentuale dell’86,6% rispetto alla popolazione maschile che è del
13,4% (Grafico 1).
Tabella 3: Distribuzione di frequenza della “Fascia di età”
Frequenza Percentuale Percentuale valida Percentuale
cumulata
Validi
20-29 2 ,5 ,5 ,5
30-39 37 9,9 9,9 10,5
40-49 111 29,8 29,8 40,2
50-59 166 44,5 44,5 84,7
Oltre 60 57 15,3 15,3 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 2: Distribuzione della variabile “Fascia di età”
Il Grafico 2 evidenzia che la fascia di età prevalente è quella dai 50 ai 59 anni con una
percentuale del 44,50% seguita dalla fascia 40-49 (29,76%) e oltre i 60 anni (15,28%).
115
Tabella 4: Distribuzione di frequenza del “Proprio ruolo”
Frequenza Percentuale Percentuale
valida
Percentuale
cumulata
Validi
Docente curriculare 285 76,4 76,4 76,4
Docente di sostegno 88 23,6 23,6 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 3: Distribuzione della variabile “Proprio ruolo”
Nel campione di docenti intervistato prevale la figura del docente curriculare con
una percentuale del 76,41% mentre i docenti di sostegno rappresentano il 23,59%
(Grafico 3).
116
Tabella 5: Distribuzione di frequenza del “Grado di scuola in cui si presta
servizio”
Frequenza Percentuale Percentuale
valida
Percentuale
cumulata
Validi
Infanzia 62 16,6 16,6 16,6
Primaria 125 33,5 33,5 50,1
Secondaria di I grado 84 22,5 22,5 72,7
Secondaria di II grado 102 27,3 27,3 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 4: Distribuzione della variabile “Grado di scuola in cui si presta servizio”
La frequenza maggiore si ha nella scuola primaria con 125 docenti (33,51%), a
seguire la scuola secondaria di II grado con 102 docenti (27,35%), la scuola secondaria
di I grado con 84 (22,52%) edinfine la scuola dell’infanzia con 62 (16,62%), come si
vede in Tabella 5 e Grafico 4.
117
Tabella6: Distribuzione di frequenza del “Contratto di lavoro”
Frequenza Percentuale Percentuale
valida
Percentuale
cumulata
Validi
Tempo determinato 40 10,7 10,7 10,7
Tempo indeterminato 333 89,3 89,3 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 5: Distribuzione della variabile “Contratto di lavoro”
La Tabella 6 e il Grafico 5 mostrano che i contratti a tempo indeterminato hanno
una frequenza di 333 pari a una percentuale dell’89,28%mentre i contratti a tempo
determinato hanno una frequenza di 40 (10,72%).
118
Tabella7: Distribuzione di frequenza dei “Master o corsi di perfezionamento”
Frequenza Percentuale Percentuale valida Percentuale cumulata
Validi
si 143 38,3 38,3 38,3
no 230 61,7 61,7 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 6: Distribuzione della variabile “Master o corsi di perfezionamento”
Nel campione prevale la frequenza di 230 “no” (61,66%) di docenti che
negliultimi tre anni non hanno frequentato master o corsi di perfezionamento mentre il
38,34% deidocenti (143) hanno invece partecipato a Master o corsi di perfezionamento,
come mostrato nella Tabella 7 e nel Grafico 6.
119
Tabella8: Distribuzione di frequenza di “Lavora nella stessa città in cui vive”
Frequenza Percentuale Percentuale valida Percentuale cumulata
Validi
si 302 81,0 81,0 81,0
no 71 19,0 19,0 100,0
Totale 373 100,0 100,0
Grafico 7: Distribuzione della variabile “Lavora nella stessa città in cui vive”
Dalla Tabella 8 e dal Grafico 7 notiamo che la frequenza dei docenti che
lavorano nella stessa città in cui vive è di 302 pari all’80,97%.
La frequenza dei docenti che non lavorano nella stessa città in cui vive è di 71 pari al
19,03%.
120
5.2 Sintesi dei dati
Tabella 9: Indici di sintesi della “Dimensione A” CREARE CULTURE INCLUSIVE
Media di risposta
N Validi 373
Mancanti 0
Media 40,96
Deviazione std. 12,945
Varianza 167,585
Grafico 8: Distribuzione dei punteggi della “Dimensione A”
La Tabella 9 mostra che nella Dimensione A la media di risposta è di 40,96.
Il Grafico 8 è stato ottenuto sommando tutte le risposte dei docenti relative agli
indicatori della Dimensione A “Creare Culture Inclusive”. La somma dei punteggi per
121
questa Dimensionevaria da 21 a 86 e il punteggio 42 è quello con la frequenza più alta,
pari a 7,24%.
Tabella10: Indici di sintesi della “Sezione A1”
Costruire Comunità
Media di risposta
N Validi 373
Mancanti 0
Media 22,56
Deviazione std. 6,899
Varianza 47,596
Grafico 9: Distribuzione dei punteggi della “Sezione A1”
122
Nella Sezione A1 ”Costruire Comunità” la media di risposta è di 22.56, come si
evince dalla Tabella 10.
Il Grafico 9 mostra che la somma dei punteggi varia da 11 a 55 e il punteggio 22
è quello con la frequenza più alta, pari a 12.33%.
Grafico 10: Confronto medie di risposta “Sezione A1” e “Sezione A2”
Il Grafico 10 mostra che la Sezione A2 (Affermare valori inclusivi) ha una
media di risposta di 18.40.
Si riscontra, quindi, una differenza nella media di risposta tra le due sezioni della
Dimensione A ovvero 22,56 per A1 (Costruire Comunità) e 18,40 per A2 (Affermare
valori inclusivi).
Questo risultato fa intendere che nel “Creare Culture Inclusive” si mostra
maggiore positività nell’ “Affermare valori inclusivi” (con media più bassa) che
“Costruire comunità”.
123
Tabella 11: Indici di sintesi della “Dimensione B”
CREARE POLITICHE INCLUSIVE
Media di risposta
N Validi 373
Mancanti 0
Media 47,40
Deviazione std. 13,836
Varianza 191,445
Grafico 11: Distribuzione dei punteggi della “Dimensione B”
La Tabella 11 mostra che nella Dimensione B la media di risposta è di 47,40 che
risulta essere maggiore rispetto alla media di risposta per la Dimensione A (40,96).
124
Il Grafico 11 mostra che la somma dei punteggi varia da 22 a 110 e i punteggi
con la frequenza più alta sono 44 e 47, pari rispettivamente al 5,90% e al 6,43%.
Tabella 12: Indici di sintesi della “Sezione B1”
Sviluppare la scuola per tutti
Media di risposta
N Validi 373
Mancanti 0
Media 28,33
Deviazione std. 8,261
Varianza 68,242
Grafico 12: Distribuzione dei punteggi della “Sezione B1”
125
La Tabella 12 mostra che nella Sezione B1 la media di risposta è di 28,33.
La somma dei punteggi varia da 13 a 65 e i punteggi 26 e 30 sono quelli con la
frequenza più alta, pari rispettivamente al 7,24% e a 6,43%, come si evince dal Grafico
12.
Grafico 13: Confronto medie di risposta “Sezione B1” e “Sezione B2”
Nella Sezione B2 “Organizzare il sostegno alla diversità” la media di risposta è
di 19,08, come indicato nel Grafico 13.
Abbiamo riscontrato una differenza di media delle risposte tra le due sezioni
della Dimensione B ovvero 28,33 per B1 (Sviluppare la scuola per tutti) e 19,08 per B2
(Organizzare il sostegno alla diversità).
126
Si evidenzia che all’interno della “Creazione di politiche inclusive” (Dimensione
B) risulta che sia stata espressa maggiore positività nell’organizzare il sostegno alla
diversità piuttosto che nello sviluppare la scuola per tutti.
Inoltre si nota che la differenza nella media tra le due sezioni B1 e B2 è
maggiore rispetto alla differenza tra A1 e A2 (grafici 10 e 13).
Tabella 13: Indici di sintesi della “Dimensione C”
SVILUPPARE PRATICHE INCLUSIVE
Media delle risposte
Validi 373
Mancanti 0
Media 57,77
Deviazione std. 17,183
Varianza 295,239
Grafico 14: Distribuzione dei punteggi della “Dimensione C”
127
La Tabella 13 mostra che nella Dimensione C la media di risposta è di 57,77.
Il Grafico 14, invece, mostra che la somma dei punteggi per questa Dimensione
varia da 27 a 135 e il punteggio con la frequenza più alta è 54 pari al 6,70%.
Tabella 14: Indici di sintesi della “Sezione C1”
Costruire curriculi per tutti
Media di risposta
N Validi 373
Mancanti 0
Media 30,58
Deviazione std. 9,101
Varianza 82,819
Grafico 15: Distribuzione dei punteggi della “Sezione C1”
128
Nella Sezione C1 la media di risposta è di 30,58, come mostra la Tabella 14.
La somma dei punteggi varia da 13 a 65 e il punteggio 26 è quello con la
frequenza più alta pari al 9,92% (Grafico 15).
Grafico 16: Confronto medie di risposta “Sezione C1” e “ Sezione C2”
Nella Sezione C2 la media di risposta è di 27,19, come si evince dal Grafico 16.
Anche nella Dimensione C vi è differenza tra le medie di risposta delle due
Sezioni ovvero 30,58 per C1 (Costruire curricoli per tutti) e 27,19 per C2 (Coordinare
l’apprendimento) che però è minore rispetto alle altre due.
Si evidenzia quindi che all’interno dello “Sviluppare pratiche inclusive”
(Dimensione C) risulta sia stata espressa maggiore positività, con una media più bassa,
nel coordinare l’apprendimento piuttosto che nel costruire curricoli per tutti.
129
Tabella 15: Indici di sintesi delle tre Dimensioni
Media delle risposte
CREARE CULTURE
INCLUSIVE
CREARE POLITICHE
INCLUSIVE
SVILUPPARE
PRATICHE
INCLUSIVE
N Validi 373 373 373
Mancanti 0 0 0
Media 40,96 47,40 57,77
Deviazione std. 12,945 13,836 17,183
Varianza 167,585 191,445 295,239
Grafico 17: Confronto medie di Risposta delle tre Dimensioni
Confrontando le tre Dimensioni(nel Grafico 17) si evince che la media di
risposta della Dimensione A “Creare Culture Inclusive” è la più bassa (40,96), per la
Dimensione B “Creare Politiche Inclusive” è di (47,40) e per la Dimensione C
“Sviluppare Pratiche Inclusive” è di (57,77).
Questo risultato mostra che c’è un incremento nel valore della media di risposta
e che quindi vi è maggiore positività verso l’affermare culture inclusive (media piùbassa
130
per la Dimensione A), rispetto alle progettazioni organizzative (Dimensione B) e ancor
meno nelle pratiche organizzative (media più alta nella Dimensione C).
Tabella16: Confronto medie di risposta delle Sezioni, per ogni Dimensione
Medie di risposta
Sezione 1 Sezione 2 Differenza di medie
Dimensione A 22,56 18,40 4,16
Dimensione B 28,33 19,08 9,25
Dimensione C 30,58 27,19 3,39
Grafico 18: Confronto medie di risposta delle tre Dimensioni, suddivise per sezioni
131
Questo andamento crescente delle medie si evince anche confrontando tra loro le
prime Sezioni di ogni Dimensione, così come le seconde (Tabella 16).
C’è una maggiore differenza tra le medie delle Sezioni della Dimensione B
piuttosto che nelle altre (Grafico 18).
Grafico 19: Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione A1”
Il Grafico19 riporta le medie di risposta, nella Sezione A1, per i vari indicatori.
Si evidenzia che l’indicatore che esprime maggiore positività verso il “Costruire
Comunità” (con media più bassa) è A1.1 (Ciascuno è il benvenuto) con 1,58 mentre gli
indicatori A1.10 (La scuola e le comunità locali sostengono lo sviluppo reciproco) e
l’indicatore A1.6 (Il personale e i membri del consiglio d’istituto lavorano insieme in
132
modo più che soddisfacente) hanno medie di risposta più alta, rispettivamente 2,38 e
2,25 quindi meno positività verso le affermazioni di tali valori.
Grafico 20: Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione A2”
Confrontando le medie di risposta degli indicatori della Sezione A2, quello che
esprime maggiore positività verso l’”Affermare valori inclusivi” con la media più bassa
è A2.2 (La scuola promuove il rispetto dei diritti umani) con 1,67 mentre l’indicatore
A2.5 (Vi sono alte aspettative nei confronti di ogni alunno) ha media di risposta più alta,
pari a 2,09, come si può vedere nel Grafico 20.
133
Grafico 21: Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione B1”
Nel Grafico 21 si può vedere come, nella Sezione B1 “Sviluppare la scuola per
tutti”, i docenti hanno espresso maggiore positività per l’indicatore B1.7 (Tutti i nuovi
alunni vengono aiutati ad ambientarsi al meglio) che ha media più bassa, pari a 1,73,
mentre gli indicatori B1.12 (La scuola riduce le sue emissioni di CO e l’utilizzo di
acqua) e B1.13 (La scuola contribuisce alla riduzione dei rifiuti) hanno medie di risposta
più alta, entrambi pari a 2,71.
134
Grafico 22: Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione B2”
Nella Sezione B2 “Organizzare il sostegno alla diversità”, i docenti hanno
espresso maggiore positività per l’indicatore B2.9 (Il bullismo viene contrastato) che ha
media più bassa, pari a 1,83, mentre per l’B2.3 (Il sostegno all’apprendimento
dell’italiano come seconda lingua è una risorsa per l’intera scuola) hanno mostrato
meno positività verso tale affermazione, con media di risposta più alta pari a 2,60, come
mostrato nel Grafico 22.
135
Grafico 23: Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione C1”
Nella Sezione C1 “Costruire curricoli per tutti”, i docenti hanno espresso
maggiore positività per l’indicatore C1.8 (Gli alunni studiano la vita nell’ambiente
terrestre) che ha media più bassa, paria 1,98, mentre per l’indicatore C1.1 (Gli alunni
sperimentano i cicli di riproduzione e di consumo del cibo) hanno mostrato meno
positività verso tale affermazione con media di risposta più alta pari a 2,72 (Grafico 23).
136
Grafico 24: Confronto medie di risposta degli indicatori della “Sezione C2”
Il Grafico 24 evidenzia che, nella Sezione C2 “Coordinare l’apprendimento”, i
docenti hanno espresso maggiore positività perl’indicatore C2.8 (La disciplina è basata
sul rispetto reciproco) che ha media più bassa, pari a 1,74, mentre per l’indicatore
C2.14 (Le risorse presenti nel contesto locale della scuola sono conosciute e utilizzate)
hanno espresso meno positività verso tale affermazione con media di risposta più alta
pari a 2,24.
137
Tabella 17: Indici di sintesi delle tre Dimensioni per il “Genere”
Tabella 18: Test t per la variabile “Genere”
Test per campioni indipendenti
Test t di uguaglianza delle medie
t df Sig. (2-
code)
CREARE CULTURE
INCLUSIVE
Assumi varianze uguali 4,173 371 ,000
Non assumere varianze uguali 3,037 55,381 ,004
CREARE POLITICHE
INCLUSIVE
Assumi varianze uguali 3,893 371 ,000
Non assumere varianze uguali 3,032 56,820 ,004
SVILUPPARE PRATICHE
INCLUSIVE
Assumi varianze uguali 3,830 371 ,000
Non assumere varianze uguali 2,902 56,210 ,005
Da un esame dettagliato della statistica t, nella Tabella Test t per campioni
indipendenti (Tabella 18), si nota che c’è una differenza significativa nelle medie di
risposta per i due sessi nelle tre Dimensioni (Dimensione A: t = 4,173 e p < 0,001;
Dimensione B: t = 3,893 e p < 0,001; Dimensione C: t = 3,830 e p< 0,001) mostrando
che le femmine nelle culture inclusive, nella progettazione organizzativa e nelle pratiche
organizzative hanno una percezione e consapevolezza nelle azioni maggiore rispetto
agli uomini.
138
Grafico 25: Confronto medie di risposta “Maschi” e “Femmine”, nelle tre
Dimensioni
Nel Grafico 25 abbiamo, infatti, riportato le medie di risposta per i due sessi in
tutte e tre le Dimensioni.
Come si può vedere anche nel Grafico, sono le femmine a mostrare maggiore
positività verso gli indicatori, in tutte e tre le Dimensioni, avendo riscontrato medie di
risposta più basse.
In generale, possiamo affermare che esse mostrano una maggiore percezione e
consapevolezza dei valori inclusivi rispetto agli uomini, pur tuttavia evidenziando una
più ridotta positività nella realizzazione dei suddetti valori nelle pratiche organizzative
ed operative, così come mostra l’andamento crescente delle medie, per ogni sesso.
139
Inoltre, nella Dimensione C “Sviluppare Pratiche Inclusive” la differenza tra le
medie di risposta dei due sessi è maggiore (pari 9,80) rispetto alle differenze nelle altre
due Dimensioni.
Grafico 26: Confronto medie di risposta “Docente curriculare” e “Docente di
sostegno” nelle tre Dimensioni
Il p valore del Test T per campioni indipendenti non risulta significativo per la
variabile “Proprio Ruolo”, nelle tre Dimensioni, così come mostra il Grafico 26 in cui
non si evidenziano differenze significative tra le medie di risposta deidocenti curriculari
e di sostegno.
140
Grafico 27:Confronto medie di risposta “Tempo determinato” e “ Tempo
Indeterminato”, nelle tre Dimensioni
Il p valore del Test T per campioni indipendenti non risulta significativo per la
variabile “Contratto di lavoro” nelle tre Dimensioni, così come mostra il Grafico 27 in
cui non si evidenziano differenze significative tra le medie di risposta della situazione
lavorativa con contratto a tempo determinato e a tempo indeterminato, anche se nella
Dimensione B, sembra esserci una certa differenza.
141
Grafico 28: Confronto medie di risposta “Sì” e “No” nei master e corsi frequentati,
nelle tre Dimensioni
Il p valore del Test T per campioni indipendenti non risulta significativo per la
variabile “Master o corsi di perfezionamento” nelle tre Dimensioni, così come mostra il
Grafico 28 in cui non si evidenziano differenze significative tra le medie di risposta dei
docenti che hanno frequentato master o corsi di perfezionamento negli ultimi tre anni
(“sì”) rispetto ai “no”.
142
Grafico 29: Confronto medie di risposta “Sì” e “No” nel luogo di lavoro, nelle tre
Dimensioni
Il p valore del Test T per campioni indipendenti non risulta significativo per la
variabile “Lavora nella stessa città in cui vive” nelle tre Dimensioni, così come mostra il
Grafico 29 in cui non si evidenziano differenze significative tra le medie di risposta dei
docenti che lavorano nella stessa città in cui vive (“sì”) rispetto ai “no”.
143
Tabella 19: Anovaunivariata per la variabile “Fascia di età”
ANOVA univariata per fascia di età
DIMENSIONI Somma dei
quadrati
df Media dei
quadrati
F Sig.
CREARE CULTURE
INCLUSIVE
Fra gruppi 1341,717 4 335,429 2,024 ,091
Entro gruppi 60999,758 368 165,760
Totale 62341,475 372
CREARE POLITICHE
INCLUSIVE
Fra gruppi 1385,311 4 346,328 1,825 ,123
Entro gruppi 69832,367 368 189,762 Totale 71217,678 372
SVILUPPARE
PRATICHE INCLUSIVE
Fra gruppi 1507,363 4 376,841 1,280 ,277
Entro gruppi 108321,720 368 294,352
Totale 109829,083 372
Analizzando la varianza (Tabella Anovaunivariata), si riscontra che non ci sono
differenze significative tra le cinque fasce di età, in tutte e tre le Dimensioni, come
mostrato in Tabella 19.
Tabella 20: Anovaunivariata per la variabile “Grado di scuola”
ANOVA univariata per grado di scuola
DIMENSIONI Somma dei
quadrati
df Media dei
quadrati
F Sig.
CREARE CULTURE
INCLUSIVE
Fra gruppi 1869,515 3 623,172 3,803 ,010
Entro gruppi 60471,960 369 163,881
Totale 62341,475 372
CREARE POLITICHE
INCLUSIVE
Fra gruppi 3551,419 3 1183,806 6,456 ,000
Entro gruppi 67666,259 369 183,377 Totale 71217,678 372
SVILUPPARE PRATICHE
INCLUSIVE
Fra gruppi 7593,240 3 2531,080 9,135 ,000
Entro gruppi 102235,843 369 277,062
Totale 109829,083 372
144
Grafico 30: Confronto medie di risposta dei quattro gradi di scuola, nelle tre
Dimensioni
Analizzando la varianza e usando la statistica F (Tabella Anovaunivariata), sono
state individuate delle differenze significative tra i quattro gruppi della variabile “Grado
di scuola in cui si presta servizio” (Infanzia, Primaria, Secondaria di I grado e
Secondaria di II grado) ,in tutte e tre le Dimensioni (F = 3,803, p = 0,010 per la per
Dimensione A; F = 6,456, p < 0,001 per Dimensione B; F = 9,135, p < 0,001 per
Dimensione C) riscontrando che i docenti che prestano servizio nella scuola secondaria
di II grado hanno un profilo di percezione inferiore agli altri gruppi (con media di
risposta più alta) mostrando una ridotta propensione verso le affermazioni del quadro
dei valori inclusivi. Di contro la scuola primaria mostra, in tutte e tre le Dimensioni,
145
punteggi di medie significativamente più bassi e quindi maggiore positività verso
l’inclusività. Questi risultati emergono dalla Tabella 20 e dal Grafico 30.
Tabella 21: Tavola di contingenza “Grado di scuola” e “Genere”
Genere Totale
Maschio Femmina
Grado di scuola in cui si presta servizio
Infanzia 0 62 62
Primaria 2 123 125
Secondaria di I grado 15 69 84
Secondaria di II grado 33 69 102
Totale 50 323 373
Dai risultati dell’analisi della varianza e del Test T sono risultate statisticamente
significative, per lo studio dell’inclusività scolastica, le variabili “Genere” e “Grado di
scuola”.
Si è, quindi, proceduto ad approfondire, con la tavola di contingenza (Tabella
21), la frequenza di docenti maschi e femmine nei quattro gradi di scuola.
Come si vede, la maggiore frequenza maschile è osservata nella scuola
secondaria di II grado (33) mentre la primaria risulta avere la frequenza femminile
maggiore (123).
146
Tabella 22: Chi- Quadrato di Pearson e V di Cramer tra “Grado di scuola” e
“Genere”
Chi-quadrato
Valore Df Sig. asint. (2
vie)
Chi-quadrato di Pearson 57,587a 3 ,000
Misure simmetriche
Valore Sig. appross.
Nominale per nominale Phi ,393 ,000
V di Cramer ,393 ,000
N. di casi validi 373
La Tabella 22 riporta i valori delle statistiche Chi-Quadrato di Pearson e V di
Cramer, con i relativi p valori, per misurare la relazione tra le variabili “Genere” e
“Grado di scuola”.
Come si può vedere, entrambe le statistiche sono significative evidenziando una
relazione fra le due variabili.
Chi- Quadrato di Pearson: 57,587, p < 0,001; V di Cramer: 0,393, p < 0,001
147
Grafico 32: Confronto Grafici 25, 30 e 31 Grafico 25: Confronto medie di risposta “Maschi” Grafico 30: Confronto medie di risposta
dei
e “Femmine”, nelle tre Dimensioni quattro gradi di scuola, nelle tre Dimensioni
Grafico 31: Frequenze di “Maschi” e “Femmine” nei quattro gradi di scuola
148
Dall’analisi delle medie di risposta, considerando la variabile “Genere”, si è
riscontrato che i maschi hanno medie di risposta più alte in ciascuna delle tre
Dimensioni.
Pertanto, il sesso maschile ha espresso una minore positività rispetto alle
femmine, verso le affermazioni inclusive, con medie di risposta più alte, in tutte e tre le
Dimensioni (Grafico 25).
Inoltre, confrontando le medie di risposta nei vari gradi scolastici si è
evidenziata una media più alta, nella scuola secondaria di II grado (Grafico 30).
Questo risultato sembra essere, però, influenzato dal fatto che, proprio nella
scuola secondaria di secondo grado, è stata riscontrata una frequenza maggiore di
docenti maschi (Grafico31).
Tenendo conto di tali risultati, la minore positività espressa dai docenti della
scuola secondaria di II grado è influenzata dalla maggiore presenza di docenti maschi
che sono proprio quelli ad aver espresso un profilo di percezione inferiore rispetto alle
femmine nei valori e nelle pratiche organizzative e didattiche inclusive.
Nella precedente analisi delle medie di risposta degli indicatori, per ogni
Sezione, abbiamo individuato quelli più rappresentativi in termini di maggiore positività
espressa. Ciò, ci ha spinto a confrontare le medie di alcuni di questi nei quattro gradi di
scuola.
149
Grafico 33: Medie di risposta per l’indicatore “Ciascuno è il benvenuto” nei
quattro gradi di scuola
Il Grafico 33, relativo all’indicatore “Ciascuno è il benvenuto” (A1.1), evidenzia
un accordo fra la scuola dell’infanzia e la scuola primaria nell’affermazione
d’inclusività, con medie di risposta più basse (maggiore positività) rispetto alla scuola
secondaria di I grado e la scuola secondaria di II grado che concordano
nell’affermazione d’inclusività con medie di risposta più alte (minore positività).
150
Grafico 34: Medie di risposta per l’indicatore “La scuola promuove il rispetto dei
diritti umani” nei quattro gradi di scuola
Il Grafico 34, relativo all’indicatore “La scuola promuove il rispetto dei diritti
umani” (A2.2), mostra che la scuola dell’infanzia e la scuola primaria concordano
pienamente nell’incoraggiare il rispetto dei diritti umani con medie di risposta più bassa
e quasi uguali (1,56 e 1,57), medie che, seppur basse, aumentano per le scuole
secondarie (I e II grado) evidenziando una positività più contenuta verso tale
affermazione.
151
Grafico 35: Medie di risposta per l’indicatore “Tutti i nuovi alunni vengono aiutati
ad ambientarsi al meglio” nei quattro gradi di scuola
Per l’indicatore “Tutti i nuovi alunni vengono aiutati ad ambientarsi al meglio”
(B1.7), per cui in generale è espressa positività, emerge che la scuola primaria, con
media di risposte più basse (1,56), mostra maggiore propensione nello sviluppare una
scuola per tutti, rispetto agli altri gradi di scuola.
La scuola secondaria di II grado, sempre in tendenza con l’andamento generale
visto negli altri indicatori, presenta medie di risposta più alte (1,98), come si vede nel
Grafico 35.
152
Grafico 36: Medie di risposta per l’indicatore “Il bullismo viene contrastato” nei
quattro gradi di scuola
Il Grafico 36, relativo all’indicatore “Il bullismo viene contrastato”
(B2.9),evidenzia come media di risposta più alta quella della scuola secondaria di II
grado che ha minore positività rispetto alla secondaria di II grado e alla primaria, tra
loro concordanti, e ancor di più alla scuola dell’infanzia.
Le medie di risposta sembrano aumentare in relazione alle difficoltà che il
fenomeno può mostrare relativamente alla fascia di età degli studenti presenti nei
rispettivi gradi di scuola.
153
Grafico 37: Medie di risposta per l’indicatore “Gli alunni studiano la vita
nell’ambiente terrestre” nei quattro gradi di scuola
Il Grafico 37, relativo all’indicatore “Gli alunni studiano la vita dell’ambiente
terrestre” (C1.8)evidenzia maggiore propensione positiva, nello sviluppare curricoli per
tutti e la valorizzazione e sostenibilità dell’ambiente, nella scuola primaria che ha la
media di risposta più bassa (1,82) rispetto agli altri gradi scuola.
154
Grafico 38: Medie di risposta per l’indicatore “La disciplina è basata sul rispetto
reciproco”nei quattro gradi di scuola
Il Grafico 38, relativo all’indicatore “La disciplina è basata sul rispetto
reciproco” (C2.8), mostra la stessa tendenza di quello precedente. Il grado di scuola che
mostra maggiore positività verso tale affermazione, come modalità di soluzione
organizzativa, è la scuola primaria con la media di risposta più bassa (1,62).
La scuola che mostra la media di risposta più alta è la secondaria di II grado con
1,89.
Tra gli indicatori in cui è espressa minore positività, ne abbiamo individuati
alcuni e li abbiamo confrontati nei quattro gradi di scuola.
155
Grafico 39: Medie di risposta per l’indicatore “Il personale e i membri del
consiglio d’istituto lavorano insieme in modo più che soddisfacente” nei quattro
gradi di scuola
Il Grafico 39, relativo all’indicatore “Il personale e i membri del consiglio
d’istituto lavorano insieme in modo più che soddisfacente” (A1.5), mostra una tendenza
lineare e crescente a partire dalla scuola dell’infanzia, con media di risposta più bassa
(2,15), fino alla scuola secondaria di II grado con media di risposta più alta (2,36)
evidenziando che la partecipazione e la collaborazione risente di questa percezione
meno positiva come valore inclusivo.
156
Grafico 40: Medie di risposta per l’indicatore “Vi sono alte aspettative nei
confronti di ogni alunno” nei quattro gradi di scuola
Il Grafico 40, relativo all’indicatore “Vi sono alte aspettative nei confronti di
ogni alunno” (A2.5), evidenzia un approccio discordante tra i vari gradi di scuola.
La scuola primaria, con media di risposta più bassa (1,96), esprime
maggiormente una prospettiva inclusiva di uguaglianza che si riduce seppur di poco
nella scuola dell’infanzia (2,08) e maggiormente nelle scuole secondarie che
concordano nell’esprimere le loro opinioni con medie di risposta uguali (2,19).
157
Grafico 41: Medie di risposta per l’indicatore “Le risorse presenti nel contesto
locale della scuola sono conosciute e utilizzate” nei quattro gradi di scuola
Il Grafico 41, relativo all’indicatore “Le risorse presenti nel contesto locale della
scuola sono conosciute e utilizzate” (C2.14), indica che il grado di scuola che vede
maggiormente nelle risorse presenti nel contesto locale un arricchimento per l’intera
comunità scolastica è la scuola primaria che ha la media di risposta più bassa, pari a
2,02.
Le scuole dell’infanzia e secondaria di II grado mostrano, invece, un accordo
nella minore positività espressa da medie più alte, rispettivamente pari a 2,44 e 2,43.
La scuola secondaria di I grado ha espresso una opinione intermedia tra questi
due casi.
158
5.3 Analisi delle relazioni tra indicatori e variabili
È sembrato anche interessante valutare le relazioni fra gli indicatori, di ogni
Dimensione, e le variabili più di interesse per l’analisi utilizzando il test del Chi -
Quadrato di Pearson con la soglia di significatività fissata al 5%.
Tabella 23: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Grado di scuola in cui si presta servizio”, per la Dimensione A
Grado di scuola in cui si presta servizio A1.5 Il personale e le famiglie collaborano χ² = 22,949; p = 0,028 A1.9 Minori ed adulti sono sensibili ai vari modi in cui si manifestano le differenze di
genere χ² = 24,435; p = 0,018
A1.10 La scuola e le comunità locali sostengono lo sviluppo reciproco χ² = 28,950; p = 0,004
A1.11 Il personale stabilisce un collegamento continuo tra ciò che accade a scuola e la vita
familiare degli alunni χ² = 28,767; p = 0,004
A2.2 La scuola promuove il rispetto dei diritti umani χ² = 23,343; p = 0,025
A2.3 La scuola incoraggia a rispettare l’integrità del nostro pianeta χ² = 47,578; p < 0,001
A2.4 L’inclusione è vista come un modo per accrescere la partecipazione di tutti χ² = 27,083; p = 0,008
A2.9 La scuola incoraggia minori e adulti a sentirsi bene con sé stessi χ² = 25,491; p = 0,013
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione A “Creare
Culture Inclusive” con la variabile “Grado di scuola in cui si presta servizio”, abbiamo
riportato in Tabella 23 solo quelle risultate significative.
L’indicatore “La scuola incoraggia a rispettare l’integrità del nostro pianeta”
risulta essere quello maggiormente significativo con χ² pari a 47,578 e p-valore inferiore
a 0,001.
Tra gli indicatori significativi, riportati in Tabella,abbiamo scelto di riportare la
tavola di contingenza di quelli che a nostro parere sono più interessanti per questo tipo
di analisi, ovvero “Il personale e le famiglie collaborano”(A1.5) e“L’inclusione è vista
come un modo per accrescere la partecipazione di tutti” (A2.4).
159
Tabella 24: Tavola di contingenza tra “Il personale e le famiglie collaborano” e il
“Grado di scuola in cui si presta sevizio”
Grado di scuola in cui si presta servizio Totale
Infanzia Primaria Secondaria
di I grado
Secondaria
di II grado
A1.5 Il personale e le
famiglie collaborano
moltissimo 14 25 19 20 78
22,6% 20,0% 22,6% 19,6% 20,9%
abbastanza 39 72 42 46 199
62,9% 57,6% 50,0% 45,1% 53,4%
Poco 7 27 16 22 72
11,3% 21,6% 19,0% 21,6% 19,3%
pochissimo 2 0 5 9 16
3,2% 0,0% 6,0% 8,8% 4,3%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 2 5 8
0,0% 0,8% 2,4% 4,9% 2,1%
Totale 62 125 84 102 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 22,949 p= 0,028
La Tabella 24 riporta la tavola di contingenza fra il grado di scuola e l’indicatore
“Il personale e le famiglie collaborano”. Osservando i dati nel dettagliosi vede che
questa collaborazione è percepita in maniera positiva, pur mostrando differenze
percentuali. La scuola dell’infanzia, considerando la somma delle risposte “moltissimo”
ed “abbastanza” mostra maggiore positività, pari all’85,5% (22,6 + 62,9), rispetto alla
scuola secondaria di II grado che ha una percentuale inferiore, pari al 64,7% (19,6 +
45,1).
160
Tabella 25: Tavola di contingenza tra “L’inclusione è vista come un modo per
accrescere la partecipazione di tutti” e il “Grado di scuola in cui si presta servizio”
Grado di scuola in cui si presta servizio Totale
Infanzia Primaria Secondaria
di I grado
Secondaria
di II grado
A2.4 L’inclusione è vista come un
modo per accrescere la
partecipazione di tutti
moltissimo 20 55 36 26 137
32,3% 44,0% 42,9% 25,5% 36,7%
abbastanza 34 62 31 48 175
54,8% 49,6% 36,9% 47,1% 46,9%
Poco 6 5 13 22 46
9,7% 4,0% 15,5% 21,6% 12,3%
pochissimo 2 2 3 5 12
3,2% 1,6% 3,6% 4,9% 3,2%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 1 1 3
0,0% 0,8% 1,2% 1,0% 0,8%
Totale 62 125 84 102 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 27,083 p= 0,008
Per l’indicatore “L’inclusione è vista come un modo per accrescere la
partecipazione di tutti”(Tabella 25) si vede che l’opinione maggiormente positiva verso
l’inclusività è stata data dalla scuola primaria che, considerando le somme delle risposte
moltissimo ed abbastanza, ha una percentuale del 93,6% (44,0 + 49,6), seguita dalla
scuola secondaria di I grado con l’89,8% (42,9 + 36,9), dalla scuola dell’infanzia con
l’87,1% (32,3 + 54,8) e dalla secondaria di II grado con il 72,6% (25,5 + 47,1).
161
Tabella 26: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Grado di scuola in cui si presta servizio”, per la Dimensione B
Grado di scuola in cui si presta servizio B1.1 La scuola intraprende un processo di
sviluppo partecipato χ² = 25,677; p = 0,012
B1.3 La scuola mette chiaramente in evidenza il suo impegno a conferire incarichi evitando pregiudizi di genere, provenienza culturale, disabilità, età, orientamento sessuale o ogni
altro aspetto non rilevante per l’incarico
χ² = 34,796; p = 0,001
B1.4 Il personale è veramente interessato a conoscersi e ad approfondire le competenze
reciproche χ² = 22,521; p = 0,032
B1.5 I nuovi arrivati tra il personale vengono aiutati ad ambientarsi nella scuola χ² = 22,365; p = 0,034
B1.7 Tutti i nuovi alunni vengono aiutati ad ambientarsi al meglio χ² = 23,036; p = 0,027
B1.10 La scuola rende le proprie strutture fisicamente accessibili a tutte le persone χ² = 36,296; p < 0,001
B1.11 Gli edifici e le aree circostanti la scuola sono organizzati in modo da permettere la
partecipazione di tutti χ² = 46,003; p < 0,001
B1.12 La scuola riduce le sue emissioni di CO e l'utilizzo di acqua χ² = 37,134; p < 0,001
B1.13 La scuola contribuisce alla riduzione dei rifiuti χ² = 44,060; p < 0,001
B2.1 Tutti le forme di sostegno sono coordinate e adattate in modo che possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della
scuola.
χ² = 28,646; p = 0,004
B2.2 Le attività di formazione aiutano il personale a valorizzare le differenze
individuali degli alunni. χ² = 23,927; p = 0,021
B2.3 Il sostegno all'apprendimento dell'italiano come seconda lingua è una risorsa per l'intera
scuola. χ² = 25,709; p = 0,012
B2.4 La scuola sostiene la continuità educativa nei confronti degli alunni seguiti dai servizi
sociali. χ² = 41,264; p < 0,001
B2.6 Le regole sul comportamento sono legate all'apprendimento e allo sviluppo del curricolo. χ² = 28,381; p = 0,005
B2.9 Il bullismo viene contrastato. χ² = 22,591; p = 0,031
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione B “Creare
Politiche Inclusive” con la variabile “Grado di scuola in cui si presta servizio”, abbiamo
riportato in Tabella 26 solo quelle risultate significative.
162
L’indicatore “La scuola contribuisce alla riduzione dei rifiuti” risulta essere
quello maggiormente significativo con χ² pari a 44,060 e p-valore inferiore a 0,001.
Tra quelli significativi abbiamo scelto di riportare la tavola di contingenza di
B1.4 e B2.1.
Tabella 27: Tavola di contingenza tra “Il personale è veramente interessato a
conoscersi e ad approfondire le competenze reciproche” e il “Grado di scuola in
cui presta servizio”
Grado di scuola in cui si presta servizio Totale
Infanzia Primaria Secondaria
di I grado
Secondaria
di II grado
B1.4 Il personale è
veramente interessato a
conoscersi e ad approfondire le
competenze reciproche
Moltissimo 12 22 11 10 55
19,4% 17,6% 13,1% 9,8% 14,7%
Abbastanza 35 74 40 47 196
56,5% 59,2% 47,6% 46,1% 52,5%
Poco 13 27 28 33 101
21,0% 21,6% 33,3% 32,4% 27,1%
Pochissimo 2 1 3 9 15
3,2% 0,8% 3,6% 8,8% 4,0%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 2 3 6
0,0% 0,8% 2,4% 2,9% 1,6%
Totale 62 125 84 102 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 22,521 p= 0,032
Per l’indicatore “Il personale è veramente interessato a conoscersi e ad
approfondire le competenze reciproche” (Tabella 27),l’opinione maggiormente positiva
verso l’approfondire le competenze tra il personale è stata data dalla scuola primaria
che, considerando le somme delle risposte “moltissimo” ed “abbastanza”, ha una
frequenza percentuale dell’76,8% (17,6 + 59,2). Si riscontra, inoltre, la percezione
peggiore (nella risposta “pochissimo”) nella scuola secondaria di II grado che ha una
percentuale pari all’8,8% evidenziando che, fra i docenti, c’è poca predisposizione ad
approfondire le competenze reciproche e a sviluppare una scuola per tutti, nelle pratiche
organizzative.
163
Tabella 28: Tavola di contingenza tra “Tutti le forme di sostegno sono coordinate e
adattate in modo che possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della scuola” e il
“Grado di scuola in cui presta servizio”
Grado di scuola in cui si presta servizio Totale
Infanzia Primaria Secondaria
di I grado
Secondaria
di II grado
B2.1 Tutti le forme di sostegno sono
coordinate e adattate in modo
che possano contribuire a uno
sviluppo inclusivo della scuola.
moltissimo 17 25 24 15 81
27,4% 20,0% 28,6% 14,7% 21,7%
abbastanza 35 81 40 46 202
56,5% 64,8% 47,6% 45,1% 54,2%
Poco 9 16 14 32 71
14,5% 12,8% 16,7% 31,4% 19,0%
pochissimo 1 2 4 6 13
1,6% 1,6% 4,8% 5,9% 3,5%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 2 3 6
0,0% 0,8% 2,4% 2,9% 1,6%
Totale 62 125 84 102 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 28,646 p= 0,004
Per l’indicatore “Tutti le forme di sostegno sono coordinate e adattate in modo
che possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della scuola” (Tabella 28),
considerando le somme delle risposte “moltissimo” e “abbastanza”, è stato espresso
maggiore accordo dalla scuola primaria che ha una percentuale dell’84,8% (20,0 +
64,8), seguita dalla scuola dell’infanzia con l’83,9%. (27,4 + 56,5).
Se si considerano, invece, le somme delle risposte “poco” e“pochissimo”, è
rilevante notare anche che il 37,3% (31,4 + 5,9) dei docenti della scuola secondaria di II
grado hanno risposto ritenendo che le forme di sostegno sono poco o pochissimo
coordinate ed adattate per contribuire ad accrescere la capacità organizzativa della
scuola verso uno sviluppo inclusivo.
164
Tabella 29: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Grado di scuola in cui si presta servizio”, per la Dimensione C
Grado di scuola in cui si presta servizio C1.1 Gli alunni sperimentano i cicli di
produzione e di consumo del cibo. χ² = 58,549; p < 0,001
C1.2 Gli alunni fanno ricerche sull'importanza dell'acqua. χ² = 39,180; p < 0,001
C1.3 Gli alunni studiano l'abbigliamento e la cura del corpo. χ² = 61,240; p < 0,001
C1.4 Gli alunni analizzano le strutture abitative e il rapporto tra costruzione e
ambiente naturale. χ² = 41,585; p < 0,001
C1.5 Gli alunni riflettono su come e perché le persone si spostano sia nel contesto
locale che in quello globale. χ² = 36,697; p < 0,001
C1.6 Gli alunni imparano l'importanza della salute e delle relazioni. χ² = 23,349; p = 0,025
C1.7 Gli alunni studiano la Terra, il sistema solare e l'universo. χ² = 20,629; p = 0,056
C1.9 Gli alunni fanno ricerche sulle fonti energetiche. χ² = 48,207; p < 0,001
C1.10 Gli alunni imparano l'importanza della comunicazione e delle tecnologie per
la comunicazione. χ² = 37,859; p < 0,001
C1.11 Gli alunni si appassionano alla letteratura, all'arte e alla musica e danno
vita a creazioni personali. χ² = 22,043; p = 0,037
C.12 Gli alunni imparano l'importanza del lavoro e come questo sia connesso allo
sviluppo dei loro interessi. χ² = 23,413; p = 0,024
C2.1 Le attività per l'apprendimento sono progettate tenendo presenti le capacità di tutti
gli alunni. χ² = 29,840; p = 0,003
C2.2 Le attività per l'apprendimento stimolano la partecipazione di tutti gli alunni. χ² = 36,762; p < 0,001
C2.4 Gli alunni sono attivamente coinvolti nel proprio apprendimento. χ² = 28,325; p = 0,005
C2.5 Gli alunni apprendono in modo cooperativo. χ² = 40,416; p < 0,001
C2.6 Le lezioni sviluppano la comprensione delle somiglianze e delle differenze tra le
persone. χ² = 22,093; p = 0,036
C2.9 Il personale collabora attivamente nel progettare, insegnare e valutare. χ² = 32,058; p = 0,001
C2.10 Il personale sviluppa risorse χ² = 35,542; p < 0,001
165
condivise a sostegno dell’apprendimento. C2.11 Il personale di sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni.
χ² = 58,913; p < 0,001
C2.12 Le attività di studio a casa sono organizzate in modo da contribuire
all’apprendimento di ciascun alunno. χ² = 30,113; p = 0,003
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione C “Sviluppare
Pratiche Inclusive” con la variabile “Grado di scuola in cui si presta servizio”, abbiamo
riportato in Tabella 29 solo quelle risultate significative.
L’indicatore “Gli alunni studiano l'abbigliamento e la cura del corpo” risulta
essere quello maggiormente significativo con χ² pari a61,240 e p-valore inferiore a
0,001.
Tra quelli significativi abbiamo scelto di riportare la tavola di contingenza di
C2.9 e C2.11.
Tabella 30: Tavola di contingenza tra “Il personale collabora attivamente nel
progettare, insegnare e valutare” eil “Grado di scuola in cui si presta servizio”, per
la Dimensione C
Grado di scuola in cui si presta servizio Totale
Infanzia Primaria Secondaria
di I grado
Secondaria
di II grado
C2.9 Il personale
collabora attivamente nel
progettare, insegnare e
valutare
moltissimo 24 50 24 19 117
38,7% 40,0% 28,6% 18,6% 31,4%
abbastanza 34 66 44 53 197
54,8% 52,8% 52,4% 52,0% 52,8%
Poco 3 7 11 22 43
4,8% 5,6% 13,1% 21,6% 11,5%
pochissimo 1 1 4 6 12
1,6% 0,8% 4,8% 5,9% 3,2%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 1 2 4
0,0% 0,8% 1,2% 2,0% 1,1%
Totale 62 125 84 102 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
166
Significatività Chi-quadrato = 32,058 p< 0,001
Per l’indicatore “Il personale collabora attivamente nel progettare, insegnare e
valutare” (Tabella 30), si riscontra un’opinione positiva generale. Le percentuali più
alte, considerando le somme delle risposte “moltissimo” e“abbastanza”, si riscontrano
nella scuola dell’infanzia e nella scuola primaria che hanno percentuali rispettivamente
pari al 93,5% (38,7 + 54,8) e al 92,8% (40,0 + 52,8) mostrando maggiore propensione
nel coordinare l’apprendimento.
Tabella 31: Tavola di contingenza tra “Il personale di sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni” e il “Grado di scuola in
cui si presta servizio”
Grado di scuola in cui si presta servizio Totale
Infanzia Primaria Secondaria
di I grado
Secondaria
di II grado
C2.11 Il personale di
sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni
moltissimo 23 48 28 31 130
37,1% 38,4% 33,3% 30,4% 34,9%
abbastanza 34 71 39 31 175
54,8% 56,8% 46,4% 30,4% 46,9%
Poco 4 3 12 24 43
6,5% 2,4% 14,3% 23,5% 11,5%
pochissimo 1 2 4 5 12
1,6% 1,6% 4,8% 4,9% 3,2%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 1 11 13
0,0% 0,8% 1,2% 10,8% 3,5%
Totale 62 125 84 102 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 58,913 p< 0,001
Per l’indicatore “Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e la
partecipazione di tutti gli alunni” (Tabella 31), si riscontra un’opinione positiva
generale. Confermando le tendenze dell’indicatore precedente, le scuole primarie e
dell’infanzia hanno le percentuali più alte di risposte “moltissimo”e “abbastanza”. Si
riscontra, inoltre, che il 28,4 % (23,5 + 4,9) dei docenti della scuola secondaria di II
167
grado ritiene, invece, che il personale di sostegno favorisca poco o pochissimo
l’apprendimento e la partecipazione di tutti. Di contro, solo il 4 % (2,4 + 1,6) dei
docenti della scuola primaria ha risposto “poco” o “pochissimo” a questo indicatore.
Tabella 32: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Proprio ruolo”, per la Dimensione C
Proprio ruol C1.13 Gli alunni imparano che cosa sono
l'etica, il potere e la democrazia. χ² = 15,563; p = 0,004
C2.14 Le risorse presenti nel contesto locale della scuola sono conosciute e
utilizzate. χ² = 10,143; p = 0,038
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione C “Sviluppare
Pratiche Inclusive” con la variabile “Proprio ruolo”, abbiamo riportato in Tabella 32
solo quelle risultate significative.
L’indicatore “Gli alunni imparano che cosa sono l'etica, il potere e la
democrazia” risulta essere quello maggiormente significativo con χ² pari a15,563 e p
valore pari a 0,004.
Si è scelto di riportare la tavola di contingenza del solo indicatore C2.14 che, a
nostro parere, è più interessante.
168
Tabella 33: Tavola di contingenza tra “Le risorse presenti nel contesto locale della
scuola sono conosciute ed utilizzate” e il “Proprio Ruolo”
Proprio Ruolo Totale
Docente
curriculare
Docente di
sostegno
C2.14
Le risorse presenti nel contesto locale della
scuola sono conosciute e utilizzate
moltissimo 48 13 61
16,8% 14,8% 16,4%
abbastanza 152 54 206
53,3% 61,4% 55,2%
Poco 60 12 72
21,1% 13,6% 19,3%
pochissimo 20 3 23
7,0% 3,4% 6,2%
Ho bisogno di
informazioni
5 6 11
1,8% 6,8% 2,9%
Totale 285 88 373
100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 10,143 p= 0,038
Per l’indicatore “Le risorse presenti nel contesto locale della scuola sono
conosciute e utilizzate” (Tabella 33) si nota che, considerando le somme delle risposte
“moltissimo” e“abbastanza”, i docenti di sostegno mostrano una percentuale del 76,2%
(14,8 + 61,4) e i docenti curriculari pari al 70,1% (16,8 + 53,3) evidenziando quindi
positività verso l’arricchimento della scuola relazionandosi con le risorse presenti nel
contesto locale.
Guardando, invece, le risposte più negative all’indicatore, sommando le
frequenze di “poco” e “pochissimo”, i docenti curriculari hanno una percentuale del
28,1% (21,1 + 7,0) mentre i docenti di sostegno del 17% (13,6 + 3,4). Ciò sta a indicare
che, principalmente tra i docenti curriculare, una percentuale alta ritiene che le risorse
locali siano poco conosciute e utilizzate, mostrando una comunità scolastica non ancora
pienamente inclusiva.
169
Tabella 34: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Fascia di età”, per la Dimensione A
Fascia di età A1.1 Ciascuno è il benvenuto. χ² = 29,941; p = 0,018 A1.5 Il personale e le famiglie
collaborano. χ² = 44,831; p < 0,001
A1.8 La scuola stimola a capire le relazioni tra le persone, ovunque nel
mondo. χ² = 33,756; p = 0,006
A1.9 Minori ed adulti sono sensibili ai vari modi in cui si manifestano le differenze di
genere. χ² = 49,291; p < 0,001
A1.10 La scuola e le comunità locali sostengono lo sviluppo reciproco. χ² = 27,684; p = 0,034
A2.1 La scuola sviluppa valori inclusivi condivisi χ² = 34,831; p = 0,004
A2.2 La scuola promuove il rispetto dei diritti umani χ² = 28,133; p = 0,030
A2.3 La scuola incoraggia a rispettare l’integrità del nostro pianeta χ² = 27,072; p = 0,041
A2.4 L’inclusione è vista come un modo per accrescere la partecipazione di tutti. χ² = 27,216; p = 0,039
A2.5 Vi sono alte aspettative nei confronti di ogni alunno. χ² = 32,761; p = 0,008
A2.6 Gli alunni sono valorizzati in modo uguale. χ² = 28,996; p = 0,024
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione A “Creare
culture inclusive” con la variabile “Fascia di età”, abbiamo riportato in Tabella 34 solo
quelle risultate significative.
L’indicatore “Minori ed adulti sono sensibili ai vari modi in cui si manifestano le
differenze di genere” risulta essere quello maggiormente significativo con χ² pari a
49,291 e p valore inferiore a 0,001. Si è scelto di considerare la tavola di contingenza
dell’indicatore A2.6.
170
Tabella 35: Tavola di contingenza tra “Gli alunni sono valorizzati in modo uguale”
e “Fascia di età”
Fascia di età Totale
20...29 30...39 40...49 50...59 60...
A2.6 Gli alunni sono
valorizzati in modo uguale
moltissimo 1 15 35 60 15 126
50,0% 40,5% 31,5% 36,1% 26,3% 33,8%
abbastanza 0 18 60 75 31 184
0,0% 48,6% 54,1% 45,2% 54,4% 49,3%
Poco 0 2 14 21 8 45
0,0% 5,4% 12,6% 12,7% 14,0% 12,1%
pochissimo 1 0 1 8 3 13
50,0% 0,0% 0,9% 4,8% 5,3% 3,5%
Ho bisogno di
informazioni
0 2 1 2 0 5
0,0% 5,4% 0,9% 1,2% 0,0% 1,3%
Totale 2 37 111 166 57 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 28,996 p= 0,024
Per l’indicatore “Gli alunni sono valorizzati in modo uguale” (Tabella 35), si
mostra un interesse verso l’uguaglianza percepito in modo positivo, in tutte le fasce di
età.
La fascia di età dai 30 ai 39 anni con una percentuale totale del 89,1%
(40,5+48,6), considerando la somma delle risposte moltissimo ed abbastanza esprime la
maggiore positività. Di contro, nelle fasce di età “50-59” e “oltre 60”, nonostante una
percentuale alta di docenti ha espresso positività, si riscontra, però, la maggiore
percezione negativa, con percentuali, rispettivamente, pari a 17,5% (12,7 + 4,8) e 19,3%
(14,0 + 5,3).
In generale, possiamo affermare che vi è un’alta percezione dell’uguaglianza
delle persone in quanto detentrici di uguali diritti.
171
Tabella 36: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Fascia di età”, per la Dimensione B
Fascia di età B2.1 Tutti le forme di sostegno sono
coordinate e adattate in modo che possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della
scuola.
χ² = 37,777; p = 0,002
B2.2 Le attività di formazione aiutano il personale a valorizzare le differenze
individuali degli alunni. χ² = 28,713; p = 0,026
B2.5 La scuola assicura che le politiche rivolte ai bisogni educativi speciali siano
inclusive. χ² = 30,169; p = 0,017
B2.9 Il bullismo viene contrastato. χ² = 33,500; p = 0,006
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione B “Creare
politiche inclusive” con la variabile “Fascia di età”, abbiamo riportato in Tabella 36 solo
quelle risultate significative.
L’indicatore “Tutti le forme di sostegno sono coordinate e adattate in modo che
possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della scuola” risulta essere quello
maggiormente significativo con χ² pari a 37,777 e p valore uguale a 0,002. Si è scelto di
considerare la tavola di contingenza dell’indicatore B2.9.
172
Tabella 37: Tavola di contingenza tra “Il bullismo viene contrastato” e la “Fascia
di età”
Fascia di età Totale
20...29 30...39 40...49 50...59 60...
B2.9 Il bullismo viene
contrastato
moltissimo 0 17 49 63 29 158
0,0% 45,9% 44,1% 38,0% 50,9% 42,4%
abbastanza 0 15 51 72 18 156
0,0% 40,5% 45,9% 43,4% 31,6% 41,8%
Poco 1 3 8 20 4 36
50,0% 8,1% 7,2% 12,0% 7,0% 9,7%
pochissimo 1 1 0 7 2 11
50,0% 2,7% 0,0% 4,2% 3,5% 2,9%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 3 4 4 12
0,0% 2,7% 2,7% 2,4% 7,0% 3,2%
Totale 2 37 111 166 57 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 33,500 p= 0,006
Dall’analisi dell’indicatore “Il bullismo viene contrastato” (Tabella 37) emerge
una opinione pressoché omogenea e positiva, in tutte le fasce di età, nel contrastare il
bullismo.
Richiama all’attenzione la fascia di età 50-59 che ha espresso la maggiore
negatività, rispetto alle altre fasce di età, con una percentuale totale del 16,2% (12,0 +
4,2), sommando le frequenze delle risposte “poco” e ”pochissimo”.
173
Tabella 38: Tabella riassuntiva della significatività delle relazioni tra indicatori e
“Fascia di età”, per la Dimensione C
Fascia di età C1.1 Gli alunni sperimentano i cicli di
produzione e di consumo del cibo. χ² = 27,362; p = 0,038
C1.4 Gli alunni analizzano le strutture abitative e il rapporto tra costruzione e
ambiente naturale. χ² = 31,981; p = 0,010
C1.5 Gli alunni riflettono su come e perché le persone si spostano sia nel contesto
locale che in quello globale. χ² = 31,527; p = 0,012
C1.6 Gli alunni imparano l'importanza della salute e delle relazioni. χ² = 30,090; p = 0,018
C1.8 Gli alunni studiano la vita nell'ambiente terrestre. χ² = 32,209; p = 0,009
C1.9 Gli alunni fanno ricerche sulle fonti energetiche. χ² = 33,581; p = 0,006
C1.10 Gli alunni imparano l'importanza della comunicazione e delle tecnologie per
la comunicazione. χ² = 26,913; p = 0,042
C1.11 Gli alunni si appassionano alla letteratura, all'arte e alla musica e danno
vita a creazioni personali. χ² = 28,759; p = 0,026
C1.12 Gli alunni imparano l'importanza del lavoro e come questo sia connesso allo
sviluppo dei loro interessi. χ² = 26,770; p = 0,044
C2.9 Il personale collabora attivamente nel progettare, insegnare e valutare. χ² = 35,454; p = 0,003
C2.11 Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e la partecipazione di tutti
gli alunni. χ² = 26,288; p = 0,050
Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori della Dimensione C “Sviluppare
pratiche inclusive” con la variabile “Fascia di età”, abbiamo riportato in Tabella 37 solo
quelle risultate significative.
L’indicatore “Il personale collabora attivamente nel progettare, insegnare e
valutare” risulta essere quello maggiormente significativo con χ² pari a 35,454 e p
valore uguale a 0,003. Si è scelto di considerare la tavola di contingenza dell’indicatore
C2.11.
174
Tabella 39: Tavola di contingenza tra “Il personale di sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni” e “Fascia di età”
Fascia di età Totale
20...29 30...39 40...49 50...59 60...
C2.11 Il personale di
sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni
moltissimo 1 19 40 50 20 130
50,0% 51,4% 36,0% 30,1% 35,1% 34,9%
abbastanza 1 15 61 77 21 175
50,0% 40,5% 55,0% 46,4% 36,8% 46,9%
Poco 0 2 7 27 7 43
0,0% 5,4% 6,3% 16,3% 12,3% 11,5%
pochissimo 0 0 1 6 5 12
0,0% 0,0% 0,9% 3,6% 8,8% 3,2%
Ho bisogno di
informazioni
0 1 2 6 4 13
0,0% 2,7% 1,8% 3,6% 7,0% 3,5%
Totale 2 37 111 166 57 373
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
Significatività Chi-quadrato = 26,288 p= 0,050
Dall’analisi dell’indicatore “Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e
la partecipazione di tutti gli alunni” emerge che la maggiore positività, considerando la
somma delle risposte “moltissimo” e “abbastanza”, è espressa dalle fasce di età “30-39”
(91,4 % = 51,4 + 40,5) e “40-49” (91 % = 36 + 55).
Di contro, le fasce di età “50-59” e “oltre 60” hanno opinioni peggiori sul
coordinamento didattico verso tutti gli alunni da parte del personale di sostegno, con
percentuali rispettivamente pari a 19,9 % (16,3 + 3,6) e 21,1 % (12,3 + 8,8).
Infine, si è pensato di analizzare l’andamento delle medie di risposta, per alcuni
indicatori, nei quattro gradi scolastici differenziando questo andamento tra docenti
curriculari e di sostegno.
175
Grafico 42: Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei
vari gradi di scuola per l’indicatore “Il personale e le famiglie collaborano”
Il Grafico 42 confronta le medie di risposta tra i docenti curriculari e quelli di
sostegno nei quattro gradi di scuola per l’indicatore “Il personale e le famiglie
collaborano”.
Innanzitutto, la scuola dell’infanzia è quella che mostra una maggiore
propensione alla collaborazione, sia per i docenti curriculari che per i docenti di
sostegno che si trovano in accordo.
La scuola secondaria di II grado mostra, invece, una minore positività verso la
collaborazione tra personale e famiglie e un disaccordo tra i docenti curriculari (media
di risposta più bassa) e i docenti di sostegno, i quali hanno una percezione peggiore
della collaborazione tra personale e famiglie.
Le tendenze, quindi, delle medie di risposta per i docenti curriculari e di
sostegno sono diverse. Infatti, i docenti curriculari sembrano essere completamente in
176
accordo in tutte e quattro i gradi di scuola mentre la tendenza, per i docenti di sostegno,
mostra un accordo nei primi tre gradi di scuola ed evidenzia una percezione peggiore
nella suddetta collaborazione per la scuola secondaria di II grado.
Grafico43: Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei
vari gradi di scuola per l’indicatore“La scuola sviluppa valori inclusivi condivisi ”
Il Grafico 43 mostra che le tendenze delle medie di risposta dei docenti
curriculari e di sostegno, nei quattro gradi di scuola per l’indicatore “La scuola sviluppa
valori inclusivi condivisi” confermano quelle viste precedentemente.
Infatti, nei primi tre gradi di scuola, sembra esserci un accordo tra i docenti curriculari e
di sostegno nella maggiore propensione a sviluppare valori inclusivi condivisi (medie
più basse).
177
Nella scuola secondaria di II grado, invece, c’è una minore positività verso lo
sviluppo di questi valori con un disaccordo tra i docenti curriculari (media di risposta
più bassa) e i docenti di sostegno che evidenziano percezione peggiore nello sviluppo
dei valori inclusivi in modo condiviso (media di risposta più alta).
Grafico44: Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei
vari gradi di scuola per l’indicatore “L’inclusione è vista come un modo per
accrescere la partecipazione di tutti ”
Il Grafico 44 mostra, nei primi tre gradi di scuola, un accordo tra i docenti
curriculari e di sostegno nella maggiore propensione a favorire l’inclusione per
accrescere la partecipazione di tutti, confermando le tendenze delle medie di risposta dei
docenti curriculari e di sostegno viste precedentemente. Infatti anche per questo
indicatore, nella scuola secondaria di II grado, c’è una minore positività verso lo
sviluppo di questi valori con un disaccordo tra i docenti curriculari (media di risposta
178
più bassa) e i docenti di sostegno che evidenziano ancora una percezione peggiore nella
condivisione dei valori inclusivi.
Grafico45: Confronto medie di risposta tra docenti curriculari e di sostegno, nei
vari gradi di scuola per l’indicatore“La scuola intraprende un processo di sviluppo
partecipato”
Il Grafico 45 mostra un accordo, con medie di risposta in generale basse, tra i
docenti curriculari e i docenti di sostegno in ognuno dei primi tre gradi di scuola.
Le medie di risposta più alte si riscontrano, invece, nella scuola secondaria di II
grado anche se c’è un disaccordo tra docenti curriculari e di sostegno che evidenziano
una ulteriore percezione peggiore nella condivisione dei valori inclusivi.
179
Grafico46: Confronto medie di risposta per l’indicatore “Il personale di sostegno
favorisce l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni” con il “Grado di
scuola in cui si presta servizio” e “Proprio Ruolo”
Nel Grafico 46 si nota una tendenza simile nell’andamento delle medie dei
docenti curriculari e di sostegno.
Le medie di risposta dei docenti curriculari sono sempre più alte rispetto ai
docenti di sostegno.
Si evidenzia, nelle scuole dell’infanzia e primaria un accordo tra docenti
curriculari e di sostegno, che hanno medie di risposta basse.
Per la scuola secondaria di I grado, si evince un disaccordo di opinioni tra i
docenti, nel favorire la pratica didattica verso tutti gli alunni da parte del personale di
180
sostegno, in quanto i docenti di sostegno (con media bassa) concordano con i primi due
gradi scolastici mentre i
docenti curriculari hanno una media più alta, quindi, una peggiore opinione
verso l’indicatore.
Stranamente, si riscontra un accordo tra i docenti della scuola secondaria di II
grado nel percepire in maniera minore
181
CAPITOLO VI: CONCLUSIONI
182
6.1 Discussione dei risultati
La totalità del campione è costituito da 373 docenti di cui 323 femmine (86,6%)
e 50 maschi (13,4%) in linea con le tendenze nazionali. La fascia di età prevalente è
quella dai 50 ai 59 anni con una percentuale del 44,50% seguita dalla fascia 40-49
(29,76%) e oltre i 60 anni (15,28%). Prevale la figura del docente curriculare con una
percentuale del 76,41% mentre i docenti di sostegno rappresentano il 23,59%. La
frequenza maggiore si ha nella scuola primaria con 125 docenti (33,51%), a seguire la
scuola secondaria di II grado con 102 docenti (27,35%), la scuola secondaria di I grado
con 84 (22,52%) ed infine la scuola dell’infanzia con 62 (16,62%).
I docenti con contratti a tempo indeterminato hanno una frequenza di 333 pari a
una percentuale dell’89,28% mentre quelli con contratti a tempo determinato hanno una
frequenza di 40 (10,72%). Riguardo alla frequenza a master o corsi di perfezionamento
negli ultimi tre anni, 230 docenti pari al 61,66% hanno risposto di non averne
frequentati rispetto al 38,34% dei docenti (143) che invece li hanno frequentati. Infine,
la frequenza dei docenti che lavorano nella stessa città in cui vive è di 302 pari
all’80,97% mentre la percentuale di chi non lavorano nella stessa città in cui vive è pari
al 19,03%.
Ripercorrendo le tappe dell’indagine, in prima analisi si sono sommate tutte le
risposte dei docenti relative agli indicatori della Dimensione A “Creare Culture
Inclusive” e delle sue Sezioni riscontrando così una differenza di media delle risposte
tra le due sezioni, notando che nelle relazioni all’interno delle scuole si mostra maggiore
positività nell’”Affermare valori inclusivi” (con media più bassa) che nel “Costruire
comunità”.
Sommando tutte le risposte degli indicatori della Dimensione B “Sviluppare la
scuola per tutti” e delle sue Sezionisi nota che, nelle pratiche organizzative c’è
maggiore positività nell’organizzare il sostegno alla diversità piuttosto che nello
sviluppare la scuola per tutti.
Dalla somma delle risposte degli indicatori della Dimensione C” Sviluppare
Pratiche Inclusive”, e delle due Sezioni si nota anche in questa dimensione differenza
tra le medie di risposte delle sue Sezioni evidenziando che nello sviluppare pratiche
inclusive, nel processo di apprendimento-insegnamento che i docenti mettono in atto per
183
rendere il contesto più inclusivo, è stata espressa maggiore positività, con una media più
bassa, nel coordinare l’apprendimento piuttosto che nel costruire curricoli per tutti.
Effettuando così il confronto delle tre Dimensioni la media di risposta più bassa
fra le tre (40,96) è quella della Dimensione A “Creare Culture Inclusive”, media che
aumenta nella Dimensione B “Creare Politiche Inclusive” con (47,40) ed è ancora più
alta nella Dimensione C “Sviluppare Pratiche Inclusive” (57,77).
Questo risultato ha mostrato che c’è maggiore positività nello stare insieme
come comunità, rispetto alle altre due Dimensioni in cui progettazione organizzative e
pratiche organizzative mostrano che vi è distanza tra affermazioni e realizzazioni
concrete dei valori inclusivi, dove i valori stessi dovrebbero promuovere l’azione
evidenziando così differenza tra percezione e consapevolezza nell’inclusione scolastica
da parte dei docenti.
Questo andamento crescente di medie si evince anche confrontando tra loro le
prime Sezioni di ogni Dimensione, mostrando una maggiore differenza tra le medie
delle Sezioni della Dimensione B.
Dall’analisi delle medie degli indicatori per ogni Sezione, emergono delle
differenze che ci hanno portano ad esplorare quali indicatori sono più rappresentativi, in
termini di maggiore o minore positività espressa. Individuati quelli più rappresentativi
in termini di maggiore positività espressa, li abbiamo confrontati nei quattro gradi di
scuola.
Nella Dimensione A sono emersi l’indicatore “Ciascuno è il benvenuto” e “La
scuola promuove il rispetto dei diritti umani” in cui la scuola dell’infanzia e la scuola
primaria hanno mostrato maggiore positività con medie di risposta più bassa, rispetto
alle scuole secondarie in cui vi è una positività più contenuta con medie di poco più alte.
Nella Dimensione B, si evidenzia l’indicatore “Tutti i nuovi alunni vengono
aiutati ad ambientarsi al meglio” in cui emerge la scuola primaria ha una maggiore
positività verso tale affermazione, inoltre, “Il bullismo viene contrastato” mostra una
positività più contenuta man mano che aumenta il grado di scuola e quindi la fascia di
età degli studenti.
Nella Dimensione C, sono emersi gli indicatori “Gli alunni studiano la vita
nell’ambiente terrestre” e “La disciplina è basata sul rispetto reciproco” che mostrano la
184
tendenza dei precedenti evidenziando medie di risposta più basse nella scuola primaria e
medie di risposta più alte nella scuola secondaria di II grado.
Approfondendo l’analisi si è proceduto a verificare quanto e quali variabili
socio-anagrafiche hanno influenzato le medie di risposta delle Dimensioni, attraverso
un esame dettagliato della statistica t, nella Tabella Test T per campioni indipendenti e
della statistica F dell’ Anova Univariata.
Dall’analisi della tabella Test-T per campioni indipendenti si è riscontrata una
significativa differenza delle medie di risposta tra i due gruppi della variabile “genere”
(maschi e femmine) in tutte e tre le Dimensioni rilevando che le femmine nelle culture
inclusive, nella progettazione organizzativa e nelle pratiche operative, mostrano meno
distanza tra affermazione e azione dei valori inclusivi rispetto agli uomini. Le altre
tabelle Test T non hanno mostrato significatività nelle differenze di medie per le
variabili “Proprio ruolo”, Contratto di lavoro”; “Master o corsi di perfezionamento
frequentati negli ultimi tre anni” e “Lavora nella stessa città in cui vive”.
Analizzando la varianza della Tabella Anova Univariata, sono state individuate
delle differenze significative tra i quattro gruppi della variabile “Grado di scuola in cui
si presta servizio” mettendo così in risalto che i docenti che prestano servizio nella
scuola secondaria di II grado, (con media di risposta più alta) mostrano una ridotta
propensione positiva verso le affermazioni del quadro dei valori inclusivi, rispetto a
quelli della scuola primaria. Infatti, questi ultimi, in tutte e tre le Dimensioni, hanno
punteggi di medie significativamente più bassi e quindi maggiore positività verso
l’inclusività.
Analizzando la varianza Tabella Anova univariata tra le fasce di età non ci sono
differenze significative.
Dai risultati dell’analisi della varianza e del Test T sono risultate statisticamente
significative, per lo studio dell’inclusività scolastica, le variabili “Genere” e “Grado di
scuola”. Si è quindi proceduto ad approfondire, con la tavola di contingenza, la
frequenza di docenti maschi e femmine nei quattro gradi di scuola. La scuola con una
maggiore frequenza maschile è la secondaria di II grado (33) mentre la primaria risulta
avere la frequenza femminile maggiore (123). I valori delle statistiche Chi-Quadrato di
Pearson e V di Cramer, con i relativi p valori, usati per misurare la relazione tra la
variabile “Genere” e la variabile “Grado di scuola” sono significativi evidenziando una
185
relazione fra le due variabili. Dall’analisi delle medie di risposta, considerando la
variabile “Genere”, si è riscontrato che i maschi hanno medie di risposta più alte in
ciascuna delle tre Dimensioni. Pertanto, il sesso maschile ha espresso una minore
positività rispetto alle femmine, verso le affermazioni inclusive, con medie di risposta
più alte, in tutte e tre le Dimensioni. Inoltre, confrontando le medie di risposta nei vari
gradi scolastici si è evidenziata una media più alta, nella scuola secondaria di II grado;
questo risultato sembra essere influenzato dal fatto che proprio nella scuola secondaria
di secondo grado, è stata riscontrata una frequenza maggiore di docenti maschi.
Tra gli indicatori in cui è espressa minore positività, ne abbiamo individuati
alcuni e li abbiamo confrontati nei quattro gradi di scuola venendo a riscontrare che
mostrano delle tendenze differenti nei vari gradi di scuola. Per l’indicatore “Il personale
e i membri del consiglio d’istituto lavorano insieme in modo più che soddisfacente”, vi
è una tendenza lineare e crescente a partire dalla scuola dell’infanzia, con media di
risposta più bassa, fino alla scuola secondaria di II grado, con media di risposta più alta
evidenziando che la partecipazione e la collaborazione risente di questa percezione
meno positiva come valore inclusivo.
Per l’indicatore “Vi sono alte aspettative nei confronti di ogni alunno”, si
evidenzia un approccio discordante tra i vari gradi di scuola. La scuola primaria con
media di risposta più bassa esprime una maggiore positività verso una prospettiva
inclusiva di uguaglianza che si riduce seppur di poco nella scuola dell’infanzia e ancor
meno nelle scuole secondarie che concordano nell’esprimere le loro opinioni con medie
di risposta uguali.
Per l’indicatore “Le risorse presenti nel contesto locale della scuola sono
conosciute e utilizzate”, il grado di scuola che vede maggiormente nelle risorse presenti
nel contesto locale un arricchimento per l’intera comunità scolastica è la scuola primaria
che ha la media di risposta più bassa. Le scuole dell’infanzia e secondaria di II grado
mostrano, invece, un accordo nella minore positività espressa da medie più alte. La
scuola secondaria di I grado ha espresso una opinione intermedia tra questi due casi.
In seguito abbiamo trovato interessante valutare le relazioni fra gli indicatori di
ogni Dimensione e le variabili più di interesse per l’analisi utilizzando il test del Chi -
Quadrato di Pearson. Analizzando le relazioni tra tutti gli indicatori delle Dimensioni
con il “Grado di scuola in cui si presta servizio”, è emerso tra gli indicatori espressivi
186
della Dimensione A “Creare Culture Inclusive”, l’indicatore “Il personale e le famiglie
collaborano” in cui questa collaborazione è percepita in maniera positiva, pur mostrando
differenze percentuali in cui è la scuola dell’infanzia a mostrare maggiore positività.
Riguardo a “L’inclusione è vista come un modo per accrescere la partecipazione
di tutti” è interessante notare come l’opinione maggiormente positiva verso l’inclusività,
considerando le somme delle risposte moltissimo ed abbastanza, è stata data dalla
scuola primaria, seguita dalla scuola secondaria di I grado, dalla scuola dell’infanzia ed
infine dalla secondaria di II grado. Inoltre, la scuola secondaria di II grado è risultata
essere quella con una percezione peggiore, sommando le risposte “poco” e
“pochissimo”.
Per la Dimensione B “Creare Politiche Inclusive” si è riscontrata maggiore
positività nella scuola primaria verso l’approfondire le competenze tra il personale,
mentre la percezione peggiore si è avuta nella scuola secondaria di II grado. Anche
riguardo alle forme di sostegno nel contribuire a uno sviluppo inclusivo della scuola,
molto indicativo è il 37,3% dei docenti della scuola secondaria di II grado che hanno
ritenuto che esse siano poco o pochissimo coordinate verso uno sviluppo inclusivo.
Anche in questo caso, in tendenza col precedente indicatore, la maggiore positività è
stata espressa dalla scuola primaria.
Riguardo la Dimensione C “Sviluppare Pratiche Inclusive”, è emerso che tutte le
scuole sostengono, con un’opinione positiva generale, la collaborazione attiva nel
progettare, insegnare e valutare. Mentre riguardo il favorire l’apprendimento e la
partecipazione di tutti gli alunni da parte del personale di sostegno, si riscontra che il
28,4 % dei docenti della scuola secondaria di II grado ritiene che il personale di
sostegno favorisca poco o pochissimo l’apprendimento e la partecipazione di tutti.
Analizzando, poi, le relazioni con la variabile “Proprio ruolo” e l’indicatore “Le
risorse presenti nel contesto locale della scuola sono conosciute e utilizzate” si nota che
c’è positività verso l’arricchimento della scuola con le risorse presenti nel contesto
locale, pur notando però che i docenti curriculari rispetto ai docenti di sostegno, con una
percentuale del 28,1% ritengono che le risorse locali siano poco conosciute e utilizzate,
restituendo un’immagine meno attenta verso tale risorsa.
Per quanto riguarda le relazioni tra la variabile “Fascia di età” e gli indicatori
delle tre Dimensioni, emerge che, per l’indicatore “Gli alunni sono valorizzati in modo
187
uguale” e “Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e la partecipazione di tutti
gli alunni” la maggiore positività espressa è stata data dalle fasce di età “30-39” mentre
le fasce di età “50-59” e “oltre 60” hanno opinioni meno positive. Per l’indicatore “Il
bullismo viene contrastato” si evidenzia invece una opinione pressoché omogenea e
positiva in tutte le fasce di età.
Si è pensato, infine, di analizzare con i grafici lineari l’andamento delle medie di
risposta per alcuni indicatori, nei quattro gradi di scuola, differenziando questo
andamento tra docenti curriculari e di sostegno. È risultato interessante l’indicatore “Il
personale e le famiglie collaborano” in cui la scuola dell’infanzia è quella che mostra
una maggiore propensione alla collaborazione, sia per i docenti curriculari che per i
docenti di sostegno che si trovano in accordo. La scuola secondaria di II grado mostra,
invece, una minore positività verso la collaborazione tra personale e famiglie e un
disaccordo anche tra i docenti curriculari (media di risposta più bassa) e i docenti di
sostegno, i quali hanno una percezione peggiore della collaborazione tra personale e
famiglie. Le tendenze, quindi, delle medie di risposta per i docenti curriculari e di
sostegno sono diverse, infatti, i docenti curriculari sembrano essere completamente in
accordo in tutte e quattro i gradi di scuola mentre per i docenti di sostegno vi è un
accordo nei primi tre gradi di scuola ed una percezione peggiore nella suddetta
collaborazione per la scuola secondaria di II grado. Stesso andamento si è mostrato per
l’indicatore “La scuola sviluppa valori inclusivi condivisi” confermando le tendenze
viste precedentemente.
Riguardo all’intraprendere un processo di sviluppo partecipato nella scuola, è
molto interessante osservare che vi è un accordo, con medie di risposta in generale
basse, tra i docenti curriculari e i docenti di sostegno in ognuno dei primi tre gradi di
scuola, mentre le medie di risposta più alte si riscontrano nella scuola secondaria di II
grado mostrando inoltre disaccordo tra docenti curriculari e di sostegno che evidenziano
una ulteriore percezione peggiore nella condivisione nelle pratiche organizzative che
quindi fanno pensare più ad azioni integrative che inclusive.
Infine, l’analisi dell’indicatore “Il personale di sostegno favorisce
l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni” ci restituisce un’immagine in cui
le medie di risposta dei docenti curriculari sono sempre più alte mostrando quindi una
minore positività sull’operatività inclusiva verso tutti da parte del personale di sostegno.
188
Inoltre mostra un dato molto interessante quale l’accordo tra i docenti curriculari e di
sostegno della scuola secondaria di II grado nell’affermare minore positività sul
coinvolgimento del personale di sostegno nell’aumentare la partecipazione di tutti gli
alunni.
6.2 Limiti della ricerca e prospettive di lavoro futuro
I limiti del presente lavoro hanno riguardato il ridotto numero del campione
disponibile e la scelta per la ricerca del solo comune di Trapani che così ha limitato le
possibilità di un campione sufficientemente rappresentativo delle dinamiche inclusive
dei docenti.
L’inclusione scolastica, come afferma l’autore Dovigo, è un processo in
continua evoluzione; è un progetto in itinere che attraverso un coinvolgimento di tutti,
dagli insegnanti agli alunni, trasforma le pratiche educative in una scuola inclusiva
(Dovigo, 2016).
Alla luce di tutto ciò, come proposta derivante dalla presente ricerca, si
evidenzia l’importanza di prendere in considerazione altri contesti territoriali ed
estendere l’indagine agli studenti delle scuole secondarie capaci di esprimere al meglio
le loro percezioni sulla scuola inclusiva.
Sarebbe interessante inoltre verificare le eventuali variazioni delle dimensioni
indagate, in seguito a percorsi inclusivi effettuati nelle scuole, al fine di capire se sono
maturate pratiche educative più inclusive.
6.3 Conclusioni
Complessivamente, dall’analisi degli indicatori, emerge un’immagine di docenti
che hanno una buona percezione nel creare comunità inclusive che però, nelle pratiche
organizzative e didattiche, risentono della distanza tra affermazioni e realizzazioni
inclusive mostrando un processo inclusivo più maturo nei valori, che però sembra essere
ancora radicato ad una chiave di lettura più integrativa che alle realizzazioni di
dinamiche operative vere e proprie verso l’inclusione.
189
Possiamo affermare che acquisire consapevolezza dei valori inclusivi porta
inevitabilmente a scandire azioni inclusive che, se non sincrone e condivise all’interno
del corpo docenti, non portano ad una evoluzione armonica ed integrata verso l’altro.
Infatti, tra gli indicatori delle Dimensioni, quelli verso cui si è espressa minore
positività nel costruire comunità sono proprio la partecipazione e collaborazione tra la
scuola e le comunità locali e tra il personale e i membri del consiglio d’istituto.
Anche nell’affermazioni dei valori inclusivi si mostra minore propensione verso
l’avere alte aspettative nei confronti di ogni alunno così come nel coordinare
l’apprendimento per favorire lo sviluppo inclusivo, i docenti sono meno positivi verso la
conoscenza e l’uso delle risorse presenti nel contesto locale della scuola.
Riguardo alle fasce di età quella che ha una maggiore percezione dei valori e
consapevolezza nelle azioni è la fascia di età dai 30 ai 39 anni, mentre quella che va dai
50 ai 59 anni e oltre i 60 mostra di essere meno positiva verso le affermazioni inclusive
poiché, probabilmente, ha vecchie modalità lavorative e alla poca propensione ad
implementare le azioni in pratiche inclusive.
Dal confronto tra docente curriculare e di sostegno nei quattro gradi di scuola
risulta che c’è maggiore accordo tra i docenti curricolari e quelli di sostegno nei primi
tre gradi di scuola, dove, nella scuola secondaria di II grado, risulta esserci maggiore
disaccordo, tranne che nell’affermare minore positività sul coinvolgimento del
personale di sostegno e nell’aumentare la partecipazione di tutti gli alunni, aprendo un
interessante spunto di riflessione.
L’era della globalizzazione ci porta a pensare che siamo tutti uguali; in realtà
siamo diversi in base ai contesti storici e sociali in cui viviamo e al modo in cui
interiorizziamo tali aspetti durante il nostro percorso evolutivo. Il cambiamento verso l’educazione inclusiva, non si può attuare con soluzioni veloci o
suggerimenti per l’insegnamento preconfezionati, ma necessita di tempo e di una conoscenza
profonda dei contesti e delle relazioni che convivono nelle classi (D’Alessio, et al, 2015).
Le molteplici ricerche attuali, come affermato dalla European Agency for Special Needs
and Inclusive Education (2014), non vertono più su che cosa sia l’educazione inclusiva e se sia
giusto attuarla, bensì su come sia possibile farlo. La varietà d’interpretazioni sull’inclusione è da
rilevarsi sia sul piano culturale che storico-geografico per cui risulta essere molto variegato
nelle indagini empiriche il modo d’individuare i campioni significativi e scegliere cosa misurare
(D’Alessio, 2015).
190
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199
APPENDICE
200
L’Università di Extremadura in Spagna, nell’ambito del dottorato internazionale di ricerca in Psicologia, ha promosso una ricerca volta ad esplorare il concetto d’inclusione tra un campione di docenti del comune di Trapani. Sul testo sono indicate le istruzioni dettagliate per la compilazione del questionario che Vi proponiamo. Leggetele con attenzione per comprendere cosa fare. Nel porgerVi il nostro ringraziamento, Vi preghiamo di collaborare alla ricerca rispondendo alle richieste con cura ed in tutte le sue parti. La ricerca ha scopi scientifici, l’elaborazione dei dati raccolti è compito esclusivo dell’Università che garantisce il pieno rispetto della normativa in vigore sulla privacy, assicurando l’anonimato a tutti i partecipanti alla ricerca. DATI ANAGRAFICI: Si prega di indicare: Genere: M F Fascia di età: 20….29 30-39 40-49 50-59 Oltre 60 Proprio ruolo: Docente curriculare Docente di sostegno Grado di scuola in cui si presta servizio: Infanzia Primaria Secondaria di I grado Secondaria di II grado Contratto di lavoro: Tempo determinato Tempo indeterminato
Negli ultimi 3 anni ha frequentato master o corsi di perfezionamento? sì no Lavora nella stessa città in cui vive?sì no
201
L’INDEXper l’inclusione è uno strumento ideato dal Centre for Studies on Inclusive Education (CSIE) per promuovere l’inclusione nelle scuole. Il questionario Nuovo Index per l’inclusione si sviluppa in tre Dimensioni suddivise ognuna in due Sezioni. Dimensione A CREARE CULTURE INCLUSIVE suddivisa in: Sezione A.1 Costruire Comunità; Sezione A.2 Affermare valori inclusivi. Dimensione B CREARE POLITICHE INCLUSIVE suddivisa in: Sezione B.1 Sviluppare la scuola per tutti; Sezione B2 Organizzare il sostegno alla diversità. Dimensione C SVILUPPARE PRATICHE INCLUSIVE suddivisa in: Sezione C.1 Costruire curricoli per tutti; Sezione C.2 Coordinare l’apprendimento.
Per favore indichi in che misura Lei è d’accordo con le affermazioni che seguono, utilizzando la scala posta accanto a ciascuna di esse che va da: 1= moltissimo; 2= abbastanza; 3 = poco; 4 = pochissimo; 5 = ho bisogno di maggiori informazioni;
A. CREARE CULTURE INCLUSIVE A1. Costruire Comunità 1 2 3 4 5 1. Ciascuno è il benvenuto. 2.Il personale coopera. 3. Gli alunni si aiutano l’un l’altro. 4. Il personale gli alunni si rispettano reciprocamente. 5. Il personale e le famiglie collaborano. 6. Il personale e i membri del consiglio d’istituto lavorano insieme in modo più che soddisfacente.
7. La scuola è un modello di cittadinanza democratica. 8. La scuola stimola a capire le relazioni tra le persone, ovunque nel mondo.
9. Minori ed adulti sono sensibili ai vari modi in cui si manifestano le differenze di genere.
10. La scuola e le comunità locali sostengono lo sviluppo reciproco.
11. Il personale stabilisce un collegamento continuo tra ciò che accade a scuola e la vita familiare degli alunni.
A.2 Affermare valori inclusivi 1 2 3 4 5 1. La scuola sviluppa valori inclusivi condivisi 2. La scuola promuove il rispetto dei diritti umani 3. La scuola incoraggia a rispettare l’integrità del nostro pianeta
4.L’inclusione è vista come un modo per accrescere la partecipazione di tutti.
5. Vi sono alte aspettative nei confronti di ogni alunno. 6. Gli alunni sono valorizzati in modo uguale. 7. La scuola contrasta tutte le forme di discriminazione. 8. La scuola promuove interazioni non violente e la risoluzione delle controversie.
9. La scuola incoraggia minori e adulti a sentirsi bene con sé
202
stessi. 10. La scuola contribuisce a promuovere la salute di minori e adulti.
B CREARE POLITICHE INCLUSIVE. B1. Sviluppare la scuola per tutti. 1 2 3 4 5 1. La scuola intraprende un processo di sviluppo partecipato. 2. La scuola ha un approccio inclusivo alla leadership. 3. La scuola mette chiaramente in evidenza il suo impegno a conferire incarichi evitando pregiudizi di genere, provenienza culturale, disabilità, età, orientamento sessuale o ogni altro aspetto non rilevante per l’incarico.
4. Il personale è veramente interessato a conoscersi e ad approfondire le competenze reciproche.
5. I nuovi arrivati tra il personale vengono aiutati ad ambientarsi nella scuola.
6. La scuola promuove l'accoglienza di tutti gli alunni della comunità locale.
7. Tutti i nuovi alunni vengono aiutati ad ambientarsi al meglio.
8. Le classi e i gruppi sono organizzati in modo imparziale così da sostenere l'apprendimento di tutti gli alunni.
9. Gli alunni sono ben preparati al momento in cui escono dalla scuola per inserirsi in altri contesti.
10. La scuola rende le proprie strutture fisicamente accessibili a tutte le persone.
11. Gli edifici e le aree circostanti la scuola sono organizzati in modo da permettere la partecipazione di tutti.
12. La scuola riduce le sue emissioni di CO e l'utilizzo di acqua.
13. La scuola contribuisce alla riduzione dei rifiuti. B2. Organizzare il sostegno alla diversità 1 2 3 4 5 1. Tutti le forme di sostegno sono coordinate e adattate in modo che possano contribuire a uno sviluppo inclusivo della scuola.
2. Le attività di formazione aiutano il personale a valorizzare le differenze individuali degli alunni.
3. Il sostegno all'apprendimento dell'italiano come seconda lingua è una risorsa per l'intera scuola.
4. La scuola sostiene la continuità educativa nei confronti degli alunni seguiti dai servizi sociali.
5. La scuola assicura che le politiche rivolte ai bisogni educativi speciali siano inclusive.
6. Le regole sul comportamento sono legate all'apprendimento e allo sviluppo del curricolo.
7. Le pressioni al ricorso di misure disciplinari vengono contenute il più possibile.
203
8. Gli ostacoli rispetto all'accesso e alla frequenza della scuola vengono ridotti.
9. Il bullismo viene contrastato. C. SVILUPPARE PRATICHE INCLUSIVE C1. Costruire curricoli per tutti 1 2 3 4 5 1. Gli alunni sperimentano i cicli di produzione e di consumo del cibo.
2. Gli alunni fanno ricerche sull'importanza dell'acqua. 3. Gli alunni studiano l'abbigliamento e la cura del corpo. 4. Gli alunni analizzano le strutture abitative e il rapporto tra costruzione e ambiente naturale.
5. Gli alunni riflettono su come e perché le persone si spostano sia nel contesto locale che in quello globale.
6. Gli alunni imparano l'importanza della salute e delle relazioni.
7. Gli alunni studiano la Terra, il sistema solare e l'universo. 8. Gli alunni studiano la vita nell'ambiente terrestre. 9. Gli alunni fanno ricerche sulle fonti energetiche. 10. Gli alunni imparano l'importanza della comunicazione e delle tecnologie per la comunicazione.
11. Gli alunni si appassionano alla letteratura, all'arte e alla musica e danno vita a creazioni personali.
12. Gli alunni imparano l'importanza del lavoro e come questo sia connesso allo sviluppo dei loro interessi.
13. Gli alunni imparano che cosa sono l'etica, il potere e la democrazia.
C2. Coordinare l'apprendimento 1 2 3 4 5 1. Le attività per l'apprendimento sono progettate tenendo presenti le capacità di tutti gli alunni.
2. Le attività per l'apprendimento stimolano la partecipazione di tutti gli alunni.
3. Gli alunni sono incoraggiati ad avere fiducia nelle proprie capacità di riflessione critica.
4. Gli alunni sono attivamente coinvolti nel proprio apprendimento.
5. Gli alunni apprendono in modo cooperativo. 6. Le lezioni sviluppano la comprensione delle somiglianze e delle differenze tra le persone.
7. La valutazione dell’apprendimento degli alunni implica anche una riflessione sull’insegnamento.
8. La disciplina è basata sul rispetto reciproco. 9. Il personale collabora attivamente nel progettare, insegnare e valutare.
10. Il personale sviluppa risorse condivise a sostegno
204
dell’apprendimento. 11. Il personale di sostegno favorisce l’apprendimento e la partecipazione di tutti gli alunni.
12.Le attività di studio a casa sono organizzate in modo da contribuire all’apprendimento di ciascun alunno.
13. Le attività esterne all’aula coinvolgono tutti gli alunni. 14. Le risorse presenti nel contesto locale della scuola sono conosciute e utilizzate.